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    E POR BEN BOLLIGLeeds (Reino Unido)Especial para EES - CONFINES

    n su figura pblica como intelec-tual y poeta parecen coexistir dosversiones de la pos-dictadura ar-gentina: por un lado, un trabajopara mantener vivo el legado de la

    lucha armada; por otro, un ejemplo de la exitosareintegracin de un ex militante como poeta den-tro de ciertos paradigmas liberal-humanistas dememoria y coexistencia. Esta tensin entre Gel-man militante y Gelman humanista se queda plas-

    mada, por ejemplo, en un ensayo de Mario Bene-detti (1995: 47), en el cual cita Benedetti el poe-ma Escrituras de Gelman de la coleccin Rela-cionespero sin un verso de suma importancia:Pern es nuestra nica esperanza (1980a: 17).Es mi intencin analizar esta tensin tomandocomo ejemplo un elemento temtico de la poesade Gelman: el exilio.

    Como es el caso en la obra de muchos escrito-res exiliados, en la poesa de Gelman el exilioest experimentado como una derrota. Un poemade la coleccin Bajo la lluvia ajena (1980) haceexplcita la relacin entre exilio, patria, y su pro-yecto poltico:

    de los deberes del exilio:

    no olvidar el exilio/combatir a la lengua que combate al exilio!

    no olvidar el exilio/ o sea la tierra/

    o sea la patria o lechita o pauelo

    donde vibrbamos/ donde niabamos/

    no olvidar las razones del exilio/

    la dictadura militar/ los errores

    que cometimos por vos/ contra vos

    [...] (2001: 233 [1980]))

    El poema traza una relacin entre cierto gru-po, la primera persona en plural de los verbos delsexto verso, y la patria, cuya prdida est impl-cita en el exilio. Esta relacin es poltico-estrat-gica, ya que hay dos razones por las cuales elsujeto se encuentra exiliado: la dictadura, y cier-tos errores; pero aun en la admisin de erroresse subraya la buena fe de los exiliados: cometie-

    ron sus errores por la patria.

    Muchos poemas de Gelman escritos despusdel golpe de estado de 1976, y su eventual ale-jamiento de los montoneros se dedican a su hijo,Marcelo Ariel, secuestrado y asesinado por losmilitares; el poemario Si dulcemente incluye unapartado que termina con esta nota dedicatoria:

    GELMAN QUIERE DEMOSTRAR QUE UNA FALTA DE MEMORIA LLEVAA REPETIR LOS DESASTRES DEL PASADO, Y QUE AUN EN EL EXILIO ELPOETA DEBE MANTENER UNA RELACIN ESTRECHA CON SUS ANTIGUOSCOMPAEROS Y CON LO QUE HA PERDIDO. FINALMENTE, PLANTEA QUEEL PROYECTO A QUE PREST SUS FUERZAS EN EL PASADO SIGUE VIGENTE

    HACIA UNAEL EXILIO MELANCLICODE JUAN GELMAN

    POTICA

    MONTONERA?UNA POLMICA EN LA REVISTACORDOBESALA INTEMPERIE TOC ELTEMA DE LA RESPONSABILIDAD TICA DELOS EX MILITANTES DE GRUPOSARMADOS DE IZQUIERDA. EL FILSOFOCORDOBS OSCAR DEL BARCO CRITICAL POETA ARGENTINO JUAN GELMAN,ANTIGUO MIEMBRO DEL GRUPO ARMADOPERONISTA MONTONEROS AUNQUEDISTANCIADO DE L A PARTIR DE FINESDE LOS 1970 POR UNA SUPUESTA FALTADE HONESTIDAD EN SUS COMENTARIOS AFAVOR DE LOS PROCESOS CONTRA LOSMILITARES ACUSADOS DE CRMENES DELESA HUMANIDAD, SIN ASUMIR SURESPONSABILIDAD DIRECTA EN ELASESINATO [...] INCLUSO DE ALGUNOSMILITANTES MONTONEROS (BELZAGUI2007: 33). LOS COMENTARIOS DE DELBARCO IMPULSARON A VARIOS AUTORESA SALIR EN DEFENSA DE GELMAN Y ACRITICAR EL GIRO TICO OLEVINASIANO DE DEL BARCO Y DEOTROS. LA FUERZA DE ESTOSINTERCAMBIOS NOS OBLIGA APREGUNTAR: QU ES LO QUE SIGNIFICAJUAN GELMAN HOY EN LA ARGENTINA?

    semejante a la melancola, como descrita porFreud.

    no quiero otra noticia sino vos/

    cualquier otra es migajita donde

    se muere de hambre la memoria/ cava

    para seguir buscndote/ se vuelve

    loca de oscuridad/ [...](64)

    El aislamiento fsico del exilio acenta la fal-ta de informacin sobre el destino de los quehaban sido secuestrados. El resultado del esta-do intermedio en que se hallan estas vctimas esuna interrupcin en el funcionamiento del due-

    lo. Segn Gundermann, la melancola es una delas caractersticas de la poca pos-golpe; Gun-dermann caracteriza a los melanclicos por suidentificacin con un objeto perdido [...] y larecalcitrante negacin del sujeto melanclico deaceptar que este objeto se haya perdido, (2007:12). En su ensayo, Duelo y melancola, Freudnota una diferencia clave entre las dos condicio-nes: en el duelo, es el mundo lo que pierde inte-rs para el paciente, pero en la melancholia es elego que sufre este menosprecio, es decir, la sen-sacin de prdida se incorpora dentro de su ex-periencia de s mismo; la melancola est carac-terizada por elementos del duelo, y elementosdel extremo narcisismo (Freud 2005: 210). Se-gn Robben, en contraste, el duelo y la melanco-la no son objetos distintos sino puntos en una

    escala; por ende, emplea Robben un tercer trmi-no, quizs ms apto para Gelman: el duelo crni-co. A primera vista sera la prdida de su hijo quemotiva sus esfuerzos, como indica el neologis-mo deshijar (1980b: 54), pero hay otro ele-mento, que resulta tan clave como esta falta.

