Desórdenes afectivos, crisis de identidad e ideación suicida en adolescentes

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    International Journal of Psychology and Psychological Therapy 2011, 11, 1, pp. 33-56

    Desrdenes afectivos, crisis de identidad e ideacin suicida

    en adolescentes

    Mara de la Villa Moral Jimnez*1 y Carlos Sirvent Ruiz2

    1Universidad de Oviedo, Espaa 2Fundacin Spiral, Espaa

    * La correspondencia relacionada con este artculo debe ser dirigida a la primera autora: Facultad de Psicologa, Plazade Feijo, s/n, despacho 211, 33003 Oviedo. Email: [email protected]

    AbstrAct

    Affective disorders, crisis of identity and suicidal thoughts in teenagers. In this study weapply the Sturm und Drang (Storm and Stress) construct for make reference to the stereo-typed idea of emotional and affective crisis in adolescents. We have analysed behaviouraldisarrangement, depressive and anxious disorders, somatic complaints, relations problems,aggressive behaviour, attention searches and thought problems in adolescents schooling in aHigh School of the Principado de Asturias (Espaa). We obtains answer trends that denotes

    stability, scarce anxious disorders manifestations, personal confusions in the search of self-concept, an adequate valuation of the interpersonal contacts, scarce aggressive or threateningbehaviours, and trivial mental disorders manifestation and others problematic behaviors.Signicant differences have been situated depending on such indicators as the level of age,the general autoconcept, the relation with the equal ones and the degree of institutionaldissatisfaction with more vulnerability to manifestations of externalized pathology. Likewise,there have been evaluated factors that inuence the suicidal thought and the processes ofconfusion of identity. We conclude that adolescence can shows an accommodated crisis (bychanges meaning), more that a period of successive and incontrollable emotional tumults.Key words: adolescence, sturm und drang, affective disarrangements, identity, suicidal thoughts.

    resumen

    En este estudio se aplica el constructo Sturm und Drang (tormenta e impulso) para hacerreferencia a la idea estereotipada de crisis emocionales y afectivas en adolescentes. Sehan analizado desajustes comportamentales, trastornos depresivos y ansigenos, quejassomticas, problemas de relacin, conducta agresiva, bsquedas de atencin y problemasde pensamiento en estudiantes de Secundaria del Principado de Asturias (Espaa). Se hanobtenido tendencias de respuesta denotativas de estabilidad, escasas manifestaciones decuadros ansigenos, confusiones personales en la bsqueda de s mismo, una adecuadavaloracin de los contactos interpersonales, escasas conductas agresivas o amenazantes yleve manifestacin de desajustes mentales y otras conductas problema. Se han hallado dife-rencias signicativas en funcin de indicadores tales como el nivel de edad, el autoconceptogeneral, la relacin con los iguales y el grado de insatisfaccin institucional con mayorvulnerabilidad a manifestaciones de patologa externalizada. Asimismo, se han evaluado

    factores que inuyen en la ideacin suicida y en los procesos de confusin de identidad.En su conjunto, se concluye que la adolescencia tiende a representar una sucesin de crisis(en la acepcin de cambios) adaptativas, ms que un perodo de sucesivos e incontrolablestumultos emocionales.Palabras clave: adolescencia, sturm und drang, desajustes afectivos, identidad, ideacinsuicida.

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    Vivimos tiempos niseculares de cambios en los rdenes personales, sociales ymacroestructurales, de los que se derivan consecuencias sobre la esfera socioafectivay sobre las representaciones colectivas acerca de la emotividad soliviantada de losadolescentes contemporneos. A nivel global, se suceden renovadas condiciones dedesregulacin y transformaciones varias (Biersteker, 2000; Giddens, 2000; Gray, 2000;Held, 1999; MacGrew y Held, 2007; Ritzer, 2006), como signos patognomnicos de lacalicada por Beck (1999) como sociedad del riesgo, a la que se le achacan relacionesconictuadas en el plano socioafectivo. Se asiste al desencanto de la modernidad y aotras crisis colectivas (Magris, 2001) que inuyen sobre el estatuto psicosociolgicode las identidades y vnculos contemporneos ya que, como puntualiz Myers (2000,2004), tales desrdenes macroestructurales afectan a las crisis de identidad del adoles-cente occidental contemporneo.

    La juventud como estado psicosociolgico transitorio ha dejado de ser un parn-tesis que se completa con la insercin sociolaboral y la independencia a otros niveles

    para convertirse en un estado ralentizado que conforma una realidad propia en la que lapostescolarizacin, la situacin de moratoria psicosocial, los sucesivos ensayos de inser-cin laboral frustrados o el esparcimiento como conducta distractora, son sus principalessignos y sntomas, de ah que se dena esta situacin de los (post)adolescentes comode cautividad en la adolescencia (Castillo, 1997, 1999; Moral y Ovejero, 1999, 2004).A consecuencia de su moratoria psicosocial en condiciones postmodernas se derivanconsecuencias sobre su estabilidad socioafectiva y su vinculacin al grupo de igualesy a otras redes de apoyo social (Moral, 2008, 2010; Roales-Nieto, 2009; Roales-Nietoy Segura, 2010; Moral, 2008, 2010), as como efectos psicosociales y sobre su saludmental provocados por la ralentizacin de su proceso de plena insercin sociolaboral(lvaro, 2001; Blanch, 2001; Garca Sedeo, Barbero, vila y Garca Tejera, 2003;

    Marn, Garrido, Troyano y Bueno, 2002; Moral, 2007; Moral y Ovejero, 1999). Eneste sentido, se ha conrmado que la ausencia de trabajo y las escasas posibilidadesde lograrlo tiene consecuencias psicolgicas para los jvenes, tales como un estadoansigeno o de frustracin motivada por el permanente estado de transitoriedad, entreotras consecuencias de ndole psicosocial (Almarcha, Cristbal y Castro, 2005; lvaro,2001; Del Pozo, Ruiz, Pardo y San Martn, 2002). A este respecto, Martnez-Otero(1999) asever que la incertidumbre ante el futuro y las inseguridades del adolescentecontemporneo, asociadas al proceso recurrente de bsqueda y redenicin de su iden -tidad, puede mermar su salud mental.

    En la esfera psicosociolgica del adolescente se suceden e interrelacionan esta-dos de emocin exacerbada y de apata, de conformidad simulada y de apoyo grupal,

    de sobreactivacin y de ociosidad, de cambio y permanencia, en suma. De acuerdocon este planteamiento ha de quedar sucientemente explicitada la concepcin de laadolescencia sostenida en este estudio como fenmeno no slo biopsiosocial sino psi-cosocial y sociocultural, de modo que en estas condiciones entrpicas de la sociedadcontempornea, las crisis de la adolescencia y de la propia sociedad y sus coordenadasdenitorias se retroalimentan. De este modo, en sentido gurado, a la sociedad contem-pornea se le aplica el calicativo de sociedad adolescente en crisis (Moral y Ovejero,2004), de manera que ms que hablar de ese perodo individual, tpicamente adscrito a

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    los adolescentes, tambin se aplicara por extensin el constructo de Sturm und Drang(tormenta y tensin; tempestad e mpetu) a diversas crisis afectivas y psicosociales enel plano relacional.

