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DIVULGA TUS CASOS CLÍNICOS EN REVISTAS CIENTÍFICAS Todo lo que necesitas saber Una guía completa, paso a paso, con todo lo que necesitas saber para la divulgación de tu experiencia profesional clínica a través de la producción de artículos científicos de casos clínicos . T T e e o o d d o o r r o o S S a a n n r r o o m m á á n n

Divulga tus casos clínicas en revistas científicas clinicos.pdf · a Granada la Formación oficial en Terapia Gestalt. Proyecto para el que recibimos un gran apoyo de Josefa Campos,

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DIVULGA TUS CASOS CLÍNICOS

EN REVISTAS CIENTÍFICAS

Todo lo que necesitas saber

Una guía completa, paso a paso, con todo lo que necesitas saber para la

divulgación de tu experiencia profesional clínica a través de la producción

de artículos científicos de casos clínicos.

TTeeooddoorroo SSaannrroommáánn

DIVULGA TUS CASOS CLÍNICOS

EN REVISTAS CIENTÍFICAS

Todo lo que necesitas saber

Teodoro Sanromán

DIVULGA TUS CASOS CLÍNICOS

EN REVISTAS CIENTÍFICAS

Todo lo que necesitas saber

Asociación Española de Terapia Gestalt

Tutora

Josefa Campos Romero

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

Todo lo que necesitas saber

Qualia Escuela Granadina de

Terapia Gestalt www.gestaltgranada.es

Teodoro Sanromán [email protected]

En Granada, 21 de Marzo de 2010

Para Ana, mi mujer, que ha pasado

muchos días sola, cuidando de nuestro hijo, mientras yo

estaba concentrado en el presente trabajo, por su

paciencia y por su espera.

Para Marco, mi hijo, por las horas que hemos dejado de disfrutar

juntos, todo este tiempo.

Para Ana y Marco, porque os quiero.

xi

Nota y petición del autor A lo largo del desarrollo del presente trabajo he ido

descubriendo cómo enriquecerlo aún más. Sin embargo, por motivos de cumplimiento de plazos, algunas de estas mejoras no he podido consumarlas a tiempo para la presente edición, destinada al fondo de la biblioteca de la Asociación Española de Terapia Gestalt.

En consecuencia, es posible que la obra que tienes ante ti no sea la versión más actual.

Si el presente trabajo te interesa te recomiendo que visites el sitio en Internet de Qualia, la Escuela Granadina de Terapia Gestalt, mi centro de trabajo. Aquí encontrarás, en formato electrónico, la última versión de esta obra. La dirección Web de mi centro es www.gestaltgranada.es.

Mi deseo ahora es continuar con el desarrollo de este trabajo para ofrecerte toda la información y los procedimientos que necesitas para divulgar tu experiencia clínica. Por ello estoy muy interesado en conocer tu opinión y tus sugerencias.

Hazme llegar tus comentarios a través de correo electrónico. Mi dirección es [email protected].

xiii

Agradecimientos La realización de la presente tesina nunca habría sido

posible sin la generosidad con la que han puesto a mi disposición su saber algunas personas, con las que me siento afortunado de haberme encontrado.

De una parte, Josefa Campos, Psicóloga Clínica, directora de Jera, la Escuela Sevillana de Terapia Gestalt, con quien me he formado como terapeuta gestáltico. Primero como alumno de una de sus promociones, después como observador y tutor de otra de sus promoción y, finalmente y en la actualidad, como su alumno en supervisión. De ella he recibido la actitud gestáltica y un gran apoyo para impulsar la formación de Terapia Gestalt en Granada.

De otra parte, Claudio Naranjo, Psiquiatra y músico, creador del programa SAT, con quien me formé en Terapia Integrativa. Primero como alumno de su programa, después como observador en innumerables promociones y, finalmente, como miembro del equipo terapéutico del programa SAT, bajo la supervisión de Susana Stroke. De Claudio he recibido el Eneagrama y la reconexión con la espiritualidad. De Suzy he recibido la confianza en mi capacidad profesional.

Y, finalmente, Gualberto Buela-Casal, Catedrático del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, quien ha contribuido a mi formación como Psicólogo cuando fui alumno suyo de Postgrado y Doctorado. De él recibí el aprecio por la comunicación científica y un extenso conocimiento de los entresijos de la publicación científica.

A todos ellos mi sincero agradecimiento, siempre.

xv

Contenido abreviado

Introducción ............................................... 1

Parte 1 Preliminares ................................... 7

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención? .. 19

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo? ........ 51

Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo? ......... 67

Parte 5 Necesito un modelo ..................... 77

Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico ........................................... 99

Apéndices ............................................... 113

Referencias ............................................. 125

Tabla de Ilustraciones ............................. 131

Índice analítico ....................................... 135

xvii

Contenido completo

Introducción ............................................... 1

Parte 1 Preliminares ................................... 7

¿Por qué esta tesina? .................................................... 9

¿Me interesa esta tesina? ............................................ 11

¿Para qué quiero publicar? .......................................... 12

¿Para qué un formato estandarizado? ......................... 13

¿Dónde puedo publicar? .............................................. 15

Soy Psicólogo y Especialista en Terapia Gestalt ................. 15

Soy Especialista en Terapia Gestalt no Psicólogo ............... 15

¡Quiero publicar! ¿Cómo lo hago? ............................... 16

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención? .. 19

¿Necesito evaluar para publicar? ................................. 21

¿Para qué necesito evaluar? ........................................................ 21

¿Qué debo tener en cuenta a priori? ........................................ 22

¿Cómo evalúo? ............................................................ 23

¿Cuál es la estrategia? .................................................................... 23

¿Qué cuestionarios utilizo? .......................................................... 24

¿Cómo consigo los cuestionarios?............................................. 25

¿Cómo uso los cuestionarios? ..................................................... 28

Cuestionario de Depresión Estado/Rasgo .................................... 28

Cuestionario de Ansiedad Estado/Rasgo ...................................... 29

¿Para qué he de usar los baremos? .......................................... 31

¿Cómo represento mis resultados? .......................................... 33

¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz? ......................... 43

xviii

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo? ........ 51

¿Cómo lo redacto? ....................................................... 53

Normas de redacción ...................................................................... 53

Normas APA ........................................................................................ 54

¿Cómo lo estructuro? ................................................... 54

El título ................................................................................................. 54

El resumen .......................................................................................... 55

El centro de trabajo y el terapeuta ............................................ 55

La identificación del paciente ...................................................... 56

El motivo de la consulta ................................................................. 56

La historia del problema ............................................................... 57

Las metas de la intervención ....................................................... 57

El estudio de los objetivos terapéuticos ................................. 57

La selección del tipo de intervención ...................................... 58

La evaluación preintervención ................................................... 59

La intervención ................................................................................. 60

La evaluación postintervención y eficacia ............................. 61

El seguimiento ................................................................................... 62

Las observaciones ............................................................................ 63

La teoría ................................................................................................ 64

Las referencias ................................................................................... 64

Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo? ......... 67

¿Qué revistas hay? ....................................................... 69

¿Cómo sé la categoría de una revista? ......................... 70

¿Qué criterios de elección sigo? ................................... 71

¿Cómo envío mi artículo? ............................................ 74

¿Y después qué? .......................................................... 76

xix

Parte 5 Necesito un modelo ..................... 77

Título y otros datos ..................................................... 79

Resumen ..................................................................... 79

Centro de intervención y terapeuta ............................. 80

Identificación del paciente .......................................... 80

Motivo de la consulta .................................................. 81

Historia del problema .................................................. 81

Metas de la intervención ............................................. 82

Estudio de los objetivos terapéuticos .......................... 83

Selección del tipo de intervención ............................... 83

Evaluación preintervención ......................................... 84

Intervención ................................................................ 86

Evaluación postintervención y eficacia ........................ 92

Seguimiento ................................................................ 93

Observaciones ............................................................. 95

La teoría ...................................................................... 95

Referencias ................................................................. 96

Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico ........................................... 99

Autenticidad y resistencia a la autenticidad ............... 101

Exigencia de no manipulación ................................... 101

Un encuentro con autenticidad ................................. 103

Comunicación no verbal ............................................ 107

xx

Las vías superiores e inferiores .................................. 108

Experiencialismo ateórico .......................................... 110

Autorregulación organísmica ..................................... 110

Conclusión ................................................................. 111

Apéndices ............................................... 113

Apéndice 1. Cómo usar los baremos .......................... 115

Apéndice 2. Artículos en Internet ............................... 117

Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción ................... 119

Apéndice 4. Extracto de normas APA ......................... 123

Referencias ............................................. 125

Tabla de Ilustraciones ............................ 131

Índice analítico ....................................... 135

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

IInnttrroodduucccciióónn

Introducción

3

La presente obra es el resultado de mi necesidad de integrar dos facetas mías que,

por momentos, a lo largo de mi vida profesional como Psicólogo, han estado

enfrentadas. De un lado mi faceta humanista, de la mano de mi formación como

Especialista en Terapia Gestalt. Y, del otro lado, mi dimensión académica, de la mano

de mi formación como Psicólogo, a través de la realización de la licenciatura de

Psicología, en un primer momento, y del Máster oficial del Ministerio de Educación y

Ciencia en Psicología de la Salud, Evaluación y Tratamientos Psicológicos, un poco

después.

En mi batalla interna hubo una que ha quedado en mi recuerdo como un hito. Fue

cuando renuncié a continuar con mi doctorado, bajo la tutela del profesor Buela-Casal,

Catedrático del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos

de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada.

En aquel momento, todo parecía estar a mi favor para hacer carrera en el mundo

de la Psicología académica. Por una parte, había terminado brillantemente mis estudios

de Psicología y Postgrado, con el mejor expediente académico de mi universidad.

Mérito por el que recibí el Premio Extraordinario de Licenciatura de la Universidad de

Granada y el Premio Nacional de los Estudios de Psicología. Por otra parte, uno de los

máximos exponentes en España en la divulgación científica en el campo de la

Psicología, como es el profesor Buela-Casal, me tutelaba. Y, además, consecuencia de

todo lo anterior, recibí del Ministerio de Educación la concesión de la beca FPU, para

Formación del Profesorado Universitario, que es la de mayor duración y cuantía

económica que es posible obtener en nuestro país.

Sin embargo, tenía que someterme a una disciplina que me pesaba. Por un lado,

no podía elegir como tema de investigación para mi doctorado el que realmente me

interesaba, que en aquel momento quise que estuviera relacionado con mi práctica

clínica en el contexto de la Terapia Gestalt. Pero no fue posible. Y, por otro lado, la

realización del doctorado, disfrutando de la beca que había conseguido, exigía por

normativa ministerial dedicación plena a las tareas propias de investigación. Lo cual,

excluía toda posibilidad de que, de forma paralela a la realización del doctorado, yo

pudiera desarrollar mi vocación clínica desde la perspectiva del enfoque de la Terapia

Gestalt.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

4

Por todo esto, decidí finalmente renunciar a la beca FPU y a continuar con mi

doctorado; y, así, disponer de todo mi tiempo para dedicarme plenamente a mi labor

clínica como Psicólogo Especialista en Terapia Gestalt. De modo que, mi faceta

humanista se impuso a mi faceta académica.

Fue entonces, con el apoyo de mi mujer, Ana, que encontré un pequeño estudio en

el que empecé a trabajar con mis primeros pacientes. De un paciente pasé en poco

tiempo a dos, luego a tres, y a cuatro, y a cinco, y así poco a poco fueron muchos. Y,

con gran entusiasmo, mi mujer y yo, emprendimos un nuevo proyecto. Quisimos llevar

a Granada la Formación oficial en Terapia Gestalt. Proyecto para el que recibimos un

gran apoyo de Josefa Campos, directora de Jera, la Escuela Sevillana de Terapia Gestalt,

de quien fui alumno años atrás y a quien aún me mantenía vinculado gracias a su

ofrecimiento, al término de mi propia formación, de ser tutor de una de sus nuevas

promociones. Así surgió Qualia, la Escuela Granadina de Terapia Gestalt.

De este modo, llegué a pensar que mi faceta académica había quedado ya

extinguida y que mi camino iba a ser puramente humanista, inmerso en el mundillo de

la psicoterapia alternativa.

Sin embargo, cuando me planteé abordar la realización de una tesina, con el

ánimo de cambiar de membrecía dentro de mi asociación profesional, la Asociación

Española de Terapia Gestalt, surgió con fuerza inusitada, de nuevo, como el ave Fénix

de sus cenizas, mi faceta académica. Lo hizo en la forma de propuesta de tema para mi

futura tesina, en aquel momento. Lo tuve claro. Quería ofrecer a todos mis colegas un

conocimiento que adquirí durante mi estancia universitaria. Concretamente cómo se

redacta un caso clínico de modo que pueda ser publicado por una revista científica. Pero

no sólo eso. Quería ir un poco más allá. Y, ese más allá, era cómo un Especialista en

Terapia Gestalt, en particular, o en cualquier otro enfoque, en general, podría ofrecer su

experiencia profesional en los términos apropiados para que la comunidad científica

pueda tenerlos en cuenta para su publicación y consecuente divulgación.

Y, entonces, nuevamente mi faceta académica se hizo presente y patente a través

del presente proyecto, que ahora culmina.

Introducción

5

No sé cuántos episodios más de este enfrentamiento interno están aún por

acontecer. No me importa, ya iré asistiendo a ellos. Lo que sí deseo es que a lo largo del

proceso mi visión se haga más y más integradora, menos excluyente de lo uno por lo

otro, o de lo otro por lo uno. Por ahora me siento feliz de concluir este proyecto,

resultado de mi dualismo, por la esperanza que albergo de que pueda resultar una buena

aportación al desarrollo de la Terapia Gestalt.

En Granada, a 21 de marzo de 2010.

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

PPaarrttee 11 PPrreelliimmiinnaarreess

Parte 1 Preliminares

¿Por qué esta tesina?

9

¿Por qué esta tesina?

En la práctica clínica profesional en Psicología es muy escasa la divulgación de

casos clínicos (Buela-Casal y Sierra, 2002). En otras palabras, los clínicos, por lo

general, no comunican su experiencia profesional a otros colegas ni a otros

profesionales afines. Al menos, no lo hacen a través de la publicación de casos clínicos.

Es posible que la transmisión de dicha experiencia esté produciéndose por otras vías,

diferentes a la de la publicación. Quizás los profesionales altamente cualificados

transmitan su saber a pequeños grupos de colegas mediante encuentros de supervisión, o

de formación. Obviamente este tipo de encuentros son de una enorme riqueza. Sin

embargo, por su propia naturaleza también son limitados en algunos aspectos. Por

ejemplo, en relación al número de personas que pueden beneficiarse de tales encuentros

que, lógicamente, siempre serán más limitados, en el caso del encuentro presencial que

en el caso de la publicación de la experiencia a través de la producción de artículos de

casos clínicos, como modo por excelencia de comunicación entre profesionales clínicos.

Por supuesto que, la transmisión de conocimientos que puede darse a través de la

presencia no es la misma que la que puede darse a través de la publicación de casos

clínicos. Estoy completamente de acuerdo en esto. Lo que yo planteo es que ambas

posibilidades no son incompatibles; más bien todo lo contrario, son compatibles,

complementarias y necesarias por igual. Es decir, que ambas formas de transmisión del

saber hacer adquirido con la experiencia de la práctica continuada son necesarias para el

adecuado desarrollo y difusión de nuestra actividad profesional.

No creas que la ausencia de publicaciones de casos clínicos de expertos es algo

que afecta exclusivamente al ámbito de la Terapia Gestalt, particularmente, o al ámbito

de la psicoterapia, en general. Esta situación también se da en la misma Psicología

Clínica más oficial. Eso sí, de lo poco que se publica en este sentido, la totalidad de lo

que se publica es desde la Psicología Clínica aposentada en el oficialismo.

Por tanto, la realidad es que los clínicos en general, y los psicoterapeutas en

particular, entre los que nos encontramos los Especialistas en Terapia Gestalt, no

solemos estar muy dispuestos a difundir nuestros casos clínicos en revistas

especializadas. Desde mi punto de vista esto es un déficit importante que no apoya el

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Por qué esta tesina?

10

desarrollo y difusión de aquello que de verdad sirve a la salud del ser humano y que

diferentes especialistas desde la parcialidad de sus respectivos enfoques pueden advertir

a través de su práctica, a modo de pequeñas piezas de un complejísimo puzle, como es

el del conocimiento acerca de cómo alcanzar el bienestar de los seres humanos.

En este sentido mi propuesta es integradora. Considero que en cada enfoque,

existen representantes cualificados que han alcanzado un conocimiento válido, aunque

parcial, que debe ser compartido. Hoy creo que, la publicación de casos clínicos,

avalados por la evaluación de la eficacia de la intervención llevada a cabo, es el modo

más directo de compartir la amplia experiencia acumulada desde las diferentes

perspectivas, o enfoques psicológicos. Además, es el modo en que los clínicos podemos

aportar evidencias de la validez de los procedimientos que empleamos a los

investigadores. Si, desde alguna perspectiva psicológica, sabemos que aportamos algo a

la mejora de la experiencia humana considero que es muy interesante que estemos

abiertos a encontrar la forma, más compatible con nuestro modus operandi establecido,

de obtener evidencia de ello y así aportarlo al conjunto de aquello que cada uno, desde

su propio enfoque, va encontrando que también es válido.

Todos los que trabajamos directamente con pacientes, con independencia del

encuadre terapéutico desde el que lo hagamos, tenemos la responsabilidad de aportar

información validada de lo que consideramos que apoya el enriquecimiento y la mejora

de la experiencia humana; y, de esta forma, contribuir a la configuración de los campos

de interés de los investigadores; al mismo tiempo que, en mutua reciprocidad, estamos

comprometidos a integrar los avances de la investigación básica en nuestro enfoque y en

nuestra propia práctica.

Así, en coherencia con las ideas que te he expuesto hasta ahora, la presente tesina

es mi aportación personal, en asunción de mi propia responsabilidad como clínico, a la

divulgación de mi experiencia profesional. Y, a través del presente trabajo, te presento

un artículo de un caso clínico atendido por mí. Pero no únicamente esto, voy más allá.

Con este trabajo te ofrezco toda la información que necesitas para producir tus propios

artículos. Con lo cual deseo cubrir un vacío de conocimiento que algunos clínicos

podéis tener ante la posibilidad de divulgar vuestra experiencia clínica.

Parte 1 Preliminares

¿Me interesa esta tesina?

11

Por tanto, y a modo de conclusión final, considero que la presente tesina es

pertinente para nuestro colectivo de Especialistas en Terapia Gestalt, en particular, y a

los especialistas en otros enfoques terapéuticos, en general, por dos motivos,

principalmente. De una parte, porque puede contribuir a animar a nuestros colegas a

publicar sus experiencias profesionales, con la consecuente difusión y desarrollo de

nuestras disciplinas. Y, de otra parte, porque a través de los procedimientos de

evaluación y redacción de casos clínicos que ofrece esta obra tiene el potencial de aupar

a los Especialistas en Terapia Gestalt, en particular, y a otros psicoterapeutas, en

general, al mismo nivel de otros profesionales de la clínica psicológica, en términos de

aceptación social de las respectivas prácticas psicoterapéuticas.

¿Me interesa esta tesina?

Esta tesina te interesa si eres un Especialista en Terapia Gestalt, o en cualquier

otro enfoque terapéutico, y quieres dar a conocer tu trabajo a otros especialistas y

profesionales clínicos, sin embargo no sabes cómo hacerlo.

Aquí vas a encontrar todo lo que necesitas saber para producir un artículo que sea

susceptible de ser publicado por una revista científica. Pretendo que de un modo

sencillo y directo, paso a paso, accedas al conocimiento básico e indispensable que

necesitas para que puedas publicar tus casos clínicos y, de este modo, dar a conocer tu

trabajo clínico y tu estilo profesional, tanto a otros colegas de tu propia especialidad

como a los de otras especialidades o enfoques.

Voy a mostrarte, en primer lugar, un procedimiento adecuado para evaluar tu caso

clínico para que puedas determinar si tu tratamiento ha sido eficaz. Es decir, voy a

indicarte qué instrumentos debes utilizar en esa evaluación, cómo y cuándo debes

administrar esos instrumentos, cómo debes interpretar sus resultados y cómo has de

representar esos resultados gráficamente.

En segundo lugar, voy a explicarte cómo tienes que redactar tu caso clínico. Es

decir, voy a mostrarte qué apartados debe tener tu artículo y qué debes abordar en cada

uno de ellos.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Para qué quiero publicar?

12

Y, en tercer lugar, voy a proporcionarte toda la información que necesitas para

conocer las revistas científicas a las que podrías enviar tu trabajo para su publicación. O,

lo que es lo mismo, voy a indicarte, por una parte, de dónde puedes obtener un listado

completo de todas las revistas científicas españolas, por otra parte, cómo puedes saber

cuál es la categoría de cada una de esas revistas y, también, qué criterios debes tener en

cuenta para decidir a qué revista enviar tu trabajo.

Además, te voy a ofrecer un modelo de referencia, o sea, un artículo, elaborado

por mí mismo, con la intención de que te sirva de guía durante todo el proceso de

desarrollo de tu propio artículo. Es decir, voy a facilitarte un artículo en que, desde la

perspectiva de la Terapia Gestalt, abordo un caso clínico con síntomas de ansiedad y

depresión que reúne todos los requisitos para ser publicado por una revista científica.

Finalmente, voy a poner a tu disposición toda la información que necesitas para

disponer de todos los materiales que te hacen falta para publicar tus casos clínicos,

como son, por ejemplo, los test para la evaluación de la eficacia de tu tratamiento y un

extracto de las normas establecidas por la American Psychological Association, o

Asociación Psicológica Americana, en español, APA en adelante, que son esenciales

para la correcta redacción de artículos, entre otros materiales.

En fin, con esta tesina vas a disponer de una guía paso a paso con todo lo que

necesitas saber para producir un artículo científico, que reúna todos los requisitos

imprescindibles para que sea susceptible de publicación por una revista científica.

¿Para qué quiero publicar?

La publicación, en formato de artículos, es el principal modo de comunicación

entre profesionales. Cuando publicas un artículo das a conocer tu trabajo a otros

profesionales de tu sector y de sectores afines. De este modo contribuyes al desarrollo

de tu disciplina. Así, otros pueden, a través de tus artículos, comprender tu trabajo y

aprender de tu experiencia. Del mismo modo, puedes enriquecerte en tu práctica

profesional al leer los artículos que tus colegas producen.

Parte 1 Preliminares

¿Para qué un formato estandarizado?

13

Otra interesante vertiente de los artículos es que cuando redactas un caso tienes

que reflexionar profundamente sobre el mismo, tienes que elaborar y ordenar tus ideas y

sensaciones para transmitirlas de una forma coherente y organizada, es decir,

comprensible; lo cual, también es enriquecedor, pues, de este modo, puedes hacer

explícitos aspectos claves del proceso terapéutico que, de otro modo, quizás

permanecerían implícitos y, en consecuencia, no conscientes u ocultos. O expresado de

otro modo, cuando redactas un artículo te conviertes en un observador del proceso

terapéutico que tuvo lugar. Y, cuando intentas expresar dicho proceso en palabras, y por

escrito, es posible que aspectos inadvertidos emerjan como relevantes y claves en la

evolución del mismo, que de otro modo podrían quedar como aspectos implícitos no

reconocidos conscientemente y, por tanto, esquivos para su transmisión.

En definitiva, cuando escribes un artículo acerca de un caso clínico, en primer

lugar te estás enriqueciendo a ti mismo. Esto es así porque la tarea de producción del

mismo te lleva necesariamente a un proceso reflexivo sobre lo acontecido en el

encuentro terapéutico que, potencialmente, puede permitirte hacer explícito lo implícito

de dicho encuentro, lo cual, es en sí mismo un descubrimiento, un darte cuenta de lo que

ocurrió, que incrementa tu conciencia sobre dicho proceso ampliando tu experiencia

consciente. Y, en segundo lugar, como una consecuencia directa de lo anterior, tienes la

oportunidad de transmitir tu descubrimiento y consecuentemente enriquecer a otros.

¿Para qué un formato estandarizado?

La estandarización hace alusión a dos aspectos fundamentalmente. De una parte,

los aspectos formales. Es decir, el cómo. Y, de otra parte, los aspectos de contenido. Es

decir, el qué. Así pues, la estandarización impone criterios en relación a cómo debes

presentar la información, o lo que es igual, la forma o el aspecto que ha de tener la

información que ofreces, por un lado; y, por otro lado, qué información mínima debes

aportar.

En relación a los aspectos formales de la estandarización de los artículos

científicos, debes comprender que están destinados a garantizar la homogeneidad de la

presentación de la información y, consecuentemente, pretenden agilizar el manejo de la

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Para qué un formato estandarizado?

