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UNA EXCELENTE TEMPORADA A LA QUE SOLO LE FALTA UN TÍTULO DE CAMPEÓN >2-3 J. AURTENETXE-A. ITURRASPE >4-5 393 CAMINOS LLEVAN A MADRID >6-8 «LO IMPORTANTE ES EL TRÁNSITO, NO GANAR» >9 PEP-MARCELO: ¿QUIÉN CONTAGIÓ A QUIÉN? >10-11 ENDIKA GUARROTXENA >12-13 GERO ETA ERROMES GEHIAGO, «ERLIJIO» GARESTIA IZAN ARREN >14-15 PÓSTER >16-17 GUILLERMO GOROSTIZA, DE «BALA ROJA» A «BALA PERDIDA» >18-20 AROMA DE GOL >21 EL TROFEO MÁS VASCO >22-26 JOSÉ ÁNGEL IRIBAR >28-29 AITITE, EL ATHLETIC CLUB >30-31 Athletic-Barcelona Kopako finala •• •• •• •• •• •• •• •• •• •• •• •• •• [ 2012/5/25 ]

Athletic Kopa finala 2012

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Athleeeeeeeeeeeetic!

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Page 1: Athletic Kopa finala 2012

UNA EXCELENTE TEMPORADA A LA QUESOLO LE FALTA UN TÍTULO DE CAMPEÓN >2-3

J. AURTENETXE-A. ITURRASPE >4-5

393 CAMINOS LLEVAN A MADRID >6-8

«LO IMPORTANTE ES EL TRÁNSITO,NO GANAR» >9

PEP-MARCELO:¿QUIÉN CONTAGIÓ A QUIÉN? >10-11

ENDIKA GUARROTXENA >12-13

GERO ETA ERROMES GEHIAGO,«ERLIJIO» GARESTIA IZAN ARREN >14-15

PÓSTER >16-17

GUILLERMO GOROSTIZA, DE «BALA ROJA»A «BALA PERDIDA» >18-20

AROMA DE GOL >21

EL TROFEO MÁS VASCO >22-26

JOSÉ ÁNGEL IRIBAR >28-29

AITITE, EL ATHLETIC CLUB >30-31

Athletic-BarcelonaKopako finala

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[ 2012/5/25 ]

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[2]

El Athletic llega cabiz-bajo a la final de Copa.El parcial de 11-0 engoles de los últimoscinco partidos de com-petición oficial ha las-trado la gran campañarealizada. Desde el pa-

se a la final de la Europa League, el equi-po rojiblanco ha sido incapaz de anotarun solo gol ante Zaragoza, Real Madrid,Getafe, Atlético de Madrid y Levante, co-sechando además derrotas abultadas ytransmitiendo cierto grado de apatía enel campo.

La imagen de equipo competitivo y ale-gre labrada durante toda la temporada seha venido abajo en el último mes. Si seatiende a los resultados, el Athletic pare-ce estar lejos del nivel alcanzado en losmeses de febrero y marzo, punto álgidode una temporada en la que el conjuntobilbaino alcanzó la clasificación para la fi-nal de Copa y eliminó al Manchester Uni-ted en la Europa League.

Probablemente, al Athletic le habría ve-nido mucho mejor disputar la final deCopa ante el Barcelona en esas fechas. Yes que todas las eliminatorias de Copa sedisputaron en apenas dos meses y medio–de diciembre a febrero– y han pasado yatres meses desde que se obtuvo la clasifi-cación para la final ante el Mirandés.

Los jugadores han llegado exhaustos alfinal de temporada. Sobre todo en el as-

pecto anímico, con una carga de partidosde récord y con la dificultad añadida detener que reponerse ahora del varapalosufrido en Bucarest.

La plantilla del Athletic no está acos-tumbrada a disputar tres partidos a lasemana y ha acabado pagando en la Ligalos esfuerzos realizados. En total, y a fal-ta de la final de Copa, ha jugado 62 par-tidos.

A pesar de ello, el equipo se ha mante-nido con opciones hasta el final en lastres competiciones. Y hay que tener encuenta que el objetivo de la clasificacióneuropea estaba conseguido desde el mesde febrero.

La llegada de Marcelo Bielsa al banqui-llo del Athletic ha sido determinante paraobtener estos resultados. El técnico ar-gentino ha incentivado la autoestima deunos jugadores que han ofrecido un ren-dimiento espectacular. El periplo euro-peo del Athletic será recordado durantemuchos años y ha causado la admiraciónde aficionados, entrenadores y periodis-tas deportivos. Bielsa ha puesto el nom-bre del Athletic en el panorama interna-cional.

Trabajo, método y convencimientoEl nombre de Marcelo Bielsa no era de-masiado conocido para la mayoría de laafición del Athletic. Pocos sabían de sutrayectoria en Argentina y a nivel de se-lecciones. Josu Urrutia consiguió con-

vencer al entrenador argentino paraque aceptara dirigir al Athletic en casode que ganara las elecciones. Bielsa de-sechó ofertas de clubes importantes co-mo el Inter de Milán por el compromisoadquirido con Urrutia.

Además del actual presidente roji-blanco, el gran valedor del argentino hasido José María Amorrortu, que en suregreso al club rojiblanco apostó pordar un cambio de rumbo al primerequipo y contratar a un entrenador detalla internacional.

La temporada arrancó a mediados delmes de agosto con la eliminatoria pre-via ante el Trabzonspor turco. La huelgade futbolistas en la Liga propició que seatrasara la primera jornada y los des-manes del fútbol turco jugaron a favorde un equipo que todavía se encontrabaen fase de construcción y obtuvo la cla-sificación para la siguiente ronda de laEuropa League sin disputar el partidode vuelta de la previa.

El inicio del camino fue muy duro yhasta se llegó a poner en duda la conti-nuidad de Bielsa. El Athletic dominabaa los rivales, disfrutaba de la posesiónde la pelota, hacia más ocasiones que elrival... pero los resultados no acompa-ñaban. Faltaba traducir esa superiori-dad en victorias. Muchos aficionadosdudaban de las facultades de los juga-dores para mover el balón con criterio,se preguntaban si estaban capacitados

El Athletic busca resarcirse en Madrid de ladolorosa derrota en la final de la EuropaLeague. Pero, ¿cómo llega el equipo, conqué opciones? Bielsa ha revolucionado eljuego y la identidad del Athletic en menosde un año. El final de temporada ha sidonefasto en cuanto a resultados, pero eso nopuede empañar una gran campaña a la quesolo le falta un título de campeón.

Manex ALTUNA

Una excelentetemporada ala que solo lefalta un títulode campeón

Llorente pelea con Piqué y Busquets en el Athletic-Barcelona de Liga (2-2). Luis JAUREGIALTZO | ARGAZKI PRESS

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para practicar el fútbol de toque com-binado con la velocidad y la anticipa-ción.

El fútbol desplegado de la mano deJoaquín Caparrós en las cuatro campa-ñas anteriores pesaba en el recuerdo. Eltécnico andaluz había conseguido for-mar un equipo muy díficil de batir perorudo, que vivía en ataque de los goles ylos balones en largo a Llorente.

Bielsa, en cambio, llegaba con otrasideas. El objetivo era que el equipo fue-ra protagonista en todos los encuen-tros, que buscara la victoria a base delbuen juego, y se puso manos a la obrahasta conseguirlo.

Los métodos de trabajo del argentinohan supuesto toda una revolución parael Athletic. Los conos, cintas, ordenado-res y demás artilugios que utilizan loscolaboradores de Bielsa han causadosensación en Lezama.

Un entrenador con una dilatada ex-periencia en Primera como Miguel An-gel Lotina ha sido un asiduo a los entre-namientos del Athletic durante eltiempo que ha estado sin equipo. Y esque Bielsa es un entrenador de entrena-dores, con unos conocimientos fútbo-listicos y una capacidad de trabajo im-presionantes.

El cuerpo técnico del Athletic trabajaa destajo, las 24 horas del día. Bielsa ysus colaboradores viven obsesionados

con el fútbol y los partidos son analiza-dos y estudiados en vídeos a las pocashoras de haberse disputado. Los colabo-radores de Bielsa son los primeros enllegar a Lezama y los últimos en mar-charse.

Poco a poco, los jugadores han idoasimilando ese nuevo estilo con entu-siasmo y el equipo se fue para arriba apartir de las victorias contra el PSG y laReal en el mes de octubre. Uno de lospartidos más memorables de la tempo-rada llegó en noviembre, cuando Athle-tic y Barcelona brindaron un espectácu-lo impresionante en San Mamés.

Los movimientos trabajados en Leza-ma han salido a relucir en los partidosde forma natural. Vale como ejemplo elgol marcado por Llorente en el Berna-béu. Iraizoz atrapa un córner y pone elbalón en juego inmediatamente sacan-do en corto a Javi Martínez. El navarroentrega la pelota a Ander Herrera en elcentro del campo e inicia una enormegalopada. El ex del Zaragoza controla elbalón y sin mirar devuelve en largo pa-ra Javi Martínez, que al primer toquesaca un centro remachado a las redespor Llorente. Una jugada ensayada enrepetidas ocasiones en Lezama.

En ese mismo partido, que terminócon un contundente 4-1 a favor del RealMadrid, Bielsa dio la oportunidad a unjoven como Ibai Gómez, que estaba ha-

ciendo méritos en el segundo equipo.Apenas tuvo oportunidad de hacer na-da. Al finalizar el encuentro, el prepa-rador argentino se dirigió a Ibai y le di-j o q u e n o l e h a b í a g u s t a d o s uactuación. No le reprochó ningún errorconcreto, le echó en cara que se habíaamilanado y que no había intentadoregatear a los contrarios. Bielsa le dijoademás que no creyera que era menosque ninguno de los jugadores del RealMadrid.

Un once bien definidoEl entrenador argentino ha demostra-do tener una gran confianza en los ju-gadores, y en pocos meses les ha con-vencido de sus grandes posibilidades.La plantilla ha sido prácticamenteidéntica a la que contaba Caparrós, pe-ro el rendimiento de los jugadores hacrecido de forma espectacular y haprovocado que sean citados por distin-tas selecciones.

La única novedad ha sido el fichaje deAnder Herrera, que se ha aclimatado ala perfección al centro del campo delAthletic. El conjunto rojiblanco contabacon grandes futbolistas en su haber co-mo Llorente, Javi Martínez e Iker Mu-niain, pero para entender la aportaciónde Bielsa a este equipo es mejor fijarseen jugadores como Ander Iturraspe yOscar de Marcos. Ambos se encontra-ban con un pie fuera del equipo hasta lallegada de Bielsa y esta temporada sehan convertido en piezas fundamenta-les. Iturraspe se ha erigido en el eje delequipo en la medular, y el alavés, en untodoterreno capaz de jugar en distintasposiciones.

Otros como Amorebieta y Susaetatambién han crecido mucho como ju-gadores, aunque seguro que no se olvi-da la inclusión en el centro de la defen-sa de Javi Martínez. El navarro era ungran medio centro, pero gracias a Biel-sa se ha visto que sus aptitudes mejo-ran como central y se ha convertido enuno de los mejores de la Liga en estaposición.

Bielsa apenas ha contado de maneraasidua con 19 futbolistas, incluyendo aGurpegi, que cayó lesionado de grave-dad. Desde el inicio de temporada haoptado por ir dando confianza a los ju-gadores y ha conseguido dar forma aun once bien definido. Iraizoz ha sido elportero titular en todas las competicio-nes. La línea defensiva ha estado com-puesta por Iraola, Javi Martínez, Amore-bieta y Aurtenetxe. El centro del campoha sido para Iturraspe, que ha estadoarropado en la creación por Herrera y elincombustible De Marcos. En las posi-ciones más ofensivas, Muniain y Susae-ta han jugado en las bandas y Llorenteen la punta de ataque. Iñigo Pérez, SanJosé, Ekiza, Ibai Gómez y Toquero hanejercido de revulsivos cuando ha hechofalta y, en menor medida, Gabilondo yDavid López.

Con estos mimbres, el equipo ha con-seguido llegar en buenas condicionesfísicas a las dos finales de esta tempora-da. Y, a pesar del fracaso de Bucarest, elfútbol ha otorgado una segunda opor-tunidad para resarcirse a esta plantillaque ronda los 23 años de edad media.

ANTECEDENTE

EL 2-2 liguero de SanMamés contra elBarcelona ha sido uno delos mejores partidos de laLiga, pese a que se jugóbajo un diluvio. Y tambiénuno de los partidos quehizo soltar amarrasdefinitivamente alequipo de Bielsa.

JUVENTUD

Los rojiblancos llegan a lafinal algo lastrados por losmalos resultados finales yel cansancio, máspsicológico que físico, yque lógicamente afectamás a un plantel queronda los 23 años deedad media.

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[4]

Beñat ZARRABEITIA

La charla está cargada de buena sintonía,ya que tras las fotos llega el turno de lasbromas. La camiseta del grupo Anestesiaque portaba Aurtenetxe en su estreno enla caseta del primer equipo le ha dejado unmote, pero hablando del tema el zornotza-rra aprovecha para recomendarnos «Pux-ker Punk, la banda de unos amigos». Lamúsica sigue copando la conversación alseñalar que «Itu es más de perreo, de DonOmar, Reggaeton y esas cosas, que lo leanen GARA». El de Matiena reacciona rápida-mente: «Es lo que se oye en el vestuario yal final te acaba llegando, pero el grupoque más me gusta es Berri Txarrak». Desde

GARA buscamos un punto de encuentro yes que «últimamente, en las txosnas decualquier pueblo tienes las dos cosas».

Jon Aurtenetxe, Ander Iturraspe, Fer-nando Amorebieta, Xabi Castillo, Koi,Eneko Bóveda o Jon Etxaniz en SegundaB, Ustaritz en el Betis, en su día TxetxuGallego, Patxi Bolaños, Carlos García oManu Núñez, en otros deportes PabloBerasaluze, Ibai Zabala, Iñaki Iza, BeñatIntxausti, Egoitz Murgoitio, Maider Un-da... Todos son de Durangaldea. ¿Por quéesa proliferación de deportistas de élite?Jon AURTENETXE: La papelera [risas].Ander ITURRASPE: Yo creo que se trabajamuy bien, cuando somos pequeños se ha-

ce una selección de los jugadores de la co-marca. En mi caso me llevaban a Tabira, elcampo de la Cultural de Durango, y RafaIraurgi hacía una preselección y veníamosa Lezama o bien todo el equipo o bien al-gunos jugadores en concreto. Apuntabanlos que más gustaban y al final llegaba laselección definitiva.

Además, yo creo que el hecho de habertantas plazas o campo abierto es positivopara que los chavales puedan jugar. Yo hepasado muchas horas jugando con la pelo-ta en la calle, es un factor muy positivo atener en cuenta.J.A.: Desde pequeño haces un montón dedeportes, yo jugaba también a pelota, porejemplo. Al final te quedas en lo que más

destacas o en lo que mejor se te da. Ahoraquizá los críos no jueguen tanto en la ca-lle, por ejemplo con la PSP. Antes tambiénhabía Playstation, pero no la podías sacarde casa.

Ambos vizcainos, de la cantera, en unatemporada que está siendo excepcional.¿Cómo se vive el ambiente que se respi-ra en la calle?J.A.: Todo el mundo está muy ilusionado,en todos los balcones hay banderas delAthletic o ikurriñas. Al final te sorprende,somos nosotros los que estamos jugando,vas por la calle y ves como los críos se fijany dicen “mira, ese juega en el Athletic”, yeso te ilusiona mucho.

Jon HERNAEZ | ARGAZKI PRESS

ANDER ITURRASPE <<

Apenas 13kilómetros separan

Zornotza deAbadiño, AnderIturraspe y JonAurtenetxe se

conocen desdehace tiempo.

Ambos hancoincidido durante

años en el autobúsque transporta a

los «cachorros» deDurangaldea aLezama. Ahora

compartenvestuario en el

primer equipo yrealizan para

GARA un análisisdistendido de

varios puntos de unaño mágico

«Pasará un tiempo para que sevalore verdaderamente lo queestamos haciendo esta temporada»

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Sin embargo, siendo esa simbiosis entreequipo y afición una de las mayores for-talezas del Athletic, da la impresión deque ese exceso de responsabilidad cargócon demasiada ansiedad y presión alequipo en la final de Bucarest...A.I.: Puede ser. En mi opinión fue sobretodo en los primeros minutos. Tuvieronun par de llegadas y el primer gol de Fal-cao resultó determinante. Si no te hacenese gol, yo creo que estábamos más sere-nos, pero eso fue un mazazo. Después elequipo se repuso, estaba tranquilo y ju-gando mejor cuando llegó el segundo golde ellos y nos hizo mucho daño. En la se-gunda parte el equipo jugó bien, tuvoocasiones pero el balón no entró. El golde Diego es una mera anécdota con elpartido decidido.

Desde fuera da la sensación de que elprimer gol te obliga a ir a remolque yesa ansiedad se multiplica. No obstante,vistos los comentarios que está hacien-do la plantilla, da la impresión de que lalección de Bucarest puede ser muy im-portante para afrontar la final ante elBarcelona...A.I.: Sí, puede que la oportunidad que per-dimos en Bucarest nos haya hecho sabercómo jugar en esos momentos y gestionarla tensión.

Segunda final de Copa en tres años. En2009 Iturraspe ya había debutado y Aur-

tenetxe lo vivió la grada. ¿Qué recuer-dos hay de aquel partido?A.I.: Yo estaba a caballo entre el primerequipo y el filial. En la semifinal ante el Se-villa, pero al cabo de unas semanas, Capa-rrós decidió que lo mejor para mi progre-sión era jugar el final de temporada en elBilbao Athletic. Bajé al filial y fui a Mesta-lla como aficionado, aunque sí que tuve elmismo número de entradas que los juga-dores de la primera plantilla. Vi el partidocon familiares y amigos, fue una experien-cia muy bonita, estaba algo disgustado porno haber viajado con la primera plantilla,pero la pena de la derrota fue mayor. Tuvi-mos el momento ilusionante con el gol de«Toque», pero la remontada de ellos fuemuy amarga.J.A.: Yo soy socio desde pequeño, me tocóuna entrada y fui con mi tío y sus amigos.Muy ilusionado con la posibilidad de ga-nar la final y celebrarlo por todo lo alto. Nopudo ser y acto seguido nos fuimos cabiz-bajos al hotel. Al final del partido, cuandoEtxebe subió adonde estaban sus familia-res, coincidió que pasó muy cerca de noso-tros –hay una foto que así lo atestigua- ytratamos de consolarlo entre todos.

Hablan de celebrarlo, pero ninguno delos dos había nacido la última vez quesalió la gabarra. El siguiente equipocampeón puede ser este. Tiene que sersumamente estimulante la posibilidadde hacer feliz a tanta gente...A.I.: Está claro. En Bucarest pasó eso, apar-te de que pierdas por 3 a 0, todo nuestroentorno es del Athletic y la gente se llevóun disgusto tan grande como el nuestro.Eso pesa y duele. Si consigues ganar unpartido, que no dejan de ser noventa mi-nutos, la cantidad de gente a la que hacesfeliz es increíble. A la gente le cambia el es-tado de ánimo y eso es algo que dependede nosotros.

Sí, además de la sensación de que existeuna gran necesidad social de noticias enpositivo y el Athletic las está aportando.Echando un poco la vista atrás, hace ape-nas cinco años el equipo se jugaba su su-pervivencia en Primera, y ahora con es-te curso estamos hablando de laposibilidad de volver a ser campeones yde ilusionar a una generación enterar yvolver a cautivar a todos los chavales.¿Eso es, en este caso para el Athletic, lanoticia más positiva?J.A.: Sí, nosotros no hemos vivido el lucharpor no bajar, pero hay compañeros quenos han comentado que es lo peor que lepuede pasar a un futbolista. Este año esta-mos haciendo una temporada fantástica,llegar a dos finales es algo extraordinario,y aunque no hayamos ganado una, hayque valorar lo conseguido. Somos un gru-po muy joven y este equipo todavía tienerecorrido.

Ahora todo está muy reciente y quedaaún la cita con el Barcelona, pero seguroque con el tiempo quedará el recuerdode una temporada imborrable...A.I.: Sí, ahora se valora lo que estamos ha-ciendo, pero yo creo que cuando realmen-te se valore será cuando pase el tiempo.Llegar a dos finales en un club muy grandecomo el Athletic pero que por diversas ra-zones no ha sido campeón, que hace cinco

años peleaba por no bajar, es algo increíbley que el tiempo ayudará a valorar.

En toda la entrevista aún no ha salido elnombre de Bielsa. Más allá de que seauno de los mejores técnicos del mundo,su figura tiene un carisma especial quedirige un grupo muy joven, ¿se puedeexplicar la evolución desde el primerdía que llegó en julio hasta hoy?J.A.: El inicio fue duro, cambiamos porcompleto el estilo de juego que teníamoscon Caparrós. Al principio nos costó adap-tarnos y en los primeros partidos no nossalieron la cosas. Sin embargo, Marcelosiempre ha mantenido el mismo estilo,nunca ha abandonado su idea y se ha vistoque hemos hecho muy bien las cosas. To-dos sabemos que es uno de los mejores en-trenadores del mundo, los hechos lo de-muestran. Él confía en lo suyo y eso da susfrutos.A.I.: Eso es algo a valorar mucho. Actual-mente en el fútbol, cuando hay 5-6 malosresultados y un entrenador está en entre-dicho, que sea capaz de mantener su estiloy pensamiento es algo remarcable, ya quedemuestra mucha personalidad. En estecaso Bielsa lo ha hecho, siendo muy difícil,y nosotros también tenemos nuestra apor-tación ya que también creíamos en esaidea. Al final, nuestro estilo de juego es di-ferente al que hacíamos antes y están sa-liendo las cosas bien.

¿Y qué es lo que más les ha sorprendidode él?A.I.: A mí me llama la atención el nivel deexigencia que tiene con todo el grupo. Conél mismo, con sus ayudantes y con noso-tros. Otro aspecto que destaco es que a él leda igual que un jugador pierda el balón, leda igual pero pide que tras perderla se cen-tre ipso facto en recuperar la pelota y queel resto del equipo haga lo mismo. A míeso me sorprende, porque hay otros entre-nadores que pierdes un balón y afecta. Encambio, a Bielsa le da igual.J.A.: Nos insiste en que arriesguemos conla pelota, ya que si nos sale bien es una ac-ción de ataque nuestra. Y si nos sale mal,debemos ir en bloque a recuperarla. Es unentrenador que nos deja arriesgar.

Si hay fallo ya está su puntero láser rojopara señalarlo...[Risas de ambos] A.I.: Cuando estas en elcampo y tienes un momento de asfixia,que los hay y son momentos en que no tepuedes ni mover, inconscientemente teviene a la cabeza el láser. Luego, estas vien-do el vídeo con él, ves que va a llegar la ju-gada en la que haces una vuelta mal y di-ces «bueno»...

