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DOMINGO, 17 ENERO 2010 CULTURA LA VANGUARDIA 49 Los amantes de Luisiana. Clyde Barrow, jefe de la banda, coge en brazos a su pareja, Bonnie Parker. A la derecha, los rostros de ambos amantes tras ser brutalmente tiroteados en 1934 ALPHA DECAY XAVI AYÉN Barcelona B onnie Parker y Clyde Barrow son segura- mente la pareja de delincuentes más fa- mosa de la historia. Murieron abruptamente, enamo- rados, en una carretera de Lui- siana, como Romeo y Julieta en Verona, a causa del descomunal tiroteo que les infligieron las huestes del detective Frank Ha- mer. Era el 23 de mayo de 1934. Ella tenía 23 años y él, 25. Aun- que a Clyde se le atribuyen al me- nos una docena de asesinatos, y a ambos diversos robos y secues- tros, la historia de amor que les unía les ha granjeado las simpa- tías del público. El volumen Wanted lovers (Al- pha Decay), que sale a la venta a finales de enero, recoge las cartas de amor que se cruzaron a raíz del primer encarcelamiento de Clyde, en 1930. Sólo hacía un mes que se conocían, pero ambos sentían ya que sus destinos se habían unido para siempre. La fascinación por estos dos criminales se explica, en parte, por el enorme éxito de la película de Arthur Penn de 1967, protago- nizada por Faye Dunaway y Wa- rren Beatty. La editora Ana S. Pa- reja, autora del prólogo, recuerda asimismo la canción que les dedi- caron Serge Gainsboug y Brigitte Bardot y resalta lo llamativo de su odisea: “Mataron, secuestra- ron, robaron y burlaron a la poli- cía durante más de dos años en una huida hacia delante cargada de excitación, sangre y riesgo”. A la vez, Pareja recuerda que “no fueron la única relación senti- mental entre los criminales de la época, y ni siquiera destacaron por la dimensión de sus acciones, pues sus botines eran discretos”. Pareja describe a Bonnie Par- ker como “melancólica, dormía en los asientos traseros de los co- ches robados. Durante sus fre- cuentes huidas lloraba porque echaba de menos a su madre, lle- vaba consigo a su mascota –un conejito–, tarareaba canciones de moda y leía revistas sobre las estrellas de cine del momento. Era capaz de recargar munición con la mayor efectividad, aunque jamás disparó a nadie”. El lector de estas cartas no pue- de evitar preguntarse si existió alguna vez la posibilidad de re- dención. Algo de eso parece in- tuirse cuando Bonnie le escribe a Clyde: “Sé, cielo, que nunca po- drás volver a vivir en Dallas, por- que no podrás soportar la horri- ble fama que te has hecho por aquí. Pero puedes irte a otro la- do, buscar un empleo y ponerte a trabajar. Quiero que seas un hom- bre, nene, y no un matón. Sé que eres bueno y sé que puedes por- tarte bien”. Aunque Clyde, en rea- lidad, no era precisamente un an- gelito: en la prisión donde recibía las cartas de Bonnie fue violado por un preso. Unos días después, el agresor apareció muerto –a gol- pes– en el retrete. El volumen incluye, asimismo, varios poemas escritos por ella. El más interesante es, claro, La historia de Bonnie & Clyde, un re- corrido y a la vez justificación de su alocada vida, que no duda en comparar con la de forajidos le- gendarios, como Jesse James. Di- ce: “Estoy segura de que habréis leído / cómo atracan bancos, có- mo saquean, / y a los que les da por protestar / suelen encontrar- los moribundos o muertos. / En estas crónicas abundan las menti- ras; / no son tan despiadados co- mo los pintan, / son de naturale- za fiera, / todas las leyes detes- tan, / y a soplones, polis y chiva- tos. / Los llaman asesinos a san- gre fría, / dicen que son crueles y malvados, / pero os diré con orgu- llo / que a Clyde lo conocí no ha- ce mucho / cuando era honesto, recto y aseado. / Pero los polis le incordiaban, / no paraban de de- tenerle, / en una celda solían me- terlo, / hasta que me dijo un día: / ‘nunca seré libre, amiga mía, / así que me llevaré unos cuantos al infierno’”. Es curioso que Bon- nie aproveche los versos –como si fueran un comunicado oficial– para negar su implicación en dos crímenes concretos. Y resulta di- fícil no sobrecogerse con los pro- féticos versos finales, mirando, en las páginas vecinas, las fotos de los dos cadáveres: “Saben bien que la ley siempre ha ganado, / otras veces ya les dispararon / pe- ro siempre supieron de largo / que la muerte es el salario del pe- cado. / Algún día se irán a pique juntos / y juntos descansarán sus cuerpos para siempre. / Habrá unos pocos afligidos...”. Los seis policías que dispara- ron contra Bonnie y Clyde, aquel 23 de mayo de 1934, hicieron im- pactar 167 proyectiles de bala contra el Ford en el que los fugiti- vos se encontraban. Cada uno de los cuerpos recibió más de cin- cuenta balazos. Fue el fin de su historia de amor. El fin de todo.c “Puedes buscar un empleo. Quiero que seas un hombre, nene, y no un matón. Sé que eres bueno”, le dice ella De Bonnie a Clyde: “Queridísimo amorcito: Sólo unas líneas esta no- che. ¿Cómo se encuentra mi nene? (...) Tienes que sentirte muy solo y tris- te. (...) Ni siquiera sabía que te habían echado el guante hasta que tomé prestado el coche y me acerqué al centro de la ciudad y me dijeron que te sacaron de circulación anoche. Me eché a llorar. Me había puesto sombra de ojos y empezó a cho- rrearme por la cara, y tuve que pararme en La- mar Street. (...) Te quiero más que a mi vida y casi he perdido la cabeza. Si tienes que pasar dos se- manas más en la cárcel, me volveré loca, tan loca como una rata de manico- mio. Anoche soñé que tú salías y yo entraba. Lo que daría por poder cum- plir tus días de condena. Pero si me metieran segu- ro que tú me olvidarías.” De Clyde a Bonnie “Bueno, niña, ¿qué tal te va en el trabajo? ¿Alguno de esos borrachuzos se ha pasado de listo conti- go? Si se pasan, apúntate los nombres, porque no me voy a quedar toda la vida en este tugurio”. INFORMACIÓ Tel. 93 485 99 13 · www.liceubarcelona.cat VENDA DE LOCALITATS Recital Joyce DiDonato Joyce DiDonato mezzosoprano David Zobel piano GENER 2010 Dia 24 a les 17 h El volumen ‘Wanted lovers’ recoge las cartas de amor que se escribieron los dos míticos delincuentes El loco amor de BONNIE & CLYDE Fragmentos ES SÁBADO. NO TE PIERDAS ES DESCÚBRALO CON Libertad de opinión www.lavanguardia.es

