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GEOLOGÍA DEL ECUADOR
EVOLUCION DEL CONOCIMIENTO DE LA
GEOLOGIA DEL ECUADOR
COMPILACIÓN REALIZADA POR:
Elías Ibadango
Octubre - 2012
EVOLUCION DEL CONOCIMIENTO DE LA GEOLOGIA ECUATORIANA
ANTECEDENTES.
Dentro la geología Ecuatoriana conocida hasta la actualidad, ha transcurrido un largo
camino bajo diferentes criterios válidos cada uno de acuerdo a su tiempo y avances
tecnológicos.
Los primeros trabajos indirectos realizados sobre la geología y minerales del Ecuador
datan desde antes de la época de la conquista española, donde los nativos ecuatorianos
ya explotaban entre otros arcillas, pedernales, obsidianas y oro.
Los primeros científicos no contaban con herramientas necesarias para su trabajo se
valían de auxilios ajenos, como operaciones geodésicas, observaciones astronómicas, o
cualquier tipo de información posible a esas épocas que ayudaran a los científicos a dar
forma a sus ideas. Hay que recordar también que las conquistas científicas alcanzadas
por los hombres del ayer, constituyen el basamento o punto de partida de las conquistas
presentes.
El desarrollo tecnológico ha permitido en la actualidad comprender mejor la evolución
de la tierra, y dar soluciones a un sin numero de inquietudes. Esto ha sido gracias al
perfeccionamiento de las diferentes teorías de la evolución geológica de la tierra desde
la evolución de un Gran Geosinclinal hasta la Tectónica de Placas.
En la actualidad, los técnicos cuentan con una infinidad de herramientas para la
realización de mapas geológicos, sean estos regionales o detallados. Dentro de estas
herramientas se pueden citar softward especializados para geología, cartografía
topográfica a diferentes escalas, posicionadores satelitales muy precisos, diferentes
métodos de análisis de rocas, métodos directos e indirectos para definir litologías
profundas (perforaciones, geofísica, etc.), dataciones (varios métodos para determinar la
edad de una roca) y muchos más.
Con toda esta tecnología y herramientas actuales no es menos importante el trabajo del
geólogo en el campo donde se podrá obtener la mayor cantidad de información, que se
corroborará con la información obtenida en los laboratorios.
Comenzaremos revisando información desde la más antigua obtenida en distintos
archivos, hasta la recopilada de las últimas misiones que han realizado trabajos
referentes a la geología en el país, con el objeto de ir conociendo los diferentes criterios
y su evolución dentro del que hacer geológico.
Recientes estudios han permitido el conocimiento de la estratigrafía y evolución de la
cordillera Real, (Aspden et al., 1987-1988; Litherland et al, 1980?). La nueva
nomenclatura definida por estos autores, describe a cinco divisiones con sus respectivas
subdivisiones, de acuerdo a sus afinidades litotectónicas y fallas fundamentales:
Guamote, Alao-Paute, Loja, Salado y Zamora.
En general se trata de rocas metamórficas agrupadas de acuerdo a su petrología y a sus
características tectónicas, de metamorfismo y edades.
Las rocas más antiguas están incluidas en la división Loja, que alcanza el precámbrico
(Subdivisión Agoyán) de acuerdo a edades reportadas por Litherland et al 1990). Sin
embargo en esta división se han obtenido edades más jóvenes que parecen corresponder
al reordenamiento en las subsiguientes fases tectónicas. La división Salado
probablemente pertenece al Triásico (Aspden et al., 1987-1988; Litherland et al, 1980?).
Las otras divisiones presentan edades esencialmente Jurasicas (Aspden et al., 1987-
1988; Litherland et al, 1980?) pero corresponden a diferentes dominios geotectónicos.
La división Guamote representa rocas metasedimentarias de ambiente de ante-arco y
zonas de subducción. La división Alao-Paute representa el conjunto de arco Jurásico
compuesta por metalavas, metatobas y volcano-sedimentos metamorfizados (Aspden et
al., 1987-1988; Litherland et al, 1980?).
Estudios posteriores de la B.G.S. en su publicación del mapa geológico del Ecuador
1993, modifican esta nomenclatura de tal forma que las divisiones son consideradas
como terrenos y las subdivisiones como unidades. Considerando las relaciones lito-
estratigráficas, tectónicas y de metamorfismo realizan una nueva clasificación donde se
agrupan de la siguiente manera:
Terrenos Continentales y Oceánicos.
Terreno Salado agrupa las unidades Cerro Hermoso, Cuyuja y Upano que corresponden
al flanco este de la cordillera Real
Terreno Loja con las unidades Agoyan, Chiguinda y Monteolivo.
Terreno Alao con las unidades El Pan, Maguazo, Alao-Paute, Peltetec. Estos dos
últimos terrenos corresponden al flanco oeste de la cordillera Real.
Terreno Amotape y Chaucha con las unidades la Victoria, el Tigre y Piedras,
corresponden al Valle interandino y el Oro.
BREVE RESEÑA HISTORICA.
La historia de la geología en el Ecuador es corta. A mediados del siglo 17, cuando los
académicos franceses Condamine y Bouguer y los oficiales españoles Ulloa y Jorge
Juan, hicieron sus estudios y a fines del mismo siglo, cuando Velasco escribió, la
ciencia geológica yacía todavía en pañales.
Humbolt fue el primero que estudio el país, provisto de suficientes conocimientos
geológicos. Sus estudios se limitaron a algunos volcanes del país en la zona andina. Mr.
Boussingault (1831), de quien se puede decir lo mismo que de Humbolt y siguiendo sus
huellas en 1856 H. Karsten publicó sus estudios geológicos, hechos en Colombia y en
un viaje por el Ecuador interandino hasta la provincia del Tungurahua. Años más tarde
M. Wagner visitó el país limitándose de nuevo a la región interandina desde Ibarra hasta
Riobamba. En 1870 los señores W. Reiss y A. Stubel, que después de haber estudiado
los volcanes de Colombia, se propusieron examinar toda la región volcánica del
Ecuador sistemáticamente, según un plano muy vasto y coronaron su obra después de
cuatro años de un trabajo ímprobo.
Al mismo tiempo (1870), que los doctores Reiss y Stubel, comenzó sus trabajos el Dr.
Wolf, poniendo mayor preferencia en las zonas del Ecuador, que los otros científicos
habían descuidado y publicó el primer mapa geológico del Ecuador en el año de 1892.
Han pasado algunos viajeros científicos, pero sin hacer estudios originales. Solo un
geólogo Polaco, J. V. Siemiradski, en 1883 realizo estudios serios en el país.
En el año de 1969, el Instituto Francés del Petróleo (I.F.P.), publica el Mapa Geológico
del Ecuador a escala 1:1000000.
En el año de 1970, el Dr. Walther Sauer, publica su carta Geológica del Ecuador, en la
que para una mayor comprensión, la divide en tres zonas: Litoral, Sierra y Oriente.
Las tres publicaciones se basan en el criterio del desarrollo de un Gran Geosinclinal.
Bajo la cooperación técnica del Gobierno Ingles y la Dirección General de Geología y
Minas en 1982, el Dr. John Baldock publica El Mapa Geológico del Ecuador a escala
1:1000000, el cual presenta interesantes modificaciones de los publicados
anteriormente.
Uno de los últimos mapas editados sobre la geología del Ecuador es el de 1993,
publicado por la BGS-CODIGEM, a escala 1:1000000, en conjunto con el mapa
Tectono Metalogénico a la misma escala.
En el año de 1994, el Servicio Geológico Británico BGS y CODIGEM, publican el
Mapa Geológico y de Ocurrencias Metálicas del Cinturón Metamórfico de la Cordillera
Real a escala 1:500.000 y del Cinturón Metamórfico de El Oro a escala 1:100.000.
Durante el periodo comprendido entre 1995 y 2000 BGS-CODIGEM elaboran y
publican los mapas geológicos de la Cordillera Occidental a escala 1:200.000, en donde
se determinaron nuevas unidades y formaciones geológicas, tomando en cuenta su edad
y ambiente de formación.
Indudablemente, cada una de las publicaciones ha brindado un aporte importante al
entendimiento de la evolución geológica del territorio ecuatoriano dentro del marco
geológico sudamericano. Se debe resaltar que a partir del mapa de Baldock se toma
como criterio evolutivo la Tectónica de Placas.
Este trabajo es una compilación y evaluación de los diferentes criterios más relevantes
abordados para la elaboración de los diferentes mapas exponiéndolos por edades.
EL PRECAMBRICO (610 – 570 Ma)
El primero en identificar estas rocas fue el Dr. Walter Sauer, quien generaliza que rocas
metamórficas (filitas, micaesquistos, gneis) estarían formando el basamento de todo el
territorio Ecuatoriano.
Las rocas más antiguas observadas son metamórficas, las cuales particularmente en el
sur de país, forman dos cinturones paralelos a lo largo de las colinas al pie de los Andes
hacia el Occidente y Oriente. Ciertamente hay una continuidad entre los cinturones en la
base de los Andes en donde se representan varios grados metamórficos, desde gneis de
granate-biotita hasta filitas de bajo grado conteniendo andalucita. Hasta la presente no
se han realizado subdivisiones debido a la falta de información geológica. (Mapa
geológico escala 1:1000000 del Instituto Francés del Petróleo I.F.P. 1969
Baldock en su mapa publicado en el año 1982, clasifica las rocas metamórficas en dos
grupos: Cofanes (ortogneises, esquistos, anfibolitas) y Piedras (esquistos verdes,
anfibolitas, cuarcitas). El primero restringido a la parte norte de la Cordillera Real y el
segundo aflora en una pequeña área del bloque Tahuín. Cabe indicar que las rocas del
basamento metamórfico se identificaron en el Oriente Ecuatoriano. Esquistos fueron
registrados en la perforación Tiputini y otras, pero es incierto si estas representan a las
rocas cristalinas precámbricas del Escudo Guayanés que aflora en la parte sureste de
Colombia.
