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Fuego, Poder y Fe Rituales, cotidianidades y sensibilidades en el Cementerio Central de Bogotá Blanca Nubia Villalba Torres Universidad Distrital Francisco José de Caldas Facultad de Artes ASAB Maestría en Estudios Artísticos Bogotá, 2018

Fuego, Poder y Fe Rituales, cotidianidades y ...repository.udistrital.edu.co/bitstream/11349/13192/... · El texto en latín escrito por Gonzalo Jiménez de Quesada “Esperamos la

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  • Fuego, Poder y Fe

    Rituales, cotidianidades y sensibilidades en el Cementerio Central de Bogotá

    Blanca Nubia Villalba Torres

    Universidad Distrital Francisco José de Caldas

    Facultad de Artes ASAB

    Maestría en Estudios Artísticos

    Bogotá, 2018

  • II

    Fuego, Poder y Fe

    Rituales, cotidianidades y sensibilidades en el Cementerio Central de Bogotá

    Blanca Nubia Villalba Torres

    Trabajo de grado presentado como requisito para optar al título de:

    Magíster en Estudios Artísticos

    Director:

    Juan Fernando Cáceres

    Línea de Investigación:

    Escrituras Artísticas y Goces Transdiscursivos

    Universidad Distrital Francisco José de Caldas

    Facultad de Artes ASAB

    Bogotá, Colombia

    2018

  • III

    Dedicado a mi madre, por

    haberme acompañado, protegido, aconsejado y

    apoyado, en los momentos más importantes de

    mi vida.

  • IV

    Agradecimientos

    A mi Dios y padre celestial Jehová, por su poder, protección y provisión. Sin su

    acompañamiento hubiera sido imposible presentar este Trabajo de grado.

    A mi director del Trabajo de grado, maestro Juan Fernando Cáceres, el consejero no sólo

    académico sino también al paciente y considerado mentor durante este largo proceso de

    reconstrucción del texto; sin su apoyo y confianza no habría sido posible reiniciar este camino.

    A la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, a la Facultad de Artes ASAB y a la

    Maestría en Estudios Artísticos por el tiempo que me concedieron para llevar a buen término

    esta investigación.

    A las directivas de la UAESP, quienes me autorizaron la entrada al Cementerio Central de

    Bogotá, para que pudiera grabar, realizar entrevistas y tomar fotografías. Así mismo a la

    administración del cementerio y vigilantes.

    En lo personal a la Maestra Claudia Mondragón, por tener paciencia y consideración para la

    entrega de este Trabajo de Grado.

    Para mi querida hermana Amparito, por estar siempre a mi lado apoyándome y siendo la

    mejor hermana del mundo.

  • V

    Resumen

    El Cementerio Central de Bogotá se constituyó durante la presente investigación en un

    laboratorio de conocimientos. Desde el mismo momento en que se cruza el umbral, las

    posibilidades que brinda este espacio sagrado son innumerables: el patrimonio material con

    piezas escultóricas traídas de los principales talleres europeos y el patrimonio inmaterial, que lo

    constituye la ritualidad que se realiza cada lunes en torno a los dos más visitados beatos

    populares erigidos por sus propios creyentes, como son Leo Siegfried Kopp y Julio Garavito

    Armero, quienes se constituyeron en los benefactores de sus devotos.

    Las creencias que se advierten vienen en aumento cada lunes, lo mismo que el número de

    creyentes que se apostan al lado de cada monumento buscando afianzar la amistad y lograr la

    comunicación en su ritual semanal con su santo. Las ofrendas y compromisos deben ser

    cumplidos para lograr que la petición sea escuchada.

    Los creyentes de cada uno de los santos populares han creado sus propios colectivos, uno se ha

    constituido en el mismo cementerio por la cotidianidad que representa los días lunes por ser de

    gran devoción, el otro en el Barrio Santa Fe, debido a que son diferentes los roles de cada uno,

    pero apuntan en un mismo sentido, en que su visita semanal se convierte en una presencia

    perenne.

    Palabras clave: Colectivo, ritualidad, creencia, presencia y perenne.

  • VI

    SUBMIT

    The Bogota Central Cemetery was built during the present investigation in a Knowledge

    laboratory. Since same moment that you cross the threshold the possibilities that offers this

    sacred space are many, the material patrimony with sculptures brought them from highest

    workshops of Europe, and the immaterial patrimony it is constituted, the rituality, that it is

    practised each Monday and that it concerns with the two popular most visited saints, erected by

    their owns devotees, as they were Leo Siegfried Kopp and Julio Garavito Armero who were

    established in the benefactors of their devotees.

    The beliefs that are noticed are increasing each Monday, same as numbers of devotees that

    placed behind each monument looking to reinforced friendship and accurate communication in

    their weakly ritual with their own saint. The offerings and commitments must be fulfilled to

    ensure that the petition is heard.

    The devotees of each of one of the popular saints have created their own collective, one of it has

    been constituted in the cemetery itself due to Monday’s representation of great devotion, the

    other one it is at Barrio Santa Fe, resulting both with diverse roles, although they point at the

    same sense, in which their weekly visit it converted in a perennial presence.

    Keyword: Collective, rituality, belief, presence and perennial.

  • VII

    RESUMÉ

    Le Cimetière Centrale à Bogotá a été constitué pendant la présente enquête dans un laboratoire

    de connaissances. A partir du moment où le seuil est franchi les possibilités offertes par cet

    espace sacré sont innombrables, le patrimoine matériel avec des pièces sculpturales issues des

    principaux ateliers européens et le patrimoine immatériel est le rituel qui se déroule chaque lundi

    autour des deux beats les plus visités bénis populaires érigés par leurs propres croyants comme

    ils sont : Leo Siegfried Kopp et Lulio Garavito Armero, qui sont devenu les bienfaiteurs de leurs

    dévots.

    Des croyances qui se remarquent bien à l´augmentation tous les lundis comme le nombre des

    croyants qui se tiennent à côté de chaque monument cherchant à renforcer l'amitié et à atteindre

    la communication dans leur rituel chaque semaine avec son sainte. Les offres et les engagements

    doivent être respectés pour que la pétition soit entendue.

    Les croyants de chacun des saints populaires ont créé leurs propres collectifs, un a été constitué

    dans le même cimetière pour la vie quotidienne qui représente les jours de lundi pour être d'une

    grande dévotion, l'autre dans le quartier de Santa Fe, car les rôles de chacun sont différents, mais

    ils pointent dans la même direction, c'est que votre visite hebdomadaire devient une présence

    vivace.

    Mots-clés: Collectif, rituel, croyance, présence et vivace.

  • VIII

    Contenido

    Introducción ............................................................................................................................... 1

    Estado del Arte ....................................................................................................................... 3

    Problema del Trabajo ............................................................................................................. 5

    Enfoque Metodológico ........................................................................................................... 6

    Capítulo I .................................................................................................................................. 10

    De intramuros en las Iglesias, a extramuros en el Cementerio Central de Bogotá .................. 10

    Historia y Regulación ............................................................................................................... 10

    Antecedentes en la regulación y construcción del Cementerio Central de Bogotá .............. 10

    Diálogo entre definiciones del término Cementerio. ....................................................... 10

    La muerte. ........................................................................................................................ 15

    Precedentes para la Construcción del primer Cementerio Católico en Santafé. ............. 16

    El Cementerio de Santafé en el contexto Colonial Español. ............................................ 19

    Diferencias sociales en la colonia ........................................................................................ 25

    Formación y Estratificación. ............................................................................................ 25

    Disposiciones locales para la construcción del segundo Cementerio General de Bogotá ... 28

    Transición del nombre de Cementerio General al de Cementerio Central. ..................... 31

    La Iglesia llega a la Necrópolis ............................................................................................ 35

    Concordato y construcción de la capilla del Cementerio Central de Bogotá. .................. 35

    Cambios sustanciales en la administración del Cementerio Central de Bogotá. ............. 38

    Renovación de la portada del Cementerio Central de Bogotá ......................................... 40

    Ubicación del Cementerio Central de Bogotá .................................................................. 41

    Cementerio Central como Espacio Sagrado ......................................................................... 43

    Capítulo II ................................................................................................................................ 46

    La Violencia como Elemento Transformador del Cementerio Central de Bogotá .................. 46

    El día más impactante en el Cementerio Central de Bogotá. ........................................... 49

  • IX

    Entre la Religión y la Superstición. .................................................................................. 53

    De la Religión a la Superstición ........................................................................................... 55

    El Cementerio Central de Bogotá como escenario de Ritualidad ........................................ 57

    Salomé la Primera N. N., que Subvierte el Área Elíptica del Cementerio Central de

    Bogotá. .................................................................................................................................. 57

    .......................................................................................................................................... 57

    Capítulo III ............................................................................................................................... 61

    El Cementerio Central de Bogotá como escenario de Ritualidad ............................................ 61

    Las variaciones del mito en la ritualidad .............................................................................. 62

    ºResignificación del ritual en el Cementerio Central de Bogotá .......................................... 63

    El símbolo como eje de comunicación. ............................................................................ 64

    El Ritual ............................................................................................................................... 65

    La Estructura Semántica del Símbolo. ............................................................................. 66

    Liminalidad. ..................................................................................................................... 66

    Communitas. .................................................................................................................... 67

    Santos populares Leo Kopp y Julio Garavito. .................................................................. 68

    Leo Siegfried Kopp .............................................................................................................. 69

    Creencias. ......................................................................................................................... 72

    Julio Garavito Armero .......................................................................................................... 74

    Creencias. ......................................................................................................................... 76

    La Estesis Mediadora del Rito ............................................................................................. 78

    Registro Léxico ................................................................................................................ 79

    Registro Acústico. ............................................................................................................ 79

    El ritual en Leo Kopp ........................................................................................................... 80

    Análisis Estésico. ............................................................................................................. 81

  • X

    Julio Garavito: El Señor del Billete Azul ............................................................................. 84

    Encuentro esperado. ......................................................................................................... 85

    El ritual en el monumento de Garavito. ........................................................................... 89

    Análisis Estésico. ............................................................................................................. 91

    Registro Léxico. ................................................................................................................ 91

    Registro Escópico. ............................................................................................................ 93

    Presencia Perenne ................................................................................................................. 94

    Capítulo IV ............................................................................................................................... 97

    Ensayo Visual ........................................................................................................................... 97

    Capítulo V ................................................................................................................................ 99

    Epílogo ..................................................................................................................................... 99

    Bibliografía ............................................................................................................................ 102

    Tabla de Figuras ..................................................................................................................... 106

  • 1

    Introducción

    Figura 1 Figura. 1 Cronos dios del tiempo

    Después de diez años de producirse la primera visita al cementerio para llevar a cabo una

    investigación histórica, me encuentro escribiendo esta introducción. El tiempo transcurrido me

    permitió el contacto con el universo de la muerte de diferentes maneras, sin que la vida misma y

    la experimentación me hayan privado del dolor de haber dejado a seres amados en este lugar.

