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HISTORIADE LA
compaa deEN LA
jess
PROVINCIA DEL PARAGUAYR.
P.
PABLO PASTELLS,CONTINUACINPOR
S.
J.
F.
MATEOS,
S.
}.
TOMOI
VIII760
PRIMERA PARTE75I
- I
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTFICASINSTITUTO SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO
MADRID, MCMXLIX
Mi^adi^aHHa^Mi
SchoolofOO^-OOfl
2>Zl
TheologyLibrary
BIBLIOTECA MISSIONALIA HISPNICAPUBLICADA POR EL INSTITUTO SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO
VOL. V
HISTORIA DE LA COMPAA DE JESS
EN
LA
PROVINCIA
DEL
PARAGUAY
TOMO
VIII
.r
t>
^^
HISTORIADE LA
compaa deENLA
jessyBrasil)
PROVINCIA DEL PARAGUAY(Argentina,
Paraguay,
Uruguay,
Per,
Bolivia
SEGN LOS DOCUMENTOS ORIGINALESDEL
SpaU. ARCHIVO GENERAL DE INDIASEXTRACTADOSPOR EL
R.
P.
PABLO PASTELES,CONTINUACIN
S.
J.
F.
MATEOS,
S.
J.
TOMOI
VIII760
PRIMERA PARTE7 5I
-
I
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTFICAS INSTITUTO SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO MADRID, MCMXLIX
C.
BERMEJO, IMPRESOR.
^J.
GARCA MORATO, Il8.
TELF.
23-II-99,
MADRID
LICENCIAS
ImprimMatriti,
potest:
23 novembris 1948S.I.
JOSEPHUS RiDRUEJO,
Praep. Prov. Toletanae
Nihil obstat:Madrid,3
de diciembre de 1948.o. f. m.
Fidel de Lejarza,
Censor Eccles.
Impriniatiir:
Casimiro,
Obispo
Auxiliar
y Vicario General.
INTRODUCCINSumarioballossutas.8.:
1.
Sntesislimites
dede de
documentacin1750.
en
materia
de
Gobierno
civil.
2.
Tratado
de
o.
Guerra
Guarantica.
4.
Pedro
de
Ceje-
gobernador
Buenos Aires.del
5.
Inocencia
de
los
misioneros
6.
AnulacinJess.
tratado
de
lmites.
7.
Gobierno
eclesistico.
Compaa de
El exceso de documentacin del presente
tomo nosel
obli-
ga
a dividirlo en dos partes o volmenes,
que contienen
res-
pectivamente los dos ltimos periodos en que divididre Pastells su Coleccin de
Pa-
Documentos para la Historia de la Compaa de Jess en la provincia del Paraguay (1). El primer volumen comprende el periodo XIV que corre porlos
aos de 1751 a 1760, y trata principalmente del Tratado
de lmites entre las posesiones espaolas y portuguesas de Amrica del Sur. El segundo volumen se extiende de 1760a
1767,la
y se ocupa
como asunto
principal
de
la
expulsinel
de
Compaa de Jess decretada por Carlos
III en
men-
ta,
cionado ao, y su ejecucin en los pases del Ro de con que damos fin a la presente publicacin.
la Pla-
La divisin en dos volmenes se hace necesaria nicamente por la extensin alcanzada de los documentos impresos, porque la materia de ambos tiene unidad interna. El Tratado de lmites de 1750, fuera o no fraguado por las sectas
mente
europeas anticatlicas, dirigidas desde Londres, cierta'les sirvi de plataforma para maquinar la expulsin
(1)
P. Pastells y F.
MateosMadrid
:
Historia de194(>,
vieta del Paraguay. VI,
la Compaa de Jess en LIV. Introdyccin,
a
PtP
INTRODUCCIN
y ruina de ia
Compaa de Marqus de Pombal ech araen en 1759, debieronlas
Jess, y antes o a la vez quelos jesutaslos
el
salir;
portugueses del Maespaoles desterrados de
misiones del Paraguaysus planes por
sino que la Providencia les frusla
tr
medio de
espada de un pundonoroso
soldado, don Pedro de Ceballos. cin a la
De
suerte que, con rela-
Compaa de Jess, todo el perodo histrico que abarca este tomo octavo y ltimo, se refiere a un solo asunto su expulsin del Ro de la Plata, o la preparacin y:
gestacin de
ella,
como
fruto natural de las ideas irreligio-
sas y disolventes que con la dinasta borbnica penetraron en Espaa a lo 'largo del siglo xviii. La numeracin de las
pginas es una misma seguida en los dos volmenes.
Este primer volumen contiene exactamente 371 documentos,la
generalmente extractados, que tratan de'los
la
historia de
Compaa de Jess en todosla
pases que dependieron
de
antigua audiencia de Charcas, es decir, Argentina, Uru;
guay, Paraguay y Bolivia pero entendida de la manera amplia que hemos declarado en tomos anteriores (2), y contie-
ne por tanto gran copia de datostoria eclesistica y civil de losla
tiles
tambin para
la his-
mencionados pases durante
sexta dcada del siglo xviii, en la que hubo sin
embargo:
en todos estos rdenes un asunto principal dominante
el
Tratado de lmites de 1750, y su ejecucin, que tuvo repercusin especialsima en las reducciones o misiones del Paraguay, y dej sentir tambin sus efectos, aunque de manera ms secundaria, en las misiones de Mojos..
han publicado recientemente Colecciones de Documentos y estudios importantes, basados principalmente en la documentacin del archivo de Simancas (3), pues por haberse llevado todo l por va del MinisseC2)(:',)
Acerca de este Tratado
Ibd.,
1920;
La Colonia del Sacramcuio. Toledo, Anais da Biblioteca Nacional do Rio de Janeiro. Volum. LII y Lili. Documentos sobre o Tratkidu de 17')0. Ro de Janeiro, 1938; Cmnpaa del Brasil. AntecedeuLe Coloimles, lomo II (1750-lTG2j. .Archivo General de U
pg. LVII. Antonio Bermejo de la Rica:
INTRODUCCIN
Estado, sin intervencin y aun con exclusin positiva del Consejo de Indias, no fu a parar al archivo general de Indias de Sevilla. Pero debemos hacer dos salvedades queterio de
juzgamos importantesSimancas, ytil
:
la
primera, que
la
documentacin de
a
'la
mismo Compaa delo
se diga de la oficial de Lisboa, es hos-
los ministros
Jess, y un continuado panegrico de que intervinieron en el tratado o de sus ejeculos sucesos la historia o versin oficial;
tores, yella se
dan de
en
basan, sin embargo, la mayora de los estudios y publicaciones mencionadas. La documentacin de origen jesutico,
que muestraqueel
los propios
puntos de vista de
'los
m"sione-
ros, y lo
tratado y su ejecucin fu en la realidad, no
en
la
muy
intencin o en la boca de sus panegiristas, existe y abundante, y es casi en absoluto desconocida de los in(4).
vestigadores, apesar de estar en archivos pblicos
La
Historia no puede dar su fallo definitivo e inapelable sin ora
ambas
partes, y tiempo es ya de acabar con las historias
de tesis o degistri,,sin
cmoda
rutina dela
los
que juran
in
verba ma-
buscar seriamentela
verdad.
Ms
an, que para
Amrica hispana ante los lmites que le impusieron desde Madrid sin contar para nada con ella, es muy til la documentacin privada jesutica, que ilevla
conocer cmo reaccion
voz y se constituy en heraldo del sentimiento de la sociedad criolla.
La segunda
advertencia se refiere a
la
importancia deella
la
documentacin que reunimos en este volumen. Toda
pro-
viene del archivo de Indias de Sevilla, y aunque coino he
mosNacin.
indicado, para la negociacin del tratado y otras
inci-
Buenos Aires, 1939. Todava
resulta
til
Antonio Rodrguez Villa,la
Don(4)
Cciia de Somodc-cilla, Marqus de la Ensenada. Madrid, 1878.
La documentacin dej.,
jesutas,
procedente probablemente de
Procura
general de Indias que teniai en Madrid, se encuentra en Archivo Histricocional de Madrid, leg. 120
Na
grueso acerbo de papelesla
muyenel
importantes.
