Dialogo Entre Masones Diciembre 2015

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Artículos Publicados:-La conciencia del hombre según las enseñanzas de la nueva era-La doctrina social de la masonería en el mundo actual-Krause, historiador y reformador de la masonería alemana-Desavenencias y reconciliación entre hermanos-El diluvio y sus versiones en el Oriente Medio-La masonería, Jesús y la navidad-La verdad velada de un artículo-La aniquilación y supervivencia de la masonería en el régimen naziLa revista agradece la difusión de los artículos publicados, mencionando la fuente y la autoría.

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  • Artculos Masnicos Seleccionados

    Ao 2 - N 12

    Dialogo Entre Masones

    Diciembre 2015

  • Herbert Or Belsuzarri

    Mario Lpez Rico Vicente Alcoseri Julio Villarreal III

    - La conciencia del hombre segn las enseanzas de la nueva era..2 - La doctrina social de la masonera en el mundo actual..10 - Krause, historiador y reformador de la masonera alemana.26 - Desavenencias y reconciliacin entre hermanos..50 - El diluvio y sus versiones en el Oriente Medio..62 - La masonera, Jess y la navidad...84 - La verdad velada de un artculo101 - La aniquilacin y supervivencia de la masonera en el rgimen nazi..109

    La revista agradece la difusin de los artculos publicados, mencionando la fuente y la autora.

    Valle de Lima Diciembre 2015

    @Tres puntos editores

    http://dialogo-entre-masones.blogspot.com/

  • Dialogo Entr

    e Masones

    Les desea Fel

    iz Navidad

  • Las consciencias del hombre. segn las enseanzas de la

    nueva eraLa conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.

    William Shakespeare (1564-1616)

  • Las consciencias del hombre. segn las enseanzas de la

    nueva eraLa conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.

    William Shakespeare (1564-1616)

    Desde el inicio de los tiempos el Ser Humano ha tratado de estudiar y comprender su cons-ciencia. Lo que es, sus tipos, si es exclusiva o se comparte con otros seresAs, todos los es-tudiosos del tema suelen coin-cidir en la existencia de una consciencia animal comn a todo ser vivo con capacidad para pensar o tomar decisiones y una consciencia humana mucho ms desarrollada y ex-clusiva del Hombre.

    Todos los estudios y tratados sobre el tema suelen ser muy interesantes para los que nos apasiona el tema pero tambin suelen ser difciles de aplicar en el da a da y ser sencillos de comprender. Por lo tanto va-mos a empezar por medio de un ejemplo simple y luego nos sumergiremos en el problema...espero que no nos ahogemos.

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    Suponga que usted se desmaya. En ese preciso momento usted est en lo que podemos llamar inconsciencia. Los amigos comienzas a reanimarle y notan que usted se mueve; pero sin abrir los ojos: ests en subconsciencia. Al poco abres los ojos y ves a la gente, ests confuso porque no sabes lo que ha pasado: ests consciente. Poco a poco te das cuenta de que te habas desma-yado, percibes la debilidad del momento, la causa del desmayo y tomas consciencia de ti mismo. Ya pasados lo das y restablecido del todo comprendes que podra haber sido peor, en tu cada por el desmayo podras haberte roto algo o incluso morir si tu cabeza hubiese golpeado de mala manera contra el suelo. As das gracias al Creador: es la supraconsciencia.

    [Texto extrado del libro La Luz diamantina] Dejando a un lado la creencia de que la consciencia entra en el cuerpo

    en el momento de nacer a causa de ciertas vibraciones del Alma y el Espritu; podemos decir que la consciencia es el reflejo de nuestras preocupaciones y que tiene su origen en los procesos fsicos y psquicos del Ser Humano. Sin embargo, lo que muchas veces denominamos como Consciencia es realmente Subconsciencia. Queremos hacer esto o aquello pero algo en nuestro interior nos dice NO!, eso no. Haz esto otro.

    Todo lo que es instintivo es Subconsciente y siempre intenta proyectarse

    en la Consciencia. De ese modo, el miedo al agua, al fuego, a las serpientes o a la oscuridad se proyectan y se hacen conscientes pero no son la Consciencia. Consciencia es tomar nota de ellos y superarlos. As, la Consciencia animal ac-tuar instintivamente ante todo esto con el nico fin de lograr la supervivencia del animal. En el caso humano la cosa cambia, nuestra Consciencia es superior y capaz de ir contra el instinto. Lo normal es huir del fuego como hacen los animales, pero el Hombre ha conseguido dominar el fuego venciendo el ins-tinto de alejarse del mismo. Por supuesto, en estos momentos me estoy refi-riendo a la Consciencia del Hombre Inferior y no a la que posee el Espritu, mucho ms elevada.

    Segn la Teosofa y otras escuelas de misterios podemos afirmar que

    cada parte del hombre posee su propia Consciencia. La inferior o ms baja es

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    la Subconsciencia que podramos asimilar a la consciencia animal o a la cons-ciencia de supervivencia (instintos). Por encima de ella tenemos la Consciencia Humana que permite vencer dichos instintos y, siguiendo hacia arriba, tene-mos la Consciencia del Alma y la Consciencia del Espritu a la que nos hemos referido como Supraconsciencia. El iniciado debe trabajar para aumentar y am-pliar su consciencia, para subir de nivel y pasar del nivel animal al espiri-tual.

    Hemos de pensar que los niveles bajos son malos? No, ni mucho me-

    nos. Todos los niveles son necesarios. Precisamos subir pero no podemos eli-minar nada. Podemos comparar el subconsciente con los cimientos de una casa. Por lo general no somos consciente de ellos al comprar y ver una casa; pero estn ally malo si no estn firmes y seguros.

    El Subconsciente humano es la historia de nuestra existencia. Todo lo

    que hemos vivido desde nuestra primera encarnacin en la Tierra o en otros mundos habitados est grabado en el Subconsciente porque solo compa-rando lo aprendido con lo ya conocido es posible la evolucin. Retener todas las experiencias es bueno pero no analizarlo es malo y ah tenemos el pro-blema. El Subconsciente lo graba todo pero no analiza nada. Desde su punto de vista todo son experiencias, ni buenas ni malas, experiencias sin ms. Es como una cmara de video que lo graba todo y lo reproduce todo pero no tiene la capacidad de apreciar lo bueno o malo de las imgenes. Es la Consciencia Humana quien toma o debe tomar las decisiones y, para ello, es bueno conocer nuestras experiencias pasadas. El error es dejar que ellas tomen el control y actuemos subconscientemente. Una mxima nos lo dice bien claro: Acta siempre de modo Consciente

    Un ejemplo puede ilustrar lo explicado hasta este momento. El miedo al

    fuego es algo grabado en el Subconsciente. Ante un fuego el instinto nos dice que nos alejemos y eso era lo mejor hace millones de aos y suele serlo hoy en da pero tenemos que ser Conscientes de la situacin. Si el fuego es en una casa habr gente que precise nuestra ayuda y alejarse no sera bueno por-que estaramos negando dicha ayuda. Tampoco podemos lanzarnos como lo-cos al rescate porque podramos poner en peligro nuestra propia vida y al final seramos uno ms en peligro. La Consciencia debe bucear en la Subconsciencia

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    en busca de experiencias pasadas y, por ejemplo, ante la huida optar por bus-car agua para apagar el fuego. Es la Consciencia la que pondera las opciones y toma el control porque el Subconsciente no pondera y toma lo ms rpido y simple: autoprotegerse.

    Sumergirnos en nuestro Subconsciente no es sencillo, precisamos de un

    buen autocontrol. Es tal la cantidad de informacin a la que hacer frente que si no somos quien de filtrar y tomar control de la misma nos veremos aplasta-dos por ella. Nuestro comportamiento puede pasar de consciente a instin-tivoy eso no sera bueno. Por ello, Subconsciente y Consciente se encuentran separados. El trabajo a realizar es abrir canales de comunicacin en los mo-mentos precisos. Consultar nuestra ingente base de datos pero sin dejarle to-mar la decisin final es bueno. Hacernos eco de nuestros instintos nunc a es malo; pero debemos decidir si seguirlo o no de modo Consciente. Lo que no podemos ni debemos hacer es cerrarnos completamente a ellos o perderemos a nuestro Pepito Grillo1

    La teosofa, tomando sus ideas

    de Oriente y otras escuelas, afirma que es posible conectar con las dife-rentes Consciencias por medio de los chakras que facilitan la comunicacin entre los diferentes cuerpos del hom-bre y, por lo tanto, entre sus diferen-tes consciencias. Celia Iiguez Sn-chez ha escrito lo siguiente sobre los chakras y la consciencia en http://www.actosdeamor.com/chakrareflejo.htm :

    El sistema chakra como rgano energtico de conciencia El trmino chakra, traducido del snscrito, significa rueda. Y

    en su conjunto constituyen un sistema de rganos energticos, es

    1 Pepito Grillo es el personaje del Grillo parlante en la pelcula de Walt Disney

    que adapta la novela Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi. El nombre es, a su vez, una adaptacin libre del original ingls Jimmy Cricket. Este acompaa fielmente a su amigo Pinocho. Es la conciencia de pinocho

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    decir, no perceptibles con la visin habitual, pero indispensables en el desarrollo y mantenimiento de la manifestacin y evolucin del hombre en el ms amplio de sus sentidos. Y en esta lnea, dire-mos que la energa que contienen sus conos de luz gira vertigino-samente, comunicando el exterior con el interior de la esfera hu-mana. Lo que hemos denominado sistema chakra, se activa a par-tir de la primera inhalacin, es decir, en el nacimiento.

    Son pues rganos digestivos energticos, siendo el rgano

    donde se genera una energa psquica llamada conciencia. Esta conciencia, en funcin de su vibracin, se acumular en tres com-partimentos o cuerpos energticos denominados por la tradicin esotrica vital, astral y mental.

    Pero entendmoslo bien, los chakras, al igual que sus cana-

    les de distribucin subsidiarios o nadis, no son ni mucho menos ex-clusivos de los humanos, estando difundidos en todo el Cosmos.

    Chakras posee el reino mineral, materializados en sus es-

    tructuras cristalinas geomtricas. Analgicamente, chakras son las flores con las que se adorna el reino vegetal. Chakras, asi-mismo, poseen los animales. Chakras existen en el macrocosmos, representados, por ejemplo, a nivel planetario, por los lugares de poder o telricos del planeta Tierra. De igual manera, los llamados puntos de acupuntura poseen la estructura y funcionalidad de un pequeo chakra. Todos estos seran chakras naturales. Existen chakras artificiales, como son las campanas de las iglesias o las pirmides de Egipto.

    La ciencia moderna dice que solo empleamos una nfima parte de nues-

    tro cerebro. La Ciencia Sagrada o Hermtica dice que es posible emplearlo todo porque, aunque separadas, Consciencia y Subconsciencia residen en el Hom-bre y se manifiestan en el Ser Humano a travs de su cerebro. La parte que no usamos porque nos negamos a escucharla es la ocupada por el Subcons-cientey es la de mayor tamao! No debera extraarnos porque guardar todas las experiencias de todas nuestras existencias debe ocupar muchsimo.