Pero la exposición colectiva al error, serconsciente de que nadie se libra delerror, supone un ejercicio de autocríticay mejora. En el fútbol muchas veces losproblemas surgen de la excesiva críticaa un jugador o a que sea demasiado ex-puesto ante sus compañeros. Aquí encambio no se libra nadie y se busca lamejorar individual y colectiva...J.A.: Hay para todos. No solo aprendes detus errores, sino también de los que pue-den hacer el resto. Al final son corregidoserrores propios y ajenos y sacas lectura po-sitiva de todo para no cometerlos.

BUCAREST

«Todo nuestro entorno

es del Athletic y se llevó

un disgusto tan grande

como el nuestro. Pero si

ganas, la cantidad de

gente a la que haces

feliz es increíble»

ANDER ITURRASPE

BIELSA

«Nos insiste en que

arriesguemos con la

pelota, es un entrenador

que deja hacerlo»

JON AURTENETXE

>> JON AURTENETXE

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[6]

393 caminos llevan a Madrid [ LAS PEÑAS DEL ATHLETIC]

Jon ADAN

El Athletic es un sentimiento que tras-pasa fronteras. Prueba de ello son las393 peñas del Athletic repartidas a lolargo del mundo. El Calderón será puntode reunión mañana, al igual que el con-greso que organizan cada año desde ha-ce cuatro décadas. El primero fue en Bai-lén (Jaén) en 1973, y el último este añoen Alcalá de Henares (Madrid); entremedio se han citado en Gipuzkoa, Cádiz,Murcia, Burgos, Almería, A Coruña, Bar-celona...

No hay duda de que se han convertidoen uno de los principales valores delAthletic. Por ello en los días previos auna cita histórica como esta nueva finalcopera en Madrid, GARA ha queridocompartir estos momentos con diversaspeñas del Athletic tanto de Euskal Herriacomo del resto del mundo. A partir deseis ejemplos que reflejan esa extensióngeográfica: Deusto, Intxortako Lehoiakde Elgeta, Peña Alcalaína (Alcala de He-nares), La Gabarra de Lepe, Los LeonesItalianos y La Peña México del AthleticClub.

Además de conocer más a fondo cadauna de estas entidades, cómo funcionannormalmente, sus componentes noscuentan cómo están viviendo este añohistórico, y también cómo preparan la fi-nal de Copa de mañana en el Calderonante el Barcelona. Es la historia de unailusión colectiva que se dispara en estassemanas, pero que pase lo que pase al fi-nal de los 90 minutos del Calderón ya seha reavivado con una temporada que serecordará mucho tiempo.

PEÑA DEUSTO (Bilbo)

«Se apunta mucha gentea nuestros viajes»

Empezando por casa, una de las peñasmás conocidas en Bizkaia es la que reci-be su nombre de uno barrio de los másfamosos de Bilbo. Joseba García, que fuepresidente de la misma durante quinceaños, explica a GARA: «La Peña Deustosurgió en la temporada 1995, cuando nosjuntábamos en un bar del barrio unoscuantos socios del Athletic, que solíamosir en nivel particular a muchos desplaza-mientos con el Athletic. A partir de ahí,decidimos hacer algo más organizado ymás coordinado, y por eso nos anima-mos a crear de forma oficial una peñadel Athletic. De esa manera surgió la Pe-ña Deusto. Actualmente somos 65 inte-grantes, la mitad aproximadamente so-mos socios del Athletic».

En cuanto al funcionamiento de la pe-ña, della que «normalmente en los parti-dos de San Mamés solemos quedar antesde los partidos en la sede de la PeñaDeusto, en el Bar Niza, para tomar algo;después, los que somos socios vamos to-dos juntos para el campo. En los partidosde fuera de casa a los que no viajamos,también nos juntamos en la sede unas20 ó 30 personas».

La Peña Deusto se caracteriza por orga-nizar numerosos viajes a los desplaza-mientos del Athletic. Algunos grabadosen la memoria para siempre: «En 1998,cuando el Athletic jugó en Turín, frente ala Juventus en la Liga de Campeones, fue

la primera experiencia en autobús litera.A partir de ahí, hemos intentado organi-zar viajes económicos y la gente vienemuy contenta, ya que se hace mucha pi-ña y vamos juntos por las ciudades», se-ñala satisfecho.

Para la final de Copa, siguiendo la tra-dición, han organizado dos autobuses li-tera de 80 plazas cada uno. «Los dos es-tán completos desde hace muchísimotiempo, uno de ellos es con gente sin en-trada para ver el ambiente en Madrid yel segundo se ha ido llenando a medidaque se han sorteado las entradas», expli-ca Joseba García. «Es un plan económico,salimos a las 7.00 de la mañana de Deus-to y estaremos todo el día en la AthleticHiria. Ya después del partido, a las 5.30de la mañana, volveremos para Bilbo, ¡Yesperemos que con la Copa!».

A los viajes no solo se han apuntadogente de la Peña Deusto. «Eso sí, a sus in-tegrantes es sale mas barato, a 40 euros.Para los demás son 50», refiere. Todo es-tá previsto ya en la imaginación y en eldeseo. Si el Athletic resultara vencedor,para cuando salga la gabarra la PeñaDeusto ya tiene una iniciativa programa-da: «Desde el puente de Deusto desple-garemos una bandera gigante del Athle-tic, con la pancarta de la peña».

INTXORTAKOLEHOIAK (Elgeta)

«La única peña de fútbolde un pueblo en el quesomos mil habitantes»Gipuzkoa es un territorio marcado poruna fuerte rivalidad para el Athletic, pe-ro al igual que ocurre en puntos de Biz-kaia con la Real también ahí se puede en-contrar sentimiento rojiblanco. En Elgetalo refleja la Peña Intxortako Lehoiak,presidida por Felix Irizar: «Aquí hay mu-cha gente del Athletic, la verdad es quesomos la única peña de fútbol que hayen el pueblo. Se creó en 2007 y en octu-bre cumplimos el quinto aniversario. Ac-tualmente, somos 42 integrantes, en un

De Venezuela a Italia, de Lepe a Barcelona, el «planeta Athletic»está conformado por casi 400 peñas, muchas de ellas con décadasde historia. Son 393 caminos diferentes que confluirán mañana enel mismo punto –el Vicente Calderón de Madrid– y en el mismosueño –traerse la Copa a Bilbo–. Pero ocurra lo que ocurra, latemporada ya es histórica: esos sentimientos que no entienden dedistancias se han reavivado con fuerza en el periplo europeo.

A la izquierda, integrantes de LaPeña Deusto en Notre-Dame deParís, a la vuelta de Manchester. Ala derecha, Iker Muniain, JaviMartínez y Fernando Llorente en elfrontón de Elgeta firmandoautógrafos en el día de lainauguración de la Peña IntxortakoLehoiak, en 2009.

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2012 5 24 osteguna GARA [7]

pueblo de mil personas. Antes los baresen Elgeta solo nos ponían los partidos dela Real, y entonces siempre nos movía-mos a Elorrio o a Bergara a ver los delAthletic. Así fue hasta que en el bar Bola-toki de Elgeta conseguimos que nos pu-sieran los partidos del Athletic. A partirde ese momento, «empezó a apuntarsemás gente y decidimos crear la peña»,recuerda Irizar.

La inauguración oficial de la Peña In-txortako Lehoiak se hizo, como suele serhabitual, dos años después de la creaciónde la misma, y en el año 2009 acudierona Elgeta tres jugadores muy destacadosde la actual plantilla rojiblanca: Javi Mar-tinez, Fernando Llorente e Iker Muniain.«Fue impresionante, todo el pueblo esta-ba alborotado», apunta Felix.

Los integrantes de la peña, además dejuntarse para ver todos los partidos delAthletic, participan activamente en lasfiestas del pueblo. Así lo explica su presi-dente: «Este año haremos una sardinadagratuita para todo el pueblo por segundavez consecutiva. También hay que desta-car la fiesta que anualmente celebramospara los peñistas. Se trata de una parri-llada a la que suelen venir peñas de losalrededores y suele haber un ambienteprecioso en el pueblo».

En cuanto a lo realizado este año por elAthletic, están encantados: «Es una pasa-da, estamos muy contentos y orgullososde ser del Athletic. Esto nos da una forta-leza moral aquí en Gipuzkoa muy gran-de –bromea–. Antes veías por la calle achavales con la camiseta del Barcelona ode la Real, y ves que ahora cada vez haymás con las camisetas del Athletic. Paranosotros es muy bonito, una gozada»,concluye.

Estarán en Madrid, sin duda. «Nos jun-taremos con otras peñas de Gipuzkoa pa-ra ir en autobús. De Elgeta iremos ochointegrantes, todos con entrada». Y el díadel partido, en el pueblo se engalanará lasede de la peña y los alrededores con loscolores rojiblancos. «En caso de que ga-nemos la Copa, también iremos a Bilbosin duda para ver la gabarra. Luego, tene-mos que pensar algo, igual vamos en pe-dalo desde Elgeta hasta la ría, no seríamala idea», dice entre risas.

¿Cómo se lleva lo de ser del Athletic enGipuzkoa? Pues se lleva muy bien, y noporque disfrutemos viéndole a la Realpor debajo, que son paisanos. Simple-mente, cuando tu equipo va tan bien,hay que estar orgullosos de ello».

PEÑA ALCALAÍNA(MADRID)

«Ayudaremos a todo elque venga a Madrid»

También en la sede de la final, en Ma-drid, el Athletic cuenta con numerosaspeñas. En Alcalá de Henares se encuentrala peña Alcalaína, presidida por EduardoArroyo: «Somos 33 integrantes y nos reu-nimos cada domingo en nuestra sede,que está junto a la Peña Barcelonista deAlcalá de Henares. También viajamos aSan Mamés asiduamente y durante el

año organizamos comidas para no per-der el contacto con las diversas peñas delAthletic aquí en Madrid».

La Peña Alcalaína ha organizado esteaño la cuarenta edición del Congreso In-ternacional de Peñas del Athletic, cele-brada en Alcalá de Henares entre el 27 y29 de abril. Su presidente explica que«consistió en una reunión en la que sedebatieron diferentes puntos de actuali-dad del Athletic y se trató de fortalecerel contacto entre peñas. Primero recibi-mos a las autoridades del Athletic, entreellos el presidente, Josu Urrutia, y des-pués hubo bailes vascos en la plaza deAlcalá de Henares. Tampoco faltó la tra-dicional comida de hermanamiento»,apunta.

¿Y cómo viven en la Peña Alcalaína elbrillante presente del Athletic? «Este esun año muy grande, en la peña hay unaeuforia desatada. Fuera de Euskal Herriael Athletic se vive de una manera dife-rente, ya que hay que hacer mucho masesfuerzo para estar al tanto de todo lo re-lativo al equipo. Por todo ello, este año esespecial. Estamos muy ilusionados, hacemuchísimo que no se ve este Athletic ytenemos una ilusión tremenda por traer-nos la Copa», explica Arroyo.

Por lo que a la final respecta, debido ala cercanía, la Peña Alcalaína estará pre-

sente prácticamente en su totalidad enla Athletic Hiria de Madrid. «Iremos sinninguna duda, estamos a escasos 35 kiló-metros de Madrid capital. Además nosestán llamando de diferentes peñas deEuskal Herria para juntarse con nosotrosy nuestra idea es ayudar a todo el quevenga en cuestión de alojamiento, trans-porte, calles, etcétera», explica EduardoArroyo. En caso de gabarra, tiene claroque «es algo único y no nos perderíamosuna celebración de esta índole».

LA GABARRA DELEPE (HUELVA)«En nuestro décimoaniversario, la Copa» Pese a la distancia, otra de las zonas delEstado español que más vibra con el Ath-letic es Andalucia. Allí Goyo González,presidente de la Peña La Gabarra de Le-pe, nos explica como se creó: «Fue a pri-meros de 2002, y somos 94 integrantes.En Santurtzi tenemos una subsede, por-que en la peña hay unas veinte personasde Euskal Herria que veranean en Lepe.Los demás son del propio Lepe y alrede-dores». En cuanto al funcionamiento de

la misma. comenta que «solemos juntar-nos para ver los partidos en la sede, en elHotel Labarca de Lepe. Algunos de la pe-ña que somos socios del Athletic tam-bién solemos ir a menudo a San Ma-més». Como anécdota señala que «entiempo estival viene un montón de gen-te a la peña, normalmente para ver elprimer partido de liga en agosto. Ahí nosjuntamos unas 150 personas».

Este año La Gabarra de Lepe ha cum-plido el décimo aniversario: «Lo celebra-mos el día de San Valentín y nos reuni-mos 300 personas. Desde Euskal Herriavinieron algunas peñas a visitarnos» re-cuerda Goyo.

El presente año esta dejando huellatambién en Lepe: «Lo estamos viviendode miedo, hace muchísimo que no tene-mos una temporada de estas. Algunos enun principio criticaban a Bielsa, peroahora todo se ha olvidado, ¡y de qué ma-nera! Es algo increíble», describe el presi-dente de la peña andaluza.

«Para la final de Copa nos han tocadoonce entradas a los socios del Athletic dela peña. Además, las dos que nos cede elAthletic las hemos sorteado entre los 94integrantes de la peña. Pero para los quese queden en Lepe, nuestra sede estará areventar», explica González. ¿Y si hay ga-barra? «Si la sacamos, tenemos contrata-

Arriba, la Peña Alcalaína durante elcongreso de peñas del Athletic,cuya última edición ha acogido.Abajo, componentes de La Gabarrade Lepe en la Athletic Hiria deValencia.

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[8]

do un barco para seguirla, lo tenemospreparado en Zierbena», asegura.

LOS LEONESITALIANOS (Italia)«A Valencia fuimos seis,y ahora seremos 25»Emiliano Gabrielli, presidente de la peñaLos Leones Italianos, explica a GARA «alAthletic lo conoce todo el mundo al quele guste el fútbol, por su filosofía, por serun equipo distinto». Era el año 2000 ycuatro chavales unidos por su afinidadpor el Athletic se reunieron un 28 deagosto en la localidad de Taggia, en Ligu-ria, de apenas 13.000 habitantes. «No sa-bían cómo arrancar, y al final, aprove-chando que uno de ellos era informático,hicieron una página web», recuerda.

«Unos peñistas del Athletic la encon-traron y se pusieron en contacto para in-dicarles los pasos para crear una peñaoficial. Actualmente, tenemos más dediez años, somos 148 personas y está in-tegrada por gente de toda Italia», señalaEmiliano.

Gabrielli explica que siempre se reú-nen unos cuantos para ver el partido, pe-se a las dificultades objetivas, «ya que so-mos todos italianos, pero cada uno deuna parte del país. No tenemos una sede

fija pero nos solemos reunir en un puben Bérgamo, cerca de Milán, llamado “LaTana del Bradipo” que nos da la oportu-nidad de organizar las tardes para ver lospartidos del Athletic. Siempre estamosunos 20 ó 30 de la peña», relata.

«Por otro lado, hacemos dos actosanuales para estar todos los integrantesde la peña juntos. El primero, la citaanual en que venimos a Bilbo, a San Ma-més. El segundo es la reunión que sole-mos celebrar en sitios diferentes para te-ner la oportunidad de conocernos cara acara todos los integrantes de la peña. Ytambién organizamos una cena de navi-dad», añade.

Respecto a la trayectoria del equipo enel presente año, subraya que «está sien-do histórico, inolvidable, aquí todos que-remos que Bielsa se quede por muchotiempo. Si me hubieran dicho despuésde aquel partido de hace cinco años, anteel Levante, en el que certificamos la per-manencia en la última jornada, que íba-mos a estar luchando por un doblete, nome lo creería. Es algo increíble», comen-ta emocionado.

Una parte importante de la peña italia-na apoyará a los leones en Madrid. Ga-brielli detalla a GARA que «veinticincopersonas de la peña ya tienen el viaje or-ganizado. En el mismo Vicente Calderón,entre los que vayan sortearemos las dosentradas que nos pone a disposición elAthletic. Los seis que fuimos hace tres

años a Valencia ya les contamos al restode los integrantes de la peña lo especta-cular del ambiente que allí se vivió, y poreso este año somos veinticinco los quetenemos alquilado hotel y viaje», explicasu presidente.

Respecto a una posible cita con la ga-barra tras los 90 minutos de Madrid, enesta peña italiana prefieren no hablar so-bre ello, y más aún después de lo ocurri-do en el Estadio Nacional de Bucarest.Emiliano Gabrielli lo atribuye a que, enrealidad, «los italianos somos muy su-persticiosos, asi que hasta que no acabeel partido no queremos ni pensar toda-vía en la gabarra. Aunque ojalá suceda,claro».

PEÑA MÉXICO«En México cada vez seconoce más al Athletic»

La Peña México Athletic Club nació a fi-nales de 1998 del entusiasmo de un gru-po de hinchas del Athletic que formabanparte del coro del Centro Vasco de Méxi-co. Además se reunían en el txoko del lu-gar para ver los pocos partidos del Athle-tic que entonces emitían en México portelevisión. Así que al final decidieroncrear la Peña Athletic Club de México, ydesde entonces su presidente es Grego-rio Blasco, hijo del gran portero del mis-mo nombre que militó en el Athleticdesde 1927 hasta 1936, con el que ganócuatro ligas y cuatro copas.

La guerra provocó su salida del paíscon la selección de Euzkadi, creada por elGobierno Vasco y cuya gira terminó enMéxico, donde se quedó a vivir. La peñaestá compuesta por alrededor de 80 per-sonas: hay gente de Euskal Herria quetrabaja en México, mexicanos que tie-nen alguna relación o raíces con EuskalHerria e incluso varias personas mexica-nas a las que simplemente les han gusta-do la filosofía y la tradición del Athletic.

Gregorio Blasco explica a GARA que elpresente año lo viven a tope, «con mu-cha euforia. Bielsa ha vuelto hacer unequipo ganador», comenta orgulloso. Ypese a que subraya que la Euskal Etxeaestará abarrotada a las 22.00 del 25 demayo (para ellos primera hora de la tar-de), buena parte de la peña también esta-rá presente en Madrid: «Unas 20 perso-nas vamos a ir con entrada y sin entrada,y el club nos ha facilitado dos entradasque las sortearemos entre los que va-yan», coincide también. Además, explicalas intenciones de la peña en caso de ga-nar la Copa: «El día de La Gabarra estare-mos en Bilbo con pancartas de la peñapara hacernos notar».

¿Cómo se percibe a un club como elAthletic en México? «Aquí están sobretodo Barcelona y Real Madrid, claro, perodespués es el Athletic el que tiene másseguidores. En las televisiones nos he-mos pasado peleando toda la vida, expli-cándoles que no se llama Bilbao sinoAthletic Club, y ya lo estamos logrando.Antes la gente conocía menos al Athleticporque hemos andado de capa caída, pe-ro aquí ahora se le conoce cada vez más,y sobre todo después de este año».

Arriba, integrantes de la PeñaMexicana del Athletic Clubcelebran una de las cenas en lasque sortean productos del Athletic,en el salón de la Euskal Etxea deMéxico DF. Abajo, Los LeonesItalianos en los vestuarios de SanMamés, en marzo de 2010.

DÉCIMO ANIVERSARIO

En este año histórico, lapeña La Gabarra de Lepecumple su décimoaniversario. «Locelebramos el día de SanValentín y en la sede nosreunimos 300 personas;desde Euskal Herriavinieron numerosas peñasa visitarnos», recuerda supresidente Goio González.

CONGRESO DE PEÑAS

La Peña Alcalaína haorganizado este año lacuarenta edición delCongreso Internacional dePeñas del Athleticcelebrado entre el 27 y 29de abril. Al acto acudieron,además del presidenteJosu Urrutia, numerosaspeñas de Euskal Herria,del Estado Español ytambién de Europa.

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Los momentos de mi vi-da en los que he crecidotienen que ver con losfracasos; los momentosde mi vida en los que heempeorado, tienen quever con el éxito. El éxitoes deformante, relaja,

engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a ena-morarnos excesivamente de nosotros mis-mos; el fracaso es todo lo contrario, es for-mativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a lasconvicciones, nos vuelve coherentes».Quien reflexiona es Marcelo Bielsa.

No es sencillo encontrarse con este tipode declaraciones en el ambiente del fútbol,donde se condena y se crucifica al quepierde y se idolatra al que gana, aunqueesa idolatría dure lo que tarde en llegar lapróxima derrota. No es sencillo encontrarpensamientos semejantes a los del Loco enun ambiente en donde poco importan losprocesos, los que determinan qué estábien y qué está mal son los resultados y elfin justifica cualquier medio. No es senci-llo encontrarse con personas como Bielsa.En el fútbol, pero también en la vida.

Indudablemente Bielsa es un entrena-dor al que le ha ido muy bien en su carreraprofesional. Pero pese a su currículum, tie-ne claro que «un entrenador no es mejorpor sus resultados ni por su estilo, modeloo identidad. Lo que tiene valor es la hon-dura del proyecto, los argumentos que losostienen, el desarrollo de la idea. No hayque juzgar la idea, sino el sustento. Lo quenunca se puede hacer es sustituir las con-vicciones». El rosarino siempre ha estadoconvencido y ha creído en el intenso traba-jo y en la palabra como únicas herramien-tas para llevar al terreno de la práctica susteorías. Y su invalorable mérito a lo largode sus casi 25 años de trayectoria es el dehaber logrado convencer a sus dirigidos yque estos incorporasen su idea y la hicie-ran suya. Nada menos.

Tanta capacidad para plasmar en pala-bras sus pensamientos ha llevado al entre-nador a ser convocado para brindar confe-rencias y charlas para todo tipo de público.

Cierto día, las autoridades del colegio Sa-grado Corazón de Rosario, donde Bielsacursó varios años de su educación escolar,le pidieron si podía brindar una charla pa-ra los chicos de la institución. Estos teníanentre 13 y 17 años. Bielsa, que ya dirigía a laselección argentina, aceptó y puso comoúnica condición que no hubiera medios.Las reflexiones que Marcelo volcó en aque-lla exposición son dignas de transcribirlasen su totalidad, pero me limitaré a citar so-lo algunas: «Estoy absolutamente conven-cido que la fama y el dinero son valores in-trascendentes. Pasa que, claro, nos losdescriben con un peso tan significativoque parecería imposible resistirse a valo-rarlos. Creo que el espíritu amateur, elamor hacia la tarea, es lo único que vuelvesatisfactorio el tránsito por el trabajo;cuando observo de qué manera son des-criptos hacia el público las celebridades,los ídolos, lamento muchísimo que se je-rarquicen esos tipos de cosas, que se losdescriban millonarios, que se los descri-ban famosos, que se los describan extraí-dos de la realidad social, fuera del contactocon la gente común. Para explicar un po-quito mejor esto: sé que la alegría de untriunfo en un partido dura cinco minutos.

Termina el partido y hay una sensación deefervescencia, una sensación de la adrena-lina al tope que genera excitación y felici-dad. Pero son apenas cinco minutos y des-pués hay un vacío enorme y grandísimo. Yuna soledad indescriptible».

