libro de dicipulado 2

Comunidad de Avivamiento Gran Cruzada de FeDiscipulado

Tema 1

CRISTO ES EL CENTRO Y EL FUNDAMENTO DE MI VIDA

Ya usted abrió las puertas de su corazón a Cristo y le dijo que él ocupará la totalidad de su

vida, su intelecto y sus emociones. Cristo no era el centro, el “yo” era quien que gobernaba

puesto que éramos atraídos por nuestro propio deseo y beneficio personal. Nuestro foco y

fundamento principal debe ser Cristo. Él es la roca inconmovible, nuestro refugio, sin Él no

podemos hacer nada. Asaf en los Salmos, señala el contraste entre las palabras “perecerán”

y “acercase a Dios”. Existen quienes tienen grandes riquezas, las disfrutan y gozan de

notoriedad pero lo que tengan o hagan, no es duradero ni eterno. Concluye Asaf, que su

centro y esperanza para su salvación y paz eterna, es Jehová el Señor. “¿A quién tengo yo

en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón

desfallecen; Mas la roca de mi corazón y porción es Dios para siempre” (Sal. 73: 25-26).

Vea el diagrama siguiente y compare.

Sin Cristo Con Cristo

E El yo entronado E El yo Destronado

Cristo fuera de la vida Cristo en el Trono

Intereses personales y diversas Intereses personales y diversas

Actividad bajo el control del Yo Actividad bajo el control del Yo

Lo que produce desorden y frustración lo que produce desorden y frustración

Lea y analice los siguientes versículos: Ap. 3:20; Mt. 7:24 – 29; 1Co. 3:10-15; Ef. 2:19-22;1P. 2:5.

Nuestras vidas están colmadas de muchas actividades tales como: estudios, trabajo,

problemas económicos, deportes, vida social, distracciones, vida doméstica, entre otros.

Estas actividades son los pequeños círculos que vez a la izquierda, todos dispersos, sin

propósito ni importancia real. Es bueno que sepas que Jesucristo ha entrado a tu vida para

traer armonía, propósito y significado. Ahora detalle el círculo de la derecha, donde se

E

E

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muestra como al recibir a Cristo como Salvador, llegamos a ser cristianos y toda nuestra

vida se ordena.

Cuando colocamos a Dios y su Reino en primer lugar, él obra de una manera especial.

Invitar a Jesús a que entre en nuestras corazones y cene con nosotros, significa que él es

nuestro amigo, compañero fiel, una persona especial (Ap. 3:20). Podemos comprar esta

idea, con ese momento en el cual invitamos a una persona de confianza y estima para

nosotros, para que comparta con nosotros en la intimidad de nuestro hogar. Así mismo pasa

cuando dejamos que Cristo entre en la intimidad de nuestro corazón y permitimos que él

maneje y gobierne nuestro ser. La Palabra indica: “Mas buscad primeramente el reino de

Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mt. 6:33). Si buscamos que él

se entrone y gobierne nuestras vidas, conoceremos el para qué existimos y descubriremos

nuestro propósito sobre la Tierra. Me refiero a que lo sentémos en el lugar principal de la

mesa en la intimidad del corazón, para escuchar y recibir lo que él tiene para nosotros, no

dejándonos llevar por las pasiones y placeres de este mundo, para que así él pueda obrar de

una manera especial y maravillosa en cada uno de nosotros.

Si obedecemos y dejamos que Cristo gobierne nuestras vidas, estaremos fundamentándola

sobre una roca firme y no habrá nada que nos pueda mover. “Por que nadie puede poner

otro fundamento diferente del que ya está puesto que es Jesucristo” (1Co. 3:11).

Fundamento es el cimiento sobre el cual construyes una estructura. La estabilidad de un

edificio depende de su fundamento. Si tienes fundamentos buenos, profundos y seguros, el

edificio se mantendrá firme, no importa lo que venga contra él. Si no, cuando ocurran

problemas el edificio caerá. Como discípulos de Jesús somos estructuras espirituales.

En la Biblia se llama

- Templo del Espíritu Santo (1Co. 6:19)

- El templo de Dios (1Co. 3:16)

- Edificio de Dios (1Co. 3:9)

- Casa espiritual (1P. 2:5)

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Nuestra vida espiritual está en construcción, “A fin de perfeccionar a los santos para la

obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef. 4:12). Nuestro apoyo y

piedra angular tiene que ser Jesucristo, no podemos buscar otro tipo de soporte como los

del mundo y sus filosofías erradas, creencias paganas, ya que estaríamos construyendo en

un fundamento débil, sin un buen soporte. En la Biblia leemos sobre dos hombres que

construían su casa, de estos uno era insensato y el otro prudente. El primero construyó su

casa sobre la arena y el segundo sobre la roca, de repente vinieron lluvias, crecieron ríos,

soplaron vientos y azotaron aquellas casas ¿Qué sucedió? La casa del hombre insensato

cayó, puesto que su fundamento no era solido, sino débil y pasajero. La casa del hombre

prudente no se movió, no le aconteció nada ya que esté construyó sobre la roca (Mt. 7:24-

29).

La arena representa un fundamento inestable como el materialismo, ambición, deportes,

educación, filosofías tradiciones de hombres, sabiduría humanas entre otros. La roca

representa un fundamento estable y sólido. Al Señor Jesucristo se le menciona en

numerosas ocasiones como “La Roca”, que es la palabra viva (la Verdad).

Nuestra vida espiritual -como indicamos anteriormente- está en construcción y Cristo es

nuestra piedra angular. La vida del creyente debe estar fundamentada en los principios y

valores de Cristo (la Biblia), para que de esta manera podamos tener un mejor vivir.

Cuando venga la tormenta de este mundo (aflicciones, conocimientos humanos, filosofías,

etc.), podremos soportar sus embestidas y no desmallaremos ante todas las adversidades

que sobrevengan a nuestras vidas

Jesús es el fundamento

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”

(1Co. 3:11)

El mejor fundamento de todos para construir un edificio, es la roca sólida. No debemos

construir sobre la arena porque la edificación se derrumbará. Este principio se aplica a cada

uno de nosotros, debemos construir sobre la roca que es Jesucristo.

- El fundamento de nuestra vida es Jesucristo.

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- Jesucristo es nuestra base, Él nos sostiene.

- Jesucristo es nuestra razón de ser.

- El cimiento de la iglesia es Jesucristo.

No obstante el Señor no es tan sólo el fundamento, es toda la construcción del edificio. Se

nos exhorta a crecer en todos los aspectos en Él. Para vivir una vida cristiana debemos

recibir a Cristo como Señor y Salvador, y hacerlo el único fundamento, ya que sin Él

construimos nuestra casa sobre la arena, sin cimiento. Desde el momento en que usted

invitó a Cristo a entrar en su vida, muchas cosas sucedieron. Veamos las siguientes:

Cristo entró en su vida = Presencia (Ap.3:20; 1Co. 3:16).

Tus pecados fueron perdonados = Perdón (Col. 1.14; Ef. 4:32).

Has llegado a ser hijo de Dios = Poder (Jn. 1:12; Hch. 1:18).

Has empezado a vivir la vida abundante para la cual Dios te creó (Jn. 3:16; 10:10).

Desde ahora tienes vida eterna = Vida Eterna (Jn. 5:24 y 3:16).

El tener a Cristo en su vida es el resultado de haberle hecho pasar a su corazón

Recuerda ¿cuándo lo hizo?__________________________________________________

¿El lugar?________________________________________________________________

¿Cuál era su condición?_____________________________________________________

¿Cuál es tu condición ahora?________________________________________________

Hemos aprendido que Jesús debe ser nuestro fundamento, el cual nos da total seguridad.

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El fundamento: El Señor Jesucristo

Edificio / Casa 1 Corintios 3:9

Lo que vesLa superficie

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Preguntas y puntos de discusión.

1. Explique con sus propias palabras Ap. 3:20.

2. ¿Sabe cuál es la promesa que tienes? Si___ No___ Escríbala:

___________________________________________________________________

___________________________________________________________

3. ¿Qué representa cada círculo?

E El

_________________ __________________

4. ¿Estás seguro que Cristo entró en tu corazón? Si ___ No___ ¿Por qué?

1Corintios 3:11

E

E

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5. ¿Qué regalo has recibido de Dios?

6. Explique con sus propias palabras 1Co. 3:11

7. ¿Qué entiende por fundamento? ¿Para qué sirve?

8. ¿Puede otro poner un fundamento en tu vida? Si___ No___ ¿Por qué?

9. Con la lectura del pasaje de los dos cimientos Mt. 7:24 – 29, explique:

a) ¿Qué paso con el hombre insensato?

b) ¿Qué paso con el hombre prudente?

c) ¿Qué sobrevino sobre las casas?

d) ¿Por qué se cayó la casa del hombre insensato?

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e) ¿Por qué no cayó la casa del hombre prudente?

f) ¿Quién es tu único fundamento?

g) ¿Qué relación guarda este mensaje con la vida espiritual del creyente y del no

creyente?

10. Dibuja cinco columnas y coloca en cada una lo que sucedió en tu vida al recibir a

Cristo.

11. Explique con sus propias palabras 1Co. 3:16

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12. De un concepto de seguridad.

13. ¿Cómo puede el hombre tener seguridad?

14. ¿Cómo busca seguridad el que no conoce a Cristo?

15. Lea y medite en 1Co. 6:19–20. Responda las siguientes preguntas:

a) ¿Qué ignoramos referente a nuestro cuerpo?__________________________

________________________________________________________________

________________________________________________________________

Al confesar a Cristo:

b) ¿Quién es su dueño?_______________________________________________

c) ¿Cómo fuiste comprado?__________________________________________

d) ¿Qué debes hacer ahora?___________________________________________

16. De acuerdo a 1Co. 3:16 y Ap. 3:20, conteste:

a) ¿Quién mora en usted?

b) ¿Cómo permitió la presencia de Cristo en su vida?

c) ¿Qué le promete Jesucristo al recibirlo?

d) ¿Tiene seguridad de la presencia de Cristo en usted? Si__ No___ ¿Por qué?

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17. La Biblia enseña en diferentes versículos acerca de la presencia de Cristo en la vida

del cristiano y las promesas que tenemos. Indique las promesas contenidas en los

siguientes textos:

a) Ro. 8:28 _______________________________________________

b) Ro. 8:31 _______________________________________________

c) Fil. 4:13________________________________________________

d) 1Co. 1:30_______________________________________________

e) Mt. 28:20_______________________________________________

18. Lea Stg. 3:13 y Gál. 5:1. Según estos versículos:

¿Qué debemos hacer para cultivar la seguridad de Jesús en nuestras vidas?

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Tema 2

LA PATERNIDAD DE DIOS

Podemos llamar a Dios padre nuestro, porque somos adoptados en su familia como hijos.

Esto es principalmente un concepto del Nuevo

Testamento. Mientras que el poder de Dios es manifestado

en la creación y generalmente en el Antiguo Testamento,

su paternidad es, en su mayor parte, un tema que se revela

en el Nuevo Testamento. Esto se demuestra claramente

cuando nos damos cuenta de que se refiere a Dios como

Padre sólo quince veces (15) en el Antiguo Testamento y doscientas cincuenta (250) veces

en el Nuevo Testamento. La palabra padre en griego es “páter” que significa nutridor,

protector y defensor. Necesitamos conocer a Dios como nuestro padre para poder tener una

visión equilibrada de Él.

Lea y analice los siguientes versículos: Jn. 14: 6-11; Stg. 1:17-18; Ef. 1:17-23; Lc. 15:11-

32.

Como comprender y conocer la paternidad de Dios

a) Dios se revela a sí mismo de muchas maneras. Ejemplo: por medio de la creación y

por medio de su Palabra.

b) Jesús reveló la paternidad de Dios mientras estaba en la tierra, especialmente su

amor, unidad y autoridad (Jn. 14:6-11).

c) Dios es el autor de toda paternidad (Ef. 3:14-15), por lo tanto nuestro padre humano

puede reflejar algo de Dios padre, aunque sólo nos muestra una representación

imperfecta de la paternidad.

d) La comunión con el Espíritu Santo, es un don de Dios para nosotros y nos revela a

Dios como padre (Jn. 14:26).

Dios es nuestro padre perfecto

a) Aconseja (Sal. 73:24)

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b) Protege (Sal. 9; Jn. 10:27-29)

c) Nos da descanso (Mt. 11:28-29)

d) Es paciente (Mt. 18:28-29)

e) Nos ama (Jn. 3:16)

f) Nos labra y nos poda (Jn. 15:1-2)

g) Es justo (Jn. 17:25)

h) Es misericordioso (Ro. 9:20-21)

i) Es eterno (Ro. 16:26)

j) Es compasivo (2Co. 1:3)

k) Consuela (2Co. 1:3-4)

l) Nos bendice con toda bendición Espiritual (Ef. 1:3)

m) Nos da paz (2Ti. 1:2)

n) Es fiel (2Ti. 2:3)

o) Corrige y disciplina (He. 12:5-11)

p) No hace acepción de personas (no tiene favorito) (1P. 1:17)

q) Provee (1P. 5:7; Mt. 6:33)

r) Perdona (1Jn. 1:9)

s) Es amor (1Jn. 4:8)

t) Santo y verdadero y justo en juicio (Ap. 16:5-7)

Nombres paternos de Dios en el Antiguo Testamento

Los judíos consideran que el nombre refleja la naturaleza. Dios usa este entendimiento

humano y los aplica así mismo para revelar su naturaleza. Comprender los nombres de Dios

es comprender la revelación que hace de Sí mismo.

a) El Elyon: El Dios Altísimo, el soberano y poseedor de los cielos y la tierra:

encargado (Gn. 14:18; 2S. 22:14).

b) El Shadai: El Todopoderoso, constantemente otorga alimento para sus hijos

cubriendo sus necesidades

c) Yahweh, Señor o Jehovah: El que siempre es, el constante “YO SOY”, el que existe

(Éx. 3:15; Sal. 3:13; Is. 26:4).

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d) Jehová Shammah: El Señor está allí; el está constantemente presente con nosotros

(Ez. 48:35).

e) Jehová Shalom: Él es nuestra paz y totalidad (Jue. 6:24).

f) Jehová Jireh: Él Señor proveerá para nosotros (Gn. 22:14).

g) Jehová Nissi: El Señor nuestra bandera y victoria (Éx. 17:15).

h) Jehová Tsidkenu: El Señor que viste con justicia; el Señor nuestra justicia (Jer. 23:6;

33:16).

i) Jehová Rophe (rapha): El Señor que nos sana (Éx. 15:26).

j) Jehová Ro–hi (Raah): El Señor nuestro pastor amoroso que nos guía (Sal. 23:1).

k) Jehová Mekedish-kem: El Señor nos santifica (Éx. 31:13)

l) Jehová Yasha-Gaal: El Señor nuestro salvador y redentor (Is. 49:26; 60:16).

m) Adonaí: Mi Señor (Gn. 15:2; Dt. 9:16; Sal. 51:15).

n) Tsur: Roca (Is. 44:8).

La paternidad de Dios es fundamental y entenderla nos habilita para:

a) La Oración (Mt.7:11).

b) Recibir el Espíritu Santo (Lc. 11:13).

c) Nuestra adopción como hijos (Ro. 8:15; 1Jn. 3:1).

d) El plan de redención (Gál. 4:4-7).

e) Nuestro acceso a Dios (Ef. 2:18).

El corazón de Dios es afectado por la respuesta del hombre a su amor paternal. Por esta

razón experimenta anhelo (Ez. 22:30-31), tristeza (Jer. 8:18), dolor (Gn. 6:6), compasión

(Mt. 9:36), gozo (Lc. 15:22-24), regocijo (Sof. 3:17). Además:

a) Siempre está dispuesto a contestar la oración (Is. 62:24; Mt. 7:11).

b) Anhela que los hombres sean sus hijos (Jer. 3:19).

c) Se deleita en mostrar misericordia (Mi. 7:18).

d) Quiere que tengamos vida en abundancia (Jn. 10:10).

e) Quiere librarnos del temor (Jn. 14:1; Sal. 118:5-9).

f) Desea dar el hombre un hogar eterno (Jn. 14:2-3).

g) Quiere que todo hombre sea salvo (1Ti. 2:3-4).

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h) Quiere cubrir nuestras necesidades (1P. 5:7).

Comunión con el Padre

El gran plan y propósito de Dios desde el principio ha sido de traer al hombre otra vez en

plena comunión consigo mismo. Toda la historia es una exposición de este plan de

redención. El verdadero desarrollo de este plan no empezó hasta que Adán pecó. El pecado

rompió la relación de Dios con el hombre, y desde entonces, el plan de redención de Dios

está en marcha. Dios ama al mundo y desea salvarlo (Jn. 3:16; 1P. 3:20). Jesús dijo: “Y no

llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro padre, el que está en los

cielos” (Mt. 23:9). Como resultado de la caída, los padres no tienen las características ni la

habilidad para ser los padres que Dios propuso que fueran. Por tanto, Jesús enseñó que sólo

el Padre que está en el cielo, es verdadero padre. El carácter de nuestro padre celestial es

perfecto, sin ninguna mudanza ni sombra de variación (Stg. 1:17). Su habilidad es

ilimitada. A la luz de esto, podemos confiar plenamente en su carácter y depender

enteramente de él. Esto no deja sitio para una falta de confianza en Dios en cuanto a sus

promesas.

Las bendiciones y beneficios de una relación Padre / hijo

a) El privilegio de la adopción (Jn. 1:11-13; 2Co. 6:17-18; 7:1).

El Espíritu Santo no permitirá que nuestra relación y amistad con el padre y su hijo

Jesús se rompa (Stg. 4:5).

b) El testimonio de la adopción (Gál. 4:6).

El Espíritu de Dios da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.

c) La herencia de la adopción (Ro. 8:17).

Podemos participar ahora, en parte, de nuestra herencia como hijos de Dios, por

ejemplo la promesa del Espíritu Santo dado a aquellos que son salvos (Ef. 1:13-14).

d) La disciplina de la adopción (He. 12:7-11).

e) El amor del Padre en la adopción (Jn. 16:27).

f) La provisión del Padre en la adopción (Mt. 6:8, 26,30; Jn. 14:2).

g) La protección del Padre en la adopción (Jn. 10:28-29; 13:1).

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h) La generosidad del Padre en la adopción (Lc. 12:32; Mt. 7:11).

Muchos cristianos viven bajo una amenaza religiosa del terrible juicio de Dios. Se les ha

dicho que Dios de alguna manera está contra ellos y les está vigilando para castigarles.

Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador y se ha puesto a su alcance ¿cuánto más debe

estar al alcance de los creyentes que caminan en su Palabra y procuran vivir en obediencia a

Él? (Ap. 1:5-6). Jesús nos amó como pecadores y cuando vinimos a él, nos limpió, nos hizo

reyes y sacerdotes y nos presentó a Dios su Padre. En aquel momento Dios se hizo nuestro

padre y nos ve como hijos, sacerdotes y reyes. Jesús es nuestro abogado, él está siempre

cerca de nosotros para mantenernos en comunión con nuestro Padre amoroso (1Jn. 1:9,

2:1).

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y

hallar gracia para el oportuno socorro” (He. 4:16). Tenemos una invitación perpetua a

entrar confiadamente al trono de nuestro Padre. Observa que somos invitados para obtener

misericordia, no sólo la esperanza de obtenerla, 1Jn. 4:18 señala: “El perfecto amor echa

fuera el temor”. Necesitamos depositar todos nuestros temores, preocupaciones y

ansiedades en las manos de nuestro Padre, él no nos decepcionará. No sólo quiere lo mejor

para nosotros, sino que también desea crezcamos y maduremos en él. Necesitamos confiar

en nuestro Padre celestial y darle todo nuestro ser.

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Preguntas y puntos de discusión 1. Responda afirmativa o negativa según lo que usted considere. Según:

a) (Sal. 73:24 ¿Dios aconseja? V__ F__

b) (Sal. 100 ¿Dios protege? V__ F__

c) (Mt. 11:28-29 ¿Dios nos da descanso? V__ F__

d) (Jn. 3:16 ¿Dios nos ama? V__ F__

e) (Jn. 15:1-2 ¿Dios nos labra y poda? V__ F__

2. Identifique con la letra el nombre de Dios que le corresponde en cada cita

a) Génesis 14:18 y 2 Samuel 22:14 ( ) Tsur: Roca

b) Génesis 17:1 ( ) Jehová Nisis

c) Éxodo 3:15 ; (Sal. 33:13; (Is. 26:4 ( ) Jehová Jireh

d) Éxodo 35:31 ( ) Jehová Shalom

e) Jueces 6:24 ( ) Elohin

f) Génesis 22:14 ( ) Yo Soy

g) Éxodo 17:15 ( ) El Shadai

h) Is. 44:8 ( ) El Eloy

3. Explique según las citas bíblicas dadas, el propósito amoroso de nuestro Padre celestial para el hombre.

Is. 62:24; Mt. 7:11; Jeremías 3:19; Mi. 7:18; Jn. 10:10; Sal. 118:5-9; Jn. 14: 2-3; 1Tim. 2: 3-4; 1P. 5:7

4. Señale con una flecha los versículo que corresponda a los siguientes calificativos de Dios

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a) Es Justo Jn. 17:25b) Es misericordioso Ro. 16:26c) Moldea y forma Ro. 9:15 d) Es eterno Ro. 9:20-21e) Es compasivo Ef. 1:3 f) Consolador 2Co. 1:3g) Nos bendice con toda bendición 2Co. 1:3-4h) Es fiel Ap. 16:5 i) Corrige y disciplina 2Ti. 2:3j) Es imparcial 1Jn. 4:8k) Provee 1Jn. 1:9l) Perdona Mt. 6:33 m) Es amor He. 12:5-11n) Es santo Ap. 16:5 o) Es verdad y justicia 1P. 1:17

5. Diga con sus propias palabras las bendiciones y beneficios de una relación Padre/hijo

Tema 3

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SOMOS ADOPTADOS COMO HIJOS

En el corazón de discipulado está la idea de pertenencia. Esto es un compromiso para toda

la vida, y la vida del discípulo llega a estar íntimamente involucrada con aquel al que está

siguiendo. Existe la idea de elección por

ambas partes: El Maestro escoge a los

discípulos (Jn. 15:1) y luego nosotros

debemos elegir entre responder y seguirle o

no. Jesús nos ha escogido y su elección exige

una respuesta de nuestra parte. Podemos

aceptar que nos ha escogido y seguirle o

rechazar que nos ha escogido y con esto,

rechazarle a Él. Cuando aceptamos a Jesucristo nacemos de nuevo y nos convertimos en

hijos de Dios. Antes de esto éramos criaturas (no éramos hijos) (Jn. 1:12-13; 3:5-6). La

imagen del nacimiento que ilustra esta página, es una analogía poderosa, porque es

exactamente lo que pasa en términos espirituales cuando venimos a Cristo en fe. Es un

nuevo principio, todos los factores negativos que nos mantenían en esclavitud, son vencidos

atreves del poder del Espíritu Santo, nuestros pecados son perdonados y somos llevados a

una nueva relación con Dios (2Co. 5:17).

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser

hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de varón, sino de

Dios” (Jn. 1:12-13).

Lea y analice los siguientes versículos: Ro. 8: 15–18; Gál. 4: 5-7; Ro. 8: 23–25; Ef. 1:4-5

Somos justificados para ser adoptados (Ro. 5:1).

Este es un principio fundamental de la salvación. La justificación tiene un significado legal,

es el acto judicial de Dios, por el que, en virtud de la obra de Cristo, al que el pecador está

unido por fe, Dios declara que el pecador ya no está expuesto a la pena que la Ley sanciona,

sino que lo restaura a su favor y amistad. La justificación es: “Ahora, pues, ninguna

condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne,

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sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado

de la ley del pecado y la muerte” (Ro. 8:1-2), porque el castigo que debía ser imputado

sobre mí, fue llevado por Cristo Jesús.