14

información. Por ejemplo, tienes un artículo en tus manos y no quieres perder mucho

tiempo en saber si va a ser útil para ti. Si está normalizado sabes que al principio del

mismo, y no en otro lugar, tienes un resumen del mismo que además no va a tener más

de 200 o 250 palabras. Puedes ir allí directamente y en un instante tener una idea clara

de si ese artículo se ajusta a lo que necesitas. Imagina que unos artículos tuvieran

resumen, otros no, unos lo incluyeran al final, otros lo incluyeran al inicio, algunos

fueran breves y otros fueran extensos. No cabe duda que te costará mayor esfuerzo y

tiempo manejar dicha información.

En relación a la estandarización de los artículos respecto a qué información deben

aportar, es importante que comprendas que los expertos no pueden dejar de aportar la

información que se sabe que es relevante para comprender completamente todos los

aspectos involucrados en un caso clínico. Es decir, es muy conveniente que cualquier

caso clínico incluya, por ejemplo, un título explicativo, un resumen breve, quién es el

paciente, dónde se le trató, quién le trató, los motivos que el paciente expone para acudir

a consulta, la historia del problema, etc. Todos estos son aspectos que se esperan sean

abordados en un caso clínico. Cualquier lector querrá saber estos detalles. Por tanto,

tener una estructura preestablecida garantiza que no queden aspectos cruciales sin ser

tenidos en cuenta. Imagina que algunos artículos aportaran información acerca de la

historia del problema del paciente y otros no, que algunos artículos indicaran el tiempo

que duró el tratamiento y otros no, que algunos indicaran si el tratamiento resultó eficaz

y otros no, que algunos incluyeran referencias bibliográficas de las citas a otros autores

y otros no las incluyeran, que algunos artículos en su resumen indiquen el diagnóstico

del paciente y otros no, y así sucesivamente un gran número de aspectos.

No cabe duda de que es necesaria una cierta predictibilidad acerca de la estructura

y la forma de un artículo con el fin de agilizar el manejo de los mismos. Y, esto no

tiene, necesariamente, que ir en contra de la creatividad de los autores pues garantizados

los bloques de información y la forma de redactarlos el resto de los aspectos es

completamente libre. Por ejemplo, si quieres explicar cuestiones personales del

paciente que consideras cruciales para entender el desarrollo del caso, o porque en sí

mismos están en la base de la problemática, puedes hacerlo con tantos detalles y tanta

riqueza como desees. Ahora bien, hazlo en el apartado Intervención y si haces una cita

respeta las normas APA. Esto no va a limitar en absoluto tu creatividad.

Parte 1 Preliminares

¿Dónde puedo publicar?

15

¿Dónde puedo publicar?

Soy Psicólogo y Especialista en Terapia Gestalt

Si eres Psicólogo Especialista en Terapia Gestalt puedes publicar donde quieras.

Desde la revista de tu propia asociación profesional hasta cualquier revista científica,

tanto nacional como internacional de cualquier categoría. La única limitación para

publicar tus artículos va a estar en la calidad de tu trabajo. Es decir, puedes optar a

publicar en cualquier revista pero cuanto mayor es la categoría de la revista mayor es el

índice de rechazo de artículos. Las revistas habitualmente disponen de un conjunto de

expertos que determinan la calidad del artículo y que lo aceptan o no para su

publicación. Podrás enviar tu artículo a cualquier revista pero cuanto más alto apuntes

mayores son las posibilidades de que tu artículo sea rechazado.

En consecuencia, si eres Psicólogo Especialista en Terapia Gestalt tu única

limitación para publicar es la calidad de tu artículo.

Soy Especialista en Terapia Gestalt no Psicólogo

Si eres Especialista en Terapia Gestalt no Psicólogo, a no ser que seas médico o

psicopedagogo, no vas a poder publicar en revistas científicas especializadas de

Psicología. No obstante, sí podrás hacerlo en la revista de nuestra asociación o en la

revista de otras asociaciones de profesionales afines. Es decir, podrás publicar tus

artículos en la revista de la Asociación Española de Terapia Gestalt o en otra revista de

alguna otra asociación de profesionales afines como, por ejemplo, psicoanalistas,

analistas bioenergéticos, etc., siempre que la temática de tu artículo realice alguna

aportación a estas disciplinas.

Las revistas de las propias asociaciones están pensadas para ofrecer a sus

asociados un medio de comunicación entre ellos. Por este motivo cualquiera que haya

adquirido el estatus de miembro de una asociación puede publicar en su revista.

Normalmente las restricciones son mínimas y no existe un conjunto normalizado y

estandarizado de normas para la publicación. En cambio, las revistas científicas

especializadas, por ejemplo, de Psicología, son mucho más estrictas y te exigen

artículos que cumplan con las normas de la APA y otras condiciones, como por

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¡Quiero publicar! ¿Cómo lo hago?

16

ejemplo, para un artículo sobre un caso clínico, que hayas realizado un proceso de

evaluación de la eficacia del tratamiento aplicado. Es casi imposible que una revista

científica, por poca categoría que tenga, te acepte y publique un artículo sin evaluación

de la eficacia.

Si no eres Psicólogo, en relación a este último aspecto, el de la necesidad de

evaluar la eficacia de tus intervenciones, tienes una importante limitación.

Concretamente, esta limitación, consiste en que no puedes adquirir las pruebas

psicológicas que son imprescindibles para realizar dicha evaluación de tu intervención.

De hecho, cuando adquieres, en un distribuidor autorizado, dichas pruebas psicológicas

estás obligado a presentar credenciales que reflejen tu condición de Psicólogo, o bien de

Psicopedagogo.

¡Quiero publicar! ¿Cómo lo hago?

Yo te digo cómo. Únicamente tienes que seguir leyendo. A continuación

encontrarás todos los pormenores que necesitas dominar para convertir tus casos

clínicos en verdaderos artículos científicos susceptibles de ser presentados para su

publicación en cualquier revista científica.

Lo primero que tienes que saber es que has de estar dispuesto a llevar a cabo una

evaluación del proceso terapéutico. Aunque esto puede sonarte algo engorroso y

complicado en realidad no lo es. En Terapia Gestalt no estamos habituados a evaluar

nuestros casos clínicos. Esto supone un importante hándicap en relación a la posibilidad

de publicar dichos casos, pues para ello es imprescindible hacerlo. No obstante, me he

esforzado en diseñar un procedimiento de evaluación aceptable para las revistas

científicas y que implique los mínimos cambios en nuestra práctica habitual.

Lo segundo que debes aprender es a estructurar y redactar adecuadamente el

artículo. Tampoco te preocupes por esto. Respecto de la estructura del artículo te voy a

indicar todos los apartados que debe incluir tu artículo y qué debes escribir en cada uno

de ellos. Con respecto a la redacción tendrás que aprender a hacerlo siguiendo

estrictamente las normas de la APA. Para que esta tarea te resulte fácil te voy a

proporcionar un extracto de las principales normas de la APA. En realidad el conjunto

Parte 1 Preliminares

¡Quiero publicar! ¿Cómo lo hago?

17

de normas APA es amplísimo. Sin embargo, muchas de esas normas se utilizan muy

poco. Buscar cómo se redacta algo en particular en el conjunto completo de normas

puede ser difícil y tedioso. Para evitarte esta dificultad en el extracto que te ofrezco

tienes lo más destacado de las mismas. Lo que de verdad se usa en la práctica. Te

resultará, en consecuencia mucho más manejable y accesible. Además dicho extracto

está lleno de ejemplos claros para cada norma por lo cual te resultará fácil reproducir las

normas que necesites en tu redacción.

Y, lo tercero y último, que te explicaré será cómo conocer las revistas científicas

que existen. Dispondrás de un listado de todas las revistas científicas ordenado en

función de su categoría que podrás utilizar para decidir a cuál de ellas vas a enviar tu

artículo.

Además, durante todo el recorrido que te propongo voy a poner a tu disposición

un artículo finalizado, listo para enviar a publicar, que reúne todas las características y

que podrás utilizar como modelo.

¿Sigues animado? Pues manos a la obra. Sigue leyendo, lo próximo que

encontrarás son los aspectos prácticos del trabajo de evaluación y de redacción.

¡Ánimo!

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

PPaarrttee 22 ¿¿CCóómmoo eevvaallúúoo mmii iinntteerrvveenncciióónn??

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Necesito evaluar para publicar? ¿Para qué necesito evaluar?

21

¿Necesito evaluar para publicar?

¿Para qué necesito evaluar?

Si no evalúas la eficacia del tratamiento empleado en tu caso clínico es

prácticamente imposible que tu artículo sea considerado por alguna revista científica.

Incluidas aquellas de menor categoría. De modo que si quieres publicar no te queda más

remedio que evaluar.

En Terapia Gestalt, en particular, y en otras terapias que se han desarrollado fuera

del ámbito académico, en general, no es habitual realizar un proceso de evaluación con

el objetivo de determinar si el tratamiento ha sido eficaz, en los términos que exige el

mundo académico.

Claro que cuando atiendes a un paciente estás evaluando si el trabajo está o no

dando resultados. Y, por supuesto, en la mayor parte de los casos cuando una

intervención llega a su fin sabes si el paciente se benefició o no del proceso. Pero esto lo

haces habitualmente de un modo intuitivo. No tienes ninguna evidencia que puedas

mostrar a alguien que pruebe que realmente ha habido una evolución satisfactoria del

paciente. En nuestro contexto esto está completamente asumido. Sin embargo, esto no

es así en el mundo académico. Y, las publicaciones científicas exigen pruebas de

eficacia de los tratamientos. No basta con que digas que tu paciente mejoró. Lo tienes

que demostrar. Por tanto, es necesario que presentes evidencias de que así fue.

Para poder presentar pruebas o evidencias de la eficacia de tu tratamiento tienes

que emplear necesariamente pruebas psicológicas. Sí, pasar un test. Has leído bien.

Pasar un test. Pero tranquilo. Esto no implica desvirtuar tu trabajo. He pensado mucho

acerca de esto. Concretamente acerca de cómo puedo llevar a cabo una evaluación que

sea al mismo tiempo fiable, rigurosa, bien consolidada académicamente, fácil y rápida

de realizar; sin que, además, desvirtúe nuestra forma habitual de trabajar con los

pacientes.

Afortunadamente es posible. He ideado un procedimiento de evaluación de la

eficacia de un tratamiento que implica, para el paciente, únicamente 20 minutos de una

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¿Necesito evaluar para publicar? ¿Qué debo tener en cuenta a priori?

22

primera sesión y otros 20 minutos en la última sesión. Si administras un par de pruebas

psicológicas a tu paciente antes y después de tratarlos podrás disponer de evidencias

empíricas, bien acreditadas académicamente, de la eficacia de tu trabajo.

Y, si quieres más garantías aún de la eficacia de tu tratamiento, cita a tu paciente

algún tiempo después de finalizar las sesiones. Únicamente necesitarás otros 20 minutos

para poder hacerle un seguimiento de la eficacia del tratamiento; por ejemplo, a 3

meses, a 6 meses, a 9 meses o a 1 año, para determinar si los efectos de tu intervención

se mantienen, o no.

¿Qué debo tener en cuenta a priori?

Únicamente tienes que tener una cosa en cuenta antes de comenzar el trabajo con

un paciente al que tienes previsto evaluar su proceso terapéutico. Debes pasarle las dos

pruebas que más adelante voy a indicarte en el primer momento. Es decir, en el primer

encuentro con tu paciente debes pedirle que responda a ambas pruebas. Hazlo antes

incluso de entrevistarle. Coméntale que le va a ocupar unos pocos minutos y que es

importante como punto de partida. A continuación puedes explicarle que esas pruebas

forman parte del proceso de evaluación de su proceso terapéutico; y, que cuando dicho

proceso finalice volverás a pedirle que te complete ambas pruebas nuevamente, para

comparar sus resultados, en ese momento, con los que obtuvo inicialmente y, de este

modo, podrás disponer de un índice empírico que evidencie la eficacia del tratamiento.

Es importante que le pases a tu paciente ambas pruebas en el primer instante de

conocerlo. Tras presentarte pídele inmediatamente que complete ambas pruebas. Así,

los resultados obtenidos reflejarán mejor las condiciones con las que acude el paciente a

terapia. Si esperas al final de la primera entrevista es posible que los resultados que

obtengas no sean correctos. Por ejemplo, si el paciente percibe que realmente puedes

ayudarle al completar las pruebas los resultados ya pueden verse afectados por esa

esperanza del paciente en su posible mejora.

Mi experiencia es que el paciente acepta bien completar las pruebas. No se opone.

Muy al contrario, lo acoge de buen grado. Suelo estar con las pruebas en mi mano y

rápidamente cuando le hablo de ellas se las muestro. Mi intención es que perciba que

son realmente breves y que completarlas le va a requerir poco tiempo y esfuerzo.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cuál es la estrategia?

23

Algunos de mis pacientes han completado la prueba en tan solo 10 minutos. Finalmente

les digo que en nuestra siguiente sesión les daré los resultados y se los explicaré. He

comprendido que esto es un aliciente para el paciente, que ya tiene un motivo más para

acudir a la siguiente sesión y yo una oportunidad más de establecer un buen vínculo y

garantizar una siguiente sesión.

¿Cómo evalúo?

¿Cuál es la estrategia?

Con el objetivo de determinar la eficacia de tu intervención te propongo que

evalúes los niveles de ansiedad y depresión porque la inmensa mayoría de los pacientes

presentan alteraciones en estas dimensiones con independencia del trastorno que

presenten. Así, estas dos variables pueden ser representativas del nivel de malestar con

que el paciente inicia su proceso terapéutico. No importa si el paciente viene por una

ruptura sentimental, una pérdida de un ser querido, por acoso laboral, por dificultades

para encontrar pareja, porque se siente atrapado en alguna situación de la que no sabe

cómo salir,... o por cualquier otra cosa; si está experimentando sufrimiento sus niveles

de ansiedad y de depresión se verán afectados, incrementándose respecto de los

habituales. ¿Puedes imaginarte algún tipo de situación vivida con sufrimiento por una

persona que no altere sus niveles de ansiedad o depresión habituales? No ¿Verdad? Del

mismo modo si esa persona comienza a manejar su experiencia de un modo más

favorable para sí misma entonces es esperable que sus niveles de ansiedad y depresión

se modificarán, disminuyendo con respecto a los anteriores. En consecuencia, los

niveles de ansiedad y de depresión son dos buenos índices para determinar la eficacia de

un tratamiento si podemos comparar los valores iniciales, previos a la intervención, con

los valores finales, posteriores a la intervención. De este modo, si los valores finales son

análogos a los iniciales podremos concluir que el tratamiento no tuvo beneficios para el

paciente. Pero si son inferiores tendremos una evidencia empírica de mejora del

paciente, lo cual podría ser, debido al tratamiento, aunque esto nunca se puede asegurar

completamente, pues durante el tratamiento podrían haber acontecido paralelamente

otros sucesos que sean los verdaderamente responsables de la mejora observada. No

obstante, como esto último no es posible controlarlo en una intervención de caso único

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¿Cómo evalúo? ¿Qué cuestionarios utilizo?

24

prolongada en el tiempo presuponemos que es el tratamiento el agente causal de los

beneficios para el paciente.

¿Qué cuestionarios utilizo?

Para determinar los niveles de ansiedad y de depresión de tus pacientes te

recomiendo que hagas uso de los cuestionarios que a continuación te indico. Para el

caso de la ansiedad, utiliza la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-

Rasgo (STAI), observa la Ilustración 5 en la página 29. Y, para el caso de la depresión,

usa la adaptación española del Inventario de Depresión Estado-Rasgo (IDER), observa

la Ilustración 4 en la página 28. Ambos cuestionarios los tienes en TEA Ediciones.

Estos dos cuestionarios están absolutamente contrastados experimentalmente,

cuentan con innumerables estudios estadísticos que garantizan la fiabilidad y la validez

de sus mediciones y cuentan con baremos para población española. Además son fáciles

y rápidos de administrar, corregir e interpretar.

Además ambos ofrecen valores para dos dimensiones. Una de estas es la

dimensión estado y la otra es la dimensión rasgo. La dimensión estado hace referencia

al nivel de las variables en el momento en que se completa el cuestionario, mientras que

la dimensión rasgo hace referencia al nivel habitual de las variables. O expresado de

otro modo, el valor de la dimensión estado alude exclusivamente al momento de la

evaluación, mientras que el valor de la dimensión rasgo alude al nivel más habitual de la

variable. De este modo, los mencionados cuestionarios ofrecen valores de ansiedad

estado y ansiedad rasgo, de una parte; y, depresión estado y depresión rasgo, de otra

parte. Por tanto, la comparación de los respectivos valores de ambas variables, ansiedad

y depresión, en su dimensión estado con los valores en su dimensión rasgo, en la

evaluación previa a la intervención, muestra inmediatamente el nivel de malestar del

paciente cuando acude en busca de tratamiento. Posteriormente, la comparación de los

valores de ambas variables, en su dimensión estado, tras la intervención, con los

respectivos, antes de la intervención, proporciona una idea de la eficacia del

tratamiento. Además, si se comparan los niveles de ambas variables en su dimensión

estado, tras la intervención, con los niveles en su dimensión rasgo, antes de la

intervención, tendremos una idea de hasta qué punto el tratamiento ha devuelto al

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo consigo los cuestionarios?

25

paciente a un nivel de salud semejante al experimentado por él habitualmente en su

vida.

¿Cómo consigo los cuestionarios?

El mejor procedimiento que tienes a tu disposición para adquirir los cuestionarios,

que necesitas para la evaluación de tus intervenciones clínicas, es que los compres. No

lo dudes. No merece la pena que intentes conseguirlos de ningún otro modo. Ambos

cuestionarios, con sus respectivos manuales y, cada uno de ellos, con 25 ejemplares

preparados con autocorrección, cuestan aproximadamente 60€.

Ilustración 1. Sección Catálogo de TEA Ediciones.

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo consigo los cuestionarios?

26

Ilustración 2. Resultados de búsqueda en el catálogo de TEA Ediciones.

Ilustración 3. Ficha del cuestionario STAI del catálogo de TEA Ediciones.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo consigo los cuestionarios?

27

En España la empresa más importante en la edición y elaboración de pruebas de

evaluación psicológica es TEA Ediciones. En TEA Ediciones puedes encontrar los

cuestionarios que necesitas. Ambos cuestionaros, tanto el STAI, Cuestionario de

Evaluación de la Ansiedad Estado-Rasgo, como el IDER, Inventario de Evaluación de

la Depresión Estado-Rasgo, son editados, en nuestro país, por TEA Ediciones.

Para adquirirlos primero accede a la Web de TEA Ediciones. Para ello, en tu

navegador de Internet, por ejemplo Microsoft Internet Explorer, teclea

www.teaediciones.com y pulsa la tecla Entrar. Una vez que aparezca en tu pantalla la

página principal de la Web de TEA Ediciones localiza y selecciona la sección Catálogo

(observa la Ilustración 1 en la página 25). En esta sección busca los enlaces

relacionados con información y pedidos. Uno de estos enlaces es Centros de

Distribución. Selecciónalo y tendrás a tu disposición un listado completo de centros en

los que puedes adquirir los cuestionarios. Si no hay ningún centro de distribución en tu

propia ciudad puedes enviar un correo electrónico directamente a TEA Ediciones con tu

solicitud de pedido.

En cualquier caso, tanto si dispones de un distribuidor en tu propia ciudad como si

no lo tienes y haces tu pedido por correo electrónico, necesitarás indicar las referencias

de los cuestionarios. Para que dispongas de dichas referencias busca los cuestionarios

que necesitas en el catálogo de TEA Ediciones (observa nuevamente la Ilustración 1 en

la página 25). Accede, como ya te he comentado antes, a la sección Catálogo. Escribe el

nombre del cuestionario que quieres encontrar, por ejemplo STAI, en el cuadro de texto

bajo el título Buscar test y pulsa, a continuación, el botón Buscar. Te aparece una nueva

página con los resultados de tu búsqueda (observa la Ilustración 2 en la página 26).

Localiza cuál de esos resultados se corresponde con el cuestionario que tú estás

buscando. Selecciónalo y, en un momento, ya tienes en tu pantalla la ficha del

cuestionario (observa la Ilustración 3 en la página 26). La ficha, como puedes observar,

incluye toda la información relativa a dicho cuestionario, como por ejemplo, su código

y su precio, además de una descripción del mismo.

A continuación te explico cómo usar estos cuestionarios. Parte del procedimiento

que te explico está simplificado para las nuevas versiones que incluyen hojas de

respuestas con autocorrección. Ahora te indico cómo usar las versiones con plantillas.

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo uso los cuestionarios?

28

¿Cómo uso los cuestionarios?

Cuestionario de Depresión Estado/Rasgo

Este cuestionario se presenta en una única hoja. En ésta se presentan un conjunto

de 20 ítems estructurados en dos grupos. El primer grupo, de 10 ítems, se corresponde

con la dimensión estado. El segundo grupo, otros 10 ítems, se corresponde con la

dimensión rasgo.

Pide a tu paciente que conteste a todos los ítems rodeando con un círculo la

respuesta que más se aproxime a cómo se siente en este momento, para el primer grupo

o dimensión estado, y a cómo se siente generalmente, para el segundo grupo o

dimensión estado.

Para obtener la puntuación de cada dimensión sitúa la plantilla sobre la hoja de

respuestas. Junto a cada círculo de respuesta de tu paciente encontrarás un valor, de 1 a

4, entre paréntesis. Toma cada uno de esos valores y súmalos. Obtendrás dos

puntuaciones. La primera para la dimensión estado y la segunda para la dimensión

rasgo. Anótalas en las correspondientes casillas de resultados en la parte inferior de la

Ilustración 4. Portada y contraportada del IDER.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo uso los cuestionarios?

29

hoja de respuestas. A continuación debes transformar las puntuaciones anteriores en

percentiles. Para ello toma cada puntuación y localízala en la tabla de baremos que

mejor se corresponda con tu paciente: adolescente, universitario o población general.

No utilices la tabla de baremos de muestra clínica. En cada tabla de baremos

encontrarás dos columnas de puntuaciones para cada dimensión. Una de ellas hace

referencia a varones y la otra a mujeres. Según sea el sexo de tu paciente localiza la

puntuación que ha obtenido en una columna o en otra para cada dimensión. Cuando

localices cada puntuación toma nota de con qué percentil se corresponde. Será el que

coincide con la fila de la puntuación localizada en la columna percentil, que es la que

está situada más a la izquierda de la tabla de baremos. Finalmente anota cada percentil

en la hoja de respuestas.

Cuestionario de Ansiedad Estado/Rasgo

Este cuestionario se presenta en una única hoja impresa por las dos caras. En la

primera cara se encuentran los 20 ítems correspondientes a la dimensión estado. En la

segunda se encuentran otros 20 ítems correspondientes a la dimensión rasgo.

Pide a tu paciente que comience a contestar los ítems por la primera cara,

Ilustración 5. Portada y contraportada del STAI.

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo uso los cuestionarios?

30

dimensión estado. Si no lo hace de este modo, y comienza por la segunda, las

puntuaciones obtenidas para la dimensión estado podrían verse afectadas por el estado

emocional creado al contestar los ítems de la dimensión rasgo. Si tu paciente contesta

primero a la primera cara del cuestionario, dimensión estado, está demostrado que esto

no condicionará sus respuestas en la segunda cara del cuestionario, dimensión rasgo.

Indica a tu paciente que para cada ítem marque con un aspa el valor de respuesta

que mejor represente cómo se siente ahora mismo, para el conjunto de ítems de la

primera cara, y cómo se siente en general, para el conjunto de ítems de la segunda cara.

Para obtener la puntuación de la dimensión estado sitúa, en primer lugar, la

plantilla de corrección sobre la hoja de respuestas de tu paciente, de manera que la

columna encabezada por el signo más, situada más a la izquierda de la plantilla, se

sobreponga exactamente a las respuestas. Suma los valores visibles que coincidan con

las aspas y anota el valor obtenido en la parte superior derecha de la hoja de respuestas.

Hazlo en la fila que comienza por A/E, ansiedad estado, a continuación del símbolo

más. En segundo lugar, vuelve a situar la plantilla de corrección sobre la hoja de

respuestas de tu paciente. En esta ocasión haz que se sobreponga la columna encabezada

por el signo menos, situada más a la izquierda de la plantilla, exactamente sobre las

respuestas. Obtén nuevamente la suma de los valores visibles que coincidan con las

aspas y anota el resultado a la derecha del resultado anterior, en la parte superior

derecha de la hoja de respuestas, a continuación del signo menos. De este modo habrás

obtenido una ecuación, para la dimensión estado, 𝑃𝐷 = 30 + 1ª 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑢𝑎𝑐𝑖ó𝑛 −

2ª 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑢𝑎𝑐𝑖ó𝑛, cuya resolución es la puntuación obtenida por tu paciente para esta

dimensión.

Para obtener la puntuación de la dimensión rasgo sigue los mismos pasos que te

he descrito para la dimensión estado. Ten en cuenta que ahora debes situar la plantilla

de corrección sobre las respuestas de tu paciente a los ítems de la segunda cara de la

hoja de respuestas y que debes hacer coincidir las columnas encabezadas por los signos

más y menos, de la plantilla de corrección, situadas más a la derecha.

