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Batalla de Taguanes Uno de los testimonios más reveladores acerca del triunfo de Taguanes, proviene del propio jefe de la acción militar, Simón Bolívar, quien escribe desde Valencia una comunicación al Congreso de la Nueva Granada el 2 de agosto de 1813 con los pormenores de la batalla. El 31, bien temprano me puse en marcha, y a las dos horas de jornada recibí aviso del Co- mandante de nuestra descubierta, en que me dice que el enemigo, en número de más de mil hombres, venía al encuentro, y que se hallaba al frente de él en la Sabana de los Pegones. Forcé mis marchas, y cuando llegué allí, el ene- migo, acobardado con la sola presencia de nues- tros cazadores, se retiraba. Di orden para que lo persiguiese nuestra caballería, que inmedia- tamente obedeció, y cargó sobre él; pero cuando llegó a la sabana de Los Taguanes, lo halló for- mado en batalla, y fue preciso que aguardase a la infantería. Llegó ésta; dispuse el campo, y viendo que el enemigo marchaba sobre nosotros, deter- miné irlo a recibir. Ordené marchase de frente la infantería, y que la caballería, que formaba mi ala derecha, fuese a cortarlo por la espalda en la grande llanura en que se presentó la acción. En- tonces la intrepidez de nuestras tropas produjo en las españolas el pavor. Inmediatamente em- prendieron su retirada ordenada, y la sostuvie- ron por espacio de seis horas, hasta que viendo que nuestra caballería casi los cortaba, se intro- dujo el desorden, empezó la disolución, y a las dos horas de persecución, ya teníamos en nuestro poder más de doscientos prisioneros, porción de fusiles, cartucheras, y pertrechos que dejaban en el campo. Toda la tarde duró la acción, en que murieron muchos españoles, entre ellos seis de sus mejores oficiales, uno de éstos el Comandante Izquierdo; perdieron toda su infantería, que que- dó, o dispersa por los bosques, o prisionera, o pa- sada a nosotros pudiendo asegurar a VS, que no se escapó un sólo infante. De este modo he destruido los miserables restos que mantenían el poder tirano de los españoles en la provincia de Caracas, siendo mucho de extra- ñar que no hubiésemos tenido por nuestra parte otra pérdida que la herida leve de un soldado. Pero sí, han hecho muy digno de recomendación y acreedor a todas las consideraciones del Gobier- no, el valor e inteligencia con que se distinguió en esta acción el teniente coronel ciudadano Atana- sio Girardot, lo mismo que el mayor general Ra- fael Urdaneta. Esta acción militar propinó un duro golpe a las fuerzas realistas y por ello hizo replegar a Domin- go Monteverde hacia Puerto Cabello. Mientras Bolívar y el Ejército de la Unión, seguirían su ca- mino hasta Caracas. Fuente: Documento 278. Oficio de Bolívar dirigido a la comisión político-militar del supremo congreso de la Nueva Granada, fechada en Valencia el 2 de agosto de 1813, por el que comunica la toma de la ciudad y el final de la campaña. Periodo 14 de octubre de 1795 al 3 de agosto de 1813. Correspondencia oficial. www.archivodellibertador.gob.ve

Batalla de Taguanes - Aviacion

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Page 1: Batalla de Taguanes - Aviacion

Batalla de TaguanesUno de los testimonios más reveladores acerca

del triunfo de Taguanes, proviene del propio jefe de la acción militar, Simón Bolívar, quien escribe desde Valencia una comunicación al Congreso de la Nueva Granada el 2 de agosto de 1813 con los pormenores de la batalla.

El 31, bien temprano me puse en marcha, y a las dos horas de jornada recibí aviso del Co-mandante de nuestra descubierta, en que me dice que el

enemigo, en número de más de mil hombres, venía al encuentro, y que se hallaba al frente de él en la Sabana de los Pegones.

Forcé mis marchas, y cuando llegué allí, el ene-migo, acobardado con la sola presencia de nues-tros cazadores, se retiraba. Di orden para que lo persiguiese nuestra caballería, que inmedia-tamente obedeció, y cargó sobre él; pero cuando llegó a la sabana de Los Taguanes, lo halló for-mado en batalla, y fue preciso que aguardase a la infantería. Llegó ésta; dispuse el campo, y viendo

que el enemigo marchaba sobre nosotros, deter-miné irlo a recibir. Ordené marchase de frente la infantería, y que la caballería, que formaba mi ala derecha, fuese a cortarlo por la espalda en la grande llanura en que se presentó la acción. En-tonces la intrepidez de nuestras tropas produjo en las españolas el pavor. Inmediatamente em-prendieron su retirada ordenada, y la sostuvie-ron por espacio de seis horas, hasta que viendo que nuestra caballería casi los cortaba, se intro-dujo el desorden, empezó la disolución, y a las dos horas de persecución, ya teníamos en nuestro poder más de doscientos prisioneros, porción de fusiles, cartucheras, y pertrechos que dejaban en el campo. Toda la tarde duró la acción, en que murieron muchos españoles, entre ellos seis de sus mejores oficiales, uno de éstos el Comandante Izquierdo; perdieron toda su infantería, que que-dó, o dispersa por los bosques, o prisionera, o pa-sada a nosotros pudiendo asegurar a VS, que no se escapó un sólo infante.

