Hernandez Jose - Martin Fierro

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    Jos Hernndez

    Martn Fierro

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    Ttulo original: Martn Fierro

    Jos Hernndez, 1872

    Ilustraciones: Ricardo Giraldes

    Diseo de portada: Emiferro

    Editor digital: Emiferro

    ePub base r1.1

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    ADVERTENCIA

    Martn Fierroest escrito en lengua gauchesca. Desaparecidos los gauchos ysu forma de vida, su habla ha cesado tambin. Sin embargo, parte de suvocabulario se ha incorporado al habla popular argentina.

    Los gauchos trasladaban el acento en muchas palabras:tria, portraa;respondam, porrespndame; miz, pormaz; sobre todo en las formas verbales.

    Advirtase en su habla, como en el habla rstica de algunas regionesespaolas, alteraciones voclicas de tiposiguro, porseguro; poleca, porpolica; lial,porleal.

    Su rusticidad le llevaba al gaucho a pronunciarresfalar, porresbalar; dotores,pordoctores; alvertido, poradvertido; jognydijunto, porfognydifunto; inorancia, porignorancia.

    La ortografa deMartn Fierroes a veces vacilante. Aunque el gauchopronuncia lallcomoy, predominan en el texto las voces conll; no faltan, sin

    embargo, otras cony, comogeya, porhuella. Vacilacin ortogrfica se adviertetambin con referencia a lasfontica de palabras comozonzo, cociar, torazo. Elgaucho pronuncia siempre cierto tipo des, an en los casos de palabras queortogrficamente aparecen en el poema con ce o zeda.

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    A DON JOSE ZOILO MIGUENS

    Querido amigo:

    Al fin me he decidido a que mi pobre Martn Fierro, que me ha ayudado algunosmomentos a alejar el fastidio de la vida del hotel, salga a conocer el mundo, y all va acogidoal amparo de su nombre.

    No le niegue su proteccin, usted que conoce bien todos los abusos y todas las

    desgracias de que es vctima esa clase desheredada de nuestro pas.

    Es un pobre gaucho, con todas las imperfecciones de forma que el arte tiene todavaentre ellos, y con toda la falta de enlace en sus ideas, en la[s] que no existe siempre unasucesin lgica, descubrindose frecuentemente entre ellas apenas una relacin oculta yremota.

    Me he esforzado, sin presumir haberlo conseguido, en presentar un tipo quepersonificara el carcter de nuestros gauchos, concentrando el modo de ser, de sentir, depensar y de expresarse que les es peculiar, dotndolo con todos los juegos de su imaginacin

    llena de imgenes y de colorido, con todos los arranques de su altivez, inmoderados hasta elcrimen, y con todos los impulsos y arrebatos, hijos de una naturaleza que la educacin noha pulido y suavizado.

    Cuantos conozcan con propiedad el original podrn juzgar si hay o no semejanza enla copia.

    Quiz la empresa habra sido para m ms fcil, y de mejor xito, si slo me hubierapropuesto hacer rer a costa de su ignorancia, como se halla autorizado por el uso en este

    gnero de composiciones; pero mi objeto ha sido dibujar a grandes rasgos, aunque fielmente,sus costumbres, sus trabajos, sus hbitos de vida, su ndole, sus vicios y sus virtudes; eseconjunto que constituye el cuadro de su fisonoma moral, y los accidentes de su existenciallena de peligros, de inquietudes, de inseguridad, de aventuras y de agitaciones constantes.

    Y he deseado todo esto, empendome en imitar ese estilo abundante en metforas,que el gaucho usa sin conocer y sin valorar, y su empleo constante de comparaciones tan

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    extraas como frecuentes; en copiar sus reflexiones con el sello de la originalidad que lasdistingue y el tinte sombro de que jams carecen, revelndose en ellas esa especie de

    filosofa propia que, sin estudiar, aprende en la misma naturaleza; en respetar lasupersticin y sus preocupaciones, nacidas y fomentadas por su misma ignorancia; en

    dibujar el orden de sus impresiones y de sus afectos, que l encubre y disimulaestudiosamente; sus desencantos, producidos por su misma condicin social, y esaindolencia que le es habitual, hasta llegar a constituir una de las condiciones de su espritu;en retratar, en fin, lo ms fielmente que me fuera posible, con todas sus especialidades

    propias, ese tipo original de nuestras pampas, tan poco conocido por lo mismo que es difcilestudiarlo, tan errneamente juzgado muchas veces, y que, al paso que avanzan lasconquistas de la civilizacin, va perdindose casi por completo. Sin duda que todo esto hasido demasiado desear para tan pocas pginas, pero no se me puede hacer un cargo por eldeseo, sino por no haberlo conseguido.

    Una palabra ms, destinada a disculpar sus defectos. Pselos usted por alto porquequiz no lo sean todos los que a primera vista puedan parecerlo, pues no pocos seencuentran all como copia o imitacin de los que lo son realmente.

    Por lo dems, espero, mi amigo, que usted lo juzgar con benignidad, siquiera seaporque Martn Fierro no va de la ciudad a referir a sus compaeros lo que ha visto yadmirado en un 25 de Mayo u otra funcin semejante (referencias algunas de las cuales,como el Fausto y varias otras, son de mucho mrito ciertamente), sino que cuenta sustrabajos, sus desgracias, los azares de su vida de gaucho, y usted no desconoce que el asunto

    es ms difcil de lo que muchos se imaginarn.

    Y con lo dicho basta para prembulo, pues ni Martn Fierro exige ms, ni ustedgusta mucho de ellos, ni son de la predileccin del pblico, ni se avienen con el carcter de

    Su verdadero amigo,

    JOS HERNNDEZ

    Buenos Aires, diciembre de 1872

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    I

    EL GAUCHO

    MARTIN FIERRO

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    MARTN FIERRO

    I

    Aqu me pongo a cantar

    al comps de la vigela,

    que el hombre que lo desvela

    una pena extraordinaria,

    como la ave solitaria

    con el cantar se consuela.

    Pido a los Santos del Cielo

    que ayuden mi pensamiento

    les pido en este momento

    que voy a cantar mi historia

    me refresquen la memoria

    y aclaren mi entendimiento.

    Vengan Santos milagrosos

    vengan todos en mi ayuda,

    que la lengua se me auda

    y se me turba la vista

    pido a mi Dios que me asista

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    en una ocasin tan ruda.

    Yo he visto muchos cantores,

    con famas bien otenidas,

    y que despus de adquiridas

    no las quieren sustentar

    parece que sin largar

    se cansaron en partidas[1].

    Mas ande otro criollo pasa,

    Martn Fierro ha de pasar

    nada lo hace recular

    ni las fantasmas lo espantan

    y dende que todos cantan

    yo tambin quiero cantar.

    Cantando me he de morir,

    cantando me han de enterrar,

    y cantando he de llegar

    al pie del Eterno Padre

    dende el vientre de mi madre

    vine a este mundo a cantar.

    Que no se trabe mi lengua

    ni me falte la palabra;

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    el cantar mi gloria labra

    y ponindome a cantar,

    cantando me han de encontrar,

    aunque la tierra se abra.

    Me siento en el plan de un bajo[2]

    a cantar un argumento

    como si soplara un viento

    hago tiritar los pastos

    con oros, copas y bastos[3]

    juega all mi pensamiento.

    Yo no soy cantor letrao,

    mas si me pongo a cantar,

    no tengo cuando acabar

    y me envejezco cantando

    las coplas me van brotando

    como agua de manantial.

    Con la guitarra en la mano

    ni las moscas se me arriman

    naides me pone el pie encima,

    y cuando el pecho se entona,

    hago gemir a la prima

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    y llorar a la bordona.

    Yo soy toro en mi rodeo[4]

    y toraso en rodeo ajeno;

    siempre me tuve por geno,

    y si me quieren probar,

    salgan otros a cantar,

    y veremos quin es menos.

    No me hago al lao de la geya[5],

    aunque vengan degollando;

    con los blandos yo soy blando,

    y soy duro con los duros,

    y ninguno en un apuro

    me ha visto andar tutubiando.

    En el peligro qu Cristo!,

    el corazn se me enancha,

    pues toda la tierra es cancha[6],

    y de esto naides se asombre

    el que se tiene por hombre,

    donde quiera hace pata ancha[7].

    Soy gaucho y entiendanl

    como mi lengua lo esplica

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    para m la tierra es chica

    y pudiera ser mayor

    ni la vbora me pica

    ni quema mi frente el Sol.

    Nac como nace el peje

    en el fondo de la mar

    naides me puede quitar

    aquello que Dios me dio

    lo que al mundo truje yo

    del mundo lo he de llevar.

    Mi gloria es vivir tan libre

    como el pjaro del Cielo;

    no hago nido en este suelo

    ande hay tanto que sufrir;

    y naides me ha de seguir

    cuando yo remonto el vuelo.

    Yo no tengo en el amor

    quien me venga con querellas,

    como esas aves tan bellas,

    que saltan de rama en rama

    yo hago en el trbol mi cama

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    y me cubren las estrellas.

    Y sepan cuantos escuchan

    de mis penas el relato

    que nunca peleo ni mato

    sin por necesid,

    y es que a tanta adversid

    slo me arroj el mal trato.

    Y atiendan la relacin

    que hace un gaucho perseguido,

    que padre y marido ha sido

    empeoso y diligente,

    y, sin embargo, la gente

    lo tiene por un bandido.

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    II

    Ninguno me hable de penas

    porque yo penando vivo

    y naide se muestre altivo,

    aunque en el estribo est

    que suele quedarse a pie

    el gaucho ms advertido.

    Junta esperencia en la vida

    hasta pa dar y prestar

    quien la tiene que pasar

    entre sufrimiento y llanto

    porque nada ensea tanto

    como el sufrir y el llorar.

    Viene el hombre ciego al mundo,

    cuartindol[8]la esperanza,

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    y a poco andar ya lo alcanzan

    las desgracias a empujones

    la pucha que trae liciones

    el tiempo con sus mudanzas!

    Yo he conocido esta tierra

    en que el paisano viva

    y su ranchito tena

    y sus hijos y mujer

    era una delicia ver

    cmo pasaba sus das.

    Entonces, cuando el lucero

    brillaba en el Cielo Santo,

    y los gallos con su canto

    nos decan que el da llegaba,

    a la cocina rumbiaba[9]

    el gauchoque era un encanto.

