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Hornero 32(1):1–6, 2017 ETNO-ORNITOLOGÍA: UNA CIENCIA QUE TODOS SABEN CELESTE MEDRANO 1 , FERNANDO ZAMUDIO 2 Y JAVIER LOPEZ DE CASENAVE 3 1 Instituto de Ciencias Antropológicas (CONICET). Necochea 3929, 3000 Santa Fe, Santa Fe, Argentina. [email protected] 2 Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), CONICET y Universidad Nacional de Córdoba. Av. Vélez Sarsfield 1611, Casilla de Correo 495, X5000HVA Córdoba, Córdoba, Argentina. 3 Depto. Ecología, Genética y Evolución, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires. Piso 4, Pab. 2, Ciudad Universitaria, C1428EHA Buenos Aires, Argentina. Editorial ¿De qué hablamos cuando hablamos de etno-ornitología? Una primera explicación podría ser que se trata de una subdisciplina dentro de una rama científica denominada etnozoología dedicada a indagar sobre las rela- ciones (tangibles e intangibles) entre los ani- males y los humanos. Así, definiríamos de manera general a la etno-ornitología como el “estudio de la relación entre las aves, las per- sonas y las sociedades” 1 . Esta definición, una entre muchas otras, aunque permite englobar una multiplicidad de abordajes, parece no ser suficiente para abarcar la complejidad emprendida por quienes se dedican a estos estudios. Sonia Tidemann y sus colaboradores, ensayando una definición más acabada, pro- ponen que “la etno-ornitología es útil porque se refiere al amplio complejo de interrelacio- nes entre las aves, los seres humanos y todos los demás seres vivientes y no vivientes, tanto en las esferas terrestres o extraterrestres como en las del cuerpo o el espíritu” 2 . Considerando lo dicho, este número especial de El Hornero dedicado a la etno-ornitología pretende ser una muestra de las complejidades que afron- tan quienes se dedican a estos temas y de los diferentes enfoques y posturas que adoptan. Procura, además, que se develen para los lec- tores tanto las sugestivas conclusiones de las diversas propuestas como los conflictos en los que se sumergen los científicos cuando se aso- man a ellas. En esta editorial, por otra parte, proponemos un recorrido que resume la situa- ción de la etno-ornitología respecto a otras etnociencias en América del Sur y, en particu- lar, en Argentina. Pretendemos plasmar cuá- les han sido los avances más sustanciales en la disciplina, reflexionar sobre el tinte de los diversos aportes publicados y, finalmente, plantear los desafíos que, pensamos, deben encarar quienes hacen etno-ornitología. En 1914 (¡hace solamente un poco más de 100 años!), Junius Henderson y John Harring- ton publicaron la etnozoología de los tewa, un grupo indígena estadounidense 3 . Desde entonces y hasta hoy, las contribuciones refe- ridas a las relaciones entre los animales y las poblaciones locales han crecido significativa- mente, pero siempre se han mantenido en inferioridad numérica respecto a los aportes etnobotánicos (los que abordan la relación entre las plantas y los humanos 4 ). Hacia 1980 comenzaron a aparecer algunos trabajos vin- culados a la relación entre los humanos y las aves 5 , aunque en escaso número. En México, Marco Antonio Vásquez-Dávila llevó adelante un fecundo proyecto para documentar las relaciones entre las aves y las personas. Con su equipo de trabajo publicaron las compila- ciones Aves y huertos de México 6 y Aves, personas y culturas 7 , que compendian abordajes lleva- dos a cabo en México, Panamá y Colombia. En Brasil hay producciones vinculadas con dos tipos de aproximaciones: por un lado, Eraldo Medeiros Costa-Neto y sus discípulos discuten información etno-ornitológica obte-

ETNO-ORNITOLOGÍA: UNA CIENCIA QUE TODOS SABEN

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2017 NÚMERO ESPECIAL – ETNO-ORNITOLOGÍA 1

