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LA PRIMERA EDICIÓN ILUSTRADA DEL QUijOTE (DORTRECHT, 1657), UN LIBRO DE EMBLEMAS Frances Luttikhuizen Barcelona, España El género embl emático se inició en 1531 con la publicación del Emblematum líber de Andrea Alciato. El juego consistía primero en in- tentar descifrar el significado de la imagen, ayudado por la pista su- gerida por el título, y luego acudir al texto para venficar la interpreta- ción. Era, en definitiva, un ejercicio de analogías y de correspondencias, una forma de divertimento jeroglífico para personas cultas. Desde mediados del siglo XVI existían traducciones al neerlandés de libros de emblemas!, pero el género con sello propio fue el de los emblemas amorosos (Lave Emblems). El primero fue publicado en Lei- den en 1601 con el título Quaerís quid sit Amor l (c'Qué es el amor?). I Los dos primeros aparecieron en 1566, traducidos del latín por el flamenco Marcus Antonius Gillis (van Diest): Emblemata (Amberes. Plantin, 1'i(4) del médico húngaro Johannes SambucL1s, y Emblemata (Amberes, Plantin, 1565) de su amigo el

La primera edición ilustrada del «Quijote» (Dortrecht ... · realistas. En lugar de la figura de Cupido encontramos escenas coti ... moralizantes y didácticos. 7 Dell verstalldi)i

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LA PRIMERA EDICIÓN ILUSTRADA DEL QUijOTE (DORTRECHT, 1657), UN LIBRO DE EMBLEMAS

Frances Luttikhuizen Barcelona, España

El género embl emático se inició en 1531 con la publicación del Emblematum líber de Andrea Alciato. El juego consistía primero en in­tentar descifrar el significado de la imagen, ayudado por la pista su­gerida por el título, y luego acudir al texto para venficar la interpreta­ción. Era, en definitiva, un ejercicio de analogías y de correspondencias, una forma de divertimento jeroglífico para personas cultas.

Desde mediados del siglo XVI existían traducciones al neerlandés de libros de emblemas!, pero el género con sello propio fue el de los emblemas amorosos (Lave Emblems). El primero fue publicado en Lei­den en 1601 con el título Quaerís quid sit Amor l (c'Qué es el amor?).

I Los dos primeros aparecieron en 1566, traducidos del latín por el flamenco

Marcus Antonius Gillis (van Diest): Emblemata (Amberes. Plantin, 1'i(4) del médico húngaro Johannes SambucL1s, y Emblemata (Amberes, Plantin, 1565) de su amigo el

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Siete aí'íos más tarde, en 1608, el libro reapareció con el título Emblema­ta amatoria y el nombre real del autor: Daniel Heinsius, un prestigio­so profesor de clásicas de la Universidad de Leiden2 . El propósito prin­cipal de este subgénero era el de educar y entretener a los jóvenes de la recién nacida república en las alegrías y los sinsabores del amor. Cupido -el símbolo del amor por excelencia- figura en casi todos las imágenes.

Acontecimientos políticos consolidaron estas tendencias literarias. Desde 1586, las Provincias del Norte eran gobernadas por Johan van Oldenbarneveldt, un hombre de ideas liberales. Pero Oldenbarneveldt tuvo sus adversarios, entre ellos Maurice de Nassau, príncipe de Orange. A sus desavenencias políticas, se añadían sus desavenencias teo­lógicas. En la controversia entre los «Remonstrants» (seguidores de Armenius) y los Calvinistas, el príncipe se alineó con los calvinistas y en 1618 convocó el Sínodo de Dort. Como resultado, se condenó la doctrina arminiana y Oldenbarneveldt, como líder de los Remons­trants, fue arrestado, condenado y ejecutado. La victoria de los calvi­nistas intransigentes, bajo las directrices de Leiden y Utrecht3, incidió de una manera muy directa en la cultura holandesa.

Además de establecer las líneas doctrinales de la Iglesia Reformada Holandesa, el Sínodo de Dort comisionó una nueva traducción de la Biblia, que a su vez serviría para la normalización de la lengua de la joven república. El método de colaboración de los diferentes grupos dialectales fue ejemplar. La lectura pública de la Biblia en las iglesias los domingos y la lectura en familia después de las comidas -cos­tumbre muy común en los hogares calvinistas- aceleró en gran me­dida la normalización lingüística.

botánico holandés Hadrianus ]unius. Plantin fue el primero en imprimir libros de emblemas en los Países Bajos. A tal fin, adoptó la idea francesa del libro corno una obra de arte, donde la tipografia y el grabado formaban una unión estética.

2 El Emblemata amatoria de Heinsius tuvo muchos imitadores. Los más conocidos fueron Amorum emblemata (1608) de Otto Vaenius, Emblemata amatoria (1611) de Pieter C. Hooft, Zintlc-poppen de Roemer Visscher (1620) y Sinne- en minnebeelden (1618)

de ]acob Cats, quien llegaría a ser el autor holandés de libros de emblemas por ex­celencia.

