Ent_Esp_10_(oct_1981) REVISTA FUTBOL

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    P

    or el momento, no es una fotografa que corresponda al ftbol espaol, aunque de todas formas representa un espectculo vergonzoso. Y una

    denuncia muy seria contra todos esos energmenos, que tambin existen en los estadios espaoles y que estn provocando situaciones tensas ypreocupantes.Que un rbitro tenga que salir as, en una camilla, de un campo de juego, o protegido por la polica, por el nico delito de haber contrariado a un

    sector de fanticos de la localidad o del equipo perdedor, es un hecho vergonzoso y criminal. El rbitro puede equivocarse y se equivoca, es cierto, peroposiblemente no tanto como se equivocan y fallan los jugadores, a quienes de aplicarse el mismo correctivo, llenaran cada domingo las enfermeras desus respectivos equipos. Cuntos pases al contrario, cuntas carreras intiles, cuntos goles fallados, cuntos apoyos desasistidos, cuntos gestosincorrectos, cuntas perezas? Y, sin embargo, todo esto pertenece, por entero, a los futbolistas por ser personas y no mquinas. Ypor eso no se adoptancontra ellos esas formas violentas de crtica, que por otra parte se utilizan contra los rbitros como si ellos tuvieran que ser mquinas infalibles o comosi en realidad actuaran como criminales.

    Para terminar de una vez por todas con este asunto bochornoso, los entrenadores, debemos aportar inequvocamente nuestra colaboracin, porquetambin nosotros nos equivocamos. Cules son y cmo nuestras declaraciones sobre la conducta arbitral? Cmo reaccionamos con aquellosjugadores nuestros que increpan a los rbitros o demuestran un comportamiento incorrecto con ellos? Cmo preparamos a nuestros jugadores enfuncin de los rbitros designados? Facilitamos la tarea de los rbitros?

    Me parece que el problema de la violencia contra los rbitros es una de las cuestiones graves que tiene en estos momentos el ftbol espaol y acuya solucin nosotros, los entrenadores, deberamos prestar nuestra ayuda urgente. Al margen de este convencimiento que vale para todos los partidosde ftbol, el mundial esta ah, y la conducta de los espectadores en relacin con los rbitros, forma parte del propio espectculo deportivo.

    Las vallas y los fosos no podrn significar, permanentemente, el freno a la conducta violenta de unos descontrolados. Jugadores y entrenadorestenemos mucho que decir en esta necesaria unin y entendimiento con los rbitros.

    Textos: Santiago Coca

    1El rbitro, ese hombre

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    Revista deinformacin ydocumentacinde ftbol

    Edita:Comit Nacionalde Entrenadoresde Ftbol

    Director del Comit

    Nacional deEntrenadores:Manuel Alepuz

    Director tcnicode la Revista:Santiago Coca.

    Direccin yAdministracin:Juan de Mena, 10

    Madrid-14Espaa

    Imprime:DORSANBelmonte de Tajo, 12Madrid-19

    Depsito legal:M. 1382-1965

    Precio de ventaal pblico:200 Ptas.

    Precio suscriptor:150 Ptas. por nmero.La suscripcin,como mnimo,a cuatro nmeros.

    Precio al entrenador

    colegiado:100 Ptas. el ejemplar.

    II EPOCAOCTUBRE 1981200 PESETAS

    sumario

    Desde el foso: El salario del miedo. Por Santiago Coca. 4

    Los Colegios colaboran.Colegio Castellano: Crnica, historia o relato del XXVIII Curso Nacional deEntrenadores de Ftbol celebrado en Gerona en los das del 21 de junio al11 de julio de 1981. Por Julin Maza 6

    Cuaderno del Entrenador 11

    Anlisis del juego ofensivo de los mejores equipos de los CampeonatosMundiales de Ftbol. Por Jerey Wrzos 12

    Transformaciones de los libres directos en libres indirectos.Por Felipe Gayoso 19

    Tctica y estrategia. Pasado y presente de los sistemas de juego.Por Mariano Moreno 24

    Bibliografa de ftbol en la dcada de los aos setenta.Por Dolores Aguado, Carmen Aguado, Mercedes Edo y Casimiro Tylko 32

    Tendencias en el desarrollo del juego y la fase de ataque en el ftbol actual.Por Miln Navarra 40

    Ejercicios relacionados con la flexibilidad.Por Carlos Alvarez del Villar 44

    La formacin del futbolista de alta categora.Por Boulogni 54

    Desarrollo de la creatividad y capacidad de improvisacin del futbolista.Por Jn Hucko 58

    Tipos de goles en ftbol y los criterios biomecnicos de su clasificacin.Por A. Popov 60

    El ftbol como forma de esparcimiento.Por Jn Hucko 62

    Algunos problemas del estado funcional del organismo de futbolistas jvenes.Por T. A. Tretilova 65

    Diccionario especial de la preparacin fsica aplicada al ftbol.Por Fernando Mata. 67

    Los colegios colaboran

    Hacer justicia. Por Teodoro Nieto 79

    n.

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    4DESDE EL FOSO

    EL SALARIO

    DEL MIEDOUNA cosa es la prevencin y otra, muy distinta el miedo.UNA cosa es conocer los sistemas defensivos del ftbol y ponerlos en prcticacuando las vicisitudes del juego as lo aconsejan y otra, muy distinta, renunciarde antemano al ataque, por miedo. Como si el ftbol ofensivo fuera un suicidio.(Antes de seguir adelante con mis palabras y para evitar falsas interpretaciones,tendra que preguntar a esos miedosos del ftbol de nuestros das, qu entiendenpor ftbol ofensivo y cmo lo llevan a cabo).

    PORQUE una cosa es tener cuidado frente a los dispositivos tcticos del opo-

    nente, no dejarse sorprender por l, no malgastar energas, no pecar de inge-nuo, no precipitarse o permitir huecos o espacios de penetracin, y otra, muy dis-tinta, resignarse, por miedo, a no ganar un partido. Y conste que ya s que todoslos entrenadores y todos los futbolistas repiten, de palabra, que hacen todo lo posi-ble por ganar (nadie reconoce lo contrario y me parece muy bien). Pero, de hecho,la realidad de nuestro ftbol est presidida por el salario del miedo.

    SER la poltica de los resultados la que condicione esa actitud permanente delmiedo, como si el empate fuera la suprema ley del juego o esa expectativa deun contraataque que obtuviera, en ltima instancia, el uno a cero rampln pero que

    justifica, luego, primas, a veces, extraordinarias y permanencia asegurada en elbanquillo.

    ES lgico que satisfagan los resultados positivos. El ftbol de competicin est

    montado as y tampoco puede uno volverle la espalda a esta manera leal yreglamentaria de ganarse la vida. Pero es un salario, un sueldo, un contrato, unasprimas, ganadas desde el miedo. A partir de unos esquemas y sobre todo de unamotivacin, la del miedo o la del riesgo mnimo, que ni da campeones, ni conven-ce, en el fondo, a nadie que ame de verdad el ftbol. A nadie que no sea un mer-cenario de l, sino un profesional con vocacin.

    EL aburrimiento que sentimos como espectadores en muchos partidos, la rutinaen el hacer y deshacer del juego donde la imaginacin o la creatividad apenascuenta, el conservadurismo a ultranza, el mentalizarse,primero, en no perder msque en ganar, son unas cuantas de las muchas situaciones que desde la tcnica, odesde la tctica, o desde el comportamiento psquico, estn contribuyendo a esteftbol al que es preciso inyectar, urgentemente, un antdoto contra el miedo.

    CUANDO los directivos, y el pblico, y los entrenadores, y los futbolistas sinta-mos el gozo de jugar con ganas de victoria y no con nerviosismos ante unaposible goleada (que los goles en la portera propia, tambin llegan, y muchasveces, por cobarda), entonces habremos recuperado la esencia del juego y de lavida misma. Porque el miedo, en definitiva, mata a los que lo profesan.

    Ypagar salarios de miedo, no vale la pena.

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    Escribe: Santiago Coca

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    EL curso, aunque oficial-mente tuvo su apertura elda 21 de junio, domingo, alas 18 horas, ya llevabarodando, para su organiza-cin, desde el mes denoviembre del ao anterior, atravs de las diversas reunio-nes celebradas con direc-tores de EscuelasRegionales y Consejo Rector,formado por Catalua,Andaluca, Navarra y Castilla,y profesores titulares de asig-naturas, a instancias deldirector de la Escuela

    Nacional don Jos EmilioSantamara Iglesias y delsecretario de la misma donMariano Moreno Serrano.

    En las reuniones inicialesel primer punto que se tratfue el lugar de la celebracin.El segundo punto fue elnmero de plazas que conarreglo al artculo 28 delReglamento fue distribuidopor los directores de escue-las. Haba varias propuestas:Canarias, Castilla, Catalua,Cantabria y Vizcaya, entreotras, y se decidi Gerona

    (catalana), por entender quereuna las condiciones ms

    idneas.Aceptada Gerona, eldirector y el secretario gene-ral, giran una visita paradeterminar in situ, las instala-ciones ms convenientespara el desarrollo del curso,dentro de las ofrecidas en lacitada Ciudad.

    Resultan elegidas las delColegio Montessori-Palau,Gerona C. F. y U. D. SALT.

    Ms adelante se procedia la composicin del cuadro

    de profesores y en reuninconjunta de director, secreta-rio y Consejo Rector seaprueba el siguiente:

    TEORIA Y PRACTICA DELENTRENAMIENTO(Preparacin fsica)

    D. Carlos Alvarez del Villar.D. Manuel Delgado Meco.D. Santiago VzquezFolgueira.D. Fernando MataValderas.

    PSICOPEDAGOGIA

    D. Santiago CocaFernndez.

    TACTICA Y ESTRATEGIA

    D. Jos Emilio Santamara.D. Mariano Moreno.D. Vicente Miera.D. Antonio Ruiz.

    REGLAS DE JUEGO

    D. Pablo Snchez Ibez.

    TECNICA

    D. Jos Emilio Santamara.D. Jos Luis Garca Traid.D. Francisco GarcaGmez.D. Jos Alzate.

    MEDICINA DEPORTIVA

    Dr. D. Teodoro Delgado.Dr. D. Juan Jos GonzlezIturri.

    Como novedad est laincorporacin activa del

    Consejo Rector, que asumelas siguientes funciones:

    Jefe de Estudios:D. Ricardo Blanch.

    Relaciones con alumnos:D. Julin Maza.

    Delegado de Instalaciones:D. Francisco Baln.

    Comit de Disciplina:D. Juan Carlos D.Quincoces.

    El Curso empieza a desa-rrollarse en su fase ejecutivacon la apertura en el ColegioMontessori de Gerona, en lafecha y hora ya expresadas, yhacen su presentacin la tota-lidad de los 75 alumnos, quie-nes despus de superar loscursos selectivos en susescuelas respectivas, queda-

    6

    COLEGIO CASTELLANO

    Crnica, historia o relato delXXVIII Curso Nacional deEntrenadores de Ftbol,

    celebrado en Gerona en los dasdel 21 de junio al 11 de julio de 1981

    Texto: Julin Maza. Director de la Escuela Castellana de Entrenadores de Ftbol.

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    ron distribuidos de la formaque se relaciona, componien-do la XXVIII promocin en laEscuela Nacional deEntrenadores de Ftbol.

