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Orando con cristo

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ORANDO CON

DAVID YONGGI CHü

~

ViCIaDEDlG'ADOS A LA EXCELENCIA

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--

La misión de Editorial Vida es proporcionar losrecursos necesarios a fin de alcanzar a las personaspara Jesucristo y ayudarlas a crecer en su f~..

ISBN 0-8297-0389-6

Categoría: Discipulado / Madurez cristiana

Este libro fue publicado en inglés con el títuloPraying with Jesus por Creation House

© 1987 por David Yonggi Cho

Traducido por Francisco M. Liévano

Edición en idioma español© 1990 por Editorial VidaDeerfield, Florida 33442-8134

Reservados todos los derechos

Quinta impresión, 1996

Cubierta diseñada por Liz Gisondi

Printed in the United States ofAmerica

Indice

Prefacio 51. Padre nuestro que estás en los cielos .. 72. Venga tu reino 543. Dánoslo hoy 744. Perdónanos nuestras deudas 905. No nos metas en tentación 1066. LIbranos del mal 1237. Jesucristo vendrá otravez 138

Apéndice 159

Administrador
Texto escrito a máquina
ex libris eltropical
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Prelacio

fI¿Qué debemos pedir en oración, y cómo?" Losdiscípulos de Jesús le hicieron esa pregunta. Perotodavía la hacen las personas que quieren vivirpor fe, o que se enfrentan a problemas deses­perados.

Como respuesta a esa pregunta, Jesús nos dioel ejemplo pedecto: el Padrenuestro, que se hallaen Mateo 6:9-13. Esa oración, que muestra el amorde Dios, no es sólo un ejemplo para nuestra ora­ción, sino que también es 10 que debemos pedirque Dios lleve a cabo. Aun si sencillamente ap­rendemos de memoria sus palabras y las recita­mos de manera rutinaria, esa breve oración estállena de poderosa gracia. Si vamos un paso másallá Y entendemos el significado de cada frase,nuestra oración llega a ser más osada, nuestra fese volverá más fuerte. Recibimos respuesta anuestra oración y disfrutamos de una comuniónmás profunda con Dios.

Confio que este libro sea una ayuda útil paratodos los que desean saber la manera de orarcomo oró Jesús:

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6 Orando con Cristo

Padre nuestro que estás en los cielos,santificado sea tu nombre. Venga tu reino.Hágase tu voluntad, como en el cielo, asítambién en la tierra. El pan nuestro decada día, dánoslo hoy. Y perdónanosnuestras deudas, como también nosotrosperdonamos a nuestros deudores. Y nonos metas en tentación, mas líbranos delmal¡ porque tuyo es el reino, el poder, yla gloria, por todos los siglos. Amén.

1Padre nuestro queestás en los cielos

¿Qué es la oración? En pocas palabras,_ es_un _diáloso con Dios en el que vinculamos actitudesypensaiñientos con los pensamientos de Dios.SI hemos de orar con eficacia, tenemos que coñ=dicionar nuestros pensamientos a los pansa­ñiIeiitos divinos y nuestras actitudes tienen queestar en correcta relación con las de Dios. Ex­presamos o no con· palabras nuestros pensa­mientos correctos, ellos son una ofrenda de olorfragante que agrada a Dios. ¿Pero~podemossaQer si nuestros pensamientos son correctos "Ono ante los ojos de Dios? La nOIma para medirloses la PaIabra de Dios.

En la Biblia, Dios escribió sus pensamientos.Cuando leemos las Sagradas Escrituras con elcorazón dispuesto, haciendo que nuestros pen­samientos sean compatibles con la Palabra y po­niendo nuestra esperanza en El, Dios respondenuestra oración según los·deseos de su buenavoluntad.

Page 7: Orando con cristo

8 Orando con CristoJesús nos dio el "Padrenuestro" como la suma

más significativa de su Palabra.La oración que Jesús nos enseñó es el pensa­

miento correcto que tenemos que implantar ennuestro corazón: Dios llega a ser nuestro Padre;su reino viene a nuestro corazón, a nuestra viday a este mlmdo¡ Dios satisface todas nuestrasnecesidades diarias; El nos guarda del mal y nonos deja caer en tentación; El perdona nuestrospecados y nos libra del mal.

Jesús hizo una oración que se conoce entrenosotros con el nombre de Padrenuestro, en res­puesta a la solicitud que le hicieron sus discí­pulos para que les diera una lección sobre laoración¡ y los puntos que Jesús cubrió son sig­nificativos como un modelo para nuestros pen­samientos con relación a Dios.

En el mismo comienzo de la oración que Jesúsenseñó, claramente estableció la base de la ac­titud apropiada que debemos tener hacia Dios:"Padre nuestro que estás en los cielos." A El lepodemos confiar el intenso deseo de nuestro co­razón mediante nuestros pensamientos correc­tos. Sólo El puede oír nuestra oración y respon­derla. Dios está esperando que nosotros ten­gamos los mismos pensamientos de El. Analice­mos lo que dice la Palabra de Dios acerca denuestro Padre que está en el cielo.

Padre NuestroMientras yo realizaba una campaña de predi­

cación en los Estados Unidos de América, recibíuna carta de una divorciada, quien mencionó lasdificultades de criar a sus hijos sin padre. Mien-

Padre nuestro que estás en los cielos 9

tras leía la carta recordé la importancia que tieneel papel de un padre para sus hijos.

Cuando Jesús enseñó, El se refirió a Dios comosu Padre. Sólo en el Sermón del Monte, Jesúsllamó Padre a Dios diecisiete veces. ¿Por quépiensa usted que Jesús nos mandó a llamar Padreá Dios?

¿Cómo Uegó DIos a ser nuestro Padre?En el principio, Dios hizo a Adán y Eva comod)

sus hijos. Dios los hizo a su imageny sopló aliento- o el Espíritu - en ellos. Por el hecho de queAdán y Eva tuvieron la imagen y el Espíritu di­vinos, sus pensamientos y carácter eran como losde Dios. Como un padre sabe lo que hay en lamente de su hijo, y el hijo sabe lo que hay en lamente de su padre, así Dios sabía lo que estabaen la mente de Adán y Eva; Adán y.Eva sabían loque estaba en la mente de Dios.

A! referirse a sus hijos e hijas, Dios dijo: "... to­dos los llamados de mi nombre; ~ara gloria míalos he creado" ({safas 43:7). Cuando los hijos sepintan bien, los padres reciben el honor. Perocuando los hijos se portan mal, los padres recibenel deshonor. Dios quiso que AdánYEva, a quieneshabía hecho a su imagen y semejanza, yen quie­nes había soplado su espíritu, le dieran la gloriay el honor para siempre.

Pero Adán y Eva se negaron a seguir siendo Lhijos de Dios;voluntariamente llegaron a: serhijosde Satanás. Cuando quebrantaron el manda­miento de Dios, El pronunció de inmediato unamaldición, y sus espíritus murieron. En Ezequiel

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18:4, Dios dijo: "He aquí que todas las almas sonmías; como el alma del padre, as1 el alma del hijoes mía; el alma que pecare, esa morirá."

Adán y Eva, cuyos espíritus habían muerto porcausa del pecado, ya no podían disfrutar del diá­logo con Dios; ni podían complacerlo, ni glorifi­carlo. La imagen divina ya no se hallaba en lahumanidad caída.@ Pero Dios, por causa de su amor, no se rindió(1 Juan 4:8). (Se necesita más de una persona pararealizar la obra de amor. E! amor sólo es posiblecuando hay una persona que es amada por otra.E! Padre es el que ama; Jesús es el amado; elEspíritu Santo es el que comunica el amor. AsíDios hace que la Trinidad sea completa en amor.)V El siempre quiere dar su desbordante amor atantos hijos como le sea posífi1e. >. "

Jesús expresó eso cuando dijo: "¡Jemsalén, Je­msalén, que matas a los profetas, y apedreas alos que te son enviados1¡Cuántas veces quise jun­tar a tus hijos, como la gallina junta a sus po­lluelos debajo de sus alas, y no quisistel" (Mattto23:37). Tal amor divino hizo que Dios vistiera aAdán y Eva con pieles de un animal que E! habíamatado. El derramamiento de esa sangre prefi­guraba la predisposición de Dios a perdonar,ycubrir los pecados y transgresiones de la hu­manidad, al hacer que Dios el santo Hijo murieraen la cruz. Por cuatro mil años en el AntiguoTestamento, Dios prometió y confinnó vez trasvez que El enviaría a Cristo.

A partir de la caída de Adán, ningún ser hapodido presentarse ante el justo Dios. Cualquier

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acto de justicia ha fallado en cuanto a liberar depecado a la humanidad. Por el hecho del intensoamor que Dios nos tiene y por su propósito dehacer que volvamos a ser sus hijos yüe'11egár aser nuestro Padre, E! envió a su Hijo a este mundopara que muriera como el eterno Cordero de laexpiación.

Como el espíritu de la humanidad estabamuertó por causa de la caída, la humanidad llegóa ser sólo polvo que no sema para nada. PeroJesús murió voluntariamente para satisfacer elamor divino y para impartir la gracia predeter­minada por Dios. ¿Cuál fue lavoluntad divina queJesucristo cumplió al morir, y al declarar su úl­tima palabra: "Consumado es" (Juan 19:30)? Jesúsmismo contesta esa pregunta: "V ésta es la vo·luntad delque me ha enviado: 'Qu~t()do aqu~l

quévea'aIHijo:'ycrea en él;-tenga vi~_~!~!1.1~;.;r..yo le resucítare'oo-erillapostreñi"lJuan 6:40).">iEriloñOOs-qüé--es-ia-vrdi-etema?-iSTaViaaperdurable que Dios da. Fue la vida que Adán yEva recibieron de Dios antes que cayeran en elpecado. La noche antes que Jesús fuera juzga­do y condenado a muerte, dijo: "V esmes la vidat:t~!':Jla:» ..9~~~>!~ .._~!!..~~~~!i~L~9.!>. ..J~~08_l~~(ffi~i7~:~s~~~!~~:".a.._.q~~~-~_.~~~-'Cüando'~~~~os en Jesucristo como el Mesías

y nuestro Salvador, tenemos vida eterna. Cuandotenemos vida eterna, es decir, la vida de Dios, querecibimos mediante el nuevo nacimiento delaguay del Espíritu, llegamos a conocer a Dios.!:llle~~_espíritu res.l!.9.ita. Cuando recibimos la vida

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eterna, recibimos el espíritu de adopción, por elcual clamamos: "¡Abba, Padrel" (Romanos 8:15)En tal momento, "el mismo Espíritu da testi­monio a nuestro espíritu, de que somos hijos deDios" (Romanos 8:16); porque Dios "nos ha se­llado, y nos ha dado las arras del Espiritu ennuestros corazones" (2 Corintios 1:22).

Con gran elocuencia, el apóstol Pablo escribióacerca de la voluntad de Dios al hacemos sus

hijos:Bendito sea el Dios y Padre de nuestro

Señor Jesucristo, que nos bendijo contoda bendición espiritual en los lugarescelestiales en Cristo .. , en amor habién­donos predestinado para ser adoptadoshijos suyos por medio de Jesucristo, se­gún el puro afecto de su voluntad, paraalabanza de la gloria de su gracia, con lacual nos hizO aceptos en el Amado.

Efesios 1:3, 5, 6

Por fe en Jesucristo, mediante la cual nuestroEspiritu es vivificado, llegamos a ser hijos de Dios.Cuando comemos la carne desgarrada de Jesúsy bebemos la sangre que derramó por nosotros,tenemos vida eterna (Juan 5:54). Jesucrist()ll~gª".a ser nuestra justicia y todo aquerque confia enEl puede presentarSe osadélIl,l~nt~ delante de El(Hebreos 10:19). Por cáusa de su amor, Dios noshizo sus hijos y pagó el precio.

Dios, quien abrió el camino para que llegára­mos a ser sus hijos, quiere que todos tengan vidaeterna y que lleguen a ser hijos suyos. No nos

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redimimos a nosotros mismos¡ Dios nos redimede nuestro pecado. Dios ha cumplido todas lascondiciones necesarias para que tengamos vidaeterna y para que lleguemos a ser hijos de Dios.

Lo único que tenemos que hacer es creer in­condicionalmente, l2-()_nf.~!)ªL con nuestr~-bocaque Jesucristo es el Hijo de Dios y que nuestrospecados son perdonados mediante su cruci­fixión. Jesús dijo que Dios dio a su Hijo "para quetodo aquel qu~ ell ~1. G[ee) nO,sepierdªlm~.t.~15avida eterna" (Juan 3:16). El también dijo: "Mas atodoslos queTereC1Weron, a los que Creen enSy­nt?mbre, les dio potestad'de ser hechos ,hijos deDios¡ los cuales no son engendrados de sá.ñife,ni de volimtad decame, ni dévólUritad de varori~

s~o.:tI~ºí~~_~I~t!áI?:!:.1-~,)3):1jioSsecomplaCiÓen hacer que, de esa manera, los creyentes lle­garán a ser sus hijos (~fesiof),l:!i.L_

Dios tenía un gran p}¿m pro.a hacemos sus hi­jos. Al enviar a su Hijo unigénito, Jesucristo, aeste mundo, y hacerlo morir, Dios preparó el ca­mino para que nosotros podamos llamarlo Padfe,al enviamos el Espiritu de adopción.

Así hemos llegado a ser hijos de Dios por se­gunda vez. La primera vez llegamos a ser sus hijos~r creación, y la segunda, fuimos compradoscon el precio de su san8!'C. El propósito de Diosenla creación y en la redenCión fue el mismo: Elquiere que alabemos la gracia que nos ha Ína­ñífestado. Mientras alabamos la gracia de Dios yle damos la gloria, no hay nada que pueda se­pararnos del amor de Cristo. Como Jesús dijo: "yyo les doy vida etema¡ y no perecerán jamás nj

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nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre queme las dio, es mayor que todos, y nadie las puedearrebatar de la mano de mi Padre" (Juan 10:28, 29).

Nuestra relación con Dios, como hijos de El envirtud de la sangre de Jesucristo, es un vínculoespiritual de sangre. No hay nadie que puedacortar ese vínculo, ni en este mundo ni en elvenidero.

La manera de acercarnos a nuestro PadreJesús dijo que debemos llamar a Dios "Padre

nuestro". Los pensamientos apropiados que de­bemos tener cuando llamemos a Dios "Padrenuestro" son los siguientes: cuando concentra­mos nuestros pensamientos en Dios nuestro ~a­

dfe, siempre tenemos que tener en mente la p~­ciosa sangre de Jesucristo. El hecho de que somossalvos no significa que podemos estar delante deDios sin el mérito de la preciosa sangre. El cantocon el cual alabamos a Dios para siempre se re­laciona con el poder de la sangre. La visión fu­turista que el apóstol Juan tuvo en la isla de Pat­mos incluyó a los redimidos en el cielo en elmomento de alabar a Jesucristo el Cordero:"Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;porque tú fuiste inmolado, y con_tu_~~nos

has redimido para Dios, de todo linaje y lenguaypuebloynaclÓn; y nos has hecho ¡tara nues1!!JDios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre latieITa" (Apocalipsis 5:9, 10). --En esa misma visión, Juan vio una gran mul­

titud de santos, salvados mediante la predicaciónde ciento cuarentay cuatro mil israelitas, delante

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del trono y del Cordero, los cuales clamaban: "Lasalvación pertenece a nuestro Dios que está sen­tado en el tnlDo, y al Cordero" (Apocalipsis 7:10).

Por el hecho de que eternamente cantaremosacerca de la sangre deJesiiCiiS¡opara- conme­morar nuestra salvaCiÓn, cuando oramos: "Padrenuestro que estás en los cielos", tenemos querecordar que Dios es el Padre de Jesucristo, almismo tiempo que es nuestro Padre. Cuando Je­sús mostró por primera vez su cuerpo resucitadoa María Magdalena, después de haber cumplidola voluntad de Dios de hacemos sus hijos me­diante su muerte en la cruz, El dijo: "... ve a mishermanos, y diles: subo a mi Padre ya vuestroPadre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Juan 20:17).Sin vacilación, Jesús llamó hermanos a sus dis­cípulos. Su Padre llegó a ser el Padre de los dis­cípulos; su Dios llegó a ser el Dios de ellos.

No habíamos podido llamar "Padre nuestro" aDios hasta que.-JesÚs nos dio ese privilegio.Cuando clamamos: "Padre nuestro", tenemosque recordar que El es el Padre de todos los cre- .yentes que están unIdos por la presencia de Je-sumisto en sus corazones. ~

. Todo aquel que adora a Dios, que lo alaba, quecree en Jesucristo como su Salvador y reconoceal Espíritu Santo y le da la bienvenida al Con­solador, es un hermano o una hermana en Dios.Nosotros somos los materiales de construcciónpara el templo espiritual en el cual mora Dios.Jesús dijo: "... donde están dos o tres congre­gados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos"(Mateo 18:20).

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Que estás en los cielosCuando hablamos a Dios nuestro Padre, de­

bemos tener pensamientos correctos con res­pecto al lugar donde está El. Debemos apartar laidea de que El está en un lugar vagamente defi­nido y lejano, y reemplazarla por un cuadro es-

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pecífico del lugar en que El mora, tanto en fun­ción del espacio como del tiempo. EItIsaías 43:10,Dios dice que El quiere que lo conozcamos de­talladamente; así que consideremos 10 que sa­bemos acerca de su morada y de su ser.

¿Dónde está Dios?A partir de la caída de Adán y Eva, nadie ha

podido conocer a Diol) por su propia cuenta. Porcausa del pecado, el camino para conocer a Diosfue cerrado. A menSl-ª--!l!!e Dios se manifieste a s1~IP_~ hoy, nadie puede c0t:!0cerlo.

Hace casi tres décadas, cuando leí por primeravez la Biblia, después de haber abierto mi corazónal evangelio, me conmovió grandemente el mi­nisterio y el amor de Jesucristo. Sin embargo, unasunto me molestaba. Tal como yo lo veía, losmilagros de Jesús habían ocurrido hacía dos milaños en la tierra de Judea. No tenían ningunarelación conmigo, porque yo vivía en este tiempoy en el Lejano Oriente. Me parecía que la Bibliaque estaba leyendo no era más que un libro desucesos históricos. ¿Qué relación teníayo con unlibro que había sido escrito dos mil años antespara los judíos?

Se originaron preguntas que me confundían¡sin embargo, me mantuve leyendo hasta encon­trar una respuesta que me pudiera sacar de miduda. Incluso imaginé conversaciones con losgrandes personajes que habían visto a Dios. Ra­zoné que tal vez eso me daría mejor discerni­miento.

Primero busqué a Adán, el progenitor de la razahumana.

Apocalipsis 22:17-----~

Antes de ascender al cielo, Jesús les dijo a susdiscípulos: "Pero recibiréis poder, cuando hayavenido sobre VOsotros el Espíritu Santo, y me se­réiS testigos en Jernsalén, en toda Judea, en Sa­mana, y hasta 10 Ultíffio de1añerra~' (Rec_hos 1:8).Dios quiere que todos lleguen a ser sus hijos¡ yEl nos da poder para que compartamos las bue­nas nuevas.

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Dios mj>...ül dentro de nosotros porm.ed!Q__9.elEsPfri'!!!=Santqy así pos cº-IWiecte..-eo--.5U1.enm.1o(ÍCorintios 3:16). Pablo dijo:" ... en quien [Cristo]todo-er-eOffiCío, bien coordinado, va creciendopara ser un templo santo en el Señor; en quienvosotros también sois juntamente edificados paramorada de Dios en el espíritu" (Efesios 2:21, 22).Nuestros hermanos en el Señor deben estar uni­dos para edificar la casa de Dios sobre ~!J!m­

damento de la vida, la muerte v la resurreccióndecíiSi(),yrnantenerlOfuili)iQ. de manera que elEspíritu de Dios pueda morar en él.

y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Yel que oye, diga: Ven. Y el que tenga sed,venga; y el que quiera,to~e dél ~~_ª-ela vida gratuitamente.--- -

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18 Orando con Cristo

- Padre Adán -le pregunté-, ¿dónde co­nociste a Dios?

- Tú puedes conocerlo en el huerto de Edén- respondió Adán-. Yo siempre conversé conEl en medio de la frescura de la noche.

- ¿Pero no fuiste desterrado de ese lugar? ¿Yno es cierto que nadie tiene acceso a El?

Cuando le hice esa pregunta a Adán, él se man­tuvo de pie en silencio e inclinó la cabeza. Comono pude hallar una respuesta satisfactoria, medirigí a Abraham, el padre de los creyentes.

- Abraham, puesto que anduviste siempre conDios, ¿puedes decinne dónde está El?

- Cada vez que quise encontrarme con Dios- me contestó-, edifiqué un altar, ofrecí un ani-mal en sacrificio y esperé. Algunas veces El semanifestó rápidamente, pero otras veces no contanta rapidez. Sólo en el altar me encontré conEl. No sé donde está ahora.

Luego me dirigí a Moisés, el gran sieIVO delSeñor que obedeció a Dios y libró a los israelitasde Egipto.

- Moisés - pregunté-, ¿no te encontraste túcon Dios en una llama de fuego que ardía en unazarza en el monte Horeb? ¿Y no te encontrastetambién con El en la cumbre del Monte Sinaí?No hay dudas de que puedes decinne dónde estaDios.

- Dios moraba en el tabernáculo que había­mos eIigido. Siempre me encontraba con El de­lante del propiciatorio en el tabernáculo, pero nosé dónde está ahora.

Padre nuestro que estás en los cielos 19

Aún insatisfecho, fui a encontrarme con el reySalomón.

- Rey Salomón, tú construiste el templo en elcual Dios pudo morar. Por tanto, ¿puedes de­cinne dónde está El ahora?

- Por supuesto que Dios moraba en el temploque construí. Las personas siempre acudían allipara orar y recibían respuestas. Aunque estuvie­ran en un país extranjero, recibían respuestas, sioraban con sus rostros vueltos hacia el templo.

- Oh rey, ¿pero no fue destruido el templohace dos mil seiscientos años en la invasión deAsiria y Babilonia?

Como tampoco pude encontrar una respuestadefinida de parte del rey Salomón, me dirigí aJuan el Bautista.

- Juan, ¿dónde está el Dios que tú conociste?-le pregunté.

- He aquí el Cordero de Dios, que quita elpecado del mundo - contestó-. Dios es Jesu­pristo...:.,.

Mi corazón se sintió ~xtasiado. Comencé a leerlos evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.Luego humildemente me arrodillé ante Jesús yle pedí:

- Señor, perrníteme saber dónde está Diosahora.

Con la ayuda del Espíritu Santo, leí los pasajesque se escribieron para contestar esa pregunta:

Jesús le dijo: Yo soy el camino, la ver­dad, y la vida; nadie viene al Padre, sinopor mí. Si me conocieseis, también a mi

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20 Orando con Cristo

Padre conoceríais; y desde ahora lo co­nocéis, y lo habéis visto. Felipe le dijo:Señor, muéstranos al Padre, y nos basta.Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que es­toy con vosotros, y no me has conocido,Felipe? El que me ha ~_s_tº-(l_!I!~__º_~_~_~toal Padre~cómo, pues, dices tú: Muéstra­nosaCPadre? ¿No crees~o soy en_elPadre, y el Padie e!ii!lfi Las palabras queyo os hab~no las hablo por mi propiacuenta, sino que el Padre que mora en mi,él hace las obras. Creedme que yo soy enel Padre, y el Padre en mí; de otra manera,creedme por las mismas obr~-:- .,

,2~~ 14:6-11 .

Cuando oí la voz de Jesucristo mediante esepasaje, la luz de la verdad comenzó a brillar enmi corazón; las nubes de las dudas empezarona disiparse. Pero yo no estaba completamentelibre de la duda. Pregunté de nuevo:

_ Señor Jesús, cuando estuviste en estemundo, ]a gente conoció a Dios el Padre y vio sus .obras por medio de ti. Pero desde que fuiste cru­cificado, moriste, resucitaste y ascendiste al cielo,no podemos conocer a Dios. ¿Dónde está Diosen esta hora? ¿Dónde está en este momento?

Jesús me respondió trayendo a mi mente ycorazón otra porción de las Sagradas Escrituras:

y yo rogaré al Padre, y os dará otro Con­solador, para que esté con vosotros parasiempre: el Espíritu de verdad, el cual elmundo no puede recibir, porque no le ve,

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ni le conoce; pero vosotros le conocéis,porque mora con vosotros, y estará en vo­sotros. No os dejaré huéIfanos; vendré avosotros. Todavía un poco, y el mundo nome verá más; pero vosotros me veréis; por­que yo vivo, vosotros también viviréis; Enaquel día vosotros conoceréis que estoyen mi Padre, y vosotros en mí, y yo envosotros.

Juan 14:16-20

Estas palabras de Jesús me condujeron instan­táneamente hacia la luz, pues mediante ese pa­saje comprendí que cuando yo había recibido aJesucristo en mi corazón como Salvador. cuandohabía aceptado la salvación mediante el lIDlil­nrlénto de la preciosa sangre de Jesucri.§to, I1i~se~Padre y su Hijo habían entrado en mí pormediodel Espíritu Santo. Desde ese momento, resolvíresistir la tentación del diablo. Dios en mi corazóndispersó los nubarrones de la duda. Jesús dijo:"El que me ama, mi palabra guardará; y ~~!!dre

le am~~n~mo§_-ªél,Y!I~mos mora9aqJl! él'~uan 14;23).

Los apóstoles hicieron hincapié vez tras vez enque Dios está Cº--I!.!lOSO!!'!?S. Si preguntáramos alapóstorPablo dónde está Dios, probablementecontestaría: "¿No sabéis q1!t:l§-º!l:l_!.~JPJ!!º_º-ej)Jºs,

y q!1e__~Espírl1.U-de-mos_1JlQJ'a ..c.1LYfJS.otros?"(fCorintios 3:16), Y Juan probablemente respon­dena:-''HijifóS vosotros sois de Dios, y los habéisvencido; porque mayor es el~e está en vosotros.¿que el que está en el mu:rdo" (1 Juan 4:4).

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Entonces, ¿en qué parte está Dios dentro denosotros? La Biblia dice: ..... el cual también nosha sellado, y nos ha dado las arras del Espírituen nuestros corazones" (2 Corintios 1:22). Diosestá en nuestro corazón por medio del E~'píri!USanto. Y p,uesto qu-eEl está en nuestro corazón,éste llega a ser el reino de los cielos. Jesús dijo:"... el reino de Dios está entre vosotI'Oª~jJ,.'lcas

17:2if:El nombre-EmanueCreiiiIDenti significa:-"Dios con nosotros~~I'~~~- ---

¿E~t¿;:;~;;nuestro corazón es la única moradade Dios? No. Si así fuera, la promesa bíblica conrespecto al hogar celestial en el cual entraremosalgún día quedaría nula. Jesús dijo: "... voy, pues,a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y ospreparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré amí mismo, para que donde yo estoy, vosotrostambién estéis" (Juan 14:2, 3). Marcos escribió: "yel Señor, después que les habló, fue recibidoarriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios"(Marcos 16:19). El escritor de Hebreos también diotestimonio de que Jesús "se sentó a la diestra deltrono de Dios" (12:2). Además, el apóstol Juandescribió el cielo, donde está Dios, con gran de­talle, cuando escribió su visión. Todo eso nosdemuestra que Dios algún día desarrollará sureino eterno en un lugar que se llama el cielo, elcual está escondido para nosotros; El nos llevaráa vivir con El allí para siempre. ¿Entonces, porqué Dios vino a esta tierra y por qué está morandoen nuestro corazón?

Como Dios es justo y santo, ningún miembroinjusto de la raza huntana caída podía estar de-

Padre nuestro que estás en los cielos 23

lante de El. Puesto que el espíritu de la raza hu­mana murió cuando Adán cayó, nadie puede sa­ber nada acerca de Dios. Aun el más grandeemdito de hoyes como un ciego cuando se tratadel conocimiento de Dios. A menos que Dios nos~rmitaconocerlo, el ojo no puede ver, ni el oídopuede oír, ni pueden entrar en el corazón delhombre, las cosas que Dios ha preparado paral~ que lo aman (1 Corintios 2:9). -

Jesucristo vino a la tierra en h. forma de camehumana para revelamos a Dios y para cumplir lavoluntad de El, que consistió en libramos delpecado y hacemos sus hijos. Si nuestros pecadosnos son perdonados, si nacemos de nuevo por elpoderde la sangre de Jesucristo, El entra en nues­tro corazón y mora allí por medio del EspírituSanto. Desde ese momento en adelante llegamosa ser hijos de Dios y ciudadanos del cielo. Si~omos ciudadanos _deCcI~Jg, también ~~ rncibim~;­~as bendiciones que Dies hap_rip~~dop~~~sotros y disfrutamos de ellas.

Nuestro~UictaY~~!~~!Jos_que ~~ comprado con el J,!recio de la s~_desu!!!iº-M!Jjg~nito.El les_ da crecimiento y hace que Jden fruto. Cuando oramos: "Padre nuestro qye (ti!..

estás en los cielos", tenemos que pensar en elDios que gobierna desde su trono· enelCieio,~ui~n selló con el Espíritu'Santo ¡ 19s-que creenen su Hijo, por lo cual los hizo sus hijos,_y-~uie-!1

mora en nuestro corazón y nos llevará al cielopara glorificamos.IEse Di'Os es nuestro Padrel

;

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24 Orando con Cristo

La relación de Dios con el presente,el pasado y el futuro

¿A cuál período pertenece Dios? Algunos s~s­

tieneiúlueDios-obr6eiielpasado, pero no fiaceriáCIa ahora. Voltaire, el filósofo francés, sostuvoque Dios creó este mundo como un relojero haceun reloj perfecto; sin embargo, ya no hace nadaen el mundo, porque todo funciona bien segúnlas leyes que El puso en movimiento.

Algunos teólogos s~~tie~que Dios, que diola revelación, realizó milagros y obró entre no­sotros en un tiempo, ha muerto. Afirman que estemundo llegará a ser un lugar mejor para vivir sólomediante la sabiduría humana y el sistema socialque el hombre inventó.

A la luz de la Palabra de Dios, examinemos lasenseñanzas 9ue nos muestran que esa afirmació~.

es falsa y perversa.

Además dijo Dios a Moisés: Así dirás alos hijos de Israel: Jehová, el Dios de vues­tros padres, el Dios de Abraham, Dios deIsaac y Dios de Jacob, me ha enviado avosotros. Este es mi nombre para siempre;este es mi memorial por todos los~-!.

Exodo 3:15

Ese pasaje nos demuestra que el Dios de Abra­ham era el Dios de Isaac, el hijo de Abraham, elDios de Jacob, el nieto de Abraham. El tambiénllegó a ser el Dios de Moisés y del pueblo de Israelen el tiempo de Moisés. Dios dijo: "Porque yoJehová no cambio; por esto, hijos de Jacob,_ nohélbéiS~sldo-ccmswm~s77-(Miilaquiéls~3:6). Para

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sus fieles en el Antiguo Testamento, Dios fuesittmpl'e el Dios_del ~resente. El Dios deAb~'ahamfue el Dios de Samuel; el Dios de Samuel fue elDios de Salomón y el Dios de Daniel.

¿Es este Dios sólo del Antiguo Testamento,pero no el Dios del Nuevo Testamento? El cuartodía después que murió Lázaro, el hermano deMarta, Jesús llegó a Betania, donde ellos vivían.Marta se postró sobre su rostro delante de Jesús,y llorando se quejó: "Señor, si hubieras estadoaquí, mi hermano no habría muerto."

