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DESEMPEÑO EXPORTADOR DEL SECTOR AGRICOLA
VENEZOLANO EN EL PERIODO 1990 – 1999
Por
Carmen Alida Torín
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO COORDINACION DE POSTGRADO
DECANATO DE ADMINISTRACION Y CONTADURIA
Barquisimeto, Julio, 2001
DESEMPEÑO EXPORTADOR DEL SECTOR AGRÍCOLA VENEZOLANO EN EL PERIODO 1990-1999
Por
Carmen Alida Torín
Trabajo de grado para optar al Grado de Magíster Scientiarum
En Gerencia Agraria
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” Decanato de Administración y Contaduría
Barquisimeto, 12 de julio de 2001
DESEMPEÑO EXPORTADOR DEL SECTOR AGRÍCOLA VENEZOLANO EN EL PERIODO 1990-1999
Por
Carmen Alida Torín
Trabajo de grado aprobado
Pedro Reyes Rafael Valera Tutor
Edwing Salazar
Barquisimeto, 12 de julio de 2001
DESEMPEÑO EXPORTADOR DEL SECTOR AGRÍCOLA VENEZOLANO EN EL PERIODO 1990-1999
CARMEN ALIDA TORIN
RESUMEN
Ninguna nación puede ser competitiva en todas sus actividades, de manera que no puede ser exportadora neta de todo. Venezuela al igual que otros países de América Latina, ha hecho un vigoroso esfuerzo exportador que les ha permitido ganar competitividad en algunos rubros de bajo dinamismo, lo que trae como consecuencia, una vulnerabilidad futura que debe encararse, dado que tienden a incrementarse las presiones proteccionistas en rubros pocos dinámicos. El objetivo de esta investigación es analizar las ventas externas agrícolas venezolanas, pues revelan la intensidad de la expansión o contracción de las exportaciones de productos provenientes del sector agrícola, es decir, determinan el grado de inserción de los productos agrícolas venezolanos en los mercados internacionales. Los resultados permiten asegurar que el crecimiento o dinámica de las exportaciones agrícolas venezolanas manifiesta repuntes durante los años 1992, 1993 y 1997, determinados por la combinación caída de la demanda interna-devaluación, lo cual permitió que las exportaciones agrícolas alcanzaran un punto máximo en 1997 de 911.1 US$. En el período 1990-1999, las exportaciones agroalimentarias de origen vegetal predominaron sobre las exportaciones de origen animal. La estructura de productos agrícolas en el período 1990-1999 estuvo conformada por productos como: crustáceos, pescado, café, arroz, plátanos, semillas de ajonjolí, bananos, frutas y carne de pollo. La estructura de los productos regulares a partir de 1990, está conformada por: crustáceos con las mayores ventas externas, seguido de pescado, café, plátanos, frutas, semillas de ajonjolí, cacao en grano y tomates. Los productos regulares han sido clasificados según su dinámica en: Dinámicos Consolidados: café, crustáceos y semillas de ajonjolí. Dinámicos Emergentes: cacao y maíz. Declinantes: frutas. Los productos regulares crustáceos y pescado conforman el grupo de los 50 productos más dinámicos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
INDICE
Pág. AGRADECIMIENTO V RESUMEN VI INDICE DE CUADROS VII INDICE DE GRAFICOS IX
INTRODUCCIÓN 1 CAPITULO I 3 PLANTEAMIENTO DE LA SITUACIÓN 3 DESCRIPCION DE LA SITUACION 3 OBJETIVOS 12 Generales 12 Específicos 12 JUSTIFICACION E IMPORTANCIA 14 ALCANCES Y LIMITACIONES 16 CAPITULO II 18 MARCO TEORICO 18 ANTECEDENTES 18
MARCO HISTORICO 23 Desempeño económico reciente de la agricultura venezolana 23 Evolución reciente del Comercio Exterior Venezolano 25 La Capacidad Exportadora de la Agricultura en América Latina 29 Productividad e Inserción Internacional de América Latina 31 Las Exportaciones Latinoamericanas en el mercado de la OCDE 39 Venezuela en el marco de los acuerdos de integración en América Latina 41 BASES TEORICAS 44 Las teorías del comercio internacional 44 El Comercio entre las Naciones: Ventaja Comparativa 51 Evidencias empíricas del modelo ricardiano 56 Evidencias empíricas del modelo Heckscher-Ohlin 57 La integración comercial en América Latina 58 El Sector Agrícola Venezolano 61 El Producto Agrícola Venezolano 64 SISTEMA DE VARIABLES 69 OPERACIONALIZACION DE VARIABLES 70 CAPITULO III 71 MARCO METODOLOGICO 71 Naturaleza de la Investigación 71 Universo y sujeto de estudio 71
Procedimientos para la Investigación 72 Métodos y Técnicas de Recolección de Datos 73 CAPITULO IV 79 Análisis de Datos 79 4.1. Participación relativa, comportamiento, estructura de las exportaciones
Agrícolas 79
4.2. Participación, comportamiento y estructura de las exportaciones agrícolas Según los productos en el período 1990-1999 97 4.3. Participación y comportamiento de las exportaciones agrícolas en America
Latina. 117 CAPITULO V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 121
BIBLIOGRAFÍA 126 ANEXOS 129
INDICE DE CUADROS
Pág. 1 Exportaciones de bienes y servicios como porcentaje Del producto interno bruto, 1995 5 2 América Latina: saldo comercial en 1985 32 3 La improductividad agrícola latinoamericana 34 4 Evolución de los precios internacionales del camarón
y de su índice, 1975-1998 38 5 Estructura de las exportaciones a la OCDE.
Asia en desarrollo. 40 6 Estructura de las exportaciones a la OCDE.
América Latina en desarrollo. 40
7 Exportaciones intrarregionales. Millones de US $ 42 8 Participación de las exportaciones agrícolas en Relación con las exportaciones no petroleras. 81 9 Dinámica de las exportaciones agrícolas (1990-1999) Tasa de variación interanual. 83 10 Participación de las exportaciones agroalimentarias en relación con las exportaciones agrícolas. 85 11 Dinámica de las exportaciones agroalimentarias y no Agroalimentarias. 87 12 Participación de las exportaciones agroalimentarias No procesadas en relación con las exportaciones Agroalimentarias totales. 89
13 Dinámica de las exportaciones agroalimentarias no Procesadas. 91 14 Participación de las exportaciones agroalimentarias no Procesadas de origen animal y vegetal. 94 15 Dinámica de las exportaciones agroalimentarias no Procesadas de origen animal y vegetal. 96 16 Principales productos agrícolas exportados. Período 1990-1999. Participación. 99 17 Dinámica de los principales productos agrícolas Exportados. Período 1990-1999. 102 18 Productos agrícolas regularmente exportados. Participación. 106 19 Dinámica de los Productos agrícolas regularmente exportados. 110 20 Clasificación de los productos regulares según su Dinámica. 113 21 Productos agrícolas irregularmente exportados. Participación. 115
INDICE DE GRAFICOS
Pág. 1 Participación de las exportaciones agrícolas y no
Agrícolas. 81
2 Dinámica de las exportaciones agrícolas y de las exportaciones no petroleras. 83 3 Participación de las exportaciones agroalimentarias en relación con las exportaciones agrícolas. 85 4 Dinámica de las exportaciones agroalimentarias y no Agroalimentarias. 87 5 Participación de las exportaciones agroalimentarias No procesadas. 89 6 Dinámica de las exportaciones agroalimentarias no Procesadas y procesados. 91 7 Participación de las exportaciones agroalimentarias no Procesadas. 94 8 Dinámica de las exportaciones agroalimentarias no Procesadas de origen animal y vegetal. 96 9 Principales productos agrícolas exportados. Período 1990-1999. Participación. 100 10 Dinámica de los principales productos agrícolas Exportados. Período 1990-1999. 104 11 Productos agrícolas regularmente exportados. Participación. 108 12 Dinámica de los Productos agrícolas regularmente
exportados. 111 13 Productos agrícolas irregularmente exportados. 113 14 Participación de las exportaciones agroalimentarias
A Colombia. 119
INTRODUCCIÓN
El comercio internacional permite a una nación incrementar su
productividad al eliminar la necesidad de producir en territorio nacional la
totalidad de los bienes indispensables. Así, una nación puede especializarse
en aquellos productos que muestren una mayor productividad que sus
competidores extranjeros e importar bienes y servicios en los que sus
empresas exhiben menos productividad.
De esta manera, los recursos se canalizan de usos de baja productividad
hacia usos altamente productivos, con lo que se incrementa el nivel promedio
de productividad de la economía.
Ninguna nación puede ser competitiva en todas sus actividades, de
manera que no puede ser exportadora neta de todo. Es oportuno mencionar
que, Venezuela al igual que otros países de América Latina, ha hecho un
vigoroso esfuerzo exportador que les ha permitido ganar competitividad en
algunos rubros de bajo dinamismo, lo que trae como consecuencia, una
vulnerabilidad futura que debe encararse, dado que tienden a incrementarse
las presiones proteccionistas en rubros pocos dinámicos.
La presente investigación, dedicada al análisis del desempeño
exportador de los productos provenientes del sector agrícola, consta de
capítulos: el Capítulo I, está dedicado al Planteamiento de la Situación, se
describe la situación, los objetivos que orientan la investigación, la
justificación e importancia, alcances y limitaciones del tema de estudio.
El Capítulo II, contiene el marco teórico que sirve de base al análisis
del desempeño exportador del sector agrícola. Primeramente, se explican los
antecedentes propios de la Investigación, luego se explican los antecedentes
de la Evolución reciente de la agricultura y del comercio exterior venezolano,
la productividad e inserción internacional de América Latina y los acuerdos
de integración de América Latina; asimismo se explican las bases teóricas
referidas a las teorías del comercio internacional, ventaja comparativa, el
sector y el producto agrícola venezolano.
En el Capítulo III, se desarrolla la metodología utilizada en el
desarrollo de la investigación, se determina el universo y sujeto de estudio,
procedimientos metodológicos que se utiliza en la recolección de
información, los métodos y técnicas de recolección de datos.
En el Capítulo IV, se realiza el análisis de datos y en el Capítulo V, se
hacen las conclusiones y recomendaciones correspondientes, además de las
referencias bibliográficas consultadas para el desarrollo de la presenta
investigación.
CAPITULO I
PLANTEAMIENTO DE LA SITUACION
DESCRIPCION DE LA SITUACION
En la actualidad ninguna nación que pretendiera existir en condiciones
de aislamiento económico sería capaz de sobrevivir. Todos los aspectos de la
economía de una nación (industrias, sectores de servicios, niveles de ingreso y
empleo, nivel de vida, etc) tienen relación con la economía de sus socios
comerciales. Dicha relación se manifiesta en forma de movimientos
internacionales de bienes y servicios, fuerza de trabajo, empresas, fondos de
inversión y tecnología.
El alto grado de interdependencia que hoy prevalece entre las
economías de los países del mundo entero es resultado de la evolución
histórica del orden económico y político mundial.
A pesar del creciente nivel de complejidad de la interdependencia
económica global, en los foros mundiales de hoy en día se reconocen e
incorporan al debate los problemas de los países en desarrollo. En lo referente
a recursos como energía y materias primas, las naciones industriales
occidentales dependen en parte de los países en desarrollo para satisfacer sus
requerimientos de consumo. Sin embargo, esta dependencia varía entre las
naciones.
En el caso de Europa y Japón, su dependencia de energía y materias
primas extranjeras es mucho más aguda que la de los Estados Unidos. Por
otro lado, la supervivencia económica de los países en desarrollados depende
en gran medida de las exportaciones hacia los países industrializados.
En la década pasada, las economías de mercado del mundo entero se
integraron como nunca, es decir, incrementaron su nivel de apertura
económica. Esto indujo ha estrechar relaciones económicas entre los países,
las cuales pudieron ser mutuamente ventajosas, pues permite a los productores
de cada país beneficiarse de sus economías. Pero a pesar de estas ventajas,
surgieron presiones proteccionistas, razón por la cual los países en desarrollo
afirman que el llamado sistema de liberalización del comercio defendido por
países desarrollados opera en su perjuicio.
Aunque considerando las desventajas anteriormente expuestas, no se
puede eludir la importancia del comercio internacional como factor
complementario para la economía de los países y un instrumento de desarrollo
que les permite dedicarse a lo que pueden producir mejor, para lograr altos
niveles de eficiencia y competir ventajosamente con ciertos productos en el
mercado mundial.
Como aspecto utilizado para medir la importancia del comercio
internacional en la economía de un país, se consideran las exportaciones como
porcentaje de su producto interno bruto (PIB).
Cuadro 1 EXPORTACIONES DE BIENES Y SERVICIOS COMO PORCENTAJE DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO (PIB), 1995.
Exportaciones como
País Porcentaje del PIB Holanda 54 % Canadá 36 % México 26 % Estados Unidos 11 % Japón 9 % Fuente: Fondo Monetario Internacional. Tomado de Carbaugh. Economía Internacional. Thomson Editores. 1999. México. El cuadro 1 muestra cifras de porcentaje del PIB en 1995, para países
seleccionados. En ese año, Holanda exportó en 1995 nada menos que 54% de
su PIB, mientras que Japón sólo el 9% de su PIB, esto contradice la falsa
impresión que se tiene de que las exportaciones japonesas constituyen una
proporción de su producto nacional mucho mayor a la que representan en
realidad.
Con respecto a estas variaciones de la importancia del comercio
internacional, Carbaugh (1999) explica que muchas naciones con pocos
recursos y un mercado interno limitado no pueden producir con la eficiencia
necesaria la variedad de productos que deseen consumir, por consiguiente, los
países exportan con el fin de obtener los productos importados que desean.
Como resultado de ello, las exportaciones pueden constituir el 30% o más de
su producto interno.
En relación con esto último, es importante señalar que también es
notable la importancia del comercio internacional para la economía de Estados
Unidos, a pesar de estar dotados de diversas bases de recursos y disponer de
un inmenso mercado interno.
Con respecto a la importancia del comercio internacional para la
economía de Estados Unidos, Ross (1998) señala:
Las importaciones de Estados Unidos en 1997 representaron el 16.0% del total de importaciones de mercancías del mundo, con lo que significa el doble de la relevancia del segundo mayor importador, Alemania (7.8%). De esta manera, el mercado estadounidense solamente es superado en magnitud por las importaciones de la Unión Europea (36.8% del total mundial) y la región asiática, Japón incluido, que representa el 24.2%.
Ahora bien, la importancia del comercio internacional para la economía
de los países de América Latina es todavía más notable porque han intentado
incrementar su participación en el comercio internacional en los últimos veinte
años.
Ferrer (1999), sostiene que:
En el largo plazo, América Latina no logró transformar su estructura productiva para asimilar la revolución tecnológica e insertarse en las corrientes dinámicas de la economía internacional. La región no logra consolidar su desarrollo
sobre las únicas bases que realmente pueden sustentarlo: el ahorro interno y las exportaciones.
A pesar de que la creciente participación de América Latina en los
mercados internacionales aún no brindan las contribuciones esperadas a los
empeños de crecimiento y desarrollo nacional que se han trazado cada uno de
los países, si se han alcanzado logros económicos como es la presencia de
ciertos productos nacionales en los flujos internacionales de comercio. En ese
desempeño ha influido el dinamismo de las exportaciones no petroleras.
Los países de América Latina avanzan en un lento pero progresivo
desarrollo de una economía exportadora que privilegia a la agricultura,
minería, la pesca y el sector forestal. En estos sectores se han detectado
esfuerzos interesantes de incorporación de tecnología, en la comercialización
y en la penetración de mercados externos. Además de su dinamismo, el
proceso exportador se ha caracterizado por la gradual diversificación de
rubros y empresas exportadoras.
Rosales (1993), afirma que la diversificación de la oferta exportadora
de los países de América Latina es aún reducida; persiste una especialización
en segmentos poco dinámicos del comercio internacional. El acceso a
segmentos dinámicos se logra con llaves precisas: competitividad, calidad y
nuevos productos.
Cabe destacar que, la competitividad de los países latinoamericanos se
refleja en la oferta y la demanda de sus exportaciones. Las técnicas de
comercialización, así como los acuerdos binacionales y multilaterales,
cumplen un papel importante en la expansión de la demanda. Con los
acuerdos comerciales se logran enormes adelantos en los empeños por
incrementar la demanda de productos latinoamericanos.