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    Los maestros de la antigedad hablaban de despertar al hombre de la ignorancia, lo cual no era ms que hacerle consciente de su subconsciente. Se trataba de hacerle conocedor de todo el potencial heredado y de los medios para poder usarlo en el camino hacia nuestra naturaleza divina y lograr la Su-praconsciencia.

    Si partimos del principio que afirma que somos Espritus puros tenemos

    que aceptar que la Consciencia real es la del Espritu, la Supraconsciencia. La Supraconsciencia percibe las causas que dan origen a los efectos; nosotros percibimos los efectos pero desconocemos las causas (al menos la mayor parte de ellas). Las causas conocidas los son por deduccin y no por percepcin. Lo interesante del proceso hacia la Supraconsciencia radica en la necesidad de controlar conscientemente la subconsciencia; o dicho en otros trminos, de hacer consciente lo que no lo es.

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    El Ser Humano ha creado la palabra intuicin para referirse a ese ins-trumento del Alma que permite sentir y percibir las causas. En base a ello, desde siempre, se ha enseado que los animales poseen instinto, el hombre intelecto y el iniciado intuicin. Podemos y debemos transcender del intelecto a la intuicin; pero a la intuicin bien entendida porque no todo lo que intui-mos es realmente intuicin proveniente de nuestra Supraconsciencia. Los re-cuerdos subconscientes y ms grave an visiones, voces o pensamientos asociados a muchos males mentales pueden presentarse como falsas intuicio-nes. El proceso para diferenciar unas intuiciones verdaderas de otras falsas es un largo camino que comienza el iniciado con el primer paso sobre el sendero del conocimiento y que precisa varias encarnaciones para aproximarse al des-tino.

    Comencemos el camino. Usemos nuestras Consciencias. Es nuestro tra-

    bajo. Bibliografia Francisco Redondo Segura - La Luz Diamantina H.P.Blavasky La doctrina secreta

    Sobre el autor

    Mario Lpez Rico es maestro ma-

    sn y trabaja actualmente su logia madre Renacimiento 54 La Corua Espaa, bajo la Obediencia de la Gran Logia de Es-paa, donde fue iniciado el 20 de No-viembre de 2007 y fue reconocido como maestro el 22 de Abril de 2010.

    A partir del ao 2011 comienza a

    subir la escalera masnica filosfica del REAA siendo tambin, en la actualidad, Maestro de la Marca Nauta del Arco Real, Compaero del Arco Real de Jerusaln y Super excelent master (grado cuarto y ltimo de los Royal & Select Master Rito york)

  • LA DOCTRINA SOCIAL DE LA MASONERA EN EL MUNDO ACTUAL

    EDGAR PERRAMN

    La Masonera naci para perfec-cionar al hombre y construir una nueva sociedad, ms humanitaria, partiendo de las relaciones inter-personales en que la libertad y la justicia, la tolerancia y la fraterni-dad sean sus columnas fundamen-tales.

    Alguna vez tocamos parcialmen-te el tema. A travs de un sistema de enseanza multidimensional, la Masonera llama a todos los hom-bres de buena voluntad para que trabajen por una sociedad solida-ria, en que se abran paso la justicia social sobre la miseria y el progreso sobre el atraso.

    La Masonera no es experta en pol-tica ni en economa, pero es exper-ta en moral, en esa suprema moral que hace incompatible el desarrollo del hombre con la injusticia social, con el desempleo, la intolerancia y la emigracin.

    Lennhoff sostiene que en el haber de la Masonera figuran tremen-das batallas ganadas en favor de la libertad de pensamiento y el

    Biblioteca de la R.. L.. Lautaro N 197

  • LA DOCTRINA SOCIAL DE LA MASONERA EN EL MUNDO ACTUAL

    EDGAR PERRAMN

    quebranto de pesadsimas cadenas espirituales, con el resultado de que desde las angustias de la Edad Me-dia, tan opresora de las almas, se pudieron abrir anchos y hermosos caminos de emancipacin, y los in-violables derechos del hombre se consignaron en las Constituciones Polticas de los Estados (Eugenio Lennhoff, Los masones ante la historia).

    La doctrina social de la Masonera no es ciencia ni teora social, sino una reflexin sobre la realidad eco-nmica, social y poltica, capaz de inspirar la accin de los masones en la construccin de una nueva sociedad.

    La Masonera no tiene un pro-grama econmico o poltico, pero orienta a los suyos de acuerdo con las exigencias de la ciencia y los de-safos morales de nuestro tiempo a travs de sus principios y su larga tradicin.

    Como la desigualdad no ha sido ni podra ser la meta de la Orden, la Masonera trabaja y llama a tra-

    Biblioteca de la R.. L.. Lautaro N 197

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    bajar por suprimir los problemas hostiles que generan sistemas

    econmicos insanos e injustos. El principio de la doctrina social de la

    Masonera, que evita la desigualdad y la violencia, conlleva una relacin

    de justicia entre los hombres, y entre el hombre, la sociedad y el Estado

    para que su dignidad sea atendida y respetada.

    Como moderna institucin tica y docente, a la Masonera concurren

    hombres libres de prejuicios a recibir la enseanza humanista que ella

    imparte a travs de un sistema tradicional y simblico, destinado, por

    medio del saber, a orientar su vida y perfeccionar la sociedad con valores

    e ideales humanitarios que sustenta y propaga con modernidad.

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    La Masonera procura aunar todas las voluntades para encontrar el

    camino sensato de la justicia y la tolerancia, para que la sociedad no sea

    ajena al hombre y a su ilusin. La Masonera busca la felicidad con

    esperanza e indica el camino de la espiritualidad.

    La Masonera no es una institucin inmvil. Registra y palpita cada

    instante de la complejidad de la sociedad moderna que la rodea y como

    cmara permanente de reflexin imprime a su labor orientadora todo

    aquello que el hombre necesita para su accin benfica, para que su fe no

    vacile y para que su espritu nunca se debilite.

    La Masonera vive en este mundo y no fuera de l, por lo que ningn

    acontecimiento de la sociedad puede dejarla indiferente, sobre todo

    cuando se afectan los derechos tradicionales del hombre.

    1.- Democracia y justicia.

    A la luz de los principios masnicos, los progresos alcanzados por la

    democracia son insuficientes.

    Los esfuerzos que se realizan en favor de la defensa de los derechos

    humanos, de la educacin, del ambiente y de la paz deben fortalecerse

    porque son la va capaz de movilizar a la sociedad hacia nuevas metas de

    idealismo y solidaridad. En la democracia ms populosa del planeta, en

    la India, ms de 300 millones viven en la pobreza.

    Los problemas de la democracia se resuelven con ms democracia y con

    una poltica dialogante, ajena a la perpetuacin en el poder, que

    represente verdaderamente la soberana popular.

    El desencanto y la desilusin tienen que dar paso a una visin ms amplia

    para que el pensamiento crezca libre, sin las turbulencias e

    incertidumbres que ahora lo cubren. En los desequilibrios econmicos y

    sociales se ha gestado gran parte de los conflictos violentos que sacuden

    la vida internacional en que la seguridad prevalece sobre la paz. La

    realidad tiene que ser visible para los polticos.

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    Mientras algunos sectores avanzados de la sociedad perdan sus aos en

    prolongados y enceguecidos debates sobre la revolucin y el reformismo,

    sobre los factores geogrficos o climatolgicos, o sobre las prdicas

    catlicas, protestantes o calvinistas en la prosperidad de sus naciones, y

    mientras los movimientos populistas y nacionalistas se desgastaban en

    abstracciones tericas interminables, los sectores ms conservadores

    aprovecharon esta distraccin interminable para imponer frmulas y

    cambios de gobierno capaces de responder a sus intereses ms benficos

    y perturbadores. As ocurri con las dos vertientes arrolladoras del

    capitalismo, la de los pases del Atlntico, Estados Unidos, Reino Unido,

    Pases Bajos y otros, y los que surgieron, con un modelo de capitalismo

    social, en Europa Occidental y Escandinavia, despus de la II Guerra

    Mundial, encabezados por Alemania y Francia.

    La sociedad tiene que ser capaz de darse, dentro de la democracia, un

    camino intermedio de reconciliacin, entre el letargo del socialismo y el

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    desenfreno del capitalismo, y tiene que ejercer la vigilancia necesaria

    para mejorar la vida de millones de postergados y excluidos y evitar la

    inseguridad ciudadana, las represiones y desviaciones que llegan hoy al

    extremo de amenazas de teocracias integristas, coaliciones

    ultraderechistas -como la austriaca, condenada y sancionada por los 14

    socios de la Unin Europea entre febrero y septiembre del 2000-, y

    alianzas mundiales que resuelven sus diferencias con sangre. La

    democracia tiene que ser no slo una idea, sino, tambin, un

    funcionamiento real que no se escape a la orientacin y control de los

    regmenes que hablan de ella.

    Desde 1820 la poblacin mundial se ha incrementado seis veces y la

    produccin mundial real se ha multiplicado 50 veces, pero la distribucin

    de esas cuantiosas ganancias ha sido cada vez ms desigual. No hay

    democracia cuando los ingresos reales per cpita de los pases ms ricos

    -Estados Unidos, Suiza, Noruega y Singapur- y el de los ms pobres, que

    era de tres por uno a comienzos del Siglo XIX, ya en 1900 eran de diez

    por uno y en el 2000, de sesenta por uno.

    Despus de 30 aos de avance en la reduccin de la pobreza, hasta la

    dcada de los 70, el crecimiento econmico no se ha orientado en

    beneficio de los pobres ni ha corregido la gran desigualdad en la

    distribucin del ingreso, particularmente por la transferencia de

    funciones del gobierno al mercado, la limitacin de los subsidios a los

    pobres y la reduccin del gasto pblico. Amrica Latina tiene la mayor

    desigualdad en el ingreso entre todas las regiones del mundo, por encima

    de frica y de Asia del sur. El Banco Interamericano de Desarrollo

    declar en Londres, a mediados de 1999, que uno de tres

    latinoamericanos vive por debajo de la lnea de pobreza, con menos de

    dos dlares diarios. El mismo Banco sostuvo en la Cumbre de la Deuda

    Social y la Integracin Latinoamericana, realizada en Caracas (10-

    13.7.2001), que en el 2001 se est peor que en 1980, al duplicarse la

    pobreza en un preocupante 60% de la poblacin total. Sin embargo, el

    gasto militar en Amrica Latina alcanz los 60 dlares por persona el ao

    2000, mientras la inversin en servicios sociales apenas lleg a los 59

    dlares per cpita (38 dlares asignados a la educacin bsica y 21 a la

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    salud y saneamiento, lo que explica el hecho que hayan 197 millones de

    latinoamericanos al margen del sistema de salud). Se ha insistido, no sin

    fundamento, que en Amrica Latina no hay voluntad poltica para

    solucionar la deuda social.