3 El influyente teólogo y académico de Leiden, Gisbertus Voetius (1589-1676), dominaba la escena cultural. Influido por el modelo puritano inglés, abogaba por una

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Jacob Cats, que se había desmarcado de los poetas liberales de Áms­terdam -Visscher, Vondel, Hooft, Bredero, Huygens- por sus con­vicciones conservadoras, como patriota comprometid04 y calvinista convencido, se sirvió del género emblemático para exponer las ense­ñanzas calvinistas sobre el matrimonios. La aceptación de las doctri­nas de la Reforma implicaba mucho más que el rechazo de las doc­trinas católicas del papado, de las indulgencias, del celibato, etc.; implicaba también la reeducación del pueblo en unas nuevas normas de conducta. La doctrina protestante de la responsabilidad del indivi­duo ante Dios dio lugar al planteamiento de una nueva ética conyu­gal, y el género emblemático se adaptó fácilmente a estos fines. Los reformadores, que rechazaban el concepto sacramental del matrimo­nio, enfatizaban el aspecto de pacto, o alianza, en el matrimonio. Para ellos, el pacto matrimonial era comparable al pacto espiritual entre el individuo y Dios. La nueva ética se centraba en el aspecto emocional de la convivencia y la edificación mutua de los cónyuges, y estos li­bros de emblemas de Cats venían a ser catecismos laicos ilustrados, tratados en verso de teología práctica.

Cats creía, y con razón, que los libros de emblemas tradicionales iban dirigidos a la élite intelectual, así que propuso un enfoque más práctico y didáctico, con títulos menos crípticos e ilustraciones más realistas. En lugar de la figura de Cupido encontramos escenas coti­dianas reales. Las obras de Cats llegaron a ser tan populares que in­cluso muchos de los pintores de la época se inspiraron en ellas. Escenas

purificación de la sociedad. Criticaba duramente el uso de pelucas, el baile, e! juego, e! teatro, las casa de empeños, etc. Incluso en la progresista Ámsterdam, donde cua­tro comedias de Lope de Vega fueron puestas en escena ya en 1617, no apareció nin­guna nueva traducción de Lope hasta 1641 cuando, con la construcción de un tea­tro público y e! éxito de la obra de Joost van den Vonde!, Gysbreght van Aemstcl (1638),

e! teatro cobra nueva vida. 4 Después de! gran éxito de Vonde!, con su obra A-furdered Innocence (1625), cuyo

héroe encarnaba la figura de Oldenbarneve!dt, el político ejecutado por los calvinis­tas, se desencadenó una guerra de panfletos entre Cats y Vonde! que duró doce atlos.

S Sinne en minnebeelden (Middleburg, 1618) «<Retratos de moralidad y amor») tra­taba de tres aspectos básicos de la vida humana: el amor, la sociedad y la religión; Houwelyk (Dortrecht, 1625) «<Matrimonio») trataba de los derechos y los deberes de la mujer en seis fases de la vida: doncella, enamorada, recién casada, esposa, madre y viuda; Trou-riYl.gh (Dortrecht, 1637) «<Anillo de boda») resumía todos los aspectos de la sociedad en e! símbolo del matrimonio.

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de mujeres ocupadas en sus tareas domésticas eran temas populares con los artistas de la escuela de Leiden -escuela calvinista por exce­lencia6 .

Es, pues, en este ambiente literario, dominado por la escuela mo­ralista de Cats, inmensamente patriótico y con una filosofia conserva­dora, que un grupo de intelectuales de Dodrtrecht, la ciudad adop­t iva de Cats, forl1ll1aron el proyecto de poner en manos de sus compatriotas la primera traducción al neerlandés del Quijote7 .

Dordrecht era un baluarte calvinista, pero junto con esta mayoría cal­vinista vivía también un importante reducto de menonitas, o 'ana­baptistas no-violentos'H. Los promotores de la primera traducción del Quijote al neerlandés -el traductor, Lambert van den BosY, el editor­ilustrador, Jacob SavryHl, el impresor, Jacob Braat, y el poeta, Samuel

6 Artistas como Brekelenkam, Dou y otros, así como la célebre grabadora

Geertruyd Roghman, pariente de los Savery, plasmaron escenas de mujeres cocinan­do, limpiando, cuidando niños, bordando, tocando instrumentos musicales, e incluso

leyendo libros de emblemas. De este modo, los cuadros también transmitían mensajes

moralizantes y didácticos. 7 Dell verstalldi)i<'1l VroomCl1 Ridder, DOIl Quichot de la ¡V[allCha. Geschreven door

Miguel de Cervantes Saavedra. En nu uyt de Spaensche in onse Nederlantsche tale overgeset. door L.v.B. Tot Dordrecht, voor Iacobus Savry, woonende in 't Kasteel van

Gent, Anno 1657. H Después de la debacle de Münster en 1535. un pequeño grupo de anabaptistas

holandeses se reorganizó bajo el liderazgo del pacifista-pietista Menno Simon -de

ahí el nombre de menonitas-, rechazando todo uso de las arnus, incluso en defen­

sa propia. y Lambert van den Bos(ch) (1620-1698) era un traductor, historiador y escritor

prestigioso que había ejercido de boticario en Ámsterdam hasta 1652. En 1655, se

trasladó a Dordrecht donde, además de ser rector de la Escuela Latina, publicó, entre

otras obras, su traducción del Quijote. En 1662 volvió a Ámsterdam donde publica­

ría su romance pastoril, Dordrechtsche Arcadia, y su traducción de Los tiectos que hace el

amor de Castillo Solórzano, Pachecos y Palomeques de Céspedes y Meneses, Las dos her­

mallas de Lugo y Dávila, El emhidioso castigado de Perez de Montalbán, La hija de

