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P AR A P R I N C I PI AN T E S Epistemolo gía Documentales Ilustrados Denise Najmanovich • Mariano Lucano ERA NACIENTE

Epistemologia Para Principiantes. Denise

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  • P A R A P R I N C I P I A N T E S

    Epistemologa

    Documentales Ilustrados

    Denise Najmanovich Mariano Lucano

    ERA NACIENTE

  • Epistemologa para Principiantes

    de los textos, Denise Najmanovich de las ilustraciones, Mariano Lucano de la presente edicin, Era Naciente SRL

    Director de la serie: Juan Carlos KreimerCorreccin: Olga Beatriz AgogliaDiseo: TXT Ediciones

    Para Principiantes

    es una coleccin de libros de Era Naciente SRLFax: (5411) 4775-5018Buenos Aires, ArgentinaE-mail: [email protected]

    ISBN: 978-987-555-047-6

    Queda hecho el depsito que prev la Ley 11.723

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna por ningn medio, ya sea electrnico, qumico o de fotocopia, sin permiso previo escrito del editor.

    Esta edicin de 3000 ejemplares se termin de imprimir en la planta impresora de Sevagraf S.A., Buenos Aires,Repblica Argentina, en enero de 2008.

    Denise NajmanovichEpistemologa para principiantes : pensamiento cientfico, conocimiento del

    conocimiento / Denise Najmanovich ; ilustrado por Mariano Lucano. - 1a ed. -Buenos Aires : Era Naciente, 2008.

    176 p. : il. ; 20x14 cm. - (Para principiantes / Juan Carlos Augusto Kreimer)

    ISBN 978-987-555-047-6

    1. Epistemologa. I. Lucano, Mariano, ilus. II. TtuloCDD 121

  • Epistemologa es una palabra que suena a difcil y erudita, culta. Los quese dedican a esta actividad suelen pasar por intelectuales, estudiosos,gente difcil de entender. Sin embargo, Heinz von Foerster (1911-2002),un gran pensador contemporneo, fsico, pionero de la ciberntica, teri-co de la organizacin, epistemlogo, sostena que todos tenemos unaepistemologa pero no sabemos que la tenemos.

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    As como el Burgus Gentilhombre de Molire (1622-1673) nosaba que hablaba en prosa, muchas personas tampoco saben quetienen una epistemologa. Epistemologa es el nombre que le da-mos actualmente a la disciplina que se ocupa del conocimiento.Aunque a lo largo del tiempo y en diferentes lugares las preguntashan cambiado, algunos de los interrogantes ms insistentes han si-do: Qu significa conocer? Cules son sus lmites? Hasta dn-de es posible confiar en lo que sabemos? Cules son las fuentesdel conocimiento? Quin conoce? Cmo es el proceso de cono-cimiento? Cmo se valida el saber ? De un modo u otro, todo serhumano se ha encontrado con estas preguntas y en mayor o me-nor grado ha tenido que responderlas.

  • Todos los seres humanos tenemos conocimientos pero sabemos ques conocer? Cuando le pedan que definiera el tiempo, San Agustn(354-430) daba una respuesta que vale perfectamente para el conoci-miento y, por extensin, para muchos grandes temas que admiten dife-rentes perspectivas.

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    El camino del conocimiento no es una autopista que parte de la igno-rancia para arribar al saber. Es un amplio jardn de senderos que sebifurcan en mltiples dimensiones generando un paisaje caleidoscpi-co en el que los saberes se enredan, entrecruzan, atraviesan, distin-guen y confunden con las creencias, la sabidura, la informacin, lacomprensin, las explicaciones, la ciencia, las opiniones

  • En distintas culturas existen diferentes concepciones sobre el conocimiento:

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    En distintos pases y en diferentes momentos, incluso en cada institucin,las competencias y fronteras de cada una de estas miradas han sido dife-rentes y han variado a travs del tiempo.

  • El poeta y filsofo libans Khalil Gibran (1883-1931) y el filsofo, psiclo-go y pedagogo estadounidense John Dewey (1859-1952), como muchosotros pensadores, concibieron perspectivas valiosas para intentar com-prender el conocimiento.

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    No slo en distintas pocas, sino en un mismo tiempo y en un mismo pastambin coexisten diferentes concepciones respecto al conocimiento. Porlo general una misma persona participa de mltiples formas de conocer yde legitimar su saber. Estos conocimientos tienen mucha importancia ennuestra forma de vivir, de ensear y aprender, de comunicarnos, de relacio-narnos, de resolver nuestros conflictos y compartir nuestras experiencias.La teora del conocimiento, la filosofa de la ciencia, la epistemologa, lasciencias cognitivas, la gnoseologa son disciplinas que se ocupan de la am-plia, diversa y ardua tarea de conocer el conocimiento. No sin riesgos

  • No existe un nico problema del conocimiento. Cada cultura ha pensadode distintos modos la actividad cognitiva. La importancia relativa de laspreguntas se modifica en cada poca, nuevos interrogantes aparecen yotros se desvanecen. Aunque heredaron saberes e interrogantes de losantiguos griegos o de los hombres del renacimiento, las preocupacionescentrales y las formas en que los epistemlogos acadmicos del siglo XXhan planteado el problema del conocimiento son diferentes. Esta diversi-dad de problemticas nos ha llevado a elegir una forma de presentar losproblemas respetando, hasta donde es posible, la perspectiva de las dis-tintas pocas y lugares.

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    El camino del conocimiento del conocimiento que vamos a recorrer co-mienza en la antigua Grecia y finaliza en el Occidente contemporneo. Ensu transcurso se despliegan los interrogantes de cada poca en su con-texto histrico y en relacin a su forma de ver el mundo. De este modo,evitaremos la arrogancia de suponer que la mirada de nuestra cultura esnecesariamente superior a otras. Seguir el itinerario de los distintos cap-tulos, concentrarse en la integridad de cada perodo y prestar atencin ala forma especfica de construir y entender los problemas inherentes a ca-da poca permiten hacer una lectura que tambin da cuenta de los cam-bios y las permanencias en la evolucin histrica.

  • El conocimiento ha sido concebido por algunas corrientes de pensamien-to modernas como una capacidad humana natural y, como tal, ahistri-ca e independiente del contexto sociocultural. Sin embargo, sta es ape-nas una entre muchas otras concepciones. Cada vez ms estudiosos delconocimiento del conocimiento en sus diversas formas tienden a consi-derar que ste no existe independientemente de los otros aspectos de lavida humana y que para conocerlo es imprescindible comprender las rela-ciones entre el saber, el poder, el hacer y el sentir, as como los modos enque las distintas instituciones sociales llevaron adelante estas tareas.

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    Al intentar comprender el conocimiento en su contexto histrico social he-mos destacado las relaciones de la epistemologa con los dems saberes.Nuestra concepcin del conocimiento no es independiente de lo que pen-samos sobre el mundo y nuestro lugar en l. La ciencia y la epistemologahan estado siempre entrelazadas (aun cuando su conexin haya sido ne-gada). Esta mirada integradora no pretende ser exhaustiva: no suponeque el camino recorrido es el nico posible ni que puede exponerse com-pletamente. Lejos de presentar una historia lineal, el itinerario propuestomuestra saltos, lagunas, retrocesos, caminos sin salida, retornos inespe-rados, transformaciones...

  • En los lejanos tiempos en que naci la cultura griega existan ya muchasotras como la egipcia, la china o la hind con saberes muy diferentes a losque forjaron Scrates, Platn o Aristteles. El privilegio de la palabra divi-na, que hablaba slo por la boca de los sacerdotes o los reyes, era la nor-ma en ciertas sociedades donde el ritual era el organizador de la prcticasocial.

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    Como es imposible recorrer todos los senderos del conocimiento, partir dela Grecia Antigua, cuyo legado ha sido fundamental para la construccinde nuestra cultura y por lo tanto de nuestra epistemologa, puede mostrar-nos un camino.

  • Estamos tan acostumbrados a comenzar cualquier narracin histricabuscando los antecedentes griegos que raramente nos preguntamos porqu iniciar all nuestra tradicin cultural. Una de las respuestas ms acep-tadas es que en Grecia se gest un modo de organizacin social diferen-te: la polis. ste fue un acontecimiento decisivo por muchos y diversos mo-tivos, entre los que se destaca el hecho de que en Atenas cambi el valory la forma de compartir nuestra experiencia a travs de la palabra.

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    La polis, trmino que solemos traducir como Ciudad-Estado, naci alrede-dor de los siglos VIII y VII a.C. En el caso de Atenas, transform radical-mente la vida social y las relaciones entre los hombres gracias a una in-vencin: la democracia. Esta creacin poltica implic, ante todo, unextraordinario privilegio de la palabra sobre todos los instrumentos de po-der. En la polis la palabra cobr un nuevo sentido en un estilo de relacindiferente entre hombres iguales reunidos en la asamblea de ciudadanos.

  • En una repblica, una de las exigencias fundamentales del arte poltico, estener un lcido y potente dominio del lenguaje. En el gora, centro de reu-nin o plaza pblica, ya no hay una palabra indiscutible, un saber garanti-zado. Se establece el debate contradictorio, la discusin, la argumenta-cin. El hombre adquiere conciencia del logos. Ese trmino griego, queproviene del verbo legein, originariamente significaba hablar, decir, na-rrar, dar sentido, recoger o reunir. Entre la poltica y el logos se estableceuna relacin estrecha, una trabazn recproca.

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    Logos se traduce habitualmente como razn, palabra, discurso, expre-sin, pensamiento, habla, verbo, inteligencia, concepto, etc. En cualquiercaso, como afirma el Diccionario de Filosofa de J. Ferrater Mora (1912-1991), el logos ha sido un vocablo central en la filosofa griega, y luego seincorpor a otros idiomas en expresiones como lgica y en el final de tr-minos como filologa, geologa, y muchsimos otros, para designar estudioo conocimiento.

  • El movimiento de democratizacin y divulgacin tuvo consecuencias deci-sivas en el plano intelectual. La palabra entre iguales (Homoioi/isoi) ya notiene garantas, no obliga, no puede exigir obediencia. Debe seducir, con-vencer, vencer. Y los hombres deben adiestrarse en este nuevo arte dis-cursivo. Comienza as a desarrollarse una nueva habilidad, saber, tcnica,y con ella una nueva profesin: el maestro de retrica o sofista.

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    Histricamente la retrica y la sofstica, mediante el anlisis que ambas lle-van a cabo de las formas del discurso como instrumento de victoria en lasluchas en la asamblea y en el tribunal, abrieron el camino para la reflexinfilosfica. Sin embargo, no todos los pensadores dieron una clida recep-cin a esta nueva actividad. Entre los que le declararon abiertamente laguerra, Platn (427-348 a.C.), y su discpulo Aristteles (384-322 a.C.)construyeron una imagen degradada de los sofistas (trmino cuya etimo-loga indica que eran intelectuales que saben hablar).