Tamprinci-
bin
los
hay en Acculemia delegajos:
Historia de
Madrid,y
fondo Jesutas,
palmentelar
de
la
y 11-11-2,54, 223; Compaa de Jess de Madrid.
11-10-3/23,101
Archivo parUcii
INTRODUCCIN
dencias de
l,
vale
ms
la
de Simancas, no por eso puede
pasarse por alto
la de Sevilla (5), porque, adems de que muchos documentos de Simancas ocurren tambin aqu, los personajes que intervinieron en la demarcacin dan muchas
noticias sobre las circunstancias y secretos del tratado y su
ejecucin enIndias yelel
la
correspondencia ordinaria con
el
Consejo dea
Ministerio de Indias y Marina regentado esosbailo Julin de Arriaga,
aos porSimancas.Sevilla
que no han pasado
En una
palabra, para todo lo relativo a la vidaes imprescindible la
del tratado ea
Amrica
documentacin deamericanodel
que aqu reproducimos.el
Y
este aspecto
tratado no puede olvidarlo
historiador, porque en ltimo
sabidura de quienes lo idearon y mantuvieron tercamente contra viento y marea, debe servir-
trmino, para juzgar de
la
le
que luego pas en Amrica al llevarlo si crearon un instrumento de gabinete, todo a la prctica lo impecable que se quiera en teora y apariencia, pero intil y perjudicial en la prctica, por ser inadaptable a la realide ndice y
norma
lo
:
dad americana y lesionar intereseslla
vitales de la sociedad crio-
Yla
y de 'las misiones de indios. hechas estas advertencias, pasemos a dar la sntesis de
documentacin reunida, agrupndola, como lo hemos hecho en tomos anteriores, en los tres apartados de Gobierno Gobierno eclesistico y Compaa de Jess, notando civil. que en la materia de Gobierno civil dedicaremos varias seccionesal
Tratado de
lmites.
1.
Gobierno
civil
En
la
gobernacin de Buenos Aires, Jos de Andonaegui,refiere
gobernador desde 1748,
sus
mritos, y ascendido
a
(5)
Antonio Astrmn,de
S.
J.:
Historia
de
la
Compama
de
Jess
en
la
Asistencia
Espaa.la
menos aprecio de
Madrid 1025, 537, nota; donde parece mostrar documentacin del Archivo de Indias.VII,
INTRODUCCIN
XI
teniente general pide
aumento de sueldo, porgastos hechos durante
hallarsela
em-
peado a causa de4.735, 4.737,
los
expedicin
militar contra los indios
4.740) (6)
;
de las misiones sublevados (4.734, todava tiene que intervenir en nede Ortiz de Rozas, y finalmen-
gocio.s pendientes del
mando
te es relevado por Pedro de Ceballos y vuelve a Espaa el ao 1758 (4.593, 4.856, 4.861). En Montevideo, su goberna-
dor Jos Joaqun de Viana, hace paces con los indios Minuanes del territorio, y reprime el contrabando que hacen refiere por los portugueses de Ro Grande (4.723, 4.750);
extenso sus mritos ennes yhallael
la
incremento dado a
mencionada expedicin a misiola ciudad, que sin embargo se(4.824,
con poca defensa militar
4.834,
4.837,
4.847);
pero traba enemistad con Ceballos y sobre todo con los jesutas, en unin con el Marqus de Valdelirios y varios oficiales del ejrcito (4.883, 4.896, 4.954, 4.959). En Santa Fecontinael
pleito ocasionadoel
por
el
privilegio conseguido deel
cobrar derechos de todo
comercio entre
Paraguay yhostilidades
Buenos Aires (4.800).
En
la
gobernacin de Tucumn siguenel
las
de los indios durante
mando
de Juan Victorino Martnez
4.641, 4.643, 4.868),
de Tineo, a quien sucede Joaqun de Espinosa Dvalos (4.590, por lo que, bajo la iniciativa del goberse
nador de Buenos Aires, Pedro de Ceballos,
organiza una
poderosa batida contra los infides del Chaco, partiendo simultneamente de las tres gobernaciones de Buenos Aires,
Tucumn y Paraguay
(4.872, 4.873, 4.884, 4.887, 4.914, 4.936),
que produce excelentes resultados, pues diversas parcialidades piden reduccin y misioneros jesutas (4.936, 4.950, 4.952,
gobernacin del Paraguay, Jaime San Just procede con aplauso general y ocupa el cargo de gobernador4.953).la
En
durante muchos aos (4.687, 4.875, 4.881, 4.882).la audiencia de Charcas es nombrado presidente Juan Pestaa Chumacero, y ocurren asuntos de carcter genede
En
(6)
Estos nmeros
indican
el
orden de
los
documentos.
INTRODUCCIN
legal de moneda, y las honmuerte de la reina Brbara de Braganza, esposa de Fernando VI (4.732, 4.745, 4.828). En Potos es alabado el gobierno de Ventura de Santelices, y se recogen noticias sobre una Historia de la Villa Imperial, escrita por Bartolom de Orsa Vela. Santelices se interesa por abrir comunicaciones con el Paraguay, que sern tiles no slo para el co mercio, sino tambin para defender 'la tierra contra los avanral,
como una orden sobre curso
ras por la
ces de los portugueses del Brasil (4.608, 4.775, 4.776, 4.895,4.904).
En Santa Cruz
de la Sierra es
Martin de Ezpeleta, a4.930).
nombrado gobernador quien sucede Alonso Verdugo (4.826,
2.
Tratado de lmites de 1750
La mayorla lleva el
parte con
mucho de toda
la
documentacin,
se
tratado de lmites entre las posesiones espaolas y portuguesas de Asia y Amrica,* contratado sigilosamente en
Madrid entrejal
el
Ministro de Estado espaol, Jos de Carva-
Telles,las
y Lancster, y el embajador portugus Toms da Silva con intervencin de Inglaterra, y al parecer tambin de Sectas, a espaldas del egregio Marqus de la Ensenada
y
13 de enero de 1750 y enviado a las autoridades de Amrica para su ejecucin el 24 de agosto de 1751. De su negociacin y sentido generaldel
Consejo de Indias, firmado
el
hemos dicho algo enAmricadel
el
tomo
anterior (7)las
:
en Asia sus pretendidos derechos a
islas
Portugal ceda Filipinas, y en
Colonia del Sacramento, pero en cambio sacaba adelante su tesis de correr al oeste en Sudamrica la 'lnea de demarcacin de Alejandro VI y el tratado
Sur
la
de Tordesillas, tantos gradoslos castellanos
como
decan haberla corrido
tambin
al
oeste en Asia para ocupar las islastierras ricas
Filipinas, trocando
mares en Asia porHistoria de
y minasla
(7)
P.
Pastklls y F. Mateos
:
la
Compaa de Jess enIntroduccin.
Provincia del Paraguay. VII, Madrid 1948, pg.
XIX.
INTRODUCCIN
y consolidaba todas las intrusiones en tierras castellanas hechas con arrojo y perseverancia de siglos, porel;
en
Per
antes citado y ms simplemente por la desnuda ocupacin en tres direcciones principales, aguas arriba del Amael titulo
zonas y de sus grandes afluentes al norte, por la costa atln tica y regiones del rio de la Plata al sur, y tierras adentro
por Cuyab y Matogrosso en el centro. Espaa ganaba solamente en el tratado la Colonia del Sacramento y el derechoexclusivo de navegacin enel
ro
de la Plata, reconociendo
en cambio todasdecir, laal
las usurpaciones portuguesas relatadas, e^ mitad de Sudamrica, y cediendo encima territorios, partir por mitad los no ocupados actualmente por nadie,
por medio de los cuales se haba de trazar da lnea de demarcacin.
