24

IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

Embed Size (px)

DESCRIPTION

 

Citation preview

Page 1: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015
Page 2: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

Presentamos los cuentos ganadores de la cuarta versión del concurso La ciencia es

todo un cuento, organizado por la Universidad de los niños EAFIT. Se trata de relatos

escritos por participantes de Expediciones al conocimiento, segunda etapa del Programa,

inspirados en las preguntas desarrolladas en los talleres de 2015.

Page 3: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

3

Categoría I (8 a 12 años)

Primer lugar

La ciudad de luzThomas Sebastian Dover Vargas, 12 años

Colegio Alemán de Medellín Inspirado en la pregunta: ¿Por qué se ilumina una ciudad?

“Esto es estúpido. Definitivamente estás loco en ir abajo”, dice Hanna.

“¿Tú me quisiste acompañar en esto, no?”, me defiendo; “Tú también estás loca”.

“Nunca dije que no, Mathew Pines”, dice ella metiendo un pie tentativo al borde del Abismo.

“Si quieres te vas devolviendo, Hanna”. No fue una buena respuesta, pero no quería que el humor se dañara frente al Abismo de…

Bueno, me estoy adelantando. Devolvámonos unos cuantos días atrás cuando el alcalde anunciaba:

“¡GENTE DE LA CIUDAD DE LUZ! Se avecina un momento que todos hemos estado esperando. Hace siglos, como todos sabemos, el sol se extinguió…”

“¡No estamos aquí para una clase de historia, anciano!”, gritó un joven, provocando un murmullo general, y un par de risitas.

“… llevando a los humanos a refugiarse en las profundidades de la tierra”, continuó mientras lanzaba una mirada asesina al joven. “Aquí

Page 4: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

4

aprendimos a vivir sin necesidad del sol, gracias al Faro. Pero nuestros ancestros nos advirtieron que cada 200 años, el Faro tendría que ser energizado. Ya saben que sin él, la oscuridad de las profundidades nos consumiría a todos… Así que hoy irá alguien en misión a recargarlo. En esta urna están los nombres de todos los habitantes de la ciudad. Sólo uno irá para energizar el Faro… Y el ganador es… ¡Mathew Pines!”

Quedé horrorizado. Era un nombre entre cientos. ¿Cómo podría ser el mío? ¿Por qué no el de alguien más?

“Recuerden que si alguien desea ofrecerse como voluntario para acompañarlo, puede hacerlo pero nadie nunca…”

“¡Yo iré con él!”, dijo Hanna casi inmediatamente. Le lancé una mira-da agradecida, pero no podía llevármela. Nunca me perdonaría si algo le pasara. Qué iluso fui. ¿Quién podría convencer a una intensa como Hanna de que no me acompañara?

“¡Un voluntario! Increíble… bueno, eh… Les deseo suerte, muchachos”, dijo el alcalde mientras me hacía entrega de la enorme batería. “Esta batería hará que el Faro dure otros 200 años encendido. Ya saben que deben seguir su luz hasta el Abismo, pasar sus profundidades y susti-tuir la batería”.

Y así estamos Hanna y yo aquí. Sin despedida de nuestras familias, sin celebraciones, solo un “¡Oh, vaya, es una misión sin retorno! Ten tu batería de 40 kg y tu equipo de escalar y ¡adiós!”

“¿Lista para empezar?”, pregunto mientras preparo el equipo de escalar para bajada y subida.

“No”, respondió Hanna, pero caminó después de mí.

Page 5: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

5

Cerca al Abismo, notamos que aunque el Faro estaba en la mitad de este, todo era muy oscuro…el material que daba forma al Abismo ab-sorbía cualquier tipo de luz que golpeara sus paredes. Esto significaba que la única luz que llegaba a la ciudad era la de un pequeño haz de luz que salía sin tocar pared alguna.

Sólo teníamos que seguir la luz hasta el Faro. ¿Suena simple, no? Des-cenderíamos por las paredes del abismo, caminaríamos hasta el Faro y le daríamos energía con la nueva batería. Sin embargo, al iniciar el des-censo resbalábamos cada tres segundos… ¿De qué material estaban he-chas estas paredes? Y no se llama Abismo por nada. Piensas que estás en terreno estable, pero un metro después caes a 100 metros de altura.

Debíamos evitar las partes oscuras (es decir casi todo), porque de lo contrario nos devorarían las bestias desconocidas de las profundida-des. El Abismo contenía una compleja red de túneles similares a un laberinto y desde su inicio podían verse criaturas con ojos rojos, he-chas de huesos, baba, piedra y dientes de obsidiana; algunas enormes y otras chicas, de todas las formas. Palidecí al ver que mientras estaba distraído, casi meto el pie en la boca de una de estas criaturas.

