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Edición n° 5, Junio 2014 UNIVERSIDAD PÚBLICA, Y FÁBRICA DE SALCHICAS A 96 añitos de la Re- forma Universitaria, es como su herma- nita Democracia: to- davía está en paña- les • Lxs graduadxs, unicxs e irrepetibles salchicas de paque- te • El Manifiesto Liminar, ¿Nuevo motivo para rollos de papel higiénico? • INALSA, INALESA y la tía Elsa • Coni- ceteros, de vuelta al ataque • La comunidad sorda [3] • La Universidad Pública Argentina: logros y papelitos [4-6] • Encuentro Nacional de Muje- res [6] • Sin Neutra- lidad [7] • Flash FTS

Panóptico n°5

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La revista de la Secretaría de Prensa del CEFTS, edición n°5, Junio 2014

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Edición n° 5, Junio 2014

UNIVERSIDAD PÚBLICA, Y FÁBRICA DE SALCHICAS

A 96 añitos de la Re-forma Universitaria, es como su herma-nita Democracia: to-davía está en paña-les • Lxs graduadxs, unicxs e irrepetibles salchicas de paque-te • El Manifiesto Liminar, ¿Nuevo motivo para rollos de papel higiénico? • INALSA, INALESA y la tía Elsa • Coni-ceteros, de vuelta al ataque •

La comunidad sorda [3] • La Universidad Pública Argentina: logros y papelitos [4-6] • Encuentro Nacional de Muje-res [6] • Sin Neutra-lidad [7] • Flash FTS

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Nota Editorial2

El Panóptico es la publicación de la Secretaría de Prensa del CEFTS. Su contenido no expresa necesariamente las opiniones dela Comisión Directiva va del Centro de Estudiantes.Si querés participar de El Panóptico envianos un mail a [email protected] o contactate por Facebook “Cefts Prensa”El costo de cada copia es $_____. Las mismas están solventadas por el fondo correspondiente a la Secretaría de Prensa del CEFTS. No se cobrará nada por la revista a ningún estudiante. Sólo se dá la posibilidad de aportar a su sostenimiento con una donación en las alcancías celestes que estarán en la facultad.

A ver, pongamos equilibrio, como algunxs de-cían, en esta revista. Ya que la última edición

fue un maravilloso y caótico bricolaje, esta vez toma-mos la cámara por el monitor y ordenamos un poco las temáticas, no sin intromisiones claro está, de par-te de unxs atrevidxs que nos silban en la vía pública.

Bien, el tema que nos (¿Congrega, convoca, rejun-ta?) en esta edición no es otro que la institución pú-blica que tanto amamos: la universidad. Sí, amamos a la universidad. Repítanselo hasta que se lo crean. Teniendo la visión crítica de siempre, incluimos dos artículos con esta temática, escritos por Malena Ro-mero y por Sofía Cáceres Sforza. No les adelantamos nada. Se supone que si están en una universidad pue-den leerlo solitxs. Acá la universidad incluye gente al-fabeta. Ahora, hasta qué grado y dónde lxs incluye es otro tema. El año pasado (Sí, va a cumplirse un año que existimos: ¡a descorchar!) hablábamos del inte-rés constante de nuestrxs docentes y futurxs compa-ñerxs de profesión en incluirnos en la construcción de los congresos profesionales como el de SAAP, y lo hicimos con una tapa que, todos recordarán, causó revuelo en la primer edición de esta gacetilla. Si aca-so la resaca del fernet que se bajaron en vez de aho-rrar dinero para asistir a estos excelentísimos even-tos no les permite recordar dicha tapa, les avisamos que pueden verla en el archivo de nuestra cuenta en www.ISSUU.com/ceftsprensa. Hoy vivimos una si-tuación parecida, salvando las distancias, con el con-greso organizado por el colegio de “profesionales” del Trabajo Social, pero por supuesto, sin tener que poner locación, dinero y mano de obra esclava para su realización. Al menos, no en forma directa. Pero por supuesto, la idea de incluir a esta masa ignorante y acrítica de cerebros vacíos a la planeación de las temáticas en estos eventos, es aún un revolucionario horizonte móvil.