    Baste recordar que, segn lo expuesto por Muuss (1966) parece que se debe aStanley Hall la adopcin de los trminos Sturm und Drang de la literatura alemana,entre otros de Goethe y Schiller a nales del siglo XVIII. Se consideraban los impulsosantitticos de entusiasmo prometeico por un lado (energa, exaltacin, euforia, etc.) y, almismo tiempo, se alternaba con un profundo Weltschmerz (melancola wertheriana) comocaracterstico del perodo adolescente. Por otra parte, el mencionado autor tambin recoge,entre otros, la opinin de Hollingworth (1928), quien conceba el desarrollo psicolgicoy social de los adolescentes como un proceso gradual y continuo, en abierta oposicinal mito folklrico de la idea de tormentas y tensiones (Muuss, 1966). Precisamente,por ser la adolescencia una etapa de tempestad e mpetu, el generalizar y aplicar elcalicativo de perodo de crisis es exagerado por lo que sera ms exacto hablar de las

    crisis que aparecen durante el perodo de adolescencia. Los cambios fsicos propios dela pubertad no son sucientes para explicar el supuesto tumulto adolescente, de modoque se ha demostrado que la crisis adolescente no coincide con el perodo de msrpido cambio fsico sino que tiende a aparecer al cabo de unos aos, siendo eminente-mente psicosocial (Garaigordobil, Prez y Mozaz, 2008; Jeamment, 2009; Moral, 2006,2010a; Rodrigo, Maquez, Mendoza, Rubio, Martnez y Martn, 2004; Snchez-Bernardos,Quiroga, Bragado y Martn, 2004). En realidad, la crisis no es slo somtico-sexual,sino fundamentalmente psquico-social (Arbelo, Hernndez y Arbelo, 1985, p. 25). Enla pubertad suelen presentarse tres crisis hacia afuera que redundan en la conquista de lamadurez biolgica: la de crecimiento fsico, la afectiva como inconformidad permanentecon los adultos y consigo mismo y la crisis de la sexualidad, stas se reformulan bajo

    la apariencia de crisis introspectivas de autoarmacin e independencia del yo y crisisde valores en el terreno cognitivo y psicosocial en la adolescencia media, resultandoexcepcional la manifestacin de crisis agudas relacionadas con depresiones y problemasmentales, tal y como se evidencia en el anlisis de Castillo (1999). Y, si bien en lasociedad occidental la adolescencia tarda habra de presuponer la salida de la crisis,se tiende a un estancamiento en su proceso de insercin que, aunque no traumtico,puede ser exponente de la dramaturgia de la moratoria psicosocial (Moral y Ovejero,2004). De ah, y de otras muchas puntualizaciones coadyuvantes, se impone la necesi-dad de considerar la adolescencia como un fenmemo psicosociolgico con profundaraigambre sociocultural.

    En la literatura sobre el tema se exponen visiones contrapuestas respecto a la

    veracidad y consistencia de la extendida conceptuacin de la adolescencia como tiempode conictos. El postadolescente, que ya es un adulto somtica y psicolgicamente, seencuentra ubicado en unas condiciones sociales que no van acordes con este desarrolloen otras reas. Coleman (1993) expuso que la adolescencia en el plano social representaun perodo enormemente conictivo e incluso concibi como apropiada la idea de con -siderarla como un perodo turbulento, mxime hoy da, momento en el que el adolescentese enfrenta a un mundo cambiante. A este respecto, se podra apuntar la existencia dedos posicionamientos bsicos: para unos, la adolescencia es un perodo de transicin,

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    inestabilidad, inmadurez, problemas de adaptacin, falta de seguridad, idealismo, etc.(Bayard y Bayard, 1998; Rechea, Barberet, Montas y Arroyo, 1995; Vallejo-Ngera,1997). Para otros, la mayora de los jvenes son personas normales y responsables, demodo que es injusto conceptualizar las subculturas juveniles en funcin de semejanteestereotipo o del comportamiento incoherente de algunos jvenes (Casas, 2000; Castillo,1999; Moral y Ovejero, 2004). Semejante nfasis en la proclividad de la aparicin defenmenos psicopatolgicos en este perodo vital ha cedido paso a nuevas concepcionesque ponen el nfasis en la optimizacin de los recursos afectivos y emocionales de losadolescentes (Gonzlez, Donolo y Rinaudo, 2009). Actualmente, se conviene en calicarcomo mito la consideracin de la adolescencia como supuesto perodo tempestuoso, demodo que podra hablarse de una profeca autocumplidora, dadas las indebidas gen-eralizaciones en la percepcin social y el persistente sensacionalismo meditico. Talescrisis han de ser interpretadas como forma de trnsito de una situacin de equilibrio aotra, como construccin de un nuevo equilibrio -el equilibrio positivo de la condicin

    adulta- y no una mera restauracin del equilibrio perdido o equilibrio negativo pro-pio de la condicin social infantil. A pesar de la aceptacin comn de que durante laadolescencia tiene lugar una crisis de identidad personal acompaada de sentimientosde estrs, ansiedad, frustracin, conicto, etc., y de que, por tanto, el desarrollo de laidentidad personal no siempre avanza sin tropiezos (Herbert, 1988), se ha de poner entela de juicio la idea de una crisis de identidad generalizada y generalizable a todos losadolescentes. Las misticadas crisis de la adolescencia no responden necesariamente ala visin estereotipada de la adolescencia vinculada a la idea de riesgo, no concebidacomo un problema, sino como una oportunidad para el desarrollo y el crecimientopersonal, en los trminos expuestos por Oliva (2004). Asimismo, la juventud ha deser concebida como condicin dinmica y como una condicin social heterognea, es

    decir, un modo de transicin social idiosincrsico y producto singularizado de diversastipologas y subculturas juveniles. En suma, ms que engrosar acrticamente la concep-tualizacin de un perodo misticado de tensin por excelencia, ha de convenirse en laacepcin de crisis como cambio, manifestndose desajustes en la conformacin de laidentidad en los adolescentes contemporneos que tienden a resolverse adaptativamente.Se constata que la deteccin y diagnstico de trastornos afectivos en la adolescenciase ha visto dicultado por los estereotipos referentes al Sturm und Drang aludidos conanterioridad. Por ejemplo, en el caso de la enfermedad maniacodepresiva bipolar esfrecuente que se malinterpreten los episodios de mana o depresin. Es ms, todavapersiste la creencia de que el comportamiento aberrante, extravagante y alocado formaparte de la confusin adolescente o que la depresin es reactiva a una de las muchas

    vicisitudes de la adolescencia (Carlson, 1985, p. 71). A este respecto, las implicacionespsicosociales de la aseveracin de Erikson (1980) respecto a la llamada patologa de lavida diaria son importantes, pues, el autor arm que cualquier perturbacin es normalen la adolescencia, de lo cual se deduce que otorg un considerable peso al punto devista convencional del literario torbellino adolescente. Sin embargo, el estereotipo gen-eralizado errneamente sobre las crisis de emotividad soliviantada de los adolescentesno halla reejo en los porcentajes de trastornos psiquitricos que se mantienen en unnivel similar al de otros estados, tal como se describe en proyectos europeos sobre

