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    U ON ULT · IF O IN I C

    ESTÉT I OT ID I N

    y JUEGOS DE L ULTUR

    k ty m n oki

    PROS I U

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      ]

     

    Me refiero a Mandoki, 1994.

    Una obra arustica permanece siempre abierta al espectador para

    hallar en ella sentidos diversos a lo largo del tiempo. Para el artista,

    en cambio, la obra se cierra en el instante preciso en que retira el

    lienzo del caballete o escribe el punto final de la novela. Pero un texto

    teórico es siempre inconcluso

     

    desoladoramente perfectible. A más

    de una década desde que se publicó la exploración inicial de la estéti

    ca de lo cotidiano, el compromiso con un texto escrito en otro mo

    mento   casipor otra persona no resultó fácil  Lasalternativaseran

    dejarlo morir de muerte natural, incrustar fragmentosque actualiza

    ran el proceso de pensamiento o reescribirlo en su totalidad.

    Surgió por tanto una trilogía de libros que, si bien asumen parte

    de la estructura anterior, descubren múltiplesaspectosantes inadver

    tidos. Uno de ellos es la profunda imbricación entre la estética

     

    la

    lúdica.Apartir de Huizinga

     

    la taxonomíade losjuegos de Caillois

     vértigo, competencia, azar   simulacro emerge la lúdica como

    actividadprimordialde laestética-su gemelasiamesa- que recorre

    en serie   en paralelo al tejido de prácticassociales.

    La tesiscentral de este libro es que no sólo es posible sino indis

    pensable abrir los estudiosestéticos-tradicionalmente restringidos

    al arte

     

    lo bello- hacia la riqueza

     

    complejidadde lavidasocialen

    sus diferentes manifestaciones.Eso es la Prosaica:sencillamente, la

    estética cotidiana. Esta pervivenciade la estética se expresa de mil

    maneras, desde nuestra forma de vivir,en el lenguaje   el porte, el

    modo de ataviarse

     

    de comer, de rendir culto a deidades o a perso

    nalidades, de legitimar el poder, ostentar el triunfo o recordar a los

    muertos; pero el papel primordial que la estética tiene en nuestra

    vida cotidiana se ejerce en la construcción

     

    presentación de las

    identidades sociales.

    A pesar de esta omnipresencia de la estética en ámbitos no sólo

    culturales

     

    socialessino incluso biológicos,los teóricos en estética

    parecen no darse cuenta de ello   siguenrequiriendo del aislamiento

    PREFACIO

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    de un museo o sala de conciertos para distinguir fenómenos que

    atafien a la sensibilidad. Temen que  de salirse del ámbito artístico

    se precipitarían en un panestetismo que disolvería a la estética  p s

    Jacto

    cuando la estética extraartística ya es francamente insoslaya-

    ble los filósofos optan por aplicarle nombres como corporalidad o

     sensorialidad para denotar lo que no es otra cosa que la estesis.

    Tuve que repensar la noción de facultad de la sensibilidad pues

    siempre me pareció un término elusivo y resbaloso. Lo que la dis-

    tingue de otras facultades humanas es la gran incógnita que se han

    planteado los estudiosos de la estética. Por lo menos ha quedado

    claro hasta aquí que ya no es posible hablar de Sensibilidad con

    mayúscula y en singular como patrimonio privilegiado de genios y

    artistas críticos o connaisseurs sino de sensibilidades en plural

    expuestas y vulnerables a la vida que se revisten de diferentes

    maneras dependiendo del contexto cultural. Esta noción de sensibi-

    lidad ha tenido que trabajarse desde una perspectiva fenomenológica

    y epistemológica. De ahí emerge la formulación del concepto de

    prendamiento

    y su opuesto el

    prendimiento

    cuyo potencial heurístico

    ya lo juzgará el lector.

    Así como la lingüística de Saussure no era sino la punta del tém-

    pano de una semiosis ilimitada el arte ha sido la punta de una estesis

    vasta y extendida. Ambas son codependientes pero hay aspectos

    fundamentales que las distinguen: de la semiosis obtenemos signi-

    ficación y sentido de la estesis abertura y arraigo; de la primera

    coherencia de la segunda adherencia. Espero poder probarlo.

    PREF IO 

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    [i  

    Chido de poca madre flipé  hizo un oso súper  padrísimo  guau 

    macanudo armó un pancho vales mil  chingón  guácala  buena

    onda a todo mecate chévere   implican por así decirlo  juicios

    estéticos en la vida diaria  Expresan que algo impresionó al hablante 

    que lo conmovió o lo disgustó No es necesario estudiar concienzuda-

    mente la  rític del juicio de Immanuel Kant para emitir semejantes

    juicios  Todos enunciamos apreciaciones de índole estética respecto

    a las más diversas situaciones  personas e incidentes  A pesar de ello

    la teoría estética ha ignorado olímpicamente estas prácticas para

    concentrarse sólo en los pomposos juicios que un grupo de espe-

    cialistas emite sobre el minúsculo universo de las obras de arte ¿Es

    realmente tan sólido el edificio teórico en que habitan los estetólogos

    como para justificar su desdén hacia estos juicios cotidianos? Lejos

    de ello

    En esta primera parte introduciré al lector a los principales

    problemas que se debaten hoy en el campo de la estética Discutiré

    algunas propuestas de solución a estos problemas  algunas de sus

    fantasías de sus iluminaciones  de sus fracasos La aproximación será

    desde luego  crítica sin pretender con ello el desmontaje exhaustivo

    del aparato conceptual construido para explicar el fenómeno esté-

    tico labor que me desviaría del objetivo aquí propuesto que es

    explorar la estética en la vida cotidiana Por ello  haré un recorrido

    breve  sintético y al punto por algunas de las ideas heredadas princi-

    palmente de Baumgarten y Kant que operan como verdaderos

    obstáculos epistemológicos para el avance de la teoría estética  Aco-

    piaré conceptos y hallazgos teóricos con qué equiparnos para iniciar

    un recorrido distinto al del análisis tradicional: la Prosaica  Lo

    detectado en el diagnóstico de esta primera parte será estructurado

    en la segunda

    PRIMERA PARTE:

    LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA

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    La traducción de todas las citas de textos que no sean en castellanoes mía.

    Sipor estética podemos entender una experiencia o una cualidad

    del objeto, un sentimiento de placer, al clasicismoen el arte, un

    juicio de gusto, la capacidad de percepción, un valor,una actitud, la

    teoría del arte, la doctrina de lo bello, un estado del espíritu, la re-

    ceptividad contemplativa, una emoción, una intención, una forma

    de vida, la sensibilidad, una rama de la filosofía,un tipo de subje-

    tividad, la cualidad de ciertas formas, un acto de expresión, ete., es

    más que obvio que la estética como disciplina no ha definido

    claramente su objeto de estudio. En unos casos denota ciertas

    características del sujeto, o efectos en él como los emotivos o los

    valorativos.En otros se trata de cualidades de un objeto, de un acto

    o del análisis de una práctica social como es el arte, y aun de un

    periodo o estilo determinado.

    El intento de definir un concepto como la estética parecería

    volverseaún másproblemático a partir de los cuestionamientos que

    Wittgenstein (1958,§71)plantea al actomismode definir.Según este

    autor, en su ejemplo del concepto Juego , no hayuna característica

    común entre losusosque se le dan a estapalabra; sólohaysemejanzas

    o afinidadesfamiliares family resemblancesv. Elconcepto de Juego

    es de límites u orillas borrosas, por lo que, para Wittgenstein el

    sentido de un concepto radica más que nada en su uso. Desde esta

    perspectiva,siel concepto de estéticaestuvieseen suuso, tendríamos

    que aceptar variantes como estética canina , estética unisex ,

     cirugíaestética   o estéticadental . Desde luegoque estosusosestán

    emparentados con la idea de que la estética se refiere a lo bello y

    similares: lo bonito, lo gracioso, lo agradable, lo elegante.

     

    es

    precisamente por estos usos por lo que se vuelvenecesaria, en un

    trabajo teórico, sino una definición, por lomenos una demarcación.

    PROBLEMAS DE DEFINICIÓN

    1. LOS PROBLEMAS DE LA ESTÉTICA

    DEFINIR UBICAR DISTINGUIR

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    Si es posible o no una definición, como lo plantea Wittgenstein, es

    un problema, y otro, aunque emparentado, es si la estética es o no

    una disciplina.Ubicar a la estética como disciplinapuede resultar un

    problema para algunos, por ejemplo Diffey 1984 ,quien considera

    que la estéticano es una disciplina sino un campo multidisciplinario

    o interdisciplinario. Para Diffey,existen disciplinascomo la filosofía,

    la sociología,la psicología,que pueden enfocar en ocasionescuestio-

    nes estéticas. La estética sería entonces, para el autor, un objeto o

    problema multidisciplinario.

    ¿Esla estéticauna disciplin cuyoobjeto es el arte y lo bello u otros

    posibles forma significativa,expresión simbólica, experiencia sen-

    sible o es la estéticaun

    objeto

    devariasdisciplinascomo lapsicología,

    la sociología, la historia del arte? Si la estética fuese un objeto de

    variasdisciplinascontaríamos con un

    corpus

    teórico desde la psico-

    logía, la sociología, la semiótica o la historia enfocadas a la estética.

    Pero ese

    corpus

    no existe en forma coherente, si acaso,sólofragmen-

    taria. No hayhistoria de laestética sino de las teorías estéticas Bayer,

    1984;Marchan, Fiz . No hay sociologíade la estética, sino enfoques

    sociológicosa los fenómenos artísticos como en Hauser 1969 o

    enfoques psicológicosa la percepción de la forma como la teoría de

    la   est lt aplicada por Arnheim 1985 . Si definiésemos a la estética

    exclusivamentecomo el estudio del arte que no es la posición aquí

    asumida podríamos concordar, y muy parcialmente, con una con-

    cepción de la estética como objeto de varias disciplinasya que hay

    sociología del arte, historia del arte, teoría del arte. Pero esta

    definición no sería aceptable para un gran número de estetólogos

    que prefieren entender su campo como el estudio de lo bello y no

    del arte; Nwodo 1984 , por ejemplo.

    Por otra parte, si la estética fuese una disciplina, existiría un

    Departamento de Estética en cualquier universidad de hecho, hoy

    PROBLEMAS DE UBICACIÓN

    Plantearé los límites del concepto de estética no para restringir el

    vocabulario de los estilistasde perros sino para establecer un punto

    de partida que nos permita manejar un sentido más preciso al de su

    uso corriente, ya sea cotidiano o en la tradición teórica.