Antes de perder la oportunidad, quisiéramos hacer mención de la tremenda tapa que, seguramente, ya ha cautivado vuestra atención. La misma se la de-bemos a la mano del compañero Mauricio Casco, a quien saludamos. Si bien no podemos ahondar en

sus conceptos, como el de graduado en serie, o la cuestión de la LES, queremos resaltar esas tres pala-britas que aparecen en el centro del cuadro, las tres postulados de la Reforma del 18, faro made in Cór-doba de la universidad latinoamericana. El primero, AUTONOMÍA, hace referencia a que la universidad se financie siempre con fondos públicos, para evitar el apadrinamiento por parte de intereses privados. Sobre éste ya se han defecado docentes y alumnxs, al permitir que los Pizarro del siglo XXI nos tiren unas limosnas del oro que se llevan al exterior libre de im-puestos. La palabra PERIODICIDAD hace referencia a que las cátedras universitarias no sean patrimonio heredable de un/a docente, sino que sea sometida a concurso, periódicamente. Sobre esto también de-jamos una tortita marrón, gracias a que hace poco nuestro Consejo ha aprobado que lxs docentes se enquisten (no existe un verbo salido de la palabra tumor), reválidas por medio, unos 14 años en sus tronos docentes. Por último, COGOBIERNO, contra el cual nadie parecería tener nada en contra. Pero aceptémoslo: 11 a 4 podrá indicar una tenaz resis-tencia, pero igual es una cogida de parado, sin vase-lina.

Por último, cambiemos radicalmente de tema. Por primera vez hemos incluido una producción de nues-trxs compañerxs de casa, lxs estudiantes de TUILSA, quienes nos hablan un poco sobre las problemáticas que enfrentan ellxs y la comunidad sorda argentina. Parecerá increíble que hablemos de inclusión en una facultad que no posee rampas de acceso en su en-trada principal, y que las tiene en una puerta que no puede abrirse desde afuera, pero esto es así. Ahora, chicanas a un lado, les damos gracias a lxs chicxs por su interés en participar en nuestro humilde espacio. Esperamos esto sea parte de una integración de ca-rreras que vaya más allá del papel y la tinta.

Bien, creemos que eso es todo por ahora. Y habién-dole tirado excremento en la cara a todo el mundo, lxs dejamos, para que recorran ustedes mismxs esta quinta edición de El Panóptico.

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“Mamá, ¿qué es un sordo?”, preguntó Valentina sos-teniendo un gran signo de pregunta encima de su

pequeña cabeza. “Es alguien que no puede oír…”, contesta su mamá como cuando escupimos el enjuague bucal y vemos que salen restos de comida. Hasta esa sensación le dio a la mamá cuando se escuchó a sí misma decir lo que es un sordo. Aunque parece una definición infantil, seguramente, es la que cualquie-ra daría.

Desde que empezamos la facultad nos vienen enseñando qué es un sordo, y presten atención porque acá la flipamos todos: “una persona Sorda es un hablante de la lengua de señas, y que pertenece a una comunidad, a la Comunidad Sorda. Hay mu-chas lenguas de señas, cada país tiene la suya e incluso algunos países tienen más de una y, bueno, también tenemos variacio-nes, ‘regionalismos’”. Todos los que están en el tema están tan convencidísimos de eso, les es tan natural, y la forma en que nuestros profes se golpean el pecho cuando dicen “MI LENGUA, LA LSA”. Y pensamos, éstos se golpean el pecho como cuando juega la Selección en el Mundial. Entonces, nos explicaron que su lengua no es algo que les sirve para comunicarse y nada más, que no es algo improvisado, precario, que es una lengua como el español. ¡Posta! Si nosotros entendemos, sentimos, pensa-mos, clasificamos el mundo mediante el español.

Hace mucho que en Argentina se viene peleando por el recono-cimiento, por la visibilidad, porque se respete la identidad. Por-que sea más importante el discurso histórico – socio – antropo-lógico que el discurso médico. Para que no sean tildados como “discapacitados”. En el año 2012 la Comunidad Sorda Argentina presentó un proyecto de ley que trataba, entre otras cosas, la creación de un instituto. Este instituto (INALSA – Instituto Na-cional de Lengua de Señas Argentina) se encargaría de recono-cer la LSA como patrimonio lingüístico y cultural, preservándo-la, difundiéndola, investigándola, promoviendo su aprendizaje en las escuelas, regulando a los intérpretes. Y sus miembros serían intelectuales, académicos y científicos Sordos y oyentes de todo el mundo.