    Y sentao junto al jogn

    a esperar que venga el da,

    al cimarrn[10]se prenda

    hasta ponerse rechoncho;

    mientras su china[11]dorma

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    tapadita con su poncho[12].

    Y apenas la madrugada

    empezaba a coloriar,

    los pjaros a cantar

    y las gallinas a apiarse[13],

    era cosa de largarse

    cada cual a trabajar.

    Este se ata las espuelas,

    se sale el otro cantando,

    uno busca un pelln[14]blando,

    este un lazo, otro un rebenque,

    y los pingos[15]relinchando

    los llaman dende el palenque[16].

    El que era pion domador

    enderezaba al corral,

    ande estaba el animal,

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    bufidos que se las pela

    y ms malo que su agela

    se haca astillas el bagual[17].

    Y all el gaucho inteligente,

    en cuanto el potro enriend,

    los cueros le acomod[18],

    y se le sent enseguida

    que el hombre muestra en la vida

    la astucia que Dios le dio.

    Y en las playas[19]corcobiando

    pedazos se haca el sotreta[20],

    mientras l por las paletas[21]

    le jugaba las lloronas[22]

    y al ruido de las caronas[23]

    sala hacindose gambetas

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    Ah tiempos!Si era un orgullo

    ver jinetiar un paisano

    Cuando era gaucho baquiano[24],

    aunque el potro se boliase[25],

    no haba uno que no parase

    con el cabresto[26]en la mano.

    Y mientras domaban unos,

    otros al campo salan

    y la hacienda recogan,

    las manadas repuntaban[27],

    y ans sin sentir pasaban,

    entretenidos el da.

    Y verlos al cair la noche

    en la cocina riunidos,

    con el juego bien prendido

    y mil cosas que contar,

    platicar muy divertidos

    hasta despus de cenar.

    Y con el buche bien lleno

    era cosa superior

    irse en brazos del amor

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    a dormir como la gente,

    pa empezar el da siguiente

    las fanas del da anterior.

    Ricuerdo, qu maravilla!,

    cmo andaba la gauchada

    siempre alegre y bien montada

    y dispuesta pa el trabajo

    pero hoy en da, barajo!,

    no se la v de aporriada.

    El gaucho ms infeliz

    tena tropilla[28]de un pelo[29]

    no le faltaba un consuelo

    y andaba la gente lista

    Tendiendo al campo la vista,

    slo va hacienda y cielo.

    Cuando llegaban las yerras[30],

    cosa que daba calor!

    tanto gaucho pialador[31]

    y tironiador sin yel[32]

    Ah tiempopero si en l

    se ha visto tanto primor!

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    Aquello no era trabajo,

    ms bien era una juncin

    y despus de un gen tirn

    en que uno se daba maa,

    pa darle un trago de caa

    sola llamarlo el patrn.

    Pues siempre la mamajuana

    viva bajo la carreta

    y aquel que no era chancleta,

    en cuanto el goyete va,

    sin miedo se le prenda

    como grfano a la teta.

    Y qu jugadas se armaban

    cuando estbamos riunidos!

    Siempre bamos prevenidos,

    pues en tales ocasiones,

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    a ayudarles a los piones

    caoban muchos comedidos.

    Eran los das del apuro

    y alboroto pa el hembraje,

    pa preparar los potajes

    y osequiar bien a la gente

    y ans, pues, muy grandemente

    pasaba siempre el gauchaje.

    Vena la carne con cuero[33],

    la sabrosa carbonada[34],

    mazamorra[35]bien pisada,

    los pasteles y el gen vino;

    pero ha querido el destino

    que todo aquello acabara.

    Estaba el gaucho en su pago

    con toda segurid

    pero aura, barbarid!,

    la cosa anda tan fruncida,

    que gasta el pobre la vida

    en juir de la autorid

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    Pues si ust pisa en su rancho,

    y si el alcalde lo sabe,

    lo caza lo mesmo que ave,

    aunque su mujer aborte

    no hay tiempo que no se acabe

    ni tiento[36]que no se corte!

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    Y al punto dse por muerto

    si el alcalde lo bolea[37],

    pues ay no ms se le apea

    con una felpa de palos

    y despus dicen que es malo

    el gaucho si los pelea.

    Y el lomo le hinchan a golpes,

    y le rompen la cabeza,

    y luego con ligereza,

    ans lastimao y todo,

    lo amarran codo con codo

    y pa el cepo lo enderiesan.

    Ay comienzan sus desgracias,

    ay principia el pericn[38]

    porque ya no hay salvacin,

    y que ust quiera o no quiera,

    lo mandan a la frontera

    o lo echan a un batalln.

    Ans empezaron mis males,

    lo mesmo que los de tantos

    si gustanen otros cantos

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    les dir lo que he sufrido

    despus que uno est perdido

    no lo salvan ni los santos.

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    III

    Tuve en mi pago en un tiempo

    hijos, hacienda y mujer

    pero empec a padecer,

    me echaron a la frontera

    y qu iba hallar al volver!,

    tan slo hall la tapera[39].

    Sosegao viva en mi rancho

    como el pjaro en su nido

    all mis hijos queridos

    iban creciendo a mi lao

    Slo queda al desgraciao

    lamentar el bien perdido.

    Mi gala en las pulperas[40]

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    era, cuando haba ms gente,

    ponerme medio caliente[41],

    pues cuando puntiao[42]me encuentro,

    me salen coplas de adentro

    como agua de la vertiente.

    Cantando estaba una vez

    en una gran diversin

    y aprovech la ocasin

    como quiso el Juez de Paz;

    se present, y ay no ms

    hizo una arriada en montn.

    Juyeron los ms matreros[43]

    y lograron escapar

    yo no quise disparar

    soy mansoy no haba porqu

    muy tranquilo me qued

    y ans me dej agarrar.

    All un gringo[44]

    con un rgano

    y una mona que bailaba

    hacindonos rair estaba

    cuando le toc el arreo

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    tan grande el gringo y tan feo,

    lo viera cmo lloraba!

    Hasta un ingls sanjiador[45]

    que deca en la ltima guerra

    que l era de Incalaperra[46]

    y que no quera servir

    tuvo tambin que juir

    a guarecerse en la Sierra.

    Ni los mirones salvaron

    de esa arriada de mi flor[47]

    fue acollarao el cantor

    con el gringo de la mona

    A uno solo, por favor,

    logr salvar la patrona.

    Formaron un contingente

    con los que del baile arriaron

    Con otros nos mesturaron

    que haban agarrao tambin

    las cosas que aqu se ven

    ni los diablos las pensaron.

    A mi el Juez me tom entre ojos

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    en la ltima votacin

    me le haba hecho el remoln

    y no me arrim ese da

    y l dijo que yo serva

    a los de la esposicin[48].

    Y ans sufr ese castigo

    tal vez por culpas ajenas

    que sean malas o sean genas

    las listas, siempre me escondo

    yo soy un gaucho redondo,

    y esas cosas no me enllenan.

    Al mandarnos nos hicieron

    ms promesas que a un altar

    El Juez nos ju a proclamar

    y nos dijo muchas veces:

    Muchachos, a los seis meses

    los van a ir a revelar.

    Yo llev un moro[49]

    de nmero.

    Sobresaliente el matucho[50]!

    Con l gan en Ayacucho[51]

    ms plata que agua bendita

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    siempre el gaucho necesita

    un pingo pa fiarle un pucho[52].

    Y cargu sin dar ms geltas

    con las prendas que tena;

    jergas[53]poncho, cuanto haba

    en casa, tuito lo alc

    A mi china la dej

    medio desnuda ese da.

    No me faltaba una guasca[54],

    esa ocasin ech el resto:

    bozal, maniador[55], cabresto,

    lazo, bolas[56]y manea[57]

    El que hoy tan pobre me vea,

    tal vez no creer todo esto!

    Ans en mi moro, escarciando,

    enderes a la frontera

    Aparcero, si ust viera

    lo que se llama un Cantn!

    Ni envidia tengo al ratn

    en aquella ratonera.

    De los pobres que all haba

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    a ninguno lo largaron

    los ms viejos rezongaron,

    pero a uno que se quej,

    en seguida lo estaquiaron[58],

    y la cosa se acab.

    En la lista de la tarde,

    el Jefe nos cant el punto[59],

    diciendo: Quinientos juntos

    llevar el que se resierte[60];

    lo haremos pitar del juerte[61],

    ms bien dse por dijunto.

    A naides le dieron armas,

    pues toditas las que haba

    el coronel las tena,

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    segn dijo esa ocasin,

    pa repartirlas el da

    en que hubiera una invasin.

    Al principio nos dejaron

    de haraganes, criando sebo

    pero despus no me atrevo

    a decir lo que pasaba

    Barajo!, si nos trataban

    como se trata a malevos[62].

    Porque todo esa jugarle

    por los lomos con la espada,

    y, aunque ust no hiciera nada,

    lo mesmito que en Palermo

    [63]

    le daban cada cepiada[64]

    que lo dejaban enfermo.

    Y qu Indios, ni qu servicio,

    si all no haba ni Cuartel!

    Nos mandaba el coronel

    a trabajar en sus chacras[65],

    y dejbamos las vacas

    que las llevara el Infiel.

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    Yo primero sembr trigo

    y despus hice un corral,

    cort adobe pa un tapial,

    hice un quincho[66], cort paja

    La pucha que se trabaja

    sin que le larguen un rial!

    Y es lo peor de aquel enriedo

    que si uno anda hinchando el lomo[67]

    ya se le apean como plomo

    Quin aguanta aquel infierno!

    Si eso es servir al Gobierno,

    a m no me gusta el cmo.

    Ms de un ao nos tuvieron

    en esos trabajos duros

    y los indios, le asiguro,

    dentraban cuando queran

    como no los perseguan,

    siempre andaban sin apuro.

    A veces deca al volver

    del campo la descubierta

    que estuviramos alerta,

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    que andaba adentro la indiada;

    porque haba una rastrillada[68]

    o estaba una yegua muerta.

    Recin entonces sala

    la orden de hacer la riunin

    y cibamos al cantn

    en pelos y hasta enancaos,

    sin armas, cuatro pelaos

    que bamos a hacer jabn.