La B.G.S. en el año de 1987 delimita rocas metamórficas tipo gneis migmatitico (edad
incierta) solamente en el Oriente Ecuatoriano que fueron definidas gracias a los pozos
perforados para la prospección de hidrocarburos. Registros de varios testigos del pozo
Tapi han sido datados por Rb-Sr (en sitio determinado) dando una edad alrededor de
1600 Ma. (Comunicación verbal F. Ramírez). Dentro del batolito Jurasico de Zamora
hay grandes bloques de migmatitas, gneis más antiguos (comunicación verbal David
Coochey).
EL PALEOZOICO (542 – 245 Ma.)
Walter Sauer pone en duda si las rocas clasificadas como metamórficas y
semimetamórficas pertenecen al Paleozoico o en parte al Precámbrico. Estas rocas
están distribuidas por todo el territorio. Los geólogos de la Shell Co. de Ecuador han
logrado determinar precisamente la edad geológica de las formaciones Paleozoicas en la
cordillera del Cutucú. Este éxito ha abierto la posibilidad de insertar formaciones
parecidas en la cronología geológica.
Las formaciones Margajitas, Gualaquiza, Punta Piedra etc. No estarían bien definidas si
pertenecen al Paleozoico o al Mesozoico. Las rocas sedimentarias más antiguas que se
conoce son de edad Paleozoica y afloran en el Oriente, y quizás a lo largo de la
cordillera Oriental y las regiones al pie de las montañas donde muestran facies marinas,
lo cual se puede observar en el mapa de 1969 (I.F.P.).
Sedimentos del Paleozoico inferior (Formación Pumbuiza) fueron depositados en el
Oriente en la margen occidental del Cratón Guayanés; restos no metamorfizados están
expuestos solo en el levantamiento Cutucú y quizá a lo largo del flanco de la zona
subandina, pero pueden aparecer por debajo de gran parte de la cobertura del Mesozoico
en el Oriente.
Los sedimentos equivalentes (de agua profunda) más al oriente fueron
subsecuentemente deformados al rededor del borde del cratón Guayanés-Brasilero
estable, probablemente en una faja móvil sub. Brasilera/Pan Africana. Las rocas
metamórficas resultantes (Grupo Zamora, Llanganates) forman el núcleo y la masa, de
la cordillera Real Ecuatoriana, aunque han sido afectados por metamorfismo
subsecuente y empujados hacia el Este, parcialmente sobre rocas no deformadas del
Paleozoico y del Mesozoico. Metamórficos del Paleozoico inferior (Formación Capiro)
están expuestas en el bloque Tahuín, pero su relación con la cordillera Real es incierta.
Sedimentos del Escudo-Plataforma del Paleozoico Superior (Formación Macuma)
también están preservados únicamente en el Levantamiento Cutucú y es incierto si
fueron o no depositados más hacia el Oeste (Baldock 1982).
En base al mapa de 1993 se considera que la formación Pumbuiza (de edad Devónica),
está discordantemente sobreyacida por la formación Macuma de edad Carbonífero
Superior. Para la Formación Macuma mediante paleontología se indica que son rocas de
edad Pensylvanico inferior con la posibilidad de que las capas superiores sean del
Permico. (Tschopp, 1953).
La formación aflora en los núcleos de los principales anticlinales donde estos están
asociados con la formación Pumbuiza. Estos también pueden ocurrir formando la
Unidad Isimanchi. Estudios sísmicos en el Oriente (Bankwill et al 1991) indican que las
calizas Macuma están contenidas principalmente en los bordes fallados del graben
central.
EL MESOZOICO (245 – 65 Ma)
Wolf no llega a definir rocas antiguas del Precámbrico o del Paleozoico, pero en su
mapa indica de forma general que esta era esta representada por pórfidos, porfiritas,
dioritas y rocas verdes restringidas a la parte occidental de los Andes y en el Litoral en
la cordillera de Chongon-Colonche. Sin embargo, la formación cretácica del Litoral,
cerca de Guayaquil parece descansar directamente sobre los esquistos cristalinos y el
granito, según las muestras que sacó de profundidad la sonda con que se quiso abrir un
pozo artesiano al pie del cerro Santa Ana (Guayaquil) y también la observación hecha
cerca de Pascuales en el río Daule inferior, donde la Sienita se halla cubierta por capas
cretácicas.
En la región interandina las formaciones cretácicas no tienen una extensión muy grande
por estar cubiertas por capas volcánicas. El único lugar donde se encontró esta
formación fue en la Hoya de Cuenca, en la que se halla bien desarrollada especialmente
en forma de areniscas “areniscas de Azoguez”. Las cuarcitas y areniscas cuarzosas
presentes en la hoya de Riobamba, que se encuentran debajo de los productos
volcánicos, no se ha podido determinar si pertenecen o no a las formaciones Cretáceas.
En diferentes sitios dela región Oriental de las faldas exteriores e interiores de la
Cordillera Oriental se han encontrado rocas que talvez pertenezcan a las formaciones
Cretáceas. El Dr. Stübel en el río Topo, valle del río Pastaza, encontró una pizarra balda
y negra con impresiones de escamas de peces que no puede ser atribuida al período
arcaico.
Estudios realizados por Sauer indican que sedimentos Jurásicos han sido descubiertos,
exclusivamente en el Oriente. La cronología del Mesozoico muestra un hiato, que en el
Oriente comprende el período entre el Neopaleozoico y las postrimerías del Triásico y
en las regiones de la Cordillera Occidental y del Litoral continúa hasta el Jurásico
inclusive.
Toda la zona de la Cordillera Real, incluido el arco costanero, Tahuín – Larga –
Amotape, ha quedado libre de sedimentos marinos más modernos que los Paleozoicos;
es decir que desde el Neopaleozoico ha representado siempre tierra firme y servido
como fuente de erosión y denudación continental, suministrando el material clástico
para la sedimentación de las zonas orientales y a partir del Cretáceo también para la
sedimentación en el geosinclinal Neoandídico, al oeste de la cordillera Real. En el
Oriente se han desplegado las formaciones Mesozoicas, y a partir del Jurásico, en gran
escala, aunque no se descarta la existencia de formaciones Triásicas en el oriente (H.J.
Tchopp).
Las formaciones geológicas del Cretácico afloran en todas las tres zonas geográficas del
país: En el Oriente, en la Cordillera Occidental y en el Sur, entre la cordillera Oriental y
las cordilleras costaneras de Tahuin y la Larga. Además, en el Litoral, en las cordilleras
Chongón y Colonche y sus prolongaciones esporádicas a lo largo de la costa
septentrional (Sauer 1970).
La I.F.P. indica que no se han reconocido rocas Tríasicas y Pérmicas en el Ecuador.
Se debe anotar que en los estudios realizados por la B.G.S. 1993, la formación Macuma,
es considerada del Carbonífero. Estudios posteriores realizados en la cordillera Real
por misiones de la B.G.S, en el Sur del país a las rocas (filitas, de bajo grado, mármoles)
las consideran como una nueva unidad denominada Isimanchi, localizadas cerca de la
población de Isimanchi, en el extremo Sur de la cordillera y hacia el Norte hasta el
oriente de Valladolid y el Porvenir (Prov. de Loja). En base a una evidencia estructural
y escasa paleontología, se le atribuye una edad del ¿Carbonífero? (Mapa The
metamorphic belts of Ecuador).
El Triasico (245 –208 Ma)
El Triásico en el Ecuador no ha sido todavía bien identificado. Tschopp (1945-1948),
había atribuido al Triásico la parte inferior de la fm. Santiago (S. Oriente), basándose
sobre un molusco provisionalmente identificado como Pseudomonotis. Por
observaciones posteriores rectificó su posición anterior.
En el Oriente se han desplegado las formaciones Mesozoicas a partir del Jurásico, en
gran escala, aunque no se descarta la existencia de formaciones Triásicas (H.J.
Tschopp).
El conocimiento de las condiciones geológicas en la región subandina oriental se debe a
los geólogos de la Compañía Shell del Ecuador.
La existencia de sedimentos Triásicos puede ser presumida en los pisos inferiores del
Jurásico. En el lado Peruano afloran rocas Triásicas en la cordillera Occidental, Central
y Oriental (Mapa Geológico del Perú), las mismas que se extienden hasta el Suroeste de
Macará correspondientes a la formación Diabasas-porfíritica del Cretáceo inferior en el
Ecuador. En función de la distancia (200 Km.) entre la Cordillera Occidental Peruana y
Macará (Ecuador) se hace muy difícil su correlación (Sauer 1970).
El I.F.P. 1969 y Baldock 1982, no identifican la existencia del Triásico en el Ecuador.
Litherland et al, 1994 (Cordillera Real) consideran al granitoide Tres Lagunas como la
principal unidad ígnea del Terreno Loja, pero ocurre también fuera de él como pequeños
bloques tectónicos. Se considera asociado con las rocas meta-sedimentarias de
Chiguinda y Agoyán de toda la Cordillera Real. Edades de K-Ar en estas rocas cubren
un alto rango que van desde 60±2 Ma (Herbert & Pichler, 1983) hasta 100±3 Ma
(Litherland et al, 1994). Análisis de Rb-Sr en roca total dan una isócrona de 200±12 Ma
(Harrison, 1990). Análisis de Sm-Nd en granate dan una isócrona con una posibilidad
de error muy grande y análisis de isótopos de Pb en zircón dan una edad de 227.6±3.2
Ma (S. Noble en Litherland et al, 1994). Estos autores interpretan a la unidad como
granito tipo S.