Todo iba bien, hasta que ciertas personas (políticos, acomoda-dos, oyentes TOTALMENTE desinformados sobre el tema) de-cidieron hacer a un lado la lucha de siglos y el buen pedido, pasaron por encima de absolutamente todo y crearon otro pro-yecto; que les convenía más, por supuesto; que les daría más dinero, por supuesto. Este proyecto tiene en cuenta la creación de otro instituto, el INALESA. Su función es excluir a los sordos, tratarlos de discapacitados, de pobres idiotas; también convier-te una lengua tan rica como la LSA en una herramienta necesa-ria sólo cuando un “impedido del habla” no pueda comunicarse debidamente en español; perjudica a los intérpretes, distorsio-nando la figura que es realmente, convirtiéndolos en alguna especie de lazarillo para un “pobre discapacitado”. Es una total

falta de respeto a todos los que son y los que estamos inmersos en esto. Nos afecta. Nos duele. Cuando vimos este proyecto y los argumentos de quienes lo defendían, uno de nuestros com-pañeros se acordó de su tío Cacho cuando le decía -porque no le entendía lo que le pedía: “¿Vos sos sordo o pelotudo?

El 28 de mayo los estudiantes de la Tecnicatura acudimos al llamado de la Comunidad Sorda Argentina y marchamos al Congreso de la Nación, para impedir esta locura. Estar parados ahí, y ver a un padre sordo diciendo que cuando sale a pasear con sus hijos sordos todos los ven como si fueran monos de circo, ver a hombres y mujeres con cara de dolor, de sorpresa, de enojo, personas que fueron oprimidas todas sus vidas por otros, fue chocante. Mandaron a una doña Nadie para que nos escuchara, alguien que tampoco tiene ni idea, que nos miraba con cara de “y a mí qué me importa”. Pacíficos todos, ocupando la vereda, estuvimos por horas. No sólo argentinos, también de otros países.

Volvimos enojados, pero con la satisfacción del deber cum-plido. Nos manifestamos, se consiguió una reunión entre los presidentes de las asociaciones de sordos y esos políticos po-derosos.

Y ahora… ahora se corre un rumor por los pasillos. Uno que dice que sin importar nada, se va a aprobar el INALESA, ese proyecto que está mal, que nos perjudica a todos, que nos denigra como personas, y lo más importante: que le quitará la identidad a las generaciones futuras. Los niños sordos crecerán pensando que son discapacitados, reducidos mentales, más o tan oprimidos como siempre, ahora con ley.

La Comunidad Sorda ya no se quiere quedar en silencio, los sor-dos también tienen voz, también son sujetos de derechos.

Dimos unas vueltas por el Congreso de la Nación y encontra-mos un expediente caratulado ‘Fábrica de zapatillas’, y la nota de los asesores de los diputados “Recomendamos se consulte a la Asociación de Amputados como especialistas en calzados”. PLOP! ∟

Estudiantes de la Tecnicatura.

dErEcho o torcido? la oprEsióN a la comuNidad sorda argENtiNa

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La Universidad Argentina actual se nos presenta como una institución que puede ser pensada como un derecho, y es,

sin duda alguna, un ámbito de inclusión. Pero esto no siempre fue así.

La Universidad como institución a lo largo de la historia, es de-cir, más o menos mil años, no ha tenido como propósito ga-rantizar algo que se conceptualice como un derecho universal. Siempre fue una máquina de formar “élites” (clericales, profe-sionales, burocráticas, incluso revolucionarias).

Pero nunca se concibió como un organismo garante de un derecho. Pero… ¿como hoy la pesamos en esa clave? La pregunta por la inclu-sión es nueva, quiero decir, recién desde hace un tiempo corto existe en la Argentina un conjunto de cir-cunstancias que hacen que el de-recho informal, o sea aprender en la universidad, sea efectivo para una cierta cantidad importante de jóvenes.

Estas circunstancias podemos di-vidirla en 3 momentos: la primera es la creación a lo largo del último medio siglo de un conjunto grande de universidades públicas. El sis-tema universitario argentino pasó de ser un puñado de universidades grandes, a realmente ser un sistema grande, con universidades del Estado en todos los rincones del territorio nacional. Esto ocurrió bajo gobiernos ideológicamente diferentes, y incluso opuestos: uno se ubica en fines de los ’60 e inicios de los ’70 (con lo que se conoció como el plan Taquini), otro en la primera mitad de los ’90, en los años más fervorosos del neoliberalismo menemista (creación de muchas universidades en el conurba-no) y la última, la creación de un importante número de univer-sidades nuevas, tanto en el conurbano como en el interior, en estos últimos años de los gobiernos kirchneristas.