    afligido de vos/ toda un pueblo

    anda pidiendo verte/ entendimiento

    que pierde sangre como vos/ de vos/

    voluntad que no mira tu mirada (61)

    Gelman generaliza la prdida de su hijo, mien-tras habla de y por una tercera persona, el pue-blo, pueblo que Gelman poetiza de forma tpicaen su obra con el error gramtico de feminizar-lo con el pronombre toda. Esta representacin,una forma de ventrlocuo de los deseos y objeti-

    vos del pueblo, repite uno de los trucos discursi-vos ms tpicos de los montoneros. El exilio deGelman, representado en sus poemas, demuestrala clara continuacin de una potica montonera,es decir, una construccin potica que emplealos elementos clave del discurso del proyectomontonero: pueblo, patria, Pern; y es la prdidade este proyecto que en gran parte motiva el due-

    el 26 de agosto de 1976

    mi hijo marcelo ariel ysu mujer claudia, encinta,

    fueron secuestrados en

    buenos aires por un

    comando militar. el hijo

    de ambos naci y muri en

    el campo de concentracin.

    [...]

    hasta que no vea sus cadveres

    o a sus asesinos, nunca los

    dar por muertos. (1980b: 73)

    Dos elementos indican el esfuerzo potico eneste texto: primero, la supresin de las letras ma-ysculas; segundo, oraciones que obligan al lec-tor a emplear cierta destreza lgica; aunque lafrase naci y muri pudiera indicar una simpley trgica verdad, refiere adems al estado inter-

    medio de los desaparecidos: ni vivo ni muerto;un nio que a la vez nace y muere debe estar a lavez muerto y vivo, una ausencia, como los au-sentes para siempre (73), siempre presente, enparticular dada la negativa del sujeto a aceptarlas muertes.

    En otros poemas de esta coleccin, estanegativa se convierte en una forma de fijacin,

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    lo crnico en su obra.Es importante subrayar el papel justificador

    que cumple el pueblo:

    hablando de estas ceremonias:

    el pueblo hace la Revolucin

    con pies lentos el pueblo

    ngel de tierra ngel de luz (1980a: 29 [1973])

    Sin el pueblo, el proyecto poltico no sera la

    Revolucin. Este empleo del pueblo como vn-culo entre la direccin montonera y el movimien-to peronista es tpico del discurso montonero ensus intentos de justificar el papel de liderazgoque este grupo se haba otorgado en los aos1970.

    Se ve la importancia de la patria, el segundoelemento, en otro poema de los 70.

    el sol brilla sobre la patria

    el sol ilumina la patria

    el sol calienta la patria

    los compaeros mueren por la patria

    (1980a: 82 [1978])

    En este caso, el sacrificio de los compaerosse inscribe dentro de una serie de intercambios

    naturales con la patria. Como resumen Sigal yVern, el peronismo se constituy como discur-so poltico a travs de la instauracin de una gi-gantesca metfora entre el movimiento peronistay la Nacin democrtica, es decir entre los pero-nistas y los argentinos, entre Pern y la Patria(1986: 241). Varios estudiosos han examinadolas dificultades de la relacin entre Pern y losmontoneros. Tanto la idea de una conduccincompartida entre el MPM y Pern, como la no-cin del pueblo montonero tal como la encon-tramos en la obra de Gelman, eran en cierta formainvenciones ideolgicas de los montoneros.Como seala Daniel James, los grupos peronis-tas de clase media o intelectuales dieron por sen-tado que la clase obrera era revolucionaria enesencia y que Pern era un lder revolucionario(1988: 241). Una mitologa que juntaba a un

    pueblo revolucionario con un Pern casi gueva-rista dejaba sin responder una serie de preguntasanalticas: quines eran los que formaban partedel pueblo? Y cules eran los motivos del lder?(261). Segn Gelman, en una entrevista de losaos 80, era fcil saber: el pueblo es Peronista(en Mero 1987: 62). A fines de los 70, los dosprincipios clave del grupo, su vnculo con lasmasas, y la primaca de lo militar, supusieron unconflicto prctico; las tcticas de los montone-ros los pusieron tambin en conflicto con losobreros, ya que estos fueron los primeros que su-frieron las consecuencias de acciones montone-ras en forma de represalias por parte de las fuer-zas de seguridad. Por estos motivos, a fines de los70, cualquier base obrera que haba tenido elMPM quedaba destruida. Como Gelman admite,

    los Montoneros cometieron gravsimos errores que terminaron aislndolos de la masa peronistaen su enfrentamiento con Pern [...P]ero el queempez el enfrentamiento fue Pern. (en Mero1987: 40).

    Segn Sigal y Vern, el problema principalera el desfase entre la izquierda Peronista y ellder (1986: 237). Mientras los sectores de iz-quierda se nombraron como voz autntica delpueblo, el pueblo nombr a Pern electoralmen-te como su vocero (219); cuando en 1974 Pernexpuls a los sectores de izquierda, estos secto-res, que se prometan fieles al pueblo, se encon-traban discursiva y estratgicamente atrapados:afirmar en 1974 que Pern ya no representaba alas masas significara volver al ostracismo, resta-blecer distancia entre lite y base, una base quedistaba mucho de ser montonera (223). Cual-

    quier retirada por parte de los montoneros delPeronismo habra sealado el fin de cualquierreclamo sobre su relacin con el pueblo o con elmismo Pern (219).

    La obra reciente

    Es productivo ahora examinar algunos ejem-

    plos de la ms reciente produccin potica deGelman. La coleccin Pas que fue ser (2004)empieza con una cita de Guillaume de Poitiers:El Paraso Perdido nunca estuvo atrs. / Que-d adelante (2004: 7). Es mi opinin que laidea de un proyecto futuro del pasado motivamuchos poemas de esta coleccin; en cierta for-ma, la coleccin trabaja con la reaparicin defantasmas del pasado que indican un posible fu-turo, en una forma de hauntologa (hantolo-gie), para emplear el trmino de Derrida. El poe-ma es un sitio que prepara la posibilidad de lavuelta de figuras del pasado, en particular su hijo.Lo perdido tiene, en el poema, un espacio dondereaparecer. El poema Jenin, con un ttulo quealude a la batalla entre el ejrcito Israel y mi-litantes Palestinos en 2002 intenta investigar larelacin entre memoria y poltica contempor-nea:

    La desmemoria saca monstruos

    al sol. [...]

