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P iensa en la situación más estresante de tu vida. Te aseguro que de inmediato comienzas a recrear en tu mente las sensaciones del corazón acelerado, la boca seca, la tensión, el bloqueo mental, en fin, efectos que todos conocemos de sobra. Sólo que esto es sólo una parte de la historia. Lo que comúnmente denominamos “estrés”, ya sea físico o psicológico y emocional, cambia cientos de proce- sos biológicos y crea sustancias químicas inflamatorias que dañan el ADN y aceleran el envejecimiento, tanto del cerebro como del cuerpo. El primer tipo de estrés contribuye al deterioro de la memoria y el segundo al de todos los órganos. Si bien el estrés puede ser el resultado no tanto de las situaciones sino de cómo las percibimos, así como de un consumo elevado de azúcar, vivir preocupado, tener ansiedad constante o no dormir lo suficiente, el hecho es que se instala en cada una de nuestras células y disminu- ye el prospecto y la calidad de vida. Los efectos negativos del estrés se comprobaron en un estudio realizado por el doctor Ed Parks, fun- dador de Recharge Biomedical, en 2004, en el que a dos grupos de mamás se les midió el tamaño de los te- lómeros (las puntas que protegen a los cromosomas y que representan un reloj biológico interno). El primer grupo estaba compuesto por madres con niños con en- fermedades crónicas, expuestas a un estrés constante, y el segundo incluía a mamás de niños sanos con meno- res niveles de estrés. En dicho estudio se encontró que los telómeros de las mamás que vivían con estrés constante eran dramá- ticamente más cortos -lo que equivalía a cerca de 10 años menos de vida-, que los de las mamás de los niños sanos. Incluso, estudios posteriores sugirieron que los teló- meros de las personas cuyo trabajo es muy estresante o Gaby Vargas / / / / Twitter: @gaby_vargas GENIO Y FIGURA Mente tranquila, cuerpo activo que las lleva al punto del agotamiento, se acortan progre- sivamente aún más. “Sin embargo, en otro estudio que hicimos -comenta el doctor Parks-, las mujeres que tra- bajaban medio tiempo o estaban retiradas, tenían teló- meros más largos y eso sugiere que los telómeros pueden llegar a recuperarse del estrés crónico”. Ahora, ¿qué es el estrés crónico? El problema es que el estilo de vida de hoy en día nos lleva a vivirlo pero con frecuencia lo pasamos por debajo del radar. Ya no nos damos cuenta de que aún sin tener un problema concre- to -como el de las mamás en el experimento-, vivimos altamente estresados. Basta con rumiar en la mente pensamientos estresantes para que se eleven los niveles de cortisol y fluya una cascada negativa a nivel biológico. Lo peor es que en segundos la mente ¡se va!, ya sea a problemas actuales o de otro momento, tiempo y lugar. Vuela a la agenda apretada, a la urgencia, a la lista de co- sas por hacer; y ni hablar de cuando estamos en estados de ansiedad, sufrimiento, trauma o depresión: rumiamos, rumiamos y rumiamos. La buena noticia es que nuestras células de inmedia- to saben distinguir cuando tomamos medidas para com- pensar lo anterior. Una mente tranquila y un cuerpo ac- tivo son dos ingredientes que nuestras células aman. De acuerdo con el estudio The Longevity Project, realizado por la Universidad de Stanford, la meditación y el mind- fulness -es decir, vivir el presente con la atención activa-, han demostrado tener efectos benéficos en la expresión de los genes y en la homeostasis. Meditar también es algo que activa la enzima telome- rasa, lo que algunos investigadores creen que alenta el crecimiento de los telómeros. Algo muy importante es evitar estar sentado todo el día y mantener el cuerpo ac- tivo, esto puede ser más importante que tener una rutina de ejercicio extenuante. Basta con rumiar en la mente pensamientos estresantes para que se eleven los niveles de cortisol y fluya una cascada negativa a nivel biológico. Lo peor es que en segundos la mente ¡se va! SIGLO NUEVO 23 OPINIÓN

Gaby Vargas Twitter: @gaby vargas Mente tranquila, cuerpo activo › sup › siglon › 08 › 246 › 21... · 2015-11-21 · Gaby Vargas // Twitter:@gaby_vargas GENIO Y FIGURA Mente

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P iensa en la situación más estresante de tu vida. Te aseguro que de inmediato comienzas a recrear en tu mente las sensaciones del corazón acelerado, la

boca seca, la tensión, el bloqueo mental, en fi n, efectos que todos conocemos de sobra. Sólo que esto es sólo una parte de la historia.