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    epidemiologa de los trastornos mentales enmarcados dentro de iniciativa de la O.M.S.(vase Haro et al., 2003; Kessler et al., 2003), aunque es posible que se modiquesu naturaleza (Abella y Manzano, 2007; Moreno, Rivera, Ramos, Muoz, Snchez, yGranado, 2008; Muoz, Prez, Snchez. y Moreno, 2005). En la literatura especializadasobre el tema se recogen estudios sobre trastornos afectivos en la infancia y adoles-cencia con referencias en el entorno anglosajn (Angold, 1987; Birmaher, Ryan y Wil-liamson, 1996; Birmaher, Ryan, Williamson, Brent, Kaufman et al., 1996; Cantwell yCarlson, 1985; Cantwell, Lewinsohn, Rohde y Seeley, 1997; Carlson y Strober, 1985;Harrington, 1992) u otras ms actuales con adolescentes espaoles (Balanza, Moralesy Guerrero, 2009; Bragado, Bersab y Carrasco, 1999; Gonzlez et al., 2003; Moral,2006; Polaino-Lorente, 1998, 2004; Royo, 2002), as como trastornos de personalidad(Palacio, 2007), creencias obsesivas (Fonseca, Lemos, Paino, Villazn, Sierra y Muiz,2009) u otros trastornos de ansiedad generalizada y de ansiedad por separacin en niosy adolescentes, proponindose ecaces terapias cognitivo-conductuales (Barret, 2000;

    Mendlowitz, Manassis, Bradley, Scapillato, Miezitis y Shaw, 1999; Orgils, Mndez,Alczar e Ingls, 2003). Asimismo, en una sociedad calicada por Sabrovsky (1996)como sociedad del desnimo la desesperanza individual se asocia a la vulnerabilidadcognitiva al estrs (Amutio y Smith, 2008; Calvete, Villardn, Estvez y Espina, 2007)y est comprobada la relacin entre la percepcin de salud y el cansancio emocional(Gonzlez, Landero y Tapia, 2007) y los propios acontecimientos vitales estresantesdurante la adolescencia (Jimnez, Menndez e Hidalgo, 2008).

    El grupo de edad que se considera de ms alto riesgo en relacin a la soledades la adolescencia (Expsito y Moya, 2000; Tapia, Fioretino y Correch, 2003). Enrelacin a esta cuestin Pretty, Andrewes y Collett (1994) armaron que la soledad fuedescrita en la adolescencia vinculada con el fracaso en la satisfaccin de necesidades

    de relacin con pares y relaciones ntimas. Por otra parte, se constata que en Europala mayor parte de tentativas de suicidio se dan en adolescentes y jvenes adultos(Blumenthal, y Kumpher, 1990; Diekstra, 1993; Hagedorn y Omar, 2002). La actitudfavorable hacia el suicidio correlaciona positivamente tanto con la ideacin como conla tentativa suicida siendo un factor de alto valor predictivo del comportamiento sui-cida en los adolescentes y jvenes (Gonzlez, Ramos, Caballero y Wagner, 2003; Ruiz,Riquelme y Buenda, 2000, 2001; Ruiz, Navarro-Ruiz, Torrente y Rodrguez, 2005). Aeste respecto, en el anlisis de Villardn (1993) acerca de las conductas de suicidio delos adolescentes espaoles contemporneos, adems de los factores predisponentes delindividuo, hay que considerar las caractersticas propias de la sociedad en las que estninmersos, de modo que valores sociales tales como la competitividad pueden dicultar

    los contactos sociales satisfactorios. Precisamente, respecto a la cuestin del rechazopor parte del grupo de iguales, as como en relacin con la problemtica de la ansie-dad escolar y el descenso de su rendimiento acadmico y la depresin infanto-juvenil,convendra apuntar que, tanto si se especula sobre la posibilidad de que un joven quese enfrenta a exigencias inadecuadas a sus capacidades desarrollar una baja autoestima,indefensin y desesperanza como si concebimos los desajustes comportamentales y losproblemas de aprendizaje de un adolescente deprimido como consecuencia de la pocaconcentracin, lo cierto es que fracaso escolar y depresin estn asociados, de acuerdo

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    con la opinin explicitada hace un par de dcadas por Carlson (1985). Suelen asociarsea los sntomas depresivos problemas acadmicos o de conducta en la escuela, talescomo un descenso de las calicaciones, una maniesta incapacidad para concentrarsee incluso un deseo persistente de evitar la escuela. La triada cognitiva caracterizadapor la clera, la resistencia pasiva y la conducta oposicionista se maniesta en estosindividuos (Petti, 1985).

    Tambin se ha identicado un grupo de sntomas que pueden denotar la pres -encia de un sndrome depresivo en los adolescentes, tales como trastornos del sueo,temor a la muerte, retraimiento social, absentismo escolar, quejas somticas, conductaagresiva y ansiedad general (Hoffman, Baldwin y Cerbone, 2003; Wicks-Nelson e Israel,1997). A la interpretacin sociocognitiva ha de sumrsele la importancia derivada de laconfusin y rechazo de la propia identidad, as como del yo ideal o conjunto de metasy expectativas cuya consecucin el adolescente confa en lograr. Es ms, otro factorde crucial valor interpretativo son las dicultades en las habilidades de comunicacin

    e interaccin sociales e interpersonales, ya que la angustia por hacerse amigos y lasinadecuadas habilidades sociales que favorezcan y potencien los procesos interaccio-nales constituyen para Gottman (1977) algunas de las caractersticas que denen elretraimiento social que, a su vez, es un elemento central en los procesos de depresinen adolescentes (Garca y Rodrguez, 1991).

    En efecto, el rechazo por parte de los compaeros ocasionar al escolar trastornosemocionales y psicoafectivos, ciertos sentimientos de hostilidad hacia ellos y hacia lapropia escuela (Cerezo, 2008, 2009; Cangas, Gzquez, Prez-Fuentes, Padilla y Miras,2007; Estvez, Martnez y Jimnez, 2009; Moral, 2010b; Postigo, Gonzlez, Mateu,Ferrero y Martorell, 2009). A este respecto, tanto las habilidades a nivel social comoemocional actan como factores facilitadores de la conducta adaptada del adolescente.

    En este sentido, en poblacin adolescente se ha constatado una relacin entre la bajaansiedad y la reparacin emocional y la alta percepcin subjetiva de salud y bienestarindividual (Montas y Latorre, 2004). Abundan en la literatura espaola especializadasobre el tema referencias a las relaciones entre inteligencia emocional y ajuste psicolgicoen adolescentes (Del Barrio, Mestre y Tur, 2004; Molero, Cerd y Gmez, 1997; Martn,Harillo y Mora, 2008; Pez, Fernndez, Campos, Zubieta y Martina, 2006), as comoentre aqulla y la emocionalidad negativa (ansiedad, ira y tristeza/depresin) en estudioscomo los de Salguero e Iruarrizaga (2006) o entre la inteligencia emocional percibiday el consumo de drogas iniciticas (Ruiz-Aranda, Fernndez, Cabello y Extremera,2006), entre otros.

    En denitiva, en contra de la visin ms estereotipada de la tormentosa revolu-

    cin de la adolescencia, proponemos que es una etapa de reajustes a nivel siolgico,cognitivo, emocional y social que tienden a ser resueltos adaptativamente, de ah quese hayan de planicar e implementar intervenciones psicosociales con objeto de reduciralgunos indicios de estrs e inestabilidad socioafectiva, de cierto grado de vulnerabilidad yescasa ecacia interpersonal, as como a un nivel ms organizacional y sociocomunitario.

