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Cuentos para el andén Nº44

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La inspiración puede venir de los lugares más insospechados en Cuentos para el andén: desde un apacible barranco de Fernando Aínsa, al mismísimo espacio exterior de María José Beltrán, pasando por la puerta de la nevera, que acaba de inspirar sus primeros microrrelatos, en la pluma de Sandra Rebrij. Estrenamos Taller colaborador con la biblioteca pública de Ferrol y descubriremos el remedio definitivo contra el mal de espíritu: poesía en comprimidos, de Lemotbulle. Y más cosas. No te quitamos más tiempo, esperamos que lo disfrutes.

Citation preview

brevemente [21]

Relatos en cadena

dindondin [26]

andéndos [8]

Tres microrrelatos, Sandra Rebrij

elmuro [3]

decamino [27]

entrecocheyandén [28]

Éxodo, Charo Cuba

cuentoscomochurros [12]

lapuertadelanevera [16]

febrero2016nº44

andénuno [5]

El pastor y la luna, Fernando Ainsa

Por primera vez publicamos un relato en edición bilingüe: en gallego y

castellano, de una alumna del Taller Colaborador de nueva incorporación

que viene de Ferrol (A Coruña).

diccionariodesaturno [17]

sinopsis [18]

Edita: Grupo Andén C/ Feijoo, 6 - 4ºA - 28010 Madrid | [email protected] | www.grupoanden.com

Comité editorial: Alejandro Moreno, Víctor García Antón, Leticia Esteban | Editora: Natalia Muñoz.

Asesores de contenidos: Sergi Bellver, Juan Carlos Márquez y Kike Cherta (España), Juan Martini y Mónica Pano (Argentina),

Mª Luz Carrillo (México)

Publicidad: [email protected] | Diseño: www.jastenfrojen.com

Ilustración: Coordinación: www.leticiaestebanilustracion.com

Ilustración portada e interior: Marina Guiu | www.marinaguiuilustracion.com | https://www.instagram.com/marinaguiu/

nove

dade

s

Con la colaboración de:

andéntres [10]

Ruta elíptica, Mª José Beltrán

metroligero [29]

3

La inspiración puede venir de los lugares más

insospechados en Cuentos para el andén: desde

un apacible barranco de Fernando Aínsa, al mis-

mísimo espacio exterior de María José Beltrán,

pasando por la puerta de la nevera, que acaba

de inspirar sus primeros microrrelatos, en la

pluma de Sandra Rebrij. Estrenamos Taller cola-

borador con la biblioteca pública de Ferrol y

descubriremos el remedio definitivo contra el

mal de espíritu: poesía en comprimidos, de

Lemotbulle. Y más cosas. No te quitamos más

tiempo, esperamos que lo disfrutes.

Cuentos para el andén

@cuentosanden

[email protected]

www.grupoanden.com

Te escuchamos:

elmuro

Finalistas:

El frío se asoma a mi ventana -Tania Amador

Alcorcón, Madrid (España)

Santa Quiteria Dic 2007 - Pilar Sánchez

Ciudad Real (España)

Sin título - María Villarreal

Buenos Aires (Argentina)

Tema: Frío Ganadora: Inesperada nieve - Sergio López - Montornès del Vallès, Barcelona (España)

Concurso de fotografía Participa enviando tus fotos a [email protected] las bases y mira las fotos en Facebook y grupoanden.comTema del próximo concurso: De colores.

andénuno

5

ME llamo Rafael, pero me llaman Endimión desde que

Hesíodo contó mi historia en el bar del pueblo. Soy uno de

los pocos pastores que van quedando en Oliete. En todo

caso, soy el único joven. Los demás llevan años saliendo con

sus rebaños por las tardes en verano y a media mañana en

invierno, cuando el sol levanta la rosada de los campos. Ellos

—los viejos— se conocen los rincones de los cabezos veci-

nos, los olivares yermos de los alrededores, donde las cabras

se encaraman en busca de brotes tiernos y las ovejas pastan

a su albedrío. No se aventuran más allá. Se conforman con

poco.

Yo prefiero ir más lejos, adonde ya no van ellos, porque no

tienen la fuerza de antaño. Me gusta perderme por los

barrancos que descienden hacia el pantano de la Foradada;

sentarme en una roca y, mientras como un bocadillo traído

en el morral y bebo un trago de vino de la bota de mi abue-

lo (curada con pez, como se debe), mirar el paisaje que se

despliega en la distancia. Y descubrirlo.