Marta confiaba en el poder de Jesús - entiempo pasado-; pero Jesús le dijo: "Tu her­mano resucitará."

Marta contestó: "Yo sé que resucitará en la re­surrección, en el día postrero."

De esa manera reconoció al Jesucristo del pa­sado y al Jesucristo del futuro; pero no podíareconocer al Jesucristo del prese,gte que iba arealizar un milagro ante los ojos de ella. Jesús ledijo: "Yo soy la resurreccióny la vida; el que creeen mí, aungue esté muerto, vivirá. ~ tolto aquelque vive y cree en mí, no morirá eternamen.te.--==-- -¿Crees esto?" (Juan 11:21-26)

Dios, a quien llamamos "Padre nuestro", es elDios-del pasado; El creó al mundo. Al mismo!!e.fi1po, es el Dios del presenie;:sostiene-todo consu poder, y lo maneja diaríamente~s!li!!n_suyo­fimtad. y El es también el Dios del futuro. El es

-ñUeS"tro-Dios eienio~Antesque Jesl:tsascendieraarcreIO;-·para-tOñiar su lugar a la diestra de Diosel Padre, dijo: ". , .he aquí yo estoy con vosotrostodos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo

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28:20). Como todo lo que Jesús prometió sucedediariamente en nuestra vida, reconocemos queese dicho de nuestro Señor es una verdad infa­lible.

Aun después que Jesucristo ascendió, los após­toles siempre escribieron acerca del Dios del pre­sente: "y a Aquel que es poderos~_1?~~~ertodas las cosasmuCfiOIliaSa6un_dilIlte!lle!!!~jle

lo que pedimos ~~ptende..!!!Qs, segf1!1~lpº<lerqueaCtlí3en-nosotros" (Efesi~)."... porqueDios es el que en vosotros produce así el querercomo el hacer, por su buena voluntad" (Filipen­ses 2:13). Además, a partir de la era apostólicahasta el presente, millones de nuestros antepa­sados en la fe han andado con e! Dios d~­sente hasta que han sido llamados al cielo. Nues­t;;padre es el Dios viviente, elmismo ayery hoyy~a~re.

Cuándo nega a ser Dios nuestro Padre¿Ha pensado usted alguna vez en la respon­

sabilidady las bendiciones que recibimos cuandonosotros, que teníamos el espíritu muertC?, somQsresucitados mediante la fe en el poder (fe la san­~ de Cristo? ¿Alguna vez ha probado usted elinfinito gozo de la esperanza eterna? ¿Alguna vezha experimentado una~a tan firme como unaroca'?

Dios, nuestro Padre, es mejor que cualquierpadre terrenal, sin importar cuán buenas y bellassean las cualidades de ése.

Cuando centramos nuestros pensamientos en- _ ••~,-- ••• ---••_- _. __ o ._~.~ •• ._~__~ ••__••~_.~_••_. ._ ._-_••••••• - .'._.

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Dios. el P~l.!re, se~tim~s_~~ __~Qr_y su~_~apé!.ci­

dade~j?"ªI~I!1ales.}:QrP.-ºJ?-ªºre_!lQ~ -ªID-º~a conamor, nos_~nima ,}'~ne eX.Rectacione~-º!!.~s­pectOanosotros. Nos perdona y nos consuelac~andº]iº§~~JiQº.I1~(1)~º~gl!stia~,J)i()_s!~~s.aa ser tal Padre pari!no~ºtro~~un_mª~_:EJ.~~_el

Padre-dedjllslÍc!iY_amor;_el es el Padre de p09~r

y-proVidencia.:.f~~~9_!~I)~I)_n~.p-~l)e!1tª3Lºiosel Padre, presenta lJ,:r:!_el~~p!º_c_ºI!!Jl.ovedor:---------------_...

¿Qué hombre hay de vosotros, que si suhijo le pide pan, le dará una piedra? ¿Osi le pide un pescado, le dará una ser­piente? Pues si vosotros, siendo malos, sa­béis dar buenas dádivas a vuestros hijos,¿cuánto más vuestro Padre gue está enl§s ci13~()~_~~á bue.nas_.9Qsas a 1-º~-9..ue lepidan?

Mateo 7:9-11

Cierre sus ojos un momento y piense en laparábola del hijo pródigo. Imagine la escena delhijo que se dirige hacia el hogar de su niñez.Como usted recordará, él había sido un hijo irres­ponsable y un heImano egoísta. Debido a quehabía deITOchado toda su herencia, soportó unavida miserable y el escarnio y el desprecio de losaldeanos que pasaban cerca de él. Varias veces aldía reprimía el anhelo de dar la vuelta y regresaro simplemente rendirse; pero se mantenía ca­minando cada vez más cerca de la casa de supadre, Finalmente llegó a los alrededores de supueblo, Le parecía oír el murmullo de los aldea­nos que se burlaban de él; le parecía que estaba

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observando las miradas escarnecedoras como laluz ardiente del sol. "

Pero cuando realmente llegó a la entrada de laaldea, fue recibido por su padre, que estaba allícon los brazos abiertos. La primera persona conla cual se encontró el hijo pródigo no fue unamujer habladora del pueblo, ni su legalista her­mano mayor. No fue otro que su amoroso y mi­sericordioso padre, que estaba movido por elafecto de un padre para su hijo. Al ver la patéticaaparición de su hijo, el padre corrió a él, se echósobre su cuello y lo besó. El hijo acicateado poruna conciencia culpable, se humilló; le imploróa su padre que lo contratara como uno de sussiervos. Sin embargo, para sOIpresa del mucha­cho, el padre ordenó a los sirvientes que lo vis­tieran con la mejor ropa, que pusieran un anilloen su mano y zapatos en sus hinchados pies.Ordenó que se matara un becerro e invitó a unafiesta.

En alta voz, el padre proclamó a los aldeanos:"... comamos y hagamos fiesta; porque este mihijo muerto era, y ha revivido; se había perdido,y es hallado" (Lucas 15:23, 24). Luego celebraronde todo corazón la restauración del padre y delhijo. La relación renovada entre ellos la comenzóel padre, quien lo había llamado "mi hijo".

Un similar encuentro conmovedor aCUITe entreDios y nosotros. Nosotros no llamamos primeroa Dios "Padre"; Dios primero nos llama "hijos".Es~la gracia de Dios que nos ofrece gratUr­tamente, sin esperar-!Lue le devolyamos nada.¿Qué da mas, nuestro Padre, a sus hijos~-----~._.. ,---,-_.- ._----.- --"-'--~----'---

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Dios nos libraSi nosotros, por medio del Espíritu Santo, lla­

mamos "Padre" a Dios, y acudimos a su regazocomo el hijo pródigo acudió al regazo de su pa­dre, s~.!!10~Jiº-tados deJg inJ:rélnffil!llº-~-º-YJ~11e­mor; dos enemigos que pueden paralizar a la per­saña y destruir la vida humana. El diablo andacomo león rugiente para poner la ansiedad v el~ en el corazón humano. - ~

Una clase de guerra moderna es la psicológica.Su táctica consiste en sembrar la ansiedad en lamente de los enemigos para que~ rind~Il aunantes que comience el combate tisico. Nuestroenemigo, el diablo, también organiza guerra psi­cológica contra nosotros. -------------~!11a-·prime!:l!-et<!P~J!i_I!~_~ept~.E~u..l!~!!.<I':!.ebranta. l:!!!Q.J!.iensa ~_(l@!!!ente en las cosasnegativas. Después de un tiempo, lInO imagina lonegativo de Uné!_ manera más clara. La ansiedadse convierte en temor. Si una persona pennanecepór un tiempo llena de temor, piensa que esascosas están realmente ocurriendo. Esta es laetapa del terror, una emoción que surge cuandouno puede identificar claramente el objeto deltemor que tiene. Esas_!~s_~!apas pueden ocurrira 10 largo de un período. Pero algunas veces acu­ITen casi simultáneamente.

Cuando nos aterrorizamos de ese modo, ex­presamos pensamientos negativos. Si decimos:"No puedo hacerlo;'; o "Estoy entre la espada yl<0fared"; o "Eso es imposlble para mi";ya hemos­sucumbido en nuestro corazón, aunque nadahaya ocurrido en realidad. Si nos hemos rendido

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y hemos aceptado el resultado negativo, sólo hayque esperar que transcUI,Ta el tiempo para que elfracaso real se apodere de nosotros.

La ansi~dad también nos quita la felicidad y lasalud. El doctor Walter ClementAiberk,~espeaa­lista en desórdenes gastrointestinales, quien tra­baja en la Clínica Mayo de Minnesota, dice quela mayoría de los casos de diarrea son causadospor la ansiedad. Leemos en Proverbios 18:14: "Elánimo del hombre soportará su enfermedad: mas¿quién soportará el ánimo angustiado?" Eso sig­nifica que cuando mantenemos en paz nuestrocorazón, cuando tenemos valor, la enfermedadde nuestro cuerpo se cura rápidamente. Al con­trario, si nuestro corazón se enferma, no hay cura.Como consecuencia, se nos desarrollan pro­blemas más serios.

¿Entonces cuándo comenzaron tales emocio­nes destructivas? La ansiedad y el temor fueronl~ emociones que Adán y Eva sintieron cuancl.ºpecaron. Adán y Eva en un tiempo mantuvieronun estrecho diálogo con Dios. Pero cuando serindieron a la tentación de Satanás y comierondel fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal,con lo cual violaron. el mandamiento divino, eltemor surgió en sus corazones. Ya no podían en­contrarse con Dios como de costumbre; se es­condían de la presencia de Dios entre los árbolesdel huerto. Ycuando Dios llamó a Adán y le pre­guntó: "¿Dónde estas tú?", el hombre respondió:"Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porqueestaba desnudo; y me escondí" (Génesis 3:9, 10).La ansiedad y el temor no son emociones que

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Dios implantó originalmente en el corazón hu­man~--Son las emocÍones-aesm:rcl1vas-que-trajoSatanás al mundo con el pecado.

Adán y Eva volvieron sus espaldas al Padre ce­lestial. En consecuencia, su descendencia ha vi­vido hasta el día de hoy en medio de la ansiedadyel temor. Mientras no llamemos "Padre" a Dios,t~dremos una conciencia culpable y temoresoeqye estamos condenados. Muchos tratan de daruna explicación racional y de justificarse di­ciendo: "Soy inocente", o "Tengo la conciencialimpia". Pero en realidad están atormentados porsus conciencias que se sienten culpables. Enotras palabras, luchan para liberarse de la apren­sión de que están condenados.

Los que le dan la espalda a Dios también tiem­blan por el temor que les viene a causa de unsentimiento implícito de carencia de significadO:""LaS personas se preguntan: "¿Dedónde veni:mos?" "¿Para qué vivimos?" "¿Á dóndeireiñosdespués de la muerte?" Algunos preguntan:"¿Qué bien ofrece realmente una vida mejor?""¿Ofrece más que el tiempo y el dinero?" "¿Quésjgnifica la vida mejor?"

Cuando realizo campañas de predicación enpaíses que disfrutan de un alto nivel de vida, confrecuencia encuentro a personas que se angus­tian con tales preguntas. La mayoría de ellas tie­nen una edad de alrededor de cuarenta años; hanlogrado un nivel social y una vida estable. Uná­nimemente preguntan: "Pastor Cho, estoy can­sado de la rutina diaria en mi trabajo. Estoy de­silusionado con mi familia. He perdido la

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voluntad de vivir. ¿Qué haré ahora?" Se angustianpor causa de~d~~~~_fQr.~n¡porquehan corrido con toda su fuerza durante más deveinte años con la idea de que serán felices sisólo lograran posición¡ honor¡ poaeE:Y.--riqúezá.Perodt:li~ciibrenlÍ'listrados'que, después de-lograresas cosas¡ la felicidad está aún muy lejos. La faltade sentido de la vida se ha apoderado de -elloscomo una mareja-aa. -~-.

--U_~a~~~nSl6ii~rql de la wJlerte..tambiéQ&eap'º-.derage lo~~e~sh!IDli!llos. Todo ser humanoque nace está destinado a morir. Cualquiera queesté a la puerta de la muerte y no esté preparado.para enfrentarse a ella¡ no puede hacer otra cosaque temblar de miedo. Nadie sabe el tiempo desu muerte¡ ¿pero quién a la edad de cuarentaaños no ha pensado en esa posibilidad? Cuandolas personas asisten a funerales piensan quepronto pudiera tocarles a ellas mismas. La ansie­dad con respecto a la muerte puede ser una ca·rriente subterránea que fluye a través de los pen­samientos del que no cree.

Las personas también sienten ansiedad conrespecto al futu~. ¿Qué les ocurrirá? ¿Serán im·potentes ante algunos problemas avasalladores?

Durante la Segunda Guerra Mundial¡ murieron300¡000 jóvenes norteamericanos. Pero se diceque supera el millón el número de ciudadanosque murieron de ataques cardiacos causados porla ansiedad, la preocupación y la aprensión¡ porel hecho de que sus hijos y esposos fueron alfrente de batalla. ¡La aprensión y el temor ma­taron tres veces más personas que las balasl

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La causa subyacente del gran pánico que seprodujo en la década que comenzó en 1930 fuela intranquilidad que se manifestó en el corazóndel pueblo norteamericano. Se difundió un ru­mor: "Un gran pánico se avecina. Los valores ban­carios se volverán papel sin ningún valor. Ustedno podrá retirar sus ahorros del banco porqueeso causará una baja en las reseIVas." El pueblocorrió a los bancos y retiró todos sus ahorros.Cuando los bancos cerraron, las compañías tu­vieron que cerrar; millones de personas quedaronsin trabajo y fueron echadas a las calles¡ comoresultado de la aprensión.

¿Cómo¡ entonces¡ podemos ser librados de laaprensión, el temory el miedo? Cuando Dios llegaa ser nuestro Padre¡ se va nuestra aprensión¡ asícomo desaparece la bruma cuando sale clSol.llegamos a estar .libres de las cadenas de laaprensión y a tener paz y tranquilidad como elmar de Galilea cuya tempestad ha sido calmada.~9mos librados de la aprensión de una con­

ciencia culpable y de la condenacfÓñ-;-mediante­la sangre que Jesucristo derramó por nosotros¡con la cual nos redilIlió de nuestros pecados enlá cruz. Satanás ya no pú-eae tener dominio sobreilOSbtros¡ ni puede acusarnos. Mediante nuestrafe"'y dependencia de la san~ de Jesucristo¡DiOsllega a ser nuestro Padre y somos justificados. Enotras palabras, hemos adquirido la condición dejustos y no estarnos contaminados con ningunac§Se de pecaqo.

¿Cómo somos librados de la vacuid¡id queviene cuando sentimos que la vida no tiene sen-

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tido? Cuando Dios llega a ser nuestro Padre, elpropósito de la vida llega a ser claro: vivimos p~~..g!orificar a Dios.

Dios nos hizo segqn su voluntad y nos pre­destinó para El según su agrado (Efesios 1:5). Elquiere que cumplamos su voluntad y que un díavayamos al hogar que El nos ha preparado. Jesúsnos presentó a Dios el Padre como el "Señor delos cielos y de la tierra" (Mateo 11:25). No hayrazón por la cual no~otros, que t~nem~st~@scomo nuestro Padre, pensamos quela vida !12tiene significado.

Cuando Dios llega a ser nuestro Padre, tambiénsomos librados del temor a la muerte. Aunquenuestro cuerpo muere, nuestro espíritu va alreino de nuestro Padre celestial. La muerte delcuerpo físico es el comienzo de la vida nueva quetenemos en el reino celestial.

Jesús dijo: "En la casa de mi Padre muchasmoradas hay" (Juan 14:2), que son las que Diosha preparado para sus fieles. En el futuro, en untiempo que Dios ha detenninado, El levantará asus hijos de entre los muertos para que asistana las bodas del Cordero en el cielo. Por tanto,podemos exclamar osadamente: "¿pónde está,oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, ~victorla?" (1 Corintios 15:55).

Nuestro Padre también nos libra de la apren­sión del futuro desconocido. Dios, a quien lle­gamos a conocer por medio de Jesucristo, es per­fecto, y nos guía a toda la verdad por medio d~

Espíritu Santo, nuestro_Consolador. Como lle­gamos a ser sus hijos según el puro afecto de su

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voluntad, El hace que todas las cosas obren PWabeneficio nuestro. En el Antiguo Testamento,mas guió a Abraham hacia un mundo totalmenteextraño para él. En la fonna de una columna defuego y de una columna de nube, El condujo alpueblo de Israel hacía Canaán. Hoy, cuando lla­mamos "Padre nuestro" a Dios, y lo amamos, Elaún nos dirige con columnas similares, la co­lumna de la paz y la columna del gozo por mediodel Espíritu S~!o. .-Cuando nos enfrentamos a problemas que nos

parecen más grandes que nosotros, sólo necesi­tamos recordar que Dios es el Padre de esperanzay el Señor de poder. Cuando Dios, que hizo los.cielos y la tierra, llega asernuestro Padre, no haynada que no podamos hacer mediante la fe enm. -

Jesús nos aseguró que nuestro Padre celestiales un Padre que siempre obra. "Mi Padre hastaahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:17). Nosotrostambién tenemos que trabajar con diligencia parala gloria de Dios con el poder que El nos ªa.,

El profeta Jeremías fue encerrado en un pozoprofundo en el patio de la cárcel. Tal vez deplorósu incapacidad para hacer algo con respecto asu condición, pero durante este tiempo le vino aél la más poderosa palabra de Dios: "Así ha dichoJehová, que hizo la tierra, Jehová que la fonnópara afu'íllarla; Jehová es su nombre: Clama a mI;.yj'O te respondeÍ'é, y te enseñaré cosasgrand~~y ocultas que tú no conoces" (Jeremías 33:2, 3).

La Biblia también dice: "... porqueDioses'elque en vosotros produce así el querer como ~

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hacer, por su buena V~~U!!~~.~~_~illl!º~~~:1-ª).Por causa de esa promesa, podemos confiarcuando nos hallamos frente a cualquier adver­sidad.

Puesto que nacemos, no de sangre, ni de vo·luntad de carne, ni de voluntad de varón, sino deDios; nuestro Pa~_.t!~~~~I~~2a ~ent3!fi0s,ve~tU:!!0s;__~~an:l0s ~d':!..c~os. Cuando since­ramente clamamos a nuestro Padre, toda laaprensión y el temor que Satanás pone en no­sotros desaparecerán; en su lugar fluirán la pazy el gozo como un manantial. La Biblia clara­mente dice:

~~rque_ todos los~~ son_~_a~~~p~relEspíritu de Dios, estos son hijos.de D~s.PUes no habéis recibido el espíritu de es·clavitud para estar otra vez en temor, sinoque habéis recibido el espíritu de adop­ción, por el cual clamamos: ¡Abba, PadrelEl Espíritu mismo da testimonio a nuestroespíritu, de que somos hijos de Dios.

Romanos 8:14-16

Sean vuestras costumbres sin avaricia,contentos con lo que tenéis ahora; porqueél dijo: No te desampararé, ni te dej~;

de manera que podamos decir con!ia~a­

mente: El Señor es mi ayudador; no te­meré lo que me pueda hacer el hombre:

.. Hebreos 13:5, 6

Si Dios llega a ser nuestro Padre, no tenemosque temer nada en este mundo. La primera ben-

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dición que Jesús nos permite cuando oramos:"Padre nuestro que estás en los cielos", es esaliberación de la aprensión.

Dios hace que triunfemosCuando llamamos Padre a' Dios, podemos ser

librados de cualquier sentimiento de inferioridady fñístración gue está profundamente aITaigadoenrruestro corazón; podemos triunfar en la vida.

La vida misma esma lucha, desdara níiiezhasta la vida adulta. Y la vida se hace más dificilcuando nos comparanl'OiCoo otras pe[SQ.n~.V-'Muy a menudo nos desilusionamos y nos sen­timos inferiores a otros que usan mejor ropa quela nuestra, que viven en mejores casas que lanuestra, que tienen más capacidad que nosotros.

Sabemos, mejor que cualquier otra persona,que la mayor parte de nuestro lenguaje, pensa­q:lientoy conducta reflejan nuestros sel)timieñtosde inferioridad. Pero cuanto más sabemos, tantomás angustia Y conflicto sufrimos.

El pobre concepto de sí mismo da como re­sultado la melancolía, la cual hace que nos abm­donemos a la desesperación o que recurrañiOSala conducta destructiva. Algunas personas se des­truyen con drogas y bebidas alcohólicas, hasta elpunto extremo de suicidarse. Para otras, la con­ducta destructiva se ve en sus relaciones: unamujer que era presa de un complejo de inferio­ridad, abandonó su hogar, a su esposo y a sushijos; otra abandonó a su niño de pecho.

Muchos delincuentes continúan asesinando ehiriendo a otros por el hecho de que tienen un

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pobre concepto de sí mismos. Algunas veces ma­quinamos contra otros y los despedazamos, parapoder tener la esperanza de vemos mejor queellos.

¿De dónde viene tal conducta destructiva? Lacausa fundamental de un complejo de inferÍorl-·dades-la (aliide amor. El filósofo alemáÍ1 iOIiaíIDPicnte dijo iina vez:"El amor es el ingredienteprincipal del hombre." Los que experimentaronfalta de amor cuando eran niños, son propensosa la enfermedad porque no tuvieron suficientealimento para la mente y el cuerpo. Los evade laverdadera felicidad.

Ni la riqueza, ni el poder ni la honra puedesatisfacer nuestra necesidad de amor. Casi todoslos que están en la cárcel sufren la deficienciadel amor. Durante su niñez no recibieron sufi­ciente amor de los padres. U~¿¡_p_e~ºº~tJIMeIl9ha senti~o~l!!.º!'&enuin-º--~.~jncapaz-ºJu@araotro; peroaun más, esa persona tampoco puedeamarSe-asfmisma. Una persónaque-no-se amaa sI iiilsmacarece de corifianza en todo. Uno odos eITOres que las personas normales sobrelle­varían, pueden desilusionar a una persona queno ha sido amada, a tal punto que piense que esincompetente y que no hay remedio. Oí acercade una joven que se suicidó después de haberfracasado tres veces en los exámenes de admisiónen una universidad. ¡Si sólo hubiera confiado enel amor de Dios! Desde el tiempo en que Adánfue sacado del huerto de Edén, los hombres y lasmujeres han estado alejados del amor de Dios,la fuente definitiva del amor.

Padre nuestro que estás en los cielos 39

¿Cómo podemos libramos de tales sentimien­tosde-Werioridad y de desilusión que se pro­ducen cuando no estamos a la altura de las cir­cunstancias? G.l:!.ª!ldo Dios llega-ª ser nuestroPadre ocurren milagros. Cuand() reconoce~os~

que el más grande de este mundo nos ama, nues-tro complejo de inferioridad y frÚstración desa­parecen como la nieve.

El amor entre un hombre y una mujer, o entreamigos, algunas veces nos estimula y nos con­suela. Pero ese amor está sujeto a cambios. Denuestros padres recibimos un amor más pro­fundo y amplio. Pero esos amores terrenales fa­llan cuando se presenta un momento crítico:cuando se apodera de nosotros una grave enfer­medad, cuando nos enfrentamos a la muerte,cuando estamos físicamente separados de lafuente de amor.

Un día una joven llegó a mi oficina. Era unamujer atractiva que tenía su título universitario,pero una sombra deprimente se movía sobre sumelancólico rostro.

Ella compartió conmigo su situación:- Pastor, soy una mujer infeliz. Cuando asistí

a la universidad fui seducida por las palabras deafecto de cierto hombre. Le entregué mi castidad,pero él se mantuvo posponiendo el día de nuestraboda. Con el tiempo tuve sospechas e investiguésus antecedentes. Descubrí que era casado, e in­cluso había tenido un hijo. Yo estaba viviendocon él y continuaba mi vida doble. No tenía nin­guna otra parte a donde ir; pero mi gozo y misonrisa desaparecieron. Evitaba que me miraran

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directamente mis padres y mis hennanos. Meevadía de los compañeros de clase. El comenzóa llegar cada vez más tarde por las noches, yfinalmente comenzó a quedarse afuera. Con eltiempo descubrí que él se había divorciado de suesposay se había casado con otra mujer. Me sentídestruida, sin esperanza ni energía para conti­nuar viviendo. Mi única preocupación era la ma­nera en que podía tenninar mi frágil vida y la deél. Lk>vo un puñal en mi seno. Tan pronto comolo encuentre, se lo clavaré en el corazón y luegome mataré. Soy esa clase de mujer. Estoy aquíporque un amigo insistió mucho en que consul­tara con usted. Pastor, ¿hay alguna esperanzapara una persona como yo?

Se le veía la ira eillos ojos. La iray la desilusiónestaban mezcladas con la confusión. Lo que-elladecía era cierto: parecía-que la destrucción fueralo único que le quedaba.

Tenía poca fe en cualquier hombre.- Como usted es un hombre - dijo ella-,

probablemente se colocará del lado de él, ¿no esverdad?

- Los hombres y las mujeres somos todosiguales delante de Dios -le respondí-. Todossomos extranjeros y peregrinos en esta vida. Eneste momento, no tengo las palabras adecuadaspara darle completa satisfacción y esperanza.Pero puedo decirle una cosa, y usted tiene elderecho de decidir si recibe eso o no. El Dios quecreó los cielos y la tierra, y que la creó a ust~a,a1.fri18ama.Y los que creemos en Jesucristo laamamos austecf también. Ahora, pennítame-Cíe:

~_._---_._----~-.-~-~-~-._-------

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cirle una cosa que usted puede hacer. Cuandoregrese a su casa, antes de acostarse, siéntese,mírese en el espejo y dígase: "¡Dios aún me ~al"Cuando se levante por la mañana, vuélvase a sen­tar frente al espejo y exclame: "it3oy una to~tal

¡Soy una ~esdichadal Sin embargo, lDi~~L!!!.e

aÍnal" Si derrama lágrimas, no se preocupe; dé­jelas que corran. Si levanta la voz, sencillamentecontinúe gritando con toda la fuerza. Cierre 19sojos e imagil}e un cuadro de usted misma en quemos la abraza por medio de Jesucristo. Reco­nozca que Jesucristo está enderezando su vidapecaminosa, injusta, fea, abandonada y ~obiada.

Que le está lavando hasta dejarla lim-illa. Veáse asr misma, y note que ha cambiado completa­mente-en comparaCIón con su propIa descrtp-~--

Pasó algún tiempo antes que la mujer volvieraa mi oficina. Al volver, tan pronto como se sentó,comenzó a sollozar. Colocó frente a mí un puñalenvuelto en una banda de tela y me dijo:

- Hice 10 que usted me dijo. Me imaginé queeso no podría hacenne daño. De todos modos,mi vida parecía muy pobre y desdichada. Todaslas mañanas y todas las noches me sentaba frenteal espejo. Con lágrimas en los ojos decía: '-Detodos modos, Dios me ama." Me imaginaba queJesús me abrazaba y suavizaba mi vida torcida yfea como si la estuviera lavando y planchando.Luego, para mi asombro, el amor brotó de_~

corazón. Sentí simpatía hacía el hombre que ha­bía odIado. Fui cambiada. Oré sinceramente paraque ese hombre se arrepienta y acuda a Dios.

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Isaías 53:5, 6

42 Orando con Cristo

Ahora me da miedo mirar ese puñal. Pastor, há­game el favor de desaparecerlo de mi vista.

A partir de ese día, ella llegó a ser una nuevapersona. Comenzó a sonreír, y con el paso deltiempo se casó con un magnífico hombre con elcual vive feliz. ¡Aunque todo hombre DOS aban:­done, Dios no nosabandonal Aunque otros nosaC?usen Y nos amenacen con desprecio, Dt~sacerca a su regazo mediante una abrazo fuerte.Aunque los otros no confien en nosotros, Diosconfia en nosotros hasta el fin. Aunque otras per­sonas digan: "Esto es el fin"; Dios dice: "~~~~toes sólo el comienzo." Aunque nos consideremosmenos que el polVo de la tierra, Dios nos consi­dera como los seres más grandes del universo...:.

---:> ¿Entonces, quién es este Dios que nos ama tanto?La Biblia nos dice que Dios es amor (vea 1 Juan

4:8). Cuando llamamos a Dios "Padre nuestro",debemos recordar que nuestro Padre es amor.¿Cuánto nos amó El? Dios nos amó tanto qu~envió a su Hijo para que fuera colgado en la cruzh~sta que su came fuera desgarrada y su~c!erramada. El profeta Isaías describe el amor di­vino de una manera bella:

Mas él herido fue por nuestras rebelio­nes, molido por nuestros pecados; el cas-tigo de nuestra paz fue sobre él, y por sullaga fuimos nosotros curados. Todos no­sotros nos descarriamos como ovejas,cada cual se apartó por su camino; masJehová cargó en él el pecado de todos no­sotros.

Padre nuestro que estás en los cielos 43

Jesucristo fue crucificado como la expresiónde sacrificio propio del amor divino. Dios no tomanota de nuestras posición ni de nue8traclrcUñs-tancia. En Romanos 8:38, 39 leemos: -~-------

Por lo cual estoy seguro de que ni lamuerte, ni la vida, ni ángeles, ni princi­pados, ni potestades, ni lo presente, ni lopor venir, ni lo alto, ni lo profundo, nininguna otra cosa creada nos podrá se­parar del amor de Dios, que ~s en CristoJesús Señor nuestro.

La profundidad del amor de la~ona sepuede medir por los obstáculos que esa persoiiaestá dispuesta a superar para favoreeemQ.S. Pormedio de su Hijo, Dios venció el obstáculo de lamuerte por nosotros. Mediante una palabra, Dioshubiera podido enviar millares de huestes celes­tiales para librar a Jesucristo de la cruz. Pero Diosel Padre y el Hijo voluntariamente convinieron enque Jesucristo sufriría y moriría por nosotros. Je­sús mostró solidaridad con el Padre en el huertode Getsemaní cuando oró: "Padre mio, si es po­sible, pase de mi esta copa; pero no sea como yoquiero, sino como tú" (Mateo 26:39).

La copa que Jesús tomó contenía todos nues­tros pecados inmundos. Era la copa amarga deljuicio que nosotros y nuestros hijos habríamostenido que beber si Jesús no la hubiera bebidopor nosotros. Al enfrentarse a esa copa, Jesúsexpresó su dolor: "Padre, mi alma está muy triste,hasta la muerte" (Mateo 26:38).

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44 Orando con Cristo

Dios apartó su rostro de su úníco Hijo cuandoéste bebió la copa y fue colgado en la cruz. El nopodía ver el pecado que su Hijo llevaba sobre sícuando exclamó: "Dios mío, Dios mí, ¿por quéme has desamparado?" (Mateo 27:46).

¿Por qué el Padre y el Hijo se sometieron als~i.en!o hasta el fm? porgu.~.mos JJuiso q!ifiarel obst{i.cll1() que iInpi.~kqY:e.:}Qconozcamos. Esee~_~I_amE!:..-~~ºj_o_s..Eueslr!!-Padre que venció lamuerte.~~I"!-obstác~~es demas!ado _s!:~!le o de­

masIado alto 2ara el amor de DiQ,funi sjquiera losprinC!.PAQ.OS, p~x:9...ue Jesucristo tiene en sus ~a­no~odertantoeileIcleiocomo en la tieITa.Ninguna cosa presente, ni futura, ni porleres,-nilo alto, ni lo profundo; porque Jesucristo descen­dió a lo profundo y destruyó la muerte. Ahora Elestá sentado a la diestra del trono de Dios elPadre. Ese es el amor de Dios.