    Nuestro objetivo es estudiar diversos desajustes a nivel relacional, afectivo yemocional en los adolescentes, interpretados no como un detonante de trastorno, sinocomo una tendencia a experimentar cierta inestabilidad emocional dentro de lmites

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    absolutamente normales en la mayora de los casos abordados y generada, en buenamedida, por la mediacin de cambios psicosociales propios de la adolescencia.

    mtodo

    Participantes

    Mediante un muestreo intencional u opintico, dado el inters de los investigadorespor una muestra poblacional determinada (Arnau, Anguera y Gmez Benito, 1990), sehan elegido cuatro Centros de Enseanza Secundaria del Principado de Asturias (colegiospblicos y localizados en centros urbanos), aplicndose las pruebas a veintitrs gruposescolares elegidos aleatoriamente de distintos niveles que integran todo el colectivodisponible. Se ha seleccionado un estrato poblacional que abarca, bsicamente, desde laprimera adolescencia (12-13 aos) hasta la adolescencia media (17-19 aos), debido a

    nuestro especco inters en emprender una investigacin psicosocial sobre la construccinde los procesos identitarios y, ms en concreto, en el anlisis de los desajustes psicoa-fectivos y emocionales, vinculado al supuesto relativo a la desmiticacin del perodotormentoso. La muestra seleccionada est constituida por 630 alumnos: 328 chicas querepresentan el 52,1% de la muestra y 302 chicos que componen el 47,9% restante. Elrango de edad oscila entre un mnimo de 12 aos y un mximo de 19 (media 15,49aos). La eleccin de estos niveles de edad ya ha sido justicado con anterioridad, yaque abarca, bsicamente, el correspondiente a la Enseanza Secundaria, perodo de edadque supone cambios a mltiples niveles, tales como el siolgico, psicolgico y social.Respecto a la situacin acadmica de los estudiantes que componen la muestra ha deapuntarse que el 92,1% (N= 580) de los alumnos que integran la muestra no tienen

    asignaturas pendientes y promociona el 99,8% (N= 629). Los adolescentes seleccionadospertenecen a hogares en los que mayoritariamente sus madres son amas de casa (64,0%,N= 372), siendo los niveles ms representativos de status profesional paterno tanto deobrero cualicado (50,7%, N= 277) como sin cualicar (17,0%, N= 93).

    Variables e Instrumentos

    Se han empleado descriptores de variables sociodemogrcas bsicas, focalizndosenuestro inters investigador en el anlisis de variables socioafectivas y emocionales -talescomo bsqueda de atencin, indicadores de depresin/ansiedad, problemas de relacin,conducta delictiva u otros trastornos del comportamiento. Para la medicin de tales des-ajustes socioafectivos se ha empleado la adaptacin al castellano del instrumento YouthSelf Report (Y.S.R.) creado por Achenbach (1991) y elaborado para el nivel de edadde 11 a 18 aos (Lemos, Fidalgo, Calvo y Menndez, 1992). De ste se ha suprimidola primera parte relativa a la descripcin de aciones, actividades deportivas, etc., yvaloracin del desempeo en ellas comparado con la previsible realizacin del grupo deiguales. Hemos optado por centrarnos en el estudio de las conductas problema medidasmediante 112 tems formulados en sentido positivo y negativo y medidos en una escalamediante la cual se concreta el grado de acuerdo o no con las mismas (0= no es verdad;1= algo verdadero o verdad a medias; 2= muy verdadero o frecuentemente verdad). Segn

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    los resultados de la estructura factorial este instrumento est integrado por siete factores:Depresin/Ansiedad (F1DA), Conducta Delictiva (F2CD), Conducta Agresiva (F3CA),Quejas Somticas (F4QS), Problemas de Pensamiento (F5PP), Problemas de Relacin(F6PR) y Bsqueda de Atencin (F7BA). Respecto a ciertas cuestiones metodolgicasconcernientes a la abilidad del instrumento el valor del coeciente ALPHA para unamuestra de 583 casos vlidos y 112 tems es de 0,9100. Asimismo, se ha empleadoel S.D.Q-II (Marsh y Shavelson, 1985) para la medicin del autoconcepto de los ado-lescentes, seleccionndose de todas las dimensiones que componen este constructo larelativa a estabilidad-inestabilidad emocional (DEEMP-DEEMN) y autoconcepto generalpositivo (DGENP) y negativo (DGENN).

    Procedimiento

    Contando con la colaboracin de los miembros de los departamentos de Orien-

    tacin y con el correspondiente permiso paterno/materno las pruebas empleadas en lainvestigacin fueron aplicadas tanto por el equipo investigador como por los tutores delos respectivos cursos en el horario por ellos acordado, en funcin de la disponibilidadde tiempo, en dos sesiones de dos das correlativos en horario de actividad libre o detutora. Se procedi a la aplicacin annima de las escalas, pero con una asignacin deun cdigo numrico, dado el carcter longitudinal de la investigacin y con garantasde condencialidad. A cada alumno participante se le entregaban la batera de escalasy las instrucciones para completarlas, as como indicaciones sobre la seguridad del ano-nimato en las respuestas, as como en relacin al tratamiento condencial de los datos.

    resultAdosEn primer lugar, se ofrece la distribucin de frecuencias y porcentajes de respuesta

    ante cada uno de los tems que integran los factores clnicos en los que se alude a diver-sos trastornos psicoafectivos y sociorelacionales (vanse tablas 1 a 3). Tales resultadosse ofrecen como apoyo emprico de los supuestos centrales del planteamiento terico,esto es, la inadecuacin del estereotipo relativo a la tormentosa revolucin durante laadolescencia o perodo de sucesin de crisis incontroladas e incontrolables que puedeque deriven en patologa. A pesar de las limitaciones de un estudio descriptivo prelimi-nar no se conrma la manifestacin de desajustes de inters a en las dimensiones queexploran posibles trastornos afectivos y relacionales.

    En relacin con los porcentajes de respuesta adscritos a cada uno de los nivelesde respuesta (no es verdadero, algo verdadero y muy verdadero) del factor relativo alos desajustes a nivel emocional indicativos de un posible cuadro depresivo-ansigeno(F1DA) hay que puntualizar algunas cuestiones. Por un lado, el alto porcentaje de res-puesta de rechazo que denota estabilidad y que ucta entre un mnimo de un 59,1%(me siento confuso) a un porcentaje de respuesta mximo de un 89,0% (deliberada-mente he tratado de hacerme dao a m mismo o suicidarme). Este ltimo porcentajede respuesta, mediante el cual se responde ante la posibilidad de autolesin fsica, est

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    relacionado con los pensamientos suicidas. Si bien el 85,4% de la muestra rechazaesta posibilidad, sin embargo, desde el punto de vista psicosocial, hay que resear unsignicativo porcentaje de reconocimiento de pensamientos suicidas o de autolesinfsica. En concreto, el 14,6% de los adolescentes que integran la muestra respondenarmativamente en su conjunto (nivel de respuesta algo Verdadero, 11,2% y nivel derespuesta Muy Verdadero, 3,4%). En la misma direccin se hallan resultados tales comolos relativos al estado de tristeza y depresin percibido por el 31.8% de los adolescen-tes (nivel de respuesta intermedio) que conrman que se sienten desgraciados, tristes odeprimidos y un 4,8% lo conrman mediante la opcin de respuesta extrema. Asimismo,la manifestacin a nivel siolgico de un previsible cuadro ansigeno (lloro mucho),si bien es rechazada por un 67,4% de los adolescentes, es conrmada por el 26,2% delos mismos (nivel 2: 24,3%, y nivel 3: 8,3% -vase tabla 1).