Una vez que has obtenido las puntuaciones anteriores debes transformarlas en

percentiles. Utiliza para ello la tabla de baremos que proporciona el propio cuestionario.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Para qué he de usar los baremos?

31

La tabla de baremos está dividida en adolescentes y en adultos. Y, a su vez, en varones

y mujeres. Debes buscar las puntuaciones anteriores en la columna que mejor represente

a tu paciente. Ten en cuenta que el criterio de edad para distinguir entre adolescentes y

adultos está situado en 19 años. Es decir, si tu paciente tiene una edad igual o inferior a

19 años tienes que considerarlo un adolescente, a efectos de localizar su puntuación en

la tabla de baremos. En cambio, si supera los 19 años puedes considerarlo un adulto, a

efectos de localizar su puntuación en la tabla de baremos. Cuando localices cada valor

en su correspondiente columna podrás obtener los correspondientes percentiles, que

serán aquellos que coincidan con la fila de la puntuación localizada en la columna

centiles situada a la izquierda de la tabla de baremos.

¿Para qué he de usar los baremos?

La utilización de baremos es un aspecto crucial. Sin baremos no existe la

posibilidad de determinar si la puntuación que obtiene tu paciente en el cuestionario es

alta o baja, mucho o poco. Esto es debido a que dicha puntuación no está comparada

con los valores que otras personas obtienen cuando se les administra el mismo

cuestionario. Para realizar esta comparación sirven las tablas de baremos. Por tanto, la

puntuación directa que se obtiene del cuestionario tiene necesariamente que ser

transformada en centil a través de las tablas de baremos apropiadas. Es entonces, y sólo

entonces, cuando la puntuación empieza a decir algo acerca del paciente.

Las tablas de baremos son simplemente los resultados obtenidos, en alguna

dimensión, de un cuestionario por una muestra de población apropiada, organizados por

porcentajes. De modo tal que, si coges una tabla de baremos y buscas en la columna

centil el valor 50, en la misma fila, de las columnas adyacentes, encontrarás el valor que

obtiene dicha población de media, en esa dimensión (observa la Ilustración 34 en la

página 115). Así, si tu paciente obtiene un centil 85 en la dimensión ansiedad estado,

por ejemplo, inmediatamente sabes que es un valor muy alto. Porque de 100 personas

que responden al cuestionario 84 obtienen una puntuación inferior a la de tu paciente.

Del mismo modo, si tu paciente obtiene un centil 25 en la dimensión depresión rasgo,

sabes inmediatamente que es un nivel muy bajo. Porque de cada 100 personas que

responden al cuestionario 74 obtienen una puntuación superior a la de tu paciente.

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¿Cómo evalúo? ¿Para qué he de usar los baremos?

32

Por otra parte, debes conocer el valor de la desviación típica, normalmente

referida por la abreviatura D.T., de la variable que estás midiendo. La desviación típica

aparece normalmente en las tablas de baremos (Ilustración 34, página 115). Está

referida a las puntuaciones directas. Es decir, antes de ser transformadas a centiles. La

desviación típica te sirve para determinar si dos puntuaciones son iguales o diferentes.

Parece extraño, pero no lo es. Te lo voy a aclarar con un ejemplo análogo. Imagina que

dispones de una balanza para calcular el peso de diferentes objetos. Y sabes que tu

balanza tiene un margen de error de ±20 gramos. Si el objeto A pesa 240 gramos, el

objeto B pesa 850 gramos y el objeto C pesa 227 gramos entonces sabes que A pesa

más que B, que B pesa más que C y que A, pero no puedes decir nada acerca de si A

pesa más que C o si C pesa más que A. No puedes decir nada porque tu balanza no tiene

suficiente precisión como para distinguir pesos tan próximos. Este es el sentido que

tiene la desviación típica. Por ejemplo, la desviación típica para varones de una muestra

de población general para la depresión, en su dimensión estado, es de 5,07. De este

modo dos puntuaciones serán diferentes si su diferencia es mayor que la desviación

típica, o lo que es lo mismo en este caso, si su diferencia es mayor que 5,07.

Consecuentemente, para interpretar los resultados obtenidos por tu paciente en los

Ilustración 6. Cómo llegar a Google Docs.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

33

cuestionaros, por una parte, debes necesariamente transformar sus puntuaciones directas

en centiles, para determinar si los valores que obtienes son altos o bajos; y, de otra

parte, debes tener en cuenta las desviaciones típicas pertinentes, para determinar si dos

puntuaciones aparentemente diferentes son realmente diferentes, o bien, tienes que

asumir que no son distinguibles.

¿Cómo represento mis resultados?

Los resultados de los cuestionarios deben ser representados mediante gráficas para

su más fácil interpretación. Puedes obtener fácilmente estas gráficas utilizando un

programa de hojas de cálculo. Uno de los más populares y extendidos es Microsoft

Excel. Existen otros, por supuesto. En la actualidad incluso es posible utilizar hojas de

cálculo en línea. Es decir, a través de Internet, lo que te libera de la necesidad de que

tengas instalado, en tu propio equipo, un software de hojas de cálculo. Una de las

empresas más conocidas que ofrece este servicio es Google, a través de su servicio

Google Docs accesible desde su página principal. Para acceder a este servicio teclea en

tu navegador de Internet la dirección Web de Google, www.google.es, y pulsa la tecla

Ilustración 7. Página de acceso a Google Docs.

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

34

Entrar. A continuación selecciona la opción Más. Aparecerá un menú con diferentes

opciones. Selecciona la opción Docs (observa la Ilustración 6 en la página 32).

Para acceder a este servicio debes disponer de una cuenta de usuario en Google

(observa la Ilustración 7 en la página 33). Esto no plantea ningún problema puesto que

si aún no dispones de una cuenta puedes obtenerla fácil y gratuitamente.

Si tienes una cuenta en Google teclea tu dirección de correo electrónico, tu

contraseña y pulsa Acceder. Si no tienes una cuenta en Google tendrás que crearla

primero para poder disponer del servicio. En este caso selecciona la opción Comenzar y

sigue todos los pasos que se te indiquen. Cuando ya tengas una cuenta podrás acceder al

servicio.

Una vez que accedes al servicio te encontrarás en la pantalla principal donde

podrás crear tu hoja de cálculo para obtener fácilmente las gráficas de tus datos. Para

ello selecciona la opción Crear nuevo, en la esquina superior izquierda, y, a

continuación, en el menú que se despliega selecciona la opción Hoja de Cálculo

(observa la Ilustración 8 en la página 34).

Ilustración 8. Página principal de Google Docs.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

35

Aparecerá el entorno de trabajo típico de las aplicaciones de hojas de cálculo.

Podrás ver una cuadrícula construida por la intersección de columnas, que se

representan por letras en mayúsculas comenzando por la A, y filas, que se representan

por números empezando por el 1, donde cada celda queda designada, en consecuencia,

por una letra y un número, por ejemplo A1 (observa la Ilustración 9 en la página 35).

Es en esta cuadrícula donde tienes que introducir los resultados obtenidos de la

administración de los cuestionarios a tu paciente. Tienes 4 puntuaciones. Dos para

ansiedad, una en su dimensión estado y otra en su dimensión rasgo, y dos para

depresión, una para su dimensión estado y otra para su dimensión rasgo. Pero ten en

cuenta algo muy importante. Las puntuaciones que tienes que representar gráficamente

no son las puntuaciones directas sino las puntuaciones transformadas en centiles. Es

decir, las puntuaciones obtenidas de las tablas de baremos.

Introduce ahora los datos en la cuadrícula de la hoja de cálculo. Hazlo, por

ejemplo, con los datos de los cuestionarios antes de la intervención. Utiliza como

modelo la Ilustración 10, en la página 36. Introduce, en primer lugar, un título para la

tabla de datos. Llámala ―Evaluación Preintervención‖. Escribe el título en la celda A1.

Solo tienes que seleccionar la celda con el puntero del ratón y comenzar a escribir. En

Ilustración 9. Hoja de cálculo de Google Docs.

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

36

segundo lugar, introduce la tabla de datos poniendo nombres a las filas y a las

columnas. Utiliza las filas para indicar las variables medidas. Es decir, ansiedad y

depresión. Emplea las columnas para especificar las dimensiones de cada una de las

variables. Es decir, estado y rasgo. Hazlo del mismo modo en el que has introducido el

título de la tabla, hace un momento. Selecciona las celdas en que vas a escribir y a

continuación escribe los títulos adecuados en cada una de ellas. Finalmente introduce

también los valores correspondientes en cada una de las cuatro celdas que quedan

definidas por las intersecciones de las filas, ansiedad y depresión, con las columnas,

estado y rasgo.

Ya tienes todos los datos introducidos en la hoja de cálculo. Para obtener su

gráfica selecciona todos los datos. Para ello pulsa el botón izquierdo del ratón sobre la

celda de la tabla situada en la esquina superior izquierda de la misma, sin incluir el

título de la tabla, concretamente la celda A2. Mantenlo pulsado y arrastra el ratón

diagonalmente hasta la celda situada en la esquina inferior derecha de la tabla, la celda

C4. Suelta ahora el botón izquierdo del ratón y toda la tabla quedará seleccionada.

Elige, ahora, la opción Insertar del menú horizontal que aparece sobre la cuadrícula. Se

despliega verticalmente un nuevo menú. Elige la opción Gráfico (observa la Ilustración

Ilustración 10. Cómo introducir los datos en la hoja de cálculo.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

37

11 en la página 37). Aparecerá un cuadro de diálogo que debes completar antes de

continuar (observa la Ilustración 12 en la página 38).

Elige, en el cuadro de diálogo Crear gráfico, como tipo de gráfico Columnas, la

opción por defecto, y como subtipo de gráfico el primer tipo, también la opción por

defecto. En el rango de datos deja la expresión A2:C4 que aparecerá directamente. En

datos del grupo elige la opción filas. Marca la casilla de verificación para la opción

―Utilizar fila 2 como etiquetas‖. Marca también la casilla de verificación para la opción

―Usar la columna A como etiquetas‖. Escribe un título para el gráfico en el cuadro de

texto ―Título del gráfico‖. Llámale ―Evaluación Preintervención‖. Escribe un nombre

para el eje horizontal en el cuadro de texto ―Eje horizontal‖. Llámale ―Dimensiones‖.

Escribe un título para el eje vertical en el cuadro de texto ―Eje vertical‖. Llámale

―Centiles‖. A continuación, en la lista desplegable titulada Leyenda, selecciona la

opción que más te guste. Prueba diferentes posibilidades y observa el resultado en la

vista previa, en el mismo cuadro de diálogo, abajo a la izquierda. Y, finalmente, cuando

hayas decidido en qué lugar te gusta más la leyenda del gráfico pulsa el botón Guardar

gráfico para volver a la cuadrícula de la hoja de cálculo y obtener el gráfico (observa la

Ilustración 13 en la página 39).

Ilustración 11. Cómo insertar un gráfico.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

38

¡Ya tienes tu gráfico! Ahora guárdalo para que no lo pierdas. Elige la opción

Archivo del menú horizontal que hay sobre la cuadrícula. En el menú vertical que

aparece selecciona la opción Guardar y cerrar. Aparece un cuadro de diálogo (observa la

Ilustración 14 en la página 40). Indica en este cuadro de diálogo qué nombre deseas que

tenga el archivo que almacenará tu gráfico. Llámale del mismo modo que al gráfico. Así

cuando veas el nombre del archivo sabrás su contenido sin necesidad de abrirlo para

comprobarlo. Después de escribir el nombre para el archivo en el cuadro de diálogo

pulsa el botón OK. Se cerrará el cuadro de diálogo y a continuación también lo hará la

hoja de cálculo. Entonces volverás a encontrarte la ventana desde la cual lanzaste la

aplicación de hoja de cálculo. Es decir, te encuentras en la pantalla principal de Google

Docs (observa la Ilustración 15 en la página 41). En la parte de la derecha de esta

ventana aparecerán todos los archivos que vayas creando. Aún no ves el que acabas de

crear. Para verlo tienes que actualizar la ventana. Hazlo seleccionando la opción

Actualizar en la esquina superior derecha. Ahora puedes ver una fila con el nombre de

tu hoja de cálculo. En cualquier momento podrás volver al archivo únicamente

seleccionándolo con un clic del ratón.

Del mismo modo que has hecho este gráfico puedes hacer el resto de gráficos que

Ilustración 12. Cuadro de diálogo Crear gráfico.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

39

necesitas para determinar si el tratamiento ha sido, o no, eficaz. En el siguiente apartado

tienes un análisis de cómo puedes determinar la eficacia de tu tratamiento. En éste te

explico que necesitas al menos dos gráficos más. Uno para comparar los niveles de

ansiedad antes y después de tu intervención. Y otro más para comparar los niveles de

depresión antes y después de tu intervención.

Otro aspecto que necesitas conocer antes de pasar al siguiente apartado es cómo llevar

tus gráficos una vez hechos a tu procesador de textos cuando estés redactando tu

artículo. Para poder hacer esto tienes, en un primer momento, que abrir la hoja de

cálculo que contiene el gráfico que deseas llevar a tu procesador de textos. Una vez

hayas hecho esto observa que el recuadro que contiene tu gráfico, en la esquina superior

derecha, aparece la palabra Gráfico seguido de un pequeño triángulo que apunta hacia

abajo. Haz clic sobre el triángulo y despliega su menú vertical asociado (observa la

Ilustración 16 en la página 41). Elige la opción Guardar imagen. Te aparecerá entonces

un cuadro de diálogo. Vuelve a elegir guardar y en el nuevo cuadro de diálogo

selecciona en qué carpeta de tu equipo, y con qué nombre, quieres guardar la imagen de

tu gráfico. Elige la carpeta que desees y mantén para el gráfico el nombre por defecto

que te aparece, pues es el título que diste al gráfico cuando lo creaste. Pulsa el botón

Ilustración 13. Gráfico finalizado.

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

40

Guardar y tendrás en la carpeta que has indicado un archivo con la imagen de tu gráfico

que podrás insertar, a continuación, en el texto de tu artículo.

Puedes también utilizar Google Docs para redactar tu artículo. Para ello accede a

la pantalla principal de Google Docs, como ya te expliqué anteriormente. El

procedimiento es el mismo que antes. Desde la pantalla principal de Google Docs

puedes crear tanto hojas de cálculo como documentos de texto, e incluso otros tipos de

archivos. La única diferencia es que ahora cuando pulses el botón Crear nuevo en el

menú vertical que aparece debes elegir la opción Documento, en lugar de la opción

Hoja de cálculo, que es la opción que elegiste antes para crear tu gráfico. De este modo

has lanzado la aplicación de tratamiento de texto. Ahora comienza a redactar tu artículo.

Cuando quieras incluir un gráfico tan solo tienes que seleccionar la opción Insertar del

menú horizontal que hay sobre el área de escritura. Hazlo ahora. Aparece un menú

vertical. Elige la opción Imagen (observa la Ilustración 17 en la página 42). Aparece un

cuadro de diálogo (observa la Ilustración 18 en la página 42). Asegúrate de que está

seleccionada la opción ―Desde este equipo‖ y, acto seguido, pulsa el botón Examinar.

Elige el archivo de imagen que contiene el gráfico, en el nuevo cuadro de diálogo que

aparece. Pulsa el botón Abrir para volver al cuadro de diálogo anterior. La ruta del

archivo que contiene la imagen del gráfico que deseas insertar aparece a la izquierda del

botón Examinar. Pulsa el botón Insertar. Y, ¡terminado! Tu gráfico aparece en el texto.

Si lo prefieres trabaja con Microsoft Word. El procedimiento para insertar, en el

texto, tu gráfico es completamente análogo. También dispones de una opción Insertar. A

continuación, de seleccionar Insertar, elige la opción Imagen. Indica qué archivo

contiene la imagen de tu gráfico y pulsa el botón Abrir. Y, como antes, ¡ya está!

Ilustración 14. Cuadro de diálogo Guardar hoja de cálculo.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

41

Ilustración 15. Índice de documentos de Google Docs.

Ilustración 16. Guardar un gráfico como una imagen.

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?

42

Ilustración 17. Insertar la imagen del gráfico en un documento de texto.

Ilustración 18. Cuadro de diálogo Insertar imagen.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?

43

¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?

Para que puedas establecer la eficacia de tu tratamiento necesitas pasar a tu

paciente los cuestionarios, ya mencionados anteriormente, al menos en dos ocasiones.

La primera vez antes de iniciar el tratamiento. A esta evaluación suelo llamarla

preintervención. Y, la segunda vez, en el momento en que finaliza el tratamiento. Suelo

llamar a ésta última postintervención.

En el artículo finalizado que te ofrezco como modelo tienes un análisis completo

de la eficacia de mi intervención. En el caso que narro en mi artículo tuve la posibilidad

de evaluar a mi paciente, no solo antes y después de la intervención, sino también 2

meses después de finalizar su tratamiento. Por esto, puedo ofrecerte también un ejemplo

de cómo analicé si los efectos beneficiosos del tratamiento se mantuvieron 2 meses

después de mi intervención.

Te recomiendo que leas ahora detenidamente los apartados ―Evaluación

preintervención y análisis de los resultados‖, ―Evaluación postintervención y análisis de

la eficacia‖ y ―Seguimiento‖ de mi artículo.

En el apartado ―Evaluación preintervención y análisis de los resultados‖, de mi

artículo, tienes un ejemplo claro de cómo puedes interpretar los resultados obtenidos en

la evaluación preintervención. Tal como te muestro en mi artículo el resultado más

común es que obtengas valores para ansiedad y depresión, en su dimensión estado,

superiores a los valores de ansiedad y depresión, en su dimensión rasgo. Es decir, que

en el momento en que el paciente acude a terapia, dimensión estado, lo hace con niveles

de ansiedad y depresión, o al menos alguno de ellos, por encima del nivel habitual,

observable a través de la dimensión rasgo. Este es el análisis más básico que puedes

realizar. Es decir, el de confirmar empíricamente que tu paciente ha incrementado, y en

qué proporción, su nivel de ansiedad, o su nivel de depresión, o ambos niveles, respecto

del nivel que experimenta habitualmente. A continuación puedes hacer también otros

análisis. Como por ejemplo, a través de la dimensión rasgo puedes apreciar si tu

paciente presenta de forma estable un patrón ansioso, o lo que es lo mismo, un nivel de

ansiedad rasgo por encima de la media; o un patrón depresivo, o lo que es igual, un

nivel de ansiedad rasgo por encima de la media; o un patrón poco ansioso, o expresado

de otro modo, un nivel de ansiedad rasgo por debajo de la media; o un patrón poco

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?

44

depresivo, o en otros términos, un nivel de depresión rasgo por debajo de la media. En

mi caso, tal como reflejo en mi artículo, que te ofrezco como modelo, mi paciente de

forma habitual presenta un patrón ansioso, con un nivel de ansiedad rasgo bastante por

encima de la media; en cambio, presenta un patrón poco depresivo, con un nivel de

depresión rasgo ligeramente por debajo de la media.

En el apartado ―Evaluación postintervención y análisis de la eficacia‖, de mi

artículo, tienes un ejemplo de cómo yo determiné la eficacia de mi tratamiento. Este es

el apartado clave en el que vas a determinar si tu tratamiento fue, o no, beneficioso para

tu paciente. Es en este momento en que tienes que comparar los resultados de la

evaluación de tu paciente tras su tratamiento con los resultados de la evaluación antes de

tu intervención. Como te muestro en mi artículo tienes que hacer fundamentalmente dos

comparaciones. Por un lado, tienes que comparar los niveles de ansiedad, en sus

dimensiones estado y rasgo, antes y después de tu intervención. Y, por otro lado, tienes

que comparar los niveles de depresión, también en sus dimensiones estado y rasgo,

antes y después del tratamiento. Por tanto, tienes que hacer dos gráficos. Uno para los

niveles de ansiedad, en sus dos dimensiones, antes y después del tratamiento. Y, otro,

para los niveles de depresión, en sus dos dimensiones, entes y después de la

Ilustración 19. Datos organizados para obtener un gráfico eficacia.

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?

45

intervención. Al primero de estos dos gráficos suelo asignarle el título ―Evaluación pre

y post intervención de la ansiedad‖. Al segundo, ―Evaluación pre y post de la

depresión‖. En el apartado anterior de este trabajo te he mostrado un procedimiento

eficaz para obtener gráficos de tus evaluaciones. Utilízalo ahora de forma análoga para

obtener los dos gráficos que te acabo de indicar. En la figura adjunta (Ilustración 19,

página 44) te indico cómo debes organizar tus datos, en la hoja de cálculo, antes de

lanzar el asistente que te permite crear el gráfico. En esa figura están mis datos. Úsala

como guía para organizar los tuyos tanto de ansiedad como de depresión. Ambos

gráficos son imprescindibles para que puedas determinar si tu tratamiento ha tenido

algún beneficio para tu paciente, disminuyendo su nivel de ansiedad, de depresión o de

ambos.

Una vez que has obtenido ambos gráficos debes fijarte, en un primer momento, en

la dimensión estado, tanto para la ansiedad como para la depresión. Y, en un segundo

momento, fíjate en la dimensión rasgo. El aspecto crucial para determinar

empíricamente que tu intervención sí ha sido eficaz es que los niveles de ansiedad

estado, depresión estado o ambos, disminuyan en la evaluación de tu paciente tras la

intervención, en relación a los respectivos niveles antes de la intervención. Si observas

esto en tus gráficos, entonces tu tratamiento ha funcionado y ha sido beneficioso para tu

paciente. En mi caso lo fue. Observa mis gráficos en el artículo que te ofrezco como

modelo. En ambos casos, tanto para la ansiedad estado y como para la depresión estado,

mi paciente experimenta un notable descenso de sus niveles, desde la evaluación previa

a la intervención hasta la evaluación tras la intervención. Por otra parte, tras este primer

y fundamental análisis puedes también ver qué ha ocurrido con los niveles de ansiedad

y depresión en su dimensión rasgo. Lo más habitual es que estos se mantengan

relativamente estables. Recuerda que esta dimensión hace referencia a cómo el paciente

se siente generalmente, es decir, de forma habitual, por lo cual, al menos teóricamente,

estos niveles no deben verse afectados por los niveles en la dimensión estado, que

representan un momento particular. Observa nuevamente las gráficas en mi artículo.

Aunque tanto la ansiedad como la depresión, en su dimensión rasgo, han disminuido, lo

han hecho de un modo sutil. Posiblemente de forma no significativa. Recuerda lo que te

expliqué acerca de la desviación típica. Excepcionalmente puedes obtener un descenso

significativo de ansiedad rasgo, depresión rasgo, o de ambas. Yo nunca he obtenido un

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?

46

resultado así. Supongo que porque aún son pocos los casos que he evaluado. Imagino y

confío que esto ocurrirá en alguna ocasión. Desde luego será una situación interesante.

Cuando llegue la situación lo interpretaré de forma contextualizada. Es decir, en

relación a un paciente en particular, con el que habré forjado un vínculo y con el que

habré compartido una parte de su vida, lo cual me permitirá, comprender mejor cómo y

qué sentido podrán tener semejantes datos. Por ahora únicamente puedo especular con

que tales datos aludirán a una profunda transformación personal que implique la

incorporación de un nuevo, y mejor, modelo de afrontamiento de la vida que sustituya,

de modo total o parcial, al anterior; además de un modo estable. Supongo que esto es

únicamente posible en personas que muy decididamente desean transformarse y que, en

consecuencia, se orientan con gran implicación en dicho proceso. Posiblemente con esta

actitud mantenida, a través del transcurso de los años, será posible la incorporación de

nuevos modelos de afrontamiento que implique menores niveles habituales de malestar,

entendido dicho malestar en términos de ansiedad y de depresión. Por tanto, no es

esperable que obtengamos modificaciones de los niveles de ansiedad rasgo y ansiedad

estado en pacientes que únicamente desean mejorar su calidad de vida cuando se ven

desbordados por la insuficiencia de sus recursos, en un momento dado, para enfrentar

los acontecimientos que se están dando en su vida; y que, apenas dichos

acontecimientos se configuran de un modo más favorable o él comienza a enfrentarlos

mejor desde un nuevo entendimiento, que quizás aún no es verdaderamente

transformador, decide abandonar el proceso terapéutico.

Si tienes la oportunidad de citar a tu paciente un tiempo después de que hayas

finalizado el tratamiento puedes pedirle nuevamente que te responda a los cuestionarios.

De este modo dispondrás de información empírica acerca de si los beneficios del

tratamiento se han mantenido o, si por el contrario, se han disipado. En el caso que

expongo en mi artículo, pude evaluar nuevamente a mi paciente transcurridos 2 meses

de la finalización de nuestras sesiones. En el apartado ―Seguimiento‖ de mi artículo

tienes un ejemplo de cómo puedes llevar a cabo un análisis de eficacia de la

intervención un tiempo después de finalizado el tratamiento. Lee ahora detenidamente

este apartado de mi artículo. Observa que nuevamente aporto dos gráficos. Igual que

antes, por un lado, analizo la evolución de los niveles de ansiedad, en sus dimensiones

estado y rasgo, incluyendo el nivel antes de la intervención, el nivel tras la intervención

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?

