Mi corazón arde al reconocer a Jesús

III de Pascua

“Iban dos discípulos”

El ser humano siempre está en el camino de la vida. Transitamos entre sueños y realidades.

Los discípulos conversan de lo

acontecido porque les ha impactado la

vida. Hablan de lo que aman, buscan lo que aman, pero

no saben cómo encontrarlo

• Así es el camino de la vida, buscamos a Dios, lo amamos, aunque no siempre es tan evidente.

“Jesús se acercó” • El camino difícil es un don, porque ahí se hace presente el Resucitado, que lo penetra todo: las puertas cerradas y los corazones endurecidos.

¿de qué vienen hablando?

• Jesús se acerca a mi camino, a mi vida tal cual es.

• Sabe lo que me pasa, pero se interesa en preguntar:

¿Por qué nos cuesta reconocerlo? • A pesar de que el

camino de la vida está ya marcado por la presencia del Resucitado, caemos en la trampa de dejarnos desalentar por los “fracasos” y las “pérdidas”…..

• Nuestro corazón entonces queda velado para reconocer la grandeza de Aquel que está cerca. ¡¡Venzamos esa

tentación!!!

El discípulo no se puede quedar en la tumba

• Los peregrinos le explican a Jesús lo que pasó. Conocen al Señor, saben quién es Él. Pero hay un problema: se quedan en la tumba:

“Nosotros esperábamos que Él sería el libertador de

Israel, y sin embargo, han

pasado ya tres días”.

• Recordemos: La cruz no es el final del camino.

• No podemos leer nuestra vida como si Cristo no hubiera hecho nada por nosotros. Sería un sin-sentido.

“Una de las tentaciones que ahoga el fervor es convertirse en pesimistas quejosos

y desencantados” (papa Francisco)

• No es eliminar la cruz que es signo de amor, entrega, sacrificio, perdón.

• Es descubrir en ella el camino de la felicidad.

Por eso ÉL nos explica la Escritura

• Para “superar” la tumba (no la cruz) y resucitar el entusiasmo por la vida, la fe, la esperanza, un amor con convicción.

• Jesús quiere que “lo reconozcamos” para que ese entusiasmo de verlo, convenza a los demás.

“Quédate con nosotros” • Tenemos necesidad de Dios porque

“Nos creaste Señor, para Ti, y nuestro corazón está

inquieto hasta que no descanse en Ti”. (San

Agustín)

Dios es amor y el ser humano tiene

necesidad de amar.

“Mi corazón arde al reconocerlo” • Cuando

comprendo que Dios me ama lo reconozco: mi vida se hace extensión de Cristo.

• Es decir, me hago compañero de camino para otros.

• Un corazón que arde es un corazón que genera luz, calor, es un corazón avivado, fuerte, seguro, dispuesto a la entrega.

La Eucaristía “Quien celebra la Eucaristía (…) se reconoce necesitado de la misericordia de Dios". (papa Francisco)

• La misa es la fuerza para andar por el camino de la conversión, de la fe, del encuentro con los demás.

“Contaron lo que les había pasado” • Un indicador de si vivimos bien la Eucaristía

es cómo nos relacionamos con los demás. A Jesús le gustaba estar con la gente, compartir sus anhelos, los problemas y preocupaciones … (papa Francisco)

Por eso “desaparece”: para que yo aprenda a

tomar su lugar compartiendo con los

demás.

• Seamos discípulos con un corazón que arde en el fuego del Espíritu. Demos testimonio de que lo hemos visto, contando lo bueno que hace por nosotros. Porque …..

“Dios nos ha rescatado de una manera estéril de vivir” (I Pedro)