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Artesanías de la Región de Rapel: del cobre en Coya y del mimbre en
Chimbarongo.
Héctor Caviedes Brante, Profesor de Geografía, Departamento de Historia,
Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile;
Claudia Aranda Bellenger, Licenciada en Historia, Universidad de Chile;
Catalina Codelia Contreras, Profesor ayudante de Geografía, Departamento de
Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile;
Resumen
Resumen Francés
Palabras claves (5 a 7)
En un trabajo de Geografía publicado unos años atrás, sus autores recuerdan
que el término Región proviene del latin regir, es decir, aquello que se impone
y circunscribe a un segmento o parte de la superficie terrestre. CITAR
En un área aproximada a los 14.177km2 del centro del territorio continental
chileno, el Rio Rapel y sus numerosos y variados afluentes conforman una
cuenca de carácter hidrográfica que tiene su expresión en el fraccionamiento
del sistema montañoso andino así como en el relleno de los fondos de valles y
depresiones téctonicas de este sector inmediatamente al sur de Santiago. Es lo
que designamos Región del Rapel.
Figura Nº1: Mapa de la Cuenca Hidrográfica del Río Rapel
La cuenca hidrográfica del Rapel, que se desarrolla desde las más altas cimas
andinas hasta la desembocadura en el Oceano Pacífico, cubre el 86 por ciento
de la región político- administrativa denominada del General Bernardo
O’Higgins a partir del establecimiento de la actual regionalización impuesta en
1984.
El Río Rapel, nacido de la unión de los rios Cachapoal y Tinguiririca en el
sector de La Junta, es el curso final de la red hidrografica del mismo nombre.
Estos dos grandes tributarios obtienen su caudal de un régimen hídrico mixto o
pluvionival. Ambos cursos de agua se insertan en forma de red en amplios
sectores andinos y se introducen luego en los fondos de las cuenca tectónicas
marginales: de Rancagua en el caso del río Cachapoal y del norte del Valle
Central, en el caso del Tinguiririca.
El río Cachapoal, nacido en las laderas del cerro de los Piuquenes a 4.446
metros de altura, hace su recorrido hacia el mar en forma sinuosa
predominando la dirección oeste. Dentro del ámbito de la Cordillera de los
Andes recibe afluentes tales como el Pangal, por el norte, y los ríos Las Leñas,
Cortaderal y Cipreses, por el sur.
En cuanto al río Tinguiririca, este se origina en las proximidades del Paso de
las Damas a 3.050 metros de altitud, en un afluente del mismo nombre. Recibe
después los aportes de los ríos Azufre, Clarillo y Claro.
Esta sistema hidrográfico limita al norte con la cuenca del Maipo, en donde
hacia 1541 se levantó la ciudad de Santiago de Nueva Extremadura en uno de
sus principales tributarios, el río Mapocho. Esta ciudad a la postre se
convertiría en la capital de Chile. Mientras que por el sur confina con la
también hidrografica cuenca del Maule, que ha sido señalada por los
historiadores como el límite cultural entre el incanato y el corazón de los
pueblos del Mapudungún.
El diseño actual de la cuenca hidrográfica del río Rapel, al igual que la
estructura del resto del territorio nacional, quedó definido durante la última
parte del Cuaternario, periodo en que relieves como la Cordillera de Los Andes,
la Depresión Intermedia, la Cordillera de la Costa y las Planicies Litorales,
conjuntamente con el sector de cuencas tectónicas marginales, quedaron
estructuradas tal como hoy las conocemos.
En la Cordillera de los Andes, reconocida como un característico sistema
montañoso de plegamientos, se sitúan los cabezales hídricos de esta extensa
hoya hidrográfica (NIEMEYER y CERECEDA, 1984, pp. 79), con cimas que
sobrepasan los 5.500 metros de altitud, valor que sin embargo desciende
desde el volcán Tinguiririca al Sur. Mientras en el sector septentrional las cimas
se digitan en tres alineamientos entre los que sitúa el enorme yacimiento de
cobre de El Teniente, en la mitad meridional los alineamientos de alturas se
expresan en dos. En uno y otro caso los plegamientos descienden en altitud
en la medida que se avanza al occidente.
Además, en la naciente de los afluentes de la cuenca hidrológica Los Andes
presenta un área significativa de glaciares producto de la altura y el aumento
de las precipitaciones, entre los que destacan Cortaderal, Cipreses y
Universidad, lo que ha incidido de alguna manera en la provisión de aguadas y
pastizales y, por ende, en la existencia de una variada flora y fauna
representativa de distintos niveles o pisos altitudinales ecológicos.
Al igual que el resto de Los Andes Centrales el volcanismo ha estado y está
presente en esta parte de la trama andina con volcanes activos como el
Tinguiririca a 4.000 metros de altura, y apagados como el Palomo a 4.860
metros, y que también se ha traducido en mayores y angulosas alturas y en la
base de la existencia de aguas termales en este ámbito.
A pesar de la connotada altitud del sistema montañoso andino podemos
encontrar áreas de paso o de puertos de montaña que permiten vincular a
ambos lados cordilleranos, como el Paso de Las Leñas a 2.040 metros, el
paso del Yeso a 2.602 metros en el interior de la Hacienda de Cauquenes y el
paso de Las Damas a 2.587 metros cerca del nacimiento del río Tinguiririca.
Todos estos pasos fronterizos han sido vehículos de tránsito en épocas pre y
pos-hispanas especialmente por arrieros, intermediarios y viajeros.
Con respecto a la Depresión Intermedia, el norte de la cuenca hidrográfica del
Rapel se inserta en una estructura de origen tectónico denominada cuenca de
Rancagua, que ha sido rellenada con materiales fluvioglaciovolcánicos
transportados desde el tronco andino por la acción del río Cachapoal y sus
afluentes. Mientras que en el sur de la Cuenca Hidrográfica del Rapel, el río
Tinguiririca ha realizado la misma labor de relleno en el Valle Central.
Los fondos de cuencas marginales, como la de Rancagua y la del Valle
Central, fueron fosas pequeñas o medianas que los materiales de diversos
orígenes han permitido rellenar, generando procesos edafológicos con distintas
capacidad de suelos que sirven de asiento a los diferentes tipos de vegetales,
permitiendo a su vez sostener a una variada gama faunística, configurándose
de esta manera un hábitat muy favorable para el asentamiento humano desde
tiempos muy tempranosi.
El sector de la Cordillera de la Costa, que es el último tramo cubierto por la red
hidrográfica del Rapel, se encuentra muy meteorizado y presenta pérdidas de
altura deprimiéndose bruscamente hasta no superar los 1.000 metros. Esto ha
ido configurando geomorfológicamente esta zona como un área de suaves
colinas en la que la escorrentía superficial se observa notablemente debilitada,
lo que se expresa en un paisaje fuertemente esteparizado.
Cabe destacar que en áreas aledañas a la desembocadura del Rapel, y de
cara a la Cordillera de la Costa, encontramos lagunas originadas por acción
tectónica y relleno hídrico continental que han constituido una fuente de
obtención de sal desde tiempos precolombinos. Tal es el caso de las lagunas
de Cahuil, Bucalemu y Topocalma.