    Ay empezaba el afn,

    se entiende, de puro vicio,

    de ensearle el ejercicio

    a tanto gaucho recluta,

    con un estructor qu bruta!,

    que nunca saba su oficio.

    Daban entonces las armas

    pa defender los cantones,

    que eran lanzas y latones,

    con ataduras de tiento

    las de juego[69]no las cuento

    porque no haba municiones.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    Y chamuscao[70], un sargento

    me cont que las tenan,

    pero que ellos las vendan

    para cazar avestruces

    y ans andaban noche y da

    dle bala a los anduces[71].

    Y cuando se iban los indios

    con lo que haban manotiao[72],

    salamos muy apurados

    a perseguirlos de atrs

    si no se llevaban ms

    es porque no haban hallao.

    All se ven desgracias

    y lgrimas y afliciones

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    naides les pida perdones

    al Indiopues donde dentra

    roba y mata cuanto encuentra

    y quema las poblaciones.

    No salvan de su juror

    ni los pobres angelitos

    viejos, mozos y chiquitos

    los mata del mesmo modo

    que el Indio lo arregla todo

    con la lanza y con los gritos.

    Tiemblan las carnes al verlo

    volando al viento la cerda

    la rienda en la mano izquierda

    y la lanza en la derecha

    Ande enderiesa abre brecha,

    pues no hay lanzaso que pierda.

    Hace trotiadas tremendas

    dende el fondo del desierto

    ans llega medio muerto

    de hambre, de s y de fatiga

    pero el Indio es una hormiga

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    que da y noche est dispierto.

    Sabe manejar las bolas

    como naides las maneja

    cuando el contrario se aleja

    manda una bola perdida[73],

    y si lo alcanza, sin vida

    es siguro que lo deja.

    Y el Indio es como tortuga

    de duro para espichar

    si lo llega a destripar,

    ni siquiera se le encoge;

    luego sus tripas recoge

    y se agacha a disparar.

    Hacan el robo a su gusto,

    y despus se iban de arriba

    se llevaban las cautivas,

    y nos contaban que a veces

    les descarnaban los pieses

    a las pobrecitas, vivas.

    Ah, si parta el corazn

    ver tantos males, canejo!

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    Los perseguamos de lejos

    sin poder ni galopiar.

    Y qu habamos de alcanzar

    en unos bichocos[74]viejos!

    Nos volvamos al cantn

    a las dos o tres jornadas

    sembrando las caballadas;

    y pa que alguno la venda,

    rejuntbamos la hacienda

    que haban dejao resagada.

    Una vez, entre otras muchas,

    tanto salir al botn[75],

    nos pegaron un maln

    [76]

    los Indios y una lanciada,

    que la gente acobardada

    qued dende esa ocasin.

    Haban estao escondidos

    aguaitando[77]

    atrs de un cerro

    Lo viera a su amigo Fierro

    aflojar como un blandito!

    Salieron como maz frito

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    en cuanto son un cencerro.

    Al punto nos dispusimos,

    aunque ellos eran bastantes

    la formamos al instante

    nuestra gente, que era poca;

    y golpindose en la boca[78]

    hicieron fila adelante.

    Se vinieron en tropel

    haciendo temblar la tierra

    no soy manco pa la guerra,

    pero tuve mi jabn,

    pues iba en un redomn[79]

    que haba boliao en la sierra.

    Qu vocero, qu barullo,

    qu apurar esa carrera!

    La indiada todita entera

    dando alaridos carg

    Ju pucha![80]

    , y ya nos sac

    como yeguada matrera.

    Qu fletes[81]traiban los brbaros

    como una luz de ligeros

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    Hicieron el entrevero,

    y en aquella mezcolanza,

    este quiero, este no quiero,

    nos escogan con la lanza.

    Al que le dan un chuzaso

    dificultoso es que sane

    en fin, para no echar panes[82],

    salimos por esas lomas

    lo mesmo que las palomas

    al juir de los gavilanes.

    Es de almirar la destreza

    con que la lanza manejan.

    De perseguir nunca dejan

    y nos traiban apretaos.

    Si queramos de apuraos,

    salirnos por las orejas!

    Y pa mejor de la fiesta

    en esa aflicin tan suma,

    vino un indio echando espuma

    y con la lanza en la mano,

    gritando: Acabau, cristiano,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    metau el lanza hasta el pluma.

    Tendido en el costillar,

    cimbrando por sobre el brazo

    una lanza como un lazo

    me atropell dando gritos:

    si me descuido, el maldito

    me levanta de un lanzaso.

    Si me atribulo o me encojo,

    siguro que no me escapo

    siempre he sido medio guapo,

    pero en aquella ocasin

    me haca buya el corazn

    como la garganta al sapo.

    Dios le perdone al salvaje

    las ganas que me tena

    Desat las tres maras[83]

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    y lo engatus a cabriolas

    Pucha!, si no traigo bolas

    me achura[84]el indio ese da.

    Era el hijo de un cacique

    sign yo lo averig

    la verd del caso jue

    que me tuvo apuradazo,

    hasta que, al fin, de un bolazo

    del caballo lo baj.

    Ay no ms me tir al suelo

    y lo pis en las paletas

    empez a hacer morisquetas

    y a mezquinar la garganta

    pero yo hice la obra santa

    de hacerlo estirar la geta.

    All qued de mojn,

    y en su caballo salt;

    de la Indiada dispar,

    pues si me alcanza me mata

    y, al fin, me les escap

    con el hilo en una pata[85].

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    IV

    Seguir esta relacin,

    aunque pa chorizo es largo

    el que pueda hgase cargo

    cmo andara de matrero,

    despus de salvar el cuero

    de aquel trance tan amargo.

    Del sueldo nada les cuento,

    porque andaba disparando,

    nosotros de cuando en cuando

    solamos ladrar de pobresnunca llegaban los cobres

    que se estaban aguardando.

    Y andbamos de mugrientos

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    que el mirarnos daba horror

    les juro que era un dolor

    ver esos hombres, por Cristo!

    En mi perra vida e visto

    una miseria mayor.

    Yo no tena ni camisa

    ni cosa que se parezca

    mis trapos solo pa yesca

    me podan servir al fin

    no hay plaga como un fortn

    para que el hombre padezca.

    Poncho, jergas, el apero,

    las prenditas, los botones,

    todo, amigo, en los cantones

    ju quedando poco a poco

    ya me tenan medio loco

    la pobreza y los ratones.

    Slo una manta peluda

    era cuanto me quedaba

    la haba agenciao a la taba

    y ella me tapaba el bulto

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    yaguan[86]que all ganaba[87]

    no sala ni con indulto.

    Y pa mejor hasta el moro

    se me ju de entre las manos

    no soy lerdo; pero, hermano,

    vino el Comendante un da

    diciendo que lo quera

    pa ensearle a comer grano.

    Afigrese cualquiera

    la suerte de este su amigo,

    a pie y mostrando el umbligo,

    estropiao, pobre y desnudo

    ni por castigo se pudo

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    hacerse ms mal conmigo.

    Ans pasaron los meses,

    y vino el ao siguiente,

    y las cosas igualmente

    siguieron del mesmo modo

    adrede parece todo

    para aburrir a la gente.

    No tenamos ms permiso,

    ni otro alivio la gauchada,

    que salir de madrugada,

    cuando no haba indio ninguno,

    campo ajuera a hacer boliadas,

    desocando

    [88]

    los reyunos

    [89]

    .

    Y cibamos al cantn

    con los fletes aplastaos

    pero a veces medio aviaos

    con plumas[90]y algunos cueros[91]

    que ay, no ms con el pulpero

    los tenimos negociaos.

    Era un amigo del Jefe

    que con un boliche[92]estaba;

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    yerba y tabaco nos daba

    por la pluma de avestruz,

    y hasta le haca ver la luz[93]

    al que un cuero le llevaba.

    Slo tena cuatro frascos

    y unas barricas vacas,

    y a la gente le venda

    todo cuanto precisaba

    a veces creiba que estaba

    all la provedura.

    Ah pulpero habilidoso;

    nada le sola faltar!

    aijuna! y para tragar

    tena un buche de and

    la gente le dio en llamar

    el boliche de virt.

    Aunque es justo que quien vende

    algn poquito muerda,

    tiraba tanto la cuerda

    que con sus cuatro limetas[94]

    l cargaba las carretas

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    de plumas, cueros y cerda.

    Nos tena apuntaos a todos

    con ms cuentas que un rosario,

    cuando se anunci un salario

    que iban a dar, o un socorro

    pero sabe Dios qu zorro

    se lo comi al comisario.

    Pues nunca lo vi llegar

    y al cabo de muchos das,

    en la mesma pulpera

    dieron unabuena cuenta[95]

    que la gente muy contenta

    de tan pobre receba.

    Sacaron unos sus prendas

    que las tean empeadas,

    por sus deudas atrasadas

    dieron otros el dinero

    al fin de fiesta el pulpero

    se qued con la mascada[96].

    Yo me arrecost a un horcn[97]

    dando tiempo a que pagaran,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    y poniendo gena cara

    estuve hacindome el poyo[98],

    a esperar que me llamaran

    para recebir mi bollo.

    Pero ah me pude quedar

    pegao pa siempre al horcn

    ya era casi la oracin

    y ninguno me llamaba

    la cosa se me ublaba

    y me dentr comezn.

    Pa sacarme el entripao

    vi al mayor, y lo f a hablar

    Yo me le empec a atracar

    [99]

    y como con poca gana,

    le dije: Tal vez maana

    acabarn de pagar.

    Qu maana ni otro da,

    al punto me contest,

    la paga ya se acab,

    siempre has de ser animal

    me ri y le dije: Yo

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    no he recebido ni un rial.

    Se le pusieron los ojos

    que se le queran salir,

    y ay no ms volvi a decir

    comindome con la vista:

    Y qu quers recebir

    si no has dentrao en la lista?.

    Esto s que es amolar,

    dije yo pa mis adentros

    Van dos aos que me encuentro

    y hasta aura he visto ni un grullo[100];

    dentro en todos los barullos,

    pero en las listas no dentro.

    Vide el pleito mal parao

    y no quese aguardar ms;

    es geno vivir en paz

    con quien nos ha de mandar

    y reculando pa trs

    me le empec a retirar.