La segunda circunstancia que considero importante es el esta-blecimiento, por ley, de la obligatoriedad de la escuela secun-daria. Leyendo en clave de los antes nombrado (las universida-des elitistas) hasta hace poco tiempo la escuela secundaria no era una obligación exigida del Estado, esto conllevaba que no se podía pensar la educación universitaria en la traducción que hacemos ahora, como derecho universal. Sólo era el derecho de los que, no estando obligados a hacerlo por ley, se habían podido dar el cuasi lujo de terminar un estudio. Cuando la for-mación secundaria comienza a ser pensada como una obliga-ción, la educación universitaria puede ser leída como un dere-

cho. Pasando en claro, quiero decir, muchxs ciudadanxs jóvenes argentinos son sujetos de un derecho que no tuvieron sus pa-pás porque estos son sujetos a una obligación que no tuvieron sus abuelos: la de mandar a sus hijos a la escuela secundaria.

La última circunstancia es la aparición un conjunto en el es-cenario de ciertas políticas públicas que facilitan a las familias argentinas a cumplir esa obligatoriedad, por ejemplo la Asigna-ción Universal por Hijo, PROGRESAR; y para poder realizar una formación universitaria el Programa Nacional de Becas Univer-

sitarias (PNBU), Programa Nacio-nal de Becas Bicentenario (PNBB), sumadas a las becas provinciales y de cada institución en particular.

Comprendiendo estos hechos en clave de complejidad, podemos entender que las transformaciones de la universidad pública argentina para convertirse en un ámbito de inclusión para esas personas que aun no tenían la posibilidad de ingresar a ella son recientes, para ponerlo en números:

• Hoy cada provincia argen-tina tiene al menos una univer-sidad, lo que hace que cambie la población estudiantil, el 90% de los estudiantes tienen la posibili-dad de ser el primer graduado de

su familia.

• Se destina el 6,4% del PBI a materia de educación. El presu-puesto universitario pasó de 0,5% del PBI en 2003 a 1,02% en 2013.

• Entre 2001 y 2010 la población general creció un 10%; la población con estudios superiores por su parte, aumentó un 54,6%. En términos generales, la matrícula universitaria creció un 28%, pasando de 1.412.000 de alumnos en 2001 a 1.808.000 en 2012, de los cuales el 80% pertenece a uni-versidades públicas.

• Mayor cantidad de egresados universitarios: de 65.000 egresos en 2001 pasamos a 109.000 en 2011. Esto significa un aumento del 68%.

Estos números no son de menor importancia. Y ya que como estudiantes somos partes de estos cambios, y estas transforma-ciones nos atraviesan de lleno, dándonos a algunos la posibili-dad de ser la primera generación de graduados de una familia, deberíamos leer en estas claves todo el transcurso de nuestra vida por la institución que nos formará como futuros profesio-nales del País.∟

la uNivErsidad pública argENtiNa actual uNa mirada histórico-críticaRealizando una mirada compleja y contextualizada, tratar de leer en clave histórica la Universidad Argentina de hoy, las transformaciones internas propias y las variables políticas de los diversos go-biernos que llegaron al poder.

Por Malena Romero.

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Recientemente la consultora británica Quacquarelli Sy-monds (QS) publicó un ranking con las mejores Univer-

sidades de América Latina, encabezada por la Universidad Católica de Chile y seguida por la Universidad de San Pablo, apareciendo la UBA en el puesto 19. Sin embargo, no podemos desconocer los comentarios de estudiantes , docentes y gra-duados, que han tenido la posibilidad de conocer las universi-dades brasileñas, acerca de la rareza que les produce este siste-ma educativo. Acostumbrados al exigente ritmo de las carreras de grado argentinas, se sorprenden al comparar y ver que el nivel de los doctorados brasileños es sospechosamente similar al de nuestras licenciaturas, cuando, suponemos, debe ser ma-yor. Claro está: mientras que, en promedio y siendo generosos, nuestras carreras de grado tienen un período de 6 años, en el país hermano es de 4 años. Entonces....¿Qué midió esta consul-tora británica?

