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El Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo ha desarrollado durante tres años un proyecto de elaboración de conocimiento sobre los temas «miseria, violencia y paz» que ha implicado a más de mil personas en todo el mundo. Cinco seminarios regionales han permitido despejar poco a poco temáticas en función de las realidades locales y de los puntos en común. Un coloquio internacional para compartir estos trabajos de conocimiento con representantes del mundo universitario, de la acción y de instituciones internacionales se organizó en enero de 2012 en Pierrelaye (Francia). Una jornada pública en la sede de la UNESCO en París presentó los trabajos a un público más amplio. Las conclusiones presentadas en este documento han sido redactadas por un grupo representativo de participantes del coloquio. La miseria es violencia – Romper el silencio – Buscar la paz. Investigación-acción 2009-2012 y coloquio internacional Conclusiones Agosto 2012 Página - Dinámica de elaboración de conocimiento «miseria, violencia y paz» ..................................................................2 - Síntesis de resultados..........................................................................................................................................3 à 9 - Evaluaciones de los participantes en el coloquio internacional............................................................................10 - Propuesta ................................................................................................................................................................11 www.atd-cuartomundo.org

La miseria es violencia – Romper el silencio – Buscar ... · de la miseria sin entrar en la perspectiva de la ... para así construirla con todos en el mundo 3 La miseria es violencia

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El Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo ha desarrollado durante tres años unproyecto de elaboración de conocimiento sobre los temas «miseria, violencia y paz»que ha implicado a más de mil personas en todo el mundo. Cinco seminarios regionaleshan permitido despejar poco a poco temáticas en función de las realidades locales yde los puntos en común. Un coloquio internacional para compartir estos trabajos deconocimiento con representantes del mundo universitario, de la acción y deinstituciones internacionales se organizó en enero de 2012 en Pierrelaye (Francia). Unajornada pública en la sede de la UNESCO en París presentó los trabajos a un públicomás amplio. Las conclusiones presentadas en este documento han sido redactadas porun grupo representativo de participantes del coloquio.

La miseria es violencia –Romper el silencio – Buscar la paz.

Investigación-acción 2009-2012 y coloquio internacional

ConclusionesAgosto 2012

Página- Dinámica de elaboración de conocimiento «miseria, violencia y paz» ..................................................................2- Síntesis de resultados..........................................................................................................................................3 à 9- Evaluaciones de los participantes en el coloquio internacional............................................................................10- Propuesta................................................................................................................................................................11

www.atd-cuartomundo.org

En el marco de su programa de acción 2008-2012 «Unirse para un mundo sin miseria», elMovimiento internacional ATD Cuarto Mundolanzó un proyecto de elaboración deconocimiento con vistas a renovar su propioconocimiento e interpelar a las institucioneslocales, nacionales e internacionales sobre lasviolencias sufridas y las condiciones paraconstruir la paz en el contexto de la extremapobreza.

Equipos del Movimiento ATD Cuarto Mundopresentes en 25 países 1 participaron en estainvestigación. Más de mil personas se impli-caron. Trescientas personas participaron encinco seminarios que fueron organizados endiferentes lugares del mundo. En cada uno deestos seminarios, trabajaron juntos miembrosde ATD Cuarto Mundo: militantes con expe-riencia propia de la extrema pobreza, volun-tarios permanentes y aliados comprometidos ensu medio profesional. La investigación se haservido de tres lenguas vehiculares: español,francés e inglés. Sin embargo, los actores de lainvestigación se han expresado en otras len-guas: alemán, árabe, aymara, criollo haitiano,criollo mauriciano, criollo reunionés, quechua,malgache, mooré, sango, suizo-alemán,swahili, tagalo, y wolof.

El proceso de elaboración de conocimiento seapoyó en la dinámica del «cruce de saberes» 3

que reconoce a las personas que viven en laextrema pobreza como los primeros actores desu propio conocimiento y crea las condicionespara que puedan elaborarlo autónomamente enel seno de un grupo de pertenencia, antes decompartirlo con otros grupos: profesionales,miembros de asociaciones o universitarios.

Tomando en cuenta la realidad de los diferentescontextos, las cuestiones que se trabajaronfueron las siguientes: ¿Qué es lo más violentopara mí en mi vida? ¿Cuáles son las

consecuencias de estas violencias? ¿Cómoresisto? ¿Cómo puedo romper el silencio? Lapaz, para mí, ¿qué quiere decir? ¿De qué pazhablo? ¿Qué paz necesito? ¿Cómo soy actor depaz?