Cuando estamos conscientes de su amor di­vino, se produce un· maravilloso cambio. Descu­brimos en nosotros mismos un valor mayorguecualquier otro valor en el mundo. Pero el hech~de que Jesucristo, la persona más valiosa quejamás haya caminado en la tieITa, murió por no­sotros, podemos decir: "Yo soy la persona másva!iosa; Jesucrist~ murió pormI"-Cuando-'hace­mos tal confesión con osadía, no hay nada a loque tengamos que temer en este mundo.

Hace muchos años, antes que yo creyera enJesucristo, mi familia vivía en una aldea que notenia provisión de agua.

Padre nuestro que estás en los cielos 45

Teníamos que comprarla a los cargadores deagua que llevaban baldes llenos sobre sus hom­bros. Cuando llegaban a la cumbre de la empi­nada colina, sus rostros estaban deformados porel dolor. Un cargador de agua, sin embargo, siem­pre tenía una sonrisa agradable en su rostro. Amenudo yo notaba que incluso estaba cantando.Cada vez que lo veía, me embargaba un senti­miento agradable, y siempre le compraba agua.

Un día le pregunté:- Siempre cantas una canción cuando traes

un balde de agua. ¿Qué te hace tan feliz?- Soy cristiano - respondió -. Dios me ama

y está conmigo. ¡Cómo no vaya ser feliz! ¡Creausted también en Jesucristo!

Según todas las evidencias, el cargador de aguano tenía nada que lo hiciera feliz. Sin embargo,siempre estaba contento. Posteriormente lleguéa entender el gozo que él tenía y descubrí que lacanción que cantaba era el himno: "Cerca, másce.rca, oh Dios de ti."

Cuando llegamos a ser hijos de Dios y llama­mos a Dios "Padre nuestro", vemos, compren­demos y sentimos el inmensurable amor de Dios.Entonces ya no somos personas inferiores, sinos:uperiores.

Aunque tengamos fracasos, los consideramoscpmo nuevas oportunidades, en vez de consi­derarlos como obstáculos. Siempre nos vemoscomo vencedores porque Dios siempre triunfa.La Biblia dice que a Dios no le 3@'ada que nosd~silusionemosy retrocedamos (Hebreos 10:38).

Aunque no tengamos muchas posesion~s te-

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rrenales, y aunque sólo seamos personas co­munes y corrientes sin cualidades dignas de ad­miración y honra ante los ojos del mundo,nuestro ser interior nunca es insignific~~e.Ca<:iac!'l3yente es un hijo de Dios que heredará elieiup­de los cielos. Cjida uno de nosotros. es un sac.er­dote real~ Por tanto, los que P!1~<.!en llamar "Pa­dre" a Dios deben y pueden vivir-por ~ncillia_'ymasaTIáde cualesquiera sentimientos de inferio­ridad. Cuando acudimos a nuestro Padrep~me­dio de Jesucristo, y le ¡redimos la victoria, reci­biremos liberación.

Dios hace que nos regocijemosCuando decimos: "Padre nuestro que estás en

los cielos", podemos estar seguros de Q!le no es­t.amos solo_s. No hay nada peor que sentirSeunototalmente solo y abandonado. Hay personas quepueden andar por una acera atestada de gentey, sin embargo, sentirse aislados, con el anhelo.-de encontrar a alguna persona con la cual pue-dan compartir las necesidades de su corazón, deencontrar a alguien con quien puedan tener unaconversación. La prolongada soledad puede lle­varlo a uno a un callejón sin salida hasta quefinalmente explota.

Hace varios años, cuando me encontraba enlos Estados Unidos de América, un periódico lo­cal publicó una historia de una estudiante co­reana que se lanzó desde un alto edificio. Dejóuna nota que decía que la muerte era su únicoescape de la insuperable soledad que la rodeaba.Había trabajado duramente para ganar con qué

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pagar sus estudios universitarios. Después del díade clases, se iba a un restaurante a lavar platosy limpiar el piso. Después de eso, se iba a cuidarniños. Como el inglés era su segundo idioma, leparecía muy difícil comunicarse. Ella no veía elregreso a Corea como alternativa, hasta que hu­biera recibido su título universitario. Esa meta laveía muy lejana. La soledad llegó a ser tan inso­portable que puso fin a su vida.

La soledad no es un problema exclusivo de losque estudian en países extranjeros. También cazaa celebridades que han logrado éxito en sus ca­rreras, y que reciben el respeto y el amor de lasmultitudes.

En mi opinión, la persona más solitaria de laBiblia fue Judas Iscariote. Varias veces, por me­dios directos e indirectos, Jesús lo amonestó paraque cambiara de rombo. Pero Judas decidió ven­der a Jesús. En la última cena, él abandonó a losotros discípulos Y salió a la oscuridad de unanoche solitaria. Al final, no sólo fue abandonadopor Dios y los sumos sacerdotes, sino que tam­bién se abandonó a sí mismo, al renunciar a lavida, y se ahorcó debido a una severa soledad.

¿Cómo puede alguien hallar la salida de la so­ledad? Por lo general, las personas acuden a dosmétodos. Uno es el egoísmo. Tratan de vivir unavida totalmente egocéntrica. Como el hijo pró­digo, siempre buscan su propia porción: mi di­nero, mi honor, mi poder, mi posición, mis hom­bres, mi alegría. En realidad, su búsqueda no~ene fin. Pero el egoísmo es el atajo que condqceo!ra vez a la sol~ad.

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48 Orando con Cristo

El egoísmo se ha difundido tanto en el mundode hoy que puede notarse aun en el ambientefamiliar. El esposo que quiere que se le honre yse le ame se siente solitario, aunque esté con suesposa y sus hijos. Los hijos consideran a lospadres sólo como guardianes, y tratan de aban­donar el hogar porque se sienten solitarios. Lasoledad se arraiga entre los amigos, los colegas,los maestros y los estudiantes. Cuanto másegoísta llegue uno a ser, tanto más elevado seráel castillo de la soledad.

Un segundo método que las personas empleanpara escapar de la soledad es la búsqueda deLplacer. Desprecian las relaciones apropiadas yl5uscan lo que les place.

Eso fue lo que Eva hizo cuando tomó del fiutoprohibido que era "bueno para comer" y "agra­dable a los ojos" (Génesis 3:6). Desde entonces lahumanidad ha vivido según su propia voluntad,en vez de vivir confonne a la voluntad de Dios.

La mente humana es un regalo de Dios. Adány Eva, mediante la mente que no había caído,podían obedecer la voz de Dios. Tan pronto comose intenumpió este diálogo con Dios, la razónllegó a ser la autoridad para discernir entre elbien y el mal. Pero la razón sola es incompleta.

La razón siempre está manipulada por la na­turaleza humana, que es avariciosa. La razónsiempre proporciona alguna excusa, aunque nosea una buena razón, para satisfacer los deseosde la naturaleza humana. La idea de que los hom­bres y las mujeres serían felices y buenos si sólopudieran abandonar la sociedad y dedicarse a

Padre nuestro que estás en los cielos 49

una vida de desenfreno, sencillamente no es ver­dadera.

La razón sola no puede discernir si estamoslibres o no. El hecho es que tal j~o queda de­tenninado por los sentidos concupiscentes, y es­tos sentidos siemnre se indinan al placer.

~¡)u..r

El placer es uIl..iillzEKIue nunca puedelJ~~e.euailto más nos entregamos al placer, tanto másprofundo y amplio llega a ser el pozo. A medidaque agregamos placer al placer, nuestro corazónllega a sentirse cada vez más solitario. A causa deesa soledad, las personas finalmente pierden sueterna libertad. Algunas quedan restringidas porla ley, a causa de sus delitos; otras quedan sen­tenciadas a la destrucción eterna y al infiernoporque se suicidan. El placer no puede liberar dela soledad.

¿Cómo podemos libramos de esa alienación?Sólo hay una manera, que consiste en llamaraDios "Padre". Aunque en este mundo todos nosabandonen, nuestro Padre no nos abandona.Aunque algunos padres terrenales pueden aban­.donar a sus hijos que no quieren o no puedencuidar, nuestro Padre no nos abandona. La Biblia

Amados hermanos míos, no erréis.Toda buena dádiva y todo don penectodesdende de lo alto, del Padre de las lu­ces, en el cual no hay mudanza, ni sombrade variación. El, de su voluntad, nos hizonacer por la palabra de verdad, para queseamos primicias de sus criaturas.

Santiago 1:16-18

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50 Orando con Cristo

Porque irrevocables son los dones y elllamamiento de Dios.

Romanos 11:29

No te desampararé ni te dejaré.Hebreos 13:5

El Espíritu Santo es el Consolador que el Padreha enviado para que nos ayude. El siempre estácon nosotros. El Espíritu Santo conoce nuestrasdebilidades y nos ayuda. El sabe aun lo que no­sotros no sabemos, e "intercede por nosotros congemidos indecibles" (Romanos 8:26).

El mundo no ve, ni conoce, ni recibe al EspírituSantoi pero nosotros lo conocemos y moramoscon El, y comprendemos que El está dentro denosotros (vea Juan 14:17).

Cuando oramos en voz alta: "Padre nuestro queestás en los cielos", la soledad y el sentimientode abandono huyen de nuestro corazón. Comen­zamos a buscar un sentido más profundo de lavida. llegamos a estar libres del egoísmo. No mi­ramos hacia otra parte para encontrar gozo mun­danal. Procuramos ser hennanos, luchamos parareducir el aislamiento en las situaciones de losdemás. Amamos a nuestro prójimo. Si Dios llegaa ser nuestro Padre, lo que hemos mencionadoson las maravillosas cosas que ocurrirán.

Santificado sea tu nombre¿Qué clase de vida debemos practicar, como

hijos de Dios? Jesús nos enseña que debemosorar: "Santificado sea tu nombre." Los hijos hon-

Padre nuestro que estás en los cielos 51

ran a sus padres o los avergüenzan. Jesucristonos exhorta a que vivamos de tal manera que elnombre de Dios sea santificado.

Podemos santificar el nombre de Dios siIvién­diley_ adorándolo~La BibITadicequeiJios-noshizo sacerdotes: "Mas vosotros sois linaje esco­gido, real sacerdoCIO;nación santi puefil!)jld9.ui­naoporDIOs~para qu~-anunc~!~-ias-Virtudesdeaquel que os llamó de las tinieblas a su luz ad­ffiirable" (1 Pedro 2:9).-------_.__._--

Si hemos llegado a ser sacerdotes, .Jlebemo§ofrecer sacrificios a Diosi sacrificios de acciÓn de&acias, que honren a Dios (Salmo 50~3). Tambiéndebemos ofrecer alabanzas. En Hebreos 13:15 y16 leemos: "Así que, ofrezcamos-siem}Lre a Dios,pormerno de él, sacrificio de alabanza, es decp',frUto de labios que confiesen su nombre. Y denacer bIen y de la ayuda mutua no os olvidéis;porque de tales sacrificios se ada Dios."

uando amamos a otras personas, ofrecemosun sacrificio en el cual el nombre de nuestro Dioses santificado. Aunque Comelio era un gentil,daba generosamente a los que tenían necesidad.Mientras oraba, un ángel de Dios le apareció yreconoció que las oraciones y limosnas de Cor­nelio habían llegado para memoria delante deDios (vea Hechos 10:4).

De igual manera, debemos ofrecer sacrificiosde cosas materiales. Pablo reconoció eso cuandodijo: "Pero todo lo he recibido, y tengo en abun­danciai estoy lleno, habiendo recibido de Epafro­dito lo que enviasteisi olor fragante, sacrificioacepto, agradable a Dios" (Filipenses 4:18).

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52 Orando con Cristo

Finalmente, honramos-ª-lluestro Padre cuandoo~~Eiii!~~~i:lI:t__~~C2~~i~-~Vo: -;'-Asi-qu~:-~~~anos,os ruego por las J!li~~ii~º-I!nasjt(Ú)!º§l ql,l.f) pré~seritéIswestroscué!pos en sacrificio vivo, santo,agrada6IeaDios;-queesvuestro-cU1to--racion~"(R~ftiéiIl(jsj2:JJ~----- ------------------.---- ..-

¿Cómo podemos presentar nuestro cuerpo ensacrificio vivo'? Debemos abstenemos de cosasc~mlO la ~riagUez, la lascivia, la cl)leid~~~ellibertinaje. Nuestro cuerpo es el templo santo enel cual mora DíOSllCorurtios-3:l6, 17]:-------

-Cuando como sacerdotes practicamos unavidade sacrificio para nuestro Padre, El recibe la gloriay se regocija su corazón. Como resultado de nues­tra obediencia, su nombre es santificado porotros que ven su obra en nuestra vida.

También santificamos el nombre de Dioscuando vivimos con autoridad .Ylª-_llsamW). Sillamamos a Dios "Padre", mientras aun le te­memos al diablo y estamos encadenados por él,de esa manera hacemos que Dios se avergüencede nosotros.

Si hemos llegado a ser hijos de Dios, estamoslibres de esclavitud: "Estad, pues, firmes en lali1J~rtadcon que Cri~o rn>s hizo libres, y noestéISo!ra vez suj!3tos al yugo de esclavitud" (Gálatas5:1). "S~:meteos, pues, a Diosj.I~~~tid.al qí.é!.blo, yhuirá de vosotros" (Santiag~:7).Los hijos de Diostienen el privilegio de resistir al diablo. Esa es suresponsabilidad.

Dios es santo. AJ.l!l:qll~_ de !!!Pgún modo po­~~mos_agregar nada a su santidad, como hijosde El tenemos el deber de glorificar a nuestro

Padre nuestro que estás en los cielos 53

P!.c!re santp. l~~º~!Jlo_S queJ),-ª.c.er .gue el mundo~conoz~ala santidad_de pios me.dianteniiEiStrosEl~C2.iQ de ador~n.Pero aun más, nuestra vidadebe ser una cOlltinua ado~ión, ofrecida a Diosdía y noche. Mediante nuestras obras y palabras,el mundo conocerá la santidad de nuestro Paare.Los hombres glorificarán el nombre de Dioscuando veanla autoridad gue tenemos para..QE.o­n~mos al_diablo y capturarlo.

Padre nuestro que estás en los cielos, santifi­cado sea tu sagrado y buen nombre.

Esa es la clave de nuestra oración. Si nuestrospensamientos con relación a Dios son correctos,las otras partes de nuestra oración fluirán y secumplirán, como el agua corre por una tubería.

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2Venga tu reino

La segunda oración que Jesús nos enseñó fuela siguiente: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad,como en el cielo, así también en la tierra." CuandoDios llega a ser nuestro Padre, nosotros llegamosa ser el pueblo del reino de Dios. Como tal, de­bemos orar que su reino permanezca firme. ¿Quées el reino de Dios? Es el lugar donde se cumplesu soberanía.

Al considerar esos principios con respecto a laoración, hagamos que nuestros pensamientoscoincidan con las palabras de Dios con relacióna su reino y voluntad que debe cumplirse sobreesta tierra.

La caída de nuestro planeta TIerraCasi todos los días los periódicos aparecen con

titulares relacionados con horribles delitos inter­nacionales. Otras veces anuncian los sucesos dela ciudad. La corrupción económica produce mi­llones de dólares en pérdidas. Hay informes sobrehomicidios brutales, asaltantes en ascensores,conductores que atropellan a otras personas y sedan a la fuga, contaminación en los alimentos

Venga tu reino 55

mediante el uso de productos químicos para laagricultura y mercancía falsificada. Esos informesdiarios hacen que nos sintamos como si estuvié­ramos andando sobre una capa de hielo. Recien­temente una joven me envió una carta llena depreguntas: "¿Por qué Dios hizo un mundo comoeste? ¿Por qué permanece indiferente con res­pecto a todas estas cosas?"

Puedo asegurar que el mundo que Dios hizoen el principio no fue así. Génesis describe unmundo que era totalmente diferente del mundode hoy. Después que Dios creó el cielo y la tierra(Génesis 1:1), Lucifer, quien había sido uno de losquerubines de Dios, se rebeló contra El con laintención de ser igual a Dios. Como resultado, elmundo fue juzgadoy cayó en el caos: quedó vacíoy lleno de tinieblas (Génesis 1:2). De tal caos Diosrecreó en siete días el mundo actual.

Imagínese usted el proceso por el cual Dioscreó los cielos y la tierra. El primer día, cuandoDios dijo: "Sea la luz", una luz resplandecientevino sobre la tierra como la mañana cuando acabade terminar la lluvia primaveral. El segundo día,Dios creó el insondable cielo. El tercer día, Diosseparo las aguas de la tierra. El mismo día, latierra se cubrió de toda clase de plantas.

El siguiente día, Dios creó el Sol, y la Luna ylas estrellas. Y cuando Dios dijo: "Produzcan lasaguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre latierra, en la abierta expansión de los cielos" (Gé­nesis 1:20), el mundo se llenó de toda clase deseres vivientes. El sexto día, último de su creación,Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen, y

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56 Orando con Cristo

les dio autoridad para gobernar sobre el mundoque El había creado, un mundo grandey hermosodonde había orden en vez de desorden, luz envez de tinieblas, vida en vez de muerte, abun­dancia en vez de pobreza, esperanza en vez dedesesperación. En ese tiempo el más fuerte nodominaba al más débil.

El huerto de Edén que Dios había plantadopara AdánYEva también era un mundo ordenadoy hermoso, lleno de vitalidad, con todo lo que eranecesario para satisfacer toda clase de necesi­dades humanas. Aun el fruto que colgaba de lasramas de los árboles era agradable a la vista ybueno para comer.

Tal fue el mundo que Dios creó. Lamentable­mente tal mundo ya no existe, porque Adány Evafueron echados del huerto de Edén, a causa desu pecado. Tan pronto como AdánYEva pecaron,la confusión, el caos, la violencia y la desespe­ración entraron en el mundo. Pablo describe loque ocurrió:

y como ellos no aprobaron tener encuenta a Dios, Dios los entregó a unamente reprobada, para hacer cosas queno convienen¡ estando atestados de todainjusticia, fornicación, peIVersidad, ava­ricia, maldad¡ llenos de envidia, homici­dios, contiendas, engañosy malignidades¡murmuradores, detractores, aborrecedo­res de Dios, injuriosos, soberbios, altivos,inventores de males, desobedientes a lospadres, necios, desleales, sin afecto na-

Venga tu reino 57

tural, implacables, sin misericordia; quie­nes habiendo entendido el juicio de Dios,que los que practican tales cosas son dig­nos de muerte, no sólo las hacen, sino quetambién se complacen con los que laspractican.

Romanos 1:28-32

¿Por qué ocurrieron esas cosas? La humanidadno quiso tener en cuenta a Dios. Cuando Dioshizo al hombre, corrió un gran riesgo. El hacer alhombre a su imagen y semejanza implicó dotarlode libre albedrío, con el cual Adán y Eva podíanaceptar a Dios o abandonarlo.D~s quiere recibir la gloriay la adoración¡ pero

no quiere que lo adoremos de una forma mecá­nica como un mere. Esa adoración no se ofréceen espíritu y e'; verdad. La acción de gracias y laalabanza se convierten en hipocresía cuando nose ofrecen de una manera voluntaria.

Por amor, Dios le dio a la humanidad el librealbedrío para que lo adorara ~l.Los que se amanse respetan mutuamente. No imponen su propiavoluntad sobre el otro.•Cuando Adán Y Eva fueron tentados por Sa­tanás, se negaron a adorar a Dios y no quisieronque El estuviera en el corazón de ellos. Por causade esa cualidad fundamental de la libre voluntad,aun Dios no podia cambiar la decisión del hom­bre. Los hombres y las mujeres perdieron a Dios,y Satanás tomó el lugar de Dios en el corazónhumano. Satanás comenzó a controlar los pen­samientos, laS palabras y la obras de e~os. S"U

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58 Orando con Cristo

disposición para desobedecer a Dios se reflejó enlos deseos de sus corazones. Por tanto, el dominiode Satanás sobre ellos era natural.

Cuando Satanás comenzó su reinado sobreeste mundo, éste se convirtió en un lugar mise­rable, doloroso. Satanás viene para hurtar, matar,y destruir (Juan 10:10). Satanás se acerca a no­sotros y nos roba la imagen divina. Mata el es­píritu, el almay el cue o ara ue odamos caeren estrucción: juicio eterno y tormento. Por lotanto, este mundo en que vivimos con profundogemido llegó a ser así por el hecho de que lahumanidad lo ha convertido en ,un caos, me­diante la obra de Satanás¡ este no es el mundoque Dios creó.

El Espíritu Santo dice claramente por mediodel apóstol Pablo que este mundo llegará a sercada vez más peIVerso en los últimos días.

También debes saber esto: que enlos postreros días vendrán tiempospeligrosos. Porque habrá hombresamadores de sí mismo, avaros, vanaglo­riosos, soberbios, blasfe¡pos, desobedien­tes a los padres, ingratos, impíos, sinafecto natural, implacables, calumniado­res, intemperantes, crueles, aborrecedo­res de lo bueno, traidores, impetuosos, in­fatuados, amadores de los deleites másque de Dios, que tendrán apariencia depiedad, pero negarán la eficacia de ella¡ aéstos evita.

2 Timoteo '3:1-5

Venga tu reino 59

Dios, quien prevé lo futuro, nos advierte quenos apartemos de tal peIVerso estado de caos.Ahora comprendemos cuál es la destrucción queSatanás ha realizado. ¿Pero este mundo conti­nuará para siempre bajo del dominio de Satanás?¿El mundo que vemos en las páginas del perió­dico es el destino final de la humanidad~

El reino de DiosEl reino de Dios no es una institución ni una

organización visible. Por más moral que un es­tado pueda ser, no puede llegar a ser el reino deDios. El reino de Dios es completamente dife­rente: un reino espiritual en el cual Dios gobierna,controla, dirige el destino de las naciones y delos individuos. Dios restaura este mundo, nos res­cata a nosotros, quienes fuimos hechos a su ima­gen:Este es un estado en el cual Dios llega a sernuestro Padre y nos da todas las bendiciones queEl prepara para nosotros. E§ un reino en el cualadoramos a Dios, alabamos su santo nombre, ypresentamos ante Ellas peticiones que tengamosen nuestro corazón. Jesús enseñó a sus disCí­pillos que ellos débían pedir que el reino de Diosvén.ga. . •..¡ 0_,· 'l\, 1

Jesús enseñó lo relativo del reinoJesús llegó a ser hombre para traer el reino de

Dios a esta tierra. Así como las fuerzas aliadasaterrizaron en Normandía para libertar a Europade la ocupación de la Alemania nazi, Jesús sehizo carne y vino a este mundo para libertar a lahumanidad de la tiranía de Satanás. El vino a estemundo donde Satanás reinaba, para poder cons-

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60 Orando con Cristo

truir, completar y extender su reino.Jesús nos enseñó muchas cosas acerca del

reino de Dios. Analicemos Sinco característicasdel reino tal como se encuentra en sus enseñéiñ­zas y acciones.

1. El reino de Dios es un reino en el cual no 1yJyRecado.. Jesús predicó: "Arrepentíos porque elreino de los cielos se ha acercado" (Mateo 4:17),Como Dios es justo y santo, nadie puede entraren el reino de los cielos en un estado pecaminoso.El reino de Dios no puede venir a un indMduo,a menos que primero se le perdonen los pecadosy sea justificado delante de Dios. Jesús dijo quetenemos que arrepentimos para que nuestros pe­cados sean perdonados.

Dios aún pennite que la humaniqad ejerza sulibre albedrío para decidir. Dios nos constriñe alarrepentimiento, pero no nos amenaza. Hasta elúltimo momento, Jesús instó a Judas Iscariotepara que se arrepintiera. Sin embargo, Judas en­dureció su corazón y fue a la perdición.

Jesús aún manda que nos arrepintamos paraque podamos llegar a ser ciud,adanos del reino.Q~lo'~lftÁelos.El arrepentimiento es una decisiqn3'!lfltilaa de apartamos completameme del...pe­cj!(íoy obedecer lavoluntad de Qios. Si decidirnosarrepentimos, el Espíritu Santo nos hará recordartodos los pecados que hayamos cometido de ma­nera consciente o inconsciente, y nos ayudará aque nos arrepintamos con nuestros labios. La Bi­blia dice claramente: "Os digo que así habrá másgozo en el cielo por un pecador que se arrepiente,que por noventa y nueve justos que no necesitan

Venga tu reino 61

arrepentimiento" (Lucas 15:7). Los ángeles se re­gocijan por el hecho de que el reino de los cielosviene a una persona que se arrepiente. No po­demos entrar en el reino de los cielos a menosque estemos limpios de la perversidad, de la co­rmpción, de la injusticia, y de la confusión. Portanto, el arrepentimiento es un requisito previopara que el reino de Dios se haga presente en elindividuo. Si nos arrepentimos de nuestros pe­cados y recibimos el perdón, ya no seremos ator­mentados más por una conciencia culpable, pro­ducida por la mayor arma de que disponeSatanás: la acusación.

2. El reino que Jesús trajo fue un reino de sa-nidad. Mateo dice: •-

y recorrió Jesús toda Galilea, ense­ñando en las sinagogas de ellos, y predi­cando el evangelio del reino, y sanandotoda enfermedad y toda dolencia en elpueblo. Y se difundió su fama por todaSiria¡ y le trajeron todos los que teníandolencias, los afligidos por diversas en­fermedades y tormentos, los endemonia­dos( lunáticos y paralíticos¡ y los sanó. Yle siguió mucha gente de Galilea, de De­cápolis, de Jerusalén, de Judea y del otrolado del Jordán.

Mateo 4:23-25

Mientras Jesús estaba predicando las buenasnuevas del reino de Dios, sanó a toda clase depersonas enfermas como señal y prueba de sureino. ¿De dónde vino la enfermedad? La muerte

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vino como la paga para el pecado de Adán y Eva,y la mortalidad hizo que la humanidad quedarasujeta a la enfennedad. Satanás también hizo quelos desequilibrios mentales y toda clase de en­fennedades vinieran sobre la raza humana.

Dios quiso perdonamos nuestros pecados ycapacitamos para trabajar en favor de su reinocon un CUeIpO sano, libre de enfennedades. Don­dequiera que se predica la Palabra de Dios y hayarrepentimiento, como consecuencia debe habersanidad.

Mientras Juan el Bautista estaba en la cárcel,envió a sus discípulos para que le hicieran unap~gunta a Jesús: "¿Eres tú aquel que había ,devenir, o esperaremos a otro?" (Mateo 11:3)

Por supuesto que Juan sabía muy bien que elHijo de Dios habría de liberar a los hombres delpecado. Como la prueba más segura de que habíavenido para establecer el reino de Dios, Jesúsrespondió: "Id, y haced saber a Juan las cosasque oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan,los leprosos son limpiados, los sordos oyen, losmuertos son resucitados, y a los pobres es anun­ciado el evangelio" (Mateo 11:4, 5).

Jesús dijo claramente que la sanidad era unaseñal de la venida del reino de Dios a la tierra.

3. Cuando Jesús predicaba las buenas nuevas~treLno de los cielos, salían los espzrztüs Ul1Tlun­dos. Los malos espíritus de Satanás nunca pue­aeñiener parte en el reino de los cielos; fueronechados de la presencia de Dios el día que serebelaron contra El. Después que fueron echadosdel reino de Dios, quedaron con poder en el aire.

Venga tu reino 63

Cuando los líderes judíos consideraron que erauna falta que Jesús echara fuera espíritus in­mundos, El respondió: "Mas si por el dedo deDios echo yo fuera los demonios, ciertamente elreino de Dios ha llegado a vosotros" (Lucas 11:20).

Jesús echó fuera los malos espíritus donde­quiera que El vio que había personas oprimidaspor ellos. Los demonios sencillamente no podíanresistir su presencia. Cuando Jesús envió a susdiscípulos a predicar, les dio autorídad paraecharfuera demonios (Lucas 10:17-20);Jesústam­bién dijo que la capacidad para echar fuera de­monios sería una señal que seguiría a aquellosque creen (Mateo 16:17).

Hasta el día de hoy, donde se predican las bue­nas nuevas del reino de Dios, en el nombre deJesús deben echarse fuera los demonios.

4. El reino de los cielos que Jesús tré!jo a latiéiTa abri6 el camino para q.ue entráramos porieen la vida etema. "y como Moisés levantó laBelpiente en el desierto, así es necesario que elHijo del Hombre sea levantado, para que todoaquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vidaetema" (Juan 3:14, 15).

Nadie puede salvarse mediante sus obras dejusticia. No hay nadie que esté calificado parapresentarse delante de Dios mediante los méritosde sus obras. Pero sin tener en cuenta la diferen­cia de sexo, edad y posesión, cualquiera queacuda a Jesús, crea en El como Salvador, y loconfiese verbalmente, recibe gratuitamente re­misión de pecados y vida eterna. Jesús dijo: "yesta es la voluntad del que me ha enviado: Que

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todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tiene vidaeterna, y yo le resucitaré en el día postrero" (Juan6:40).

En el reino de los cielos hay vida eterna. Losque lleguen a ser ciudadanos del reino recibenesa vida eterna, la vida de Dios que es la seguridadde la salvación.

El reino de los cielos establecido en la tierraJesús no sólo nos enseñó lo que es el reino de

Dios; El fue cmcificado para asegurar que el reinodurará entre nosotros para siempre. Mediante sucnlcifixión, J~sús sembró las semillas del reinode Dios - vida eterna, gozo, esperanza y abun­dancia- en el reino de Satanás, una tieITa llenade maldiciones. Cristo dijo: "Fuego vine a echaren la lieITa; iJI qué quiero, siya se ha encendido?"(Lucas 12:49).

El reino de Dios, que anhelamos ver en estatieITa, comenzó a ser establecido cuando Jesúsmurió en la cruz. El reino de Dios ha sido fir­mernente edificado sobre la cruz y las obras deDios. ¿Cómo comenzó la muerte de Jesús en lacruz a establecer el reino de Dios sobre la tieITa?

La muerte de Jesús pagó el precio de nuestrospecados. Mientras el inmaculado Jesús colgabaen la cruz, voluntariamente deITamó su sangre,la única sangre que tenía poder para redimir lospecados de todo aquel que arrepentido acude aEl.

En segundo lugar, Jesús llevó nuestras ent:.el'­medades mediante las heridas que soportó. LaBiblia dice que somos sanados por las heridas deJesús (1 Pedro 2:24).

Venga tu reino 65

En tercer lugar, con su muerte en la cruz y su(i)resUITección, Jesús volvió a ganar su derecho 80­b¡e este mundo, el cual había quedado en poderde Satanás cuando Adán y Eva pecaron. /:.\

"Además, al llevar la corona de espinas en el 0PCalvario, Jesús quitó la maldición de nuestra po­orezay nos dio el derecho de recibir bendiciones.

y por último, la sangre de Jesús y su can\e~destrozada llegaron a ser el me . alsomos con ucidos a la vida eterna.

"Mew.anfe sumuerte y res~cción, Jesús es­tableció el reino de Dios en esta tieITa. CuandoEl regresó a su Padre, un sucesor vino a extendersu reino: el Espíritu Santo.