“¿Asustado, Mat?”, pregunta Hanna burlona, pero era evidente que tam-bién estaba asustada.

Frunzo el ceño y digo sudando: “Ni un poco”.

Seguimos bajando mientras las bestias escupían y gruñían, pero le te-nían miedo a la luz, la cual se debilitaba a cada momento debido a la falta de energía.

“¡Corre!”, grito a Hanna. Los dos corrimos por el acantilado, tropezando con todo, hasta que vimos el Faro. No era una estructura sorprendente o majestuosa, pero era bella en su propia manera. No lo pude admirar más, porque en ese momento la luz se extinguió…

Page 6: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

6

“¿Por qué?”, es lo único que se me cruza por la mente. “¿Por qué ella?, ¿por qué no yo?”…

Los monstruos nos persiguen, hambrientos ante la idea de comida.

“Debía sobrevivir. No podía… ¡No!…”, digo mientras lloro.

Logramos subir las angostas escaleras que llevan al cuarto principal de energía. Desabrocho la batería de mi espalda y Hanna cierra la puerta en las narices de las bestias.

“No… Por qué tú… ¿Qué hice para merecer esto?… Te fallé”.

“No los mantendrá ocupados por mucho tiempo, Mat, así que apúra-te”. Rápidamente arranco la batería vieja y pongo la nueva. Me río de alegría y frustración liberada. Hanna me da un abrazo, pero luego se aparta rápidamente. “Regresemos arriba”, dice.

“Hanna… ¿Por qué te soltaste, Hanna?… Yo hubiera encontrado una ma-nera… Yo…”

Volvemos a subir por la cuerda de escalar. Vamos hablando de nues-tras experiencias en el Abismo como si fuera una película de terror, cuando inesperadamente Hanna resbala y sólo se escucha su grito de sorpresa y angustia. Una maldita bestia le había agarrado el pie. Le sujeto la mano, pero la bestia empuja, arrastrándome a mí también. Hanna me mira a los ojos, y veo en ellos que no hay otra manera. Suel-ta mi mano mientras la bestia la arrastra y yo grito su nombre.

-Tres días después-

Toda la Ciudad de Luz me mira como un héroe; sus casas están ilumi-nadas de nuevo, pero para mí la ciudad sigue apagada. Todos gritan mi nombre en un coro:

Page 7: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

7

“¡Mathew! ¡Mathew! ¡Mathew!”

Aunque todos me miran como un héroe, hay otra familia que no está celebrando. La de Hanna. La hermanita de Hanna, Cecil, me mira, y sus ojos lo dicen todo: “¿Por qué? ¿Por qué Hanna no llegó? ¿Por qué?”. Y eso mismo me pregunto yo. Las luces me miran desde lo alto, pero para mí, la ciudad sigue apagada sin Hanna…

Segundo Lugar

El fenómeno de la luzSara Restrepo Maya, 12 años

Colegio Alemán de MedellínInspirado en la pregunta: ¿Qué es la luz?

Esta es la historia de una persona que mis antepasados conocieron, hace ya muchos años, y que la contaron repetidas y repetidas veces hasta aprenderla de memoria, de generación en generación. Ahora, sin razón alguna, yo quiero compartírselas, pero ustedes no deben contarla a nadie, aunque pienso que hasta este punto ya me he arries-gado demasiado. No importa, espero que guarden bien el secreto.

¿Recuerdan ustedes que para arreglarse el cabello, maquillarse o verse a sí mismos se necesita de un espejo? ¿Y saben ustedes de dónde sa-lió? ¡Pues yo sí! Así que si quieren saberlo tomen asiento.

Hace ya muchos años existió una pequeña niña en Siberia, Rusia. A esta muchachita nunca le gustó hablar acerca de dónde venía o quié-nes eran sus verdaderos padres, ya que siendo su madre una esclava y su papá un ricachón, no tuvo unos primeros años tan placenteros. A la

descob21
Resaltado
Page 8: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

8

edad de ocho años, le ofrecieron ir a la escuela; dichosa de por fin salir a explorar el mundo, Mary dijo que sí.

A Mary Elizabeth Watson o Mary, como la llamaban desde que nació y hasta su corta vida, siempre le llamó la atención la luz. Podía pasar horas y horas callada mirando el sol, sin comer ni hablar; su madre la creía una niña brillante, ya que le gustaba dibujar y parlotear sobre el mismo tema todo el día; a su padre le pareció que era una retrasada mental. Le regalaba libros, muñecas y muchos juegos aunque después de un tiempo todos ellos terminaran olvidados en un cajón.

Mary siguió así, lo que ocasionó que a la edad de 11 años la expulsa-ran de la escuela. Su padre, lleno de furia, la mandó a un internado de monjas. Allí Mary duró dos años y empezó a descubrir que lo que más le gustaba era inventar. Todas las noches robaba cosas de sus compa-ñeras, o del comedor, y con ellas inventaba sus propias lámparas que, por más tenues que fueran, funcionaban.