Cuarenta miembros del Movimiento ATDCuarto Mundo que habían participado en estostrabajos se reunieron en enero de 2012 en uncoloquio internacional para poner en común elconocimiento que, durante los dos días siguien-tes, se sometió a diálogo con 25 invitados 4:universitarios, profesionales, responsables ins-titucionales y políticos que también realizaronaportes sobre cuestiones relativas a la violenciay la paz. El último día, en la sede de laUNESCO en París, el conjunto de participantesen el coloquio comunicó este trabajo a unpúblico de 450 personas.

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Dinámica de elaboración de conocimiento«miseria, violencia y paz»

1 Alemania, Bélgica, Burkina Faso, Canadá, Costa de Marfil,Egipto, España, Estados Unidos de América, Francia metropoli-tana e Isla de la Reunión, Guatemala, Honduras, Haití, Irlanda,Líbano, Madagascar, Perú, Filipinas, República de Centroáfrica,República Democrática de Congo, República de Mauricio, ReinoUnido, Ruanda, Senegal, Suiza.

2 Seminario internacional de Gran Baie, República de Mauricio.Diciembre 2009: «La miseria es injusticias y violencias en todoslos sentidos», Seminario internacional de Lima, Perú. Agosto2010 «La violencia hecha a los más pobres: de qué paz son ellosportadores. Romper el silencio», Seminario internacional de Frim-hurst, Reino Unido. Marzo 2011 «La miseria es violencia – Alzarla voz por la paz», Seminario internacional de Pierrelaye, Francia.Junio 2011: «Nuestras vidas están hechas de violencias; por todotenemos que luchar», Seminario internacional de Dakar, Senegal.Julio 2011: «La miseria misma es una violencia. Si la miseria separa, la paz toma su lugar».

3 Carta del cruce de los saberes:http://www.movimiento-cuartomundo.org/Talleres-del-cruce-de-los-saberes.html?var_recherche=cruce

4 Además de los países citados anteriormente: Brasil, Japón, Kenia,México, Paraguay, Polonia, Vietnam.

No es posible vivir en paz mientras persiste lacondición inhumana de la pobreza extrema.

Habiendo sido trivializada, la pobreza extremaes a menudo descrita únicamente en términosde carencia de alimentos, de ingresos, de aloja-miento, de saber. Sin embargo, ponerse en si-tuación de comprender y aprender a partir dequienes son víctimas de tales condiciones, haceemerger otra realidad: la de multitud de autén-ticas violencias ejercidas a la par de la negaciónde los derechos fundamentales. Las privacionesmateriales encierran en la supervivencia; la in-seguridad provoca rupturas en la familia; la ex-plotación impide desarrollar las capacidades;las humillaciones, la exclusión y el despreciollegan hasta el no reconocimiento de las perso-nas más pobres como seres humanos.

«Nuestras vidas están hechas de violencias».6

Esta realidad interroga no solamente a los pro-gramas de ayuda humanitaria y de lucha contrala pobreza, no solamente a las instituciones cre-adas para y por el conjunto de la sociedad, sinoque también interroga radicalmente todas lasrelaciones entre las personas y los pueblos. Laincomprensión entre los seres humanos, y lo in-adaptado de las respuestas planteadas provie-nen de un conocimiento de la realidad troncadoe incompleto, un conocimiento elaborado sinlas personas concernidas que es, en sí mismo,fuente de violencia y abandono.

Superar el desconocimiento y la incomprensiónde la pobreza extrema, requiere «romper el si-lencio» 7 sobre la violencia y la resistencia queoponen quienes la padecen. Sin embargo, laspersonas que viven situaciones de «injusticiasy violencias en todos los sentidos» 8 no puedenpor sí solas romper el silencio, saben que estopuede volverse en su contra. Una búsqueda co-lectiva y un verdadero trabajo de liberación dela palabra de cada uno son necesarios para ela-borar un conocimiento y un análisis justo. Tresaños de investigación y el coloquio internacio-

nal que fue su culminación, han permitido ex-perimentar las condiciones necesarias para lo-grarlo. La voluntad común de cambio, la con-fianza y la solidaridad para asumir juntos losriesgos han permitido atreverse a «alzar la vozpor la paz». 9

¿De qué paz hablamos? «Abordar la violenciade la miseria sin entrar en la perspectiva de labúsqueda de la paz sería condenarse a buscarculpables. Pero tener como eje la búsqueda dela paz sin confrontarla a la violencia de la mi-seria y sus consecuencias, sería hacer de la pazun privilegio». 10

La paz —tanto en lo más próximo a la persona,como la sociedad que la rodea y en el mundo—es ser reconocido por los demás en tu dignidadde ser humano; es poder ser útil a los demás ya tu familia, procurándole los medios para unaexistencia digna; es poder afirmar la personali-dad propia y estar en paz con uno mismo.

La paz no puede estar basada en el silencio dequien ha de bajar la cabeza porque ha sido pri-vado de los medios para existir dignamente ypara defenderse. La violencia padecida y losgraves perjuicios que ésta provoca exige a lasinstituciones y a los Estados dar el primer pasopara restablecer el diálogo y crear las condicio-nes para poner fin a toda violencia.