    Hay asesinos

    y aplausos para los asesinos.

    Caigo en los huecos

    del alarido, vienen

    pesadillas de un pas distante.

    Son pesadillas de m mismo.Me matan muchas veces

    junto a tu piel suave.

    Se deshija la noche, suenan

    disparos, hunden

    las naves que surcan el ojo

    para irse de antiguas bestias. (2004: 57)

    El poema traza un vnculo entre violenciasque ocurren en otro pas o lugar y la experienciapersonal del dolor y preocupacin: las noticiasde actos de violencia en otro pas repiten unaexperiencia traumtica previa: las pesadillas del

    pas distante son, textualmente, pesadillas dem mismo. Estos traumas existen como parte deuna serie de relaciones individuales, en este casocon un t; el verbo deshijar reaparece, y ve-mos como las noticias forneas se inscriben den-tro de la experiencia de Gelman de la prdida desu hijo. Esto nos obliga a repensar el primer ver-so: desmemoria no sera solamente la falta dememoria sobre los efectos de la guerra, sino ade-ms una ms extensa falta de memoria sobre laexperiencia argentina, es decir, se inscriben lasinjusticias en Palestina al lado de las argentinasde la ltima dictadura; de este modo, la lucha deGelman se mantiene vigente hoy en da y dentrodel contexto poltico mundial.

    Vale la pena en este punto examinar las se-mejanzas entre estos poemas y obras de la poca

    militante de Gelman; en varios poemas de la co-leccin Si dulcemente, vemos la muerte de loscompaeros montoneros como momento funda-dor de una nueva etapa en la lucha armada:

    bajo tierra en la tierra

    que s los recibi / incendios

    que apag el odio military / hijitos

    empjennos al triunfo (1980b [1979]: 16)

    En este caso es importante sealar el empleodel sustantivo hijitos para describir a los com-paeros muertos; por un lado, ya que algunoscompaeros de Gelman su hijo, su nuera pue-den ser nombrados precisamente con este trmi-no; por el otro, de nuevo se inscribe la luchamontonera dentro de la misma red familiar; aqu,la prdida motiva la lucha poltica y viceversa .

    Los vnculos entre muerte, exilio, memoria, y lapersistencia de la lucha montonera son frecuen-tes en la coleccin. A pesar de sus fracasos ymuertes, los compaeros sobreviven en la me-moria y en el poema de Gelman:

    [...]

    de claridad vestida/nada piden

    para s/van desnudos /sangran mundo/

    callan de penas admirablemente/

    esperan que empecemos otra vez. (101 [1980])

    El empleo del subjuntivo es importante: eneste caso, el subjuntivo es del presente; la posi-bilidad del pasado es, ahora, el futuro del presen-te, en casi la misma forma que vimos en el ttulode Pas que fue ser: la posibilidad, nunca cum-

    plida, del pasado (y, de cierta forma, la negacindel orden actual). En este caso, con referencias ala batalla y prisin, se hace explcita la refe-rencia a la lucha armada.

    Con estos poemas podramos trazar undiagrama cronolgico: lucha errores muerte memoria lucha (bis). Los tres ltimos ele-mentos de esta secuencia reaparecen en la ltimapoesa de Gelman, como en este ejemplo, Cor-tesas

    Dnde calls, memoria?/dnde

    te acords de vos misma/

    acechando al verdugo para

    matarlo como l te mat? (2007: 108)

    El poema emplea un importante paralelismoentre la memoria y la muerte del hijo de Gelman;

    el empleo del trmino verdugo es clave, yaque en los ltimos aos la palabra se ha vueltocasi sinnimo entre la izquierda argentina de unmiembro de los comandos militares. Si el verdu-go mat a la memoria, en un crimen parecido alcometido contra el hijo de Gelman, la memoriaofrece la posibilidad de una justicia extra-judicial

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    en la revancha de la memoria. En otro poema deesta secuencia, vemos la importancia de la me-moria para el proyecto de Gelman:

    El pasado vuelve cuando

    desaparece. Vacos que lloran

    en sus pases [...]

    Se hinchan los ojos con

    las cobardas de este tiempo,

    sentadas

    en sillas de su olvido. (63)

    La primera oracin podra ser un comentariosobre Freud es un caso parecido a las observa-ciones de Gundermann que vimos arriba perootra vez se traza una lnea entre los males con-temporneos y la falta de memoria del pasa-do. Es imposible leer el verbo desaparece sinpensar en lo que implica este poema para la si-tuacin argentina. Como indica Edmundo G-mez Mango, en la obra de Gelman se encuentraun movimiento de presentificacin de lo des-aparecido, su verbo potico es acontecimientopresente de lo que ha sido, en el pasado vivo o enel anhelo que nunca se ha cumplido (2004: 66).Gelman quiere demostrar, primero, que una faltade memoria nos conduce a repetir los desastres

    del pasado; segundo, que aun en el exilio el poe-ta tiene que mantener una relacin estrecha consus antiguos compaeros y con lo que ha perdi-do; y, finalmente, que el proyecto a que prestsus fuerzas en el pasado sigue vigente hoy enda.

