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EL CONCURSO DE BELLEZA En un precioso jardín vivía la mariposa más bonita del mundo. Era tan bonita y había ganado tantos concursos de belleza, que se había vuelto vanidosa. Tanto que un día, la cucaracha lista se hartó de sus pavoneos y decidió darle una lección. Fue a ver a la mariposa, y delante de todos le dijo que no era tan bonita, que si ganaba los concursos era porque los jurados estaban comprados, y que todos sabían que la cucaracha era más bella. Entonces la mariposa se enfureció, y entre risas y desprecios le dijo a tí te gano un concurso con el jurado que quieras. "Vale, acepto, nos vemos el sábado", respondió la cucaracha sin darle tiempo. Ese sábado todos fueron a ver el concurso, y la mariposa iba confiada hasta que vio quiénes formaban el jurado: cucarachas, lombrices, escarabajos y chinches. Todos ellos preferían el aspecto rastrero y el mal olor de la cucaracha, que ganó el concurso claramente, dejando a la mariposa tan llorosa y humillada, que nunca más volvió a participar en un concurso de belleza. Por suerte, la cucaracha perdonó a la mariposa su vanidad y se hicieron amigas, y algún tiempo después la mariposa ganó el premio a la humildad

El concurso de belleza cuento

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EL CONCURSO DE BELLEZA

En un precioso jardín vivía la mariposa más bonita del

mundo. Era tan bonita y había ganado tantos concursos de

belleza, que se había vuelto vanidosa. Tanto que un día, la

cucaracha lista se hartó de sus pavoneos y decidió darle una

lección.

Fue a ver a la mariposa, y delante de todos le dijo que no

era tan bonita, que si ganaba los concursos era porque los

jurados estaban comprados, y que todos sabían que la

cucaracha era más bella. Entonces la mariposa se enfureció,

y entre risas y desprecios le dijo a tí te gano un concurso con

el jurado que quieras. "Vale, acepto, nos vemos el sábado",

respondió la cucaracha sin darle tiempo. Ese sábado todos

fueron a ver el concurso, y la mariposa iba confiada hasta

que vio quiénes formaban el jurado: cucarachas, lombrices,

escarabajos y chinches. Todos ellos preferían el aspecto

rastrero y el mal olor de la cucaracha, que ganó el concurso

claramente, dejando a la mariposa tan llorosa y humillada,

que nunca más volvió a participar en un concurso de

belleza.

Por suerte, la cucaracha perdonó a la mariposa su vanidad y

se hicieron amigas, y algún tiempo después la mariposa

ganó el premio a la humildad