Cuando llegó el día de Pentecostés, es­taban todos unánimes juntos. Y de re­pente vino del cielo un estruendo comode un viento recio que soplaba, el cualllenó toda la casa donde estaban senta­dos; y se les aparecieron lenguas repal'­tidas, como de fuego, asentándose sobrecada uno de ellos. Y fueron todos llenosdel Espíritu Santo, y comenzaron a hablaren otras lenguas, según el Espíritu lesdaba que hablasen.

Hechos 2:1-4

El Espíritu Santo vino a ayudamos, y está aquíhoy. El está cerca para cuidar la semilla celestialque Jesús sembró. El garantiza que crezca bieny dé fruto. El viene y nos enseña la verdad. Traea nuestra memoria todo lo que Jesús dijo y nosguía a dar los pasos correctos para que podamos

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66 Orando con Cristo

vivir según la Palabra de Dios.Así que el Espúitu Santo obra para la expansión

del reino de Dios en la tierra. El Espíritu Santotambién obra por medio de nosotros para au­mentar el número de personas en el reino. Porel 'hecho de que tenemos el Espíritu Santo ennosotros, llegamos a ser los soldados de fe quel,-!chamos una guerra Santa, cuya victoria ya hasido asegurada. Mediante esa guerra santa, elreino de los cielo~ está floreciendo cada día más.

¿Dónde está, entonces, el reino de los cielosque Jesús estableció en la tierra?

El reino de los cielos está en nuestro corazón

Preguntado por los fariseos, cuándo ha­bía de venir el reino de Dios, les respondióy dijo: El reino de Dios no vendrá conadvertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí;porque he aquí el reino de Dios está entrevosotros.

Lucas 17:20, 21

Jesús repetidamente predicó las buenas nue­vas del reino de los cielos. Su propósito era el deenseñar al pueblo lo que es el reino de Dios yhacer que ellos fueran ciudadanos del reino. Undía los fariseos le preguntaron cuándo habría devenir el reino de Dios. Ellos aún tenían la falsaesperanza de que el reino de Dios vendría en laforma de una nación a este mundo. Pero Jesúsles dijo: "El reino de Dios está entre vosotros."Cuando aceptamos en nuestro corazón a Jesúscomo Salvador, y le confesamos con nuestra boca,

Venga tu reino 67

El Espúitu Sé\l1to implanta una seguridad ennuestro corazón. El Espúitu Santo mora en nues­tro cuerpo y lo hace templo de Dios, y a partirde ese momento estamos bajo el gobierno de Diosm~estro Padfe. Este lugar interno donde Dios go­bierna es precisamente el lugar donde está'"E!,s­tablecido el reino de Dios.Somos nuevas criaturas: "De modo que si al­

guno está en Cristo, nueva criatura es; las cosasviejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas"(2 Corintios .5:17). Varias veces Jesús comparó elreino de Dios con el proceso mediante el cualcrecen las semillas hasta convertirse en plantas.Cuando el reino de los cielos o reino de Dios vienea nuestro corazón, comienza a crecer mediantenuestros pensamientos. Por;.lo tanto, ~uestra fey nuestros pensamientos deben crecer hasta uelleguen a ser a fe y los pensamientos de Dios.Tal crecimiento debe continuar hasta que nosencontremos con Jesús cara a cara.

La Biblia dice: "Y a aquel que es poderoso parahacer todas las cosas mucho más abundante­mente de lo que pediIñós o entendemos, se@nel poder que actúa en nosotros" (Efesios 3:20). Sinuestros pensamientos llegan a ser los pensa­mientos de Dios, podemos ver que la mano deDios realiza las cosas. Todos los días podemosganar victorias en nuestra vida y destruir a Sa­tanás, quien tiene el poder del aire que rodea aeste mundo (1 Juan 4:4).

Así que el reino de los cielos existe en nuestroc.orazón por medio de Jesucristo y el poder delEspúitu Santo. Aunque vivamos en este mundo,

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68 Orando con Cristo

lleno de caos, vacuidad y tiniebl~, ha brotadoun nuevomundo en nuestro corazón. Ha venidoun nuevo reino. Las características del reino deDios, del cual Jesús predicó y que El establecióal morir en la cruz, realmente se están manifes­tando en nuestra vid~Nuestros pecados nos sonperoonados. Som;s sanados. Los demonios sonechados fuera de nosotros. Somos liberados dela pobreza. Somos librados de la maldición y he­mos recibido vida eterna mediante la fe.

Cuando esas cosas aCUITen en nuestra vida,damos pruebas de que el reino de Dios está ennosotros. Tales señales seguirán a los que creenen JesucriSfo y 10 coílfiesan con sus bocas.. -

Pero es lamentable que muchas personas sóloentran en el recintq de la iglesia, sin saber nientender el nuevo mundo que está en sus co­razones; tampoco tratan de creerlo. No conocenesta gracia y este privilegio: el nuevo orden, elnuevo podery el nuevo mundo que viene cuandollamamos "Padre" a Dios. "Mi pueblo fue des­truido porque le faltó conocimiento" (Oseas 4:6).Estas palabras de Oseas se refieren a tiÍ ocasi6ñ:Jesús también las dijo a los israelitas que no co­nocían la verdad: "...y conoceréis la verdad, y laverdad os hará libres" (Juan 8:32).

Muchas personas, cuando piensan en asistir ala iglesia, eligen el lugar más apropiado para po­nerse en contacto con la religión. Piensan que laiglesia es el lugar donde se puede oír las leccionesacerca de los grandes hombres del pasado, cul­tivar el aspecto moral de la vida o hallar unanorma ética que puedan aplicar a su vida.

Venga tu reino 69

Sin embargo, nuestra fe en Cristo no es unaffilig!~n. Tampoco es una cultura ni una mora-

dad. lEs üña experiencia con Jesucristo! Es ;;Tao__ .. "'O

nuevo que sucede en nuestro corazón. Es unacontecimiento extraordinario en el cual Dios, elCreador de los cielos y de la tierra, nos compracon la sangre inmaculada de Jesucristo y esta­blece en nosotros su reino.~uando somos el pueblo de Dios ya no nece­

sitamos sufrii' los dolores de la conciencia cÜ1­p~ble a causa del pecado. No tenemos que estaroprimidos por SatanáS ni en esclavitud a él.Puesto que el reino de Dios está en nuestro co­~ó?, tenem?s el den:cho de disfrutar del pri­VilegIO del remo. La BIblia nos exhorta con ur­géncia: "Estad, pues, fumes en la libertad con queCristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetosalyugo de esclavitud" (Gálatas 5:1). Ya no tenemosque contemporizw con el pecado.

Cuando usted ora: "Venga tu reino", recuerdeque Dios toma posesión de nuestro corazón. Re­cuerde también que esta oración exige completadedicación de su corazón a Dios. Esta oración esereronunciamiento de su obediencia a Dios elPadre. Mediante esa oración, usted recibe la co­IEis~ón de predicar el reino de Dios que ha d~vhemr¡ El método más eficaz para cumplir estacomisión consiste en disfrutar el privilegio delreino y vivirlo diariamente.

Oración para qi.ese hagala voluntad de Dios

No es suficiente que el reino de Dios esté ennosotros. El reino de Dios debe cumplirse y ser

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~dente en la vida, en l~ familia y en el ambienteen que se encuentran los ciudadanos de esereino. . ,

Dios quiere que la humanidad sea rediIÍlid~.Eiquiere liberarla de la tri le caída: del es ' . 1

a y del cuerno; mediante la triple obra deJesús: su crucifixión, su muerte y su resurrección.Antes de la fundación del mundo, Dios se habíapropuesto eso por medio de Jesucristo, ya travésd~ la historia, El había manifestado su promesaa la humanidad hasta qu~finalmenteJesús VÜ10a esta tierra; y su cuerpo fue concebido en elcuerpo de la virgen María.

Cuando eso ocurrió, los ángeles del cielo y losprofetas del Señorya conocían la wluntaddivina.Cuando se cumplió esa voluntad, las huestes d~lcielo cantaron: "¡Gloria a Dios en las alturas. Yenla tierra paz, buena voluntad para con los hom­bres!" (Lucas 2:14). Esa voluntad divina qlle secumplió mediante la venida de Jesús a estemundo, le dio la gloria a Dios y trajo la paz almundo..

¿Cuál es la correcta actitud que debemos tenerpara que se haga en la tierra la-voluntad de Diosde redimir y perdonar a la humanidad, y de ben­decir el alma y el cuerpo y el ambiente de laspersonas?

Debemos pensar como Ojos: de manera pQ§!­t!Ya, creativa y redentQra. Desdéel principio hastael fin, la Biblia, la revelación divina dada mediantelos escritos humanos, está llena de tales patronesde pensamiento. Algunos versículos bíblicos pu­dieran tener apariencia de tontos para nuestros

Venga tu reino 71

pensamientos humanos. Sin embargo, la Bibliadice: "Porque lo insensato de Dios es más sabioque los hombres" (1 Corintios 1:25).. En nuestra mente podemos poner en movi­miento la obra del remo. En el lienzo de nuestramente podemos pintar cuadros relacionados conrosas que no éxisten. En Proverbios leemos: "Sinprofecía el pueblo se desenfrena" (29:18). Pode­mos imaginamos lo que sucederá cuando1aVQ:luntad dIVIDa se haga en la 'tierra: "Yen los pos­treros días, dice Dios, derramá"ré de mi Espíritusobre toda came, y vuestros hijos y vuestras hijasprofetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, yvuestros ancianos soñarán sueños" (Hechos 2:17).

Después que comenzamos ~ pensar de unamanera positiva, creadora, "redentora; debemossoñar en lo que podemos llegar a ser en Cristo.LOs que entre nosotros están enfermos deben so­ñar con la buena salud. Los pobres deben soñarcon tener abundancia. Los que tengan familiasque no estén de acuerdo con ellos deben soñarcon ver la paz y la armonía. Mediante el poderdel Espíritu Santo, realmente llegarán a ver esarealidad. Tales "sueños" nacen en nuestro co­razón pormedio del Espíritu Santo.

Basados en Hebreos 11:3, "... 10 que se ve fuehecho de los que no se veía", debemos ver las

. . .cosas que no son visibles; debemos pensar en laséosas que no se ven; d~bemos soñar en cuadrosque representan situaciones que no son visibles.Éf que no puede albergar sueños claros con' res­p-ecto al día de mañana en su corazón, no pue~de

crear nada. Por medio de tal persona no puede•

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hacerse la voluntad de Dios en la tierra.Tan pronto como hayamos pintado en el lienzo

de "Iiüestra mente aquellas cosas invisibles, de­~mos arrodillamos delante de Diosy pedirle coñfe hasta que tengamos la segundad de que nues­tros sueños se conviertan en reaijdad. DebemOjorary ayunar, y clamar:."Oh Di.os, permíteme queeste sueño de mi corazón se cumpla mediante elp'oder del reino de Dios. Destruye to<ÍÓs los obS:--- . -táculos que presenta Satanás." Cuando clama-n~os a Dios y or~osJ el temor y la preocupaciónpronto desaparecerány la fe sobrenatural entrarácon ~ma seguridad abundante. Leemos en He­breos 11:1: "Es, plles, la fe la certeza de lo que seespera, la convicción de lo que no se ve." La pa­labra griega que se tradujo "certeza" tiene dossignificados: un estribo, ° un refuerzo en el ci­miento y un título de propiedad. La fe es el so­porte de lo que esperamos y deseamos. A menosque el refuerzo en el cimiento sea suficiente­mente fuerte, no podemo~ colocar nada encima.Este refuerzo en el cimiento viene mediante laseguridad que hay en nuestro corazón cuandooramos. La certeza es también como el tí1;Ulo depropiedad de una tierra o una casa, que certificaque somos los propietarios. Cuando oramos fer­vientemente y con pn ardiente deseo y una clarameta, tenemos seguridap y paz mental porqueconfiamos que la respuesta de Dios está en ca:mino. -----pero el paso clave para que se haga la voluntadde Dios en nuestra vida consiste en la acción dewacias. Dios dijo que El mostrará su mano de-

Venga tu remo 73

salvación a aquellos que le ofrecen sacrificio deacción de gracias y alabanza. Las semillas de lafe_se siembran en el terreno de la acción de E[,a­CIas.fuI' último, para ver que la voluntad de Dios se

haga en la tierra, ~ebemos esperar un milagrp.Habrá tiempos en que tengamos que pasar por

aguas profundas o tengamos que pasar por elfuego de la prueba. También habrá tiempos enque esperar un milagro significará subir a unamontaña. Pero siempre tenemos que dar elprimer paso. Ni siquiera el Espíritu Santo puedec,?menzar a obrar, a menos que no comencemosa andar por fe. C].Iando lo hagamos, el EspírituSanto estará con nosotros y finalmente ganare­I!!Q§ la victoria. Las personas que nos rodean ve­rán el maravilloso cumplimiento de la voluntaddivina y ]e darán la gloria a Dios.

11 hacer coincidir sus pensamientos con res­pecto al reino y a la voluntad de Dios, con k>spensamientos de Jesús, mientras usted sale por fe~íograr los suenos que Dios ha puesto en su ro­~n, el reino de Dios se manifustaráy comenz8i.át:P su ~.orazóI!; ~ueg~ en su fanúlia y después Fn~u pr6J~o. AJgt:m día el nuevo cielo etemo y lanueva tierra que están preparados para ústed semanifestarán en el fulgor de la gloria.

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3Dánosloboy

Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar,colocó las cosas en orden apropiado. Dijo queelÍos, y nosotros, debemos primero llamar a nue~­tro buen Dios "Padre nuestro". Dijo que debemo8orar para que el nombre de Dios sea. santifica~o,para que el poder soberano del ~mo de .010.8venga y que su voluntad se haga en l~ tieITél.Cuando nuestra postura y nuestra relaCión conDios lleguen a estar correctas en la forma .ex­puesta, podemos pedir las bendiciones: nue~~pan cotidiano. Si no estamos en c~rrecta,~lac~óncon Dios, si no podemos llamar Padre a DIos.,ni creer que El es nuestro Padre, es inútil pe~nuestro pan cotidiano. . 0.,

.Los problemas de mayor preocupaci~n paralos seres humanos se relacionan con e1 alimento,la ropa y la vivienda. La meta final de todas lasideologías políticas consiste en resolver esos pro­blemas. ¿Qué cree usted que piensa Dios acercade esas necesidades?

Dios quiere damos nuestro pan cotidiano. Estees'un término que no se refiere simplemente alos panes que se hacen con harina. Es más am-

Dánoslo hoy 75

plio. Incluye todas las cosas necesarias que te­nemos en mente cuando hablamos de ganarla~. Para poder ganar nuestro pan cOtidiano,te­nemos que desempeñar un trabajo. Para conse­guir un trabajo, uno tiene que recibir la prepa­ración necesaria. Uno también necesita una casa-' ,.,....-:-:-:...,....;para descansar y las comodidades para la vidadiaria.' ~-Pedir nuestro pan cotidiano implica todas laspeticiones relacionadas con nuestras necesida-des. ~

--¿cuál es el pensamiento correcto que debemostener cuando pedimos nuestro pan cotidiano? Sinos p.onemos en sintonía con la mente de Djos,esta oración que Jesús nos enseñó será respon­dida.

Dios se preocupa por el mundo físicoMuchas personas dicen que Dios no se preo­

cupa por las cosas materiales. Algunos inclusoafuman que debemos pedir cosas espirituales,pero no debemos pedirque se satisfagan nuestrasnecesidades materiales.

¿Pero es Dios indiferente al mundo fisicO? No,de ninguna manera. Dios preparó el mundo fisico. ..aun antes de que creara al hombre y a la mujer,para que AdánYEva no tuvieran que preocup~~acerca de lo que comerían, lo que vestirían o loque beberían.

éuando nÍe enc0I!traba predicando una seriede mensajes de avivamiento en un pequeño pue­blo de Inglaterra, acepté una invitación para ir aun hogar donde descansé y luego participé en

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76 Orando con Cristo

una comida especial. Tan pronto como me sentéa comer, la anfitriona compartió su historia. Conlágrimas en los ojos dijo:

.-Pastor Chq, hay una razón por la cual lo heinvitado a mi hogar. Tenemos un gran problema.A.pesar del doloroso esfuerzo que hemos hechopara vivir bien, hemos fracasado en todos los ne­gocios que hemos emprendido, y ahora tenemo~una inmensa deuda. Aunque hemos orado mu­cho, no hay respuesta. Hemos perdido nuestroapetito por causa de la preocupación; no pode­mos domrlr tranquilamente. ¿Por qué estamosdebiendo a pesar de nuestro duro esfuerzo paravivir bien? ¿Qué es lo que pasa? Incluso hemospuesto a la venta nuestra casa. Teníamos la in­tención de pagar la deuda con el dinero que ob­tuviéramos con laventa, pero no se ha presentadoningún comprador. Las cosas están empeorandocada día más.

Mientras oía su historia, fácilmente pudecom­prender por qué ella no estaba recibiendo lasbendiciones de Dios. Desde el principio hasta elfin de su conversación, las palabras que hablabaestaban llenas de resenfunientos, quejas y la­l1!entos_ expresados con suspiros. Hablaba conincredulidad; no expresaba palabráS positivas yC2..readoras de..fe. ....

Ella sabía poco acerca de Dios el Padre. En vezde afirmarse sobre la fe en la Pal;Wra de Ojos,estaba confiando en sus sentidos. Cuando las cir-..cunstancias se presentaban buenas. ella se sentíafeliz; cuando las circunstancias eran desfavora­bles, ella se sentía infeliz. Ella no había llegado a

Dánoslo hoy 77

~ que podía cambiar su destino, que podíacrear un nuevo ambiente con un nuevo espírituagresivo y positivo. Ella no tenía una esperanzaqye se mantuviera linne aunque no tuviera eVi-dencia de ayuda. Yp le dije: -

- Hennana, vamos a estudiar la Biblia hastaque regrese a casa su esposo.

A petición mía, ella leyó Génesis 1:2-4:

y la tierra estaba desordenada y vacía,y las tinieblas estaban sobre la faz delabismo, y el Espíritu de Dios se moVÍa so­bre las aguas. Ydijo Dios: Sea la luz; y fuela luz. Y vio Dios que la luz era buena; yseparó Dios la luz de las tinieblas.

- Hennana-le dije -, ¿no le parece un pocoextraño lo que dice la Biblia?

- No - contestó ella.- ¿No le parece que crear la luz era una tarea

demasiado grande para Dios solo, sin la ayudade Adán y Eva? ¿No era demasiado para El?

Muy seria leyó las palabras otra vez.- No, pero ¿no es algo extraño que Dios hiciera

la luz sin la ayuda de Adán y Eva? El siguientedía tal vez Dios buscó ayuda. Adelante, vea losversículos 6-8.

Luego dijo Dios: Haya expansión en me­dio de las aguas, y separe las aguas de lasaguas. E hizo Dios la expansión, y separólas aguas que estaban debajo de la ex­pansión, de las aguas que estaban sobrela expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la

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78 Orando con Cristo

expansión Cielos. Y fue la tarde y la ma-.ñana del día segundo.

- Bueno-le dije -. ¿Se menciona alguna vezque Adán le ayudó a Dios en ese caso?

-No.- Pero el tercer día tal vez Dios necesitó ayuda

de Adán y Eva. Lea, por favor.- "Después dijo Dios - continuó ella-: Pro­

duzca la tierra hierba verde, hierba que dé se­milla¡ árbol de fruto que dé fruto según su género,que su semilla esté en él, sobre la tieITa. Yfue así.Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba queda semilla según su naturaleza, y árbol que dafruto, cuya semilla está en él, según su género. Yvio Dios que era bueno" (Génesis 1:11, 12).

- ¿Pidió Dios la ayuda de Adán y Eva? -levolví a preguntar.

- No, no se la pidió.-Tal vez el cuarto día se cansó... ¿Qué su-

cedió luego?- Dios creo el sol, la luna y las estrellas.- ¿Con la ayuda de Adán y Eva?-No.-¿Y qué diríamos del quinto día?- No, Dios no necesitó ayuda de ellos tam-

poco.- ¿Y el sexto día?La señora leyó el pasaje detenidamente y me

dijo:- Pastor, el sexto día El hizo todos los animales

y luego hizo a Adán y a Eva a su imagen y se­mejanza. Así que no, Dios no necesitó ayuda deellos.

Dánoslo hoy 79

- ¿Realmente? ¿Qué diremos acerca del sép­timo día?

- Dios descansó de toda su obra- ¿Adán YEva tuvieron que hacer alguna obra

el primer día después de haber sidocreadgs?- No, me parece que no - respondió después

de pensarlo un rato.- Antes que Adán y Eva recibieron su primer

día - continué-, que realmente fue el septimodía, Dios había hecho todo: el firmamento, la Tie­rra, toda clase de árboles frutales y los vesetales.Había hecho el Sol, la Lunay las estrellas, las avesdel aire, los peces de las él@;las y los animales dela tierra. Puesto que Dios había preparado todoe.ara Adán y EV¡i, ellos no necesitaban prov~er

nada. ¿Entonces qué se les exigió? Si Adán Y~va

iñiiJieran acudido a. Dios y le hubieran pregpn­taao: "Padre, éste es nuestro primer día sobre la~¿Qué tarea debemos realizar?", ¿qué piensausted que Dios habría contestado?

- Bueno - contestó ella-, Dios hubiera po­dido decir: He preparado todo para ustedes. Asíque no se preocupen por nada. Simplemente vi­vaÍl por fe y obedi!"ncia.-=-Exactamente -le dije -. Puesto que Dioshabla hecho el cielo y la tierra y todo 10 que hayen la tierra, no quedó nada para que ellos hici~­

ran. Mediante la fe y la obediencia ellos pudierondescansar el séptimo día, el día de descanso deDios, y disfrutar de todo lo que Dios había pre­parado para ell¿s. Lo único que ellos tenían quehacer era creer, tener comunión con Dios y vi~e!!....obediencia a El¡ sin preocuparse por naqa.

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80 Orando con Cristo

- Pero debido a que Adán y Eva se negaron acreer y a obedecer a Dios, y trataron de manejaral mundo como querían, el mundo llegó a sercomo es hoy, Sin embargo, aun ahora. si acep­tamos a Jesús como Salvador y acudimos a DiOS,El nos permite disfrutar todas las cosas de~~eAdán y Eva disfrutaron antes que se rebel~contra El Según la voluntad de Dios, todo se rea­IiZóñiediante la cruz de Jesucristo. Lo que lOscristianos debemos hacer es creer, obedecer=twsffutar. La Biblia nunca dice Que los cristianosdeben garlarse la vida. Dice que Dios ha prep7..­rada todo para noso_tros.-- -- -------

=-Ahora, analicemos su propia situación.Como resultado del esfuerzo que ustedes hanhecho para preparar todas las cosas, !liID pue.§toa Dios a UD lado. En Jeremías 33:3 leemos: "Clamaa mí, y yo te responderé, y te enseñaré co~grandes y ocultas que tú no conoces." Todos susproblemas: lo que se refiere a la ropa, a la comida,a la bebida, aun el problema de vender la casa,son tareas que le corres anden a Dios. Cuandouste es trate verlos com 1 ñteOrsu cuenta, Dios retira sus manps. Pero si ustedesse arrepienten de su pecado de incredulidad,cQ.nfian todo al Señor y andan con fe, obedieñciay",ªcción de gracias, esperando que ocurran riñ­lagros, el Señor les permitirá que disfruten det2das las cosas que El ha preparapo. -

- Pastor, nadie me había ensf;,'Jñado esto.Las lágrimas le brotaron de los ojos, mientras

yo le sugería que oráramos.Cuando nos arrodillamos, hice la siguiente ora-

Dánoslo hoy 81

ción: "Señor, encomiendo a ti la vida de esta her­mana. Encomiendo todo a tu cuidado, y a partirde este momento me quedo tranquilo. Te doy lasgracias con fe y obedienci~. Así que peimite quese venda su casa y que resuelva todos sus pro­blemas."

El siguiente día salí de aquel pueblo para pre­dicar mensajes de avivamiento en otra ciudad.Pero pronto recibí una carta de esa señora quedecía:

Después que usted salió de nuestro ho­gar, nos sucedió algo maravilloso. Yo lerepeti a mi esposo el sermón que ustedme dio sobre Génesis. Nos arrepentimosde nuestras faltas, con lágrimas, e hicimosla oración de acción de gracias a Dios.Después de varios días, un matrimonio sefijó en nuestra casa y ofreció comprarla.

-Era precisamente la casa que estaban bus­cando. Nos pagaron un precio muchomás alto que el que habíamos establecido.Nos vamos a mudar a un lugar más pe­queño, pero elegante y bello. He compar­tido loque usted me enseñó con todaslas personas que he encontrado.

La naturaleza nos habla sobre la abundancía..~s. Los agricultores nos dicen que un man-zanonecesita entre treintay cincuenta hojas paraproducir una manzana. Sin embargo, un man­zano completamente crecido tiene más de cienmil hojas, mucho más de las que necesita parallevar froto. ¿Por qué Dios da tantas hojas a un

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82 Orando con Cristo

áIbol frutal? Porque Dios previó que los gusanosse comerían algunas hojas. El sabía que las tor­mentas vendrían y se llevarían otras hojas. Sabíaque algunas hojas se ,marchitarían por causa dela sequía. Por el hecho que el Dios de la abun­dancia sabía esas cosas con. anticipación, proveyóun número extraordinario de hojas con el fin depreparar al manzanero para los posibles pro­blemas.

Hay otros ejemplos naturales. Los faisaneshembras y las codornices, que anidan en la tieITa,ponen entre diez y treinta huevos, más de los quenecesitan para preselVar sus especies. Pero esoes una garantía para esas aves, que saben que lascomadrejas y los zoITillos roban huevos de losnidos.

Tal Dios de la abundancia también proveyótg,do par,! Adán y Eya, incluso el huerto del Edén.Este Dios llega a ser nuestro Padre y nos mañda- "--q!1e pidamos. para darnos todo lo que ha pre-pj!I'ado para DOSoJToS. Permita que ese pensa­miento quede firme en usted: a menos que ustedtenga la imagen del Dios de la abundancia,!W~endrá la fe suficiente para presentarse delantede Dios a pedirle el pan cotidiano.-'::¿Realmente Dios se ha manifestado en la his­toria como.el Dios de la abundancia? Claro quesí. Eso se demuestra repetidamente en la.Biblia.

Dios proveeEn el Antiguo Testamento, unos tres millones

de israelitas tuvieron experiencias con el Dios dela abundancia durante su viaje de cuarenta a110S

Dánoslo hoy 83

desde Egipto hasta la tierra de Canaán. El desiertono podía proveer de manera natural suficienteagua ni alimento para sostener a tres millones depersonas. Pero todas las mañanas Dios les diomaná, en suficiente cantidad para cada día. Diostambién sacó agua de la peña, y alimentó a losisraelitas con carne fresca, enviándoles codorni­ces al campamento mediante un gran viento. EnDeuteronomio 8:4 se nos describe otra provisiónque Dios hizo para su pueblo errante: "Tu vestidonunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te hahinchado en estos cuarenta años."

La tieITa que Dios les prometió a los hijos deIsrael, se llamó con frecuencia "la tieITa que fluYeleche y mil". Dios aún nos promete que El daráa sus hijos "la tierra que fluye leche y miel", yrealmente está cumpliendo en el día de hoy supropósito. .Q!9s nos da el pan cotidiano en un!1forma tan abundante como fluye la leche y laiñiel.¡Dios es hoy nuestro Padre!

Los milagros que Jesús realizó también prue­ban que Dios provee nuestro pan cotidiano. Undía cinco mil hombres estaban escuchando lapredicación de Jesús. Cuando se acercaba la no­che, la multitud tuvo hambre. En aquel desiertoera imposible alimentar a tantas personas pormedios humanos. Pero nuestro Señor preparó"leche y miel" mediante un milagro. Cuando Elbendijo cinco pequeños panes de cebada y dospeces, y los distribuyó entre la gente, el alimentose multiplicó en'proporciones sorprendentes.Cuando los discípulos recogieron los pedazosque sobraron, llenaron doce cestas (Maté<> 14:16-21'.

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84 Orando con Cristo

Eso no sucedió sólo una vez. Hay un segundorelato bíblico que también refuerza el punto devista de Dios. En Mateo 15:32-38 se registra unsuceso similar en el cual Jesús alimentó a cuatromil hombres (si se hubiera incluido en la cuentalas mujeres y los niños, habría habido más dediez mil personas) con siete panes y dos peces.Se recogieron siete cestas de sobras. Dios proveede acuerdo con nuestras necesidades.

La preocupación de Jesús por las necesidadesfísicas de su pueblo también se manifestó me­diante la participación de El en el trabajo depesca de Pedro. Pedro había estado muy desi­lusionado por el hecho de que había trabajadotoda la noche y no había sacado ni un pez. Enrealidad no es algo insignificante el hecho de queun pescador no pueda sacar ni siquiera un solopez.Aplique usted esto a la situación de su propiavida... Supongamos que usted no hubiera ga­nado ni un solo.peso aunque hubiera trabajadotodo un aía. ¡Que desilusionado y frustrado sesentiría! En aquella oportunidad, Jesús le dijo aPedro: "Boga mar adentro, y echad vuestras redespara pescar" (Lucas 5:4).

En obediencia a la palabra de Jesús, Pedro salióa pescar y enceITÓ tal cantidad de peces que sured se rompía. El hecho de que Pedro no hubierasacado ni un pez en su anterior esfuerzo no tieneninguna relación con su experiencia o inexpe­riencia. De la misma manera, l,!l gran experienc~a

que tengamos no siempre nos asegura nuestropan cotidiano. Incontables personas derrotadasViven en desesperación porque no saben en qué

Dánoslo hoy 85

han fracasado. Así como Jesús entró en la barcade Pedro y le dijo hacia donde debía lanzar lasredes (Jesús ayudó a Pedro en una segunda opor­tunidad a lograr una gran pesca, después de suresurrección), El quiere entrar en el centro denuestra vida y, de una manera milagrosa. proveirnpestro pan cotidianQ.

Jesús, Dios Hijo, que ha preparado todo lo quenecesitamos, no sólo nos dijo que pidiéramosnuestro pan cotidiano, sino que nos mostró me­diante ejemplos que El puede darnos todo lo quenecesitamos. No hay razón para que dudemos ;n.. . - -cUanto a si han de ser respondidas nuestras ora-c!ones. Hasta ahora los ejemplos bíblicos qué' hecitado se relacionan con el pan. Pero la Bibliadice también que Dios quiere darnos cosas IDa­

teriale~. DbseIVemos lo que dicen las sagradéisEscrituras:

Sino acuérdate de Jehová tu Dios, por­que él te da el poder para hacer las ri­quei~, a fin HE¡ confumar su pacto g~ejuró a tus padres, como en este dí!l.

Deuteronomio 8:18

Acontecerá que si oyeres atentamentela voz de Jehová tu Dios, para guardar yponer por obra todos sus mandamientosque yo te describo hoy, también Jehová tuDios te exaltará sobre todas las nacionesde la tierra. Yvendrán sobre ti todas estasbendiciones, y te alcanzarán, si oyeres lavoz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú enla ciudad, y bendito tú en el campo. Ben-

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86 Orando con Cristo

dito el fruto de tu vientre, el fruto de tutieITa, el fruto de tus bestias, la cría de tusvacas y los rebaños de tus ovejas. Benditasserán tu canasta y tu artesa de amasar.Bendito serás en tu entrar, y bendito entu salir.