A la edad de 13 años decidió escapar del internado hacia lo que ella lla-maba el nuevo mundo, Moscú, donde se hizo pasar por hombre en una escuela de ciencias para estudiar las teorías corpusculares y ondula-torias. Su nombre era Mark Watson. Allí estudió por unos 10 años, hizo amigos y ganó diplomas, hasta que un día en clase, con un fuerte y des-garrador viento, la peluca se desprendió de su cabeza y todos en clase la vieron, lo cual la obligó a correr más rápido que la luz antes de que su maestro le avisara a la policía. Corrió tan lejos, hasta el bosque, con su cuaderno lleno de apuntes, que las hojas volaban por el aire; tropezó con una rama y eso le ocasionó que soltara su cuaderno y perdiera varias hojas. Mary cayó inconsciente con una grave herida en su cuello por una rama enterrada. Sólo recordaba que todo se nublaba y una figura indefinida la arrastraba, tapándole la boca mientras pedía ayuda.

***

Page 9: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

9

“¡Señorita, señorita, levántese!”

Mary abrió los ojos y su primera sensación fue tocarse el cuello. Notó que no tenía herida alguna. De repente, la figura que la había salvado dio la vuelta. Su única reacción fue quedarse perpleja con lo que veía: una mujer de aspecto desagradable, nariz grande y piel verde; como era de esperarse, a Mary casi le da un infarto al ver que presenciaba una bruja auténtica, la cual le había curado la herida. De inmediato se presentó, dijo que se llamaba Reinacal y que se había compadecido de Mary en vez de comérsela, porque al verla sintió una chispa de espe-ranza en ella. Luego Mary se quedó muy confundida al escuchar eso de “la chispa de esperanza”, así que se fue dando las gracias.

Después de un tiempo, su cuello empezaba a tornarse verde, pues Rei-nacal la había hechizado. En las siguientes tres semanas, Mary estuvo en cama casi moribunda, hasta que un día se intentó levantar, pero al estirar sus manos, unos rayos de luz salieron de ellas y destruyeron todo a su paso.

Después de eso recordó todo, aunque lo único que venía a su mente era Reinacal, esa bruja del bosque. Sólo entonces pudo entender aquellas pa-labras de que veía algo especial en ella: la había transformado en bruja.

La cara de Mary, además de verde, se veía roja de la ira. Quería vengar-se, así que empezó a hacer experimentos y a mezclar todo lo que se le ocurría y sabía, hasta que recordó sus estudios y decidió mezclar la teoría corpuscular con la ondulatoria para crear una especie de vidrio muy brillante, donde todo lo que pusiera se reflejaba.

Decidió con firmeza enfrentar a Reinacal, así que fue a buscarla. Des-pués de un tiempo logró encontrarla. Reinacal lanzó varios hechizos que ella controló, y así pasaron un tiempo, hasta que Mary sacó una

Page 10: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

10

espada y la hirió. Después de esto empuñó su nuevo artefacto y Rei-nacal fue aspirada por él; era una especie de prisión, Mary podía verla, pero ella no podría salir.

Pasaron las décadas y Mary intentó romper el hechizo. Cuando cum-plió 43 años encontró la cura y volvió a la normalidad. Después de esto encontró fantásticas teorías de luz, pero siempre tuvo la obsesión de llevar consigo a Reinacal, lo que terminó en enfermedad. Mary no po-día pasar ni una noche sin mirar a la bruja, quien ahora era diferente. Había cambiado, no se veía como antes; era una hermosa mujer de ca-bellos rubios y mejillas rojas, labios rosados y una cicatriz en el cuello. Lo que Mary no sabía era que Reinacal había desarrollado una nueva técnica, un hechizo que le permitía asimilar la imagen de la persona de afuera; esa muchacha era Mary, ella sólo se asombraba al ver que cada movimiento que ella hacía, su artefacto lo repetía.

Pasaron los años y Mary dejó de enseñar y trabajar, pues lo único que que-ría hacer, como cuando estaba pequeña, era mirar, ya no la luz, sino a sí misma; escribía sobre eso y dibujaba, no hablaba con nadie, sólo con ella.

Diez años después, hubo una gran epidemia; Mary enfermó, pero no quiso comunicarle a nadie. Unos meses después, el 9 de julio Mary Watson murió, pero antes quiso destruir su artefacto para que nadie lo encontrara, matando a Reinacal y dejando salir toda la luz y los movi-mientos concentrados.

