Dia Del Dragon - Richard a. Knaak

7/17/2019 Dia Del Dragon - Richard a. Knaak

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El siniestro legado de Grim Bato

tiene sus profundas races en latinieblas del pasado de Azeroth. Noobstante, casi todo el mundoconoce Grim Batol porque al

sucedi una terrible tragedia; eese lugar los viles orcocorrompieron a los cachorros de la

noble Alexstrasza, la Reina de lodragones, para utilizarlos comoarmas de guerra. Por otro lado, apesar de que un grupo de hroesiderado por el enigmtico magoKrasus, acab derrotando aaquellos orcos y liberando a lo

dragones cautivos, esa montaa


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maldita representa otra tierradevastada de

Pero ahora Krasus, conocido poalgunos como el dragn rojoKorialstrasz, ha detectado que lamaldad de Grim Batol ha vuelto aemerger para amenazar aquelloque ms quiere, pero esta vez estadispuesto a enfrentarse a este ma

en persona. Sin embargo ignoraque otros individuos con sus propioobjetivos y misiones, tambin se

vern arrastrados hacia ese lugardonde se revelar una monstruosaverdad que no slo podr llevarloa la muerte, sino guiarlos a una


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nueva era de oscuridad destruccin.


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Richard A. KnaakLa noche del

dragnWarcraft: World of Warcraft -

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ePub r1.0Titivillus 01.04.15


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Ttulo original:Night of the DragonRichard A. Knaak, 2008Traduccin: Ral Sastre Letona

Editor digital: TitivillusePub base r1.2


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Esta obra est dedicada aEvelyn, Mick (y sin duda a

Chris) por ser unos

compaeros increbles a lahora de crear las historias de

Azeroth.


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E

PRLOGO

staba atrapado atrapado

atrapadoLa oscuridad de la prisin lo envolvao poda respirar, ni moverse. Cm

haba podido pasar algo as? Quine


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eran esas insignificantes y nauseabundacriaturas que haban logrado de algunforma capturarlo? Resultab

nconcebible que esas alimaas hubieraogrado capturar a un leviatn!

Pero haba sucedido

Quera rugir, pero no poda. Aunquede todos modos, en aquel lugar no sescuchaba sonido alguno. El silencio l

volva loco. Deba liberarse! Tena quhaber alguna forma de escaparUna cegadora luz esmeralda l

lumin de repente. Grit de dolo

cuando ese fulgor lo arranc de sprisin y lo arroj al ms all.

El chillido se torn en un rugid

poderoso de alivio mezclado con furia


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Extendi sus magnficas y brillantes alade tal modo que su figura gigantesca verde azulada ocupaba gran parte de

espacio donde se encontraba. De scolumna y cabeza surgan unaprotuberancias afiladas y prcticament

cristalinas; las de su testa conformabauna impresionante cresta similar a la qucorona el yelmo de un seor de l

guerra. Sus enormes y refulgentes orbeblancos, que recordaban ms a unaperlas que a unos ojos, recorrieron lenorme caverna repleta de saliente

cortantes que surgan tanto de aqueredondo techo como del duro suelo.

En ese instante, su mirada iracund

se pos sobre las alimaas que haba


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osado (an no saba cmo!) a atrapar su majestad. Acto seguido, una sutil aurmagenta rode su cuerpo mientra

bramaba con justa furia.Gusanos asquerosos

Duendecillos inmundos! Cmo o

atrevis a tratar a Zzeraku como uanimal enjaulado?

Mientras gritaba, su cuerpo, que y

era muy etreo, se volvi an mraslcido. Entonces se fij en upequeo grupo de sus captores. Srataba de unos engendros diminutos qu

se movan como draenei aplastados perreducidos a escala y con ciertas partede sus cuerpos cubiertas de vello

Posean unas boquitas atroces repleta


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de dientes afilados e iban ataviados cocapuchas y armaduras. Sus ojos eran dcolor rojo como la lava y a pesar de qu

era una amenaza clara para ellos, nparecan temerlo tanto como deberan.

Para Zzeraku estaba claro que saba

muy poco acerca de los dragoneabisales.

Gusanos asquerosos

Duendecillos inmundos! repiti.De repente, su cuerpo crepit con urelmpago del color de su excelso ser. Acontinuacin, extendi una de sus garra

con intencin de deshacerse de aquellacriaturas y un relmpago brot de prontde la zarpa.

Las primeras descargas siguiero


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rayectorias errticas, que esquivaron os diminutos engendros en el ltimnstante. Al mismo tiempo, en la frent

de cada uno de ellos aparecifugazmente una extraa y brillante runa.

Sin titubear, el dragn abisal cautiv

reanud su ataque. Sin embargo, esta veel relmpago acert en el firme qupisaban sus torturadores. El suel

estall y fragmentos de roca y tierrsurcaron el aire por doquier; asimismoaquellas pequeas bestias salierovolando, profiriendo gruidos, junto

odo lo dems. Sus cuerpos sibilantecual proyectiles se desperdigaron por eaire para regocijo del dragn.

Gusanos asquerosos! Zzeraku o


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aplastar a todos!El dragn redobl sus esfuerzos

unas venas de color azul oscur

destacaron al momento sobre su pechoEl relmpago crepit con ms violencian.

De improviso, una suerte de largo fibroso lazo de energa plateada lsorprendi desde un flanco y se enred

en su extremidad delantera izquierdaclavndose contra su etrea carne causndole mucho dolor.

Zzeraku, sobresaltado, se olvid d

su ataque; el dragn abisal era uncriatura compuesta de energa, por lcual aquel lazo debera haberl

atravesado. Le propin un mordisco co


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el fin de deshacerse de l, y comrespuesta, recibi una tremenddescarga de energa en las mandbulas

De inmediato, la extremidad en la que shaba enredado el lazo flaquedesprovista repentinamente de toda s

fuerza.Mientras eso ocurra, inutilizaron s

otra extremidad delantera de la mism

manera. Zzeraku tir de las ataduras contencin de romperlas pero fue en vanoa que aquellos finos lazos mgicos era

muy poderosos.

El cuerpo del dragn abisal shinch de tal modo que las venas azuleque se distinguan con tanta claridad e

Zzeraku pasaron a ser prcticament


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negras. Su aspecto se torn an mransparente, como si se estuvier

convirtiendo en niebla.

Entonces los lazos plateadocentellearon.

Zzeraku profiri un rugido de dolo

cay hacia delante, estrellndoscontra el suelo de la caverna como sfuera una criatura de carne y hueso, l

que provoc que se abrieran grietas ea piedra y que dos engendros diminutocayeran a una muerte segura por una das fisuras que se abrieron en el suelo.

Los dems engendros ignoraban ergico final de sus camaradas mientra

se preparaban para lanzar dos lazo

plateados ms. Cinco alimaas agitaro


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a la vez sobre sus cabezas esosiniestros lazos de energa como sfueran unos ltigos gigantescos. A

continuacin, los lanzaron con grapuntera y se enredaron en el otro flancde Zzeraku, donde sus extremos

rematados por pequeas esmeraldasfueron recogidos por otros engendros clavados al suelo.

Liberad a Zzeraku! bram edragn abisal mientras los lazocentelleaban y su cuerpo sufra unnueva agona. Soltadme!

Los nuevos lazos lo derribaron asuelo. Zzeraku se revolvi, peraquellas ligaduras mgicas anulaban su

poderes totalmente.


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A su alrededor, las figuras enanacorran de un lado a otro, envolviendsu cuerpo con esos espantosos lazo

hasta que casi lo amortajaron enteroCada uno de los lazos se clavabdolorosamente el cuerpo etreo de

dragn abisal, quemndolo congelndolo al mismo tiempo. Zzerakchill presa de la furia y el dolor

consciente de que no poda hacer nadpara cambiar su situacin.Aquellos engendros continuaro

rabajando febrilmente; resultab

evidente que no estaban muy seguros dsi esos lazos resistiran o noReajustaban una y otra vez las atadura

valindose de las esmeraldas, lo cua


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provocaba ms dolor al dragn abisalFue entonces cuando uno de ellos sburl de su sufrimiento.

Zzeraku sac fuerzas de flaqueza ogr emitir una ltima descarga d

energa contra su torturador. Al punto

una energa negra rode a la criaturaque ahora chillaba de miedo parsatisfaccin del captor. La magia de

dragn abisal lo aplast hasta reducirla una masa informe que, al instante, ssolidific conformando un cristal dbano.

De inmediato, otro lazo se enred esu hocico, obligndole a cerrarlo. Ereluciente leviatn se resisti, per

pronto comprob que sus mandbula


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estaban tan inmovilizadas como el restde su cuerpo.

Sus captores continuaro

correteando por la enorme caverncomo si los dominara una gran ansiedadaunque Zzeraku no crea que l fuera e

causante de tal desasosiego. Profiri ubufido de frustracin (amortiguado poener el hocico cerrado) e intent

iberarse una vez ms.De nuevo, fue intil.Entonces, sin advertencia previa

aquellos engendros enanos y rechoncho

dejaron de hacer lo que estabahaciendo. Como si fueran un solo sermiraron fijamente a un punto situado e

un flanco del dragn abisal, un punto qu


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se hallaba fuera del campo de visin dste. Sin embargo, Zzeraku pudpercibir cmo alguien se acercaba

alguien que posea un poder inmenso.Su verdadero captorLos pequeos monstruos que l

rodeaban se tumbaron en el suelo parrendir pleitesa a la silueta que saproximaba. En ese instante, Zzerak

escuch un leve roce que podra habesido cosa del viento si no fuera porquste no poda adentrarse en el malditugar.

Lo habis hecho muy bien, miskardyns se oy decir a una voz, que pesar de su encanto femenino, acarici

como si fuera el hielo ms fro lo qu


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aquel dragn abisal tuviera por almaMe siento muy satisfecha

Han seguido las rdenes

rajatabla replic un segundnterlocutor masculino, cuyo tono de vo

denotaba que despreciaba a aquella

criaturas. Aunque me temo que haabierto la cmara del crisaludemasiado pronto, mi seora. La besti

casi se escapa.En ningn momento la sombra defracaso ha planeado sobre nosotros. Ecuanto entr aqu, ya no tuv

escapatoria.La voz femenina se acerc ms y

de improviso, un diminuto ser apareci

en el campo de visin de Zzeraku. S


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rataba de una figura plida ataviada coun vestido del color de la noche quacentuaba su silueta, que se detuvo ant

l para estudiarlo y ser estudiada a svez.