    La explicación del porqué inicie la introducción de este Trabajo de grado incluyendo la

    fotografía de Cronos el Dios del Tiempo, ha sido el encontrar la representación simbólica de la

    muerte a manera de hombre al ingreso del Cementerio Central de Bogotá, dando la bienvenida a

    los que llegan realzando su posición de protector de la necrópolis. Desde el mismo momento en

    que fue instalada esta pieza escultórica, se hizo necesario describir los elementos que hacen parte

    del conjunto funerario que el autor apropio.

    Esta pieza se encuentra coronando la portada en posición de espera, recostado sobre el

    mundo, con el brazo derecho apoyado sobre un reloj de arena que representa la caída perpetua

    del tiempo y el encuentro inexorable de la vida con la muerte. El brazo izquierdo sostiene una

  • 2

    guadaña, símbolo de la cosecha de la nueva esperanza de renacimiento (Escovar Alberto, 2010,

    pág. 304). La alegoría dice que Cronos:

    “espera pacientemente que el reloj de arena marque la hora de cada uno de los mortales para que con su

    guadaña recoja las almas de los que llegan de tránsito al cementerio para darles la bienvenida”.

    Una vez examinada la portada, se observa como consta de dos elementos: escultura

    alegórica y frase en latín, cánones propios del emblema.

    El texto en latín escrito por Gonzalo Jiménez de Quesada “Esperamos la resurrección de los

    muertos”, este emblema es concordante con mis creencias religiosas.

    Como manifesté anteriormente, años atrás tuve el primer acercamiento con el Cementerio

    Central de Bogotá donde se consideraron los temas de historia y simbología haciéndose

    necesario llevar a la práctica las indagaciones por medio de trabajo de campo, con el propósito

    de que posteriormente se depurara la información y estar documentada para dirigir los recorridos

    temáticos los días lunes en la noche en el Cementerio Central de Bogotá. Haber tenido que

    acudir a bastantes fuentes históricas de la ciudad, incidió para que optara por profundizar más

    sobre la necrópolis, aprovechando que es el único museo patrimonial al aíre libre de la ciudad y,

    también, estudiar el programa de Maestría en Estudios Artísticos de la Universidad Distrital

    Francisco José de Caldas.

    A partir de la información estudiada, decidí tratar el tema sobre el ritual, propuesta que

    requería integrar, además de los objetos rituales, el contexto histórico que correspondía a la base

    y fundamento para la construcción del culto religioso que se practica por parte de los creyentes a

    fin de materializar el trato con su santo popular. El hecho de subvertir el espacio sagrado de las

    elites bogotanas por parte de colectivos que se han apoderado de este lugar, ha permitido que

    cada día el cementerio se sature de toda clase de creencias advenedizas, alterando las costumbres

    religiosas y transformando el modo de percibir a la muerte.

    Entonces corroboré que la violencia desatada en la regiones produjo la migración a la

    ciudad, factor que fue fundamental para difundir las creencias religiosas a través de tradición

    oral, convirtiendo al cementerio en espacio sagrado y centro de ritualidad los días lunes en torno

    al culto a los difuntos, especialmente a los por ellos erigidos como santos populares.

  • 3

    Además de acercar estas prácticas del rito, éste Trabajo de grado muestra la forma como los

    colectivos organizados en el Cementerio Central de Bogotá, utiliza y objetan algunos símbolos y

    creencias católicas formulando sus preceptos, su escatología y rituales. Profundizar en la

    transformación que han tenido las costumbres funerarias y específicamente en las creencias que

    se practican en el Cementerio Central de Bogotá los últimos sesenta años, hizo que se realizara

    este Trabajo de grado al que denominé “Fuego, Poder y Fe“. Este título se fundamentó en los

    principales elementos y valores que se manifiestan en los rituales.

    En este sentido, es significativo resaltar al fuego como el elemento purificador que utilizan

    los devotos en el monumento de Garavito. Derramando licor encima de las velas a fin de

    intensificar la llama y lograr que el santo popular irradie el poder necesario sobre los presentes

    para concederles trabajo y de esta forma ganar el dinero indispensable de la semana. En este

    apartado se hace necesario establecer qué tanta fe depositan los devotos de esos santos populares

    y qué misterio encierra el ritual a los difuntos en el cementerio que conduce a los creyentes a

    estar perennemente al lado de su santo popular. Esta pregunta ha de persistir durante todo el

    proceso del presente Trabajo de grado.

    Estado del Arte

    Para abordar esta investigación se hizo necesario reseñar algunos textos que en los últimos

    veinte años han coadyuvado a ampliar el horizonte en el campo de los rituales en Colombia y,

    más específicamente en la ciudad de Bogotá. Estos autores han aportado y despejado muchas

    dudas que se presentan alrededor de las creencias religiosas. Ellos han de estar incluidos en la

    bibliografía y serán mencionados durante el presente estudio y por ser artífices recientes los

    cuales a continuación citaremos.

    Siguiendo con el hilo cronológico el libro Testadores y Afinados de la historiadora Ana Luz

    Rodríguez González. A través de esta publicación se da a conocer sobre la forma como se

    desarrollaban los funerales, el contexto religioso, social y sanitario en la Santa Fe.

    A partir de la documentación de Enrique Ortega Ricaurte es que el arquitecto Alberto

    Escovar W., elaboró el artículo titulado El Cementerio Central de Bogotá y los primeros

  • 4

    cementerios católicos de Colombia, y se constituyó en la base para la publicación años después

    del libro Guía del Cementerio Central de Bogotá. Elipse Central.

    Antropología de la Inhumanidad escrito por María Victoria Uribe. Después de 20 años de

    investigación esta Antropóloga describe la violencia que ocurrió en las regiones colombianas.

    Este documento fue publicado en el año 2004 y corresponde a una publicación esclarecedora de

    las causas y procedimientos de ejecución que se realizaron en los campos de Colombia.

    En el artículo sobre la Historia de la Cerveza, el ingeniero Ricardo Plano Danais, efectúa la

    cronología de las cervecerías que han existido en Colombia, destacando al industrial Leo Kopp

    como fundador de la cervecería Bavaria, quien da comienzo a la industria cervecera moderna del

    país adquiriendo para tal efecto el lote donde se edificaría la fábrica el 4 de abril de 1889. Años

    subsiguientes a su muerte se constituiría en uno de los santos populares más visitados en el

    Cementerio Central de Bogotá.

    Con el título Prácticas Estéticas e Identidades Sociales - Prosaica 2, publicación realizada

    en 2006 por la maestra Katya Mandoki, se desarrolla las identidades colectivas de gente del

    común, como una manera de explorar las interacciones sociales. Incorporar este libro fue

    fundamental para el Trabajo de grado por las acciones que se realizan en el Cementerio Central

    de Bogotá al momento de ejecutar el ritual.

    La publicación de Adriana María Álzate Echeverri, cuyo título Suciedad y Orden

    Reformas sanitarias borbónicas en la Nueva Granada concede la importancia de su estudio en lo

    referente a la salubridad en los campos de salud, del conflicto creado alrededor de la chicha y

    muy valioso como fue la investigación sobre el cementerio de Occidente o la pepita.

    El Antropólogo Carles Salazar, publicó en 2014 el libro Antropología de las Creencias, un

    texto muy significativo para el presente Trabajo de grado, por cuanto en su publicación da cuenta

    de la mirada que se debe dar al credo religioso y no tomar una posición de censura sobre los

    dogmas de las personas.

  • 5

    Problema del Trabajo

    Este Trabajo de grado tiene origen en un contenido religioso: el término cementerio posee

    un significado para los habitantes del país como espacio en el que confluyen las creencias, los

    rituales y la fe, lo que vienen a constituirlo en un sitio sagrado: un lugar diferente al que

    usualmente solemos estar dentro del cotidiano, pero que es compartido con el resto de la

    población en algún momento de nuestra vida.

    Sin embargo, surge la pregunta ¿qué misterio encierra el ritual a los difuntos en el

    cementerio que conduce a los creyentes a estar perennemente al lado de su santo popular? La

    creencia religiosa adquirida por tradición oral. Si bien la problemática social puede ser un factor

    decisivo que induce a las personas a creer en dioses, o espíritus, es la aceptación a las doctrinas

    trasmitidas por un saber incorporado por los colectivos que comparten su conocimiento,

    permitiendo un cambio en el oferente que lo altera transformándolo en un ser sumiso a dicho

    poder.