Digo bien, descubrirlo.

No es que lo vea diferente, sino que cada vez me sor-

prende con un detalle, un ángulo nuevo. Depende de la

roca donde me siento, en tanto la perra Diana vigila las ove-

jas paciendo en la ladera del monte. O de la estación del

año o de la hora y la luz del día en que lo contemplo. Las

sombras le dan otros matices inesperados. ¡Hay que ver

cómo se ve cuando llueve o los relámpagos iluminan un

horizonte que parece aún más dilatado! Sin embargo, nada

cambia tanto un paisaje como la noche, especialmente las

noches de luna llena.

El pastor y la lunaFernando Aínsa

Desde que descubrí su pálida luz esfuminada sobre los

campos dormidos, me quedo esas noches por los barrancos.

En invierno, me acuesto en una masía abandonada, donde

sus rayos entran por una ventana rota y envuelto en una

manta dejo que el resplandor me ilumine la cara mientras la

perra reposa a mi lado y las ovejas se amontonan en el inte-

rior, al abrigo. En verano, boca arriba,

a veces desnudo, me dejo

mecer por esa aura embriaga-

dora y me pierdo, poco a

poco, en las volutas con que

me tienta. Miro fijamente su

cambiante rostro de plata,

hasta que se me nubla la vista,

encandilado, y solo entonces me

duermo.

Me place dormir para soñar. Cuando

me duermo me parece sentir que la luna

me ha descubierto y desciende a mi lado

y me penetra con sus rayos, para acariciar-

me con una desconocida ternura que me

recorre cuerpo abajo. Solo ruego enton-

ces prolongar el sueño —como en aquel

relato mitológico que me contara el viejo

pastor Hesíodo un atardecer de no hace

mucho— para seguir durmiendo a la vera

de Selene.

Si pudiera, eternamente.

6

andénuno

tw Del libro Después de Troya. Menoscuarto Ediciones, 2015. Fernando Aínsa (Palma de Mallorca, 1937), ensayista,narrador, poeta y crítico literario. Fue Director Literariode Ediciones UNESCO, es miembro correspondiente dela Academia Nacional de Letras del Uruguay y de la deVenezuela y miembro del Patronato Real de la Biblio-teca Nacional de España. Ha recibido premios naciona-les e internacionales en México, Argentina, España,Francia y Uruguay.

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Tres microrrelatosSandra Rebrij

andéndos

Pobre diablo

QUE el diablo compra almas ya lo sabemos. Lo que ignoramos es

que las compra para ver si alguna es de su talla. La suya está destro-

zada.

Sabe que las almas que se venden son impuras, pero las sigue

comprando porque hasta él cree en Dios y espera un milagro.

Palabra: Vender

Nota en la nevera: Quien sea capaz de vender su alma, ya está condenado.

En la arena sin fin

NO pienso volver a ser adulta. Me voy al tobogán.

Caí en el arenero y tuve una epifanía. Entonces cavé profundo.

Muy profundo, en la arena sin fin.

De pronto los vi, acechantes. Sentí sus garras. Grité, pero me

arrastraron.

Me encerraron. Pero volveré. Sé dónde está enterrada mi niñez.

Palabra: Volver

Nota en la nevera: Dicen que volver a ser chico es imposible, pero yo no pienso volver a ser

adulta. Me voy al tobogán.

9

andéndos

Tierra maldita

CUANDO la nueva dueña de casa fue a barrer, notó que cuanto

más barría, más ensuciaba. Perpleja, barría cada vez con más ahínco

hasta que quedó, literalmente, enterrada. El piso, satisfecho, volvió a

relucir. Pero ella jamás volvió a respirar.

La casa, en venta nuevamente. ¡Y a un precio único!.

Palabra: Escoba

Nota en la nevera: 1. Más barría, más ensuciaba. La escoba devolvía regalos que el piso le había

hecho, y este jamás volvió a relucir.