    La deuda externa bruta total de Amrica Latina, que en el 2001 super

    los 771.000 millones de dlares y que seguramente iniciar el 2002 con

    803.000 millones de dlares, tiene atrapada a la mayor parte de los pases

    de la regin, con pasivos pblicos que superan 4 el 50% de su Producto

    Interno Bruto que los imposibilita a integrarse a la economa mundial.

    Cada habitante de la regin debe 1.550 dlares al nacer. Otro tanto ocurre

    en el frica. Mozambique, por la enorme deuda que tiene, ya ni puede

    invertir siquiera 10 dlares por persona en atencin mdica o en crear

    escuelas, porque el pago de la deuda le impide todo tipo de actividad

    econmica nacional.

    A pesar de que el volumen del comercio mundial aumenta cada ao desde

    el shock petrolero de 1973 (en el 2000 lleg al 12,5%), el proteccionismo

    de los pases industrializados, entre 100% y 550% (como es el caso del

    man sin cscara en Japn), le cuesta a las regiones en desarrollo ms de

    lo que reciben en ayuda oficial todos los aos. De esta manera resulta

    casi imposible ampliar la produccin y el comercio, sobre todo en los

    pases ms pobres del mundo.

    Deuda externa y proteccionismo forman dos obstculos formidables en

    contra de los pases en desarrollo.

    En el mundo una tercera parte de la poblacin global de 6.056 millones

    de personas -y que se incrementa en 77 millones de personas por ao-

    tiene un ingreso per cpita de menos de un dlar por da y sern muchos

    ms millones en un par de aos, porque los beneficios del crecimiento

    global, reiterados, incluso, por el Banco Mundial, continan

    distribuyndose an con mayor desigualdad en las 190 naciones del

    mundo. Slo se salva el ingreso familiar medio de Estados Unidos que

    aument a 40,816 dlares al ao en 1999 (Financial Times, 25.9.2000).

  • 17

    Mientras 40 personas ingresan por minuto al mundo de la pobreza, lo que

    genera alarma y una oposicin militante, un nio de menos de cinco aos

    muere de hambre cada tres segundos. El Informe sobre el Desarrollo de

    las Naciones Unidas afirma que esta situacin puede corregirse como

    imperativo moral con slo cerca del 1% del ingreso mundial y no ms del

    2 o 3% del ingreso de todas las naciones, salvo las ms pobres. El hecho

    que los primeros diez multimillonarios del mundo detenten el equivalente

    a casi dos veces el ingreso total de los pases menos avanzados, revela la

    magnitud de la desigualdad. Slo uno de los geniales innovadores de hoy,

    posee una fortuna equivalente al producto bruto de toda frica Central.

    2.- Economa de concentracin y desproteccin

    social.

    El primer paso, en los ltimos 25 aos, fue sacar al Estado de su papel

    estratgico de garantizar el estado de derecho, regular el funcionamiento

    del mercado, asegurar la competitividad y transparencia y atender las

    necesidades sociales en salud, educacin y seguridad social. Se trabaj

    denodadamente por cambiar el papel del Estado en responder a polticas

    de largo plazo, buscar el inters pblico colectivo y atender

    satisfactoriamente los requerimientos de equidad social y se le convirti

    con xito en un mecanismo para hacer fortunas y privilegiar grupos

    econmicos. Los que hablaron de reducir el tamao del Estado y darle

    eficacia fueron rpidamente descalificados. Cuando el camino estuvo

    despejado, se propuso un esquema econmico liberalizador,

    aparentemente sano y atrayente, que dio origen a la desigualdad en el

    interior de todos los pases y a esta polarizacin social que cada da hace

    ms pobres, acrecienta la inestabilidad y la aventura autoritaria.

    Por el mecanismo de las privatizaciones, sigui la descapitalizacin de

    los Estados por montos insospechados a escala mundial, incluso en la

    Unin Europea, y por la va de las fusiones 37.000 firmas transnacionales

    y sus 170 mil filiales cercaron la economa mundial. Varias de esas

    empresas duplicaron o triplicaron en el 2000 el producto interno bruto de

  • 18

    pases como Dinamarca, Noruega, Portugal, Tailandia, Arabia Saudita o

    Venezuela.

    Mucho tiene que ver esta situacin con la violencia que se registr en

    septiembre de 1999 cuando se reuni la Organizacin Mundial de

    Comercio, en Seattle, Estados Unidos; la ciudad tuvo que ser preservada

    por las tropas federales. Igualmente la protesta de enero del 2000,

    provocada en Davos, Suiza -donde naci el concepto de la globalizacin-

    , cuando la elite econmica mundial se reuni, como todos los aos, para

    analizar la forma de aumentar al mximo las ganancias y ver por qu a

    los grandes ganadores las cosas le estaban saliendo mal. En septiembre

    del 2000 las calles de Praga, donde el FMI y el BM esbozaban su curso

    futuro, debieron ser cerradas por las protestas en demanda de una

    economa de justicia. En abril del 2001, en Qubec se levant una cerca

    de tres metros de alto que rodeaba ms de cuatro kilmetros de calles

    empedradas para recibir a los jefes de Estado de 34 naciones que

    discutieron el establecimiento de una zona de libre comercio en el

    hemisferio. Otro tanto ocurri en Gotemburgo, Suecia, en la cumbre entre

    Estados Unidos y la Unin Europea, en junio del 2001 y en la cumbre del

    Grupo de los 8 en Gnova, un mes despus, en julio, con ms de 100.000

    manifestantes de toda Europa y Estados Unidos y la trgica muerte de un

    manifestante.

    Las protestas antiglobalizacin le han restado protagonismo a los debates

    en una hora en que los ciudadanos se sienten cada vez ms distantes de

    sus lderes polticos que han creado expectativas que no han podido

    cumplir en los once eventos, asediados, desde Seattle a Gnova, sin

    apegos a calendarios que visualicen de verdad los resultados. Las

    naciones industrializadas deben escuchar a las partes ms dbiles dentro

    del contexto de las reuniones de la Cumbre para que realmente sirvan a

    sus propsitos.

    Con el llamado Estado todopoderoso en desbandada y la contraccin

    generalizada en el nmero de afiliados a sindicatos, la economa,

    manejada por polticos anarco-liberales, qued sin tiempo para lo social,

    slo para la competitividad a travs de polticas victoriosas de bajos

  • 19

    salarios. Fue la forma de crecer unas sobre otras, pero no en forma

    conjunta. Su poltica quiere, sin reparo ni justicia, seguir manteniendo

    bajos los salarios para que suban las ganancias mientras al hombre apenas

    si se le ve como un objeto desbaratado.

    La economa de concentracin, en que todo el mundo est

    disciplinadamente encerrado, no est interesada, a comienzos del Siglo

    XXI, en la produccin y la propiedad, sino principalmente en los

    servicios, en la compra de productos acabados, en la digitalizacin de la

    informacin que crea una nueva tecnologa para el mercadeo, en el efecto

    Demming, la teora de la calidad total, en la revolucin de la Internet y la

    penetracin en el hogar, en el control y el lenguaje numrico de los

    cdigos, que son los que ahora dan el pasaporte a la vida.

    Hay que ser consumidor para que la economa reconozca la existencia

    del hombre y el mercado la registre. En esta transicin, el Tercer Mundo

    ha debido encargarse de los textiles, de la metalurgia y an de la

  • 20

    produccin de petrleo. Se trata, en el hecho, de un sistema de control

    globalizado que ya ha dejado a las tres cuartas partes de la humanidad

    confinadas a la pobreza, a una perspectiva incierta o a una cultura de la

    ddiva.

    En la mayora de los pases del mundo los pobres, las mujeres o

    habitantes rurales, no tienen acceso a los sistemas legales ni comparten

    los beneficios de la economa. Casi el 60% del trabajo en Amrica Latina,

    dice la OIT, es informal, al margen de la ley, con baja productividad, sin

    garantas laborales ni beneficios sociales, ocupaciones en que ganan 50%

    menos, con mucho ms horas de trabajo que los que trabajan en empresas

    modernas.

    La cantidad de emigrantes, refugiados, asilados y desplazados a nivel

    mundial ha ascendido de manera que podra convertirse en la gran crisis

    humana de nuestro tiempo. El alto comisionado de la ONU para los

    Refugiados (ACNUR) habla de 25 millones slo de desplazados en 40

    pases a fines del 2001. En Londres, de cada siete personas que uno ve en

    la calle, una es de origen negro, oriunda de las antiguas colonias

    britnicas en frica o en el Caribe. En Pars hay cerca de tres millones

    de extranjeros con un panorama multirracial que anuncia tiempos

    difciles por los desniveles econmicos. La creciente proporcin de

    poblacin jubilada en los pases ricos profundizar la tensin

    intergeneracional y aumentar la dependencia de la mano obra

    inmigrante. Los ganadores han dejado sin aliento a los perdedores.

    A pesar de los trastornos sufridos, los principales actores del actual

    sistema econmico mundial, con la enorme influencia que tienen, se han

    conferido una legitimidad que nadie les ha concedido, sin que tampoco

    deban responder a nadie por sus actos.

    La Masonera sostiene, en sus Principios Universales, que "el trabajo, en

    todas sus manifestaciones, es uno de los deberes y uno de los derechos

    esenciales del hombre y el medio ms eficaz para el desenvolvimiento de

    la personalidad, contribuyendo con ello al progreso social". No hay

    virtudes entonces en un emporio global que moviliza mundialmente

  • 21

    149.000 millones de dlares en inversin extranjera, que crece sin

    empleo, que produce cesanta, con 120 millones de desempleados en el

    mundo y que pierde el talento humano.

    La Masonera seala "que el trabajo, en todas sus manifestaciones, es

    uno de los deberes y uno de los derechos del hombre y el medio ms

    eficaz para el desenvolvimiento de la personalidad". Sin embargo, en

    Amrica Latina el desempleo urbano, entre 1990 y 1996, se situ sobre

    el 16%. En la Unin Europea uno de cada nueve ciudadanos se encuentra

    sin trabajo y el empleo que crece a partir de 1990 es bsicamente de

    tiempo parcial. El 60% de los empleos que se crearon en Estados Unidos

    fueron de tiempo parcial en el sector de servicios en circunstancias que

    de ese total, el 90% de las personas colocadas buscaban un trabajo

    completo. En varios pases europeos, uno de cada cuatro jvenes no

    encuentra trabajo, porque buena parte de las industrias livianas ya se han

    ido a los pases pobres del sur, donde la mano de obra se toma como una

    mercadera barata, donde se paga no ms de un dlar al da y donde no

    siempre hay sbados ni domingos.

    Con las empresas virtuales en las telecomunicaciones y la electrnica,

    aumenta, sin duda, la incertidumbre que ya abarca buena parte del

    mundo: el trabajo comienza a hacerse de computadora a computadora,

    sin posibilidad que nadie se conozca, menos a los empleadores, y sin una

    legislacin nacional que ampare a los trabajadores. La capacidad de los

    chips se duplica aproximadamente cada 18 meses, lo que continuar

  • 22

    durante los prximos 30 aos, haciendo que el conocimiento, como

    poder, se haga cada vez ms difuso, penetrando todos los aspectos de la

    vida. En la adquisicin electrnica de bienes y servicios fuera del pas -

    como la tendencia de Estados Unidos- quin va a cobrar los impuestos?

