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Artículos Publicados:-La conciencia del hombre según las enseñanzas de la nueva era-La doctrina social de la masonería en el mundo actual-Krause, historiador y reformador de la masonería alemana-Desavenencias y reconciliación entre hermanos-El diluvio y sus versiones en el Oriente Medio-La masonería, Jesús y la navidad-La verdad velada de un artículo-La aniquilación y supervivencia de la masonería en el régimen naziLa revista agradece la difusión de los artículos publicados, mencionando la fuente y la autoría.
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Artculos Masnicos Seleccionados
Ao 2 - N 12
Dialogo Entre Masones
Diciembre 2015
Herbert Or Belsuzarri
Mario Lpez Rico Vicente Alcoseri Julio Villarreal III
- La conciencia del hombre segn las enseanzas de la nueva era..2 - La doctrina social de la masonera en el mundo actual..10 - Krause, historiador y reformador de la masonera alemana.26 - Desavenencias y reconciliacin entre hermanos..50 - El diluvio y sus versiones en el Oriente Medio..62 - La masonera, Jess y la navidad...84 - La verdad velada de un artculo101 - La aniquilacin y supervivencia de la masonera en el rgimen nazi..109
La revista agradece la difusin de los artculos publicados, mencionando la fuente y la autora.
Valle de Lima Diciembre 2015
@Tres puntos editores
http://dialogo-entre-masones.blogspot.com/
Dialogo Entr
e Masones
Les desea Fel
iz Navidad
Las consciencias del hombre. segn las enseanzas de la
nueva eraLa conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.
William Shakespeare (1564-1616)
Las consciencias del hombre. segn las enseanzas de la
nueva eraLa conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.
William Shakespeare (1564-1616)
Desde el inicio de los tiempos el Ser Humano ha tratado de estudiar y comprender su cons-ciencia. Lo que es, sus tipos, si es exclusiva o se comparte con otros seresAs, todos los es-tudiosos del tema suelen coin-cidir en la existencia de una consciencia animal comn a todo ser vivo con capacidad para pensar o tomar decisiones y una consciencia humana mucho ms desarrollada y ex-clusiva del Hombre.
Todos los estudios y tratados sobre el tema suelen ser muy interesantes para los que nos apasiona el tema pero tambin suelen ser difciles de aplicar en el da a da y ser sencillos de comprender. Por lo tanto va-mos a empezar por medio de un ejemplo simple y luego nos sumergiremos en el problema...espero que no nos ahogemos.
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Suponga que usted se desmaya. En ese preciso momento usted est en lo que podemos llamar inconsciencia. Los amigos comienzas a reanimarle y notan que usted se mueve; pero sin abrir los ojos: ests en subconsciencia. Al poco abres los ojos y ves a la gente, ests confuso porque no sabes lo que ha pasado: ests consciente. Poco a poco te das cuenta de que te habas desma-yado, percibes la debilidad del momento, la causa del desmayo y tomas consciencia de ti mismo. Ya pasados lo das y restablecido del todo comprendes que podra haber sido peor, en tu cada por el desmayo podras haberte roto algo o incluso morir si tu cabeza hubiese golpeado de mala manera contra el suelo. As das gracias al Creador: es la supraconsciencia.
[Texto extrado del libro La Luz diamantina] Dejando a un lado la creencia de que la consciencia entra en el cuerpo
en el momento de nacer a causa de ciertas vibraciones del Alma y el Espritu; podemos decir que la consciencia es el reflejo de nuestras preocupaciones y que tiene su origen en los procesos fsicos y psquicos del Ser Humano. Sin embargo, lo que muchas veces denominamos como Consciencia es realmente Subconsciencia. Queremos hacer esto o aquello pero algo en nuestro interior nos dice NO!, eso no. Haz esto otro.
Todo lo que es instintivo es Subconsciente y siempre intenta proyectarse
en la Consciencia. De ese modo, el miedo al agua, al fuego, a las serpientes o a la oscuridad se proyectan y se hacen conscientes pero no son la Consciencia. Consciencia es tomar nota de ellos y superarlos. As, la Consciencia animal ac-tuar instintivamente ante todo esto con el nico fin de lograr la supervivencia del animal. En el caso humano la cosa cambia, nuestra Consciencia es superior y capaz de ir contra el instinto. Lo normal es huir del fuego como hacen los animales, pero el Hombre ha conseguido dominar el fuego venciendo el ins-tinto de alejarse del mismo. Por supuesto, en estos momentos me estoy refi-riendo a la Consciencia del Hombre Inferior y no a la que posee el Espritu, mucho ms elevada.
Segn la Teosofa y otras escuelas de misterios podemos afirmar que
cada parte del hombre posee su propia Consciencia. La inferior o ms baja es
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la Subconsciencia que podramos asimilar a la consciencia animal o a la cons-ciencia de supervivencia (instintos). Por encima de ella tenemos la Consciencia Humana que permite vencer dichos instintos y, siguiendo hacia arriba, tene-mos la Consciencia del Alma y la Consciencia del Espritu a la que nos hemos referido como Supraconsciencia. El iniciado debe trabajar para aumentar y am-pliar su consciencia, para subir de nivel y pasar del nivel animal al espiri-tual.
Hemos de pensar que los niveles bajos son malos? No, ni mucho me-
nos. Todos los niveles son necesarios. Precisamos subir pero no podemos eli-minar nada. Podemos comparar el subconsciente con los cimientos de una casa. Por lo general no somos consciente de ellos al comprar y ver una casa; pero estn ally malo si no estn firmes y seguros.
El Subconsciente humano es la historia de nuestra existencia. Todo lo
que hemos vivido desde nuestra primera encarnacin en la Tierra o en otros mundos habitados est grabado en el Subconsciente porque solo compa-rando lo aprendido con lo ya conocido es posible la evolucin. Retener todas las experiencias es bueno pero no analizarlo es malo y ah tenemos el pro-blema. El Subconsciente lo graba todo pero no analiza nada. Desde su punto de vista todo son experiencias, ni buenas ni malas, experiencias sin ms. Es como una cmara de video que lo graba todo y lo reproduce todo pero no tiene la capacidad de apreciar lo bueno o malo de las imgenes. Es la Consciencia Humana quien toma o debe tomar las decisiones y, para ello, es bueno conocer nuestras experiencias pasadas. El error es dejar que ellas tomen el control y actuemos subconscientemente. Una mxima nos lo dice bien claro: Acta siempre de modo Consciente
Un ejemplo puede ilustrar lo explicado hasta este momento. El miedo al
fuego es algo grabado en el Subconsciente. Ante un fuego el instinto nos dice que nos alejemos y eso era lo mejor hace millones de aos y suele serlo hoy en da pero tenemos que ser Conscientes de la situacin. Si el fuego es en una casa habr gente que precise nuestra ayuda y alejarse no sera bueno por-que estaramos negando dicha ayuda. Tampoco podemos lanzarnos como lo-cos al rescate porque podramos poner en peligro nuestra propia vida y al final seramos uno ms en peligro. La Consciencia debe bucear en la Subconsciencia
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en busca de experiencias pasadas y, por ejemplo, ante la huida optar por bus-car agua para apagar el fuego. Es la Consciencia la que pondera las opciones y toma el control porque el Subconsciente no pondera y toma lo ms rpido y simple: autoprotegerse.
Sumergirnos en nuestro Subconsciente no es sencillo, precisamos de un
buen autocontrol. Es tal la cantidad de informacin a la que hacer frente que si no somos quien de filtrar y tomar control de la misma nos veremos aplasta-dos por ella. Nuestro comportamiento puede pasar de consciente a instin-tivoy eso no sera bueno. Por ello, Subconsciente y Consciente se encuentran separados. El trabajo a realizar es abrir canales de comunicacin en los mo-mentos precisos. Consultar nuestra ingente base de datos pero sin dejarle to-mar la decisin final es bueno. Hacernos eco de nuestros instintos nunc a es malo; pero debemos decidir si seguirlo o no de modo Consciente. Lo que no podemos ni debemos hacer es cerrarnos completamente a ellos o perderemos a nuestro Pepito Grillo1
La teosofa, tomando sus ideas
de Oriente y otras escuelas, afirma que es posible conectar con las dife-rentes Consciencias por medio de los chakras que facilitan la comunicacin entre los diferentes cuerpos del hom-bre y, por lo tanto, entre sus diferen-tes consciencias. Celia Iiguez Sn-chez ha escrito lo siguiente sobre los chakras y la consciencia en http://www.actosdeamor.com/chakrareflejo.htm :
El sistema chakra como rgano energtico de conciencia El trmino chakra, traducido del snscrito, significa rueda. Y
en su conjunto constituyen un sistema de rganos energticos, es
1 Pepito Grillo es el personaje del Grillo parlante en la pelcula de Walt Disney
que adapta la novela Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi. El nombre es, a su vez, una adaptacin libre del original ingls Jimmy Cricket. Este acompaa fielmente a su amigo Pinocho. Es la conciencia de pinocho
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decir, no perceptibles con la visin habitual, pero indispensables en el desarrollo y mantenimiento de la manifestacin y evolucin del hombre en el ms amplio de sus sentidos. Y en esta lnea, dire-mos que la energa que contienen sus conos de luz gira vertigino-samente, comunicando el exterior con el interior de la esfera hu-mana. Lo que hemos denominado sistema chakra, se activa a par-tir de la primera inhalacin, es decir, en el nacimiento.
Son pues rganos digestivos energticos, siendo el rgano
donde se genera una energa psquica llamada conciencia. Esta conciencia, en funcin de su vibracin, se acumular en tres com-partimentos o cuerpos energticos denominados por la tradicin esotrica vital, astral y mental.
Pero entendmoslo bien, los chakras, al igual que sus cana-
les de distribucin subsidiarios o nadis, no son ni mucho menos ex-clusivos de los humanos, estando difundidos en todo el Cosmos.
Chakras posee el reino mineral, materializados en sus es-
tructuras cristalinas geomtricas. Analgicamente, chakras son las flores con las que se adorna el reino vegetal. Chakras, asi-mismo, poseen los animales. Chakras existen en el macrocosmos, representados, por ejemplo, a nivel planetario, por los lugares de poder o telricos del planeta Tierra. De igual manera, los llamados puntos de acupuntura poseen la estructura y funcionalidad de un pequeo chakra. Todos estos seran chakras naturales. Existen chakras artificiales, como son las campanas de las iglesias o las pirmides de Egipto.