    Los iniciados en los rituales suelen estar acompañados de devotos pertenecientes a

    colectivos ya constituidos que enseñan cómo realizar el rito. El ritual es actuado utilizando al

    cuerpo que es el cimiento de la estesis, definida como la exposición del individuo al mundo,

    donde la subjetividad manifiesta su condición de identidad colectiva, que corresponde a la

    representación del sujeto, se forma en la familia, la etnia o religión. Es decir, ciudadano y

    comunidades vienen a afirmar identidades, pertenencia y legitimidad institucional y social.

    La investigación realizada en el Cementerio Central de Bogotá fue desarrollada con el

    propósito de mostrar el ritual que se presenta todos los días lunes en torno a los monumentos de

    Julio Garavito y Leo Kopp y las implicaciones socioestéticas que estas conllevan. La realización

    del trabajo de grado surge de la necesidad que ha evidenciado la academia sobre el tema de la

    ritualidad en inmuebles que como en este caso ha sido declarado Monumento Nacional, y que

    envuelve en su interior parte de la riqueza del patrimonio material e inmaterial del país.

    Esta investigación es pertinente en el aspecto personal, en virtud a que durante años he

    estado asistiendo al Cementerio Central de Bogotá a partir de una experiencia profundamente

    triste y estrictamente personal. A raíz de la pérdida de un ser querido, cuyos restos reposan allí,

  • 6

    este espacio que inspiraba miedo y rechazo a causa de los relatos que lo asociaban con las

    prácticas para hacer daño a la gente, pasó a convertirse en un lugar de descubrimiento y

    encuentro con sus sonoridades, su plástica y su poética particulares. Las visitas cotidianas y la

    posterior dirección de recorridos temáticos en este museo - asociados a una práctica laboral en el

    Instituto para la Economía Social (IPES) -, permitieron un acercamiento más afectivo y

    respetuoso, tanto con el lugar como con sus habitantes permanentes y ocasionales.

    Este trabajo de grado se realiza con el propósito de plantear un avance de la forma de

    descubrir el ritual no como la teatralización de creencias atrasadas e irracionales, sino una nueva

    manera de ver al rito como actos religiosos, los cuales corresponden a realidades de colectivos en

    el que la ritualidad es dinámica y se renueva adaptándose a los procesos de cambio que le plantea

    la sociedad postmoderna. Este estudio contribuye socialmente al mostrar que los ritos, de hecho,

    son formas sociales que se resisten a desaparecer por constituirse en elementos sustanciales de

    las comunidades que los emplean. La ritualidad ha cambiado de contexto circulando de los

    campos a la ciudad, ha evolucionado, pero continúan con sus funciones fundamentales para los

    colectivos que los utilizan.

    Esta investigación ha sido crítica respecto a la conservación patrimonial que se ha dado al

    Cementerio Central de Bogotá por parte de los entes distritales como el Instituto Distrital de

    Patrimonio y nacionales el Ministerio de Cultura. El descuido en que se encuentra este inmueble

    ha permitido que vándalos hayan saqueado la mayoría de los monumentos del Área Elíptica

    aprovechado la omisión institucional. Es lamentable que no haya una política que se interese en

    el patrimonio no desde el escritorio, sino que nombren un ciudadano que conozca los bienes que

    posee la ciudad y el estado de preservación para que actúe a favor de ella.

    Enfoque Metodológico

    Clifford Geertz plantea la forma como deben abordarse los fenómenos estudiados por las

    ciencias sociales en su libro Conocimiento Local, donde manifiesta que “no se expresa mediante

    leyes como la de Boyle, o en fuerzas como la de Volta, o a través de mecanismos como el de

    Darwin, sino por medio de construcciones como las de Burckhardt, Weber o Freud: análisis

    sistemáticos del mundo conceptual en el que viven los condottiere, los calvinistas o los

    paranoicos” (Geertz, Conocimiento local, 1994, pág. 34). Pretende dar mayor importancia a los

  • 7

    procesos sociales, mediante charlas que generen mayor producción de significados porque:” La

    investigación se centra en los casos o en conjuntos de casos, y en las características particulares

    que los distinguen “Geertz (1994).

    Para desarrollar este proceso, Geertz propone tres formas analógicas para abordar los temas

    sociales, los cuales se han de ubicar dependiendo del caso planteado, en primera instancia, se

    tomaría como si fueran juegos como forma paradigmática de la vida, como representaciones

    teatrales y como textos tomados como la compartimentación de la filología. De estos tres

    enfoques el investigador determinará cuál ha de convenir como objeto de la investigación que

    lleva según el caso. De estos tres enfoques para el avance del presente Trabajo de grado, he

    tomado la segunda opción propuesta por Geertz, asumiendo la ritualidad como teatro. Y es que la

    ritualidad refuerza los tradicionales vínculos sociales entre individuos, fortaleciendo la estructura

    social. En el cementerio, los días lunes es común encontrar a colectivos de personas que realizan

    toda serie de rituales al frente de alguno de los monumentos que han sido beatificados por ellos

    mismos, pero también cada persona ejecuta su ritual de manera particular en el que dramatiza la

    intención de establecer una relación más íntima con su santo popular.

    En el Cementerio Central de Bogotá se presentan intervenciones estesicas realizadas por

    colectividades que no buscan legitimar acciones escénicas, pero que sí contribuyen a representar

    imaginarios y deseos colectivos que representan. El arte y el ritual son generados en zonas de

    liminidad donde rigen procesos de mutación, de crisis y de importantes cambios (Turner, 1988,

    p. 58). En la necrópolis los días lunes el rito se hace extensivo al colectivo representando

    comportamientos religiosos reales y simbólicos que definen su condición social.

    Geertz en su publicación Interpretación de la Cultura afirma:

    “Uno de los principales problemas metodológicos que se presentan al escribir

    científicamente sobre religión es el de hacer a un lado tanto el tono de los ateos de aldea como de

    los predicadores de aldea, así como sus más refinados equivalentes, a fin de que las

    implicaciones sociales y psicológicas de determinadas creencias religiosas puedan emerger a una

    luz clara y neutra”. (Geertz, La Interpretación de las Culturas, 1973, págs. 115, 116).

  • 8

    La interpretación metodológica que se desprende señala el hecho que las metodologías

    científicas pasarían de lado la interpretación de las creencias religiosas, la ritualidad, la religión o

    el ritual como repetición de actos fundadores que se realizan en un espacio como el Cementerio

    Central de Bogotá, por cuanto en este caso no se puede dar respuesta a si una afirmación o

    negación es falsa o verdadera, “se trata de las limitaciones que impone la perspectiva científica”

    Geertz (1973).

    En la publicación de Michel de Certeau Relatos de Espacio realiza una aproximación a las

    realidades históricas, en ella afirma:

    “La historia comienza al ras del suelo, con los pasos. Son el número, pero un número que no

    forma una serie. No se puede contar porque cada una de sus unidades pertenece a lo cualitativo:

    un estilo de aprehensión táctil y de apropiación cinética. Su hormigueo es un innumerable

    conjunto de singularidades. Las variedades de pasos son hechuras de espacios. Tejen los lugares”

    (Certeau, 2007, pág. 86)

    Las visitas que se realizan los días lunes están llenas de pasos que se organizan para celebrar

    los rituales a los santos populares en donde confluyen la creencia y la fe. Para legitimar el éxito

    de la petición, “se trata de una fundación de espacio a las acciones que se van a emprender, crea

    un campo que le sirve de base y de teatro” Certeau (2007).

    Para lograr captar la expresión de la persona al ejecutar el ritual que realiza en el

    cementerio, se hizo necesaria la elaboración de un ensayo visual como instrumento esencial para

    la perceptibilidad de quien referencia a las fuentes. En este campo audiovisual, se tomó la

    precaución de identificar continuidades y discontinuidades en las tomas realizadas a las personas

    al momento de realizar su ritual. En este apartado se aclara que todas las tomas se realizaron con

    autorización de las personas captadas por la lente. Este ensayo visual es un documento

    fundamental del presente Trabajo de grado.

    Ahora bien, de acuerdo con la propuesta metodológica de Clifford Geertz, “(no existe otro

    verbo apropiado) es, como dice Becker, una forma de construir un texto, un modo de reunir

    símbolos para construir una expresión. Para construirla, para comprender no sólo lo que

  • 9

    significa, sino cómo significa, se requiere, según Becker nos dice, una nueva filología” Geertz

    (1983).

    Estructura del Texto

    El presente documento fue realizado teniendo un orden cronológico de los hechos que

    tuvieron una marcada incidencia en la creación del cementerio y los procesos y transformación

    que ha tenido a través del tiempo. Se hace necesario recurrir a la historia desde el mismo

    momento en que piso tierra americana la colonia española acompañada de los clérigos de la

    iglesia católica, quienes desde el inicio de la evangelización trajeron consigo todo un conjunto de

    ritos que intimidaron a la población en cuanto al destino del alma

    En el primer capítulo se circunscribe el concepto de cementerio, la forma como la sociedad

    abordo el término de enterramiento intramuros, creación del cementerio y la primera persona que

    subvierte el espacio de la sociedad santafereña.

    En segundo capítulo se centró en la violencia y como el cementerio fue el sitio elegido por

    el desplazamiento para tomárselo y convertirlo en espacio de ritualidad.

    El tercer capítulo, lo dejo para hablar de los dos principales santos populares Leo Kopp y

    Julio Garavito Armero, que son objeto de ritualidad y fe, lo mismo el análisis que se realiza

    mirándolo desde la estesis.

    El cuarto capítulo, corresponde al ensayo visual.

    El quinto capítulo, corresponde al epílogo

    Los temas abordados en los capítulos III y IV, corresponden a los hechos más significativos

    para esta investigación teniendo en cuenta que es allí que se centra la problemática de este

    Trabajo de grado.