Hornero 32(1):1–6, 2017

ETNO-ORNITOLOGÍA: UNA CIENCIA QUE TODOS SABEN

CELESTE MEDRANO 1, FERNANDO ZAMUDIO 2 Y JAVIER LOPEZ DE CASENAVE 3

1 Instituto de Ciencias Antropológicas (CONICET). Necochea 3929, 3000 Santa Fe, Santa Fe, [email protected]

2 Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), CONICET y Universidad Nacional de Córdoba.Av. Vélez Sarsfield 1611, Casilla de Correo 495, X5000HVA Córdoba, Córdoba, Argentina.

3 Depto. Ecología, Genética y Evolución, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires.Piso 4, Pab. 2, Ciudad Universitaria, C1428EHA Buenos Aires, Argentina.

Editorial

¿De qué hablamos cuando hablamos deetno-ornitología? Una primera explicaciónpodría ser que se trata de una subdisciplinadentro de una rama científica denominadaetnozoología dedicada a indagar sobre las rela-ciones (tangibles e intangibles) entre los ani-males y los humanos. Así, definiríamos demanera general a la etno-ornitología como el“estudio de la relación entre las aves, las per-sonas y las sociedades” 1. Esta definición, unaentre muchas otras, aunque permite englobaruna multiplicidad de abordajes, parece no sersuficiente para abarcar la complejidademprendida por quienes se dedican a estosestudios. Sonia Tidemann y sus colaboradores,ensayando una definición más acabada, pro-ponen que “la etno-ornitología es útil porquese refiere al amplio complejo de interrelacio-nes entre las aves, los seres humanos y todoslos demás seres vivientes y no vivientes, tantoen las esferas terrestres o extraterrestres comoen las del cuerpo o el espíritu” 2. Considerandolo dicho, este número especial de El Hornerodedicado a la etno-ornitología pretende seruna muestra de las complejidades que afron-tan quienes se dedican a estos temas y de losdiferentes enfoques y posturas que adoptan.Procura, además, que se develen para los lec-tores tanto las sugestivas conclusiones de lasdiversas propuestas como los conflictos en losque se sumergen los científicos cuando se aso-man a ellas. En esta editorial, por otra parte,proponemos un recorrido que resume la situa-

ción de la etno-ornitología respecto a otrasetnociencias en América del Sur y, en particu-lar, en Argentina. Pretendemos plasmar cuá-les han sido los avances más sustanciales enla disciplina, reflexionar sobre el tinte de losdiversos aportes publicados y, finalmente,plantear los desafíos que, pensamos, debenencarar quienes hacen etno-ornitología.

En 1914 (¡hace solamente un poco más de100 años!), Junius Henderson y John Harring-ton publicaron la etnozoología de los tewa, ungrupo indígena estadounidense 3. Desdeentonces y hasta hoy, las contribuciones refe-ridas a las relaciones entre los animales y laspoblaciones locales han crecido significativa-mente, pero siempre se han mantenido eninferioridad numérica respecto a los aportesetnobotánicos (los que abordan la relaciónentre las plantas y los humanos 4). Hacia 1980comenzaron a aparecer algunos trabajos vin-culados a la relación entre los humanos y lasaves 5, aunque en escaso número. En México,Marco Antonio Vásquez-Dávila llevó adelanteun fecundo proyecto para documentar lasrelaciones entre las aves y las personas. Consu equipo de trabajo publicaron las compila-ciones Aves y huertos de México 6 y Aves, personasy culturas 7, que compendian abordajes lleva-dos a cabo en México, Panamá y Colombia.En Brasil hay producciones vinculadas condos tipos de aproximaciones: por un lado,Eraldo Medeiros Costa-Neto y sus discípulosdiscuten información etno-ornitológica obte-