Y en un tono de confesión, y ante esealumnado que lo escuchaba sin quitarlelos ojos de encima, agregó: «Nunca me de-jé tentar por los elogios. Los elogios en elfútbol son de una hipocresía absoluta. Elfútbol está concebido así, tiene que habero una gran alegría o una gran tristeza. De-rrota o victoria, sangre o aplauso son valo-res muy caros al ser humano. Entonces, enel fracaso sufro mucho la injusticia del tra-to, no logré nunca dominar eso. Siempresufro mucho cuando perdemos y cuandosoy maltratado. Pero sí logré no creerme laduración del éxito. Como no se revisa porqué ganaste, da lo mismo: te adulan porhaber ganado, no porque mereciste ganar,

por el recurso por el que ganaste. Entoncestuve claro siempre que esa franela, porqueése es el término, es impostora. No permi-tan que el fracaso les deteriore la autoesti-ma. Cuando ganás, el mensaje de admira-ción es tan confuso, estimula tanto elamor hacia uno mismo y eso deforma tan-to... Y cuando pierdes, sucede todo lo con-trario, hay una tendencia morbosa a des-prestigiarte, a ofenderte, solo porqueperdiste. En cualquier tarea se puede ga-nar o perder, lo importante es la noblezade los recursos utilizados, eso sí es lo im-portante; lo importante es el tránsito, ladignidad con que recorrí el camino en labúsqueda del objetivo. Lo otro es cuentopara vendernos una realidad que no estal». Los chicos lo aplaudieron de pie, nopudiendo creer que el técnico de la selec-ción nacional les haya brindado, desintere-sadamente, semejante lección de vida.

El ejemplo de 2002

Si hay un hecho en la trayectoria profesio-nal de Marcelo Bielsa que le haya significa-do una profunda frustración, ese ha sido laeliminación en primera ronda en el Mun-dial del año 2002. Pese al fracaso deporti-vo, la Asociación del Fútbol Argentino de-cidió ratificarlo como entrenador de laselección albiceleste. Y él valoró el gesto:«Parece que como perdimos no tenemosderecho a nada. Yo tuve la suerte de queme renovaran el contrato, lo agradezco, locelebro y lo valoro. Es el mayor éxito de micarrera deportiva. Es un reconocimientoen el fracaso» El proceso y el proyecto ha-bían sido justamente apreciados más alláde los resultados finales.

Donde no hubo ninguna desazón depor-tiva fue en Chile. Allí el argentino es ídoloy todo el pueblo futbolero extraña su pre-sencia. Hace un año y medio, ante un audi-torio lleno de empresarios, formadores deopinión y ante la mismísima presidentade la Nación, Bielsa confesó que la relaciónentre el éxito y el fracaso ha sido funda-mental en su vida, pero que «el éxito y lafelicidad no funcionan como sinónimos».En un deporte donde se juzga la capacidadde los intérpretes por los resultados queéstos obtengan, resulta difícil trascenderen el tiempo a pesar de esos valores efíme-ros que gobiernan. Bielsa lo tiene claro:«No ganar y ganar no es lo mismo. Peroningún éxito inmuniza».

La final de la Copa del Rey no será un de-safío más en la carrera del entrenador. No-sotros no seremos tan necios para quedar-nos solo con el resultado e ignorar elproyecto y el proceso que se vienen ges-tando en el Athletic desde julio de 2011.Ganarla no hará mejor profesional a Mar-celo Bielsa, perderla no lo convertirá en uninepto. Él lo sabe, pero todos deberíamosentenderlo.

«Lo importante es eltránsito, no ganar»

[ LA FILOSOFÍA BIELSA ]

Federico Lareo es autor del blog «frasesbielsistas» y también del libro ‘‘Las razones del Loco. Claves para entender a Marcelo Bielsa’’.

Este artículo es un buen resumen del pensamiento de un entrenador que ha marcado impronta también en el Athletic, con una

filosofía que va mucho más allá del fútbol y alcanza a la propia vida, a toda la vida.

Federico LAREO

«La fama y el dinero son

valores intrascendentes. Creo

que el espíritu amateur, el

amor hacia la tarea, es lo

único que vuelve satisfactorio

el tránsito por el trabajo»,

explicó Bielsa a los chicos de

un colegio de Rosario.

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[10]

Ramón SOLA

En los banquillos del Calderón se sentarándos revolucionarios del fútbol que tambiénson dos almas gemelas. Pep y Marcelo,Marcelo y Pep, no solo se admiran mutua-mente; también se retroalimentan hasta elpunto de que ya resulta imposible saberquién es maestro y quién es discípulo.

Por cuestiones de edad, lógicamente pri-mero fue Guardiola quien buscó a Bielsa.Aquella charla fue revelada por David True-ba, director de cine, una de las pocas pasio-nes que el catalán y el argentino se permi-ten al margen de su claustrofóbica pasiónpor el fútbol. Ocurrió allá por 2007, cuandoGuardiola iba a estrenarse como entrena-dor del Barça B y Bielsa le abrió las puertasde su casa de campo en las afueras de Rosa-rio. Al final fueron once horas de apasiona-da discusión futbolística, que incluyeronconsultas al ordenador, puestas en escenade posiciones... y un asado argentino.

Pep ha confirmado que aprendió muchoaquel día, pero tras tejer en cuatro años elmejor equipo de la historia ahora es Marce-lo quien se ha convertido en su mejor ad-mirador. Cuando llegó al Athletic confesóque no había telefoneado a Guardiola: «Notodo el mundo debería atreverse a llamarle.Yo estoy entre los que se sienten cohibidospor la gran dimensión de su obra», se justi-ficó el rosarino.

Sea como sea, resulta evidente que suforma de ver el fútbol, su profesión e inclu-so la vida misma resultan muy similares. Yal fin y al cabo, ¿qué importa quién conta-gió a quién si el fútbol puede disfrutarlos alos dos?

IniciativaEntrenadores como el vasco Miguel ÁngelLotina han reconocido que Guardiola yBielsa son dos rara avis en el planeta futbo-lístico. Nadie más afronta el juego sin darprioridad absoluta al orden, explica el deMeñaka. Para estos dos iconoclastas, laasunción del riesgo es el principio de todo;y su traducción práctica, que el ataque conbalón se inicie siempre desde la defensa yque la delantera sea la primera línea de pre-sión defensiva. Bielsa fue el primero que ledijo a Guardiola que recibir goles en tupuerta es culpa de la delantera –por noapretar en la presión– y no marcarlos esresponsabilidad de la defensa –por no sa-ber arrancar el juego–.

Con eso se han convertido en dos revolu-cionarios que están creando escuela: la pre-sión en ataque está siendo asumida ya pormuchos equipos y no son pocos los casosde centrocampistas que se están reciclandoa centrales para aprovechar así su mejor sa-lida de balón. Aunque también es ciertoque siempre habrá Mourinhos y Trapatto-nis, y que hasta ganan a veces.

ExigenciaEl primer equipo al que entrenó Bielsa fueun combinado de la Universidad de BuenosAires. Cuentan que al final los rectores de-portivos del centro tuvieron que sustituirleporque el de Rosario exigía como profesio-nales a meros amateurs. Su presión sobre eljugador se ha convertido en leyenda, y deahí deriva sobre todo ese apodo de «Loco»que repudiaba al principio pero que parecehaber terminado por metabolizar.

Sus modos de gentleman o el cariño con

que ha sabido llevar a Leo Messi al estrella-to mundial pueden inducir a error, peroGuardiola no se le queda a la zaga en exi-gencia. En los últimos meses de temporadalo ha revelado. Primero fue un micrófonoindiscreto quien captó el modo en queabroncaba a Alexis cuando se retiraba coje-ando tras una rotura muscular en el CampNou: «¡¿La concha de mi madre? La conchade tu madre para mí, Alex! –bramó furio-so–. ¡90 minutos! ¡Usa la cabeza!». Guardio-la le reprochaba que hubiera jugado unpartido completo con Chile, totalmente in-trascendente, unos días antes. El de Santpe-dor volvió a levantar la voz unas semanasmás tarde, esta vez en sala de prensa, cuan-do intuyó síntomas de laxitud en la planti-

lla: «Lo que tienen que hacer los jugado-res de aquí al final de temporada es reír

menos y correr más».

ObsesiónHablar de minuciosidad se quedacorto en el catalán y en el argenti-no. Lo suyo alcanza el grado deobsesión. «Necesito esa sangre»,dicen que le respondió Guardio-la a Bielsa en aquella maratonia-

na charla de Rosario, cuando elanfitrión le preguntó por qué un

exjugador como él quería lanzarsea las arenas movedizas de los ban-

quillos.La leyenda de Bielsa es profusa al res-

pecto. Se ha escrito sobre todo tipo demanías, pero quizás el episodio quemás le retrate sea el de Japón 2002. Suselección, Argentina, que llegaba al

Mundial como favorita, quedó elimina-da en la primera fase al caer ante Suecia

(1-0). Con el país traumatizado por la sor-presa y sus jugadores hundidos en la deso-lación, Bielsa llegó al hotel y desapareciódurante dos horas. Entonces retornó y me-tió a los 22 futbolistas en una habitaciónpara explicarles que había visto el vídeodel partido y ya sabía en qué habían falla-do. Lo que en ese momento a nadie le im-portaba ya un comino, para Marcelo Bielsalo era absolutamente todo.

ResponsabilidadEn su etapa como seleccionador argentino,Bielsa vivió en el predio de Ezeiza, dondeestán los terrenos de entrenamiento de lafederación, para poder dedicar todo eltiempo del día y la noche a su trabajo.Cuando se compromete, lo hace a fondo, yla mejor prueba actual es que apostó porun mero candidato como Josu Urrutia y

un proyecto lejano como elAthletic

¿Quién contagió a quién?[ Marcelo BIELSA-Pep GUARDIOLA ]

MARCELO BIELSA

1955Nace en Rosario (Argentina), hijode un conocido abogado y una pro-fesora. Un hermano suyo fue mi-nistro de Exteriores entre 2003 y2005, y una hermana, vicegober-nadora de la provincia de Santa Fe.

1976Debuta en Primera División conNewell’s, pero su carrera comofutbolista (defensa central) es efí-mera. Se retira en 1980.

1989Se profesionaliza como en-trenador y gana la liga ar-gentina con Newell’s a los34 años. Luego entrena alAtlas y América mexicanos,Vélez Sarfield –de nuevoen Argentina– y Espanyolde Barcelona.

1998Asume su mayor reto hastaahora: la dirección de la se-lección argentina absoluta.Completa una gran fase declasificación y llega como fa-vorita al Mundial de 2002,pero no pasa de la primera fa-se. Sigue hasta 2004, ganan-do el oro olímpico en Atenas yllegando a la final de la CopaAmérica el mismo verano.

2007Vuelve al banquillo como entrenadorde la selección de Chile, con la quedespunta en la fase de clasificaciónprimero y después en el Mundial deSudáfrica, en 2010. Tras un cambioen la Federación Chilena, opta pordejar este banquillo.

2011Pese a contar con otras ofertassuperiores –se habla del Inter, porejemplo–, Bielsa se comprometecon el candidato a la presidenciadel Athletic Josu Urrutia.

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cuando tenía ofertas más seguras y másrentables económicamente. Su esfuerzo nose negocia. Y su fidelidad, tampoco.

Ese extremado sentido de la responsa-bilidad es también el que ha llevado aGuardiola a dejar el cargo, según confir-ma su entorno cercano. Pep se va por-que, como ha dicho, siente que no tieneel tanque lleno de energía. Pero tambiénporque intuye que su obra ha sido tanperfecta que tendrá que venir otro, conideas y fuerzas renovadas, para pulirlamás o empezar a reinventarla.

Pasión Solo amando el fútbol por encima de todaslas cosas Bielsa pudo devorar los vídeos detodos los partidos de las últimas dos tem-poradas del Athletic antes de aterrizaren Bilbo. Guardiola explicó algo detodo ello en su emotiva interven-ción en el Parlament de Catalunya,cuando recibió la Medalla de Oroen setiembre pasado. Contó queel mejor momento de su traba-jo ocurría en los sótanos delCamp Nou, en una habitaciónsin luz, un día antes del partido,cuando se encerraba a ver DVDs del equipocontrario: «Hay un momento acojonante,fantástico, que es el que da sentido a estaprofesión. Soy entrenador por ese instante.A veces dura un minuto y 30 segundos, aveces uno y 20, a veces tengo que ver dospartidos enteros del rival... Es cuando vescómo tienes que jugar y dices ‘ya está,mañana ganamos’. Médicos, panade-ros, profesores de escuela, ‘paletas’ co-mo era mi padre... yo reivindico elamor a mi oficio. Yo amo mi trabajopor ese momento». Seguro queBielsa lo comparte.

HumildadLa consecuencia directa de querer eljuego es respetarlo, y en consecuenciarespetar también al rival. De hecho,aunque tanto uno como otro hayanganado más que perdido en sus carre-ras, ambos destacan que han aprendi-do más de las derrotas que de las victo-rias. Volviendo al Parlament, Guardiolasubrayaba que «perder es lo que te ha-ce aprender a levantarte y saber cuántote cuesta ganar». Quizás por eso se des-hizo en lágrimas cuando el Barcelonaganó el sexto y último título en juegoen su primera temporada.

Bielsa también sabe que ganar em-pieza por perder, y no le duelen pren-das cuando tiene que hacer autocríticade ello. Este año, tras perder 2-1 ante elAtlético de Madrid, hacía una confe-

sión muy inusual en es-

te mundillo: «Me siento especialmente res-ponsable de la derrota por las decisionesque fui tomando, que no modificaron ni re-solvieron lo que pretendía corregir y debili-taron lo que el equipo tenía de sólido».

LiderazgoSu implicación a tope es el mejor caminopara ganar liderazgo en el vestuario.Guardiola llegó al Barcelona sin ningúnbagaje como entrenador, pero no dudó en

tomar decisionesdrásticas como

prescindir pri-mero de Ro-

naldinho yDeco, lue-

go de

Eto’o y más tarde de Ibrahimovic. Y tam-poco para jugársela con desconocidos co-mo Busquets y Pedro, o ahora Cuenca yTello. Siempre ha quitado importancia alas bajas, incluso en momentos en que elBarça estaba en cuadro. Y eludió porejemplo sustituir a Villa cuando cayó gra-vemente lesionado en diciembre, lo queha podido ser decisivo en la recta final dela campaña. En cualquier caso, esa mues-tra de confianza brutal en sus jugadoresse la han devuelto estos con creces en elcampo.

Solo con ese liderazgo se explica tambiénque Bielsa haya conseguido convencer a susjugadores de que podían jugar casi como elBarça en terrenos como Old Trafford. La cla-ve de la temporada no ha sido la constata-ción de que Llorente, Muniain o Javi Martí-nez son muy buenos, sino haber logrado laexplosión de futbolistas que pasaban desa-percibidos antes, como De Marcos, Iturras-pe, Ibai o Aurtenetxe. Y para eso no solobasta motivar, hay que convencer, hay queinocular la idea en el ADN del jugador.

ComunicaciónGuardiola y Bielsa comparten también suestrategia de comunicación exterior, claveen un deporte con un impacto tan masivo.El argentino sentó el criterio de no conce-der entrevistas personalizadas y lo razonóasí: «¿Por qué le voy a dar una entrevista aun tipo poderoso y se la voy a negar a unpequeño reportero de provincias? Eso esbuscar ventaja». Quizás esa sea parte de laexplicación, aunque resulta también pro-bable que simplemente Marcelo Bielsa notenga el tiempo que requiere todo ese circomediático ni necesite los clientelismos quecrea muchas veces.

Guardiola tampoco concede entrevistas.Pero tanto uno como otro ofrecen las rue-das de prensa que hagan falta (el catalán hallegado a protagonizar cinco por semana) yno se levantan hasta la última pregunta.Así que no es raro que tanto las de Barcelo-na como las de Bilbo se prolonguen duran-te tres cuartos de hora.

ReferencialidadAunque su obsesión por el fútbol puedaparecer opresiva, Guardiola y Bielsa sontambién referentes sociales, e incluso polí-ticos dentro de los estrechos límites quemarca su profesión. Así, el rosarino se haposicionado en favor de la expropiación deYPF en una situación que no era muy có-moda dada la publicidad que luce la cami-seta del Athletic. Y en Chile se evoca muchosu apoyo anónimo a desfavorecidos.

Sin levantar demasiado ruido, Guardiolase ha convertido en una gran referenciasimbólica del catalanismo. En el Parlamentcerró su discurso así: «Si nos levantamostemprano y nos ponemos a trabajar, sinexcusas ni reproches, este país será impa-rable». En una rueda de prensa en Kiev, ex-plicó que hablaba en catalán porque «Cata-lunya es un país con lengua propia». Ya ensu etapa final de jugador en Qatar provocócierto escándalo en Madrid cuando dejósentado que «mi país es Catalunya». Y an-tes, con solo 21 años, durante las celebracio-nes de la Copa de Europa de 1992 parafra-seó el famoso mensaje de Josep Tarradellasa su regreso al país tras el exilio franquista:‘‘Ciutadans de la Catalunya, sí, aquí tenimla!’’, le dijo a la afición.

PEP GUARDIOLA

1971Nace en un pequeño pueblo,Santpedor, en la provincia deBarcelona (Catalunya). Su padrees albañil, «paleta» según legusta destacar al propio Pep.

1984Con trece años llega a La Masía,la escuela del Barça, y desde ahírecorre todas las categorías delequipo, además de hacer otrasfunciones como recogepelotasen el Camp Nou.

1990Debuta con el primer equipo con19 años, y desde su puesto demedio centro se convierte enpieza clave del llamado dreamteam de Cruyff.

2001Por decisión propia deja el Barce-lona, donde era aún pieza clave(se ha dicho que lo hizo para notaponar la proyección de Xavi).Juega primero en el Brescia ita-liano –donde es suspendidopor un supuesto caso de do-paje del que luego fue ab-suelto– y luego en el Al-Ahlide Qatar y en el Dorados deSinaloa mexicano. Deja elfútbol en 2006. A nivel deselecciones, disputa 47partidos con la selecciónespañola y nueve con la ca-

talana, siendo capitán deambas.

2008Tras solo un año como entre-

nador, en el filial del Barcelona–al que asciende de Tercera aSegunda B–, Pep Guardiola esnombrado por sorpresa comotécnico del primer equipo, susti-tuyendo a Frank Rijkaard. En suprimera temporada lo gana ab-solutamente todo: Liga, Copa–ante el Athletic–, Champions,Supercopa estatal, Supercopaeuropea e Intercontinental. Loséxitos se suceden en las doscampañas sucesivas, destacan-do las ligas de 2010 y 2011 y laChampions de 2011. Para la his-toria quedan algunas victoriasmemorables sobre el Real Ma-drid, con el 2-6 en el Bernabéuen su primera temporada o el 5-0 del Camp Nou en diciembre de2010.

Page 12: Athletic Kopa finala 2012

ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[12]

Mikel PASTOR

Uste dut gogoa izango duzula elkarriz-keten bolada hau bukatzeko...Norberaren egoari begiratuta, nahiagoduzu agian zeuri egiten jarraitzea, kar,kar... baina, bestalde, Athleticek sortzenduen ilusioa ikusita, protagonismoa bes-te jokalari batek hartzea nahi dut, noski.

Zuen finalaren aurreko egunak, nolabizi izan zenituzten zuk eta taldekide-ek? Gaur egungo ilusio eta euforia horiikusten al zen?Garai haietan futbola oso modu ezberdi-nean bizitzen zen, ez zuen gaur egungooihartzun mediatikoa. Partiduaren oste-ko eguneko egunkariei begiratu besterikez dago: gehienez koadernotxo bat atera-ko zuten. Gaur egungo despliege mediati-koarekin zerikusirik ez.

Gainera, kontuan hartu behar da au-rreko astean Liga irabazi genuela, SanMamesen Realari irabazi ostean; eta ho-rrenbestez, lasaiago heldu ginela finalhartara. Dena den, talde barruko “burbui-la” horretan zaudela, zaila da kanpoko gi-roaz benetan ohartzea. Azkeneko finalhauetan, kanpotik ikusita, ohartu naizAthleticek zer garrantzi duen gizartearen-tzat.

Nolakoa izan zen Madrilerako bidaia,hoteleko giroa, finalaren aurreko or-duak, posible ikusten zenuten Bartze-lona handiari irabaztea?Esan bezala, Liga, helburu nagusia, lortu-ta genuen; eta hortaz, Kopa oparia izanzen, sari bat. Hala ere, oso txapelketa go-gorra izan genuen, atzean utzi behar izangenituen Reala, Sporting, garaiko bi taldesendo eta gogor, eta finalaurrekoetan Re-al Madril. Hortaz, Kopa gogorra izan zen,eta motibazio puntu bat gehitu zion ho-rrek. Jakin bagenekien presio handiagoaBarçak zuela, izarrez jositako taldeak urtehorretan ez zuelako ezer irabazi.

Nolakoa izan zen Javier Clementek par-tiduaren aurretik egindako hitzaldia?Beti bezala, emozioak eta taktikak nahas-tu zituen. Egia esan, ez dut ondo gogora-tzen hitzaldi osoa. Niri esandakoa bai, or-dea. Nire lana, defentsan, Schusteroztopatzea zen, alemaniarra zelako ba-loiaren bila jaitsi eta pilota atzetik atera-tzen zuen jokalaria.

Partiduan bertan, gola oso azkar sartuzenuten, imajinatzen zenuen horren-besteko garrantzia izango zuela?Momentuan ez, partidaren dinamikansartuta zaudelako; eta gola ospatu bai,

baina partidu guztia aurretik daukazulabadakizu. Baina azkeneko 5-10 minutuakhelduta, tentsio hori gero eta gehiago na-baritzen duzu, buruan duzulako zure golaerabakigarria izan daitekeela.

Zenbat aldiz ikusi duzu partidarenerrepikapena?Gutxitan, eta ikusten dudan bakoitzeanigartzen dut zenbat urte pasatu diren,kar, kar, kar... Grafia ere izugarri aldatuda. Garaikoan, «ch»-rekin idazten zituz-ten abizen guztiak. Egia esan, nostalgiapixka bat ematen dit ikusteak, baina bi-tan-edo ikusi izan dut partidu osoa.

Partida amaitzean sekulako istiluaksortu ziren zelaian, borroka kolektibo-ak... non harrapatu zintuen zu?Zelaian harrapatu ninduen, baina eznuen ezer ikusi. Sola aldagelara eramatenari zirela ikusi nuen, eta haren atzetik jo-an nintzen, baina ez nuen gehiago ikusi.Eta ez diet taldekideei inoiz galdetu zer-gatik sortu ziren istilu horiek.

Eta Kopa eta Liga irabazi eta gero, gaba-rra. Zer sentitzen du jokalari batek itsa-sontzi horren gainean igota?Ia ezinezkoa da gabarrak sortzen dizkizunsentimenduak hitzekin adieraztea. Hun-kigarria da, herri oso bat ikusten duzula-ko ibaiaren alde bietan taldearekin ospa-tzen. Pena da gaur egun ibilbidea berdinaez izatea, Ezkerraldean izan diren aldake-tekin. Gogoan dut garai haietan lantegiasko zeudela ibai ertzean, eta langileakgarabietara igotzen zirela, Athleticekobanderola eta ikurrinekin.

