Gramatica Cognitiva

  • Upload
    shueder

  • View
    556

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

GRAMTICA COGNITIVA. FUNDAMENTOS CRTICOS

JOS LUIS CIFUENTES HONRUBIA

GRAMTICA COGNITIVA. FUNDAMENTOS CRTICOS

EUDEMA Madrid 1996

PRELIMINARES

El propsito de este trabajo es presentar lo que se conoce con el nombre de Gramtica o Lingstica Cognitiva, corriente lingstica que, de forma dispersa en los ltimos aos, ha ido aunando en torno a determinados postulados bsicos un nmero cada vez ms nutrido de estudiosos del lenguaje. Tal corriente en modo alguno se pretende revolucionaria, y, es ms, al presentarla de una forma crtica, hemos querido acentuar los fuertes lazos que guarda con diversas perspectivas metodolgicas, desde los estudios postestructurales en torno al texto y su dimensin pragmtica, hasta de forma disimilar la Gramtica Generativa. Partir del supuesto de que el lenguaje guarda estrechas vinculaciones

funcionales con otros sistemas cognitivos ha supuesto una perspectiva de acercamiento al estudio del lenguaje no como facultad universal, sino como hecho particular, y, fundamentalmente, desde un posicionamiento semntico; se trata de una gramtica de base semntica que trata de estudiar el uso, el funcionamiento del lenguaje. Tal gramtica se entiende como metodolgica, no constructiva, y sin una organizacin parcelar autonomista de sus disciplinas. Las interrelaciones entre semntica y sintaxis, y semntica y pragmtica, han constituido puntos claves del desarrollo terico de nuestra exposicin, que fundamenta las bases de una visin cognitiva de la lengua. Pero, quizs, los elementos ms investigados que muestran esas interrelaciones entre la lengua y otros sistemas cognitivos sean los prototipos, cuyo estudio hemos tratado de disear para dar cuenta de su hipottica utilidad en la organizacin de las categoras metalingsticas, en tanto que reconocimiento de la diversidad y diferencia de sus elementos. La vinculacin de los prototipos con los esquemas de expectativas que conducen el funcionamiento tanto del sistema lingstico como de otros sistemas cognitivos ha sido patente. Sin duda el estudio de la metfora y de la metonimia, en definitiva de los procesos imaginativos, como principios explicativos del funcionamiento cognitivo y, por ende, del lingstico, ha sido uno de los puntos ms y mejor estudiados en Gramtica Cognitiva. En nuestro trabajo no le hemos dedicado un captulo especfico, ya que entiendo que su tratamiento ms adecuado hubiese sido prctico, no terico, como fundamentalmente es este trabajo. Y entiendo tambin que ste es uno de los principales problemas del estudio que estoy presentando: se trata de un libro terico, quizs excesivamente terico, y si bien nada se puede hacer sin teora no existe camino alguno que lleve de la experiencia a la creacin de una teora, la autntica validez de una metodologa deber probarse en el poder explicativo de sus descripciones una teora debe ser verificada por la experiencia. De todas formas, estoy convencido de que ese poder explicativodescriptivo que ha quedado fuera de nuestros objetivos pronto se difundir, pues metatericamente hay justificacin para ello. Cierra el libro un captulo dedicado al estudio de la organizacin de los significados, aspecto ste particularmente interesante en Gramtica Cognitiva, tanto por la gran cantidad de estudios dedicados al respecto como por su importancia metaterica, pues si se trata de establecer una gramtica de base semntica, en la que el significado de sus unidades es un punto clave en el funcionamiento y organizacin de las mismas, es claro que su cuestionamiento y planteamiento debe quedar primordialmente claro. No podamos cerrar esta somera presentacin de los objetivos a perseguir en el desarrollo del trabajo que no han sido otros que una fundamentacin terica y crtica de una determinada corriente lingstica sin agradecer a quienes me han ayudado y alentado en este trabajo. La primera vez que o hablar de teora de

prototipos y Gramtica Cognitiva de una forma adecuada, y que puso marco a lo que hasta entonces haban sido voraces pero dispersas lecturas, fue a D. Agustn Vera Lujn, vaya a l mi agradecimiento por la parte de culpa que le corresponda en este trabajo. A D. Estanislao Ramn Trives le estoy agradecido por muchas razones, pero quiero destacar su ejemplo de espritu reflexivo y crtico, nada dogmtico, y abierto ante lo nuevo, as como por diversas charlas sobre algunos de los posicionamientos tericos que han quedado presentes en este libro y los esfuerzos hechos hago extensivo mi agradecimiento en este aspecto a D. Jos Polo para que este libro vea la luz. A mis amigos Javier Fresnillo y Juan Luis Jimnez les agradezco la colaboracin informtica prestada. Al Ministerio de Educacin y Ciencia incluyo aqu tambin la correspondiente Consellera de la Generalitat Valenciana hay que darle las gracias por seguir manteniendo un sistema bibliotecario pese a la buena voluntad de sus funcionarios aejo y con solera, pues de siglos pasados debe ser que, siendo las bibliotecas universitarias espaolas muy limitadas en sus recursos, se deba recurrir a prstamos, prstamos que llegan tarde, mal y nunca, por lo que debe uno servirse de los amigos, con lo que el sistema bibliotecario fundamentalmente sirve para fomentar las relaciones humanas. Y en ltimo lugar, pero el primero en importancia, debo mencionar a mi mujer, que me aguanta, y, adems, soporta que le robe horas de compaa con la Gramtica Cognitiva.

NDICE

I. PROPUESTAS TERICAS Y METODOLGICAS. 1. Metodologa y arbitrariedad. 2. Una gramtica de base semntica. 2.1. Constructivismo. 2.2. Simbolismo. 2.3. Lengua y cognicin. 2.4. Naturalidad. 2.5. Caractersticas metodolgicas. 2.6. Unidades. 2.7. Estructuras. 2.8. Procesamiento mental. 2.8.1. Modelos cognitivos idealizados. 2.9. Antipositivismo. II. SINTAXIS Y SEMNTICA. 1. Semntica y gramtica. 2. Interrelaciones sintaxis-semntica. 2.1. Estructuralismos. 2.2. Gramtica Generativa y relaciones sintctico-semnticas. 2.2.1. Precedentes metatericos. 2.2.2. Gramtica Generativa y Gramtica Cognitiva. 2.2.3. El nivel de la Forma Lgica. 2.2.4. Estructura semntica y estructura conceptual. 2.2.4.1. Estructura conceptual y contexto. 2.2.4.2. Significado y esquema. 2.3. La Gramtica de Dependencias. 2.4. Sintaxis y semntica en Inteligencia Artificial.

3. Conclusiones. III. SEMNTICA Y PRAGMTICA. 1. La trada morrisiana. 2. Vinculaciones entre semntica y pragmtica. 2.1. Propuestas y tendencias. 2.1.1. Una lingstica pragmtica vs. una pragmtica en lingstica. 2.2. Contexto, cognicin y redes semnticas. 3. Teora pragmtica del significado. 3.1. Comunicacin y uso. 3.2. Enunciado y enunciacin. 3.2.1. Expresiones ejemplar-reflexivas. 3.3. Contexto y adquisicin del lenguaje. 3.4. Uso y juego del lenguaje. 3.4.1. Lengua y contexto. 3.4.2. Texto y contexto. 3.4.3. Significado y uso 4. Nivel textual. 5. Conclusiones. IV. TEORA DE PROTOTIPOS Y FUNCIONALIDAD SEMNTICA. 1. Categorizacin, discrecin y prototipos. 1.1. Discrecin y prototipos. 1.2. Procesos de categorizacin. 1.2.1. Crticas a los procesos de categorizacin. 2. Lengua y manifestaciones prototpicas. 3. Revolucin y evolucin en la categorizacin prototpica. 4. Teora de prototipos y anlisis componencial. 5. Tipos de prototipos. 5.1. Mejor ejemplar. 5.2. Efectos prototpicos. 5.3. Prototipo y estereotipo. 5.4. Efecto prototpico y grados de prototipicidad. 6. Conclusiones. V. EL SIGNIFICADO: SU UNIDAD Y DIVERSIDAD. 1. Polisemia y homonimia. 1.1. Preliminares. 1.2. Semntica tradicional. 1.3. Propuestas paradigmticas.

2. Semntica Estructural y plurisignificacin. 2.1. Determinacin de invariantes. 3. Gramtica Generativa y ambigedad. 4. Gramtica Cognitiva y significacin. 4.1. El concepto de sentido central en Gramtica Espacial. 4.2. La significacin ideal. 4.3. La impulsin. 4.4. La estructura radial de las significaciones. 4.4.1. El significado en tanto intuicin idiomtica. 4.4.2. La resolucin de las ambigedades lxicas en Inteligencia Artificial. 5. Conclusiones. REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS.

I Propuestas tericas y metodolgicas

1. Metodologa y arbitrariedad. El concepto de gramtica y la propia nocin de lengua es, fundamentalmente, una categora explicativa a la que ha de llegarse desde determinados planteamientos metodolgicos. Se trata por tanto de un concepto que, por depender de una opcin metodolgica, contrasta con otras diferentes y requiere la explicitacin de las razones sobre las que descansa esta particular eleccin. El objeto de una ciencia es una construccin terica, no un dato emprico, siendo deformado y reformado por la propia actividad cientfica (Rastier, 1991d: 33).En las ciencias, las disciplinas son concebidas como cuestiones de conveniencia, no como formas de trocear la naturaleza por sus articulaciones o como la elaboracin de ciertos conceptos fijos, y sus lmites se desplazan o desaparecen a medida que avanzan el conocimiento y la comprensin (Chomsky, 1989a: 51).