«Si la miseria se para, la paz toma su lugar».11

Resistiendo a la violencia de la miseria, los máspobres invitan a cada uno a comprender lo quees la paz, para así construirla con todos en elmundo

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La miseria es violencia – Romper el silencio – Buscar la paz

Investigación-acción 2009-2012 y coloquio internacional

Síntesis de resultados«La violencia del desprecio y de la indiferencia crea la miseria, porque inexorablemente

conduce a la exclusión, al rechazo de un hombre por los demás hombres».Joseph Wresinski 5

5 «La violencia que sufren los pobres» [1968]http://www.joseph-wresinski.org/Sobre-la-Violencia.html

6 Tema del seminario internacional de Pierrelaye (Francia).7 Tema del seminario internacional de Lima (Perú).8 Tema del seminario internacional de Gran Baie (República de

Mauricio).9 Tema del seminario internacional de Frimhurst (Reino Unido).10 Eugen Brand. Discurso pronunciado durante la jornada pública

del coloquio internacional «La miseria es violencia. Romper elsilencio. Buscar la paz» (Casa de la UNESCO).

11 Tema del seminario internacional de Dakar (Senegal).

No ser tratado como un serhumano debería ser tratado

«Me gustaría vivir bien, como todo el mundo,pero la vida es tan difícil que uno está obligadoa vivir de una manera distinta a su deseo». 12

«Te miran con asco, con miedo, hasta te tratancomo a un enemigo».

Al lado de la violencia de las privaciones existeotra violencia, también extrema, que está ligadaa la humillación, el desprecio y la negación dela humanidad de la persona: «Como si paraellos no fuéramos seres humanos».

El tratamiento inhumano es una violencia queresulta en todas las demás: la sucesión del no-respeto, de la humillación, de la discriminación,del ultraje y la negación de los derechos funda-mentales, hasta alcanzar la violencia física re-cibida por los más pobres en la escuela, en eltrabajo, o en la calle. «No solo yo no tenía nada,sino que había sido reducido a nada». Personasque se ven degradadas, encerradas en catego-rías estigmatizadoras, y nombrados por deno-minaciones indignas. Cotidiana e insoportablepara quien la padece, esta violencia es invisible,o considerada como normal y trivializada porquienes la cometen o la presencian sin reaccio-nar.

«Que las personas nos falten el respeto llamán-donos por nombres tipo “caso social”, “malamadre”, “incapaz”, “ buena para nada”, datestimonio de que nos están juzgando y de undesconocimiento de nuestra realidad. Nosotrossentimos la violencia de ser discriminados, in-existentes, de no formar parte del mismomundo, de no ser tratados como los demásseres humanos. Éstas violencias cotidianas sonmaltratos».

La consecuencia de la violencia extrema es re-ducir al silencio a sus víctimas. La indiferenciay el desprecio a las que son sometidas las per-

sonas más pobres es tan violenta que éstas ter-minan por someterse a tales consideraciones,por dudar de sí mismas y verse tan solo a travésde los ojos de los demás: inútiles, incapaces, re-ducidos a «desechos».

La miseria destruye a la humanidad, pues creabarreras que hacen imposible el reconocimientomutuo, la comprensión y la comunicación. Unadoble violencia se pone de manifiesto: de unlado la violencia de la extrema pobreza, y delotro, la violencia de la tergiversación de las re-acciones intrínsecamente humanas de las per-sonas en esta situación: sus gritos y llantos con-siderados como un intento de manipulación, suira y desacuerdo como una agresión, incluso susilencio es incomprendido.

Experimentar que ya no pertenecen a la mismahumanidad, impide a los más pobres atreversea hablar de lo que sienten. Los padres se sientenculpables de no poder ofrecer una vida digna asus hijos, de no poder protegerles de la violen-cia que se instala en el seno sus barrios y aveces hasta en el seno de sus familias. Estas hu-millaciones implican sufrimiento, indignación,cólera, sentimiento de injusticia y de abandono.Y tienen como consecuencia la desconfianzahacia el vecindario y las instituciones, la des-confianza que conduce incluso a huir de laayuda. «Es eso lo que te mata, te quita hasta lasganas de vivir».

Violencias institucionalesy políticas

La violencia ejercida contra las personas máspobres por las instituciones y quienes las repre-sentan afecta a su libertad e integridad física ypsíquica y a la de sus familias, comprometiendosu futuro y la cohesión de la sociedad. Sin em-bargo, esta violencia ha alcanzado un grado talde trivialización que no cuestiona en modo al-guno el funcionamiento de las instituciones —ya sean públicas o de la sociedad civil— cuyaresponsabilidad reside en permitir vivir al con-junto de la humanidad, garantizar la seguridaduniversal y el acceso de todos al bien común.