ENDIKAGUARROTXENAEL PROTAGONISTA DELA ÚLTIMA VICTORIA

Endika fue la gran sorpresa en laalineación para aquella final de 1984.Su gol al Barcelona pasaría a lahistoria. Había debutado con elprimer equipo en 1980, ante elBinéfar (1-7). Tras pasar un año en elCeuta (82-83), Clemente lo recuperó yle dio confianza. Concluida su carreraen el Athletic, pasó por Valladolid,Mallorca, Hércules y Benidorm,donde se retiró en 1991.

«Langileak garabietaraigotzen ziren, Athleticenbandera eta ikurrinekin»

84KO FINALA

«Garai haietan futbola

oso modu ezberdinean

bizi zuen gizarteak, eta

ez zuen gaur egungo

oihartzun mediatikorik»

GOLA

«Momentuan ez duzu

baloratzen, partiduaren

dinamikan zaudelako.

Baina azkenengo 5-10

minutuetan tentsioa

nabaritzen duzu»

BIELSA

«Bielsaren papera

funtsezkoa izan da

taldearen eboluzioan.

Filosofia aldaketa ekarri

du, eta zenbait jokalari

goitik behera aldatu

ditu»

GUARDIOLA

«Ez dut uste taldeari

motibazio bideorik

jartzeko beharra izango

duenik oraingoan. Bere

agurrarekin nahikoa eta

sobera izango du»

Page 13: Athletic Kopa finala 2012

2012 5 24 osteguna GARA [13]

Orainaldira itzuliz, Vicente Calderonenegongo zara?Ez dakit joango naizen, beste sarreraren batbilatu beharko dut; baina joateko gogoa ba-daukat, bai.

Nola ikusten dituzu Athleticen aukerakfinalean?Aukerak baditu, orain dela hiru urte bainogehiago. Ez dut esango aukerak %50eandaudela, baina finala jokatu behar da, etaAthleticek bere aukera izango du. Uste dutaurtengo taldea oso ausarta dela eta Bartze-lona estutasunean jartzeko gai izango dela.

Taktikoki nola planteatu beharko lukeAthleticek partidua? Aurkariaren bila jo-an ala atzean gorde?Urte osoan jokatu duen era berean; hau da,bila joan, presioa oso goian egin, eta baloiaateratzeko orduan, Bartzelonari arazoak sor-tzea. Athletic atzean sartzen bada, ziur gal-duko du. Ikusita taldeak nola jokatzen duen,ze indarrarekin doan espaziora, zelako abia-dura duen... nik uste dut horrela jokatu be-har duela, eta horrela irabaziko diola.

Eta psikologikoki?Urte osoko lana da psikologikoa. Baina egunjokalariek sinesten dute sisteman eta entre-natzailearen aginduetan, eta irabazteko gaidirela badakite. Haien adierazpenetan ikus-ten da, eta futbol zelai barruan duten jarre-ran ere bai.

Eta aurrean, Lionel Messi. 50 gol Ligan,70 baino gehiago denboraldian. Nola gel-ditu argentinarra? Markaketa berezia, in-dibiduala?

Ez daukat oso argi. Ez dakit markaketa indi-biduala egingo dioten, edo laguntzen bitar-tez zainduko duten... argi dago Messiren gai-nean oso adi ibili beharko direla jokalariguztiak, baina egia da baita Barçako bestejokalariak ere ezin direla libre utzi.

Guardiolaren agurrak eragina izan deza-ke Bartzelonaren jokalarien gogoan?Taldea handia da Barça, eta berez motibatu-ta egongo dira. Baina bai, ez dut uste Guar-diolak final honetan motibazio bideorik ja-rriko dionik taldeari: bere agurrarekinnahikoa eta sobera izango da.

Finalean zer gertatzen den alde baterautzita, denboraldiaren balorazioa ezinhobea da, ez?Bai, noski. Ez ditugu emaitzak soilik balora-tu behar, prozesua ere bai. Eta taldearenprozesua oso ona izan da, bikaina. Hori dasaritu behar dena. Gainera, taldeak Europanoso irudi eman du, kontinenteko talde one-nen kontra... Manchester, Schalke, Sporting,PSG. Bereziki garrantzitsua izan zen Man-chesterreko kanporaketa, mundu osoanikusi zelako eta Athleticen izena izugarrihanditu zuelako.

Eta taldearen izugarrizko gorakada ho-rretan, zein da Bielsaren garrantzia?

Funtsezkoa. Bere ideiekin bat datozen zen-bait jokalari topatu ditu Bielsak, eta horre-gatik lortu du orain arte lortutako guztia.Eta garrantzitsuena da Bielsak ekarri duenfilosofia aldaketa: taldea erasokorra daorain, partidu guztiak irabazi nahi ditu,etxean zein kanpoan jokatu... izugarria izanda. Eta ez hori bakarrik, argentinarrarenagindupean, jokalari batzuen eboluzioa ezsinestekoa izan da: De Marcos, Susaeta, Itu-rraspe... ez dira lehengo berak.

Oso talde gaztea da; gainera, proiekziohandia du. Non dago talde honen goia?Ez dakigu. Lehendabizi Bielsak jarraitzenduen ikusi beharko dugu, eta taldearenmuina mantentzen den. Bestalde, ikusi be-harko dugu, Bielsak jarraitzen badu, jokalarigehiago sartzen diren. Aurtengo denboral-dia soilik 14-15 jokalariekin egin du, bainahori beste urtebete, edo gehiago, manten-tzea, ia ezinezkoa da. Hortaz, taldea handitubeharko du.

Taldearen hazkuntza hori gauzatu ahalizateko, ezinbestekoa izango da «izar»guztiak mantentzea, jakin badakigulakoEuropako talde handienak haien bila eto-rriko direla uda honetan. Nola ikustendituzu kontratu berritzeak?Ez dakit denak lotu ahal izango dituen Ath-leticek. Hala ere, jokalari garrantzitsu batsaltzen baldin badute, eta diru horrekin bes-te funtsezko pieza guztiak lotzea lortzen ba-dute, egoera ez litzateke txarra izango. Bai-na optimista izateko parada badago.Normalean talde handi batekin sinatzerabultzatzen zaituen motibazio nagusia kirolaukerak dira, eta hori aurten Athleticen be-tetzen ari da.

Aipatutako gaztetasuna Kopako finalera-ko handicap-a izan daiteke?Ikusiko dugu. Haiek esperientzia handiadaukate, baina ilusioa eta gaztetasuna au-sardia dira. Ikusiko dugu nola erantzutenduten gure lehoiek.

Zuen garaiko finalean, 80ko hamarkadan, krisi ekonomikoizugarria zegoen, gaur egun bezala. Gatazka armatua ere unerikgordinenean zegoen. Taldearen barnetik, nola bizi zenituztenkanpoan, gizartean gertatzen ari ziren aldaketa horiek?Nahiko gertutik, kontuan hartu behar delako Athleticeko jokalari guztiakEuskal Herrikoak garela, eta une hartan, gainera, bizkaitar asko geunden.Euskalduna ontziola itxi zutenean, langileekin zenbait kontaktu izangenituen, eta behin, San Mameseko partidu bat jokatu aurretik, zelairaatera ziren eta buelta bat eman zuten, euren errebindikazioak aditzeraemanez.

Garai horretan Santi Brouard hil zutela ere gogoan dut, eta historianlehendabiziz, San Mamesek minutu bateko isilunea egin zuen bereomenean. Beraz, gizartetik nahiko gertu bizi ginen garai hartan.

Euskal Herriko zenbait jokalarik preso politikoen aldekodokumentuak sinatu dituzte. Iribar eta zu zeu Herri BatasunakoMahai Nazionalean egon zineten. Ze iruditzen zaizu jokalariakkausa politiko edo sozialetan «bustitzea»?Hor arazo bat dago, jokalari batek baldin badaki bere kirol bizitza osoatalde berean egingo duela, errazago egiten zaio gauza horiek adieraztea.Kontrara, Oleguer edo Eñaut Zubikarairen kasuetan, esaterako, arazoakizan dituzte. Jokalari bati kausa politikoetan parte hartzeagatik berekirol bizia arriskuan jartzeko eskatu behar zaio? Ez dakit, nire zalantzakditut. Nik uste dut, noski, libre izan beharko litzatekeela, baina oraindikbizi garen momentu politiko honetan arriskutsua izan daiteke.

Athleticek, futbolak, narkotizatzaile papera jokatu dezake gizartean?Futbolak beti izan du estigma hori, baina Athleticen kasuan egoerapixka bat ezberdina da, gure filosofia dela eta, lurraldetasuna zehaztendugulako. Jokalari guztiak Euskal Herrikoak dira, zazpiherrialdeetakoak. Ez dugu ahaztu behar ezta Kortabarria eta Iribarrenpapera ere, ikurrina lehendabiziko aldiz Atotxako futbol zelai zaharreanatera zutenean.. M.P

«Euskal Herria Athleticilotuta doakio berez»

Marisol RAMIREZ | ARGAZKI PRESS

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[14]

Txorakeria, neurriga-b e ke r i a . . . Z a i l a d aAthleticen inguruangertatzen dena azal-t z e a . U r t e m o rd o adaramatza talde zuri-gorriak titulurik ira-bazi gabe, baina ja-

rraitzaileei dagokienez une goxoak bizidituela nabarmena da. Gero eta jendegehiago joaten da San Mamesera etapartida garrantzitsuetan sarrerak lor-tzeko komeriak izaten dira. Eta ez baka-rrik etxeko partidetan; izan ere, finale-tarako sarrerak lortzeko zozketak eginbehar izan dira eta Manchesterrera joa-teko milaka lagunek gaua kalean igarozuten sarrera erosteko zain, nahiz etaazkenean, soberan izan ziren.

Ez dago datu zehatzik, baina 2009anValentzian jokatutako Kopako finalera35.000 zale baino gehiago joan zirela

uste da, eta azken urteetan izan den jen-de mugimendurik handienetako batizan zen. Kontuan izan behar da 15.000bazkideri bakarrik egokitu zitzaizkielasarrerak. Madrilen jokatuko den finalakzifra horiek gainditu ditzake.

Athleticeko bazkide gisa urte mordoadaramatza Borja Irizar abokatuak etazelai ugaritan ibilitakoa da taldea ani-matzen. Aurpegi ezaguna da zale zuri-gorrien artean, hainbat aldiz hartu bai-tu hitza Athleticen batzar orokorretan.Irizarrek harriduraz ikusten du gerta-tzen ari dena eta taldearen emaitzaonak albo batera utzita, gaur egun tele-bistak eta publizitateak jendearenganduten eragina aipatzen du arrazoi nagu-si gisa. Horrez gain, Bukaresteko zeinValentziako finaletan oso jende gazteaikusi duela nabarmentzen du.

Piratak taldeko Andoni Cristobal Ola-barrietak hitzokin azaltzen du: «Gure

pasioa da hau, zoramena, droga bezala-koa da. Nik ez dut Jaungoikoan sinesten,nire erlijioa Athletic da».

Karga polizialak eta jipoiak1985ean jokatu zuen Athleticek azke-nengo aldiz Kopako final bat Madrilen.Atletico Madrilen aurka izan zen, Berna-beun, eta bilbotarrek galdu egin zuten,«epailearen erruz», salatu zutenez. Au-rreko urtean Maradonaren Bartzelonarigailendu zitzaizkion zuri-gorriak eta Iri-zar bi partidetan izan zen. Gaur egungoegoerarekin alderatuta, ez zuela sarrera-rik lortzeko arazorik izan gogoratzendu. «Joan nahi zuenak, erraz lortzenzuen bidaia-agentzietan eskatuta. Ezzen zozketarik egiten bazkideen arteanorain bezala», dio.

Gogoratzen duenez, Bernabeuren er-dia baino gehiago zuri-gorriz beterik ze-goen, Bartzelonaren aurka. Dioena kon-tuan hartuta, 50.000 lagunetik goraizan daiteke, garai haietan zutik izatenbaitzen jendea harmailetan.

Irizarrek beste ezberdintasun bat ereaipatu du. Lehen jendea bere kabuz joa-ten zen eta bakoitzak sortzen zuen jai gi-roa. Orain, berriz, Athletic Hiria eta zale-entzako guneak izaten dira festa egiteko.

Andonik 17 urte zituen Atletico Ma-drilen kontra jokatutako finalean. Bilbo-tik autobusez joan zela gogoratzen dueta tela zurigorri bat eta aizkora batekinatera zirela. Bide erdian zuhaitz batmoztu, eta horrela egin zuten zelairasartzeko ikurrina. Talde koltxoneroko

Gero eta erromes gehiago,«erlijio» garestia izan arrenDuela hamarkada batzuk milaka lagun joan ohi ziren Athleticbabestera, Madrilen jokatzen ziren Kopako finaletara. Alta, 2009anValentzian edo aurten Europan zehar gertatutakoak aurreikuspenguztiak gainditu ditu. Gero eta jarraitzaile sutsu gehiago ditu taldezuri-gorriak eta oso zaila izaten da partida garrantzitsuetarakosarrerak lortzea, bai San Mamesen bai etxetik kanpo. Krisigaraiotan, gainera, dirutza eskatzen du zaletasun honek.

Manex ALTUNA

Athleticeko jarraitzaileak Bucaresten. Eskubian, Manchesterren aurkako partidarako gaua kalean pasatzeko prest, San Mamesen «magalean». Monika DEL VALLE- Jon HERNAEZ | ARGAZKI PRESS

Page 15: Athletic Kopa finala 2012

2012 5 24 osteguna GARA [15]

ultrek eraso zituztela aipatu du, 400 batlagun inguru ibili zirela Madrilen zeharathleticzaleak jipoitzen. «Gure aurkaegin zuten Frente Atleticokoek; ahalizan genuen bezala aurre egin genien,baina inguruetako tabernetan zeudenAthleticen jarraitzaile guztiak ‘Euskadi,Euskadi’ oihuka atera ziren eta korrikaalde egin zuten».

Gainera, partida hartan Polizia ereathleticzaleen aurka oldartu zen har-mailetan, eta etxerako bueltan ere ja-rraitzaile guztiak bost orduz geldirikizan zituzten errepidean ezarritako itze-lezko kontrol batean.

Milaka lagun EuropatikPiratak taldearen sortzaileetako bat daAndoni. 1998. urtean, logotipoa zutenkamiseta eta pegatinak banatzen hasizela gogora ekarri du eta 2003an hasi zi-rela talde gisa antolatzen. Hala ere, azal-du duenez, azken hiru urteetan egin di-r a e z a g u n e t a ha s i z a i e j e n d e ahurbiltzen. Aurten inoizko irteera jen-detsuenak antolatu dituztela dio. Man-chesterrera 150 lagun joan ziren; Lisbo-ara, ehunen bat; Alemaniara, 40; etaBukarestera, 130.

Old Traffordeko norgehiagokak orain-dik ere oilo-ipurdia jartzen diola nabar-mendu du. Ingalaterran bizitakoa zora-m e n a i z a n z e n . 8 . 0 0 0 j a r r a i t z a i l ezuri-gorri izan ziren harmailetan, seku-lako pasioa erakutsiz eta giro bikainasortuz. Europa mailan klub batek etxe-t i k k a np oko p a r t i d a b at e a n j e n d egehien mugitu duen norgehiagoka izanzela esaten da.

Lisboan ere 4.000 jarraitzaile izan zi-tuen alboan Athleticek. Irizarrek portu-galdarrek animatzean erakutsitako in-darrarekin txundituta geratu zela dio.1985ean, Athleticek han jokatu zueneanere bertan izan zen eta Sportingeko za-leek duten jarreratik ikasi beharra dagoSan Mamesen, bere iritziz.

Irizar Athletic ikusten izandakoa daNewcastle, Parma, Dinamo Tbilisi, As-

ton Villa eta Sampdoriaren zelaian eta,nabarmendu duenez, oso ondo hartu di-tuzte herrialde guztietan; Estatu espai-nolean jokatutako partidetan izan di-tuzte soilik arazoak.

Bukaresteko finala izan da azken irte-era. 15.000 bat lagun izan ziren Athleti-cekin. Manchesterreko «espirituarekin»animatu izan balute taldea, beste emai-tza batekin bukatuko zela dio AndoniCristobal Olabarrietak. Jasotako porrotgogorrak lur jota utzi dituela onartzendute. Hala ere, Madrilen izango direlabaieztatu dute biek.

Sarrera garestiakAthleticek Gelsenkirchenen jokatutakopartidan, Schalke 04 taldeko jarraitzai-leek protesta egin zuten sarreren pre-zioengatik. Salatu zutenez, hurrengo as-tean San Mamesen izateko 90 euroordaindu behar zituzten sarrera bakoi-tzagatik, eta harmailetan pankartak ate-ra zituzten, partidako minutu bakoitzakeuro bat balio zuela eta futbola sexu te-lefonikoaren parekoa ote zen galde egi-nez. Manchester United-eko zaleek erekexa agertu zuten Bilboko sarreren pre-zio garestiagatik.

Izan ere, Alemania eta Ingalaterrakosarrerak Estatu espainolekoak baino as-koz merkeagoak dira, nahiz eta bertakobiztanleen erosahalmena handiagoaizan.

Athleticen zaleak ere egoera horretazkonturatu dira. 50 eta 35 euro artean or-daindu behar izan baitituzte talde zuri-gorriak atzerrian jokatutako partidakikusteko sarrerak.

Europa Leagueko finaleko sarrerenprezioak eta Kopako finalekoak aldera-tuta erraz ikusten da ezberdintasuna.20 eta 120 euro artean balio zuten Buka-resteko sarrerek eta Calderonen izateko60 eta 240 euro artean ordaindu behar-ko dituzte futbolzaleek.

Piratak taldekoak, gainera, sarrera ga-be geratu dira eta birsalmentan eroste-ko prest daude. Andonik azaltzen due-

nez, 360 euroan eskuratu dituzte sarre-ra pare bat Bartzelonan, eta Bilbo alde-an 500-600 eskatzen dituzte. Amorruaematen dio Athleticen bazkideek nego-zioa egin nahi izatea talde zuri-gorria-ren beste zale batzuen kontura. «Geroezberdinak garela aldarrikatuko dugu»,dio ironiaz.

5.000 eurotik goraAthleticen jarraitzaileek ez dute errazahaztuko aurten bizitakoa. Taldea bi fi-naletara iritsi da eta Europan zehar bi-daiatzeko aukera baliatu dute askok. Pi-ratak taldeko Andoni partida guztietanizan da, Parisen izan ezik, taldeak ez bai-tzuen ezer jokoan eta PSGko jarraitzai-leek Bilbon eragindako istiluak direla-eta, ez joatea erabaki zuten.

Bratislava, Salzburgo, Mosku, Man-chester, Alemania, Lisboa eta Bukares-ten izan da Piratak taldeko kidea, etaguztira, 5 .000 euro baino gehiagoxahutu dituela aitortu du.

Kontatu duenez, Salzburgo eta Bratis-lavara Athleticen bidaia ofizialean joanzen eta 700 euroko kostua izan zuen ba-koitzak. Beste 800 euro ordaindu zi-tuen, Moskura bidaia ofizialean joateko.

Schalke 04ren kontrako partida, Man-chester eta Lisboako norgehiagokakikustera joatea, berriz, zertxobait mer-keago atera zitzaien: 450 euro ingurugastatu zuen bakoitzak.

Azkenik, Bukaresteko finalera joateko800 euro ordaindu behar izan zuen.

Prezio horiei sarrerak eta bidaia ba-koitzean jaten eta edaten gastatutakodirua gehitu behar zaizkie.

Gastu horiei aurre egiteko, Piratak tal-deko kideek dirua utzi diote elkarri, bainaez dio axola. «Garrantzitsuena joatea daeta gero konponduko gara», adierazi du.

Krisia dela-eta, jende asko gaizki pasa-tzen ari dela onartu du eta lan kontuakere alboratuta izan dituela azken astee-tan. Orain, kontuak ateratzen ari direladio, baina ez dauka inolako zalantzariketa merezi izan duela baieztatu du.

ZENBAKITAN

300euroeskatzen ari ziren sarrera ba-koitzeko birsalmentan Bilboaldean duela pare bat aste,oraindik partida urruti zegoe-la. Bartzelona aldean, berriz,«merkeago» zeuden; 180 eu-roan, hain zuzen ere. Beneta-ko salneurria 60 eurokoa dakasu gehienetan.

800euroxahutu behar izan zuen jarrai-tzaile bakoitzak Moskura joanahal izateko, Athletic oraindikfinal-hamaseirenetan zegoe-la. Gero etorriko ziren Man-chester, Gelsenkirchen, Lis-boa eta Bukarest.

5.000eurogastatu du Athleticek jokatu-tako Europako partida guztie-tara joan den pertsona batek,bidaia, sarrera eta egonaldiasoilik aintzat hartuta, jatekoaeta edatekoa gehitu gabe.

Bilboko suhiltzaileak, Athleticeko jokalariekin bat, Bucarestetik bueltan. Monika DEL VALLE | ARGAZKI PRESS

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Athletic Athletic

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geuria!!geuria!!

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[18]

Guillermo Gorosti-za Paredes, extre-mo izquierdo en elAthletic de pre-guerra o el Valen-cia campeón trasla victoria fran-quista, fue, en su

época, ídolo equiparable a los más actua-les. Al igual que ellos, disfrutó de gloria, tí-tulos y dinero. Al menos de todo el dineroque aquel fútbol podía proporcionar. Sinembargo no supo encarar la vida, ni comofutbolista ni, sobre todo, al colgar las botas.Para cuando quiso advertirlo, había preci-pitado su porvenir por el barranco del des-pilfarro y los vapores etílicos, en uno delos más clamorosos derrumbes del fútbolarcaico. Hoy día, cuando para tantos afi-cionados no es sino un ilustre desconoci-do, repasar sus andanzas podría tener mu-cho de lección.

Rapidísimo, ágil, ambicioso e intuitivo, ypor todo ello 19 veces internacional, Gui-llermo Gorostiza hizo valer su potente dis-paro con la izquierda, saltó al celuloide, ali-mentó de sueños a miles de niños famé-licos e hizo de su propia vida una fantasíainterminable.

Hijo de un médico notable que llegaría aalcanzar la presidencia del Colegio Vizcaí-no, en su casa hubo sirvientes, dinero paraestudios, balones y juguetes, y ni uno solode los problemas que en demasiados ho-gares vizcaínos se afrontaba a diario parallenar los estómagos.

Siendo todavía un niño destacaba sobre-manera en los partidillos de fútbol, mien-tras su escaso apego a los libros le hacíaflirtear con el pelotón de los torpes en laescuela. De esa época dató su pri-mer apodo, «Lorito», indudable-mente inspirado por su perfil. Elotro, el que habría de hacerle famo-so, es decir «Bala Roja», no le fue ad-judicado hasta sus años de gloria enel Athletic bilbaíno.

Sorprende que lo de «Bala Roja» leacompañara como una prebenda in-cluso después de la Guerra Civil,cuando el término «rojo», si no esta-ba claramente proscrito, se adscribíaal oprobio y la demonización. Pero noadelantemos acontecimientos, por-que antes de que Gorostiza alcanzasela categoría de mito, sucedieron variascosas.

