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1 Finalmente pudo celebrarse sin mayores complicaciones la Fiesta Aniversario de nuestra Fundación. De lógica era que la celebráramos en Enguera. También es de lógica que no siempre se celebre en Enguera: La Sierra es una zona geográfica, delimitada por las cuencas del Cáñoles y el Júcar así como la depresión del Valle de Ayora, con infinidad de núcleos poblacionales de los que los más conocidos son aquellos que componen los municipios. Por tanto, en cualquiera de tales municipios existe la posibilidad de celebrar cualquier evento que convoque u organice nuestra Fundación. Sentado este principio, tal vez sea conveniente establecer un primer corolario de tal principio, a saber: la Fundación La Sierra no se siente sujeta a ninguna decisión municipal, lo que no significa no tener derecho a y obligación de colaborar, así como que no deba acatar las ordenanzas. ¿A qué viene esta declaración tan campanuda al inicio de esta crónica? Pues, porque alguna vez había que hacerla, al menos como aviso a navegantes. Lo que corresponda a las autoridades municipales, esperamos que ellas las conozcan, las cumplan y no se extralimiten. Las nuestras arrancan de la legislación vigente, de nuestros estatutos y de la aprobación del Plan anual de actividades por las autoridades competentes que, curiosamente, son supramunicipales. Tema diferente es la cooperación con todas las autoridades municipales en el ámbito de nuestros objetivos como Fundación legalmente establecida. Y también en este terreno nos encontrarán cualquiera de todas ellas: lo saben y hemos dado muestras de ello, a pesar de nuestra corta existencia. La planificación de nuestra fiesta aniversario queda contemplada en el plan aprobado por la superioridad. El desarrollo de dicha planificación compete al órgano supremo de la Fundación: su Patronato; y tanto en éste como en similares aspectos deberemos presentar nuestro estado de cuentas a la autoridad correspondiente, insistimos, de ámbito supramunicipal. Por ello y en base a dicha planificación aprobada, convocamos y realizamos el II Premio Investigación La Sierra, los V Cursos de Verano, la publicación de cuatro ejemplares de nuestra colección –que alcanza ya el 9º volumen–, así como de otras tantas publicaciones y cd’s. En la misma línea mantenemos nuestra web con Noticias, ciberBiblioteca, etc., así como la más amplia colaboración que nos es posible con asociaciones y grupos humanos de la zona de actividad de La Sierra, Fundación de la CV. * * * El objetivo o fin para el que se constituyó La Sierra fue, y sigue estando en vigor, el desarrollo socio–cultural y económico de la comarca natural denominada desde antiguo como La Sierra.

Cronica I I.pdf · Title: Cronica I Author: Administrador Created Date: 9/19/2014 3:49:27 PM Keywords ()

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    Finalmente pudo celebrarse sin mayores complicaciones la Fiesta Aniversario de nuestra

    Fundación. De lógica era que la celebráramos en Enguera.

    También es de lógica que no siempre se celebre en Enguera:

    La Sierra es una zona geográfica, delimitada por las cuencas

    del Cáñoles y el Júcar así como la depresión del Valle de

    Ayora, con infinidad de núcleos poblacionales de los que los

    más conocidos son aquellos que componen los municipios.

    Por tanto, en cualquiera de tales municipios existe la

    posibilidad de celebrar cualquier evento que convoque u

    organice nuestra Fundación.

    Sentado este principio, tal vez sea conveniente establecer un

    primer corolario de tal principio, a saber: la Fundación La

    Sierra no se siente sujeta a ninguna decisión municipal, lo

    que no significa no tener derecho a y obligación de colaborar, así como que no deba acatar las

    ordenanzas.

    ¿A qué viene esta declaración tan campanuda al inicio de esta crónica? Pues, porque alguna

    vez había que hacerla, al menos como aviso a navegantes. Lo que corresponda a las

    autoridades municipales, esperamos que ellas las conozcan, las cumplan y no se extralimiten.

    Las nuestras arrancan de la legislación vigente, de nuestros estatutos y de la aprobación del

    Plan anual de actividades por las autoridades competentes que, curiosamente, son

    supramunicipales.

    Tema diferente es la cooperación con todas las autoridades municipales en el ámbito de

    nuestros objetivos como Fundación

    legalmente establecida. Y también en

    este terreno nos encontrarán

    cualquiera de todas ellas: lo saben y

    hemos dado muestras de ello, a pesar

    de nuestra corta existencia.