Por otro lado, el conocimiento preciso de los productos en los que
América Latina posee ventajas comparativas es muy útil para definir políticas.
En el modelo ricardiano original, los países tienden a exportar bienes en los
cuales su productividad es relativamente alta, en particular una mano de obra
eficiente. Posteriormente, Hekscher y Ohlin formularon la teoría de que los
países exportan bienes en cuya fabricación se usan de manera intensiva los
factores de que dispone en abundancia.
En apariencia los países latinoamericanos aplicaron ambos enfoque
para desarrollar el sector exportador, puesto que cuentan con recursos
naturales y mano de obra eficiente.
Considerando lo antes planteado, surge como suposición, un país puede
obtener la máxima productividad tanto con las ventas de productos en los que
tiene ventajas comparativas, así como también, la conquista de la preferencia
de los mercados externos mediante la diferenciación de los productos. Esta
afirmación conduciría a una rápida expansión de las exportaciones de
productos agrícolas de los países de América Latina.
En la pasada década, el proceso de apertura comercial venezolano
comenzó con numerosos acuerdos, sin duda alguna se experimentó cierto
éxito no suficiente para un país monoexportador como Venezuela ya que el
auge de la exportación petrolera sigue amenazando en contra de las
exportaciones de productos no petroleros.
Al respecto, Mommer (1994) afirma que el petróleo ya no sería la única
fuente que permitiera mantener una balanza comercial positiva sino que por el
contrario se comienza a dar un fuerte impulso a las exportaciones no
petroleras.
Entre los años 1990 y 1992, se ordenaron cambios en las políticas
gubernamentales las cuales generaron inversiones agrícolas basadas en
ventajas comparativas de Venezuela. Sobre este particular, Enright (1994)
señala que por primera vez en muchas décadas, los productores comenzaron a
estudiar las áreas en las cuales los productos venezolanos pudiesen competir
exitosamente en los mercados internacionales e iniciaron la consolidación de
una nueva base de exportaciones.
En ese mismo orden de ideas, Coles Ward (1991) afirma que se trataría
entonces de desarrollar unos cuantos rubros que ninguna nación puede
producir, transformar y comercializar como Venezuela y será un país que
genere divisas en el sector agrícola y como consecuencia se tendría un sector
rural moderno en el cual la calidad de vida sería en muchos casos superior a la
de la ciudad.
En este sentido, es conveniente tener presente que el sector agrícola ha
proporcionado históricamente los alimentos y las materias primas a la
población de una nación. En muchos países en desarrollo, el sector agrícola
es importante en términos de producción, empleo y comercio exterior.
Convertir el sector agrícola en la palanca principal del desarrollo
significa profundizar su papel de productor de alimentos, sino también
diversificar sus aportes a la economía.
El sector y las exportaciones agrícolas han pasado por diversas etapas,
los cuales demuestra que responde a los constantes estímulos que ha recibido
y aún sin ellos, el sector agrícola ha mantenido una participación pequeña
pero constante en la economía venezolana.
La relevancia que tengan las exportaciones agrícolas sobre la economía
esta en función del papel que juegue el Estado a través de sus políticas
económicas.
Por otro lado, la política macroeconómica se concibe como marco para
la expresión cabal de las ventajas comparativas y competitivas. El desarrollo
y fortalecimiento de ventajas comparativas y competitivas se tornan como
elementos claves de las estrategias y de las políticas económicas tanto del
sector público como del sector privado.
Es importante analizar el desempeño del sector agrícola venezolano,
por el lado de las exportaciones para establecer los cambios que se han
registrado y su potencial para dinamizar la economía.
Las exportaciones venezolanas se han concentrado marcadamente en
pocas áreas de productos. Aunque se ha alcanzado un importante progreso
durante las últimas décadas del siglo pasado, la economía venezolana
continúa dependiendo de forma extrema de la producción de petróleo que
genera más del 90% del total de las exportaciones.
El objetivo de esta investigación es analizar las ventas externas
agrícolas venezolanas, pues revelan la intensidad de la expansión o
contracción de las exportaciones de productos provenientes del sector
agrícola, es decir, determinan el grado de inserción de los productos
agrícolas venezolanos en los mercados internacionales. A su vez, determinar
si existen modificaciones en la estructura de las exportaciones agrícolas con
respecto a años anteriores, así como también precisar los productos agrícolas
venezolanos que conforman el sector dinámico del comercio internacional, lo
cual permitiría establecer parámetros complementarios que servirán como
fundamento para tomar decisiones en la formulación y establecimiento de
programas de desarrollo agrícola, dirigidos a aumentar la productividad de
esos productos, que conforman el sector dinámico del comercio internacional.
Por otra parte, como objetivo adicional se requiere analizar los
resultados de las exportaciones agrícolas de América Latina, en el período
1990 – 1995, en el contexto de las teorías de desarrollo del comercio que han
surgido en diferentes períodos de la actividad comercial internacional, con el
propósito de revelar las ventajas comparativas de un país de acuerdo con los
valores que se obtengan.
OBJETIVOS
General.
Analizar la estructura y dinámica del sector agrícola venezolano en el
período 1990-1999.
Específicos
• Analizar la participación de las exportaciones agrícolas venezolanas
en el total de las exportaciones no petroleras durante el período 1990
- 1999.
• Comparar la dinámica de las exportaciones agrícolas venezolanas
con relación a las exportaciones no petroleras.
• Analizar la participación de las exportaciones agroalimentarias con
relación a las exportaciones agrícolas totales.
• Evaluar el comportamiento de las exportaciones agroalimentarias y
no agroalimentarias.
• Analizar la participación de las exportaciones agroalimentarias no
procesadas con relación a las exportaciones agroalimentarias totales.
• Comparar la dinámica de las exportaciones agroalimentarias
procesadas y no procesadas.
• Analizar la participación de las exportaciones agroalimentarias no
procesadas de origen vegetal y animal.
• Evaluar el crecimiento de las exportaciones agrícolas
agroalimentarias de origen vegetal y animal, para comparar su
dinamismo.
• Analizar participación y composición de los productos más
importantes.
• Comparar la dinámica de los productos más importantes.
• Analizar participación y composición de los productos regularmente
exportados.
• Analizar el comportamiento de los productos regulares.
• Clasificar los productos regulares según su dinámica.
• Analizar participación y composición de los productos irregulares.
• Analizar la participación y dinámica de las Exportaciones Agrícolas
Venezolanas con relación a las exportaciones agrícolas de los países
de América Latina.
• Comparar la participación de las Exportaciones Agrícolas
Venezolanas en el total de las Exportaciones de los países de
América Latina para determinar su dinamismo.
JUSTIFICACION E IMPORTANCIA
Las condiciones imperantes en los mercados mundiales ofrecen una
amplia gama de opciones que no se deben desaprovechar, lo cual hace pensar
que debemos mejorar sustancialmente muchos elementos para así sustentar
niveles más elevados de productividad y competitividad.
Uno de los objetivos de las naciones latinoamericanas es impulsar a las
industrias con mayor potencial competitivo en el exterior y elevar, mediante
la asignación eficiente de recursos, el ingreso nacional.
Cabe destacar que, las actitudes arraigadas durante muchos años de
dependencia a un solo recurso natural, han limitado la capacidad del país para
desarrollar una economía productiva basada en recursos naturales renovables.
La economía venezolana siempre ha estado estrechamente vinculada a
la economía internacional. Ello se debe a que Venezuela está dotada de un
gran potencial de condiciones, que permite producir una gran variedad de
cultivos tropicales y semitropicales. Sin embargo, estas condiciones no han
sido suficientes para asegurar la prosperidad de nuestro país basada en las
exportaciones agrícolas, también es importante la relevancia que da el Estado
a las exportaciones agrícolas a través de sus políticas económicas.
El análisis de la venta externa de productos agrícolas es un elemento
importante en el proceso de inserción internacional de Venezuela, así como en
el de la globalización de mercados. A la vez, este es un proceso en el cual se
aprovechan las ventajas comparativas de los recursos naturales de cada país.
Por otra parte, la inserción internacional de los países de América Latina se
lleva a cabo con productos debajo nivel del valor agregado y que requieren
tecnologías relativamente simples.
La mejor forma de determinar la perspectiva de crecimiento del sector
agrícola venezolano y el aporte económico que proporciona es mediante el
estudio de su desempeño exportador en el pasado y el análisis de sus actuales
estructuras con el objeto de determinar si dichas estructuras se han
modificado.
Por lo antes expuesto, se justifica realizar un estudio del desempeño de
las exportaciones agrícolas venezolanas a fin de determinar la intensidad de la
expansión o depresión de las exportaciones agrícolas en los países de América
Latina.
A su vez aportar información que pueda ser utilizadas para tomar
decisiones respecto a la actividad exportadora del sector agrícola venezolano
que contribuyan a desarrollar y consolidar una agricultura que pueda
demostrar ser una actividad dinamizadora del campo venezolano y capaz de
cubrir la demanda interna además de ser una actividad generadora de divisas.
Uno de los factores que son complementarios a las fuentes potenciales
naturales para considerar éstas como base para la actividad exportadora
nacional, es la incorporación de instituciones públicas, privadas y
particularmente las instituciones educativas, las cuales pueden aportar
instrumentos de ayuda que permitan a los entes gubernamentales establecer
políticas comerciales.
Desde el punto de vista científico, es de sumo interés, debido a la gran
ausencia de investigaciones en lo referente al comercio internacional.
ALCANCES Y LIMITACIONES
Esta investigación contempla información estadística con cierto grado
de detalle a fin de destacar los pormenores y la heterogeneidad del
comportamiento de las exportaciones agrícolas venezolanas.
Es importante mencionar, que tanto la información estadística como el
análisis realizado podría ser utilizado en posteriores estudios relacionados con
el Comercio Internacional.
Cabe aclarar que no se pretende evaluar las políticas comerciales
implementadas por el Estado durante el período estudiado, ni ofrecer una
explicación exhaustiva de las causas de la evolución exportadora.
Para realizar cualquier investigación es necesario ubicarla en espacio y
tiempo, por ello, esta investigación se realizará tomando como referencia las
exportaciones de productos agrícolas venezolanos expresados en dólares, en
un lapso de tiempo comprendido desde 1990 hasta el año 1999.
El presente trabajo, se refiere al estudio cualitativo y cuantitativo del
desempeño de las exportaciones agrícolas venezolanas con relación a las
demás exportaciones no petroleras venezolanas y de América Latina lo cual
facilita la determinación de la intensidad de la expansión o la contracción de
las exportaciones agrícolas venezolanas en el comercio de la región.
En tal sentido, la investigación estuvo fundamentalmente concentrada y
dirigida a recabar información referente a las exportaciones agrícolas
venezolanas.
CAPITULO II
MARCO TEORICO
ANTECEDENTES
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION
Dada la orientación que se sigue en trabajos y tesis de Postgrado de
similar naturaleza que éste, a continuación se referenciarán algunos trabajos
con el fin de establecer una base de antecedentes cuyos propósitos se
relacionan con las exportaciones.
Muñoz (1997), analizó la estructura y el comportamiento de las
exportaciones agrícolas venezolanas en el período 1984-1994 con el fin de
aportar elementos para elaborar lineamientos de promoción de exportaciones.
Los datos revisados incluyeron las exportaciones agrícolas primarias
alimentarias o no, entendidas como no procesadas o con mínimo de grado de
procesamiento, según las secciones 01 y 02 y el cacao en grano de la sección
03 del arancel de aduana según clasificación NANDINA / NABANDINA
publicados en el anuario de Comercio Exterior de la OCEI en el período
1984-1994 como fuente oficial de las publicaciones del ICE regional para las
exportaciones de la región Centroccidental. Los resultados mostraron que:
1.- La participación de las exportaciones agrícolas en el total de las
exportaciones no petroleras ha sido continua pero fluctuante con tasas de
participación que están entre 10%, 2%, 6%, siendo la más baja en 1988. 2.-
El crecimiento que han tenido las exportaciones agrícolas en el período de
1984-1994 es diferenciado. De 1984 a 1988, la tasa promedio de variación
fue de 22.88% de 1989 a 1994 la tasa de variación fue de 10.07%. 3.- En el
período de 1984 a 1994 las exportaciones agrícolas de origen vegetal
predominaron sobre las de origen animal con un promedio de 56% sobre 44%
de estas últimas. 4.- El mayor dinamismo lo experimentaron las
exportaciones agrícolas de origen animal con una tasa de variación promedio
en el período de 8.47% sobre la tasa de 7.09% de las de origen vegetal. 5.-
La estructura de productos agrícolas a partir de 1989 estuvo conformada por:
los langostinos, pescados, café, plátanos, pollo, ajonjolí demás productos
irregulares estuvo conformada por cuatro grupos categorizados en orden
decreciente de regularidad. 6.- Los productos regulares se clasificaron en:
Dinámico Consolidado: pescado fresco y los plátanos; Dinámicos
Emergentes: Ajonjolí. Tradicionalmente Exportados: langostino y café;
Dinámicos Declinantes: pollo y pescado congelado. 7.- Los principales
países de destino en las exportaciones agrícolas venezolanas en el período
1984-1994 son : Estados Unidos, Aruba, Bonaire, Curazao y otras Islas del
Caribe, Colombia, Alemania, Italia, España, Cuba, Francia, Puerto Rico,
Bélgica, Luxemburgo y Checoslovaquia, siendo Estados Unidos el principal
socio comercial a excepción del año 1994 cuando Colombia ocupa el primer
lugar.
Dillon (1991), realizó un trabajo referido al estudio del Sisal en el
Estado Lara y a sus productos manufacturados y las perspectivas de su
exportación a corto, mediano y largo plazo, por lo que tuvo un carácter de
diagnóstico evaluativo. Esta investigación condujo a determinar que la
exportación potencial de la fibra del sisal y de los productos manufacturados
que de él se derivan, tiene evidentes posibilidades de participar en el amplio
espectro del mercado internacional, siempre y cuando los productos, la
agroindustria y el Estado, interactuando en un esfuerzo común, establezcan
rutas de producción y productividad muy bien definidas para que el citado
rubro, contribuya al crecimiento y desarrollo económico larense y por
extensión al país en general.
Francés (1985), presentó en Caracas el informe de los resultados
obtenidos por las investigaciones realizadas sobre el tema denominado
“Aprendiendo a Exportar: la experiencia de las empresas Venezolanas
después del control de cambio”. Esta investigación se dirigió a las empresas
con experiencia exportadora y tenía como objetivo determinar el éxito
obtenido y los factores que determinaron el mismo; al asumir la actividad de
exportación. La conclusión más importante es que la empresa venezolana es
capaz de exportar de una manera seria y sostenido, que el control de cambio
animó a muchas empresas a desarrollar nuevos mercados y además demostró
que las dificultades de una inadecuada infraestructura exportadora y el
proceso burocrático frenan y disminuyen la competitividad de los productos
venezolanos.
Francés y García (1998) realizaron un estudio titulado El Éxito
Exportador: El Inicio de las Empresas Líderes, con el fin de analizar el
comportamiento el desempeño exportador de 12 empresas venezolanas líderes
en este proceso para extraer los aprendizajes y caracterizar a los exportadores
exitosos. Estas empresas son: Alimentos Margarita, Cervecería Polar, C. A.,
Danaven, Gabriel de Venezuela, Hevensa, Ilapeca, Mavesa, Operaciones RDI,
Productos Danimex, Química Venoco, Siembramar, las cuales corresponden a
diferentes sectores económicos de producción.
En esta investigación se describen las motivaciones e incentivos que
tuvieron estas empresas para exportar, los factores internos y externos que
influyeron en las estrategias iniciales de exportación. Del estudio de las doce
empresas venezolanas se concluyó que los factores claves del éxito son: el
compromiso de largo plazo de la gerencia con la actividad exportadora, la
calidad y mejora continua del producto y la experiencia internacional de los
gerentes o socios de la empresa, que son factores internos a la empresa y entre
los factores externos dentro de las características de la industria se destacó la
existencia de una demanda nacional exigente que impulsó a ofrecer un
producto competitivo; así mismo entre las características del mercado de
exportación el factor de mayor relevancia fue el acceso preferencial alcanzado
por los acuerdos de integración a los mercados de la región andina,
Centroamérica, del Caribe y otros países de América Latina, posibilitando la
exportación de estas empresas con menores aranceles, en forma competitiva a
varios mercados.