    ANDALUZA (8)

    Arcas Alonso, FranciscoDomnguezAguilar,AntonioFernndez Bentez, AntonioMartnez Caro PaulinoQuintana Valde, FelipeRosas Hidalgo, BernardoSnchez Prez, JosSedao Moreno, Rafael

    ARAGONESA (5)Esteban Navarro, FermnJessIranzo Simn, Jos Luis

    Martnez Lzaro, PascualMayoral Soria, VicenteAlberto

    Ruiz Fernndez, FernandoJavier

    A S TURI A N A( 4 )Abelardo Echevarra,ManuelFernndez Fernndez, JuanJosGarca Cuervo, CarlosManuelGonzlez Prez, Julio Ral

    BALEAR (6)Bonet Calafat, MiguelCladera Mir, JuanGaldona Chacartegui, Pe-droMedina Olmedo, EpifanioSerra Ferrez, LorenzoVich Perell, Bartolom

    CANARIA (2)

    Garca Afonso, ManuelPrez Domnguez, Alvaro

    CANTABRA (2)Diez Prieto, VenancioMoncalean Gonzlez, JosRamn

    CASTELLANA (9)Barroso Rubio, CarlosCruz Roldn, EmilioHurtado de Guinea,GonzaloMartn Martnez, BernardoMontero Lpez, JuanRodrguez Torres, AngelSnchez Merino, CarlosSantos Ovejero, IselnZofio Garca, Jess Angel

    CATALANA (6)Dos Santos Cabanas,IsmaelMadolell Bernabu, Jos

    VicenteMartnez Vilaseca, JuanMuoz Jaso, Alfonso

    Sanjuan Ibez, JosSans Torrelles, Alejandro

    EXTREMEA (3)Cabanillas Rubio, ManuelFernandez Montas, FlixTejado Garca, Reyes

    GALLEGA (3)Castro Nieto, Joel Flix

    Daz Snchez, Julio M.Lpez Canosa, JosManuel

    GUIPUZCOANA (2)ArrizabalagaAguirreazaldegui, JosMaraMendiluce Loyola, Jos

    MURCIANA (5)Fernndez Hernndez,

    AntonioHernndez Abenza, AntonioEnrique

    7

    MARIANO MORENO, director en funciones, inaugura el curso.

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    Marn Caselles, Jos

    AntonioRovira Senz, FernandoSorli Domingo, Jos Luis

    NAVARRO-RIOJANA (3)Etayo Nez, Jess MaraLoidi Garro, FranciscoJavierVirto Sinz, Csar

    OESTE (5)Alvarez Diez, DimasArdoy Martnez, AlvaroPrez Garca, Jos

    Rojo Martnez, Francisco

    JavierTejedor Sanz, Jos Antonio

    T I N E R F E A( 3 )Hernndez Ventura, MiguelMedina Mesa, Jos ManuelRivero Prez, AlfonsoDaniel

    VAL E N C I A N A( 4)Bendezu Negri, OsmanFloro Sanz, BenitoMerce Cervera, Juan

    Valdez Perrero, Oscar

    Rubn

    VIZCAINA (5)Arana Orozco, Jos ManuelEchevarra Pinedo, PedroAntonioMartn Incln, FernandoPrez Manjn, Juan JosZubiaga Acha, Flix

    Por obligada ausencia deJos E. Santamara al encon-trarse dirigiendo la SeleccinEspaola en su gira america-

    na, hace la presentacin del

    acto Mariano Moreno, secre-tario, y en el cual estn pre-sentes el Excmo. Sr. Alcaldede Gerona, el Sr. Delegado deDeportes de la Generalidad, elDelegado de la EscuelaCatalana en Gerona y el Sr.Director del ColegioMontessori-Palau.

    Mariano Moreno da aconocer las normas de funcio-namiento por las que habrque regirse y en las que serecogen el rgimen de estu-dios, Comit de Disciplina y larepresentacin de los alum-

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    El representante de la Generalitat seor VILLASECA, da la bienvenida a los cursillistas.

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    Para conseguir la revista, si est usted interesado en ella, deber dirigirse al Colegio Regional a que pertenezca o alms cercano a la zona en que reside, y si la peticin se formula desde cualquier pas extranjero, a cualquiera de ellos,ya que la direccin de EL ENTRENADOR ESPAOL en Madrid no puede atender ningn pedido particular. LosColegios Regionales, y sus direcciones, son los siguientes:

    Colegio Direccin Telfono

    ANDALUZ Consuelo, 6, 1. SEVILLA 21 60 61ARAGONES Gran Va, 9, 4. 2. ZARAGOZA 23 75 36ASTURIANO Avda. Fernndez Ladreda, 17, 2. GIJON 39 01 50BALEAR San Miguel, 44, 2., 2. PALMA DE MALLORCA 21 79 07CANARIO Antonio Manchado Viglietti, 2. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 24 79 62

    CANTABRO Marqus de la Hermida, 14. SANTANDER 22 82 43CASTELLANO Ferraz, 7. MADRID-8 248 56 02CATALAN Balmes, 113, pral. 2. BARCELONA-6 253 64 31EXTREMEO Donoso Corts, 6. BADAJOZ 22 41 27GALLEGO Menndez y Pelayo, 18, 2. LA CORUA 22 33 30GUIPUZCOANO San Bartolom, 21-23, 1. SAN SEBASTIAN 46 30 22MURCIANO Villaleal, 2, 3. MURCIA 21 19 33NAVARRO Arrieta, 3, 2. PAMPLONA 24 60 08OESTE Plaza del Poniente, 5, 1. 33 31 49TINERFEO General Mola, 45, 2. 22 00 26VALENCIANO Avda. Barn de Carcer, 25, pta. 16. VALENCIA 322 90 95VIZCAINO Hurtado de Amezaga, 48, 1. BILBAO 444 05 95

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    cuaderno

    delentrenador

    Pgs.

    Anlisis del juego ofensivo de los mejores equipos de los Campeonatos Mundiales

    de Ftbol. Por Jerzy Wrzos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

    Transformaciones de los libres directos en libres indirectos. Por Felipe Gayoso . . . . . . 19

    Tctica y estrategia. Pasado y presente de los sistemas de juego.

    Por Mariano Moreno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

    Bibliografa de ftbol en la dcada de los aos setenta. Por Dolores Aguado,

    Carmen Aguado, Mercedes Edo y Casimiro Tylko . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

    Tendencias en el desarrollo del juego y la fase de ataque en el ftbol actual.Por Miln Navara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

    Ejercicios relacionados con la flexibilidad. Por Carlos Alvarez del Villar . . . . . . . . . . . . . 44

    La formacin del futbolista de alta categora. Por Boulogne . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54

    Desarrollo de la creatividad y capacidad de improvisacin del futbolista.

    Por Jn Hucko . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58

    Tipos de golpes en ftbol y los criterios biomecnicos de su clasificacin.

    Por A. V. Popov . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60

    El ftbol como forma de esparcimiento. Por Jn Hucko . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62

    Algunos problemas del estado funcional del organismo de futbolistas jvenes.

    Por T.A. Tretilova . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

    Diccionario especial de la preparacin fsica aplicada al ftbol. Por Fernando de Mata . 67

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    ENTRE los tericos y prcticos delentrenamiento en los juegos de equi-po predomina la opinin de que el anli-sis de la actividad competitiva de los prin-cipales equipos mundiales podra contri-buir a la agilizacin y al perfeccionamien-to del proceso de entrenamiento y pro-

    porcionar facilidades para el control y laapreciacin del juego. Incluso puedesuponerse que a partir de la observacinse inicia el camino para la elaboracin de

    un detallado modelo de juego que facilitela realizacin de un proceso ms eficazde entrenamiento.

    Material y mtodo

    Teniendo en cuenta las razonesanteriormente expuestas, realizamos elanlisis de las grabaciones en video-tape del juego de algunos equipos selec-cionados durante las finales de los

    Campeonatos Mundiales de ftbol cele-brados en Argentina en el ao 1978:

    Holanda, Argentina, Italia, RFA, Polonia,Brasil, Hungra, Suecia y Tnez (losencuentros entre: Holanda-Argentina,

    Italia-Brasil, RFA-Holanda, Arg en tin a-Hungra, Polonia-Tnez, Brasil-Suecia eItalia-Holanda). Durante las mltiplesreconstrucciones de dichas grabacionesse procur reunir, ante todo, las informa-

    ciones referentes al tema del juego ofen-sivo de los equipos enumerados, conuna insistencia especial en:1. el gnero de los pases empleados

    (medio fundamental para la realiza-

    cin de los supuestos tcticos),

    2. en el ataque colectivo (posicional yrpido),

    3. el papel de los jugadores que diri-gen el juego durante las acciones

    ofensivas del equipo (los direc-tores del juego),

    4. el ataque individual,5. los modos de concluir las accio-

    nes ofensivas con el disparo,

    6. los modos de ejecucin de losfragmentos constantes del juego,

    7. las causas de interrupcin de lasacciones ofensivas.

    Al iniciar las investigaciones se supo-ne que los pases desempean el papelms importante en el llamado juego deconjunto, mientras que otros elementos,tales como: conduccin del baln, dri-bling, fintas, etc., juegan un papel auxiliar

    y crean las condiciones para realizar elpase o el disparo a la portera. Durante elanlisis de los pases registrados sedetermin su altura, alcance y direccin.En cuanto a la altura de los pases se

    diferenciaron: pases bajos (vuelo delbaln hasta la altura de las rodillas),

    semialtos (vuelo del baln hasta el alcan-ce de la cabeza) y pases altos (vuelo delbaln por encima de la cabeza); en cuan-

    to al alcance diferenciamos: pases cor-tos (hasta 10 m), medios (de 10 a 20 m)y largos (por encima de 20 m); en cuan-to a la direccin: pases perpendiculares(a lo largo del eje longitudinal del campo)

    y pases horizontales o transversales (alo largo de la diagonal). Se determinabaadems la eficacia del pase y el lugar delque se realizaba (el campo se dividi entres zonas: de defensa, central y de ata-

    que.

    Durante el anlisis del juego ofensi-vo de los equipos sometidos al examen

    se tuvieron en cuenta el nmero de lasacciones ofensivas realizadas por cada

    equipo a lo largo de todo el encuentro,as como el nmero de las acciones efi-caces, es decir, de aquellas accionesque concluyeron con la consecucin deltanto, de un penalty, de un tiro certero a

    la portera o prximo a los postes o al tra-vesao, junto con aquellos que termina-ban con la consecucin del crner o detiro libre desde una distancia que ofrece

    la posibilidad de una amenaza directa dela portera del contrincante. A base dedichas informaciones se calcul, a conti-nuacin, el ndice de la eficacia de lasacciones ofensivas. Adems, todas lasacciones ofensivas colectivas se divi-dieron en ataques rpidos y posiciona-les, determinndose tambin su eficacia(contaron entre los ataques rpidostodos aquellos que abarcaban no ms decinco pases durante los cuales el baln

    qued trasladado hacia la zona de laamenaza directa de la portera del con-

    trincante; las dems acciones pertene-cieron al grupo de ataques posicionales).Tambin quedaron diferenciadas aque-

    llas acciones ofensivas en las que parti-cipaban los llamados leader o direc-tores del conjunto. Dentro del anlisis delos elementos del ataque individual setuvo en cuenta la frecuencia de la apari-

    cin y eficacia de la conduccin delbaln, de las fintas, de los driblings y tirosa la portera. Tambin se evaluaron lascausas de la interrupcin de las accionesofensivas. En este ltimo caso se deter-

    minaba el nmero de disparos, su punte-

    ra, el lugar de su ejecucin y la distanciadesde la que fueron realizados.