Celes tilla o la illgelliosa Elella de Salas Barbadillo, Los cigarrales de Ioledo de Tirso de

Molina, y Al fill se paga todo y El prevellido fIlgañado de Zayas y Sotomayor (Ámster­

dam,A.Vanden Heuvel, 16(3). 10 Aunque con anterioridad se habían atribuido las estampas a Salomón Savery,

padre del editor, hoy en día la crítica [véase Lenaghan (2003) y Lucía Megías (2004, 2005a,2005b)] atribuye tanto los grabado como la edición a Jacobo. En consecuen­

cia, rectIfico mis afirmaciones anteriores acerca de la autoría de los dibujos (véa5e, por

ejemplo, «Breve aproximación a la prImera traducción neerlandesa del Quijote», Actas

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van Hoogstraten 11_ todos pertenecían a esta minoría 12. Aunque los menonitas discrepaban de los calvinistas en cuestiones como la del bautismo, la separación de Iglesia y Estado, el rechazo a las armas y los juramento, compartían con ellos las premisas básicas de la Reforma: la ética, la conducta piadosa y, sobre todo, el fin didáctico-moralista de la literatura. Es, pues, a la luz de este entorno cultural-religioso que hemos de analizar su trabajo.

Poco se sabe de la vida del editor, Jacob SavryI3. El nombre de su taller -'t Kasteel van Gent- y la docena escasa de títulos que pu­blicó durante los diez años que residió en Dortrecht revelan aspectos interesantes de su personalidad. El nombre del Castillo de Gante con­llevaba fuertes connotaciones de intolerancia y persecución -religio­sa y política-o La mayoría de los libros que Savry editó, con la ex-

del XII Coloquio Irttemadortal de la Asocladórt de Cervarttistas, Argamasilla de Alba, 6-8, mayo, 2005, en prensa).

11 Llam" id atención id viñeta de! impresor: un" cornucopia repleta de toda cb­se de fruta. El lector rápidamente "soci"ría la fruta con la advertencia bíblica: «por sus frutos los conoceréis» (Mateo, 7, 16), dando a entender que Bra"t escogía a concien­cia los libros que imprimía. En los "ño que Braat trabajó en Dortrecht (1645-1665), imprimió una treintena de libros: un libro de medicina, de matemáticas, varios libros de historia y teología práctica, la Biblia y e! QJiifote.

12 Para el historiador K. H. D. Haley (1972, p. 195), para entender la sociedad ho­landesa, es esencial conocer tanto su procedenci" fisica -si eran de Árnsterdam o Leiden o Haarlem- como su procedencia religiosa, es decir, si eran calvinistas, me­nonitas, católicos, remortstmnts o (olle.~iants. Van den Bos, S"vry, Braat y van Hoogstraten pertenecerÍdn a la rama más aperturista -los «asimilacionistas»- de los Waterlanders, simpatizantes de los colegiarttes (véase nota 15). Felix van Salllbix, tr"ductor de las dos primeras ediciones parciales de las Novelas ejemplares (De!ft, 1643; Delft. 1650), era también menonita y simpatizante de los colegiantcs.

13 Jacob Savry (IlI) (1617-1666) era hijo del grabador Salomón S"v(e)ry (o Savrij) (1594-1678). Los Savry procedían de una larga saga de pintores. Por sus conviccio­nes religiosas, el abuelo de Salomón, Jacob Savery 1, tuvo que huir en 1584 a las pro­vincias del norte. Después de una breve estancia en Ámsterdam, se estableció en Haar­

lem, donde sus tres hijos -Hans, Jacob (1I) y Roelandt- asistieron a la famosa academia de Care! Van Mander. Los tres llegaron a ser pintores de renombre, sobre todo Roelandt, que trab"jó en las cortes de Enrique IV de Francia y de Rudolfo II de Hungría. Salomón, era hijo de Jacob 11. Jacob !II empezó su carrera como graba­

dor y editor en Ámsterdam. Algunas láminas de la Historia de los mártires (Dordrecht. Braat, 1(60) son obra suya, así como algunas de las 250 láminas que adornan la obra de Flavio Josefa traducido por L van den Bos e impreso por I3raat (Dortrecht, Savry, 1665) que realizó juntamente con su discípulo Gerrit G. van FellJem.

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cepción de las obras de Jacob Cats, tratan de temas de persecución: la historia trágica de una cristiana en manos de los turcos, dos historias de los mártires menonitas y la historia de los judíos bajo los romanos. La publicación del Quij"ote entre estos libros «serios» no puede inter­pretarse como una pura casualidad.

Las obras de Cats y las historias de los mártires constituían ventas seguras. La publicación del Quijote, sin embargo, era todo un reto, un reto editorial, pero también un reto cultural. De entrada había de ven­cer los prejuicios de los calvinistas contra los libros de caballerÍas14 y las preferencias de los menonitas conservadores por obras pietistas15 .