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La miseria es violencia

12 Todas las citas en cursiva pertenecen a personas que han partici-pando en la dinámica de investigación que duró tres años o alcoloquio internacional, tanto miembros del Movimiento ATDCuarto Mundo como invitados.

«Han construido una autopista para unir laciudad al aeropuerto. Esta debía atravesar unazona residencial, pero el trazado fue cambiadopara que fueran las familias pobres las despla-zadas y empobrecidas».

«Cuando nuestros hijos nos han sido retiradosy se encuentran bajo el cuidado de una institu-ción, solo tenemos derecho a escribirles unacarta al año. Se nos prohíbe decirles que esta-mos luchando para recuperarles, o cuánto lesamamos, porque consideran que esto pertur-bará la estabilidad emocional del niño».

«Cuando estaba en la escuela no tenía un ma-letín, debía llevar mis útiles escolares de lamano. Llevaba también zapatos de plástico. Elmaestro me ponía en evidencia y se burlaba demí».

«Mi país dice que ha logrado alcanzar el ob-jetivo del milenio sobre la educación primariauniversal, cuando en realidad ha ampliado elacceso, pero no la calidad. Muchos niños fra-casan en sus exámenes de los 10 años y nosaben ni leer ni escribir».

Bajo diferentes formas, se pone de manifiestola exclusión de las personas más pobres y eldistanciamiento de las instituciones, las injus-ticias acometidas, y la violencia que la institu-ción ejerce a través de quienes la representan.

A pesar de la gravedad de estas actuaciones, lasinstituciones a menudo afirman haber tomadotodas las medidas oportunas y haber actuadodentro de la legalidad, y reenvían a las personasen dificultad la responsabilidad de la violencia.Las personas en situación de pobreza extrema,en su rechazo a entrar en una lógica de sumi-sión a la institución, desarrollan estrategias dedefensa que les son devueltas de nuevo enforma de violencia: juzgadas por las institucio-nes como personas y familias a las que es im-posible gestionar.

Por otro lado, el fracaso de la institución es amenudo desviado a los profesionales que debenhacer frente a las situaciones sin disponer delos medios necesarios, corriendo, aquellos quetratan de asumir sus responsabilidades profe-sionales tomando en cuenta la realidad de vidade las personas en situación de pobreza, elriesgo de ser ellos mismos excluidos. Así, la ex-periencia de unos y otros —profesionales ypersonas en situación de pobreza— es, lejos de

ser considerada como una contribución paraavanzar juntos en la realización de su misión,desperdiciada, negada o vista como una ame-naza para la institución.

«Trabajé como trabajadora social. Mi respon-sabilidad consistía en ayudar a personas a des-arrollar planes para recuperarse. Sin embargo,cuando la gente se veía en problemas, yo teníaque suplicar al director hasta que finalmentese les proporcionaba la ayuda necesaria. Unhombre mayor, indignado por lo que había re-cibido, me dijo: “No me queda más remedioque enseñárselo, mire, me han traído un col-chón usado y lleno de manchas.” Cuando fui areclamar a mi supervisor, dijeron “Quien men-diga no puede elegir.” Me sentí humillada y as-queada al mismo tiempo».

Las violencias institucionales se convierten enviolencias políticas cuando estas son legitima-das por la ley o son ejercidas por el Estado. Setrata de legislaciones y políticas públicas queimpuestas por las instituciones mantienen a laspersonas y poblaciones más pobres en condi-ciones inhumanas, aún en contra de las denun-cias y recomendaciones que las juzgan contra-rias a los principios de Derechos Humanos:expulsiones repetidas, alojamientos inhuma-nos, falta de asistencia sanitaria y jurídica, des-erción escolar, separación de la familia, etc.

Así mismo, esta violencia ejercida por las ins-tituciones se ve a menudo enraizada en violen-cias históricas, que, no habiendo sido compren-didas a la luz del conocimiento de las personasen situación de pobreza extrema, se perpetúana lo largo de generaciones y condenan a perso-nas, familias y comunidades enteras. Dejadossin la comprensión de su propia historia de viday resistencia , los más pobres son reenviados auna imagen negativa y vergonzosa de sus orí-genes. Este desconocimiento profundo man-tiene los prejuicios, y fomenta la exclusión y ladiscriminación.

Negar a las personas los medios para la parti-cipación, es prohibirles el acceso a los procesosdemocráticos. Las políticas mismas que preten-den reducir de un cierto porcentaje la pobreza,son ellas mismas formas de violencia, porqueafirman de entrada que no todos serán alcanza-dos por ellas.