    Supo todo el Comendante

    y me llam al otro da,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    52/445

    dicindome que quera

    aviriguar bien las cosas

    que no era el tiempo de Rosas,

    que aura a naides se deba.

    Llam al cabo y al sargento

    y empez la indagacin

    si haba venido al cantn

    en tal tiempo o en tal otro

    y si haba venido en potro,

    en reyuno o redomn.

    Y todo era alborotar

    al udo[101]y hacer papel,

    conoc que era pastel

    pa engordar con mi guayaca[102],

    ms si voy al Coronel

    me hacen bramar en la estaca[103].

    Ah, hijos de una! La codicia

    ojala les ruempa el saco!

    Ni un pedazo de tabaco

    le dan al pobre soldao,

    y lo tienen, de delgado

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    53/445

    ms ligero que un guanaco[104].

    Pero qu iba a hacerles yo,

    charabn[105]en el desierto;

    ms bien me daba por muerto

    pa no verme ms fundido[106]

    y me les haca el dormido,

    aunque soy medio dispierto.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    54/445

    V

    Ya andaba desesperao,

    aguardando una ocasin

    que los Indios un maln

    nos dieran y entre el estrago

    hacrmeles cimarrn

    y volverme pa mi pago.

    Aquello no era servicio

    ni defender la frontera

    aquello era ratonera

    en que slo gana el juerte

    era jugar a la suerte

    con una taba culera[107].

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    55/445

    All tuito va al revs:

    los milicos[108]se hacen piones,

    y andan en las poblaciones

    emprestaos pa trabajar

    los rejuntan pa peliar

    cuando entran indios ladrones.

    Yo he visto en esa milonga[109]

    muchos jefes con estancia,

    y piones en abundancia,

    y majadas y rodeos

    he visto negocios feos

    a pesar de mi inorancia.

    Y colijo que no quieren

    la barunda[110]componer

    para eso no ha de tener

    el Jefe, que est de estable,

    ms que su poncho y su sable,

    su caballo y su deber.

    Ansina, pues, conociendo

    que aquel mal no tiene cura,

    que tal vez mi sepultura

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    56/445

    si me quedo iba a encontrar,

    pens en mandarme mudar

    como cosa ms sigura.

    Y pa mejor, una noche

    qu estaquiada me pegaron!

    Casi me descoyuntaron

    por motivo de una gresca

    Ay juna[111], si me estiraron

    lo mesmo que guasca fresca!

    Jams me puedo olvidar

    lo que esa vez me pas

    Dentrando una noche yo

    al fortn, un enganchao,

    que estaba medio mamao,

    all me desconoci.

    Era un gringo tan bozal[112]

    que nada se le entenda

    quin sabe de ande sera!

    Tal vez no fuera cristiano,

    pues lo nico que deca

    es que erapa po-litano[113].

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    57/445

    Estaba de centinela

    y, por causa del peludo[114],

    verme ms claro no pudo

    y sa fue la culpa toda

    el bruto se asust al nudo

    y f el pavo de la boda[115].

    Cuando me vido acercar:

    Quin vvore?pregunt;

    Qu vborasdije yo

    Hagarto[116]!me peg el grito

    Y yo dije despacito:

    Ms lagarto[117]sers vos.

    Ay no msCristo me valga!

    rastrillar el jusil siento

    me agach y en el momento

    el bruto me larg un chumbo[118]

    mamao, me tir sin rumbo,

    que si no, no cuento el cuento.

    Por de contao, con el tiro

    se alborot el avispero

    los oficiales salieron

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    58/445

    y se empez la juncin

    qued en su puesto el nacin[119]

    y yo f al estaquiadero.

    Entre cuatro bayonetas

    me tendieron en el suelo

    Vino el mayor medio en pedo[120],

    y all se puso a gritar

    Pcaro, te he de ensear

    a andar declamando sueldos.

    De las manos y las patas

    me ataron cuatro cinchones

    les aguant los tirones

    sin que un ay! se me oyera,

    y al gringo la noche entera

    lo hart con mis maldiciones.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    59/445

    Yo no s por qu el Gobierno

    nos manda aqu a la frontera

    gringada que ni siquiera

    se sabe atracar a un pingo

    Si creer el mandar un gringo

    que nos manda alguna fiera!

    No hacen ms que dar trabajo,

    pues no saben ni ensillar

    no sirven ni pa carniar[121],

    y yo he visto muchas veces

    que ni voltiadas las reses

    se les queran arrimar.

    Y lo pasan sus mercedes

    lengetiando pico a pico[122]

    hasta que viene un milico

    a servirles el asao

    y eso s, en lo delicaos

    parecen hijos de rico.

    Si hay calor, ya no son gente,

    si yela, todos tiritan

    si ust no les da, no pitan[123]

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    60/445

    por no gastar en tabaco

    y cuando pescan un naco[124]

    uno al otro se lo quitan.

    Cuando llueve se acoquinan

    como perro que oye truenos

    qu, diablosslo son genos

    pa vivir entre maricas

    y nunca se andan con chicas

    para alzar ponchos ajenos.

    Pa vichar[125]son como ciegos,

    no hay ejemplo de que entiendan,

    ni hay uno solo que aprienda,

    al ver un bulto que cruza,

    a saber si es avestruza

    o si es jinete, o hacienda.

    Si salen a perseguir,

    despus de mucho aparato,

    tuitos se pelan al rato

    y va quedando el tendal

    esto es como en un nidal

    echarle gebos a un gato.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    62/445

    VI

    Vamos dentrando recin

    a la parte ms sentida,

    aunque es todita mi vida

    de males una cadena

    a cada alma dolorida

    le gusta cantar sus penas.

    Se empez en aquel entonces

    a rejuntar caballada

    y riunir la milicada

    teniendol en el Cantn,

    para una despedicin

    a sorprender a la Indiada.

    Nos anunciaban que iramos

    sin carretas ni bagajes

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    63/445

    a golpiar a los salvajes

    en sus mesmas tolderas[126]

    que a la gelta pagaran

    licencindolo al gauchaje.

    Que en esta despedicin

    tuviramos la esperanza,

    que iba a venir sin tardanza,

    segn el Jefe cont,

    un Menistro o qu se yo,

    que le llamaban Don Ganza[127].

    Que iba a riunir el Ejrcito

    a tuitos los batallones;

    Y que traiba unos caones

    con ms rayas que un cotn[128]

    Pucha, las conversaciones

    por all no tenan fin.

    Pero esas trampas no enriedan

    a los zorros de mi laya

    que el menistro venga o vaya,

    poco le importa a un matrero

    Yo tambin dej las rayas[129]

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    64/445

    en los libros del pulpero.

    Nunca ju gaucho dormido,

    siempre pronto, siempre listo

    yo soy un hombre, qu Cristo!,

    que nada me ha acobardao,

    y siempre sal parao

    en los trances que me he visto.

    Dende chiquito gan

    la vida con mi trabajo,

    y aunque siempre estuve abajo

    y no s lo que es subir

    Tambin el mucho sufrir

    suele cansarnos, barajo!

    En medio de mi ignorancia

    conozco que nada valgo

    soy la liebre o soy el galgo

    a sign los tiempos andan

    pero tambin los que mandan

    debieran cuidarnos algo.

    Una noche que riunidos

    estaban en la carpeta

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    65/445

    empinando una limeta

    el Jefe y el Juez de Paz,

    yo no quise aguardar ms,

    y me hice humo[130]en un sotreta.

    Para m el campo son flores

    dende que libre me veo

    donde me lleva el deseo

    all mis pasos dirijo

    y hasta en las sombras, de fijo

    que adonde quiera rumbeo.

    Entro y salgo del peligro

    sin que me espante el estrago;

    no aflojo al primer amago

    ni jams f gaucho lerdo

    soy pa rumbiar como el cerdo

    y pronto ca a mi pago.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    66/445

    Volva al cabo de tres aos

    de tanto sufrir al udo,

    resertor, pobre y desnudo

    a procurar suerte nueva

    y lo mesmo que el peludo[131]

    enderes pa mi cueva.

    No hall ni rastro del rancho;

    slo estaba la tapera!

    Por Cristo, si aquello era

    pa enlutar el corazn

    yo jur en esa ocasin

    ser ms malo que una fiera.

    Quin no sentir lo mesmo

    cuando ans padece tanto!

    Puedo asigurar que el llanto

    como una mujer largu

    Ay mi Dios, si me qued

    ms triste que Jueves Santo!

    Slo se iban los maullidos

    de un gato que se salv

    el pobre se guareci

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    67/445

    cerca, en una viscachera[132]

    vena como si supiera

    que estaba de gelta yo.

    Al dirme dej la hacienda

    que era todito mi haber

    pronto debamos volver,

    segn el Juez prometa,

    y hasta entonces cuidara

    de los bienes la mujer.

    Despus me cont un vecino

    que el campo se lo pidieron

    la hacienda se la vendieron

    pa pagar arrendamientos,

    y qu se yo cuntos cuentos

    pero todo lo fundieron.

    Los pobrecitos muchachos

    entre tantas afliciones

    se conchavaron de piones

    ms qu iban a trabajar,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    si eran como los pichones

    sin acabar de emplumar!

    Por ay andarn sufriendo

    de nuestra suerte el rigor

    me han contado que el mayor

    nunca dejaba a su hermano

    puede ser que algn cristiano

    los recoja por favor.

    Y la pobre mi mujer,

    Dios sabe cunto sufri

    Me dicen que se vol

    con no s qu gaviln

    sin duda, a buscar el pan

    que no poda darle yo.

    No es raro que a uno le falte

    lo que a algn otro le sobre

    Si no le qued ni un cobre,

    sino de hijos un enjambre

    qu ms iba a hacer la pobre

    para no morirse de hambre?

    Tal vez no te vuelva a ver,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    prenda de mi corazn!

    Dios te d su protecin

    ya que no me la dio a m

    y a mis hijos dende aqu

    les echo mi bendicin.

    Como hijitos de la cuna[133]

    andarn por ay sin madre

    Ya se quedaron sin padre

    y ans la suerte los deja,

    sin naides que los proteja

    y sin perro que los ladre.

    Los pobrecitos tal vez

    no tengan ande abrigarse,

    ni ramada ande ganarse[134],

    ni un rincn ande meterse,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    ni camisa que ponerse,

    ni poncho con qu taparse.