Así que, conscientes de que Holanda iba a la zaga de los demás paí­ses en poder leer el Quijote en lengua propia 1(" buscaron la fórmula más idónea para tal fm, y que no era otra que la de convertir el Quij"ote

en un libro de emblemas, un género que gozaba del favor del gran público. Con esto, no solo tendrían media batalla ganada, sino que también mostrarían el gran talento de estos «forasteros culturales», re­cién llegados a la prosa. No hemos de olvidar que aunque los meno-

14 Ya en 1559. en Ginebra, fueron prohibidos los autos sacramentales y se orde­

nó destruir todas las copias de Amadís de Gaula en 1559. Los dos primeros libros del

Amadís traducidos al neerlandés fueron publicados en Amberes en 1563 y 1568 por C. Plantin y su socio,]. van Waesberghen, quien más tarde se estableceóa en Róterdam

y cuyos hijos continuaóan publicando las demás secuencias. Plantin recomendaba la lectura del Amadís como material didáctico para enseñar el francés en las escuelas. Tal

vez el Atlladís neerlandés tenía el mismo propósito didáctico. De todas maneras, aun­

que estas historias llegaron a ser muy populares, a partir de 1625 dejaron de impri­

mirse en Holanda. 15 El movimiento espiritualista-ecuménico, anticlerical y anticonfesional, de los

colegian tes, que se inició en la Iglesia Reformada cuando los pastores armenianos fue­

ron destituidos en 1618, y que había ganando adeptos también entre los menonitas,

causó grandes divisiones entre los conservadores y los más aperturistas, conocidos

como los «asirrtilacionistas» o «Doopsgezinden».Varios sínodos (Haarlem, 1650; Leiden,

1660) fueron convocados para tratar del tema. 16 "Casi todo el mundo cristiano ha querido oír hablar a este sabio loco, cada

uno en su propia lengua, para que muchos hombres sensatos que desconocen la len­

gua castellana no se privaran de sus felices enseñanzas. Hasta ahora, solo nosotros nos

hemos privado de ellas, y por esta razón he resueIto mandarlo a traducir para nues­

tros compatriotas, no de una afluente, sino del mismo río original» (<<Dedicatoria» de

Jacob Savry a Pieter de Sondt). Quiero expresar mi más profunda gratitud a Cis van Heertum, directora de la Bibliotheca Philosophica Hermetica de Ámsterdam, por su

generosa ayuda en la traducción de todos los preliminares del neerlandés al inglés.

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nitas habían triunfado en el campo de la pintura17 -un campo algo resbaladizo para los calvinistas conservadores, más amantes de la pala­bra escrita-, y habían producido algunos poetas de renombre l8 , se­guían siendo considerados como radicales de izquierdas por los calvi­nistas ortodoxos. Abrirse camino, pues, en el campo de la prosa secular fuera de los círculos liberales de Ámsterdam, y con una obra de un autor español, aunque fuera Cervantes, era todo un desafio.

El hecho de que desde 1623 el poeta Jacob Cats residiera en Dordtrecht, y que en 1655 -dos años antes de la publicación del Quijote-- estuviera todavía en activo l9, hace pensar que también par­ticiparía en la empresa20 . Ignoramos cuál fue su implicación, pero sos­pechamos, por la fecha, que el proyecto de este grupo de intelectua­les menonitas se hizo a espaldas de Cats, ya que en 1657, el año de la publicación del Quijote, Cats estuvo en Inglaterra cumpliendo una misión diplomática. A la vuelta, se retiró a su villa cerca de Den Hage. Si su alejamiento de Dortrecht obedece a algún desacuerdo con Savry o van den Bos, no tenemos constancia. El hecho de que al año de publicar el Quijote Savry publicara las obras completas de Cats podría

17 Al igual que con la literatura emblemática, con sus lienzos estos artistas busca­ban estimular la lectura interpretativa: una actividad análoga a la interpretación y exa­men personal de la Biblia. Una lista de los más importantes incluye nombres como Carel van Mander (1548-1606), autor de Schilderbock la primera historia del arte ho­landés; Jacob Savery (1565-1603); Michiel J. van Mierevelt (1567-1641); Lambert Jacobsz (1598-1636) y su hijo Abraham van den Tempel (1622-72); Hercules Seghers (1590-1638); Jacob Adriaensz Backer (1608-51); Covert Flinck (1614-60); Salomon van Ruysdael (1605-70) y su sobrino Jacob van Ruisdael (1628-82); Samuel van Hoogstraten (1624-78), autor de ln/eydinJ? der Schilderkonst (1678), una introducción al arte de pintar; Roelant Roghman (1627-1692);jan van der Heyden (1637-1712); Salomon Savry (1594-1678) y su sobrina Ceertruyd Roghman (1625-),jan Verkolje (1650-1693) y Jan Luiken (1649-1712).

18 Hamilton, 1994, p. 82.

19 Cats publicó su último libro en 1655 a la edad de setenta y ocho años. 20 De hecho, fue Cats quien introdujo a Cervantes en Holanda veinte años an­

tes cuando insertó su versión versificada de la historia de la "Citanilla» en uno de sus libros de emblemas. Cats encontró la historia de un noble español que se casa con

una gitana en una edición italiana anónima del Lazarillo (Venecia, 1622) y la insertó en Trou-ringh (Dortrecht, 1637), donde resumía todos los aspectos de la sociedad en el símbolo del matrimonio. Para ello, utilizó ejemplos bíblicos, clásicos y modernos: Adán y Eva, David y Abigai], Ciro y Aspasia, Antonio y Cleopatra, una pastora y un rey, un noble español y una gitana, etc.