Error comn, por tanto, es suponer que las divisiones de la ciencia corresponden a divisiones naturales de la realidad. Esto es equivalente a suponer segn imagen de Dascal & Borges Nieto (1991: 19) que por el hecho de que alguien tenga derechos adquiridos sobre cierto territorio, las fronteras de ese territorio corresponden a alguna divisin natural. Como H. Schuchardt (1972: 67) seal, la unidad de una disciplina viene dada por una metodologa coherente, y no por la supuesta inherente unidad de contenido. Las delimitaciones de los objetos observacionales no son neutras, o sea, no es la propia realidad la que nos dice

cmo quiere ser seccionada. El recortamiento de lo observacional es resultado de un trabajo humano sobre la realidad, y, en consecuencia, ya es un primer momento de teorizacin. Las disciplinas lingsticas, y su instrumental, son tiles principalmente por su valor descriptivo articulable en torno a la adecuacin objetual, metalingstica y metametalingstica (Vera Lujn, 1990: 13-14), siendo la conciencia del analista la razn ltima de las delimitaciones y definiciones, es por ello que nunca pueda evitarse una cierta arbitrariedad desde un determinado punto de vista (Rodrguez Adrados, 1975: 25 y ss.; 1976: 2). Es importante, pues, considerar el carcter esencialmente metodolgico y convencional de las divisiones lingsticas. Es por ello que la propuesta de la Gramtica Generativa, que ve en estos dominios mdulos independientes, se distingue as radicalmente de la Gramtica Cognitiva, que, como Saussure, reconoce un continuo entre fonologa, morfologa y sintaxis. La materia de gramtica es, como toda disciplina orientada a la descripcin y explicacin de un objeto, una prctica metodolgicamente cientfica constituida por el entrecruzamiento de dos lenguajes: una lenguaobjeto y una meta-lengua que la describe, siendo la primera, adems, un componente que en la perspectiva disciplinaria global no alcanza su sentido si no es considerado en el mbito de la metalengua. Siguiendo con trminos hjelmslevianos1, lengua y metalengua vienen a implicarse estableciendo una relacin sustancial-formal segn la cual el primer componente se corresponde con la dimensin lingstica-objetual, plano necesariamente adscribible al mundo objetivo-material, y que, una vez desplazado al mbito de lo cognoscitivo-descriptivo, se ve sometido al conjunto de operaciones formales que sobre l opera el reticulado de abstracciones explicativas derivadas de la metalengua.1 Hjelmslev adopta y adapta el trmino metalenguaje introducido por los logicistas de la Escuela de Viena (Carnap) y, sobre todo, por los de la Escuela polaca (Tarski, 1991: 286-287), ante la necesidad de distinguir claramente la lengua que hablamos de la lengua sobre la que hablamos. Esta distincin (ampliamente difundida por medio de Jakobson y la llamada funcin metalingstica) tambin fue metodolgicamente considerada en el estructuralismo americano por medio de la labor de Z. S. Harris (1968), quien postula la posibilidad que tiene una lengua dada de describirse a s misma, posibilidad que es tambin la del lingista para construir una gramtica como una metalengua, mediante materiales situados en la lengua-objeto: la metalengua est en la lengua. Sin embargo, Hjelmslev se aleja de estas consideraciones al considerar (precedido por Benveniste y su idea de que los conceptos gramaticales deben trascender necesariamente las lenguas naturales) el metalenguaje como una semitica, en tanto que jerarqua no de palabras o de frases sino de definiciones susceptibles de tomar la forma del sistema o del proceso semitico. La construccin jerrquica culminar en el inventario de los conceptos ltimos, no definibles, entendidos como universales hipotticos. De esta manera ser posible constituir una axiomtica, a partir de la cual la deduccin ser capaz de producir la lingstica como un lenguaje fomal o algebraico. As concebido, el metalenguaje se presentar como un lenguaje de descripcin articulado en tres niveles: descriptivo, metodolgico y epistemolgico. ste ltimo controla la elaboracin de los procedimientos y la construccin de los modelos, mientras que el nivel metodolgico supervisa, a su vez, el instrumental conceptual de la descripcin estricto sensu (Greimas & Courts, 1982: 257-259).

As pues, es claro que se ofrecen a nuestra eleccin modelos diferentes cuya idoneidad en tanto que instrumentos descriptivos y explicativos es preciso analizar. Todas las teoras son relativas porque nunca pueden encontrar ni en la realidad ni en la razn unas bases absolutas y porque siempre se originan desde una actividad creadora de lo ltimo respecto de lo primero: la imposibilidad de constituir una metateora neutra implica la imposibilidad de encontrar una metodologa neutra (Geeraerts, 1985a: 297). Ningn cuerpo de asunciones metodolgicas puede ser considerado definitivo, es ms, como Feyerabend (1978) seala, cualquier metodologa tiene sus limitaciones, e incluso las propias metodologas tienden a reformar el status quo terico. Trives (1990b) nos ha recordado que todo modelo presenta, segn H. Stachoviak, tres caractersticas diferentes, que son denominadas de reproduccin, de reduccin y de subjetivacin. La primera de ellas traduce el hecho de que un modelo debe serlo de algo, de un sistema, que, en el mbito concreto que nos ocupa, se corresponde con el del lenguaje. Por caracterstica de reduccin se entendera, a su vez, el principio ya aludido de que un modelo no reproduce todo el original, sino las partes consideradas como ms relevantes. Por ltimo, por caracterstica de subjetivacin se alude al hecho de que para un sistema dado no hay un modelo original, sino diferentes modelos, vlidos en diferentes momentos (Glich & Raible, 1977: 14-15). As pues, es preciso concluir que, entre todos los posibles modelos de un original, ser siempre ste, el original, el modelo preferible a los dems, meras reproducciones suyas cuyo valor depender de lo cercano o lejano de la perspectiva desde la que se ha operado la reduccin. El mejor modelo metodolgico de todos no existe o, mejor, no puede existir (Trives, 1990b: 548), dada la necesaria complementariedad de los modelos metodolgicos en su dialctica aproximacin al original lingstico, el cual, excediendo a todos, de todos precisa para darse en su integridad al hombre. Carece, pues, de sentido cualquier empeo en la bsqueda de unos planteamientos modlicos definitivos, cuyo hallazgo supusiera una sancin de validez final para las descripciones practicadas en su nombre. Antes, al contrario, y con referencia a nuestros actuales intereses, ser necesario un modelo que d cuenta, lo ms satisfactoriamente posible, de una realidad comunicativa como puede ser aquella a la que sirve la lengua espaola; pero un modelo que, repetimos, no ser el nico posible, sino, simplemente, un modelo descriptivamente adecuado (Glich & Raible, 1977: 15). La construccin de modelos pasa por dos etapas histricas bien sealadas en el devenir de la teora lingstica: la inductiva y la hipottico-deductiva: orientacin esta ltima particularmente afortunada hoy en da y que, especialmente a raz del desarrollo de la metodologa generativa, parece haber sido elevada al estatuto de nica metodologa operativa verdaderamente cientfica. En principio

nada tendra de extrao semejante tendencia, puesto que, de la mano de planteamientos metodolgicos como estos, las investigaciones lingsticas vendran a ser aproximadas a mbitos cientficos tradicionales en los que el trabajo descriptivo tal es el caso de la fsica o la qumica no quedaba reducido a un simple taxonomismo con cuyo agotamiento habra quedado clausurada la actividad analtica. Es, al contrario, connatural con tales prcticas cientficas la existencia de un segundo momento operativo consistente en la formulacin de hiptesis sobre el funcionamiento de tales realidades, lo que dara un sentido final a la primera etapa de clasificacin y la superara. Las metodologas hipottico-deductivas han logrado, en efecto, disear una compleja esquematizacin del funcionamiento de la capacidad humana del lenguaje. Buena prueba de la gran rentabilidad explicativa de gran nmero de estos principios es que muchos de ellos han pasado a ser una especie de patrimonio generalizado, con lo que han conocido una expansin en sus virtualidades explicativas que va mucho ms all del sentido que originariamente les fuera concedido. La sobrevaloracin de los modelos hipottico-deductivos, sin embargo, en el campo de las investigaciones lingsticas (con el subsiguiente desprecio con otras metodologas que una actitud como sta suele llevar aparejado) no es sino el resultado de un cierto prejuicio que recubre un considerable nmero de errores (Glich & Raible, 1977: 21-22): simplificacin en exceso como la que lleva a mitificar la separacin entre sintaxis y semntica, abandono de las posibilidades heurstico-empricas, etc. Otra de las razones por la que resulta inviable en la prctica cualquier decisin de consagrar como definitivo un tipo particular de modelo en la investigacin lingstica ha sido apuntada por K. O. Appel quien ha insistido en que resulta imposible, en las tareas de orden lingstico, la separacin radical entre los planos de la explicacin y la comprensin, puesto que ambos dependen de una ciencia hermenutico-dialctica donde es imposible diferenciar tajantemente entre objeto de conocimiento y sujeto de la actividad cognoscitiva (Glich & Raible, 1977: 19 y ss.). As pues, con las precisiones indicadas, cabe sealar que el concepto de modelo no puede ser reducido al de los modelos deductivos como los verdaderos modelos. En este sentido, hacemos nuestro el pensamiento de E. Ramn Trives (1990b: 549-550) al sealar que no se pueden hipostasiar los modelos deductivos como los nicos legtimos o cientficos ya que la justificacin de un modelo debe buscarse en su rendimiento explicativo y aproximativo a los originales, es decir, en su condicin reproductora del original, siendo, en cierto modo, el modelo inductivo el motor del deductivo, si bien, para el caso del comportamiento verbal, quepa pensar en una tercera solucin como es la

abduccin (Eco & Sebeok, 1989: 265; Herrero, 1988: 17)2. Consideramos por tanto la licitud de la variedad de enfoques metodolgicos desde los que acercarse al estudio de la lengua, pero ello siempre y cuando no olvidemos su condicin metodolgica, con lo cual queremos expresar su arbitrariedad, y que tendr su justificacin ms que en su necesaria consistencia interna, en su rentable adecuacin al esclarecimiento y prediccin del comportamiento lingstico. Por consiguiente asumimos una metodologa estructural (ya que cualquier lingstica que se precie debe ser obligadamente estructural, pues no son sino estructuras de funcionamiento lo que se pretende estudiar) pero entendida en un sentido amplio e integrador, cuyos principios esenciales destacaremos a continuacin. Sus relativas desventajas en relacin con otros modelos o metodologas estarn tan slo en un menor grado de formalizacin; pero, por el contrario, presentar no pocas ventajas, siendo tal vez la ms importante la de suministrar un conjunto de principios explicativos vlido para una descripcin integral del funcionamiento de la lengua que permite acceder de manera sencilla y coherente a la dimensin textual-discursiva del lenguaje. En efecto, consideramos la necesidad de una lingstica integral o integrada, que aplique las metodologas sin quedar presa de ellas (Trives, 1990b: 551). Dada la naturaleza esencialmente hermenutica de la lingstica, es posible adoptar un punto de vista conciliador de acercamientos no coincidentes (Lpez Garca, 1990: 108)3, y donde el punto de vista cognitivo no sea un exotismo. La lingstica integral se nos presenta entonces como una lingstica que trata de ser idealmente completa, total. Es por ello que se la considere2Por otro lado debemos hacer notar que no asumimos en modo alguno el errneo paralelo metodologa lingstica deductiva-GG, ni la caracterizacin del estructuralismo por parte de la GG como mtodo inductivo de naturaleza taxonmica. Ello puede ser vlido en lo tocante al estructuralismo norteamericano, pero en ningn caso para las corrientes europeas, responsables, por ejemplo, de tipologas como la de los rasgos distintivos jakobsoniana, que constituyen hiptesis de naturaleza deductiva sobre el funcionamiento del lenguaje de incuestionable inters explicativo. Es ms, el mismo Chomsky ha sealado la validez de la abduccin como modelo de adquisicin y de explicacin de la facultad lingstica: las limitaciones innatas determinan una clase pequea de hiptesis admisibles que se someten a la accin correctora, un procedimiento que funciona porque la mente del hombre se encuentra naturalmente adaptada para la ideacin de teoras correctas de alguna clase (Chomsky, 1989a: 68). Sin embargo, tanto Trives como Chomsky sealan la matizacin de provisionalidad que cabe hacer respecto del modelo abductivo como explicacin del comportamiento verbal, debido, fundamentalmente, a lo complejo y huidizo de la actividad verbal, de manera que el instinto investigador ha de someter muy pocas hiptesis admisibles al procedimiento de valoracin. Lo que s asumimos como vlido (Trives, 1990b: 550) es que un tipo de ciencia hermenutico-dialctica, como es necesario para estudiar el comportamiento verbal en su integridad, donde sujeto y objeto cientfico nunca son totalmente separables, no puede entronizar el modelo deductivo. Quizs, la perspectiva abductiva, como mejor puede legitimarse en su aplicacin al fenmeno lingstico, es mediante su correspondencia con la hermenutica, al reconocer la dimensin social de las investigaciones lingsticas y cognitivas (Rastier, 1991a: 60). 3Debemos sealar que esta concordia del Prof. Lpez Garca ha sido una constante en muchos de sus trabajos, cuya culminacinmodlica pueden ser sus Fundamentos de Lingstica Perceptiva, bajo la consideracin del marco cognitivo-fenomenolgico desde el que abordar el fenmeno lingstico.