Perera (1999), realizó una investigación cuyo propósito fue conocer la
experiencia exportadora de la empresa Licorerías Unidas C.A.. del estudio se
derivaron conclusiones que se relacionan con la estrategia de entrada para
lograr una incursión permanente y satisfactoria en la actividad comercial
internacional. Se realizó un análisis de las motivaciones, objetivos, barreras a
la exportación, factores internos y externos y mezcla de mercadotecnia con
los que se encuentra la empresa estudiada. De esta investigación se concluyó
que, ingresar al proceso exportador sirvió para sobrevivir, mantenerse estable
en el mercado y buscar otras fuentes de ingresos.
Navarro (2000), presentó un estudio cuyo objetivo fue analizar las
experiencias de las empresas larenses en el proceso exportador de productos
no tradicionales. Para esto se realizó inicialmente un estudio a las empresas
pertenecientes al sector metalmecánico, siendo este sector no petrolero, el más
importante a nivel nacional considerando su aporte en el volumen total de
exportaciones. Este análisis permitió detectar las principales motivaciones
que impulsan a los empresarios a iniciarse en el proceso, los objetivos
planteados más comunes, las fortalezas y debilidades consideradas para las
estrategias de exportación y las estructuras de mercadeo del producto en el
ámbito internacional. Posterior a este análisis se realizó un estudio de tres
casos de empresas de diferentes sectores, consideradas como exitosas en el
proceso de exportar con el propósito de determinar cuales han sido los
aprendizajes más significativos obtenidos.
MARCO HISTORICO
Desempeño económico reciente de la agricultura venezolana. A mediados de la década de los ochenta, la agricultura venezolana
participó con 5 a 6 % en el Producto Interno Bruto y con alrededor del 7% en
el PIB no petrolero (ver anexo I). Además, la población empleada por esta
actividad económica representó entre el 12 y 14% de la ocupación total.
Al respecto, Gutiérrez (1991) afirma que esos resultados son
contribuciones mínimas directas de la agricultura a la producción y al empleo,
ya que esas estimaciones no toman en cuenta las relaciones que tiene el sector
agrícola con otros sectores (distribución de insumos, transporte,
almacenamiento, comercialización, agroindustria, etc)
Abreu, Gutiérrez y Otros (1996) señalan que en la década de los
setenta y la primera mitad de los ochenta, la estructura de la producción del
sector se caracterizó por la preponderancia del subsector agrícola animal; a
partir de 1986 ésta disminuyó, observándose una tendencia de los subsectores
animal y vegetal a igualar sus respectivas contribuciones, 42-43%.
Asimismo, la participación del subsector pesquero en el PIB agrícola creció
desde 2% en la década de los setenta y 9% en 1990, mientras que el subsector
forestal permaneció en niveles bajos. Estos resultados se explican por el
acelerado crecimiento de la producción vegetal (oleaginosas, caña de azúcar,
sorgo, maíz y otros) entre los años 1985 y 1988, a un ritmo superior al
presentado por la producción animal. El dinamismo presentado por el
subsector pesquero, está parcialmente explicado por el aumento del volumen
y del valor de las exportaciones.
En los años 1989 y 1990, la producción animal disminuyó con menor
intensidad que el subsector vegetal, a pesar de haber sido afectada
negativamente por la eliminación de los tipos de cambio preferencial y la
devaluación.
El sector agrícola venezolano, durante la década de los ochenta,
continuó orientado hacia el mercado interno, exportando poco, y altamente
dependiente de la importación de insumos, equipos para desarrollar su
proceso productivo.
Los resultados más importantes de la agricultura durante el período
1984-1988, pueden ser resumidos en la manera siguiente:
§ Crecimiento del Producto Interno Bruto Agrícola (PIBA) de 6%.
§ El Producto Interno Bruto Agrícola Animal creció en un promedio de
3.4%, mientras que Producto Interno Bruto Agrícola Forestal creció a
6.9%.
Van Kesteren (1990) señala, que el modelo rentista también se proyectó
hacia el sector agroalimentario, generando distorsiones tanto en los patrones
de producción como en los de consumo. Asimismo, la necesidad de acelerar
la producción interna con miras a la adoptada sustitución de importaciones,
sin detenerse a considerar y tomar debidamente en cuenta las posibilidades
que brinda el ecosistema tropical, se manifestó en una asignación de recursos
sesgada a favor de aquellos rubros que facilitaban el proceso sustitutivo de
importaciones en ciertos circuitos agroindustriales, así como en la adopción
de variedades y paquetes tecnológicos desarrollados en otras latitudes, los
cuales requerían del uso intensivo de insumos y de la mecanización.
Evolución Reciente del Comercio Exterior Venezolano.
El balance de comercio exterior venezolano es, desde el inicio de la
explotación petrolera, ampliamente superavitario, al punto que desde la
década de los cuarenta solamente se registran dos déficits, el primero en 1978
y el último en 1988, lo que sin duda explica claramente porque el sector
externo se considera una de las principales fortalezas de la economía
venezolana.
Sin embargo, esta fortaleza se ve reducida por la elevada dependencia
que sigue mostrando el comercio exterior de las exportaciones petroleras, en
especial porque en los últimos años se ha estancado el camino ascendente que
llegaron a establecer las exportaciones no petroleras a partir de este tipo de
exportaciones no petroleras a partir de principios de los ochenta, al tiempo que
dentro de este tipo de exportaciones también se observa una elevada
concentración en un grupo de productos, especialmente de la industria
metálica básica.
Por otra parte, del lado de las importaciones, en los últimos años han
aumentado las quejas de varios sectores productivos en relación a un fuerte
incremento de las importaciones, que habrían desplazado a la producción
nacional en todos los sectores.
El primer aspecto que debe resaltarse en el comercio exterior
venezolano es su tendencia ascendente que fue interrumpida entre los años
1982 y 1986, fundamentalmente por la caída en las exportaciones petroleras,
las cuales había logrado incrementarse de 2.380 millones de dólares en 1970 a
19.094 millones en 1981, y para 1986 se habían contraído hasta 7.049
millones de dólares (ver anexo II).
A partir de 1987, además de reiniciarse la tendencia ascendente de las
exportaciones de petróleo, se hizo más evidente el crecimiento de las
exportaciones de productos no petroleros, estos lograron sobrepasar la barrera
de los 2.000 millones de dólares por primera vez en la historia en 1988, al año
siguiente la de los 3.000 millones y en 1990 rozaron los 3.500 millones. De
esta manera, se evidenciaba un acelerado incremento en las exportaciones no
petroleras, aunque se habían requerido décadas para alcanzar los 1.000
dólares, lo que se logró apenas en 1981, cuando sumaron 1.087 millones de
dólares.
Este elevado incremento de las exportaciones no petroleras se originó
según Ross (1999) en la combinación de varios factores, destacando la fuerte
contracción de la demanda interna en 1983 (24,5%), que determinó que a
pesar de la recuperación iniciada en 1986 solamente en 1992 se logra situar en
un nivel superior al existente en 1982, a lo que se agregan las sucesivas
devaluaciones que se producen a partir de 1983.
La recuperación de la demanda interna en los años 1991-1992 es lo que
determina que las exportaciones no petroleras sufrieran su primer retroceso
desde 1983, para mantenerse en torno a los 2.900 millones de dólares por año,
para que nuevamente la combinación caída de la demanda interna-devaluación
potenciara su repunte a partir de 1993, hasta alcanzar su punto máximo en
1998 con 5.442 millones de dólares, según cifras del BCV.
Pero en 1999 se registra un fenómeno poco frecuente como es la caída
de la demanda interna (8.7%) y disminución de las exportaciones no petroleras
para sumar 4.122 millones de dólares, según las cifras más recientes
proporcionadas por el BCV. Este fenómeno fue ocasionado en buena medida
a la depresión de precios generada en el mercado internacional por efecto de la
crisis asiática.
A pesar del menor dinamismo de las exportaciones no petroleras en los
últimos años, en la década de los noventa promediaron unos 4.281 millones de
dólares anuales, lo que casi triplica el promedio de los ochenta (1.449
millones de dólares), y es diez veces mayor al promedio de los setenta (428
millones de dólares).
Este desempeño de las exportaciones no petroleras supera ampliamente
el de las exportaciones petroleras, las cuales promediaron 13.823 millones en
los noventa, lo que apenas es un 8% superior al promedio de la década previa
(12.797 millones de dólares), y 1.9 veces por encima del promedio de los
setenta (7.232 millones) según cifras aportadas por BCV.
De esta manera, se pone de evidencia que en el caso venezolano la
disminución de la dependencia del sector petrolero ha sido sumamente lenta, a
pesar de la elevada expansión que se registró hasta mediados de los noventa.
Según Coyuntura (1999), indica que de mantenerse esa tendencia las
exportaciones no petroleras podrían alcanzar los 5.120 millones de dólares,
que sería la segunda cifra más elevada de la historia después de 1998, por lo
que se relaciona tanto con el estancamiento de la demanda interna como con la
recuperación de los precios en el mercado internacional.
En tal sentido, la ventaja de un incremento del nivel de exportaciones en
base a los volúmenes de ventas tanto petroleras como no petroleras, es que
ello permitiría no sólo fortalecer las cuentas externas, sino que además ejercen
un mayor impacto dinamizador sobre la economía interna.
También debe tenerse presente que las exportaciones representan la
segunda variable más importante en la formación del PIB, después de los
gastos de consumo, al concentrar un 40% del PIB en los últimos tres años (ver
anexo III).
Ante tal importancia, es fundamental para el crecimiento de la
economía, que las exportaciones logren mantener una senda ascendente, de
manera que se conviertan en elemento dinamizador de la misma.
La Capacidad Exportadora de la Agricultura
de América Latina y el Caribe.
La participación regional en las exportaciones mundiales indica que las
naciones latinoamericanas sólo tienen importancia en productos como maíz,
soya, café, azúcar, banano, algunas frutas y algodón. Casi todas enfrentan
problemas de mercado; de ahí la fuerte tendencia a consolidar y fomentar
rubros no tradicionales como el de frutas, legumbres y vegetales de todo tipo,
así como especialidades como flores, especias, algunas hierbas y los productos
de la llamada agricultura orgánica.
Aguirre (1993), afirma que la eficiencia técnica y económica de la
producción agropecuaria, serán las que determinarán la evolución de los
países y rubros específicos en mercados mundiales cada vez más
competitivos. La eficiencia técnica medida por los rendimientos físicos en
comparación con las principales regiones productoras del mundo, muestra,
con ciertas excepciones en rubros específicos en determinados países, que en
los últimos 20 años hubo un estancamiento generalizado en 33 cultivos.
En el caso de cereales, América Latina sólo supera claramente al
continente africano y por un margen muy reducido (17%) a Oceanía. La
ventaja que existía respecto a Asia se perdió en el decenio pasado y, desde
luego, está lejos de alcanzar a América del Norte y Europa, aunque en este
caso la comparación se distorsiona por la influencia de políticas económicas
excesivamente proteccionistas.
Por otra parte, el banano, si bien algunos países latinoamericanos son
los más importantes exportadores o tienen el rendimiento más alto por
hectárea, la producción total permaneció estancada en el último decenio.
Al respecto, Aguirre (1993) afirma que los indicadores muestran que
hay mucho camino por recorrer para mejorar la eficiencia productiva no sólo
en términos de la oferta exportable sino también en la orientada al
abastecimiento interno, la cual puede ser desplazada por productos de otras
regiones.
Pese al desfavorable comportamiento general del comercio de productos
básicos, varios países obtuvieron buenos resultados de la venta de ciertos
alimentos y materias primas. Este es el caso de las exportaciones chilenas y
hondureñas de frutas frescas, cuyo crecimiento en los años ochenta fue dos
veces más rápido que el de los envíos manufactureros regionales. La
heterogeneidad de los países latinoamericanos se pone de relieve con la
relación histórica entre el crecimiento económico y los cambios en la
estructura de las exportaciones nacionales.
La economía de Paraguay, por ejemplo, experimentó en el año 1.992, un
dinámico crecimiento aunque exporta básicamente materias primas
tradicionales. De igual manera, los logros económicos de Ecuador se
vincularon a la venta de petróleo y los de Honduras a la de productos agrícolas
no tradicionales. Por el contrario, en varios donde se elevó la participación de
las manufacturas en los envíos externos la economía se estancó. En Argentina
este resultado se debió principalmente a las políticas económicas deficientes;
en Barbados a la caída de los precios del azúcar y en Jamaica a la declinación
de las exportaciones de bauxita.
Por otro lado, la competitividad económica como lo afirma Aguirre
(1993) medida por la capacidad de generación de divisas netas por dólar de
componente importado, incluyendo tanto el comercio de bienes como de
insumos agropecuarios, la situación no puede generalizarse. Hay países con
situaciones favorables, como los del Cono Sur, y otros, como Venezuela y
Perú.
Productividad e Inserción Internacional de América Latina.
América Latina se enfrenta al reto de mejorar su especialización
internacional para incorporarse de manera más activa en las áreas dinámicas
del comercio mundial.
La política económica de América Latina debe conceder mayor
prioridad a las exportaciones, estimulándolas y orientando a ese fin las
modalidades de la integración e incluso el comportamiento de los actores
económicos y sociales.
En ese sentido, Rosales (1990) asegura que: La reducción de las barreras al comercio es un paso inicial imprescindible pero insuficiente. En efecto, mejorar la inserción comercial supone incrementar la competitividad en bienes. Ello, en el mediano plazo, sólo se logra incrementando la productividad e incorporando innovaciones tecnológicas
que hagan compatibles el equilibrio de balanza de pagos y la elevación del nivel de vida de la población. (Pag. 859)
Así pues, el reto de la competitividad lleva consigo una política de
apertura comercial (reducciones de aranceles, de los controles cambiarios y
comercial), políticas macroeconómicas consistentes.
En l985, las condiciones de la economía internacional, es decir, la
pérdida de la importancia de los productos primarios y la disminución de sus
precios, así como las políticas de proteccionismo, han propiciado una fuerte
reducción en el superávit del comercio de los productos primarios de América
Latina. Esta tendencia persiste, la región en su conjunto tuvo un superávit
neto en el comercio de manufacturas. Sin embargo, en muchos países persiste
el déficit, a veces tan elevado como el ingreso que proviene de las
exportaciones de productos primarios (ver Cuadro 2)
Cuadro 2 AMÉRICA LATINA: SALDO COMERCIAL EN 1.985 (MILLONES DE DÓLARES DE 1.980) América Costa Latina Bolivia Rica Ecuador Guatemala Honduras Manufact. 5891 -505 -781 -1470 -652 -693 Productos Primarios 34148 519 623 2289 411 530 Agrícolas 16246 - 730 - 766 621 Minerales No Comb. 3107 - - - - - Combust. 14796 399 - 1730 - - Fuente: División Conjunta CEPAL/ONUDI
Esta misma heterogeneidad se observa en la composición de las
exportaciones. En el promedio, las manufacturas representan el 51.9% del
total, pero en casi todos los países los productos primarios constituyen más de
dos terceras partes de las ventas externas (ver Cuadro 3).
El comportamiento heterogéneo de la evolución comercial de América
Latina, conduce a analizar detalladamente las tendencias en la especialización
internacional, asumiendo que la composición del comercio exterior afecta los
objetivos de desarrollo. GATT (1988) informa que desde los años setenta las
manufacturas han sido el motor del intercambio mundial, duplicando y a
veces triplicando el comercio agrícola o minero; otros bienes retroceden o se
estancan, lo que se refleja en los precios: si en 1987 el índice del valor
unitario de las manufacturas superaba 14.1% al de 1980, el de los productos
agrícolas se mantenía estancado y el de los minerales era inferior en 31%.