En relación al clima que se presenta en la Cuenca de Rapel, gran parte de ella
está bajo la impronta del tipo templado mediterráneo, que además es
característico de gran parte del centro del territorio chileno continental.
Los valores térmicos y los montos pluviométricos no son homogéneos en toda
la cuenca, en especial de este a oeste dadas las diferencias de altitud que
presentan los distintos relieves que se encuentran al interior de la estructura
litológica. Así por ejemplo, en la estación meteorológica de El Teniente, a
2.300 metros de altura, la temperatura media anual es de 9,6° C, las
temperaturas invernales (de junio a agosto) apenas superan los 4° C y las
precipitaciones anuales se concentran mayoritariamente en los meses de
invierno alcanzando a 1.072,9 mm.
Por su parte, Rancagua, localizada en la Depresión Intermedia en torno a los
400 metros presenta una temperatura media anual de los 14,7° y sus
precipitaciones promedian cerca de 500 mm anuales.
Topocalma, en las proximidades de la desembocadura del Rapel y frente al
Océano Pacífico, presenta precipitaciones que alcanzan a cifras cercanas a
los 823,5 mm anuales y una temperatura media anual de 12,6° C.
Además de las diferencias de este a oeste también hay una variación térmica y
pluviométrica de norte a sur: San Fernando, localizada a poco más de 70
kilómetros al meridión de Rancagua y situada a 329 metros presenta
precipitaciones anuales de 773 mm y una temperatura promedio anual de
14°C.
Las diferencias de temperaturas y de precipitación líquida al interior de ésta
region no son suficientes para explicar su incidencia en las cubiertas
vegetacionales, para ello es preciso observar la existencia y disposición de los
relieves. De esta manera se comprende que ambas cordilleras favorezcan las
diferencias de densidad de flora.
Además, en esta area se destaca una gran variedad tanto de especies
arbóreas, arbustivas y herbáceas de múltiples usos: el alimenticio, como el
Peumo; el uso forrajero, como la Quila; especies nativas de uso artesanal y
doméstico, como el Quillay; de uso medicinal, como el Quinchamalí, etc. (DEL
RIO y TAGLE, 2001: 32).
Dos artesanías de la Cuenca del Río Rapel
Estimado: artesanía derviva de artesano y éste a su vez del
italiano artigiano "que ejerce un arte manual", por el mismo procedimiento que
se aplicó cortigiano "cortesano". Por lo tanto, el étimo próximo es del italiano,
no directo desde el latín. En este sentido, la explicación artesano < artis +
manus "arte con las manos" me parece dudosa o, por lo menos, no es muy
transparente, incluso puede ser un caso de falsa etimología o etimología
popular. En síntesis, el recorrido del étimo más plausible es lat. ars, artis >
*artensis > artisanus > it. artegiano > esp.artesano. El * indica que se trata de
un adjetivo supuesto pero no testimoniado. Un cordial saludo, Prof. San Martín.
El artesanado ha sido definido como el conjunto de actividades en cuyo
proceso, sea de producción de bienes o de prestación de servicios, predomina
el trabajo manual mediante el empleo de herramientas; sin embargo, se
reconoce que la maquinaria puede jugar un papel importante en la operación,
siempre que el trabajo esté controlado por el dueño y no sea en serie. En la
mayoría de los talleres artesanales el trabajo es familiar o individual debido a
las características del propio trabajo: requiere de poco capital, un equipo simple
y generalmente de tipo tradicional que resulta accesible para las personas de
bajos ingresos (CONSERJERIA NACIONAL DE PROMOCION POPULAR,
1968: 15).
Además, la artesanía ha sido definida como producto local, comunitario e
historicamente producido por una comunidad que se trasmite los saberes a
través de la oralidad (RAMOS, TUÑON y CALDERON, 2000: 3). Para las
comunidades que las producen y las consumen, las artesanías tienen un
sentido comunitario y un valor de uso que les diferencia de las produciones
realizadas desde el arte popular, que, contrario a lo anterior, son objetos que se
caracterizan por pertenecer a un circuito de objetos artísticos dependientes del
genio individual y a las corrientes ajenas a la comunidad (GARCIA CANCLINI,
1986).
En las areas rurales el objeto artesanal es manufacturado con materiales que
se encuentran en su entorno natural o que recicla del espacio urbano e
inclusive importa desde el extranjero (MONASCAL y CASTRO, 2006: 2)ii. En
estas zonas los campesinos combinan las labores agrícolas con las
artesanales, en donde este tipo de producción aparece como una alternativa
para obtener ingresos adicionales (MONASCAL y CASTRO, 2006: 4).
Pero los incesantes cambios traidos por la globalización hoy nos impelen a
ubicarlos en la lógica del presente y visualizarlos necesariamente como
productos que, si bien están anclados a procesos productivos tradicionales,
están imbricados en el circuito del mercado y por tanto, no están ajenos a los
procesos de modernización (GARCIA CANCLINI, 1982: 201). Incluso hoy el
término de artesanía es utilizado para referirse a quien hace por su cuenta
objetos de uso doméstico imprimiéndoles un sello personal, a diferencia del
obrero fabril (MONASCAL y CASTRO, 2006: 7)iii. Y es que, a juicio de Erminy
Perán, una de las consecuencias de la globalización es que constantemente se
esté modificando lo que entendemos por tradicional, cultural, auténtico, artístico
o artesanal gracias a los continuos cambios que se producen en el mercado
local y en el internacional.
En particular, en el área de la cuenca del Rapel encontramos artesanías que
son producto de un proceso histórico cultural que se ha dado en situ, lo que
obedece a lo que se conoce como artesanías tradicionales, pero también
encontramos aquellas generadas a partir de políticas de entidades públicas
motivadas por problemáticas locales. Tal es el caso de Chimbarongo y Coya
respectivamente.
Coya
Dentro de esta enorme cuenca hidrográfica del Rapel, en la confluencia del río
Coya con el Cachapoal, encontramos la localidad de Coya, ubicada en la
comuna de Machalí -provincia de Cachapoal, VI Región-, a los 34º15 de latitud
sur y 70º51’67 de longitud oeste. El pueblo fue contruído sobre la ladera de un
cerro en un medio que se caracteriza por una geografía accidentada, con una
estrecha calle principal. La distancia entre ella y la ciudad de Rancagua, capital
de la región administrativa, es de alrededor de 20 kilómetros, y de más de 120
kilómetros si nos referimos a la capital de la República, Santiago.