    El estudio del posible cuadro ansigeno ha de completarse con otras manifes-taciones a nivel orgnico para lo cual podra actuar como indicador los resultados

    hallados en el anlisis del factor Quejas Somticas (F4QS) tales como cansancio oagotamiento y otros problemas fsicos (nuseas, sudoracin, calambres, etc.) sin causamdica conocida. Como habamos comentado con anterioridad, el porcentaje de respuestams bajo correspondiente al nivel 1 (no es Verdad) se ha hallado en la armacin mesiento confuso (59,1%, algo Verdadero: 36,7% y muy Verdadero: 4,2%) indicativa,junto con otras, de la caracterstica desorientacin psicosocial y confusin adolescente,si bien nosotros lo hemos tipicado como indicativo de una bsqueda de identidadque constituye la principal preocupacin del adolescente. Dada la importancia de losprocesos interactivos con los otros como supuestos factores protectores de posiblesdesajustes a nivel social y afectivo y de sentimientos de soledad, y, asimismo, de laausencia de unas adecuadas redes sociales de apoyo y amistad, as como inadecuadas

    habilidades sociales e indicios de rechazo o no aceptacin como predisponentes delos mencionados desajustes, pues bien, como se puede apreciar en la tabla 1 al menosen cinco de los tems planteados se incide en esta cuestin. Ante la armacin mesiento solo o pienso que nadie me quiere un 72,8% y un 75,2% respectivamenteresponden de forma negativa. A estas armaciones de indudable inters psicosocial se

    Tabla 1.Factores Depresin-Ansiedad (F1DA) y Quejas Somticas (F4QS).No es Verdad

    % (N)

    Algo Verdadero

    % (N)

    Muy Verdadero

    % (N)

    DEPRESION/ANSIEDADMe siento soloMe siento confuso y desorientado

    Lloro muchoDeliberadamente he tratado de hacerme dao a m mismo o suicidarmePienso que nadie me quiereCreo que los dems quieren fastidiarmePienso que no valgo para nada o que soy inferiorNo le gusto a los dems

    Pienso en suicidarmeMe siento desgraciado, triste o deprimido

    72,8 (429)59,1 (348)

    67,4 (397)89,0 (524)75,2 (443)69,6 (410)73,7 (434)67,6 (398)

    85,4 (502)63,4 (373)

    21,4 (126)36,7 (216)

    24,3 (143)8,0 (47)

    20,4 (120)27,3 (161)22,4 (132)27,2 (160)

    11,2 (66)31,8 (187)

    5,8 (34)4,2 (25)

    8,3 (49)3,1 (18)4,4 (26)3,1 (18)3,9 (23)5,3 (31)

    3,4 (20)4,8 (28)

    QUEJAS SOMATICASMe siento muy cansado o agotadoTengo problemas fsicos sin ninguna causa mdica

    45,2 (266)63,6 (374)

    44,0 (259)35,2 (207)

    10,7 (63)1,2 (7)

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    unen otras indicativas de la valoracin individual de la relacin con los dems, de sumaniesto rechazo o competitividad (p.e. creo que los dems quieren fastidiarme yno le gusto a los dems) indicativos de posibles conictos relacionales percibidos.

    Los factores relativos a la Conducta Disruptiva/Delictiva (F2CD) y la ConductaAgresiva (F3CA) tambin han sido objeto de anlisis. En cuestiones tales como el ab-sentismo escolar y la desobediencia, los ataques fsicos y amenazas y el consumo dealcohol u otras drogas no prescritas por el mdico -que constituyen el tipo de aseve-raciones que integran el factor relativo a una conducta considerada como desviada deun estndar comportamental- se han obtenido bajos porcentajes de acuerdo. Indicadoresde Conducta Agresiva (F3CA) relativos a la autopercepcin valorativa de un carcterfuerte (p.e. discuto mucho) integran este factor (vase tabla 2). Se observa una mayortendencia de respuesta en la opcin algo Verdadero que denota que, en determinadascircunstancias, al enfrentarnos a diversas situaciones que percibimos como amenazan-tes, o acaso de forma sistemtica en algunos sujetos, se recurre a este mecanismo de

    enfrentamiento verbal ante los dems.En la dimensin Problemas de Pensamiento (F5PP) se alude a la posible exis-

    tencia de ciertos desajustes psquicos que provocan alteraciones de la realidad y delentorno fsico que rodea al individuo. As, algn indicio de una alucinacin auditiva(oigo cosas que ninguna otra persona parece or), o visual (veo cosas que nadiems parece ser capaz), de ideas recurrentes (tengo pensamientos que otros puedenparecerles extraos) y, nalmente, ciertos rituales o conductas repetitivas (repito cons-tantemente algunas acciones) son rechazados por un porcentaje de casos cercano en

    Tabla 2. Factores Conducta Delictiva (F2CD), Conducta Agresiva (F3CA) y Problemas del Pensamiento

    (F5PP).No es Verdad

    % (N)Algo Verdadero

    % (N)Muy Verdadero

    % (N)

    CONDUCTA DISRUPTIVA/DELICTIVADesobedezco en el colegio

    Me meto en muchas peleasSuelo andar con chicos que se meten en problemasAtaco fsicamente a la genteHago juramentos o utilizo un lenguaje sucioAmenazo con hacer dao a la gente

    Consumo alcohol o drogas no prescritas

    69,3 (408)

    87,1 (513)81,0 (477)90,7 (534)52,7 (310)85,0 (500)

    83,5 (491 )

    27,2 (160)

    10,7 (63)15,8 (93)8,1 (48)

    38,3 (225)12,8 (75)

    12,9 (76)

    3,6 (21)

    2,2 (13)3,2 (19)1,2 (7)9,0 (53)2,2 (13)

    3,6 (21)

    CONDUCTA AGRESIVADiscuto muchoGrito mucho

    Soy terco

    Hablo demasiadoTengo un carcter fuerteCuando hablo, grito ms que los dems

    21,2 (125)45,4 (267)

    32,0 (188)

    25,0 (147)36,6 (215)58,7 (345)

    61,9 (365)41,3 (243)

    49,1 (289)

    42,7 (251)41,7 (245)33,7 (198)

    16,9 (100)13,3 (78)

    18,9 (111)

    32,3 (190)21,8 (128)7,7 (45)

    PROBLEMAS DE PENSAMIENTONo puedo apartar de mi mente ciertos pensamientosOigo cosas que ninguna otra persona parece orRepito constantemente algunas acciones

    Veo cosas que nadie ms parece ser capazAlmaceno cosas que no necesitoHago cosas que a otros les pueden parecer extraasTengo pensamientos que a otros pueden parecerles extraos

    53,0 (312)94,6 (557)83,3 (490)

    92,3 (543)60,4 (355)76,7 (451)85,7 (504)

    28,4 (167)4,9 (29)8,8 (52)

    5,4 (32)24,1 (142)16,5 (97)8,2 (48)

    18,7 (110)0,5 (3)7,8 (46)

    2,2 (13)15,5 (91)6,8 (40)6,1 (36)

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    cada uno de ellos al ochenta y cinco por ciento, en concreto el 94,6%, 92,3%, 85,7%y 83,3%, respectivamente.