Deuteronomio 28:1-6

Honra a Jehová con tus bienes, y conlas primicias de todos tus frutos; y seránllenos tus graneros con abundancia, y tuslagares rebosarán de mosto.

Proverbias 3:9, 10

Estos pasajes son sólo algunos ejeml?los queindican la disposición de Dios para bendecimoscon cosas materiales. Pero no.es suficiente sabery citar esos pasajes. Tenemos que orar como Je­sús nos enseñó y también creer su Palabra.

Oremos por las necesidades diarias¿Qué actitud debemos tener en mente cuando

pedimos nuestro pan cotidiaPlO?~n primer lugar, tenemos que hacer una clara_

distinción entre lo que debemos edir rimero yo que e emos pedir después. Por el hecho de

que la humanidad algunas veces invirtió el ordenapropiado y pidió primero lo que ha debido pedirúltimo, y dejó para lo último lo que ha debidopedir primero, todo se trastornó. La Biblia dice:"y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentócon maná, comida que no conocías tú, ni tuspadres la habían conocido, para hacerte saberque no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo

Dánoslo hoy 87

lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre"(Deuteronomio 8:3).

Dios pennite algunas veces que pasemos porsenderos de penuria y que tengamos hambrepara enseñarnos una lección: que no sólo vivimos .del pan. Nuestra alma y nuestras necesidadesespirituales tienen que ocupar la priorida~.

Cuando recibimos la Palabra de Dios, y vivimosen cOIÚonnidad con ella, Dios deITamará las bén­diciones materiales gue tiene preparadas paranosotros. Eso fue lo que Jesús dio a entenderéuando dijo: "l\1ás buscad primeramente el reinode Dios y su justicia, y todas estas cosas os seránafiadidas" (Mateo 6~33). -

La primera tarea debe ser la de seIVir a Dios.Si nuestra tarea principal prospera, todas nues­tras tareas colaterales tienen que tener éxito.Cuando ponemos las tareas colaterales comonuestro trabajo principal, Dios nos enseña conlatigazos, con el propósito de que volvamos alcamino COITCCtO. Por tanto, cuando pedimos queDios nos provea para nuestras necesidades dia­rias, debemos orar con la prioridad adecuada,colocando lo más importante al principio y lomenos importante al final.

La segunda es que debemos mostrar evidenciasde gue no seIVimos al oro como si fuera un ídolO.¿Cómo podemos dar evidencias de que no ama­mos el dinero más que a Dios? Obedeciendo elmandamiento'que Dios nos dio de pagar los diez­mos.- Traed todos los diezmos al alfolí y haya

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88 Orando con Cristo

alimento en mi casa; y probadme ahoraen esto, dice Jehová de los ejércitos, si noos abIiré las ventanas de los cielos, y de­rramaré sobre vosotros bendición hastaque sobreabunde. Reprenderé tambiénpor vosotros al devorador, y no os des­truirá el fruto de la tierra, ni vuestra viden el campo será estéril, dice Jehová delos ejércitos.

Malaquías 3:10, 11

El diezmo no es nuestro sino de Dios. No po­demos disponer de él como nos plazca. Mala­quías dice que debemos llevar todos los diezmosa la tesorería de Dios. Muchas personas no haceneso a causa de la avaricia que ha entenebrecidosus ojos. A causáde su d~sobediencia,obstruyenel poder de Dios para desatar todas las cosas queha preparado para ellos. Cuando llevamos todoslos diezmos al granero de Dios, El bendice nues­tros graneros y los llena de abundancia.

l¿\ tercera es gue tenemos que creer y confesar@estra convicción de que Dios nos dará abuñ­dantemente; David expresa de una manera climsu fe en que Dios proveerá: "Jehová es mi pastor;n~da me faltará. En lugares de delicados pastos~ hará descansar; junto a aguas de reposo mepastoreará" (Salmo 23:1, 2). YPablo dijo: "Mi Dios,p~es, suplirá todo lo que os falta conforme a sUSJiguezas en gloria en Cristo Jesps" (Filipenses4~). Muchos creyentes no ,disfrutan de la abufr.dancia de Dios porque no expresan con sus pa­l!!?ras la fe que tienen de que Dios da abundan-

Dánoslo hoy 89

temente las cosas buenas a sus hijos.Por último, tenemos que dar gracias siemPIJl'

cuando pedirrfcis y cuando recibimos. "Por nada~.éis afanosos, sino ~ean conocid~vuestras pe­t,!clones delante de DIOS en toda oración y ruego,con acclÓÜ (fu SfªciJls" lEjUpenses 413). ¿CÓmopodemos hacer otra cosa que no sea dar graciasa Dios por la luz, el aire, el agua, la salud Yla vidaque disfrutamos? Nuestra acción de gracias ynuestra alabanza son la suave fragancia de unaofrenda quemada delante de Dios; ellas abren elcamino hacia su poder y salvación.

Nuestro Dios es el Dador de la luz del sol, dela lluvia y de toda clase de vegetación. J;,s natura)q~ El dé a sus hijos que le obedecen por fe latieITa de Canaán que fluye leche y JUiel. Por tanto,podemos orar osadamente que Dios nos dé nues­tro pan cotidiano. Amado pueblo de Dios, el Diosque nos salvó y derramó su Espírftu Santo ennosotros también quiere darnos nuestro pan co­tidiano; Ello ha preparado.

Ame al Señor su Dios con todo el corazón, contoda el alma y con toda la mente. Busque pri­meramente el reino de Dios y su justicia. Pida supan cotidiano en el nombre de Jesucristo. LuegoDios suplirá todo lo que necesita, así como dioel maná a los-hijos de Israel. Ello hará. Usted notiene que preocuparse.

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4.. Perdónanos

nuestras deudas

Los que hemos llegado a ser hijos de Dios, me­diante la ~ansre inmaculada de Jesucristo, ahorad~bemos pedirle a El que perdone nuestros pe­cados. Cuango el reino de Dios viene a nuestrocorazón y su voluntad está presente en nuestravida, la gracia y el poder. perdonador de Diosnaturalmente deben descender sobre nosotros.En la oración que Jesús enseñó a sus discípulos,y a nosotros, El dijo que debemos pedir osada­mente y con certidumbre nuestro pan cotidiano,el perdón de nuestros pecados y la protecciónde la tentación o del mal.

Como ya se dijo, debemos orar de acuerdo conla mente de Dios. ¿Y cuál es la mente de Dios conrespecto a nuestros pecados?

Somos pecadores y merecemosla muerte

La palabra griega que se tradujo pecado sig­nifica e.!Tar el blanco, así como una flecha no llegaal blanco hacia el cual se lanzó. Para glorificar a

Perdónanos nuestras deudas 91

Dios y complacerlo, el hombre y la mujer handebido vivir en obediencia y fe. Esta era la metao el blanco de la vida humana.

Engañados por Satanás, sin embargo, Adán yEva tomaron del fruto prohibido del árbol de lacienciay comieron. Violaron el mandamiento queDios les había dado: "... mas del árbol de la cien­cia del bien y del mal no comerás; porque el díaque de él comieres ciertamente morirás" (Génesis2:17). Como esa acción era la expresión volun­tariosa de su desobediencia e incredulidad, sig­nificó que su conducta erró el blanco que habíasido establecido para su vida, y por tanto erapecado delante de Dios. Como resultado, Adán yEva sintieron vergüenza y culpa. Satanás logró ellegítimo derecho de acusar, gobernary robar a lahumanidad. "El que practica la maldad es deldiablo, porqu~ maWo peca desde el principio"(!luan 3:&

Adán Y Eva, con toda su prosperidad, cayeronen la esclavitud de Satanás. El pecado entró enel mundo humano mediante la ofensa de unhombre, Adán, y todos llegamos a ser pecadores."Por tanto, como el pecado entró en el mundopor un hombre, y por el pecado la muerte, así lamuerte pasó a todos los hombres, por cuantotodos pecaron" (Romanos 5:12). Como conse­cuencia del pecado, tuvieron que morir, "porquela paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23).La palabra griega que se tradujo muerte es tha­nateos, que significa: estar separa.do. Tan prontocomo la muerte entró en la sociedad humanamediante el pecado, se cortó el diálogo del hom-

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92 Orando con Cristo

bre con Dios. Tan pronto como el hombre quedóseparado de Dios, la fuente de la vida, el hombremurió. Tan pronto como estuvo separado de lasdemás criaturas que él gobernaba, todo se de­sequilibró. Tan pronto como la rectora mano deDios se apartó, las enfermedades entraron en elcuerpo humano. Además, el inextinguible fuegodel infierno está esperando para castigar eter­namente a todos los que no han vuelto a Jesús apedirle el perdón de los pecados, y recibirlo.

Puesto que los hombres y las mujeres, quienesfueron creados a la imagen de Dios, son seresespirituales. tienen el anhelo de ser liberados delpecado y de la muerte. Pero sin pagar comple­tamente la deuda que corresponde por causa delpecado, nadie puede escapar del dominio de Sa­tanás. Nadie puede librarse de la muerte final.Por el hecho de que no hay uno en el mundoque no cometa pecado, es una necedad esperarque otra persona de este mundo pueda ser sal­vador personal eficiente.i La raza humana necesitó de alguien que nosayudara, alguien que solucionara el problema dela muerte. Ese alguien no podía ser de la raza deAdán; sin embargo, tenía que ser humano, noangélico, porque tenía que expiar el pecado delhombre. Tenía que ser sin pecado, debía ser hu­mano, uno que tuviera, como nosotros, oídos,ojos, boca y nariz. Además, tenía que ser alguienque estuviera dispuesto a pagar 10 que nosotrosdebíamos por ((ausa del pecado; a tomar sobre sínuestra redencióny pagar el precio por nosotros.Desde el punto de vista humano, eso era abSD-

Perdónanos nuestras deudas 93

lutamente imposible. Sin embargo, el hombre te­nía que ser librado del pecado y de la muerte pormedio de un redentor.

Tan imposible misión tenía que cumplirse. To­dos los deseos y esperanzas, los suspiros y anhe­los del hombre desde la creación, se pueden ex­presar en una sola frase: liberación del pecado ydel diablo. ¿Se perdió ese clamor en el aire en­rarecido como un sonido que no tiene eco? No.llegó al trono de Dios,Yel plan divino se cumplió.Jesucristo vino a salvar a la humanidad.

La respuesta divina: JesucristoDios ordenó que su inmaculado Hijo, Jesu­

cristo, se vistiera de carne humana y muriera enlugar del hombre. "Porque de tal manera amóDios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito,para que todo aquel que en él cree, no se pierda,mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).

Por la gracia de Dios, Jesucristo nació de lavirgen María, en un pesebre de este mundo, enBelén, hace dos mil años.

Tal como la Biblia nos díce: la simiente de lamujer habría de herir la simiente de la serpiente(Génesis 3:15). Jesús fue concebido de la simientede la mujer, pero sin un padre natural. Engen­drado por el Espíritu Santo, Jesús no vino de lasimiente del hombre, pero poseía sangre impe­cable.

Jesús se hizo carne para llegar a ser el sacrificioque haría expiación por los pecados de la hu­lI,lanidad. Por esa razón, Juan el Bautista, cuandose.encontraba en la ribera del río Jordán, exclamó:

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94 Orando con Cristo

"He aquÍ, el Cordero de Dios que quita el pecadodel mundo" (Juan 1:29). En Romanos 4:25 tambiénleemos que Jesús "fue entregado por nuestrastransgresiones, y resucitado para nuestra justi­ficación".

Por amor a nosotros y en nuestro lugar, Jesústomó sobre su cuerpo todos los pecados: iniqui­dad, fealdad, maldición y desesperación delmundo.

Arriba, entre el cielo y la tierra, fue colgadoJesús con sus manos y sus pies clavados en lacruz, su cabeza herida por la corona de espinas,y su costado perforado por una lanza. Mediantetodos esos sufrimientos, Jesús boITÓ para siem­pre nuestros pecados delante de Dios.

Puesto que Dios satisfizo nuestros deseos alenviar a su Hijo, y preparó el camino medianteel cual podemos ser librados del pecado y de lamuerte, sólo necesitamos aceptar la redenciónque proveyó. Necesitamos recibir a Jesucristo, elHijo del Dios viviente, como nuestro Salvadorper­sonal. Aunque Dios dio a su Hijo para todos no­sotros, El no puede obligmnos a aceptarlo comonuestro Salvador. Tal como sucedió en el huertode Edén, ahora también cada persona tiene quetomar la decisión y confesarla verbalmente. Lapersona que cree y confiesa es librada del poderde la muerte; la persona que no acepta por la fe,continúa bajo el poder de la muerte.

Puesto que Dios perdonó nuestros pecados pormedio de Jesucristo, nuestro problema con res­pecto al pecado ha sido solucionado. Si vamos alinfierno, sólo será porque no hemos aceptado, el

Perdónanos nuestras deuda.~ 95

perdón gue Dios nos ha ofrecido.'Cuando Andrew Jackson era presidente de lo~

Estados Unidos de América, un hombre llamadoGeorge Wilson descubrió a un ladrón que robabaalgo en una oficina de correo. Wilson le disparóal hombre y lo mató. Fue arrestado, declaradoculpabley sentenciado a muerte. Pero por causasde las circunstancias del delito, el presidenteJackson fumó un perdón especial que lo librabade toda responsabilidad. Entonces la histori~llega a ser rara. Wilson se negó a aceptar el per­dón, y como consecuencia se produjo un pro­blema legal. Posteriormente hubo apelación antela Corte Suprema de Justicia donde JoOO Mars­hall, el juez principal, dio un famoso veredictoque es el siguiente:

La declaración de perdón es sólo unpedazo de papel, pero tiene el poder deperdonar si lo acepta la persona que esobjeto del perdón. Sí la persona que esobjeto de perdón se niega a aceptarlo, nopuede ser absuelta. Por tanto, debe eje­cutarse la sentencia de pena de muertedictada contra George Wilson.

george Wilson fue perdonado; pero por ha:~rse negado a aceptar el perdón. fue ejecutado.

Nuestra situación es precisamente como esa.Dios ha perdonado los pecados de la humanidad.Hoy el Espúitu Santo de Dios está proclamandoa todos: "Sus pecados han sido perdonados, perotienen que acudir a Jesucristo y aceptar el per-

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dón." El perdón de Dios ha sido dado, pero mu­cliaSpérsonas no lo aceptan. No hay saIvacíonpara quienes se niegan a aceptar el perd6n; seenfrentarán a la ejecución, y los úrucos cülpablesson ellos mismos.

C;;uando Jesucristo perdonó nuestros pecados,no sólo perdonó nuestros pecados pasadosy~­sentes. El hizo expiación por todos los eca osde nuestra vida, mc uso los futuros; hizo la ex­Fliación una vez por todas.

LeemOS en Hebreos 10:14-18:

porque por una sola ofrenda hizo per­fectos para siempre a los santificados. Ynos atestigua lo mismo el Espíritu Santo;porque después de haber dicho: Este esel pacto que haré con ellos después deaquellos días, dice el Señor: Pondré misleyes en sus corazones, y en sus menteslas escribiré, añade: Ynunca más me acor­daré de sus pecados y transgresiones.Püés donde hay remisión de éstos, no hayn~ás ofrenda por el pecapo. -

Por el hecho de que nuestro Señor hizo la ex­piación por nuestros pecados mediante unaofrenda, una· vez por todas, ya no necesitamosofrecer sacrificios por los pecados. Nuestros pe­cados ban sido borrados. Hemos sido absueltosy quedamos en libertad. Si usted cree en Jesu­cristo como su Salvador y acepta el perdón deDios será justificado delante de El. Será reco-, - --nocido como una persona gue nunca ha pecadoy tendrá el privilegio de presentarte delante d~-

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~atanás no podrá acusarle ante el trono deDios porque sus pecados están bajo la sangre deJesucristo.

Como nosotros perdonamosa nuestros deudores

Para disfrutar del perdón que Dios nos ha dado,hay una condición que tenemos que cumplir.~os nos da la gracia del perdón continuamentecuando perdonamos a otras personas. -

Si albergamos odio en nuestro corazón y nosnegamos a perdonar a otras personas que noshan hecho mal, el perdón que ya hemos recibidono se nos aplicará. Al contrario, desde ese mo­mento en adelante será cancelado el perdón quenecesitamos para nuestras faltas posteriores.

Jesús dio una parábola acerca de dos deudores.El uno le debía al rey cien mil talentos (que equi­valen a unos 175 millones de dólares estadou­nidenses), y el otro le debía al primer deudor ciendenarios (que equivalen a unos dieciséis dólaresestadounidenses). El rey le perdonó la deuda alhornQre que le debía la enOInle suma. Pero aquelhombre no tuvo compasión del que sólo le debíauna pequeña cantidad. Cuando el rey descubriólo que había ocurrido, se enfureció.y castigó alhombre malvado. Aquí Jesús nos enseñó la lec­ción de que debemos perdonar las faltas y losp~rjuicios que nos han hecho otras personjiS, dela manera en que hemos sido perdonados.,El dijo:"Así tarpbién mi Padre celestial hará con vosotrossi no perdonáis de todo corazón cada uno a suhermano sus ofensas" (Mateo 18:35).

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98 Orando con Cristo

Hay una relación directa entre la manera enque perdonamos a nuestros enemigos y la ma­nera en que seremos perdonados. Cuando Caínmató a su hermano, Abel, Dios le preguntó:"¿Dónde está Abel tu hermano?" Caín respondió:"No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?"(Génesis 4:9).

Pero en realidad somos guardas de nuestroshermanos. Dios hizo a los humanos como se~s

sociales. En el libro de Génesis leemos: "y dijoJehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo;le haré ayuda idónea para él. .. Por tanto, dejaráel hombre a su padre y a su madre, y se unirá asu mujer, y serán una sola came" (Génesis 2:18, 24).

A partir de la creación de la mujer, el hombreha vivido con otros seres humanos. Estamos des­tinados a vivir juntos como parejas, como padrese hijos, como vecinos. Mientras que se viva encomunidad, no puede hacerse pregunta tan irres­ponsable: "¿Soy yo acaso guarda de mi ñ~mano?" Por esa razón, Jesús nos enseña a orar:;;pa-dre nuestro...", en vez de decir "Padre mío".

Cuando las personas viven en conjunto, el p~­cado entra inevitablemente en sus relaciones. Na­die es perle(jto. Todos tienen rasgos negatiyós depersonalidaQ y de carácter: egoísmo, orgullo, en­vidia, ambición. Dondequiera que las personas sereúnen, las diferencias de caráctery personalidadse ha!Jen evidentes, y causan tensión y dolor. Amedid!! que el tiempo pasa, el remordimiento d~l

I!-asaqo se convierte en odio del presente, y esaes la manera como este mundo ha llegado a estarlleno de envidia, celos, calamidad y asesinato.

Perdónanos nuestras deudas 99

"Pero los impíos son como el mar en tempestad,que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojancieno y lodo. No hay paz, dijo Dios, para los im­píos" (Isafas 57:20, 21).

¿.Cómo podemos vivir en paz y armonía conotras personas, olvidar los viejos resentimientosy aceptar la sanidad de Dios? Con el progreso delos conocimientos, hemos inventado toda clasede comodidades. Pero hay un campo en el cualno se ha visto progreso en absoluto: el campo dela capacidad social. A pesar de nuestro destinocomunitario, parece que el hombre intenta con­tinuar haciendo armas que peIjudiquen y matena los demás.

No hay nadie que pueda resolver ese problemade enemistad y odi9' sino Jesucristo. El nos haperdonado e insiste en que oremos: "y perdó­nanos nuestras deudas, comó también nosotrosperdonamos a nuestros deudores." Es intere­sante que inmediatamente después de terminaresa oración que Jesús enseñó a sus discípulos,El volvió al tema del perdón. En Mateo 6:14 y 15,El continúa diciendo: "Porque si no perdonáis alos hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padrecelestial; os perdonará vuestras ofensas."

Un día Juan Wesley se encontró con uno desus amigos en la calle. No se habían visto poralgún tiempo y Wesley le dijo:

- Oí que usted y el señor Fulano de Tal seenemistaron. ¿Ha vuelto a hablarle?

-¡Nol- respondió -. ¿Por qué debo hacerlo?El tiene la culpa. Nunca lo perdonaré, porque yofui el que recibí la injuria.

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100 Orando con Cristo

- Entonces -le respondió Wesley mirándolodirectamente -, usted jamás debe volver a co­meter pecado. Pienso que no puede decir quenunca ha cometido un pecado. Hasta ahora lo hapodido decir porque alguien le ha perdonado susfaltas. Pero si usted dice que no quiere perdonara alguno que lo ha ofendido, de ahora en adelantetampoco espere recibir el perdón de nadie.

Ante esto, el hombre bajó su cabeza y conamargura se arrepintió de sus pecados.~no queremos perdonar las faltas de nuestro

P..I'Ójimo, no podemos cometer pecado. El esposoque no quiere perdonar Ias faltas ditsu esposa,no puede cometer ninguna falta. La esposa queno quiere perdonar las faltas del esposo, tampocopuede cometer faltas. Si no, se perdonan el unoal otro, estas~ de ellos no pueden ser per­donadas.

Todas las personas se sanan mutuamente al2efdonarse unas a 0rra.s. Nadie es tan justo queI\Q necesite ser perdonaq,o. Las cordiales manosdel perdón comienzan a sanar las heridas caside inmediato. Nunca debemos olvidar que nues­tra justicia se la debemos al perdón que recibimosde Dios; cuando perdonamos los pecados o lasfaltas que otros han cometido contra nosotros,nuestras deudas son perdonadas. Recibimos elperdón de Dios cuando perdonamos las ofensasque otros han cometido contra nosotros.

Debido a que Dios nos ha perdonado,Jenemosla deu~a del perdón hacia los demás. El apóstolPablo dijo: "A griegos yana griegos, a sabios y ano sabios soy deudor" (Romanos 1:14). Si un hom-

Perd6nanos nuestras deudas 101

bre como el apóstol Pablo fue deudor, entonceslas personas como usted y como yo somos deu­dores que debemos aun más. Yo debo perdonara 0n:os día tras día, de la misma manera en quehe SIdo perdonado. Debemos hacer lo mejor quePEdamos para pagar la deuda del perdón durañteel tiempo de nuestra vi~. ..

El costo del perdónEl perdón produce hermosos resultados.

D.Qnde hay perdón. h~ eieJn. porque el Dios delP!rdón está allí por medio del Espúitu Santo. ¿Esfácil para cualquiera perdonar con la pura fuerzade la voluntad? Los que sinceramente han per­donado las faltas y los errores de otros respon­derían que no. ¿Cómo perdona uno?

.El. perdón siempre demanda un precio de s.u­frlImento. una CftW. Nunca piense que el perdónque Dios nos otorgó no le costó nada a El. Lecostó el sacrificio de su propio Hijo. Aunqu; éra­mos los que habíamos pecado, Jesús tuvo quetomar los pecados sobre sí. El perdonador, no el~erdonado, pagó el prec~o. De igual manera, siliemos de perdonar a otros, nos costará sufri­miento, una cruz. ¿Por qué? No es posible gueperdonemos a otros mientras insistamos eñ~~estrasopiniones, derechos y prejuicios. Al c~­cificar nuestro orgullo, nuestra iray nuestros ma­los pensamientos, podemos perdonar comple­tamente, con nuestro corazón y también connue~traboca. Para perdonar a otros, tenemos quemOrir a nosotros mismos. Mientras no sucedaeso, surgirán continuamente el odio, el orgullo,

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102 Orando con Cristo

los malos pensamientos y los resentimientos, ybloquearán nuestra capacidad para perdonar. So­mos liberados de nuestro egocentrismo al per­donar, y somos liberados de nuestra obstinación,nuestra arrogancia y nuestras afirmaciones denuestro YOj entramos en la verdadera libertad deDios. .

Corrie ten Boon, quien pasó los últimos añosde su vida en los Estados Unidos de América, fueuna famosa predicadora holandesa para el des­pertamiento de la Iglesia. Durante la SegundaGuerra Mundial, ella y su familia fueron arres­tados y llevados a los campos de concentraciónnazis. Fueron acusados de haber escondido ju­díos en su hogar. Su padre y su hermana murie­ron en los campos y Corrie regresó sola al hogar.De.spués de la guerra, mientras predicaba, ellaoyó que el Espúitu Santo le .decía: "El puebloalemán está sufriendo de una profunda herida.Vé y predícale el evangelio."

Al oír eso, Corrie se fue a Alemania a predicar.Después de un sermón en particular que predicósobre el perdón, much~personas lloraban mie~­

tras confesaban sus pecados. Muchos esperaronp!U'a estrecharle la.mano cuando bajara de la pla­taforma. Mientras los saludaba con gozo uno poruno, apareció en la fila un hombre que tenía sumano extendida. Tan pronto como ella lo vio,sintió que su corazón dejaba de latir. El habíasido un guardia en Ravensbruck, el campo deconcentración donde ella y su hermana habíanestado encarceladas. Los prisioneros tenían quepasar desnudos delante de él, cuando eran lle-

Perdónanos nuestras deudas 103

vados a ese campo, y con frecuencia les negabael alimento.

Dolorosos recuerdos de aquellos años terriblesse presentaron en la mente de Corrie. El hombreno la reconoció como una prisionera, pero ellasabía que nunca podía olvidar la cara de él, nisiquiera en un sueño. Elle dijo que, después dehaber servido como guardia en Ravensbruck, élhabía llegado a ser cristiano. "Yo sé que Dios meha perdonado todas las crueldades que hice allíjpero me gustaría oírlo de sus labios también. ¿Meperdonará?"

Pasó ante sus ojos la imagen del cadáver de suhermana, y revivió el amargo recuerdo de su pro­pio sufrimiento. Aunque sólo fue por algunos se­gundos, le pareció como si estuviera allí duranteaños. Finalmente hizo una oración: "Señor, nopuedo perdonar a este hombre. ¡Ayúdame!"

Ella decidió que sí podía, por lo menos, levantarla mano, y al hacerlo, la vida resucitada de Je­sucristo fluyó en el corazón de ella, y perdonó alantiguo guardia. Todos los sentimientos de amar­gura desaparecieron y fueron reemplazados porel gozo y el poder del Señor. Posteriormente elladijo que se había sentido como si tuviera diezaños menos. Durante años después de esto, Co­rrie viajó por todo el mundo predicando el amory el perdón de Cristo.

~l que perdona siempre tiene una respQn~ª­

bilidad: tirarse ante la Cruz de Cristo. crucificar~"u egocentrismo, su orgullo, su ira y las afirma­ciones de sí mismo. Cuando hacemos eso, Diosderrama abundantemente su vida resucitada, su

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104 Orando con Cristo

sanidad. Las relaciones entre padres e hijos, entrelos amigos, vuelven a resucitary cambian nuestravida en vida nueva. Cuando nuestras antiguasheridas son sanadas quedamos libres de todoodio, y podemos disfrutar de la felicidad y el gozo.

Numerosas personas sufren sin necesidad en­fennedades físicas causadas por la enemistad yel odio. Las relaciones familiares se destruyendebido a los resentimientos y al odio. ¿Cuántospadres están alejados de sus hijos? ¿Cuántasamistades se enfrían por causa del odio y el ren­cor? El perdón es el único elemento indispen­sable para sanarnos.

La oración, según las enseñanzas del Señor Je­sús: "y perdónanos nuestras deudas, como tam­bién nosotros perdonamos a nuestros deudores"¡es la clave que nos capacitará para tener una vidafeliz. La verdadera libertad viene después que ha­cemos esa oración y practicamos esa clase deperdón.

El Señor nos enseñó que debemos perdonar yestar reconciliados antes de ofrecer nuestro sa­crificio. En Mateo 5:23, 24 leemos: "Por tanto, sitraes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de quetu hennano tiene algo contra ti, deja allí tuofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate pri­mero con tu hennano, y entonces ven y presentatu ofrenda."

Dios responde la oración de aguel que perdo.!!"a~ ésta reconciliadp. Si tenemos resentimientos yodios en nuestro corazQn, Dios no puede ol?nuestras oraciones. por más que clamemos confervor a El. Tal como el Señor lo dijo, debernos--

Pernónanos nuestras deudas 105

preocuparnos de que el perdón de El fluya ennosotros, al perdonar a aquellos que nos hanofendido.

"Yperdónanos nuestras deudas, como tambiénnosotros perdonamos a nuestros deudores."Cuando oremos usando esa parte del Padre­nuestro día y noche, se sanarán nuestro espírituJ

nuestra alma y nuestro cueIpo. Luego con fe, es­peranza y amor, que fluyen abundantemente en­tre nosotros, siempre podremos marchar ade­lante hacia un mañana mejor, aunque tengamosfaltas o tendencias pecaminosas, aunque tenga­mos choques personales o diferencia de opinión.

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5No nos metasen tentación

Dios es nuestro Padre. Somos hijos del Diostodopoderoso y omnipotente. Como los hijos pi­den ansiosamente ayuday protección del peligro,así nosotros podemos pedir que Dios no nos dejecaer en tentación.

Pero antes de hacer esta oración, debemos te­ner un entendimiento correcto de lo que significala palabra tentación, que usó Jesús. ¿Quiere Dioslibramos de la tentación? ¿Puede Dios hacer eso?¿Qué podemos hacer para no caer en tentación?

La palabra tentaci6n no se oye con frecuenciaen círculos no cristianos. Pero los creyentes de­cirnos con frecuencias cosas como éstas: "El diá­cono Fulano de Tal ha caído en tentación." "Hevencido la tentación." "Ore para que no caiga ententación."

Casi todos empleamos esa palabra sin enten­der plenamente su profundo significado. ¿Quésignifica la palabra tentaci6n? Se tradujo de dospalabras griegas. La primera, dokimadzo, se re­fiere a la prueba que Dios nos presenta para dar-

No nos metas en tentaci6n 107

nos mayores bendiciones al probamos y reco­nocer nuestra fidelidad.

Si nos empeñamos en vivir de una manera vic­toriosa, Dios nos probará con dokimadzo. Elquiere probamos para recompensamos con bue­nas cosas, para reconocemos y calificamos conel fin de otorgamos mayores bendiciones o uti­lidad en su obra. Cuando las personas ponen aprueba un buey para saber si es bueno, estánpracticando dokimadzo. El diablo nunca nos so­mete a esa clase de prueba que nos califica pararecibir una recompensa. Ese no es el significadode la palabra tentación, que ahora estamos es­tudiando en el Padrenuestro.

La palabra griega se refiere a la tentación acom­pañada de prueba, sufrimiento y tribulación. Al­gunas veces esa clase de tentación, peiradzo,viene de Dios, y otras veces de Satanás. Analice­mos los diferentes motivos que entran en esa ten­tación.

La palabra que Jesús empleó cuando dijo: "Nonos metas en tentación", se refiere a la tentaciónque roba, matay destruye a las personas que caenen ella. Pocas personas que han pasado por esatentación continúan en buenas condiciones.

La voluntad de Dios es que no caigamos enuna tentación que nos destruya a través del su­frimiento, la tribulación y la prueba. El hecho deque Cristo nos encomendó que oráramos paraque no caigamos en tentación, demuestra la vo­luntad de nuestro amante Dios de oír nuestraoración. Cuando oramos para que no caigamosen tentación, debemos tener fe en que, mediante

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108 Orando con Cristo

la oración, la mano extendida de nuestro pode­roso Dios nos librará de la tentación del diablo.