    12

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    Anlisis del juego ofensivo de los

    mejores equipos de losCampeonatos Mundiales de Ftbolde 1978

    Texto: Jerzy Wrzos. Publicado en la revista SPORT WYCZYNOWY, de Polonia, en 1981.Nmero 4, pginas 11-21

    Traduccin y adaptacin: Casimiro Tylko

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    Al someter al anlisis los llamadosfragmentos constantes del juego, setuvieron en cuenta slo aquellos que serelacionaban en mximo grado con los

    elementos de la tctica del juego ofensi-vo: tiros libres desde una distancia quepermite la consecucin directa del tanto,corners e incluso lanzamientos con lasmanos desde las lneas laterales (espe-

    cialmente desde una distancia prximaal rea de penalty).

    Tambin se someti al anlisis elmodo de la iniciacin del juego por elportero (sus lanzamientos con la mano o

    con el pie), as como las causas de lainterrupcin de las acciones ofensivas.

    Discusin de los resultados

    Anlisis de los pases empleadosLas informaciones obtenidas en el

    curso del anlisis de los pases realiza-dos (figura 1) demuestran que de 5.553pases, 2.672 se realizaron dentro de la

    zona central (48%), 1.577 (28,4%) en lazona de la defensa y slo 1.304 (23,3%)en la zona de ataque.

    Esto permite afirmar que un conside-rable nmero de acciones ofensivas

    (76,4%) se inicia en la zona de la defen-sa propia, por lo que las acciones ofensi-vas se componen de un nmero elevado

    de pases. Adems, el anlisis puso enclaro que en la zona central tiene lugar la

    preparacin principal de las accionesofensivas, as como la eleccin del modode su realizacin y terminacin.

    De acuerdo con lo previsible, desta-caron por su mayor eficacia los pases

    realizados en la zona de la defensa(80,9%) (figura 2). De esto se desprendeque los jugadores del equipo atacante alperder el baln, tienden a retrocederhacia su propia mitad del campo y cuan-

    do permanecen en la zona defensiva delcontrincante tienden tan slo a retardar yretrasar las acciones del conjunto con-trincante. Algo ms baja es la eficacia delos pases en la zona central (81%), en la

    que las acciones defensivas del equipocontrario son ya mejor organizadas y pla-nificadas. Los menos eficaces (64,1%)son los pases realizados en la zona deataque (a causa de un considerable

    nmero de jugadores que participan enlas acciones defensivas y a su mutuaaseguracin y colaboracin en el marca-je de los jugadores contrarios y de laszonas de juego).

    La tabla 1 seala que del nmerogeneral de pases algo superior a 5.553,

    hasta 4.200, lo constituyen los pasesbajos (75,92%), los que, independiente-mente del alcance, direccin y zona enque tienen lugar, destacan por su alta efi-

    cacia (84%). Entre dichos pases el grupoms numeroso lo constituyen pases dealcance medio, con una eficacia de 86%.

    De manera que la opinin generali-zada de que el juego bajo es el ms

    eficaz, encuentra en este caso su plenaconfirmacin (as, por ejemplo, Argentinaen todos sus encuentros analizados rea-liz casi el 84% de los pases bajos). El

    juego de los equipos sudamericanos

    destaca por el empleo de un nmero depases con una eficacia algo superior,

    debido seguramente al hecho de que setrataba principalmente de los pasesbajos y cortos (tabla 2). Los pasessemialtos y altos, as como los largos y

    oblicuos fueron empleados con mayorfrecuencia por los equipos europeos,especialmente en la zona de ataque. Delanlisis de los pases realizados en dife-rentes zonas del campo se desprende

    que, independientemente de la altura,alcance y direccin de los pases, su efi-cacia disminuye a medida que el ataquese aleja de su propia portera y se acer-ca a la portera del equipo contrario, lo

    que significa que la eficacia de las dife-rentes clases de pases puede ser consi-

    13

    499

    Fig. 1.: Distribucin porcentual de los pases ejecutados en las diferentes zonas del campo.

    Fig. 2.: Caracterstica numrica de los pases ejecutados en las diferentes zonas del campo.

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    14/84

    derada slo en relacin con las zonas delcampo.

    Anlisis del ataque colectivo

    De las informaciones recogidas sedesprende que cada equipo realiz enun solo encuentro un promedio de 112acciones ofensivas, o sea menos que

    durante los Campeonatos Mundiales delao 1966. Tambin qued reducido elnmero de acciones con 2-3 pases,habiendo aumentado el nmero de

    acciones con pases mltiples, especial-mente con 6-9 pases. Los resultados dis-

    ponibles demuestran que el mayornmero de acciones en un slo encuen-tro lo realizaron los equipos sudamerica-nos, por ejemplo, Argentina en su

    encuentro con Holanda y con Hungrarealiz 134 acciones en cada uno (tabla3). El menor nmero de las accionesofensivas lo realizaron las seleccionesde RFAy Polonia en sus encuentros con

    Holanda y Tnez (100 acciones cadauna). El nmero medio de las accionescorrespondientes a los equipos sudame-ricanos y europeos supuso 121 y 107

    respectivamente. A base de los datossobre el tema de la frecuencia de apari-

    cin de los ataques rpidos y posiciona-les (tabla 3) se puede decir que los equi-pos analizados realizaban su juego conel empleo de los ataques rpidos (en

    promedio 88 ataques rpidos y 24 posi-cionales). En esta ocasin hay quesubrayar que los diferentes equipos pue-den representar esti los distintos del

    juego, por ejemplo los dos equipos suda-

    mericanos (Argentina y Brasil).La caracterstica del nivel de eficacia

    de los ataques rpidos y posicionalesdemostr (tabla 4) que el 48% de todoslos ataques se inici en la zona de defen-

    sa, mientras el 42% en la zona central,siendo la eficacia de estos ltimos supe-rior. El anlisis de la eficacia de las dife-rentes acciones realizadas con ayuda

    del distinto nmero de pases lleg acomprobar, por el contrario, que la mxi-ma eficacia general corresponda a lasacciones compuestas de 6 a 7 pases,mientras la consecucin de la mayorade los tantos corresponda a las accio-

    nes de 3-4 pases. Esto significara que amedida que aumenta el nmero depases, la eficacia de las acciones dismi-nuye (tabla 5).

    Papel de los jugadores directores deljuego en las acciones ofensivascolectivas

    Aproximadamente en un 49% de

    todas las acciones participaban los lla-mados leaders o directores del equipo(tabla 6), siendo el alcance de su accinen los equipos europeos y sudamerica-nos algo diferente, porque supuso 49% y

    53% respectivamente. Esto demuestraque las destacadas individualidadesquedaban mejor armonizadas dentro delas acciones de los equipos sudamerica-nos, desempeando en ellos, bien el

    papel directivo, o bien las funciones eje-cutivas. De acuerdo con los criteriosgenerales de evaluacin de la eficaciadel juego, aqu aceptados, los equiposeuropeos se caracterizan por una efica-

    cia del juego sobre un nivel del 11,6%mientras los equipos sudamericanosslo se acercan al 11 % (tablas 6 y 7 yfigura 3). Los datos recogidos sealan,empero, que en caso de los equipos

    europeos, la eficacia de las accionesofensivas en las que participan los direc-tores del juego es de un 16,7% y sin suparticipacin de 6,7%, mientras en losequipos sudamericanos dichas propor-

    ciones son de 16% y 5% respectivamen-te.

    14

    500

    TABLA 1Caracterstica de los pases realizados por los equipos observados

    TABLA 2Caracterstica comparativa de los pases realizados por los equipos

    europeos y sudamericanos (%)

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    El anlisis de la eficacia del juego delos diferentes equipos demuestra queArgentina, pese a todo, realiz en suencuentro final contra Holanda menos

    acciones con la participacin de sus lea-ders (Kempes y Ardiles) 64% y 35%respectivamente pero su eficacia alcan-zaba algo ms del 27% (la eficacia de lasacciones sin participacin de los leaders

    supona menos de un 5%). Esto permiteformular la opinin de que la alta eficaciadel juego de los mejores equipos sedebe a la eleccin acertada de los direc-tores del juego y a la asignacin a ellos

    del debido papel dentro de las accionesdel equipo. Esta opinin se ve confirma-da por la definitiva clasificacin en losCampeonatos Mundiales, que corres-

    ponde a la clasificacin que tiene encuenta el nmero de las acciones ofensi-vas ejecutadas con la participacin delos directores del juego.

    Anlisis de los elementos del ataqueindividual

    El anlisis realizado evidenci que,

    en el curso del ataque individual, apare-ca con mayor frecuencia la conduccindel baln (62,8%), el dribling (17,8%) ylas fintas (11,9%), mientras que lo msrestringido consista en los tiros a la por-

    tera (7,5% de las acciones individuales).De la figura 4 se desprende que en lazona central del campo tuvo lugar el46,5% de los ataques individuales. En la

    zona de ataque: 29,9%, y en la zona de

    la defensa: 23,6%.

    Tambin se pudo observar que la efi-cacia del ataque individual disminuye amedida que el atacante se acerca a laportera del contrario, que su elemento

    ms efectivo consiste en la conduccindel baln (80%) y que los tiros a la por-tera representan la eficacia mnima(35%).

    Dentro del anlisis de los diferentes

    elementos del ataque individual se com-prob que la conduccin del baln tienelugar, en la mayora de los casos, en lazona central (51,7%) y ms raramenteen la zona de ataque (15,8%).

    El dribling aparece con igual frecuen-cia en la zona central y en la de ataque(45%, aproximadamente).

    Las fintas se realizan mayormente enla zona central (52%) y los tiros a la por-

    tera slo en la zona de ataque.

    Modos de concluir las acciones ofen-sivas con un disparo

    De las 1.576 acciones ofensivas 170concluyeron con un certero disparo en lamisma rea de la portera o muy cercade ella. Ms raramente todava se con-

    15

    501

    TABLA 5Eficacia de las acciones ofensivas en

    relacin con el nmero de pases

    TABLA 3Caracterstica comparativa de la eficacia del ataque rpido y posicional

    TABLA 4Caracterstica de la eficacia de las acciones ofensivas colectivas tenindose en cuenta las zonas del campo (%)

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    seguan los tantos slo cada diez dis-paros dentro de esos 170 tiros eficacesconcluan con pleno xito a consecuen-cia de lo cual el ndice de la eficacia delas acciones ofensivas oscilaba dentro

    de los lmites comprendidos entre 1%

    (equipos europeos: 1,25%; equipossudamericanos: 1,04%). El mejor equipo

    europeo, Holanda, alcanz una eficaciaequivalente al 1,44%, mientras el cam-pen del mundo, Argentina, 1,11%

    El mayor nmero de los disparos cul-minaba las acciones compuestas de 2 y

    3 pases (41,8%), siendo las ms efica-

    ces las acciones ofensivas llevadas acabo con 3 y 4 pases. En suma slo el

    12,5% de los tiros causaba la consecu-

    cin del tanto, los porteros defendieroneficazmente el 45,8% de los disparos,siendo los dems desatinados (41,7%).En el caso de los equipos europeos sus

    acciones ms eficaces consistan en losataques con 4 pases, mientras que losequipos sudamericanos basaban susofensivas en acciones de 6 pases (el40% de tales acciones terminaba con laconsecucin del tanto).

