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A to largo de sus casi tres años de existencia, "CRIBA" ha venido ofreciendo en sus páginas las opiniones de hombres públicos de las más diferentes posiciones, dentro, desde luego, del techo común de una aceptación —más o menos entusiasta, según los casos— de la legalidad vigente. En su búsqueda de objetividad y de "fair play", nuestro semanario ha ido a preguntar puntos de vista, con frecuencia, a políticos que nada tienen que ver con la ideología fundacional que anima a la sociedad editora de la revista. Para algunos, esto ha permitido un auténtico contraste de pareceres dentro de los modestos límites de nuestra publicación; para otros, nos hemos "pasado" tal vez, en nuestra actitud de juego limpio. La verdad es que son escasas las personas entrevistadas en "CRIBA", hasta el momento, que de alguna manera pertenecen a lo que podríamos llamar el "respaldo político" de la publicación. En cierto modo, ello es obvio, puesto que no parece normal que nadie se pregunte a sí mismo, cuando tiene otros canales —el artículo, el comentario, la orientación ideológica- para hacer oir su voz en el semanario. De todas maneras, parece interesante para quienes técnicamente hacemos el semanario —concre- ; tamente, para los periodistas de su redacción— preguntar también, alguna vez, a quienes de algún modo orientan ideológicamente "CRIBA", esas mismas cuestiones políticas que, más o menos, venimos preguntando a personalidades de diferentes procedencias. Ello comporta el riesgo de tener \ seguramente que aludir a temas políticos que, no por ser de > dentro de casa, dejan de tener interés público. Riesgo, en cualquier caso, de molestar la atención de algunos lectores, porque, por lo demás, en esta casa no hay misterios, y no importa aludir a nuestras propias cuestiones, cuando de ellas puede derivarse un suficiente interés general. Dentro de esta perspectiva —y sobre temas en algunos casos . partiendo de que quienes fundaron comprometidos o molestos. í y animan ideológicamente al sema- De la Sota es un pequeño nario pertenecen, en su mayoría, a industrial maderero de 40 años, : la Agrupación de Antiguos Miem- casado y padre de familia numero- bros del Frente de Juventudes—, sa, en el que es característica traemos hoy a nuestras páginas acusada -tal y como yo le veo- precisamente al presidente de la su honestidad política. Me refiero ; Agrupación de Madrid, Luis Fer- -no soy nadie para juzgar a nando de la Sota Salazar, nombre nadie- a su talante personal. No ; no desconocido para nuestros lee- se trata de que Luis Fernando esté tores, puesto que con frecuencia en cierto o posea la verdad, sino ha colaborado en "CRIBA". Hoy, ^e su postura parece sincera- ; sin embargo, Luis Fernando no mente mantenida y coherentemen- opina espontáneamente, sino que te seguida. Falangista sin alharacas '• se somete a nuestro "interrógate- ; rio",-- no de muy buen grado en ^^^^^_ ^^^^> rehuir, desde luego, manifestarse |HHH SIGUIENTE jffff

La Falange se

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Page 1: La Falange se

A to largo de sus casi tres años de existencia,"CRIBA" ha venido ofreciendo en sus páginas lasopiniones de hombres públicos de las más diferentes

posiciones, dentro, desde luego, del techo común de unaaceptación —más o menos entusiasta, según los casos— de lalegalidad vigente. En su búsqueda de objetividad y de "fairplay", nuestro semanario ha ido a preguntar puntos devista, con frecuencia, a políticos que nada tienen que vercon la ideología fundacional que anima a la sociedadeditora de la revista. Para algunos, esto ha permitido unauténtico contraste de pareceres dentro de los modestoslímites de nuestra publicación; para otros, nos hemos"pasado" tal vez, en nuestra actitud de juego limpio. Laverdad es que son escasas las personas entrevistadas en"CRIBA", hasta el momento, que de alguna manerapertenecen a lo que podríamos llamar el "respaldopolítico" de la publicación. En cierto modo, ello es obvio,puesto que no parece normal que nadie se pregunte a símismo, cuando tiene otros canales —el artículo, elcomentario, la orientación ideológica- para hacer oir su vozen el semanario. De todas maneras, parece interesante paraquienes técnicamente hacemos el semanario —concre-