*****

Un tiempo después se supo de una noticia: en una cabaña del bosque encontraron a una mujer identificada como Mary Watson, de unos 53 años, buscada por la policía y acusada de fraude; a su alrededor se en-contraron unos pequeños cristales que, al ser investigados en un labo-ratorio, reflejaban las imágenes. Este efecto, llamado reflexión, permi-te vernos en el cristal. Lamentablemente, la señorita que lo descubrió

Page 11: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

11

murió de una de las epidemias recientes, así que no podrá explicarnos cómo lo hizo. Por suerte en el suelo había unos fragmentos, lo que nos permitirá tomar muestras y definir de qué están hechos y, tal vez, ha-cer duplicados; también encontramos en sus notas interesantes in-formaciones y dibujos sobre este artefacto, al cual denominaremos espejo, debido a sus propiedades de reflexión.

Y esta, mis queridos amigos, es la historia de Mary Elizabeth Watson. Olvidada en el tiempo, pero recordada en este cuento.

Categoría II (13-17 años)

Primer lugar

La ciudad hizo clicMaría Camila Vásquez Correa, 16 años

Escuela Normal Superior AntioqueñaInspirado en la pregunta: ¿Por qué se ilumina una ciudad?

Un día como cualquier otro, un río seguía su cauce y cada una de las gotas de agua que lo componían danzaba a su ritmo, uno lento y pausa-do, que las llevaba de manera agradable hacia un destino aún incierto.

Sucedió, entonces, que el río llegó al que parecía el fin de su recorrido in-terminable. Poco a poco, se fue haciendo más y más grande; el agua no paraba de llegar, pero no encontraba ninguna salida. Desesperadas, las go-tas no podían hacer más que esperar; se sentían estrechas, ya no quedaba nada de esa calma y tranquilidad que habían sentido durante el trayecto.

Entre todas esas gotas de agua, había un pequeño grupo que venía des-de muy lejos después de recorrer otros ríos, otro cielo y algunos mares

Page 12: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

12

para terminar en la calma de esa zona. Una de ellas era especialmente intrépida y aventurera; su energía siempre contagiaba a todas las demás hasta convencerlas de que, sin importar lo que pasara, saldrían adelante.

Súbitamente, sin ningún tipo de aviso, el agua empezó a fluir de ma-nera rápida, violenta y forzada; la fricción con las partículas de metal lastimaban y desintegraban las gotas del líquido poco a poco. De esa manera, el cauce del río se liberó y con él la enorme cantidad de ener-gía almacenada, producto de la incertidumbre y la desesperación que sentían las gotas al no saber lo que sucedía.

Pronto, nuestra osada gota de agua se vio a sí misma dentro del caos. No sabía lo que pasaba, pero, poco a poco, sentía que las fuerzas la abandonaban y que algo dentro de ella se rompía. Al mismo tiempo podía sentir que una fuerza desconocida, algo que nunca imaginó, se liberaba y subía hasta una superficie de metal que, en lugar de lasti-marla con la fuerza liberada y que se había separado del agua, la aco-gió y la condujo por lugares estrechos, en los que cabía perfectamente. No supo cómo, ni por qué, pero ahora no era agua. Había dejado atrás el río y se sentía diferente, como si fuera muchas cosas a la vez, unidas por sus pensamientos y conciencia.

A ese sitio llegaron, también, más de esas partículas extrañas, muchas pertenecientes a sus amigas gotas de agua. Su nueva forma les dio agilidad y flexibilidad para pasar por ese lugar estrecho y extrañamen-te largo que parecía sin fin.

Pero lo tenía. Y pronto se vieron a sí mismas quietas. Completamente inmóviles. Ahora, el espacio era más amplio, estaban todas ahí, a la espera de algo, pero no sabían qué. Mientras, tuvieron tiempo de anali-zar su situación: el lugar era oscuro, pero ellas se veían perfectamente. Nuestra protagonista, o una parte de ella, pudo ver en qué se habían convertido: pequeñas partículas, diminutas, pero más poderosas y lle-nas de energía que el agua.

Page 13: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

13

Estuvieron un tiempo ahí encerradas. Se conocieron y estudiaron a sí mismas; descubrieron todo lo que podían hacer si se movían, o si chocaban entre sí. Cada vez más emocionadas por hacer algo con ese nuevo poder, acumularon la sensación durante días.

Fue entonces que sintieron cómo el contenedor en el que estaban se movía. Alguien estaba levantándolo, pero aún no las dejaba salir. Fue un largo trayecto, al parecer por carretera, que las zarandeó de arriba a abajo con baches, curvas, subidas y bajadas. Varios días soportaron los bruscos movimientos, pero la ansiedad no las dejaba pensar en nada más que en su próximo destino.

Libres y poderosas. Así se sintieron cuando lograron salir del tanque. Veloces y alegres fueron dejando poco a poco ese asfixiante almace-namiento y, convertidas en luz, corrieron por los cables y se separaron en las infinitas ramificaciones de conductos. En un suspiro, les exi-gieron la energía que acumularon y así, como cuando se parpadea, la ciudad hizo clic hasta llenarse de luces de colores.