  • La polis griega estableci un modelo de ciudadana basado en una demo-cracia directa en el que el debate reemplaz (a veces) a la espada. Loscombates fueron menos sangrientos pero no menos intensos y no todospodan participar de ellos: ni las mujeres, ni los nios, ni los esclavos, nilos extranjeros eran considerados ciudadanos. El inestable equilibrio entreguerra y poltica es expresado por el general prusiano Von Clausewitz(1780-1831) en el siglo XIX con una sentencia famosa. En el siglo XX, elfilsofo francs Michel Foucault (1926-1984) realiza una clebre inversin:

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    La democracia instituy la igualdad entre los ciudadanos en relacin a susposibilidades de participar en la vida pblica, pero no pudo instituir la iden-tidad de aptitudes, ni abolir las pujas de poder. Platn, por ejemplo, inven-t una peculiar concepcin de la verdad porque quera diferenciar drsti-camente a su maestro (y con ello a s mismo) de los dems. Utiliz todaslas armas de la polmica para lograrlo y en gran medida lo consigui (esbueno recordar que Polemos era el Dios de la guerra). Platn y sus segui-dores consiguieron desacreditar a sus adversarios de tal forma que los tr-minos sofisma y sofista tuvieron hasta hace muy poco tiempo unaconnotacin totalmente peyorativa.

  • Es famosa la ancdota que narra el dictamen del orculo de Delfos cuan-do sostiene que Scrates (470-399 a.C.) es el ms sabio entre los atenien-se. Sorprendido al saberlo, el supuestamente humilde filsofo, manifest:Slo s que no s nada. A partir de ese momento decidi consagrar suvida a comprender el porqu de las palabras del orculo (considerado in-falible). Se impuso la tarea de interrogar a sus conciudadanos respecto desu saber y, a partir de sus respuestas, juzg que stos suponan saber auncuando no era el caso.

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    La postura de Scrates generalmente ha sido interpretada como deuna suprema humildad. Sin embargo, cada vez ms estudiosos se in-clinan por una lectura diametralmente opuesta y sostienen que su dis-curso deja traslucir una inmensa soberbia. Muchos hoy plantean quela famosa frase Slo s que no s nada sugera claramente que:los dems ni siquiera saben eso.

  • Scrates se dedic a indagar a sus conciudadanos en la bsqueda de al-guno que fuera ms sabio que l, para poner a prueba al orculo. Exami-n a los polticos y a los poetas, a los trabajadores manuales y a los mili-tares, confirmando una y otra vez el vaticinio del Orculo (al menos segnsu opinin y la de Platn). En cada conversacin, Scrates se convencacada vez ms que los dems crean saber algo, aun cuando no saban,mientras que l estaba convencido de no saber.

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    Qu buscaba Scrates con este acoso intelectual? Segn su parecer,el Dios le haba asignado la misin de sacudir la modorra de sus conciu-dadanos. Para ello deba pincharlos como si fuera una especie de tbano.En buena parte de la poblacin de Atenas lo que despertaron estos inte-rrogatorios fue el odio hacia aquel que los estaba aguijoneando.

  • Buscaba algo Scrates adems de poner a prueba al Orculo? A travsde esas conversaciones (que Platn llam dilogos), pretenda hallar laidea, entendida como aquello que defina la naturaleza de la cosa encuestin. Si aceptamos esta perspectiva, se impone inmediatamente otrapregunta: no han acompaado las ideas al hombre desde que arrib a lacondicin de Homo Sapiens? Y si as fuera, qu quiere decir que Scra-tes y su discpulo Platn inventaron o crearon las ideas?

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    En la actualidad usamos el trmino idea de muy distintas formas equipa-rndolo con nocin, concepto, pensamiento, e incluso con signifi-cado. La filosofa griega antigua lo utilizaba de un modo peculiar. Scra-tes en sus dilogos (o ms bien interrogatorios) buscaba encontrar lo quecaracteriza a una determinada entidad, independientemente de las situa-ciones particulares. Quera hallar una respuesta universal y por lo tanto in-dependiente de las distintas situaciones particulares a las preguntas: ques la Valenta? qu es la Justicia? qu es el Bien? qu es la Belleza?

  • La bsqueda de Scrates estaba guiada por la suposicin de que hay unacaracterstica definitoria, un nico elemento comn a la diversidad de ac-tos valientes, o justos, o buenos o bellos. Su tarea consista en buscar unaunidad real que se supona que exista bajo la diversidad aparente. Scra-tes y su descendencia filosfica han gestado una nocin del concepto co-mo un universal que define o determina la naturaleza de una entidad, pro-ceso o suceso.

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    Scrates evaluaba el saber de los dems comparndolo con el suyo y con-sideraba que los otros saban menos que l porque tenan un saber prcti-co; lo que l valoraba, en cambio, era un conocimiento universal. Ese pro-ceso de abstraccin y universalidad del saber tuvo como antecedente ymodelo al pensamiento geomtrico que Pitgoras (575-500 a.C. aprox.) ysu escuela haban desarrollado con exquisitez. Los gemetras abstraen delas complejsimas formas del universo sensible slo un conjunto muy redu-cido de ellas: algunas figuras regulares y simples como los tringulos, pol-gonos, crculos y elipses Scrates aplic esa metodologa a las cuestio-nes morales y Platn la extendi a todas las reas del conocimiento.

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  • La obra de Platn inaugura una forma de pensar y de exponer el conoci-miento que constituye un notable monumento pedaggico. En su tratadopoltico La Repblica, que fue el primero de Occidente, expuso sus crticasa la educacin tradicional griega, es decir: al legado de Homero.

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    Platn dedic una inmensa cantidad de pginas a criticar a los poetas.Desde nuestra perspectiva actual no es fcil ver qu relacin podan tenerlos poetas con la poltica o con la educacin. El ingls Eric Haveloc (1903-1988), uno de lo ms reconocidos estudiosos de la antigedad griega, ad-virti que: mientras la poesa ejerciera su reinado absoluto, se alzaba co-mo un obstculo para el logro de una prosa eficaz.Quin era el principal interesado en el triunfo de la prosa sobre la poe-sa, de la geometra sobre la accin dramtica? Precisamente Platn, elfundador de la Academia, el mximo exponente de una nueva actitud deconocimiento: la contemplacin terica.

  • El sistema educativo que prevaleci en Grecia antes de la extensin delhbito de la escritura y la lectura (que nunca fue demasiado amplia en laAntigedad) se basaba en la poesa homrica que era un compendio de latradicin oral. En aquel tiempo la actividad potica, lejos de ser un modode expresin individual, era un compendio del saber social. Constitua lacolumna vertebral de la formacin cultural y, por tanto, de la poltica, puesla educacin tena como objetivo central la formacin de ciudadanos. Pla-tn combati duramente ese sistema.

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    Los ataques platnicos iban dirigidos contra un procedimiento educacio-nal; ms aun, se dirigan contra una manera de vivir. Platn despleg to-do su saber retrico para oponerse a la mentalidad potica. sa era la ba-se de la enseanza en la Grecia Arcaica, pues el saber no se imparta eninstituciones especializadas: era parte de la vida cotidiana. Los encuentroscomunitarios de alta pertenencia y profundamente conmovedores eran unmodo de compartir el conocimiento. Por eso algo totalmente opuesto a lacontemplacin y el estilo argumental platnico, y constituan el principalobstculo para al empleo del anlisis distanciado y la clasificacin en lar-gas secuencias causa-efecto que propona el fundador de la Academia.

  • Tericos: tal el nombre que reciban los hombres que miraban los jue-gos olmpicos, para ser diferenciados de los que participaban. Desdeaquel tiempo y aquel escenario hasta la actualidad, la teora ha implicadosiempre una actitud de distanciamiento, de menoscabo de la conexinafectiva y de privilegio de la lgica.

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    Ningn hroe homrico sala de una situacin difcil teorizando. El lengua-je de la poesa pica era el de la accin y nadie poda sustraerse a ella, cre-erse independiente ni asumir un rol presuntamente pasivo. En contraste, laconcepcin platnica del mundo, de la que es deudora la filosofa occiden-tal, privilegia la posicin terica, la mirada alejada, la universalidad. Quizpor eso Scrates se haya negado a escribir: el maestro de Platn descon-fiaba de un saber separado de la persona viva en conversacin con sus pa-res. Su enseanza era un modo de problematizar que, si bien buscaba unadefinicin, lo haca siempre en el contexto vital que le daba sentido.

  • A medida que se fue imponiendo el tipo de discurso terico, el estilo fuetransformndose: se pas de un lenguaje de acciones (verbos) y cualida-des (adjetivos) propio de los poetas y los profetas a un tipo de discursoabstracto, centrado en los sustantivos que no admiten grados, ni tiempos.La retrica del terico (generalmente negada como tal) es la de las afirma-ciones universales y eternas.

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    Ulises, el gran hroehomrico, era un artista

    del disfraz, un creadorde apariencias, un

    ejemplo extraordinariode una razn astuta que

    no tema latransformacin ni

    adoraba la estabilidad.El pensamiento de

    Herclito (544 - 480 a. Caprox.) conservaba anesa vitalidad y potencia

    aunque se deslizabapeligrosamente hacia el

    lenguaje de laabstraccin.

    Parmnides, que tuvogran influencia sobre

    Platn, concibi comonica realidad a un

    Ser (con maysculas),eterno e inmutable. Antela evidente variabilidad y

    diversidad de laexperiencia, Parmnidesde Elea (naci 540 a.C.

    aprox.) y sus seguidoresno tuvieron otra

    posibilidad que la deescindir el universo en

    dos: el mundo aparentey el mundo real.

  • El pensamiento filosfico se fue separando del mito y su multiplicidad bus-cando una realidad nica, subyacente, que diera cuenta de toda la expe-riencia, a la que considera slo aparente. Primero Parmnides y luego Pla-tn se escandalizaron ante la dificultad que representaban para elconocimiento la inmensa diversidad y las mltiples transformaciones queencontramos en el mundo. Concibieron esa situacin como absurda y sen-taron las bases de una lgica que Aristteles terminara de desarrollar yque llevaba a una concepcin dicotmica, a todos los niveles.

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    Aunque de modos muy distintos, tanto Platn como Aristteles admitieronla distincin parmendea y fundaron, a partir de ella, una manera de pen-sar que separa radicalmente la sensibilidad y la inteligencia. Platn desva-loriz la experiencia sensorial, despreci la transformacin y la diversidad,y exalt la actividad intelectual, las formas definidas y regulares, la estabi-lidad y la unidad. Aristteles construy una filosofa ms matizada que hi-zo lugar a la sensibilidad en el proceso de conocimiento.A partir de esa operacin conceptual de abstraccin, purificacin y separa-cin pudo nacer la idea de una Episteme, es decir de un conocimiento ga-rantizado, absoluto, verdadero, opuesto a otro que es mera Doxa (opinin).

  • una morada subterrnea en forma de caverna, que tiene la entradaabierta, en toda su extensin, a la luz. En ella estn unos hombres con laspiernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer all ymirar slo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derre-dor las cabezas. Ms arriba y ms lejos se halla la luz de un fuego que bri-lla detrs de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un tabique cons-truido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delantedel pblico para mostrar, por encima del biombo, los muecos.Imagnate ahora que, del otro lado del tabique, pasan sombras que llevantoda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechosen piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos ha-blan y otros callan.() los prisioneros no tendran por real otra cosa que las sombras de losobjetos artificiales transportados

    Platn, La Repblica, VII, 514

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    Platn advierte a sus lectores que el camino es arduo. No promete una ilu-minacin instantnea, pues habiendo salido tambin l de la oscuridad sa-be que la luz es siempre cegadora. Pero nos dice que ese camino de sa-crificios tiene la ms valiosa recompensa: el acceso a la verdad.