Si bien su nombre proviene del quecha y su significado es “princesa”, esta
localidad formó parte de una merced de tierra entregada a los conquistadores
durante el siglo XVI. Pero es en el siglo XX cuando su localización la
transforma en un punto neurálgico para la explotación comercial del yacimiento
minero de cobre conocido hoy como El Teniente.
otorgada en 1546 fue heredada en gran parte por Catalina de los Ríos y
Lisperguer, quien en 1628 dona una parte a la Compañía de Jesús,
constituyéndose la Hacienda de la Compañía con una superficie de 10.000
cuadras que abarcaban los terrenos comprendidos entre lo que es hoy
Angostura y el río Cachapoal, de mar a cordillera (Del Río y Tagle, s/f). Un
dato que confirma la propiedad de los descendientes de Mateo de Toro y
Zambrano, sobre el territorio que comprende actualmente el pueblo de Coya y
sus alrededores, se encuentra en la instalación de un horno de fundición de
cobre, hacia el año 1850, “en el lugar llamado “Los Perales”, de propiedad de
Juan de Dios Correa y Saa, cerca de la confluencia de los ríos Coya y
Cachapoal (Baros, 1995:32). por no tener las mujeres en esa época derechos
sobre sus propiedades, salvo mediante la firma de un pariente hombre, es el
marido de Nicolasa de Toro y Dumont, Juan de Dios Correa y Saa, quien figura
como dueño.
Una de ellas, es la que hereda Josefa Correa Toro llamada Fundo Los Perales,
y que finalmente queda en manos de su nieto Benjamín Errázuriz, uno de los
primeros propietarios recordados por los actuales habitantes de la localidad; la
otra es la que adquiere Rafael Correa Toro, de la que se sabe contenía en su
propiedad la mina El Teniente. Una de las dos hijas de este último, Nicolasa
Correa Blanco, se casa con Carlos Irarrázabal Larraín, quien por los derechos
de su esposa y en nombre de los descendientes de Juan de Dios Correa y Saa
realiza la transacción de la mina de cobre con Braden Copper Co. en el año de
1905 (Baros, 1995). La adquisición de la mina de parte de los norteamericanos
producirá consecuencias impensadas para Coya.
Originalmente el Fundo, que comprendía las tierras desde el cruce de los ríos
Coya y Cachapoal hasta el límite con Argentina, se componía de alrededor de
setenta mil hectáreas. Todo este espacio se dividía en una serie de potreros
destinados a distintas funciones, por ejemplo, para cultivos de pastos, porotos,
maíz, trigo o frutales con una superficie que podía superar las 100 hectáreas; o
para crianza de animales que en total podían sumar cerca de 1.500 cabezas de
ganado. Además, existía una lechería, una chanchería y una pastería para la
venta de forraje. Por la posesión de tierras de cordillera los animales eran
subidos y bajados constantemente mediante arreo al lugar de la veranada y la
invernada (entrevista a Luis Contreras, Julio 2006). Para el fundo trabajaban
alrededor de 50 personas, que recibían un sueldo mínimo más una casa y un
cuarto de cuadra de terreno para la siembra y la crianza de animales para el
autoconsumo, cifra que en verano se duplicaba para cumplir con las labores de
cosecha (entrevista a Luis Vásquez, Julio 2006). Por la magnitud de su
producción prontamente el Fundo Perales se convirtió en proveedor de la
Braden Copper para la mina.
Será la construcción de la Casa de Fuerza de Coya la que permitirá erl
surgimiento de los primeros asentamientos espontáneos que prosperan en la
localidad gracias a la llegada de grandes contingentes de trabajadores
campesinos de diversos sectores, como el Rulo, Curicó, Machalí, entre otros.
Los primeros campamentos surgirían a orillas del río, con chozas hechas de
coligüe y barro y fanolas en el techo. Lentamente el número de habitantes fue
aumentando, apareciendo poblaciones como la Americana, el Jote y el
Chancho, y junto con ellas apareció tam,bién la segregación entre los gringos y
los demás trabajadores (FONDART). Más tarde surgirán nuevas poblaciones
como Errázuriz, Bellavista y El Alamo.
La población Errázuriz está ubicada en el sector céntrico de la localidad de
Coya, y corresponde al casco antiguo de este singular poblado. Conforma una
trama muy particular de asentamiento que consolida el principal espacio
público de esta localidad. Se trata de un conjunto de viviendas construidas en
la primera década del siglo XIX por obreros que participaban en la construcción
de la central hidroeléctrica, vinculados a la empresa minera Braden Cooper
Company, y trabajadores agrícolas que migraron de la Hacienda Perales.
Coya en la actualidad aún no cuenta con un sistema de alcantarillado público,
si no que presenta soluciones individuales de pozo y fosa séptica.
Figura Nº 2: Mapa de la Sexta Región del Libertador Bernardo O’Higgins
Fuente: Instituto Geográfico Militar.
Autor: Elaboración propia
Para efectos de las artesanías de cobre que se producen en esta localidad es
requisito hablar de la minería metálica en las proximidades de Coya. El
Teniente, al igual que los yacimientos de más al norte, está relacionado con el
marco tectónico de la Cordillera de Los Andes, que se asocia a la presencia del
margen continental activo con subducción de corteza oceánica bajo el
continente sudamericano, lo que se conoce como margen convergente de
placas (DEWEY y BIRD, 1970). La característica distintiva de esta cordillera es la
existencia de depósitos de enormes volúmenes de material ígneo generado a
lo largo de su historia geológica, los que se relacionan directamente con su
contenido metálico (GARRIDO y MCKINNONA, 2003)iv y que permiten la
existencia de varios depósitos gigantes de tipo pórfido cupríferov.
Figura 3: Ubicación de las franjas metalogénicas de pórfidos cupríferos de
Chile-Perú. Los pórfidos cupríferos y auríferos principales, así como los
prospectos de los diferentes cinturones metalogénicos, son mostrados junto
con su rango de edad respectiva. Los yacimientos correspondientes a este
trabajo son identificados en rojo. Fuente: ASTUDILLO, 2008: 23.
La mina El Teniente está situada a 2300 metros de altura, entre 31 ° y 34 ° de
latitud sur y a una longitud de 70° 19’, en el flanco occidental de la Cordillera de
los Andes, en la parte alta de la cuenca hiodrológica del Rapel, área que
administrativamente pertenece a la comuna de Machalí, en la Provincia
Cachapoal de la Región del Liberatador Bernardo O’Higgins. Este yacimiento
minero se encuentra a 44 kilómetros al noreste de la ciudad de Rancagua y
aproximadamente a 120 kilómetros al sureste de Santiago.
La actividad extractiva de carácter comercial de gran envergadura para la
economía nacional en este yacimiento sólo viene a implementarse con la
presencia de la compañía estadounidense Braden Coopper Company en 1905,
aunque este metal rojo ya habría despertado interés desde tiempos
precolombinosvi.
En épocas prehispánicas la explotación minera había sido realizada con
distintos niveles y usos. Antes del periodo Inca muy rudimentariamente para
fines decorativos, utilitarios y de caza (Del Río y Tagle, s/f), mientras que
durante el dominio del Tawantinsuyu incluso se sabe de la construcción de una
rudimentaria fundición por el cacique Coya, cuyos restos se conservaron y
fueron aprovechados hasta el siglo XIX (Baros, 1995). Durante la Colonia y la
República su aprovechamiento fue algo más intensivo, pero no con los
alcances, expectativas y éxitos del periodo norteamericano.