  • 10

    Capítulo I

    De intramuros en las Iglesias, a extramuros en el Cementerio Central de Bogotá

    Historia y Regulación

    Antecedentes en la regulación y construcción del Cementerio Central de Bogotá

    El presente capítulo examina la configuración del campo conceptual y actual del término

    “cementerio”, visto por el cuerpo social como un lugar totalmente diferente a otros espacios,

    pero que por su misma connotación de sitio de muerte hace vinculante a toda una sociedad que

    siempre se va a relacionar con esta construcción. En la conferencia Des Espaces en 1964

    Foucault habló por primera vez de las utopías de lugar y de no lugar, posteriormente en 1984 la

    revista Architecture, mouvement, continuite publicó estudios que apoyaron la creación de la

    ciencia que Foucault denominó heterotopología.

    La heterotopología basa sus estudios en clasificar los espacios como diferentes o espacios de

    no lugar denominándolos heterotopías. Esta ciencia comprende seis principios, El segundo

    principio de esta descripción de las heterotopías es que, en el curso de su historia, una sociedad

    puede hacer funcionar de una forma muy diferente una heterotopía que existe y que no ha dejado

    de existir; en efecto, cada heterotopía tiene un funcionamiento preciso y determinado en la

    sociedad, y la misma heterotopía puede, según la sincronía, de la cultura en la que se encuentra,

    tener un funcionamiento u otro.

    Foucault realizó un resumen en el que da a conocer las modificaciones sociohistóricas que

    tuvo la necrópolis, al que finalmente consideró como lugar de exclusión; se hace necesario

    aclarar, en el caso del Cementerio Central de Bogotá cuya ubicación geográfica vino a ser

    afectada con el crecimiento de la ciudad, cercándolo y convirtiéndolo en espacio de convivencia

    entre vivos y muertos. Igualmente, se analizan los antecedentes y las regulaciones para los

    enterramientos intramuros y extramuros de la capital.

    Diálogo entre definiciones del término Cementerio.

  • 11

    Se hace necesario, en primer orden, registrar el significado dado al término cementerio, las

    transformaciones y los cambios que este vocablo ha sufrido a través de los siglos. Esta fase de

    acercamiento muestra los cambios surgidos en las estructuras sociales. Al consultar la última

    edición del Diccionario de la Lengua Española, editado en el año 2014, el lector va a encontrar

    la definición del término cementerio:

    “Del lat. tardío coemeterĭum, y este del gr. bizant. κοιμητήριον koimētḗrion;

    Propiamente 'dormitorio'. 1. m. Terreno, generalmente cercado, destinado a enterrar

    cadáveres. 2. m. Lugar destinado al depósito de residuos de ciertas industrias o de maquinaria

    fuera de uso. Cementerio nuclear, de coches” (RAE, 2014)

    El Diccionario Tesoro de la Lengua Castellana de Sebastián de Covarruvias Orozco, de

    1611, define el término cementerio así:

    Cementerio, el lugar pegado có el mismo cuerpo de la iglesia adonde se entierran los cuerpos

    de los fieles, y se les da eclesiástica sepultura; vale tanto como dormitorio, nombre propisimo, en

    razón del artículo de Fé de la resurrección de la carne. Y conociendo esta verdad, universalmente,

    a la muerte llamamos sueño, y al reposar los cuerpos en las sepulturas dormir. Es frasis de la

    escritura llamar al morir dormir y tan ordinaria que son infinitos donde usa della [sic.] (De

    Covarruvias, 611, p. 270).

  • 12

    Figura 2. Portada Diccionario de la Lengua Castellana.

    Fuente: (Cobarruvias, 1611, pág. 270).

  • 13

    La última definición es tomada del Libro de las Leyes, del Rey Alfonso X el Sabio,

    escrita entre los años 1252 al 1284, documento al que posteriormente en el Siglo XIV se le

    denominó Las Siete Partidas. Esta publicación es importante en razón a que contiene las

    normas que fueron utilizadas para la construcción de los cementerios extramuros, y todas las

    normas religiosas que fueron implantadas por la Corona Española en América.

    En la Primera Partida, Título XIII, Ley IV, el término cementerio fue definido:

    Cementerio tomo nombre de Cimenterio, que quier tanto dezir (1), logar donde sotierran los

    muertos, e se tornan los cuerpos dellos en ceniza. E los Obispos deven señalar (2) los Cementerios

    en las Iglesias que tovieren por bien que ayan sepulturas, de manera que las Eglesias Catedrales o

    Conventuales ayan cada una dellas quarenta pasadas (3) a cada parte para Cementerio, e las

    Parroquias treinta. Pero esto se deve entender en esta manera: si fueren fundadas en tales logares,

    que non gelo embarguen Castillos o casas (4), que estén muy cerca dellas: e este Cementerio debe

    amojonar el Obispo, quando consagrare la Eglesia, segund la quantia sobredicha, si non oviere

    embargo que qelo tnelga. E porque algunos dubdan,, en como se deven medir los passos, para

    amojonar el Cementerio, departelo Santa Eglesia en esta manera: que en la pasada aya cinco pies

    (5) de ome mesurado, e en el pie quinze dedos de traviesso[sic.] (De Castilla, 1284, pág. 263).

  • 14

    Figura 3 Portada Las Siete Partidas del Rey Alfonso X.

  • 15

    Comparadas las actualizaciones dadas al término cementerio por la real Academia de la

    Lengua se evidenció que hubo adición y supresión de acepciones y de nuevos artículos que se

    remiten a afirmaciones emitidas en el siglo en que fueron formuladas y reformadas; sin

    embargo, los cambios lingüísticos que se han presentado desde la más antigua que se tiene

    conocimiento en el año 1284 a la más reciente en 2014, se ha caracterizado por desacralizar

    la palabra cementerio.

    La muerte.

    En el contexto colombiano los cementerios además de albergar muertos, se han convertido en

    espacio sagrado de rituales. Sin embargo, la gran mayoría de veces los humanos desean morir de

    una manera tranquila, con el tiempo necesario para dejar íntegramente en orden los asuntos

    personales y poder fallecer en paz. Desafortunadamente, la violencia se atravesó a ese noble

    pensamiento en los campos convirtiendo a Colombia en uno de los países con mayor índice de

    violación a los derechos humanos. Anne Marie Losonczy afirma:

    Los personajes santificados en el registro de mártir, cuyo denominador común es la muerte violenta,

    trazan una lógica de emblematización existencial de un nosotros difuso, a cambio de los temas de la

    persecución, la violencia y la transgresión del orden establecido. Este último es, de alguna forma,

    compartido entre estas figuras y sus solicitantes; son las normas morales de la Iglesia que los solicitantes

    subvierten, santificando a humanos cuya vida iba en contra de la corriente (Santificación popular de los

    muertos, 2001, p. 16).

    Los odios generados desde el siglo XIX por las clases políticas, dio nacimiento a la violencia

    partidista ejercida por individuos de las mismas regiones que llegaron a perpetrar masacres

    terribles generando miles de cientos de muertos, todo por seguir ordenes de dirigentes políticos.

    Esta serie de asesinatos atroces permitió que muchas élites se adueñaran de los territorios

    abandonados por el desplazamiento, mientras que en los campos aparece una nueva forma para

    enterrar a los caídos ya no en bóvedas sino en fosas comunes tal como sucedía en Europa, siendo

    para ellos estos lugares el sitio destinado a depositar cadáveres causados por las diferentes

    pestes, en nuestro medio fueron utilizadas con la finalidad de acallar el libre pensamiento de un

    pueblo.

  • 16

    Esta serie de sucesos contribuyó a que a los cementerios después de pasados más de sesenta

    años, se convirtiera en lugar de ritualidad alternativa para resistir el dolor de la muerte. Es una

    norma para los grupos o colectivos honrar la memoria de aquellos que han muerto de forma

    violenta y llevarla hasta su santificación, siempre hay una historia que habla de sus múltiples

    sufrimientos durante su vida terrena

    Paradójicamente los cementerios se construían para alejar a los vivos de la muerte, en

    nuestros días los vivos se acercan a la muerte en busca de ayuda a su problemática social.

    Precedentes para la Construcción del primer Cementerio Católico en Santafé.

    A la llegada al Valle de los Alcázares, como bautizó Jiménez de Quesada a esta región ,

    se encontró con la comunidad indígena muisca poseedores de éste territorio ancestral. Entre

    sus costumbres funerarias estaban la de sepultar a sus muertos en cementerios extramuros,

    siendo los principales: Los Cerritos del Santuario a lo que hoy llamamos Puente Grande, los

    Cerritos artificiales de Techo y de Casa Blanca (Ortega Ricaurte, 1931, p. 12).

    El arribo de los conquistadores trajo como consecuencia la evangelización que implicó la

    enseñanza del credo católico y posterior bautizo de los indígenas muiscas convirtiéndolos al

    catolicismo. No obstante que los indígenas aceptaran la nueva religión a la que se les obligaba a

    cumplir con los rituales funerarios, los cultos a los dioses ancestrales persistió.

    En el libro Cementerios de Bogotá, el historiador Enrique Ortega Ricaurte manifiesta que el

    primer registro histórico que se encuentra sobre la disposición de construir un cementerio

    católico en la ciudad de Santafé se remonta al año 1553, fecha en que el arzobispo franciscano

    Fray Juan de los Barrios y Toledo ordena demoler el templo construido cuando se realizó la

    fundación de Santafé en 1538 y dispone la construcción de un nuevo templo frente a la Plaza

    Mayor (lo que hoy es la Plaza de Bolívar), incluyendo un terreno anexo a esta construcción de

    treinta pies de extensión, para erigir el primer cementerio católico extramuros en este lugar

  • 17

    (Ortega Ricaurte, 1931, p. 25,26) en observancia a las normas consignadas en el Código de las

    Siete Partidas1

    1 Esta serie de normas dictadas desde el siglo XII en España evidenciaron el grave problema de salud generado

    por el exceso de muertos enterrados en las iglesias. Alfonso X el Sabio. Primera Partida, Título XIII, Ley II, p. 252.