Por ejemplo que su padre, harto deverle amontonar suspensos, decidierasacarlo del Colegio Sagrado Corazón, enMiranda de Ebro, para introducirlo depinche en la Naval de Santurtzi; quecontinuara jugando al fútbol pese a laprohibición paterna, llegando a firmarcontrato por 150 pesetas con el Arenas,recién cumplidos los 19 años; que comosu progenitor continuara empecinado enno verlo vestido de futbolista, fuese en-viado a Buenos Aires junto a su hermano,de donde regresarían a los pocos mesestras padecer diversas dificultades; que de-sarrollara su meritoriaje en el Racing fe-rrolano, aprovechando bien su paso por laciudad departamental, a la que había llega-do con intención de ingresar en la Armada.O que durante su primera temporada co-mo rojiblanco, 1929-30, jugase ya todos lospartidos de liga (entonces solo 18) y canta-ra 20 goles, convirtiéndose en máximoanotador del torneo. El público de San Ma-

més acababa de descubrir un nuevo ídoloen el chico que corría la banda izquierdasin que nadie acertara a pararle, y Mr. Pen-tland un seguro para su ambición de títu-los. Todo ello después de que litigaran losrojiblancos bilbaínos con sus rivales de LasArenas, a causa de aquellas 150 pesetas sa-tisfechas años atrás como contrapresta-ción contractual. Un partido amistoso enIbaiondo y 21.500 pesetas para las arcas ge-txotarras zanjaron la discusión.

Mucho tuvo que agradecer Gorostiza enlo deportivo al inglés de puro inmenso einseparable bombín. Fue Pentland quien,consciente de sus cualidades, encargó aChirri II, ingeniero en el centro del campoatlético y tras su retirada de los estadios,que no le pasase nunca el balón al pie, sinounos metros adelantado. El propio Pen-tland le enseñó a cortar el campo en diago-nal, con los ojos clavados en la portería ad-versaria, para extraer el máximo provechoa su trallazo con la derecha. E igualmentePentland, no solo el entrenador más laure-ado de la historia bilbaína sino el que máshizo durante los años 20 y 30 por moder-nizar el fútbol español, fue quien le insuflótoda la confianza en sí mis-

mo que necesitaba sobre el césped, y de laque carecía por completo al vestir de pai-sano. Pero también bajo tutela de Pentlandcomenzó a acercarse al mundo del alcoholy el lupanar, del jolgorio y la holganza, dela batahola y el derroche, para el que pare-cía estar predestinado.

Poco eficaces resultaron los esfuerzosposteriores de entrenador y directivos,quienes incluso emparejaron a semejantetorbellino con Isaac Oceja en las habitacio-nes de los hoteles, cada desplazamiento. SiOceja –alto y enjuto como una creación de“El Greco”, y austero, parco en palabras,digno y noble, no lograba contagiarle nin-guna de sus virtudes– es que al muchachono había quien pudiese encarrilarlo. Pordesgracia, ni el bueno de Isaac logró ejer-cer de bálsamo. Gorostiza siempre hallabauna última luz encendida, un último bar ouna casa de tolerancia con la puerta entre-abierta. Aparecía de madrugada, alborota-do el flequillo y asomándole a los ojos elvértigo en que volcó su vida. Daba igualamonestarle. En el césped volvía a hacerseperdonar, desbordando contrarios e incre-mentando los guarismos del marcador.

Hoy, cuando hasta los clubes de 3ª Divi-sión disponen de estatutos, regímenes dedisciplina interna y estrictas normas decomportamiento, cuesta trabajo entendercómo Athletic y Valencia, dos entidades dealcurnia, se avinieron a soportar imperté-rritas las escapadas de Gorostiza. Poraquel entonces, claro, nada era como en laactualidad. El flemático Mr. Pentland ac-tuaba con su muchachada fuera del cam-po como un padrazo condescendiente,encajando sin rechistar bromas que nin-gún técnico actual consideraría tolera-bles. Consta, por ejemplo, que una tarde,aprovechando su digestión de vino rio-jano –al que el inglés se había aficiona-do bastante–, los futbolistas atléticoscerraron a cal y canto las ventanas de laalcoba y le hicieron creer se había que-dado ciego, disputando a voz en grito ya oscuras una imaginaria partida demus. Más conocido resulta el rito dedestrozarle el bombín de un puñeta-zo, al concluir las finales coperas sal-dadas con victoria rojiblanca.

Otros testimonios no harían sinoincidir en la casi total ausencia dedisciplina, como característica gene-ral en el fútbol antiguo.

José Luis Ispizua, compañero deGorostiza como habitual suplenteen el portal Atlético –y que, por cier-to, conoció durante cuatro años yen su condición de «rojo separatis-ta» los penales de El Dueso, Puertode Santa María, Sevilla y Dos Her-manas, al término de la Guerra Ci-vil– recordaba, mirando haciaatrás lleno de nostalgia, el «liberti-naje» de los jugadores tras cadapartido: «Si estábamos fuera,cuando salíamos del vestuarionos decía el entrenador que el

Guillermo Gorostiza,de «Bala Roja»a «Bala Perdida»

[ UN EXTREMO MÍTICO ]

Considerado como el primer granextremo del fútbol estatal, suapodo «Bala Roja» daba fe de sugran rapidez para recorrer la bandaizquierda. Sus méritos dentro delcampo se equipararon a loconvulsa que resultó su vidapersonal.ATHLETIC CLUB

José Ignacio CORCUERA(Miembro del CIHEFE, Centro de Investigación,

Historia y Estadísticas del Fútbol Español)

Publicado en «Cuadernos de Fútbol»

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auto-bús partía a las 7 de la mañana.Muy pocos dormían en el hotely, naturalmente, acabábamosencontrándonos casi todos enlos mismos sitios. No nos cui-dábamos mucho, pero tenía-mos una afición tremenda».

Parecía el caldo de cultivoideal para que temperamen-tos irrefrenables como el de«Bala Roja» camparan a susanchas. Y a fuer de sinceros,supo aprovecharse bien.

Quienes lo conocieron es-bozan de él un boceto co-mún. Infantilón, feliz apa-rentemente, escaso de per-sonalidad y con menos vo-luntad aún, hacía de cadaencuentro con los conoci-dos una aventura, sin im-portarle cuál pudiera sersu final. «Se tropezaba conun conocido por la calle yle preguntaba: ‘¿Qué ha-ces, a dónde vas?’ Si el otro le respondíaque iba a misa, igual le acompañaba, tantranquilo. Y lo mismo si le decían que a to-mar una copa o echar alguna canita al aire.Así era Goros, un hombre bueno, aunquesin voluntad».

Fuese o no muchas veces a misa comoacompañante, resulta incontestable queGorostiza se descolgó en muchas más oca-siones por tascas, tabernas, cantinas y ca-sas de lenocinio, al tiempo que desarrolla-ba una envidiable carrera en 1ª División,resumida conforme sigue.

Su endeble personalidad acabaría en-contrando cómodo ese dejarse llevar, sibien una vez, al menos, supo plantarse an-te alguien más bragado e iniciar la marchaatrás. Ocurrió durante la gira europea delEuskadi, especie de selección propagandís-ticodeportiva formada durante la GuerraCivil. Y ello teniendo como oponente dia-léctico al gran Regueiro, uno de los caracte-res más fuertes en el fútbol de preguerra, ala par que líder indiscutido entre los parti-cipantes en aquella malhadada aventura.De regreso a Bilbao, mientras el Euskadipartía hacia América, Gorostiza combatióalgunos meses en un Tercio de Requetés, yal finalizar las hostilidades volvía esperán-dole la banda izquierda de San Mamés.

Indiscutible al reanudarse las activida-des, el Athletic decidió desprenderse de él

antes deque echase a rodar la pelota en el torneo1940-41. Varios fueron los motivos de taldecisión. Por un lado pesaba su constanteindisciplina y malos hábitos. Por otro los30 años recién cumplidos, edad casi pro-vecta en un equipo reconstruido con san-gre muy joven. Y finalmente estaba la na-da despreciable oferta girada desdeValencia. Pero lo que acabó persuadiendoa presidente y directiva fue poseer en la re-cámara un sustituto de lujo apellidado Ga-ínza, escurridizo, veloz y pillo como pocos.

De Bilbo a Valencia

Las 120.000 pesetas ingresadas por sutraspaso pueden parecer poca cosa desdenuestra actual perspectiva. Sin embargoconstituían una enormidad en el marcodel país destrozado que era España, consueldos que –cuando los había– difícil-mente superaban las 850 pesetas. Sirvatambién como contrapunto la referenciade su primer contrato con el Athletic: 500pesetas mensuales y 18.000 de ficha portres años.

«Goros» comenzó muy bien junto al Tu-ria, aunque sin abandonar viejos hábitosde vida. Ni el matrimonio –se había casadoen 1937 con Virginia Alcaraz y de esa uniónnacieron dos hijos–, ni la oscura atmósferade posguerra parecían poder frenarle. Su

entrenador, Eduardo Cubells,tampoco logró meterle en cintura. Y pese aque sus 21 goles contribuyeron decisiva-mente a la consecución del Campeonato li-guero 1941-42, para el año siguiente prefi-rió contar con Salustiano, un extremo demucha menor calidad futbolística, malaceptado por la grada de Mestalla. Gorosti-za jugó poco al año siguiente, cantó dosúnicos goles y los chés concluyeron enséptima posición. Entonces arreciaron lasbroncas del graderío a Salustiano, comoforma de manifestar su disconformidadcon Cubells y sus alineaciones. El técnicono tuvo más remedio que ceder. Gorostizapodría ser un problema fuera del campo,pero sobre el terreno de juego resultabaimprescindible, pesa a sumar 34 años. Y deese modo, sus 14 goles, unidos a los 11 deEpi y los 29 de Mundo, más la colaboraciónde otros artilleros con menor puntería, ca-tapultaron al once valenciano hasta unnuevo título la temporada 1943-44.

Toda la rinera del Turia volvió a rendirseal gran extremo. Jugaba endiabladamente,electrizaba al público, sacaba de quicio alas defensas adversarias. Pero seguía be-biendo como un cosaco, pese a las cons-tantes amonestaciones de la directiva.

El medio Vicente Asensi, con quien com-

partió muchas horas de vestuario y des-plazamientos, lo recordaba como una es-pecie de Jekyll y Mr. Hyde.

«Le pegaba al vino o al coñac. Era una es-pecie de droga para él. No lo podía evitar.Más noble y mejor persona, imposible; pe-ro tenía que beber. Yo le he visto estarquince días sin probar el alcohol y no sercapaz de jugar, ni de enviar una pelota aquince metros. Sin embargo en otras oca-siones, como una vez en Vigo, llegar mal elsábado (beodo) y hacer un partido enormeal día siguiente. Era un perdut. En vez de‘Bala Roja’ yo le llamaba ‘Bala Perdida’».

Coincide en la descripción quien fuerapresidente ché, el muy llorado Luis Casa-

nova: «A Gorostiza lofichamos por consejode Luis Colina. Y a pe-sar de todo lo muchoy malo que se habló yescribió sobre él, eraun bendito. Una vez,después de ganar enSevilla, se fue de juergay apareció el domingosiguiente, en Vigo uOviedo, no recuerdobien, donde teníamosque jugar. Apareció porla caseta un empleadodel campo y le dijo a LuisColina: ‘Oiga, ahí fuerahay un hombre con as-pecto de pordiosero, em-peñado en convencermede ser Gorostiza. Yo, claro,no le he dejado pasar’. Sa-lió Colina como una flecha,metió al futbolista en losvestuarios, y este, arrodilla-do, pidió perdón. Había queverle, llorando como unmocoso y solicitando ser ali-neado. Hizo un partido so-berbio. Después, un juzgadode Sevilla nos reclamó120.000 pesetas por dañoscausados en no sé dónde, unsastre otras 20.000… En fin,era único».

En Sevilla, al parecer, afloraban sus dosrostros como en ningún otro sitio. Así loacredita otro suceso no menos definitorio.

Durante los años 40, la escasa autono-mía de los autobuses movidos por gasóge-no y el deplorable estado de las carreteras,reducidas a un puro socavón, convirtieronal tren en vehículo ideal para el desplaza-miento de los equipos de fútbol. Como en-tonces las ciudades eran mucho más pe-queñas y los futbolistas no conocían laintensa presión a que hoy les someten sushinchadas, solían cubrir los trayectos delhotel al estadio, y viceversa, en serviciospúblicos de locomoción o andando. Y esofue lo que un domingo decidieron haceren la capital del Guadalquivir Iturraspe,Lelé, Eizaguirre, Gorostiza y Epi.

No muy lejos del campo y observandoque les sobraba tiempo, se detuvieron enun bar para tomar café. Gorostiza pidióademás una copa, se la bebió y aún solicitóotra. Epi, el más serio de todos y un pococonciencia colectiva, se lo reprochó. La res-puesta de «Bala Roja» no se hizo esperar.«Pues mira por dónde, ahora no va a seruna copa, sino cuatro. Camarero, sírvame-las». Ante el estupor del cuarteto, Gorosti-za las alineó en el mostrador y fue echán-

El extremo zurdo rojiblanco logró elPichichi en dos ocasiones y anotó 185 golesentre su debut en 1927 y su retiro, yacuando contaba cuarenta años, en 1949. En1951 recibió un homenaje en San Mamés.ATHLETIC CLUB

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[20]

doselas al coleto, casi sin res-pirar. En el vestuario tuvieron que anudar-le las botas a escondidas del entrenador,porque sus dedos no eran capaces de nada.Llegó el momento de saltar al césped y conmuy pocos minutos jugados el árbitro pitóun penalti en el área local. Solía ejecutarlosnuestro protagonista y allá fue, como si sehallara en plenitud. Casi no acertó al balóny en cambio dejó un boquete sobre la caldel punto fatídico. Los graderíos rieron, sil-baron, e incluso llegó a escucharse el «¡Bo-rracho, borracho!» desde las localidadeseconómicas. Cuando Lelé acudió a levan-tarlo, porque se había caído de bruces, per-cibió su juramento. Iban a saber los anda-luces quién era él.

Hora y media más tarde, el marcador re-gistraba una cómoda victoria valenciana.La portería andaluza había sido perforadaen cuatro ocasiones con la decisiva partici-pación del mismo jugador en todos los go-les: Gorostiza. Un Gorostiza tan rabioso co-mo para sobreponerse a la intoxicaciónetílica

Tanto exceso, tanta juerga y vida desor-denada, debía pasar factura tarde o tem-prano. Y aunque en su caso ocurriera másbien tarde, el tributo le resultó igualmentecaro. Al concluir la temporada 1945-46 ha-bía cumplido 37 años y la directiva ché de-cidió no renovarle. Cuatro tantos en el tor-neo liguero tampoco se antojaban avalmerecedor de prórrogas. Su último gol conel escudo del Valencia fue el del honor enla final copera perdida en Montjuich, uncampo que se diría maldito para los delTuria. Y aunque se le tributó un partido dehomenaje, la recaudación del mismo re-sultó escasa, quién sabe si por culpa de lameteorología, el error al elegir contrincan-te, o porque el dinero no sobraba durantela dura y larga posguerra. Su presidente, almenos, le hizo entrega de una pitillera deplata, como obsequio personal, con estainscripción: «A Guillermo Gorostiza, elmejor extremo izquierdo del mundo entodos los tiempos. Suyo afectísimo, LuisCasanova».

En Valencia no se acababa el mundo, de-bió pensar Guillermo. Su nombre aún de-cía algo al aficionado. ¿Por qué no iban ahacerle hueco en otras entidades?

Parece que aporreó sin éxito algunaspuertas, decidido a exprimir al cuero todosu jugo. Pero como todavía faltaban varioslustros para inventar la figura del repre-

sentante y su mala fama le precedía, noobtuvo sino negativas más o menos sua-ves. Por fin recaló en el Baracaldo, enton-ces club de 2ª División. Y sobre el mar detarquín en que solía convertirse Lasesarre,naufragó sin paliativos, física y anímica-mente.

Nada sabía hacer, aparte de jugar al fút-bol. Cualquier otro hubiese extraído algúnrédito de su fama, habría montado un ne-gocio con los ahorros o sabría tirar de in-fluencias. Él no. El 1 de enero de 1948 llegóal Juvencia de Trubia, donde jugó hasta fi-nal de temporada, y al arrancar la tempo-rada 1948-49 todavía engatusó al presiden-te del Logroñés, quien para hacer frente asus demandas económicas –los riojanos sebatían en 3ª División– no se le ocurrió otraidea que contratarlo como jugador-entre-nador. Los asistentes a Las Gaunas fuerontestigos del desastre. ¿Cómo iba a imponernormas quien durante toda su vida no ha-bía hecho sino acreditar un total descono-cimiento del vocablo «disciplina»?

A partir de ahí, su destino vistió luto ri-guroso. Convertido en sombra de sí mis-mo, merodeaba por los bares o se dejabacaer por los hoteles donde pernoctaban losvisitantes de San Mamés, buscando entrelos expedicionarios algún viejo conocido aquien aplicar el eterno arte del «sablazo».Su antigua pujanza física fue quedando enel fondo de los vasos. Ya no era «Bala Roja».Ni siquiera «Bala Perdida». Todo lo más,un inútil casquillo después de la deflagra-ción. Un hombre sin familia, sin presenteni futuro, al que además se le hacía doloro-sa cualquier tentación nostálgica.

En el arranque de los años 60 estabairreconocible. Los kilos que se le pegarandurante su últimos años como futbolista,los que no pudo soltar ni con el constanteentrenamiento, se habían esfumado hastadescubrir un rostro enjuto sobre chasis en-deble. Así apareció en el blanco y negro dela película documental firmada por Sum-mers “Juguetes rotos”, reclamando un tra-bajo, una ayuda que le permitiese vivir sindejar más jirones de dignidad en cada es-quina.

Años atrás, cuando aún era mito, habíacoprotagonizado “Campeones” (1942), diri-gida por Torrado sobre una producción delgran aficionado y mecenas celtiña CesáreoGonzález. Puede que gracias al reparto, en

el que figuraban Ricardo Zamora ha-ciendo de entrenador y Jacinto Quinco-ces, Mesa, Ramón Polo, Gorostiza y elentonces joven galán Carlos Muñoz en-carnando a los futbolistas de un clubimaginario, la cinta gozó de magníficastaquillas. En ella “Goros” casi hacía de símismo, dando vida a un jugador desin-hibido, algo golfo y de vuelta en muchascosas.

El punto final lo puso el miércoles 24de agosto de 1966, en el sanatorio antitu-berculoso de Santa Marina, enclavado enla falda del bilbaíno monte Artxanda. Nomucho antes había escrito al ValenciaClub de Fútbol, dando cuenta de su deses-perada situación y solicitando ayuda eco-nómica. Le giraron dinero en recuerdo delos viejos tiempos, y porque el fútbol deentonces, henchido de humanidad, niimaginaba ser presa, destripados los alma-naques, de la ingeniería contable, las dicta-duras del marketing y el desprecio a todocuanto no pudiera ser convertido en gua-rismo financiero.

Atrás quedaban diecinueve entorchadosinternacionales, cuando apenas se dispu-taban este tipo de choques, seis títulos deLiga y nada menos que cinco de Copa. Untodo como futbolista y un casi nada comohombre capaz de sobreponerse a las difi-cultades.

La fatalidad quiso que buena parte de laprensa vasca ni siquiera le otorgase el últi-mo homenaje de una buena necrológica.Justo la tarde anterior, “Bolero”, un toroazabache de la ganadería de don ÁlvaroDomecq, había empitonado mortalmenteen la plaza de Vista Alegre al banderilleroAntonio Ruiz, tiñendo de luto las fiestaspatronales. Ese hecho saltaba a las prime-ras planas y usurpaba el espacio de otrasnoticias. Tan sólo “Joma”, redactor deporti-vo de “La Gaceta del Norte”, derramabaunas gotas de emoción en su breve artícu-lo. Gorostiza había ingresado en el sanato-rio el 25 de octubre del año anterior y se-gún el capellán «no dejó de comulgar unsolo día».

“Joma” escribió que Gorostiza había sidoun anarquista en el vivir y en el jugar. «Sumejor virtud fue que ni se pareció a nadie,ni antes, en y después se pareció nadie a él.‘Es absurdo driblar así’, argumentaban. Y éldriblaba así. ‘Como ese avanza no se puedetirar a gol’, y él avanzaba como él, y tiraba ymarcaba. El Atlético y, por qué no, el Ra-cing de Ferrol también, el Valencia, el equi-po de España, los futbolistas del mundo,incluso Rusia y los países satélites, su San-turtzi, recordarán y honrarán al mejor ex-tremo del mundo, habido y, por ahora, porhaber. Guillermo, tu muerte no fue comomuchos juzgaron tu juego: a lo loco, sino alo cuerdo. Ganaste la gran final».

A sus amigos de antaño se les escapó al-guna lágrima y Luis Casanova pudo leer enla prensa, emocionado, que bajo la almo-hada del difunto hallaron una pitillera condedicatoria, recuerdo de su etapa en Mes-talla. «Con las penalidades que pasó al fi-nal, con lo mal que andaba de dinero, y nose pudo desprender de aquel regalo –re-cordaba–. Quién sabe si no veía en la piti-llera el cordón umbilical que le mantuvounido al Valencia desde la distancia».

Quién sabe. Los futbolistas de entoncessí sentían los colores. El fútbol mismo eraun sentimiento y no un libro mayor carga-do de números rojos.

Guillermo Gorostizafue uno de los hombres destacados deaquel Athletic de los años treinta del siglopasado, junto a los Iraragorri, Lafuente,Chirri y Unamuno, sin olvidar el talentogoleador de «Bata». Gorostiza conquistócinco Copas, de ellas cuatro con su Athleticy una más con el Valencia. ATHLETIC CLUB

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Es el fútbol un mero jue-go? Sabemos que no des-de que, ya en los años 30del siglo pasado, y aúnantes,se impuso la pro-fesionalización del juga-dor, del player. ¿Será aca-so un deporte? Lo dudo

en vista de que, sin hablar de los interesescomerciales y, por supuesto, políticos querodean el planeta fútbol, el romántico fairplay desapareció e inclusive se guiña el ojode manera cómplice cuando un futbolistatrata de engañar alevosamente al árbitro si-mulando penalties imaginarios, algo que ungentleman british –pioneros amateurs enlas elitistas universidades– no hubiese tole-rado bajo ningún concepto. ¿Concluiremosque el fútbol es un arte?

La pregunta es osada, arriesgada. Me in-clinaría por una respuesta afirmativa vien-do a Messi o a Romario, verdaderos «artis-tas». Del primero, el entrenador del Arsenallondinense–, Arsène Wenger , dijo que «esun jugador de play-station». Del segundo,Valdano opinaba que era un futbolista «dedibujos animados». Jugadores de enormetalento que le insuflan belleza al fútbol, peroque no son cracks. El fútbol es una disciplinacolectiva y combinada, pero un crack no esun goleador tipo Cristiano Ronaldo (y el otroRonaldo), sino quien pide la pelota para ju-garla tipo Xavi o Xabi Alonso y, antes, el me-jor: Cruyff. Estos son los cracks; los demás.killers del área. Claro que también hay quiencree que –y parece una boutade pero tienesu aquel– «el fútbol es un juego donde sepatea con la cabeza y se piensa con los pies».Guardiola decía que de su infancia solo re-cordaba el balón.

