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el salado el camino de el salado Boletín #4 · Diciembre / 2013

Boletin El Salado

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Diseño y diagramación del Boletín de El Salado 2013 para la Fundación Semana.

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  • el salado

    el camino deel salado

    Boletn #4 Diciembre / 2013

  • Junta Directiva Fundacin Semana

    Felipe LpezMara Lpez

    Alejandro SantosElena Mesa

    Roberto Pizarro Paulo Laserna

    Rosario CrdobaMario PachecoPaola Ochoa

    Soraya MontoyaJudith Pinedo

    Equipo Fundacin Semana Bogot

    Claudia Garca Directora ejecutivaAlejandro Bernal - Gerente administrativo y financiero

    Indira Mercado Asistente administrativa y financiera

    Mara Alejandra Cabal Gerente de ProyectosMara Luisa Montalvo rea de ProyectosMargarita Rosa Agudelo Asistente Fundacin SemanaJuliana Villarreal Relaciones Interinstitucionales Rosario Arias Coordinadora de Comunicaciones e InvestigacinJuan Alfonso Aguilera Diseador rea de ComunicacionesIliana Gutirrez rea de ComunicacionesMariana Linares rea de ComunicacionesDaniel Montoya Asistente de InvestigacinJuan Pablo Garca PracticanteMaribel Romn Apoyo oficina

    Equipo Fundacin Semana El Salado

    Humberto Vanegas - Director tcnico Carmen Garca - Coordinadora de Desarrollo ComunitarioMara Eugenia Ramrez - rea de Desarrollo Comunitario Sandra Marcela Barrera - rea de Desarrollo Comunitario Carmia Prez - rea de Desarrollo ComunitarioRubiela Rubiano - Coordinadora de EducacinDiego Surez - Coordinador de Desarrollo EconmicoJos Ricardo Ramrez - rea de Desarrollo EconmicoLuis Torres - rea RetornoYamileth Montilla rea de Desarrollo Econmico Neida Narvez rea de Gestin ComunitariaJaqueline Cohen - Coordinadora de Cultura Leiner Ramos - Promotor cultural de la Casa del Pueblo Gerardo Cepeda rea de CulturaJos Miguel Montero - rea de Informtica Csar Machado - Asesor legalSantiago Pradilla - Practicante

    Reynaldo Urueta Comunicaciones El Salado Mayolis Mena Apoyo oficina

    Rubn Ayola Apoyo logstico

    Coordinacin Editorial

    Marta Ruiz

    Textos

    Marta RuizClaudia GarcaRosario Arias Santiago PradillaSilvia Camargo

    Fotos

    Faco

    Fotos de apoyo

    lvaro CardonaDaniel ReinaArchivo SemanaRosario AriasSantiago PradillaCarmen Garca

    Diseo Juan Alfonso Aguilera

    Correccin Liliana Tafur

    Fundacin SemanaCalle 93A n. 14-17, oficina 508, Bogot

    Telfono 6468400. Extensin 1720

  • el camino deel salado

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    la oportunidad de los montes de mara

    Nuestra apuesta es por el desarrollo de la economa campesina en toda la regin. Empezamos en El Salado y seguimos con Palenque y la alta montaa.

    Desde hace cuatro, aos ms de cien entidades pblicas y privadas trabajan hombro a hombro con la comunidad de El Salado, Carmen de Bol-var, en un plan de desarrollo trazado por los pro-

    pios pobladores, con resultados evidentes y satisfactorios. La iniciativa surgi de la Fundacin Semana, pero vale la pena decir que se ha tratado de un esfuerzo colectivo que habra sido est-ril de no haber contado la comunidad con el compromiso de los gobiernos nacional y regional; de decenas de empresas privadas y fundaciones sociales; de diversas entidades de cooperacin internacional y de varios medios de comunicacin, gracias a los

    cuales el pueblo hoy irradia vida y extiende su luz de esperanza

    a las seis veredas que hacen parte del corregimiento.Sin embargo, quiero aprovechar este espacio no para

    recitar grandes xitos, sino para exponer algunas enseanzas.

    Porque en este proceso hemos aprendido todos: empresarios, fundaciones, gobernantes, funcionarios. Y, naturalmente, la comunidad.

    La primera enseanza, y quizs la ms importante, es que el nico desarrollo posible nace de la comunidad misma: son ellos quienes trazan la ruta y el destino. Los dems ayudamos, con entrega pero sobre todo con humildad, a que lo alcancen.

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    La segunda es la actitud: esta alianza ha aprendido a despojarse de logos, chalecos y reconocimientos, para trabajar con la comu-nidad en una actitud de iguales y no de redentores. Y la tercera es la perseverancia: la alianza ha comprendido que, al intervenir en una zona, lo importante no es montar proyectos, sino facili-tar procesos. Para los proyectos solo se requiere dinero; para los procesos, en cambio, inmersin, paciencia, compromiso, presen-cia, articulacin. Valo-res sin los cuales habra sido imposible sacar adelante las metas.

    Estos cuatro aos de trabajo han servido para sacar a flote lo mejor que hay

    en muchos de los habi-tantes de El Salado. El pueblo est lleno de lderes de todas las edades que contagian a la comunidad de entusiasmo, al punto que hoy en da existen

    muchos saladeros pre-parados para ayudar en procesos similares en otras comunidades de Montes de Mara, en un ejercicio de rplica que comienza a ser estudiado por universidades extranje-ras, y seguido por diversas entidades pblicas que, como el BID/Fomin, ven en esta alianza un ejemplo real de posconflicto.

    Con el apoyo de esta entidad, justamente, amplia-remos nuestro radio de accin, reproduciendo la misma metodologa. Nuestra apuesta es la recuperacin de la eco-noma campesina en todos los Montes de Mara: impulsar a los sectores productivos de la regin y fortalecerlos en trminos tecnolgicos, de innovacin y de mercados para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de San Basilio de Palenque y de toda la regin de la alta mon-taa montemariana. Por arduo que sea el trabajo, estamos seguros de que lo lograremos gracias al comprometido y destacado equipo de trabajo en el terreno que est confor-mado por funcionarios de las fundaciones Carvajal, Sal-darriaga Concha y Semana. Tambin con el compromiso de la junta directiva de la Fundacin Semana, en cabeza de Mara Lpez Castao, que ha sido un grupo visionario, que ha apoyado grandes decisiones y que est dispuesta a trabajar a fondo en la construccin de la paz y la reconci-liacin del pas.

    Pero la apuesta es ms grande. Aprovechar el compromiso de la Gobernacin de Bolvar; el entusiasmo

    de empresas, fundaciones, comunidades, y el apoyo de la coo-peracin internacional y la institucionalidad, comprometidos todos, como nunca antes, con la poblacin que fue vctima de la violencia. Los Montes de Mara son un verdadero laboratorio regional de posconflicto y significan un reto monumental. Por

    eso es necesario fomentar el dilogo social y mantener el trato digno y horizontal entre los diferentes actores de la regin. Los

    campesinos, en parti-cular, requieren que se resuelva el problema del acceso a la tierra, para que el desarrollo sea posible. Y entre todos, crear una hoja de ruta, una carta de navegacin para el futuro. En esta convo-catoria deben confluir

    las diversas comuni-dades montemaria-nas, los empresarios, los gobernantes y lo medios de comuni-cacin, para seguir construyendo sobre lo construido. Para estar

    a la altura de las palabras de Lucho Torres, el ya clebre lder campesino de El Salado, cuando dijo, casi como un pronstico, que si la guerra y la violencia nos dividieron (a los Montes de Mara), que la paz y la reconciliacin nos unan.

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    la experiencia deel salado

    Hace cuatro aos, la Fundacin Semana, que aca-baba de crearse, se propuso una meta enorme: contribuir a la reconstruccin de un pueblo dura-mente golpeado por la guerra. Se trataba de El

    Salado, un corregimiento de Carmen de Bolvar, que en el ao 2000 haba sido arrasado por una masacre de dimensiones bbli-cas. En total, 66 personas fueron asesinadas durante tres das de incursin paramilitar, y un pueblo prspero, con una gran tra-dicin productiva ligada al cultivo del tabaco, se vio de la noche a la maana en ruinas.

    La Fundacin Semana y sus aliados hablan sobre los aprendizajes que ha significado su contribucin a la reconstruccin de El Salado, en Montes de Mara, y como esta

    experiencia puede servirles a otras comunidades.

    La gente de El Salado, que tiene el temple luchador que caracteriza a los campesinos colombianos, haba empezado a retornar desde 2002, desafiando los todava latentes riesgos de

    seguridad, en medio de una gran precariedad fsica y con una gran desconfianza en las instituciones del Estado y, en general,

    en un pas que haba sido indiferente a su sufrimiento. La Fundacin Semana muy pronto entendi que su

    mayor aporte sera el de ayudar a la comunidad a gestionar el plan de vida que tenan para el futuro. La idea era ayudarles a los saladeros a identificar el camino de la reconstruccin y hacerlo

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    realidad. Por eso se empez a trabajar en una alianza de empre-sas privadas, y en coordinacin con las instituciones pblicas y la cooperacin internacional para, paso a paso, hacer del pueblo un sitio propicio para el retorno y la reconciliacin. Se asuma esta como una experiencia temprana del posconflicto.

    Para esta alianza fue claro desde el principio que no se trataba de un pequeo proyecto filantrpico, de enfoque carita-tivo o para llenar de logros los indicadores de responsabilidad social de las empresas, sino una apuesta de largo plazo por el desarrollo de una comunidad, cuyo principal aporte es mostrar en pequeo que la reconciliacin entre los colombianos es posi-ble, siempre y cuando el sector privado se comprometa a fondo con las comunidades y sus territorios.

    El modelo funciona como una suma de sabe-res y de recursos que, articulados en un plan de desa-rrollo, han hecho realidad el cambio social.

    Como se ver a lo largo de este boletn, El Salado est en plena transformacin tanto fsica como espiritual; los proyectos que se han empren-dido se han ido consolidando, y si bien en algunos de ellos persisten dificultades, el aprendizaje que han

    dejado aciertos y fracasos es invaluable. Y es una experiencia que ha vivido paso a paso la comunidad,

    la cual, ms temprano que tarde, tendr que asumir autnomamente el reto de mantener la ruta de un desarrollo que le aporte a la paz de su regin.

    La alianza que lideran la Fundacin Semana, Fundacin Saldarriaga Concha y Fundacin Carvajal, mientras tanto, empieza a mirar hacia los Montes de Mara, como una zona en la que es posible reprodu-cir experiencias como la de El Salado. Ya hace un

    ao se inici una intervencin integral en San Basi-lio de Palenque, en Mahates, Bolvar, de la mano de la Gobernacin de ese departamento; y en 2014 se

    empezar a trabajar en Macayepo, en la alta montaa de Carmen de Bolvar.

    La experiencia de El Salado, que sigue su

    curso, es un buen referente, pero no necesariamente se puede reproducir en otro lugar. Cada pueblo, por similares que hayan sido los avatares del conflicto en

    su territorio, es particular. No obstante, existen valo-res o principios que se aplicaron en esta primera experiencia y

    que sin duda marcan el camino de lo que ser la actuacin de la alianza en el resto de los Montes de Mara.

