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Año 12 N. 18 2014 - ucss.edu.pe · La idea de Dios como Misterio en el génesis del método científico ... 127 151 179 209 247. Educación religiosa en contextos de violencia. Una

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Año 12 N. 18 2014

STUDIUMV E R I T A T I S

STUDIUM VERITATISRevista de publicación anual de la Universidad Católica Sedes Sapientiae

Año 12 N. 18 2014

ISSN 1682-0487Depósito Legal 2001-1190

Imagen de carátula:Virgen Sedes Sapientiae

© 2014, Universidad Católica Sedes SapientiaeEsquina Constelaciones y Sol de Oro s. n., Urb. Sol de Oro., Los Olivos

Lima 35 PerúTeléfonos: (51-1) 533-5744/533-6234/533-0008 anexo 241

Correo electrónico: [email protected]ón URL: < http://www.ucss.edu.pe/fondo-editorial.html>

Tiraje: 500 ejemplaresImpreso en Lima, Perú, diciembre de 2014

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación sin permiso escrito de la Universidad Católica Sedes Sapientiae

Gran CancillerMons. Lino Panizza Richero

RectorMons. Dr. Joaquín Martínez Valls

Director Ing. Luis Aliaga Rodríguez

Editora

Patricia Vilcapuma Vinces

Coordinadora y asistente de ediciónSeleni Díaz Vargas

Cuidado de EdiciónJuan Valle Quispe

Traducción y revisión de resúmenesYrma García Rojas

Kristhian Ayala Calderón

Diseño y Diagramación:Manuel Vejarano Ingar

Revista Indizada en Latindex Correo electrónico: [email protected]

Comité editorial

José Antonio Benito Rodríguez (Universidad Católica Sedes Sapientiae)

Paolo Bidinost (Universidad Católica Sedes Sapientiae)

César Buendía (Universidad Católica Sedes Sapientiae)

Luz Privat Maraví(Universidad Católica Sedes Sapientiae)

Paolo Musso(Università dell’Insubria de Varese)

Biagio D’Angelo (Universidade de Brasilia)

Fernando Rodríguez Mansilla (Hobart and William Smith College, New York)

Giuseppe Folloni (Università di Trento)

Paolo Ponzio(Università di Bari)

ÍNDICE

PRESENTACIÓN

ALMA MÁTER

El sacerdocio de los fieles y el ministerial en el primer capítulo de la Presbyterorum ordinis en el cincuentenario del Concilio Vaticano IIThe Priesthood of the Faithful and the Ministerial In The First Chapter Of The Presbyterorum Ordinis On The Fiftieth Anniversary Of II Vatican Council César Buendía Romero

ESTUDIOS

Doctrina Social De la igleSia

La cuestión social desde la Rerum novarum hasta la Octogesima adveniensThe Social Question since the Rerum Novarum until Octogesima AdveniensCarla Bio Gaidolfi

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9

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FiloSoFía

¿Causa eficiente o causa final? El debate en torno al primado de la causa eficiente en las Disputationes Metaphysicae de Francisco Suárez y la expresión Per antonomasiam¿Efficient Cause or Final Cause? Debate Around the Primate of the Efficient Cause in Francisco Suarez’s the Disputationes Metaphysicae and the Expression Per AntonomasiamGiancarlo Colacicco

El emotivismo libertario y sus secuelas. La libertad, sin el referente de la condición humana, convierte los deseos en derechosThe Libertarian Emotivism and Their Aftermath. Freedom, without Reference from the Human Condition, Makes Desires RightsFrancisco Bobadilla Rodríguez

La idea de Dios como Misterio en el génesis del método científico de Galileo GalileiThe Idea of God as a Mystery in the Genesis of Galileo Galilei’s Scientific MethodJanina Navarro Linares

FiloSoFía De la eDucación

Hacia una educación posible: entre MacIntyre y el liberalismoTowards a Possible Education: between MacIntyre and LiberalismGustavo Huertas Villegas

Èmile ou de l’éducation, de Jean-Jacques Rousseau. Análisis y trascendenciaÉmile ou de l’éducation, by Jean-Jacques Rousseau. Analysis and TranscendenceMiguel Ángel Malpartida Quispe Javier Guillén Liza

eDucación

Desarrollo psicomotor en un grupo de estudiantes de 4 años de educación inicial de la Red 06-CallaoDevelopment Psychomotor in a Group of Students of 4 Years Old of Initial Education from the Red 06-CallaoHector Guillermo Aguinaga Espinoza

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209

247

Educación religiosa en contextos de violencia. Una mirada etnográfica a un Centro de Educación Básica Alternativa de LimaReligious Education in Contexts of Violence. Etnographic Look at an Alternative Basic Education Center of LimaAndrés Ramírez Trebejo

Desempeño docente y su relación con autodeterminación, autoeficacia y orientación a la meta. Un estudio con docentes de religión de LimaTeacher Performance and its Relation to Self-determination, Self-efficacy, and Goal orientation. A Study of Religion Teachers on LimaBenigno Peceros Pinto

archivíStica

Políticas Culturales del Archivo General de la NaciónCultural Policies of General Archive of the NationMiguel Angel Vásquez Guillén

literatura

Los clásicos hoyClassics TodayJorge Wiesse

Sentido de la deliberación en el Popol VuhSense of Deliberation in the Popol Vuh

Javier Morales Mena

lingüíStica

Génesis del castellano andino de AcollaThe Genesis of Acolla’s Andean SpanishYrma García Rojas

emprenDimiento

El emprendimiento femenino. Condicionantes y revisión de casosFemale Entrepreneurship. Factors and Case ReviewWilliam Muñoz y Norma Velásquez

287

327

383

413

427

449

489

entreviSta

La Iglesia anuncia la verdad sobre el hombre. Entrevista al padre Carlos Rosell de AlmeidaThe Church Proclaims the Truth about Man. Interview with Priest Carlos Rosell de AlmeidaJuan Valle Quispe

reSeñaS

Povera per i poveri (Pobre para los pobres), de Gerhard Ludwig Müller, Gustavo Gutiérrez O.P., y Josef SayerPovera per i poveri (Poor for the poor), by Gerhard Ludwig Müller, Gustavo Gutiérrez O.P., and Josef SayerMario Arroyo Martínez Fabre La Casa Social Católica de Valladolid (1881-1946). Renovación social y presencia cristiana, de Manuel de los ReyesThe Catholic Social House Valladolid (1881-1946). Social Renewal and Christian Presence, by Manuel de los ReyesJosé Antonio Benito El llanto del Ayaymama, de Welmer Cárdenas DíazThe Cry of Ayaymama, by Welmer Cárdenas DiazCésar Augusto Espino León

Normas de Publicación

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PRESENTACIÓN

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EN EL CENTRO DE TODO

IIDeus est sphaera infinita

cuius centrum est ubique,circumferentia nusquam

Anónimo, Liber viginti quattuor philosophorum*

Que yo te busque deseando; que te desee buscando;

que te encuentre amando; y que te ame encontrándote

San Anselmo de Aosta, Proslogion, 1

Por vocación, como señala la Ex corde Ecclesiae, una Universidad

Católica se consagra a la investigación, a la enseñanza y la formación

de sus estudiantes. Es su responsabilidad consagrarse a la causa de la

verdad. De esta manera sirve tanto a la dignidad del hombre y a la causa de

la Iglesia.

Quienes formamos parte de una institución como aquella

no podemos dar más que el testimonio de una experiencia académica

iluminada por la Verdad que se nos ha revelado. Es decir, la pertinencia de

la fe, de Dios en todo, es lo que se debe comunicar. Tenemos, en este sentido,

que trascender la visión utilitarista de la educación, que recordaba el papa

* «Dios es una esfera infinita cuyo centro se halla en todas partes y su circunferencia en ninguna». Traducción tomada de la edición de Paolo Lucentini: El libro de los veinticuatro filósofos. Traducción de Cristina Serna y Jaume Pòrtulas. Colección Biblioteca Nacional. Madrid: Ediciones Siruela, 2000, p. 47.

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FONDO EDITORIAL UCSS

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emérito Benedicto XVI hace unos años en la Basílica de San Lorenzo de El

Escorial a los profesores universitarios que allí se congregaron.

No es casualidad que fuera la Iglesia quien promoviera la

institución universitaria, pues la fe cristiana nos habla de

Cristo como el Logos por quien todo fue hecho (Cf. Jn 1,3), y

del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios. Esta buena

noticia descubre una racionalidad en todo lo creado y contempla

al hombre como una criatura que participa y puede llegar a

reconocer esa racionalidad. […] He ahí vuestra importante y

vital misión. […] Nos sentimos unidos a esa cadena de hombres

y mujeres que se han entregado a proponer y acreditar la fe

ante la inteligencia de los hombres. Y el modo de hacerlo

no solo es enseñarlo, sino vivirlo, encarnarlo, como también

el Logos se encarnó para poner su morada entre nosotros.

En este sentido, los jóvenes necesitan auténticos maestros;

personas abiertas a la verdad total en las diferentes ramas del

saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese

diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de

la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad.

(Benedicto XVI 2011: párrs. 6-7, el resalte es nuestro)**

Unidos a quienes nos quieran acompañar en esta misión

pretendemos, pues, acreditar la fe, vivirla en esta experiencia en la que,

incluso con nuestras diferencias, nos hemos encontrado. Esto es posible,

** Encuentro con los jóvenes profesores universitarios. Discurso del santo padre Benedicto XVI. Basílica de San Lorenzo de El Escorial, viernes 19 de agosto de 2011. Recuperado de http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2011/august/documents/hf_ben-xvi_spe_20110819_docenti-el-escorial.html.

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PRESENTACIÓN

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sin duda, gracias a la Presencia que todo lo habita. Gratitud es lo que

quienes formamos el equipo que prepara esta revista siente por aquellos

que desinteresadamente colaboran con sus investigaciones en esta labor de

avanzar y dialogar en el camino hacia la verdad. Es por ello que un año más

el Fondo Editorial de la Universidad Católica Sedes Sapientiae ha preparado

un volumen de la revista de investigación científica Studium Veritatis.

la revista abre con un artículo del P. Dr. César Buendía: «El

sacerdocio de los fieles y el ministerial en el primer capítulo de la Presbyterorum

ordinis. En el cincuentenario del Concilio Vaticano ii». El autor realiza un

análisis de los aspectos más relevantes de este documento, el cual permitirá

identificar que no se ha caído en oposición entre el ministerio y el laicado,

sino que a ambos se les ha englobado en la misma misión sacerdotal, la

intercesión y la entrega, y a uno le ha encargado especialmente al otro, al

ministerio el servicio del laicado, y el amor del Pastor, que es Cristo.

La sección Estudios inicia con «La cuestión social desde la Rerum

novarum hasta la Octogesima adveniens», de Carla Bio (Universidad

Católica Sedes Sapientiae). En este estudio, la autora revisa los documentos

pontificios que abordan el tema de la denominada «cuestión social» dentro

de la Doctrina Social de la Iglesia. Asimismo, destacará que una de las

principales reacciones suscitadas ante la crítica directa efectuada por León

XIII contra la situación del trabajo obrero fue el nacimiento de una rama

autónoma del derecho que no existía con anterioridad: el derecho laboral.

Siguen los artículos acerca de Filosofía. Giancarlo Colacicco

(Università degli studi di Bari Aldo Moro) presenta «¿Causa eficiente o causa

final? El debate en torno al primado de la causa eficiente en las Disputationes

Metaphysicae de Francisco Suárez y la expresión per antonomasiam». En

dicho artículo se ocupa, en particular, de la relación entre la causa eficiente

y la causa final. Su objetivo es demostrar lo siguiente: (a) cómo toda causa

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conserva, al interno de la doctrina de la causalidad, un estatuto independiente

aunque en modos diferentes; (b) cómo a la independencia de cada causa le

sigue una comunión entre las mismas en un sentido analógico o unívoco;

(c) cómo la causa eficiente no es la causa «per antonomasiam», al menos en

la doble acepción en las cuales puede ser entendida.

Francisco Bobadilla (Universidad de Piura) presenta una propuesta de

comprensión de la crisis ética que anida detrás de una serie de reivindicaciones

que parten de la libertad y buscan convertir ciertas apetencias en derechos.

Así, en su trabajo «El emotivismo libertario y sus secuelas. La libertad, sin el

referente de la condición humana, convierte los deseos en derechos», el autor

sugiere, una vez hecho su diagnóstico, colocar, nuevamente, a la libertad en

el conjunto de los radicales de la existencia humana; una libertad que abrace

la verdad del ser humano en toda su extensión y profundidad. La libertad

huérfana de la verdad de la naturaleza humana, sostiene, no hace más que

empobrecer la realidad humana.

«La idea de Dios como Misterio en el génesis del método científico

de Galileo Galilei» es el tema desarrollado por Janina Navarro (Universidad

Católica Sedes Sapientiae). El objetivo de su trabajo es identificar cómo

la idea de Dios como Misterio y la concepción cristiana del mundo han

aportado de modo relevante en la nueva concepción de la ciencia física para

Galileo y le han facilitado establecer de manera definitiva el método de la

ciencia natural. Para realizar este recorrido, se apoya en los textos de Stillman

Drake (Galileo) y Eugenio Garín (Ciencia y vida civil en el Renacimiento

italiano) comparándolos con los textos de Paolo Musso (La scienza e l’idea

di ragione) y Luigi Giussani (La conciencia religiosa en el hombre moderno)

para explicar el contexto cultural de Galileo y el surgimiento de la ciencia

moderna.

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PRESENTACIÓN

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Por otro lado, el tema de filosofía de la educación es abordado

por Gustavo Huertas (Universita degli Studi di Genova), y Miguel

Ángel Malpartida (UPC) y Javier Guillen (PUCP). Huertas en «Hacia

una educación posible: entre MacIntyre y el liberalismo» identifica los

aspectos más importantes relativos a la educación en el pensamiento de

Alasdair MacIntyre; entre estos, se busca encuadrar sus ideas aplicables a

la educación dentro del marco de su filosofía moral para el desarrollo de la

virtud, lo cual constituye el objeto principal de su investigación. Malpartida

y Guillén en «Émile ou de L’Education, de Jean-Jacques Rousseau.

Análisis y trascendencia» analizan detalladamente los principales conceptos

pedagógicos que Rousseau propone. También, estudian la trascendencia

actual que tienen las ideas del pensador francés y los experimentos actuales

que apuntan en la dirección de sus ideas; es decir, de una bondad innata

en los niños que hay que cultivar adecuadamente para formar individuos

con sólidos principios éticos y un amor propio correctamente enfocado,

cualidad necesaria para enfrentar un mundo globalizado.

Continúan el tema educativo, Hector Aguinaga (Universidad San

Ignacio de Loyola), Andrés Ramírez (Universidad Nacional Mayor de San

Marcos) y Benigno Peceros (Universidad de San Martín de Porres). El

primero presenta un detallado estudio titulado «Desarrollo psicomotor en

un grupo de estudiantes de 4 años de educación inicial de la Red 06-Callao»,

que tuvo como propósito conocer el nivel de desarrollo psicomotor en un

grupo los estudiantes y cuyos resultados mostraron que estos se ubican en el

nivel de normalidad en cuanto a su desarrollo psicomotor general y en cada

una de sus dimensiones. Ramírez, por su parte, en «Educación religiosa en

contextos de violencia. Una mirada etnográfica a un Centro de Educación

Básica Alternativa de Lima» analiza la enseñanza de educación religiosa al

interior de un Centro de Educación Básica Alternativa (CEBA), así como

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los aportes, dificultades y límites que tiene el curso de Educación Religiosa

en contextos urbanos con situaciones desfavorables. Por último, Peceros en

«Desempeño docente y su relación con autodeterminación, autoeficacia, y

orientación a la meta. Un estudio con docentes de religión en Lima» estudia

la relación existente entre la autodeterminación, autoeficacia, orientación

a la meta y el desempeño docente en profesores de Educación Religiosa en

Lima Metropolitana; los resultados de su investigación permiten plantear

el desarrollo de programas de capacitación a docentes cuyas actividades

instructivas estén orientadas al desarrollo de la autonomía docente como

soporte o apoyo a la autonomía o compromiso del alumno en el aprendizaje.

Otro tema presente en esta sección de Estudios es el de «Las políticas

culturales del Archivo General de la Nación», a cargo de Miguel Angel

Vásquez (Universidad Católica Sedes Sapientiae). En su trabajo analiza las

políticas culturales, objetivos estratégicos y actividades del Archivo General

de la Nación. Además, de acuerdo con su análisis serán reconocibles sus

limitaciones operativas debido a razones presupuestales.

Los temas de literatura y lingüística son estudiados por Javier

Morales (Universidad Nacional Mayor de San Marcos), Jorge Wiesse

(Universidad del Pacífico) e Yrma García (Universidad Católica Sedes

Sapientiae). Morales presenta «Sentido de la deliberación en el Popol Vuh»,

estudio en el que busca explicar el sentido que tiene la representación de la

deliberación en el texto maya y postula que las representaciones tienen como

subtexto una apelación a la razón como imperativo tanto para la existencia

como para el advenimiento de lo humano. Wiesse en «Los clásicos hoy»

indaga sobre las lecturas que en la actualidad se dan en torno a los clásicos,

por lo que ha sido indispensable considerar las posibilidades formativas,

éticas y de placer que estos ofrecen al lector académico y al lector común.

García, en su trabajo «Génesis del castellano andino de Acolla», tiene como

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principal interés realizar una reseña de los aspectos históricos, geográficos y

sociales más relevantes respecto a la lengua quechua para luego abordar el

castellano andino del Perú dentro del marco referido.

Finalmente, la sección concluye con «El emprendimiento femenino:

condicionantes y revisión de casos» de William Muñoz Marticorena y

Norma Velásquez Rodríguez (Universidad Católica Sedes Sapientiae). Los

investigadores exploran la participación de las mujeres en el mundo de las

empresas, que cada vez se vuelve más relevante. A partir de literatura que

evidencia ciertos aspectos que favorecen o limitan este emprendimiento,

revisan estas condiciones en la realidad nacional a la luz de dos casos: Dina

Paucar y Alejandrina Diestra.

La sección Entrevista tiene como invitado al P. Dr. Carlos Rosell de

Almeida. Juan Valle (Universidad Nacional Federico Villarreal) dialoga con

Rosell acerca de sus múltiples actividades, las cuales le han dado notoriedad.

Además de rector, es párroco, catedrático, hombre de radio, escritor para

la comunidad académica y para los fieles de a pie. En esta entrevista, se

conocerán los orígenes de su vocación, sus opiniones sobre el estado actual

del seminario, la relación de los seminaristas frente a la realidad fuera de las

paredes de su centro de formación, la etapa que atraviesa hoy la Iglesia en

torno a varios debates y discusiones donde la participación de esta tiene un

papel crucial, entre otros aspectos de quien hoy tiene a su cargo uno de los

seminarios más antiguos de nuestra arquidiócesis y continente (1590).

Como en todos los números, la revista cierra con las reseñas.

Contamos para ello con las lúcidas y certeras apreciaciones de tres estudiosos.

Mario Arroyo comenta Povera per i poveri, de Gerhard Ludwig Müller,

Gustavo Gutiérrez y Josef Sayer. José Antonio Benito presenta La Casa Social

Católica de Valladolid (1881-1946). Renovación social y presencia cristiana,

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de Manuel de los Reyes. César Espino explica El llanto del Ayaymama, de

Welmer Cárdenas.

Para terminar, al pie del Trono de la Sabiduría, la Virgen Sedes

Sapientiae, queremos renovar nuestro compromiso con el saber. Esta

responsabilidad, alentada y sostenida por la Verdad que nos ilumina, hace

memoria del deseo de Dios que «no es una palabra vacía ni una hipótesis

abstracta» (Benedicto XVI 2006: párr. 13),*** sino es vida presente en todo.

Fondo Editorial UCSS

Diciembre de 2014

*** Visita del Santo Padre a la Pontificia Universidad Lateranense. Discurso de su santidad Benedicto XVI, sábado 21 de octubre de 2006. Recuperado de http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/october/documents/hf_ben-xvi_spe_20061021_lateranense.html.

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EL SACERDOCIO DE LOS FIELES Y EL MINISTERIAL EN EL

PRIMER CAPÍTULO DE LA PRESBYTERORUM ORDINIS

EN EL CINCUENTENARIO DEL CONCILIO VATICANO II

César Buendía Romero Universidad Católica Sedes Sapientiae

[email protected]

Resumen: En este trabajo se pretende manifestar la labor del Concilio

Vaticano II por ayudar al hombre en el divorcio que existe entre los hombres

a causa de la envidia. Es difícil evitarla. Entre el laico y el ministro de los

sacramentos siempre ha habido, y no procede del Señor, cierta envidia,

el pecado diabólico, pues por envidia entró la muerte en el mundo (Sab

1, 13-15), y no es bueno que eso exista en la Iglesia. En realidad, Dios,

que en Cristo ha buscado hasta la muerte a la oveja perdida, con riesgo

y sacrificio de sí mismo, no nos ha mostrado que la más pequeña de las

ovejas, o la más pecadora, sea menos amada. Por eso, el Concilio Vaticano

II, en la Presbyterorum ordinis, entre otros documentos, ha aclarado

contundentemente esta realidad de la Iglesia. Un análisis de los aspectos

más relevantes de este documento permitirá identificar que no se ha caído

en la alternativa protestante, tan tocada de lucha de clases, de oposición

entre el ministerio y el laicado, sino que a ambos los ha englobado en la

misma misión sacerdotal, la intercesión y la entrega, y a uno le ha encargado

especialmente al otro, al ministerio el servicio del laicado, y el amor del

Pastor, que es Cristo.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.19-53)

PalabRas clave: Presbyterorum ordinis, Concilio Vaticano II, sacerdocio

ministerial, laicado, secularización, evangelización, misión, Eucaristía,

acción pastoral.

THE PRIESTHOOD OF THE FAITHFUL AND THE

MINISTERIAL IN THE FIRST CHAPTER OF THE

PRESBYTERORUM ORDINIS ON THE FIFTIETH

ANNIVERSARY OF II VATICAN COUNCIL

abstRact: This paper aims to show the work of Vatican II to help man in

divorce between men because of envy. It is difficult to avoid. Among the

secular and the Minister of the Sacraments has always been, and not from

the Lord, some envy, evil sin, because of envy death entered the world (Sat

1, 13-15), and that’s not good exists in the Church. In reality, God, who in

Christ has sought to death the lost sheep, with risk and sacrifice of himself,

we have shown that the smallest of the sheep, or the most sinful, less beloved.

Therefore, the Second Vatican Council, in the PO and other documents,

has clarified conclusively the reality of the Church. An analysis of the most

relevant aspects of this document will identify that has not fallen into

Protestant alternative, as played by class struggle, the opposition between

the ministry and the laity, but has encompassed both the priestly mission in

the same, intercession and delivery, and one was specially commissioned to

other service ministry of the laity, and the love of the Pastor, who is Christ

KeywoRds: Second Vatican Council, the ministerial priesthood, laity,

secularization, evangelism, mission, Eucharist, pastoral.

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EL SACERDOCIO DE LOS FIELES Y EL MINISTERIAL EN EL PRIMER CAPÍTULO DE LA

PRESBYTERORUM ORDINIS

1. INTRODUCCIÓN

Al Concilio Vaticano II siguió un período confuso en torno al

sacerdocio. Se dio una secularización masiva y un abandono de

la Iglesia por parte de muchos. Es necesario, pues, repasar a esta

distancia los documentos del Vaticano II que intentaron dar luz. Y, en este

momento, repasamos la Presbyterorum ordinis (PO) sobre el presbiterado

católico.

El Vaticano II no significó, como se suele pensar, un acercamiento

al mundo en el sentido de una aceptación de la secularización. Significó

una pérdida de complejos, una profesión de fe en la evangelización como

obra de Dios, y un acercamiento al mundo para ayudarle a transformarse.

Evidentemente también una poda. Había cosas por abandonar y otras por

descubrir.

No se trataba exacta y principalmente de un reconocimiento de

culpas, porque sí que lo hubo; sino más bien una conversión de la Iglesia

a su centro. Asimismo, se trata de un acercamiento a Dios y a su plan para

poder evangelizar de nuevo el mundo, el actual. Es decir, el fin es acercarse

al mundo con la sonrisa del Padre del Hijo Pródigo.

La Iglesia es una. Por eso, independientemente de la función de

cada uno, la Iglesia debe vivir la unidad. Y esa unidad es tan profunda como

la unidad del cuerpo humano.1 Es vital, y el Concilio en la Lumen gentium

1 Lumen gentium 7: «Y del mismo modo que todos los miembros del cuerpo humano, aun siendo muchos, forman, no obstante, un solo cuerpo, así también los fieles en Cristo (Cf. 1 Co 12, 12). También en la constitución del cuerpo de Cristo está vigente la diversidad de miembros y oficios. Uno solo es el Espíritu, que distribuye sus variados dones para el bien de la Iglesia según su riqueza y la diversidad de ministerios (1 Co 12,1-11). Entre estos dones resalta la gracia de los Apóstoles, a cuya autoridad el mismo Espíritu subordina incluso los carismáticos (Cf. 1 Co 14). El mismo produce y urge la caridad entre los fieles, unificando el cuerpo por sí y con su virtud y con la conexión interna de R

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(LG), al poner al Pueblo de Dios antes que la constitución jerárquica

(capítulo II y III respectivamente), quiso enseñar que la igualdad es más

profunda que las diferencias.

Mas eso no significó, como algunos dicen, una especie de valoración

del laico en detrimento del sacerdote; es decir, un dar la razón en este punto

a los protestantes. Significó más bien —y una somera mirada a la LG será

suficiente para comprobarlo— una valoración del papel de la jerarquía

eclesiástica (N. 18 en adelante) y, en especial, de los obispos, que no se

había dado nunca, ni siquiera en Trento. La valoración del laico tampoco

fue una corrección de Trento. Aquel fue un concilio tan condicionado por

las circunstancias, que tuvo que poner un freno sin afirmar lo positivo. No

los miembros. Por consiguiente, si un miembro sufre en algo, con él sufren todos los demás; o si un miembro es honrado, gozan conjuntamente los demás miembros (Cf.1 Co 12,26).

La Cabeza de este cuerpo es Cristo. Él es la imagen de Dios invisible, y en El fueron creadas todas las cosas. Él es antes que todos, y todo subsiste en El. Él es la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de los muertos, de modo que tiene la primacía en todas las cosas (cf. Col 1,15-18). Con la grandeza de su poder domina los cielos y la tierra y con su eminente perfección y acción llena con las riquezas de su gloria todo el cuerpo (Cf. Ef 1,18-23).

Es necesario que todos los miembros se hagan conformes a Él hasta el extremo de que Cristo quede formado en ellos (Cf. Ga 4,19). Por eso somos incorporados a los misterios de su vida, configurados con Él, muertos y resucitados con Él, hasta que con Él reinemos (Cf. Flp 3,21; 2 Tm 2,11; Ef 2,6; Col 2,12, etc.). Peregrinando todavía sobre la tierra, siguiendo de cerca sus pasos en la tribulación y en la persecución, nos asociamos a sus dolores como el cuerpo a la cabeza, padeciendo con Él a fin de ser glorificados con Él (cf. Rm 8,17).

Por Él “todo el cuerpo, alimentado y trabado por las coyunturas: y ligamentos, crece en aumento divino” (Col 2, 19). Él mismo conforta constantemente su cuerpo, que es la Iglesia, con los dones de los ministerios, por los cuales, con la virtud derivada de Él, nos prestamos mutuamente los servicios para la salvación, de modo que, viviendo la verdad en caridad, crezcamos por todos los medios en Él, que es nuestra Cabeza (Cf. Ef 4,11-16 gr.)».

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EL SACERDOCIO DE LOS FIELES Y EL MINISTERIAL EN EL PRIMER CAPÍTULO DE LA

PRESBYTERORUM ORDINIS

obstante, todos sabían en Trento que los laicos eran no solo necesarios,

sino el objeto de la preocupación de la Iglesia y, por tanto, sus auténticos

protagonistas. Así, se vio en la reacción católica de verdadera conversión,

especialmente con todo lo que rodeó a los Ejercicios de san Ignacio. De ahí

que la afirmación de los pastores no es una degradación de los fieles, como la

afirmación de los fieles no es una victoria sobre sus pastores. Marx está lejos

de la realidad del Reino.

Entonces, ¿por qué el periodo que siguió al Vaticano II ha sido tan

convulso, tan terriblemente traumático? No es, a mi entender, por el propio

Vaticano II. La política de defensa fanática había llegado a su término, y

el Vaticano II pasó a la iniciativa, a comprenderse sin perder la identidad,

a reconstruir la unidad perdida. En el camino muchos confundieron el

diálogo con la renuncia a la propia identidad, a la verdad de la que la Iglesia

es depositaria, o se sintieron tan del mundo que se olvidaron de que eran

de Dios.

El Concilio intentó aclarar muchas aporías que estaban en el

ambiente y en la reflexión teológica de ese entonces. Si lo hubieran leído

inteligentemente no hubiera sido tan traumático el período posterior y el

actual. Por eso es necesario releer el Concilio.

Por otra parte, démonos cuenta en primer lugar que este período

no ha sido más traumático que el que se vivió después de Trento, en la

Guerra de los Treinta Años en que Europa quedó desangrada y devastada,

con gran número de pérdidas humanas y materiales y dividida por más

de tres centurias (se perdió la mitad de la población y se arruinó toda la

economía, además de no poder evitar la división moral de Europa), ni más

traumática que las persecuciones romanas, ni más que el período posterior

a la revolución francesa, ni más traumática que las guerras mundiales. No.

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Más bien mucho menos. En consecuencia —y, a pesar de todo—, sí hemos

de ver en todas las épocas la Providencia, especialmente en esta. Dios, en

medio de la locura de los hombres, actuaba. Démonos cuenta también de

que si no hubiera proclamado el Vaticano II la necesidad de Cristo que

tiene la sociedad y cada una de sus actividades, y la correspondencia entre

lo razonable y lo que propone la Iglesia (aun siendo necesario para aceptar

la Revelación la asistencia del Espíritu y una rápida ojeada a la Gaudium et

Spes lo confirma), la degradación de la sociedad y de la Iglesia hubiera sido,

si cabe, mucho peor.

1.1 La Presbyterorum ordinis, el decreto sobre los sacerdotes

El Concilio Vaticano II tuvo presentes cuatro antecedentes fundamentales

y, ciertamente, un talante eclesial de apertura anticipado por el buen Juan

XXIII: (a) el concilio de Trento, (b) el Concilio Vaticano I, (c) el racionalismo

modernista y (d) el ateísmo contemporáneo, especialmente el marxista. Sin

embargo, se había dado ya en la Iglesia un cambio: el movimiento bíblico,

el patrístico, el litúrgico, el teológico, y aquel de los grandes escritores, como

León Bloy, Bergson, Maritain, Péguy, Marcel, Bernanos, Mauriac, Claudel,

Mounier, Guitton, y el italiano Romano Guardini, y, más lejano en el

espacio pero cercano en los interrogantes, Dostoyevsky. Cada documento

conciliar, pues, tiene detrás a los obispos que lo escribieron, a los teólogos

que lo asesoraron y a los escritores que lo inspiraron, pero, sobre todo, a los

problemas que lo motivaron.

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EL SACERDOCIO DE LOS FIELES Y EL MINISTERIAL EN EL PRIMER CAPÍTULO DE LA

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1.2 Repaso de los cuatro antecedentes

Trento2 salva del naufragio a la Iglesia acercándola a su ideal: una Iglesia

que vive la fe. Fue una verdadera reforma de la Iglesia, pero en su reflexión

teológica simplemente intentó, como era lógico, poner una barrera a los más

clamorosos errores. Afirmó lo siguiente: (a) la primacía y la necesidad de

la gracia contra los humanistas, y la necesidad y la existencia de la libertad

frente a los deterministas protestantes; (b) la necesidad de los sacramentos y

la voluntad de Cristo de fundar la Iglesia, así como de su visibilidad frente

al individualismo, especialmente el protestante, y al iluminismo intimista, y

(c) la necesidad en especial y existencia del sacramento del orden, sobre todo

en orden a dos sacramentos esenciales: la Penitencia y la Eucaristía.

El Vaticano I,3 en la línea de Trento, afirma que la asistencia del

Espíritu Santo a la Iglesia se concreta en la infalibilidad en ciertas cuestiones

y momentos, y la infalibilidad pontificia en materia de fe y de moral cuando

enseña ex cathedra; es decir, con toda su autoridad. Y, en otro tema, el

Vaticano I afirma la razonabilidad de la fe, pero niega el racionalismo que

hacía inútil la revelación.

El modernismo siguió en la línea del racionalismo, negando la

posibilidad de la Revelación y, por tanto, incluso la divinidad de Cristo.

A ello responde primero el Papa Pío X y después el Vaticano II. Ambos

afirman la posibilidad y la realidad de la Revelación, y resaltan, además, la

asistencia del Espíritu a la Iglesia en todos sus miembros, especialmente en

el Colegio Episcopal.4

2 Ver Misioneros del Sagrado Corazón del Perú. <http://www.mscperu.org/biblioteca/1magisterio/denzinger/denzinger_2b.htm>, en la parte del Concilio de Trento.

3 Ibidem.4 Véase encíclica Pascendi; disponible en La Santa Sede: <www.vatican.va/holy_father/ R

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Mas el racionalismo ha evolucionado. Ya no niega como en el

modernismo la Revelación, niega a Dios. Es ateísmo. Por eso, el Concilio

(Cf. GS 19-21) afirmará no solo la posibilidad del hombre de conocer

naturalmente a Dios como había dicho el Concilio Vaticano I, sino que

analizará las razones que aporta el ateísmo, y llegará a decir que el hombre

únicamente encuentra su verdadera vocación en Cristo, de donde se hace

necesario predicarle y conocerle.

Sin embargo, el Concilio Vaticano II dice mucho más. La

Constitución sobre la Iglesia, la Lumen gentium, va a afirmar tres principios:

(a) la ordenación de todos los hombres a la salvación, (b) la voluntad salvífica

universal de Dios y (c) la mediación Cristo cuyo cuerpo es la Iglesia. De

estos, los hombres están ordenados a la Iglesia y muchos de ellos unidos de

algún modo a ella por algún vínculo, que constituye el medio de su propia

salvación. Esto significa, por otro lado, la infalibilidad de la Iglesia, puesto

que es obra de Dios, y no debe confundir a los hombres de las distintas

épocas. Es lo que después dirá la Dominus Iesus en otro contexto, para evitar

el relativismo doctrinal y, especialmente, cristológico y eclesiológico.

Era necesario explicar el papel de la Biblia en la Iglesia tras

afirmaciones tan importantes. Y se puso en evidencia en la Constitución

sobre la Revelación, la Dei verbum (DV), que la Iglesia, aun estimando y

animando el papel de los investigadores, es la verdadera intérprete de la

Palabra. En este sentido, la conserva de algún modo en sí misma, como

conserva la Presencia de Cristo (Cf. DV 8; 10).

Las constituciones sobre Liturgia (Sacrosanctum Concilium) y sobre

la Iglesia en el mundo actual (Gaudium et Spes) no se pueden entender sin las pius_x/encyclicals/documents/hf_p-x_enc_19070908_pascendi-dominici-gregis_sp.html>. Asimismo, léase el decreto Lamentabili sine exitu; disponible en Stat Veritas: http://www.statveritas.com.ar/Magisterio%20de%20la%20Iglesia/DECRETO_LAMENTABILI_SINE_EXITU.pdf>.R

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anteriores. La primera acentúa la presencia de Cristo en los sacramentos y,

especialmente, en el de la Eucaristía, y, sin embargo, anima a la purificación

de la liturgia y la aproximación al Pueblo de Dios a través de su traducción

a la lengua popular. La segunda estudia los temas del momento (familia,

economía, política, ateísmo) desde la antropología, es decir, desde el hombre

que nos ha sido revelado en Cristo.

No se puede leer la PO, sobre la vida y el ministerio de los

presbíteros, sin tener en cuenta toda esa enorme reflexión. En el caso

concreto de los presbíteros la afirmación de Trento de que Dios fue el que

los quiso y su sacramento está instituido por Cristo es la piedra miliar;

mínima, pero necesaria. La reflexión posterior de la PO será más bien hacer

comprender la naturaleza y misión del sacerdote en medio del mundo y su

especial espiritualidad, sobre todo en el mundo actual, tan transformado.

¿Qué problemas vislumbra el Concilio que tiene o va a tener el

presbítero?

No estamos en Trento. La galopante secularización actual ya se

veía venir en el momento en que el papa Juan XXIII convocó el Concilio.

Ese momento preparaba un mundo nuevo. Si en 1789 cayó el Antiguo

Régimen, ahora se ponía en duda exactamente cosas que jamás se habían

tocado. Pensemos en Wittgenstein, en Nietzsche, en Freud, en Feuerbach.

No en vano se había dado el ateísmo, el racionalismo que ya fue el caballo

de batalla del Vaticano I. Y los clérigos eran personas que leían, atentas a los

medios de comunicación, posibles contagiados de estas doctrinas. Su tarea

se vuelve difícil en medio de la secularización ambiental. Pierde su estatus,

es decir, pierde su influencia social, y le ataca el racionalismo que invadió

especialmente la interpretación bíblica alentado por Darwin y las teorías

científicas.

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Independientemente de ello se ha producido la invasión de cine

y televisión. Dicho escenario ha significado no solo la globalización,

sino también la diversificación del pensamiento y de los maestros. Cine,

televisión, internet y otros medios son maestros nuevos, distintos y distantes

de los tradicionales.

Por otro lado, se sufre la persecución propia del mundo moderno,

en el que, sin la fe, nadie puede sostenerse. El presbítero ha perdido

relevancia social. Es probado con la soledad, con la tentación del éxito, con

la dificultad para la oración en un mundo que solo cree en lo material, o en

su razón, pues son alabados aquellos que niegan exactamente lo que la Iglesia

cree, y su presencia entre los hombres parece inútil, pues no es escuchado

aparentemente.5 Y digo aparentemente porque ocurre lo contrario. La

noticia que esperan es la caída del que representa a la Iglesia.

Es necesario que el sacerdote comprenda su propio valor, su propio

papel, su propia utilidad. Un decreto que intentaba hablar de la economía

sacerdotal se volvió de golpe muy importante. Y habló de la naturaleza del

presbiterado.

Por otro lado, el protestantismo está ahí. Hasta ahora en el patio

de atrás. Pero, actualmente, parece a muchos un discurso acertado. ¿Dónde

instituyó Cristo a los presbíteros? ¿Qué es un sacramento, algo de la Iglesia

o algo de Cristo? Cuesta afirmar la institución divina de los mismos.

El texto de la PO se plantea el problema de la institución divina

del sacerdocio católico, de su relación con los obispos, de la relación con la

Iglesia, y, sin solucionar ciertos temas, sobre todo, de cómo vivirlos. ¿Qué

temas? Los que ya hemos insinuado. No quiere, sin embargo, el Concilio 5 Pablo también fue rechazado, pero decía que somos un espectáculo y están fijándose en

nosotros (1Cor 4,9). Él sabía que no resultaba indiferente su actuación ante el mundo. La reflexión de Sb 2,17 iba por ese camino en el Antiguo Testamento cuando prueba al justo el malvado con el sufrimiento.R

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dar soluciones provisionales o tomar partido entre escuelas. Y, por eso,

en cierto sentido, deja a los teólogos posteriores aclarar ciertos puntos. El

Concilio intenta que, vueltos los ojos al Señor, el presbítero viva de la fe.

Conoce el Concilio la influencia imparable de los medios de

comunicación y el ocaso de un mundo rural donde el sacerdote ocupa el

papel que la sociedad necesita y le confía. Asimismo, entiende la irrupción

de un mundo nuevo donde el sacerdote habrá de presidir una comunidad

que quizá sea minoritaria y viva en una persecución implícita en medio de

una sociedad que ya ha dado la espalda a la fe. Pero percibe la necesidad de

que el sacerdote no sea simplemente una víctima o alguien que se parapeta

y se esconde, sino que salga a dar la vida evangelizando.6

2. PRIMERA AFIRMACIÓN IMPORTANTE: EL SACERDOCIO

MINISTERIAL ES LA PARTICIPACIÓN DEL DE CRISTO

He dicho que la primera preocupación del Concilio es señalar la institución

divina del presbiterado. La afirmación en este sentido hay que entenderla

en sentido dogmático, aunque se diga de modo aparentemente incidental.

Muchas cosas importantes, para no hacer una declaración vinculante, se

dicen así. Y un decreto tiene como finalidad aparente hablar de lo práctico.

Pero nada es incidental. El decreto ha dejado claro que únicamente hay

un ministerio, el de Cristo, y que, por tanto, de ese ministerio participa el

presbítero católico:

6 «Y como se asignan a este Orden en la renovación de la Iglesia influjos de suma trascendencia y más difíciles cada día […] Lo que aquí se dice se aplica a todos los presbíteros, en especial a los que se dedican a la cura de almas, haciendo las salvedades debidas con relación a los presbíteros religiosos» (PO 1). R

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Pues los presbíteros, por la ordenación sagrada y por la misión

que reciben de los obispos, son promovidos para servir a Cristo

Maestro, Sacerdote y Rey, de cuyo ministerio participan, por

el que la Iglesia se constituye constantemente en este mundo

Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo.

(PO 1)7

No se puede negar el carácter solemne de esta afirmación casi inicial

en el documento, que ocupa el lugar principal en PO 2. Y hay que retener su

carácter dogmático. Lo da por supuesto, puesto que ya lo dijo Trento. Pero

afirma que la misión de Cristo se realiza en la Iglesia y que ese ministerio lo

sirven los sacerdotes. No se dice que se realice exclusivamente esta misión

a través de ellos, pero sí que se hace también y de modo particular, a través

de ellos.8

El oficio es el de sacerdote, profeta y rey. Y a través de ese oficio

se constituye la misma Iglesia como Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y

Templo del Espíritu. No se podía hablar más solemnemente que recordando

la vinculación del ministerio y la misión de Cristo con la Iglesia y la Trinidad.

7 Lo vuelve a decir en PO2: «El ministerio de los presbíteros, por estar unido al Orden episcopal, participa de la autoridad con que Cristo mismo forma, santifica y rige su Cuerpo. Por lo cual, el sacerdocio de los presbíteros supone, ciertamente, los sacramentos de la iniciación cristiana, pero se confiere por un sacramento peculiar por el que los presbíteros, por la unción del Espíritu Santo, quedan marcados con un carácter especial que los configura con Cristo Sacerdote, de tal forma, que pueden obrar en nombre de Cristo Cabeza (Conc. Vat. II, Const. dogm. De Ecclesia, n. 10). Por participar en su grado del ministerio de los apóstoles, Dios concede a los presbíteros la gracia de ser entre las gentes ministros de Jesucristo, desempeñando el sagrado ministerio del Evangelio, para que sea grata la oblación de los pueblos, santificada por el Espíritu Santo (Rom, 15, 16)»

8 En PO 2 (vide cita anterior) señala además el carácter sacramental y la unidad del único sacramento del orden a pesar del grado, correspondiente a la unidad de la Iglesia. R

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Aparte de dar una definición trinitaria preciosa de la Iglesia, ha

indicado la necesidad de los presbíteros y la unidad del ministerio. El

motivo es que es el mismo de Cristo, sin excluir el modo con el que los laicos

también participan de la triple misión de Cristo. La unidad de esa misión,

ejercida de modo diverso, se funda en la unidad final de la misma Iglesia y

la unicidad de su Cabeza, Cristo.9

Creo que intenta, el Concilio, confutar algunas objeciones: (a) la

del mundo moderno que niega lo sacramental, reduciendo la fe a una simple

superstición minoritaria y (b) la de aquellos que conciben el sacerdocio

más según su función que según su naturaleza. La función deriva de la

naturaleza, y no al contrario, y la naturaleza es principalmente, al ser la de

Cristo, ante el Padre. Sin embargo, por ser humana, está no solo en favor de

los hombres, sino para ellos y ante ellos.

Lo sacramental está profundamente relacionado con lo visible, con

lo profético, con la palabra, con lo inteligible, con lo humano. Hace visible

lo invisible, hace comprensible lo que estaba oculto desde la creación del

mundo. Realiza lo que significa, pero significa lo que realiza, porque tan

importante es la realización como su comprensión. Dios siempre nos amó

y de diversos modos nos lo mostraba, ahora plenamente por el Hijo (Heb

1,1).

Por eso, el Hijo, sacerdote, mediador, es el sacramento del Padre.

El sacerdote lo es del Hijo. Ejerce, además, una función sobrenatural

porque es instrumento de Cristo, Dios y hombre. El Concilio invita a los

sacerdotes a vivir su misión desde Cristo. Aunque posiblemente haya entre

9 En LG 10 afirma de modo paladino esta unidad y esta necesidad mutua de sacerdotes y laicos: «El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico, aunque diferentes esencialmente y no sólo en grado, se ordenan, sin embargo, el uno al otro, pues ambos participan a su manera del único sacerdocio de Cristo» (Mediator Dei, 20 nov. 1947: AAS 39 [1947] 555). R

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los presbíteros ambiciones humanas, el Concilio los invita a abandonarlas y

vivir desde la fe. Ellos han de vivir en la fe esa misión, esperando en la vida

eterna ver los resultados. Sin fe no se puede vivir esa misión, que después

dirá «entre los hombres», pero no «como los hombres»; para ellos pero sin

contagiarse de sus males y errores.

Da la impresión de algo más. La frase sugiere que Cristo se

hace presente a través de los sacerdotes para los fieles. De modo que está

invitando también a los fieles a estimar a sus sacerdotes, a verlos desde la fe,

a ver en ellos al Señor en la Iglesia. La Lumen gentium había hablado de una

presencia especial en el sacerdote (LG 7).

Mas habría que afirmar también otros puntos. En primer lugar,

el presbítero que propone el decreto es, no solo el crucificado por los

ajenos, sino el servidor de los propios, como lo fue Cristo. En eso, consiste

su vocación y su honor. En segundo lugar, esa misma es la vocación de

los mismos presbíteros, tantas veces ridiculizados e incomprendidos, y

muchas veces escandalizados de la cruz que ello supone. Invisiblemente, el

Crucificado está realizando por ellos el combate contra el mundo, que se

siente también escandalizado de su presencia, como se sintió escandalizado

de la presencia de Dios en él, en Cristo.

Veámoslo en concreto en el PO 2. Lo primero que explica es la

complementariedad entre el sacerdocio común de los fieles, que tienen

una misión específica, y el presbiteral. Comienza explicando el sacerdocio

común: «En Él todos los fieles se constituyen en sacerdocio santo y real,

ofrecen a Dios, por medio de Jesucristo, sacrificios espirituales, y anuncian

el poder de quien los llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedr 2, 5

y 9)».10

10 PO 2: «El Señor Jesús, “a quien el Padre santificó y envió al mundo” (Jn 10, 36), hace partícipe a todo su Cuerpo místico de la unción del Espíritu con que Él está ungido (Mt R

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Lo propio del sacerdocio común, el de todos los fieles, es el sacrificio,

pero espiritual. En realidad, la historia de la humanidad enseña que el

hombre ha intentado encontrar a Dios. El sacrificio es el acto de amor que

el hombre hace para reconocer a su Creador y Señor. Pero la historia enseña

que el hombre, que no ve a Dios, ha pensado, ha dudado de si su sacrificio

es acepto. Por tanto el fiel, si su sacrificio es aceptado, vive exactamente

el sueño del hombre. Se llama al de laico espiritual en contraposición, en

este caso al sacramental o visible. El fiel realiza espiritualmente su sacrificio

aceptando la voluntad de Dios en su vida. Aparentemente es como los

demás, espiritualmente está entregándose a Dios. Aparentemente, los laicos

en su vida están trabajando con lo material, pero espiritualmente se lo

ofrecen todo al Señor o al menos lo pueden hacer. Y eso es lo valioso. Y el

sacerdote, en la Eucaristía, lo une sacramental, y por tanto, visiblemente;

porque visible es la Iglesia y visible el pan y el vino, fruto de la tierra, de

la vid y del trabajo del hombre, al sacrificio de Cristo. Lo simbólico de la

ofrenda no quita la realidad de la vida.11

3, 16; Lc 4, 18; Act 4, 27; 10, 38): puesto que en Él todos los fieles se constituyen en sacerdocio santo y real, ofrecen a Dios, por medio de Jesucristo, sacrificios espirituales, y anuncian el poder de quien los llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedr 2, 5 y 9). No hay, pues, miembro alguno que no tenga su cometido en la misión de todo el Cuerpo, sino que cada uno debe glorificar a Jesús en su corazón (1 Pedr 3, 15) y dar testimonio de Él con espíritu de profecía (Lumen gentium, N. 35)».

11 PO 2: «Para que sea grata la oblación de los pueblos, santificada por el Espíritu Santo. “Por el ministerio de los presbíteros se consuma el sacrificio espiritual de los fieles en unión del sacrificio de Cristo, Mediador único, que se ofrece por sus manos, en nombre de toda la Iglesia, incruenta y sacramentalmente en la Eucaristía, hasta que venga el mismo Señor (1 Cor, 11, 26). A este sacrificio se ordena y en él culmina el ministerio de los presbíteros. Porque su servicio, que surge del mensaje evangélico, toma su naturaleza y eficacia del sacrificio de Cristo y pretende que “todo el pueblo redimido, es decir, la congregación y sociedad de los santos ofrezca a Dios un sacrificio universal por medio del Gran Sacerdote, que se ofreció a sí mismo por nosotros en la pasión, para que fuéramos el cuerpo de tan sublime cabeza” (De civitate Dei, 10, 6: PL 41, 284)». R

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Así, el ministerio de los presbíteros une en la Eucaristía, que es

el sacrificio de Cristo, su propia entrega y los sacrificios espirituales de los

fieles. Pero su sacerdocio no solo es eso. Es también la apertura de los dones

de Dios a los fieles, «en favor de los hombres»: «Y desempeñar públicamente,

en nombre de Cristo, la función sacerdotal en favor de los hombres».12

En este pequeño texto, el que escribió esto parecía sufrir de complejo

de culpabilidad. Parece que pide perdón por ser sacerdote. Tanta leña han

hecho los protestantes contra los presuntos privilegios de los presbíteros que

ahora estos tienen que pedir perdón por serlo. Y el Concilio defiende, puesto

que no es la soberbia o la ambición el alma del presbítero; es la obediencia a

Cristo que ha venido para servir. Lo especial de la vocación del presbítero se

funda en la voluntad de Cristo.

Pero también el Concilio pretende señalar lo que debería primar.

Esto es la unidad entre presbítero y laico. Dicha postura se sustenta en que

aunque el modo de ejercerla sea diverso, la misión es una.

Es interesante que, al final del documento, proponga la supresión

de los beneficios. Era un sistema económico propio de la época feudal que

sobrevivía, pero que parecía tener un significado: el presbítero era alguien

que poseía casi en propiedad un modus vivendi y pertenecía en consecuencia

a una clase social. Aparecía, en segundo lugar, el servicio que ello imponía.

Ahora, ocurre algo distinto: el Concilio pide al sacerdote el amor a las

ovejas, y su sentido está en relación con Cristo y su Iglesia, su rebaño. Los

componentes económicos se dejan en segundo plano.

12 PO 2: «Mas el mismo Señor, para que los fieles se fundieran en un solo cuerpo, en que “no todos los miembros tienen la misma función” (Rom, 12, 4), entre ellos constituyó a algunos ministros que, ostentando la potestad sagrada en la sociedad de los fieles, tuvieran el poder sagrado del Orden, para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados (Conc. Trident. Sess. 23, cap. 1 y can. 1: Denz., 957, 7, 961 [1764 y 1771]), y desempeñar públicamente, en nombre de Cristo, la función sacerdotal en favor de los hombres».R

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Es claro que da una respuesta al marxismo que había acusado a

la Iglesia de aliarse con el poder y tentaba a la misma de la división y de

la lucha de clases. Ahora ha puesto el servicio a la sociedad como lema y

objetivo. Esto es porque la Iglesia (Gaudium et Spes) sirve al mundo con la

fe, y el sacerdote es la cara de la Iglesia.

Por otro lado, y finalmente, invita al presbítero a verse a sí, como

había hecho con el hombre y con la familia, como un misterio de fe. Sin fe

es imposible comprenderse ni llegar a la felicidad de cumplir con su propia

vocación.