fundamentalmente como una modalidad de encuadre, lo que implica una actitud y una estrategia global de actuacin respecto de los problemas planteados por la ciencia lingstica, de tal modo que su carcter ltimo es metodolgico (Jimnez Cano, 1982: 25). Este carcter metodolgico podemos verlo como su disposicin a ocuparse de todo lo lingstico en cuanto tal, sin constreirse a lo puramente formalizable exclusivamente, dado que lo formalizable, el sonido (y su combinatoria) y el sentido (y la suya) son parte activa del mecanismo lingstico-comunicativo (Trives, 1983: ). Mecanismo lingstico-comunicativo que no se restringe a un intercambio de conocimientos o informacin, sino que incorporamos en l una gran variedad de relaciones interhumanas, a las cuales la lengua proporciona no slo la circunstancia y el medio, sino tambin el marco institucional, la regla. Es por ello que la lengua no sea nicamente una condicin de la vida en sociedad, sino que se trasforme en un modelo de vida social, un modelo que establece las reglas de un juego, de un juego que se confunde bastante con la existencia cotidiana (Ducrot, 1982: 10). En cuanto a las actitudes y hechos que justifican esta peticin de integralidad, debemos sealar (Jimnez Cano, 1982: 9-10) en primer lugar, la sensacin de crisis con respecto al actual progreso terico y metodolgico de la ciencia lingstica. Sirvan de claro ejemplo las siguientes palabras de E. Coseriu:In quanto allo sviluppo recente e attuale della linguistica, non credo di essere troppo drammatico se dico senza ambagi che la nostra scienza, considrata nel suo complesso lunghi dal trovarsi in una fase di straordinario progresso teorico e metodologico (come si crede sopratutto fuori della linguistica, e como si illudono anche parecchi linguisti), si trova in realt in stato di crisi (1980a: 65).

Pero como el mismo Chomsky indica, los continuos cambios y diferencias de opiniones, que en muchos casos no son sino recuperacin de ideas que se haban abandonado y luego son reconstruidas bajo un prisma diferente, debemos considerarlo ms que como una deficiencia seria, como un fenmeno saludable, que indica que la disciplina est viva (1989a: 18). En segundo lugar conviene situar la progresiva toma de conciencia de la parcialidad y de las restricciones cometidas en el pasado que ha tenido lugar con las nuevas perspectivas psicolingsticas, sociolingsticas, pragmalingsticas y textuales, aunque muchos representantes de estas tendencias han terminado por cometer el mismo pecado que criticaban: la parcialidad. La opcin integral, por tanto, la consideraremos en el sentido de una complementariedad exigencial entre las alternativas metodolgicas existentes (Trives, 1979: 7). Y en esta opcin el punto de vista cognitivo constituye una de las perspectivas bsicas desde la que encarar el estudio del uso del lenguaje y la

necesaria interrelacin texto-contexto; es por ello que no queramos considerar la Gramtica Cognitiva una teora ms frente a otras teoras de entre las que tenemos que escoger exclusivistamente, sino una perspectiva desde la que estudiar el uso de la lengua, complementaria, claro est, con otras perspectivas no coincidentes.

2. Una gramtica de base semntica. 2.1. Constructivismo. Consideraremos la gramtica de una lengua como un inventario de unidades lingsticas (Langacker, 1987a: cap. II especialmente). Con el trmino inventario queremos sealar la naturaleza no-constructiva de una gramtica, pero ello no debe ser interpretado como que las unidades son discretas y las entidades no relacionadas. Quizs es demasiado belicista la perspectiva adoptada, en tanto que se opone a la Gramtica Generativa entendida como sistema constructivo, es decir, conjunto de procedimientos mentales innatos y autnomos que definen un conjunto de estructuras. En un plano epistemolgico se puede entender construccin como opuesto a estructura: las estructuras, en tanto que inmanentes, requieren procedimientos de reconocimiento y de descripcin, mientras que construccin puede considerarse como el hacer soberano y arbitrario del sujeto cientfico. En realidad tal polarizacin, bien entendida (Greimas-Courts, 1982), puede ser excesiva, y se trata solamente de perspectivas diferentes: en el caso de la construccin, no salimos de la paradoja de la frontera, puesto que el hacer cientfico est considerado desde la perspectiva del enunciador; en la descripcin, desde el punto de vista del enunciatario que tambin es sujeto productor del discurso. Todo ello nos conduce al problema gnoseolgico de la relacin entre el sujeto cognoscente y el objeto de conocimiento. Relacin que, para la teora semitica, se ve resuelta de forma trascendental (Greimas-Courts, 1982): la descripcin del objeto, que descubre progresivamente el orden inmanente de los significados se acaba confundiendo con la construccin de un lenguaje llamado a describir aquello. El inventario debe ser entendido como estructuracin, en el sentido de que algunas unidades funcionan como componentes de otras. La gramtica de una lengua ser entonces entendida como un inventario de unidades estructurado en jerarquas interconectadas4. Al ser concebida la gramtica de esta manera, es verdaderamente simple y sencilla, ya que no requiere el esfuerzo constructivo necesario para dar cuenta de la creacin de estructuras nuevas; la gramtica,4El carcter flexible de la gramtica propuesto por Garrido (1992: 186) me parece muy similar.

entonces, no es una descripcin generativa que suministra una enumeracin formal de todas y cada una de las oraciones bien formadas de una lengua. Segn Langacker (1987a: 63 y ss.), no podemos asumir sin cuestionarlo que la generatividad es un requerimiento razonable que debe imponerse a las descripciones lingsticas, o que la explicitud y el rigor la piden. Una gramtica generativa, por ejemplo, excluira como anmalos muchos usos figurativos de la lengua, centrales, por otro lado, para una comprensin de la estructura lingstica. Es por ello que Langacker concluya que ms que asegurar la explicitud, la generatividad tiene el desafortunado efecto de empobrecer el dominio natural de la investigacin lingstica, dejando en la ms absoluta inexplicitud fundamentales aspectos lingsticos. Esto explica que la Gramtica Cognitiva no se defina como constructiva ni como generativa (Langacker, 1991a: 532-535): no es generativa porque la enumeracin de todas, y slo, las oraciones gramaticales de una lengua es imposible, ya que se trata de un conjunto no bien definido; y no es constructiva, sino un simple inventario de unidades convencionales accesibles a la categorizacin de los acontecimientos de uso. Pero esto no supone que la GC no establezca reglas e intente describirlas explcitamente. Todo lo contrario, lo que ocurre es que simplemente reconoce que un lenguaje comprende regularidades sancionadas convencionalmente que los hablantes tienen que aprender y que tienen algn papel en el procesamiento del lenguaje. Y un aspecto crucial para establecer su estatuto cognitivo es la pretensin de que las reglas no son otra cosa sino esquematizaciones de expresiones. Como tales, no se conciben distintas e independientes de la instanciacin de las expresiones. Ms bien se conciben como inmanentes en sus instanciaciones, es decir, inherentes y mostradas por los esquemas de actividad cognitiva en cuya actividad cognitiva residen sus instanciaciones. La analoga cognitiva de las reglas no se basa en configuraciones estticas, sino en aspectos recurrentes de la actividad de procesamiento5. El problema de la creatividad se sita en el hablante, no en la gramtica (Langacker, 1987a: 71-72; Hawkins, 1985; 40), y se trata de una actividad resolutora de problemas que pide un esfuerzo constructivo y que se da cuando la convencin lingstica es usada en circunstancias especficas. La Gramtica Cognitiva da cuenta de la proyeccin de reglas gramaticales en expresiones nuevas mediante los mismos rasgos bsicos requeridos para el uso figurativo, por ejemplo. En esta perspectiva, entonces, las unidades lingsticas deben ser consideradas como esquemas sancionadores, no reglas constructivas, de forma que la relacin entre un esquema y sus instancias sea elaborativa y no exclusiva. La creatividad se puede examinar mejor no dentro de los confines de una gramtica autnoma5Parece claro pues que este tipo de gramtica debe ser un modelo basado en el uso, y donde significado y gramtica son indisociables (Langacker, 1991a: 532).