    A continuacin se resean los doce aprendizajes que han sido claves en la intervencin social de El Salado, y que caracterizan la propuesta de desarrollo de la Fundacin Semana y sus aliados.

    VIVIR ALL Desde su llegada a El Salado, la Fundacin Semana ha tenido

    funcionarios que desarrollan labores tcnicas y sociales y que viven all de planta. Eso ha permitido un dilogo permanente con la comunidad, compartir su cotidianidad y entender mejor la idiosincrasia. Se ha consolidado un equipo que ha adquirido conocimiento sobre el trabajo comunitario.

    UNA HOJA DE RUTA En las comunidades en retorno suele haber decenas de pro-yectos dispersos, intervenciones y ayudas que casi siempre son desordenadas. Lo que se hizo en El Salado fue propiciar que la comunidad en pleno, y no solo sus lderes, se dotara de un plan de desarrollo, que priorizara sus necesidades y se trazara una estrategia de trabajo para lograr su cumplimiento.

    PROTAGONISTA: LA COMUNIDADDesde las primeras semanas se crearon cinco mesas de trabajo, de acuerdo con los ejes del plan de desarrollo. Estas mesas han tenido momentos muy altos de participacin y otros menos intensos. No obstante, se mantienen y cumplen adems un papel clave en la veedura de ejecucin de los proyectos.

    UNA INTERVENCIN INTEGRAL La idea en El Salado ha sido focalizar en un sitio muchos

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    recursos y proyectos, de manera que la solucin a los proble-mas sea integral, y no a pedacitos. Esto ha sido crucial para que realmente se cree un clima de cambio entre la poblacin.

    CREAR CONFIANZACon toda la razn, las comunidades que han sufrido la guerra no creen en las instituciones ni en nadie. Muchas veces les han incumplido y muchos proyectos se quedaron a mitad de camino. Por eso, tejer confianza en el proceso ha sido una

    labor de persistencia que ha tomado aos. La confianza se ha

    ganado a partir de la transparencia en la informacin, con la participacin de los saladeros en todos los niveles de los pro-yectos, y manteniendo el lenguaje del hacer y no la retrica de las promesas.

    TENER PACIENCIATanto la comunidad como los aliados han tenido que dotarse de paciencia. Los tiempos no siempre son los deseados, pues en ocasiones se choca con obstculos como la burocracia, la falta de voluntad poltica, los errores cometidos o la simple adversidad.

    LA CALIDAD EN TODOEn Colombia, tristemente, hay una tradicin de entregarles a las comunidades obras o proyectos mediocres con el pretexto de que no hay suficien-tes recursos. Esta alianza ha demostrado en El Salado que hay muchas estrategias para garanti-zar la calidad de las soluciones y que no siempre estas dependen del dinero. La calidad en todos los proyectos ha sido tambin clave para mantener la confianza en el proceso.

    PASO A PASOEn El Salado se ha aprendido que cuando las necesidades son tantas, hay que priorizar, y que poco a poco se van construyendo las soluciones tanto para los grandes problemas como para los pequeos.

    DE LA MANO DE LOS GOBIERNOSLo que ha buscado la alianza es contribuir a que el Estado llegue a los lugares que tratan de supe-rar un pasado conflictivo, y no reemplazarlo. Por

    eso se trabaja de la mano con alcaldas, goberna-cin y ministerios, como contrapartida en pro-yectos e inversiones, o aportando visin tcnica o administrativa, que son los fuertes del sector privado.

    NO TODO ES PLATAMuchas iniciativas en El Salado se han hecho con pocos recursos, pero acudiendo a la creatividad, al intercambio con otras comunidades o fomentando una mstica y un vn-culo con el proyecto que han hecho que mucha gente done, por ejemplo, su tiempo o su conocimiento.

    RECONOCER EL SABER DE LA COMUNIDADLa interaccin con la comunidad es desde el reconoci-miento mutuo. No se imponen metodologas o ideas, se hacen proyectos formativos donde la comunidad aprende y elige nuevos mtodos. La flexibilidad es uno de los princi-pios de este proceso.

    ABRIR PUERTASLa gran fortaleza de la alianza que lidera Fundacin Semana es que entendi que puede abrir puertas, y con esa concien-cia ampla el proyecto a partir de diversas experiencias. Hoy

    la alianza cuenta con ms de cien entidades. Ninguna usa logos o chalecos porque lo que importa es lo que se hace y no figurar hacindolo.

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    EL SALADO

    Hemos demostrado que en el poscon-flicto las alianzas entre el sector pri-vado, el gobierno y las autoridades son posibles. Hemos sido flexibles, hemos

    aprendido de los aciertos y de los erro-res, y eso es lo que hace que el proyecto sea ejemplar. eduardo daz,

    director de la fundacin alpina

    Para nosotros el liderazgo de la Funda-cion Semana es un aprendizaje clar-simo, para que el gobierno atienda las necesidades del pueblo. La comunidad ha logrado un alto grado de credibilidad en el proceso y los aliados tambin, ya que el peso de Publicaciones Semana da confianza. humberto mora, presidente de asuntos corporativos de coltabaco

    Nosotros no sabamos cmo reconstruir un pueblo, pero empeza-mos a sumar y a traer expertos y nos

    dimos cuenta de que nuestra fuerza era esa. mara lpez, direc-tora de sostenibilidad de publicaciones semana

    El Salado marc un antes y un despus. Esa capacidad de mirar con optimismo e ilusin el futuro sin olvidar lo que pas ha sido una combinacin ideal. alfonso gmez, presi-dente de telefnica

    No hay modelos nicos ni verdades absolutas. Para generar desarrollo regio-nal se necesita entender la diversidad de modelos y cmo pueden convivir juntos. alejandro santos, director de revista semana

    Si no reconciliamos a nuestras comu-nidades que quedaron profundamente fragmentadas no va a haber paz. El tema es la reconciliacin en el pos-conflicto. ricardo sabogal, director general de la unidad de restitucin de tierras

    En el inicio del proceso haba una gran desconfianza y miedo. Ahora ha crecido

    el optimismo, ha cambiado el nimo de la comunidad. diego molano, presidente de asuntos cor-porativos de bavaria

    Hemos aprendido sobre la marcha, en el trabajo se ha generado un intercam-bio de experiencias del que todos hemos

    aprendido. soraya montoya, directora de la fundacin saldarriaga concha

    Ir a El Salado es una leccin de vida. mara isabel cern, direc-tora de ayuda en accin

    la mirada de los aliados

    El Salado ha sido una escuela para las fundaciones privadas y los servidores pblicos sobre cmo contribuir a construir la paz y la reconciliacin.

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    el desquite de la economa campesina

    Comienza en firme el proyecto de desarrollo econmico local para regiones en posconflicto, que contar con el apoyo del BID-Fomin.

    Hubo un tiempo en el que los Montes de Mara eran la despensa agrcola de la costa atlntica. Los cultivos de maz, ajonjol, yuca, ame, aguacate y frutas de todas las variedades inun-

    daban los mercados de la regin. Pero vino la guerra y los campesinos huyeron de sus tierras. Muchos perdieron sus par-celas, sus cosechas, los mercados se esfumaron. Quienes han retornado en los ltimos diez aos se han encontrado con que grandes extensiones de lo que fueron campos agrcolas

    hoy estn sembrados de palma o teca para la agroindustria. A finales de la dcada pasada, por lo menos 40.000 hectreas se

    vendieron de manera masiva en la regin, lo que debilit an ms la economa campesina.

    La falta de tierras y de ttulos sobre estas, el abandono

    de las carreteras y la ausencia total de apoyo tcnico fueron hundiendo la economa campesina, y de ah a que surgiera la falsa idea de que los campesinos no pueden vivir dignamente de lo que producen no hubo sino un paso. Se ha dicho, falsa-mente, que el pequeo campesino apenas si puede producir para comer, que si no tiene capital, es mejor que venda la tierra y se convierta en obrero de la agroindustria que puja por crecer en la regin.

    Cientos de experiencias demuestran que esto no es

    cierto. Los alimentos en Colombia los producen sobre todo campesinos pequeos, y si muchos de ellos no logran mejo-res resultados es porque no hay suficientes bienes pblicos, ni

    apoyo tcnico, humano y profesional. Desarrollar la economa campesina es un asunto estra-

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    EL SALADO

    tgico para el posconflicto, que ya empieza a ser realidad en

    regiones como los Montes de Mara. Primero, porque el pas necesita producir alimentos en gran escala. Segundo, porque garantizar las tierras y el retorno en condiciones aceptables es imperativo para hacer viable el pas, pues mantener o legitimar el despojo sera un acto en contrava de la justicia social. Ter-cero, porque la Colombia rural tiene uno de los ndices ms altos de desigualdad y pobreza del mundo.

    Por todo eso es que la alianza que lidera la Fundacin Semana, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), se ha embarcado en un esfuerzo de mediano plazo para reactivar el desarrollo econmico en tres lugares de los Montes de Mara donde el conflicto ha golpeado a los campesinos de manera

    significativa.

    El proyecto, que tiene un costo total de cinco millones de dlares, de los cuales el BID-Fomin aporta dos, y la Fun-dacin Semana se compromete a conseguir el resto, le dar un impulso a la economa de mercado a las comunidades de El Salado y la alta montaa, en Carmen de Bolvar, y San Basilio de Palenque, en Mahates, Bolvar.

    La idea es que en cinco aos, por lo menos mil familias hayan desarrollado un modelo de produccin tecnificado, con

    gran fortaleza comercial y administrativa, sostenible en tr-minos ambientales, con un gran despliegue de los liderazgos comunitarios y de promocin del capital social.

    EN QU CONSISTE REALMENTE?Se puede decir que los tres pilares del proyecto son el apoyo tc-nico, la comercializacin y el despliegue social. El proyecto parte de la base de que las comunidades tienen un saber y una tradicin en el uso de sus cultivos que no se puede perder y que, por el contrario, puede ser potenciado con tcnicas e innovaciones que les aporten profesionales de diversas reas. Que puedan acceder a los avances tecnolgicos, adaptados a la realidad particular de cada lugar y a los productos que son propios de sus condiciones climticas y su cultura.

    En El Salado, por ejemplo, ya se est haciendo la adecua-cin de tierras con buldcer, lo que garantiza que no haya quemas, y que la tierra se aproveche al 100 %, con la ventaja de que en un

    solo da se adeca un lote completo para la siembra. El proyecto va por fases y se iniciar con dos lotes. Uno es El Uvito, donde se estn sembrando nueve hectreas de ajonjol, cuya comercia-lizacin ya est garantizada. En la vereda Villa Amalia se estn adecuando las tierras para sembrar cuando empiecen las lluvias.

    Dos factores crticos para que el proyecto funcione son el riego y las semillas. Respecto al riego, se est trabajando en la idea de perforar pozos que eleven el agua mediante energa solar y que sirvan para regar por goteo, que es la manera ms eficiente

    de hacerlo. Adicionalmente, se mantiene el enfoque de mximo

    respeto al medio ambiente, que es uno de los valores agregados del proyecto.