Si lo dice también es porque el ateísmo, o al menos la secularización,

ha invadido las conciencias. Hay un peligro de vivir de forma meramente

externa y activista la propia existencia presbiteral. Cuesta mucho sumergirse

en la relación con Dios, tan relacionado esto con la reflexión profunda sobre

la propia vocación y la formación permanente. El presbítero es alguien que

está en diálogo con el que le envía en su nombre, Cristo. Y ya predique, ya

acompañe, ya ore, ya celebre, ya aconseje o ya haga algún tipo de función

caritativa material, es alguien cuyo sentido está en Cristo y, por tanto,

alguien que tiene que vivir esa relación personal, independientemente del

entorno, muchas veces hostil o indiferente, que le rodee.

Pone antes el sacerdocio de los fieles, el común, que el presbiteral.

Ese orden es importante. El sentido evidente no es solo que los laicos no

desaparezcan o no se molesten. Es porque el sacerdocio ministerial está al

servicio del sacerdocio común.13

Pero qué es el sacerdocio, tanto el presbiteral como el común de

los fieles. Por qué no insistir en lo profético que es comprensible y que los

protestantes lo subrayaron indicando que todos pueden predicar. Por qué

insistir en lo sacerdotal.13 «Para el bien de los hombres» (PO 2). «En favor de los hombres» (PO 3). R

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Lo sacerdotal es lo que se refiere a la intercesión, a la mediación, a

estar ante el Señor por los demás (Heb 5,1). Coram Deo. Esta es una misión

de la Iglesia, y, por tanto, de todo el pueblo de Dios, y es la oración. Pero es

una misión sacramental y común, y por eso se ejerce de modo distinto por

la comunidad y por el que la preside en el nombre del Señor.

Por otro lado, el Concilio quiere unir, a esta misión, la misión

profética de Cristo y la pastoral, pero a nosotros nos resulta difícil

comprender su misión específicamente sacerdotal, aunque sea inseparable de

las anteriores. Poner lo sacerdotal en primer lugar no es aleatorio. Significa

que Cristo está ante el Padre. La intercesión es su misión. El sacramento es

un misterio ante el Padre. La muerte de Cristo es una oración ante el Padre.

Y por ella el mundo es salvado y experimenta la resurrección y el perdón de

los pecados, la puerta abierta. Después viene el buscar a las ovejas para que

entren por esa puerta. El Concilio habla, en este caso, de entrega a Dios y a

la misión a la que Dios le envía, y de sacrificio personal, el mismo que Cristo

ofrece, inseparable de la confesión, de la martyria, de la cruz, del verdadero

ejercicio de la profecía y de la realeza, o sea del pastoreo. No puede pastorear

el que no da la cara en la batalla, el pastor es el que da la vida por las ovejas.

La entrega al Padre es también lo que va a pedir a los laicos, y esa entrega es

eucarística, unida a Cristo, y sacramental, oracional, previa a todo servicio

a los hombres, pero unida al verdadero servicio, que es la confesión de la fe,

la profecía. Por eso, la Iglesia se reúne y constituye cuando dos o más oran,

es decir, cuando hay unidad en el sacramento eucarístico. Se hace visible el

apoyo que unos reciben de otros en la confesión del mismo nombre y en la

entrega amorosa de la fe.

¿Y la supuesta oposición entre el pastor y el fiel? El protagonismo

es, a veces, llevado por el orgullo y la necesidad de aprobación social, la presa

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que se disputan los hombres, como si de una pelea de perros por un hueso

se tratara. A veces es el dinero, otra el poder, otras la simple competencia y

la victoria. Y muchas veces el protagonismo es suficiente para sentirse bien,

como si el futuro fatal llegara irremisiblemente antes a los que no tienen

quién les aplauda o como quien busca la gloria de los hombres y no la del

Padre (Jn 5,44).

Jesús, en el Evangelio, habla de las riquezas que no aseguran la vida

o los honores, que tampoco son nada. Recordemos a este respecto la parábola

de Epulón y Lázaro o la del rico insensato. Jesús lo sabía y el Evangelio nos

previene contra ello (Mt 20, 17-28) y suplicó insistentemente por la unidad,

porque esa unidad es el signo de la unidad con el Señor. Una Iglesia donde

hay partidos no es la de Cristo (1Cor 3). Los protestantes habían reclamado

dos cosas en este punto, habían sospechado de la institución divina del

sacerdocio y habían hablado de la opresión histórica del clero sobre el

laicado. Trento había reaccionado declarando el sacramento y su carácter

imborrable, y había reformado el clero,14 pero ello acepta implícitamente la

falta de espiritualidad en el mismo. Debido a esto, decretó la constitución de

seminarios donde se discerniera la vocación y se formara esta y al candidato

a órdenes en todos los campos necesarios.

La Presbyterorum ordinis nos invita a poner la misión por encima

del beneficio personal, porque ese es el sentido de la oblación sacerdotal,

14 Can. 9. Si alguno dijere que los clérigos constituidos en órdenes sagradas o los regulares que han hecho profesión solemne de castidad, pueden contraer matrimonio y que el contraído es válido, no obstante la ley eclesiástica o el voto, y que lo contrario no es otra cosa que condenar el matrimonio; y que pueden contraer matrimonio todos los que, aun cuando hubieren hecho voto de castidad, no sienten tener el don de ella, sea anatema. Dios, en efecto, no niega este don a quienes se lo piden rectamente y no consiente que seamos tentados más allá de aquello que podemos (Cf. 1 Cor 10, 13). DSH 1809-1810. En el aspecto económico obligó a la residencia e hizo lo posible por evitar las diferencias en el clero y la acumulación de beneficios obligando a la residencia episcopal. R

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que debe ser vivida tanto por el laico como por el presbítero, aunque de

distinta manera. Tal oblación en el caso del cristiano, que tanto lo es el

presbítero como el laico, es la de la propia vida al servicio del Señor. Pero

como representante de Cristo Cabeza y Pastor, el presbítero actúa en su

nombre, y por tanto actúa el mismo Cristo, que une a su entrega la de la

comunidad a la que sirve el presbítero.

Sin embargo, en ese caso, el del presbítero, a diferencia de los

sacrificios espirituales que son el sentido de la actuación personal, aun

influyendo la piedad personal del presbítero, no es esta lo decisivo, sino

Cristo en cuyo nombre se actúa. Así aparece en la Presbyterorum ordinis

1. Es a través de él que Cristo realiza las acciones sacerdotales salvadoras,

incluso la intercesión ante el Padre, especialmente en la Eucaristía, pues no

es otro el sentido de la misma que es la actualización del sacrificio de la cruz.

Pero el Concilio quiere que el presbítero se una a esto que realiza, que imite

lo que conmemora.

Podríamos concluir de esta forma las meditaciones de la

Presbyterorum ordinis sobre el sacerdocio común y el ministerial, de modo

que no se pongan en contradicción sino más bien en complementación:

ambos consisten en ofrecer un sacrificio, signo de amor al Dios que nos

ha amado por su Hijo. Y, sorprendentemente, no son sacrificios nuevos.

El sacrificio es el mismo que Dios ha ofrecido para lograr nuestro amor y

manifestarnos el suyo: el sacrificio de sí mismo en su Hijo.

Así, la correspondencia entre el sacerdocio común y el ministerial es

notoria: nos ofrecemos como fieles a Dios. Mas si bien todos, ante Dios, el

presbítero ofrece uniéndolo al sacrificio de Cristo que se da en la Eucaristía.

La diferencia con los hermanos separados es patente: ellos piensan

que nosotros presbíteros hemos robado a los laicos el protagonismo. No se

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trata de eso. Nosotros no podemos ofrecer otra cosa digna del amor de Dios

más que a Jesús mismo, y con él a nosotros, como explica perfectamente la

carta a los Hebreos. Pero no separados, sino como una sola Iglesia.

De modo que la mediación es compleja. En Cristo, como hombre,

se ha unido la humanidad reconciliada y Dios, y a través de Él hemos

conocido y creído en Dios. Esto es propio del sacerdocio común. Pero

como tal ofrenda es eucarística, y como la comunidad se une a través de sus

legítimos pastores, y como, también, el sacerdote ofrece a Cristo el sacrificio

espiritual de los fieles y ofrece al Padre y a los fieles al mismo Cristo en la

Eucaristía, el sacerdote ocupa un lugar especial, como instrumento de Dios

y de los hombres.

Y no se diga que así el fiel queda separado de Dios por la burocracia

sacerdotal, que el mediador se ha introducido en la relación alejando de sí a

los dos extremos, que la cercanía de Dios ha sido de nuevo frustrada por la

clase sacerdotal, que nada de ello aparece en la relación cercana de Jesús con

los hombres y, especialmente, con los pecadores. Todo eso está en Lutero,15

que, en el fondo, dice que negamos la oración ardiente del publicano, la

perseverante del ciego de Jericó al que los amigos de Jesús intentan alejarle

de Él, de la hemorroísa que hace una oración ilegal y silenciosa, oraciones

que llegarían directamente por Jesús a Dios Padre. No es cierto que estemos

negando estas evidencias. Esa oración persiste. Pero no puede ser separada

de la oración eucarística de Cristo, ni de la Iglesia. Y, dado que Cristo está

en la Eucaristía, a la oración de Cristo presente en ella que se ofrece al Padre

con el único sacrificio, el de la Cruz, que vale para siempre, se unen todas

las demás oraciones y sacrificios.

15 A la nobleza cristiana de la nación alemana (1520). Rev

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3. LA MISIÓN DE PASTOR, LA CARIDAD

Esa es la novedad del Nuevo Testamento. El sacerdote veterotestamentario

estaba separado por la pureza ritual de un pueblo que oraba a través de él. Se

consideraba que Dios no escucha a los pecadores (Jn 9,31). Ahora decimos

que sí, pero después «preséntate a los sacerdotes» (Mt 8,1-4), «llama a los

presbíteros de la Iglesia» (Sant 5,14), que la oración sacramental de la Iglesia

no se opone a la particular y «a los que perdonen los pecados les serán

perdonados» (Jn 20,23).

Mas el Concilio sabe que tenemos la tendencia, pecaminosa, de

aprovecharnos de lo sagrado en provecho propio. Sabe que la Majestad

divina, que debe ser amada y honrada —y, en el mismo sentido sus ministros,

no en cuanto personas particulares, sino en cuanto ministros suyos—, puede

convertirse en instrumento de separación, de clase social, de desprecio de los

pobres. Esa es nuestra tentación, que aparece constantemente en el Antiguo

Testamento y se repite mientras no estemos en el cielo (Cf. I Sam 2, 12- 36;

4, 1-22; Cf. Lev 3,3-5)

Sin embargo, no fue siempre así. Aquellos que eran honrados por

los cristianos eran odiados por los paganos. Ciertamente eran sacerdotes

para el sacrificio, porque eran los primeros que caían en la persecución.

Sigue siendo así. Y el milagro es la alegría con que se puede vivir del cielo y

no de la tierra. Esto es lo que pide el Concilio en este decreto.

El protestantismo se entiende en una situación diversa. Surge al

final de la Edad Media. La separación entre clero y pueblo, tras la Edad

Media en Europa, que privilegiaba al clero, era odiada por el pueblo, y el

protestantismo tuvo mucho de reivindicación de la verdadera misión del

presbítero.

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El Concilio lo reconoce y lo intenta remediar. Así, la primera forma

de remediar esta situación es decirle al sacerdote su misión exacta: la de

pastor (PO 12):

Por el Sacramento del Orden los presbíteros se configuran

con Cristo Sacerdote, como miembros con la Cabeza, para la

estructuración y edificación de todo su Cuerpo, que es la Iglesia,

como cooperadores del orden episcopal. Para la edificación del

Cuerpo. La misión es el servicio a las ovejas de Cristo. El Buen

Pastor da la vida por las ovejas. Las conoce y ellas le conocen.

Busca y perdona a la oveja perdida. Cuida de la enferma. Las

ama. Ésa es la misión del presbítero en unión con su Obispo,

que significa vigilante. El decreto insiste en la caridad pastoral,

en el amor del Pastor (Cf. LG 10). Quizá parezca entonces muy

dispersa la vida del presbítero, pero no es así. Se define por la

unión con Cristo, por su amor a Él, a quien sirve en sus ovejas.

Y ése es su sacrificio, el que ofrece al Padre, y, por lo mismo,

el instrumento de su perfección, el motivo de su oración, la

santidad que le compete.16

16 «Puesto que todo sacerdote representa a su modo la persona del mismo Cristo, tiene también, al mismo tiempo que sirve a la plebe encomendada y a todo el pueblo de Dios, la gracia singular de poder conseguir más aptamente la perfección de Aquel cuya función representa, y la de que sane la debilidad de la carne humana la santidad del que por nosotros fue hecho Pontífice “santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores” (Hb 7, 26).

Cristo, a quien el Padre santificó o consagró y envió al mundo (Jn, 10, 36), “se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad, y adquirirse un pueblo propio y aceptable, celador de obras buenas” (Tit 2, 14), y así, por su pasión, entró en su gloria (Lc 24, 26); semejantemente los presbíteros, consagrados por la unción del Espíritu Santo y enviados por Cristo, mortifican en sí mismos las tendencias de la carne y se entregan totalmente al servicio de los hombres, y de esta forma pueden caminar hacia el varón perfecto, en la santidad con que han sido enriquecidos en Cristo» (PO 12). R

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La misión, pues, exige la caridad. Pero ¿cuál es la misión en sentido

objetivo? Para Jesús, dejado ya el sacrificio del que hemos hablado, como

Palabra del Padre, la primera misión es la Palabra, de modo que su Palabra

y su Muerte son una misma cosa, y también su Resurrección. En la Muerte

nos ha manifestado su amor y en su Resurrección hemos conocido su amor

que perdona a los enemigos. Y todo lo que significa algo es palabra. Y nadie

negará que la Muerte y la Resurrección son manifestaciones, significaciones

de un ser y de un pensar. Dios ha hablado con la Cruz y la Resurrección de

su Hijo. Mas todo ello, como es Palabra, y la Palabra de Dios no miente, se

realizó al morir y resucitar.

Pero también antes, en la Última Cena. No era diversa la entrega

de ese instante con la del día siguiente. Pero el Sacramento es precisamente

un signo que da lo que significa porque viene de Dios. Por eso, esa Palabra

realizada es, a la vez que Palabra, y fundamentalmente, sacramento, porque

este realiza lo que significa. Los sacramentos de la Iglesia, por eso, no pueden

ser otra cosa que realizaciones en el tiempo de lo que este Sacramento, la

Eucaristía, es para siempre, el don de Dios al hombre.

Así, la misión de Jesús es convencer y sanar, es decir, llamar al

hombre a su profunda vocación y cumplirla. La profunda vocación del

hombre es volver a Dios de quien se había separado por la soberbia y la

desobediencia, a través de un amor que surge en él y de una fe que le invita

a la confianza y a la esperanza. Ello le sana, y le da alegría y fortaleza contra

la tentación. Dicho con palabras clásicas: Cristo Profeta se realiza por Cristo

Sacerdote, y ambos por Cristo Rey, es decir, Pastor que ahora es obedecido.

Tal misión se realiza en realidad, de otro modo, pero

complementario, por todo cristiano que sigue a Cristo. Adquiere, por el

bautismo, y responde, a la vocación inicial a la que la Gracia le llamaba,

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convirtiéndose en hijo de Dios y Cuerpo de Cristo. Viene a habitar en él

el Espíritu que clama dentro de él «Abba, Padre» y le da sentimientos de

hijo de Dios. Se convierte así en signo de Cristo ante el mundo, Palabra

Realizada, profeta y sacerdote, puesto que no solo habla del amor de Dios,

sino que habla con Dios e intercede. En este sentido, no solamente es pastor

de sí mismo, ya que reduce sus pasiones a la obediencia, sino pastor, en

algún sentido, de otros hermanos, como una oveja atrae a las demás ovejas

en la obediencia al único Pastor, y en la única Iglesia.17 Esa obediencia es

el sacrificio al que Dios no ha llamado y que unido al de Cristo, da gloria

al Padre. El sacerdote está justamente para conseguir y ofrecer a Dios esa

oblación de todos los hombres, especialmente a través de la Eucaristía.18

De ahí que esa misión que se realiza de modo especial en el

presbítero, puesto que, como pastor, y no como mercenario, vive para las

ovejas y cumple la misión de Cristo, Cabeza y Pastor, significa que, como

el Buen Pastor, da la vida por las ovejas; es decir, le cumple la misión de

víctima. Él está llamado al amor de Dios, no únicamente al amor a Dios que

le hace hermano, sino al amor del mismo Cristo que le hace Padre y Pastor

(Jn 10, 1-21), capaz de amar hasta dar la vida. Ese amor y el discernimiento

necesario, son la Gracia de la que habla la Presbyterorum ordinis como propia

del presbítero.17 «Por participar en su grado del ministerio de los apóstoles, Dios concede a los presbíteros

la gracia de ser entre las gentes ministros de Jesucristo, desempeñando el sagrado ministerio del Evangelio, para que sea grata la población de los pueblos, santificada por el Espíritu Santo (Rom, 15, 16). Pues por el mensaje apostólico del Evangelio se convoca y congrega el Pueblo de Dios, de forma que, santificados por el Espíritu Santo todos los que pertenecen a este Pueblo, se ofrecen a sí mismos “como hostia viva, santa; agradable a Dios” (Rom., 12, 1)» (PO 2).

18 «Por el ministerio de los presbíteros se consuma el sacrificio espiritual de los fieles en unión del sacrificio de Cristo, Mediador único, que se ofrece por sus manos, en nombre de toda la Iglesia, incruenta y sacramentalmente en la Eucaristía, hasta que venga el mismo Señor (1 Cor, 11, 26)» (PO 2). R

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4. LA EUCARISTÍA, SENTIDO DE LA VIDA DEL PRESBÍTERO

EN SU ACCIÓN PASTORAL

El presbítero es así un hombre eucarístico. La eucaristía es el sentido de

la vida del Dios Encarnado. Vino al mundo para dar la vida y para en ese

don encontrarse con los hombres. El encuentro se produjo en la Cruz,

pero, misteriosamente la Cruz fue precedida por la Eucaristía y seguida

por la Resurrección, la Ascensión y Pentecostés. La primera, la Eucaristía,

daba sentido a la segunda, a la Cruz, y la segunda, la Cruz, a la tercera, la

Resurrección. Esta última tenía un sentido, la fe de los Apóstoles, pero una

vez lograda, la desaparición visible del Señor significó y fue seguida del don

del Espíritu y el comienzo de la Iglesia.

Digámoslo con palabras del Concilio:

A este sacrificio se ordena y en él culmina el ministerio de los

presbíteros. Porque su servicio, que surge del mensaje evangélico,

toma su naturaleza y eficacia del sacrificio de Cristo y pretende

que «todo el pueblo redimido, es decir, la congregación y sociedad

de los santos ofrezca a Dios un sacrificio universal por medio

del Gran Sacerdote, que se ofreció a sí mismo por nosotros en

la pasión, para que fuéramos el cuerpo de tan sublime cabeza»

(PO2).

La Eucaristía es la entrega de Jesús, perpetua, anterior y posterior

a la Cruz que fue su entrega cruenta y efectiva, y continúa en el logro de la

fe y en el don del Espíritu. Esa es la tarea del presbítero: entregarse, sufrir

por la oveja, para lograr su fe y poder darle el Espíritu y así formar, como

miembro de Cristo, la Iglesia. Por eso, la Eucaristía es la gran tarea del

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presbítero, porque le une a Cristo orante, y, misteriosamente, santifica con

Cristo a su rebaño.

Es una tarea ante Dios y ante los hombres. Ante Dios es por la

intercesión eucarística; ante los hombres, porque en favor de ellos se ha

dado el Acontecimiento de la entrega del Señor, en favor de cada hombre,

de cada oveja perdida, por la que se dejan las noventa y nueve como si fuese

única, pero que se trae al rebaño para que forme un solo rebaño y aprenda

a amar a las demás ovejas.

Es evidente que, ante esta perspectiva, resulta ridícula la envidia

que tiene el laico por el sacerdote y que apareció en tiempo de Lutero.19 Mas

el Concilio, declarando que el sacerdocio del Nuevo Testamento, tanto el

común como el ministerial, se caracterizan por el servicio, la oblación y el

amor, destruye el motivo principal de la objeción luterana.

Así pues, con decisión, el Concilio intenta evitar, por un lado, la

falsa concepción luterana de que el sacramento del orden es una invención

interesada y, por otro lado, indica que el sentido del sacerdocio cristiano,

especialmente el ministerial, es el servicio al sacerdocio común. Es decir,

ser una Palabra de Cristo para los fieles, y acoger en una sola ofrenda, la

de Cristo, la del cuerpo de Cristo que es su Iglesia, siendo ellos mismos

ofrenda y víctima agradable. La idea, pues, es que el sacerdocio es un oficio

de amor.20

19 «Ataquemos, en primer lugar, la primera muralla. Se han inventado que el papa, los obispos, los sacerdotes y los habitantes de los conventos se denominan el orden eclesiástico y que los príncipes, los señores, los artesanos y los campesinos forman el orden seglar lo cual es una sutil y brillante fantasía» (Lutero en A la nobleza cristiana de la nación alemana).

20 El oficio es bien concreto: orar, predicar, celebrar, servir. Mas la perspectiva es el Reino que se consumará en la Parusía y la intención que los hombres entren en él, pues en eso consiste la gloria y la obediencia al Padre. «En consecuencia, los presbíteros, ya se entreguen a la oración y a la adoración, ya prediquen la palabra, ya ofrezcan el sacrificio R

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Diferencia del modo de predicar del presbítero y del laico

El presbítero se entiende unido al Obispo de quien es cooperador

(PO2). Por tanto, no es un ministerio distinto aunque sea distinto su grado.

Así, la forma de predicar del presbítero debe ser semejante a la suya. Y

¿cómo predica el Obispo? Su palabra, en razón de su oficio de pastor, tiene

una especial autoridad21 y es testigo de la verdad única. En consecuencia,

independientemente de su especial capacidad intelectual, cada presbítero

ejerce su oficio de pastor cuando predica aquello que ha recibido por

la tradición de la Iglesia y, unido a su Obispo, adecua a cada momento

histórico y personas concretas la verdad inconmovible de la fe. No deben,

eucarístico, ya administren los demás sacramentos, ya se dediquen a otros ministerios para el bien de los hombres, contribuyen a un tiempo al incremento de la gloria de Dios y a la dirección de los hombres en la vida divina. Todo ello, procediendo de la Pascua de Cristo, se consumará en la venida gloriosa del mismo Señor, cuando El haya entregado el Reino a Dios Padre (1 Cor 15, 24)».

21 LG 23: «El cuidado de anunciar el Evangelio en todo el mundo pertenece al Cuerpo de los Pastores, ya que a todos ellos, en común, dio Cristo el mandato, imponiéndoles un oficio común, según explicó ya el papa Celestino a los Padres del Concilio de Efeso». LG 25: «Entre los principales oficios de los Obispos se destaca la predicación del Evangelio. Porque los Obispos son los pregoneros de la fe que ganan nuevos discípulos para Cristo y son los maestros auténticos, o sea los que están dotados de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo que les ha sido encomendado la fe que ha de ser creída y ha de ser aplicada a la vida, y la ilustran bajo la luz del Espíritu Santo, extrayendo del tesoro de la Revelación cosas nuevas y viejas (Cf. Mt 13, 52), la hacen fructificar y con vigilancia apartan de su grey los errores que la amenazan (Cf. 2 Tm 4,1-4). Los Obispos, cuando enseñan en comunión con el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte, en materia de fe y costumbres, deben aceptar el juicio de su Obispo, dado en nombre de Cristo, y deben adherirse a él con religioso respeto… Aunque cada uno de los Prelados no goce por si de la prerrogativa de la infalibilidad, sin embargo, cuando, aun estando dispersos por el orbe, pero manteniendo el vínculo de comunión entre sí y con el sucesor de Pedro, enseñando auténticamente en materia de fe y costumbres, convienen en que una doctrina ha de ser tenida como definitiva, en ese caso proponen infaliblemente la doctrina de Cristo».

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por tanto, porque no tienen autoridad propia, enseñar como de Cristo

opiniones propias.

El laico, posee, aunque de modo distinto, una participación en el

sacerdocio de Cristo, es decir en su misión. La misión de Cristo es sacerdotal

por tres motivos: (a) intercede ante el Padre, (b) ofrece el sacrificio por

antonomasia, el de sí mismo (Aquí estoy, Señor para hacer tu voluntad, como

dice Hebreos 10,4-10, rememorando y poniendo en la boca de Cristo las

palabras del Salmo 40) y (c) trae la salvación así a los hombres. El ministerio

de pastor (profético y real) está unido a este sacerdotal de tal modo que no

podría ser Cristo Pastor —es decir, rey y jefe de las ovejas (Hech 5, 29-

32)—, si primero no fuera sacerdote. Su autoridad de salvar procede de que

ha comprado a las ovejas con su sangre y por tanto, le pertenecen (Apo 5,9),

y esa presencia multiforme de Cristo salvador se hace presente de modo

eminente y único a través de la liturgia.22 22 «El punto relativo a la presencia de Cristo en la liturgia aparece en el N. 7 de la

Constitución conciliar sobre liturgia: “Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en el sacrificio de la misa, sea en la persona del ministro, ‘ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz’, sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la sagrada escritura, es él quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: ‘Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos’ (Mt 18, 20).

Este texto, inspirado ciertamente en otro de la encíclica Mediator Dei de Pío XII, es retomado posteriormente por Pablo VI y decididamente ampliado en su encíclica Mysterium fidei. En efecto, el Papa, después de hacer referencia al texto conciliar, amplía claramente las formas de presencia de Cristo, no solo en la liturgia, sino en la Iglesia misma. A este propósito Pablo VI afirma que Cristo está presente en la Iglesia que ora, en la Iglesia que se entrega al servicio de los más necesitados, en la Iglesia que camina peregrina a la casa del Padre, en la que predica, en la que dirige y gobierna al pueblo de Dios; pero, de un modo singular, Cristo está presente en la Iglesia que se ofrece y se inmola en el sacrificio de la misa y en la que celebra los sacramentos. De modo eminente Cristo está presente en las especies sacramentales del pan y del vino en la eucaristía. R

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Inmediatamente, el consejo es complicado. Se trata de no alejarse,

pero de no contaminarse; amar al pecador, pero no al pecado; vivir como

los demás en todo menos en eso, por ser testigos de una vida nueva que este

mundo no puede gozar sin que se le anuncie:

Los presbíteros del Nuevo Testamento, por su vocación y por

su ordenación, son segregados en cierta manera en el seno del

pueblo de Dios, no de forma que se separen de él, ni de hombre

alguno, sino a fin de que se consagren totalmente a la obra

para la que el Señor los llama (1 Cor 9, 19-23). No podrían

ser ministros de Cristo si no fueran testigos y dispensadores de

otra vida distinta de la terrena, pero tampoco podrían servir a los

hombres, si permanecieran extraños a su vida y a su condición.

(PO)

La segregación propia del que no peca es precisamente la forma

de atraer a las ovejas perdidas (¿qué las podría atraer del pecado en los

presbíteros?). Asimismo, la forma más idónea con el fin de guardar esa

libertad necesaria para que las ovejas tengan un ejemplo de una vida feliz

y entregada son los consejos. Especialmente, lo son aquí el de la pobreza y

Esta variedad de formas de presencia no es indiscriminada o indiferente. Son formas de presencia diversas y jerarquizadas. No todas tienen el mismo valor, evidentemente. Pero, eso sí, todas son formas de presencia real. Lo afirma el papa de manera taxativa. Finalmente es importante tomar buena nota de que todos estos modos de presencia se hacen realidad en la Iglesia. Quiero decir con ello que es en la Iglesia y a través de ella donde el Señor se hace sentir, donde el Señor actúa, donde sale al encuentro del creyente y establece con él vínculos profundos de comunión. Es, sobre todo, en la Iglesia que celebra los misterios del culto donde se hace presente y actúa toda la fuerza salvadora y renovadora de la pascua» (Bernal 2013: párrs. 3-5).

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PRESBYTERORUM ORDINIS

el amor, que incluye, naturalmente, el conocimiento, el interés, el tiempo

dedicado, la afabilidad…:

Su mismo ministerio les exige de una forma especial que no se

conformen a este mundo (Rom 12, 2); pero, al mismo tiempo,

requiere que vivan en este mundo entre los hombres, y, como

buenos pastores, conozcan a sus ovejas, y busquen incluso atraer

a las que no pertenecen todavía a este redil, para que también

ellas oigan la voz de Cristo y se forme un solo rebaño y un solo

Pastor (Jn 10, 14-16). Mucho ayudan para conseguir esto las

virtudes que con razón se aprecian en el trato social, como son

la bondad de corazón, la sinceridad, la fortaleza de alma y la

constancia, la asidua preocupación de la justicia, la urbanidad y

otras cualidades que recomienda el apóstol Pablo cuando escribe:

«Pensad en cuanto hay de verdadero, de puro, de justo, de santo,

de amable, de laudable, de virtuoso, de digno de alabanza» (Fil

4, 8).

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REFERENCIAS

doCumentos del ConCilio VatiCano ii

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archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html>.

1965 Dei Verbum. Disponible en <http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651118_dei-verbum_sp.html>.

1965 Gaudium et Spes. Disponible en <http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html>.

Decretos1965 Presbyterorum ordinis. Sobre el ministerio y la vida de los presbíteros.

Disponible en <http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_presbyterorum-ordinis_sp.html>.

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EL SACERDOCIO DE LOS FIELES Y EL MINISTERIAL EN EL PRIMER CAPÍTULO DE LA

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doCumentos de la santa sede

1907 Pascendi. Carta encíclica del Sumo Pontífice Pío X sobre las doctrinas de los modernistas. Disponible en <http://www.vatican.va/holy_father/pius_x/encyclicals/documents/hf_p-x_enc_19070908_pascendi-dominici-gregis_sp.html>.

1963 Sacrosanctum Concilium. Sobre la sagrada liturgia. <http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html>.

2000 Dominus Iesus. Sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia. Disponible en <http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20000806_dominus-iesus_sp.html>.

BiBliografía complementaria

aa. VV.

1966 Comentarios a la Constitución sobre la Iglesia Madrid: BAC.

aa. VV.

1969 La libertad religiosa. Taurus. Salamanca.

aguilar naVarro, Mariano et al. 1967 Comentarios de cuadernos para el diálogo al Esquema XIII. Madrid:

Edicusa.

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— 51 —

alCalá, Manuel1998 Sínodos, concilios, iglesias. Madrid: BAC 2000.

antón, Ángel1987 El Misterio de la Iglesia. Evolución histórica de las ideas eclesiológicas

Madrid: BAC.

Congar, Yves y M. Peuchmaurd (eds.)1970 La Iglesia en el mundo de hoy. 3 tomos. Salamanca: Taurus.

dupuy, Bernard et ál.1970 La revelación divina. Taurus. Salamanca.

Frisque, J. e Yves Congar1969 Los sacerdotes. Salamanca: Taurus.

gonzález montes, Adolfo2008 Imagen de Iglesia. Eclesiología en perspectiva ecuménica. Madrid:

BAC.

Herrera oria, Ángel (dir.)1968 Concilio Vaticano II. Comentarios a la constitución «Gaudium et

Spes» sobre la Iglesia en el mundo actual. Madrid.

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CéSAR BUENDíA ROMERO

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EL SACERDOCIO DE LOS FIELES Y EL MINISTERIAL EN EL PRIMER CAPÍTULO DE LA

PRESBYTERORUM ORDINIS

Jossua, Jean-Pierre e Yves Congar (eds.)1969 La liturgia después del Vaticano II. Salamanca: Taurus.

latourelle, René1989 Vaticano II, Balance y Perspectivas. Veinticinco años después (1962-

1987) Salamanca: Colección Verdad e Imagen. Sígueme.

martín desCalzo, José Luis1967 El concilio de Juan y Pablo. Documentos pontificios sobre la

preparación, desarrollo e interpretación del Vaticano II. Madrid: BAC.

roVira Belloso, Josep M. 1997 Vaticano II, un concilio para el tercer milenio. Madrid: BAC

2000.

sCHökel, Alonso (ed.)1969 Comentarios a la «Dei Verbum» sobre la divina revelación. Madrid:

BAC.

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LA CUESTIÓN SOCIAL DESDE LA RERUM NOVARUM HASTA

LA OCTOGESIMA ADVENIENS

Carla María Bio Gaidolfi* Universidad Católica Sedes Sapientiae

[email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: En el presente artículo se efectúa un breve estudio de los documentos

pontificios que abordan el tema de la denominada «cuestión social» dentro

de la Doctrina Social de la Iglesia, empezando por la carta encíclica Rerum

novarum del papa León Xiii, hasta la carta apostólica Octogesima adveniens

del papa Pablo VI. El enfoque de la presente investigación es cualitativo,

de alcance descriptivo y de diseño no experimental. Está estructurado

en dos capítulos. En el primer capítulo, se efectúa una breve descripción

sobre lo que se entiende como Doctrina Social de la Iglesia, con el fin de

poder introducir al lector dentro del contexto del tema central. El segundo

capítulo desarrolla el tema central del trabajo; esto es el análisis de los

principales documentos pontificios que plantean el tema de la «cuestión

social» durante los pontificados de los papas León Xiii, Pío XI, Pío XII,

Juan XXIII y Pablo VI. Se empieza con el análisis de la que es considerada la

* Carla María Bio Gaidolfi es licenciada en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Lima. Es egresada de la Maestría en Persona, Familia y Sociedad a la Luz de la Doctrina Social de la Iglesia en la Escuela de Postgrado de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS). Es docente ordinario de esa misma casa de estudios. Es Jefa de la Oficina de Personal y Asuntos Legales de la UCSS.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.57-88)

Carta Magna de la cuestión social, la encíclica Rerum novarum, promulgada

por el papa León Xiii en 1891, llegando hasta el análisis de la carta apostólica

Octogesima adveniens, promulgada por el papa Pablo Vi en 1971. Veremos

que los principios establecidos por el papa León Xiii en la encíclica Rerum

novarum permanecen en el tiempo y han sido tomados por los pontífices

posteriores como base para la actualización de la Doctrina Social de la

Iglesia en temas sociales. Veremos, igualmente, que una de las principales

reacciones suscitadas ante la crítica directa efectuada por León Xiii contra

la situación del trabajo obrero fue el nacimiento de una rama autónoma del

derecho, que no existía con anterioridad: el derecho laboral.

PalabRas clave: Cuestión social, papas, encíclicas, trabajo, remuneración,

sindicato.

THE SOCIAL QUESTION SINCE THE RERUM NOVARUM

UNTIL OCTOGESIMA ADVENIENS

abstRact: In this article a brief study of papal documents that address the

point of the so-called «social issue» within the Social Doctrine of the Church

takes place, beginning with the Encíclica Rerum Novarum of Pope Leo Xiii

Carta Apostólica Octogesima Adveniens of Pope Paul VI. The focus of this

research is qualitative, descriptive and of non-experimental design. This

article is divided into two chapters. In the first chapter a brief description of

what is understood as Social Doctrine of the Church, in order to introduce

the reader within the context of focus is performed. The second chapter

develops the theme of the work, ie the analysis of the main papal documents

that raise the issue of a «social issue» during the pontificates of Popes Leo

XIII, Pius XI, Pius XII, John XIII and Paul VI. It starts with the analysis of

which is considered the Magna Carta of the social question, the Encíclica

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Rerum Novarum, issued by Pope Leo Xiii in 1891, reaching the analysis of

the Carta Apostólica Octogesima Adveniens, promulgated by Pope Paul Vi

in 1971. Throughout this analysis we see that the principles established by

Pope Leo XIII in the Encíclica Rerum Novarum remain in time and have

been taken by later pontiffs as the basis for updating the Social Doctrine of

the Church on social issues. We shall also see that one of the main reactions

raised against direct criticism made by Leo XIII against workman situation

was the birth of an autonomous branch of law that did not exist before:

labour law.

KeywoRds: Social Question, Popes, Encíclicas, Work, Remuneration,

Union.

1. INTRODUCCIÓN

El presente artículo nace de la pregunta sobre la posición de la Iglesia

respecto al tema del trabajo. Para responder a esta interrogante

es necesario viajar en el tiempo y ubicarse dentro del contexto

histórico del gran cambio que significó la revolución industrial de fines

del siglo XiX en el mundo. El desarrollo de la ciencia y de la técnica trajo

consigo un aumento de la riqueza, pero esto implicó también que el trabajo

agrícola y el artesano, fuentes de sustento hasta ese entonces, se dejaran de

lado. Consecuencia de la revolución industrial fue también el abandono

del campo y la migración a las ciudades. Los empresarios, entonces, a partir

de la premisa de obtener riqueza, abusaban de los trabajadores al imponer

jornadas de trabajo interminables y remuneraciones miserables.

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En el presente artículo se analiza, en un breve resumen, cuál ha

sido y cuál es la posición de la Iglesia frente al tema del trabajo, empezando

con la carta encíclica Rerum novarum, promulgada por el papa León Xiii en

1891, en respuesta a los abusos cometidos contra la gran masa de asalariados

al inicio de la revolución industrial, abusos que llevaron al Sumo Pontífice

a levantar su voz y denunciar ante el mundo los maltratos a los que eran

sometidos los trabajadores asalariados. Luego, se analizan los documentos

pontificios posteriores que tratan también sobre el tema del trabajo, los

cuales han sido publicados por los Papas en ocasión de conmemorarse algún

aniversario de la Rerum novarum: (a) encíclica Quadragesimo anno, del papa

Pío Xi; (b) el discurso La Solennitá radiomensaje del papa Pío XII; (c) la

encíclica Mater et Magistra, del papa Juan XIII; (d) la constitución apostólica

Gaudium et Spes, fruto del Concilio Vaticano II; (e) la encíclica Populorum

progressio y (f) la carta apostólica Octogesima adveniens. Estas últimas fueron

propuestas por Pablo Vi.

Por otro lado, se abarca con esto un periodo de tiempo de ochenta

años desde la publicación de Rerum novarum. Esta es considerada por

muchos como la Carta Magna del trabajo. Con ello, se busca determinar la

posición de la Iglesia en las cuestiones relacionadas con el trabajo.

2. BREVES APUNTES SOBRE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA

IGLESIA

La enseñanza social de la Iglesia se origina del encuentro del mensaje

evangélico y sus exigencias éticas con los problemas que surgen en la vida

de la sociedad (Cf. Congregación para la Educación Católica [CEC] 1988:

9). Contiene un cuerpo de doctrina que se articula a medida que la Iglesia

interpreta los acontecimientos a lo largo de la historia, a la luz del conjunto

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de la Palabra revelada por Cristo Jesús y con la asistencia del Espíritu Santo

(Cf. Catecismo de la Iglesia Católica [CCE] 2422). La Doctrina Social de

la Iglesia (DSI) propone principios de reflexión, extrae criterios de juicio y

da orientaciones para la acción (Cf. CCE 2423). En ese sentido, posee dos

características: (a) la continuidad y (b) la renovación.

Es una doctrina constante, que no depende de diversas ideologías,

culturas u opiniones, sino que manifiesta la continuidad de una enseñanza

que sostiene sus fundamentos en los valores universales que derivan de la

Revelación y de la naturaleza humana. Pero, por otro lado, atenta a los

eventos que se producen en la historia, y dejándose interpelar por ellos,

la DSI manifiesta una capacidad de renovación continua. Por tanto, la

firmeza de los principios de la DSI no la convierten en un sistema rígido

de enseñanzas, sino más bien en un Magisterio que está en condiciones de

abrirse a las cosas nuevas, sin diluirse en ellas (Compendio de la Doctrina

Social de la Iglesia 85).1

En su continua atención por el hombre y la sociedad, la Iglesia

ha acumulado un rico patrimonio doctrinal. Este, al tener sus raíces en la

Sagrada Escritura, en especial en el Evangelio y en los escritos apostólicos,

ha ido tomando cuerpo y forma a partir de los Padres de la Iglesia y de los

grandes Doctores del Medioevo. En este sentido, constituye una doctrina

en la cual la Iglesia se ha ido reconociendo progresivamente (Cf. C 87).

Como indica el Cardenal Angelo Sodano, en la carta que antecede a la

introducción al Compendio, a lo largo de su historia y particularmente

durante los últimos cien años, la Iglesia no ha renunciado nunca a decir la

«palabra que le corresponde» —según la expresión del Papa León XIII—

acerca de las cuestiones de la vida social (C, p. Xii).

1 En adelante, Compendio y C para su abreviación en las citas. Rev

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Sin embargo, la locución doctrina social es relativamente moderna,

ya que se remonta al papa Pío XI, quien utiliza dicha locución en la carta

encíclica Quadragesimo anno, que fue promulgada en 1931 conmemorando

el 40.° aniversario de la promulgación de la encíclica Rerum novarum.

Posteriormente, el papa Pío XII habló de doctrina social católica en su

radiomensaje por el 50.° aniversario de la encíclica Rerum novarum en 1941

y de doctrina social de la Iglesia en la exhortación apostólica Menti nostrae,

de setiembre de 1950 (Cf. C 87).

3. DESDE LEÓN XIII HASTA PABLO VI

3.1 Leon XIII (20.02.1878-20.07.1903)

En el siglo XiX se produce el encuentro entre el Evangelio y la sociedad

industrial moderna. Este se da en los siguientes aspectos: (a) sus nuevas

estructuras para producción de bienes de consumo, (b) su nueva concepción

de la sociedad, del Estado y de la autoridad y (c) sus nuevas formas de

trabajo y de propiedad (Cf. CCE 2421).

La revolución industrial planteó a la Iglesia un gran desafío, ya

que durante siglos su mensaje se dirigió a una sociedad de tipo agrícola,

caracterizada por ritmos regulares y cíclicos. Ahora debía tomar en cuenta el

hecho de que la sociedad se había vuelto más dinámica, debía considerar la

complejidad de los nuevos fenómenos y de las increíbles transformaciones

que la técnica había hecho posibles.

La denominada cuestión obrera, es decir, el problema de la explotación

de los trabajadores debido a la nueva organización industrial del trabajo de

matriz capitalista y el problema no menos grave de la instrumentalización

ideológica (socialista y comunista) de las justas reivindicaciones del mundo

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del trabajo se convirtieron en un punto de atención urgente para la solicitud

pastoral de la Iglesia (Cf. C 267). Las res novae, conformadas por aquellos

eventos, constituían un desafío para sus enseñanzas. Es así que el 15 de

mayo de 1891, el papa León Xiii promulga la primera encíclica social, la

Rerum novarum (RN), en la que examina la situación de los trabajadores

asalariados. En la introducción de dicho documento, el Papa indica

claramente los motivos de su pronunciamiento:

[…] los adelantos de la industria y de las artes, que caminan por

nuevos derroteros; el cambio operado en las relaciones mutuas

entre patronos y obreros; la acumulación de las riquezas en

manos de unos pocos y la pobreza de la inmensa mayoría; la

mayor confianza de los obreros en sí mismos y la más estrecha

cohesión entre ellos, juntamente con la relajación de la moral,

han determinado el planteamiento de la contienda. Cuál y cuán

grande sea la importancia de las cosas que van en ello, se ve por la

punzante ansiedad en que viven todos los espíritus […]. (RN 1)

El Sumo Pontífice continúa indicando que habiéndose disuelto los

antiguos gremios de artesanos y no habiendo sido llenado dicho vacío por

las instituciones públicas, en el transcurso del tiempo los trabajadores fueron

quedando cada vez más a merced de la inhumanidad de los empresarios y la

codicia de los competidores. Por ello, considera urgente proveer de manera

oportuna al «bien de las gentes de condición humilde, pues es mayoría la

que se debate indecorosamente en una situación miserable y calamitosa»

(RN 1). Asimismo, prosigue señalando que debe tomarse en cuenta que la

contratación del trabajo se halla sometida «al poder de unos pocos, hasta el

punto de que un número sumamente reducido de opulentos y adinerados

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ha impuesto poco menos que el yugo de la esclavitud a una muchedumbre

infinita de proletarios» (RN 1).

Afirma, igualmente, que los intentos de los hombres por mejorar la

situación serán inútiles en ese sentido si se deja de lado a la Iglesia (Cf. RN

12). La razón es que esta es la que toma del Evangelio las enseñanzas por las

que se puede resolver por completo el conflicto o hacerlo más soportable.

Con ello, busca que los órdenes sociales se alíen de la mejor manera posible

para mirar por el bien de la causa obrera.

León XIII establece, en primer lugar, que se debe respetar la

condición humana. Señala que entre los hombres hay, por naturaleza,

muchas y grandes diferencias. No todos tienen iguales talentos, habilidades,

salud o fuerzas (Cf. RN 13).

También, considera un error la suposición de que una clase social

sea enemiga de la otra, y que los ricos y los pobres deban estar en un

«perpetuo duelo». Señala que ambos se necesitan, ya que «ni el capital puede

subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital» (RN 14). León Xiii indica

que la fuerza de la doctrina cristiana puede unir a los ricos y los proletarios,

«llamando a ambas clases al cumplimiento de los deberes respectivos y, ante

todo, a los deberes de justicia» (RN 15).

Por otro lado, sostiene que el Estado debe tutelar en el obrero

los bienes del alma, ya que la vida mortal no es el fin último por el cual

hemos sido creados, sino «el camino y el instrumento para perfeccionar la

vida del alma» (RN 30). En este sentido, el Papa establece la necesidad de

que los trabajos se interrumpan en los días festivos, sin entender que este

descanso se refiere a una mayor inoperatividad u ociosidad por parte de

los trabajadores. Esta es vista como «engendradora de vicios y fomentadora

de derroches de dinero». En cambio, lo que propone el Sumo Pontífice es

el «descanso consagrado por la religión», el cual «aparta al hombre de los Rev

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trabajos y problemas de la vida diaria, para atraerlo al pensamiento de las

cosas celestiales y a rendir a la suprema divinidad el culto justo y debido».

Además, el sucesor de Pedro enfatiza lo que respecta a los bienes

del cuerpo. Lo primero que se ha de hacer es librar a los obreros de la

«crueldad de los ambiciosos». No se debe, por tanto, tolerar la exigencia

de un rendimiento físico que haga que el cuerpo se rinda por la fatiga y el

espíritu se embote por el exceso de trabajo. En ese sentido, León XIII indica

que se debe velar porque la jornada diaria no se prolongue por más horas

de las que las fuerzas lo permitan. Sin embargo, aclara que la duración del

intervalo dedicado al descanso lo determina la clase de trabajo, así como las

circunstancias de tiempo y lugar y las condiciones de los operarios (Cf. RN

31).

En cuanto al trabajo infantil y al de la mujer también expone sus ideas.

Señala que se debe cuidar que los niños hayan desarrollado suficientemente

su cuerpo, su inteligencia y su alma antes de que entren en los talleres, toda

vez que la actividad precoz destruye la constitución del niño. Respecto a la

mujer, considera que esta ha nacido para las labores domésticas, las cuales

protegen el decoro femenino, pero sobre todo responden por naturaleza a la

educación de los hijos y a la prosperidad de la familia. En ese sentido, señala

que hay oficios que son menos aptos para la mujer (Cf. RN).

León XIII considera como un asunto de la mayor importancia lo

referente a la cuantía del salario: debe ser suficiente para alimentar a un

obrero frugal y morigerado. Asimismo, define las características del trabajo:

(a) personal y (b) necesario. En cuanto a la primera, se refiere a que la energía

operante es inherente y propia de la persona que la ejerce. En cuanto a la

segunda, asevera lo mencionado por cuanto el fruto del trabajo es necesario

para el hombre en la defensa de su vida, y la posibilidad de lograr dicho

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sustento se lo da «nada más que el sueldo ganado con su trabajo» (Cf. RN

32).

En lo que se relaciona a las asociaciones de obreros, el Papa manifiesta

que son muy convenientes, pero también señala con preocupación que se

ha confirmado que dichas asociaciones están siendo manejadas por «jefes

ocultos». Estos, anota, imponen una disciplina que no es conforme con

lo cristiano ni con la salud pública y acaparan las fuentes de producción,

llevando por consiguiente a la miseria a quienes no quieren asociarse con

ellos. Por ende, los obreros cristianos se ven ante la alternativa o de inscribirse

en dichas asociaciones, peligrosas para su religión, o juntarse para constituir

sus propias sociedades y así tratar de liberarse de esa injusta e insoportable

opresión (Cf. RN 37).

En este sentido, León Xiii establece como ley general y perpetua

que las asociaciones de obreros deben constituirse y gobernarse de manera

de proporcional los medios más idóneos y convenientes para el fin que se

proponen. Este consiste en que cada miembro consiga, en la medida de lo

posible, un aumento de los bienes del cuerpo, del alma y de la familia. Mas,

aclara el Papa, es evidente que el fin principal de estas asociaciones es buscar

la perfección de la piedad y de las costumbres; de lo contrario degenerarían

en ese tipo de asociaciones en las que no cuentan para nada las razones

religiosas (Cf. RN 39).

Por último, señala que las asociaciones de obreros deben procurar

que en ningún momento falte trabajo al obrero. Asimismo, propone que

se establezca una aportación con la que poder sostener a las necesidades de

estos. Los casos de necesidad pueden ser los siguientes: (a) accidentes de la

industria o por enfermedad, (b) vejez y (c) en cualquier otro infortunio.

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Las orientaciones expresadas en RN reforzaron el compromiso

cristiano en la vida social, el que se manifestó en el nacimiento y

consolidación de numerosas iniciativas de alto nivel civil. Estas son las

que siguen: (a) uniones y centros de estudios sociales, (b) asociaciones, (c)

sociedades obreras, (d) sindicatos, (e) cooperativas, (f) bancos rurales, (g)

aseguradoras, (h) obras de asistencia. Todo esto dio un notable impulso a

la legislación laboral en orden a la protección de los obreros, sobre todo de

los niños y de las mujeres; a la instrucción y a la mejora de los salarios y de

la higiene (Cf. C 268).

La importancia que tiene RN es tal que ha sido considerada por

muchos como la carta magna cristiana del trabajo. Además, no solo ha servido

de referencia cronológica para posteriores pronunciamientos de la Iglesia

respecto al tema del trabajo, sino también como una fuente de inspiración

para nuevos desarrollos y para mantener a la Iglesia constantemente en

sintonía con los grandes problemas del siempre cambiante mundo del

trabajo (Cf. Cornejo 1983: 5-13). En efecto, todos los pronunciamientos de

los Sumos Pontífices en relación con el trabajo, efectuados con posterioridad

a RN, se han dado con ocasión de un nuevo aniversario de la promulgación

de dicha encíclica.

3.2 Pío XI (12.02.1922-10.02.1939)

Cuarenta años después de la promulgación de Rerum novarum, el desarrollo

de la sociedad industrial había llevado a una creciente concentración de

fuerza y de poder en el mundo económico-social, y encendido una cruel

lucha de clases. A la industrialización se había agregado la expansión del

poder de los grupos financieros en un ámbito nacional e internacional. Nos

encontramos en el período posterior a la Primera Guerra Mundial, durante

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el cual se estaban afirmando en Europa los regímenes totalitarios. A ello,

hay que añadir que en 1929 se había producido una grave crisis económica

a nivel mundial (Cf. C 91).

La Iglesia se enfrentaba en ese momento a una sociedad que

debía reconstruirse desde sus bases económicas, toda ella convertida en

la cuestión que se debía afrontar. Ante esta situación y conmemorando

el cuadragésimo aniversario de RN, el papa Pío Xi promulga en 1931 la

encíclica Quadragesimo anno (QA). En ella señala que la peculiaridad de

RN es el haber dado al género humano las normas más seguras para resolver

de manera adecuada ese «difícil problema de humana convivencia que se

conoce bajo el nombre de “cuestión social”» (QA 2).

Igualmente, el Papa sostiene que la finalidad de la encíclica es

recordar los grandes bienes que han seguido de RN para toda la sociedad

humana. Asimismo, el objetivo es tener presente la defensa ante ciertas dudas

a la doctrina surgida de León Xiii. Por último, descubriendo la raíz del

presente desorden social, tiene el fin de mostrar al mundo el único camino

de restauración salvadora, que es la reforma cristiana de las costumbres (Cf.

QA 15).