La Unidad Sabanilla Litherland et al, 1994 (Cordillera Real) es un conjunto de gneis
pelíticos y cuarzo feldespáticos que forman un cinturón de 10 Km de ancho desde la
frontera con el Perú hasta 150 Km hacia el norte. La localidad tipo está cerca de
Sabanilla en la ruta Loja-Zamora. Los contactos con las adyacentes unidades Chiguinda
e Isimanchi son tectónicos. Una combinación de isócronas Rb-Sr en roca total señala
una edad de 224±37 Ma (Litherland et al, 1994). Geoquímicamente la unidad Sabanilla
es similar a la de Tres Lagunas y se ha sugerido que las dos comparten un mismo origen
(Litherland et al, 1994). Esta es la primera unidad estratigráfica Triásica reconocida en
el Ecuador, los fósiles bivalvos de una secuencia calcárea de lutitas grises parcialmente
escarnificadas del río Timbara cerca de Piuntza, determinaron su edad como del
Triasico medio a superior.
En resumen, esta es una secuencia volcano sedimentaria continental-marina.
El Jurasico (208 – 145.8 Ma.)
En referencia al mapa de Sauer:
Jurásico Inferior (Liásico inferior)
Los ríos del Oriente: Mangosiza, Guambiza, Santiago (cursos superiores), Zamora y
Namangoza (cursos inferiores), cortan formaciones Jurásicas, integradas por calizas
silíceas oscuras, alternantes por partes iguales con areniscas calcáreas, caracterizadas
por intercalaciones de duras lutitas pizarrosas de color gris claro hasta negro,
depositadas preferentemente en capas delgadas y bien plegadas que forman la Cordillera
del Cutucú Occidental y se extienden hacia el Sur por la Cordillera del Cóndor.
Formación Santiago.
Serie de sedimentos plegados y fallados, en el flanco occidental de la Cordillera
occidental, cuyo desarrollo cambia de facies por intercalación de brechas volcánicas,
que lateralmente se convierten en tobas arenosas de color verdusco y lutitas bentónicas,
penetrados por diques, sills e intrusiones mayores de rocas porfiríticas y diabásicas de
colores gris y verduzco.
La presencia de masas piroclásticas de los materiales volcánicos, sugieren que parte de
las intrusiones son contemporáneas con la formación Santiago cuyo límite inferior aún
no ha sido observado. Tchopp estima que parte de las porfirítas provine del vulcanismo
Jurásico superior de la formación Chapiza.
Formación Chapiza.
Compuesta de areniscas rojizas y lutitas laminadas y arenosas, alternadas con arcillas
pizarrosas, rojas y grises, a veces con capas delgadas de yeso e intercalaciones
lenticulares de areniscas y conglomerados de color claro. En las arcillas pizarrosas en
determinados lugares se presentan capas de ceniza volcánica. Su espesor varía entre 600
a 4500 m. Dentro de la formación se han incluido las masas lávicas y piroclásticas de la
subformación Misahuallí.
En resumen, la formación Chapiza es el producto de una sedimentación continental en
las superficies recién abandonadas por el mar en vía de regresión, a lo que siguió, una
acumulación en gran escala de lavas y productos piroclásticos del “Misahuallí”,
miembro superior de la formación Chapiza.
Los sedimentos Jurásicos con una facie marina calcárea se encuentran bien
desarrollados en el Oriente donde exhiben un contacto discordante y parcialmente
tectónico con los metamórficos. Durante el Jurásico, el área de la planicie Costera
estuvo cubierta por acumulaciones gruesas de material volcánico básico el cual sin lugar
a duda se extiende hacia el oriente y forma parte integral de la base hacia la cordillera
occidental. No se conoce la edad exacta de estos volcánicos, que son productos típicos
de efusiones submarinas eugeosinclinales; parece ser previa al Cretácico superior.
(I.F.P. 1969)
En el mapa de Baldock 1982 las descripciones referentes a las formaciones Santiago y
Chapiza, toman como referencia las descritas por científicos anteriores. La formación
Santiago esta restringida a la parte sureste de la zona subandina (Levantamiento
Cutucú), presentando una orientación preferencial NE-SW. En función de amonites
(arietites) establecen una edad Sinemuriense (Liásico). Mientras que la Chapiza se
desarrolla en cuerpos aislados a lo largo de toda la zona subandina.
Al norte del Cutucú la fm. Santiago se acuña ligeramente entre la Macuma y la Chapiza.
Información Palinológica indica que la Chapiza no solo incluye el límite Jurásico
Cretácico sino que su rango de edad va hasta el Neocomiense-Aptiano (Bristow y
Hoffstetter 1977).
Estudios posteriores consideran que la formación Santiago comprende una secuencia no
metamorfizada de calizas silíceas grises, areniscas calcáreas (turbiditicas en partes) y
pizarras negras que gradúa lateralmente hacia el oeste a la unidad Chapiza (Aspden &
Litherland 1992). Estos autores consideran que al menos la base de esta última puede
ser el equivalente lateral del tope de la formación Santiago. En las dos Unidades hay
canales turbiditicos de 10 a 20m de profundidad y 100m de ancho que contienen
material pobremente sorteado rico en volcanoclastos.
De acuerdo a la nueva nomenclatura el término Unidad reemplaza al término
Formación. El término Unidad ha sido adoptado para denominar a aquellas
secuencias litológicas en las cuales no se conoce uno o más parámetros establecidos
para denominarla con el término formación.
En base a su composición litológica, en la formación Chapiza se han identificado dos
secuencias litológicas una sedimentaria y otra volcánica. La secuencia volcánica fue
nombrada (Tobas y basaltos Misahuallí por Wasson y Sinclair 1927); denominada
miembro Misahuallí por Tschopp 1953. En los estudios de la cordillera Real esta
secuencia volcánica es denominada Unidad, donde se incluyen todas las rocas
volcánicas del cinturón subandino (Litherland et al 1994). Se han reportado estructuras
de pillow en basaltos al este del río Nangaritza (Litherland et al 1994) estos autores
sugieren que la Unidad representa las secuencias volcánicas de un arco magmático
continental que se acuña hacia el este dentro de la cuenca Oriente (Bankwill et al 1991)
y pasa lateralmente hacia el occidente a través de la Falla Cosanga dentro de la Unidad
Upano de al cordillera Real.
En los estudios presentados por la BGS (Mapa Geológico, 1993). Realizan una división
de la Sierra en la que se considera Valle Interandino / El Oro y la Cordillera Real.
Dentro de la Cordillera Real se contemplan sus flancos este y oeste. En el flanco este se
localiza el Terreno Salado y como división litotectónica del metamórfico se encuentra
incluida dentro de las rocas volcánicas máficas metamorfizadas o rocas verdes y las
rocas metasedimentarias de las Unidades Upano, Cuyuja y Cerro Hermoso,
adicionalmente se incluyen las rocas plutónicas metamorfizadas de los granitoides
Azafrán. El terreno Salado corresponde a un arco volcánico plutónico situado junto al
margen continental. Los volcánicos formaron flujos y tobas andesíticas en ambiente
marino inestable con subsidencia turbidítica relacionada y con períodos más estables de
formación de carbonato marino. Los eventos ígneos y sedimetarios del terreno Salado
parecen relacionarse al jurásico medio-superior; al isócrono Rb-Sr de 120 Ma. El
granito Azafrán es difícil acomodarlo dentro de cualquier modelo y es probable que el
“arco” Salado fue contemporáneo con el arco continental de Zamora al Este (Geología y
Potencial Mineral dela Cordillera Real, Ecuador INEMIN – Misión Británica 1986-
1990).
En el flanco Oeste de la Cordillera se encuentra el Terreno Alao que a diferencia de la
mayor parte de los otros terrenos no es una facie plutónica y comprende las siguientes
Unidades: Unidad Alao-Paute, se ha establecido una franja de rocas verdes que ocurren
desde el río Pastaza al río Paute, datos geoquímicos indican que la unidad Alao-Paute
debe ser un arco Oceánico de islas, con un componente subordinado sedimentario de
aguas profundas. Unidad El Pan, que litotectónicamente corresponde a los esquistos el
Pan de Bristow 1973; esta bordeada por la unidad Alao-Paute dominada por esquistos
verdes, cuarzo, calcita-clorita, filitas de cuarzo-sericita y esquistos grafiticos. La unidad
el Pan puede representar una secuencia de tras-arco marino del arco oceánico de islas
Alao-Paute. La Unidad Maguazo esta dominada por una secuencia de grauwacas
(turbiditicas)/andesiticas y puede ser interpretada como una secuencia de ante-arco
marino del arco oceánico de islas Alao-Paute.
Unidad Peltetec (Cinturón Ofiolítico Peltetec de Litherland et al 1994, Cordillera Real).
Unidad tectóno-estratigráfica de 1-2 Km de ancho de rocas ofiolíticas con fuerte
buzamiento, limitada al oeste por la falla Peltetec, manifestada en el basamento como
un contacto tectónico con rocas de la unidad Guamote. Expuesta en sectores de la
vertiente de la Cordillera Real entre Penipe en el N. y río Zula en el S. (una distancia
aproximada de 85 Km). Las rocas ofiolíticas fueron primero reconocidas en el pueblo de
Peltetec, en la ruta Licto-Alao. Metagabros y metabasaltos están asociados con bloques
de otras litologías máficas que incluyen serpentinitas, gabros olivinicos, peridotitas,
rocas verdes basálticas. Como un todo forman un set consistente de litología
relacionadas a ofiolitas. Litherland et al 1994, interpretan el cinturón ofiolítico como
Jurásico.