    En conclusin, sealara que la tensin quemueve la poesa de Gelman es entre Gelman comopoeta, y Gelman como militante (todava) queescribe poesa, y cuya poesa era, es, y seguirsiendo, parte de un proyecto de lucha peronistacontra el capitalismo hegemnico; por ende suconservadurismo poltico y esttico para mante-ner viva esta lucha dentro del contexto actual.En el contexto de la polmica de La intemperiedemuestra tambin un conflicto clave: para se-guir el argumento de Julian Bourg sobre los vn-culos entre el mayo francs y la filosofa, hace

    evidente que el giro tico o levinasiano tie-ne sus races en los propios movimientos arma-dos de los 60; Gelman es un recuerdo de los co-mienzos violentos de esta rebelin contra nomoso leyBibliografa

    Amorn, Jos. 2006.Montoneros. La buena historia. Buenos Aires. Catlogos (2nda

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    MARTN KOHAN (1967, BUENOS AIRES) ENSEA TEORA LITERARIA EN LA UNIVERSIDADDE BUENOS AIRES Y EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA SAN JUANBOSCO. AUTOR DE UNA DESTACADA OBRA NARRATIVA Y ENSAYSTICA, EN 2007 OBTUVOEL PREMIO HERRALDE CON SU NOVELACIENCIAS MORALES. ENTRE SUS ENSAYOS ESTNZONA URBANA. ENSAYO DE LECTURA SOBRE WALTER BENJAMIN(2004) YNARRAR A SANMARTN(2005). PUBLIC LOS LIBROS DE CUENTOSMUERO CONTENTO(1994) Y UNA PENAEXTRAORDINARIA(1998), Y LAS NOVELASEL INFORME(1997),LOS CAUTIVOS(2000),DOSVECES JUNIO(2002), SEGUNDOS AFUERA(2005),MUSEO DE LA REVOLUCIN(2006) YLACALLE DE LAS PUTAS(2008).EN LA ENTREVISTA QUE CONCEDI A CONFINES, KOHAN QUIEN INTERRUMPI LAESCRITURA DE UNA OBRA TITULADA POR AHORABAHA BLANCA, UNA NOVELA SOBRE ELPODER DE LA NEGACIN MENTAL, PARA RESPONDER ESTAS PREGUNTAS- HABLA DE LALITERATURA EN GENERAL Y DE LA SUYA PROPIA, DE LA ACADEMIA, DE LA IDEOLOGA,DEL MERCADO Y DE SUS GUSTOS LITERARIOS. CUESTIONES QUE, SIN DUDA, INFLUYENEN UNA GENERACIN EXITOSA DE ESCRITORES EN LA QUE L SE DESTACA.

    MARTNLA LITERATURANO EST ENTRELAS COSAS QUE

    MS IMPORTANSOCIALMENTE

    KOHAN

    ENTREVISTA

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    POR DIEGO CACCIAVILLANIPuerto MadrynEspecial para EES - CONFINES

    los parmetros de esa misma realidad, sus pro-porciones o su lgica de sentido. Me interesams la idea de abordar esa clase de materiales,pero para decirlos y percibirlos de una maneradistinta, y a veces incluso opuesta, a la que lapropia realidad propone o exige.

    Considera, como algunos, que el oficio del cr-

    tico debe necesariamente estar escindido de la

    tarea del escritor?

    La tarea del escritor, a mi entender, no deberaescindirse nunca de un tipo de relacin singularcon el lenguaje, con las palabras. Ms all deeso, puede escindirse o dejar de escindirse de loque sea.

    En el ao 2007 obtuvo el Premio Herralde de

    Novela por Ciencias Morales. En ella trabaja

    con el tema del disciplinamiento institucionali-zado, en el contexto de la dictadura militar.

    Tambin trabaja el tema de la dictadura en Dos

    Veces Junio. Esa poca nefasta ha sido un

    motor de sus dos obras ms destacadas?

    Esa poca nefasta no ha sido el motor de esoslibros. Hubo otros motores: el tono neutro y dis-tanciado del narrador de Dos veces junio , por

    us novelas siempre intentan evitar

    el realismo, por qu?

    Me interesa una literatura que quie-ra tocar los materiales de la realidad,pero que no por eso tenga que acatar

    ejemplo, o la posibilidad de trabajar el personajede la preceptora en Ciencias morales como siella misma y su cuerpo, o su cuerpo y su concien-cia, fuesen dos personajes distintos. Un motorfue tambin la intencin de indagar narrativa-mente cmo es que el disciplinamiento funcio-na, es decir, cmo se produce concretamente laobediencia, cmo se fabrica a un obediente enlo ms concreto. Luego hubo que situar esas his-

    torias en una poca determinada, y me parecievidente que situndolas en la poca de la dicta-dura militar los relatos ganaban espesor y senti-dos posibles.

    Gran parte de la academia posiciona como los

    estandartes de la literatura argentina del siglo

    XX a Borges, Arlt, Cortzar, Saer y Puig, a

    quin dejara y a quin sacara? Por qu?

    Creo que la eficacia de lo que denomins laacademia se debe en gran parte a que sostieneesos posicionamientos con el fundamento de unfuerte sistema de lectura. Es decir, es siempre msque una votacin de preferencias o una lista deelegidos. Las inclusiones y las exclusiones res-ponden a una concepcin bien asentada de laliteratura, y por ende de una manera consistentede leer. Por lo tanto, no se trata de que por caso

    yo tache aqu algn que otro nombre o agreguealguno en su lugar. Se trata de la manera en queleemos y hacemos funcionar esas lecturas; cuan-do damos clase, cuando escribimos crtica.

    Si tuviera que elegir cinco o siete autores que

    efectivamente influyeron en su formacin como

    escritor, quines seran?

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    Hay lneas distintas en momentos distintos.Una fundamental para m tuvo la forma de unaconfluencia retrospectiva: yo deseaba la influen-cia de Onetti, de Vias, de Saer, de Piglia. Y unda advert lo evidente: que todos ellos seala-ban a su vez a Faulkner. Podra agregar a Puig,podra agregar a Aira, tal o cual elemento queuno toma de uno o de otro.

    A qu autor contemporneo argentino admi-ra? Por qu?

    A varios. Menciono a uno: Hctor Libertella.Por una razn bastante clara: la idea tremenda-mente singular que tena de la literatura, y lanotable constancia con que sostuvo esa idea entodo lo que ley y escribi.

    Existe la literatura mala o slo hay libros paratodos los gustos?Hay libros para todos los gustos. Pero hay malgusto, tambin.

    Cules son sus criterios para diferenciar la

    literatura mala de la buena?

    No existen criterios definitivos y estables,como si fuese un protocolo de medida. Existenluchas de valor, guerras de valor. Bueno es lo

    que es bueno para aquel que impera, como decaNietzsche.