    Los resultados hallados en el anlisis de los factores relativos a Problemas deRelacin (F6PR) y Bsqueda de Atencin (F7BA) se exponen en la tabla 3. Como sepuede observar, el mayor porcentaje de respuesta concretado en el nivel 1 (no es Verdad)se halla en la armacin suelo presumir o darme importancia (80,6%) seguido delrechazo a la armacin siento celos de los dems (72,5%). En el sentido contrarioresponde un porcentaje muy pequeo de casos (nivel 3: 1,7% y 2,7%, respectivamente)otros porcentajes de respuesta se exponen en las tablas apuntadas. Lo cierto es queambos factores a los que hemos aludido (Problemas de Relacin y Bsqueda de Aten-cin) se presupone que estn estrechamente relacionados y conectados, a su vez, coninadecuadas habilidades sociales y comunicativas de relacin con los otros que puedederivar en rechazo y posterior retraimiento social, elemento central en los procesos dedepresin en los adolescentes y sentimientos de hostilidad hacia los compaeros y el

    mbito escolar (Barrigete, 1995).Se ha comprobado la existencia de diferencias signicativas en los factores

    explorados en funcin de indicadores tales como el Nivel de edad, el Autoconceptogeneral, la Relacin con los Iguales y el grado de Insatisfaccin institucional que serecogen en la correspondiente tabla 4. En primer lugar, respecto al nivel de edad se hacomprobado que los adolescentes tienden a manifestar mayores desajustes de Conductadisruptiva (F=3.628, p

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    indicadores (desde Depresin y Ansiedad hasta Patologa Externa), dada la modulacinpsicosocial predicha. Finalmente, se han hallado diferencias signicativas en funcin delgrado de Insatisfaccin institucional en todos los indicadores de desregulacin emocionaly comportamental salvo en Quejas somticas y Conductas Problema.

    En su conjunto los resultados anteriores podran aducirse como apoyo al supuestode que una autovaloracin negativa ya sea a nivel de autoconcepto general, relacincon los iguales conictuada o de insatisfaccin a nivel acadmico inuyen sobre lamanifestacin de ciertos desajustes a nivel relacional, comportamental o socioafectivo.A su vez, posibles desajustes en los niveles aludidos podran estar conectados con unamenor competencia social y con sentimientos de infravaloracin. Para comprobar este

    supuesto se han realizado dos anlisis discriminantes: uno de ellos de gran interspsicosocial, las crisis de identidad del adolescente y otra con mayores connotacionesclnicas, la Ideacin suicida con el n de clasicar correctamente a uno y otro grupode pertenencia predicho a partir de las variables explicitadas y en la direccin predi-cha, si bien, evidentemente, otras muchas variables no investigadas podran contribuira clasicar de forma adecuada.

    Respecto a la funcin discriminante Crisis de Identidad, se ha hallado en su con-junto que el 72,7% de los casos agrupados originales estn clasicados correctamente,obtenindose el mximo porcentaje de prediccin correcta en cada uno de los corres-pondientes grupos de pertenencia pronosticado (vase tabla 5). A partir del anlisis delos valores medios obtenidos para cada una de las variables o factores que predicen lafuncin discriminante segn el grupo de clasicacin se conrma la signicacin de lasdiferencias en las puntuaciones medias en todos los casos. Los adolescentes que sufrencrisis de identidad maniestan ms conductas problema, mayores desajustes emocionalesy problemas de relacin que conducen a una mayor bsqueda de atencin y en otrosindicadores etiquetados como de conducta desviada en el que se incluyen experimentacincon sustancias psicoactivas y relaciones con adolescentes conictivos, desobediencias,amenazas o agresiones fsicas, reportan experimentar menor satisfaccin institucional,perciben una relacin ms conictiva con sus padres y presentan un concepto generalde s mismo ms negativo. Como se puede apreciar en los resultados expuestos en a

    Tabla 4. Diferencias en Conductas Problema en funcin del nivel de edad, autoconceptogeneral, relacin con los iguales e insatisfaccin institucional.

    Nivelesde edad

    Autoconceptogeneral

    Relacin conlos iguales

    Insatisfaccininstitucional

    CONDUCTAS PROBLEMA

    Depresin y AnsiedadConducta Desviada / disruptiva

    Conducta AgresivaQuejas SomticasProblemas de PensamientoProblemas de RelacinBsqueda de Atencin

    Macrofactor Conductas ProblemaMacrofactor Patologa InternaMacrofactor Patologa Externa

    0,0303,628*

    3,864*0,4101,0536,698**5,725**

    0,3260,4362,929*

    2,318**1,389*

    1,368*1,357*1,0511,868**0,934

    1,824**2,370**1,454*

    1,948**1,658**

    1,391*1,369*1,350*1,750**1,484*

    1,988**1,942**1,685**

    3,981**6,484**

    2,988**1,1012,737*2,203*1,630*

    1,1952,120*2,072*

    *p

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    tabla 6 al analizar el peso relativo de cada variable en la funcin discriminante, los

    factores que ms contribuyen a clasicar son, fundamentalmente, el de Depresin/Ansie -

    dad (0,972), Patologa Interna (0,847), Dimensin Problema (0,726), Patologa Externa

    (0,469), Quejas somticas (0,430), Conducta desviada (0,415) y Problemas de Relacin

    (0,405) y otros factores con pesos inferiores a 0,40 que discriminan en menor medida.

    Finalmente, se ha conrmado que los casos de adolescentes con ideacin suici-

    da estn correctamente clasicados en funcin de las variables predichas, tal como se

    recoge en la tabla 7. Los factores que ms contribuyen a clasicar la funcin discrimi -

    nante son Depresin/Ansiedad (0,889), Patologa Interna (0,724), Dimensin Problema

    (0,723), Conducta desviada (0,650), Patologa Externa (0,560), Relacin conictiva con

    los iguales (0,530), Problemas de Pensamiento (0,520) y Problemas de relacin (0,511),

    junto a otros con pesos relativos inferiores a 0,50. Aquellos adolescentes con ideacin

    suicida presentan mayores desajustes afectivos y problemas de ansiedad, comportamientos

    desviados (amenazas, peleas, etc.), conictos en la relacin con los iguales, as como

    manifestacin de comportamientos recurrentes, pensamientos obsesivos y cuadros de

    confusin (vase tabla 8).

    Tabla 5. Funcin discriminante Crisis de Identidad. Resultados de laclasificacin y resumen de las funciones cannicas discriminantes.

    Funcin discriminanteCrisis de identidad

    (Me siento confuso)

    Grupo de pertenencia pronosticadoNo es Verdad

    % (N)Algo Verdadero

    % (N)Muy Verdadero

    % (N)

    No es verdadAlgo Verdadero

    Muy verdadero

    81,7 (259)30,9 (43)

    3,4 (1)

    13,6 (43)46,0 (64)

    27,6 (8)

    4,7 (15)22,0 (32)

    70,0 (20)

    Funcin12

    Autovalor0,6130,045

    % acumulado93,2100

    Corr. cannica0,6160,207

    Tabla 6. Funcin Discriminante Crisis de Identidad.Matriz de estructura.