47

y el nuevo nivel obtenido en el seguimiento a 2 meses; y, por otro lado, analizo la

evolución de los niveles de depresión, en sus dimensiones estado y rasgo, incluyendo,

del mismo modo que para la ansiedad, el nivel antes de la intervención, el nivel tras la

intervención y el nuevo nivel obtenido del seguimiento a 2 meses. En la figura adjunta

(Ilustración 20, página 47) te muestro cómo debes organizar los datos en la hoja de

cálculo para que obtengas estos gráficos que te acabo de indicar sin dificultades.

Ahora, como antes, en la evaluación de la eficacia del tratamiento a su

finalización, nuevamente el análisis más interesante es el de la evolución de los niveles

de ansiedad y de depresión, en su dimensión estado. Nuevamente es esperable que los

niveles de ansiedad y de depresión, en su dimensión rasgo, oscilen en un rango de

valores muy próximo, en todas las mediciones. En cambio, respecto de la dimensión

estado, sí podemos sacar importantes conclusiones acerca de las bondades del

tratamiento tras un periodo de tiempo desde su finalización. En mi caso, por ejemplo, si

observas nuevamente mis gráficos, puedes apreciar que a los 2 meses, por una parte, el

nivel de ansiedad rasgo de mi paciente ya se incrementó, aunque sin llegar al nivel que

tuvo al comienzo de la intervención; y, por otra parte, el nivel de depresión estado no

solo no aumentó sino que incluso disminuyó aún más. En consecuencia pude determinar

Ilustración 20. Datos organizados para obtener un gráfico seguimiento.

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¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?

48

que mi paciente a los 2 mese de finalizado su tratamiento aún se beneficiaba del mismo.

O en otras palabras, mi tratamiento mantenía su eficacia 2 meses después de finalizada

la intervención.

Para finalizar, es muy interesante que pongas en relación la evolución de los

niveles de ansiedad y depresión, en su dimensión estado, de tu paciente, con el patrón

que muestran los niveles de ansiedad y de depresión, en su dimensión rasgo. Te lo

explico con un ejemplo. Revisa todos los gráficos que aporto en mi artículo. Si te fijas

bien en todos ellos vas a descubrir un patrón que se mantiene constante a lo largo de

todas las evaluaciones que realicé a mi paciente. En todos los casos el nivel de ansiedad

rasgo en considerablemente mayor que el nivel de depresión rasgo. Esto me indica que

mi paciente habitualmente tiene una mayor tendencia a experimentar síntomas ansiosos

que síntomas depresivos. Cuando descubrí este patrón comprendí mejor la coherencia

implícita en la evolución de mi paciente. Como ya te he indicado en un primer

momento, inmediatamente después de terminar el tratamiento, mi paciente experimentó

un descenso del nivel de ansiedad y del nivel de depresión, en su dimensión estado. Sin

embargo, en el seguimiento a dos meses, su nivel de ansiedad estado se incrementó

ligeramente, mientras que, por el contrario, su nivel de depresión estado disminuyó.

Algo que yo podría haber previsto si hubiera advertido antes su patrón de ansiedad y

depresión rasgo. Pero no lo hice, porque únicamente me di cuenta de esto durante la

redacción del artículo. En definitiva, lo que comprendí es que mi paciente, en el fondo,

y por sí mismo, estaba preparado para beneficiarse más en términos de mejorar su nivel

de depresión estado, que en términos de mejorar su nivel de ansiedad estado. Puesto

que, por así decirlo, se defiende mejor desarrollando síntomas ansiosos que depresivos.

Es más, ahora me doy cuenta, cuando escribo esto, al mismo tiempo que recuerdo

muchas de nuestras conversaciones, que mi paciente realmente sufría más con sus

síntomas depresivos que con los ansiosos. Así, no le importaba tanto, pasar una noche

en vela, como sentirse apático. Quizás lo que verdaderamente le trajo a consulta fue su

incapacidad de enfrentarse a su desgana. De algún modo su ansiedad ya no le permitía

por más tiempo escapar de su apatía y, consecuentemente, su ansiedad y depresión se

dispararon. En el momento en que comenzó a disponer de nuevos recursos, su nivel de

depresión descendió, puesto que volvió a sentir que algo podía hacer. Percibió que

nuevamente disponía de cierto control sobre su situación, lo que le aleja de la apatía,

Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?

¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?

49

disminuyendo su nivel de depresión estado, y al mismo tiempo, le mantiene en un

elevado nivel de ansiedad rasgo.

En definitiva, únicamente necesitas 20 minutos del primer encuentro con tu

paciente y 20 minutos más al finalizar tu intervención, para disponer de un conjunto de

datos que, adecuadamente interpretados, te ofrecen la posibilidad de comprobar

empíricamente si tu intervención ha sido eficaz, es decir, si tu paciente se ha beneficiado

de ella. Obviamente, la comprobación empírica de la eficacia de tu tratamiento no debe

estar reñida con lo que tu paciente exprese acerca de su percepción de los beneficios del

proceso para sí mismo. Para mí lo prioritario es la impresión subjetiva, tanto de mi

paciente como la mía propia, acerca del proceso terapéutico en que ambos hemos estado

involucrados. Eso es, sin lugar a dudas, lo más importante para mí. No obstante, si esa

impresión subjetiva queda refrendada empíricamente, tengo un argumento de peso, para

contribuir a la difusión de la Terapia Gestalt, más allá del contexto de las terapias

alternativas

.

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

PPaarrttee 33 ¿¿CCóómmoo pprreeppaarroo mmii aarrttííccuulloo??

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?

¿Cómo lo redacto? Normas de redacción

53

¿Cómo lo redacto?

Normas de redacción

Si estás interesado en conocer cómo redactar adecuadamente no dudes en recurrir

al libro titulado ―Cómo redactar textos científicos en Psicología y Educación‖ (observa

la Ilustración 21en la página 53) escrito por León, O. G. (2005).

Este libro contiene un capítulo que es especialmente interesante. Se titula ―Cómo

redactar mal‖. Este capítulo te muestra con ejemplos muy claros todo aquello que no

debes hacer al escribir tus textos en Psicología. Es un capítulo que incluso resulta

divertido. No lo olvidarás nunca cuando te pongas a escribir cualquier texto.

Además de lo anterior, con este libro, vas a aprender innumerables curiosidades

acerca de la redacción de documentos en general, que te serán realmente útiles más allá,

incluso, de la particularidad de redactar correctamente artículos científicos.

Ilustración 21. Portada y contraportada del libro “Cómo redactar textos…”.

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¿Cómo lo estructuro? Normas APA

54

Normas APA

Otro aspecto interesante del libro ―Cómo redactar textos científicos en Psicología

y Educación‖ (observa la Ilustración 21 en la página 53) escrito por León, O. G. (2005)

es su Apéndice B que contiene una recopilación de las normas de la APA. En este

apéndice vas a encontrar todo lo que necesitas saber a este respecto de una manera clara

y sencilla. Todos los apartados de este apéndice cuentan además con ejemplos e

ilustraciones que aclaran todas las dudas y que sirven de modelo.

¿Cómo lo estructuro?

El título

El título de tu trabajo es un aspecto esencial del mismo. Consigue que sea breve

pero al mismo tiempo muy informativo e interesante. No ahorres tiempo en esto. Lo

primero que alguien verá de tu artículo es su título.

Te recomiendo que en el título hagas mención a la problemática que presenta el

caso y al tipo de intervención que has llevado a cabo.

Después del título pon tu nombre y primer apellido, como autor del mismo. Si sois

varios los autores pon la lista con los nombres de todos, separados por comas, y

ordenados de mayor a menor nivel de implicación en el trabajo de cada uno. De este

modo, usualmente el autor principal es el que aparece primero en la lista de autores.

Opcionalmente puedes incluir superíndices a cada nombre, o a algunos de ellos.

Y, a continuación, bien en un nuevo párrafo, más abajo y antes de comenzar el resumen;

o bien, como una nota al pié de página, incluye cada superíndice nuevamente con la

información adicional que desees relativa a ese autor. Normalmente, dicha información

adicional suele ser su centro de adscripción, su dirección de correo electrónico, alguna

petición que el autor desea hacer a los lectores del artículo, como por ejemplo,

solicitarles comentarios, o cualquier otro tipo de aclaración o información que dicho

autor, particularmente, desee aportar.

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?

¿Cómo lo estructuro? El centro de trabajo y el terapeuta

55

El resumen

Utiliza este apartado de tu artículo para presentarlo de forma resumida. Su

extensión debe estar entre 200 y 250 palabras. Nunca superes este límite.

Incluye siempre en tu resumen una exposición de la problemática que has tratado,

desde qué perspectiva lo has hecho, la duración del tratamiento y su formato, el

procedimiento de evaluación de la eficacia del tratamiento que has utilizado

mencionando explícitamente los instrumentos que has empleado y, finalmente, el

resultado que has obtenido. Incluye, además, una relación de palabras clave,

relacionadas con tu artículo, que entiendas que pueden resultar útiles para encontrar tu

artículo en una base de datos electrónica.

También es necesario que, en tu resumen, explicites que en tu artículo empleas

una típica metodología de investigación en Psicología, como es el estudio de caso,

según la clasificación propuesta por Montero y León, (2002); y, que además lo has

redactado siguiendo las normas de redacción de casos clínicos propuestas por Buela-

Casal y Sierra, (2002).

El centro de trabajo y el terapeuta

Específica aquí en qué centro de trabajo has realizado la intervención. También

puedes describir, en este momento, las actividades del centro, quién lo dirige, qué

titulación tiene. Aporta también algún tipo de acreditación, premio o actividad

destacada del centro, que lo presente adecuadamente.

Si, como en mi caso, tu centro o tú mismo estás especializado en Terapia Gestalt,

aprovecha este apartado para proponer alguna referencia de algún trabajo que aporte

información extensa sobre nuestro enfoque, mediante el cual otros especialistas puedan

ampliar sus conocimientos acerca de las particularidades de la Terapia Gestalt. Yo,

propongo el libro titulado ―Gestalt, terapia de autenticidad‖ de De Casso, (2003). Pero,

claro está, elige tú el que prefieras.

Si tu centro o tú mismo eres especialista en algún otro enfoque terapéutico, de

forma análoga a como he expuesto antes, haz referencia a algún trabajo que profundice

en la idiosincrasia de tu enfoque.

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¿Cómo lo estructuro? La identificación del paciente

56

Finalmente, incluye, también en este apartado, información acerca de ti mismo

como terapeuta del caso clínico que presentas. Indica tu titulación y especialidad, así

como también indica, quién te ha supervisado, en caso de que así haya sido, y cualquier

otro colaborador que hayas tenido.

La identificación del paciente

Aquí debes indicar qué edad tiene tu paciente, cuál es su sexo, su estado civil,

cuántos hijos tiene, cuál es su profesión, cuál es su nivel de estudios, su nivel

sociocultural, su nivel económico, donde nació, dónde vive, qué relaciones personales

relevantes para el caso mantiene, así como cualquier otro aspecto o dato que consideres

de interés para comprender las características personales e idiosincrásicas de tu

paciente.

También en este apartado puedes incluir algún tipo de diagrama o gráfico, que

permita comprender, de un modo claro y directo, las relaciones familiares y personales

en las que se desenvuelve tu paciente. Puedes incluir, en este diagrama, para cada

relación, el tipo de vínculo que une a cada persona con otra, de modo que hagas

explícito, el ambiente social y afectivo del que forma parte tu paciente.

El motivo de la consulta

Describe aquí cuál es el motivo por el cual tu paciente acude a tu consulta. Detalla

todos los síntomas que manifiesta tu paciente a nivel cognitivo, fisiológico sensorial o

emocional y conductual. Aporta también información acerca de la evolución que han

tenido sus síntomas. Es decir, cuánto hace de la aparición de los síntomas, en qué

momento aparecieron por vez primera, en qué contexto o situación, con qué intensidad,

cómo se siente experimentando esos síntomas, cómo afectan los síntomas a su vida, etc.

Otro aspecto importante, en este momento, es que no aportes información acerca

de la problemática y de la sintomatología que aqueja a tu paciente. Ofrece también

información acerca de la demanda de tu paciente y su posible resistencia al cambio

(Feixas, Sánchez, Laso y Gómez-Jarabo, 2002).

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?

¿Cómo lo estructuro? El estudio de los objetivos terapéuticos

57

La historia del problema

En este apartado es donde debes aportar toda la información relacionada con el

problema que te plantea tu paciente. Narra cuándo y cómo comenzó el problema, cómo

evolucionó y de qué modo llegó a convertirse en algo imposible de manejar para él.

Cuenta a qué áreas de su vida afecta y qué estado de ánimo le produce.

Es posible que aquí tengas que detallar aspectos de la vida de tu paciente. Por

ejemplo, valores familiares que incorporó y que gobiernan su vida rígidamente, entorno

social en que se desarrolló, calidad de las relaciones que mantiene en su vida, personas

involucradas en el problema que le aqueja, intereses enfrentados de las personas

involucradas en el problema,…, y cualquier otro aspecto que sirva para comprender

profundamente qué aqueja a tu paciente.

Proporciona una visión lo más amplia posible de la situación problemática que

plantea tu paciente y, al mismo tiempo, destaca y enfatiza cualquier detalle que

consideres relevante para el entendimiento preciso de la problemática.

Las metas de la intervención

En este apartado describe cuál es el objetivo de tu paciente, es decir, su necesidad

con respecto al proceso terapéutico. O dicho de otra forma, qué expectativa de

beneficios tiene tu paciente en relación al proceso terapéutico, es decir, qué meta se

plantea.

El estudio de los objetivos terapéuticos

En un principio cabría esperar que las metas que desea alcanzar tu paciente se

conviertan en tu objetivo terapéutico. Sin embargo, todos sabemos que esto no siempre

es así. Incluso quizás, casi nunca es así. Una cosa es lo que tu paciente expresa que

desea obtener, en un primer momento, cuando comienza su proceso terapéutico, y otra

cosa es, posiblemente muy diferente, aquello que te das cuenta, durante el desarrollo de

las sesiones y en la medida en que más conoces a tu paciente, qué es lo que él realmente

necesita, lo que verdaderamente le viene bien, o incluso, lo que él puede hacer, para

manejar más adecuadamente la situación que tiene planteada en su vida. Así es como tu

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Cómo lo estructuro? La selección del tipo de intervención

58

objetivo terapéutico puede, poco a poco, separarse de la meta inicialmente establecida

por tu paciente. Por lo cual, no te va a resultar fácil establecer a priori unos objetivos

terapéuticos concretos. Irás comprendiendo estos en la medida en que avances en el

proceso terapéutico. Es por esto que, en este apartado, conviene que expreses tus

objetivos en términos más estratégicos. Es decir, que te plantees como objetivo algo

como, por ejemplo, acompañar a tu paciente para que sea él quien cuando tenga mayor

comprensión de qué le impide manejar más adecuadamente comprenda qué opciones

reales tiene, qué desea hacer o qué puede hacer. Más adelante, en el apartado de la

intervención, puedes aportar todos los detalles, que consideres oportunos, en relación a

cómo tus objetivos terapéuticos evolucionaron en el transcurso de las sesiones con tu

paciente.

La selección del tipo de intervención

Esta sección de tu artículo debe aludir a varios aspectos. Uno de esos aspectos, es

el tipo de enfoque terapéutico que contextualiza tu intervención, así como también las

técnicas que has empleado. Otro aspecto, es el relacionado con el calendario de sesiones

y el formato de las mismas. Otro aspecto más, es si han participado, o no, terceras

personas en el proceso. Y, finalmente, el último aspecto, es el relacionado con la

justificación de las elecciones anteriores.

Respecto al enfoque terapéutico haz explícito cuál es. En mi caso, Terapia Gestalt.

En el tuyo, quizás también. O no, en cualquier caso debes indicar desde qué perspectiva

llevas a cabo tu intervención. Además de esto, justifica cómo crees que este enfoque es

apropiado para el caso en particular que vas a tratar.

En relación al calendario de sesiones indica: cuántas sesiones tuvieron lugar, qué

período de tiempo total abarcaron en su conjunto, qué duración tenían cada una de ellas

y con qué frecuencia tenían lugar. Por otra parte, indica qué formato tuvieron las

sesiones. Es decir, si fueron individuales o grupales. Por una parte, si fueron grupales,

indica, al menos, cuántas personas constituyeron el grupo, algunas características

relevantes de los diferentes miembros del grupo y si algún otro terapeuta participó,

junto a ti o individualmente, en las sesiones grupales en algún momento. Y, por otra

parte, si fueron individuales, indica, respecto de la participación de otras personas en el

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?

¿Cómo lo estructuro? La evaluación preintervención

59

proceso, si en alguna sesión participó la pareja, padres, hijos, otros familiares u otra

persona vinculada a tu paciente no familiarmente. Indica también, en este último caso, si

en algún momento del transcurso de las sesiones individuales participó algún otro

terapeuta, individualmente o en coterapia contigo.

Finalmente, dedica un tiempo a justificar todas las anteriores elecciones. Por

ejemplo, explica por qué abordaste la intervención desde un enfoque y no otro, o por

qué empleaste una técnica y no otra. Quizás, por una parte, fue debido a las

características de tu paciente, es decir, por su mejor disponibilidad en un determinado

sentido y no tanto en otro, o por sus posibilidades económicas que hacen posible un tipo

de intervención y no otro. O quizás, por otra parte, fue consecuencia de tus propias

características personales, es decir, tu mayor dominio y seguridad con determinadas

técnicas frente a otras.

La evaluación preintervención

Comienza con una explicación acerca de la estrategia de evaluación que has

empleado. Continúa indicando qué pruebas psicológicas has empleado en cada fase de

la evaluación. Según el modelo que te propongo la estrategia de evaluación de la

eficacia es la comparación de los niveles de ansiedad y de depresión del paciente, en sus

dos dimensiones, estado y rasgo respectivamente, antes y después de la intervención. Y,

para ello, los cuestionarios que debes utilizar son, por una parte, para obtener los niveles

de ansiedad, la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo,

también conocido como STAI; y, por otra parte, para obtener los niveles de depresión,

la adaptación española del Inventario de Depresión Estado-Rasgo, también conocido

como IDER.

Después, aporta los resultados de tu evaluación antes de iniciar el tratamiento. En

primer lugar hazlo con palabras. Y, en segundo lugar, ilústralos con un gráfico. Para el

modelo que te propongo, la mejor opción es que en tu gráfico, por una parte, reflejes los

niveles de ansiedad estado y de depresión estado; y, por otra parte, reflejes los niveles

de ansiedad rasgo y de depresión rasgo. De modo tal, que visualmente sea inmediato

apreciar si ambos niveles en la dimensión estado, para la ansiedad y para la depresión,

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Cómo lo estructuro? La intervención

60

superan, o no superan, a sus respectivos niveles en la dimensión rasgo. Opcionalmente,

puedes también incluir una tabla con los resultados.

Para finalizar, analiza e interpreta los resultados que has obtenido. Para ello

ponlos en relación con el testimonio de tu paciente, e indica si los datos empíricos que

has obtenido, con las administración de las pruebas psicológicas, es o no es, coherente

con el testimonio de de tu paciente acerca de sus síntomas. Por una parte, comenta e

interpreta los resultados que has obtenido para los niveles de ansiedad estado y de

depresión estado, en comparación con sus respectivos niveles en su dimensión rasgo. Lo

habitual es, que los niveles de ansiedad y de depresión, en su dimensión estado, superen

los niveles respectivos en la dimensión rasgo. Es decir, que en el momento en que el

paciente decide comprometerse con un proceso de terapia está experimentando mayor

malestar del que experimenta habitualmente. Por otra parte, puedes también interpretar

los niveles de ansiedad y de depresión, en su dimensión rasgo. Por ejemplo, ¿cómo son

sus niveles de ansiedad estado y depresión rasgo respecto a su población de referencia?

La intervención

Comienza exponiendo los acontecimientos biográficos de tu paciente que, o bien

son antecedentes de la problemática por la que viene a terapia, o bien aportan

información relevante acerca de sus características personales, necesarias para

comprender el desarrollo de su proceso terapéutico. Continúa aportando información

acerca de tus impresiones, en relación a sus características, por ejemplo, su estilo, sus

actitudes, sus aptitudes, sus valores, … , y cualquier otro aspecto que ayude al lector a

conocer al paciente. Poco a poco adéntrate en la exposición de qué encubre su

apariencia, cuáles son sus déficits, o dicho en otros términos, cuáles son las habilidades

que, por las condiciones de vida en que tuvo que desarrollarse, no pudo adquirir, y que,

muy posiblemente están a la base, del inadecuado afrontamiento de su situación actual.

Con todo lo anterior haz un diagnóstico. Yo suelo emplear el mapa

caracterológico del Eneagrama, según el modelo que Claudio Naranjo presenta en su

magistral obra ―Carácter y neurosis, una visión integradora‖ de 2005. Además, me gusta

especialmente, tomar alguna cita del propio Naranjo, para incluirla en mi artículo. Pues

siempre he apreciado su estilo expresivo en relación a los diferentes caracteres

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?

¿Cómo lo estructuro? La evaluación postintervención y eficacia

61

humanos; que, desde mi punto de vista delatan su profundo y sutil conocimiento, acerca

de la dinámica de los diferentes tipos humanos.

A continuación plantea tu diagnóstico en términos de hipótesis y explica el

proceso de contrastación de la misma hasta su aceptación o rechazo. En caso de rechazo

explica cómo la refutación de la hipótesis anterior te conduce a una nueva hipótesis.

Continúa así hasta hacer explícitas tus hipótesis fundamentales a lo largo de tu

intervención. En el transcurso de esta tarea indica, por una parte, cada uno de los hitos

claves que suponen un punto de inflexión en el transcurso del proceso; y, por otra parte,

las diferentes técnicas empleadas durante todo el proceso.

Aprovecha este apartado para que, al hilo de los acontecimientos acaecidos

durante tu intervención, aportes información clave acerca de los aspectos particulares de

tu encuadre terapéutico, por ejemplo, la Terapia Gestalt, en mi caso.

La evaluación postintervención y eficacia

Comienza indicando qué pruebas has utilizado en esta fase de la evaluación que,

según el modelo de evaluación que te propongo, son nuevamente, por una parte, la

adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo, o STAI, para

determinar el nivel de ansiedad; y, por otra parte, la adaptación española del Inventario

de Depresión Estado-Rasgo, o IDER, para determinar el nivel de depresión.

Después indica los resultados de tu evaluación después de terminar el tratamiento.

En primer lugar hazlo con palabras. Y, en segundo lugar, ilústralos con dos gráficos. En

uno de ellos, compara los resultados que has obtenido para la ansiedad, en sus dos

dimensiones, estado y rasgo, antes y después del tratamiento. En el otro, compara los

resultados que has obtenido para la depresión, en sus dos dimensiones, estado y rasgo,

antes y después del tratamiento. Opcionalmente, puedes también incluir tablas con los

resultados.

Para finalizar, analiza, interpreta y comenta los resultados que has obtenido. En

este momento, lo fundamental es que hagas explícito si el tratamiento ha sido, o no ha

sido, eficaz. En el caso del modelo que te propongo, dicha conclusión de eficacia,

consiste básicamente en determinar si los niveles de ansiedad y depresión, de ambas o

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Cómo lo estructuro? El seguimiento

62

de alguna de ellas, en su dimensión estado, han disminuido, en relación a los niveles de

partida, obtenidos en la evaluación previa al inicio del tratamiento. Si el tratamiento,

finalmente, no ha resultado eficaz, aclara los motivos por los cuales consideras que el

paciente no se ha podido beneficiar de tu intervención. Por otra parte, también puedes

comentar los resultados que has obtenido para los niveles de ansiedad y de depresión, en

su dimensión rasgo. Los cuales, al menos teóricamente deben ser, tanto para la ansiedad

rasgo como para la depresión rasgo, en sus niveles respectivos antes y después de la

intervención, valores próximos, manteniéndose así relativamente estables. No obstante,

si la previsión teórica no queda refrendada empíricamente aporta una posible

explicación.

El seguimiento

Comienza indicando cuántas evaluaciones de seguimiento has realizado y cuanto

tiempo ha transcurrido para cada una de ellas desde la finalización del tratamiento.

Seguidamente indica qué pruebas has utilizado en cada evaluación de seguimiento que,

según el modelo de evaluación que te propongo, también en esta ocasión son, por un

lado, la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo, o STAI; y,

por otro lado, la adaptación española del Inventario de Depresión Estado-Rasgo, o

IDER.

Después expresa los resultados que has obtenido en cada una de las evaluaciones

de seguimiento que has llevado a cabo desde la finalización del tratamiento. En primer

lugar exprésalo con palabras. Y, después, en segundo lugar, ilústralos con dos gráficos.