    En suma, el 88,1% de los disparoscerteros se realiz desde la parte centralde la zona de ataque, el 43,4% desde elrea de penalty, el 44,7% desde otraspartes del rea central de la zona del

    ataque, y los dems tiros un 11,9%procedan de las zonas laterales (figuras5-7).

    En los encuentros observados, hasta16 de los 17 tantos obtenidos se consi-

    guieron desde la parte central de la zonade ataque (el 70,1% desde el rea depenalty, el 23,5% desde fuera de dicharea y el 5,9% desde las partes lateralesde la zona de ataque).

    En los 38 encuentros jugados duran-te los XI Campeonatos Mundiales enArgentina se consiguieron en suma 100tantos, lo que ofrece una media por par-tido de 2,63 tantos, superior a la conse-

    guida en los Campeonatos anteriores

    (2,55 tantos por partido). Tambin enalgo ms del 11 % result superior la

    16

    502

    TABLA 6Eficacia de las acciones ofensivas con participacin de los directores del equipo

    sobre el fondo de la eficacia del juego colectivo

    *Resultado de la observacin de dos directores en cada equipo.

    TABLA 7Anlisis de la eficacia del juego de los diferentes equipos con

    observancia de los criterios actuales y otros nuevos

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    media de la puntera de los disparos

    efectuados desde el rea de penalty(41% en los anteriores y 52,4% enArgentina). En este caso es interesanteel hecho de que el equipo de Argentinaconsigui todos sus tantos con los dispa-

    ros realizados desde el rea de penalty,mientras que Holanda consigui de estamanera slo el 60% de los tantos. Losequipos europeos concluan con mayorfrecuencia sus acciones ofensivas con

    los disparos con la cabeza (un 24,9% delas acciones, los equipos sudamerica-

    nos: 8,7%), realidad sta causada por laaplicacin ms frecuente de los pases

    altos en la proximidad del rea de

    penalty. Los equipos sudamericanos pre-firieron, por el contrario, las acciones rea-lizadas con pases bajos (81%), segura-mente teniendo en cuenta la menor esta-tura de sus jugadores.

    Modos de desarrollar los fragmentosconstantes del juego

    El anlisis del modo de iniciar eljuego por los porteros (tabla 8) demues-

    tra que 137 veces emplearon para ello ellanzamiento con la mano y 228 veces el

    saque con el pie (en promedio 10 pues-

    tas en juego con lanzamiento con lamano y aproximadamente 16 sacando

    con el pie). Se ha comprobado simult-neamente que el saque con la mano ini-

    17

    503

    Fig. 3.: Eficacia de las acciones ofensivas con participacin de los directores sobre elfondo de la eficacia del juego ofensivo de todo el equipo (%).

    Fig. 4.: Frecuencia de la aparicin de los distintos elementos del ataque individual en l

    as diferentes zonas del campo.

    Con participacin del director.

    Sin participacin del director.

    Eficacia media del juego ofensivo del equipo.

    Fig. 5.Anlisis de la eficacia de los tiros efec -tuados por todos los equipos observados.

    Fig. 7.Anlisis de la eficacia de los tiros efec -tuados por los equipos sudamericanos.

    Fig. 6.Anlisis de la eficacia de los disparosefectuados por los equipos europeos.

    Tiros desde la parte central del rea de penalty.

    Desde las partes laterales del rea de penalty.

    Desde fuera del rea de penalty en la zona de ataque.

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    ciaba preferentemente un ataque posi-

    cional, mientras que el saque con el piesealaba un ataque rpido. La eficaciade la iniciacin del juego con la mano (la

    puntera del pase) supona casi el 98%,mientras que con el pie, 68%.

    En este lugar cabe subrayar que elmodo de iniciar el juego por el porterodependa tambin de la estatura de los

    jugadores de su equipo. Por ejemplo enel equipo de Holanda, cuyos jugadoresdel ataque se caracterizaban por unaestatura relativamente elevada, el porte-ro iniciaba 55 acciones sacando con el

    pie, mientras que en el equipo de

    Argentina, con atacantes de muchamenor estatura, el 57% de las acciones

    comenzaba con el lanzamiento del baln

    con la mano.En el curso del anlisis del modo deejecutar los saques de esquina se com-prob que los equipos europeos diriganpreferentemente sus pases largos haciala altura del primer o segundo poste,hacia las proximidades del rea de laportera, mientras que los equipos suda-

    mericanos empleaban en este caso conmayor frecuencia los pases bajos o laejecucin del saque entre dos jugadores,es decir, el llamado saque de esquinacorto. Tambin se pudo observar un

    modo variado de colocacin de los juga-

    dores atacantes, ajustado a las cualida-des y posibilidades de los jugadores.

    Durante el anlisis de la eficacia delos golpes francos realizados y ejecuta-dos cerca de la portera, se constat quefue considerablemente ms altas que la

    eficacia de otras acciones ofensivas(37,5%). Tambin se pudo observar quelos ejecutantes de estos lanzamientoseran casi siempre los mismos jugadores,lo que confirma la realizacin de un

    entrenamiento especial en este sentidopara unos jugadores seleccionados queescogen un determinado modo de ejecu-cin de este elemento, teniendo en cuen-ta la distancia desde la portera contraria

    y el modo de comportarse de los jugado-res del equipo atacante y defensivo.

    Causas de la interrupcin de lasacciones ofensivas

    De la tabla 9 se desprende que apa-recen grandes diferencias en el nmerode las prdidas del baln que tienen

    lugar en las distintas zonas del campo. Elmenor nmero de las acciones interrum-pidas, como era de presumir, correspon-da a la zona de la defensa propia (sloun 1%). debido a la pequea agresividad

    del contrincante en esta zona.En la zona central el nmero de

    acciones interrumpidas fue considerable-

    mente superior (41,4%) para ser en lazona de ataque, superior todava y

    alcanzar un 57,7%. La tabla 10 demues-tra que la causa ms frecuente de la inte-rrupcin de las acciones ofensivas con-sista en los pases malos (35,6%), mien-tras que la causa menos frecuente

    (2,9%) lo constituan los fuera de juego.Los altos ndices porcentuales de arre-batamiento del baln (21,6%) y de lasfaltas (14%) comprueban la elevadaagresividad del juego. El ndice caracte-

    rstico del desatino de los pases oscilaentre el 25% (equipo de RFA) y 42,5%(equipo de Holanda) y constituye lacausa ms frecuente de interrupcin dela accin. Slo en el equipo de la RFA es

    inferior al arrebatamiento del baln(29%) el cual, en el caso de los demsequipos ocupa el segundo lugar y osciladentro de los lmites comprendidos entreun 16% (Holanda) y 29,1% (Hungra).

    Los valores porcentuales sealanadems que los equipos europeos reali-zaron ms pases malos que los sudame-ricanos (36,5 y 34,2% respectivamente).Las diferencias en el campo de las

    dems causas de interrupcin de lasacciones son menores todava.

    18

    504

    TABLA 8Eficacia de los parmetros constantes seleccionados del juego en %

    TABLA 9Lugares de interrupcin de las acciones ofensivas, tenindose en

    cuenta las zonas del campo (%)

    TA B L A1 0Causas de la interrupcin de las acciones ofensivas (%)

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    RESUMEN

    Como resultado del anlisis realiza-do de la tctica del juego ofensivo de

    algunos equipos seleccionados entre losparticipantes en las finales de losCampeonatos Mundiales de ftbol cele-brados en 1978, se imponen las siguien-tes conclusiones:

    1. Los ms empleados son los pasesrasos (el 75,9% de todos lospases), oblicuos en relacin con eleje del campo y a una distanciamediana, que se caracterizan porsu exactitud relativamente alta(aproximadamente un 84%).

    2. A un equipo le correspondan enpromedio 112,6 acciones ofensi-

    vas, de las que la gran mayora(88) se realizaron en forma de ata-ques rpidos (la proporcin entrelos ataques rpidos y posicionalesfue aproximadamente de 4:1).

    3. La eficacia media del juego ofensi-

    vo, evaluada con ayuda de los cri-terios corregidos, alcanz un niveldel 15,1% siendo la eficacia de lasacciones realizadas con el ataqueposicional superior (19,1%) a laeficacia del ataque rpido (9,1%).

    4. En las acciones ofensivas de losequipos analizados desempea-

    ban una importante funcin los lla-

    mados leaders o directores deljuego que participaron en la mitadde todas las acciones colectivas(49%). Tales acciones resultaron

    ms eficaces (15,9%) que aquellasen las que no participaron dichosdirectores de juego (6,1%).

    5. En el ataque individual los jugado-res empleaban con mayor fre-

    cuencia la conduccin del baln(62,8%), menos frecuentementelos driblings (17,8%) y fintas(11,9%) as como los tiros a la por-tera (slo el 7,5%).

    6. El mayor nmero de disparos seefectu despus de las accionescompuestas por 2-3 pases(41,8%); las ms eficaces resulta-

    ron las acciones con 3-4 pases,siendo las menos eficaces las quese componan de 8 o ms pases.El nmero de los tiros realizadosdesde lejos, es decir, desde fueradel rea de penalty, fue aproxima-

    damente igual al nmero de dispa-ros desde dentro del rea depenalty.

    7. El anlisis de los fragmentosconstantes del juego, previamenteseleccionados, demuestra quetodas las acciones ofensivas, ini-ciadas despus de dichos frag-

    mentos constantes del juego

    resultan ms eficaces que la efica-cia media del juego. De esto sedesprende la necesidad de perfec-cionar los esquemas elaborados

    de solucin de dichos fragmentosy de la debida especializacin delos jugadores correspondientes.

    8. La causa ms frecuente de la inte-rrupcin de las acciones ofensi-

    vas consista en un pase malo oinexacto (35,6%); ms raramentese deba al arrebatamiento delbaln (21,6%) y con menor fre-cuencia todava a las faltas (14%).El menor nmero de las accionesquedaron interrumpidas a causade los llamados fuera de juego.Con esta ocasin se comprob

    que el nmero de las acciones,ofensivas interrumpidas aumentaa medida que el ataque se aleja dela portera propia (en la zona de ladefensa propia 0,9%, en la zonacentral del campo 41,4%, en la

    zona de ataque 57,7%).9. Los datos cuantitativos reco-

    gidos y referentes al tema de los ele-mentos seleccionados de la tcticadel juego ofensivo y de los medios desu realizacin, deben ser aprovecha-dos para la elaboracin del modelode las acciones colectivas ofensivas

    en el ftbol.

    CUANDO nos referimos a la fre-cuencia de los saques produci-dos a lo largo de un partido de ftbol,tendremos que considerar siemprecules son los saques que en unamayor cantidad de veces son repeti-dos por los jugadores actuantes.

    Teniendo en cuenta las mayores omenores repeticiones a lo largo de losnoventa minutos de juego reglamenta-rio, los ms frecuentes son los saques

    de banda, los de portera y los libresdirectos. No obstante, si consideramosla importancia que los diferentessaques pueden tener en el aspectoofensivo del equipo que practica elsaque, no se puede olvidar bajo ningnconcepto a los saques libres directos.