¿Qué es la adopción?

La adopción es una idea familiar presentada en términos de amor, con Dios como padre.

Nuestro pecado nos ha separado de nuestro verdadero Padre, pero Él, en su misericordia y

gracia, nos ha acogido en su familia, un lugar que no merecíamos y que no era nuestro

según nuestra naturaleza humana (1Jn. 3:1). Este es el corazón del discipulado, porque nos

recuerda que no seguimos por obligación sino por amor. Este sentido de pertenecer a la

familia de Dios, y el gran privilegio que tenemos al estar unidos a Cristo Jesús, es la fuerza

motivadora de nuestra vida por Cristo. Existe una ley en la experiencia cristiana, pero ya no

es la letra de la ley que mata, sino la del Espíritu que trae vida y poder. Esta idea de

adopción revela el corazón de nuestro Padre celestial. Él planeó hace mucho adoptarnos en

Cristo (Ef. 1:4-5). ¡Ninguno de los que hemos nacidos en la familia de Dios lo hemos hecho

por casualidad! Dios lo tenía en su corazón antes de la fundación del mundo (Sal.139:13-

16; Ef. 2:10). Si pudiéramos sujetarnos firmemente a esto, nos libraríamos de tantas

ataduras a las hemos estado sujetos, podríamos estar de pie en la libertad que pertenece a

los que conocen el poder contenido en sus derechos de nacimiento.

No pertenecemos a un linaje cualquiera ¡nuestro linaje es en Cristo, antes de la fundación

del mundo! Fuimos escogidos en Él.

El poder y propósito de nuestra adopción

Un niño adoptado recibe un nombre nuevo. Se le otorga el nombre de sus nuevos padres y

con él, todos los privilegios, deberes y derechos de su nueva familia. Este también es el

caso para nosotros en Cristo (1P. 2:10). En el primer capítulo del evangelio de Jn., se

recalca el hecho de que no somos hijos de Dios por derecho o poder humano, nacemos

fuera de la familia y excluidos de la vida de Dios (Ro. 3:23). Pero después de nuestra

conversión, la Biblia se refiere a nosotros de la siguiente manera “los cuales no son

engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni voluntad de varón, si no de Dios” (Jn.

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1:12-13). La palabra traducida como “potestad” es una palabra griega (exousia) que

significa “autoridad”. Esta es una palabra de privilegio, derecho o permiso, ejemplo:

cuando el semáforo está en verde, se tiene “exousia” para continuar. Si su motor queda sin

gasolina, usted no tiene poder para seguir aunque tenga “exousia”. Cuando nos convertimos

a Cristo se nos da “exousia” de ser hijos de Dios. Esta potestad ha sido ganada para

nosotros por medio de los méritos de Jesús y ha sido dado a cada uno por medio de la fe.

Gracias a nuestro Señor, hemos sido beneficiarios con todos los derechos y Hch. herederos

de la familia de Dios (Gál. 4:6).

Se describe al Espíritu Santo como “el Espíritu de adopción”, su labor es traer a nuestro

corazón la certeza de que pertenecemos a Dios. Esta certeza es la que opera como

fundamento para nuestra vida como cristianos. Tal fuerza y poder proviene de conocer

quiénes somos y a quién pertenecemos. El propósito que el Padre tiene al adoptarnos es el

de “ser santos y sin mancha delante de Él” (Ef. 1:4). A través de la adopción, no sólo

compartimos en la familia, sino también el carácter de nuestro Padre. Este es el verdadero

propósito y llamamiento del discipulado, que lleguemos a ser como Él en nuestras acciones

y actitudes, y que nuestra vida refleje el hecho de que somos hijos de nuestro padre

celestial. En Jesús, Dios ha revelado el anteproyecto para cada hijo que le siga por fe. Es su

propósito que lleguemos a ser como Jesús en todo nuestro vivir y en el compromiso de

nuestra vida con el Padre (Ro. 8:29). Pedro nos recuerda que el propósito de Dios no es

solamente el llamamiento, sino también el que lleguemos a ser como un cuerpo que refleje

la naturaleza de Aquel que nos llamó (1P. 2:9).

La promesa de nuestra adopción

Como hijos del Reino hemos sido adoptados en la tremenda promesa de que la salvación no

es solamente para ahora ¡sino para siempre! (Ro. 8:17). Nuestra adopción es eterna. Esta es

la motivación de nuestro servicio al pensar con mucha ilusión, como lo hizo Pablo, en la

corona de justicia que está preparada para nosotros al final de nuestro camino. No sólo

tenemos el derecho de llegar a ser hijos de Dios, sino además tenemos el derecho de recibir

la herencia como hijos propios de Dios

El principio de nuestra adopción

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La esencia de nuestra vida como discípulos es nuestro llamado a vivir diariamente el

principio de confianza y franqueza que existe entre un padre y su hijo. El secreto del poder

visto en Jesús era su relación con su Padre. En el Sermón del Monte Jesús introduce a sus

seguidores en algunos secretos del Reino de Dios. Les enseña a confiar en su Padre y a

vivir una vida para su gloria y honra.

- Glorificar al Padre (Mt. 5:16).

- Imitar al padre (Mt. 5:44, 45, 48).

- Hablar con el Padre (Mt. 6: 7-9).

- Confiar en el Padre (Mt. 6:25-26).

- Agradar al Padre (Mt. 6:17- 18).

El ejercicio de nuestra adopción

Dios quiere que vivamos en lo bueno de nuestra adopción. Saber una verdad y no vivirla,

no la hará realidad en nosotros. Por el Espíritu Santo nos ha sido dado todo lo necesario

para hacer que esta verdad sea efectiva en nuestra experiencia cotidiana (2P. 1:3). Dios nos

trata como hijos, no como a parientes lejanos. Esto significa que de vez en cuando

conoceremos la mano de disciplina del Padre, corrigiéndonos y recordándonos nuestras

responsabilidades como hijos (He. 12:7-11). Estamos ahora en la familia de Dios por fe.

Compartiendo en la vida de Cristo y en la herencia de los santos. Nos ha sido dado un gran

motivo para vivir en santidad y para experimentar cada día el poder transformador del

Espíritu Santo (Ef. 1:3).

En conclusión podemos decir que Él es nuestro Padre y nosotros sus hijos y el Espíritu

clama Abba que quiere decir Padre (Ro. 8:15).

“Y por cuantos sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual

clama: ¡Abba Padre!” (Gá. 4:6).

Preguntas y puntos de discusión

1. Explique con sus propias palabras Jn. 1:12-13

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2. ¿Cómo es su relación con Dios ahora?_________________________

3. Según el versículo Jn. 1:12 ¿todos los hombres son hijos de Dios? SI____NO___

4. ¿Quiénes son hijos?

5. ¿Qué son los demás y por qué?

6. ¿Qué deben hacer para convertirse en hijos?

7. ¿Eres hijo de Dios? SI___NO___ ¿Por qué?

8. ¿Qué quiere decir Abba?

9. ¿Cómo llama usted a Dios?

10. De acuerdo con Ro. 8:16 ¿Por qué tenemos la seguridad de que somos hijos de

Dios?

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11. Lee los siguientes versículos bíblicos y escribe lo que hace Dios en tí cuando

obedeces y participas en su santidad

a) He. 12:7,8________________________________________

b) He. 12:9-11_______________________________________

c) Ro. 8:14_________________________________________

d) Ro. 8:21_________________________________________

e) Ef. 1:3____________________________________________

f) Ef. 2:19___________________________________________

12. Explique el plan de adopción y fundamente su respuesta bíblicamente

13. Nombre los principios de nuestra adopción, según citas dadas: Mt. 5:16; 5:44, 45,48; Mt. 6: 7-9; 6:25-26; 6:17- 18

14. ¿Qué sientes al considerarte miembro de la familia de Dios?

Tema 4

NUESTRA POSICIÓN CORRECTA ANTE DIOS

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Quizás tengamos un alto o un bajo concepto de nosotros (Ro. 12:2; Gá. 6:3-4; Ef. 2:10).

Como discípulos de Jesús, somos especiales a los ojos de Dios. Él vive en

nosotros por su Espíritu Santo (1Co. 6:19-20). Somos hijos de

Dios, coheredero con Jesús y compartimos con Él en su

gloria (Ro. 8:17). Hemos sido hechos vivos con Cristo (Ef.

2:6). Y nos ha sido dada plenitud en Cristo (Col. 2:10). En

efecto, podemos hacer todo a través de Él que nos fortalece

(Fil. 4:13), hemos sido levantados con Cristo y sentados en

lugares celestiales (Ef. 2:6). Necesitamos equilibrar la grandeza de quienes somos en Cristo

con una aceptación humilde de lo que Dios quiere que seamos y lo que Él quiere que

hagamos

Lee y analiza los siguientes versículos: Ro. 6:1-23; 8:1-39; 7:1-25; 12:1-2; 2Co. 5:17.

Nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo

Cuando nos convertimos en discípulos de Jesús. Dios ve nuestro viejo hombre (yo) muerto:

1. Dios llevó nuestro viejo yo y lo crucificó con Cristo Jesús (Ro. 6:6).

2. Hemos muerto y ahora vivimos en Cristo.

3. Somos nuevas criaturas en Cristo (2Co. 5:17)

4. Necesitamos considerarnos, muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús

(Ro. 6:11).

Si esta es la manera como Dios quiere que nos veamos ¿Por qué como cristianos nacidos de

nuevo a veces estamos débiles e ineficaces contra la concupiscencia? Tenemos el poder en

Cristo para resistir el pecado (Col. 2:9-15; 3:9-10).

Satanás siempre tratará de convencernos de lo contrario, que no tenemos poder para vencer

el pecado. Si pecamos tenemos la oportunidad de confesarlo a Dios (1Jn. 1:9).

No dejes que el pecado te enrede

“Estad, pues firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez

sujetos al yugo de esclavitud” (Gál. 5:1).

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El Señor nos ha librado de la esclavitud del pecado, por tanto no debemos permitir que

Satanás ni el pecado nos enreden de nuevo (2P. 2:19-22). Por lo tanto debemos:

- No involucrarnos en los caminos del mundo (1Jn. 2:15-17).

- Vivir una vida que agrade a Dios (He. 10:26-39).

- Alimentarnos con las cosas de Dios (Col. 2:20; 2Ti. 2:4; Fil. 4:8)

- El pecado no tendrá dominio de nosotros a menos que se lo permitamos (Ef. 4:22-

24).

- Ro. 12:1-2 nos indica como tenemos que vivir en Cristo.

Nuestro espíritu debería gobernar

1. Necesitamos dejar claro que nuestro espíritu, que fue hecho vivo por el Espíritu

Santo cuando nacimos de nuevo debe gobernar (Jn. 3:5-16).

2. Nuestro espíritu debe gobernar sobre nuestra alma y nuestro cuerpo, ya que él es

habitado y controlado por el Espíritu Santo quien conoce la mente de Dios (1Co.

2:10-16).

3. Si Jesús es en verdad Señor de nuestra vida, entonces nuestro espíritu debe gobernar

nuestra vida (Gál. 5:13-26; Ro. 8:1-17).

Así es como un discípulo de Jesús debería vivir. Necesitamos morir a nosotros mismos y

vivir como lo hizo Jesús (Lc. 9:23), considerándonos muertos al pecado, evitando todo

aquello que pudiera ayudar a nuestra alma o cuerpo a levantarse de nuevo (Ro. 8:12-14).

Este es el orden de Dios en el hombre, sin embargo, muchos cristianos han alzado al alma

y/ o el cuerpo en ciertas áreas de su vida para que rijan en lugar de su espíritu. Cuando

pecamos es que nuestra alma gobierna en aquella área. Necesitamos confesar esto y pedir a

Dios que nos perdone, recibir su limpieza, y luego hacer que Jesús sea Señor sobre esa área,

para que así, nuestro espíritu el cual está bajo el control del Espíritu Santo, pueda gobernar

de nuevo.

Espíritu Alma Cuerpo IntuiciónComuniónConciencia

Página 26


Orden correcto de Dios Orden Incorrecto

No tenemos que obedecer nuestra vieja naturaleza que no podía quitarse el pecado de

encima, porque ahora somos nuevas criaturas en Cristo. Esto significa que necesitamos

alimentar y animar a nuestro espíritu, evitando todo aquello que pudiera ayudar a nuestra

alma o cuerpo a levantarse de nuevo (Ro. 8:12-14).


1. Responda el enunciado con verdadero o falso

a. No somos especiales a los ojos de Dios F___V___

b. El creador del universo vive en nosotros por su Espíritu F___V___

Cuerpo

Cuerpo

Espíritu

Alma

Espíritu

MenteVoluntadEmociones

Alma

Sentidos

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c. Somos coherederos con Jesús F___ V___

d. Hemos sido levantados en lugares celestiales F___V___

e. No somos vivos en Cristo F___V___

f. Estamos sentados en lugares celestiales F___V___

2. Lea las citas bíblicas y señale con una flecha a la oración que corresponda

a. Ro. 6:6 Somos nuevas criaturas en Cristo

b. 2Corintios 5:17 Tenemos el poder en Cristo para resistir al pecado

c. Ro. 6:11 Dios llevó nuestro viejo yo y lo crucificó con Cristo

d. Col. 2:9-15 Hemos muerto y ahora vivimos en Cristo

e. 1Jn. 1:9 Si pecamos podemos confesar a Dios

3. Explique con sus propias palabras Gálatas 5:1

4. Coloque con una equis (x) las respuestas correctas. La palabra de Dios nos insta a:

_____ involucrarnos en los caminos del mundo.

_____ vivir una vida que agrade a Dios

_____ alimentarnos con las cosas de Dios

_____ El pecado tiene dominio de nosotros

_____ Tenemos que vivir en Cristo.

5. Explique el orden correcto de Dios en el hombre y dibuje un esquema.

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6. ¿Hemos muerto a nuestro viejo yo como creyentes nacidos de nuevo?

7. ¿Está tu espíritu en control de todas las áreas de tu vida? Si no es así; ¿Qué harás

acerca de ello?

Tema 5

La Respiración Espiritual

El estudio científico de la sangre, ha revelado los elementos que la componen,

mostrando diferentes sustancias y pequeñas partículas que

cumplen funciones separadas en el sostenimiento de la vida.

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Ese líquido complejo es bombeado por un potente músculo (el corazón) para que

circule a través de todo el cuerpo. La sangre es la vida del cuerpo. Le lleva oxigeno y

alimento al cuerpo y ayuda a la eliminación de desechos. Todo esto se da por el

proceso de respiración (exhalar e inhalar) donde hay un intercambio de oxigeno y

oxido de carbono (aire contaminado) donde el ser humano tiene la capacidad de vivir

y crecer.

Exhalar: Es cuando expulsa el aire de los pulmones a través de las vías

respiratoria.

Inhalar: Es cuando tomas aire para suministrar al cuerpo el cuerpo el oxigeno

Así mismo podríamos comparar nuestra vida espiritual, la cual tenemos que darle

vida y crecimiento mediante una respiración espiritual continua, donde debemos

expulsar lo que contamina e inhalar lo que nos purifica. En el caso de de la vida

espiritual podemos decir que:

Exhalar: Confesar los pecados

Inhalar: Apropiarse del perdón de Dios

Para nosotros es vital cumplir con el proceso de una sana respiración espiritual,

puesto que esta nos lleva a una buena madurez y a un crecimiento fortalecido. Señalan

Las Escrituras que Jesús crecía integralmente, de igual manera nosotros debemos

crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo y en lo que Él quiere

que seamos (2P. 3:18).

En el mundo espiritual el elemento o disciplina que debemos practicar para que la

nueva vida en Cristo se desarrolle en una manera sana y firme, es apartase del

pecado. Pecar es hacer algo que desagrada a Dios. Toda persona nacida en el mundo es un

pecador. El pecado no solamente mentiras, robos e inmoralidades. El pecado es

básicamente una actitud, es escoger nuestro propio camino, es una falta de comunión o

compañerismo con Dios. Saber hacer lo bueno y no hacerlo. El hombre fue creado para

tener comunión con DIOS, pero debido a su terca voluntad egocéntrica escogió su propio

camino y su relación con Dios se interrumpió (Gn. 3:6-8). A pesar de esto, el amor de Dios

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por el hombre es tan grande que le buscó (Gn. 3:9) y envió a su Hijo para salvar al mundo

(Jn. 3:16), para lo cual tenemos que venir a cuenta con Dios y de esta manera desarrollar

una vida plena en Cristo. Para esto debemos:

Apartase de los vicios, placeres mundanos y otros males (1Co. 6:9-11; Ef. 5.18; Gál.

5:19-21).

La asistencia y participación en bailes despiertan las pasiones carnales y están

relacionados con borracheras y otros pecados mencionados en Gál. 5:19-21.

No al uso de imágenes, ídolos, símbolos de falsa religiones y de toda superstición

(1Tes. 1:9; 2Ti. 4:3-4; Tit. 1:14; 1Co. 10:7).

No participar en juego de azar (lotería, caballos, etc.). El juego fomenta la

holgazanería y el Señor quiere que trabajemos (2Tes. 3:10-12). Cuando jugamos

manifestamos duda en cuanto al cuidado y provisión divina (Mt. 6:24-34; He. 13:5).

Las vestiduras del Señor fueron echadas a suerte (Sal. 22:18; Mt. 27:35; Mr. 15:24).

Algunas consecuencias del pecado.

a) Entristece a Dios (Gn. 6:5-7).

b) Trae culpabilidad (Sal. 51:3-4).

c) Trae juicio y castigo eterno (Mt. 25:46).

d) Esclaviza (Ro. 6:17).

e) Causa ceguera espiritual (2Co. 4:4).

f) Causa muerte espiritual (Ef. 2:1).

g) Trae falta de esperanza (Ef. 2:12).

h) Corrompe (Tit. 1:15).

i) Condena (Stg. 5:12).

Para mantener una vida sana y madura debemos de conocer los elementos que rigen el

crecimiento de nuestra vida espiritual.

Arrepentimiento (Mr. 1:35)

Según Charley Finney:

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El arrepentimiento implica un abandono intelectual y de corazón de todo y cada aspecto de controversia con Dios. Implica una convicción de que Dios tiene razón, y el pecador está totalmente equivocado, y un abandono completo y de corazón de toda excusa y disculpa de pecado.

Lo primero que hay que saber del arrepentimiento, es que no es un sentimiento sino una

decisión. Lo segundo es que el arrepentimiento no tiene nada que ver con el remordimiento.

El primer punto se explica con la decisión que tomó el pródigo en el lugar de los cerdos.

Fue un cambio inmediato que terminó felizmente en el hogar del Padre. El segundo caso se

encuentra en Mt. 27: 3-4 cuando Judas devuelve las piezas de plata. Aunque en el texto

leemos “arrepentido”, la palabra griega que se utiliza acá no tiene nada que ver con

arrepentimiento sino con remordimiento y/o angustia. Su fin fue el suicidio, simplemente

porque no hubo arrepentimiento. El arrepentimiento bíblico está constituido por alcance en

tres ámbitos: el intelectual o mental, el emocional y el práctico.

a) Intelectual o mental: corresponde al conocimiento que cambia nuestro enfoque de

las cosas y nos hace entender que nuestra relación con Dios no está en buenas

condiciones.

b) Emocional: dolor sincero por el que cambian nuestros sentimientos hacia el pecado,

hasta producirnos un pesar o pena interior por haber ofendido a Dios (2Co. 7:9-10).

c) Práctico: el pecador se propone corregir su conducta y volverse a Dios, cuyo

resultado práctico es que produce frutos dignos de arrepentimiento. El hijo pródigo

llegó al arrepentimiento genuino cuando se levantó y partió a casa de su Padre.

En el arrepentimiento el Espíritu Santo aplica la Palabra en la conciencia del pecador,

influyendo en su corazón, fortaleciendo la voluntad y la determinación de apartarse del

pecado.

Obedecer (Jos. 1:8).

Obedecer a Dios es no hacer nuestra voluntad sino su voluntad. Como seguidores de Jesús

debemos obedecer la palabra de Dios. Jesús identificó completamente su vida y voluntad

con el Padre (Jn. 8:29) lo cual revela su lealtad total a la Palabra de Dios y aprendió

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obediencia (He. 5:8). La clave para alcanzar madurez en la vida cristiana, es la estricta y

espontánea obediencia a Dios, que constituye un ejercicio para la fe (1P. 1:22).

Buscar la llenura del Espíritu Santo (Ef. 5:18).

Cuando andábamos en el diario correr de nuestra antigua vida, buscábamos los placeres de

este mundo para satisfacernos emocional y espiritualmente, pero no lo lográbamos. En

Cristo ya no es necesario buscar la satisfacción a través de estos placeres porque somos

satisfechos en Él. Solo tenemos que buscar la llenura del Espíritu Santo.

Guardar su Palabra (Jn. 14:21).

La Palabra de Dios es la única capaz de levantar dentro de nosotros un edificio de fe fuerte

y seguro fundamentado en el mismo Cristo. Guardar la Palabra es una prueba de que en

nosotros se ha perfeccionado el amor de Dios (1Jn. 2:4-5). Es la característica suprema que

distingue al discípulo de Cristo del resto del mundo, esto debido a que tanto el Padre como

el Hijo harán morada en el que guarda la Palabra (Jn. 14:23). En definitiva, es la prueba del

discipulado verdadero.

Preguntas y punto de discusión

1. Explique con sus propias palabras el proceso de respiración espiritual.

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2. Explique los elementos que rigen el crecimiento de nuestra vida espiritual y aquellos que

ayudan a mantenerla sana y madura.

3. Marque con una equis (x) la respuesta correcta. Para desarrollar una vida plena en Cristo

debemos:

__ Andar en vicios, placeres mundanos y otros males.

__ No al uso de imágenes, ídolos, símbolos de falsa religiones y de toda superstición.

__ No Participar juego de azar (lotería, caballos, etc.). El juego fomenta la

holgazanería.

4. Señale con una flecha la cita bíblica que corresponda (consecuencia del pecado).

a. Entristece a Dios. Génesis 6:5-7

b. Trae culpabilidad. Sal. 51:3- 4

c. Trae juicio y castigo eterno. Mt. 25:46

d. Esclaviza. Romano 6:17

e. Causa ceguera espiritual. 2 Corintio 4:4

f. Causa muerte espiritual Ef. 2:1

g. Trae falta de esperanza Ef. 2:12

h. Corrompe. Tit. 1:15

i. Condena. Santiago 5:12

5. ¿Para qué debemos arrepentirnos / obedecer / buscar la llenura del Espíritu Santo /

guardar la Palabra de Dios?

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Tema 6

LA PALABRA DE DIOS LA BIBLIA

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El verdadero discípulo de Cristo tiene que conocer y obedecer (hacer) la voluntad de

Dios. La guía es la Biblia, el tema central es el Señor Jesucristo. ¿Es la Biblia la

palabra de Dios? La respuesta a esta pregunta no solamente

determina cómo consideramos a la Biblia y su importancia

en nuestras vidas, sino el impacto eterno que va a tener un

sobre nosotros. Si la Biblia es realmente la Palabra de Dios,

entonces debemos apreciarla, estudiarla, obedecerla y

finalmente confiar en ella. Si la Biblia es la Palabra de Dios,

entonces, rechazarla es rechazar a Dios mismo.

El hecho de que Dios nos dio la Biblia, es una evidencia su amor por nosotros. El término

“revelación” simplemente significa que Dios comunicó a la humanidad como es Él y cómo

podemos tener una correcta relación con Él. Estas son cosas que no podríamos haber

conocido si Dios no nos lo hubiera revelado por medio de la Biblia. Aunque la revelación

de Dios en la Biblia fue dada progresivamente por aproximadamente 1500 años, siempre ha

contenido cualquier cosa que el hombre ha necesitado para conocer acerca de Dios, a fin de

tener una correcta relación con Él. La Biblia es la autoridad para todos los asuntos de fe,

práctica religiosa y moral.