    En cuanto al otro factor, se est trabajando con semillas de la regin que se mejoran con cruces genticos, mas no son transgni-cas. Estas semillas funcionaron muy bien en los dos aos anteriores, durante una experiencia piloto que se hizo con 20 hectreas de maz

    cultivadas por 21 adultos mayores de El Salado y que fueron las nicas

    que resistieron tanto el crudo invierno como el inclemente verano. La comercializacin se garantizar a travs de una estrategia

    de fortalecimiento empresarial y de un fuerte impulso a las comunica-ciones y a la informacin, que son claves para conectar a los produc-tores con el mercado. La ventaja comparativa que tienen los tres sitios elegidos es su relativa cercana a la troncal de la costa y a Cartagena, pero requieren mejores carreteras si quieren ser competitivos.

    Dado que uno de los peores cuellos de botella del desarrollo rural es la carencia o precariedad de bienes pblicos como carreteras, puentes, bodegas, y de otros recursos que hacen viable la produccin con fines comerciales, el aspecto de la gobernanza pblico-privada

    ser otro de los factores crticos que atender el proyecto.

    El proyecto se inicia en El Salado con 300 familias,

    cada una de ellas con una hectrea, pero sumados los otros dos lugares debe beneficiar por lo menos a mil. Es

    importante aclarar que el proyecto se dirige a familias ya que su accin integral busca mejorar las condiciones de vida de todos, en lo social.

    EN QU TIERRA?

    Las familias no necesariamente tienen que ser dueas de la tierra, y este aspecto es muy importante porque la falta de ttulos se ha convertido en un factor de segre-gacin de los campesinos ms pobres de las ofertas de desarrollo. En este caso, la tierra puede ser prestada o alquilada. El requisito bsico es, sin embargo, que las personas puedan certificar su condicin de desplazados

    que retornan.

    PARA QUINES?

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    los nios y jvenes salaeros

    son un descresteEl capital humano de El Salado se refleja en lo que estn haciendo las nuevas genera-

    ciones para salir adelante. Educacin, deporte y cultura son la clave.

    Ellos estn por todas partes. En la biblioteca leyendo cuentos o usando los computadores. Descansando a pierna suelta en las hamadoras. En el jardn infantil, la escuela o el colegio. En la cancha o en las

    clases de danza y msica. Los nios de El Salado estn en todo. En ellos se ha concentrado buena parte del esfuerzo educativo y cultural que la Fundacin Semana y sus aliados, as como otras instituciones que hacen presencia en este corregimiento. Y la transformacin se siente. Los nios se ven despiertos, activos, participativos. Los jvenes, mirando hacia el futuro. Estos son algunos de los proyectos que les estn cambiando la vida. aeiot: cambio extremoHace cuatro aos en El Salado existan, como en casi todos

    los corregimientos de Colombia, unos cuantos hogares comunitarios a los que algunas madres llevaban a sus hijos.

    Hace dos aos, sin embargo, ingres el programa Aeiot, apoyado por la Fun-dacin Carulla, el programa de Cero a Siempre y el ICBF, lo que le ha dado un vuelco a la situacin.

    Primero las madres comunitarias fueron capacitadas para aplicar la meto-dologa de Reggio Emilia, creada por el pedagogo Loris Malaguzzi en la Italia de la posguerra, y cuya filosofa se basa en

    dejar que el nio aprenda a partir de la observacin de su entorno, que se le deje crear, experimentar y trabajar en grupo.

    Esta propuesta pedaggica surgi como una respuesta al fascismo que impuso en Italia Benito Mussolini, que sedujo a miles de personas fcilmente manipula-bles. Malaguzzi pens entonces que la educacin debera servir para crear seres ms libres, autnomos, crticos y cons-cientes de sus derechos. Y eso es lo que est haciendo Aeiot en El Salado: per-

    mitiendo que los nios desplieguen toda su creatividad, que entiendan el mundo que los rodea, y que sean capaces de tomar decisiones con criterio.

    Cuando el visitante entra a Aeiot, casi siempre encontrar a los nios trabajando en grupos, parloteando, sonrientes. En las paredes cuelgan como testimonio dibu-jos y mapas, escritos, hay artesanas hechas por ellos con materiales de la regin, un proyecto de reciclaje y hasta una huerta. La memoria, la tradicin, la geografa son materias que descubren, no importa la edad.

    Todo ello en instalaciones que destacan por su cali-dad, y maestras que, adems de ser solventes en la materia, han sido contratadas de tiempo completo y han seguido siendo capacitadas. Actualmente en el centro hay 102 nios

    y cinco madres gestantes. Para que los nios de las seis veredas de El Salado

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    EL SALADO

    no se queden al margen de estas oportunidades, se realizar un programa itinerante llamado Maestras Viajeras liderado por Ayuda en Accin, que cuenta con el apoyo adems del ICBF, la Fundacin Carulla y la Fundacin Semana.

    Valga destacar que llevar Aeiot a las veredas les garantizar a 81 nios menores de cinco aos el 70 % de sus

    requerimientos nutricionales, y a las madres gestantes, el 49 %

    de ellas, lo cual amortigua la crisis alimentaria que se vive en el campo saladero.

    tambores: qu orgullo!Todo comenz con un profesor barranquillero que lleg a El Salado contratado por la Fundacin Batuta para ensearles a los nios lo bsico de la msica. El profe Gerardo Cepeda les enseaba el solfeo y los instrumentos clsicos que estn transformando la cultura en muchas regiones de Colombia. Pero en El Salado, los tambores y las gaitas hacan falta porque son parte de la tradicin, un legado de los antepasa-dos, y porque inspiran a toda la comunidad. Alrededor del folclor, El Salado vibra. Entonces la Fundacin Semana le propuso al profe que creara con los nios un grupo tradi-cional de tambores y gaitas que cada vez suena mejor.

    El ao pasado durante la inauguracin de la Casa del Pueblo, tocaron al lado de Carlos Vives, y este ao lo han hecho en varias oportunidades e incluso lo harn en un festival de Batuta. La calidad del grupo es tan buena que cuando se le pregunta al profesor si ve algn muchacho con futuro profesional en la msica, responde sin dudarlo: Todos.

    El grupo en s mismo es una propuesta pedaggica y de conviven-cia excepcional. El profesor Cepeda

    trabaja con disciplina reflexiva. Cada

    semana los nios discuten con l sobre los xitos y fracasos de muchos

    msicos que son reconocidos en el pas para que ellos incorporen la disci-plina necesaria en las actividades arts-ticas. Han aprendido la tolerancia y la pluralidad. Quiz la mayor prueba de ello es la presencia de Lili, una nia con Sndrome de Down, quien toca las maracas y hace parte plena de la agrupacin sin que haya sufrido jams ningn tipo de discriminacin.

    En los ltimos meses han tenido oportunidad de intercambiar y trabajar de la mano con grupos similares, como las cantadoras tradi-cionales de San Basilio de Palenque, con quienes hicieron una fusin muy interesante. As mismo, se han conver-

    tido en un puente de dilogo intergeneracional, como msicos que son del grupo de danzas, ya no solo de los jvenes, sino de los adultos mayores, y como acompa-antes de los cantos y dcimas de Samuel Torres, el ms emblemtico juglar de El Salado.

    la escuela de ftbolLa Escuela de Ftbol Nueva Generacin, fundada en 2011 por el joven saladero Leiner Ramos, ha ido

    creciendo a tal punto que la gran mayora de los nios y jvenes de El Salado estn inscritos y practican por grupos dos veces por semana. La escuela se propuso ampliar su accin a las veredas y ya est consolidada en El Blsamo gracias a que un joven de esta vereda se comprometi como monitor. Ahora se necesita apoyo para que los monitores de El Salado puedan ir peridicamente a las dems veredas y consolidar all el proceso.

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    Cuandose habla de El Salado no se trata solo de las 1.000 personas que viven en su parte urbana, sino

    tambin de las, por lo menos, 400 que viven en

    las seis veredas que hacen parte de este corregi-miento: Emperatriz, Santa Clara, Espiritano, El Blsamo, Villa Amalia y Danubio. Algunas estn alejadas, otras ms cerca pero incomunicadas por el psimo estado de las carreteras. No tie-nen agua ni energa, casi ninguna tiene maestros ni escuela. Hay problemas con los ttulos de tierra y posiblemente las huellas de la guerra son ms sensibles y recientes en las veredas. Como si fuera poco, la pobreza all es demoledora. Por eso la Fundacin Semana est haciendo un esfuerzo para incluir a las veredas

    veredas no hay abandono que dure cien aos

    en todos sus proyectos, inventando a veces metodologas que permitan adaptar la educacin, la cultura o la tecnologa a las condiciones de ellas. Lo que sigue es un retrato sobre lo que se vive y lo que se est haciendo all.

    ellos tambin son saladoDesde el ao pasado, la Fundacin Semana ampli sus acciones a estos territorios fortaleciendo y acompaando la conformacin de las Juntas de Accin Comunal. Adems, los lderes saladeros se comprometieron con estas comuni-dades.

    Hoy en da los habitantes de las veredas hacen parte

    Poco a poco, las seis veredas se han integrado a los proyectos de la Fundacin Semana. Pero todava falta mucha ms inclusin

    social de la mano del Estado.

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    de los proyectos como Mi Llave, la escuela de ftbol Nueva Generacin, ABCDEspaol, las huertas comunitarias y el proyecto de desarrollo econmico local. Recientemente se lanz con la ONG espaola Ayuda en Accin el programa de apadrinamiento para las veredas, con el cual se busca apoyar las mejoras en temas de agua con la adecuacin de jageyes, acompaamiento a grupos productivos y un pro-grama de educacin para la primera infancia mediante el convenio con Aeiot-Fundacin Carulla y el ICBF, que ser un piloto fundamental para el tema de educacin rural.

    agua lluvia, agua de pozoSi Carmen de Bolvar, que es un municipio de 80.000 habi-tantes, el segundo ms importante del departamento, no ha logrado hasta ahora tener un acueducto verdadero, a pesar de que sus obras parciales han sido inauguradas dos veces, qu se puede esperar en la zona rural. En el caso de las vere-das de El Salado la carencia de agua es crtica e inhumana. Las personas tienen que recorrer largas jornadas para cargar en un burro dos timbas de agua sucia que servirn tanto para el consumo como para el aseo personal. Animales y humanos comparten las fuentes de agua, que cada vez son ms lejanas y precarias porque la maleza ha sedimentado los jageyes, unas pequeas represas que por tradicin se han construido en toda la regin para almacenar agua lluvia.

    En el caso de la vereda Emperatriz, por ejemplo, el jagey era un espejo de agua de cinco hectreas que un buen da, hace siete aos, se rompi y vaci. Desde entonces toda el agua que la gente toma es de un pequesimo pozo de dudosa calidad.

    Por eso, con el apoyo de Ayuda en Accin se estn recuperando este y otros jageyes, que resuelven apenas parcialmente el problema de acceso al vital lquido, dado que en todo caso no es agua potable.