2. No barras con la escoba, está enojada con el piso. Compra un escobillón

pero asegúrate de que no tenga sentimientos.

tw Textos inéditosSandra Rebrij nació en Buenos Aires. Actualmente cursa la carrera de CorrecciónLiteraria. Los cuentos aquí publicados fueron inspirados en las notas de La puer-ta de la nevera. "Pobre diablo" fue seleccionado para la antología El mundo encincuenta palabras, una compilación de Alejandro Garaizar.

andéntres

10

ALGUNA noche, sólo como pasatiempo (sostiene, si las cáma-

ras de seguridad le sorprenden abstraído), ha pensado en irse,

bastaría con desprender la cinta marrón que le conecta al peque-

ño satélite. Y enfrentarse al hielo gris basalto, que quizás aceche

desde una ecuación imprevista, en el exterior inhóspito. Al igual

que ya lo hicieron unos pocos. Lo mismo que la compañera con

quién se encariñó, que ahora vaga recogiendo basura cósmica

(sus desplazamientos tan lentos, gozosos y sensuales; su traje

azul eléctrico). En ocasiones se encuentran. Ella suele alzar su

mano enguantada y la aproxima a los labios con parsimonia,

para volver a separarla después. Él cree percibir el fulgor lineal de

un parpadeo, un láser rojo bermellón que perfora la escafandra

de la mujer. Pero que se quiebra y disuelve antes de alcanzarle.

Hay miles de objetos que brillan, titilan, desaparecen (tal vez

ardan), más allá, en lo tenebroso. Cuando alguno pasa cerca, el

hombre se estira, impulsa sus extremidades y trata de retenerlo.

Se entusiasma tanto que la cinta marrón que le mantiene sujeto

está a punto de vibrar. Y si lo hace, si de verdad sucede, entonces

se creará un desequilibrio, hasta un efecto dominó, quién sabe.

Todas las cintas sacudiéndose a la vez. Sin compás. Sin freno. Un

tiovivo que se desboca.

Desde los monitores, unos semblantes rígidos le llaman la

atención.

Ese hombre desiste y por su mejilla se desliza algo húmedo,

no expuesto a las leyes del álgebra, con reflejos dorados de un

ente solitario que se aleja.

Ruta elípticaMª José Beltrán

tw María José Beltrán nació en Xert y vive en Madrid. Ha obtenido una licenciatura por laUniversidad de Valencia y un Máster (M.A.) en la Universidad de Rochester (NY, EEUU),ambos en Matemáticas. En la actualidad es Profesora de Enseñanza Secundaria. Hapublicado un relato en la antología Diez relatos de mujeres de Ediciones Torremozas.

cuentoscomochurros

12

El

ins-tin-to

cuentoscomochurros

13

ERA una de esas tardes plácidas

de Madrid en que anidan las mos-

cas y las señoras agitan sus abani-

cos. Corría el año de 1931. En esa

tarde tranquila algo se quebró en la

cabeza de mi padre. Se puso a pro-

clamar a los cuatro vientos que él

era el mismísimo yeti, el abomina-

ble hombre de las nieves.

Al principio, la convicción con

que afrontaba el personaje tuvo su

gracia (los alaridos, el gesto hosco,

la peluca albina y los andares de

chimpancé) pero pronto todo

aquello dejó de resultar pintoresco.

Pasó a ser irritante. En una ocasión

en que mi padre andaba encarama-

do encima del fregadero, golpeán-

dose el pecho con los puños, mi

madre no pudo resistirlo más y le

dijo que no le quería. Le dijo cosas

peores: que era un idiota y un zán-

gano. Que deseaba poder volver a

andar digna por la calles, dejar de

ser el hazmerreír del vecindario; que

para él la casa, el niño y el estar por

ahí dando saltos y trepando por los

muebles. Ese día mi madre se fue

llorando a su cuarto. El desconsuelo

ascendió como una nube gris hasta

el ático. Bajaron unos vecinos a ver

qué pasaba. Mi madre se fue con

ellos y ya no volvió.

A la mañana siguiente, mi padre

me levantó temprano. Me anunció

que había llegado la hora de partir a

nuestro hábitat natural. Me dijo que

me pusiera la bufanda y el gorro de

lana con pompón.

14

Luego aclaró que nuestro hábitat natural era el frío

y así acabamos los dos viviendo en Garmisch

Partenkirchen.

Rodeado de montañas alcancé la adolescencia. A mi

padre lo veía rara vez, cuando descendía de las cumbres

por la noche a por algo de comida. La mayor parte del

tiempo él iba de refugio en refugio asustando a esquia-

dores y curiosos. Yo intentaba ignorar sus escarceos.