Debemos distinguir una actividad que tiene por fin el gran mercado
internacional a una cuyo objetivo es el consumo local. En este sentido,
podemos establecer que la explotación del yacimiento minero que a futuro se
denominará El Teniente se inició con la ocupación del área en tiempos
coloniales, tal como lo establece Benjamín Vicuña Mackenna: “El cobre nació
en nuestras abundosas montañas en cuna de plebeyos y así vivió durante
cerca de tres siglos; a cuya postre el trabajo i la industria, el comercio y la
ciencia de consuno con la libertad ennoblecieronlo haciendolo potencia”
(VICUÑA MACKENNA, 1883: 53).
Artesanías de cobre
En el año 2002 la Corporación de Desarrollo Pro-O`Higgins - que reune a una
veintena de empresas de la región bajo la presidencia de la División El
Teniente, CODELCO- en conjunto con la Municipalidad de Machalí crean la
Escuela de Orfebres de Coya, y su principal objetivo es la creación de
instancias de elaboración de productos ornamentales y utilitarios en los que el
cobre debe estar incluido en el artículo final al menos en un 90 por ciento.
Para ello se creó una Escuela de Artesanos de Cobre en Coya con el objeto
de aprovechar infraestructura que había quedado en desuso al ser trasladada a
Rancagua, como por ejemplo el Hospital de esa localidad. Por tanto, nos
encontramos frente a una actividad de aprendizaje artesanal inducida o
institucional de cobre en Coya que responden a una realidad no tradicional.
Pese a lo anterior, el interés mayoritario de participación en esta experiencia no
proviene de los habitantes del poblado en cuestión sino del resto de las
localidades que rodean Coya, especialmente Rancagua. Los diseños que
promueve dicha formación están inspirados en la iconografía Colonial, la
mitología Mapuche, Chilota y Aymará, así como en los bienes utilitarios de las
antiguas prácticas campesinas, como arados, bueyes y otros. Sin embargo,
una vez establecidos con sus respectivos talleres, los artesanos quedan en
libertad para producir los motivos que ellos estimen convenientes.
Esta actividad es complementaria al ingreso monetario familiar y el apoyo
institucional se basa fundamentalmente en la exposición permanente de sus
productos en las oficinas centrales de CODELCO-Chile en Santiago y Sewell,
aunque la percepción de los mismos orfebres es de escasez de iniciativas
institucionales reales de promoción de sus trabajos.
No podemos dejar de mencionar la creciente inversión de instituciones
conectadas a la Gran Minería del cobre y de otras empresas de la región
ligadas a la producción vitivinícola, frutícola, turística y agroindustrial que en
general se verían profundamente beneficiadas con la construcción y
habilitación de una ruta internacional por El Paso de Las Leñas, que debería
pasar por Coya. Además, ello podría traducirse en el fomento y la difusión de
una actividad artesanal que promueve la imagen e identificación con los
productos de origen de la región, y así de paso, que ayudaría al término de la
tendencia demográfica negativa de esa localidad.
La VI Región del Libertador Bernardo O’Higgins es una de las áreas
geográficas nacionales con un impacto más notorio en cuanto a los cambios
productivos asociados a la última modernización del mundo rural. Si bien la
región mantuvo estructuras agrarias y sociales tradicionales durante varios
siglos, en la actualidad es una de las zonas triunfadoras dentro del actual
modelo económico del país, sobre todo, por el rol de las Agroindustrias de
plantaciones y la instalación de consorcios internacionales con modernas
tecnologías en lo organizativo y productivo. Esta producción se destina
principalmente a satisfacer la demanda mundial. Todo lo anterior imprime un
sello modernizante a la región, que aprovecha una serie de ventajas
comparativas o competitivas presentes en tal espacio.
Paralelamente cohabitan en la región actividades agroganaderas en el secano
costero menos modernizadas que sus pares de la depresión intermedia,
aunque de igual manera con algún tipo de ligazón a las relaciones productivas
empresariales, misma situación que se genera en la actividad forestal en los
faldeos cordilleranos costeros. No obstante, y tal como planteara Milton Santos
en relación a los circuitos comerciales, aún las organizaciones productivas
tradicionales, con escasez de capital monetario y un área de mercado tan solo
regional o local, pueden sustentar sus actividades productivas al encontrar de
igual forma un nicho en el mercado para sus bienes, servicios y productos. Ni
los procesos modernizadores ni la globalización han logrado eliminar los
espacios tradicionales como el de las artesanías derivadas de la cultura
popular. Como sostiene Néstor García Canclini, ellas logran persistir en la
medida que puedan masificarse, industrializarse, o bien, ampliar su radio de
mercado.
En ese contexto, las artesanías, en que predomina el trabajo manual, individual
o familiar de un taller, escasez de capital monetario y una impronta sellada por
la cultura y valores del artesano, se transforma en una forma más de economía
regional o local, basado en bienes decorativos o utilitarios que el propio
mercado demanda. La actividad artesanal de cobre en Coya, al ser impulsada
por razones institucionales, difiere de lo observado en otras áreas como
Pelequén, Lolol, Chimbarongo o Limahue, en donde la artesanía es relacionada
a tradiciones culturales de larga data, sin grandes variaciones en los motivos o
productos ofrecidos.
La localidad de Coya se encuentra en una zona con un cariz de modernización
económica muy marcada. Hacia el oriente, en el valle de Chacayes, existe un
proceso de parcelaciones de agrado destinado a sectores poblacionales de
clase alta con una ordenación territorial basada en actividades turísticas y
descanso. Hacia la Depresión Intermedia, por su parte, se desarrollan zonas de
economías empresariales frutícolas, vitivinícolas y agroindustriales en general,
además de un pujante sector turístico de descanso.
Sin embargo, a partir de la década de 1960 y hasta la actualidad Coya ha visto
descender su población a poco menos de la mitad como consecuencia del
traslado y erradicación de actividades secundarias y terciarias del proceso
productivo de El Teniente hacia otros lugares. Dicho de otra manera, como
resultado de los cambios en la planificación territorial producto de las
necesidades actuales de la Gran Minería del cobre. Es esta situación de
depresión demográfica, económica e infraestructural la que ha provocado un
incipiente interés artesanal, amparado en programas que tienden a dinamizar a
la mano de obra en paro, que contradictoriamente, se localiza en un espacio
con un entorno de zona triunfadora desde el punto de vista del neoliberalismo
imperante en el contexto nacional y regional.
Por último, debemos agregar que si bien es cierto hay una política institucional
para el fomento de las actividades artesanales en la localidad de Coya, la
respuesta de los habitantes del área en cuestión no ha sido la mejor, debido a
las dificultades que se manifiestan en el ámbito de difusión de la artesanía en lo
local, así como también, debido a que la intervención de lo institucional
tampoco ha tenido el éxito esperado por la Escuela de Orfebres y CODELCO-
Chile.
La artesanía de la región de estudio, obedece por tanto, a la lógica de una
reacción o resistencia a la homogeneización económica y cultural que ofrece la
actual globalización o a la sumisión de los diferentes espacios nacionales o
locales a dicha vorágine, tal como señalara en alguna oportunidad Jacques
Chonchol.