La ciencia moderna dice que solo empleamos una nfima parte de nues-
tro cerebro. La Ciencia Sagrada o Hermtica dice que es posible emplearlo todo porque, aunque separadas, Consciencia y Subconsciencia residen en el Hom-bre y se manifiestan en el Ser Humano a travs de su cerebro. La parte que no usamos porque nos negamos a escucharla es la ocupada por el Subcons-cientey es la de mayor tamao! No debera extraarnos porque guardar todas las experiencias de todas nuestras existencias debe ocupar muchsimo.
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Los maestros de la antigedad hablaban de despertar al hombre de la ignorancia, lo cual no era ms que hacerle consciente de su subconsciente. Se trataba de hacerle conocedor de todo el potencial heredado y de los medios para poder usarlo en el camino hacia nuestra naturaleza divina y lograr la Su-praconsciencia.
Si partimos del principio que afirma que somos Espritus puros tenemos
que aceptar que la Consciencia real es la del Espritu, la Supraconsciencia. La Supraconsciencia percibe las causas que dan origen a los efectos; nosotros percibimos los efectos pero desconocemos las causas (al menos la mayor parte de ellas). Las causas conocidas los son por deduccin y no por percepcin. Lo interesante del proceso hacia la Supraconsciencia radica en la necesidad de controlar conscientemente la subconsciencia; o dicho en otros trminos, de hacer consciente lo que no lo es.
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El Ser Humano ha creado la palabra intuicin para referirse a ese ins-trumento del Alma que permite sentir y percibir las causas. En base a ello, desde siempre, se ha enseado que los animales poseen instinto, el hombre intelecto y el iniciado intuicin. Podemos y debemos transcender del intelecto a la intuicin; pero a la intuicin bien entendida porque no todo lo que intui-mos es realmente intuicin proveniente de nuestra Supraconsciencia. Los re-cuerdos subconscientes y ms grave an visiones, voces o pensamientos asociados a muchos males mentales pueden presentarse como falsas intuicio-nes. El proceso para diferenciar unas intuiciones verdaderas de otras falsas es un largo camino que comienza el iniciado con el primer paso sobre el sendero del conocimiento y que precisa varias encarnaciones para aproximarse al des-tino.
Comencemos el camino. Usemos nuestras Consciencias. Es nuestro tra-
bajo. Bibliografia Francisco Redondo Segura - La Luz Diamantina H.P.Blavasky La doctrina secreta
Sobre el autor
Mario Lpez Rico es maestro ma-
sn y trabaja actualmente su logia madre Renacimiento 54 La Corua Espaa, bajo la Obediencia de la Gran Logia de Es-paa, donde fue iniciado el 20 de No-viembre de 2007 y fue reconocido como maestro el 22 de Abril de 2010.
A partir del ao 2011 comienza a
subir la escalera masnica filosfica del REAA siendo tambin, en la actualidad, Maestro de la Marca Nauta del Arco Real, Compaero del Arco Real de Jerusaln y Super excelent master (grado cuarto y ltimo de los Royal & Select Master Rito york)
LA DOCTRINA SOCIAL DE LA MASONERA EN EL MUNDO ACTUAL
EDGAR PERRAMN
La Masonera naci para perfec-cionar al hombre y construir una nueva sociedad, ms humanitaria, partiendo de las relaciones inter-personales en que la libertad y la justicia, la tolerancia y la fraterni-dad sean sus columnas fundamen-tales.
Alguna vez tocamos parcialmen-te el tema. A travs de un sistema de enseanza multidimensional, la Masonera llama a todos los hom-bres de buena voluntad para que trabajen por una sociedad solida-ria, en que se abran paso la justicia social sobre la miseria y el progreso sobre el atraso.
La Masonera no es experta en pol-tica ni en economa, pero es exper-ta en moral, en esa suprema moral que hace incompatible el desarrollo del hombre con la injusticia social, con el desempleo, la intolerancia y la emigracin.
Lennhoff sostiene que en el haber de la Masonera figuran tremen-das batallas ganadas en favor de la libertad de pensamiento y el
Biblioteca de la R.. L.. Lautaro N 197
LA DOCTRINA SOCIAL DE LA MASONERA EN EL MUNDO ACTUAL
EDGAR PERRAMN
quebranto de pesadsimas cadenas espirituales, con el resultado de que desde las angustias de la Edad Me-dia, tan opresora de las almas, se pudieron abrir anchos y hermosos caminos de emancipacin, y los in-violables derechos del hombre se consignaron en las Constituciones Polticas de los Estados (Eugenio Lennhoff, Los masones ante la historia).
La doctrina social de la Masonera no es ciencia ni teora social, sino una reflexin sobre la realidad eco-nmica, social y poltica, capaz de inspirar la accin de los masones en la construccin de una nueva sociedad.
La Masonera no tiene un pro-grama econmico o poltico, pero orienta a los suyos de acuerdo con las exigencias de la ciencia y los de-safos morales de nuestro tiempo a travs de sus principios y su larga tradicin.
Como la desigualdad no ha sido ni podra ser la meta de la Orden, la Masonera trabaja y llama a tra-
Biblioteca de la R.. L.. Lautaro N 197
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bajar por suprimir los problemas hostiles que generan sistemas
econmicos insanos e injustos. El principio de la doctrina social de la
Masonera, que evita la desigualdad y la violencia, conlleva una relacin
de justicia entre los hombres, y entre el hombre, la sociedad y el Estado
para que su dignidad sea atendida y respetada.
Como moderna institucin tica y docente, a la Masonera concurren
hombres libres de prejuicios a recibir la enseanza humanista que ella
imparte a travs de un sistema tradicional y simblico, destinado, por
medio del saber, a orientar su vida y perfeccionar la sociedad con valores
e ideales humanitarios que sustenta y propaga con modernidad.
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La Masonera procura aunar todas las voluntades para encontrar el
camino sensato de la justicia y la tolerancia, para que la sociedad no sea
ajena al hombre y a su ilusin. La Masonera busca la felicidad con
esperanza e indica el camino de la espiritualidad.
La Masonera no es una institucin inmvil. Registra y palpita cada
instante de la complejidad de la sociedad moderna que la rodea y como
cmara permanente de reflexin imprime a su labor orientadora todo
aquello que el hombre necesita para su accin benfica, para que su fe no
vacile y para que su espritu nunca se debilite.
La Masonera vive en este mundo y no fuera de l, por lo que ningn
acontecimiento de la sociedad puede dejarla indiferente, sobre todo
cuando se afectan los derechos tradicionales del hombre.
1.- Democracia y justicia.
A la luz de los principios masnicos, los progresos alcanzados por la
democracia son insuficientes.
Los esfuerzos que se realizan en favor de la defensa de los derechos
humanos, de la educacin, del ambiente y de la paz deben fortalecerse
porque son la va capaz de movilizar a la sociedad hacia nuevas metas de
idealismo y solidaridad. En la democracia ms populosa del planeta, en
la India, ms de 300 millones viven en la pobreza.
Los problemas de la democracia se resuelven con ms democracia y con
una poltica dialogante, ajena a la perpetuacin en el poder, que
represente verdaderamente la soberana popular.
El desencanto y la desilusin tienen que dar paso a una visin ms amplia
para que el pensamiento crezca libre, sin las turbulencias e
incertidumbres que ahora lo cubren. En los desequilibrios econmicos y
sociales se ha gestado gran parte de los conflictos violentos que sacuden
la vida internacional en que la seguridad prevalece sobre la paz. La
realidad tiene que ser visible para los polticos.
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Mientras algunos sectores avanzados de la sociedad perdan sus aos en
prolongados y enceguecidos debates sobre la revolucin y el reformismo,
sobre los factores geogrficos o climatolgicos, o sobre las prdicas
catlicas, protestantes o calvinistas en la prosperidad de sus naciones, y
mientras los movimientos populistas y nacionalistas se desgastaban en
abstracciones tericas interminables, los sectores ms conservadores
aprovecharon esta distraccin interminable para imponer frmulas y
cambios de gobierno capaces de responder a sus intereses ms benficos
y perturbadores. As ocurri con las dos vertientes arrolladoras del
capitalismo, la de los pases del Atlntico, Estados Unidos, Reino Unido,
Pases Bajos y otros, y los que surgieron, con un modelo de capitalismo
social, en Europa Occidental y Escandinavia, despus de la II Guerra
Mundial, encabezados por Alemania y Francia.
La sociedad tiene que ser capaz de darse, dentro de la democracia, un
camino intermedio de reconciliacin, entre el letargo del socialismo y el
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desenfreno del capitalismo, y tiene que ejercer la vigilancia necesaria
para mejorar la vida de millones de postergados y excluidos y evitar la
inseguridad ciudadana, las represiones y desviaciones que llegan hoy al
extremo de amenazas de teocracias integristas, coaliciones
ultraderechistas -como la austriaca, condenada y sancionada por los 14
socios de la Unin Europea entre febrero y septiembre del 2000-, y
alianzas mundiales que resuelven sus diferencias con sangre. La
democracia tiene que ser no slo una idea, sino, tambin, un
funcionamiento real que no se escape a la orientacin y control de los
regmenes que hablan de ella.
Desde 1820 la poblacin mundial se ha incrementado seis veces y la
produccin mundial real se ha multiplicado 50 veces, pero la distribucin
de esas cuantiosas ganancias ha sido cada vez ms desigual. No hay
democracia cuando los ingresos reales per cpita de los pases ms ricos
-Estados Unidos, Suiza, Noruega y Singapur- y el de los ms pobres, que
era de tres por uno a comienzos del Siglo XIX, ya en 1900 eran de diez
por uno y en el 2000, de sesenta por uno.
Despus de 30 aos de avance en la reduccin de la pobreza, hasta la
dcada de los 70, el crecimiento econmico no se ha orientado en
beneficio de los pobres ni ha corregido la gran desigualdad en la
distribucin del ingreso, particularmente por la transferencia de
funciones del gobierno al mercado, la limitacin de los subsidios a los
pobres y la reduccin del gasto pblico. Amrica Latina tiene la mayor
desigualdad en el ingreso entre todas las regiones del mundo, por encima
de frica y de Asia del sur. El Banco Interamericano de Desarrollo
declar en Londres, a mediados de 1999, que uno de tres
latinoamericanos vive por debajo de la lnea de pobreza, con menos de
dos dlares diarios. El mismo Banco sostuvo en la Cumbre de la Deuda
Social y la Integracin Latinoamericana, realizada en Caracas (10-
13.7.2001), que en el 2001 se est peor que en 1980, al duplicarse la
pobreza en un preocupante 60% de la poblacin total. Sin embargo, el
gasto militar en Amrica Latina alcanz los 60 dlares por persona el ao
2000, mientras la inversin en servicios sociales apenas lleg a los 59
dlares per cpita (38 dlares asignados a la educacin bsica y 21 a la
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salud y saneamiento, lo que explica el hecho que hayan 197 millones de
latinoamericanos al margen del sistema de salud). Se ha insistido, no sin
fundamento, que en Amrica Latina no hay voluntad poltica para
solucionar la deuda social.