    La planificación de nuestra fiesta

    aniversario queda contemplada en el plan aprobado por la superioridad. El desarrollo de dicha

    planificación compete al órgano supremo de la Fundación: su Patronato; y tanto en éste como

    en similares aspectos deberemos presentar nuestro estado de cuentas a la autoridad

    correspondiente, insistimos, de ámbito supramunicipal.

    Por ello y en base a dicha planificación aprobada, convocamos y realizamos el II Premio

    Investigación La Sierra, los V Cursos de Verano, la publicación de cuatro ejemplares de nuestra

    colección –que alcanza ya el 9º volumen–, así como de otras tantas publicaciones y cd’s.

    En la misma línea mantenemos nuestra web con Noticias, ciberBiblioteca, etc., así como la más

    amplia colaboración que nos es posible con asociaciones y grupos humanos de la zona de

    actividad de La Sierra, Fundación de la CV.

    * * *

    El objetivo o fin para el que se constituyó La Sierra fue, y sigue estando en vigor, el desarrollo

    socio–cultural y económico de la comarca natural denominada desde antiguo como La Sierra.

  • 2

    Para ir logrando pequeños hitos encaminados al objetivo o finalidad primera de la institución

    se vienen desarrollando algunas actividades, tanto lúdicas como culturales y docentes

    dirigidas, como deben ser entendidas, a distintos segmentos de población.

    Así creemos necesario tomar conciencia del subdesarrollo en que nos encontramos, de las

    enormes carencias que soportamos, de la irrelevancia de quienes debieran caminar al frente…

    Pero, entendemos, lo más importante es tomar conciencia que de todo esto hemos de salir

    nosotros; desde fuera, solo podrán ayudarnos si es que nosotros tenemos voluntad de salir.

    Y en ello estamos:

    colocamos ante

    nuestros convecinos

    iconos de nuestra

    historia y de nuestro

    presente. Preclaros y

    homenajeados son

    seleccionados en

    cuanto nos sirvan de

    punto de encuentro.

    Los Garnelos –hijos

    de un cerrajero–, don

    Eduardo –de una viuda emigrante–, etc. nacieron en calles o plazas nuestras, al igual que cada

    uno de nosotros; los hijos de Pepe Ramón Real eran hijos de un perchero, al igual que don

    Miguel –el inspector de enseñanza e hijo del cerrajero Soler, que vendiera su casa de la calle

    San Cristóbal… son iconos que nos dicen que no fue necesario nacer en las altas esferas

    sociales ni en grandes urbes, que bastó con nacer en La Sierra para alcanzar las metas que

    lograron.

    Manuel de Juan Burgueño, José Belda, Blas Madrigal, los hermanos Perales los vemos por

    nuestras calles… Al igual que

    a los hermanos Aparicio de

    Anna, José Pérez Calatayud

    de Navarrés y tantos y tantos

    que conviven, siquiera sea en

    vacaciones o fines de semana,

    a quienes les llamamos por su

    nombre cuando en sus

    puestos de trabajo tienen

    tratamiento… todos ellos

    nacieron en alguna de

    nuestras calles y podemos mostrarlos a nuestros niños, con igual o superior atracción que

    cualquier ídolo de la tele, del futbol o de las tertulias mil que nos adormecen.

    Y Santiago Sánchez o Jorge Izquierdo forman parte de la pléyade de nuestras promesas, salidas

    de nuestra propia cantera…

    Por eso queremos destacarlos, ponerlos como en un espejo para que nuestros niños se vean

    reflejados y sueñen cómo pueden ser de mayores. Por eso cada año celebramos la que

    denominamos Fiesta Aniversario de nuestra Fundación: no tiene ninguna otra dimensión ni

    oculto sentido. Y, claro, nos duelen ciertos posicionamientos o comentarios que, para nuestra

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    desgracia como pueblo duro y baqueteado, provienen de los de siempre o los escuchamos en

    sus voceros o gente sencilla engañada tras el señuelo de una cucharada de lentejas…

    * * *

    Queremos salir de nuestra postración como pueblo y lucharemos por aquello en que creemos:

    - Necesitamos energía para la actividad de nuestras empresas: sin ellas no cabe otra cosa que el empleo por amiguismos en los aledaños de las administraciones

    - Urgimos tener comunicaciones del siglo XXI: no nos conformamos con las del XIX - Unos servicios como cualquier

    habitante de la autonomía en que

    vivimos: pagamos nuestros

    impuestos mientras debemos

    autogestionarnos gracias al

    voluntariado

    Y no vamos contra nadie, sino a favor de

    todos.

