Jesús modelo de catequista

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Jess modelo de catequista Un da estaba Jess orando en cierto lugar. Cuando terminaba su oracin, uno de sus discpulos le pidi: Seor, ensanos a orar as como Juan ense a sus discpulos. El les dijo: Cuando recen, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino. Danos cada da el pan del da. Perdnanos nuestros pecados, pues nosotros perdonamos a todo el que nos ofende. Y no nos dejes caer en la prueba. Cada uno de nosotros tenemos una vocacin especfica, un llamado, para el cual y por el cual hemos sido creados; sin este llamado por detrs de todas las cosas nuestra vida no tendra sentido, y es que el Padre Dios nos pens con tanto amor que no poda dejarnos a la deriva, pero eso si, la ltima palabra la tenemos nosotros. La vida del cristiano es un elegir a cada instante, es un optar por esto o por aquello, pero llega un momento en que la opcin se vuelve ms seria y debemos elegir ya no una forma de estar, sino una forma de ser. Llamados a ser catequistas, no a hacer de catequistas. Cuando empezamos la catequesis, dimos un SI profundo y seguro a Dios, un SI que no se termina en ese momento, sino que se prolonga como una opcin de vida, como una forma de ser. El decir SI a ser catequistas es decir SI a ser maestros de la fe, esa fe que la aprendimos de nuestros mayores, que la aceptamos con amor y que ahora la transmitimos con entusiasmo y con la esperanza de que ocurra en los dems lo mismo que ocurri en nosotros. La vocacin del catequista no es temporal, es desde siempre y para siempre; aunque el da de maana no tengamos un grupo a nuestro cargo, seguiremos siendo catequistas, de nuestras familias, vecinos, amigos y de todos aquellos que aqu o alla necesiten de nosotros una palabra de aliento, de apoyo... una palabra de Dios. Hoy por hoy, ya sea con los padres o con los chicos, nuestra funcin es transmitir, ensear la Palabra de Dios. Esto requiere de nosotros una dedicacin de tiempo completo, pero sin dejar de lado nuestras familias, nuestro trabajo, nuestros estudios, sino que tambin en ese ambiente debemos ser catequistas, por eso no estamos llamados a hacer de catequistas sino a serlo. La opcin de vida que hemos tomado nos compromete hasta tal punto que toda nuestra vida debed verse afectada por nuestro SER CATEQUISTA. Los NO del catequista. El catequista no es aquel: que se cree el super cristiano que se las sabe todas. Que por sus muchos meritos ha llegado hasta donde est. Que no es coherente entre lo que vive y lo que ensea.

Que se hace compinche de su grupo. Que dicta clases de catequesis deshumanizando al grupo. Que no quiere a su comunidad y se ocupa solo de la catequesis. Que no prepara los encuentros porque no le interesan.

Los SI del catequista. El catequista es aquel: que ha recibido de Dios el llamado a comunicar a otros la misma fe que ha recibido. Que con generosidad y desinteresadamente se entrega al servicio de los dems. Que humildemente reconoce su debilidad y su ignorancia pero confa en la obra del espritu. Que vive cada segundo con ansias de conocer mas a Dios y as compartirlo con los hermanos. Que ensea lo que cree, y practica lo que ensea. Que se hace uno con su grupo y comparte de igual a igual. Que quiere al grupo que el Seor le encomend y se gana la amistad de todos. Las letras chicas del contrato. Cuando dijimos SI a ser catequistas, firmamos con Dios un contrato de vida, en el cual haba muchas letras pequeas que seguramente no lemos (aqu va una copia del contrato que firmamos con las letras pequeas agrandadas para que veamos bien). Sera bueno que pensemos si despus de haber ledo bien el contrato lo firmaramos nuevamente asumiendo todo lo que, queramos o no, ya hemos asumido cuando dijimos si al llamado de Dios a ser catequistas. El catequista hoy Puede ser catequista todo el que quiera? Si y no. Para anunciar el Evangelio ms explcitamente, son necesarios algunos requisitos. Cmo debe ser el catequista hoy? Cmo tiene que ser el catequista en Amrica Latina? Antes de continuar este estudio, pueden pensar en las cualidades que ha de tener hoy un buen catequista. Cada quien anota esas cualidades en un papel. Despus, uno habla y otro hace el resumen en el tablero. Comenten los resultados. Para saber lo que se puede esperar de un buen catequista, hay que saber primero cul es la catequesis que necesita hoy la Iglesia en Amrica Latina. En el desarrollo de los distintos temas, tocaremos varios aspectos de la catequesis hoy en da, dentro de las directrices de nuestros Obispos. Slo mencionaremos brevemente algunas cualidades de un buen catequista. 1. El catequista ha de tener una espiritualidad profunda de adhesin a Jesucristo y a la Iglesia. Tiene que testificar con su propia vida, ms que con sus palabras, su

compromiso con Cristo, con la Iglesia y con su comunidad. Necesita ser una persona de oracin y alimentar su vida con la Palabra de Dios. 2. Debe ser una persona integrada en su comunidad. La catequesis hoy ha de ser comunitaria. Por eso, el catequista tiene que conocer a su comunidad, caminar con ella y ser sensible a sus problemas. 3. El catequista necesita una conciencia crtica ante los hechos y acontecimientos de la vida. Debe ayudar a la comunidad a reflexionar la propia realidad, a la luz de la Palabra de Dios. Ayudarla a liberarse del egosmo y del pecado, y llevarla a la celebracin de su vida en la Liturgia. 4. Tendr siempre una actitud de animador. Ha de aprender a or y a dialogar, caminando junto con la comunidad. 5. Si la catequesis da una visin sistemtica del contenido de la fe, el catequista debe conocer a fondo el mensaje que va a transmitir. Conocer la Biblia y sabr interpretarla, uniendo siempre la vida con la Palabra de Dios y sta con la vida. 6. El catequista necesita tener tambin ciertas cualidades "humanas": ser una persona psicolgicamente equilibrada. Si est lleno de problemas personales, an no resueltos, difcilmente sabr orientar a los otros; saber trabajar en equipo, tener un cierto liderazgo y ser creativo; ser una persona responsable y perseverante. El mejor catequista puede acabar con el trabajo catequtico s no es asiduo en los encuentros. Son necesarias la responsabilidad y la puntualidad. amar a los catequizandos y tener algunas nociones de psicologa, didctica y tcnica de grupo; sentir dentro de si la vocacin de catequista. Sin esa vocacin, se desanimar en seguida ante las exigencias de la catequesis. 7. El catequista ha de cuidar constantemente de su formacin. Nunca puede decir que est preparado para su tarea. Como todos los cristianos, necesita una formacin permanente, que puede darse de estas formas: En das de encuentro, reflexin y oracin con los catequistas de su comunidad; Planificando y programando con otros, ayudndose as mutuamente; Participando de cursos en la propia comunidad o parroquia, o fuera; leyendo mucho, actualizndose siempre, estudiando los documentos de la Iglesia sobre catequesis y otros temas actuales; formando al grupo de catequistas (sobre esto hablaremos ms adelante).

LA PEDAGOGA DE JESSPor: Carmen Julia Pagn El tema de la pedagoga de Jess es uno de los ms fascinantes en el campo de la educacin religiosa cristiana. Todo lo que hizo Jess nos apasiona y nos motiva a realizarlo. Pero as como de fascinante es el tema, as lo son las expectativas que se tienen con relacin al mismo. Todos queremos imitar al Maestro en su metodologa, contenido y autoridad pedaggica. Son muchos los que creen que si Jess lo hizo de tal o cual manera tambin nosotros debemos hacerlo igual. Ante esto nos preguntamos ser adecuado pensar de esta forma? Qu debemos hacer para emplear efectivamente la pedagoga de Jess en la iglesia cristiana? Utilizara Jess las mismas tcnicas para impartir su enseanza hoy? El contexto en el cual se da la experiencia educativa El contexto en el cual se imparte la educacin cristiana es importante. Debemos ver ste no slo considerando los acontecimientos sociales, polticos y econmicos, sino tambin la situacin existencial de las personas, sus experiencias y entendimientos de la fe. Se hace necesario que la educacin cristiana que se imparte en la iglesia haga posible que el mensaje de Jess se transmita de una manera clara y pertinente. Se requiere que se examine cuidadosamente el contexto estableciendo un dilogo con l. La educacin cristiana debe tener como una de sus prioridades el ofrecer respuestas concretas a los interrogantes que lanza la sociedad. Jess vino a ensear? Es significativo indicar que todos los evangelistas colocan la actividad pedaggica de Jess desde el inicio de su ministerio. Marcos nos dice: "Entraron en Capernam, y el sbado entr Jess en la sinagoga y comenz a ensear. Y se admiraban de su doctrina porque les enseaba como quien tiene autoridad y no como los escribas" (Mc 1:21-22). De igual manera los evangelistas finalizan sus relatos con una exhortacin de Jess comisionando a sus discpulos a predicar y a ensear el mensaje recibido. "Id y haced discpulos a todas las naciones,... y ensendoles..." (Mt 28:19-20). Mirar los evangelios con un lente pedaggico podra ser muy revelador e ilustrativo para nuestra prctica educativa. En ellos descubrimos que la misin de Jess, al igual que el de la iglesia, es la de ensear.