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Proyectos y serviciosno adaptados a las necesidades

de las personas

En el contexto social y económico actual en elque todo proyecto debe ser rentable económi-camente a corto plazo, numerosas instituciones—públicas y de la sociedad civil— no inviertenel tiempo necesario para conocer y comprendera las personas, a las familias con las que seproponen trabajar, ni la realidad que viven y loque esperan.

«Una asociación viene a ayudar a los pobres,regalan madera, lonas, cemento, pero noproponen ayudar a la gente a construir suscasas. Si eres una mamá sola y no tienes dineropara pagar mano de obra, si no tienes un lugaren el que guardar el material que te ha sidodado, este termina por estropearse, el cementose endurece y no puede ser utilizado. Las ONGsvienen con un proyecto sin haber caminado conla familia, sin conocer la realidad».

Las familias más pobres han construido a lolargo de los años una manera de resistir a lapobreza extrema basada en la relación familiary vecinal, y la voluntad de encontrar solucionescomunes. Esto es tan importante para ellascomo los proyectos y los cambios a los queaspiran. Cuando la ayuda, los proyectos dedesarrollo y los servicios no tienen esto encuenta y llegan fracturando —incluso demanera involuntaria— las formas de resis-tencia, las fuerzas y todo lo que estas familiastienen de común, las relaciones quedan rotas.

«Vivimos en un barrio muy pobre, pero lamayor parte de nosotros lograba tener trabajoa sus alrededores. El barrio ha sido destruidoy todas las familias realojadas en un barriollamado “modelo”. Tenemos casas, peromuchos han perdido sus pequeños trabajos yno podemos vivir sin dinero. Logré que sepublicara un artículo en el periódico para decirque necesitábamos ayuda. Sin consultarnos, uncamión vino hasta la entrada del barrio ydescargó toneladas de ropa. Había fotógrafospresentes para mostrar la llegada de estaayuda, pero ésta ha sembrado la discordiaentre los habitantes. Nosotros necesitábamosayuda para que nuestros hijos lograranintegrarse en la escuela, para que nuestrobarrio sea aceptado por el resto de la ciudad...

Esta ayuda nos ha hundido en lugar deayudarnos».

Un proyecto que provoca la pérdida de larelación colectiva es en sí un proyecto ina-daptado, pues, una vez llegado a término, lavida de las personas en situación de pobreza esaún más difícil. Este tipo de proyectos divide alas comunidades más pobres, dejando a sushabitantes debilitados y empobrecidos.

«Hay ONGs aquí, que traen mucho dinero, quetraen muchas cosas, pero no significa abso-lutamente nada. Ellos no pueden combatir ni lamiseria ni la pobreza porque no conocen aquienes hay que orientar la ayuda que traen.Se dirigen a los más inteligentes, separan,provocan violencia. Vienen a dar arroz aalgunos durante seis meses y, por las casas delos más pobres, ni tan siquiera pasan. Eso es laviolencia, esa manera de actuar que separa ala gente».

La cuestión de los proyectos y servicios noadaptados nos dirige una vez más a la cuestióndel conocimiento y de las relaciones necesariaspara su elaboración. Cuando los proyectos,incluso aquellos concebidos para ayudar, estánbasados en un conocimiento parcial, terminanresultando respuestas insuficientes y atrapan alas personas en situaciones sin salida, obligán-doles a mentir sobre su realidad para poderbeneficiarse de estos. En último término, estetipo de proyectos, no obteniendo los resultadosesperados por sus gestores, se vuelven en contrade los más pobres. «La ayuda, tal como estápensada, no corresponde a nuestrasnecesidades; la vivimos como una imposiciónpara satisfacer los deseos de los que pensandolos proyectos, quieren imponernos sus valores».

Numerosas propuestas para salir de la pobrezase basan en la capacidad de las personas deaprovechar las oportunidades. A menudo, les esimputado el fracaso que conlleva no haberpodido aprovecharlas, «Si otros lo han logrado,por qué no lo lograste tú». Pero una opor-tunidad es como un billete de lotería, toca o notoca. Una oportunidad no constituye underecho, más aún, solo la puesta en práctica deverdaderos derechos permite alcanzar real-mente a todo el mundo, sin contentarse conllegar a los más dinámicos.

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«Existen violencias inolvidables que uno estáobligado a callar».

Aún confrontado a todo tipo de violencias, elser humano no pierde la consciencia de que loque vive constituye violencia. Si no tomamosesto en consideración no estamos en un caminode paz para todos. Incluso si una persona haestado siempre condenada al silencio, nadiepuede hablar en su nombre. Para la construc-ción de una paz verdadera, es imprescindible,en primer lugar, comprender el porqué delsilencio y crear las condiciones para romperlo.