  • Muchos autores presentan el nacimiento de la filosofa como una libera-cin o un claro signo de progreso que va desde la supersticin y el mitohasta la razn y la episteme (conocimiento verdadero y garantizable). Pla-tn fue el padre de esa idea y su caverna es, paradjicamente, el mito fun-dacional y el lugar de captura donde quedamos atrapados creyendo quebuscamos la libertad. Segn su enseanza slo los filsofos, que siguenel camino del conocimiento y logran el acceso a la verdadera realidad, alsaber y a la luz, son quienes deben gobernar.

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    En tiempos de Platn no exista distincin alguna entre filosofa y ciencia.A nivel del conocimiento slo una divisin tena sentido: la que distinguaentre episteme (conocimiento verdadero) y doxa (opinin). Scrates fueuno de los que iniciaron el proceso para establecer esta distincin, pero seneg a escribir y a establecer doctrina mantenindose siempre en el cam-po de la interrogacin. Platn, en cambio, estableci un dogma, sostuvoque era posible arribar a un saber definitivo, seguro, absoluto: invent laVerdad en la filosofa. Francois Chtelet, (1925-1985), filsofo e historia-dor de la filosofa francs, puso de relieve la importancia del recurso a laverdad como modo de garantizar el sometimiento de los interlocutores.

  • En la Antigua Grecia era inconcebible una separacin entre el conocimien-to y la poltica. Platn sostena que el gobierno deba estar a cargo de losfilsofos, precisamente por su saber. La palabra verdad exista desdemucho antes de que naciera el fundador de la Academia, pero no con el sig-nificado y la importancia que adopt en su filosofa. A partir de las ensean-zas platnicas y de los aportes y modifica-ciones de su discpulo Aristteles ladistincin entre episteme y doxa seestableci firmemente en la cultu-ra Occidental.

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    Los Sofistas fueron bastante ms humildes en sus pretensiones (tal vez aeso se deba, en parte, su derrota). No eran aristcratas y su labor comomaestros deba ser recompensada econmicamente. Sus reflexionessiempre estaban abiertas a nuevas posibilidades y su objetivo era explci-tamente el de seducir, convencer, o ganarle a los adversarios. Tampocopretendan tener un acceso privilegiado a la realidad, ni pensaban que laverdad pudiera tener dueo; su saber estaba al alcance de todos quienesquisieran cultivarlo (y pudieran pagarlo).

  • La idea de un acceso privilegiado a la realidad slo puede sostenerse unavez que se ha aceptado la distincin radical entre realidad y apariencia. Ladiscriminacin se fue estableciendo a partir del reconocimiento de las con-tradicciones en el proceso de conocer, conjuntamente con la suposicin deque haba algn mtodo para acceder directamente a la realidad. Nuestromundo de experiencia, el mundo que percibimos a travs de los sentidosera para Platn mera apariencia, una versin degradada y fallida del ver-dadero mundo: el mundo de las Ideas.

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    Para Platn el conocimiento verdadero slo se logra a travs de un proce-dimiento que denomin anamnesis: el recuerdo. Segn esa concepcinnuestro mundo sensible es una mera copia, una versin degradada, borro-sa (como las figuras de sombra de la caverna) del mundo de las Ideas. An-tes de nacer, el alma habita en el mundo ideal pero al venir a este mundoolvida lo que saba. Por lo tanto, para conocer es preciso recordar, a tra-vs de la contemplacin intelectual, lo que el alma conoci en el mundo delas Ideas.

  • Del inmenso legado de la Antigedad griega, la cultura rena-centista y luego la moderna absorbieron dos concepcionesmuy diferentes: la platnica y la aristotlica. Hasta el da dehoy, aunque de modo diferente, ambas concepciones tienenuna fuerte presencia en nuestras vidas. El legado de Platndestaca la importancia de las matemticas y sus seguidoresbuscan, ante todo y sobre todo, encontrar un modelo matem-tico satisfactorio para comprender los fenmenos. Los aristot-licos, en cambio, pretenden dar explicaciones causales y no seconforman slo con modelos abstractos: buscan mecanismosproductivos.

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    La diferencia entre las dos con-cepciones radica en que la pers-pectiva aristotlica reconoce y valora la observacin y la experimen-tacin. No en vano Aristteles era el hijo de un mdico cuyo arte nopuede reducirse jams a la contemplacin y la abstraccin matem-tica. A pesar de las grandes diferencias entre los sistemas amboscoinciden en que la ciencia es un saber de lo universal, lo inmutable,lo eterno y necesario. Si consideramos sus concepciones cosmolgi-cas, de la que derivan nuestras teoras actuales, veremos que ambosse inspiraron, aunque con estilos diferentes, en consideraciones geo-mtricas y de armona debidas a la influencia pitagrica.

  • Tan acostumbrados estamos a tener problemas que raramente pensamosqu es un problema o por qu tal o cual cosa resulta problemtica. Los chi-nos no consideraban que las estrellas tenan que moverse de una mane-ra determinada o que existieran formas ms perfectas que otras y por lotanto nunca creyeron que la forma de moverse que tenan los planetas eraproblemtica. Platn, en cambio, guiado por su nocin de perfeccin, y ba-jo el influjo de la geometra y de su especial atraccin por la simetra, con-sider absurdo que los planetas (en griego significa astro errante) no semovieran en conjunto con los otros astros siguiendo rbitas circulares. Apartir de esta disonancia entre su experiencia y su expectativa naci suproblema y con l la astronoma como la conocemos.

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    La demanda de Platn fuesatisfecha por Eudoxo (408-355a.C.) quien propuso un modelomatemtico que en principiopoda salvar las apariencias.Su esquema permita dar cuentade las observaciones quemostraban el avance y retrocesode los planetas, como siestuvieran producidos por unacombinacin de movimientoscirculares.

  • Lo nico que Platn quera, y lo que Eudoxo le dio, era un modelo intelec-tual que permitiera incluir las observaciones planetarias en un esquemageneral basado solamente en el movimiento circular. La expectativa plat-nica se satisfizo plenamente con la construccin matemtica, pero no su-cedi lo mismo con las aspiraciones de Aristteles. ste no se conformcon un esqueleto parcial ni con la posibilidad de salvar las aparienciasde forma verosmil: l deseaba (y lo construy) un modelo cosmolgicoque explicara causalmente el funcionamiento del universo.

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    Eudoxo no buscaba (y por tanto no encontr) explicaciones fsicas de sumodelo de esferas. No estaba interesado en su realidad fsica sino en la co-herencia matemtica. Sus conglomerados de esferas no eran ms que fr-mulas geomtricas, meros expedientes de cmputo. Fueron Aristteles yluego Ptolomeo (85-165 d.C. aprox.) quienes se hicieron cargo de buscarlas explicaciones causales y construir un sistema astronmico funcional.

  • Aristteles trabaj afanosamente para construir una visin de conjunto queno fuera slo un esquema verosmil en el que ubicar las observaciones si-no tambin que permitiera comprender y explicar las causas de su funcio-namiento. Para hacerlo tuvo en cuenta tanto los aspectos lgicos como losfsicos, sin olvidarse de los estticos. Su cosmovisin, adems de estarconstruida a partir de argumentos empricos slidos que la sostuvieron alo largo de varios siglos, ha sido central en el armazn intelectual de la cul-tura occidental y es de una belleza cautivante. Esa cosmovisin fue des-preciada por los positivistas modernos y recin comenz a ser revaloriza-da hacia mediados del siglo XX gracias a la labor de nuevas corrientes deinvestigacin histrica, entre cuyos trabajos se destacan los del historiadorfrancs Alexandre Koyr (1892-1964) y del norteamericano Toms Kuhn(1922-1996).

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    Platn consideraba que un nmero infinito de teoras poda explicar cual-quier observacin y que a partir de estudios empricos nunca podramosdeterminar exactamente cul de ellas era la verdadera. Su postura fundauna concepcin instrumentalista del conocimiento: las teoras son herra-mientas tiles, no descripciones de la verdadera realidad.

  • La historia que nos han enseado sigue una cronologa lineal. Sin embar-go, los hombres de distintos lugares o culturas (a veces aun cuando com-parten el mismo territorio) tienen problemticas distintas y ritmos diferen-tes. A pesar de ello, en la escuela y muchas veces tambin en launiversidad se sigue enseando y pensando linealmente.

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    En la segunda mitad del siglo XX empezaron a alzarse mltiples vocescontra esta versin lineal de la historia que se autoproclama universal pe-ro est construida exclusivamente desde la perspectiva europea. Hechaesta advertencia, podemos saltar en el espacio tiempo desde la polis grie-ga hasta la ciudad imperial de Alejandra.

  • La gran gesta de Alejandro Magno (353-323 a.C.), que fue educado porAristteles, cambi radicalmente el contexto poltico de la Antigedad grie-ga. Atenas, ciudad-estado (polis) relativamente independiente, qued ba-jo la tutela imperial. Como las ideas nunca han existido en el vaco sino enel contexto de un modo de vida, una sensibilidad, un tipo de institucionesy prcticas, esa transformacin afect tanto las formas de conocer comola valoracin del conocimiento. El hombre griego pas de ser partcipe deuna asamblea de ciudadanos iguales a ser sbdito de un inmenso impe-rio, lo que trajo aparejado un cambio muy importante en los temas privile-giados, en las metodologas y en los estilos de conocimiento.

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    En nuestro sistema educativo, fruto de un estilo moderno de especializa-cin en disciplinas separadas, an hoy se dicta la historia de las ideas to-talmente divorciada de la historia poltica e incluso se la considera un reaindependiente de la historia de las ciencias. En nuestro itinerario a saltosen el tiempo veremos hasta qu niveles subyacentes todas las historias seentrelazan y retroalimentan.

  • El perodo de la cultura griega liderado por la polis ateniense es conocidocon el nombre de cultura helnica. Con el triunfo de Alejandro Magno(en el 323 a.C.) el centro cultural se desplaz a la ciudad de Alejandra yse inici el perodo helenstico que lleg aproximadamente hasta el si-glo II d.C. El museo y la biblioteca fueron las instituciones caractersticasde ese perodo. Su forma de produccin de saber era muy diferente a lade la Academia platnica y el Liceo aristotlico que se basaban en la reu-nin del maestro en conversacin abierta con sus discpulos. Alfred North Whitehead (1861 -1947), matemtico y filsofo ingls que in-vestig sobre los distintos estilos del conocimiento, plante que el filso-fo ateniense cedi el paso al erudito y al experto de cultura helensticaque tenda hacia la especializacin y, al mismo tiempo, el ciudadano de-vena sbdito.