En el Valle Interandino se encuentra presente las Unidades Guamote, La Delicia,
Raspas y el Toro. La unidad Guamote aflora como franjas del basamento en la ladera
occidental de la Cordillera Real entre Riobamba y Cuenca, y en el valle interandino
cerca de Ambuqui en el extremo norte del país. Hay buenas exposiciones a lo largo de
la carretera panamericana al S de Guamote y cerca de Ambuqui. La división contiene
ortocuarcitas intercaladas con filitas o pizarras de bajo grado.
En el mapa (B.G.S 1993) no se considera el terreno Guamote, el mismo que estaría
incluido dentro del gran terreno continental Chaucha, que abarca desde la parte sur
desde la falla Portovelo-Piñas hasta la frontera con Colombia y controlada por las fallas
Pujilí al oeste y Peltetec al este. Estudios posteriores (Litherland et al 1994) consideran
la existencia del terreno Guamote el mismo que incluye a las unidades Punín, Cebadas y
Guasuntos. Estos autores consideran al Terreno Guamote una secuencia marina del
Jurásico temprano hasta posiblemente Cretácico temprano, que incluye conglomerados
de aguas poco profundas y árboles fosilizados.
Unidad Punín.- Comprende cuarcitas y pizarras con cambios litológicos de N a S
Unidad Cebadas.- Pizarras negras con cuarcitas subordinadas. Al igual que la Unidad
Punin muestra clivajes que tienden a horizontales, lo que le diferencia de las rocas
metamórficas de los terrenos Peltetec y Alao.
Unidad Guasuntos.- Litológicamente es similar a la unidad Cebadas. Posiblemente
representan la misma unidad litoestratigrafica, pero se necesita de mapeo y estudios
estructurales posteriores para probar esta hipótesis.
El Cretácico (145.8 – 65 Ma.)
Wolf describe con gran interés las rocas Cretácicas, limitando su presencia a la
Cordillera Occidental y a la Cordillera de Chongón-Colonche en el Litoral y hace una
descripción del Cretáceo en el Litoral, formado por calizas, calizas silíceas, pizarras y
arcillas. El Cretáceo en la Hoya de Cuenca, areniscas cuarzosas, arcillas pizarrosas y
margas. La formación Cretácea de la Cordillera Occidental formada por rocas verdes,
pórfidos, porfiritas, dioritas y areniscas.
Según Sauer, los afloramientos de rocas volcánicas y plutónicas se extienden en el país
en grandes áreas con preferencia en la región de cordilleras desde el Cretácico al
Cuaternario. Con la acción fuerte del magma se da inicio al período geosinclinal y
debido al movimiento del cratón Brasilia producen fuertes plegamientos y sistemas
anticlinales. A fines de la fase principal de plegamiento se dan las intrusiones dioríticas
y granodioríticas en la Cordillera Occidental, las intrusiones de las cadenas marginales
del este de la Cordillera Oriental, la tercera Cordillera y sus prolongaciones al N y S.
Las formaciones geológicas del cretácico afloran en las tres zonas geográficas:
El Oriente.- Una faja del cretácico de cerca de 20 km de ancho se descubre en la
elevación anticlinal que va desde el río Napo sobre la Cordillera de Galeras; en el sur
oriente ocurre en los flancos de las Cordilleras Cutucú y del Cóndor. Watson y Sinclair
las han dividido en tres secciones Arenisca de Hollín (Inferior), Caliza de la Napo
(media) y Red beds cretácicos (superior) llamados por los geólogos de la Shell Co.
como formación Tena. La información fosilífera ha comprobado en el oriente una serie
del cretácico casi sin interrupción.
El Litoral.- La cordillera occidental ha formado durante este período un importante
umbral de facies entre el E y W del país aflorando los sedimentos más antiguos en el
litoral. Está constituida por la formación Callo de los geólogos de la I.E.P.C.
(International Ecuatorian Petroleum Co.), debajo de la cual yace la formación Piñón; la
parte inferior de la formación Callo fue llamada subformación Calentura y hacia arriba
se transforma en la formación Guayaquil. Constituyen la Cordillera de Chongón y
Colonche y los cerros de Hojas en Manabí y Esmeraldas.
La Sierra.- De importancia especial son las rocas volcánicas básicas de la zona
geosinclinal que fueron llamadas formación Diabásica y ocupan la parte principal de la
Cordillera Occidental, correspondiendo a la formación Piñón del litoral. En su mayor
parte representan series rocosas parecidas a las formaciones Callo y Guayaquil. Se
encuentran incluidas dentro de la llamada formación Alambi-Yunguilla.
Las series de conglomerados, areniscas, lutitas laminadas y silíceas están adjudicadas a
la formación Callo y la formación Diabásica, constituyendo la subestructura de las
formaciones Callo-Guayaquil y Alambi-Yunguilla.
Las rocas del Cretácico Superior se encuentran bien desarrolladas en todo el país. Estas
rocas están representadas sobre la actual área de la planicie Costera por piroclásticos
intercalados dentro de rocas sedimentarias marinas de edad Maestrichtiana; en la
cordillera Andina por sedimentos marinos y calcáreos y en la región del oriente por
sedimentos marinos calcáreos en la base, pero que gradualmente se volvieron más
detríticos hasta el desarrollo de verdaderos depósitos continentales durante el Paleoceno
(I.F.P 1969).
Según Baldock en el Mesozoico superior las condiciones continentales fueron sucedidas
por una transgresión marina cretácica durante la cual se depositaron sedimentos
delgados (Miogeosinclinal) (Hollín, Napo, Tena), sobre una amplia cuenca antepaís
(pericratónica) región oriental del país.
En la región Andina o Sierra Ecuatoriana esta dividido en dos zonas paralelas,
geológicamente distintas con rumbo NNE. Rocas metamórficas subyacen a la Cordillera
Oriental (Cordillera Real), mientras que rocas volcánicas y sedimentarias accesorias del
Cretácico al Paleoceno comprenden la masa de la Cordillera Occidental. Las
formaciones presentes en el cretácico de la Sierra son:
Formación Raspas aparece solo en bloque Tahuín al suroeste del Ecuador.
Formación Celica de rocas no metamórficas más antiguas de la sierra Ecuatoriana, muy
difundida que subyace toda la cordillera occidental, desde la frontera con el Perú hasta
Colombia. Originalmente todas estas fueron incluidas como Piñón, conjuntamente con
la Piñón tipo de la región Costera, pero actualmente están diferenciadas en dos
importantes formaciones.
Grupo Alamor de sedimentos marinos depositados en una depresión entre las crestas de
las cordilleras Amotape-Tahuin y el arco Olmos/Cordillera Real. El grupo previamente
se lo conoció como Puyango y originalmente estuvo dividida en cuatro formaciones
(Kennerley, 1973), basado en cambio de facies y en un ligero metamorfismo.
Formación Cazaderos, compuesta de conglomerados basales y areniscas tobáceas, la
secuencia basal sobreyace directamente a rocas metamórficas del grupo Tahuín.
Formación Zapotillo-Ciano, compuesta de sedimentos tipo flysh, grauwacas y lutitas
negras y volcánicos.
Formación Macuchi, formada por una enorme y potente secuencia de volcánicos (lavas
y volcanoclásticos) que cubre gran parte de la Cordillera Occidental del Ecuador. Estas
rocas estuvieron previamente agrupadas con la Fm. Piñón tipo de la región costera pero
posteriormente han sido diferenciadas como la formación Macuchi y estudiadas más al
detalle (Herderson, 1979-1981)
Formación Silante, secuencia volcanoclástica distintiva de capas sedimentarias rojizas
que sobreyace a la formación Macuchi a lo largo del flanco occidental de la cordillera
en el Norte del ecuador; previamente se le agrupó con los conglomerados Cayo Rumi,
presumiéndose una edad Paleoceno (SNGM e IFP 1969).
Formación Yunguilla, recubre los volcánicos de Macuchi en varios sectores de la
Cordillera Occidental. En la parte central del Ecuador pasa transicionalmente sobre la
unidad conglomeratica del miembro Cayo Rumi y en el sur pasa a las areniscas y arenas
de grano grueso del miembro Ingapirca. La secuencia argilacea de la Yunguilla ha sido
subdividida en tres con una unidad calcárea intermedia, al norte y dos en el Sur
(Bristow y Hoffstetter, 1977). Esta se correlaciona cronoestratigraficamente con la Fm
Tena.
En la región de la Costa Geológicamente en el sur, está incluye al sector suroriental del
arco volcánico Macuchi cordillerano. Hacia el oeste rocas ocultas del Macuchi están
posiblemente limitadas por la falla Guayaquil-Babahoyo-Santo Domingo que
probablemente representan una gran sutura entre la corteza continental al este y la
litosfera oceánica en el oeste, donde las rocas más antiguas conocidas son basaltos
cretáceos de la formación Piñón. Ellos pueden representar el material del piso oceánico
del Mesozoico o estar directamente recubiertos por este.
Formación Piñón comprende el complejo volcánico básico que probablemente subyace
gran parte de la región costera del Ecuador al Oeste de la sutura Guayaquil. Formado
por Lavas basálticas y brechas de origen submarino, piroclásticos, turbiditicos,
pobremente estratificados. La base de Piñón es desconocida esta aparentemente
sobreyacida transicionalmente por la Formación Cayo y por lo tanto es Precenonence.
Formación Cayo descansa aparentemente en concordancia sobre la fm Piñón y consiste
de una gran secuencia de sedimentos marinos y volcanocalásticos. Cayo se correlaciona
con una parte de la sucesión Macuchi-Silante-Yunguilla en la cordillera Occidental y
quizá con la secuencia Napo-Tena de la cuenca Oriental.