Y aquella que fue una gota de agua, y cuya energía abandonó su cuerpo para embarcarse en esta extraordinaria aventura, se sintió cómoda y feliz nadando entre electrones para darle a la ciudad en navidad la más hermosa de las vistas, pasando de rojo a verde, a azul y a rosa en dos segundos, sintiéndose satisfecha, porque había encontrado su lugar en el mundo.

Page 14: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

14

Segundo lugar

Un relato onírico

Daniel Sebastián Pestana Villa, 15 añosColegio San José de las Vegas

Inspirado en la pregunta: ¿Qué es la luz? Tuvo un mal día. Estaba de pie en la parada del autobús a la hora que no pasan, bajo la lluvia y la luz intermitente del alumbrado público. A su lado, un escuálido poste se erguía, coronándose con una señaliza-ción negro sobre blanco de un autobús simplista, y al otro, los despojos de su último trabajo: una caja de madera con documentos, tarjetas de presentación, lapiceros y una variedad preocupante de pelotas anti-estrés. Nada cubría su cabeza calva por la edad, y el frío lo calaba hasta los huesos, atravesando una gruesa chaqueta heredada de algún pa-riente muerto.

Se sentó en el bordillo de la acera y el agudo dolor le hizo recordar las hemorroides. Parándose de inmediato, elevó la mirada a la farola que tenía encima, que desaparecía y aparecía a su antojo; eso lo hizo ma-rearse lo suficiente para desviar la mirada al negro vacío que tenía en frente y le evocó las desgracias del día: despedido, solo y abandonado por sus amigos. El mayor sentimiento que podía producir en las per-sonas era el de lástima, y la autocompasión fue un tema recurrente en sus reflexiones nocturnas.

La farola había dejado de titilar y emitía una luz brillante, aparente-mente perpetua. Sus penosas meditaciones se vieron interrumpidas por un calor que aumentaba en su cabeza; rápidamente levantó la mi-rada y quedó segado por una fuerte luz amarilla. Sólo se sorprendió al bajar la mirada y descubrir que la luz caía de sus ojos a la acera, como gotas espesas, deslizándose lentamente a la calle y emitiendo una in-

Page 15: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

15

tensa y concentrada luz. No separó la vista de las chispas viscosas que iban calle abajo hasta que estas desaparecieran, minutos después, en la pendiente. Ya no sentía frío, estaba agradablemente tibio allí donde se encontraba de pie, sintiendo un abrazo cálido que lo envolvía poco a poco. Se le ocurrió la fugaz idea de quedarse ahí, tendido en la acera para que el calor lo consumiera en un infinito sopor. Pero se forzó a dar un paso a un lado para averiguar qué ocurría, no le tomó mucho tiempo; dirigió la mirada a la farola sólo para descubrirla chorreante desde su bombilla en una espesa masa amorfa que caía lentamente al andén, emitiendo fuertes parpadeos amarillos.

No le sorprendió. En sus días de universitario en los 70´s tuvo suficien-tes viajes con LSD para que lo ocurrido quedara en el cuarto o quinto puesto en su top de alucinaciones personales; pero había algo diferen-te, esta era real. La sensación, el calor y su miedo eran reales, pero esto no duró mucho, pues al mirar a la gelatinosa masa en el piso, una idea le iluminó las arrugas, su plan seguía en marcha.

Ahora había suficiente luz en el suelo para sumergirse en ella; nunca tuvo nada más claro en la vida. Se zambulló con una impecable bola de cañón y bajó torpemente, entre estremecimientos de placer, has-ta tocar el cemento. Todo a su alrededor era luz y calor, un tibio sen-timiento le recubría por completo; la magia del momento duró unos instantes, los suficientes para que el hombre se sintiera confiado de que había logrado su cometido, pero la felicidad se perdió igual a cómo comenzó, rápidamente. Las luces se apagaron y se quedó el hombre, solo y a oscuras. Esto le recordaba más a un “mal viaje” y rezó para que no lo fuera, eso no, nunca más.

Se sentía inmovilizado. Dio algunas brazadas en la oscuridad sin nin-gún resultado, le faltaba el aire, y la oscuridad se colaba por todos sus poros; pero a los pocos instantes esta se disipó entre la noche y se encontraba de nuevo frío y solo en la acera, justo como había comen-zado. Levantó la cabeza y observó que el foco de la farola se había fun-

Page 16: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

16

dido, ya solo caían pequeñas chispas que se apagaban al instante de tocar el asfalto.