Esa mujer le recordaba a Zzeraku

otra, a una que haba intentado entablaamistad con l y le haba enseado quexista algo ms que el caos absolut

que haba conocido en ese reino qualgunos denominaban Terrallende. Pootro lado, el dragn abisal pudo percibimediante el olfato que aquel ser, a pesa

de ser similar en cierto sentido al qurecordaba, tambin era muy distinto eotros.

Por ejemplo, su larga melena d


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bano se extenda ms all de lohombros, y mantena la cara de perficomo si no prestara especial atencin

aquella bestia cautiva a pesar de quZzeraku saba que la realidad era justa contraria. Por lo que alcanz a atisba

de su rostro, el dragn abisal concluyque era perfecto como el de su amiga ncluso lo superaba.

Sin embargo, la frialdad que Zzerakperciba en esa mirada entrecerradprovoc que el gigante se revolviera dnuevo.

Los labios de la mujer se curvaropara conformar una sonrisa.

No tienes de qu preocuparte

pequen. Ms bien, deberas ponert


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cmodo. Al fin y al cabo simplemente he trado a casa.

Esas palabras carecan de sentido

Zzeraku volvi a tirar de sus ataduras eun nuevo intento de escapar de esdiminuta figura que, sin saber por qu, l

asustaba tanto.La mujer se volvi para mirarlo d

frente, de tal modo que qued a

descubierto el lado izquierdo de ssemblante, que estaba cubierto por uvelo de seda que, al girarse, se despegde su rostro ligeramente permitiendo as

que el dragn abisal atisbara la horrendcarne quemada que se ocultaba debajoas como un agujero donde antes hab

habido un ojo.


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Aunque esa mujer era una mera moten comparacin con el descomunadragn abisal, entrever su rostr

desfigurado multiplic mil veces lzozobra que senta Zzeraku, quien queralejarse de aquel semblante, y n

volverlo a ver jams. Y cuando el velrecuper por fin su posicin, el dragabisal segua percibiendo la espantos

maldad que se ocultaba tras l.Una maldad que sobrepasaba cocreces cualquiera que hubiera conociden Terrallende.

En ese instante, su glida sonrisa shizo ms amplia, mucho ms de lo quera posible en ese rostro.

Ahora descansa le indic l


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CAPTULO

UNO


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l tiempo pasa muy rpid

cuando uno llega a ser tan viejo

pens aquel hombre, ataviado con unnica, que se hallaba en su santuario da montaa, desde donde contemplaba e

mundo a travs de una serie de orbebrillantes que flotaban a su alrededorCon un gesto de su creador, sdesplazaron por la gigantesca cmarovalada. Entonces, los que ms deseabobservar se le acercaron y se detuvieroante l sobre uno de los pedestales qu

haba forjado mgicamente a partir das estalagmitas que, en su da, haba

recubierto aquel lugar. En la base, cad

pedestal pareca haber sido tallado po


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un artesano: las lneas y los ngulos eraextremadamente perfectos. Sin embargoa medida que se alejaban del suelo, s

ransformaban en algo que recordabms a los sueos de los durmientes qua algo creado en el plano fsico. En eso

sueos se atisbaban dragones y esprituque cobraban forma y en la partsuperior algo que se asemejaba a un

mano petrificada provista de unos dedoargos y nervudos estirados, que nograban alcanzar por muy poco l

esfera que se hallaba encima.

Cada una de las esferas mostrabuna escena de gran relevancia para emago Krasus.

El tenue bramido de un trueno, qu


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reson cerca de su santuario ocultohablaba bien a las claras del tiempurbulento que asolaba el exterior. E

plido hechicero, que esa noche ibataviado con el atuendo violeta que esu da haba distinguido a los miembro

del Kirin Tor, se inclin para acercarsa aquel orbe y ver mejor la imagen que ofreca. La luz azul que desprenda l

esfera dej al descubierto unos rasgoque recordaban a los elfos nobles (upueblo extinto haca tiempo), con unestructura sea angulosa, una nari

elegante y una cabeza larga. A pesar dposeer la belleza de esa raza cada edesgracia, Krasus no perteneca al linaj

de los elfos. No se trataba slo de qu


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su cara de halcn estuviera recubierta darrugas y cicatrices (las ms llamativade las cuales eran tres largas marca

rregulares que le cruzaban el pmulderecho), que ningn elfo de ningn tipposeera a menos que hubiera vivid

ms de mil aos, ni de los exticomechones negros y carmeses qusalpicaban su pelo plateado. Ms bien

o ms peculiar en l eran sus ojonegros y brillantes; (unos ojos que neran propios de los elfos, ni tampoco dos humanos) que revelaban que pose

una edad muy superior a la de cualquiecriatura mortal.

Una edad que tan slo podra tene

el ms antiguo de los dragones.


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Krasus era el nombre por el que erconocido cuando adoptaba esa forma que muchos relacionaban con el antigu

miembro del crculo interno del consejde magos que gobernaba Dalaran. Siembargo, Dalaran, a pesar de todos su

esfuerzos, haba fracasado a la hora ddetener el avance imparable del mal haba fallado a muchos reinos durant

as diversas guerras contra los orcos a posterior contra los demonios de lLegin Ardiente y los no-muertos de lPlaga. El mundo de Azeroth se hallab

en un estado catico, se haban perdidmiles de vidas y, aun as, segumanteniendo un precario equilibrio u

equilibrio que pareca ms frgil co


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cada da que pasaba.Es como si estuviramos atrapado

en un juego sin fin, como si nuestra

vidas dependieran de una tirada d

dados o de una mano de cartas, pensmientras recordaba ciertos suceso

catastrficos acaecidos en un pasadan ms remoto. Krasus haba sidestigo de la cada de civilizaciones co

una historia mucho ms larga qucualquiera de las que existan en esmomento, y aunque haba contribuido salvar a muchas, nunca le parec

suficiente. Slo era un ser, un dragnaunquefuera, en realidad, Korialstraszel consorte de Alexstrasza, la gran rein

del Vuelo Rojo.


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Pero ni siquiera su amada esposa, egran Aspecto de la Vida, habra podidprever todo lo que haba ocurrido n

habra podido impedir que esoacontecimientos tuvieran lugar. Krasusaba que haba asumido un

responsabilidad mucho mayor de la qudebera, pero el mago dragn no estabdispuesto a cejar en su empeo d

ayudar a los pueblos de Azeroth, a pesade que algunos de sus esfuerzoestuvieran destinados al fracaso desdel inicio.

En efecto, incluso en esos momentoshaba muchas situaciones que requerasu atencin, que potencialmente podra

desencadenar el caos total en aque


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mundo y en el epicentro de esoproblemas se hallaban los de su propiraza: los dragones. Se haba abierto un

vasta grieta que llevaba a un reinasombroso llamado Terrallende y esgran portal fascinaba e inquietaba po

gual al Vuelo Azul, los dragoneguardianes de la misma magia. Daquella fisura haba surgido l

misteriosa cura para la demencia qupor mucho tiempo domin al SeoAzul. A pesar de que Malygos, eAspecto de la Magia, se encontraba y

otalmente lcido, a Krasus no lgustaba el sendero que haba escogidaquel leviatn. Malygos, que se sent

ndignado porque consideraba que la


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razas jvenes hacan un mal uso de lmagia, haba sugerido al resto de loAspectos que quiz fuera necesari

purgar a aquellos que poseyeseconocimientos mgicos por el bien dAzeroth. De hecho, se haba mostrad

muy insistente al respecto la ltima veque l, Alexstrasza, Nozdormu (emperecedero) e Ysera (la Seora de lo

Sueos) se haban reunido en el lejannordeste, en el antiguo y altsimTemplo del Reposo del Dragn situaden el helado Cementerio de Dragones

un ritual anual muy importante qucelebraba en su origen cmo habaogrado derrotar aunando esfuerzos a

espantoso Alamuerte haca ms de un


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dcada.Krasus, que se senta cada vez m

frustrado, desech el orbe que hab

estado observando e invoc al siguienteSin embargo, sus pensamientos seguacentrados en algo totalmente distinto a l

que le mostraban aquellos orbes; estvez, en Ysera, la ltima de los cuatrgrandes dragones. Le haban llegad

rumores de que en el reino etreo quella gobernaba, en el mtico SueEsmeralda, estaban sucediendo ciertacosas propias de una pesadilla. Si bie

nadie era capaz de precisar en quconsistan esas espantosas cosaexactamente, Krasus comenzaba a teme

que el Sueo Esmeralda fuera un posibl


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foco de problemas mucho mdesastroso que cualquier otro.

Desech la siguiente esfera sin n

siquiera observar su contenido y, anstante, de forma tarda, reconoci localizacin que sta le acababa d

revelar.Grim Batol.Malygos y el Sueo Esmeralda s

esfumaron de sus pensamientos y Krasucentr su atencin en aquella siniestrmontaa. La conoca muy bien; la habvisitado en otros tiempos y hab

enviado a agentes suyos al mismcorazn de aquel lugar maldito. En GriBatol, los orcos la misma raza brbar

que, extraamente, haba demostrado se


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una gran aliada trece aos despucuando los demonios de la LegiArdiente regresaron haba

esclavizado a su amada esposa con usiniestro artefacto llamado el Alma deDemonio. Por desgracia, el Alma de

Demonio haba doblegado la voluntade su mujer para obligarla a obedecer a Horda, pues haba sido forjada po

os propios Aspectos y haba sidcorrompida por uno de los suyos. Comconsecuencia de todo esto, Alexstraszengendr unas cras que los toscos orco

utilizaron en la guerra como monturas dbatalla. Decenas de esas cras habaperecido al combatir contra magos

dragones de otros Vuelos.