Formación Punta Piedras varía desde lutitas, filitas y meta-areniscas a gneis en
pequeños afloramientos que ocurren cerca de la gran falla del Golfo de Guayaquil. Su
origen es incierto, pueden representar bloques aislados de rocas metamórficas del
Mesozoico y Paleozoico (Capiro?) emplazadas tectónicamente.
Según la B.G.S., el cretácico en el Oriente está representado por las formaciones
Hollín, Napo y Tena, cuyas descripciones coinciden con las realizadas por los autores
de los mapas que preceden a la publicación del mapa geológico de 1993.
Cambios importantes han tenido lugar en el curso de este período: La cordillera Real se
eleva, ocurre la denudación y sedimentación tipo Flysch en la parte oeste, mientras que
hacia la parte oriental se presenta un hiato que tendría una duración desde el cretácico
superior al mioceno?
En el este se opera un cambio significativo: En facies marinas de la formación Napo
sucede las facies (lecho rojo) de la formación Tena. El mar comienza a abandonar el
oriente Ecuatoriano. La parte más próxima a los Andes ha sido elevada primeramente,
provocando una erosión de la formación Napo. A esta época, el mar se retira hacia el sur
donde reposa largo tiempo.
Se puede entonces suponer la existencia de una zona base que ha servido de
comunicación entre el este y el oeste de las pre-cordilleras andinas, situadas al norte del
Perú en la prolongación de la depresión amazónica. Sobre el borde occidental aparece
una fosa subsidente (depósitos de Flysch) al substrato metamórfico en su parte sur
formada de rocas básicas en su parte norte (Tesis V. Balseca de 1986-1987).
La proto-cordillera real probablemente constituyó un elemento parcialmente positivo,
que aislaba la cuenca oriental donde se depositaron los sedimentos de plataforma del
Aptiense, derivados del este seguidos por los depósitos transgresivos de la penetración
marina del norte y sur. En el Maestrichense-Paleoceno, la regresión marina permite la
depositación de las capas rojas marino-continentales, derivadas del este.
En la cordillera Real aparecen plutones granodioríticos de edad cretácico superior, que
pueden relacionarse con las cuencas volcano-sedimentarias de la formación Yunguilla.
También fueron emplazados complejos máficos/ultramáficos del tipo “Alaskan pipe”.
En el sur occidente, en la cuenca Ancones-Alamor, las rocas volcánicas de la formación
Célica subyacen a los sedimentos volcano-sedimentarios y flychoides de las
formaciones Cazaderos y Zapotillo de edad Aptiense en la base y Maestrichense en la
parte superior. La atribución de las distintas facies y edades a las diferentes
formaciones es todavía confusa ya que por otra parte, el batolito de Tangula datado por
K-Ar de 114 Ma, afecta a esta serie.
La costa y la cordillera occidental tienen como basamento los basaltos oceánicos de la
formación Piñón sobre yacidos por los depósitos sedimentarios de la formación Cayo
datados del cenomaniano. La secuencia culmina con los depósitos flychoides de la
formación Yunguilla-Guayaquil del Maestrichense-Paleoceno.
Recientes estudios en la Cordillera Occidental (Proyecto Prodeminca-BGS),
determinan la existencia de rocas metamórficas, volcánicas, sedimentarias e intrusivas,
cuyo rango de edades varía desde el Pre – Cretácico hasta el Cuaternario. Durante este
estudio se confirmó que las rocas Cretácicas y Pre-Oligocénicas, que constituyen el
basamento de la Cordillera Occidental del Ecuador al N del Sistema de Fallas Jubones
(Pratt et al, 1997 y al O del Sistema de Fallas Jubones (McCourt et al, 1997),
comprenden diferentes secuencias de rocas ígneas y sedimentarias depositadas en
ambiente oceánico. En este estudio se incluyen varias unidades, considerando la
Unidad Pallatanga, como la secuencia más antigua y que consiste de rocas máficas y
ultramáficas de afinidad oceánica (McCourt et al, 1997). La correlación con las rocas
de la Formación Piñón de la Costa implica que es Cretácico Medio, Pre – Senoniano. En
contacto fallado con la unidad Pallatanga ocurren las unidades Natividad y Río Cala
(Boland et al 2000), la exposición principal se localiza a lo largo del camino Otavalo –
Selva Alegre. Los foraminíferos indican una edad Campaniana-Maestrichtiana (83-
65Ma) (Wilkinson, 1998). (La unidad consiste de lutitas y cherts de color gris – verdoso
en estratos finos a medios. Lavas intercaladas que se encuentran en varios afloramientos
son geoquímicamente similares a las de la Unidad Río Cala, sugiriendo una probable
fuente para la Unidad.
Unidad Yunguilla, (Thalmann, 1946) Secuencia de abanico turbidítico marino, expuesta
en el área tipo alrededor de Alambí. También existen buenas exposiciones en el área de
Trigoloma, a lo largo de las partes más altas de la sección de la vía Pallatanga -
Riobamba y más al norte en algunos afloramientos aislados a lo largo de la carretera
Salinas-Lita. Ocupa consistentemente una posición estructural en el margen oriental de
la Cordillera Occidental, inmediatamente adyacente a la zona de Falla Calacalí -
Pallatanga. El contacto no fallado entre la Unidad Yunguilla y la suprayacente Silante
está bien expuesto a lo largo de la ruta Calacalí - Nanegalito, pero puede haber un hiato
deposicional en este contacto. No se observa la base de la unidad y la fauna foraminífera
indica una edad Mastrichtiense.
Unidad Colorado, (Boland et al., 2000) Aflora al oeste de la Cordillera Occidental
Septentrional. Los afloramientos más accesibles ocurren en las secciones del río al norte
del Estero Colorado y en el camino Lita-Alto Tambo. La secuencia está compuesta
principalmente de limolitas en estratos finos a medios de color gris a verde y areniscas
de grano fino. La Unidad Colorado sobreyace a la Unidad Naranjal y la presencia de
radiolarios indica una edad Campaniana (83-74Ma) (Hollis, 1999).
Unidad Naranjal, (Boland et al., 2000). Comprende una secuencia de basaltos en
almohadilla, lavas basálticas a andesíticas, intrusiones de alto nivel, brechas ígneas y
sedimentos intercalados, expuestos al oeste de la Falla de Toachi. Estudios geoquímicos
de roca total indican que las lavas en el sur son principalmente toleitas de arco de islas,
a pesar de que algunas plotean como MORB. Basándose en radiolarios, la edad de la
Unidad Naranjal es Campaniana (83-74 Ma) (Hollis, 2000).
Unidad Río Desgracia, (Boland et al., 2000). Es una secuencia de sedimentos y lavas
intercaladas, la misma que ocurre al norte del Río Canandé. Su límite sur está marcado
por la Falla del Canandé, a lo largo de la cual se encuentra en contacto tectónico con la
Unidad Naranjal, mientras que al norte y al oeste está sobreyacida discordantemente por
la Unidad Zapallo. La sección principal a través de la unidad se encuentra a lo largo del
carretero Puerto Nuevo-Hoja Blanca, mientras que afloramientos adicionales se
presentan en el Río Canandé y sus tributarios al norte. Los radiolarios presentes indican
que la secuencia es de edad Campaniana? Maestrichtiana (83-65 Ma) (Hollis, 2000).
Unidad Mulaute, (Hughes & Bermúdez). Está presente en el sector noroccidental de la
Cordillera Occidental, se encuentra bien expuesta en el Río Mulaute. Su límite
occidental es la Falla Toachi-Toacazo observable en el Río Pilatón. Se piensa que su
contacto oriental no expuesto con la Unidad Pilatón es una falla. La unidad es una
secuencia volcanoclástica de abanico turbidítico submarino. Por consideraciones
regionales se la cree Cretácica tardía.
Unidad Pilatón. (Egüez, 1986) Está expuesta a lo largo de la ruta Alóag - Santo
Domingo, en el Río Guayllabamba y entre Tercer Paso y La Carolina en la Cordillera
Occidental septentrional. Sus contactos oriental y occidental, con la Unidad Silante y la
Unidad Mulaute respectivamente, se interpretan como fallados. Es un depósito
turbidítico de abanico submarino, y consiste de areniscas turbidíticas de grano medio a
grueso, en capas finas a gruesas con estratos muy gruesos de brecha. Evidencia de
fósiles indica una edad Senoniana;). (Sigal, 1968; Faucher & Savoyat, 1973).
Unidad Pujilí "Ofiolita Pujilí" (BGS-CODIGEM, 1994). Melange tectónico presente
entre Pujilí y Saquisilí. Las mejores exposiciones están en las Qdas Maca Grande,
Pusuchisi y especialmente Picisi, contiene componentes oceánicos y continentales. Los
clastos incluyen material ultrabásico serpentinizado foliado (con posible presencia de
safirina; T. Feininger, com. pers.), granitoides ricos en moscovita foliados, anfibolitas
tipo Piedras, anfibolitas tectónicas tipo L, filitas, lavas basálticas en almohadilla y
argilitas silíceas rojas. No hay evidencia directa de la edad de la unidad. Se piensa que
se formó por procesos tectónicos en una zona de convergencia durante la acreción del
"terreno" oceánico Pallatanga a la placa continental Sudamericana durante el Cretácico
tardío
Unidad San Juan (KSJ) (Egüez, 1986). Secuencia de rocas básicas a ultrabásicas
expuestas a lo largo de la vía Quito - Chiriboga. Su contacto oriental fallado es con la
Unidad Yunguilla, y su contacto occidental, también fallado es con la Unidad
Pallatanga. La secuencia consiste de peridotitas serpentinizadas, doleritas, anortositas y
gabros. Su edad es desconocida pero se cree que corresponde al Cretácico tardío. Esta
asociación petrográfica se interpreta como parte de una secuencia del manto y junto con
la Unidad Pallatanga se considera un fragmento ofiolítico desmembrado (Lebrat et al,
1987).