Las preguntas que debemos hacernos ahora es ¿cómo podemos saber que la Biblia es la

Palabra de Dios y no solamente un buen libro? ¿Qué es lo excepcional de la Biblia que se

destaca sobre todos los otros libros? ¿Hay alguna evidencia de que la Biblia es realmente la

Palabra de Dios? Estas preguntas deben ser consideradas al examinar seriamente la

afirmación de que la Biblia es la Palabra de Dios, divinamente inspirada, y totalmente

suficiente para todos estos asuntos de la fe. No hay dudas acerca de que la Biblia declara

ser la Palabra de Dios. 2Timoteo 3:15-17 enseña:

(…) y que desde las niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

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A fin de contestar las preguntas antes formuladas, debemos estudiar las evidencias internas,

y externas, que muestran que la Biblia es la Palabra de Dios. Las evidencias internas son

aquellos factores intrínsecos que testifican de su origen divino. Una evidencia interna es su

unidad. La Biblia es un compendio de sesenta y seis libros, escritos en tres continentes, en

tres diferentes idiomas, en un período aproximado de 1500 años, por más de 40 autores,

unificado de principio a fin, sin contradicciones. Otra evidencia interna son cientos de sus

profecías de todo tipo, pero sobre todo las concernientes a la venida del Mesías, el Salvador

de todo el que creyera en Él. A diferencia de las “profecías” registradas en otros libros,

nunca las profecías bíblicas han fallado. Sólo en el Antiguo Testamento hay

aproximadamente trescientas profecías referentes a Jesucristo, desde donde nacería, de cual

familia vendría, como moriría y que resucitaría al tercer día. Simplemente no hay un

camino lógico para explicar el origen de las profecías bíblicas, sino por origen divino.

Otras evidencias internas del origen divino de la Biblia, son su autoridad y poder. Estas

evidencias son subjetivas y son mejor vistas en las innumerables vidas que han sido

transformadas al leerla. Adictos a las drogas han sido curados, homosexuales han sido

liberados, criminales reformados, pecadores son reprendidos; la Biblia posee un poder

dinámico y transformador que es posible solamente a causa de ser la verdadera Palabra de

Dios.

Además de las evidencias internas, hay evidencias externas. Una es su historicidad. La

Biblia detalla eventos cuya veracidad y precisión han sido sujetos a verificación como

cualquier otra documentación histórica. A través de evidencias arqueológicas y otros

documentos escritos, las descripciones históricas de la Biblia han sido probadas una y otra

vez. De hecho, toda la evidencia arqueológica y manuscrita que apoyan a la Biblia, la hacen

el mejor libro documentado del mundo antiguo. El hecho de que la Biblia registre con

exactitud eventos históricamente verificables, confirma su autoridad para tratar con el ser

humano.

Otra evidencia externa de que la Biblia es la Palabra de Dios, es la integridad de sus

escritores. Los hombres que escribieron el Nuevo Testamento y muchos otros cientos de

creyentes (1Co. 15:6) conocían la verdad de su mensaje porque habían visto y pasado

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tiempo con Jesucristo luego de que resucitó de los muertos. Ver al Cristo resucitado tuvo un

impacto tremendo sobre estos hombres. Pasaron de esconderse a morir por el mensaje que

Dios les había revelado. Sus vidas y muertes testifican el hecho de que la Biblia realmente

es la Palabra de Dios.

Una evidencia externa es la manera de como Dios la ha guardado de la destrucción. La

Biblia ha sufrido ataques e intentos de destruirla más que cualquier otro libro en la historia.

Desde Emperadores, dictadores, ateos y agnósticos, entre otros, la Biblia ha resistido y

sobrevivido a todos sus agresores, y es el libro más publicado en el mundo.

A través del tiempo, los escépticos han considerado a la Biblia como mitológica, pero la

arqueología la ha establecido como histórica. Los oponentes han atacado sus enseñanzas

como primitiva y anticuada, pero sus preceptos morales, legales y enseñanzas, han tenido

una influencia positiva en todo el mundo. Continúa siendo atacada por la ciencia, la

psicología y los movimientos políticos, no obstante permanece tan veraz y relevante como

cuando fue escrita. Este es un libro que ha transformado innumerables vidas en los últimos

dos mil años. Por mucho que sus oponentes traten destruirla o desacreditarla, la Biblia

permanece tan fuerte, tan real, y tan relevante como lo fue antes. La precisión con la que ha

sido preservada a pesar de cada intento de alterarla o destruirla, es un claro testimonio del

hecho de que la Biblia es realmente la Palabra de Dios. No debería sorprendernos de que

por muy atacada que sea la Biblia, ésta siempre permanece igual. Después de todo, Jesús

dijo, “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mr. 13:31). Después de

mirar la evidencia, uno puede decir sin dudas la Biblia es realmente la Palabra de Dios.

¿Qué es la Biblia?

La palabra "Biblia" viene del griego y significa "libros". Es el conjunto de libros sagrados

llamados "Sagradas Escrituras" (Mt. 21:42; Hch. 8:32) que contienen la palabra viva de

Dios y narran la "Historia de la Salvación" (como Dios nos salva). Nos revela las verdades

necesarias para conocerle, amarle y servirle.

La Biblia es la palabra inspirada de Dios, por medio de la cual se comunica con su pueblo

(2P. 1:20-21). Es la regla infalible de fe y conducta para guiarnos de la tierra a los cielos

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(Jn. 5:20; 20:31, He. 4:12 y 2Ti. 3:16-17). Se divide en dos partes: Antiguo Testamento y

Nuevo Testamento. "Testamento" significa "alianza" y se refiere a las alianzas que Dios

pactó con los israelitas en el Antiguo Testamento y la nueva y definitiva alianza que Dios

hizo con los hombres en la sangre de Jesucristo.

¿Quién escribió la Biblia?

La Biblia fue escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo por más de 40 autores diferentes

de todos los quehaceres de la vida: pastores, granjeros, fabricantes de tiendas de acampar,

médicos, pescadores, sacerdotes, filósofos y reyes. A pesar de estas diferencias en

ocupaciones y la asombrosa cantidad de años que fueron necesarios para completarla, la

Biblia es sumamente cohesiva y unificada en propósito y fondo.

¿Por qué decimos que la Biblia es revelación de Dios?

"Revelación" significa darse a conocer. Dios es el autor de la Sagrada Escritura. Las

verdades reveladas por Dios contenidas en las Sagradas Escrituras, fueron inspiradas por el

Espíritu Santo. Él inspiró a sus autores humanos dando la seguridad de que sus escritos

enseñan sin error la verdad salvífica.

¿Cuándo se escribió la Biblia?

Se escribió en un período de unos 1,500 años, desde el 1450 a. C. (el tiempo de Moisés) al

100 d. C. aproximadamente.

¿Por qué se nos exhorta a leer la Biblia?

En las Sagradas Escrituras encontramos nuestro alimento y fuerza (1Tes. 2:13). A través

del Libro Sagrado el Padre que está en el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos

para conversar con ellos. Es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que

constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma y

fuente de vida espiritual.

Recomendaciones para leer la Biblia

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1) Orar al Espíritu Santo para recibir su luz y entendimiento.

2) Tomar el versículo o pasaje a la luz de su contexto.

3) Leer con humildad, no pretendiendo tenerlo ya todo entendido.

4) Tener presente quien está hablando.

5) Hay que considerar a quien va dirigida la palabra (al individuo, la iglesia, el

hombre perdido).

6) Recordar el propósito que tenía el autor sagrado al escribir el pasaje.

7) Ayuda mucho conocer algo de las costumbres en los tiempos bíblicos.

8) Elabore preguntas y consulte con sus maestros.

9) Lea la Biblia con frecuencia.

10) Leer con el fin de amar y obedecer más a Dios y amar más al prójimo.

¿Cómo buscar un pasaje en la Biblia?

La Biblia se divide en libros, capítulos y versículos. Ejemplo: Jn. 3:16 significa, el

Evangelio de Jn. capítulo 3, versículo 16. Puedes buscar el libro en el índice, al encontrarlo,

busca el capítulo y finalmente el versículo.

¿Qué libros nos revelan la vida y enseñanzas de Jesús?

La vida y enseñanzas de Jesús están en los libros del Nuevo Testamento, en especial en los

cuatro Evangelios, escritos por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Evangelio significa "buena

noticia" porque Jesús es la buena noticia. Estamos llamados a vivir el Evangelio con el

poder del Espíritu Santo. Así hicieron los santos. Todos estamos llamados por Dios a ser

santos.

Si tengo la Biblia, ¿para qué necesito la Iglesia?

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La Iglesia es el cuerpo de Cristo, instituida por él. No podemos guiarnos solos: "Ninguna

profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia" (2P. 1:20). Lee en la Biblia:

Hch. 2:42; 2Ti. 4:1-5.

¿Qué orden debo seguir para leer la Biblia con más provecho?

Hay varias sugerencias:

1. Seguir por orden las etapas de la historia de la salvación: del Antiguo al Nuevo

Testamento.

Ventajas: Es una lectura que nos lleva progresivamente por la Historia de Salvación.

Inconvenientes: Es un camino muy largo para llegar al Evangelio que es "la plenitud de la

revelación". Se encuentran secciones difíciles de leer.

2. Leer primero el Nuevo Testamento y pasar luego al Antiguo.

Ventajas: Con la lectura del Evangelio, el lector entra inmediatamente en contacto con la

persona de Cristo, su vida y su doctrina. En los demás escritos del Nuevo Testamento, el

desarrollo y profundización de la fe y de la moral cristiana.

Inconvenientes: Desconocimiento de algunos aspectos importantes del Antiguo

Testamento que realzan la revelación del Nuevo Testamento.

3. Lectura combinada de Antiguo y Nuevo Testamento.

Ventajas: Se pueden escoger los principales libros que nos ofrecen una enseñanza

fundamental y después ir a los demás.

Inconveniente: Si no se tiene cuidado podrían olvidarse algunos libros.

Recuerda lo que dijo el Señor Jesús “escudriñad las Escrituras, porque en ellas os parece

que tenéis la vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí” (Jn. 5:39).

Nuestra relación con la palabra de Dios se puede simbolizar con nuestra mano

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1. Según 1Pedro 2:2 ¿Cómo debes desear la Palabra de Dios?

2. ¿Por qué debes hacerlo?

3. Según los texto dados ¿A qué alimento compara Jesús la Palabra de Dios?

a) Mt. 4:4__________

b) 1Corintios 3:2 ______

c) 1Pedro 2:2__________

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4. La Biblia se le conoce con diferentes nombres ¿cuáles según Sal. 119: 2, 4, 5, 9, 11?

5. Explique con sus propias palabras unas de las representaciones simbolizadas en la

mano.

6. ¿Cómo se produce la fe?

7. ¿Por qué debemos estudiar la Biblia?

8. ¿Qué entiende por “escudriñar”?

9. ¿Qué hacían los cristianos de Berea? (Hch. 17:10-11).

10. ¿Haces tú lo mismo? Si___ NO___ ¿Por qué?

11. ¿Dónde debes guardar los dichos de Dios? ¿Para qué?

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12. ¿Qué debe ser la Palabra de Dios para ti?

13. Según Josué 1:8 ¿Cuándo debo meditar la palabra de Dios?

14. ¿Para qué debo meditar la Palabra?

15. ¿Qué es la Biblia? ___________________________________________________

16. ¿Quién es el autor de la Biblia?_________________________________________

17. ¿Cuántos libros tiene la Biblia?_________________________________________

18. ¿Cuántos libros hay en el Antiguo Testamento____________________________

19. ¿Cuántos libros hay en el Nuevo Testamento______________________________

20. Mencione 5 sugerencias que debo tener en cuenta al leer la Palabra

21. Escriba el nombre de los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento.

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Tema 7

CONOCIENDO MÁS DE LA PALABRA DE DIOS

La Palabra de Dios es la fuerza más poderosa del mundo. Siempre que Dios habla suceden

cosas. “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mi vacía, sino que hará lo que

yo quiero, y será prosperada en aquello para que la

enviara” (Is. 55:10). Cuando Dios dice que hará algo,

será hecho. Su palabra nunca falla.

Lea y analice los siguientes versículos: Jn. 1:1-3, 14; Lc. 8:4-15; Is. 55:8-11; Stg. 1:22-25; He. 4:12-13; Sal. 1:22-25; Ef. 5:27-27.

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Desde la creación vemos el poder de la Palabra, ésta nunca ha dejado su esencia y poder. Es

por tal razón que vamos a estudiarla desde varios puntos.

a) La Palabra de Dios en la Creación (Gn. 1; Sal. 33:6-9; He. 11:3).

Dios creó los cielos, la tierra y todo lo que en él hay por su Palabra.

b) La Palabra de Dios en la nueva creación y en nuestras vidas.

La Palabra de Dios crea fe en nuestro corazones para confiar en Jesucristo, sin ella

nunca nos volveríamos hacia Dios (Ro. 10:17).

Dios nos da un nuevo corazón y vida en Cristo por su palabra (2Co. 5:17).

Es el único agente que tiene poder para penetrar el corazón (He. 4:12-13).

La simbología de la palabra

a) Luz

Ilumina (Sal. 119:105).

Revela la verdad acerca de Jesús y esa verdad libera (Jn. 8:31-32).

Trae guía y dirección (Jn. 8:12).

b) Agua

El agua trae limpieza y la Palabra de Dios actúa de esta manera (Ef. 5:25-27).

c) Semilla

La Palabra es la semilla de Dios (Lc. 8:11).

Trae crecimiento y provecho al que cree (Lc. 8:15).

d) Fuego y martillo

La Palabra de Dios quebranta el corazón duro y lo limpia, el fuego purifica y el

martillo quiebra (Jer. 23:29; 1R. 19:11-13).

e) Miel

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La miel es para sanidad. Es como un bálsamo que alivia el dolor. La palabra de Dios

es sanidad para nosotros (Sal. 19:7-11; 119:103).

La palabra de Dios tiene poder en sí misma. Esto es porque es la voz de Dios. Sale del

mismo corazón de Dios y cumple su propósito. Dios ha hablado a los hombres a través de

varios canales importantes. Entre ellos tenemos:

a) Su palabra en la creación (Sal. 19:1-6).

El universo tiene su existencia por la palabra de Dios

b) Su palabra por la profecía

Dios habla a través de profetas profeta (2P. 1:20-21; Mt. 10:41).

c) Su palabra en Jesús.

Nunca habrá una palabra más clara que aquella dada por Jesús (Jn. 1:14; He. 1:1-

2).

d) Su palabra por la predicación (Mt. 28:19).

El ha ordenando la proclamación de su Palabra para que seamos salvos

(1Co. 1:21).

e) Su palabra por el Espíritu Santo

Dios habla por el Espíritu Santo (1S. 3:10-14)

f) Su palabra en Las Escrituras

Toda la Escritura es la palabra de Dios, ella es inspirada por el Espíritu Santo

(2Ti. 3:16-17; Ro. 15:4).

La palabra de Dios en la Escritura

La idea de la Palabra de Dios es más extensa que sólo la Escritura. Esto puede verse con

más claridad, si pensamos en un círculo con Las Escrituras y flechas que representan las

formas variadas de la Palabra de Dios.

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En el círculo esta la Palabra de Dios contenida en las Escritura. Todas las otras maneras en

que Dios nos habla, nos llevan a Las Escrituras. La Palabra de Dios en Las Escrituras tiene

una unicidad que la aparta de otras palabras. Necesitamos tener claro el hecho de que

ninguna palabra o mensaje recibido por un medio que no sean Las Escrituras, puede añadir

o desvirtuar la revelación que Dios ha depositado en la Biblia. La profecías, por ejemplo,

puede traer una conexión inmediata a la Escrituras, o puede traer guía directa de cómo

podemos cumplir Las Escrituras, pero no para mostrar una nueva creencia o doctrina.

La función de Las Escrituras

a) Foco

La Biblia trae la palabra central que Dios tiene para nosotros en un foco definido, es decir, Jesús (Jn. 5:39).

b) Carácter

La Biblia nos revela a través de sus distintos capítulos algo del carácter de Dios. Podemos ver por el historial bíblico el corazón de Dios y sus relaciones con los hombres y ver la respuesta del hombre a Dios.

c) Definición

Por la exposición de la revelación bíblica nos son dados ejemplos, enseñanza, doctrinas y conceptos fundamentales que traen significado a la palabra para que pueda ser aplicada. La Biblia en especial el Nuevo Testamento, enseña principios

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prácticos para vivir que pueden ser aplicados en casi cualquier situación o contexto.

d) Claridad

Existe una objetividad en la palabra de Dios por las Escrituras que en nuestra experiencia personal puede faltar. La claridad es portal al entendimiento.

e) Discernimiento

Las Escrituras no son únicamente una fuente de sabiduría sino que son sabiduría.

Por ser inspiradas por el Espíritu Santo, Las Escrituras tiene poder dinámico.

Vienen a ser para nosotros el poder del Espíritu. Necesitamos esta sabiduría

cuando hay que discernir todas las otras palabras que recibimos de Dios.

Llegaremos a ser sabios en discernimiento si vivimos en Las Escrituras.

Vivir en la Palabra

Debemos venir a la Palabra de Dios y dejar que el Espíritu Santo nos ayude a entenderla.

La mente carnal no entenderá la Palabra de Dios, pero el Espíritu Santo sí. Él nos enseñará

la verdad y nos dará la mente de Cristo. Al leer Santiago 1:19-25, notamos que la

obediencia a la Palabra es la clave del crecimiento. Así como la vida de fe, la obediencia

trae su recompensa, la Palabra debe ser nuestro espejo para vernos en su luz, y así ser

transformados por el poder del Espíritu Santo.

Hay tres principios básicos en el pasaje que leímos de Santiago que son:

1. Mirar la Palabra atentamente con:

Una actitud de determinación.

Una actitud de fe.

Una actitud de sinceridad.

2. Necesitamos hacer sitios para que Dios hable esto incluye:

Preparación espiritual.

Preparación mental.

Preparación de la vida.

3. Necesitamos tomar lo que dice Dios en serio.

4. Necesitamos hacer y/o vivir la Palabra:

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Confesarla

Estudiarla

Aplicarla

Compartirla

Tres resultados de la bendición de vivir en la Palabra de Dios:

1. Discernimiento (Sal. 119:105, 130).

2. Crecimiento en el conocimiento de Dios (1P. 2:2).

3. Provecho en el ministerio (1Ti. 4:15).

Tres cosas que la Palabra de Dios hace por nosotros

1. Crea fe en nosotros (Ro. 10:8,17).

2. Nos capacita y dirige (2Ti. 3:16-17).

3. Confirma la fe en nosotros (Jer. 15:16).


1. Encierre en un círculo la opción correcta.

La Palabra de Dios es desde:

a) La edad mediab) La edad primitivac) Desde el siglo 19d) Antes de la creación

2. Coloque la letra en la repuesta correcta.

a) La palabra de Dios trae iluminación y revelación ( ) Martillo y Fuegob) El agua trae limpieza y la palabra de Dios Puede ( ) Semilla actuar de esta manera ( ) Miel c) Su propósito es traer crecimiento ( ) Agua d) Ella purifica y quebranta ( ) Luz

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e) Es salud y medicina al espíritu ( ) Naturaleza

3. Señale con una flecha el concepto que corresponda al título.

Su palabra en la creación Dios habla muchas veces por un profetaSu palabra en Jesús El universo en la creación Su palabra por profecía Dios habla por sueños y audiblementeSu palabra por la predicación Jesús era y será la Palabra Su palabra por el Espíritu Ella testifica del poder y estimula la fe Su palabra en Las Escrituras Proclaman la Palabra para salvación

4. Mencione 5 funciones de Las Escrituras.

5. Explique con sus propias palabras ¿Qué es vivir en la Palabra de Dios?

Tema 8

LA FE EN DIOS PARA SALVACIÓN

La fe y la Palabra de Dios van de la mano. La fe no es sólo una buena idea para poner en

práctica. La fe depende de una palabra dada por de Dios (Is. 55:11). Él tiene algo que decir

en cada situación, y si tomamos el tiempo para escuchar,

oiremos lo que nos está diciendo. La Palabra de Dios produce y exige fe de nosotros. La fe

es una actitud a la luz de la Palabra de Dios. Esta es la diferencia entre la fe y una buena

idea de la Palabra de Dios. Esta es un área en la que algunas personas suelen equivocarse,

porque sus deseos y ambiciones toman el control y reclaman poseer una revelación divina,

cuando en realidad, no tienen tal cosa. Existe un elemento de riesgo vinculado a vivir en fe.

A Johh Wimber le gusta deletrear la fe como RIESGO.

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HECHOS FE

SENTIMIENTO


Mucha gente piensa que la fe es un sentimiento o un conjunto de creencias que representan

nuestras convicciones. Si bien es cierto que ambos conceptos encierran algunos aspectos de

lo que es la fe, su definición es más amplia. Los principales elementos en la fe en su

relación con el Dios invisible, en distinción a la fe en el hombre, quedan especialmente

expuestos con la utilización de este nombre pistis y de su verbo correspondiente pisteuõ

son:

1. Una firme convicción que produce un pleno reconocimiento de la revelación o

verdad de Dios (2Tes. 2:11, 12).

2. Una rendición personal a Él (Jn. 1:12).

3. Una conducta inspirada por esta rendición (2Co. 5:7). Según el Diccionario

Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, la fe implica una actitud, una convicción

y una conducta basadas en una relación correcta con Dios. No es algo estático, sino que

se fortalece y se vuelve más profunda a medida que vamos cultivando una relación cada

vez más estrecha con nuestro Creador.

Al vivir en Cristo y practicar su Palabra, nuestra vida mostrará cambios mediante la fe. Sin

fe es imposible agradar a Dios (He. 11:6). Cualquier cosa que hagamos fuera de la fe es

muerta. Cuando depositamos nuestra confianza en las cosas de este mundo, perdemos la

llama que le da fuerzas a nuestra vida, puesto que no estamos alimentando el motor que nos

impulsa. El cristiano vive por la fe en la fidelidad de Dios. Observe el siguiente tren:

Locomotora Furgón Vagón

Dios y su Palabra

Confianza en Dios

Resultado de la confianza

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Dentro de este contexto, cuando creemos en la Palabra dada por nuestro Dios, un milagro

ocurre. Jesús dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Mr. 9:23). Tú ya

impulsaste tu vida cuando creíste en Jesucristo como tu Señor y Salvador. Cuando

confesaste tu pecado ante él y te arrepentiste para poder acércate a Dios, hiciste un acto de

fe.

Puesto que una de las condiciones para entrar en el Reino de los Cielos es la fe. Debemos

seguir al Señor Jesucristo, ser sus discípulos. Para esto debemos reconocer que somos

pecadores y que Jesús derramó su sangre y murió para limpiarnos de nuestros pecados. Hoy

debemos arrepentirnos de nuestra maldad y pedirle a Dios que nos perdone por ello. Luego

entregar nuestra vida a Jesús y hacerle nuestro Señor y Salvador (Mr. 1:15; Hch. 20:21; Jn.

1:12).

Ya eres parte de la familia de Dios. Anteriormente estábamos separados de él por causa del

pecado “por cuantos todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Ro. 3:23). El

haber oído la Palabra y creerla, hizo que nuestro espíritu fuese vivificado, puesto que

pasamos de muerte a vida eterna por la fe “De cierto, de cierto te digo. El que oye mi

palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá condenación, mas ha

pasado de muerte a vida” (Jn. 5:24).

La salvación es un regalo de Dios por medio de su Hijo Jesucristo, hecho efectivo al morir

por ti y por mí en la cruz: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es

vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Ro. 6:23).