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Krasus haba sido una pieza clave ea liberacin de su reina cautiva al guia

al impetuoso brujo Rhonin, a la elf

noble guerrera Vereesa y otros en unmisin de rescate. Asimismo, ciertocombatientes enanos los haban ayudad

a eliminar los focos de resistencia orcque todava quedaban en el lugar. Deste modo, Grim Batol qued desierto

su legado maligno qued erradicadpara siempre.O eso haban credo todos. Lo

enanos fueron los primeros en percibi

que las tinieblas lo impregnaban todo, por eso se fueron de all casi dnmediato tras la derrota de los orcos

Entonces, Alexstrasza y l decidiero


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que el Vuelo Rojo deba custodiar dnuevo Grim Batol, lo cual resultabrnico, puesto que, a pesar de habe

vigilado aquella montaa desde lantigua Batalla del Monte Hyjal, loorcos haban esclavizado con sum

facilidad a los dragones rojos gracias aAlma del Demonio.

As, aunque Krasus mostr cierta

reticencias, los colosos carmesehaban vuelto a ser los centinelas quvigilaban los alrededores de aquel lugapara cerciorarse de que nadie pudies

entrar, ni de manera accidental nntencionadamente, con el fin de valers

del mal que all anidaba.

Sin embargo, recientemente, lo


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centinelas haban enfermado sin ningunrazn aparente, y algunos incluso habamuerto. Adems, unos pocos haba

perdido de tal modo la razn que nhaba quedado ms remedio qusacrificarlos por miedo a que pudiera

causar una masacre. Al final, el VuelRojo se haba visto obligado a hacer lmismo que todos los dems: abandona

Grim Batol a su suerte.De esta manera, se haba convertiden una tumba vaca que sealaba eemplazamiento donde una antigua guerr

haba llegado a su fin y el inicio de ubreve, muy breve periodo de paz.

Y aun as

Krasus observ aquel luga


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enebroso. Incluso a esa lejana distanciaera capaz de percibir que algo siniestremanaba de su interior. El mal se hab

do adueando de Grim Batol a lo largde los siglos de tal modo que el procesera irreversible.

De all haban surgido ltimamentos rumores que indicaban que el mal d

su tenebroso pasado haba resucitado

Krasus los conoca perfectamente. Srataba de relatos dispersos ncompletos que hablaban de un se

alado enorme que surcaba el ciel

nocturno; sobre un espectro que, ecierta ocasin, haba arrasado toda unaldea situada a varios kilmetros d

Grim Batol. Bajo la luz de la luna, un


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de las fuentes de esos rumores afirmabhaber visto lo que quiz fuera udragn pero uno que no era ni rojo, n

negro ni de ningn color conocidoamatista; algo imposible probablemente fruto de la imaginaci

de aquel granjero asustado. Aun asaquellos que posean el don de la visia distancia en su mayora agentes a s

servicio le haban informado de lpresencia de extraas emanaciones en ecielo que cubra la montaa; y cuanduno de ellos un joven de confianza d

su propio Vuelo se atrevi a intentarastrear las emanaciones, desaparecipor completo.

Como sucedan demasiada


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ncidencias en el resto del mundo, loAspectos no podan centrare en GriBatol, pero Krasus no poda pasarlo po

alto. Sin embargo, ya no poda recurrir sus agentes, puesto que sacrificar la vidde otros para obtener informacin no er

su forma habitual de actuar. Estproblema exiga que se implicara en sresolucin personalmente, sin importa

el resultado.Aunque conllevara su muerte.De hecho, en esos momentos, sl

haba dos seres a los que hubier

confiado esa informacin, pero tantRhonin como Vereesa tenan sus propiapreocupaciones.

Tendra que encargarse l slo d


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solucionar aquel asunto. En ese instanteKrasus hizo un gesto brusco con la man lanz las esferas volando hacia la

sombras que moraban en la partsuperior de la cmara. La muerte no latemorizaba, puesto que la haba visto

se haba hallado a sus puertas codemasiada frecuencia. Slo quera queen caso de perecer, su muerte al meno

significara algo. Estaba ms qudispuesto a morir por el bien de smundo y por el de aquellos que amaba sfuera necesario.

Si fuera necesario, se dijmentalmente el mago dragn. Ni siquierhaba comenzado el viaje y no era e

momento de pensar en su muerte.


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He de realizar la bsqueda co

sigilo medit Krasus mientraabandonaba su asiento.Esto no es unmera casualidad. Una amenaza s

cierne sobre todos nosotros; l

resiento

Si eso hubiera sucedido en otrpoca, en la Segunda Guerra, Krasuhabra sabido a quin culpar: al Aspect

demente llamado el Guardin de lTierra, o, ms concretamenteeltharion. No obstante, nadie hab

lamado a aquel inmenso dragn negr

por su nombre real desde hacmilenios, ya que se le haba otorgado usobrenombre mucho ms adecuado

aquel coloso desequilibrado tras intenta


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levar a cabo el primero de sumonstruosos planes.

Ahora lo llamaban Alamuerte

Alamuerte el Destructor.Krasus se detuvo en mitad de l

enorme caverna, y respir hondo con e

fin de prepararse para lo que estaba polegar. No, no poda responsabilizar

Alamuerte de aquello, ya que er

prcticamente seguro que esta veestuviera muerto. Prcticamente. Essignificaba que tena una certeza muchmayor de que hubiera cruzado el umbra

de la muerte que en las anterioreocasiones en las que al dragn negro se haba dado por probablement

muerto.


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Adems, Alamuerte no era el nicgran mal que amenazaba el mundo.

Krasus extendi los brazos a ambo

ados. No importaba si lo qumerodeaba por Grim Batol era lculminacin de un mal que llevab

actuando desde el pasado remoto algn nuevo tipo de mal siniestro: iba descubrir la verdad.

Su cuerpo se hinch de manerdesproporcionada. Acto seguido, emago solt un gruido, y se dej caesobre el suelo a cuatro patas. Su rostr

se estir hacia abajo, de tal modo que snariz y boca se fusionaron hastconformar un hocico largo y fuerte. S

nica qued destrozada y los jirone


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volaron por el aire y fueron a posarse dnmediato sobre su cuerpo, donde sransformaron en unas duras escamas d

color carmes.A continuacin, surgieron do

pequeas alas palmeadas de la espald

de Krasus que fueron aumentando damao a la vez que su cuerpo

Asimismo, una cola puntiaguda brot d

sus cuartos traseros. Sus manos y pies sretorcieron y se convirtieron en unapoderosas zarpas rematadas por unaafiladas garras.

En un abrir y cerrar de ojos, lransformacin se haba completado y e

mago Krasus haba desaparecido. En s

ugar se hallaba un magnfico drag


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rojo que ocupaba la caverna casi pocompleto y al que pocos de su especisuperaban en tamao, a excepcin de lo

grandes Aspectos.Korialstrasz despleg sus enorme

alas y salt en direccin hacia el tech

de piedra.El techo reluci antes de que l

alcanzara y la masa de rocas adquiri u

aspecto similar al del agua. El dragcarmes se zambull en la roca acuossin que nada pudiera evitarlo y atravesa gran velocidad aquella barrera mgic

mpulsado por sus poderosos msculos.Segundos despus, irrumpi en e

cielo nocturno. La roca se solidific tra

l, sin dejar ni rastro de su paso.


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El ltimo santuario se hallaba entrunas montaas cercanas a los restos dDalaran, cuyas ruinas surgieron a su

pies. Eran los vestigios de lo que en sda haban sido unas torres orgullosas unas fortalezas inexpugnables, per

haba algo muchsimo ms asombrosque envolva aquel reino legendario. Sfoco era el lugar en que el Kirin To

haba gobernado y, a partir de ah, sextenda por igual en todas direcciones.Se trataba de un desesperado intent

por parte de los supervivientes de

crculo interno del consejo de resucitasu gloria, de reverdecer sus laureles a lvez que ayudaban a la Alianza

combatir la Plaga. Se trataba de alg


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similar a un domo vasto y mgico, a udomo de energas en movimientocompuesto por unas energas que l

proporcionaban un aspecto de un tonvioleta trmulo o blanco reluciente. Erotalmente opaco, lo que impeda sabe

qu suceda dentro. No obstanteKorialstrasz saba muy bien quplaneaban aquellos brujos y crea qu

estaban locos, pero les dejaba hacerSiempre caba la remota esperanza dque triunfasen

El consejo de brujos, a pesar de su

habilidades nada desdeables, ignorabel hecho de que uno de ellos fuera udragn. Cuando form parte de su orde

de la que fue uno de sus fundadore


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secretos), nunca conocieron sverdadero yo, slo le vieron en su facetde Krasus. Korialstrasz prefera que es

fuera as, ya que a muchas de las razavenes les habra resultado imposiblratar directamente con esa besti

mitolgica.El dragn, protegido por su magia

sobrevol aquel fantstico domo y,

continuacin, se dirigi al sudesteEntonces sinti la tentacin de virapara dirigirse a las tierras del VuelRojo, pero tal demora podra conlleva

un alto precio. Adems, su reina podrcuestionar la conveniencia de realizaaquel viaje, incluso prohibrselo. Per

Korialstrasz no iba a dar la vuelta n


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siquiera por ella.En realidad, la razn principal qu

e impulsaba a regresar a Grim Batol er

ella.

Los Aqul eran un grupo de enanobastante variopinto, incluso a ojohumanos o de cualquier otra raza. Po

otro lado, habran preferido hallarse euna mejor situacin, pero suobligaciones les exigan que ignoraseas penurias por el bien de su pueblo.

Los guerreros enanos posean unconstitucin fuerte a pesar de serechonchos y aquel grupo estab

compuesto tanto por hombres com


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mujeres, aunque quiz quienes npertenecieran a esa raza tuvieradificultades para diferenciarlos a ciert

distancia. Las hembras carecan dbarbas hirsutas, posean una constitucialgo ms esbelta que los varones y s

uno escuchaba con atencin, sus voceeran ligeramente menos speras. Siembargo, eran conocidas por luchar co

a misma determinacin, si no mayorque sus compaeros.En aquellos momentos, tanto varone

como hembras se sentan muy sucios

exhaustos; adems, ese da haban vistperecer a dos camaradas.