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nida mediante técnicas principalmente cuali-tativas; por el otro, Rômulo Romeu NóbregaAlves y sus estudiantes desarrollan líneas fuer-temente cuantitativas. En Chile se encuentranlas numerosas publicaciones de Ricardo Rozziy sus colaboradores, una de las cuales (la Guíamulti-étnica de aves de los bosques subantárticosde Sudamérica 8) representa un interesanteavance hacia el diálogo de saberes al que aspi-ran las etnociencias. Este breve aunque noexhaustivo compendio deja entrever que noexisten muchos grupos de investigación quese dediquen a estudiar sistemáticamente lasrelaciones entre los humanos y las aves, altiempo que también son escasas las propues-tas etno-ornitológicas en el marco de investi-gaciones más generales sobre la relaciónanimal–humano. Esto posiblemente se debaa la naturaleza general de los estudios etno-biológicos, los cuales se encuentran atravesa-dos por un eje que pone el acento en lossaberes humanos sobre el entorno (y no en elgrupo taxonómico en sí), donde los investiga-dores generalmente buscan aproximarse a tra-vés de los ojos de los otros.

En Argentina, el primer trabajo sobre la temá-tica se concentra en el conocimiento mbya-guaraní acerca de las aves y fue publicado porMarylin Cebolla Badie 9. Algunos años des-pués, Pastor Arenas y Gustavo Porini publi-can Las aves en la vida de los tobas del oeste de laprovincia de Formosa (Argentina) 10 y, el mismoaño, la antropóloga Alejandra Siffredi pre-sentó la etno-ornitología y ecocosmología delos nivaclé 11. En 2016 se publican dos contri-buciones referentes a las relaciones pasadas ypresentes entre el Ñandú (Rhea americana) ylos indígenas del Gran Chaco 12,13, completandoasí la sucinta lista de contribuciones etno-ornitológicas argentinas. El aporte de las inves-tigaciones de corte lingüístico, aunque escasas,también han sido de inestimable valor paraentender algunos detalles etno-ornitológicos 14.

Más allá de las contribuciones pioneras sobrela disciplina antes mencionadas, es posiblerastrear los vínculos históricos que las aveshan edificado con los humanos en numero-sas fuentes de inestimable valor. Ejemplos deello son los escritos de los jesuitas que misio-naron en territorio argentino en el siglo XVIIIy los de los viajeros del siglo XIX. Por su parte,aportes arqueofaunísticos como los de LauraMameli 15 reflejan el uso histórico que hicieron

de las aves los habitantes del archipiélago fue-guino y se puede encontrar rica informaciónen contribuciones de corte folclórico, como porejemplo Aves argentinas y sus leyendas 16, de Car-los Villafuerte. Tal vez podrían ser incluidasaquí algunas antiguas contribuciones apare-cidas en las páginas de El Hornero, como lasde las series “La ornitología fantástica de losconquistadores” de Aníbal Cardoso (publicadaentre 1918–1919) y “Las aves en el folkloresudamericano” de Roberto Lehmann-Nitsche(1922–1929) o los breves aportes de Bertoni 17

y Carman 18. El conjunto de estas fuentes con-forma un auténtico andamiaje que enriquececon claves históricas las etno-ornitologías delpresente.

Como puede apreciarse, las contribucionesvinculadas al tema en sentido estricto sonescasas, más aún si se tiene en cuenta que lasaves conforman un taxón ampliamente diver-sificado. No obstante, en los últimos años sehan realizado importantes avances en la mate-ria a nivel global. Un primer ejemplo es lapublicación en 2010 de Ethno-ornithology 19,una compilación que ha inspirado muchasotras porque tiene la virtud de compendiar laamplia diversidad de enfoques por los quediscurre el estudio de las relaciones entre lasaves y los distintos pueblos indígenas. Otroejemplo, quizás el más novedoso, es el delEthno-ornithology World Archive (EWA), unabase de datos abierta para la conservación bio-cultural propuesta por Andrew Gosler y cola-boradores de la Universidad de Oxford yBirdLife International, que se propone “invo-lucrar, a nivel mundial, a diversos miembrosde pueblos indígenas y comunidades locales,sectores público y privado, líderes comunita-rios y ornitólogos” para la creación de “unabase de datos digital para la documentación,investigación, difusión y aplicación sobreetno-ornitología” 20. Esta propuesta, vinculadaa los proyectos de ciencia ciudadana en fun-cionamiento 21, conserva el planteamiento cen-tral de las etnociencias que se puede resumiren un acercamiento y entendimiento mutuoentre poblaciones locales y conservacionistas,mejores prácticas para la construcción de rela-ciones respetuosas y recíprocas entre lascomunidades y los investigadores no localesen entornos digitales y el potencial para lainvestigación etno-ornitológica comparativa,utilizando esa base de datos como recurso