En uno de estos gráficos, compara los resultados que has obtenido para la ansiedad, en

sus dos dimensiones, estado y rasgo, en todas las evaluaciones que has realizado en el

transcurso de tu intervención, es decir, antes de iniciar el tratamiento, inmediatamente

después de finalizarlo y en cada una de las evaluaciones de seguimiento que has

realizado. En el otro gráfico, de modo análogo a como lo has hecho con la ansiedad,

compara los resultados que has obtenido para la depresión, en sus dos dimensiones,

estado y rasgo, en todas las evaluaciones que has realizado en el transcurso de tu

intervención, o sea, antes de iniciar el tratamiento, inmediatamente después de

finalizarlo y en cada una de las evaluaciones de seguimiento que has realizado.

Opcionalmente, puedes también incluir tablas con los resultados.

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?

¿Cómo lo estructuro? Las observaciones

63

Para finalizar, analiza, interpreta y comenta los resultados que has obtenido. En

este momento, lo prioritario es que hagas explícito si el tratamiento mantiene sus

beneficios, o no, para el paciente, en el período de seguimiento. Según el modelo que te

propongo, puedes concluir que tu paciente continúa beneficiándose de tu intervención

en la medida en que, a través de las diferentes evaluaciones de seguimiento, los niveles

de ansiedad y depresión, de ambas o de alguna de ellas, en su dimensión estado, no han

vuelto a los niveles de partida, obtenidos en la evaluación previa al inicio del

tratamiento. Por otra parte, como antes en la evaluación tras la intervención, también

puedes comentar los resultados que has obtenido para los niveles de ansiedad y de

depresión, en su dimensión rasgo, en las sucesivas evaluaciones de seguimiento. Es de

esperar, por lo menos teóricamente que, por una parte, los sucesivos niveles de ansiedad

rasgo, y, por otra, los sucesivos niveles de depresión rasgo, se distribuyan

respectivamente en un pequeño rango de valores, manteniéndose así ambas variables

relativamente estables. Pero, si no resulta ser esta la situación, entonces intenta aportar

una posible explicación.

Las observaciones

Aporta aquí cualquier comentario que consideres relevante para el caso y que no

hayas expresado anteriormente en algún otro apartado.

Por un lado, explica o haz algún comentario, en este momento, acerca de cómo

fue el seguimiento de las indicaciones terapéuticas por parte del paciente (Maciá y

Méndez, 1996). Por otro lado, indica si la evolución de la problemática que plantea tu

paciente siguió los parámetros esperados según los comentarios a tal respecto de otros

autores en sus publicaciones. Si no ha sido así, aporta la información que destaque las

peculiaridades, en este sentido, del caso que presentas. Y, finalmente, habla también

acerca de si tu paciente conocía, antes del inicio de la intervención, las peculiaridades

del tipo de tratamiento y encuadre psicoterapéutico, que aplicaste en su tratamiento, así

como si conocía, o no, otras posibilidades de tratamiento.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Cómo lo estructuro? La teoría

64

La teoría

Este es un apartado opcional. Por tanto, no lo tienes que incluir necesariamente.

Una buena alternativa a este apartado, en la mayoría de las ocasiones, es incluir los

aspectos teóricos relevantes para el caso clínico, en cuestión, en el apartado

Intervención. No obstante, hazlo de esta manera únicamente cuando las referencias que

haces a la teoría sean breves reseñas que no impiden seguir adecuadamente el hilo de tu

intervención con el paciente.

Excepcionalmente, es posible que desees hacer un desarrollo teórico más amplio.

En ocasiones, tu intervención con un paciente te lleva a interesantes conclusiones. Las

cuales, te permiten, quizás, comprender algunos conceptos o ideas centrales de tu

enfoque terapéutico más profundamente o de un modo diferente. Cuando esto te ocurra

incluye un apartado específico para la teoría. En este apartado desarrolla tus ideas. Para

ello relaciona lo que otros autores han dicho antes al respecto con tu experiencia clínica;

para, a partir de ahí, elaborar tus argumentos.

Este es el apartado perfecto para tender puentes con otras disciplinas afines.

Aprovecha para relacionar los conceptos de tu enfoque con los términos que otros

enfoques o disciplinas utilizan y que pueden estar relacionados. De este modo,

contribuyes al necesario proceso de integración de todos los saberes humanos.

Las referencias

Tu artículo a lo largo del texto debe incluir referencias a otros trabajos de otros

autores. Cuando esto ocurre cítalos. Hazlo cumpliendo con las normas de la Asociación

Psicológica Americana, APA; las cuales, son ampliamente aceptadas dentro de las

ciencias sociales, por lo que se han convertido en el estándar de redacción de artículos

en estas áreas. Así pues, siguiendo las mencionadas normas, cada mención a otro trabajo

consta de dos partes. Una de esas partes es la cita dentro del texto, al hilo de la

exposición, en la que usualmente debes especificar el nombre del autor y la fecha de

publicación. La otra parte, llamada referencia, va al final del texto en un apartado del

mismo nombre, referencias. Dicho apartado, debe estar constituido por una lista de

entradas. Cada una de estas entradas es una referencia. Y cada referencia debe aportar la

información completa de la cita dentro del texto a la que alude.

Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?

¿Cómo lo estructuro? Las referencias

65

Por ejemplo, en el artículo que te ofrezco como modelo puedes ver que en el

apartado Intervención hago referencia a Claudio Naranjo. Lo cito del modo siguiente:

Naranjo (1997). Después, al final del artículo, en el apartado Referencias incluyo la

información completa para esta cita, o lo que es igual, su referencia. Y lo hago de la

forma siguiente: Naranjo, C. (2007). Por una Gestalt viva. Vitoria: Editorial La Llave

D. H. En ambos casos, cita y referencia, he respetado las normas de citación de la

Asociación Psicológica Americana, APA. Con la intención de facilitarte el acceso y

conocimiento de las mencionadas normas he incluido en el presente trabajo, en la

sección Apéndices, un extracto de dichas normas. Espero que te resulte de gran utilidad.

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

PPaarrttee 44 ¿¿CCóómmoo ppuubblliiccoo mmii aarrttííccuulloo??

Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo?

¿Qué revistas hay?

69

¿Qué revistas hay?

Si ya tienes tu artículo listo es el momento de ver a qué revista lo envías para su

publicación. Para ello, en primer lugar, te conviene conocer qué revistas de Psicología

hay. En segundo lugar, qué categoría tienen. Y, en tercer lugar, cuál es el procedimiento

para enviar tu artículo solicitando su publicación.

Si quieres disponer de un listado actualizado con todas las revistas españolas de

Psicología, te recomiendo que accedas a IN~RECS, el índice de impacto de las Revistas

Españolas de Ciencias Sociales, donde encontrarás una sección específica para las

revistas de Psicología. Recuerda que Psicología no es una profesión sanitaria, según

regula la Ley de Organización de las Profesiones Sanitarias, LOPS. En España,

actualmente la Psicología está considerada una Ciencia Social.

Para acceder a IN~RECS, necesitas hacerlo a través de Internet. No existe este

servicio en formato impreso. El único modo para consultarlo es a través de la Web.

Teclea en tu navegador Web, por ejemplo Microsoft Internet Explorer, en su barra de

direcciones, la URL http://ec3.ugr.es/in-recs/ y a continuación pulsa la tecla entrar

Ilustración 22. Página de inicio de IN~RECS.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Cómo sé la categoría de una revista?

70

(observa la Ilustración 22 en la página 69). De este modo, en unos instantes, aparecerá

la página principal de IN~RECS.

En esta página localiza los accesos directos a los listados de las revistas de las

diferentes Ciencias Sociales, como Economía, Antropología, Sociología o Educación,

entre otras. Uno de esos accesos directos es el de Psicología. Selecciónalo y accede, de

este modo, a la página principal de las revistas de Psicología (observa la Ilustración 23

en la página 70).

Una vez que has entrado en la sección Psicología, de IN~RECS, ya tienes a tu

disposición un completísimo listado con las revistas de Psicología.

¿Cómo sé la categoría de una revista?

El listado de revistas de Psicología al que accedes a través del servicio IN~RECS,

por defecto, se encuentra ordenado en orden descendente en función de su factor de

impacto. El factor de impacto es el índice bibliométrico. Este índice, en la actualidad, es

extensamente utilizado por las agencias de evaluación de la calidad para determinar la

Ilustración 23. Página de inicio de Psicología de IN~RECS.

Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo?

¿Qué criterios de elección sigo?

71

relevancia de una publicación. El factor de impacto de una revista es calculado a partir

del número de citas que los distintos autores, desde sus respectivos artículos, hacen a los

artículos de dicha revista. Así, se entiende que una revista con mayor factor de impacto

que mayor que otra es más relevante, o de más calidad, que esta última; pues sus

artículos tienen mayor impacto que los de la otra, en la comunidad científica, como lo

demuestra el hecho de que sus artículos son más citados.

No obstante, hay un acalorado debate dentro de la comunidad científica acerca de

si el factor de impacto es, o no, el mejor índice bibliométrico para determinar la calidad

de la aportación científica de una revista o de un autor. Incluso diversos autores han

propuesto índices alternativos al factor de impacto. Sin embargo, la realidad es que en la

actualidad el factor de impacto sigue siendo el índice por excelencia que los evaluadores

de la calidad usan para sus dictámenes.

Así pues, el listado de revistas de Psicología que te ofrece el servicio IN~RECS,

ordenado descendentemente en función de su factor de impacto, es a todos los efectos,

hoy por hoy, un listado de revistas de Psicología ordenadas de mayor a menor calidad.

¿Qué criterios de elección sigo?

Que conozcas la calidad reconocida para una revista, a través de su factor de

impacto, debe ser crucial en tu toma de decisiones para determinar a qué revista vas a

enviar tu artículo. Por una parte, cuanto mayor es la calidad de una revista mayor es la

posibilidad de que tu artículo sea leído por otros especialistas y colegas, ya que es más

conocida y está más difundida. Pero, por otra parte, cuanto mayor es la calidad de la

revista también es mayor el índice de rechazos que presenta, es decir, mayor es la

proporción de artículos para los que la revista rechaza su publicación, respecto del total

de artículos que recibe (observa la Ilustración 24 en la página 72). De tal forma que la

dificultad para publicar en una revista crece conforme lo hace su factor de impacto.

Quizás pienses que apuntar alto es la mejor opción. No es así. Ten cuidado.

Cuando envías un artículo a una revista pueden tardar en contestarte entre 4 y 8 meses.

Mientras tanto no puedes enviar tu artículo a ninguna otra publicación. Esto está muy

mal visto y si te descubren posiblemente no vuelvas a publicar.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Qué criterios de elección sigo?

72

Cuando una revista recibe un artículo para su publicación ésta lo envía a su vez a

su grupo de expertos. Normalmente dos, como mínimo. Cada uno de estos expertos, de

forma independientemente, revisa el artículo para determinar su calidad y el interés que

para la revista tiene su posible publicación. Cada experto remitirá un informe al consejo

editorial de la revista con su dictamen acerca del artículo evaluado. Cuando el consejo

editorial reciba todos los dictámenes de sus expertos los examinará y decidirá, a partir

de éstos, si finalmente el artículo aparecerá, o no, en su revista. Tras la decisión del

consejo editorial el autor recibirá, de la revista, una notificación donde se le indicará si

su artículo ha sido rechazo o si ha sido admitido para su publicación. Por una parte, en

caso de rechazo, algunas revistas dan una explicación del motivo. Por ejemplo, que el

tema no es de interés para la revista o que el artículo presenta fallos formales —lo cual

significa que no ha respetado bien alguna norma de la APA, como escribir

incorrectamente una referencia bibliográfica o una cita, bien alguna norma que la propia

revista exige en el formato de presentación de artículos y que publica en su Web—,

entre otros diversos motivos. Pero desgraciadamente esta no es una práctica habitual de

las revistas, pues en su mayor parte únicamente notifican el rechazo sin aclarar al autor

los motivos del mismo. Por otra parte, en caso de aceptación del artículo para su

publicación, la mayoría de las revistas, en la propia notificación de aceptación,

Ilustración 24. Tasas de rechazo (International Journal of Clinical Health Psychology).

Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo?

¿Qué criterios de elección sigo?

73

comunican al autor en qué número de futura publicación aparecerá el artículo.

Como ya te he comentado un poco antes no debes enviar tu artículo

simultáneamente a varias revistas y esperar cuál de ellas te lo publica. Aunque el

proceso de evaluación de tu artículo sea lento, debes esperar la resolución de una revista

antes de enviar tu artículo a otra. Si no lo haces así puedes verte envuelto en diferentes

situaciones que no te benefician. Por ejemplo, una de estas situaciones es que dos

revistas distintas envíen tu artículo al mismo experto evaluador, lo cual es ciertamente

posible puesto que los expertos no trabajan en exclusividad para una única revista, y

éste reciba tu artículo por dos vías diferentes; y, otra de estas situaciones puede ser que

cuando una revista te confirme la publicación de tu artículo también lo haga otra;

tendrás entonces que renunciar a la segunda, pero entonces para qué lo enviaste.

Por todo lo expuesto, date cuenta de que no es tan fácil decidir a qué revista

enviar tu artículo. Si apuntas alto y te lo rechazan necesitas seguro, en el mejor de los

casos, un año para publicar tu artículo. Por una parte, 6 meses de media en la

comunicación del primer rechazo por parte de la primera revista; y, por otra parte, otros

seis meses más esperando la notificación de la segunda revista. Quizá prefieras no

apuntar tan alto y elegir una revista más modesta que pueda publicar tu artículo al

Ilustración 25. Resultados de la búsqueda, en Google, de la revista “Anales de Psicología”.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

¿Cómo envío mi artículo?

74

primer intento. Eres tú quien tienes que decidir si prefieres un artículo en tu cajón un

año esperando la posibilidad de ser publicado en una buena revista, o prefieres que más

rápidamente circule por la comunidad de colegas, aunque a través de una revista de

menor categoría.

Por otra parte, también es importante que tengas en cuenta el tipo de artículos que

una revista habitualmente publica. Muy posiblemente si tu artículo no está en la línea

del estilo editorial no aceptarán tu artículo para su publicación. En el próximo apartado

voy a explicarte cómo localizar la Web de una revista. Léelo y una vez sepas cómo

hacerlo te recomiendo que dediques un tiempo a conocer el estilo de las diferentes

revistas consultando sus artículos. No tiene ningún sentido que envíes tu artículo a una

revista en cuya línea editorial no encaja. Será únicamente una pérdida de tiempo.

¿Cómo envío mi artículo?

Cada revista tiene un procedimiento de recepción de artículos particular.

Habitualmente tienes que enviar tu artículo por correo electrónico. La dirección de

correo electrónico, que las revistas ponen a disposición de los autores, para el envío de

Ilustración 26. Página de inicio de la revista “Anales de psicología”.

Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo?

¿Cómo envío mi artículo?

75

sus artículos, aparece publicada en su página Web. Además, cada revista exige, a los

autores, un formato diferente de presentación de sus artículos. Las especificaciones del

formato, exigido por la revista para la aceptación de los artículos, también están

publicadas en su página Web. En consecuencia, una vez que tienes tu artículo y has

decidido a qué revista quieres enviarlo para su publicación, tu primer paso debe ser

acceder a su página Web y localizar las especificaciones de formato exigidas por dicha

revista. A continuación adapta tu artículo a dichas especificaciones de formato.

Finalmente, localiza, también en la Web de dicha revista, qué procedimiento pone a tu

disposición para que le envíes tu artículo. Normalmente será por correo electrónico.

Cuando dispongas de la dirección electrónica de recepción de artículos de la revista,

envía el tuyo.

Para encontrar la página Web de una revista búscala en Internet. Hazlo haciendo

uso de un buscador como, por ejemplo, Google o Bing, desde tu navegador. Tendrás

que proporcionar a tu navegador el nombre exacto de la revista. Para ello te recomiendo

que primero entres en el área de Psicología del servicio IN~RECS. Al hacerlo te

aparecerá, como ya sabes, el listado de todas las revistas de Psicología. Busca el nombre

de la revista que te interesa en dicho listado. Cuando la tengas localizada arrastra el

ratón sobre su nombre manteniendo pulsado el botón izquierdo del mismo. Abras

seleccionado el nombre. Apunta con el ratón sobre dicha selección y pulsa el botón

derecho del ratón para desplegar el menú contextual. Elige la opción Pegar. Ya tienes el

nombre de la revista que has seleccionado en la memoria de tu ordenador. Teclea ahora

en tu navegador la dirección de Internet de tu buscador habitual —por ejemplo

http://www.google.es/, si usas Google, o http://www.bing.com/, si usas Bing— y pulsa

la tecla Entrar. Aparece en tu pantalla, unos instantes después, la página principal del

buscador que has elegido. Pulsa con el botón derecho de tu ratón sobre el cuadro de

texto donde se escribe aquello que quieres encontrar en Internet. Te aparece un menú.

Elige la opción Pegar. El nombre de la revista aparecerá escrito en el cuadro de texto de

búsqueda del buscador. Pulsa la tecla Entrar. Unos segundos después aparecerá ante ti la

página con los resultados de la búsqueda (observa la Ilustración 25 en la página 73). Lee

detenidamente y localiza qué resultado de la búsqueda se corresponde con la página

principal de la revista. Selecciónalo. Si has elegido bien aparecerá la Web de la revista.

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¿Y después qué?

76

Si no es así vuelve atrás y selecciona otro resultado de búsqueda hasta que encuentres la

Web de la revista que estás buscando.

Siguiendo los pasos anteriores, en la figura adjunta, te muestro los resultados que

yo he obtenido al buscar la revista ―Anales de Psicología‖, a través del buscador

Google. He buscado esta revista como podía haber buscado cualquier otro. Mi intención

es mostrarte únicamente un ejemplo con cualquiera de ellas. No pretendo, en absoluto,

que entiendas que es esta la revista a la que debes enviar tu artículo.

El primer resultado de la búsqueda se corresponde con la Web de la revista. También te

muestro en una figura adjunta la página principal de esta revista (observa la Ilustración

26 en la página 74).

Observa que hay una sección titulada Autores. Accede a esta sección y

encontrarás las especificaciones de formato que exige esta revista para la aceptación de

artículos y la dirección de correo electrónico a la cual los autores de los artículos deben

dirigir sus escritos para solicitar su publicación.

¿Y después qué?

Después de enviar tu artículo a una revista para su publicación ya no te queda más

que esperar. Y no poco tiempo. Como ya te he explicado en apartados anteriores cuando

la revista reciba tu artículo lo enviará a su grupo de expertos para evaluarlo. Y, hasta

que no reciba los informes de todos sus expertos, el consejo editorial de la revista, no

dictaminará acerca de la publicación de tu artículo. Por tanto, transcurrirán meses desde

que envíes tu artículo hasta que recibas la notificación, de su aceptación o de su

rechazo, por parte de la revista. Mientras tanto, no puedes enviar tu artículo a ninguna

otra revista, como también te he expuesto anteriormente. Así pues, lo único que te

queda es seguir trabajando en tu próximo artículo y esperar noticias de la revista.

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

PPaarrttee 55 NNeecceessiittoo uunn mmooddeelloo

Parte 5 Necesito un modelo

Título y otros datos

79

Título y otros datos1

Intervención en un caso con síntomas de ansiedad y depresión desde el contexto

de la Psicoterapia Gestalt.

Teodoro Sanromán

Qualia, Centro de Psicología. Granada (España).

Qualia, Centro de Psicología. Camino de Ronda 98 1ºB. 18005 Granada (España).

E-mail: [email protected]

Resumen

En este artículo se emplea una de las metodologías de investigación en Psicología,

el estudio de caso, según la clasificación propuesta por Montero y León, (2002).

Además, ha sido redactado según las normas de redacción de casos clínicos propuestas

por Buela-Casal y Sierra, (2002). Y, se expone una intervención, desde la perspectiva de

la Psicoterapia Gestalt, en un caso con síntomas de ansiedad y depresión.

La intervención consistió en 24 sesiones de psicoterapia durante 3 meses a razón

de 2 sesiones por semana. Su eficacia fue evaluada obteniendo medidas preintervención,

postintervención y de seguimiento a 2 meses mediante el empleo del Cuestionario de

Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) y del Cuestionario de Depresión Estado-Rasgo

(ST/DEP).

Los resultados mostraron que la intervención resultó eficaz tanto en el caso de los

síntomas de ansiedad estado, que pasaron del centil 95 en la medida preintervención al

centil 55 en la medida postintervención, como en el caso de los síntomas de depresión

estado, que pasaron del centil 92 en la medida preintervención al centil 50 en la medida

1 A partir de este momento, y hasta el final del presente bloque, vas a observar un cambio de estilo

literario. Hasta este momento he empleado un estilo directo y en segunda persona del singular —tú—.

Ahora, en cambio, paso a un estilo impersonal y en segunda persona del plural —nosotros—, más propio

de los artículos científicos.

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Centro de intervención y terapeuta

80

postintervención. Además, los resultados se mantuvieron en el seguimiento a 2 meses,

con una ansiedad estado en el centil 63 y una depresión estado en el centil 40.

Palabras clave: Psicoterapia Gestalt. Ansiedad. Depresión.

Centro de intervención y terapeuta

La intervención tuvo lugar en el centro Jera, en la ciudad de Sevilla. Dicho centro

está dirigido por Josefa Campos Romero, psicóloga clínica. Se trata de un centro que

lleva a cabo una doble labor. De una parte, la atención clínica individualiza de

pacientes; y, de otra parte, la formación de psicoterapeutas. Además, mantiene

convenios de colaboración tanto con la Universidad de Sevilla como con la Universidad

de Granada.

Se trata de un centro especializado en el trabajo clínico desde el enfoque de la

Psicoterapia Gestalt (para una completa información acerca de los orígenes y

fundamentos de este enfoque véase De Casso, 2003).

El caso clínico que se expone en el presente artículo contó como terapeuta con

Teodoro Sanromán, psicólogo especialista en Psicoterapia Gestalt, autor del artículo,

que fue supervisado, en los aspectos clínicos, por Josefa Campos, y en los aspectos

metodológicos, por Gualberto Buela-Casal y Elena Miró de la Universidad de Granada.

Identificación del paciente

El paciente es un hombre de 49 años, separado desde hace 4 años. Tiene 2 hijos.

Una chica de 13 años y un chico de 15 años. Es profesor universitario en la Universidad

de Sevilla; actividad que alterna con la gestión de fincas agrarias y bienes inmuebles

propiedad de la madre, que las heredó de su padre, quien a su vez las heredó del suyo.

Su nivel sociocultural y económico es alto. En la actualidad vive sólo, desde su

separación, aunque mantiene una relación sentimental con una mujer que vive y trabaja

en Madrid, con la que se encuentra de forma frecuente.

Parte 5 Necesito un modelo

Motivo de la consulta

81

El paciente tiene dos hermanos, una mujer y un hombre, 10 y 12 años menores

que él, con los que mantiene una relación distante, del mismo modo que con su madre.

Motivo de la consulta

El paciente acude a la consulta visiblemente abatido. Indica que se encuentra muy

ansioso, siente que le cuesta respirar y que frecuentemente experimenta una sensación

de pecho oprimido y de garganta angosta. Le cuesta mucho conciliar el sueño y cuando

lo hace se despierta innumerables veces a lo largo de la noche. Se siente cansado y con

ánimo triste.

Estos síntomas se presentaron, con menor intensidad, en su último año de

matrimonio. Tras su separación matrimonial, hace 4 años, disminuyeron, aunque sin

desaparecer; para posteriormente de forma insidiosa ir aumentando hasta alcanzar la

intensidad actual, la mayor que ha experimentado.

Historia del problema

Al preguntarle al paciente si tiene alguna explicación para sus síntomas da una

respuesta clara. Su actual pareja le dice que antepone a ella la atención a sus hijos, que

llevan 4 años queriendo vivir juntos y que no ha dado ningún paso en esta dirección,

que ella se está cansando de la situación. Por otra parte sus hijos no se sienten cómodos

con su actual pareja y la rechazan. Se encuentra atrapado en una situación de la que no

sabe cómo salir. De un lado, su actual pareja, a la que considera la mujer de su vida, la

que fue su primera novia, de la que se tuvo que separar enamorado por impedimentos

familiares cuando eran adolescentes, y de la cual, está profundamente enamorado en la

actualidad. Y de otro lado, sus hijos que la rechazan, con respecto a los cuales, él nunca

va a faltar a sus obligaciones como padre. Esta situación le tiene desubicado, sin sitio.

Está dividido, pues no consigue integrar en su vida a la mujer que ama y a sus hijos.