Pío XI menciona, entre los beneficios de la encíclica RN, que a

partir de las enseñanzas de León XIII se cuidase de elevar a la clase obrera.

Esta, «a consecuencia del enorme progreso de las industrias modernas, no

había logrado todavía un puesto o grado equitativo en el consorcio humano

y permanecía por ello, poco menos que olvidada y menospreciada» (QA 23).

En este sentido, el Papa sostiene que es una labor constante, la cual ayudó a

dar a conocer a los obreros su verdadera dignidad y también a capacitarlos

en el conocimiento de sus deberes y derechos como tales, convirtiéndolos

incluso en guías de los demás.

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Otro de los beneficios de RN, indica el papa Pío Xi, es que impulsó

a los pueblos a fomentar intensamente y a poner en práctica verdaderas

políticas sociales (Cf. QA 27). Surgió, por ende, una nueva y anteriormente

desconocida rama del derecho, la cual defiende firmemente los derechos

de los trabajadores, emanados de su dignidad de hombres y de cristianos,

tomando con sus leyes, bajo su protección, el alma, la salud, el vigor, la

familia, la casa, el lugar de trabajo, la condición de los asalariados y cuanto

corresponde a las mujeres y a los niños (Cf. QA 28). Pero aclara que si bien

estas leyes no siempre se adaptan a las enseñanzas de León Xiii, tienen

muchos puntos que saben fuertemente a RN.

Respecto a las asociaciones de obreros, las normas dadas por León

Xiii, según Pío XI, incitaron a los trabajadores a constituir asociaciones

profesionales guiándolas por el camino del deber (QA 31). Estas asociaciones

de trabajadores prosperaron por todas partes, englobando una gran multitud

de obreros, y siendo capaces de defender poderosamente los derechos y los

legítimos postulados de los obreros católicos; imponiendo, incluso, a la

sociedad los «saludables principios cristianos» (QA 36).

En el numeral 59 de QA, el Papa asevera que el fin de León Xiii

era conseguir con la RN la redención del proletariado. En muchos casos,

empero, dichas enseñanzas fueron dejadas de lado, ya sea por conveniencia

o por considerarlas irrealizables. Cuarenta años después, indica el Pontífice,

la condición de los trabajadores ha mejorado y se ha hecho más equitativa,

sobre todo en las naciones cultas, en que los obreros «no pueden ser ya

considerados por igual afligidos por la miseria o padeciendo escasez» (QA

59). Sin embargo, el desarrollo de las artes mecánicas y la industria ha

abarcado regiones muy extensas, haciendo crecer inmensamente el número

de proletarios necesitados. Por otro lado, los asalariados rurales están bajo

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ínfimas condiciones de vida, por lo que hay que aplicar los oportunos y

eficaces remedios de RN.

Respecto al salario justo, Pío Xi considera que la cuantía del mismo

debe fijarse por varios factores y no por uno solo (Cf. QA 66). Señala,

además, que el trabajo no puede ser valorado justamente ni remunerado

equitativamente sin tomar en cuenta su doble carácter de social e individual

(Cf. QA 69). El Papa señala que hay tres puntos a tomar en cuenta para

regular y determinar el salario: (a) el sustento del obrero y su familia, (b) la

situación de la empresa y (c) la necesidad del bien común.

La remuneración del obrero debe alcanzar tanto paro su sustento

como para el de su familia. Sin embargo, esto no se refiere a que el resto de

la familia no contribuya en el sostenimiento común de todos, sino que está

establecido así en el sentido de que no se debe abusar de la condición de los

niños ni de la mujer (Cf. QA 71). Continúa explicando que es un terrible

abuso que las madres de familia deban buscar un trabajo remunerado

fuera de sus hogares debido a la cortedad del sueldo del padre; debiendo

abandonar sus deberes domésticos y, sobre todo, la educación de los hijos.

Por lo tanto, concluye el Papa, hay que luchar con denuedo para que los

«padres de familia reciban un sueldo lo suficientemente amplio para atender

convenientemente las necesidades domésticas ordinarias» (Cf. QA 71).

No obstante, continúa el Pontífice, para establecer la cuantía del

salario también es importante tomar en cuenta las condiciones de la empresa

y del empresario. Ello es así porque sería injusto exigir a la empresa pagar

salarios elevados que no podría soportar, y por ende la llevarían a la ruina

junto con sus obreros (Cf. QA 72). Igualmente, Pío Xi señala que la cuantía

del salario debe «acomodarse al bien público económico» y que es necesario

que se dé oportunidad de trabajar a quienes pueden y quieren hacerlo. La

justicia social pide que los salarios se fijen de tal modo que haya trabajo Rev

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para el mayor número de personas y que puedan percibir una remuneración

suficiente para el sostenimiento de su vida (Cf. QA 74).

Respecto a las asociaciones de obreros, se plantea la libertad

de formarlas. Así, QA dice que el «hombre es libre no sólo para fundar

asociaciones de orden y derecho privado sino también para elegir aquella

organización y aquellas leyes que estime más conducentes al fin que se ha

propuesto» (QA 87).

En el numeral 91 de la encíclica, el Pontífice señala que se había

iniciado una particular manera de organización sindical y corporativa: el

sindicato, y que considera pertinente explicarla brevemente. Indica que se

trata de una persona jurídica constituida como tal por la potestad civil, por

lo que esta le otorga cierto grado de monopolio al permitir que solamente el

sindicato constituido pueda representar los derechos de los obreros o de los

patronos. Por ende, solo este estipulará las condiciones sobre la conducción y

locación de la mano de obra, así como garantizar los denominados contratos

de trabajo. Sin embargo, inscribirse en el sindicato es potestativo y, en ese

sentido, se dice que un sindicato es libre, ya que una vez que se forma parte

de este, son obligatorios para los miembros el pago de las cuotas sindicales,

así como el de otros tipos de aportaciones. Asimismo, «todos están ligados

por los contratos de trabajo estipulados por el sindicato jurídico» (QA 92).

El Papa concluye, en el numeral 94, que se puede ver fácilmente

que dichas instituciones reportan beneficios. Estos son los que siguen:

(a) la colaboración pacífica de las diversas clases, (b) la represión de las

organizaciones sociales, (c) la supresión de los desórdenes y (d) una

magistratura especial ejerciendo una autoridad moderadora.

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3.3 Pío XII (02.03.1939-09.10.1958)2

El Pontificado del papa Pío Xii atravesó los difíciles años de la Segunda

Guerra Mundial y de la reconstrucción posbélica. Si bien no publicó

encíclicas sociales, sus radiomensajes, así como otras importantes

intervenciones en materia social, profundizan la reflexión sobre un nuevo

orden social, gobernado por la moral y el derecho, y centrado en la justicia

y la paz.

El 1 de junio de 1941, durante la solemnidad de Pentecostés,

pronunció un discurso conmemorativo con ocasión del quincuagésimo

aniversario de la encíclica Rerum novarum, conocido como La Solennitá (LS).

En los numerales 5 y 6 de LS, Pío Xii hace un breve resumen del porqué de

RN. Dijo, además, que es obligación de la Iglesia, como guardiana del orden

sobrenatural cristiano, formar las conciencias, incluso de aquellos llamados

a buscar soluciones para los problemas y deberes que la vida social impone.

El Pontífice continúa su discurso señalando que el decenio siguiente a la

promulgación de la encíclica Quadragesimo anno por Pío Xi «ha volcado

sus inquietas y oscuras aguas en el piélago de una guerra que puede levantar

insospechables olas que batan la economía y la sociedad» (LS 10). Muestra

igualmente su preocupación sobre los problemas y asuntos particulares, y

tal vez completamente nuevos que la vida social, después del conflicto que

está enfrentando a tantos pueblos, presenta para la Iglesia. Señala que en ese

momento es imposible determinarlos ni preverlos. Sin embargo, continúa,

es conveniente aprovechar el quincuagésimo aniversario de RN con el fin de

dar algunos principios directivos morales para la vida social y económica,

animados del mismo espíritu de León Xiii y desarrollando sus puntos de

vista (Cf. LS 11).2 Para esta parte se ha consultado Melgar Gil 2013: 427 y ss. R

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En LS, también se hace referencia al deber personal del trabajo

impuesto por la naturaleza. Dice el Papa: «Le corresponde y sigue el

derecho natural de cada individuo a hacer del trabajo el medio para proveer

a la vida propia y de los hijos» (LS 19). Por otro lado, hace notar que el

deber y el derecho al trabajo son impuestos y concedidos al individuo en

primera instancia por la naturaleza, no por la sociedad. De ello concluye

que el deber y el derecho de organizar el trabajo pertenecen ante todo «a los

inmediatos interesados: patronos y obreros», y que si estos no cumplen con

su deber, corresponde al Estado «intervenir en el campo del trabajo y en su

división y distribución, según la forma y medida que requiere el bien común

debidamente entendido» (LS 19). De todos modos, concluye el Papa, la

intervención legítima y benéfica del Estado en el campo del trabajo debe ser

tal que en principio salve y respete su carácter personal (LS 21).

3.4 Juan XXIII (28.10.1958-03.06.1963)

En la primera década de los años sesenta, el panorama mundial se

caracterizaba por la recuperación después de las devastaciones de la Segunda

Guerra Mundial. Sin embargo, el papa Juan XXIII encuentra que la cuestión

social se está universalizando. Ya no se restringe a la clase obrera, sino que se

extiende a todas las clases sociales, a todos los países y a la misma sociedad

internacional.

Junto a la cuestión obrera y a la revolución industrial, se presentan

los problemas de la agricultura, de las áreas en vías de desarrollo, del

incremento demográfico, así como los problemas relacionados con la

necesidad de una cooperación económica mundial. Las desigualdades ya

no solo se presentan al interno de los países, sino que aparecen ahora en el

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plano internacional y manifiestan cada vez con mayor claridad la situación

dramática en la que se encuentra el denominado Tercer Mundo (Cf. C 94).

A pocos meses de su elección, Juan XXiii anunció la convocatoria

de un concilio ecuménico y en el discurso de apertura del Concilio Vaticano

II, el 11 de octubre de 1962, señaló con claridad la que sería la orientación

del Concilio. No se trataba de definir nuevas verdades, sino de exponer la

doctrina tradicional de una forma más adaptada a la sensibilidad moderna.3

El 15 de mayo de 1961, con motivo del septuagésimo aniversario de

RN, publica la encíclica Mater et Magistra (MM) sobre el reciente desarrollo

de la cuestión social a la luz de la doctrina cristiana. En la Introducción, el

Papa hace notar que a pesar del tiempo transcurrido desde la publicación de

RN su influencia se mantiene de forma vigorosa. Esto es en los documentos

de los Sumos Pontífices que han sucedido a León Xiii, así como en la

organización pública de no pocas naciones (Cf. MM 9).

El papa Juan XXIII señala que veinte años después de la

conmemoración efectuada por Pio XII, a los setenta años de promulgada la

encíclica RN, el estado de cosas ha sufrido profundas transformaciones. Esto

se ha dado tanto al interior de los países como en la esfera de las relaciones

mutuas (Cf. MM 46).

Así, en el campo científico, técnico y económico se ha descubierto

la energía atómica y sus progresivas aplicaciones tanto en lo militar como en

lo civil. Se pueden mencionar las siguientes: (a) la química ha descubierto

posibilidades casi ilimitadas en el campo de las producciones sintéticas; (b)

la automatización se ha extendido, especialmente en el sector industrial

y de servicios; (c) la agricultura se ha modernizado progresivamente; casi

han desaparecido las distancias entre los pueblos, principalmente por obra

3 Disponible en La Santa Sede. <http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_doc_20000903_john-xxiii_it.html>. Consulta hecha en 14.06.2014.R

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de la radio y la televisión, y (d) los transportes de toda clase son cada vez

más veloces y ya se ha iniciado la conquista de los espacios interplanetarios.

Por otro lado, en el campo social, en los movimientos sindicales hay una

mayor conciencia de la responsabilidad de los obreros ante los problemas

económicos y sociales más importantes (Cf. MM 48).

Sin embargo, indica el Sumo Pontífice, simultáneamente a estos

avances puede advertirse que el gran incremento económico y social

experimentado por un creciente número de naciones ha acentuado cada

día más los evidentes desequilibrios. Estos existen no solo al interior de

cada país, sino en el plano mundial, entre los países de distinto desarrollo

económico. Por lo tanto, Juan XXIII juzga necesaria la publicación de la

MM para, de acuerdo con los cambios de la época, subrayar y aclarar con

mayor detalle las enseñanzas de sus predecesores, así como exponer con

claridad el pensamiento de la Iglesia sobre los nuevos y más importantes

problemas del momento (Cf. MM 50).

Para Juan XXIII una de las características resaltantes de la época es el

incremento de las relaciones sociales. Se entiende como tales a la progresiva

multiplicación de las relaciones de convivencia, con la consiguiente

formación de variadas formas de vida y de actividad asociada. Los factores

que han contribuido a la existencia de este hecho, según el Papa son, entre

otros, los que siguen: (a) el progreso científico y técnico, (b) el aumento de

la productividad económica y (c) el auge del nivel de vida del ciudadano

(Cf. MM 59).

En opinión del llamado Papa bueno, este progreso de las relaciones

sociales trae consigo numerosas ventajas y beneficios. Permite la mejor

satisfacción de muchos derechos de la persona humana, en especial, los

denominados económico-sociales, que atienden fundamentalmente a

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las exigencias de la vida humana. Entre estos se pueden mencionar los

siguientes: (a) el cuidado de la salud, (b) instrucción básica más profunda y

extensa, (c) formación profesional más completa, (d) vivienda, (e) trabajo,

(f) descanso conveniente y (g) recreación honesta (Cf. MM 61).

No obstante, advierte que, junto con la multiplicación y desarrollo

de estas formas de asociación, en muchos sectores de la actividad humana,

la regulación y la definición jurídicas de las diversas relaciones sociales se

vuelven más detalladas y, consiguientemente, el radio de acción de la libertad

individual se reduce. Sin embargo, aclara que el aumento de las relaciones

sociales no hará necesariamente de los hombres «simples autómatas sin

libertad propia» (MM 62), ya que este progreso debe verificarse de forma

que «proporcione a los ciudadanos el mayor número de ventajas y evite, o a

lo menos aminore, los inconvenientes» (MM 64).

En lo que respecta a la situación del trabajo (Cf. MM 68), señala que a

los trabajadores se les remunera con salarios tan bajos que quedan sometidos,

ellos y sus familias, a condiciones de vida totalmente infrahumanas. Este

hecho lo atribuye a que en las naciones en que esta situación se presenta, la

industrialización está en sus comienzos o no suficientemente desarrollada,

presentándose inclusive la situación de que frente a la extrema pobreza de la

mayoría, unos pocos ostentan de manera abierta e insolente la abundancia

y el lujo desenfrenados. A esto añade el Papa que se observa, en las naciones

económicas más desarrolladas, que el trabajo de categorías enteras de

trabajadores honrados y diligentes, es retribuido con salarios demasiado

bajos, insuficientes para cubrir las necesidades de vida (Cf. MM 70).

Por otro lado, en materia de fijación de salario, el Sumo Pontífice

sostiene que deben guardarse «a toda costa las normas de la justicia y la

equidad». En ese sentido, continúa, en el numeral 71 de la MM, es necesario

que los trabajadores perciban un salario cuyo monto les permita mantener Rev

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un nivel de vida verdaderamente humano. Con ello, podrán hacer frente

con dignidad a sus obligaciones familiares.

En relación con la determinación de la remuneración justa del

trabajo, Juan XXIII plantea que deben tomarse en cuenta algunos puntos.

Estos son los siguientes: (a) la efectiva aportación de cada trabajador a la

producción económica; (b) la situación financiera de la empresa en que

se trabaja; (c) las exigencias del bien común de la respectiva comunidad

política, principalmente en orden a obtener el máximo empleo de la mano

de obra en toda la nación, y (d) las exigencias del bien común universal, o

sea de las comunidades internacionales, diferentes entre sí en cuanto a su

extensión y a los recursos naturales de que disponen (Cf. MM 71).

En el numeral 79 de la MM, el Papa señala que las naciones deben

facilitar el trabajo al mayor número posible de obreros, evitando que se

construyan categorías sociales privilegiadas. Deben, igualmente, mantener

una adecuada proporción entre los salarios y los precios, haciendo accesible a

los ciudadanos los bienes materiales y los beneficios de la cultura. También,

propone el suprimir, o al menos limitar, las desigualdades entre los distintos

sectores de la economía; así como buscar un equilibrio adecuado entre el

incremento económico y el aumento de los servicios generales necesarios. De

igual manera, sugiere ajustar sus estructuras de producción a los progresos

de las ciencias y la técnica. Finalmente, indica que se debe lograr que el

mejoramiento del nivel de vida sirva no solo para la generación presente,

sino que prepare un mejor porvenir para las generaciones futuras.

Respecto a las asociaciones de trabajadores, el Papa señala en el

numeral 97 que la finalidad de las mismas ya no es movilizar al trabajador

para la lucha de clases. Este debe apuntar a estimular la colaboración

mediante acuerdos entre las asociaciones de trabajadores y de empresarios.

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3. 5 Pablo VI (21.06.1963-06.08.1978)

Al asumir el papado, Pablo VI continuó con el Concilio Vaticano II, que

había sido convocado por el papa Juan XXIII. Uno de los documentos fruto

del Concilio fue la constitución pastoral Gaudium et Spes (GS) sobre la

Iglesia en el mundo de hoy. Esta fue publicada el 7 de diciembre de 1965.

Gaudium et Spes

Respecto al trabajo humano, la GS considera que es superior a los restantes

elementos de la vida económica, ya que estos solo tienen el papel de

instrumentos. El trabajo humano, en cambio, procede de la persona. Esta

«marca con su impronta las cosas de la naturaleza y las somete a su voluntad»

(GS 67), y es el medio ordinario de subsistencia tanto para el trabajador como

para su familia.

La GS afirma que Jesús, al trabajar con sus propias manos en

Nazaret, le dio al trabajo una dignidad eminente. De allí se deriva, por

tanto, para todos los hombres el deber de trabajar fielmente. Asimismo, a

partir de esto, se entiende su derecho al trabajo. Por ende, es deber de la

sociedad, según sus circunstancias, ayudar a los ciudadanos para que puedan

encontrar la oportunidad de un «trabajo suficiente» (GS 67).

En lo que se refiere a la fijación de la remuneración del trabajo, el

numeral 67 indica que deben tenerse en cuenta tanto el puesto de trabajo y

la productividad de cada uno como las condiciones de la empresa y el bien

común. Igualmente, señala que la remuneración debe ser tal que permita al

«hombre y a su familia una vida digna en el orden material, social, cultural

y espiritual». Para ello, esta debe tener presentes el puesto de trabajo y la

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productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien

común.

Indica, además, que el proceso de producción de la actividad

económica no debe organizarse ni regularse de modo que cause daño a los

trabajadores. Esta tiene que ajustarse a los siguientes aspectos: las necesidades

de las personas, su manera de vivir y su vida familiar, especialmente cuando

se trata de las madres de familia, y tomando en consideración también el

sexo y la edad.

Por otra parte, se espera que el trabajador también disfrute de un

tiempo de reposo. Este debe permitir que participe en la vida familiar,

cultural, social y religiosa. Asimismo, se considera que la persona desarrolle

las energías y cualidades que en su trabajo no pueda impulsar.

La constitución apostólica señala, también, que el derecho de los

obreros a fundar libremente asociaciones que representen al trabajador y

que colaboren en la recta ordenación de la vida económica es un derecho

fundamental de la persona humana. Asimismo, considera tal el derecho de

participar libremente en las actividades de dichas instituciones, sin temor

a represalias. Por otra parte, respecto a los conflictos laborales, considera

a la huelga como un medio extremo para la defensa de los derechos de los

trabajadores y la obtención de sus justas aspiraciones. Recomienda encontrar

una solución pacífica a los mismos. Esta recurrirá al diálogo conciliatorio

(Cf. GS 68).

Populorum progressio

El 26 de marzo de 1967, el papa Pablo VI promulga la encíclica Populorum

progressio (PP) sobre el desarrollo de los pueblos. En ella, el Sumo

Pontífice afirma que el hecho más importante de todos, al momento de

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la promulgación del documento, es que la cuestión social ha tomado una

dimensión mundial (Cf. PP 3). En el tiempo transcurrido entre la GES

y la PP había ido creciendo la toma de conciencia de las diferencias que

discriminaban y sometían a situaciones de injusticia y marginación a

muchos países del Tercer Mundo. Dicha situación había hecho estallar los

conflictos sociales (Cf. CEC 1988: 28).

En esta encíclica, el Papa presenta al desarrollo como el paso de

condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más humanas,

señalando sus características. Las situaciones menos humanas se dan cuando

hay carencias materiales y morales, y estructuras opresivas. Las situaciones

humanas requieren lo siguiente: (a) la posesión de lo necesario, (b) la

adquisición de conocimientos y cultura, (c) el respeto a la dignidad de los

otros, (d) el reconocimiento de los valores supremos y de Dios, y (e) la vida

cristiana de fe, esperanza y caridad (Cf. CEC 1988: 29). Sin embargo, la

disparidad en el goce de los bienes y en el ejercicio del poder hace que en

algunas regiones la mayoría de la población pobre viva en condiciones de

vida y trabajo indignas de la persona humana (Cf. CEC 1988: 28).

Respecto al trabajo, el Papa señala que este ha sido querido y

bendecido por Dios. Es Él quien ha dotado al hombre de inteligencia y le ha

dado también el modo de acabar Su obra creadora, de modo que, en cierto

sentido, todo trabajador es también un creador (Cf. PP 27). No obstante,

continúa explicando Pablo VI (Cf. PP 28), el trabajo tiene el peligro de

deshumanizar a quien lo lleva a cabo. Indica, igualmente, que el mundo está

enfermo y su enfermedad es la falta de fraternidad entre los hombres y entre

los pueblos (Cf. PP 66).

En este sentido, insiste en el deber de hospitalidad. A esta la define

como deber de solidaridad humana y de caridad cristiana, al que están

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obligadas tanto las familias como las organizaciones culturales de los países

que acogen a los extranjeros (Cf. PP 67). Explica que esta debe ofrecerse

a los trabajadores emigrantes, que viven muchas veces en condiciones

inhumanas, «ahorrando de su salario para sostener a sus familias, que se

encuentran en la miseria en su suelo natal» (PP 69).

Octogesima adveniens

El 14 de mayo de 1971, en el octogésimo aniversario de la encíclica Rerum

novarum, el papa Pablo VI promulga la carta apostólica Octogesima adveniens

(OA). Dicho documento se dirige al Presidente del Consejo para los Seglares

y de la Comisión Pontificia Justicia y Paz, Cardenal Mauricio Roy. El Papa

indica que el mensaje de la RN sigue inspirando la acción en favor de la

justicia social, y es necesario, por ello, continuar y ampliar sus enseñanzas

para responder a las necesidades nuevas de un mundo en transformación

(Cf. OA 1). Asimismo, asegura que persisten las flagrantes diferencias en el

desarrollo, tanto económico como cultural y político de las naciones, pero

por todas partes se aspira a una justicia mayor (Cf. OA 2).

Por otra parte, el Papa señala que la civilización agraria se está

debilitando debido al constante avance de la industrialización, lo que

ha generado un fenómeno nuevo: la urbanización. El éxodo del campo

a la ciudad genera no solo un crecimiento industrial, sino un aumento

demográfico continuo en los centros urbanos. Así, la gente del campo migra

hacia los suburbios, en donde no encuentran alojamiento ni empleo, sino

una condición económica inferior (Cf. OA 8).

Pablo VI hace notar que la humanidad experimenta un nuevo tipo

de soledad. Se trata de aquella soledad que se origina cuando se está en

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medio de una «muchedumbre anónima que le rodea y dentro de la cual se

siente como extraña» (OA 10).

Respecto al trabajo, el Papa señala que toda persona tiene derecho a

este, a una remuneración equitativa que le permita una vida digna para ella

y su familia, y a la posibilidad de desarrollar sus cualidades y su personalidad

en el ejercicio de su profesión.

De igual manera, en cuanto a la organización hace énfasis en que si

bien las sociedades democráticas aceptan a la organización sindical para la

defensa de dichos derechos, no siempre están dispuestas a aceptar su ejercicio.

Los sindicatos, para el papa Pablo VI, tienen una función importante: (a)

la representación de las diversas categorías de trabajadores, (b) su legítima

colaboración en el progreso económico de la sociedad y (c) el desarrollo del

sentido de sus responsabilidades para la realización del bien común. Mas,

también hace notar el Papa que la acción de estos sindicatos no está exenta

de dificultades, por la tentación de aprovechar su posición de fuerza para

intentar imponer, sobre todo, a través de la huelga, condiciones que pueden

ser gravosas para el conjunto de la economía o del cuerpo social, o para

tratar de obtener reivindicaciones que tienen más bien carácter político (Cf.

OA 14).

El Papa pide tomar en cuenta de manera especial a los trabajadores

emigrados. El motivo principal es que su condición de extranjeros hace

tanto más difícil toda reivindicación social de su parte, aun cuando

participan en el esfuerzo económico del país que los recibe. Debe superarse,

en este sentido, cualquier actitud nacionalista, y crearse una legislación que

reconozca su derecho a la emigración y favorezca los siguientes aspectos: (a)

su integración, (b) su promoción profesional y (c) acceso a un alojamiento

decente, donde pueda vivir, si es posible, con su familia (Cf. OA 17).

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Finalmente, el Sumo Pontífice profetiza en esta carta apostólica

que el crecimiento demográfico traerá consigo el aumento del número

de personas que no encontrarán trabajo y se verán reducidas a la miseria.

Esta situación se hará realidad, a no ser que se generen eficaces políticas de

inversión, de organización de la producción y de los mercados, así como de

formación adecuada, a fin de crear puesto de trabajo (Cf. OA 18).

4. CONCLUSIONES

1) La Doctrina Social de la Iglesia manifiesta la continuidad de una

enseñanza que tiene sus fundamentos en los valores universales

que derivan de la Revelación y de la naturaleza humana. Sin

embargo, no es un sistema rígido de enseñanza, ya que se actualiza

constantemente, a la luz de los eventos que se producen en el

devenir histórico de la humanidad. En tal sentido, la Iglesia no ha

renunciado nunca a pronunciarse acerca de las cuestiones sociales.

2) Cuando se produjo la revolución industrial, a finales del siglo XiX,

esta trajo consigo un total cambio de concepciones: la forma de

ver a la sociedad, al Estado, a la autoridad, e incluso al trabajo,

cambió radicalmente. Esto fue un gran desafío para la Iglesia, la

cual centró su atención pastoral en la denominada cuestión obrera:

la explotación de los trabajadores debido a la nueva organización

industrial.

3) La encíclica Rerum novarum, promulgada en 1891 por el papa León

XIII, es la primera en examinar la situación de los trabajadores

asalariados. Entre otros puntos, este documento denuncia las

miserables condiciones de trabajo a la que estaban expuestos los

obreros en esa época y señala que es un error considerar que la

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solución está en la denominada lucha de clases. León XIII defiende

la necesidad del descanso físico para restaurar no solo las fuerzas

físicas del trabajador, sino como tutela de los bienes del alma.

Asimismo, critica el trabajo infantil y el trabajo de la mujer. Señala

como un asunto de la mayor importancia la fijación de la cuantía

del salario, la cual, indica, debe ser suficiente para alimentar a un

obrero y a su familia. Considera que las asociaciones de obreros

son convenientes, y que su finalidad principal es la de velar por los

bienes del cuerpo y el alma de sus miembros y los de sus familias,

buscando que nunca falte el trabajo al obrero.

4) La encíclica Rerum novarum fue publicada en una época en que

se pensaba que la Iglesia únicamente se preocupaba de predicar

resignación a los pobres y caridad a los ricos. En ese sentido, la

audacia del papa León XIII, al publicar un documento que atacaba

abierta y directamente la raíz del problema obrero, causó diversas

reacciones. Una de esas reacciones fue la del nacimiento de una

rama autónoma del derecho, no existente hasta ese entonces, que se

dedicó a proteger al trabajador y a regular las situaciones surgidas

de la relación entre obreros y patronos: el derecho laboral.

5) Pio XI, en su encíclica Quadragesimo anno (1931); Pio XII, en

su radiomensaje La Solennitá (1941); Juan XXIII, en su encíclica

Mater et Magistra (1961), y en el Concilio Vaticano II con su

constitución apostólica Gaudium et Spes (1965); el Papa Pablo

VI, en su encíclica Populorum progressio (1967) y en su carta

apostólica Octogesima adveniens (1971), analizan la situación de

los trabajadores al momento de la dación de dichos documentos

pontificios. Cada Papa defiende los siguientes aspectos: (a) el

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criterio de remuneración justa como aquella que es suficiente

para mantener al trabajador y a su familia; (b) establecen aquellos

criterios que consideran no deben dejarse de lado al momento de

establecer la cuantía de la remuneración; (c) critican el trabajo

infantil y el trabajo de la mujer por considerar que las aparta de

su labor principal que es la de guiar a la familia; (d) apoyan la

asociación de los trabajadores bajo los sindicatos, señalando que la

principal labor de estos no es la lucha de clases, sino la protección

de los trabajadores y sus familias. Asimismo, en el caso de Pablo

VI, se manifiesta además la preocupación sobre la situación de los

trabajadores emigrantes.

6) Vemos, pues, a lo largo de este análisis, que los principios

establecidos por el papa León XIII en la encíclica Rerum novarum

permanecen en el tiempo. Es tal su importancia que los pontífices

posteriores siempre han tomado dichas enseñanzas como base

para la actualización de la Doctrina Social de la Iglesia en temas

concernientes a la cuestión social. Todas estas preocupaciones

han sido publicadas en documentos pontificios promulgados con

ocasión de algún aniversario de la publicación de la que se considera

la Carta Magna de la cuestión social. R

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¿CAUSA EFICIENTE O CAUSA FINAL?

el debate en toRno al PRimado de la causa eficiente en las

Disputationes metaphysicae de fRancisco suáRez y la exPResión per

antonomasiam*

Giancarlo Colacicco** Università degli studi di Bari Aldo Moro

[email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: La atención siempre creciente por parte de la crítica y, en particular,

de estudiosos que a nivel internacional se ocupan de la obra metafísica del

teólogo granadino Francisco Suárez, ha hecho que se profundicen diversas

temáticas contenidas en ella. Esto se debe, en especial, por la importante

función que esa ha tenido, y todavía tiene, de mantener unidas dos diversas

* Traducción al español John Cuadros Angulo y Roberto Tejada Rivas.** Giancarlo Colacicco es doctor en Ciencias Filosóficas por la Università degli studi di

Bari «Aldo Moro» (Italia), con la tesis magistral en Historia de la Metafísica titulada Causa entis. Il problema della causa finale nelle Disputationes metaphysicae di Francisco Suárez, bajo la supervision de Costantino Esposito y Pasquale Porro. Asimismo, obtuvo el título en Filosofía por la Università degli studi del Salento (Italia), con la tesis en Metafísica antigua y medieval titulada L’uomo e il divino. La filosofia greca nell’opera di Maria Zambrano, bajo la supervisión de Alessandra Beccarisi. Durante varios años, ha participado en diferentes seminarios, encuentros y convenciones sobre autores y problemas relacionados a la historia de la Filosofía, interesándose especialmente en los emergentes custionamientos filosóficos entre la edad antigua, media y moderna, incluyendo la obra metafísica de Francisco Suárez.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.89-126)

tradiciones de pensamiento; vale decir, la segunda o tarda Escolástica y la

Edad Moderna.

En este artículo, entonces, nos ocuparemos de una de estas

temáticas desarrolladas en las Disputationes metaphysicae y en particular de

la relación entre la causa eficiente y la causa final sobre las cuales, sobre todo,

en razón de la discusión crítica que se ha desarrollado en los últimos años

y la atención que el mismo Suárez le reserva, buscaremos: (a) presentar las

posiciones más significativas sobre las que se ocupa el debate internacional

(Introducción); (b) recorrer todas las etapas fundamentales que llevan a

la constitución de la ratio causae in communi;1 (c) evidenciar la relación

‘problemática’ entre la causa eficiente y la causa final, que se basa en la

expresión «per antonomasiam». Nuestro objetivo será entonces el de mostrar

lo siguiente: (a) cómo toda causa conserva, al interno de la doctrina de la

causalidad, un estatuto independiente aunque en modos diferentes; (b)

cómo a la independencia de cada causa le sigue una comunión entre las

mismas en un sentido analógico o unívoco; (c) cómo la causa eficiente no

es la causa «per antonomasiam», al menos en la doble acepción en las cuales

puede ser entendida.

PalabRas clave: Suárez, causa, principio, causalidad, analogía, univocidad,

causa eficiente, causa final.

EFFICIENT CAUSE OR FINAL CAUSE?

Debate around the primate of the efficient cause in Francisco Suarez’s

the Disputationes Metaphysicae and the expression Per Antonomasiam

1 Razón común de causa como traduce la versión en castellano de las Disputaciones metafísicas tomada de suárez, Francisco, Disputaciones metafísicas, Vol. II, Biblioteca Hispánica de Filosofía, editorial Gredos, Madrid, 1966. Versión que tomaremos para las siguientes traducciones.

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abstRact: The increasing attention of the critics and, in particular, of

the international academics who are interested in the metaphysic work

of Granada’s theologian Francisco Suárez has brought about a more in-

depth analysis of the diverse topics of Súarez’s work, especially in regards to

the importance that it has had, and still has, in maintaining two different

traditions of thought, that is the second or late Scholastic and the Modern

Age.

In this article, we deal with one of these topics developed in the

Disputationes metaphysicae and in particular with the relation between the

efficient cause and the final cause through which, especially regarding the

critical debate that has developed over the last few years and the attention

that Suárez himself gives to the topic, we aim to: (a) introduce the most

important positions of the international debate (Introduction); b) retrace

all the fundamental landmarks that led to the constitution of ratio causae in

communi (Paragraph one); and (c) underline the ‘problematic’ relationship

between the efficient cause and the final cause, appealing to the «per

antonomasiam» expression (Paragraph two). Therefore, our purpose is to

show that: (a) each cause maintains an independent role in the doctrine of

causality, although in different ways; (b) though each cause is independent,

there is also an analogical and univocal relationship between the causes; and

(c) the efficient cause is not the «per antonomasiam» cause, at least not in the

double meaning in which it could be understood.

KeywoRds: Suárez, cause, principle, causality, analogy, univocity, efficient

cause, final cause.

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Si finis et efficiens comparentur in ratione causandi,

in multis etiam habent aequalitatem, in aliis vero se mutuo excedunt

secundum proprias ac praecisas rationes formales, simpliciter autem causa finalis censetur

prima ac praecipua in causando

Disputationes metaphysicae, XXVII.1.7 ***

1. INTRODUCCIÓN

Con el multiplicarse de los estudios sobre el pensamiento y la

obra de Francisco Suárez y en particular de su principal obra

metafísica,2 las Disputationes metaphysicae (1597), ha crecido la

atención de estudiosos e investigadores sobre temas y problemas que desde

la investigación clásica con respecto a la estructura, la organización y las

peculiaridades de la metafísica suareziana se ha reorientado a otros aspectos.

Estos son aparentemente secundarios, como la doctrina de la causalidad y los

diversos modos o las diversas características que tienen las causas singulares

al interno de las Disputaciones metafísicas.

En este sentido, la interpretación de Vincent Carraud, en su Causa

sive ratio. La raison de la cause de Suárez à Leibniz (2002), representa un

punto de reflexión muy importante en la historia de los estudios sobre tal

argumento, con motivo también del desarrollo y de las discusiones que de

ahí sucesivamente se han originado. La tesis del estudioso francés se puede

*** Si el fin y el eficiente se comparan en la razón de causa, en muchas cosas son también iguales, en otras en cambio se superan mutuamente según sus propias y precisas razones formales, pero absolutamente la causa final es tenida como primera y principal en causar. (Disputación Metafisica, XXVII.1.7)

2 Para una visión general de los estudios críticos contemporaneos sobre las Disputaciones Metafísicas de F. Suárez, véase Hill 2012, salas 2010, esposito 2007, pereira 2006.

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resumir, según cuanto él mismo propone al final del parágrafo dedicado a

Suárez, en algunos puntos fundamentales en los cuales él muestra los aspectos

que alejan la teoría suareziana de las causas de aquella aristotélica: (a) las

causas materiales y formales no son más, en Suárez, verdaderas y propias

causas; (b) la causa motriz aristotélica es sustituida por la causa eficiente;

(c) la causa final es reducida a la intencionalidad de los agentes dotados

de intelecto y voluntad, excluyendo a los entes naturales y con referencia a

Dios solo para explicar el acto de la creación; (d) por la definición de causa,

única y al mismo tiempo común a las cuatro causas (causa est principium

per se influens esse in aliud, es decir, ‘causa es el principio que por sí influye

el ser en otro’) que Suárez propone, de la que no existe un correspondiente

en Aristóteles. Como razón esencial a la base de tales conclusiones, estaría

entonces la opción suareziana de identificar, a partir de la definición arriba

señalada, la noción adecuada de causa con la causa eficiente a partir de la cual,

por un lado, las otras causas alcanzan el apelativo de «causas» según modos

diversos y a título diverso, y de la cual, por otro lado, se obtienen los criterios

que definen la causalidad en general; es decir, el «influxsus de l’être de l’effect

(et non la seu le composition de l’effect) et distinction réelle entre cause

et effet (et non partie constituante), extrinsécité donc et non intrisécité».3

Una lectura que, según Carraud, se vuelve de fácil comprensión si, a partir

de estos criterios, se pasa al reconocimiento de que la causa eficiente es la

única verdadera causa a la cual Suárez hace referencia cuando elabora su

doctrina de la causalidad en metafísica, ya que no hay otra causa que pueda

«infundir» el ser en el efecto y ser realmente distinta de su efecto que no

sea la causa eficiente. En consecuencia, las otras causas «alcanzan» el título

3 «Influxsus del ser del efecto (y no la sola composición del efecto) y distinción real entre causa y efecto (y no parte constitutiva), extrinsecidad entonces y no intrinsecidad» (Carraud 2002: 164, la traducción es nuestra). R

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de causas solo por una relación de analogía que vez por vez ellas establecen

con la causa eficiente de la cual dependen y son subalternadas en cuanto a

su razón formal (discurso que se extiende naturalmente también a la causa

final). Se trata de una tesis, la de Carraud, difícil de refutar por la inmediata

respuesta que tiene cuando se analiza la definición de causa suareziana a la

cual se refiere inequívocamente, según la opción de hacer uso de una cierta

terminología (causa est id a qua aliquid per se pendet o principium per se

influens esse in aliud, es decir, ‘causa es aquello por lo cual algo depende por

sí, o principio que por sí influye el ser en otro’), fundamentalmente el léxico

de la eficiencia.

Sin embargo, no faltaron las reformulaciones al respecto, sobre

todo en lo que se refiere al primado de la causa eficiente y las relaciones

que esta mantiene con la causa final, sobre las cuales se han interesado los

estudios en los últimos años y el debate todavía está en curso. ¿Es suficiente

referirse a la causa eficiente para explicar el entero edificio de la causalidad

suareziana o de todas maneras se debe hacer referencia a las otras causas?

Y, en sentido estricto, si la producción del efecto depende estrechamente

de la causa (eficiente) que lo produce, ¿querrá decir que —como sugería

Carraud— más allá de la materia y la forma, también el fin es reducido a

la causa eficiente? Sobre este último aspecto en efecto, se está de acuerdo,

piénsese por ejemplo a las investigaciones de Stephan Schmid o de Erik

Åkerlund, al afirmar que el término «reducción», al menos en lo que se

refiere a la relación entre la causa final y la causa eficiente, es inadecuada

y extraña al léxico suareziano, aunque la prioridad de la causa eficiente

sobre todas las otras causas sea un aspecto comúnmente aceptado.4 De

distinto parecer es, en cambio, la lectura de Sydney Penner que a partir ya

4 Sobre esta conclusión véanse los estudios de sCHmaltz 2008, Åkerlund 2011, lagerlund 2011.R

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del título de su artículo «Suárez on the Priority of Final Causation», hace

traslucir explícitamente una versión bastante diferente de aquella hasta el

momento presentada redimensionando el significado y el valor de la causa

eficiente a favor de la causa final, y reproponiendo a la atención del lector

algunos párrafos del texto suareziano5 de los cuales, en cambio, emerge una

dependencia recíproca (si no incluso un primado de la causa final) entre las

dos causas sobre todo «in order for the will’s act of desire or of love to come

into being».6

Con el presente artículo quisiéramos, entonces, introducirnos

al interior de tal debate, del cual, como se ha visto, no existen muchas

referencias bibliográficas, sea por la actualidad del argumento que por

los estudios que se han completado recientemente o se están todavía

completando. Por tanto, conviene recorrer las etapas fundamentales que

llevan a la constitución de la doctrina de la causalidad suareziana; en otras

palabras, retomando las más conocidas y poniendo a la luz las partes menos

conocidas o escasamente consideradas del texto suareziano, que nos ofrecen,

en cuanto a la relación entre la ratio causae in communi (‘razón común de

causa’) y las causas singulares; o sea, entre el primado de la causa eficiente

y las otras causas; un cuadro bastante homogéneo, aunque muy complejo,

de las causas.

5 DM XXIII.1.15; XXIII.4.8–13 y XXVII.2.10.6 «Para que el acto de deseo y de amor de la voluntad tenga inicio»: Sydney. Suárez on the

Priority of Final Causation. Aprovecho la ocasión para agradecer al Dr. Sydney Penner por haberme puesto a disposición su trabajo, permitiéndome poderlo consultar y citar. R

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2. LA «CAUSA» Y LAS «CAUSAS»: LA MATERIA, LA FORMA, LA

CAUSA EFICIENTE Y EL FIN EN DISPUTATIO XII

Al inicio de la segunda sección de la Disputación XII, Suárez, después de

haber enumerado en el Prólogo de la misma, las razones que explican el

tratado de las causas en metafísica,7 pasa a afrontar la cuestión de la definición

de la causa, constatando, según cuanto había sido conocido a fines del siglo

XVi, que «ex Aristotele nullam causae in communi definitionem habemus»

(DM XII 2.1: ‘Aristóteles no nos dejó ninguna definición de la causa en

común’) y por otro lado que «posteriores vero philosophi in ea assignanda

laborarunt» (DM XII 2.1: ‘Los filósofos posteriores se esforzaron en

formularla’). Una afirmación que en sí contiene una importante sugerencia,

ya que en ella está incluído el programa de trabajo que Suárez tenía en

mente, es decir, de manera más explícita buscar «qualis sit convenientia

causarum inter se» (DM XII 2.1: Cuál sea la conveniencia de las causas

entre sí) y que presupone dos asuntos fundamentales: (a) el término «causa»

no puede ser un término meramente equívoco, de otro modo, buscar una

definición común no llevaría a ningún resultado; (b) la indagación entorno

a las causas puede tener éxito solo si se aclaran los modos o los múltiples

7 Recordemos que la primera razón es que la ratio causae participa según grados y modos diferentes del ente y, por lo tanto, es tarea de la metafísica explicar de que naturaleza y de qué tipo sea tal grado de participación. La segunda se refiere al hecho que la causalidad (o ratio causae) es como (veluti) una propiedad trascendental del ente y puesto que no existe ningún ente (incluido Dios como ente infinito) que no participe de la causalidad, es necesario concluir que también para esta segunda razón la causalidad pertenece a la metafísica. La tercera es que según los criterios estandar de la epistemología, toda ciencia debe considerar las causas de su objeto y en consecuencia corresponde también a la metafísica ocuparse de las causas de ente. Finalmente, ya que «nullum autem est ens quod non sit vel effectus vel causa» (‘no hay ente alguno que no sea efecto o causa’), pertenece propiamente a la metafísica la indagación sobre las causas (Cf. DM XII. Prólogo).R

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significados en los cuales se entiende el término causa.8 Evidenciamos

entonces que en esta fase inicial de su reflexión sobre la causalidad, Suárez

se preocupa de encontrar un significado de la causa (expresado desde la

definición) único y al mismo tiempo común a los diversos modos en los

cuales la causa puede entenderse. Pasamos ahora a la reconstrucción de la

disputa que Suárez nos propone sobre las diversas definiciones con la que él

se confronta, y su posición al respecto.

La primera definición que reporta, recita así: «Causa est id, per

quod satisfit interrogationi, qua inquiritur propter quid aliquid sit, seu fiat»

(DM XII 2.2: ‘Causa es aquello por lo que se satisface a la interrogación con

que se pregunta por qué algo es o se hace’). Deducible probablemente de

la Física de Aristóteles,9 tal definición —según Suárez— presenta la ventaja

de poder comprender los diversos modos del ‘por qué’ algo se convierte en

o es, y sin embargo no presenta tan claramente en cuántos y cuáles modos

tal ‘por qué’ puede ser entendido. En efecto, si entendido en el modo justo

(si recte sumatur), la expresión «propter quid aliquid sit, seu fiat» significaría

pensar «solum habitudinem causae finalis» (‘solo la relación de la causa

final’), mientras que entendido en modo más general (si fusius sumatur),

8 En esto Suárez se mantiene fiel a la advertencia aristotélica que en referencia a la indagación sobre los elementos del ser en la Metafísica había afirmado la necesidad de un análisis preliminar sobre los múltiples sentidos en los cuales se entiende el ser y que Suárez cumple en este caso con relación al término causa (Cf. Arist., Metaph., 9,992 b18-30).

9 «Es evidente que existen las causas y que su número es el que nosotros dijimos. Todas ellas quedan incluidas en la respuesta a la pregunta de “por qué algo es o existe”; la pregunta «por qué», en efecto, nos lleva o bien a la esencia, que es un último término en los seres inmóviles —así, por ejemplo, el matemático se refiere, en última instancia, a la noción de lo recto, de lo conmesurable o de alguna otra cosa análoga— ; o bien lleva al primer motor —por ejemplo: ¿por qué lucharon? Porque habían sido saqueados; o ¿para qué? Para dominar—; o bien, en aquellas cosas que se hacen, lleva a la materia». Traducción tomada de Aristóteles, Física, II, 7, 198.° (Madrid: Aguilar, 1964: 597). R

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eso significaría más cosas como «ex quo, per quo, a quo aliquid est» (‘de

qué, por medio de qué, por qué cosa es algo’) y, por lo tanto, no podría

ser entendido en un único modo. Entonces, a causa de esta multiplicidad

de sentidos en los cuales puede ser interpretada, esta primera definición no

puede ser aceptada por Suárez (prima cause descriptio reprobatur).

La segunda definición de causa, en cambio, se presenta según

una acepción muchísimo más común, como «causa est id ad quod aliud

sequitur» (‘Causa es aquello a lo que algo sigue’). Suárez constata que esta,

así como está formulada, se refiere a la definición general de principio más

que a aquella de la causa, puesto que el significado del verbo sequitur puede

también ser entendido en modos diversos, como «est, aut fit, aut cognoscitur»

(‘es, o se hace, o se conoce’), en los cuales están comprendidas también las

privaciones, que no son causas sino principios y, en consecuencia, también

la «secunda causae definitio refutatur» (‘se rechaza la segunda definición

de causa’). Llegamos así a la tercera definición, ya que en base a las otras

dos definiciones de causa, no se puede obtener una razón común que las

pueda abarcar todas, ya que la primera restringe demasiado el campo de

significación a la causa final, y la otra lo extiende hasta las privaciones.

¿Cuál será entonces tal definición? Al presentar la tercera definición de

causa, atribuida por Suárez a algunos autores a él contemporaneos (aliqui

moderni), él escribe: «Tertia definitio est quam potissime afferunt aliqui

moderni: Causa est id a quo aliquid per se pendet. Quae quidem, quod ad

rem spectat, mihi probatur; libentius tamen eam sic describerem: Causa est

principium per se influens esse in aliud» (DM XII.2.4: ‘La tercera definición

es la que principalmente traen algunos modernos: Causa es aquello de lo

que algo depende esencialmente. A mí, ciertamente, por lo que se refiere al

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contenido, me parece bien; con todo, me parecería mejor expresarla así:

Causa es un principio que infunde esencialmente el ser en otro’).

La causa puede, entonces, ser expresada en el mejor modo según las

dos definiciones referidas en el texto. O puede ser explicada como aquello

de lo cual algo depende de por sí o como un principio que infunde de por sí el

ser en otro, con la diferencia de que para Suárez (mihi probatur, es decir ‘a

mí me parece bien’) solo esta última puede expresar mejor el significado del

término causa.

Se debe considerar que esta segunda acepción, que representa la

fórmula en la que posteriormente se ha canonizado la definición de causa

suareziana, es la única en la cual aparece el término principio, utilizado como

el predicado principal de la causa, a diferencia de las otras definiciones en

las que el término «causa» aparecía siempre junto al término «ens» y al

término relativo «id».10 De hecho, Suárez escribe: «Nam loco generis

existimo convenientius poni illud nomen commune quod propinquius et

immediatius convenit definito; hoc autem modo comparatur principium ad

causam; nam ens et illud relativum id, quod absolute positum illi aequivalet,

remotissimum est» (DM XII.2.4: «Pues en lugar del género pienso que es

más conveniente poner aquel nombre común, el cual conviene a lo definido

más de cerca e inmediatamente, y de este modo se relaciona el principio con

la causa; pues el ente y aquel relativo aquello —que tomando absolutamente

le es equivalente— es remotísimo).

10 De hecho, la primera definición había sido presentada como: «Causa est id, per quod satisfit interrogationi, qua inquiritur propter quid aliquid sit, seu fiat» (‘Causa es aquello por lo que se satisface a la interrogación con que se pregunta por qué algo es o se hace’); de este modo la segunda: «Causa est id ad quod aliud sequitur» (‘Causa es aquello a lo que algo sigue’), y finalmente la tercera como: «Causa est id a quo aliquid per se pendet» (‘Causa es aquello de lo que algo depende esencialmente’). R

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Poner entonces el término ens como predicado principal de

la causa, equivale para Suárez a poner el problema de la definición de la

causa en términos anticuados (remotissimum est). En efecto, la causa debe

ser parangonada con el principio. ¿Ahora, cuáles son los elementos que

permiten a Suárez definir en manera inequívoca la causa como principium

per se influens esse in aliud? (‘principio que infunde esencialmente el ser en

otro’).

Más que sobre los elementos, Suárez parece concentrarse sobre un

único aspecto, es decir sobre la expresión «per se influens» y el relativo verbo

influere que permiten: (a) delimitar el ámbito de la causalidad solo para las

causas que pueden realmente infundir el ser en el efecto, excluyendo por

tanto las privaciones y las causas accidentales «quae per se non conferunt aut

influunt esse in aliud» (DM XII.2.4: Que no confiere e infunde esencialmente

el ser en otro); (b) extender el significado del verbo influere de la sola causa

eficiente, a la cual se refiere en modo especial (ut attribui specialiter solet), a

todas las otras causas, según la acepción más general (generalius) de «dar» o

«comunicar» el ser. Considerando este segundo aspecto, la cuestión se hace

todavía más interesante si analizamos la objeción presentada por Suárez

y la solución que propone. La objeción está formulada así: si «infundir o

comunicar el ser» reclaman el modo o la característica propia de la causa

eficiente, y Suárez añade aquí también, de la causa formal, ¿cómo es posible

afirmar que también la materia y el fin son causas?

La solución de Suárez se articula según el modo en el cual el verbo

influere está relacionado a las diversas causas. En efecto, en un caso se tendrá

que el infundir o el dar el ser se predica en modo especial (speciali modo) de

la causa formal en cuanto «complenti proprium et specificum esse» (‘completa

el propio y específico ser’) y de la causa eficiente en quanto «realiter influenti»

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(‘influye realmente’). En el otro caso, en cambio, el infundir o el dar el ser

se predica de la materia y del fin si son considerados en modo absoluto

(absolute) y según la razón común de la causa (sub communi ratione), ya

que también la materia «in suo genere dat esse, quia ad illa dependet esse

effectus, et ipsa dat suam entitatem, qua constituatur esse effectus» y así

también el fin que, en la medida en la cual mueve, «influit etiam in esse».11

Ahora, ¿qué consecuencias podemos deducir de esta solución y qué nos

permite afirmar? En cuanto a las consecuencias: (a) Suárez nos presenta un

cuadro completo, aunque breve, de las cuatro causas y del modo en el cual

cada una es relativa a la definición general de la causa como principium per

se influens esse in aliud (‘principio que infunde esencialmente el ser en otro’);

(b) cada causa particular, aun en modo diverso o a título diverso, tiene, en lo

que se refiere a su razón formal, un estatuto propio y absoluto, no reducible,

como en cambio se podría creer, a la causa eficiente o también a la causa

formal; (c) con respecto al modelo un poco estereotipado de considerar la

causa eficiente de una parte y las restantes causas de la otra, como se dijo al

inicio, Suárez considera las causas con igual dignidad y funciones en cuanto

a su modo de ser en relación a la definición general de la causa.