La coexistencia de espacios artesanales locales y otros donde domina el
empresariado rural modernizante es posible gracias a la conservación, por un
lado, de sabidurías populares, así como al reconocimiento de la alteridad
cultural y el fortalecimiento de la comunidad folklórica, superando, de paso, la
oposición entre lo moderno y lo tradicional, lo globalizante y lo local.
Artesanías del Mimbre de Chimbarongo
La localidad de Chimbarongo, ubicada en la provincia de Colchagua, se
localiza en la parte septentrional del Valle Central de Chile, de tierras planas y
una flora correspondiente a las formaciones vegetacionales de las áreas de
climas Mediterráneos.
Esta localidad ocupa el área sur de la cuenca del Rapel (14.800 km2), se
encuentra inserta en la sub- cuenca andina Tinguiririca (4.730 KM2). El estero
Chimbarongo, afluente del río Tinguiririca, tiene un régimen de alimentación
pluvio- nival y es de escurrimiento permanente.
Francesco Di Castri en alusión al clima de la Zona Central de Chile, la
caracteriza como una zona que puede denominarse Mediterránea, en donde
encontramos precipitaciones superiores a los 400 mm (en el caso de
Chimbarongo superan los 700 mm. dada su latitud) y temperaturas medias
entre 14° y 15° C. aproximadamente, lo cual está asociado a una vegetación
mesófila e implica un desarrollo más potente de los procesos formadores de
suelo. (Pp. 25) Los veranos son calurosos y secos, siendo el promedio de
temperaturas de 20º C. en enero, lo que responde a la influencia que ejerce el
anticiclón del Pacífico en estas latitudes. Por el contrario, sus inviernos son
frescos y húmedos, con un promedio de temperaturas de 7º C. en julio.Todo lo
cual se manifiesta en un descenso de la actividad biológica.
Un rasgo característico de la topografía de sus 497,4 KM2 de superficie,
es la escasez de accidentes topográficos, sus terrenos bajos han sido
sometidos a la acción modeladora del estero Chimbarongo y el río Tingiririca.
La depresión intermedia de Chimbarongo se encuentra entre la Cordillera de
Los Andes, con retención crio-nival y de sectores pre-cordilleranos por el este;
y la Cordillera de la Costa por el oeste.
En relación con el elemento suelo, la mayor parte de la depresión
intermedia del área de Chimbarongo corresponde a suelos de riego, planos con
una pendiente hasta de un 2%. Desde el punto de vista textural, cerca del 60%
de los suelos presentan texturas finas (arcillosas, franca arcillosa, franca
arcillosa arenosa). De acuerdo a la clase de capacidad de Uso (CCU), la mayor
parte de los suelos son tipo II y III, con limitantes de drenaje y profundidad del
suelo.
Podemos decir que los suelos de esta área se encuentran en una fase
de desarrollo. La juventud de estos sistemas pedológicos se debe
necesariamente asociar a la juventud geológica y geomorfológica del territorio,
lo cual implica un constante proceso de acondicionamiento. Así, por ejemplo, la
frecuencia de la actividad volcánica a que está sujeta la cordillera de Los Andes
provoca la incorporación de nuevos materiales (cenizas, escoria, lavas) a los
perfiles en evolución, manifestándose ello como un proceso de
rejuvenecimiento. Lo mismo ocurre a nivel de la actividad fluvial, por una parte
se registra una gran actividad fluvial y procesos erosivos de los suelos de
laderas y por otra una importante acreación de sustancias a los suelos de los
valles medios, donde las condiciones del escurrimiento favorecen la
sedimentación. (P. 28 Geografía de los Suelos)
La Depresión Central, a partir de la latitud de Santiago, comienza a
presentarse como una gran cuenca de sedimentación, por lo cual los suelos
que en ella se han desarrollado tienen una edad que no puede ser anterior a la
última glaciación, atendiendo a su poco desarrollo, corresponden
principalmente a inceptisoles, en los que el requisito lixiviación se cumple en
los suelos de riego, por cuanto, como ya se señaló en forma natural ésta es
demasiado baja. Sobre la base de la Cordillera de Los Andes y de la Cordillera
de la Costa, así como en los conos sedimentarios formados en el contacto de
ellas con la depresión, se `presentan andisoles, con inclusiones de otros
suelos, en la medida que lo permiten condiciones locales muy específicas.
(p.35)(citar a pie de pag. Inceptisoles= suelos inmaduros que tienen un
perfil con rasgos menos expresados que los suelos maduros y que
guardan todavía relación con la naturaleza del material original;
andisoles= Suelos formados de materiales volcánicos. Débilmente
temperizados con mucho vidrio volcánico, así como suelos más
fuertemente alterados,ricos en minerales de orden de corto rango. El
material original lo constituyen fundamentalmente, cenizas volcánicas,
pero también pueden aparecer sobre todo tobas, pumitas, lapillis y otros
productos de eyección volcánica).
Su vegetación nativa está compuesta por especies arbustivas y
herbáceas propias de los bosques esclerófilos y del matorral espinoso del
secano interior, sin embargo, la introducción de especies exóticas ocupan una
alta proporción, lo que obedece al uso económico que se ha dado a está área
del territorio chileno desde la llegada de los españoles. Actualmente sobresale
la presencia de policultivos y frutales (plantaciones de pino radiata, frutales,
praderas artificiales, cultivos anuales, praderas naturales y una muy reducida
actividad vitivinícola).
La producción de artesanía en mimbre en Chimbarongo, utiliza como
materia prima el Salix Viminalis, conocido vulgarmente como sauce español o
sauce, especie que pertenece a la familia de las salicáceas. Aún no existe
acuerdo sobre la fecha de su introducción en la zona. Si bien Ignacio Bustos
Garcia (BUSTOS, 1995: 113). sostiene que desde 1939 ya existen referencias
literarias de su presencia en Chile, también existen algunas menciones al uso
del mimbre en el Tratado de Santos Tornero (TORNERO, 1872) que podrían
darnos antecedentes de su posible introducción anterior al siglo XX.
Santos Tornero (TORNERO, 1873) hablaba sobre el uso del mimbre en la
producción de vinos y aceitunas (en Europa). Para la recolección del vino se
señala:
“En algunas partes acostumbran desgranar la uva antes de estrujarla, para
separarla de los escobajos, esta práctica es escelente (sic). Para evitar el costo
que pudiera tener esta operación, se valen de varios medios que la facilitan. (
…) otros colocan sobre la cuba una zaranda de mimbres o de cordeles cuyos
agujeros o mallas son mayores que los granos de uva, y poniendo sobre esta
zaranda los racimos, los ajita (sic) un obrero con la mano y quedan los
escobajos limpios sobre la criba, pasando los granos al otro lado” (TORNERO,
1873: 9)
También da cuenta del uso de cestos de mimbre para la cosecha de aceitunas
en el Real sitio de San Fernando. (Tornero, p. 198, determinar si lugar
corresponde al actual San Fernando, España)
Figura Nº4: Tipos de tejidos en mimbre.