Prueba, sufrimiento y tribulaciónque Dios permite

Aveces Dios nos somete a prueba, sufrimientoy tribulación para detenninar nuestra fidelidad.Si decimos: "Señor, Señor", con nuestros labios,pero vivimos de una manera engañosa, El permiteque pasemos por tentación a fin de poder distin­guir nuestra fidelidad.

Mientras los hijos de Israel vagaron por el de­sierto durante cuarenta años. Dios los probó.Aunque ellos decían: "Señor", con sus labios, sucorazón estaba lejos de Dios. Cuando las cosasmarchaban bien, ellos alababan a Dios; perocuando las circunstancias eran desfavorables, ledaban las espaldas a Dios. Por causa de esa ten­dencia, Dios probó a los hijos de Israel para sabersi ellos sinceramente confiaban en El. En con­secuencia, todo el pueblo que salió de Egipto,excepto Josué y Caleb, murió en el desierto. Aun­que llegaron a un lugar desde el cual pudieronver a Canaán, la tierra que fluía leche y mil, nopudieron entrar en ella.

Dios también probó a Abraham con una pruebade su obediencia. Dios le dijo a Abraham quetomara a su único hijo, Isaac, y lo llevara a unmonte de la tierra de Moriah, y lo ofreciera ensacrificio, como un holocausto. Isaac había na­cido en la vejez de Abraham, y nada hubiera po­dido ser una pruebay una tribulación más severaque esa petición. Se levantó una tormenta en el

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corazón de Abraham, y lo inundó la desespera­ción.

¿Por qué Dios sometió a Abraham a tan grandeprueba, peiradzo, para que pasara por sufri­miento y tribulación? Porque Abraham estaba in­clinado a amar a Isaac más que a Dios, Al ver queAbraham estaba en peligro de traicionarlo y de­sobedecer, Dios decidió probarlo. Abraham saliócon éxito de la prueba que había de determinarsi era obediente o no. En obediencia al manda­miento de Dios, Abraham llevó a su único hijo almonte, lo ató y lo colocó sobre una pila de leña.¿Puede usted imaginar el dolor y la angustia queAbraham como padre debió de haber sentido, allevantar un cuchillo para matar a Isaac'? Al ver laverdadera obediencia de Abraham, Dios lo libróde la prueba y le dijo:

De cierto te bendeciré, y multiplicaré tudescendencia como las estrellas del cieloy como la arena que está a la orilla delmar; y tu descendencia poseerá las puer­tas de sus enemigos.

Génesis 22:17

Por supuesto que habría sido mucho mejorpara Abraham si no hubiera sido sometido a talprueba. El fue probado con peiradzo porqueamaba a Isaac más que a Dios; pero pasó conéxito la prueba a causa de su fe, y por tanto,recibió la bendición. Dios nos exceptúa de esaclase de pruebas si de todo corazón le somosfieles, Y debemos pedir que seamos suficiente-

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mente fieles para que no seamos llevados a esaclase de prueba.

Si amamos al mundo más que a Dios, El inclusonos someterá a prueba, sufrimiento y tribulación.Cada vez que oramos: "Señor, no nos metas ententación", debemos examinar nuestro corazóny preguntarle a Dios: "Señor, ¿estoy viviendo obe­dientemente delante de ti?"

La tentación procede del diabloEl diablo también trata de metemos en prueba,

tentación y sufrimiento¡ pero con una intencióntotalmente diferente. El quiere robamos, matar­nos y destruir nuestra fe. La mayor parte de latentación peiradzo a que somos sometidos, vienedel diablo. Dios raras veces nos somete a esa clasede pruebas, como lo hizo Abraham.

Cuando nos empeñamos en vivir por fe y creeren Jesucristo como nuestro Salvador, el diablonos tienta por todos los medios posibles paraquitamos esa fe.:Las pruebas que se registran enHebreos 11:36-38 pertenecen a esta clase de prue­bas procedentes del diablo:

Otros experimentaron vituperios y azo­tes, y a más de esto prisiones y cárceles.Fueron apedreados, aselTados, puestos aprueba, muertos a filo de espada¡ andu­vieron de acá para allá cubiertos de pielesde ovejas y de cabras, pobres, angustia­dos, maltratados¡ de los cuales el mundono era dignO¡ errando por los desiertos,por los montes, por las cuevas y por lascavernas de la tierra.

No nos metas en tentación 111

Esas personas tenían fe, pero el diablo las sa­cudió con prueba, tribulación y sufrimiento a finde quitarles la fe. Nuestro Señor dijo que debemosorar para no caer en esa clase de tentación pro­movida por el Satanás.

Mientras Corea estuvo bajo el dominio japonésdurante treinta y seis años, el pueblo japonésencarceló y mató a muchos pastores, y persiguióa los líderes de la iglesia. Satanás hizo que Coreafuera sometida a una severa tentación, de pruebay tribulación para desterrar el cristianismo. Du­rante la guerra coreana, los comunistas destru­yeron más de doscientas sesenta iglesias. Dis­pararon contra más de doscientos treinta pas­tores y los mataron. Secuestraron a muchos mi­nistros y creyentes, y los llevaron a Corea delNorte. Eso también fue una tentación o pruel}ade Satanás. Nuestro Señor dijo que debemos orarpara no caer en esa clase de tentación que des­truiría a la iglesiay a los creyentes, lo cual alejaríala gloria de Dios de esta tierra.

Con respecto a la tentación que el diablo da ala Iglesia, la Biblia dice: "No temas en nada lo quevas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunode vosotros en el cárcel, para que seáis probados,y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hastala muerte, y yo te daré la corona de la vida" (Apo­calipsis 2:10).

El diablo nos tienta para destruirnos, debili­tando nuestra fe¡ y frenéticamente nos tienta parahacemos caer en la trampa del pecado. Adán yEva tropezaron en esa misma clase de tentacióna causa de los deseos de la came, de los deseos

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de los ojos y de la vanagloria de la vida.Cuando Jesús hubo ayunado cuarenta días, Sa­

tanás trató de tentarlo. Al percibir que Jesús teniahambre, Satanás lo desafió tentándolo a que con­virtiera piedras en pan. Luego lo tentó llevándoloal pináculo del templo y díciéndole que se lan­zara desde allí. Por tercera vez Satanás tentó aJesús díciéndole que le daría todos los reinos delmundo si se postraba ylo adoraba.

Aun hoy, nuestro enemigo emplea varios mé­todos para atraparnos. Si caemos en tal tentación,seremos quebrantados y atrapados en la miseria.Esa es la razón por la cual nuestro Señor nos díjoque oráramos para que no caigamos en tentación.

¿Por qué caemos en la tentaciónpeiradzo?

Según Santiago 1:14, 15, "... cada uno es ten­tado, cuando de su propia concupiscencia esatraído y seducido. Entonces la concupiscencia,después que ha concebido, da a la luz el pecado;y el pecado, siendo consumado, da a luz lamuerte."

Dios pennite que seamos sometidos a trIbu­lación y aflicción (aunque seamos heridos y su­framos severos dolores), porque El quiere ver queestemos en buena relación con El. El quiere quenos arrepintamos y nos volvamos de los caminosque conducena la destrucción, antes que nuestraconcupiscencia conciba y dé a luz el pecado yfinalmente la muerte.

El díablo, sin embargo, nos tienta cuando nues­tra fe se debilita. Nos tienta cuando dejamos de

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leer las Sagradas Escrituras, cuando descuidamosla oración, cuando ya no estamos llenos del Es­píritu Santo, y cuando nuestro seIVicio a Diospierde entusiasmo. Si nuestra fe gradualmente seenfría, nuestro amor a Dios es reemplazado porel amor hacia el mundo; si comenzamos a andaren consejo de malos, estar en camino de peca­dores ya sentarnos en la silla de escarnecedores,caeremos en la tentación del diablo. Si somosatrapados en esa trampa de la tentación, el ma­ligno nos roba nuestra fe y nos deja condenadosa una vida de miseria. El diablo trata de tentamoscon el apetito del mundo, la aVaIicia del dineroy los deseos de la came. Puesto que recibimosesos deseos de Dios, es natural que los disfru­temos dentro del límite señalado por El. Nuestrodeseo de usar buena ropa o de vivir en lugarescómodos no es malo en sí mismo. Y el poder quese obtiene por medios legales es dado por Dios.Pero cuando pasamos más allá de los límites deDios y nos volvemos glotones que vivimos paracomer, o nos dejamos dominar por la avaricia dehacer dinero por medios ilícitos o falsos, el diablose introduce con seguridad y nos mete en unabismo intenninable de destrucción. ¡Qué grannúmero de personas caen en destrucción porcausa de que se dedican a hacer fortuna de unamanera ilicita, a ser indulgentes en el lujo y enel robo!

Cuando somos dominados por el apetito delpoder y consumidos por el orgullo, la tentacióndel diablo gana. Los intentos de tomar el poderpor medios ilegales, como lo hizo el presidente

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Kim Il-Sung de Corea del Norte, al sacrificar in­contables vidas para satisfacer su ambición per­sonal, pertenecen al orgullo de este mundo. Elque cae presa de esa tentación llega a ser sujetodel juicio de Dios y va a la ruina. Los que estándominados por los deseos de la carne, los deseosde los ojos y la vanagloria de este mundo, parecenvivir con comodidad, gloria y honra; pero Dios,quien sabe todas las cosas, los juzgará; el placeres sólo temporal.

¿Cómo podemos impedir la caída ententación?

Jesús dijo que debemos orar para no caer ententación de la prueba, la tribulación y el sufri­miento, ya sea la que Dios permite o las que eldiablo traiga sobre nosotros. Si oramos, Dios nossostendrá para que no caigamos en la trampa.

¿Cómo, entonces, puede Dios guardarnos paraque no caigamos en la tentación que conduce ala tribulación, el sufrimiento y la mina, que nosroba, mata y destruye? Debemos tener en mentevarias cosas para poder resistir la tentación conéxito.

El conocúDíento de la Palabra de DiosEn primer lugar, debemos tener conocimiento

de la Palabra de Dios. Cuando Jesús terminó deayunar cuarenta días, y Satanás lo metió en ten­tación, Jesús no se basó en ninguna teorla. Elrechazó la tentación del diablo citando la Palabrade Dios: "Escrito está..." La Palabra de Dios es lasabidurla de la sabidUIÍa y el conocimiento de

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los conocimientos. Ella brilló y brilla como la luzen medio de la oscuridad. Cuando Satanás tratóde tentarlo a pedir que El convirtiera las piedrasen pan, Jesús respondió: "Escrito está: No sólode pan vivirá el hombre, sino de toda palabra quesale de la boca de Dios" (Mateo 4:4). Cuando Sa­tanás trató de tentarlo para que se lanzara delpináculo del templo, Jesús citó la Palabra de Dios;Satanás lo desafió:

Si eres Hijo de Dios, échate abajo; por­que escrito está: A sus ángeles mandaráacerca de ti, y, en sus manos te sosten­drán, para que no tropieces con tu pie enpiedra. Jesús le dijo: Escrito está también:No tentarás al Señor tu Dios.

Mateo 4:6,7

Luego Satanás llevó a Jesús a un monte alto yle mostró todos los reinos del mundo. Le dijo quedarla todo a Jesús si sólo se postraba y adorabaa Satanás. Esa vez Jesús respondió: ..... escritoestá: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo seIVirás"(Mateo 4:10).

Satanás luego dejó a Jesús, y los ángeles vinie­rony le seIVÍan. Si atesoramos en nuestro corazóntoda la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis,siempre podemos deITOtar las más engañosasasechanzas de Satanás, porque podemos ver latrampa.

Un hombre acudió a mí en busca de consejo.Me dijo:

- Pastor, tengo dos esposas. Después de mimatrimonio legal, establecí otro hogar con una

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mujer con la cual trabajaba. Ambas mujeres meamany yo las amo a las dos. No puedo abandonara ninguna de ellas. Cada una dice que no puedevivir sin mí. Puesto que yo trabajo fuertementepara sostener los dos hogares, creo que estoymanifestando caridad y haciendo lo correcto. Sinembargo, pienso en ello y padezco insomnio porlas noche.

Obviamente él había caído en la trampa deldiablo, pero no estaba enterado de ello. Le res­pondi:

- ¿Ha oído usted alguna vez la Palabra deDios? Uno de los diez mandamientos dice queno debemos cometer adulterio. Jesús tambiéndijo que no debemos cometer adulterio, que esprecisamente lo que usted está haciendo.

- ¿Qué haré entonces? Si dejo de ir a una delas dos casas, esa mujer se morirá de hambre yhay hijos.

- Ajuste su vida de tal manera que no viole laley de la moralidad. Usted puede proveer lo ne­cesario para la mujer de la cual se separe, y es­cuela para los hijos. Cuando usted haga eso, es­tará haciendo lo correcto delante de Dios.

Si tenemos un conocimiento seguro de la Pa­labra de Dios, podemos resistir al diablo de unamanera resuelta, sin importar la manera sutil enque trate de atraparnos. Cuando no dependemosde la Palabra de Dios, sino que tratamos de re­solver nuestros problemas a nuestra manera ysegún nuestra sabiduría humana, caemos en latrampa del diablo.

No nos metas en tentación 117

Wvir por feEn segundo lugar, debemos vivir por fe.

Cuando el diablo nos tienta, nos causa intran­quilidad y temor. Basado en nuestro ambiente:lo que vemos, oímos, tocamos, Satanás susurra:"Has fracasado. Ahora morirás. Estás aITUinado.Todo ha terntinado." .

Si vivimos por fe, sin embargo, podemos con­fesar nuestra fe y marchar adelante diciendo:";;"Yo_((reo"; aunque no haya ninguna señal que vea­mos, oigamos o toquemos, que pueda estimular­nos. ¿Por qué? Porque questra fe está fundadasobre la Palabra de Dios que no pasará. Cuandonos movemos haCIa adelante teniendÓla Palabrade la promesa, podemos pasarporel oscuro túnelhacia la luz en lado de afuera. Las palabras delhombre y del reino de esta tierra pasarán; lastendencias de los tiempos cambiarán. Pero ni unajota ni una tilde será abolida de la Palabra deDios. Para mantenemos firmes contra la tenta­ción, debemos vivir por fe, el fundamento de lacual es la Palabra de Dios.

Ser fieles a Dios~nemos que ser fieles a D!os. Todas las per­

sonas se dedican a alguna cosa. Uno vive paraganar dinelp, otro para ganar'pod~r.Algunos vi­ven para el"plac~ry otros están consumidos porel deseo urgente del juego. Cualquier cosa quese~s tienen algo para lo cual vive!1' Los cris­tianos, sin embargo, primero debemos ser fielesal altar de Dios; debemos buscar el reino de Diosy su justicia. Debemos amar a Dios y seguirlo con

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todo nuestro corazón, alma y mente. Cuando lohacemos así, Dios nos ayuda para que no cai­gamos en tentación. Si Dios no está en el centrode nuestra vida, caeremos en la tentación per­~tida por Dios y en la tentación instigada porel diablo.

Persererar y dar gracias a DiosQ,lando la prueba le viene a usted, no se queje

.. ni murmure. Cuando hace eso, pronto comienzaa hablar más acerca del diablo que de Jesucristo.

Cuando los hijos de Israel fueron probados enel desierto, continuamente murmuraban y sequejaban.y suspiraban. No reconocían que Dio~

los estaba dirigien~o. En consecuencia, fueronabsolutamente destruidos. Aunque la murmu­racióny las quejas se justifiquen, discipline u~~dsus pensamientos, porque la murmuración y elhecho de estar encontrando faltas en otras per­sonas le favorece al diablo una buena oportuni­dad para destruirlo a usted. A medida que ustedaprende a dar gracias a Dios por,todo, recibe laayuda del Señor para vencer la tentación.

Un hombre fue sentenciado a cincuenta añosde cárcel cuando tenía cuarenta años de edad.Parecía que no había posibilidades de que'pu- .diera llegar a la libertad. Al principio se airó congran vehemencia:Le daba puntapiés a la puertade la celda y sacudía los barrotes dé la ventana.Escupía, rabiaba y gritaba como loco. Pero lles­pués de vanos días de esa clase de ira, compren­dió que era inútiJ. En ese momento encontró unaBiblia en el rincón de la celda y comenzó a leerla.

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En sus páginas encontró a Jesucristo, a quienconfesó todos sus pecados. Pasó díasd~rra­mando lágrimas.

Su perspectiva cambió. Ya no sentía esa sofo­cante desesperación, ni se sentía encerrado en lacélda. Aunque estaba en la cárcel, se sentía máslibre de lo que podía imaginarse. También ex­perimentó un gozo que nunca antes'había sen­tido. Comenzó a saltar y a dar vueltas de gozo yde acción de gracias en el piso de la celda.

Con el paso del tiempo, supo que su esposa ysu hija se·habían enfermado de cáncer. Aunqueel tenía la responsabilidad de cuidarlas como es­poso y padre, se encontraba impotente en la cár­cel. Sintió una profunda frustración, pero era inú­til quejarse. Más bien se dijo: "Puesto que nopuedo hacer nada, ¿ppr qué no debo dar grac!asa Dios aun por esta enfermeqad?" Así que le díogíicias a Dios: "Señor, te doy gracias porque miesposa tiene cáncer. También te doy gracias por­que mi hija tiene cáncer." Pero algo maravillosoocunió. Después de algún tiempo, recibió noti­cias de que su esposa y su hija habían sido com­pletamente sanadas. Como. era un preso modelo,el período de cárcel se redujo a diez años, y pos­teriormente a cinco.~ acción de gracias es un atajo para llegar..a

vencer la tentación. A los que acuden a mí enbusca de ayuda, les aconsejo: '12en gracias erjtodo. Sea que los esposos hayan peleado, o queüñhijo haya huido del hogar, o que alguien tengauria enfermedad mortal, o que haya un fracasoenlos negocios, se debe recibir con fe la promesa

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de llQmanos 8:28: "Y sabemos que ªlos que amapa Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es,a los que conforme a su propósito son llarnadQ;."- la salud no es 10 único que ayuda a bienj laenfermedad también ayuda a bien. No sólo eléxito en los negocios. sino también-el trn<iSoayuda a bi~n. No sólo la alabanza de otros, sinotambién las queras ayudan a bien.

Cuando José fue vendido por sus hmmanosmayores para la esclavitud, tenía diecisiete años.Fue esclavo durante quince ailosj pasó dos deellos en la cárcel por una falsa acusación. Parecíaque su vida se había anuinado. Pero José no mur­muró ni se quejó. Más bien continuó dando gra­cias a Dios.

Con el correr del tiempo, José fue escogido paraser primero en el gobierno bajo la dirección delFaraón de Egipto. por causa de una hambruna,los hermanos de José descendieron a Egipto paracomprar comida. ¡Que sorprendidos estuvieronal encontrarse con José! Se inclinaron ante él yle mostraron la gratitud por su generosidad. Gra­cias a él se mudaron a Egiptoj pero cuando supadre, Jacob, murió, los hermanos tuvieron temorde que José pudiera vengarse de ellos. Pero Joséveía las cosas de una manera diferente. El dijo:"Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios .lo~ncaminó a bie~, para hacer lo que vemos hoy,para mantener en vida a mucho pueblo" (Génesis50:20).

Por más ue con toda la fuerza, otros tratende acede mal a usted, Dios lo convierte en bien,si usted confía en que El hará que todas las cosas~ .......

No nos metas en tentación 121

ayuden a biep. las personas necias que sólo acep­tan los bocados dulces y apartan de su boca todaslas hierbas amargas, no pueden hacer otra cosaque caer en la tentación. Dio~ obra para que todaslas cosas ayuden a bien. ­-Hemos analizado el-cuadro total de nuestro

pasado, presente y futuro. Dé gracias a Dios por­que usted ha peleado con su esposa. Si sus hijosse han fugado del hogar y le dan fuertes punta­piés a la puerta, ofrezca una oración de acciónde gracias: "Padre, mi hijo se ha ido del hogar.Aunque no sé dónde está, te doy las gracias. Silo haces volver a casa, estaré aun más agrade­cido." Si su negocio no anda normalmente, dégracias. la Biblia dice: "El que sacrifica alabanzame honraráj y al que ordena su camino, le mos­traré la salvación de Dios" (Salmo 50:23). Ese ver-~ . ,sículo nos dice que el sacrificio de acción de gra-cias prepara el camino para que el Señor nosenvíe rápidamente la ayuda. Por tanto, debemos~e dar gracias en todo para que no caigamos·ententación. ­-Recordemos que Dios, nuestro Padre, no quiereque caigamos en destrucción mediante el sufri­miento, las pruebas y las tribulaciones. Jesús nosmandó que le pidamos siempre a Dios que nonos meta en tentación.

Si desobedecemos a Dios y nos llenamos deavaricia, Dios pelmite que seamos-PJ:Obados conpeiradzo. Pero la mayor parte de las pruebas nosvienen de Satanás"quien trata de robamos, ma­t¡pnos y destruiqlOs. Cuando somos indulgentesen la concupiscencia, por causa de nuestra débil

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122 Orando con Cristo

fe, el diablo salta sobre nosotros cpn una ase­chanza que puede destruimos.

Tal como Jesús nos enseñó, debemos orar: "Nonos metas en tentación." Con el conocimientocierto de la Palabra de Dios en nuestro corazón,debemos mantener fumes nuestra fe, y evitar latentación mediante la constante acción de gra­cias a Dios por todas las cosas. Pero aun si nosencontramos con la tentación, no tenemos quecaer en ella, pues tenemos un Dios que puedelibramos del mal.

6Líbranos del mal

Nadie puede negar el hecho de que el bien yel mal existen. Pero cuando Adán y Eva vivieronen el huerto de Edén, sólo conocían el amoreterno, la obediencia y el compañerismo espiri­tual. Cuando Adán y Eva cayeron, el mal y sufuerza inundaron este mundo.

A pesar de las leyes severas y el castigo, el malse multiplica como una epidemia. ¿Pero cuál esel centro del mal?

El sexto punto que Jesús nos enseñó en suoración es el siguiente: "Líbranos del mal." Eltexto griego del cual se tradujeron esas palabrassignifica: "Líbranos de la mano del inicuo"; y "elinicuo" se refiere al diablo o Satanás. Examine­mosel origen del inicuo, sus actMdadesynuestramanera de resistirlo.

El origen del inicuoLas personas preguntan repetidamente: "¿Por

qué Dios hizo al perverso enemigo, el diablo, y lepermitió infligir destmcción a este mundo?" PeroDios no hizo al inicuo.

La Biblia dice que el primer estado del diablo

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124 Orando con Cristo

no fue malo. Fue creado por Dios. Pero cuandoel orgullo lo impulsó a tratar de usurpar la au­toridad de Dios, cayó y se convirtió en el peIversoSatanás. Acerea de Lucifer, antes que cayera yllegara a ser Satanás, la Biblia dice:

En Edén, en el huerto de Dios estuviste;de toda piedra preciosa era tu vestidura;de comerina, topacio, jaspe, crisólito, be­rilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esme­ralday oro; los primores de tus tamborilesy flautas estuvieron preparados para ti enel día de tu creación. ro, querubín grande,protector, yo te puse en el santo montede Dios, allí estuviste; en medio de laspiedras de fuego te paseabas.

Ezequiel 28:13, 14

Ese pasaje indica que en el principio, cuandoDios creó los cielos y la tieITa, el planeta estabaocupado por Satanás. La tieITa que habitamosahora no es la original que Dios creó en Géne­sis 1:1.

La tieITa existió millones de años antes que elhombre apareciera. Y el arcángel que tomó a sucargo esta tieITa fue Lucifer.

Antes de la caída, Lucifer gobernaba esta tieITasegún la voluntad de Dios. Lucifer alababa a Dios .con cánticos bellos y le daba la gloria a El. Perotan pronto como el orgullo surgió en su corazóny se rebeló contra El, Dios lo sacó de Edén y losometió a un teITible juicio. La antigua tieITa llegóa estar desordenada y vacía; y las tinieblas semovían sobre la superficie del abismo. Lucifer

Líbranos del mal 125

llegó a ser Satanás y tomó el poder del aire.Los antropólogos afirman que el origen de la

vida animal en la tieITa se remonta a miles demillones de años (se basan en datos de fósiles ohuesos que han conseguido en las excavaciones).Eso no está en conflicto con la naITación bíblica.En aquella tieITa, aquel primer Edén donde do­minaba Lucifer, había montañas, arroyos, plantasy árboles. Algunos teólogos sostienen que tam­bién hubo seres humanos.

Pero por causa de la caída de Lucifer, Diospronunció un pavoroso juicio sobre la tieITa, elcual causó el desorden. Las montañas, los arro­yos, las plantas y los árboles quedaron sepulta­dos; los fósiles y el petróleo son los restos deanimales que 'vivieron en el primer Edén.

En Génesis 1:2 se nos describe el proceso detransfonnación a que fue sometida la tieITa: "y latieITa estaba desordenada y vacía, y las tinieblasestaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu deDios se movía sobre la faz de las aguas." Despuésque Dios transfonnó la tieITa que había estadoen el caos, creó a Adán y a Eva y los puso paraque vivieran allí.

La tieITa que Dios transformó en el segundoEdén tiene ahora unos seis mil años de existencia.Al tomar la fonna de una serpientey tentar a Adány Eva; Lucifer volvió a cambiar la tieITa en elmundo miserable que conocemos hoy.

¿Por qué Lucifer se convirtió en el diablo? Eze­quiel 28 continúa describiendo la situación pos­terior:

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126 Orando con Cristo

Pedecto eras en todos tus caminosdesde el día que fuiste creado, hasta quese halló en ti maldad. A causa de la mul­titud de tus contrataciones fuiste lleno deiniquidad, y pecaste por lo que yo te echédel monte de Dios, y te arrojé de entre laspiedras de fuego, oh querubín protector.Se enalteció tu corazón a causa de tu her­mosura, cOIrompiste tu sabiduría a causade tu esplendor; yo te arrojaré por tierra;delante de los reyes te pondré para quemiren en ti.

Ezequiel 28:15-17

La caída de Lucifer y su destierro del antiguoEdén, la antigua tierra, fueron causados por elorgullo. Leemos en Proverbios: "Antes del que­brantamiento es la soberbia, y antes de la caídala altivez de espíritu" (16:18). Isaías escribió conrespecto al orgullo de Lucifer:

¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijode la mañana! Cortado fuiste por tierra, túque debilitabas a las naciones. 1ü que de­cías en tu corazón: Subiré al cielo; en loalto, junto a las estrellas de Dios, levantarémi trono, y en el monte del testimonio mesentaré, a los lados del norte; sobre lasalturas de las nubes subiré, y seré seme­jante al Altísimo. Mas tú derribado ereshasta el Seol, a los lados del abismo.

Isaías 14:12-15¿Cómo puede la criatura, el hijo de la mañana,

sentarse en el mismo puest,o que el Creador?

Líbranos del mal 127

¿Cómo puede la criatura portarse como el Crea­dor? El apóstol Pablo nos exhorta: "... no sea queenvaneciéndose caiga en la condenación del dia­blo" (1 Timoteo 3:6). Eso significa que el orgullofue el pecado por el cual se condenó al diablo.

¿De dónde han venido los numerosos espíritusy demonios? La Biblia responde esa pregunta:"También apareció otra señal en el cielo: he aquíun gran dragón escarlata, que tenía siete cabezasy diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellasdel cielo, y las arrojó sobre la tierra" (Apocalip­sis 12:3, 4).

El dragón que fue echado del cielo es Satanás,que al caer llevó consigo la tercera parte del ejér­cito de los cielos. Esos ángeles caídos están en elmundo, e interfieren en la obra de Dios, causandoproblemas al pueblo de Dios y esforzándose parallevar a los no creyentes por el camino de des­trucción.

Las obras de Satanás y sus seguidoresSatanás y sus seguidores hacen el mal, no sólo

a nivel individual, sino también a los estados y anivel internacional. Pueden incitar e incitan a unindividuo o a una nación para que se rebele con­tra Dios. Pueden atraer a un pueblo hacia elateísmo. Conducen a un pueblo hacia la depra­vación moral y a la destrucción económica. Jesúsdijo: "El ladrón no viene sino para hurtary matary destruir" (Juan 10:10). Examinemos las obras deSatanás y sus seguidores según la Biblia.

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128 Orando con Cristo

Los espíritus inmundosLa Biblia dice: "Entonces llamando a sus doce

discípulos, [Jesús] les dio autoridad sobre los es­píritus inmundos, para que los echasen fuera, ypara sanar toda enfermedad y toda dolencia"(Mateo 10:1).

Analicemos el torrente de inmundicia, lasciviay depravación moral que prevalecen en el mundo.

Recientemente me alanné al oír la siguientehistoria. Se dice que en las casas y bares gisaengde las clases altas de Corea la gente se entrega afiestas suntuosas y desenfrenadas con bebidasalcohólicas y orgías sexuales; aún en el día semanifiesta inmundicia, obscenidad y conductalicenciosa. A menos que tal conducta licenciosa,sensualidad y prácticas COITUptas de los ricos ylos poderosos se detengan, rápidamente se di­fundirán como una epidemia y devastarán todanuestra tierra.

¿De dónde viene tal lascivia y depravación mo­ral? De los espíritus inmundos que obran trasbastidores. Esos espíritus degradan las familias yla sociedad, así como también a los individuos.

A menos que los cristianos renovemos el am­biente de nuestra familia y purifiquemos la at­mósfera de nuestra sociedad, echando fuera losespíritus inmundos, no podremos impedir quela mente de nuestros hijos sea contaminada porla peIVersidad que fluye en nuestras ciudadescomo nos que se desbordan. La Iglesia tiene quelevantarse y atar esos espíritus inmundos con fey oración, porque eso no se puede hacer sólo conla fuerza y la capacidad humana.

Libranos del mal 129

Los malos espíritusLos espíritus malos hacen que nos rebelemos.

Atribulan nuestro corazón y nos hacen víctimasde la envidia y de los celos; producen divisionesdestructivas en nuestra mente. El rey Saúl teníaun espíritu malo: "El Espíritu de Jehová se apartóde Saúl, y le atormentaba un espíritu malo departe de Jehová" (1 Samuel 16:14).

Si Hitler no hubiera estado poseído por un es­píritu malo, jamás habna comenzado la guerra,ni habría matado a millones de personas. Alguienme dijo en Alemania que la alfombra del piso delavión de Hitler había sido destrozada como sihubiera sido cortada con un filoso cuchillo. Seme dijo que Hitler la había hecho pedazos consus uñas. Se dice que aun la mesa del comedorestaba manchada con las abundantes lágrimasque deITamaba. Como resultado de estar poseídode un espíritu malo, Hitler devastó a Europa yasesinó a seis millones de judíos.

El suicidio en masa de un grupo llamado Tem­plo del Pueblo es otro incidente donde un ocul­tista estaba poseído por un espíritu malo. JimJones, su líder, convenció a novecientas personaspara que tomaran una bebida preparada con cia­nuro.¡Qué fin homble y peligroso pueden tenerlas herejías y las extrañas doctrinas! ¿Quiénpuede garantizarnos que tal incidente no se re­petirá?

El Nuevo Testamento también se refiere a losmalos espíritus que traen locura al pueblo: "ycuando llegó la noche, trajeron a él muchos en­demoniados; y con la palabra echó fuera a los

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130 Orando con Cristo

demonios, y sanó a todos los enfennos" (Mateo8:16).