restringida, sino en el contexto general del conocimiento humano6. Podramos estar tentados a considerar la actual Gramtica Generativa chomskyana como constructiva metodolgicamente y no objetualmente, como lo fue claramente en el pasado, ya que viene definida no como sistema de reglas, sino como conjunto de condiciones sobre la buena formacin de las oraciones. Nos equivocaramos, sin embargo, aunque para entenderlo adecuadamente debemos considerar el desplazamiento desde el estudio de la lengua-Exteriorizada a la lengua-Interiorizada, es decir, el desplazamiento del foco de atencin al sistema de conocimientos que subyace al uso y a la comprensin del lenguaje y, ms an, a la dotacin innata que hace posible que los humanos obtengan ese conocimiento. Segn Jackendoff (1990: 8-10), se pueden establecer argumentos paralelos a la hiptesis generativo-constructiva de las reglas sintcticas de las primeras versiones generativistas, para obtener conceptos-interiorizados: a) el conjunto de conceptos-I expresados por las oraciones no puede ser codificado mentalmente como una lista, sino que debe caracterizarse segn un conjunto finito de primitivos mentales y un conjunto finito de principios de combinacin mental que describen colectivamente el conjunto de posibles conceptos-I expresados por las oraciones; b) los conceptos lxicos no pueden ser una lista de instancias, sino que deben entenderse como esquemas finitos que pueden ser comparados creativamente para nuevas entradas; estos esquemas son interiorizados y poseen algn grado de indeterminacin, ya en el concepto lxico mismo, ya en el proceso de comparacin con representaciones mentales de nuevos objetos o en verbos, de forma que los mecanismos de descomposicin de los conceptos lxicos pueden crear un continuo entre elementos centrales e instancias marginales, y pueden crear vaguedad o difusividad en los lmites de las categoras (Jackendoff, 1990: 32-34)7. Si estas consideraciones las tratamos desde la perspectiva de la adquisicin del lenguaje llegamos a la pregunta de cmo el nio induce reglas de los ejemplos de oraciones bien formadas; lo cual motiva una de las hiptesis centrales de la G.U, la necesidad de una GU innata: el conjunto de conceptos lxicos de un individuo se construye a partir de las bases innatas de posibles conceptos, modulado por la contribucin de experiencia lingstica y no lingstica. Como el almacn de posibles conceptos lxicos es muy amplio, y las bases innatas para adquirirlos deben ser codificadas de una forma finita, nos vemos forzados a concluir que las bases innatas deben consistir en un conjunto de6A una conclusin muy similar ha llegado Le Ny (1989: 223-229) al distanciarse del concepto de creatividad chomskyano, yapoyando lo concerniente a la comprehensin del lenguaje alrededor de la nocin de memoria ms que en la sintaxis, al acogerse a la idea de reconocimiento o identificacin de la informacin entrante, por un proceso indefinidamente repetitivo de compracin de sta con la informacin organizada que estaba acumulada en la memoria. Es decir, cada frase nueva no podr ser tratada sino sometindose a lo ya dado, en una suerte de desvo moderado respecto de las estructuras constituidas anteriormente. Y es este desvo moderado entre lo antiguo y lo nuevo, lo que caracteriza la comprehensin del lenguaje, as como toda actividad cognitiva.

7Y en cierta forma tambin Jackendoff, 1983: 82-83 y 100-103.

principio generativos: un grupo de primitivos y de principios de combinacin que colectivamente determinan el conjunto de conceptos lxicos y oracionales en toda su variedad y que son aprendibles sobre la base de algn tipo de combinacin de experiencia lingstica y no lingstica. Acerca de los universales, y su combinatoria, posibilitadora de la infinidad de sememas, por ejemplo, de una lengua y lo mismo para la construccin de unidades sintagmticas mayores, se ha referido tambin la Semitica Textual, no tanto para negarlo como para establecerlo dentro de otra perspectiva, y no siguiendo necesariamente la distincin chomskyana entre universales sustantivos y universales formales (Greimas-Courts, 1982): as distingue8 entre primitivos epistemolgicos y primitivos cognoscitivos: los primeros, que responden a un punto de vista metaterico, son los trminos indefinibles de una teora, siendo, por tanto, hipotticamente universales, universales heursticos. Los segundos, en tanto que tericos, son los trminos ltimos del anlisis, los indescomponibles, pudiendo ser ya trminos particulares ya generales; no tienen necesariamente realizacin universal, depender fundamentalmente del objeto de anlisis. Realmente la universalidad en tanto que generalidad emprica y con previsin de futuro es una utopa, aunque las investigaciones en este terreno no son intiles, simplemente por lo que de generalidad puedan tener. La Semitica Textual, al adoptar una perspectiva metaterica, en tanto que metodologa de la descripcin, se ocupar en primer trmino de los universales semnticos en tanto que inventario epistemolgico de indefinibles, slo en un segundo trmino, mediante el desarrollo de la teora, puede hablarse de otro tipo de universales en tanto que generales. Por otro lado, Chomsky se ha cansado de repetir y tambin Lakoff que emplea el trmino generativa no con el sentido de creatividad, sino en el sentido de dar cuenta explcita, es por ello que toda gramtica, desde el momento en que sea exhaustiva y sencilla ser generativa, sin tener por qu ser constructiva. Al negar el carcter productivo de la gramtica, estamos acercndonos a la llamada por Lpez Garca paradoja de la frontera (Lpez Garca, 1980 y 1989, principalmente, quien retoma la problemtica sealada en la nota 2)9, en tanto que lo propio del lenguaje, frente a otros sistemas de signos, es su capacidad8Con una diferenciacin que nos recuerda la clebre distincin de Coseriu entre universales del lenguaje y universales de lalingstica, y cmo su diferenciacin puede servir de ayuda precisamente para su caracterizacin (Coseriu, 1978: 148-205).

9H. Werner (1985: 75) ha hablado de una nocin similar, aunque en un marco distinto, puesto que en definitiva lo que pretende es una disociacin entre significado y designacin, al criticar la falacia metasemioticista por la cual se considera que los smbolos del lenguaje formal empleado en el anlisis semntico son los propios significados de la lengua, confundiendo con ello el metalenguaje con el lenguaje objeto, es decir, no distinguiendo entre lo que sirve para designar y lo que es designado. Adems, el hecho de que cualquier metalenguaje para hablar del significado no slo sea ya un lenguaje significante, sino que adems sea sustantivante al fijar cualquier dinamismo de relaciones de oposicin, puede llevar a hacer pensar que el sentido no es sino una evidencia, a lo Bloomfield, es decir, un dato inmediato del que no se puede decir nada ms (Rotaetxe, 1984: 378). Aspectos stos dos ltimos de funesta tradicin para la semntica.

de describirse a s mismo, lo cual viene inmerso en la idea de que el objetivo de una teora lingstica no es la descripcin del lenguaje, sino de las condiciones en que tal descripcin resulta posible10, de acuerdo con la intuicin en que se funda toda la tradicin de la lingstica de distinguir una gramtica objetual, la estructura material y funcional de una lengua, y que resulta indeterminada por no ser sino tcnica, y una gramtica metalingstica, que se propone establecer la realidad gramatical objetiva de determinada lengua (Coseriu, 1978: 19 y 130). R. Trujillo (1988) ha sealado un aspecto similar, aunque no coincidente, al establecer que el significado slo est constituido por las condiciones que permiten intuir una palabra o una frase como realidad; el problema es, sin embargo, que parece concluir una cierta inefabilidad del significado, lo cual va a resultar algo contradictorio con nuestros intereses, no as muchos de sus planteamientos, que, como en su momento veremos, trataremos de concluir de una manera distinta a la del citado autor. El carcter generativo del lenguaje proviene del supuesto, todava no demostrado, de que el lenguaje es un sistema formal autnomo de carcter innato. Una visin cognitiva de la gramtica, por contra, entiende que la estructura lingstica slo puede ser comprendida y caracterizada en el contexto de una consideracin ms amplia del funcionamiento cognitivo. Esto tiene la consecuencia terica de que una descripcin exhaustiva del lenguaje no puede ser realizada sin una descripcin total de la cognicin humana. Pero las consecuencias tericas no son necesariamente limitaciones prcticas11. El reconocer esta dependencia del lenguaje respecto de la cognicin no hace la descripcin lingstica vaga y misteriosa, no pospone el anlisis lingstico serio hasta que la cognicin sea totalmente comprendida. Los conceptos de Gramtica Cognitiva lo hacen posible incluso en el presente, dadas unas mnimas pero incontrovertibles pretensiones acerca de la capacidad cognitiva, para llegar a unos anlisis lingsticamente motivados de forma precisa y explcita de la estructura gramatical. Incluso aunque algn da se pudiera demostrar la existencia de un tipo de inteligencia especfica del lenguaje, no nos parece posible que pueda ser falseado que la cognicin juega un papel importante en la elaboracin de los10La Semitica Textual de Greimas, igualmente, puede entenderse como una metodologa de la descripcin, coincidente, por otrolado, con la Gramtica Liminar en su preocupacin por las relaciones entre lengua y metalengua, y en un convergente paralelismo en la utilizacin de nociones topolgicas para la formalizacin de los modelos lingsticos. Ya Greimas, desde su Du Sens (1970), nos sealaba que es muy difcil decir algo sensato sobre el sentido, porque para hacerlo habra que construir un lenguaje que no significara nada, es decir, establecer una distancia objetivadora capaz de enunciar discursos desprovistos de sentido sobre discursos con sentido.

11Al rechazar la nocin de una facultad lingstica autnoma, la lingstica cognitiva necesariamente elimina la necesidad de la pragmtica de constituir una rama separada de su estudio. Toda significacin ser, en principio, pragmtica, afectando a la conceptualizacin de los seres humanos en un contorno fsico y social; de manera que la comprensin de cualquier expresin requiere un acto sensible a la interpretacin contextual por el interpretante, y desde esta perspectiva, entonces, las expresiones metafricas no constituirn un conjunto especial (Taylor, 1989: 132 y ss.).

mecanismos del lenguaje. Metatericamente, E. Ramn Trives (1982: 181; 1990a: 191) ha precisado que si se quiere huir de la circularidad inherente a la puesta en funcionamiento de la funcin metalingstica de la lengua sin salir de ella similar a la paradoja de la frontera, necesitamos del plano noemtico del lenguaje12. en clara alusin a Martin (1980). Pero esto no quiere decir que las categoras emitidas en el nivel de una segunda metalengua no conciernan a los fenmenos lingsticos concretos, al contrario, pues los elementos tericos establecidos en el nivel de la segunda metalengua tienen por principio hacer posible un anlisis cientfico de los hechos lingsticos concretos (Vernay, 1980: 29). El plano noemtico del lenguaje y de la lengua se circunscribe tambin en una perspectiva metodolgica no constructiva de acercamiento al objeto lingstico. Rastier (1991a: 125-127) nos sita la perspectiva metodolgica en un marco ms amplio, al diferenciar en su anlisis de los valores de la nocin de concepto, tres niveles distinos: 1) el conceptual, propio de la filosofa o de la lgica, donde se entiende concepto como representacin mental, general y abstracta de un objeto, sin relacin necesaria con las lenguas ni con otros sistemas sgnicos; 2) el lingstico, dependiente de una semntica universal, donde el concepto es un universal de representacin que pertenece al lenguaje, pero no es dependiente de ninguna lengua determinada, diferenciando aqu dos posibles conceptos: a)universales metalingsticos o noemas en el sentido de Heger, Martin, Pottier o Trives, y b) universales de pensamiento o primitivos, en el sentido de Wierzbicka o Mel'cuk; 3) el nivel de la lengua, que puede determinar tambin dos tipos de conceptos: a) la significacin de un determinado morfema de una lengua es decir, el semema de la Semntica Estructural; y b) el correlato psquico del concepto anterior, en el sentido de Saussure. Pero Rastier, de forma interesante para la semntica, distingue otro hipottico concepto, que sera el semema construido, cuya definicin vendr establecida por la norma de una disciplina. Es decir, viene a ser el paralelo del noema de una lengua particular, pero no se le atribuye realidad existencial, sino descriptiva, es por ello que se site en un nivel metalingstico, en clara consonancia con la propuesta de Trives de distinguir un nivel nomico particular no universal, o, ms claramente, la explicacin y justificacin de la propuesta de Trujillo de que los significados no existen, ya que lo realmente existente en un nivel lingual son los sentidos, debiendo entenderse los significados como12Wierzbicka (1985: 336; 1991: 6-7) ha propuesto una nocin similar con la necesidad sealada de un metalenguaje semntico,es decir, de un metalenguaje en el que la significacin de las palabras puede ser establecida sin circularidad ni arbitrariedad. An as, Wierzbicka se aparta de la propuesta metodolgica al pretender universalidad para sus primitivos semnticos, como ms tarde comentaremos.