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valioso para la enseñanza y el aprendizajeactivo de la sociedad como un todo. Final-mente, en 2016 se publicó un número espe-cial sobre etno-ornitología en la Revista Chilenade Ornitología, coordinado por Tomás Ibarra yCristóbal Pizarro 22, conformando un aportesudamericano elocuente que aboga por estu-dios interdisciplinarios, interculturales eintergeneracionales de las relaciones entre lasaves y los humanos.

Este número especial de El Hornero nace conel afán de responder a los avances en etno-ornitología mencionados más arriba. El pro-yecto germinó en 2015 en el marco de la XVIReunión Argentina de Ornitología; allí sedesarrolló un simposio, quizás el primero,cuyas preocupaciones eran pensar los intrin-cados vínculos materiales e inmateriales entrelas aves, los humanos y sus entornos. Luegodel evento, cristalizó la necesidad de una con-tribución argentina sobre la materia. Parahacer justicia, queremos agradecer especial-mente a Horacio Matarasso por animarnos, enaquella reunión en La Plata, a llevar adelanteel proyecto editorial que concluyó con lapublicación de este número especial.

Los 15 artículos que conforman este númeroson una muestra del abanico de teorías, técni-cas y enfoques que la etnobiología tiene paraaportar al estudio de las interrelaciones entrela naturaleza y la sociedad y, en particular,entre las aves y los pobladores locales de diver-sas adscripciones culturales a lo largo de Amé-rica Latina. Desde una perspectiva histórica,constituye un material fundante del tema enArgentina, en el sentido que es la primeracompilación de investigaciones en formato deartículos que una revista nacional emprendeespecíficamente sobre la temática y queincluye trabajos realizados por colegas de Bra-sil, Chile, México y Argentina. A su vez, y deforma enfática, el número especial deja bienen claro algunos de los principales debates queinternamente, y en diálogo con la biología yla antropología, se deben dar para lograr una“etnobiología regional integradora”. Estosdebates deben propiciar la discusión sobrediferentes tópicos teóricos, metodológicos ysobre las perspectivas desde donde la etno-biología, los etnobiólogos y las etnobiólogasse posicionan. Y, principalmente, retomar lasconclusiones a la hora de analizar las formasde relacionamiento que aquellos “otros” (con

cosmologías y realidades diferentes a las deno-minadas occidentales) entablan con lo quecada colectivo engloba dentro de la etiqueta“aves”.

Estas investigaciones han sido realizadas ensimilar número por investigadores provenien-tes de la antropología y la biología 23, situaciónque es particular, ya que en la etnobotánicapredominan las contribuciones emprendidaspor biólogos. Sin intentar hacer una estadísticaexhaustiva sobre la tendencia en las formacio-nes académicas de los autores de estos traba-jos, se puede remarcar el hecho de que losbagajes académicos de quienes participan eneste número especial indefectiblemente plan-tean posicionamientos y enfoques teóricos ymetodológicos diferentes, que en ocasionesinclusive se confrontan.