El flamante tratado naci con mala estrella, pues desagra-
d a
la
corte portuguesa, donde haba sobrevenido, despus
to el clebre
el primer puesdesagrad y aun (4.607), ofendi a las ciudades americanas, alarmadas ante el peligro de los avances portugueses por el Brsail, desagrad a los misioneros de la Compaa de Jess, que vean por l desgarradas sus misiones del Paraguay, la obra ms excelsa que en una 1 evangelio haba logrado de los indios americanos
de su ajuste, cambio de ministerio, ocupando
Marqus de Pombal
;
palabra, desagrad a todovajal.
el.
mundo, menos
al
ministro Car-
Apenas fu conocido en Amrica, comenzaron a
llover de
todas partes memoriales y representaciones contra l, pidiendo se suspendiese, en uso del derecho que daban las anti-
guas libertades castellanas de obedecer pero no cumplir, suplicando de la ejecucin hasta ser odos por el Rey. Los memoriales proceden de las personas ms significativas, y vandirigidos al virrey del Per, a la audiencia de Charcas, al go-
bernador de Buenos Aires,delirios,
al
comisario real Marqus de Val-
y alas autoridades superiores de Madrid (4.596, 4.609, de 1752 lleg a Buenos Aires la comisin demarcadora espaola para las regiones4.698, 4.699, 4.708). El 20 de febrero
INTRODUCCIN
del
Sur, compuesta por
el
Marqus de
Valdelirios,
primer
comisario que venia provisto de amplsimos poderes y superioridad sobre todas las autoridades de Amrica, y Juan Echevarra, Francisco de Arguedas y Manuel de Flores, jefes
de las tres partidas que haban de hacerel
la
demarcacinellos vena
desdeel
Atlntico cerca de la boca del ro de la Plata, hastaChiquitos.
ro
Ja.ur en las misiones deel
Con
tambin
jesuta Luis Altamirano,el
en quien haba delegaP. General de la
do sus veces y toda su autoridadlasEli
Com-
paa de Jess, para hacer la entrega de siete pueblos de
misiones del Paraguay que pasaban a los portugueses.
comisario principal por parte de Portugal era
Gomes
Freir de Andrade, gobernador de Ro Janeiro (4.610, 4.623,4.646, 4.744).
aun antes de la llegada de Valdelirios a Buenos Aires, haban procurado convencer por las buenas a los indios, de que abandonasen 'los siete pueblos mencionados, que estaban situados en la banda oriental del ro Uruguay, y buscasen otras tierras donde establecerse en los dominios de Espaa haban recibido orden de su P. General, Ignacio Visconti, de tener desalojados todos los pueblos que hubie-
Los
jesutas,
;
sen de quedar para Portugal, antes de 'la llegada de los demarcadores. Pero sus persuasiones y esfuerzos se estrellaron ante la resistencia de los indios, que se negaron a abandonarsu tierra natal con sus hermosos pueblos e iglesias, sus hierbales de hierba mate, sus algodonales y las ricas estancias
de
'SUS
vincial
ganados (4.619, 4.645, 4.647, 4.648) por lo que el Prodel Paraguay, Jos de Barreda, hizo renuncia jurdi;
ca de las doctrinas o reduc9ones de misiones ante
el
gobery ante
nador de Buenos Aires, como vice-patrono deel
ellas
obispo, a
fin
de sacar de las mismas a todos los jesutas
mas la renuncia no le fu admitida (4.658, 4.674, 4.675). La resistencia de lo,s indios, exasperada por las prisas yde tacto de Freir y Valdelirios, degener en abierta rebelda, y haiendo llegado la primera partida de la demarcacin, mandada por Juan de Echevarra, al puesto de Santafalta
INTRODUCCIN
Tecla, perteneciente a la estancia del pueblo de San Miguei,la
detuvieron a principios de abril de 1753, impidiendo
el
pa
so a los comisarios portugueses, pero dejndolo libre a los
espaoles (4.652, 4.655, 4.657, 4.659). El incidente de Santa Tecla dio pie a los portugueses y a varios espaoles de la comisin demarcadora para forjar la fbula de la desobedien-
y de que atizaban 'la rebelin de los indios, que pas al libelo de Pombal titulado Relagao Abreviada (4.665, 4.667) y por otra parte los indios, del trato de escia de los jesutas,;
paoles y portugueses, sacaron 'la persuasin de que sus misioneros les hacan traicin, con ocasin de ios 4.000 pesos queel
Rey conceda
a cada pueblo para ayuda de costael
de la mudanza, que creyeron firmemente erareciban por entregarlos a sus seculares
precio quelos
enemigosel
por-
tugueses, razn por da cual les perdieron
respeto y ame-
nazaron de muertelas misiones.
al
P. Comisario, Luis Altamirano, a quien
crean portugus disfrazado de jesuta, y tuvo que huir de
De
aqu en adelante
el
influjo benfico de los
jesutas fu nulo, y
ced de4.677,rios
la
ms bien quedaron ellos presos y a mermuchedumbre de indios enfurecidos (4.672, 4.676,Llegadasintimaral
4.714).
las
cosas a este extremo, Valdeli-
resolvilas
donaegui,
gobernador de Buenos Aires, An rdenes reales que traa prevenidas para ese
caso, y eran de hacer guerra a los indios y expulsarlos de
sus pueblos por fuerza de armas, contra das cuales de nada
valieron las representaciones de los jesutas pidiendo misericordia4.697).
para los pobres indios (4.660, 4.664, 4.668, 4.673.
3.
Guerra Guarantica
La accin militar contra los indios sublevado.s, llamada comnmente Guerra guarantica, fu conjunta de espaoles auxiliares, y tuvo dos campaas, y portugueses, stos como 1756. La primera campaa la emprenuna en 1754 y otra en di el gobernador Andonaegui el 2 de mayo de 1754 desde
INTRODUCCIN
Buenos Aires, subiendo por el rio Uruguay arriba pas por sus afluentes los rios Queguay, limite meridional de las estancias de Misiones, y Daimn, y avanz hasta el arroyo del Tigre, dentro de la gran estancia del pueblo de Yapey, a slo 25 leguas de los siete pueblos, adonde lleg ei da 4 de agosto de 1754, en medio de enormes dificultades;
que ms que
los indios rebeldes le ofreca la naturaleza del
terreno y la falta de pasto para el ganado y caballada en medio del crudo invierno (4.700, 4.702, 4.705, 4.713, 4.736;. Vencido por tales obstculos y habiendo ya perdido ms de seis mil caballos, muas y bueyes, y con mucha parte de la tropa enferma, Andonaegui se vio precisado a volverse des-
de
el
arroyo del Tigre sin entrar en los pueblos sublevados.tuvo algunas escaramuzas con los indios, unaro;
En
la retiradael
de ellas en
Daimn, de
cierta
importancia,
el
3 de
octubre de 1754 y cogi papeles y tom declaraciones a los mdios prisioneros, formando por medio del maestre de campo Manuel Domnguez, una especie de proceso, con miras1
establecer la culpabilidad que pudiesen tener los jesutas
en estos sucesos (4.707, 4.709, 4.710, 4.713, 4.715). En marzo de 1755 estaba Andonaegui en Buenos Aires, preparndose para emprender cuanto antes y con ms fundamento una nueva campaa. Mientras tanto, algo parecido haba ocurrido al ejrcito portugus que por las cabeceras del ro Par-
do se acercaba a4.731).
las misiones, sufriendo
algunos descalabros
de los indios (4;717, 4.718, 4.720, 4.721, 4.722, 4.724, 4.728,
Aleccionados consolvieron
el
mal xito de
la
primera campaa,
re-
generales, Andonaegui y Freir, emprender otra lo antes posible, en el buen tiempo de verano, y con los
ambos
dos ejrcitos unidos, no por
el
ro
Uruguay
sino por tierra,
partiendo desde Montevideo y Ro Grande respectivamente, y atacar juntos a los pueblos rebeldes por la parte oriental(4.725, 4.726, 4.742, 4.743, 4.749).