Lo que comúnmente denominamos “estrés”, ya sea físico o psicológico y emocional, cambia cientos de proce-sos biológicos y crea sustancias químicas infl amatorias que dañan el ADN y aceleran el envejecimiento, tanto del cerebro como del cuerpo. El primer tipo de estrés contribuye al deterioro de la memoria y el segundo al de todos los órganos.

Si bien el estrés puede ser el resultado no tanto de las situaciones sino de cómo las percibimos, así como de un consumo elevado de azúcar, vivir preocupado, tener ansiedad constante o no dormir lo sufi ciente, el hecho es que se instala en cada una de nuestras células y disminu-ye el prospecto y la calidad de vida.

Los efectos negativos del estrés se comprobaron en un estudio realizado por el doctor Ed Parks, fun-dador de Recharge Biomedical, en 2004, en el que a dos grupos de mamás se les midió el tamaño de los te-lómeros (las puntas que protegen a los cromosomas y que representan un reloj biológico interno). El primer grupo estaba compuesto por madres con niños con en-fermedades crónicas, expuestas a un estrés constante, y el segundo incluía a mamás de niños sanos con meno-res niveles de estrés.

En dicho estudio se encontró que los telómeros de las mamás que vivían con estrés constante eran dramá-ticamente más cortos -lo que equivalía a cerca de 10 años menos de vida-, que los de las mamás de los niños sanos.

Incluso, estudios posteriores sugirieron que los teló-meros de las personas cuyo trabajo es muy estresante o

Gaby Vargas ///// / / Twitter:@gaby_vargas

GENIO Y FIGURA GENIO Y FIGURA

Mente tranquila,cuerpo activoMente tranquila,cuerpo activoMente tranquila,

que las lleva al punto del agotamiento, se acortan progre-sivamente aún más. “Sin embargo, en otro estudio que hicimos -comenta el doctor Parks-, las mujeres que tra-bajaban medio tiempo o estaban retiradas, tenían teló-meros más largos y eso sugiere que los telómeros pueden llegar a recuperarse del estrés crónico”.

Ahora, ¿qué es el estrés crónico? El problema es que el estilo de vida de hoy en día nos lleva a vivirlo pero con frecuencia lo pasamos por debajo del radar. Ya no nos damos cuenta de que aún sin tener un problema concre-to -como el de las mamás en el experimento-, vivimos altamente estresados. Basta con rumiar en la mente pensamientos estresantes para que se eleven los niveles de cortisol y fl uya una cascada negativa a nivel biológico. Lo peor es que en segundos la mente ¡se va!, ya sea a problemas actuales o de otro momento, tiempo y lugar. Vuela a la agenda apretada, a la urgencia, a la lista de co-sas por hacer; y ni hablar de cuando estamos en estados de ansiedad, sufrimiento, trauma o depresión: rumiamos, rumiamos y rumiamos.

La buena noticia es que nuestras células de inmedia-to saben distinguir cuando tomamos medidas para com-pensar lo anterior. Una mente tranquila y un cuerpo ac-tivo son dos ingredientes que nuestras células aman. De acuerdo con el estudio The Longevity Project, realizado por la Universidad de Stanford, la meditación y el mind-fulness -es decir, vivir el presente con la atención activa-, han demostrado tener efectos benéfi cos en la expresión de los genes y en la homeostasis.

Meditar también es algo que activa la enzima telome-rasa, lo que algunos investigadores creen que alenta el crecimiento de los telómeros. Algo muy importante es evitar estar sentado todo el día y mantener el cuerpo ac-tivo, esto puede ser más importante que tener una rutina de ejercicio extenuante.

Basta con rumiar en la mente pensamientos estresantes para que se eleven los niveles de cortisol y fl uya una cascada negativa a nivel biológico. Lo peor es que en segundos la mente ¡se va!

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