; tamente, para los periodistas de su redacción— preguntartambién, alguna vez, a quienes de algún modo orientanideológicamente "CRIBA", esas mismas cuestiones políticasque, más o menos, venimos preguntando a personalidades

de diferentes procedencias. Ello comporta el riesgo de tener \seguramente que aludir a temas políticos que, no por ser de >dentro de casa, dejan de tener interés público. Riesgo, encualquier caso, de molestar la atención de algunos lectores,porque, por lo demás, en esta casa no hay misterios, y noimporta aludir a nuestras propias cuestiones, cuando deellas puede derivarse un suficiente interés general.

Dentro de esta perspectiva —y sobre temas en algunos casos .partiendo de que quienes fundaron comprometidos o molestos. íy animan ideológicamente al sema- De la Sota es un pequeñonario pertenecen, en su mayoría, a industrial maderero de 40 años, :la Agrupación de Antiguos Miem- casado y padre de familia numero-bros del Frente de Juventudes—, sa, en el que es característicatraemos hoy a nuestras páginas acusada -tal y como yo le veo-precisamente al presidente de la su honestidad política. Me refiero ;Agrupación de Madrid, Luis Fer- -no soy nadie para juzgar anando de la Sota Salazar, nombre nadie- a su talante personal. No ;no desconocido para nuestros lee- se trata de que Luis Fernando estétores, puesto que con frecuencia en '° cierto o posea la verdad, sinoha colaborado en "CRIBA". Hoy, ^e su postura parece sincera- ;

sin embargo, Luis Fernando no mente mantenida y coherentemen-opina espontáneamente, sino que te seguida. Falangista sin alharacas '•se somete a nuestro "interrógate- ;rio",-- no de muy buen grado en ^^^^^_ ^^^^>

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ni exhibicionismos, sino arraigadoen el pensamiento de José Anto-nio, no se encuentra, desde luego,fosilizado doctrinariamente, ajenoa la realidad que ahora vivimos.Por el contrario, fiel a su genera-ción —la que no encuentra nom-bre: "silencio", "puente", "tránsi-to"—, se encuentra más preocupa-do por la organización de laconvivencia española cara al futuroque por la inactiva contemplaciónde nuestra historia reciente. Encualquier caso, Luis Fernando dela Sota no hace afirmacionesarriesgadas, gratuitamente, sin pe-sar cada una de las palabras, yestar seguro de lo que dice.

MOMENTO POLÍTICOCONFUSO

CRIBA.- ¿Cómo ve el actualmomento político español?

L.F. DE LA SOTA- Muyconfuso. Casi todas las fuerzas quetradicionalmente se han movido eneste país por espacio de muchosaños, hoy aparecen desdibujadas yaparentemente divididas ante loscomplejos síntomas del momentopolítico que se viene llamandotransición... Y como todo el mun-do intenta llegar lo más entero

los grandes éxitos y fracasos decasi 40 años de régimen?

L>F.S.— Esto nos llevaría aescribir casi un libro. En síntesis,le diré que el principal éxito, a mijuicio, ha sido el de conciliar, deuna forma u otra, a las fuerzas quesiempre han estado en pugna—Ejército, Iglesia, Sindicatos obre-ros y grupos políticos—, consi-guiendo una paz interior y exteriorde 34 años. Ni que decir tiene quehan existido y existen grandestensiones en ocasiones, pero queresultan pequeñas en comparacióna lo que ha estado sucediendo ennuestro país durante siglos. Elfracaso mayor creo que ha sido elde no aprovechar la situaciónlímite de los años siguientes a laguerra civil, en los que el entusias-mo y la capacidad de sacrificio yde entrega de la mayoría de losespañoles eran más manifiestos,para realizar una transformaciónmás profunda de todas las estruc-turas de España. Una auténticarevolución nacional.

CRIBA.— La llamada "revolu-ción pendiente", ¿no? Pero, va-mos a ver: los falangistas, ¿seguíscreyéndoos revolucionarios?