construcciones. Esta visin, acorde con la perspectiva de la Semitica Textual greimasiana, supone que los semas son de naturaleza relacional, no sustancial, de ah su caracterizacin metalingstica, pues dependern del anlisis que se realice (Rastier, 1987a: 28 y ss.)13. Una consecuencia de todo esto ser la definicin de la gramtica como inventario estructurado de unidades lingsticas convencionales. En Gramtica Cognitiva la clsica distincin chomskyana entre creatividad gobernada por las reglas (localizada en la competencia) y creatividad que cambia las reglas (localizada en la actuacin) es abandonada, relegndose los aspectos de cambio a la actividad del sujeto hablante. Pero ello no debe verse como una simple vuelta a un estructuralismo saussureano entendido taxonmicamente. Efectivamente, en muchas ocasiones se ha equiparado, demasiado a la ligera, los conceptos de lengua y habla en Saussure y los de competencia y actuacin en Chomsky. Una de las diferencias bsicas estriba en la idea de creatividad, que Saussure localiza en el habla, lo que parece llevarle a situar la nocin de frase dentro del campo del habla, pues su nmero es ilimitado o infinito. Sin embargo, una nocin fundamental que ha puesto de manifiesto Trives, y que es el germen de la nocin de esquema en el estructuralismo, es el tipo sintagmtico latente saussureano. Trives, en su relectura de Saussure (1979: 166-169), seala que si bien Saussure hace situar la frase en el habla, debido a la libertad de combinaciones permitidas, lo que supone un nmero de frases tendentes a infinito, ste distingue entre frase y sintagma, aplicndose la nocin de sintagma no slo a las palabras, sino a las unidades complejas de cualquier dimensin y especie aspectos stos que permiten especular a Trives con la previsin de la nocin de texto en Saussure, siendo la frase el tipo de ocurrencia por excelencia del sintagma; y si bien ste, por su libertad, pertenece al habla, sera preciso cuestionarse si todos los sintagmas son igualmente libres. En este sentido, es preciso recordar cmo Saussure atribuye a la lengua, y no al habla, todos los tipos de sintagmas construidos bajo formas regulares. Estas reglas se conciben como grupos de signos, masas organizadas que son ellas mismas signos lo que se aplica, evidentemente, a sintagmas y frases de todo tipo, y a textos, como ha subrayado Trives, retenindose en la memoria tipos de sintagmas ms o menos complejos que pueden ser actualizados en cualquier momento. Estos aspectos, por ejemplo, han sido puestos de manifiesto por Trives en la nocin de esquema predicactancial, como elemento determinante de las funciones y papeles oracionales (1979: 192 y ss.). Y esta nocin de esquema con13An as, Rastier seala explcitamente que los semas no son conceptos de la teora, sino objetos lingsticos cuya existencia puede ser probada experimentalmente (Rastier, 1987a; 33). Sin embargo, su utilidad descriptivo-funcional no supone su naturaleza sustancial.

distintas denominaciones ha sido comn en el estructuralismo y distinguida de la multiplicidad oracional14. Es por ello que no sea necesario partir de las precisiones de Fonagy y Fillmore de que los lenguajes quizs sean menos creativos y ms formulsticos de lo que hasta ahora se haba credo (Kiefer, 1985: 288) frmula adoptada en la actualidad por la GC, pues en el estructuralismo europeo, claro estaba asumido desde hace tiempo la distincin entre esquema y oracin, oracin y expresin, etc., para dar cuenta de la infinita variedad oracional frente a los tipos de esquemas en que se pueden insertar estas unidades complejas. V. Bez, por ejemplo (1988: 98), continuando con la distincin tradicinal entre oracin en tanto que unidad abstracta del sistema, y expresin que es formada en cada comunicacin, seala que si bien el nmero de expresiones es tendente a infinito, el nmero de esquemas oracionales es registrable. Estos esquemas predicactanciales, que constan de un ncleo predicativo, es decir, de un ncleo que establece la relacin entre la lengua y la realidad extralingstica, pueden regir una serie de variables intralingsticas del tipo alguien, algo, etc., es decir, funciones semnticas, casos profundos, papeles temticos, etc., y son limitados, ya que son especficos de cada lengua. El esquema se entender como una invariante (Trujillo, 1979: 226 y ss.), es decir, como una estructura formada por determinadas magnitudes semnticas abstractas y por determinadas funciones, tambin abstractas, establecidas entre dichas magnitudes. Cuando una estructura se oponga diferencialmente a la de otros esquemas de la misma lengua funcional, podremos hablar de un esquema perfectamente delimitado. As pues, es la posibilidad de establecer tipos de relaciones sintctico-semnticas delimitados, no susceptibles de ser admitidas por otro esquema invariante diferente, lo que determina el carcter invariante de los esquemas. La multitud de ocurrencias que actualizan las expresiones, se pueden entender como variantes de la invariante, es decir, sern variantes todas las modificaciones que no alteran las relaciones y magnitudes que definen diferencialmente un esquema. Desde el momento en que los esquemas predicactanciales sintcticosemnticos son dependientes de los esquemas lgico-semnticos o conceptuales, estamos reconociendo como har la GC que las unidades en este caso complejas son caracterizadas segn modelos cognitivos idealizados.14Ya Alarcos, por ejemplo, nos deca que el problema de transitividad dependa de la estructura del predicado, es decir, del esquema predicactancial. Ms claro todava es Gili Gaya (1976: 7) al sealar que la estructura general de la frase se atiene a patrones, moldes ideales o esquemas expresivos, es decir, frmulas de organizacin aprendidas que aplicamos analgicamente a las nuevas formaciones, siendo el hbito el encargado de fijar dichos esquemas en la conciencia. Verdaderamente, la propuesta de Gili Gaya, en este sentido, puede entenderse totalmente paralela, aunque previa, a la postura cognitiva.

As pues, el carcter no constructivo del estructuralismo y de la Gramtica Cognitiva en modo alguno supone deslindarse de la actividad del lenguaje, constantemente creacin, simplemente se apuesta epistemolgicamente por la distincin entre invariantes metodolgicas, y usos o variaciones que se reconocen en las invariantes, dejando la capacidad creativa al hablante, pero previendo tambin la posibilidad de descripcin de la multiplicidad de usos.

2.2. Simbolismo. Uno de los presupuestos generales de los que partimos es que el lenguaje es de naturaleza simblica siguiendo a Langacker, 1987a15. El hombre hace uso de un conjunto de signos o expresiones lingsticas cada una de las cuales asocia una representacin semntica y una representacin fonolgica. Pero esta concepcin del lenguaje como de naturaleza simblica afecta, segn Langacker, no slo al lxico, sino tambin a la gramtica: tanto las estructuras morfolgicas como las sintcticas son inherentemente simblicas16: la gramtica es simplemente la estructuracin y simbolizacin del contenido semntico17. Desde la naturaleza simblica del lenguaje se deduce la importancia de la significacin para todos los aspectos lingsticos. La significacin es lo que hace al lenguaje ser lo que es, y el analista que lo ignore y concentre sus esfuerzos nicamente en la forma, empobrece grandemente la natural y necesaria temtica de la disciplina, y, en ltima instancia, distorsiona el carcter de los fenmenos descritos. La gramtica misma es inherentemente simblica y, por ello, significativa; por ejemplo, la integracin fonolgica de alimaa y -ero para formar una palabra, simboliza su integracin semntica para producir una estructura semntica compuesta. Entonces, no tiene mucho sentido separar un componente gramatical y otro semntico, al igual que no lo tiene el dividir el diccionario en dos componentes, uno que recoja las formas lxicas y otro que recoja las significaciones. Las estructuras sintcticas son simblicamente significativas: gramtica y significacin no pueden estar separadas; cualquier construccin sintctica debe ser considerada a la luz de la significacin que nos aporta, y cualquier variacin en la construccin implica algn cambio en la significacin, pudiendo comprenderse la significacin como funcin discursiva, informacin pragmtica o nfasis, o como el contenido15E. Cassirer funda su filosofa del lenguaje sobre la caracterizacin del lenguaje como actividad simblica. 16El concepto de iconicidad desarrollado principalmente por Haiman en diversos trabajos puede verse asociado inclusivamentebajo este presupuesto.

17En palabras de Wierzbicka (1991: 16), el lenguaje es un sistema integrado en el que cualquier cosa suministra significacin, es el instrumento con el que se crea la significacin (1992: 215).

que el diccionario da a cada una de las palabras (Winters, 1990). En realidad estas palabras no representan nada nuevo para la tradicin lingstica europea, al menos, pues la idea del signo integrado por dos planos, expresin y contenido, podemos rastrearla en la historia de la lingstica, e incluso la dialctica forma-sustancia, que magistralmente articulara la glosemtica, tambin viene de antiguo, y su papel en una consideracin cognitiva del lenguaje es muy importante, como tendremos oportunidad de mostrar en su momento. Recordemos simplemente, a propsito de la simbolizacin, que cada categora verbal tiene un particular modo de significar, en el sentido de que la forma de estructuracin del contenido semntico puede ser muy diversa. De igual manera, las relaciones sintcticas van a depender, en ltimo trmino, del contenido semntico de las unidades puestas en ordenacin. En este sentido, entonces, es en el que podemos sealar que la gramtica es la estructuracin y simbolizacin del contenido semntico, puesto que su funcin ser la de formalizar el contenido semntico en los distintos niveles de la jerarqua lingstica: texto, oracin, lexema, etc. Debido a que la funcin del lenguaje es establecer correspondencias entre significados y sonidos, parece posible reducir la gramtica a relaciones simblicas (Langacker, 1991a: 525): los lexemas poseen un conjunto bsico de lazos simblicos entre estructuras semnticas y fonolgicas, que estn basados en capacidades fonticas y conceptuales que son en algn grado independientes del lenguaje, pero la gramtica no tiene un contenido gramatical separado anlogo al contenido conceptual y fontico de las expresiones lingsticas. Parece por ello poco plausible que la gramtica constituya una entidad cognitiva autnoma o distinta, y que sea ms natural la nocin de unas estructuras gramaticales como simples expresiones esquematizadas, siendo simblicas por ello de naturaleza y formando una gradacin con el lexicn a lo largo de parmetros de especificidad y complejidad simblica. Por ello el contenido de las estructuras gramaticales es indistinguible del de las expresiones que esquematizan.