Sobre este particular Rosales (1990) afirma que:
La región ha realizado un gigantesco esfuerzo para destinar recursos reales a la exportación. Ha pospuesto desafíos de justicia tributaria y readecuado los precios relativos para fomentar las ventas externas. Como resultado, el monto exportado aumentó 56% de 1980 a 1988 (5.6% anual), porcentaje 50% superior al del comercio mundial. (Pág. 713)
Cuadro 3. LA IMPRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA LATINOAMERICANA. País Tubérculos Leche País Tubérculos Leche (Kg/has) (Kg/animal) (Kg/has) (Kg/animal) América Norteamérica Latina Argentina 15.752 2.267 Canadá 26.667 5.105 Bolivia 6.479 1.412 EUA 34.534 7.067 Brasil 12.149 784 Europa Chile 14.477 1.919 Alemania 38.322 5.369 Colombia 12.778 994 Suiza 48.806 4.143 Costa Rica 23.894 1.473 Reino Unido 41.460 6.367
Japón y Tigres Cuba 4.944 1.458 Corea del Sur 20.028 6.643 Ecuador 6.697 2.084 Hong Kong 23.500 2.905 El Salvador 15.987 933 Japón 25.588 6.074 Guatemala 4.630 732 Singapur 10.000 Haití 3.828 250 Taiwán 13.889 4.398 Honduras 7.202 950 Jamaica 14.922 1.000 México 16.757 1.150 Nicaragua 12.422 700 Panamá 6.243 1.106 Paraguay 14.100 1.894 Perú 8.073 1.407 Puerto Rico 1.683 4.182 R. Dominic. 6.132 1.696 Trinid.Tob. 9.820 1.565 Uruguay 9.263 1.743 Venezuela 8.943 1.306
Fuente: FAOSTAT. Base de datos estadísticos de la FAO (1994).
En el período 1984 – 1988, etapa de recuperación del comercio
internacional, América Latina tenía que exportar 100 en volumen para recibir
74 en valor, mientras que los países industriales exportaban 100 y recibían
124. Con respecto a esto, es obvio que se necesitaba de un mayor esfuerzo
para incorporar valor agregado y dotar de mayor complejidad tecnológica a
las ventas externas latinoamericanas, además de profundizar el vínculo con la
industria, las exportaciones y el desarrollo económico.
Lafay (1987) afirma que es evidente la necesidad de abordar la
inserción internacional de las economías de la zona con criterios estratégicos
de especialización, ello implicaría aprovechar las especificidades de cada
economía, buscando sistemáticamente la adaptación y la flexibilidad ante las
condiciones de la demanda internacional.
La estrategia de especialización internacional aportada por Lafay,
requiere seleccionar productos según criterios de adecuación a la demanda
mundial, también se necesitan políticas explícitas de oferta que estimulen las
ventajas comparativas dinámicas. Esta estrategia surge como un enfoque
global, avanzando hacia prácticas competitivas más enfocadas a la
especialización y a la productividad.
Cordeiro (1995) asegura que si las economías latinoamericanas no son
productivas no podrán competir realmente a nivel internacional. Para lograr
un verdadero crecimiento, América Latina tiene que alcanzar los niveles de
productividad de sus competidores y, luego, superarlos.
Una de las principales razones de la ineficiencia de las economías
latinoamericanas es su baja productividad, que se reflejan abiertamente en los
reducidos niveles productivos de los tres sectores económicos tradicionales:
agricultura, industria y servicios.
En Perú se producen 8.073 Kg/hectárea, en Suiza la cifra es 6 veces
mayor, 48.806 Kg/hectárea (ver cuadro 3), irónicamente las papas y otros
tubérculos son originarios de la región andina. Lo mismo ocurre con el maíz
que aunque también es originario de América Latina es producido mucho más
eficientemente en otros países europeos.
Según Cordeiro (1995), las razones de la baja productividad de papas y
maíz en América Latina son múltiples: falta de incentivos para los
agricultores, uso inadecuado de fertilizantes, siembra de especies y variedades
deficientes, sistemas de riego inadecuados, mala utilización de algunas tierras,
mayores niveles de desperdicio, cosechas fuera de tiempo, etc. El resultado es
trágico: los latinoamericanos producen actualmente sus propios alimentos en
condiciones deficientes.
El caso de la producción lechera latinoamericana es igualmente penoso.
Mientras en Haití solo se producen 250 litros de leche por animal, en Hong
Kong la cifra es más de diez veces mayor, 2.905 litros por animal, y en Japón
24 veces mayor. Hasta los países ganaderos como Argentina y Uruguay
tienen una productividad tres veces menor a la del Reino Unido, que
ciertamente no es conocido a nivel mundial por su ganado.
En 1993 sólo Puerto Rico tenía niveles internacionales aceptables de
productividad lechera aunque todavía tenía grandes oportunidades de mejora.
La productividad de Puerto Rico era sólo 66% de la inglesa y 59% de la
estadounidense. Las oportunidades de mejora van desde mayor mecanización,
menores pérdidas de líquido, mejor acceso a la distribución, ordeños más
frecuentes y otros incentivos bajo las leyes de la oferta y la demanda en
mercados libres y abiertos.
Por otro lado, Ecuador y Colombia, producen camarones y flores,
respectivamente. Su producción y venta externa está relacionada con el
aprovechamiento de ventajas comparativas, lo que ha permitido establecer y
fortalecer sus nichos en los mercados internacionales.
Casi todas estas exportaciones se destinan a los mercados de los Estados
Unidos, la Unión Europea, Japón y algunos otros países.
Al respecto, Kouzmine (2000) afirma que las perspectivas de las
exportaciones agrícolas dependen principalmente de su demanda mundial y
su competitividad; en el caso de las de camarón, están condicionadas en gran
medida por oferta.
En 1997, América Latina aportó aproximadamente una quinta parte de
las exportaciones mundiales de este producto. Ecuador y México figuran
entre los cinco mayores exportadores de camarones congelados (los otros tres
son Tailandia, Indonesia e India).
La dinámica de las exportaciones de camarón desde los países de
América Latina, depende de la oferta y la demanda de este producto en el
mercado mundial. Durante los tres últimos decenios, las variaciones de los
factores de la oferta y la demanda permitieron que las exportaciones
mundiales tendieran, en general, a crecer rápida y sostenidamente.
La oferta de camarones varía en función de factores de origen
gubernamental, de la dinámica de los precios internacionales, estos han
exhibido una tendencia ascendente durante los últimos tres decenios (ver
cuadro 4).
Cuadro 4 EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS INTERNACIONALES DEL CAMARÓN Y DE SU ÍNDICE, 1975-1998. País 1975 1980 1985 1990 1995 1996 1997 1998 Camarones (puerto 2.67 4.60 4.75 2.90 6.13 5.95 6.70 6.45 De los Estados Unidos, dól/libra) Camarones (índice) 54.5 93.9 96.9 100.0 125.1 121.4 136.7 131.6 Fuente: Estadísticas financiera internacional, Washington, D.C., Tomado de Kouzmine. 2000. Exportaciones no tradicionales latinoamericanas. CEPAL. Chile.
Por otro parte, la mayor parte (casi 90%) de la demanda mundial de
camarones procede de Japón, los Estados Unidos y la Unión Europea.
Tanto las exportaciones de camarones, flores y otros productos
agrícolas han contribuido significativamente, en términos cuantitativos, al
desarrollo de los países latinoamericanos.
Las Exportaciones Latinoamericanas en el Mercado de la OCDE.
Mortimore, Bonifaz y Otros (1997) afirman que el desempeño de las
exportaciones latinoamericanas en el mercado de la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en los años ochenta ha sido
relativamente exitoso, si se considera que se lograron tasas promedio de
crecimiento real superiores a las del producto interno bruto.
Los cuadros 5 y 6 brindan información para comparar la situación
competitiva de las regiones América Latina y Asia en desarrollo con relación
a la estructura de las exportaciones a la OCDE en el período comprendido
entre 1.980 y 1.995. Ambas regiones muestran un incremento de sus
exportaciones de manufacturas y un deterioro de sus exportaciones de
recursos naturales. En ambos casos, las exportaciones de manufacturas se
concentran en aquellas no basadas en los recursos naturales.
Cuadro 5 ESTRUCTURA DE LAS EXPORTACIONES A LA OCDE. Asia en Desarrollo (12 países) Año Manufacturas Rec. Naturales Otros 1980 53.9% 44.8% 1.3% 1985 66.6% 32.2% 1.2% 1990 78.9% 19.9% 1.2% 1995 84.6% 14.2% 1.1% Fuente: Programa computacional CAN PLUS de la CEPAL. Cuadro 6 Estructura de las Exportaciones a la OCDE América Latina en Desarrollo (25 países) Año Manufacturas Rec. Naturales Otros 1980 21.3% 77.2% 1.5% 1985 30.0% 67.7% 2.3% 1990 43.5% 54.1% 2.4% 1995 52.3% 45.0% 2.7% Fuente: Programa computacional CAN PLUS de la CEPAL. En el caso de América Latina, en 1980, sus exportaciones de recursos
naturales (77.2%) eran muy superiores a las de manufacturas (21.3%). En
1.995, las exportaciones de recursos naturales (45.0%) y las de manufacturas
(52.3%) casi se dividían en partes iguales.
En el caso de Asia en desarrollo,1980 las exportaciones de recursos
naturales (44.8%) y manufacturas (53.9%) se dividían en casi las mismas
proporciones. Pero 15 años más tarde la situación cambió: las exportaciones
de manufacturas (84.6%) quintuplicaban a las de recursos naturales (14.2%).
Venezuela en el Marco de los Acuerdos de
Integración Económica en América Latina.
En los últimos años ha tomado un gran auge en la liberación de
comercio a nivel mundial, y en especial en América Latina, donde como parte
de este proceso han proliferado los acuerdos comerciales de distinta índole
entre los países de la región, los cuales tienen en común la sustancial
disminución de las barreras al comercio. El empuje es de tal magnitud que
inclusive se inició el proceso de negociación para establecer un Area de Libre
Comercio en todo el continente (ALCA).
En este sentido, en el anexo IV se puede apreciar como el continente
americano es de vital importancia para el comercio exterior venezolano, al
concentrar la zona del Alca más de un 80% del comercio global, y los países
miembros de la Aladi nuestros socios más relevantes tras Estados Unidos.
En este marco de múltiples acuerdos regionales, Venezuela tiene varios
compromisos en la actualidad: Comunidad Andina, los Acuerdos enmarcados
en la ALADI y los Acuerdos con Centroamérica y el Caribe.
Ross (1998) afirma que nuestro comercio se centra en una elevada
proporción con los países regidos por los dos primeros tipos de acuerdos, lo
que denota la importancia de los mismos. Sin embargo, el comercio
venezolano no ha registrado un dinamismo similar con todos nuestros socios,
sino que por el contrario el mismo ha mantenido una elevada concentración
en la relación con Colombia.
El comercio andino se ha concentrado entonces, en el eje bilateral
Colombia-Venezuela, ya que tal como puede apreciarse en Cuadro 7 las
exportaciones colombianas y venezolanas hacia los países integrantes de la
CAN representan en los últimos años un 75% del total. Sin embargo, en el
mismo cuadro se observa que el mayor crecimiento relativo lo registraron las
exportaciones de Ecuador (27.1% anual en promedio entre 1992 y 1998),
mientras que el más moderado corresponde a Bolivia (15.6%).
Cuadro 7
EXPORTACIONES INTRASUBREGIONALES
MILLONES DE US $
País 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Bolivia 100 120 196 218 270 251 239 Colombia 1014 1139 1110 1937 1839 2115 2488 Ecuador 178 295 386 359 428 636 752 Perú 270 269 310 405 418 515 592 Venezuela 666 1045 1426 1799 1750 2111 2200 Fuente: base de datos de Comunidad Andina.
Por otra parte, las exportaciones intracomunitarias incrementaron su
importancia en los últimos años, al punto que en 1990 los países miembros
destinaban al mercado de la CAN sólo un 4.1% de sus exportaciones totales,
en 1993 este coeficiente se había más que doblado, al situarse en 9.4%, y en
1998 alcanzó su máximo nivel con un 14.3%.
En lo que respecta al comercio venezolano con la CAN, el mismo es
históricamente favorable al país, al punto que desde 1994 el superávit
promedia unos US $ 1.000 millones anuales, fundamentalmente debido al
elevado balance positivo que se observa en el comercio con Colombia.
En los primeros nueve meses de 1998, las exportaciones hacia el
mercado colombiano representó un 72.8% del total destinado a la CAN. Esto
evidencia que Venezuela todavía no ha explotado toda la potencialidad del
acuerdo existente, deficiencia que no es exclusiva de Venezuela, aunque si es
más pronunciada en nuestro caso (ver anexo V).
En efecto, solamente el caso de Perú se observa una participación
equilibrada de todos los socios, con una participación en torno a un 25% en la
estructura de las exportaciones. Por el contrario, Bolivia concentra alrededor
de un 50% de sus exportaciones en el mercado colombiano, y la misma
dependencia la tiene Colombia del mercado venezolano, y Ecuador de
Colombia.
Por otra parte, el incremento en el intercambio intrasubregional ha
estado acompañado por un importante cambio cualitativo, los productos
manufacturados han ganado en pocos años un 15% dentro del total, e
igualmente los productos alimenticios aumentaron su participación, en tanto
que los productos de menor valor agregado sufrieron un retroceso (ver anexo
VI).
BASES TEORICAS
Las teorías del Comercio Internacional.
Adam Smith, economista clásico, fue uno de los principales defensores
del libre comercio (mercados abiertos), con base en el argumento de que éste
promovía la división internacional del trabajo. Por medio del libre comercio,
las naciones podían concentrar su producción en aquellos bienes que pudiesen
elaborar a menor costo, con los consecuentes beneficios de la división del
trabajo.
De acuerdo con Adam Smith, el comercio mutuamente beneficioso se
basa en el principio de la ventaja absoluta. Al respecto, afirmó que: “Si un
país extranjero puede suministrarnos un bien más barato de lo que nosotros
mismos podemos hacerlo, resulta mejor comprarlo con alguna parte del
producto de nuestra propia industria, empleada en alguna forma en la cual
tengamos ventaja”.
En relación con esto último, Chacholiades (1992) argumenta que un
país puede ser más eficiente que otro en la producción de algunos bienes y
menos eficiente que otro en la producción de otros bienes.
Independientemente de la causa de la diferencia en la eficiencia, ambos países
se pueden beneficiar si cada uno se especializa en la producción de aquello
que puede hacer más eficientemente que el otro.
A comienzos del siglo XIX (justamente cuatro décadas después de
Adam Smith), David Ricardo y Robert Torrens demostraron que el comercio
mutuamente beneficioso es posible cuando solamente existe una ventaja
comparativa.
Cerca de un siglo después de la contribución de Ricardo y Torrens, los
economistas suecos Eli Heckscher (1879–1952) y Bertil Ohlin (1899–1979)
ofrecieron una interpretación que se ha convertido, desde la década de los
años 30, en la explicación ortodoxa de la última causa del comercio
internacional. Su idea básica descansa en dos premisas: los bienes difieren en
sus requerimientos de factores y que los países difieren en sus dotaciones de
factores.
La esencia del modelo de Heckscher-Ohlin (también conocido como
teoría de la dotación de factores) puede resumirse en cuatro teoremas: el
teorema de Heckscher-Ohlin, el teorema de la igualación de los precios de los
factores, el teorema de Stolper-Samuelson y el teorema de Rybczynski.
El teorema de Heckscher-Ohlin establece que un país tiene una ventaja
comparativa en la producción de aquel bien que utiliza más intensivamente el
factor que es abundante en ese país.
El teorema de la igualación de los precios de los factores establece que
el libre comercio internacional iguala los precios de los factores entre países,
tanto en términos relativos como en términos absolutos y, de esta manera,
sirve como sustituto para la movilidad internacional de factores.
El teorema de Stolper-Samuelson establece que un incremento en el
precio relativo de un bien incrementa la retribución real del factor utilizado
intensivamente en la producción de ese bien, y disminuye la retribución real
del otro factor.
El teorema de Rybczynski establece que, cuando solamente se
incrementa un factor, la producción del bien que utiliza intensivamente ese
factor también se expande, mientras que la producción del otro bien se
contrae, suponiendo que los coeficientes de producción están dados.
Cerca de dos décadas después de su reformulación por Bertil Ohlin, el
teorema de Heckscher-Ohlin se aceptó, sobre las bases del empirismo casual.
El primero y más famoso estudio empírico del teorema fue realizado por
Wassily W. Leontief (1954), utilizando datos de los Estado Unidos para el año
1947.