Entre los debates y controversias que la etno-ornitología debe plantearse, identificados apartir de las discusiones bosquejadas en estenúmero especial, podemos mencionar lossiguientes. Por un lado, debe examinarse elpapel de ciertas aves como anunciadoras (los“ornitoaugurios” de José Geraldo Marques 24),tópico que se encuentra presente en muchosde los artículos aquí presentados y en las etno-ornitologías en general. Esto plantea la nece-sidad de revisar cómo los investigadoresclasifican y entienden a las aves y su funciona-lidad o simbolismo asociado a los augurios.También debe replantearse el significado quehay detrás de una “comunicación” entrehumanos y aves en contextos ontológicosamerindios (en los cuales la distinción entrenaturaleza y cultura no es operativa), perotambién entre grupos de criollos o mestizosdonde los augurios de las aves tensionan lavida de las personas. Relacionado a esto, elllamado “giro ontológico” formulado desde laantropología propone nuevas formas de anali-zar las relaciones entre animales y humanos(y entre aves y humanos 25), que son retoma-das por los biólogos, en ocasiones, de unamanera un tanto simplista, desestimando lascomplejidades que poseen los marcos teóri-cos de las ciencias sociales, al igual que los delas ciencias exactas, en particular la ecología yla etología. Es evidente, entonces, en pos desuperar lo esbozado, la necesidad de llevar acabo cruces interdisciplinarios protagonizadospor colectivos y no por sujetos individuales ogrupos mono-disciplinarios.

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Por otro lado, y en paralelo con lo planteadoarriba, los artículos publicados en este númeroespecial reflejan dos tendencias: la de losETNObiólogos, cuyas preocupaciones giranen torno a hallar categorías “emic” (categoríaslocales), identificadas durante y después deltrabajo de campo, develando otros sistemasepistemológicos diferentes a los occidentalesque operan para conocer a la avifauna, y la delos etnoBIÓLOGOS, preocupados por la con-servación biocultural y utilizando principal-mente categorías “etic” (categorías propuestaspor los investigadores), concentrándose enfinísimos detalles sobre las relaciones entre loshumanos y las aves que aportan valiosa infor-mación para su entendimiento. Claro queentre ambas tendencias hay matices, ademásde preocupaciones compartidas como la defavorecer diálogos que, al tiempo que prote-jan a la diversidad de aves, empoderen a lagente que “sabe de aves”. No obstante, el ver-dadero desafío que hoy enfrenta la etno-ornitología implica un proceso que amalgameambas formas de emprender investigaciones.Tal integración abrirá un escenario (si no esque ya está abierto) de encuentros y desen-cuentros, de acuerdos metodológicos y deu-das epistémicas, de alegrías y sinsabores. Perocasualmente a eso están llamando los etno-biólogos: a caminar los sinuosos senderos dela inter y la transdisciplina para acercarse sigi-losamente a esas otras ornitologías no acadé-micas, las que también cimentan mundos enel entorno planetario que todos compartimos.

En 2013 Rubén Chachugi, un indígena aché,junto a los ornitólogos Alberto Madroño yMyriam Velázquez, publicaron el libro Las aves

y el conocimiento tradicional Aché / Ache kwatygikwyra wywy-djiwã, escrito en aché y en espa-ñol 26. Cerramos esta editorial con esta citaporque ese trabajo es el resultado de un pro-yecto genuino de acercamiento, una empresaque demuestra que es posible acercarse a losotros y sus ornitologías y, finalmente, hacerde la etno-ornitología la ciencia que todossaben, una ciencia transformadora.