L.F.S.- La Falange, en los añostreinta, denunció la necesidad de

que ver con la que se ha. venidollamando revolución "nacionalsin-dicalista" y cuya invocación, en elcolmo de las paradojas, o de lossarcasmos, se ha venido utilizandohasta no hace mucho, como despe-dida obligada de cada uno de losescritos u oficios —por asépticosque fueran— elaborados por losorganismos oficiales, junto con lainvocación de Dios y de España.

CRIBA.— Pero si aquella revolu-ción está todavía pendiente, ¿quépasa? ¿Se va a hacer o qué?

L.F.S.— En mi reciente respues-ta a la encuesta para el libro"Falange, hoy" afirmé que no creoque hoy se den en España lossupuestos mínimos que hacen posi-ble, deseable popularmente, unarevolución. Esto podrá ser bueno omalo. Pero el discutirlo seríaexcesivo aquí. Por tanto, si lapolítica sigue siendo el arte de loposible, no creo viable hoy elcamino revolucionario. Ya sé quees posible crear, incluso artificial-mente, ese clima propicio. Peroentiendo que sería inferir unnuevo dolor, un nuevo trauma alpueblo español, al que si de verdadqueremos servir, tenemos la obliga-ción de evitárselo. La violenciaimprescindible en toda revolución

"Nuestra fuente es el falangismofundacional, aunque paraalgunos tengamos famade heterodoxos".

"La Falange seha utilizado para

descubrir o disfrazarmuchas cosas"

posible a ese momento, hay unaausencia tremenda de definicionespersonales y de deteminacionespolíticas. Yo creo que esto espeligrosísimo, ya que si se dejatodo para después, va a producirseun trauma de inprevisibles conse-cuencias. En dos palabras: laexpectación y el aburrimiento, alcincuenta por ciento, resumen elactual momento político español.

CRIBA.- Sin embargo, ahí es-tán los últimos treinta y tantosaños. ¿Cuáles son, en su opinión.

hacer una revolución en España, yadelantó los puntos en que estadebiera basarse. También aseguróque la realizaría al llegar al Poder.Como resulta que una gran partede las deficiencias estructuralesdenunciadas entonces, subsisten, eincluso algunas se han agudizado,parece estar claro que la revolu-ción, la gran revolución española,sigue pendiente... Se ha hechootra, que ha modificado una buenaparte de la fisonomía del país,pero que nada o muy poco tiene

auténtica sólo se puede justificarcuando las situaciones de injusticiao de desoiden han llegado a cotaslímites, y creo que, objetivamente,no es éste el caso de España.

CRIBA.— Entonces, ¿cuál es,ahora, el papel de los falangistas?

L.F.S.— Si los falangistas presta-ron un gran servicio a España enun momento especial de descom-posición y de falta de autentici-dad, hoy, junto a la aportación denuevas ideas, de soluciones, deesfuerzos y de sacrificios, creo que

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tienen otro gran servicio queprestar al país. El de no ahorraresfuerzos por hacer irrepetible elhorror de otra guerra civil.

CRIBA.- Pero usted pertenecea una generación que, por impera-tivos biológicos, se encuentra pro-yectada hacia el futuro. Partiendodel presente, ¿hacia dónde vaEspaña? O, de otra manera: ¿có-mo será políticamente nuestro paísen 1985, por ejemplo?

L.F.S.— No tengo vocación defuturólogo. Es imprevisible lo queserá España dentro de quince años.Le podría contestar lo que yoquerría que fuera. Pero eso es otracosa. Si no hay ningún aconteci-miento especial, todo hace suponerque nuestro país estará más cerca-no en todos los órdenes, tantoeconómicos como industriales, so-ciales, y por supuesto, políticos, asus vecinos europeos. A su situa-ción de ahora me refiero, pues nocreo que en ese plazo logremosalcanzar la que para entonceshabrán adquirido esos países.

LA AGRUPACIÓN

(Dejemos la futurología, y acer-quémonos al presente político máspróximo para De la Sota, quenecesariamente ha de relacionarsecon la Agrupación que preside anivel provincial).