La deuda externa bruta total de Amrica Latina, que en el 2001 super
los 771.000 millones de dlares y que seguramente iniciar el 2002 con
803.000 millones de dlares, tiene atrapada a la mayor parte de los pases
de la regin, con pasivos pblicos que superan 4 el 50% de su Producto
Interno Bruto que los imposibilita a integrarse a la economa mundial.
Cada habitante de la regin debe 1.550 dlares al nacer. Otro tanto ocurre
en el frica. Mozambique, por la enorme deuda que tiene, ya ni puede
invertir siquiera 10 dlares por persona en atencin mdica o en crear
escuelas, porque el pago de la deuda le impide todo tipo de actividad
econmica nacional.
A pesar de que el volumen del comercio mundial aumenta cada ao desde
el shock petrolero de 1973 (en el 2000 lleg al 12,5%), el proteccionismo
de los pases industrializados, entre 100% y 550% (como es el caso del
man sin cscara en Japn), le cuesta a las regiones en desarrollo ms de
lo que reciben en ayuda oficial todos los aos. De esta manera resulta
casi imposible ampliar la produccin y el comercio, sobre todo en los
pases ms pobres del mundo.
Deuda externa y proteccionismo forman dos obstculos formidables en
contra de los pases en desarrollo.
En el mundo una tercera parte de la poblacin global de 6.056 millones
de personas -y que se incrementa en 77 millones de personas por ao-
tiene un ingreso per cpita de menos de un dlar por da y sern muchos
ms millones en un par de aos, porque los beneficios del crecimiento
global, reiterados, incluso, por el Banco Mundial, continan
distribuyndose an con mayor desigualdad en las 190 naciones del
mundo. Slo se salva el ingreso familiar medio de Estados Unidos que
aument a 40,816 dlares al ao en 1999 (Financial Times, 25.9.2000).
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Mientras 40 personas ingresan por minuto al mundo de la pobreza, lo que
genera alarma y una oposicin militante, un nio de menos de cinco aos
muere de hambre cada tres segundos. El Informe sobre el Desarrollo de
las Naciones Unidas afirma que esta situacin puede corregirse como
imperativo moral con slo cerca del 1% del ingreso mundial y no ms del
2 o 3% del ingreso de todas las naciones, salvo las ms pobres. El hecho
que los primeros diez multimillonarios del mundo detenten el equivalente
a casi dos veces el ingreso total de los pases menos avanzados, revela la
magnitud de la desigualdad. Slo uno de los geniales innovadores de hoy,
posee una fortuna equivalente al producto bruto de toda frica Central.
2.- Economa de concentracin y desproteccin
social.
El primer paso, en los ltimos 25 aos, fue sacar al Estado de su papel
estratgico de garantizar el estado de derecho, regular el funcionamiento
del mercado, asegurar la competitividad y transparencia y atender las
necesidades sociales en salud, educacin y seguridad social. Se trabaj
denodadamente por cambiar el papel del Estado en responder a polticas
de largo plazo, buscar el inters pblico colectivo y atender
satisfactoriamente los requerimientos de equidad social y se le convirti
con xito en un mecanismo para hacer fortunas y privilegiar grupos
econmicos. Los que hablaron de reducir el tamao del Estado y darle
eficacia fueron rpidamente descalificados. Cuando el camino estuvo
despejado, se propuso un esquema econmico liberalizador,
aparentemente sano y atrayente, que dio origen a la desigualdad en el
interior de todos los pases y a esta polarizacin social que cada da hace
ms pobres, acrecienta la inestabilidad y la aventura autoritaria.
Por el mecanismo de las privatizaciones, sigui la descapitalizacin de
los Estados por montos insospechados a escala mundial, incluso en la
Unin Europea, y por la va de las fusiones 37.000 firmas transnacionales
y sus 170 mil filiales cercaron la economa mundial. Varias de esas
empresas duplicaron o triplicaron en el 2000 el producto interno bruto de
18
pases como Dinamarca, Noruega, Portugal, Tailandia, Arabia Saudita o
Venezuela.
Mucho tiene que ver esta situacin con la violencia que se registr en
septiembre de 1999 cuando se reuni la Organizacin Mundial de
Comercio, en Seattle, Estados Unidos; la ciudad tuvo que ser preservada
por las tropas federales. Igualmente la protesta de enero del 2000,
provocada en Davos, Suiza -donde naci el concepto de la globalizacin-
, cuando la elite econmica mundial se reuni, como todos los aos, para
analizar la forma de aumentar al mximo las ganancias y ver por qu a
los grandes ganadores las cosas le estaban saliendo mal. En septiembre
del 2000 las calles de Praga, donde el FMI y el BM esbozaban su curso
futuro, debieron ser cerradas por las protestas en demanda de una
economa de justicia. En abril del 2001, en Qubec se levant una cerca
de tres metros de alto que rodeaba ms de cuatro kilmetros de calles
empedradas para recibir a los jefes de Estado de 34 naciones que
discutieron el establecimiento de una zona de libre comercio en el
hemisferio. Otro tanto ocurri en Gotemburgo, Suecia, en la cumbre entre
Estados Unidos y la Unin Europea, en junio del 2001 y en la cumbre del
Grupo de los 8 en Gnova, un mes despus, en julio, con ms de 100.000
manifestantes de toda Europa y Estados Unidos y la trgica muerte de un
manifestante.
Las protestas antiglobalizacin le han restado protagonismo a los debates
en una hora en que los ciudadanos se sienten cada vez ms distantes de
sus lderes polticos que han creado expectativas que no han podido
cumplir en los once eventos, asediados, desde Seattle a Gnova, sin
apegos a calendarios que visualicen de verdad los resultados. Las
naciones industrializadas deben escuchar a las partes ms dbiles dentro
del contexto de las reuniones de la Cumbre para que realmente sirvan a
sus propsitos.
Con el llamado Estado todopoderoso en desbandada y la contraccin
generalizada en el nmero de afiliados a sindicatos, la economa,
manejada por polticos anarco-liberales, qued sin tiempo para lo social,
slo para la competitividad a travs de polticas victoriosas de bajos
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salarios. Fue la forma de crecer unas sobre otras, pero no en forma
conjunta. Su poltica quiere, sin reparo ni justicia, seguir manteniendo
bajos los salarios para que suban las ganancias mientras al hombre apenas
si se le ve como un objeto desbaratado.
La economa de concentracin, en que todo el mundo est
disciplinadamente encerrado, no est interesada, a comienzos del Siglo
XXI, en la produccin y la propiedad, sino principalmente en los
servicios, en la compra de productos acabados, en la digitalizacin de la
informacin que crea una nueva tecnologa para el mercadeo, en el efecto
Demming, la teora de la calidad total, en la revolucin de la Internet y la
penetracin en el hogar, en el control y el lenguaje numrico de los
cdigos, que son los que ahora dan el pasaporte a la vida.
Hay que ser consumidor para que la economa reconozca la existencia
del hombre y el mercado la registre. En esta transicin, el Tercer Mundo
ha debido encargarse de los textiles, de la metalurgia y an de la
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produccin de petrleo. Se trata, en el hecho, de un sistema de control
globalizado que ya ha dejado a las tres cuartas partes de la humanidad
confinadas a la pobreza, a una perspectiva incierta o a una cultura de la
ddiva.
En la mayora de los pases del mundo los pobres, las mujeres o
habitantes rurales, no tienen acceso a los sistemas legales ni comparten
los beneficios de la economa. Casi el 60% del trabajo en Amrica Latina,
dice la OIT, es informal, al margen de la ley, con baja productividad, sin
garantas laborales ni beneficios sociales, ocupaciones en que ganan 50%
menos, con mucho ms horas de trabajo que los que trabajan en empresas
modernas.
La cantidad de emigrantes, refugiados, asilados y desplazados a nivel
mundial ha ascendido de manera que podra convertirse en la gran crisis
humana de nuestro tiempo. El alto comisionado de la ONU para los
Refugiados (ACNUR) habla de 25 millones slo de desplazados en 40
pases a fines del 2001. En Londres, de cada siete personas que uno ve en
la calle, una es de origen negro, oriunda de las antiguas colonias
britnicas en frica o en el Caribe. En Pars hay cerca de tres millones
de extranjeros con un panorama multirracial que anuncia tiempos
difciles por los desniveles econmicos. La creciente proporcin de
poblacin jubilada en los pases ricos profundizar la tensin
intergeneracional y aumentar la dependencia de la mano obra
inmigrante. Los ganadores han dejado sin aliento a los perdedores.
A pesar de los trastornos sufridos, los principales actores del actual
sistema econmico mundial, con la enorme influencia que tienen, se han
conferido una legitimidad que nadie les ha concedido, sin que tampoco
deban responder a nadie por sus actos.
La Masonera sostiene, en sus Principios Universales, que "el trabajo, en
todas sus manifestaciones, es uno de los deberes y uno de los derechos
esenciales del hombre y el medio ms eficaz para el desenvolvimiento de
la personalidad, contribuyendo con ello al progreso social". No hay
virtudes entonces en un emporio global que moviliza mundialmente
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149.000 millones de dlares en inversin extranjera, que crece sin
empleo, que produce cesanta, con 120 millones de desempleados en el
mundo y que pierde el talento humano.
La Masonera seala "que el trabajo, en todas sus manifestaciones, es
uno de los deberes y uno de los derechos del hombre y el medio ms
eficaz para el desenvolvimiento de la personalidad". Sin embargo, en
Amrica Latina el desempleo urbano, entre 1990 y 1996, se situ sobre
el 16%. En la Unin Europea uno de cada nueve ciudadanos se encuentra
sin trabajo y el empleo que crece a partir de 1990 es bsicamente de
tiempo parcial. El 60% de los empleos que se crearon en Estados Unidos
fueron de tiempo parcial en el sector de servicios en circunstancias que
de ese total, el 90% de las personas colocadas buscaban un trabajo
completo. En varios pases europeos, uno de cada cuatro jvenes no
encuentra trabajo, porque buena parte de las industrias livianas ya se han
ido a los pases pobres del sur, donde la mano de obra se toma como una
mercadera barata, donde se paga no ms de un dlar al da y donde no
siempre hay sbados ni domingos.
Con las empresas virtuales en las telecomunicaciones y la electrnica,
aumenta, sin duda, la incertidumbre que ya abarca buena parte del
mundo: el trabajo comienza a hacerse de computadora a computadora,
sin posibilidad que nadie se conozca, menos a los empleadores, y sin una
legislacin nacional que ampare a los trabajadores. La capacidad de los
chips se duplica aproximadamente cada 18 meses, lo que continuar
22
durante los prximos 30 aos, haciendo que el conocimiento, como
poder, se haga cada vez ms difuso, penetrando todos los aspectos de la
vida. En la adquisicin electrnica de bienes y servicios fuera del pas -
como la tendencia de Estados Unidos- quin va a cobrar los impuestos?