1VÁSQUEZ-DÁVILA MA, MONTAÑO-CONTRERAS EA Y

SÁNCHEZ-CORTÉS CE (2014) Plumas, picos y cultura,a manera de presentación. Pp. 9–18 en: VÁSQUEZ-DÁVILA MA (ed) Aves, personas y culturas. Estudios deetno-ornitología 1. CONACYT, Oaxaca

2TIDEMANN S, CHIRGWIN S Y SINCLAIR RJ (2010) Indige-nous knowledges, birds that have “spoken” andscience. Pp. 3–12 en: TIDEMANN S Y GOSLER A (eds)Ethno-ornithology. Birds, indigenous peoples, culture andsociety. Earthscan, Londres

3HENDERSON J Y HARRINGTON JP (1914) Ethnozoologyof the Tewa indians. Bureau of American EthnologyBulletin 56:1–76

4ALBUQUERQUE UP, SILVA JS, CAMPOS JLA, SOUSA RS,SILVA TC Y ALVES RRN (2013) The current status ofethnobiological research in Latin America: gaps andperspectives. Journal of Ethnobiology and Ethno-medicine 9:art72

5FARIAS GB Y ALVES AGC (2007) Aspectos históricos econceituais da etnoornitologia. Biotemas 20:91–100

6VÁSQUEZ-DÁVILA MA Y LOPE-ALZINA D (2012) Aves yhuertos de México. Carteles Editores, Oaxaca

7VÁSQUEZ-DÁVILA MA (2014) Aves, personas y culturas.Estudios de etno-ornitología 1. CONACYT, Oaxaca

8ROZZI R, MASSARDO F, ANDERSON C, MCGEHEE SM,CLARK G, EGLI G, RAMILO E, CALDERÓN U, CALDERÓN

C, AILLAPÁN L Y ZARRAGA C (2011) Guía multi-étnicade aves de los bosques subantárticos de Sudamérica. Edi-ciones Universidad de Magallanes y UNT Press,Punta Arenas y Denton

Figura 1. La etno-ornitología refiere al amplio complejo de relaciones entre las aves, los seres humanosy los demás seres vivientes y no vivientes, tanto en las esferas terrestres o extraterrestres como enlas del cuerpo o el espíritu 2. (A) Representación celeste del Ñandú (Rhea americana) en la Vía Lácteaentre los habitantes del sur del Chaco argentino 27 (ilustración: Hilda Matter de Cuaglini). (B) Elhéroe mítico tehuelche Elal, montado sobre un cisne, sobrevuela la Patagonia (ilustración: DanielaLópez Casenave). (C) “El colibrí” forma parte de las líneas y geoglifos ubicados en pleno desierto enIca, Perú, realizados por los antiguos habitantes de la cultura Nazca. (D) Motivo de ave en un gorrode campaña de los mocovíes del sur del Gran Chaco, según una ilustración original de FloriánPaucke 28. (E) Una huata’a’ (Aramides ypecaha, en qom) dibujada por Valentín Suarez, maestro y líderpolítico de su comunidad en Riacho de Oro, Formosa, Argentina 29. (F) Uno de los dos héroes gemelosmayas del Popol Vuh (Hunahpú e Ixbalanqué) cazando aves acuáticas con su cerbatana (ilustraciónoriginal de Antonieta Cajas 30). (G) Personaje vestido como Pavo o Guajolote (Meleagris gallopavo)que aparece en el Codex Cihuacóatl o Códice Borbónico 31 (documento mexica prehispánico) y quealgunos autores adscriben al dios Tezcatlipoca.

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6 NÚMERO ESPECIAL – ETNO-ORNITOLOGÍA Hornero 32(1)

9CEBOLLA BADIE M (2000) El conocimiento mbyá-guaraní de las aves. Nomenclatura y clasificación.Suplemento Antropológico 35:9–188

10ARENAS P Y PORINI G (2009) Las aves en la vida de lostobas del oeste de la provincia de Formosa (Argentina).Tiempo de Historia, Asunción

11SIFFREDI A (2009) Etno-ornitología y ecocosmología:las aves tronadoras entre los nivaclé. Revista Espa-ñola de Antropología Americana 39:229–246

12MEDRANO C Y ROSSO C (2016) El ñandú común (Rheaamericana): ¿una especie etnobiológica clave para losqom del Gran Chaco argentino? Revista Chilena deOrnitología 22:51–63