  • 18

    Figura 4. Ley II de las Siete Partidas del Rey Alfonso X

    Finalmente, la iglesia es inaugurada y bendecida el 6 de enero de 1555, pero el cementerio no

    fue construido, por apelación presentada por los vecinos, quienes se acogieron a la Real Cédula

    del Rey Carlos II, en el libro I. Título XVIII, Ley Primera que dice: “Que los vecinos y naturales

    de las Indias se puedan enterrar en los Monasterios o Iglesias que quisieren” (De Paredes, 1681,

    p. 203).

  • 19

    El Cementerio de Santafé en el contexto Colonial Español.

    Fray Juan de los Barrios, primer Arzobispo del Nuevo Reino de Granada, a su llegada a

    Santafé en 1553, dispuso un terreno anexo a la iglesia para la construcción del primer

    cementerio católico extramuros, observando la regulación estipulada en el libro Las Siete

    Partidas, proyecto que no se llevó a cabo.

  • 20

    Alberto Escovar, en su artículo El Cementerio Central de Bogotá y los primeros

    cementerios católicos, afirma:

    Las instrucciones reales fueron acatadas por el virrey José de Ezpeleta, quien mandó a

    construir, por decreto del 11 de abril de 1791, un cementerio para esta ciudad y encomendó para

    esta tarea al comandante de artillería Domingo Esquiaqui (1737-1820), quien había llegado a

    Bogotá procedente de Cartagena para hacerse cargo de los trabajos de reconstrucción de la ciudad

    a raíz del terremoto de 1785 y con la excusa del diseño del cementerio aprovechó para dibujar el

    primer plano que se conoce de la ciudad. El sitio escogido estaba situado al occidente de la ciudad,

    sobre el costado sur del camino que conducía a Fontibón, a la altura de la actual Estación de La

    Sabana (Escovar, 2002, p. 155).

  • 21

    Figura 5 Primer plano geométrico de Santafé, elaborada por Domingo Esquiaqui, Instituto Distrital de

    Patrimonio IDPC.

    La construcción del primer cementerio extramuros se realizó a finales del Siglo XIX,

    rompiendo con toda tradición funeraria existente hasta ese momento en la ciudad de Santafé,

    lo que desembocó en alteraciones entre los vecinos de la ciudad y las autoridades civiles,

    discusiones que versaban en torno a los enterramientos intramuros contra extramuros, por la

    concepción religiosa existente en la sociedad santafereña que consideraba las inhumaciones

    en espacio abierto como profanas, dejando en peligro el destino final y la salvación eterna

    del alma.

  • 22

    .

  • 23

    Figura 6. Portada Recopilación de las Leyes de los Reynos

    Para que se construyera el primer cementerio extramuros en la capital del Nuevo Reino de

    Granada, fue necesario que pasaran más de dos siglos después de impartida la primera orden para

    su construcción y que el contagio por viruela arrojara la cifra de 3.000 muertes, según informe

    enviado por el virrey Caballero y Góngora a la corte española (Álzate E, 2007, p. 212). Este

    flagelo obligó a la ciudadanía a dar la discusión sobre la pertinencia o inconveniencia de

    continuar las prácticas de inhumación de cadáveres en las iglesias y conventos. Sin embargo, una

    vez pasada esta pandemia, vecinos de mayor poder económico seguían enterrando sus familiares

    en los templos.

    Al rey Carlos III le correspondió iniciar el proceso de transformación de las costumbres

    funerarias. Para tal efecto tomó como base la Real Pragmática o Cédula expedida el 3 de abril de

    1787, la que sustenta estos cambios, teniendo en cuenta los innumerables problemas de salud que

    se presentan en la población, causada por la aglomeración de cadáveres en las iglesias. los cuales

    ocasionaron epidemias. En ella afirma: “Se harán los cementerios fuera de las Poblaciones

  • 24

    siempre que no hubiere dificultad invencible o grandes anchuras dentro de ellas, en sitios

    ventilados e inmediatos a las Parroquias, y distantes de las casas de los vecinos […] (Sánchez,

    1803, pp. 595-596). Esta nueva ordenanza contribuyó para que en la ciudad de Santafé, capital

    del Nuevo Reino de Granada, se instaurara definitivamente la construcción de un cementerio

    católico extramuros, por cuanto el Convento Hospital San Juan de Dios no contaba con espacio

    para albergar más muertos, causados por la propagación de la viruela.

    Por su parte, la historiadora Adriana María Álzate afirma en su libro Suciedad y Orden que

    el costo para dicha construcción equivalía a la suma de $74.429 pesos; sin embargo, la falta de

    presupuesto hizo que fuera bendecido solamente una parte del cementerio el 30 de noviembre de

    1793, el cual fue destinado para los pobres que murieran en el Hospital San Juan de Dios.

    A partir de esta inauguración, se presenta un desacuerdo ante el Virrey por parte de la alta

    sociedad santafereña y la Iglesia. La sociedad santafereña consideraba como una afrenta el hecho

    de enterrar extramuros a un familiar. Álzate afirma:

    Entre otros aspectos, era una lógica o de diferenciación la que subyacía en las prácticas

    sociales ante el entierro. Distinguir es marcar límites, nosotros y los otros; esas marcas de

    superioridad o de igualdad expresan la voluntad de mantener una jerarquía, de asegurar un lugar en

    el orden del mundo del más allá. Para la sociedad Neogranadina, el entierro en el cementerio era

    sinónimo de pobreza, pues, a cambio del reposo definitivo en la iglesia era necesario asumir

    diversos y, en ocasiones altos costos (Álzate E, 2007, p. 218).

    No fue fácil para la Iglesia Católica acatar las disposiciones contenidas en muchas de las

    cédulas reales expedidas por los monarcas españoles referente a la instauración de cementerios

    extramuros en la capital del Nuevo Reino de Granada, teniendo en cuenta que sus ingresos

    dependían principalmente de los enterramientos intramuros que realizaban en los templos y

    conventos; así como durante muchos años se apartaron de las ordenanzas que venían de España y

    continuaron realizando funerales en las iglesias de manera secreta.

    Los enterramientos en los templos y conventos continuaron efectuándose por parte de la alta

    sociedad santafereña. Ideología impuesta por el catolicismo en América Latina desde la

    conquista hasta el virreinato, produjo temores impuestos hacia la muerte. La historiadora Ana

    Luz Rodríguez en su artículo Testadores y Finados del Anuario Colombiano de Historia Social y

  • 25

    de la Cultura, afirma que “La creencia en esta relación otorgaba efectividad a la mortaja, al lugar

    de sepultura y al acompañamiento a la hora de la muerte en relación con la salvación del alma”,

    Éste fue un factor determinante para solicitar con insistencia que sus familiares yacieran en las

    iglesias.

    En los años 1801 y 1802, se presenta un suceso que produjo alarma en la ciudad: la

    reaparición de la viruela, falleciendo 330 personas, lo que posibilitó los enterramientos en

    cementerios extramuros. Sin embargo, esta medida fue aceptada mientras duró el contagio, una

    vez superada la epidemia volvieron a acudir a las iglesias (Álzate E, 2007, p. 213).

    Diferencias sociales en la colonia

    Formación y Estratificación.

    La relación que existió desde el primer contacto entre comunidades indígenas y las

    españolas a su llegada a América generaron procesos de transformación en las relaciones

    sociales internas, dando lugar a la construcción de una nueva sociedad santafereña. El trato dado

    por los representantes del régimen español a los grupos nativos creó configuraciones específicas

    que se transformaron a medida que esas interacciones cambiaban en conflictos.

    Basta con señalar que los conquistadores utilizaron como medio de dominio la superioridad

    militar, mientras que para los aborígenes su fortaleza se basaba en la rebelión, por lo tanto las

    relaciones de poder fueron desequilibradas y el sometimiento al indígena fue riguroso y

    deplorable. Ante estas circunstancias, se hace necesario situar en contexto aquellos antecedentes

    que llevaron a deponer un gobierno a través de una serie de batallas que finalmente culminó con

    la Independencia.

    El siglo XVI puede considerarse como el período de formación de dos nuevas clases

    sociales en la Nueva Granada, concebidas a través de las relaciones de los nativos y de los

    conquistadores europeos, permaneciendo la misma consonancia de beneficiados y desposeídos.

    Estableciéndose las primeras diferencias de estrato la de los ibéricos encomenderos poseedores

    de las tierras, haciendas, minas y cuyos miembros desempeñaban los cargos públicos y, los

    aborígenes, a quienes se les había despojado no sólo de su lenguaje chibcha en proceso de

    desaparición, sino de sus terrenos y bienes.

  • 26

    Las distancias de poder entre españoles y los aborígenes eran tan grandes que no causaba

    tensiones socioraciales. La relación de la Iglesia con las autoridades civiles era absoluta, al

    compartir las responsabilidades con el gobierno, no así, con las comunidades indígenas al

    respaldar la esclavitud y la guerra contra estos, imponiendo la religión católica a la fuerza,

    prohibiendo el culto a sus dioses y destruyendo los templos y todos los santuarios sagrados

    existentes.