Su objetivo se había frustrado, no pensaba ver este mundo otra vez. El hombre se disponía a ir colina abajo, a pie, en busca de otra forma de efectuar su plan, cuando la lluvia se detuvo; ya le dolía el cuello de tanto elevar la mirada esa noche, pero en un último esfuerzo observó atentamente el firmamento, y lo vio descender pesadamente hacia sí, ya no habría noches nunca más. Las estrellas de la bóveda celeste se derretían y disolvían por su luz; al hombre se le erizaron los vellos al ver tal espectáculo (y mentalmente degradó al cuarto puesto ese via-je en el que los delfines lo coronaban frente al Valhala para dejar en tercer lugar el espectáculo que observaba). Además, sus esperanzas crecieron; ya empezaba a sentir el calor en su cara cansada. Extendió los brazos a cada lado y se limitó a esperar.

El negro de la noche desapareció para dar paso a un blanco caluroso. El poco pelo que le quedaba al hombre comenzó a inflamársele despidien-do pequeñas llamas, pero este no se enteró de lo que ocurría pues todo a su alrededor ardía y pronto él empezaría a arder. La luz lo atravesó y consumió por dentro, y pronto él sería la luz que partícula a partícula, onda a onda, se consumiera en la infinidad de la noche que venía.

Todo luz, el hombre era energía y calor, e iluminaba y hacía visibles las cosas que no eran luz; la claridad viajaba con él y trascendía como fotones que se propagaban por todos lados. Todo luz, el hombre se can-só, su energía se agotó y vio cómo lo que alguna vez iluminó se sumía en la oscuridad, pues el hombre era oscuridad. Como la luz era onda y partícula, el hombre no lo era. Su luz se apagó y se dispersó, haciendo que nunca se le volviera a ver por allí.

Seguía esperando. La luz se liberó del hombre y volvió por donde vino, de la nada. El hombre se encogió deslizándose hasta desaparecer, ya sin energías, calle abajo.

Page 17: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

17

Mención de honor

El libro de las fotografías

Pablo Restrepo Maya, 13 añosColegio Alemán de Medellín

Inspirado en la pregunta: ¿Por qué hacemos fotografías?

Al entrar al libro, Sara estaba totalmente atónita con lo que veía; cada una de las características de sus fotografías estaban allí, pero para su sorpresa, estas se estaban moviendo. No obstante eran distintas de las que había tomado en el mundo real.

***

¡Oops!, perdón, creo que voy bastante adelante en mi relato. Mi nom-bre, en verdad, no importa tanto, así que comenzaré con la fascinante y trágica historia de Sara, una niña de Medellín, procedente de una familia de clase media, con un padre muy atareado y en ocasiones estresado por su trabajo como director de muchos de los proyectos propuestos para desarrollarse en todo el departamento, ya que traba-jaba en la gobernación; una madre ingeniera de minas y llena de reco-nocimientos en su trabajo como docente de una de las universidades más prestigiosas del país; y un hermano mayor, brillante, el cual estu-diaba en el mismo colegio de ella y destacaba tanto en lo académico como en lo deportivo, más no tanto en lo artístico. Finalmente estaba ella, una niña de 12 años, quien cursaba el grado sexto en su colegio, le interesaban los deportes y tenía buenas calificaciones, pero su gran pasión era el arte.

Aproximadamente, desde los cinco años, Sara demostró una pasión particular por la fotografía, gracias a la cámara digital que recibió en la Navidad del año 2008 por parte de sus tíos Isabel y Alberto, este último

Page 18: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

18

fanático de las fotos. A partir de ese momento, y bajo supervisión de sus padres, Sara fotografiaba y dibujaba todas las imágenes que podía, (la naturaleza, los animales, las personas, etc.). Cuando reunió tantos retratos y fotos buscó un lugar donde archivarlos.

No obstante, la fotografía no era su única pasión, también lo era leer; así que todos los días Sara visitaba la biblioteca de su casa en busca de un buen libro. Pero un día, al entrar y ver en todas y cada una de las estanterías de la biblioteca, encontró un libro muy extraño que jamás había visto. Al sacarlo y observarlo, se dio cuenta que no tenía un título y que, además, estaba en blanco. Fue allí cuando a Sarita se le ocurrió una excelente idea: convertir aquel libro en su propio archivo personal de fotos y dibujos, ponerle un buen título y pegar todo su trabajo de los últimos siete años.

Cuando estuvo terminado, Sara muy orgullosa mostró el trabajo a su familia. A todos les pareció muy agradable y la felicitaron.

