¡Cambia tu mente, cambia tu vida!

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Principio # 9: PlanearGénesis 41:14-40Pasaje clave: Al faraón y a sus servidores les pareció bueno el plan. (NVI).Texto de apoyo: Lucas 14:28

ESTE ES EL CONTEXTO DEL RELATOJosé había vivido dos procesos bastante difíciles. El primero por cuenta de sus hermanos cuando quisieron matarlo. El segundo, por una falsa acusación de la esposa de su jefe que lo llevó a la cárcel. Ciertamente después de un proceso doloroso, siempre se aproximarán los tiempos de gloria; esta vez le tocaron a José. Faraón tuvo dos sueños mientras dormía, pero al querer conocer su interpretación, ninguno de sus mejores hombres tuvo la capacidad de hacerlo. Fue entonces cuando su copero le recomendó a José, el prisionero.

Aquellos sueños anunciaban que vendrían 7 años de mucha abundancia para Egipto y luego, 7 años de absoluta escasez. Alguien debía hacer algo. Faraón entonces designó a José como encargado para dirigir la nación. “De la cárcel al palacio del rey” si, así le ocurrió a José, quien se convirtió en el segundo hombre más importante de todo Egipto, sólo Faraón tenía más autoridad que él. ¿Cómo manejaría José la compleja situación? José tuvo un plan. ¿Eso fue todo? Si. Un plan y su respectiva ejecución fue la estrategia para enfrentar la gran crisis que se avecinaba.

ASÍ SE RELACIONA EL RELATO CON NOSOTROSPlanear es una virtud de sabios. Lamentablemente la cultura de nuestro tiempo es inmediatista. La gente tiende a pensar en el presente y en ocasiones, sin considerar el futuro, toma decisiones de manera irresponsable. Pensar en el futuro como lo hizo José es un ejemplo sabio para todos nosotros. Brian Tracy, un consultor empresarial dijo: Por cada minuto invertido en plani�car, se ahorran diez minutos en ejecutar. Comprometer sus metas en el papel aumenta la posibilidad de alcanzarlas en un ¡mil por ciento! El que fracasa en plani�car está plani�cando fracasar.

Muchas de las cosas que hacemos están impregnadas de afán, ansiedad y premura. Desarrollamos planes sobre la marcha y pocas veces tenemos dominio sobre ellos. Corremos de un lugar a otro creyendo que somos diligentes cuando en realidad nuestro afán se debe a la falta de plani�cación. Piensa en esto: Dios programó lo que haría en los primeros 7 días según lo revela el capítulo uno y dos

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de Génesis. Su diligencia al seguir un plan le permitió descansar el séptimo día. Me pregunto: ¿acaso deberíamos imitar aquella preciosa virtud?

ESTE ES EL PUNTO

La vida no es un asunto de suerte. Dios quiere que planees, que consideres seriamente tu futuro y per�les tus decisiones de tal manera que luego te permitan gozar de mucho bienestar. Planear es un hábito de diligentes, no de los incrédulos como muchos suelen pensar. Quien tiene un plan podrá distinguir entre las distracciones que lo llevarán al fracaso y las responsabilidades que lo llevarán al éxito, y así se acercará con cada paso a la meta trazada.

Existe entre los cristianos, una disimulada corriente cultural del mundo que los tienta a pensar que el éxito es el resultado de un acontecimiento providencial que no exige ningún tipo de esfuerzo, inversión, sacri�cio o disciplina. Los cristianos sabemos que nuestro futuro está seguro en las manos de Dios, tenemos la garantía que su Espíritu Santo nos guiará siempre, pero debemos hacer nuestra parte. Debemos identi�car donde estamos y a dónde nos quiere llevar el Señor. La esencia del plan no es “encuadernar a Dios”, eso es imposible; la esencia de un plan es trazar un camino y generar expectativa por los resultados.