    LOS l ERINTOS DE L ESTÉTIC

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    las disciplinas existen más que nada corno eso, departamentos en las

    universidades . Corno ese departamen to n.o existe, los estudiosos de

    la estética provienen de departamentos corno Historia del Arte o

    Filosofía. La estética ha sido una rama de otra disciplina, la

    filosofía

    y no una disciplina propiamente dicha, al igual que no 1.0son ni la

    ontología, ni la ética, ni la metafísica.

    La crítica que Wülff  1983 esgrimió contra la estética pür su

    carencia de una dimensión sociológica prueba que esta rama de la

    filosofía se ha resistido a convertirse en una multidisciplina. Hasta

    ahora han sido casi nulas las aproximaciones a la estética que no

    hayan sido

    filosóficas

    y las raras de este tipo, siempre marginales.

    Una de éstas es la de Bourdieu  1987 , quien hace una crítica a la

    estética precisamente sobre este punto. Incluso acusa a la estética de

    plagiarse categorías de las ciencias sociales y enmascararlas corno

    suyas. Critica el carácter

    ahistórico

    de las

    categorías

    estéticas y de la

    experiencia estética pür ignorar las condiciones sociales que posibi-

    litan tales categorías y experiencias.

    Lo que predomina en los estudios sobre estética son más bien

    tendencias

    filosóficas

    corno la filosofía analítica Danto, Dickie,   ivy

    Coodman prevaleciente en la actualidad en los países

    anglófonos

    la

    fenomenología Merleau Ponty, Dufrenne , teorías del lenguaje y de

    los signos Cassirer, Shapiro, Searle, Eco, Mukarovsky, jakübsün,

    Lotrnan, Morris , aproximaciones kantianas Schaper, Guyer,

    Crowther , marxistas Lukács, Sánchez Vázquez, Bujarin, Kosik, DelIa

    Volpe, Gramsci, Lunacharski , dialécticas Hegel, Marx , idealistas,

    románticas

    o metafísicas Crece, Schopenhauer, Collingwood, Schi-

    ller, Fichte , intencionalistas o expresivistas Langer, Ayer , esen-

    cialistas Kainz , deconstructivistas Derrida, Norris, Carr oll , y

    pragmatistas Dewey, Shusterman . Ninguno de estos autores o

    tendencias, que yü sepa, conforman disciplina alguna; más bien mir n

    desde su perspectiva metodológica, al arte y a 1.0bello.

    Es irónico que la crítica que Diffey le lanza a Wülff en su reseña

    haya sido contestada de antemano por el libro

    reseñado:

    la estética

    no es una multidisciplina precisamente pürque tampoco acepta al

    reto sociológico entre otros, corno el antropológico, el biológico, el

    psicológico

    el

    serniológico

    además del

    económico

    y

    el político

    Creo

    que no se le puede reprochar a la estética su hermetismo. Vista corno

    rama de la filosofía, n.o puede. hacer .otra cosa. Sus limitaciones

    pueden resolverse con otra orientación, no como rama de la filosofía,

    LOS PROBLEMAS DE LA ESTÉTICA

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    Han habido numerosos intentos de definir a la estética y distinguirla

    de la filosofía del arte. Con el provocativo título Filosofíadel arte

    versus estética , Christopher S. Nwodo 1984) hace un recuento

    histórico para argumentar que se trata de dos disciplinasdistintas.La

    propuesta en sí no es nueva, puesto que desde hace más de medio

    siglo, Wilhelm Worringer, Max Dessoir y Emil Utitz plantean la

     llgemeine unstwissenschaft

    o ciencia general del arte, independiente

    de la estética. De hecho, la historia del arte es cada vez más una

    disciplina independiente de la estética en la que sólo muy tangen-

    cialmente se tocan problemas filosóficos. Para Nwodo, la estética

    vendría a ser la teoría que estudia la belleza, relegando el arte a la

    teoría del arte. Hace a un lado las objeciones hechas a la pertinencia

    del concepto de lo bello para la teoría estética y los argumentos

    acerca de la inutilidad del mismo como las de John Dewey,Richard

    Hamann, MikelDufrenne). El problema con la propuesta de Nwodo

    no es tanto que lo bello haya perdido en el arte contemporáneo el

    papel dominante que tenía en el arte académico aunque ésta parece

    una de las causas de su distinción); el problema es que, como

    categoría, lo bello por símismo no tiene la relevancia suficiente para

    fundar una disciplina.Sifuera así,habría que fundar variasdisciplinas

    PROBLEMAS DE DISTINCIÓN

    sino como la multidisciplina que planteaba Diffey,que no es el caso

    actual de sus investigaciones.

    De lo que se trataría, en efecto, es de partir de la filosofía y

    construir un corpusinterdisciplinarioque permita incorporar diversas

    metodologías pertinentes a una visiónintegral del fenómeno estético.

    Propongo la interdisciplina y no una transdisciplina pues se trata de

    integrar, yno de trascender, losdiversosenfoques disciplinarios, cada

    uno de los cuales tiene un instrumental metodológico propio que

    puede resultar sumamente valioso al análisis estético. Dado que la

    estética no es una cuestión exclusivamente filosófica sino cultural,

    social, comunicativa, política, económica, histórica, antropológica,

    cognitiva,semióticay aun neurológica, sería menester abordarla con

    un trabajo multidisciplinario puesto que variasde estas disciplinasse

    traslapan al enfocar esta problemática.

    LOS L ERINTOS DE L ESTÉTIC

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    paralelas además de la estética entendida así como bellología , Se

    tendría entonces que instituir también la feología , la sublimolo

    gía , la tragicología , la grotescología , la banalogía , la sordi

    dología la kitschología , disciplinas que serían, si no triviales, por

    lo menos algo cómicas. Con esta reducción al absurdo puede verse

    que no es posible fundar una disciplina alrededor de sólo una de las

    varias categorías estéticas.

    De cualquier modo, cabe destacar con Nwodo la importancia de

    diferenciar entre la filosofía del arte

     

    la estética aunque no como

    teoría de lo bello). Sin embargo, esta distinción es más una cuestión

    de énfasis que propiamente de campo. Lo bello es una de tantas

    categorías en la producción de efectos sensibles, tantas como adje

    tivos existen en un lenguaje,   el arte es sólo una de sus manifestacio

    nes, aunque sea la más espectacular.

    Para concluir, la estética se refiere a cierto tipo de fenómenos

    particularmente resbaladizos y difíciles de

    definir

    por el procedimien

    to filosófico tradicional de razones necesarias   suficientes, difíciles

    de u ic r en tanto disciplina especializada u objeto multidisciplina

    rio,   difíciles de

    distinguir

    de campos afines como la teoría del arte.

    Lo que es, sin embargo, posible es demarcar la -así sea con brocha

    gorda- por sus orillas borrosas

     cf

    el cap. 5).

    LOS PROBLEMAS DE LAESTÉTICA

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    [18]

    La noción de LoBelloha sidoysiguesiendo el concepto central para

    la teoría estética.Sinembargo LaBelleza como LaVerdad El Bien

    yLaJusticia es resultado de la sustantivaciónde adjetivos un efecto

    del lenguaje más que un hecho ontológico. Existe un acto bueno

    para un sujeto que lojuzga así como un objeto bello o un actojusto

    y un enunciado verdadero según convenciones de bondad  belleza 

    justicia y verdad establecidas en cada contexto social. Todos son

    juicios emitidos por sujetosque dependen de una cultura determina-

    da desde lacualaplican lacategoría de bueno bello verdadero justo.

    Por ello se considera bella la deformación del labio inferior entre

    algunas tribus africanasy de los pies de las mujeres entre los chinos

    el aplanamiento de la frente entre los mayas la inyección de silicona

    en los senos y de colágeno en los labios de las mujeres occidentales 

    la cirugía de párpados en las mujeres orientales el tatuaje la

    laceración o el pier ingv el lifting Labelleza es convencional aunque

    se asocie a criterios de selección natural que trascienden lo cultural

    hacia el ámbito biológico. Igual se considerajusta la amputación de

    manos de un supuesto ladrón o apedrear a muerte a una mujer por

    concebir fuera del matrimonio en algunos países musulmanes

    arrojar ácido al rostro de las mujeres pakistaníes por sus maridos o

    institucionalizar la pena de muerte en varios estados norteamerica-

    nos. Asimismo se considera verdadera la existencia de un espíritu

    totémico en una comunidad o la del flogisto del quark  del aura o

    del ADN. Estadiversidadde verdades bellezasyjusticias no nos obliga

    a asumir una posición relativistaen cada uno de estos ámbitos pues

    si bien lo bello y lo verdadero están determinados por un contexto 

    lo justo en cambio es universal al estar en juego un valor absoluto:

    la vida y la integridad del ser humano. Afirmar que la belleza sea

    relativa no implica que lajusticia también lo sea.

    Evidentemente no estoyhablando aquí de existenciasontológicas

    autónomas sino de construcciones sociales según convenciones

    EL FETICHE DE LO BELLO

    2. LOS FETICHES DE LA ESTÉTICA Y SUS TRAMPAS

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    Lo bello está lo más alejado de un término analítico, y por tanto de una

    concepción que pueda figurar en la teoría como medio de explicación o

    clasificación.Desdichadamente, se ha endurecido en un objeto peculiar; un

    arranque emocional

     emotional mpture

    se ha sometido a   que la filosofía

    llama hipostasiación, yha resultado el concepto de belleza como una esencia

    de la intuición Dewey[1934], 1980:129-130).

    El autor cuestiona el fetichismode lo bello pero termina inventan

    do otro que resulta aún peor: el de los objetos que deciden por sí

    mismos ,que son capaces de establecer unjuicio estético desde su

    interior . En algo tiene razón Dufrenne y es en lo peligroso de la

    noción de lo bello que, en su caso, le tendió esta trampa.

    También para John Dewey la noción de lo bello, para fines

    teóricos, se convierte en un término obstructivo:

    Básicamente no somos nosotros quienes decidimos qué es lo bello. El objeto

    por sí mismo lo decide, y esto ocurre al manifestarse a sí mismo. El juicio

    estético pasa desde el interior del objeto más que desde nuestro interior.