2.3. Lengua y cognicin. Un presupuesto general del que partimos es que el lenguaje es parte integral de la cognicin humana; no consideraremos por tanto la idea de que el lenguaje posee un mdulo especial o una facultad innata. En principio no tenemos razones vlidas para anticipar una dicotoma entre capacidad lingstica y otros aspectos del procesamiento cognitivo. Algunos lingistas tienden a negar esta conexin, y tratan de describir el lenguaje como una entidad casi matemtica, que puede ser estudiada sin considerar su funcin comunicativa, pero esto se

concibe como una desnaturalizacin del objeto, pues los procesos cognitivos lingsticos estn inexorablemente unidos a la organizacin de la informacin en la memoria humana y a los procesos del procesamiento, siendo sta precisamente la razn de por qu el procesamiento del lenguaje es tan difcil (Lehnert, 1979: 79). Evidentemente la Gramtica Universal de Chomsky tiene un carcter cognitivo, pero porque forma parte del equipamiento biolgico de los humanos (Rastier, 1991a: 53 y ss.): para asegurar la universalidad y limitar las variaciones culturales que podan afectar a las lenguas, las GU recurren a dos postulados: a) la lengua es nica y homognea, por ello puede ser representada mediante un clculo; b) la autonoma, lo que supone que, en tanto sistema simblico, puede ser separada de su contorno sociocultural y antropolgico. Para solventar esta dificultad se ha acudido a la oposicin gramatical/lexical: el centro de la lingstica se encontrara en la descripcin de las categoras gramaticales de las lenguas, que dependeran de una semntica independiente de los dominios de aplicacin, mientras que el lxico dependera de una semntica extrnseca. Por otro lado, esta oposicin merece ser relativizada, pues hay un continuo entre ellas, palpable adems diacrnicamente18. Esta misma oposicin ha llegado a rechazar el lxico de la gramtica: no siendo apenas formalizable, se despreci en las GU, que prefieren considerar los contenidos lxicos como variables a usar en un momento dado a pesar de que el contenido lxico determina gran parte de la combinatoria sintctica del lexema. As pues, los dos postulados tienden a desocializar las lenguas, y son actualizados por todo tipo de decisiones metodolgicas a priori (Rastier, 1991a: 55 y 56): rechazo a establecer un corpus, rechazo a considerar el contexto. Ello ha tenido graves consecuencias epistemolgicas, especialmente si consideramos que la lingstica es la nica de las disciplinas cognitivas dependiente de las ciencias sociales. Tanto Montague como Chomsky, por ejemplo, han instaurado la lingstica como rama de las matemticas, o de la psicologa, y, en definitiva, de la biologa: el universalismo postula un fundamento biolgico. Este postulado reposa en la idea de que el lenguaje es una facultad y a cada facultad corresponde un rgano. Como el lenguaje (mental) es considerado un proceso cognitivo, su papel llega a ser central; por su mediacin se puede comunicar lo computacional y lo biolgico (Rastier, 1991a: 226-228). El carcter natural de la facultad del lenguaje no va en detrimento del carcter cultural de las lenguas. De igual forma, la universalidad del equipamiento perceptivo no permite negar la hiptesis de que factores culturales estn en juego en la percepcin, ni que entre esos factores culturales figuran factores lingsticos. Pero si la semntica o la lingstica es una disciplina psicolgica, la18Cf. por ejemplo J. L. Cifuentes, 1989: 151-158.

significacin no debe ser estudiada aisladamente de otras capacidades cognitivas humanas, sino que debe ser considerada segn su funcin psicolgica bsica, es decir, como una de las herramientas cognitivas bsicas de la mente humana19. La utilizacin de procesos imaginativos (modelos metafricos y metonmicos) en la vida cotidiana, es decir, en el lenguaje, en el pensamiento y en la accin es buena prueba de ello (Lakoff & Johnson, 1986). Razn e imaginacin no son dos capacidades radicalmente distintas, sino ms bien nuestra racionalidad es imaginativa (Johnson, 1992: 357)20. En este sentido, una teora integrada de semntica y pragmtica conduce a la conclusin de que todo el lenguaje, en alguna forma, es metafrico (Schank, Birnbaum & Mey, 1985: 324). Los procesos de comprensin del lenguaje literal y del lenguaje metafrico son muy similares (Langacker, 1988a: 43; 1987a: 39). La Gramtica Cognitiva no acepta la distincin significado propio/figurado (Langacker, 1988a: 43): ni la anterioridad histrica, ni el carcter usual o no marcado estilsticamente, ni su relacin con lo concreto frente a la transferencia figurada abstracta, ni la anterioridad lgica, parecen criterios slidos para establecer la hiptesis de que el sentido propio sea primero en relacin al figurado, aunque se pueden encontrar autores para sostener la posibilidad inversa (Savary, 1984: 128-139): no es la palabra la que pasa de un sentido propio a otro figurado, de uno concreto a otro abstracto, es su contexto el que cambia. La propuesta de Trujillo (1988) tambin parece negar esta posibilidad de distincin; as, diferencia entre significado e interpretaciones, de forma que el signo posee un significado nico, inefable, pero invariable en todos los usos del signo, por muy alejados y extraos que parezcan sus referentes, de forma que aunque una expresin no la podamos interpretar siempre tiene significado. Y ello es as porque el significado es uno, y muchos los usos contextuales y sus sentidos: el signifcado no es un concepto, es una forma de contenido que se mantiene en todas las aplicaciones de un signo; el concepto, para Trujillo, es una abstraccin formada a partir de las cosas, una sntesis lgica que identifica lo dado, por ello el significado es anterior a cualquier interpretacin, seala lo posible, lo dable. La idea de concebir sentidos figurados a partir de los propios procede de entender el significado desde una perspectiva intelectual que identifica significado concepto.19Kempson (1989) ha cuestionado algunos principios bsicos de la GU dentro del paradigma de la Reccin y el Ligamientosealando su vinculacin con restricciones cognitivas generales concretamente con el concepto de relevancia, pero no ha concluido drsticamente postulando la interaccin entre GU y facultades cognitivas generales, sino que su respuesta intenta ser eclctica al respecto, sealando que algunos casos prueban esa interaccin y otros no. Quien s seala la vinculacin aunque no especficamente dentro de la RL es Hudson (1992), al mostrar la similitud formal de las estructuras sintcticas, semnticas y cognitivas, mediante la existencia en los tres niveles de un mismo tipo de esquema estructural: el esquema de elevacin.

20El carcter imaginativo y experiencial-corporal de nuestros conceptos tiene una importante implicacin epistemolgica(Johnson, 1992: 353): niega la existencia de una razn universal pura, de unos conceptos fundamentales absolutos dados a priori, y de cualquier mtodo puro para obtener conocimiento. Pero esto no significa que no pueda haber universales cognitivos ni que estemos abocados a un relativismo o subjetivismo

Sin adentrarnos ahora en la problemtica de la concepcin del significado en Trujillo, lo que hemos querido sealar es simplemente que no hay sentidos privilegiados lingsticamente sobre otros. Y este mismo aspecto queda explicado en la concepcin del semema en Greimas, al distinguir entre una figura smica y la base contextual, una base contextual que en cada manifestacin discursiva se actualiza con unos rasgos u otros, lo que posibilita, describe y explica cualquier tipo de uso de una unidad lxica. El lenguaje utiliza nuestro aparato cognitivo general: organizamos nuestro conocimiento por medio de estructuras llamadas modelos cognitivos idealizados, y las estructuras de categoras y los efectos de prototipos son productos de esa organizacin. Por otro lado, la inevitable interrelacin texto-contexto a que el planteamiento anterior conduce, nos lleva a la consecuencia de negar la tesis autonomista del lenguaje21. Adems, Talmy (1988) nos ha demostrado claramente cmo la estructuracin especificada gramaticalmente parece corresponder en algunas de sus funciones y caractersticas, con la estructuracin en otros dominios cognitivos tales como la percepcin visual, la inferencia o la memoria22. En concreto, quizs el principal punto en comn entre los dominios cognitivos es el suministrar coherencia conceptual, es decir, actuar como un medio para integrar y unificar un cuerpo de material conceptual disperso. En el lenguaje y en la visin, esta funcin fundamental tiene tres principales formas globales de realizacin: la coherencia a travs de un inventario conceptual, la coherencia dentro de una escena, y la coherencia a travs del tiempo (1988: 195-196). Las especificaciones gramaticales aportan coherencia principalmente por constituir una clasificacin de una gran variedad de material concebido y percibido. Los elementos gramaticales de cualquier oracin particular especifican la estructura de la representacin cognitiva evocada por una oracin. Sus especificaciones actan como un esquema a travs del cual el material contenido puede ser extendido o cubierto. Tal estructuracin es necesaria para que una cantidad dispar de material de contenido sea capaz de suministrar coherencia de forma sensible, y por ello posibilita el reconocimiento simultneo como una gestalt. Es decir, sin tal estructuracin no slo el inventario de conceptos accesibles para la expresin en una lengua llega a ser menos coherente, sino que cualquier seleccin de tales conceptos usualmente yuxtapuestos por una oracin tiende a ser slo una coleccin de elementos, en vez de que los elementos21Garrido establece una porpuesta muy similar, desde el momento en que mantiene la necesidad de un contexto de construccin en tanto que informacin necesaria no explicitada imprescindible para la combinacin de unidades, con lo que la lengua construye representaciones cognitivas con otros conocimientos de la situacin enunciativa y general, por ejemplo. El ejemplo que utiliza es muy aleccionador (1992: 195): el orden de palabras, fenmeno sintctico, est determinado por elementos presuposicionales, y stos, a su vez, por conocimientos acerca de la interaccin conversacional y, en general, comunicativa. 22Por contra, Fodor (1989) ha intentado argir a favor de la modularidad en la percepcin.