Tal vez te preguntarás: ¿cómo puedo hacer un plan? Bueno, así se construye un plan:

1. Establece metas: es de suprema importancia que establezcas metas en cada área de tu vida. La meta de José era que durante los 7 años de escasez hubiera su�ciente comida en Egipto. ¿Cuál o cuáles son tus metas? Formula metas en tu economía, trabajo, ministerio, familia, etc. Las metas te ayudarán a mantener la mirada puesta en lo importante facilitando identi�car y evitar las distracciones. La vida del apóstol Pablo estuvo llena de diversas metas; la más importante: el llamamiento que Dios le había hecho. “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3:14.

Una meta importante que muy pocos establecen es crecer espiritualmente. Establecemos metas para ir de vacaciones una vez al año, trazamos metas �nancieras, pero poco pensamos en el fruto espiritual que Dios espera de nosotros. Fuimos creados con la capacidad de crecer espiritualmente en la medida que conocemos más a Dios. Por eso debes desa�arte a buscar más a Dios, a orar más, a leer las Escrituras, a vivir en amor con tu familia y a experimentar la paz de Dios en todas tus relaciones. 2. Organiza tu agenda: nadie puede alcanzar una meta si no le dedica tiempo. Tampoco puedo establecer una meta sin asignar un tiempo para alcanzarla. Para Dios es muy importante la manera

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como usamos el tiempo. La Biblia enseña: aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Efesios 5:16. Nadie que de manera irresponsable pierda el tiempo, debería sentirse merecedor del éxito; eso sería una completa injusticia con aquel que lo invierte sabiamente.

Si te has puesto como meta ser un trabajador, empresario, padre o líder efectivo, necesitas invertir el tiempo su�ciente para lograrlo. Si deseas que tu relación con Dios prospere, entonces debes incluir en tu agenda diaria las disciplinas espirituales que te ayuden a acercarte a Él. Si deseas fortalecer tu relación familiar, entonces dicha labor te exigirá tiempo de calidad con aquellos que amas. Decidir en qué tiempo vas a lograr tu meta también es importante. La gente suele tejer sus metas con la típica frase: …cuando Dios lo quiera. Esta expresión conserva humildad, pero deja muchas incertidumbres con respecto al tiempo.

3. Programa actividades: si tienes una meta, debes trabajar por ella. José trazó su meta pero sabía que para llegar a ella debía llevar a cabo una serie de actividades importantes. Por ejemplo, nombrar auditores y recorrer los pueblos (41:46). Esto signi�ca que aunque tengamos una meta, lo que Dios espera que hagamos es que programemos y ejecutemos las acciones necesarias para llegar a ella. Si, Dios está con nosotros, Él está dirigiéndonos, pero con esa misma con�anza nosotros deberíamos actuar haciendo nuestra parte.

Nada alcanzará aquel que tiene una meta pero no se levanta de su cama a trabajar por ella. Por muy clara que sea su visión, si no hace absolutamente nada para llegar a ella, jamás podrá ver mani�esta la gloria de Dios. Por ejemplo. Si tu meta es avivar tu amor en pareja, debes llevar a cabo acciones para que eso suceda. Entre otras, salir a solas con tu cónyuge, ser detallista, atender con una actitud de servicio a tu pareja, etc. Si tu meta es tener éxito en ventas, debes entonces hacer lo necesario para promover tus productos. Muchas veces esperamos óptimos resultados sin ningún tipo de acción que pueda producirlos.

TU DESAFÍO R12.2

Establece una o varias metas prioritarias para ti. No vivas como el común de las personas que se ajustan a lo que resulta, recuerda que Dios guía, dirige y bendice a quienes hacen planes diligentemente. Dedica el tiempo necesario para alcanzar tus metas. Tu agenda debería programarse en función de ellas. De manera prioritaria, tu agenda debe conservar un signi�cativo espacio para estar con Dios, congregarte y reunirte con tu líder. Finalmente, programa y ejecuta todas aquellas actividades que te ayudarán a llegar a las metas. Si quisieras conocer a Dios y crecer espiritualmente debería entonces participar de un Encuentro con Dios y hacer el discipulado en la iglesia.