CRIBA.- ¿Qué es la Agrupa-ción de Antiguos Miembros delFrente de Juventudes?

L.F.S.— La Agrupación ha signi-ficado un intento muy serio debuscar un camino diferente de losque se nos ofrecían desde elMovimiento a los que nos forma-mos en las filas de las Organiza-'clones juveniles de la Falange. Encontra del antiguo y tradicionalsistema de la elección de arribaabajo, implantamos la elección,desde la base, de unas juntas de

gobierno colegiadas, para regir lavida de las agrupaciones duranteun mandato que oscila de dos acuatro años.

CRIBA.- Pero, políticamente,¿cuál es ese significado?

L.F.S.— En lo político, piensoque las agrupaciones son un pococomo un árbol. Sus raíces sehunden profundamente en la ideo-logía falangista. En la filosofía yen la ética joseantoniana. De ahíse nutre y recibe su más fuertesavia. Además, conformamos untronco, una base de elementoscomunes a todos nosotros: patrio-tismo, sentido de la responsabi-lidad, exigencia de justicia social,fuerte sentido crítico, deseo deigualdad de oportunidades... Y,por último, un amplio y frondosoramaje. Unas ramas crecen y seorientan hacia la izquierda; otrashacia la derecha; unas se alzanerguidas, desafiantes, hacia arriba;otras aparecen algo curvadas haciaabajo, en ademán conservador.Todo un mundo, se lo aseguro, yademás constituye un índice omuestreo sociológico y genera-cional muy interesante.

(Me cuenta De la Sota elrespeto que los hombres de laAgrupación sienten por las posicio-nes políticas de los demás. Convi-ven hombres que sirven a laAdministración y al Movimientocon lealtad y entusiasmo —"por-que entienden que es su deber",me dice— junto a otros que"honestamente —afirma— entien-den que no deben colaborar con elsistema". Para el presidente de laAgrupación de Madrid, ambas pos-turas las supone sinceras, y mehace hincapié en el respeto mutuoque se mantiene entre unos yotros miembros... "Y que conste—añade— que no pretendo hacer laapología de la Agrupación, quejunto con estas virtudes tiene otrosdefectos importantes, y algunoslastres como el de su propionombre, que la hace tan vinculadaa un pasado que dificulta e inclusocondiciona las opiniones, las filiasy las fobias de aquellos que nopasaron por el Frente de Juventu-des, e imposibilita las adscripcionesmilitantes que, de otro modo, nosconsta, serían fáciles". Uno, queno ha pasado por el Frente deJuventudes, piensa hasta qué pun-to esa dificultad, se debe a una

NO CREOVIABLE

HOY

EL

CAMINO

REVOLUCIONARIO

imagen estereotipada —no carentede apoyo real— dé unas actividadesjuveniles más centradas en desfilesy disciplina cuasi militar que en unauténtico rodaje cara a una convi-vencia política democrática. Talvez todo dependa de lo que encada momento y cada mando delFrente de Juventudes entendió queera la Falange. Por eso, le pregun-to a Luis Fernando de la Sotasobre la vinculación real de laAgrupación con el ideario falangis-ta y con la propia Falange históri-ca.)

L.F.S.— Nuestra fuente inicialideológica proviene, sin lugar adudas, del falangismo fundacional.Lo que ocurre, y de ahí que paraalgunos tengamos fama de hetero-doxos, es que nos hemos negado aanclarnos en el pasado, y en la

cantando el "Cara al Sol", seadoptan hoy posturas integristas,involutivas, defensivas o comoquiera llamársele...