conjuntados suministren una idea integrada o un pensamiento complejo23. Por otro lado, la estructuracin gramatical de la coherencia conceptual a travs del tiempo constituye un continuo cognitivo que es mantenido a travs de este flujo, y una gestalt coherente es suministrada al tiempo (Talmy, 1988; 196-197). La principal funcin de la estructura de proveer coherencia parece algo comn al dominio cognitivo de la lengua y de la percepcin visual, y las tres formas globales de coherencia del lenguaje corresponden a formas comparables en la operacin de visin: 1) porque la percepcin de cualquier objeto particular es mediada por su asociacin con los objetos relacionados en un esquema para que ese tipo, y el conjunto de tales esquemas, constituya un sistema clasificatorio (Neisser, 1967). Este funcionamiento es paralelo a la funcin clasificatoria de la estructura lingstica a travs del inventario conceptual de una lengua; 2) hay un paralelismo entre la coherencia lingstica dentro de una escena referencial y la coherencia visual dentro de una escena perceptiva. La mezcla confusa de23En Teora del Texto ha sido lugar comn definir la coherencia como una de las caractersticas fundamentales de un texto, lo que convierte un mensaje verbal en texto (Bernrdez, 1982: 156). Es por ello que Beaugrande & Dressler (1984: 13-29) incorporen la coherencia como una de las condiciones que deben ser satisfechas por el texto para conseguir su valor comunicativo: la coherencia viene entendida como la funcin mediante la cual los componentes del mundo textual entendido como la configuracin de conceptos y relaciones subyacentes al texto de superficie son accesibles y relevantes. Un texto produce sentido porque es una continuidad de sentido en el interior del saber en el sentido de Coseriu activado con las expresiones textuales. La continuidad del sentido, es decir, la isotopa, es el fundamento de la coherencia, la cual representa (Beaugrande & Dressler, 1984: 122) tanto el acceso recproco, como la relevancia, tambin recproca, entre una combinacin de conceptos y relaciones. La coherencia de un texto, por tanto, como seala M. E. Conte (1981: 17), no es independiente del contexto pragmtico en el cual el texto viene producido y percibido, no es independiente por ello de factores como enunciador, enunciatario, tiempo y lugar del discurso. Estos aspectos tambin dan cuenta del porqu de lo extralingstico y discursivo en el esquema de las isosemias de Trives, al igual que la necesidad que tenemos de acogernos a factores contextuales en la esquematizacin del signo lingstico, de ah la nocin de episema (Ramn Trives, 1982); y por ello que el mismo Trives llegue a sealar que la estructura del texto necesita del corrector de la estructura del mundo o contextualidad para situarse en sus autnticas coordenas existenciales (Ramn Trives, 1979: 313). Adems, para Tonfoni (1987), la coherencia es una estrategia de produccin textual, que debe venir evaluada en referencia a una serie de parmetros complejos constituidos por los distintos elementos de la interaccin comunicativa, en el mbito de la cual se verifica la produccin y recepcin de un determinado texto lingstico. Es decir, se tratara de un modelo de coherencia textual basado en la teora de los MCI; un modelo as es un modelo dinmico, no siendo la coherencia una condicin textual que existe de por s en el texto, sino, sobre todo, un recorrido proyectado sobre el texto, que se realiza en el proceder dinmico de las secuencias textuales. As pues, la coherencia debe buscarse en las estructuras profundas del texto, las cuales sern concebidas fundamentalmente como pragmticas: la nica posibilidad de definir el texto est en la intencin del hablante (Ramn Trives, 1979; 1980), criterio estrictamente pragmtico; las consideraciones sintcticas y semnticas intervendrn ms tarde. La coherencia pues, corresponde a un proceso prelingstico que parte de la intencin comunicativa. sta se desarrollar en un plan textual o macroestructura que llegar a manifestarse verbalmente por medio de determinadas operaciones. La coherencia depende estrechamente de la intencin comunicativa, al verse inserta en el plan global o macroestructura que sirve de expansin de las intenciones comunicativas (Bernrdez, 1982). En consecuencia, un texto llega a ser coherente y a reflejarse superficialmente en una sucesin lineal de unidades lingsticas cohesionadas, debido a la existencia de un plan global o macroestructura previo a la articulacin. Sin embargo, no puede decirse que la coherencia corresponda exclusivamente a lo pragmtico, aunque aqu tenga sus cimientos; para que un texto sea coherente (Bernrdez, 1982: 161) no basta con que la intencin lo sea con el contexto y el plan global con la intencin y en su interior mismo, sino que es necesario que se mantenga y restructure a travs de todo el proceso que conduce a lo superficial. Las macroestructuras semntica y pragmtica debe correr paralelas en la produccin, regulacin e interpretacin: en la actividad comunicativa debemos hacer que el enunciatario sepa qu acto de habla principal se realiza, y, al mismo tiempo, cul es el contenido global de la asercin, promesa, etc. (van Dijk, 1980: 344). La coherencia es una propiedad del texto, pero es tambin un proceso, proceso que culminar en la cohesin sintctica de la manifestacin textual; y ello en una perspectiva onomasiolgica, ya que desde una perspectiva semasiolgica la cohesin viene interpretada como el descubrimiento de la coherencia por el oyente (Bernrdez, 1982: 162).

sensaciones pticas registradas en cualquier momento desde alguna escena visual conjunta es hecha coherente por la percepcin de delineaciones estructurales que corren a travs de l; 3) se puede observar el paralelismo entre la coherencia a travs del tiempo en el discurso lingstico y en la percepcin visual (Talmy, 1988: 198-199). Es razonable asumir que, junto a los paralelismos lengua-visin en la estructuracin global, un nmero de rasgos de estructuracin particulares se emparejen en los dos dominios. Quizs la mayora de las categoras conceptuales especificadas gramaticalmente correspondan a factores de estructuracin en la percepcin visual. As, los sistemas lingsticos de confeccin de imagen para la organizacin conceptual parecen corresponder a los mismos sistemas de la organizacin visual (Talmy, 1988: 199). Tambin se pueden aducir otros paralelismos: el carcter topolgico de las especificaciones gramaticales puede tener algn paralelismo con el carcter de las delineaciones percibidas en una escena, o la estructura interna de una figura, o el plano de un camino a ser seguido a travs de obstculos. Como otro paralelo, la capacidad de las especificaciones gramaticales para considerar una dentro de otra, y formar estructuracin incorporada, parece corresponder a la estructuracin incorporada dentro de una escena visual (Talmy, 1988: 199). Desde otra perspectiva, hay varias prominentes categoras lingsticas de funcin estructural poco parecidas con la percepcin visual. Son ejemplos el estatuto de realidad, tal y como es inflexionado por el modo, el estatuto de conocimiento expresado por los evidenciales, etc. Mientras el lenguaje parece no compartir estas categoras de estructuracin conceptual con la percepcin visual, puede hacerlo con otros dominios cognitivos. Entonces, el estatuto de conocimiento de categoras de clase cerrada que distingue nociones tales como conocido como hecho, inferido, deducido y probable, estn estrechamente relacionados con parmetros bsicos de nuestra facultad de razonamiento. Y, significativamente, ciertas categoras conceptuales en el lenguaje tienen una estructuracin aparentemente similar con los modelos conceptuales que forman parte de nuestra ms amplia facultad de conceptualizacin. Por ejemplo, Talmy ha demostrado que la manera en que el lenguaje estructura sus conceptos de causa y fuerza corre paralela a la estructuracin conceptual de la fsica ingenua y de la fsica medieval, difiriendo los tres de la fsica moderna (Talmy, 1988: 200). El resultado de todo esto es la posibilidad de un ncleo fundamental para la estructura conceptual que es comn a todos los dominios cognitivos, pero que cada dominio tiene rasgos de estructuracin, y quizs tambin funciones para ello, que no son mostradas por otros (Talmy, 1988: 200). El aprendizaje de la lengua especializa zonas del lenguaje (Rastier, 1991a: 231-237): el nio no nace equipado de un rgano del lenguaje que espera ser

regulado. Por un lado este rgano no tiene localizacin determinada, y, por otro, los modos de cooperacin entre las zonas lingsticas y los hemisferios son, sin duda, en gran parte adquiridos (1991a: 231). Al concebirse el lenguaje como un medio de adquirir conocimientos, sera preciso establecer que los medios de adquirir los conocimientos deben preexistir a la experiencia sensible (Rastier, 1991a: 233-236). Si Leibniz fundaba ello en un entendimiento divino, los conceptualistas lo hacen en una tesis biolgica, pero reiteran la misma afirmacin fundamental de que el entendimiento no puede provenir de la experiencia. El lenguaje ser considerado entonces como un reflejo del entendimiento, lo que supone separarlo de l y ponerlo al abrigo de la experiencia. De ah la reduccin de lo lingstico a lo formal y la asimilacin de lo semntico con un nivel conceptual independiente de las lenguas. En efecto, como lo semntico no puede ser modulado debe separarse del lenguaje. Por contra, Rastier plantea (1991a: 236) que el nio aprende cualquier lengua, cualquier sistema de signos, provisto de l queda apto para el intercambio. Pero que la disposicin al aprendizaje sea innata no implica una gramtica universal gentica24. Lejos de estar dispuestos en los genes que nicamente nos permiten aprender lenguas los universales lingsticos no seran ms que formaciones histricas contingentes, no innatas, sino adquiridas. En principio, toda teora de la adquisicin del lenguaje admite una parte de innatismo, que residira en la estructura del sistema nervioso central, siendo la originalidad de Chomsky postular unos procesos de adquisicin distintos, altamente especficos y directamente situados a disposicin del organismo para la adquisicin de diferentes dominios de la cognicin (Vandeloise, 1991: 77-78). Contra esta perspectiva se levant, entre otros, Piaget25: para l, el nio adquiere sus conocimientos elevndose por niveles de una etapa a otra, cada estructura ofrece ms posibilidades de eleccin que la precedente. A causa del entorno en el que vivimos, estas relaciones son necesarias y similares para todos los individuos, pero no estn preprogramadas. Por otro lado, aunque se admitiera la existencia de un programa altamente especificado inscrito en los genes quedara por explicar cmo se ha creado ese programa. La teora de Chomsky tambin ha sido criticada desde otros puntos de vista (Vandeloise, 1991: 79-80): se ha juzgado, por un lado, que sobrestima la complejidad de las reglas lingsticas; por otro lado, que subestima la pujanza de la funcin de aprendizaje que conduce del estado de conocimieno innato al estado24En cuanto al paralelismo implcito establecido por Chomsky entre su hiptesis biolgica y sus investigaciones lingsticas, tiene una de sus bases en la ilusoria creencia de que la gramtica estructuralmente ms simple sea, en consecuencia, la gramtica ms simple a asimilar por un hipottico rgano lingstico (Vandeloise, 1991: 80). 25Jackendoff (1992: 60) ha establecido la teora de la metfora de Lakoff como una realizacin de la teora de la epistemologa gentica de Piaget.