    Matriz de estructuraFuncin Discriminante

    Funcin 1 Funcin 2

    Depresin / AnsiedadPatologa internaDimensin problemaPatologa externaQuejas somticas

    Conducta desviada

    Problemas de relacinBsqueda de atencinConducta agresivaInsatisfaccin institucional

    Relacin conflictiva con los igualesProblemas de pensamientoEstabilidad emocionalRelacin con los padresAutoconcepto general

    0,972*

    0,847*

    0,726*

    0,469*

    0,430*

    0,415*

    0,405*0,329

    *

    0,304*

    0,295*

    0,284*

    0,248*

    0,1660,1150,139

    0,0040,1490,1890,2280,256

    0,314

    0,2420,1640,1040,091

    0,0310,105

    -0,463*

    -0,203*

    -0,293*

    *p

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    discusin

    En esta aproximacin psicosocial al anlisis de los desajustes y trastornos psicoa-fectivos y emocionales, as como a la percepcin valorativa de los procesos de confor-macin social de la identidad, nos hemos interesado por las representaciones socialessobre la condicin de adolescencia soliviantada, si bien ha de reconocerse la dicultadinherente al estudio comprehensivo de la adolescencia tomentosa como objeto de anlisis

    socioconstruido. Se ha analizado crticamente el supuesto relativo a la creencia de lageneralidad e intensidad de los trastornos emocionales durante la adolescencia, con elcual hemos mostrado nuestra disconformidad. Adems, hemos de ser conscientes, talcomo puntualiz con acierto Lozano (1996), que la pretensin de rigor y objetividadcientca puede inducir a atribuir de forma exclusiva los problemas a los adolescentesque los sufren, de manera que la aplicacin de los instrumentos de diagnstico, may-oritariamente de forma individual y fuera de contexto, lleva a suponer que la causadel problema radica dentro de ellos, obviando la multitud de inuencias externas que

    Tabla 8. Funcin Discriminante Ideacin suicida.Matriz de estructura.

    Matriz de estructura

    Funcin Discriminante

    Funcin 1 Funcin 2

    Depresin / AnsiedadPatologa InternaDimensin ProblemaConducta desviada

    Patologa ExternaRelacin conflictiva con los igualesProblemas de PensamientoProblemas de relacin

    Quejas somticasBsqueda de atencinInsatisfaccin institucionalConducta Agresiva

    Relacin con los padres

    Estabilidad EmocionalAutoconcepto General

    0,889*0,724*0,723*0,650*

    0,560*0,530*0,520*0,511*

    0,467*0,378*-0,350*0,206*

    0,193*

    0,170*0,143

    0,0350,3500,2860,173

    0,2470,3670,1430,214

    0,2030,1360,0480,143

    -0,012

    -0,553*-0,472*

    *p

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    modulan los trastornos aludidos. Ello ha de asociarse a la necesidad de despsicologizarproblematizaciones acuciantes (Moral, 2008), as como emprender un ejercicio compre-hensivo de la adolescencia (Crosera, 2001) y, de acuerdo con la advertencia de Funes(2003), abogar por la desmiticacin de este estado psicosocial no considerndolo debase como un problema en s mismo. En este sentido, se ha valorado como inadecuadauna desvinculacin de la entidad de las crisis de los adolescentes contemporneos delas desregulaciones de su entorno sociocultural.

    En concreto, se establecen las siguientes conclusiones en funcin de los resul-tados hallados:

    a) En su conjunto, a partir de la evaluacin de los indicadores de patologa internalizada(vase depresin-ansiedad, quejas somticas y pensamientos negativos) se han obtenidoresultados acorde con la investigacin sobre el tema (Balanza et al., 2009; Fonseca etal., 2009; Jimnez et al., 2008; Moreno et al., 2008) que contradicen la visin este-

    reotpica sobre los desajustes afectivos y emocionales durante la adolescencia.b) Se ha encontrado apoyo al estado de confusin identitaria y desorientacin psicosocial,caractersticas de los adolescentes, junto a otras manifestaciones de patologa external-izada asociadas a los problemas en la relacin con los iguales, al retraimiento social, labsqueda de atencin o la conducta desviada/disruptiva, entre otras. Semejante estadono representa bajo nuestro parecer ningn indicador aparente de trastorno, sino unsigno inequvoco de normalidad en las condiciones de cambio bio-psico-social a lasque se adaptan (Moral y Ovejero, 2004).

    c) Se ha comprobado la existencia de diferencias signicativas en los indicadores dedesajustes afectivos y relacionales en funcin de indicadores tales como el Nivel deedad, el Autoconcepto general, la Relacin con los Iguales y el grado de Insatisfac-cin institucional.c.1.) Se ha hallado mayor vulnerabilidad a manifestaciones de Patologa Exter-

    nalizada (Conducta Disruptiva, Conducta agresiva, Problemas de Relacin yBsquedas de atencin) a medida que se incrementa la edad en relacin alnivel de adolescencia temprana (12-13 aos), lo cual va en la direccin deotros hallazgos de la literatura sobre el tema (Alez, Martnez y Rodrguez,2000; Ezpeleta, 2005; Lemos, 2003; Martnez, Rodrguez y Alez, 2000) queapuntan a una manifestacin y/o agudizacin de tales desajustes en aos decambios psicosociales, ms que meramente hormonales (Moral, 2006).

    c.2.) El supuesto relativo a las diferencias en Autoconcepto general en adolescentescon mayor inestabilidad emocional y con problemas relacionales ha encontradoapoyo estadstico en la direccin predicha en consonancia con otros estudios(Aunola, Sttatin y Nurmi, 2000; Calvo, Gonzlez y Martorell, 2001; Garaigor-dobil y Bernars, 2009; Garaigordobil et al., 2008; Kim, 2003), de lo cual se

    deduce la importancia nuclear de la percepcin valorativa de uno mismo en laestabilidad afectiva y relacional, as como la modulacin sobre el autoconceptogeneral una vez manifestados tales conictos afectivos y relacionales.

    c.3.) Se conrman las diferencias en todos los indicadores (desde Depresin y An-siedad hasta Patologa Externa) en funcin del tipo de Relacin con los Iguales,de lo cual se deduce la signicacin de la inuencia psicosocial sobre el ajusteemocional y la satisfaccin vital durante la adolescencia. En este sentido, seha constatado que el apego a los iguales ejerce una inuencia positiva sobreel ajuste emocional (Oliva, Morago, Parra y Snchez-Queija, 2008).

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    c.4.) Se han hallado diferencias signicativas en funcin del grado de Insatis -faccin institucional en todos los indicadores de desregulacin emocional einadaptacin social (salvo en Quejas somticas y Conductas Problema), en la

    misma direccin que otros resultados (Aunola et al., 2003; Moral, 2004), en losque se conrma que la insatisfaccin escolar se asocia a desajustes afectivosy relacionales mediados por la baja autoestima, as como relacionada a estiloscognitivos depresgenos (Jimnez y Cabrera, 1999).

    d) Los adolescentes que maniestan confusin y crisis de identidad maniestan mayoresdesajustes relacionales, inestabilidad emocional, bsquedas de atencin, relaciones conadolescentes conictivos, desobediencias, amenazas y agresiones fsicas, perciben unarelacin ms conictiva con sus padres y menor cohesin familiar, muestran mayorinsatisfaccin institucional y presentan un concepto general de s mismo ms negativo.En este sentido, se ha conrmado la vinculacin entre la desorientacin identitaria,desajustes emocionales y conictos relacionales, en la misma direccin que otros estu -dios (Alvarez, Ramrez, Silva, Cofn y Jimnez, 2009; Balanza et al., 2009; Jimnez

    y Lpez-Zafra, 2008; Moral, 2006).e) A partir del anlisis de la ideacin suicida en adolescentes se concluye que la mani-festacin de inestabilidad emocional, depresin y/o ansiedad, bsquedas de atencin yconductas desviadas (amenazas, peleas, etc.), comportamientos recurrentes, pensamientosobsesivos y cuadros de confusin, relacin con los iguales conictuada, problemas enla convivencia familiar y una autovaloracin negativa a nivel de autoconcepto general,entre otros factores, inuyen sobre la ideacin e intento suicida, lo cual encuentra apoyoen la literatura sobre el tema (Gonzlez et al., 2003; Pea, Casas, Padilla, Gmez yGallardo, 2002; Ruiz et al., 2005).