Aunque los evangelios contienen una cantidad de material histrico-narrativo, examinado bajo el lente de la primera iglesia, en el momento en que Jess comienza su ministerio todo lo que l hace es motivo de una enseanza. En sus acciones y estilos Jess modela pedagoga y en sus dichos transmite un contenido teolgico. Jess tom de las experiencias de la vida cotidiana para hacer de ellas temas de enseanza religiosa. Lo que nos ilustra sobre su nfasis como Maestro en la penitencia y en la aplicacin. De las actividades pedaggicas de Jess podemos extraer ejemplos sobre las muchas formas en que se puede impartir la enseanza, las diferentes maneras en que la gente aprende y de cmo los escenarios modifican la experiencia educativa. Entendemos la pedagoga de Jess? Es medular entender como la prctica pedaggica de Jess respondi a su contexto. Para el Maestro, las situaciones concretas de sus discpulos fueron ocasiones para impartir una enseanza. Los discpulos fueron dirigidos a encontrar respuestas dentro del marco de su propia realidad. La actividad pedaggica de Jess fue impactante, no slo por el contenido de sus enseanzas, sino tambin por la viveza educativa que se dio en la misma. El dinamismo que Jess le imparti a su enseanza, la profundidad de sus palabras y los resultados que sta produjo fueron impresionantes. Los evangelistas en sus relatos llenos de dramatismo recogen esa imagen de Jess como pedagogo. Al leer los evangelios con un lente pedaggico apreciamos la gran diversidad de mtodos empleados por Jess y el cmo la pedagoga y el contexto se relacionan. Pues los mtodos de Jess fueron respuestas concretas a experiencias a las cuales l quera responder. Entre los mtodos empleados por Jess tenemos: historias, parbolas, milagros, oraciones, discursos, smbolos y lenguaje simblico, preguntas y respuestas, estudio de casos, repeticin, induccin, motivacin por medio de ejemplos y proyectos. Como se puede apreciar los mtodos de Jess fueron variados entre s. Es que la pedagoga invita a la creatividad y a la respuesta efectiva del momento y situacin en que se imparte la enseanza. En Jess, lo terico y lo prctico se entrelazaron en la prctica educativa. Por eso podemos decir que las experiencias de sus discpulos fueron motivos para la enseanza y el resultado de la enseanza fue motivo para modificar sus experiencias de vida. Para el Maestro la experiencia no fue relato trivial e insignificante, sino punto de partida para entender la situacin teolgica y existencial en que se encontraban sus discpulos.

Qu es la pedagoga de la pregunta? De todas las tcnicas utilizadas por Jess en esta presentacin nos limitaremos a la pedagoga de la pregunta. La pregunta es una tcnica muy apropiada para la enseanza religiosa a todos los niveles. En la educacin religiosa cristiana el hacer preguntas debe verse como una de las mejores herramientas para lograr una pedagoga transformadora. S.G. Fortoris nos dice que la importancia de la pregunta consiste en que ella estimula el pensamiento fructfero. La pregunta ayuda a clarificar los pensamientos, particularmente cuando stas son bien planificadas y dirigidas. Esta lleva a la reflexin profunda y al anlisis. La pregunta es tan importante en la educacin que no podemos afirmar que el/la maestro/a que domina la tcnica de la pregunta domina bien el arte de la enseanza. En la educacin religiosa las preguntas pueden utilizarse para dirigir a los/as estudiantes a modificar sus comportamientos y actitudes. Las preguntas invitan a que stos confronten por s mismos sus situaciones frente a las demandas del evangelio, de tal manera que lleguen a sus propias conclusiones. El ensear la fe no es meramente una actividad intelectual, sino tambin una que envuelve los sentimientos y la voluntad. De eso es que trata la educacin religiosa cristiana, de formar hombres y mujeres con un profundo carcter cristiano. La tcnica de la pregunta es empleada con frecuencia en nuestras prcticas educativas, pero no siempre de la mejor manera, ni produciendo los resultados deseados. Ya que las preguntas no provocan efectos por el slo hecho de decirlas, stas deben ser dirigidas con propsitos claros y definidos. Lo que nos invita a evaluar: cmo hacemos preguntas? qu clases de preguntas exponemos? hacia quin(es) van dirigidas? qu finalidad persiguen? cmo stas corroboran el aprendizaje? Por qu Jess enfatiz esta tcnica? Jess enseaba el mensaje del Reino. l quera confrontar al pueblo hebreo con su tradicin religiosa con el deseo de que stos entendieran lo que realmente significa conocer a Dios. El inters primordial de Jess fue el de estimular el pensamiento profundo y reflexivo con relacin a las verdades que presentaba. Toda persona que escuchaba seriamente lo que Jess deca era movida a hacer un anlisis profundo en su interior. Jess vino a impartir una enseanza provocadora. Una enseanza que se encarnaba en la vida real de sus discpulos y produjera cambios. Esta manera de Jess de ensear contrasta mucho con los estilos pedaggicos que se dan en muchas de nuestras iglesias. La sociedad en general, as como la iglesia, se han convertido en lugares de pensantes uniformes y de opiniones acomodadas. Evadimos el cuestionar las implicaciones de las enseanzas de

Jess con toda su profundidad y trascendencia. Nos conformamos con decir que para El Maestro, todo es posible. Que la oracin es la respuesta para resolver nuestros problemas, sin afirmar la necesidad de un compromiso ms concreto con nuestra comunidad. F. F. Bruce en su libro TheHardSayings of Jesus, nos dice que una de las razones por las cuales las personas encuentran difciles y complejos los dichos de Jess es porque no les gusta pensar. Segn Bruce para algunas personas el pensamiento es un ejercicio dificultoso e incmodo, especialmente cuando ste envuelve la apreciacin crtica de prejuicios y de convicciones bien arraigadas o cuando el reflexionar reta las opiniones prevalecientes aceptadas por la sociedad. El "hacer pensar" a nuestros discpulos debe ser uno de nuestros propsitos al educar. Pues la fe que no resiste el cuestionamiento, qu clase de fe es?. La pedagoga de la pregunta nos puede ilustrar la manera de hacer preguntas, ya que el Maestro las utiliz de una manera nica. Vemos a Jess empleando esta tcnica en innumerables pasajes en los evangelios ya sea sola o en combinacin con muchos de los mtodos de enseanza antes mencionados. La pregunta se convirti para Jess en una chispa que inici la conversacin y el dilogo. Fue como el motor generador para una discusin ms amplia. Cmo eran las preguntas de Jess? cules eran sus propsitos? Las preguntas que Jess hizo fueron de toda clase. Estas fueron directas e indirectas. Fueron hechas a varios niveles, buscando que los discpulos alcanzaran un mayor entendimiento de la fe. Jess como buen pedagogo no slo respondi a su nivel intelectual, sino tambin a la situacin particular en la cual se encontraban. Jess hizo muchas ms preguntas que las que contest, y en ocasiones contest una pregunta con otra pregunta. Tambin provoc en los discpulos el hacer preguntas. En su bsqueda de la verdad Jess no tuvo temor al cuestionamiento. Los propsitos de Jess al hacer preguntas fueron muy variados. Estn desde los ms sencillos, hasta los muy complejos. Entre ellos enumeramos los siguientes: 1. Para fomentar el inters o establecer un punto de contacto Jn 4:7; Lc 8:45. 2. Para iniciar y estimular el pensamiento Lc 9:25; Mt 6:27; Jn 13:12. 3. Para expresar o verbalizar el proceso de razonamiento Mr 10:18; Mt 20:22. 4. Para probar el compromiso as como el entendimiento espiritual Jn 6:1-7. 5. Para ayudar a los discpulos a aplicar la verdad Lc 10:36; Jn 13:12.