    Un saque libre directo, en unascondiciones ptimas puede ser unagran baza estratgica del equipo eje-cutante si es aprovechada en sus

    ms amplias posibilidades ofensivas.De ello se han dado cuenta tanto losestudiosos, jugadores, etc., y su con-secuencia ha sido una extensa yvariada bibliografa referente a la eje-cucin del saque libre directo (ofensi-vo o defensivo) en sus ms ampliosaspectos tcnicos y estratgicos. Sepuede asegurar que se conoce deforma muy completa estas ejecucio-nes.

    19

    505

    Transformaciones de los libresdirectos en libres indirectos

    (Situaciones aconsejables)Texto: Felipe Gayoso. Profesor de ftbol en el INEF de Madrid

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    Sin embargo, en determinadassituaciones y motivado por diversascircunstancias (adems de las resea-das posteriormente, podramos decir

    que sern debidas al mejoramientodefensivo de los oponentes). no siem-pre es aconsejable efectuar el libredirecto ya que las posibilidades dexito en la ejecucin pueden ser esca-sas. En esta faceta, y en este aspecto,tambin ser justo reconocer que seha escrito y estudiado en un grado infi-nitamente menor al anterior y ello porno asegurar que ha sido nulo el estu-dio.

    Es frecuente ver a equipos preocu-pados de contar con uno o varios juga-dores especializados en la ejecucin

    de los tiros libres directos. Estamos enuna fase en la que se busca la situa-cin idnea que permita dichas ejecu-ciones, pero... siempre realizadas pormedio de un tiro libre directo que nosiempre es acompaada por buenosrendimientos. Y ello a pesar de que seest trabajando cada vez ms en ejer-cicios de aprendizaje-perfeccin-mejo-ra de los tiros.

    De la afirmacin anterior, se dedu-ce que algunos equipos, Brasil en elMundial de Argentina-78, llegan a rea-lizar elevados porcentajes de tiros

    libres directos con buenos rendimien-tos y plenos de xito en algunos casos.Cierto que tal seleccin posea a tira-dores de larga distancia comoNelinhno, Dirceu y Tonihno que ejecu-taban libres directos desde ms de 25metros. Concretamente Nelihno, reali-z contra Espaa y Polonia 5 y 4 tiroslibres directos respectivamente (algu-nos de ellos impresionantes por ladureza de su golpeo, por la longituddesde la que eran lanzados y por sudireccin a portera).

    Obviamente, no todos los equiposposeen buenos tiradores de libresdirectos desde largas distancias, y encasos slo regulares tiradores de lossaques mencionados. Sabemos quees un gran condicionante de la estrate-gia de estos saques, las mismas con-diciones de los jugadores componen-tes del equipo.

    Todo ello, aunado a esas situacio-nes ms o menos especiales en lasque es ms aconsejable realizar el tirolibre indirecto desechando la ciertaventaja que el reglamento nos brin-

    daba cuando nos permite realizar eltiro libre directo. Pensemos tambin

    que no siempre el camino recto es elms rpido y seguro (los defensoresse colocarn siempre en el caminorecto2 y nuestra misin es sorpren-derles y en casos hacerles salir de esecamino).

    Situaciones en las que se aconsejala transformacin del tiro libredirecto en tiro libre indirecto(dibujo n. 1)

    Son muchas las situaciones o cau-sas que nos hacen ms aconsejable el

    transformar la ejecucin de un tiro libredirecto en un tiro libre indirecto. Enotras, sern:

    Las condiciones propias del juga-dor ejecutante del tiro libre,Sabemos que tales condicionantesestarn en funcin del grado decalidad tcnica que posea el juga-dor en sus golpeos, de la mismacondicin fsica que permitir sal-

    var determinadas distancias, de lamisma inteligencia del jugador, etc.

    20

    506

    Dibujo 1

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    Las excesivas distancias desdedonde se efecta el tiro libre direc-to. Podemos asegurar que distan-cias superiores a los 30 metros

    harn siempre que dichos tiroslibres, sea poco recomendableefectuarlos de forma directa.

    Los ngulos desde donde se eje-cuten los tiros libres directos. Asaquellos tiros l ibres efectuadosdesde zonas angulares de media-na seguridad, son poco aconseja-bles, al igual que los efectuadosdesde zonas de mnima seguri-dad, estar poco menos queprohibida su realizacin da formadirecta.

    La colocacin de los jugadores

    oponentes, bajo un aspecto indivi-dualizado (fuera el portero, labarrera en s misma...) como bajoun aspecto generalizado de todoslos componentes del bloquedefensivo que en esos momentosforman los jugadores adversariosque tratarn de impedir la perfectaejecucin del tiro libre directo.De igual modo, podramos asegu-rar que influir la colocacin delresto de los jugadores ofensores(compaeros del ejecutante deltiro libre). El hecho de encontrarse

    algn jugador libre de oposicin,la estrategia a utilizar y susamplias posibilidades, estarn en

    ntima relacin para condicionaresa variante en la prctica del tirolibre.

    Y en general otras muchas situa-

    ciones de las que podramos des-tacar: La necesidad de seguir en pose-

    sin del baln (si por diversas cir-cunstancias fuera ello ms

    Si pretendemos provocar que elequipo adversario realice el fuerade juego cuando ejecutamos eltiro libre directo.

    Si pretendemos buscar una prdi-da de tiempo y de espacio en elmomento de la ejecucin.

    * * *

    Conocidas estas situaciones mscaractersticas, voy a exponer unaserie de situaciones y casos en loscuales ser ms aconsejable que elsaque de un tiro libre directo seatransformado en tiro libre indirecto,rechazando esa ventaja que nosbrinda el reglamento. Todos los casosson transformados en libres indirec-tos.

    Transformados desde zonas angu-lares de mnima seguridad(dibujo n. 2)

    Desde la zona angular menciona-da, presento tres casos que difieren

    de las distancias y un tanto de losngulos. Corresponden a distanciasaproximadas a los 20, 25 y 30 metrosrespectivamente para cada uno de los

    casos. Caso A (prximo a la lnea de

    meta): En el dibujo se muestra dos delas posibilidades ms frecuentes conlanzamientos al primer poste a laesquina opuesta del rea de meta. Enambas ejecuciones, los pases vandirigidos a compaeros que han ocu-pado el puesto posteriormente.Tambin puede ejecutarse hacia atrsal borde frontal del rea de penalty(no dibujado).

    Caso B: Con dos grandes

    posibilidades en orden de importanciasobre todas las dems. En la primerael baln ir dirigido a la zona prximadel segundo poste y en la segunda,fuera del rea de meta pero buscandoun lanzamiento largo. En los doscasos, son necesarias la ocupacinde los espacios previamente libres deoposiciones.

    Caso C (distancia alrededorde los 30 metros y prxima a la lneade banda): La solucin bsica y pri-maria, ser la de realizar un pase pre-vio (he dibujado el caso de un pase

    algo retrasado y casi horizontal) conla intencin de provocar la salida delos defensores. Despus de este pri-

    21

    507

    Dibujo 2 Dibujo 3

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    mer pase, se podr finalizar en treszonas (marcadas con C2) ocupadaspor jugadores atacantes en elmomento de realizar el pase ltimo.

    Solicitado de gran coordinacin yvelocidad en los golpeos de baln ymovimientos de los jugadores colabo-radores.

    Se puede alterar el primer pasehorizontal, por uno en profundidadparalelo a la lnea de banda (no dibu-

    jado).

    Transformados desde zonas angu-lares de mediana seguridad(dibujo n. 3)

    Presento tres casos diferentes endistancias y un tanto en los mismosngulos de emplazamiento. Caso A (prximo a la esquina

    del rea de penalty y con distanciade unos 25 metros): Con tresvariantes para su eleccin en laejecucin, tenemos que la A1 serealiza en profundidad y hacia lazona prxima al segundo poste; laA2 se realiza buscando la frontali-dad con respecto al ngulo de laportera y poder as ser aprove-chada por tiro ms prximo y fron-

    tal y la A3 en la que se pretende

    una amplitud del ataque que pro-voque el abrir al grupo dedefensores y el cambio de orienta-cin.

    Caso B (desde unos 30metros): Es prcticamente unacopia de las soluciones anterio-res, ya que se pretende profundi-dad, frontalidad en el tiro y ampli-tud con bsqueda del cambio deorientacin en el grupo de losdefensores.Los casos A1 y B1 son aconseja-bles cuando se dispone de juga-dores rematadores de cabeza ylos casos A2 y B2 cuando seposee un jugador buen tirador endistancia, golpeo, etc.

    Caso C (con distancias supe-riores a los 30 metros):Obviamente son pocos los juga-dores capacitados para ejecutartiros libres directos desde ms de30 metros, de ah que el factorsorpresa en estos casos, seamenor dado que cuando se ejecu-ta un tiro desde estas distanciases lgico suponer que se transfor-mar en un tiro libre indirectoPor ello, es necesario exigir unasmayores coordinaciones que per-mitan ejecutar los tiros a altos rit-

    mos. Los casos expuestos, pre-

    tendern la profundidad (C1), labsqueda de la amplitud paraabrir la defensa (C4) y pormedio de un pase horizontal (C3)

    que tendr varias alternativas deeleccin: pasando al C2, o a otroslugares como C1, C4, etc.En este tipo de caso C, es muyprobable encontrar como respues-ta del grupo defensor, la ejecucindel fuera de juego (factor quedeber ser tenido en cuenta porlos atacantes y aprovechado en lamedida que les pueda permitir suscondiciones).

    Transformados desde zonas angu-

    lares de mxima seguridad(dibujo n. 4)

    Es fcil pensar que desde la zonade mxima seguridad, la ms fron-tal de todas las zonas angulares, es ellugar donde mayor ejecucin tienenlos tiros libres directos como tales. Seaprovecha generalmente estas zonaspara efectuar los tiros libres directos.

    A pesar de ello, quiero exponerunos casos, siempre a modo de enri-quecimiento de las posibilidades deejecucin de los jugadores y en los

    cuales transformaremos el libre direc-

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    Dibujo 4 Dibujo 5

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    to en libre indirecto ya que desde estazona de mxima seguridad implica unfactor altamente sorpresivo dichatransformacin y de gran peligrosidad

    para los defensores, entre otras cau-sas, por la gran proximidad a la porte-ra.

    Caso A (prximo a la lnea delrea de penalty): Cuando se efec-ta un tiro desde esta zona, laaglomeracin de jugadores defen-sores en la barrera es tal que nosaconseja en muchos casos, bus-car las soluciones... A1 por la cualpretenderemos abrir la barreradefensiva por medio de un pasehorizontal (a izquierda o derecha)para que un compaero ejecute el

    tiro directo. La A2 en la cual sepretende abrir en profundidaddicha barrera (por la izquierda oderecha). La A3 en total profundi-dad por detrs de la barrera.Todos los casos necesitan grantcnica de ejecucin, as como degran velocidad en los desplaza-mientos del baln y del jugador.Tambin es recomendable la coo-peracin de uno o varios jugado-res atacantes que realicen carre-ras solicitando el pase (finta).

    Caso B (un tanto lateral al eje):

    Con soluciones buscadoras de laprofundidad: del mismo lado (B2)o del lado contrario (B3). Sepuede ejecutar la solucin de bus-car el desplazamiento de la barre-ra: del mismo lado (B1), o del ladoun tanto contrario y frontal a laportera (no dibujado).