Cambiando la forma de hacer negocios, en el ao 2003 habr mil
millones de personas que se comunicarn a travs de los telfonos
celulares, comparados con los 473 millones que lo hacen actualmente en
tanto que los usuarios de Internet aumentarn de 200 millones a un
millardo en el ao 2005. Los telfonos han derribado todas las distancias,
como la invencin de la escritura lo hizo en su tiempo. (En el 2001 hay
25 millones de internautas en Amrica Latina, de los cuales ms de la
mitad vive en Brasil, cifra que en el 2005 debera cuadruplicarse llegando
a 77 millones, no obstante que menos del 12% de la poblacin cuenta con
telfono). Todo ello no puede deslumbrar ni ocultar el compromiso moral
frente a la realidad crnica que vive el sector rural y la periferia inestable
de las grandes ciudades.
Las empresas multinacionales, que han duplicado sus ganancias todos
estos aos, utilizando como medida el dlar, han creado una compleja
red de alianzas a nivel mundial, con protecciones defensivas y ganancias
econmicas y polticas mientras los pases en desarrollo se debaten en un
mar de contradicciones, con una prdida creciente de sus recursos
naturales, abandonados en un mercado sin respuestas ni garantas. La
UNCTAD sostiene que "la liberalizacin del comercio es ms lenta
cuando concierne a productos que otorgan ventajas a los pases en
desarrollo". Nada ms claro para comprender la situacin crtica que han
generado en los pases pobres.
Aparte de ello est el xodo de talento extranjero hacia las grandes
empresas, lo que significa que los pases subdesarrollados financian y
atienden las necesidades de los pases industrializados. Como hace aos
que el trabajo cerebral se convirti en la base de la mayor parte de las
economas occidentales, solo los Estados Unidos tiene un flujo actual de
cerca de 3.000 ingenieros y cientficos por mes, lo que se ha traducido en
grandes oportunidades de negocios, aceleracin en la innovacin y un
aumento de la productividad. Las universidades estadounidenses gradan
23
alrededor de 40.000 ingenieros elctricos y cientficos de la informtica
mientras que la demanda de la industria es tres veces mayor, demanda
que cubren nuestros pases que con inmenso esfuerzo financian gran
parte de sus universidades (Fortune Americas,13.4.1998)
3.- Un camino largo y prometedor.
La poltica ni los gobiernos han podido todava abrir un gran debate de
participacin ciudadana, que parta de las escuelas mismas, para
protegerse, con responsabilidad social y comunitaria, de los embates de
un sistema global envolvente, lleno de riesgos econmicos y de un
empobrecimiento artstico y cultural en los ms vastos conglomerados
humanos. Con fundada preocupacin, especialistas de la Masonera han
sostenido que los gobiernos tienen que generar polticas pblicas capaces
de atender las necesidades de la mayora de la gente y evitar que el
hombre no siga arrinconado.
24
Las dos crisis financieras mundiales, de Mxico en 1994-1995, y la de
los pases asiticos en el 1997-1998, afectaron a todo el sistema bancario
mundial de alta tecnologa, el crdito y el comercio internacionales y los
pases, especialmente los pases pobres, recibieron rudos embates,
particularmente los sectores ms modestos de la poblacin. En la primera
crisis, Mxico sumergi incluso a su socio comercial, Estados Unidos, en
una incipiente recesin y, en la segunda crisis, por citar un solo caso, la
totalidad de la economa de Indonesia, el cuarto pas ms poblado del
mundo y con las reservas de gas natural ms grandes del planeta, qued
reducida, sin ningn aviso de alarma, a la quinta parte de lo que 8 vala,
en dlares, el ao anterior. La crisis asitica mostr la debilidad del
alabado modelo asitico y del sistema global. Pero nadie sabe hasta
cunto seguirn estos desequilibrios que todava afectan a nuestros
pases, que son los ms vulnerables, ni nadie quiere pensar siquiera en
una tercera crisis mayor que pueda afectar de nuevo a los sectores
tradicionalmente agobiados de la sociedad.
No quisiramos que estas palabras fueran desalentadoras y estn
marcadas con tintas tan oscuras, pero no hay duda que slo si se conoce
la magnitud de los fenmenos actuales se pueden concertar las
voluntades que los revoquen y abran nuevas esperanzas en la sociedad de
hoy.
La esperanza, como deca Kafka, nunca debe aplazarse. La Masonera
centra su obra en la esfera espiritual del hombre, donde se esculpe y
moldea su personalidad y donde se forman recias individualidades que
buscan, desde el punto de vista tico, fundamentalmente la libertad, la
justicia y la solidaridad. En esta etapa en que el mundo vuelve a
reconfigurarse en un mundo digital nuevo y genmico, capaz de
transformar la vida en los prximos 40 aos, hay que procurar que se
desarrolle la gran poltica, la que busca, sin descrdito, objetivos
comunes y tiene capacidad para resolver los problemas reales que a diario
agobian a las personas.
Siguiendo el ejemplo de los mayores, de esos masones que consagraron
su vida a la Institucin y a sus principios, no cabe sino acentuar la
25
responsabilidad y devocin para seguir, sin cansancio ni desaliento, la
adhesin a los principios e ideales humanitarios de la Masonera,
particularmente en un momento en que la gentica y la robtica
combinadas pueden alterar nuestro ser fisiolgico y mental y provocar
trastornos morales y filosficos de proyecciones impensadas.
La libertad, la fraternidad y el espritu de tolerancia tienen que servir de
inspiracin en los prximos 20 aos para una nueva racionalizacin del
mundo en los 200 aos siguientes y para el camino de justicia que
propone la Masonera. Los pueblos tienen que vivir y prosperar para
servir al hombre y a la Humanidad. El camino es largo, pero prometedor.
Ser la nica manera de asegurar, sin vueltas tericas, que los cambios y
los valores de la modernidad, le sirvan al hombre y le den felicidad.
http://lautaro.org.ve/biblioteca/trazados/2010-2014/2011-2/la-doctrina-
social-de-la-masoneria-en-el-mundo-actual/
KRAUSE, HISTORIADOR Y REFORMADOR DE LA MASONERA
ALEMANA.ENRIQUE HERNANDEZ UREA
La ambicin intelectual y la verdadera pa-sin con que Krause se entreg al estudio de casi toda pensable disciplina, duran-te sus aos de formacin universitaria en Jena, se refleja con una frescura ingenua y espontnea en una carta escrita a su padre el da 18 de noviembre de 1798. En esta carta podemos leer lo siguiente:
Durante este medio ao quiero dedicarme ex-clusivamente a estudiar el sistema de Fichte. A lo largo de los prximos seis meses quiero asis-tir a clases de Dogmtica, ya sea aqu o en Lei-pzig, como a Ud. Le parezca mejor, leerme a fondo la Biblia entera (y configurarme a la vez un sistema de la dogmtica bblica y de la mo-ral), y estudiar Geografa. Dentro de este plan me quedan todava algunas horas al da para el estudio de la filosofa. Despus quiero estudiar otro medio ao Historia, tanto la historia pol-tica como la historia de la Iglesia. Durante el medio ao siguiente quiero estudiar historia de la Literatura como introduccin al estudio de todas las Ciencias. Despus pienso dedicarme a las Ciencias Matemticas y Fsicas (...) Quiero continuar con la Msica (...) Para realizar todo este plan dividir mi tiempo de ahora en ade-lante as: durante este medio ao dedicar a la filosofa 8 horas, a saber: de 3 4 de la maana hasta las 11; seis horas me llevarn las clases; el tiempo sobrante lo emplear en msica, des-canso y lectura de peridicos. A las nueve me ir todos los das a la cama; los domingos me ejercitar en el francs, el ingls y el italiano, para evitar as al menos que se me olviden. Ya he comenzado a cumplir este plan...
KRAUSE, HISTORIADOR Y REFORMADOR DE LA MASONERA
ALEMANA.ENRIQUE HERNANDEZ UREA
28
Ya en 1802, el mismo ao de su habilitacin en Jena, comienza Krause a
interesarse por la masonera a travs de J. A. Schneider, un respetado e
ilustre masn de Altenburg, amigo de su padre, a quien el 24 de junio de
1804 expresa el deseo de ser admitido en la logia altenburguense
Arqumedes de los Tres Tableros. El 10 de agosto tiene lugar la
votacin en la logia, siendo Krause aceptado por unanimidad1. Diversas
dificultades de traslado hacen que no pueda iniciarse en Altenburg hasta
el da 4 de abril de 18052. Fijado su domicilio en Dresden, se afilia el 31
de octubre de ese mismo ao a la logia de Las Tres Espadas y
Verdaderos Amigos3. En 1806 se le concede el segundo grado; en
diciembre de 1807, el tercero (Maestro); en 1808 es nombrado Orador de
la logia4. Por motivos que enseguida veremos, Krause es excluido de sta
ltima el da 17 de diciembre de 18105, aunque su actividad y sus
relaciones masnicas continan an durante varios aos con relativo
vigor. Pasemos entonces a considerar la actividad historiogrfica y
reformista del masn Krause durante estos aos.
1 Lenning, C: Encyclopdie der Freimaurerei, Zweiter Band (Leipzig, Brockhaus, 1824)
p. 198; Procksch, .: o. c , pp. 28-30; Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel..., cit., p. 75. 2 Trommsdorf, H.: o. c , p. 10; Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel..., cit., pp. 99, 114-17. 3 Peuckert, F. .: Geschichte der Loge zu den drei Schwertern und Astr'a xur grnenden Raute im Orient Dresden (Leipzig, Verlag von Bruno Zechel, s.a.) p. 253;
Dietrich, Edmund G.: Geschichte der unabhngigen Loge Archimedes zu den drei
Reissbretern in Altenburg vom 31. ]anuar 1742 bis zum 30 Januar 1901, Manuskript fur
Brder (In Kommission bei Br. Alfred Tittel's Verlag, s.l. y s.a. [1901]) pp. 63 y 136;
Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Brief wechsel..., cit., pp. 142, 144, 146 s., 152. 3 Peuckert, F. .: o. c, p. 106; Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel..., cit., p. 183; Findel, J. G.: Geschichte der Freimaurerei von der Zeit ihres Entstehens bis auf die
Gegenwart, Zweite Auflage (Leipzig, Forster & Findel, 1866) p. 609. 5 Fischer, R.: Deutsche Geistesheroen in ihrer Wirksamkeit auf dem Gebiete der
Freimaurerei (Leipzig, Verlag von Bruno Zechel, 1881) p. 54.