Andonaegui nombr por
se-
gundo suyo en
coronel Jos Joaqun de Viana, gobernador de Montevideo, que fu quien llev el peso prinel
mando
al
INTRODUCCIN
JCVll
de la campaa, y el 4 de diciembre de 1755 sali el ejrcito espaol compuesto de 1.700 hombres de Montevideo, y siguiendo sus jornadas hacia el norte, en el lugarcipal
*
llamado Sarandi hizo
la unin con el ejrcito auxiliar portugus mandado por Freir y formado de 1.200 hombres, ei da 6 de enero de 1756. Los indios mientras tanto no se des-
cuidaban en sus preparativos de guerra,ellossi
si
bien en honra de
de
la
hay que decir que los alzados no eran todos, aunque mayora de los pueblos, pues siendo stos treinta con
una poblacin de ms de cien mil habitantes, no llegaron a reunir sino un ejrcito de 3.000, los ms alocados y dscolos, sin cabeza ni organizacin, ,sino al modo de bandas que reconocan a dos jefes ms principales, el capitn Sepe y Nicols enguir, al que la patiaa del reino jesutico de' Paraguay denomin Nicols I (4.757, 4.758, 4.759, 4.760, 4.764) Ante el ejrcito unido hispano portugus, con buenos jefesyindios,
y provisto de fusiles y artillera, los desgraciados abandonados a sus andanzas sin jefes europeos, y con sus miserables caones de madera reforzados con tiras de cuero, llamados de tacuara, iban como ovejas al matadero y nodisciplina,
ofrecieron resistencia digna de
tal
nombre.:
Slo hubo dos combates de alguna importanciacacayel
el
de Bacapitn
7 de febrero de 1756, en que hall
la
muerte
el
Sepe, y otro el 10 del mismo mes de febrero en el sitio llamado Caibat, al que algunos escritores llaman la Numancia americana, donde los indios, metidos en una zanja que haban
construido para su defensa,
en las imgenes d? los Santo,s titulares de sus pueblos, que llevaban pintadas en las banderas, se dejaron matar, pidiendo misericordia y compasin con las manos cruzadas al pecho, por las descargasconfiadossucesivas de la fusilera de los blancos. El ejrcito indio se
compona de 2.000 hombres mandados por enguir, y murieronros y
ms delo,s
1.500 en Caibat, otros fueron hechos prisioneeste da la
dems huyeron. Desde
marcha
del ejr-
pueblos de misiones fu un paseo militar, en que molestaban a los ios indios en bandas sueltas, como moscascito a los
XVXll
INTRODUCCIN
invasores sin causarles dao importante (4.765, 4.766, 4.767, 4.770, 4.789). De todos lo,& sucesos de la guerra guaranitica
queda una extensa y minuciosa relacin, hecha por ral espaol Andonaegui (4.686).
el
gene
Por
el
mes de mayo de 1756las
el
ejrcito unido hispano-por,sin
misiones y ocup pueblos que deban pasar a Portugal.el
tugus lleg aP,
resistencia los siete
Uno:
de los misioneros,
Bartolom Piz, espaol, cura de San ngel, abraz pblicamente a Andonaegui y de dijo Vuestra Excelencia tendra ganas de llegar a estos pueblos, pero yo mucho ms de que Vuestra Excelencia llegase, porque los indios, rotoel
freno del respeto y la veneracin, estaban insolentes y no se poda averiguar con ellos. La mayora de los ,siete pueblos,total
que tenan una poblacin
de 30.000 habitantes, se
disri
persaron huyendo a los montes. Andonaegui hizo formar
Nicols Patrn un proceso, cogiendo varios papeles a los
misioneros y a los indios y examinando a unos pocos testigos de entre sto,s, para establecer jurdicamente la culpabilidad de los jesutas en la rebelin de los indios (4.777, 4.779,4.780, 4.781).
4.
Gobierno de Pedro de Ceballosalarmada porel
Laenellael
corte espaola,
cariz
que tomaban
Ro de
muy
Plata los acontecimientos, que llegaban a abultados contra los jesutas, haba decidido enla.
viar a
Andonaegui, considerado como demasiado viejo, un sucesor de toda confianza que hiciese frente a la guerra con los indios y saliese al paso de las dificultades que ocurriesen en el enmaraado negocio del tratado de lmites; y eligi al teniente general Pedro de Ceballos, a quien el nuevo ministro de Estado, Ricardo Wall, que haba sucedido a Jod s de Carvajal y Lancster por muerte de ste, provey ejrcito de 1.000 hombres que amplias facultades y de un msdeba conducir a Buenos Aires, y le dio adems extensas
INTRODUCCIN
XjX
trucciones
muy
llenas de duros conceptos
y medidas contrala
ios jesutas,
como4.748,
presuntos autores de4.751, 4.762,el
rebelin de los4.784,
indios (4.746,
4.768,
4.783,
4.785.
4.794). Ceballos sali de
Cdiz
23 de abril de 1756, y llego
a
Aires
el 28 de octubre del mismo ao y a Buenos 4 de noviembre siguiente, donde tom posesin del cargo de gobernador, y despachados los asuntos ms urgen-
Montevideoel
misiones y tom el mando del ejrcito el 23 de enero de 1757, volviendo Andonaegui a Espaa con totes se fu a las
dos los honores por
el
feliz
resultado de la guerra guaran4.805, 4.808, 4.812, 4.813).
tica (4.786, 4.787, 4.788, 4.797,
El nuevo gobernador y capitn general hall el ejrcito minado de indisciplina por causa de las intromisiones da Valdelirios contra la autoridad de Andonaegui los pueblos;
de misiones desolados por
la;
ban en su mayora huidospresentaba a hacerla
guerra, y sin indios que anday a todo esto Valdelirios no seal
entrega de los siete pueblos
general
portugus Freir de Andrade, condicin precisa para que Espaa recobrase la Colonia del Sacramento (4.790, 4.795,4.798, 4.799, 4.805, 4.823).
Este Freir, que tena instruccio-
nes secretas del ministro portugus
Pombal para impedirla
la
ejecucin del tratado de lmites, no quiso admitir
entrega
de los siete pueblos hasta que estuviesen totalmente evacua-
dos y 'limpios de indios y Ceballos por su parte pronto se persuadi que los enemigos que tena Espaa en el Ro de la;
Plata no eran los jesutas y los indios de sus misiones, sino los portugueses, y form el plan original de echar al olvido
cuanto
le
haban contado contra los jesutas, ganarlos a su
amistad y servirse de ellos en la difcil obra de atraer y buscar a los indios dispersos y conseguir la mudanza o traslado, que de acuerdo con los misioneros se resolvi fuese en su
mayora a los otros 23 pueblos de misiones 'que quedaban bajo el dominio espaol (4.796, 4.815, 4.816, 4.817, 4.818, 4.819, 4.825). El arbitrio dio excelentes resultados, y con laabnegacin y trabajo de cia de todos en tolerarlos jesutas,lasinfinitas
y mucho tino y pacienpuerilidades y lentitud
JC)
INTRODUCCIN
ingnita de los indios, se consigui trasladarlos todos y qued el territorio de los siete pueblo,s limpio y dispuesto para la
entrega a Portugal. -Una cosa qued patente a los ojos deCeballos y de casi todos los oficiales del ejrcito espaol la plena justificacin de los misioneros, su inocencia y la since-, ra y leal cooperacin que prestaron a la ejecucin del trata:
do, en vista de los lances diarios que ocurran en
el
traslado
de los indios. Si antes, de 1752 a 1756, no se haba hecho pacificam.ente la trasmigracin,los jesutas;
no fu por culpa u Dmisin deellos solos
es
que no pudieronel
vencer
la obsti-
tenan a su tierra natal, y la rudeza de su mentalidad primitiva (4.833, 4.840, 4.849, 4.858
nacin de los indios,
amor que
4.853, 4.863,
4.864, 4.867).