    El siglo XVII se caracterizó por la división racial, surgiendo el término casta como forma

    para designar a los grupos sociales mestizos, es el caso del mulato o pardo (nacido de la unión de

    blanco con negro), los zambos (vínculo de negro e indígena) y el grupo étnico negro. No se

    incluye a los indígenas ni a los blancos. Este período se va a caracterizar por el predominio del

    color de piel, lugar de residencia y trabajo realizado, lo que a la postre va a reflejar el

    crecimiento económico logrado por los habitantes de la ciudad y la manera en que las diferencias

    patrimoniales acentuaban aún más la brecha de estratificación social.

    Para este período, la Iglesia toma distancia frente a las autoridades civiles, por cuanto sus

    ingresos se ven afectados por las diferentes cédulas reales emanadas por los Reyes de España, en

    las que se prohibían los enterramientos en las iglesias y conventos. Los misioneros de esos días

    deciden entonces estrechar las relaciones con las personas más pudientes de la población, con el

    fin de conseguir recursos que le posibiliten la subsistencia, entre diezmos, limosnas, pagos por

    administrar sacramentos, donaciones y testamentos legados por fieles a través de las cofradías y

    capellanías, con el propósito de continuar con la obra católica en la ciudad.

    A finales del siglo XVIII, se consolidan las clases sociales y, como se afirmó anteriormente,

    esta estratificación vino a reflejarse en el color de la piel, los cargos desempeñados, los lugares

    de residencia y en el número de esclavos y sirvientes que poseían para sus servicios. De los ocho

    barrios existentes en la ciudad de Santafé, tres fueron los preferidos por la alta sociedad: San

    Jorge, la Catedral y el Príncipe.

    En su publicación denominada Mestizaje y Diferenciación Social en el Nuevo Reino Jaime

    Jaramillo menciona la denominación dada en el lenguaje de la época a los pobres que

    conformaban estratos inferiores, considerándolos plebeyos o “infames” siendo el lugar de

    domicilio los cinco barrios restantes de la población.

  • 27

    Las autoridades españolas desplegaron políticas de segregación racial, cuyo objetivo

    principal fue la de conservar la legitimidad y pureza de la raza blanca. Para tal fin recurrió a

    tomar medidas extremas a fin de ejercer vigilancia sobre los matrimonios constituidos en la

    ciudad de Santafé, disposición adoptada con el propósito de detener el excedido crecimiento del

    cruce en la población que afectaba el poder de la corona española.

    El ingreso a la educación superior estaba condicionado a que los aspirantes probaran

    “limpieza de sangre2”, por lo que los únicos que podían aspirar a alguna de las dos carreras,

    jurisprudencia y eclesiástica, fueran los españoles y los criollos. Algo similar ocurría con los

    cargos nobles que eran ejercidos por los limpios de sangre, se contaba con los profesionales en

    leyes y oficios eclesiásticos; entre tanto, las labores que realizaban los plebeyos las

    desempeñaban los mestizos, los indios y negros, su labor se dirigía a realizar trabajos manuales,

    artesanales, profesores de escuela y cirujanos.

    El panorama social en Santafé se convirtió en una insoportable discriminación racial, de los

    blancos con los mestizos, lo mismo que entre criollos y españoles se crearon tensiones que

    fueron el detonante para que se gestaran las batallas de la Independencia. La Iglesia fue

    protagonista en este período, la participación de los religiosos criollos contribuyó al estudio

    ideológico y, como capellanes del ejército independista, al respecto en el Ideario de las órdenes

    religiosas en la Independencia de Colombia se afirma: “La independencia americana nació en el

    interior de los conventos y la gestación de este fenómeno comenzó, desde fechas muy tempranas,

    protagonizada por los frailes criollos” (Mantilla, 2010).

    En el siglo XIX, la estratificación social era cada día más marcada por cuanto los ricos eran

    más ricos ya que para ellos estaban reservados los cargos importantes de la ciudad, mientras que

    las oportunidades para un pobre de llegar a ocupar un cargo medianamente honorable eran

    completamente nulas, siendo este el factor más apremiante para las clases sociales de media a la

    baja; en esta no se encontraban los indios ni los negros, porque si bien a ellos se les consideraba

    personas, no eran dignos de pertenecer a alguna de las clases sociales existentes.

    2 La limpieza de sangre y hasta lo que los granadinos llamaban "nobleza" podía probarse ante la Real Audiencia aún por

    medio de testimonios, es lo mismo que gozar de la calidad de español”. Jaramillo Uribe Jaime, Mestizaje y diferenciación social

    en el Nuevo Reino, págs. 29 y 30.

  • 28

    Otra dificultad que se sumó al infortunio de las clases más pobres fue el problema de

    salubridad debido al contagio con la viruela, enfermedad infecciosa grave que ocasionó la

    muerte, principalmente a los niños, El trato indigno a que eran sometidos los pacientes en los

    hospitales les obligaba a ocultar al máximo la afección, ya que consideraban que llegar allí era

    deceso seguro.

    Al mismo tiempo, la Iglesia se constituyó como una institución que ideológicamente había

    adoctrinado a los ciudadanos en relación con el destino del alma. Un testamento ostentaba un

    carácter público-religioso, es decir tenía una función legal y tomaba en cuenta el valor espiritual

    que presionaba la ejecución del legado Ana Luz Rodríguez al respecto afirma:

    La preocupación por la salvación eterna ocupaba un lugar central en los testamentos: en una

    cláusula se encargaban misas por el alma dejando parte de los bienes para su ejecución. En otros

    casos los testadores creían más efectivo fundar una capellanía, memoria de misas por el alma, para

    lo cual dejaban parte de sus bienes, nombraban patrono y capellán y elaboraban escritura de

    institución. Llegaba a tal grado la preocupación por la salvación del alma que decidían nombrarla

    como "heredera universal" de sus bienes o disponían que compartiera sus propiedades con los

    familiares. Legar bienes al alma significaba invertir su producto en misas por la propia salvación,

    cuestión que estaba a cargo del albacea (Rodríguez, 1998, p. 42).

    Referente a este tema, una de las cláusulas que se encontraba consignada en los testamentos

    comprometía al testador a dejar una parte de su herencia para que se repartiera a las personas

    más desfavorecidas si lo acompañaban a su última morada, la situación económica en la capital

    era muy difícil, por esta razón la mayoría de los ciudadanos de clase pobre asistían a los

    funerales. La Iglesia era igualmente beneficiada al momento de la lectura de los testamentos, por

    cuanto en muchas ocasiones las personas dejaban a su buen recaudo sus bienes para cancelar los

    derechos funerarios y el pago de cientos de misas.

    Disposiciones locales para la construcción del segundo Cementerio General de Bogotá

    El problema de salubridad que agobiaba a la capital hacía perentoria la construcción de una

    nueva necrópolis por cuanto el cementerio de Occidente se había cerrado por no existir acogida

    por la sociedad santafereña, por ser un sitio utilizado para que se enterraran individuos pobres y

    sin familia. Así mismo, las personas que podían pagar un entierro seguían solicitando que se

    pudiera enterrar a sus familiares en templos y conventos.

  • 29

    Álzate en su libro Suciedad y Orden, relata la apelación realizada por Cándido Nicolás

    Girón en San Gil y el Socorro para que se permitiera el enterramiento en Iglesia a sus

    poderdantes presentando tres argumentos, el primero que la viruela ya había sido erradicada; la

    segundo, que todos tienen derecho a ser sepultados en Iglesias y, como tercer argumento, que al

    estar en la ciudad los cementerios extramuros, los gases que son expelidos por los muertos podía

    precipitar nuevamente la epidemia.

    Todos los argumentos presentados en las diferentes ciudades del país no tuvieron efecto ante

    los cabildos y, por el contrario, retomaron los proyectos para las construcciones de cementerios

    extramuros.

    En el año 1822, el alcalde de Santafé, señor Buenaventura Ahumada Gutiérrez inicia la

    gestión administrativa ante el Cabildo Distrital con el propósito de que sea dispuesto un nuevo

    terreno para la construcción de un segundo cementerio, trámite que era oportuno por causa de la

    crisis de salud pública existente en la ciudad. En vista de las presiones ejercidas con el propósito

    que se realice tal construcción, se reúne el Consejo de Gobierno el día 26 de abril de 1826, a fin

    de establecer y desarrollar las directrices del proyecto de ley aprobada en la Cámara y Senado,

    así como los procedimientos para su aplicación.

    Presidiendo el excelentísimo jefe del poder ejecutivo, se reúnen los miembros del consejo;

    acto seguido el secretario del interior por orden de su excelencia lee:

    Un proyecto de ley que pasó en el senado y cámara de representantes el día 25 del corriente,

    por el cual se dispone la construcción de cementerios en todo el territorio de la República, con la

    finalidad de que ningún cadáver se entierre en las iglesias […] (Fundación para la Conmemoración

    del Bicentenario del Natalicio y del Sesquicentenario de la Muerte del General Francisco de Paula

    Santander, 1988).

    El vicepresidente Francisco de Paula Santander, presenta su conformidad en cuanto a la

    argumentación contenida en el proyecto de ley; sin embargo, objeta la publicación de manera

    inmediata, por lo que sugiere presentarlo hasta el año siguiente, en razón a las innumerables

    leyes que reforman al clero y al hecho de aprobar y presentar al mismo tiempo la instauración de

    cementerios extramuros, lo que originaría protestas por parte de la ciudadanía. No obstante,

  • 30

    ordenó publicar el documento en la Gaceta de las Leyes Españolas para dejar constancia que ya

    había sido aprobada su construcción por el Ejecutivo.