Unidad Celica (Pratt et al., 1997) Aflora al norte de El Cisne donde sobreyace
inconformemente al complejo metamórfico El Oro y está sobreyacida por la Formación
Sacapalca. Las principales litologías comprenden tobas andesíticas verdes muy
meteorizadas y lavas andesíticas a andesito-basálticas. En la cuenca de Alamor, unos 50
km al sur de Zaruma, relaciones estratigráficas sugieren una edad Albiana). (Jaillard et
al, 1996).
EL CENOZOICO. TERCIARIO Y CUATERNARIO
TERCIARIO
Es una de las épocas más estudiadas por la mayoría de científicos, por ser rocas que
generalmente están aflorando a la superficie o por su interés en la prospección de
yacimientos minerales.
Wolf generaliza este período como Mesozoico sin diferenciar el Terciario del
Cuaternario y lo define desde las estribaciones de la Cordillera Occidental (Rocas
verdes) hacia las costas del litoral, caracterizado por Formaciones aluviales, diluviales
y en la parte central de los Andes la presencia de tobas y conglomerados volcánicos,
andesitas y lavas.
Sauer manifiesta que las Formaciones Terciarias ocurren en su mayor parte en el Litoral
y en el Oriente, en menor escala en las provincias de Cañar, Azuay y Loja. A inicios
del Terciario se profundizan las diferencias entre los sedimentos del litoral (marinos) y
del oriente (formaciones continentales). En el litoral por movimientos relacionados con
la orogénesis de los Andes, la corteza terrestre fue partida en enormes bloques.
Los estudios realizados por las petroleras en especial por la IPC en el litoral han
permitido datar en forma sistemática la Cuenca Progreso desde el Paleoceno al
Plioceno, desde la formación Azúcar, la Formación San Eduardo, el Grupo Ancon, la
Serie Zapotal, el Grupo Dos Bocas; las formaciones Placer, Prepuná y Puná al sur de la
cordillera Chongón y Colonche. Hacia el norte las Formaciones San Eduardo, El Cerro,
Zapallo y las Calizas Santiago, las formaciones San Mateo, Manta, Playa Rica,
Chumunde y Pambil; continuando la secuencia las formaciones Tosagua, Viche,
Charapotó, Tosagua, San Agustín, Angostura; en el Mioceno el mar se expandió
enormemente y producto de sus transgresiones se originaron Formaciones como
Onzole, Playa Grande, Progreso y Borbón, hasta el Plioceno con la Formación Cachabí.
En la región Interandina ocurren algunas cuencas depositarias de sedimentos marinos
Terciarios como la del Río Puyango, Yangana-Malacatos-Catamayo, Loja; la Biblián-
Azogues-Cuenca con las formaciones Biblián, Cuenca y Azogues y en la depresión
Latacunga Ambato.
En la zona subandina del Oriente, la secuencia de sedimentos Terciarios ha sido reunida
bajo el nombre de formación Oriente, Tiyuyacu, Chalcana, Arajuno, Pastaza, las series
Chambira, Ushpa y Curaray del Mio-Plioceno.
I.F.P indica que es difícil hacer una demarcación exacta entre el Cretácico y el Terciario
ya sea debido a las fases transicionarias, vacíos o contactos de fallas. En ese tiempo
fueron ciertamente importantes los eventos tectónicos, que corresponden a la Orogenia
Laramida. La actividad ígnea asociada está expresada por volcánicos andesíticos e
intrusivos. Los intrusivos se encuentran situados generalmente a lo largo de las zonas al
pie de las Cordilleras Andinas Oriental y Occidental, controlados con estructuras con
rumbo Norte-Sur y caracterizados por una composición diorítica granodiorítica. El
granate es muy raro, pero se describe las intrusiones cinéticas del pie de montaña
oriental de la Cordillera Real en el norte del país. También se ha podido apreciar en las
perforaciones profundas que la sienita esta bajo los sedimentos Jurásicos y Cretácicos
en la cuenca del Oriente. Quizá estas sienitas puedan ser relacionadas al Escudo
Guayanés? Basándose en la evidencia existente parecería que al menos en el Ecuador,
la actividad ígnea asociada con la orogenia Andina se caracterizó por una cierta
diferencia potásica. Los intrusivos andesíticos son algo complejos y únicamente un
trabajo detallado permitirá diferenciar las andesitas jóvenes de las antiguas de similar
origen.
El sistema Terciario se encuentra bien desarrollado en el Ecuador. Montículos
sedimentarios extremadamente gruesos llenan el área de la planicie Costera, del graben
interandino y de la cuenca Oriental. La mayor parte de las formaciones Terciarias están
constituidas por sedimentos continentales y marinos mezclados e intercalados
conjuntamente con material volcánico. A pesar de que la estratigrafía es algo compleja,
el factor común principales que casi la totalidad de sedimentos detríticos se derivaron de
las Cordilleras Andinas en desarrollo.
La última fase de los movimientos tectónicos Andinos ocurrió en el Terciario Superior y
es responsable de la actual fisiografía Andina. Las rocas intrusivas y extrusivas
relacionadas con esta fase tectónica tiene gran importancia Los batolitos muestran una
alineación norte-sur y están localizados cerca de los límites del graben interandino. Los
extrusivos que frecuentemente son muy piroclásticos en su forma, se caracterizan por
una composición ácida a intermedia. Las rocas basálticas son muy poco frecuentes en
los confines de la Cordillera de los Andes, pero aún no se posee suficiente información.
Esta actividad volcánica relacionada, que se inició en el Pleistoceno, aún continúa.
Baldock define dos etapas dentro del Terciario una Pre-oligoceno y otra Post-Eoceno.
En la primera la ausencia de rocas autóctonas del Paleoceno en la mayor parte del
Ecuador, sugieren un periodo de deformación o levantamiento en el Terciario inferior.
Esta fase (Incaica) de la orogenia andina estuvo acompañada o precedida por
plutonismo y volcanismo en el Sur de la Sierra, donde existen varías intrusiones del
Cretácico Superior – Terciario Inferior, una secuencia volcano- sedimentaria del
Paleoceno (Grupo Sacapalca) fue depositado en la cuenca Huancabamba-Cariamanga.
Las cuencas sedimentarias Ante-Arco del Terciario de la Costa continuaron siendo
separadas de la cuenca Oriente de Tras-Arco no sólo por el arco volcánico
periódicamente inactivo, sino también por el macizo emergente de la Proto-Cordillera
Real. La sedimentación de capas rojas (formación Tiyuyacu) permaneció dominante en
el Oriente, calizas arrecifales a veces interestratificadas con volcánicos se desarrollaron
a lo largo del Arco – Macuchi, en el Eoceno Medio (formación Unacota), mientras el
flysch calcáreo turbiditico (formaciones San Eduardo y Ostiones) derivado de estos
arrecifes de borde fue depositado en cuencas de aguas más profundas en la actual región
costera. Durante el Eoceno Superior la cuenca Ante-Arco de la Costa fue una zona
inestable que desarrollo tres zonas de depositación importantes (y varias menores).
Rocas alóctonas del Cretácico al Eoceno (Complejo Olistostrómico Santa Elena) fueron
depositadas caóticamente en la cuenca profunda Progreso, mientras que una
sedimentación normal continuó en la cuenca más superficial Manabí (formaciones: San
Mateo-Punta blanca) y en la cuenca Borbón (formación Zapallo). Es incierto si el
levantamiento de la Cordillera Chongon–Colonche con rumbo WNW dio lugar al
emplazamiento del complejo Olistostrómico o si fue un evento posterior.
El Diastrofísmo del Eoceno Superior / Oligoceno Inferior (Orogenia Andina, fase
Quechua) afectó principalmente a la Sierra: el metamorfismo fue localmente importante
(Grupo Paute). El plutonismo y la deformación estuvieron presentes en todas partes: el
plegamiento y fracturamiento de la secuencia del Cretácico-Terciario Inferior,
ocurrieron durante el emplazamiento tectónico del Arco Volcánico en la Cordillera, los
plegamientos y cabalgamientos probablemente empezaron a lo largo de la zona de falla
subandina, contribuyendo al levantamiento de los Proto-Andes.
En la Orogenia del Post-Eoceno el volcanismo recomenzó en el Sur y en la Sierra
central (Grupo Saraguro) durante el Oligoceno y continuó en el Mioceno, pero en el
norte no existe actualmente evidencia de actividad volcánica hasta el Mioceno y
Plioceno Inferior (formación Pisayambo). La sedimentación sucedió desde el Oligoceno
Superior, en todo el Mioceno y hasta el Plioceno, en cuencas marinas parcialmente
separadas y controladas por fallas, dentro de las cuencas de Ante-Arco de la Costa,
como en la cuenca continental Tras-arco del Oriente. Los sedimentos del Mioceno
fueron depositados también dentro de cuencas intermontanas en la Cordillera
progresivamente levantada. Plutonismo del Mioceno fue evidentemente abundante en
la Cordillera Occidental. Gran parte del levantamiento de los Andes Ecuatorianos es del
Neogeno Superior, en el cinturón subandino plegado y fallado de tras-arco, la
deformación tardía causó el plegamiento de los sedimentos del Mioceno y formaron los
levantamientos Cutucú y Napo. El arqueamiento de la Sierra levantada indujo a un
régimen tensional y al desarrollo del Valle Interandino, limitados por fallas normales
reactivadas.
B.G.S. En el Oriente se depositan los sedimentos continentales de las formaciones
Tiyuyacu, Chalcana. Arajuno, Curaray y Chambira.