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    El cambio institucional implic un cambio de figuras y modos de ejercer elsaber. El filsofo interesado por mltiples cuestiones y creador de siste-mas ya no es el faro del conocimiento. Al menos, no es el nico. Junto al, y muchas veces por delante de l, aparece el erudito o experto. En re-lacin a la preocupacin por el conocimiento, esta poca se caracterizpor el abandono de las preguntas ms generales y por la expansin delescepticismo, forma filosfica formulada por Pirrn de Elis (365-275 a.C.),uno de los mximos exponentes de esta corriente.

  • Luego de varios siglos de elaboracin de distintos sistemas cosmolgicosque van de los pitagricos hasta Aristteles, se hace cada vez ms eviden-te la dificultad (sino la imposibilidad) de llegar a una verdad absoluta e in-conmovible respecto a los fenmenos naturales. La falta de garantas delsaber lleva a Pirrn a desplazar el eje de atencin de la cosmologa al pro-blema del conocimiento. El trmino escepticismo deriva de skptomai:miro alrededor, indago y sa es la propuesta de esta corriente: exa-minar las posibilidades y lmites, las formas y el valor del conocimiento.

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    Las diferencias entre Protgoras (485-410 a.C.) y Pirrn son enormes. Elprimero vivi durante el Siglo de Pericles, la poca de Oro de la Grecia An-tigua, ense y fue estimado (y odiado) por ello. Su concepcin de la po-sibilidad de conocer se caracteriza por un escepticismo dbil que, entreotras virtudes, abri la puerta a la comprensin de las relaciones entre co-nocimiento y lenguaje. La vida en la polis, la participacin en la Asambleay el ejercicio de la ciudadana hacan prcticamente imposible el surgi-miento de un escepticismo como el de Pirrn, que lo llev a retirarse de lasociedad. Este aislamiento es ms fcil que se produzca en un sbdito im-perial que elige una actitud individualista extrema que en un ciudadano cu-ya vida, y por lo tanto el conocimiento, slo tiene sentido en la relacin conlos otros.

  • Si encasillamos a Protgoras y Pirrn en la categora escpticos sin hacerdistinciones entre ellos, estamos condenndonos a ver un mundo sin ma-tices ni sutileza.

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    El escepticismo extremo niega toda posibilidad de conocimiento, y espor lo general una postura estril, ya que nos conduce al silencio, a la in-accin y al ostracismo. El dogmatismo sin fisuras afirma que el ser hu-mano puede conocer con absoluta certeza y suele conducir a la intransi-gencia y al despotismo. Cuando el dogmtico une la afirmacin de lopropio con la negacin de lo ajeno, suele pasar de la afirmacin al fanatis-mo. Todo creador de doctrina, todo terico o pensador productivo es simul-tneamente un escptico y un dogmtico dbil (en distintas proporciones):tiene que dudar de lo establecido para proponer otra mirada y tiene queafirmar algo nuevo para poder producirla.

  • El pensamiento que divide tajantemente al mundo en polaridades absolu-tas separadas y opuestas tiende a construir un espacio conceptual enblanco y negro. De este modo entenderemos a los especialistas eruditoscomo totalmente faltos de imaginacin y creatividad o incapaces de salir-se de los casilleros profesionales. Sin embargo, importa distinguir las ten-dencias generales o las caractersticas comunes de una poca, sin caeren el absurdo de suponer que se aplican sin ms a cada una de las per-sonas en un momento dado. Entre los eruditos famosos de la cultura he-lenstica estn nada menos que Arqumedes (287-212 a.C.) uno de los fi-lsofos de la naturaleza e inventores ms importantes de la historiaoccidental, y Euclides (vivi hacia el 300 a.C.), autor de los Elementos deGeometra y gran sistematizador de los conocimientos geomtricos de losgriegos. Si bien este ltimo no aport muchos hallazgos matemticos nue-vos en su obra, fue absolutamente original en la forma de organizarlos yexponerlos.

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    El mbito de la polis, del debate pluralista, de la igualdad ciudadana, esparticularmente adecuado para el desarrollo de un escepticismo dbil ycreativo. Bajo un rgimen imperial, la produccin del conocimiento ya noes incumbencia de todos los ciudadanos sino que se ha especializado, es-colarizado y refugiado en la erudicin, hacindose ms proclive a la orto-doxia que a la creatividad. Las diferentes facetas y aspectos de la activi-dad cognitiva nos muestran que la erudicin es necesaria para todaactividad creativa y que la creatividad tambin acompaa y potencia a laerudicin.

  • Aristteles fue el pensador que logr imponer el sistema geocntrico mayoritariamente aceptado por todas las elites cultas de la Antigedad y de la Edad Media occidental. La versin ms popular de la historia, difundida por los positivistas, sostiene que su modelo se impuso nicamente por su autoridad y que su creador no poda esgrimir ms que argumentos abstractos y metafsicos a su favor.

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    Como bien mostraron Alexandre Koyr y Toms Kuhn, entre muchos otros historiadores del siglo XX, Aristteles nunca se caracteriz por mantener una especulacin apartada completamentede la investigacin emprica (algo a loque fue mucho ms proclive Platn).Estaba interesado en explicar las causas y conocer los mecanismos deproduccin de los fenmenos queestudiaba. Esos intereses lo inclinabanhacia la indagacin y la investigacinemprica sin despreciar jams la lgica y la deduccin.

  • A la mayora de los antiguos (y an hoy a la mayora de las personas noalfabetizadas o pertenecientes a culturas diferentes de la nuestra) la ideade una Tierra girando le pareca demasiado extraa y sin ningn funda-mento en la experiencia. Hoy como ayer, el movimiento de la Tierra es im-perceptible. Para creer en l es preciso que nos convenzan y la tarea noes en absoluto sencilla.

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    Coln no fue el primero en proponer ni en demostrar la esfericidad de laTierra. Ya en la poca de Aristteles se pensaba que la tierra era redonday esta teora se mantuvo firme entre los eruditos a lo largo del tiempo. Noslo los astros se ven circulares sino que Aristteles observ que la som-bra de los eclipses era curva y dedujo que deban ser esfricos y no pla-nos pues en ese caso al menos algunos eclipses tendran que produciruna sombra lineal.

  • Ya en los tiempos de Aristteles los filsofos saban que la tierra era mu-cho ms grande que los territorios conocidos, pero recin con Eratstenes(276 -194 a. C.) se obtuvo un clculo bastante exacto de su tamao.

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    Un objeto del tamao de la tierra tiene que atravesar girando una distan-cia inmensa en menos de 24 horas, para lo que es preciso una velocidadaltsima Si se puede sentir el efecto del viento al correr o cabalgar cun-to ms habra de sentirse la velocidad de la tierra surcando el espacio co-mo un blido! Estos son apenas algunos de los argumentos en contra delmovimiento de la tierra que planteaban los portavoces de la concepcin deuna tierra inmvil que era la hiptesis observacionalmente mejor funda-mentada, la ms simple y la ms racional en su tiempo.

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    a) El argumento del paralaje: Sila Tierra se moviera deberaobservarse el paralaje este-lar, que es el desplazamientoaparente de un objeto cuandose lo observa desde dos posi-ciones distintas.

    b) El argumento de la torre: Si searroja un objeto desde lo alto deuna torre, mientras ste cae, si latierra estuviera en movimientotendra que haberse desplazadomuchos metros. No obstante elobjeto no cae lejos del pie de la to-rre, sino justo all. Esto muestraque la tierra no se ha movido.

  • La cosmologa aristotlica se edific sobre los cimientos elaborados porlos pitagricos, Parmnides y Platn. De los primeros tom la nocin dearmona, a la que se le sum la concepcin de Parmnides sobre la per-feccin de la esfera y el pensamiento platnico que privilegiaba el movi-miento circular. Aristteles respet algunos elementos de sus predeceso-res y otros los cambi totalmente, de modo tal que podemos pensar quefue a la vez conservador y revolucionario o, mejor aun, podemos abando-nar estas polaridades extremas incapaces de hacer inteligibles procesoscomplejos con mltiples facetas.

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    Parmnides haba escindido el mundo en Aparente y Real, siendo el pri-mero imperfecto, cambiante, diverso (el que todos conocemos) y el segun-do inmvil, eterno y perfecto. Platn exigi que las observaciones del mo-vimiento de las estrellas y planetas fueran explicadas slo conmovimientos circulares perfectos. Eudoxo (390338 a.C) fue el primero enlograr un modelo que satisficiera esta exigencia. Sin embargo, Aristtelesno qued satisfecho con el modelo propuesto por Eudoxo pues le parecauna solucin abstracta.

  • La concepcin del cosmos aristotlico dividi al universo en dos: UniversoSublunar y Supralunar. Esta distincin le permiti dar cuenta del cambio yla transformacin y, al mismo tiempo, explicar el comportamiento regular einmutable que para los griegos deban tener los astros. Para comprenderlos fenmenos del movimiento Aristteles estudi primero el problema ge-neral a nivel terrestre, y luego utiliz los resultados obtenidos para sacarconclusiones acerca de los cielos.

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    Aristteles planteaba que hay muchas propiedades de las cosas que nose pueden comprender en trminos geomtricos o numricos, ya quelos cambios que podan ser expresados numricamente eran slo unospocos frente a todos los tipos posibles. Cmo puede darse una expli-cacin completa del crecimiento y maduracin de una manzana sola-mente en trminos de nmeros y formas?, preguntaba con lucidez asus opositores. Para explicar el cambio en general y el desplazamiento(concebido como un tipo de cambio) utiliz una analoga con la biologa,que lo llev a concebir dos tipos de cambio fundamentales: el naturaly el forzado.

  • La explicacin fsica del movimiento le permiti a Aristteles construir unaimagen del mundo, donde cada parte mantena una relacin orgnica conlas dems. Partiendo de la idea (aceptada en su poca) de un universo es-frico, consider que si las sustancias graves (pesadas) como la Tierra tien-den a caer, se ubicarn naturalmente en el centro de la esfera (en este ca-so el centro define el abajo). Y es por ello que la Tierra ocupa ese lugaren el modelo geocntrico.

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    De esta manera elegante y econmica, Aristteles poda explicar perfec-tamente por qu los habitantes del otro lado de la esfera no se caan, yaque en ese universo la Tierra central est ubicada abajo y cuando estamosen su superficie no habra hacia dnde caer.

  • Aunque no ha llegado a nosotros ninguno de sus mapas, sin embargo, lafamosa Geografa (aprox150 d.C.) de Ptolomeo (85-165 d.C.) nos ha lega-do una informacin fundamental para reconstruir posteriormente todos loslugares conocidos en aquel tiempo y trazar los mapas utilizando sus re-glas. Su obra demarc tanto el apogeo de la cartografa antigua como elfinal del gran impulso investigador de los alejandrinos en ese campo.

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    Ptolomeo ha sido uno de esos extraordinarios estudiosos de Alejandra,donde, si bien el saber tenda hacia la especializacin, nunca lleg a pen-sarse en disciplinas separadas o independientes entre s, ni a separar laciencia de la filosofa (como lo hacemos hoy). Ptolomeo es un buen ejem-plo de la amplitud de ese saber que si bien era ms especializado que entiempos de Aristteles, lo era muy poco si lo comparamos con el actual.Adems de la geografa, se ocup extensamente de temas astrolgicos yastronmicos (que tampoco se consideraban independientes), fue un granmatemtico e inventor de instrumentos. Su cosmologa es considerada labase a partir de la cual se estructuraron las creencias cosmolgicas en laEuropa medieval despus del siglo XII.