    Tomando en consideracin las limitaciones de las tcnicas estadsticas empleadasen estudios descriptivos y correlacionales, no se puede armar de manera concluyente

    la inuencia de unas variables sobre otras, pero se ha constatado la existencia de dife -rencias signicativas en la direccin predicha. No se avala la existencia de una crisisaguda y generalizada, sino, de continuas y adaptativas revisiones y modicaciones delconcepto de s mismo.

    Nos hemos mostrado de acuerdo con el planteamiento segn el cual, la adolescenciaha de ser concebida, ms bien como un largo y paulatino proceso de adaptacin quecomo un perodo de sucesivos e incontrolados tumultos y crisis. Sin embargo, abundanlas aportaciones sobre las supuestas convulsiones incontroladas e incontrolables delperodo adolescente que contribuyen a fomentar la imagen del perodo de rebelda sincausa, de conictos irresolubles, de ardiente juventud, de enfrentamiento generacional,de banalizacin de las responsabilidades, etc. (p.e., Bayard y Bayard, 1998; Rechea etal., 1995; Vallejo-Ngera, 1997). Este hecho, en esencia, ha contribuido durante dcadasa misticar sus crisis, reicando las representaciones sociales acordes con esta cuestin,mxime en tiempos de incertidumbres generalizadas, en este mundo patas arriba, descritomagistralmente por Galeano (1998). Y sin embargo, el enfrentarse adaptativamente aestos cambios pubertarios, emocionales y psicosociales, constituye el recurso medianteel cual se reformula paulatinamente una identidad personal y social condicionada porlas exigencias del grupo (Deschamps y Devos, 1996; Huici, 1999), as como por losimperativos sociales y giros en las dinmicas interpersonales (Myers, 2000, 2004) enlos que el individuo est inmerso en estas sociedades postindustriales caracterizadas

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    por un declive en el estado de bienestar (Esping-Andersen, 2000; Muoz, Garca yGonzlez Seara, 2000; Ritzer, 2006; Wallerstein, 1999), con la consiguiente relativ-izacin de valores comunes y el surgimiento de crecientes desigualdades en condicionesde bienestar estancado, en los trminos de Lafontaine y Mller (1998). Precisamente,Blanco y Daz (2006) al aludir a la vinculacin entre el orden social y la salud mentaldesde aproximaciones propias del bienestar social inciden en la importancia de valorarsemejante retroalimentacin.

    El centrar las problemticas del adolescente contemporneo en cuestiones rela-tivas a la bsqueda y redenicin de sus procesos identitarios, y en aspectos como lacorporeidad, la identicacin psicosocial, la mismidad y la alteridad o los referentesgrupales, vinculando sus coordenadas vitales a crisis globales varias, representa una per-tinente reinterpretacin de las realidades juveniles, signos y sntomas de otros desajustes.Abogamos por la necesidad de repensar la identidad de los trastornos personales, nopersonalizando los conictos, sino incardinndolos en las condiciones vitales y contex -

    tuales donde se maniestan asociados a otras desregulaciones sociales. En materia desalud, ha de incidirse en el reforzamiento de la concepcin social de las acciones desalud (Len Rubio, 2000), convinindose en la necesidad de un abordaje plenamenteintegrado con acciones plurales de las propuestas conceptualizadoras que se ajuste a lamultideterminacin de los fenmenos investigados. Conviene promover una reinterpre-tacin contextualizada y radicalmente crtica, en el sentido frommniano, de las patologascontemporneas (Moral y Pastor, 2003; Pastor, Ovejero y Moral, 2000), ya sea bajo laadopcin de una perspectiva constructivista en el anlisis de las representaciones de laenfermedad, tal como la aportada por Arrizabalaga (2000), un anlisis de la legitimacininstitucional de la propia prctica mdica sometido a un ejercicio reexivo crtico porparte de Perdiguero y Comelles (2000) u otras referencias a la implicacin de factores

    culturales en los modelos dominantes de salud (Seppelli, 2000).La responsabilidad individual hacia la propia salud, tanto en el adolescente

    contemporneo como en cualquier otro individuo, en condiciones de revalorizacin dela importancia del estado de bienestar holstico (fsico, psicolgico y social), ha deampliarse a una corresponsabilizacin comprometida de la propia salud sociocomuni-taria, problematizada por otros desrdenes globales. Abogamos por la conveniencia deconsiderar los trastornos psicolgicos como entidades interactivas suspectibles de serinuenciadas por las propias explicaciones e interpretaciones clnicas que de ellas seaportan, as como por la explicacin social y cultural y sus representaciones sociales(Hacking, 2001). De ah la conveniencia de analizar las implicaciones de aspectospsicosociales en la gnesis, desarrollo y mantenimiento de los trastornos afectivos

    y relacionales durante la adolescencia. A su vez, se incide en la necesidad de evitarmedicalizar los problemas de la vida cotidiana (Lemos, 2008; Ministerio de Sanidad yConsumo, 2007; Moral, 2008).

    A nivel operativo, como lneas prospectivas de intervencin se propone incidir enla vinculacin entre la identidad individual y social de los adolescentes, su autoconceptoy la optimizacin de sus estilos de vida saludables (Moral, 2006; Pastor, Balaguer yGarca-Merita, 2006). Asimismo, se aboga por la necesidad de promover la autorregu-lacin personal en la resolucin de comportamientos interaccionales desadaptativos (De

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    la Fuente, Peralta y Snchez, 2009). Ante la problemtica de la ideacin y conductasuicida se abunda en la necesidad de promover grupos de discusin en adolescentesen riesgo de suicidio dentro de psicoterapias integrales (Pramo, Straniero, Hadid yFachinelli, 2006) evitando eufemismos, disfemismos y tabes que representan un lastreen el proceso teraputico. A nivel operativo se prioriza la conveniencia de promoverprogramas de mejoras de las competencias afectivas, comunicativas e interpersonales delos adolescentes en el mbito acadmico (Bisquerra, 2000, 2009; Hu, 2008; Lpez yEncabo, 2001; Martn et al., 2008; Moral, 2006), dada la conviccin de que los centroseducativos no slo representan los principales contextos de la intervencin psicoped-aggica, sino que en ellos ha de desarrollarse una educacin sociopersonal y comunitariay son el escenario de un universo psicosociolgico y un espacio de sociabilidad que nose agota en el marco organizativo.

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    Recibido, 20 Enero, 2010

    Aceptacin nal, 20 Noviembre, 2010