Antes

Religión Filosofía Buenas obras

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Ahora

Existe un puente entre tú y Dios por la fe. Dios te considera su oveja ya que escuchaste su

Palabra y le seguiste. Ahora Él te sostiene para que no caigas (Jn. 10:27-30). Debemos

avivar la fe, hacer que crezca para caminar en este mundo, ya que la fe es lo que nos

mantendrá tomado de la mano de nuestro Dios.

La fe es un don (regalo) de Dios

No nacemos con la habilidad de depositar nuestra fe en Dios. Esta fe es un don del Espíritu

Santo, que obra en nosotros para que nos volvamos a Dios. Cuando escuchamos a Dios y

respondemos, nuestra vida se abre para recibir este regalo, el cual nos habilita para poner

nuestra confianza en Dios y recibir a Jesús como nuestro señor y salvador: “Porque por

gracia soy salvos por medio de la fe. Y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por

obra, para que nadie se glorié” (Ef. 2:8-9).

Es la fe que lleva a la salvación e implica varios aspectos:

a) Someter tu vida a Dios (Sal. 37:5).

b) Creer en Jesús (Jn. 3:15).

c) Hacerte obediente en el corazón (Ro. 6:17).

d) Creer que la Biblia es la Palabra de Dios (2Ti. 3:16-17).

e) Poner tu confianza en Dios (He. 2:13).

f) Invitar a Jesús en tu vida (Ap. 3:20).

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¿Cómo se desarrolla la fe hacia Dios?

1. Tener la actitud correcta.

La fe es una persuasión y lleva consigo una actitud de humildad y sumisión a la

voluntad de Dios.

2. Darse cuenta de que la fe es sustancia y realidad.

La fe no es imaginación ni es desear cosas hasta que lleguen a ser. Es la convicción

de la verdad por la obra interior del Espíritu Santo. Si Dios nos da fe para algo,

podemos estar seguros de que la mente de Dios eso existe y es nuestra (He. 11:1;

Nm. 23:19).

3. Darse cuenta de que la fe es un don de Dios.

No podemos exaltarnos a nosotros mismo hasta creer. No es el resultado de una

gimnasia mental. El Espíritu Santo debe poner la capacidad de creer a Dios dentro

de nuestro corazón (Ef. 2:8).

4. La fe se desarrolla por medio de nuestro conocimiento de Dios.

No puedes confiar en nadie que no conoces. Cuanto más conocemos a Dios tanto

más confiamos en él. Esta es una base para la verdadera fe hacia Dios (Dt. 7:9; Sal.

9:10; 1Tes. 5:2). Llegamos a conocer a Dios a medida que el Espíritu Santo nos

revela a cerca de Él por medio de Las Escrituras. No podemos conocer realmente a

nadie a menos que hablemos con él. La oración es un modo maravilloso para

conocer a Dios.

5. La fe es una respuesta al oír.

Dios comunica sus pensamientos por su Palabra. “La Fe es por el oír, y el oír la

palabra de Dios” (Ro. 10:17).

6. La fe viene por el experimentar a Dios y su fidelidad.

Cuanta más fe tenemos hacia Dios, más experimentaremos de su fidelidad y más

crece nuestra fe.

Cinco obstáculos a la fe

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1. Presunción (Pr. 3:5; Jer. 23:25-32).

2. Temor (Mr. 4:40; Jn. 14:1).

3. Buscar gloria y alabanzas de hombre en lugar de Dios (Jn. 5:44).

4. Duda (Stg. 1:6-8; Mr. 11:23).

5. Una conciencia culpable que proviene de no obedecer (1Jn. 3:21-22).

Un ejercicio de fe de cinco dedos

La fe tiene un número de elementos muy importantes que están relacionados y que

necesitan mantenerse unidos. La fe es como una mano con cinco dedos. Si escribes fe en la

palma, los dedos se reúnen para dar aquel asidero firme que es la fe en acción.

1. La fe y la Gracia (Ef. 2:8-9).

La fe es la base de nuestra relación con el Padre. Somos salvos por la gracia de Dios

hecha real en nuestra vida por la fe. Ninguno de nosotros nace de nuevo por ningún

esfuerzo propio. Éramos por naturaleza hostil a Dios y hallábamos imposible

someternos a la Palabra de Dios (Ro. 8:7-8). La fe es un don divino.

FE

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2. La fe es verdad (Judas 3).

La fe no se apoya en una buena idea o en alguna experiencia emocional que

hayamos tenido, se apoya en la Palabra de Dios.

3. La fe es un don

No tenemos fe por nosotros mismos, es decir, no producimos la fe. La recibimos de

Dios. Dice el apóstol: “Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe

tener, [...] según la medida de fe que Dios le haya dado” (Ro. 12:3). A todos los

seres humanos Dios no ha dado la capacidad de creer. Todos tenemos una medida

de fe, es decir, podemos creer. Este don, como todos los dones que Dios da, puede

usarse para bien o para mal. Al usar el don de la fe para el bien, el don se fortalece.

Así desarrollamos la capacidad de creer en Dios. Esto es lo que quiere decir que

Dios aumenta nuestra fe. Pero enorgullecernos de que tenemos fe y atribuirle un

valor meritorio, es distorsionar el evangelio de Cristo.

4. La fe es poder

La fe es vital, dinámica, eficaz y poderosa. Siempre que leemos sobre la fe en Las

Escrituras es algo poderoso lo que está pasando (Hch. 3:16). Jesús nos dio algunas

promesas de fe maravillosas y poderosas (Mt. 21:2; Mr. 11:22,23; Jn. 14:12-14).

5. La fe es victoria

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha

vencido al mundo, nuestra fe” (1Jn. 5:4).

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1. Explique con sus propia palabras

a) ¿Qué es la fe?

b) ¿Por qué eres salvo?

c) ¿Qué significa tener vida eterna?

d) Si usted muriera ahora ¿Qué pasaría?

e) ¿Por qué la fe va tomada de la mano con la Palabra?

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f) ¿Cómo crece tu fe? (Ro.10:17).

g) La fe es importante ¿Por qué? (He. 11:6).

h) Lo contrario a la fe es:_________________

i) Explique el tren

j) ¿Cuándo impulsaste tu vida?

2. Lea y escriba Ro. 6:23. Responda la siguientes preguntas

a) ¿Qué es una dádiva?

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b) ¿Cuál es la dádiva de Dios?

c) ¿A través de quién la envió?

3. Lea Jn. 5:24 y responda ¿Quiénes tienen vida eterna?

4. Responda las siguientes preguntas según Jn. 10:27-30.

a) ¿Qué hacen sus ovejas?

b) ¿Qué hace el pastor?

c) ¿Es usted oveja de Jesús? SI___NO___ ¿Por qué?

d) ¿Qué le ha dado el Buen Pastor?

e) ¿Le pueden arrebatar de la mano de Dios? Si__ NO___ ¿Por qué?

f) ¿Quiénes son Jesús y el Padre?

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5. Encierre en un círculo la respuesta correcta. Aspectos de la fe:

a) Andar sin sujeción a Dios.

b) Dudar de Jesús.

c) Someter tu vida a Dios.

d) Poner tu confianza en las cosas del mundo.

e) Invitar a Jesús a tu vida.

f) Invitar a otros dioses que sean parte de ti.

g) Poner tu confianza en Dios.

h) Creer que la Biblia es la Palabra de Dios.

i) Ser desobediente a la Palabra de Dios.

¿Cuáles son los impedimentos para la fe?

a) Certeza.

b) Una conciencia culpable.

c) Buscar la gloria humana.

d) Presunción.

e) Duda.

f) Seguridad.

g) Temor.

Los 5 puntos representados en la mano son:

a) Juicio.

b) Victoria.

c) Verdad.

d) Debilidad.

e) Don.

f) Mentira.

g) Poder.

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h) Derrota.

Tema 9

Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo

Lo más difícil acerca del concepto de la Trinidad, es que no hay manera de explicarlo de

forma apropiada. Para cualquier ser humano la Trinidad es imposible de entender por

completo. Dios es infinitamente más grande de lo que

somos nosotros, por tanto no deberíamos esperar estar en

capacidad de entenderlo plenamente. La Biblia enseña que

el Padre es Dios, que Jesús es Dios, y que el Espíritu Santo

es Dios. También enseña que hay solamente un Dios.

Aunque podemos entender algunos hechos acerca de la

relación de las diferentes personas de la Trinidad, a la larga, dicha relación es

incomprensible para la mente humana. Sin embargo, esto no significa que no sea verdad o

que no está basada en la Biblia.

Al estudiar este tema, tenga en mente que la palabra “Trinidad” no se utiliza en Las

Escrituras. Este es un término utilizado para procurar describir al trino Dios y la realidad de

que hay tres personas coexistentes y coeternas. Entienda que de ninguna manera se está

sugiriendo tres Dioses. La Trinidad es un Dios compuesto de tres personas. No hay nada de

malo en usar el término “Trinidad”, aún cuando la palabra no se encuentra en la Biblia. Es

más corto utilizar la palabra “Trinidad” que decir “3 personas coexistentes, coeternas que

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conforman un Dios”. Si esto representa un problema para usted, considere esto, la palabra

abuelo tampoco es utilizada en la Biblia. Abraham fue el abuelo de Jacob. De manera que,

no se obsesione con el término “Trinidad”. Lo que en realidad debe importar, es que el

concepto representa. Versículos bíblicos acerca de la Trinidad:

A. Hay un Dios (Dt. 6:4; 1Co. 8:4; Gál. 3:20; 1Ti. 2:5).

B. La Trinidad está compuesta de tres personas (Gn. 1:1; 1:26; 3:22; 11:7; Is. 6:8;

48:16; 61:1; Mt. 3:16-17; 28:19; 2Co. 13:14). Es provechoso el conocimiento del

idioma (He., para el mejor entendimiento de los pasajes del Antiguo Testamento. En

Génesis 1:1, se utiliza el nombre plural “Elohim”, en 1:26; 3:22; 11:7 y en Is. 6:8, se

usa el pronombre plural para “nosotros”. Sin duda, “Elohim” y “nosotros” se

refieren a más de dos. En el idioma Español tenemos dos formas, singular y plural.

En el hebreo hay tres formas: singular, doble y plural. Doble es solamente para dos

y es utilizada para cosas que vienen en pares como los ojos, orejas y manos. La

palabra “Elohim” y el pronombre “nosotros” son formas plurales y se refirieren a

tres o más (Padre, Hijo, Espíritu Santo).

En Is. 48:16 y 61:1, el Hijo está hablando mientras hace referencia al Padre y al

Espíritu Santo -compare Is. 61:1 con Lc. 4:14-19 y se dará cuenta de que es el Hijo

hablando- Mt. 3:16-17 describe el evento del bautismo de Jesús, en este se ve a Dios

el Espíritu Santo descendiendo sobre Dios el Hijo mientras Dios el Padre proclama

su complacencia en el Hijo. Mt. 28:19 y 2Corintios 13:14 son ejemplos de tres

personas distintas en la Trinidad.

C. Los miembros de la Trinidad se distinguen el uno del otro en varios pasajes:

En el Antiguo Testamento, “Jehová” se distingue de “Jehová” (Gn. 19:24; Os. 1:4).

“Jehová” tiene un “Hijo” (Sal. 2:7, 12; Pr. 30:2-4). El Espíritu se distingue de

“Jehová” (Nm. 27:18) y de “Dios” (Sal. 51:10-12). Dios el Hijo se distingue de

Dios el Padre (Sal. 45:6-7; He. 1:8-9). En el Nuevo Testamento, (Jn. 14:16-17 es

donde Jesús ruega al Padre que envíe al Consolador, el Espíritu Santo. Esto muestra

que él no se consideró el Padre o el Espíritu Santo. Tome en cuenta también todos

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los otros tiempos en los Evangelios, donde Jesús habla al Padre. ¿Estaba hablándose

a sí mismo? No, Él habló a otra persona de la Trinidad – al Padre.

La esencia de Dios nos enseña que es único y absoluto que aunque sea trino, el Padre, el

Hijo y el Espíritu Santo poseen características y funciones únicas, aunque son iguales en

esencia y sustancia. Su gloria, poder, majestad y eternidad son una sola, cada persona es

Dios y se diferencian por medio de ciertas propiedades no comunicables, no comunes entre

ellas. La trinidad de Dios se ve implícita en la Gran Comisión “Por tanto, id y haced

discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del

Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo

estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28:19,20). El Padre crea, el

Hijo redime y el Espíritu Santo santifica.

Persona y Esencia

Persona: es definida como un ser racional y consciente de sí mismo, poseedor de

una identidad propia. También definida como un ser social dotado de habilidades,

junto con la inteligencia y la voluntad.

Esencia: Es aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e

invariable de ellas y por lo tanto, lo más importante y característico.

Dios Padre

La Biblia enseña que Dios es el Santo y amante creador de los cielos y de la tierra, y el

que guarda y dirige el universo que ha hecho (Is. 40:26-28; Sal. 146:5-6). Cuando

examinamos las enseñanzas del Nuevo Testamento es claro que el Padre es Dios. Es quien

inició la redención y con el Espíritu y el Hijo operan en conjunto para efectuar la salvación.

Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. (1Co. 8:5).

“Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (Ef. 4:6).

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Es muy común el concepto de Dios como padre (Is. 43:6-7; 63:16; 64:8; Mal. 2:10). En el

sermón del monte, Jesús se refiere a Dios como el padre de los hombres.

La personalidad de Dios

- Dios un ser personal (Ro. 1:19,20).

- Dios es un espíritu puro infinito, inmutable en su ser, sabiduría, poder, justicia

bondad y verdad (Jn. 4:24 y Sal. 139:7-12).

- Dios es creador, sustentador y gobernador de todo cuanto existe (Gn. 1:1, Sal.

104:27-30 y Mt. 6:26-30).

Dios es trino y uno

En muchas partes del Antiguo Testamento leemos expresiones que hablan de la pluralidad

(Gn. 1:26; 3:22), dejando entrever la Trinidad de Dios. Pero en el Nuevo Testamento

encontramos con toda claridad la doctrina de la Trinidad.

1.En la manifestación simultanea (Mt. 3:16,17).

2.En la formula bautismal (Mt. 28:19).

3.En la bendición apostólica (2Co. 13:14).

No obstante es un solo Dios y no tres dioses como ya lo hemos visto, hay tres personas

distintas y cada una de ellos es la divinidad (Dt. 6:4; Is. 44:6).

Atributos de Dios

Son aquellas características que distinguen la naturaleza de Dios, aunque en realidad Dios

está más allá de toda categoría humana. Son las cualidades permanentes de Dios que

determinan y expresan lo que él es.

Los atributos naturales de Dios son los que le pertenecen como un espíritu racional e

infinito, algunas son:

a) Unidad (Dt. 6:4).

b) Existencia propia (Col. 1:16-17).

c) Eternidad (Sal. 102:25-27).

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d) Omnisciencia (He. 4:13).

e) Omnipresencia (Sal. 139:7-12).

f)Existencia propia (Col. 1:16-17).

g) Omnipotencia (Gn. 17:1; Mt. 19:26).

Los atributos morales son los que le pertenecen como un Espíritu racional y justo, algunas

son:

a) Sabiduría (Ro. 11:33).

b) Justicia (Ro. 3:26).

c) Bondad (Sal. 145:9).

d) Verdad (Jn. 17:3).

e) Santidad (Is. 57:15).

La santidad, más que un atributo, es la corona de los atributos de Dios.

Dios Hijo Jesucristo

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Éste era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Jn. 1:1-4, 14).

El Verbo que se hizo hombre, Jesucristo. El texto original dice “y DIOS era el Verbo”

colocando primero el predicado Dios denotando no una persona, sino la naturaleza divina,

seguidamente coloca el sujeto poseedor de tal naturaleza, el Verbo.

Jn. 10:30 Yo y el Padre uno somos.

Este versículo plantea la idea que hay una unidad de esencia entre Padre e Hijo. Vemos esta

coexistencia en Jn. 1:1-4. Juan empieza su libro con el testimonio del Hijo de Dios y lo

termina con la misma declaración “Señor mío y Dios mío” (Jn. 20:28), en los dos casos la

referencia es a Jesucristo.

“Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes

que el mundo fuese” (Jn. 17:5). “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo

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estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me

has amado desde antes de la fundación del mundo” (Jn. 17:24).

Es muy claro que Jesús existía antes que la creación. Jesús es el Creador de todo lo que

existe, es el Dios increado.

“Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes

que el mundo fuese” (Jn. 17:5).

“Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos

aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que

también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios” (Jn. 5:17-18).

Aunque muchos discuten si Jesús es Dios o no, los judíos de su tiempo claramente tomaron

sus palabras como declaración de que él afirmaba ser Dios. Por esto querían matarle por

blasfemia. Jesucristo es Dios el salvador (Mt.1:21). El ungido (Mesías) que vino a morir en

la cruz para salvarnos, el que nos sana (Is. 53:4), nos santifica (He.13:12) y viene por su

Iglesia (1Tes.4:16,17).

Naturaleza de Jesucristo

a) Cien por ciento (100%) hombre pero sin pecado (Heb. 4:15; Ef. 4:13; Mt.5:48).

b) Cien por ciento Dios (100%) (Jn. 14:9 y 1Jn. 5:20).

c) Unión hipostática entre ambas naturalezas (Jn. 17:1-10).

La obra de Jesucristo

a) Vivió sin pecado.

c) Murió en expiación por nuestros pecados.

d) Resucitó para nuestra justificación.

e) Ascendió al cielo y allí está sentado a la diestra de Dios como Rey y Sumo

Sacerdote (1Jn. 2:1; 1Tim. 2:5).

El oficio de Jesucristo

a) Como Profeta, nos dio la última y completa revelación de Dios (He. 1:1-2; Jn

6:14).

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b) Como Sumo Sacerdote, ofreció un sólo sacrificio de valor infinito y tiene un

sacerdocio intransferible (He. 7:22-28).

c) Es Rey y dirige el universo, vendrá por segunda vez para reinar sobre todo el

mundo (Ap. 19:16; Mt. 24:29-51; 25:31-41).

Los nombres y títulos de Jesús

El nombre “Jesús” significa “Salvador o Libertador” (Mt. 1:21). El nombre “Cristo”

significa “El Ungido” (Jn. 4:25-26). Nombres dados a Jesucristo en la Biblia:

Abogado (1Jn. 2:1).

Alfa y Omega (Ap. 21:6).

Ungido (Sal. 2:2).

Apóstol y sumo sacerdote (He. 3:1).

Autor y consumador de la fe (He. 12:2).

Autor de Eterna Salvación (He. 5:9).

Amado (Ef. 1:6).

Pan de vida (Jn. 6:48).

La raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana (Ap. 22:16).

Príncipe de los ejércitos de Jehová (Jos. 5:15).

Piedra Angular (1P. 2:6).

El Cristo (Jn. 1:41).

Consejero (Is. 9:6).

Libertador (Ro. 11:26).

La puerta (Jn. 10:9).

Escogido (Is. 42:1).

Padre eterno (Is. 9:6).

Fiel y Verdadero (Ap. 19:11).

Testigo Fiel (Ap. 1:5).

Primogénito (He. 1:6).

Dios de Israel (Is. 45:15).

Dios con nosotros (Mt. 1:23).

Gran Dios (Tit. 2:13).

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Gran Sumo Sacerdote (He. 4:14).

Yo soy (Jn. 8:58).

Imagen del Dios Invisible (Col. 1:15).

Juez de Israel (Mi. 5:1).

Rey de Gloria (Sal. 24:7).

Rey sobre toda la tierra (Zac. 14:9).

Cordero de Dios (Jn. 1:29).

Luz del mundo (Jn. 8:12).

Pastor (Jn. 10:11).

Hijo de Dios (Ro. 1:4).

Hijo del Hombre (Hch. 7:56).

Hijo del Altísimo (Lc. 1:32).

Estrella de Jacob (Num. 24:17).

Piedra (Mt. 21:42).

Sol de Justicia ((Mal. 4:2).

Maestro (Jn. 3:2).

Verdad (Jn. 14:6).

La vid (Jn. 15:1

El camino (Jn. 14:6).

Admirable (Is. 9:6).

Verbo (Jn. 1:14).

Dios Espíritu Santo

El Espíritu Santo es la tercera persona de la trinidad, no es una sombra intangible ni una

fuerza impersonal. Las Escrituras le atribuyen una personalidad distintiva, como también

sucede con el Padre y el Hijo (Mt. 3:16; 17; 28:19; Jn. 15:26). Él tiene atributos personales

tales como: intelecto (1Cor. 2:11), sentimientos (Ro.15:30; Ef. 4:30), voluntad (1Co. 12:11;

Hch. 13:2). Además de esto habla (Hch. 10:1), enseña, testifica, convence, conduce,

entiende, anuncia (Jn. 14:26; 15:26; 16:8,13). El Espíritu Santo piensa, conoce el lenguaje

(Ro. 8:27 y 1Co. 2:10-13), se le puede mentir, probar, resistir, contristar, afrentar (He. 5:39;

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7:51; 10:29; Ef. 4:30). Por otra parte, posee atributos divinos: omnisciencia, omnipresencia,

omnipotencia, eternidad (1Co. 2:10-11; Sal. 139:7; Zac. 4:6).

Su oficio con el mundo es convencer a la humanidad de pecado, de justicia y de juicio (Jn.

16:8) y con pueblo de Dios es regenerarnos (Jn. 3:6), santificarnos (1P. 1:2) y guiarnos a

toda verdad (Jn. 16:13 y 14:26). Todos los redimidos tenemos al Espíritu Santo y somos

sellados por Él desde el mismo instante de la conversión (Ef. 1:13; 4:30 y 1Cor 6:19).

Jesús le llamo “El Consolador” traducido de la palabra griega “paracleto” que significa: el

llamado a estar al lado, el que da energía. También se le conoce como:

Espíritu de Dios (1Co. 3:16; Ro. 8:9; Mt. 3:16).

Espíritu de adopción. (Ro. 8:15).

Espíritu Santo (Hch. 1:8).

Espíritu de Gracia (10:29).

Espíritu de Santidad (Ro. 1:4).

El buen Espíritu (Neh. 9:20).

El consolador (Jn.14:16, 26).

El Espíritu de verdad (Jn.16:13).

El Espíritu de Cristo (Ro. 8:9).

El Espíritu Santo se muestra simbólicamente:

Paloma (Mt. 3:16).

Sello (Ef. 1:13).

Agua viva (Is. 44:3, Jn. 7:37-39).

Viento (Hch. 2:2).

Fuego (Hch. 2:3).

¿Qué hace el Espíritu Santo en el hombre?

El Espíritu Santo ha sido dado para vivir dentro de quienes creen en Jesús, con la función

de reflejar el carácter de Dios en la vida de un creyente. De forma que no podamos hacerlo

a nuestra manera, el Espíritu Santo nos impartirá amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad,

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bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gál. 5:22-23). Dios nos exige que

dependamos de él y que seamos llenos con el Espíritu Santo (Ef. 5:18), es lo que en la

Biblia se menciona como vivir en el Espíritu (Gál. 5:25). El Espíritu Santo nos da la fuerza

para cumplir las tareas ministeriales que dan lugar nuestro crecimiento espiritual (Ro. 12;

1Co. 12; Ef. 4).

En el no creyente, el Espíritu Santo le convence tocando sus corazones para que

comprendan la verdad de Dios con respecto a que son pecadores y necesitan su perdón

obtenido a través de la muerte de Jesús y que Dios juzgará al mundo y aquellos que no le

conocen (Jn. 16:8-11). La labor comienza en la convicción de los pecados y La Escritura la

establece de la siguiente manera:

Guía a toda verdad (Jn. 16:13).

Regenera (Jn. 3:5).

Convence de pecado, justicia y de juicio (Jn. 16:13).

Da poder para testificar a otros (Hch. 1:8).

Nos hace amigo de Dios cuando somos guiado por Él (Jn. 16:14).

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1. ¿Qué nos enseña la Biblia acerca de Dios?