    Otra solucin que se est dando, y que ya se instal en un primer piloto en la vereda Santa Clara, es la perfora-cin de un pozo artesanal del que sale agua por bombeo con la ayuda de un panel de energa solar instalado por Hibrytec y financiado por Sura y Proteccin. El agua se almacena en

    tanque elevando y luego sale por una llave de uso comu-nitario. Por primera vez los habitantes de la vereda tienen agua corrida, la cual incluso alcanza para hacer riego en la parcela comunitaria.

    mejor alimentacinEl proyecto Alimentndonos para una Vida Mejor, finan-ciado por Suramericana y Proteccin, consiste en organi-zar por lo menos un cultivo comunitario en cada vereda de El Salado para aumentar el consumo de hortalizas y frutas en la comunidad. Desde junio de 2013 estn fun-cionando una huerta en Santa Clara, una en Villa Amalia, dos en El Blsamo, una en Emperatriz y otra en Danubio. Se han presentado dificultades en algunos por la falta de acceso al agua para el riego.

    Los que han tenido resultados exitosos cuentan

    con un grupo comprometido que se turna para el riego y que realiza jornadas para la siembra, el mantenimiento y la recoleccin de la cosecha de pepino, cilantro, beren-jena, aj dulce, tomate y cebolla, que son para autocon-sumo.

    Este proyecto tambin sirvi para comparar mto-dos tradicionales y nuevos de siembra. Se hizo, por ejemplo, la comparacin entre el semi-llero plstico y el semillero tradicional. Ambos funciona-ron, pero el tradicional tuvo mejor resultado en poca de sequa ya que al ser una sola cama de tierra conserv mejor la humedad que el otro, que tiene un espacio para cada semilla.

    Otras actividades rela-cionadas con el proyecto han sido las cuatro jornadas de salud y los cursos del Sena en cra de pollos, con los que ocho campesinos de Villa Amalia resultaron organizados para empezar un galpn de 100 aves.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    diario de un da en santa clara

    Santiago Pradilla, un estudiante de Antropologa que hace su tesis en El Salado, se fue a vivir por unos das a la vereda Santa Clara y esto

    fue lo que anot en su diario de campo.

    Perdida en la inmensidad de los Mon-tes de Mara, Santa Clara es una de las seis veredas del corregimiento de El Salado, en el departamento de Bolvar.

    En la dcada de los cincuenta, Rosario, El Uvito y Santa Clara eran las fincas de Delfn Pea-losa y Pacho Bohrquez, respectivamente. Hoy conforman lo que se conoce como la vereda de Santa Clara, terreno donde viven y trabajan la tierra 37 familias. Una de ellas es la de don Rei-naldo Rafael Restrepo y doa Denis Bohrquez. Padres de diez hijos, esta pareja de campesinos nacidos y criados en la regin, muy amablemente me invitaron a pasar un par de noches en su caney, un gran rancho de palma amarga de 16 metros de largo por seis de ancho, cuya estruc-tura de madera suele ser construida con rboles de la regin: guayacn, carreto, vara de humo, siete cueros y mueco.

    En el caney transcurre la vida de la familia: al fondo estn la cocina y el lavadero; al otro extremo, una mesa que cumple la funcin

    de comedor y rea social. Las hojas de tabaco rubio y negro cuelgan por todas partes, mientras se deshidratan.

    Con la ayuda de Ivn Ren, el sptimo hijo de la familia Restrepo, cuelgo la hamaca y el toldillo. Una vez instalado, don Rafa, con un tono de voz suave, me invita a una reunin de la Junta de Accin Comunal que est convocada para esa tarde. Hace dos meses que la Junta no se reuna debido a conflictos internos. Llegaron

    19 personas, solo tres de ellas mujeres, quienes discutieron la importancia de mantener unida a su comunidad.

    El presidente de la Junta, Carlos Bohr-quez, insista de forma elocuente en la importan-cia de la unidad. Resaltaba las oportunidades que

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    EL SALADO

    existen hoy en la regin, las cuales solo sern duraderas si todos

    en la comunidad trabajan juntos. Al caer la tarde, volv con don Rafa a su casa, que para

    entonces estaba alumbrada por velas, mientras doa Denis coci-naba en el fogn de lea. El men: yuca con suero, bollo de maz verde y un pequeo pedazo de carne. La yuca es el principal ali-mento de los Montes de Mara y sus gentes le atribuyen a esta el poder de su fuerza fsica e interna.

    Comiendo a la luz de la vela, don Rafa me habl sobre las pocas oscuras en las que las guerrillas mandaban en la regin. Cmo pasaban frente a su rancho y exigan que se sacrificaran los

    cerdos para alimentarlos. A esa gente no se le poda decir que no!, dice.

    Su relato sigue hasta llegar a ese episodio dantesco que conocemos como la masacre de El Salado, en el ao 2000. Varios

    saladeros que lograron salir del pueblo con vida se refugiaron en el rancho de don Rafa. Estando ah, escuchando el ruido de las chicharras y la fresca brisa nocturna, me es casi imposible ima-ginar cmo habr sido el momento en el que este mismo caney sirvi de refugio a tantos.

    La paz y la tranquilidad que hay en el hogar de don Rafa, su voz tranquila, Denis, sus dos hijas menores jugando en la parte de atrs del rancho y el vallenato del radio mal sintonizado que se esforzaba por escuchar Ivn Ren en su hamaca me impedan pensar en la violencia del pasado.

    Al amanecer, el sol calentaba las tierras de los Montes de Mara con sevicia, y no tuve ms opcin que levantarme. Pens que estaba muy temprano pero no: doa Denis ya tena casi listo el desayuno de yuca con suero y huevo, e Ivn Ren ya se haba puesto su traje de astronauta para ir con el grupo de apicultores a sacar miel, un trabajo que aumenta en algo los ingresos familiares.

    Fui hasta el tanque de concreto que en 1985 construy el difunto

    Reinaldo Restrepo, padre de don Rafa, para recoger aguas lluvia. Con un balde, fui al bao. Se trata de una placa de cemento de un metro y medio, al cuadrado, rodeado de zinc. Me ba a punta de totuma. Quince litros de agua fueron ms que suficientes para que-dar limpio.

    Don Rafa se mont en su burro. Fue a raspar ame a unos terrenos que hered de su padre. Mientras tanto, doa Denis barre hasta dejar impecable el caney y la casa de bareque donde duermen ella con su esposo y las dos nias menores. Ella les lleva agua a los burros, los cerdos y las gallinas. Las nias le ayudan: Mary Luz les da comida a los animales y la otra degella y despluma una gallina que parece ser el almuerzo.

    Mary Luz asiste diariamente a la escuela de primaria de la vereda. Su hermana, en cambio, tuvo que mudarse al corregimiento aledao de Canutal para continuar estudiando, pero viene donde sus padres los fines de semana. Terminadas las tareas del hogar, las nias

    juegan gallina ciega usando una balaca sobre los ojos. Se ren, se caen, juegan y gozan. Al medioda, cuando el sol candente no deja estar a la intemperie, las nias sacan un rompecabezas de 80 piezas

    que se saben de memoria y lo arman en cuestin de minutos. Ms tarde llegan don Rafa e Ivn Ren cansados y empapados en sudor, toman agua y se recuestan en las sillas contra la estructura del rancho a esperar el almuerzo que doa Denis no se demora en servir.

    As transcurren los das en la vereda de Santa Clara y as mismo viven en el anonimato miles de campesinos colombia-nos, acostumbrados a la naturaleza sobrecogedora, a las noches extraordinarias alejadas de las grandes ciudades que esconden con

    sus luces las estrellas. Aunque tambin habituados a la indolencia de sus compatriotas, que se han olvidado de quienes siembran y recogen su comida.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    educacinla gran apuesta

    Solo la educacin hace posible un desarrollo rural integral. En El Salado se est trabajando duro en esta materia, pero queda mucho por hacer.

    M s all de la tierra, ms all de la infraes-tructura, la educacin es el factor clave del desarrollo en comunidades rurales como El Salado. Adems de la educacin formal, que ha sido fortalecida con programas desde la primera infan-cia hasta la secundaria, la educacin tcnica les est abriendo oportunidades de conocimiento y laborales a jvenes y adul-tos. Actualmente, un joven saladero estudia en la Universidad Javeriana de Bogot, gracias al apoyo que este centro educa-tivo le dio a la alianza. Pero se necesitan muchos ms cupos. El sueo es que, sea cual sea la edad o la actividad a la que se dediquen, las personas de El Salado tengan acceso per-manente a la educacin, ya sea para aprender a leer y escri-bir, para construirse un oficio o para potenciar sus talentos

    y habilidades. Estos son algunos de los proyectos educativos que mayor impacto han tenido este ao.

    mi llave tecnolgicaEl programa Mi Llave, que cuenta con el apoyo de Trust For The Americas, busca romper con la brecha tecnolgica y generar espacios de formacin en informtica para comuni-dades que generalmente no tienen acceso a ella. En El Salado y en las veredas El Blsamo y Santa Clara se ha implemen-tado este programa y ha tenido mucha acogida entre la gente. El curso consta de tres niveles en formacin, que van desde aprender a encender un computador hasta manejar las herra-mientas de Office, bsquedas por internet y redes sociales.

    Pero no es un curso meramente tcnico, sino que se trata de aplicar estos conocimientos al desarrollo social. Los estu-diantes de todas las edades aprenden cmo hacer su hoja de vida, abrir un correo electrnico o a investigar temas de su inters. El manejo de los computadores se ha visto reflejado

    en la sistematizacin de informes de los lderes a sus comu-

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    nidades, en mejora de las habilidades de lectura y escritura. Los computadores han significado para los saladeros la apertura de

    un mundo desconocido e infinito como es el de la informacin.

    Este ao, 63 personas culminaron los tres niveles del programa en El Salado y El Blsamo, y a comienzos de 2014 se

    graduar el grupo de Santa Clara. Cindy, una de las estudiantes de Santa Clara, comenta que Mi Llave les permite no solamente aprender a usar computadores, sino que es un momento en que salen de la rutina, se divierten y piensan en otras cosas. Es un momento de descubrimiento y saber.

    el papel clave del senaEl Sena sigue comprometido con El Salado. Este ao ha habido cursos de bisutera, marroquinera, panadera, conservas de frutas y verduras y cra de pollos. Estos cursos han dado paso a iniciativas productivas organizadas o han fortalecido las ya existentes. Un

    ejemplo de ello es el grupo que termin el curso de conservas y ya est vendiendo mermeladas de fruta. El pan que se come en El Salado ahora es de fabricacin local y est reemplazando al pan empacado que traan los tende-ros. As mismo, el grupo de con-feccin que est incursionando en la joyera particip del curso de bisutera y ha diversificado

    productos y propuesto nuevos diseos.

    Adems, un grupo de jvenes se estn formando en Cartagena como tcnicos en electricidad, con todas las inten-ciones de regresar a su pueblo a aplicar sus conocimientos. Poco a poco, El Salado cuenta con habitantes capacitados para solu-cionar temas cotidianos.

    que nombren maestros!La Institucin Educativa Tcnica Agropecuaria El Salado viene en un proceso de independizarse del colegio del Carmen de Bolvar. Parte de esto ha implicado, por ejemplo, que ahora los estudiantes pueden llegar hasta el grado 11 en su pueblo. En 2011 se graduaron

    nueve estudiantes; en 2012 lo hicieron once jvenes y este ao ter-minaron quince.