El fútbol, como decía el míster escocés BillShankly, descubridor del legendario jugadorde los años 60 y también escocés Denis Law,«no es un asunto de vida o muerte, sino algomucho más importante». Esta temática sepresta con facilidad a la eutrapelia y laabundosidad. Como el mingitorio o el posa-vasos de Marcel Duchamp que se consideraarte o el último bodrio de Miquel Barceló(más divertido el primero por surrealista).

Había un sketch, absolutamente genial, deMonti Python en el que la selección alema-na se enfrenta con la griega, pero los jugado-res, vestidos con túnicas y clámides, son fi-guras como Hegel, Leibniz y Heidegger –porun lado– y Sócrates, Aristóteles y Pitágoras,por el otro. ¿Por qué resulta desopilante elabsurdo? Probablemente porque hay pocascosas que se consideren tan distantes comoel fútbol y la filosofía. Carlos Goñi Zubieta ti-tuló un libro suyo como "Fútbolsofía". Haymás, sobre todo británicos y argentinos ytambién españoles, sin que conste que Ma-nolo el del Bombo sea uno de ellos.

Para el escritor mejicano Juan José Arreo-la, el fútbol era menos intelectual que, porejemplo, el tenis o el pin-pong, particular-mente porque aquél «carecía de la interme-diación de la raqueta». Los movimientos delfútbol –añadía– «ocurren en bruto, sin pasarpor un instrumento civilizatorio y, además,prescinde de las manos (salvo el portero yesto en su área. Nota mía), fundamento dela cultura...(negrita mía). Para Arreola, lapráctica del soccer (sic) era un regreso a laedad temprana del hombre sin utensilios.No se le ve muy entusiasta (igual que Bor-ges, que abominaba de «esa cosa estúpidade ingleses... un deporte estéticamente feo».

O el montonero y escritor Rodolfo Walsh. O,remontándonos, el cronista del British Em-pire, Rudyard Kipling.

Menos mal que a los que gustamos –otracosa es entender– del balompié nos redimela bonhomía de Eduardo Galeano señalan-do que «el mundo intelectual siempre haadoptado una actitud despectiva y arrogan-te con el fútbol y todo lo que este deportedesata como pasión colectiva. Este juego hasido condenado por intelectuales de dere-cha y de izquierda. En la derecha porque, di-cen, es la prueba de que el pueblo piensacon los pies; y en la izquierda porque creenque el fútbol tiene la culpa de que la genteno piense. Más tarde, la intelligentsia fuesaliendo del armario, del closet,y declararsede un equipo que vestía fetén. Eso sí, sin serfanáticos, eso la plebe. El fútbol era el «opiode los pueblos». Tal vez dicho por quienesni probaron el opio ni sabían lo que era elpueblo. Un fenómeno social de masas, tanuniversal, y transversal, por fuerza teníaque imponerse más allá de aquella lapida-ria frase que lo señalaba allende la religión,como «opio del pueblo», expresión de reso-nancia marxista, como es sabido (en lostiempos de Marx en Londres se fundó elprimer team de foot-ball, el Sheffield, en

1855). Incluso aunque así fuese, un opioigualmente merecería toda la atención delcaso. Claro que, como decía el exfutbolistainglés Kevin Keegan, no se ha encontradonada mejor para reemplazar al fútbol.

Menotti hablaba, exageradamente, a lorococó, de fútbol de izquierdas y otro de de-rechas. El primero buscaría el espectáculo (osea, él) y el segundo el resultado (o sea, Bilar-do, Clemente). Pier Paolo Pasolini, que le die-ra a la bola, dividió el fútbol en poético (elbrasileño con regate y gol) y prosaico, quesería el europeo con catenaccios y sin imagi-nativos gambeteos (dribblings). Son,a mi jui-cio, paridas. Tampoco falta quien dice que elfútbol es una chorrada para pasárselo bien,una distracción. O la vertiente psicoanalíticaque habla de un «nosotros» que forzosa-mente implica un «ellos», y de aquí las riva-lidades cuasiépicas y semibelicosas que tan-to explotan los mass media. O la anulaciónde las clases sociales en un estadio animan-do por igual a tu equipo, algo así como sus-pender la lucha de clases (cuya estratifica-ción refleja la propia grada con tribuna,general, etcétera) por noventa minutos.

¿Y de la final del Athletic, qué? Yo soy delBaraka(ldo), pueblerino y hortera, pero mequedo con el público. No hay fútbol sin pú-blico, al igual que un partido que se juega apuerta cerrada por sanción es un partidofantasma, sin alma, desgarrado (sin garra).Ahora el establishment nos quiere a todossentaditos en las bomboneras y calladitoscomo quien ve, mudo, un partido de tenis.Y no. Como en la cancha de Estudiantes deLa Plata, que viste, por cierto, con idénticouniforme que el Athletic (dato que debo aJosé Félix Azurmendi).O a esos entrenado-res que nos salvaron hace cinco tempora-das, o sea, ayer, con el ánimo del público ylos cojones...de corbata y mi amigo Txemade plastrón.

¿Qué es el fútbol, cómo lo han visto los intelectuales y las élites y cómo lo disfruta el

pueblo? Jon Odriozola, redomado hincha del Athletic, lo aborda en este artículo sin desperdicio.

Aroma de golEl fútbol era el «opio de los pueblos», tal vez dicho por quienes ni

probaron el opio ni sabían lo que era el pueblo (...) Incluso aunque así

fuese, un opio igualmente merecería toda la atención del caso

Jon ODRIOZOLA Periodista

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[22]

Antes que las ligasfueron las copas.En este y en otroscampeonatos, sue-len ser los torneoscon más solera,aunque con el pasodel tiempo vaya

modificándose su denominación y su sis-tema de juego. La actualmente llamadaCopa del Rey hunde sus raíces en 1902, esdecir, 26 años antes de que arrancara la Li-ga. Y desde entonces los vascos siemprehan sido equipos destacados, dominado-res primero y animadores después.

En su palmáres aparecen el Athletic y laReal Sociedad (Osasuna se quedó en puer-tas), pero también los equipos que fueronsu raíz (Bizcaya, Club Ciclista San Sebas-tián) y otros tres históricos del fútbol vas-co (Real Unión y Racing de Irun, y Arenasde Getxo). Como Osasuna, el Basconiatambién asomó una vez por la Copa, perosin lograrla.

Si el Athletic lograra doblegar al Barce-lona en esta final del Calderón, cerraríaun círculo que comienza con el triunfodel Bizcaya en la primera edición de1902, también ante el Barça y también enMadrid (aunque en el campo del Hipó-dromo). Eran años en que aquel inventoinglés hacía furor sobre todo en EuskalHerria: como dato, los equipos vascos ga-naron las tres primeras competicionescoperas, y su dominio se prolongó clara-mente hasta 1958, de la mano de aquelmítico Athletic de Zarra, Panizo, Gainza...Después las cosas no han ido tan bien pa-ra nuestros equipos, con dos lagunasconsiderables entre 1958 y 1969 primero(cuando no hubo una sola victoria) y en-tre 1988 y 2005 después (esto fue peor,porque se encadenaron diecisiete añossin un solo finalista).

El balance actual sigue siendo importan-te, porque en 110 ediciones Euskal Herriaha sumado 31 títulos y 23 subcampeona-tos. Otra cosa son las últimas décadas. Pe-ro mejor comenzar por el principio y reco-rrer despacio este periplo de más de unsiglo atravesado de conflictos y regímenes

políticos, y también de éxitos y fracasosdeportivos.

1902-1936EUSKAL HERRIA, CAPITAL

FUTBOLÍSTICA HASTA

LLEGAR A LA GUERRA

Todo empezó en los albores del siglo ante-rior, en 1902. Y bajo la organización delequipo que luego daría pie al Real Madrid.A sus mandatarios se les ocurrió convocarun torneo –entonces lo llamaron «concur-so»– con los mejores onces del Estado, queentonces solo se medían a nivel local. La«excusa» fueron los fastos de la mayoríade edad de Alfonso XII de Borbón, por loque se le llamó Copa de la Coronación. Nofue fácil reunir a los jugadores; los despla-zamientos eran difíciles y caros. Al final seinscribieron cinco equipos, uno de ellosvasco, el Bizcaya, que en realidad era uncombinado formado por los futbolistasdel Athletic y del Bilbao, dos equipos dis-tintos en aquel momento.

Dado el número impar de participantes,hubo que improvisar una eliminatoriaprevia que provocó que el Bizcaya hicieratodo el recorrido del torneo, desde el prin-cipio hasta el final. Primero superó al ClubEspañol de Football de Barcelona por 5-1, yluego arrolló en semifinales al New de Ma-drid por 8-1. Y ya en la final, cayó el primertítulo, que se guarda en el Museo del Ath-letic, tras superar 2-1 al Barcelona.

En aquel combinado figuraban algunosjugadores ingleses junto a los vascos. Laprimera alineación triunfadora estaba for-mada por: L.Arana; Kareaga, Larrañaga;L.Silva, Goiri, Arana; Cazeaux, Astorkia,Dyer, R.Silva y Evans. Marcaron Astorkia yCazeaux. A los primeros partidos de aquelexótico deporte acudieron unas 2.000personas. Todo se jugó en tres días en elcampo del Hipódromo, junto a la Castella-na. Entonces nadie imaginaba que era elprincipio de una larga historia de pasio-nes.

El año siguiente, la final no la vieron2.000, sino 5.000 personas. La organiza-ción no fue fácil, porque solo tres equi-pos se animaron a afrontar la aventura:Madrid, Español de Barcelona y Athletic.Los bigotudos bilbainos que posan con laCopa y su zamarra a medias blanca y azul–esa que el Athletic recuperó como se-gunda indumentaria hace pocos años– seimpusieron a sus dos rivales en una li-guilla a tres. La emoción que empezaba adespertar su juego en Madrid fue tal queun grupo de aficionados creó allí, a suimagen y semejanza, un club denomina-do Club Atlético de Madrid. Las vueltasque da la vida han hecho que sus cami-nos se hayan cruzado apenas hace dos se-manas en Bucarest.

El torneo de 1904 tuvo mucha historia,pero poca para el Athletic. Tras distintosconflictos en las eliminatorias previas –pe-leas, lesiones...–, se dilucidó que no habríafinal y que en consecuencia se daría porganador al del año anterior. El torneo se ju-gó esta vez en el Retiro, adonde volvieronun año después el Athletic y, por primeravez, la Real. Sin embargo, esta vez ganó elMadrid, que encadenaría cuatro victoriasseguidas.

El trofeomás vasco

[ MÁS DE UN SIGLO DE COPAS ]

Los vascos no han destacadoprecisamente por ser adeptos a JuanCarlos de Borbón, su abuelo Alfonso niel dictador Franco, pero si en algúntorneo han despuntado sus equipos esen este de la Copa, desde la inicial –o«de la Coronación»– hasta la actualpasando por «la del Generalísimo».Athletic, Real Sociedad, Real Unión yRacing de Irun, Arenas de Getxo,Bizcaya y Club Ciclista San Sebastián lehan puesto su nombre. Sin embargo, laCopa resiste desde 1987, año en quetriunfó la Real. Osasuna no pudo en2005 ni el Athletic en 2009.

Ramón SOLA

Los bilbainos ganadores de la Copa de 1903, todavía con la zamarra azul y blanca. Y «Pichichi», su primer gran goleador. GARA

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Donostia cogió el relevo en 2009, conun equipo pujante: el Club Ciclista, em-brión de la Real Sociedad. Se seguía ju-gando en Madrid, esta vez en el campo deO’Donnell. Los donostiarras tambiéncontaban con sus estrellas de las islas: enla final marcaron Simmons y McGuin-nes, además de Sena. El Español de Ma-drid fue doblegado por 3-1. Antes habíancaído el Athletic en cuartos y el Galicia ensemifinales.

La final se jugó bajo un fuerte aguacero,y los héroes de aquel sistema 2-3-5 imposi-ble de imaginar ahora fueron Bea; AlfonsoSena, Arozena; Arrillaga, Etxeberria, Rodrí-guez; Miguel Sena, Lacort, Simmons, Mc-Guinnes y Biribén. El cronista de ‘‘El Mun-do Deportivo’’ le ponía épica a la cosa: «Allífue Troya», explicaba en alusión a la canti-dad de patadas que se habían dado unos yotros, y que en su opinión hizo que el par-tido pareciera por momentos «jiu-jitsu»en vez de fútbol.

Lógicamente, varios equipos comenza-ron a cuestionar que el torneo tuviera quecelebrarse siempre en Madrid, y el Club Ci-clista, en su condición de campeón vigen-te, reclamó la organización. Y aquello síque trajo el cisma, de modo que en 1910hubo dos torneos coperos, y una anécdotacomún: ni para uno, ni para otro. El de Ma-drid lo ganó el Barcelona (que se estrena-ba) y el de Donostia fue para el Athletic. Sejugó, por cierto, en el campo de Ondarreta.Y otra curiosidad: en aquel torneo el Athle-tic vistió por vez primera la camiseta roji-blanca. Despuntaba en sus filas Belauste,uno de los primeros grandes del balompiévasco.

Irun y Getxo se suman a la fiestaLos bilbainos prorrogarían su dominioun año después, en un torneo de nuevounificado que se jugó en Bizkaia, en elcampo de Jolaseta, en Neguri (Getxo). Pa-ra variar, hubo todo tipo de líos. Primerola Real Sociedad denunció que el Athletichabía cometido alineación indebida alponer en el campo a dos jugadores ingle-ses, Sloop y Martin, que no cumplían lacondición federativa de llevar dos añosresidiendo en el Estado español, lo que síhacía otro tercer jugador inglés del equi-po, Veith. Aquello tensó todo el torneo.La Real se retiró. En la semifinal, la Gim-nástica de Madrid –que ya perdía 2-0–dejó plantado al Athletic en el descanso yse marchó, asegurando que iban a perderel tren. Al menos hubo final, ante el Espa-ñol de Barcelona, que cayó por 3-1. Trastanto escándalo, el Athletic optó por noalinear a los dos ingleses que habían le-vantado el revuelo.

El torneo, pese a sus vicisitudes, iba su-mando participantes poco a poco, y en es-ta década de sumaron a los éxitos dos lo-calidades vascas más: Irun y Getxo. En 1913volvió a haber cisma, con un torneo enMadrid y otro en Barcelona. El de la capitalespañola, organizado por la Federación, selo ganó el Racing de Irun al Athletic en unafinal muy emocionante. Con 2-2 se decidióseguir al día siguiente, porque la luz natu-ral empezaba a escasear, y ese replay fuepara los de Irun por 1-0 con un gol de Rete-gi o San Bartolomé –las crónicas difieren–después de que los bilbainos perdieran unhombre por lesión (los cambios llegaríanvarias décadas después).

En aquella época, la ciudad de Irun, consolo 10.000 habitantes, estaba divididaentre dos equipos: el Racing y el Sporting.Un enfrentamiento fratricida que se resol-vería con la creación del Real Unión en1915. Irun se convirtió de hecho en capitaldel fútbol estatal, porque acogió las finalesde los torneos de 1914 y 1915. Aquellas co-pas estrenaron formato: por primera vezse pasaron a jugar en eliminatorias y enlos dos terrenos de los equipos enfrenta-dos, no en una sede única. Ambos se losllevó el Athletic, primero en el campo deCostorbe (el del Racing) y luego en el deAmute (el del Sporting, ubicado entre Iruny Hondarribia). Aparecía un tal «Pichichi»,que anotó dos goles en la final de 1915 (5-0ante el Español de Barcelona).

También en 1916 ganaron los bilbainos,esta vez en Barcelona y ante el Real Madrid(4-0). Era la decimoséptima edición y elAthletic (con su sigla o la inicial del Bizca-ya) había ganado ya más de la mitad de lostrofeos: nueve.

Pero su hegemonía iba a ser puesta encuestión por dos equipos que procedíande ciudades vascas menores. En 1917 el fo-co se desplazaba a Getxo, al Arenas. De he-cho, el Athletic ni llegó a la fase final, por-que el torneo se estructuró primero enseis zonas que dividían al Estado, y el lla-mado Campeonato del Norte fue para losrojinegros. Los combativos getxotarras lle-garon hasta la final; más aún, hasta el par-tido de repetición. Tras empatar primero0-0 con un Madrid cargado de apellidosvascos (Erice, Mujika, Matxinbarrena,Aranguren, Sansinenea, Petit), igualarontambién dos días después (1-1) y hubo queirse hasta la prórroga, donde los madridis-

tas machacaron. La final fue la más largade la historia: 230 minutos, con 90 y 20 deprórroga el primer día, y 90 y 40 de pró-rroga el segundo.

Fundado en 1909, bastante más tardeque el resto de habituales en estas copas,el Arenas iba a dar mucho que hablar. Peroantes de que ganara por primera vez en1919, era la Unión de los clubes de Irun laque se haría con el título. Primero tuvoque superar a Athletic y Arenas en el Cam-peonato del Norte, y luego todo fue másrodado: 4-1 al Sporting de Gijón, otro 4-1 alFortuna de Vigo y 2-0 al Madrid en la final,en el campo de O’Donnell de la capital delEstado. Para entonces ya contaba con RenéPetit como estrella, aunque los goles loshizo Legarreta. No podía faltar la polémi-ca: la afición madridista intentó saltar alcampo tras reclamar dos penaltis y asegu-rar que el primer gol de Legarreta no eratal porque su shoot, como se escribía en-tonces, no había entrado.

La fase previa vasca de la Copa había ad-quirido tanta emoción como la fase finalde ámbito estatal. Vista la competencia, elllamado grupo Norte pasó a dividirse endos: el guipuzcoano y el vizcaino (nava-rros y alaveses iban mucho más retrasa-dos en esto del balompié). Como ganado-res se plantaron en la fase final el Arenasy la Real Sociedad. Los donostiarras caye-ron a las primeras de cambio ante el Bar-celona, luego subcampeón. La final fuedisputadísima: los getxotarras empata-ron a 2 casi al final, tras ir perdiendo, peroen la prórroga impusieron su físico y elpartido acabó 5-2. Sería el primer y últimogran título estatal del Arenas, con nom-bres para la historia como Pagaza o Sesú-

Cuatro equipos vascos que hicieron historia.A la izquierda, arriba los jugadores delCiclista San Sebastián con la Copa de 1909, yabajo los del Racing de Irun, ganadores en1931. Sobre estas líneas, un Real Unión-Athletic en Irun en torno a 1920, y abajo unEspañol de Barcelona-Arenas de Getxotambién de esa época, en Barcelona.GARA

IRUN

El fútbol entró con fuerzapor localidades como Irun,donde con solo 10.000habitantes aparecían dosde los equipos máspotentes del Estado: elRacing, que ganó unaCopa, y el Sporting. De sufusión nació el Real Unión,que también triunfó.

CONVULSIONES

Las primeras ediciones deaquel torneo trajeron todotipo de convulsiones, porlesiones, impugnaciones,peleas por sedes... Y esoque en aquella época lasfinales solo atraían a entre2.000 y 5.000 personas.

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[24]

maga, que iban a ser olímpicos en Ambe-res 1920.

Athletic y Real Unión se recuperaronpronto. En 1920 los bilbainos fueron sub-campeones y los irundarras semifinalistasen un torneo que ganó el Barcelona y quetuvo un escenario novedoso en la final: elMolinón de Gijón. Un año después, quiense estrenaría sería San Mamés, levantadoocho años antes, en 1913. Ganó el Athletic,claro, 4-1 al Atlético de Madrid. Fue la pri-mera gran fiesta popular en la Catedral.

La Liga no empezaría hasta 1928, por loque la Copa seguía acaparando todo elprotagonismo. En esa década, los éxitosvascos se los repartieron casi a partes igua-les Athletic (ganador en 1923 y 1930), RealUnión (subcampeón en 1922 y vencedor en1924 y 1927) y Arenas (finalista en 1925 y1927). La Real, con su nombre actual, tam-bién se coló por vez primera en una final:la de 1928, que perdió en El Sardinero anteel Barcelona.

Una final, tres partidos¿Anécdotas? Para dar y tomar. En la finalde 1922, en Vigo y ya ante 12.000 especta-dores, el Real Unión abandonaría el campodurante un cuarto de hora en protestacontra una entrada brutal de un jugadordel Barça. En el equipo irundarra campeónen 1924 y 1927 el portero era AntonioEmery, «Pajarito», abuelo del actual entre-nador del Valencia. En 1928, la revelaciónfue el Alavés, que irrumpió cargándose aAthletic y Real Madrid y solo fue desban-cado de la final por el Barcelona. Peroaquella edición quedó para la historia so-bre todo por la final bronca y larga entreBarcelona y Real Sociedad, que hizo queRafael Alberti escribiera su famosa ‘‘Oda a

Platko’’, el portero del Barcelona. Hubo quejugar hasta tres partidos para desempatar,con lo que se superó el récord de 1917.

El torneo copero de 1931 arrancó justodos días antes de que Alfonso de Borbónabdicara. Lo primero que hizo el régimenrepublicano, obviamente, fue cambiar elnombre a la competición para denominar-la Copa de España. También la Real Socie-dad pasó a llamarse Donostia, por ejemplo.Lo que no cambió fue el dominio del Athle-tic, que se llevó cuatro trofeos consecutivosen escenarios solemnes (dos en Chamartíny dos en Montjuic) y ante rivales de altura(en dos batió al Madrid, en una al Betis y enotra al Barcelona). Eran los tiempos de Ba-ta, Chirri, Gorostiza, Iraragorri...

La Copa de 1935 pasó a la historia comola de las mayores sorpresas conocidas. Porprimera vez, el trofeo se fue a un sitio queno era ni Madrid, ni Catalunya, ni EuskalHerria. La ganó el Sevilla a otro equipodesconocido, el Sabadell, y por allí apare-ció por vez primera también Osasuna, quefue semifinalista junto a otro recién llega-do: el Levante. Marcaba una tendencia,porque en 1936 los navarros también roza-ron la final. El Barcelona les cortó el pasopara perder luego la final, 2-1 contra el Ma-drid. Era el 30 de junio, apenas 18 días an-tes del inicio de la guerra.

1936-1975 CUANDO LA COPA ERA DE FRANCO Y

CASI SIEMPRE LA GANABA EL ATHLETIC

El fútbol, como la vida entera, se pararíahasta 1939, donde la Copa reaparecería yacomo «la del Generalísimo». Se disputó a

prisa y corriendo, en un intento de aparen-tar normalidad y sin que se jugaran las fa-ses previas habituales en zonas que seguí-an en guerra, como Catalunya, Valencia oMadrid. La pelota sí volvió a rodar en Eus-kal Herria, con los equipos habituales perocon un vaivén importante de futbolistas,muchos de los cuales habían partido alexilio.

En ese caos sobresalió un nombre nue-vo, el del Oriamendi de Barakaldo, germendel actual equipo gualdinegro: rozó la fi-nal. Pese a estar en Segunda División antesde la guerra, disputó la semifinal coperacon el Racing de Ferrol empatando en La-sesarre y perdiendo por la mínima en tie-rras gallegas.