    Cambiando la forma de hacer negocios, en el ao 2003 habr mil

    millones de personas que se comunicarn a travs de los telfonos

    celulares, comparados con los 473 millones que lo hacen actualmente en

    tanto que los usuarios de Internet aumentarn de 200 millones a un

    millardo en el ao 2005. Los telfonos han derribado todas las distancias,

    como la invencin de la escritura lo hizo en su tiempo. (En el 2001 hay

    25 millones de internautas en Amrica Latina, de los cuales ms de la

    mitad vive en Brasil, cifra que en el 2005 debera cuadruplicarse llegando

    a 77 millones, no obstante que menos del 12% de la poblacin cuenta con

    telfono). Todo ello no puede deslumbrar ni ocultar el compromiso moral

    frente a la realidad crnica que vive el sector rural y la periferia inestable

    de las grandes ciudades.

    Las empresas multinacionales, que han duplicado sus ganancias todos

    estos aos, utilizando como medida el dlar, han creado una compleja

    red de alianzas a nivel mundial, con protecciones defensivas y ganancias

    econmicas y polticas mientras los pases en desarrollo se debaten en un

    mar de contradicciones, con una prdida creciente de sus recursos

    naturales, abandonados en un mercado sin respuestas ni garantas. La

    UNCTAD sostiene que "la liberalizacin del comercio es ms lenta

    cuando concierne a productos que otorgan ventajas a los pases en

    desarrollo". Nada ms claro para comprender la situacin crtica que han

    generado en los pases pobres.

    Aparte de ello est el xodo de talento extranjero hacia las grandes

    empresas, lo que significa que los pases subdesarrollados financian y

    atienden las necesidades de los pases industrializados. Como hace aos

    que el trabajo cerebral se convirti en la base de la mayor parte de las

    economas occidentales, solo los Estados Unidos tiene un flujo actual de

    cerca de 3.000 ingenieros y cientficos por mes, lo que se ha traducido en

    grandes oportunidades de negocios, aceleracin en la innovacin y un

    aumento de la productividad. Las universidades estadounidenses gradan

  • 23

    alrededor de 40.000 ingenieros elctricos y cientficos de la informtica

    mientras que la demanda de la industria es tres veces mayor, demanda

    que cubren nuestros pases que con inmenso esfuerzo financian gran

    parte de sus universidades (Fortune Americas,13.4.1998)

    3.- Un camino largo y prometedor.

    La poltica ni los gobiernos han podido todava abrir un gran debate de

    participacin ciudadana, que parta de las escuelas mismas, para

    protegerse, con responsabilidad social y comunitaria, de los embates de

    un sistema global envolvente, lleno de riesgos econmicos y de un

    empobrecimiento artstico y cultural en los ms vastos conglomerados

    humanos. Con fundada preocupacin, especialistas de la Masonera han

    sostenido que los gobiernos tienen que generar polticas pblicas capaces

    de atender las necesidades de la mayora de la gente y evitar que el

    hombre no siga arrinconado.

  • 24

    Las dos crisis financieras mundiales, de Mxico en 1994-1995, y la de

    los pases asiticos en el 1997-1998, afectaron a todo el sistema bancario

    mundial de alta tecnologa, el crdito y el comercio internacionales y los

    pases, especialmente los pases pobres, recibieron rudos embates,

    particularmente los sectores ms modestos de la poblacin. En la primera

    crisis, Mxico sumergi incluso a su socio comercial, Estados Unidos, en

    una incipiente recesin y, en la segunda crisis, por citar un solo caso, la

    totalidad de la economa de Indonesia, el cuarto pas ms poblado del

    mundo y con las reservas de gas natural ms grandes del planeta, qued

    reducida, sin ningn aviso de alarma, a la quinta parte de lo que 8 vala,

    en dlares, el ao anterior. La crisis asitica mostr la debilidad del

    alabado modelo asitico y del sistema global. Pero nadie sabe hasta

    cunto seguirn estos desequilibrios que todava afectan a nuestros

    pases, que son los ms vulnerables, ni nadie quiere pensar siquiera en

    una tercera crisis mayor que pueda afectar de nuevo a los sectores

    tradicionalmente agobiados de la sociedad.

    No quisiramos que estas palabras fueran desalentadoras y estn

    marcadas con tintas tan oscuras, pero no hay duda que slo si se conoce

    la magnitud de los fenmenos actuales se pueden concertar las

    voluntades que los revoquen y abran nuevas esperanzas en la sociedad de

    hoy.

    La esperanza, como deca Kafka, nunca debe aplazarse. La Masonera

    centra su obra en la esfera espiritual del hombre, donde se esculpe y

    moldea su personalidad y donde se forman recias individualidades que

    buscan, desde el punto de vista tico, fundamentalmente la libertad, la

    justicia y la solidaridad. En esta etapa en que el mundo vuelve a

    reconfigurarse en un mundo digital nuevo y genmico, capaz de

    transformar la vida en los prximos 40 aos, hay que procurar que se

    desarrolle la gran poltica, la que busca, sin descrdito, objetivos

    comunes y tiene capacidad para resolver los problemas reales que a diario

    agobian a las personas.

    Siguiendo el ejemplo de los mayores, de esos masones que consagraron

    su vida a la Institucin y a sus principios, no cabe sino acentuar la

  • 25

    responsabilidad y devocin para seguir, sin cansancio ni desaliento, la

    adhesin a los principios e ideales humanitarios de la Masonera,

    particularmente en un momento en que la gentica y la robtica

    combinadas pueden alterar nuestro ser fisiolgico y mental y provocar

    trastornos morales y filosficos de proyecciones impensadas.

    La libertad, la fraternidad y el espritu de tolerancia tienen que servir de

    inspiracin en los prximos 20 aos para una nueva racionalizacin del

    mundo en los 200 aos siguientes y para el camino de justicia que

    propone la Masonera. Los pueblos tienen que vivir y prosperar para

    servir al hombre y a la Humanidad. El camino es largo, pero prometedor.

    Ser la nica manera de asegurar, sin vueltas tericas, que los cambios y

    los valores de la modernidad, le sirvan al hombre y le den felicidad.

    http://lautaro.org.ve/biblioteca/trazados/2010-2014/2011-2/la-doctrina-

    social-de-la-masoneria-en-el-mundo-actual/

  • KRAUSE, HISTORIADOR Y REFORMADOR DE LA MASONERA

    ALEMANA.ENRIQUE HERNANDEZ UREA

  • La ambicin intelectual y la verdadera pa-sin con que Krause se entreg al estudio de casi toda pensable disciplina, duran-te sus aos de formacin universitaria en Jena, se refleja con una frescura ingenua y espontnea en una carta escrita a su padre el da 18 de noviembre de 1798. En esta carta podemos leer lo siguiente:

    Durante este medio ao quiero dedicarme ex-clusivamente a estudiar el sistema de Fichte. A lo largo de los prximos seis meses quiero asis-tir a clases de Dogmtica, ya sea aqu o en Lei-pzig, como a Ud. Le parezca mejor, leerme a fondo la Biblia entera (y configurarme a la vez un sistema de la dogmtica bblica y de la mo-ral), y estudiar Geografa. Dentro de este plan me quedan todava algunas horas al da para el estudio de la filosofa. Despus quiero estudiar otro medio ao Historia, tanto la historia pol-tica como la historia de la Iglesia. Durante el medio ao siguiente quiero estudiar historia de la Literatura como introduccin al estudio de todas las Ciencias. Despus pienso dedicarme a las Ciencias Matemticas y Fsicas (...) Quiero continuar con la Msica (...) Para realizar todo este plan dividir mi tiempo de ahora en ade-lante as: durante este medio ao dedicar a la filosofa 8 horas, a saber: de 3 4 de la maana hasta las 11; seis horas me llevarn las clases; el tiempo sobrante lo emplear en msica, des-canso y lectura de peridicos. A las nueve me ir todos los das a la cama; los domingos me ejercitar en el francs, el ingls y el italiano, para evitar as al menos que se me olviden. Ya he comenzado a cumplir este plan...

    KRAUSE, HISTORIADOR Y REFORMADOR DE LA MASONERA

    ALEMANA.ENRIQUE HERNANDEZ UREA

  • 28

    Ya en 1802, el mismo ao de su habilitacin en Jena, comienza Krause a

    interesarse por la masonera a travs de J. A. Schneider, un respetado e

    ilustre masn de Altenburg, amigo de su padre, a quien el 24 de junio de

    1804 expresa el deseo de ser admitido en la logia altenburguense

    Arqumedes de los Tres Tableros. El 10 de agosto tiene lugar la

    votacin en la logia, siendo Krause aceptado por unanimidad1. Diversas

    dificultades de traslado hacen que no pueda iniciarse en Altenburg hasta

    el da 4 de abril de 18052. Fijado su domicilio en Dresden, se afilia el 31

    de octubre de ese mismo ao a la logia de Las Tres Espadas y

    Verdaderos Amigos3. En 1806 se le concede el segundo grado; en

    diciembre de 1807, el tercero (Maestro); en 1808 es nombrado Orador de

    la logia4. Por motivos que enseguida veremos, Krause es excluido de sta

    ltima el da 17 de diciembre de 18105, aunque su actividad y sus

    relaciones masnicas continan an durante varios aos con relativo

    vigor. Pasemos entonces a considerar la actividad historiogrfica y

    reformista del masn Krause durante estos aos.

    1 Lenning, C: Encyclopdie der Freimaurerei, Zweiter Band (Leipzig, Brockhaus, 1824)

    p. 198; Procksch, .: o. c , pp. 28-30; Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel..., cit., p. 75. 2 Trommsdorf, H.: o. c , p. 10; Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel..., cit., pp. 99, 114-17. 3 Peuckert, F. .: Geschichte der Loge zu den drei Schwertern und Astr'a xur grnenden Raute im Orient Dresden (Leipzig, Verlag von Bruno Zechel, s.a.) p. 253;

    Dietrich, Edmund G.: Geschichte der unabhngigen Loge Archimedes zu den drei

    Reissbretern in Altenburg vom 31. ]anuar 1742 bis zum 30 Januar 1901, Manuskript fur

    Brder (In Kommission bei Br. Alfred Tittel's Verlag, s.l. y s.a. [1901]) pp. 63 y 136;

    Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Brief wechsel..., cit., pp. 142, 144, 146 s., 152. 3 Peuckert, F. .: o. c, p. 106; Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel..., cit., p. 183; Findel, J. G.: Geschichte der Freimaurerei von der Zeit ihres Entstehens bis auf die

    Gegenwart, Zweite Auflage (Leipzig, Forster & Findel, 1866) p. 609. 5 Fischer, R.: Deutsche Geistesheroen in ihrer Wirksamkeit auf dem Gebiete der

    Freimaurerei (Leipzig, Verlag von Bruno Zechel, 1881) p. 54.