11 Es decir, «influye también en el ser». Sobre la objeción y la solución a la objeción, confróntese: DM XII.2.4: «Sed, licet speciali modo attribuatur illis duabus causas dare esse, formae ut complenti proprium et specificum esse, efficienti vero ut realiter influenti, tamen absolute et sub communi ratione, etiam materia in suo genere dat esse, quia ab illa dependet esse effectus, et ipsa dat suam entitatem qua constituatur esse effectus; causa etiam finalis, eo modo quo movet, influit etiam in esse, ut postea declarabitur» («Pero aunque de un modo especial se atribuya a aquellas dos causas dar el ser, a la forma en cuanto que completa el propio y específico ser y a la eficiente en cuanto influye realmente, con todo, en absoluto y bajo una razón común, también la materia en su género da el ser, porque de ella depende el ser del efecto y ella misma da su entidad, con la que se constituye el ser del efecto; también la causa final en el mismo grado en que mueve influye también en el ser, como se declarará después»). R

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Pasamos así a la fase conclusiva de nuestro análisis sobre la doctrina

de la causalidad, tomando motivación de estas últimas consideraciones para

ver, en primer lugar, qué tipo de relación mantienen las diversas causas con

la ratio causae in communi (‘razón común de causa’) y en segundo lugar, qué

tipo de relación se viene a establecer entre ellas. ¿Se plegará Suárez a favor

de la univocidad de la causa o de su analogía? Y en este segundo caso, ¿a

qué tipo de analogía será necesario referirse? La cuestión es primariamente

afrontada en la Disputación XII, en la cual Suárez analiza las consecuencias

de su elección de formular una ratio causae in communi (‘razón común de

causa’), y, seguidamente, será retomada en la Disputación XXVII dedicada,

justamente, a la comparación de las causas entre ellas (‘De comparatione

causarum inter se’; Cf. DM XXVII). A su vez, tal cuestión presenta,

además de un margen de frecuentes oscilaciones (característica propia de

las Disputaciones suarezianas), una ulterior articulación que no muestra un

cuadro muy claro y lineal, al menos como primera impresión. En efecto,

después de haber enunciado la primera de las dos consecuencias, Suárez

precisa que si el nombre «causa» no es un término meramente equívoco,

esto significa que aquél posee una ratio nominis (razón del hombre) común a

todas las causas. Pero inmediamente después afirma: «An vero huic nomini

secundum illa definitionem correspondeat unus conceptus tam formalis

quam objectivus causae in communi, in controvesia est» (DM XII.2.14:

«Sin embargo, está puesto en controversia si a este nombre le corresponde,

según dicha definición, un concepto único tanto formal como objetivo de

causa en general»).

El eje del problema se mueve entonces de la búsqueda del tipo

de comunionalidad que existe entre las diversas causas a la discusión sobre

si corresponda al término «causa», según la definición dada, un único

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concepto formal y objetivo. En cuanto a este problema, Suárez reconstruye

el debate y presenta la tesis de aquellos que niegan que al término «causa»

le corresponda un único concepto de causa, puesto que, siendo diversos

los efectos que dependen de las diversas causas, no es posible abstraer «una

communis ratio dependentiae» (‘una razón común de dependencia). Sigue la

réplica de Suárez que al contrario afirma que es posible abstraer un concepto

común en cuanto lo que sigue: (a) no es contradictorio que al término

«causa» corresponda un concepto común, ya que en base a la definición dada

(ex definitione data) existe una real conveniencia entre las diversas causas; (b)

en analogía con el concepto de ente, también el concepto de causa puede

ser al mismo tiempo uno y predicarse de más cosas y en consecuencia «non

est ergo cur negetur unus communis conceptus causae» (‘No hay, por

consiguiente, razón para negar un concepto común único de causa’). Si

luego tal concepto sea unívoco o análogo, podrá decirse, según Suárez, solo

después de haber tratado la subdivisión de las causas, las causas singulares y

el modo propio de causar de cada causa singular (Cf. DM XII.2.14). Hasta

el momento, entonces, sabemos dos cuestiones: (a) el término causa no es

un término meramente equívoco, puesto que en base a su significado puede

ser común a los diversos modos en los cuales tal término puede ser utilizado,

es decir a título de causa material, formal, eficiente y final; (b) al término

causa le puede corresponder, sin contradicción, un único concepto formal

y objetivo, pero no sabemos, y por lo tanto no está dicho, si éste sea un

concepto unívoco o un concepto análogo. Esta es entonces la situación que

se nos presenta al final de la segunda sección de la Disputación XII.

La univocidad y la analogía están entonces relacionadas, al inicio

de la tercera sección, a la subdivisión de las causas y por lo tanto: si el

nombre causa posee un único significado, ¿en qué forma puede predicarse

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de causas que pueden ser entendidas en diversos modos? Sobre esto, como

recordábamos al inicio, los lectores de Suárez se han detenido bastante

proyectando en grandes líneas dos hipótesis: la primera es que el concepto

al cual se refiere el término causa es un concepto no solo único como quería

Suárez, sino también unívoco y que la subdivisión de las causas se cumpla

en nombre de la analogía de modo que la materia y la forma, y de facto

también el fin, conserven el título de causa según una relación de derivación

de la causa eficiente (Cf. Carraud 2002); la segunda hipótesis es que del

primado de la causa eficiente no deriva necesariamente la subalternación de

las otras causas que se relacionan, entre ellas y con la definición de la causa

suareziana vista precedentemente, según modos diferentes. En cuanto a la

primera hipótesis, hemos visto en efecto que ya en sede de presentación,

Suárez atribuye, a través de las expresiones en modo especial (speciali modo)

y en modo absoluto (absolute), una ‘par’ dignidad y valor a cada una de

las causas, con la inclusión y la integración, en términos de importancia,

también de la causa formal a la causa eficiente (Cf. DM XII.2.4). Respecto

a la segunda hipótesis, no nos queda sino retornar al texto suareziano y

ver qué es lo que Suárez afirma. Analizaremos el final de la Disputación

XII y algunas partes dela Disputación XXVII en las cuales Suárez habla

explícitamente de la subdivisión de las causas y del modo en el cual éstas

pueden ser confrontadas.

En efecto, al final de la Disputación XII, Suárez escribe:

In sexto puncto auctores omnes supponendo potius quam

probando vel disputando, docent illam divisionem causae esse

analogam et propter eam causam dicunt non fuisse causam in

communi ab Aristotele definitam. Non tamen declarant satis

modum aut rationem huius analogiae, neque a nobis declarari

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potest donec rationes singularum causarum exacte tractentur. Et

ideo nunc supponamus sententiam illam veram esse ex communis

sententiae auctoritate et ex hac generali ratione, quod illi modi

causarum communes sunt causis accidentium et substantiarum,

quae non possunt esse univoce causae, quia non dant univoce

esse, unde nec ratio effectus univoca esse potest in accidente et

substantia; exactiorem vero huius analogiae declarationem in

praedictum locum remitto. (DM XII.3.22)12

Con el título «Qualis sit data divisio» (‘De qué clase es la división

dada’), Suárez repropone en este parágrafo conclusivo de la Disputación

XII, la más importante acerca del tratado de la causalidad en metafísica, un

motivo ya presente al final de la segunda sección, cuando Suárez, hablando

del concepto formal y objetivo de la causa, había postergado la consideración

sobre la univocidad o sobre la analogía para después del tratado de las causas

singulares. Lo mismo parece decir también en este pasaje (neque a nobis

declarari potest donec rationes singularum causarum exacte tractentur, es

decir, ‘ni tampoco la podemos declarar nosotros hasta que queden tratadas

exactamente las razones de cada una de las causas’); esta vez con relación

a la división de las causas, la cual, en efecto, será retomada al concluir el

12 DM XII.3.22: «En el sexto punto todos los autores, suponiendo más que probando o disputando, enseñan que aquella división de la causa es análoga, y por dicho motivo dicen que no fue definida por Aristóteles la causa en común. Con todo, no declaran suficientemente el modo o la razón de dicha analogía, ni tampoco la podemos declarar nosotros hasta que queden tratadas exactamente las razones de cada una de las causas. Y por ello, supongamos ahora que aquel parecer es verdadero por la autoridad de la sentencia común, y por esta razón general, que aquellos modos de causas son comunes a las causas de los accidentes y de las sustancias, las cuales no pueden ser causas unívocamente, porque no dan unívocamente el ser, por lo cual tampoco la razón de efecto puede ser unívoca en el accidente y en la sustancia; remito al referido lugar para una declaración más exacta de esta analogía». R

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largo tratado sobre las causas, o sea, en la Disputación XXVII. Sin embargo,

no está ausente una muy clara toma de posición de Suárez a favor de la

analogía que (a) guarda relación con diversos autores o comentaristas que

han propuesto la analogía de la división de la causa ofreciéndola también

como explicación de la ausente definición común de la causa por parte de

Aristóteles; (b) es la única noción que puede ser utilizada para tener juntas

las causas de los accidentes y las causas de las sustancias, las que no pueden

referirse a un concepto de causa unívoco, «quia non dant univoce esse,

unde nec ratio effectus univoca esse potest in accidente et substantia» (DM

XII.3.22: «Porque no dan unívocamente el ser, por lo cual tampoco la razón

de efecto puede ser unívoca en el accidente y en la sustancia»). Será tarea de

Suárez entonces definir qué modo o de qué tipo de analogía se trata.

3. «RATIO ENTIS» Y «RATIO CAUSAE»: LA COMPARACIÓN ENTRE

LA CAUSA FINAL Y LA CAUSA EFICIENTE Y LA EXPRESIÓN «PER

ANTONOMASIAM» EN DISPUTATIO XXVII

Como se ha mencionado, el discurso sobre la analogía se completa en la

Disputación XXVII que nos da la impresión de estar en extraordinaria

continuidad con la Disputación XII, no obstante que la diferencia entre

las dos es de quince disputaciones. En efecto, cuando Suárez escribe en el

parágrafo nueve de la primera sección que, entre las razones que explican la

analogía de la causa es necesario anotar: «primo quidem propter rationem

supra tractatam, quod causa accidentium et substantiarum non est univoce

causa»,13 que entiende referirse justamente a cuanto había dicho en la

última parte de la Disputación XII (propter rationem supra tractatam) acerca

13 DM XXVII.1.9: «En primer lugar ciertamente por la razón que antes se trató, de que la causa de los accidentes y de las sustancias no es causa unívocamente». La versión en castellano de la Disputación XXVII ha sido tomada de suárez 1962.R

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de la relación entre las causas de los accidentes y las causas de las sustancias

(Cf. DM XII.3.22). Por el mismo principio, y estamos en la segunda razón

a favor de la analogía, la noción de causa no puede predicarse unívocamente

de Dios, de la materia y de la forma (ratio causae dicta de Deo et de materia

et de forma non potest esse univoca propter eandem rationem, es decir, ‘la razón

de causa predicada de Dios y de la materia y de la materia no puede ser

unívoca por el mismo motivo’) y por tanto puede predicarse solo en modo

análogo. Además advierte Suárez:

Quae duae rationes non solum probant rationem causae in

communi, sed etiam rationem causae efficientis (et idem est de

fine) non esse univocam, sive ut communis est causae efficienti

accidentium et substantiae, sive ut communis est primae causae

et secundis, propter essentialem dependentiam secundarum a

prima.(DM XXVII.1.9)14

A las dos razones sobre la analogía del concepto de causa, Suárez

añade que también la razón de causa eficiente y de fin no es unívoca sino

que es análoga porque hay una razón común entre la causa eficiente o

final, de los accidentes y de las sustancias; y entre las causas primeras y las

causas segundas. Pero preguntémonos: ¿a qué tipo di comunionalidad hace

referencia Suárez cuando habla de la analogía de la causa? ¿En qué modo

el término común de causa es, junto a su definición como principium per

se influens esse in aliud (o sea, ‘principio que infunde esencialmente el ser

14 DM XXVII.1.9: «Estos dos argumentos no solo prueban que la razón de cuasa en común no es unívoca, sino que tampoco lo es la razón de causa eficiente (y lo mismo ocurre con la final), ya se tome en cuanto es común a la causa eficiente de los accidentes y de la sustancia, ya en cuanto es común a la causa primera y a las segundas, debido a la dependencia esencial de las segundas respecto de la primera». R

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en otro’), predicable de toda causa singular? Habíamos visto cómo en la

Disputación XII, Suárez había prospectado un ligamen entre la materia, la

forma, la causa eficiente, el fin y la ratio causae in communi (razón común

de causa) a través del recurso al modo, especial o absoluto, de infundir o

dar el ser en el efecto. Ahora, el modo pasa a una confrontación entre las

causas singulares y en particular entre la materia y la forma; entre la materia,

la forma y las causas extrínsecas; y, finalmente, entre la causa eficiente y la

causa final. Sobre la primera confrontación, escribe: «Praeterea, comparando

materiam et formam inter se, nulla apparet inter eas analogia in ratione

causae» (DM XXVII.1.10: «Además, comparando la materia y la forma

entre sí, no aparece ninguna analogía entre ellas en la razón de causa»).

Una ‘extraña’ conclusión si consideramos que a la forma y a la causa

eficiente les había sido reconocida, en la Disputación XII, la característica de

dar el ser en modo especial (speciali modo) (Cf. DM XII.2.4),15 a diferencia

de la materia y del fin, a las que les era reconocida absolute et sub communi

ratione (‘en absoluto y bajo una razón común’). No se deduce, entonces, el

por qué no puede haber analogía entre la causa material y la causa formal.

Pasamos al otro parangón, todavía más curioso, entre la materia, la forma y

la causa eficiente y final. Suárez continúa:

15 Cfr. DM XII.2.4: «Sed, licet speciali modo attribuatur illis duabus causas dare esse, formae ut complenti proprium et specificum esse, efficienti vero ut realiter influenti, tamen absolute et sub communi ratione, etiam materia in suo genere dat esse, quia ab illa dependet esse effectus, et ipsa dat suam entitatem qua constituatur esse effectus; causa etiam finalis, eo modo quo movet, influit etiam in esse, ut postea declarabitur». (‘Pero aunque de un modo especial se atribuya a aquellas dos causas dar el ser, a la forma en cuanto que complete el propio y específico ser y a la eficiente en cuanto influye realmente, con todo, en absoluto y bajo una razón común, también la materia en su género da el ser, porque de ella depende el ser del efecto y ella misma da su entidad, con la que se constituye el ser del efecto; también la causa final en el mismo grado en que mueve influye también en el ser, como se declarará después’). R

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tamen, si conferantur cum fine, videtur sane alia ratio analogiae

hic intercedere. Nam efficiens propriissime influit esse; materia

autem et forma non tam proprie influunt esse quam componunt

illud per seipsas, et ideo secundum hanc rationem videtur

nomen causae primo dictum de efficienti; ad materiam autem

vel formam esse translatum per quamdam proportionalitatem.16

Sobre esta última parte es clara la tesis de Suárez: si la causa eficiente

infunde el ser en modo propio, y la materia y la forma, en cambio, componen

(componunt) el ser, entonces en base a la definición de causa, será necesario

concluir que «nomen causae primo dictum de efficienti; ad materiam autem

vel formam esse translatum per quamdam proportionalitatem» (‘el nombre

de causa parece que se dice primero de la eficiente; y se ha trasladado a la

materia y forma por una cierta proporcionalidad’). Es en cambio curioso

el nexo entre la referencia a la causa final al inicio de la frase y el paso

posterior a la causa eficiente en la segunda que parecen significar la misma

cosa. Estrictamente, esperábamos que la confrontación introducida con el

fin (si conferantur cum fine, videtur sane alia ratio analogiae hic intercederé,

o sea, ‘si se compara con el fin, ciertamente parece que interviene aquí otra

razón de analogía’) continuase con el fin y no con la causa eficiente. ¿Se trata

de un despiste suareziano? Parecería que no, si analizamos en modo todavía

más profundo la última confrontación entre las causas, es decir, entre la

causa eficiente y la causa final.

16 DM XXVII.1.10: «Con todo, si se compara con el fin, ciertamente parece que interviene aquí otra razón de analogía. Pues la causa eficiente con toda propiedad infunde el ser; en cambio, la materia y la forma no tan propiamente infunden el ser cuanto que lo componen por sí mismas, y por ello según esta razón el nombre de causa parece que se dice primero de la eficiente; y se ha trasladado a la materia y forma por una cierta proporcionalidad». R

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En la primera parte escribe lo siguiente: «At vero comparando

inter se causam efficientem et finalem, mihi quidem videtur, si nominis

impositionem et vim attendamus, primo et maxime dictum esse de causa

efficienti, cuius influxus et notior est et maxime realis et propriissime

attingens ipsum esse quod communicat effectui». Es decir, «Con todo,

comparando entre sí la causa eficiente y la final, a mí ciertamente me parece

que si atendemos a la imposición y fuerza del nombre, se ha dicho primera

y principalmente de la causa eficiente, cuyo influjo no sólo es más conocido,

sino que también es en sumo grado real y afecta con toda propiedad al

mismo ser que comunica al efecto» (DM XVII.1.11).

No hay duda entonces que para Suárez el nombre de causa sea

predicable primariamente de la causa eficiente, puesto que es la única que tiene

la característica de infundir el ser en el efecto et maxime realis et propriissime

(‘en sumo grado real y con toda propiedad’). Pero inmediatamente después

afirma «Quoad rem tamen significatam, iam dictum est proprie et aliquo

modo primario convenire causae finali» (DM XVII.1.11: «En cambio, en

cuanto a la cosa significada, ya se dijo que propiamente y de algún modo

primario conviene a la causa final»).

En esta segunda parte, con la expresión un poco enigmática «quoad

rem tamen significatam» (‘en cuanto a la cosa significada’) que se refiere

probablemente a la ratio causae específica o a la esencia propia de una síngula

causa, Suárez al contrario, afirma el primado de la causa final y se enlaza

(iam dictum est, o sea, ‘ya se dijo’) casi seguramente al parágrafo donde el fin

había sido considerado más perfecto que la causa eficiente justamente por su

razón formal que es el bien.17 Ahora, sea que el nombre «causa» se predique 17 «Nam in fine propria et formalis ratio causandi est bonitas et perfectio eius, ut supra

dictum est, efficiens vero causat per suam formam seu naturam ut sic; et ideo dicitur causa finalis formalius exprimere perfectionem et bonitatem quam causa efficiens» (DM XXVII.1.6: ‘Se explica porque en el fin la razón propia y formal de causar es su bondad y R

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primariamente de la causa eficiente, sea que convenga en algún modo a

la causa final (aliquo modo primario convenire causae finali), Suárez no

tiene dudas al decir que «non video autem quae sit necessitas constituendi

propriam analogiam inter has duas causas modo a nobis propositas, finem,

scilicet ac efficientem, si per se comparentur et caeteris paribus ex parte

effectus et secundum totam perfectionem quam unaquaeque potest habere

in suo ordine, quod est comparare rationem finis et efficientis, prout in Deo

sunt».18

La posibilidad entonces de que el fin y la causa eficiente tengan una

característica específica y hasta un propio primado se convierte para Suárez

en el camino para reconocer que entre las dos causas hay algo en común

sea ex parte effectus sea secundum totam perfectionem quam unaquaeque

potest habere in suo ordine (‘de parte del efecto y según toda la perfección

que cada una puede tener en su orden’). Más todavía, Suárez no deja de

confirmar inmediatamente después lo que sigue: (a) la ratio causae conviene

en modo propio e intrínseco a ambas causas; (b) al interno de la ratio causae

es posible pensar una verdadera y propia conveniencia entre la causa final y

la causa eficiente; (c) las dos causas no tienen una dependentiam essentialem

al interno de la ratio causae (Cf. DM XXVII.1.11). Luego, la expresión

«dependetiam essentialem» es emblemática ya que parece sugerirnos que en

un caso si el término «causa» depende en modo esencial de la ratio causae in

communi (‘razón común de causa’), entonces estamos en presencia de una

perfección, como antes se dijo, y la causa eficiente causa por su forma o naturaleza como tal; y por eso se dice que la causa final expresa más formalmente la perfección y la bondad que la causa eficiente’).

18 DM XXVII.1.11: «Pero no veo qué necesidad hay de establecer una analogía entre estas causas que acabamos de proponer, a saber, entre el fin y la causa eficiente, si se comparan esencialmente, y con las restantes circunstancias iguales de parte del efecto y según toda la perfección que cada una puede tener en su orden, lo cual equivale a comparar la razón de fin y de eficiente tal como están en Dios». R

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relación de analogía; en el otro, en cambio, a falta de dependencia esencial,

hay univocidad. Y en efecto, si trasladamos este esquema a las cuatro causas

tendremos lo siguiente: (a) las dos causas extrínsecas y en particular la

eficiente, forman la ratio causae in communi (‘razón común de causa’) y

por tanto no depende de ella; (b) las dos causas intrínsecas, puesto que no

expresan un ligamen directo con la ratio causae in communi (‘razón común

de causa’), dependen de ella en modo esencial segun una relación de analogía

(nomen causae primo dictum de efficienti; ad materiam autem vel formam esse

translatum per quamdam proportionalitatem, es decir, el nombre de causa

parece que se dice primero de la eficiente; y se ha trasladado a la materia y

forma por una cierta proporcionalidad’). Sobre las dos causas extrínsecas,

Suárez en cambio puede concluir que el término «causa» es, respecto a la

ratio causae, un término unívoco y no existe, entre las dos, analogía alguna

(nulla est ergo analogiae inter ipsas).19

Pero demos ahora un paso atrás y concentremos nuestra atención

sobre la confrontación entre las diversas causas y en particular sobre la

causa eficiente y sobre el fin que representan para nosotros el punto a partir

del cual ha iniciado y al cual se dirige principalmente nuestro análisis. En

primer lugar, recordemos las tesis al respecto, alternadas entre la defensa

del primado de la causa eficiente, el redimensionamiento del primado de

la causa eficiente, sobretodo por la confrontación que ésta tiene con la

causa final, y finalmente la tesis de la prioridad de la causa final que hemos

mencionado arriba. Vamos al texto de Suárez.

Comenzando, como es habitual en las disputaciones suarezianas,

encontramos una introducción al argumento y a los temas que serán

19 Sobre el rol de la analogía de la causa en Suárez, en referencia justamente a la Disputación XXVII, ha escrito páginas muy claras e interesantes: Åkerlund, Nisi temere agat. Francisco Suárez on Final Causes and Final Causation, 69-71.R

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tratados al interno de la Disputación XXVII y en particular a los criterios

que se usarán para confrontar los diversos géneros de causa

Duae tantum comparationes faciendae supersunt inter causas

ipsas: una in perfectione, altera in causalitate; ex quibus simul

etiam constabit quomodo in prioritate comparentur, seu quae

illarum prior censenda sit. In his autem comparationibus

observandum est generatim esse intelligendas, conferendo

nimirum unum genus causae cum alio; nam speciatim descendere

ad singulas causas singulorum generum res esset infinita et

praeter scientiam.20

A su vez, la comparación entre las causas in perfectione o in causalitate

es aclarada mejor algunas líneas después, cuando Suárez, al inicio de la

primera sección, habla de comparación «vel in ratione et perfectione entis, vel

in ratione causandi et perfectione quam in illa habent» (DM XXVII.1.1: ‘bien

en la razón y perfección de ente, bien en la razón de causar y en la perfección

que tiene en ésta’). No debe, en primer lugar, causar asombro si en el primer

criterio de confrontación se habla de la perfección de la causa en relación al

grado de participación que tiene con el ente, ya que como Suárez escribe al

inicio de la Disputación XII, si la causa es como una propiedad trascendental

del ente entonces es posible verificar según qué modos y grados la causa

participa de la ratio entis (Cf. DM XII. Prólogo). Desde este punto de vista,

20 DM XXVII. Prólogo: «Quedan solamente por hacer dos comparaciones entre las causas mismas: una, en la perfección; la otra, en la causalidad; por ellas constará también al mismo tiempo cómo se comportan en cuanto a la prioridad, es decir, cuál de ellas ha de ser tenida por anterior. Pero sobre estas comparaciones hay que notar que se han de entender genéricamente, es decir, comparando un género de causa con otro; pues sería tarea infinita y ajena a toda ciencia ir descendiendo especialmente a todas las causa de cada uno de los géneros». R

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se puede percibir probablemente un importante indicio sobre el modo de

considerar las causas por parte de Suárez que, si pueden ser consideradas

como propiedades del ente, querrá decir lo siguiente: (a) tendrán que ser

menos universales que el ente mismo; (b) podrán ser definidas solo como

principios ontológicos y no, como veremos más adelante, como principios

epistemológicos, puesto que «maior perfectio in causando consequi solet ex

maiori perfectione in essendo» (DM XXVII.1.1: «De una mayor perfección

en el ser suele seguirse una mayor perfección en el causar»). En cuanto al

segundo criterio de confrontación (in ratione causando, es decir, ‘en la razón

de causar’) es obvio que el parangón entre los diversos géneros de causa deba

por tanto darse considerando la relación que cada causa tiene con la ratio

causae in communi (‘razón común de causa’) anteriormente definida.

Si estos son los criterios de comparación, pasamos al análisis de las

diversas comparaciones y en particular aquella entre las causas intrínsecas y

extrínsecas, entre la causa formal y material, y finalmente entre el fin y la causa

eficiente (Cf. DM XXVII.1.2, 3 e 4). «Primo igitur certum est, comparando

materiam et formam ad efficiens et finem, illas esse causas minus perfectas

ex suo genere, tam in esse quam in causalitate» (DM XXVII.1.2: «Por tanto,

en primer lugar, es cierto que comparando la materia y la forma con el

eficiente y el fin, aquéllas son causas menos perfectas por su género, tanto

en el ser como en la causalidad»).

En primer lugar, Suárez nota que del parangón entre la materia

y la forma con la causa eficiente y el fin, resulta que la primera pareja es

menos perfecta que la segunda sea en el ser (in esse) que en la causalidad (in

causalitate). En efecto, la materia y la forma «sunt entia incompleta et aliquo

modo imperfecta» (‘son entes incompletos y de algún modo imperfectos’),

mientras la causa eficiente y el fin «fuerit magis completum, actualius et

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perfectius» (‘sea el ente más completo y más actual y perfecto’). Lo mismo

vale con relación al modo específico de causar de estas dos causas, las cuales

«imperfectionem includunt, quia non causant nisi componendo» (‘incluyen

imperfección en el mismo modo de causar’), a diferencia de la causa eficiente

y de la causa final que, en cambio, «nullam involvunt imperfectionem in

causalitate sua» (DM XXVII.1.2: «No incluyen ninguna imperfección en

su causalidad»).

Se verá mejor más adelante cómo prosigue el parangón entre estas

causas cuando se hable de la analogía. Ahora, se continuará a la confrontación

entre la materia y la forma.

El parágrafo se abre con Suárez que retoma algunas conclusiones

acerca de la forma y la materia tratadas en las disputaciones precedentes (de

quibus satis tractandum est supra) y afirma entonces que la forma excede la

materia

tam in ratione entis quam in ratione causae» [‘tanto en la razón

de ente como en la razón de causa’], puesto que in ratione entis

la forma «plus actualitatis habet quam materia; unde ipsa est

quae complet rei essentiam et quae est principium omnium

operationum et perfectionum compositi [‘tiene más actualidad

que la materia; por lo cual es ella la que completa la esencia de la

cosa y la que es principio de todas las operaciones y perfecciones

del compuesto’]. (DM XXVII.1.3)

In ratione causae, en cambio, el parangón debe darse respecto al

compuesto de materia y forma, donde ambas tienen función de causa y se

tendrá que concluir que: (a) a priori es mayor la dependencia de la forma

con respecto a la materia; (b) a posteriori es la materia la que depende de

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la forma (Cf. DM XXVII.1.3). Suárez puede así concluir este parágrafo

diciendo que «Neque hoc obstat quominus materia in genere entis

simpliciter sit minus perfecta, licet secundum quid in aliqua conditione

excedat» (DM XXVII.1.3: «Ni se opone esto a que la materia en el género

del ente sea absolutamente menos perfecta, aun cuando relativamente en

alguna condición la supere»).

En la confrontación entre las dos causas estrínsecas se presenta

mucho más articulada que la que hemos visto hasta ahora. En este caso,

además del análisis del texto, se pondrá atención en el doble uso de la

expresión per antonomasiam, que representa, según la tesis que se quiere

proponer en este trabajo, un aspecto central en la confrontación entre la

causa final y la causa eficiente.

En primer lugar, si confrontadas in ratione et perfectione entis (‘en

la razón y perfección del ente’), el fin y la causa eficiente presentan un

mismo grado de perfección, si bien «in ratione finis formalius illa perfectio

exprimatur quam in ratione efficientis» (DM XXVII.1.5: «En la razón

de fin aquella perfección se exprese más formalmente que en la razón de

eficiente»). Luego, habiendo dicho que se trata de una distinción de razón

más que de una distinción real (ex conceptibus nostris quam ex ipsa re, es

decir, ‘nace de nuestros conceptos que de la realidad misma’), Suárez declara

lo que sigue: (a) el fin y la causa eficiente, considerados in tota latitudine

sua, tienen el mismo grado de perfección (eiusdem sunt perfectionis, o sea,

‘son de la misma perfección’), puesto que ambos poseen la característica

de no ser imperfectos y, por lo tanto, de poder tener cada uno en el propio

género, la máxima perfección posible (summam perfectionem possibilem); (b)

el fin tiene el bien como propria et formalis ratio causando (‘razón propia

y formal de causar’) y por eso, a diferencia de la causa eficiente, que causa

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solo en base a la propia forma o naturaleza, expresa mayor perfección que la

causa eficiente (Cf. DM XXVII.1.6). En segundo lugar, «Si finis et efficiens

comparentur in ratione causandi, in multis etiam habent aequalitatem,

in aliis vero se mutuo excedunt secundum proprias ac praecisas rationes

formales, simpliciter autem causa finalis censetur prima ac praecipua in

causando».21

Las posibilidades que aquí Suárez prospecta son dos: en la primera:

son elencados los atributos comunes a la causa final y a la causa eficiente, y en

la segunda, en cambio, la causa final es reconocida con el apelativo de causa

primera y principal en el causar. Para demostrar estas dos posibilidades,

Suárez elige referirse a Dios como «suprema causa finalis et efficientis»

(‘suprema causa final y eficiente’), no obstante él precise que cada cosa posee

en Dios igual perfección, en el sentido que es concebida por Dios según

una única perfección. En cambio, si se puede hablar de diversos atributos o

grados de perfección, esto se debe a las operaciones que el intelecto humano

cumple cuando concibe por ejemplo «unum ex suo genere esse eminentius

alio, vel munus aut opus unius, munere alterius, quomodo dicunt theologi

misericordiam esse maximam virtutem in Deo» (‘uno por su género es más

eminente que otro, o que la función u obra de uno lo es más que la función

de otro, al modo como dicen los teólogos que la misericordia es la virtud

máxima en Dios’). Solo a través de nuestro modo de concebir se podrá

decir que la causa final y la causa eficiente son iguales o difieren en base a

determinados atributos.

Las razones de la igualdad son entonces tres. Primero, ningún

efecto es causado por Dios, entendido como primera causa eficiente, sin 21 DM XXVII.1.7: «Si el fin y el eficiente se comparan en la razón de causa, en muchas

cosas son también iguales, en otras en cambio se superan mutuamente según sus propias y precisas razones formales, pero absolutamente la causa final es tenida como primera y principal en causar». R

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que eso sea causado por Dios como fin último, y viceversa. Segundo, «sicut

omnes effectus omnium causarum efficientium sunt a primo efficienti,

ita omnes effectus omnium causarum finalium sunt a supremo fine; et

mutata proportione, sicut omnes effectus omnium causarum finalium

sunt in suo genere a primo efficienti, ita omnes effectus omnium causarum

efficientium sunt in suo genere a supremo fine».22 Tercero, como ya fue

recordado anteriormente, la causa final y la causa eficiente no incluyen, cada

una en el propio género, alguna imperfección y por lo tanto son iguales e

independientes en cuanto a su grado de perfección. Hasta aquí entonces,

Suárez nos presenta un cuadro en el cual la relación entre las dos causas es

como polarizada entorno a la superioridad de la causa final «in ratione entis»

(‘en razón del ente’) y a la igualdad entre las mismas «in ratione causae» (‘en

razón de la causa’). En consecuencia, no existe, como en cambio seríamos

inducidos a creer, superioridad o subalternación alguna entre la causa

eficiente y el fin. El escenario se presenta todavía más interesante si pasamos

al análisis de las diferencias que Suárez elenca en el parágrafo sucesivo. Aquí

el punto más importante de la confrontación se concentra en torno a la

expresión per antonomasiam, utilizada para explicar cuál, entre la eficiente

y la final, es realmente la causa más importante. Bastaría, de hecho, decir

cuál de las dos se dice propiamente causa por antonomasia para declarar el

primado de una de las causas y concluir definitivamente con el argumento

en cuestión. Pero Suárez no deja de reservarnos sorpresas. En la primera

parte, escribe

22 DM XXVII.1.7: «Lo mismo que todos los efectos de todas las causas eficientes proceden del primer eficiente, así todos los efectos de todas las causas finales proceden del fin supremo; y variada la proporción, del mismo modo que todos los efectos de todas las causas finales proceden en su género del primer eficiente, así todos los efectos de todas las causas eficientes proceden en su género del fin supremo».R

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quia ratio causae efficientis in hoc multum videtur excedere,

quod influxus eius est maxime proprius et realis per essentialem

dependentiam et emanationem effectus ab illa, unde efficiens

propriissime dicitur dare esse effectui, et Aristoteles illud definivit

esse principium unde incipit motus seu productio vel factio rei.

Et hinc etiam ortum habuit ut effectus, cum sit adaequatum

correlativum causae, per antonomasiam ab efficiendo nominetur

[cursivo nuestro], propter quod stoici solam causam efficientem

nomine causae dignam censuerunt, ut patet ex Seneca, epist. 66,

et Laertio, in vita Zenonis.23

En este primer caso, el apelativo per antonomasiam es referido por

Suárez a la causa eficiente, ya que cualquier efecto que depende de una

causa es puesto en ser (influxus) en primer lugar por la causa eficiente

per essentialem dependentiam et emanationem (‘por esencial dependencia

y emanación). Es indicativa luego la referencia a Aristóteles en cuanto:

(a) Suárez parece decirnos, aún sin especificar el pasaje, que su modo de

entender la causa eficiente es referible ad mentem Aristotelis (‘al pensamiento

de Aristóteles’); (b) parece referirnos que Aristóteles haya hablado de causa

eficiente según la doble acepción de principio del movimiento (principium

unde incipit motus, es decir, ‘principio de donde comienza el movimiento’) y

principio de existencia (seu productio vel factio rei, es decir, ‘o la producción

23 DM XXVII.1.8: «Porque la razón de causa eficiente parece que supera en mucho, porque su influjo es en sumo grado propio y real, debido a la esencial dependencia y emanación del efecto respecto de ella, por lo cual la causa eficiente se dice con toda propiedad que da el ser al efecto, y Aristóteles la definió como el principio de donde comienza el movimiento o la producción o efección de la cosa. Y de aquí tuvo también su origen que el efecto, por ser correlato adecuado de la causa, tome nombre por antonomasia de efficiendo; por lo cual los estoicos juzgaron que la causa eficiente era la única digna del nombre de causa, como se ve por Séneca, epíst. 66, y Laercio en la vida de Zenón». R

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o efección de la cosa’). Ahora, la indicación suareziana (no obstante sepamos

que la noción de causa eficiente ha sido introducida por Avicena [Cf. Porro

2002] y no por Aristóteles que habla en cambio de causa agente) es de

todas maneras importante, puesto que nos hace entender qué cosa piensa

Suárez cuando habla de la causa eficiente y, en consecuencia, cómo debe

ser confrontada con las otras causas, en particular con la causa final. Lo que

Suárez piensa, se puede decir, es cuanto él refiere a Aristóteles (aun cuando

es referible a Avicena), y es decir que la causa eficiente sea principio del

movimiento que causa de producción de una cosa.

Solo en este sentido probablemente se puede interpretar la

confrontación con la causa final que Suárez cumple cuando continúa con la

comparación entre las dos causas. Escribe

Finis autem excedit primum in hoc, quod est veluti ultimus

terminus in quem omnis actio efficientis dirigitur, ita ut, si ita

fas est loqui, dicere possimus efficiens fini deservire, et Deum

ipsum sibi quodammodo ministrare, dum quidquid agit propter

se operatur. Et ob hanc rationem, cum effectus aliquo modo sit

propter suam causam (particula enim propter generatim potest

causalitatem indicare), tamen per antonomasiam de solo fine

dicitur esse propter quem res fit, et hinc etiam Socrates solam

causam finalem causam appellavit, apud Platonem in Phaedone.24

24 DM XXVII.1.8: «En cambio, el fin supera primeramente en que es como el último término al que se dirige toda la acción del eficiente, de tal manera que, si es lícito hablar así, podríamos decir que el eficiente sirve al fin, y que Dios mismo en cierto modo se sirve a Sí en cuanto que todo lo que hace lo realiza por causa de Sí. Y por este motivo, como el efecto de algún modo es por razón de su causa (pues la partícula por razón puede indicar en general causalidad), con todo, por antonomasia sólo del fin se dice que es aquello por razón del cual se hace la cosa, y de aquí también que Sócrates llamara únicamente causa a la causa final, como refiere Platón en el Fedón».R

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También en el caso del fin, Suárez hace uso de la expresión per

antonomasiam y no es ciertamente una contradicción si se considera cuanto

apenas se ha dicho sobre el doble modo de entender la causa eficiente.

Es decir, el fin se dice causa por antonomasia solo si se entiende la causa

eficiente como principio del movimiento, puesto que toda acción del

eficiente (omnis actio efficientis) es siempre dirigida hacia un fin al cual está

vinculado (deservire) y entonces también si todo efecto depende de una causa

específica, y finalmente depende por una causa eficiente que lo produce, eso

sucede solo a causa (propter) del fin.

4. CONCLUSIONES

Se ha llegado al final de esta reflexión sobre la doctrina de la causalidad en

Francisco Suárez y en particular sobre la relación que viene a establecerse

entre la causa eficiente y la causa final. Este asunto representa, en efecto, el

punto de mayor interés y criticidad sobre el cual vale la pena detenerse, dada

sobre todo la atención que Suárez dirige a las causas extrínsecas y también

a las interpretaciones que desde allí se han continuado entre los lectores

contemporáneos de las Disputationes metaphysicae. Mas, para retomar el hilo

del discurso y sugerir algunos puntos de reflexión, es necesario reafirmar

lo siguientes: (a) las etapas que llevan a la constitución de la ratio causae

in communi (razón común de causa ) tienen como fin la formulación de

una definición común entre las diversas causas que es aquella de «infundir»

(aunque de modos diferentes) el ser en el efecto; (b) entre estas están la

forma, la materia, la eficiente y el fin, las cuales tienen igual dignidad o

valor en tanto a su ser causas, justamente por la definición de causa como

principium per se influens esse in aliud, es decir, ‘causa es un principio que

infunde esencialmente el ser en otro’; (c) la relación entre las causas antes

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recordadas, y la definición general de la causa, es articulada por Suárez según

la confrontación que entre ellas (causas) viene a establecerse sin hacer recurso

a modelos de subalternancia o reducción de una causa, especialmente la

eficiente, con las otras causas, y en particular: la causa formal y material

se predican según una relación de analogía con la causa eficiente y final,

mientras la causa eficiente y la causa final se predican según la univocidad

(debe recordarse que las dos se dicen causas per antonomasiam).

A partir de este último punto, emerge lo que sigue: (a) la expresión

per antonomasiam es usada para designar tanto el fin como la causa eficiente;

(b) el fin expresa «in ratio entis» (‘en razón del ente’) un mayor grado

de perfección respecto a la eficiente; (c) al doble uso de la expresión per

antonomasiam le corresponde el doble modo de entender la causa eficiente.

Es decir, tendremos que, la causa eficiente entendida como principio de

existencia es llamada en un primer uso, causa por antonomasia; en el otro, es

entendida como principio del movimiento, la causa eficiente está sometida a

la causa final que en este caso deviene la causa por antonomasia. Justamente,

sobre este doble registro queríamos poner nuestra atención mostrando cómo

la mayor parte de los problemas sobre los cuales la crítica se ha detenido,

y en particular los que refieren a cuál de las cuatro causas le corresponde el

apelativo de causa en modo verdadero y adecuado; deben ser retomados la

luz de la expresión per antonomasiam que, junto al modo de entender la causa

eficiente por parte de Suárez, en el horizonte aviceniano, redefine de modo

«nuevo» el cuadro de las cuatro causas en las Disputationes metaphysicae y en

particular las relaciones entre la causa eficiente y la causa final.

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EL EMOTIVISMO LIBERTARIO Y SUS SECUELAS

La Libertad, sin eL referente de La condición humana, convierte Los deseos en derechos

Francisco Bobadilla Rodríguez* Universidad de Piura

[email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: Este trabajo presenta una propuesta de comprensión de la

crisis ética que anida detrás de una serie de reivindicaciones que parten

de la libertad y buscan convertir ciertas apetencias en derechos. Existe un

trasfondo antropológico que privilegia los deseos y niega la posibilidad

de una naturaleza humana capaz de perfilar la andadura de las personas.

Junto a los ya estudiados ídolos del poder, el dinero, la fama y el placer, nos

parece que existe un nuevo ídolo, el emotivismo libertario. Este nuevo ídolo

es el común denominador del actual divorcio unilateral, de los continuos

* Francisco Bobadilla Rodríguez es magíster en Derecho, con mención en Derecho Civil, por la Pontifica Universidad Católica del Perú, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Piura y candidato a doctor por la Universidad de Zaragoza (España). Sus temas de estudio se centran en el aspecto antropológico, ético y jurídico de la conducta humana. Ha colaborado en diferentes publicaciones como la revista Istmo de la Universidad Panamericana de México y en la Revista Mercurio Peruano Ha publicado Pasión por la excelencia (Lima: CAME, 1999); Empresas con alma (Piura: Universidad de Piura, 2002) y El Código Da Vinci: de la ficción a la realidad (Lima: Realidades S.A., 2006). Actualmente, es vicerrector adjunto del Campus Lima de la Universidad de Piura y director de Centro Cultural Universitario Sama.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.127-150)

intentos de despenalizar el aborto y de los proyectos alrededor de las uniones

civiles. Se ha elegido una perspectiva filosófico-antropológica. De esta forma

se ubica como el referente moderno por excelencia a Jean Jacques Rousseau

y, aun cuando en el legalismo liberal el triunfo fue de Thomas Hobbes, en

el vitalismo emotivista el gran triunfador póstumo es el primero: el buen

salvaje redomado no soporta ni los límites de la ley ni los de la condición

humana. Hecho el diagnóstico, la sugerencia es colocar, nuevamente, a la

libertad en el conjunto de los radicales de la existencia humana. Una libertad

que abrace la verdad del ser humano en toda su extensión y profundidad.

La libertad huérfana de la verdad de la naturaleza humana no hace más que

empobrecer la realidad humana.

PalabRas clave: emotivismo, liberalismo, universidad, derecho, Jean

Jacques Rousseau, Thomas Hobbes.

THE LIBERTARIAN EMOTIVISM AND THEIR AFTERMATH

fReedom, without RefeRence fRom the human condition, maKes

desiRes Rights

abstRact: This work presents a proposal for understanding the ethical

crisis that lies behind a series of claims that are based on freedom and

searching to transform certain rights appetites. There is an anthropological

background that favors the desires and denies the possibility of a human

nature capable of shaping the walking of individuals. Along with previously

studied idols of power, money, fame and pleasure, it seems that a new idol,

the libertarian emotivism. This new idol is the common denominator of

the current unilateral divorce, continued attempts to decriminalize abortion

and projects about civil unions. Has chosen a philosophical-anthropological

perspective. In this way it ranks as the modern benchmark for excellence

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is Jean Jacques Rousseau, and even when the liberal legalism was won by

Thomas Hobbes, in vitalism emotivist the big posthumous winner is the

first: the good downright wild supports neither the limits of the law or

the human condition. Made the diagnosis, the suggestion is to place again,

freedom in all the radicals of human existence. A freedom that embraces

the truth of the human being in all its breadth and depth. Orphan freedom

of the truth of human nature does nothing more than impoverish human

reality.

KeywoRds: emotivism, liberalism, university, law, Jean Jacques Rousseau,

Thomas Hobbes.

1. INTRODUCCIÓN

Saber mirar lo que está debajo de la punta de un iceberg requiere

un especial esfuerzo para adentrarse en su base, cual las raíces del

tronco y sus ramas. Hace cien años, Víctor Andrés Belaunde leyó la

lección en el inicio del año académico en la Universidad Nacional Mayor

de San Marcos. Al comenzar su discurso, el ilustre pensador peruano dijo

lo siguiente:

[…] la altísima misión moral de la Universidad solo puede

realizarse uniendo su vida a la vida nacional, y planteando en las

aulas los problemas esenciales del país. Tal idea indujo a sabios

maestros a estudiar, en esta ocasión solemne, las cuestiones

patrias de interés palpitante con criterio científico y con absoluta

sinceridad. Acatando una sabia disposición reglamentaria, y

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procurando continuar en la medida de mis fuerzas esa tradición

honrosa, quiero tratar de la cuestión que a todos inquieta, de la

crisis actual, crisis intensa que, con repercusiones en el orden

económico, se halla en la esencia de las instituciones políticas

y tiene sus causas profundas en el desquiciamiento moral

(Belaunde 2014:129).

Partiendo de dicha afirmación, puede rastrearse la inquietud de

aquel intelectual por ver más allá de los problemas estructurales o técnicos.

Aunque no sea fácil analizar fenómenos tan complejos, el resultado vuelve

sobre un tema pendiente como es la moral. Gracias a esto, la gran intuición

de Víctor Andrés Belaunde fue señalar que «todo fenómeno económico

encierra un fenómeno político y que todo fenómeno político envuelve una

cuestión moral» (Belaunde 2014: 130).

El problema del Perú, el del 2015, no es el que aquejaba al Perú

de Víctor Andrés Belaunde. No existe crisis económica. El país es una isla

envidiable de la aldea global planetaria. El crecimiento económico del Perú

de los últimos diez años está preñado de esperanzas. Hay todavía mucho pan

que rebanar, es verdad, pero lo cierto es que los indicadores de desarrollo

humano cada año son más favorables. La inclusión social es un largo camino

pero es clara la toma de esa ruta. La atención no estará fija, por tanto, en los

índices del desarrollo económico, pues el interés se centrará en las variables

culturales, aquellas que son familiares a los que ejercen el oficio universitario.

En esta materia, la responsabilidad que compete abordar es muy grande.

Crisis económica, afortunadamente, no. Lo que existe por delante

son, en cambio, tambores que anuncian una crisis moral. A la universidad,

cuna de las artes liberales y areópago del cultivo de la sabiduría, le compete la

reflexión profunda de los caminos que va tomando la cultura. No se trata de

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tener en ella un rol de simples espectadores. Existe el deseo de formar parte

de su curso y que la impronta humanista y cristiana acompañe los afanes de

los hombres y mujeres que labran día a día el mejor futuro a desear.

Una de las más grandes autoridades morales de este siglo, el Papa

Francisco, ha señalado los siguientes tres innegables ídolos que oscurecen la

plenitud de la condición humana: (a) el poder, (b) el dinero y (c) el placer.

Los siguientes juicios emitidos por el Santo Padre son contundentes:

La crisis actual no es solo económica y financiera, sino que

tiene sus raíces en una crisis ética y antropológica. Seguir los

ídolos del poder, del provecho, del dinero, por encima del

valor de la persona humana, se ha vuelto una norma básica

de funcionamiento y el criterio decisivo de la organización. Se

ha olvidado y se sigue olvidando que por encima de la lógica

de los negocios, de la lógica y de los parámetros del mercado,

está el ser humano y que hay algo que es debido al hombre en

cuanto hombre, en virtud de su dignidad profunda: ofrecerle la

posibilidad de vivir con dignidad y de participar activamente en

el bien común. Benedicto XVI nos ha recordado que todas las

actividades humanas, incluyendo la económica, precisamente

porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada de

manera ética (cf. Encíclica Caritas in veritate, 36). Por lo tanto,

tenemos que volver a la centralidad del hombre, a una visión más

ética de las actividades y de las relaciones humanas, sin el temor

de perder algo. (Francisco 2013a: párr.6)1

1 Con parecidas palabras se dirigió a los jóvenes de la JMJ 2013 de Brasil: «Es cierto que hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer. Con frecuencia se abre camino en el corazón de muchos una sensación de soledad y vacío, y lleva a la búsqueda de compensaciones, de estos ídolos pasajeros. R

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El Estado, el mercado y los medios de comunicación son los grandes

protagonistas del mundo contemporáneo. Aunque aparecieron como

creaciones humanas pensadas para servir a los ciudadanos, sin embargo,

los elementos que las distinguen ( (a) poder, (b) dinero y (c) persuasión,

respectivamente), hoy resultan ser tremendamente cuestionados. Al conjunto

de los tres, la sociología alemana las llama tecnoestructura. Inquieta, entonces,

comprobar cómo (a) el poder (el Estado), (b) el dinero (el mercado) y (c)

la persuasión (los medios de comunicación) transcurren tantas veces, no

solo a espaldas de la sociedad civil, sino, incluso, en contra de ella. Es una

realidad que dichos elementos de esta tecnoestructura han silenciado la voz

de la sociedad, otras veces manipulan la realidad e ignoran el clamor de

la ciudadanía que pide a gritos participación social. Todos ellos han sido

creación del ser humano para servirlo, pero por esas paradojas de la vida de

las que los tiempos actuales están inundados, han crecido cancerosamente,

arrojando de su seno a sus creadores.

El gran olvidado en este engranaje tecnocrático es el ser humano en

sus gozos y esperanzas, tristezas y angustias. Falta el teatro de la historia del

género humano marcado por sus destrezas, sus derrotas y sus victorias (cf.

Vaticano II). Es el espacio en donde se tejen las relaciones interpersonales,

es irreductible al poder, al dinero o a la persuasión. Edmund Husserl llamó

a este espacio existencial lebenswelt (el mundo de la vida), es decir, el ámbito

en el que el ser humano se encuentra de modo espontáneo. Citando a Carlos

Llano, se trata de «Una verdadera sociedad subterránea […] agobiada por

las reglamentaciones estatales, por las presiones mercantiles y por la invasión

de los medios de comunicación» (Llano 1999: 135). Este ethos vital referido Queridos hermanos y hermanas, seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad. Demos aliento a la generosidad que caracteriza a los jóvenes, ayudémoslos a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor: son un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad» (Francisco 2013b: párr.4)

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posee una endémica resistencia a someterse al mundo de la racionalidad

moderna. En el ámbito del Estado, rige la reglamentación; y en el mercado,

la ley casi matemática que ordena las complejas vinculaciones de la oferta y

la demanda. Pero en el lebenswelt hay inconexiones, agitación de elementos

que se asientan aleatoriamente por el procedimiento de la coctelera, ante

el que no caben las predicciones racionales sino la paciente espera para ver

cómo quedan.

La mujer y el hombre de a pie no sienten vinculación ni

representación alguna en el poder, ni en el mercado ni en los mass media.

Ante esto, la pregunta es obligada, ¿qué puede hacerse desde una universidad

para revertir esta situación? ¿Qué puede hacerse, entonces, para que los

profesionales estén en condiciones de poder resistir al canto de sirenas que

escucharán (poder, dinero y persuasión), al precio de traicionar la propia

excelencia? En sí puede hacerse mucho, pero también es evidente que no

se trata de ocuparse por un asunto técnico. Frente a lo más delicado del

oficio universitario, la integridad personal, es necesario dotar a los alumnos

las competencias éticas necesarias que los ayuden a resistir en el bien, a

no cansarse de hacer el bien. La universidad tiene que ser la fuente que

fortalezca el mundo de la vida, aquel de las relaciones interpersonales, la

reciprocidad y la confianza.