En la Cordillera Occidental aparece una secuencia de arco insular con sedimentos
volcanoclásticos y andesita basálticas, perteneciente a la formación Macuchi, que
culmina con las calizas arrecifales de la formación Unacota y las turbiditas de la
Unidad Apagua, datadas del Eoceno medio a superior. Localmente, la formación
Macuchi subyace a las capas rojas de la formación Silante.
En el sur de la Sierra, afloran intrusiones granodioriticas datadas como Paleoceno-
Eoceno y asociadas con la formación volcánica continental (?) Sacapalca. Se instala el
arco volcánico continental representado por los materiales volcánicos Oligocénicos
Saraguro de composición andesítica, que en el Mioceno evolucionan a rocas más ácidas
que conforman los volcánicos Pisayambo.
En el Mioceno, contemporáneamente con el Volcanismo Pisayambo y debido a efectos
tectónicos, se forman pequeñas cuencas intramontañosas continentales en la Sierra,
entre las que se destacan las de Cuenca, Nabón, Girón-Santa Isabel, Loja, Malacatos-
Vilcabamba y Zumba.
En la costa aparecen los depósitos turbidíticos paleocénicos y eocénicos de los Grupos
Azucar y Ancón, las calizas turbidíticas de la formación San Eduardo-Ostiones y el
flysch de la formación Zapallo San Mateo.
En la cuenca de la Costa, dividida en las subcuencas de Progreso, Manabí y Borbón se
produce una sedimentación marina litoral. La secuencia del oligoceno superior al
Mioceno terminal tuvo una sedimentación homogénea y esta representada por la
formación Tosagua, seguida por las formaciones Subibaja / Viche y por la formación
Progreso / Grupo Zarumilla con las formaciones contemporáneas del Grupo Daule.
En reportes de la Cordillera Occidental (BGS-PRODEMINCA 1997-2000). La zona de
estudio correspondiente a los 2° y 3° S, las Unidades Pallatanga y Yunguilla están al
noroeste de la falla Multitud, la cual separa a éstas del cinturón deformado (más joven),
las turbiditas del Grupo Angamarca de edad Paleoceno a Eoceno. Los cinturones más
jóvenes están limitados a lo largo del margen noroccidental por la falla Chimbo – Cañi,
a lo largo de la cual yace otro terreno aloctono que consiste de rocas volcánicas
basálticas y andesiticas y lavas de la Unidad Macuchi, la cual representa un arco de islas
acrecionado del Eoceno temprano y posiblemente de edad Paleoceno.
El Grupo Angamarca es una nueva Unidad lito estratigráfica que consta de las
formaciones Apagua, Gallo Rumi, Pilaló y Rumi Cruz. Los contactos occidentales de
del Grupo Angamarca con la Unidad Macuchi están interpretados como fallados. El
contacto oriental con el Grupo Zumbagua es discordante.
El Paleoceno-Eoceno compuesto por el arco del Grupo Sacapalca, un arco del
Oligoceno al Mioceno temprano representado por el Grupo Saraguro que consiste de
depósitos piroclásticos andesíticos a riolíticos, roca volcánicas y volcanoclasticas
Miocénicas del los “Volcánicos Pisayambo y las secuencias recientes del Plio-
Pleistoceno que localmente se extienden dentro del graven intermontano, por ejemplo la
Formación Turi. Algunas de estas secuencias volcánicas son pobremente definidas y
datadas, por lo tanto pueden contener productos volcánicos de más de una fase o
actividad.
Estudios recientes en la Cordillera Occidental, en la zona situada al sur este de la Falla
Bulubulu, indican la presencia de un basamento de rocas metamórficas sobreyacidas por
un margen continental Cenozoico de rocas volcánicas calcoalcalinas de composición
ácida intemedia. En esta zona se incluye el recientemente definido Grupo Saraguro de
edad Eoceno Medio a Eoceno Temprano y las formaciones Cisarán y Quimsacocha de
edad Mioceno tardío. Sedimentos de la cuenca intermontana de Cuenca aparecen a lo
largo del margen oriental del área en el sur este. Estos son de origen fluvial, pero
también contienen capas lacustres y fósiles, evidencia de incursiones marinas
(Steinmann, 1997b). Unidades de la cuenca las cuales chocan en los márgenes del área
incluyen en el Mioceno Medio al Grupo Ayancay y en el Mioceno Tardío a la
formación Turi.
El Grupo Ayancay forma parte de la secuencia sedimentaria de la cuenca de Cuenca
situada a lo largo del margen oriental de Cuenca.
El término Grupo Ayancay fue usado primero por el proyecto Programa de Desarrollo
de las Naciones Unidas el cual se encargó de realizar una evaluación de los depósitos de
carbón de la cuenca de Cuenca (UNDP,1969).
Dentro de la cuenca de Cuenca el grupo cosiste de las formaciones Mangan y Santa
Rosa (Bristow y Hoffstetter, 1977; Bristow y Parodiz, 1982). Estos son de origen fluvial
y están compuestos predominantemente por una secuencia de areniscas alternando con
lodolitas, limolitas, con raras tobas, capas de carbón y conglomerados.
El Grupo Ayancay descansa discordantemente sobre el Grupo Saraguro y es
sobreyacido por la formación Turi. Depósitos del Grupo Ayancay empezaron en algún
tiempo después de 18 Ma y finalizó alrededor de los 10 Ma. (Hungerbühler, 1997).
Los “Volcánicos Pisayambo” descritos en el Mapa Geológico Nacional (1993),
corresponden a los denominados en este estudio como Grupo Zumbagua, que consiste
en una secuencia de rocas volcano sedimentarias, el mismo que cubre gran parte de las
hojas geológicas de Latacunga y Sigchos y se encuentra ausente en el área al noreste de
la Falla Toachi – Toacaso. Su exposición es generalmente buena, especialmente a lo
largo de la carretera Zumbagua – Pujilí y en el alto páramo al sureste de Sigchos y al
noroccidente de Pujilí. La edad precisa del grupo Zumbagua en el área de estudio fue
desconocida en el presente estudio. Mediante ensayos de fission track en zirconio se
obtuvo 5 edades (Steinmann, 1977) de muestras pobremente clasificadas de areniscas de
grano grueso. Los errores relativamente altos son el resultado de la pequeña población
de zircón y/o el bajo contenido de uranio. Sin embargo, los datos indican que el Grupo
Zumbagua es del Mioceno Medio a tardío o de edad más joven.
CUATERNARIO.
Sauer
Los afloramientos de rocas volcánicas y el vulcanismo final esta representado por los
volcanes el Reventador, Sangay y el Tungurahua arrojando lavas basálticas básicas.
Muchas zonas mineralizadas económicamente importantes están relacionadas con las
intrusiones mencionadas.
Es en el Pleistoceno cuando en la zona cordillerana se inicia el levantamiento
epirogénico en ritmos y grados desiguales en gran escala, en especial en la parte
septentrional de los andes, lo que produjo un graben en la zona norte interandina, con
sistemas de fallas y grietas transversales y longitudinales, dando origen estas últimas a
volcanes. En las fallas de las zonas rupturales, la fricción entre las masas movidas ha
producido hasta la presente temblores y terremotos.
Vulcanismo Pleistocénico: Los volcanes nacieron y se apagaron en especial en este
período, arrojando enormes cantidades de materiales sueltos además de lavas
compactas. El transporte y depositación de masas de diverso grado de pulverización
originó la llamada Formación Cangahua parecida al Loess con intercalación de
glaciaciones. Es un importantísimo horizonte guía la Coprinisphera ecuadoriensis del
tercero y último interglaciar. Las Islas Galápagos se originan en los últimos períodos del
Pleistoceno.
Tanto el vulcanismo Cuaternario, como las glaciaciones de la misma época, están
influenciadas en mayor escala por los levantamientos y hundimientos epirogénicos del
país. Se han definido 4 principales períodos glaciares con descensos de hasta 2000 m,
evidenciados por presencia de morrenas o huellas de erosión, más intensas al norte del
país. Es producto postglaciar una cubierta débil de cangahua eólica, separada por una
capa oscura de suelo fósil o discordancias de erosión.
En el litoral tres fases distintas de levantamiento epirogénico, interrumpidos por
períodos de cesación de movimiento, formaron con la ayuda de la abrasión marina tres
tablazos. En el oriente se presentan extensísimas mesetas pleistocénicas de material
volcánico de sedimentación fluvial (Pastaza 100 km de radio).
Los sedimentos aluviales son de menor potencia, en ciertos casos tiene importancia
económica (lavaderos auríferos, playas con potentes estratos de magnetita).
I.F.P. En la planicie costera el Cuaternario se caracteriza por terrazas marinas cerca a la
costa y por extensos depósitos fluviales de arcilla negra en el interior, los cuales dan
lugar a planicies fértiles. En el Oriente una gran cantidad de los sedimentos más
antiguos y Terciarios se encuentran cubiertos por guijarros Cuateranarios gruesos de
características molásicas. Es típico de las regiones Andinas el pie de monte intra-
montaña y los escombros piroclásticos gruesos; además es notorio, particularmente en
los valles cordilleranos, actividad fluvio-glacial y glacial conjuntamente con sus
depósitos asociados.
Baldock El continuo volcanismo (Grupo Latacunga, Altar, Sicalpa + formación
Tarqui) y el levantamiento / erosión en la Sierra permitió la acumulación de potentes
depósitos de Piedemonte y terrazas, sobre las regiones subandina y occidental del
Oriente (formaciones Mesa (Rotuno) y Mera). El levantamiento de los cerros costeros
(rotura fosa-pendiente?) causó un eje de deposición en la costa situado al Este, muy
cerca de la Sierra, de modo que una secuencia Cuaternaria de gran volumen
(formaciones San Tadeo, Pichilingue) ocupa la cuenca Guayas y continúa hacia el Sur
en el golfo de Guayaquil, que hasta la actualidad soporta una activa sedimentación tal
como otras cuencas menores de margen continental.