  • 29

  • 30

    KRAUSE, HISTORIADOR Y REFORMADOR DE LA

    MASONERA.

    Las primeras preguntas que obviamente nos surgen son stas: qu

    inters llev a Krause a hacerse masn?, qu inters lo llev a entregarse

    a la investigacin histrica y a la reforma de la masonera? Un reciente

    artculo del Prof. Rudolf Vierhaus, sobre la relacin entre Ilustracin y

    Masonera en la Alemania del siglo XVIII6, puede servirnos como punto

    de partida para situar el contexto histrico en el que adquiere relevancia

    la respuesta a estas preguntas. Entre otros muchos interesantes aspectos,

    Vierhaus seala la coincidencia de Masonera e Ilustracin en la defensa

    y propagacin de los grandes ideales humanistas de la poca, de manera

    que es difcil distinguir qu fue lo temporal y realmente primero en un

    caso concreto: el inters de contacto mutuo entre ilustrados, que se

    unieron para ello en una logia, o la existencia de una logia como lugar

    de encuentro entre hombres de las mismas ideas, en donde comenz a

    brotar entonces el pensamiento ilustrado. Pues bien, es precisamente en

    este trasfondo en donde Krause se perfila con una originalidad a la que

    no parece aproximarse siquiera ninguna otra figura de aquel tiempo.

    Krause es un filsofo que no se incorpora a una logia masnica solamente

    por ser lugar de encuentro con otros ilustrados, sino, mucho ms an,

    porque ha barruntado que la Hermandad masnica constituye la nica

    institucin histrica que tiene como finalidad y razn de ser el cultivo en

    el hombre de su pura y completa humanidad, a diferencia de otras

    instituciones muy buenas y necesarias, a cuya cabeza van la Iglesia y el

    Estado, pero cuyas finalidades de formacin humana no slo parciales.

    La biografa y la bibliografa masnicas de Krause van a estar as

    inseparablemente unidas a su biografa y bibliografa como filsofo

    durante los cinco aos largos de su militancia regular en la mencionada

    logia de Dresde. Vamos esto con un poco de calma.

    6 Vierhaus, R.: 'Aufklrung und Freimaurerei in Deutschland', en Reinalter, H. (Hrsg.): Freimaurer und Geheimbnde (Frankfurt a. M., Suhrkamp, 1983) pp. 115-39.

  • 31

    En 1804, adems de la Disertacin ya citada para su Habilitacin en Jena,

    Krause tiene publicadas cinco obras ms en las que ya est en germen la

    base de su sistema filosfico. Especial inters ofrece su estudio sobre el

    Derecho Natural, publicado en 1803, pero sobre el que Krause ha estado

    trabajando remotamente desde 1800 y ms a las inmediatas durante todo

    el ao 18027. Es en el contexto de este trabajo cuando Krause llega por

    primera vez a la idea de una Asociacin dedicada explcitamente a la

    pura y completa humanidad (que, como veremos en seguida, constituye

    la pieza clave de toda su obra), as como a la sospecha de que en los

    Misterios de los antiguos y en la Hermandad masnica podran

    encontrarse comienzos (histricos) de aquella Asociacin puramente

    humanista8. Y es entonces cuando, en conversaciones directas y

    epistolares con Johan August Schneider, se ve confirmado por este ltimo

    en su sospecha tocante a la naturaleza de la masonera, y decide entrar en

    ella.

    Desde este momento, y hasta su exclusin de la logia, Krause va a seguir

    profundizando en su visin filosfica de la sociedad humana y de su

    historia en ntima e inseparable relacin con el estudio de la historia y de

    la naturaleza de la masonera. Estos aos (1805-1810) fueron decisivos

    para la maduracin de su obra terica y para su propia vida. Durante ellos,

    adems de dedicar una parte no despreciable de su tiempo a otras

    ocupaciones, trabaja febrilmente tres escritos o grupos de escritos. El

    primero es su sistema filosfico en sentido estricto, del que en ese tiempo

    slo llegar a publicar la primera parte de la tica9. El segundo reflexiona

    sobre el significado poltico e histrico-universal de Napolen. El tercero

    tiene como objeto de investigacin material la masonera, constituyendo

    sus publicaciones en este terreno un testimonio bien elocuente de la

    intensidad y xito de su trabajo: en 1809 publica Cuatro discursos

    7 Grundlage des Naturrechts oder philosophischer Grundriss des Ideals des Rechts (Jena

    und Leipzig, Erste Abtheilung, bey Christian Ernst Gabier, 1803). 8 Lenning, C: o. c , p. 198. 9 System der Sittenlehre, 1. Band, Wissenschaftliche Begrndung der Sittenlehre

    (Leipbig, Reclam, 1810).

  • 32

    masnicos10; en 1810 edita la traduccin alemana de la Historia de la

    Masonria, de Lawrie, con un Prefacio y Comentarios suyos al texto11, as

    como el primer tomo de su obra monumental Los tres documentos ms

    antiguos de la Hermandad masnica12; finalmente, ya en 1811, aparece

    la Interpretacin de los smbolos fundamentales de la masonera

    autnticamente transmitidos. 12 discursos de logia13.

    Pero Krause publica todava en este tiempo tres escritos ms que han de

    ser calificados (y el mismo Krause los calific as) como indirecta o

    parcialmente masnicos: en 1810 la Idea de la Humanidad como un Todo

    Social. Para todos aquellos que participan en los problemas ms

    importantes de la Humanidad, especialmente para masones14 -, y, ya en

    1811, el Diario de la vida de la Humanidad15 y la obra, tan importante

    para el krausismo espaol. El ideal de la humanidad. Un ensayo.

    Preferentemente para masones16.

    Una lectura de estas obras muestra con nitidez cmo aquella idea de una

    Asociacin dedicada a la pura y completa humanidad se ha convertido

    10 Vier Freimaurerreden (Dresden 1809). 11 Geschichte der Frei-Maurerei aus authentischen Quellen nebst einem Berichle ber

    Oie Grosse Loge in Schottland von ihrer Stiftung bis auf die gegenwrtige Zeit, und

    einem Anhange von Original-Papier en, Edinburg. In das Deutsche bersetzt vom D.

    C. F. A. Burkhardt mit erklarenden, berichtigenden und erweiternden Anmerkungen

    und einer Vorrede vom D. Ch. F. Krause (Feiberg, Craz und Gerlach, 1810). 12 Die drei altesten Kunsturkunden der Yreimaurerbrderschaft, Esrter Band (Dresden,

    1810). 13 Hhere Vergeistigung der echt iiberlieferten Grundsymbole der Freimaurerei in zwolf

    Logenvortrgen (Dresden 1811). 14 Idee der Menschheit, als eines geselligen Ganzen, fur Aile, welche an den hheren

    Angelegenheiten der Menschheit Antheil nehmen, besonders fur Yreimaurer (Dresden

    1810). Este escrito no he podido localizarlo hasta ahora. 15 Tagblatt des Menschheitlebens, Erster Jahrgang. Erster Vierteljahr fr die Monate

    Januar, Februar, Marz 1811, nebst einem literarischen Anzeiger (Dresden, in der

    Arnoldischen Buchhandlung und bei dem Herausgeber). 16 Das Urbild der Menschhei. Ein Versuch (Dresden, Vorzglich fr Freimauler, 1811),

    in der Arnoldischen Buchhandlung.

  • 33

    en idea clave, y es la que da ahora unidad a estos tres grupos de escritos17;

    cmo ha sido efectivamente durante estos aos cuando Krause ha llegado

    a la maduracin de esa idea central, para la que ha acuado el trmino de

    Alianza de la Humanidad (Menschheitbund); y cmo esto ltimo ha ido

    sucediendo en inseparable relacin de su reflexin filosfica con su

    investigacin histrica de la masonera y con su intencin reformista de

    sta ltima.

    A travs de la investigacin histrica de sus orgenes, Krause quiere sacar

    a luz el ideal de la masonera para, una vez conocido, alentar en su

    direccin la renovacin de la Hermandad masnica existente en ese

    momento histrico concreto. Y encuentra como resultado de su

    monumental trabajo histrico lo que l haba sospechado ya, y lo que le

    haba llevado precisamente a iniciarse en la Hermandad: que el ideal

    masnico coincide efectivamente con el ideal de la Humanidad que l

    est fundamentando y plasmando como Alianza de la Humanidad en

    su sistema filosfico.

    La renovacin de la masonera es entonces alentada por Krause mismo

    como el inicio dela renovacin de la Humanidad entera, haciendo honor

    al inters prctico que mueve a su investigacin terica. La consagracin

    personal que Krause hace entonces de su vida al ideal humanista

    descubierto, no es sino expresin de una radical coherencia de esa vida

    con la obra terica. La intencin prctica de su filosofa se muestra

    poderosa en su mismo autor como en ninguno de sus destinatarios. Y es

    precisamente por esa consagracin por lo que antes indicaba que estos

    aos de su militancia masnica regular fueron decisivos no slo para su

    obra sino tambin para su propia vida. En un manuscrito de la primera

    mitad de 1831, aproximadamente ao y medio antes de su muerte, escribe

    17 Como el mismo Krause comenta tambin en distintos sitios. Vase, p. ej.: Reine

    allgemeine Vernunftwissenschaft oder Vorschule des analytischen Hapttheiles des

    Wissenschaftgliedbaues, editado por P. Holhfeld y A. Wnsche (Leipzig, Otto Schulze,

    1886) p. VI. Esta obra ha sido traducida al espaol por los Profesores Jos Mara Artola

    y Francisco Prez Lpez, en el CSIC, y es de esperar que salga pronto a la luz pblica.

  • 34

    Krause retrospectivamente este impresionante testimonio de su

    consagracin:

    El Hermano Krause se declara origen y fundador de la Alianza de la

    Humanidad que se est gestando en la Tierra; y puesto que con la

    Alianza de la Humanidad comienza tambin la Tercera poca Plena de

    la Humanidad, a partir del da 22 de marzo (desde la media noche que

    inicia la primavera) del ao 1808 despus de Cristo ha de comenzar la

    nueva manera de contar el tiempo, una nueva Era, la tercera forma

    fundamental de contar el tiempo despus de la mosaica y de la cristiana

    (...). Esta auto declaracin es totalmente independiente de la

    personalidad individual del Hermano Krause, ya que se trata

    sencillamente de la constatacin de un hecho histrico: del hecho

    histrico de que el susodicho (Krause) tuvo la intuicin parcial en Dios

    de la Alianza de la Humanidad desde la primavera del ao 1808, y de

    que se decidi a consagrar su vida a la realizacin de la misma y a vivir

    y a actuar l mismo conforme a la doctrina de la Alianza de la

    Humanidad.