  • Los rabes no se limitaron a resguardar el legado griego que ya en suorigen recibi mltiples influencias orientales: lo enriquecieron de muydiversas maneras, particularmente en todo lo que hace al desarrollo de laaritmtica y del estilo cuantificador. Comentaron y tradujeron a los grandesmaestros clsicos y presentaron investigaciones completamente diferen-tes del saber griego, como el clculo con numeracin decimal, la trigono-metra y una multitud de procedimientos algebraicos.

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    Para comprender el nacimiento de laciencia moderna es imprescindiblereconocer el aporte rabe tambin enrelacin al modelo experimental: aportaroninstrumentos de todo tipo, metodologas ysaberes desconocidos en Occidente. Sin ellos, la ciencia como la conocemoshoy sera impensable. A pesar de esto,hasta hace unas dcadas la historia oficialde la ciencia sola obviar sus aportes olimitar su contribucin al cuidado de laherencia griega y a su traduccin.

  • Antes de proseguir el camino que lleva de los rabes al Renacimiento ita-liano, a travs de Al-Andaluz y de la Espaa cristiana, es necesario volverhacia atrs para poder conocer otra de las rutas que confluyeron para laconstruccin de la cultura occidental: la del Imperio Romano de Occiden-te y la cultura cristiana. Este camino de la historia ha sido (y an es) mu-cho ms reconocido y valorado por las historias oficiales.

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  • La mayora de los autores coincide en concebir los inicios del Imperio Ro-mano en el reinado de Augusto (63 a.C. al 14. d.C.). En el ao 168 a.C. laconquista de Macedonia puso a los romanos en contacto inmediato conGrecia y provoc un rpido incremento en sus relaciones con la cultura he-lnica. Los conservadores, como Catn (243-149 a.C.), se dieron cuentade los peligros que poda entraar la llegada de la cultura griega, con suestilo polmico, en la disciplinada sociedad romana y opusieron una duraresistencia. A pesar de esa resistencia y de que en pocas dcadas la pe-netracin del saber griego fue inmensa, sera errneo considerar que Gre-cia hubiera logrado efectivamente imponer a Roma su cultura.

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    Si bien al rechazo inicial le sigui una fase de aceptacin, esto no implicaun inters homogneo respecto de la cultura griega. En el campo lingsti-co, la resistencia de Catn fue sumamente fructfera y la lengua de la cul-tura del imperio pas a ser el latn, al menos en los dominios occidentales.Respecto de la filosofa y de la ciencia, los romanos tuvieron una indiferen-cia casi total. Su inters se concentr casi exclusivamente en problemas ju-rdicos, dado su evidente inters en la construccin de un estado eficiente.

  • Los filsofos griegos detestaban todo lo hbrido, slo consideraban perfec-to a lo puro, lo definido, lo homogneo. En cambio los romanos, no tuvie-ron problema alguno en mezclar todo aquello que les resultara til. Cice-rn (106-43 a.C.), uno de sus lderes ms apreciados, fue un pensadoreclctico orgulloso de serlo.

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    Los pensadores romanos, que ya no vivan en una polis sino que pertene-can a un imperio, no tenan ningn prejuicio que les impidiera recurrir a to-do lo que les fuera til. El eclecticismo expresaba mucho mejor las com-plejidades con las que tenan que lidiar y el espritu prctico que exiga lagestin poltica de una multiplicidad de pueblos.

  • Alexandre Koyr calific la filosofa de Cicern como ensayos de un lite-rato aficionado. Su desprecio no es una excepcin entre los estudiososcontemporneos de la Antigedad. Bertrand Russell, filsofo, matemtico ypacifista ingls (1872-1970), desde una corriente filosfica completamentediferente, sostiene que fuera de algunos hombres excepcionales, Romaactu como un esterilizador sobre la zona de habla griega del imperio.

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    El desprecio de muchos los historiadores de la filosofa actuales respectodel pensamiento romano no debe extraarnos: si filosofa es slo aquelloque se ensea actualmente, podra aceptarse una cierta declinacin en elImperio Romano, sobre todo en Occidente. Pero si utilizamos una concep-cin ms amplia e incluimos la filosofa poltica y la filosofa del derecho,as como el pensamiento reflexivo en su actitud ms amplia que no siem-pre admite categoras a-priori, Cicern aparece como un pensador de granimportancia y valor.

  • Aunque el Imperio Romano fue uno de los ms estables y duraderos, enel ao 285 el emperador Diocleciano comprendi que la autoridad imperialya no poda mantenerse como hasta entonces y dividi el Imperio en dospartes. Una, la de Oriente, la liderada por l, se extendi hasta 1453. Laotra, conducida por Maximiliano en Occidente, cay en el ao 476. Peroantes de que esto suceda, en el ao 324 d.C. ocurri un acontecimientofundamental en la historia: Constantino I, el Grande, impuso al cristianis-mo como religin oficial.

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    Al caer el Imperio Romano de Occidente gran parte de nuestra herenciacultural se conserv en el Imperio Oriental. El saber griego qued por mu-chos siglos al cuidado casi exclusivo de los rabes y recin a partir del si-glo X, pero fundamentalmente en los siglos XI y XII, los europeos se reen-contraron con muchas de las grandes obras de la cultura helnica yhelenstica. En los territorios occidentales que hoy llamamos Europa slola Iglesia se ocup de preservar una pequea parte del legado clsico. Elsaber se refugi primero en las abadas y los conventos, luego en las uni-versidades medievales al cuidado de estudiosos llamados escolsticos.stos fueron eruditos cuyo mundo era un universo de textos, de referen-cias bibliogrficas, de citas de maestros, de polmicas interminables enlos que el saber no tena una gran conexin con la observacin de la na-turaleza aunque sta nunca estuvo totalmente ausente.

  • Mientras el legado griego erapreservado en el Imperio Oriental,en Occidente comenz adesarrollarse la teologa cristiana.San Agustn (354-430 d.C) tuvouna importancia fundamental en laconformacin del modo peculiar enque el cristianismo concibi elconocimiento. Este padre de laIglesia afirm que un cristianodebe estar interesado en conocera Dios y al alma y absolutamentenada ms. El conocimiento ya nose centraba en la naturaleza, ni enla poltica, ni en la jurisprudencia: sehaba desplazado hacia la teologa(teo: Dios; loga: estudio). Para loscristianos buscar las causasnaturales de los fenmenosnaturales es limitarse a causassegundas, detenerse a mitad decamino en la explicacin yrenunciar al conocimiento de lacausa primera: Dios.

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    Este desinters por las cuestiones naturales no debe entenderse como un re-pudio al saber sino como un cambio de foco de inters, de preocupaciones yde estilo. San Agustn, influido por el pensamiento platnico, estuvo muchoms interesado en el alma que en la physis (naturaleza) y valoriz a lasmatemticas por sobre las dems formas de conocimiento de la naturaleza.

  • Hasta el siglo XII la actitud teolgica predominante era agustiniana. Res-pecto de la cosmologa no exista ningn tipo de unanimidad entre los cris-tianos. En Occidente, la atencin prestada a estas cuestiones fue crecien-do entre 1200 y 1225 a medida que se recuperaron y tradujeron al latngran parte de las obras de Aristteles que haban sido salvaguardadas porlos rabes y desde Bizancio fueron llegando paulatinamente a Occidente.

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    Se recuperaron el Almagesto de Ptolomeo y otras obras destacadas de la sa-bidura antigua, lo que produjo una profunda conmocin y una gran avidezpor conocer los tesoros de la cultura clsica. Esa avalancha de conocimien-tos gener un movimiento intelectual de amplio alcance, que primero influyen la Iglesia y, con el tiempo, llev a un cambio de orientacin caracterizadopor una preponderancia cada vez mayor de las posiciones aristotlicas y uncreciente inters en las investigaciones naturales y la cosmologa.

  • El movimiento hacia una nueva versin de la doctrina cristiana no fue in-cruento ni lineal. Aristteles no slo no haba reinado durante 2000 aos,como suelen contar los manuales escolares: tambin haba estado parcial-mente ausente durante casi 1500 aos. En Europa slo se conocan yaceptaban algunas de sus obras de lgica y otras pocas ms, pero la ma-yor parte de su extraordinario legado haba quedado en el Imperio Roma-no de Oriente y, por lo tanto, se haba desvanecido para los estudiosos oc-cidentales.

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    La recepcin a las obras de Aristteles no result precisamente clida: en1210 un concilio prohibi la enseanza de cualquier doctrina aristotlica;en 1215 se autoriz la enseanza del Organon, pero se confirm la prohi-bicin de la Fsica y la Metafsica. Aunque las prohibiciones pronto perdie-ron su eficacia, el camino hacia una unificacin doctrinaria que incluyera aAristteles llevara an mucho tiempo.

  • La incorporacin del pensamiento de Aristteles que se produjo en la doc-trina cristiana en el siglo XIII tiene como figura central a Santo Toms deAquino (1225-1274) quien realiz una sntesis magistral entre la doctrinacristiana y la cosmovisin aristotlica. Para este sabio de la iglesia el co-nocimiento abrevaba en dos fuentes: la fe y la razn, pero stas no pue-den contradecirse. La magna obra de Santo Toms fue el fruto de esta vi-sin y en su Summa Theologica integr una visin bblica del hombre y dela salvacin con una concepcin aristotlica del mundo material.

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    A partir del siglo XIII, la extraordinaria sntesis aristotlico-tomista (de San-to Toms) pas a ser la concepcin del universo ms extendida y acepta-da entre las elites cultas de la cristiandad. Escritos alegricos, como los deDante, aportaron mucho a su difusin y a que el universo de las esferascomenzara a formar parte del sentido comn de la poca.

  • Para comprender la importancia de la concepcin tomista del mundo espreciso ubicarla en el contexto de lo que los historiadores actuales han de-nominado el Renacimiento del Siglo XII. Hacia mediados del siglo XI Eu-ropa se encontraba en un perodo de transformaciones desconocido hastaentonces. La poca de las grandes invasiones haba llegado a su fin, nue-vamente se comenzaba a desarrollar la vida urbana, se expandi el comer-cio y comenz a crecer una nueva clase social, la burguesa. Tambin hizosu aparicin un actor social hasta entonces desconocido: el intelectual.

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    Jacques Le Goff (1924), uno de los medievalistas ms reconocidos de laactualidad, sostiene que con el trmino intelectual los hombres de laEdad Media no aludan tanto a una categora profesional, que se designa-ba con multitud de vocablos (litteratus, magister, professor, etc.), sino auna cualidad de tipo ms general. El intelectual era un individuo que culti-vaba y venda el producto de su saber. Aunque comnmente estaban alservicio de la Iglesia, y por ms que en su mayora fueran jurdicamenteclrigos, no eran por ello fcilmente clasificables. Su mbito natural secentraba en las ciudades pues stas oficiaban como centro para todas lasinquietudes de renovacin de la poca y como el lugar de asentamiento delas nuevas instituciones culturales.