Podra haber salvado a Albrec

se lament Grenda con los labio


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fruncidos como si se recriminara algo si misma. Podra haberlo salvadoRom!

El enano al que se estaba dirigiendera mayor que ella y luca ms cicatriceque los dems. Rom era el comandante

el que posea ms conocimientos sobrel legado de Grim Batol. Al fin y acabo no haba sido aos atrs lder d

os enanos cuando el brujo Rhonin, lelfa noble arquera Vereesa y un jinete dgrifos de Aerie les haban ayudado deshacerse de los orcos que pululaba

por aquel espantoso lugar y a liberar a gran Reina de los dragones? Par

recuperar el resuello, se apoy contra l

pared del tnel a travs del cual l y s


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grupo acababan de tomar aliento. Si bieera cierto que no haca tanto tiempo quhaba dejado atrs su juventud, la

ltimas cuatro semanas lo habaenvejecido de una manera antinatural estaba seguro de que era debido

aquella tierra siniestra. Se acordentonces de los informes que hablabade cmo los dragones rojos haba

sufrido penalidades mucho mayores quas suyas antes de tener por fin esentido comn de marcharse de allhaca menos de un mes. Slo los enano

eran tan testarudos como para atreversa presentarse en un reino que pretendmatarlos.

Y si no era el mismo reino quie


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rataba de asesinarlos, se trataba deenebroso mal que estaba escondido eo ms profundo de aquellas espantosa

cavernas.No se pudo hacer nada, Grend

mascull. Albrech y Kathis saba

que esto poda pasar.Pero abandonarlos a su suert

contra los skardyns

Rom busc algo a tientas bajo scoraza y sac una larga pipa. Los enanono iban a ninguna parte sin sus pipasaunque, a veces, tenan que fumar otra

cosas muy distintas a su tabaco favoritoDurante las dos ltimas semanas, egrupo se haba acostumbrado a fuma

una mezcla de championes, pues lo


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neles estaban repletos de ellos, cocierta hierba roja que creca a la vera dun arroyo que era su principal fuente d

abastecimiento de agua. Aquel mejunjse poda fumar a duras penas.

Escogieron quedarse atrs par

que los dems pudiramos cumplinuestra misin replic Rom mientralenaba la pipa. Al encenderla aadi

Que consiste en llevarnos a esrepugnante criatura con nosotros casa

Grenda y el resto del grup

siguieron la mirada de su comandanthasta detenerse en el prisioneroEntonces, aquel skardyn sise como u

agarto e intent morder con sus diente


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afilados a Rom. El comandante estabbastante seguro de que aquella cosa ermacho, pero no quera dotar a es

skardyn de ningn rasgo de personalidani siquiera de gnero. Aquel bicho erun poco ms bajo que el enano medio

pero algo ms ancho. La anchura extrera puro msculo, lo que permita a esacriaturas escamosas cavar en la tierr

con sus garras con una pericia de la qucarecan lo enanos ms fornidos depueblo de Rom.

La cara que los miraba semiocult

bajo una andrajosa capucha marrn eruna macabra mezcolanza de rasgoenanos y reptilianos; algo que no era un

sorpresa para sus captores, ya que lo


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skardyns descendan de la misma razque Rom y sus camaradas. Sus ancestroeran los enanos Hierro Negro

supervivientes malditos de la guerra dos Tres Martillos acaecida cientos d

aos antes. Si bien una gran parte de lo

raicioneros Hierro Negro habperecido en esa pica confrontacientre enanos, siempre haba corrido e

rumor de que algunos haban escapadde Grim Batol siguiendo a su lder: lhechicera Modgud, quien habmaldecido Grim Batol justo antes de se

asesinada. Como en ese momento nadiquiso dar caza a los posibles enemigosupervivientes en un lugar maldito po

causa de la magia, los rumores siguiero


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siendo slo eso hasta que Rom tuvo lmala fortuna de descubrir la verdad arespecto al poco de llegar all.

No obstante, fueran cuales fuesen lovnculos que unan al pueblo de Rocon los skardyns, stos se haban vuelt

an tenues hace tanto tiempo que podaconsiderarse inexistentes. Los skardynseguan poseyendo la complexin bsic

de un enano y algunos rasgos facialesimilares, pero donde una vez hubbarba, ahora unas escamas toscas lcubran todo. Sus dientes eran, en efecto

ms parecidos a los de un lagarto ncluso un dragn, y sus deformes manozarpas si somos precisos) se parecan

as de ambas bestias. Asimismo, es


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engendro que los enanos habacapturado era capaz de salir corrienden cualquier momento como u

cuadrpedo o un bpedo.Eso no significaba que los skardyn

fueran meros animales. Eran astutos

dominaban el manejo de las armas, yfueran las dagas que llevaban en sucinturones, las hachas que no haba

evolucionado en nada desde la guerra dos Tres Martillos o las bolas de metaprovistas de pas letales que caban ea palma de la mano y que lanzaba

usando el brazo o una honda. Adems, sestaban desarmados, no dudaban evalerse de sus dientes y garras, com

haban podido comprobar los enanos d


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manera desastrosa la primera vez que sencontraron con ellos.

Esa vez, haban podido comproba

que eran descendientes de los Hierregro gracias a sus vestimentas, que a

ucan los smbolos de aquel cla

raidor. Por desgracia, a las fuerzas dRom les haba resultado muy difcicapturar a una de esas criaturas vivas

a que los skardyns luchaban con grafiereza. En tres ocasiones anteriores, loenanos haban organizado misiones paromar prisioneros y en las tres haba

fracasado estrepitosamente.Y en las tres haba perecido gent

que obedeca las rdenes de Rom.

El ltimo ataque funesto hab


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conllevado la prdida de dos excelenteguerreros aquella noche. Sin embargo, afinal la misin iba a compensar todo

os esfuerzos realizados o esesperaba. Ahora, Rom crea tener unfuente de informacin gracias a la cua

podra descubrir al fin qu era eso tamalvolo y poderoso que se ocultaba eaquel lugar, que incluso haca a lo

dragones huir de miedo. Qu poderosfuerza tenebrosa comandaba a loskardyns hasta el punto que aquellaabominaciones estaban dispuestas

morir por ella?Y qu era eso que ahora aullaba d

angustia mientras unas luces y energa

nquietantes brotaban de aquel pic


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desolado?El skardyn escupi cuando Rom s

e acerc. Su aliento era hediondo, l

que significaba que era realmentpestilente puesto que los enanos estacostumbrados a los hedores. Entonce

Rom descubri otro cambio evolutivque separaba an ms a los skardyns os enanos: el prisionero posea un

engua bfida.Ninguna de estas alteraciones ernatural, sino el resultado de vivir en uugar excesivamente saturado de magi

maligna. El enano lder lo observ cogesto sombro; su mirada severa era tantensa como la sangrienta mirad

carmes de aquella aberracin.


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Los de tu raza sois escoria, peran sois capaces de hablar bramRom. Lo s porque te he od

parlotear.El prisionero sise y, act

seguido, intent abalanzarse sobre

Rom haba elegido a dos fornidoguardias por su fuerza para que lsujetaran de los brazos y, aun as, le

costaba bastante inmovilizar a aqueskardyn.Rom dio una profunda calada a s

pipa y, despus, le exhal el humo e

plena cara a aquella criatura. El skardyolisque el aire con deleite; una de lacaractersticas que la evolucin no hab

cambiado era su gusto por fumar e


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pipa. Cuando los enanos registraron locuerpos de skardyns muertos, hallaropipas curvas hechas de barro y no d

madera tallada. No obstante, ignorabaqu fumaban exactamente los skardynen esas pipas, ya que la nica sustanci

susceptible de ser fumada que habadescubierto en el cadver de un skardyola a hierba rancia y a lombrices. N

siquiera el ms osado de los seguidorede Rom se haba atrevido a probarla.Te gustara darle una caladita

verdad? le provoc Rom dando otr

calada, y echndole de nuevo el humo ea cara a aquella criatura. Bueno

habla conmigo un poco y ya veremo

qu se puede hacer al respecto


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Uzuraugh! le espet eprisionero. Hizakh!

Rom chasque la lengua.

Pero qu forma de hablar es saSi sigues as, te entregar a Grenda y sudos hermanos. Albrech estaba unido

ellos mediante el gwyarbrawdenConoces esa antigua palabragwyarbrawden?

El skardyn se calm. Los enanoposean muchos y variados vnculosociales. Sin duda, su lazo ms fuertera la pertenencia a un clan, que era e

elemento social aglutinador mmportante. Aun as, tanto fuera com

dentro del clan se establecan otro tip

de vnculos y el ritual de


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gwyarbrawden se realizaba por lgeneral entre los guerreros de a pieAquellos que juraban el gwyarbrawden

se prometan mutuamente quatravesaran Azeroth de punta a cabpara dar con el responsable de la muert

de su camarada si ste era asesinadoo se mostraban reticentes a que l

muerte del asesino de su camarada fuer

enta y cruel, ya que el gwyarbrawdesupona tomarse la justicia por su manoLos lderes de los clanes no reconocasu existencia ni lo apoyaba

pblicamente, pero tampoco lcondenaban.

Era un aspecto de la sociedad enan

que pocos seres ajenos a ella conocan.


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Pero era evidente que los skardynno eran ajenos, ya que los salvajes orbecarmeses que tena por ojos s

dirigieron hacia la socarrona Grendveloces como el rayo y, luego, sposaron una vez ms sobre Rom. La

eyendas acerca de las misiones dgwyarbrawden solan acabar codescripciones muy extravagantes acerc

de la prolongada muerte de la presa. Poeso a Rom no le sorprendi que esorelatos truculentos an circulasen entra raza de aquella criatura.

Es tu ltima oportunidad lamenaz, dando otra calada a la pipaVas a hacer el favor de hablar para qu

podamos entenderte?