    No somos militantes políticos ni nos

    decantamos por ninguna solución mesiánica

    o populista: somos vecinos de nuestros pueblos que, vergonzantemente, pretenden hacernos

    mendigar en basureros.

    En definitiva, somos pobres; nos sentimos abandonados pero… con la suficiente fuerza para

    vislumbrar que, unidos, alcanzaremos nuestra meta: ser la comarca que fuimos y no en la que

    estamos.

    * * *

    Tras esta larga declaración, veamos –ahora sí– cómo se desarrollaron los actos durante los días

    que tuvimos actos y actividades.

    Al margen actuaciones de preparación y charlas varias en los colegios de Anna y Enguera o en

    la Residencia San Rafael, iniciamos el viernes con los saludas en el hotel, así como los primeros

    paseos por el pueblo y los temores derivados de las inevitables comparaciones con el pasado,

    fantasmas mentales desde las imágenes y recuerdos mantenidos durante más de cuarenta

    años.

    La mañana del sábado apareció espléndida; los nervios estaban a flor de piel; los dedos de las

    manos buscaban ávidos otros con los que entrecruzarse; los saludas silenciosos, los besos a

    doquier, las miradas perdidas eran los primeros síntomas de que un inmenso día se abría ante

    nosotros. Nos habíamos dado cita en el Terrero. Los móviles ardían…

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    El recuerdo de la puerta de la calle de los Ángeles, con su pequeño retablo en mosaico, rompió

    las tensiones acumuladas. El vano de San Juan nos retraía a los alfanjes, turbantes, babuchas

    de otros tiempos…

    Garnelo Alda y Francesco Verdi nos devolvían a la realidad administrativa del ancestral

    comportamiento enguerino, previo a

    penetrar en la casba enguerina para

    poder pisar el kilómetro cero de la

    Cora musulmana del siglo XII,

    propuesta por el profesor Franco

    Sánchez, en la antigua plaza de San

    Juan. A continuación, tras el

    descubrimiento de un lienzo de la

    muralla cristiana, vuelta atrás para

    dejar el recinto musulmán y, ya en el Llano, gozar de la vista de los restos de las al-saqiya,

    pensiles, na´ura, al-birka en los bustan del barranco de La Mota gracias a la hospitalidad de los

    dueños del extraordinario mirador construido sobre él. Al igual que la inigualable vista de las

    traseras de las casas de la calle San Antonio.

    La ermita del Santo concluyó con el primer recorrido de la mañana que nos llevara al CEPI Eduardo López Palop.

    Allí la comitiva fue recibida por la Directora y su equipo al completo, así como por varios

    profesores y gran cantidad de becarios que lo fueran de Don Eduardo, entre los que destacara

    Doña Maruja Ases quien, tras saludar personalmente a cada uno de los descendientes del

    Enguerino del siglo XX, mostró con orgullo el tesoro, guardado en la intimidad personal, de la

    correspondencia habida con tal personaje.

    Cantidad de enguerinos asistentes al acto escucharon las emotivas palabras de satisfacción por

    tan honrosa visita pronunciadas por la Señora Directora del Centro, en su nombre y el de la

    comunidad educativa.

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    Don Eduardo López–Palop y González de Peredo, emocionado, dio cumplida réplica a las

    palabras de la Directora quien, en compañía de Don Jorge Figa López–Palop, depositaron a los

    pies del busto del homenajeado una

    corona de laurel. Cada intervención

    fue rubricada por cerrados aplausos,

    así como varias otras tantas veces los

    parlamentos fueron interrumpidos

    por otros tantos aplausos de los

    asistentes.

    Una larga sesión fotográfica permitió

    captar imágenes para el recuerdo,

    así como las graciosas tomas de los

    familiares con los diferentes

    grupos de asistentes al acto.