    Nosotros no definimos lo bello, afirmamos lo que el objeto es Dufrenne,

    1973: Ixii).

    culturales. Lo bello como tal existe igual que lo blanco, lo aburrido,

    lo dulce, lo femenino, lo nauseabundo, lo inútil. Son efectos del

    lenguaje que se aplican para describir experiencias y percepciones y

    dependen de convenciones culturales. La noción de belleza, o lo

    bello, es una categorización lingüística de una percepción o expe

    riencia extralingüística,aunque pueda ser provocadapor el lenguaje

     en el caso de la literatura y la poesía) o provocar la producción de

    lenguaje el caso típico, la crítica de arte). Lo bello sólo existe en los

    sujetos que lo experimentan así como el enunciado sólo ocurre en

    los sujetos que lo enuncian y lo interpretan. Suponer su existencia

    autónoma es incurrir en un fetichismo, pues su fuerza de atracción

    sólo existe por y en el sujeto.

    Sin embargo, no basta con declarar que lo bello es un fetiche para

    que deje de operar como un obstáculo epistemológico sobre la

    estética. Dufrenne 1973:Iviii),por ejemplo advierte hayque evitar

    invocar el concepto de lo bello porque es una noción que, depen

    diendo de la extensión que le demos, parece inútil para nuestros

    fines o peligrosa . Pero luego, termina afirmando que:

    LOS FETI HES DE L ESTÉTI Y SUS TR MP S

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    No voy a criticar aquí la importancia exagerada que se le ha dado a

    la producción artística en el discurso dominante de la teoría estética.

    Lo que me interesa analizar en esta sección es el fetichismo en su

    sentido literal: la obra de arte hecha fetiche, dueña de poderes y

    capacidades humanas y sobrehumanas, incluso mágicas. Desde un

    enfoque marxista, Terry Eagleton (1990) nos explica cómo la obra

    de arte ha sido para la teoría estética una especie de sujeto que

    encarna todos los valores que la burguesía pretendía legitimar desde

    la Ilustración. Me refiero a valores como la libertad, el desinterés, la

    autodeterminación así como al individuo como fin en sí mismo.

    Todos estos valores, que casualmente fueron atribuidos a la obra de

    arte por la teoría estética, proveen el modelo perfecto de subjetividad

    que requería la sociedad capitalista temprana.  Mi argumento, en

    términos generales, es que la categoría de lo estético asume la im-

    portancia que tiene en la Europa moderna porque al hablar de arte

    se habla también de estas otras cuestiones que están en el corazón

    de la lucha de la clase media por la hegemonía política  (Eagleton,

    1990: 3).

    De esta manera la burguesía del siglo XVIII imaginó a un sujeto

    cuyas características proyectó metafóricamente en la obra de arte,

    pero ql e se cristalizó ya como descripción literal en la teoría estética

    subsiguiente. De ahí surgen concepciones del artefacto artístico

    como capaz de expresión, de interpelación, de actitudes y valores.

    Kant no cayó en esta trampa al señalar claramente que la armonía

    EL FETICHE DEL ARTE

    Cabe por tanto seguir la dirección bastante más coherente de

    Dewey y afirmar que lo bello no es una cualidad de los objetos en sí

    mismos sino un efecto de la relación que el sujeto establece con el

    objeto desde un contexto social de valorización o interpretación

    particular. Es la sensibilidad la que descubre sus objetos y ve en ellos

    lo que ella ha puesto no según su capricho sino según sus condiciones

    bioculturales, perceptuales y valorativas. En este sentido, volvemos al

    punto inicial en que el filósofo David Hume comenzó a reflexionar

    en el siglo XVIll sobre los problemas del gusto y de la belleza para

    establecerlos respectivamente como diversos y relativos.

    LOSL ERINTOSDEL ESTÉTIC

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    que le adscribimos al objeto es en realidad la proyecClonde una

    armonía que ocurre entre nuestras facultades cognitivascomo la

    imaginacióny el entendimiento, más que de aspectosde la obra en

    sí misma. Sin embargo, la estéticaanalítica ha tomado literalmente

    loque en su origen fue una simpleexpresiónmetafóricaysededica

    minuciosamente a probar el estatus ontológico de lo bello y de la

    obra de arte como existentesen sí, independientemente del sujeto.

    Entre los teóricos más conocidos que fundamentan su teoría

    estéticaen lanoción de  expresión ,estáSusanneLanger 1979:240)

    quien entiende al arte como expresión simbólica: Laobra de arte

    es una forma expresivacreada para nuestra percepción a travésdel

    sentido o imaginación,y lo que expresa es el sentimiento humano.

    Pero, insisto,no es el arte, ni la obra o la forma lo que expresa, sino

    el artista, igual que no es el lenguaje el que significasino

     l

    sujeto

    que loarticula.Elarte no esexpresiónde emociones;eselespectador

    quien percibe e interpreta una expresión de emociones y genera

    otras a partir de su experiencia con

    t l

    objeto.

    La idea de que una obra de arte exprese es efecto del lenguaje.

    Sepuede decir, lo he dicho. El   uernicadePicasso expresa el terror

    de la masacre en Guernica. Pero esto no implica que, porque algo

    sea enunciable, sea necesariamente real o posible puedo decir: el

    grifo está comiendo lentejas; enunciable e imposible). Eso es con-

    fundir el lenguaje con la realidad aunque ésta, efectivamente,esté

    constituida también por el lenguaje). La invocaciónno es tan fácil

    ni la magia tan accesible.En breve, no es el

      uernica

    de Picassoel

    que expresa, sino que es Picassoquien expresa a travésdel

      uernica 

    Aunque es demasiado obviaesta distinción, invertirla puede tener

    consecuenciasfatalespara la teoría: me consta.

    Lasobras de arte no hablan; el lenguajees solamenteuna aptitud

    del sujeto,no de losobjetos.Esel sujetoquien, a travésdel texto, un

    enunciado o una obra plástica,produce ciertos significadospor su

    actividadneuronal. Esemecanismode fetichización,de investirfuer-

    zasy capacidadesa los objetos, se asemejamucho al que hallóMarx

    en la relacióndel obrero con lasmercancíasalver en ellasrelaciones

    entre objetosen lugar de relacionessocialesentre sereshumanos. La

    expresiónque supuestamentese hallaen una obra de arte essiempre

    y sólola del artistahacia l espectadormediadapor el objeto.Quien

    expresano es laobra de arte sino el sujetoartistapor mediación del

    lenguaje artístico e interpretada por el espectador.Entre ambos no

    21

    OS FETI HES DE L ESTÉTI

    y

    SUS TR MP S

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    14/42

    haysimetríapor el simplehecho de que cadasujetoocupa otro lugar

    en el tiempo y el espacio. Ocurre un desfase o, como diría Bajtín,

    una exotopí un estar afuera entre enunciante e intérprete.

    Para Dewey([1934] 1980:47), lapalabra estética se refiere [...]

    a la experiencia en tanto apreciativa, percibiendo, disfrutando.

    Denota el punto de vistadel consumidor,másque del productor. Si

    el arte concierne a la productividad, la estética para este autor es

    asunto de receptividad. Un acto de enunciación es estético si, y

    solamente si, se interpreta o es asumido como tal, incluso si tal

    interpretación proviene de los enunciantes mismos.Por otra parte,

    los objetos, acontecimientos, gestoso actos que no emergieron con

    intencionalidad estética alguna, pueden llegar no obstante a consi

    derarse estéticos como resultado de la interpretación. Una voz

    murmurante puede no tener ningún significadopara un sujetoy ser

    intensamente seductora o evocadorapara otro.

    Las cosasno son capaces de actuar; un medicamento no cura ni

    un textoplace.Esel enfermo elque securaal tomar un medicamento

     

    un lector el que se complace al leer un texto. El efecto de fetichi

    zaciónes un hábito tan arraigado en el lenguaje que sería imposible

    evitarlo.Pero lo que sí vale la pena destacar es que se trata de un

    efectodel lenguaje,  no de un hecho en la realidad; es un modo de

    hablar, no de ser. Cuando uno y otro se confunden, aparecen

    aberraciones como la objetividadde lo bello , la expresión de la

    obra de arte , los placeresdel texto no a travésdel texto), los

     objetos sensuales , o los   objetos estéticos (literalmente objetos

    capacesde una experiencia o percepción).

    Prevengo de antemano al lector en caso de que el lenguaje me

    traicione y le pido que lea en frases como ésta algo así como en

    caso de que yo me traicione a travésdel lenguaje . De otro modo

    estamosen el pensamiento mágicodel niño para quien losjuguetes

    serompen, la ropa seensucia

     

    la luna lo sigueo losárboles se alejan

    del vehículoen que viaja,o del médico para quien las enfermedades

    se contagian y lasmedicinasCuran (en vezde las personas se conta

    gian de enfermedadesysecuran -o seenferman- con medicinas).

    Si el lenguaje produce conceptos, también disfraza efectos del

    lenguaje como efectos de realidad. Todos practicamos una especie

    de animismoen el lenguajeomodos de hablar que antropomorfizan

    a las cosasy les adjudican cualidades humanas. En la obra de arte,

    este animismo es más tentador aún, pues se trata de huellas de la

    LOS L ERINTOS DE L ESTÉTIC

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    15/42

    De nuevacuenta, Dufrenne nos confunde pues, ademásde que el

    objeto y su percepción son indistinguiblesy no pueden estudiarse

    por separado -ya que sólo hay objetos

    para

    la percepción y toda

    percepción siempre es percepción de algo- se equivocaal afirmar

    que lapercepción, estéticao no estética, no crea un objeto nuevo .

    Por supuesto que lo crea, no fisicamentepero sí experiencialmente.

    Antes de la percepción, el objeto no existe como tal, pero al ser

    percibido estéticamente, el objeto antes no valorado en esa dimen

    sión, adquiere un nuevo carácter que lo altera cualitativamente.

    Dufrenne reconoce que el objeto es sólo objeto para un sujeto,

    pero unos párrafos después dice que elobjeto estético es nada más

    la percepción, estética o no estética, no crea a un objeto nuevo   el objeto

    percibido estéticamente no es diferente de la cosa objetivamente conocida

     ) creada que solicita esta percepción en este caso la obra de arte). Desde

    la experiencia estética que los une, podemos por tanto distinguir

     l

    objeto

    de su percepción para poder estudiarlos por separado Dufrenne: xlix).

    El fetiche del objeto estético es el más arraigado de la estética y el

    más plagado de problemas.