Una situación que vive desde hace 4 años y que según entiende está llegando a un punto

límite en el que su pareja le presiona para dar un paso adelante definitivo en la

formalización de la relación o todo puede acabarse, pues no está dispuesta a continuar

por más tiempo como segunda opción. Lleva los últimos 4 años viviendo en una casa

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

Metas de la intervención

82

amplia y llena de comodidades, en la que sin embargo su pareja no se siente a gusto,

pues según le dice no fue algo consensuado entre ambos sino una opción personal de él

para ocuparse de sus hijos sin considerarla a ella. Él deseaba que sus hijos no echaran

nada en falta cuando estuvieran con él, respecto a cuando están con la madre en la que

fue la casa familiar antes de la separación. La casa está en Sevilla, donde viven sus hijos

con su madre. Su pareja vive en Madrid y las fincas que gestiona se encuentran en zonas

rurales alejadas de la ciudad de Sevilla. Únicamente está vinculado a la Universidad un

cuatrimestre, el resto del año le gusta estar en el campo. Ahora viaja frecuentemente a

Madrid para estar con su pareja con la que desea crear un hogar en el que tengan cabida

tanto los hijos de su pareja con los suyos propios, pero se desespera y se angustia al

darse cuenta que en cuatro años no lo ha conseguido y que, al contrario, vive solo y

disociado pues cuando está con sus hijos no puede estar con su pareja y cuando está con

ésta no puede estar con sus hijos, algo que su pareja entiende como el resultado de no

haberse enfrentado adecuadamente a sus hijos para darle a ella el lugar que le

corresponde junto a él frente a sus hijos, motivo por el cual está enfadada y amenazante

con romper la relación.

Con su exmujer mantiene una relación cordial y educada, aunque le molesta que

ésta última se haya aliado con su suegra, la madre del paciente, que en lugar de apoyarle

en su separación está en su contra, y a la que enriquece con la gestión de sus

propiedades. Se siente solo, atiende a sus hijos dándoles todo lo que necesitan y se

esfuerza por que su pareja comprenda su situación y las dificultades que tiene para

poder vivir con ella y seguir atendiendo adecuadamente a sus hijos. Y sin embargo, se

siente vacío, no reconocido en sus esfuerzos. No sabe qué hacer.

Metas de la intervención

El objetivo del paciente a través de su demanda de ayuda profesional es, en sus

propias palabras ―encontrar un camino que me permita integrar mis dos vidas y reducir

mi nivel de malestar‖.

No obstante, pasemos a analizar más detalladamente los objetivos desde el punto

de vista terapéutico.

Parte 5 Necesito un modelo

Estudio de los objetivos terapéuticos

83

Estudio de los objetivos terapéuticos

Obviamente es el paciente quien debe encontrar qué camino quiere seguir en la

consecución de sus objetivos, pues ninguno impuesto servirá, precisamente por ser la

opción de otro, ya que por muy racional y coherente que pueda parecer, puede ir en

contra de las auténticas necesidades del paciente. Es por esto, que el objetivo

terapéutico inicial ha de ser el de acompañar al paciente a lo largo de una serie de

sesiones de psicoterapia en una exploración que le permita adquirir una conciencia clara

de qué le está impidiendo encontrar el camino que tanto ansía, es decir, qué limitaciones

le mantienen fijado en una situación que no desea durante 4 años. Sólo después de

adquirir una conciencia clara en este sentido, podremos plantearnos el objetivo de

acompañar al paciente en el descubrimiento de las acciones conductuales que puede

emprender para superar la situación en la que se encuentra. Desde el enfoque de la

Psicoterapia Gestalt, sólo después de tomar conciencia de la propia limitación es posible

conocer la conducta objeto sobre la que es necesario intervenir, y si se trata de eliminar

o disminuir, implantar o incrementar una o más conductas (Buela-Casal, Verdugo y

Sierra, 1997).

Selección del tipo de intervención

El tipo de intervención elegida se halla inmerso en el contexto de la Psicoterapia

Gestalt. Este es un enfoque que pone el acento en la conducta emocional,

considerándola íntimamente ligada a la respuesta fisiológica vinculada a la estimulación

ambiental, en sentido amplio. La cognición, por el contrario, es considerada desde este

enfoque, en ocasiones, como una interferencia para la experiencia de la persona, que

está al servicio del mantenimiento, a través de mecanismos como la racionalización o la

justificación, de fuertes condicionamientos emocionales. Por ejemplo, en relación al

caso que estamos narrando, se presupone o hipotetiza que el paciente ha desarrollado

toda una trama cognitiva, de explicaciones y de razonamientos, en parte no disponibles

a la conciencia, que lo mantiene atrapado en un repertorio conductual que le protege de

exponerse a determinadas experiencias emocionales no conscientes. Lo cual, llegado

cierto punto se vuelve en contra de la propia persona, que incapaz de exponerse a dichas

experiencias emocionales, queda atrapado en posiciones que le generan gran

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Evaluación preintervención

84

sufrimiento. De este modo, el objetivo genérico fundamental que subyace a la

intervención desde el enfoque de la Psicoterapia Gestalt, y para lo cual emplea su

amplísimo repertorio de técnicas, es el de aumentar en lo posible el conocimiento del

paciente acerca de sí mismo en relación, básicamente, con las experiencias emocionales

no conscientes que evita y de cómo consigue hacerlo, con la idea de que dicho

conocimiento abre la posibilidad de dirigir la conducta en la dirección de exponerse a la

experiencia que tanto evita, lo cual, le permitiría ponerse en una nueva posición dejando

aquella en la que se encuentra paralizado.

Tras la explicación detallada y minuciosa al paciente acerca de en qué consiste la

Psicoterapia Gestalt se le propone una intervención en cuatro fases: 1) evaluación

preintervención en 1 sesión de 30 minutos; 2) intervención en 24 sesiones de una hora

de duración a razón de 2 sesiones semanales en aproximadamente 3 meses; 3)

evaluación postintervención en 1 sesión de 30 minutos, evaluación de la eficacia y

comunicación de los resultados al paciente en una sesión de 30 minutos; y, finalmente,

4) evaluación de seguimiento a 2 meses en 1 sesión de 30 minutos y comunicación de

los resultados al paciente en una sesión de 30 minutos.

La elección de sesiones de psicoterapia desde el enfoque gestáltico, en esta

intervención, viene determinada por la especialización en este enfoque tanto del centro

en el que se lleva a cabo la intervención como del terapeuta que lleva a cabo la misma.

Evaluación preintervención

Con el objetivo de determinar la eficacia de la intervención se decidió evaluar

antes y después de la misma los niveles de ansiedad y depresión. Para ello se empleó, en

el caso de la ansiedad, la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-

Rasgo (STAI), y, en el caso de la depresión, la adaptación española del Cuestionario de

Depresión Estado-Rasgo.

Los resultados obtenidos en la evaluación preintervención (véase la Ilustración 27

en la página 85) fueron, de una parte, para la ansiedad, en su dimensión estado 40

puntos (centil 95 en población general) y en su dimensión rasgo 26 puntos (centil 77 en

población general); y, de otra parte, para la depresión, en su dimensión estado 24 puntos

Parte 5 Necesito un modelo

Evaluación preintervención

85

(centil 92 en población general y 40 en muestra clínica) y en su dimensión rasgo 19

puntos (centil 40 en población general y 15 en muestra clínica).

Como puede observarse en la Ilustración 27, página 85, el paciente presenta altos

niveles de ansiedad y depresión en el momento de la evaluación, es decir, de ansiedad y

depresión estado. Resulta interesante contrastar los resultados de la dimensión estado

con los de la dimensión rasgo. Nos damos cuenta, entonces, que el paciente presenta de

forma habitual un alto nivel de ansiedad, que en el momento presente alcanza un pico.

Este patrón, en cambio, es distinto al de depresión. En este caso el paciente, como antes

en la ansiedad, presentaba en el momento de la evaluación un alto nivel de depresión;

sin embargo ahora, a diferencia que en el caso de la ansiedad, habitualmente el paciente

muestra bajos niveles de depresión.

Así pues, resumiendo los resultados, por una parte, la evaluación preintervención

confirma la alta ansiedad y depresión que el paciente ya indicó que estaba

experimentando. Y, por otra parte, los niveles de ansiedad en el paciente a lo largo de su

vida suelen ser altos, mientras que los de depresión suelen ser bajos. Nos encontramos

ante una ansiosa y optimista.

Ilustración 27. Resultados de la evaluación previa a la intervención.

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Intervención

86

Intervención

Con el inicio de las sesiones de psicoterapia el paciente comenzó contando un

hecho de su vida que consideraba relevante porque le marcó para siempre. Este hecho

fue el fallecimiento de su padre cuando tenía 18 años. Todos sus planes en ese momento

quedaron frustrados. Tuvo, entonces, que hacerse cargo de la gestión del patrimonio

familiar, cuya propiedad quedó en manos de su madre. Sus dos hermanos tenían

entonces 6 y 8 años. Fueron tiempos difíciles para él. Sin embargo, con el tiempo,

consiguió que las fincas de la familia fueran productivas y generaran beneficios, al

tiempo que conseguía terminar sus estudios y obtener una plaza como profesor en la

Universidad de Sevilla. Siempre llevó una vida convencional, ajustada a lo que se

esperaba de él.

Conforme transcurrieron las primeras sesiones el paciente continuó dando detalles

en relación a cómo había vivido. Expresó, de una parte, resentimiento por las cargas que

tuvo que soportar; y, de otra parte, satisfacción contenida por sus logros y éxitos.

Llamaba especialmente la atención este último hecho, pues daba la impresión de que se

esforzaba por no mostrarse explícitamente orgulloso. Una especie de pudor al reconocer

sus méritos abiertamente. Aunque, sí lo hacía soterradamente, pues elaboraba su

discurso concienzudamente para que, por un lado, quedara claro que era un hombre

valioso, que había tenido éxito, que había sido un marido preocupado por su familia,

que era un padre ejemplar, … ; y, por otro lado, no diera la impresión de ser alguien por

encima de los demás o que hiciera ostentación de sí mismo.

Aunque el paciente estaba atravesando un momento vital muy difícil, del que no

se sentía capaz de salir por sí mismo, parecía querer expresar que, sin embargo, era

alguien valioso, pues había resuelto innumerables dificultades saliendo de ellas

exitosamente y se había esforzado toda su vida por hacer cuanto, según él, le

correspondía, por ejemplo como gestor de los recursos de la familia perdiendo en ello su

juventud, o como padre de sus hijos por los cuales compró una casa enorme para que no

notaran la diferencia con respecto a la de la madre cuando estaban con él, o incluso

también por su actual pareja por la que viajaba para estar con ella todo el tiempo que le

era posible. Es decir, se advertía, que necesitaba ser reconocido en lo que él consideraba

sus méritos y que quizás era esta la forma en que había aprendido a obtener afecto en

Parte 5 Necesito un modelo

Intervención

87

sus relaciones. Un estilo que recuerda al tipo caracterológico denominado eneatipo 3

que describe Naranjo en su obra de 2005. Y así, poco a poco se fue haciendo más fuerte

la idea de que el paciente buscaba constantemente hacer méritos, por los cuales ser

valorado y querido. Es decir, algo semejante a vivir a través del reconocimiento de otro,

o lo que es igual, necesitar el reconocimiento como fórmula necesaria para sentirse

valioso. Algo, que de alguna manera, supone la negación del propio valor por el simple

hecho de ser, para ser en función del valor que otro de a su hacer. Naranjo (1997)

explica, en relación a este carácter, que se trata de

la pasión por el cultivo de una buena imagen (…) que de un modo más

común o coloquial, se la puede llamar vanidad. Consiste en una motivación por

brillar, de llamar la atención (…) alcanzando logros y éxitos. (…) es característico

de este carácter basar su éxito en criterios de valor bien establecidos, aceptados

universalmente. A diferencia de las personas orgullosas, que no necesitan

convencer al mundo de su valía porque la opinión que tienen de sí mismos es

inmejorable, los individuos vanidosos realizan grandes esfuerzos. Son activos,

atentos y luchadores, hasta el punto de que son frecuentes en ellos las alteraciones

de salud por estrés y una presión sanguínea alta. (…) Como se esfuerzan tanto en

alcanzar un nivel de resultados deslumbrante, invierten cantidad de energía en ir

de acá para allá, en hacer un sinfín de cosas; en contraposición, les resulta difícil

estar consigo mismos. Tienen muy poca capacidad para la introspección y el

silencio interior. Han de permanecer haciendo algo para llenar el tiempo y no se

conceden tiempo para estar con ellos mismos. (p. 120)

En consecuencia, se trata de personas desconectadas de sí, que están atrapadas en

un constante hacer méritos, a través de lo cual eluden exponerse a las relaciones desde

lo que sienten, ya que aprendieron a darse a valer por lo que hacen y no por lo que son.

Páez-Blarrina, Gutiérrez-Martínez, Valdivia-Salas y Luciano-Soriano (2006) explican,

por una parte, las ventajas que se derivan del abordaje de los valores personales del

paciente de forma explícita a lo largo del proceso terapéutico; y, por otra parte, el lugar

que a este aspecto dan distintos enfoques como la Terapia Cognitivo-Conductual, la

Terapia de Aceptación y Compromiso o la Terapia Gestalt, entre otros, aunque

poniendo un especial énfasis en la Terapia de Aceptación y Compromiso.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

Intervención

88

Pero, ¿era esto lo que le estaba ocurriendo realmente al paciente? Para determinar

la validez de la hipótesis formulada fue necesario contrastarla con la experiencia del

paciente. Una posibilidad, entre otras, era hacerlo explorando la relación con sus hijos.

Y al hacerlo se puso de manifiesto que el paciente nunca había hablado a sus hijos

acerca de los motivos que le llevaron a separase. Nunca les dio una explicación. Y,

además, nunca permitió que le vieran derrumbado. Siempre mantuvo el tipo en

presencia de ellos. En definitiva, sus hijos no eran en absoluto partícipes de la realidad

que estaba viviendo su padre. No conocían lo enamorado que se encontraba de la mujer

con la que pretendía rehacer su vida en pareja. Ni tampoco conocían el sufrimiento que

su padre soportaba cuando advertía que ellos no se sentían cómodos con la persona con

la que él deseaba compartir su vida.

Un momento importante del proceso terapéutico fue cuando el paciente, dándose

cuenta de qué poco conocían sus hijos acerca de lo que realmente él sentía y estaba

viviendo, se emocionó ostensiblemente. Fue entonces, cuando instado a comentar qué le

emocionaba, confesó que comprendía por vez primera que era un desconocido para sus

hijos y que la única forma que había sido capaz de articular para sentirse un padre

responsable fue comprar una casa con las mismas comodidades que tenían con su madre

en la que fue la casa familiar, comprarles todo lo que habían necesitado y nunca

renunciar a estar con ellos los fines de semana que le correspondían. Y, además, pudo

articular a expresar una idea esencial para su proceso terapéutico. Literalmente dijo:

―aunque viviera lejos de ellos [refiriéndose a sus hijos] si supieran cómo me siento, qué

dilema estoy viviendo, sería mejor modelo para ellos, que pasando todos los fines de

semana juntos sin dejarles que sepan quién soy realmente‖.

De repente, el paciente se topó con una nueva visión de sí mismo. Comprendió

que, no únicamente con sus hijos, sino en general con todas sus relaciones, no se ponía

en juego auténticamente. En lugar de eso, hacía grandes esfuerzos por mostrarse

competitivo, eficaz y resolutivo, en base a hechos, que siempre buscaba referir

sutilmente para que quedara clara su competencia. Particularmente, en relación con sus

hijos, ante todo quería representar a un padre responsable y comprometido, que genera

los recursos necesarios para proveerles de cuanto necesitan. Y, esta imagen, estaba en

peligro, si se mostraba ante sus hijos vulnerable, triste o ansioso por la posible ruptura

de su relación de pareja. Es decir, mostrarse auténtico ante sus hijos y consensuar con

Parte 5 Necesito un modelo

Intervención

89

ellos una forma de relación en la que no se sintieran abandonados y al mismo tiempo él

pudiera dar cabida a su relación de pareja, suponía una forma nueva de encarar su

situación.

Un aspecto fundamental en el proceso terapéutico, desde la perspectiva de la

Psicoterapia Gestalt, es el asunto de la autenticidad. Naranjo (2007) nos dice que la

terapia gestáltica es un existencialismo por su énfasis en la autenticidad. Así, antes o

después, de una manera o de otra, y al igual que en el caso presente, el paciente va a

topar con su falta de autenticidad.

Es interesante darse cuenta, además, que la forma de proceder del paciente,

centrada en esforzarse por hacer los méritos que cree que le van a ser reconocidos y por

los que se sentirá valioso e indirectamente querido, tiene un antecedente lejano en su

historia vital cuando aconteció la muerte de su padre, siendo él aún muy joven. En aquel

momento, sus deseos, metas, anhelos quedaron frustrados, desatendidos, por hacerse

cargo de sacar adelante su familia. De alguna manera tuvo que pasar por encima de sí

para ocuparse de algo que le vino impuesto. Adquirió de la noche al día una gran

responsabilidad, que pudo manejar adecuadamente hasta el punto de aumentar

considerablemente el rendimiento de los bienes familiares. Tuvo éxito y

reconocimiento, como también la admiración de muchos. Algo que posiblemente le hizo

sentir reconocido, valioso y querido; reforzándose y fijándose, de este modo, el

aprendizaje de olvidarse de sí mismo para esforzarse en la consecución de meritos,

valorados externamente, que le reportarían reconocimiento de su valía, e indirectamente

una sensación de ser querido por esto.

Llegados a este punto, el paciente había tomado conciencia de su patrón de

comportamiento y de algo que podía hacer para caminar en la dirección de recuperar su

relación de pareja, manteniendo una relación adecuada con sus hijos. Fue el mismo

paciente quien, en un momento dado, expresó literalmente: ―siento la necesidad de

hablar con mis hijos como nunca lo hice, que sepan que les quiero, que siempre me van

a tener y que me ayuden a ser feliz. Pero no sé cómo hacerlo y sólo pensar sentarme

frente a ellos y confesarles por lo que estoy pasando me deja sin respiración, me siento

subir la tensión, no puedo‖, para después emocionarse profundamente.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

Intervención

90

En esos momentos el paciente sabía qué paso necesitaba dar. Lo cual abría la

posibilidad de introducir algo de movimiento en su situación, que se encontraba

estancada desde hacía mucho tiempo. Un movimiento, que de producirse, transformaría

la situación en algo nuevo. Sin embargo, el paciente experimentaba gran ansiedad ante

la simple idea de dar el paso de hablar con sus hijos acerca de cómo se sentía y de lo

que le gustaría tener en su vida para sentirse feliz.

Desde el enfoque de la Terapia Gestalt este es un momento clave en el proceso

terapéutico, al que se denomina ―Impasse‖. Se trata de un momento en el proceso de

gran ansiedad para el paciente, que ya tiene claro que su comportamiento

sobreaprendido y automático, que de forma natural pone en juego, no le vale; y, al

mismo tiempo, no dispone de un nuevo repertorio conductual, que desplegar en

sustitución del anterior; y, que únicamente podrá adquirir exponiéndose a las

situaciones sin echar mano de lo que sabe confiando en que lo nuevo emergerá. Algo

como arrojarse al abismo. En esta situación, el paciente necesita del apoyo total de su

terapeuta para mantenerse en la situación de impasse sin volver al repertorio conductual

conocido. Para ello, una técnica muy útil, dentro del amplísimo repertorio disponible en

este enfoque, es la ―silla vacía‖, que describe Peñarrubia en su obra de 2002. Su

utilización implica confrontar al paciente con la situación temida o fóbica. En nuestro

caso, se situó al paciente frente a una silla vacía pidiéndole que imaginara vívidamente

frente a sí a su hijo para entablar la conversación que desea tener con él. Y se le dio la

consigna de hablarle en primera persona y en presente, con la finalidad de potenciar la

experiencia haciéndola más próxima al encuentro real entre ambos. Las primeras

ocasiones en que se utilizó esta técnica el paciente experimentó diversas respuestas

emocionales de ansiedad. En varias ocasiones se bloqueó sin poder articular palabra

alguna, hasta que finalmente, en una sesión en que llegó visiblemente afectado por una

discusión con su pareja, debió comprender que no podía seguir por más tiempo así y se

entregó a la experiencia, pudiendo entonces dirigirse a su hijo como si realmente lo

tuviera frente a sí. Entro en un fluir continuo de palabras, con las que se sorprendió a sí

mismo, pues no había imaginado nunca tener con su hijo un encuentro de tal naturaleza.

Al terminar expresó literalmente ―me siento muy aliviado, siento que un gran peso que

me oprimía ha desaparecido‖ y se mostró muy agradecido. Días después en otras

sesiones experimento la técnica imaginando a su hija. Volvió en varias ocasiones a

Parte 5 Necesito un modelo

Intervención

91

realizar en la consulta un encuentro con su hijo y con su hija, hasta que finalmente,

cuando menos lo esperaba, un día que se encontraba con sus dos hijos, sintió que era un

buen momento para hablar con ellos. Lo hizo. La respuesta de sus hijos le sorprendió.

Le dijeron que sospechaban que no se encontraba bien pero que no se habían atrevido a

preguntarle y que se sentían aliviados por saber qué le pasaba a su padre. Le

reconocieron que no se sentían cómodos con su nueva pareja, únicamente porque

estaban enfadados con él por la separación con su madre, pero que se daban cuenta que

su padre estaba con ellos, y sufriendo por ellos, y que como le querían y no les gustaba

verle sufrir intentarían aceptar a su nueva pareja. Posteriormente, el paciente, muy

satisfecho y contento, habló con su pareja para contarle que había hablado con sus hijos.

Al parecer, ella se sintió tenida en cuenta y respetada por él expresándole literalmente

―ahora me tienes en cuenta y me das un lugar de verdad en tu vida‖, según indicó

posteriormente en sesión el paciente.

En la última sesión el paciente se mostró muy agradecido con el proceso y

expresó que tenía una nueva actitud ante la vida de mayor respeto para sí mismo en

relación con lo que siente y necesita. Finalmente, comentó que tenía previsto trasladarse

a vivir con su pareja a Madrid, los meses del año que no estaba comprometido con su

Ilustración 28. Análisis de eficacia, para la ansiedad, de la intervención.

Evaluación pre y post intervención de la ansiedad

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Estado Rasgo

Dimensiones

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Evaluación postintervención y eficacia

92

actividad como profesor en la Universidad de Sevilla, que era únicamente un

cuatrimestre, y que volvería frecuentemente a su ciudad el resto del año para seguir

atendiendo las fincas de las que era responsable y para estar con sus hijos, con los

cuales últimamente hablaba más y se sentía más cercano que nunca.

Evaluación postintervención y eficacia

De igual forma que en la evaluación preintervención, en la evaluación

postintervención se empleó, en el caso de la ansiedad, la adaptación española del

Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI), y, en el caso de la depresión, la

adaptación española del Cuestionario de Depresión Estado-Rasgo.

Los resultados obtenidos en la evaluación postintervención fueron, de una parte,

para la ansiedad, en su dimensión estado 20 puntos (centil 55 en población general) y en

su dimensión rasgo 23 puntos (centil 65 en población general); y, de otra parte, para la

depresión, en su dimensión estado 16 puntos (centil 50 en población general y 17 en

muestra clínica) y en su dimensión rasgo 18 puntos (centil 35 en población general y 13

Ilustración 29. Análisis de eficacia, para la depresión, de la intervención.

Evaluación pre y post intervención de la depresión

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Estado Rasgo

Dimensiones

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Depresión Pre

Depresión Post

Parte 5 Necesito un modelo

Seguimiento

93

en muestra clínica).

En la Ilustración 28, página 91, podemos ver representados los datos de ansiedad

antes y después de la intervención. Podemos apreciar, por una parte, un descenso de la

ansiedad estado desde el centil 95 hasta el centil 55; y, por otra parte, un descenso de la

ansiedad rasgo desde el centil 77 hasta el centil 65.

En la Ilustración 29, página 92, podemos ver representados los datos de depresión

antes y después de la intervención. Podemos apreciar, por una parte, un descenso de la

depresión estado desde el centil 92 hasta el centil 50; y, por otra parte, un descenso de la

depresión rasgo desde el centil 40 hasta el centil 35.

Los resultados nos permiten considerar que el tratamiento ha sido eficaz para la

disminución de la ansiedad estado y de la depresión estado. En ambos casos se ha

producido una disminución apreciable de ambas variables.

Seguimiento

Dos meses después de la intervención tuvimos la oportunidad de contactar con el

Ilustración 30. Seguimiento de la depresión antes, después y a 2 meses de la intervención.

Evaluación pre, post y a 2 meses de la depresión

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Estado Rasgo

Dimensiones

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Depresión Pre

Depresión Post

DepresiónSeguimiento

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Seguimiento

94

paciente para hacer un seguimiento de la evolución de la intervención. Nuevamente se

empleó, en el caso de la ansiedad, la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad

Estado-Rasgo (STAI), y, en el caso de la depresión, la adaptación española del

Cuestionario de Depresión Estado-Rasgo.

Los resultados obtenidos en la evaluación de seguimiento a 2 meses fueron, de

una parte, para la ansiedad, en su dimensión estado 22 puntos (centil 63 en población

general) y en su dimensión rasgo 24 puntos (centil 70 en población general); y, de otra

parte, para la depresión, en su dimensión estado 15 puntos (centil 40 en población

general y 15 en muestra clínica) y en su dimensión rasgo 20 puntos (centil 50 en

población general y 15 en muestra clínica).