    Qu posicionamiento ideolgico tiene?

    Marxista, leninista, trotskista? Me faltan lec-turas para poder afirmarlo.

    Este posicionamiento ha impregnado su lite-

    ratura o prefiere que sus textos slo trabajen el

    artificio de la ficcin como lo imagin Theo-

    dor Adorno en su Teora crtica?

    Adorno descrea de lo directo, y yo tambin.Ni mensaje, ni compromiso, ni una literatu-ra poltica por premeditacin y eleccin de con-tenidos. Pero en la autonoma del artificio esttambin lo social y est tambin lo poltico. Esuna de las lecciones de Adorno, a m me ha con-

    vencido.

    Cree que todava existen las ideologas o tam-

    bin ellas fueron deshechas en la procesadora

    postmoderna?

    Creo que todava existen. La procesadora post-moderna es lo que ya pas.

    Cree que la literatura tiene un efecto disuasi-

    vo o persuasivo en el lector, cmo lo tuviera en

    su momento Facundo de Sarmiento?

    Debera haber muchos ms lectores que losque efectivamente hay para que se pudiera pen-sar en alguna clase de efecto real por parte de laliteratura. La sociedad en la que escriba Sarmien-to era diferente. Hoy en da escribimos con la fede la produccin de efectos, pero para que esosefectos cobraran una existencia social significa-

    tiva los lectores deberan ser muchos ms y ellugar social de la literatura debera ser muy otro.La literatura no est entre las cosas que social-mente ms importan.

    Cree que el escritor tiene una responsabili-

    dad social? En ese caso cul sera?

    Queda en parte respondida en la pregunta an-

    terior. Habra que preguntarse ahora por la res-ponsabilidad social de los lectores respecto de laliteratura. Si no leen, o leen poco, o leen banali-dades, que dejen al escritor en paz.

    Cree que el mercado, de alguna forma, influ-

    ye en la construccin del canon por parte de la

    academia?

    No, y es una de las cosas que vuelven ms

    interesante el rgimen de lectura que se propone,se discute y se dirime en ese lugar de trabajo en laenseanza que vos llams la Academia.

    Volviendo a su libro Ciencias Morales, qu

    reflexin le merece la educacin argentina en

    este momento, en sus diversos niveles?

    A mi entender se recupera todava, lentamen-te, del dao atroz que le ocasion la dcada me-nemista.

    Cmo cree que ser el imaginario de la lite-

    ratura argentina del siglo XXI?

    Pienso en las novelas de Sergio Chejfec, deMarcelo Cohen, de Matilde Snchez, de Gusta-vo Ferreyra, de Juan Jos Becerra, de Jorge Con-siglio, de Oliverio Coelho. Una cosa as.

    En qu libro est trabajando en este momen-to? Puede adelantarnos algo?

    Escribo una novela sobre la capacidad de ne-gacin: el poder de la negacin mental. Transcu-rre en Baha Blanca y se va a llamar as: BahaBlanca. Interrump para responder a esta entre-vista; ahora que veo que estamos en la ltimapregunta, me dispongo a retomar

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    CADA AO EN LA ARGENTINA SE PUBLICAN DECENAS DE POLICIALES. LA MAYORATIENDE A ABUSAR DE SUS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS COMO EL SUSPENSO,SUBESTIMANDO LA PACIENCIA DEL LECTOR. OTROS ATIBORRAN SUS PGINAS CON UNAPROSA FCTICA, PLAGADA DE DETALLES MINSCULOS, CASI SIEMPRECIRCUNSTANCIALES QUE SE ADHIEREN EQUVOCAMENTE CON EL FIN DE POTENCIAREL SUPUESTO GRADO DE VEROSIMILITUD DE LA NARRACIN.KRIMINAL TANGO, DELVARO ABS, (ALFAGUARA) OPERA DE MODO DISTINTO. EN ESTA NOVELA ELINSPECTOR DE HOMICIDIOS JUAN MUECAS DEBE HALLAR AL CULPABLE POR ELASESINATO DEL CONTADOR CLAUDIO LEVISNKI, CUYO CADVER APARECICALCINADO DENTRO DE UN ATAD DE NOGAL CERCA DE LOS MUELLES DEL PUERTO DEBUENOS AIRES. SEGN LOS PERITOS, EL CONTADOR HABA SIDO QUEMADO VIVO. APESAR DE HABERSE PERPETRADO EL CRIMEN EN PLENA LUZ DEL DA, NO HUBO TESTIGOS.VENGANZA MAFIOSA, OSCUROS INTERESES FINANCIEROS, ALGN PLIEGUEINCONFESABLE EN LA VIDA DE LA VCTIMA?

    ALVARO

    NO CREO ENLOS HROES NI ENLOS ANTIHROES

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    ENTREVISTA

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    POR AUGUSTO MUNAROBuenos AiresEspecial para EES CONFINES

    ALVARO ABS ANALIZA SU RECIENTE NOVELAKRIMINAL TANGO. UN CRIMEN ES UN ENIGMASIEMPRE, SENCILLAMENTE PORQUE NUNCANOS ACOSTUMBRAREMOS A QUE UN DON COMO

    LA VIDA PUEDA SER SEGADO POR ALGUIEN QUEPERTENECE A LA MISMA ESPECIE, ASEGURA

    on esas pistas mnimas lvaroAbs inicia la odisea de recons-truir los hechos que tuvieron subrutal desenlace aquel medioda

    del 19 de mayo. Con la periciade un forense, Muecas analiza junto a su cola-borador directo Valentn Magro cada parte deeste irresoluble rompecabezas cuya pieza faltan-te es el mayor secreto del muerto: su misteriosoasesino. As es como ingresan a los bajos fondosde una Buenos Aires desquiciada por una reali-dad ominosa con el fin de encontrar al culpable.El libro por momentos se convierte en una pers-picaz radiografa de una sociedad sitiada por laimpunidad. A travs de una prosa despojada, alritmo descarnado de los hechos, su autor confir-ma como lo ha venido haciendo desde Restoshumanos (1991), El simulacro (1995), El cri-men de Clorinda Sarracn (2004) y Cinco ba-las para Augusto Vandor (2006): legar una in-terpretacin del mundo interrogando a la huma-nidad a travs del crimen. Sin omitir su impacto,

    su alcance, y su significado social y poltico.La estructura narrativa de Kriminal tango,

    cuyo centro es el crimen, responde al gnero po-licial. A su vez explora los complejos mecanis-mos de la corrupcin, el poder, la violencia y laimpunidad. Podra referirse a los elementos queconforman la matriz de su novela y el modo enque stos se interrelacionan?