    Aparte de su expresiva carga biogrfica este texto nos indica cmo la idea

    de la Alianza de la Humanidad est enmarcada en una filosofa de la

    historia, filosofa de la historia que adems, como sealan Hohlfeld y

    Wnsche, puede ser considerada como el centro ms ntimo o el Sancta

    Sanctorum de todo el sistema filosfico de Krause18. La filosofa de la

    historia de Krause comparte con la de las grandes figuras de la tradicin

    filosfico histrica occidental moderna un conjunto de rasgos generales:

    la concepcin de la historia de la humanidad como historia universal en

    progreso; la reconstruccin de esa historia en etapas de crecimiento, en

    18 Krause, K. C. F.: Abriss der Philosophie der Geschichte, ed. por P. Hohlfeld y A. Wnsche (Leipzig, Verlag Otto Schulze, 1889) p. VIII. Para una exposicin de todo el

    Organismo de las Ciencias en Krause, en donde la Filosofa de la Historia ocupa su

    lugar determinado, puede verse: Garca Mateo, R.: Das deutsche Denken und das

    modern eSpanien (Frankfurt a. M., Bern, Verlag Peter Lang, 1982) pp. 16-130. Sera

    muy de desear que este estudio fuese traducido pronto al espaol.

  • 35

    paralelismo con el proceso de crecimiento del individuo; la experiencia

    optimista de estar asistiendo al inicio de una nueva y definitiva etapa; la

    conciencia europesta respecto a la cuna geogrfico-cultural de esa nueva

    y definitiva poca; el ideal de una sociedad verdaderamente humanizada

    que slo puede realizarse como sociedad universal; el inters prctico de

    la reflexin terica; el conflicto como motor del desarrollo histrico; la

    crtica de la religin establecida...

    Pero, dentro de estos rasgos comunes, los diversos autores se diferencian

    notablemente tanto en la concrecin que dan a esos rasgos, y en el reparto

    de acentos y matices, cuanto en la concepcin filosfica global en la que

    la filosofa de la historia est encajada19. Pues bien, en el caso de Krause

    la concepcin global, de la que la filosofa de la historia constituye el

    centro ms ntimo, es el Panentesmo, en cuya determinacin no podemos

    entrar dentro de los lmites marcados en este artculo20. Y, lo que es

    verdaderamente relevante para nuestro tema, la concrecin ms

    significativa de la filosofa krausiana de la historia es precisamente la

    figura de la Alianza de la Humanidad y, dentro de ella, su relacin

    histrico-universal con la masonera.

    Su complejidad tampoco nos permite entrar ahora en una consideracin

    detallada de la Alianza de la Humanidad, pero al menos no podemos dejar

    de sealar algunas de las caractersticas ms generales y ms importantes

    para nuestro tema. La Alianza de la Humanidad de Krause apunta hacia

    un ideal de sociedad, cuyo fundamento ltimo es aquello que une a todos

    los hombres por encima de sus diferencias (de su ser hombre o mujer,

    cientfico o artista, espaol o alemn, catlico o protestante, educador o

    19 Por lo que afecta a Kant, Freud y Habermas, pueden verse mis estudios: La crtica

    kantiana de la sociedad y de la religin. Kant predecesor de Marx y de Freud (Madrid,

    Tecnos, 1979); La teora de la sociedad de Freud. Represin y liberacin (Madrid,

    Tecnos 1977); La teora crtica de la sociedad de Habermas. La crisis de la sociedad

    industrializada (Madrid, Tecnos, 1978). 20Puede verse el ya citado estudio de R. Garca Mateo, especialmente, para una apretada

    sntesis, las pp. 37-39 y 139-41.

  • 36

    educando...) y que, a la vez, permite y fomenta el desarrollo pleno de las

    especificidades diferentes de cada individuo (su ser hombre o mujer,

    cientfico o artista, alemn o espaol, etc.) al armonizarlas orgnicamente

    dentro del individuo o totalidad superior que es la Humanidad entera. Son

    stos dos aspectos, inseparables entre s, los que se corresponden con los

    dos adjetivos usados anteriormente: pura y completa humanidad. La

    Alianza de la Humanidad habra de ser la Institucin social orientada

    explcitamente a la realizacin comunitaria de esa pura y completa

    humanidad, en forma semejante a como la Iglesia y el Estado son las

    Instituciones sociales orientadas explcitamente a la realizacin

    comunitaria de los aspectos parciales de la vida humana Religin y

    Derecho respectivamente.

    Krause encaja esta figura de la Alianza de la Humanidad en un marco

    filosfico-histrico al considerarla como aquella que, una vez conocida

    y explicitada filosficamente (es decir: lo que hace su propia obra), abre

    el paso a la tercera y definitiva gran etapa de la historia de esta

    Humanidad terrena. Y Krause cree adems haber descubierto que la

    Hermandad masnica es el principal germen de la Alianza de la

    Humanidad, porque es la nica Institucin social que, ya desde sus

    orgenes histricos, tiene como nica finalidad y razn de ser la

    realizacin de aquella pura y completa humanidad, de aquella unidad

    armnica que respeta y planifica las especificidades de cada uno de los

    individuos que la componen, aunque hasta el momento presente haya

    ejercido esa finalidad slo de una manera limitada y no del todo

    consciente.

    De aqu entonces la relevancia histrico-universal de la masonera para

    Krause, y de aqu tambin su esfuerzo por ilustrarla filosficamente a ella

    misma con el conocimiento pleno de esa relevancia y de su pura finalidad

    humanista, poniendo as la primera condicin para una renovacin que

    Krause, dentro del mismo marco histrico-universal, conceptualiza como

    el inicio de la tercera etapa en la historia de la Hermandad masnica:

    despus de la gran renovacin que la masonera especulativa (2a etapa)

  • 37

    supuso sobre la masonera operativa (I a etapa), ha llegado ya el momento

    histrico de realizar la segunda y definitiva renovacin mediante el inicio

    de la Alianza de la Humanidad. El comienzo de la tercera gran etapa de

    la historia de la Humanidad confluira as con el comienzo de la tercera

    gran etapa de la historia de la masonera, precisamente en la

    institucionalizacin de la Alianza de la Humanidad; aunque es importante

    tener en cuenta que Krause no haca depender la realizacin de sta

    ltima del hecho de que la Hermandad masnica fuese fiel o no a sus

    orgenes y diese o no el paso por l predicado. La Alianza de la

    Humanidad podra tambin desarrollarse a partir de otros focos.

    Para la realizacin de su tarea histrica y reformista Krause encontr una

    parcela de terreno ya abonado de la misma Hermandad masnica

    alemana. En las dcadas de los aos sesenta y setenta del siglo XVIII se

    haba originado (en ella) un caos general21, reflejado en el predominio

    de los grados superiores, del secretismo, de la fbula de los superiores

    desconocidos, etc., y sustentado en gran parte por el seoro de la llamada

    Estricta Observancia. Esta ltima haba recibido un golpe de muerte en

    el Convento de Wilhelmsbad de 178222, fundndose al ao siguiente

    (1783) la Alianza Eclctica con el objetivo de ir saliendo de aquella triste

    situacin. Aunque el avance fue muy lento, cuando Krause se inicia en

    Altenburg en 1805 existan as ya algunos crculos progresistas que

    luchaban por reformar la masonera alemana en direcciones que

    coincidan en puntos importantes con su propia intencin: crtica del

    secretismo, crtica de los grados superiores, impulso de una autntica

    investigacin cientfica de la historia y naturaleza de la masonera, cuyos

    resultados habran de ser guas de reformas. En una palabra: insistencia

    en el carcter moral, humanista y universal de la masonera, y en la

    21 Crammer, Br. .: 'Zur Erinnerung an Karl Christian Friedrich Krause', Latomia. eue Zeitschrift fr Freimaurerei, 4 (1881) p. 73. 22Sobre la importancia de este Convento masnico puede verse: Hammermayer, L.: Der

    Wilhelmsbader Freimaurer-Konvent von 1782. Ein Hohe- und Wendepunkt in der

    Geschichte der deutschen und europischen Geheimgesellschaften (Heidelberg, Verlag

    Lambert Schneider, 1980).

  • 38

    necesidad de reformar una Hermandad que se haba desviado

    notablemente de esos ideales originarios; o, dicho de otra manera,

    insistencia en la necesidad de volver a la pureza de la masonera inglesa.

    La misma logia Arqumedes de Altenburg era una logia independiente

    considerada como progresista. Entre los nombres ms importantes para

    Krause, dentro de aquel terreno abonado, hay que destacar los de

    Lessing y Herder, entre los que le precedieron, y los de Fessier, Schroder

    y Mossdorf, junto al ya mencionado de Schneider, entre sus

    contemporneos ms directos. Krause perteneci en Dresden a la Liga

    de masones cientficos y a la Liga histrica, fundadas

    respectivamente por Fessier y Schroder23. Apreci y us los trabajos de

    stos ltimos, aunque tuvo tambin notables diferencias con ellos, sobre

    todo con Schroder. Mossdorf, que habra de compartir con l la exclusin

    de la logia, fue desde el comienzo su ms fiel compaero de trabajo24. La

    idea de la Alianza de la Humanidad no caa por tanto como un meteorito

    excntrico en el seno de la masonera alemana de comienzos del siglo

    xix, sino que encajaba perfectamente dentro de su problemtica ms

    acuciante. Por eso el nombre de Krause figura, junto a los de Fessier,

    Schroder, Schneider y Mossdorf, como uno de los nombres claves de la

    masonera alemana de su tiempo.

    Finalmente voy a indicar con toda brevedad la relacin del trabajo sobre

    Napolen con el tndem filosfico-masnico que acabamos de ver con

    ms detenimiento. Unos meses despus de haber confesado a su padre

    que nunca me ha sobrecogido y conmocionado tanto la figura de un

    hombre como la de este grandioso hroe25, le escribe el 17 de enero de

    23 Puede verse: Findel, J. G.: Geschichte der Freimaurerei..., cit., pp. 541-44 y 549-55. 24 Para una visin general de la vida y obra de Fessier, de Schroder y de Mossdorf,

    pueden consultarse los correspondientes artculos en los diccionarios masnicos:

    Internationales Freimaurerlexikon (Zurich - Leipzig - Wien, Amalthea-Verlag, 1932);

    Allgemeine:, Handbuch der Freimaurerei, Hrsg. vom Verein deutscher Freimaurer, 2

    Bde. (Leipzig, Max Hesse's Verlag, 1900). 25 Hohlfeldr, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel..., cit., p. 174.

  • 39

    1808: El objetivo de mi escrito poltico (...) es el de mostrar que poco a

    poco, a travs de los pasos dados por Napolen, va surgiendo una alianza

    monrquica de los pueblos, primero en Europa, pero despus tambin con

    inclusin de Asia, que tendr que extenderse necesariamente a toda la

    Tierra.

