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Artículo ricamente ilustrado que resume el estado actual de la investigación sobre al arte rupestre milenario de la provincia Carabaya en Puno, Peru.
Rainer Hostnig
Legado histrico-cultural de transcendental valor en un paisaje de spera belleza
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Indice
AUTOR Rainer Hostnig Ingeniero Agrnomo, consultor independiente de la Cooperacin InternacionalRepresentante en el Per de la Sociedad de Investigacin de Arte Rupestre de Bolivia SIARBE-mail: [email protected] Telfax: (51) 84 7973
Presentacin (Arqlo. Arturo Ruz E.) 3Introduccin 4Ubicacin del rea de estudio 5Caractersticas geogrficas y geolgicas de la zona 5Breve sntesis del contexto arqueolgico e histrico de Carabaya 8Los distritos rupestres de Macusani y Corani 9 Antecedentes de investigacin 10Distribucin y emplazamiento de los sitios rupestres 11Pinturas rupestres 14
Motivos, temas y patrones estilsticos 14Motivos figurativos 14
Figuras zoomorfas 14Camlidos 14Crvidos 17Felinos y otros animales 17
Figuras antropomorfas 18Cazadores 18Antropomorfos sin armas 0
La escenificacin de la caza 1 Motivos no figurativos 3
Composiciones geomtricas. Los llamados tejidos 3Composiciones geomtricas cerradas 3Composiciones geomtricas abiertas 4Posible significado, funcin y afiliacin cultural 4
Motivos geomtricos simples y signos abstractos 5Tratamiento grfico y uso de colores 8
Petroglifos 9Arte rupestre postcolombino 30Estado de conservacin y el inminente peligro de destruccin 31Conclusiones 33Referencias 34
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Presentacin
En aos recientes se viene abriendo un nuevo panorama en relacin al conocimiento de nuestro pasado.
Destaca en ese panorama el descubrimiento de numerosos centros arqueolgicos con importantes expresio-
nes rupestres que nos ofrecen una nueva faceta de la historia de los pueblos andinos. La idea de comunicar
acontecimientos que les ocurran a las comunidades prehispnicas, encontr en el registro sobre las rocas un
medio eficaz de perennizar su memoria ancestral. De ah que cobra importancia su estudio y conservacin,
teniendo en cuenta el valor y el significado que guardan esas obras. En ese sentido, el rea del altiplano
peruano guarda an numerosas sorpresas para quienes se esfuerzan en identificar los arcanos del pasado.
La regin de Puno fue reconocida desde tiempos coloniales y caus la admiracin de varias de sus expre-
siones culturales. Muchas de ellas, sin embargo, quedaron ignoradas. Fueron los impresionantes complejos
funerarios o las tallas escultricas, adems de las ricas fuentes de oro nativo lo que deslumbr a los ojos de
los estudiosos y visitantes. Buen ejemplo de esto ltimo se refleja en la ponderacin del oro de Carabaya,
mencionado nada menos por los cronistas Pedro Cieza de Len, Guaman Poma de Ayala, el mismo Gracilazo
de la Vega y Fray Martn de Mura en el siglo XVI.
Pero la regin de Carabaya cuyos recursos aurferos fascinaron a mas de un cronista o visitante, nos asombra
ahora con un ingente e impresionante emporio de arte rupestre como fruto del esfuerzo de Rainer Hostnig.
En efecto, las exploraciones que l ha emprendido en Macusani, Corani, Ollachea y Ayapata de la provincia
punea de Carabaya, constituyen una obra que nos abre un inusual panorama de la arqueologa andina.
La informacin consignada, pese a considerarla como preliminar, hace vislumbrar, debido a la profusin de
escenas con la representacin de los camlidos andinos, que bien pudo ser Carabaya un posible centro de
domesticacin de este ganado nativo. Dems est mencionar que la zona explorada viene a ser un museo
al aire libre donde cualquier investigador podr dilucidar muchos aspectos vinculados a la esttica, los estilos,
la tcnica y la cronologa de tan impresionante centro rupestre. Adems de otras interpretaciones de las
sociedades responsables de tales vestigios como lo hace el autor de esta publicacin, quien tiene ganado un
merecido prestigio al haber avivado la investigacin sobre estos recursos, pues nos ofrece cada vez nuevos
derroteros para el conocimiento de la prehistoria andina. Y no es la primera vez que nos pone al tanto de la ri-
queza histrica de tan singulares manifestaciones del arte rupestre, sino que l tiene una tenaz experiencia en
el estudio de este tipo de bienes culturales de nuestro pasado. Los lectores que tengan a la mano el presente
trabajo, sabrn apreciar el valor y el potencial arqueolgico de lo expuesto, as como el empeo cientfico de
su autor, por revelarnos tan importantes obras que enorgullecen a la provincia de Carabaya.