«Guardar silencio es también una manera deresistir, una manera de no caer en el círculo dela violencia. Pero el silencio esconde laviolencia». Ante el peligro de que cualquiermanifestación empeore la situación, ante laposibilidad de crearse enemigos, o de sertotalmente ignorados, quienes viven la pobrezaextrema se ven, con el objetivo de protegerse,condenados al silencio. «Nos reprimíamospara que la situación no empeorara». No setrata del silencio al que toda persona tienederecho y que concierne su intimidad, sino delsilencio que se impone al que no cree que serátomado en cuenta, al que sufre del miedo, alque es acusado de ser culpable de su propiasituación.

Romper el silencio, expresar la experiencia quecada uno porta, liberar el pensamiento y lapalabra requiere estar rodeado de personas enlas que se tiene confianza, tener la certeza deque uno no se pone ni a sí mismo ni a su familiaen peligro. En espacios o mecanismos creados

para la expresión publica y la participación, —ya sea por instituciones de la sociedad civil opor parte de las administraciones públicas— esnecesario crear las condiciones para que laspersonas en situación de pobreza puedanexpresarse en libertad, haciéndolo a partir de loque les fortalece y moviliza, y no desde lo queles humilla o avergüenza. Es esta fuerza ganadala que posibilita tomar la palabra, solidarizarse,no incurrir en la humillación del otro, sentirsefinalmente en situación de igualdad paradialogar libremente con la sociedad y susestructuras. «Nosotros sabemos dónde, conquién y cuándo podemos hablar».

Para los profesionales e investigadores — tantode la administración pública como de lasociedad civil— entrar en el desafío de«romper el silencio» supone en primer lugarasumir que su propia práctica puede provocarviolencia. Todos ellos tienen un papel y unaobligación ética en la tarea de denunciación dela violencia hecha a las personas en situaciónde pobreza —papel que algunos desempeñancorriendo riesgos profesionales y personales—, pero denunciar no es romper el silencio. Pararomper el silencio es necesario reconocer elconocimiento que reside en las personas a lasque se les ha impuesto el silencio, y tener lavoluntad de cruzarlo con el conocimientoelaborado por las universidades, las ONGs ylas instituciones en general, elaborando de estemodo un conocimiento nuevo que transformela práctica de las instituciones, las estrategias einiciativas de producción de conocimiento y lavida de los más pobres.

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Romper el silencio

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«Mientras no tenga para dar de comer a mishijos, no podré decir que estoy en paz».

Una vida demasiado difícil impide la paz.Quienes se ven sometidos a la violencia de lamiseria quieren ante todo proporcionar unavida distinta a sus hijos. Sin embargo, larealidad de la miseria, los sufrimientos vividos,las humillaciones, y la ira que provoca en ellos,les impiden disponer de los medios y la pazinterior para asegurar un futuro mejor para sushijos. La paz no podrá ser construida sin incluira quienes no la poseen y tampoco, sin cambiarla realidad cotidiana.

Que una sociedad viva la paz social o ponga enmarcha procesos de paz para resolverconflictos armados no garantiza la paz para laspersonas más pobres. En momentos dedificultad, son las personas más pobresquienes, acumulando todas las inseguridades,pagan el precio más alto de las crisiseconómicas, el precio más alto de los conflictosarmados, e incluso de los procesos de paz yreconciliación, que no tomándoles en cuenta enla reconstrucción, no aseguran que las personasmás pobres puedan recuperar los pocos bienesque poseían, ni tampoco participar en losprocesos reconstrucción y reconciliación.

«La paz no es solamente cuando todo está bienpara ti y tu alrededor, porque la paz se vive enuna comunidad, en un hogar, en un barrio, enun país, y cada uno de nosotros existimos enellos. Si cada persona se hiciera esta pregunta:¿cómo podemos hablar de paz? ¿de qué pazhablamos? Se diría que la paz a la queaspiramos y que decimos que existe, esta pazen realidad no existe».

La trivialización de la violencia de la miserianos empuja a vivir en el engaño, a guardarsilencio sobre una paz que no alcanza a todos,a cultivar el cinismo proclamando valores

universales a sabiendas de que la manera derealizarlos reposa sobre la negación de lacapacidad de las personas más pobres de serportadores de estos mismos valores. Ya losabemos, todos en verdad jamás significatodos. Nos contentamos con una paz quecondena a las personas más pobres a portarfísica y psicológicamente las consecuencias dela violencia. La paz no podrá ser construida sinel reconocimiento de las violencias padecidas.