6. Para emplear la disputa, la argumentacin y la lgica Lc 14:5; 13:2; Jn 8:46. 7. Para reprender o sealar alguna falla espiritual Mr 4:40; Lc 6:46. 8. Para introducir una enseanza Mt 6:25; Lc 6:39,41. Las preguntas de Jess tambin fueron utilizadas para expresar emocin (Mr 9:19), para recordar lo aprendido (Mr 8:20), para fortalecer la voluntad (Jn 5:6), para contestar otras preguntas (Jn 21:22) y una serie de propsitos que por razones de espacio no mencionamos. Jess procur con sus preguntas cultivar una serie de habilidades en sus discpulos. l quera motivar el pensamiento claro y dirigirlo. Llevar a la reflexin, pues le interesaba modificar actitudes y romper prejuicios. Las preguntas en Jess promovieron el dilogo y sobre todo la creatividad. La pregunta en Jess estimul el descubrir nuevos senderos y nuevas maneras de ver la vida. Un ejemplo de un interrogatorio fructfero, en donde la pregunta se convirti en generador de dilogo, es el conocido pasaje de Jess y la mujer de Samaria, en Jn 4:1-29. Vemos que con una pregunta indirecta: "Dame de beber", Jess comienza un dilogo transformador. En este pasaje observamos como la discpula hizo ms preguntas que El Maestro. Jess con paciencia fue provocando el preguntar, hasta que la mujer termina el dilogo encontrando por s misma las respuestas. "Venid y ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. No ser este el Cristo?" (Jn 4:29). Pertinencia de la pedagoga de la pregunta en Jess Como hemos visto la pedagoga de la pregunta en Jess fue muy efectiva y ponerla en prctica podra ayudarnos a mejorar significativamente nuestra educacin cristiana. La pedagoga de la pregunta en Jess habla al contexto social de varias maneras. Pero no para imitar exactamente lo que El Maestro hizo, sino para utilizar todo aquello que sea pertinente y apropiado en nuestra situacin particular. La actividad pedaggica de Jess hay que verla como una que correspondi a un tiempo y circunstancias particulares. Lo importante no es hacer las mismas cosas que Jess hizo, sino hacer la hermenutica de esa pedagoga, imitando su dinamismo, viveza y profundidad. No creemos que Jess utilizara las mismas tcnicas hoy en da, pues l respondi a una experiencia histrica distinta. La tcnica de la pregunta y la pedagoga de Jess en general son una invitacin a la creatividad en la educacin cristiana. Nos habla de la confianza que debemos tener en nuestros recursos y de lo valioso de la experiencia religiosa popular para llevar a cabo la educacin en la iglesia.

Pedagoga y teologa Al hablar de la pedagoga de Jess y en especfico de la pedagoga de la pregunta, concebimos la pedagoga religiosa como actividad teolgica. Al Jess provocar con la pregunta respuestas para la realidad existencial y social de sus discpulos produjo como resultado la reflexin teolgica. No slo la pedagoga de la pregunta nos lleva a cuestionar la fe o motivar el pensamiento crtico, sino tambin el pensar profundo y sincero sobre nuestra realidad. La pedagoga de la pregunta puede ilustrar de cmo la fe se va formando en procesos vivenciales de comunidades y pueblos que buscan responder a un momento histrico. En mi contexto particular de Puerto Rico se oye hablar de varias corrientes teolgicas desde la fundamentalista, una teologa pentecostal autctona, la teologa catlica, hasta de una teologa de la "liberacin-descolonizadora". Hablar de todas ellas como "la teologa a ensearse" resulta realmente intil cuando sabemos que la verdadera teologa es la que la gente cree y vive. La pedagoga de la pregunta podra ayudar al telogo-educador a describir y organizar ese pensar teolgico que realmente se tiene. La manera ms poderosa en que la ideologa dominante funciona es el no permitir que se articulen nuestras vivencias para as poder descifrar nuestra realidad. Queda pues en manos de los/as educadores/as reconocer cul es realmente su marco de accin y ayudar a sus discpulos a hacer conexiones. El ver la pedagoga como actividad teolgica hace que movamos al pueblo a tomar control de su pensar teolgico. Pues es el pueblo el que vive la teologa. Es quizs el momento en que se imparte la enseanza religiosa donde mejor se recrea el pensar teolgico. Es quizs el momento en que se imparte la enseanza religiosa donde mejor se recrea el pensar teolgico. Ese momento pedaggico de cuestionamiento nos invita principalmente a dos cosas: 1) a examinar la teologa acadmica para ver cmo se relaciona con nuestra vivencia, contexto y realidad, 2) a evaluar nuestras doctrinas, experiencias y prcticas de fe para ver cmo responden al evangelio. La pedagoga de la pregunta en Jess nos ayudar a ese difcil proceso de descubrir nuestras verdades procurando articular nuestra realidad. Provocar la reflexin de nuestra fe en contexto podra ser muy revelador para elaborar una teologa contextualizada que realmente sea producto del pueblo, de su gran fe y de su entendimiento de Dios. Todos nuestros pueblos latinoamericanos tienen sus propios retos los cuales debemos afrontar con determinacin.

En el campo de lo religioso la pedagoga se convierte en actividad teolgica por varias razones. El modelaje es prctica de la fe. La imitacin es necesaria en el cristianismo. Decimos que el cristianismo no es una religin sino un estilo de vida. Cmo producir cambios reales en nuestra sociedad si no se internaliza ni se pone en prctica lo que se ensea. Como toda educacin que debe llevar a la modificacin de la conducta, la educacin cristiana es llamada a provocar cambios de actitudes y prejuicios en las personas, y de una manera profunda ya que enseamos las verdades del evangelio. La pedagoga de Jess debe ser vista como prctica que modela el vivir, como accin dentro de la realidad, como compromiso solidario con nuestras comunidades. Pedagoga y comunicacin Un/a educador/a es un/a que comunica. De nuestras prcticas educativas sabemos que la experiencia personal y social es quizs la forma ms efectiva en que la gente conecta lo aprendido. Una de las claves hermenuticas que utiliza nuestra gente para interpretar las escrituras son sus experiencias. Pero la experiencia no debe verse aqu como mero testimonio o relato superficial, sino como aquello que expresa y dramatiza cmo los discpulos piensan y ven el mundo. Las experiencias nos indican cules son sus preocupaciones, y cul es su entendimiento teolgico. El que educa religiosamente debe buscar formas de cmo insertar su enseanza en esa historia, para resaltar en ella la fe. El/a educador/a debe procurar el hacer de esa historia una historia diferente. Si nuestra gente aprende a travs del lenguaje sencillo y de aquellas cosas que estn a su alrededor; entonces es adecuado que utilicemos estos recursos para producir el aprendizaje. Al emplear las experiencias validamos como Jess lo hizo a la persona con sus historias y circunstancias. Cuando la historia de nuestras vidas es insertada en la historia de la fe o cuando la historia de la fe es insertada en la historia de nuestras vidas, se produce una pedagoga transformadora. Este fue el caso de la mujer samaritana. Las preguntas bien dirigidas y organizadas dieron como resultado la transformacin de su vida y de su comunidad. El relacionar pedagoga y comunicacin nos obliga a pensar en el nivel teolgico, social, psicolgico, intelectual y econmico en que viven nuestros estudiantes. Para llevar a cabo una pedagoga fructfera es necesario que lleguemos al nivel en que se encuentra nuestra gente. Este nivel no solamente es intelectual, es de condicin social, de gnero, de experiencias de vida, de pensar poltico, etc. No podemos atosigarle a las personas nuestras respuestas estereotipadas. Debemos permitir que la iglesia sea un lugar de dilogo y tolerancia. La comunicacin en la pedagoga de la pregunta hace que veamos a Jess, El Maestro como modelo de nuestra prctica educativa. Pero no es que vayamos a reproducir todo lo que l hizo, sino que veamos como educadores/as que estamos modelando ante nuestros discpulos. El/la educador/a por su fe, entrega y

testimonio de vida ensea ms que con sus palabras. El carcter cristiano no se forma solamente de palabras sino, a travs de vivencias que contagian vidas. Si la experiencia produce aprendizaje, como hemos sealado, la experiencia vista y compartida del otro puede ser determinante para el crecimiento y la madurez cristiana. De que vale que hablemos de igualdad y justicia hacia los desposedos y marginados de nuestras sociedades si no somos capaces de modelar esto tratando a nuestros semejantes, hombre o mujer, con el respeto y el amor que merecen. Apuntes para una bsqueda mayor En nuestra discusin hemos hablado de las diferentes formas en que la pedagoga de Jess, particularmente el hacer preguntas, nos habla. Del cmo la pedagoga se relaciona con el contexto y de los resultados que sta puede producir en la educacin cristiana. Son muchas las reas que podemos seguir explorando de las diversas maneras en que Jess ense. El examen de historias, parbolas y milagros podran aadir nuevos enfoques de cmo hacer pedagoga en la iglesia. Tambin el estudio de los temas considerados por Jess en sus enseanzas, las caractersticas de Jess como maestro y la pedagoga como actividad creativa seran materia para una futura discusin.