2. De un ejemplo de la personalidad de Dios

3. Escriba un texto bíblico que hable de la trinidad de Dios

4. Escriba dos atributos de Dios

5. ¿Quién es Jesucristo?

6. ¿Qué significa el nombre de Jesús?

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7. Diga 5 nombres que se le atribuyen a Jesucristo y fundamente bíblicamente.

8. ¿Para qué vino Jesucristo a la tierra?

9. Explique brevemente la naturaleza de Cristo

10. Indique alguna de las obras de Jesucristo

11. ¿Cuál es el oficio de Cristo como Profeta, Sacerdote y Rey?

12. Explique con sus propias palabras lo que Jesús quiso decir en Jn. 10:30-33.

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¿Qué pensaron de Jesús quienes le oyeron en los siguientes textos? Jn. 14:8-9; 14:6;

Mt.28:19-20; Mr.14:61-62.

13. Explique con sus propias palabras lo que cada una de las siguientes personas decían de

Jesús: sus enemigos (Jn. 5:18), Pedro (Mt.16:13-17), Marta (Jn.11-27), Tomás (Jn.

20:25-28).

14. ¿Quién es el Espíritu Santo?

15. ¿Qué atributos tiene el Espíritu Santo como persona?

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16. ¿Cuál es el oficio del Espíritu Santo en cuanto al mundo y en los redimidos?

17. ¿En qué momento recibe la persona el Espíritu Santo?

18. Cuál es el significado de las siguientes palabras

a) Omnipresencia

b) Omnisciencia

c) Omnipotencia

d) Eternidad

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Tema 1OLA ORACIÓN

La oración es un privilegio. Nosotros los verdaderos

discípulos de Jesús, se nos es permitido venir ante Dios

y hablar con él, el Rey de Reyes, amigo y Padre. Dios,

que es Santo y Omnisciente está dispuesto atendernos.

La oración nos ayuda a crecer espiritualmente. Libera

perdón, fuerza y paz, además nos capacita para

cooperar con Dios. Ciertamente Dios actuará en

respuesta a la oración (Lc. 11:9-10). El está dispuesto a

cambiar sus planes en respuesta a la oración (Gn. 18:20-32; Éx. 32:9-14; 2R. 20:1-6) y

a través de mi clamor, el Reino de Dios se manifiesta en la tierra (Mt. 6:10). Las

posibilidades de acercarnos para orar son ilimitadas (Ro. 8:32). De esta manera

logramos conocer a Dios y por tanto tener una relación con él. Mientras más tiempo

pasemos con El, mejor le conoceremos y atenderemos mejor sus caminos y planes

(Hch. 10:1-21). Por medio de la oración podemos bendecir a otros (2R. 4:8-17; 1S.

12:19) y se puede lograr cambiar las circunstancias y situaciones para estar en la línea

con la voluntad y el corazón de Dios (Ez. 22:30). Cuando no oramos pecamos (1S.

12:23; Jn. 14:13-14; Stg. 4:2). Se necesita estar involucrados en la oración intercesora

(Ez. 22:30; Is. 59:16). Necesitamos tomarlo en serio cuando venimos a Dios con

nuestra carga y necesidades, y hasta luchar con Dios en oración (Gn. 32:26).

Lee y analiza los siguientes versículos: Mt. 6:5; He. 10:19-22; Lc. 11:1-13; Fil. 4:6-7;

Ro. 8:26-27; Mr. 11: 22-25; Ef. 6:18.

¿Qué es la oración?

Es hablar con Dios. Es una comunicación bidireccional: nosotros hablamos con Dios; Él

habla con nosotros. Orar no es solamente un deber piadoso o una práctica que se hace por

costumbre, es la verdadera comunión del hombre con Dios. La oración se expresa por

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medio de las palabras ya sea en voz alta o en silencio. Sin embargo, hay que recordar que

las palabras no hacen la oración.

Clases de oración:

1. Alabanza y adoración

2. Gratitud

3. Petición

4. Intercesión

5. Guerra espiritual

De igual manera debemos saber a quién dirigir nuestra oraciones. La respuesta es sencilla si

vamos a la Palabra de Dios (Jn. 14:13,14). Siempre hay que orar a Dios en el nombre de

nuestro Señor Jesucristo porque él es nuestro único intercesor.

Tenemos muchas razones por las cuales orar, algunas son:

a) Porque es la única manera divinamente señalada para obtener lo que deseamos

(Stg. 4:2).

b) Porque es la ocupación más importante en la vida del cristiano (Hch. 6:2-4;

Tim. 1:3).

c) Porque la oración ocupó un lugar prominente en la vida de Jesús (Mr. 1:35;

Lc. 6:12).

d) Porque intercede por nosotros (1Ti. 2:5).

e) Porque es una de nuestras armas en la batalla contra el diablo (Ef. 6:12,18).

f) La oración trae bendición a la iglesia.

La oración prevalece cuando todo lo demás fracasa. Por la oración los enemigos más

acérrimos del evangelio han venido a ser sus más valientes defensores. Los hombres

de conducta pecaminosa se han convertido en fieles hijos de Dios. La oración que Dios

oye cuando hemos pecado es la oración de confesión. Debemos dar gracias a Dios por

las pequeñas y grandes bendiciones, por las luchas, entendiendo que Él conoce y

controla todo lo que pasa en nuestras vidas. Cuando hacemos peticiones a Dios las

podemos hacer varias veces. Jesús cuando oró en Getsemaní lo hizo al Padre, nosotros

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debemos seguir su ejemplo. Sabemos que el Padre conoce nuestras necesidades, pero a

él le agrada que nosotros le pidamos.

La oración tiene muchas facetas que incluyen:

1. Esperar en el Señor (Is. 40:31; Sal. 27:14).

2. Interceder u orar por otros (Ez. 22:30; 1Ti. 2:1, Is. 59:16).

3. Pedir a Dios por lo que necesitamos (Mt. 7:7-11).

4. Escuchar a Dios (Jn. 10:27).

5. Estar en guerra espiritual (Ef. 6:10-18).

6. Agradecer a Dios (1Te. 5:18; 1Ti. 2:1).

7. Ofrecer alabanza a Dios como sacrificio (He. 13:15).

8. Pedir a Dios que perdone nuestros pecados (1Jn. 1:9; Mt. 6:12).

Impedimentos a la oración efectiva

1. Indisposición a la falta de perdón (Mr. 11:25)

2. Incredulidad (He. 11:6)

3. Duda, falta de fe (Stg. 1:6-8)

4. Pereza (Stg. 4:2)

5. Motivos erróneos (Stg. 4:3)

6. Pecados sin confesar (1Jn. 1:7-9: Is. 59:1-2)

Como orar eficazmente.

1. Apelando al carácter de Dios (Gn. 18:25).

2. Suplicando las promesas de Dios (Éx. 32:13-14).

3. Con alabanza y acción de gracias (Sal. 100:4).

4. Con un corazón de compasión por los pobres y perdidos (Pr. 21:13).

5. En fe (Mt. 21:22).

6. Morando en Jesús (Jn. 16:23; Jn. 14:13).

7. En lenguas (1Co. 14:14).

8. Haciendo del Padre el foco de nuestra oración por medio de Jesús (Gál. 4:6; Mt.7:9-

11; Mt. 6:8,32).

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9. Con confianza en el trono de gracia de Dios (He. 4:16).

10. Con la motivación correcta y no sólo por el beneficio egoísta (Stg. 4:3).

11. Respetando a tu pareja en el matrimonio (1P. 3:7).

12. Con la mente clara y autocontrol (1P. 4:7).

13. Con la conciencia limpia (1Jn. 1:21-22).

14. Según la voluntad de Dios (1Jn. 5:14-15; Mt. 6:10).

15. En el Espíritu Santo (Jud. 10; Ef. 6:18).

Tres fundamentos para confiar en la oración

1. El carácter de Dios

- Nada es demasiado difícil para nuestro Padre todopoderoso (Gn. 18:14; Jer.

32:17).

- Él es fiel y siempre cumple sus promesas (Sal. 91:4; 115:1; 111:7-8; 1R. 8:56).

- Nos ama y quiere lo mejor para nosotros (Jer. 29:11-14).

- Él se ha comprometido a contestar la oración (Jer. 33:3).

2. Nuestra adopción

- Hemos sido adoptados como hijos de Dios (Gál. 4:6-7).

- Somos constituidos herederos (Ro. 8:17).

- Tenemos acceso al Padre por medio de Jesús (Ef. 2:18; 3:12).

3. El Espíritu Santo

- Nos da un “espíritu de oración” (Zac. 12:10).

- Nos ayuda en nuestras debilidad (Ro. 8:26).

- Intercede por nosotros según la voluntad de Dios (Ro. 8:27).

- Nos da la mente de Cristo (1Co. 2:10-16).

- Nos capacitad para “orar en el Espíritu” (Ef. 6:18).

Jesús hizo de la oración una prioridad. Él tomó tiempo para orar (Mr. 1:35; Mt. 14:23; Lc.

5:16) y lo hacía especialmente antes de tomar decisiones importante (Lc. 6:12-15). Está

intercediendo por los creyentes ante Dios (He. 7:25; Ro. 8:34). La oración y las verdades de

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la Palabra de Dios están unidas, porque mientras oramos según su voluntad tenemos la

promesa de que veremos la respuesta (1Jn. 5:14-15; Ro. 8:26-27). Es de vital importancia

que pasemos tiempo con Dios y su Palabra porque la oración nos vincula con las

posibilidades ilimitadas de Dios (Jer. 33:3; Sal. 2:8).

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Pregunta y puntos de discusión

1. ¿Qué es la oración?

2. Indique la respuesta correcta.

a. La oración es un privilegio F___V___

b. Como discípulo no tenemos privilegio de hablar con Dios F___V___

c. Él está dispuesto a tener audiencia con nosotros F___V___

d. La oración nos capacita F___V___

e. Dios no nos ha comprometido a actuar en respuesta a la oración F___V___

f. A través de la oración se puede establecer más el Reino de Dios en la tierra F___V___

g. Dios no está dispuesto a cambiar sus planes en respuesta a la oración F___V___

h. Las posibilidad de la oración son limitadas F___V___

i. El Dios al que oramos tiene limite F___V___

j. La oración trae gloria al Padre F___V___

k. Somos animados a orar continuamente F___V___

l. A través de la oración podemos cambiar la situación y circunstancia F___V___

m. Mediante la oración no bendecimos unos a otros F___V___

n. El no orar es pecar F___V___

o. Necesitamos estar involucrado en la oración intercesora F___V___

3. Mencione los tipos de oración

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4. Coloque una equis (x) en la respuesta correcta.

Razones por las cuales orar

__ Porque es la única manera divinamente señalada para obtener lo que deseamos.

__ Porque es la ocupación menos importante en el cristianos.

__ Porque la oración ocupó un lugar prominente en la vida del Señor.

__ La oración en el nombre de Jesucristo es la manera que el mismo designó.

__ Porque es una de nuestras armas en la batalla contra el diablo.

__ La oración no prevalece cuando todo fracasa.

__ La oración trae bendición a la iglesia.

La oración tiene muchas facetas que incluyen

__ Esperar en el Señor

__ No interceder por otros

__ No pedir a Dios por lo que necesitamos

__ Escuchar a Dios

__ Ofrecer alabanza a Dios como sacrificio

__ Pedir a Dios que perdone nuestros pecados

5. Nombre los fundamentos para confiar en la oración.

6. Coloque en el paréntesis la letra que corresponda a la cita bíblica.

Como orar eficazmente.

a. Apelando al carácter de Dios ( ) Sal. 100:4

b. Suplicando las promesas de Dios ( ) Éxodo 32:13-14

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c. Con alabanza y acción de gracias ( ) Génesis 18:25

d. Con un corazón de compasión ( ) Jn. 16:23

por los pobres y perdidos ( ) Proverbios 21:13

e. En fe ( ) Mt. 21:22

f. Morando en Jesús ( ) Romano 8:26

g. En lenguas ( ) 1Corintios 14:14

h. Con la motivación correcta ( ) Santiago 4:3

i. Respetando a tu pareja en el matrimonio. ( ) 1Pedro 3:7

j. Con la mente clara y autocontrol. ( ) 1Pedro 4:7

k. Con la conciencia limpia. ( ) 1Jn. 1:21-22

l. Según la voluntad de Dios. ( ) 1Jn. 5:14-15

m. En el Espíritu Santo. ( ) Ef. 6:18

7. Nombre y explique ¿cuáles son los impedimentos para una oración efectiva?

Fundamente bíblicamente.

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Tema 11TODOS LOS CREYENTES SERÁN

LLENOS CON EL ESPÍRITU SANTO

El Señor Jesús (Lc. 4:1,14), los apóstoles (Hch. 2:2-4), Pablo (Hch. 9:17) y nosotros -cada

uno en su momento- necesitamos ser llenos con el Espíritu Santo. Esto no es sencillamente

convertirse en cristiano y recibir al Espíritu Santo como deposito garantizado nuestra

salvación (Ef. 1:13-14). Jesús fue lleno con el Espíritu Santo para poder llevar a cabo todo

lo que su Padre le había mandado que hiciese. Esto

paso cuando fue bautizado en agua en el río Jordán

(Lc. 3:21-22). Los discípulos recibieron el Espíritu

Santo cuando Jesús sopló sobre ellos (Jn. 20:22),

pero les dijo que esperaran hasta que hubiesen

recibido el bautismo con el Espíritu Santo antes de

empezar su ministerio (Hch. 1:4-5; 2:2-4). La Biblia

utiliza muchas maneras distintas para definir este

ser lleno. Estas incluyen ser lleno (Hch. 2:4), ser

bautizados (Hch. 1:5), el Espíritu Santo al venir

sobre nosotros (Hch. 10:45). No es la clasificación lo que importa sino lo que realmente

sucede, es decir, somos capacitados para hacer la voluntad de Dios y para ser discípulos

verdaderos de nuestro Señor Jesucristo

Debemos recordar que no sólo tenemos que llenarnos una sola vez y ya está. Necesitamos

ser llenos continuamente (Ef. 5:18). Los primeros discípulos fueron llenos por lo menos dos

veces (Hch. 2:1; 4:31).

Cuatro razones importante del por qué necesitamos el poder del Espíritu Santo

1. Poder para ser

Sin el poder de Dios nunca podríamos llegar a ser sus hijos. La humanidad ha perdido

su camino y no reconoce a su verdadero Padre. La obra del Espíritu Santo es la de

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convencernos de nuestra necesidad espiritual y guiarnos a Jesús quien es el camino a

Dios (Jn. 14:6).

2. Poder para vivir

Tenemos poder en nosotros por medio del Espíritu Santo para nuestro diario vivir. Dios

quiere que conozcamos su poder para que podamos vivir una fe continuamente, y llegar

a ser ejemplo a los demás de lo que significa vivir la nueva vida en Jesús día a día.

Sabemos que la carne es débil pero no estamos solos, Dios mora en nuestros corazones.

3. Poder para vencer

Todo creyente vive en una zona de guerra. Antes de nuestra conversión estábamos en el

lado de Satanás, pero cuando escogimos seguir a Jesús pasamos al lado ganador, el de

Dios (Ef. 2:1-5). La guerra que experimentamos de parte de Satanás es más dura

después de convertirnos, porque está intentando detener nuestro caminar con Jesús.

Dios hace disponible su poder dentro de nosotros, para que tengamos la fuerza y

capacidad de derrotar al diablo (1Jn. 4:4). Con el poder del Espíritu Santo obrando en

nosotros, podemos llevar a cabo todo aquello que no podríamos hacer con nuestras

propias fuerzas.

4. Poder para compartir

“Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis

testigo en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hch.

1:8). La palabra poder aquí es “dunamis”, esa es la palabra para “dinamita”. Dios quiere

que seamos llenos con ese poder para testificar de la vida de Jesús (Jn. 14:12).

La obra del Espíritu Santo en un discípulo de Jesús

- Nos da autoridad para echar fuera demonios (Mt. 12:28).

- Hablar bajo su dirección (Mr. 13:11).

- Nacer de nuevo (Jn. 3:5).

- Nos consuela para siempre (Jn. 14:16).

- Vive en nosotros (Jn. 14:17).

- Nos convence de pecado, de justicia y de juicio (Jn. 16:8-11).

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- Nos da poder para ser testigos de Dios (Hch. 1:8).

- Derrama el amor de Dios en nuestros corazones (Ro. 5:5).

- Da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (Ro. 8:16).

- Nos hace partícipes de la justicia, paz y gozo del Reino (Ro. 14:17).

- Nos hace abundar en esperanza por su poder (Ro. 15:13).

- Nos santifica (Ro. 15:16).

- Reparte dones como Él quiere (1Co. 12:4-11).

- Su fruto se manifiesta en nosotros (Gál. 5:22-23).

- Nos hace partícipes de su gozo (1Tes. 1:6).

Debemos caminar en el Espíritu

El cristiano lleno del Espíritu Santo es aquel que le permite a Jesucristo vivir en su vida. Es

el que alcanza la victoria sobre los deseos e impulsos de la carne. El cristiano muchas veces

se pregunta cuánto tiene del Espíritu Santo, pero la verdadera pregunta es cuánto tiene el

Espíritu Santo de nosotros. Cuando andamos en el Espíritu, él hace nos ayuda a:

Arrepentirnos (Hch. 3:19).

Confesar nuestros pecados (1Jn. 1:9).

Recibir a Cristo (Jn. 1:11,12).

Llevar el mensaje del evangelio (Hch. 2)

Principios básicos para vivir llenos del Espíritu Santo:

Confesar nuestros pecados (1Jn. 1:9).

Perseverar en la oración (1Ts. 5:17).

Buscar la llenura (Ef. 5:18).

No pecar (1Jn. 3:9).

El propósito de Dios es que el cristiano en quien mora El Espíritu Santo sepa que tiene vida

eterna (Jn. 5:13). Una vida totalmente distinta de la vida en la carne. El hecho de estar

llenos del Espíritu Santo no nos hace exentos de los ataques del mundo, del demonio y de la

carne. Recordemos que Satanás tentó al propio Jesucristo y hoy día utiliza a nuestros

familiares, amigos, entre otros, para atacarnos.

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Cuando amamos los placeres del mundo y nos dejamos llevar por ellos, el amor del padre

no está en nosotros, señalan Las Escrituras:

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del padre no está en el. Porque todo lo que hay en el mundo; los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del padre, si no del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad del Dios permanece para siempre. (1Jn. 2:15-17).

Para defendernos y contrarrestar las cosas de este mundo y así poder vivir una vida plena en

el Espíritu de Dios, debemos mirar las cosas de arriba (Col. 3:1-2). Cuando hablamos de

buscar las cosas de arriba nos estamos refiriendo que debemos buscar el Reino de Dios.

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su Justicia, y todas estas cosas os serán

añadidas” (Mt. 6:33). El buscar del reino de Dios (la llenura de su Espíritu) nos brinda

estabilidad emocional, puesto que nos da la paz que Jesús nos promete: “Estas cosas os he

hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad yo he

vencido al mundo” (Jn. 16:33).

En conclusión el Espíritu Santo es la persona que Jesús nos dejó para que fuera nuestra guía

en todo lo que le agrada a Dios. Debemos vivir en el Espíritu (Gál. 5:16).

Preguntas y punto de Discusión

1. Explique con sus propias palabras

Página 87


a) ¿Cómo define la Biblia el ser lleno del Espíritu Santo?

b) ¿Explique por qué debemos caminar en el Espíritu?

c) ¿Qué obra hace en nosotros el Espíritu Santo?

d) ¿Cuál es la base de su llenura?

e) Según Mt. 6:33 ¿Qué debemos buscar? ¿Qué significa?

f) ¿Cuál fue la promesa de Jesús en Jn. 16:33?

Página 88


g) ¿Debemos tener la mirada en el mundo? Si___ No___ ¿Por qué?

h) ¿Cuál es nuestra defensa contra el mundo según Col. 3:1,2?

i) ¿Cómo debemos andar según Gál. 5:16?

2. Señale con una flecha la cita bíblica a que corresponda cada palabra

- Arrepentirnos Hch. 3:19

- Confesar 1Jn. 1:9

- Recibir a Cristo Jn. 1:11,12

- Llevar el mensaje Hch. 2

3. Marque con una equis (x) la respuesta correcta.

Los principios básicos para ser llenos del Espíritu Santo son:

Página 89


_____ No confesar nuestros pecados

_____ Ser perseverante en la oración

_____ Buscar la llenura del Espíritu Santo

_____ Vivir en pecado

Tema 12

Página 90


OIR LA VOZ DE DIOS PARA

CONOCER SU VOLUNTAD

Cuando los teólogos de España discutieron con Colón, ellos le argumentaron que la tierra

era el centro del universo y el sol giraba alrededor de ella. Más Colón fue insistente en

decir: "el sol es el centro del universo y la tierra es la que gira alrededor del sol." Los

cristianos tenemos que aprender que Dios no gira alrededor de nuestros deseos, es al revés.

Una vez que conocemos la voluntad de Dios, puedo ajustar mi vida a ella. Al saber lo que

Dios está haciendo, entonces puedo saber lo que necesito hacer. El enfoque tiene que estar

en Dios, ¡no en mi vida!

Hay tantos ejemplos de esto en la Biblia:

1. Abraham oyó la voz de Dios y a pesar de su vacilación, ajustó su vida a ella, aún sin

saber a dónde iba (Gn. 12.1-5), Él anduvo por fe, no por la vista. ¿Qué le dijo Dios?

¿Le indicó algún detalle? "Vete", ¿A dónde?" A la tierra que te mostraré.

2. A Elías no se le ocurrió reunir los 850 profetas falsos en el Monte Carmelo. El plan

no fue de Elías, sino de Dios. Luego de juntarlos y preparar el altar, tanto como la

ofrenda para Jehová, esta fue la oración del profeta: "Cuando llegó la hora de

ofrecer el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: "Jehová, Dios de Abraham,

de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu

siervo y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas." (1R. 18.36) Él oyó la

voz de Dios y actuó basado en ella.

3. Cuando los discípulos vieron la transfiguración de Jesús, escucharon la voz del

Padre que les dijo: "Este es mi Hijo amado, a él oíd" (Mt. 17:5).

Si es posible escuchar la voz de Dios, ¿entonces por qué algunas veces no la escuchamos?

El problema no está en que Dios no hable, sino en que no le escuchamos. En cada instante

del día hay miles de ondas radiales que son transmitidas. Esto es como la voz de Dios, Él

siempre está transmitiendo. Dentro de cada hijo de Dios hay un receptor que se llama el

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espíritu. El problema entonces, no es si Dios habla o no, o si soy capaz de escuchar su voz.

El problema consiste en estar sintonizado con Él.

¿Cómo puedo escuchar su voz?

1. Estar dispuesto a obedecer su voz. El Espíritu Santo es una persona y al

desobedecer su voz, le entristecemos. Y cuando le entristecemos, se detiene la

revelación de Dios. Si queremos oír su voz, tenemos que estar dispuestos a

obedecerle.

2. Es la voz apacible dentro de nosotros, como en el caso de Elías. A veces lo

llamamos nuestra "conciencia". Además, Dios usa muchas formas para hablarnos.

Por ejemplo, su Palabra, nuestra intimidad con Él, sueños, visiones, situaciones y

personas. ¡También nuestras esposas!

3. Hay unas cuatro pautas útiles para cuando tengamos que tomar decisiones que

necesiten una confirmación de Dios. La primera pauta es: Si lo que estoy recibiendo

concuerda con su Palabra; la segunda, un testimonio en mi espíritu o paz en mi

corazón; la tercera, el consejo de alguien mayor en la fe que pueda darme un

consejo objetivo y la cuarta, tiempo y circunstancias. Si estas cuatro pautas están

bien alineadas, sabré que voy por buen camino.

Lea y analice los siguientes versículos: Ro. 12:1-2; Is. 30:21, 55:6; Proverbios 3:5-6; Sal.

139:13-16; Ef. 1:3-5.