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interpretarse como un intento de reconciliación. En cualquier caso, es

a la luz de la mentalidad alegórica, y el espíritu didáctico que im­

pregnaba todas las manifestaciones artísticoculturales de la época, que

hemos de juzgar el trabajo de estos hombres.

Las novedades del Quijote de Dortrecht no se limitan a las ilustra­

ciones. Además de las ilustraciones, un poema laudatorio, un prólogo

al lector y sendas dedicatorias a los mecenas, sustituyen los prelimina­

res originales de Cervantes. La dedicatoria del editor a Pieter de Sondt,

uno de los mecenas, encierra una profunda y acertada crítica de la

obra, así como sus recelos en cuanto a su aceptación por parte de los

lectores. Dice así:

Ofrecemos a Ud, mi señor, en traducción, Don Quichote, conocido por su cuerda locura y su loca sabiduría, pero no tan cuerdo como para no mostrar su locura ni tan loco como para no enseñarnos gran sabidu­ría [ ... ] Él que lo ve dibujado aquí, ridículo (debido a sus lecturas de Amadís) le juzgará por loco en tres dimensiones, pero él que le oye ha­blar y amonestar a Sancho desde la cátedra de su Rocinante le juzgará por uno de los Doctores de Salamanca. Si aquel que consiguió unir es­tas dos características contradictorias [loCl/ra y sabiduría] en el estrecho con­finamiento de un cuerpo flaco está loco, lo dejo al juicio de su merced y de otras personas sensibles. [ ... ] [y] dado que tememos que, por su apa­riencia, el mundo puede tacilmente quedar defraudado, y puede sospe­char que queríamos simplemente equilibrar la balanza del número infi­nito de Amadises, o poner flIl a alguna que otra aventura, yo necesitaba un abogado defensor que nos protegiera después de comprobar que esto no es asÍ. Por eso, mi seíi.or, nos hemos atrevido dedicarle esta traduc­ción 21

.

Van den Bos, el traductor, advierte22 :

Gran parte de la dignidad de la obra depende del sano juicio de Ud, amable lector, que, al dar en el blanco de la intención del autor, no pue­de por menos que estar de acuerdo con lo que lee [ ... ] Esta obra es loa-

21 Den Verstandigen Vroomen Ridder, Don Quichot de la Mancha, "Dedicatoria de Jacob Savry a Pieter de Sondt», 1657, Tomo 1.

22 Den Verstandigen Vroomen Ridder, Dar! Quichot de la Mancha, 1657, "Prólogo al LectoD>, Tomo I.

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ble en cuanto que mezcla placer con utilidad. El lector disfruta mientras aprende y, a la vez, aprende disfrutando.

El aprender disfrutando era, en defmitiva, la meta última de los li­bros de emblemas, pero el propósito del equipo de Dortrecht va más allá. Al instar al lector del Quijote a buscar «la intención de autor», quieren hacer extensible a la literatura secular el ejercicio interpreta­tivo-exegético que ellos tanto apreciaban. Una de las señales de iden­tidad de los colegialltes, el movimiento aperturista a que pertenecían, era la libre interpretación de la Biblia, es decir, en lugar del sermón tradicional miembros de la congregación podían intervenir espontá­neamente durante el culto con sus comentarios y aportaciones. Para la sociedad holandesa del siglo XVII, las manifestaciones culturales (la pintura, la poesía, etc.) no eran simples espejos más o menos fIeles de la sociedad sino que habían de transmitir un mensaje. El éxito de la obra dependía de la capacidad del lector-espectador en saber descifrar este mensaje, y en el caso del Quijote las estampas intentaban facilitar este cometido.

El poema, obra del pintor Samuel van Hoogstraten23 , detalla la his­toria genealógica de los caballeros andantes desde Amadís y lleva por título: (,El linaje de Don Quichot, grabado en una roca en las mon­tañas de Sierra Morena por él mismo, entonces en árabe y ahora tra­ducido al neerlandés»24. Este curioso poema encerraba una doble fun-

23 Samuel van Hoogstraten (1627-1678), el autor del poema laudatorio, era un pintor y teórico del arte de renombre. Las dos grandes aportaciones de Hoogstraten fueron las «cajas de mira» o «cabinas de perspectiva» (peep-boxes) y Inleyding tol de

Hooge Schoole der Schilderkonsl (1678), una introducción al arte de pintar. 24 «El linaje de Don Quichot, grabado en una roca en las montañas de Sierra

Morena por él mismo, entonces en árabe y ahora traducido al neerlandés»: «Hijo de

Elisenda y el rey Perión, / El gran Amadís, sol de todos los caballeros, / Engendró a Esplandian, quien engendró a Lisuarte / El padre de Cirsea y Amadís, de quienes des­cendieron / Florisando, Anexarte y Alaxstrasare, / Quien hizo hechos heróicos con su brazo de mujer / Brianges, su sobrino, engendró a Lucidarnor, / Arlanges, Florel

y Roge!, todos parientes cercanos. / Pero dejadme continuar mi informe.! Su hijo, Agesilan, ganó el afecto de Amadís, el héroe, / El tercero de este nombre y la raíz de nuestro linaje. / ¡Siento su noble sangre palpitar en este pecho! / Y ¡lo que causó Merlín, quien encerró a tantos héroes / En el castillo de mLLros mágicos! / Nombraré todo el linaje de caballeros / Que descendieron de nuestro estirpe, / De cómo Roldán, Pepín y Aymijn / Son vástagos injertados en este árbol. / He mostrado con claridad