L.F.S.— Precisamente por eso,en la Agrupación de Madrid, y meconsta que en otras muchas, lossignos exteriores se prodigan muypoco. Desde hace muchos años seha hecho muy mal uso de ellos. LaFalange se ha utilizado para encu-brir o disfrazar muchas cosas. Unasmuy sucias; otras, simplementediferentes de lo que era la Falangeen esencia. ¿Cómo no va a moles-tar ver que la ultraderecha utilizael simbolismo falangista para encu-brir su propio vacío? Pero en elfondo, ha sido más perjudicial laasimilación de muchas actitudespúblicas con ese pretendido falan-gismo. De cualquier forma, yo no

lectura ininterrumpida y exclusivade las Obras Completas. Hemosintentado, en la medida de nues-tras fuerzas y posibilidades, abrircaminos nuevos, dar respuestasconcretas a los problemas concre-tos de hoy. Y en unos casos, estasrespuestas se ajustan a los patronestradicionales del falangismo. Pero,en otros, esas respuestas, debido alas importantes modificaciones so-ciopolíticas y socioeconómicas deEspaña y del mundo, no se ajustantanto a aquellos patrones. Pero esono nos preocupa. Lo importante esandar, adivinar, imaginar. Con elriesgo, por supuesto, de equivocar-se. Incluso reivindicamos ese dere-cho. Cualquier cosa menos pararseen la historia. Ese es un pecadoque no puede cometerse en políti-ca, porque equivale a convertirseen un fósil...

LOS SIGNOS EXTERNOSFALANGISTAS

CRIBA.— Pero usted sabe queen nombre de una única Falange y

soy partidario de un esfuerzodesmesurado por reivindicar elpurismo de la Falange. Ya sé quehay muchos falangistas que nocomparten esta tesis, pero yo creopreferible hacer cosas y que seanlos demás quienes califiquen. Parael pueblo, en general, la diferen-ciación de estos campos es muydifícil. Para los sectores politizadosy de buena fe, creo que no lo estanto. Se trata de saber, a la vistade los "programas", quién séproduce como falangista, y quien,a pesar de ir cubierto de flechas yde camisas azules, es imposible quelo sea, por absoluta incoherenciaentre el falangismo y lo que hacey dice.

CRIBA.- Hablemos de otroasunto. Creo que no hay por quéocultar que algunos miembros dela Agrupación opinan que el sema-nario "CRIBA", vinculado a ellafundacionalmente y de hecho—aunque jurídicamente lo editeuna Sociedad Anónima indepen-diente—, se ha despegado de lasperspectivas ideológicas que alien-

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tan la Agrupación. ¿Qué opinausted, personalmente, sobre esteasunto y sobre el actual momentode la revista?

L.F.S.— Este es un tema quecreo han dejado ya bastante claro,tanto Nicolás Rodríguez, anteriorpresidente del Consejo de Adminis-tración de Prominsa como elactual, José Gárate. Efectivamente,la idea fundacional de la revistaCRIBA, nació en el seno de laAgrupación, y de ella salieron lasprimeras aportaciones de capital, ylos primeros esfuerzos. Con unos ycon otros, escasos los primeros ygigantescos los segundos, se pudoponer en la calle la revista. Efecti-vamente, miembros de la Agrupa-ción de Madrid son una buenaparte de los que de una u otraforma hacen posible CRIBA, perosería irreal desconocer que junto aellos están, en primer lugar, unreducido pero excepcional equipode profesionales, que en definitivason (os que hacen la revista, queaunque identificados en muchascosas, no tienen nada que ver conla Agrupación, y después, otraserie de hombres y de intereses,ajenos también al inicial plantea-miento. Por todo ello, CRIBA nopuede, ni debe, y si me apura nodebería ser nunca el portavoz de laAgrupación. Y de hecho, en ella, yusted es testigo excepcional deello, han opinado hombres d£ideología muy diversa, y hemo?estado siempre muy abiertos a ladiversidad de criterios siempre quese hayan producido con una ele-mental mesura, aunque hayan idoa contrapelo de nuestras propias¡daas. Si como parece, la revistaahora va a realizar una auténticaescalada, superadas sus primerasdificultades, se verá cómo la parti-cipación de hombres no proceden-tes de la agrupación es mayor, sinque ello signifique por supuesto, almenos en lo que a mí concierne,que la línea que ha venido mante-niendo nuestra revista se modifi-que.

CRIBA.- Volvamos a temasmás generales. Desde su punto de

vista, en una sociedad capitalistacomo la nuestra, el ideario falan-gista, ¿qué aportación puede ofre-cer?