29
30
KRAUSE, HISTORIADOR Y REFORMADOR DE LA
MASONERA.
Las primeras preguntas que obviamente nos surgen son stas: qu
inters llev a Krause a hacerse masn?, qu inters lo llev a entregarse
a la investigacin histrica y a la reforma de la masonera? Un reciente
artculo del Prof. Rudolf Vierhaus, sobre la relacin entre Ilustracin y
Masonera en la Alemania del siglo XVIII6, puede servirnos como punto
de partida para situar el contexto histrico en el que adquiere relevancia
la respuesta a estas preguntas. Entre otros muchos interesantes aspectos,
Vierhaus seala la coincidencia de Masonera e Ilustracin en la defensa
y propagacin de los grandes ideales humanistas de la poca, de manera
que es difcil distinguir qu fue lo temporal y realmente primero en un
caso concreto: el inters de contacto mutuo entre ilustrados, que se
unieron para ello en una logia, o la existencia de una logia como lugar
de encuentro entre hombres de las mismas ideas, en donde comenz a
brotar entonces el pensamiento ilustrado. Pues bien, es precisamente en
este trasfondo en donde Krause se perfila con una originalidad a la que
no parece aproximarse siquiera ninguna otra figura de aquel tiempo.
Krause es un filsofo que no se incorpora a una logia masnica solamente
por ser lugar de encuentro con otros ilustrados, sino, mucho ms an,
porque ha barruntado que la Hermandad masnica constituye la nica
institucin histrica que tiene como finalidad y razn de ser el cultivo en
el hombre de su pura y completa humanidad, a diferencia de otras
instituciones muy buenas y necesarias, a cuya cabeza van la Iglesia y el
Estado, pero cuyas finalidades de formacin humana no slo parciales.
La biografa y la bibliografa masnicas de Krause van a estar as
inseparablemente unidas a su biografa y bibliografa como filsofo
durante los cinco aos largos de su militancia regular en la mencionada
logia de Dresde. Vamos esto con un poco de calma.
6 Vierhaus, R.: 'Aufklrung und Freimaurerei in Deutschland', en Reinalter, H. (Hrsg.): Freimaurer und Geheimbnde (Frankfurt a. M., Suhrkamp, 1983) pp. 115-39.
31
En 1804, adems de la Disertacin ya citada para su Habilitacin en Jena,
Krause tiene publicadas cinco obras ms en las que ya est en germen la
base de su sistema filosfico. Especial inters ofrece su estudio sobre el
Derecho Natural, publicado en 1803, pero sobre el que Krause ha estado
trabajando remotamente desde 1800 y ms a las inmediatas durante todo
el ao 18027. Es en el contexto de este trabajo cuando Krause llega por
primera vez a la idea de una Asociacin dedicada explcitamente a la
pura y completa humanidad (que, como veremos en seguida, constituye
la pieza clave de toda su obra), as como a la sospecha de que en los
Misterios de los antiguos y en la Hermandad masnica podran
encontrarse comienzos (histricos) de aquella Asociacin puramente
humanista8. Y es entonces cuando, en conversaciones directas y
epistolares con Johan August Schneider, se ve confirmado por este ltimo
en su sospecha tocante a la naturaleza de la masonera, y decide entrar en
ella.
Desde este momento, y hasta su exclusin de la logia, Krause va a seguir
profundizando en su visin filosfica de la sociedad humana y de su
historia en ntima e inseparable relacin con el estudio de la historia y de
la naturaleza de la masonera. Estos aos (1805-1810) fueron decisivos
para la maduracin de su obra terica y para su propia vida. Durante ellos,
adems de dedicar una parte no despreciable de su tiempo a otras
ocupaciones, trabaja febrilmente tres escritos o grupos de escritos. El
primero es su sistema filosfico en sentido estricto, del que en ese tiempo
slo llegar a publicar la primera parte de la tica9. El segundo reflexiona
sobre el significado poltico e histrico-universal de Napolen. El tercero
tiene como objeto de investigacin material la masonera, constituyendo
sus publicaciones en este terreno un testimonio bien elocuente de la
intensidad y xito de su trabajo: en 1809 publica Cuatro discursos
7 Grundlage des Naturrechts oder philosophischer Grundriss des Ideals des Rechts (Jena
und Leipzig, Erste Abtheilung, bey Christian Ernst Gabier, 1803). 8 Lenning, C: o. c , p. 198. 9 System der Sittenlehre, 1. Band, Wissenschaftliche Begrndung der Sittenlehre
(Leipbig, Reclam, 1810).
32
masnicos10; en 1810 edita la traduccin alemana de la Historia de la
Masonria, de Lawrie, con un Prefacio y Comentarios suyos al texto11, as
como el primer tomo de su obra monumental Los tres documentos ms
antiguos de la Hermandad masnica12; finalmente, ya en 1811, aparece
la Interpretacin de los smbolos fundamentales de la masonera
autnticamente transmitidos. 12 discursos de logia13.
Pero Krause publica todava en este tiempo tres escritos ms que han de
ser calificados (y el mismo Krause los calific as) como indirecta o
parcialmente masnicos: en 1810 la Idea de la Humanidad como un Todo
Social. Para todos aquellos que participan en los problemas ms
importantes de la Humanidad, especialmente para masones14 -, y, ya en
1811, el Diario de la vida de la Humanidad15 y la obra, tan importante
para el krausismo espaol. El ideal de la humanidad. Un ensayo.
Preferentemente para masones16.
Una lectura de estas obras muestra con nitidez cmo aquella idea de una
Asociacin dedicada a la pura y completa humanidad se ha convertido
10 Vier Freimaurerreden (Dresden 1809). 11 Geschichte der Frei-Maurerei aus authentischen Quellen nebst einem Berichle ber
Oie Grosse Loge in Schottland von ihrer Stiftung bis auf die gegenwrtige Zeit, und
einem Anhange von Original-Papier en, Edinburg. In das Deutsche bersetzt vom D.
C. F. A. Burkhardt mit erklarenden, berichtigenden und erweiternden Anmerkungen
und einer Vorrede vom D. Ch. F. Krause (Feiberg, Craz und Gerlach, 1810). 12 Die drei altesten Kunsturkunden der Yreimaurerbrderschaft, Esrter Band (Dresden,
1810). 13 Hhere Vergeistigung der echt iiberlieferten Grundsymbole der Freimaurerei in zwolf
Logenvortrgen (Dresden 1811). 14 Idee der Menschheit, als eines geselligen Ganzen, fur Aile, welche an den hheren
Angelegenheiten der Menschheit Antheil nehmen, besonders fur Yreimaurer (Dresden
1810). Este escrito no he podido localizarlo hasta ahora. 15 Tagblatt des Menschheitlebens, Erster Jahrgang. Erster Vierteljahr fr die Monate
Januar, Februar, Marz 1811, nebst einem literarischen Anzeiger (Dresden, in der
Arnoldischen Buchhandlung und bei dem Herausgeber). 16 Das Urbild der Menschhei. Ein Versuch (Dresden, Vorzglich fr Freimauler, 1811),
in der Arnoldischen Buchhandlung.
33
en idea clave, y es la que da ahora unidad a estos tres grupos de escritos17;
cmo ha sido efectivamente durante estos aos cuando Krause ha llegado
a la maduracin de esa idea central, para la que ha acuado el trmino de
Alianza de la Humanidad (Menschheitbund); y cmo esto ltimo ha ido
sucediendo en inseparable relacin de su reflexin filosfica con su
investigacin histrica de la masonera y con su intencin reformista de
sta ltima.
A travs de la investigacin histrica de sus orgenes, Krause quiere sacar
a luz el ideal de la masonera para, una vez conocido, alentar en su
direccin la renovacin de la Hermandad masnica existente en ese
momento histrico concreto. Y encuentra como resultado de su
monumental trabajo histrico lo que l haba sospechado ya, y lo que le
haba llevado precisamente a iniciarse en la Hermandad: que el ideal
masnico coincide efectivamente con el ideal de la Humanidad que l
est fundamentando y plasmando como Alianza de la Humanidad en
su sistema filosfico.
La renovacin de la masonera es entonces alentada por Krause mismo
como el inicio dela renovacin de la Humanidad entera, haciendo honor
al inters prctico que mueve a su investigacin terica. La consagracin
personal que Krause hace entonces de su vida al ideal humanista
descubierto, no es sino expresin de una radical coherencia de esa vida
con la obra terica. La intencin prctica de su filosofa se muestra
poderosa en su mismo autor como en ninguno de sus destinatarios. Y es
precisamente por esa consagracin por lo que antes indicaba que estos
aos de su militancia masnica regular fueron decisivos no slo para su
obra sino tambin para su propia vida. En un manuscrito de la primera
mitad de 1831, aproximadamente ao y medio antes de su muerte, escribe
17 Como el mismo Krause comenta tambin en distintos sitios. Vase, p. ej.: Reine
allgemeine Vernunftwissenschaft oder Vorschule des analytischen Hapttheiles des
Wissenschaftgliedbaues, editado por P. Holhfeld y A. Wnsche (Leipzig, Otto Schulze,
1886) p. VI. Esta obra ha sido traducida al espaol por los Profesores Jos Mara Artola
y Francisco Prez Lpez, en el CSIC, y es de esperar que salga pronto a la luz pblica.
34
Krause retrospectivamente este impresionante testimonio de su
consagracin:
El Hermano Krause se declara origen y fundador de la Alianza de la
Humanidad que se est gestando en la Tierra; y puesto que con la
Alianza de la Humanidad comienza tambin la Tercera poca Plena de
la Humanidad, a partir del da 22 de marzo (desde la media noche que
inicia la primavera) del ao 1808 despus de Cristo ha de comenzar la
nueva manera de contar el tiempo, una nueva Era, la tercera forma
fundamental de contar el tiempo despus de la mosaica y de la cristiana
(...). Esta auto declaracin es totalmente independiente de la
personalidad individual del Hermano Krause, ya que se trata
sencillamente de la constatacin de un hecho histrico: del hecho
histrico de que el susodicho (Krause) tuvo la intuicin parcial en Dios
de la Alianza de la Humanidad desde la primavera del ao 1808, y de
que se decidi a consagrar su vida a la realizacin de la misma y a vivir
y a actuar l mismo conforme a la doctrina de la Alianza de la
Humanidad.