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El perfil pedaggico de Jess Rasgo de Jess como maestro ElsieRomanenghi de Powell Hace muchos aos, cuando cursaba el secundario, saqu de labiblioteca del colegio La Vida de Jess, de Renan. Saba poco del autor, ymenos an si era agnstico, liberal o creyente, pero hasta hoy recuerdo lasensacin de leer a alguien que escriba muy bien y pintaba magistralmente lascualidades de Jess como Maestro. Aunque ya he olvidado totalmente lo quedeca, recuerdo la sorpresa de descubrir que Jess era admirado y descrito conun lenguaje tan diferente al del plpito. Pasaron muchos aos hasta que supeque la Vida de Jess de Renan era una de las muchas vidas de Jess queaparecieron durante el siglo 19. Filsofos y escritores, telogos o no, sepreciaban de haber escrito su vida de Jess. La mayora de tales vidasresult ser ms bien ensayos que reflejaban la idiosincrasia e ideologa delpropio autor antes que un manejo riguroso de las fuentes. Aos despus deesa lectura juvenil de Renn, descubr lo insignificante que era el cuadro que lhaba pintado al compararlo con el Jess que cobr vida para m desde laspginas de los Evangelios.Creo que volcar la mirada hacia los rasgos que afloran del modo deensear de Jess bien puede ser una contribucin a lo que significa ensear enmedio de la crisis. Comienzo por citar unas lneas de un artculo periodstico en ocasin de la reciente visita a la Argentina del presidente de la UNESCO para el rea de Amrica Latina: Los profesores se preguntan qu ensear mientras los alumnos se preguntan de qu sirve estudiar.1 Si estas palabras son ciertas, producen desolacin. Cmo responder a una crisis as? La palabra crisis significa la necesidad de tener que elaborar juicios

sobre una situacin que nos exige una respuesta, una eleccin, un camino a seguir. Ya no estoy en la docencia, pero el haber pasado veinticinco aos de mi vida en ella cinco en sexto ao de un colegio secundario y veinte en la universidad me impulsan a opinar desde mi propia experiencia. Qu es un verdadero maestro? Cmo enseaba Jess? Fue en realidad un maestro? Pienso que s. A Jess se lo conoca como un maestro y l mismo debi sentirse cmodo con el calificativo porque lo aceptaba. Lo empleaba a veces para referirse a s mismo: Ustedes me llaman Maestro... y dicen bien...; o Si yo, el Seor y el maestro he hecho tal cosa... son expresiones que lo confirman (Jn 13:13-14). Algo diferente haba entre l y otros maestros porque la gente afirmaba que 2 Jess no enseaba como los escribas sino con autoridad. Qu cosas otorgaban autoridad a Jess en su tarea de ensear? Lo menos que podemos suponer es que saba de lo que hablaba. Pero veamos algunos rasgos caractersticos: Jess era un maestro creativo Jess no se limitaba a los espacios de enseanza tradicionales. Usaba el patio del templo o el aula de la sinagoga sin problemas, pero no se limitaba a ellos. Si haba necesidad de ensear a la orilla de un lago, o en la falda de la montaa, lo haca. Enseaba a grupos numerosos, pero sabemos que algunas de sus mejores lecciones fueron trasmitidas a una sola persona (Jn 3). Enseaba sin distincin de lugares, edades o niveles culturales. Usaba lo que hoy llamaramos la educacin formal y la no formal. Jess debi sentir que estaba en una emergencia educativa, ya que slo contaba con tres aos para ensear y preparar discpulos que continuaran sus enseanzas. Creo que ante una crisis se debe ser flexible y creativo. Por ejemplo: Nos dicen que hay un 60% de nios bajo el nivel de pobreza, lo que virtualmente equivale a que decir que sern vctimas de la exclusin educativa. La posibilidad de revertir ese porcentaje hasta lograr slo un 20% de marginacin llevara, segn ese mismo informe,2 unos diez aos. Significa que durante ese tiempo millones de nios se convertirn en excluidos sociales con todo lo que ello entraa para un pas. No debe una crisis as convertirnos en buscadores de respuestas nuevas y flexibles como ya se est intentando en reas de salud y de comercializacin? Un tren de la salud intenta paliar dos veces al ao las carencias en los lugares donde ya no hay ninguna contencin de la salud. Redes de comercializacin por trueque permiten sobrevivir a muchos a travs de ideas creativas. No es hora de organizar una red de cientos de voluntarios, quizs egresados secundarios, que una vez capacitados inunden los hogares aislados, las viviendas marginales, los ranchitos de los poblados, las playas, las canchas, las calles, los espacios radiales y televisivos, para dar contencin educativa temporaria hasta superar le crisis? Jess era un maestro comprometido Jess tena un compromiso especial para con los ms desprotegidos. Fue en ellos, a pesar de su sencillez y marginalidad, en quienes cifr la esperanza de que su enseanza tuviera xito. Aunque no excluy a los ms capaces o pudientes que queran conocer lo que l enseaba, Jess encamin

el cambio cultural ms grande de la historia a travs de gente mayoritariamente despreciada y hasta excluida de la sociedad (Mr 2:13). Y cuando lo criticaban por esa preferencia responda: Los sanos no tienen necesidad de mdico sino los enfermos. En otras palabras, se insert en el tejido dbil de la sociedad, en la marginalidad social, en su falta de esperanza, en su ignorancia y en su miseria moral, porque crea que era posible sanarlos. En muchas ocasiones el cristianismo hizo lo mismo. Llev las escuelas all donde haca ms falta porque la miseria moral era ms grande. Las llev adonde la sociedad estaba enferma de carencias. Sin embargo, en otras ocasiones los cristianos prefirieron captar las clases altas, aliarse al poder o convertir la educacin en comercio. Conozco las asimetras de la educacin argentina por haber vivido tantos aos en el norte argentino. Zonas donde al acabarse una fuente de 3 trabajo los poblados quedan semivacos por la migracin a las grandes ciudades, y las casas parcialmente derrumbadas slo albergan viejos con uno que otro nieto que les hace compaa, lo que traducido significa que deben acarrear el agua y cuidar los animales para que tengan pastura, pero tambin aceptar una desercin escolar no deseada. Siempre me pregunto por qu se tiene que llamar desertor a alguien que es simplemente vctima de la exclusin. Las escuelas sin suficientes alumnos se cierran y las esperanzas tambin. Se acenta as un crculo vicioso que gira en torno a la inequidad econmica que imponen ajustes donde no debera haberlos, pero que adems tiene que ver con un sistema educativo que no logra cambiar y en gran medida perpeta esa misma inequidad. Gracias a Dios porque, aunque insuficientes, todava existen escuelas rurales, la mayora escuelas rancho, donde los maestros luchan para cumplir su tarea de engrandecer la calidad de vida del pas. Jess asuma posturas crticas Es posible que la autoridad de Jess como maestro naciera en gran medida porque asuma una posicin contestataria frente a las distorsiones de la sociedad. Se animaba a sealar las tradiciones que se haban desviado y las normas absurdas que no respondan a ninguna racionalidad. Por qu haces lo que no est permitido hacer?, le preguntaban a cada paso. Y l responda a veces dando razones y otras veces simplemente actuando, a pesar de que saba que irritaba a los lderes oficiales y guardianes de la tradicin. Por cierto que fue esa actitud de libertad ante normas ineficaces la que le trajo ms problemas por parte de sus adversarios. Sin embargo, haba otras cosas que evidentemente le provocaban irritacin respecto al contexto de la enseanza. Al hablar de los que se sientan en la ctedra de Moiss, es decir, los mximos representantes de la comunidad educativa, les adverta a sus discpulos que no fueran como ellos en tres cosas: Primero, ellos enseaban bien, pero no vivan lo que practicaban. En segundo lugar, ponan cargas insoportables sobre los dems, pero ellos no queran tocarlas ni siquiera con un dedo (Mt 23:4). Conozco de cerca el drama de ver alumnos sobrecargados con las exigencias de sus profesores. Lecturas para una semana que el profesor no lograra leer ni en un mes. Acumulacin de parciales superpuestos, y listas de tareas monogrficas,