El significado de la palabra voluntad

La palabra “voluntad” tiene tres significados básicos que se aplican tanto a Dios como a los

seres humanos:

1. Capacidad y poder de elegir.

Dios posee la capacidad de decidir y la ha ejercido siempre. En cierto momento decidió

crear el universo y poblarlo con seres inteligentes. También escogió ordenar este planeta y

crear a Adán y a Eva para vivir en él. Más tarde eligió a Abraham y a sus descendientes

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para que fueran su pueblo especial. Asimismo decidió venir a este mundo como ser humano

en la persona de Jesucristo para rescatarnos del pecado mediante su muerte y resurrección.

Dios nos creó con la capacidad de tomar decisiones, lo que constituye una parte importante

de haber sido formados a la imagen de Dios. De ahí que podemos elegir obedecerle o

desobedecerle con consecuencias previsibles (Dt. 30:15, 19, 20; Ap. 3:20.) Dios respeta y

protege nuestra libertad individual de escoger. Él anhela que al tomar decisiones, elijamos

bien y de esa manera desarrollemos nuestro carácter.

2. Deseo de realizar algo o de alcanzar un objetivo.

Dios, cuyo carácter es perfecto amor y perfecta justicia, siempre desea lo bueno para sus

criaturas (Jer. 29:11) y nunca se siente inclinado hacia el mal (Stg. 1:13). Él desea que

todos los seres humanos alcancemos la vida eterna (1Ti. 2:3,4) y que crezcamos

espiritualmente (Col. 1:9,10).

Los seres humanos también sentimos el deseo de realizar algo o de alcanzar un objetivo en

la vida. Con frecuencia, por causa del pecado que nos afecta, elegimos actuar de manera

egoísta y perjudicial. El apóstol Pablo era consciente de su inclinación al mal: “No hago lo

que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago” (Ro. 7:15,20).

3. Propósito firme, determinación o plan.

Pablo se refiere al plan de Dios, quien “hace todas las cosas según el designio de su

voluntad” (Ef.1:11). Su plan de salvación, por ejemplo, fue diseñado antes de la creación

del mundo (1P. 1:18-20). Cristo vino a este planeta en el momento preciso en la historia de

la redención (Gál. 4:4,5). Dios conoce el día y la hora en que Cristo regresará en gloria a

este mundo (Mt. 24:26, 27). También ha escogido el día en que juzgará a los seres humanos

de todos los tiempos (Hch. 17:31).

¿Por qué es importante conocer la voluntad de Dios?

Debemos reconocer que en nuestra condición natural no nos interesa ni nos importa

conocer la voluntad de Dios. Por naturaleza, estamos en rebelión contra él. Sin embargo,

Página 93


Dios anhela que cambiemos nuestra actitud. Quiere ser nuestro Salvador y nuestro amigo.

Desea que le conozcamos, amemos y obedezcamos, para que nos vaya bien en la vida.

Por eso el Espíritu Santo habla constantemente a nuestra conciencia. Nos invita: “Dame,

hijo mío, tu corazón y miren tus ojos por mis caminos” (Pr. 23:26). Quiere guiar nuestras

decisiones para nuestro bien (Sal. 32:8, 9). El apóstol Pablo nos anima a volvernos

especialistas en conocer la voluntad de Dios (Ef. 5:16,17). Si la obedecemos, nos asegura

que pasaremos la eternidad en su compañía (Mt. 7:21; 1Jn. 2:17). Por eso Satanás procura

que permanezcamos separados de Dios y en rebelión contra él. Y aunque hayamos decidido

obedecer a Dios, Satanás sigue intentando que le desobedezcamos. Este proceso de prueba

se conoce con el nombre de tentación y es permitido por Dios.

Mediante el Espíritu Santo, Dios nos invita a que alineemos nuestra voluntad con la suya,

mientras Satanás trata de convencernos de que Dios no nos ama y no quiere que

disfrutemos de la vida. Sin embargo, cuanto más tiempo obedecemos a Dios, tanto más se

debilitan las tentaciones, porque Dios fortalece nuestra capacidad de elegir lo bueno.

Cuando entendemos la guerra mortal en que estamos involucrados, también llegamos a

comprender por qué Dios está tan interesado en nuestra salud física y mental. El desea que

nada afecte nuestra capacidad de elegir consciente y libremente entre obedecerle o

desobedecerle.

Es esencial conocer la voluntad de Dios.

Dios tiene un plan para nosotros (Ef. 2:10; Sal. 129,16; Jer. 1:5).

Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Podemos vivir lo bueno si vivimos

según su voluntad (Dt. 28:1-2; Ro. 8:28; 2P. 1:3).

Dios quiere revelarnos su voluntad tanto como revelarse a sí mismo (He. 11:6;

Stg. 1:5).

Dios quiere que nosotros escojamos ir por su camino (Pr. 3:5-6; Sal. 32:8-9).

Nuestra obediencia o desobediencia a la voluntad de Dios puede afectar a otras

vidas tanto como a la nuestra (Jos. 6:18; 7:1-26).

Para nosotros los hijos de Dios debería ser normal oír la voz de Dios.

Página 94


Dios desea revelar su voluntad.

La Palabra de Dios ya ha sido dada para guiarnos como discípulos de Jesús. Dios

quiere guiarnos (Sal. 25:12; 32:8).

Dios quiere que vivamos como vivió Jesús (1Jn. 2:6).

Preparación práctica para discernir la voluntad de Dios, por lo tanto debemos:

Hacer que Jesús sea nuestro Señor y estar genuinamente dispuestos a hacer su

voluntad (Ro. 12:1-2; Mt. 6:33).

Ser humildes (Sal. 25:9).

Confiar en Dios (Pr. 3:5-7).

Tener un corazón limpio (Sal. 66:18; 1Jn. 1:9).

Madurar, esto significa más de Dios y menos de nosotros.

Estar siempre expectantes (interesados). Dios quiere hablarnos, por tanto

busquemos oírle.

Temer al Señor, esto significa apartarnos del mal y vivir a la manera de Dios (Pr.

8:13, 9:10).

Movernos en fe, es decir, saber lo que Dios quiere, obedecerlo y confiar en Él para

hacer lo que nosotros no podemos. Si Dios ha hablado, podemos “ir por ello”.

Cuatro voces, en general, tienen acceso a tu mente y para oír a Dios necesitamos:

a) Silenciar la voz de otros.

b) Silenciar tu propia voz interior y clavarla en la cruz.

c) Silenciar la voz de Satanás en el nombre de Jesús.

d) Someternos a Dios y hacerle Señor.

¿Cuáles son las condiciones?

Dios ha establecido algunas condiciones para dar a conocer su voluntad.

Confianza: En que Dios existe, que es bueno y justo, y que desea lo mejor para

nosotros (He. 11:6).

Página 95


Obediencia: Es la mayor exigencia de la Biblia “Ciertamente el obedecer es mejor

que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1S. 15:22).

Sumisión: Estar dispuestos a obedecer. Esto requiere una actitud firme, porque

nuestra tendencia natural es hacer nuestra voluntad. Se cuenta que un joven elevó a

Dios una oración: “Señor, quiero servirte como misionero. Estoy listo a ir a

cualquier parte que tú me envíes, con tal que el sueldo sea bueno y el clima

agradable”. Esta actitud tragicómica se basa en dos mentiras: creer que sabemos

mejor que Dios lo que nos conviene y pensar que él no desea nuestra felicidad ni

nuestra salvación eterna.

¡Dios tiene grandes planes para tu vida!: Nosotros fuimos creados por Dios con un

propósito. Así como Dios separó desde el nacimiento a Isaías (Is. 49:1), Jeremías (Jer. 1:5)

y Pablo (Gál. 1:15) para un propósito, él también tiene un plan específico para tu vida.

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos

de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." (Jer. 29:11). La Biblia dice que la

voluntad de Dios es "buena, agradable y perfecta." (Ro. 12:2).

La voluntad de Dios, antes que nada, es que nosotros tengamos una relación con Él

mediante Su Hijo, Jesucristo: "Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro

Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la

verdad." (1Ti. 2:3-4).

Dios quiere que seamos discípulos de Cristo: Esto significa que los cristianos debemos

comprometernos a seguir la voluntad de Dios a diario, cualquiera que sea el costo. "Si

alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome arriba su cruz cada día y

sígame." (Lc. 9:23).

La Biblia nos ayudará a conocer la voluntad de Dios: "Lámpara es a mis pies tu Palabra

y lumbrera a mi camino." (Sal. 119:105).

Dios promete darnos sabiduría si la pedimos en oración creyendo que Él lo hará: A

veces sólo necesitamos pedir a Dios que nos de sabiduría para discernir su voluntad.

"Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos

Página 96


abundantemente y sin reproche, y le será dada." (Stg. 1:5). En Filipenses 4:6, Dios nos dice

que podemos orar por todo.

Dios nos ha dado el Espíritu Santo para que nos guíe: "Pero cuando venga el Espíritu

de verdad, él os guiará a toda la verdad (…)." (Jn. 16:13).

Debemos escuchar el consejo de mujeres y hombres santos de Dios: Muchas veces el

consejo de un padre, pastor, ministro de jóvenes, profesor de Escuela Dominical u otra

persona madura es justo lo que necesitamos oír para decidir qué es lo que Dios quiere que

hagamos. "El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es

sabio." (Pr. 12:15). "Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la

multitud de consejeros se afirman." (Pr. 15:22)

La Biblia dice que hay una paz que viene cuando agradamos a Dios: "Y el efecto de la

justicia será paz; y la labor de la justicia, reposos y seguridad para siempre." (Is. 32:17).

Debemos confiar que Él hará su voluntad en nosotros: "Fíate de Jehová de todo tu

corazón, y no te apoyes sobre tu propia prudencia; reconócelo en todos tus caminos, y él

enderezará tus veredas" (Pr. 3:5-6). "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en

vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Fil. 1:6).

Dios nos ha dado dones y capacidades para usarlas en su servicio: Dios siempre nos

equipa para hacer lo que él nos llama a hacer. Si usted no es talentoso en cierta área,

probablemente Dios no lo ha llamado a ministrar en esa área (Ro. 12:6-8; 1Co. 12:1-11; Ef.

4:11-13). Recuerde que el propósito definitivo de Dios para todos nosotros es que Él sea

glorificado (1Co. 10:31) y que el evangelio y el Reino de Dios se expanda (Gn. 50:20; Fil.

1:12).


1. Responda con sus propias palabras las siguientes preguntas.

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a) ¿En torno a quién debe girar la vida del cristiano?

b) ¿Por qué debemos buscar la voluntad de Dios?

c) ¿Por qué nuestro enfoque tiene que estar en Dios?

d) ¿Es posible escuchar la voz de Dios? De un ejemplo

e) ¿Cómo puedo escuchar la voz de Dios?

Página 98


f) ¿Qué significa la palabra voluntad?

g) Explique las diferentes definiciones de voluntad

h) ¿Qué necesitamos para oír la voz de Dios? y ¿cuáles son las cuatro voces

que penetran en la mente?

i) ¿Cuáles son las 3 condiciones básicas para conocer la voluntad de Dios?

Página 99


2. Diga si es verdadero o falso marcando con una equis (x).

Dios no tiene un plan para la vida de cada discípulo de Jesús.

F_

_ V__

Dios el Padre nos ama y quiere sólo lo mejor para nosotros.

F_

_ V__

Dios no quiere revelarnos su voluntad.

F_

_ V__

Dios quiere que nosotros escojamos ir por su camino.

F_

_ V__

Nuestra obediencia o desobediencia a la voluntad de Dios puede afectar a otras

vidas tanto como a la nuestra.

F_

_ V__

Para los hijos de Dios debería ser normal oír la voz de Dios. F_

_ V__

La Palabra de Dios ya nos ha sido dada para conocer su voluntad. F_

_ V__

Dios quiere guiarnos específicamente.F_

_ V__

Dios no quiere que vivamos como vivió Jesús.F_

_ V__

Debemos hacer que Jesús sea nuestro Señor y estar genuinamente dispuestos

a hacer su voluntad.

F_

_ V__

Debemos ser soberbios para oír la voz de Dios. F_

_ V__

Debemos confiar en Dios.F_

_ V__

Debemos tener un corazón impuro.F_

_ V__

Debemos menguar para que él crezca. F_ V__

Página 100


_

Debemos estar siempre interesados de que Dios nos hable.F_

_ V__

No hay que buscar oírlo.F_

_ V__

Debemos rechazar el pecado para oír la voz de Dios.F_

_ V__

Debemos movernos en fe para saber lo que Dios quiere.F_

_ V__

Tema 13GUERRA ESPIRITUAL

Cuando nacemos de nuevo pasamos del reino de las tinieblas al Reino de Dios. Antes

servíamos a Satanás (Jn. 8:42-47) pero ahora servimos a Dios. Él nos ha rescatado del

dominio de Satanás (Col. 1:12-24). Satanás no está

contento de que ya no le sirvamos e intentará

hacer todo lo posible para que volvamos a su

dominio. Parte de la guerra espiritual es resistir en

el poder de Dios los avances de Satanás y

mantenernos victoriosos sobre el maligno.

Otro aspecto de la guerra espiritual, tiene que ver

con la comisión que tenemos de hacer discípulos

(Mt. 28:19). Los pueblos del mundo están bajo el poder de Satanás (2Co. 4:4) y no

pueden ver la verdad, por tanto, para hacer discípulos necesitamos traer el poder de

Dios para salvación y liberación de la gente. Jesús obtuvo la victoria total (Col. 2:15),

sólo necesitamos vivir en ella.

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda

alrededor buscando a quien devorar” (1P. 5:8).

Página 101


Eso es exactamente lo que estamos viendo que hace el diablo, a través de sus

maquinaciones, ardides, artimañas, planes y propósitos, lo único que hace es tratar de

seducirnos y sorprendernos para sacarnos de nuestra posición y robar nuestra autoridad, y

de ese modo poder devorarnos. Su mismo nombre “diablo” nos revela su naturaleza y

tácticas que utiliza para vencernos. La palabra diablo es el término griego “diavolos” que

significa “acusador”, “calumniador” (de diaballo, acusar, calumniar). De ella se deriva la

palabra castellana “diablo”, y debiera aplicarse exclusivamente a Satanás, como nombre

propio.

Entonces vemos que el diablo está acusándonos constantemente con el propósito de

penetrar a nuestra mente. Quiere romper nuestra resistencia para después entrar y

destruirnos. Pero Jesús vino a deshacer las obras de Satanás. “Para esto apareció el Hijo de

Dios, para deshacer las obras del diablo” (1Jn. 3:8).

¿A cuál reino hemos sido llevados?

Al Reino de Dios, que es el poderoso reinado y dominio de Dios sobre toda vida. Jesús

y los apóstoles predicaron el Reino como buenas noticias (Mr. 1:15; Mt. 4:23; Hch.

8:12). El Reino de Dios viene a nosotros con poder para salvar, cambiar, sanar y

liberar (Mt. 4:23; 9:35; 12:28; Mr. 16:15-18). Ese poder es el Espíritu Santo que nos

da justicia, paz y gozo de Dios (Ro. 14:17; 1Co. 4:20).

¿Cuál es el reino de las tinieblas?

Satanás estableció un reino en oposición a Dios, al que intenta llevar a todo ser

humano. Ha tenido cierta medida de éxito debido a que logró que el pecado entrara al

mundo. Como cristianos, nuestra lucha es contra las fuerzas malignas de las tinieblas

(Ef. 6:12) y nuestro principal adversario es Satanás.

¿Quién es Satanás?

Satanás es un ser real (Lc. 4:1-13). Tiene un origen como el precioso ángel llamado

Lucero (Lucifer) que fue echado del cielo debido a su orgullo (Is. 14: 11-15; Ez. 28:12-

17). Se describe a Satanás de muchas maneras en la Biblia:

Página 102


- Nuestro enemigo (1P. 5:8).

- Tentador (1Tes. 3:5).

- Padre de mentira (Jn 8:44).

- Gobernador del reino del aire (Ef. 2:2).

- El maligno (1Jn. 2:14).

- Acusador (Ap. 12:20).

- Asesino (Jn. 8:44).

Actualmente todo el sistema mundial está en sus garras (1Jn. 5:11). Él es la fuente de

pecado, enfermedad y muerte. Tiene un reino de demonios (Mt. 12:24-28; 25:41; Lc.

11:24-26) que son inteligentes, activos, habitan en la tierra y en esferas celestes (Ef.

6:11-12). Satanás no es igual a Dios, ni es eficaz contra Dios. No omnisciente ni

todopoderoso.

Como creyentes estamos con Cristo (Ef. 2:6). Dios ha puesto todas las cosas bajo sus

pies (Ef. 1:20-22). Por lo tanto, como creyente tenemos autoridad sobre todas las

obras de enemigo ¡Somos más que victoriosos en Cristo!

¿Cómo nos ataca el enemigo?

No deberíamos ignorar los esquemas malignos de Satanás (2Co. 2:11). Debemos estar

consciente de que el diablo está constantemente tratando de destruir a los cristianos

(1P. 5:9). Es listo y astuto en sus tácticas (Ef. 6:11; Gn. 3:1-6) e intentará

derrumbarnos en cualquier momento. No es ningún caballero, en realidad suele

esperar hasta que estemos cansados, desanimados y tengamos la guardia baja para

atacarnos (Mt. 4:2-3). El principal campo de batalla está en nuestra mente: acusa

(Zac. 3), engaña (2Co. 11:14), tienta (1Tes. 3:5), miente (Jn. 8:44); inspira malos

pensamientos, confusión, dudas, temor, incredulidad, pereza, desesperación,

desánimo, entre otros. Estimula nuestros deseos carnales (Gál. 5:17). Satanás también

busca una entrada en la vida de la gente a través de sectas, drogas, idolatría, brujería

o cualquier otra práctica oculta. Usa a sus demonios para molestar a la gente (Lc.

13:10-1).

Página 103



1. De un breve resumen de la lección.

2. Responda las siguientes preguntas

a) ¿A cuál Reino hemos sido llevados?

Página 104


b) ¿Quién es Satanás?

c) ¿Cuál es el reino de Satanás?

d) ¿Cómo se le describe a Satanás en la Biblia?

e) ¿Cómo nos ataca el enemigo?

Página 105


Tema 14

GUERRA ESPIRITUAL II

Entre las funciones de Jesús en relación con la guerra

espiritual se incluyen:

1. Redimir al hombre del

pecado: mediante su muerte

somos liberados del yugo del

pecado en el cual el enemigo nos

había atrapado.

“Pues el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció” (2P. 2:19).

“Por tanto, también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la

libertad gloriosa de los hijos de Dios” (Ro. 8:21).

“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez

sujetos al yugo de esclavitud” (Gál. 5:1).

2. Autoridad sobre las fuerzas del enemigo: la muerte de Jesús no solamente nos liberó

del pecado, sino también resultó en triunfo sobre las fuerzas del mal. A causa de esto

tenemos autoridad sobre el enemigo. “Reuniendo a sus doce discípulos, les dio poder y

autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades” (Lc. 9:1).

Página 106


3. Destruir las obras del Diablo: “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las

obras del diablo” (1Jn. 3:8).

4. Intercesión por los creyentes: Jesús está a la diestra de Dios intercediendo por nosotros.

Esto significa que Él está hablando con el Padre a tu favor “Cristo es el que murió; más

aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también

intercede por nosotros” (Ro. 8:34).

Jesús venció a Satanás

- Refrenándole con la Palabra de Dios (Mt. 4:4).

- Librando aquellos a quien habría oprimido con enfermedades (Hch. 10:38).

- Demostraciones de poder del Espíritu Santo y el Reino de Dios (Mt. 12:28).

- Derrotando totalmente a Satanás y todos sus ejércitos en la cruz (Col. 2:15,

He. 2.14).

- Decidiendo el destino de Satanás una vez para siempre (Mt. 25:41).

Jesús comparte su victoria con su pueblo, dándonos la autoridad para derrotar a

Satanás en nuestra propia vida La razón por la que el Hijo de Dios apareció fue para

destruir las obras de Satanás (1Jn. 3:8).

Como venceremos a Satanás

1. Nuestra estrategia para la guerra

- Reconocer su actividad

- Rechazar sus avances

- Resistir sus ataques

- Reconocer donde está obrando Dios y hacer lo que Dios quiere que hagas

en esta situación.

Jesús dijo que sus discípulos echarían fuera demonios en su nombre (Mr. 16:16-17).

La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado cuando los confesamos a Dios (1Jn. 1:7-

9). Si vivimos en lo bueno de esta provisión de Dios, Satanás no podrá conseguir

Página 107


ningún asidero en nuestras vida (Ef. 4:27). La sangre de Jesús nos capacita para vivir

en victoria sobre Satanás (Ap. 12.11; Col. 2:15).

2. Nuestra armadura

Necesitamos vestirnos de toda la armadura de Dios

para poder estar firme ante los ataques del enemigo

(Ef. 6:10-18). Vestirse de esta armadura es como

vestirse del Señor Jesús (Ro. 13.14). Él sabe por lo que

pasamos porque siendo Dios se hizo hombre y fue

probado en todo pero sin pecar (He. 4:15). Cuando

Satanás vino a Él para tentarle, se mantuvo firme y

venció. Lo hizo, no en su autoridad como Dios, sino

como hombre bajo el poder del Espíritu Santo. Como discípulo de Jesús tenemos ese

mismo poder de nuestra parte (Fil. 4:13; Hch. 10:38).

¿Vivimos vestidos con el cinturón de la verdad? ¿Vivimos en la verdad y en la

realidad de Dios? Jesús es la verdad, morando en nosotros e inspirándonos para

vivir una vida veraz (Jn. 14:6).

¿Nos hemos vestido con la coraza de justicia? ¿Vivimos rectos ante Dios? Jesús

es nuestra justicia y debemos inspirarnos en él para vivir en rectitud (2Co. 5:21).

¿Están nuestros pies calzados con el apresto del evangelio de la paz?

¿Cumplimos la Gran Comisión de Jesús de ir y hacer discípulos por todas

naciones? Jesús es el príncipe de paz y es su evangelio el que llevamos (Is. 9:6).

¿Hemos tomado el escudo de la fe? ¿Vivimos una vida de fe confiando en Dios?

(He. 12:2).

¿Usamos el yelmo de la Salvación? ¿Sabemos que somos nacidos de nuevo y

somos hijos de Dios? Jesús es el capitán y autor de nuestra salvación (He. 2:10).

¿Hemos tomado la espada del Espíritu? ¿Conocemos que dice la Palabra de

Dios de quienes somos en Cristo? Jesús es la palabra viva y nos ha dado su

Palabra para que sea un arma activa en nuestra boca (He. 4.12; Jn. 1:14).

Página 108


¿Oramos en el Espíritu en toda ocasión? ¿Estamos abiertos a la guía y

motivación del Espíritu Santo? Jesús nos da acceso a nuestro Padre celestial y

por siguiente podemos presentar las cosas ante él en el nombre de Jesús (He. 4:1;

Jn. 14:13).

Nuestra arma para el ataque.

Tenemos la autoridad en Dios de defendernos y de ponernos a la ofensiva contra

Satanás. Para esto podemos usar:

- El nombre de Jesús (Hch. 16:18; Fil. 2:9-10).

- La Palabra de Dios (1Jn. 2:14; Ef. 6:17).

- El poder del Espíritu (Hch. 10:38).

Nuestra certeza de victoria

Más gracia sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor

Jesucristo (1Co. 15:57).

- Todo está puesto bajo los pies de Jesucristo porque gobierna sobre todo (Ef.

1.21-23) y nos da autoridad como creyentes (Mt. 10:1; Ro. 16:20; Lc. 10.19; Mt.

28:18-20).

- Aquellos que son nacidos de Dios son guardados por él (1Jn. 5.18; Ro. 8:37-39).

- El que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo (1Jn. 4:4).