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El skardyn asinti.Rom ocult su impaciencia. Lo d

Grenda y sus hermanos no haba sido de

odo un farol, a pesar de que saba qusi les hubiera entregado al prisioneroprobablemente no habra descubiert

nada. Si bien es cierto que Grendhabra hecho todo lo posible parsonsacar alguna palabra a es

aberracin tan horrenda, Rom no podrhaber evitado que alguno de los tres sdejara llevar e intentara cumplir con egwyarbrawden, matando as al skardy

antes de que pudiera hablar.Rom lanz una ltima mirada

Grenda para recordarle al cautivo lo qu

e aguardaba si no responda, y,


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continuacin, dijo:Sabemos que tus camaradas l

rajeron algo a la mujer del velo! Ahor

Grim Batol se estremece con el rugidde algo muy parecido a un dragn pesar de que hace meses que no se v

ninguno por los alrededores! Qu es lque trama esa mujer ah dentro?

Crisalun Esa palabra se l

escap de la boca al skardyn con unvoz tan ronca que pareca que el merhecho de hablar le supusiera un esfuerzerrible al que no estab

acostumbrado. Crisalun.Por las barbas de mi padre, qu

es una Crisa-Crisalun?

Ms grande carraspe e


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prisionero, cuya lengua sala y entrabde su boca a gran velocidad. Mgrande por dentro no fuera

Pero qu patraas estescupiendo esta bestia? Se burla dnosotros! rezong uno de los hermano

de Grenda.Aunque no eran gemelos, su

hermanos se parecan mucho ms de l

que solan parecerse la mayora de lohermanos enanos, de modo que Rosiempre tena problemas a la hora ddistinguir a Gragdin y Griggarth.

Fuera quien fuese, en cuanto terminde hablar, carg, levantando el hachanto como le permita el tnel. E

skardyn sise y se revolvi de nuevo.


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Entonces Grenda detuvo a smpetuoso hermano.

No, Griggarth! An no! Baja e

hacha!Griggarth se arredr ante l

reprimenda de su hermana. Ella era l

cazadora y ellos los sabuesos. Gragdireaccion igual que su hermano a pesade que no tena ninguna razn par

sentirse amedrentado.Grenda se volvi hacia el skardyn.Pero como las prximas palabra

que pronuncie esta escoria no tenga

ms sentidoEn ese instante, Rom volvi

recuperar las riendas de la situacin

Dio varias caladas seguidas a su pipa, l


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propin unos golpecitos para hacer caea ceniza y luego mascull.

S. Hagamos un ltimo intento

Quiz una pregunta distinta te hagreaccionar como es debido.

Se detuvo a pensar y, acto seguido

prosigui hablando:Quiz deberas hablarnos sobr

ese tipo tan alto y explicarnos qu hac

aqu alguien de su raza.Su sugerencia provoc una reaccinquietante en el skardyn. Al principio

Rom crey que se estaba ahogando, per

entonces se percat de que aquellbestia inmunda se estaba riendo.

Rom desenfund su daga, cuya punt

coloc bajo la barbilla marrn


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escamosa del skardyn. A pesar de esoel prisionero no depuso su actitud.

Estate quieto, maldito hijo de u

batracio o les ahorrar la molestia ddesollarte y

El techo se vino abajo, y los enano

se desperdigaron al caer sobre ellovarias toneladas de roca y piedra.

Entonces aparecieron tres silueta

enormes armadas con petos protecciones de bronce, y con mescamas que el skardyn. Y lo que eran peor, aquellos imponentes gigante

de casi tres metros de alto segn el ojexperto de Rom) eran mucho ms letaleque los descendientes de los Hierr

egro y los haban sorprendido.


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Pero, qu? exclam un enanantes de que una hoja enorme y curva lpartiera en dos por la cintura, a pesar d

a proteccin que la coraza ldispensaba.

Rom saba qu eran, aunque sl

fuera por las descripciones que habodo, sin embargo fue Grenda quiegrit su espantoso nombre.

Dracnidos!La enana se abalanz sobre eprimero de ellos con el hacha en ristreEl dracnido de escamas negras, qu

pareca ser un hbrido de dragn humano que haba dado como resultadun guerrero despiadado, se gir

empuando su arma ya ensangrentada


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En cuanto la hoja impact contra ehacha, centelle y atraves, como sfuera agua, el arma forjada con tant

maestra por los enanos.Grenda se salv gracias a la rpid

reaccin de Rom. Como el comandant

haba arremetido contra aquella figurmonstruosa al mismo tiempo quGrenda, lleg a tiempo para empujarla

un lado. Desgraciadamente, la estrechedel tnel derrumbado no pudo evitar quel mandoble que iba dirigido contra lenana lo alcanzara a l.

El enano, en el momento en que lhoja ardiente le cercen la muecaobserv, estupefacto, cmo su mano ca

al suelo, donde fue pisoteada por la


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colosales piernas de tres dedos dedracnido.

Por fortuna, el fuego mgico de l

espada tambin cauteriz la herida. Esocombinado con la resistencia enanapermiti a Rom responder al ataque co

un golpe de su hacha propinado con unsola mano y con todas sus fuerzas.

El hacha penetr en la piel corice

a la altura del hombro del dracnidoquien dej escapar un gruido de dolo retrocedi. Entonces una risa reson

en los odos de Rom, una risa qu

recordaba cada vez menos a la de uskardyn y ms bien a la carcajada dalgo mucho ms siniestro. El enano mir

hacia atrs, al lugar donde deb


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hallarse an retenido el prisionero.Sin embargo, los guardias yaca

muertos, sus ojos miraban al infinito si

ver y haban sido degollados. Ademssus hachas permanecan atadas a suespaldas, y sus dagas enfundadas en su

cinturones. Daba la impresin de que shubieran dejado matar.

O haban sido hechizados porqu

o que se hallaba donde el skardyn debestar no era un enano que habdegenerado evolutivamente por culpa da magia, sino una figura tan alta com

un humano, pero de constitucin mdelgada. Si bien sus orejas largas puntiagudas proporcionaban la pist

necesaria para averiguar a qu raz


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perteneca, su tnica roja y sus fieroojos verdes y brillantes (una seal dcorrupcin demonaca) confirmaro

para consternacin de Rom lo necio quhaba sido en el desempeo de su labode comandante.

Era el elfo de sangre por el quhaba estado preguntando.

El plan de Rom de hacerse con u

prisionero del que pudieran recabanformacin se haba convertido en unrampa para los enanos. Se le aceler e

pulso al imaginarse a sus seguidore

masacrados o, an peor, capturados arrastrados a la entraas de Grim Batol

Carg contra el elfo de sangr

profiriendo un grito de guerra qu


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reson por todo el tnel en ruinas. Aqueser alto mir al fuerte enano con desd, entonces, extendi una mano.

En esa mano se materializ una varde madera de formas retorcidas, cuypunta se desdoblaba en dos ramas sobr

as cuales centelleaba una esmeraldenorme con forma de calavera a juegcon los ojos malignos del elfo de sangre

Al instante, Rom sali despedidhacia atrs y se estrell contra un muro.Mientras caa al suelo, pronunci u

epteto que habra hecho sonrojar la

orejas de cualquier humano y mucho mas de un elfo. A pesar de ver borroso

atisb cmo unos enanos intentaba

desesperadamente detener a eso


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poderosos dracnidos. No es quaquellos hombres dragones fuerambatibles, pero sus hombres pareca

reaccionar con extrema lentitud. Gonunel combatiente ms rpido despus depropio Rom, alz su hacha como s

pesara tanto como l.El elfo de sangre tiene tien

que ser el el elfo de sangre Ro

ntent levantarse como pudo, pero scuerpo no le obedeca.Para l lo peor no era saber qu

estaba a punto de morir, sino haberl

fallado a su rey. Le haba jurado Magni que descubrira el secreto de lque estaba sucediendo en Grim Bato

pero lo nico que haba logrado Ro


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era desatar aquella horrenda debacle.Logr ponerse de rodillas impulsad

por la vergenza pero fue incapaz d

ponerse en pie. En ese momento el elfde sangre dej de prestarle atencinotra afrenta ms contra el honor de

enano.Rom consigui empuar su hach

mientras luchaba contra el conjuro

contra el dolor que sentaEntonces, un rugido horripilante, quhizo temblar los muros, recorri esoneles y provoc que todos mirara

hacia arriba.El efecto fue notable sobre el elfo d

sangre, quien maldijo en una lengua qu

Rom no entendi y luego grit a lo


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dracnidos:Arriba! Rpido! Antes de que s

vaya demasiado lejos!

Los guerreros dragones sacuclillaron y, acto seguidoabandonaron de un salto los tneles co

una agilidad sorprendente para snmenso tamao. Su lder golpe e

suelo dos veces con el extremo inferio

de su vara y se desvaneci envuelto eun breve estallido de llamas doradas.Rom descubri que poda moverse

aunque fuera de manera torpe y cansina

Poco a poco, fue a comprobar en questado se hallaban sus compaeroshaba al menos tres muertos y uno

cuantos heridos. Dudaba que lo


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dracnidos hubieran sufrido mucho mque un par de cortes cada uno, y ningungrave. Si no hubiera sido por aque

misterioso rugido, los enanos habraperecido.

Grenda y uno de sus hermanos s

acercaron a ayudarlo. La guerrera enanaque estaba empapada en sudor, lpregunt:

Puedes andar?Uff! Puedo correr si no mqueda ms remedio, muchacha!

No sugiri huir corriendo impulsad

por la cobarda, sino porque no habmanera de saber si el elfo de sangre os dracnidos volveran tan rpid

como se haban marchado. Los enano


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estaban desorganizados y necesitabaretirarse a un lugar donde pudierarecuperarse.

A A los tneles de la laderorden Rom.

Aquellos tneles se hallaba

bastante lejos de Grim Batol, pero creque eran su mejor opcin. Esa zona errica en vetas de cristal blanco (mu

sensible a las energas mgicas), lo qumpedira espiar su interior incluso a umago como el elfo de sangre. En ciertsentido, los exploradores se tornara

nvisibles.Pero no invencibles. En ningn luga

estaran completamente a salvo.