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ción: servía de telón de fondo, o glosario, para los lectores no inicia­dos en la literatura caballeresca -que serían la mayoría- y servía, a la vez, para mostrar a sus contemporáneos conservadores que se jac­taban de no haber leído nunca libros de caballerías25 , que van Hoogstraten no solo los había leído sino que los conocía tan bien que era capaz de reconstruir todo su árbol genealógico. Hoogstraten era todo un personaje. En su juventud pasó varios años en el estudio de Rembrandt, donde además de quedar fascinado por su pintura, tam­bién quedó fascinado por el atuendo de los personajes que pintaba. De regreso a Dortrecht, su ciudad natal, para congraciarse con la li­teratí local, optó por llevar una espada a la cintura, a modo de los aris­tócratas -algo totalmente prohibido por los menonitas- y por lo que sería seriamente amonestado.

El Quijote neerlandés es un libro de emblemas 511; gener;s. Las vein­ticuatro estampas son como instantáneas (snapshots) de intenso realis­mo, como por ejemplo, la inesperada llegada del ventero en medio de las «actividades» nocturnas de Maritornes (fol. 97), o la sorpresa de los enterradores de Grisóstomo cuando aparece Marcela (fol. 87), o el momento de atrapar a los dos huéspedes que quieren salir de la ven­ta sin pagar (fol. 364), etc. Se trata siempre de escenas de intriga, y que son de un recurso didáctico eficaz. Si el juego consistía en des-

cristalina / Cuales son los héroes que han de venir después de mi muerte / Y cómo mi hija mayor subirá al trono de Trapisonda, / Quien, como una verdadera amazo­na, / El primer año dará a luz a un segundo [nuevo] Don Quijote, / Quien, vestido con su traje de armadura, / Lanzando relámpagos como un dios, / Luchará contra el escita gigante y dominará a los de Cathay. / El estruendo de su nombre suscita te­mOr a todas las naciones. / Conquistará una doncella, Dulcinea, y la llamará Señora del Toboso. / Y hará que Merlín, aquel pícaro endiablado, / Olvide sus trampas má­gicas y sus vilezas. / Cambiará los enemigos en ovejas laneras / Y convertirá el bra­zo y la espada de un gigante en áspa de molino, / Y donde antes había un castillo pondrá el hogar de un pobre aldeano. / jOh Dulcinea, desencantada Dulcinea, / Tu caballero andante bien podrá conquistar el mundo!» (ver preliminares).

25 En Wetsteen der Vrenuften (1644), el ensayista calvinista Jan de Brune de Jonge aseguraba no haber leído nunca las historias de Amadís de Gaula, ni de Palmecin, ni de don Florisel, ni similares; el filósofo y discípulo de Descartes, Balthazar Bekker, pastor de la Iglesia Reformada de Ámsterdam, en De Betoverde Weereld (1690), habla­ba de «novelas como el Amadis de Gaula, las historias de Maugis d'Aigremont, y otras del mismo estilo de engaños» como historias inspiradas por el diablo (Kalff, Vcrtalingen

en nm'olgingen pan buitenlandsch proza. p. 49).

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cifrar el significado de la imagen con la pista sugerida por el título y luego acudir al texto, aquí se echa de menos el título orientativo. Si en un primer momento el lector se deja llevar por la nota cómica de la imagen o del relato, tanto el traductor como el editor insisten en «no detenerse en cosas que agradan sólo a los niños»26, sino en pro­fundizar en la obra para saber «distinguir las opiniones del autor y cap­tar sus intenciones»27. En este sentido, el esfuerzo del ilustrador es no­table: aun siendo fiel al relato, facilita la tarea introduciendo algún que otro elemento simbólico. Llama la atención, por ejemplo, la hoguera encendida en forma de faro encima de la torre de vigilancia en la es­cena de la derrota de don Quijote en la playa de Barcelona (fol. 382). El faro tiene connotaciones de destino, de llegada de un largo viaje; es símbolo de socorro y de resistencia, de acogida en un entorno des­piadado, de sólido refugio en un mar de aguas turbulentas. La intro­ducción de símbolos facilmente captados por los lectores otorgaban a estas escenas unas enseñanzas altamente moralizantes.

Tal vez, la ilustración más conocida, por haber sido una de las más copiadas por grabadores posteriores, es la de la riña entre don Quijote y el vizcaíno (fol. 48). En esta lámina se resume gran parte de las vi­vencias y aspiraciones de los menonitas. En un primer plano se ob­serva el enfrentamiento entre don Quijote y el vizcaíno, los dos apa­recen con sus espadas en alto. Para el lector menonita, esta estampa venía a ser una parodia inequívoca al uso de las armas y de los jura­mentos, es decir, una especie de homenaje a la no-violencia. En un extremo, y muy en segundo plano, vemos la contienda entre Sancho y los curas, expresión de su propia contienda con la Iglesia estableci­da28. También en un segundo plano, pero en un lugar prominente del dibujo, se divisan siete enormes molinos de viento. El valor simbóli-

26 Den Verstandigen Vroomen Ridder, Don Quichot de la Mancha, "Dedicatoria de Jacob Savry a Dirck de Sondt», 1657, Tomo 11.