    Si en la reforma de la Hermandad masnica vea Krause el posible inicio

    espiritual, por decirlo as, de la Alianza de la Humanidad, en la gesta

    napolenica vea entonces el inicio de sus condiciones polticas. Bien es

    verdad que Krause, al hilo de los acontecimientos de los aos posteriores

    a 1808, cambi pronto de visin respecto al cauce que habra de llevar al

    establecimiento de aquellas condiciones polticas favorables para su

    soada Alianza. El 20 de septiembre de 1813 escriba a su padre: Aqu

    en Dresden estamos en situacin de guerra. Napolen lucha desde hace

    tres das por abrirse camino hacia Bhmen (...) Yo tomo parte en estos

    acontecimientos con toda mi alma. Y ahora me invade una esperanza

    totalmente distinta, en lo que afecta a los problemas pblicos, de aquella

    que conceb con fundados motivos en 1808. Aquella esperanza ha sido

    negada y destruida por los acontecimientos del ltimo ao. La nueva

    visin poltica de Krause, que sustituy a la esperanza puesta en

    Napolen, se centr entonces en los enemigos de ste ltimo. A ellos iba

    dirigido el Proyecto de una alianza europea de Estados, como base de una

    paz general y como medio jurdico contra cualquier ataque a la libertad

    interior y exterior de Europa, publicado por Krause en el ao 1814, en

    cuyo detalle no nos interesa entrar ahora26.

    26 Krause, . C. F.: Entwurf eines europdischen Stoatenbundes als Basis des allgemeinen Friedens und als rechtliches Mittel gegen jeden Angriff wider die innere

    und dus sere Freiheit Eur opas (1814), Neue herausgegeben und eingeleitet von Hans

    Reichel (Leipzig, Verlag von Felix Meiner, 1920). Para situar el contexto histrico-

    poltico de este Proyecto de Krause, puede verse: Gollwitzer, H.: Europabild und

    Europagendanke (Mnchen, C. H. Beck'sche Verlagsbuchhandlung, 1964) pp. 103-78,

    con la referencia explcita a Krause (p. 116 s.).

  • 40

    Antes de pasar al siguiente epgrafe voy a permitirme citar, a modo de

    resumen, un largo texto de Krause entresacado de Los tres documentos

    ms antiguos de la Hermandad masnica, que considero enormemente

    luminoso y comprensivo si se lee en el trasfondo de cuanto acabo de

    delinear en este apartado:

    Vivimos en una poca de renovacin, o ms bien de un amanecer nuevo.

    La Humanidad despierta a una nueva vida. Estamos asistiendo al

    nacimiento de una Asociacin superior de Estados, que rene primero a

    los pueblos europeos en una nica totalidad (...) La misma Humanidad,

    y su vida, est siendo considerada cada vez ms como una totalidad

    orgnica (...) Este es el espritu propio de nuestra poca (...) Slo vista

    desde esta idea tiene valor para m, y me es querida, la Hermandad

    masnica (...) Ahora es el tiempo de fundar pblicamente en esta Tierra

    la Alianza de la Humanidad, y de reunir en ella a todos los hombres

    buenos que han llegado al verdadero conocimiento de la Humanidad y de

    su vida, y al amor a ella (...) La fundacin de la Alianza de la Humanidad,

    as como el comienzo de su actividad, estn en pacfica armona con

    todos los nobles y grandes esfuerzos de esta poca y de todos sus hombres

    grandes (...) Slo la Hermandad masnica est en estrecha relacin con

    esta gran tarea de la historia de la Humanidad; slo ella es la institucin

    que no tiene otro valor ni otro sentido que el de vivir en esta idea.

    En tanto que la Hermandad masnica responde a este su concepto

    esencial, claramente expresado en su propia historia, es reconocida por

    m, conforme a su fundamento y a su espritu puro, como el nico intento

    social (gesellig) hecho hasta ahora (aunque sea un intento limitado en el

    espacio y en el tiempo y, hasta el momento, todava inconsciente) para

    poner ante los ojos de los hombres las ideas de la Humanidad, de la vida

    de la Humanidad y de la Alianza de la Humanidad, para vivir un espritu

    humanista en toda su pureza, y para preparar en el recinto de Templos

    aislados, guiada por el instinto de la razn, la Alianza pblica y abierta

    de la Humanidad.

  • 41

    El presente escrito demuestra, a travs de la presentacin comentada de

    sus documentos ms antiguos, que esa ampliamente extendida Alianza

    de varones est orientada, ya desde su primera fundacin, hacia aquellas

    ideas (...).

    Ahora ha llegado finalmente el tiempo de que la Hermandad comience,

    mediante una renovacin total, su tercera etapa, la ms hermosa; ha

    llegado finalmente la poca de que, juntamente con el espritu superior

    que est despertando ahora sobre la Tierra, tambin en ella (en la

    Hermandad) despierte un nuevo espritu. Su renovacin total ser ms

    grandiosa, y mucho ms benefactora para la Humanidad, de lo que lo

    fue la reforma comenzada al comienzo de la segunda etapa27.

    LA REACCIN DE LA MASONERA ALEMANA ANTE LA

    OBRA DE KRAUSE

    La obra de Krause conmocion al mundo masnico alemn. El mismo

    Krause escribe a su padre en diciembre de 1809, refirindose a la prxima

    publicacin de Los tres documentos ms antiguos: Mi escrito en vas de

    publicacin pone en movimiento a todo el mundo de las logias28. Al

    poco de su aparicin Heinrich Zschokke, un interesante tipo de la

    poca29, tambin masn, escribe en Miszellen fr die neueste Weltkunde

    un artculo con el significativo ttulo de 1 intento de Karl Christiana

    Friedrich Krause de suprimir la Orden de los masones y crear una Alianza

    de la Humanidad30. Esta conmocin va en aumento hasta llegar a la

    27 Krause, . C. F.: Die drei testen Kunsturkunden der Freimaurerbrderschaft, Zweite Ausgabe, Erster Band (Dresden 1820) in der Arnoldischen Buchhandlung,

    Vorbericht der ersten Ausgabe, pp. III-V, X-XV y XXV. 28 Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Briefwechsel, cit., p. 212. 29 Para un perfil biogrfico puede verse: Bning, H.: Heinrich Zschokke und sein

    'Aufrichtiger und wohlerfahrener Schweizerbote' (Bern, Verlag Peter Lang, 1983); una

    sntesis de su biografa masnica puede verse en: Fischer, R.: Deutsche Geistesheroen...,

    cit., pp. 110-17. 30 'Karl Christian Friedr. Krause's Versuche, den Oder der Freimaurer aufzulosen, und einen Menschheitsbund zu schaffen', Miszellen fr die eues te Weltkunde (21 November 1810) pp. 369-72.

  • 42

    exclusin de Krause, y de su compaero Mossdorf, de la logia a la que

    pertenecan juntos desempeando incluso cargos importantes como los

    de Orador y Secretario respectivamente. Esta exclusin, decidida el 17

    de diciembre de 1810, constituye, en frase de Trommsdorf, una pgina

    negra en la historia de la masonera; una tragedia masnica, en

    palabras de Kltzer31. Alrededor de 1830 escribe todava el fiel discpulo

    y yerno de Krause Leonhardi: Conozco incluso varias logias en las que

    se maldice regularmente el nombre: Krause en la fiesta anual de 17 de

    diciembre 32. Robert Fischer recoge un lugar comn repetido de mil

    maneras por los bigrafos de Krause: Se afirma, y no sin razn, que los

    innombrables sufrimientos que (Krause) tuvo que soportar a lo largo de

    su vida provinieron de las persecuciones de los masones33. Vamos

    entonces a resumir brevemente los hitos principales de la historia de este

    significativo proceso, para pasar despus a comentar las relaciones

    posteriores de Krause con la Hermandad.

    La actividad reformista de Krause y Mossdorf les haba creado ya desde

    el principio enemigos entre los no pocos masones que todava tenan un

    pie en lo antiguo, y que estaban atados por prejuicios34. La gota de agua

    que desbord la copa lleg en octubre de 1809 con el anuncio de

    Mossdorf de la prxima publicacin de Los tres documentos ms

    antiguos de Krause. La logia de las Tres Espadas acogi favorablemente

    ese anuncio, pero comenz muy pronto a recibir protestas de otras logias,

    que sospechaban que el libro de Krause era infiel y traidor a la

    masonera, pues con su publicacin revelara ciertamente a los

    profanos, y a los masones ms jvenes, demasiadas cosas.

    31 Trommsdorf, H.: o. c, p. 12; Neumann, O. P.: o. , p. 34. 32 Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Karl Christian Friedrich Krause's Leben und Lehre, dargestellt von Hermann Freiherrn von Leonhardi (Leipzig, Dieterichsche

    Verlagsbunchhandlung Theodor Weicher, 1902) p. 33. 33 Fischer, R.: o. c , p. 49. 34 Peuckert, F. .: . , p. 106.

  • 43

    Entre esas protestas hay que destacar la firmada el 9 de enero de 1810

    por los tres Grandes Maestros de las tres Grandes Logias de Berln, en la

    que se instaba a la logia de Krause y Mossdorf, en tono amenazador, a

    que impidiese la publicacin del libro anunciado35. La logia de las Tres

    Espadas contesta el 31 de enero defendiendo con firmeza a los Hermanos

    Krause y Mossdorf, y calificando la actitud de aquellos masones que

    haban informado a los tres Grandes Maestres de precipitada, al haberse

    dejado llevar de prejuicios preconcebidos y no haber considerado la

    cosa con la serenidad, imparcialidad y amor a la verdad, que caba

    esperar, no conociendo siquiera el contenido del libro anunciado.

    Pero inmediatamente despus surge la divisin dentro de la misma logia

    de Krause. El 2 de febrero del mismo ao, seis Hermanos firman una

    declaracin amenazando con salirse de la logia si no se impeda la

    publicacin de la obra en cuestin o, de no poder impedirla, si no se

    expulsaba a Krause y a Mossdorf36. El 6 de marzo los tres Grandes

    Maestres berlineses escriben una nueva carta que no poda ser ms dura

    Lo repetimos: no nos preocupa el contenido de la obra de Krause por

    lo que pueda afectar a nuestras numerosas logias (.. ) Slo tenemos ante

    los ojos la honra de la Orden en general. Un perjurio mancha a la Orden,

    y solamente la expulsin de quienes lo han cometido puede purificarla

    de nuevo37.

    Krause, en la conviccin inquebrantable de cumplir con un deber moral

    y con una vocacin, se mantuvo en su decisin. En julio estaba ya

    impreso el primer tomo de su obra, y se comenz el envo a los

    previamente abonados, todos ellos masones. Con esto se recrudeci la

    35 Mossdorf, F.: Johann Stuve'ns Abhandlung ber den Einfluss Geheimer Gesellschaften auf das Wohl der Menschheit, nebst einem Anhange des Herausgebers,

    Fr die Briide Freimaurer, In Commission bei dem Br. Gerlach (Freyberg 1811) pp.

    198-200. 36 Peuckert, F. .: . , p. 107 s. 37 Mossdorf, F.: . , p. 204 s.