BarcelonaB Ellocoamorde BONNIE&CLYDE … · DOMINGO, 17 ENERO 2010 CULTURA LAVANGUARDIA 49 Los amantes de Luisiana. Clyde Barrow, jefe de la banda, coge en brazos asupareja, Bonnie

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DOMINGO, 17 ENERO 2010 C U L T U R A LAVANGUARDIA 49

Los amantes de Luisiana. Clyde Barrow, jefe de la banda, coge enbrazos a su pareja, Bonnie Parker. A la derecha, los rostrosde ambos amantes tras ser brutalmente tiroteados en 1934

ALPHA DECAY

XAVI AYÉNBarcelona

B onnie Parker y ClydeBarrow son segura-mente la pareja dedelincuentes más fa-mosa de la historia.

Murieron abruptamente, enamo-rados, en una carretera de Lui-siana, como Romeo y Julieta enVerona, a causa del descomunaltiroteo que les infligieron lashuestes del detective Frank Ha-mer. Era el 23 de mayo de 1934.Ella tenía 23 años y él, 25. Aun-que aClyde se le atribuyen alme-nos una docena de asesinatos, y aambos diversos robos y secues-tros, la historia de amor que lesunía les ha granjeado las simpa-tías del público.El volumenWanted lovers (Al-

pha Decay), que sale a la venta afinales de enero, recoge las cartasde amor que se cruzaron a raízdel primer encarcelamiento deClyde, en 1930. Sólo hacía unmes que se conocían, pero ambossentían ya que sus destinos sehabían unido para siempre.La fascinación por estos dos

criminales se explica, en parte,por el enorme éxito de la películade Arthur Penn de 1967, protago-nizada por Faye Dunaway y Wa-rren Beatty. La editora Ana S. Pa-reja, autora del prólogo, recuerda

asimismo la canción que les dedi-caron Serge Gainsboug y BrigitteBardot y resalta lo llamativo desu odisea: “Mataron, secuestra-ron, robaron y burlaron a la poli-cía durante más de dos años enuna huida hacia delante cargadade excitación, sangre y riesgo”. Ala vez, Pareja recuerda que “nofueron la única relación senti-mental entre los criminales de laépoca, y ni siquiera destacaronpor la dimensión de sus acciones,pues sus botines eran discretos”.Pareja describe a Bonnie Par-

ker como “melancólica, dormíaen los asientos traseros de los co-ches robados. Durante sus fre-cuentes huidas lloraba porqueechaba de menos a su madre, lle-vaba consigo a su mascota –unconejito–, tarareaba cancionesde moda y leía revistas sobre lasestrellas de cine del momento.Era capaz de recargar municióncon la mayor efectividad, aunquejamás disparó a nadie”.