Como era de esperar, los estándares internacionales (palabras horrendas si las hay), se basan en datos como el número de es-tudiantes y docentes extranjeros, cantidad de graduados, pro-yectos de investigación y extensión y el impacto de éstos en el medio, y por supuesto: cantidad de docentes doctorados.

Si bien no es intención de este artículo desmerecer el estudio realizado por esta prestigiosa consultora, sí es menester desa-rrollar, aunque sea livianamente, el problema de la excelencia académica en términos de...papelitos. Varios son los colegas que, una vez graduados, optan por las variadas becas que exis-ten, tanto en CONICET como en la propia UNER, para doctorar-se. Y es que éste no es un asunto aislado, una inquietud que surge una vez finalizada la experiencia de la carrera de grado. Infinidad de veces hemos visto a compañeros tratando de ar-mar una carpeta de antecedentes frondosa, robusta, sin impor-tar que su contenido pueda variar desde asistencias a congre-sos sobre género, la economía en China o el sistema electoral de la región. Lo importante es juntar papelitos.

Se necesitan dos para bailar el tango.Nadie está exento del sistema universitario y los requisitos que el mismo impone a los que quieren jugar su juego. Pensemos un poco el recorrido, posible, de un estudiante de Ciencia Polí-tica de nuestra Facultad. Primero, se encuentra con una variada gama de contenidos curriculares: Sociología, Filosofía, Políticas Públicas, Economía, Historia, Derecho, y la lista continúa. Lle-gado a cuarto año, se entiende está en condiciones de elegir qué orientación se adapta más a sus intereses. Se adicionan dos materias más a su currícula. Una vez pasada la masacre que en tiempo, contenido y exigencia, representa cuarto año, llega a quinto. Sin embargo, se encuentra frente a dos gigantes: Semi-nario de Tesina y Prácticas Pre Profesionales. En esta instancia no sólo debe decidir qué tema investigará para la elaboración de la tesina final, sino que también debe decidir dónde, cuán-do, cómo y por qué hará sus prácticas en una institución deter-minada. Última y fatídica pared. Supongamos que el estudiante

ha entendido que lo suyo es la docencia y la investigación (la mayoría de nuestros graduados se dedican a estos campos). Con la tesina no habrá problemas: es, estrictamente, una in-vestigación. Pero no es el caso de las prácticas, donde la posibi-lidad de desempeñarse en roles de docencia o la inserción y/o elaboración de una investigación está, estrictamente, vedada.

Sigamos suponiendo que el estudiante ha entendido perfecta-mente que la meta es una e indiscutible: graduarse. Por lo tanto accede a las demandas que cada espacio le reclama y logra pa-sar, airosamente, las dificultades propuestas. Una vez gradua-do, el ahora colega, decide adentrarse en el escabroso camino de la carrera docente. Primer obstáculo: no posee los papelitos suficientes para acceder, por lo menos, a una auxiliaría de pri-mera. Pues bien, deberá entonces inscribirse en alguna beca del CONICET para poder doctorarse y así poseer el tan deseado abultado currículum.

Segundo obstáculo: el CONICET no permite poseer cargos do-centes, y si lo hace, es mínima la cantidad de horas permitidas, mientras se posea la beca.

Bien, el doctorando seguirá pensando “Debo doctorarme y así poder iniciar de una vez por todas mi carrera docente”. Su-pongamos que el colega triunfa y al fin se doctora. Observa los llamados a concursos de las unidades académicas, examina y vuelve a pensar “Soy Doctor, mínimo un cargo de JTP”. Se pre-senta al tan esperado concurso y pierde. ¿Por qué? Sencillo: no posee antecedentes docentes. Resultado: tenemos doctores como adscriptos o auxiliares de primera.

La que al darle el saber, le diste el alma.Que no se malentienda: priorizar la labor frente a clase antes que el papelito es algo que encuentro sumamente positivo. Si entendemos a la docencia como un aprendizaje mutuo, como una construcción constante de saberes, prácticas y pasiones, cinco años frente a una clase enriquecen mucho más que diez frente a un libro. Lo importante a destacar es la proliferación de los coniceteros y la paradoja frente a la que se encuentran quienes optan por este camino.