El primer comisario portugus Freir proceda a los ojos de Ceballos con mala fe, y con una poltica tortuosa perohabilsima, pona obstculos a la terminacin del tratado, y se esforzaba por hacer perder la paciencia a las autorida-
des espaolas.
juego haba producido su efecto, pues el Marqus se mostr siempre dcil a sus insinuaciones, y con tal de no darle ocasin a provocar unaValdeliriosel
Con
ruptura, pas por todas sus pretensiones, y de esta
manera
consigui Freir en
Portugal que
las
demarcacin mayores ventajas para que consignaba el mismo tratado. Por forla
tuna con Ceballos los tiempos haban cambiado, y de ah adelante la causa y los intereses de Espaa haban de tener un defensor clarividente y decidido, que no se plegase a sofismas y tergiversaciones. Los portugueses, acampados en el mismo territorio de las misiones, se esforzaban en sacar
con engao
in-
dios y pasarlos al cabeceras del ro Pardo y del Yacui, por donde adelantaban sus conquistas y puestos militares, so capa del tratado, al mis mo tiempo que robaban grandes cantidades de ganado para
dominio de Portugal, establecindolos en las
poblar sus estancias de Ro Grande. Ceballos no se call y
reclam enrgicamente de4.865, 4.867).
tales tropelas (4.840, 4.843, 4.858
Evacuados ya de indios los siete pueblos, nada faltaba para hacer la permuta de ellos por la Colonia del Sa-
INTRODUCCIN
cramento, pero entonces busc Freir otro pretexto para ferir la entrega en la cuestin del origen del ro Ibicu,
dil-
mite meridional del territorio de los pueblos que pasaban a Portugal. A Ceballos le irritaba la torpeza de Valdelirios que,
para determinar cul de los dos brazos que tiene el Ibicu e.^. su origen haba que considerar como verdadero Ibicu, segn
mayor el caudal de las aguas, se vala de mapas impreciy no iba en persona a averiguarlo o enviaba a los miembros de la comisin demarcadora, que para eso haban ido y losfuesesos,
mantena
el
de designarmeridional,
Rey a tanta costa, y segn todas las 'seas trataba como verdadero origen del Ibicu el brazo ms y que mayor territorio daba por tanto a Portual
gal (4.835, 4.836, 4.895, 4.898, 4.899, 4.903, 4.911).
Ceballos
llegar al
juicios contra el
Ro de la Plata no mostr traer preMarqus de Valdelirios, pero pronto se dio
cuenta de su tibieza en defender los intereses de Espaa, su oportunismo, sus connivencias con Freir de Andrade y sus
gravsimos desaciertos en
la
ejecucin del tratado de lmites;
adems le daba en rostro la fatuidad del Marqus, su vanidad y gana de lucir, y la indisciplina que meta en el ejrcitovendiendo a losoficiales
como
de gran vala su favor en
la
corte para conseguir ascensos.
La ruptura
se hizo inevitable,
y fu estrepitosa, hasta el punto de merecer ambos una dura reprensin del minisro Ricardo Wall. En la controversia Ceballos llev la parte del len. Valdelirios la
de la raposa
Ceballos desenmascar en sus informes a
'la
corte con meri-
diana claridad y lgica irrefutable las quiebras y trampas de Valdelirios, su ineptitud para llevar la voz de Espaa en la
demarcacin de lmites, y su malignidad de empearse en cargar las culpas de su propio fracaso a los inocentes misioneros jesutas. Sin embargo, Valdelirios con el valimiento de las Sectas (su nombre figura en las listas masnicas) no perdiel
crdito en Madrid, y
ms
adelante ocup un puesto en
ei
Consejo
de Indias (4.852, 4.853, 4.886, 4.892, 4.894, 4.901, 4.907,4.949).
4.908, 4.910,
La enemistad
se extendi
a varios oficiales
amigos de
de Ceballos y Valdelirios ste y complicados
INTRODUCCIN
con
l
en los manejos contra los jesutas,
qun de Viana,
Toms
como Jos JoaHilson, Eduardo Wall y otros (4.854,
4.897, 4.902, 4.905, 4.906, 4.909, 4.996, 4.997, 4.998).
5.
Inocencia de los misioneros jesutas
Valdelirios, descontento de Andonaegui y persuadido de que los rebelados en Misiones no eran los indios sino los jesutas, haba pedido a Madrid que enviasen como gobernador de Buenos Aires una brabata militar con su junta de impie-
dad de entre los jefes acabados de llegar defu Ceballos,
Italia.
El elegido
hombre
ni
bueno
ni
mao, pero gran soldado,
recto y pundonoroso, que al conocer en el Ro de la Plata cules eran 'los verdaderos intereses de Espaa, y el valor que
para su defensa representaban los jesutas y aun los indios de sus misiones, y viendo por sus ojos su virtud e inocencia,
no dobl su espada a
la injusticia y se erigi en' acrrimo defensor de los perseguidos, y por esta vez deshizo y frustr los planes tenebrosos de las Sectas europeas y del agen
te e
instrumento deel
ellas Valdelirios.
Yael
en 1757 cuando sede San Miguel se
hizo
traslado de los siete pueblos,
haba establecido con aprobacin de Valdelirios en un lugar de su estancia dentro de 'los dominios de Espaa, pero que
ms adelante
surgir la cuestin del origen del ro Ibicui, result hallarse dentro del territorio disputado entre los dos brazos superiores de dicho ro. Valdelirios quiso obligar aal
los indios a
un nuevo traslado msel
al
sur,
pero Ceballos se
opuso resueltamente hasta que se aclarase, y no consinti quetias
verdadero origen del ro se ocasionasen nuevas moles4.867,
a indios
y misionerosse habanel
(4.796,
4.870,
4.918,
4.923,
4.942).
Dos puntos
ciones secretas por
encargado a Ceballos en sus instrucMinistro Wall: quitar las 30 doctri-
nas de Guaranes a los jesutas, sacndolos de todas las reponiendo en su lugar clrigos seculares, y enduciones
y
INTRODUCCIN
viar a
Espaa en partida dedos enla rebelinll dificultad
once jesutas sealados por sus nombres, presos a registro, por suponrseles ms culpade los indios.
En
el
primer punto no ha-
Ceballos, porque habindolo de ejecutar de acuer-
el nuevo obispo del Paraguay, Manuel Antonio de Torre, ste, apesar de su manifiesta enemistad con los jesutas, se declar resueltamente en contra de la pretendi-
do con
la
da sustitucin, porque ni tena clrigos para hacerla ni crea
que se podra ejecutarreducciones.
En
sin ocasionar la ruina de las clebres cuanto a enviar presos a los once jesutas.
Ceballos hubo de so'stener una agria polmica con Valdelirios
eran inocentes, y jams coady con la misma corte imponerles un castigo injusto y afrentoso, que dieyuvara a:
adems color y verosimilitud a ros, ante los ojos de toda Europase4.939, 4.941).
las
calumnias de Valdeli
(4.867, 4.889, 4.890, 4.917,
4.918, 4.920, 4.921, 4.922, 4.923, 4.925, 4.926, 4.927, 4.928, 4.933,
Pero adems hizo formar cuidadosamente un proceso rdico que esclareciese la culpabilidad que hubiesen podidoner enla
jute-
sublevacin de los indios y en
la
guerra guarantica
tambin orden de Madrid en sus instrucciones Ya en 1756 se haba formado uno por Nicols Patrn, teniente de Corrientes, como dejamos referido, pero por lo visto pareca imperfecto e insuficiente, y se quera averiguar con prueparaello traa
bastas.