Pero era imposible eludirlos. En Garmisch Partenkirchen

no se hablaba de otra cosa. Distintas personas decían

haberse tropezado en las montañas con un espécimen

de aspecto humanoide. Fueron llegando expediciones

desde todos los rincones del mundo con la única pre-

tensión de certificar la existencia del abominable hom-

bre de las nieves. Mi padre pasaba temporadas cada vez

más largas en las cumbres. Se encolaba la piel con brea

y la recubría de vellón de oveja y plumas de ganso. Salía

de entre las sombras y de un alarido ponía el corazón en

la boca de los forasteros. Luego echaba a correr. Era tan

diligente a la hora de huir que nunca existió nadie capaz

de echarle el guante.

Yo andaba por entonces con los ardores de la juven-

tud, a mis asuntos. Cualquier cosa era mejor que mi

padre del que tanto me avergonzaba. Cortejaba a una

muchacha que vivía cerca. Nos revolcábamos por las

praderas tapizadas de nieve. Nos reíamos de lo lindo y,

aunque pude practicar alguna incursión bajo su casaca,

la cosa no llevó a ninguna parte. No tardó en llegar el día

en que yo también me fui. Recuerdo que no me resultó

difícil en aquel momento decir adiós al paisaje de postal,

las iglesias puntiagudas y las flores caladas de gotas de

rocío. Me bastó con agitar la mano y tomar el primer

tren.

Al poco se declaró la Guerra. A mí me pilló en mitad

de Polonia. Combatí en el frente con poca fortuna. Huí a

Rusia. Me casé, ya en tiempo de paz, con una pianista

con tirabuzones. Tuvimos una niña de mirada sonrosada

cuentoscomochurros

15

cuentoscomochurros

y dedos gordezuelos a la que llamamos Anastasia, que

era el nombre de moda en Moscú en aquellos años.

Viajo con frecuencia. Viajo en avión, en barco trasa-

tlántico y alguna vez en mi propio utilitario. Viajo con mi

mujer cuando se va de gira. A veces viajo solo. Última-

mente, cuando viajo sin compañía me quedo ensimis-

mado. Pienso en mi padre, en la suerte que habrá corri-

do, en si seguirá ahuyentando a los turistas que se aven-

turan en su territorio. También he empezado a pensar a

menudo en las montañas.

Hoy por fin he vuelto a Garmisch Partenkirchen. Es

un trayecto largo. Me sacudo las botas al descender del

vagón. Pregunto en todas las posadas si se sabe algo del

yeti, si alguien lo ha visto deambular por ahí. Los más

jóvenes me miran incrédulos. Me dicen que de qué

hablo. Unos afirman que el yeti es una fantasía, que no

existe. Otros precisan que es una criatura del Himalaya,

que he debido equivocarme de cordillera. Yo ni les con-

testo. Me limito a gruñir. Es entonces cuando noto que

me estoy golpeando con virulencia el pecho. Me hago

daño de verdad pero no puedo parar.

Se me amorata la piel. De un brinco me planto en el

valle. Desde allí contemplo las cumbres. Olisqueo. Me

froto. Lanzo al aire helado un alarido. Siento un deseo

incontenible de quedarme para siempre en ese paisaje,

de ascender sus montañas y hollar sus senderos. Dar un

susto de muerte al primer excursionista incauto que se

cruce en mi camino.

tw Colaboración mensual con Cuentos como Churros: ellos eligen unade las cuatro fotografías seleccionadas de El muro y cocinan con ellaun rico churro que publicamos aquí. La fotografía es de MaríaVillareal, finalista de nuestro Concurso de Fotografía de este mes.

16

Rosi García

Tensión, distensión. Abrir,

cerrar nevera. Llena, vacía.

Principio, fin de mes. Rugidos

en barriga vacía; barriga llena,

corazón alegre.Marco García

Viviendo a diario la

tensión de mirarte sin

soltar un poema que

te nombre.

AnaEn esta nevera se

encuentra el secreto

para amar la comida.

Jorge AbranteNo abras la puerta de esta

nevera entre horas.Aprovecha mejor tu

tiempo, dedícate a amarhasta que duela.

Gilberto SantiagoGuzmán

Si Dios existe de verdad,sólo puede decirle: es

falso que nos hizo a suimagen y semejanza.

Juan Carlos SantaNo hay nada como

un falso techo para

burlar a las goteras.

Camilo MontecinosMe cansé de tu falso

amor. Mañana, a

primera hora, regreso

a Saturno.