     

    no es para menos: se trata de un

    oxímoron, una contradicción de términos, puestoque lo estéticopor

    definición designa al sujeto en su disposición o susceptibilidad a

    percibir, apreciar, disfrutar y padecer, en contraste con lo que es un

    objeto que no es susceptible a nada. Dufrenne, por ejemplo, inicia

    su exposiciónde la experiencia estéticay el objeto estético confron

    t n o

    el problema de la circularidad de definiciones tales como: el

    objeto estético es el que se aprehende a través de la experiencia

    estéticay la experiencia estética es la que se establece con relación

    al objeto estético:

    EL FETICHE DEL OBJETO ESTÉTICO

    actividad humana, de sus emociones y actitudes. En la teoría, sin

    embargo, este animismolingüísticodebe evitarseen lo posible,pues

    una construcción teórica se nos puede venir abajo por confundir

    hechos con dichos. Cierto que, como lo señaló Austin

     Cómo hacer

    cosas con palabras ,

    decir es una forma de hacer, pero hay muchas

    maneras de hacer y de no hacer por medio de laspalabras.

     

    OS FETICHES DE lA ESTÉTICAYSUS TRAMPAS

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    16/42

    que lo sensual en toda su gloria, cuya forma, que lo ordena, mani

    fiesta plenitud y necesidad, y que lleva consigo mismo y revela

    inmediatamente el sentido que lo anima (Dufrenne, 1987: 4-5).

    Sugiere así que un objeto puede ser sensualy manifestar plenitud y

    necesidad. Ejemplo inmejorable para ilustrar el fetichismo en la

    estética, semejante al de la religión y la magia: si la estatua de un

    santo puede hacer milagros o un muñeco maleficios, una obra de

    arte puede expresar.Es cuestión de fe.

    El error en que incurre Dufrenne se debe a su falta de distinción

    entre lo estético, lo fisicoy lo artístico. El objeto en tanto estético, sí

    depende de la experiencia del sujeto con relación a él. Suexistencia

    fisica,en cambio, no depende de esta experiencia. El objeto percibi

    do estéticamente síes cualitativamentediferente de la cosadetectada

    objetualmente. Un orinal exhibido en un museo como obra de arte

    propuesto por Duchamp e intitulado

     u nt  

    es distinto al orinal

    apreciado exclusivamentepor suforma, colory textura en una tienda

    de muebles sanitarios, y a su vez es diferente al ser utilizado para

    calmar una urgencia fisiológicaen un baño, o bien a una réplica de

    éste firmada por Duchamp subastada en Sotheby s por su valor

    histórico y económico. Son, pues, distintas categorizacionesentre sí

    el objeto-arte,el objeto-plástico,el objeto-funcionalcomomueble de

    baño yel objeto-económico.Sipodría hablarse de una metamorfosis

    no es la del objeto sino de lascategorizaciones valorativas,semióticas

    y contextuales.

    La circularidad del objeto estético-experienciaestéticaque atemo

    rizaaDufrenne debe ser asumidayresuelta no con relación al objeto

    estético sino al sujeto de la actividadestética. Negar que la estética

    parta de sujeto-psicologismos o no- es como negar que el conoci

    miento parta del sujeto. El sueño positivistade algunos estetólogos

    -a quienes lesgustaríacreer que ciertosobjetosproducen automática

    mente la experienciaestéticaen elsujetocasipor reflejopavloviano

    los llevaa emitir ideas como Loque la obra espera del espectador

    o el objeto estético ejerce incesantemente una demanda en el que

    actúa o lo observa... a travésde esta demanda, revelaun deseo-de-ser

    que de algún modo garantiza su ser  (Dufrenne, 1987:6).

    Dufrenne pasa del fetichismode lo bello al del objeto estético, al

    que atribuye la capacidad humana de percepción, gozo, evaluación

    de la belleza, emotividad, expresión, sensibilidady sensualidad. En

    su intento de alejar al psicologismo,incurre en el riesgo aún mayor

    LOS l ERJNTOS DE L ESTÉTIC

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    17/42

    .1 ,

    subordinar la experiencia del sujetoalobjeto. Esoesexactamente

    1.

     lil 

    propone: ¿por qué no introducimos suficiente precisión en

    1 .1 definición del objeto estético? ¿Ycómo podriamos introducirla?

    ....bordinando la experiencia al objeto en vez del objeto a la expe

     

    u-ncia,

    y

    definiendo al objeto mismo a través de la obra de arte

    Dulrenne, 1973: I-li).

    FIl esta especie de litolatría conceptual que busca una piedra de

    1111111< .

    objetual para la estética se olvida que en última instancia el

    ,111  ,

    los objetos estéticos , sus cualidades

     

    configuraciones son lo

      U  esa teoría pretendería explicar,juzgar, evaluar,justificar, legiti-

    1 1 1 .1 1 : son su problema, no su piedra fundacional. Efectivamente, se

     

    uurí 

    de enfocar la estética desde la liquidez de la comunicación

    .1

    sentidosmás que por su coagulación en objetos sacralizados.

    La estética académica va a especificar el estatus privilegiado de

    1 11 1

    tosobjetos, lasobras de arte,

     

    por contagio, el de ciertos sujetos,

    1mcstetólogos e historiadores de arte, aunque existanmuchos otros

    ohj( tos,sujetos

    y

    sucesospertinentes a la estética.Yes que

    el

    estetó

    Illgo insisteen seguir trabajando en losmuseos,bibliotecasy salasde

    ,111 

    con sus libros, partituras

     

    cuadros, para no ser turbado por los

    olores, sudores

     

    ardores de lavida cotidiana.

    I , l~ l 1 ,T1CIES DE LA ESTÉTICA

    y

    SUS TRAMPAS

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    18/42

    A pesar de la insistencia de Dewey [1934] 1980) respecto a la

    continuidad entre el arte y la realidad ysusargumentos en contra de

    lavisiónmuseísticade laestética, aún siguesiendo común encontrar

    en textossobreestéticael supuesto de que el arte ylo belloson esferas

    apartadas del mundo ordinario y que, por lo tanto, quien escribe

    sobre ellos tiene un pasaje secreto para acceder a ellos. Bajo catego-

    rías como la de autonomía del arte y la contemplación, la estética

    ortodoxa separa lo estético de la vida ordinaria invocando verdades

    esencialistas y suprahistóricas de fuerte matiz religioso. Esta idea-

    lizaciónde lo estético escomún amarxistas,idealistasyromanticistas,

    pues no es requisito una tendencia política o filosóficadeterminada

    para empeñarse en separar la estética de la vida cotidiana o el arte

    de la realidad para luego afanarse en reunirlas.

    La vin ul ión o separación del arte y la realidad, cuyos ecos

    inciden a su vez en la supuesta desvinculación entre lo estético y lo

    cotidiano es, pues, uno de los problemas más comunes que se han

    planteado los artistas, críticos y teóricos del arte. Una parte signi-

    ficativade la estética marxista se basaba en este falso problema por

    su esfuerzo en utilizar el arte para despertar conciencias, así como la

    diatriba, vigente hasta mediados del siglo xx, entre artistas a favor

    del artepor el arte lo que Benjamindenominó como teologíadel

    arte ) v sus aquellos que abogaban por el arte comprometido . En

    el primer caso, el arte podía permitirse la total disociación de la

    realidad, mientras que en el segundo debía buscar losmedios no sólo

    para vincularse a ella sino para transformarla. Ambas posturas

    resultan hoy igualmente ingenuas, pues el arte es y ha sido siempre

    un producto social y emerge directamente de la sociedad, por más

    elitistaque sea. Hay invariablemente un compromiso social, aun en

    esta teología del arte por el arte donde el compromiso es no

    EL MITO DE LA OPOSICIÓN ARTE / REALIDAD

     

    ESTÉTICA / VIDA COTIDIANA

    3. LOSNUEVEMITOSDELAESTÉTICA

    [ ]

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    19/42

    En su clásico ensayo   obr de rte en l époc de

     

    reproducción

    mecánic Benjamin reconoce que las técnicas de producción indus

    trial se corresponden directamente con la producción de imágenes

    artísticas

     

    que no hay tal separación entre la esfera de lo artístico y

    Un poeta debe recordar que su poesía es la culpable de la trivialidad de la

    vida,

     

    el hombre en la vida ha de saber que su falta de exigencia

     

    seriedad

    en sus problemas existenciales son culpables de la esterilidad del arte,.. El

    arte y lavida no son lomismo, pero deben convertirse en mí en algo unitario,

    dentro de la unidad de mi responsabilidad (Bajtín, 1990: 11-12).

     

    o 111prometerse con ciertos grupos,

     

    por ende, permanecer tácita-

    111( lItecomprometido con otros,

    El realismo socialista, como el de los muralistas mexicanos

    y

    el

    n   uro

    brechtiano, asumió la vinculación entre el arte y la realidad al

    pi t ocuparse por transformar la realidad por medio del arte, El

    dilema era si elevar a las masas hacia el arte o bien bajar el arte a las

    masas, Trataron de resolver el elitismo de las bellas artes burguesas

    por su instrumentalización propagandística como manifestación

    rultural de masas

     

    de las clases proletarias, Fracasó porque estos

    .utistas querían trasplantar sus convenciones típicamente burguesas

      r contexto proletario   popular mientras que las masas   el prole

    rnriado

    iban generando sus propios artistas, convenciones

     

    géneros

    tomo la historieta, el bolero y el vodevil, totalmente al margen de las

    .utes burguesas,

    Sin embargo, arte y realidad, como la estética y lo cotidiano, han

    estado y están totalmente imbricados,

     

    no por la voluntad explícita

    ()  c ompromiso social  del artista políticamente correcto, ni por hacer

    patente una ideología, sino porque no hay un más allá de la realidad

    ui una estética que no emerja en primera instancia de lo cotidiano,

    ¿Para qué tanto brinco de reunir arte y realidad, estética y cotidianía,

    estando tan perfectamente integrados? Aun cuando el arte se ma

    nifieste como un dispositivo de evasión (el arte hollywoodense) o de

    emancipación

    (que intentó promover la Escuela de Francfort) sigue

    estando fatal e irremediablemente inmerso en la realidad preci

    samente como índices en su evasión o afán de emancipación desde

    lo real.