    Kriminal tango narra la investigacin de uncrimen cometido en la ciudad de Buenos Aires,en la poca actual. Sus protagonistas son la vc-tima, sus relaciones, diversos policas y otrospersonajes que se mueven en variados ambien-tes ciudadanos. La corrupcin y la impunidaddel crimen son situaciones presentes en la vidade la ciudad. Todos los das leemos sobre ellas

    en los diarios, charlamos sobre ellas en el caf yen la peluquera. Por lo tanto, corrupcin, vio-lencia, impunidad, integran el clmax de Bue-nos Aires. Como tales, se colaron en la novela,sin que el autor se diera mucha cuenta.

    Se sita ms prxima a un policial negro o

    de enigma? Por momentos los lmites tienden

    a desdibujarse, siendo ambos a la vez.

    No me conforman esas calificaciones, que es-tuvieron tan presentes en el revival que, enlos aos sesenta, vivi el gnero policial. Porejemplo, qu quiere decir policial negro? Sies policial, es negro. Si una novela narra un cri-men cuya autora no se conoce, es natural quehaya un enigma. Quizs sea ms til hablar denarrativa criminal. O bien, lisa y llanamente,de novelas que narran crmenes.

    En qu difiere entonces la literatura policial

    de la criminal?

    Trato de responderme yo mismo a esa pregun-ta desde que, obedeciendo a una obsesin laobsesin es siempre la madre de una empresatan absorbente como escribir una novela em-pec a redactar Kriminal tango. Justamente, ha-

    ber elegido a un polica como protagonista, esquizs una tentativa en todo caso inconscien-te, pues al escribir narrativa yo no busco demos-trar teoras sino simplemente, narrar de resti-tuir el policial a un polica.

    Por qu cree que el crimen es uno de los gran-

    des ncleos de la narrativa?

    Porque desde la Biblia (Can mat a Abel)hasta la tragedia griega (Edipo) el crimen ha sido

    narrado una y otra vez como una experienciaperturbadora quizs la ms radicalmente per-turbadora-de la naturaleza humana. Es, junto alamor, la situacin bsica en el Dante, en Shakes-peare y en toda la literatura desde entonces.

    La novela tiene a Buenos Aires como escena-

    rio de un crimen. Sus barrios, calles, as como

    tambin circunstancias absolutamente reales

    referidas de forma explcita como en una cr-

    nica. Siempre le preocup mantener el nivel

    de verosimilitud de la historia?

    La verosimilitud de la historia no slo mepreocup siempre, en realidad es lo que ms mepreocup, o quizs lo nico que me preocup.Por verosimilitud entiendo que la historia, omejor dicho la narracin de la historia, funcio-

    ne, es decir que crezca, que avance. Una lectu-ra fina demostrara que traicion detalles de larealidad calles, lugares, pocas- en funcinde esa verosimilitud y de ese funcionamientointerno. Lectores que advertirn esos detallesno faltarn. Algunos por cierto me lo harnsaber, como ya me ha pasado en otros libros ficciones o no ficciones- que tienen por esce-nario el laberinto de la ciudad. Buscar loserrores en los que incurre un escritor es undeporte que nadie deja de practicar. Lo s por-que yo mismo lo practico.

    Tengo entendido que el asesinato fue parcial-

    mente tomado de una crnica ocurrida en

    1992. De qu modo tom el tema y lo trans-

    form para poder ficcionalizarlo?

    Primero lo investigu como hubiera hecho

    para escribir una historia de no ficcin. Cuan-do decid transformar ese material en una fic-cin, trat de olvidarme de toda esa informa-cin. Para evitar tentaciones, hasta destru losdocumentos (fotocopias, apuntes, etc) que ha-ba acumulado.

    Tambin el tango atraviesa el libro de modo

    muy particular. Juan Muecas, adems de ser

    oficial inspector de Homicidios, es un aficio-

    nado del violn. Incorpor esa idea para otor-

    garle mayor dimensin psicolgica al perso-

    naje?

    No. Simplemente, cuando se me ocurri elpersonaje, se me ocurri con tango incorpora-do. Me nacen los personajes de una novela,con todos sus ingredientes. Tena que apelli-

    darse Muecas, tena que ocupar una oficinavieja en el Departamento de Polica, tena quevivir en la calle Cuenca, tena que tocar el vio-ln en un reducto tanguero del barrio de San Cris-tbal como manera de aguantar su horrible tra-bajo En la novela, el tango no es una intru-sin deliberada sino un elemento del clima por-teo. A mi juicio, el tango respira hoy por to-dos los poros de la ciudad. Es como la hume-dad, la frustracin o las puteadas.

    Podra considerarse a Juan Muecas un anti-

    hroe?

    No s. Cada lector lo calificar segn le parez-ca. No creo en los hroes. Por lo tanto, tampocoen los antihroes. Todos somos hroes en algnminuto de cada da, y antihroes en otro.

    Algunos captulos -como aquellos referidos almodo de vida que llevaba la vctima, el conta-

    dor Levinski, entre reuniones de directorio,

    audiencias y citaciones judiciales- por la pre-

    cisin que han sido narrados, revelan su pasa-

    da experiencia como abogado laborista. Cun

    relevante considera su primera profesin en

    relacin a su obra narrativa?