27 Den Verstandigen Vroomen Ridder, Don Quichot de la Mancha, «Prólogo al lector», 1657, Tomo 1.

28 Por sus firmes creencias en la separación de Iglesia y Estado, y su radical pa­cifismo, los anabaptistas fueron brutalmente perseguidos por Carlos V y Felipe [[. Muchas de estas atrocidades se recogen en el gran clásico menonita titulado Espejo de los mártires, editado por el historiador T. J. Van Braght, pastor de la iglesia menoni­ta de Dortrecht, e impreso en los talleres de Jacob Braat en 1660, tres años después de su impresión del QJI!iote.

2')4 l.A I'IUMEI\.A EDICIÓ N ILUSTI\.AllA DEL c.¿¡ :ljOll;

co de siele rnolinos - el númcro de plenitud y perfección- ailadc una fuerte carga emocional a la escena. El molino era un elemento inseparabte del pJisaje holandés, símbolo de su tesón y su c,fuerzo. Para los lUenonitas, el signiftcado del nlólino era aun !ll;1S profundo. Durante la segunda mit;ld del siglo XVI, bajo severa pl::rsecución, en­contraron refugio en el distrito de Zaall, al norte de Ámsterdal11, una zona poblada de molinos de viellto que no tardJrÍJ en convertirse en el centro fabril de Ámsterebm. Los menonitas , en su mayoría artesa­nos y obreros cJlificados, pronto adapt;lron estos molinos a nuevos fi­nes. El nombre del gran molino aserradora, el pallrokn/Olcn o «st/lock mili», procede del nombre de los blusones anchos - los Palts-rokkcn­

que llevaban aquellos primeros menonitas. Así que no es pura CISlU­

lidad que los lllOhnos dibujados por Savry seJIl precisamente fill/trok­

molcl/s. En el arte alegórico de b époCJ, los planos eran sinónimo de importancia y a menudo el segundo o tercer pbno ayudaba a enten­der el primero. Sin dud;l , al dejar los lllo linos en un segundo plano, con dos pequellas figuras en posición de atJl]ue, pero bien alejados, estos celosos patriotas buscaban restar importancia a la escena de dOll

Quijote atJcanJo a los molinos o a cualquier :.I lusión que este episo­dio pudiera suscitar.

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Adenüs de poner en manos del público un «ejemplario de COI1-dueta ilustrado», para estos intelectuales de Dortreeht el QflUo!e tam­bién debía servir como manual de estética, tal como deja en trever el pequei'io poema sin firma que aparece en el dorso de la portada del primer volumen, El pOel113 que parafrasea, y parodia a la vez, el so­neto original de Cervantes de «La se i'íora Oriana a Dulcinea del Toboso», reza así:

Ceded el paso, An¡i;l' lica y Oriana. Dulcinea viene; cstú de ca mino. Arnadís y .R.oldán, bajad vuestras espadas ante su estandarte"').

S,in duda, estas líneas advierten al lector de que el prototipo de he­roína de ahor;1 en ;1delante será Dulcinea. Los dos fronti spicios con­firman esta tesis . En el frontispicio de la primera parte Dulcinea, flan­queada por AmadÍs y Roldán, aparece bella (símbolo de la n1.1jer idealizada) , pero encantada, prisionera de su belleza (simbolizado por el l11arco) y prisionera de los antiguos cánones (simbolizado por Ama­dÍs y R oldán) .

29 Ver Dell khslalln(QfII I/room"" [¿inner, D"1/ Q¡¡idi(l l ne la ,Ha/lcha, 1 (,57, Co ntra­

por rada.

296 LA PRIMERA EDICIÓN ILUSTRADA DEL QUIJOTE

En cambio, en el segundo frontispicio, Dulcinea y Sancho Panza -dos personajes realistas- custodian al mago Merlín, el culpable de los engaños (aprisionamiento simbolizado también por el marco). En esta segunda imagen, Dulcinea, desencantada, aparece real y tal como es, fea y gorda, una verdadera aldeana. En el primer frontispicio, don Quijote aparece listo para salir a enderezar entuertos; en el segundo, aparece ya triunfante y con el título de Caballero de los Leones.

El tema del león era recurrente en los libros de emblemas. El león tiene múltiples significados: coraje, fuerza, vigilancia, justicia, valor, fer­tilidad, orgullo, protección, conquista, etc. Evoca también los sufri­mientos de los mártires, una triste página de la historia de los meno­nitas. Cuando Cupido aparece junto con un león, el mensaje que transmite es «el amor todo lo vence»; cuando don Quijote aparece triunfante junto a un león, el mensaje que se pretende transmitir es el del triunfo de la cordura sobre la locura, o, en otras palabras, el triunfo de la justicia sobre la injusticia, de la tolerancia sobre la in­transigencia. Para el lector medio holandés, de arraigada cultura bíbli­

ca, esta imagen sin duda evocaría el proverbio que dice: «El impío huye sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león» (Pro lJerb ios, 28, 1).