  • Tanto los nuevos maestros como sus alumnos carecan de una orga-nizacin y tenan una vida prcticamente nmade. Con el fin de protegersus intereses, y al igual que el resto de los grupos profesionales de las ciu-dades, se organizaron en un gremio y crearon una institucin para que losalbergara. As naci la Universidad. Las primeras en aparecer y en alcan-zar mayor relevancia fueron la universidades de Pars, Oxford y Boloniacreadas a partir de la experiencia de escuelas episcopales que ya tenanun cierto nivel de importancia en el siglo XII. Estas nuevas instituciones al-teraron la jerarqua de las prcticas educativas y entraron adems en con-flicto con la organizacin poltica.

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    La Universidad devino el medio natural en el que el intelectual del Medioe-vo alcanz su madurez. En ese contexto la concepcin aristotlico-toms-tica logr un consenso mayoritario y estructur el saber culto hasta el Re-nacimiento. En sus claustros, los debates escolsticos no se reducan aaveriguar cuntos ngeles entraban en la punta de un alfiler, como hanpretendido algunas versiones poco matizadas de la historia. Para com-prender la importancia y el valor de la produccin escolstica de conoci-mientos es preciso entender el contexto en que tuvieron que trabajar ypensar. ste se caracteriz por la llegada a la Europa cristiana de una cre-ciente cantidad de traducciones del rabe y del griego que contenan unainmensa variedad de nuevos conocimientos que no poda asimilarse sinantes atravesar un profundo debate sobre mtodos y fundamentos.

  • Una de las ironas de la cultura moderna en Occidente es el considerar almundo islmico como algo extrao, cuando representa una de las fuentesfundamentales en la que abrev nuestra cultura. Cuando los europeos oc-cidentales redescubrieron a Aristteles mediante el contacto con discpu-los islmicos y judos, sobre todo en Espaa, tambin recibieron elabora-dos comentarios realizados por escritores musulmanes. Los msimportantes de estos comentaristas fueron los filsofos Al-Kindi (789-873d.C.) y Ibn Rusd (Averroes) (1126 1198) y el fsico y cientfico Ibn Sina(Avicena) (985- 1036).

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    Al concebir a la teologa como una ciencia, Santo Toms tena entre susobjetivos el de discutir (y por supuesto vencer) a las interpretaciones pa-ganas; en especial combati las versiones del aristotelismo defendidas porlos rabes, pero aprendi mucho de ellos.

  • El Renacimiento fue una poca turbulenta en todas las reas de la vida hu-mana. Una profunda crisis religiosa llev al cisma a la Iglesia, y la dividien catlicos y protestantes, dando lugar a los procesos de Reforma y Con-trarreforma. Merced a los viajes y conquistas que incluyeron tanto un nue-vo continente fsico (Amrica en 1492) como la creacin de un nuevo es-pacio intelectual, a partir del reencuentro con la sabidura antigua queaportaron los rabes, en Europa comenz un proceso de expansin des-comunal del espacio vital.

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    La vida cotidiana en las ciudades estaba en continuo crecimiento y trans-formacin: el ascenso de la burguesa y el desarrollo del comercio trajeronaparejados un gran cambio en la arquitectura y en el arte, en las formasen que los hombres y mujeres deban de concebirse a s mismos y rela-cionarse entre s. Fue un tiempo de incertidumbre y creacin que afectprofundamente creencias, prcticas y valores en boga.

  • La formulacin clsica de lo que es el Renacimiento se debe sobre todo ala obra del historiador suizo Jacob Burckhardt (1818-1897) quien publicLa cultura del renacimiento en Italia (1860). Aunque sus concepciones hansido discutidas en muchos aspectos, todos reconocen la importancia deeste perodo de grandes cambios. El desarrollo del movimiento humanis-ta y el nacimiento de la ciencia moderna resultan centrales para la historiade nuestros modos de conocimiento.

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    La ciencia y la filosofa modernas nacieron gracias al cambio globalde actitud y sensibilidad que se fue dando en y a partir del Renacimien-to. Este cambio se expres en importantes transformaciones artsticas enla msica, la pintura y la arquitectura. Tambin se modificaron radical-mente las relaciones econmicas, basadas en la expansin del comercioy se adoptaron nuevas tcnicas contables que impulsaron el desarrollo delas matemticas prcticas. Las necesidades de la vida ciudadana propul-saron la actividad inventiva, la produccin de mquinas y la valoracin cre-ciente de la precisin.

  • En Florencia, Ferrara, Miln, Venecia y otras de las principales ciudadesitalianas, el siglo XV comenz con una nueva manera de percibir y con-cebir la naturaleza. La arquitectura, la pintura y la literatura adquirieronun papel y un brillo desconocido en la sociedad medieval. El humanismofue ante todo un movimiento relacionado con el arte y, a travs de l, conla imagen que el hombre tena de s mismo, de su potencia y de su lu-gar en el mundo.

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    El humanismo supusouna ruptura cultural conla tradicin medieval. Sucaracterstica central fuela de conceder una granimportancia al estudio dela Antigedad yconsiderarla el modelo aseguir en toda laactividad cultural. Seestudiaron los textosclsicos griegos yromanos y se los valorpor s mismos sinnecesidad de referirlos aldogma cristiano. Elestudio de la literaturaantigua, de la historia yde la filosofa moral,contribuy decisivamentea forjar una nuevaconcepcin del hombrecomo un ser libre ycivilizado, dotado degusto y juicio. Losnuevos modos de vidaen las ciudades fuerongestando las condicionesque permitiran pensar alhombre como unciudadano, no slo comocriatura de Dios.

  • poca marcada por la exploracin de mares y tierras, por la revolucin enlos cielos iniciada por Galileo (1564-1642) y Giordano Bruno (1548-1600)y la expansin de nuevas creencias y formas de vivir tanto religiosas co-mo seculares, el Renacimiento no le dio siempre la bienvenida a los nue-vos modos de pensar. Como en todos los tiempos de grandes cambios sevivi una gran tensin entre cerrazn y apertura a la novedad que se fueexpresando de muchas formas: como una puja entre el espacio finito e in-finito, entre las fronteras de las colectividades locales y los nacientes es-tados nacionales, entre antiguas prcticas comunitarias y la aparicin delindividuo-ciudadano. Algunas novedades fueron bien recibidas, otras re-chazadas hasta el punto de llevar a la hoguera a quienes las promovancomo a Giordano Bruno (1548-1600) que se atrevi a cuestionar la cos-mologa aristotlico-tomista.

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    En el Renacimiento surgi una mentalidad que supo pensar el espacio in-finito pero que tambin contribuy a domesticarlo. Estall el universo aris-totlico de las esferas y el espacio devino inmensidad sin fin. Los lmitesde la tierra se ampliaron para albergar nuevos territorios. Gracias a la im-prenta el saber se propag velozmente en todas las direcciones.

  • Al mismo tiempo que los artistas renovaban sus tcnicas, los filsofos na-turales desarrollaban nuevas teoras, los mdicos comenzaban a estudiarla anatoma disecando cadveres y los inventores producan mquinas detoda clase, se expandi la Inquisicin, tribunal eclesistico que se dedica-ba a perseguir a todos los que se oponan o pensaban diferente acusn-dolos de brujera o de impiedad. Entre tanto, sucesivas guerras y enfren-tamientos diezmaban a Europa.

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    Muchos historiadores, construyeron y difundieron una versin muy acha-tada de ese proceso multidimensional y heterogneo que sirvi de nexoentre el medioevo y la modernidad. Se suele presentar a este perodo co-mo el enfrentamiento entre la luz (aportada por el humanismo y la cien-cia naciente) y la oscuridad (atribuida a la iglesia en su totalidad). Sinembargo el propio Papa aloj y estimul la obra de Leonardo, y ste tuvoms de una diferencia con los humanistas, que en muchos casos eran cr-ticos a todo pensamiento nuevo, particularmente al cientfico.

  • Los hombres del Renacimiento, al igual que los griegos del perodo hel-nico (Platn, Aristteles,etc.) no fueron especialistas. Su curiosidad eraamplia y diversa, su formacin mltiple, sus intereses variados. Leonardose impone como un ejemplo exquisito de esta nueva sensibilidad renacen-tista: fue pintor, inventor, mago-alquimista, anatomista, gemetra, fsico,cartgrafo, inventor, ingeniero y un extraordinario cocinero.

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    Para Leonardo la ciencia y el arte no estaban separados. Tampoco lo es-taban la prctica y la teora. Su obra como ingeniero se enriqueci con susaber sobre fsica, su pintura con sus conocimientos de ptica y alquimia,su cocina con su saber botnico y sus dotes estticas, su cartografa consus habilidades extraordinarias para el dibujo y la observacin, sus estu-dios anatmicos con su capacidad experimental

  • Muchos artistas-cientficos renacentistas, prosiguieron la tarea de lograrpresentaciones adecuadas del mundo sobre el papel. Partieron del legadode Ptolomeo, lo enriquecieron y actualizaron. En 1400 una copia de la Ge-ografa de Ptolomeo haba llegado a Florencia proveniente de Bizancio.Muy pronto fue traducida y adquiri una gran influencia en los mbitos msdiversos. Las concepciones ptolemaicas, eran llamativamente afines a lasdesarrolladas por los artistas en relacin con la tcnica de la perspectivay facilitaron el uso sistemtico del enrejado para dividir, medir y repre-sentar el espacio.

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    No es extrao que las relaciones entre la geografa, los modos de repre-sentacin y la poltica se intensificaran en un mundo en expansin comer-cial y territorial. Leonardo trabaj incansablemente durante varios aos enla confeccin de mapas de la zona del Ro Arno, colaborando en el pro-yecto de Maquiavelo (1469-1527) para desviar este ro que, de haberse lo-grado, le hubiera dado a Florencia una ventaja geopoltica fundamental encontra de los intereses de la ciudad de Pisa, su rival.

  • Ms importante que el aporte de Leonardo en la construccin de un pen-samiento que sobrepas los lmites impuestos por la Iglesia y el saber me-dieval, fue su elaboracin de una nueva grilla conceptual: la perspecti-va lineal en la pintura y la cuadriculacin del espacio en la cartografa. Loslibre pensadores del renacimiento y los inicios de la modernidad se libe-raron de las ataduras de la escolstica pero crearon otras nuevas. Losmandamientos divinos fueron sustituidos por otros nuevos: las exigenciascuadriculadoras del naciente mtodo cientfico.

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    La metodologa de la cuadriculacin se instaur como una metfora fun-dante y central de todo el espritu moderno. La obra de Durero (1471-1528) De varietate figurarum muestra cmo las tcnicas de proyeccin ycuadriculacin en este caso de rostros y cuerpos humanos forman par-ten de la misma trama conceptual que une a los pintores con los matem-ticos y los cartgrafos. Todos ellos suponan que eran capaces de arran-car los secretos a la naturaleza y representarlos en sus obras.

  • Durante el perodo renacentista fue creciendo paulatina y sostenidamenteuna actitud de exploracin y de investigacin en mltiples campos de la vi-da ciudadana. Los libros antiguos, traducidos, ledos, valorados y recono-cidos, no fueron slo objeto de devocin (aunque algunos humanistas aslo hubieran preferido): muchos se inspiraron en ellos, tomando ms su es-pritu que su letra.