    Tal vez los vern sufrir

    sin tenerles compasin

    puede que alguna ocasin

    aunque los vean tiritando,

    los echen de algn jogn

    pa que no estn estorbando.

    Y al verse ansina espantaos

    como se espanta a los perros,

    irn los hijos de Fierro

    con la cola entre las piernas,

    a buscar almas ms tiernas

    o esconderse en algn cerro.

    Ms tambin en este juego,

    voy a pedir mi bolada

    a naides le debo nada,

    ni pido cuartel ni doy

    y ninguno dende hoy

    ha de llevarme en la armada[135].

    Yo he sido manso primero,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    y ser gaucho matrero

    en mi triste circustancia,

    aunque es mi mal tan projundo,

    nac y me he criao en estancia,

    pero ya conozco el mundo.

    Ya le conozco sus maas,

    le conozco sus cucaas,

    s como hacen la partida,

    la enriedan y la manejan

    deshacer la madeja

    aunque me cueste la vida.

    Y aguante el que no se anime

    a meterse en tanto engorro,

    o si no aprtes el gorro[136]

    o para otra tierra emigre

    pero yo ando como el tigre

    que le roban los cachorros.

    Aunque muchos creen que el gaucho

    tiene una alma de reyuno

    no se encontrar ninguno

    que no le dueblen las penas

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    mas no debe aflojar uno

    mientras hay sangre en las venas.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    VII

    De carta de ms me va

    sin saber a donde dirme;

    ms dijieron que era vago

    y entraron a perseguirme.

    Nunca se achican los males,

    van poco a poco creciendo,

    y ansina me vide pronto

    obligao a andar juyendo.

    No tena mujer, ni rancho,

    y a ms, era desertor;

    no tena una prenda gena

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    ni un peso en el tirador[137].

    A mis hijos infelices

    pens volverlos a hallar

    Y andaba de un lao al otro

    sin tener ni qu pitar.

    Supe una vez por desgracia

    que haba un baile por all

    y medio desesperao

    a ver la milonga fui.

    Riunidos al pericn

    tantos amigos hall

    que alegre de verme entre ellos

    esa noche me aped.

    Como nunca, en la ocasin

    por peliar me dio la tranca,

    y la emprend con un negro

    que trujo una negra en ancas.

    Al ver llegar la morena

    que no haca caso de naides

    le dije con la mama[138]:

    Va ca yendo gente al baile.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    La negra entendi la cosa

    y no tard en contestarme

    mirandom como a perro

    Msvacaser su madre.

    Y dentr al baile muy tiesa

    con ms cola que una zorra

    haciendo blanquiar los dientes

    lo mesmo que mazamorra.

    Negra lindadije yo,

    me gusta pa la carona[139].

    Y me puse a talariar[140]

    esta coplita fregona:

    A los blancos hizo Dios,

    a los mulatos San Pedro,

    a los negros hizo el diablo

    para tizn del infierno.

    Haba estao juntando rabia

    el moreno dende ajuera

    En lo escuro le brillaban

    los ojos como linterna.

    Lo conoc retobao[141],

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    me acerqu y le dije presto:

    Porrrudo que un hombre sea,

    nunca se enoja por esto.

    Corcobi el de los tamangos[142],

    y creyndose muy fijo

    Msporrudo[143]sers vos,

    gaucho rotoso, me dijo.

    Y ya se me vino al humo[144]

    como a buscarme la hebra

    y un golpe le acomod

    con el porrn de giebra.

    Ay no ms peg el de holln

    ms gruidos que un chanchito

    [145]

    ,

    y pelando el envenao[146]

    me atropell dando gritos.

    Pegu un brinco y abr cancha[147]

    dicindoles: Caballeros

    dejen venir ese toro

    solo naci, solo muero.

    El negro despus del golpe

    se haba el poncho refalao[148]

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    y dijo: Vas a saber

    si es solo o acompaao.

    Y mientras se arremang,

    yo me saqu las espuelas,

    pues malici que aqul to

    no era de arriar con las riendas.

    No hay cosa como el peligro

    pa refrescar un mamao[149];

    hasta la vista se aclara,

    por mucho que haiga chupao.

    El negro me atropell

    como a quererme comer

    me hizo dos tiros seguidos

    y los dos le abaraj[150].

    Yo tena un facn[151]con S

    que era de lima de acero;

    le hice un tiro, lo quit

    y vino ciego el moreno.

    Y en el medio de las aspas[152]

    un planaso le asent

    que lo largu culebriando

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    lo mesmo que buscapi.

    Le coloriaron las motas[153]

    con la sangre de la herida

    y volvi a venir furioso

    como una tigra parida.

    Y ya me hizo relumbrar

    por los ojos el cuchillo

    alcanzando con la punta

    a cortarme en un carrillo.

    Me hirvi la sangre en las venas

    y me le afirm al moreno

    dndole de punta y hacha

    pa dejar un diablo menos.

    Por fin, en una topada

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    79/445

    en el cuchillo lo alc

    y como un saco de gesos

    contra un cerco lo largu.

    Tir unas cuantas patadas

    y ya cant pa el carnero[154]

    Nunca me puedo olvidar

    de la agona de aquel negro.

    En esto la negra vino,

    con los ojos como aj[155]

    y empez la pobre all

    a bramar como una loba

    Yo quise darle una soba

    a ver si la haca callar

    ms pude reflesionar

    que era malo en aquel punto,

    y por respeto al dijunto

    no la quise castigar.

    Limpi el facn en los pastos,

    desat mi redomn

    mont despacio, y sal

    al tranco[156]pa el caadn.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    Despus supe que al finao

    ni siquiera lo velaron

    y retobao en un cuero,

    sin resarle lo enterraron.

    Y dicen que dende entonces

    cuando es la noche serena,

    suele verse una luz mala

    como de alma que anda en pena.

    Yo tengo intencin a veces,

    para que no pene tanto,

    de sacar de all los gesos

    y echarlos al campo santo

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    81/445

    VIII

    Otra vez que en un boliche

    estaba haciendo la tarde,

    cay un gaucho que haca alarde

    de guapo y de peliador

    A la llegada meti

    el pingo hasta la ramada

    y yo sin decirle nada

    me qued en el mostrador.

    Era un terne de aquel pago

    que naides lo reprenda,

    que sus enriedos tena

    con el seor Comendante.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    82/445

    Y como era protegido,

    andaba muy entonao,

    y a cualquiera desgraciao

    lo llevaba por delante.

    Ah pobre! si l mismo creiba,

    que la vida le sobraba.

    Ninguno dira que andaba

    aguaitndol la muerte

    pero ans pasa en el mundo,

    es ans la triste vida

    pa todos est escondida

    la gena o la mala suerte.

    Se tir al suelo al dentrar,

    le dio un empelln a un vasco

    y me alarg un medio frasco

    diciendo: Bebe, cuao

    Por su hermana, contest,

    que por la ma no hay cuidao.

    Ah, gaucho! me respondi,

    de qu pago ser criollo?

    Lo andar buscando el oyo,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    83/445

    deber tener gen cuero[157]

    pero ande bala este toro

    no bala ningn ternero.

    Y ya salimos trensaos

    porque el hombre no era lerdo

    ms como el tino no pierdo

    y soy medio ligern,

    lo dej mostrando el sebo

    de un revs con el facn.

    Y como con la justicia

    no ancaba bien por ll,

    cuanto pataliar lo vi,

    y el pulpero peg el grito,

    ya pa el palenque sal

    como hacindome el chiquito.

    Mont y me encomend a Dios,

    rumbiando para otro pago

    que el gaucho que llaman vago

    no puede tener querencia

    y ans de estrago en estrago

    vive llorando la ausencia.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    84/445

    El anda siempre juyendo,

    siempre pobre y perseguido,

    no tiene cueva ni nido,

    como si fuera maldito

    porque el ser gaucho, barajo!

    el ser gaucho es un delito.

    Es como el patrio[158]de posta:

    lo larga ste, aqul lo toma

    nunca se acaba la broma

    dende chico se parece

    al arbolito que crece

    desamparao en la loma.

    Le echan el agua del bautismo

    aquel que naci en la selva,

    busc madre que te envuelva,

    le dice el flaire y lo larga,

    y dentra a cruzar el mundo

    como burro con la carga.

    Y se cra viviendo al viento

    como oveja sin trasquila

    mientras su padre en las filas

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    85/445

    anda sirviendo al Gobierno

    aunque tirite en invierno

    naides lo ampara ni asila.

    Lo llaman gaucho mamao

    si lo pillan divertido,

    y que es mal entretenido

    si en un baile lo sorprienden

    hace mal si se defiende

    y si no, se ve fundido.

    No tiene hijos, ni mujer,

    ni amigos ni protetores

    pues todos son sus seores

    sin que ninguno lo ampare;

    yiene la suerte del gey:

    Y dnde ir el gey que no are?

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    86/445

    Su casa es el pajonal,

    su guarida es el desierto

    y si de hambre medio muerto

    le echa el lazo a algn mamn,

    lo persiguen como a pleito,

    porque es un gaucho ladrn.

    Y si de un golpe por ay

    lo dan vuelta panza arriba,

    no hay una alma compasiva

    que le rese una oracin

    Tal vez como cimarrn

    en una cueva lo tiran.

    l nada gana en la paz

    y es el primero en la guerra

    No lo perdonan si yerra,

    que no saben perdonar

    porque el gaucho en esta tierra

    slo sirve pa votar.

    Para l son los calabozos,

    para l las duras prisiones

    en su boca no hay razones

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    87/445

    aunque la razn le sobre;

    que son campanas de palo

    las razones de los pobres.

    Si uno aguanta, es gaucho bruto

    si no aguanta, es gaucho malo

    Dle azote, dle palo,

    porque es lo que l necesita!

    De todo el que naci gaucho

    esta es la suerte maldita.

    Vamos suertevamos juntos

    dende que juntos nacimos

    y ya que juntos vivimos

    sin podernos dividir

    yo abrir con mi cuchillo

    el camino pa seguir.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    88/445

    IX

    Matreriando lo pasaba

    y a las casas no vena

    sola arrimarme de da

    ms, lo mesmo que el carancho[159],

    siempre estaba sobre el rancho

    espiando a la Poleca.