Aparte de su expresiva carga biogrfica este texto nos indica cmo la idea
de la Alianza de la Humanidad est enmarcada en una filosofa de la
historia, filosofa de la historia que adems, como sealan Hohlfeld y
Wnsche, puede ser considerada como el centro ms ntimo o el Sancta
Sanctorum de todo el sistema filosfico de Krause18. La filosofa de la
historia de Krause comparte con la de las grandes figuras de la tradicin
filosfico histrica occidental moderna un conjunto de rasgos generales:
la concepcin de la historia de la humanidad como historia universal en
progreso; la reconstruccin de esa historia en etapas de crecimiento, en
18 Krause, K. C. F.: Abriss der Philosophie der Geschichte, ed. por P. Hohlfeld y A. Wnsche (Leipzig, Verlag Otto Schulze, 1889) p. VIII. Para una exposicin de todo el
Organismo de las Ciencias en Krause, en donde la Filosofa de la Historia ocupa su
lugar determinado, puede verse: Garca Mateo, R.: Das deutsche Denken und das
modern eSpanien (Frankfurt a. M., Bern, Verlag Peter Lang, 1982) pp. 16-130. Sera
muy de desear que este estudio fuese traducido pronto al espaol.
35
paralelismo con el proceso de crecimiento del individuo; la experiencia
optimista de estar asistiendo al inicio de una nueva y definitiva etapa; la
conciencia europesta respecto a la cuna geogrfico-cultural de esa nueva
y definitiva poca; el ideal de una sociedad verdaderamente humanizada
que slo puede realizarse como sociedad universal; el inters prctico de
la reflexin terica; el conflicto como motor del desarrollo histrico; la
crtica de la religin establecida...
Pero, dentro de estos rasgos comunes, los diversos autores se diferencian
notablemente tanto en la concrecin que dan a esos rasgos, y en el reparto
de acentos y matices, cuanto en la concepcin filosfica global en la que
la filosofa de la historia est encajada19. Pues bien, en el caso de Krause
la concepcin global, de la que la filosofa de la historia constituye el
centro ms ntimo, es el Panentesmo, en cuya determinacin no podemos
entrar dentro de los lmites marcados en este artculo20. Y, lo que es
verdaderamente relevante para nuestro tema, la concrecin ms
significativa de la filosofa krausiana de la historia es precisamente la
figura de la Alianza de la Humanidad y, dentro de ella, su relacin
histrico-universal con la masonera.
Su complejidad tampoco nos permite entrar ahora en una consideracin
detallada de la Alianza de la Humanidad, pero al menos no podemos dejar
de sealar algunas de las caractersticas ms generales y ms importantes
para nuestro tema. La Alianza de la Humanidad de Krause apunta hacia
un ideal de sociedad, cuyo fundamento ltimo es aquello que une a todos
los hombres por encima de sus diferencias (de su ser hombre o mujer,
cientfico o artista, espaol o alemn, catlico o protestante, educador o
19 Por lo que afecta a Kant, Freud y Habermas, pueden verse mis estudios: La crtica
kantiana de la sociedad y de la religin. Kant predecesor de Marx y de Freud (Madrid,
Tecnos, 1979); La teora de la sociedad de Freud. Represin y liberacin (Madrid,
Tecnos 1977); La teora crtica de la sociedad de Habermas. La crisis de la sociedad
industrializada (Madrid, Tecnos, 1978). 20Puede verse el ya citado estudio de R. Garca Mateo, especialmente, para una apretada
sntesis, las pp. 37-39 y 139-41.
36
educando...) y que, a la vez, permite y fomenta el desarrollo pleno de las
especificidades diferentes de cada individuo (su ser hombre o mujer,
cientfico o artista, alemn o espaol, etc.) al armonizarlas orgnicamente
dentro del individuo o totalidad superior que es la Humanidad entera. Son
stos dos aspectos, inseparables entre s, los que se corresponden con los
dos adjetivos usados anteriormente: pura y completa humanidad. La
Alianza de la Humanidad habra de ser la Institucin social orientada
explcitamente a la realizacin comunitaria de esa pura y completa
humanidad, en forma semejante a como la Iglesia y el Estado son las
Instituciones sociales orientadas explcitamente a la realizacin
comunitaria de los aspectos parciales de la vida humana Religin y
Derecho respectivamente.
Krause encaja esta figura de la Alianza de la Humanidad en un marco
filosfico-histrico al considerarla como aquella que, una vez conocida
y explicitada filosficamente (es decir: lo que hace su propia obra), abre
el paso a la tercera y definitiva gran etapa de la historia de esta
Humanidad terrena. Y Krause cree adems haber descubierto que la
Hermandad masnica es el principal germen de la Alianza de la
Humanidad, porque es la nica Institucin social que, ya desde sus
orgenes histricos, tiene como nica finalidad y razn de ser la
realizacin de aquella pura y completa humanidad, de aquella unidad
armnica que respeta y planifica las especificidades de cada uno de los
individuos que la componen, aunque hasta el momento presente haya
ejercido esa finalidad slo de una manera limitada y no del todo
consciente.
De aqu entonces la relevancia histrico-universal de la masonera para
Krause, y de aqu tambin su esfuerzo por ilustrarla filosficamente a ella
misma con el conocimiento pleno de esa relevancia y de su pura finalidad
humanista, poniendo as la primera condicin para una renovacin que
Krause, dentro del mismo marco histrico-universal, conceptualiza como
el inicio de la tercera etapa en la historia de la Hermandad masnica:
despus de la gran renovacin que la masonera especulativa (2a etapa)
37
supuso sobre la masonera operativa (I a etapa), ha llegado ya el momento
histrico de realizar la segunda y definitiva renovacin mediante el inicio
de la Alianza de la Humanidad. El comienzo de la tercera gran etapa de
la historia de la Humanidad confluira as con el comienzo de la tercera
gran etapa de la historia de la masonera, precisamente en la
institucionalizacin de la Alianza de la Humanidad; aunque es importante
tener en cuenta que Krause no haca depender la realizacin de sta
ltima del hecho de que la Hermandad masnica fuese fiel o no a sus
orgenes y diese o no el paso por l predicado. La Alianza de la
Humanidad podra tambin desarrollarse a partir de otros focos.
Para la realizacin de su tarea histrica y reformista Krause encontr una
parcela de terreno ya abonado de la misma Hermandad masnica
alemana. En las dcadas de los aos sesenta y setenta del siglo XVIII se
haba originado (en ella) un caos general21, reflejado en el predominio
de los grados superiores, del secretismo, de la fbula de los superiores
desconocidos, etc., y sustentado en gran parte por el seoro de la llamada
Estricta Observancia. Esta ltima haba recibido un golpe de muerte en
el Convento de Wilhelmsbad de 178222, fundndose al ao siguiente
(1783) la Alianza Eclctica con el objetivo de ir saliendo de aquella triste
situacin. Aunque el avance fue muy lento, cuando Krause se inicia en
Altenburg en 1805 existan as ya algunos crculos progresistas que
luchaban por reformar la masonera alemana en direcciones que
coincidan en puntos importantes con su propia intencin: crtica del
secretismo, crtica de los grados superiores, impulso de una autntica
investigacin cientfica de la historia y naturaleza de la masonera, cuyos
resultados habran de ser guas de reformas. En una palabra: insistencia
en el carcter moral, humanista y universal de la masonera, y en la
21 Crammer, Br. .: 'Zur Erinnerung an Karl Christian Friedrich Krause', Latomia. eue Zeitschrift fr Freimaurerei, 4 (1881) p. 73. 22Sobre la importancia de este Convento masnico puede verse: Hammermayer, L.: Der
Wilhelmsbader Freimaurer-Konvent von 1782. Ein Hohe- und Wendepunkt in der
Geschichte der deutschen und europischen Geheimgesellschaften (Heidelberg, Verlag
Lambert Schneider, 1980).
38
necesidad de reformar una Hermandad que se haba desviado
notablemente de esos ideales originarios; o, dicho de otra manera,
insistencia en la necesidad de volver a la pureza de la masonera inglesa.
La misma logia Arqumedes de Altenburg era una logia independiente
considerada como progresista. Entre los nombres ms importantes para
Krause, dentro de aquel terreno abonado, hay que destacar los de
Lessing y Herder, entre los que le precedieron, y los de Fessier, Schroder
y Mossdorf, junto al ya mencionado de Schneider, entre sus
contemporneos ms directos. Krause perteneci en Dresden a la Liga
de masones cientficos y a la Liga histrica, fundadas
respectivamente por Fessier y Schroder23. Apreci y us los trabajos de
stos ltimos, aunque tuvo tambin notables diferencias con ellos, sobre
todo con Schroder. Mossdorf, que habra de compartir con l la exclusin
de la logia, fue desde el comienzo su ms fiel compaero de trabajo24. La
idea de la Alianza de la Humanidad no caa por tanto como un meteorito
excntrico en el seno de la masonera alemana de comienzos del siglo
xix, sino que encajaba perfectamente dentro de su problemtica ms
acuciante. Por eso el nombre de Krause figura, junto a los de Fessier,
Schroder, Schneider y Mossdorf, como uno de los nombres claves de la
masonera alemana de su tiempo.
Finalmente voy a indicar con toda brevedad la relacin del trabajo sobre
Napolen con el tndem filosfico-masnico que acabamos de ver con
ms detenimiento. Unos meses despus de haber confesado a su padre
que nunca me ha sobrecogido y conmocionado tanto la figura de un
hombre como la de este grandioso hroe25, le escribe el 17 de enero de
23 Puede verse: Findel, J. G.: Geschichte der Freimaurerei..., cit., pp. 541-44 y 549-55. 24 Para una visin general de la vida y obra de Fessier, de Schroder y de Mossdorf,
pueden consultarse los correspondientes artculos en los diccionarios masnicos:
Internationales Freimaurerlexikon (Zurich - Leipzig - Wien, Amalthea-Verlag, 1932);
Allgemeine:, Handbuch der Freimaurerei, Hrsg. vom Verein deutscher Freimaurer, 2
Bde. (Leipzig, Max Hesse's Verlag, 1900). 25 Hohlfeldr, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel..., cit., p. 174.
39
1808: El objetivo de mi escrito poltico (...) es el de mostrar que poco a
poco, a travs de los pasos dados por Napolen, va surgiendo una alianza
monrquica de los pueblos, primero en Europa, pero despus tambin con
inclusin de Asia, que tendr que extenderse necesariamente a toda la
Tierra.