Con ayuda de Grenda, Rom gui


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os enanos lejos de aquel lugar. Tuvo loportunidad de observar a sumagullados seguidores y comprob un

vez ms lo mucho que les haba costadesa breve trifulca. Si no hubiera sidpor el rugido

El rugido. A pesar de que se sentmuy agradecido por aquellnterrupcin, Rom se preguntaba a qu

se haba debido y si lo que habsalvado a los enanos era o no el heraldde algo muchsimo peor.


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CAPTULO

DOS


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M

ientras Korialstrassobrevolaba Lordaeron

procuraba no prestar atencin a lagitacin que reinaba all abajo, ya qusu intencin era llegar al extrem

opuesto de la baha de Baradin sin lmenor demora. Era de vital importancique alcanzara la baha cuanto antes. Edragn no deba inmiscuirse en ningunbatalla de la eterna lucha contra lPlaga. Eso deba dejarlo en manos dotros defensores. l no pod

nvolucrarse en algo asSin embargo ms de una vez e

nmenso dragn rojo no cumpli s

propsito. Korialstrasz no pod


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permitir que los inocentes sufrieran nque los ataques flagrantes de los nomuertos quedaran impunes.

Por eso, cuando divis esaglomeracin de cientos de siervoputrefactos y horrendos del Re

Exnime tuvo que darles su merecido.En cuanto olfate la baha lejana

vislumbr aquel macabro ejrcit

dispuesto a emprender la marcha uejrcito creado a partir de miembromutilados y cadveres robados a ms dun millar de almas. Las armadura

abolladas y oxidadas de los paladineprotegan ahora unos cuerpodesprovistos de carne y sus yelmos, una

cuencas carentes de ojos. Por l


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constitucin de algunos de aquellos nomuertos, el dragn pudo deducir que lPlaga no discriminaba por razn d

sexo, ni de edad; todos cuantos caaante ella eran susceptibles de sealistados como soldados al servicio d

su malvado amo.El hecho de que algunos de ello

hubieran sido en su da mujeres y nio

no hizo vacilar al encolerizado dragnquien se lanz de cabeza contra lonecrfagos. De inmediato, un ro dlamas atraves el centro de sus impa

filas, diezmando sus fuerzas en un solnstante. Los huesos secos de los no

muertos eran el combustible perfect

para que prendiera con virulencia e


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fuego de un dragn rojo y rpidamentse extendi un infierno al tiempo qualgunos no-muertos chocaban entre s a

ntentar huir.Korialstrasz arremeti contra ello

siendo perfectamente consciente de cu

era el objetivo que la Plaga tenprevisto atacar, que no era otro que eescudo que cubra Dalaran; que hab

sobrevolado haca no mucho. Los brujoeran un enemigo que Arthas, el ReExnime, no poda permitir que srecuperara. Por eso mismo, el drag

esperaba que se produjera el ataque ebreve; no obstante, la Plaga habactuado ms rpido de lo que hab

calculado.


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De ese modo, el dragn rojo hizo ugran favor a sus antiguos camaradas deKirin Tor antes de abandonar Lordaeron

Entonces, unos guerreros cocalaveras por cabeza dispararon contrl con arcos muy variopintos, pero su

flechas no lo alcanzaron por mucho. Nestaban acostumbrados a ataques areode tal envergadura. Acto seguido

Korialstrasz vir hacia el norte, paratacar las formaciones que encontrabaen aquel lugar. Primero se arroj epicado al suelo y barri a todos lo

guerreros que pudo; luego lanz unnueva descarga de llamas para acabacon los que an quedaban en pie.

A continuacin percibi algn tip


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de magia en la retaguardia y respondide manera acorde a esa amenaza. Udragn inferior quiz hubiera cad

presa de los taumaturgos del ReExnime, pero Korialstrasz era udragn muy experimentado en esas lides

nmediatamente, localiz la posicin dsus nuevos enemigos y concentr todo sformidable poder mgico en ese punto.

La tierra entr en erupcin con uvasto bosque de hierbas mil veces mgrandes y gruesas de lo normal quatraparon a los taumaturgos como s

fueran tentculos; unos seres exnimede inferior rango que Arthas, quprobablemente eran unos brujo

respetables hasta que los sedujo e


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poder tenebroso del Seor de la PlagaAquellos enormes tentculos rodeaban sus presas no-muertas, las aplastaban

as desmembraban antes de que pudieraconcluir sus traicioneros conjuros.

As derrota la vida a la no-vida

pens Korialstrasz con el rostrsombro. Como consorte del Aspecto da Vida y, por tanto, siervo de esa causa

e repugnaba usar sus poderes para esofines. Sin embargo, la Plaga no le habdejado otra opcin; era la anttesis de lque representaba su mujer y un

amenaza para todos los seres vivos dAzeroth.

De repente, aquel ser hercleo sufri

un dolor insoportable en el pecho


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nici un descenso descontroladrazando espirales en el aire

Korialstrasz profiri un rugido de furia

se maldijo a s mismo por habersdistrado como un joven dragnexperto. Estuvo a punto de estrellars

en pleno corazn del ejrcito de lPlaga, pero logr remontar el vuelo eel ltimo momento. Haciendo un gra

esfuerzo para alcanzar las nubes grisesel ser hercleo se examin el pecho.Una flecha negra tan larga como un

de sus garras se haba insertado entr

sus escamas. Su punta no estaba hechde acero, sino de cierto cristal oscurque vibraba. Haba alcanzado

Korialstrasz en el lugar certero y s


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haba clavado profundamente en aqueespacio tan estrecho. Tal acierto no eruna mera casualidad.

El dolor se apoder de nuevo de lAunque esta vez el dragn rojo estabms preparado para soportarlo, a dura

penas logr evitar perder altura.Korialstrasz tuvo que esforzarse a

mite para poder elevarse un poco ms

Desde all arriba, los restos de la Plagparecan una colonia de hormigas. Eeviatn se sinti satisfecho, ya que, d

momento, estaba a salvo de ms ataque

mgicos. Acto seguido, se dispuso concentrarse para poder deshacerse daquella flecha siniestra.

Un aura carmes envolvi


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Korialstrasz. A continuacin, el dragfocaliz todo su poder en la heridacentrndose en el punto donde estab

clavada la punta de la flecha negrhechizada.

La flecha estall.

No obstante, la sensacin de victorique embarg a Korialstrasz sdesvaneci de inmediato, puesto que un

punzada de dolor lo atraves por enteroSi bien no era un dolor tan intenso coma agona que haba sentido antes, er

bastante fuerte. Explor la zona afectad

en busca de la causa.An quedaban tres diminuto

fragmentos de cristal en la herida. L

brujera empleada para crear esta clas


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de flechas, cuyo fin era combatir enemigos como l no haba otrexplicacin que justificara la existenci

de esa arma, era tan potente quncluso esos escasos restos de cristal lnfligan un dolor agudo.

Los esbirros del Rey Exnime eracada vez ms ingeniosos y astutos.

Korialstrasz formul un conjuro par

expulsar aquellos fragmentos de scuerpo. El esfuerzo lo dej sin alientono obstante, la furia que lo dominabpor lo que acababa de ocurrir le hiz

recuperar las fuerzas con suma rapidez.El dragn rojo rugi una vez ms

se lanz en picado como un misil haci

a retaguardia enemiga. Saba que fuer


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quien fuese el creador de aquel cristanegro se encontraba all abajo.

Esta vez, Korialstrasz arras con s

fuego de dragn toda el rea. Nada nnadie podra escapar de su ira. La Plagba a aprender as que nadie se la pod

ugar a un dragn.Las llamas envolvieron a los no

muertos, quienes dieron tumbos en toda

direcciones hasta desplomarse. En ecentro mismo de aquel ataque, el fuegconsumi a sus enemigos hastreducirlos a cenizas.

Korialstrasz observ el resultadcon satisfaccin. Haba propinado ugolpe fatal a la Plaga con ese asalto

aquello beneficiara en gran medida


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Dalaran y al resto de los defensores.A continuacin, el dragn respir

hondo y prosigui su vuelo sin m

vacilacin hacia la baha hacia ldistante y tentadora Grim Batol.

En la costa este de Kalimdor centrauna figura bastante alta envuelta en un

capa se adentr en silencio en lhorrenda ciudad de Trinquete, uasentamiento que tiempo atrs habafundado unos contrabandistas que ahor

estaba habitado no slo por gente de esnauseabunda calaa, sino tambin ponumerosos proscritos de divers

procedencia. El recin llegado llevab


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una capucha que ocultaba su rostro y unvoluminosa capa que tapabcompletamente el atuendo que vest

debajo; de hecho, era tan larga que lba arrastrando por el suelo. Si bien e

muchos lugares este hecho habr

lamado la atencin de todo el mundoen Trinquete era una estampa bastanthabitual.

Eso, claro est, no quera decir quotros ojos (de goblins, de humanos o dotro tipo) no lo observaran atentamentesino que lo hacan de maner

clandestina. Algunos de los moradorede los edificios de piedra destartaladoen ruinas y de las chabolas de mader

desvencijadas escrutaban siempre co


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detenimiento a los recin llegados con efin de decidir si podran obtener algprovecho de ellos, mientras que otro

evaluaban si eran una potenciaamenaza. Muchos de los individuos siafeitar ni asear que pululaban por all s

haban refugiado en aquel lugar porquotros deseaban su muerte; por tantoestaban ms que dispuestos a matar

cualquier presunto asesino por si acasoEl hecho de que pudieran equivocarse aniquilar a un inocente lo tenan asumiddesde haca mucho tiempo.