El lector de estas cartas no pue-de evitar preguntarse si existióalguna vez la posibilidad de re-dención. Algo de eso parece in-tuirse cuando Bonnie le escribe aClyde: “Sé, cielo, que nunca po-drás volver a vivir en Dallas, por-

que no podrás soportar la horri-ble fama que te has hecho poraquí. Pero puedes irte a otro la-do, buscar un empleo y ponerte atrabajar. Quiero que seas un hom-bre, nene, y no un matón. Sé queeres bueno y sé que puedes por-

tarte bien”. AunqueClyde, en rea-lidad, no era precisamente un an-gelito: en la prisión donde recibíalas cartas de Bonnie fue violadopor un preso. Unos días después,el agresor apareciómuerto–a gol-pes– en el retrete.El volumen incluye, asimismo,

varios poemas escritos por ella.El más interesante es, claro, Lahistoria de Bonnie& Clyde, un re-corrido y a la vez justificación desu alocada vida, que no duda encomparar con la de forajidos le-gendarios, como Jesse James. Di-ce: “Estoy segura de que habréisleído / cómo atracan bancos, có-mo saquean, / y a los que les dapor protestar / suelen encontrar-los moribundos o muertos. / Enestas crónicas abundan lasmenti-ras; / no son tan despiadados co-mo los pintan, / son de naturale-za fiera, / todas las leyes detes-tan, / y a soplones, polis y chiva-tos. / Los llaman asesinos a san-gre fría, / dicen que son crueles ymalvados, / pero os diré con orgu-llo / que a Clyde lo conocí no ha-ce mucho / cuando era honesto,recto y aseado. / Pero los polis leincordiaban, / no paraban de de-tenerle, / en una celda solían me-terlo, / hasta que me dijo un día:/ ‘nunca seré libre, amiga mía, /así que me llevaré unos cuantosal infierno’”. Es curioso que Bon-nie aproveche los versos –como

si fueran un comunicado oficial–para negar su implicación en doscrímenes concretos. Y resulta di-fícil no sobrecogerse con los pro-féticos versos finales, mirando,en las páginas vecinas, las fotosde los dos cadáveres: “Saben bienque la ley siempre ha ganado, /otras veces ya les dispararon / pe-ro siempre supieron de largo /que lamuerte es el salario del pe-cado. / Algún día se irán a piquejuntos / y juntos descansarán suscuerpos para siempre. / Habráunos pocos afligidos...”.Los seis policías que dispara-

ron contra Bonnie y Clyde, aquel23 de mayo de 1934, hicieron im-pactar 167 proyectiles de balacontra el Ford en el que los fugiti-vos se encontraban. Cada uno delos cuerpos recibió más de cin-cuenta balazos. Fue el fin de suhistoria de amor. El fin de todo.c

“Puedes buscar unempleo. Quiero queseas un hombre, nene, yno un matón. Sé queeres bueno”, le dice ella

De Bonnie a Clyde:“Queridísimo amorcito:Sólo unas líneas esta no-che. ¿Cómo se encuentrami nene? (...) Tienes quesentirte muy solo y tris-te. (...) Ni siquiera sabíaque te habían echado elguante hasta que toméprestado el coche y meacerqué al centro de laciudad y me dijeron quete sacaron de circulaciónanoche. Me eché a llorar.Me había puesto sombrade ojos y empezó a cho-rrearme por la cara, ytuve que pararme en La-

mar Street. (...) Te quieromás que a mi vida y casihe perdido la cabeza. Sitienes que pasar dos se-manas más en la cárcel,me volveré loca, tan locacomo una rata de manico-mio. Anoche soñé que túsalías y yo entraba. Loque daría por poder cum-plir tus días de condena.Pero si me metieran segu-ro que tú me olvidarías.”

De Clyde a Bonnie“Bueno, niña, ¿qué tal teva en el trabajo? ¿Algunode esos borrachuzos seha pasado de listo conti-go? Si se pasan, apúntatelos nombres, porque nome voy a quedar toda lavida en este tugurio”.

INFORMACIÓ Tel. 93 485 99 13 · www.liceubarcelona.cat

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Joyce DiDonatoJoyce DiDonato mezzosopranoDavid Zobel piano

GENER 2010Dia 24 a les 17 h

El volumen ‘Wanted lovers’ recoge las cartas de amorque se escribieron los dos míticos delincuentes

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