En la Ilustración 31, página 94, podemos ver representados los datos de ansiedad

en las 3 evaluaciones realizadas: antes de la intervención, después de la intervención y a

los 2 meses de finalizada ésta. Respecto de la evaluación de la ansiedad después de

finalizada la intervención podemos apreciar, por una parte, un aumento de la ansiedad

estado desde el centil 55 hasta el centil 63; y, por otra parte, un aumento de la ansiedad

rasgo desde el centil 65 hasta el centil 70.

Ilustración 31. Seguimiento de la ansiedad antes, después y a 2 meses de la intervención.

Evaluación pre, post y a 2 meses de la ansiedad

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Ansiedad Pre

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AnsiedadSeguimiento

Parte 5 Necesito un modelo

Observaciones

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En la Ilustración 30, página 93, podemos ver representados los datos de depresión

en las 3 evaluaciones realizadas: antes de la intervención, después de la intervención y a

los 2 meses de finalizada ésta. Respecto de la evaluación de la depresión después de

finalizada la intervención podemos apreciar, por una parte, un descenso de la depresión

estado desde el centil 50 hasta el centil 40; y, por otra parte, un aumento de la depresión

rasgo desde el centil 35 hasta el centil 50.

Considerados todos los resultados en su conjunto podemos concluir que la

intervención mantiene su eficacia a los 2 meses de seguimiento. En relación con la

dimensión estado, por una parte, aunque la ansiedad estado aumenta muy ligeramente

con respecto a la medida postintervención se mantiene muy por debajo de la medida

preintervención; y, por otra parte, la depresión estado disminuye ligeramente con

respecto a la medida postintervención que ya era muy inferior a la medida

preintervención. En relación con la dimensión rasgo, aunque fluctúa a largo de las

distintas medidas se mantiene en un rango pequeño de valores.

Observaciones

También es importante tener en cuenta los siguientes puntos: 1) el paciente siguió

las pautas de la intervención de forma adecuada (Maciá y Méndez, 1996); 2) la

intervención tuvo lugar desde principios del mes de abril hasta principios del mes de

Julio, con un seguimiento a 2 meses a principios de septiembre; y, 3) se informó al

paciente acerca del enfoque terapéutico a utilizar en la intervención, con el cual estuvo

conforme, pues según explicó, alguien cercano a él le recomendó el centro y,

particularmente, el encuadre terapéutico, por lo que acudía con la expectativa de obtener

resultados positivos, que se tradujo en una baja resistencia al cambio (Feixas, Sánchez,

Laso y Gómez-Jarabo, 2002).

La teoría2

2 Incluyo la teoría en el siguiente bloque para darle más énfasis. Lo hago sólo aquí, en el contexto

de un trabajo más amplio. El artículo en formato independiente, sí incluye la teoría en este punto.

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Referencias

96

Referencias3

Buela-Casal, G. y Sierra, J. C. (2002). Normas para la redacción de casos clínicos.

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Buela-Casal, G. y Sierra, J. C. (dirs.) (1997). Manual de evaluación psicológica.

Fundamentos, técnicas y aplicaciones. Madrid: Siglo XXI.

Buela-Casal, G., Verdugo, M. A. y Sierra, J. C. (1997). El proceso de evaluación

psicológica. En G. Buela-Casal, G. y J. C. Sierra (dirs.), Manual de evaluación

psicológica. Fundamentos, técnicas y aplicaciones (pp. 163-171). Madrid: Siglo XXI.

Buela-Casal, G., Agudelo, D. y Spielberger, C. D. (2007). Adaptación castellana

de la Escala de Depresión Estado Rasgo. Madrid: TEA.

De Casso, P. (2003). Gestalt: Terapia de Autenticidad. Barcelona: Editorial

Kairos.

Feixas, G., Sánchez, V., Laso, E. y Gómez-Jarabo, G. (2002). La resistencia al

cambio en psicoterapia: El papel de la reactancia, la construcción del sí mismo y el tipo

de demanda. Análisis y Modificación de Conducta, 28, 235-286.

Maciá, D. y Méndez, X. (1996). Evaluación de la adherencia al tratamiento. En

G. Buela-Casal,V. E. Caballo y J. C. Sierra (dirs.), Manual de evaluación en psicología

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investigación en psicología. International Journal of Clinical and Health Psychology, 2,

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Naranjo, C. (1997). Autoconocimiento transformador. Los Eneatipos en la vida,

la literatura y la clínica. Vitoria: Editorial La Llave D. H.

3 Las referencias de este apartado aluden exclusivamente al artículo que termina precisamente con

este apartado. El hecho de incluir en este momento este conjunto de referencias es debido a que quiero

ofrecerte un artículo completo que te sirva como modelo; y los artículos incluyen un apartado de

referencias como último apartado. Considera, por tanto, que estas referencias no son las referencias del

presente trabajo en toda su extensión sino, tan sólo, las referencias a las que hago alusión exclusivamente

a lo largo del artículo que te presento como modelo.

Parte 5 Necesito un modelo

Referencias

97

Naranjo, C. (2005). Carácter y neurosis, una visión integradora. Vitoria: Editorial

La Llave D. H.

Naranjo, C. (2007). Por una Gestalt viva. Vitoria: Editorial La Llave D. H.

Páez-Blarrina, M., Gutiérrez-Martínez, O., Valdivia-Salas, S. y Luciano-Soriano,

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PPaarrttee 66 TTeeoorrííaa GGeessttaalltt eenn qquuee bbaassoo mmii ttrraabbaajjoo ccllíínniiccoo

Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico

Autenticidad y resistencia a la autenticidad

101

Autenticidad y resistencia a la autenticidad4

De entre los muchos aspectos y dimensiones que abarca la Terapia Gestalt la

autenticidad es, la que yo considero, sin lugar a dudas, su pilar más central. Es por esto

que, cuando me planteo en qué medida mi práctica profesional refleja la actitud

gestáltica, lo hago siempre en términos de en qué medida soy auténtico en la relación

con mis pacientes. Es más, tengo una gran fe personal en que la autenticidad es la

esencia para alcanzar un nivel de salud y bienestar emocional más elevado.

En este sentido, Claudio Naranjo en su charla inaugural5 del X Congreso

Internacional de Gestalt, titulada ―La así llamada teoría de la Gestalt y la explicación de

por qué la Terapia Gestalt funciona‖, indica, por una parte, que el objetivo terapéutico

del encuadre gestáltico es llevar al paciente a la no resistencia a la autenticidad, y por

otra parte, que Fritz Perls fue alguien que tenía la virtud de ver los huecos del otro, en

palabras del propio Perls, o que tenía la virtud de ver sus zonas muertas, en palabras de

Claudio, o que tenía la virtud de ver sus evitaciones a la autenticidad, entiendo yo.

Exigencia de no manipulación

Pero, ¿qué entiende por autenticidad el enfoque de la Terapia Gestalt? Naranjo

(1990) explica cómo Perls vinculaba la falta de autenticidad del paciente con su

manipulación, es decir, con su no reconocimiento de lo que realmente experimenta —

por ejemplo, un sentimiento de fracaso—, con el fin de obtener un beneficio para sí —

por ejemplo, sentir que es alguien valioso— que, en consecuencia, le lleva frente a otro

a una posición falsa. Esta es, precisamente, la situación que vive mi paciente. Cuando

acude a consulta es incapaz de expresar a sus hijos qué situación está viviendo.

Aparenta ante ellos que todo está bien. Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Su

vida se está derrumbando. No consigue integrar en ésta a su nueva pareja y a sus hijos,

4 Este bloque de teoría que aquí comienza se corresponde con el último apartado del artículo que te

ofrezco como modelo. No la he incluido allí y he preferido hacerlo aquí para dar más énfasis a este

apartado en el contexto del presente trabajo. El artículo en formato independiente sí incluye todo este

bloque en su último apartado. 5 Tienes el vídeo de esta charla inaugural de Claudio Naranjo en su Web. La dirección es

www.claudionaranjo.com. Para acceder a este video selecciona Gestalt en una de las plumas del ave que

ilustra la página de inicio de dicha Web.

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Exigencia de no manipulación

102

después de varios años de separación. Y, como consecuencia, su nueva pareja le

amenaza con abandonar la relación. No es capaz de afrontar ante sus hijos que para él es

muy importante su actual pareja y que necesita de ellos que la acepten. Mostrarse ante

sus hijos con este dilema le aparta de la imagen de hombre seguro y triunfador que

siempre les ofreció. En el fondo de la cuestión, por tanto, está la de abandonar esa

imagen de sí mismo que fabricó.

Naranjo (1990) dice textualmente:

Con Perls, la no manipulación era una regla implícita, parte de una

exigencia de autenticidad que él daba por sentado que estaba dentro de la

capacidad de los pacientes cumplir. (p. 76)

La exigencia de no manipulación de Perls, a la que se refiere Naranjo, es una

intervención terapéutica, en el sentido que pretende devolver al paciente la posibilidad

de mostrarse con su experiencia real, liberándose de tener que mantener una posición

falsa. En el trasfondo de esta intervención terapéutica de Perls está su certeza de que

para el paciente supone un mayor sufrimiento la ocultación sistemática de su

experiencia real que mostrarse genuinamente, aunque éste último tenga precisamente la

creencia contraria, lo que le lleva a resistirse a la autenticidad, como expresó Naranjo en

la charla que mencioné anteriormente.

Por ejemplo, alguien que aprendió a tener que ocultar sus fracasos y a mostrarse

valioso se verá obligado a eludir cualquier posibilidad de fracaso y a estar en un

continuo esfuerzo por mostrar su valía. De este modo, mostrarse valioso, con todo el

repertorio de conductas que conlleva, se convierte para esta persona en la forma de

evitación de su miedo al fracaso. Que, por otra parte, estará siempre al acecho,

manteniéndole constantemente en un alto nivel de alerta, pues cada posible éxito que se

le presente es intrínsecamente también una posibilidad de fracaso. Como puedes

imaginar alguien con este aprendizaje internalizado difícilmente reconocerá un fracaso y

luchará con una fuerza, directamente proporcional a la de su miedo a fracasar, por

mostrarse exitoso. Por lo cual, sus relaciones interpersonales se verán dificultadas. Pues,

dichas relaciones de amistad, de pareja, profesionales, o de cualquier otro tipo, le serán

únicamente confortables en la medida en que a través de ellas pueda sentirse valioso. En

el momento en el que esto no sea posible con alguna relación y esta relación sea

Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico

Un encuentro con autenticidad

103

importante para él, muy posiblemente entrará en conflicto ya que, por una parte,

necesitará de la relación y, por otra parte, pero al mismo tiempo, sentirse valioso en ella.

O enfrenta su miedo, aceptando que no siempre es él quien va a quedar en la posición de

éxito, o su relación se deteriorará. Ambas posibilidades le llevan al sufrimiento.

La opción de Perls, según nos cuenta Naranjo, para el supuesto anterior, es

confrontar a la persona con su miedo al fracaso. En términos de Perls, la persona del

supuesto anterior tiene un hueco. No dispone de ojos. En su compulsión por sentirse

valioso, para apartar lo más posible de sí mismo la sensación de fracaso, se ha quitado

sus propios ojos para estar atento a la mirada ajena con el anhelo de que ésta le refleje

su valía, en la forma de una expresión de admiración o de reconocimiento hacia sí. Perls

tuvo la gran habilidad de advertir esos huecos en la persona. Pero no sólo. También tuvo

el atrevimiento de denunciarla, de hacerla consciente de su carencia. En este sentido

escuché en algunas ocasiones a Naranjo contar que Perls solía decir ―tengo ojos y no

tengo miedo‖. Lo que yo traduzco en ―veo la carencia tras la manipulación y soy capaz

de denunciarla‖. Desde mi punto de vista la denuncia de Perls tiene la intención de

ofrecerle a la persona una oportunidad de que recobre la conciencia de su carencia, la

acepte y abandone su falsedad.

De este modo, el abandono de la falsedad puede conducirnos a relaciones

interpersonales más saludables. Relaciones que incluso pueden sanar. Y esto es, para

mí, la esencia misma de la Terapia Gestalt. Lo que verdaderamente abre la posibilidad

de un mayor nivel de salud para el paciente está directamente relacionado con el grado

de autenticidad que la relación de ambos pueda alcanzar. Así el terapeuta, en la medida

en que él mismo vence su propia resistencia a su autenticidad, puede conducir a su

paciente al restablecimiento de la suya propia.

Un encuentro con autenticidad

En las diversas charlas6 y talleres que he impartido, en algunas facultades de

Psicología, he pretendido ilustrar el inmenso potencial de salud que emana del

encuentro auténtico entre dos personas. Lo he hecho a través de un extracto del episodio

6 Tienes disponibles en la Web de Qualia, la Escuela Granadina de Terapia Gestalt, en la sección

descargas, las presentaciones de mis charlas en formato PDF. La dirección es www.gestaltgranada.es.

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Un encuentro con autenticidad

104

titulado ―Un día, una habitación‖, que forma parte de la famosa serie de televisión

House. Por un lado, en la Ilustración 32 en la página 105 tienes los detalles del extracto

del episodio. Y, por otro lado, en la Ilustración 33 en la página 106 tienes la carátula de

la tercera temporada de la serie que contiene el mencionado episodio.

A continuación voy a comentarte qué sucede en este episodio y por qué lo

relaciono con la autenticidad. El doctor House es el personaje central de la serie.

Trabaja en un hospital como jefe del servicio de diagnóstico. En este episodio House se

encuentra con una paciente. Cuando se aproxima a ella esta reacciona de un modo

extraño. House sorprendentemente advierte que ha sido violada. Entonces rehúsa

atenderla y quiere derivarla a psiquiatría. Sin embargo ella ha percibido algo en el

encuentro con House que le lleva insistir en que quiere ser tratada por él. A

regañadientes, forzado por la dirección del hospital, House acepta atenderla. Pero no

sabe cómo hacerlo. Consulta con algunos de sus colegas y ningún consejo de éstos le

parece satisfactorio. Sin saber qué hacer la visita. House entra incómodo en la

habitación de ella. Le pregunta si quiere hablar de lo que le ocurrió. Ella, que parece

percibir la incomodidad de House, también se incomoda y le responde que no. Entonces

House se molesta aún más y le pregunta si quiere hablar sobre el tratamiento para la

enfermedad venérea que ha contraído en la violación. Ella también le responde que no.

House irónicamente le pregunta entonces si de lo que quiere hablar es del tiempo. Y,

sorprendentemente, aunque con clara resignación contesta que sí. Momento en el que

House aprovecha para negarse diciéndole que no es el hombre del tiempo. Se dirige a

ella para tomarle el pulso y ella le retira enfadada el brazo. El encuentro de ambos

termina en desencuentro.

Un tiempo después Hosue vuelve a visitarla. Ella duerme. De un modo brusco

House le pide que se despierte. Sin esperar a que lo haga completamente comienza a

contarle una historia personal de abusos. Ella se interesa. House le cuenta que cuando

sus padres le dejaban con su abuela ella abusaba de él. Nada más terminar de contarle la

historia House le exige que ahora ella se sincere con él. Pero ella no parece muy

motivada a ello, parece extrañada. Y le pregunta cómo continuó llamando a su abuela

después de aquello. A lo que House responde irónicamente que siguió haciéndolo del

mismo modo. Ella no le cree. No le parece posible. Se enfada. Se siente engañada y se

lo dice. House se siente descubierto aunque se resiste a confesarlo y enfadado se

Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico

Un encuentro con autenticidad

105

defiende con los argumentos que puede. Entonces, House le expresa que no puede creer

cómo su vida va a depender de lo que alguien pueda contarle. Ella se emociona.

Implícitamente, House ha revelado su profunda desconfianza en los seres humanos y su

necesidad defensiva de evitar depender de alguien. Así se descubre para qué House

siempre actúa buscando poner en evidencia a todos aquellos con lo que se relaciona,

confrontándoles con su falta de inocencia. Tiene que demostrarse a sí mismo que no

debe confiar. Lo que más miedo le da y lo que más necesita. Entonces ella, en contraste

con House, muestra su confianza en que nuestras vidas, y por supuesto la suya,

dependen y se configuran con cada encuentro en el momento presente. Algo que deja a

House en silencio.

En el siguiente encuentro, al aire libre, ella se acerca a House. Apoyándose en una

sensación de saber que a él también le pasó algo, ella le expresa que su dolor es haber

sido violada. Y, sin dar opción a una negativa alguna, le pregunta qué le pasó a él. La

verdad de ella le pone a él en contacto con la suya y no puede mantenerle la mirada.

House baja la cabeza. Un gesto que en sí mismo es ya un reconocimiento de que ella

tiene razón. Él también tiene un profundo dolor.

Ilustración 32. Una diapositiva de mi charla “Gestalt, Terapia de Autenticidad”.

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Un encuentro con autenticidad

106

Finalmente, en la última escena del extracto del episodio, que es continuación de

la anterior, House a raíz de la pregunta de ella está más en contacto con su propio dolor

y desde ahí le dice que le importa lo que ella siente —yo me imagino que él se pregunta

si como ella se siente es como él se siente— y ella se conmueve. Él le pregunta por qué

le eligió. Ella llora y le responde que sintió que él también había sufrido. Nuevamente

House no puede sostenerle la mirada y se gira agachando su cabeza. Entonces él

conectado con su dolor le confiesa que la historia que le contó era cierta pero que quien

realmente abusó de él no fue su abuela sino su propio padre. Al expresarle esto House

queda sobrecogido. Ella se emociona y le expresa que ahora sí desea contarle lo que le

pasó. House con voz profunda le dice que le gustaría oírla. Ella empieza a contarle su

historia. En ese momento la cámara comienza a alejarse de ellos. La música empieza a

sonar, con mayor volumen cada vez, al tiempo que apaga poco a poco las palabras de

ella que, finalmente, dejan de oírse. Ya no importa cómo fue, los detalles, el encuentro

auténtico entre los dos se produce. Su salud comienza ya a restablecerse, en el momento

en que ella siente que él sinceramente desea escucharla y que, además, realmente puede

comprender cómo se siente pues no está a la defensiva sino, que por el contrario está en

completa sincronía y coherencia emocional con ella.

Ilustración 33. Serie de televisión House, 3ª temporada.

Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico

Comunicación no verbal

107

Para mí la historia que acabo de contarte refleja muy bien varios aspectos

relacionados con la autenticidad. Primero, cómo la resistencia a la autenticidad dificulta

el encuentro. Segundo, cómo cuando la autenticidad está presente en el encuentro entre

dos personas éstas alcanzan un nivel de intimidad imposible de alcanzar mediante la

manipulación que supone la ocultación de sí mismo y la proyección de una imagen

falsa. Nivel de intimidad que, por otra parte, favorece procesos de salud para ambos. Y,

tercero, cómo la autenticidad de uno puede conducir a otro hacia su propia autenticidad.

No te conformes con la descripción que te he hecho de la historia. Te recomiendo

que veas el episodio. Por una parte, la historia está magistralmente interpretada por los

actores. Y, por otra parte, los planos de las cámaras, para acentuar una mirada, para

enfatizar un gesto, para mantener un silencio, para llevar la atención a un personaje en

detrimento del otro, etc. son geniales. De esta forma, tan magnífica interpretación y tan

buenas tomas, te permiten apreciar los detalles más sutiles relacionados con la

comunicación no verbal que tiene lugar entre los personajes. Y, este aspecto, el de la

comunicación no verbal, es crucial para que comprendas aún más profundamente qué es

la autenticidad, desde la perspectiva de la Terapia Gestalt.

Comunicación no verbal

La comunicación no verbal alude a una forma de comunicación que presenta un

bajo control voluntario. En contraposición está la comunicación verbal con un alto

control voluntario. Así, lo que una persona expresa no verbalmente es más fiel a su

auténtica experiencia, en el momento presente, que aquello que expresa verbalmente. Es

por esto, que en Terapia Gestalt, un terapeuta frecuentemente ha adquirido, en mayor o

menor medida, la habilidad de apreciar la coherencia entre lo que dice su paciente y

cómo lo dice. De manera que la incongruencia entre las palabras y los actos no verbales

revela para el terapeuta un apartarse de la autenticidad. Paul Ekman, hace tiempo

también advirtió esto mismo en un contexto muy diferente, en el de la investigación

empírica, dando de este modo un gran apoyo a lo que los gestaltistas ya sabían

fenomenológicamente. Ekman es profesor de Psicología y director del Human

Interaction Laboratory de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en

San Francisco. Se ha convertido en un maestro en la lectura de la emociones, en general,

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Las vías superiores e inferiores

108

y de las expresiones faciales, en particular. De Ekman nos habla Goleman (2003) en su

obra titulada ―Emociones destructivas‖ cuando dice:

Pero el momento crucial de su carrera se produjo cuando, después de

licenciarse, se dedicó a observar sesiones de psicoterapia a través de un espejo

unidireccional y se quedó muy impresionado al cobrar conciencia de que lo que

ahí estaba ocurriendo no se transmitía tanto a través de canales verbales como no

verbales [por ejemplo]el tono de voz, las expresiones faciales y el gesto.(p. 167)

Ekman se dio cuenta de que lo esencial de la comunicación entre personas tiene

lugar a nivel no verbal, es decir, con escaso control voluntario.

Las vías superiores e inferiores

La comunicación no verbal estaría relacionada con lo que Joseph LeDoux (1999)

denomina ―vía inferior‖. Con esta denominación se refiere a los circuitos neuronales

que no alcanzan la corteza cerebral. Utiliza esta designación en contraposición a ―vía

superior‖, que reserva para aquellos circuitos neuronales que sí recorren la corteza

cerebral. Se ha comprobado que únicamente los procesos que tienen lugar a través de

vías corticales son susceptibles de alcanzar la conciencia. Por tanto, en términos de

LeDoux únicamente los procesos que emplean las vías superiores son quizás

conscientes, mientras que los procesos que emplean vías inferiores permanecen al

margen de la conciencia. En este sentido gran parte de la expresión emocional, es decir,

los componentes implícitos de la comunicación, al margen del control voluntario como,

por ejemplo, la coloración de la piel, la sudoración de las palmas de las manos, la

expresión facial, la expresión de los ojos o la prosodia del lenguaje, son procesos que

transcurren por vías inferiores. En cambio, lo explícito de la comunicación como, por

ejemplo, las palabras o la lógica del discurso, susceptibles de control voluntario son

procesos atribuibles a las vías superiores.

Joseph LeDoux (1999) pone un ejemplo muy interesante para diferenciar la vía

superior y la vía inferior. Imagina que paseas por el campo y vislumbras fugazmente

algo entre las hierbas que se asemeja a una serpiente. Inmediatamente, sin pensar, das

un salto y te apartas todo lo que puedes. A continuación, desde una distancia de

Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico

Las vías superiores e inferiores

109

seguridad, buscas con tu mirada entre las hierbas y reconoces un cordel de vivos colores

en lugar de una serpiente. Respiras aliviado y continúas tu paseo. La respuesta

rapidísima de apartarte corresponde a procesos que transcurren por vías inferiores. En

cambio, el análisis posterior para determinar si efectivamente se trata o no de una

serpiente corresponde a procesos deliberativos que transcurren por vías superiores. En

caso de encontrarte con una serpiente lo que te salva la vida son tus vías inferiores que,

activan tu respuesta de miedo, a través del sistema nervioso simpático, sin la ocurrencia

de tu pensamiento o deliberación alguna por tu parte. Más te vale pensar a posteriori si

efectivamente te cruzas con una serpiente en tu camino. Cuando, desde un lugar más

seguro, adviertes que se trata en realidad de un cordel y no de una serpiente seguro que

te dices algo parecido a ―¡Uff! ¡Qué susto! No pasa nada‖. Y este mensaje, de algún

modo, más tardío y lento de tus vías superiores es lo que te tranquiliza finalmente,

activando el sistema nervioso parasimpático. Así, las vías inferiores son rápidas y no

conscientes. En cambio, las vías superiores son lentas y conscientes.

Respecto al tema de la comunicación en el encuentro terapéutico, entiendo que la

comunicación implícita no verbal, tanto del paciente como del terapeuta, cuyo sustrato

neuronal es la activación de sus respectivas vías inferiores de forma involuntaria y

rapidísima, representa la expresión autentica de la experiencia de cada uno respecto al

otro, momento a momento. Experiencia que cada uno, en la medida en que le resulta

inaceptable, trata de eludir para mostrar algo diferente a lo que realmente es. Para lo que

necesita la participación de sus vías superiores, más lentas y voluntarias. Es decir, las

vías inferiores disparan lo genuino de cada uno en relación al otro en el momento

presente sin mediación de la voluntad o de la conciencia. Ocurre, sin más. Y, es después

cuando cada uno, a través de la participación de sus vías superiores, puede determinar si

es o no pertinente lo que experimenta en ese momento, llevado por los aprendizajes

hechos en el transcurso de su desarrollo. No es que en cada momento decida sino que ya

tiene aprendido qué decidir en situaciones como la presente. Por tanto, si tiene decidido

que su experiencia es inaceptable de inmediato pasa a poner en juego su estrategia de

camuflaje, igualmente bien aprendida, entrenada y argumentada. Se instaura así en la

falsedad y en la manipulación.