    Mijaíl Bajtín

     

    Walter Benjamin no tienen dudas sobre la inserción

    de lo artístico en la realidad, aunque el primero ve esta relación más

    en términos morales,

    lOS  Jl EVE MITOS DE

     

    ESTÉTIC

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    20/42

    lo real.Adorno le reprocha a Benjaminlafaltade mediacionesen su

    visiónyla reducción del fenómeno artísticoa lo técnicoysocial.Pero

    Benjamin tenía razón en detectar la estrecha relación entre el arte y

    la realidad socialy tecnológica. Es cierto que, como lo denunciaba

    Adorno, en la realidad cotidiana se manifiesta el fetichismo, la

    enajenación, la reificaciónydiversosdogmatismosde opinión e ideo

    logía. Pero la realidad artística despliega exactamente las mismas

    tendencias:fetichismode lobelloydel arte, enajenacióngeneralizada

    de los artistasrespecto a conflictos en la realidad, reificaciónde la

    obra de arte como situviesevalorpor símismayno fueseunvehículo

    de relación entre dos sujetos el autor y el receptor , dogmatismos

    reproducidos por lamatriz artísticaen susvalores,suscategorías,sus

    jerarquías,   la ideología del arte generada por los discursos de la

    estética y la crítica del arte. Habiendo fascismoen la realidad hay,

    paralelamente,fascismoartístico.Lovimosen elarte del TercerReich

      el arte franquista y stalinista.No quiero defender con ello la vieja

    estéticamarxista  su teoría del reflejoo del impacto cuasimecánico

    de la estructura en la superestructura.Afirmoque, si bien el arte no

    es siempre icónico de la realidad por semejanzadirecta a ésta, sí es

    indicial de ésta al ser parte de ella por contigüidad o relación

    sinecdóquica. Un régimen espeluznante como el nazismo creó un

    arte espeluznante:por una parte, suhipóstasisde estereotiposraciales

    en el arte kitsch del Tercer Reich pero también su infamación

    caricaturizadade otros   la vozaterradora de susvíctimas.

    Buscarrefugio en los confinesdel arte y de lo bello para evadir la

    realidad es el recurso típico de los pusilánimes. Fracasa porque el

    mundo del arte es el mismomundo de todos con susmezquindades

      grandezas, su fineza y su grosería. Ni la magnificenciay el refina

    miento están ausentes de la realidad ordinaria extraartística, ni la

    mezquindady lavulgaridad están ausentes del arte.

    Elarte esuna actividadconvariasfacetas  aplicaciones;puede ser

    una actividadpecuniaria, lingüística,ética,política, libidinal,dirigida

    a afirmar la identidad del autor o del propietario en el proceso de

    distinciónsocial  en laforjade identidades nacionalesyétnicas.Hoy

    en día circulannombres   firmasde artistasen elsistemadiferenciado

    de lamatrizartística como tarjetas de crédito, marcas de productos,

    logotipos o billetes en el mercado. Aisladode la realidad social, el

    arte es nada. El arte no esun concepto sinouna categoría de objetos

    definidos como tales por los miembros dominantes en esta institu-

    LOS L ERINTOS DE L ESTÉTIC

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    21/42

     

    Por ejemplo Stolnitz (1992) como se explicarámás adelante.

    {ion.

    Al

    margen de esta matriz, que coquetea con otras como la de

    Estado, la turística, la mercantil etc., no hay arte. Como el efecto

    uuuiposa donde un batir de alas puede condicionar, por efectos

    sucesivos,un huracán al otro lado del planeta, lasalteraciones en un

     

    ea de lavidasocialgeneran cambiosen muchasotras esferas,entre

    dlas,

    por supuesto, el arte, yviceversa:alteraciones en el arte pueden

    generar efectos en la vida cotidiana.

    Laconsolidaciónde estemito de la oposicióndel arte y la realidad

     

    derivado en la supuesta inconmensurabilidad de la estética y la

    V I C i a

    cotidiana, tan afianzadaque los filósofosno consideran siguiera

    necesariohacerla explícita.Cuando hablan de lo estético se refieren

    siemprey en todos los casosal arte y a lo bello, a menos que especi

    liquen que se trata de la naturaleza o de losublime.Cuando se topan

    .u-cidentalmentecon esta relación entre lo estéticoy lo cotidiano sin

    la coartada de lo bello, o simplemente la ignoran y si la enfrentan,

    se contradicen.

    No pretendo argumentar que lo cotidiano y lo estético o lo

    artísticoy lo real siempre coincidan. El arte figurativo,por ejemplo,

    pretende re-presentar loreal;ypara toda re-presentaciónesnecesaria

    una distanciaenunciativae interpretativa de lo real. Pero no por ello

     

    arte deja de ser una práctica socialdesde la cual se puede explorar

    lo cotidiano, como se lo puede explorar desde el poder, la semiótica

    () la economía.

    Extender lo estéticoa lo cotidiano resulta sumamente amenazante

    para especialistas que temen el colapso de su disciplina en un

    panestetismo al despojarla de su objeto, sea lo bello o el arte

     cf

    Tercera parte). El estetólogo ortodoxo se concibe así esgrimiendo

    un gran cuchillo para partir la realidad en lo estético por un lado y

    lo no estético por el otro, sea con la destreza de un cirujano con

    bisturí o la crudeza de un carnicero con hacha. En el primer

    compartimento coloca lo artísticoy lo bello, y en el segundo todo lo

    demás. Sin embargo, no es a cuchillazoscomo se construye la teoría

    sino siguiendo cuidadosamente los circuitos de redes de relaciones

    en sucomplejidad para destacar racimosparticulamente pertinentes

    a una reflexión.

     

    {IS NUEVE MITOS DE LAESTÉTI

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    22/42

    El mito del desinterés estético aparece ya en el siglo XVIII con

    Shaftesburyy Hume como una reacción contra el interés del instru-

    mentalismo burgués, pero se consolida precisamente con Kant, en

    su   ritic d eljuicio

    §

    2,aldefinir a laexperiencia estéticacomo deleite

    desinteresado en lo bello. Para Kant, en la experiencia estética no

    hay ni interés práctico por el objeto o a travésde él, ni interés en la

    existenciadel objeto, ni en apropiarnos yposeer físicao materialmen-

    te a ese objeto. Kant, como Shaftesbury y Hume, construye este

    concepto de  desinterés  para no manchar al juicio de lo bello con

    preocupaciones mundanas y para distinguir el deleite estético en lo

    bello como desinteresado) del deleite en el bien o en lo agradable

     en tanto interesados).

    Es necesario, sin embargo, reconocer que si tal concepto de

     deleitedesinteresado  se sostuviera,tendría que extenderse tanto al

    deleite en el bien como en lo agradable. Sería posible sentir deleite

    desinteresado  no solamente ante la belleza sino ante una conversa-

    ción agradable o un acto bondadoso e inclusoante lamaldad deYago

    o del villano en una telenovela o la desagradable apariencia del

    jorobado de Notre Damey todo el género de lo grotesco.Habría que

    admitir también el hecho, así seavergonzoso,de un  deleite desinte-

    resado  en el mal cuando se disfruta por sí mismo, pues el ser

    humano es capazde sentir deleite desinteresado en términos kantia-

    nos no sólo respecto a lo bello. De todas formas, no es tan fácilcomo

    pretendía Kant distinguir los objetos de deleite desinteresado de los

    del deleite interesado, y mucho menos comprobar el desinterés

    mismoen el deleite, pues experimentar deleite en algoyaen símismo

    despierta interés por sus efectos placenteros.

    Dickie 1974) cuestiona esta noción de  desinterés  kantiano

    nroponiendo el término de atención focalizada y argumenta que el

     desinterés  sólo tendría sentido en oposición

     

    interés . Lo que

    cuenta para Dickiedesde el punto de vistaestéticoes exclusivamente

    la atención, y el desinterés se vuelve, para el autor, una noción

    irrelevante. Sin embargo, el mito del desinterés kantiano se ha

    reproducido ymantenido hasta la actualidad entre numerosos auto-

    res contemporáneos como Stolnitz,Crowther 1987)ymuchos otros.

    Por razones distintas a las de Dickie, sostengo que las actividades

    vinculadasa lo estético no son nunca desinteresadas.Haysiempre un

    EL MITO DEL DESINTERÉS ESTÉTICO

    LOS lABERINTOS DE LA ESTÉTICA

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    23/42

    IlIln es

    estéticodel sujetohacia suobjeto, yaseael de obtener placer,

     plI('tar la curiosidad, comprender, nutrirse emocionalmente, exci-

    111M ,

    expresarse, entretenerse o impresionarse.

    Crowther (1987) encuentra un excelente ejemplo para ilustrar el

    d, ,illterés kantiano: el espejismo en un desierto. Según el autor,

    P(l( eIllOS apreciar estéticamente el espejismode un oasissin tener el

    1III'IIornterés estéticoen laexistenciafisicadel oasisque percibimos.

    I od ,

    111

    os, según el autor, tener un interés funcional en su existencia

    ~I

      si

    amos muertos de sed (lo cual, para Crowther no es un interés

    ,~tl'(ico), pero para apreciar la belleza de ese paisajeimaginario, no

    11('(

    esitamos que exista materialmente. Este ejemplo es tan bueno

     1 ( 

    110 sólo no confirma la pertinencia del concepto de desinterés

    r su ti co

    a pesar de las intenciones de Crowther, sino que refuta

    ruvoluutariamente

    la noción de aspectosestéticos propuestos por

      :  

    owther.Veamoscómo.Obviamenteen el espejismono hayningún

    .rspccto

    objetivoque detectar, por mucha atención que se le ponga,

    puesto que no hayobjeto estético tal y como lo entiende el realismo

    IlIgCI1UO

    de la estética analítica. Entonces, ¿cómo es posible hablar

    d,' atención estética en este caso? ¿Cuáles son los aspectos que

    rk rccta?

    Solamente por la actividad perceptual del sujeto existe tal

    .iprcciación

    estética aun ante objetos imaginarios como los sueños y

    losespejismos.Alapreciar esepaisaje imaginario, el impulso natural

      Sdesear que existieseobjetivamentepara poder ampliar

    el

    rango de

    Sil seducción sensible: oler sus aromas, beber la frescura del agua,

    ,(cogernosa la sombrade suspalmeras (lo cual refuta, de carambola,

    también al mito del distanciamiento estético que revisaré en la

    próximasección). El espejismoen síes una percepción mental, pero

     seduce o atrae al sujeto hacia una experiencia más integral y por

    lo tanto sí está interesada en la existencia físicade lo que presenta.