De este modo he destruido los miserables restos que mantenían el poder tirano de los españoles en la provincia de Caracas, siendo mucho de extra-ñar que no hubiésemos tenido por nuestra parte otra pérdida que la herida leve de un soldado. Pero sí, han hecho muy digno de recomendación y acreedor a todas las consideraciones del Gobier-no, el valor e inteligencia con que se distinguió en esta acción el teniente coronel ciudadano Atana-sio Girardot, lo mismo que el mayor general Ra-fael Urdaneta.

Esta acción militar propinó un duro golpe a las fuerzas realistas y por ello hizo replegar a Domin-go Monteverde hacia Puerto Cabello. Mientras Bolívar y el Ejército de la Unión, seguirían su ca-mino hasta Caracas.

Fuente: Documento 278. Oficio de Bolívar dirigido a la comisión político-militar del supremo congreso de la Nueva Granada, fechada en Valencia el 2 de agosto de 1813, por el que comunica la toma de la ciudad y el final de la campaña. Periodo 14 de octubre de 1795 al 3 de agosto de 1813. Correspondencia oficial. www.archivodellibertador.gob.ve

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Taguanes: los españoles capitulan”Esta victoria fue la más completa de toda la campaña”

El mismo día de la reunión del ejército marchó Bolívar contra los realistas que a las órdenes de Iz-quierdo estaba acampados en Tinaquillo, entre San Carlos y Va-lencia. El 31 les atacó en la sabana de Taguanes, después de un san-griento combate en que pereció toda la infantería enemiga, la fortuna se mostró otra vez propicia a las armas independientes. Esta victoria fue la más completa de toda la campa-ña. Monteverde, que se hallaba en Valencia, apenas tuvo tiempo para huir a Puerto Cabello, abandonan-do aquella ciudad y dejando franco el camino a Caracas.

Perdidas las esperanzas de poder detener a los independientes, el bri-gadier don Antonio Fierro, gober-nador de la ciudad, reunió a todos

los empleados realistas, civiles y militares, y a los principales pro-pietarios y comerciantes españoles, les dio cuenta de las noticias que se habían recibido, de las derrotas de las fuerzas realistas y de la rá-pida marcha del ejército victorioso, expuso con sinceridad la insuficien-cia de la guarnición, y pidió consejo acerca de las medidas que deberían adoptarse en el grave predicamento en que se veían.

Todos unánimemente convinieron implorar la clemencia del vencedor y pedirle una capitulación que ga-rantizase la vida y propiedad de los súbditos españoles y olvido de lo pasado. Fierro se apresuró a dar cumplimiento a una resolución que tan de acuerdo estaba con su ca-rácter pusilánime. Y al efecto nom-

bró una diputación compuesta del Marqués de Casa León, el presbíte-ro don Marcos Ribas, don Francisco Iturbe, don Felipe Paúl y don José Vicente Galguera.

Estos comisionados partieron in-mediatamente para Valencia con instrucciones de obtener las mejo-res condiciones posibles; pero antes de rendir la mitad de la jornada supieron que a Bolívar, se les espe-raba por momentos en La Victoria y que sus tropas habían ocupado ya los valles de Aragua. No tardó mucho en llegar y en recibir a la diputación en el acto y con la ma-yor cortesía, y habiendo oído su demanda, procedió sin pérdida de tiempo a discutir y ajustar los tér-minos de la capitulación.

Al pedir los negociadores españo-les el reconocimiento de la Consti-tución de Cádiz, contestó que una vez ocupada la capital el pueblo elegiría la forma de gobierno que más le acomodase, pero es evidente que tal proposición no le desagradó,

pues le daba el pretexto de no res-tablecer inmediatamente el sistema federal, que de todos juzgaba el me-nos adecuado al país.

Concedió la amnistía con la condi-ción de que seria entregada a las au-toridades independientes la ciudad de Caracas con todos los pueblos que comprendía la provincia y el puerto de La Guaira. Concedió tam-bién la libre emigración de cuantos solicitasen pasaporte, obligándose a salir del territorio venezolano en el término de dos meses, comprendióse la guarnición en este artículo, pero solamente los oficiales conservarían sus armas. Finalmente, la capitu-lación se presentaría al gobernador el día siguiente para su ratificación dentro de veinticuatro horas.

Fuente: Daniel Florencio O´Leary, Memorias del General O´Leary. Narración, Biblioteca Ayacucho, Madrid, 1915, pp, 205-207.