    Cuando ya era pasado el

    mediodía, se retomó el recorrido

    por la zona enguerina surgida

    tras el terremoto de 1748, es

    decir el área conocida como la

    Enguera de la Real Fábrica –

    Santísimo, Trinidad y San

    Ramón– a decir de Don Miguel

    Ciges. Pocas construcciones quedan de aquellas casas con portal para picar esparto y tomar el

    fresco, dintel con altura para pasar bien el burro o el macho cargado con el forcat y los

    apechusques; umbral espacioso y suficiente, con las carrileras para que pase el carro, y una,

    dos, tres, y hasta cuatro ventanitas pequeñas y simétricas; algún tiesto con flores en su

    diminuto alféizar y el faldoncillo de una cortina de percal o cretona que a veces el viento asoma

    tremolando, cual si fuese una banderita que cela la intimidad del tálamo. Todo simétrico,

    armónico, con bella perspectiva urbana; casitas construidas y trazadas para servir al binomio

    utilitario enguerino, para el telar y para el servicio de la campiñeta o del bancalet. Se teje y se

    deshace el panizo, se teje y se pulsan higos, se teje y se trae hierba para los conejos; la pieza y

    la hilaza en el suelo; en el techo, la colgá de melones, los sangrones de pasa tintorera y las

    ristras de tomaticos coloraos.

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    Por el final construido de la Barrereta a la carretera y, en ella, la Cooperativa del Campo. El

    Director Gerente recibió en persona y mostró las instalaciones a los visitantes; dio las

    explicaciones precisas sobre el desarrollo de la Cooperativa, sus volúmenes, servicios y

    productos; respondió a cuantas preguntas le formularon sobre la situación del campo

    enguerino y pueblos en donde existen socios, los sistemas de recogida de la aceituna para

    finalizar hablando de mercados, trazabilidad del aceite “El Campiñero” y otras muchas

    preguntas. Los consabidos obsequios y las mutuas felicitaciones.

    La comida, la lectura de la Memoria de Actividades de la Fundación por el Secretario del

    Patronato y la entrega del Premio de

    Investigación al annero Don Jorge Izquierdo

    Ciges por su trabajo “Librería

    multiplataforma para el desarrollo de

    aplicaciones 3D sobre OpenSceneGraph”,

    presentado bajo el seudónimo Atreides,

    dieron paso a la nominación y entrega de los

    Premios Preclaros a Don José Belda

    Maximino como profesional, a RPH Onions

    como empresa y, como grupo humano, a las

    Familias de clase media/baja que mantuvieron el espíritu de superación personal de sus hijos

    mediante el estudio, desde la expulsión de los Carmelitas hasta la implantación del sistema

    reglado que desembocara en el Colegio Libre doptado. Los méritos de cada uno de los

    Preclaros que, ya se hizo público por este mismo medio, pueden ser consultado en nuestra

    ciberBiblioteca bajo los epígrafes Aniversario de la Fundación III, IV y V.

    * * *

    Llegado este momento, el Presidente del Patronato de la Fundación dirigió el Homenaje al

    declarado por La Sierra como El Enguerino del Siglo XX, a saber: Don Eduardo López Palop.

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    Tras afirmar el cainita espíritu enguerino, reivindicó la figura de tan extraordinario mecenas a

    quien comparó con Don

    Juan Fabra –otro enguerino,

    éste del siglo XVI–, también

    olvidado como a cuantos

    periódicamente hicieron

    algo positivo por su pueblo.

    Ante el silencio sepulcral de

    los asistentes retó a que

    alguien le dijera si le

    identificaba como quien

    estableciera una beca para

    enguerinos en la Universidad de Valencia y quien legara sus bienes para el establecimiento de

    una orden religiosa que impartiera estudios y oficios en nuestro pueblo.

    Tras una pausa y establecer que las acciones básicas de Don Eduardo eran conocidas por

    todos, gracias a el folleto repartido

    por todas las casas del pueblo de

    forma gratuita, dio paso a que el

    profesor Don Santiago Guillén, de la

    Universidad Politécnica de Valencia,

    expusiera la mayor obra llevada a

    cabo por los enguerinos: la

    conversión del secano en regadío;

    Don Santiago, como portavoz de la

    Cooperativa de Riegos –representada

    en el acto por el Presidente de la misma, el Gerente y Don Esteban Tortosa– y mediante una

    didáctica presentación, arrancó desde la superficie regada por los sobrantes del pozo de

    Albalat a la situación actual de riego localizado.

    Para ello debió hacer referencia a la labor de Don Eduardo en la formación de la misma

    Cooperativa, en la adquisición y financiación del pozo del Charral, delimitando el área que

    cubrían sus aguas. Otro tanto hizo con el pozo de Pepitín, así como con la cesión del pozo de La

    Solana por el Instituto Nacional de Colonización y su red de distribución. Fue la obra directa de

    Don Eduardo.