    Viva el gaucho que ande mal

    como el zorro perseguido

    hasta que al menor descuido

    se lo atarasquen los perros

    pues nunca le falta un yerro

    al hombre ms alvertido.

    Y en esa hora de la tarde

    en que tuito se adormece,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    89/445

    que el mundo dentrar parece

    a vivir en pura calma,

    con las tristezas de su alma

    al pajonal enderiese.

    Bala el tierno corderito

    al lao de la blanca oveja,

    y a la vaca que se aleja

    llama el ternero amarrao

    pero el gaucho desgraciao

    no tiene a quien dar su queja.

    Ans es que al venir la noche,

    iba a buscar mi guarida

    pues ande el tigre se anida

    tambin el hombre lo pasa

    y no quera que en las casas

    me rodiara la partida.

    Pues an cuando vengan ellos

    cumpliendo con sus deberes,

    yo tengo otros pareceres,

    y en esa conduta vivo

    que no debe un gaucho altivo

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    90/445

    peliar entre las mujeres.

    Y al campo me iba solito,

    ms matrero que el venao

    como perro abandonao,

    a buscar una tapera,

    o en alguna viscachera

    pasar la noche tirao.

    Sin punto ni rumbo fijo

    en aquella inmensid,

    entre tanta escurid,

    anda el gaucho como duende

    all jams lo sorpriende

    dormido, la autorid.

    Su esperanza es el coraje,

    su guardia es la precaucin,

    su pingo es la salvacin,

    y pasa uno en su desvelo

    sin ms amparo que el cielo

    ni otro amigo que el facn.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    91/445

    Ans me hallaba una noche

    contemplando las estrellas,

    que le parecen ms bellas

    cuanto uno es ms desgraciao,

    y que Dios las haiga criao

    para consolarse en ellas.

    Les tiene el hombre cario,

    y siempre con alegra

    ve salir las Tres Maras,

    que, si llueve, cuando escampa

    las estrellas son la gua

    que el gaucho tiene en la Pampa.

    Aqu no valen dotores;

    slo vale la esperencia;

    aqu varan su inocencia

    esos que todo lo saben

    porque esto tiene otra llave

    y el gaucho tiene su cencia.

    Es triste en medio del campo

    pasarse noches enteras

    contemplando en sus carreras

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    92/445

    las estrellas que Dios cra

    sin tener ms compaa

    que su soled y las fieras.

    Me encontraba, como digo,

    en aquella soled,

    entre tanta escurid,

    echando al viento mis quejas,

    cuando el grito del chaj[160]

    me hizo parar las orejas.

    Como lumbriz me pegu

    al suelo para escuchar

    pronto sent retumbar

    las pisadas de los fletes

    y que eran muchos ginetes

    conoc sin vacilar.

    Cuando el hombre est en peligro

    no debe tener confianza

    ans, tendido de panza,

    puse toda mi atencin

    y ya escuch sin tardanza

    como el ruido de un latn.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    93/445

    Se venan tan calladitos

    que yo me puse en cuidao

    yal vez me hubieran bombiao[161]

    y me venan a buscar

    Ms no quise disparar,

    que eso es de gaucho morao.

    Al punto me santig

    y ech de giebra un taco

    lo mesmito que el mataco[162]

    me arroll con el porrn

    Si han de darme pa tabaco

    dijesta es gena ocasin.

    Me refal las espuelas,

    para no peliar con grillos;

    me arremangu el calzoncillo

    y me ajust bien la faja,

    y en una mata de paja

    prob el filo del cuchillo.

    Para tenerlo a la mano

    el flete en el pasto at,

    la cincha le acomod,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    94/445

    y en un trance como aqul,

    haciendo espaldas en l

    quietito los aguard.

    Cuando cerca los sent,

    y que ay no ms se pararon,

    los pelos se me erizaron,

    y aunque nada vean mis ojos,

    No se han de morir de antojo

    les dije cuanto llegaron.

    Yo quise hacerles saber

    que all se hallaba un varn

    les conoc la intencin,

    y solamente por eso

    fue que les gan el tirn[163],

    sin aguardar voz de preso.

    Vos sos un gaucho matrero

    dijo uno, hacindose el geno

    Vos matastes un moreno

    y otro en una pulpera,

    y aqu est la Poleca

    que viene a ajustar tus cuentas

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    95/445

    te va a alzar por las cuarenta

    si te resists hoy da.

    No me vengancontest

    con relacin de dijuntos

    esos son otros asuntos;

    vean si me pueden llevar,

    que yo no me he de entregar

    aunque vengan todos juntos.

    Pero no aguardaron ms

    y se apiaron en montn

    como a perro cimarrn

    me rodiaron entre tantos

    yo me encomend a los santos

    y ech mano a mi facn.

    Y ya vide el fogonazo

    de un tiro de garabina

    ms quiso la suerte indina

    de aquel maula que me errase

    y ay no ms lo levantase

    lo mesmo que una sardina.

    A otro que estaba apurao

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    96/445

    acomodando una bola,

    le hice una dentrada sola

    y le hice sentir el fierro,

    y ya sali como el perro

    cuando le pisan la cola.

    Era tanta la aficin

    y la angurria[164]que tenan,

    que tuitos se me venan

    donde yo los esperaba;

    uno al otro se estorbaba

    y con las ganas no van.

    Dos de ellos, que traiban sables,

    ms garifos

    [165]

    y resueltos,

    en las hilachas envueltos

    enfrente se me pararon,

    y a un tiempo me atropellaron

    lo mesmo que perros sueltos.

    Me fui reculando en falso

    y el poncho adelante ech

    y cuando le puso el pi

    uno medio chapetn[166],

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    97/445

    de pronto le di el tirn

    y de espaldas lo largu.

    Al verse sin compaero

    el otro se sofren;

    entonces le dentr yo,

    sin dejarlo resollar

    pero ya empez a aflojar

    y a la punta dispar.

    Uno que en una tacuara[167]

    haba atao una tijera,

    se vino como si juera

    palenque de atar terneros

    pero en dos tiros certeros

    sali aullando campo ajuera.

    Por suerte en aquel momento

    vena coloriando el alba

    y yo dije: si me salva

    la Virgen en este apuro,

    en adelante le juro

    ser ms geno que una malva.

    Pegu un brinco y entre todos

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    98/445

    sin miedo me entrever

    hecho ovillo[168]me qued

    y ya me carg una yunta,

    y por el suelo la punta

    de mi facn les jugu[169].

    El ms engolosinao

    se me api con un hachazo;

    se lo quit con el brazo,

    de no, me mata los piojos;

    y antes de que diera un paso

    le ech tierra entre los ojos.

    Y mientras se sacuda

    refregndose la vista,

    yo me le fui como lista[170]

    y ay no ms me le afirm

    dicindole: Dios te asista

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    99/445

    y de un revs lo volti.

    Pero en ese punto mesmo

    sent que por las costillas

    un sable me haca cosquillas

    y la sangre se me hel

    Desde ese momento yo

    me sal de mis casillas.

    Di para atrs unos pasos

    hasta que pude hacer pi;

    por delante me lo ech

    de punta y tajos a un criollo;

    meti la pata en un oyo

    y yo al oyo lo mand.

    Tal vez en el corazn

    lo toc un santo bendito

    a un gaucho que peg el grito,

    y dijo: Cruz no consiente

    que se cometa el delito

    de matar ans un valiente!

    Y ay no ms se me apari,

    dentrndole a la partida;

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    100/445

    Yo les hice otra embestida

    pues entre dos era robo[171]

    y el Cruz era como lobo

    que defiende su guarida.

    Uno despach al infierno

    de dos que lo atropellaron

    los dems remoliniaron,

    pues bamos a la fija[172],

    y a poco andar dispararon

    lo mesmo que sabandija.

    Ay quedaban largo a largo

    los que estiraron la jeta,

    otro iba como maleta

    [173]

    ,

    y Cruz, de atrs, le deca:

    Que venga otra poleca

    a llevarnos en carreta.

    Yo junt las osamentas,

    me hinqu y les rec un bendito

    hice una cruz de un palito,

    y ped a mi Dios clemente

    me perdonara el delito

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    de haber muerto tanta gente.

    Dejamos amontonaos

    a los pobres que murieron

    No s si los recogieron,

    porque nos fimos a un rancho,

    o si tal vez los caranchos

    ay no ms se los comieron.

    Lo agarramos mano a mano

    entre los dos al porrn;

    en semejante ocasin

    un trago a cualquiera encanta,

    y Cruz no era remoln

    ni pijotiaba

    [174]

    garganta.

    Calentamos los gargueros

    y nos largamos muy tiesos,

    siguiendo siempre los besos

    al pichel y, por ms seas,

    bamos como cigeas

    estirando los pescuezos.

    Yo me voyle dije, amigo,

    donde la suerte me lleve,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    102/445

    y si es que alguno se atreve

    a ponerse en mi camino,

    yo seguir mi destino,

    que el hombre hace lo que debe.

    Soy un gaucho desgraciado,

    no tengo donde ampararme,

    ni un palo donde rascarme,

    ni un rbol que me cubije

    pero ni an esto me aflige,

    porque yo s manejarme.

    Antes de cir al servicio,

    tena familia y hacienda

    cuando volv, ni la prenda

    me la haban dejado ya

    Dios sabe en lo que vendr

    a parar esta contienda.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    104/445

    X

    CRUZ

    Amigazo, pa sufrir

    han nacido los varones

    estas son las ocasiones

    de mostrarse un hombre juerte,

    hasta que venga la muerte

    y lo agarre a coscorrones.

    El andar tan despilchao[175]

    ningn mrito me quita.

    Sin ser un alma benditame duelo del mal ajeno:

    soy un pastel con relleno

    que parece torta frita.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    Tampoco me faltan males

    y desgracias, le prevengo;

    tambin mis desdichas tengo,

    aunque esto poco me aflige

    yo s hacerme el chancho rengo[176]

    cuando la cosa lo esige.

    Y con algunos ardiles[177]

    voy viviendo, aunque rotoso

    a veces me hago el sarnoso

    y no tengo ni un granito,

    pero al chifle[178]voy ganoso

    como panzn al maz frito.

    A m no me matan penas

    mientras tenga el cuero sano,

    venga el sol en el verano

    y la escarcha en el invierno

    Si este mundo es un infierno,

    por qu afligirse el cristiano?