La silueta embozada camin poTrinquete arrastrando los pies, giranda cabeza oculta por una capucha par

escudriar la penumbra cada vez m


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ntensa hasta que por fin se detuvo antuna placa herrumbrosa colocada en lfachada de lo que en otro tiempo hab

sido una posada de buena reputacinAn se poda leer en ella, escrito counas letras desvadas, el funesto nombr

del establecimientoLa Quilla Rota.Con gran fluidez, el forastero s

dirigi hacia la posada con pas

elegante. Apoyado en la pared junto una puerta astillada haba un hombrcubierto de cicatrices y desgarbado, qulevaba botas de cuero y un atuendo d

marinero mecido por el viento. Observa la figura que se acercaba y al rato smarch de all sigilosamente. E

forastero gir su rostro encapuchado l


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usto para contemplar cmo se alejabaquel individuo, y, a continuacin, svolvi una vez ms hacia la posada.

A pesar de que la manga mecida poel viento se acerc a la manilla, los quse hallaban cerca pudieron percibir qu

ni siquiera lleg a tocarla. Aun as, lpuerta se abri de par en par.

Dentro, el goblin propietario de

ocal y tres clientes observarodetenidamente al intruso, quien, con sums de dos metros de altura, era upalmo ms alto que el ms grande d

ellos. El atuendo de aquellos hombres os sables que portaban a la cintura lo

sealaban como los protagonistas d

ciertas historias que el recin llegad


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haba escuchado. Eran BucaneroVelasangre. No obstante, aquella figurgnor el inters que parecan mostra

por l, ya que slo le importaba uncosa.

Uno busca un medio de transport

para cruzar el mar asever aquellsilueta encapuchada.

Por primera vez, los cuatro hombre

mostraron cierta sorpresa; el tono de vode aquel ser no era propio ni de uhombre ni de una mujer.

El propietario fue el primero e

recuperarse del impacto. Aquel goblibajito, verde y un poco barrigudesboz una amplia sonrisa, que revel

unos dientes amarillos. Se alej uno


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pasos de la barra y, a pesar de sebastante orondo, se encaram con sumfacilidad a un banco o taburete par

poder observar lo que suceda al otrado de la barra. Repuso con sorna:

As que quieres un barco, eh

Pues aqu no hay muchos! Aqu quizencuentres comida y cerveza, pero nohemos quedado sin barcas, je!

Mientras hablaba, se le hinch eestmago y su chaleco de motas verdes doradas se tens an ms; asimismo, sripa rebos por encima del cintur

ancho provisto de una hebilla metlicque sostena sus desgastados pantalones

No es verdad, chicos? aadi e

goblin.


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Se escucharon un par de ses uno de los tres individuos que estababebiendo, de mirada penetrante, asinti

entamente con la cabeza. Ningmiembro de aquella banda de bucanerohaba apartado la mirada en ning

momento del recin llegado envuelto euna capa, quien no pareca sentirsnquieto por la situacin, ni mostrab

emocin alguna.Uno no es de por aqu, es evidentreplic aquella figura con un tono dvoz imposible de identificar. Aunque

normalmente, en un lugar donde se sirvcomida y se procura cobijo, tambin ssabe dnde puede uno hallar un medi

de transporte


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Tienes oro para pagar ese medide transporte, mi amigo de voahogada?

La capucha pareci asentir por ssola, y la manga que haba abierto lpuerta se extendi hacia delante. Pero d

ah no surgi una mano, sino una bolsitgris que tintineaba y penda de docordones de cuero que se perdan en e

nterior de la manga.Uno puede pagar.Era obvio que aquella bolsa le

nteresaba. No obstante, al forastero n

pareci afectarle tal inters. Entonces, epropietario del local se acarici lbarbilla puntiaguda y mascull:

Uff! El viejo Vertipeluca, e


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maestro de muelles, quiz est tan loccomo para llevarlo hasta el otro lado demar. Al menos, es dueo de varia

barcas.Dnde lo puede encontrar uno?En el maldito muelle, po

supuesto! El viejo Vertipeluca vive ahEn cuanto salgas por la puerta, gira a lzquierda y rodea el edificio. Lueg

endrs que caminar un poco. Enseguidvers los muelles del puerto. No haprdida. Es un sitio donde hay muchagua, je.

La capucha se inclin hacia delante.Uno le da las gracias.Dile que te enva Wiley mascull

el propietario del local. Feli


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ravesaEl forastero sali de all tra

haberse dado la vuelta con u

movimiento gil y elegante. Mientras lpuerta se cerraba tras l, observ eorno y luego tom la direccin que e

posadero le haba indicado. El cielhaba oscurecido y, aunque era mupoco probable que el maestro d

muelles quisiera partir aquella nocheeso no importaba.Algunas siluetas corrieron

esconderse en los edificios m

cercanos y otras salieron disparadas dellos a su paso. El forastero no leprest ninguna atencin. Mientras n

nterfirieran en su misin, no eran de s


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ncumbencia.Un mar oscuro surgi ante l d

repente. Por primera vez, la figur

encapuchada titube.No queda ms remedio, concluy

ebemos probar una estrategia tra

otraA pesar de que haba barcos bastant

grandes anclados en las cercanas

ninguno era lo que el forastero buscabauna barquita que pudiera manejar usolo marinero. Tres barcas castigadapor el paso de los aos, cuyo

excelentes acabados eran un merrecuerdo desde haca largo tiempo, perperfectamente aprovechables se meca

en el borde el agua. Con toda segurida


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flotaban, pero poco ms caba esperade ellas. A su derecha, los primeromuelles se extendan hasta perderse e

as aguas negras. Asimismo, variocajones de madera aguardaban a secargados en algn navo que, por l

visto, todava no haba llegado a puertoEntonces divis a alguien mayor daspecto rudo (que podra haber sido e

hermano, el padre o el primo de Wiley)que estaba sentado sobre una cajmientras sus manos nudosamanipulaban un sedal. En cuanto e

recin llegado se le acerc, el goblialz la mirada.

Hum? inquiri sorprendido

para aadir a continuacin. Ya est


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cerrado por esta noche. Vuelvmaana

Si eres Vertipeluca, el maestro d

muelles, has de saber que uno busca umedio de transporte para cruzar el maahora, no maana.

Entonces, una bolsa repleta dmonedas asom por la amplia manga.

Ya veo, ya replic el goblin a

mismo tiempo que acariciaba eprominente mentn.Visto de cerca, el anciano gobli

estaba ms delgado y en mejor form

que Wiley. Sus ropas, una camismorada y unos pantalones rojos qucontrastaban con su piel verdosa

parecan de mejor calidad. Y sus botas


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anchas debido a que los goblins tieneos pies muy grandes, tambin estaba

mucho mejor conservadas.

Eres Vertipeluca? insisti eforastero.

Claro que lo soy, necio

exclam el goblin sonriendomostrando as que, a pesar de la edadsegua manteniendo afilados casi todo

sus dientes amarillos. Pero en lo que alquilar una barca respecta, has de sabeque hay otros barcos que podralevarte a tu destino. Adnde t

diriges?Uno debe ir a al puerto d

Menethil.

Vas a visitar a los enanos, eh


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mascull Vertipeluca sin mostrarse eabsoluto sorprendido por el tono de vode aquel forastero. Pues te asegur

que ninguno de estos barcos viajar ese lugar! Uff

De repente, el goblin se enderez.

Quiz t tampoco acabes yendo ese sitio

Sus ojos rasgados, negros

coralinos, ms propios de un reptil, sclavaron en un punto situado detrs dsu posible cliente, que se volvi parobservar hacia dnde estaba mirando.

No le sorprendi verlos ah. Lestratagema de la emboscada era muvieja y conocida, incluso en el lugar d

donde proceda el forastero. Lo


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maleantes eran maleantes en todas partesiempre empleaban las mismas maas

puesto que su efectividad estaba m

que contrastada.Vertipeluca sac de detrs de la caj

sobre la que estaba sentado un trozo d

madera bastante largo rematado por uclavo; la punta sobresala unos quinccentmetros. El maestro de muelle

manejaba el madero con una soltura qundicaba que tena mucha prctica col; no obstante, no se incorpor contencin de ayudar a la figur

encapuchada.Como pisis mi muelle, o

reventar la cabeza hasta que qued

reducida a picadillo advirti a lo


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bucaneros.No tenemos nada contra ti

Vertipeluca mascull uno de lo

ntegrantes del tro; el que en la posadse haba mostrado ms interesado en erecin llegado. Slo tenemos un asunt

pendiente con nuestro amigoEl forastero se gir lentamente hast

hallarse cara a cara con los bucaneros

entretanto, ech hacia atrs la capuchpara que quienes tena delante pudieraver el rostro que sta ocultaba. Unarga melena azul cobalto le cubra e

semblante y los hombros; adems, docuernos orgullosos sobresalan dambas sienes

Los tres parroquianos dieron un pas


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atrs con los ojos abiertos como platosSi bien la inquietud pareci aduearsde dos de ellos, el que pareca el lder

un individuo cubierto de cicatrices quesgrima un cuchillo provisto con unhoja curvada de casi treinta centmetros

sonri.Vaya, vaya Eres una hembra mu

bonita aunque no s a qu raz

perteneces. Entrganos esa bolsamuchachita!Lo que contiene esta bolsa no o

raer nada bueno les advirti mientra

dejaba sin efecto el conjuro que habocultado su verdadera y casi musicavoz y le haba hecho hablar de esa form

an peculiar. El dinero es efmero y u


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vicio.Nos gustan los vicios, verdad

colegas? replic el lder.

Sus compaeros expresaron sacuerdo con un gruido; la avaricihaba superado a la estupefaccin qu

haban sentido hasta entonces adescubrir la verdadera naturaleza deser que tenan delante.

Acabemos con esto antes de quos gendarmes se enteren de lo quocurre urgi uno de los piratas.

No rondarn por aqu en un bue

rato gru el primero de ellos. Pero cierto es que no me apetece tener qu

sobornarlos con lo que saquemos de es

bolsa, eh?


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De inmediato, rodearon a su vctimaNo obstante, la mujer consider qu

deba darles otra oportunidad.

No deberais hacer esto. La vidiene un valor incalculable. Recurrir a l

violencia es absurdo. Tengamos la fiest

en pazAl or esas palabras, uno de lo

bucaneros subalternos, el flacucho

calvo, titube.Tal vez tenga razn, Dargo. Poqu no la dejamos en paz?