    ¿Quién puede negar que entrar en un oasis sea una experiencia

    mucho más intensa y placentera que ver un espejismo de éste a

    distancia? Crowther cae cautivado por el espejismo teórico del

    (:jcmplodel espejismoporque comparte la idea de la contemplación

    distanciadaycasipuramente visualcomo arquetipo de la experiencia

    estéticapor excelencia.Seolvidaque el deleite estéticode un paisaje,

    como el de la arquitectura, consiste especialmente en recorrerlo

    sensorialmente, y para ello es necesaria su existencia.No se disfruta

    igualuna fachada reproducida a escalanatural en fotografia, que la

    obra arquitectónica en su conjunto, ymucho menos un paisaje que

    I , t~ NI tl :VE MITOS DE LA ESTÉT1CA

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    24/42

    Con el concepto de distanciapsíquica Psychical distance , Edward

    BulJough 1979) se apoyaen una larga tradición filosóficaque pare

    cería másbien pretender legitimarel distanciamiento del estetólogo

    con respecto a lasmasasy el del gusto educado respecto al burdo,

    que el de la contemplación estética. En Bullough reverbera en

    EL MITO DEL DISTANCIAMIENTO ESTÉTICO

    incita a una experiencia multisensorial integrada que un póster de

    ese paisaje.

    El mejor argumento en contra del desinterés kantiano está en la

    reacción ante el vandalismo de quien intentó destruir la Piedad de

    Miguel Ángel y la indignación mundial ante la destrucción de los

    Budas monumentales por los talibanes en Afganistán.No podemos

    permanecer indiferentes ante la destrucción de estas obras preci

    samentepor suvalorestético,pues lamayoríano somosbudistaspara

    apreciar suvalorreligioso.No hayduda de que laapreciaciónestética

    exige la existenciade los objetos que laproporcionan; no puede ser

    indiferente a ésta.

    El concepto kantiano de desinterés puede ser aplicable no tanto

    a la relación estéticacomo al importe semióticoo de un objeto o un

    acontecimiento. En otras palabras, cuando un evento semiótico se

    trueca en estético, el sujetopuede mostrar desinterés respecto al qué

    y

    para

    qué de éste y concentrarse en   óm o se presenta, v g el valor

    estético que adquiere para él. Al encontrar a un amigo, después de .

    re-conocerlo semióticamente, el sujeto podrá apreciar cómo se ve,

    cómo habla, cómo está vestido, etcétera, es decir, su presentación

    estética.Alver un cactusy después de reconocer la especie a la que

    pertenece, la apreciación estética dará lugar al desinterés semiótico

    para el que no interesa tanto qué especiees sino cómo estáformado,

    es decir, percibiremos su forma y color, la simetría con que brotan

    las espinas, el contraste de formas y colores, la peculiaridad de su

    textura y de su composición. Así un evento de re-conocimiento

    semiótico puede trocarse des-cubrimiento estético. En suma: en la

    apreciación estética no haydesinterés estético, sino semiótico en el

    momento en que lasemiosisdel qué da lugar a laestesisdel cómo .

    Se suspende el interés semióticoal trocarse por el estético.

    LOS L ERINTOS DE L ESTÉTIC

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    25/42

    II,didad el concepto de desinterés kantiano

     

    nos hereda los

    IIII IIOS problemas.

    l

     

    ejemplo que presenta Bullough para argumentar su casoes el

    d,

     

    ( sposocelosoque asistea la representación de

    Otello

    de Shakes-

    1   ,11(  Y se identifica a tal grado con la trama pensando en sus

    1 1 1   1 I ilcmas personalesque pierde ladistancianecesaria para disfrutar

      u-ricamente

    la obra. Se le puede argumentar que, al contrario, su

    , ~t.l(loemocional podría incluso intensificar la experiencia de la

    Obl l no necesariamente coartarla.Yal revés,un niño de ocho años

     1 11 asistaa la obra tendrá tal distancia respecto a la trama, pues el

    1 1 1

    ohlcmade loscelosmaritales tendría tan poco que ver con suvida,

     J IU

    110

    podría generar la empatía necesaria para disfrutarla. ¿Cuál

    C llól entonces la distancia adecuada?

    l

    rickie  1988: 12

    propone sustituiraldistanciamiento

     detachment

    p r ( 1término agudamente enfocado

    sharply focused

    para definir

    1 1 upreciación estética,pues en esteejemplo lafaltade distanciamien

    to sería simplemente falta de atención por estar pensando en sus

    1  

    oblemas en vez de atender a la obra. El concepto dickieano de

      loco no considera, sin embargo, que tal foco puede ser no sólo

    1 1 1

    cciso sino disperso, convergente o divergente. La percepción

    l s t{-ticadistraída de la que hablaba Benjamín 1968 en el público

    1

    i

    nóíi lo ,

    así como la recepción estética ligera de las telenovelas

     Mandoki, 2002 , ilustran casosde focodisperso.Dickie,por supues

    ro.jamás concedería que pueda hablarseaquí de apreciaciónestética,

    pites para el autor sólo existe la dicotomía atención/no-atención.

    LllIlpOCOullough lo haría, pero por razones distintas,pues tanto el

    publicode telenovelacomo el cinéfilorequieren identificarsecon los

    protagonistas, llorar con sus penurias, deleitarse con sus triunfos, lo

    (ualcancelaría la distancia

    y

    por consiguiente la experiencia estética.

    I : n

    contraste, Aristótelespropuso que la condición para que ocurra

    l.. catarsis es compartir el sentimiento de temor   piedad con los

    protagonistaspor identificación con ellos; en este caso, el distancia

    miento

    cancelaría toda posibilidad de catarsis.

    EsBertolt Brecht  1985: 327) quien asume el concepto de distan

    ciamiento como técnica clave de su Teatro Épico. La denomina

    iwrfremdungseffekt

    o efecto de distanciamiento que tiene por objeto

    colocar al espectador en una actitud inquisidora, crítica, frente al

    proceso representado . Brecht opone el distanciamiento a la identi

    ficación del público con los hechos en escena

     

    a la consiguiente

    33

    11 1 NIII oVE MITOS DE LA ESTÉTICA

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    26/42

    catarsisaristotélica.Por eso trata de crear y luego romper el campo

    hipnótico  de la ilusión teatral para conscientizaral espectador de las

    condiciones a lasque apunta el   sto del actor. El esfuerzode Brecht

    de generar técnicas de distanciamiento muestra que este efecto no

    es automático sino al contrario, ya que la relación natural del espec

    tador de teatro con lasobras representadas suele ser la identificación,

    es decir, falta de distanciamiento.

    Puesto que el teatro griego no pretendía el distanciamiento sino

    la catarsis y la identificación ¿podría negarse que por la falta de

    distanciamiento losgriegoscarecieron de un intenso vínculoestético

    con sus maravillosastragedias y comedias? La telenovela actual se

    propone el mayor efecto hipnótico posible, el estado de ilusión

    dramática que Brecht hubiese censurado, y aunque los anuncios

    comercialesy la transmisiónpor capítulosproducen inevitablemente

    el distanciamiento, el espectador seempeña en regresar al estado de

    identificacióncon lospersonajes.El efectoonírico del cine señalado

    por Cubern) que loscineastascultivancon tanto ardor resulta en un

    no-distanciamientoque elpúblico disfrutaampliamente. Ninguno de

    estoscasosde faltade distanciamiento puede explicarsecomo simple

    carencia de atención como lo caracterizaría Dickie.Todo lo contra

    rio: es tal la atención que los cinéfilos le prestan a la película que la

    distancia desaparece y el espectador se identifica totalmente con el

    personaje. Incluso en el casode los críticosde cine experimentados,

    que rebasan la simpleidentificacióncon lospersonajespara examinar

    la factura del filme, la distancia se acorta en el momento en que se

    ponen en lugar del autor para poder comprender lasdecisionesque

    tomó para comunicar de cierto modo y no de otro su obra.

    Negar que

     

    distanciamiento sea una condición suficiente para

    definir lo estético no implica que la ausencia de distancia lo sea. Lo

    que se entiende por  experiencia estética no es algo estáticomante

    niéndose a una distancia exacta y adecuada respecto al objeto, sino

    al contrario: el espectador de arte, como el individuo en la vida

    cotidiana,

    s

    columpia

    por así decirlo, a diversasdistanciasrespecto a

    su objeto. El ejemplo utilizado por Dickie  1992) es el momento en

    que el personaje de Campanita de   eter ansedirige a los niños y les

    pregunta  ¿quién cree en las hadas? ;así se rompe el hechizo de la

    ilusión en escena.Ambos casos,sin embargo, dinamizan al especta

    dor

     

    lo columpian hacia la escena de ida y vuelta desde su butaca,

    de la fantasía a la realidad. Brecht lo sabía tan bien que recurría al

    LOS L ERINTOS DE L ESTÉTIC

    34

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    27/42

      Osborne (1980) ilustra en parte la denuncia de Berleant. Confrontado por-o

    ,onlrontando a-las obrasde bodyart, land art, happenings,arteconceptual,etc., su salida

      . más que tratar de ajustar la teoría estética a las obras, como lo hace Berleant,

    eliminar las obras de la teoría al decretar que no son arte.

     I I /lI /lIdungseffekt

    sólo después de haber logrado perfectamente la

    dll\lOIl

    en escenaylaidentificacióndel espectadorpor suoficiocomo

    di

    .unaturgo para

    el

    artificio teatral.

    (:on espíritu crítico,ArnoldBerleant (1986; 1991) intenta destruir

    II, ~mitos

    predominantes en la teoría estética:   J que el arte consiste

    1 1 1 imordialmente en objetos, 2J que las obras de arte poseen un

      N I.IIIIS

    especial y 3J que deben ser vistasde una manera especial.

    1 ,11

    ¡t Berleant,la crítica al objeto estético está basada en la necesidad

      .ibarcar al arte no objetual como el

    happening,

    el

    ready made

    y el

    11111 conceptual en la definición de la estética.  Asimismo,denuncia

    l. 

    nocionesde distanciapsíquica de Bullough

    (1979)

    que derivan

    d, las nociones de contemplación y de atención desinteresada de

    I ,1111. Propone, por lo tanto, sustituira laobrade arte por situaciones

    dOl1deocurren experiencias y que frecuentemente, pero no inva

    u.iblcmente, incluyenobjetosidentificables (Berleant, 1986

    JI

    200).

    I ,)que pretende Berleant esajustarycontemporizar a la estéticapara

     1 1< pueda dar cuenta de fenómenos artísticosactuales como el arte

    , ouccptual, el

    performance,

    las instalaciones, el arte correo y digital.