que muchas veces los profesores ni siquiera se ocupaban en leer. Lo que se lograba en muchos casos era que el alumno terminara pagando a alguien para que le hiciera una monografa (un dato de primera fuente) o pusiera su firma en un trabajo de equipo en el que no haba participado. Una investigacin hecha en la Universidad de Tucumn (de unos 30.000 alumnos) demostr que al cabo de los primeros diez aos se recibe slo un 2% de alumnos. Son los ms caros del mundo, pero lo paga un pueblo empobrecido con impuestos que terminan subvencionando a alumnos de clase media/alta, no siempre los mejores, pero s los menos afectados por los escollos burocrticos y trabas econmicas en su largo peregrinaje por las frustraciones. Adems, se trata de un sistema que hasta ahora no ha investigado a fondo las razones de esa escandalosa desercin universitaria. En tercer lugar, Jess desenmascar la vanidad caracterstica de estos ocupantes de ctedra. Dijo que les complaca ser llamados maestros y buscar los asientos de honor. Nos recuerda que esa debilidad sigue vigente. En este contexto, agreg que entre sus discpulos en 4 realidad haba un solo maestro, l mismo, y los dems deban aprender los unos de los otros. La capacidad intelectual es simplemente un don y no tiene por qu crear un brillo de prestigio mayor que el de otros dones, pero a veces los mismos programas escolares van creando una exagerada autoestima en los alumnos que demuestran ser ms analticos que imaginativos, o ms racionales que prcticos, como si una cosa fuera ms importante que la otra. Por aos he odo que se tiene que corregir este sesgo y hacer que los programas sean ms adaptables a la riqueza y variedad de cada alumno. Por aos he odo tambin que se tienen que cambiar ciertas tradiciones educativas que no tienen sentido de perpetuarse. Pero poco se hace. Recordemos que Jess no necesit salir con pancartas ni organiz protestas, pero s se atrevi a actuar de manera diferente, y esa libertad de accin provoc que algunos lo siguieran y otros lo persiguieran. Recuerdo una experiencia insignificante cuando ingres por primera vez en la docencia secundaria. Me haban llegado rumores de que sexto ao era un curso muy indisciplinado, holgazn y sin inters en estudiar. Un profesor haba renunciado porque la indisciplina lo superaba. Cuando entr ese da en el aula (sospecho que con visible inseguridad) simplemente dije: Qu tal? Cmo les va? Me di con un aula llena de caras sorprendidas y expectantes. Unos estaban sentados, otros medio incorporados y todos me miraban como esperando algo. Qu pasa?, pregunt. Falta el saludo dijo un alumno. Usted tiene que decir: De pie!... Buenos das!, y nosotros contestamos. Y eso es un saludo? pregunt sorprendida. Naturalmente, y aun sin nimo de crtica, prefer saltear la rutina. Interiormente senta que gritar esas rdenes de cuartel representaba una de las tpicas formas de autoritarismo con que los profesores trataban de imponerse por sobre los adolescentes. Otra tradicin que pronto descubr en el secundario fue el uso de las granadas de mano que los profesores arrojan diariamente con el nombre de

amonestaciones. A veces se lanzan amonestaciones a mansalva (cuando no se sabe quin es el culpable), otras veces caen sobre la cabeza de un inocente (sentado al lado del culpable), o se las usa como extorsin o amenaza para doblegar la tropa indisciplinada. El clima en los secundarios suele ser de guerra y agresin mutua. El profesor castiga el desorden, la indisciplina y la falta de respeto. El alumno se siente a su vez agredido por clases mal preparadas, por el aburrimiento y la falta de incentivo para qu sirve estudiar?, y por los gritos y amenazas cotidianos. Una tradicin ms. Existe una confusin entre el plano del rendimiento acadmico del alumno y el de sus llegadas tarde. Para controlar estas ltimas haba alguien en la puerta principal, quien, diez minutos despus del timbre, castigaba al que llegaba tarde con media falta. Con el tiempo esas medias faltas se sumaban y despus de varias instancias se poda perder el ao. Discut en vano que lo correcto era castigar (o corregir) la impuntualidad de otras maneras: por ejemplo, un par de horas extra semanales con trabajos de servicio. Si el alumno tena un buen rendimiento escolar y estudiaba, por qu poner en riesgo su ao acadmico por faltas que no eran acadmicas? Adems, se saba si viva en un barrio distante, si sus padres tenan auto, si haba muchos hermanitos para repartir cada maana o si el servicio de 5 mnibus fallaba con frecuencia? A toda costa se insista en mantener la tradicin vigente, aunque no tuviera lgica. Cuando llegu a la docencia universitaria pens que las cosas seran distintas, pero all tambin la asistencia era obligatoria y deba llegar a un 70%. De lo contrario, se perda la promocin y se quedaba libre, es decir, obligado a rendir con tribunal y con el doble del programa. El control de asistencia lo llevaba el profesor. Un da se me acerc un alumno que era excelente en todo, pero que faltaba con frecuencia. Estaba preocupado porque iba a quedar libre. Me cont que era albail y no siempre poda salir temprano de la obra. Le dije que de mi parte no le contara las inasistencias, pero que deba venir una vez por mes a consultar y aclarar sus dudas. Si un alumno es bueno y cumple con sus tareas, porqu hay que vigilar su asistencia a clase? No siempre los que tienen buena asistencia responden bien acadmicamente y, a la inversa, no siempre los que faltan responden deficientemente. Adems, los alumnos asisten voluntariamente a las clases de los buenos maestros, y se escabullen como pueden de los malos. Es posible que estas tradiciones, en el momento en que escribo estas lneas, hayan sido superadas. Jess usaba la metodologa de la sencillez Los Evangelios dicen que Jess les enseaba muchas cosas por medio de parbolas, es decir, relatos sencillos, ilustraciones que encendan la imaginacin, analogas fciles de recordar. Esa era la base de su enseanza: lo profundo hecho simple, lo elevado puesto al alcance de todos, lo difcil convertido en sencillo. Todo buen maestro lo sabe hacer, o lo hace instintivamente. Sin embargo, es fcil contraer el complejo de la erudicin. Querer compactar todo lo que se sabe en un paquete de informacin casi siempre poco digerible.