Retornando al pequeño poema en el dorso de la portada, es evi­dente que este grupo de intelectuales dortenses abogaba por un cam­bio de orientación en la literatura holandesa. La escuela didáctica de Cats, que había dominado la literatura holandesa durante medio siglo, no podía ya dar más de si. Para Savry y su equipo, el QuUote repre­sentaba un magnífico modelo para el cambio. Cervantes había desa­rrollado con maestría la personalidad de Sancho, un personaje de car­ne y hueso, con los pies en el suelo y que miraba el lado práctico de las cosas. Para Savery y su equipo, el gran desafio literario holandés de los últimos años del siglo XVII era el de crear un personaje femenino comparable al de Sancho. Bien mirado, las protagonistas de los libros de emblemas de Cats -y de los lienzos de Vermeer y otros- se mo­vían más en la esfera de lo ideal que en la de lo real. Pero ni los tiem­pos ni los talentos eran propicios para tales innovaciones. Las influen­cias de la escuela francesa con los romances de Honore d'Urfé30 y las

30 En 1636, el poeta holandés Johan van Heemskerk, que acababa de traducir L'Astrée de Honore d'Urfé, obra inspirado en la Diana enamorada de Montemayor, es-

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comedias de Paul Scarron y Pierre Corneille -muchas de ellas adap­taciones de obras españolas-, ya habían invadido por aquel entonces el escenario literario.

En esta transición hacia la literatura francesa, ¿qué posibilidades te­nía la literatura española, y en particular el Quijote? La iniciativa de

Dortrecht no parece haber tenido la buena acogida inicial que se es­peraba, pero no necesariamente por la competencia gala. En 1660, alarmados por las influencias «mundanas» de los colegian tes en sus igle­sias, los menonitas y calvinistas conservadores, bajo el liderazgo del T. van Braght de Dortrecht, convocaron el Sínodo de Leiden para dis­cutir las medidas a tomar para frenar tal estado de cosas. Como re­sultado, muchos pastores aperturistas fueron destituidos, causando con ello un cisma cultural profundo entre Ámsterdam, más multicultural y más progresista, y el resto del país. En 1662, van den Bos volvió a Ámsterdam, su ciudad natal, donde publicaría traducciones de otros autores españoles y su romance pastori}31. Finalmente, en 1669, doce años después de su publicación inicial, saldrían dos reimpresiones de su traducción del Quijote32 . Aunque las reediciones de la traducción

cribió su propio romance pastoril, la Batavische Arcadia. La obra tuvo muchos imita­dores, incluido Lambert van den Bos, e! traductor de! Quijote. El personaje que tal vez llegó más cerca de la meta propuesta por el grupo dortense fue el poeta y dra­maturgo Pieter Langendijk (1683-1755), también menonita, con su poema satírico, Srta. Simplicidad Suiza (1713), una caricatura de la doble ética de los nuevos ricos de la sociedad menonita, y su comedia, Don Quijote en la boda de Camacho (1712). Se puede decir que con Pieter Langendijk la comedia holandesa terminó para dar paso a la comedia francesa. Thomas Asselijn (1620-1701) intentó también resistir las ten­dencias galas siguiendo la tradición nacional de Bredero con un personaje cómico: Jan Klaaszen, inspirado tal vez en el Guzmán de Alfarache que Asselijn tradujo en 1693, pero sin éxito ..

31 En 1657, el mismo arlo de la publicación del Quijote, TielmanJansz van Braght, máximo representante de los nlenonitas conservadores, pastor de la congregación de Dortrecht y autor El espejo de los mártires (1660), publicó Escuela de virtud moral (Dor­trecht, Braat, 1657) para estimular a los jóvenes a vivir vidas más piadosas. El hecho

de que Escuela de virtud moral tuviera 18 reimpresiones, demuestra la fuerza de su men­saje.

32 Ámsterdam,A. van den Hueve!, 1669 y Ámsterdam, Baltus Boekholt, 1669. El hecho de acudir a Baltus Boekholt, un editor calvinista pero simpatizante con los ca -

legiantes, corrobora nuestra sospecha de que Lambert van den Bos, y la mayoría del

equipo de Dortrecht, pertenecían a este grupo. Agradezco la información sobre los

298 LA PRIMERA EDICiÓN ILUSTRADA DEL QUIJOTE

de van den BOS33 incluían las ilustraciones de Savry, pronto dejarían de tener el valor alegórico con que fueron creadas. Hoy, tres siglos y medio más tarde, quisiera rendir homenaje a estos intrépidos pione­ros de Dortrecht y revindicar el profundo sentido emblemático que supieron captar y plasmar en su edición del Quiíote de 1657.

Boekholt que tan amablemente me ha proporcionado e! profesor Theo B6gels de la Vrije Universiteit de AI11SterclaJ1l1.

~\3 La traducción de L. van den Bos (Dortrccht, j. Savry, 1(57) tuvo las sigUIen­tes reimpresiones: 1669, Ámsterdam, B. Boekholt; 1669, Ámsterdam,A. van den Heu­ve!; 1670, Ámsterdam, B. Boeckholt; 1696, Ámsrerdam, W van Lamweld,j. van Lams­veld & J Hulk; 1699, W de Coup, W v.m Lamsve!d & P.Verbeek; 1707, Ámsterdam, J GraaL j. van Haakeren & W van Haakeren; 1732, Ámsterdam, P. Vísser.

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