Los que sufren con más dureza la violencia dela miseria se ven obligados a actuar día a díapara resistirla y defenderse, obligados arivalizar en pro de la supervivencia, y aposponer la realización de una verdadera paz:«Para mí la paz es estar bajo tierra, tranquilo,y descansar en paz.” Personas en situación depobreza extrema renuncian a hacer valer suderecho a la justicia, preocupados porque,frente a situaciones precisas, mandar a un padreo a una madre a la cárcel no constituye ningunasolución, ni para ellos ni para las personas queles habían agredido; personas que se rebelan alver cómo el desprecio y la discriminación seinstalan en el seno de la comunidad, y estándispuestos a luchar si hace falta para que elrespeto entre vecinos perdure; personas quecargan con el peso de la culpabilidad porque nofueron capaces de reaccionar más que parasalvarse a sí mismos.

«Cuando no se toma en cuenta que los máspobres son creadores de paz, no podemoshablar de edificar la paz. Incluso si ellos noedifican la paz con nosotros, porque no se losdeja, podríamos por lo menos reconocer quenos la dan a nosotros. Mientras que ellossufren tantas violencias y mientras cometemostantos errores, el silencio del más pobre nos dauna posibilidad de continuar construyendo».

Sin embargo, la tarea de la construcción de lapaz, no debe recaer tan solo en los que se ven

Buscar la paz

confrontados a la violencia de la miseria y atodos los perjuicios que esta genera. Lasinstituciones y los Estados están llamados a darel primer paso para restablecer el diálogo ycrear las condiciones para poner fin a todaviolencia. Así mismo, la sociedad en suconjunto está llamada a conocer, reconocer yunirse a los esfuerzos para construir la paz dequienes viven en la violencia de la miseria. Lapaz es una responsabilidad colectiva que noscompromete a todos.

«Eso es lo que puede construir la paz, hacefalta que las personas se sientan responsablesde la injusticia que viven los otros, porque si nodenunciamos las injusticias, la paz no podránunca instalarse en el mundo».

Es cuando cada uno de nosotros construye lapaz a partir del otro, a partir del más pobre,cuando podemos juntos hablar de paz.

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«Para mí fue de verdad una experiencia extraor-dinaria, y más aún al haber dado la posibilidada todo el mundo de poder expresarse. Es una li-beración del corazón, del alma, del espíritu. Sivinimos a la UNESCO fue para depositar todoel sufrimiento que vive cada familia. Y nos-otros, al volver a nuestros países, tenemos todala miseria por destruir. Estaremos atentos a laspersonas que viven en la miseria, los tendremosen cuenta, y, sobre todo, les daremos un papelprioritario en la sociedad... Yo no sabía queexistía un Movimiento que tiene en cuenta ver-daderamente, verdaderamente hasta tal punto,el interés del pobre... Y quiero decir que no nosvamos a quedar sencillamente aquí. Ustedestiene muchas cualidades, muchas capacidades,cada uno tiene un valor que hay que mostrar alos demás. Necesitamos personas como uste-des, como yo, para construir el mundo. A pesarde nuestras diferencias, a pesar de nuestro colorde piel, es la unidad lo que hay entre nosotros.Hace falta sostenerse con fuerza unos a otros.Cuando se ve al otro caer, debemos ir hacia élpara impedirlo, para volverlo a poner en pie.Tengo trabajo que hacer en mi barrio, en mipueblo, y espero saber cómo asumirlo».

Mariline Legentil,actor de la investigación-acción

«Cuando pienso en todo lo que aprendí duranteesta semana, sé que no es demasiado. A pesarde haber trabajado durante 40 años en cosas quetienen que ver con la pobreza. Me he sentidocomo un completo ignorante frente a todo loque he escuchado, frente a todo lo que la genteha compartido de sus vidas. Pero esto no es ne-cesariamente malo para mí. Porque cuandocrees que lo sabes todo, entonces, tienes unproblema».

Sean Dunne, actor de la investigación-acción

«El cruce de los saberes es ante todo el respetoa la palabra del otro como palabra “con autori-dad” y como saber, así como la disponibilidada ser transformado por este saber. Esto consti-tuye un desafío para el mundo universitario. No

porque allí el discurso del otro no sea respetado,sino porque es generalmente concebido comouna fuente de información que hay que com-prender y que hay que analizar, más que comoun saber en sí mismo. Pero esto constituye tam-bién una ocasión de enriquecimiento, un enri-quecimiento que no supone por parte de los uni-versitarios el capitular simplemente y de dar lapalabra a «otros», sino de escuchar y de apren-der».

Paul Dumouchel, invitado

«Lo que me parece esencial es el hecho de de-finir la extrema pobreza como violencia. Creoque ese concepto cambia por completo lo quehemos venido discutiendo en otros años enotros ámbitos. Situar la extrema pobreza comoviolencia, da pauta para que revisemos inclusotodas aquellas declaraciones y convenios uni-versales de derechos humanos. Esto tiene im-plicaciones éticas para las instituciones, paralos órganos del Estado, para los organismos in-ternacionales, para quienes tienen que definiracuerdos de paz. Si vamos a definir la extremapobreza como violencia, entonces en la mesade negociación tiene que estar también esetema. Esto genera un campo bastante intere-sante de nuevos desarrollos, de nuevos pensa-mientos, de nuevas revisiones».