Fuente: ESCALONA, ESTAY y SANCHEZ, 2007: 19.
Esta especie pertenece a la misma familia del álamo populus y el sauce chileno
o salix humboltiana, del que hace referencia Claudio Gay en su Botánica tomo
V en que describe la flora existente en Chile durante el siglo XIX, aunque no
existen en ella referencias de Salix Viminalis. En el caso del sauce nativo,
señala Gay que este se cría en lugares húmedos en las provincias al norte de
los 34° latitud sur hasta el valle de Copiapó, destacando que su área se
desarrolla a lo largo de ríos y lugares húmedos. (GAY, 1848: 384).
“Se conoce mas de cien especies de este jénero y casi todas viven fuera de
los trópicos y en general en los lugares húmedos. Varias especies están
cultivadas en Europa por la flexibilidad y tenacidad de sus tallos, lo que nos
hace muy útiles para ciertas obras. Su madera, bastante fofa, es de poco uso,
pero como combustible es mucho mejor que la del Alamo y su carbón de primer
(sic) calidad para la fabricación de la pólvora. En razón de sus largas y fuertes
raíces se deberían cultivar con abundancia a lo largo de los torrentes para
sujetar las tierras. Muchas de sus especies dan igualmente varas largas, muy
flexibles, que se podrían emplear al igual del sauce de Europa llamado mimbre,
cuyo uso es tan general y tan conocido.” (GAY, 1848: 383).
El mimbre fue utilizado desde los albores de la civilización, en Mesopotamía,
en Egipto e incluso se hace referencia a su uso en La Biblia. Su nomnre
científico Salix Vinimalis, proviene del nombre de una de las 7 colinas de Roma
(Collis Viminalis) y Plinio en el siglo I recomienda su cultivo.(citar ponencia)
Durante el siglo XVIII, se menciona el aumento de cultivos de mimbre
para cubrir la mayor demanda de cestos de mimbre de buena calidad
(ponencia)
Actualmente la distribución natural de Salix Viminalis se localiza en Europa
Central y Septentrional, Siberia y Asia templada. Se cultiva y crece en forma
espontánea y asilvestrada en toda Europa y América. Su hábitat se ubica en
ondonadas humedas y en las veras de los cursos de agua, preferentemente en
altitudes menores. Rara vez sobrepasa los 500 metros cuando es cultivada.
(“Sauce-mimbre” p. 52 INFOR)1
De las cerca de 300 especies de árboles Salix distribuidos en diferentes
latitudes en el planeta, en América meridional sólo existe la especie Salix
Humboldtiana, presente en ríos, acequias y canales de Argentina, Uruguay y
Chile, y su introducción procedería de España (BUSTOS, 1995).
El Salix Viminalis o Mimbre, se encuentra en Chile entre la V y VIII regiones,
pero es en Chimbarongo donde se concentra la mayor parte (el 88 por ciento)
de las plantaciones del país. (( Según el VII Censo Nacional agropecuario y
forestal 2007, el 100%, 344,85 Há están en la comuna de Chimbarongo, con un
rendimiento promedio de 131,35 qqm/ha, www.ine.cl )) .De hecho, la totalidad
de las plantaciones de la VI región se encuentran en dicha comuna.
1 Marta I. Abalos R. Silvicultura y producción sauce-mimbre salix spp, INFOR, 2002
En el estudio de INFOR de 1995, la producción de mimbre de esta localidad
está concentrada en el casco urbano de Chimbarongo, situación que podría
explicarse por su proximidad a la carretera (BUSTOS, 1995).
(Comparar cuadro con VII censo agropecuario y forestal 2007)
Según el censo Nacional agropecuario y forestal del año 2007, la superficie de
cultivo del mimbre alcanzaba las 344,85 Há., con un rendimiento promedio de
131,35 qqm/ha., las que corresponden al total de los cultivos de mimbre en la
comuna de Chimbarongo. Para ese censo no se registran cultivos de mimbre
en otra comuna del país. Lo que indica además que se produjo un aumento de
los cultivos de mimbre, con una producción de 13.989 qqm.
Entre las cualidades de esta especie destaca su rápido crecimiento
juvenil, la tolerancia a la competencia cuando es plantada en altas densidades,
un eficiente uso del agua y nutrientes, su fácil reproducción y regeneración,
resistencia a pestes y enfermedades y adaptación al stress hídrico, al frío y las
sequías. (BUSTOS, 1995)
Los ejemplares arbóreos son conocidos como sauce y los arbustivos
como mimbre. Su altura varía entre 3 a 10 metros, es dióico de hojas caducas,
con gran capacidad de rebrote a partir de tocones remanentes de la corta, y
con una longevidad que supera los 30 años. Sus ramas son flexibles y
derechas, desde los tres años y máximo a los cinco de plantada empieza a
producir varas, que por su profuso crecimiento pueden ser podadas
anualmente. Estas varas son comercializadas en manojos de un metro de
perímetro, esto es, 32 centímetros de diámetro (BUSTOS, 1995).
Descripción física e histórica de la localidad de Chimbarongo
La comuna de Chimbarongo tiene 497 km2 de superficie con más de 30
localidades y una población de 32.316 habitantes. Sus orígenes se remontan a
la creación del Corregimiento de Colchagua en 1593, cuando el gobernador
García Oñez de Loyola diseña al interior del Cabildo de Santiago los tres
primeros corregimientos de la Gobernación de Chile: Quillota, Colchagua y
Maule. Este diseño habría sido impulsado por la necesidad de crear divisiones
administrativas para generar y fortalecer una frontera: Maule, dada la
incapacidad de controlar los territorios al sur del río Bío-Bío.
La formación de estos corregimientos se sustentó en la unificación de las
doctrinas, las capitanías de guerra y las alcaldías de minas. Según Carvallo y
Goyenetche el corregimiento de Colchagua, ocupaba la parte central de lo que
se conocía como provincia de los promaucaes, situada entre el río Cachapoal y
Rapel por el sur, y entre la Cordillera de Los Andes y el mar, en dirección este
– oeste, hasta confinar con el río Mataquito y la Laguna de Los Choros, o de
doña Esperanza, en la desembocadura del Estero Nilahue. En este territorio se
establecieron varias doctrinas: Malloa, Rapel, Colchagua, Chimbarongo,
Nancagua y Teno (CARVALLO y GOYENECHE, 1861: 173).
Entre 1580 y 1620 se produjo un período de expansión económica impulsada
por la exportación de productos agropecuarios desde la Zona Central hacia los
mercados de Alto y Bajo Perú. Esto tuvo como consecuencia el término de las
concesiones de mercedes de tierra y una redistribución de la mano de obra.
Con las transformaciones de las estructuras espaciales del centro geográfico
del futuro territorio de Chile, se consolidaba la tenencia de la tierra, una
estructura social con propietarios y trabajadores dependientes, así como se
afianzaba una estructura productiva cuyas bases se encontraban en la
ganadería y, en menor medida, la actividad cerealera con el trigo como
producto principal.