Chacholiades (1992) comenta que Leontief verificó su hipótesis de que
las exportaciones de Estados Unidos son intensivas en capital con relación a
las importaciones de ese país. Sin embargo, obtuvo la paradójica conclusión
de que los Estados Unidos en realidad exportan bienes intensivos en trabajo e
importan bienes intensivos en capital.
Asimismo, Tugores (1994) afirma que se han dado diversas
explicaciones, como la de que el “factor trabajo” en Estados Unidos
incorporaba un nivel de “capital humano” superior al de los demás países, así
la teoría de la dotación de factores quedo en entredicho.
Los orígenes del modelo de los factores específicos, se remontan en el
período comprendido entre la primera y la segunda guerra mundiales. El
modelo fue apoyado por Haberler y otros economistas.
El modelo de los factores específicos según Chacholiades (1992),
conduce a una importante proposición: la estructura del comercio está
determinada por la abundancia relativa de los factores específicos.
Muchos economistas consideran el modelo de los factores específicos
como la versión a corto plazo del modelo de Heckscher-Ohlin. En lugar de
utilizar tierra y capital como factores específicos, permiten que cada sector
tenga su propia oferta de equipo de capital, el cual en el corto plazo es
específico para ese sector. Sin embargo, con el tiempo, este capital puede ser
transferido de un sector a otra vía depreciación y reemplazo.
En 1961 el economista y político sueco Staffan Burenstam Linder
desarrolló la hipótesis según la cual un país exporta aquellos productos
manufacturados para los cuales existe un amplio mercado local.
Linder aseguró que los fabricantes inician la producción de un nuevo
producto con el fin de servir al mercado doméstico, el cual les es más familiar.
En el proceso, desarrollan las habilidades para hacer el producto de una forma
más barata y, finalmente, exportan el producto a otros países con gustos y
niveles de ingreso similares.
La tesis de Linder se conoce como la teoría de la Expansión y se aplica
solamente a las manufacturas, no a los productos primarios, ya que el
comercio de los productos primarios está determinado por las dotaciones de
factores (especialmente recursos naturales), como en el modelo de
Heckscher-Ohlin.
La teoría de la brecha tecnológica fue propuesta por Posner en el año
1961, la cual hace uso de la secuencia de la innovación y la imitación,
particularmente en la medida en que esta secuencia afecta las exportaciones.
El argumento es que los Estados Unidos poseen una ventaja comparativa en
investigación y desarrollo y tienden a exportar bienes manufacturados
avanzados tecnológicamente.
Chacholiades (1992) asegura que la teoría de la brecha tecnológica
fracasa al explicar por qué la brecha es como es y por qué no es más grande o
más pequeña.
En 1966 Vernon generalizó la teoría antes mencionada en la teoría del
ciclo del producto, haciendo énfasis en la estandarización de los productos.
La teoría sugiere tres etapas de un producto (producto nuevo, producto
maduro y producto estandarizado) y explica entonces la velocidad de la
diseminación de la innovación sobre la base tanto de los cambiantes
requerimientos de insumos durante el ciclo de vida de un producto como de
las dotaciones de factores de los países.
Chacholiades (1992) afirma que en nuestro mundo de constantes
cambios ni la dotación de factores ni la tecnología permanecen estáticas. Con
el transcurrir del tiempo, crece la dotación de los factores, los métodos de
producción antiguos y menos eficientes son reemplazados por nuevos
métodos.
El crecimiento de la dotación de los factores y el progreso tecnológico
dan origen a muchos problemas, los cuales son estudiados mediante la Teoría
de los Efectos del Crecimiento Económico sobre el Comercio.
Muchos economistas han hecho énfasis en la importancia del comercio
internacional durante el proceso de crecimiento. El comercio desata varias
fuerzas dinámicas que conducen al crecimiento económico. En la medida en
que los mercados se expandan, la competencia se torna menos personal y los
productores tienden a invadir los límites de los mercados de los demás. Esta
competencia mejora la eficiencia económica frecuentemente a través de la
tecnología, y conduce a una mayor inversión, la cual es necesaria con el fin de
sacar ventaja de las nuevas oportunidades creadas.
El argentino Raúl Prebish (1901-1986) fue el economista que hizo el
análisis inicial de la condición económica de los países en desarrollo en
general y de América Latina en especial. Su principal argumento, llamado
ahora la tesis Prebish-CEPAL, era el siguiente:
El comercio internacional entre los países industrializados del “centro” y los países subdesarrollados, productores de materias primas y de la “periferia” tiende a originar un “intercambio desigual” que tradicionalmente ha favorecido a los países del centro a expensas de los de la periferia.
Lo que hizo Prebish fue dividir (con fines de análisis) el mundo en dos
partes: el centro y la periferia. El centro, está formado por los países
avanzados industrializados del mundo capitalista, mientras que la periferia
comprende las regiones en vías de desarrollo del mundo que producen
principalmente productos agrícolas y otros productos del sector primario.
Los estudios realizados por Prebish, CEPAL y muchas otras
instituciones demostraron que, cada año, América Latina tenía que exportar
más productos primarios, a fin de importar la misma cantidad de productos
manufacturados provenientes de los países desarrollados.
Según Clement (1991), lo anterior significa que el sistema de comercio
internacional ha contribuido, desde la época colonial, al “subdesarrollo” de
América Latina y de otras regiones del mundo y a subsidiar el “desarrollo” de
los países industrializados.
Ante esta desventajosa situación económica de América Latina, Prebish
y otros autores recomendaron que los países en desarrollo adoptasen
estrategias independientes de desarrollo, favoreciendo así la creación de una
base manufacturera a nivel nacional. Ello requeriría naturalmente una mayor
participación y protección de las industrias nacionales por parte del Estado.
Al mismo tiempo habría que introducir reformas estructurales a nivel nacional
e internacional.
Las ideas de Prebish con el tiempo llegaron a constituir el fundamento
de lo que a menudo se llama la escuela de la CEPAL, que ejerció un enorme
efecto en los economistas de América Latina. Sus teorías, aunque refutadas
decididamente por muchos economistas de los países industrializados,
también contribuyeron al nacimiento del “estructuralismo” y de las teorías de
“dependencia”, que más tarde gozaron de amplia aceptación en América
Latina y en otros países en vías de desarrollo.
Clement (1991) asegura que las teorías de Keynes y de Prebisch dieron
origen a las políticas que transformarían las economías capitalista, cuando se
logró la transición de una economía de mercado a una economía mixta, lo
cual significa que las fuerzas de la oferta y de la demanda se modificaron y
complementaron con las acciones del Estado. A su vez, los gobiernos
empezaron a buscar objetivos como el pleno empleo, la estabilidad de precios
y la obtención de altas tasas de crecimiento y de desarrollo económico.
El Comercio entre las Naciones: Ventaja Comparativa.
La teoría de Ricardo demuestra que es posible que un país importe
productos cuyo costo real en el interior sea menor que en el exterior. Con ello,
las mercancías exportadas no tienen que ser las que tienen un menor costo real
internacional. El teorema establece que un país debe especializarse en la
producción de aquellos bienes cuyo costo relativo en el país (respecto a otros
bienes) sea inferior al correspondiente costo relativo existente en otro país.
En el análisis ricardiano, el origen del comercio internacional se
encuentra en la diferencia de la productividad del trabajo en los distintos
países; siempre que haya diferencia entre los países en los costos relativos de
los bienes, los precios relativos serán distintos y el comercio será beneficioso
para ambos porque aumenta la producción total, la oferta y consumo en cada
país.
Esta teoría del comercio internacional centrada en los beneficios de la
división internacional del trabajo con un criterio de especialización basado en
la optimización de la asignación de recursos según el principio de los costos
comparativos, puede considerarse la más antigua de la economía
internacional.
Clement (1992) afirma que el modelo de ventaja comparativa, tiene
algunas graves deficiencias sobre todo en el contexto de las premisas en que
se basa.
Ricardo supuso que los costos podrían permanecer constantes, fuera
cual fuera el nivel de la producción, lo cual significa, que sería posible que
una nación incrementara su producción al comenzar a especializarse, con el
fin de satisfacer las necesidades de otros países sin incremento de los costos.
Sin embargo, en la economía moderna se da por sentado el hecho de que, al
incrementar la producción más allá de cierto punto, aumentarán los costos.
Asimismo, supuso que no existían los costos de transporte, y descartó
así los efectos de los mayores costos para los productos importados en
comparación con los producidos dentro del país.
Por último, Ricardo supuso que los factores de producción son
perfectamente móviles en el interior del país, pero inmóviles
internacionalmente.
Clement (1992) afirma que el supuesto anterior significa que, dentro de
un país la mano de obra y el capital pueden abandonar con facilidad una
industria que no puede competir con los productos más baratos de cualquier
otro país. Esto pasa por alto el hecho de que, incluso dentro de un país cuando
la competencia extranjera desplaza empleos, la reubicación y el
readiestramiento origina importantes dificultades sociales. Por otra parte, en
el plano internacional, hay cierta movilidad de capitales y mano de obra, sobre
todo los primeros, aun cuando las barreras que restringen esos movimientos
son probablemente suficientes para justificar la suposición de Ricardo.
A pesar del alto grado de abstracción de la teoría ricardiana, ha logrado
mantenerse con el paso del tiempo, y se ha convertido en un principio de
lógica económica de la asignación de recursos ampliamente aceptado en la
actualidad. De hecho, el principio ricardiano fue incorporado con algunas
variantes en el sistema neoclásico de economía internacional y ha servido de
referencia a todas las teorías que se basan en el comercio internacional en
diferencias de recursos, de productividad, de desarrollo, de historia.
Krugman y Obsfeld desarrollaron un modelo de comercio internacional
originalmente desarrollado por el economista británico David Ricardo. En
éste modelo el trabajo es el único factor de producción y los países difieren
sólo en la productividad del trabajo en diferentes industrias.
Es evidente, que la importancia del comercio proviene del amplio grado
de especialización que existe en las naciones.
Al respecto, Chacholiades (1982) afirma que el alto grado de
especialización que existe en nuestra sociedad se debe al hecho de que la
especialización incrementa el nivel de vida mediante la producción de más
bienes y servicios disponibles para el consumo.
La razón por la que el comercio internacional produce este aumento de
la producción mundial es que permite que cada país se especialice en la
producción de un bien en el que dispone de ventaja comparativa. Un país
tiene ventaja comparativa en la producción de un bien si el costo de
oportunidad en la producción de este bien en términos de otros bienes es
inferior en este país de lo que lo es en otros países.
Krugman y Obstfeld (1999) parten sobre la base de la concepción de
que el comercio entre dos países, puede beneficiar a ambos, si cada país
exporta los bienes en los que dispone de ventaja comparativa.
Con respecto a lo anterior expuesto, los autores explican que es una
afirmación acerca de posibilidades y no de lo que realmente podría ocurrir,
puesto que en el mundo real, no existe una autoridad central que decida cuál
país tiene que producir un determinado bien y cuál no. En lugar de eso, la
producción y el comercio internacional están determinados en el mercado, que
se rige por la ley de la oferta y la demanda.
Carbaugh (1999) afirma que las condiciones de oferta y demanda
determinan las bases y dirección del comercio. La demanda contribuye
asimismo a establecer los términos de intercambio internacionales; esto es, los
precios relativos en los que las naciones intercambian mercancías entre sí.
Si bien es cierto que el comercio internacional es beneficioso, todavía
existe cierto escepticismo, respecto a los beneficios que se pueden obtener
intercambiando productos que un país puede producir por sí mismo.
Krugman y Obsfeld (1999) señalan:
La proposición de que el comercio es beneficioso es incondicional. Es decir, no se requiere que un país sea competitivo o que el comercio sea justo. En particular, podemos demostrar que hay tres creencias comúnmente aceptadas sobre el comercio que son falsas. Primera, un país gana con el comercio incluso si tiene menor productividad que sus socios comerciales en todas las industrias. Segunda, el comercio es beneficioso incluso si las industrias extranjeras son competitivas debido a los bajos salarios. Tercera, el comercio es beneficioso incluso si las exportaciones de un país incorporan más trabajo que sus importaciones.
El comercio aporta beneficios al permitir a los países exportar bienes
cuya producción se realiza con una relativa intensidad de recursos que son
abundantes en el país mientras que importa aquellos bienes cuya producción
requiere una intensidad en la utilización de recursos que son relativamente
escasos en el país.
Evidencias Empíricas del Modelo Ricardiano.
La primera prueba del modelo ricardiano fue realizado por el
economista inglés G. D. A. MacDougall en 1951. Al comparar los patrones
de exportación de 25 industrias distintas de Estados Unidos e Inglaterra
correspondientes a 1937, MacDougall puso a prueba la predicción ricardiana
de que las naciones tienden a exportar los bienes en los que su productividad
laboral es relativamente alta. Sus resultados coincidieron casi por completo
con la teoría de Ricardo.
De las 25 industrias estudiadas, 20 se ubicaron en el patrón previsto:
Estados Unidos mostró la mayor proporción de exportaciones mundiales
cuando su productividad laboral al menos duplicaba la productividad inglesa.
De este modo, la investigación de MacDougall confirmó la teoría ricardiana
de la ventaja comparativa. Con base en series diferentes de datos, estudios
posteriores de Balassa y Stern también comprobaron la validez de las
conclusiones de Ricardo.
Una prueba más reciente del modelo ricardiano fue efectuada por
Stephen Golub, quien examinó la relación entre los costos laborales unitarios
relativos (la proporción entre salarios y productividad) y el comercio de
Estados Unidos frente a Inglaterra, Japón, Alemania, Canadá y Australia.
Golub descubrió que los costos relativos por unidad de trabajo contribuyen a
explicar los patrones comerciales de esas naciones.
Carbaugh (1998) explica que a pesar de contar con apoyos empíricos, el
modelo ricardiano carece de diversas limitaciones. El trabajo no es el único
insumo. También deben tomarse en cuenta, los costos de producción y
distribución no relacionados directamente con el trabajo.
Evidencias Empíricas del Modelo Heckscher-Ohlin.
Los economistas han intentado contrastar el modelo de Heckscher-
Ohlin utilizando datos de un gran número de países. Un importante estudio de
Harry P. Bowen, Edward E. Leamer y Leo Sveikauskas (1987), se basa en la
idea de que el comercio de bienes es realmente una vía indirecta para
intercambiar factores de producción.
Para una muestra de 27 países y 12 factores de producción, los autores
calcularon la ratio de la dotación de cada factor del país respecto a la oferta
mundial. Posteriormente compararon estas ratios con la participación de cada
país en la renta mundial. Si la teoría de las proporciones factoriales fuera
cierta, un país exportaría siempre factores cuya participación factorial
excediera a la participación en la renta, e importaría factores cuya
participación fuera menor que la de la renta.
La Integración Comercial en América Latina.
Hace unos cuarenta o cincuenta años atrás podía decirse que la
interrelación económica de los países era menos dinámica, puesto que existía
la proposición de que el proteccionismo iba al servicio de las políticas de
industrialización de los países.
Actualmente este modelo se agotó, y no hay duda, de que dicha
relación es altamente fluida (a pesar de algunas medidas proteccionistas)
debido a que los países se han dado cuenta de que el crecimiento económico
no sólo se gesta desde dentro, sino que desde los demás países puede
contribuirse en gran medida a motorizar todo tipo de actividad económica, lo
que resulta en un mayor crecimiento.
El fundamento de que el comercio es buen o en sí mismo y produce
beneficios para todos, fue quizás la fuerza generadora para que los países
comenzaran con un proceso de liberalización del comercio a mediados del
siglo XX (Acuerdo general sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, GATT
1.947) el cual no sólo se concentró en la progresiva liberalización del
Comercio sino que apuntó a la eliminación de cualquier tipo de barreras.
Los Acuerdos de Integración Económica parecen ser una de las vías
más eficaces para que los países logren no sólo una interrelación a nivel
económico intraregional (caso de América Latina) sino que a su vez rebasen
sus fronteras para convertir en lo que algunos expertos en la materia
comercial denominan la Aldea Global.
Venezuela ha venido participando en los Acuerdos de Integración
Económica de manera muy activa, con el propósito de obtener mejoras
económicas. Estos Acuerdo van desde aquellos de carácter bilateral, de
Alcance Parcial o Complementación Económica, hasta Zonas de Libre
Comercio y Uniones Aduaneras.