Arturo Ruiz Estrada
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
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Introduccin
Cerca de la transicin de la Cordillera de Carabaya a la ceja de selva, en el extremo norte del departamento de
Puno, se encuentra uno de los repositorios de arte rupestre ms fascinantes y menos conocidos de los Andes
peruanos, emplazado en un paisaje sobrecogedor, con profundos caones, extensos bosques de piedras de
formas caprichosas y la omnipresencia de los nevados Allincapac (5,760 m.), Huaynacapac y Chichicapac
hacia el este y del glaciar del Queamari (5850 m), el campo de hielo ms alto y extenso de la zona tropical
a nivel mundial, hacia el oeste, todos ellos importantes apus tutelares de la regin, a los cuales los pastores
desde tiempos inmemoriales dirigen sus plegarias y sus ofrendas en busca de la fertilidad y proteccin de sus
hatos de alpacas, llamas y ovejas.
Inici los estudios sobre el arte rupestre de Carabaya en el ao 001, empleando para ello buena parte de
mi tiempo libre (vacaciones anuales, feriados y fines de semana), mientras desempaaba el cargo de director
europeo de un proyecto bilateral para el manejo sostenible de la Reserva de Biosfera del Manu entre los
departamentos de Cusco y Madre de Dios. En un total de ocho viajes por la zona, de 3 a 5 das de duracin
cada una, logr registrar y documentar precariamente ms de un centenar de sitios con manifestaciones
rupestres (pinturas rupestres o grabados), logrando una cobertura aproximada del 60% del total de rea en
la zona nuclear (principalmente conformado por las comunidades de Tantamaco e Isivilla), quedando an
varias quebradas importantes y numerosas quebradas laterales por explorar. En un ltimo viaje de reconoci-
miento al distrito de Ayapata, colindante con Macusani, pude confirmar adems, la existencia de interesantes
manifestaciones rupestres en la vertiente nororiental de los nevados Allin y Chichi Capac, aunque de pocas
precolombinas notablemente ms tardas.
Es importante sealar que para el estudio del arte rupestre de Carabaya me limit a la realizacin de un
minucioso registro fotogrfico de los sitios y de su contexto, a la confeccin de dibujos (sin tocar el soporte
rocoso), a la toma de datos georeferenciados, de altura y orientacin, y a la medicin de los paneles y sopor-
tes. La comparacin de las pinturas de los diferentes sitios, el anlisis iconogrfico y de las superposiciones,
permiti formular las primeras conclusiones sobre las principales caractersticas del arte rupestre de la zona,
incluyendo una primera aproximacin sobre la secuencia estilstica de las pinturas. Sin embargo, aspectos tan
importantes como la antigedad, la afiliacin cultural y el tipo de pigmentos usados slo se pueden abordar
de manera especulativa a la falta de datos que solamente podrn generarse mediante un proyecto interdisci-
plinario, debidamente autorizado, que incluya el anlisis de pigmentos, excavaciones en el piso de los abrigos
ms promisorios y la recoleccin de artefactos en la superficie del terreno.
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Ubicacin del rea de estudio La zona rupestre de Carabaya, objeto de este ar-tculo, ocupa la parte noroccidental del distrito de Macusani y el extremo sureste del distrito de Corani. Entre los aos 001 y 006, realic un reconoci-miento sistemtico de los tramos inferiores de los principales tributarios del ro Macusani en la margen izquierda, en particular de las quebradas Ninahuisa, Chosecani, Hapitira, Huarachani, Mikayu o Samila, Hatun Chilcuno, Huchuy Chilcuno, Tuturumani y sus quebradas laterales, as como de los sectores en-tre ros Huanca Huanca, Matipata, Punkini-Oqho-tera, Sombreruni y Condor Wachana en Macusani y Pariorqo, Oqhoruni, Uera Pujio, Achaypina Kuyo Moqo, Markarani, Chicupapata y Minascunca en Corani. El rea de estudio comprende tambin el mismo can de Macusani entre el sector de Qa-qene (km 5.3 de la carr. Macusani S. Gabn) y el puente de Huiquiza.
Para los nombres de las quebradas hice uso de las denominaciones encontradas en la Carta Nacional (aunque no siempre corresponden a los nombres conocidos por la gente local), mientras que los top-nimos para los sectores entre las quebradas fueron proporcionados por los pobladores de la zona. Casi cada quebrada de segundo orden (en relacin al can de Macusani), cambia de nombre a lo largo de su curso, por lo que he optado, para evitar confusiones y contradicciones en el manejo de la informacin, por emplear un nico nombre para la quebrada en su conjunto.
El rea de estudio oscila entre 4300 y 4700 m.s.n.m. y abarca aproximadamente 00 km. Con los re-conocimientos rpidos realizados en los ltimos aos, he podido cubrir apenas algo ms de la mitad del rea total con presencia de arte rupestre, quedando la otra mitad para futuras investigaciones si se