La presión de la tecnoestructura sobre el mundo de la vida es muy

fuerte. La política formal, aquella cuyos rostros serán los llamados poderes del

Estado (Poder Judicial, Ejecutivo y Congreso), alcanzan niveles mínimos de

aceptación y niveles máximos de rechazo. En el mercado, el dinero compra

voluntades y destroza la honestidad. Los medios de comunicación muestran

una agenda que no se corresponde con la agenda ciudadana, despreciando,

incluso, el buen juicio del poblador peruano. No hace falta insistir más en

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el reconocimiento de estos males que aquejan a la tecnoestructura social.

Asimismo, las voces de alerta contra los ídolos que han generado poder,

dinero y placer han sido lúcidamente puestos en evidencia. En las palabras

que continúan, se pondrá la atención en un nuevo ídolo, propuesto así, a

falta de mejor denominación, como el emotivismo libertario. Cuya presencia

estará decididamente presente tanto en la legislación actual como lo es el

divorcio unilateral, el actual debate de la unión civil y el del aborto, todos

ellos discutidos en el presente trabajo. Lo que sigue es apenas un somero

esbozo de lo que se intuye como uno de los mayores rasgos deficitarios de la

cultura contemporánea.

2. LA LIBERTAD INFLAMADA

Aquel emotivismo libertario se asienta, como tantos hallazgos de la aventura

humana, en un radical constitutivo de la persona: su libertad. Un bien

valiosísimo, cuya conquista personal y social es tarea de toda una vida.

Desde niños, sin saberlo aún, se busca ser libres. El pequeño, a la primera

de bastos, intenta hacer por sí mismo sus primeros pinitos. Tan pronto

consigue moverse, ya desea caminar por cuenta propia y se desprende de las

manos de papá o mamá. El desarrollo humano continúa con esa trayectoria

y al adolescente le falta tiempo para correr por cuenta propia sin las trabas

de sus padres. Liberación, autonomía, autorrealización, libre desarrollo de

la personalidad, elección, decisión, entre otras, son caras del poliedro de la

libertad. Sin embargo, cabe recordar lo que José Ramón Ayllón reconoce

como su carácter instrumental y finalidad refiriéndose a que la libertad:

[…] está al servicio del perfeccionamiento humano. Los colores y

el pincel están en función del cuadro; la libertad está en función

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del proyecto vital que cada hombre desea, es el medio para

alcanzarlo. Por eso la libertad no es el valor supremo: de hecho,

nos interesa en la medida en que apunta a algo más allá de la

libertad, algo que la supera y marca su sentido: el bien. (Ayllón

2012: 24)

Podría afirmarse que el problema, por tanto, no es la libertad, sino

la inflamación de esta. Se trata, pues, de una libertad desbocada, tirada

hacia adelante, sin más norte o brújula que el mero querer, sin padre, ni

madre, ni genealogía, es decir, la abstención de otros radicales constitutivos

de la condición humana. Para continuar manejando esta denominación, se

optará por ahondar en ella en las siguientes líneas.

Para una libertad de estas características, todo es historia y devenir,

creación artificial humana que hoy se presenta y mañana se quita. No existe

lo estable, no hay algo presente que deba reconocerse como previo y desde

lo cual deba construirse. A esta libertad inflamada le molesta y le incomoda

el límite y lo dado, pero lo cierto es que para correr a la velocidad que al

individuo se le antoja, se necesita de la autopista e ir siguiendo su curso y

al cabo de un tiempo, debe frenarse ya que la autopista ha llegado a su fin.

El sano sentido común, la sabiduría del campesino de los andes, el arte del

obrero de construcción, conlleva a saber que el agua hervida quema, que las

heladas matan a las plantas y que no hay edificios altos sin buenas columnas

y vigas. Saber estos temas elementales, conocidas muchas de ellas a simple

vista o por la experiencia, es simplemente tener buen juicio. Creer que puede

prescindirse de la realidad del frío, del calor, de la resistencia de materiales,

del colesterol malo, de la presión sanguínea alta es, simplemente, necedad.

De plantearse más interrogantes, estas serían ¿se puede jugar fulbito

con una pelota de vóley? Sí, pero el precio de tal aventura es que al término

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del partido, la bola de vóley queda inservible, si es que antes no se rompe.

¿Por qué se ha destrozado? La respuesta es obvia, porque dicho balón no

está diseñado para jugar fulbito. El ser humano pasa por circunstancias

parecidas, con la salvedad de que a diferencia de la bola de vóley cuyo

deterioro es inmediato, el cuerpo y el espíritu del ser humano pasan factura

al mediano y largo plazo. Basta ir al médico cuando se padece una dolencia

para percatarse de esa aplastante realidad. El diálogo será previsible, ya

que el médico diagnosticará: «lo que usted tiene ahora, señor mío, se debe

a los desarreglos alimenticios de su juventud». El enfermo en su defensa

dirá: «pero, doctor, si yo siempre he comido carnes rojas». La conversación

terminará con la sentencia médica: «pues, a partir de ahora, ya no puede

comerlas». Los ejemplificaciones sobran y la conclusión es muy sencilla: «no

puedo comer lo que me da la gana, no, por lo menos sin poner en riesgo

mi vida».

3. LA REBELIÓN CONTRA LA CONDICIÓN HUMANA

A esta realidad inapelable de la condición humana, el pensamiento clásico

la llamará naturaleza humana, es decir, aquello dado en el ser y hacer del

hombre y la mujer. ¿Puede obrarse en contra de uno mismo? Sí, pero al

precio de estropear lo que se es, del mismo modo que la pelota de vóley se

malogra después de un partido de fulbito. Ahora es más que pertinente lo

que Albert Camus, escritor francés, Nobel de literatura de 1957, dijera, de

una manera exacta y lacónica, en cuanto a que «el ser humano es el único

que puede ir en contra de sí mismo» (Camus 2003: 18).

De esta forma, puede percibirse que, detrás de algunos de los

problemas que oscurecen la imagen del ser humano, está, precisamente, este

emotivismo libertario, una inflamación de la libertad que se niega a reconocer

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la realidad de la condición humana so pretexto de ganar mayores espacios de

libertad. Desde esa mirada, son reconocibles algunos debates actuales. Estos

vendrían a ser el llamado divorcio unilateral, introducido en el Código Civil

peruano en el 2001, los ataques al derecho a la vida a través de la legislación

permisiva del aborto y, ahora, el proyecto acerca de las uniones civiles, son

todos ellos expresión de este nuevo ídolo.

Es menester volver nuevamente sobre la libertad y situarse en el

siglo XVii. La situación en la que Rousseau ha dejado a la libertad y la ley

es de una fragilidad tremenda. En la pugna entre libertad individual y ley,

la balanza se inclina por la libertad emotiva, sin cabeza, siendo así puro

corazón. El deseo quiere convertirse en derecho. Son las pretensiones de

ciertos colectivos sociales que buscan el soporte jurídico a sus apetencias,

desligadas de todo concepto de naturaleza humana. Deseo y libertad se

fusionan, sensualidad y espiritualidad se superponen; el sentimiento opaca

al pensamiento por lo que el discurso se carga de emotividad.

Anteriormente, Locke y Hobbes (Glendon 1991: 66) habían

caracterizado al hombre en estado de naturaleza como un solitario. Rousseau

agrega, además, que el buen salvaje es autosuficiente, «errante en las selvas, sin

industria, sin palabra, sin domicilio, sin guerra y sin vínculos, sin necesidad

alguna de sus semejantes, […] sujeto a pocas pasiones y bastándose a sí

mismo, no tenía más que los sentimientos y las luces propias de este estado»

(Rousseau 1984: 97).

Se entiende, entonces, que en el paradigma liberal, la sociedad sea

un fenómeno adventicio, una creación propia del estado de sociedad al que

se llega por pacto. Allí, en la sociedad, el buen salvaje aprendería a sujetar y

encausar su natural espontaneidad, aunque la sociedad no dejaría de ser un

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inevitable artificio. Es el reino del individualismo, muy bien descrito por

Karol Wojtyla, ahora San Juan Pablo II, en las siguientes palabras:

[…] actuar junto con otros, es una necesidad a la que el individuo

tiene que someterse, una necesidad que no corresponde a ninguna

de sus propiedades positivas […] Para el individuo, los otros son

una fuente de limitación […] Si se forma una comunidad, su

propósito es proteger el bien del individuo del peligro de los

otros. (Wojtyla 1982: 320)

Una libertad así entendida genera mónadas incomunicables, islas

solitarias y desconocidas. Libertad como espontaneidad, por un lado,

y fidelidad a una promesa, por otro, son un contrasentido. Un ser libre,

solitario, individualista y autosuficiente no se ata a promesas. Con seres

incapaces de comprometerse y movidos por su sola espontaneidad, no

se puede hacer nada juntos, mucho menos una sociedad. Pero ese es el

paradigma liberal y así llega el buen salvaje al estado de sociedad, sociedad

que no puede ser sino acuerdo tácito de voluntades, un contrato, un pacto

que genera obligaciones exigibles jurídicamente. Todo esto lo entendió muy

bien Hobbes, de ahí que, para domar la espontaneidad del buen salvaje,

optó por los lazos fuertes y seguros de la ley. De esta forma, el filósofo

planteó un sistema jurídico, desde luego, entendido al modo liberal, un

orden coactivo que hace previsible el futuro y tiene la suficiente fuerza para

hacer cumplir las promesas y pactos.

El pacto social ha moderado el natural individualismo del buen

salvaje, pero no lo ha eliminado. Está allí y al primer descuido salta,

buscando recuperar el espacio perdido. La deriva a la libertad como mera

espontaneidad es una constante en la sociedad presente. Cornelio Fabro

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dirá que esta libertad carece de fundamento trascendental, pues « [...] se ha

constituido en objeto y fin de sí misma: se ha convertido en una libertad

vacía, en una libertad de la libertad, ley de sí misma porque es libertad sin

más ley que la explosión de los instintos o la tiranía de la razón absoluta, que

se revela después como capricho del tirano» (Fabro 2002: 174).

En efecto, allí está la común raíz de dos rasgos aparentemente

inconciliables de las sociedades modernas: el emotivismo y el funcionalismo

racionalista. El funcionalismo racionalista y legalista pone orden a las

emociones en su brote caprichoso (cf. Cipriani 2001). Sin derecho no hay

promesa alguna que no sea más que un canto de cisnes en la sociedad liberal.

De esta forma, todos, en gran medida, pueden calificarse de salvajemente

roussonianos.

4. EL EMOTIVISMO ROUSSIONANO

La facultad de hacer promesas recorre toda la historia (cf. Arendt 1996).

Ciertamente es así, aún continúa usándose el viejo aforismo romano pacta

sunt servanda, acompañado de la fides romana, la lealtad a la palabra dada

(cf. D’Ors 1977). Precisando aún más, es posible encontrarse con ello al

dirigirse siglos posteriores de los latinos, cuando a inicios del XiX, en los

albores del liberalismo contemporáneo, el Código Civil francés prescribe

lo siguiente: «Los convenios legalmente formados tienen carácter de ley

entre quienes lo celebraron. No pueden ser revocados sino por mutuo

consentimiento o por las causas que la ley establezca. Deben ser ejecutados

de buena fe» (Artículo 1134). Por el lado nacional, el actual Código Civil

peruano, vigente desde 1984, establece lo que sigue: «Los contratos son

obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos» (Artículo 1361) y «deben

negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común

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intención de las partes» (Artículo 1362). El contenido es el mismo en ambos

códigos y no podía ser de otro modo, ya que el Código Civil francés, de

marcado corte patrimonialista, inspiró al peruano y a tantos otros que no

hacían sino recoger los principios liberales triunfantes en la Revolución de

1789.

Sin derecho no existe, pues, promesa posible en la sociedad

liberal. El derecho forma parte del funcionalismo racionalista sin el cual los

engranajes de la sociedad no se moverían. Precisando aún más, el contrato

se convierte en el instrumento que viabiliza la promesa. Ya no es en virtud

de la voluntad por la que uno permanece fiel a lo prometido, sino que es

el contrato el cual, desde fuera, ata y exige coactivamente el cumplimiento.

Esta fuerza vinculante del derecho está tan metida en el imaginario de la

gente que, sin ninguna duda podrían ser, al igual que la canción, «palabras,

tan solo palabras», aquellas promesas que carecen del soporte de lo jurídico.

Al hablarse de una madre, ella sabe muy bien que si el compromiso no se

formaliza «ante Dios y el registro civil», se ha perdido el tiempo por más

promesas hechas. Detrás de este proceder, está la idea de que la promesa solo

adquiere consistencia y durabilidad cuando está de por medio el derecho. Por

esta razón, a la novia se le llama «prometida», pues como estipula el Código

Civil peruano, incluso existiendo la promesa recíproca de matrimonio ─es

decir, la pedida de mano no existe la obligación de casarse con ella (Artículo

239). «Prometida» sin matrimonio y promesa sin contrato son como café

descafeinado en la sociedad del bienestar.

En la sociedad liberal, el derecho se reduce a la ley, y la ley llama

a más leyes, con lo que el derecho muta y se convierte en una realidad de

menor entidad llamado legalismo. A pesar de la saturación de leyes y sus

derivadas, finalmente es un mal necesario en una sociedad que ha renunciado

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a fomentar la vida buena de sus ciudadanos. Ha podido más el rigorismo de

Hobbes que el republicanismo virtuoso de Rousseau, tal y como lo plantea

Helena Béjar de la siguiente forma:

En el modelo espartano, Rousseau plantea magistralmente el

núcleo del republicanismo: ¿Cómo puede llegar la ley al corazón

de los hombres? Dicho problema tiene una resolución tan difícil,

en política, como el de la cuadratura del círculo. Para Rousseau,

la materia última de la política es afectiva. Ello permite entender

al ginebrino como un demócrata radical y como un eslabón

crucial en la tradición de la virtud. La unión entre política y

sentimiento es parte de la herencia que Rousseau lega a los

líderes de la Revolución francesa: «Los reyes y los aristócratas

han desempeñado muy bien su oficio: ahora os corresponde a

vosotros desempeñar el vuestro, es decir, hacer a los hombres

felices y libres por medio de leyes» ¿Cuál es nuestro objetivo?, se

preguntaba el Incorruptible: gozar pacíficamente de la libertad

y la igualdad, implantar una injusticia eterna cuyas leyes hayan

sido grabadas no en mármol o piedra sino en los corazones de los

hombres. (Béjar 2000: 94)

5. DIVORCIO UNILATERAL

En el derecho liberal, el matrimonio es un contrato singular, pero,

finalmente, es un contrato; es decir, manifestación de voluntades, sujeto

por tanto a término, de acuerdo a las causales de disolución del vínculo

matrimonial, tales como el adulterio, la sevicia, la injuria grave, etc., dichas

causales que pueden ser invocadas por el cónyuge inocente para pedir la

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separación de cuerpos y el divorcio. Asimismo, se encuentran también la

separación convencional. Hasta aquí, simplemente se presentan respuestas

liberales basadas en la idea de que el matrimonio es asunto de dos, tanto

para el acuerdo como para desacuerdo. Es en la dinámica del estado de

sociedad donde la libertad del buen salvaje se torna libertad ordenada.

Pero estas ataduras no han resistido la fuerza de las apetencias y

el buen salvaje hace nuevamente su aparición, despertado, esta vez, por el

emotivismo reinante. Se trata de la introducción en el Código Civil peruano

del llamado divorcio unilateral.2 Esta modalidad viene a ser la separación

de hecho de los cónyuges durante un periodo ininterrumpido de dos años,

al término de los cuales, cualquiera de ellos puede solicitar el divorcio.

Esta nueva causal rompe con la idea del pacto entre dos; es tan feroz el

individualismo que la nutre, que le da la facultad de deshacer el matrimonio,

incluso, al cónyuge culpable, fundando su demanda en hecho propio. De

esta forma vuelve a entrar por la ventana el concepto de libertad como pura

espontaneidad, sin vínculos u obligaciones. Es la regresión al estadio del

buen salvaje, solitario, independiente, autosuficiente, desvinculado.

Una situación así, ¿es tan solo una excepción, una anomalía aislada

en el tejido social? No, es simple consecuencia de una de las derivas del

liberalismo. La libertad roussoniana, tarde o temprano, tiende a sacudirse de

los vínculos que la atan: no hay promesa ni virtud que aguante esta corrosión

del carácter. El emotivismo del mundo de la vida sigue en ebullición y los

deseos pugnan por convertirse en derechos. Es la voluntad de unos que

2 Art. 333, Inc 12 del Código Civil peruano, modificado por Ley 27495 del 7.VII.01: Entre las causas de separación de cuerpos, se menciona el inc 12. La separación de hecho de los cónyuges durante un periodo ininterrumpido de dos años. Dicho plazo sería de cuatro años si los cónyuges tuviesen hijos menores de edad. En estos casos no será de aplicación lo dispuesto en el Artículo 335 (ninguno de los cónyuges puede fundar la demanda en hecho propio).

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insiste en imponerse a la voluntad general. Ya no es un asunto de mayorías

o minorías, ni mucho menos de racionalidad, es pura presión, la presión del

buen salvaje roussoniano que busca recuperar su libertad desvinculada de la

verdad de la condición humana.

6. la unión civil entRe PeRsonas del mismo sexo

Hacía mucho tiempo que no se producía un debate tan amplio en los

medios de comunicación como el que ha suscitado el proyecto de ley

sobre la «unión civil no matrimonial» para personas del mismo sexo. Al

mismo tiempo, queda evidenciado que la opinión publicada en los medios

no guarda proporción con la opinión pública, aquella del hombre y mujer

que circula por las calles pavimentadas de las ciudades o los caminos de

trocha del país profundo. La afluencia de artículos de opinión a favor de

estas uniones civiles de los últimos meses parecería afirmar que todo el Perú

está de acuerdo con ellas cuando la realidad es otra. Se calcula que más de

un 60% de la población no acepta tal unión porque ve en ella una semejanza

con el matrimonio que les resulta inadmisible.

La llamada unión civil solamente tiene de «no matrimonial» el

título. Le interesa a esta propuesta mantenerse lejos de toda semejanza con

el matrimonio, porque si así lo declarara la oposición sería aún mayor. Una

amplia relectura de los diez largos artículos del proyecto, deja en evidencia

el notable calco del régimen matrimonial tal como lo legisla el Código

Civil peruano. Es decir, el proyecto del congresista Carlos Bruce de «no

matrimonial» solo tiene esas dos palabras, su propuesta es una fórmula

matrimonial vestida de unión civil.

Su semejanza con la unión de hecho es igualmente notoria (nótese

art. 326 del Código Civil), pero, al igual que el régimen matrimonial,

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esta figura se asienta en la diversidad sexual de hombre y mujer (art. 5 de

la Constitución Política del Perú). El proyecto Bruce le otorga, incluso,

mayores derechos a los «compañeros civiles» que a los convivientes

heterosexuales (por ejemplo, mayores facilidades para su reconocimiento).

De ahí que, introducir la figura de las uniones civiles no sea solo agregar una

nueva institución al ordenamiento jurídico peruano, sino, principalmente,

rediseñar el modelo matrimonial peruano. El camino de la protección de los

derechos patrimoniales y asistenciales de personas del mismo sexo no es el

de la unión civil propuesta.

Una vez más, se presenta el emotivismo libertario que pone por

delante el afán de autonomía y autorrealización, prescindiendo de toda

referencia a la condición natural del ser humano. Se despoja a las personas y

a las instituciones que desarrollan su humanidad, como lo son el matrimonio

y la familia, de aquello que constituye su núcleo esencial, con la finalidad

de dotarle carta de ciudadanía a una situación que, por darse de hecho, no

necesariamente, se legitima como de derecho. Y en este asunto, viene a su

rescate el sano juicio de gran parte de la población peruana que rechaza estos

intentos de equiparación. A aquellos «ilustrados», descalificadores de esta

mayoritaria opinión pública opositora al proyecto en cuestión, tildándola

de posición oscurantista y retrógrada, debería hacérseles notar que tamaña

postura de la población es un verdadero repositorio de salud moral que

la tecnoestructura no ha podido acallar. Más aún, se cumple a la letra la

idea de que la custodia de los asuntos esenciales del buen vivir permanece

en manos de la gente sencilla. Por esa razón, a) el poder, b) el dinero y

c) la persuasión junto al emotivismo libertario no deberían despreciar esta

sabiduría del sentido común.

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7. EL PERMISIVISMO ABORTISTA

El mayor de los males, si cabe, es sin duda el intento continuo de querer

introducir en nuestro país una legislación permisiva del aborto. Un lobby de

dimensiones mundiales que desconoce la condición humana del embrión,

el gran ausente y la víctima por excelencia en el debate abortista. Es de

esperar que, al igual que en los otros dos casos mencionados líneas arriba,

esta, también, es una pretensión cuyo origen está en el emotivismo libertario,

no en vano, el nombre con que se conoce a los defensores del aborto, es el

de pro choice (‘pro elección’), es decir, defensores del derecho de elegir que

tendría la mujer sobre la vida o muerte del embrión. La condición humana

del embrión, del niño en estado de gestación, pasa a un plano secundario.

Pesa la libertad de la madre para deshacerse del niño durante el embarazo.

Si en el caso del divorcio unilateral es una de las partes la que decide

terminar con el matrimonio; y en la unión civil, dos personas del mismo

sexo eligen juntarse y equipar su unión a la matrimonial; en el caso del

aborto, la elección sobre la vida de un inocente, es, indudablemente, la

mayor pretensión que se pueda atribuir un ser humano de desnaturalizar la

condición humana. La disponibilidad ya no solo versa sobre lo propio, sino

que en el aborto se dispone, también, de la vida de una persona inocua. Son,

asimismo, cruciales las palabras del Santo Padre Francisco cuando advierte:

«Una sociedad que abandona a los niños y que margina a los ancianos corta

sus raíces y oscurece su futuro» (Francisco 2013c: párr.4).

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8. CONCLUSIONES

Por ahora han sido utilizados tres ejemplos de nuestra cultura ilustrada

ubicando una misma raíz: el emotivismo libertario, erigido como un nuevo

ídolo. Y si lo que se acaba de exponer se puede tener como un diagnóstico

de la situación cultural del momento, toca ahora a la universidad recuperar

el sentido más profundo de la condición humana y sus rasgos primordiales,

entre los que la libertad ocupa un papel protagónico. Una libertad que no

bascule sobre sí misma, sino que abrace la verdad de la condición humana

en toda su amplitud y profundidad.

Ignorar o rechazar la verdad de la naturaleza humana, es lanzarse

a una aventura prometeica cuyo resultado no es ganancia, sino pérdida y

empobrecimiento para el derrotero humano. Frente a los excesos en los

que incurre el emotivismo libertario, es menester sumarse al gran esfuerzo

intelectual que nos prepare a reconocer libremente la realidad de nuestro

ser, imagen y semejanza del Creador. Es la tarea que le corresponde a la

antropología cristiana a la cual, hoy más que nunca, le compete dialogar con

esas otras propuestas culturales bien intencionadas, desde su posición que,

en su intento de obtener el fuego de Zeus, tan solo consiguen hacer del ser

humano un caña azotada por los vientos del desierto.

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LA IDEA DE DIOS COMO MISTERIO EN EL GÉNESIS DEL

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Janina Navarro Linares Universidad Católica Sedes Sapientiae

[email protected]

Cuando contemplo tu cielo, obra de tus dedos,la luna y las estrellas que has dispuesto,

¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,el hijo de Adán para que te ocupes de él?

(Salmo 8)

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: Los estudios históricos y filosóficos han evidenciado el origen de

la ciencia moderna a partir de las nuevas concepciones del mundo físico

de Galileo Galilei que resultaron ser contrarias a la física aristotélica. El

objetivo del presente trabajo es identificar cómo la idea de Dios como

Misterio y la concepción cristiana del mundo, del cual deriva a partir de

lo primero, han aportado de modo relevante en la nueva concepción de la

ciencia física para Galileo y le ha facilitado establecer de manera definitiva

el método de la ciencia natural. Para realizar este recorrido, nos apoyaremos

con los textos de Stillman Drake (Galileo) y Eugenio Garín (Ciencia

y vida civil en el renacimiento italiano) comparándolos con los textos de

Paolo Musso (La scienza e l’idea di ragione) y Luigi Giussani (La conciencia

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.151-178)

religiosa en el hombre moderno) para explicar el contexto cultural de Galileo

y el surgimiento de la ciencia moderna.

PalabRas clave: Misterio, creación, ciencia moderna, Galileo Galilei,

opción, método científico.

THE IDEA OF GOD AS A MYSTERY IN THE GENESIS OF

GALILEO GALILEI’S SCIENTIFIC METHOD

abstRact: The historical and philosophical studies have evidenced the

origin of modern science from the new conceptions of the physical world of

Galileo Galilei found to be contrary to Aristotelian physics. The objective

of this work is to identify how the idea of God as Mystery and Christian

worldview, from which derives from the first, have contributed so relevant

in the new conception of physical science to Galileo and facilitated it to

establish definitively the method of natural science. To make this route, will

support the texts of Stillman Drake (Galileo) and Eugenio Garin (Science

and civic life in the Italian Renaissance), which will be compared with texts

by Paolo Musso (La Scienza e l’notion di ragione) and Luigi Giussani (The

religious consciousness in modern man) to explain the cultural context of

Galileo and the rise of modern science.

KeywoRds: Mystery, creation, modern science, Galileo Galilei, choice,

scientific method.

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1. LA LEYENDA DE LA ETERNA LUCHA ENTRE CIENCIA Y FE

RELIGIOSA

Es muy común escuchar en la actualidad que la ciencia y la fe religiosa

no se pueden complementar dentro del trabajo científico debido

a que la fe entorpece y dificulta la investigación científica. Es un

concepto muy generalizado y muchas veces casi asumido dogmáticamente,

sobre todo, en estos últimos siglos.1 Empero, en este trabajo se cuestionará

si esto se cumple o no en la experiencia de la investigación científica; en

especial, desde el actuar del científico. Se pondrá como referencia el caso de

Galileo Galilei, porque se le reconoce como el padre de la ciencia moderna;

esto quiere decir que logró establecer el método apropiado para la ciencia

experimental, indicando la importancia del estudio de las propiedades de la

materia.

La pregunta natural surge inmediatamente: ¿cómo Galileo pudo

darse cuenta de algo que los demás filósofos naturales no tomaban en

consideración de forma consciente? Galileo, claro, tenía su genialidad

personal, pero hubo también muchos otros que no eran menos inteligentes

que él. Por tanto, esto ciertamente tiene su importancia, pero no puede ser

1 Una muestra de ello se puede encontrar en una carta de Pierre Duhem (físico francés del fin del siglo XiX y principios del siglo xx) dirigida al Padre Bulliot, donde le explica el recorrido de esta confrontación entre ciencia y religión: «Se nos pinta con espanto aquella noche de la Edad Media durante la cual las escuelas, sometidas a las artimañas del cristianismo, únicamente preocupadas por las discusiones teológicas, no supieron recoger ni la menor parcela de la herencia científica de los griegos. Se hacen resplandecer ante nuestros ojos los descubrimientos del Renacimiento, en el cual las mentes, liberadas por fin del yugo de la Iglesia, volvieron a encontrar el hilo de la tradición científica, al mismo tiempo que el secreto de la belleza artística y literaria. A partir del siglo XVi suele oponerse, con complacencia, la marcha siempre ascendente de la ciencia a la decadencia, cada vez más profunda, de la religión […] Esto es lo que se enseña en innumerables cátedras, lo que se escribe en multitud de libros» (Jaki 1996: 218-219). R

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el factor determinante; ni puede serlo únicamente la coyuntura de cambios

y concepciones nuevas sobre el mecanicismo (Cf. Duhem 1996), sino

que, en el fondo, la contribución de Galileo ha sido por dos factores: (a)

establecer de manera definitiva el método natural a partir de la fe cristiana

en la creación y (b) una disposición de humildad frente a la realidad, a partir

del concepción cristiana de Dios como Misterio. Este último punto, sobre

todo, es el tema de investigación de este trabajo, ya que se postulará que fue

esto lo que movió y forjó el carácter científico de Galileo y nueva ciencia

moderna.

Por otro lado, este trabajo será de naturaleza teórica-reflexiva

trabajada principalmente a partir de documentaciones galileanas, textos

de tres autores especialistas en Galileo y un autor contemporáneo que

abarca la dimensión filosófica-religiosa del pensamiento moderno. El

primer bloque teórico corresponde al análisis y confrontación entre dos

tendencias filosóficas: la primera, conformada por los libros biográficos e

históricos de Stillman Drake (Galileo) y Eugenio Garín (Ciencia y vida civil

en el renacimiento italiano), donde se sintetizará el recorrido histórico y el

origen del cambio de mentalidad galileana propuesto por ellos; la segunda,

conformada por los libros de Paolo Musso (La scienza e l’idea di ragione) y

Luigi Giussani (La conciencia religiosa en el hombre moderno), en donde se

evidencia que el clima cultural italiano, de donde surge la ciencia moderna,

deriva de la tradición cristiana del mundo y que el modo de afrontar los

grandes cambios modernos implica una opción hacia un reconocimiento

del Misterio que permite esa facilidad de apertura hacia la novedad

de la realidad. Se complementará con los aportes de la famosa carta a la

archiduquesa de Toscana, la Serenísima Cristina de Lorena, que también

nos es muy relevante porque se evidencia que no existe una confrontación

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entre los nuevos descubrimientos científicos —que luego conllevarán su

defensa del heliocentrismo»— con las verdades reveladas en las Sagradas

Escrituras; vale decir, no hay confrontación entre ciencia y religión cristiana.

Otros materiales complementarios recurrentes han sido los libros

de William Shea y Mariano Artigas (Galileo en Roma. Crónica de 500 días)

cuyas investigaciones sobre la figura galileana han sido de mucha ayuda y la

de Stanley Jaki (La ciencia y la fe: Pierre Duhem donde relata, desde la visión

de un científico contemporáneo (Pierre Duhem), lo que considera crucial

para la realización teórica y originaria de la práctica científica.

2. PUNTO DE PARTIDA: EL CONTEXTO HISTÓRICO DE GALILEO

La vida en el siglo XV es muy competitiva para aquel que desea vivir de las

ciencias o el arte. La fama y la pertenencia social eran invaluables. Desde

este aspecto, Galileo se sentía muy orgulloso de pertenecer a una genealogía

de gran reputación. Con respecto a su familia, gran parte de su formación

y actitud se las debía a su padre, Vincenzo Galilei, laudista reconocido

en su tiempo quién mostró un interés particular sobre el estudio de la

naturaleza.2 Aunque sus primeros años como académico no fueron sencillos,

progresivamente se forjó un camino propio. Con el paso de los años logró

establecer muy buenas relaciones con nobles y clérigos, en especial con

Chistopher Clavius, cuyo prestigio era muy alto dentro de la comunidad

científica y matemática de su tiempo. También, la influencia de los Medici

2 Existe un pequeño fragmento de Vincenzo Galilei en su Dialogo della musica antica e della moderna donde refleja su carácter de investigador, y que posiblemente lo haya transmitido a su hijo: «Me parece que quienes confían sin más en la autoridad como prueba de una cosa cualquiera y no tratan de aducir alguna razón válida proceden de forma ridícula… Yo deseo… que se me permita plantear cuestiones libremente, así como responder sin ningún tipo de adulación, pues esto es lo que verdaderamente conviene a quienes buscan la verdad de las cosas» (Drake 1986: 45). R

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(Ferdinando, Cósimo II) y, sobre todo, sus conversaciones y diálogos con

la Gran Duquesa Cristina de Lorena, han sido de mucho beneficio para

su carrera y para su interés en explicar apropiadamente las relaciones entre

ciencia y religión.

Por otro lado, la Iglesia afrontaba muchos acontecimientos de gran

magnitud. Algunos de ellos han sido la reforma católica, la contrareforma y,

en especial, el Concilio de Trento (1545-1563), donde se abordó, a partir

del conflicto con los protestantes, el tema de la interpretación de las Sagradas

Escrituras. Shea y Artigas explican la importancia del Concilio:

La Iglesia católica deseaba subrayar la importancia de la Tradición

y del Magisterio contra los protestantes, que rebajaban su

relevancia […] El Concilio se movía en ese contexto teológico, y

nadie en aquellos momentos parece haber pensado que la ciencia

en general, y menos todavía la hipótesis concreta del movimiento

de la Tierra, recientemente propuesta por Copérnico, pudieran

ser un asunto religioso. (2003:23)

Este aspecto será de mucha ayuda para Galileo cuando querrá

sustentar que sus nuevos descubrimientos no contradicen los pasajes bíblicos

ni atentan contra la Iglesia. Del mismo modo, las interacciones de Galileo

con jesuitas han sido muy estrechas: en 1587 conoció a Christopher Clavius,

director del entonces Colegio Romano de jesuitas y una gran autoridad en

el mundo matemático. Intercambian cartas y se vuelven amigos. Cuando

Galileo presenta sus descubrimientos a partir del uso del telescopio que él

lo adapta para fines astronómicos, no solo Clavius lo apoya, sino gran parte

de los jesuitas del Colegio Romano. Sin embargo, lo toman con cautela, en

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especial el cardenal Bellarmino, quien no obstante de estar complaciente

con el respaldo de los jesuitas científicos hacia Galileo, tenía sus propias

preocupaciones con respecto a cómo asumir estos nuevos descubrimientos a

la luz de las interpretaciones de las Sagradas Escrituras.3

Con respecto al contexto científico, Galileo era ya partícipe de la

llamada revolución científica: figuras como Leonardo Da Vinci, Nicolás

Copérnico, Andrés Vesalio, Gerardo Mercator, entre otros, marcaban

como sus precursores.4 Al mismo tiempo, cuando era todavía profesor de

matemáticas en Padua, había acaparado la atención de un joven profesor de

matemáticas de Gratz: Johannes Kepler. En 1597, le envía un ejemplar de

su Mysterium cosmographicum a través de un amigo y como agradecimiento,

Galileo le responde con amplios elogios y atenciones. Aunque nunca existió

una real amistad entre ellos (Kepler recibió a lo largo de su vida dos cartas

de Galileo) Kepler evidenció muchos actos que acreditaban su admiración

y su deseo de tener una real amistad hacia Galileo, tanto así que ya siendo

astrónomo imperial de Praga defendió, incluso sin usar el telescopio, a

Galileo y su Sidereus Nuncius en 1610.5

Todos estos aspectos sin duda ayudarán a comprender el contexto

en el que Galileo realizará sus estudios sobre la naturaleza. No obstante, es

3 Roberto Bellarmino (1542- 1621) fue un cardenal jesuita. Participó en el Concilio de Trento y fue el encargado de mejorar la edición de la Vulgata; participó en el proceso y la condena de la Inquisición contra Giordano Bruno y miembro de la Congregación del donde se encargaba de mantener la ortodoxia y la censura sobre la libre interpretación de las Sagradas Escrituras. Además, jugó un rol muy importante en el proceso a la teoría heliocentrica de Copérnico del 1616, siempre aconsejando moderación y prudencia a todos, incluido a Galileo, que de todos modos siempre quiso proteger. Desgraciadamente, murió antes del proceso a Galileo del 1632.

4 Paolo Musso sintetiza todo este recorrido. Véase musso 2011. 5 Existe un capítulo muy interesante desde la visión de Koestler sobre la relación Kepler –

Galileo. El autor crítica severamente la actitud y la dejadez de Galileo hacia Kepler, que por cierto, siempre actuaba de manera estoica y desinteresada (Cf. Koestler 1986). R

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necesario indicar que el momento determinante de su actividad científica

ha sido desde la novedad del uso del telescopio para estudiar los cuerpos

celestes y sus posteriores descubrimientos astronómicos a partir de ella. Estas

implicancias han conllevado el buscar un nuevo modo de cómo estudiar el

mundo que le rodea, desde una apertura a la novedad.

3. LA CIENCIA PREGALILEANA: UNA LARGA HERENCIA SOBRE

LA MIRADA REALISTA DE LA NATURALEZA Y EL QUEHACER

FILOSÓFICO DE GALILEO

Los estudios realizados por distintos historiadores y filósofos de la ciencia

han intentado establecer, desde varios puntos de vista, los orígenes

de la ciencia moderna. En verdad, habría que remontarse desde el

redescubrimiento de los textos aristotélicos en Europa y el gran aporte

técnico que hicieron los árabes al aplicar los principios aristotélicos siglos

atrás y del cual lamentablemente no se podrá explicar detalladamente en

este artículo. Mas sí podemos inferir que uno de los grandes problemas por

el que muchos filósofos medievales defendieron ardientemente las teorías

físicas de Aristóteles es porque asumían que, al ser un gran aporte filosófico

y ético al pensamiento cristiano medieval,6 también debería ser una gran

autoridad en los conocimientos del mundo natural. Por varios años se ha

considerado así,7 y es muy comprensible la absolutización de la defensa del

pensamiento aristotélico. Sin embargo, la física aristotélica era una física

6 Véase cómo Tomas de Aquino se emociona mucho de haber encontrado un modo de cómo explicar los grandes dogmas cristianos, y desarrolla las famosas cinco vías de la demostración de la existencia de Dios en su Suma Teológica a partir de su lectura de los textos aristotélicos.

7 El hecho de que el sistema geocéntrico mejorado por Tolomeo sea una herencia aristotélica importante a tal punto de que todo el mundo tardo antiguo y medieval lo han asumido por 15 siglos como una verdad física.R

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a priori, partiendo desde el estudio de las esencias para poder explicar el

mundo natural.

Es necesario aclarar cómo se entendía el estudio de las disciplinas

con respecto a la realidad física y metafísica durante la Edad Media. Existía

una gran diferencia entre matemáticos y filósofos. Stillman Drake (1986)

explica que los matemáticos eran las grandes autoridades sobre la enseñanza

de la astronomía. La astronomía era la disciplina que se encargaba de la

medición exacta de ángulos y tiempos, además que buscaban las leyes que

relacionen de manera sistemática estas mediciones. Por eso, los filósofos no

la consideraban una verdadera scientia sino como una techne. En cambio,

los filósofos naturales (es decir, los físicos), estudiaban los cielos a partir de

la cosmología (siempre basándose en textos aristotélicos). Esta disciplina era

la verdadera scientia en su sentido epistemológico. Esto quiere decir que los

matemáticos medievales estudiaban la astronomía tolemaica que se basaba

únicamente en la medición y el cálculo, quedando para los filósofos toda

explicación causal o física y para esto, se partía de los principios a priori,

metafísicos, especulativos y demás lógicos deductivos.

No obstante, esta única forma metodológica para estudiar tanto

el mundo físico y justificarlo a partir de lo metafísico se irá cuestionando

a partir de nuevos estudios y reflexiones. Este deseo de cambio es lo que se

conocerá como la revolución científica. Para citar un ejemplo, Leonardo

Da Vinci (1452-1519) fue uno de los primeros que ya había considerado el

pensamiento matemático para interpretar el orden mecánico y necesario de

toda la naturaleza; elimina de los fenómenos naturales toda intervención de

fuerzas y de potencias animistas, místicas y espirituales (Cf. Reale y Antiseri

1999). Es verdad que todavía no posee ningún interés por la ciencia como

corpus organizado de conocimientos ni la concibe como una actividad

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pública y colectiva, pero definitivamente ya es un precursor científico. Por

tanto, la revolución científica va a modificar la imagen del mundo y la nueva

ciencia se convertirá en una permanente indagación y razonamiento sobre el

mundo natural de manera gradual (Cf. Reale y Antiseri 1999).

Es aquí donde empezará la grande discusión. ¿Cuál es el punto

originario de la ciencia galileana para establecer la nueva ciencia y un nuevo

método de estudio hacia el mundo físico?

3.1 El origen del método científico de Galileo según Drake y

Garín

Uno de los motivos por las cuales Galileo es considerado el padre de la

ciencia moderna es porque estableció de manera definitiva el método de la

ciencia natural, es decir, a partir de sus cuatro componentes: (a) partir

del estudio de las propiedades, (b) la necesidad de realizar experimentos

y no solo simples observaciones, (c) las demostraciones matemáticas y (d)

el rechazo al principio de autoridad, él establece el canon que conllevará

el método científico (Cf. Musso 2011). Esto significa realizar un estudio

propio de la naturaleza a partir de la ciencia experimental que supone una

dirección teorética y práctica del estudio del mundo físico. Sin embargo, el

aporte de muchos estudiosos es considerar solo la descripción del cambio

metodológico, mas no hay una aproximación concreta de su origen.

Posiblemente lo que se buscaba era un «origen» empírico, del método

galileano, cuando a lo mejor era necesario partir del reconocimiento de

una actitud personal influenciado por un contexto cultural. Para ellos, sería

conveniente repasar primero, a partir de los aportes de los historiadores de

la ciencia Stillman Drake y del filósofo Eugenio Garín, lo que consideran los

factores del origen del método científico galileano.

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Drake indicará que uno de los factores de la ciencia moderna es el

enfatizar el carácter empírico de las mediciones. «La nueva base de la ciencia

galileana del movimiento residía en las cuidadosas mediciones, con lo que se

empezó a sustituir la antigua búsqueda de causas por la moderna búsqueda

de leyes físicas. […] Galileo daba ya por sentado que la medición era la clave

de la buena física» (1986: 59). Es verdad que para Galileo era necesario

establecer la unión entre matemática y física, sobre todo la última como una

aplicación de los métodos astronómicos al estudio del movimiento. Lo más

interesante es que Drake sostiene que era común entre los innovadores de la

época (también en Galileo) minimizar las nuevas técnicas y procedimientos

y darles mayor prioridad a los descubrimientos: «Puede parecer un poco

extraño, pero en la historia de la ciencia no es raro que las nuevas técnicas

y procedimientos no se consideren en la época importantes en sí mismo,

por más que los descubrimientos —que se tienen por más interesantes y

significativos— no hubieran podido realizarse sin su concurso» (1986: 59).

Para el juicio de la época era lo establecido (como en el caso de Leonardo da

Vinci, explicado líneas atrás). No obstante, en el caso particular de Galileo

esto cambia porque él sí era consciente de un nuevo cambio de método que

posteriormente derivó a sus nuevos descubrimientos. Por otro lado, Drake

apenas intuye un aspecto fundamental del cual nosotros enfatizaremos

posteriormente, con respecto a las relaciones entre ciencia y religiosidad:

«La medida es inherente a la ciencia; la verdad eterna queda para la fe, sea

filosófica o teológica» (1986:63).

En cuanto a Eugenio Garín, este considera |1que el inicio de la

ciencia moderna ha nacido en el seno del Renacimiento, pero no dentro

de las universidades. Ha sucedido, según el estudioso italiano, en las zonas

marginales a través de los nobles mecenas:

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En la Venecia de la segunda mitad del S. XVI existía un grupo

de nobles cultos, preocupados por los intereses de su patria, pero

abiertos al mundo, atentos a las voces y experiencias que de este

les llegaban y ligados a las tradiciones religiosas y culturales, pero

preocupados por no dejarse atrapar en ellas, y por responder con

su propia palabra, fruto de sus esfuerzos y de su libertad, a los

numerosos problemas que la época proponía a sus mentes y a sus

corazones. (Garín1982: 118)

Es normal que, debido al intercambio cultural, los primeros signos

han ido manifestándose en las periferias (por ejemplo —menciona— a las

secretarias, las cortes y las academias); no obstante, fue en las universidades

donde se tomó un argumento y se delimitó de manera racional estos cambios

que irán siendo fundamentales para los nuevos estudios. Con respecto a

Galileo, Garín realzará el aporte de Copérnico y de los matemáticos griegos

(Arquímedes):

La transformación de su pensamiento no fue el producto de un

conjunto de razones o experimentos particulares (muchos de los

cuales ni siquiera seguros estamos de que los hubiera realizado),

sino de la aceptación de una hipótesis general radicalmente nueva

acerca del sistema del mundo, o sea, la teoría copernicana, que

en el se combinaría con el reconocimiento de Arquímedes como

maestro en el terreno de la metodología. (Garín 1982: 141)

Además, criticará mucho el intento de los historiadores modernos

de la ciencia que buscan un modo de indicar entre varias personalidades

científicas de sus países como «precursores de Galileo» (Garín 1982: 140).

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Se referirá, sobre todo, a la minimización trascendental de los medievales.

Este tema lo defenderá el físico Pierre Duhem (1996).

Lo que llama la atención es la confrontación, en primer lugar, con

respecto a sus críticas muy severas a la Iglesia católica y la Inquisición en los

años del Renacimiento y principios de la edad moderna. Lanza afirmaciones

muy severas, por ejemplo, que la Iglesia ha rechazado totalmente el

humanismo, callando todo tipo de progresos científicos debido a que las

ideas nuevas son el temor de los conservadores: «Todo lo audaz, nuevo y

positivo que había producido un siglo y medio de cultura fue obstaculizado,

mutilado, ahogado» (1982: 122). No obstante, acepta que, a pesar de todo,

la nueva ciencia no era irrespetuosa de la fe. En segundo lugar, la intuición

genial que Garín enfoca con respecto a la separación metodológica entre

filosofía natural y fe en Galileo:

La filosofía se separa de la fe: dos libros, dos lenguajes, dos

maneras de leerlos. […] La fe se mueve en un plano distinto; la

ciencia no la toca; no la apoya ni la niega, no la reemplaza ni es

capaz de confirmarla o desmentirla. […] Exenta de presencias

ultramundanas, la ciencia mundana reconoce la existencia de otra

experiencia: la fe; y, una vez eliminada la confusión aristotélica

entre física y teología, ya no puede haber conflicto entre uno y

otro tipo de experiencia. (Garín 1982: 145)

Esta intuición inicial luego desembocará en lo que interpreta Garín

con respecto a la religiosidad galileana. El estudioso la considera como un

cristianismo positivo de función pedagógica y moral:

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Quizá aquí se plantee la pregunta más radical de Galileo.

Esa visión totalmente terrestre del saber y del hombre, ¿deja

realmente un margen para la fe? Ese vacío, que la religión quiere

colmar, ¿es verdaderamente un sentido positivo de lo absoluto, o

solo es la conciencia, completamente negativa, de un límite que

la investigación ya no abriga la ilusión de superar? La respuesta

de Galileo es un cristianismo sincero, al que asigna una función

pedagógica y moral. Su lucha contra el peripatetismo se presenta

al mismo tiempo como una lucha por la liberación de los hombres

a través de la verdad y la fecundidad de la ciencia, y como una

especie de nueva apologética de un Dios muy distinto del Dios

de los filósofos. Su fe es serena, y su ciencia liberadora; los cielos

que descubre, los instrumentos que construye, le infunden un

sentimiento de alegría y de fuerza, de confianza. […] Por eso, la

proclamación de la verdad, a todos los hombres […] adquiere

para él el sentido de una misión. (1982: 146)

Es muy importante sugerir que esta interpretación de Garín

corresponde a un tipo de cristianismo «renacentista» en Galileo. Esta

actitud, en parte, se suele asociar fácilmente a partir de sus descubrimientos

astronómicos, como si se quisiera etiquetar a un Galileo precristiano

y poscristiano (renacentista) cuyo cambio se da a partir de estos

descubrimientos. Sin embargo, se debe (y consideramos que es necesario)

vislumbrar desde una mirada cristiana sin reducirla a temporalidades ni

épocas. Sin un reconocimiento de un Dios cristiano como se entiende en

su originalidad, la práctica pedagógica cristiana pierde su sentido esencial.

Es por ello que es importante indicar que en él no se ve una simple actitud

cristiana, sino que ella se da a partir del reconocimiento de Dios como

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Misterio y esta afirmación conllevaría a aceptar una realidad sin límites.

Garín solamente es capaz de aproximarse un poco a ello, mas todavía no

logra identificarlo del todo: «Dios es la raíz de todo, pero también está más

allá de todo» (1982:166).

Una aproximación hacia la originalidad metodológica

En primer lugar, Galileo quería dar a entender que sus estudios estaban

enfocados hacia otro horizonte. Debido a ello, en 1610, escribe una carta a

Belisario Vinta (Secretario y asesor personal del Gran Duque de Toscana,

Cósimo II, patrocinador de Galileo) donde pide ser llamado «Filósofo y

Matemático» de la Corte (Cf. Shea y Artigas 2003). Para la época, «filósofo

natural» era equivalente a lo que llamaríamos hoy científico. Galileo no

asumió ser filósofo en el sentido tradicional, como si deseara «buscar una

trascendencia» para la ciencia, sino filósofo en el sentido de «tomarse en

serio» la realidad física y estudiarla a fondo. Quería ser visto como un

científico que se ocupaba del mundo real, no solo de hacer cuentas.8 Este es

el carácter unitario de la ciencia.

En segundo lugar, Galileo era un hombre de transición de épocas,

pero con una novedad particular (como diría Garín); un sujeto capaz de ver

dentro del actuar científico lo mismo que observaban sus contemporáneos

pero además «miraba» desde un ángulo que el resto no podía, tal como

reza la frase popular del filósofo húngaro Albert Szent-Györgyi: «Todo

descubrimiento consiste en ver lo que todos han visto y en pensar en lo que

nadie ha pensado». Galileo lo que mira es la inteligencia pura de la realidad,

es decir, la capacidad grandiosa de los que es el mundo y su inmensidad. No

se refiere únicamente a sorprenderse de ella, sino de darse cuenta que esto

8 Sígase la aclaración temática de Martínez (1995). Rev

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responde a un por qué, a esto se le denomina tener un espíritu despierto,9

tener una apertura con la esperanza de encontrar algo positivo en ella. Esto

se refleja en una carta que escribe Galileo a Belisario Vinta en 1611, luego

de encontrarse con su viejo amigo Clavius y saber que sus observaciones

junto a las de sus colegas jesuitas con respecto a los planetas mediceos (los

satélites de Júpiter) todavía siguen muy complejos de decifrar y esto le causa

cierta preocupación. La última parte de su carta indica algo novedoso: «Sin

embargo, yo tengo gran esperanza de llegar a encontrarlos y determinarlos,

y confío en Dios bendito que, así como me ha concedido la gracia de haber

descubierto yo solo tantas maravillas nuevas llevado de su mano, me conceda

que encuentre el orden absoluto de sus giros» (Shea y Artigas 2003:44-

45). En este pasaje, Artigas interpreta que la actitud que muestra Galileo

en esta carta es signo de arrogancia y soberbia, puesto que se considera el

único capaz de alcanzar este conocimiento y pide un amparo divino para

llegar a sus designios. Sin embargo, no es una interpretación totalmente

justa. Es cierto que la personalidad y el temperamento de Galileo distan

mucho de ser la del devoto perfecto y pío; es más, frente a sus enemigos

se mostraba extremadamente arrogante, irónico e iracundo, más cuando

se trataba de acusaciones a sus novedades científicas o cuestionamientos

sobre su modo de proceder. En este sentido, podemos indicar que Garín

ha sido muy benévolo con la actitud altruista de Galileo. No obstante, esa

mirada humana, esta tensión entre su voluntad y su reconocimiento de la

grandeza del mundo es tan auténtica incluso en sus momentos caprichosos

de desesperación e imprudencia, de arrogancia e ingenuidad frente a los

acontecimientos de su vida (Cf.- Shea y Artigas 2003). Sin embargo, ese 9 Una de las anécdotas de Galileo era su afán en descubrir una nueva forma de estudiar los

cuerpos naturales partiendo de la expresión de Eureka de Arquímedes. A partir de este relato, Galileo intuyó que debía hacer algo similar: establecer un nuevo método en base a la observación de la realidad, respetando el objeto (Cf. Shea y Artigas 2003). R

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tipo de estudio no impidió a Galileo reconocer que existen otros tipos de

métodos con los que el hombre puede abrazar la realidad. Uno es lo que

Giussani denomina certeza moral10que no contradice el método científico.