    Pasó, a continuación a exponer el cambio que supuso en el sistema de riegos la adquisición del

    pozo del Saytón y su incidencia en la actual red de almacenaje y distribución mediante

    hidrantes para, de nuevo con imágenes de las superficies coloreadas sobre el mapa del

    término, finalizar afirmando: Así estaban ustedes.. y así lo están en la actualidad. La semilla, el

    inicio y la idea se la deben a Don Eduardo a quien, bajo mi personal punto de vista, con razón

    consideran el Enguerino del siglo XX.

    Asunción-Rosa Aparicio presentó un fotofilm sobre la vida y obra de Don Eduardo que fue muy

    apreciado y aplaudido por todos, especialmente por los familiares más cercanos a Don

    Eduardo que asistían al acto.

    De entre ellos tomó la palabra su nieto Don Eduardo López–Palop, sus palabras fueron

    escuchadas con máxima atención. Inició agradeciendo en nombre de toda la familia el

    homenaje a su abuelo para, a continuación, recordar la figura y el cariño de su abuelo a

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    Enguera. Insistió en los tres grandes amores de su abuelo: a la familia, a su profesión de

    notario y a Enguera. Hubo momentos en que llegó a temblarle la voz al recordar sus estancias

    entre nosotros, la última con 15 años de edad, en el acto de nombramiento de Hijo Predilecto

    a su abuelo por el Ayuntamiento.

    Varias veces fue interrumpido por calurosos aplausos de los presentes, quienes rubricaron sus

    afirmaciones con una cerrada ovación al concluir su intervención.

    A continuación, como para cerrar el acto, de nuevo tomó la palabra el Presidente del

    Patronato para agradecer a todos y cada uno su aportación al acto, desde los ausentes por

    motivos justificados, a cuantos desde el anonimato habían contribuido al éxito del mismo; a

    los responsables del CEPI y a cuantos les habían acompañado en los recorridos y abierto sus

    casas; a los miembros del Jurado del Premio de Investigación La Sierra, así como a todos los

    investigadores que habían concurrido a él; a los Preclaros y a sus familiares; al pueblo de Anna,

    representado por su alcalde y Presidente de la Mancomunidad de La Canal; y, de modo

    especial, a todos y cada uno de los nietos y demás familiares de Don Eduardo, venidos desde

    distintos y distantes puntos de la geografía.

  • 9

    Cerró el acto Don Miguel Ramírez, Presidente de la Mancomunidad, quien agradeció la

    invitación, se felicitó por el éxito alcanzado por el hijo

    de Anna que había resultado premiado, nos emplazó a

    perseverar unidos todos los habitantes y quienes tienen

    sentimientos de pertenencia al mismo espacio,

    trayendo a colación la simpatía que le producía el

    mismo nombre de nuestra fundación: La Sierra, que no

    La Sierra de Enguera, al igual que la de los Amantes de

    la Fotografía de La Canal, que no de La Canal de

    Navarrés.

    Finalizó recordándonos que el domingo nos esperaba a

    todos en Anna.

    * * *

    Ya por la tarde iniciamos el tercero de los recorridos: aquel definido como la Enguera del

    esplendor industrial.

    Partiendo de la Plaza Ibáñez Marín y plaza de la Fuente, entramos en la calle Santa Bárbara, de

    la que Don Miguel Ciges, nuestro mejor guía turístico, dejó escrito que tiene buen caserío,

    excepcional, sobre todo los números impares: casas grandes, espléndidas, con planta baja de

    dos cuerpos, jardín o huerto, o patio, dos pisos, amén de cambras y porches.

    Esta calle contribuye en buena proporción al peculiar carácter del pueblo, y quizás nos evoque

    el auge pañero y el precio de la pansa, porque en todas estas casas, además del reloj de oro,

    siempre encontramos por algún rincón pinzas y canillas y algún cañizo y caldereta de escaldar

    uva moscatel; la uva moscatel se fue a paseo hace muchos años, se la llevó la filoxera, y el auge

    pañero, pues idem, eadem, idem

    .