    Finalmente, se da la autorización de la construcción del segundo cementerio por parte del

    Presidente Libertador Simón Bolívar en el Consejo de Gobierno Ordinario del sábado 13 de

    octubre de 1827. El Acta en el apartado correspondiente al tema “cementerio” expresa:

    El Libertador presidente ordenó al secretario del interior extendiera un decreto por el cual se

    prohíba que en ninguna iglesia, convento ni monasterio de esta capital se entierre cadáver alguno,

    sin excepción de sexo, edad ni profesión. Se acordaron las bases de este decreto, cuyo fundamento

    son las leyes españolas que se hallan (Tomado de la Edición de la Fundación para la

    Conmemoración del Bicentenario del Natalicio y el Sesquicentenario de la Muerte del General

    Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del Natalicio y el Sesquicentenario de la

    Muerte del General Francisc, 1988).

    El 15 de octubre de 1827, es firmado por el Libertador Presidente Simón Bolívar el decreto

    ordenado en el Consejo de Gobierno mediante el cual se prohibía en iglesia, convento o

    monasterio de esta capital se entierre cadáver alguno, sin excepción de sexo, edad ni profesión,

    cuyo fundamento son las leyes españolas que se hallan vigentes en este mandato fue ratificado el

    mismo día por el Intendente de Cundinamarca General Pedro Alcántara Herrán.

    El cementerio de Occidente o la Pepita continuó prestando servicios funerarios hasta el año

    1819. Después de que se presentaran numerosos inconvenientes económicos que no permitían la

    construcción de un nuevo camposanto, se dio como alternativa financiarlo cobrando la

    expedición de licencias de enterramientos en las iglesias, la estrategia para percibir ingresos fue

    aceptada por la ciudadanía.

    El encargado de la construcción de la necrópolis fue el señor José Pío Domínguez del

    Castillo, pero por causa de las quejas presentadas por los ciudadanos en el Diario el

    Constitucional de Cundinamarca, donde le solicitaban que rindiera un informe en que explicara

    cómo se había invertido el dinero recaudado por el alto costo en las licencias de enterramiento y

    al lento adelanto de la obra, provocó que fuera reemplazado por Rafael Álvarez Bastidas,

    contando con la asistencia del maestro Nicolás León. Finalmente fue inaugurado en 1836 por el

  • 31

    gobernador de Bogotá Rufino Cuervo, bajo la Presidencia del General Francisco de Paula

    Santander, constituyéndose en el cementerio más antiguo que funciona actualmente en la ciudad.

    Transición del nombre de Cementerio General al de Cementerio Central.

    En principio, el nombre asignado fue Cementerio General de Santafé inmediatamente

    después de su inauguración se cambió de denominación a Universal y, en razón al acelerado

    crecimiento de la ciudad esta construcción fue envuelta por la metrópolis, motivo por el cual se

    designó como Central hasta la fecha. Por su connotación simbólica, el diseño de la elipse

    empleada por el Ingeniero Italiano Domingo Esquiaqui fue conveniente para las autoridades de

    la ciudad, porque fue aprovechada como estrategia con la finalidad de persuadir a los

    santafereños que, al ser sepultados en este lugar del cementerio, las almas llegaban más rápido al

    cielo. Fue imprescindible además el pronunciamiento del gobernador de Bogotá Rufino Cuervo

    Barreto al comprar la bóveda No. 1, la que posteriormente fue utilizada en el año 1837 con el

    propósito de enterrar a su hijo Ángel María y la del Presidente de la República General Francisco

    de Paula Santander, quien igualmente manifestó que al morir demandaba que sus restos

    reposaran en el camposanto.

    Figura 7 Plano de Santafé, con ubicación del Cementerio General.

  • 32

    Figura 8 Plano de Bogotá realizado por Agostino Codazzi en 1852.

  • 33

    Figura 9 Plano del Cementerio Universal, descripción de don Alberto Urdaneta, en el Papel Periódico

    Ilustrado de 1884.

  • 34

    En consecuencia, fue la Iglesia Católica la que administró desde su construcción el

    Cementerio Central de Bogotá, utilizando su diseño para efectuar una separación de clases

    sociales, tal es el caso del área elíptica, la que estaba destinada a la alta sociedad. El argumento

    del clero sobre el rápido ascenso al cielo al realizar el enterramiento en este sitio atenúo la

    oposición de los habitantes de la ciudad que se negaban a ser sepultados en espacios extramuros,

    argumentando que se comprometía seriamente la posibilidad de salvación del alma del difunto,

    pues esto era considerado como un ultraje a la familia y a la memoria del muerto. Otros motivos

    por los que se oponían rotundamente a ser enterrados en estos lugares fueron los de estar en el

    mismo sector de la clase pobre y compartir su entorno.

    El decreto del 15 de octubre de 1827, firmado por Bolívar, incluía sanciones económicas al

    clero en general (comunidad, párroco o mayordomo) que llegara a sepultar un muerto en alguno

    de sus iglesias, conventos, capillas, criptas dentro del poblado o casas particulares. Esta

    disposición motivó a que se presentara la necesidad urgente de construirse un sitio donde enterrar

    a los muertos y fue la razón que tuvo el señor Rufino Cuervo Barreto para que hiciera una

    entrega anticipada de 153 bóvedas y, al momento de la inauguración, las 200 restantes que

    componían el área elíptica.

    Entretanto, el área que estaba destinada con el propósito de sepultar a los pobres carecía de

    alguna construcción. Las inhumaciones las realizaban en tierra. Es conveniente anotar que el

    Cementerio Universal fue utilizado antes de su inauguración por no existir otro sitio habilitado

    para realizar sepelios extramuros.

    El efecto causado por hombres preeminentes que manifestaran su sentir de querer ser

    enterradas en este sitio motivó a los ciudadanos de la elite a considerar la compra de una bóveda

    o de un terreno para enterrar a sus muertos. Existieron dos personas que disputan el honor de

    haber sido enterrados primeramente: Buenaventura Ahumada, alcalde de la ciudad, a quien se le

    da la primacía; sin embargo, el historiador Enrique Ortega en su libro Cementerios de Bogotá

    afirma: “En diez y ocho de junio de mil ochocientos treinta y ocho, con licencia del infrascrito

    Cura Rector, fue sepultado en la iglesia de la Candelaria el cadáver del señor Buenaventura

    Ahumada”[…] (Ortega Ricaurte, 1931, p. 48, 49). Consecuentemente el primer ciudadano

    enterrado fue José Fernández Madrid, presidente, escritor, poeta, científico y diplomático.

  • 35

    Figura 10. Antigua Portada del Cementerio Central de Bogotá en 1876. Oleo de Luis Núñez Borda.

    La Iglesia llega a la Necrópolis

    Concordato y construcción de la capilla del Cementerio Central de Bogotá.

    Figura 11 Capilla del Cementerio Central, planos de Nicolás León.

    La capilla del Cementerio se construyó en 1839, por el maestro Nicolás León en el extremo

    del eje mayor de la elipse, opuesta a la entrada corresponde a una construcción sencilla, de 15 x 9

  • 36

    metros y de doble altura, de forma rectangular, terminada en dos aguas. Esta obra fue costeada

    por el arzobispo Caycedo y Flórez.

    El cementerio se encontraba bajo la custodia de la municipalidad, para bien de este

    inmueble, es nombrado como Gobernador de la Provincia de Bogotá el Coronel Alonso Acevedo

    Tejada, quien decide priorizar la reconstrucción de la necrópolis, dado que era evidente el

    abandono y descuido en que se hallaba.

    En 1842, el Concejo de Bogotá dicta el correspondiente acuerdo para el nombramiento del

    capellán del cementerio, siendo elegido el presbítero Agustín De Francisco. Su posesión fue el

    día 1º de febrero de 1843. Enseguida que la Iglesia se posiciona en el camposanto, la sociedad

    santafereña decide rodear y apoyar al cementerio entregando al presbítero De Francisco

    cuantiosas sumas de dinero para que invierta en el embellecimiento de la ermita y en el arreglo

    de las avenidas internas con árboles. Además de donaciones económicas, resuelven entregar

    cuadros con imágenes místicas traídas de diferentes países, litografías del viacrucis, retablos,

    grabados y otros. Se puede afirmar que fue a partir del momento en que el catolicismo asume la

    regencia de la capilla, se advierte el cambio de postura referente a los enterramientos extramuros,

    realizando ceremonias religiosas en su interior, bendiciendo la construcción produciéndose

    alteración de ese espacio tomando la connotación de sagrada

    La capilla estilo colonial está compuesta por la portada, en la que se localiza al costado

    derecho un ángel en altorelieve tocando la trompeta, simbolizando la resurrección de los

    muertos. Se halla sostenida por un arco de medio punto ejecutado en piedra y, sobre el centro, se

    encuentra un vitral con la figura del señor Jesucristo. A la entrada se encuentran dos columnas de

    corte románico, cada capitel termina con rostros humanos que están sosteniendo el dintel. La

    columna comunica el cielo con la tierra.

    La presencia de la Iglesia en este camposanto hace que la aristocracia santafereña acepte las

    inhumaciones, por lo que deciden comprar terrenos y encargar a los más acreditados talleres

    europeos la ejecución de obras escultóricas para ser colocadas en los panteones familiares. Como

    se manifestó anteriormente, la llegada del presbítero De Francisco a la necrópolis en calidad de

    capellán, incidió a fin de que la alta sociedad se pronunciara apoyando decididamente con sus

    recursos el desarrollo material, aportando estatuaria a sus mausoleos traídas de los principales

  • 37

    estudios de Europa y que hoy forman parte del único museo patrimonial al aíre libre Cementerio

    Central de Bogotá.

    Una vez interesada la aristocracia en embellecer los lotes entregados por el Concejo

    Municipal a las familias de los personajes sobresalientes que tuvieron incidencia en la causa

    libertadora. Por esta razón, los familiares de Ezequiel Rojas ideólogo que contribuyó en la

    Independencia de 1819 deciden encargar al escultor florentino Pietro Costa el altorelieve de una

    doncella orando, exaltando sensibilidad y dolor en su conjunto.