Si en la reforma de la Hermandad masnica vea Krause el posible inicio
espiritual, por decirlo as, de la Alianza de la Humanidad, en la gesta
napolenica vea entonces el inicio de sus condiciones polticas. Bien es
verdad que Krause, al hilo de los acontecimientos de los aos posteriores
a 1808, cambi pronto de visin respecto al cauce que habra de llevar al
establecimiento de aquellas condiciones polticas favorables para su
soada Alianza. El 20 de septiembre de 1813 escriba a su padre: Aqu
en Dresden estamos en situacin de guerra. Napolen lucha desde hace
tres das por abrirse camino hacia Bhmen (...) Yo tomo parte en estos
acontecimientos con toda mi alma. Y ahora me invade una esperanza
totalmente distinta, en lo que afecta a los problemas pblicos, de aquella
que conceb con fundados motivos en 1808. Aquella esperanza ha sido
negada y destruida por los acontecimientos del ltimo ao. La nueva
visin poltica de Krause, que sustituy a la esperanza puesta en
Napolen, se centr entonces en los enemigos de ste ltimo. A ellos iba
dirigido el Proyecto de una alianza europea de Estados, como base de una
paz general y como medio jurdico contra cualquier ataque a la libertad
interior y exterior de Europa, publicado por Krause en el ao 1814, en
cuyo detalle no nos interesa entrar ahora26.
26 Krause, . C. F.: Entwurf eines europdischen Stoatenbundes als Basis des allgemeinen Friedens und als rechtliches Mittel gegen jeden Angriff wider die innere
und dus sere Freiheit Eur opas (1814), Neue herausgegeben und eingeleitet von Hans
Reichel (Leipzig, Verlag von Felix Meiner, 1920). Para situar el contexto histrico-
poltico de este Proyecto de Krause, puede verse: Gollwitzer, H.: Europabild und
Europagendanke (Mnchen, C. H. Beck'sche Verlagsbuchhandlung, 1964) pp. 103-78,
con la referencia explcita a Krause (p. 116 s.).
40
Antes de pasar al siguiente epgrafe voy a permitirme citar, a modo de
resumen, un largo texto de Krause entresacado de Los tres documentos
ms antiguos de la Hermandad masnica, que considero enormemente
luminoso y comprensivo si se lee en el trasfondo de cuanto acabo de
delinear en este apartado:
Vivimos en una poca de renovacin, o ms bien de un amanecer nuevo.
La Humanidad despierta a una nueva vida. Estamos asistiendo al
nacimiento de una Asociacin superior de Estados, que rene primero a
los pueblos europeos en una nica totalidad (...) La misma Humanidad,
y su vida, est siendo considerada cada vez ms como una totalidad
orgnica (...) Este es el espritu propio de nuestra poca (...) Slo vista
desde esta idea tiene valor para m, y me es querida, la Hermandad
masnica (...) Ahora es el tiempo de fundar pblicamente en esta Tierra
la Alianza de la Humanidad, y de reunir en ella a todos los hombres
buenos que han llegado al verdadero conocimiento de la Humanidad y de
su vida, y al amor a ella (...) La fundacin de la Alianza de la Humanidad,
as como el comienzo de su actividad, estn en pacfica armona con
todos los nobles y grandes esfuerzos de esta poca y de todos sus hombres
grandes (...) Slo la Hermandad masnica est en estrecha relacin con
esta gran tarea de la historia de la Humanidad; slo ella es la institucin
que no tiene otro valor ni otro sentido que el de vivir en esta idea.
En tanto que la Hermandad masnica responde a este su concepto
esencial, claramente expresado en su propia historia, es reconocida por
m, conforme a su fundamento y a su espritu puro, como el nico intento
social (gesellig) hecho hasta ahora (aunque sea un intento limitado en el
espacio y en el tiempo y, hasta el momento, todava inconsciente) para
poner ante los ojos de los hombres las ideas de la Humanidad, de la vida
de la Humanidad y de la Alianza de la Humanidad, para vivir un espritu
humanista en toda su pureza, y para preparar en el recinto de Templos
aislados, guiada por el instinto de la razn, la Alianza pblica y abierta
de la Humanidad.
41
El presente escrito demuestra, a travs de la presentacin comentada de
sus documentos ms antiguos, que esa ampliamente extendida Alianza
de varones est orientada, ya desde su primera fundacin, hacia aquellas
ideas (...).
Ahora ha llegado finalmente el tiempo de que la Hermandad comience,
mediante una renovacin total, su tercera etapa, la ms hermosa; ha
llegado finalmente la poca de que, juntamente con el espritu superior
que est despertando ahora sobre la Tierra, tambin en ella (en la
Hermandad) despierte un nuevo espritu. Su renovacin total ser ms
grandiosa, y mucho ms benefactora para la Humanidad, de lo que lo
fue la reforma comenzada al comienzo de la segunda etapa27.
LA REACCIN DE LA MASONERA ALEMANA ANTE LA
OBRA DE KRAUSE
La obra de Krause conmocion al mundo masnico alemn. El mismo
Krause escribe a su padre en diciembre de 1809, refirindose a la prxima
publicacin de Los tres documentos ms antiguos: Mi escrito en vas de
publicacin pone en movimiento a todo el mundo de las logias28. Al
poco de su aparicin Heinrich Zschokke, un interesante tipo de la
poca29, tambin masn, escribe en Miszellen fr die neueste Weltkunde
un artculo con el significativo ttulo de 1 intento de Karl Christiana
Friedrich Krause de suprimir la Orden de los masones y crear una Alianza
de la Humanidad30. Esta conmocin va en aumento hasta llegar a la
27 Krause, . C. F.: Die drei testen Kunsturkunden der Freimaurerbrderschaft, Zweite Ausgabe, Erster Band (Dresden 1820) in der Arnoldischen Buchhandlung,
Vorbericht der ersten Ausgabe, pp. III-V, X-XV y XXV. 28 Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel, cit., p. 212. 29 Para un perfil biogrfico puede verse: Bning, H.: Heinrich Zschokke und sein
'Aufrichtiger und wohlerfahrener Schweizerbote' (Bern, Verlag Peter Lang, 1983); una
sntesis de su biografa masnica puede verse en: Fischer, R.: Deutsche Geistesheroen...,
cit., pp. 110-17. 30 'Karl Christian Friedr. Krause's Versuche, den Oder der Freimaurer aufzulosen, und einen Menschheitsbund zu schaffen', Miszellen fr die eues te Weltkunde (21 November 1810) pp. 369-72.
42
exclusin de Krause, y de su compaero Mossdorf, de la logia a la que
pertenecan juntos desempeando incluso cargos importantes como los
de Orador y Secretario respectivamente. Esta exclusin, decidida el 17
de diciembre de 1810, constituye, en frase de Trommsdorf, una pgina
negra en la historia de la masonera; una tragedia masnica, en
palabras de Kltzer31. Alrededor de 1830 escribe todava el fiel discpulo
y yerno de Krause Leonhardi: Conozco incluso varias logias en las que
se maldice regularmente el nombre: Krause en la fiesta anual de 17 de
diciembre 32. Robert Fischer recoge un lugar comn repetido de mil
maneras por los bigrafos de Krause: Se afirma, y no sin razn, que los
innombrables sufrimientos que (Krause) tuvo que soportar a lo largo de
su vida provinieron de las persecuciones de los masones33. Vamos
entonces a resumir brevemente los hitos principales de la historia de este
significativo proceso, para pasar despus a comentar las relaciones
posteriores de Krause con la Hermandad.
La actividad reformista de Krause y Mossdorf les haba creado ya desde
el principio enemigos entre los no pocos masones que todava tenan un
pie en lo antiguo, y que estaban atados por prejuicios34. La gota de agua
que desbord la copa lleg en octubre de 1809 con el anuncio de
Mossdorf de la prxima publicacin de Los tres documentos ms
antiguos de Krause. La logia de las Tres Espadas acogi favorablemente
ese anuncio, pero comenz muy pronto a recibir protestas de otras logias,
que sospechaban que el libro de Krause era infiel y traidor a la
masonera, pues con su publicacin revelara ciertamente a los
profanos, y a los masones ms jvenes, demasiadas cosas.
31 Trommsdorf, H.: o. c, p. 12; Neumann, O. P.: o. , p. 34. 32 Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Karl Christian Friedrich Krause's Leben und Lehre, dargestellt von Hermann Freiherrn von Leonhardi (Leipzig, Dieterichsche
Verlagsbunchhandlung Theodor Weicher, 1902) p. 33. 33 Fischer, R.: o. c , p. 49. 34 Peuckert, F. .: . , p. 106.
43
Entre esas protestas hay que destacar la firmada el 9 de enero de 1810
por los tres Grandes Maestros de las tres Grandes Logias de Berln, en la
que se instaba a la logia de Krause y Mossdorf, en tono amenazador, a
que impidiese la publicacin del libro anunciado35. La logia de las Tres
Espadas contesta el 31 de enero defendiendo con firmeza a los Hermanos
Krause y Mossdorf, y calificando la actitud de aquellos masones que
haban informado a los tres Grandes Maestres de precipitada, al haberse
dejado llevar de prejuicios preconcebidos y no haber considerado la
cosa con la serenidad, imparcialidad y amor a la verdad, que caba
esperar, no conociendo siquiera el contenido del libro anunciado.
Pero inmediatamente despus surge la divisin dentro de la misma logia
de Krause. El 2 de febrero del mismo ao, seis Hermanos firman una
declaracin amenazando con salirse de la logia si no se impeda la
publicacin de la obra en cuestin o, de no poder impedirla, si no se
expulsaba a Krause y a Mossdorf36. El 6 de marzo los tres Grandes
Maestres berlineses escriben una nueva carta que no poda ser ms dura
Lo repetimos: no nos preocupa el contenido de la obra de Krause por
lo que pueda afectar a nuestras numerosas logias (.. ) Slo tenemos ante
los ojos la honra de la Orden en general. Un perjurio mancha a la Orden,
y solamente la expulsin de quienes lo han cometido puede purificarla
de nuevo37.
Krause, en la conviccin inquebrantable de cumplir con un deber moral
y con una vocacin, se mantuvo en su decisin. En julio estaba ya
impreso el primer tomo de su obra, y se comenz el envo a los
previamente abonados, todos ellos masones. Con esto se recrudeci la
35 Mossdorf, F.: Johann Stuve'ns Abhandlung ber den Einfluss Geheimer Gesellschaften auf das Wohl der Menschheit, nebst einem Anhange des Herausgebers,
Fr die Briide Freimaurer, In Commission bei dem Br. Gerlach (Freyberg 1811) pp.
198-200. 36 Peuckert, F. .: . , p. 107 s. 37 Mossdorf, F.: . , p. 204 s.