Entre los acuerdos más importantes para Venezuela en la región se
estacan: el de la Comunidad Andina, los Acuerdo enmarcado en la Aladi
(Asociación Latinoamericana de la Integración), los Acuerdos con
Centroamérica y el Caribe y el del Area de Libre Comercio de las Américas
(Alca)
El origen de la Comunidad Andina se remonta a 1969, cuando un grupo
de países del área andina suscribieron el Acuerdo de Cartagena, conocido
también como Pacto Andino, con el propósito de establecer una Unión
Aduanera en un período de diez años.
En 1991, se creó de forma inmediata la Zona de Libre Comercio (ZLC)
y los países expresaron su compromiso de adoptar un Arancel Externo Común
(AEC): En 1992 comienza a operar efectivamente entre Bolivia, Colombia,
Ecuador y Venezuela la ZLC, con Perú excluida temporalmente de la misma.
Desde esa fecha se adoptó el AEC, avanzándose así a la transformación
en una Unión Aduanera. El AEC se aplica en un 5% para las materias primas,
10 y 15% los productos semi-elaborados, 20% para los bienes acabados, y un
35% y 20% para el Sector automotor.
Igualmente, a partir de 1992 se modernizó el régimen común sobre
inversiones extranjeras, se perfeccionó la normativa andina en materia de
propiedad industrial.
Entre 1996 y 1997 se introdujeron reformas muy importantes dentro del
Acuerdo Cartagena que condujeron a lo que hoy se conoce como la
Comunidad Andina de Naciones. El cambio apuntó hacia lograr una mayor
coherencia institucional en el sistema Andino de Integración (establecimiento
del Consejo de Ministros de relaciones Exteriores y la Secretaria General)
para orientarlo hacia la construcción de un Mercado Común.
El Tratado de Montevideo de 1980 instituyó la ALADI, y ha sido
suscrito por once países (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile,
Ecuador, México, Perú, Paraguay, Uruguay y Venezuela).
La ALADI presenta dentro de sus objetivos, una liberalización gradual
y progresiva del Mercado Común Latinoamericano, a fin de dinamizar y
ampliar los mercados a nivel de la región, al incrementar el comercio bilateral
entre los países miembros y terceros países.
El instrumento principal para lograr la dinamización del comercio es la
suscripción de acuerdos bilaterales y multilaterales, orientados al eventual
logro del libre comercio regional.
El deseo integracionista de los países encuentra así varios
caminos para su materialización, ya que partiendo de la etapa de
renegociación de las concesiones actualmente vigentes para alcanzar un
mayor fortalecimiento y equilibrio de las corrientes comerciales
intraregionales, se establece un área de preferencias económicas a nivel
regional a perfeccionar mediante tres mecanismos:
• Una preferencia arancelaria regional (PAR) con relación a terceros
países.
• Acuerdo de alcance regional con la participación de la totalidad de los
países miembros;
• Acuerdos de Alcance Parcial con la participación de dos o más países
del área.
El Sector Agrícola Venezolano.
A través del tiempo en el ámbito mundial se ha demostrado que el
desarrollo de los pueblos está determinado por el progreso técnico, económico
y organizativo.
El sector agrícola es entendido como un conjunto de organismos,
servicios, empresas y otras personas jurídicas y naturales que con
participación o no del estado en su gestión o aporte de capital, realizan
funciones de planificación, investigación, extensión, asistencia técnica y
crediticia; inversiones en vialidad, regadío, saneamiento de tierras;
preservación del ambiente y conservación de recursos naturales; capacitación
y educación rural y técnica; comercialización y otras funciones vinculadas a
la agricultura, para facilitar el ejercicio de las actividades de producción
agrícola vegetal, animal, pesquera y forestal de los suelos, aguas y climas
aptos del país, llevadas a cabo por otras unidades que también forman parte
de él.
Coles (1999) destaca que los productores agrícolas constituyen un
sector muy especial en la historia y la cultura de un país o región. No sólo
ocupan el espacio territorial menos atendido con servicios sociales, seguridad,
transporte y comunicaciones; también representan el centro de origen de casi
todas las culturas.
La agricultura ampliada (producción vegetal y animal, forestal, pesca y
acuicultura) es probablemente la actividad económica más compleja de
cualquier país.
Blanco y Machado (1999) afirman que no existe un indicador universal
para medir el desempeño de los negocios agrícolas. Puede medirse en
toneladas, valor de la producción, rendimientos, generación de empleo,
balanza comercial agrícola, contribución al producto interno, y diversidad de
rubros, productos y derivados. No son menos importantes los siguientes
indicadores: cartera crediticia, distribución de la propiedad, eficiencia de las
redes de distribución y calidad del producto final.
La contribución del sector agrícola ha estado, durante los últimos años,
entre 5 y 6 por ciento del PIB y da empleo directo a unos 800.000
trabajadores. A estas cifras habría que agregar las actividades que se generan
alrededor de la producción primaria, tales como ventas de insumos,
transporte, procesamiento y comercialización.
El PIB agrícola refleja solamente el valor de la producción primaria,
mientras que todas las actividades derivadas (maquinaria y otros insumos,
transporte, empaque, transformación, almacenamiento, distribución y puntos
finales de venta y consumo) son registradas tradicionalmente en sectores
como industria, transporte y comercio, donde se genera el mayor valor
agregado. Por esta razón, la agricultura es la actividad que genera más
trabajo a menor costo de inversión y es fundamental para la ocupación
armónica del territorio.
Ramírez (1999) señala que se ha discutido constantemente sobre la baja
productividad del sector agrícola, la dificultad para recuperar los créditos y las
enormes inversiones realizadas. Sin embargo, muchos agricultores logran alta
productividad, la mayoría paga los créditos. Aparte de las exportaciones
tradicionales de café y cacao, hay logros poco conocidos: exportaciones de
mango, melón, limón y cambur; el esfuerzo por recuperar el cacao criollo;
exportaciones de pollo; rendimientos de 7000 kilogramos por hectárea de
arroz; la producción con rendimientos de más de 6000 kilogramos por
hectárea de maíz blanco; la cría eficiente de camarones, truchas y tilapias.
También es importante mencionar el conjunto de políticas del pasado
que han generado condiciones negativas para el desarrollo del sector, como
son la condonación de deudas, suministro de dólares a tasa preferencial para
importar razas lecheras no adaptadas a las condiciones locales, subsidio a los
fertilizantes, tasa de interés preferencial para algunos rubros y barreras
arancelarias y para-arancelarias inadecuadas.
El sector agrícola ha enfrentado muchos problemas; pero los más
álgidos se encuentran en las áreas de maíz blanco, leche, sorgo, caña de
azúcar, cacao y hortalizas. En el caso del maíz, es difícil competir con países
que tienen lluvias más regulares.
El Producto Agrícola Venezolano.
Los productos agrícolas alimentarios constituyen la fuente de energía y
supervivencia de la población, la base física sobre la cual podrá generar
trabajo y progreso. La importancia de la nutrición como base del progreso
social y económico, es un asunto que ha estado en el centro de las
preocupaciones de los gobernantes de las naciones, de los fundadores del
Estado moderno. Ha sido un problema de alto contenido político, que los
gobernantes no han dejado en manos de las fuerzas invisibles del mercado.
Los productos agrícolas son derivados de agricultura, la ganadería, la
caza y la pesca. Pero todos los productos agrícolas no tienen necesariamente
un uso alimentario. Por ejemplo, las fibras textiles, el caucho natural, los
cueros y las pieles son materias primas agrícolas muy usadas en la industria
pero no constituyen alimentos.
Por otra parte, algunos productos agrícolas alimentarios, aparte de su
uso para la alimentación humana, pueden ser también utilizados en la
industria o con fines energéticos. Por ejemplo, los cereales contienen
almidón, base para ciertas actividades relacionadas con la industria química.
Aunque la mayoría de los productos alimenticios son de origen
agrícolas, no todo producto alimenticio es obligatoriamente derivado del
sector agrícola. Entre las excepciones, tenemos la sal, un producto mineral, o
los productos de la caza y de la pesca, que no proceden directamente de la
agricultura.
Cartay y Ghersi (1996) afirman que la mayoría de los productos
alimenticios gozan de la condición de indispensables y tienen menores
variaciones en la demanda de acuerdo con el ciclo de negocios que los otros
grupos de commodities. Exceptuando algunos rubros considerados lujosos,
como el café, el chocolate y la carne, el producto alimenticio tiene
generalmente una menor elasticidad ingreso de la demanda. Por ello,
muestran una menor tendencia al crecimiento durante la fase expansiva de la
economía, cuando los consumidores tienden a gastar cuotas decrecientes de su
ingreso para satisfacer sus necesidades básicas (lo que se conoce como Ley de
Engel).
Por otra parte, los productos agrícolas son, en mayor o menor grado,
muy dependientes de los cambios en el clima. Las variaciones climáticas, los
ataques de plagas o enfermedades, causan oscilaciones en los volúmenes de
producción, costos y riesgos que son mayores cuando se trata de cultivos poco
adaptados al clima en que se siembran.
En términos generales, se puede decir que la inestabilidad en el precio
de los productos agrícolas comercializados es, frecuentemente, causado por
las perturbaciones que ocurren del lado de la oferta.
La perecibilidad a corto plazo de los productos alimenticios es otra de
sus características distintivas importantes. La refrigeración y otras técnicas
para la conservación de los alimentos han aumentado la capacidad que tiene
esos productos para ser almacenados, pero, en general, los productos
alimenticios figuran entre los productos que ofrecen los mayores problemas
para el almacenamiento.
Sin embargo, existen algunos productos como el arroz, que son
fácilmente almacenables por largos períodos de tiempo sin alteraciones
importantes.
Es importante destacar, que el almacenamiento afecta a los productos
comercializados de dos maneras, desde el punto de vista económico: primero,
aumentando la elasticidad de su oferta y, segundo, incrementando las
posibilidades de la especulación comercial.
Por otro lado, hay grandes variaciones entre los productos alimenticios
en relación con el tiempo que toma aumentar su producción. Para algunos
rubros, como las bananas, la caña de azúcar o el maíz, la capacidad de
producción puede ser expandida entre dos temporadas de cultivo, por la
simple extensión del área de cultivo. En cambio para otros rubros, como el
café, el cacao o la palma aceitera, se requieren varios años entre la decisión de
incrementar la capacidad de producción y el inicio de la producción
comercial.
El nivel de la elasticidad precio de la demanda es otra importante
característica distintiva entre los productos agrícolas. Aquellos con mayores
productos sustitutivos, tienen una elevada elasticidad precio de la demanda.
Si el precio aumenta, la demanda se orientará a favor de los sustitutos. Esto es
cierto para las bananas y el cordero, cuya demanda es fácilmente desviable
hacia otras frutas y carnes.
El comercio mundial de productos agrícolas puede ser caracterizado,
por los siguientes elementos:
• La parte de la producción mundial intercambiada internacionalmente
varía de manera significativa de un país a otro. Resulta elevada para
algunos productos de plantación como el café y el cacao, mientras que
es baja en el caso del arroz y de los productos de la ganadería, en los
cuales el autoconsumo es muy importante.
• La brecha existente entre el consumo y la demanda de los productos
alimenticios en el mercado mundial depende del nivel del
almacenamiento y del reexportación de los productos en forma bruta o
transformados. El almacenamiento, o stock, que depende de las
previsiones de consumo hechas por las operadoras, así como de
factores económicos, políticos y financieros, es muy importante en el
caso de algunos productos alimenticios, como el trigo y el cacao.
• Los Estados intervienen, por distintas razones, especialmente políticas
(como la de la seguridad alimentaria), en la producción y en el
comercio exterior de los productos alimenticios básicos. Al respecto,
Cartay y Ghersi (1996) afirman que las formas de intervención son
variadas, y van desde los subsidios al ingreso del productor hasta el
subsidio a las exportaciones, así como el establecimiento de barreras
arancelarias al comercio hasta el uso político de regulaciones sanitarias.
SISTEMA DE VARIABLES
Productos no Procesado o con Mínima transformación. (01 y 02)
Exportaciones Agroalimentarias
(01 – 04) Exportaciones Agrícolas (01 – 12) Código Nandina Exportaciones No Exportaciones no Petroleras Agroalimentarias (05 – 12) Exportaciones No Agrícolas (13 – 21)
Variable: Exportaciones agrícolas venezolanas.
OPERACIONALIZACION DE VARIABLES Variable General
Conceptuali-zación
Variable Específica
Indicadores Anexos
Exportaciones Agrícolas Venezolanas
Conjunto de productos pro- venientes de la Agricultura, ganadería, la Caza y la pesca expor Tados por las aduanas venezolanas sin recibir ningún tipo de procesamiento ó solo el mínimo indispensable para su envío, fuera del país.
Exportacio- nes agroali-
mentarias no procesadas o con mínima transforma-
ción.
Valor expresado en US$.
N° VII N° VIII N° IX N° X N° XI N° XII N° XIII
CAPITULO III
MARCO METODOLOGICO
NATURALEZA DE LA INVESTIGACION
Este estudio reúne características que permiten definirlo como
Investigación Descriptiva. Según Dankhe, (citado en Hurtado, 1998), los
estudios descriptivos son aquéllos que buscan especificar las propiedades
importantes de personas, grupos, comunidades, objetos o cualquier otro
evento sometido a investigación; en otras palabras, miden diversos aspectos o
dimensiones del evento investigado.
El referido estudio, también esta circunscrito dentro de un
enfoque de carácter cuantitativo y cualitativo, puesto que tiene variables y
datos que pueden cuantificarse. En base al análisis cuantitativo, los datos
obtenidos son clasificados de acuerdo a un criterio cualitativo.
UNIVERSO Y SUJETO DE ESTUDIO
El universo objeto de estudio son las exportaciones de productos
agrícolas venezolanos; entendiéndose como producto agrícola aquellos
provenientes de la agricultura, la ganadería, la caza y la pesca, no procesados
o con un mínimo grado de procesamiento, publicadas en el Anuario
Estadístico de Comercio Exterior de la OCEI, Anuario Estadístico de
Venezuela y en la base de datos de la FAO en el período 1900-1999.
PROCEDIMIENTOS PARA LA INVESTIGACIÓN
Una vez planteada la situación, es decir, qué se quiere investigar,
desarrollar la justificación, plantear los objetivos, seleccionar el diseño de
investigación y las unidades de estudio, se inicia la fase interactiva del
proceso metodológico, que consiste en aplicar los instrumentos a fin de
recolectar la información necesaria para lograr la descripción.
Los datos correspondientes a las exportaciones de productos agrícolas
expresados en valor miles de US $, fueron extraídos de los Anuarios
Estadísticos de Comercio Exterior de la OCEI de los años 1990 hasta 1995,
Anuarios Estadísticos de Venezuela de los años 1996 hasta 1998 y los datos
correspondientes al año 1999, fue extraído de la base de datos estadísticos de
la FAO.
Los anuarios estadísticos venezolanos muestran el valor de las
exportaciones, según sección de la clasificación NANDINA y según sección
de la clasificación uniforme para el comercio internacional (CUCI
MODIFICADA). Para esta investigación, se selecciona la clasificación
NANDINA, porque proporciona datos específicos, presenta mayor
desagregación de los sectores o productos, agrupa los datos según el origen, y
el nivel de procesamiento y uso.
Los productos agrícolas se ubican bajo la siguiente denominación en la
clasificación NANDINA:
02 Animales vivos y productos del reino animal.
03 Productos de reino vegetal.
04 Grasas y aceites (vegetal y animal). Derivados, ceras.
05 Productos de la industria alimenticia, bebidas y tabaco.
08 Pieles, cueros, peletería y manufacturas relacionadas.
09 Madera, carbón vegetal y manufacturas relacionadas.
10 Materias utilizadas en la fabricación de papel.
11 Materias textiles y sus manufacturas.
12 Plumas, manufacturas de cabello, calzados.
MÉTODOS Y TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE DATOS
Instrumentos a utilizar para recopilar la información.
Instrumento 1: refleja el valor de la variable en estudio. Es una matriz
que presenta horizontalmente, el concepto o la variable y verticalmente
presenta el valor en US$ por año de los diferentes concepto. Ver instrumento
1 en la Sección Instrumento.