ms
ciertas la verdad, a fin de proceder contra los jesu'la
Ceballos en 1759, cuandoteniente
limpieza de los siete pue-
blos estaba concluida y tuvo
cin del procesocito
al
ms holgura, encarg la formacoronel y Mayor general del ejr-
de misiones, Diego de Salas, a fin de averiguar con plena justificacin, quines fueron los autores de la rebelin de los indios, y sealadamente si lo fueron alguno o algunos
Compaa, y en qu forma y por qu medio los indujeron, con todo lo dems que pueda conducir al convencimiento de los culpables de tan grave delito. Diego de Sahaban delas hizo primeramente comparecer a los indios quepadres dela
clarado en
el
proceso de Nicols Patrn:
eran pocos y casi
INTRODUCCIN
todos supervivientes, y a una se retractaron de sus declaraciones anteriores, diciendo que haban mentido de miedo que nolos matasen, y
que otras veces los intrpretes no haban expresado fielmente su pensamiento. Despus fu citando a testigos indios de cada uno de los siete pueblo's, los ms capacesy ladinos entre ellos y que ejercan generalmente cargos pblicos por todos declararon 58 indios, uno de ellos Nicols en;
guir. Finalmente, y es la parte
ms importante
del proceso,
hizo comparecer a oficiales espaoles del ejrcito que sq haban
hallado presentes en las campaas de la guerra guarantica,
en nmero de catorce, y haban sido testigos de cuanto haba ocurrido. Todos declararon que ni haban visto nunca a
ningn jesuta mezclado en la sublevacin de los indios, haba trazas de ello, por el modo pueril y sin organizacincabeza con que en todo haban procedido los indioslos jesutas;
ni
ni
final-
no tenan ninguna culpabilidad en los mente, que pasados acontecimientos, y que 'la fama que contra ellos e haba esparcido se deba a mala voluntad y calumnias de sus enemigos. El proceso se termin el 12 de noviembre de 1759,y constituye una pieza formidable, que pone de manifiesto las imposturas de Valdelirios, de 'los ministros Carvajal y Ricardo Wall y dems complicados en la conjura antijesui 'a(4.863, 4.876, 4.885, 4.888, 4.891, 4.900, 4.913).
i\
Valdelirios por su parte no se durmi, y antes de volver Espaa se arm de diversas cartas y testimonios de per
sonas adictas y enemigos de jesutas, para justificacin de su conducta, y escribi una larga y difusa Historia! del tratado de 'lmites y rebelin de los indios, fomentada por los
misioneros jesutas (4.879, 4.880).
6.
Anulacin del tratado de lmiteslas tres partidas
Mientras tanto,
demarcadoras de
la sec-
cin sur correspondiente al ro de la Plata, haban realizado su labor y la tenan ultimada el ao 1760. La primera en
INTRODUCCIN
terminarla fu
la
de Manuel de Flores, que demarc
muy
pronto, ya en 1756, su parte comprendida de norte a sur
desde
la
boca del
rio
Jaur en
las
misiones de Chiquitos,
hasta el rio Igurey, junto al Salto grande del Paran. La segunda a cargo de Francisco de Arguedas, a quien correspondi la parte del ro Igurey hasta la boca del Ibicui en el rio Uruguay, la dio por concluida en enero de 1760; y la que en los documentos figura como primera partida de Juan
de Echevarra, que
fijel
los limites desde el ro Ibicui hasta
Castillos grandes en
Atlntico, la tenia acabada en julio
de 1759.
La
actuacin de las tres partidas mereci a Ceballos
durascias
crticas,
por haber cedido
sin
necesidad a
las
exigen-
portuguesas en detrimento de Espaa, concediendo por todas partes territorios, y poniendo en peligro, por la cercana de la frontera, a la ciudad de
Asuncin
del
Paraguay
(4.937, 4.940, 4.943, 4.958).
El tratado de lmites, en una palabra, no haba agradado a Portugal, el del Marqus de Pombal, apesar de haber partido de ellos la iniciativa de la negociacin; y su poltica hbilmente ejecutada por Freir de Andrade, apesar deposibles (4.915, 4.916, 4.924, 4.955, 4.956, 4.957).a, despus delas
com-
placencias de Valdelirios, le haba puesto todas las trabas
Y
en Espa-
muerto Fernando VI, los informes de CebiMarqus de la Ensenada, que haba aos llos, y antes denunciado el tratado como perjudicial a nuestros intereses de ultramar, movieron al nuevo rey Carlos III a decretar su anulacin, que se comunic a las autoridades espaolas de Amrica, aunque todava de un modo reservado, elel influjo del
25 de junio de 1760 (4.944, 4.960). El tratado, pues, fracas: un solo efecto tuvo, servir de plataforma a las Sectas para
preparar
la
ruina de la
Compaa de
Jess.
INTRODUCCIN
7.
Gobierno Eclesistico
En e] obispado de Buenos Aires ocurren varios asunoi de carcter general, sobre los informes que se deban mandar al Consejo de Indias acerca del estado de las rdenes religiosas y los pueblos o doctrinas de indios que regentaban,y en cuanto al cobro y aplicacin de la cantidad que, por razn de diezmos, tributaban las 30 reducciones de jesutas
Paraguay (4.592, 4.603, 4.613, 4.703, 4.733). La catedral de Buenos Aires 'se vino a tierra, el ao 1752, y se trataba deenel
reedificarla,
para lo que
el
Rey, en virtud del real patronato,
deba contribuir con una fuerte cantidad (4.801, 4.831, 4.846);se
envan
tambin informes
eclesisticos^ (4.934).
En
y propuestas para beneficios Montevideo concede el Rey la erecla
cin en convento regular de un hospicio que ya exista de
orden de San Francisco
(4.919).
Enremite
el
obispado de
Tucmnn
se recibe la real cdula
que
el
breve de Benedicto
XIV
sobre nueva ordenacin de
das festivos, y ocurren varios asuntos de personal y oposicio-
nes a cargos eclesisticos (4.605, 4.651, 4.729, 4.738, 4.741,4.752,4.763).
El obispo,las
Pedro Miguel de Argandoa,lo
se
preocupa dela
obras de su seminario, y de la fbrica de
suntuosa catedral de Crdoba, para
que pide ayuda eco-
nmica, y propone el arbitrio de beneficiar algn ttulo de Castilla, que le es concedido; finalmente, enva al inquisidor
Manuel Bonifaz, confesor del Rey en sustitucin del Rbago, un extenso informe del estado eclesistico de la P.general,dicesis (4.656, 4.802, 4.844, 4.845, 4.848, 4.855).
obispado del Paraguay hay un expediente sobre el obispo Fernando Prez de Oblitas, quien despus de consael
En
grado no pudo ir a la dicesis por su mala salud, y fu nombrado en su lugar Manuel Antonio de la Torre, el primer obispo del clero secular que ocup la sede de la Asuncin era cura de Autillo en Valladolid, y poco amigo de jesutas, y por tal parece que fu enviado a Amrica por los ministros volte:
INTRODUCCIN
ranos de la corte espaola a espaldas del Consejo de Indias(4.625, 4.680, 4.739, 4.756, 4.811, 4.842).
Contina
el
largo ex
pediente sobre fundacin de un convictorio en la Asuncin que fuese universidad para formar el clero, y que haba de confiarse a la
Compaa de
Jess, sin llegar a ningn resultado
(4.616, 4.661, 4.666, 4.670, 4.671, 4.712, 4.804, 4.869).
El go
bernador Jaime San Just enva al Consejo de Indias los consabidos informes sobre rdenes religiosas, su estado, y losmisioneros que tienen y necesitan en los pueblos de indios(4.615, 4.696).
En
el
arzobispado de Charcas se suceden
las
competencias
los arzobispos,
sobre jurisdiccin y preeminencias entre la audiencia real y y entre el seminario diocesano de San Cfis
San Francisco Javier regentada por Gregorio de Molleda pretende fundar un convento de monjas carmelitas en Cochabamba, y la audiencia le promueve un expedientetbal y la universidad dejesutas (4.704, 4.771, 4.829, 4.838). El arzobispo
de incapacidad por demencia; y habiendo fallecido se le da por sucesor a Bernardo de Arbiza y Ugarte, y por muerte de ste es nombrado el obispo de Buenos Aires Cayetano Marcellano y
En
el
Agramont (4.653, 4.769, 4.771, 4.793, 4.820, 4.830). obispado de La Paz, por muerte del obispo Matas Ible
ez de Segovia,
sucede Diego de Parada, quien remite al Rey un informe sobre el estado de la dicesis despus de haber hecho la visita (4.617, 4.754). En Sania Cruz de la Sie-
obispo Juan Pablo de Olmedo, es nombrado para sucederle el mencionado Fernando Prez derra,
habiendo muerto
el
Oblitas (4.755).
Per ocurren varias rdenes geconcesin de las rdenes sagradas a los nesales tocantes a la mestizos, sobre los visitadores que deban acompaar a los obispos cuando entraban a visitar misiones, y deban ser re.