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    En otros libros, incluso en alguna novela comoCinco balas para Augusto Vandor, mi experien-cia sobre la vida sindical me sirvi para ambien-tar la accin. En el caso de Kriminal tango, nocreo que ello haya sucedido, pues el contadorLevinski no se ocupa especficamente de temaslaborales sino ms bien de emprolijar nego-cios sucios mediante balances truchos. De todos

    modos, nada de eso sirve a la hora de escribirficcin. Deca Flaubert que cualquier mujercitapuede escribir una novela sobre la vida militar:le basta pasar por la entrada de un cuartel y mirarhacia dentro.

    Cun importantes son los desenlaces en una

    novela policial?, por qu?

    Tan importantes como en cualquier narracin.Ahora bien, ya que concibo al policial como untipo de narracin sustentado en la estructura, eldesenlace es crucial porque debe coronar un me-canismo de relojera.

    Por qu cree que en la literatura nacional

    han existido detectives privados pero muy po-

    cos policas resolviendo casos?

    Quizs porque siendo nuestra historia social

    tan agitada, sobre todo durante el siglo XX, lapolica fue identificada como una institucinrepresiva no slo del crimen sino tambin decualquier cambio. Luego de un rgimen tan au-toritario y represivo como el del Proceso 1976-1983, cualquier polica pas a ser en el imagina-rio de todos nosotros un represor impresentable.Pensar, por ejemplo, en un polica con proble-

    FOTODEABS:ALEJANDRAGARCA

    mas de conciencia es como imaginar a Drculajugando a las bolitas. A su vez, en la dcada delsesenta muchos escritores argentinos leyeron aChandler y por eso abundan los detectives pri-vados en la literatura policial, a pesar de que esaprofesin era y es bastante extraa a nuestrascostumbres.

    Parecer tal vez una obviedad, pero por qucrimen es sinnimo de enigma en este tipo de

    narrativa?

    Un crimen es un enigma siempre, sencilla-mente porque nunca nos acostumbraremos a queun don como la vida pueda ser segado por al-guien que pertenece a la misma especie.

    Actualmente, uno de los narradores ms im-

    portantes y reconocidos del gnero es el nor-

    teamericano James Ellroy. Le agradan sus

    novelas?

    No, no me gusta Ellroy, porque encuentro suescritura exageradamente crispada, como si es-cribiera con un hacha.

    Qu policiales argentinos recomendara leer?

    La novela policial argentina que ms me gus-

    ta ello es relativo, pues maana cambiar degustos- es Rosaura a las diezde Marco Denevi.Una que me gust mucho es Los tallos amargosde Adolfo Jasca. Dos novelas que le con intersporque revelan la atraccin que el policial ejer-ce sobre tantos escritores, incluso sobre quienesno lo practican, fueron La pesquisa de Juan JosSaer y The Buenos Aires Affairde Manuel Puig.

    Ambas fueron experimentos no logrados, perosiempre es bueno acercarse a los fracasos de ungran escritor. De las ltimas que le, me gusta-ron Tuyay Las grietas de Jarade Claudia Piei-ro, por la construccin del suspenso.

    Y Rodolfo J. Walsh?

    Considero a Walsh por encima de todo un

    ficcionista. Por la concisin dramtica de su na-rrativa y por el manejo de la progresin en laintriga, es un puntal en la narrativa policial (ocriminal) argentina, junto a Borges. Por cierto,Walsh us un polica -el comisario Jimnez-como personaje de sus Variaciones en rojo.Estos escritores, y muchos ms que los segui-mos, formamos parte de la literatura negra, opolicial o criminal, que viene siendo ya un g-nero nacional, algo as como la gauchesca delsiglo XX (y ahora ya XXI).

    En un pasaje de su novela, Muecas le dice a

    su colega Magro no olvide que a nosotros

    nadie nos pide juicios morales sino solucio-

    nes. Cree que esa aseveracin puede en par-

    te definir el tono del libro?

    No tengo la menor idea. No olvide que no le

    el libro, slo lo escrib. Desde ahora, tomar encuenta su observacin.

    Por ltimo, existe el crimen perfecto?

    El crimen perfecto es para los asesinos comola novela perfecta para nosotros, los escritores:sabemos que no existe, pero igual la persegui-mos, sin descanso

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    JUAN QUINTAR (fragmento)LAS ZONCERAS Y LA CRTICA EPISTMICA AL PODER La intencin de Jauretche es la de suscitar la reaccin de esa tan mentada vivezacriolla, para que, si en verdad somos vivos de ojo, lo seamos tambin de temperamento ; laidea es comenzar a avivarnos y dejar de ser zonzos. Ahora bien, en qu consiste lazoncera, qu es?, cul es su funcin? La zoncera, a diferencia del sofisma, carece de argu-mentacin, de razonamiento; son consignas que se instalan dogmticamente y su eficaciano depende, por lo tanto, de la habilidad en la discusin como de que no haya discusin.

    Porque en cuanto el zonzo analiza la zoncera deja de ser zonzo. Se trata de una abstraccinhecha principio que funciona como punto de partida para un razonamiento posterior, conuna enorme funcionalidad dentro de los proyectos polticos que no parten de un reconoci-miento de las demandas nacionales. Porque, en verdad, como bien lo analiza Jauretchelas zonceras son parte de la pedagoga colonialista .

    Ahora bien, cmo se instalan culturalmente las zonceras? Indudablemente, desde elpoder poltico y la superestructura cultural que legitiman (y, muchas veces, imponen) lospensadores, escritores, pintores, poetas o acadmicos. Esas zonceras se apoyan en una auto-ridad y, a partir de ella, cumplen con dos objetivos: uno es prestigiar la zoncera con laautoridad que la respalda (porque lo dijo tal o cual prcer) y otra, reforzar (dicha) auto-

    ridad con la zoncera. As los proyectos de Rivadavia se apoyan en el prestigio de Rivada-

    via. Y el prestigio de Rivadavia, en sus proyectos(de Pensar con estao. El pensamiento de Arturo Jauretche, por Juan Quintar.

    Editado en Neuqun por Educo Editorial Universitaria del Comahue- en 2007, 241 pginas. Prlogo de Jorge Marziali).

    *Las bastardillas son citas de Jauretche.