13ROSSO C Y MEDRANO C (2016) El ñandú (Rhea ameri-cana) y los guaycurúes en el siglo XVIII: un abordajeetnobiológico histórico en el Gran Chaco argentino.Revista Chilena de Ornitología 22:19–29

14CÚNEO P Y PORTA A (2009) Vocabulario toba sobrepeces y aves. Pp. 237–252 en: BRAUNSTEIN J Y MEESI-NEA C (eds) Hacia una nueva carta étnica del Gran ChacoVIII. Centro del Hombre Antiguo Chaqueño, Bue-nos Aires

15MAMELI L (2003) La gestión del recurso avifaunísticopor las poblaciones canoeras del archipiélago fueguino.Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona,Barcelona

16VILLAFUERTE C (1978) Aves argentinas y sus leyendas.Corregidor, Buenos Aires

17BERTONI A DE W (1924) La teoría del transformismode las especies concebida por los antiguos guaraníes.Hornero 3:278

18CARMAN RL (1977) Las primeras observaciones sobreel Hornero (Furnarius rufus) en territorio argentino.Hornero 11:384–386

19TIDEMANN S Y GOSLER A (2010) Ethno-ornithology. Birds,indigenous peoples, culture and society. Earthscan, Londres

20WYNDHAM FS, GRABOWSKA-ZHANG AM, GOSLER AG,PARK KE, FANSHAWE J, NATHAN D, FLETCHER H y DEL

HOYO J (2016) El Archivo Mundial de Etno-ornitología (EWA): una base de datos abierta para

la conservación biocultural. Revista Chilena de Ornito-logía 22:147–152

21DICKINSON JL, SHIRK J, BONTER D, BONNEY R, CRAIN

RL, MARTIN J, PHILLIPS T y PURCELL K (2012) The cur-rent state of citizen science as a tool for ecologicalresearch and public engagement. Frontiers in Ecol-ogy and the Environment 10:291–297

22IBARRA JT Y PIZARRO JC (2016) Hacia una etno-ornitología interdisciplinaria, intercultural e inter-generacional para la conservación biocultural.Revista Chilena de Ornitología 22:1–6

23REYES-GARCÍA V, MARTÍ N, MCDADE T, TANNER S Y

VADEZ V (2007) Concepts and methods in studiesmeasuring individual ethnobotanical know-ledge. Journal of Ethnobiology 27:182–203

24MARQUES JGW (1998) “Do canto bonito ao berro dobode”: percepção do comportamento de vocaliza-ção em aves entre os camponeses alagoanos. Revistade Etologia Número Especial:71–85

25MARTÍNEZ-MAURI M (2016) Etno-ornitología y giroontológico: reflexiones en torno al estudio etno-gráfico y ornitológico en Gunayala (Panamá).Revista Chilena de Ornitología 22:79–88

26CHACHUGI R, MADROÑO A Y VELÁZQUEZ MC (2013)Las aves y el conocimiento tradicional Aché / Ache kwatygikwyra wywy-djiwã. Fundación Moisés Bertoni,Asunción

27MUDRIK A (2017) “El Ñandú” en el cielo: etnoastro-nomía de gringos, criollos e indígenas y las repre-sentaciones celestes de Rhea americana en el sur delChaco argentino. Hornero 32:7–17

28PAUCKE F (2010) Hacia allá y para acá. Una estadía entrelos indios Mocobíes, 1749–1767. Ministerio de Innova-ción y Cultura de la provincia de Santa Fe, Santa Fe

29MEDRANO C (2017) Ornito-sociocosmología qom olas aves en la vida de los tobas. Hornero 32:165–178

30CAJAS A (2010) Las aves de los mayas prehispánicos.FLAAR Mesoamérica, Ciudad de Guatemala

31JANSEN M Y PÉREZ JIMÉNEZ GA (2004) Renaming theMexican codices. Ancient Mesoamerica 15:267–271