    La Mesa de Educacin de la comunidad ha acompaado el proceso de consolidacin del colegio y ha solicitado a la Secretara de Educacin las plazas departamentales para poder tener continui-dad en los procesos formativos de los estudiantes. Si bien se logra-ron cinco plazas para el bachillerato, dos para primaria y dos para las veredas, el resto de los profesores estn siendo cubiertos por un

    operador. El problema de los operadores es que no son puntuales

    con los pagos, inician tarde las clases y no hay continuidad en el proceso educativo, pues cambian cada ao el equipo docente. Por otro lado, el colegio tiene dificultades con el mantenimiento

    de los edificios y la ausencia total de celadura, que son respon-sabilidad de la Secretara de Ed ucacin.

    La apuesta para el prximo ao es conseguir que el

    departamento abra ms plazas departamentales y se logren cumplir los requisitos para que el bachillerato sea tcnico agro-pecuario, ya que hoy en da se gradan con un nfasis porque les hacen falta algunas horas de prctica en campo y otro docente en la materia.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    mejoran losVarios emprendimientos les estn dando a las familias saladeras, que

    son agricultoras por naturaleza, ingresos adicionales, al tiempo que son empresas incipientes que generan empleo.

    Hace cuatro aos, los ingresos mensuales promedio de una familia saladera eran 200.000 pesos. Sin

    embargo, eso ha cambiado de manera importante. Las obras pblicas que se han hecho y que han

    empleado la mano de obra del pueblo, la reactivacin agraria y los

    emprendimientos tanto asociativos como individuales muestran que hay ms capacidad econmica que en el pasado.

    Vale la pena destacar que este ao fue muy bueno para la siembra del tabaco rubio y 200 personas tienen contrato con

    Coltabaco para comercializarlo, lo cual ha sido muy positivo, y que la produccin de miel de excelente calidad, impulsada por los

    jvenes de Asojopros con el apoyo de Argos, se ha consolidado. Un buen indicador de la mejora de la calidad de vida

    general en El Salado son las vacas que se sacrifican cada semana.

    Actualmente son cinco reses, mientras en el pasado era una cada dos o tres semanas. As mismo, el auge de tiendas y el aumento visible del surtido de estas son rasgos visibles de que los ingresos mejoran para todos.

    Hay que destacar, sin embargo, los emprendimientos artesanales que se inscriben en una larga tradicin de la regin con los textiles y la fabricacin de muebles. Por eso, adems de

    mejorar los ingresos de las familias, tambin recuperan los valores ancestrales y son espacios para desplegar el talento y la creatividad de quienes est trabajando en ellas.

    los hamadores vuelven a la feriaEl grupo de soldadores productores de las hamadoras se constitu-yeron como microempresa, Hamaescol, con siete socios fundado-res. Todos los socios trabajan en la fabricacin de estas cmodas mecedoras de metal y mimbre, que arrullan al que se recuesta en ellas, y alcanzan a producir hasta cien en el mes. Hoy en da las hamadoras se pueden llevar a cualquier lugar del pas donde sean requeridas.

    Las hamadoras estuvieron en Expoartesanas en diciem-bre de 2012 en Bogot, donde tuvieron muy buena acogida, y por

    eso volvern en 2013. Tambin viajaron a Expoartesano en Mede-lln, en abril, y Artesanas de Colombia las exhibi en Nueva York

    con la intencin de que surjan pedidos desde ese pas.

    el hit de las tejedorasEl grupo de confeccin ha diversificado sus productos, ahora no

    solamente hacen cortinas y comunitarios (que son un tipo de indi-viduales de mesa) sino tambin fundas, colchas, manteles, todos

    ingresos

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    con un diseo inspirado en la popu-lar colcha de retazos, que es tpica de todo el campo colombiano. Las tejedoras aprendieron bisutera con material reciclado, y desde entonces venden joyas, cuyo producto estre-lla han sido los aretes con tapas de metal, que ya han sido comprados por Bavaria. La joyera y diseadora Claudia Vallejo ha acompaado y asesorado todo el proceso.

    Todos los grupos producti-vos de El Salado estn siendo apo-yados por la Fundacin Semana en alianza con Proexport, el cual,

    a travs del programa Propas, rea-liz una rueda de negocios. Ade-ms los productos han participado en el encuentro Mundial de Nestl en octubre de 2013, en el Reinado

    Nacional de la Belleza en Cartagena y en el Festival de Msica Petronio lvarez en Cali.

    Se est estudiando adems la posibilidad de crear una marca registrada de El Salado para todos y cada uno de sus productos.

    tabaco excelsoDurante dcadas, doblar tabaco ha sido una tradicin de las muje-res de El Salado. Lo hacan a mano, de diferentes tamaos y casi siempre para el consumo propio o para ventas a pequea escala. Con apoyo de la OIM, un grupo de tres dobladoras aprendie-ron a usar una mquina trada desde San Gil, en Santander, otra regin con gran tradicin tabacalera, y desde entonces estn pro-duciendo tabaco tipo exportacin. Basta con decir que mientras

    los tabacos populares, doblados a mano, se venden a razn de tres por 200 pesos, uno solo de los tabacos tipo exportacin se

    vende en 2.500. En la rueda de negocios que se hizo en El Salado

    se vendieron ms de 600 tabacos al menudeo, pero han quedado

    abiertas nuevas posibilidades. De hecho un empresario japons interesado en estos tabacos envi una muestra para ser evaluada en Nueva York y el resultado fue ptimo. Segn Lilia Ester Torres,

    una de las dobladoras, solo hay que corregir un poco la acidez, hacerlos ms slidos y mejorar la hoja de cubierta para competir con los mejores del mundo.

    Lilia dice que ellas ya hacen varios tipos de tabacos, uno muy grueso llamado torpedo, el esplndido, el Churchill, que es pequeo y robusto, y el popular, al que por razones obvias los sala-deros le tienen cario.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    el segundo tiempo de los mayores

    Los adultos mayores no solo tienen una casa para el encuentro, sino que estn en proyectos educativos, culturales y de productividad.

    Si alguna poblacin ha vivido con nostalgia el desplaza-miento y el retorno, esos son los adultos mayores. La tristeza de haber abandonado a la fuerza lo que haban construido por aos, y regresar para comenzar de cero,

    fue una experiencia demoledora para muchos, que se quedaron

    en sus casas con sus recuerdos y tristezas. El silln, el portn, el silencio suelen ser los lugares donde habitan los viejos. Pero desde que en El Salado se construy la Casa del Adulto Mayor, la vida para muchos de ellos ha cambiado. All tienen un espa-cio no solo para conversar, bailar y entretenerse, sino que han construido una huerta y hasta producen alimentos pasteles, por ejemplo que venden en actividades comunitarias para un fondo comn.

    La Casa del Adulto Mayor ha sido un ejemplo de orga-nizacin alrededor de una obra de infraestructura. Si bien los adultos mayores llevan organizndose desde 2008 apoyados por

    la Pastoral Social y la Red de Desarrollo y Paz de Montes de Mara, con la construccin de la casa se consolid el proceso. La casa y su total adecuacin fue una donacin de la Fundacin Ramrez Moreno y, adems de unas buenas instalaciones para los trabajos artesanales, cuenta con una amplia cocina y un ran-cho, as como un amplio jardn y la huerta de plantas medicinales y hortalizas.

    La casa tiene desde temprano sus puertas abiertas, y ellos llegan all a conversar y a recibir cursos que les brindan entidades como el Sena. Para ellos es muy importante ser pro-ductivos, por eso trabajan en iniciativas como la elaboracin de artesana. Ellos mismos decoraron la casa a partir de material reciclado y estn empezando a hacer vajillas tradicionales en totumo. Adicionalmente, las mujeres crearon su propio grupo de danza, y estn haciendo un aporte fundamental en el tema de la recuperacin de la memoria cultural.

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    EL SALADO

    cien viviendas para el salado

    L as ltimas 100 viviendas, de las 100.000 que el pre-sidente Juan Manuel Santos se comprometi a cons-truir durante su gobierno, sern para El Salado. As qued convenido desde marzo entre la Presidencia, el

    Ministerio de Vivienda y la Gobernacin de Bolvar. Si bien el gobierno pone las casas, la Fundacin Semana se comprometi a donar el lote para hacer viable este proyecto. Pero se han pre-sentado mltiples dificultades, como las medidas cautelares de

    proteccin que tienen muchos terrenos, y eso impide su compra. Sin embargo, ya se lleg a un acuerdo para comprar un lote en la parte alta de El Salado, lo que facilita que en enero la Fundacin Carvajal comience la construccin.

    Tal como se hizo con la Casa del Pueblo, las solucio-nes de vivienda han sido diseadas de acuerdo con la idiosin-crasia de la regin. Sern construidas en material, tendrn en

    la parte de atrs su rancho y su patio, y una entrada lateral para el burro, que es el veh-culo de trabajo y movilidad de los campesinos de Montes de Mara. El barrio tendr abso-lutamente todos los servicios pblicos que pueda tener una comunidad, conectados casa por casa: acueductos, alcanta-rillado, energa elctrica, cone-xin a telefona e internet.

    Justamente, el acceso a estos servicios es lo que obliga a construir un barrio completo y no casas aisladas por todo el territorio.

    El criterio de asigna-cin de las viviendas definido

    por la comunidad es que sean para familias saladeras que no tengan dnde vivir o para per-sonas que estn retornando. Pero la seleccin final no est

    en manos ni de la comunidad ni de la Fundacin Semana, sino del Departamento de Prospe-ridad Social a partir de las listas consolidadas por la Unidad de Vctimas, la ANSPE y el municipio, segn lo contempla la ley.

    Se construir todo un barrio de casas gratuitas para las familias que ms las necesitan.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    la casa del pueblo sigue vibrandoEn El Salado poco a poco la gente volvi a salir a las calles. Despus del retorno vinieron unos aos de miedo y desconfianza de estar en

    medio de los actores armados; con el Proyecto de Reconstruccin la gente ha vuelto a salir y el punto de encuentro es la Casa del Pueblo, que revitaliz el centro. Los tambores del grupo de gaitas suenan hasta tarde en la noche, la cancha de ftbol permanece llena de nios y jvenes entrenando. En algunas noches, hay cine al aire libre en la pared principal de la Casa.

    Pero el corazn de este centro cultural es la Biblioteca Pblica de El Salado, que fue inaugurada en junio de 2012 y que

    tiene una muy completa coleccin de libros. La biblioteca fue dise-ada por el arquitecto Simn Hosie, construida por Fundacin Car-vajal con el apoyo de Coltabaco, de la Red Nacional de Bibliotecas Pblicas, del Ministerio de Cultura y de otros donantes privados. Sin

    embargo, a pesar de ser uno de los smbolos ms importantes de la reconstruccin del pueblo, la biblioteca tiene debilidades.