No ha habido tiempo en la historia en que losmalos espíritus hayan prevalecido tanto comoahora. Los hospitales mentales están llenos entodo el mundo. Las cartas que recibo de todoslos países confirman un problema avasallador:Con el surgimiento de la urbanización y la in­dustrialización, los hombres y las mujeres sesienten como componentes de una máquina. Su­fren de esterilidad espiritual, gimen bajo la pe­sada carga de su mente. Aprovechando este mo­mento, los espíritus malos entran apresu- .radamente, y traen intranquilidad, mal humor,desilusión y frnstración a los que no son creyen­tes. Y aun producen personalidades dobles.¡Cuán agradecidos debemos estar los cristianosde que podemos resistir al enemigo cuando sen­tirnos que la opresión trata de apoderarse de no­sotrosl

Espíritus seductores y mentirososEl espíritu de mentira tiene a las personas para

que crean en la mentira, y luego las conduce ala destrucción. "y él dijo: Saldré y seré espíritude mentira en la boca de todos sus profetas. YJehová dijo: 1ü le inducirás, y lo lograrás; anda yhazlo así" (2 Crónicas 18:21).

Jesús nuestro Señor es el camino, la verdad yla vida. Los que tienen a Jesús en el centro de sucorazón heredarán la vida eterna. Pero todos losque son engañados por los espíritus de mentira,los que sólo viven por amor de los deseos de la

Libranos del mal 131

carne, los deseos de los ojos, y los placeres deeste mundo caerán en eterna destrucción.

Los espíritus de seducción son semejantes alos espíritus de mentira."Pero el Espíritu dice cla­ramente que en los postreros tiempos algunosapostatarán de la fe, escuchando espíritus en­gañadores y a doctrinas de demonios" (2 Timo­teo 4:1).

Hoy prevalecen los espíritus engañadores y lasdoctrinas de demonios. El comunismo es la peorclase de espíritu engañador y de enseñanza de­moniaca en la historia humana. Los comunistasproclaman un paraíso donde todos disfrntan deigualdad y libertad. Pero cuando se examina elinterior de esos países, se descubre que la in­mensa mayoria del pueblo vive en un miserableestado de esclavitud, sin libertad de prensa ni demovimiento; mientras sólo algunos de la clasegobernante satisfacen sus deseos.

Esos espíritus engañadores y doctrinas de de­monios también se hallan en los círculos religio­sos. Algunos tal vez digan que las personas nopuedan tener la vida eterna, a menos que se reú­nan en cierto lugar, donde ha de llegar el reinomilenario. Por supuesto, eso es una mentira; peroun espíritu engañadorpuede convencer a las per­sonas de que las mentiras están llenas de verdad.

Espirito de adivinación"Aconteció que mientras íbamos a la oración,

nos salió al encuentro una muchacha que teníaespíritu de adivinación, la cual daba gran ganan­cia a sus amos, adivinando" (Hechos 16:16).

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132 Orando con Cristo

Al comienzo de cada año, muchas personasque no son creyentes en Cristo - políticos, hom­bres de negocio, ricos y pobres - se ocupan enconsultar con los adivinos de la suerte. Acudena los adivinos con la esperanza de oír que van atener buena suerte, a pesar de la intranquilidadque sienten con respecto al futuro. Pero luego,después de haber oído la buena suerte, se pre­guntan con desasosiego si la información que re­cibieron es cierta. Los cristianos deben tener elcuidado de no caer en ese engaño. Las bendicio­nes vienen naturalmente cuando vivimos diligen­temente con fe, esperanza y amor, creyendo enDios y siguiendo a Jesucristo. La .Palabra de Diosasí lo declara.

Espúitus que causan dolencias fisicasEl diablo también produce ceguera y mudez.

"Entonces fue traído a él un endemoniado, ciegoy mudo; y lo sanó, de tal maneraque el ciego ymudo veía y hablaba" (Mateo 12:22).

Por supuesto, no todos los ciegos y mudos es­tán poseídos por los demonios. Algunos nacensin el neIVio óptico, o tienen órganos vocales nodesarrollados. Pero muchas personas llegan a es­tar ciegas y mudas cuando son poseídas por eldemonio.

Vi a una persona muda cuyo caso era tan graveque los médicos se rindieron con respecto a quehubiera alguna esperanza de cura. Pero cuandooré por él en el nombre de Jesucristo, su lenguase soltó y volvió a hablar. También vi a una per­sona ciega, que no tenía esperanza de volver a

Llbranos del mal 133

verj pero abrió los ojos cuando un espúitu malofue echado en el nombre de Cristo. Con respectoa un espúitu sordo, la Biblia dice: "ycuando Jesúsvio que la multitud se agolpaba, reprendió al es­púitu inmundo, diciéndole: Espúitu mudo ysordo, yo te mando, sal de él, y no entres más enél" (Marcos 9:25).

Por supuesto, hay personas que nacieron sintímpanos y hay otras cuyos tímpanos han sidodestruidos. Pero también hay otros que no pue­den oír por causa de espúitus sordos. Si esosespíritus son echados en el nombre de Jesucristo,el oído puede ser restablecido milagrosamentede manera inmediata.

La Biblia dice que el diablo produce toda clasede enfermedades: "... cómo Dios ungió con elEspúitu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, ycómo éste anduvo haciendo bienes y sanando atodos los oprimidos por el diablo, porque Diosestaba con él" (Hechos 10:38).

Las enfermedades causadas por el diablo pue­den ser curadas temporalmente mediante unaoperación o mediante el uso de drogas. Pero eltratamiento más furidamental consiste en echarel demonio de los que lo posean con intensaoración, porque entonces la salud se restaura deuna manera natural.

La personalidad del diabloLos seguidores de la teología liberal tratan de

no reconocer la presencia del diablo como un serque tiene personalidad. Atribuyen la existenciadel mal a la estructura social, a las malas políticas

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1 Pedro 5:8, 9

134 Orando con Cristo

y a la desigualdad en la distrib';lción de las ri­quezas. Ese pensamiento está leJos de las ense­ñanzas de la Biblia. Si es cierto lo que esas per­sonas alegan, ¿por qué el porcentaje de suic~diosamnenta cada año y también la conducta licen­ciosa y la disipación prevalecen en los p~s es­candinavos que tienen sólidas estIucturas sociales?¿Qué diremos acerca de los países ~m~tas,qu~afinnan tener una distribución eqmtatiVa de la n-

queza o de los Estados Unidos de América que se, Iial?

jacta de tener una gran riqueza mate .El mal prevalece sobre la tierra, no por causa

de los malos sistemas sociales, ni por causa dela injusta distribución de la riqueza; sino porcausa del diablo que es la fuente de todo mal.Dondequiera que está el diablo, siempre apareceel mal disfrazado de diversas maneras.

En el Antiguo Testamento, Adán cayó por causade la intriga que le presentó el dia~lo. ~n man~sde él, Job cayó en el abismo de la IDlSena, y DaVidfue horriblemente tentado. En el Nuevo Testa­mento el diablo tentó a Jesús; entró en el corazónde Judas Iscariote e hizo que traicionara a Cristo.Los apóstoles, Pedro, Pablo y Santiago, nos dieronrepetidas exhortaciones en cuanto la obra de Sa-tanás.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro ad-versario el diablo, como león rugiente,anda alrededorbuscando a quien devorar;al cual resistid firmes en la fe, sabiendoque los mismos padecimientos se vancmnpliendo en vuestros hermanos entodo el mundo.

Lfbranos del mal 135

Porque no tenemos lucha contra sangrey carne, sino contra principados, contrapotestades, contra los gobernadores delas tinieblas de este siglo, contra huestesespirituales de maldad en las regiones ce­lestes.

Efesios 6:12

Someteos, pues, a Dios; resistid al dia­blo, Y huirá de vosotros.

Santiago 4:7

Hasta ahora hemos visto la obra del diablo yde sus seguidores, pero ese conocimiento no eslo único que necesitamos. Necesitamos resistirlos ataques del diablo y de sus seguidores queincesantemente buscan nuestra vida. Tenemosque echar al diablo si está causándonos pro­blemas en nuestro ambiente y en nuestras fa­milias.

Somos los vencedoresEn esta época los malos espíritus, porque sa­

ben que su tiempo es corto, están haciendo undesesperado esfuerzo para causar problemas alos que intensamente buscamos a Dios. La ma­nera de sacar al diablo y a sus malos espíritus noes otra que mediante la oración y el ayuno.

Cuando los malos espírifus perturban nuestroespíritu, o cuando nos enfrentamos a un granproblema, tenemos que orar y ayunar, suprimirtodos nuestros deseos mientras le suplicamos aDios. El ayuno nos ayuda a concentrar nuestros

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136 Orando con Cristo

pensamientos en Dios y abre el canal para querecibamos el máximo poder de El. Cuando losdiscípulos le preguntaron a Jesús por qué ellosno habían podido echar fuera un espíritu malo,El respondió: "Este género no sale sino con ora­ción y ayuno" (Mateo 17:21).

Pero nunca debemos olvidar que Satanás es unenemigo deITOtado. Jesucristo, haciendo un es­pectáculo público de los principados y poderesdel mal, que trataban de robarnos, matarnos ydestruimos, los desarmó y triunfó sobre ellos enla cruz.

... anulando el acta de los decretos quehabía contra nosotros, que nos era con­traria, quitándola de en medio y claván­dola en la cruz, .Y despojando a los prin­cipados y a las potestades, los exhibiópúblicamente, triunfando sobre ellos enla cruz.

Colosenses 2:14, 15

Satanás no tiene poder ahora ante Jesucristo ysu nombre, porque mediante la resUITección Elvenció la muerte, la principal arma de Satanás.Satanásy sus seguidoresya no tienen poder sobrelos que creemos en Jesucristo como Salvador. Senos ha dado la autoridad del nombre de Jesús,la cual fácilmente puede deITOtar el poder deSatanás. Leemos en Lucas 10:18 y 19: "y [Jesús]les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como unrayo. He aquí os doy potestad de hollar seI1Jientesy escoI1Jiones, Y sobre toda fuerza del enemigo,y nada os dañará."

Líbranos del mal 137

¡Cuán grande es ese poder! Los que aceptamosa Jesucristo como Salvador y vivimos cerca de Eltenemos "poder para hollar seI1Jientes y escor­piones, y sobre toda fuerza del enemigo". En elmomento en que creemos en Cristo, llegamos aser vencedores. La Biblia dice: "Hijitos, vosotrossois de Dios, y los habéis vencidoj porque mayores el que está en vosotros, que el que está en elmundo" (1 Juan 4:4).

Dios, quien es omnisciente, omnipotente y om­nipresente, y ante quien nada en este mundopuede resistir, está en nuestro corazón en per­sona. Por tanto, aunque el diablo y sus espíritusmalos vengan por un solo camino, huirán porsiete caminos.

Jesús nos enseñó a los que hemos llegado aser hijos de Dios que oremos para que seamoslibrados del mal. Ese es un privilegio que les co­ITesponde a los hijos de Dios. Si los hijos de Diosestán aún oprimidos por el diablo, es algo ver­gonzoso que aflige a Dios.

No debemos dejar de orar ningún día para queDios nos libre del mal, porque entonces triun­farán y serán libradas de la mano del inicio nues­tras familias, sociedades y naciones. Como co­nocemos el verdadero carácter del diablo,nuestro enemigo, estemos incesantemente al'­

mados con la Palabra de Dios y con la oración.El EspÍIitu Santo ha prometido ayudamos. Nues­tro espíritu, alma y ambiente pueden llegar a me­jorar día tras día con las bendiciones de Dios.

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7Jesucristo vendrá

otra vez

Hasta ahora hemos fijado nuestros pensamien­tos en la Palabra de Dios, para poder orar comoCristo nos enseñó. Como tenemos a Jesucristocon nosotros, podemos pedir que el nombre delPadre y la voluntad de su reino sean glorificadosy vengan a estar entre nosotros. Podemos pedirque nuestro buen Dios nos dé el pan cotidiano,que perdone nuestros pecados y nos libre delmal. ¿Pero termina aquí nuestra oración al Padre?No. Al final de su oración, Jesús nos enseñó cómodebemos orar con relación al mundo futuro. Ana­licemos esos puntos.

El reino, el poder y la gloria.. . . . porque tuyo es el reino, y el poder, y ·la

gloria, por todos los siglos."El significado de ese versículo, que encontra­

mos en Mateo 6:13, es que el reino y el poder yla gloria de este mundo, tanto pasado como pre­sente y futuro, pertenecen a Dios. El supremogobernante de todas las cosas es Dios el Padre.

Jesucristo vendrá otra vez 139

El rey David, el mayor y más valiente entre losreyes de Judá, alabó a Dios en conformidad conesos principios cuando entregó el trono a su hijoSalomón, y le encomendó la tarea de edificar eltemplo a Dios:

Tuya es, oh Jehová, la magnificencia yel poder, la gloria, la victoria y el honor;porque todas las cosas que están en loscielos yen la tierra son tuyas. Tuyo, ohJehová, es el reino, y tú eres excelso sobretodos.

1 Crónicas 29:11

Dios tiene hoy toda la autoridad en su mano,y la volverá a tomar en el último tiempo paraestablecer su reino, es decir el nuevo cielo y lanueva tierra. En consecuencia, cuando oramos:"...porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloriapor todos los siglos", tenemos que imaginamosel nuevo cielo y la nueva tierra que serán hechospor el soberano poder de Dios. Es especialmenteimportante que nosotros que vivimos ahoracuando la venida del Señor está cerca, sepamoscon toda exactitud lo que ocUITirá en los últimosdías, para que podamos orar en armonía con lavoluntad de Dios.

Cuando Jesús se encontraba mirando el templode JeIUSalén, sus discípulos le preguntaron: "Dinos,¿cuándo serán estas cosas, y qué señales habrá detu venida, y del fin del siglo?" (Mateo 24:3)

Jesús respondió:

Mirad que nadie os engañe. Porque ven-

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140 Orando con Cristo

drán muchos en mi nombre, diciendo: Yosoy el Crbto; y a muchos engañarán. Yoiréis de guerras y mmores de guerras;mirad que no os turbéis, porque es ne­cesario que todo esto acontezca; pero aúnno es el fin.

Mateo 24:4-6

El pasó a decir que habrá intranquilidad a nivelmundial, y que vendrá persecución contra losque creen en El. Habrá hambres y terremotos. Elevangelio será predicado en todo el mundo comotestimonio a todas las naciones. Entonces vendráel fin.

Han pasado dos mil años desde el día en quelos discípulos hicieron esa pregunta a Jesús enel monte de los Olivos. Tanto la historia comonuestra experiencia indican que todas esas se­ñales que fueron profetizadas para los últimosdías se están cumpliendo. Se han levantado másfalsos profetas que en cualquier otra época de lahistoria. Han perseguido a la Iglesia, el cuelpo deCristo, y la han engañado. Ha habido guerras,persecuciones y terremotos, y el evangelio de Je­sUClisto está siendo predicado en todas las na­ciones del mundo. El fin, al cual se refirió nuestroSeñor en su profecía, está dos mil años más cercaque cuando vivieron los discípulos. Y aun po­demos hacer la misma pregunta a Jesús: "Señor,dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señalhabrá de tu venida, y del fin del siglo?"

La Palabra de Dios todavía explica lo que ha deocurrir en los últimos días y el plan de El parael fin del mundo.

Jesucristo vendrá otra vez 141

Profecías del Antiguo Testamento conrespecto a los últimos días

Daniel, el libro del Antiguo Testamento que fueescrito hace dos mil años aproximadamente, re­gistra de manera exacta los acontecimientos dela época actual, como si un historiador hubieraescrito de los sucesos pasados. Mediante unaimagen que el rey Nabucodonosor vio en unsueño, de la cual se nos habla en Daniel 2:36-45,el Espíritu Santo nos revela toda la historia eu­ropea hasta el fin del mundo.

Unos seiscientos años antes de Cristo, el reyNabucodonosor, quien gobernaba en un inmensoimperio babilónico, tuvo una pesadilla horrorosatenible, pero cuando despertó por la mañana nopudo recordar nada del sueño. El rey reunió atodos sus magos, astrólogos y adivinos y les or­denó, bajo la amenaza de muerte, que recordaranel sueño y le dieran su intelpretación.

Daniel y tres jóvenes, Sadrac, Mesac y Abed­nego, que habían sido llevados de Israel en cau­tividad, también estuvieron bajo esa amenaza.Dios, el Padre, que oyó las oraciones de Daniel ysus amigos, le mostró a Daniel el sueño del reyNabucodonosor y le dio sabiduría para intelpre­tarJo. Ese sueño era una sinopsis de la historiadel mundo desde el tiempo de Babilonia hasta elfin del mundo. Daniel se presentó ante el rey yle dijo:

Tú, oh rey, veías, y he aquí que una granimagen. Esta imagen, que era muy grande,y cuya gloria era sublime, estaba en pie

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142 Orando con Cristo

delante de ti, y su aspecto era tenible. Lacabeza de esta imagen era de oro fino; supecho y sus brazos, de plata; su vientre ysus muslos, de bronce; sus piernas de hie­rro; sus pies, en parte de hierro yen partede barro cocido. Estabas mirando, hastaque una piedra fue cortada, no con mano,e hirió a la imagen en sus pies de hierroy de barro cocido, y lo desmenuzó. En­tonces fueron desmenuzados también elhierro, el barro cocido, el bronce, la platayel oro, y fueron como tamo de las erasdel verano, y se los llevó el viento sin quede ellos quedara resto alguno. Mas la pie­dra que hirió a la imagen fue hecha ungran monte que llenó toda la tieITa.

Daniel 2:31-35

Sí, el rey sabía que eso era lo que había soñado,entonces aceptó la interpretación que Daniel ledio: Nabucodonosor era la cabeza de oro de estaimagen. Daniel le dijo: "Y después de ti se levan­tará otro reino inferior al tuyo", representado porla plata y dividido en dos. Pero ese reino habíade perecer y un reino de bronce, que es másfuerte que la plata, había de tomar su lugar, elcual a su vez caería ante un reino de hierro, másfuerte que el bronce, el cual se dividiría en dos.Finalmente la tierra debía ser dominada por unreino de l/diez dedos".

La interpretación de Daniel ha sido probada através de la historia. Como Daniel dijo, Babiloniacayó pronto ante los medos v persas, yesos dos

Jesucristo vendrá otra vez 143

reinos gobernaron alternadamente a Babilonia.Los medos y los persas eran los brazos de platade la estatua. Debajo del pecho de plata estabael vientre de bronce, que representaba el períodohelenista de Alejandro el Grande de Macedonia,quien venció a los medos y a los persas. Ese reinode bronce no sólo llegaba hasta el vientre sinotambién hasta los muslos, los cuales represen­taban a Roma, imperio que surgió en el tercersiglo ~tes de Cristo. Roma conquistó a Grecia yaswmo el control sobre todo el mundo occiden­tal, pero pronto se dividió en dos: el imperio orien­tal y el iI:nperio occidental. El imperio romano,que era el occidental, cayó en el año 476 d. C., Yel imperio oriental cayó en 1453 d. C.

Ahora sólo queda por cumplirse un período: elperíodo de los diez dedos de los pies, cuando lasdiez naciones de Europa.se reúnan en tomo a laregión q1,le en aquel tiempo era Roma. Desde esemomento, comienza el fin del mundo. La inter­pretación de Daniel se refiere a una piedra, Je­sucristo, que vendrá al fin del mundo. Isaías tam­bién serefiere a esa piedra: "... por tanto, Jehováel Señor dice así: He aquí que yo he puesto enSion porfundamento una piedra, piedra probada,angular, preciosa, de cimiento estable; el que cre­yere, no se apresure" lIsaías 28:16)

Cuando Jesucristo regrese a esta tierra, paradestruir y juzgar a los l/dedos" de los pies, lahistoria de la humanidad habrá llegado a su fin.Así como la piedra llenó toda la tierra, el reinode Jesucristo, el reino eterno de Dios, cubrirá todala tieITa.

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144 Orando con Cristo

Dios reveló esa sinopsis de la historia humanapor segunda vez a fin de reforzar la validez deesa revelación.

La segunda revelación se halla registrada enDaniel 7:1-14. Ese fue el año del reinado de Bel­sasar, nieto del rey Nabucodonosor. Esa vez Dioshabló acerca de las cosas futuras representán­dolas mediante animales.

En un sueño, Daniel vio cuatro grandes bestiasque salían del mar. La primera era un león conalas como de águila, que representaba a Nabu­codonosor. Las alas de águila significaban que élconquistaría y gobernaría muy pronto todo elmundo.

La segunda bestia era como un oso que se al­zaba más de un costado que del otro, y se estabacomiendo tres costillas. El cuerpo más levantadode un lado que del otro significaba que, aunqueese fue un reino unido de los medos y los persas,Persia tomó supremacía sobre los medos. Las trescostillas que el oso tenía en la boca significabanque tres reinos pacíficos serían ocupados por losmedos y los persas: Babilonia, tibia y Egipto.

La tercera bestia era un leopardo que tenía cua­tro alas y cuatro cabezas. Nadie podía competircon un animal tan rápido como ése. Represen­taba a Alejandro el Grande y a sus cuatro gene­rales. A la edad de treinta años, Alejandro con­quistó a los medos y a los persas. Marchó hacialo que ahora se conoce con los nombres de Siria,Egipto e Irán, y los puso bajo los cascos de sucaballo. Cuando murió de fiebre, sin embargo, susgenerales dividieron el reino en cuatro partes. Y

Jesucristo vendrá otra vez 145

los cuatro reinos pelearon ferozmente, se enga­ñaron y se destruyeron el uno al otro hasta quefinalmente fueron conquistados por Roma.

La cuarta bestia que Daniel vio era espantosay terrible, y tenía dientes de hierro. Devoraba ydesmenuzaba todo lo que alcanzaba. Esa era unarepresentación de Roma, imperio que conquistóel inmenso territorio que se extiende desde Eu­ropa hasta la frontera de la India: el más grandeimperio de la historia humana.

Mientras Daniel miraba los cuernos de esa bes­tia, un pequeño cuerno se levantó de entre losdiez y arrancó tres de los que había en la cabezadel animal. En ese pequeño cuerno había ojos,como ojos de hombre y una boca que hablabagrandes cosas. Cuando esos aparecieron, el juiciocomenzó.

La visión de Daniel también indica que dieznaciones estarán unidas en lo que fue el territorioantiguo de Roma. Los dedos de los pies de laestatua del sueño de Nabucodonosor y los diezcuernos de esa bestia indican que diez paíseseuropeos se unirán en el transcurso del tiempo.El cúerno pequeño que surgirá entre los diezcuernos simboliza al anticristo que se levantaráentre los diez países y unificará a tres de ellos.El someterá a los siete restantes bajo su mano ydominará como dictador al mundo entero; ha­blará palabras que resistirán al Señor Dios, hastaque finalmente Dios ]0 juzgará. En su visión, Da­niel claramente vio la imagen de Dios el juez:

Estuve mirando hasta que fueron pues-

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146 Orando con CrISto

tos tronos, y se sentó un Anciano de días,cuyo vestido era blanco como la nieve, yel pelo de su cabeza como lana limpia; sutrono llama de fuego, y las medas delmismo, fuego ardiente. Un Iio de fuegoprocedía y salía de delante de él; millaresde millares le seIVÍan, y millones de mi­llones asistían delante de él; el juez sesentó, y los libros fueron abiertos. Yo en­tonces miraba a causa del sonido de lasgrandes palabras que hablaba el cuerno;miraba hasta que mataron a la bestia, ysu cuerpo fue destrozado para ser que­mado en el fuego. Habían también quitadoa las otras bestias su dominio, pero leshabía sido prolongada la vida hasta ciertotiempo. Mirabáyo en lavisión de la noche,y he aquí con las nubes del cielo veníauno como un hijo de hombre, que vinohasta el Anciano de días, y le hicieronacercarse delante de él. Yle fue' dado do­minio, gloria y reino, para que todos lospueblos, naciones y lenguas le siIvieran;su dominio es dominio eterno, que nuncapasará, y su reino uno que no será des­tmido.

Daniel 7:9-14

Eso se refiere al reino milenario de Jesucristo,Dios tomará al anticristo y lo lanzará en el lagode fuego y azufre. Los que siguieron al anticristotambién serán lanzados en el lago de fuego, yJesucristo vendrá a esta tierray reinará para siem-

Jesucristo vendrá otra vez 147

pre con los santos. En el pasado, la gente no haentendido cuándo podrlan ocurrir estas cosas.~ personas leían eso con un vago entendi­Inlento. Pero nosotros, los que vivimos ahora, so­mos testigos de las señales de nuestra generacióny estamos seguros de que el día de la venida delSeñor está cercano.

Cumplimiento de la profecía¿Estamos realmente en los últimos tiempos?

¿El antiguo territorio romano está siendo restau­rado? ¿La edad de los diez dedos o de los diezcuernos comenzará pronto? ¿La aparición delanticristo y el fin del mundo están cerca?

La Biblia decía que la señal más conspicua delfin de la tierra selia la independencia de Israel.En el año 70 d. C., Israel fue dominado y devas­tado por Roma, como recompensa por haber cm­cificado a Jesucristo. Los judíos fueron esparci­dos por todo el mundo y vivieron comoextranjeros y vagabundos durante dos mil años.Históricamente, los israelitas fueron un puebloerrante sin patria; pero el 14 de mayo de 1948establecieron un estado nacional independientedirigido por David Ben-Gurion.

Jesús dijo: "De la higuera aprended la parábola:C~doya su rama está tierna, y brotan las hojas,sabéIS que el verano está cerca. Así también vo­sotros, cuando veáis todas' estas cosas, conocedque está cerca, a la puerta" (Mateo 24:32,33). Lahiguera a la cual le brotan las hojas simboliza larestauración de Israel. Jesús mismo dijo quecuando Israel vuelva a ser una nación, todos de-

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148 Orando con Cristo

ben saber que el Hijo de Dios está a las puertas.Han pasado más de cuarenta años desde la

independencia de Israel. En aquel tiempo, losestados árabes hicieron varios intentos por des­truir a Israel. No tuvieron éxito. Pero Egipto, elpIincipal estado árabe, ha establecido un tratadode buena voluntad con Israel, con lo cual ha fa­vorecido la validez de esa nación.

Si Dios abre la puerta, nadie puede cerrarla. SiElla cierra, nadie puede abrirla. Ninguna naciónpodrá destmir nunca a Israel, un pueblo que lo­gró su independencia por el poder de Dios. Israelnunca perecerá porque Dios profetizó que Elfi.­nalmente lo purificará cuando ese pueblo finneun tratado de siete años con el anticristo. Hoypierde todo el que pelea contra Israel. Los sovié­ticos, aliados con la linea dura de los países ára­bes, han tratado de destruir a Israel, pero comoresultado de esos esfuerzos los soviéticos desa­parecerán de la faz de la tierra.

Después que Dios proveyó una patria para 18-·rael, comenzaron a reinar los diez cuernos. Des­pués de la Segunda Guerra Mundial, Europasiempre ha sentido la presión de la Unión Sovié­tica en el norte y de los Estados Unidos en eloeste. Arrinconada económica, militar y políti­camente, Europa fonnó una organización unifi­cada; el antiguo territorio del imperio romanouna vez más está construyendo un centro depoder.

Europa logró la unificación económica al fuI'­mar la Comunidad Económica Europea en Bm­selas, Bélgica, en 1958; Europa ha promovido la

Jesucristo vendrá otra vez 149

unificación militar al establecer la Organizacióndel Atlántico Norte (OTAN); y está en proceso launificación política. Actualmente doce países es­tán unidos y el territoIio del imperio romanopronto volverá a surgir.

Daniel profetizó hace dos mil setecientos añosacontecimientos que ahora aparecen como titu­lares en los periódicos.

El Choong Ang Daily Newspaper de Seúl, Corea,publicó un articulo el 23 de diciembre de .1986titulado: "El nacimiento de los Estados Unidosde Europa es inminente."

Decía que casi todos los parlamentos de losdoce países de la Comunidad Económica Euro­pea habían ratificado el Tratado de La Haya,titulado oficialmente Tratado de la UnificaciónEuropea.

El articulo noticioso decía que el tratado esperala siguiente acción de los países de la ComunidadEconómica Europea en 1992:

Las personas de los estados miembrosy su mercancía entrarán y saldrán libre­mente sin ninguna barrera o restricción;las personas de los estados miembrosusarán el mismo pasaporte con el nombrede la Comunidad Europea; al entrar envigor este tratado, serán abolidas las res­tricciones de las fronteras y el mercadode trabajo se liberalizará; en el futuro, sóloel presidente de la Comunidad Europeaserá elegido por el parlamento europeo;las siglas ECU, que significan European

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150 Orando con Cristo

Currency Unit, (es decir, la unidad mo­netaria europea), las cuales se usan ahoraen los giros, asumirán el papel de monedacomente dentro de la comunidad euro­pea.

La Comunidad Económica Europea detenninóque en 1997 se eliminarán las limitaciones quehan regido el intercambio de monedas entre lospaíses, lo cual fortalecerá a Europa como unagran potencia económica, y no como muchas na­ciones pequeñas.

Está claro que ahora Jesucristo está tocandoen la última puerta de la historia. Cuando deci­mos que la venida del Señor está a las puertas,no nos referimos a una obseIVación visionaria deun místico. La profecía bíblica se está cumpliendoante nuestros ojos. La época en que vivimos esel período de los diez dedos o de los diez cuernos.

¿Cuán cerca estamos del fin? La Biblia dice queel fin del mundo vendrá siete años contados apartir del momento en que la Europa unificadahaga un tratado de siete años con el Israel in­dependiente. Es digno de notar el progreso queha habido en el esfuerzo por hacer de Europauna unión; y cuando la unión europea nazca, eljefe de esa unión hará un tratado de siete añoscon Israel. Este hecho se registra en Daniel 9:27:

y por otra semana confirmará el pactocon muchos; a la mitad de la semana harácesar el sacrificio y la ofrenda. Despuéscon la muchedumbre de las abominacio­nes vendrá el desolador, hasta que venga

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la consumación, y lo que ~stá determi­nado se deITame sobre el desolador.

Esa profecía significa que el líder de la UniónEuropea hará un tratado de siete años con Israely luego ayudará a Israel para que demuela eltemplo árabe, que ahora se yergue en el monteSion, y para que edifique el templo al Señor. Du­rante los primeros tres años y medio del tratado,el anticristo se acercará más a Israel como si es­tuvieran en luna de miel. Los israelitas aceptaránal anticristo como su mesías que hará posible queellos construyan el templo.

Pero una gueITa estallará en el aire, despuésde los tres años y medios. Será entre Miguel, elarcángel de Dios, y el dragón, Satanás. El dragón,al no hallar un lugar para morar en el aire, seráechado a esta tieITa con sus seguidores. El dragónentrará en el cuerpo del anticristo y su imagencambiará por completo; comenzará una campañapara extirpar a Israel; establecerá un ídolo en eltemplo de Jerusalén y hará que los israelitas loadoren.

Pero los israelitas, en obediencia a las leyes deMoisés, no se postrarán ante el ídolo, y en con­secuencia, se producirá una despiadada ma­tanza: la persecución más grande que Israel hayasoportado jamás. Durante ese período, los israe­litas que no son elegidos morirán. Pero Dios pre­paró un escondedero para los israelitas escogi­dos, y estos estarán seguros por un tiempo.