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    Para Leonardo, al igual que para Galileo, no se trataba de estimular unaexperiencia espontnea, sino de desarrollar un trabajo cuidadosamentepreparado y analizado. Su estilo fue experimental y no meramente emp-rico. La diferencia estriba en que en el experimento hay una hibridacin:se trata de una experiencia elaborada, sofisticada y sutilmente entrelaza-da con la teora.

  • Una de las grandes transformaciones que comenzaron en el Renacimien-to y llegaron a su punto mximo en la Modernidad se relaciona con el des-plazamiento de la nocin de experiencia hacia la de experimento controla-do. Experiencias tenemos todos los seres humanos, experimentos slorealizan algunos. Una forma de diferenciarlos es que el experimento exi-ge planificacin y control. Pero no slo los cientficos realizan experimen-tos en este sentido, tambin lo hacen los pintores o los cocineros. La dife-rencia clave es que en la ciencia moderna se privilegi un lenguajeespecfico: la matemtica lineal.

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    Galileo, al igual que Leonardo, no fue un hombre de intereses restringidos.A lo largo de su vida no distingui ni separ su labor como Astrnomo, As-trlogo, Filsofo Natural o Matemtico, aunque consideraba que la mate-mtica era el lenguaje clave para comprender la creacin.

  • En nuestra poca, que suele separar en compartimentos estancos el arte,la religin, la filosofa y la ciencia, puede resultarnos extraa la forma enque estas actividades eran consideradas en la Antigedad y el Renaci-miento, as como a los antiguos les resultara absurda o inaceptable nues-tra concepcin. Coprnico (1473-1543), Kepler (1571-1630), Galileo yNewton (1642-1727) denominaban Filosofa Natural a su labor porqueen su tiempo nadie distingua entre ciencia y filosofa. Galileo recurri a to-dos los argumentos posibles para intentar hacer un lugar a sus nuevasciencias: a veces se apoy en la razn, otras apel a la experiencia, inclu-so lleg a apoyarse en San Agustn contra Santo Toms.

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    En nuestra cultura la observacin y la fe pertenecen a dominios de expe-riencia separados, el arte y la ciencia no se mezclan, la astronoma nadatiene que ver con la astrologa, la filosofa y el experimento no suelen te-ner relacin alguna. Solemos creer que la verdad es una sola la que pue-de ser demostrada cientficamente; los otros saberes quedaran devalua-dos al rango de meras creencias.

  • En el Renacimiento las verdades tradicionales ya no tenan la misma fir-meza que antes y el saber cientfico an distaba mucho de poder imponersu propia verdad como la nica verdad. Las instituciones tradicionalmenteencargadas de legitimar el conocimiento estaban en crisis; en particular laIglesia, pero no haba otras nuevas que las reemplazaran. Las Universida-des estaban bajo el control eclesistico y las Academias Cientficas recincomenzaban a formarse; faltaban siglos para que tuvieran el poder degarantizar la verdad.

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    La historia oficial de la polmica entre Galileo y la Iglesia dice que se en-frent la fe de los religiosos y la razn del cientfico. Sin embargo, enla actualidad muchos estudiosos sostienen que tambin se opuso la fe deGalileo en el sistema copernicano a la razn de los jesuitas que sostenanque no haba pruebas contundentes a favor del nuevo sistema. Un nuevosaber siempre tiene dificultades para hacerse un lugar. Francis Bacon(1561-1626), filsofo ingls contemporneo de Galileo, fue el mayor de-fensor de su tiempo de la observacin como fuente de conocimiento y tam-poco se interes por los hallazgos astronmicos del pensador italiano.

  • Galileo saba perfectamente que para demostrar el movimiento terrestretena que superar muchsimos obstculos de diversa ndole. En primer lu-gar, la base de la educacin tradicional era la palabra de los autores-auto-ridades y Galileo peda, exhortaba, incluso exiga cambiar de tribunal: dela autoridad de los textos sagrados y la palabra de los maestros al impe-rio de los sentidos o de la razn. En su intento por convencer a sus con-temporneos oscil permanentemente entre posiciones empiristas o racio-nalistas segn qu le resultara ms ventajoso. Adems de cientfico lcidoera un hbil polemista que muchas veces pecaba de soberbia y de exce-so de irona, lo que intensific sus problemas con la Inquisicin.

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    En el caso particular de la negativa de los sabios aristotlicos a aceptar lasobservaciones del telescopio, no debemos olvidar que Galileo est pidien-do que se acepte una observacin realizada por un instrumento total-mente nuevo y que nadie saba bien cmo operaba ste, pues se acaba-ba de inventar. Adems, en su poca, nadie poda tener certeza respectoa cules eran las situaciones en que el telescopio brindaba una informa-cin fidedigna y cuando poda ser engaoso.

  • La forma en que mu-chos historiadores trata-ron el juicio que le hizola Iglesia Catlica a Ga-lileo por sus investiga-ciones puede conside-rarse paradigmtica deun modo de simplifica-cin distorsionada. Conla excusa de la claridadpedaggica se constru-y un mito propagandis-ta sin relieve ni maticesque aplast la compleji-dad de un proceso mul-tifactico.

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    En el siglo XX comenz una revisin crtica de las historias oficiales dela ciencia y el caso Galileo fue estudiado exhaustivamente. Comenzaron aescucharse otras voces: Alexandre Koyr (1892-1964), Arthur Koestler(1905-1983), Thomas Kuhn (1922-1996), entre otros estudiosos de granprestigio, difundieron una versin muy diferente de las investigaciones deGalileo y del juicio que se llev a cabo en su contra. En la poca en queGalileo present el telescopio ante el Senado de Venecia (1609), las ob-servaciones que ste permita realizar estaban ms cerca del milagro y lamagia que de la ciencia. l era consciente que estaba pidiendo a sus con-temporneos que consideraran cosas sorprendentes y maravillosas pero,por la misma razn, poco crebles y difciles de admitir.

  • Para comprender la polmica entre Galileo y la Iglesia, y las dificultadesque tenan los pensadores revolucionarios como Francis Bacon para re-conocer y distinguir entre diversos modos de conocer y validar el conoci-miento, conviene tener en cuenta la sensacin de incertidumbre y caosque se vivi en este perodo. Tal vez la literatura, y especialmente la poe-sa, sean las que mejor nos muestren cmo se afrontaba el hecho de viviren un mundo en mutacin. El poeta Ingls John Donne (1572-1631) en suAnatoma del mundo escrita en 1611 nos lo presenta con suma claridad:

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    La sensibilidad artstica no poda ser ajena a los cambios que se vivan, alas nuevas visiones y versiones del mundo. Como en todo tiempo de cam-bio, los valores tambin entraron en crisis. En este caso, el nacimiento ydesarrollo del espritu moderno trajo aparejado una desvalorizacin siste-mtica de la sensibilidad potica y una valoracin creciente del nmero, lacantidad, el clculo y la medida.

  • Bacon propona la observacin rigurosa como la llave maestra de un nue-vo mtodo de conocimiento que deba imponerse al saber tradicional. Ex-puso estas ideas en su obra cumbre a la que llam Novum Organum(1620) para dejar en claro que estaba intentando superar la propuesta queAristteles expuso en su clebre Organon (nombre con el que se conocenlos tratados lgicos de Aristteles).

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    El Novum Organum tuvo un gran impacto en su tiempo y sobre todo en elsiglo siguiente, influyendo enormemente en la aceptacin de la idea deque el conocimiento deba basarse en una observacin y experimentacinprecisas (aun cuando su propio autor tendi a desconocer, criticar o recha-zar los avances cientficos ms importantes de su poca).

  • Bacon les reprochaba a los filsofos el haber vivido alejados de los ne-gocios, ya que no es la meta de un pensador escribir en el ocio cosas pa-ra leer en el ocio sino proporcionar las armas para la vida activa. Tambinfue uno de los primeros pensadores que tuvo claro el poder que otorga elconocimiento, acuando un famoso lema que se expandi a los cuatrovientos durante generaciones:

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    Como el telescopio de Galileo tena un aumento de nueve veces, permitaque se vieran velas y naves situadas tan lejos que transcurran dos horasantes de que pudieran ser divisadas a simple vista. Aunque la informacinbrindada por instrumentos nuevos no resultaba confiable inmediatamente,los militares le dieron la bienvenida por su utilidad prctica. Ellos no esta-ban interesados en la teora sino en las ventajas del instrumento y comen-zaron a aprovecharlo rpidamente con grandes beneficios.

  • Una cosa era utilizar un instrumento como el telescopio por su valor prc-tico y otra, muy diferente, aceptarlo como fuente probatoria, o en el te-rreno cosmolgico. Las resistencias resultan comprensibles y razonablessi consideramos que su utilizacin con el fin de escrutar los cielos implicuna transformacin total de lo observado hasta ese momento en la dilata-da historia de la astronoma (por ms de 20 siglos, desde las observacio-nes babilnicas hasta el Renacimiento, se haban observado los astros s-lo a simple vista).

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    Los historiadores que gustan de divulgar estas palabras del gran sabio elu-den el hecho de que slo algunos ni siquiera la mayora de los opositoresa Galileo- se negaron a mirar por el telescopio. Ms aun, algunos de susms acrrimos enemigos fueron precisamente aquellos que haban acogidocon mayor beneplcito sus primeras observaciones telescpicas, entre ellosvarios de los astrnomos ms destacados del Colegio Romano. Tambin Ur-bano VIII, el Papa reinante en el momento de su condena en 1633, haba in-tervenido a favor de Galileo en 1616 antes de ser coronado, llegando inclu-so a escribir una oda en su honor: Adulatio Perniciosa (1620).

  • En la cultura occidental actual la astronoma es un saber tcnico que na-da tiene que ver con la vida humana, sus pesares y sus anhelos, sus bs-quedas espirituales o su destino. Sin embargo, durante el Renacimiento latransformacin de la cosmologa produjo una herida en el corazn del sis-tema que organizaba al mundo y la experiencia humana. La primer granconmocin se produjo al publicarse la obra de Coprnico De Revolutioni-bus Orbium Coelestium (1543 -Sobre el movimiento de las esferas celes-tiales), en la que se expona su concepcin del sistema heliocntrico, quecuestionaba a la vez la verdad expresada en el texto bblico y la autoridadde Aristteles, el ms sagrado de los clsicos.

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  • La obra de Coprnico haba circulado libremente en toda la cristiandad du-rante ms de medio siglo. Su influencia fue importante y se haba discuti-do ampliamente acerca de sus planteos, pero siempre considerndoloscomo un modelo matemtico; es decir, como un sistema de hiptesisque permitan salvar las apariencias y no como una descripcin verdade-ra del mundo fsico. Pero Galileo pretenda que se aceptara el modelo he-liocntrico como una descripcin verdadera del mundo y no como mera hi-ptesis privada de toda realidad.