El problema es pensar la Universidad como una fábrica de expertos, cuyos estándares se elevan cada vez más y que po-seen esa, impuesta, necesidad de juntar papeles, de tener que elaborar los dichosos papers (que el nombre de esta práctica sea un vocablo anglosajón ya debería generarnos desconfian-za) para congreso, jornada o encuentro aparezca. Que esto se produzca por necesidad genera también la transformación de estos espacios en una especie de onanismo intelectual, donde cada uno llega, expone y se va, sin escuchar siquiera el título de lo que su colega está a punto de presentar. A la primera de cambio que algún asistente, osado, que excepcionalmente en-tendió una palabra de lo que hemos dicho, atisbe un esbozo de pregunta, nuestra respuesta es inmediata: “Todavía no he pro-fundizado sobre esa cuestión”. Seguramente porque ni siquiera

la Era dE la boludEz... EN papElito

Sofía Cáceres Sforza

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6hemos escuchado la pregunta, lo que nos importa es retirar el certificado de expositor “¡Pues para eso hemos pagado!”.

Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida. La Universidad transforma. O al menos eso intenta. Puedo ase-gurar, sin ninguna duda, que cualquier persona que haya pa-sado, aunque sea, por los cursos de ingreso, no es la misma luego de pisar una universidad. Corrijo: la Universidad argen-tina transforma. Sin importar lo que diga cualquier consultora británica, un sistema universitario como el argentino, incluso con una Ley de Educación Superior neoliberal como la nues-tra, incluso con los retrocesos que se han hecho en infinidad de cuestiones, sigue siendo mejor y más transformador que otros.

Tomemos el ejemplo de Chile: se festeja, con bombos y plati-llos, una reforma que para nosotros sería retroceder 90 años. Y esto no es un dato menor. Nuestro sistema universitario es público. Sabemos que este público es con pinzas: hay que pa-gar apuntes, libros, imprimir trabajos, contar con tiempo para el estudio, el costo de las viviendas, de la comida, etc. Pero no pagamos aranceles, la bibliotecas son vastas y variadas, conta-mos con becas, con comedores universitarios y sobre todo: con la solidaridad de muchos para sobrellevar los posibles altibajos. Es cierto que muchas veces, más de las que quisiéramos, esto

no es suficiente. Pero nuestro piso de lucha, de demandas, es muchísimo más alto que el de otros sistemas universitarios de la región y del mundo. Para Chile el piso es la gratuidad del in-greso, para nosotros la calidad de vida del estudiante.

La Universidad argentina transforma porque todavía en sus ba-ses lleva la pasión de la Reforma del ’18. Un tiempo atrás, una docente que había estado de intercambio en Brasil comentó la siguiente situación: “Y ahí estábamos en la sede académica con la docente brasileña encargada del programa. Yo notaba que había dos mesas en un pasillo, pero no decían para qué eran. En un momento, la docente me dice “Esperame un segundo que tengo que ir a votar. Son las elecciones de autoridades de la Facultad y de Rector”. Yo no podía creer que nadie se inmutara, que no hubiera un cartel o afiche referido al tema”. Afortunada-mente, un escenario de semejante sobriedad es impensable en la Universidad argentina. Acá, en el Sur del Sur, cada elección, cada decisión, es un hendija llena de posibilidades. Aunque siempre perdamos, aunque siempre ganemos, creemos que la transformación siempre está a la vuelta de la esquina.

No importa lo que la consultora británica diga. Yo tuve una do-cente que me hacía sentir en la Francia del siglo XVIII, en plena Revolución. Yo tuve un docente que logró que entendiera Ha-bermas. Ninguno era Doctor. Ninguno juntaba papelitos. ∟

Los días 11, 12 y 13 de octubre de 2014 viviremos el 29° Encuentro Nacional

de Mujeres en la ciudad de Salta. Días ante-riores miles de mujeres estaremos hacien-do caminos, moviendo nuestros cuerpos,

movilizando nuestras mentes y corazón. Las mujeres no llega-mos al encuentro fácilmente, para llegar ahí se mueve mucha cosa, se organiza lo que queda y como queda, quedan nuestrxs hijxs, trabajos, familias. Pero la lucha lo vale.

Nos encontramos hijas, mamás, tías, hermanas, trabajadoras, estudiantes, académicas, militantes, artistas, nos encontramos todas, andamos y desandamos nuestros caminos para conver-ger en ese lugar, en esos tres días de lucha, de discusión, soli-daridad, sororidad, fuerza combativa y amor. No somos iguales, por el contrario, somos muy distintas y celebramos esa diferen-cia, pero nos une ser mujeres, compartir experiencias y pensar el mundo que queremos, el mundo que deseamos ver distinto, un lugar inclusivo, equitativo e igualitario, para nosotras y para las generaciones que vendrán.