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Experiencialismo ateórico

110

Experiencialismo ateórico

Es en este sentido, que comienzo a entender la conocida definición de Naranjo

(2007) acerca de la Terapia Gestalt como un experiencialismo ateórico. El término

experiencialismo infunde un impulso a permitir la experiencia en el momento presente.

Es decir, se trata de una propuesta a experimentar lo que hay en cada momento. Pero no

de cualquier modo pues Naranjo adjetiva el experiencialismo con ateórico. De esta

forma parece decir ―experimenta lo que es sin teorías‖. No puedo dejar de asociar, por

una parte, ―experimentar lo que es‖ con un animar a permitir la experiencia que emerge

de las vías inferiores, lo auténtico o sí mismo, y, por otra parte, ―sin teorías‖ con un

rechazo a lo adquirido, lo que no se es o falso yo, a través de aprendizajes rígidos en el

transcurso del desarrollo implementados en las vías superiores y que se convierten en un

impedimento a la aceptación de la experiencia tal cual es. De este modo, en tan pocas

palabras, y de una forma tan elegante, Naranjo nos ofrece una definición

fenomenológica de la Terapia Gestalt que la más reciente investigación neurocientífica

comienza a describir hoy en términos neuronales.

Autorregulación organísmica

Goleman (1996) puso de manifiesto el papel relevante de la adecuada gestión

emocional para la salud personal, a lo que llamó Inteligencia Emocional. Ahora

Goleman (2003) trasciende lo intrapersonal para abarcar lo interpersonal con la misma

vocación que antes, la de destacar el valor de la adecuada gestión emocional para la

salud de las relaciones, a lo que llama Inteligencia Social.

Inteligencia social que, a la luz de los últimos descubrimientos en neurociencia,

tiene que ver con comprender cómo las vías superiores condicionadas con los

aprendizajes durante el desarrollo interfieren los procesos involuntarios del organismo,

algo que recuerda el tan conocido concepto de autorregulación organísmica de Perls

(2007). Al que, por otra parte Naranjo (1990) alude en su obra ―La vieja y novísima

Gestalt‖ del modo siguiente:

Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico

Conclusión

111

La confianza en la autorregulación organísmica está incorporada en la

Terapia Gestalt como una confianza en la espontaneidad… es una traducción

biológica de lo existencial de “ser uno mismo”. (p. 7)

Por tanto, entiendo que con autorregulación organísmica Perls (2007) quería decir

lo mismo que Naranjo (2007) con experiencialismo ateórico. Ambos, instan a confiar en

la espontaneidad, o procesos inferiores más allá de la voluntad, para lo cual hay que

abandonar las falsas teorías adquiridas con el aprendizaje acerca de uno mismo,

implementados en las vías superiores. De ahí, que la Terapia Gestalt al mismo tiempo

sea existencial y transpersonal. Por una parte, transpersonal porque te anima a que

abandones lo que has aprendido que eres, tu personalidad, que ha quedado

implementada en tus vías superiores. Y, por otra parte, existencial porque anima a que

te entregues a la experiencia de lo que realmente eres, que emerge de las vías inferiores.

Conclusión

De este modo, y como conclusión, entiende autenticidad en Terapia Gestalt como

ser tú, que no tiene que ver con tu voluntad, en contraposición a manipulación, que es lo

que has aprendido que tienes que ser. En la medida en que manipulas y te alejas de la

autenticidad te alejas también de la satisfacción de fluir con lo que hay y tu vida se hace

difícil y sufrida al tener que sostener lo que no eres y te exiges ser. El proceso

terapéutico en Terapia Gestalt tiene, por tanto, que ver con confrontar la falsedad para

permitir que emerja lo espontáneo y genuino.

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

AAppéénnddiicceess

Apéndices

Apéndice 1. Cómo usar los baremos

115

Apéndice 1. Cómo usar los baremos

Los baremos te permiten transformar las puntuaciones directas —que obtienes al

pasar a tu paciente una prueba psicológica— en puntuaciones transformadas, o centiles.

Los centiles te indican qué lugar ocupa tu paciente, respecto de la variable que has

medido (por ejemplo depresión rasgo), respecto de su población de referencia. Así, si tu

paciente obtiene un centil 77 significa que está muy por encima de la media, centil 50,

en el valor de esa variable. Tan por encima que únicamente el 33% de las personas

muestran un nivel en esa variable más alto. Por tanto, transformar la puntuación directa

Ilustración 34. Cómo usar un baremo.

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Apéndice 1. Cómo usar los baremos

116

en su correspondiente centil es lo que te da la oportunidad de hacer comparaciones. En

tanto que no haces dicha transformación la puntuación directa, en sí misma, no te dice

nada acerca de tu paciente. Únicamente cuando lo comparas con su grupo de referencia

es que la medida que has tomado cobra sentido.

Observa la Ilustración 34 en la página 115. Esta ilustración te muestra todos los

pasos necesarios para obtener qué centil corresponde a una puntuación directa 32

obtenida por una mujer adulta en un cuestionario que evalúa una variable en su

dimensión rasgo. A esta persona le corresponde un centil 77.

Apéndices

Apéndice 2. Artículos en Internet

117

Apéndice 2. Artículos en Internet

Internet está cambiando muchos de nuestros hábitos. Entre ellos, Internet

principalmente ha revolucionado nuestra forma de comunicarnos, en general, y nuestra

forma de acceder a la información, en particular. Respecto al modo de acceder a la

información hay una clara tendencia. Por un lado, el volumen de distribución de

información en formato impreso disminuye a un ritmo cada vez mayor; por otro lado, el

volumen de distribución de información en formato electrónico está aumentando a un

Ilustración 35. Artículos en Internet.

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Apéndice 2. Artículos en Internet

118

ritmo también creciente.

El ámbito de la comunicación científica entre profesionales no está al margen de

tal revolución. Más bien al contrario. Así, cada vez con más frecuencia, las revistas

científicas especializadas, entre ellas también las de Psicología, ofrecen a sus lectores

los artículos que publican en formato electrónico, habitualmente como archivos PDF, a

través de sus sedes en Internet. Un ejemplo claro en este sentido es la revista española

International Journal of Clinical and Health Psychology7. Esta revista, en su sección

Contenidos, ofrece todos los artículos que hasta ahora ha publicado (observa la

Ilustración 35 en la página 117).

Entre los artículos que International Journal of Clinical and Health Psychology

nos ofrece en su sede en Internet hay dos especialmente interesantes que yo he utilizado

en el desarrollo del presente trabajo. A ambos artículos me he referido en el artículo que

te ofrezco como modelo. Uno de ellos es el titulado ―Normas para la redacción de casos

clínicos‖ de Buela-Casal y Sierra (2002). El otro lleva por título ―Clasificación y

descripción de las metodologías de investigación en psicología‖ de Montero y León

(2002). Recientemente, Montero y León (2007) han revisado el anterior artículo en su

nuevo artículo titulado ―Guía para nombrar los estudios de investigación en Psicología‖.

7 Accede a los servicios en línea de esta revista a través de su dirección en Internet

www.aepc.es/ijchp/.

Apéndices

Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción

119

Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción

Antes de redactar tu artículo has de tomar una importante decisión. Esta es qué

software de tratamiento de textos vas a utilizar para tal fin. No decidas esto a la ligera.

Yo utilizo habitualmente para la redacción de mis documentos Microsoft Word. En la

actualidad utilizo la versión 2007. Llevo muchos años utilizando este producto y me

siento muy satisfecho. Se trata de un programa muy popular. Prácticamente todo el

mundo lo utiliza. Por lo cual, se ha convertido con el tiempo en un estándar. Que

Microsoft Word sea la aplicación de tratamientos de textos estándar es algo en favor de

este producto para que lo elijas como tu herramienta de trabajo.

Ilustración 36. Herramientas de Word para administrar citas, referencias y autoridades.

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Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción

120

Por un lado significa que a cualquier persona a la que le envíes tu documento

podrá abrirlo, leerlo y manipularlo sin problemas. Algo que no es posible con los

documentos de otros programas de tratamiento de textos que no son tan populares, salvo

en el caso de que estos dispongan de la opción de guardar tu documento en el formato

de Microsoft Word. Una situación muy habitual es que termines un trabajo y quieras

imprimirlo en alta calidad, es decir, imprimirlo en color, con gran resolución, a doble

cara y en un papel de mayor gramaje al habitual. Lo mejor, en esta situación, es que

envíes tu documento a un servicio de impresión profesional, por correo electrónico, para

después recogerlo ya impreso, en lugar de utilizar tu propia impresora doméstica. Si

utilizas Microsoft Word cualquier servicio de impresión profesional te aceptará el

archivo en el formato nativo de tu aplicación sin inconveniente alguno. Algo que no

ocurrirá con los formatos de otros programas de tratamiento de textos.

Por otro lado, Microsoft Word te ofrece la interesante opción de obtener una copia

de cualquiera de tus documentos en el conocido formato PDF, el estándar en la

distribución de documentos en formato electrónico. De este modo, cuando termines tu

documento y desees distribuirlo, por ejemplo, por correo electrónico o colgándolo en tu

sede de Internet, podrás hacerlo en formato PDF y así, los lectores de tu documento lo

Ilustración 37. Portada y contraportada del libro “Microsoft Office Word 2007. Paso a paso”.

Apéndices

Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción

121

podrán abrir y leer pero no podrán modificarlo. Además, el formato PDF, es el formato

habitual en el que las revistas exigen la recepción de artículos para su posible

publicación.

Además, considera que Microsoft Word es una aplicación en continuo desarrollo

que no deja de innovar y ofrecer a sus usuarios nuevas opciones y herramientas, con el

fin de convertir la producción de documentos en un proceso cada vez más fácil e

intuitivo, al alcance de cualquiera. En este sentido, Microsoft Word, para los que

estamos interesados en producir artículos, donde es habitual citar a otros autores en

algún formato preestablecido, como por ejemplo el formato APA, nos ofrece un

conjunto de herramientas que, simplifican y agilizan notablemente, dicho proceso de

citación de autoridades (observa la Ilustración 36en la página 119). Mediante el uso de

estas herramientas Microsoft Word registra las diferentes autoridades citadas en el

transcurso de la redacción del artículo para finalmente, de un modo completamente

automático, incluir todas las referencias que corresponden a cada cita insertada en el

texto, en el formato y orden apropiados.

Y, finalmente, ten en cuenta que, gracias a la popularidad de Microsoft Word,

existen en el mercado cientos de manuales, de diferentes editoriales, para que aprendas

a utilizar este producto. Dispones de manuales para diferentes niveles de usuarios, desde

nivel principiante hasta nivel avanzado. Si te decides a adquirir uno te recomiendo que

lo elijas del catálogo de Microsoft Press, la editorial de Microsoft, son los mejores. En

España, en la actualidad, los libros de Microsoft Press los distribuye Anaya Multimedia.

En el sitio Web de Anaya Multimedia8 puedes encontrar un catálogo completo de los

libros de Microsoft Press. Entre ellos te recomiendo el libro titulado ―Microsoft Office

Word 2007. Paso a paso‖, observa la Ilustración 37 en la página 120, de Cox y

Preppernau (2007). Este libro te da la oportunidad de alcanzar un nivel de

conocimientos suficiente para producir tus artículos sin dificultades. Aunque, en general

todos los capítulos de este libro son muy interesantes hay dos que considero

especialmente relevantes para el tema que nos ocupa, la redacción de artículos. Por una

parte, el capítulo 7 titulado ―Trabajar con diagramas y gráficos‖ te enseña cómo crear,

insertar y modificar un gráfico en tu documento de texto. Y, por otra parte, el capítulo 8,

8 La dirección en Internet de Anaya Multimedia es http://www.anayamultimedia.es/cgi-

bin/main.pl.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción

122

titulado ―Trabajar con documentos más largos‖, entre otros contenidos también muy

útiles, te muestra cómo realizar citas en tu documento y añadir al final una bibliografía

con el estilo que prefiera, por ejemplo el estilo APA.

Apéndices

Apéndice 4. Extracto de normas APA

123

Apéndice 4. Extracto de normas APA

Como ya te indiqué, en la parte 3 del presente trabajo, tienes una recopilación de

las normas de la APA en el Apéndice B del libro ―Cómo redactar textos científicos en

Psicología y Educación‖ (observa la Ilustración 21 en la página 53) escrito por León, O.

G. (2005). Este apéndice contiene, de una manera clara y sencilla, todo lo que necesitas

saber a este respecto. Sus apartados, además, incluyen numerosos ejemplos e

ilustraciones con los que puedes aclarar tus dudas.

No obstante, también dispones en Internet de numerosos documentos a este

respecto. Pero ten cuidado a la hora de elegir. No todos son buenos. Te recomiendo el

que durante bastante tiempo yo he utilizado para aclarar mis dudas en mis trabajos. Se

titula ―Formato APA – Quinta edición‖ de Canales (2002). En la Ilustración 38 en la

página 123 observa los resultados de la búsqueda en Google de ―normas apa‖. Entre los

muchos resultados localiza la línea ―[PDF] FORMATO APA – QUINTA EDICIÓN‖.

Esta línea es el hipervínculo que te permite abrir el documento en formato PDF.

Una vez que lo tienes abierto guárdalo en tu equipo. Ahora lo tienes disponible

Ilustración 38. Resultados de la búsqueda de “Normas APA” en Google.

Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas

Apéndice 4. Extracto de normas APA

124

cada vez que lo necesites sin tener que descargarlo en cada ocasión de la Web.

Este documento en formato electrónico es muy cómodo de utilizar. Cuando

trabajes en tu programa de tratamiento de textos con tu artículo mantén también abierto

simultáneamente el documento con las normas APA. Si quieres consultar algo sólo

tienes que cambiar de ventana. Trabajar de este modo es mucho más cómodo que con

un volumen impreso en tu escritorio.

Referencias

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

RReeffeerreenncciiaass

Referencias

127

Buela-Casal, G. y Sierra, J. C. (2002). Normas para la redacción de casos clínicos.

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Fundamentos, técnicas y aplicaciones. Madrid: Siglo XXI.

Buela-Casal, G., Verdugo, M. A. y Sierra, J. C. (1997). El proceso de evaluación

psicológica. En G. Buela-Casal, G. y J. C. Sierra (dirs.), Manual de evaluación

psicológica. Fundamentos, técnicas y aplicaciones (pp. 163-171). Madrid: Siglo XXI.

Buela-Casal, G., Agudelo, D. y Spielberger, C. D. (2007). Adaptación castellana

de la Escala de Depresión Estado Rasgo. Madrid: TEA Ediciones.

Canales, T. (2002). Formato APA – Quinta Edición. Extraído el 22 de Marzo de

2010 desde http://www.intec.edu.do/biblioteca/pdf/APA/Normas_APA%5B1%5D.pdf

Cox, J. y Preppernau, J. (2007). Microsoft Office Word 2007. Paso a paso.

Madrid: Grupo Anaya, S. A.

De Casso, P. (2003). Gestalt: Terapia de Autenticidad. Barcelona: Editorial

Kairós, S. A.

Goleman, D. (1996). Inteligencia Emocional. Barcelona: Editorial Kairós, S. A.

Goleman, D. (2003). Emociones destructivas. Cómo entenderlas y superarlas.

Barcelona: Editorial Kairós, S. A.

Goleman, D. (2006). Inteligencia Social. La nueva ciencia de las relaciones

humanas. Barcelona: Editorial Kairós, S. A.

León, O. G. (2005). Cómo redactar textos científicos en psicología y educación.

La Coruña: Editorial Netbiblo, S. L.

Feixas, G., Sánchez, V., Laso, E. y Gómez-Jarabo, G. (2002). La resistencia al

cambio en psicoterapia: El papel de la reactancia, la construcción del sí mismo y el tipo

de demanda. Análisis y Modificación de Conducta, 28, 235-286.

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Naranjo, C. (2005). Carácter y neurosis, una visión integradora. Vitoria: Editorial

La Llave D. H.

Naranjo, C. (2007). Por una Gestalt viva. Vitoria: Editorial La Llave D. H.

Naranjo, C. (2010). La así llamada teoría de la Gestalt y la explicación de por

qué funciona. Extraído el 14 de Marzo de 2010 desde http://www.claudionaranjo.net/

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personales en el contexto de la terapia psicológica. International Journal of Psychology

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de Freud. Ferrol: Editorial Sociedad de Cultura Valle-Inclán.

Peñarrubia, F. (2002). Terapia Gestalt, la vía del vacío fértil. Madrid: Alianza

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Spielberger, C. D., Gorsuch, R. L. y Lushene, R. E. (1970). Manual for the

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[versión española, TEA Ediciones S. A., 1982].

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Autenticidad. Extraída el 14 de Marzo de 2010 desde http://www.gestaltgranada.es/

web/ui/descargas.aspx

Universal Estudios (Productora). (2007). House M. D. [Video]. Los Ángeles:

Universal Estudios.

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

TTaabbllaa ddee IIlluussttrraacciioonneess

Tabla de Ilustraciones

133

1. Sección Catálogo de TEA Ediciones. .............................................................. 25

2. Resultados de búsqueda en el catálogo de TEA Ediciones. ................. 26

3. Ficha del cuestionario STAI del catálogo de TEA Ediciones. .............. 26

4. Portada y contraportada del IDER. ................................................................ 28

5. Portada y contraportada del STAI. ................................................................ 29

6. Cómo llegar a Google Docs. ............................................................................... 32

7. Página de acceso a Google Docs. ..................................................................... 33

8. Página principal de Google Docs. .................................................................... 34

9. Hoja de cálculo de Google Docs. ...................................................................... 35

10. Cómo introducir los datos en la hoja de cálculo. ..................................... 36

11. Cómo insertar un gráfico. .................................................................................. 37

12. Cuadro de diálogo Crear gráfico. .................................................................... 38

13. Gráfico finalizado. ................................................................................................. 39

14. Cuadro de diálogo Guardar hoja de cálculo. .............................................. 40

15. Índice de documentos de Google Docs. ........................................................ 41

16. Guardar un gráfico como una imagen. ......................................................... 41

17. Insertar la imagen del gráfico en un documento de texto. .................. 42

18. Cuadro de diálogo Insertar imagen. .............................................................. 42

19. Datos organizados para obtener un gráfico eficacia. ............................. 44

20. Datos organizados para obtener un gráfico seguimiento. ................... 47

21. Portada y contraportada del libro “Cómo redactar textos…”. .................................................................................................................... 53

22. Página de inicio de IN~RECS. ........................................................................... 69

23. Página de inicio de Psicología de IN~RECS. .............................................. 70

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134

24. Tasas de rechazo (International Journal of Clinical Health Psychology). ............................................................................................................ 72

25. Resultados de la búsqueda, en Google, de la revista “Anales de Psicología”. ......................................................................................................... 73

26. Página de inicio de la revista “Anales de psicología”. ............................ 74

27. Resultados de la evaluación previa a la intervención. .......................... 85

28. Análisis de eficacia, para la ansiedad, de la intervención. ................... 91

29. Análisis de eficacia, para la depresión, de la intervención. ................. 92

30. Seguimiento de la depresión antes, después y a 2 meses de la intervención. ....................................................................................................... 93

31. Seguimiento de la ansiedad antes, después y a 2 meses de la intervención. ....................................................................................................... 94

32. Una diapositiva de mi charla “Gestalt, Terapia de Autenticidad”. ...................................................................................................... 105

33. Serie de televisión House, 3ª temporada. ................................................ 106

34. Cómo usar un baremo. ..................................................................................... 115

35. Artículos en Internet. ........................................................................................ 117

36. Herramientas de Word para administrar citas, referencias y autoridades. ...................................................................................................... 119

37. Portada y contraportada del libro “Microsoft Office Word 2007. Paso a paso”. ............................................................................................ 120

38. Resultados de la búsqueda de “Normas APA” en Google. ................. 123

DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass

ÍÍnnddiiccee aannaallííttiiccoo

Índice analítico

137

autenticidad encuentro de, 103 no manipulación, 102 qué es, 101

baremo cómo se usa, 31, 115 para qué sirve, 31 qué es, 31

Buela-Casal, Gualberto, xiii, iii, 9, 55, 79, 80, 83, 96, 118, 127, 128 agradecimiento a, xiii

Campos, Josefa, 5, xiii, iv, 80 agradecimiento a, xiii

comunicación no verbal, 107, 108

Cuestionario Ansiedad Estado-Rasgo, 24, 59, 61, 62, 79, 84, 92, 94

Cuestionario de Depresión Estado-Rasgo, 79, 84, 92, 94, Véase también Inventario de Depresión Estado-Rasgo

diagnóstico Eneagrama, 60

Ekman, Paul, 107, 108

estandarización artículos, 13 aspectos de contenido, 13 aspectos formales, 13 formato, 13

factor de impacto, 71

Goleman, Daniel, 108, 110, 127 inteligencia emocional, 110 Inteligencia Social, 110

House, 104, 105, 106, 129

IDER. Véase Inventario de Depresión Estado-Rasgo

IN~RECS, 69, 70, 71, 75

Inventario de Depresión Estado-Rasgo, 24, 59, 61, 62

Jera, xiii, iv, 80 Escuela Sevillana de Terapia

Gestalt, xiii, iv

LeDoux, Joseph, 108, 127 vía inferior, 108 vía superior, 108

Naranjo, Claudio agradecimiento a, xiii diagnóstico, 60 Eneagrama, xiii, 60 experiencialismo ateórico, 110 Programa SAT, xiii Terapia Integrativa, xiii X Congreso Internacional de

Gestalt, 101

Perls, Fritz, 101, 102, 103, 110, 111, 128 autorregulación organísmica, 110

Qualia, 7, iv, 79, 103 Escuela Granadina de Terapia

Gestalt, iv, 103

revistas de Psicología listado de, 70

Sierra, Juan Carlos, 9, 55, 79, 83, 96, 118, 127, 128

STAI. Véase Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo

Stroke, Susana agradecimiento a, xiii

TEA Ediciones, 24, 26, 27, 127, 128

Terapia Gestalt existencial, 111 transpersonal, 111

Información final Si estás interesado en publicar tus casos clínicos tienes la

oportunidad de hacerlo en la Revista Internacional de Intervenciones en Salud Emocional, de reciente creación, y de la cual soy el editor principal.

Quiero poner este medio a tu disposición. En la dirección en Internet de esta revista, http://www.gestaltgranada.es/web/ ui/qualia.aspx?stk=RiiSAe encontrarás toda la información que necesitas.

Este trabajo te interesa si eres un Especialista en Terapia

Gestalt, o en cualquier otro enfoque terapéutico, y quieres dar a

conocer tu trabajo a otros especialistas y profesionales clínicos,

sin embargo no sabes cómo hacerlo.

Los clínicos en general, y los psicoterapeutas en particular,

entre los que nos encontramos los Especialistas en Terapia Gestalt, no solemos

estar muy dispuestos a difundir nuestros casos clínicos en revistas

especializadas. Desde mi punto de vista esto es un déficit importante que no

apoya el desarrollo y difusión de aquello que de verdad sirve a la salud del ser

humano y que diferentes especialistas desde la parcialidad de sus respectivos

enfoques pueden advertir a través de su práctica, a modo de pequeñas piezas de

un complejísimo puzle, como es el del conocimiento acerca de cómo alcanzar el

bienestar de los seres humanos.

En este sentido mi propuesta es integradora. Considero que en cada enfoque,

existen representantes cualificados que han alcanzado un conocimiento válido,

aunque parcial, que debe ser compartido. Hoy creo que, la publicación de casos

clínicos, avalados por la evaluación de la eficacia de la intervención llevada a

cabo, es el modo más directo de compartir la amplia experiencia acumulada

desde las diferentes perspectivas, o enfoques psicológicos. Además, es el modo

en que los clínicos podemos aportar evidencias de la validez de los

procedimientos que empleamos a los investigadores. Si, desde alguna

perspectiva psicológica, sabemos que aportamos algo a la mejora de la

experiencia humana considero que es muy interesante que estemos abiertos a

encontrar la forma, más compatible con nuestro modus operandi establecido, de

obtener evidencia de ello y así aportarlo al conjunto de aquello que cada uno,

desde su propio enfoque, va encontrando que también es válido.

Todos los que trabajamos directamente con pacientes, con independencia del

encuadre terapéutico desde el que lo hagamos, tenemos la responsabilidad de

aportar información validada de lo que consideramos que apoya el

enriquecimiento y la mejora de la experiencia humana; y, de esta forma, contribuir

a la configuración de los campos de interés de los investigadores; al mismo

tiempo que, en mutua reciprocidad, estamos comprometidos a integrar los

avances de la investigación básica en nuestro enfoque y en nuestra propia

práctica.

Teodoro Sanromán, es Psicólogo Especialista en Terapia Gestalt, postgraduado en

Psicología de la Salud, Evaluación y Tratamientos Psicológicos por la Universidad de

Granada. Ha recibido el Premio Nacional de los Estudios de Psicología y el Premio

Extraordinario de Licenciatura de la Universidad de Granada. Es director de Qualia,

Centro de Psicología especializado en Terapia Gestalt, y editor de la Revista Internacional de Intervenciones en Salud Emocional.