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    UNA RESEA DE LA GNESIS DELPENSAMIENTO NACIONAL EN TORNO DELA FIGURA DE ARTURO JAURETCHE. LAORIGINALIDAD DE LA DESMITIFICACIN

    DE LAS ZONCERAS Y ELDESCUBRIMIENTO DE LACOLONIZACIN PEDAGGICA Y SUSCONSECUENCIAS. HAY EN LA ARGENTINAUNA CONSTRUCCIN DIFICULTOSA,TRABADA Y CARACTERIZADA POR SUSMARCHAS Y CONTRAMARCHAS, COMOMETONIMIA DE LA HISTORIA DEL PAS: SETRATA DE LA EDIFICACIN DELPENSAMIENTO NACIONAL, UN ESPACIOEN EL QUE ENTRAN Y SALEN NO SLOIDEAS Y CONCEPTOS, COSMOVISIONES EIDEOLOGAS, SINO TAMBIN HACEDORESQUE ASOMAN SU ORIGINALIDAD SEGNEL ESPRITU DE LA POCA.

    ARTUROPENSAR CON ESTAO

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    POR GERARDO BURTONNeuqunEspecial para EES CONFINES

    OPUESTO A LA INTELLIGENTZIA, JAURETCHE ELABOR UNO DE LOS MSORIGINALES APORTES A LA CULTURA NACIONAL. EL HISTORIADOR JUAN QUINTARANALIZA ESE PENSAMIENTO, QUE PUSO EN BLANCO SOBRE NEGRO DICOTOMASENTRONIZADAS EN LA HISTORIA ARGENTINA MUCHO ANTES DE SARMIENTO

    JAURETCHEos pensadores nacionales son por

    lo general parricidas confesos, yaque es difcil desmontar la sacrali-dad de los oficialismos y la des-consideracin de los progresismos

    no vernculos. En esa tarea sobresalen, hacia lamitad del siglo pasado, los intelectuales nuclea-dos en torno de la Fuerza de Orientacin Radicalde la Joven Argentina, la Forja cuyas ideas, des-de el yrigoyenismo, contribuyeron al primer pe-ronismo.

    Desde ese ncleo duro de la intelectualidadopuesto a la intelligentzia, Arturo Jauretcheelabor uno de los ms originales aportes ala cultura nacional. Y ahora el historia-dor Juan Quintar desmenuza esosaportes que pusieron en blancosobre negro las dicotomasentronizadas en la his-

    toria argentina des-de antes de Do-m i n g oF a u s t i n oSarmiento.

    En el t-tulo -Pen-sar con esta-o -, Quintarplantea dndese ubica Jaure-tche para articu-lar las razonesy pasiones de lahistoria nacional yorganizarlas en uncorpus que desafa

    las lecturas oficialesy sus operaciones. Elestao es el lugar pri-vilegiado de la re-flexin nacional y po-pular: el sitio desdedonde la dicotoma civi-lizacin o barbarie, que ti la poltica argentinadesde la segunda mitad del siglo XX se convierteen una zoncera. Justamente, las zonceras y la con-ceptualizacin de la colonizacin pedaggicason apenas dos de los hallazgos del pensamientode Jauretche.

    Pero Quintar no se queda en el anlisis: sulibro es un dilogo con la vida y la obra de Jaure-tche. Al contrario de los panegricos esperablesen estos casos una especie de hagiografa de lospensadores nacionales que pueblan los altares

    en reemplazo de la historiografa liberal-, el au-tor rescata la absoluta libertad de pensamientodel protagonista de su libro. Nacido a la polticaen el conservadurismo, de la mano de Ral Sca-labrini Ortiz cuya importancia en el indiscipli-namiento de las almas todava no est dimensio-nada- Jauretche se introdujo en el nacionalismotraducido por Hiplito Yrigoyen. La dcada in-

    ticar desde dentro un proceso nacional y popu-lar, son las herramientas que permitieron cons-truir un pensamiento de pantalones largos. Comolo hicieron Juan Jos Hernndez Arregui, Rodol-fo Puiggrs, Salvador Ferla, John William Co-

    oke y, sobre todo y de nuevo, Scalabrini.Entonces, Quintar entra en su mejor juego:desmenuza todas las etapas de Arturo Jauretche,desde las escaramuzas en Paso de los Libres y elprlogo de Jorge Luis Borges a un poema picohasta su final dilogo con una juventud cuyatendencia se enfrentaba a sangre y fuego con lasdirectivas del lder justicialista.

    Pensar con estao representa una puerta ala evolucin del pensamiento nacional del sigloXX, un conjunto de ideas y principios amasadoen la prctica poltica, en la bsqueda de res-puestas a una realidad siempre cambiante y enmedio de la incomprensin de las ideas domi-nantes, sean stas de la Europa continental, delmundo anglosajn o del (su)realismo socialista.Quintar ratifica y reivindica el carcter tercer-mundista del pensamiento nacional en la Argen-

    tina, y propone a Jauretche como un modelo deintelectual opuesto al que construy la historiaoficial con Sarmiento o Alberdi, incluso conEcheverra.

    La clave es el estao del ttulo: ese metal quecubra la barra de los bares y desde donde Jaure-tche reflexiona. All se cocina el revs de la tra-ma de las zonceras; la salida del coloniaje y ladisolucin de la colonizacin pedaggica.

    El libro concluye con citas del subcoman-dante Marcos: no es casual, pues el entronque deuna nueva mirada sobre la realidad y la historiarequiere de todos los aportes posibles, y Quintarno los desdea

    fame y otra vez Scalabrini Or-

    tiz- lo azuzaron para desmontar ysealar los resortes del imperialis-mo ingls en el pas, al que cate-goriz sin cortapisas como colo-niaje.

    Quintar, sin embargo, transgre-de un pacto tcito: hace eje en lasdisidencias de Jauretche con Pern alo largo de su vida, algo que pocos seatreven a mentar, especialmente cuan-do se trata de un personaje del Parnaso

    justicialista. Ese movimiento de entra-da y salida que cultiv Jauretche, esapermeabilidad a la que recurri para cri-