    1   •

     

    experiencia estética no es, para Berleant, ni desinteresada, ni

      lllcmplativa, ni distanciada. Propone el concepto de involucra

    IIli( lIlO (engagernent)

    al argumentar que si hay una característica

    ,II.~Intivadel arte tradicionalcomodel contemporáneo, essusiempre

    insistente

    exigenciapara un involucramientoapreciativo  (Berleant,

    11 )¡· l ( j

    JI:

    199; 1991).

    Con Wittgenstein, nos preguntaremos cuál es el uso de esta

    I .tlabra  involucramiento y hallaremos que hay involucramiento

    .iprcciativo en el amor, en la política, en la religión, en la guerra. Se

    puvde uno involucrar en el chisme, en los derechos de los consu

    uudores, en una polémica, en las actividadesde una escuela, en el

    movimiento ecologista, en un

    performance

    o en la vida de alguien.

    .vnuque una palabra puede aislarsede su uso cotidiano para conver

    tu

    se en un concepto operativodentro de la teoría, este giro requiere

    11I,¡yorlaboración que una solución

    ad hoc

    para incluir al

    happening

    , 11el arte. Ése es el problema que le veo a la noción de   involucra

    miento  :no es una categoría puramente estética como sería el caso

     

    I I~

    NI

    lEVE

    MITOSDEL ESTÉTIC

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    28/42

    de la fascinación,ya que se puede estar involucrado en un crimen

    por cuestionesmeramente circunstanciales.Loque síqueda claroen

    Berleant es su afán de sobreponerse al fetiche del objeto estético

    al

    llamar la atención sobre la primacía de la actividaddel sujeto, y su

    esfuerzopor flexibilizarlasnociones de la estéticaortodoxa.

    Indirectamente relacionado aldistanciamiento,Bajtínpropone un

    concepto bastante másútil para el análisisestético:   de alteridad

    Bajtín, 1990: 13-92) o de exotopía , como la traduce Todorov

     1984).Este concepto significaque el espectador es otro respecto a

    una obra o, específicamente,respecto al héroe de una novela,como

    el autor es otro respecto al héroe que crea.Al ser otro, el enunciado

    artísticosemira desde un lugar y un tiempo distintospor ese exceso

    que es la alteridad. El concepto de exotopía no implica necesaria

    mente distancia psíquica, ya que hay un momento de empatía o lo

    que Lipps 1924) denominó como Einfühlung de cercanía con

     

    otro. El de distanciamientopsíquico de Bullough, en cambio, es

    tan distante que no llega a participar, a comunicarse con el otro, a

    tener algo en común con él.

    En suma, la noción de distanciamientoestético carece de valor

    teórico, y su sustitución por atención / no-atención de Dickie

    tampoco resuelveel problema. Propongo por tanto el concepto de

    columpiamientoque Brecht practicómuybien al acercar al espectador

    a la trama por identificación, y luego alejarlo por el corte del

    verfremdungseffekt Sin el columpiamiento estético ante el arte, es

    imposible percibir lo que Monroe

     

    Beardsleydenomina unidad

    en la diversidad ,pues la primera requiere distancia y la segunda

    acercamiento. Lospintores, escultoresyarquitectos también intuyen

    este columpiamientoal proveer una visiónde detalle que secomple

    menta con la visiónde conjunto de la obra, como los músicosque

    nos alejan y nos acercan a ella por volumen y tonos musicales

    estableciendoun verdadero paisajeacústicoa recorrerse por el oído.

    El columpiamiento es evidente cuando se observa a un pintor o

    escultor en acción: se acerca y se aleja continuamente de la obra en

    la que está trabajando para apreciarla en detalle y en conjunto,

    movimiento que será realizado posteriormente por el espectador.

    Ésta es la dinámica de proximidades variablesque se requiere en la

    apreciación estética:una visióndel todo yde laspartes, del conjunto

    y del detalle.

    LOS L ERINTOS DE L ESTÉTIC

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    29/42

    1

    ti

    uno de los textos más reproducidos de la esteuca analítica

    Iilglofona,George Dickie (1992) desmonta como un simple mito la

    111)f  onde actitudestética propuesta porJerome Stolnitz.Suvíctima

      t

    111stalaactitud estéticacon lapercepción prácticacomo aprehen-

    11111e rasgosparticulares de un objeto para fines ulteriores, por lo

      t dejaría de ser desinteresada y por lo tanto estética (nótese de

     ,oI~Cl

     

    dogma que identifica desinterés con estética). Asimismo

    III111'oe

    .

    Beardsley (1987) propone que existe un punto de vista

    , It'lico aesthetic point ofview y lo define: adoptar el punto de vista

     

    ,lt'lico con relación a X es interesarse en cualquier valor estético

    'I t' X pueda poseer (1987: 13), definición que va refinando para

     ~1.Ihlecersubsecuentemente el valor estético . También Virgil

    \Id.i('h (1963)distingue entre dosmodosde percepción, laordinaria

    \ 1.1estética, la primera dirigida al aspecto fisico y la segunda al

    1~1)t'('tostético del objeto. En esta línea de pensamiento no puede

    ,It1.11'e mencionarse también a la noción de  postura estética , que

    , distingue de la religiosa, la práctica y la teórica propuesta por Jan

    I\.llIkarovskY1977: 146-147)o la de posición estética de Samuel

    ItllllOS ([1950] 1976), Por lo pronto puede resumirse esta variedad

    dI' interpretaciones del fenómeno estético como punto de vista,

     ,lIStira, actitud, posición, valor,percepción, etcétera.

    El ataque de Dickie (1974; 1992) contra Stolnitz se centra en la

    uposición de que pudieran existir diferentes modos de percepción

    \ califica a la idea de actitud estética como un mito inútil que

    t

     .1

    ravíaa la teoría de susobjetivos.Reduce tal actitud estética sim-

    1III'1nentelaatención e insisteen que carecede valor teórico alguno,

    , llllguereconoce al final, no sin cierta ironía, que pueda tener el

    v ilor práctico de favorecer una actitud más desprejuiciada en el

     ,pectador hacia la apreciación del arte abstracto, por ejemplo. El

    punto exacto de la crítica de Dickie lo establece al afirmar que

     Stolnitzconfunde una distinción perceptual con una motivacional

    (1992:35). Para Dickie no hay distintos modos de percepción sino

    distintosmotivoso intenciones en la percepción que no es más que

    mera atención. Concurro con Dickie en que la estética no dependa

    de la intención de adoptar o no una actitud, pero el problema no se

    u suelve con su simple dicotomía de atención / no-atención, Algo

    I l. ~II 1'0 DE LA ACTITUD ESTÉTICA

    37

    1,' NIIFVI :MITOS DE lA ESTÉTICA

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    30/42

    ocurre en la actividad estetica que no puede reducirse a la pura

    atención, aunque efectivamenteno dependa de la adopción de una

    actitud.

    En el ejemplo de Bulloughrepetido por Dickie,quien asistaa una

    interpretación de   t llo y semantenga pensando en que su esposa le

    esinfiel,no esque lefalteuna percepción distanciadaodesinteresada

    de la obra, sino que no le presta la debida atención por estar

    cavilandoen sus problemas personales. Quien escucha música para

    hacer un examen no pone, según Dickie, suficiente atención a sus

    valores estéticos.Yoagregaría que, al contrario, nada le impide a

    quien estudia música para un examen disfrutar de ella de un modo

    nuevo sinnecesariamente dejar de atender a suscualidadesartísticas,

    asimismo, nada garantiza que quien vaya a un concierto disfrute

    profundamente de la música.El mérito de la posición de Dickie en

    su énfasis sobre la atención es que logra deshacerse en parte de la

    obstructivanoción de desinterés .

    Aunque los ejemplos de Dickie desarticulan las nociones de

    desinterés y distanciamiento, también sobrevaloran el papel de la

    intención

     

    la motivación, como si el hecho de tener una intención

    práctica o personal con relación a una obra, automáticamente

    cancelara la posibilidadde disfrutarla estéticamente o al revés:como

    si el tener un propósito estético garantizara la experiencia. Podemos

    ponerle mucha atención a una pintura sinpor ello lograr conmover-

    nos por ella y al contrario, en la vida cotidiana puede surgir la

    apreciación estética de un objeto insólito sin habérnosla propuesto.

    Esverdad que se requiere un grado de atención para apreciar algo,

    pero la solaatención no agotael fenómeno estético,pues se le puede

    poner atención a una novela o a una página de internet sin sentirse

    particularmente conmovido.Losestetólogosanalíticosdirán que esa

    atención no esta dirigida a las cualidadesestéticas del objeto   que

    por esono ocurre laapreciaciónestética,pero estonos llevade nueva

    cuenta al problema de definir tales cualidades estéticas  desde su

    presupuesto objetivista.

    Si la atención estética se define por la intención o motivación,

    como lo plantea Dickie, la estocada desmistificadoraque pretende

    esgrimir contra la actitud estética no hace más que cambiar un

    término por otro, dejando el meollo del problema intacto pues la

     actitud estética de Stolnitz equivalea la atención con motivación

    estética de Dickie otra manera de definir esa actitud). En otras

    LOS l EIUNTOS DE L ESTÉTIC

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    31/42

      c· lI o

    es lo que, sin concepto, place universalmente.  Ésta es la ya

    1 I.I~i(a definición de lo bello con que Kant concluye el Segundo

    1I.1.,lllcnloe su

    Crítica del juicio

    No se puede probar que un objeto

     

    helio; pero se puede, según Kant, exigir adhesión a una validez

    IIhjelivauniversal sobre laesfera total de los que juzgan . Estemito

    el.

      r

    universalidadcomo expectativay exigencia ha cabalgado sobre

    1

    1IIlll10de la estética desde hace más de dos siglos.El mismo Marx,

     1 p(Osarde su visión tercamente histórica y su convicción en las

    ell lerrninantesestructurales, sucumbió almito de la universalidad de

    1. helio cuando se preguntaba por la vigencia actual del arte clásico

    Kllq~ ).Su vigencia, para Marx  1976 era universal y ahistórica. La

    1 u rada que encontró fue que nos recuerda la infancia de la

    1IIIIIIanidad .Aunque Marx mismo no logró trascender este mito de

    1.1universalidad del arte y de lo bello, su empeño histórico y social

    t 11 t I materialismo nos abrió la posibilidad de asomarnos a las

    1 IlIldicionantesmateriales y socialesde estos valores artísticos.

    11,MITO DE

     

    UNIVERSALIDAD DE LO BELLO

    p rlabras

    Dickie involuntariamente sigue cualificando al acto de

    pCTcepción,que no llama ya actitud estética sino atención con

    P I opósitos o motivaciones estéticas . Stolnitz podría por tanto repli

    e.u con razón que esa atención motivadaya establece una diferencia

    P( f( cptual,y que por lo tanto síhay diferentes modos de percepción

    ele pendiendode la actitud. Al combinar ambas versiones tendríamos

     1 un espectador tan concentrado en tener una atención con inten

     

    iones

    o motivacionesestéticaso en adoptar una actitud estética, que

    1 1 .

    le quedaría energía para disfrutar

    el

    objeto.