En
todo
el virreinato del
misin, y sobre doctrinas de la separacin de los regulares de los curatos y clero secular indios que ya eran antiguas, para pasarlos al'igiosos de la
misma orden que
asista
en
la
(4.591, 4.654, 4.680).
INTRODUCCIN
8.
Compaa de Jess
En cuantoMadrid
a expediciones de misioneros, se hallaban en
los dos
procuradores de
la
provincia del Paraguay,di-
Carlos Gervasoni y Pedro Arroyo, en circunstancias bien fciles para negociar, por causa de la sublevacin de losdios de las misiones. El P. Gervasoni fu desterrado y
in-
hubo
de volver a
Italia,
su patria, por haber repartido entre altosel
personajes memoriales, mapas e informes contra
tratado
de lmites y en defensa de los misioneros. El P. Arroyo continu slo negociando con el Consejo de Indias y pudo conseguir una expedicin de 60 jesutas costeados segn costum-
bre por la real hacienda, de los que reuni 30 y los embarc para Buenos Aires el 8 de abril de 1755 (4.598, 4.644, 4.669,4.688, 4.689. 4.690, 4.691, 4.692, 4.693, 4.695, 4.719). El
ao
1758 llegaron a Madrid dos nuevos procuradores, los Padres
Simn Bailina y Juan de Escandn, bien provistos de informes del obispo de Tucumn, Miguel de Argandoa, del gobernador Juan de Pestaa, del gobernador del Paraguay Jai-
me Sancin,
Just,
del
y secular de la Asunobispo de Buenos Aires Cayetano Marcellano, y ydel cabildo eclesisticolos
varios otros, en
que, adems de representar la necesi-
los defienden de las calumnias ocasin del tratado de lmites esparcidas contra ellos con Pidieron al Consejo de Indias el pase para los 30 religio,sos
dad de misioneros
jesutas,
que no se haban embarcado en la expedicin anterior, y para aadir otros 30 ms, por todos 60; y el Fiscal del Consejo apoy su pretensin que tuvo buen resultado y consigui la aprobacin del Rey (4.791, 4.803, 4.806, 4.810, 4.827, 4.850, 4.857. 4.862, 4.871, 4.877). Al mismo tiempo los padres procui;adores de la provincia del Per, Santiago La-
y Francisco Martnez, obtuvieron otra expedicin de 28 jesutas para las misiones de Mojos, que debi partir ei ao de 1758 (4.792, 4.832). Respecto de nuevas fundaciones, en Buenos Aires se consrrain
INTRODUCCIN
truy una casa de Ejercicios Espirituales con limosnas de Melchor de Tagle (4.878); en Jujuy ofrecieron en pblica escritura bienes suficientes para fundar colegio de laa, el
Compa-
general Juan del Portal y su consorte Mara Josefa de Urrutia, y fueron efectivamente dos padres a establecerse en forma de hospicio junto a la ermita de San Roque, hasta
conseguir
el
permiso real para formalizar
la
fundacin
(4.774).
El convictorio y universidad de la Asuncin, de que antes hemos hablado, ofrecido a la Compaa, quiso el obispo Antonio de'la
Torre cambiarlo de destino, aplicandol
las
dona-
ciones de los vecinos para fundar
su seminario, en lo que
hall general oposicin en la ciudad, y
bacin del Consejo de Indias,nir a la
no mereci la aproporque no era lcito contrave-
voluntad de los donantes (4.874, 4.932, 4.945).
las
Acerca de las nsiones, la grave catstrofe que fu para del Paraguay el tratado de lmites, queda ya declaradaarriba.la
mspor
Los sufrimientos detortura a que los
los misionerosel
se agrava-
ron conel
someti
visitador enviado
P.
General,
Luis Altamirano, por sus mcodos de
gobierno a base de preceptos y censuras cannicas, contravena de rios al modo suave de proceder en la Compaa:
Madrid cargado de los prejuicios contra sus hermanos del Paraguay que corran por la corte, y no supo despojarse de ellos en Amrica, antes sin poder probar ningn delitograve a nadie, los confirm con sus cartas al ministro Carvajal y al P. General de la Compaa, ocasionando as una"gravsima tribulacin a los benemritos y heroicos misioneros. Por fin, desacreditado y fracasado, volvi a Espaa el
ao 1757
(4.814).el
En
otro terreno, subsiste
pleito
promovido por
los co-
bradores de impuestos de Buenos Aires contra la exencin que las misiones del Paraguay tenan de pagar el de la hierba mate, en el que produce memoriales ante el Consejo de Indiasel
procurador P. Arroyo, y
el
Duque de Alba muestra
su poco
afecto a los jesutas (4.594, 4.595, 4.727, 4.753, 4.772, 4.773, 4.778, 4.935, 4.938); y ocurren algunas estadsticas interesan-
INTRODUCCIN
tes,
tanto de las mencionadas misiones delel
Paraguayel
(4.685),
como de iodo
avance misionero en
los diversos frentes de
apostolado que los jesutas mantenan en
Rio de
la
Platala
y regiones limtrofes, con ocasin de los informes quecorte peda y eran enviados por los superiores de la
Com-
paa o por los gobernadores (4.600, 4.611, 4.612, 4.614, 4.629).
Las misiones de Pampas y Serranos, situadas
al
sur en lao
orillas del ro Salado, suscitaron fuerte hostilidad de los veci-
nos de Buenos Aires, porque siendo recientes y no estando todava sus indios hechos a la vida poltica y cristiana, mantenantrato
con sus parientesel
infieles
sirvindoles
de espas para
los robos y otros atropellos que cometan en las fronteras,
por \o que
cabildo de la ciudad pidi
al
gobernador An-
donaegui
la
supresin de estas misiones, o que los indios
fuesen trasladados a otros pueblos cristianos
como Santo
Domingosistan
Soriano, o a Montevideo; pero los jesutas se re-
a abandonar a los nefitos, e imploraron misericor-
dia para ellos, y
a los indios y evitase sus
que se mandase escolta militar que vigilase desmanes, y se tomasen otras melas
didas para
no deshacer
reducciones (4.618, 4.620, 4.621.
4.622, 4.624, 4.626, 4.627, 4.628, 4.630, 4.631, 4.632). El debate
dur muchos meses y lleg hasta4.634, 4.635,
el
Consejo de Indias4.639,
(4.633,
4.636,
4.637,
4.638,
4.640,
4.642,
4.681, 4.682, 4.683, 4.684).
Los
jesutas continuaban
su apostolado triunfante y
vi-
goroso en las misiones del Chaco, que daban esperanza de alcanzar un florecimiento semejante al de las del Paraguayo de los Chiquitos:los pueblos de indiosse iban multipli-
cando desde las ciudades de Santa Fe y Corrientes entre los Abipones (4.597, 4.599, 4.601, 4.606, 4.607), desde Crdoba del Tucumn entre los Vuelas (4.602, 4.604, 4.649, 4.650), y entre los Tobas cercanos a la ciudad de Jujuy (4.730, 4.809.4.821, 4.822).
misiones de Mojos sostenidas por la provincia jecusutica peruana, el obispo de Santa Cruz de la Sierra, a
En
las
INTRODUCCIN
XXXI
ya jurisdiccin pertenecan, elev informe al Rey declarando el estado floreciente en que se hallaban, lo que no ocurralas
con
las
misiones franciscanas del Beni, situadas entre
de Mojos y la ciudad de La Paz, y otro pueblo de indios llamado Pocona, que estaban en suma decadencia y miseria,
por lo que pedia que tantofuesenras,
las del
Benioal
entregadasla
a
los
jesutasal
como la de Pocona menos las primeperola
jiasando
de Poconaal
clero
secular,
pro-
puesta,
no agrad4.839,
Fiscal
todo en lo relativo a4.711, 4.747,
las
Consejo de Indias, sobre misiones franciscanas del Beni (4.684,del
4.841).