Instrumento 2: representa la participación porcentual de la variable. Es
una matriz que presenta horizontalmente, el concepto o la variable y
verticalmente presenta la participación porcentual de la variable por año. Ver
instrumento 2 en la Sección Instrumento.
Instrumento 3: refleja la dinámica de las exportaciones agrícolas por
productos, por sección de la variable. Es una matriz que presenta
horizontalmente, el concepto o la variable y verticalmente presenta la tasa de
variación interanual de los diferentes conceptos por año. Ver instrumento 3
en la Sección Instrumento.
Una vez realizada la aplicación de los instrumentos, los cuales permiten
recaudar la información referente al valor expresado en US$ de las
exportaciones agrícolas, la participación porcentual, la tasa de variación
interanual que refleja la dinámica, se procede al análisis de la información.
Metodología para el Análisis de datos.
Criterios para el análisis:
Criterio 1: Participación Relativa (Cuantitativa)
Indicador: Razones y Proporciones
Fórmula: X = (a/b) * 100
Según Mochón (1993) el cociente o razón no es más que el resultado
de dividir una variable cualquiera entre otra y, por tanto, permanece
invariable ante cambios proporcionalmente iguales en las variables puestas en
relación. Si el cociente se multiplica por 100 se tiene el porcentaje.
Aplicado para determinar la estructura de los principales productos de
las exportaciones agrícolas.
Participación (cualitativa)
Indicador: Continuidad en el tiempo.
De acuerdo a éste criterio cualitativo se determinan las categorías:
Productos regulares:
Son aquellos que fueron exportados durante todos los años del período
1990 - 1999 y cuyo valor sea superior a dos dígitos.
Productos irregulares:
Son aquellos que fueron exportados sólo durante 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9
años del período 1990 – 1999.
Criterio 2. Dinámica.
Indicadores: Tasa de variación interanual.
Fórmula aplicada: c = (b-a)/a x 100
Donde:
c = variación interanual
b = valor del año posterior
a = valor del año anterior
Según Mochón (1993), la variación porcentual se utiliza para tener en
cuenta las diferencias entre las unidades de medida (personas, bolívares, etc)
de los datos económicos.
Para calcular la variación porcentual de una variable durante un período
de tiempo determinado, hay que calcular la diferencia entre el valor en el
instante de tiempo considerado y el valor inicial, dividir el resultado por el
valor inicial y multiplicarlo por 100.
Indicador: Variación promedio interanual por producto por período: V último TCP = n – 1 1 ) * 100
v V primero donde: V último : valor US$ del último año (1999).
V primero : valor US$ del primer año (1990).
n – 1 : 10 años – 1 = 9
Según Mochón (1993), la tasa de crecimiento promedio de una
variable se define como la tasa porcentual por período (normalmente un año)
a la que aumenta o disminuye dicha variable. Por lo tanto, es también una
variación porcentual, pero por período.
Criterios utilizados para seleccionar los sectores dinámicos partiendo de
la metodología utilizada por Promexport (1997).
♦ Primer Criterio: Se ordenaron los sectores de acuerdo al
crecimiento promedio entre 1990 y 1999 para determinar el
dinamismo desde un año después de la apertura económica. Se
seleccionaron los que tuvieron tasas de crecimiento superiores al
crecimiento promedio total en el período.
♦ Segundo Criterio: de acuerdo a la participación porcentual en el
total exportado en el último año de la serie, se seleccionaron los que
tuvieran participación mayor a 1%.
De acuerdo a estos dos criterios se determinaron cuatro categorías:
Dinámicos Consolidados:
Los que tienen tasas de crecimiento superiores al promedio del total de
las exportaciones agrícolas y participaciones del último año superiores al 6%.
Dinámicos Emergentes:
Los productos que tengan tasas de crecimiento superiores al promedio
total de las exportaciones agrícolas y participaciones del último año inferiores
al 6%, es decir, entre 1 y 5%.
Tradicionalmente Exportados:
Estos son los productos que tienen tasas de crecimiento positivas
inferiores a las del total de las exportaciones agrícolas y participaciones
sostenidas a lo largo de todo el período.
Declinantes:
Estos son los productos que presentaron tasas de crecimiento negativas
y participaciones porcentuales del último año por encima del 1%.
CAPITULO IV
ANÁLISIS DE DATOS
En este capítulo se presentan los resultados y el análisis de los datos.
PARTE I
4.1. Participación relativa, comportamiento, estructura de las
exportaciones agrícolas.
4.1.1. Participación de las exportaciones agrícolas venezolanas en
relación con las exportaciones no petroleras.
El cuadro 8 muestra la participación relativa de las exportaciones
agrícolas venezolanas durante el período de 1990-1999 en relación con las
exportaciones no petroleras en ese mismo período.
En el mencionado cuadro se observa que en el primer año del período
estudiado, las exportaciones agrícolas presentan una participación del 20%
respecto a las exportaciones no petroleras, participación más alta del período.
Desde el año 1991 y hasta el año 1993, las exportaciones agrícolas
presentan leves altibajos que ubican las participaciones entre un 18% y 19%,
a pesar de que en 1991, las exportaciones no petroleras alcanzaron los más
bajos valores absolutos del período estudiado, US $ 2.633 (ver anexo VII).
A partir del año 1994 hasta 1997, la participación de las exportaciones
agrícolas venezolanas presentan leves oscilaciones entre 16% y 17%, con
respecto a las exportaciones no petroleras.
Es importante mencionar, que en el año 1997 las exportaciones
agrícolas alcanzaron los más altos valores absolutos del período, US $ 911.1
(ver anexo VII).
En el año 1999, se presenta un ligero incremento de las exportaciones
agrícolas venezolanas, al ascender de 18% en el año 1998 a 19% en 1999 en
relación al total de las exportaciones no petroleras en ese año, para casi
igualar la participación del primer año del período estudiado.
En general, las participaciones de las exportaciones agrícolas con
respecto a las exportaciones petroleras, han oscilado entre 16% y 18% en el
período estudiado; manifestándose las máximas participaciones en el primer y
último año de 20% y 19%, respectivamente.
El Gráfico 1 refleja la participación de las exportaciones agrícolas
venezolanas en relación a las exportaciones no petroleras.
4.1.2. Dinámica de las exportaciones agrícolas venezolanas en
relación con la dinámica de las exportaciones no petroleras.
El cuadro 9 muestra la dinámica de las exportaciones agrícolas y de las
exportaciones no petroleras.
En el año 1991 las exportaciones agrícolas muestran una tendencia
creciente, al pasar de una variación interanual negativa de 28.6% a 5.9% de
variación interanual positiva en el año 1992 del período estudiado. Esa
tendencia creciente y positiva continúa en el año 1993, la cual muestra una
variación de 20,27%.
Asimismo, en el año 1991 las exportaciones no petroleras muestran una
tendencia negativa de 21.2% que luego se recupera en el año 1992 con una
variación de 3.2%.
El dinamismo que se presenta en el año 1991, tanto en las
exportaciones agrícolas como las exportaciones no petroleras, es evidencia de
la disminución de las ventas externas registradas en el año 1991, siendo la
más baja en el período estudiado, US $ 2.633 (ver anexo VII).
Para el año 1992, las exportaciones no petroleras al igual que las
exportaciones agrícolas muestran una recuperación que se reflejan en sus
tasas de variación interanual de 3% y 6%, respectivamente. Esta tendencia
positiva continúa para los siguientes 3 años. En el caso de las exportaciones
no petroleras esta tendencia continúa en ascenso hasta el año 1994 con una
tasa de variación de 29.2%. Para el año 1995, esta tendencia desciende aún
cuando continúa positiva mostrando una variación de 7%.
El repunte de las exportaciones a partir de 1992, se debe como lo
afirma Francés (1998) a la puesta en marcha de la zona de libre comercio con
los países andinos y la firma de otros tratados internacionales que permitieron
mejorar el acceso de nuestros productos a los mercados de esos países.
Las exportaciones agrícolas para los años 1994 y 1995, muestran
reducciones en sus ventas externas reflejándose en variaciones porcentuales
positivas de 16% y 14%.
Para el año 1996, tanto las exportaciones no petroleras como las
exportaciones agrícolas, muestran tasas de variaciones negativas de 2.3% y
7.2%, respectivamente.
En el año 1997, las exportaciones agrícolas y no petroleras muestran
una recuperación significativa de 22.8% y 16.5%, respectivamente.
En el año 1998 las exportaciones muestran variaciones porcentuales
negativas de 7.8% en las exportaciones no petroleras y 2.04% en las
exportaciones agrícolas. Esta tendencia se agudiza para el siguiente año 1999
en las que las exportaciones tanto petroleras como agrícolas presentan un
mayor decrecimiento de 24.2% y 20.7%, respectivamente.
El gráfico 2 refleja la dinámica de las exportaciones agrícolas con
respecto a las exportaciones no petroleras.
4.1.3. Participación de las exportaciones agroalimentarias en
relación con las exportaciones agrícolas totales.
El cuadro 10 muestra la participación de las exportaciones
agroalimentarias en relación con las exportaciones agrícolas totales.
En el año 1990, las exportaciones agroalimentarias venezolanas
presentan la participación más baja (54%) del período estudiado en relación
con las exportaciones agrícolas totales.
Para el año 1991 la participación de las exportaciones agroalimentarias
aumenta significativamente ubicándose en 72%, a pesar de que las
exportaciones agrícolas totales presentan el más bajo valor absoluto, 474.9
US $. En 1992 la participación de las exportaciones agroalimentarias
respecto al total de las exportaciones agrícolas aumentan 2 puntos
porcentuales para ubicarse en 74%.
A partir de 1993 y hasta 1995, la participación de las exportaciones
agroalimentarias se mantienen constante en un 71%.
Entre los años 1996 y 1998, la participación de las exportaciones
agroalimentarias oscilan ente 73 y 72% y para el año 1999 la participación
aumenta 3 puntos porcentuales para ubicarse en un 76%, siendo esta la mayor
participación en el período estudiado.
El gráfico 3 muestra la participación de las exportaciones
agroalimentarias venezolanas con respecto a las exportaciones agrícolas
totales.
4.1.4. Dinámica de las exportaciones agroalimentarias y no
agroalimentarias.
El cuadro 11 presenta la dinámica de las exportaciones
agroalimentarias y no agroalimentarias
En el año 1991, tanto las exportaciones agroalimentarias como las no
agroalimentarias presentan una variación interanual negativa de 3.81% y
57.4% respectivamente.
En 1992, las exportaciones agroalimentarias y no agroalimentarias
muestran recuperaciones de 7.6% y 1.6%, respectivamente. Esta tendencia
positiva continúa en los siguientes tres años. En 1996 las exportaciones
muestran contracciones manifestando variaciones interanuales negativas de
5.36% y 11.8%, respectivamente.
En el año 1997 las exportaciones agroalimentarias y no
agroalimentarias presentan variaciones interanuales positivas de 21.1% y
27.37%, respectivamente, indicando una significativa recuperación.
En 1998 las exportaciones agroalimentarias y no agroalimentarias se
revierten nuevamente mostrando una tendencia decreciente, a pesar de que las
exportaciones agroalimentarias muestran para este año el más alto valor
absoluto, 652.5 millones de US $.
El gráfico 4 refleja la dinámica de las exportaciones agroalimentarias y
no agroalimentarias.
4.1.5. Participación de las exportaciones agroalimentarias no
procesadas en relación con las exportaciones
agroalimentarias totales.
El cuadro 12 presenta la participación de las exportaciones
agroalimentarias no procesadas en relación con las exportaciones
agroalimentarias totales.
En los primeros dos años del período estudiado, las exportaciones no
procesadas mantienen una participación de 52% en relación con las
exportaciones agroalimentarias totales.
En el año 1992 la participación de las exportaciones agroalimentarias
disminuyen 3 puntos porcentuales, ubicándose en 49%.
Desde 1990 hasta 1994 las exportaciones agroalimentarias no
procesadas mantienen una mayor participación que las exportaciones
agroalimentarias procesadas; excepto en el año 1992 donde las exportaciones
agroalimentarias procesadas y no procesadas muestran una participación
similar de 49% y 50%, respectivamente.
En el año 1995 las exportaciones agroalimentarias no procesadas
disminuyen su participación a 40%, la más baja del período estudiado.
Desde el año 1996 hasta 1999 las exportaciones agroalimentarias no
procesadas mantienen una mayor participación en comparación con las
exportaciones agroalimentarias procesadas. Estas participaciones oscilan
entre 53% y 57%, siendo esta última la mayor participación durante el
período estudiado.
En el gráfico 5 se refleja la participación de las exportaciones no
procesadas en relación con las exportaciones agroalimentarias totales.
4.1.6. Dinámica de las exportaciones agroalimentarias no
procesadas y procesadas.
El cuadro 13 presenta la dinámica de las exportaciones
agroalimentarias procesadas y no procesadas.
En el período estudiado, tanto las exportaciones agroalimentarias
procesadas como las no procesadas presentan un dinamismo
considerablemente irregular, lo cual indica que las exportaciones
agroalimentarias no procesadas y procesadas expresadas en US $ presentan
fuertes altibajos donde el menor valor absoluto para las exportaciones
agroalimentarias es de 177 millones US $ correspondiente al año 1991 y el
mayor valor absoluto es de 348 millones correspondientes al año 1997 (ver
anexo IX).
Asimismo, las exportaciones agroalimentarias procesadas presentan un
máximo valor de 363 millones US $ correspondientes al año 1998 y un
mínimo valor absoluto de 167 millones US $ correspondientes al año 1991.
Estas diferencias en las exportaciones se reflejan en la tasa de variación
interanual que para el año 1991 presentan variaciones negativas de 4% y 3%
para las exportaciones agroalimentarias no procesadas y procesadas,
respectivamente.
A partir de 1992 se presentan repuntes que para las exportaciones
agroalimentarias no procesadas se mantienen hasta el año 1994. En este lapso
de tiempo las exportaciones alcanzan un máximo de 30%. Para las
exportaciones agroalimentarias procesadas las variaciones crecientes se
presentan en el año 1992 y asciende progresivamente hasta el año 1995
cuando alcanza su punto máximo de 39.05%.
En 1995 las exportaciones agroalimentarias no procesadas, registran
una contracción de 8.8% que luego se revierte registrando variaciones
positivas de 30.26% y 17.17% para los años 1996 y 1997.
Las exportaciones agroalimentarias procesadas registran una
contracción de 29.2% en 1996. En los siguientes dos años estas
exportaciones se recuperan mostrando variaciones porcentuales positivas de
25.94% y 19.28% para los años 1997 y 1998.
Las exportaciones agroalimentarias no procesadas presentan una
reducción de 16.7% en 1998. Esta variación porcentual negativa se revierte
para el año 1999 registrando una variación positiva de 5.5%. Por el contrario,
las exportaciones agroalimentarias procesadas registran una contracción de
36%.
El gráfico 6 refleja la dinámica de las exportaciones agroalimentarias
procesadas y no procesadas.
4.1.7. Participación de las exportaciones agroalimentarias no
procesadas de origen animal y vegetal.
El cuadro 14 presenta la participación de las exportaciones
agroalimentarias no procesadas de origen animal y vegetal.
En los dos primeros años del período estudiado, las exportaciones
agroalimentarias no procesadas de origen animal mantienen mayor
participación que las exportaciones agroalimentarias no procesadas de origen
vegetal.
En 1991 las exportaciones agroalimentarias no procesadas de origen
animal muestra su mayor participación de 62% en el período estudiado.
Desde 1992 y hasta 1999, las exportaciones agroalimentarias de origen
vegetal mantienen mayor participación que las exportaciones agroalimentarias
de origen animal, alcanzando una participación máxima de 69%
correspondiente al año 1998 y una mínima de 54% correspondiente al año
1994.
El gráfico 7 refleja la participación de las exportaciones
agroalimentarias no procesadas de origen animal y vegetal.
4.1.8. Dinámica de las exportaciones agroalimentarias no
procesadas de origen animal y vegetal.
El cuadro 15 muestra la dinámica de las exportaciones agroalimentarias
no procesadas de origen animal y vegetal.
En 1991 las exportaciones agroalimentarias no procesadas de origen
vegetal presentan una variación interanual negativa de 14% que luego
manifiesta una tendencia positiva en los años 1992 y 1993, de 51% y 49%,
respectivamente.