Costa afuera una dispersión lenta de corteza oceánica del Neogeno originado en el eje
de dispersión E-W, dio lugar a la Cordillera Carnegie de gran volumen: volcanismo
renovado del Plio-Cuaternario en una región de corteza débil (Punto caliente) formó a
las islas Galápagos. Subducción debajo del actual sistema de fosa Colombia-Ecuador se
refleja por la continuidad volcánica (Grupo Cangagua, Cotopaxi) en los Andes
Ecuatorianos.
B.G.S. en el Plio / Cuaternario, en la parte sur – central se depositaron en ambiente de
estuario las formaciones Puná, Balzar y Tablazo, en tanto que en la parte central-norte
se depositan las formaciones Canoa, Pichilingue y San Tadeo, con mayor influencia
continental. La secuencia termina en el Cuaternario con abanicos aluviales y depósitos
de estuario.
Las islas Galápagos están formadas por dos grupos de escudo volcanes basálticos. Las
islas más antiguas erosionadas y con sedimentos marinos, están atribuidas al Plioceno,
mientras que las islas jóvenes incluyen volcanes con actividad reciente.
TECTONICA.
Wolf en su descripción geológica del Ecuador, en sus travesías no define ningún tipo
de estructuras geológicas, solamente define contactos geológicos.
Sauer en su mapa publicado en 1970, identifica estructuras geológicas en todo el
territorio Ecuatoriano. Una de las fallas más interesantes definidas es la que separa los
metamórficos de la cordillera Real y la zona subandiana, identificándola como una falla
de superposición (falla de cabalgamiento), en sentido Oeste a Este.
I.F.P. La estructura geológica básica del Ecuador se caracteriza por fallas principales
con rumbo N o N-NE de edad Terciaria a Reciente. Se ha observado varías fallas de
empuje de bajo ángulo e invertidas a lo largo de la ladera este de la Cordillera Oriental,
las cuales además afectan a los sedimentos Terciarios dentro de las cuencas
sedimentarías interandinas controladas por el graben. Otra importante serie de fallas está
conformada por aquellas con orientación E-W. A pesar de la posibilidad de que hayan
ocurrido movimientos recientes a lo largo de estas estructuras, se cree son de edad
Cretácica Superior o quizás más antiguas en origen. Muy rara vez están asociadas con
basaltos de olivino, los cuales de otra forma no son comunes. Sin embargo que
generalmente estas estructuras E-W carecen de prominencia debido a la actividad
estructural y volcánica posterior, se las considera como parte extremadamente
importante del tectónismo pre-Andino y Andino. Es digna de mención su relación con
concentraciones minerales económicas y metalogénicas a lo largo del cinturón Andino.
Baldock la geología del Ecuador exhibe tanto similitudes muy claras como fuertes
diferencias en comparación con las del Perú al sur y con las de Colombia al norte. La
zona de sutura Guayaquil-Babahoyo-Santo Domingo con un rumbo al NNE que separa
la litosfera continental al Este, de la corteza oceánica antigua al Oeste. La naturaleza de
la zona de sutura Guayaquil es incierta: puede tener conexión con el sistema de la falla
Romeral en Colombia. Cuerpos ultra básicos pequeños, emplazados tectónicamente
están asociados con esta estructura.
Durante el Cretácico el borde de la placa continental sudamericana estuvo limitado al
Oeste por la corteza oceánica del Mesozoico que estaba siendo subducida debajo de la
misma. A lo largo de la Sección Ecuatoriana de este sistema de fosa, la subducción fue
oblicua a la margen continental resultando en la formación de una falla importante de
transformación (sutura ancestral Guayaquil) en el límite de la placa.
La transformación de las fuerzas tangenciales para acomodar subducción oblicua guió
hacia un cizallamiento episódico a lo largo de la sutura Guayaquil y hacia la formación
de series ramificadas de importantes fallas destrales (cola de caballo), que penetraron,
empujaron (bajaron), y finalmente emplazaron tectónicamente al Arco-Volcánico del
cretácico Superior-Terciario Inferior hacia su posición actual contra la proto Cordillera
Real.
La fase de tectonismo en el Eoceno superior / Oligoceno inferior, fue causado por
desarrollo de un nuevo sistema de subducción (como resultado de la reorganización de
la placa en el Pacífico; durante este tiempo) (Herron, 1972), con una fosa más hacia el
océano, aislando a una enorme región de corteza oceánica inactiva (Mesozoica), la que
llego acrecionarse a la placa continental.
La posterior reorientación del sistema de la placa Pacifico ocurrió en el neógeno
superior (Rea y Malfait, 1974), resultando indirectamente en un levantamiento andino
con un componente compresional causando corrimiento hacia el Este, especialmente en
el cinturón de plegamiento y corrimiento de tras-arco. La deformación y el
levantamiento por tectonismo vertical fueron dominantes y muchas de las antiguas
zonas destrales de cizalla fueron reactivadas, principalmente como fallas con un
movimiento en sentido vertical.
El arqueamiento tardío de la Cordillera levantada causó un régimen tensional y permitió
el fallamiento en bloques ampliamente distribuidos y la formación del Valle Interandino
a lo largo de algunas de estas fallas más antiguas con rumbo de N-S.
La B.G.S en su mapa geológico representa las diferentes fallas sin describir de que tipo
son (normales, inversa, destrales, etc,) limitando una fácil interpretación del mismo.
Los terrenos Loja, Amotape y Chaucha constituyen el basamento de rocas metamórficas
probablemente derivadas de rocas sedimentarias Paleozoicas y en menor proporción por
rocas oceánicas metamorfizadas alrededor de 228 Ma (Triásico tardío), dando origen a
la formación de granitos peraluminicos en corteza continental. Los eventos tectono –
metamórficos subsiguientes han borrado las evidencias paleogeográficas, sin embargo
en el Oriente se preservan depósitos marinos paleozoicos de plataforma continental los
cuales están superpuestos al tramo autóctono sudamericano.
El escenario geotectónico del Jurasico está mejor definido. Se infiere un proceso de
subducción con una arco insular oceánico (terreno Alao) y una cuenca de tras-arco con
depósitos marinos del Jurásico superior (fms. Chapiza-Masahuallí) juntos con los arcos
plutónicos jurasicos (Abitagua-Zamora y Azafran-Chingual). Es posible que el terreno
Salado sea parte de una secuencia cuenca marginal volcano-sedimentaria jurásica.
La colisión final del Jurásico superior-Cretácico inferior, genera las suturas de Peltetec
y Raspas con movimiento dextral transgresional, reunificando los terrenos Chaucha,
Loja y Amotape, con desmembramiento del arco insular Alao y clausura de la cuenca.
La unidad Guamote, de sedimentos marinos puede pertenecer al terreno Chaucha como
su margen pasivo. La colisión Peltetec fue responsable del metamorfismo de las rocas
Jurasicas de la Cordillera Real, de los grandes “napas” de Cuyuja, y de fallas
transcurrentes regionales como la de Baños y la de Cosanga que limita la zona
cratónica.
En el Cretácico Inferior se desarrolla el terreno oceánico Piñón al occidente ecuatoriano
(fms Piñón y Celica). Ya en el Cretácico Superior, se depositan los volcano-sedimentos
de cuenca marginal (fms Cayo, Alamor) en subsidencia, que culmina con los depósitos
flychoides profundos (fm Yunguilla) en el Maestrichtiense.
La proto-Cordillera Real probablemente constituyo un elemento parcialmente positivo,
que aislaba la cuenca oriental donde se depositaron los sedimentos de plataforma del
Aptiense-Albiense (fm Hollín), derivados del este, seguidos por los depósitos
transgresivos (fn Napo) de la penetración marina del norte y sur. En el Maestrichtiense-
Paleoceno, la regresión marina permite la depositación de las capas rojas marino-
continentales (fm Tena), derivados del oeste.
En el Paleoceno-Eoceno se desarrollan el arco insular Macuchi y el prisma de acreción
Azúcar-Ancón sobre el terreno Piñón. El arco culmina con los depósitos arrecifales y la
generación de una cuenca intra-arco (unidad Apagua). La acresión final del arco ocurre
en el Eoceno superior-Oligoceno inferior, coincidiendo con la fase tectónica principal
andina, denominada Incaica en el Perú. En el Ecuador, por falta de dataciones es mal
conocida la evolución geológica entre la fase tectónica Incaica y la fase de
reorganización de las placas en el Pacifico ocurrida hace 26-28 Ma.
Con la formación y consecuente subducción de la placa Nazca a expensas de la
reorganización de la placa Farallón, en el Oligoceno se desarrolla el arco volcánico
continental, con la formación de cuencas-intramontañosas, de cuencas de ante-arco en la
costa y la cuenca mayor de tras-arco en el Oriente. Dentro de la placa Nazca forman las
islas Galápagos por volcanismo relacionado con un punto caliente.
El levantamiento mayor de los Andes ocurre en el Plioceno, coincidiendo con los
últimos episodios de la fase tectónica Quechua del Perú. La división morfoestructural de
los Andes Ecuatorianos responde a la utilización de las estructuras frágiles Plio-
Cuaternarias, de las suturas y fallas fundamentales antiguas.
BIBLIOGRAFÍA
Teodoro Wolf, Geografía y Geología del Ecuador.
Walter Sauer, 1950, Contribuciones para el conocimiento del cuaternario en el
Ecuador.
Walter Sauer, 1965, Geología del Ecuador
J. W. Baldock, 1982, Boletín de la explicación del Mapa Geológico de la República del
Ecuador escala: 1:1000000.
Pierre J. Goossens, 1970, Geología del Ecuador (Nota explicativa para el mapa
geológico de la República del Ecuador, escala: 1:500000)