  • 44

    situacin y arreciaron las protestas38. El 11 de septiembre los tres

    Grandes Maestres de Berln escriban el siguiente ultimtum a la logia de

    las Tres Espadas y Verdaderos Amigos:

    Muy honorables y amados Hermanos! Puesto que ya ha aparecido

    realmente el escrito anunciado por los Sres. Mossdorf y Krause: titulado

    "Los tres documentos ms antiguos de la Hermandad masnica", les

    pedimos a Uds. queridos Hermanos, con el mayor respeto y fraternidad,

    y en relacin a nuestros dos escritos anteriores del 9 de enero y del 6 de

    marzo de este ao, que expulsen a esos dos hombres de su justa y perfecta

    logia, a fin de subsanar la vergenza que por ellos afecta ahora a toda

    la honorable Orden; rogando igualmente que, a la mayor brevedad

    posible, nos indiquen cmo se ha llevado a trmino esa expulsin. Les

    saludamos fraternalmente en el nmero para nosotros santo39.

    Por fin el 17 de diciembre, tras una votacin en la logia, Krause y

    Mossdorf fueron excluidos por tiempo indefinido de ella. Krause

    obtuvo 40 bolas negras de un total de 44. Para futura memoria se decret

    all mismo que, en adelante, la eleccin de cargos tendra lugar el 17 de

    diciembre, y que adems, al final de cada sesin de recepcin de

    aprendices, en la cadena, el Venerable trajese a la memoria de los

    presentes el recuerdo de ese da dando los gritos de amor fraterno!,

    fidelidad fraterna!, el 17 de diciembre!40. Al da siguiente el

    Venerable de la logia, C. F. von Brand, comunicaba oficialmente a

    Krause y a Mossdorf, en una escueta carta, la decisin tomada41. Tres

    respetables Hermanos (Riquet, Meyer y Burkhardt), en indignada seal

    de protesta contra la injusticia cometida, abandonaron para siempre la

    logia42.

    38 Peuckert, F. .: o. c , p. 109. 39 Mossdorf, F.: o. c , p. 304. 40 Ibid., p. 227s.; Peuckert, F. .: . , p. 110 s. 41 Mossdorf, F.: o. c , p. 264 s. 42 Ibid., p. 229; Peuckert, F. .: o. c , p. 111.

  • 45

    Qu juicio crtico merece todo este proceso? Peuckert, aunque

    subrayando su injusticia, llega sin embargo a disculpar la decisin de la

    logia, sealando que en aquellas circunstancias el haberse opuesto a las

    presiones recibidas hubiese sido un acto heroico, no: tal fruto slo

    hubiese podido madurar en los tiempos ms recientes43. El caso Krause-

    Mossdorf fue un sntoma ms de una situacin histrica de la masonera

    alemana en la que el secretismo tena an una fuerza capaz de agostar, al

    menos temporalmente, los frutos que comenzaba a dar aquella parcela

    abonada de la que hablamos en el apartado anterior44. En este sentido es

    importante subrayar que el problema de la publicacin de Los tres

    documentos ms antiguos no estuvo en su publicacin para los profanos.

    Krause, respetando las opiniones de muchos de sus Hermanos, transigi

    en publicar su obra como manuscrito slo para masones, con ejemplares

    numerados y venta controlada45. El problema concreto por lo que a la

    publicidad se refiere, y que marca el alto grado de secretismo todava

    reinante en amplios y poderosos crculos de entonces, estuvo en que

    Krause se neg en conciencia a excluir de su acceso a los dos grados

    inferiores (compaero y aprendiz)46.

    Habamos aludido con Robert Fischer a la visin, generalizada entre

    bigrafos y amigos de Krause, de que la vida de este ltimo haba estado

    marcada de su expulsin de la logia por la persecucin de los masones.

    Ellos habran sido los grandes culpables de que Krause no alcanzase

    nunca una ctedra, de que se silenciasen sus escritos en las revistas

    cientficas, de que se sabotease la afluencia de alumnos a sus clases, de

    que la polica lo implicase en complots en los que nunca tom parte, y de

    algunos otros puntos sombros de su vida. Los mismos escritos y cartas

    de Krause estn materialmente plagados de lamentaciones sobre la

    persecucin masnica de que es objeto. Aunque este extremo necesita de

    43 Peuckert, F. .: o. c , p. 11. 44 Neumann, O. Ph.: o. c , p. 36. 45 Zschokke critica incluso esta debilidad de Krause. Vase el libro editado por Gerlach:

    Logen-Hierarchie, bei Craz und Gedach (Freyberg 1819) p. 7. 46 Mossdorf, F.: o. c , p. 210.

  • 46

    una ajustada comprobacin documental, puedo adelantar sin embargo

    que mi visin provisional, obtenida de las lecturas ya realizadas,

    relativiza bastante la influencia de la persecucin masnica en la mayora

    de los fracasos y desgracias de Krause, por un lado, y, por otro lado,

    coincide con la expresada por el discpulo y bigrafo no masn de Krause

    Lindemann, quien rechaza la generalizacin a toda la Hermandad de una

    actitud que en realidad slo fue propia de algunas logias y algunos

    Hermanos47.

    A este punto de vista provisional me han llevado fundamentalmente tres

    razones: la de que hay otras causas importantes, ajenas a la relacin

    masnica, que pueden explicar los fracasos de Krause; la de que las

    continuas quejas de ste ltimo han de ser interpretadas en el contexto de

    un carcter melanclico muy peculiar; y la de que hay abundante

    testimonio histrico de la buena relacin de Krause, durante toda su vida,

    con distintos masones y con diversas logias. Una de las muestras de esto

    ltimo puede verse en la disposicin de algunas logias a recibirlo en su

    seno. Por ejemplo, el mismo Krause escriba a su padre en abril de 1814

    durante su estancia en Berln: Los masones de aqu no parece que me

    persigan, sino ms bien inclinados a admitirme de nuevo; se me han

    hecho insinuaciones en tal sentido, incluso personalmente por parte de

    un Gran Maestre48 . El trato ciertamente injusto de que Krause fue

    objeto en el proceso que culmin con su exclusin de la logia de Dresden,

    y las intrigas y maquinaciones posteriores de algunos masones contra l,

    parecen as haber sido hitos importantes dentro de aquel azaroso

    itinerario salpicado de angustias, fracasos y persecuciones, del que

    hablbamos en la Introduccin biogrfica, pero no su fuente y causa

    principal.

    47 Lindemann, H. S.: bersichtche Darstellung des Lebens und der Wissenschaftlehre

    Cari Chr. Fdr. Krause's, und dessen Standpunktes zur Freimaurerbrdcrschajt, In der

    Fleischmann'schen Buchhandlung (Mnchen 1839) p. IV. 48 Hohlfeld, P. y Wnsche, .: Der Brief wechsel..., cit., p. 382.

  • 47

    La masonera alemana rehabilit postumamente a Krause. En el primer

    centenario de su nacimiento los masones le erigieron un monumento en

    su ciudad natal49. El 21 de marzo de ese mismo ao 1881 la logia de las

    Tres Espadas revis el proceso que haba concluido con la expulsin de

    Mossdorf y Krause. El secretario de la logia, Hermano Kltzer, cerr el

    acto con las emocionantes palabras: Krause y Mossdorf fueron entonces

    alejados de la logia por tiempo indefinido: Ea!, el tiempo se ha

    cumplido, volved de nuevo al seno de los Hermanos!. Krause y

    Mossdorf fueron entonces inscritos en el Libro de Oro de la logia. En el

    150 aniversario (1931) la Revista mensual de la Gran Logia de Prusia

    Am rauhen Stein public un artculo conmemorativo, ya citado antes, en

    el que su autor, el Hermano Trommsdorf, calificaba a Krause como el

    mayor pensador y configurador de la filosofa masnica50

    En lo que afecta a la obra historiogrfica de Krause el juicio crtico es

    unnimemente laudatorio. Findel recoge afirmativamente la siguiente

    apologa del Hermano Schauberg: Con Krause y Mossdorf comienza

    una poca grandiosa y totalmente nueva de la masonera alemana, ya

    que fueron ellos los que, por primera vez y con gran acierto, hicieron de

    la masonera propiamente un objeto de investigacin cientfico-crtica

    pblica51. Wolfstieg escribe refirindose a Los tres documentos ms

    antiguos: el libro ha de ser contado entre las mejores obras de nuestra

    investigacin masnica52. Reinhard Horn, en su reciente estudio sobre

    la historiografa masnica alemana del siglo xix, dice de esa gran obra de

    49 Br. Martin (Theodor Busch): Karl Christian Friedrich Krause's Leben, Lehre und

    Bedeutung (Leipzig, Verlag von J. G. Findel, 1881-1882) p. 228. 50 Trommsdorf, .: o. c, p. 5. 51 Br. J. Schauberg, 'Krause ais Maurer', Die Bauhtte, n. 10 (1861). Citado por Findel,

    J. G.: Geschichte der Freimaurerei..., cit., p. 608. 52 Wolfstieg, .: Or sprung und Entwicklung der Freimaurerei, 2 ed. Bd. 2 (Berlin, Verlag Alfred Unger, 1923) p. 84.

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    Krause que es reconocida generalmente en la literatura masnica de

    habla alemana como un gran logro cientfico53.

    Hasta ahora hemos hablado de la actitud de la masonera alemana frente

    a Krause, a partir de la expulsin de ste ltimo en diciembre de 1810.

    Pero, cul fue, tambin a partir de esa fecha y hasta el fin de su vida, la

    postura de Krause frente a la masonera? Cmo reaccion

    personalmente ante la injusticia del proceso? Dej Krause de ver en la

    masonera el germen de la Alianza de la Humanidad?

    Todos sus bigrafos, sin excepcin, coinciden en subrayar la

    mansedumbre con que Krause sufri la expulsin, en contraste con la

    reaccin violenta que tuvo Mossdorf. En un texto, escrito lo ms pronto

    en el ao 1815, Krause nos da un testimonio personal bien elocuente:

    Los aos ms hermosos de mi vida los he vivido en y con la Hermandad

    masnica54. Numerosas cartas, as como noticias que aparecen en sus

    restantes escritos, no dejan lugar a dudas de que Krause sigui todava

    durante muchos aos trabajando en el estudio de la masonera con la

    intencin de impulsarla a dar el paso hacia el tercer gran perodo de

    su historia, hacia la Alianza de la Humanidad, y que esos esfuerzos

    encontraron eco en algunas logias y en algunos masones sealados. Uno

    de los ms decididos adeptos fue el Hermano Grasshoff, Gran Orador de

    la logia Royale York de Berln, para quien Krause compuso, entre 1816

    y 1820, doce discursos en logia, que, en los aos inmediatamente

    siguientes a su muerte, fueron publicados a instancias de Mossdorf en la

    Revista de la logia de Altenburg55. De todos modos tambin es cierto que

    hacia el final de su vida Krause se desalent un poco. En un texto escrito

    53 Horn, R.: Studien tur deutschen freimaurereischen Historiographie des 19.

    Jahrhunderts: Karl C. F. Krause, Sonderdruck aus Eleusis 36, nn. 3, 4, 5, 6 (1981)

    Frankfurt a. M., Selbstverlag DOR/AASR, 1982) p. 81. 54 Krause, K. C. F.: Das Eigentiimlicbe der Wesenlehre, ed. por P. Hohulfeld y A.

    Wiinsche (Leipzig, Verlag Otto Schulze, 1890) p. 215. 55 Vase la pr