El tratado de lmites trajo tamje-
bin graves perturbaciones a las misiones de Mojos. Lossutas peruanos, siguiendo la instruccin del P.la
General de
Compaa, haban abandonado
el
pueblo de Santa Rosa,Itenes, por
situado a la
margen derecha margen
del
ro
donde
se
crea pasara la lnea divisoria, trasladando los indios a otro
puesto deta
la
izquierda, y llamaron a este pueblo San-
Rosa el nuevo para distinguirlo del antiguo que se llam Santa Rosa el viejo. Pero antes de realizada la demarcacin, que en la seccin del norte o del Amazonas no se hizo snio
mucho mslala
que
tarde, y estuvo a cargo de Jos de Iturriaga, a perteneca la misin de Mojos como perteneciente a
cuenca del mencionado Amazonas, y antes de hechas las mutuas entregas del tratado, el gobernador portugus de Matogrosso, Antonio Rollin de Moura, ocup el puesto de Sany estableci en l una poblacin y un fuerte, portugueal que los espaoles llamaron la Estacada, y los ses la Concepcin, que produjo grande alarma a los misioneros de Mojos, al gobernador de Santa Cruz de la Sierra, Alonso Verdugo, y a la audiencia de Charcas, no slo porta
Rosa
el viejo,
Ja
ilegalidad de ocupar
un
territorio
tratado les poda dar, sino por la
que slo la ejecucin del amenaza que dicho fuerte
misioneconstitua para las misiones (4.930). El temor de los demosros y autoridades espaolas no result vano, como losiguientes. trarn ampliamente los documentos de los aos
XXXll
INTRODUCCIN
Finalmente vuelve a aparecerdiezmos enoficioel
el
asunto del pleito de los
obispado dela
de tallador de
Tucumn (4.931), y lo relativo al Casa de Moneda de Potos, que perCompaa de Villafrancadel
teneca al colegio de la(4.716, 4.782, 4.951).
Vierzo
PERIODO DECIMOCUARTODesde el tratado general de lmites entre Espaa y Portugalhasta su anulacin
I75I-I760
4.590
1751827
Buenos Aires, 303
Orden y providencia dada por el Gobernador y Capitn genedon Juan Victorino Martnez de Tineo para el castigo de la Dice que por cuaninfidelidad e inconstancia de los Malbalaes. to para el sosiego de esta provincia del Tucumn, practic el ao pasado una corrida general con los tercios de Rioja, Catamarca,ral
Tucumn, Jujuy y Salta, en la que fueron alcanzados los infieles Malbalaes, que oprimidos exclamaron la paz, pidiendo reduccinComandante de partidarios don Martn de Juregui, a quien nombr por Superintendente de la nueva reduccin pretendida, y el rezo y doctrina encomend al Padre Jos Ferragut de la Compaa de Jess, y la ereccin del pueblo a su lugarteniente general don Luis Jos Daz para que lo many pueblo;
los
encarg
al
dase formar bajo
la artillera
del
nuevo fuerte avanzado que deel
su orden estaba construyendo con Rey, y en nombre de Su Majestad
ttulo
de San Fernando
el
les dio la posesin del
nuevo
pueblo y eligi ministros de^ justicia y les instruy en las capitulaciones que deban observar, que protestaron cumplir, y les mand entregar y recibieron 100 reses vacunas, 200 .ovejas, 31 caballos,
a
uno por cada
indio, vistindolos a todos de pies a cabeza,lo
siendo en todos
ms de 100 almas, con ms todo
necesario a
2
PERODO DECIMOCUARTO 1751-1760
SU pueblo y capilla, con crecido gasto del Real Erario. Se les hicieron crecidas siembras de maz, zapallos y algodn, e intempesti-
vamenteisado
le
avisaron haberse ido los indios y abandonado su pueel
blo a 1. de enero, y hallndose por
en
el
fuerte de San Fernandc< haciendole
mes de mayo prximo pael pagamento a lay gente que le acomque continu sucaballada, de noche,
tropa de su guarnicin,
avisaron haberse llevado los indiossilla
como
13 o
ms
caballos de los de suel
paaba, sin haber podido hallar
rastro, por lo
marcha a
la
frontera de Jujuy y despus de dos o tres das de hala
ber salido avanz una tropilla de indios a
mataron un hombre, cuya notiy cia se le dio hallndose en Salta, sobre lo que dio las ms eficacesrdenes para el castigo de los delincuentes, y no se pudieron haber a las manos, y porque todas estas circunstancias son indicios evidurmiendolos caballerizos,le
dentes de haberlo ejecutado los Malbalaes rebeldes
como
prcticos,
segn informes dedarios, y habrsele
J^^s
estancieros y dictamen general de los parti
informado que tambin mataron a un soldado
partidario que, por saber la lengua, llevaron consigo, llamado Ni-
cols Bentezral,
;
en esta atencin
manda que
su lugarteniente gene-
te
don Luis Jos Daz, en el nterin que l fabrica el nuevo fuerde San Luis y erige el pueblo, pase con 200 hombres de su terarreglnla
cio y 40 partidarios a castigar los rebeldes Malbalaes,
dose a
orden secreta que
le
ministrar, y le dar cuenta de todo
a su retirada a continuacin de esia orden.
Presidio
de Balbuena
en 27 de agosto de 1751.
En
su virtud,
el
da 3 de septiembre parti el General
don Luis
Jos Daz del Ro del Valle y fuerte del Rey, dejando a su seora en las obras que se nominan en dichas rdenes en los campos delos Pitos y tierras de Isistines y
Lules
;
pas
el ro
Grande corrien-
do y desentraando todas las habitaciones, senos, escondrijos de montes y aguadas que ocupan dichos terrenos, y no encontr huellas ni el
ms
leve rastro de que hubiesenel ro
andado indios de ningudel Tigre,
na nacin. Pasdejal
Grande frente
a media legua de dicho ro60,
y como form un recinto de ramas, en quea la
trampa
hombres con
el
bagaje y cuerpo de animales de caballera,
abrigo de una ranchera de Mataguayos
como de
sigui su
marcha con 150 sobre
las costas del ro
60 indios, y Grande, y como
SEPTIEMBRE 1751
3
a 40 leguas logr avistarcautela con que vivan, al
la
nacin Malbalel da,
y, sin
embargo de
la
romper
a pie por entre inaccesi-
bles montes, fueron derrotados, apresando 17 piezas de mujeres
y criaturas y dos indios de armas y uno que muchos que a boca de can se les tir en
seel
mat, fuera de losagua, que no hay
duda moriran. Se les despoj de todas armas, y cuanto su miseria les ofreca para el transporte de su miserable vida, convirtindolo todoal
incendio devorador, sin que a los que escaparon les
quedase ms que
dando cortar
la
desnudez, y se les quitaron 16 caballos y mancabeza a uno de los dos indios aprisionados, quela
daron dos muertos y el que qued vivo fu colgado por mandato de su seora en el mimo pueblo que abandonaron para escarmiento de su ingratitud y lo pone por diligencia en este fuerte del Rey;
en 3 de octubre de 1751.Original.
Cuatro
folios, el 1.
y
el
ltimo de sello 4. un cuartillo, aos deTu. Victorino...
1737 y 38, habilitado hasta 1752.
Emp.: Dn.
Term.: Ig. Lo-
renzo Ibarro (con su rbrica).
4.591
17rl !> 20
Indiferente General, 2.881
la
Real Cdula. Para que se observe en los reinos de las India.'? Cdula de 25 de octubre de 1691, sobre que los Arzobispos y
Obispos, cuando no puedan pasar personalmente a visitar las Misiones de los Regulares, enven a ellas por visitadores religiosos de la anisma Orden de que sean las Doctrinas o Misiones. Dicha Cdula fu expedida a instancia de fray Francisco de Ayeta, Pro-
curador general de Indias por su religin de San Francisco. Retiro, 20 de septiembre de 1757.
Buen
quanto....
El Rey, y por su mandado, don Jos Ignacio de Goyeneche. Emp.: Por Term.: y al mo, folios 142 vto. a 149 del tomo 20: 30 X 20.1. Re-
ligiosos en Gral., 1755-1766.
FF.
4.592
17511119
Charcas, 207
seor don Joaqun Jos Vzquez de Morales.
El Gobernador de Buenos Aires, don Jos de Andonaegui, al Pasa a manos de
4
PERODO DECIMOCUARTO
17.jl-lT