44
situacin y arreciaron las protestas38. El 11 de septiembre los tres
Grandes Maestres de Berln escriban el siguiente ultimtum a la logia de
las Tres Espadas y Verdaderos Amigos:
Muy honorables y amados Hermanos! Puesto que ya ha aparecido
realmente el escrito anunciado por los Sres. Mossdorf y Krause: titulado
"Los tres documentos ms antiguos de la Hermandad masnica", les
pedimos a Uds. queridos Hermanos, con el mayor respeto y fraternidad,
y en relacin a nuestros dos escritos anteriores del 9 de enero y del 6 de
marzo de este ao, que expulsen a esos dos hombres de su justa y perfecta
logia, a fin de subsanar la vergenza que por ellos afecta ahora a toda
la honorable Orden; rogando igualmente que, a la mayor brevedad
posible, nos indiquen cmo se ha llevado a trmino esa expulsin. Les
saludamos fraternalmente en el nmero para nosotros santo39.
Por fin el 17 de diciembre, tras una votacin en la logia, Krause y
Mossdorf fueron excluidos por tiempo indefinido de ella. Krause
obtuvo 40 bolas negras de un total de 44. Para futura memoria se decret
all mismo que, en adelante, la eleccin de cargos tendra lugar el 17 de
diciembre, y que adems, al final de cada sesin de recepcin de
aprendices, en la cadena, el Venerable trajese a la memoria de los
presentes el recuerdo de ese da dando los gritos de amor fraterno!,
fidelidad fraterna!, el 17 de diciembre!40. Al da siguiente el
Venerable de la logia, C. F. von Brand, comunicaba oficialmente a
Krause y a Mossdorf, en una escueta carta, la decisin tomada41. Tres
respetables Hermanos (Riquet, Meyer y Burkhardt), en indignada seal
de protesta contra la injusticia cometida, abandonaron para siempre la
logia42.
38 Peuckert, F. .: o. c , p. 109. 39 Mossdorf, F.: o. c , p. 304. 40 Ibid., p. 227s.; Peuckert, F. .: . , p. 110 s. 41 Mossdorf, F.: o. c , p. 264 s. 42 Ibid., p. 229; Peuckert, F. .: o. c , p. 111.
45
Qu juicio crtico merece todo este proceso? Peuckert, aunque
subrayando su injusticia, llega sin embargo a disculpar la decisin de la
logia, sealando que en aquellas circunstancias el haberse opuesto a las
presiones recibidas hubiese sido un acto heroico, no: tal fruto slo
hubiese podido madurar en los tiempos ms recientes43. El caso Krause-
Mossdorf fue un sntoma ms de una situacin histrica de la masonera
alemana en la que el secretismo tena an una fuerza capaz de agostar, al
menos temporalmente, los frutos que comenzaba a dar aquella parcela
abonada de la que hablamos en el apartado anterior44. En este sentido es
importante subrayar que el problema de la publicacin de Los tres
documentos ms antiguos no estuvo en su publicacin para los profanos.
Krause, respetando las opiniones de muchos de sus Hermanos, transigi
en publicar su obra como manuscrito slo para masones, con ejemplares
numerados y venta controlada45. El problema concreto por lo que a la
publicidad se refiere, y que marca el alto grado de secretismo todava
reinante en amplios y poderosos crculos de entonces, estuvo en que
Krause se neg en conciencia a excluir de su acceso a los dos grados
inferiores (compaero y aprendiz)46.
Habamos aludido con Robert Fischer a la visin, generalizada entre
bigrafos y amigos de Krause, de que la vida de este ltimo haba estado
marcada de su expulsin de la logia por la persecucin de los masones.
Ellos habran sido los grandes culpables de que Krause no alcanzase
nunca una ctedra, de que se silenciasen sus escritos en las revistas
cientficas, de que se sabotease la afluencia de alumnos a sus clases, de
que la polica lo implicase en complots en los que nunca tom parte, y de
algunos otros puntos sombros de su vida. Los mismos escritos y cartas
de Krause estn materialmente plagados de lamentaciones sobre la
persecucin masnica de que es objeto. Aunque este extremo necesita de
43 Peuckert, F. .: o. c , p. 11. 44 Neumann, O. Ph.: o. c , p. 36. 45 Zschokke critica incluso esta debilidad de Krause. Vase el libro editado por Gerlach:
Logen-Hierarchie, bei Craz und Gedach (Freyberg 1819) p. 7. 46 Mossdorf, F.: o. c , p. 210.
46
una ajustada comprobacin documental, puedo adelantar sin embargo
que mi visin provisional, obtenida de las lecturas ya realizadas,
relativiza bastante la influencia de la persecucin masnica en la mayora
de los fracasos y desgracias de Krause, por un lado, y, por otro lado,
coincide con la expresada por el discpulo y bigrafo no masn de Krause
Lindemann, quien rechaza la generalizacin a toda la Hermandad de una
actitud que en realidad slo fue propia de algunas logias y algunos
Hermanos47.
A este punto de vista provisional me han llevado fundamentalmente tres
razones: la de que hay otras causas importantes, ajenas a la relacin
masnica, que pueden explicar los fracasos de Krause; la de que las
continuas quejas de ste ltimo han de ser interpretadas en el contexto de
un carcter melanclico muy peculiar; y la de que hay abundante
testimonio histrico de la buena relacin de Krause, durante toda su vida,
con distintos masones y con diversas logias. Una de las muestras de esto
ltimo puede verse en la disposicin de algunas logias a recibirlo en su
seno. Por ejemplo, el mismo Krause escriba a su padre en abril de 1814
durante su estancia en Berln: Los masones de aqu no parece que me
persigan, sino ms bien inclinados a admitirme de nuevo; se me han
hecho insinuaciones en tal sentido, incluso personalmente por parte de
un Gran Maestre48 . El trato ciertamente injusto de que Krause fue
objeto en el proceso que culmin con su exclusin de la logia de Dresden,
y las intrigas y maquinaciones posteriores de algunos masones contra l,
parecen as haber sido hitos importantes dentro de aquel azaroso
itinerario salpicado de angustias, fracasos y persecuciones, del que
hablbamos en la Introduccin biogrfica, pero no su fuente y causa
principal.
47 Lindemann, H. S.: bersichtche Darstellung des Lebens und der Wissenschaftlehre
Cari Chr. Fdr. Krause's, und dessen Standpunktes zur Freimaurerbrdcrschajt, In der
Fleischmann'schen Buchhandlung (Mnchen 1839) p. IV. 48 Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Brief wechsel..., cit., p. 382.
47
La masonera alemana rehabilit postumamente a Krause. En el primer
centenario de su nacimiento los masones le erigieron un monumento en
su ciudad natal49. El 21 de marzo de ese mismo ao 1881 la logia de las
Tres Espadas revis el proceso que haba concluido con la expulsin de
Mossdorf y Krause. El secretario de la logia, Hermano Kltzer, cerr el
acto con las emocionantes palabras: Krause y Mossdorf fueron entonces
alejados de la logia por tiempo indefinido: Ea!, el tiempo se ha
cumplido, volved de nuevo al seno de los Hermanos!. Krause y
Mossdorf fueron entonces inscritos en el Libro de Oro de la logia. En el
150 aniversario (1931) la Revista mensual de la Gran Logia de Prusia
Am rauhen Stein public un artculo conmemorativo, ya citado antes, en
el que su autor, el Hermano Trommsdorf, calificaba a Krause como el
mayor pensador y configurador de la filosofa masnica50
En lo que afecta a la obra historiogrfica de Krause el juicio crtico es
unnimemente laudatorio. Findel recoge afirmativamente la siguiente
apologa del Hermano Schauberg: Con Krause y Mossdorf comienza
una poca grandiosa y totalmente nueva de la masonera alemana, ya
que fueron ellos los que, por primera vez y con gran acierto, hicieron de
la masonera propiamente un objeto de investigacin cientfico-crtica
pblica51. Wolfstieg escribe refirindose a Los tres documentos ms
antiguos: el libro ha de ser contado entre las mejores obras de nuestra
investigacin masnica52. Reinhard Horn, en su reciente estudio sobre
la historiografa masnica alemana del siglo xix, dice de esa gran obra de
49 Br. Martin (Theodor Busch): Karl Christian Friedrich Krause's Leben, Lehre und
Bedeutung (Leipzig, Verlag von J. G. Findel, 1881-1882) p. 228. 50 Trommsdorf, .: o. c, p. 5. 51 Br. J. Schauberg, 'Krause ais Maurer', Die Bauhtte, n. 10 (1861). Citado por Findel,
J. G.: Geschichte der Freimaurerei..., cit., p. 608. 52 Wolfstieg, .: Or sprung und Entwicklung der Freimaurerei, 2 ed. Bd. 2 (Berlin, Verlag Alfred Unger, 1923) p. 84.
48
Krause que es reconocida generalmente en la literatura masnica de
habla alemana como un gran logro cientfico53.
Hasta ahora hemos hablado de la actitud de la masonera alemana frente
a Krause, a partir de la expulsin de ste ltimo en diciembre de 1810.
Pero, cul fue, tambin a partir de esa fecha y hasta el fin de su vida, la
postura de Krause frente a la masonera? Cmo reaccion
personalmente ante la injusticia del proceso? Dej Krause de ver en la
masonera el germen de la Alianza de la Humanidad?
Todos sus bigrafos, sin excepcin, coinciden en subrayar la
mansedumbre con que Krause sufri la expulsin, en contraste con la
reaccin violenta que tuvo Mossdorf. En un texto, escrito lo ms pronto
en el ao 1815, Krause nos da un testimonio personal bien elocuente:
Los aos ms hermosos de mi vida los he vivido en y con la Hermandad
masnica54. Numerosas cartas, as como noticias que aparecen en sus
restantes escritos, no dejan lugar a dudas de que Krause sigui todava
durante muchos aos trabajando en el estudio de la masonera con la
intencin de impulsarla a dar el paso hacia el tercer gran perodo de
su historia, hacia la Alianza de la Humanidad, y que esos esfuerzos
encontraron eco en algunas logias y en algunos masones sealados. Uno
de los ms decididos adeptos fue el Hermano Grasshoff, Gran Orador de
la logia Royale York de Berln, para quien Krause compuso, entre 1816
y 1820, doce discursos en logia, que, en los aos inmediatamente
siguientes a su muerte, fueron publicados a instancias de Mossdorf en la
Revista de la logia de Altenburg55. De todos modos tambin es cierto que
hacia el final de su vida Krause se desalent un poco. En un texto escrito
53 Horn, R.: Studien tur deutschen freimaurereischen Historiographie des 19.
Jahrhunderts: Karl C. F. Krause, Sonderdruck aus Eleusis 36, nn. 3, 4, 5, 6 (1981)
Frankfurt a. M., Selbstverlag DOR/AASR, 1982) p. 81. 54 Krause, K. C. F.: Das Eigentiimlicbe der Wesenlehre, ed. por P. Hohulfeld y A.
Wiinsche (Leipzig, Verlag Otto Schulze, 1890) p. 215. 55 Vase la pr