L.F.S.— Creo que puede propi-ciar un cambio profundo en mu-chas de las estructuras actuales,modificando, cambiando, supri-miendo lo que sea necesario. Perosin necesidad de partir de cero. Sinarrasamiento previo de lo actual.Si a esto le quiere llamar posiciónreformista o reformadora, hágaloasí, aunque el término está muydeteriorado, debido a algunas ex-periencias extranjeras y a quetambién produce confusión.

LA IZQUIERDA,NECESARIA

CRIBA.— ¿Cree seriamente quees posible una izquierda, sin salirsede los presupuestos constitucio-nales de nuestro país?

L.F.S.- Más que posible, nece-sario. Casi diría que imprescindi-ble. Como usted sabe, el régimennació acogiéndose en esa materia aun postulado falangista, equidistan-te de la derecha y de la izquierda.Pero aquella frase estaba vinculadaal tiempo un que se pronunció.Más tarde, terminada la guerra, yhecha la maniquea separación en-tre buenos y malos, e laizquierda le adjudicaron todas lasperversidades humanas y dejaronpara la derecha todas las perfeccio-nes angélicas. A pesar de toda laorquestación en este sentido, lamaniobra ha sido tan burda quenosotros nunca hemos caído enella. Y tal vez precisamente porrebeldía, cuanto más se inclinabael sistema hacia la derecha, másiban nuestras simpatías hacia laizquierda. Por supuesto que yasabe lo difícil que es diferenciarlos justos lindes de "la izquierda yla derecha", ya que siempre habríaque referir la a un punto concretoestablecido. Pero en cualquier casopara contrarrestar la clara inclina-ción de nuestro país hacia lo quese ha venido llamando posturaderechista, conservadora, sería pre-ciso crear un contrapeso izquierdis-ta, o lo que es lo mismo, aperturis-ta, social izador, avanzado y crea-dor, en consonancia con las co-

rrientes europeas. Esa izquierdadebería ser de características na-cionales, "a la española", y a lavez que respetar los valores espiri-tuales y trascendentes, habría deacometer decididamente la tareade hacer posibles unos cauces departicipación, así como unas pro-fundas reformas en orden a unamayor participación obrera en ladirección política del país. Unaizquierda que se dirigiera a lareforma de la empresa —incluida laempresa agraria—; que impidiera laespeculación del suelo; frenara elmonopolio de la banca privada porel camino de la nacionalización o,si esto no fuera hoy viable, porsistemas de competencia sindical.Una izquierda, en fin, que contra-pesara la clara preponderancia dela derecha, sería una eficaz opcióndel sistema para su perfecciona-miento y corrección. En esa iz-

quierda, junto con muchos falan-gistas, estarían o deberían estarotros hombres de otras proceden-cias, que se comprometieran a darmás valor a su coincidencia defuturo que a su origen o inicialmilitancia. La época délos exclusi-vismos creo que ha pasado, y sehace necesario compartir ideas yesfuerzos, en beneficio del biencomún.

CRIBA.— Una pregunta máspara perfilar su personalidad polí-tica. Está claro que usted esfalangista. ¿Es, también, monárqui-co?

L.F.S.— Si esta pregunta me lahubiera hecho hace cinco años,por ejemplo, mi respuesta hubierasido rotunda; NO. Si ahora lecontestara de otra manera sería"más hábil", más "político". Perono va con mi modo de ser. No hesido educado inicialmente por elrégimen en monárquico, y poste-riormente, ni emocional ni intelec-tualmente me atrae la monarquía.Pero con la misma sinceridad quele digo esto, le digo también que sila monarquía del 22 de julio,cuando llegue el momento, de-muestra que es un instrumentoválido y eficaz para España —ydado que no me mueve ningunaclase de resentimientos personalesni fobias ideológicas— serviría leal-mente a esa monarquía. Por elcontrario, si así no fuese estaríaenfrente con todas sus consecuen-cias.

(Este es el hombre. Hasta elfinal honesto, hasta el últimomomento racional y coherente,con un esforzado empeño, partien-do de su formación y de su propia"circunstancia", de hacer patria sinpuños y sin pistolas).

Bonifacio DE LA CUADRAFotos: M. López Rodríguez