Guillermo Monroy, invitado

«Creo que ahora podemos plantear la cuestiónde la paz porque hemos comprendido hasta quépunto la palabra paz puede resultar violentapara quienes están excluidos. Es decir, que unamanera ligera y conceptual de hablar de la pazpuede ser en realidad violenta. Si nosotros nohubiéramos sido conscientes de esto, hubiéra-mos silenciado a la gente sobre la cuestión dela paz. Lo que hemos trabajado durante tresaños va a permitir, lo espero de corazón, que nose haga callar a nadie sobre la cuestión de lapaz».

Anne Claire Brand, miembro del grupo deanimación de la investigación-acción

Evaluaciones de los participantesen el coloquio internacional

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Esta investigación-acción participativa ha permitido proponer una serie de compromisos alos que hacer frente conjuntamente y que cada uno desarrollará en su propia realidad.

1 - Reconocer y rechazar la violencia hecha a los pobres y construir conellos la paz.

- Renovar la lucha contra la pobreza y renovar los compromisos por la paz: no volver a referirsea la miseria o a proyectos de lucha contra la pobreza sin tomar en cuenta la violencia padecidapor las personas y los pueblos confrontados a la extrema pobreza. No volver a hablar de construirla paz sin hacerlo con las personas confrontadas a la violencia cotidiana de la pobreza extrema.

- Iniciar con las personas más pobres y con las organizaciones en las que ellas eligen librementeexpresarse, una reflexión sobre las seguridades que cada ser humano, cada pueblo y la comunidadhumana necesita para vivir dignamente y construir la paz día a día.

- Introducir la cuestión de la violencia de la miseria directamente en instancias tales como elConsejo de Seguridad de Naciones Unidas.

2 - Promover el encuentro y la comprensión de las personas y los pueblosa partir del rechazo a la miseria.

- Construir espacios de encuentro que permitan a las personas confrontadas a la pobreza extremaelaborar libremente y a largo plazo su pensamiento, y confrontarlo con otros actores de la vidaen sociedad.

- Amplificar y hacer visible la corriente de rechazo a la miseria, a fin de animar, reforzar y otorgarcredibilidad a todos los compromisos tomados en solidaridad y co-responsabilidad con los máspobres.

3 - Renovar a partir de la realidad de vida de los más pobres la manera deproducir y validar el conocimiento.

- Unir fuerzas para que universitarios y profesionales estén más presentes en iniciativas de “crucede saberes” con personas en situación de pobreza extrema, y para que esta dinámica sea recono-cida en el seno de las universidades y las instituciones.

- Apoyar el compromiso a largo plazo de quienes están más aplastados por la miseria y crear lascondiciones para permitirles romper el silencio. Progresar hacia el derecho de cada ser humanoa poder contar con los otros.

Propuestas

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4 - Rehabilitar a las personas más desfavorecidas en su historia colectiva yfamiliar y en su resistencia.

- Apoyar la restauración de lazos familiares y la transmisión generacional para que todos los niñosen situación de pobreza puedan conocer los esfuerzos cotidianos de sus padres para resistir a laviolencia.

- Recolectar, con las personas y grupos humanos menos escuchados, su historia de resistencia ala violencia de la miseria y su historia de valentía para construir la paz.

- Rehabilitar la historia de familias, grupos humanos y pueblos, hoy víctimas de la miseria y de lavergüenza, su historia de humanidad.

5 - Reconocer la contribución única de los más pobres a la construcción dela paz entre todos los seres humanos.

- Abrir un trabajo de “cruce de saberes” con las personas más pobres, en el marco de las instanciascompetentes de Naciones Unidas, para elaborar Principios Directores para construir una Culturade la Paz a partir del rechazo a la miseria.

- Obtener que la llamada del 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Miseria,«Allí donde hay hombres condenados a vivir en la miseria, los Derechos Humanos son violados.Unirse para hacerlos respetar, es un deber sagrado»13 , sea inscrita no solamente en los altos lu-gares significativos, sino en la constitución de cada país.

- Hacer reconocer frente a todos aquellos que trabajan para construir la paz en el mundo, incluidoel comité del Premio Nobel de la Paz, la contribución a la paz en el mundo de las personas y laspoblaciones en situación de pobreza extrema.

13 Texto gravado en 1987 sobre la «Placa en honor de las víctimas de la miseria», plaza de las Libertades y los Derechos Humanos, Trocadero,París (Francia). Existen 37 réplicas de esta placa en diferentes lugares del mundo. http://mundosinmiseria.org/article/placa-del-trocadero

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