Un tercer sector productivo se desarrolló en la economía del Reino de Chile
con las plantaciones de vid en la extensa área situada entre Copiapó y
Concepción. Así, la vitivinicultura logra altos niveles de producción en los
siglos coloniales, permitiendo el abastecimiento del consumo interno y,
esporádicamente, la exportación hacia el Alto y Bajo Perú. La producción de
vino en el corregimiento de Colchagua comienza en el siglo XVI y se calculaba
que para 1778 se producía unas veinte mil arrobas, superando en el doble a la
producción de Quillota y casi la mitad de lo producido en Santiago (CARVALLO
y GOYENECHE, 1861: 173).
En 1612 es fundado en Chimbarongo el Convento de La Merced,
constituyéndose en un promotor de la economía local al facilitar el
asentamiento de población. Estos asentamientos encontraron mecanismos de
sobrevivencia en la confección de bienes a partir del mimbre que podría
vincularse a la producción de los viñedos del corregimiento de Colchagua.
Es importante considerar el rol del convento en la génesis de la producción de
artesanía en mimbre. A pesar de no ser importante el cultivo de vid en la
actualidad, en el siglo XVII Chimbarongo estuvo inserto en un área de
plantaciones vitivinícolas, especialmente en localidades vecinas. Muñoz
Correa, a partir del estudio de herencias, contratos de arrendamientos y otros
documentos de la época, pudo corroborar la existencia de viñas en la doctrina
de Malloa, Chimbarongo, Colchagua y Teno. Es interesante constatar que se
producen donaciones en arrobas de vinos a las iglesias locales. El convento
San Juan Bautista de Chimbarongo de la orden de los mercedarios es uno de
los más antiguos y fue beneficiario de constantes dádivas de los hacendados
de la zona, como Bernabé Montero, Juan de Quiroga y Ruiz de Gamboa,
Francisco Zúñiga y Jofré, Francisco Pan y Agua, Gonzalo Salas y Francisco
Puebla (MUÑOZ CORREA, 1997: 177).
Muñoz Correa constata el uso del vino y las viñas como medio de pago ante
obligaciones y deudas, la celebración de contratos de arriendo para su
explotación o la entrega de tierras para su cultivo, como dote e incluso para
fines más espirituales, como la salvación de la propia alma.(Muñoz Correa, p.
181)
El sistema de Latifundio - minifundio, que se consolida durante los siglos XVIII,
XIX y gran parte del siglo XX, convirtieron a Colchagua en una de las zonas
más tradicionales de la economía en el territorio de la naciente República de
Chile, en donde predominó la gran hacienda tradicional en manos de un
reducido grupo de terratenientes, además del aislamiento provocado por el
escaso desarrollo de una red vial regional. Como consecuencia de esta
estructura agraria se estimuló a los sectores de población no incorporados de
las haciendas, a desarrollar algunos tipos de trabajo para obtener pequeños
ingresos de subsistencia, siendo la artesanía en mimbre una de estas
alternativas, pues, genera utensilios para el avituallamiento de los hogares y,
por otro lado, utensilios para las actividades agrícolas.
En la década de 1930, se impuso un modelo económico de “crecimiento hacia
adentro”, que se mantiene hasta 1970. Dicho modelo incentivó las relaciones
entre campo y ciudad: la ciudad entregaba al sector rural bienes que pasaban
por procesos tecnológicos modernos, mientras que el campo hizo llegar a los
centros urbanos productos altamente perecibles como, frutas, huevos,
hortalizas y otros. El canasto de mimbre se transforma en el contenedor para
llevar bienes desde el campo a la ciudad y viceversa.
En 1970, se observan los primeros intentos de realizar exportaciones de
artesanías en mimbre hacia Argentina, aunque ya desde 1920, con la figura de
don Manuel Benito Sandoval Riveros, la artesanía de Chimbarongo se
comenzó a producir y comercializar fuera de su localidad. CITAR
Las políticas introducidas en la década del sesenta y comienzos del setenta
referentes a los sistemas de tenencia y sindicalización campesina permitieron
asentar las bases de una transformación agraria en la región, que intervendrían
el sistema latifundio- minifundio que prevalecía en el país y mantenía un alto
nivel de concentración de la tierra (citar datos).
La Reforma Agraria, desarrollada en etapas sucesivas por tres gobiernos con
orientaciones y aplicaciones diferentes (1964-Alessandri Rodríguez, 1967-Frei
Montalva y 1970-Allende Gossens), fueron modificando en un primer momento
los sistemas de producción, con la introducción de algunos avances
tecnológicos de limitado impacto y, a partir del gobierno de Frei, con la nueva
Ley de reforma Agraria y la Ley de Sindicalización Campesina, terminaron por
intervenir el sistema de tenencia (Latifundio-minifundio), que había concentrado
la propiedad en un grupo reducido, impulsando nuevas formas de organización
de la producción, que fueron acrecentadas bajo el gobierno de Allende. Sin
embargo, el proceso fue abortado tras el golpe militar de 1973 y, sin volver la
propiedad, a la mayor parte de sus antiguos propietarios, se inició un proceso
regresivo hacia la concentración de la propiedad, que impulsó el desarrollo de
explotaciones empresariales, introduciéndose en algunas localidades de la
Zona Central, la agroindustria.
Con el triunfo del modelo neoliberal, impuesto por el régimen militar a partir de
1973, se generaró entonces, un mercado de tierras como parte del proceso de
contrarreforma agraria, generando una valoración de las ventajas comparativas
que presenta la localidad, el desarrollo de las ventajas competitivas -como la
red vial y su rápida conexión al puerto de San Antonio y a la ruta 5 Sur- y la
aplicación de nuevas tecnologías a la producción. En lo que respecta a la
producción de artesanías de mimbre, estas transformaciones, permiten su
incorporación a nuevos circuitos comerciales y genera en su interior una
división del trabajo que distingue artesanos de intermediarios y empresarios
que han internacionalizado la producción a través de una exitosa exportación.
Además, ha generado un mercado nacional del mimbre bastante importante.
Según estimaciones del Instituto Forestal, cerca de un tercio de las viviendas
de los grupos socio económicos medio- alto y alto de Santiago poseen muebles
de mimbre en interiores o exteriores, situación que se repite en menor medida
en otras ciudades grandes de Chile, como Concepción y Viña del Mar. Es
precisamente Chimbarongo, por medio de sus diferentes empresas en el rubro
mimbre, el sector que aporta los mayores porcentajes y volúmenes referidos a
dicha actividad económica.
Conclusiones Preliminares
En las laderas de los ríos encajonados, los habitantes generan un sistema de
senderos que siguen los cursos de agua y ponen en contacto los diferentes
pisos edafológicos en la Región del Rapel.
La globalización corresponde a una modelación geográficamente articulada de
actividades y relaciones capitalistas a escala global, que se caracteriza por un
desarrollo geográfico desigual del que dan cuenta las numerosas localidades
rurales que hoy día aparecen como comunidades productoras de artesanías en
la Región del Rapel.