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    El modelo astronmico de Ptolomeo haba sido adoptado, porque coinci-da mejor con la experiencia y con los ms finos razonamientos, y no so-lamente por la autoridad de sus patrocinadores (aunque sta importa-ba en aquel tiempo como en todos los tiempos). Galileo logr erosionar lacerteza respecto del modelo geocntrico, pudo llamar la atencin con sutelescopio sobre muchas cosas nuevas y sorprendentes (entre ellas algu-nos indicios fuertes a favor de la movilidad de la tierra), pero no mostrarel paralaje estelar ni muchas otras pruebas empricas que le exigan susoponentes.

  • Si reflexionamos sobre las enormes dificultades que hay que atravesar pa-ra hacer confiable un nuevo instrumento, y le aadimos a ello el hecho deque en la poca de Galileo ni siquiera se valoraba un saber instrumental,no podemos seguir sosteniendo que los telogos se negaban a ver la evi-dencia, puesto que, sencillamente, no haba tal cosa. Haba indicios pro-metedores, conjeturas interesantes, pero no demostraciones convincentes.

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    Arthur Koestler (1905-1983) fue un extraordinario historiador de la cienciaque dedic buena parte de su labor a estudiar la tradicin astronmica yen particular las peripecias del juicio a Galileo. Sus trabajos dejan en cla-ro que lo que estaba en juego era la posibilidad de construir un nuevo mo-do de experimentar, valorar, y relacionarse con el mundo y que el extraor-dinario padre de la ciencia moderna slo estaba en condiciones depresentar indicios, de proponer hiptesis ms o menos verosmiles, peronada que pudiera llamarse evidencia o hechos incontrovertibles.

  • La Revolucin Copernicana fue un largo proceso de transformacin con-ceptual que llev varios siglos. De manera algo arbitraria, como ocurresiempre que se intentan establecer periodizaciones histricas, podemosubicarla en el lapso que media entre la publicacin de la obra copernica-na De Revolutionibus (1543) y la aparicin del Tratado de Mecnica Ce-leste del matemtico y astrnomo Pierre Simon Laplace (1799-1825) en1805; con un pico de gloria en 1687, cuando Newton dio a conocer su granobra: Principia Mathematica Philosophiae Naturalis.

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    La Revolucin Copernicana noslo fue un largo proceso sinoque involucr a hombres muydiferentes, provenientes de todaEuropa y de tradicionesintelectuales heterogneas.Coprnico fue cannigo de lacatedral de Frauenburg, Laplacefue un claro exponente del nuevoespritu de la Ilustracin francesa,Newton fue bautizado por elbrillante economista britnicoLord Keynes (1883-1946) comoel ltimo de los magos. Eltriunfo del modelo heliocntrico yde la fsica newtoniana no fue elresultado de un debate racional,sino una ardua conquista en unjuego de poder-saber-hacer dealtsima complejidad que incluymltiples prcticas e institucionesy se extendi varios siglos,construyendo un nuevo mundo.

  • La filosofa y la historia de la ciencia positivistas han presentado el enfren-tamiento entre Galileo y la Iglesia como un debate asimtrico en el que laluz de la razn venci a la oscuridad de la fe. Sin embargo, fue un proce-so mucho ms complejo pues el cambio de la cosmovisin no era una me-ra cuestin tcnica: de l dependan la ubicacin del infierno y el parasoy con ellos la condena o la salvacin de los seres humanos.

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    El estallido de las esferas que contenan al Universo aristotlico-tomistaimplic tanto un cambio de la configuracin del Cosmos como de la arqui-tectura del pensamiento humano. Al estallar esta concepcin del espacio,al hombre se le hizo imprescindible encontrar nuevamente su lugar en elmundo. Es por esto que una revolucin astronmica provoc tanto ma-lestar y enfrentamientos tan enconados que llegaron hasta la hoguera co-mo el caso de Giordano Bruno o al juicio, condena y confinamiento orde-nado por la Inquisicin como le sucedi a Galileo.

  • Para sostener, difundir y validar nuevas ideas siempre fue preciso crearnuevas instituciones. Como las universidades estaban completamente ba-jo el control de la Iglesia, los partidarios de las nuevas ciencias se vieronobligados a fundar las Academias. Sostenidas en su mayora por el poderReal obtuvieron cierta independencia respecto a la Iglesia...la suficientepara que los pensadores pudieran proteger los nuevos saberes, expandirsu influencia y ganar adeptos.

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    Algunos historiadores prefieren pasar por alto la Accademia dei Segreti(Academia del Secreto, 1560 aprox.) y considerar como la primera acade-mia realmente cientfica a la que se constituy en Roma en 1603 bajoel nombre de Accademia dei Lincei (Academia de los Linces) de la quefue miembro Galileo. En cualquier caso, a partir del siglo XVII la nueva ins-titucin fue extendindose y se fundaron academias en los principales pa-ses de Europa destacndose la fundacin, en 1666, de la Acadmie desSciences en Francia. Al disponer de espacios propios y de publicacionespara el intercambio, las instituciones fueron ganando poder para instituirun nuevo tribunal capaz de establecer qu conocimientos habran deconsiderarse legtimos.

  • Galileo fue condenado, es cierto, pero no es tan sencillo comprender c-mo y mucho menos por qu. La historia que puede condensarse en unafrase no merece ni siquiera el nombre de tal. Todo proceso interesante tie-ne mltiples idas y vueltas y el enfrentamiento de Galileo con el Santo Ofi-cio no es una excepcin. La fe tanto la cientfica como la religiosa no leera en absoluto ajena. Si volvemos sobre nuestros pasos para mirar conms detalle la controversia, podremos ver que la razn no era propiedadexclusiva del filsofo sino un terreno compartido con sus adversarios queen muchos casos hicieron mejor uso de la misma que este gran Acadmi-co Linceo. Para comprender la polmica y la condena a Galileo es preci-so ahondar no slo en los detalles del debate conceptual sino en el con-texto en el que se realiz: el de la crisis eclesistica y la Contrarreforma.

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    Como todos los investigadores, Galileo comenz su trabajo inspirndoseen la labor de sus antecesores. Aun cuando su mirada fuera crtica o dife-rente, no es posible obviar ese legado cultural. En este caso, ya haba unestado de opinin rebelde a las doctrinas aristotlicas creado por Nico-ls de Oresme (1320-1382) y otros crticos escolsticos de las concepcio-nes aristotlicas del movimiento que haban convertido a la cuestin en untema fundamental de controversia en las universidades.

  • El movimiento fue uno de los temas de mayor inters de la filosofa grie-ga, recuperado y radicalmente transformado por los estudiosos del Rena-cimiento y la Modernidad que desarrollaron una nueva ciencia a partirde un tema antiguo. Las nuevas ideas incluan necesariamente una nue-va forma de experimentar el mundo. El estudio del movimiento (que en lapoca de Aristteles inclua el crecimiento y la maduracin) se limit sloal desplazamiento en el espacio, dejando de lado la transformacin cuali-tativa y reduciendo el foco de inters slo a aquello que entrara en la gri-lla de la metodologa cuantificadora.

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    La ciencia moderna elimin de su mundo las transformaciones que fue-ron consideradas meras apariencias de una realidad esencial inmutable.Su descripcin se redujo slo a los tomos desplazndose en el vacosiguiendo unas trayectorias predecibles y reversibles, chocando entre ssin sufrir modificaciones, en una danza regida por leyes matemticas in-diferentes al destino humano y sus necesidades. Nada menos que lagestacin, la corrupcin, el cambio y el crecimiento, la transformacin,fueron condenados a ser meras apariencias de una realidad esencial-mente mecnica.

  • Johannes Kepler, uno de los ms grandes astrnomos y matemticos desu poca, trabaj junto a Tycho Brahe (1546-1601), el ms importanteobservador de los cielos e inventor de nuevos instrumentos astronmi-cos que le permitieron medir con una precisin muy superior a la cono-cida hasta entonces las posiciones de las estrellas y los planetas. Conellos, Kepler obtuvo los datos ms confiables y actualizados de su tiem-po. Tras largos aos de investigacin logr organizarlos y darles forma.Las rbitas propuestas por Kepler ya no seguan el camino circular dePlatn: trazaban un recorrido elptico. Ni siquiera Galileo se atrevi a se-mejante ruptura.

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    Kepler estaba fascinado por la geometra de Euclides y valoraba mucho latradicin pitagrica. Esto lo llev a concebir el Universo como la obra deun creador divino: el Gemetra Perfecto. En su afn de descubrir esa ge-ometra, pas gran parte de su vida intentando asociar los 5 slidos pita-gricos a las rbitas de los planetas alrededor del Sol, en lo que llam elmisterio cosmogrfico (1596). Entusiasmado con su propia obra le enviun ejemplar a Galileo, quien no fue muy receptivo: nunca le contest.

  • Kepler le haba pedido a Galileo un telescopio para poder reproducir y ve-rificar sus observaciones pero el tempestuoso pensador nunca se lo envi.Finalmente, en agosto de 1610, el arzobispo Ernesto de Colonia le regaluno. Kepler lo estudi cuidadosamente y, por primera vez, pudo dar unaexplicacin satisfactoria de su funcionamiento en un libro monumental deptica geomtrica llamado Dioptrice (1611). Las observaciones no sonun acto simple y, menos aun, lo es su significado. Si a ello le agregamosla dificultad que implica utilizar ciertos instrumentos, veremos cmo la ba-talla por el establecimiento de una nueva ciencia no es una cuestin deque unos quieran ver y los otros se nieguen a hacerlo.

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    La nueva mirada no era slo ptica y matemtica sino tambin de criterio,y los que la promovieron tuvieron fuertes diferencias entre s. En muchoscasos, al igual que los creyentes en el sistema geocntrico, los unos senegaron a reconocer las observaciones y razonamientos de los otros. Tanestticamente edificante y empricamente sustentable era la concepcinde las rbitas circulares que, a pesar de los muchos desafos que Galileose atrevi a interponer contra el geocentrismo, nunca concibi la idea deque el dogma de la perfeccin esfrica y el movimiento circular pudiera noser verdadero.

  • Una vez establecida una frontera conceptual y creadas instituciones dis-tintas para la Astronoma y la Astrologa, las prcticas y los saberes se dis-tanciaron tanto que a muchos les cuesta creer que algunas vez estuvieronunidas. Del mismo modo, tenemos que comprender que en la poca deGalileo fuera imposible concebirlas de modo independiente.

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    La ciencia moderna no brot de unsolo hombre, ni fue el producto dela concepcin inmaculada de unmtodo universal. Fue una criaturaengendrada por una multiplicidadde progenitores. Para darle vidase fertilizaron mutuamente:religiosos; magos; artesanos;filsofos; ingenieros; comerciantes;matemticos; experimentadores;aristotlicos; neoplatnicos;msticos; racionalistas, entremuchos otros, en una verdaderaorga de pensamiento-accin-percepcin-creacin.

  • Galileo saba perfectamente que laevidencia de los sentidos parecacontraria al movimiento de la tierra,pues nadie siente que sta semueva. Expres claramente estepunto de vista cuando dijo: Losargumentos contrarios a la rotacinde la tierra que hemos examinadoson muy plausibles. Al mismotiempo, el genial pensador nodejaba de asombrarse al pensarque Aristarco y Coprnicopudieron hacer de la razn laconquistadora de los sentidos, alpunto que, a despecho de losseg