Entrábamos en los años 40, a partir delos cuales el Athletic iba a apuntalar su co-rona de rey de copas. No le costó muchorehacerse tras el trauma y los horrores bé-licos. En 1942 volvió a ser subcampeón enuna gran final ante el Barcelona (4-3),mientras recuperaba el título de Liga, y en1943 ganaba la Copa de nuevo al Madrid,con un gol de Zarra en el minuto 114. Juntoa él aparecían ya otros míticos: Panizo,Gainza... Con todo, el partido más famosodel torneo no fue ese, sino otro anterior,que pasó a la historia como «el escándalode Chamartín». El Barcelona había ganado3-0 al Madrid en la ida de semifinales enLas Corts, pero en la vuelta se preparó unaencerrona que concluyó con un 11-1. Los ca-talanes denunciaron cosas como que elpúblico había estado todo el partido lan-zando piedras a su portero. Y hubo inclusodimisiones en el régimen por el escándalo.

Ajeno a todo ello, el Athletic siguió en-gordando su palmarés. En 1944 y 1945 sellevó dos nuevas copas en Montjuic y ante

POEMA

En los años 20, el fútbolempezaba ya a atraer laatención incluso de losintelectuales, como probóaquella poesía dedicadapor Rafael Alberti a Platko,el portero del Barcelona enla épica final contra laReal Sociedad enSantander.

ENCERRONAS

Tras la victoria franquistael fútbol empezó a sercuestión de Estado. En1943, el Barcelona habíaganado la semifinal 3-0 alReal Madrid, pero luegoperdió en Chamartín por¡11-1! Los catalanesdenunciaron que se habíapermitido lanzar piedras asu portero desde la grada.

LOS ALDEANOS

En los 50, la final pasó aser algo que se jugabasiempre en Madrid y quecasi siempre ganaba elAthletic. La másmemorable, la de 1958 conlos «once aldeanos» anteun equipo que acababa deganar las tres primerasCopas de Europa.

Míticos delanteros del Athletic de los años 50, en el Museo del club. Luis JAUREGIALTZO | ARGAZKI PRESS

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un mismo rival: el Valencia, que por aque-llos años contaba con numerosos vascos(Eizagirre, Ortuzar, Iturraspe, Lekue, Igoa).El Athletic se asentaba como rey de copascon dieciséis trofeos ya. Y aquel deporteque había comenzado como una diversiónextraña y lejana reunía a multitudes:65.000 en 1944.

1946 fue el peor año copero hasta en-tonces. Ningún vasco llegó siquiera a laeliminatoria de cuartos. Al Athletic lo eli-minó el Alcoyano. Un año después, elMadrid fue el verdugo en semifinales. Yen 1948, la Real Sociedad tomó el relevollegando al último peldaño, pero allí elSevilla le encasquetó un 7-1 que liquidó alos donostiarras.

Zarra y los once aldeanos Franco empezaba a ser un asiduo en las fi-nales, así que el entonces aún llamadoChamartín se quedó como sede fija. El Ath-letic volvió en 1949, pero esta vez el Valen-cia se tomó la revancha. La década de los50 sí le devolvió el cetro copero. El rival erael Valladolid, por entonces un equipo de lazona baja de la tabla de Primera, pero seatragantó. Los 90 minutos acabaron con 1-1. Luego llegó Zarra; tres goles en la prórro-ga, 4-1 y otra copa para el Botxo.

Habían pasado 23 años desde la final dePlatko, así que a la Real ya le tocaba dejarsever de nuevo. Con Benito Díaz en el ban-quillo y 75.000 personas en la grada, elBarcelona de Kubala no dio opción. 3-0 an-te los donostiarras Eizagirre, Ontoria, Patri,Epi, Barinaga... El verdugo fue, con dos go-les, César, al que Messi acaba de desbancarcomo máximo goleador de la historiaazulgrana.

Empezaban unos años de hegemoníacopera catalana, que no pudo cortar elAthletic en la final de 1953. El Madrid dabamotivos para consolarse, porque hasta enseis ocasiones consecutivas cayó en semi-finales, sin poder llegar a su Chamartín. En1955, el recinto pasó a llamarse SantiagoBernabéu, y el Athletic lo celebró a su ma-nera, ganando el trofeo dos veces seguidas,ante Sevilla y Atlético. Y en 1958 repetiríaante el Real Madrid, que había logradoromper su maleficio y volver a la final trasonce años de sequía. El equipo que acaba-ba de ganar las tres primeras Copas de Eu-ropa no podía con los leones en su propiofeudo (2-0).

Para entonces, el Bernabéu era una se-gunda casa para el Athletic, en la que po-cas veces se escapaba el trofeo. Pero estetriunfo fue muy sonado; los rojiblancosllegaban con un equipo sin tantas estrellascomo antes –les llamaban ya «los once al-deanos»– y pudieron con el todopoderosoequipo capitaneado por Di Stéfano, el me-jor jugador mundial de la época. Arieta I yMauri marcaron. Para medir el valor de lavictoria servían otros datos: el Athletic fuesexto en la liga, con 32 puntos por 45 delMadrid, que quedó campeón; y en esacompetición, los blancos fulminaron a losleones en su campo (6-0) y en San Mamés(0-2). Pero estaba claro que la Copa era otracosa.

Estancados en los 60Con todo, la gran época del Athletic iba pa-sando, y otros equipos apretaban fuerte:además de Madrid y Barcelona apretabanel Atlético, el Zaragoza... Así que a los vas-

cos les iba a costar un lustro volver a apa-recer por la final. En 1965 pudo haber finalAthletic-Real por vez primera y única en lahistoria, pero ambos cayeron en semisprecisamente ante colchoneros y maños.Un año más tarde, los bilbaínos sí retorna-ron al Bernabéu, pero para perder ante elZaragoza, y otro tanto ocurrió un año des-pués ante el Valencia. La final de Copa cadavez estaba más cara, como quedó de mani-fiesto en 1968, cuando Barcelona y Madridcoincidieron de nuevo en ella, lo que noocurría desde 1936, 32 años antes nada me-nos (ganó el Barça, por cierto).

La década no podía acabar sin una victo-ria vasca. Fue «in extremis», pero fue. En1969, el NO-DO mostraba imágenes detxistus y dantzas en Madrid, mientras afir-maba que en Elche –el sorprendente rival–«solo habían quedado las palmeras y losinválidos». Costó abrir la lata, pero Arietalo logró en el minuto 83 y la Copa se recu-peró, sin mucha gloria.

Por cierto, este año sí que se tocó con lapunta de los dedos una final de «derbi», yaque el Elche se cargó en semifinales a laReal por los pelos. Ganó primero 3-0 en sucampo de Altabix, pero los donostiarrasdevolvieron el tanteador en Atotxa (4-1),después de marcar tres goles en el últimocuarto de hora. El reglamento obligaba ajugar un partido de desempate, que fue enMadrid, y allí el Elche ganó 2-0. En sus filasjugaba Asensi, que luego brilló en el Barce-lona.

Cuatro años pasaron para que se repitie-ra otra final similar. El Athletic se midió aun nuevo equipo de la zona media y de laparte mediterránea: el Castellón. ¿Aparen-

temente menor? Pues no, porque en la ligahabía sido quinto y el Athletic, noveno. Sinembargo, la Copa seguía siendo un torneotalismán. La final se solventó con un 2-0,de nuevo con Arieta como goleador, al queacompañó Zubiaga. Iribar se encargaba deponer el candado, e Iñaki Saez, de alzar laCopa.

1975-2012 Siete finales y solo dos victorias

para los vascos

El Txopo iba a ser el gran protagonista dela siguiente final, pero a su pesar y de mo-do totalmente imprevisible. La de 1977,muerto ya Franco, fue una de las finalesmás emotivas que se recuerdan... y recor-darán. Se enfrentaban dos equipos en bue-na racha: el Athletic, tercero en liga y quehabía sido finalista en UEFA ante la Juven-tus, y el Betis, quinto en liga con jugadoresimportantes como Esnaola, Biosca, Bení-tez, Cardeñosa... Con el paso de las décadas,los viajes a Madrid ya eran mucho másasequibles, decenas de miles de aficiona-dos bilbainos acudieron al Bernabéu y lasgradas empezaban a tener la ebullición dehoy en día.

El partido fue vibrante. Carlos adelantóal Athletic tras una falta sacada por TxetxuRojo, pero el Betis empató en el descuentode la primera parte. Así llegó la prórroga.En una de sus pillerías, Dani hizo el segun-do robando una cesión bética al portero,pero cuando el partido agonizaba ya López(minuto 117) igualó para los sevillanos. Elfinal fue la locura. Pasó a la historia como«el partido de los 20 penaltis», porque nohabía forma de desempatar, y acabó en uncombate fraticida entre porteros. Esnaolamarcó a Iribar, y el de Zarautz no pudo ha-cer lo mismo porque el andoindarra adivi-nó su disparo con «paradinha». Una de lasanécdotas más comentadas fue la euforiade Felipe González, que todavía no pasabade ser líder de la oposición, y que bajó a losvestuarios para felicitar a su equipo. La Co-pa, por cierto, ya era oficialmente «delRey».

Iba a cambiar la década y llegaba portanto la gran era liguera de los nuestros,pero paradójicamente en esos años desta-car en la Copa resultó más arduo. La Real,con su equipazo, cayó tres veces casi segui-das en semifinales: 1978, 1982 y 1983. Pri-mero le descabalgó el Barcelona, luego elMadrid en los penaltis y en la tercera denuevo el Barça. Fueron torneos «raros», so-bre todo ese 1980 en que se produjo una fi-nal inverosímil entre el Madrid y su filial,el Castilla, al que lógicamente arrasó conun 6-1.

Y así arribamos a la última Copa del Ath-letic. 1984, con los leones en la cima trasganar dos ligas consecutivas con Javier Cle-mente al frente. Los leones se habían car-gado al Real Madrid en semifinales por pe-naltis, pero quedaba el Barcelona deSchuster y Maradona. Se enfrentaban dosestilos: el fútbol físico y directo del Athle-tic contra el toque y las estrellas del Barça.El choque venía lastrado también por laentrada de Goikoetxea a Maradona en elCamp Nou unos meses antes, que le costó18 partidos de sanción al central y cuatromeses de lesión al argentino.

TXISTUS Y DANTZAS

En 1969, el NO-DO serecreaba en las imágenesde txistularis y dantzarispor Madrid. Habían ido aanimar al Athletic, querecuperó la Copa frenteal Elche.

TRAS EL FRANQUISMO

La cita copera en Madridpasó a ser elemento dereivindicación políticatras el franquismo, comoquedó patente en 1977. ElBetis contaba con el apoyoen la grada de FelipeGonzález.

La Real que ganó en Zaragoza (1987) y aficionados de Osasuna ante la final de 2005. L.F. ARROYABE | A. PRESS

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[26]

La tensión se mascaba en el ambiente yexplotó al final, cuando Maradona inicióuna batalla campal en la que varios roji-blancos fueron agredidos por la espalda.Antes que Maradona se desquició Schus-ter, que lanzó un bote a la grada. Sobre elcésped, el Athletic había sido mejor, tantoen la grada (se habló de 70.000 vascos por20.000 catalanes) como en el campo. En-dika marcó pronto, en el minuto 14, y lue-go los bilbainos se aplicaron en el marcajey resistieron como jabatos. Pasaron a lahistoria Zubizarreta, Urkiaga, Núñez, Lice-ranzu, Goikoetxea, De Andrés, Patxi Sali-nas, Dani, Endika (Sarabia), Urtubi y Argo-te (Gallego). La gabarra zarpó. Y a todo estoSchuster, que había sido el primero en des-quiciarse al lanzar un bote a la grada bilba-ína, afirmaba lamentar sobre todo que losreyes españoles hubieran presenciado se-mejante batalla campal.

«No pasa nada...»El Athletic repitió final un año después, en1985, pero esta vez no pudo ser. Tras elimi-nar en cuartos a la Real y en semifinales alBetis, se le atragantó el Atlético de Madridde Luis Aragonés, con Hugo Sánchez –quehizo doblete– como figura. Julio Salinasmarcó después el 2-1, pero el tanteador yano se movió. Dani jugó su última final, con34 años.

La Real Sociedad no había conseguidocolarse en ninguna final en sus mejoresaños, pero sí lo hizo en 1987 tras renovarsu equipo campeón con los Luis Mari Ló-pez Rekarte, Bakero, Larrañaga... acompa-ñando a los veteranos Zamora, López Ufar-te o Arkonada. La Romareda de Zaragozaiba a pasar a la historia, porque la Real nohabía ganado nunca una Copa, aunque síaquel Ciclista San Sebastián de sus oríge-nes. El partido tuvo tres nombres muymarcados: López Ufarte, que marcó el 1-0en su despedida; Txiki Begiristain, con ungolazo por la escuadra (2-1); y Arkonada,que en los penaltis dio la razón a quienesse desgañitaban en la grada con aquel «Nopasa nada, tenemos a Arkonada». Habíacostado casi un siglo entero, pero la Copavolvía a Donostia, y hubo hasta quien pa-rafraseó a Alberti para cantar en honor aArkonada aquellos versos dedicados a Plat-ko hacía ya 60 años.

Aquel equipo creció muy rápido de lamano de Toshack y un año después seplantó en la final de nuevo, y como granfavorito pese a medirse a todo un Barcelo-na. La Real había acabado segunda la liga;el Barça, sexto. Pero sobre todo coleaba laexhibición dada en el Bernabéu en semifi-nales, donde los donostiarras habían des-lumbrado con un 0-4 (dos de Bakero, Go-rriz y Begiristain), ridiculizando a laQuinta del Buitre. El Barça, por su parte,llegaba tras eliminar a Osasuna, quinto enla liga, pero en muy mala forma; de hecho,si no gababa la Copa, ni siquiera jugaría enEuropa.

El favoritismo donostiarra no sirvió denada; al contrario, le salió un partido es-peso, que decantó en su contra el gol deun vasco, Alexanko. Luis Aragonés habíavuelto a cruzarse en el camino de losnuestros.

Siglo XXI, ni Osasuna ni AthleticCon aquella decepción iba a venir una tra-vesía del desierto copera casi intermina-ble. De hecho, hubo que esperar toda unadécada para que otro equipo vasco apare-ciera en semifinales, ¡el Alavés! En el añoen que iba a ascender a Primera, 1998, losgasteiztarras eliminaron a Aurrerá, Oviedoy Compostela. La campanada llegó en oc-tavos, cuando dejaron fuera al Real Ma-drid, y siguió en cuartos, tumbando al De-portivo, instalado también en la elite. Sutrayectoria la quebró en semifinales el Ma-llorca, que luego perdió la final con el Bar-celona.

Hubo que llegar a 2005 para romper na-da menos que diecisiete años de sequía enlas finales. Lo hizo Osasuna, nuevo en es-tas lides. La final tuvo un previo desespe-rante: tres años antes, en 2003, los rojillosdilapidaron miserablemente esa opciónde hacer historia. Se plantaron en semifi-nales y les tocó en suerte el Recreativo, co-lista de Primera. En un exceso de confian-za en la plantilla imperdonable, elmexicano Javier Aguirre sacó a los suplen-tes en Huelva y se trajo a casa un 2-0 queno pudo voltear en El Sadar. Sin embargo,dos años después la suerte le deparó otraopción, tras eliminar en cuartos al Sevillay en semis al Atlético de Madrid. Los roji-llos se midieron en el Calderón al Betis,que había sido cuarto en la liga. Con22.000 hinchas en las gradas, les faltómuy poco para levantar un gran trofeo porprimera vez en la historia. El australianoAloisi empató en el minuto 84 tras adelan-tarse el Betis, y los rojillos llegaron más en-teros a la prórroga, pero las ganas de ganarprovocaron una contra letal y el trofeo sefue a Sevilla.

Precisamente el Betis había sido verdu-go del Athletic en la semifinal, apagando lased bilbaina de volver a disputar su Copa,cada vez más acuciante. En 2009 ya noperdonó. El león se merendó en San Ma-més a aquel Sevilla cuyo presidente habíaprometido comerle «hasta el rabo». Valen-cia fue la última final para los vascos, ensu competición preferida, pero tampocopudo ser frente a la engrasada maquinariade Pep Guardiola, en un año en que el Bar-celona lo iba a ganar todo. Mañana en elCalderón se repetirá el choque, que puededar a Euskal Herria su primera Copa desdeaquella de la Real en La Romareda, hace yacasi un cuarto de siglo.

LAS FINALES DE COPA CON EQUIPOS VASCOS1902. Madrid: Bizcaya 2-Barcelona 1.

1903. Madrid: Athletic 3-Real Madrid 2.

1904. Madrid: Athletic-Español de Madrid (campeón el Athletic sin jugar).

1905. Madrid: Real Madrid 1-Athletic 0.

1906. Madrid: Real Madrid 4-Athletic 1.

1907. Madrid: Real Madrid 1-Bizcaya 0.

1909. Madrid: Ciclista San Sebastián 3-Español de Madrid 1.

1910. Donostia: Athletic 1-Vasconia 0.

1911. Getxo: Athletic 3-Español de Barcelona 1.

1913. Hubo dos torneos:

Madrid: Racing de Irun 1-Athletic 0. Barcelona: Barcelona 2-Real Sociedad 0.

1914. Irun: Athletic 2-España de Barcelona 1.

1915. Hondarribia: Athletic 5-Español de Barcelona 0.

1916. Barcelona: Athletic 4-Real Madrid 0.

1917. Barcelona: Real Madrid 2-Arenas de Getxo 1.

1918. Madrid: Real Unión 2-Real Madrid 0.

1919. Madrid: Arenas de Getxo 5-Barcelona 2.

1920. Gijón: Barcelona 2-Athletic 0.

1921. Bilbo: Athletic 4-Atlético de Madrid 1.

1922. Vigo: Barcelona 5-Real Unión 1.

1923. Barcelona: Athletic 1-Europa 0.

1924. Donostia: Real Unión 1-Real Madrid 0.

1925. Sevilla: Barcelona 2-Arenas de Getxo 0.

1927. Zaragoza: Real Unión 1-Arenas de Getxo 0.

1928. Santander: Barcelona 3-Real Sociedad 1.

1930. Barcelona: Athletic 3-Real Madrid 2..

1931. Madrid: Athletic 3-Betis 1.

1932. Madrid: Athletic 1-Barcelona 0.

1933. Barcelona: Athletic 2-Real Madrid 1.

1942. Madrid: Barcelona 4-Athletic 3.

1943. Madrid: Athletic 1-Real Madrid 0.

1944. Barcelona: Athletic 2-Valencia 0.

1945. Barcelona: Athletic 3-Valencia 2.

1949. Madrid: Valencia 1-Athletic 0.

1950. Madrid: Athletic 4-Valladolid 1.

1951. Madrid: Barcelona 3-Real Sociedad 1.

1953. Madrid: Barcelona 3-Athletic 1.

1955. Madrid: Athletic 1-Sevilla 0.

1956. Madrid: Athletic 2-Atlético de Madrid 1.

1958. Madrid: Athletic 2-Real Madrid 0.

1966. Madrid: Zaragoza 2-Athletic 0.

1967. Madrid: Valencia 2-Athletic 1.

1969. Madrid: Athletic 1-Elche 0.

1973. Madrid: Athletic 2-Castellón 0.

1977. Madrid: Betis 2-Athletic 2 (8-7 a penaltis).

1984. Madrid: Athletic 1-Barcelona 0.

1985. Madrid: Atlético de Madrid 2-Athletic 1.

1987. Zaragoza: Real Sociedad 2-Atlético de Madrid 2 (4-2 a penaltis).

1988. Madrid: Barcelona 1-Real Sociedad 0.

2005. Madrid: Betis 2-Osasuna 1.

2009. Valencia: Barcelona 4-Athletic 1.

Abatimiento rojiblanco tras la final perdida en Valencia en 2009. Monika DEL VALLE | ARGAZKI PRESS

Page 27: Athletic Kopa finala 2012

2012 5 24 osteguna GARA [27]

El fútbol, como complejo fe-nómeno de extraordinariocalado social que es, se defi-ne a través de una intrinca-da y mutante variedad de

innumerables aristas. A estas alturasnadie duda de que sus raíces rebasancon creces el ámbito deportivo que pornaturaleza le corresponde, para hundir-se con fuerza en territorios múltiples yheterogéneos de cada colectividad. Ytambién resulta evidente que llega in-cluso, en puntos temporalmente espe-cíficos, a situarse muy por encima decualquier otro espacio, ya sea político,económico o social.

La temporada que está firmandonuestro Athletic es un claro ejemplo delo que les digo. La identificación con elequipo en Bizkaia ha sido de tal magni-tud, que en momentos concretos ha ex-pulsado del mapa informativo y, aúnmás, de la agenda social y tabernariacotidiana a cualquier otro asunto, porrelevante que fuera –o que lo pudiera–parecer.

Sin embargo, esta singular ecuación,

en la que la pasión no es la menor delas variables, se reduce al final y de for-ma drástica e inalterable a dos únicasopciones: ganar o perder.

La extrema concentración de emocio-nes, sesudos análisis, mágicas predic-ciones y acaloradas discusiones se cie-rra en el preciso instante en el que elárbitro pita el final del partido. Se tratade una misma moneda, pero dos carasopuestas: la de la victoria o la de la de-rrota.

Ell Athletic, Bizkaia entera,paladeó el trago amargo dela derrota en el Estadio Na-cional de Bucarest. Pasadoslos días, toca ahora empujar

de nuevo al equipo, subirlo en volandasa la Gabarra para surcar la ría aguasarriba.

La victoria ante el Barça será la mere-cida recompensa a una trayectoria sintacha, se convertirá en el justo premio auna afición entregada y también a un

equipo generoso en el esfuerzo. La de-rrota, ante la mejor escuadra del mun-do, solamente una lección más en losya centenarios anales de un club que esúnico por su filosofía y porque, si algotiene a gala, es el saber mirar siemprehacia delante y con perspectiva, despre-ciando los cortoplacismos que suelenser, más pronto que tarde, sinónimo defrustración.

Dicho de otro modo, la victoria nosllenará de orgullo y vino. La derrota, deesperanza e ilusión renovadas. Pero, encualquier caso y ocurra como ocurra,en nuestro álbum de los mejores re-cuerdos brillará ya la épica del partidoante el Manchester United, en el mejorSan Mamés de los últimos años. ¡¡Ath-letic!!

Anjel ORDOÑEZPeriodista

Un Athletic deilusión y perspectiva

El primer recuerdo que tengorelacionado con el Athletic,que es casi mi primer re-cuerdo, me lleva a unas va-caciones en la población

pontevedresa de Panxon, donde otroveraneante, supongo que al verme ju-gar con el balón en la playa, me pregun-tó si me gustaba Rojo. Yo, un mocosoque no levantaba un palmo, ni siquierasabía quién era esa persona por la queme preguntaba, pero creo que sí sabíaque era del Athletic. Rojo no, yo.

Años después llegó el gol de Endika,que vimos en el piso del vecino del sex-to, Ramos; la Gabarra y los cánticos so-bre Maradona –con el tiempo aprendí aperdonarle– frente al Ayuntamiento; yla camiseta de algodón con el número 2de Urkiaga planchado en la espalda. Meacuerdo también del día en que le di lamano a Clemente y de lo entrañableque nos resultó Howard Kendall.