Falso

http://dibujandounpensamiento.blogspot.com.es/

https://fotosdesdelabase.wordpress.com/

http://365hojasenblanco.blogspot.com.es/

Déjale una nota al mundo en La puerta de la nevera: www.grupoanden.com

AAmmaarr

TTeennssiióónn

lapuertadelanevera

MALETAS

1. Elemento que se usa para dejar fu

era lo

que no es útil

ni necesario

. Guárdese la m

aleta

y tírese el re

sto. Teillu

2. Extensión del a

rmario

donde los r

ecuerdos se

acumulan a veces por d

espiste otra

s por d

especho.

Elisabet Jim

énez

NÓMINA

1. Relación numérica que encadena a las p

ersonas

al mundo laboral. A

http://e

lpaseodelcancerbero.blogspot.com.es/

2. La excusa de una esclavitud dignific

ada.

Guillermo Aldehuela

https://

elcaballerodelaplumaerrante.wordpress.com/

AMIGO

1. Luz al prin

cipio del túnel. H

éctor García

2. Empatía al cuadrado. Fabata

3. Expresión usada por lo

s humanoides p

ara

señalar a otra

persona disp

uesta a te

nderle una

mano y joderte

la paciencia con frecuencia.

Héctor Silva

Una nueva civilización está empezando de cero en

Saturno, aún no tienen claros algunos conceptos,

¿les echas una mano con el diccionario?

Participa en www.grupoanden.com

2

3

1

17

diccionariodesaturno

«El despertar»

La última erupción del volcán Montenegro dejó el continente

cubierto de cenizas, la nube tóxica que emitió hizo irrespirable

el aire acabando con toda forma de vida. Ahora, varios años des-

pués, cuando la atmósfera por fin se ha enfriado, los escasos

supervivientes se atreven a salir de las cuevas subterráneas en

las que se refugiaron.

Ana Forradellas

Eduardo vive solo. Una mañana al apagar el despertador, una

mano se posa sobre la suya ¿Quién es esa joven y qué hace en

su casa? Venganza, amor y traiciones hacen su aparición en la

monótona vida de Eduardo, cuando descubre su verdadero

pasado.

Chelo Cadavid | http://perseida14.blogspot.com.es/

18

sinopsis

Tenemos el título del próximo éxito editorial, nos falta la

sinopsis ¿nos ayudas? Participa en www.grupoanden.com

«El viaje»

Una vez facturada, sube a la cinta transportadora hasta llegar a

la bodega del avión. Allí, con unos kilos de más, encuentra a una

hermana gemela que perdió en Taiwán. Han dado muchas vuel-

tas, pero juntas cambiarán su destino... Una historia sobre male-

tas para incluir en tu equipaje de mano.

Juan Carlos González | https://caprichosliterarios.wordpress.com/

Cuando el crucero Spacedove, averiado, aterriza en el planeta

Vulcano, los primitivos habitantes ven entre los científicos de la

tripulación el fin de la guerra. Pero la clave para resolver el con-

flicto estará en doña Carlota, una anciana amiga de las viejas tra-

diciones y de las recetas de la abuela.

Héctor García

19

sinopsis

21

MiedoSemana 13 de concurso: 21 de diciembre de 2015Ganador: Manuel Menéndez Miranda

Como sombras disipadas por un nuevo amanecer, corrieron

a esconderse cuando oyeron el sonido de la llave en la cerradu-

ra. Sin atreverse casi a respirar escucharon, con el corazón en un

puño, la sucesión de golpes, maldiciones e insultos que iban

llegando desde las distintas dependencias de la casa. Después,

precedido de un estrépito de cajones volcados y objetos rotos,

llegó el portazo que daba paso, una vez más, al añorado silen-

cio. Salieron de sus escondrijos, y abrazados llorando ante los

fragmentos del jarrón donde habían escondido sus últimos

ahorros, volvieron a preguntarse en qué momento de la educa-

ción de su niña habían empezado a equivocarse.

AtrapadosSemana 14 de concurso: 4 de enero de 2016Ganadora: Arantza Portabales Santomé

¿En qué momento de la educación de su niña habían

empezado a equivocarse? ¿Habré cerrado la llave del gas?

Aunque me llame, no pienso perdonarlo. O sí. Tal vez. ¿Es que

nunca van a dejar el baño libre? ¿Debería instalar Windows 10?