Daniel Florencio O´Leary, recoge en sus memorias los resultados de la victoria patriota en Taguanes. Atacar al enemigo en puntos decisivos, dividir las tropas para luego perseguir las columnas vencidas y volverlas a reunir para volverlas a atacar, fue la exitosa estrategia empleada en esta batalla. La victoria de Taguanes abría el avance victorioso hacia Caracas.

Martín Tovar y Tovar. General Daniel Florencio O´Leary, 1882. Colección Palacio Federal Legislativo. Asamblea Nacional. República Bolivariana de Venezuela. Fotografía: Alfredo Padrón.

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Rafael urdaneta:inteligencia y serenidad dignas de encomio

Así sintetiza el Libertador el perfil de Rafael Urdaneta como comandante militar.

Ascendido al grado de coro-nel, tras doblegar a los realistas en Cúcuta (28 de febrero) y en La Grita, Rafael Urdaneta renuncia a sus grados militares en el ejército de la Unión Neogranadina, con el propósito de continuar la campaña en territorio venezolano. De este modo, junto con otros valiosos ofi-ciales como Antonio Ricaute, Ata-nasio Girardot, Manuel y Antonio París y Francisco D’Elhuyar, Urda-neta se une a Bolívar en sus pla-nes de invadir a Venezuela, tomar Caracas y restablecer la República. Por su valiosa intervención en los combates mencionados, es ascen-dido a mayor general del Ejército Libertador y encargado del control de la infantería.

Ya en Mérida, donde Bolívar ha sido proclamado como Libertador el 23 de Mayo de 1813, el ejército patriota se prepara a marchar hacía Caracas. Bolívar envía al coronel José Félix Ribas a que destruya to-das las fuerzas españolas acantona-das en Barinas, con el propósito de evitar así la posible recuperación de Táchira y Mérida por parte de las tropas realistas.

Ribas va a reunirse con las tropas de la vanguardia. Con tal propósito llega a Boconó el 30 de junio. Con-tinúa a Boca de Monte, en donde se une con Urdaneta. Informados allí de que las tropas realistas coman-dadas por el español José Martí se encontraban en Niquitao, Ribas y Urdaneta resuelven contramarchar, y el 2 de julio tiene lugar la batalla, que dura ocho horas. Ribas orde-na a Urdaneta que rompa el centro enemigo, acción con la cual se de-cide una contundente victoria por parte del ejército patriota, que se hace con 445 prisioneros, 450 fusi-les y 26.000 cartucheras con sus for-nituras. Las tropas realistas quedan destruidas. En su informe Bolívar escribe: “El Mayor General Urdane-

ta que comandaba el centro mostró una serenidad en medio del fuego digna de encomio.”

Ocupadas Barinas y Guanare, el ejército libertador despeja un am-plio campo de posibilidades estra-tégicas y logísticas para continuar la campaña hacia Caracas. El próximo encuentro decisivo con las tropas realistas tendrá lugar en Taguanes. El desempeño militar de Urdaneta en esta batalla merece mención es-pecial de parte del Libertador. En su informe al Congreso de la Unión, afirma Bolívar que Urdaneta se ha-bía hecho “digno de recomendación y acreedor de todas las considera-ciones del Gobierno por el valor e inteligencia con que se distinguió en la acción.” La acción de los Tagua-nes abre definitivamente el camino del Ejército Libertador hacia Cara-cas, a donde llega a principios de agosto, y el de Monteverde a Puerto Cabello, último reducto a donde va a refugiarse el ejército realista.

Una vez en Caracas, Bolívar ordena a Urdaneta la toma de Puerto Cabello. El 15 de agosto, Urdaneta emprende la marcha a Valencia. Dos días más tarde se une a Bolívar. Empieza el cerco militar a Puerto Cabello. Urda-neta intenta entablar negociaciones con Monteverde, para canjear al jefe patriota Jalón por el terrible Zua-zola, que ha caído en manos de los patriotas. La proposición es recha-zada por Monteverde. Al tener noti-cias de la ejecución de Jalón, Bolívar hace saber entonces su resolución de ejecutar todos los prisioneros espa-ñoles y canarios en poder del ejército patriota.

Fuente: Documento 278. Oficio de Bolívar dirigido a la comisión político-militar del supremo congreso de la Nueva Granada, fechada en Valencia el 2 de agosto de 1813, por el que comu-nica la toma de la ciudad y el final de la campaña. Periodo 14 de octubre de 1795 al 3 de agosto de 1813. correspondencia oficial. www.archivodellibertador.gob.ve

Urdaneta representa una de las figuras militares más importantes del proceso de independencia en general y de la Campaña Admirable en particular. Oriundo de Maracaibo, estuvo junto al Libertador desde la última fase de la campaña en la Nueva Granada, especialmente en las acciones militares de Cúcuta y La Grita, donde comienza a brillar como líder militar. Sus desempeño como comandante no fue menos importante en las decisivas batallas de Niquitao y Taguanes.

Carlos Willet. Retrato del General Rafael Urdaneta. 1865. Colección Museo Bolivariano.

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