estacionario final. En lo concerniente a la especificidad de las reglas lingsticas, es exagerada, puesto que Chomsky articula unas estructuras sintcticas independientemente de las palabras que las componen. Pero, al depender gran parte de la combinatoria sintctica del significado de los lexemas, se admitir que la distincin entre dos conjuntos separados de reglas es, o bien una exposicin cmoda, o una distincin engaosa26. Distintos resultados experimentales indican que la comprehensin del lenguaje en sus diferentes aspectos es un proceso activo, constructivo (Geeraerts, 1985a: 203-207): la comprehensin por el nio de las palabras y oraciones se determina por su conocimiento preliminar del mundo. La concepcin del mundo influye en la reaccin a las formas lingsticas. Si estas observaciones muestran que existe un desarrollo cognitivo autnomo en el nio que precede a su adquisicin de las formas lingsticas, y determina su uso, sera errneo, sin embargo, concluir que la adquisicin del lenguaje se genera de forma sencilla a partir del desarrollo cognitivo del nio. En primer lugar, aprender una lengua no slo depende de las tcnicas cognitivas adquiridas por el nio, sino tambin de la complejidad intrnseca de las formas lingsticas que deben ser aprendidas. En segundo lugar, el nio puede aprender sinnimos y otras expresiones lingsticas con el mismo contenido semntico o funcional en diferentes momentos en su desarrollo cognitivo. En tercer lugar, en casos extraos, se conocen nios con un desarrollo cognitivo normal que no son capaces de aprender una lengua. Todos estos argumentos pueden ser aducidos para la conjetura de que el desarrollo lingstico no slo consiste en el desarrollo cognitivo, sino que tambin estimula a ste ltimo. Esta influencia de la adquisicin del lenguaje puede ser situada en dos campos estrechamente relacionados: diferencias en el desarrollo conceptual, y la simbolizacin de los conceptos (Geeraerts, 1985a: 204-205). Resultados experimentales confirman la hiptesis de que la adquisicin del lenguaje puede ayudar al desarrollo de las tcnicas cognitivas, especialmente donde las actividades conceptuales de alto nivel estn en juego (Geeraerts, 1985a: 206). En su conjunto, entonces, la hiptesis de que el desarrollo cognitivo es primario en relacin a la adquisicin del lenguaje tiene que ser suplida con la tesis de que la adquisicin del lenguaje puede estimular el desarrollo de la cognicin,26La unanimidad sobre la naturaleza, estructura y principios de los procesos del desarrollo cognitivo y lingstico, y sobre la manera en que estos componentes se interaccionan, est lejos de lograrse. Las principales teoras al respecto son las siguientes: a) la hiptesis del innatismo del lenguaje y de su independencia en relacin a las otras estructuras cognitivas; b) la hiptesis de las fuentes sensoriomotrices comunes a la cognicin y al lenguaje, y en la que, en el curso del desarrollo ulterior, la cognicin sumira un papel conductor en relacin al lenguaje. Estas son las posiciones respectivas de Chomsky y Piaget (Piatelli-Palmarini, 1979); c) la hiptesis del origen del lenguaje en la interaccin social, y, ms concretamente, en la comunicacin preverbal del nio en el uso de esta interaccin (Bruner puede ser considerado un fiel representante de esta teora). Estas concepciones diferentes probablemente no deben ser vistas como mutuamente excluyentes, sino ms bien como estrategias complementarias por el nio en diferentes contextos de adquisicin para elaborar las asociaciones entre unidades conceptuales y formas fnicas.

especialmente en sus niveles ms altos. Desde un punto de vista cognitivo, el aspecto ms importante de esta situacin es que la adquisicin del lenguaje no es un proceso separado, sino que est integrado en el proceso general del desarrollo cognitivo27, por un lado porque est en amplia medida basado en el conocimiento conceptual adquirido, y, por otro, porque estimula la adquisicin de conceptos de orden alto y de comportamiento de orden alto. Este ltimo punto es especialmente importante: debido a que el papel cognitivo del lenguaje no consiste en la construccin de un sistema conceptual lingstico autnomo, sino slo en la reorganizacin y la extensin del sistema conceptual siempre presente, la tesis cognitiva de que el conocimiento del mundo y el conocimiento de los significados lingsticos no puede ser separado se confirma. Aprender los significados de las palabras no es algo autnomo, ni un proceso separado, sino que es un aspecto del desarrollo interaccional general. Si se admite que la adquisicin del lenguaje y el desarrollo cognitivo son difcilmente separables, entonces se sustenta la idea de que los aspectos semnticos y enciclopdicos estn integrados y son idnticos (Geeraerts, 1985a: 44). Pero quizs como seala Hudson (1985: 285-287) la ms clara y fcil evidencia de la relacin entre las estructuras lingsticas y las estructuras cognitivas generales sea la idea de la valencia semntica, donde se comprueba claramente la conexin entre la estructura argumental y la estructura de su correspondiente esquema conceptual. La especificidad de la cognicin humana reside, pues, en el papel constituyente de los intercambio semiticos. Reconocer que la lingstica es una ciencia social es permitir a las investigaciones cognitivas tratar la dimensin social de la cognicin humana, pudiendo ser una de sus misiones la interaccin de lo biolgico y lo social (Rastier, 1991a: 56). El fundamento de la universalidad era naturalmente la lgica, conforme a la tesis aristotlica de que las bases conceptuales son iguales para todo el mundo, y al principio que hace de la lgica la ciencia de las relaciones entre los conceptos (Rastier, 1991a: 57). Para Rastier (1991a: 60) o bien las investigaciones cognitivas se apartan de las ciencias sociales, no pudiendo articular nada nuevo sobre las lenguas, o bien se integran en ellas, reconociendo la dimensin social no slo de los conocimientos, sino de la cognicin, admitiendo por ello las bases hermenuticas y fenomenolgicas. La representacin del conocimiento es menos una materia de relaciones27Desde la perspectiva de la adquisicin de segundas lenguas tambin se est cuestionando el poder explicativo de la perspectiva chomskyana, admitindose, prudentemente, que junto a los procesos de formacin de reglas tambin hay aspectos no lingsticos conversacionales, por ejemplo que construyen la interlengua, sealando, por tanto, su interaccin (Hutch, 1983: 187; Sato, 1986: 44). Por ello, como concluyen Larsen-Freeman & Long (1991: 73), no es de extraar que cuando en las investigaciones sobre adquisicin de segundas lenguas se sobrepasa la competencia choskyana, llegndose a una competencia comunicativa, debamos aadir otro tipo de explicaciones a las chomskyanas referentes a la adquisicin.

entre smbolos y mundo, que un asunto de las relaciones entre un intrprete, conocimiento acumulado y finalidades, smbolos y un mundo. Es decir, no son tanto los aspectos extensionales de los smbolos lo que debe ser estudiado, sino los aspectos intensionales, cognitivos y pragmticos, y el uso contextual de los smbolos por medio de un intrprete inteligente (Metzing, 1981: 329). Una propuesta bsica en GC es que el conocimiento existente influye en la construccin y almacenaje del nuevo conocimiento, lo cual se organizar mediante la teora de los MCI. Esta teora es fenomenolgica en sus aspectos filosficos (Geeraerts, 1985a: 13-14): su concepcin de que el conocimiento es determinado por la interaccin sinttica de la actividad cognitiva del sujeto congnoscente y los resultados del objeto conocido, corrresponde con la visin fenomenolgica de que sujeto y objeto estn constitutivamente presentes en su encuentro cognitivo28. Esta visin tambin muestra un cierto estructuralismo en la medida en que concibe el conocimiento como siendo organizado en estructuras que influyen en la construccin del nuevo conocimiento precisamente por su tendencia hacia esa permanencia estructural. La percepcin en general es un proceso activo de verificacin de hiptesis acerca de los estmulos, adaptados a los modelos de la hiptesis de que son derivados. Evidentemente esta perspectiva est vinculada con la psicologa de la gestalt (Geeraerts, 1985a: 190-191), al pretender esta ltima que la totalidad del fenmeno percibido no es lo mismo que la suma de sus partes; la percepcin del conjunto influencia la percepcin de las partes. Sin embargo, la psicologa de la gestalt no puede ser igualada enteramente con la GC, en particular porque otorga muy poca atencin a la naturaleza funcional de la totalizacin de experiencia. La conjetura anterior de que el conocimiento dado tiene una funcin anticipatoria con vistas a nuevas experiencias puede entenderse (Geeraerts, 1985a: 191-192) como un correlato dinmico de la visin esttica del conocimiento incorporada en GC; la organizacin esquemtica del conocimiento refleja el papel mediador dinmico de los conceptos dados, lo cual puede especificarse de varias maneras: 1) la organizacin esquemtica implica la incorporacin de nuevos datos en estructuras existentes; as, los conceptos organizados prototpicamente pueden incorporar marginalmente matices desviados. 2) Si nuevas experiencias son modificadas en funcin de los esquemas existentes, stos ltimos funcionan como modelos para la interpretacin de lo nuevo, con lo que los esquemas son ejemplos flexibles que contienen expectativas con vistas a nuevas experiencias. 3) Los esquemas funcionan como gestalts debido a su funcin anticipadora. Los mismos estmulos no necesitan ser experimentados de la misma manera en todas las28Uno de los aspectos ms estudiados en GC ha sido la espacialidad lingstica, poniendo claramente de manifiesto la visin fenomenolgica (Vid. J. L.Cifuentes, 1989).

circunstancias, ya que pueden ser interpretados en funcin de diferentes expectativas. 4) La estabilidad estructural de los esquemas es resultado de su flexibilidad para acomodar nuevas experiencias. 5) El desarrollo cognitivo parece ser un proceso integrado constituido por la sntesis de los estmulos experienciales y las estructuras mentales dadas (esquemas de expectativas internas). Las teoras psicolgicas actuales acentan el hecho de que la adquisicin, as como el uso del conocimiento, es un proceso integrado en el que la experiencia as como su asimilacin activa tienen parte. Geeraerts (1985a: 198-199) presentar una serie de resultados experimentales que indican que la comprehensin del lenguaje es un proceso activo, y que esta asimilacin activa puede verse influida por la informacin dada, intuiciones explcitas, esquemas de expectativas, u otros tipos de perspectivas. As pues, las teoras universales reducen la triple diversidad de las lenguas a fenmenos inesenciales, relativos a las caractersticas esenciales del lenguaje. La restriccin del objeto se acompaa de un cambio en el estatuto epistemolgico de la lingstica: de ciencia social pasa a depender de las ciencias de la naturaleza o de las matemticas. La reduccin del objeto permite sobrestimar sus regularidades: las teoras universalistas anulan las diferencias culturales y constituyen la forma suprema del etnocentrismo (Rastier, 1991a: 64-65). De ah la necesidad sealada por Rastier de un proyecto interdisciplinar que emplazara la lingstica en una semitica, cultural o textual29. Las semejanzas ente la propuesta hermenutica y fenomenolgica de Rastier, y los fundamentos de una Gramtica Cognitiva basada en el realismo experiencial sern evidentes.

2.4. Naturalidad. Otro presupuesto general que recogemos es una cierta naturalidad en el anlisis lingstico (Langacker, 1987a: cap. I)30. Condideraremos una descripcin natural en la medida en que se ocupe de los datos en sus propios trminos, con una visin completa de la riqueza, sutileza y complejidad caracterstica de los fenmenos lingsticos. Por contra, una descripcin lingstica ser artificial en la medida en que se ocupe de los datos de una manera que fuerce su organizacin intrnseca, aunque ello pueda ser conveniente para el analista. La artificialidad29Propuesta en principio similar a la sealada por Sgall-Hajicov-Panenov (1986: 27) de la necesidad de una integracin de la lingstica en las ciencias emergentes de la comunicacin y cognicin, y en una teora de la accin, pese a que dichos autores lo apliquen a las pretensiones de la lingstica generativa. 30En paralelo, por ejemplo, con Coseriu (1978: 19), al sealar que la gramtica (metalingstica) debe poseer un