El lunes vuelvo al gimnasio. ¿Pero… qué es ese ruido? Los pen-

samientos de los pasajeros del vuelo 2215 son pensamientos

comunes. Triviales. Los mismos que tendríamos usted y yo. Lo

que los hace especiales es su movimiento. Resulta fascinante

verlos agitarse, nerviosos e inquietos dentro de la caja negra,

mientras se preguntan qué ha pasado, dónde se encuentran y

por qué demonios sus dueños los han abandonado en ese

inhóspito lugar.

dici

embr

e

enero

brevemente

22

AbandonadosSemana 15 de concurso: 11 de enero de 2016Ganador: Enrique Mochón Romera

"Por qué demonios sus dueños los han abandonado en ese

inhóspito lugar", se preguntan mientras miran inmóviles hacia

arriba, por donde se marcharon. Aunque pronto se ven obliga-

dos a moverse en busca de alimento y cobijo. Andan azarosa-

mente, y la noche los sorprende sin haber hallado nada satisfac-

torio. Pasarán así muchos días de hambre y frío. De miedo. Y

cuando más desesperados estén, vendrán las enfermedades. Y

sus primeras desavenencias. Quedarán mermados hasta casi

desaparecer. Mas saldrán adelante, fortalecidos. Tendrán hijos.

Nietos. Lograrán con el tiempo ser más numerosos que antes.

Amarán su mundo. Olvidarán cómo llegaron a él. Pero nunca, sin

saber bien por qué, dejarán de mirar hacia arriba.

AmantesSemana 16 de concurso: 18 de enero de 2016Ganador: Ernesto Ortega Garrido

Pero nunca, sin saber bien por qué, dejarán de mirar hacia

arriba cuando salgan del motel. Quizás porque lo único que

desean es que, por fin, un rayo les caiga encima y les parta en

dos, para que una mitad pueda volver a casa con sus mujeres y

la otra subir de nuevo a la habitación.

brevemente

enero

23

Plan de pensionesSemana 17 de concurso: 1 de febrero de 2016Ganador: Lorenzo Rubio Martínez

Subir de nuevo a la habitación con él. Dejarme follar, si puede.

Acompañarlo a fiestas de lujo, reuniones, cenas familiares.

Casarme por la iglesia. Sonreír siempre. Hacer oídos sordos a los

comentarios sobre nuestra diferencia de edad, a los reproches de

sus hijos. Ir haciéndome un nombre. Que se hable de mí.

Aguantar, esperar y rezar mucho por su vida. Un infarto. Una

infección. Algo rápido y letal. Fingir tristeza cuando empiece a

agonizar. Declararle mi amor incondicional antes de su muerte.

Incinerarlo para ahorrarme las flores. Acudir al notario.

Convertirme en propietaria. Y por fin vivir, vivir a lo grande de los

bienes gananciales.

Un hombre honradoSemana 18 de concurso: 8 de febrero de 2016Ganador: Manuel Menéndez Miranda

Vivir a lo grande de los bienes gananciales nunca fue su obje-

tivo, había sido una enamorada fiel hasta hoy, me confesó entre

lágrimas mientras yacíamos exhaustos y desnudos. Tras meses

de aburrida vigilancia, aquella tarde le había desvelado el encar-

go de su millonario marido, y tras la desconfianza e incredulidad,

llegó la rabia que dio paso al sexo salvaje. Me vestí contemplan-

do su joven y hermoso cuerpo. Después, le disparé a quemarro-

pa y salí del hotel. El viejo me pagaba por saber si ella tenía un

amante, cierto, pero también por matarla si lo descubría, y yo era

de los pocos detectives honrados que quedaban en la ciudad.

brevemente

febrero

24

brevemente

tw Relatos finalistas de diciembre de 2015 y enero - febrero de 2016 del concursoRelatos en Cadena, organizado por la Cadena SER y Escuela de Escritores. Puedes leertodos los seleccionados en www.escueladeescritores.com o www.cadenaser.com.

Valor y precioSemana 19 de concurso: 15 de febrero de 2016Ganadora: Yolanda Nava Miguélez

Era de los pocos detectives honrados que quedaban en la

ciudad, una ciudad maleada por la corrupción y el progreso des-

controlado en la que todo tenía un precio. La decencia valía

menos que el descaro, y la traición cotizaba al alza. Mantener su

honradez no le resultaba fácil, ya se había ganado la inquina de

los compañeros, tres traslados y lo peor de todo, ese frío glacial

en la mirada de su mujer cada vez que le hablaba del último

sobre rechazado.