Las exportaciones agroalimentarias no procesadas de origen animal
presentan una tendencia decreciente en el año 1991 con una variación 27%.
En los años 1993 y 1994 las exportaciones muestran recuperaciones de 6% y
35%, respectivamente.
En 1994 las exportaciones agroalimentarias no procesadas de origen
vegetal presentan una tasa de variación interanual negativa de 12%, para los
siguientes 3 años estas exportaciones una tendencia creciente y para los años
1998 y 1999 esa tendencia se revierte ubicándose en variaciones negativas de
1% y 11%, respectivamente.
Asimismo, las exportaciones agroalimentarias de origen animal
presentan oscilaciones cuya tendencia al final de período estudiado es la
recuperación de un 44%.
El gráfico 8 refleja el comportamiento de las exportaciones
agroalimentarias no procesadas de origen animal y vegetal.
PARTE II
4.2. Participación, comportamiento y estructura de las exportaciones
agrícolas según los productos en el período 1990-1999.
4.2.1. Productos agrícolas exportados más importantes.
4.2.1.1. Participación y composición de los productos
agrícolas exportados más importantes.
El cuadro 16 muestra la participación y composición de los productos
agrícolas exportados más importantes.
En el período estudiado se presentan los crustáceos como el principal
producto exportado con una participación porcentual máxima de 30% para el
año 1999 y una mínima participación porcentual de 9% en el año 1995.
Es importante señalar que en el año 1996, los crustáceos y el café
comparten la misma participación porcentual de 13%, constituyéndose como
principales productos agrícolas exportados.
El segundo producto en importancia es el café, el cual presenta una
participación porcentual máxima de 16% en el año 1999 y una participación
mínima de 3% en el año 1995.
El tercer producto en importancia está representado por el pescado,
cuya máxima participación es de 16% en el año 1990 y una mínima
participación porcentual de 0.2 en el año 1997.
En los años 1997 y 1998, las exportaciones de arroz ocuparon el 2do
lugar en importancia presentando una participación porcentual de 11% y 15%.
El gráfico 9 refleja la estructura de productos agrícolas exportados en el
período 1990-1999.
4.2.1.2. Comportamiento (Dinámica de los productos
exportados más importantes).
El cuadro 17 presenta la dinámica de los productos exportados más
importantes.
En el referido cuadro se observa que en el año 1991, la carne de pollo
presenta la más alta variación interanual positiva de 67%, mientras que los
crustáceos presentan una variación de 25%. El café presenta la más baja
variación negativa, 47%. Los plátanos y las semillas de ajonjolí presentan
una variación negativa de 14%.
Para el año 1992, tanto los crustáceos como la carne de pollo presentan
una reducción en sus exportaciones que se refleja en la variación interanual
negativa, de 29 y 46%.
El café y el pescado mantienen una variación negativa de 16% y 29%,
respectivamente, no así, los plátanos, semillas de ajonjolí y frutas quienes
presentan recuperaciones de 66%, 5% y 15%.
Para el año 1993, el café, los crustáceos y el pescado presentan
variaciones interanuales positivas que indican recuperaciones de 203%, 10%
y 11%, respectivamente. Los plátanos y las frutas mantienen variaciones
positivas de 25 y 20%.
En el año 1994, el café presenta una tendencia negativa de 8% que se
intensifica en 1995. En este año todos los productos presentan variaciones
porcentuales negativas a excepción del arroz.
En 1996, el café, carne de pollo, plátanos, semillas de ajonjolí y
crustáceos presentan variaciones interanuales positivas de 271%, 97%, 317%,
141% y 28%, respectivamente. Por el contrario, los pescados y frutas siguen
presentando una variación interanual negativa de 85% y 29%.
Para el año 1997, la mitad los principales productos exportados que
muestran variación interanual positiva: arroz, bananos, semillas de ajonjolí,
crustáceos y frutas.
En el año 1998, el pescado presenta la más alta variación de 754%,
mientras que el plátano presenta la tasa de variación más baja de 43%.
En 1999, todos los productos presentan tasas positivas, excepto el arroz
que presenta una variación porcentual de negativa de 74%.
En el gráfico 10 se refleja el comportamiento de los productos
exportados más importantes.
4.2.2. Productos agrícolas regularmente exportados en el período
1990-1999.
4.2.2.1. Participación, composición de los productos
regulares.
El cuadro 18 presenta la participación y estructura de los productos
regularmente exportados.
En el año 1990, los productos regularmente exportados tienen una
participación del 80% con respecto al total de las exportaciones agrícolas.
Los crustáceos presentan la máxima participación de 20%, seguido del
pescado con 16%, el café con 14%, el plátano con 8.2%, frutas con 7.6%,
semillas de ajonjolí con 5%, cacao con 4% y el tomate con 1.53%. Los
restantes productos presentan una participación menor de 1%.
En 1991 los productos regulares tienen una participación del 77% con
respecto al total de las exportaciones agrícolas. Los crustáceos y pescado
presentan la mayor participación, 26% y 14%, respectivamente. Las frutas y
el café muestran participaciones de 8% y el plátano con participación de
7.35%.
En 1992, los crustáceos y los plátanos presentan la mayor participación,
18% y 12%, seguido de las frutas con 9.2% y el café con 6.2%.
En el año 1993, los productos regulares tienen una participación de
65% en relación con el total de las exportaciones agrícolas. Los crustáceos y
el café participan con 15% y 14.7%, los plátanos con 11%, frutas con 8.8% y
el pescado con 8%.
Es importante resaltar que en el año 1995, todos los productos agrícolas
regularmente exportados sufren una caída brusca en su participación; los
crustáceos presentan una participación de 17% en 1994, la cual se reduce a
9% en 1995. Asimismo, el pescado presenta una participación de 12% en
1994, que luego se reduce a 7% en 1995, el café presenta una participación de
13% que se reduce a 3% en 1995. En resumen, la participación de todos los
productos agrícolas regulares se reduce a más de la mitad con respecto a la
participación del año anterior.
En el año 1996, la participación del café, semillas de ajonjolí y
crustáceos se recuperan hasta igualarse con las participaciones del año 1994,
mientras que los demás productos se recuperan en los años siguientes.
En 1997, los productos regulares registran una participación de 46.7%,
de los cuales 21% es aportado por los crustáceos, las semillas de ajonjolí
participan con 10%, las frutas con 5.7% y el café con 5%.
En 1998, las participaciones de los crustáceos y el café se sitúan en
16% y 9.4%, las semillas de ajonjolí participa con 7.8%.
En resumen, la participación agrícola total del año 1996 presenta una
progresiva recuperación, la cual alcanzan un 70% en el año 1999. Los
crustáceos, el café y las semillas de ajonjolí participan con 30%, 16.6% y
11%.
Por otra parte, el total de las participaciones agrícolas manifiestan una
brusca caída en el año 1995, situándose en un 31% (participación mínima
durante el período estudiado).
El gráfico 11 refleja la participación de los productos agrícolas
regularmente exportados.
4.2.2.2. Dinámica de los productos regulares.
El cuadro 19 muestra la dinámica de los productos agrícolas regulares.
En el referido cuadro se observa que los productos regulares presentan
tasas de variación interanual negativa en el año 1995 y 1998.
Es importante mencionar que los crustáceos sólo presentan tasa de
variación negativa de 29, 30 y 35% en los años 1992, 1995 y 1998.
Las exportaciones de animales vivos presentan un pronunciado
crecimiento en el año 1994 y 1996 de 1.014 y 742%, lo que evidencia un
aumento significativo de las ventas externas con respecto al año 1993, de
1.491 millones US $ a 16.582 millones US $ y de 1.418 US $ en el año 1995
a 11.937 millones US $ en el año 1996.
A partir de 1997 este producto presenta un decrecimiento que se
extiende hasta 1999. Este comportamiento es similar al de las exportaciones
de huevos de gallina, que en 1995 registra un crecimiento significativo de sus
ventas externas provocando una variación interanual de 2.412%.
El gráfico 12 muestra la dinámica de los productos agrícolas regulares.
4.2.2.3. Clasificación de los productos según su dinámica.
El cuadro 20 muestra la clasificación de los productos regularmente
exportados, según la metodología utilizada por Promexport (1997).
Dentro de la categoría Dinámicos Consolidados se encuentran el café,
crustáceos y semillas de ajonjolí, con participación en el último año mayor al
6% y tasas de crecimiento superior al crecimiento promedio total.
En la categoría Dinámicos Emergentes se encuentran el cacao y el
maíz, con tasas de crecimiento superior al crecimiento promedio total, con
participaciones en el último año de 2.6% y 5.1%, respectivamente.
En la categoría Declinante se encuentran las frutas, con participación
del último año de 4.2% y con tasa de crecimiento de –1.1%.
4.2.3. Productos agrícolas irregularmente exportados.
4.2.3.1. Participación, composición de los productos
agrícolas irregulares.
El cuadro 21 refleja la participación de los productos irregulares.
En los primeros cinco años, la carne de pollo y el arroz son los
productos que presentan mayor regularidad. La carne de pollo registra una
participación mínima de 4% en 1993 y una participación máxima de 17% en
el año 1991. Asimismo, el arroz registra una participación mínima de 3% en
1992 y una participación máxima de 7% en 1997.
Para el año 1995, la participación de carne de pollo se reduce a la mitad
(2%) con respecto al año anterior 1994. Durante los años siguientes este
producto registra fluctuaciones inferiores a los cinco años anteriores a tal
punto que en 1998 no se registran exportaciones.
Por otra parte, el arroz mantiene una participación entre 4 y 6%,
excepto en el último año del período estudiado en la que la participación es de
1%.
El banano registra participaciones solamente en los últimos cinco años,
las cuales oscilan entre 3 y 7%.
El gráfico 13 refleja la participación de los productos agrícolas
irregularmente exportados.
PARTE III
4.3. Participación y comportamiento de las exportaciones agrícolas en
América Latina.
4.3.1. Exportaciones agrícolas de América Latina.
4.3.1.1. Participación de las exportaciones agrícolas en
América Latina.
El cuadro 22 muestra la participación de las exportaciones agrícolas en
América Latina en el período 1990-1997.
Como puede observarse las ventas externas de Argentina representan
un promedio de 22% del total de las exportaciones agrícolas de América
Latina. Brasil, México y Colombia presentan participaciones de 22%, 17% y
13%, respectivamente.
Las exportaciones agrícolas venezolanas representan un promedio de
1% anual con respecto al total promedio de las participaciones agrícolas de
América Latina.
El Gráfico 14 refleja la participación de las exportaciones agrícolas en
América Latina.
4.3.2. Participación de las exportaciones agroalimentarias a
Colombia en relación a las exportaciones agroalimentarias
totales venezolanas.
El cuadro 23 muestra la participación de las exportaciones
agroalimentarias a Colombia en relación a las exportaciones agroalimentarias
totales venezolanas.
En 1990, se exporta hacia Colombia el 10% de los productos
agroalimentarios venezolanos. En el siguiente año 1991, las exportaciones
agroalimentarias hacia Colombia se reducen a la mitad, 6%.
En los años 1993, 1994 y 1995, se registran aumentos progresivos de
las exportaciones agroalimentarias venezolanas hacia Colombia ubicándose
en28%, 38% y 50%, respectivamente.
Para el año 1996, las exportaciones agroalimentarias dirigidas hacia
Colombia disminuyen ubicándose en 39%. Esta tendencia hacia la
disminución de las ventas externas se mantiene para el año 1997.
El gráfico 15 refleja la participación de las exportaciones
agroalimentarias a Colombia en relación a las exportaciones agroalimentarias
totales venezolanas.
CAPITULO V
CONCLUSIONES
1.- La participación de las exportaciones agrícolas en el total de las
exportaciones no petroleras se ha mantenido en un promedio de 18%,
presentando las menores participaciones de 16% en 1994 y 1996
cuando en Julio de 1994, ante el aumento descontrolado de la tasa de
cambio en el mercado, se estableció un control de cambio que fue
levantado en Abril de 1996.
2.- El crecimiento o dinámica de las exportaciones agrícolas
venezolanas evidencia una reducción en los años 1991, 1996 y 1999.
La reducción ocurrida en 1991 se explica por la eliminación de los
incentivos a las exportaciones y por la reactivación del mercado interno
que absorbió los excedentes de producción que estaban siendo
exportados. La reducción ocurrida en 1996, es consecuencia del
control de cambio y de la fuerte apreciación cambiaria. La
significativa reducción de 1999, se debe a la disminución de los precios
de los principales productos de exportación, debido fundamentalmente
a la depresión de precios generada en el mercado internacional por
efecto de la crisis asiática.
3.- El crecimiento o dinámica de las exportaciones agrícolas
venezolanas manifiesta repuntes durante los años 1992, 1993 y 1997,
determinados por la combinación caída de la demanda interna-
devaluación, lo cual permitió que las exportaciones agrícolas
alcanzaran un punto máximo en 1997 de 911.1 US $.
4.- Las exportaciones de productos agroalimentarios predominan
sobre las exportaciones de productos no agroalimentarios mostrando
una tendencia sostenida al alza, creciendo a un promedio del 10%
durante 1990-1995. La participación de las exportaciones
agroalimentarias en el total de las exportaciones agrícolas se ha
mantenido en un promedio de 72%.
5.- Las exportaciones agroalimentarias no procesadas son superiores a
las exportaciones agroalimentarias procesadas manteniendo una
participación promedio de 51% con moderadas fluctuaciones, excepto
en los años 1995 y 1999, cuya participación es de 40% y 57%,
respectivamente.
6.- En el período 1990-1999, las exportaciones agroalimentarias de
origen vegetal predominaron sobre las exportaciones de origen animal.
Las exportaciones agroalimentarias de origen vegetal presentaron una
participación promedio de 56%, lo que evidencia el efecto de la
instrumentación de la reforma comercial agrícola que aplicó un
conjunto de medidas a los circuitos de cereales, de leche, de
oleaginosas poniéndose en práctica el mecanismo de establecimiento de
las franjas de precios, mecanismo que se considera adecuado para la
estabilización de precios en lo referente a los denominados productos
sensibles.
7.- La estructura de productos agrícolas en el período 1990-1999
estuvo conformada por productos como: crustáceos, pescado, café,
arroz, plátanos, semillas de ajonjolí, bananos, frutas y carne de pollo.
8.- La estructura de los productos regulares a partir de 1990, está
conformada por: crustáceos con las mayores ventas externas, seguido
de pescado, café, plátanos, frutas, semillas de ajonjolí, cacao en grano y
tomates.
9.- Los productos regulares han sido clasificados según su dinámica
en:
Dinámicos Consolidados: café, crustáceos y semillas de ajonjolí.
Dinámicos Emergentes: cacao y maíz.
Declinantes: frutas.
10.- Los productos regulares crustáceos y pescado conforman el grupo
de los 50 productos más dinámicos de la Organización de Cooperación
y Desarrollo Económico (OCDE).
11.- La estructura de los productos irregulares está conformada por:
Productos con 9 años de exportación: carne de pollo y aguacate.
Productos con 8 años de exportación: arroz y carne de bovinos.
Productos con 7 años de exportación: soya, semillas de
oleaginosas, carne de pavo.
Productos con 5 años de exportación: bananos.
12.- Los rubros agrícolas antes mencionados son productos finales y
no pueden tener un mayor grado de elaboración y valor agregado ya
que están listos para el consumo. Sin embargo, las ventas externas
generadas por estos productos son importantes en el proceso de
inserción internacional de los países exportadores de estos productos.
13.- Además, en el proceso de inserción internacional se aprovechan
las ventajas comparativas de los recursos naturales de cada país. El
café y el cacao se producen sólo en países en desarrollo y se consumen
en su mayor parte en los países desarrollados, donde los niveles de
consumo per cápita son ya generalmente altos.
14.- En el período 1990-1999 corresponde a Argentina, Brasil, México
y Colombia el 74% de la participación de exportaciones de América
Latina.
15.- El comercio agroalimentario de Venezuela viene experimentando
cambios, uno de los cuales es la intensificación de las relaciones
comerciales con la CAN, especialmente con Colombia.
16.- En 1996, las exportaciones agroalimentarias de Venezuela a
Colombia experimentaron un decrecimiento debido a la recesión de la
economía colombiana y a la crisis económica de Venezuela.
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