    Caso C (desde unos 30metros): En estas situaciones, sebuscar la amplitud en el ataquede esta ejecucin del saque (C1)que permitan abrir a los defen-sores para posteriormente pasar auna mayor profundidad hacia elmismo lado o el opuesto (C2). Sepodr buscar directamente la pro-fundidad del saque realizando elpase C-C2.

    Tambin en estos casos es proba-ble encontrar la respuesta de losdefensores que realicen el fuerade juego que deber ser tenida en

    cuenta por los atacantes.

    Transformados desde zonas demuy larga distancia (dibujo n. 5)

    Cuando se sancionan golpes fran-cos directos en unas zonas que estndistantes de la portera adversaria 35metros aproximadamente y an msen otros casos (en algunos muy prxi-mos a la lnea del medio campo), esmuy natural que dichos libres directosse transformen en libres indirectos.

    Sin embargo, la forma y el modoen que se realice dicha ejecucin seraltamente positiva para la accinestratgica ofensiva siempre y cuan-do la puesta en accin del saque estacompaada de factores tales comola profundidad (amplitud en algunoscasos), la velocidad de ejecucin, lacoordinacin de los ejecutantes, elfactor sorpresa, etc.

    Caso A (sobre el lateral de lalnea de medio campo): Con solu-ciones tpicamente buscadoras dela profundidad y con unas orienta-

    ciones encaminadas a: el mismolado de la produccin del saque(A1), aliado contrario del saque(A3) o aquel caso ms especficode profundidad (A2) dirigido alpunto de penalty.

    Caso B (realizado desde el cr-culo central): las soluciones msgeneralizadas buscarn una pro-fundidad total (83), una profundi-dad hacia las bandas en las quese ampla de un modo ms acen-tuado el ataque (B2) y aquellasotras soluciones en las que sepretende como fin principal laamplitud en la ejecucin del saque(B1) y en las que ser tpicoencontrar la respuesta del fuerade juego en los defensores.

    Realmente, todos los casos esta-rn expuestos a la accin defensi-va del fuera del juego por parte delos oponentes, cuestin sta que

    ser tenida en cuenta para la fina-lizacin de estos saques desdezonas tan alejadas de la porteraadversaria.

    Caso C (en el mismo campodefensor): Con una cierta laterali-dad y ms adelantado que los doscasos anteriores, tambin se optapor soluciones de profundidadtotal (C2) o de profundidad delmismo lado en el que ha sido eje-cutado el saque (C3). Adems,tambin posee la variante depoder realizar el saque buscando

    un cambio de orientacin (C1),tanto en los atacantes como en losdefensores y que tendra unamuestra tpica de amplitud en elsaque.

    Aadir que la ejecucin de estossaques efectuados desde muy largasdistancias necesitan de unas condi-ciones fsico-tcnicas en los golpeos yde una creacin y posterior ocupacinde espacios libres por parte de losofensores con lo que tendremos lascaractersticas adicionales ms tpi-

    cas de estos saques.

    * * *

    En general, todos los diferentescasos expuestos de ejecucin y trans-formacin de los tiros libres directosen tiros libres indirectos, tienen unaamplia y variada gama de posibilida-des de ejecucin. Ensayos que esta-rn condicionados en la gran mayorade los casos por los jugadores queestn realizando el saque (atacantes)y de los jugadores que se estn opo-niendo a dicho saque (defensores).Ello unido a las posibilidades de eje-cucin condicionadaspor las msvariadas situaciones anteriormenteexpuestas.

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    DESPUES del 4-2-4 aparece el 4-3-3 (figuras 9 y 10). En el 4-2-4fueron apareciendo unos aspectosque en el juego fueron muy importan-tes (trabajo agotador en mediocampo) y toda esta evolucin creoque nos ha dado una idea clara ydefi-nitiva que con todos los cambios quese han producido hasta esa etapa, latendencia clara es hacia que el juga-dor tenga que correr ms, tenga msayuda constantemente, y tapar todoslos huecos al situarse los jugadores,como hemos indicado, ms cerca desu propia portera que de la porteracontraria, con lo que resulta ms favo-rable contraatacar cuando nos apode-remos del baln por disponer deespacios libres evidentes. De la forma

    de jugar de las dos primeras figuras aestas ltimas que estamos exponien-do, nace en la tctica y estrategia deun equipo, lo siguiente: el medio decierre el medio volante atrasado, elmedio volante de ataque, el hombrelibre, el beton, el interior punta, y elinterior de enlace, el medio campo,y el centro del campo, el hombrepolivalente y el rompedor, el extre-mo-extremo y el extremo falso, lapunta y la media punta, etc., Y todoesto de ser extremo-extremo a serextremo falso de muestra clara ten-

    dencia a arrancar desde atrs. De serun punta a jugar de media punta ten-

    dencia a jugar desde ms atrs,quiz, para sorprender.

    Tambin debemos decir que algu-nos jugadores han marcado el siste-ma de juego por sus propias cualida-des. Ha habido jugadores que hancreado algunos sistemas, o bien quelos equipos, han tenido que jugar deacuerdo a las caractersticas de estoscomponentes por sus condicionesespecificas. No es lo mismo en el ft-bol un hombre creador que un hom-bre finalizador, o un hombre que enftbol solamente neutraliza y no pro-fundiza, con lo que significa que solocumple en marcaje, pero siemprerelacionamos el marcaje como des-truccin y se nos olvida que el marca-

    je no tiene relacin, si no hay desmar-

    que porque para marcar habr quetener muy en cuenta al hombre quese va a desmarcar, y tenemos enco-mendado, como tambin el de noso-tros, cuando nuestro equipo se apo-dere del baln; por lo tanto, siempre elentrenador ensear a saber marcary a saber desmarcarse a todos losjugadores que disponga. Como antesdeca, Di Stefano cre un estilo de

    juego porque, aunque trabajaba conel nueve a la espalda, jugaba en elcentro del equipo, y parece ser que enel ftbol los puestos especficos tie-

    nen que llevar el nmero en la espal-da, el nmero siete tiene que jugar

    por la banda derecha y el nmeroonce por la banda izquierda, y si elnmero nueve no juega entre los dosdefensas centrales, al ir arriba, rom-piendo, a la defensa contraria, no esnueve, y entiendo que las condicionesde los jugadores habr que ponerlassiempre al servicio y a los fines delequipo, sin darle ms importancia alnmero que llevan en la espalda, yque habr que trabajar, planificar ycolocarlos en el terreno de juego coninteligencia y sacando el mximo pro-vecho de las cualidades especficasde los hombres que componen unaplantilla; yo preguntara: qu es msimportante, adoptar el sistema de

    juego a los jugadores que se disponeo adoptar a los jugadores que dispo-

    nemos a un sistema de juego precon-cebido? Un entrenador, por ejemplo,tiene un sistema de juego y dice quele gusta mucho el 20-10-40, (para nohablar de ninguno en concreto) y atodos los jugadores que se encuentreen los distintos equipos les tiene queadoptar a ese sistema, cuando entien-do que lo primero que debemos saberes si renen condiciones para llevarloa la prctica, de ah viene la preguntaque les hice de llevar a los jugadoresa un sistema preconcebido o adoptarel entrenador y poner en prctica un

    sistema de acuerdo a la capacidad, ala calidad y a la forma de desenvolvi-

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    Tctica y estrategiaPasado y presente de lossistemas de juego

    (II parte)Texto: Mariano Moreno. Profesor de la Escuela Nacional de Entrenadores

    Este trabajo constituye la segunda parte de la ponencia que el autor present en el l CON-GRESO DE ENTRENADORES DE FUTBOL, celebrado en Oviedo. La primera parte del trabajo

    se public en el nmero anterior de esta revista.

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    miento de los jugadores de que se dis-pone. Creo que las dos cosas soncompletamente distintas; otros jugado-res con menos movilidad como lesdeca de los que antes nombr, hansido autnticos rompedores y tambin

    se acoplaron y dieron personalidad alsistema: tenemos casos; delanteroscentros, extremos-extremos, cen-trocampistas, etc., especficos dondeha habido tambin que adoptar unpoco el propio sistema a la capacidady desenvolvimiento de esos hombres.

    Voy a contarles lo que sucedihace escasos das en una conferencia-coloquio que di sobre los mundiales deftbol.

    Se habl sobre el Mundial de Chiley me preguntaron sobre Pel yGarrincha ms concretamente. Todos(o casi todos) no se crean cuando lesdije que Garrincha fue un hombre noslo hbil y genial con los pies, sinoque trabajaba y finalizaba excelente-mente de cabeza. Insist en que nosolo haca perfectos driblings, salidasrpidas desbordando al oponente, per-fectos cambios de ritmo, etc., sino quede cabeza haba conseguido a lo largode su vida muchsimos y difcilesgoles; hubo no mucho convencimientopor mi explicacin y les puse la pelcu-la de dicho Campeonato del Mundo

    celebrado en Chile, y fcilmente pudie-ron comprobar que a lo largo de dicho

    campeonato Garrincha materializ 8goles de los cuales, 6 los marc decabeza, 3 a remates directos de lanza-miento de corners y los otros 3 finali-zando jugadas ofensivas. Los 2 res-tantes los marc con las piernas a

    jugadas individuales, casi no se lo cre-an.

    Tambin les indiqu que an hayquien cree que el famoso gol de Zarramarcado a Inglaterra fue conseguidode cabeza y hemos visto en infinidadde veces filmado que fue marcadorematando un baln que le lleg desdesu izquierda a ras del suelo, y as haido sucediendo en otros en el conteni-do de otras realizaciones, por lo que esfcil comprobar que las informacionesno nos llegan siempre bien y con ellose deforma el contenido y la historiadel ftbol. Bien claro quiero dejar quecuando digo informaciones en absolu-to me refiero a letra impresa o cual-quier otra por medio de ondas, sinoque me refiero al ftbol en general y atodos los hombres que trabajamos enl, es decir, me quiero referir a todasaquellas personas que trabajan conhonradez y humildad y que puedanofrecer grandes servicios al ftbol sinnecesidad de inventar absolutamentenada.

    Que el ftbol entr en Europa por

    Inglaterra, y en Espaa por Huelva, elsiglo XIX est claro, y que desde

    entonces hasta hoy ha habido bastan-tes modificaciones en los sistemas de

    juego tambin, pero quiz las modifica-ciones ms notorias y diversas se hanproducido en la 4,8 etapa que detalla-mos y que fue el ao 1955 a 1981, pro-

    ducindose en este tiempo el 4-2-4 deBrasil en 1958 en el Mundial de Suecia(5-3 venci Brasil a Suecia en la final),la aparicin en 1955 de la copa deEuropa de Clubs y las posteriores apa-riciones de la Recopa y la Copa deFerias, actualmente Copa de la UEFA.Despus del Mundial de 1958 enSuecia varios Clubs y Seleccionesquieren jugar el sistema 4-2-4, y no lesdio resultado al no disponer de hom-bres con condiciones especficascomo los brasileos, por lo que estclaro que faltaban los hombres quereunan las condiciones necesariaspara desarrollar perfectamente estesistema. EI mismo Brasil cuando aque-llos hombres perdieron condicionesfsico-tcticas cambiaron el sistema 4-2-4 por 4-3-3 por lo que se va obser-vando la tendencia clara a tapar el cen-tro del campo y a repartirse ms pro-porcionalmente el mismo con 3 hom-bres en lugar de los 2 anteriores.