    Por una parte, la Alcalda del Carmen de Bolvar no est suficientemente comprometida con su obligacin de manteni-miento, ya que desde que se firm el acuerdo municipal mediante el

    cual se crea la biblioteca en junio de 2012 no se ha girado ni un peso

    de recursos para su mantenimiento fsico ni para el pago de servicios pblicos. El contrato con el bibliotecario termin en noviembre de 2012 y la nueva bibliotecaria no fue nombrada sino hasta mayo de

    2013, por lo cual la biblioteca estuvo funcionando a medias con la

    colaboracin voluntaria de los integrantes de la mesa de cultura.Otra preocupacin grande es que el nivel de lectura conti-

    na siendo muy bajo. Se necesita mayor iniciativa y compromiso de la bibliotecaria y los dems lderes culturales para que los adultos se vinculen a la promocin de la lectura.

    proyectos a granel

    El mejoramiento de la vida de la gente de El Salado se refleja en todos los mbitos, en iniciativas a veces grandes, a veces de impacto cotidiano. Y

    no sin dificultades. Aqu estn algunos de ellos.

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    EL SALADO

    alcantarillado poco conectadoEl gran logro que fue construir el alcantarillado de El Salado se ha visto opacado por el bajo nmero de viviendas que han logrado conectarse a l. Ello ha redundado en problemas tcnicos, como que el sistema se llena de arena por el poco

    ah va mejorando la saludLa comunidad de El Salado tuvo que luchar mucho para tener una infraes-tructura bsica de salud en el corre-gimiento. Hoy hay una mejora indis-cutible en este terreno. Adems de un puesto de salud bien dotado, con mdico, enfermera y odontlogo per-manentes, hay una ambulancia. Subsis-ten problemas con algunas medicinas que solo se consiguen en Carmen de Bolvar.

    Un indicador muy importante de avance es que hace cuatro aos ape-nas un 15 % de los nios estaban vacu-nados y hoy lo est el 100 %. Adicio-nalmente, se han hecho esfuerzos para fortalecer la seguridad alimentaria con patios productivos, huertas y acompa-amiento integral a las familias, para evitar la violencia intrafamiliar y otro tipo de problemticas psicosociales.

    uso, y la PTAR no funciona al 100 %. Por eso la Funda-cin Carvajal tiene proyectado conectar 50 viviendas ms y

    los mejoramientos habitacionales incluirn este servicio, as como las 100 casas que se harn por cuenta del Ministerio

    de Vivienda.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    se destraba la cancha de ftbol Tras la visita del presidente Juan Manuel Santos a El Salado a mediados de 2011, surgi un proyecto para la

    adecuacin de una cancha de ftbol. Desde entonces, la comunidad, con el apoyo de la Fundacin Semana, ha emprendido un sinnmero de esfuerzos para su cons-truccin en medio de mil obstculos. Por un lado, las adecuaciones del terreno sobre el lote que se consigui no se haban podido realizar debido a que se encuen-traba a nombre de un particular y no del municipio. El proceso de traspaso sufri grandes trabas porque el predio tena una medida cautelar que no se pudo levan-tar hasta noviembre de 2013. Esta medida fue impuesta

    el parque agroecolgico da frutos El Parque Agroecolgico El Salado ya es una realidad. Por una parte, es la granja escolar donde los estudiantes de bachillerato estn haciendo sus prcticas para obtener el ttulo de tcnicos agropecua-rios. Por otra, tiene parcelas disponibles para el arriendo en las que empresas como Coltabaco y Alpina estn probando nuevas tcnicas de siembra. Y, finalmente, tiene un bosque de ladera que se con-serva como reserva forestal y en el que habr en el futuro senderos ecolgicos.

    Esta granja est mejorando la calidad de la alimentacin del pueblo, proveyendo, por ejemplo, los huevos de sus gallinas pone-doras, que antes eran trados del Carmen de Bolvar; tambin tiene cra de carneros, lombrices y conejos. La huerta produce berenjena, tomate, maracuy, pltano, moringa, papaya y otros vegetales que se venden localmente. All est viviendo una pareja de jvenes que la mantienen y cuidan.

    en 2008 por el Comit de Atencin Integral a la Pobla-cin Desplazada de Bolvar, con el propsito de evitar el despojo a campesinos a travs de la compra masiva de tierras.

    La Fundacin Semana aporta el lote, mientras la Presidencia de la Repblica, a travs de Fonade, fina-ciar la obra que comienza en 2014 bajo responsabilidad

    de la Fundacin Carvajal. Esta consiste en un muro de contencin que d estabilidad al terreno, unas graderas y la iluminacin. Adems, Pacific Rubiales construir una sede para la Escuela de Ftbol Nueva Generacin, con camerinos, un saln, bodegas y oficinas.

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    EL SALADO

    qu buena la energa solarLa energa solar est haciendo posibles muchos sue-os en El Salado. Los paneles que nutren de luz a la Casa del Pueblo tambin alcanzan a darles energa a la nevera de vacunas del centro de salud y a la sala de sistemas del colegio. Ahora en las veredas se estn

    Macayepo est en el corazn de la alta montaa de los Montes de Mara. Es un corregimiento del Carmen de Bolvar que, al igual que El Salado, ha sido duramente afectado por la violencia y el desplazamiento. Los campesinos de Macayepo empezaron a retornar en el ao 2000 y durante la ltima dcada

    han recibido apoyos del Estado a cuentagotas. No obstante, sus necesidades en infraestructura, educacin y organizacin comunitaria, entre otras, son muchas. Ellos han cultivado desde hace dcadas el aguacate, pero en los lti-mos meses han enfrentado una crisis sin precedentes, dado que una plaga acab por lo menos con 5.000 hectreas de la fruta. Pese a la dificultad, los

    lderes de Macayepo y otras 40 veredas de la alta montaa estn trabajando

    unidos por la reconciliacin de su regin, otrora dividida por la desconfianza

    y los estigmas. Adems, le estn exigiendo al gobierno que se haga presente

    con sus instituciones. Por todas estas razones, Macayepo es el tercer corregimiento de los Montes de Mara (despus de El Salado y Palenque) donde la alianza que lidera la Fundacin Semana llega para trabajar por un desarrollo integral, tanto econ-mico como social y humano. Para ellos, la experiencia de El Salado es un referente, y por eso vienen estrechando lazos con los

    saladeros con la idea de construir un proyecto de convivencia para los Montes de Mara que destierre la violencia para siempre.

    La Fundacin Semana comienza una nueva intervencin social en el contexto del posconflicto que viven los Montes de Mara.

    el turno de la alta montaa

    implementando pozos artesanales cuyo bombeo se hace con estos paneles solares, y los resultados son excelentes. Incluso se piensa que esta es una solucin

    para el riego de los cultivos, que es un factor crtico para la productividad.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    Muchas personas de El Salado, especialmente adul-tos mayores, no saban leer ni escribir. No saban ni firmar, y cuando tenan que hacer alguna dili-gencia que requiriera su rbrica, tenan que poner

    la huella digital. Uno de esos casos era el de Flix Ramos, padre de

    Emerson Ramos, un joven que ha sido lder de varios proyectos en la reconstruccin de El Salado. Emerson, al igual que por lo menos otras 30 personas, recibi el curso del programa ABCDEs-paol, un mtodo creado por el colombiano Javier Gonzlez, que ensea a travs del juego a leer, escribir y las cuatro operaciones bsicas de las matemticas. Emerson es uno de los pocos que se mantuvieron como maestros voluntarios y dice que no hay tarea que lo haga ms feliz. Yo me pongo en los zapatos de ellos y si yo no supiera escribir, cmo me sentira? Por eso encontr que mi vocacin es ensear, dice. Obviamente, al primero que le ense fue a su padre. Y luego a muchos ms de las veredas, tanto mayores de edad como jvenes y nios, ya que por falta de escue-las en los sitios ms remotos lo nico que tienen es este programa que se desarrolla una vez por semana.

    Emerson, por ejemplo, va los sbados de tres a seis de la tarde a la vereda Villa Amalia, y en un mesn y unas cuantas mesas en un rancho con techo de zinc, saca sus juegos e instru-

    no ms huella digitalEl analfabetismo se est erradicando de las veredas de El Salado con un

    programa que ensea a leer y escribir a travs del juego.

    mentos didcticos. Son nueve alumnos adultos y seis nios, casi siempre nietos y abuelos, que aprenden al tiempo. Al principio tuvo que luchar contra el prejuicio de los mayores, loro viejo no aprende, o la vergenza que para muchos significaba no saber ni siquiera tomar el lpiz. Pero todo eso

    est cambiando y ABCDEspaol es uno de los programas ms queridos por la gente.

    no saba escribir mi nombreDenis Bohrquez siempre quiso ir a la escuela y aunque la escasez no se lo permiti, ella no se dio por vencida y aprovech todas las oportunidades que tuvo para aprender. Mis deseos siempre fueron estudiar, pero usted sabe que uno por ser tan escaso de recursos y por estar en el campo no puede. Cuando Denis era nia no haba colegio en Santa Clara, pero ella estaba decidida a aprender, entonces una seora le ense las letras. A algunos de sus herma-nos s los mandaron a estudiar, en cambio ella comenta con humor: Yo nunca vi un colegio, no s si por de malas, pero ni a llevar una razn fui. Ahora, a sus 51 aos retoma

    su estudio con el programa ABCDEspaol. Ha sido un placer, estoy muy contenta, para aprender nunca es tarde.

    antes usaba la huellaEligio Torres es un gran lder. Su papel en la vereda Villa Amalia ha sido crucial para buscar la titulacin de las tierras y para que se les reconozcan todos los derechos sociales. Pero hasta hace poco, no saba ni siquiera firmar. Yo le deca a mi comunidad: no

    puedo ser lder de ustedes. Qu tal que vaya a Bogot y all me den un papel donde diga que nos van a matar a toditos y yo no pueda leerlo. Sin embargo, este ao aprendi a firmar. Cada sbado se

    rene con sus hijos y nietos a recibir las instrucciones que les da Emerson Ramos, con paciencia hace las planas, y en familia se ayudan con las tareas. Su aspiracin es poder leer fluido y, algn

    da, hasta leer un libro completo.

  • -29-

    EL SALADO

    -29-

    a el salado le falta genteUno de los propsitos de la reconstruccin ha sido incentivar el retorno de las

    familias que se desplazaron. Poco a poco, este objetivo se est logrando.

    E l retorno de El Salado comenz en 2002, dos aos despus de la segunda masacre paramilitar en la que toda la poblacin se haba desplazado. Inicialmente entraron 80 personas, en su mayora hombres, a recu-

    perar su pueblo, invadido por el monte. Estas personas fueron trayendo poco a poco a sus familias y empezaron a sembrar en los alrededores cercanos del pueblo, ya que las amenazas y el fuego cruzado entre ejrcito, guerrilla y paramilitares no les permita ir ms lejos.

    Ya habiendo recuperado las calles y parte de las casas, empez el retorno progresivo de otras familias que sobrevivieron y lucharon por permanecer en su territorio a pesar de los hostiga-mientos, las amenazas, las detenciones arbitrarias y los asesinatos selectivos de algunos de sus lderes en medio de un abandono estatal evidente.