- Hay poder en la sangre de Jesús y en nuestro testimonio (Ap. 12:11).

- Cuando resistimos al diablo él huirá de nosotros (Stg. 4:7).

Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: el que mi cree, las obras que yo hago, en las

hará también y aun mayores hará porque yo voy al Padre” (Jn. 14:12).

Como vivir una vida cristiana victoriosa

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1) Conociendo nuestra posición en Jesús y viviendo en su autoridad. Hemos sido

redimidos de la mano de Satanás. Estamos en la victoria total de Jesús (Ap.

12:11).

2) Ser llenos del Espíritu Santo y caminar en él no según los deseos de la carne

(Ef. 5:18; Ro. 8:5; 1Jn. 2:15-17).

3) Manteniéndonos lejos de prácticas ocultas. Si ya te has metido en estas

entonces renuncia y pide a Dios que te perdone por cada cosa en que le hayas

deshonrado.

4) Manteniendo crucificado nuestro yo (Gál. 2:20; Col. 2:11).

5) Llevando puesto un manto de alabanza (Is. 61:3).

6) Teniendo comunión con otros cristianos (He. 10:25; 1Jn. 1:7).

7) Cortando cualquier asociación con aquellos que nos llevarían de nuevo a

actividades pecaminosas (1Co. 5:11).

8) Resistir activamente a Satanás y rechazar su influencia (Stg. 4:7; Col. 3:8).

9) Llevar puesta toda la armadura de Dios (Ef. 6:10-18).


1. ¿Cuáles son las funciones de Jesús en la guerra espiritual?

2. Diga ¿de qué manera Jesús venció a Satanás?

3. ¿Cómo venceremos a Satanás?

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4. Analice brevemente la armadura en Dios

5. ¿Qué debemos usar ofensivamente contra de Satanás?

6. Nombre 5 puntos de cómo vivir victoriosamente en Cristo

Página 111


Tema 15 EL PERDÓN

Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados,

revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad,

amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a

otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así

como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.

(Col. 3:12-13. NVI)

No podemos, ni siquiera pensar que un cristiano decida voluntariamente no perdonar.

Todos los que hemos sido perdonados por Dios, no tenemos ningún derecho a negar el

perdón a nuestros semejantes. La Biblia dice que todos somos pecadores y que no hay ni un

justo delante de los ojos de Dios. Por su gracia y su amor hemos sido perdonados por medio

de Jesucristo su amado Hijo que dio su vida en el calvario. Ahora como creyentes somos

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aceptados como hijos de Dios y perdonados por todas aquellas cosas que hacíamos y que

desagradaban al Señor.

Puesto que Dios nos manda a perdonarnos, negarnos hacerlo es un acto directo de

desobediencia. Dicho de otra manera negarse a perdonar es un pecado mortal, un pecado

horrible. Recuerda, el perdón refleja el carácter de Dios. La falta de perdón es impiedad que

refleja todo lo opuesto al carácter de Dios. Eso significa que no perdonar es igual al pecado

de la fornicación, adulterio, ebriedad, robos, crímenes, entre otros.

¿Qué es el perdón?

Es el efecto o resultado del acto de perdonar. Entre las aceptaciones que la Real academia

Española emite para conceptuar este verbo tenemos que:

Perdonar (del latín “per” y “doñare”, dar) Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra

cosa que toque al que redime (…). Exceptuar a uno de lo que comúnmente se hace con todo

y la obligación que tendría por la ley general. Es sorprendente lo que nos dice un

diccionario secular, parecen palabras extraídas de un libro con mucho sentido espiritual.

Primeramente la raíz de la palabra tiene incrustada la acción de dar. Al perdonar estamos

ofreciendo un don, es decir un regalo. Cuando perdonamos las ofensas de los demás,

estamos extendiendo el mismo regalo que Dios nos ha dado, la remisión de nuestras faltas.

El perdonar es un acto reciproco, recibimos la gracia de Dios de manera tal que se la

manifestamos a los demás. Como todo don se recibe y ejerce para bien común y en la

medida que lo utilizamos también nos beneficiamos con más gracia. Esta es la manera

misteriosa de actuar nuestro Padre Celestial.

En este punto podemos expresar perfectamente el dicho común: nadie da lo que no tiene, es

decir, perdonamos porque hemos recibido en nuestras propias vidas el perdón de Dios.

Paradójicamente, también encaja la frase dando es que recibimos, dicho de la boca de

Jesús: “porque si perdonamos a otros sus ofensas, también los perdonara a ustedes su

padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a

ustedes las suyas” (Mt. 6:14-15).

Veamos lo que significan algunas palabras incluidas en la definición de la Real Academia:

Página 113


Remitir: (del latín “remitiré”) enviar una cosa a determinada persona de otro lugar.

Perdonar una pena, o liberar de una obligación. Dejar al juicio o dictamen de otro la

resolución de una cosa.

Redimir: (del latín “redimiré”) rescatar o sacar de la esclavitud al cautivo mediante precio

Si unimos estos conceptos ampliamos el significado diciendo también que cuando

perdonamos se transfiere de nosotros hacia Cristo el peso de la ofensa. Nuestras heridas se

vuelven una junto a las de Él, el poder de la sangre que emanó de él nos sana. Ya podemos

descansar en paz porque el castigo ya fue soportado (Is. 53:5) De esta manera el poder de la

sanidad y de la liberación se desata en nuestras vidas pues rompemos el clico que nos sujeta

a estos sentimientos que nos esclavizan por la herida del pasado. Damos (remitimos) a Dios

nuestro peso y de alguna manera hay redención de las ataduras que produce resentimientos.

Esta redención es tanto para nosotros como para nuestro prójimo, ya que somos libres de

nuestros sentimientos y hacemos libres a los demás de nuestra “sed de justicia” que en

realidad es una vergüenza disfrazada.

Al perdonar remitimos al Señor la deuda que esa persona tenia con nosotros por lo que

dictaminaba la ley natural del ojo por ojo y diente por diente (Éx. 21:24) y comenzamos a

reconocer que solo del Señor es la justicia. “Si es posible y en cuanto a ustedes, vivan en

paz con todos. No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de

Dios porque está escrito: Mía es la venganza, yo pagaré. Dice el Señor” (Ro. 12:18-19).

El perdón es un acto de fe. Al perdonar a otra persona, estoy confiando en que Dios es

mejor que yo para hacer justicia. Al perdonar, renuncio a mi propio derecho de vengarme,

y dejo todos los problemas de equidad en manos de Dios, para que Él los resuelva. Dejo en

sus manos la balanza que deberá hacer equilibrio entre la justicia y la misericordia.

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1. Explique ¿por qué el cristiano debe perdonar?

2. ¿Qué es el perdón?

3. El perdón es un don y un acto de fe. Explique

4. ¿Qué es redimir?

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5. ¿Qué es remitir?

6. Escriba un ejemplo de la Biblia sobre el perdón y

explique

Tema 16

ADORACION Y ALABANZA A DIOS

El libro de los Salmos en su capítulo 22:3, nos habla de que Dios habita en medio de las

alabanzas de su pueblo. La alabanza es la forma de expresión de los cristianos para darle la

gloria y la honra al Señor. A través del cuerpo se alaba a Dios danzando, remolineando,

gritando de júbilo, saltando, aplaudiendo, cantando. Por otro lado, la alabanza es la

expresión que lleva a la presencia de Dios. Es una estrategia de Dios para dar victorias,

como lo fue para Israel, que bajo la guianza del Espíritu Santo y a través de la alabanza, se

derrumban los muros de Jericó (Jos. 6:5).

La adoración es rendir un culto sagrado, reverenciar con sumo honor a Dios. Según el (He.

y el griego, podemos añadir que es postrarse, inclinarse, reverenciar, servir, obedecer. La

primera vez que la palabra adoración aparece en la Biblia es en el Antiguo Testamento,

cuando Abraham va a entregar a su hijo para ofrecer adoración a Dios (Gén. 22:5). En

ningún momento encontramos música en este pasaje, esto quiere decir que adorar más que

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incluir instrumentos musicales implica obediencia a Dios, es una forma de vida dispuesta a

hacer la voluntad de Dios. Por otro lado, en (Lc. 4:7 el enemigo le pide al Señor Jesús la

máxima manifestación que el hombre puede darle a cualquier otro ser “si postrado me

adoras”. Aquí la palabra griega es proskuneo significa adorar, besar la mano (como un

perro lame la mano de su amo), caer sobre las rodillas y tocar el suelo con la frente como

una manifestación de la reverencia profunda, arrodillarse o postrarse para dar homenaje o

hacer reverencia.

La adoración es la actitud o la intención interna del corazón del hombre para Dios,

entendiéndose la obediencia, el servicio, la rendición y el amor. Es decir, la adoración no

implica un tiempo específico del culto a Dios sino una forma de vida, un estilo de vida de

una persona que tiene comunión con Dios. Por ello, el Señor anda buscando adoradores en

espíritu y en verdad porque es el Espíritu Santo el que preparará nuestra vida para adorar a

Dios de esa manera, operando en nuestro espíritu. Debemos recordar que la forma en que

Dios nos permite tener comunión con Él es de Espíritu (de Dios) a espíritu (Jn. 4:24).

Lea y analice los siguientes versículos: (Jn. 4:23-24; He. 13:15; Sal. 100:4; Ef. 5:19-20;

Ro. 12:1; Col. 3:16-17; 1Pedro 2:9.

La palabra “alabanza y la adoración” cubren toda nuestra respuesta de amor y

aprecio al Señor. Resumen nuestra razón de vivir (Is. 43:21; Ef. 1:6, 12,14).

Debemos agradecer a Dios por lo que nos dado.

Debemos alabar a Dios por lo que ha hecho por nosotros

Debemos adorar a Dios por quien es para nosotros

Necesitamos siempre tener un corazón agradecido con él, que ha hecho tanto por

nosotros y nos regalo la salvación (Sal. 100:4). De hecho, Pablo nos exhorta a

regocijarnos en el Señor siempre (Fil. 4:4). Dios nos ama, se preocupa por nosotros y

quiere que lo sepamos. Desde un corazón agradecido podemos darle gracias y

adorarle en espíritu y verdad.

Página 117


¿Qué es la alabanza?

Es “elogiar, celebrar con palabras” o “hablar bien de algo o de alguien”. En (He. la palabra

es “Tehilah” y proviene de “Halal” que significa alabar, celebrar, enaltecer, gritar,

vociferar, brincar, hacer un show, glorificar.

Reconocer quien es Dios (Sal. 104:1-35; 1Cr.).

Reconocer a Dios por todo lo que ha hecho por nosotros (Sal. 25:8; Is. 25:1).

Ensalzar a Dios (Dn. 4:34-37).

Magnificar a Dios (Lc. 1:46; Hch. 10:46).

Glorificar a Dios (Ap. 15:4; Sal. 29:1).

¿Por qué debemos alabar a Dios?

Dios es entronado en la alabanza de su pueblo (Sal. 22:3).

La alabanza exalta los grandes (Hch. de Dios tanto ahora como en el pasado (Sal.

4:5, 98.1; Éx. 15:6).

La alabanza proclama la grandeza y majestad de Dios al mundo (Sal. 66:5-8).

La alabanza libera la bendición de Dios (Sal. 149:6-9; 2Cr. 20:12-22).

Dios creó al hombre para que le alabase (Is. 43.21; Ef. 1:3-14).

Hemos sido instruidos para alabar a Dios (Ef. 5:18-20; Sal. 146:1; 100:4).

La alabanza es un sacrifico que agrada a Dios (He. 13:15-16; Sal. 107:21-22; 2S.

24:24).

Dios es digno de recibir nuestra alabanza (Ap. 5:9-14).

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¿Qué es la adoración?

Apreciar a Dios por que Él es digno (Ap. 4:11; 5:12). La palabra hebrea para

“adoración” son “segad” y “shachah” y significa “inclinarse”. También llevan en su

significado la idea de una relación entre un perro y su amo, es decir , amor ,

adorador,. La palabra griega principal traducida como adoración es “proskuneo” y

significa “besar la mano; rendir “homenaje o reverenciar”. La adoración bíblica tiene

entonces el significado implícito de la adoración desinteresada de un ser mayor.

Jesús derramó su sangre para darnos el privilegio de adorar al Padre (He. 10:19-22).

A través de Jesús, todos los creyente llegan a ser un sacerdote de Dios, es decir,

aquellos que presentan el pueblo de Dios, a Dios, y Dios al pueblo (Ap. 1:6; 1P. 2:9).

Debemos poner a Dios primero y la adoración es una expresión de esto. Adorar a Dios

no es sólo cantar. En efecto, como discípulos de Jesús todo lo que hacemos (nuestro

trabajo, actividades de ocio, estudio, vida familiar, etc.) deben ser un acto de

adoración a Dios. La verdadera adoración a Dios involucra dar el 100% de nuestra

vida. La adoración a Dios es un estilo de vida que da gloria a Dios.

La adoración es lo que busca el Padre

Jesús dijo: “Mas la hora viene, y es, cuando los verdaderos adoradores adoran al Padre

en espíritu y verdad: porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios

es Espíritu: y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn.

4:23-24).

Nota que este pasaje enseña cinco puntos:

1. Adorar al padre

Como hijos e hijas redimidos, le amamos porque primero él nos amó (1Jn.

4:19).

2. Adoración desde nuestro espíritu

Esto significa que debemos nacer de nuevo del Espíritu Santo si hemos de

adorar a Dios aceptablemente. Nuestra adoración a Dios debería ser llevada e

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inspirada por el Espíritu Santo, sólo Él sabe adorar a Dios (1Co. 2:10-16; Jn.

16:13-15).

3. Adoramos desde nuestro corazón

La palabra griega traducida como “verdad” es “aletheia” la cual también

significa “realidad”. Necesitamos ofrecer nuestra más sincera adoración a Dios

(Mt. 15:8-9). Necesitamos expresar la melodía en nuestro corazón (Ef. 5:19) y

el gozo que Jesús nos da (Lc. 1:16-47).

4. Adoramos con nuestro entendimiento

Porque Dios nos conoce personalmente (Jn. 4:22; Hch. 17:22-23; 1Co.14:15).

5. Adoramos voluntariamente

Porque le amamos y la adoración es parte de nuestro agradecimiento.

La adoración es una prioridad en el cielo. Siempre que veamos una imagen de Dios en

la Biblia, vemos la adoración en desarrollo (Is. 6:1-5; Ap. 4:6-11; Ez. 47:1-12). La

adoración da lugar al dominio de Dios y la forma de adoración no es la cuestión en si,

lo importante es que la vida de Dios está en nuestra adoración.

¿De qué manera podemos ofrecer alabanza y adoración a Dios?

Con palabras (Sal. 9:1).

Con gritos (Sal. 95:1).

Con inclinación (Sal. 95:6).

Con cántico (Sal. 33:1; 104:33).

Con baile (Sal. 149:3; 150:4).

Con las manos alzadas (Sal. 134:2).

Con instrumentos (Sal. 98: 4-6; 150:3-5).

Con todo nuestro estilo de vida (Ro. 12:1; Fil. 1:2; 1Co. 6:20; Ef. 5:20; 1Tes. 5:16-

18).

En el espíritu (1Co. 14:15).

Con salmos, canciones (Ef. 5:19-20).

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Pregunta y punto de discusión

1. Explique con sus propias palabras el Salmo 22:3

2. ¿Qué es la alabanza y la adoración?

3. ¿Qué diferencia hay en alabar y adorar?

4. Nombre 5 razones del porqué alabar a Dios

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5. Explique ¿Por qué el Padre busca adoración?

6. Nombre 5 maneras con las que podemos alabar y adorar a Dios

7. ¿Qué es adoración desde nuestro espíritu?

8. ¿Qué es adorar desde nuestro corazón?

9. ¿Qué significa adorar con el entendimiento?

10. ¿Por qué adoramos voluntariamente?

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11. Diga las formas de ofrecer alabanza y adoración.

Tema 17

SOMOS MAYORDOMOS DE NUESTRA VIDA

Los cristianos reconocemos que todo lo que tenemos y todo lo que somos nos lo ha dado

Dios. Así todo lo usamos de acuerdo a su voluntad como

quienes le han de dar cuenta en el día final. “Ahora bien,

se requiere de los administradores, que cada uno sea

hallado fiel” (1Co. 4:2), “¿O ignoráis que vuestro cuerpo

es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el

cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio;

glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”

(1Corintios 6:19-20).

Definición de mayordomo

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Criado principal encargado del gobierno económico de una casa o hacienda.

Administrador de la casa y las finanzas de un rey en la Edad Media.

Un mayordomo cristiano es aquel que ha aprendido a vivir para su Señor. No nos

pertenecemos a nosotros mismos porque hemos sido comprados con el precio de su sangre

derramada en la cruz por nuestros pecados. El mayordomo cristiano reconoce que su Señor

es primero que todas las cosas. La vida cristiana en su totalidad está dedicada a Cristo. Esta

es la verdadera mayordomía cristiana. "De manera que cada uno de nosotros dará a Dios

cuenta de sí" (Ro. 14:12).

El precio pagado por nuestra redención, la sangre de Cristo, es tan precioso que estamos

dispuestos a darle a Dios nuestra vida entera, sirviéndole con nuestro tiempo, nuestros

talentos, y nuestras cosas. “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de

vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,

sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin

contaminación” (1P. 1:18-19). “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de

Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es

vuestro culto racional” (Ro. 12:1).

Ciertamente todo cristiano es un mayordomo de Dios, porque de él ha recibido la vida, las

habilidades personales que posee y las posesiones materiales con que cuenta y de todo ello

tendrá que darle cuenta tarde o temprano. Dios es el creador, sustentador, dueño y Señor de

todo lo que existe en el universo. Desde de principio de la creación Dios dio al hombre el

privilegio de disfrutar de cuanta cosa había a su alrededor. Le puso como señor y

mayordomo de todo lo creado, pero el hombre pecó, mas Dios con su amor envió a su Hijo

para restaurar al hombre. Le pertenecemos por derechos de creación y somos suyos por

derechos de redención, y esta mayordomía tiene mucho que ver con nuestro ser.

Debemos ser vigilantes en cuanto a la consagración y la santificación de nuestra vida a fin

de decir como el apóstol Pablo: “(…) ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gál. 2:20).

El hombre un mayordomo

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¿Qué lugar ocupa el hombre? Nacemos para administrar lo que es de Dios. Él lo puso a

administrar sus obras, fructificar-multiplicar-señorear la tierra, que labrara y cuidara del

huerto, que colocara nombre a los animales. Esta mayordomía continúa hasta el día de hoy

y llegará el día que rendiremos cuenta de todo lo que Él nos dio para administrar, sea

mucho o sea poco, sea bueno o sea malo.

“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que Tú formaste... Digo:

¿Qué es el hombre y el hijo del hombre para tú lo visites? Le hiciste señorear sobre las

obras de tus manos, todo lo pusiste debajo de sus pies” (Sal. 8).

¿Dónde comienza la administración?

En nuestro propio ser:

No sois vuestros, habéis sido comprados por precio (1 Co. 6:19-20).

Debemos cuidarlo nuestro cuerpo, es el templo del Espíritu Santo, mantenerlo

saludable y limpio, darle comida sana y descanso, tratarlo bien y vestirlo con

sencillez (1Co. 6:20; Ro. 12:1).

En nuestra lengua (Stg. 3:2-5).

En la Mente.

En el Espíritu: “Aunque nuestro cuerpo se va desgastando, nuestro espíritu se

renueva día a día” (2Co. 4:16).

Dios nos ha dado riquezas para desarrollarnos

El Espíritu Santo (Hch. 1:8).

La Biblia: Un gran tesoro inspirado por Dios (Jn. 5:39).

La Iglesia: Donde no debemos dejar de congregarnos (He. 10:25).

La Oración: Arma poderosa en nuestras manos (1Tes. 5:17).

Debemos administrar el tiempo que Dios nos da

Hay un proverbio que dice que el tiempo es oro. Así debemos valorarlo, “Aprovechando

bien el tiempo porque los días son malos” (Ef. 5:16). Matusalén fue el hombre que más

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vivió sobre la tierra y no hizo nada importante; Cristo en tan solo 3 1/2 años transformó el

mundo para siempre.

Mayordomía de los bienes

Toda riqueza que tengamos, desde un vaso con agua, hasta una propiedad son de

Dios y debemos administrarlos con sabiduría, poniéndolas a su disposición.

¿Qué es el dinero? Es la expresión de los bienes. Todo capital o bien se traduce en

dinero. El dinero expresa el capital poseído. El dinero expresa el valor del bien.

¿Qué representa el dinero? Trabajamos una cantidad de horas por día, gastando

tiempo y vida ¿Para qué? Para recibir un sueldo o jornal. Es parte de nuestra vida;

invertimos tiempo, para recibir dinero. El dinero representa vida. Cuando damos

dinero, damos parte de nuestro tiempo y vida.

¿Condena la Biblia ganar dinero? ¡No! Pero si enseña que debemos ganarlo con

honradez (Tit. 1:7).

¿El dinero es la raíz de todos los males? ¡No! El amor al dinero si lo es (1Ti. 6:7).

“¡Cuidado! Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y son

traspasados de muchos dolores. No te afanes en hacerte rico; se prudente y desiste”

(Pr. 23:4).

El dinero está bien puesto en la billetera, pero mal puesto en el corazón.

El crecimiento material debe ir acompañado con el espiritual (Job 1:1-3) y nunca

debemos recurrir a tácticas mundanas para hacer más dinero. Dios quiere bendecirte

y la prueba está en Isaac que sembró y cosechó ciento por uno (Gn. 26:3, 12-14).

Dios quiere honestidad en nuestras ganancias. El asunto no es ganarlo... Sino como

lo ganamos.

¿Agradará al Señor la ofrenda que traigas, producto de robo, estafa, juegos ilícitos,

o venta de drogas?

¡Dar dinero bien ganado es dar parte de nuestra vida!

Un buen mayordomo pide a Dios sabiduría para gastar, el malo, gasta todo

desordenadamente.

Jesús enseñó economía: Junten lo que sobró para que no se pierda nada (Jn. 6:12).

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Debemos ayudar a otros con la abundancia que Dios nos da (Is. 58:7-10;

Stg. 2:15-17).

Reconociendo al dueño

¡Dar es una gracia! Pablo la coloca en una buena altura (2Co. 8:1-7), algunos argumentan

¿Para qué dar dinero al Señor?

Porque a Él le pertenece todo “Todo es tuyo y de lo recibido de tus manos te

damos” (1Cr. 29:14; Hag. 2:8).

Porque Dios establece dar “Cada uno de como propuso en su corazón, Dios ama al

dador alegre” (2Co. 9:7).

Porque el hombre necesita dar “Dando (...) escapa de la codicia y avaricia” (Mt.

13:22; Lc. 18:22-24).

Porque Dios quiere bendecir al dador y a su dádiva: porque más bienaventurado es

dar que recibir (Hch. 20:35; Ecl. 11:1).

El amor nos impulsa a dar.

Pregunta y punto de discusión:

1. ¿Qué es mayordomía?

2. Explique con sus propias palabras los siguientes textos: 1Corintios 4:2; 6:19-20.

3. ¿Qué misión tuvo el hombre en la creación?

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4. ¿Cuál es el propósito de la restauración del hombre?

5. ¿Por qué nacemos para administrar?

6. ¿Dónde comienza nuestra riqueza?

7. ¿Qué riqueza nos dio nuestro Padre celestial para administrar?

8. ¿Por qué hay que desarrollar las riquezas?

9. Nombre algunos textos que indique la mayordomía de nuestros bienes y

explíquelos.

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10. ¿Qué es la mayordomía?

11. ¿Qué representa el dinero? Fundamente con textos bíblicos.

12. ¿Quién es el dueño de todas las cosas?