    Con el tiempo no slo se ha man-tenido esa tendencia a dominar (num-ricamente hablando) el centro d e l

    campo sino que observando que erauno de los puntos del terreno de juego

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    Fig. 11.: Sistema 4-3-1-2.Con extremo falso.

    Fig. 12.: Sistema 4-3-1-2.Con delantero centro falso.

    Fig. 13.: Sistema 4-4-2.Con hombre libre.

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    ms importantes dentro de los siste-mas, en poco tiempo se ha llegado acolocar no 3 hombres, sino 4, con loque aparece el 4-4-2 (figura 13).

    En las figuras 11, 12 y 13, se puedeobservar la modificacin de los siste-

    mas del ao 1955 a 1981, y claramen-te se puede apreciar que con cadamodificacin siempre se ha colocado,por lo menos, un hombre de libre ade-lantada a otra ms atrasada, por lo quela tendencia a tapar huecos en la lneade atrs y desde all intentar sorpren-der con velocidad es indiscutible.

    Creo que esta tendencia puedecambiar favorablemente cuando exis-ten menos intereses por una parte ymenos miedo a la derrota por otra, sinolvidar, lgicamente, que los jugadoresdebern ser ms incisivos, agresivos,con tcnica individual y colectiva, msdepurada y mucho menos conserva-dores y cmodos a como lo son en laactualidad, por lo que nunca puede serlo mismo la forma y el modo de jugarque el fondo del resultado de cualquierpartido de ftbol.

    Se habla y se habla sin parar desistemas de juego, de la condicin tc-nica, de la condicin tctica, de la con-dicin estratgica, de la condicin fsi-ca, de la condicin psicolgica, etc., endefinitiva se habla de todos los aspec-

    tos que componen el ftbol para quebien desarrollados ofrezcan espect-

    culo, pero por bien que se desarrolleen el momento determinado no se con-seguir para muchos, a veces, nadapositivo si no es favorable el resultado,con lo cual no paramos de escucharque lo nico importante es el resultado,sin tener en cuenta lo dems como esel trabajo, el oponente, el valor real y

    no el irreal, etc., es decir, que lo nicoque se admite como bueno y vlido es

    ganar, y muchas veces no importa dela forma que sea, pero debo confesarque tambin es muy importante traba-jar en equipo y dejar el terreno abona-do de buena semilla para que en aossucesivos aquel jugador y jugadores

    mejoren en sus cualidades especficasy no especficas, es decir, camine enconstante progresin sin tener que lle-gar al caso, que es lo que sucede en laactualidad con frecuencia, de tenerque sacar el mximo provecho deljugador o jugadores en 4, 6 12meses por el riesgo que sufre el entre-nador si no consigue buenos resulta-dos; sin llegar mucha gente (yo s) aanalizar profundamente si de esta lti-ma forma y con esos mtodos perjudi-camos al ftbol, al jugador, y lgica-mente, la trayectoria de ste perocomo lo nico que importa, repitohasta la saciedad, es el resultado y lanecesidad imperiosa de ganar sinpararse a dar importancia al oponentey a la propia real vala, por ello indica-ba lo de la buena semilla en terrenobien abonado y que no se distingueentre la forma y el modo de jugar delfondo del resultado conseguido en unpartido por poco importante que stesea.

    La colocacin de los jugadoresdentro de un mismo sistema puede

    ser mtiple y variada, pero aparte dela colocacin son los hombres que

    Fig. 17.: Sistema 4-4-2. Muy conservadory poca profundidad de los hombres.

    Fig. 14.: Sistema 4-4-2. Con hombre libreen defensa y en medio campo.

    Fig. 15.: Sistema 4-4-2. Con dos delante -ros centros y dos extremos retrasados

    Fig. 16.: Sistema 4-4-2. Igual a anteriorcon repliegue a propia mitad.

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    componen las lneas los que definenen relacin a su posicin de partida yposicin de llegada, y correcta y eficazfinalizacin.

    Despus del 4-2-4 donde tuvomucha ms difusin y se intent llevara la prctica, fue en aquel Mundial deSuecia, el resultado fue de 5 a 3 afavor de Brasil, resulta que hacer 8goles en aquella poca, no se estabanviendo con facilidad, pero caus furor;se quiso poner en prctica y al final lle-gamos a la consecuencia y conclusinde que el trabajo para dos hombres enel centro del campo era demasiado, yque terminaban agotndose y a vecesno podan mantener el ritmo durante el

    juego (no existan las sustituciones), yhaba que cambiarlos por otros com-

    paeros de otras lneas, de ah que serefuerza ms el medio campo, forman-do una lnea de tres y de esta forma sereparte el terreno de otra manera, esdecir, se pas como antes dijimos al 4-3-3. La colocacin de los puntas puedeser con dos extremos especficos y uninterior, con 2 delanteros centros, 1extremo o 1 interior, con dos extremos-extremos y un delantero centro, estomuy clsico etc., los defensas lateralesayudan desde atrs a funciones ofen-sivas, tambin por medio del marcadorcentral o del libre, se puede prestar

    apoyo en accin ofensiva a los hom-bres de delante, etc.

    Sobre la ayuda a accin ofensivade los defensas laterales nos dio unaleccin un equipo escocs en la finalde Copa de Europa de Clubs del ao1962 que emple el sistema 4-3-3.

    Dentro del 4-2-4, 4-3-3, etc., seempieza a trabajar en ataque desdeatrs sorprendiendo por pasillos latera-les, y de esto clara idea nos dieron enun partido final de Copa de Europa deClubs, un equipo escocs contra otroitaliano, donde parece ser que aquellafinal la consigui ganar el equipo quevenci porque disponan de dos latera-les que se convertan siempre, o casisiempre, en autnticos extremos, ycuando digo autnticos extremos esque saban finalizar, como tales y lle-gaban a esta situacin, saber finali-

    zar. El sistema, reitero, no es posicinde partida seores tambin es posicinde llegada y marca la posicin de lle-gada la tctica a desarrollar por los

    jugadores, es decir su movilidad sobreel terreno, y su eficaz finalizacin. Latcnica individual y colectiva es muyimportante, qu duda cabe que s,como dijimos lneas atrs aparecendefensas laterales, los cuales se con-vierten en extremos no finalizando suaccin donde les indico en esa flechade la figura 10, sino que tienen msprogresin y pueden y deben tener

    ms progresin y profundidad en susacciones. Ya empieza a nacer lo que

    se entenda relevo de puestos; sale eldefensa lateral y, para que no nos sor-prendiese en contraataque el adversa-rio en ese pasillo que poda quedardescubierto, hay un hombre en mediocampo que cubre la espalda, o bien, eldefensa libre, del hombre que rompeen ataque. Lgicamente con el otrolateral, este equipo que les deca tam-bin lo intent y surgi de que conaquella movilidad y aquello que pusoen prctica este conjunto escocs, conlos defensas laterales se poda sor-prender al contrario hasta llegar aganar una final de Campeonato deEuropa de Clubs. Entonces se empie-za a ver claro aquello que se producede sorprender por pasillos laterales,consigue su total eficacia en 1960

    aproximadamente, ya por el centrocostaba trabajo penetrar: haba unhombre que marcaba, haba un hom-bre libre y el equipo se replegaba por elcentro ms intensamente.

    De aquel sistema sorprendente del4-3-3 teniendo pocos extremos espec-ficos que eran hombres que entrabanen el armazn del juego pero que rom-pan menos, aparece un poco la mediapunta que en este caso concreto se lla-maba extremo falso. Un equipo, tam-bin dentro del 4-3-3, saca un hombrede extremo-extremo especfico, y le

    hace trabajar como interior un pocoms adelantado, pero que queda

    Fig. 18.: Sistema 4-4-2. Ms ofensivoque el anterior y ms profundidad y

    amplitud en las acciones ofensivas

    Fig. 19.: Sistema W. M. CUADRO MAGI -CO DE CHAMPAN (ARSENAL).

    Fig. 20.: Sistema M. W. BRASIL EN ALE -MANIA. Leao. Z Mara. Mario

    Mario.Luiz Pereira.Fco. Mario. Piazza.

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    Fig. 21.:Ataque. Repliegue. Baln sueltoy nula progresin. Qu pasa?

    Fig. 22.:Ataque. Repliegue. Baln sueltoy nula progresin. Qu pasa?

    Fig. 23.:Ataque. Repliegue. Baln, sueltoy nula progresin. Qu pasa?

    claro en la figura 11 para no insistir enel tema. Este hombre ya no era el queesperaba el baln, ya no era el quetena que romper la defensa, ya tam-bin creaba y lanzaba a sus delanterosms adelantados, a la vez de que por

    ese pasillo lateral que dejaba descu-bierto si el contrario persegua y hacaun marcaje individual entonces por ahcreaba problemas ese hombre que seretrasaba a beneficio de su equipo.Luego viene la diferencia en la tctica,y es que si el equipo contrario hacazona, lgicamente, las dificultadespodan ser mayores o menores, enton-ces, ya aparece una modificacin den-tro del 4-3-3 con un extremo falso (figu-ra 11 ). Tambin aparece el delanterocentro retrasado, que es igual a loanterior, es decir, medio punta. De estaforma se intenta sacar al marcadorcentral y se trata de que la defensacontraria no trabaje con dos hombresen el centro. Muchas veces es fcilobservar cmo podemos descolocar auno e intentar sorprender o emparejar-nos con el hombre libre (figura 12).

    Este sistema que no es claro 4-3-3se ajusta a nuevo sistema 4-3-1-2,segn la colocacin de los jugadoressobre el terreno de juego (figuras 11 y12).

    Queda claro que este equipo no

    trabaja con tres puntas, una cosa quesiempre se puede observar, pero

    jams intentar pontificar ni muchomenos inventar nada, tan slo tengonimo de colaborar y es que en los sis-temas, a m me sorprende mucho quenos olvidamos siempre de la forma enque deben maniobrar los jugadoresque componen un conjunto y que siesos hombres se mueven y desplazan

    mal y al mismo tiempo no tienen cali-dad tcnico-fsica el sistema difcilmen-

    te sera eficaz. Una modificacin senci-lla del sistema 4-3-3 fue el 4-3-1-2(como dijimos con media punta) y deste se pas al sistema 4-4-2, es decirtambin ltimamente se retras a esamedia punta un poco ms para formar

    el sistema ltimamente citado (figuras13,14,15,16,17 y 18).

    Como podemos observar en lasfiguras 11,12,13,14, etc., el sistema 4-3-1-2 y el 4-4-2 se puede realizar devarias formas; una que la media puntatrabaje en pasillo lateral, otra que tra-baje entre centro campo y los puntascon plena libertad, otra que trabajecomo delantero centro retrasado, etc.Lo que est claro es que en el presen-te se sigue tendiendo a tapar espaciosen nuestra propia mitad de campo(figura 16) y querer sorprender al opo-nente en contraataque. Sencillamenteme parece que la tendencia es clara amantener equilibrio o superioridadnumrica en el centro del campo yquerer o intentar al menos, poderdominar esa parte vital del terreno dejuego. Hay quien dice que el equipoque no domina el centro del campo esdifcil que domine la situacin y el mar-cador; quiz sea un poco exageradopero desde luego mucha verdad hayen ello.