Durante el período de los últimos tres años Y

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152 Orando con Cristo

medio habrá guerras y rumores de guerras en elmundo. A medida que la opresión del anticristose haga insoportable, la China comunista se re­belará contra su gobiemo. Los Estados Unidoshabrán establecido relaciones amistosas conChina, para ayudarla a que modernice su ejército.Ese ejército se levantará en el Oriente, pasará elrío Eufrates e invadirá Europa. China, que cuentacon un ejército reseI'\;ista de doscientos millones,peleará contra el anticristo, y en Arm.agedón, esdecir, en Palestina, se producirá la mayor ma­tanza de la historia humana. El número de muel'tos puede imaginarse al tomar en cuenta unaimagen bíblica: en el campo de batalla la sangresubirá hasta los frenos de los caballos. En aqueltiempo el Señor descenderá a la tierra montadoen un caballo blanco con los santos que habránascendido al cielo. El destruirá al enemigo con laespada de su boca y lanzará al anticristo al lagoque arde con fuego y azufre. El Señor conquistaráal mundo y luego comenzará su reino milenario.

Cuando el anticristo haga el pacto de siete añoscon Israel, la Iglesia de Cristo será tomada en elaire. Será librada de la Gran Tribulación. Por elhecho de que Jesucristo ya sufrió en la cruz eljuicio que nos correspondía por el pecado, laIglesia no será sometida a esa tribulación.Cuando el anticIisto haga el tratado con Israel,las noticias se difundirán por todo el mundo, ymientras los medios infoInlativos difunden esanoticia, los hijos de Dios de repente serán levan­tados al cielo. En aquel tiempo, dos estarán tra­bajando en elcampoi uno será tomado, y el otro

Jesucristo vendrá otra vez 153

será dejado. llegará el tiempo en que:

... el Señor mismo con voz de mando,con voz de arcángel, y con trompeta deDios, descenderá del cieloi y los muertosen Cristo resucitarán pIimero. Luego no­sotros los que vivimos, los que hayamosquedado, seremos arrebatados junta­mente con ellos en las nubes para recibiral Señor en el aire,y así estaremos siemprecon,el Señor.

1 Tesalonicenses 4:16, 17

Como sabemos que aquel día se acerca, de­bemos ser como las vírgenes prudentes que ve­laron y oraron mientras esperaban la venida delesposo.

La Iglesia en el tiempo del fin del mundo¿Cuál será el estado de la Iglesia en el fin del

mundo? A medida que el fin se acerca, muchosabandonarán la fe y se irán al mundo. "Pero elEspíritu dice claramente que en los postrerostiempos algunos apostatarán de la fe, escu­chando a espíritus engañadores y a doctrinas dedemonios" (1 Timoteo 4:1).

Hoy muchas personas ponen atención a es­píritus engañadores ya doctrinas de demoniosiniegan el nacimiento virginal de Jesús, la realidaddel cielo y del infiemoi afinnan que la mejor ma­nera de practicar el verdadero cristianismo con­siste en crear una sociedad bien alimentada ybien vestida. Hay otros que se llaman mesías, queponen atención a la voz de los demonios y están

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154 Orando con Cristo

poseídos por espíritus engañadores.Aun en tal confusión, la Iglesia, el cuelpo de

Cristo, debe estar llena del Espíritu Santo, y man­tenerse fume en la fe de Jesucristo, quien es elCamino, la Verdad, y la Vida. La Biblia prediceque Dios iniciará el movimiento del EspírituSanto para adornar a su esposa en el fin delmundo.

Santiago dice:

Por tanto, hermanos, tened pacienciahasta la venida del Señor. Mirad cómo ellabrador espera el precioso fruto de la tie­ITa, aguardando con paciencia hasta· quereciba la lluvia tempranay la tardía. Tenedtambién vosotros paciencia, y afirmadvuestros corazones; porque la venida delSeñor se acerca.

Santiago 5:7, 8

El Espíritu Santo, la lluvia temprana, fue de­munado en el Aposento Alto el día de Pentecos­tés. La lluvia tardía, es decir, la llenura del EspírituSanto, se nos da hoy. Esa lluvia comenzó a de­munarse al principio de nuestro siglo y ahora, enla última década, la obra del Espíritu Santo seestá llevando adelante con ánimo, no sólo en lasantiguas denominaciones que le dieron abierta­mente la bienvenida, sino también en las deno­minaciones que se manifestaban indiferentes aEl. Con ese deITamamiento del Espíritu Santo,nuestro Señor ha de adornar a sus amados y asíllevarlos al cielo.

Jesucristo vendrá otra vez 155

Yesto, conociendo el tiempo, que es yahora de levantamos del sueño; porqueahora está más cerca de nosotros nuestrasalvación que cuando creímos. La nocheestá avanzada, y se acerca el día. Dese­chemos, pues, las obras de las tinieblas, yvistámonos las armas de la luz. Andemoscomo de día, honestamente; no en glo­toneríay bOITacheras, no en lujurias y las­cMas, no en contiendas y envidia, sinovestíos del Señor Jesucristo, y no proveáispara los deseos de la came.

Romanos 13:11-14

Vivimos en un tiempo en que debemos velar,orary esperar. Diariamente nos acercamos al mo­mento en que se cumplirá el clamor de nuestrocorazón: "Venga tu reino."

Cuando oramos"... porque tuyo es el reino, yel poder, y la gloria", debemos tener la visión dela venida de Jesucristo, quien ya está a las puer­tas. Pensemos acerca de la gracia del EspírituSanto y en el trono de juicio. Seamos agradecidospor la gracia de Dios que nos ha traído hasta losúltimos días de la historia. Pregunte qué es lo queDios quiere que usted haga en este tiempo. Pienseen el nuevo cielo y en la nueva tieITa conjunta­mente con el esplendor dorado de la nueva Je­rusalén. Piense en los hermanos, parientes y ve­cinos que pudieran ser atormentados en la GranTribulación y echados en el lago eterno de fuegopor causa de su incredulidad. ¿Por qué? Porcausa de que esos son los pensamientos de Dios.

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156 Orando con Cristo

AménEn estas páginas hemos escudriña~oel signi­

ficado de la oración que nos ensenó nuestroSeñor; la oración mejory más breve que podemosofrecer a Dios. Cuando aceptamos la voluntad ylos pensamientos de Dios que se hallan conten­idos en cada frase de dicha oración, cuando res­pondemos a esos pensamientos con nue~tro

amén, recibiremos la bendición que JesUCI1stoprometió para nuestra oración. Por última vez,repasemos los principales puntos del Padre­nuestro. Mientras usted lo hace, deténgase yacepte cada uno de ellos con un sin~ero amén:

"Padre nuestro que estás en los CIelos, santI­ficado sea tu nombre." Dios, tu estás entre no­sotros y has llegado a ser nuestro Pa~ por lasangre de Jesucristo; disfrotamos ~e la lIbertad yde lavictoria cuando clamamos a tiy te llamamos"Padre nuestro". Por tanto, oh Señor Dios, que tunombre sea glorificado mediante nuestro pen­samiento, nuestras palabras y nuestra conducta.Amén, así sea.

"Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como enel cielo así también en la tieITa." Te rogamos quetu reino y tu voluntad vengan a m~estra f~,a nuestra sociedad y a nuestra naCIón. Tu remo,que Jesucristo trajo y estableció, con el cual llenónuestro corazón por medio del Espíritu Santo, esel reino donde el soberano poder de Dios dirigey gobierna nuestra vida, y la hace llevar froto. Enese reino, los demonios se ausentan con grandesclamores, y nosotros prosperamos y recibimos

Jesucristo vendrá otra vez 157

salud mientras prospera nuestra alma. Amén, aSlsea.

"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy." OhDios, nuestro Parlre, que creaste el mundo ma­terial, que enviaste provisión para tus hijos en eltiempo del Antiguo Testamento, que milagrosa­mente alimentaste a tus hijos en el tiempo delNuevo Testamento, danos hoy el pan cotidianoque satisfaga toda necesidad. Amén, así sea.

"Yperdónanos nuestras deudas, como tambiénnosotros perdonamos a nuestros deudores." OhDios, que enviaste a tu Hijo para salvamos delcastigo de la muerte, nos conmueve tanto tu granamor que perdonamos. a los que nos hacen mal.Perdona nuestros pecados y ayúdanos a llevar lacruz del perdón con corazón alegre. Amén, asísea.

"yno nos metas en tentación." Oh Dios nuestroPadre, ayúdanos a comer siempre tu Palabra y avivir con fe en obediencia a ti. Concédenos tugracia para que podamos llegar a ser sieIVos fielesque perseveremos en acción de gracias. Amén,así sea.

"Mas líbranos del mal." Oh Dios nuestro Padre,el que fue echado del cielo por causa de su re­belión al tratar de uswpar tu trono, incesante­mente trata de llevamos al valle de la muerte, alenviamos espíritus malos y demonios. Pero porel hecho de que hemos podido capturar a losmalos espíritus de Satanás y atarlos, somos ver­daderos vencedores. Amén, somos vencedores.

"Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria,por todos los siglos." Que el nuevo cieloy la nueva

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158 OrandD con Cristo

tieITa, a los cuales nos llevará Jesucristo cuandoregrese y quiebre las fuerzas de Satanás con suvara de hieITO, venga pronto, Padre.

Amén y amén.

Apéndice

La oraciónrespondida

La oración debe ser siempre respondida¡ perosi no esperamos respuesta ni la recibimos, nues­tra oración llega a ser un monólogo insignificanteque desaparece en el aire. Analicemos la clase deoración que recibe respuesta. ¿Cómo funciona?

¿Qué es la oración?-La oración es un diálogo diario entre Dios el

Paare y sus I'fuos. En las relacio~es humanas, eldiálogo es como la respiración: cuando se de­tiene, algo muere. De igual manera, cuando eldiálogo de la oración se corta .entre Dios y no­sotros, la relación muere. La oración es esencial~ nuestra misma vjdil. ...

-l?ios quiere dialogar con nos0l!Ys. Aunque Elsabe 10 que necesItamos antes que se lo pidamos,quiere oír nuestra necesidad¡ también quiere oírnuestra acción de gracias y nuestra alabanza.David incluso llegó.a decir que Dios mora en las~anzas de su pu~blo. Ni siquiera puedo com­enzar a describir el gozo que produce tal re-

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lación con Dios, de hablar con El y luego recibir,la respuesta, sea tangible o sea espiritual.

, En 1 Tes8Ionicenses 5:17, el apóstol Pablo dijo:"Orad sin cesar." Aunqu~ la respiración es in­consciente y éonstante, la oración incesante n,.?­c~ita esfuerzo. ¿Sencillamente, cómo podemosmantener núestra respiración espiritual durantetodo el día?

Para orar, no tenemos que mover nuestros la­bios. Podemos orar con nuestros pensamientos.Si tenemos pensamientos rectos delante de Dios,esos pensamientos se convierten en "un suaveolor" que se ofrece al señor. De modo que Dioslee nuestros pensamientos y los responde. Diosescudriña nuestro corazón y "... sabe cuál es laintención del Espmtu, porque conforme a la vo­luntad de Dios intercede por los santos" (Ro­manos 8:27).

Si repetimos palabras de oración de man~ra

haI>itual, sin que laS expresemos de todo coraz~n,

. Dios no respoq.de. Cuando el aroma de nuesttvpensamiento COIreeto asciende delante de Diosdurante todo el día, este pensamiento llega a seruna oración que se hace incesantemente ante elSeñor.

¿Qué es pensar COIrectamente? En prlmer lu­gar, digamos qué es no pensar COIrectamente. Noes un pensar moral o ético o de libertad de todopensamiento mundano. No es una condIción es­table de nuestro corazón en la cual nuestro pen­samiento se mantiene claro como un espejo. Másbien es el condicionamiento de nuestros pen­samientos a los pensamientos diViños tal cc:nio

Apéndice 161

se hallan en las Sagradas Escrituras.

Las clases de oraciónCuando nuestro pensamiento asciende de­

lante de Dios, puede tomar varias formas.Oración meditativa es la que se ofrece mediante

}l.uestros-pensamie~tos;con nuestros ojos abier­tos o cerrados, sentados o de pie, trabajando oen descanso. Con mucha frecuencia, es dificilofrecer la oración meditativa con éxito a menosque estemos bien preparados. La oración implipaconcentrar nuestros pensamientos en Dios; y_sinpreparación, nuestros pensamientos se distraenfá.cilmen.te. -

Oración audible es aquella en la cual los pen­samientos de nuestro corazón se expresan en altavoz; tiene varios beneficios. Cuando expresamosy oímos nuestra propia voz, nos concentremos ydisminuyen las distracciones. Si aún nuestra fees débil y no estamós bien preparados, es mejorexpresar con palabras nuestras oraciones, puesentonces pueden llegar al trono de los cielos eimpulsar la respuesta de Dios.

Las oraciones que expresamos en voz alta conalabanza pueden cantarse con tonos melodiosos.Cuando alabamos a Dios con corazón intenso ysincero, esa alabanza se convierte en oración.Cuando no tenemos la confianza de que sabemosorar, podemos cantar alabanzas y acción de gra­cias, las cuales Dios honra. Cuando Pablo y Silascantaban alabanzas en un calabozo, fueron mi­lagrosamente librados por Dios, quien respondiósus oraciones. Habían sido severamente azotados

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y enceITados por causa de su testimonio; sin em­bargo, su canto surgió de lo profundo del coro­zón, y la oración fue respondida.

El Espíritu Santo nos ayuda a dialogar con Dios.Si no fuera por su ayuda, nadie podía orar a Dios.El apóstol Pablo dice: "... nadie puede llamar aJesús Señor, sino por el Esp.íritu Santo" (1 Corin­tios 12:3). "El Espíritu mismo da testimonio anuestro espíritu, de que somos hijos de Dios"(Romanos 8:16).

No podemos llamar a Dios "nuestro Padre", yorar a El, a menos que el Espíritu Santo nosayude. Pero el Espíritu Santo también puede lle­var nuestras oraciones a un nivel más alto.Cuando estamos llenos del Espíritu Santo, la gra­cia de Dios nos hace hablar en lenguas que noaprendimos a hablar de manera natural; el Es­píritu suelta nuestra lengua. "El que habla enlenguas no habla a los hombres, sino a Dios; puesnadie le entiende, aunque por el Espíritu hablamisterios" (1 Corintios 14:2).

Cuando oramos, no sólo en el idioma humanoque hemos aprendido, sino con una lengua deoración, según el Espíritu Santo nos dirija, El nosayuda a vencer las restricciones que nos imponeel tiempo y el espacio. El nos lleva a la profundagracia de Dios. Uno de mis íntimos amigos, elReverendo Bailus, me contó su propia historia, lacual demuestra el poder de la oración cuando elEspíritu se une con nuestro espíritu y presentaante Dios situaciones de las cuales ni siquieraestamos enterados.

Un domingo, el Reverendo Bailus estaba al-

Apéndice 163

morzando con su familia, cuando el EspírituSanto le ordenó que fuera a orar. El impulso eratan fuerte que abandonó la mesa y se fue a sUcuarto de oración donde oró en lenguas con talfeIVor que comenzó a sudar. El no sabía por quésentía esta carga, pero después de orar alrededorde media hora, volvió a sentir paz. Se sintió librepm.-a volver a sentarse a la mesa y tenninar sualmuerzo. Luego siguió la rutina de los domingospor la tarde. Fue a una gafietería en una tenninalde autobuses cercana.

El encargado de la tienda de galletas se sor­prendió al ver al Reverendo Bailus y le irifomióque 'los padres de éste habían tenido un acci­dente automovilístico a la misma hora en que élhabía sido impulsado a orar en lenguas. Cuandoel Reverendo Bailus llegó al escenario del acci­dente, halló que el Volkswagen de sus padreshabía quedado aplastado contra un camión car­gado de materiales de construcción. El pensó quecon toda seguridad sus padres no podrían habersobrevivido. Luego, un agente de la policía queestaba cerca del automóvil chocado comentó:"Nunca he visto un milagro como éste en lostreinta años que he estado en la policía. En estaclase de accidentes, todos mueren bajo el ca­mión, pero estos dos ancianitos fueron impul­sados hacia afuera como si alguien los hubieraalzado en sus brazos."

El Reverendo·Bailus fue de inmediato al hos­pital, donde halló que sus padres estaban recos­tados en lechos, sanos y salvos, y sólo tenían al­gunos rasguños.

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164 Orando con Cristo

Tal como mi amigo lo aprendió ese día,~.¡2íritu Santo puede guiamos a la oración con res­~cto a problemas qJ le Dj siqJ liara podemos igen­tificar hasta que vemos los resultados de nues~intercesión en el Espíritu.

El propósito de la oraciónMediante la oracjón, podemos injertar la mente

divina en nUestra mente.Jesús dijo: "Arrepentíos." En el original, esa pal­

abra significa: "¡Cambien su pensamiento y e!!].o­ciónl" Tenemos que cambiar nuestros pensa­~ent~sne~s~recibir las ri~ezas, el perdón,el amory laIñi8eíiCOidia que b80ID Dios. La Bibliadice: "Haya, pues, en wsotros este sentir que hubotambién en Cristo Jesús" (Filipenses 2:5).

Cuando aceptamos los pensamientos divinosen nuestra mente mediante las S das Escri-

as, y ofrecemos estos pensamientos a Dios, lamente de Dios se injerta milagrosamente ennuestra ment~. cuarn:to eso oCUITe, podemos po­seer poder divino. Dios puede hacer lo que hu­manamente es imposible. Dios es amor y noso­tros somos beneficiarios de ese amor. Dios dagracia y nosotros la recibimos. Dios es salud ynosotros vivimos en ella. Dios da riqueza y no­sotros la disfrutamos.

Mediante la oración podemos estar seguros dela. remisión de nuestros peC8.df?!i. Debemos orarcomo Jonás, que nuestros pecados sean perdon­ados. Cuando Jonás huyó a Tarsis en contra dela voluntad de Dios, y se enfrentó al juicio de El,se arrepintió completamente delante del Señor.

Apéndice 165

Invoqué en mi angustia a Jehová, y élme oyó; desde el seno del Seol clamé, ymi voz oíste. Me echaste a lo profundo,en medio de los mares, y me rodeó lacorriente; todas tus ondas y tus olas pa­saron sobre mí. Entonces dije: Desechadosoy de delante de tus ojos; más aún verétu santo templo.

Jonás 2:2-4

Para el pueblo de Israel, el hecho de volver elrostro hacia el templo simbolizaba arrepentim­iento. Nuestros pecados son perdonados cuandolos confesamos y nos arrepentimos delante deDios, cuya misma naturaleza es amor y perdón."Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta; sivuestros pecados fueren como la grana, como lanieve serán emblanquecidos; si fueren rojoscomo el cannesí, vendrán a sercomo blancalana"(Isaías 1:18).

Mediante la oración también podemos estarseguros de que Dios nos ha perdonado el pecadooriginal y el pecado de presunción, con la sangrede Jesucristo. El diablo siempre susurra a los cris­lianos la ment:ififd'éQue aún estamos en pecado,de que. tenemos que pagar el precio del pecano.Pero Dios nunca recuerda el ecado e El er-

onó una ve?l. Dios nos reconoció como pers0I1!Sque nunca cometimos un pecado conn;a El. So­mos justificados por fe. Eso es verdad. Entonces,¿por qué aún somos víctimas de una concienciaculpable? Porque no oramos con acción de gra­cias, ni aceptamos el perdón de Dios y el poder

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166 Orando con Cristo

de la sangre de Jesús. La oración nos asegura quenuestros pecados son perdonados, nos proveenueva energía para vivir osadamente como per­sonas justas.

La oración también abre nuestros ojos para.comprender que tenemos vida etema. Nuestro Se­ñor es ..... el que hizo la tieITél, Jehová que laformó para afumarla¡ Jehová es su nombre" (Je­remías 33:2). Dios envió a su Hijo Jesucristo a estemundo, para que todo aquel que en él cree, nose pierda sino que tenga vida eterna (Juan 3:16).Esa vida eterna no sólo significa que viviremospara siempre. Aun los que van al infierno porcausa del pecado de incredulidad y por vivir enel pecado, estarán eternamente en tormento.

La vida eterna que heredamos es la vida denuestro Padre celestial. Es la bendita vida quedisfrutamos aun ahora mismo en este mundo.Cuando injertamos nuestra mente en la mentede Dios y ofrecemos la oración para glorificarlo,la paz y el gozo sobreabundantes que vienen anuestro corazón abren nuestros ojos para quecomprendamos las cosas eternas. Esta paz y estegozo son pmeba de que el Espíritu de Dios estádentro de nosotros.

¿Qué otra cosa hace la oración? Aligera las car­gas de la vida.

Nadie vive en este mundo que no tenga sobresí cargas pesadas, aunque el peso de cada cualdifiere 'del de los demás. Pero Jesús dijo' "Venida mí todos los que estáis trabajados y cargados,y yo os haré descansar" (Mateo 11:28). ¿Cómopodemos acudir a Cristo? Mediante la oración.

Apéndice 167

Cuando colocamos nuestras cargas delante deJesucristo, las solucionará el Espúitu Santo, quefue enviado por Jesús.

Mediante la oración somos sanados de nues­tras enfermedades. La enfermedad existe porcausa de nuestros pecados directos o indirectos.Sin embargo, si creemos en Jesucristo comonuestro Salvador, debemos ser librados de la en­fermedad como también debemos ser perdona­dos de todos nuestros pecados. Su voluntad di­vina es que vivamos con salud hasta que seamosllamados al cielo. Jesús dedicó la mayor parte desu ministerio público a sanar a los enfermos.(Isaías 53:5). Cuando acudimos a Dios de esa ma­nera, orando con fe constante, como la mujersirofenicia o el centurión rom"ano de quienes noshabla el Nuevo Testamento, podemos ser libradosde las garras de la enfermedad.

Mediante la oración podemos resistir al diabloy ponerlo en fUga. Satanás ya fue derrmado en la~. Su derrota se completará al fin de la grantribulación, cuando sea atado. En consecuencia,tenemos que mantener al diablo cautivo por elpoder y el mérito de la sangre de Jesús¡ cuandooramos Y aYUnamos podemos resistir al diablo.

Mediante la oración podemos vencer las pruebas.Nuestra oración es esencial si no hemos de caer

en tentación¡ es indispensable si hemos de serlibrados de la tentación. La noche en que Jesúsfu& traicionado, Elles dijo a sus discípulos en elhuerto'de Getsemaní: "¿Por qué dormís? Levan­taos, y orad para que no entréis en tentación"(Lucas 22:46). Si aquellos discípulos hubieran

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168 Orando con Cristo

orado en ese momento, en vez de quedarse dor­midos, ¿qué habría ocunido? Tal vez Pedro nohabría negado a Jesús. La mejor m~erª.Q~u~alirde la tentación no conmsteen presentar excusaso vengamos, sino en postramos~~!~!ejleISeñor, humillaInos-y orar-:------ --- -------------._-_.--

Nuestro acercamiento a DiosLa oración en general le da la gloria a Dios, le

da las gracias, le confiesa los pecados diarios, leirifonna lo que ha ocunido en nuestra vida diariaysoncua que El pmporctone lo que necesitamosdiariamente. La oración en general se preocupade la rutina de la vida diaria. De una mañerageneral, debemos atabar a Dios por su gracia ypor su redención. Debemos orar constantementepara pedir la ayuda de Dios en todo lo que tocanuestra vida diaria, especialmente debemos pe­dirle el bienestar de nuestra vida espiritual, denuestra salud y de nuestra vida de negocios.

Pero una oración especial se hace cuando nosenfrentamos con un problema urgente o una de­cisión. Si queremos hallar la voluntad de Dios otener una respuesta para un problema, como unaenfennedad o una necesidad material, tenemosque orar a Dios con una resolución y una acti!!:J.defpec!al. ¿Cómo hacemos eso?

En primer 1 ar, tenemos ue aclarar nuestroobjeto etalladamepte. Si no tenemos una ne­césidad definida por la cual oramos, no podemoss.aber si Dios ha respondido nuestra oraci~n.Ade­más, la oración ue no es específica; por 10 e­nera! no está aco eoque nos haga persistentes.-

Apéndice 169

Cuando los discípulos de Jesús le pidieron:"Señor, enséñanos a orar, como también Juanenseñó a sus discípulos" (Lucas 11:1), Jesús lesnarró la siguiente parábola:

¿Quién de vosotros que tenga un amigo,va a él a medianoche y le dice: Amigo,préstame tres panes, porque un amigomío ha venido a mí de viaje, y no tengoqué ponerle delante; y aquél, respon­diendo desde adentro, le dice: No me mo­lestes; la puerta ya está cerrada, y mis ni­ños están conmigo en cama; no puedolevantarme, y dártelos?

Lucas 11:5-7

Cuando el hombre de esta historia acudió a suamigo, no le dijo: "Préstame pan", o "Préstameunos panes." El explicó concretamente léi situa­ción por la cual necesitaba el pan, y le dijo: "Prés­tame tres panes." Nuestras oraciones deben taní­bién tener detalles definidQs.

Todas Ia8"oraciones que se mencionan en laBiblia tienen objetivos explicitos y definidos. EnGénesis 24 se nos narra la oración que hizo Abra­ham cuando envió a su sieIVO para que buscaraesposa para Isaac. Su contenido es muy concreto,como también es concreta la oración de Gedeón,que se registra en Jueces capítulo 6. Cuando pla­nificamos nuestras peticiones, es bueno hacemostres preguntas: "¿Cuál es nuestra petición?""¿Cuánto estamos pidiendo?" "¿Cuándo quere­mos que sea respondida la oración?"

En segundo lugar, nuestras oraciones tienen,¡

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170 Orando con Cristo

que basarse en la Palabra de Dios. No importaque nuestras oraciones sean específicas, si estánen contra de la voluntad de Dios, no pueden serrespondidas. Así que cuando oramos a Dios, te­nemos que acercaros a El teniendo en cuenta suPalabra. ¿Nuestra petición es contraria a la vo­luntad de Diqs? El apóstol Pablo dice: "No oscmúorméis a este siglo, sino transformaos pormedio de la renovación de vuestro entendi­miento, para que comprobéis cuál sea la buenavoluntad de Dios, agradable y perfecta" (Roma­nos 12:2).

La Palabra de Dios nos indica "cuál sea la vo­luntad de Dios, agradabley perfecta". Es su divinavoluntad que nosotros tengamos salud""que pro!­p~remos, que estemos libres de una concienc~

ct,!lpable.En tercer lugar, debemos hacer la oración de

arrepentimiento y perdón. Si albergamos iniqÜi­dad en nuestro corazón, Dios no nos oye ni res­ponde la oración (Salmo 66:18). El p~cado ~iem­

pre se convierte en una barrera entre DIOS ynosotros, obstmye nuestra oración y no nos per­mite que ~uba a la presencia de Dios¡ impide quela respuesta de-Dios descienda hacia nosotros.

Jesús dijo que primero debemos perdonar lastransgresiones de nuestro prójimo:

Porque si perdonáis a los hombres susofensas, os perdonará también a vosotrosvuestro Padre celestial¡ mas si no perdo­náis a los hombres sus ofensas, tampocovuestro Padre os perdonará vuestras ofen­sas.

Mateo 6:14, 15

Apéndice 171

Por tanto, os digo que todo lo que pi­diereis orando, creed que lo recibiréis, yos vendrá. Y cuando estéis orando, per­donad, si tenéis algo contra alguno, paraque también vuestro Padre que está en loscielos os perdone a vosotros vuestrasofensas.

Marcos 11:24, 25

En 'cuarto blgar, dooemgs tener fe en DWs.Cú""ando los discípulos de Jesús se asombraronporque una higuera que Jesús había maldecidose había secado, Jesús les dijo:

Tened fe en Di~s. Porque de cierto osdigo que cualquiera que dijere a estemonte: Quítate y échate en el mar, y nodudare en su corazón,' sino creyere queserá hecho lo que dice, lo que diga le seráhecho.

Marcos 11:22, 23

En el original griego, la expresión: "tened fe enDios", realmente significa: "tened la fe de Dios".Esa fe se diferencia de la fe.s~neralo natural .gue~ ~

tenemos. La fe de Dios se derrama en nuestroé'orazón por el Espíritu Santo cuando leemos laPalabra de Dios. Tan pronto como esa fe entra ennuestro corazón, Hodemos creer fumemente aunlo qué no es posible a la luz de la raz..ón, Lo queproduce esa fe en nuestro corazón es precisa­mente lo que en el original del Nuevo Testamentose llama rhema, "porque mayor es el que está en-

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172 Orando con Cristo

vosotros que el que está en el mundo" (1 Juan4:4). Cuando recibimos la fe de Dios mediante suPalabra con la ayuda del Espíritu Santo, OCUlTe

un milagro: Satanás, quien tiene el poder del aire,§a1e..d.e nosotro§, cuando la Palabra de Dios moraen nosotros, y se afloja la gaITa que Satanás ti~ne

sobre nosotros.. En quinto lugar, tenemos que pedir la aYl!dadel Espíritu Santo, quien está a nues 1 do. Elconoce nuestra neceSl a y cuál es nuestro de­seo. El también conoce cuál es la voluntad deDios y la respuesta que Dios tiene preparadap~nosotros.-

Porque ¿quién de lo~ hombres sabe lascosas del hombre, sino el espifi'ñldelhombre que está en él? Así tampoco nadieconoció las cosas de Dios, sino el Espíritude Dios. Y nosotros no hemos recibido elespíritu del mundo, sino el Espíritu queproviene de Dios, Fa qu)' sepamos lpque Dios nos ha concedido.• 1 Corintios 2:11,12

Cuando dependamos del Espíritu. Santo, po­demos movemos rápidamente como un pájaroque se deja llevar por el viento hacia el lugardonde nos espera la respuesta de Dios.

En sexto lugar, debemos orar con un deseoardiente. El que no ora con un deseo ardiente,no puede 'recibir nada. Jesús nos naITÓ una pa­rábola con respecto a una viuda pobre y un juezcmel, para enseñamos que debemos orar re­sueltamente y no desmayar. La actitud intensa

Apéndice 173

de la mujer sirofenicia es la que debemos apren­der y tener en la oración (Mateo 15:21-28).

¿Cuánto tiempo debemos orar con un deseoardiente? Debemos orar hasta estar seguros ~larespuesta, hasta que tengamos paz y go.zo. Si noslévantamos y decimos: "Señor, yo creo", sin laseguridad de que la oración ha sido respondida,nuestra oración tiene un solo lado. Dios no estáobligado. Cuando la respuesta viene en camino,el Espíritu Santo viene a nosotros para damosuna tranquila seguridad.

Por nada estéis afanosos, sino sean con­ocidas vuestras peticiones delante de Diosen toda oración y mego, con acción degracias. Y la paz de Dios, que sobrepasatodo entendimiento, guardará vuestroscorazones y vuestros pensamientos enCristo Jesús.

Filipenses 4:6, 7

Por último, tan pronto como tengamos la se­guridad en nuestro corazón, debemos dejar deorar por esa petición y comenzar a ofrecer acc10n

e acias; debemos confesar con nuestra bocair con fe: "La salud vendrá sobre mí.

riqueza material vendrá sobre m. 'Mis hijos meobedecerán."

Cmilquiera que sea la petición que hagamos,debemos confesar la seguridad que el EspírituSanto nos dé, y osadamente ordenar que la res­puesta se produzca. Esta gran declaración haceque una obra creadora se produzca en nuestroambiente.