Al instante, recibi un sopapo en l

mandbula propinado con el dorso de lmano por su lder, a quien Dargo mircon odio.

Pero, a ti qu te pasa, hijo de un


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vaca marina?El otro maleante parpade

asombrado.

No lo s acert a decir y, continuacin, mir estupefacto a aquellmujer tan alta. Me ha hecho algo!

Acto seguido, Dargo se volvi haciella apretando los dientes con fuerza.

Maldita maga! ste ha sido t

ltimo truco!Tales no son mis menesteresapostill, pero ni Dargo ni sus amigoa estaban escuchando.

Los bucaneros se abalanzaron sobrella, con la esperanza de que sreaccionaban con rapidez, la foraster

no podra lanzarles ms hechizos. E


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sentido comn dictaba que lo mejor qupodan hacer era alejarse de ella, perestaba claro que entre aquello

maleantes el sentido comn nabundaba.

Una mano de color azul clar

cubierta parcialmente por bandametlicas cobrizas asom por lmanga izquierda de la hechicera, quie

musit una plegaria por sus enemigos esu glorioso idioma nativo, que hacmucho tiempo que no escuchaba hablar ningn otro ser vivo.

El lder actu de nuevo de manerpredecible: intent clavarle el pual eel pecho.

La mujer esquiv con facilidad e


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orpe ataque sin desplazarse siquiera dsu sitio. Mientras el bucanero caa hacidelante, le toc el brazo levemente y s

aprovech de su impulso para hacer quse estrellara contra la dura madera demuelle ms cercano.

Al mismo tiempo que impactabcontra el suelo, su compaero mdelgado desenvain su sable y, a

nstante, le hizo un corte a la hechiceren el brazo que tena estirado. Lforastera lo apart con elegancia y, actseguido, le propin a su atacante un

patada en la boca del estmago con algque no era un pie sino, ms bien, unarga y dura pezua hendida.

El segundo pirata sali despedid


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hacia atrs cual misil, como si lhubiera embestido un tauren, y fue chocar contra el tercer maleante, u

pirata corpulento con la nariz torcidaAmbos chocaron con fuerza y cayeron asuelo conformando un amasijo de brazo

piernas.Entonces, la draenei se gir; la nic

seal externa que revelaba su estado d

nimo era la agitacin constante de lodos tentculos que brotaban de la partde atrs de sus orejas y enmarcaban sudelicados pero hermosos rasgos. E

cuanto Dargo intent atacarla de nuevoa forastera le cogi la mueca con un

sola mano y utiliz el impulso del pirat

en su contra.


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El bucanero profiri un aullido ecuanto se le sali el hombro. Como sta iba a estrellarse contra el suelo, no l

result difcil desviarlo un poco parque cayera de cara a sus pies.

Vertipeluca, que segua sentad

sobre la caja, estall en carcajadas.Ja! Las mujeres draenei son dura

de pelar, eh? Duras y preciosas, s

seor!La mujer observ detenidamente agoblin y no percibi maldad en sucomentarios. No le sorprenda qu

Vertipeluca hubiera visto u odo hablade su raza en el pasado debido a srabajo. Adems, en ese momento

pareca sentir por ella una curiosida


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sincera y no poda negar que lo habentretenido mucho, pero nada ms.

El maestro de muelles hab

mantenido una postura neutral durante lconfrontacin; una opcin comprensibleaunque ella no la aprobara. Por otr

ado, la draenei habra preferidmantener su misin en secreto, ya que sencontraba en un lugar donde no deber

estar alguien de su raza.Pero haba prestado un juramentque deba cumplir.

Se inclin hacia Dargo y le susurr:

No tienes ningn hueso roto.No obstante, el acongojado maleant

no pareci apreciar el gesto. En verdad

a mujer haba hecho todo lo posibl


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para evitar hacerles dao a pesar de smpresentable comportamiento. Po

desgracia, aquel tro haba provocad

que tuviera que reaccionar coagresividad.

Pero ahora se mostraban m

receptivos a sus consejos tras lexhibicin de podero que acababan dpresenciar. Entonces, con voz tranquila

a draenei dijo:Ser mejor que os marchis y oolvidis de este incidente.

Sus palabras se vean refrendada

por las habilidades de combate quacababa de demostrar. Dargo y sucompaeros se pusieron en pi

orpemente y echaron a correr como s


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fueran unos sabuesos con la cola elamas; tanta prisa tenan que se dejaroas armas en el muelle.

La mujer se gir hacia Vertipeluca el goblin asinti.

Esa tnica me impide ver lo qu

hay abajo, pero yo dira que eres unsacerdotisa

S, tales son mis menesteres.

Vertipeluca esboz una amplisonrisa.Me da igual que el cliente se

sacerdote, mago, monstruo o human

mientras pague. Bueno, puedes subir ese bote rojo le indic con un dedorcido. Es una buena barca, si tiene

dinero para pagarla.


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Lo tengo asegur mientras de laprofundidades de su manga smaterializaba una bolsa. Espero qu

esa barca est en condiciones dnavegar.

S, lo est pero yo no ir

bordo. Si queras una tripulacinendras que haberte conformado con esro de impresentables, je!

La forastera se encogi de hombros.Slo necesito una nave que cumplsu cometido. Viajar sola, si eso es lque el destino me tiene reservado.

La draenei le lanz la bolsa, Vertipeluca la abri de inmediato. Egoblin la volte y extrajo todas la

monedas; acto seguido, abri mucho lo


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ojos en seal de satisfaccin.Con esto bastar asever

esgrimiendo una sonrisa todava m

amplia.Sin pronunciar ni una palabra ms

a sacerdotisa se encamin hacia l

barca que le haba indicado. El colorojo haba dado paso al verde debido as capas de algas que se haba

adherido al casco y la madera estabbastante castigada; no obstante, npercibi ninguna tara importante en egrueso casco. Un solo y robusto msti

con una vela, que era tanto vela mayocomo una vela de trinquete, era el nicmedio de propulsin de aquell

balandra de quince metros de eslora. A


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subir a bordo encontr, sujetos por doganchos, dos remos de emergencia en uestado deplorable.

Vertipeluca esperaba que le pidierprovisiones, pero una impaciencia poccaracterstica comenzaba a dominar a l

draenei y no quera perder ms tiempregateando por algo que no crea qufuera a necesitar. Bastante tiempo hab

perdido ya al haber malgastado semanasiguiendo un rastro falso. Bajo su caphaba vveres ms que suficientes para travesa.

El maestro de muelles volvi carcajearse y la draenei, que en esomomentos le daba la espalda, saba qu

se estaba preguntando qu iba a hacer


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continuacin. No caba duda de quepara Vertipeluca, aquella forastera erun buen entretenimiento para pasar l

noche.La mujer se pregunt si el goblin s

sentira decepcionado en cuanto vier

que lo que pretenda hacer no era nadextraordinario. La sacerdotisa alarguna mano y comenz a manejar lo

aparejos y la vela con la soltura propide un marinero; aunque, en realidad, egoblin lo ignoraba todo de ese mar.

Cuando concluy esa tarea, l

draenei abandon la barca de un saltoEvalu el peso de la nave, y actseguido se puso a empujarla.

Vertipeluca profiri un suspiro d


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sorpresa. Para arrastrar aquel bote hastel mar se habran necesitado trehombres fornidos. Por fortuna, l

sacerdotisa no recurri a la fuerza brutasino a la inteligencia y la habilidad, gracias a ella dio con el punto d

equilibrio exacto donde deba empujar.La barca se desliz en silencio po

el agua. Despus, la draenei subi

bordo de un salto, dando gracias quienes la haban adiestrado.El mar no es mucho ms segur

que la tierra firme. Recurdalo! grit

el goblin jovialmente, y tras soltar otrcarcajada aadi: Buen viaje!

No necesitaba que el maestro d

muelles le advirtiera del peligro. L


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sacerdotisa se haba enfrentado mveces de las que hubiera querido a lainieblas que pretendan dominar e

mundo. Ms de una vez, haban estado punto de matarla pero, por la gracia dos naaru, haba sobrevivido par

continuar su bsqueda.Pero mientras Trinquete, al igual qu

odo Kalimdor, menguaban rpidament

ante la oscuridad y el mar que rodeabal navo, la draenei tuvo epresentimiento de que, hasta ahora, shaba topado con peligros poc

mportantes. Ahora que la sacerdotissaba que estaba siguiendo el rastrcorrecto, tambin era consciente de qu

arde o temprano aqullos a los qu


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persegua se daran cuenta de que ella sacercaba.

Se percataran de ello y haran tod

o posible por matarla.Que as sea se dijo. Al fin y a

cabo, haba aceptado esa misi

voluntariamente, pues se era su deseo.A pesar de que todos los que l

conocan pensaban que estaba loca d

atar


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CAPTULO

TRES


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No estn! exclam el elfo dsangre con vehemencia. N

estn!La mujer vestida de negro lo mirfijamente a travs del velo. Aunque eelfo era unos cinco centmetros ms alt

que ella, daba la impresin de que era quien tena que alzar la cabeza parmirarla y no al revs.

Tambin fue l quien tuvo qucontener su ira al enfrentarse a lespantosa mirada de aquella mujer.

Recalcas lo obvio, Zendarin, com


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o es el hecho de que no tendremos qupreocuparnos ms por ellos. Su destinest trazado; lo sabes perfectamente.

Pero tenamos tanto que aprenderanto que explorar con su desarrolloHabramos sido testigos de una magi

como nadie ha visto jams!La avaricia centelleaba en los ojo

de Zendarin cuando hablaba de magia

eso provoc que su compaera sonriercon desdn.No es ms que un lev

contratiempo, elfo de sangre acarici

con suavidad el velo que cubra el ladquemado de su cara. Esta nimiedad nmpedir que, al final, logre mi objetivo

El elfo hizo una reverencia ante s


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sabidura y tenebrosa gloria, pero satrevi a aadir:

Querr decir que al fina

ogremos nuestro objetivo, mi seora.S

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Dia Del Dragon - Richard a. Knaak