    Hagmosle cara fiera

    a los males, compaero,

    porque el zorro ms matrero

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    106/445

    suele cir como un chorlito

    viene por un corderito

    y en la estaca deja el cuero.

    Hoy tenemos que sufrir

    males que no tienen nombre

    pero esto a naide lo asombre

    porque ansina es el pastel

    y tiene que dar el hombre

    ms vueltas que un carretel.

    Yo nunca me he de entregar

    a los brazos de la muerte

    arrastro mi triste suerte

    paso a paso y como pueda

    que donde el dbil se queda

    se suele escapar el juerte.

    Y ricuerde de cada cual

    lo que cada cual sufri

    que lo que es, amigo, yo,

    hago ans la cuenta ma;

    ya lo pasao pas,

    maana ser otro da.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    107/445

    Yo tambin tuve una pilcha[179]

    que me enllen el corazn

    y si en aquella ocasin

    alguien me hubiera buscao,

    siguro que me habra hallao

    ms prendido que un botn.

    En la gella del querer

    no hay animal que se pierda

    las mujeres no son lerdas

    y todo gaucho es dotor

    si pa cantarle al amor

    tiene que templar las cuerdas.

    Quin es de una alma tan dura

    que no quiera a una mujer!

    Lo alivia en su padecer:

    si no sale calavera

    es la mejor compaera

    que el hombre puede tener.

    Si es gena no lo abandona

    cuando lo v desgraciao

    lo asiste con su cuidao

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    108/445

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    109/445

    l me daba voz de amigo,

    pero no le tena f

    Era el Jefe y, ya se v,

    no poda competir yo

    en mi rancho se peg

    lo mismo que saguaip[182].

    A poco andar conoc

    que ya me haba desbancao

    y l siempre muy entonao,

    aunque sin darme ni un cobre,

    me tena de lao a lao

    como encomienda de pobre.

    A cada rato de chasque

    [183]

    me haca dir a gran distancia

    ya me mandaba a una estancia,

    ya al pueblo, ya a la frontera

    Pero l en la comendancia

    no pona los pies siquiera.

    Es triste a no poder ms

    el hombre en su padecer,

    si no tiene una mujer

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    110/445

    que lo ampare y lo consuele

    ms pa que otro se la pele

    lo mejor es no tener.

    No me gusta que otro gallo

    le cacaree a mi gallina

    Yo andaba ya con la espina,

    hasta que en una ocasin

    lo pill junto al jogn[a]

    abrazndome a la china.

    Tena el viejito una cara

    de ternero mal lamido,

    y al verlo tan atrevido

    le dije: Que le aproveche;

    que haba sido pa el amor

    como guacho[184]pa la leche.

    Pel la espada y se vino

    como a quererme ensartar,

    pero yo sin titubiar

    le volv al punto a decir:

    Cuidao no te vas a pr[185]tigo,

    pon cuarta pa salir[186].

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    111/445

    Un puntazo me larg

    pero el cuerpo le saqu,

    y en cuanto se lo quit,

    para no matar un viejo,

    con cuidao, medio de lejo,

    un planazo le asent.

    Y como nunca al que manda

    le falta algn aduln,

    uno que en esa ocasin

    se encontraba all presente,

    vino apretando los dientes

    como perrito mamn.

    Me hizo un tiro de revulver

    que el hombre crey siguro

    era confiao y le juro

    que cerquita se arrimaba

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    112/445

    pero siempre en un apuro

    se desentumen mis tabas.

    El me sigui menudiando

    ms sin poderme acertar,

    y yo, dele culebriar,

    hasta que al fin le dentr

    y ay noms lo despach

    sin dejarlo resollar.

    Dentr a campiar en seguida

    al viejito enamorao

    el pobre se haba ganao

    en un noque[187]de leja

    Quin sabe cmo estara

    del susto que haba llevao!

    Es sonso el cristiano macho

    cuando el amor lo domina!

    l la miraba a la indina,

    y una cosa tan jedionda

    sent yo, que ni en la fonda

    he visto tal jedentina.

    Y le dije: Pa su agela

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    113/445

    han de ser esas perdices.

    Yo me tap las narices

    y me sal estornudando

    y el viejo qued olfatiando

    como chico con lumbrices.

    Cuando la mula recula,

    seal que quiere cosiar

    ans se suele portar

    aunque lla lo disimula;

    recula como la mula

    la mujer, para olvidar.

    Alc mi poncho y mis prendas

    y me largu a padecer

    por culpa de una mujer

    que quiso engaar a dos

    al rancho le dije adis,

    para nunca ms volver.

    Las mujeres dende entonces,

    conoc a todas en una

    ya no he de probar fortuna

    con carta tan conocida:

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    114/445

    mujer y perra parida,

    no se me acerca ninguna.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    115/445

    XI

    A otros les brotan las coplas

    como agua de manantial

    pues a m me pasa igual,

    aunque las mas nada valen

    de la boca se me salen

    como ovejas del corral.

    Que en puertiando la primera,

    ya la siguen las dems,

    y en montones las de atrs

    contra los palos se estrellan,

    y saltan y se atropellan

    sin que se corten jams.

    Y aunque yo por mi inorancia

    con gran trabajo me esplico,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    116/445

    cuando llego a abrir el pico

    tngal por cosa cierta:

    sale un verso y en la puerta

    ya asoma el otro el hocico.

    Y emprstem su atencin,

    me oir relatar las penas

    de que traigo la alma llena

    porque en toda circunstancia

    paga el gaucho su inorancia

    con la sangre de las venas.

    Despus de aquella desgracia

    me refugi en los pajales,

    anduve entre los cardales

    como vicho sin guarida

    pero, amigo, es esa vida

    como vida de animales.

    Y son tantas las miserias

    en que me he sabido ver,

    que con tanto padecer

    y sufrir tanta aflicin

    malicio que he de tener

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    117/445

    un callo en el corazn.

    Ans andaba como guacho

    cuando pasa el temporal

    supe una vez pa mi mal,

    de una milonga que haba,

    y ya pa la pulpera

    enderes mi bagual.

    Era la casa del baile

    un rancho de mala muerte,

    y se enllen de tal suerte

    que andbamos a empujones

    nunca faltan encontrones

    cuando el pobre se divierte.

    Yo tena unas medias botas

    con tamaos verdugones

    me pusieron los talones

    con crestas como los gallos

    si viera mis afliciones

    pensando yo que eran callos!

    Con gato[188]y con fandanguillo

    haba empezao el changango[189]

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    118/445

    y para ver el fandango

    me col hacindome bola

    Ms meti el diablo la cola

    y todo se volvi pango[190].

    Haba sido el guitarrero

    un gaucho duro de boca

    yo tengo paciencia poca

    pa aguantar cuando no debo

    A ninguno me le atrevo

    pero me halla el que me toca.

    A bailar un pericn

    con una moza sal,

    y cuanto me vido all

    sin duda me conoci

    y estas coplitas cant

    como por rirse de m:

    Las mujeres son todas

    como las mulas

    yo no digo que todas

    pero hay algunas

    que a las aves que vuelan

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    119/445

    les sacan plumas.

    Hay gauchos que presumen

    de tener damas

    no digo que presumen,

    pero se alaban,

    y a lo mejor los dejan

    tocando tablas.

    Se secretiaron las hembras

    y yo ya me encocor

    voli la anca[191]y le grit

    Dej de cantar, chicharra

    de un tajo a la guitarra

    tuitas las cuerdas cort.

    Al grito sali de adentro

    un gringo con un jusil

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    pero nunca he sido vil,

    poco el peligro me espanta

    ya me refal la manta

    y la ech sobre el candil.

    Gan enseguida la puerta

    gritando: Naides me ataje

    y alborotao el hembraje

    lo que todo qued oscuro,

    empez a verse en apuro

    mesturao con el gauchaje.

    El primero que sali

    fue el cantor y se me vino

    pero yo no pierdo el tino

    aunque haiga tomao un trago

    y hay algunos por mi pago

    que me tienen por ladino.

    No ha de haber achocao otro

    le sali cara la broma

    a su amigo cuando toma[192]

    se le despeja el sentido,

    y el pobrecito haba sido

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    como carne de paloma[193].

    Para prestar sus socorros

    las mujeres no son lerdas

    antes que la sangre pierda

    lo arrimaron a unas pipas

    Ay lo dej con las tripas

    como pa que hicieran cuerdas.

    Mont y me largu a los campos

    ms libre que el pensamiento,

    como las nubes al viento,

    a vivir sin paradero;

    que no tiene el que es matrero

    nido, ni rancho, ni asiento.

    No hay fuerza contra el destino

    que le ha sealao el Cielo

    y aunque no tenga consuelo

    aguante el que est en trabajo

    naides se rasca pa abajo

    ni se lonjea contra el pelo!

    Con el gaucho desgraciao

    no hay uno que no se entone

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    la menor falta lo espone[b]

    a andar con los avestruces!

    Faltan otros con ms luces

    y siempre hay quien los perdone.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    124/445

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    126/445

    ni un pajal ande dormir,

    ni un matambre[195]que ensartar.

    Y cuando sin trapo alguno

    nos haiga el tiempo dejao

    yo le pedir emprestao

    el cuero a cualquiera lobo

    y hago un poncho, si lo sobo,

    mejor que poncho engomao.

    Para m la cola es pecho

    y el espinazo es cadera

    hago mi nido ande quiera

    y de lo que encuentro como

    me echo tierra sobre el lomo

    y me apeo en cualquier tranquera[196].

    Y dejo rodar la bola

    que algn da se ha'e parar[c]

    tiene el gaucho que aguantar

    hasta que lo trague el oyo

    o hasta que venga algn criollo

    en esta tierra a mandar.

    Lo miran al pobre gaucho

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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    como carne de cogote

    lo tratan al estricote[197],

    y si ans las cosas andan

    porque quieren los que mandan,

    aguantemos los azotes.

    Puchasi ust los oyera

    como yo en una ocasin

    tuita la conversacin

    que con otro tuvo el Juez!

    Le asiguro que esa vez

    se me achic el corazn.

    Hablaban de hacerse ricos

    con campos en la frontera

    de sacarla ms ajuera

    donde haba campos baldidos

    y llevar de los partidos

    gente que la defendiera.