Jess empleaba ejemplos de pesca y de agricultura y hablaba de levadura y utensilios caseros. Us el tema de los robos y asaltos de su poca y habl de Dios basndose en las andanzas de un hijo descarriado. Hablaba de los manejos de la poltica en Roma, de los preparativos para una guerra insensata, de subcontratistas corruptos. Parta del universo conocido de quienes lo escuchaban, y de all llegaba a lo que quera ensear. Todo buen maestro lo hace instintivamente, como Scrates, quien logr que un esclavo (sin saber matemticas) dedujera el teorema de Pitgoras hacindole dibujar con el dedo del pie en la tierra. Jess tena una pedagoga basada en la compasin Hay una escena que me conmueve porque arroja luz sobre una cualidad que no puede estar ausente del maestro. Marcos relata que Jess estaba activo en una etapa de enseanza (Mr 6:30ss.). No tenan tiempo ni para comer, seala. Y cita despus las palabras de Jess: Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco. Es evidente que Jess necesitaba descanso fsico, tiempo a solas, tranquilidad espiritual. No obstante, cuando se fueron a buscar un lugar apartado, se dieron con que una multitud se les haba anticipado. Nunca pudieron conseguir el descanso que necesitaban. Cul fue su respuesta? Cuando Jess desembarc y vio tanta gente, tuvo compasin de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Entonces comenz a ensearles muchas cosas, dice el texto. 6 La tarea educativa surge, debe surgir, de un profundo sentimiento de compasin que haga superar, cuando sea necesario, el cansancio y el agotamiento espiritual producido por la frustracin personal, la precariedad de sueldos que no llegan o no alcanzan, y la falta crnica de tiempo que padecen los maestros. Es la compasin, o ms bien ese amor inagotable que brota de una verdadero maestro, lo que permite seguir enseando. Incluso, en esta misma escena, al percatarse que venan mal alimentados, Jess extendi su compasin y les dio de comer. Pienso en los pequeos milagros diarios que se vienen repitiendo en muchas escuelas argentinas. Escuelas donde hay que dar de comer sin vveres, escuelas saqueadas donde se deben reponer equipos sin dinero oficial, escuelas que se caen a pedazos y se reconstruyen con la ayuda de los padres. Son milagros que restauran y reponen lo que otros destruyen, a partir de esa compasin y solidaridad. Jess era inclusivo Finalmente, uno de los rasgos que podemos sealar de Jess era su capacidad para integrar alumnos de personalidades muy diferentes, trasfondos ideolgicos opuestos, edades dispares, e incluso mujeres, lo cual era totalmente revolucionario para la poca. Cuando eligi a los Doce, incluy a muchachos de tendencia revolucionaria, y a sus enemigos naturales, como un cobrador de impuestos para Roma. Incorpor a Juan, un jovencito, junto a hombres maduros. No es errado suponer que su intencin, entre otras, era lograr que personas as aprendieran a convivir. Y vaya si les cost el aprendizaje, hasta que finalmente los uni una meta comn! La Argentina debe unirse detrs de una meta comn, la de achicar las brechas cada vez mayores de nuestra sociedad. Dice el mismo informe citado

de la UNESCO que las escuelas latinoamericanas se han convertido en un instrumento de reproduccin y aun de acrecentamiento de las diferencias sociales. No siempre nos damos cuenta de lo que es discriminar, y a veces nos toma desprevenidos. No olvido a aquel alumno que entr a rendir y slo le faltaba la gorra para parecer un barrabrava de Belgrano. Morocho, el pelo electrizado y largo, desaliado y con zapatillas rotas. Dems est decir que ya nos preparbamos para verle hacer un papeln. Sin embargo, dio el mejor examen sobre la tica de Kant que habamos escuchado jams. La exclusin social puede tomar otras formas sutiles. Mis nietos asistieron a un colegio secundario polivalente de Ushuaia en el que, despus de un ciclo bsico, podan elegir entre tres ramas vocacionales: la artstica, la cientfico-tcnica y la humanista. Por alguna razn aparentemente justificada, la Ley Educativa orden que los colegios secundarios estuvieran orientados de acuerdo con la salida laboral de cada regin. El colegio polivalente redujo sus opciones a especializaciones en turismo y hotelera. Otros colegios de regiones norteas y centrales debieron adecuarse a especializaciones como auxiliares en minera o en productos alimenticios. No pude menos que pensar en la educacin puesta al servicio de la exclusin, que se puso en marcha en Sudfrica, en la poca del apartheid. El Estado provea colegios para nios y nias de color, pero en ellos slo se enseaba lo necesario para funcionar en la servidumbre. Las mujeres estudiaban artes domsticas, manualidades, etc. A los varones los adiestraban para sus servicios futuros: jardinera, auxiliares de limpieza. 7 Si creemos que en el Chaco o la Patagonia no hay nios que puedan ser artistas, escritores, o msicos potenciales, estamos profundamente equivocados. Negarles a ellos la posibilidad de elegir esa salida vocacional es una forma de discriminacin educativa. Reflexionar sobre estos aspectos de la docencia parece trivial. Sin embargo, sirve para recordar que el sistema educacional est en crisis, pero no solamente por razones presupuestarias. Est en crisis porque no tiene una meta clara segn la cual la educacin es la posibilidad de dar a cada persona del pas el mximo desarrollo de su potencial de aprendizaje. Cuando esto no se cumple, la educacin se vuelve un engranaje ms dentro de una trama cada vez mayor de inequidad social. Notas 1 Silvia Bacher, Pars, para La Nacin, domingo 14 de julio de 2002. 2 Informe de la Secretara de la UNESCO sobre Educacin en Amrica Latina, 1999.

ELEMENTOS DE LA PEDAGOGIA DE JESUS COMO MAESTRO DOCENTE Comenzaremos reflexionando sobre la definicin del docente. Las mltiples definiciones del rol docente, pueden llevarnos a comprender las funciones que ste asume. Nos limitaremos a tres de ellas. Maestro entendido como profesor es aquel que desarrolla una profesin demostrando especficas competencias y la capacidad de hacer partcipe a los otros. Tambin docente puede ser definido como gua y all nos centraramos en aquel que responde a una vocacin y que cumple una obra oblativa, motivada por el amor al bien El educador puede ser definido desde el significado del trmino maestro, del latn magister: magis, significa algo ms, aquel que ayuda a ser algo ms. Si ser docente es ayudar a ser algo ms a nuestros alumnos, si ser docente es una vocacin, y al mismo tiempo una profesin en la cual pongo a disposicin todos mis talentos y competencias, debemos afirmar que el rol docente implica tambin ser maestro de vida para nuestros alumnos, maestros en humanidad. Y ste es el compromiso que asumimos como profesores en DuocUC y que puede distinguir a nuestros docentes del de otras instituciones de formacin tcnico-profesional, y que desarrollar en nuestros alumnos, nuevos contenidos actitudinales. Por eso no slo debemos fundamentamos en los desarrollos de la pedagoga contempornea (aprendizajes significativos, aprender haciendo, etc. ) sino que para formarnos como Maestros en Humanidad podemos buscar un modelo de educador. Mirndolo a El encontraremos pautas precisas para construir nuestro rol de educadores cristianos. El as se ha definido: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn. 14,6) Ms aun, Jess, as como el Evangelio nos lo da a conocer, puede ser modelo para todo docente DuocUC, incluso para aquellos que no tienen una referencia religiosa. 2JESUS MAESTRO Haciendo una lectura transversal del Nuevo Testamento, podemos encontrar delineadas las caractersticas de Jess como educador. Nombramos algunas: Total coherencia entre vida y palabra: encarna El mismo su doctrina. cree en las posibilidades del otro. deja libertad de decisin y genera responsabilidad. no duda en corregir cuando es necesario. muestra siempre una actitud de misericordia. usa un lenguaje vivo, concreto, accesible a todos. genera recursos pedaggicos novedosos que concentran la atencin de las personas, como las parbolas. genera espacios de dilogo. no teme en invertir la escala de valores habituales en la sociedad de ese momento, en vistas de un bien mayor, del amor al prjimo. NUESTRA PRCTICA PEDAGGICA A LA LUZ DE JESS MAESTRO Tratemos de revisar entonces, nuestra prctica docente, evidenciando fortalezas y debilidades, para poder desarrollarnos en nuestro rol como maestros de humanidad. Retomaremos algunas frases del Evangelio y nos confrontaremos con su aplicacin en la sala de clases, en la relacin con los alumnos, entre docentes. Estas frases no estn relegadas a iniciativas solidarias que podemos hacer en nuestro tiempo libre, y menos aun slo a una reflexin, a una meditacin, a un momento de oracin. Tambin se pueden y se deben vivir en el aula. Antes que nada, nos situaremos en lo que Jess llama su Mandamiento: el amor recproco. Jess lo explic con mucha claridad, dndonos la medida del amor: mense los unos a los otros como Yo los he amado. (Jn. 13,34) Y El dio la vida por nosotros. Qu significar hacer preceder las horas de clase por el compromiso de vivir el amor al prjimo? Actitudes de respeto, ampliar la escucha, valoracin de todos los alumnos sin distincin, preferencia por los alumnos ms dbiles y difciles, alto compromiso con la tarea y la calidad educativa, son algunas de las actitudes que manifiestan un real amor al prjimo. Es por eso que la educacin no slo necesita la relacin sino que es relacin, se realiza en la relacin y donde todos los sujetos de la educacin existen y se transforman en la relacin, crecen. Nuestro compromiso con la tarea y la calidad de aprendizaje incluye un compromiso con la calidad de relacin con cada alumno, es decir una opcin por el amor a cada alumno. 3 ALGUNAS CARCTERSTICAS DE LA PEDAGOGIA A LA LUZ DE JESUS MAESTRO 1) El docente como modelo: forma a travs del ejemplo El testimonio de vida es esencial en todo proceso pedaggico. Ya en la antigedad se deca: Las ideas ilustran y los ejemplos arrastran. El docente debe vivir ese mundo que proclama. La transmisin de valores se hace antes que nada con el testimonio de nuestra vida. Jess mismo comenz enseando con su vida y luego con las palabras. Aun ms, mirando a Jess comprendemos que las palabras deben acompaar el testimonio de la vida. As, los alumnos sentirn en ti la fuerza de la palabra encarnada y creern en cuanto dices, y te seguirn. No slo se vincularn contigo por el aprendizaje en s, sino que tambin estarn motivados para aprender de ti, de tus actitudes, de tus valores. Encontrarn en ti un modelo de humanidad. 2) El docente como gua: acompaa al alumno en el proceso de desarrollo Todo aprendizaje tiene que ser orientado al desarrollo integral de la persona, y por eso al mismo tiempo que se trabaja una competencia tcnica, se desarrollan conductas que apuntan al desarrollo integral de la persona.