Si nos movemos es porque algo nos hace ruido y porque cree-mos que la lucha vale la pena, vale el encuentro y el trabajo en conjunto.

Los Encuentros Nacionales de Mujeres empezaron en 1986 y desde allí no pararon.

Año tras año las mujeres de todo el país nos reunimos para lograr que las voces de miles de nosotras sean escuchadas, a través de una modalidad horizontal, abierta, democrática y par-ticipativa.

Estos encuentros son la expresión más importante de las luchas que vinimos desarrollando, allí intercambiamos las más diver-sas experiencias entre todas las mujeres de un punto a otro del país.

Somos miles las que vamos visualizando que la situación de opresión en nuestras vidas cotidianas no es un destino. Se des-cubre que el lugar relegado en la familia y en la sociedad tiene sus causas, responsables pero lo principal es que puede ser mo-dificado. La mujer que vuelve tiene los mismos problemas que dejó al partir, pero no la misma mirada. Saben que es posible cambiar las relaciones y luchan por hacerlo.

Desde Las Simonas te invitamos a participar. Nos estamos orga-nizando, moviendo, movilizando.

Algo cambia en cada mujer que participa. ¡Sumate!

ENcuENtro NacioNal dE mujErEs: El EcuENtro somos todas!

Las Simonas

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Como en todas sus ediciones, EL PANÓPTICO te muestra las respuestas espontáneas a las preguntas incómodas que hacemos para esta sección. Esta vez: ¿Qué pensás sobre los piropos callejeros?

SIN NEUTRALIDAD“Yo creo que es algo relativo por ahí si alguno lo ve desde cierta perspectiva. Si bien es cierto que por ahí se pueden llegar a tomar como una forma de acoso, sobre todo cuando se pasan de mambo por así decirlo, con el lenguaje y las insinuaciones que se hacen, también hay piro-

pos que son hasta en cierta forma inocentes, decir “que linda que te viniste vestida”, eso depende de el contexto también en el que se haga el piropo, o sea, una cosa es decirle a un conocido, a una conocida, a una hermana, una prima, “que linda que te vestiste, que lindo que te queda el pelo, que linda que te queda la ropa”, y otra cosa es decirle a una persona desconocida que te cruza en la calle. Todo depende del contexto,

también la intensión y la… intensidad con la que se diga el piropo. Por eso digo que es relativo”Alumno de tercer año, Ciencia Política

“A mí el tema de los piropos me parece que es un tema absoluta-mente menor respecto de cómo se expresa una sociedad misógi-na, en primer lugar. En segundo lugar me parece que esta cuestión de que hay piropos que molestan más que otros está atravesado por una cuestión de clase, es decir, los piropos… ¿quiénes son los que hacen esos piropos, entre comillas, más ordinarios y quienes no? Por lo cual también me parece que es encima jodido desde el punto de vista de que es discriminatorio, parece que hay piropos que se pueden impugnar y otros que no, que están más bellamen-te dichos y no sé cuántas pavadas más. En tercer lugar me parece que tenemos el recurso las mujeres, digamos, porque no somos menores de edad, ni somos niñas, de ignorarlos, de responderlos, etcétera. Y en tercer lugar [sic] no creo que de ninguna manera un programa feminista se consolide victimizando a las mujeres, es decir, buscando que papá Estado, el patriarca Estado nos proteja castigando a quienes dicen piropos. Yo me puedo defender sola, déjenme, yo me salvo sola, como decía una consigna del Mayo Francés, quiero que el Estado esté allí para reprimir en aquello a lo que yo me puedo bastar a mí misma. Yo estoy precisamente en la línea opuesta, me parece que las mujeres tenemos que pelear por más derechos, por más autonomía, no porque el Estado nos tutele. Yo no quiero ser un sujeto tutelado, quiero ser un sujeto autónomo, y quiero que el Estado me garantice esa autonomía, por ejemplo despenalizando el aborto, no penalizando el piropo. O sea que estoy en las antípodas. Ahora, si hay piropos que me molestan, por cierto, ahora, hay muchas cosas que me molestan mucho más que los piropos, y no por eso creo que el Estado tiene que aplicar una multa o encerrar al tipo que hace eso que me molesta.”