Con los noventa vino Jupp Heynckesy su rombo revolucionario, el fenóme-mo Julen Guerrero, el regreso a Europa,las cuadrículas del fugaz Stepanovic y

la temporada de la «Champions Luis»con el gran tanto de Etxebe que celebra-mos como un campeonato. Aunque lomás importante de esa década fue mipaso por Lezama, que sin duda dejóhuella. Sobre todo en mi familia. Locierto es que no todo el mundo puedefardar de que le ha entrenado el Txopo.

El cambio de siglo nos trajo sobre to-do un quiero y no puedo, con la angus-tia de aquel partido contra el Levante.Pero no hay mal que cien años dure, ypronto empezamos a remontar. Disfru-tamos como enanos en Valencia, sobretodo hasta el gol de Touré, y este año hasido una locura, con Old Trafford comoescenario de nuestros mejores sueños.

Vamos, que recuerdos roji-blancos tengo a porrillo.Sin embargo, cuando mehe puesto a escribir sobrela final de Copa lo prime-

ro que me ha venido a la mente no hasido nada de todo esto. He pensado en

la cantidad de seguidoras y seguidoresdel Athletic que van a seguir el partidoencerrados en sus celdas y, sobre todo,he pensado en ti, Txikillo, el mejor de-lantero que ha tenido equipo en elmundo. En el primer recuerdo que hetenido al aporrear el teclado no apare-cía el verde de San Mamés, sino la are-na de Noja, canciones de autobús y lospies rojos de golpear al balón descalzo.

Cuando escribo estas líneas, no tengoni idea de cómo va a quedar el partidoni cuántos le vamos a meter al Barça.Sinceramente, no es esta la final quemás me importa, sino esa a la que quie-ro asistir contigo y con todos los de-más, y que estamos condenados a ga-nar. La historia nos debe una victoria yla vamos a celebrar a lo grande.

Iker BIZKARGUENAGAPeriodista

Todavía nos queda porcelebrar una gran victoria

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[28]

Iñaki TELLERIA

¿Qué es una final de Copa para Iribar?Es algo especial, algo muy bueno, que tie-ne un atractivo enorme para el Athletic,por eso hasta hace poco hemos sido elrey de copas. La Copa es una competiciónque está siempre en la mente del aficio-nado y en la que el jugador se siente pre-sionado para hacerlo bien. Recuerdocuando jugué la primera en 1966 contrael Zaragoza, el Athletic no había jugadootra desde 1958. Solo habían pasado ochoaños pero parecía una eternidad. En esafinal fallamos, el Zaragoza (ganó 2-0) nosdio un buen tute. Luego, al año siguiente,jugamos contra el Valencia y tambiénperdimos (2-1). Después, la tercera fue en1969, que fue la primera que gané. Fíjatelo seguidas que fueron. En cuatro añosjugamos tres finales y a la tercera gana-mos. Para los jugadores supuso quitarnosun peso terrible de encima. La presiónpara nosotros era muy grande.

¿Es bueno que el futbolista sienta esapresión?Creo que sí. Esa es una virtud que hemosrecuperado en el Athletic con la final deValencia de hace dos años contra el Bar-celona. Los jugadores vieron con sus pro-pios ojos el valor que tenía estar ahí arri-ba, tener la oportunidad de jugar y deintentarlo. Además, comprobaron la ilu-sión que genera en la afición. Lo de jugaruna final de Copa es una sensación quehay que vivirla, no se puede explicar.Ellos ya han visto que merece la pena lu-char a muerte por llegar a una final.

Casi se acostumbró a jugar finales...En 1973 volvimos a ganar la final contrael Castellón y finalmente llegó la del Be-tis de 1977, la que perdimos en los penal-tis. La verdad es que casi nos acostum-bramos a estar en la final y eso es bueno.Luego estuvo la del 84, que se ganó alBarcelona y, después de una eternidad, lade 2009. Ahora volvemos otra vez y te-

nemos que acostumbrarnos a eso, a estarahí, porque así también nos exigiremosmás cada día.

La experiencia ingrata le tocó en la fi-nal contra el Betis, perdieron en lospenaltys y usted tiró el último, que erael décimo del equipo... Ese partido me quitó años de vida de-portiva. Eramos favoritos, estábamosjugando muy bien durante toda la com-petición, haciendo muchos goles. Peroese partido se torció. Al final, despuésde una de esas interminables prórrogas,nos ganaron a penaltis. Tiramos unmontón (diez por cada equipo) y a míme tocó hacerlo por que ya no había ca-si jugadores de campo. Me lo paró Esna-ola y la sensación fue horrible. Se mecayó el mundo encima. Fue el momentomás duro de mi vida deportiva, pero esuna experiencia que hay que vivir, por-que en una carrera como la mía, de 18años de profesional, tiene que haber de

todo. Eso te sirve para reflexionar yaprender a levantarte.

¿Había entrenado los lanzamientos?No, era el primero que tiraba en mi vida,no lo tenía entrenado. Además, teníamosmuy buenos especialistas como Dani,Rojo, Churruca o Irureta. Yo estaba parapararlos, no para tirarlos. La verdad esque me pilló de sorpresa, porque lo de ti-rar me lo dijeron en el mismo momento.Lo único que pensé es que tenía que irdentro de la portería. Hice una pequeñaparadinha, pero Esnaola aguantó y viohacia dónde fue el balón.

¿Fue fallo suyo o acierto de Esnaola?Siendo portero, le doy siempre el méritoal portero en esas situaciones. Yo con loque estaba obsesionado era con no tirarlafuera. Hice la paradinha y no la hice bien.

¿Cómo se manejaba con los pies?Nosotros también jugábamos partidillosy no éramos mancos, pero entonces losporteros no necesitábamos jugar con elpie. Las reglas te obligaban a jugar conlas manos. Tácticamente se jugaba deotra manera y no había tantas exigen-cias de jugar fuera del área o hacer tan-tos apoyos con el pie. Ahora, con loscambios de reglas, el portero tiene másdificultades, pero está más entrenadopara el golpeo.

Jugó cinco finales de Copa, todas enMadrid ¿cómo era el ambiente allí?Estábamos en Madrid como en casa, por-que la afluencia de gente del Athletic a lasfinales siempre ha sido masiva. Fueraspor donde fueras, parecía que los madrile-ños se habían ido y nos habían dejado laciudad para nosotros. El ambiente era ex-traordinario. Lo que no había era aficiona-dos con camisetas como hay ahora. Habíabufandas, pero al fútbol se iba vestidomás serio, o incluso de gala, con sombre-ro, corbata... Sin embargo, en la del 77, laúltima que jugué yo, ya había muchasmás banderas del Athletic y también iku-rriñas, la acababan de legalizar. Cuandoíbamos en el autobús hacia el Vicente Cal-derón el espectáculo era alucinante.

Y los recibimientos ¿cómo eran?Regresábamos en autobús y ya por la zo-na de Aranda de Duero salía mucha gen-te a la carretera a vitorearnos y aplaudir-nos. Pero no parábamos en los pueblos,salvo cuando era por necesidad fisiológi-ca. Luego, al acercarnos a la capital deBurgos, había más división de opiniones,aunque los que lo sufrían eran los co-ches que nos acompañaban. Pero, unavez que llegábamos a Orduña o Urkiola,era muy emocionante. Unas veces se ba-jaba por Orduña y otras por Urkiola. Laprimera me tocó por Urkiola y bajamospor allí porque Arieta hizo el gol de lavictoria y es de Durango. Me llamó laatención que íbamos bajando el puerto,y a la altura de Mañaria salían las ama-mas y aitites de los caseríos, con los ni-ños... Era muy emocionante. Luego hací-amos una parada en Etxebarri, tambiénpor motivos fisiológicos, porque luego seentraba en Bilbo y se hacía todo el reco-rrido de un tirón. La entrada por Atxuriera ya en un camión abierto y desde arri-

JOSÉ ÁNGELIRIBARPROTAGONISTA DECINCO FINALES, DE1966 A 1977Nació el 1 de marzo de 1943 enZarautz y fue conocido por elsobrenombre de “El Txopo”, debidoa su larga figura. Jugó 614 partidoscon el Athletic durante 18temporadas. Ganó dos Copas ylogró un subcampeonato de laCopa de la UEFA. Con la selecciónespañola ganó la Eurocopa de1964. Tras abandonar el fútbolpasó a ser entrenador de lascategorías inferiores del Athletic.Después entrenó durante cuatrotemporadas al Bilbao Athletic enSegunda División. En la temporada86/87 dirigió al primer equipo, delque también fue entrenador deporteros. Finalmente, ha sidoseleccionador vasco durante diezaños. Actualmente preside laAsociación de Veteranos delAthletic y representa al club en losgrandes eventos.

«Jugar una final deCopa hay que vivirlo,no se puede explicar»

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2012 5 24 osteguna GARA [29]

ba tocábamos a la gente que estaba enlos balcones y en las aceras. Aquello eramuy importante para los jugadores, por-que asumías que estabas en un club en-trañable, con mucha historia y con mu-cho sentimiento entre el pueblo.

¿Tuvo oportunidad de estar cerca deFranco en alguna de las finales?Cuando más cerca le vi fue cuando ganéla final de la Eurocopa contra la UniónSoviética en el Santiago Bernabéu. Perolas imágenes son muy vagas porque vascon el grupo y no recuerdas a personasconcretas. Lo que sí recuerdo es que, des-pués de ganar, nos mandaron hacer unafoto a todo el equipo con él y yo fui vesti-do distinto a todos los demás. Nos avisa-ron de que a esa final teníamos que irvestidos de smoking. Pero nos lo dijeronya en Madrid y no sabía ni lo que era unsmoking. Fui a una tienda de alquiler deropa con Chus Pereda y él se probó uno.Entonces pensé que, como en mi maletallevaba un traje “Príncipe de Gales”, daríalo mismo ir con el traje. Pues no dio lomismo. Cuando llegamos al salón los deprotocolo me miraban raro, aunque nome dijeron nada. Pero en el momentodel saludo que nos dio Franco uno a uno,me vio distinto y preguntó si yo era elbenjamín del equipo.

Hagamos un salto en el tiempo hastala actualidad. ¿Cómo vea al equipo decara a la final?

Le veo bien, con mucha intensidad, con-fianza... Es un equipo joven con condicio-nes tanto técnicas como físicas y que ca-da vez las emplea mejor. Ha creado unosautomatismos de juego que les lleva ajugar con mucha velocidad y eso cansamenos porque juegas con más alegría,con confianza.

¿Qué posibilidades de ganar le da?Al Athletic le ha tocado el peor rival quele podía tocar. El Barcelona es favorito,pero tenemos posibilidades. El Barcelonaes el mismo de la final de Valencia, peronuestras posibilidades han crecido desdeaquel partido.

¿Cómo ve al portero, Gorka Iraizoz?Le veo muy bien. Gorka tiene una virtudmuy buena para los porteros, cuando fa-lla o comete un error sabe rectificar o re-accionar. Una vez que fallas hay que se-guir en el partido y mentalizarte para nocometer otro error, y eso lo hace muybien. Puedes tener un fallo en el minuto1 o en el 10, pero luego queda todo unpartido y hay que reponerse y aportar alequipo. Un error no te puede llevar aotros errores.

¿Qué valoración hace del entrenador,de Marcelo Bielsa?Tiene muchísima responsabilidad en loque nos está dando el equipo. Es sin nin-guna duda el artífice de la confianza quetienen los jugadores. No les deja dudar y

les lleva a tener mucha confianza en símismos.

Le conoció en Argentina, hace diezaños, ¿qué impresión le causó?Ernesto Valverde y yo hicimos una girapor Argentina y Chile. Ernesto se entre-vistaba con distintos entrenadores y ob-servaba distintas formas de trabajar. Yoiba más en plan embajador del Athletic,enviado por Javier Uria, porque ademáscoincidía con un encuentro con vascosde la diáspora. Entonces Marcelo era elentrenador de Argentina y el recuerdoque tengo es inolvidable, muy ameno.Nos recibió en Ezeiza, donde estaba con-centrada la selección, y fue muy amable.Nos enseñó todas las instalaciones y, so-bre todo, nos habló mucho de fútbol. Leencanta hablar de fútbol.

¿Cómo es en la distancia corta?Es una persona muy interesante. Resu-me muy bien las ideas, es muy reflexi-vo y suele encontrar las palabras co-rrectas para expresarse. Además, esmuy humilde. En el Athletic tenemosmucha suerte de contar con él como en-trenador, como organizador... En su tra-bajo es excelente. Yo diría que es casigenial, como un mago. A cada partidovoy con la ilusión de ver qué es capazde sacar de la chistera. Es una personasabia, con mucho mundo, muy educa-do, afectivo, humilde, le gustan las co-sas sencillas...

FELICIDAD

Iribar sostiene que

«jugamos para disfrutar

y para que disfrute la

gente. Jugando una final

te sientes feliz, ves a la

gente feliz. Y ganarla es

la felicidad completa»

PENALTIS

En la final que perdió

con el Betis, antes de

fallar Iribar, ya lo

habían hecho Dani, el

especialista del equipo, y

Villar, uno de los

jugadores más técnicos

DOS COPAS

Las dos copas que ganó

Iribar llevaban el nombre

de Copa de su Excelencia

el Generalísimo y

quienes las levantaron

fueron los capitanes

Etxebarria y Saez

Argazkiak: Marisol RAMIREZ | ARGAZKI PRESS

Page 30: Athletic Kopa finala 2012

Aitite nació el 7 dejunio de 1925. Aiti-te es abuelo eneuskera. Podríadar su nombre, pe-ro no es necesario.Os basta con saberque era mi aitite.

Aitite nunca fue un niño. No es unametáfora, es la realidad. Cuando teníaonce años quedó huérfano de padre ytuvo que ponerse a trabajar para man-tener a sus cinco hermanitos peque-ños. Guardo en casa la fotocopia deuna carta por él firmada en la que rue-ga un aumento de sueldo al alcalde deBasauri ("Dios salve a España y guardede Usted muchos años"), porque con sujornal de dos pesetas como Auxiliar deOrdenanza no le da para mantener a sufamilia. La carta está fechada el 8 de fe-brero de 1938, 'II Año Triunfal'.

Aitite nunca fue mayor. Tampoco esuna metáfora, por desgracia. Murió enseptiembre de 1990, con apenas sesen-ta y cinco años cumplidos. No le diotiempo a jubilarse. Quizá nunca lo ha-bría hecho (decía que el trabajo es unhábito y que los hábitos no se dejan asícomo así), pero sé que quería dedicar almenos más tiempo a su bodega en Ha-ro (el sueño de una vida) que al restode negocios que, poco a poco, fue cre-ando con el pasar de los años para quehermanos e hijos, amigos y nietos nopasaran las penurias que él sufrió.

Aitite no pudo hacer balance, pero lohago yo: como tantos otros hijos de laguerra, la suya fue una vida de esfuer-zo, privaciones y trabajo, y trabajo, yesfuerzo, y privaciones, sin apenas re-compensas. Había algo, sin embargo,que le hacía profundamente feliz, queen cierto sentido le regalaba la infanciaque no tuvo: el Athletic Club.

No digo el fútbol, porque no era el fút-bol lo que apasionaba a aitite. Lo que lehacía perder la cabeza, en el mejor senti-do de la expresión, era el Athletic.

Algunos recuerdos puntuales queilustran esta pasión: la final de Copadel año 1984, a la que nos llevó a todala familia en un día que se mostróexultante como nunca le había visto;las comidas familiares que terminabancon canciones rojiblancas que los ni-ños aprendíamos de memoria; el him-no a tope en el coche acompasando elmovimiento de las banderas que nospermitía sacar por la ventana cuandosubíamos Artxanda camino al estadio;y, sobre todo, la pasión con la que ha-blaba de su único ídolo, y a la vez ínti-mo amigo y primo carnal, quien cum-plió el sueño de todo niño (también delniño que aitite no fue) y jugó en el Ath-letic. Quizá le conozcáis, era un tal PiruGainza.

Con respecto a aitite, mi mayor te-mor siempre ha sido olvidarle. Me ate-rra que el paso del tiempo entierre lospocos recuerdos que de él tengo bajo elpaso de nuevas vivencias. Un ejemplo:hace ya años, seducido por los recuer-dos cargados de felicidad que en míprovocaba cada vez que la apreciaba,decidí empezar a usar la misma marca

Galder REGUERA Publicado en la revista ‘‘Panenka’’

De abuelos a nietos, de casa al estadio, en presente y en pasado. La identidad del Athletic es tan

fuerte que traspasa aquello que nos separa, incluida, sí, la muerte.

Aitite, el Athletic Club

Marisol RAMIREZ | ARGAZKI PRESS

ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[30]

Page 31: Athletic Kopa finala 2012

de colonia que él llevaba. Las primerasveces, cuando salía de la ducha y pulve-rizaba el perfume sobre mí, a mi menteacudía el vívido recuerdo de los abra-zos que con toda la fuerza de mi ser ledaba cada vez que le veía, el olor de sucuello al que me aferraba cuando mellevaba 'aúpas', su presencia, tan in-mensa, tan tranquilizadora. Pero des-pués, a fuerza de vestir mi rutina conesa fragancia, dejó de funcionar el con-dicionamiento proustiano y, poco a po-co, los recuerdos fueron haciéndose ca-da vez más difusos, hasta que un díadejaron ya de responder a la invoca-ción del aroma. Hoy mi colonia es sólola mía. Siempre he temido olvidarle, sí.

Pero también traicionar su memoria.Ser alguien distinto a quien él pudo ha-ber soñado que yo sería, elegir caminosen la vida que a él le hubieran disgus-tado. Pero os contaré algo. De algunamanera, estos miedos han desapareci-do. Gracias a una revelación aconteci-da, dónde si no, en el lugar donde acon-tecen los sueños: San Mamés.

Ocurrió una tarde de comienzos de latemporada pasada. Me dirigía al estadiojunto a mi mujer. Era un domingo cual-quiera. Recuerdo que ella estaba embara-zada y que aquellos días apurábamos lasnoches hablando emocionados de cómocreíamos y querríamos que fuera nues-tro esperado primer hijo, Oihan, quienpronto nacería. Serían las cinco menospoco, porque caminábamos deprisa, con-fundidos entre la marea rojiblanca de ca-da domingo. Al pasar junto al Miguel Án-gel (es un bar), recordé un instante losdías en que en ese mismo lugar aitite mepresentaba a sus amigos como el futuro'9' del Athletic y cómo me orgullecía ysonrojaba al mismo tiempo escucharaquello. Y en ese preciso momento acon-teció lo mágico.

De pronto, los que marchaban frentea nosotros se apartaron y se reveló la

siguiente escena: un hombre caminabacon un niño de unos seis años a hom-bros. Ambos iban vestidos a juego, conla camiseta rojiblanca del Athletic. Novi sus caras, pero me hablaron sus es-paldas. En la del niño lucía el número 8y un nombre cualquiera. En la delhombre, el número 10, el número per-fecto del jugador perfecto, brillaba bajoun arco escrito con la siguiente palabraescrita en mayúsculas: AITITE.

Confieso que me desbordó la emo-ción, porque comprendí de pronto que,de alguna manera, aitite, mi aitite, aquien tanto echaba de menos cada día,estaba allí los domingos, en San Ma-més. Y lo estaba de varias maneras. Porsupuesto, en cada abuelo (¡y padre, ymadre!) como aquel, que llevaba alcampo a su nieto, a quien narraba lasgestas de Piru, Iribar, Panizo, Argoitia,Koldo Agirre, Dani, De Andrés, Larraza-bal, Txetxu Rojo, Guerrero, Fidel Uriar-

te, Zarra, Urrutia, Argote, Sola, Gorosti-za, Iriondo… mientras el niño atendíaveneración, como yo había hecho tan-tas veces antes. Pero estaba tambiénentre el público, con los jugadores, enel palco. Sí, lo estaba, pues comprendíque al igual que yo podía a!rmar sin te-mor al anacronismo que nosotros ha-bíamos vencido la Liga 69-70 o la copade 1973, y entonces ni siquiera habíanacido, podía decir sin equivocarme

que si ganábamos o perdíamos ese par-tido que hoy se jugaba, mi aitite tam-bién lo haría, porque ganábamos o per-díamos nosotros.

Esa es la verdadera grandeza del Ath-letic Club: la manera en que, con el pa-so de los años, ha ido tejiendo unaidentidad que es tan fuerte que traspa-sa aquello que nos separa, incluida, sí,la muerte. Pensarás que exagero, perono tanto. Piensa en qué tienen en co-mún esas dos personas tan amadas por

mí: mi aitite, nacido en 1925, que vivióla guerra, la posguerra y la dictadura,que jamás tocó un ordenador, un telé-fono móvil, y mi hijo, venido a estemundo global en 2010. Te lo digo yo: elAthletic, que aun siendo muy distinto,en 1925 y hoy es también el mismo, aligual que tú siempre serás la mismapersona por mucho que cambies.

Os cuento que desde esa tarde en SanMamés en que aquella camiseta mealegró la vista, soy más feliz . Sigoechando de menos a aitite, claro. No osimagináis hasta qué punto. Pero cada15 días, en San Mamés, siento que estoycon él. Miro alrededor y le veo en cadarostro felizmente rojiblanco de estemaravilloso 2012 y sé que le veré tam-bién el 25 de mayo, cuando Gurpegi al-ce las copas al cielo en el que él vive.

También sé, por supuesto, que mu-chos otros ait ites , amamas, aitas ,amas, hermanos y amigos estarán allíaunque alguna gente sin fe no puedaverlos. Entre ellos, Iñigo Cabacas, Kar-melo Ortiz , Txetxu Lanza y todosaquellos, en !n, cuyo recuerdo lucha-mos por mantener. Así, creo que gra-cias al Athletic he curado una herida,que aunque aún duele, al menos ya nosangra. Gracias a aitite pude ser un ni-ño y gracias a él (y a otros como él, quesufrieron 40 años de humillaciones ynos legaron un país mejor) tambiénpodré ser mayor, ya que no he tenidoque partirme el corazón por sobrevi-vir. Me digo que me haré mayor, peroalgo no cambiará. El Athletic seguiráestando ahí y nosotros seguiremosyendo a San Mamés (a un nuevo esta-dio, sí, pero será San Mamés). Y enton-ces un día seré yo quien lleve a mi nie-to sobre mis hombros, vestidos los doscon los mismos colores. Y fijaos bienen lo que os voy a decir: ese día mi co-lonia, esa que ahora es sólo mía, serápara él la de aitite.

Piensa en qué tienen en común esas dos personas tan amadas

por mí: mi aitite, nacido en 1925, que vivió la guerra, la

posguerra y la dictadura, que jamás tocó un ordenador, un

teléfono móvil, y mi hijo, venido a este mundo global en

2010. Te lo digo yo: el Athletic, que aun siendo muy distinto

en 1925 y hoy, es también el mismo, al igual que tú serás

siempre la misma persona por mucho que cambies.

2012 5 24 osteguna GARA [31]

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ATHLETIC-BARCELONA, KOPAKO FINALA[32]