A partir de esta certeza moral, es posible que Galileo se descubra mirado,

amado, buen católico e hijo obediente de la Iglesia. Esto no era una simple

táctica política o moralista o simplemente metodológica. Era la expresión

de un científico cristiano que ha madurado en sus pensamientos. Lo que

le caracterizaba, por tanto, era la honradez consigo mismo que le daba este

carácter humanamente científico. Es posible que a partir de ello se puede

entender su impaciencia debido a que su apertura y permanente asombro

a sus descubrimientos denota un reconocimiento que lamenta no ver en

sus contemporáneos: admitir cuándo la realidad se impone. Es ésta actitud

la que refleja el Galileo científico y cristiano, saberse descubridor de algo

nuevo porque admite que el mundo es más grande que él. Lo que aporta, en

verdad, es algo pequeño frente la realidad inmensa y misteriosa.

Esto se evidenciará en una carta muy importante hacia la señora

Cristina de Lorena, Gran Duquesa de Toscana. El contexto de la carta es muy

importante, puesto que ella, siendo la viuda del Gran Duque Ferdinando y

madre de Cósimo II de Médici, el sucesor del Ducado de Toscana, gozaba

de mucha influencia y podría menguar los conflictos ocasionados por una

carta redactada en 1613 a su querido amigo y discípulo Benedetto Castelli.

El contexto indica que Castelli, durante una comida con los Duques, se puso

a argumentar frente a la Gran Duquesa Cristina sobre la compatibilidad

entre el copernicanismo y las Sagradas Escrituras. Para Galileo no existía

10 Luigi Giussani indica la necesidad de una forma diferente de usar la razón: «Para el descubrimiento de verdades o certezas concernientes al comportamiento humano, hay que usar la razón de manera diferente; en caso contrario su uso deja de ser razonable. Por ejemplo, pretender definir la validez del comportamiento humano mediante un método científico no es un procedimiento adecuado» (2008:37). R

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ninguna incompatibilidad entre ellas, así que decide ayudar a Castelli

escribiéndole una carta donde expresa sus conocimientos teológicos y su

claridad metodológica del mundo natural. Sin embargo, nadie se imaginaría

que esta carta conllevaría a un gran conflicto. Vale decir que esta carta fue

interpretada por algunos teólogos como una provocación a enseñarles cómo

debían interpretar la Biblia por lo que llegaron al Santo Oficio acusaciones

sobre las «libres interpretaciones» de Galileo con respecto a las Sagradas

Escrituras. Es a partir de ello que él decide sustentar sus ideas y el resultado

fue una carta enviada en 1615 a la Archiduquesa y en ella Galileo intenta

explicar que la teoría copernicana no contradice las Sagradas Escrituras. Al

mismo tiempo, también desarrolla un análisis magistral sobre el método

del trabajo científico en relación al texto bíblico, tal como lo indica en un

párrafo: «Me parece que, al discutir los problemas naturales, no se debería

partir de la autoridad de los pasajes de la Escritura, sino de la experiencia de

los sentidos y de las demostraciones necesarias. Porque la Sagrada Escritura

y la naturaleza proceden igualmente del Verbo divino» (Galilei 1615). Él

era muy consciente de que su nuevo método no es incompatible con la

fe cristiana, es más, intenta delimitar más el estudio de la naturaleza para

evidenciar las obras de Dios. Por ello, considera que es absurdo que se deba

desconfiar de los sentidos y de la razón para explicar el mundo: «No puedo

creer que Dios nos haya dotado de sentidos, palabra e intelecto, y haya

querido, despreciando la posible utilización de éstos, darnos por otro medio

las informaciones que por aquéllos podamos adquirir» (Galilei 1615).

Es verdad considerar que esta actitud de Galileo contrasta con una

política eclesial que, a partir de los problemas que tenía con los protestantes,

asumió una actitud muy cauta, manteniendo un recelo muy voraz con

respecto a publicaciones de libros que comprometan a la Tradición y el

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Magisterio de la Iglesia.11 Galileo, preso del contexto y de una mentalidad

que distanciaba de lejos a sus contemporáneos, tuvo que, a regañadientes,

aceptar.

4. LA FE CRISTIANA EN LA CREACIÓN Y DIOS COMO MISTERIO

EN EL TRABAJO CIENTÍFICO DE GALILEO

Otro aspecto muy resaltante es la influencia medieval en la concepción

científica de Galileo. Pierre Duhem, en sus Études sur Léonard de Vinci (Cf.

Jaki 1996),12 indica que la mecánica de Galileo tiene sus orígenes en la Edad

Media cristiana a partir de los aportes de la Escuela de París, liderada por

Oresme y Buridano: ellos concibieron dicha mecánica dejándose guiar por

la observación y poco a poco se han ido alejando de los estudios aristotélicos.

Además, otro factor fue importante en determinar el cambio metodológico

galileano, o sea, la fe cristiana en la creación del mundo, que los Griegos

11 La preocupación que tenía la Iglesia de ese entonces era muy comprensible. El Santo Oficio y la Congregación del Índice fueron dos congregaciones nacidas en el seno del Concilio de Trento con el objetivo de mantener la ortodoxia de los fieles frente a los ataques protestantes que buscaban una forma libre de interpretar las Sagradas Escrituras. Pío V suavizó la Congregación del Índice después del Concilio de Trento para que se dedicara a vigilar, editar y, si era necesario, censurar textos que comprometían los dogmas de la Iglesia Católica. En varias ocasiones, Galileo tuvo que pasar muchas veces corrigiendo, modificando y aclarando diversas temáticas antes de que un libro suyo tenga la autorización de ser publicado. Por otro lado, la figura del cardenal Bellarmino era una pieza clave en este objetivo. Con la comunidad jesuita estableció que ningún profesor de ciencias en las instituciones educativas jesuitas podía introducir nuevas opiniones sin la autorización respectiva de sus autoridades y por ningún motivo un laico podía interpretar públicamente pasajes bíblicos sin asesoría eclesial. Además, los conflictos políticos entre Roma con los demás reinos católicos y no católicos colocaban en una situación tensa los tratos diplomáticos.

12 Esta afirmación proviene del físico francés Pierre Duhem (1861-1916). No solo era una gran autoridad en el mundo científico, sino un católico practicante muy serio. En dicho libro, Jaki evidencia la gran tesis de Duhem: descubrir y sustentar los orígenes medievales de la ciencia newtoniana. R

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en cambio no concebían, pues esto implica que el mundo sea así como es

por una libre decisión de Dios, lo que implica a su vez que sus propiedades

no se puedan deducir de ningún principio metafísico, sino solo se puedan

descubrir directamente en la naturaleza, lo que representa la justificación

teórica del primer principio del método galileano (Cf. Musso 2011).

En verdad, no es la única vez que se puede reconocer esto en un

científico, casualmente creyente. Por ejemplo, esto se repite en la figura de

Pierre Duhem en el S. XiX, del cual Jaki lo describe: «Su física era la de un

creyente, o más bien de su fe católica. Esta fe se basaba en dos proposiciones

cuya aceptación implicaba una adhesión sin salvedades al realismo. Una de

estas dos proposiciones consistía en el primer dogma del credo: la creencia

en el Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra y de todas las

cosas visibles e invisibles» (1996: 71-72). Es menester aclarar que no se está

sugiriendo que los creyentes de tradición greco cristiana son verdaderamente

científicos, sino que la facilidad de estos dos aportes mencionados permite

en el hombre poseer una mirada más trascendental, que de esto se trata

el trabajo científico y el modo cómo Galileo establece los parámetros del

método de la ciencia natural. Pero esta mirada no es propiamente la mirada

del hombre moderno naciente. Es necesario hacer un apartado sobre la

mentalidad moderna con respecto al mundo y la realidad.

4.1 La transición de la mentalidad

Luigi Giussani en La conciencia religiosa en el hombre moderno realiza una

comparación interesante sobre el cambio de la mentalidad entre el hombre

medieval y el hombre moderno con respecto al mundo y a Dios. De algún

modo, las circunstancias han cambiado: el hombre de la Edad Media miraba

a Dios como el centro de todo la vida humana, toda la concepción del

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mundo y del hombre vivía muy consciente de la participación del Creador

en la realidad. El ideal del hombre no estaba en función de sí mismo,

sino en función a Dios y esta expresado en el santo, no tanto porque sea

perfecto, sino porque era la tendencia de alcanzar su realización plena

en Dios (Cf. Giussani 1986) 13 ¿A qué se debe este cambio? En verdad,

no hay una respuesta clara al respecto. Giussani no logra responder por

qué se da este cambio. Pero, de algún modo, ha marcado una influencia

también en el mundo científico. Duhem explica que el concepto moderno-

contemporáneo de la ciencia se ha reducido en su práctica a considerar

como fundamentos axiomas que ninguna razón puede negar, hechos y

certezas a partir de los sentidos estructurados bajo principios rigurosos

controlados por experimentos; mientras que los dogmas religiosos provienen

de fundamentos sentimentalistas y carentes de razón. Evidentemente los

modernos se olvidaron, siguiendo la tesis de Duhem, que gran parte de la

edificación científica moderna ha sido por hombres que nunca confrontaron

la ciencia contra la religión (Cf. Duhem 1991). Regresando con Galileo,

siempre ha considerado la presencia divina, incluso en los momentos más

difíciles de su vida, como una compañía y no como un castigo.

Ese reconocimiento que mantuvo Galileo es la actitud más libre

del científico, porque en vez que asumir el rol de conquistador, asume el

papel de conquistado y testigo de tantas maravillas. En verdad, esta actitud

siempre estuvo presente en él. La ciencia necesita de esta humanidad para

funcionar bien, como ya Galileo ha demostrado, no solo en teoría, sino

también en su práctica científica. Un bello pasaje citado por Artigas con

13 A la par de la visión del hombre del Medioevo, expone un análisis crítico del humanista del renacimiento « […] No importa en qué campo, pero es necesario que la vida tenga éxito… El dios, por tanto, no lejano y aislado de la existencia, sino operante y partícipe de las vicisitudes humanas, es el éxito» (Giussani:1986:19). R

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respecto al texto de Il Saggiatore, relata una parábola donde muestra a un

Galileo consciente de los límites del conocimiento humano:

Una vez en un lugar solitario, vivía un hombre al que la

naturaleza había dotado con una mente muy penetrante y de

una extraordinaria curiosidad. Como pasatiempo criaba diversos

pájaros. Disfrutaba mucho con su canto, y con gran asombro iba

observando cómo conseguían, cada uno a su modo, transformar

el mismo aire que respiraban en cantos muy diferentes y bellos.

Sucedió que una noche oyó un sonido delicado junto a su casa

[…] y al llegar al camino encontró a un pastorcito que soplando

[…] producía aquellos sonidos, semejantes a los pájaros, pero

de modo muy diferente. […] Advirtió que, si no hubiera

encontrado a aquel muchacho, nunca habría aprendido que

existen en la naturaleza dos modos diferentes de producir voces y

cantos delicados. (Shea y Artigas 2003: 114)

Por muy seriamente que se intente comprender la naturaleza, no

se debe olvidar nunca que aquello que se cree que se puede producir de un

modo, puede ser producido por la naturaleza de muchas otras maneras (es

decir, si a Dios le da la gana de crear algo, lo hace de la forma que él —y no

nosotros— quiera). Este es el principio de contingencia como consecuencia

de esta fe cristiana en la creación. Aunque parezca obvio, no lo es para el

pensamiento moderno de ese entonces, a excepción de Galileo y algunos

pocos más. Tal como nos revela el mensaje que cita Galileo al final de su

parábola cuando el hombrecillo de la historia, confiado en su conocimiento

de cómo se producen los sonidos, cogió una cigarra y, al no encontrar el

origen de su canto:

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[…] hincó su aguja con tanta profundidad que atravesó a la

criatura, quitándole de la vida junto con su voz, de modo que

no fue capaz de saber dónde tenía su origen el canto. Esta

experiencia le llevó a desconfiar de su saber, de modo que, cuando

le preguntaban cómo se originaban los sonidos, respondía que

conocía algunas maneras, pero que estaba seguro de que existían

mil otros modos desconocidos e inimaginables. (Shea y Artigas:

2003:114-115)

Cada persona encaminada hacia la investigación, de cualquier tipo,

debe tener en cuenta el aspecto de lo insondable que puede ser la realidad y

asumirlo no con arrogancia, sino con sencillez. Este aspecto es muy crucial

y determinante en nuestras vidas. Giussani lo planteaba como el problema

de la opción del cual hasta el día de hoy se convierte en el vértice de nuestra

libertad: «Toda esta situación descrita hasta ahora, con sus consecuencias,

no es el fruto de una investigación más seria del hombre sobre sí mismo,

sino de una opción. […] Es, pues, una posición que el hombre asume, es

una libre elección» (Giussani 1986: 49). Solo una mirada sincera frente a la

realidad permite esta condición. De algún modo, esto se pudo lograr gracias

a una “autoconciencia” (reconocimiento) de ser como creatura, como un

ser que está en relación con lo que le rodea (realidad) y de algún modo se ha

dado una tensión hacia el misterio de las cosas, que la realidad es más grande

que uno mismo y se reconoce como parte de un todo, de un infinito, de una

relación con ella.

5. CONCLUSIONES

La nueva visión galileana de la ciencia es uno de los acontecimientos más

grandes de la historia del conocimiento sobre la naturaleza. Esta visión no

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es, como se piensa, el fruto de una gran visión o perspectiva meramente

conceptual o racionalista. Esto se da, primero, por una capacidad de mirar

la realidad como un misterio, inmenso y absoluto que logra percibir Galileo

con un estupor original. Sin embargo, esta forma de «realismo» es producto

del reconocimiento de que él, ante a la naturaleza, es un testigo y no un

protagonista, que no es autónomo; es un caminante, que no lo domina

todo, sino que se reconoce como dependiente. Por tanto, esta concepción

de «dependencia» la reconoce con humildad y no con resignación. Esta

relación libre de Galileo con Dios se da en la opción de que él lo acepta

dentro de su libertad y esto marca el punto definitivo del carácter de la

ciencia moderna. Este crucial momento es vertiginoso para comprender el

aspecto crucial del papel que juega la ciencia moderna, tal como lo afirma

muy apropiadamente Jaki: «O la ciencia se considera como el sello supremo

de la autonomía del hombre o bien como un don concedido desde lo alto»

(1996:119).

Lo mismo ha llegado a reconocer, únicamente en base a su

experiencia personal de la ciencia, el gran físico alemán Werner Heisenberg,

que recordando el día en que hizo su descubrimiento más importante —

la fórmula del principio de indeterminación— que está en la base de la

mecánica cuántica y luego de la teoría atómica moderna, expresa de modo

explícito de un «don» que ha recibido, pese a que no creía en un Dios

personal: «Y ahora […], todo el territorio de las relaciones internas de la

teoría atómica se ha desplegado repentinamente ante mis ojos con claridad.

Que estas relaciones internas muestren, en toda su abstracción matemática,

un grado de increíble sencillez, es un don que solo podemos aceptar con

humildad. Ni siquiera Platón habría podido creer que fueran tan bellas.

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Estas relaciones, en efecto, no pueden ser inventadas. Existen desde la

creación del mundo» (Heisenberg 1971: 71-72).

Finalmente, la cuestión es reconocer que el hombre es capaz de

mirar el mundo a través de una disposición de libertad frente al Misterio.

Galileo lo tuvo, como creyente y científico. Esto no quiere decir que uno

tiene que ser creyente para que sea buen científico, sino que la disposición de

Galileo, frente a otros (Cf. Musso 2011),14 ha sido de completa admiración

por el Misterio. Esto quiere decir reconocer que la realidad es más grande

que uno y esto es posible cuando se contempla la presencia de lo divino (el

cristiano lo llama comúnmente Providencia) en toda la realidad, incluso en

los momentos más difíciles que tuvo que vivir.

14 En referencia a Descartes, el autor elabora un análisis profundo entre la relación entre Descartes y Galileo con respecto a la noción del Misterio: «Intendiamoci, è senz’altro vero che almeno per molti autori la motivazione ultima di tale concezione sia stata effettivamente quella di “far fuori” la trascendenza. Però non sempre è così. E, in particolare, non è così per Cartesio, che fu certamente anch’egli un “sincero credente” come Galileo, anche se non molto appassionato. […] Né tantomeno su quello della moralità personale: anzi, da questo punto di vista Cartesio fu molto più coerente che non Galileo, il quale ebbe tre figli fuori dal matrimonio, scrisse un’ode che esaltava le taverne e i bordelli […]. Ma, con tutti i suoi difetti, Galileo aveva una cosa che a Cartesio invece mancava completamente: il senso del mistero `[… ] e che consiste essenzialmente nel riconoscimento che la realtà è più grande di noi. […] E infatti, non a caso, Galileo trascorse tutta la sua vita in un rischio continuo» (Musso 2011: 215-126). R

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HACIA UNA EDUCACIÓN POSIBLE

entre macintyre y eL LiberaLismo

Gustavo Huertas Villegas*

Universita degli Studi di Genova [email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: Este trabajo intenta identificar los aspectos más importantes

relativos a la educación en el pensamiento de Alasdair MacIntyre. En primer

lugar, se busca encuadrar sus ideas aplicables a la educación dentro del marco

de su filosofía moral para el desarrollo de la virtud, lo cual constituye el objeto

principal de su investigación. Asimismo, la noción de «práctica» permite

a MacIntyre tomar distancia de la separación medios-fines presente en el

liberalismo dominante en la sociedad actual. Reconoce en el pensamiento

liberal un gran interés por los aspectos técnicos y normativos de la actividad

humana, es decir, por los medios, pero relega los fines fuera de la racionalidad

o a la arbitraria decisión personal. A su vez, dicha noción de «práctica»

permite profundizar y comprender mejor aquellas actividades que, como la

* Gustavo Huertas Villegas es doctorando de Filosofía en la Universita degli Studi di Genova (Italia). En el año 2005, alcanzó el postgrado en Psicopedagogía de la Universidad Ricardo Palma. Obtuvo la licenciatura en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Perú, en el año 2002, discutiendo una tesis con el título La Represión en la Fenomenología de la Percepción de Maurice Merleau-Ponty. Es consultor académico de la Editorial Santillana en Perú, para el área de Persona, Familia y Relaciones Humanas; además de Formación Ciudadana y Cívica. Asimismo, es profesor de Teoría de la Educación y Ética en la Universidad Católica Sedes Sapientiae.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.179-208)

educación, no tienen sus fines fuera de sí mismas. Según él, el liberalismo

hace imposible el desarrollo de prácticas genuinas y, por esto, corre el riesgo

de reducir la educación a una actividad estandarizada, normativa y técnica.

No obstante, se considerará que esta interpretación del liberalismo deber ser

discutida con el objetivo de identificar un liberalismo alternativo que sea

capaz de encontrar recursos dentro de su propio esquema de pensamiento

que permitan establecer, en la educación actual, prácticas que mantengan

algunos elementos éticos y políticos sugeridos por MacIntyre, pero que

permitan a su vez crear nuevos modelos de comprensión de la educación

y nuevas respuestas a las situaciones educativas conflictuales presentes en el

actual escenario mundial.

PalabRas clave: Educación, ética, política, liberalismo, práctica.

TOWARDS A POSSIBLE EDUCATION: BETWEEN MACINTYRE

AND LIBERALISM

abstRact: This work tries to identify the most important aspects of

education in the thinking of Alasdair MacIntyre. First, it seeks to frame

their ideas applicable to education within the framework of his moral

philosophy for the development of virtue, which is the main object of their

research. Also, the notion of «practice» allows MacIntyre take away from

the means-ends present in the dominant liberalism in today’s society apart.

Recognized in liberal thought a great interest in the technical and regulatory

aspects of human activity, that is, by the media, but relegates the purposes

outside of rationality or arbitrary personal decision. In turn, this notion of

«practice» allows us to deepen and better understand those activities, such

as education, have their purposes outside themselves. According to him,

liberalism impossible genuine development practices and, therefore, runs

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the risk of reducing education to a standardized, normative and technical

activity. However, it is considered that this interpretation of liberalism

must be discussed with the aim of identifying an alternative liberalism to

be able to find resources within their own scheme of thought that establish,

in the current education practices that maintain some ethical elements and

politicians suggested by MacIntyre, but allow in turn create new models of

understanding of education and new educational responses to conflictual

situations present in the present world scene.

KeywoRds: Education, ethics, politics, liberalism, practice.

1. INTRODUCCIÓN

Este trabajo está orientado a identificar algunos de los aspectos más

importantes relativos a la educación, reconocibles dentro del cuerpo

central de las ideas del filósofo escocés Alasdair MacIntyre. A su vez

se hace un recorrido por algunas de sus principales obras con el objetivo de

situar sus ideas aplicables a la educación dentro del marco de su filosofía moral,

la cual constituye el objeto prioritario de su investigación. Principalmente,

a partir de las propuestas en su libro Tras la Virtud, publicado por primera

vez en 1981, surgen posibilidades de aplicación de su pensamiento a la

educación. En este libro anuncia su proyecto de construcción de un nuevo

modelo de racionalidad moral alternativo al vigente en occidente y propone

para ello las siguientes tres nociones medulares: (a) «práctica», (b) «unidad

narrativa de la vida» y (c) «tradición». De estos conceptos el de «práctica»

es quizá el más sugerente y el que más atención despierta desde el ámbito

educativo.

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El concepto de «práctica» de MacIntyre sintoniza perfectamente

con la crítica a la aplicación de la racionalidad científica en la comprensión

teórica de la educación que se da en los debates contemporáneos alrededor

de la teoría y la filosofía de la educación. Dicha racionalidad científica

apuesta por convertir la educación en un cuerpo de conocimiento científico

que sea el único fundamento de la práctica educativa, entendiendo por esta

solo una actividad aplicativa y técnica, y eliminando así su dimensión ética y

política. Ante esto, se plantea como alternativa el recurso a una racionalidad

práctica que conciba la educación como un problema práctico así como una

verdadera actividad formativa y ética. Gracias a ello, se toma por cierto que

la noción de práctica de MacIntyre contribuye a un mayor desarrollo de esta

racionalidad práctica.

Por otro lado, la concepción de «práctica» de MacIntyre permite

tomar distancia de la tajante separación medios-fines detectado en

concepciones dominantes en la sociedad como el liberalismo. De igual

manera, reconoce en el pensamiento liberal un gran interés por los aspectos

técnicos y normativos de la actividad humana, es decir, por los medios. Por

tanto, se relega los fines fuera de la racionalidad o a la decisión personal

arbitraria. Es por eso que la noción de práctica que propone el filósofo

ayudará, en el presente análisis, a entender mejor actividades que no tienen

sus fines fuera de ellas mismas como la educación. A su vez, es claro que para

MacIntyre el liberalismo hace inviable el desarrollo de prácticas genuinas y,

por tanto, reduce la educación a una actividad estandarizada, normativa y

técnica.

No obstante, se ha considerado que dicha interpretación del

liberalismo precisa ser problematizada con el objetivo de identificar un

liberalismo alternativo que sea capaz de encontrar recursos, dentro de

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su mismo esquema de pensamiento, que hagan posible establecer en la

educación actual prácticas que puedan mantener algunos elementos claves

planteados por MacIntyre. Asimismo, se espera que dichos elementos

también permitan crear nuevos modelos de comprensión de la educación

así como salidas a la conflictiva situación en que esta se encuentra en el

actual escenario de América Latina y el resto del mundo. Este escenario,

caracterizado por la globalización de la educación y la transformación del

conocimiento en elemento esencial del crecimiento económico, revela el

carácter conflictivo de la educación y la importancia de la tarea a describir.

La educación enfrenta al individuo a un desafío ético tal y como propone

MacIntyre, pero también a un desafío político sobre el futuro de su sociedad,

lo cual le coloca ante la necesidad de dialogar con el pensamiento liberal.

2. CRÍTICA A LA APLICACIÓN DE LA RACIONALIDAD CIENTÍFICA EN LA EDUCACIÓN

Algunas de las disputas que se han dado dentro de la racionalidad educativa

más reciente apuntan al problema del papel que ocupa la teoría en un

ámbito práctico por excelencia como es la educación (Cf. Carr 1999). Para

ello, se apela al argumento de que la racionalidad práctica abre una vía más

apta para cumplir con esta tarea, ya que concibe la educación como un

problema práctico con implicancias éticas. Igualmente, se mostrará que el

enfoque instrumental de la racionalidad científica aplicada a la educación no

contribuye para resolver los conflictos que se hacen presentes dentro de la

racionalidad educativa. Asimismo, se propone que el concepto de práctica de

A. MacIntyre contribuye a un mayor desarrollo de la racionalidad práctica y

que la racionalidad científica encuentra su principal anclaje en cierto énfasis

normativo y homogeneizante presente en cierto planteamiento liberal.

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El sugerente libro Una teoría de la educación: hacia una investigación

educativa crítica,1 del filósofo inglés Wilfred Carr, postula desde el inicio un

marco crítico desde el cual entender el cuestionamiento sobre la importancia

de la educación, la justificación de la teoría de la educación y el carácter del

quehacer crítico en educación. A su entender existe una serie de retos que

la postmodernidad y su crítica al proyecto moderno plantean a la teoría y la

investigación educativas. Un cuestionamiento que, a decir de Carr, provoca

un replanteamiento crítico de la educación, puesto que esta es deudora de

una concepción de razón legisladora, la cual no admite lo impredecible ni la

incertidumbre y que, por lo tanto, no corresponde a los retos propios de la

situación actual de la educación (Cf. Carr 1999).

Este reto postmoderno coloca en una situación crítica a aquellos

que intentan reflexionar sobre los procesos educativos debido a que los

enfrenta, como diría MacIntyre, con el carácter fragmentario de nuestras

actuales comprensiones y valoraciones del mundo. Situación que quizá,

recurriendo al pensador polaco Zygmunt Bauman, podría nombrarse

«crisis de las instituciones de formación y de la filosofía y teoría educativas

heredadas» (Bauman 2007: 163). Es decir, las instituciones y planteamientos

educativos que hoy se asumen corresponden a una realidad que ya no es la

actual dejando como única vía posible la revisión de los campos semánticos

que hoy se utilizan, puesto que hay una discordancia epistemológica entre

las realidades experimentadas en la actualidad y las categorías conceptuales

desde las se piensan esas realidades. Este discurso postmoderno supone una

ruptura que sitúa en un lugar central la discusión sobre las posibilidades del

1 Algunas de las ideas que se propone en el presente trabajo están inspiradas en la reflexión crítica de Carr al papel de la teoría de la educación y su relación con la práctica educativa. A su vez, es menester señalar que el mismo Carr reconoce en múltiples oportunidades su deuda con el pensamiento de Alasdair MacIntyre, al cual nos encaminará esta discusión.R

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conocimiento pedagógico y el papel que cumple la teoría de la educación en

relación con la práctica.

Una salida posible a la situación crítica descrita se encuentra en la

apuesta que hicieron varios filósofos de la educación en las décadas de 1970

y 1980 por una racionalidad práctica que permitiese entender la actividad

educativa sin evadir su carácter incierto, singular y contingente, rebajando así

las pretensiones de construir una gran teoría, lo que se encuentra plasmado

en la expresión menos pretensiosa de «teoría de la educación». Visto que

todo acto educativo posee una singularidad que parece evadir la consigna

teórica de verificabilidad y refutabilidad empírica, la racionalidad práctica

parece abrir un modelo diferente de interpretación de la realidad educativa.

Este planteamiento lo han desarrollado varios filósofos de la educación de

procedencia anglosajona como Paul Hirst y Lawrence Stenhouse. Según

Hirst, la teoría de la educación no puede aspirar a formular una estructura

conceptual fija ni única, ya que no constituye una disciplina autónoma,

sino dependiente de una variedad de disciplinas y de un complejo proceso

pragmático, los cuales le proporcionan principios de justificación de la

práctica educativa (Cf. Hirst 2011). Así, la teoría sería la justificación racional

de los principios que rigen la práctica educativa. Por su parte, Stenhouse

ubica esta discusión en el ámbito de la investigación, la cual, según él, es

verdaderamente educativa en la medida en que es capaz de relacionarse con

la práctica de la educación. Por lo cual, los profesores deben estar implicados

en la investigación y los investigadores deben justificarse ante los docentes

y no al contrario (Cf. Stenhouse 1987). Este planteamiento enfatizó la idea

de que la investigación pedagógica sería verdaderamente educativa en tanto

estuviese referida a problemas prácticos, es decir, a un proceso de toma de

decisiones que repercuta en la actuación y no tanto a la creación de nuevos

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conocimientos. Esta afirmación de la educación como un problema práctico

fue controversial, ya que se confrontó a una realidad de formación de los

profesionales de la educación caracterizada por planes de estudios rigurosos

y científicos, aunque hizo posible que se abriese espacio a la discusión sobre

la necesidad de desarrollar prácticas reflexivas y con implicancias éticas

(Cf. Carr 1999). No obstante, es de considerar que esta vía requiere de un

mayor desarrollo, y sobre este es que contribuye el concepto de práctica de

MacIntyre.

Sin embargo, también se encuentra otra postura ante el problema

de la posibilidad del conocimiento pedagógico. Esta es la asumida por

aquellos que defendían que el pensamiento pedagógico se debería convertir

en pensamiento científico, únicamente alcanzado cuando sus teorizaciones

generasen un sistema hipotético-deductivo de proposiciones capaces de

describir, explicar y controlar regularidades entre acontecimientos. En este

sentido, la racionalidad de la práctica educativa depende de procedimientos

y principios que deben estar justificados por el conocimiento científico del

ámbito donde se opera. Por ello, solo se deben dedicar a dicha práctica

aquellos que han sido convenientemente instruidos para su desempeño. Esta

postura es asumida, entre otros, por los filósofos ingleses Daniel O’Connor

y Marc Belth. Para el primero, las teorizaciones sobre la educación deben

orientarse a la producción de descubrimientos empíricos y, por tanto, deben

adoptar los métodos, descubrimientos o criterios del quehacer científico

(Cf. O’Connor 1957). Para Belth, la complejidad de una actividad y la

posibilidad de aprender de ella están directamente relacionadas con el papel

que ocupa la teoría dentro de dicha actividad. Para que la educación y la

práctica educativa no se vean reducidas a un mero oficio es preciso que el

papel que desempeña la teoría sea determinado científicamente (Cf. Belth

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1971). Ante esto, entre las propuestas dadas en el presente trabajo, es que

detrás de esta postura es posible identificar un cierto liberalismo que apuesta

por la búsqueda de respuestas universales y enfatiza la dimensión normativa

del actuar humano. Para elaborar un mayor desarrollo de esta interrelación,

se utilizará más adelante la crítica de MacIntyre al liberalismo.

La racionalidad práctica en educación permite caracterizar la

educación como una práctica más afín a la praxis en el sentido aristotélico, es

decir, una actividad cuyo fin es su propia realización y esa buena realización

perfecciona al agente como individuo, no como especialista ni mucho

menos como técnico. Por consiguiente, la actuación de todo educador es

una actuación desplegada y reflejada en una decisión ante una situación

concreta, caracterizada por la deliberación y la elaboración de juicios. Esto,

como señala Richard Peters, hace imposible reducir la discusión sobre

las finalidades educativas al logro de objetivos educativos preestablecidos

que se deben conseguir a través de medios técnicos definidos. Para Peters

la educación es, en última instancia, un conjunto de criterios que deben

ser adoptados por aquellos procesos que intentan convertirse en procesos

formativos (Cf. Peters 1977). Por ello, la plena realización de la práctica

educativa, enriquecida teóricamente por estos principios éticos, se verifica

en la relevancia del saber pedagógico elaborado por los educadores durante

los procesos de racionalidad práctica para las situaciones educativas

concretas. Los problemas prácticos en educación se resuelven tomando una

decisión y discerniendo entre dos posibles trayectorias que podría tomar

el educador. A veces esta decisión es complicada, pues no siempre se elige

entre lo bueno y lo malo sino, entre dos bienes, eligiendo el mejor. Esto

hace inevitable que el educador revele en sus acciones y decisiones su propio

pensamiento construido en su relación con las situaciones prácticas. La

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práctica educativa está llamada a acentuar los bienes, valores (y virtudes)

propios de su dimensión educativa. Por lo tanto, ella no puede someterse

a las exigencias de verificabilidad y universalización que provienen de

una concepción de la educación como ciencia hipotético-deductiva. La

práctica educativa no puede ser concebida como un seguimiento de reglas y

procedimientos técnicos que todo pedagogo especialista debiese emplear, tal

como la racionalidad científica en educación sugiere.

3. EL CONCEPTO DE PRÁCTICA EN MACINTYRE

De acuerdo a lo dicho anteriormente, la racionalidad práctica permite

entender mejor la singularidad del acto educativo y cuestiona la racionalidad

científica aplicada en educación. A su vez, permite plantear una relación

relevante entre teoría y práctica que hace posible una interpretación crítica

de la realidad educativa tomando distancia de aquellos planteamientos que,

como el liberal, no reconocen que la práctica educativa supone una toma

de decisiones basada en los bienes educativos que la orientan. Esto sintoniza

perfectamente con el constante interés de establecer una interrelación entre

teoría y práctica que asume MacIntyre, para quien toda posición teórica

tiene una relevancia social y las elaboraciones intelectuales y las formas de

organización social se influyen mutuamente. Es en este contexto que puede

entenderse cómo el concepto de práctica que postula MacIntyre continúa

con esa línea abierta por la racionalidad práctica, la cual, en este trabajo,

se considera como la más coherente para entender la educación y en qué

sentido contribuye a la revisión del concepto de práctica educativa.

Por su parte, en Tras la virtud a MacIntyre le interesa el estado

del lenguaje, de la teoría y de la práctica moral contemporánea, los cuales

reciben la herencia del proyecto ilustrado y expresan un aparente triunfo del

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emotivismo, es decir, de aquella corriente ética que sostiene que los juicios

de valor provienen de las emociones individuales. El autor inicia este libro

planteando una sugerencia inquietante según la cual la moral, tal como se

conoce hoy, no se compone más que de los restos fragmentarios e inconexos

de alguna moral pasada que tuvo sentido en su propio momento, pero que

hoy ya no lo tiene. Por esta razón, «el lenguaje y las apariencias de la moral

persisten aun cuando la substancia íntegra de la moral haya sido fragmentada

en gran medida y luego parcialmente destruida» (MacIntyre 1987: 18).

Para MacIntyre el lenguaje moral contemporáneo se usa en gran medida

para expresar desacuerdos que, además, se presentan como interminables.

Los criterios para determinar la bondad o maldad de las acciones humanas

atraviesan en este momento por una crisis en la cultura dominante en

occidente. Un ejemplo de ello es observable en las muchas concepciones

de justicia que hoy coexisten y que no solo presentan rasgos diferentes, sino

contradictorios entre sí. Por ello, el autor afirmará lo siguiente: «Pareciera no

haber manera de afianzar un acuerdo moral en nuestra cultura» (MacIntyre

1987: 18).

Según MacIntyre, ante esta situación no hay ni siquiera consenso

sobre las reglas que podrían permitir discernir en medio de los debates

morales. No obstante, este síntoma se puede constatar también en el

acercamiento a los debates existentes en otros foros como el educativo.

Ante este contexto, hay quienes postulan que la moral dominante posee

soluciones válidas universalmente. Desde esa posición, se encuentran

los herederos más directos de Kant, mientras que, por otro lado, son los

herederos de Nietzsche quienes reconocen ese estado de desacuerdo moral

como irreconciliable y caen en un inconformismo radical expresado en una

crítica de todo lo establecido como hipocresía de la debilidad.

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Sin embargo, MacIntyre propone que la reconstrucción moral

no puede estar en ninguna de esas salidas, sino en la actualización de una

tradición en el escenario de la Modernidad. Se trata de una tradición iniciada

por Aristóteles y que luego será reconfigurada por Santo Tomás. A partir de

ella reconoce la necesidad de hacer confluir la particularidad en la que se

encuentra siempre el agente racional y la necesidad de normas que orienten

su actuar. Busca resolver así uno de los problemas de la Modernidad que

consiste en fijar normas de carácter universal las cuales pretenden orientar

el actuar humano desde el aislamiento, la ausencia de compromiso y la

omisión de cualquier vínculo previo del sujeto. Para MacIntyre el análisis

moral debe partir de las condiciones sociales concretas y de la tradición

donde se ha desarrollado el agente moral. La construcción de su nuevo

modelo de racionalidad moral se basa en las nociones siguientes: (a) práctica,

(b) unidad narrativa de la vida y (c) tradición, de estas solo se abordará la

noción de práctica por tener especial vínculo con la educación.

MacIntyre define la práctica en Tras la Virtud como «Cualquier

forma coherente y compleja de actividad humana cooperativa, establecida

socialmente, mediante la cual se realizan los bienes inherentes a la misma

mientras se intenta lograr modelos de excelencia que le son apropiados y

la definen parcialmente, con el resultado de que la capacidad humana de

lograr excelencia y los conceptos humanos de fines y bienes que conlleva se

extienden sistemáticamente» (MacIntyre 1987: 233). Para poder aclarar este

concepto de MacIntyre, el análisis abordará los rasgos más sobresalientes de

la definición que él mismo propone.

Un primer rasgo es la mención de dos aspectos: (a) bienes internos

y (b) bienes externos a la práctica. MacIntyre explica que los bienes internos

son los que solo pueden alcanzarse realizando la práctica en cuestión, son

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inherentes a ella y poseen un carácter permanente. Son «internos» en el

sentido de que solo se formalizan en alguna clase de práctica concreta, es

decir, son específicos de determinadas prácticas y, por tanto, solo pueden

reconocerse y valorarse participando en ellas. Los que carecen de experiencia

pertinente son incapaces de juzgar adecuadamente sobre ellos. Estos bienes

internos dirigen, convirtiéndose en fines y dándoles sentido, las actividades

de los que participan en la práctica (Cf. MacIntyre 1987). Al analizarse

el ejemplo del ajedrez que el mismo MacIntyre propone, podría señalarse

que sus bienes internos serían el desarrollo de ciertas formas particulares de

capacidad analítica y un tipo de imaginación de estrategias. Por otro lado,

los «bienes externos» son aquellos que pueden ser alcanzados realizando

una determinada práctica u otras. Están ligados a la práctica a causa de

circunstancias sociales y, por ende, se encuentran contingentemente

vinculados a ella. Bienes como la fama, el dinero y el prestigio son bienes

externos a la práctica ya que podrían alcanzarse, quizá más fácilmente, por

otros medios alternativos al del ejercicio y el compromiso con la práctica en

cuestión. Recordando el ejemplo del ajedrez, podrían considerarse como

bienes externos a este, el elogio que recibe el jugador cuando triunfa o el

dinero que obtiene como premio.

Asimismo, otro rasgo de esta definición subraya que para participar

de una determinada práctica se requiere acatar las pautas y reconocer los

modelos que rigen en ella. Es decir, las preferencias y actitudes del sujeto

que la realiza deben acomodarse a las pautas y a los modelos comunitarios

que definen la práctica en ese momento. Nuevamente, en el ejemplo

del juego de ajedrez, el jugador debe aceptar la corrección de los más

experimentados y asumir ciertas partidas como modélicas, si quiere lograr

la excelencia y alcanzar los bienes internos a esta práctica. Este aspecto de

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la definición de MacIntyre ha dado pie a ser tildada de conservadora, ya

que aparentemente parece excluir cualquier crítica de la situación actual.

Pero esta es una malinterpretación de su idea, puesto que, si bien es cierto

que para acceder a una práctica deben aceptarse los modelos y las pautas

vigentes, para el autor esto no supone que, una vez dentro, no pueda

plantearse una discusión sobre lo que dicen o piensan los participantes de

la práctica. Es más, podría decirse que para él la disputa es necesaria ya

que describe la historicidad de las prácticas y es capaz de modificar muchas

veces, aunque dentro de ciertos límites, las pautas, los modelos e incluso los

«bienes internos» de las prácticas. Ciertamente, puede que tal discusión no

sea nunca concluyente, sin embargo, se realizará de forma racional ya que

se comparten ciertas pautas sobre lo adecuado e inadecuado a la práctica en

cuestión (Cf. MacIntyre 1987).

Por tanto, queda claro que los juicios sobre la práctica no pueden

ser subjetivos o arbitrarios y que cuando MacIntyre la define como «una

actividad humana cooperativa» (MacIntyre 1987: 233), apunta a que la

práctica siempre supone la participación en proyectos compartidos y la

aceptación de pautas establecidas por una comunidad a lo largo de una

historia. No es posible que un individuo, carente de todo criterio, decida

en qué consiste el logro de la excelencia en determinada práctica. Para

ello existe un marco de formas acordadas de argumentación y de pautas

compartidas de excelencia que evita todo juicio subjetivo que exprese

meramente preferencias.

Es de considerar que la aplicación de este concepto de práctica de

MacIntyre a la educación permite reconocerla como una actividad humana

social por excelencia y de una enorme importancia ya que ella permite a

las sociedades transmitir sus valoraciones y su manera de entender al ser

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humano. La educación que se imparte formalmente en las escuelas, las

universidades y demás instituciones académicas entra de lleno dentro de

la concepción de práctica que el autor propone, no solo por encontrarse

establecida socialmente sino, además, por poseer una adecuada distinción

entre sus bienes internos y externos, y un determinado grado de complejidad.

A continuación, se desarrollarán los rasgos de la educación iluminados a

partir de la concepción macinteriana de la práctica, los cuales hacen posible

una nueva manera de entender la educación como práctica moral.

Al constatar que cada sociedad organiza la educación de sus jóvenes

tomando en cuenta sus necesidades y pretensiones, creando para ello un

sistema particular, queda claro que la educación es siempre una práctica

establecida socialmente. Ahora bien, de concebirse la educación como

iniciación, se reconocerá que ella, desde la perspectiva de su constitución

social, puede ser interpretada como un tipo de transacción moral en la que

los adultos transmiten sus valoraciones a los más jóvenes e inician en el

aprendizaje para llegar a ser humanos. Además de obtener conocimientos y

de desarrollar una forma de pensamiento que le permita distinguir entre el

error y la falsedad, el alumno emprende la tarea de comprender y adueñarse

de su herencia. Por tanto, el educador se convierte en un agente de su

tradición y hace suya la pretensión de que su alumno, con quien establece

una relación directa, se reconozca en la gama de realizaciones humanas que

componen su tradición (Cf. Carsillo 2000).

Luego, otro elemento de la concepción de práctica de nuestro

autor que permite entender mejor la educación, es la identificación dentro

de ella de bienes internos y externos claramente diferenciados. Así, la

educación siempre es una práctica que posee bienes internos que solo son

comprensibles y valorados por educadores y alumnos en la medida en que se

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vinculan en una relación asumida con compromiso. El tipo de bienes que se

pretenden lograr con la educación se adquiere por el contacto con quien, ya

poseyéndolas, reúne en sí todas las características que siguen: (a) paciencia,

(b) celo y (c) competencia para iniciar a los demás. Este carácter se expresa

en las dos clases de bienes internos a la práctica que MacIntyre distingue.

En primer lugar, es posible reconocer «la excelencia de los resultados» y, en

segundo lugar, «la excelencia o el bien de una cierta clase de vida». Ambos,

sin embargo, se encuentran muy relacionados, puesto que la excelencia del

resultado de una práctica se corresponde, por un lado, con la excelencia del

modo en que se logra alcanzarlo y, por otro, con el modo como se es. La sola

noción de excelencia de los resultados supone un claro carácter histórico y

vital, ya que «Las secuencias de desarrollo encuentran su lugar y propósito

en el progreso hacia y más allá de diversos tipos y modos de excelencia. Por

supuesto, hay secuencias de declive además de las de progreso, y es raro que

el progreso se pueda entender como lineal» (MacIntyre 1987: 236).

Además de bienes internos, la práctica educativa como toda

práctica, también puede ser analizada atendiendo a sus bienes externos.

Cuando MacIntyre habla de esta clase de bienes, que contingentemente

se encuentran relacionados con la práctica, apunta a bienes que como el

éxito personal o el dinero pueden ser obtenidos a través de una práctica.

Así, obteniendo mayor cualificación, el educador claramente aumenta sus

posibilidades de cumplir ciertas expectativas económicas o de prestigio,

aunque definitivamente habrá infinidad de modos alternativos para lograr

con mayor facilidad esos u otros bienes externos. En este sentido, se hace

visible que la relación entre ambos tipos de bienes es inversa, puesto que

el empeño en lograr los bienes externos puede impedir lograr los bienes

internos, y viceversa. Pero, cuando se privilegian los bienes externos por

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encima de los internos, entonces se tergiversa el sentido de la práctica

educativa dejándola desprovista de aquello que le da su pleno sentido y

trascendencia. Es más, un sistema educativo, que se sustente sobre estas

finalidades externas y haga de ellas el objetivo de las prácticas educativas de

los profesionales de la educación que congrega, quizá las alcance incluso con

la anuencia de su sociedad, pero lo hará solo a riesgo de reducir el sentido

de la práctica educativa, de simplificarla y convertirla en una mera actividad

lucrativa.

4. LA IMPOSIBILIDAD DEL LIBERALISMO PARA ESTABLECER

PRÁCTICAS SEGÚN MACINTYRE

Cabe comenzar este apartado sobre la crítica de MacIntyre al liberalismo

señalando que, si bien en muchos momentos el autor parece hablar de manera

general sobre el pensamiento liberal, quizá la confrontación más sugestiva

para el objetivo del presente trabajo sea la que establece con John Rawls

quien, aunque no es un autor especialmente interesado en la educación,

elabora un planteamiento con importantes implicancias pedagógicas. Si

como se ha dicho anteriormente, el concepto de práctica de MacIntyre es

esbozado en vistas de la construcción de un nuevo modelo de racionalidad

moral, será inútil buscar un paralelo suyo dentro de la tradición liberal. Y es

que justamente, según MacIntyre, la imposibilidad de establecer verdaderas

prácticas es un aspecto fundamental del liberalismo. Este carácter propio

se revela en varios aspectos, cuya problematicidad habrá de desarrollarse en

este trabajo relacionándolos con la educación y la educación de las virtudes.

Un primer aspecto tiene que ver con la pretensión de universalidad

que el liberalismo propugna. Como dice MacIntyre en su texto Justicia y

racionalidad, desde sus inicios el modelo liberal tiene la pretensión de dotar

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a nuestras sociedades de un marco político, legal y económico en el que sea

posible la convivencia entre personas con diferentes e incluso incompatibles

tradiciones o concepciones sobre la vida buena, tal como lo propone Rawls en

Teoría de la Justicia. Este pensador fundamenta su teoría en la denominada

«posición original», en la que los individuos (mientras entran en negociación

sobre las bases justas de convivencia) deben olvidar su posición e intereses

dentro del entorno social o tradición a la que pertenecen (Cf. Rawls 1985).

Para MacIntyre, esto apunta al establecimiento de soluciones universales de

los conflictos sin considerar la situación actual del sujeto, siempre inscrito

en una comunidad y tradición determinadas. Por tanto, esto hace inviable

una teoría de las virtudes guiada por un ideal de excelencia personal que

se configure tomando en cuenta la tradición a la que pertenece el sujeto,

como propondría MacIntyre desde la práctica. Así, el liberalismo proscribe

cualquier concepción según la cual, por ejemplo, el Estado pudiese asumir

como deber suyo educar moralmente a sus ciudadanos desde determinada

comprensión del bien o, diría MacIntyre, determinada tradición. Aquello

implica que «el individualismo liberal ciertamente tiene su propia concepción

amplia del bien, que procura imponer política, legal, social y culturalmente

siempre que ha tenido el poder de hacerlo, sino también que su tolerancia

de las concepciones rivales del bien en el foro público es muy limitada»

(MacIntyre 1994: 321).

Para MacIntyre, el liberalismo permite la expresión de concepciones

diversas solo a manera de preferencias individuales o grupales. Así, lo que

ocurre en el ámbito social, político y hasta educativo encuentra un claro

paralelo con lo que ocurre en el mercado, conocido como la institución

dominante en una economía liberal. Los individuos expresan necesidades y

deseos como preferencias individuales y les son atendidas solo en la medida

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en que cuenten con los medios para negociar dicha satisfacción en el espacio

público (Cf. MacIntyre 1994). Cabe resaltar aquí la importancia que se le

da a esta capacidad de negociación, puesto que es en la medida en que yo

sepa convocar a los demás en mis preferencias que podré recibir su respaldo.

Como es obvio, resultarán excluidos aquellos que «carecen de los medios

para negociar» (MacIntyre 1994: 322). En tal sentido, el liberalismo se

propone como el campo neutral en el que pueden darse la convivencia y la

negociación de distintas posturas educativas cuya validez y relevancia social

no es posible establecer y se termina eligiendo de manera arbitraria una

postura cuya aplicación se pretende universal.

Un segundo aspecto que hace imposible hablar de «práctica» en el

modelo liberal es la carencia de inteligibilidad de su posición moral y racional.

Debido a su falta de coherencia y sistematicidad, el liberalismo promueve

actividades esporádicas y sin estructura. La suya es una actividad en la que

no existe una estructura racional que sirva de fondo ni posee un mínimo

de estructuración e interdependencia con otras. Ya que para el liberalismo

no puede haber un bien superior a los demás, se reconocen una serie de

bienes y, junto con ellos, las esferas dentro de las cuales dichos bienes cobran

sentido. Estos distintos tipos de valoraciones convivirán en diferentes tipos

de ambientes sociales, una heterogeneidad que hace imposible la ordenación

total de los bienes. Por tanto, como pretende Rawls, a cada actividad le

corresponde un bien determinado que no se encuentra relacionado con los

de los otros ámbitos y no permite entender el actuar de un sujeto dentro de

una unidad que le dé sentido (Cf. MacIntyre 1994). Continuando con esta

posición en común en torno al campo de la educación, MacIntyre afirma

lo siguiente:

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Una señal del fracaso educativo es la tendencia, por parte de

los ciudadanos individuales, de identificar como lo bueno y lo

mejor algún bien que es, sin más, un subproducto externo de

aquellas actividades en las que se alcanza la excelencia, el dinero

o la honra, por ejemplo (Política 1257b40-1258a14; Ética

Nicomáquea 1095B22-31). Tales errores son evidencia de un

individuo que ha fracasado en comprender el modo en que se

ordenan los bienes según su rango, un fracaso que implica una

concepción deficiente del carácter de la mejor vida para los seres

humanos en general. (MacIntyre 1994: 321)

Dicha tendencia repercute especialmente en la educación ya

que no existirán criterios que permitan discernir entre lo importante y lo

accesorio, por ejemplo, en el currículum el cual termina siendo construido

sin bases racionales consistentes a través de pactos entre bandos opuestos.

Echada a su suerte, la educación queda reducida a reproducir el orden

establecido. «Y la educación en la cultura de un orden social liberal es,

por tanto, característicamente, el llegar a ser ese tipo de persona a quien le

parece normal que una variedad de bienes se persiga, cada uno apropiado

a su esfera, sin ningún bien global que proporcione unidad total a la vida»

(MacIntyre 1994: 321).

Esta noción liberal del actuar humano carente de inteligibilidad,

según el filósofo escocés, supone un sujeto que transita de esfera en esfera.

El éxito en la búsqueda de atención de una determinada esfera depende de

la suma de voluntades individuales que se adhieran a ella y, otra vez, de la

capacidad de negociación que se pone en juego para alcanzarlo. Las reglas que

ordenan esta negociación deben permitir que se logre un nivel de eficacia a la

hora de vindicar las propias preferencias, de modo que la eficacia se convierte

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en el valor principal de la modernidad liberal. En el ámbito público liberal

se concibe a los individuos como constructores libres de su propia escala de

preferencias y, como están orientados a la realización de esas preferencias,

puede decirse que optan por una actuación irracional. MacIntyre posee una

idea distinta de libertad, la cual está relacionada con la racionalidad y con

su ejercicio dentro de una comunidad, lo cual brinda argumentos racionales

y modelos prácticos para no caer en la irracionalidad. El liberalismo hace

inviable la aproximación a la moral a través de las virtudes, puesto que para

Rawls las virtudes terminan siendo predisposiciones a observar las normas

socialmente establecidas y no se definen considerando ningún telos o ideal

de excelencia (Cf. MacIntyre 1994).

El tercer aspecto apunta a la desvinculación del individuo de la

comunidad y tradición que los constituyen moralmente. Para MacIntyre

en el razonamiento práctico del liberalismo moderno, el individuo razona

en cuanto individuo —no en cuanto ciudadano (Aristóteles) o en cuanto

investigador de su propio bien y el de su comunidad (Santo Tomás)—

y, por tanto, las estructuras sociales parecen no influir en sus acciones.