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Tema 18

APRENDER A GLORIFICAR A CRISTO CON NUESTRAS RELACIONES

PERSONALES ¿Alguna vez has sentido algo muy bonito que crece dentro de

tu corazón y que pareciera que va a estallar si no lo sacas

afuera? ¿Alguna vez sentiste que se te acaba el mundo

cuando tu mejor amigo no te habla bien o está enojado

contigo? ¿Alguna vez pensaste querer a alguien tan diferente

a ti? Pues bien, así es la AMISTAD.

¿Sabías que la amistad es el sentimiento más grande que

existe en toda la Tierra? El Jesús lo dijo en Juan 15:13. ¿Sabías que los papás también

pueden llegar a ser los mejores amigos? Es una realidad: Jesús les dice a sus discípulos que

si cumplen con sus mandatos, ellos permanecerán en su amor, tal como Jesús permanece

dentro del amor de Su Padre. Nosotros, como hijos de Dios, tenemos las mismas

Página 130

E


oportunidades de experimentar el amor que solamente el Padre puede dar, y eso a través de

Jesucristo. El Señor nos manda a amar a las personas, de la misma manera que Él nos ha

amado. Si obedecemos, entonces llegamos a ser amigos de Dios como Moisés y Abraham

son llamados amigos de Dios. En el NT, los apóstoles del Señor, llegaron a ser amigos de

Dios.

En la actualidad, cada uno de nosotros podemos llegar a ser amigos cercanos del Dios

Todopoderoso ¿Qué se necesita para ser amigos de Dios?

Amor (Jn. 15:11).

Obediencia (Jn. 15:14).

Santidad (Jn. 15:15).

Frutos (Jn. 15:16)

Si tenemos estas cualidades, podemos llegar a ser amigos del Señor Jesucristo, sin lugar a

dudas. Jesús es el mejor amigo que podamos tener. Cuando cultivamos la amistad de Jesús

nuestra relación con los demás es cristocéntrica. Observa los siguientes círculos:

Persona no cristiana:

Con temor, preocupación, pecado, Cristo

fuera de su corazón. Buscando lo suyo propio.

Las amistad entre dos individuos no cristianos

hace que tomen caminos opuestos y que no se

cumpla el plan perfecto de Dios para lo cual

fueron creados.

Persona cristiana:

Espiritual, con poder, paz, gozo, y propósito

en su vida. Invitó a Cristo a ser su Señor y

Salvador, cediendo su trono de su vida. La

amistad entre dos individuos cristianos es de

Página 131

E


total compenetración, sus egos están

sometidos a Cristo

Persona cristiana carnal:

El ego, o sea el Yo habitualmente trata de controlar

nuevamente nuestra vida, cuando esto sucede muchos de

los antiguos síntomas se manifiesta otra vez, tiene

temor, preocupación, pecado. Este cristiano busca sus

propios intereses, tiene discordia con sus hermanos, se siente a

disgusto en presencia de un cristiano espiritual. Esto porque los cristianos espirituales

gozan de manera completa de todas sus relaciones sociales, ya que la base de ellos es el

amor de Dios.

CRISTO EGO ASUNTOS PERSONALES

Al ver las características del cristiano, no cristiano y hombre carnal podemos notar que para

tener una relación de amistad fructífera y como Dios quiere debemos de vivir en los

lineamientos de Cristo y de esta manera podremos influir de una manera positiva en los

demás. Debemos recordar que la iglesia primitiva tuvo un crecimiento rápido y sólido por

la comunión que había entre sus miembros. Estos creyentes se deleitaban en el partimiento

del pan, que probablemente consistía de una comida fraternal, junto a la cena del Señor y en

periodos regulares de oración en conjunto.

Es importante que las personas estén de acuerdo para estar juntos (Am. 3:3). Por ejemplo,

al casarse un cristiano con una incrédulo hace una alianza desigual que debe ser evitada

(2Co. 6: 14-16). Para disfrutar de una unión feliz el creyente debe aliarse a alguien cuyo

ideal y propósito se centren en Jesucristo. No debemos entrar en ninguna componenda o

asociación íntima con alguien cuyo centro no sea Cristo. Si tenemos una amistad que no

vive los preceptos de Cristo nuestro deber es de invitar a esa persona para que conozca de

Cristo y pueda caminar como nosotros caminamos en una vida Cristo céntrica

E

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1. ¿Por qué Jesús es nuestro amigo fiel?

2. ¿Por qué la amistad es el sentimiento más grande que existe en la tierra?

3. ¿Qué necesitamos para ser amigos de Dios?

Página 133

E E


4. Explique con sus propias palabras los círculos

5. ¿Cómo podemos desarrollar una buena amistad?

Tema 19

LAS RELACIONES EN LA IGLESIA

John Wesley dijo una vez: “La Biblia no sabe nada de la religión solitaria”. El cristianismo

es un estilo de vida de comunión. Seguir a Cristo significa amor, rectitud y servicio, y estas

cosas sólo se pueden alcanzar por medio de las relaciones sociales que se encuentran en la

Iglesia. Nada puede ocupar el lugar de asistir a la Iglesia.

La comunión del Espíritu Santo

Esto es una actitud de corazón y mente. Es la expresión de un vínculo en Cristo Jesús entre

creyentes cristianos que va más lejos de los lazos naturales de familia o amistad. Los

cristianos hemos nacido por la fe y estamos unidos por la sangre de Jesús (Gál. 3:26-28).

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Somos lo que somos por la obra de Dios en nosotros por medio del Espíritu Santo (Fil. 2:1-

2; 2Co. 13:14).

¿Cuál debería ser nuestra actitud los unos con los otros en el cuerpo de Cristo?

1. Amarnos (Jn. 13:34-35; 15:12,17; 1Tes. 3:12; 4:9; 1P. 1:22).

2. Animarnos (1Tes. 4:18; He. 3:13; 10:25).

3. Estimularnos hacia el amor y buenas obras (He. 10:24).

4. Fortalecernos (1Tes. 5:11).

5. Edificarnos (Ro.s 14:19).

6. Amonestarnos (Col. 3:16).

7. Instruirnos (Ro. 15:14).

8. Servirnos (Gál. 5:13; 1P. 4:10).

9. Soportarnos (Ef. 4:2; Col. 3:13).

10. Perdonarnos (Ef. 4:2; Col. 3:13).

11. Ser amables unos con otros (Ef. 4:32).

12. Tener compasión unos por otros (Ef. 4:32; 1P. 3:8).

13. Honrarse y ser leales los unos a los otros (Ro. 12:10).

14. Vivir en armonía los unos con los otros (Ro. 12:16; 1P. 3:8).

15. Orar unos por otros (Stg. 5:16).

16. Llevar las cargas unos con otros (Gál. 6:2).

Cosas que no hay que hacernos los unos a los otros en el cuerpo de Cristo

1. No mordernos ni devorarnos (Gál. 5:15)

2. No provocarnos ni envidiarnos (Gál. 5:26)

3. No odiarnos (Tit. 3:3)

4. No juzgarnos (Ro. 14:13)

5. No mentirnos (Col. 3:9)

6. No calumniar ni hablar mal (Stg. 4:11)

7. No murmurar (Stg. 5:9)

8. No ir a juicio unos contra otros (1Co. 6:1-8)

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Preguntas y puntos de discusión:

1. ¿Haces alguna cosa que irrita al grupo con el que estas o en tu casa? Y si es así,

¿Cómo puedes mejorar?

2. Haz una lista de cómo puedes expresar compromiso hacia otros (Fil. 2:4). Pide al

Señor que te llene con su amor para que no te impacientes por servir a otros.

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3. En nuestra iglesia existen hermanos que se sientes solos ¿Debería ser esto así?

¿Qué podemos hacer en este aspecto?

4. Marque con una equis (x) la respuesta correcta.

¿Cuál debería ser nuestra actitud los unos con los otros en el cuerpo de Cristo?

___Odiarnos

___Animarnos

___Estimularnos hacia el amor y buenas obras

___Debilitarnos

___Edificarnos

___Instruirnos

___Servirnos

___Soportarnos

___Guardarnos rencor

___Ser amables

___Tener compasión

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___Honrarnos y ser leales

___Vivir en armonía

___Orar unos por otros

___Llevar las cargas unos con otros

Tema 20

LA AUTORIDAD EN LA IGLESIA DE CRISTO

Escritura clave: He. 13:7,17; Ef. 4:7-16; 1P. 5:1-5; Ro. 12:4-8; 1Ti. 5:17; 1Ti. 3:1-13; 13:1-

7; 1Tesalonicenses 5:12-13.

¿Qué es la autoridad? (Ro. 13: 1-7).

Es la potestad de dirigir u ordenar, inherente o delegada. Lo absoluto es la voluntad de

Dios. Hay dos cosas importantes para nosotros: la confianza en la salvación de Dios y la

obediencia a la autoridad. El pecado es una cuestión de conducta, pero la desobediencia

deliberada es una actitud del corazón. Como hijos de Dios lo primero que debemos

experimentar es un encuentro con su autoridad. Antes de trabajar para él, tenemos que ser

sumisos a su autoridad.

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El Señor Jesús da tales personas como siervos a la Iglesia.

1. Para equipar o preparar a creyentes para el servicio en el reino de Dios.

2. Para que sean causantes de que la Iglesia sea edificada y que crezca

numéricamente.

3. Para traer a los creyentes a la madurez, tanto individualmente como corporalmente.

4. Para unir a la iglesia en la fe.

El liderazgo es el orden de Dios para movilizar a la Iglesia y capacitarla para logar sus

propósitos. Los líderes deben guiar responsablemente a los que están bajo su cuidado, a un

lugar donde estén tranquilos, consecuentes, comprometidos y gozosos; íntegros y

completos en Cristo, continuado y viviendo en la Palabra de Dios.

Autoridad y sumisión espiritual

1. Jesucristo es Señor y es Cabeza de la Iglesia (Ef. 1:22-23).

Dios ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra a Jesús (Mt. 28:18) y él, delega su

autoridad a los líderes espirituales calificados en su Iglesia. Es una autoridad “dada” y los

lideres deberían trabajar en la iglesia como siervos, guiando con el ejemplo (1 Pedro 5:1-3).

2. Dios pide que obedezcamos a nuestros líderes y que nos sometamos a ellos (He.

13:17; 1Ti. 5:17).

Esta no es una sumisión gravosa, sino que es una sumisión que surge de un respeto y

reconocimiento de la postura del líder ante Dios.

3. La sumisión es una actitud de corazón, no una postura de esclavitud.

Someterse es colocarse voluntariamente bajo el cuidado, protección y guía de tus líderes.

Esta sumisión también trae bendición, porque aquellos que están bajo autoridad encontrarán

que ellos también la reciben (Mt. 8:9).

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1. ¿Qué es la autoridad?

2. ¿Para qué Jesús constituyó servidores en su obra?

3. Explique brevemente lo que hace un líder en la iglesia.

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4. ¿Qué es la sumisión?

Tema 21

DISCIPLINAS EN LA VIDA Y EN LA IGLESIA

La palabra disciplina se traduce de dos palabras griegas. La primera es “sophronismos” que

significa “salvar la mente”, es un llamamiento a la salud mental o al autocontrol; la segunda

palabra es “paideuo”, que se traduce como “castigo” o “crianza” y principalmente denota

“enseñanza o instrucción de un niño”.

Disciplina en la vida

1. Dios disciplina a los que ama

Para traernos bendición; por tanto no debemos despreciar la disciplina del Señor (Job

5:17).

Por nuestros pecados (Sal. 39:11).

Para hacernos descansar en los días de aflicción (Sal. 94:10-13).

Por juicio (1Co. 11:32).

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Para que no seamos condenados con el mundo (1Co. 11:32).

Porque nos acepta como hijos suyos (He. 12:5-7).

Para nuestro bien para que compartamos en su santidad (He. 12:10).

Porque la disciplina produce en aquellos que en ella han sido ejercitados, un fruto

apacible de justicia (He. 12:11).

2. Dios disciplina a las naciones

Hablándoles (Det. 4:36; Jonás 1:2).

Porque merecen castigo (Sal. 94:10; Jer. 30:11).

Porque le dan la espalda a Dios y no la cara (Jer. 32:33).

Sólo con justicia (Jer. 46:28).

3. Dios espera que disciplinemos a nuestros hijos

“El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo

corrige” (Pr. 13:24).

“Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para

destruirlo” (Pr. 19:17).

4. Dios espera que llevemos una vida de disciplinada (Pr. 23:23).

Para que podamos ser un ejemplo a nuestros hijos y a la próxima generación de

creyentes (Det. 11:2).

Para que no seamos esclavizados por las cuerdas del pecado (Pr.5:22).

Porque la disciplina es una forma de vida (Pr. 6:23).

“Porque el que ama la disciplina ama el conocimiento, y el que odia la corrección es

estúpido” (Pr. 12:1).

“Porque la disciplina ignorada lleva a la pobreza y vergüenza, pero todo el que haga

caso a la corrección es honrado” (Pr. 13:18).

“Porque el que ignora la disciplina se menosprecia a sí mismo, pero todo el que haga

caso a la corrección gana entendimiento” (Pr. 15:32).

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Disciplina en la iglesia

La Biblia nos da líneas de guía claras respecto a la disciplina en la iglesia:

”Camino a la vida es guardar la instrucción; pero quien la desecha la represión, yerra”

(vaga, deambula) (Pr. 10:17).

“La reconvención es molesta al que deja el camino; y el que aborrece la corrección

morirá” (Pr. 15:10).

Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Más si no te oyere, toma aún contigo a unos o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la Iglesia; y si no oyere a la Iglesia, tenle por gentil y publicano (Mt. 18:15-17).

“Hemos de juzgar a los que están en la Iglesia y Dios juzgará a los que están fuera de

ella” (1Co. 5:12-13).

“Todo asunto debe ser establecido por el testimonio de dos o tres testigos” (2Co. 13:1).

“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,

restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tu

también seas tentado” (Gál. 6:1).

“Mantente lejos de los vagos y aquellos que no viven según las enseñanzas de la Palabra

de Dios” (1Tes. 5:14; 2Tes. 3:6).

“No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre” (1Ti. 5:1).

“Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos. A los que persisten

en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman” (1Ti. 5:19-20).

“Al hombre que causa divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo

que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio” (Tit. 3:10-11).

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1.- ¿Necesitamos la disciplina para estar firmes en la fe? (Tit. 1:13)

3.- ¿Quién sufre disciplina? (Heb. 12:7-8)

4.- ¿Por qué es tan importante la disciplina en la Iglesia? (1Co. 5:6-7)

5.- ¿Por qué Pablo “entrego a Satanás” a algunas personas para disciplinarlas en la

esperanza de restaurarles a justicia? (1Co. 5:5; 1Ti. 1:20).

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6.- ¿Cuál debería ser la motivación detrás de la disciplina en la Iglesia? (1Co. 13:1-8).

Tema 22

EL DISCÍPULO DE CRISTO ESTÁ LLAMADO

A LA GRAN COMISIÓN

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones (…)” (Mt. 28:19).

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mr. 16:15).

“Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las

naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lc. 24:47).

Inicialmente la Gran Comisión empezó en la persona de Jesús cuando predicó por primera

vez en Israel, su predicación tuvo gran significado para los judíos y para el mundo entero.

Jesús encargó la Gran Comisión a todos sus discípulos. La Gran Comisión es el plan de

Dios para la humanidad donde sus discípulos llevarán las Buenas Nuevas de Salvación a

todos aquellos que nunca la han escuchado.

1. El primer comunicado de la Gran Comisión

“Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes” (Jn. 20:21).

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Los discípulos estaban con miedo. Los días anteriores habían sido tumultuosos y emotivos;

tal vez se preguntaban qué les deparaba el futuro. Su miedo se transformó en alegría cuando

Jesús apareció entre ellos. Jesús los saludó dos veces con una fórmula hebraica de paz.

Luego les dio una orden directa.

El primer comunicado de Jesús acerca de la Gran Comisión enseña a los cristianos que la

iglesia no debe esperar a que la gente llegue a ella, la Iglesia debe ir a la gente. Jesús no

declaró como el Padre me dijo que esperara a que la gente viniera a mí, yo les digo que

esperen que la gente vaya a ustedes, él dijo: “Como el Padre me envió a mí, así yo los

envío a ustedes" (Jn. 20:21). Por lo tanto, los creyentes debemos ir a la gente acompañados

del poder y autoridad de Jesús. En este primer comunicado de la Gran Comisión, Jesús no

fue específico en cuánto a dónde debían ir, qué debían hacer y predicar, ni qué logros

debían esperar. Jesús dio a los discípulos una orden y su autoridad.

2. El segundo comunicado de la Gran Comisión

“Les dijo: Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura” (Mr.

16:15).

En su segundo comunicado de la Gran Comisión (una semana después), Jesús fue más

específico con los discípulos, agregó el propósito y el destino del viaje.

Jesús está diciendo a sus discípulos que el Evangelio no es sólo para la gente de un área

geográfica en particular, es para la gente de todas partes, para individuos de todo el

mundo”. Jesús vino a la Tierra, murió y resucitó por la gente de todo el mundo.

Probablemente en ese tiempo los discípulos tenían un concepto muy reducido de lo que era

el mundo. No conocemos el número incalculable de gente que vive en él, así como los

desafíos únicos de cada región.

Cuando los discípulos salieran al mundo, debían predicar el Evangelio. Jesús estaba

hablando a testigos de primera mano acerca de su vida, muerte y resurrección. El

testimonio personal de los discípulos fue una prueba concluyente para quienes los

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escuchaban. Podemos compartir nuestro testimonio con alguien. Es lo que Jesús quiere que

hagamos. Ese tipo de gente puede hacer profesión de fe.

3. El tercer comunicado de la Gran Comisión

“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre

del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he

mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.

(Mt. 28:19-20).

En su tercer comunicado sobre la Gran Comisión, Jesús fue más específico. Dijo a sus

discípulos que debían predicar el Evangelio y esperar resultados. Para testificar de Cristo en

forma exitosa, debemos compartir a Cristo con el poder del Espíritu Santo, dejando los

resultados a Dios. Después de que una persona toma la decisión de ser salvo, debe recibir

enseñanza, aliento y motivación mediante el discipulado.

Jesús también hizo notar a sus seguidores que debían concentrarse en grupos específicos de

gente del mundo. “Nación” en este contexto no se refiere a un grupo político o social

llamado nación; sino a grupos de gente, grupos étnicos. También en este comunicado de la

Gran Comisión Jesús prometió su presencia continua entre sus seguidores. Para sus

discípulos, su presencia fue garantía de su autoridad. Es frustrante recibir una encomienda

sin obtener la autoridad necesaria para llevarla a cabo. Jesús aseguró a sus seguidores que

su presencia y autoridad les darían todo lo necesario para llevar a cabo la Gran Comisión.

El principal contenido del testimonio, según Jesús, es una explicación de su muerte y

resurrección. Probablemente los discípulos apenas empezaban a captar el mensaje del

Evangelio, y Jesús quería asegurarse de que entendieran el porqué murió y qué significaba

su resurrección.

La respuesta esperada a la predicación del mensaje del Evangelio, según Jesús, sería el

arrepentimiento y el perdón de los pecados. Arrepentimiento significa “cambiar de

mentalidad”. Quienes oyen el mensaje del Evangelio deben dar la espalda al pecado y

voltear hacia Dios en la fe. Una mentalidad cambiada conduce a un cambio de acciones.

Jesús agregó que aquellos a quienes estaba hablando eran testigos de su muerte y

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resurrección. Ellos sabían de qué estaba hablando; ¡con sus propios ojos lo habían visto

morir y resucitar! Como los testigos de un juicio, los discípulos podrían contar sus

experiencias personales con Jesús. Con frecuencia los testimonios personales son la forma

más efectiva de compartir el Evangelio a un no creyente.

4. El cuarto comunicado sobre la Gran Comisión

“Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos

tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la Tierra” (Hch.

1:8).

Cuando Jesús estaba listo para ascender al Cielo, comunicó la Gran Comisión por quinta y

última vez. En este comunicado, Jesús proveyó una estrategia geográfica para el

cumplimiento de su comisión. Jesús llamó a sus seguidores a llevar su mensaje al mundo en

círculos geográficos cada vez más grandes. Debían comenzar justo donde se encontraban,

en Jerusalén, su hogar, con gente que los conocieran o por lo menos, había oído hablar de

ellos. Luego debían llegar a Judea y Samaria, expandiendo regionalmente la comunicación

del Evangelio. Finalmente, debían llevar su mensaje al mundo.

La estrategia de Jesús para el cumplimiento de la Gran Comisión comunica que Dios tiene

un plan y un propósito definidos para extender su ministerio al mundo. No dejó su obra

inconclusa para que la gente la completara inventando lo que creyera mejor: No dejó a su

gente frustrada y sin pistas sobre cómo cumplir su Comisión.

¿Cuáles herramientas que nos dio Jesús para cumplir la Gran Comisión?

1. La autoridad.

“Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”

(Mt. 28:18). “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones (…)” (Lc. 10:19).

Autoridad viene de la palabra griega “exousía”, que significa derecho legal delegado para

hacer lo que Él nos mandó. Jesús nos delegó su autoridad y nos dio el derecho legal de usar

su nombre, de hablar acerca del evangelio, de echar fuera demonios y sanar a los enfermos.

Usted y yo tenemos la autoridad.

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2. El mensaje.

“Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los

muertos al tercer día (…)” (Lc. 24:46).

El mensaje que Jesús nos dio consta de dos partes: a) Crucifixión, muerte y resurrección de

Jesús, b) El arrepentimiento y el perdón de pecados.

Debemos decirle al pecador que necesita arrepentirse de todos sus pecados, que ha ofendido

a Dios, y debe cambiar su manera de pensar y de actuar.

3. Jesús nos dio la unción y el poder.

“(…) pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me

seréis testigos (…)” (Hch. 1:8).

Cuando el Señor nos envió, no nos mandó sin armas, Él nos dio la autoridad, el mensaje y

el poder. La palabra poder en el griego es “dúnamis”, que significa la habilidad para llevar

a cabo lo que se nos envió a hacer. La palabra dinamita tiene su raíz en la palabra

“dúnamis”. ¿No es poderosa el arma que Dios nos da?

4. Señales, milagros y sanidades.

“Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán

nuevas lenguas (…)” (Mr. 16:17).

El Señor nos dio las señales para confirmar que su evangelio es la verdad, y estás nos

siguen para poder demostrar su poder.

Hemos recibido un mandato

¿Cuál cree usted que es el propósito para su vida? Mucha gente diría que es disfrutar la vida

o quizás ser buenas personas. Otras pudieran estar soportando circunstancias tan difíciles,

que su principal objetivo es la supervivencia. Algunas pudieran sentir que tienen una

misión que cumplir. Lamentablemente, son muchas las personas que no tienen un

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verdadero propósito en la vida, y lo que logran carece de valor duradero. Pero cualquier

creyente que entiende lo que es la vida cristiana, deseará cumplir el plan de Dios para su

vida. Y a todos los seguidores de Cristo se les ha dado la tarea de compartir el Evangelio.

Piense en lo mucho que Dios ha invertido en usted. Piense en cómo ha dado a cada uno de

sus hijos dones y capacidades específicas para poder actuar en y a través de nosotros, para

tocar a otros y para profundizar nuestra relación con Él. Dios tiene un plan para cada

creyente y cuando lo descubrimos ya no tenemos que perder tiempo buscándolo en vano,

porque comenzamos a vivir la vida con un propósito claro y específico. El Señor quiere

impactar poderosamente a quienes nos rodean. En el capítulo 5 del Evangelio según (Mt., él

nos da el mandato: “debemos ser la sal de la tierra y la luz del mundo” (vv. 13,14).

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1. ¿Cuándo comenzó la Gran Comisión?

2. ¿Qué mandato recibimos?

3. Mencione los 4 comunicados de la Gran Comisión

4. ¿Cuáles son las herramientas que nos dio Jesús?

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5. ¿Qué estrategia usaría usted para conquistar su comunidad?

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Documents

libro de dicipulado 2