    Hoy en da, con un escenario ya hace varios aos libre de actores armados ilegales, con una presencia estatal permanente y los proyectos de la alianza por la reconstruccin, el retorno ha aumentado. Saladeros que llevaban muchos aos por fuera comentaron que tomaron la decisin de volver cuando vinieron a visitar a sus familias en vacaciones y al ver las oportunidades que ofrece el pueblo decidieron quedarse. Adems, las personas que vienen de visita o que ven fotos se sorprenden con la Casa del Pueblo o al ver el arreglo de las murallas y de algunas calles, los campeonatos de ftbol, los eventos culturales, etctera.

    A El Salado le falta gente es un frase recurrente, cando

    hablan de que el pueblo no es como era antes. Ya hay ms de 1.200

    personas viviendo all, pero no se puede olvidar que haba 7.000

    habitantes antes de 1997. Solo en 2013 han retornado 17 familias,

    pero los saladeros esperan que sean ms y por eso decidieron que proyectos como el de la reactivacin de la economa local beneficie

    tambin a desplazados que quieran volver a su tierra.

    los extranjerosMuchas personas oriundas de El Salado han retornado con pare-jas que son de otras regiones de Colombia. Por eso ahora hay caucanos, paisas, magangueleos y manizaleos.

    Hoy en da, por ejemplo, vive en El Salado un cucuteo, esposo de Ana Tulia Redondo, a quien conoci en Barranquilla. Decidieron retornar un da que vinieron a visitar a la familia. Yo me siento bien porque estoy en mi pueblo. Uno ac no se estresa mucho, afirma Ana Tulia. Caterine Cohen tambin retorn

    a pesar de haber crecido en Barranquilla: El Da de la Madre vine y me qued. Ahora vivo con mi familia, mis hermanos y mi mam comenta. Al principio fue difcil porque no hay mucho donde divertirse, el ritmo de vida es diferente, pero ya me acostumbr y estoy buscando trabajo.

    Otros extranjeros llegan sin ningn vnculo fami-liar, como Gladys, quien es oriunda del Carmen y trabaja como dobladora de tabaco. Su esposo es agricultor. Llegaron atrados por el cambio de situacin del corregimiento y a pesar de no ser saladeros compraron una casa y estn totalmente establecidos.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

    -30-

    cada vez ms cerca

    Son apenas 19 kilmetros los que separan a El Salado de la troncal de la Costa. Sin embargo, recorrerlos en el pasado poda tomar no solo horas, sino das. Los nicos carros que podan entrar eran los viejos jeeps de carpa

    que en cada tramo difcil deban encadenar las llantas para salir del fango. La gente dorma a veces en la carretera para no dejar solo al conductor y se hacan largas filas de carros

    atascados. Esto ocurra sobre todo en invierno, pero tambin en pocas donde una simple lluvia aislada converta todo en un caos. Tambin era fre-cuente escuchar que no se pudo sacar la cosecha, que un enfermo grave tuvo que esperar horas para llegar al hospital, etctera. Hoy eso ha cambiado bas-tante gracias a que se ha instalado placa huella en los tramos ms complicados. En tiempos secos se puede llegar al Carmen de Bolvar en 40 minu-tos, cada vez hay ms carros y motos haciendo recorridos por esta va, y aunque hay tramos muy crticos se est trabajando para mejorarlos.

    Invas y la Gobernacin de Bolvar invirtieron este ao 1.500 millones de pesos con los que se aadieron dos kilme-tros de placa huella con sus respectivas cunetas y se afirmaron

    con material las cunetas de nueve kilmetros en puntos que se

    encontraban en condiciones crticas. En la visita que realizaron el gobernador de Bolvar y el ministro de Transporte, el 31 de octu-bre de 2013, se reiter el compromiso de invertir 2.260 millones

    de pesos para la siguiente fase con la que se harn dos kilmetros

    ms de placa huella, para que queden en ptimas condiciones.Un factor clave de la mejora de la carretera ha sido el

    papel que ha cumplido la mesa de infraestructura y, en especial,

    la veedura que esta les ha hecho a los contratistas. En una pri-mera etapa, hace tres aos, los contratistas hicieron un trabajo de muy mala calidad, dado en parte a que no escucharon las sugerencias de la comunidad, que aunque no sabe de ingeniera, s conoce el terreno, los materiales de la zona y los puntos real-mente neurlgicos del recorrido. Con el nuevo contratista se ha

    logrado un dilogo tranquilo y transpa-rente, para aprove-char los recursos que hay en la regin y optimizarlos.

    Hay que decir, crticamente, que no ha ocurrido lo mismo en los mejora-mientos proyectados para las carreteras de las veredas El Bl-samo y Santa Clara, pues los contratistas no han cumplido ni con los tiempos ni con la calidad de las obras encargadas por Colombia Responde.

    La carretera es estratgica para que se reactive la economa. Se ha mejorado mucho y el papel de la veedura de la comunidad ha sido vital.

  • -31-

    EL SALADO

    reparando el traumaLos saladeros intentan superar el sufrimiento mental y espiritual que les han dejado los atroces hechos de violencia que han vivido. Por Silvia Camargo.

    L a primera impresin cuando se visita a El Salado es la de un pueblo tranquilo y con vida. Se oye la risa de los nios, se ve a los jvenes de un lado a otro hablando de sus proyectos, los adultos muestran con orgullo

    mercancas hechas con material reciclable mientras los ms viejos desarrollan actividades en la Casa del Adulto Mayor. Solo a medida que se camina por sus calles polvorientas o encharcadas, depen-diendo de la temporada en que se visite va apareciendo la tra-gedia que los marca. A ese joven le mataron el hermano, a don Julio le asesinaron a su esposa, esta nia dur tres aos sin hablar despus de la masacre, yo me escond entre los matorra-les durante esos tres das, dicen sus pobladores. As se completa el panorama de un pueblo atravesado por la violencia, que sufri la prdida no solo de su gente sino de todo un proyecto de vida, y que hoy ha logrado recuperarse hasta acomodar en algn lado de su alma esa pena, sin olvidar a sus muertos, pero sin que su recuerdo los desborde.

    La literatura cientfica establece que una minora de la

    poblacin en guerra puede afectarse con alguna patologa mental. El Salado no fue la excepcin. Debido a las masacres, cuatro muje-res sufrieron traumas que requirieron tratamiento psiquitrico. Juana Crdenas y Argenida Torres fueron diagnosticadas con

    depresin; Diana Redondo tena episodios psicticos y Mara Romero simplemente se desconect de la realidad. Gracias a una tutela, la T-045, interpuesta por sus familiares para que el

    Estado les diera la atencin psiquitrica que en varias ocasiones les negaron, hoy pueden llevar una vida casi normal.

    El resto de la poblacin sufri una pena muy pro-funda, entendible si se tiene en cuenta que perdieron a sus familiares y que no pudieron hacerles el duelo porque tuvieron que dejar atrs todo, desplazarse a otro lugar y vivir del rebus-que. El tratamiento para ellos fue psicosocial, una atencin que mira ese sufrimiento dentro del contexto de la guerra para ayu-darles a procesar el duelo aplazado y el miedo, la rabia y la culpa que siempre los acompaan. De esta forma se previene que el sufrimiento sea visto como una patologa. A travs de proce-sos culturales, educativos y sociales, poco a poco se recuper la confianza en el otro y la esperanza en el futuro. Ha sido lento

    pero progresivo dice Carmen Garca, directora de Desarro-llo Comunitario de El Salado. Antes la gente no sonrea, tena mirada triste, apagada, casi no hablaban con el otro, no haba ganas de hacer fiesta. Pero eso ha cambiado y ahora hay

    comits que trabajan para recuperar las corridas de toros y las fiestas patronales.

    Ahora que ya lloraron a sus muertos, muchos suean con que las cosas sean como antes. Se refieren a

    que quieren volver a vivir en las con-diciones econmicas que tenan antes de ser vctimas del conflicto armado.

    En la medida en que lo logren, su bienestar emocional tambin mejo-rar. Pero aspirar a que todo sea igual al pasado es difcil. Como seala Juan David Villa, psiclogo que ha interve-nido a muchas comunidades afectadas por la guerra, es como si se elabora un jarrn, luego se rompe y se trata de reconstruir pegando un pedazo tras otro. Nunca va a ser el mismo de antes, aclara. Esa sensacin la comparte la hija de Mara Romero, cuyo tratamiento ha sido lento, tal vez, segn ella, por su avanzada edad. Aunque ya puede estar sola en la casa, todava no es la misma mam que yo quisiera ver, concluye.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    la memoria como reparacin colectiva

    El Salado es uno de los pocos lugares del pas que tienen un plan de reparacin colectiva pactado con el Estado. La memoria es un eje central.

    Desde 2009, el Estado ha considerado a El Salado como uno de los lugares donde se realizar un plan de reparacin colectiva. Dicho plan fue concertado por la comunidad con la Comisin Nacional de

    Reparacin y Reconciliacin (CNRR), que era en aquella poca la entidad del gobierno encargada de atender a las vctimas del conflicto armado. La reparacin colectiva tambin fue avalada por

    la Ley de Vctimas y Restitucin de Tierras, promulgada en 2011,

    y por eso desde entonces el plan para El Salado se ha venido dis-cutiendo con la Unidad de Vctimas, que hace parte de la nueva institucionalidad creada para tal fin.

    El plan contempla una reparacin integral a la comuni-dad, con el fin de restituirle los derechos que le fueron vulnerados

    con las masacres de los aos 1997 y 2000. Por eso abarca gran-des temas, como la educacin, la salud, la atencin psicosocial, la libertad de culto, la dignificacin de las vctimas, el derecho a la

    verdad y a la memoria, el ejercicio pleno de los derechos, el forta-lecimiento organizativo y el restablecimiento de las redes produc-tivas y comerciales.

    Como parte del plan se restaurar el cementerio, cuyos diseos ya estn hechos, y se inici el programa psicosocial Entre-lazando. Sin embargo, puede decirse que el eje de todas estas acciones es la memoria.

    Para los saladeros la memoria es vital. Cada ao se

    conmemora la masacre y al tiempo se celebra el aniversario del retorno con exposiciones de fotos, misas, caminatas, etctera. La

    reparacin simblica tambin incluye que el actual Monumento a las Vctimas se transforme en un lugar de memoria gracias a un proyecto financiado por el Ministerio de Justicia y llevado a cabo

    por la Fundacin Semana y el Centro de Memoria Histrica, que cumple con una de las medidas del plan.

    El diseo del nuevo lugar se est haciendo con talleres y se est construyendo un archivo de documentacin con la historia del pueblo, se estn copiando y digitalizando fotos de los lbumes familiares y de los hechos que han tenido ms impacto colectivo, as como todo lo que ha registrado la prensa.

    A comienzos de 2014 se iniciar la obra del Lugar de

    Memoria y se inaugurar en paralelo con el cementerio, en donde reposarn los cuerpos que fueron exhumados este ao como

    parte de la dignificacin de las vctimas.