    Si

    efectivamente existiera tal cosa como la actitud estética de

     -.1 .,lllitz,el lugar adecuado para verificarlasería en las inauguraciones

    d vxposiciones de arte, ilustrada por la pose que los miembros del

      üumr ld suelen asumiryque resulta sumamentejocosa para el público

    1111

    iniciado:eslaactitud del esnobismo.Aquien no le convenzacomo

    1 . 1 1  unctro

    o instrumental teórico, mejor hará en buscar otras expli

     

    H i c mes. Podrá percatarse de que, más que una actitud se trata de

    1111.1ctividad particular del sujeto, una actividad valorativaque será

    , plicada con detalle en la Segunda parte.

    39

    eIS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA

  • 8/16/2019 libro PDF TITAN.pdf

    32/42

    Entre lugares comunes del discurso en la teoría estética está la idea

    de la oposición entre lo estético y lo intelectual o lo sensible y lo

    racional. Desde sus inicios,ya con las ideas clarasy distintas de la

    razón opuestas a las ideasclaraspero confusas de la sensibilidaden

    Baumgarten, y en la definición de lo bello que place sin concepto de

    Kant,o suafirmaciónde que eljuicio de gusto no es,pues, un juicio

    de conocimiento; por lo tanto, no es lógico, sino estético , los

    ejemplos que ilustran esta oposición son innumerables. Tanto aSÍ,

    que es frecuente no hallar mejor definición de la estética que como

    negación de lo racional.

    Sin embargo, con las técnicas de visualizacióncomputarizada, es

    cada vezmás difícil negar la profunda afinidad entre la estética y la

    aparentemente másracional de lasempresas intelectuales: la ciencia.

    EL MITO DE LA OPOSICIÓN ENTRE LO ESTÉTICO Y LO INTELECTUAL

    El mito de la universalidad de lo bello es un efecto de la fe en el

     absolutooccidental eurocéntrico que benévolamente acogió, hace

    poco másde un siglo,manifestacionesestéticasno occidentales para

    reivindicar precisamente esa universalidad.El filósofose creía enar

    bolando El Pensamiento, a través del cual podía tener acceso a La

    Verdad,ElBien,yLoBello.El contacto con LaVerdadlo embriagaba

    porque veía por encima del hombre común, ese ser miserable

    engañado por lasapariencias.Todoestabaregido por una perspectiva

    verticalen la cual LaRazónjerarquizaba lasposiciones hacia el foco

    centrípeto del Absoluto. A la luz de los estudios etnográficos en el

    siglopasado, sehizocadavezmásevidenteque se trataba devoluntad

    de poder al promulgar como LoBelloUniversal simplemente a lo

    bello occidental europeo.

    Me atrevería a predecir que en investigaciones empíricas que

    analicen comparativamente los juicios del gusto en diferentes cul

    turas y clases sociales como la actualmente desarrollada por la

    Asociación Internacional de Estética Empírica), la que resulte más

    lastimada será la universalidad de lo bello. La universalidad de lo

    estético,en cambio,permanecerá ilesa,pues todos lossereshumanos,

    sin importar la cultura o situación espacio-temporal, somos bási

    camente criaturas sensibles,estéticas.

    LOSLABERINTOSDE LAESTÉTTCA

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    Werner Heisenberg 1971:68) citado por Wechsler 1982: 16).

    Apesar de semejante afinidad, una de las raras excepcionesa este

    lugar común de contraponer lo estético a lo racional en la teoría

    estéticaesJohn Dewey [1934] 1980:73), quien señala que haypen

    samiento emocionalizado,y hay sentimientos cuyasustanciaconsiste

    de ideas o sentidos apreciados... La única distinción significativa

    concierne al tipo de material al que la imaginación emocionalizada

    se adhiere. Con Dewey,no creo en la pureza conceptual del pensa

    miento científico como tampoco en la pureza emotivade la aprecia

    ción estética,pues entran enjuego también actividadesintelectuales,

    afectivas y sensoriales. Evidentemente la ciencia, no sólo el arte,

    puede propiciar lo que seha denominado experienciaestética

    cf

    Osborne, 1981; 1984; 1986;Engler, 1990;Wechsler,1982).Ahí está

    la belleza de las imágenes de las series de Julia y de Mandelbrot en

    los fractales, la hermosa simetría en el triángulo de Sierpenski   la

    curvade vonKoch, lo sugerente de losatractores extraños de Lorenz

    y la botella de Klein, la elegancia sin par de la fórmula E=mc2.Es

    elocuente en este sentido la descripcióndel

     ondon   oi ui of ooks

    al

    publicarse

    Wittgensteinon Rules and Private anguage

    de Saul Kripke,

     Cuando estas conferencias fueron publicadas hace ocho años, de

    jaron a lafilosofíaanalíticaparada en suoído. Todosestabanfuriosos,

    regocijados, o profundamente perplejos. Nadie era indiferente.

    Muchosartistasenvidiaríanesta reacción tan fuertemente emotivadel

    público.Lascrónicasque describen la sensibilidadde los investigado-

    Puede usted objetar que al hablar de la simplicidad y la belleza estoy

    introduciendo criterios estéticosde verdad, y con franqueza admito que me

    siento fuertemente atraído por la simplicidad y belleza de los esquemas

    matemáticos que la naturaleza nos presenta. Debe haber sentido esto usted

    también: la casi aterradora simplicidad y totalidad de las relaciones, que la

    naturaleza repentinamente despliega ante nosotros.

    Al hacer arte, como al hacer ciencia, es imprescindible una actividad

    lúdica y apreciativa, la absorción en el proceso de comprensión con

    el enorme placer que implica, una admiración por el orden de las

    formasy de lasestructuras, un goce en la exploración de incógnitas,

    la admiración por la elegancia y la simplicidad de soluciones

     cf

    Wechsler, 1982). Así lo expresa Heisenberg al comentarlo con

    Einstein:

    LOS NUEVE MITOS DE L ESTÉTIC

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    De todos, el mito de que el arte y la estética son sinónimos es el más

    arraigado. A pesar de ello, hace algunos años dos estetólogos de la

    tendencia analítica han intentado desmitificarlo.Me refiero concre

    tamente a Noel Carroll y Timothy Binkley, cada cual desde otra

    EL MITO DE LA SINONIMIA ARTE-ESTÉTICA

    res haciaciertastemáticaso eventosde carácter científicoson innume

    rables y demuestran su apego profundamente estético a la ciencia.

    Por ello, más que entender lo estético como opuesto a lo racional,

    voya enfocar el análisisen términos de las

    conformaciones

    y no de los

    efectos, pues éstos pueden ser tan diversos como los efectos de

    verdad, dejusticia, de belleza,de horror, de compasión o de risa loca.

    Desde nuestra perspectiva,no existe lo lógico  o  loestético como

    si se tratara de esencias o secciones de la realidad independientes.

    Hay operaciones con las que el sujeto produce efectos de verdad o

    de deleite, de justicia o de fealdad que sólo son aprehensibles desde

    un contexto interpretativo determinado. Asípues, como lomencioné

    respecto a la inviabilidadde los cortes de lo estético   lo no-estético,

    vale más hablar de conformaciones e interpretaciones estéticas y

    racionales en ciertos fenómenos, eventos o situaciones.

    En conclusión, la diferencia entre lo intelectual   lo estético no

    puede plantearse como una cuestión de esencia, metafísica o episte

    mológica como lo hace Baumgarten en su distinción entre las ideas

     distintas  de la razón y las confusas de la estética. Se trata de

    diversas aptitudes que entran en juego en las actividades humanas

    como lamotriz en la arquitectura, la montaña rusa o en la ejecución

    musical, la olfativaen la apreciación de un paisaje,un mercado o un

    platillo, la gustativa, táctil, visual y olfativa en el arte culinario. En

    todos los casos lo sensorial y lo mental están íntimamente ligados

    pues el primero siempre activaal segundo: el cuerpo es uno con la

    mente   sin los sentidos no hay actividad mental ni razonamiento

    posibles. A pesar de su división tajante de las tres críticas la del

    razonar, la del actuar y la del juzgar) Kant supo ver que la función

    mental no se opone a la estética al concebirla como el librejuego

    de la imaginación y el entendimiento  así como al iniciar su Critica de

      razónpura

    desde la EstéticaTrascendental.

    LOS LABERINTOS   LAESTÉTICA

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    estrategia de ataque. La primera es la que cuestiona que el arte sea

    exclusiuamente

    estético. La segunda es la que se opone a la idea de que

    todo arte deba ser

    necesariamente

    estético. Pero hay una tercera,

    que voy a desplegar en este texto, y que pretende refutar que la

    estética tenga que ser exclusivamente artística.

    El mito de que el arte sea exclusi.vamente estético ha servido para

    reproducir la idea de la producción artística como desvinculada de

    todo interés o utilidad social fuera de la función contemplati.va, y al

    artista como un genio dotado de una sensibilidad prodigiosa. Sos

    tengo, por lo contrario, que el arte no es exclusivamente estético

    porque esta dimensión de ninguna manera agota la variedad de

    formas de relación con el arte. Existen también formas de relación

    técnicas en la verificación de autenticidad de una obra, epistemo

    lógicas al explorar al arte como documento histórico o teórico,

    políticas en su instrumentalización como propaganda política o

    publicitaria, psicológicas y terapéuticas en su uso catártico y curativo,

    financieras como especulación o inversión pecuniaria en obras de

    arte, didácticas y sobre todo económicas para el sustento material

    del artista. Así, el arte no es exclusivamente estético, aunque

    necesa-

    riamente

    pudiera serlo.

    Pero no todos piensan

    así.

    Uno de los principales críticos de la

    necesidad de lo estético en el arte es Noel Carroll 1986: 57-63) quien

    cuestiona que la estética sea imprescindible en el arte y que deba