    Figura 12 . Doncella, monumento a Ezequiel Rojas

  • 38

    Cambios sustanciales en la administración del Cementerio Central de Bogotá.

    La Ley del 14 mayo de 1855 dispuso que la administración del cementerio pasara a mando

    de la Iglesia Católica, efectuándose en el año de 1856. Sin embargo, el día 3 de enero de 1862,

    con la Ley de Desamortización de Manos Muertas promulgada por el general Tomás Cipriano de

    Mosquera, el camposanto retornó a dominio de las autoridades civiles, quedando bajo inspección

    de la Municipalidad de Bogotá, volviendo a caer en el abandono.

    Con la firma del Concordato de 1887 Estado y Santa Sede, la Iglesia nuevamente toma la

    administración de los cementerios del país entre ellos el Cementerio Central. La élite santafereña

    reanuda la actitud de acompañar al catolicismo aportando la familia Blanco una de las piezas

    escultóricas más significativas de toda necrópolis como fue el Ángel Duma o del Silencio.

    Figura 13. Ángel del Silencio, mausoleo de la Familia Blanco

    Así mismo, todos los cementerios del mundo poseen en su espacio interior un ángel del

    silencio, quien vela por la tranquilidad y paz de sus residentes. La historia comenta que a la

    medianoche baja y recorre la necrópolis, evitando que sea interrumpido el reposo y la serenidad

    del lugar. Al administrar la necrópolis, la Iglesia Católica invitó a la sociedad santafereña a

    embellecer los monumentos de sus familiares con piezas religiosas.

  • 39

    Como rectora del Cementerio Central de Bogotá, la Iglesia católica tomó una actitud

    desmedida al reglamentar nueve cánones adicionales, discriminando a todo ciudadano que el

    catolicismo no considerara apto o no cumpliera con los preceptos exigidos por la cristiandad. A

    este tratado se adicionan los artículos del 15 al 21, declarados por el Arzobispo Bernardo Herrera

    Restrepo, el 21 de octubre de 1893, donde decreta:

    Art. 1 Son indignos de sepultura eclesiástica conforme a las leyes canónicas:

    1. Los infieles, cualesquiera que sean, paganos, judíos, mahometanos

    2. Los apóstatas de la fe católica, como los que siendo bautizados enseñan o

    propagan de palabra o por escrito el ateísmo, el deísmo, el panteísmo o de

    cualquier otro modo niegan la revelación divina

    3. Los herejes, que profesan públicamente sus errores, los fautores de éstos y

    los cismáticos notorios

    4. Los excomulgados vitandos y los entredichos nominalmente, siempre que

    mueran sin dar señales de arrepentimiento

    5. Los suicidas por desesperación, no los que mueren por exceso de demencia

    6. Los que mueren en duelo, aunque antes de morir den prueba de

    arrepentimiento

    7. Los pecadores públicos y notorios que mueren impenitentes

    8. Los que estando próximos a la muerte rechacen obstinadamente los santos

    sacramentos

    9. Los niños que mueren sin recibir el santo bautismo.

    La Iglesia buscó que la ciudad construyera otra clase de necrópolis destinado a personas no

    católicas, sin embargo, por no existir otro camposanto, debió asignar un espacio en el cementerio

    hacia dicho fin, por lo cual destinó el sector en que se depositaba la basura como bóvedas para

    los mal denominados por ellos “indignos”.

  • 40

    Renovación de la portada del Cementerio Central de Bogotá

    Figura 14 Portada del Cementerio Central de Bogotá

    En 1904, durante la administración de Julio Daniel Portocarrero, fue seleccionado Julián

    Lombana, uno de los arquitectos y diseñadores bogotanos más importantes del siglo XIX, para la

    construcción y diseño de la nueva portada del Cementerio Central de Bogotá, Por esta ejecución

    no cobró un solo peso. Su vasto conocimiento en construcciones lo llevó a trabajar al lado del

    arquitecto francés Gastón Lelarge; entre sus obras sobresalientes se encuentran el Palacio

    Liévano y la Iglesia de Lourdes, obra que no pudo contemplar terminada.

    La portada fue ejecutada al estilo neoclásico de 10 metros de altura en piedra muñeca, tiene

    un arco de medio punto enmarcado en dos pilastras de orden toscano que sostienen un frontón en

    el que se encuentra tallada una inscripción en latín ordenada por el doctor Rufino Cuervo en

    memoria del fundador de Bogotá Gonzalo Jiménez de Quesada, quien la eligió para que le

    sirviese de epitafio y que expresa “Expectamus resurrectionem mortuorum” (Esperamos la

    resurrección de los muertos).

  • 41

    Figura 15 Umbral exterior e interior a la entrada del Área Elíptica

    La importancia ritual del umbral, independiente de las valoraciones que se le quieran dar en la

    transición del tiempo, se explica así mismo por su función separadora. En cuanto a este término

    en el Diccionario de los Símbolos se afirma: “Paso entre lo exterior (profano) y lo interior

    (sagrado), es la frontera de lo sacro que participa ya de la transcendencia del centro – la puerta”

    (Chevalier, 1986, p. 1037).

    Produce inquietud saber qué hay más allá de la puerta. Esos metros que separan al umbral

    del interior crea la necesidad de realizar una preparación anterior, pues se quiere penetrar a un

    lugar desconocido.

    Ubicación del Cementerio Central de Bogotá

    Por las órdenes impartidas de los Reyes de España, referente a la distancia y ubicación que

    debía tenerse para la construcción de cementerios extramuros en todo el territorio del virreinato,

    con la intensión de detener la trasmisión de las epidemias con el propósito de evitar que la

    ciudadanía se contagiara de uno de los dos males que atacó a Santafé como fueron la viruela y el

    mal de San Lázaro o Lepra por lo que debían estar fuera de la ciudad. Desde la fecha que fue

    promulgada esta orden por las autoridades españolas y reglamentada por el Consejo de Gobierno

    Nacional, el cementerio fue construido a las afueras de la ciudad, la expansión de la capital hizo

    que la necrópolis se localice en el centro de la urbe.

    El cementerio se encuentra ubicado en la Localidad de los Mártires, entre las calles 24 y 26

    con carreras 18 a la 20. El 26 de septiembre de 1984 fue declarado Monumento Nacional, por lo

  • 42

    tanto, éste patrimonio pertenece al conjunto de inmuebles del sector urbano que por su valor

    estético, artístico, simbólico y técnico es representativo de Colombia, constituyéndose en

    elemento central de nuestra historia y cultura.

    Los barrios Samper Mendoza y Santa Fe forman parte de la Localidad de Los Mártires;

    fueron construidos a mediados de los años cuarenta, siguiendo el Plan de Ordenamiento de

    Occidente como respuesta al proceso de crecimiento, a la expansión y a las necesidades de la

    ciudad. Por causa del aumento demográfico que se presentaba en ese período, estas viviendas se

    construyeron bordeando al Cementerio Central de Bogotá. En principio, estuvieron habitadas por

    obreros que trabajaban en los ferrocarriles; posteriormente fue ocupado por importantes familias

    de la capital y personalidades, entre ellas el maestro León de Greiff, quien poseía su domicilio en

    este lugar. Así también por inmigrantes judíos. Debido al expansionismo, los habitantes se

    desplazaron a la zona norte. Hoy en día las casas del barrio están destinadas al ejercicio de la

    prostitución y para inquilinatos.

    El hecho de que un espacio se constituya en un lugar sacro, hace que por su misma

    connotación se efectué una separación espacial que rompa con toda relación profana. Así como

    en las construcciones de la ciudad existen límites que generaron cambios en su composición y

    forma a través del tiempo, veamos la manera que la persistencia de esa ruptura señala sus límites:

    Al oriente se encuentra el Cementerio Británico. Estos terrenos fueron entregados el día 14

    de diciembre de 1825 por el general Francisco de Paula Santander, para que fueran sepultados

    los restos de los miembros de la Legión Británica que fallecieron en Colombia. Esta donación

    fue realizada en reconocimiento a los aportes de soldados valerosos que lucharon en la campaña

    libertadora junto a Santander y Bolívar.

    Al occidente limita con la carrera 20, en donde se ubican las marmolerías, el Centro de

    Memoria y el Parque Renacimiento. En este sitio se depositaron los N. N., muertos en el

    Bogotazo.

    Al sur, está localizada la calle 24, que recorre la ciudad de oriente a occidente pasando por

    el barrio Santa Fe, sitio de tolerancia, círculo laboral de trabajadoras (es) sexuales e indigentes.

  • 43

    Al norte, está situada la calle 26, que atraviesa la ciudad de oriente a occidente hasta el

    Aeropuerto el Dorado.

    Figura 16 Fotografía del Cementerio Central de Bogotá, tomada en 1948

    Cementerio Central como Espacio Sagrado

    Desde su creación el Cementerio Central ha sido testigo de cientos de acontecimientos

    ocurridos en la ciudad, albergando a personajes que fueron fundamentales para la construcción

    de la nación. La memoria histórica que conserva debe ser tenida en cuenta por las instituciones

    encargadas de conservar el patrimonio de un país, no solo limitándose a incluirlo dentro del

    inventario de Bienes Patrimoniales, y abandonando su responsabilidad de salvaguarda.

    Incluir en este apartado al conjunto escultórico de los hermanos Araujo es oportuno, por el

    deterioro en que se encuentra, en donde la piedra ha sido inexorable al paso del tiempo, sin

    encontrar alguna Institución que se haga responsable de su cuidado.

  • 44

    Figura 17 Resurrección, vistas laterales del monumento a Simón y Alfonso Araujo

    Este conjunto escultórico de los hermanos Simón y Alfonso Araujo, es una pieza