En este contexto actual las artesanías aparecen hoy como una alternativa
económica que inhibe los procesos de descampesinización y proletarización,
siendo una solución comunitaria al desempleo y a la falta de tierra para la
producción agrícola en sectores rurales. Chimbarongo y Coya comparten la
marginalidad de las áreas rurales integradas a la modernización de 1973, que
incluyó la liberalización de los mercados, de los precios agrícolas y el retiro del
apoyo estatal.
De esta manera, hablar de artesanía rural hoy día es hablar de una forma de
subsistencia familiar que no los desarraiga del contexto cultural al que siempre
han pertenecido. Aunque la penetración de formas de consumo citadinas a
través de los medios de comunicación promueve una subordinación no sólo
material sono también simbólica de la vida campesina al régimen capitalista
(GARCIA CANCLINI, 1986; BRUNER J.J., 1990).
La problemática que envuelve la marginación de la artesanía en los cicuitos
culturales y artísticos transparenta sintomas de una condición latinoamericana
común, marcada por la exclusión histórica de las artesanías en la cultura oficial.
Hoy día en el contexto de globalización, los factores culturales adquieren una
importancia significativa en el mercado debido al rechazo a la homogeneización
cultural. Tal como lo señala el profesor David Harvey, el capital simbólico unido
a nombres y lugares otorga a estos grandes ventajas económicas sustentadas
en los principios de excepcionalidad y autenticidad (HARVEY DAVID, 2005:
48).
A lo anterior debe agregarse el actual vínculo entre tradición y nación, bajo el
cual una serie de prácticas concretas serán utilizadas para ser codificadas
como lo típico, representatitvo y necesario para la sobrevivencia de la identidad
nacional vinculada a los moldes del Estado (BARBERO JESUS MARTIN,
1987).
Ambos antecedentes permiten hoy día una diferenciación al interior de los
mismos productores, con unidades de producción y comercialización que van
desde los exitosos hasta los de sobrevivencia.
i Así tenemos el ejemplo de la Laguna de Tagua Tagua. ii Un ejemplo de materias primas importadas se produce en el caso de las chamanteras de
Doñihue, que compran el algodón mercerizado a una empresa en Brasil (Guajardo, 1997: 38). iii Con respecto a una visión moderna de las artesanías ver: CHANG-SAY, 2009:82
iv Es por eso que Los Andes hayan sido llamados como “una cadena montañosa magmática”
por Zeil en 1979 o un “orógenovolcano-plutónico” por Sillitoe en 1976 (MAKSAEV, 2001). v El yacimiento de tipo pórfido cuprífero es reconocido como un depósito de cobre de gran
tonelaje y de baja ley (~0,5% de Cu) asociados espacial y genéticamente con emplezamientos poco profundos en la corteza. Los pórfidos cupríferos tienden a tener grandes dimensiones (cientos de miles de metros de diámetro), con formas que varían desde circular a alongada, con un límite normalmente definido de manera arbitraria en base a una ley de corte. (ASTUDILLO, 2008: 30). vi Aún las investigaciones no han podido establecer con certeza la explotación de cobre en el
yacimiento El Teniente por los pueblos originarios, aunque no es completamente descartado. “Asegurar que los indijenas de Chile, que conocían el oro (milla) sin utilizarlo y entendían de los usos de la plata (lighen) hicieron del cobre, durante siglos de oscuridad que nos son desconocidos, su hierro, su plata y su oro” (VICUÑA MACKENNA, 1883: 63).
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Conclusiones:
El área terrestre cubierta por la cuenca hidrológica del Rio Rapel
conforma un segmento en el centro del territorio continental del Estado
de Chile. Al interior de este medio los factores físicos como clima y
morfología conforman un área que diferente de los inmediamente al sur
y al norte de ella, y el sistema de escorrentía que impera es la del Rapel
por lo que en rigor podemos hablar de la Región del Río Rapel.-
La estrutura geomorfológica , compuesta al igual que gran parte del
territorio nacional de Chile, se vinculan, conectan o insertan gracias
asistema hidrográfico del Rapel.-
Por otra parte la población originaria correspondió mayoritariamente a un
sector del pueblo Mapuche contactado con el Incanato: los promaucaes.-
En el periodo denominado Colonial en la Historia de Chile, la región del
Rapel fue impactada por actividades económicas que privilegiaron la
producción agrícola y pecuaria , lo que se tradujo en la construcción de
un sistema predial, productivo y social denominado : de
latifundio_minifundio, el cual debió dar paso a la producción local de
herramientas agro-ganaderas y de enseres dométicos.
Lo anteriormente expuesto , en consecuencia facilitó la generación de
artesanías , que utilizaran las materias primas del entorno para la
confección de estos bienes.-
La Región del Rapel mantuvo bastante estable sus estructuras
productivas y sociales hasta practicamente mediados de la centuria del
siglo XX ,en una especie de aislamiento con el resto del país y aún más
con el exterior de éste.-
Sin embargo,hubo a partir de los comienzos del último siglo una
explotación productiva en forma de enclave y sustentada en un
yacimiento minero , tal es el caso del yacimiento de cuprifero de El
Teniente y cuyo correlato fue el desarrollo de un asentamiento humano
concentrado de tipo precordillenano : Coya.-
En otro ámbito de nuestra región en cuestión, el tiempo dio paso a la
conformación de poblados que se sustentaron en el trabajo temporal que
se originaba en las grandes propiedades y que eran parte del sistema
latifundio-minifundio, y en consecuencia productores de bienes con
escasa alteracion sustantiva de productos naturales in situ ya sea
originario o introducido, tal es el caso de Chimbarongo.
Ambas localidades sufrieron los impactos modernizadores que enfrentó
el país en la segunda mitad del siglo veinte: Coya vivió un súbito
nacimiento y expansión, con motivo de ser sitio neuralgico en una
explotacion minera minera luego una contración demográfica y
económica con la relocalización de la población adcrita a las faenas del
mineral de El Teniente, y de más de 6.000 habitantes su población se
reduce a poco más de 3.000-
Por su parte , Chimbarongo, sufrió un fuerte impacto con los procesos de
reforma y contrarreforma con el término de las tenencias de tierra y la
emergencia súbita pero inestable de de pequeñas propiedades agícolas.-
Además , esta localidad fue impactada por el desarrollo de la
infraestructura vial y mediatica mediática del modelo neoliberal que abre
un producto a un área de mercado mayor, de tipo no solo local sino que
nacional e internacional, en donde al decir de David Harvey se impone la
rente hegemónica.-
Los procesos citados no sólo deconstruyeron estruturas materiales y
sociales, alizaron los espacios, y desterritorializaron los icononos
sociales así como su respectiva distribución espacial
De ahí que , la necesidad de recontruir territorialidad, fuera una necesidad
del poder a partir del último cuarto de siglo del siglo recién pasado, pero
ello pasa por reinstalar identidades locales, lo que observamos como
antagónico al discurso modernizante de las macro ideas sustentadas en
el progreso y la razón.-
Hay que redefinir territorios , pero en esto proceso hay que consolidad
localidades y proyectarse futuras mallas espaciales que permitan la
inserción en una globalización economica que no dé cuenta del poder
financiero internacional.-