    Otra colocacin del 4-4-2 es en 4-

    1-3-2, vemos en el primero (figura 13)4 hombres, en el centro del campo en

    Fig. 24.: Sistema 4-3-1-2. Muy empleadoactualmente sacando a los laterales

    adversarios para provocar espacios libresen pasillos laterales.

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    lnea, ms o menos adelantados, y enel otro (figuras 14 y 17) la diferencia detener un hombre libre en el centro delcampo lo mismo que lo tenemos en

    defensa, 4 hombres en defensa conuno que hace cobertura constante alos hombres adelantados de marca, yen el centro del campo se nos presen-ta la misma variante de atrs, un hom-bre generalmente libre, que hace tam-bin cobertura y est para auxiliar a loshombres que tiene adelantados tam-bin de marca como es en este caso.La colocacin de los dos puntas puedeser de las siguientes formas: un delan-tero centro y un extremo especffico(figuras 14 y 17) o bien que tenga dosdelanteros centro (figuras 13 y 18).

    Para poner en prctica lo que conside-remos mejor depender de los jugado-res que tengamos y de sus cualidadesespecficas. Vemos que la tendenciaes clara a incorporar hombres en cen-tro-campo, a no descuidarnos atrs,saliendo en velocidad los equipos quequieren sorprender, y en ello pareceun aspecto tctico que para m tieneuna gran importancia cuando se tratade no perder el reparto proporcionaldel terreno, y es el desdoblamiento,aspecto tctico del que no vamos ahablar, pero donde tiene funciones

    especficas y donde en cualquieraccin ofensiva no deja a un equipodescubrirse para que el contrario lesorprenda en una accin de contraa-taque. Luego tenemos varias formasde sorprender y es que no es lomismo estacionarse en medio campoque pasar por medio campo; quiz lavelocidad y la profundidad que se led al juego, ser distinto el estacio-narse o el pasar. Entiendo que la velo-cidad es importante, pero no siemprela velocidad del hombre que quierellegar a la portera contraria con elbaln, la velocidad del hombre y elsacrificio de crear unos espacioslibres y de ocupar esos espacioslibres. Otros a veces nos hemosencontrado con personas que creenque lo saben todo cuando hablan deftbol, y otras por el contrario, quesabiendo mucho quieren morir apren-diendo. De ah las grandes leccionesque nos estn dando, cientficas,pedaggicas, culturales, etc., jams,entiendo, terminaremos de aprender;lo que hace falta es que los practican-

    tes tengan el mismo espritu, lamisma comprensin y saber que en el

    ftbol cada da adquirimos ms tcni-ca, mejores conocimientos tcticos,fsicos, estratgicos, pedaggicos,etc., voy a poner una comparacin: latcnica del jugador con los aos no sepierde, y es fcil observarlo cuandovemos un equipo veterano, es decir,de exjugadores. No observan aveces que cuando transcurren unosminutos atacar se hace cuesta abajoy defender se hace cuesta arriba? (Unequipo veterano, lo he observadomuchas veces, y vean la importanciade un sistema de juego para mante-ner ese equilibrio en el terreno, eseorden, esa ocupacin racional, esequerer ser superior numricamentehablando, o por lo menos, mantenerel equilibrio numrico en el campo).Estos equipos empiezan a jugar y

    hasta los 10 15 primeros minutosbuscan la portera contraria, pero van

    pasando los minutos y de jugar con 3puntas se incorporan 4, ms tarde seincorporan 5, y ms. Avanzando elpartido atacan casi todos y pocosbajan a defender, y por ello, casinadie se repliega. No quiero decir quesea siempre as pero la mayora delas veces los equipos veteranos clara-mente es lo que manifiestan. Es queacaso no se parece esto a los iniciosdel ftbol del siglo XV al XIX, como alprincipio de este trabajo decamos?En definitiva lo que falla al jugadorveterano (50 aos aproximadamente)es la condicin fsico-tctica, y sinestas condiciones, no pueden mani-festar todo lo que saben y quieren,porque resulta que no pueden.Analicen esto, por favor!

    Todo lo que hemos venido expo-

    niendo es completamente distinto aesto anterior, pues ya dije que lo que

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    Goles en los Campeonatos Ingleses y Espaoles

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    ms me preocupa del ftbol actual esque se trabaja con mucha ms veloci-dad en los repliegues que en los con-traataques en varios momentos de un

    partido de ftbol, y tambin observa-mos que equipos que pierden la pose-sin del baln, automticamente, van aposiciones de partida y les cuesta salirde ella a varios jugadores; por todoesto no es culpa, siempre, del plantea-miento ni tampoco de una tctica bienplaneada, es parte de culpa, de la res-ponsabilidad y del riesgo y consecuen-cias de la derrota.

    En algunos pases varios equiposrealizan presing cuando pierden laposesin del baln lo cual deja pensarmenos la preparacin y elaboracin de

    la jugada del oponente y, lgicamente,el contraataque resultara ms positivoaunque el desgaste fsico es mayor.

    No voy a hablar de lo que en unequipo encierra un determinado parti-do, pero a veces se ha comentado quecuando salimos a jugar nos olvidamosde todo y entiendo que siempre no esas. Los entrenadores pensamos y tra-bajamos todas las horas del da enbeneficio del equipo, entiendo que los

    jugadores tambin. Psquicamente haycosas que pueden influir, a veces, enese conservadurismo de un sistema o

    una tctica determinada. En ocasionesese poco riesgo a salir intentando sor-prender con velocidad al adversario noes producto de que se diga al jugadorque no pase determinada lnea enaccin atacante o que no se intente iral gol, es producto de la responsabili-dad al resultado. Tambin quiz,hablando de los sistemas, puedoentender que: Un buen sistema conmalos jugadores no sera tanbueno, y que un mal sistema conbuenos o excelentes jugadores nosera tan malo La importancia que enesta palabra encierra la tcnica esobvio analizar. Lo ms importante essaber jugar.

    Dentro del 4-4-2 se buscan otrasformas, se busca otra colocacin de

    los hombres en el terreno de juegoy otra manera de sorprender; estamanera de sorprender viene comoconsecuencia de extremos falsos, queno son autnticos extremos-extremosespecficos como lo eran all por losaos 40 o por los 50, aquellos rompe-dores en velocidad que desbordaban

    siempre o casi siempre al defensor queocupaba el pasillo lateral, eran hom-

    bres, quiz con menos tcnica o con lamisma, pero con buena velocidad, conbuena calidad en definitiva, para jugaren ese puesto, y con cierta habilidad.

    En la figura 15, marco los dos extre-mos retrasados porque dentro de 4-4-2 tambin se puede jugar con dosextremos en la posicin citada y queintenten sorprender desde atrs, quelo pueden hacer: bien como posicinde partida 0 bien como posicin que seobserva en la figura 24, para intentarsacar o arrastrar de lugar a adversa-rios.

    En la figura 16 tenemos un equipoque intenta sorprender al adversario,no tenemos oposicin y se ha apode-rado, imaginamos, del baln, intentan-

    do sorprender, y vemos los hombresque salen reduciendo distancias conrespecto a la portera adversaria.

    Dentro del 4-4-2 (figura 17), condistinta distribucin vemos los despla-zamientos que realiza un hombre pocoprofundo en el juego ofensivo y atrscon ms profundidad en el juego ofen-sivo. Hombres arriba rompiendo cons-tantemente; hombres de defensa queno salen en colaboracin ofensiva locual parece ser que es un sistema untanto conservador .

    En la figura 18 observamos el

    mismo sistema que el anterior dondelos desplazamientos de los hombresson distintos, la posicin de partida esla misma pero ya vemos que dispone-mos de laterales que en un momentodeterminado pueden incorporarse auna accin ofensiva, bien llegando a laportera adversaria o a una posicinque en un momento oportuno seafavorable. Hombres en medio campoque lo mismo que defienden intentansorprender en profundidad y un defen-sa libre que tambin sale desde atrs yllega. Dentro de un mismo sistemanada ms quiero poner esto para quevean la gama de movimientos y lavariedad de acciones que se puedenrealizar dentro de una misma posicinde partida, de ah que finalizando sepueda asegurar que no es lo mismouna posicin de partida en el ftbol,porque seran hombres inmviles, sinoque lo que tiene mucha importancia esla situacin y lugar que ocupa el juga-dor cuando quiere finalizar con riesgo yeficacia.

    Aparece la W.M. que estbamos

    hablando el ao 1925 (figuras 19 y 20),con esta otra M.W. que presenciamos

    en Alemania (Mundial-74) puesta enprctica por Brasil.

    W.M. a M.W. un sistema especficodonde un equipo o una seleccin

    aquella misma que el ao 1958 gan elMundial de Suecia con un 4-2-4 apare-ce en Alemania con dos hombreslibres, indicar luego la posicin, 3marcadores, el del centro quiz unpoquito ms adelantado, 3 hombres enel medio campo y 2 puntas, esta M.W.que tengo en mis notas. La diferenciade la W.M. a la M.W. (figuras nmeros19 y 20).

    En los hombres de atrs estabansituados dos hombres libres, MarioMario y Luiz Pereira, un hombre Ze-Maria de lateral derecho, Piazza en el

    centro marcando siempre al delanterocentro, y si el delantero centro jugabaretrasado le persegua porque era unhombre que no se mantena cons-tantemente marcando haca atrs yFrancisco Mario como lateralizquierdo. Cuando sala un lateral delequipo, el hombre libre de aquel lugar,prximo a aquella salida, en velocidado no velocidad, pero en progresin,cubra ese pasillo para no dejarlo des-cubierto. En la izquierda pasaba lomismo, igual en el centro. Tenan 3hombres en medio campo y 2 puntas.

    La diferencia de un sistema a otro, esevidente y notoria, me cuesta trabajo aveces creer como del 4-2-4 que el ao58 tuvo sus frutos (CampeonatoMundial) cmo se llega en 1974 a esteotro tan distinto.

    Quiero terminar, en la figura 21,vemos un equipo marcado con puntosnegros en posicin ofensiva y un equi-po con puntos blancos en posicindefensiva. El equipo en posesin delbaln, en accin ofensiva lo va a per-der; ya perdida la posesin del balninmediatamente realizan un replieguea posiciones de partida (a aquel lugardel campo que cada jugador debe deocupar) y desde all inicia sus accio-nes.

    Nos hemos encontrado con unequipo que replegado espera al con-trario en su propia mitad de campo yno tiene deseos de progresar, porqueno le interesa o porque quiere mante-ner algo favorable (figuras 21, 22 y 23)el baln queda suelto y nadie lo ataca,y claro, no le va a jugar el rbitro.

    Ya dijimos que haba dos formas

    de atacar: atacar el baln y atacar laportera contraria.

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    Seores he querido demostrarque el gol en ftbol siempre ha estadomuy caro y ha sido muy difcil de con-seguir en todas las pocas, y ello es

    fcil comprobarlo, examinando los

    resultados de las 100 Copas. deInglaterra que figuran en la grfica, enla cual est claro que hace ms de unsiglo se marcaban, aproximadamen-

    te, los mismos goles que ahora.

    Tambin detallamos en otra grficalos goles conseguidos y encajadospor los equipos campeones de Ligaespaola desde la temporada 1950 a

    1981. No s si he aportado algo!

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    1. 1872 THE WANDERERS-Royal Engineers 102. 1873 THE WANDERERS-Oxford University 203. 1874 OXFO RD UNIVERSI