    Todo se gelven proyetos

    de colonias y carriles

    y tirar la plata a miles

    en los gringos enganchaos,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    128/445

    mientras al pobre soldao

    le pelan la chaucha[198]ah, viles!

    Pero si siguen las cosas

    como van hasta el presente

    puede ser que redepente

    veamos el campo desierto,

    y blanquiando solamente

    los gesos de los que han muerto.

    Hace mucho que sufrimos

    la suerte reculativa

    trabaja el gaucho y no arriba,

    porque a lo mejor del caso

    lo levantan de un sogazo

    sin dejarle ni saliva.

    De los males que sufrimos

    hablan mucho los puebleros,

    pero hacen como los teros

    para esconder sus niditos:

    en un lao pegan los gritos

    y en otro tienen los gevos.

    Y se hacen los que no aciertan

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    129/445

    a dar con la coyuntura

    mientras al gaucho lo apura

    con rigor la autorid,

    ellos a la enfermed

    le estn errando la cura.

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    130/445

    XIII

    MARTN FIERRO

    Ya veo que somos los dos

    astilla del mesmo palo

    yo paso por gaucho malo

    y ust anda del mesmo modo,

    y yo, pa acabarlo todo,

    a los indios me refalo.

    Pido perdn a mi Dios

    que tantos bienes me hizo

    pero dende que es preciso

    que viva entre los infieles,

    yo ser cruel con los crueles

    ans mi suerte lo quiso.

    Dios form lindas las flores,

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    131/445

    delicadas como son

    les dio toda perfecin

    y cuanto l era capaz

    pero al hombre le dio ms

    cuando le dio el corazn.

    Le dio clarid a la luz,

    juerza en su carrera al viento,

    le dio vida y movimiento

    dende la guila al gusano

    pero ms le dio al cristiano

    al darle el entendimiento.

    Y aunque a las aves les dio,

    con otras cosas que inoro,

    esos piquitos como oro

    y un plumaje como tabla

    le dio al hombre ms tesoro

    al darle una lengua que habla.

    Y dende que dio a las fieras

    esa juria tan inmensa,

    que no hay poder que las venza

    ni nada que las asombre

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    132/445

    qu menos le dara al hombre

    que el valor pa su defensa?

    Pero tantos bienes juntos

    al darle, malicio yo

    que en sus adentros pens

    que el hombre los precisaba,

    pues los bienes igualaba[d]

    con las penas que le dio.

    Y yo empujao por las mas

    quiero salir de este infierno

    ya no soy pichn muy tierno

    y s manejar la lanza

    y hasta los Indios no alcanza

    la facult del Gobierno.

    Yo s que all los caciques

    amparan a los cristianos,

    y que los tratan de hermanos

    cuandio se van por su gusto.

    A qu andar pasando sustos?

    Alcemos el poncho y vamos.

    En la cruzada hay peligros

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    133/445

    pero ni an esto me aterra

    yo ruedo sobre la tierra

    arrastrao por mi destino

    y si erramos el camino

    no es el primero que lo erra.

    Si hemos de salvar o no

    de esto naides nos responde.

    Derecho ande el sol se esconde,

    tierra adentro hay que tirar;

    algn da hemos de llegar

    despus sabremos adonde.

    No hemos de perder el rumbo,

    los dos somos gena yunta

    el que es gaucho v ande apunta,

    aunque inore ande se encuentra;

    pa el lao en que el Sol se dentra

    dueblan los pastos la punta.

    De hambre no pereceremos,

    pues segn otros me han dicho

    en los campos se hallan bichos

    de lo que uno necesita

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    134/445

    gamas, matacos, mulitas[199],

    avestruces y quirquinchos[200].

    Cuando se anda en el desierto,

    se come uno hasta las colas

    lo han cruzao mujeres solas

    llegando al fin con sal

    y ha de ser gaucho el and

    que se escape de mis bolas.

    Tampoco a la s le temo,

    yo la aguanto muy contento,

    busco agua olfatiando al viento,

    y dende que no soy manco,

    ande hay duraznillo blanco

    cavo y la saco al momento.

    All habr segurid

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    135/445

    ya que aqu no la tenemos

    menos males pasaremos

    y ha de haber grande alegra

    el da que nos descolguemos

    en alguna toldera[201].

    Fabricaremos un toldo,

    como lo hacen tantos otros,

    con unos cueros de potro,

    que sea sala y sea cocina

    Tal vez no falte una china

    que se apiade de nosotros!

    All no hay que trabajar,

    vive uno como un seor

    de cuando en cuando un maln,

    y si de l sale con vida,

    lo pasa echao panza arriba

    mirando dar gelta el sol.

    Y ya que a juerza de golpes

    la suerte nos dej a fls[202],

    puede que all veamos luz

    y se acaben nuestras penas

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

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  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    137/445

    lo hizo astillas contra el suelo.

    Ruempodijola guitarra,

    pa no volverla a templar;

    ninguno la ha de tocar,

    por siguro tnganl;

    pues naides ha de cantar

    cuando este gaucho cant.

    Y dar fin a mis coplas

    con aire de relacin;

    nunca falta un preguntn

    ms curioso que mujer,

    y tal vez quiera saber

    cmo fue la conclusin.

    Cruz y Fierro de una estancia

    una tropilla se arriaron

    por delante se la echaron

  • 7/23/2019 Hernandez Jose - Martin Fierro

    138/445

    como criollos entendidos,

    y pronto, sin ser sentidos,

    por la frontera cruzaron.

    Y cuando la haban pasao,

    una madrugada clara

    le dijo Cruz que mirara

    las ltimas poblaciones;

    y a Fierro dos lagrimones

    le rodaron por la cara.

    Y siguiendo el fiel del rumbo

    se entraron en el desierto

    No s si los habrn muerto

    en alguna correra

    pero espero que algn da

    sabr de ellos algo cierto.

    Y ya con estas noticias

    mi relacin acab

    por ser ciertas las cont,

    todas las desgracias dichas

    es un telar de desdichas

    cada gaucho que ust ve.

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    II

    LA VUELTA

    DE MARTIN FIERRO

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    CUATRO PALABRAS DE CONVERSACIN CON LOS LECTORES

    Entrego a la benevolencia pblica, con el ttulo La Vuelta de Martn Fierro, lasegunda parte de una obra que ha tenido una acogida tan generosa, que en seis aos se hanrepetido once ediciones, con un total de cuarenta y ocho mil ejemplares.

    Esto no es vanidad de autor, porque no rindo tributo a esa falsa diosa; ni bombo deEditor, porque no lo he sido nunca de mis humildes producciones.

    Es un recuerdo oportuno y necesario, para explicar porque el primer tiraje del

    presente libro consta de veinte mil ejemplares, divididos en cinco secciones o ediciones decuatro mil nmeros cada una, y agregar, que confo en que el acreditado EstablecimientoTipogrfico del Seor Coni har una impresin esmerada, como la que tienen todos loslibros que salen de sus talleres.

    Lleva tambin diez ilustraciones incorporadas en el texto, y creo que en los dominiosde la literatura es la primera vez que una obra sale de las prensas nacionales con estamejora.

    As se empieza.

    Las lminas han sido dibujadas y calcadas en la piedra por don Crlos Clerice,artista compatriota que llegar a ser notable en su ramo, porque es joven, tiene escuela,sentimiento artstico y amor al trabajo.

    El grabado ha sido ejecutado por el seor Supot, que posee el arte, nuevo y pocogeneralizado todava entre nosotros, de fijar en lminas metlicas lo que la habilidad dellitgrafo ha calcado en la piedra, creando o imaginando posiciones que interpreten conclaridad y sentimiento la escena descrita en el verso.

    No se ha omitido, pues, ningn sacrificio a fin de hacer una publicacin en las msaventajadas condiciones artsticas.

    En cuanto a su parte literaria, solo dir que no se debe perder de vista al juzgar losdefectos del libro, que es copia fiel de un original que los tiene, y repetir, que muchosdefectos estn all con el objeto de hacer ms evidente y clara la imitacin de los que lo son

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    en realidad.

    Un libro destinado a despertar la inteligencia y el amor a la lectura en una poblacincasi primitiva, a servir de provechoso recreo, despus de las fatigosas tareas, a millares de

    personas que jams han ledo, debe ajustarse estrictamente a los usos y costumbres de esosmismos lectores, rendir sus ideas e interpretar sus sentimientos en su mismo lenguaje, ensus frases ms usuales, en su forma ms general, aunque sea incorrecta; con sus imgenesde mayor relieve, y con sus giros ms caractersticos, a fin de que el libro se identifique conellos de una manera tan estrecha e intima, que su lectura no sea sino una continuacinnatural de su existencia.

    Solo as pasan sin violencia del trabajo al libro; y solo as, esa lectura puede serlesamena, interesante y til.

    Ojal hubiera un libro que gozara del dichoso privilegio de circular de mano enmano en esa inmensa poblacin diseminada en nuestras vastas campaas, y que bajo una

    forma que lo hiciera agradable, que asegurara su popularidad, sirviera de ameno pasatiempoa sus lectores, pero:

    Enseando que el trabajo honrado es la fuente principal de toda mejora y bienestar.

    Enalteciendo las virtudes morales que nacen de la ley natural y que sirven de base atodas las virtudes sociales.

    Inculcando en los hombres el sentimiento de veneracin hacia su Creador,inclinndolos a obrar bien.

    Afeando las supersticiones ridculas y generalizadas que nacen de una deplorableignorancia.

    Tendiendo a regularizar y dulcificar las costumbres, enseando por medioshbilmente escondidos, la moderacin y el aprecio de si mismo; el respeto a los dems;estimulando la fortaleza por el espectculo del infortunio acerbo, aconsejando la

    perseverancia en el bien y la resignacin en los trabajos.

    Recordando a los Padres los deberes que la naturaleza les impone para con sus hijos,poniendo ante sus ojos los males que produce su olvido, inducindolos por ese medio a quemediten y calculen por si mismos todos los beneficios de su cumplimiento.

    Enseando a los hijos como deben respetar y honrar a los autores de sus das.

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    jams un libro, siga las reglas de arte de Blair, Hermosilla o la Academia.

    El gaucho no aprende a cantar. Su nico maestro es la esplndida Naturaleza que envariados y majestuosos panoramas se extiende delante de sus ojos.

    Canta porque hay en l cierto impulso moral, algo de