La denominada «posición original» propuesta por Rawls pretende haber

alcanzado la imparcialidad, pero no advierte que con ello arrasa con todo

vínculo del sujeto respecto a elecciones anteriores y a sus condicionantes

vitales. Como consecuencia, estos individuos arriban a unos principios

universales de justicia en los que no se consideran contenidos determinados

sino solo procedimientos aplicables a cualquier situación, los cuales

constituyen los principios básicos de justicia en el planteamiento de Rawls.

Entonces, se concibe lo normativo como algo susceptible de ser pactado

y desvinculado de cualquier elemento que no se adscriba a este particular

modelo de racionalidad liberal. Esta desvinculación de los contextos

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contribuye más a la desorientación que al establecimiento de pautas seguras

para la acción. Por otro lado, no se toma en cuenta el aspecto relacional

que supone la práctica y parece apuntarse solo al desarrollo de destrezas

individuales. Igualmente, se sacrifica la interdependencia por la autonomía,

lo cual revela para el autor claras raíces kantianas.

Como lo han resaltado algunos autores, estas conclusiones

rawlsianas de moral normativa, basadas en el sistema de principios de

justicia, han influido en la pedagogía moderna (Cf. Abbá 1991). Ellas

se enlazan con el enfoque educativo basado en objetivos que apuntan al

desarrollo de capacidades en los estudiantes según la etapa de desarrollo

en que se encuentren. Es decir, la norma está pautada previamente y lo

importante es saber cómo alcanzarla, lo cual conlleva una tecnificación de la

educación, olvidando el carácter de praxis que tiene toda labor educativa. La

generalización normativa en educación limita la capacidad de iniciativa del

educador y parece orientarlo a un actuar repetitivo y mecánico.

De igual manera, en el ámbito de la educación de las virtudes esas

conclusiones liberales tienen repercusión. Según MacIntyre, esta apuesta

por la autonomía en desmedro de cualquier forma de vínculo del sujeto,

lleva a la falta de fundamentación de las normas, las cuales terminan por

reducirse al mero consenso social. En su interpretación sobre las propuestas

de Rawls, el interés por la justicia marca la pauta de la vida moral y las

virtudes son concebidas como sentimientos o inclinaciones de obedecer las

reglas de conductas pactadas en sociedad. No se considera ningún telos de la

vida humana. Antes bien, la justificación de los principios y normas se erigen

como el presupuesto para la definición de las virtudes. De esta forma, puede

observarse el sustrato político del liberalismo rawlsiano, al que MacIntyre

acusa de superponer las reglas socialmente establecidas a los intereses y fines

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concretos del individuo. Pero, ¿existe un liberalismo distinto al descrito

por MacIntyre con el cual se pueda dialogar para hallar una comprensión

fecunda de la dimensión política de la educación que aporte elementos para

hacer viable la educación en el contexto actual?

5. CONCLUSIONES

Al finalizar este trabajo, es preciso señalar que nuestra argumentación ha

estado orientada a plantear las bases de un modelo alternativo de comprensión

de la práctica educativa que retome las intuiciones de MacIntyre sobre la

práctica, pero que, a su vez, sea capaz de problematizar sus afirmaciones

sobre el liberalismo. Esto alienta la tarea de buscar elementos en el propio

esquema liberal que contribuyan a darle futuro a la educación como práctica

y permitan afrontar el desafío político que ella representa como constructora

de nuestro futuro como sociedad. Por otra parte, se postula que a esta

segunda tarea aporta la idea de MacIntyre sobre una práctica educativa

como compromiso moral considerando la comunidad y la tradición, sin

dejar de creer que esta necesita ser complementada con un mayor diálogo

con el liberalismo que permita identificar algunas intuiciones que hagan

posible una educación abierta al complejo contexto actual.

MacIntyre ha distinguido cómo las decisiones y los juicios que

definen la práctica educativa están sujetos a modelos de excelencia y

obediencia a reglas. Nos ha hecho recordar que, como toda práctica, la

educación posee tanto una tradición que la enmarca como su propia historia

y, en este sentido, la recepción de estos modelos y reglas no es acrítica, sino,

muy por el contrario, requiere de ese discernimiento, diálogo y reflexión

que, partiendo de la pluralidad de puntos de vista, busca distinguir entre

un actuar adecuado y uno que no lo es. En educación, los involucrados

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en su práctica conversan, discuten, argumentan y valoran sus actuaciones

dentro de un marco general no petrificado. Se infiere así que la educación

es principalmente un proceso de refinamiento de las acciones a través

de sucesivos intentos y hábitos reflexivos, antes que una mera repetición

mecánica de hábitos y determinadas operaciones normadas y estandarizadas

como la que se deriva de la visión liberal.

Aquello que le otorga carácter de compromiso moral a la práctica

educativa es la diferencia entre bienes internos y externos. Mientras que

los bienes externos colocan a los sujetos en medio de una competencia

en la que siempre hay ganadores y perdedores, los bienes internos son el

resultado de compartirlos, ya que, cuando se logran, mejora la práctica y

se beneficia toda la comunidad de practicantes. Por ello, en la educación

se constata que una práctica exitosa beneficia a todos, pues sus logros

muestran una ruta adecuada haciendo avanzar el pensamiento pedagógico.

Para lograr estos bienes internos hay que cultivar buenos rasgos de carácter,

es decir, las virtudes, las cuales «[…] no solo mantienen las prácticas y nos

permiten alcanzar los bienes internos a las prácticas, sino que nos sostendrán

también en el tipo pertinente de búsqueda de lo bueno, ayudándonos a

vencer los riesgos, peligros, tentaciones y distracciones que encontremos y

procurándonos un creciente autoconocimiento y conocimiento del bien»

(MacIntyre 1987: 170).

La dependencia entre la práctica educativa y el compromiso con este

tipo de disposiciones es total, puesto que la práctica educativa realiza sus bienes

internos definiendo un tipo de relación humana entre los que participan en

ella. Además, esta práctica va caracterizada, como se dijo anteriormente, por

lo siguiente: (a) el diálogo, (b) la confrontación de puntos de vista y (c) la

reflexión, lo cual presupone la vivencia de estos rasgos de carácter. Asimismo,

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a decir de MacIntyre, «Tenemos que aceptar como componentes necesarios

de cualquier práctica […] las virtudes de la justicia, el valor y la honestidad»

(MacIntyre 1987: 238). Igualmente, dado que la práctica educativa supone

mucho más que un conjunto de habilidades técnicas, se distingue por un

compromiso con el enriquecimiento y transformación de los bienes y fines

que persiguen dichas habilidades y que solo es posible gracias a la ampliación

de las facultades humanas que las virtudes permiten. Además, estas virtudes

de las que habla MacIntyre cumplen un papel esencial en el vínculo entre

práctica e institución. Puesto que toda práctica necesita de instituciones,

las cuales le brindan un enraizamiento concreto en la sociedad, y como

muchas veces estas hacen gala de un poder tremendamente corruptor, las

virtudes desempeñarán un papel crucial para la práctica al posibilitar su

resistencia ante dicha influencia. Esto no debe dejar de tomarse en cuenta

al saber que «en cualquier sociedad que solo reconozca los bienes externos,

la competitividad será el rasgo dominante y aún exclusivo» (MacIntyre

1987: 243). Por consiguiente, gracias a la adquisición de la excelencia moral

en la práctica, el educador disfruta tanto de los bienes conseguidos como

de las tareas necesarias para obtenerlos aunque resulten arduas. Por ende,

la práctica del educador supone un compromiso incondicional con una

diversidad de bienes y con aquellos individuos, los educandos, con los cuales

se busca el bien común.

Al referirnos a la búsqueda del bien común, se reconoce la dimensión

política de la práctica educativa, puesto que esta búsqueda que emprende el

educador de aquello que es bueno dentro de su práctica educativa le otorga

a esta una dimensión política básica. El educador indaga por los bienes que

persigue su práctica y, por lo tanto, debe discernir sobre el bien que esta

práctica le brinda al conjunto de su comunidad. Sin embargo, esta dimensión

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política inicial de la práctica educativa necesita ser entendida considerando

sus implicancias políticas más amplias, puesto que hoy la educación asume

una serie de retos frente al actual contexto social e histórico. Al complejizar

la dimensión política de la práctica educativa, puede reconocerse su carácter

conflictivo, ya que aparece como campo de batalla de visiones que muchas

veces se contraponen pero que necesitan, más que nunca, dialogar entre sí

para complementarse y rendir en lo posible una verdadera educación.

Ante los retos de la globalización de la educación así como

la aplicación de las nuevas tecnologías en el ámbito educativo y la

transformación del conocimiento en un elemento esencial del crecimiento

económico y el desarrollo, la práctica educativa exige del educador una

vigilancia permanente ante el peligro de la tiranía de lo económico sobre

lo educativo. Y es que las instituciones educativas son además instituciones

sociales y, por ende, tienen una lógica interna que les empuja hacia lo que

algunos denominan currículum «oculto», es decir, las valoraciones morales,

políticas y económicas predominantes en la sociedad contemporánea y

presentes en la escuela como una obligación. Para desarrollar esta dimensión

política conflictual de la práctica educativa, hoy es necesario encontrar una

vía que permita el respeto por la comunidad como plantea MacIntyre.

Pero de igual forma debe permitir dialogar con el liberalismo desde una

visión prospectiva, no para resolver el conflicto, sino para encontrar un

modo de explorar esta problemática dimensión política de la educación

que sea sistemático, riguroso y significativo para la realidad social. En su

contribución al desarrollo de esta tarea, se revela el interés que la filosofía

de Alasdair MacIntyre tiene en el campo de la educación, ya que propone

elementos que permiten al educador discernir el carácter político más

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conflictual de la práctica educativa, lo cual enlaza ética y política como dos

dimensiones inseparables de un mismo actuar.

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GUSTAVO HUERTAS VILLEGAS

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ÉMILE OU DE L›ÉDUCATION, DE JEAN-JACQUES ROUSSEAU

anáLisis y trascendencia

Miguel Ángel Malpartida Quispe* Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas

[email protected]

Javier Ignacio Guillén Liza**

Pontificia Universidad Católica del Perú[email protected]

fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

* Miguel Ángel Malpartida Quispe estudió Literatura en la UNMSM y, en la actualidad, cursa la licenciatura en Educación para el Desarrollo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado los poemarios Galería (Lima: Dedo Crítico, 2002) y Arte de nariz (Lima: Mesa Redonda, 2007), así como artículos de crítica literaria en revistas especializadas, nacionales e internacionales. Ha sido docente del curso Seminario de Literatura en la Universidad Católica Sedes Sapientiae. Actualmente, se desempeña como profesor del Área de Humanidades en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.

** Javier Ignacio Guillén Liza es arquitecto graduado de la Universidad Nacional de Ingeniería y se ha desempeñado en su carrera por 25 años en los Estados Unidos. En el 2012, obtuvo su certificado de la Universidad de Cambridge (UK) para enseñar inglés como segunda lengua. Actualmente, sigue estudios de Licenciatura en Pedagogía en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su tiempo libre lo dedica a estudiar el arte francés, su literatura y filosofía, del Siglo XViii en particular. Es admirador de la música de Mozart y asiduo concurrente a los conciertos ofrecidos en el Gran Teatro Nacional en Lima, Perú.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.209-246)

MIGUEL ÁNGEL MALPARTIDA Y JAVIER IGNACIO GUILLÉN LIZA

Resumen: Émile expone, de modo preceptivo y narrativo, ideas que

persiguen dos finalidades específicas: un estilo pedagógico enmarcado en el

aprendizaje natural y una periodización del desarrollo humano en función

de las necesidades educativas del sujeto. En el presente estudio, se analizan

detalladamente los principales conceptos pedagógicos que Rousseau

propone: división en etapas del proceso educativo, importancia de los padres

en la temprana crianza del infante, educación negativa, la utilidad de los

conocimientos como fundamento ético, la importancia del trabajo manual,

la felicidad como teleología, el educador como acompañante, la enseñanza

moral, la utilidad de la religión, así como el currículo subyacente en la obra

de Rousseau. En este trabajo, también se analiza la trascendencia actual que

tienen las ideas de Rousseau y los experimentos actuales que apuntan en la

dirección de sus ideas, es decir, de una bondad innata en los niños que hay

que cultivar adecuadamente para formar individuos con sólidos principios

éticos y un amor propio correctamente enfocado, cualidad necesaria para

enfrentar un mundo globalizado.

PalabRas clave: Educación natural, filosofía educativa siglo XViii.

ÉMILE OU DE L’ÉDUCATION, BY JEAN-JACQUES ROUSSEAU

analysis and tRanscendence

abstRact: Émile presents, in a normative and narrative way, ideas that

pursue two specific goals: a pedagogical style framed within the natural

learning process and a staging of the human development as a function

of the subject’s educational needs. in the present study, Rousseau’s

proposed main pedagogical concepts are analyzed in detail: staging of the

educational process, importance of the parents in early child development,

negative education, the usefulness of knowledge as an ethical foundation,

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the importance of manual labor, happiness as teleology, the educator as a

partner, moral teaching, the usefulness of religion, as well as the underlying

curriculum in Rousseau’s work.The present study also analyzes the present

transcendence of Rousseau’s ideas and present studies that point in the

direction of his ideas, like finding out that there is an innate goodness in

children that needs to be adequately developed to shape individuals, with

solid ethical principles and a correctly developed self esteem, to face a

globalized world.

KeywoRds: Natural education, century XVii, education philosophy

1. INTRODUCCIÓN

Jean-Jacques Rousseau ha legado a la historia del pensamiento pedagógico

una fuente de consulta sumamente compleja y variada. Émile ou De

l’éducation (1762), o sencillamente Émile, libro que se analiza en este

ensayo, expone, de modo preceptivo y narrativo, ideas que persiguen dos

finalidades específicas: (a) proponer un estilo pedagógico esencialmente

enmarcado en el aprendizaje natural y (b) sugerir una periodización del

desarrollo humano en función de las necesidades educativas del sujeto.

Es significativo, además, que esta especie de manual teórico-

práctico-literario, se comprenda, en todas las fuentes consultadas, como

la emanación de un trasfondo filosófico. Este consiste en la búsqueda de

la felicidad por medio de la conquista de la libertad, y se funda en dos

máximas: (a) el reconocimiento de la naturaleza humana como principio

educativo, y (b) la preferencia por la utilidad de las acciones y pensamientos.

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En el presente ensayo, se expone detalladamente el análisis de los

principales conceptos de esta obra. Asimismo, se indaga acerca de su alcance

e influencia en el esclarecimiento de los problemas y de las alternativas que

interesan a la pedagogía moderna.

2. LA FILOSOFÍA DE ROUSSEAU Y LAS IDEAS PEDAGÓGICAS

PRESENTES EN ÉMILE

Jean-Jacques Rousseau incluye, en su obra Émile, los lineamientos que

el maestro debería seguir para educar adecuadamente a sus discípulos,

esencialmente, a partir de la comprensión del aprendizaje como un proceso

que respeta el orden natural. Estas directrices, tan variadas y numerosas,

pueden ser ordenadas en torno a ciertas constantes que se exponen a

continuación.

2.1 División en etapas del proceso educativo

Para empezar, Rousseau aclara que la naturaleza parece indicar que la niñez

tiene un estatuto propio, diferente al de la adultez, por lo que no se puede

asumir que el niño sea un adulto en pequeño, sino que su personalidad

se va desarrollando en etapas. Por ende. el libro se divide en cinco partes.

Las cuatro primeras se vinculan directamente con la educación de Émile

y la quinta especifica el entrenamiento que ha de recibir la joven que se

convertirá en su esposa. En las siguientes viñetas, se especifica la relación

que el autor establece entre los libros y la etapa formativa. En adelante, estas

serán referidas por medio de los números romanos que las representan. A

continuación, se expone la lista mencionada:

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• Libro 1: De 0 a 2 Años. La Edad de la Naturaleza: Lactancia

(infante) (I).

• Libro 2: De 2 a 12 Años. La Edad de la Naturaleza (niño) (II).

• Libro 3: De 12 a 15 Años. La Edad de la Fuerza (adolescente) (III).

• Libro 4: De 15 a 20 Años. La Edad de la Razón y las Pasiones

(joven) (IV).

• Libro 5: De 20 a 25 Años. La Edad de la Sabiduría y el Matrimonio

(adulto) (V).

En cada etapa, se desarrolla una facultad dominante, la cual

emerge y se transforma en el motor organizador de la vida del discente. El

reconocimiento de las etapas de desarrollo no era un concepto nuevo; pero

es Rousseau quien lo convierte en un principio vital para la educación y

muestra su significado más profundo. Es importante señalar que cada etapa

representa un avance desde la primacía de las sensaciones hacia el desarrollo

de la razón (I-III), que culmina en el ejercicio de la moral (IV) y su unión

con la mujer perfecta, Sofía (‘sabiduría’, en griego) (V).

2.2 La importancia de los padres en la temprana crianza del

infante (I)

Rousseau insiste en la importancia de la leche materna para la buena

formación del niño. En su época, las damas aristócratas no amamantaban a

sus bebés; por su estilo de vida, habían dejado de lado esta natural función

materna. A decir del autor, «les femmes ont cessé d’être mères» (las mujeres

han dejado de ser madres) (Rousseau 1762 T1: 34) y entregaban a sus hijos

a las nodrizas para que estas lo hiciesen, práctica que Rousseau deploraba.

Asimismo, el autor advierte contra la sobreprotección del infante y recalca

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la importancia del padre para la educación del niño, señalando que este es el

tutor ideal. Este detalle es imprescindible en el análisis, ya que el personaje

protagonista, Émile, es huérfano, y, por lo tanto, necesita de un preceptor.

2.3 Educación negativa (I y II)

La concepción prevalente de la naturaleza humana, reforzada tanto por

la enseñanza escolar como por la religiosa, era totalmente opuesta a la

que sostenía Rousseau. La interpretación tradicional postulaba que la

naturaleza humana era considerada esencialmente mala y el propósito del

entrenamiento religioso, así como el de la educación en general, consistía en

erradicar la naturaleza original y reemplazarla por una que se establezca bajo

la dirección del hombre. En contraste, Rousseau se opuso a esa idea mediante

la exposición del siguiente principio: «la primera educación, entonces, debe

ser puramente negativa. Consiste, no en enseñar los principios de virtud

y verdad, sino en proteger al corazón del vicio y a la mente del error»

(Rousseau 1762 T1: 203) (II). Para Rousseau, toda la educación del niño

debería provenir del libre desarrollo de su propia naturaleza, sus propios

poderes e inclinaciones y su voluntad no frustrada (Cf. Monroe 1908).

Se sabe que el autor adoptó este método por varias razones. La

primera era seguir lógicamente el principio que reconocía que la naturaleza

humana es buena y que se desarrolla por virtud de una compulsión interna.

De aquí se infiere que cualquier interferencia con este desarrollo provoca

corrupción y que los males de la humanidad se deben en gran parte a la mala

educación recibida. Rousseau detestaba los malos métodos de motivación

y disciplina que se usaban, como reprimendas, correcciones, amenazas y

castigos. Paradójicamente, lo peor de todo correspondía a los premios, las

recompensas y las promesas. En su opinión, dichos elementos solo inducían

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a los niños a hacer o aprender algo que era extraño a los intereses propios

de su edad, lo cual les generaba falsas expectativas y la interiorización de

los prejuicios. También, se mantuvo en desacuerdo con los padres que

remediaban la debilidad del niño apabullándolos con excesivas muestras de

cariño.

Por otro lado, en cuanto a educación negativa, Rousseau no se

refirió a que no hubiera ninguna educación. Lo que esencialmente afirmó

fue que debería haber una de diferente tipo, de acuerdo con las prácticas

educacionales normalmente aceptadas. Postulaba que la educación positiva

formaba la mente prematuramente y que instruía al niño en deberes que

en realidad correspondían al adulto. Por el contrario, la educación negativa

perfeccionaba los órganos, que son los instrumentos del conocimiento, antes

de llegar a brindar directamente el conocimiento. Más allá de ello, prepara

el camino para la razón a través del ejercicio propio de los sentidos. De este

modo, se aparta al niño de los deseos que van más allá de sus necesidades y

se le estorba las malas acciones. Igualmente, la educación negativa tampoco

implica un tiempo de ocio, sino que ayuda al infante a seguir el camino que

lo llevará a la verdad y a la virtud en cuanto alcance la edad de reconocerlas,

entenderlas y amarlas (I y II).

2.4 La utilidad de los conocimientos como fundamento ético

(II, III y IV)

Entre los lectores modernos, causa una gran impresión el hecho de que

Rousseau recomiende tanta «inactividad» académica durante la formación

del niño. Hasta la tercera etapa, no recomienda otro texto más que la novela

de Daniel Defoe, Robinson Crusoe. Es más, indica que el dominio de esta

obra debe concentrar todos los esfuerzos del alumno, puesto que, en ella, no

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solo encuentra un relato agradable y edificante, sino, además, una especie

de manual de supervivencia y un modelo de libertad e independencia con

respecto al contacto de la sociedad (II y III).

El enfoque en esta obra literaria permite observar cierta tendencia de

Rousseau hacia la actualización de la paideia. El autor asume la necesidad de

un texto literario como medio de aprendizaje y condensación de contenidos

útiles en la formación del ser humano. Este trato es similar al de los textos

homéricos, los cuales representaban para los griegos, la cosmovisión, el

carácter, la cultura y los valores de su civilización.

En el caso de Rousseau, la sociedad prácticamente no existe como

una influencia válida hasta la etapa IV; por ello, el autor escogió un texto

acorde con su periodización pedagógica. En la novela de Defoe, se narra la

historia de un náufrago, Robinson, que, en contacto con lo estrictamente

material, inicia un reaprendizaje del mundo, motivado por su deseo de

sobrevivencia. El personaje se presenta como un sujeto aislado forzosamente

de la sociedad que asume un proceso de aprendizaje impuesto por las

circunstancias.

Dichas circunstancias se reproducen en el personaje central de

Rousseau, Émile. Este es huérfano de padre y madre, criado insularmente

por su maestro en un ambiente lejano con respecto a la ciudad, preservado

de las relaciones sociales y de los cuestionamientos morales que estas

suponen, e inicia su aprendizaje a partir de lo estrictamente sensible, es

decir, en contacto directo con lo material. Luego, al igual que Robinson,

debe establecer las reglas del mundo en una total autonomía con respecto al

hombre, pero en dependencia de los elementos de la naturaleza, los cuales

son sus discretos y sabios maestros. Sin embargo, al igual que el náufrago,

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en algún momento de su desarrollo, Émile deberá ir en busca del contacto

humano.

Por otra parte, tal como se especificará más adelante, existe una

lógica fundamental para asumir esta aparente reducción de contenidos

pedagógicos. Se trata de la utilidad de los conocimientos. Rousseau afirma

rotundamente que no todos los conocimientos son útiles para Émile y que

la mayoría de ellos configuran la causa o el resultado de la vanidad de los

intelectuales. Esto se infiere de la siguiente afirmación: «Aborrezco los libros,

porque solo enseñan a hablar de lo que uno no sabe [...] Los monumentos

donde, con caracteres más duraderos, se graban los conocimientos humanos

son los cerebros bien dispuestos» (Rousseau 1955: 119).

Es evidente que subyace a esta idea tan radical una visión sumamente

paradigmática de la vida intelectual. Cabe recordar lo que Émile aprendió

en las etapas I, II y III: los aspectos sensibles configuran todo el mundo

del infante; en el caso del niño, la materialidad es una buena maestra de

sus propias reglas; en el caso del adolescente, el maestro, con discreción,

acompañará a su discípulo en la inferencia de las leyes que fundamentan las

ciencias naturales por medio de la observación y la experiencia concreta. En

función de ello, todo aquello que no represente un aprendizaje directo del

mundo se encuentra estragado por la soberbia del observador, que impone

su visión del mundo a las cosas y que, de este modo, las contamina con su

afán de superioridad.

Ello permite extraer otra conclusión: si bien no se trata acerca de la

moral durante estas etapas formativas, se va preparando al adolescente para

este tipo de enseñanza. El autor afirma que, por medio del conocimiento

de los objetos sensibles, se llega a los objetos intelectuales (III) y morales

(IV). De este modo, unifica la utilidad de las ideas que se deben transmitir

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con un modelo de intelecto y conducta que norme las acciones tanto del

alumno como del maestro. Dicha postura se extrae de la siguiente cita:

«¡Teme los adornos engañosos de la mentira, o que te embriague el incienso

de la soberbia! ¡Acuérdate, acuérdate sin cesar de que nunca fue perniciosa

la ignorancia, que solo el error es funesto, y que no nos extraviamos por no

saber, sino por imaginarnos que sabemos!» (Rousseau 1955: 105).

El impartir este modo de aprendizaje evidentemente requiere, sobre

todo, una enseñanza basada en el modelo que el docente, de quien depende

evitar el error, pueda ofrecer. Durante la etapa III, Émile y su instructor

interactúan con un titiritero ambulante, el cual emplea la atracción

magnética para sorprender, «engatusar», a la gente y obtener su sustento. Al

transcurrir el espectáculo, sin malicia, Émile comprende la utilización que

le da el artista callejero a los imanes y da muestra de que él también puede

participar del acto y realizar lo que el supuesto mago simula dominar. El

resultado es una ovación general de la gente reunida en la plaza pública. Sin

embargo, fiel a lo que se ha enunciado acerca de la relación entre lo útil y

la humildad, el maestro impide el envanecimiento de su alumno. Lo retira

inmediatamente del espectáculo para evitar alguna expansión de soberbia y

el gozo de experimentarla frente a la muchedumbre.

Asimismo, Rousseau indica que la pregunta constante del alumno,

a partir de la etapa III, será ¿para qué sirve esto? La respuesta del docente,

recomienda, debe adecuarse a las necesidades intelectuales de la etapa de

formación en la que se encuentra su alumno. De acuerdo con ello, existe

siempre un riesgo que aquel debe sortear: no debe impartir nada que no

resulte útil o que sea impropio en relación con la edad del discente. Es más,

si comete el error de privilegiar e imponer sus propias ideas, es decir, las

que le resultan más útiles a él, corre el riesgo de perder la confianza que,

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hasta ese momento, había fundamentado la atención de su discípulo. De

producirse esta ruptura, las consecuencias serían irreversibles. El maestro

adquiriría una imagen autoritaria y, de esta forma, sus conocimientos ya no

serían bien atendidos. Ello se deberá a que no le son útiles a su alumno, pues

se encuentran fuera de su órbita de aprendizaje, cuyos límites debe explorar

gradualmente y por sí mismo.

2.5 Cultivo del trabajo manual (III)

En este subapartado, se incide en la siguiente afirmación: «No me gustan

las explicaciones con largos razonamientos: los niños atienden poco a ellas,

y menos las retienen en la cabeza. Cosas, cosas. No me cansaré de repetir

que damos mucho valor a las palabras; y con nuestra educación parlanchina,

parlanchines es lo que formamos» (Rousseau 1762 T2: 60). Esta autocrítica

de la pedagogía puede ser empleada para iniciar lo que se prefigura en

Rousseau como una ética del aprendizaje por medio del trabajo. En realidad,

esta idea se desprende de la característica fundamental de todos los esfuerzos

pedagógicos que el autor describe en Émile: la utilidad, la cual se extiende a

todo lo que concierne al esfuerzo humano y a la convivencia social.

El trabajo, para Rousseau, es una forma de ganar autonomía y

posición en la sociedad. Es decir, las personas, tanto ricos como pobres, le

entregan su trabajo y los frutos de este a los demás ciudadanos, y, de esta

forma, conservan su posición o se movilizan en los estamentos sociales. De

acuerdo con ello, trabajar resulta ser un deber que asegura el derecho de una

permanencia armoniosa en el conglomerado humano. Aquel que no cumple

con «devolver» a la sociedad, en forma de trabajo, lo que esta le brinda,

se arriesga a ser apartado de ella. El autor critica con dureza la actitud de

quienes creen pagada su deuda social con la recepción de los bienes familiares

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o, en general, la de aquellas personas naturales o funcionarios que esquivan

sus deberes laborales debido a su constitución física o anímica. Sobre esto el

autor mencionará lo siguiente:

El que se come en la ociosidad lo que por sí propio no ha ganado,

lo roba; y el acreedor del Estado, a quien este paga no haciendo

nada, poco se diferencia a mis ojos de un ladrón que vive a costa

de los caminantes [...]. Así, el trabajar es obligación indispensable

del hombre social. Rico o pobre, fuerte o débil, todo ciudadano

ocioso es un pícaro. (Rousseau 1955: 127)

Para aprender esta ley que sustenta la organización social, el alumno,

impulsado por el maestro, debe ser instruido, primero, en la artes naturales,

y, luego, en las artes mecánicas. Estas implican la transformación directa de

la materia y la creación de objetos útiles para todas las clases sociales. En

ello se diferencian de las artes meramente ornamentales, más onerosas, pero

menos utilitarias que las anteriores, y destinadas a crear diferencias entre los

hombres. Como es lógico, la necesidad de este aprendizaje se fundamenta

en su utilidad. Émile ocupa una posición acomodada; sin embargo, su

origen burgués no le asegura, por sí mismo, la subsistencia. En una época

de revoluciones, se debe prever el descenso social y estar preparado para

desenvolverse por medio del trabajo manual. Es obvio que esta prospección

no parte del adolescente, sino de su acompañante, quien debe velar por su

futuro desde el presente.

Entonces, es pertinente que el maestro determine un oficio para su

alumno. Este debe estar acorde con las habilidades y aptitudes que, hasta ese

momento, aquel ha desarrollado. Además, debe ser adecuado con respecto

a su sexo y edad, y no debe ser practicado por los malvados. En el caso de

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Émile, el oficio elegido es el de ebanista. La elección se justifica en que este

trabajo es fácil de realizar en casa, requiere el movimiento del cuerpo, reviste

cierta noción de elegancia y buen gusto, y, fundamentalmente, porque

resulta sumamente útil a la sociedad.

Para lograr un entendimiento completo del oficio, el autor

recomienda que el maestro y el alumno se pongan en contacto vivencial con

el artesano. Ello significa que deben adaptarse a sus horarios y exigencias, así

como convivir con su familia. Es decir, no se debe establecer un conocimiento

superficial del arte mecánico, sino convivir con quienes lo practican, para

conocerlos también en el contexto de su ámbito privado en relación con

el aspecto laboral. Se colige, entonces, que la experiencia del aprendizaje

de un oficio implica ir más allá de solamente conocer las técnicas; significa

reconocer a quienes lo practican y el mundo en que estos se desenvuelven.

2.6 La felicidad como teleología

Para Rousseau, la dicha es la meta natural del desarrollo humano y la

educación natural propuesta no debe bloquear este proceso. Al principio de

Émile, Rousseau define la naturaleza humana en términos teleológicos como

una dirección o camino de desarrollo a lo largo de la vida del individuo (Cf.

Rousseau 1762), y esto es lo que se describe a lo largo del texto. Desde la

infancia hasta la adolescencia, la dirección de la naturaleza conduce a Emilio

hacia una felicidad natural, la cual resulta del equilibrio entre sus facultades

y poderes originales, y sus deseos originales. Sin embargo, estas facultades

originales de fuerza y sentidos no son idénticas a la dirección natural y, en

realidad, sus propias capacidades hacen posible que el hombre se aleje de su

propio y esperado camino de desarrollo.

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Para ello, el programa de educación negativa de Rousseau (ver 1.1.3)

(I y II) mantiene a Émile en el camino natural, lo protege de los placeres

tiránicos y las pasiones iracundas y, en el lado positivo, genera, en el niño, el

concepto de necesidad. Desarrollando esta idea desde la temprana infancia,

llegará, en el futuro, a desarrollar pasiones saludables por los placeres

naturales, incluyendo el uso de su libertad natural, y eventualmente, el de

la virtud (Cf. Smith 2002). Ahora bien, estas pasiones saludables nacen del

amor propio desarrollado naturalmente en Émile, que no hay que confundir

con el egoísmo, provocador de las pasiones intemperadas: «Voilà comment

les passions douces et affectueuses naissent de l’amour de soi, et comment

les passions haineuses et irascibles naissent de l’amour-propre» (Así vemos

cómo las pasiones dulces y afectuosas nacen del amor propio, y cómo las

pasiones de odio y de ira nacen del egoísmo) (Rousseau 1762 T2: 181) (IV).

En resumen, para Rousseau, el autoconocimiento, aunado al autocontrol

y a la libertad, constituyen las artes de la vida y la felicidad (I, II, II y IV).

2.7 El educador como acompañante

El docente debe mostrarse condescendiente y dispuesto a ayudar al discípulo,

especialmente en las primeras etapas formativas. En estas, la naturaleza es

la maestra y el educador debe intentar que esta educación natural se dé

con la menor cantidad de obstrucciones posibles. En la segunda etapa,

la educación debe ser controlada por dos siguientes principios: debe ser

negativa y, además, el entrenamiento moral debe impartirse por medio de

la experimentación de las consecuencias naturales. Rousseau discordaba

rotundamente con el entrenamiento memorístico, ya que creía que el niño

no tenía realmente una memoria y que las lecciones puramente verbales

significaban nada para él (II).

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Rousseau también se oponía al uso de libros en esta etapa y

desconfiaba de ellos como un medio educativo en las fases subsiguientes

(III, IV, V), ya que veía en este método solamente una manera de esclavizar

a la humanidad, considerando que ‘la lectura es el azote de la infancia’:

«La lecture est le fléau de l’enfance» (Rousseau 1762 T1: 289) (II). El

autor afirma con certeza que el libro se interpone entre el niño y las cosas.

Además, el conocimiento que el niño adquiere de los libros suplanta el lugar

del ejercicio y la formación de su propio juicio.

Sin embargo, Rousseau tenía en mente un concepto bastante

distinto al de una pedagogía suave y fácil para estas etapas. Buscaba evitar,

no solo una estrategia de laissez faire por una parte, sino también la del

disciplinario, por otra. Alivió a Émile del duro yugo del sistema convencional

de educación; pero, en su lugar, impuso el yugo severo que consiste en

conseguir su propio alimento, ropa y un techo (I, II y III).

Ya en la adolescencia de su discípulo, el educador se compromete

más directamente con la vida de Émile. Todas las grandes experiencias y

sentimientos, como la apreciación de la belleza y lo sublime, las relaciones

humanas, el sentido de la vida social y moral y las emociones religiosas,

aparecen debido al surgimiento de la vida sexual. Rousseau afirma que, a

esta edad, es que el educador bien adiestrado comienza realmente su función

como observador y como filósofo que conoce el arte de explorar el corazón

al mismo tiempo que trata de moldearlo. Primero, lo protegerá de las malas

pasiones; segundo, despertará en él las altas emociones como la amistad, la

compasión, la gratitud, el amor, la justicia, la bondad y la filantropía. Para

esto, debe guiarlo a estudiar la naturaleza mental, social y moral del hombre,

indirectamente, a través de libros; pero, principal y directamente, mediante

la experimentación, en la vida misma. Ello se evidencia en su afirmación

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‘para conocer a los hombres, hay que verlos actuar’: «Pour connaître les

hommes il faut les voir agir» (Rousseau 1762 T2: 272) (IV y V).

2.8 La enseñanza moral

Rousseau postula que la enseñanza moral debe efectuarse sobre la base de las

experiencias guiadas. La tarea del educador se realiza a través de la preparación

y puesta en escenario de situaciones concretas que adquieren valor educativo

debido a la disyuntiva moral que proponen. Además, en estas situaciones,

intervienen a menudo otros personajes que cumplen un rol asignado dentro

del esquema moral de enseñanza. De esta manera, por ejemplo, Émile

aprende a leer para descifrar cartas de invitación que ha recibido. De igual

forma, en otra ocasión, aprende a respetar la propiedad cuando el jardinero

destruye las plantas que aquel había cultivado y visto crecer, porque el niño,

sin percatarse, las había plantado en terreno supuestamente ajeno.

En otra oportunidad, Émile es encerrado en un cuarto sin ventanas,

porque, en varias ocasiones, jugando a la pelota, rompió los vidrios de

algunas ventanas. Asimismo, un camarero que acierta a pasar por donde

Émile está encerrado se niega a ayudarlo, ya que el camarero también tiene

‘vidrios que cuidar’: «J’ai aussi des vitres à conserver»” (Rousseau 1762 T1:

229).

En todos estos casos, en general, el problema se resuelve llegando

a un pacto, un «contrato social» en miniatura, mediante el cual el niño se

compromete a actuar de la manera moral más acertada para beneficio propio

y de las personas involucradas; en otras palabras, se opta por una ética del

bien común. Por otra parte, Rousseau teme más que nada a las influencias

desordenadas que pueden generar caprichos en el niño, los cuales harían que

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este se incline a optar por servirse de los demás para estricto beneficio propio

(Abbagnano 1964: 271) (III, IV y V).

2.9 La utilidad de la religión

De acuerdo con Rousseau, la religión es útil para afianzar las enseñanzas

morales y seguir el camino de la felicidad, lo que es la base y la finalidad

del plan educativo que él postula, el cual se sostiene en la naturaleza. A

través de la Profesión de Fe del Vicario Saboyano, Rousseau explica que,

cuando las personas reflexionan acerca del maravilloso orden, la armonía y

el movimiento del universo físico, no les queda más que concluir que existe

un poder racional y benevolente que ordenó que el universo fuera creado

y que pusiera las cosas en movimiento. Rousseau percibe a Dios en todas

partes, lo siente en su propio ser y en todo lo que le rodea: «J’aperçois Dieu

partout dans ses œuvres; je le sens en moi, je le vois tout autour de moi»

(Percibo a Dios en sus obras ; lo siento en mí ; lo veo en todo lo que me

rodea) (Rousseau 2002: 61).

Así como Dios es bueno, lo es toda su creación, incluyendo el

mismo género humano. De esta manera, la creencia religiosa provee a las

personas de una confianza básica en la bondad y en la pureza de la naturaleza.

Es así como Rousseau plantea y afirma la bondad primigenia y esencial

de la humanidad, aunque no tarda en recalcar la historia de la corrupción

humana. En otras palabras, lo que sale de las manos de Dios es bueno; pero,

cuando lo creado cae en las manos del hombre, tiende a degenerarse. Para el

autor, el camino personal para apartarse de este pecado social no requiere de

una gracia o revelación divina, sino más bien de recobrar la bondad original

que el hombre tiene en sí mismo por naturaleza.

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Finalmente, Rousseau, como la gran mayoría de enciclopedistas,

muestra su escepticismo con respecto a la religión institucional, tanto

protestante (su religión de origen) como católica (a la que se convirtió).

En ese sentido, el autor interpreta la fe como una necesidad personal para

desarrollarse y alcanzar la felicidad, una especie de religión natural que

no tiene que ver con una revelación divina o historia de salvación. A este

postulado Rousseau aúna el concepto de la conciencia personal, desarrollado

en la juventud y cuyo testimonio es lo que cuenta para establecer un campo

fértil donde la felicidad se manifieste (Cf. Abbagnano 1964) (IV y V).

2.10 El currículo que subyace a Émile

Rousseau muestra su interés por que Émile no aprenda nada de lo

convencional antes de los doce años, ni siquiera a leer. Se opone a los

cuentos de hadas por no ser reales e incluso presenta objeciones a las fabulas

moralizantes, como las de Esopo, ya que el niño aún no tiene en esta etapa

una idea clara de lo que es la moral. Además, no cree en la importancia de

aprender otras lenguas; de esta forma, piensa que, para el niño, la lengua

materna es la única necesaria. Objetaba, igualmente, la enseñanza de la

historia en esta etapa, ya que, en esta, los niños no poseen una verdadera

memoria y no son capaces de formarse ideas de conducta humana o de

juzgar situaciones históricas. Asimismo, consideraba que el aprendizaje de

la geografía revestía un conocimiento muy avanzado para los niños inmersos

en esta fase y que, por lo tanto, no debía ser enseñada hasta años posteriores

(II).

Las actividades que surgen naturalmente de las necesidades de

la vida son las que forman el currículo en cada etapa. Así, colige que las

necesidades del niño son simples. El juego y los deportes son importantes

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para el cuerpo, la salud, la fuerza y el crecimiento. Luego, el niño aprende

a asegurarse su sustento. Para ello, el autor comienza mencionando el

trabajo manual. En este contexto, considera que ‘la agricultura es la primera

ocupación del hombre, es la más honorable, la más útil y, por ende, la más

noble que puede desempeñar’: «Toutefois, l’agriculture est le premier métier

de l’homme; c’est le plus honnête, le plus utile, et par consequent le plus

noble qu’il puisse exercer» (Rousseau 1762 T2: 120). Asimismo, el niño

aprende a usar las herramientas para los diferentes oficios. Estas actividades

lo llevan a contar, medir, pesar y comparar los objetos empleados. Además,

calcula distancias, aprende a observar y dibujar con precisión lo que ve. De

esta forma, el lenguaje, el canto, la aritmética y geometría se aprenden, no

en el aula, sino como actividades relativas a situaciones de la vida (II).

En la tercera etapa, comprendida entre los 12 y los 15 años, se

recomienda no proyectar un curso definitivo de estudios para la instrucción

intelectual. Las materias que realmente contribuyen a la preservación del

individuo son las que deben captar su atención. Con respecto a ello, la

Geografía y la Astronomía son las primeras materias de interés, y deben

ser aprendidas directamente de la naturaleza. Les siguen las ciencias físicas.

Esto conduce a la agricultura, las artes y los oficios. Cuando el estudiante

adquiera un buen conocimiento de estas áreas, se le entrenará como ebanista

(III).

Después, en la cuarta etapa (15 a 20 años), el currículo incluye el

conocimiento de la naturaleza humana y del orden social, lo que actualmente

se puede clasificar como psicología, sociología y ética. Como en la anterior

etapa, Rousseau no tenía en mente el estudio de estas materias principalmente

mediante los libros, sino en situaciones concretas de la vida: las experiencias

de relaciones verdaderas de hombres vivientes. Con respecto a la Literatura,

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Rousseau se inclinaba por la de la Antigüedad. En cuanto a la Historia,

consideró a Tucídides como el máximo representante, porque describía el

devenir sin juzgar los hechos, lo cual resulta sumamente importante para

el joven, que, con el conocimiento de todos los hechos, puede formar su

propio juicio: «Les faits et qu’il juge lui-même» (Los hechos, y que él mismo

juzgue) (Rousseau 1762 T2: 278).

Asimismo, recomendaba también entre los clásicos, las lecturas de

Plutarco y, entre los modernos de su época, a M. de Turenne. Prescribió,

además, fábulas para ayudar en el entrenamiento moral y la religión, ya que,

como se ha mencionado, este aspecto desempeña una parte importante del

aprendizaje. Sin embargo, se refirió principalmente a la religión natural del

corazón humano y no a los dogmas y credos nacidos de alguna institución

religiosa.

3. TRASCENDENCIA DE LAS IDEAS PEDAGÓGICAS DE

ÉMILE

Las ideas pedagógicas de Rousseau ejercieron un profundo impacto en su

época, ya que eran en sí una revuelta en contra de las prácticas autoritarias

y artificiales del Ancien Régime. Algunas de las ideas clave que no pierden su

vigencia hasta la actualidad son las que se listan a continuación:

• La educación es una expansión de los poderes naturales, no una

adquisición de información.

• La educación es un proceso que dura toda la vida.

• Las teorías de aprendizaje se basan en la naturaleza del niño o joven

que va aprendiendo y encontrando su proceso, propósito y medio

completamente dentro de la vida y a través de su propia experiencia.

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• La finalidad de la educación es la felicidad, entendida sobre todo

como un producto interno que necesita de la libertad para aflorar

antes que de una búsqueda externa.

A partir de ello, se infiere que Rousseau fue un optimista que creía en

la bondad natural del hombre original, el bon sauvage (‘buen salvaje’). Cabe

preguntarse, entonces, en estos tiempos posmodernos, ¿puede comprobarse

que el ser humano goza de una bondad innata? Algunas investigaciones

parecen indicar que sí. A continuación, se brindará algunos alcances sobre

dichos estudios.

3.1 La empatía innata

En el Centro de Cognición Infantil de la Universidad de Yale, se experimenta

con niños a la temprana edad de seis meses. Entre sus actividades, los

experimentadores les muestran shows de títeres, en los cuales, por ejemplo,

un títere trata de subir una cuesta, pero no puede avanzar. Entonces, aparece

otro que lo ayuda a subir. Luego, muestran el show de nuevo, pero, en este

caso, en lugar de que el otro títere lo ayude, lo empuja cuesta abajo. El ciclo

se repite de seis a catorce veces, alternando las escenas. Luego, le «piden»

al infante que escoja entre el buen y el mal títere. Aproximadamente, el

80% de veces el infante escogerá el buen títere sobre el otro que lo empujó

cuesta abajo (Cf. Kiley 2007). Comparando con otros estudios realizados,

al parecer, los bebés tienen un innato sentido del bien y del mal (Cf. Inck

2011).

A los dos años, los niños experimentan emociones morales como

resultado del bien o del mal. Reforzar el buen hecho con elogios en lugar de

premiarlo parece ser más efectivo, ya que enseña al niño que compartir es

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intrínsecamente bueno. Muchos padres y maestros creen que es importante

elogiar el comportamiento, pero no al niño; sin embargo, ¿es esa la mejor

manera? Los investigadores Joan E. Grusec y Erica Redler se pusieron a

indagar acerca de este aspecto. Diferenciaron cuidadosamente el elogio a

niños de 7 y 8 años que compartían sus canicas, ganadas en sus juegos,

con niños pobres. Entre las expresiones utilizadas, figura la siguiente: «Qué

bien, compartiste bastante. Es bueno que hayas compartido tus canicas con

esos niños pobres. Fue una acción buena y generosa». A otros, en cambio,

se les elogiaba el carácter detrás de la acción de la siguiente manera: «Creo

que eres la clase de persona a quien le gusta ayudar a otros cuando puedes»

(Grusec y Redler 1980: 525-534).

Dos semanas después, enfrentados con más oportunidades para dar

y compartir, los niños fueron mucho más generosos luego de que su carácter

fuera elogiado antes que su acción. Elogiar su carácter los ayudó a internalizar

esto como parte de sus identidades. Los niños aprenden a saber quiénes son

cuando se observa sus propias acciones. Esto se relaciona con una nueva

investigación, dirigida por el psicólogo Christopher J. Bryan, quien asegura

que, para ejercitar los comportamientos morales, los nombres funcionan

mejor que los verbos. Para hacer que niños de 3 a 6 años ayuden con una

tarea, en lugar de invitarlos a que ayuden (to help), se logró un resultado de

22% a 29% más alto cuando se les animaba a que fueran colaboradores (to

be a helper). Asimismo, el hacer trampa se redujo a la mitad cuando, en lugar

de decirles «no hagas trampa», se les dijo «no seas tramposo». Mientras las

acciones sean el reflejo del carácter, el resultado es la inclinación hacia las

elecciones mayormente morales y generosas. Con el tiempo se hacen parte

de las personas e integran su identidad. (Cf. Bryan 2013).

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El elogio parece ser particularmente influyente en los periodos

críticos, mientras los niños desarrollan un sentido más fuerte de identidad.

Alrededor de los cinco años de edad, los elogios no parecen tener un impacto

duradero; de ahí que, para el tiempo en que los niños tienen diez años, no

hay diferencia entre elogiar el carácter o elogiar la acción, pues los dos son

efectivos. Relacionar generosidad con carácter parece ser más importante

alrededor de los ocho años, ya que los niños pueden estar comenzando a

cristalizar nociones de identidad (Cf. Grant 2014).

Ciertamente, estas investigaciones hubieran sido un deleite para

Rousseau. Asimismo, podemos adelantar algunos elementos en las prácticas

posmodernas de educación que tienen su eco en los postulados de Rousseau.

Estas son las que siguen:

• Luchar por la diversidad: El bon sauvage es reconocido y aceptado,

con todo su bagaje cultural.

• Igualdad: Esta se practica en términos de poder y propone el

acceso a los beneficios de la educación, idea cara al pensamiento

de Rousseau.

• Tolerancia y libertad: Se trata de la tolerancia que nace de la

compasión desarrollada naturalmente en Emilio. Por otro lado, la

libertad es parte fundamental de la filosofía de la Ilustración.

• La importancia de la creatividad: Esta es un producto del

autoconocimiento, que es clave fundamental para la educación de

Emilio.

• La importancia de las emociones: Desarrollar la inteligencia

emocional es fundamental en el proceso de la educación natural.

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• La importancia de la intuición: Pensar intuitivamente se opone a la

tiranía del pensamiento racional, tal como Rousseau lo planteaba.

3.2 Propuestas pedagógicas anticipadas en Émile

En la línea de las aportaciones, entre las recomendaciones que incluye el

libro de Rousseau, se pueden detectar algunas propuestas pedagógicas que

anticipan las teorías del aprendizaje de la época contemporánea. Por un

lado, el aprendizaje significativo es aquel que se sostiene en la construcción

de experiencias anteriores, los cuales se enlazan al presente mediante una

motivación inicial y una actualización no necesariamente lógica de los

conocimientos mediante su aplicación efectiva. Esto ya lo habría prefigurado

el autor al mencionar lo siguiente:

Hay una cadena de verdades generales en virtud de la cual,

todas las ciencias dependen de principios comunes de todas,

y sucesivamente se desenvuelven; este encadenamiento es el

método de los filósofos. De este no tratamos aquí. Otra hay

enteramente distinta, en la cual cada objeto particular viene

eslabonado con otro anterior y trae detrás de sí al que sigue.

Este orden que mantiene siempre con una continua curiosidad

la atención que todos los estudios requieren, es el que sigue la

mayor parte de los hombres, y el que conviene con especialidad

a los niños (Rousseau 1955: 109).

Por otro lado, en un apartado en que el autor se dedica a brindar

consejos al maestro, se expone conceptos muy cercanos a lo que se entiende,

en la actualidad, como descubrimiento guiado. El autor sugiere la actitud

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que debe adoptar el docente para guiar sin interferir o volcar sus prejuicios

en el proceso individual de su alumno:

Si os hace preguntas, responded lo suficiente para dar pábulo

a su curiosidad, no para dejarla harta; pero, con especialidad,

cuando veáis que en vez de proponer cuestiones para instruirse,

se echa a divagar y a incomodaros con preguntas necias, callaos

al punto, seguro de que entonces no trata de la cuestión, sino

de sujetaros a sus interrogatorios. Menos cuenta se ha de tener

con las palabras que dice, que con el motivo que las dicta. Esta

advertencia, menos necesaria hasta aquí, empieza a ser de la más

alta importancia en cuanto el niño empieza a discurrir (Rousseau

1955: 109).

Finalmente, el aprendizaje social, que es evitado desde la infancia

hasta la juventud, va cobrando fuerza en el contacto con el artesano ebanista

que propone el maestro como parte de la interiorización de la ética basada

en el trabajo. Emilio es convidado a participar del proceso productivo de un

maestro que no es su tutor. De este no solo aprenderá las técnicas; también

será partícipe de su vida social íntima. Compartirá la mesa con la familia

del ebanista, seguirá sus sacrificados horarios de trabajo; en pocas palabras,

deberá adaptarse al modo de vida del artesano para aprender la cultura que

subyace a todo hacer humano. Esta propuesta del maestro resulta ser un

intento por vencer la natural separación material entre los sujetos y empezar

un acercamiento empático con respecto a estos. Es precisamente en esa

convivencia cultural que el adolescente puede aprender, ya que recibirá no

solo conocimientos técnicos, sino también un modelo ético del trabajo.

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3.3 La sobreprotección y la sobreadaptación de los niños

prefigurados por Rousseau

Sin alcanzar la radicalidad de Rousseau, que coloca al alumno modelo Émile

en una situación de aislamiento durante toda su infancia y adolescencia,

habría que preguntarse qué efecto tiene el hecho de apartar al niño del

conocimiento del mundo, es decir, de las relaciones sociales y la moralidad

que estas develan. Asimismo, es pertinente preguntarse si, en el mundo

actual, esto sería posible, y qué papel ejercen los padres y maestros como

mediadores entre los niños y el medio social en que se desenvuelven.