No obstante Sara aún estaba un poco inquieta, ya que seguía sin expli-carse de dónde provenía aquel extraño libro que había utilizado para su proyecto artístico, así que comenzó, muy detalladamente, a buscar indicios que la llevaran al lugar de procedencia del libro. Pasó horas, días y semanas buscando alguna pista, hasta que finalmente encontró algo interesante. Tras haber derramado un poco de agua, sin querer, sobre la última página del libro, apareció un símbolo muy peculiar, que a pesar de ser tenue era visible. Por pura inercia, Sara pasó su dedo lentamente sobre el símbolo e inmediatamente sintió un revolcón en el estómago. Vio que todo a su alrededor se nubló y sintió unas ganas incontrolables de vomitar, que contuvo al ver a su alrededor un paisaje diferente al de su habitación.

Al entrar al libro, Sara estaba totalmente atónita con lo que veía; cada una de las características de sus fotografías estaban allí, pero para su sorpresa, estas se movían; eran diferentes a las que había tomado en

Page 19: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

19

el mundo real. Las pequeñas orugas que habitaban cerca de su casa, en las plantas de su vecina, ahora eran más grandes que ella, caminaban en dos patas y parecían gruñonas; después, sintió un cosquilleo que le recorría el cuerpo; miró hacia abajo y vio claramente su vecindario y a toda una comunidad de humanos, pequeños como hormigas, que correteaban bajo sus pies y escalaban sus piernas, lo cual le generaba cierta gracia, sin razón alguna.

Llena de curiosidad, Sarita siguió caminando por las estrechas aceras de lo que en su mundo sería la avenida El Poblado, mientras veía a los elefantes que había visitado en el zoológico antes, haciendo de hu-manos, muy cómodos maniobrando de todo tipo de formas sus bicis, patines y otros incluso trotando a dos patas. Sara no salía de su asom-bro por todo lo que veía y de cuanto, sin importar por qué, le agradaba tanto esa nueva realidad.

El estar allí no era gratis, pero Sara no lo sabía, al otro lado (en la reali-dad) el libro devoraba toda su energía y fuerza vital, y ella comenzaba a sentir estos cambios en su cuerpo. Volviendo a la otra realidad, Sara andaba dando un paseo por la universidad en la que su mamá daba clase y observaba cómo todas las facultades estaban ahora llenas de todo tipo de animales, los cuales eran estudiantes y maestros que ella había fotografiado alguna vez. Casualmente, en el momento en que cruzaba la facultad de Medicina, Sara sufrió una recaída muy fuer-te por lo que no tuvo más remedio que entrar y pedir ayuda. Fue allí cuando un oso muy amable, estudiante de octavo semestre, la atendió y se preocupó por ella, al mismo tiempo que se asombraba al observar a una criatura como Sara, la cual nunca había visto en su vida. Sin embargo, viendo la extraña palidez que presentaba y al no reconocer aquellos síntomas que tenía y verse incapaz de ayudarle, le preguntó por casualidad si ella pertenecía a aquel “mundo” y si no, ¿cómo había llegado? Sara respondió con dificultad las preguntas y fue cuando al oso se le ocurrió una gran idea:

Page 20: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

20

“Debes ir de inmediato al lugar donde apareciste y buscar el mismo libro que te trajo hasta aquí. De otra forma éste seguirá absorbiendo, como al parecer lo está haciendo, tu energía vital. Debes tomar un taxi e ir allí de inmediato”, dijo.

Muy débil, Sara asintió y tomó el taxi con dificultad. Al bajarse, retomó el camino que había seguido inicialmente después de ver las orugas gigantes y su vecindario de hormigas. Finalmente, con los últimos es-fuerzos que le quedaban, logró encontrar el libro que la había trans-portado hasta allí, el cual descansaba en un nido ubicado en un árbol. Lo abrió y con su último aliento deslizó su dedo por el símbolo de la última página y atravesó el túnel de regreso. Sin embargo, Sara no se sintió mejor y entonces perdió el conocimiento. En ese momento el li-bro se cerró, había logrado recolectar la cantidad suficiente de energía gracias al último suspiro de la niña. Sara no lo había logrado.

Al darse cuenta de su desaparición, sus padres la buscaron por todas par-tes, así como al libro, pero no tuvieron suerte, con ninguno de los dos.

***

Lucía era una niña de una muy buena familia a quien le encantaba explorar todos los rincones de su nueva casa. Un día llegó a una ha-bitación donde sus padres habían puesto todas las cajas llenas de los artículos que aún no se desempacaban, y en una de ellas Lucía vio un libro que le llamó la atención, estaba empolvado y tenía como título “Mis trabajos”, la autora era una tal Sara Maya Restrepo; la portada era fea y estaba descuidada. Al abrirlo y ver que estaba lleno de fotos y di-bujos, le gustó de inmediato, corrió a su habitación, se lanzó a la cama y comenzó a leerlo…

Page 21: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

21

Mención de honor

En camino a la salvación del mundo

Mariana Quiroz Gallego, 14 años

Colegio Santa Leoní AviatInspirado en la pregunta: ¿Qué hacen las microalgas con la luz?