Para esto es necesario situarnos en la etapa evolutiva que estn viviendo los alumnos. Como docentes nos encontramos ante jvenes en crecimiento, que atraviesan situaciones de dolor, personales, familiares, econmicas, laborales, etc. La intervencin del docente en el momento oportuno puede ser para el alumno una tabla de salvacin. No depende de nosotros que se revierta un conflicto, pero s que podamos escucharlo e incluso orientarlo para pedir ayuda en el lugar adecuado. El temor a equivocarnos, sentirnos abrumados por la situacin que vemos puede llevarnos alguna vez a hacer odos sordos y no comprometernos. Tambin Jess se encontr frente a situaciones difciles, como cuando recorriendo las calles encontr que estaban por lapidar a una mujer por ser prostituta. Era Magdalena. Tena todos los elementos para juzgarla, y sin embargo, mir su corazn y encontr el modo de revertir la situacin y el gesto de misericordia de Jess hacia ella, la ayud a reconstruir su vida. Valorar cada gesto, cada instante vivido con l, cada respuesta que le damos, la expresin que usamos. Sobretodo valorar cunto necesita ser escuchado. Podemos escuchar ms, ampliar la escucha, desprendernos de los juicios de valor que pueden llevar a categorizar al alumno, de los prejuicios que tengamos y con esa escucha poder entrar en su realidad y comprender lo que vive. Saber escuchar. Slo cuando alguien se siente profundamente comprendido, logra abrirse. All se desarrolla uno de los aspectos ms valorados en la educacin: el arte de lograr la apertura del t. Ser entonces all, que desde nuestra escucha, encontraremos las palabras justas, el consejo justo que no vendr ya de nosotros sino de Dios en nosotros. 3) El valor de la relacin personal alumno-profesor: el docente como alguien cercano Se educa slo en la medida en que se logra un vnculo con el alumno. Para que se produzca este vnculo personal, el educador es quien debe tomar la iniciativa y generar un espacio de dilogo. Muchas 4 dificultades de aprendizaje vienen de la dificultad en el vnculo docente-alumno, y al mismo tiempo un vnculo sano puede ser motivador para otros vnculos. Sabemos cunto influye la baja autoestima para el xito personal, y cmo la autoestima depende de la experiencia de sentirse amado por otro. Los jvenes podrn experimentarse amados, tambin a travs de su relacin con los docentes. Quizs nosotros mismos lo hemos experimentado, cunto ha influido positiva o incluso negativamente, el vnculo con un docente. Aun ms, el docente puede ser el camino a travs del cual el alumno experimente el infinito amor misericordioso de Dios. Esto no significa un descontrol en la disciplina y en las pautas. Las pautas y disciplina ordenada se vuelven un canal contenedor para el alumno, dentro del cual se favorece el aprendizaje y el desarrollo integral. El primer indicador del vnculo docente-alumno es el respeto. El alumno tiene que sentirse respetado en su individualidad. Y respeto significa ponernos en la situacin del otro, hasta llegar a la valoracin del otro. Ser en este vnculo docente-alumno que los jvenes aprendern a respetar y valorar a los otros, a los pares, a los adultos, a la autoridad y comenzar a establecer con ellos relaciones fraternas de respeto y colaboracin mutua. 4) El docente como una autoridad al servicio: genera confianza Autoridad al servicio no significa una horizontalidad que desdibuja los roles. Al contrario, un verdadero mbito de aprendizaje implica roles claros, y al mismo tiempo real cercana, confianza recproca que favorece el desarrollo personal. Jess as lo explic: No tienen ms que un maestro y todos ustedes son hermanos (Mt. 23,8). Jess no niega la presencia de una autoridad magisterial, pero debe ser entendida no como dominio o poder sino como servicio. Porque en la autoridad-servicio, si es amor, no es solo el hombre que acta sino Cristo en l. Y Cristo es el nico maestro. El docente no aparece ante los suyos como un genio que todo lo sabe, sino como una persona que ha recorrido ya una instancia en la vida, por lo cual puede dar. Aun ms, el docente, justamente porque ha aprendido a aprender, debe ser capaz de generar instancias de aprendizaje que ayuden a los alumnos a desarrollar sus propios modos de afrontar los conflictos y superarlos. No debe ser un amor que sobre-exija ni sobreproteja. Ambas actitudes llevan al alumno a quedar desprotegido ante una nueva situacin de conflicto que la vida real le plantee. Educar para la vida implica saber acompaar al alumno ante las circunstancias que la situacin de aprendizaje le va requiriendo, acercndole elementos, herramientas que le permitan poner en juego todas sus habilidades y desarrollar otras nuevas. Al confiar tareas, reforzamos la autoestima de las personas: ellos se sienten tiles y no slo receptores pasivos; sienten que se les valora y que se toma en cuenta su aporte. Por eso, el educador entrega responsabilidades dentro del marco de una autntica pedagoga de libertad y de confianza. Apoya e incentiva la actividad y las iniciativas de los dems. 5 Y si el educando fracasa, entonces el educador nuevamente interviene para levantar y dar nimo, para ensear a sacar provecho de los errores que se han cometido. Evitar errores y cadas significa condenar al infantilismo y a la inseguridad personal. El fruto del aprendizaje ser el desarrollo de una actitud activa y responsable. Todo lo contrario. Un buen docente genera autnticos lderes, sujetos activos ante la vida y la realidad, capaces de desarrollar una labor fecunda en la Iglesia y la sociedad. Un docente cercano, que estimula, comprende, respeta y enaltece, aun ms corrige por amor. Y exige porque cree en el potencial que existe en el otro. As, el alumno sentir la alegra de estar en esa hora de clase, de aprender juntos, de esforzarse juntos, de crecer. 5) El Docente promueve el desarrollo de cada individualidad, la atencin a la diversidad de habilidades y capacidades Una educacin basada en el amor recproco, puesto como condicin indispensable para el aprendizaje, promueve el desarrollo de cada persona como una unidad integrada en la armona de las distintas facultades o dimensiones que la constituyen. La educacin ayuda a desarrollar la individualidad de cada persona. Es por ese motivo que la educacin no es masificada, estereotipada, sino que