    Es calle ésta que tiene espléndido balconaje y espléndidas rejas; el balcón en una casa ha sido

    siempre signo de señorío…

    Para, anteriormente, haber dejado escrito: es una calle tranquila y apacible, calle cívica, de

    mucho tránsito, sí; arteria principal y vital del pueblo donde se podían encontrar aquellos once

    hombres justos y cabales –de los que nos habla Fernando Palop–, con reloj, cadena y leontina

    de oro, para formar un buen Ayuntamiento.

    Porque esta calle era la calle de los ricos del pueblo; aquí en esta calle, que no es muy larga –

    treinta y siete son sus números nones y veinticinco sus pares–, había más de media docena de

    pianos… en esta calle, el barbero Rafael Oriola pasaba a domicilio diariamente revista y

  • 10

    retoque a la barba, bigote, patillas, perilla y mosca de los señores de la calle, y la peinadora

    Belén hacía lo propio con las señoras, dándole a la tenacilla y a la zaragatona.

    Y aquí en esta calle de Santa Bárbara encontrábamos al que pagaba mayor contribución del

    pueblo, y por eso en ocasiones era alcalde nato de la población.

    Y en esta calle los viernes se daba limosna a los pobres del lugar, se cambiaba una peseta de

    plata en perras, céntimos y centimicos, se ayudaba a pasar y de paso se aligeraba la

    conciencia. Y así era la cosa entonces.

    * * *

    Por la calle San Lorenzo y la antigua Mayor accedimos al templo parroquial donde Andrés nos

    aguardaba para mostrarnos el retablo de la Virgen de Gracia, el lignum crucis y la capilla de la

    comunión con las obras de Segrelles y las sepulturas de los beatos sacerdotes mártires. Los

    detalles de todo ello, así como los relativos a la construcción de la fábrica fueron

    minuciosamente desgranados. Pasamos a continuación a la sacristía para observar la maqueta

    de la imagen de San Miguel, obra de Garnelo Fillol, así como los libros Graduales salvados.

    Por las antiguas calles Mayor, del señor de la villa y del Hostal volvimos a alcanzar la plaza de la

    Fuente y San Roque o La Era para allegarnos al Convento. Allí se contempló la fábrica, la

    preciosa cúpula de la anexa capilla, conocida como del Sagrario.

    Mención especial merecen los azulejos “maniseros” de la época y, sentimentalmente para los

    descendientes directos de Don Eduardo, la imagen de San José regalo de nuestro

    homenajeado.

    * * *

    De regreso a la casa natalicia del homenajeado, nos esperaban las tres parejas de bailaores y

    los músicos. Por “consejo” de las autoridades la danzá quedó reducida a ir y volver desde el

    contiguo rinconet hasta la fachada del bar Willy.

  • 11

    La emoción, las fotos desde móviles, etc…, los tarareos y movimientos de piernas de los

    asistentes duraron durante el tiempo que lo hicieron los danzantes.

    Al finalizar, los comentarios: cada quien a lo suyo… para la organización del acto la

    recriminación por no haber sido capaz de invitar a mayor número de danzantes.

    El pasacalle por donde se tenía solicitado el recorrido de la danzá y la picaeta en el Industrial

    dieron por finalizados los actos del Aniversario de La Sierra, fundación de la CV, que este año

    tenía como novedad el homenaje a don Eduardo, el enguerino del siglo XX.

    Y para finalizar algunas frases, recientemente recibidas: Espero que sigamos en contacto y, desde Finlandia donde he llegado esta mañana, sabéis que podéis contar conmigo para

    lo que queráis.

    Hasta pronto, M. Jesús

    En todo momento, habéis sabido transmitir un calor, una ilusión y un esfuerzo dignos de ser elogiados.

    Ocasiones como éstas son las que hacen que uno siga teniendo fe en el ser humano, mostrándonos que no todo son

    intereses creados o política, tal y como comentábamos en la comida.

    Estoy y estamos todos a vuestra entera disposición para cualquier cosa que podamos ayudar, apoyar o cooperar.

    Recibe un cordial saludo, con la esperanza de no perder el contacto

    Paloma López-Palop

    Estoy segura de que nuestro abuelo Eduardo se sentiría sumamente complacido y hondamente conmovido si hubiera

    podido verificar cómo, más de cuarenta años después de su fallecimiento, su memoria perdura en el recuerdo de su

    población natal, de forma tan vívida.

    Para mí (y para todos sus nietos) significa un enorme orgullo que haya dejado una huella tan profunda entre los

    enguerinos.

    Afectuosamente. MJLP