    La reparacin colectiva es, sin embargo, apenas una dimensin de la reparacin a las vctimas. La ley tambin contem-pla la reparacin va administrativa, que es solicitada de manera individual por cada persona de acuerdo a los daos sufridos durante el conflicto. Esta no est en detrimento de las reparacio-nes a las que accedan por va judicial las vctimas, que, como en el caso de El Salado, tramitan demandas ante tribunales nacionales e internacionales.

  • -33-

    EL SALADO

    La reconstruccin de El Salado ha contado con el apoyo tcnico y humano permanente del equipo de la Fundacin Semana que vive de tiempo completo all. Se trata de profesionales comprometidos que

    trabajan mancomunadamente con los saladeros y comparten con ellos alegras y dificultades.

    Diego Surez, el agrnomo, se conoce cada parcela de cada vereda del campo saladero. Aprende con admiracin y respeto cmo han sido las tradiciones agrcolas de los cam-pesinos, al tiempo que les indica cmo incorporar avances tcnicos o mtodos modernos que hacen ms productivo al campo. Yamileth Montilla, a quien en las veredas llaman cari-osamente Yarumita, recorre las huertas colectivas que ella misma ha ayudado a construir y que son claves para la segu-ridad alimentaria de las familias del campo. Ricardo Ramrez, tambin agrnomo, viene con su experiencia en la zona cafe-tera para preparar las tierras, buscar alternativas de riego y diversificar los cultivos.

    Por su parte, Carmen Garca, que ya va a cumplir tres aos viviendo en El Salado, ha sido el corazn del desarrollo social y comunitario, pues se ha concentrado en fortalecer a las organizaciones de base y las mesas de trabajo. Pero eso no es todo. Tambin hace de consejera de los saladeros en asuntos que van desde cmo tramitar una personera jurdica

    hasta resolver una cita mdica de tercer nivel. Uno de sus logros es que hoy existen Juntas de Accin Comunal

    en las seis veredas, espacios comunitarios en todas las reas de la vida social y una mayor participacin. Con Carmen siempre veremos a Marcela Barrera, Carmia Prez y Mara Eugenia Ramrez, que trabajan hasta altas horas de la noche preparando talleres, jornadas educa-tivas o caminando por el pueblo para llevar puerta a puerta los mensajes necesarios para que toda la comu-nidad se informe sobre el desarrollo de los proyectos.

    El profesor de sistemas Jos Miguel Montero lleva computadores a cada rincn del corregimiento en el que haya un grupo dispuesto a aprender. Nada lo para, ni la carretera embarrada de Santa Clara, ni la falta de luz, ni que sus estudiantes solo puedan tomar clase a las nueve de la noche: l siempre est ah. De la misma forma, Rubiela Rubiano no tiene obstculos para llegar a dar las clases de ABCDEspaol a cada casa donde lo requieran, y en sus ratos libres empez un grupo de tea-tro por su cuenta. Y Humberto Vanegas, que lleg hace

    poco del Valle del Cauca y que viene a coordinar el proyecto de desarrollo econmico local, ya est acompaando al resto del equipo en todos los procesos.

    Este grupo se ha enriquecido profundamente con los saladeros que trabajan en la Fundacin. Lucho Torres apoya el proyecto de reactivacin econmica en La Bonga Palenque y los nuevos retornos hacia El Salado. Jaqueline Cohen y Lei-ner Ramos no pierden ninguna ocasin para que haya ms oportunidades para nios y jvenes en deportes y cultura, y de la mano del profesor de msica, Gerardo Cepeda, han logrado que la msica sea uno de los pilares del renacimiento de El Salado. Neida Narvez est encargada de la estrategia de ampliacin hacia la regin y trabaja con los adultos mayores. Y no nos podemos olvidar de Mayolis Mena, que los recibe a todos cada maana con una gran sonrisa y una taza de tinto.

    Con este equipo, y otras 14 personas que trabajan desde Bogot, y que permanentemente viajan al terreno, as como con el legado que han dejado a su paso otros excelentes profesionales que ya no estn en El Salado, se

    ha tejido este proceso que ya lleva cuatro aos. Ellos, ade-ms de ser soporte tcnico de los proyectos, han aportado carisma, compromiso a fondo con la comunidad, respeto y visin. Han materializado la filosofa de la alianza que

    lidera la Fundacin Semana.

    el factor humanoLa calidad humana y profesional de las personas que trabajan en El Salado en los proyectos de la Fundacin Semana ha hecho posible el avance de su

    reconstruccin en todos los mbitos.

  • EL CAMINO DE EL SALADO

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    ogros

    1. RECUPERACIN DE LA ESPERANZANo ha sido fcil pasar del escepticismo y la desconfianza a una

    actitud colectiva de construccin de futuro. Pero se ha logrado. En El Salado la gente ha recuperado los valores que haban quedado suspendidos despus de la violencia: una activa vida comunitaria y la fiesta. La msica, la danza, la alegra, son

    expresin de una superacin del pasado y una nueva apuesta

    por la vida.

    2. LOS CAMBIOS EN LA VIDA COTIDIANALa vida cotidiana de El Salado ha cambiado fuertemente. Desde los hbitos higinicos que ha implicado el tener alcantarillado, pasando por los centros educativos y recreativos, dignos para nios y viejos, hasta la recuperacin del espacio pblico y la conectividad. Puede decirse que la gran mayora de los proyectos han beneficiado a la comunidad en general, sea que participe acti-vamente o no en la vida social del corregimiento.

    3. LA COHESIN SOCIALAunque los conflictos, las tensiones y las crticas son normales

    en todas las comunidades, y El Salado no es la excepcin, hay

    que destacar el incremento de la cohesin social, la cual se refleja

    en la consolidacin de las organizaciones de base, en un clima de convivencia bastante bueno y en el surgimiento de nuevos liderazgos.

    4. QUE LOS JVENES QUIERAN QUEDARSEA diferencia de muchas comunidades afectadas por la guerra, a las que los jvenes no quieren retornar, en El Salado hay un grupo muy significativo de jvenes que ven su futuro en su pueblo.

    Muchos salen a estudiar con el propsito de volver, o los que ya estaban afuera estn retornando para aportar sus conocimientos y saberes. Adems, se ha reafirmado el inters en las actividades del

    campo, con una visin moderna.

    5. DIVERSIFICAR LAS CAPACIDADES PRODUCTIVASHoy en El Salado hay empresas incipientes que, aunque no generan empleo masivamente, s son alternativas productivas que ponen en juego nuevas habilidades y talentos de la gente. Artesanas, produc-tos agrcolas con valor agregado, y los mismos proyectos culturales, educativos y deportivos les abren perspectivas de trabajo y profe-sionales a muchas personas que antes no las tenan.

    l

  • -35-

    EL SALADO

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    1. CONVERTIR EN CONOCIMIENTO ESTA EXPERIENCIAMuchos corregimientos y municipios de los Montes de Mara estn observando la experiencia de El Salado para reproducir algunas de

    sus enseanzas. El reto es lograr sistematizar lo que han sido estos aos de construccin colectiva y convertir en conocimiento lo que se ha hecho de manera pragmtica y, a veces, intuitiva.

    2. ASUMIR LOS NUEVOS RETOS DEL POSCONFLICTOPosiblemente el prximo ao el pas le pondr fin a la guerra insur-gente e iniciar una difcil pero esperanzadora etapa de poscon-flicto que implicar nuevos retos. La posibilidad de que se cree una

    zona de reserva campesina en los Montes de Mara, cambios en los esquemas de seguridad para las zonas rurales, reformas para el desarrollo rural, nuevos espacios de competencia y representacin poltica, as como un impulso fuerte a la reconciliacin, son algunos de los aspectos que se debern afrontar en poblaciones como El Salado.

    3. QUE EL ESTADO EN SU VERSIN LOCAL TENGA MS PRESENCIAHay que reconocer que gran parte de la intervencin de El Salado ha contado con un apoyo muy importante del Estado, con sus instituciones nacionales (ministerios y consejeras). Tambin se ha contado con el compromiso de la Gobernacin y, en la medida de sus posibilidades, de la Alcalda. Pero la sostenibilidad del desarrollo rural requiere instituciones locales fuertes, tanto para los asuntos agrarios y ambientales como en lo social. Que El Salado realmente se incorpore en los planes de desarrollo municipal y que la presencia del Estado sea permanente all.

    4. CONSTRUIR UNA VERDADERA ECONOMA REQUIERE DE TIERRAEl Salado nunca volver a ser lo que fue en el pasado, ese pasado que tanto aoran sus habitantes. Pero puede llegar a ser un nuevo

    El Salado, con oportunidades para todos. Ello depende en buena medida de una fuerte presencia del Estado, pero tambin de que se consolide una economa campesina que les d solvencia a las

    familias que habitan all. Pero tambin de la tierra, que es base fundamental para que esta economa sea viable. La tenencia de la tierra es una deuda histrica con la gente de El Salado y, en general, de los Montes de Mara. Tener acceso a la tierra hace posible que todo lo que se ha hecho all haya valido la pena, porque es la garanta de que haya un futuro promisorio.

    5. PREPARAR UNA ESTRATEGIA DE SALIDALa Fundacin Semana se est abriendo a nuevos proyectos en otros corregimientos de la regin. En el mediano plazo, si bien permanecer en El Salado, ser la comunidad la que asuma las riendas del desarrollo de los proyectos y la interlo-cucin con el Estado, sin la presencia ya de las fundaciones que hasta ahora la han acompaado. Este cambio de roles debe prepararse y realizarse de manera consciente, con los tiempos y las metodologas adecuadas.

    etosr

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    Coltabaco Adems de liderar el proyecto ms ambicioso en lo productivo recuperar la siembra de tabaco en la zona, financi la reconstruccin de la Casa de la Cultura.

    ArgosHa apoyado a la Asociacin de Jvenes Productores de El Salado a travs de varios proyectos; es parte de procesos que afectan la comunidad como la construccin de la Casa de la Cultura y el estudio tcnico del arroyo.

    TelefnicaConect a El Salado con el mundo a travs de una antena que permite que hoy tenga telfono fijo, celular y conexin a internet por banda ancha. Ser un aliado clave en los Montes de Mara.

    Pavco Don los diseos de alcantarillado y aport materiales para el mejoramiento del acueduc-to de los hogares comunitarios y de la Casa de la Cultura.

    Fundacin CarvajalFundacin Carvajal ha sido la gran cabeza detrs de los distintos proyectos que lidera la Fundacin Semana.

    OIMCreadores y lderes de la convocatoria ante el Incoder adems de hacer contrapartidas a proyectos financiados por el sector privado.

    BavariaApoya los emprendimientos de El Salado y Palenque, ha sido el aliado principal de las campaas de comunciacin de la alianza y apoy el lanzamiento de la Casa del Pueblo.

    Presidencia de la Repblica Ayuda gestionando la articulacin del sector pblico. As mismo, donar los recursos para la adecuacin de una cancha de ftbol de El Salado.

    Fundacin Alpina Alpina ha sido el corazn de la reconstruc-cin y lidera el proyecto de granja agroecol-gica. Tambin cofinanci el lanzamiento de la Casa