atiende a la diversidad, piensa en la diversidad de los alumnos. Si miramos a Jess vemos cmo conoca a cada uno y en los dilogos con ellos, los llevaba a desarrollarse: con la samaritana, con Mateo, con Pedro, con Marta y Mara, etc. El docente puede ayudar a que el alumno reconozca sus habilidades y potencialidades, aun ms favorecer que las ponga a disposicin del grupo y as las desarrolle e interacte. Fundamental en este aspecto es el estmulo a cada uno y el acompaamiento personal de cada sujeto. Nuestra tarea es crear las condiciones para que cada uno pueda manifestar todo su potencial y realizarse dando lo mejor de s. Nuestra meta no est en que los alumnos aprueben el ramo, sino en que aprobndolo puedan desarrollar al mximo todas sus posibilidades. Que sean sujetos activos y creativos, cada uno en su riqueza y con su personalidad. Un real acompaamiento de la diversidad, puede llevar a que el alumno identifique cules son sus reales habilidades y pueda incluso reorientarse vocacionalmente, si as fuera necesario. Debemos siempre tener en cuenta que ninguno puede decir que conoce realmente al otro y tampoco estaramos en condiciones de hacerlo. Cada ser humano manifiesta slo un atisbo de su ser, aun ms l mismo conoce slo algo de s. Cada ser humano es un potencial en desarrollo. La valoracin que el docente hace del alumno y su individualidad, el reconocimiento que el docente hace del alumno frente al grupo de alumnos, favorecer el desarrollo de la auto-estima en los jvenes, generar jvenes seguros y capaces tambin de valorar a los otros en su diversidad. 6 6) El Docente no evita el sufrimiento del alumno, sino que lo alienta a crecer y desarrollarse, educa en lo difcil. Muchas veces nuestro modo de ser docente esta impregnado de los modismos de la cultura de hoy, y quizs sin mucho anlisis los asumimos. Generalmente las personas, en cualquier campo de actividad, intentan por todos los medios evitar los sufrimientos, las dificultades. Tambin en el campo educativo de muchas maneras- con formas de sobreproteccin, se tiende a preservar a los alumnos de los esfuerzos, caemos en el facilismo, acostumbrndolos a ver la vida como un camino, fcil, cmodo, as como la cultura de hoy nos lo plantea. En realidad, en vez de ayudarlos a crecer, los dejamos indefensos y dbiles para afrontar las inevitables pruebas de la vida y, sobre todo, pasivos a las responsabilidades que cada ser humano debe asumir ante s mismo, ante el prjimo y la sociedad. En cambio, si miramos a Jess, su modo de vivir y afrontar la cruz, los dolores encontraremos nuevamente en El un modelo: El nos ensea tambin a ver la dificultad, el obstculo, la prueba, el compromiso, el error, el fracaso, el dolor, como algo que afrontar, amar, superar. Podramos decir que el docente se compromete entonces a educar en lo difcil, uno de los pilares de nuestra pedagoga basada en el Evangelio. As podemos sostener al alumno en la responsabilidad, compromiso, en la superacin de s mismo. Y esta actitud nos compromete tambin a nosotros docentes en primera persona para ir al encuentro de aquellos alumnos ms difciles. 7) El Docente es inspirador de iniciativas solidarias: forma a los alumnos en el contacto con la realidad, favoreciendo un servicio concreto a una comunidad Un aprendizaje significativo requiere conectar lo estudiado con la realidad. Un docente que organiza las actividades para promover en los alumnos una actitud activa ante la sociedad, le ayuda a desarrollar competencias no slo para el presente de su vida, sino para desarrollarlo incluso profesionalmente en situaciones nuevas, en una interaccin cotidiana y constante con lo real y con los otros, ayudarlo a desarrollarse como persona ntegra, abrindose a los dems. Qu relacin existe entre Aprendizaje y Solidaridad, aprendizaje y actitud de servicio? Dar implica salir de uno mismo para conectarse, comunicarse con la realidad del otro, con la necesidad del otro. Nuestros alumnos pueden desarrollarse como profesionales con un valor agregado: conocedores de la realidad, pueden comprender ms rpidamente lo que el otro necesita y responder a su necesidad poniendo al servicio todas sus competencias. Recordamos la cita de San Juan: Si alguno dice amo a Dios y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y hemos recibido de El este mandamiento: quien ama a Dios, ame tambin a su hermano. (1 Jn 4,20-21) El contacto con la realidad humana que sufre y necesita una respuesta, lleva a los alumnos a poner al servicio de la sociedad lo aprendido, a desarrollar la creatividad para comprometerse con esa realidad. 7 Esto favorece el desarrollo de personas autnomas, responsables, solidarias, que se comprometen con la realidad, con el otro que tienen cerca. Slo este punto podra llevar a detenernos en las consecuencias pedaggicas que derivan y profundizar un enfoque de aprendizaje, que estamos implementando en DuocUC: el Aprendizaje-Servicio. Los proyectos colaborativos de aprendizaje-servicio 8) El Docente como motor de fraternidad: formar comunidad de aprendizaje y vida En un sentido general, la educacin es el proceso de transmisin cultural de un conjunto de normas, habilidades y conocimientos que ponen a la persona en grado de vivir dentro de una determinada sociedad y una determinada cultura. De frente a los cambios culturales de una sociedad globalizada, frente a los replanteos que los medios de comunicacin hoy nos traen, debemos situarnos tambin en el desafo de construir una educacin que genere, como deca san Alberto Hurtado Chile, una tierra de hermanos. . Y esto comienza desde nuestras salas de clase, no slo por nuestras actitudes hacia los alumnos, sino por las actitudes de los alumnos entre s. Es por eso que hablamos de un clima de fraternidad. Nuestros alumnos tienen que descubrir que en la sociedad, todos somos importantes, que todos valoren el talento y habilidad de cada uno, que lo descubran, que le pidan que lo exteriorice, que lo necesitan. Para ejercer una influencia positiva y enaltecedora, el docente debe conformar con los alumnos

una autntica comunidad educativa. La educacin es el mbito en el cual se genera un espacio comn entre docente y alumnos, un clima de fraternidad que es efecto del amor recproco. La educacin no slo necesita la relacin sino que la educacin es relacin, se realiza en la relacin y donde todos los sujetos de la educacin (docente, alumno, ambiente) existen y se transforman en la relacin. Educar consiste en mantener un vivo contacto personal. La comunidad educativa puede transformarse entonces en una real comunidad de vida, donde se crece juntos. Esto requiere repensar el rol docente ponindolo no slo como sujeto que promueve el aprendizaje del alumno, sino tambin como objeto de la situacin de aprendizaje en la cual el alumno lo involucra en un mayor y nuevo aprendizaje. Al mismo tiempo, si el vnculo es as, ambos, docente y alumnos son copartcipes de ese espacio en el cual el Maestro interviene. Jess, el Maestro puede estar en medio de nuestras salas de clase. Lo dice el Evangelio: Donde hay dos o ms reunidos en mi nombre, all estoy Yo en medio de ellos (Mt 18,20) El no especifica quin. Por lo tanto, dicen los padres de la Iglesia que esto permite comprender que El no limita su presencia a la categora de personas. Por lo tanto, tambin entre un profesor y un alumno, entre dos alumnos Aun sin percibirlo con nuestros ojos, pero s experimentarlo por sus efectos de paz, alegra, tenacidad, creatividad, etc. - Todos experimentamos la alegra de estar juntos en clase. Ser entonces que nos encontremos generando un nuevo paradigma educativo, capaz de responder a los desafos del presente y del futuro de la sociedad: una educacin centrada en la relacin educativa, relacin en la cual no son slo fundamentales el docente y el alumno, sino la presencia de Alguien ms: Jess, que se pone como vnculo entre ellos; El se vuelve en el verdadero maestro. 8 CONCLUSIN Si pensamos las orientaciones de nuestros obispos en el ltimo encuentro en Aparecida, vemos cmo nos alientan a ver nuestra misin evangelizadora, como fruto de un personal encuentro con Jess. Cmo evangelizar entonces en el aula? Dos caras de una misma moneda: ser y hablar. As identificaba Juan Pablo II las caractersticas de la Nueva Evangelizacin. Para ser autnticos discpulos misioneros, tenemos que irradiar el Evangelio primero con nuestra vida y entonces s, al responder a un alumno que nos pide una explicacin, o un valor, nuestra frase tendr efecto, entonces s esa oracin comn que queremos hacer en la sala (respetando la diversidad de credos) ser creble. Ser creble porque realmente vivimos eso que decimos y es real que experimentamos los frutos del Evangelio vivido. Al entrar cada da a la sede, podemos tomar una decisin, una opcin laboral, que subyace a todo nuestro actuar docente y lo enriquece con el ms profundo sentido de nuestro ser cristianos-imitadores de Cristo. No son los hechos externos ni las oraciones aisladas, sino nuestro ser el que tiene que decir nuestra fe. Jess nos ha dicho: De esto reconocern que son mis discpulos, del amor que se tengan los unos a los otros (Jn, 13,35)