Docente

“Soy feminista. Tengo que decirlo para que se entienda mi opi-

nión. Me parece una falta de respeto, sinceramente, pero más

terrible me perece la naturalización de parte de las mujeres

de, como que está bien o minimizar la cuestión de “es sólo un

piropo”. El tema es que connotaciones, que representaciones

de mujer, de hombre, están detrás de ese piropo. Me parece

que no es sólo el piropo inocente el te digo… lo que fuera, des-

de la más huarangada, hasta… sino lo que subyacen, las ideas,

los roles, la mujer como objeto. Pero en realidad me parece

terrible la naturalización de parte… si bien de todos, pero de

las mujeres particularmente me parece como más, chocante y

terrible”

Alumna de quinto, Trabajo Social

“Para mí el piropo callejero se relaciona con una expresión

que siempre, históricamente tuvo relación con el machis-

mo, que más que nada se tiene en cuenta ahora con todos

estos movimientos como el feminismo y todo ese tipo de

cosas, se lo trata despectivamente, o que pueden tener un

significado negativo, en lo que refiere al piropo. Eso por un

lado. Después otra cosa que es importante tener en cuenta

de que perspectiva se puede leer, digamos, si exite, si forma

parte de la vida cotidiana también del otro sentido: del lado

femenino hacia el masculino. Ese es otro punto a tener en

cuenta y analizar si existe. Muchas veces se pone el ejemplo

inverso de que pasaría si una mujer hacia el lado masculino,

va caminando y se lo alaga, se lo intimida a la persona del

sexo masculino, ¿qué ocurre? Lo que puedo decir es que

sí, si yo voy caminando y siento que me silban, que qué se

yo, sinceramente uno se siente intimidado, pero eso ya es

personal, digamos, no se en el resto del colectivo masculino

si ocurre lo mismo o simplemente sirve para resaltar ese

orgullo machista…”

Alumno de segundo año, Trabajo Social

“Con respecto a los piropos, no me parece mal, pero el hecho que, diga-

mos, te lo digan con un grado de agresión. Por ahí no podes comparar

un piropo que te digan “que linda que sos” o esos piropos viejos que por

ahí no tienen ese grado de agresión, “que culo que tenés, te rompo toda”.

Pienso también que igual los piropos ya están pasados de moda. Para

conquistar a una chica no tienen que decir piropos, hoy en día cambiaron

los tiempos y creo que han cambiado ese tipo de cosas, que se yo, invitar

al cine, mirar una peli, regalar un chocolate, cosas así, un poco más mo-

dernas. Pero con el tema del piropo… no estoy muy de acuerdo porque a

algunas personas no le gustan, te intimidan un poco. O sea, ir caminando,

darte vuelta y que te estén mirando el culo o cosas así, a la mujer no la

hace sentir bien. No sé si los hombres se sientan un poco más machos al

decir eso… pero… no me hace sentir cómoda que me digan un piropo.”

Alumna de primer año, Ciencia Política

“Mirá, algunos piropos me parece que están re lindos,

te levantan el ánimo, otros no… y con los años lo que me

viene pasando a mí cuando en la década de los veinte,

ponele, era el albañil, el diariero el que te gritaba. Ahora,

que yo estoy más cerca de los cuarenta el que te dice más

cosas es el señor, bien vestido, del auto importado, cuando

vas a un banco, cuando vas a determinados sectores o

dentro de la misma facultad, el docente mismo a veces algo te dice… sutilmente o muy directo.”Alumna de cuarto año, Ciencia Política

Page 8: Panóptico n°5

FLASH FTS LA SECCIÓN QUE TRAE NOTICIAS INSTI-TUCIONALES DEL ÁMBITO DE NUESTRA FACULTAD Y LAS MUESTRA... EN IMÁGE-NES. DESPUÉS DE TODO ESO HACEN LAS CÁMARAS... CAPTAR IMÁGENES

Capacitación en enseñanza de la LSA para instructores sordos, realizada el 31 de Mayo

Estudiantes y docentes marcharon por ley de reconocimiento de la LSA

Congreso LSA

5ª jornada de DDHH, realizadas el 29 de Mayo

Equipo de fútbol femenino de la FTS

Chocolatazo en conmemoración del 204 aniversario de la Revolución de Mayo

Equipo de fútbol masculino de la FTS

Taller «Mirar en violeta. Género y Fe-minismos en la construcción de cono-cimiento», realizado los días 9 y 10 de Junio.