Viernes 20 de abril de 2050. El mundo se encuentra en la tercera gue-rra mundial, ya que cada vez el calentamiento global es más grave y la fuente de oxígeno no logra suplir la demanda mundial. Los científicos se encuentran desesperados buscando una solución.

Capítulo I

Estaba a punto de terminarse el tiempo límite que le habían proporcio-nado los directores del International Scientific Academy, a la doctora Lili McQueen. Ya estaban listos para irse, cuando de repente se abrió la puerta, dando esta dos golpes; en ese momento entró una hermosa mujer, de tez clara y delicada, ojos azules oceánicos, pelo rojizo y una mirada tierna, arrasadora y convincente; era ella, Lili McQueen. Muy apenada dijo: “Les traigo la solución a este problema global, el cual re-volucionará por completo los procesos bioquímicos; al decir esto, me refiero a las microalgas, microorganismos unicelulares más importan-tes y útiles de lo que creíamos; a ellos les debemos la vida y la conser-vación de esta”.

La doctora Josefina Lerman, la cual se encontraba en el jurado y no se llevaba nada bien con Lili, intervino: “Ya he investigado mucho sobre estos inútiles microorganismos y de nada ha servido, y ¿ahora vienes tú a decirnos lo contrario?” Lili, enfadada, respondió: “Considero que

Page 22: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

22

para hacer acusaciones de este tipo debes escuchar primero todo lo que tengo por decirles; cada minuto es más valioso de lo que piensas, así que continuaré. Como les decía, desde hace cinco años, he reali-zado varios procedimientos y por fin he comprendido el proceso real de vida que realizan constantemente las microalgas; ellas tienen la capacidad de realizar la fotosíntesis y de generar biomasa orgánica a partir de CO2 (dióxido de carbono) y luz, usando el agua como da-dora de electrones, oxidándola. Este procedimiento nos proporcionará el oxígeno que tanto nos hace falta; según mis cálculos, no hay nada que se reproduzca más rápido que ellas, por esta razón su vida nunca terminará, y si las sabemos cultivar y cuidar, la nuestra tampoco”.

Los cinco doctores presentes, entre ellos la doctora Lerman, pidieron a Lili dejarlos 20 minutos a solas para analizar la situación; la docto-ra Lerman, consciente de que esta era la mejor solución al caso, dijo: “Considero que no podemos confiar plenamente es sus ideas, dudo de la eficacia de estas; es mejor que la dejemos pasar”. Logan Jackoman, indignado por la poca seriedad por parte de la doctora, dijo: “Creo que tu opinión es muy alejada de la realidad; esa es la mejor propuesta que hemos escuchado hasta el momento”. “Es cierto - interrumpió Jacobic O’coner- esa es la idea más magnifica y viable, así que se realizará. Al entrar a la sala serás tú, Josefina, quien dé la buena noticia a Lili; siempre han trabajado juntas y ahora más, así que para con tu absurda enemistad”. Entraron los cinco a la sala. Josefina muy disgustada dio la noticia a Lili; esta anegada de felicidad dio las gracias como loca. De esta manera comenzó la salvación del mundo.

Lunes 1 de febrero de 2051. Nueve meses de arduos procesos con satis-factorios resultados. La guerra ha terminado y se evidencia el aumen-to de oxígeno.

Page 23: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015

23

Capítulo II

Se encontraban en el laboratorio 100 científicos convocados para tra-bajar en pro del experimento de la doctora McQueen; todo marcha-ba mejor de lo que ella había imaginado. Las microalgas eran la gran salvación universal para asegurar una vida entera con oxígeno; sólo debían cuidarlo por siempre. Sin embargo, la doctora Lerman, con resentimiento por los numerosos logros obtenidos por su colega, de-cidió desaparecerla de una vez por todas. Se ingenió un plan con su fiel compañero Luis; con este nadie los descubriría. Josefina invitó a Lili a su casa para demostrarle el supuesto arrepentimiento que había logrado en los últimos nueve meses; Lili, sin duda, aceptó y al llegar a la casa, Josefina le mostró su laboratorio y allí la encerró. Josefina le indicó a Luis qué decir en la Academia. La idea sería, hacerles creer que la doctora McQueen había abandonado el país a última hora.

Luis se dirigió a su misión, pero no sabía mentir; por esta razón, Jaco-bic O’coner desconfiaba de lo dicho por Luis. Jacobic, preocupado, se fue con los demás a la casa de la doctora Lerman en busca de Lili. Y así fue. Encontraron a Lili atada y afligida, pero la socorrieron rápida-mente. A Josefina la iban a demandar, pero Lili no dejó; ella no sentía rencor por su colega, y sabía que aún le sería de gran ayuda.

Page 24: IV Concurso La ciencia es todo un cuento 2015