Relatos al azarSemana 20 de concurso: 22 de febrero de 2016Ganadora: Laura Garrido Barrera

Cada vez que le hablaba del último sobre rechazado, ella gira-

ba la cabeza con desdén y se encendía otro cigarrillo. Setecien-

tos cincuenta y tres sobres recibidos se apilaban sobre la mesa

de estudio en dos montones. Los que reposaban junto al cenice-

ro serían carnaza de las llamas. Ella los abría por última vez, rele-

ía en diagonal su contenido y construía aviones de papel direc-

tos al crematorio. Al final, la media docena de elegidos ni siquie-

ra fueron objeto de una segunda lectura. Él, agotado, sacó un

dado y ella lo lanzó.

—El tres, avísale tú, y el próximo año cambiaremos las bases,

serán solo cien palabras.

febr

ero

26

dindondin

Microteatro por dineroEn marzo: "Por sexo"

Madrid

http://microteatromadrid.es/

I Concurso Internacional de Micro/Poesía "Ojalá que Nunca"Hasta el 30 de marzo de 2016http://www.1arte.com/

I Certamen de Microrrelatos Fantásticos y de Terror de Ediciones de Letras Hasta el 30 de mayo de 2016www.edicionesdeletras.com

Primer Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias, Centzontle 2016Hasta el 27 de junio de 2016México D.F.

http://www.cultura.df.gob.mx/

http://lemotbulle.com/

tw Tienen programado el inicio del Taller de poesía Leer la vida, para experimentar con la poesía y su pues-ta en escena en el día a día. En abril, presentarán el libro Desde el fondo del mar, el regalo poético de su cre-adora, Valentina Lara, para su hija: una la recopilación de los poemas escritos durante el embarazo. Además,a lo largo del año podremos ver a Lemotbulle en ferias y markets de algunas ciudades de España.

27

decamino

Lemotbulle es un proyecto de

experimentación poética en

busca de nuevos formatos que

den vida a los versos y que per-

mitan compartir la poesía en la

cotidianidad. Bajo este lema

nacen los inventos poéticos;

Leer la vida, dosis de poesía para

tomar todos los días como

medicina; el Libro de los deseos,

que contiene el poder de con-

vertir los deseos en realidad a

través de la escritura y la lectura

de poemas; las dosis de poesía

de emergencia; las libretas de la

locura; el kit para un naufragio;

entre muchos otros. Y así, poco

a poco pretendemos invadir el

mundo de poesía, porque cree-

mos en el poder de la palabra,

creemos que con un verso se

puede cambiar la realidad.

28

AS miradas de aceiro feren máis que o arame de espiños. Decide

ignoralas e seguir avanzando.

A neve sabe a terra allea e ule a esperanza. Algún día, os seus fillos

poderán facer bonecos con esta neve.

Unha man morena téndelle unha manta para abrigarse. Levanta a

cabeza e topa cuns ollos amigables, cheos de paisaxes soleados. Está a

piques de desmoronarse e volve mirar ao chan. Aínda non é o momen-

to de desprenderse da coiraza.

Aperta os dentes e segue camiñando cara ao Norte.

---------------------------------------

LAS miradas de acero hieren más que el alambre de espinos. Decide

ignorarlas y seguir avanzando.

La nieve sabe a tierra ajena y huele a esperanza. Algún día, sus hijos

podrán hacer muñecos con esta nieve.

Una mano morena le tiende una manta para abrigarse. Levanta la

cabeza y se encuentra con unos ojos amigables, llenos de paisajes sole-

ados. Está a punto de desmoronarse y vuelve a mirar al suelo. Aún no

es momento de desprenderse de la coraza.

Aprieta los dientes y sigue caminando hacia el Norte.

Traducción: Charo Cuba.

ÉxodoCharo Cuba Alumna del Taller de relato breve en la Biblioteca Central de Ferrol (A Coruña)

entrecocheyandén

tw Hace unos años, a una edad en la que tenía mucho más pasado que futuro, me quedé en el paro ypensé que se hundía el mundo. Entonces, empecé a escribir historias para conjurar la desesperanza. Actualmente asisto a un taller de microrrelatos en la Biblioteca Central de Ferrol. Es una de esas cosasque hacen que el mundo gire de nuevo. Charo Cuba.

29

metroligero - holakokoro

tw Kokoro es un personaje singular, que se cuela en CpA, para contarte historias en pocas palabras.

© Jasten Fröjen