Rousseau sostiene que los esfuerzos del docente por preservar al

niño del mundo se someten a su utilidad formativa. Se requiere, en primer

término, que el niño adquiera autonomía y aprenda, por sí mismo y acorde

a su edad, a equilibrar tanto sus emociones como sus razonamientos. En

segundo lugar, es necesario que exista un recorrido pedagógico que parta del

aprendizaje sensorial para luego abordar terrenos del desarrollo intelectual y

moral. Si estos dos requerimientos se cumplen, se estará criando a un niño

mentalmente saludable, sin falsas expectativas y prejuicios que le generen

ansiedad, soberbia o sumisión. Sin embargo, este ideal de aprendizaje no

existe en la actualidad, y tampoco en la época de Rousseau. Por ello, sus

indicaciones pueden ser adaptadas como recomendaciones de crianza y no

como un método propiamente dicho. El no respetar los requerimientos

mencionados, es decir, enfrentar al niño con el tramado social a muy

temprana edad y hacerle partícipe de experiencias que aún no puede

racionalizar, según Rousseau, puede desnaturalizar el proceso formativo, lo

cual es entera responsabilidad de los padres y maestros.

De igual forma, el autor perfila el desarrollo físico y cognitivo del

niño a partir de postulados naturalistas. En el estadio de la infancia (I y

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II), se asume la fragilidad, la «flacura», como característica dominante. Esta

debe ser acompañada por los padres, quienes establecen una relación de

dependencia con respecto a sus hijos. Durante esta etapa, las necesidades

exceden a las fuerzas y el niño se somete a las lecciones, impresiones y

exigencias que los padres pueden causar en él. Más adelante, en el inicio de

la adolescencia, también llamada la «Edad de la fuerza» (III), la situación se

invierte, pues las energías exceden a las necesidades. Para ello, el profesor-

padre procura la canalización de las fuerzas sobrantes de su discente,

manteniendo la constante del aprendizaje por medio de los objetos y la guía

por medio de la sugerencia. Es así que el niño, en este nivel, «ha recibido

experiencias» que han templado su ánimo, preservado su curiosidad y

desarrollado la autonomía de su pensamiento.

A nivel psicológico, este tipo de educación supone una lucha

constante en contra de los excesos de la imaginación. Esta atrae la generación

individual de expectativas exageradas; hace que el niño se enajene de su

edad y que asuma roles que no le corresponden. Además, interioriza

prejuicios sociales que le impiden un conocimiento natural y espontáneo

del mundo. Estos riesgos parecen haberse concretado en el caso de los niños

sobreprotegidos y sobreadaptados. Sin embargo, las culpabilidades no se

reparten del mismo modo, puesto que aparecen otros actores importantes,

tales como la escuela y los medios de comunicación masiva.

Ahora bien, puede apreciarse que, por un lado, los niños

sobreprotegidos son aquellos que —aplicando los conceptos de Rousseau—

no han desarrollado por completo las sensaciones, puesto que los preservaron

del contacto natural y exploratorio con los objetos. Este afán de preservación

mal comprendida, se extendió hacia todos los estadios del desarrollo. Para

los padres, el niño no se acerca al nuevo orden en que la fuerza excede a la

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energía. Estos transmiten al niño la idea de que siempre permanecerá débil

y, por ello, requerirá el cuidado y la supervisión, siempre exagerada, de los

padres. Gradualmente, esta relación antinatural se irá tornando peligrosa,

puesto que el niño descubre tempranamente el modo de manipular a sus

padres, siempre dispuestos a impedir que el mundo le cause algún mal. De

acuerdo con ello, el niño, y luego como adolescente, se convierte en un tirano

de sus progenitores y de quienes le rodean. Los otros son cosificados por

ellos, lo cual puede devenir en graves problemas afectivos y de interacción

social, y, en los casos más graves, en psicopatías.

Por otro lado, los niños sobreadaptados son aquellos «viejos niños»

de los que trata Rousseau. Al respecto, el autor afirma lo siguiente:

La naturaleza quiere que estos, antes de ser hombres, sean niños.

Si queremos invertir ese orden, produciremos frutos precoces

que no tendrán madurez ni gusto, y que se pudrirán muy pronto;

tendremos doctores muchachos, y viejos niños. Tiene la infancia

modos de ver, pensar y sentir que le son peculiares; no hay mayor

desatino que querer imponerles los nuestros; tanto equivale exigir

que tenga un niño dos varas de alto, como razón a los diez años.

Y, efectivamente, ¿para qué le aprovecharía a esa edad? La razón

es el freno de la fuerza, y el niño no necesita ese freno (Rousseau,

1955: 48).

Esta invocación del autor coloca en evidencia un desbalance de

roles en el hogar. Los padres, frente al niño, no han asumido la función

de guías. Ello se debe generalmente a que uno de ellos está ausente, padece

algún problema psicológico (alteraciones de la personalidad, depresión o

neurosis) o adopta una posición pasiva frente a su cónyuge. Esto provoca

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que se le exija al niño el nivel de razonamiento o comportamiento de un

adulto, puesto que uno de ellos falta en la triada familiar. Es así que los

padres transmiten a sus hijos la ilusoria responsabilidad de convertirse en

adultos antes de tiempo. En consecuencia, los niños terminan por rehuir

las relaciones espontáneas con sus contemporáneos, sus juegos, diversiones,

además de exploraciones, y se adecuan al diálogo de los adultos. Esto les

genera, a pesar de que demuestren lo contrario, altos grados de ansiedad,

tormentoso sentido de competitividad, responsabilidad por asuntos que no

atañen a su edad, angustia por complacer a uno o a los dos padres. En suma,

estos niños, alentados por sus progenitores, quienes deberían proteger su

infancia, son enajenados de su edad.

Por otro lado, en el contexto de competitividad y exitismo que se

experimenta en la sociedad actual, las escuelas han empezado a formar niños

sobreadaptados. Ello ocurre debido a las presiones que el mercado laboral

impone a las personas desde la edad temprana. Una familia que propone

y transmite expectativas inadecuadas a sus hijos desde la infancia, tiende a

buscar una educación formal represiva que comparta sus propios ideales.

Tanto los progenitores y la escuela comparten la idea errada de que un

elevado desarrollo de la capacidad lógica y de la rapidez en el procesamiento

de información es sinónimo de madurez. Pero lo que en realidad se está

operando es la infelicidad futura del niño. Este no habrá madurado en la

espontaneidad que su edad requiere y perderá la etapa más importante de su

formación. La madurez tan ansiada por los padres (precisamente las que les

hizo falta para educar correctamente a su hijo) nunca llega. Al adolescente

y joven que ha padecido la sobreadaptación le espera un desarrollo afectivo

incompleto, temores, ansiedad, además de inseguridad en sus relaciones

sentimentales.

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Finalmente, los medios de comunicación, en la actualidad,

han variado su utilidad como un canal de información y formación,

convirtiéndose en una tentadora muestra de la escala moral más baja de

la sociedad. Estos apelan al morbo de sus espectadores para subsistir en un

sistema económico que privilegia la apariencia por encima de la realidad.

En este caso, sería imposible pensar en un Émile puro, tal como lo prefigura

Rousseau. Este ya habría sido influenciado en mayor o menor medida

por las cotidianas escenas de violencia y sexualidad desenfrenada con que

desayunan los televidentes.

Al respecto, Fernando Savater (1997) afirma que el problema de

los medios radica precisamente en su poder educativo, el cual puede generar

un develamiento temprano de la realidad adulta. Ante ello, la familia

queda reducida, cuando menos, a un acompañamiento meramente afectivo

y menos rector de las actitudes que los niños asimilan. En el peor de los

casos, los padres encargan la crianza de sus hijos a la televisión, la internet,

las películas o los videojuegos, y ni siquiera son capaces de acompañarlos

para aclarar los contenidos y dosificar la carga temática de estos productos

culturales.

Ante esta disfuncionalidad de la familia, el diagnóstico de Savater

tiende a dirigir un consejo a los formadores. De esta forma, el filósofo

español afirmará lo siguiente:

Ahora los niños llegan ya hartos de mil noticias y visiones

variopintas que no les ha costado nada adquirir... ¡que han recibido

hasta sin querer! El maestro tiene que ayudarles a organizar esa

información, combatirla en parte y brindarles herramientas

cognoscitivas para hacerla provechosa o por lo menos no dañina.

Y todo ello sin convertirse él mismo en un nuevo sugestionador

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ni pedir otra adhesión que la de unas inteligencias en vías de

formación responsable hacia su autonomía. Empresa titánica...

remunerada con sueldo bajo y escaso prestigio social. (Savater,

1997: pág. 33)

La realidad de los medios y la forma en la que se introducen entre

las personas no parece tener intenciones de moderarse. Ello hace que, en

la actualidad, la idea de apartar al niño de la influencia de las relaciones

sociales y sus controversias morales sea impracticable. Sin embargo, puede

servir como una directriz para preservar la relación formativa de guía que se

establece entre docentes y alumnos.

4. A MODO DE CONCLUSIÓN

Desde su perspectiva, Rousseau tuvo que vivir en un definido régimen

social que necesitaba urgentemente un sistema de educación que diera

la oportunidad al niño de crecer con mayor libertad. Sus comentarios y

sugestiones parecían radicales, pero consideró que debía presentarlas de ese

modo si es que el cambio iba a producirse. Escribió el Ancien Régime en una

época donde todo era encajetado y controlado, incluyendo la educación.

Frente a ello, Rousseau propone librarse de esas cadenas.

Las etapas de desarrollo, clave de su filosofía, tienen como objetivo

que el niño pueda evolucionar de una manera pausada. De esta forma,

la naturaleza enseñará al niño. Los conceptos de educación negativa,

el currículo en las diferentes etapas, entre otros aspectos, evidencian la

convicción del filósofo por cambiar el sistema anquilosado de la educación

durante su época.

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4.1 Méritos y deméritos de Émile

Émile ou De L’Éducation, debe decirse, es a menudo ilógico, errático e

inconsistente. Rousseau constantemente pasa del optimismo al pesimismo,

de la espontaneidad a la autoridad, del liberalismo a la intolerancia (Cf.

Graves 1938). Aunque exclamaba que la sociedad era corrupta, no perdía la

fe en los individuos que la conformaban. Frente a la historia y la psicología,

él opone naturaleza a cultura, creando un dualismo entre la razón y la

emoción. Aunque da rienda suelta a los instintos y reacciones de Émile, este

se encuentra siempre bajo la guía de su tutor. Pero a pesar de estas aparentes

inconsistencias, el texto posee una gran riqueza e impacto. El estilo brillante

de pensamiento, la sabiduría de muchas de sus sugestiones, el llamado al

sentimiento y la presentación clara y entusiasta superan estas aparentes

contradicciones y deficiencias.

La característica más sobresaliente de la educación postulada por

Rousseau es su revuelta radical contra la civilización y el control social. El

estado de naturaleza se considera la condición ideal y todas las relaciones

sociales se consideran como degeneradas. Según el filósofo, el niño debe

ser criado en aislamiento por las leyes de la mera necesidad, sin ninguna

educación social o política hasta los quince años.

El rasgo absurdo de este postulado siempre se ha puesto en cuestión.

Los niños no pueden ser educados en un vacio social ni pueden ser entrenados

como simples ciudadanos del mundo, excluyendo cualquier forma específica

de autoridad. Aunque la sociedad se haya estereotipado y corrompido, es

un importante medio para transmitir la experiencia acumulada de la raza

humana y sus logros. Su radicalidad hace que sea escuchado en una sociedad

altamente controlada y corrupta y, eventualmente, trajo abajo sus esquemas

filosóficos y educativos.

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En los postulados de educación natural y antisocial que presenta

Émile, se encuentran elementos de fuerza y también de debilidad. Rousseau

se opone al uso de libros para el aprendizaje y exagera el valor de la

observación personal y sus deducciones. O sea, menoscaba la importancia

del pasado y priva a su alumno de la experiencia de sus compañeros y de los

que han estado antes en este mundo. Por otro lado, desarrolla los detalles

del trabajo observacional y experimental en una amplitud nunca antes

considerada. También promueve la importancia de la actividad física para

el desarrollo del niño.

A pesar de su conocimiento no tan profundo de la niñez y sus

recomendaciones a veces sobrecargadas de sentimentalismo, Rousseau vio la

necesidad imperativa de estudiar al niño y que esta fuera la única base para la

educación. Como resultado, el niño se convirtió en el centro de la discusión

del aprendizaje moderno. Se le debe este énfasis al estudio realizado por el

francés. Gracias a ello, las etapas de crecimiento y sus características son

materia común en las teorías de aprendizaje y currículos de nuestros tiempos.

Finalmente, se debe considerar su manera de apreciar la religión

natural y el deísmo. Esto puede apreciarse en la siguiente afirmación de

Graves:

Mientras que carece de calor, realidad y poder, hizo mucho para

reemplazar el cristianismo institucionalizado y dogmatico, que

había sido abrumado por los ataques del racionalismo, con una

fe pura, alturada y tolerante. Su misterioso Ser penetrando toda

la naturaleza pareciera ser una deidad muy vaga y remota para

dar consuelo y refrescar el alma humana; pero era suficiente para

purificar el moribundo sistema jerárquico y debidamente reforzar

los intereses comunes de la humanidad. (Graves 1938: 102)

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4.1 Reflexión Final

En el estudio sobre Rousseau se debe tener siempre en cuenta su contexto.

Él trató de derribar todas las vallas que impedían que el niño fuera un niño.

Una buena parte de su vida la pasó como vagabundo y, por lo tanto, muy

en contacto con la naturaleza. De ello proviene el amor por los espacios

naturales que expresa en sus escritos. Muy diferente al «amor» por la

naturaleza que experimentaban los aristócratas, porque estaba de moda y

construían sus palacios en medio de los bosques donde podían jugar a ser

pastores y pastoras. Esta actitud devela similitudes con la vida postmoderna,

en la cual la naturaleza se convierte cada vez más en mercancía y son los

pobres los que, para bien o para mal, mayormente permanecen en contacto

con la naturaleza. Por otro lado, están los niños, quienes deben insertarse en

una sociedad tecnocrática y consumista lo más pronto posible. En este caso,

los niños provenientes de zonas rurales son quienes pueden estar, además de

la geografía, en mayor contacto con valores primordiales. Como ejemplo,

podemos saber de los niños andinos que aprenden en su comunidad a cómo

fabricar sus propios puentes (Cf. Perú This Week 2013).

Asimismo, otro punto que impacta en el aspecto personal y

refleja cuán actual es el pensamiento de Rousseau, es la diferencia que

establece entre el amor a sí mismo (amour de soi) y el ego (amour propre).

Este concepto, el cual influencia mucho en el pensamiento actual y en la

búsqueda de ayuda o autoayuda para superar el estrés alrededor de la vida

moderna, su complejidad, consumismo y aislamiento al mismo tiempo, es

retomado por pensadores como Eckhart Tolle. Este autor, en su libro The

Power of Now, expone la diferencia entre el yo y el ego. Según Tolle, el yo es

el verdadero ser, mientras que el ego, no. Sin embargo, el ego tiraniza la vida

del individuo con el constante bombardeo de ideas que acaban por ocultar

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la verdadera identidad de las personas, identidad que se manifiesta, más

bien, por la intuición y por las emociones. Al estar en contacto con este yo,

se abre la puerta a la felicidad y se aparta las ideas que más bien empantanan

dicha búsqueda interna. Este postulado es prácticamente la negación del

«cogito, ergo sum» (pienso, luego existo) de Descartes, lo cual se transforma

en la expresión «cuando no pienso, soy», es decir, la puerta a la iluminación

personal (Cf. Tolle 2004).

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DESARROLLO PSICOMOTOR EN UN GRUPO DE

ESTUDIANTES DE 4 AÑOS DE EDUCACIÓN INICIAL DE LA

RED 06-CALLAO

Hector Guillermo Aguinaga Espinoza*

Universidad San Ignacio de [email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: La presente investigación tuvo como propósito conocer el

nivel de desarrollo psicomotor en un grupo los estudiantes de 4 años de

las Instituciones de Educación Inicial de la Red 06 Callao. Se trata de un

estudio descriptivo simple, con una muestra de 80 estudiantes del género

masculino y femenino. Se utilizó el Test de Desarrollo Psicomotor (TEPSI)

de las autoras Haeussler y Marchant (1994) adaptado por Aguinaga y

Aguinaga (2011), que evalúa el nivel de desarrollo psicomotor general y

en las dimensiones de motricidad, coordinación y lenguaje. Los resultados

mostraron que los estudiantes se ubican en el nivel de normalidad en cuanto

a su desarrollo psicomotor general y en cada una de sus dimensiones.

PalabRas clave: desarrollo psicomotor, lenguaje, coordinación, motricidad

* Hector Guillermo Aguinaga Espinoza es magíster en Educación con mención en Psicopedagogía Infantil por la Universidad San Ignacio de Loyola. Es bachiller y licenciado de Educación Primaria con mención en la Especialidad de Retardo Mental por la Universidad Nacional Mayor de San marcos. Asimismo, es titulado en Educación Primaria con mención en la Especialidad de Retardo Mental por el Instituto Superior Pedagógico Público de Educación Especial «María Madre».

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.247-285)

DEVELOPMENT PSYCHOMOTOR IN A GROUP OF STUDENTS

OF 4 YEARS OLD OF INITIAL EDUCATION FROM THE RED

06-CALLAO

abstRact: This simple descriptive investigation aims to describe the

psychomotor level of development in a group of 4 year-old students from

Institutions of initial education of the Red 06 Callao. The sample were 80

students male and female. The Test of Psychomotor Development (TEPSI)

of the authors Haeussler and Marchant (1994) adapted by Aguinaga and

Aguinaga (2011), assessing the overall level of psychomotor development

and dimensions of motor, coordination and language, was used. The

results showed that most of students rated an average level in their general

psychomotor in each of its dimensions.

KeywoRds: psychomotor of development, motor, coordination, language.

1. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación nace de la inquietud por saber

cómo evoluciona el desarrollo psicomotor en los estudiantes de la

Región Callao. Según refiere el Ministerio de Educación (MINEDU,

2011), un adecuado progreso de este permite que los acompañantes del

niño (profesionales docentes, no docentes, padres de familia y comunidad)

lo guíen en «el manejo eficiente de su cuerpo, en la construcción de sus

pensamientos, el equilibrio físico, coordinaciones y la seguridad en sí

mismo; con una autoestima que le permita enfrentar con eficacia y madurez

las dificultades que se le presenten en el contexto en el que se desenvuelve»

(MINEDU 2011: 7).

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Teniendo como referencia lo citado anteriormente por el

MINEDU, es necesario saber cómo está evolucionando el desarrollo

psicomotor en los estudiantes. El motivo principal es que este es un aspecto

de gran importancia para la obtención de futuros aprendizajes que le

permitan enfrentar la vida. Es por ello que el presente estudio se planteó

con el fin de conocer el desarrollo psicomotor en los estudiantes de 4 años

de las Instituciones de Educación Inicial de la Red 06 Callao, en sus tres

áreas básicas: (a) motricidad, (b) lenguaje y (c) coordinación.

Para conocer el nivel de desarrollo psicomotor, se estimó la utilización

de un instrumento que evalúe las áreas de la variable antes mencionada; en

este caso, se empleó el Test de Desarrollo Psicomotor (TEPSI), de las autoras

chilenas Haeussler y Marchant (1994). El mencionado instrumento posee

52 ítems, divididos en tres áreas básicas: (a) motricidad, (b) lenguaje y (c)

coordinación (Ver Tabla 1). Estos permiten ubicar a los estudiantes en tres

niveles o categorías de desarrollo: (a) normalidad, (b) riesgo y (c) retraso, y

conocer el estado actual del desarrollo psicomotor de los estudiantes en su

totalidad como en sus áreas.

Además, para sustentar el estudio se ha recabado información sobre

el desarrollo psicomotor. Con ello, se ha detallado desde la definición,

evolución, las áreas que lo conforman y otros componentes relacionados

al desarrollo psicomotor. Asimismo, se mencionan los antecedentes de

estudios, tanto nacionales como internacionales, los cuales han servido de

sustento para la comparación y efectividad del estudio.

Todo ello se ha realizado con el fin de organizar un marco teórico

que pueda definir conceptos y teorías que sirvan de base para dos aspectos

del estudio. Estos son los siguientes: (a) la comprensión y (b) discusión

necesaria de la variable.

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1. 1 Problema de investigación

El presente estudio plantea interrogantes. Estas proponen el problema

general y los problemas específicos. A continuación se mencionan dichas

interrogantes:

• Problema general: ¿Cuál es el nivel de desarrollo psicomotor en

un grupo de estudiantes de 4 años de Educación Inicial de la red

06-Callao?

• Problemas específicos:

1) ¿Cuál es el nivel de desarrollo psicomotor en el área coordinación

en un grupo de estudiantes de 4 años de Educación Inicial de la red

06-Callao?

2) ¿Cuál es el nivel de desarrollo psicomotor en el área lenguaje

en un grupo de estudiantes de 4 años de Educación Inicial de la red

06-Callao?

3) ¿Cuál es el nivel de desarrollo psicomotor en el área motricidad

en un grupo de estudiantes de 4 años de Educación Inicial de la red

06-Callao?

Teniendo en cuenta el Proyecto Educativo Nacional al 2021

(PEN) en el que se señala que tiene como uno de sus objetivos «asegurar el

desarrollo óptimo de la infancia a través de la acción intersectorial concertada

del Estado en cada región» (Consejo Nacional de Educación 2006: 16), el

estudio se justifica porque los datos obtenidos aportan a la sociedad científica

cifras y resultados que pueden servir de punto de partida para futuros

estudios de investigación donde se pretenda estudiar la variable, compararla

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u observar si los resultados variaron con el pasar del tiempo. Además, se

justifica en lo social y educativo, ya que hasta el momento se ha tomado

como parámetro el desarrollo cognitivo desde el inicio de la escolaridad de

los estudiantes, sin considerar el desarrollo psicomotor con respecto a sus

estadios según investigaciones de Piaget (1936) y otros autores entre ellos

Doussoulin (2003), Guralnick (1997) y Vigotsky (1934). Por último, el

estudio posibilitará que la sociedad reconozca cuán importante resulta el

desarrollo psicomotor y cómo este ayuda en el desarrollo de las habilidades

de los estudiantes. Asimismo, contribuirá a que los docentes de inicial

sean menos presionados por los padres, los cuales exigen el desarrollo de

habilidades académicas, no teniendo en cuenta la etapa de desarrollo por la

que atraviesan sus hijos. Este fenómeno acarrea que los docentes no puedan

hacer el mejor uso de estas etapas como herramienta en el aprendizaje y

formación de los estudiantes.

Finalmente, el estudio tiene como objetivo general describir el nivel

de desarrollo psicomotor en el grupo de estudiantes antes mencionado, y tres

objetivos específicos. Estos últimos son los que siguen: (a) describir el nivel

de desarrollo psicomotor en el área coordinación en un grupo de estudiantes

de 4 años de educación inicial de la red 06-Callao; (b) describir el nivel de

desarrollo psicomotor en el área lenguaje en un grupo de estudiantes de

4 años de educación inicial de la red 06-Callao, y (c) describir el nivel de

desarrollo psicomotor en el área motricidad en un grupo de estudiantes de

4 años de educación inicial de la red 06-Callao.

El desarrollo psicomotor

Se trata de la progresiva adquisición y organización de habilidades biológicas,

psicológicas y sociales en el niño; además de ser la manifestación externa de

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la maduración del sistema nervioso central, la cual se traduce en cambios

secuenciales, progresivos e irreversibles del individuo en crecimiento

(Arteaga y cols. 2001; Moore 1996). Es así que el desarrollo psicomotor es

un constante acomodo y reacomodo de lo que se aprende, alimentándose

de experiencias previas para que la próxima vez que se realice una misma

actividad se haga mejor. Además, es un proceso coordinado donde hay otros

procesos que se desarrollan en el sistema nervioso central y quedan grabados,

los cuales ayudan a la resolución de actividades de similares características

en un futuro. Por ello, el progreso de este es el reflejo de la evolución del

sistema nervioso central del individuo.

Por otro lado, el desarrollo psicomotor es esencialmente la

educación del movimiento, o la educación por medio del movimiento,

que procura una mejor utilización de las capacidades psíquicas que

incluyen las intelectuales, otorgándole gran importancia a las experiencias

sensoriomotoras y perceptivomotoras en el desarrollo de las competencias del

aprendizaje. Tal como refirió Da Fonseca (2000), el desarrollo psicomotor

puede ser modificado y ayudado mediante una educación que se centre en

actividades que hagan experimentar al individuo situaciones donde tenga

que resolver problemas, tales como intercalar pasos, definir movimientos

estereotipados, etc. En tal sentido, el desarrollo del sistema nervioso central y

el desarrollo psicomotor pueden ser ayudados externamente para lograr una

mejor evolución a través del movimiento y así brindar mayores opciones de

desarrollo de las habilidades psíquicas e intelectuales, asegurando los futuros

aprendizajes.

Al saber lo anterior y con aporte teórico de Doussoulin (2003),

se puede mencionar que el desarrollo psicomotor «es un proceso

multidimensional de continuo cambio, en donde el niño comienza a

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dominar niveles cada vez más complejos en sus funciones» (2003: 70). Este

incluye cambios en los siguientes planos: (a) físico o motor (su capacidad

para dominar movimientos); (b) intelectual (su capacidad para pensar y

razonar); (c) emocional (su capacidad para sentir); (d) social (su capacidad

para relacionarse con los demás), y (e) sensorial (su capacidad para recibir

los diferentes estímulos del medio). Son estas áreas del desarrollo del niño

fundamentales para su maduración y crecimiento.

Áreas de desarrollo psicomotor

a) Motricidad

Se entiende por motricidad al movimiento considerado desde un punto de

visto anatomo-fisiológico, en el cual se encuentran evidenciadas dos leyes

que rigen a todas las especies, incluyendo a la humana: (a) la ley céfalo caudal

y (b) la ley próximo distal. La primera refiere que el desarrollo se produce de

arriba (cabeza) hacia abajo (pies), y la segunda que el desarrollo se produce

del centro del cuerpo hacia la periferia (Cf. Vial 1972 y Portelland 1987,

citados por Zavala 1991).

De acuerdo a Panéz (1989), el desarrollo motor depende de la

maduración de las estructuras neuronales, óseas, musculares y cambios

de las proporciones corporales. Además, el aprendizaje, cuando se ajusta

a la maduración del individuo, es también un factor de importancia

en el desarrollo de la motricidad. Asimismo, el investigador sostuvo que

el desarrollo del control del cuerpo guarda relación con el desarrollo de

las áreas motoras cerebrales, particularmente de los lóbulos frontales, que

tienen la función de controlar los movimientos y se desarrollan durante los

primeros años de la infancia. Es así que el cerebelo, que es el encargado de

controlar el equilibrio, se desarrolla rápidamente durante los primeros años;

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particularmente en la segunda mitad del primer año y los primeros meses

del segundo, momento en que el niño va a presentar capacidad para andar.

Por otro lado, la motricidad se divide en desarrollo motor grueso y

desarrollo motor fino (Jiménez 1982). El primero comprende el control de

partes gruesas del cuerpo para realizar diferentes movimientos. El control

motor grueso es un hito en el desarrollo de un bebé, el cual puede refinar

los movimientos descontrolados, aleatorios e involuntarios a medida que su

sistema neurológico madura. El segundo abarca todas aquellas actividades en

la que el niño necesita de una precisión y un elevado nivel de coordinación.

El desarrollo o habilidad motora fina, de acuerdo con Maza y Arce (1991),

comprende desde la prensión refleja a la destreza manipulativa y desde la

fijación ocular al dominio visual completo. Ambas están interrelacionadas

entre sí a través de la iniciativa ideomotriz, hasta el logro de una adecuada

coordinación visomotriz. Asimismo, los autores también hicieron referencia

a «componentes básicos de la motricidad fina»: el componente manual y el

componente visual.

Cabe destacar que al desarrollar los dos componentes antes

mencionados, surge la prensión. Esta es un reflejo que el niño posee desde el

nacimiento y que al desarrollarse se considera como la prensión verdadera,

ya que esta necesita una coordinación óculo-manual y un dominio de

los músculos óculo-motores; además de la voluntariedad del acto motor.

La prensión presenta una etapa importante en el desarrollo del niño

que le permitirá la apropiación del mundo exterior por manipulación y

descubrimiento (Cf. Maza y Arce 1991).

b) Coordinación

Para Lorenzo (2006), la coordinación motriz es el conjunto de capacidades

que organizan y regulan de forma precisa todos los procesos parciales de

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un acto motor en función de un objetivo motor preestablecido. Dicha

organización se ha de enfocar como un ajuste entre todas las fuerzas

producidas, tanto internas como externas, considerando todos los grados de

libertad del aparato motor y los cambios existentes del contexto.

Además, la coordinación es el factor primario de la localización

espacial y de las respuestas direccionales precisas, en que las percepciones de

los sentidos juegan un papel importante en el desarrollo, ya que van a ser la

base de la coordinación. Esto es debido a que primero existe una capacidad

temprana de formar esquemas mentales, productos de la experiencia con

el medio, a través de las cuales se forma patrones para la coordinación y de

regulación propioceptiva-vestibular.

Cabe destacar que los movimientos dependen de los estímulos que

provienen de los centros vestibulares centrales. Es así que a medida que el

individuo se va desarrollando aparecen movimientos más precisos y más

localizados. Las coordinaciones más precisas, en general, se establecen a

los seis años de edad cronológica, aunque es razonable encontrar aún en

ese periodo algunos movimientos agregados, que son aislados y se llaman

sincinecias (alteración en el desarrollo psicomotor).

c) Lenguaje

Es una de las funciones psicológicas que más roles desempeña

en el desarrollo psíquico del ser humano. Permite comunicar y expresar

emociones. De igual forma, interviene en los procesos cognitivos: (a)

pensamiento, (b) memoria, (c) razonamiento, (d) solución de problemas y

(e) planeamiento (Vygotsky 1934).

Asimismo, el lenguaje es la unidad de las funciones comunicativas

y representativas del entorno, que tiene un desarrollo específico con raíces

propias en la comunicación prelinguística y que no depende necesariamente

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del desarrollo cognitivo, sino de la interacción con su medio. Así, el lenguaje

es una función que se adquiere a través de la relación del individuo con

su entorno y respaldado biológicamente por las estructuras necesarias que

posee para crear signos de comunicación verbal. En ese sentido, el proceso

evolutivo lleva a los seres humanos a manejar instrumentos (símbolos), como

el lenguaje, para adaptarse a su entorno. Por tanto, la conducta humana está

organizada y controlada, tanto por intenciones reales (del propio individuo)

como por intenciones atribuidas por otros (provenientes de la interacción

con los demás) (Cf. Sapir 1921 citado por Vygotsky 1934).

Por otro lado, Vigotsky (1934) rescató la participación del niño

en actividades culturales con la guía de compañeros más capaces; porque

estas le permiten al niño interiorizar los instrumentos necesarios para pensar

y acercarse a la resolución de algún problema de un modo más maduro,

que pondría en práctica si actuara por sí solo. En otras palabras, lo que el

niño interioriza es lo que previamente ha realizado en el contexto social. De

esta manera, la creación cultural canaliza las destrezas de cada generación,

y con ello el desarrollo individual está mediado por la interacción con otras

personas más hábiles (padres, maestros o compañeros del colegio) en el uso

de los instrumentos culturales como lo es el lenguaje.

Alteraciones del desarrollo psicomotor

Las alteraciones del desarrollo psicomotor se dan por anomalías en el

proceso de evolución. Estas anomalías retrasan el desarrollo normal, debido

a que impiden que se sigan las secuencias dadas en el proceso de desarrollo.

Los niños como todos los individuos siguen una secuencia determinada

en su desarrollo con la adquisición de habilidades determinadas por

patrones claros y definidos en hitos básicos, fáciles de medir y que permiten

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identificar el progreso secuencial. Por lo tanto, «en casos donde se evidencia

la falta de la adquisición de habilidades, anomalías y retraso en el desarrollo,

se puede determinar que es causada por una alteración en el desarrollo

psicomotor, especialmente cuando se presenta directamente relacionado

con la maduración del sistema nervioso central» (Doussoulin 2003: 72).

Las alteraciones del desarrollo psicomotor determinan las anomalías

en dos factores. Por un lado, deja sentada la configuración biológica o

herencia, la cual es el factor que determina el potencial del niño de existir la

presencia de un daño establecido en el sistema nervioso central o condiciones

biológicas; estos en un futuro impedirán el desarrollo normal de este. Por

otro lado, estarían los factores de riesgo ambiental, los cuales influyen si

un niño es criado en un ambiente pobre y carente de estímulos; así, las

interacciones neuronales establecidas resultarán ser menos adaptativas al

momento de responder a un medioambiente en constante cambio. Además,

existe un conjunto de variables asociadas al nivel socioeconómico, que

podrían ir en desmedro del desarrollo del niño; por ejemplo, constitución

de la familia, escolaridad de los padres, situación de la vivienda, trabajo

del sostenedor del hogar y desconocimiento de una estimulación adecuada

(Doussoulin 2003: 73).

Cabe mencionar que la alteración en el desarrollo psicomotor

produce déficit en la parte motora al influir en el desarrollo de tareas o

actividades que requieren precisión en relación con el esquema corporal

(espacio y tiempo), el cual requiere de mayor tiempo para ser asimilado

y utilizado en la vida cotidiana. Por otra parte, estas alteraciones en el

desarrollo psicomotor influyen en el mal funcionamiento del aspecto

sensorial, al no percibir el espacio y tiempo, ya que no logra interpretar

las sensaciones físicas siguientes: (a) tamaño, (b) distancia, (c) forma y (d)

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sucesos. Por último, la alteración producida en el lenguaje, es decir, cuando

el niño tarda en hablar e inclusive deja de hablar por motivos neurológicos

o por el contexto social, puede ocasionar que el niño hable mal, tenga un

retraso simple del lenguaje e incluso un trastorno específico del lenguaje o

tartamudez. Estos son problemas del lenguaje causados por un entorno que

afectan aspectos en el autoestima del niño (MINEDU 2011: 11).

Psicomotricidad en la educación inicial

Según refiere el MINEDU en el Diseño Curricular Nacional de Educación

básica regular (2009) entre los 0 y 2 años, los niños presentan un notorio

crecimiento físico y desarrollo de las habilidades motoras tanto gruesas

como finas, que van de la mano con los cambios que se dan en las áreas

cognitiva, afectivas y simbólicas. Por esta razón, los niños requieren de

espacios adecuados para favorecer este desarrollo motor, lo cual en el caso de

las zonas urbanas está limitado a diferencia de las zonas rurales y amazónicas.

Estas últimas ofrecen condiciones y posibilitan todos sus movimientos de

manera natural y con mayor libertad, debido a que el desarrollo de las

habilidades motoras ––desde levantar la cabeza y el tórax en los primeros

meses, hasta voltearse, sentarse y alcanzar objetos–– lleva al incremento del

contacto con el medio.

En otro punto, el MINEDU (2009) menciona que en los niños

entre los 6 y 12 meses se desarrolla la habilidad motora para desplazarse

gateando y caminando, así como para manipular, jalar y abrir los objetos

con mayor coordinación y precisión. Entre los 12 y 18 meses realiza las

actividades siguientes: (a) un mayor desplazamiento en el entorno: ya

camina, trepa, sube peldaños, patea pelotas, entre otras actividades; (b)

sigue la trayectoria de los objetos con la mirada, los tira y se desplaza para

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encontrarlos, y (c) manipula materiales diversos con una intención, como

introducirlos en recipientes, encajarlos en moldes, etc. Entre los 18 y los 24

meses, el desplazamiento se orienta por el reconocimiento de las posiciones

en el espacio: dentro, fuera, arriba, abajo, encima, al lado, abierto, cerrado,

delante y detrás.

Por otro lado, el MINEDU (2009) menciona que entre los 2 y 4

años el desarrollo de las habilidades motoras le permite al niño mayor balance

del cuerpo para lanzar y patear pelotas, impulsarse para brincar un peldaño,

pedalear, saltar sobre dos pies y sobre un pie, entre otros. Estas experiencias

contribuyen al desarrollo cognitivo a través de la percepción, la imitación y

los esquemas mentales. También, repite los movimientos aprendidos con el

propósito de provocar un efecto deseado. Anticipa lo que va a suceder como

consecuencia de su acción, y la respuesta la va coordinando en sus esquemas

mentales.

Por último, el MINEDU (2009) incide en que a partir de los 3 años,

el niño realiza muchas preguntas sobre las cosas, por lo que se denomina

la «edad de los por qué». Memoriza intencionalmente la información que

obtiene como respuesta a sus preguntas y a su exploración del medio. Entre

los 4 y 5 años, el desarrollo motor le permite al niño mayor actividad,

como galopar, atrapar y rebotar una pelota, arrastrarse en el piso, mantener

el equilibrio en estructuras tipo vigas, nadar, cazar, pescar, cabalgar, etc.

Asimismo, el desarrollo neuromuscular le permite dibujar formas, copiar

círculos y cuadrados, ensartar cuentas u otros objetos, usar tijeras para

cortar, apilar bloques, vestirse solo y abotonarse (motricidad fina).

Es así que el MINEDU (2009), en el nivel inicial, plantea, teniendo

en cuenta el aspecto psicomotor, competencias acorde a la edad de los niños.

Propone que a los 3 años los niños deben ser preparados para realizar diversos

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movimientos mostrando lo siguiente: (a) control postural, (b) equilibrio, (c)

seguridad física, (d) ritmo, (e) control tónico, (f) coordinación motriz, (g)

respiración y (h) tono muscular. A los 4 años, deben ser preparados para

realizar diferentes actividades donde se observen las siguientes cualidades del

movimiento: (a) control tónico, (b) control del equilibrio, (c) coordinación

motriz, (d) respiración, (e) tono muscular y (f) velocidad. Finalmente, a los

5 años, los niños deberán estar dispuestos a realizar diferentes actividades en

las que se evidencie lo que a continuación se menciona: (a) control tónico,

(b) control del equilibrio, (c) coordinación motriz, (d) respiración, (e) tono

muscular, (f) fuerza, (g) flexibilidad y (h) velocidad. Además, aprecia los

movimientos de sus pares y los imita para lograr mayor dominio corporal.

En tal sentido, los estudiantes están en el momento clave de su

vida, en la cual se puede detectar a tiempo si se encuentran en una situación

de riesgo en cuanto a su desarrollo y poder realizar la intervención oportuna

y adecuada. Al respecto, Alcover (2010) sostuvo que «los autores insisten en

la necesidad de detectar estas dificultades ya en la etapa preescolar, cuando

se instauran importantes bases cognitivas como la conducta que junto al

funcionamiento motor, sentarán los pilares para el posterior éxito social y

académico» (2010: 37). Asimismo, menciona que «entre los 3 y 4 años se

empieza a poder medir la inteligencia, así como el desarrollo de conceptos,

habilidades pre académicas, indicadores tempranos de funciones ejecutivas

y capacidades de integración viso motoras. También pueden diferenciarse

mejor las habilidades verbales de las no verbales» (2010: 36).

2. MÉTODO

El tipo de investigación utilizado en este trabajo es la llamada descriptiva.

Los procedimientos de esta fueron explicados por Danhke (citado por

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Bisquerra, 2004) «como aquellos que buscan especificar las propiedades, las

características y los perfiles importantes de personas, grupos, comunidades

o cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis» (Bisquerra 2004:

114). Así, el estudio pretendió identificar las características de la variable

desarrollo psicomotor en los estudiantes de 4 años de las Instituciones de

Educación Inicial de la Red 06 Callao.

Además, el diseño que se empleó fue el descriptivo simple. Este

«constituye una opción cuantitativa que trata de realizar descripciones

precisas y muy cuidadosas respecto a fenómenos educativos» (Bisquerra

2004: 197). Es por ello que en este caso se recolectó datos, sin manipular

la variable, sobre el desarrollo psicomotor de los estudiantes de 4 años para

describirla.

Formalización:

M --------------- O

Donde:

M = Estudiantes de 4 años.

O = Desarrollo psicomotor.

Por otro lado, la variable de investigación por estudiar es el

desarrollo psicomotor. Este se define de manera conceptual y operacional.

A continuación, se explicarán estas ideas.

• Definición conceptual: El desarrollo psicomotor es la evolución de

las capacidades para realizar una serie de movimientos corporales

y acciones, así como la representación mental y consciente de los

mismos. En este desarrollo hay unos componentes madurativos,

relacionados con la maduración cerebral, y unos componentes

relacionales que tienen que ver con el hecho de que a través de su

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movimiento y sus acciones el sujeto entre en contacto con personas

y objetos con los que se relaciona de manera constructiva (Cf.

Monge s.f.).

• Definición operacional: Se trata del puntaje obtenido por los

estudiantes en las dimensiones de coordinación, lenguaje y

motricidad en el test de Desarrollo Psicomotor (Cf. Haeussler y

Marchant, 2002).

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Tabla 1

Dimensiones e indicadores del Test de Desarrollo PsicomotorDimensiones Indicadores

Coordinación

Traslada agua de un vaso hacia otro sin derramar.

Construye un puente dejando una abertura entre dos cubos.

Construye una torre con más de 8 cubos sin apoyo.

Desabotona los dos botones de un estuche.

Abotono los dos botones de un estuche.

Enhebra una aguja sin apoyo.

Desata la amarra.

Dibuja una línea recta, vertical y horizontal.

Dibuja un círculo con un solo movimiento.

Dibuja dos líneas rectas que se intercepten en el medio forman-do una cruz.

Dibuja un triángulo con ángulos bien formados.

Dibuja un cuadrado con sus ángulos bien rectos.

Dibuja una figura humana con más de 3 partes.

Ordena objetos por tamaños encajándolas en un tablero.

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Lenguaje

Señala en una lámina la figura grande y pequeña.

Señala en una lámina la agrupación con más y menos objetos.

Nombra animales que observa en una lámina.

Nombra objetos que observa en una lámina.

Señala en una lámina la línea larga y corta.

Menciona la acción que realiza las personas de una lámina.

Menciona la utilidad de los objetos que se le muestra en una lámina.

Diferencia la bolsa pesada y la bolsa liviana.

Dice su nombre y apellido.

Indica verbalmente su sexo.

Menciona los nombres de sus padres.

Menciona las acciones que realiza ante las situaciones plantea-das.

Coloca objetos en diferentes posiciones.

Completa las frases con analogías opuestas.

Nombra el color del cuadrado que se le indica.

Muestra la figura del color que se le indica.

Dice el nombre de la figura geométrica que se le indica.

Señala la figura geométrica que se le indica.

Nombra acciones y sustantivos que se presentan en una lámina.

Verbaliza absurdos presentados en una lámina.

Menciona en plural una agrupación de objetos.

Identifica en láminas los hechos que ocurren antes y después de una escena.

Enuncia definiciones de objetos por alguna característica.

Nombra características de objetos mostrados.

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Motricidad Da saltos seguidos con los pies juntos.

Camina llevando un vaso lleno con agua sin derramar.

Lanza con una mano la pelota hacia un punto que se le indica.

Permanece parado en un pie sin apoyo.

Camina en punta de pie.

Salta sobre un objeto con los pies juntos.

Salta con un pie con o sin avance y sin apoyo.

Coge la pelota con las dos manos.

Camina hacia adelante en línea recta con o sin apoyo tocando talón y punta.

Camina atrás en línea recta con o sin apoyo tocando talón y punta.

Nota: Variable controlada: Edad: 4 años

2.1 Participantes

La población estuvo conformada por 720 estudiantes de las aulas de 4 años

de edad de las instituciones educativas A, B, C, y D. Estas pertenecían a la

red 06-Callao. Dicha zona abarca la jurisdicción de la Ciudad Satélite de

Santa Rosa-Callao.

La muestra es la no probabilística de tipo intencional, debido a que

la elección de los sujetos se realizó de acuerdo con la edad, con los primeros

20 estudiantes y con la lista de cada aula. Por lo tanto, no dependió de

la probabilidad, sino de las características de la investigación o de quién

hace la muestra (Cf. Hernández, Fernández y Baptista 2006). Esta estuvo

conformada por 80 estudiantes de 4 años de edad, distribuidos en 44

estudiantes del género masculino y 36 estudiantes del género femenino (ver

Tabla 2). La muestra se obtuvo seleccionando un aula del turno mañana de

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cada una de las cuatro instituciones educativas del nivel Inicial pertenecientes

a la Red 06-Callao.

Tabla 2

Distribución de la muestra por género

Género F %

Masculino 44 55

Femenino 36 45

Total 80 100

N=80

2.2 Descripción de la prueba

El instrumento utilizado en la presente investigación fue el Test de Desarrollo

Psicomotor (TEPSI), de las autoras Haeussler y Marchant (1985), docentes

de la Pontificia Universidad de Chile. El TEPSI evalúa el desarrollo

psicomotor de niños y niñas entre los 2 y 5 años de edad en tres áreas:

(a) coordinación con 16 ítems, (b) lenguaje con 24 ítems y (c) motricidad

con 12 ítems, por medio de la técnica de la observación de la conducta

del niño o niña frente a las situaciones propuestas por el investigador (ver

Apéndice 1). La aplicación requiere que sea individual, y el total se obtiene

cuantificando los resultados para luego ser interpretados en una tabla de

normas. Finalmente, según los resultados, se puntualiza y designa el nivel de

desarrollo psicomotor de acuerdo con las siguientes categorías: (a) retraso,

(b) riesgo y (c) normalidad.

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2.3 Validez y confiabilidad del instrumento

En la escala original, Haeussler y Marchant (1985) realizaron una validez

de tipo concurrente con el Test Stanford-Binet. Mediante este se obtuvo un

coeficiente r de Pearson para el subtest de coordinación de .73 y de lenguaje

de .73; además de la validez concurrente con el Test de Denver, donde se

obtuvo los siguientes coeficiente r de Pearson: (a) .92 en el Test Total, (b)

.85 en el subtest de coordinación, (c) .84 en el subtest de lenguaje y (d)

.71 en el subtest de motricidad. En el presente estudio, se realizó, de igual

manera, la validez de este instrumento a través del criterio de jueces (ver

Tabla 3), por Aguinaga y Aguinaga (2012).

Tabla 3

Resultados de Juicio de expertos del test de desarrollo psicomotorTest de desarrollo psicomotor (TEPSI)

DimensiónJueces Acuerdos

(S)

V de Aiken S

5*(2-1)1 2 3 4 5

Coordi-

nación

1 1 1 1 1 5 1

Lenguaje 1 1 1 1 1 5 1

Motricidad 1 1 1 1 1 5 1

V. total 1N=3

En la tabla 4, se observa que las tres dimensiones que conforman

el instrumento test de desarrollo psicomotor obtuvieron un V de 1.00 para

alcanzar una V total de 1.00. Esto permite concluir que las dimensiones

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propuestas sí son consistentes con la variable que se pretende medir, según

la opinión de los jueces consultados.

La confiabilidad del estudio se obtuvo, en la escala original de

Haeussler y Marchant (1985), a través del análisis de dificultad e índice de

discriminación de los ítems con el coeficiente de correlación biserial puntual

(r.b.p.=.28), y el análisis del grado de dificultad del test y de los subtests.

Asimismo, la consistencia interna del instrumento fue analizada a través

del índice Kuder Richardson 20 y se obtuvieron los resultados que siguen:

(a) .94 para el total del test, (b) .89 para el subtest de coordinación, (c) .94

para el subtest de lenguaje y (d) .82 para el subtest de motricidad. También,

se realizó la concordancia interexaminador, donde se obtuvo los siguientes

coeficiente r de Pearson: (a) de .98 para el total del test, (b) .93 para el

subtest de coordinación, (c) .97 para el subtest de lenguaje y (d) .95 el

subtest para motricidad.

En el presente estudio se obtuvo la confiabilidad del instrumento

utilizando el Alfa de Cronbach. Se obtuvo un valor ritc superior a .20 para

todos los ítems, y un Alfa de Cronbach general de .918. En cuanto a las

dimensiones, se consiguieron los resultados que siguen: (a) para el área de

coordinación se obtuvo .763, (b) para el área de lenguaje se obtuvo .874 y

(c) para el área de motricidad se obtuvo .836.

2.4 Procedimientos de recolección de datos

Los procedimientos que se llevaron a cabo para la recolección de datos

fueron tres. En primer lugar, se presentó un oficio remitido por la Dirección

Regional de Educación del Callao (DREC) a las instituciones educativas,

documentos con los que las directoras se informaron y dieron el visto bueno

para la aplicación del instrumento de la investigación. En segundo lugar, se

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realizó las coordinaciones con las directoras de las instituciones de educación

inicial de la red 06-Callao, para la entrevista con las docentes de las aulas

por evaluar, quienes accedieron a brindar todas las facilidades del caso, y

depuraron las nóminas para conformar la muestra por investigar y el grupo

para la prueba piloto. Finalmente, se evaluó a cada estudiante perteneciente

a la muestra con el instrumento de investigación. La aplicación del TEPSI se

ejecutó en cuatro semanas, abarcando un tiempo aproximado por estudiante

de 30 a 40 minutos. Además, las docentes brindaron un ambiente adecuado

para aplicar las diferentes pruebas del test. La aplicación del test a los

estudiantes se realizó de manera personal por el autor de la investigación.

2.5 Procedimientos de análisis de datos

Los procedimientos que se llevaron a cabo para el análisis de datos fueron

dos. Primero, se realizó la construcción de la base de datos en el programa

SPSS v19 y se ingresaron los resultados obtenidos por ítem, áreas y puntajes

totales. Segundo, se procesó y analizó estadísticamente los datos con SPSS

v19, utilizando estadísticos descriptivos de frecuencia, media y desviación

estándar.

3. RESULTADOS

3.1 Resultados descriptivos

En la Tabla 4, se aprecia las media y desviación estándar según áreas. Así,

en el de coordinación presenta una media de 3.73 y una desviación estándar

de .44; en el área de lenguaje, una media de 2.97 y una desviación estándar

de .22, y en el área de motricidad, una media de 3.23 y una desviación

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estándar de .42. Además, la media total del desarrollo psicomotor tiene un

valor de 3.53 y una desviación estándar de .50. Dichos datos evidencian que

la mayor desviación de los datos se muestra en el puntaje total del desarrollo

psicomotor, y la menor dispersión se da en el área del lenguaje, la cual, a su

vez, es la que presenta menor puntaje en la media.

Tabla 4

Media y desviación estándar según áreas y total del desarrollo psicomotor

Medida M DE

Coordinación 3,73 .44

Lenguaje 2,97 .22

Motricidad 3,23 .42

Total 3,53 .50

Por otro lado, en la Tabla 5, se observa que en el área de coordinación

80 estudiantes se ubican en la categoría de normalidad (100%) y ninguno

en riesgo o retraso. En el área de lenguaje, 77 estudiantes se ubican en la

categoría de normalidad (96.3%), 3 en la categoría de riesgo (3.8%) y

ningún estudiante en la categoría de retraso. En el área de motricidad, 80

estudiantes se ubican en la categoría de normalidad (100%) y ninguno

en riesgo o retraso. Finalmente, se observa que en el total del desarrollo

psicomotor, 80 estudiantes se ubican en la categoría de normalidad (100%)

y ninguno en riesgo o retraso.

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Tabla 5

Frecuencias y porcentajes en las áreas y categorías y en la variable del desarrollo

psicomotor

Áreas del desarrollo psicomotor

Coordinación Lenguaje Motricidad Total

Normali-

dad

80(100%) 77(96.3%) 80(100%) 80(100%)

Riesgo 0(0%) 3(3.8%) 0(0%) 0(0%)

Retraso 0(0%) 0(0%) 0(0%) 0(0%)

3.2 Resultados complementarios

En la Tabla 6, se observa que tanto en el área de coordinación como de

motricidad 44 estudiantes hombres se encuentran dentro de la categoría

de normalidad (100%). En el área de lenguaje, 41 estudiantes hombres

se encuentran dentro de la categoría de normalidad (93.2%), mientras 3

estudiantes en la categoría de riesgo (6.8%).

Tabla 6Frecuencia y porcentaje según género masculino en las áreas y categorías del desarrollo psicomotor

Masculino

Coordinación Lenguaje Motricidad

Normali-dad

44(100%) 41(93.2%) 44(100%)

Riesgo 0(0%) 3(6.8%) 0(0%)

Retraso 0(0%) 0(0%) 0(0%)n=44

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En la Tabla 7, se observa que en las tres áreas del desarrollo

psicomotor, 36 estudiantes mujeres se encuentran dentro de la categoría de

normalidad (100 %). En la Tabla 8, se observa que 44 estudiantes hombres

se encuentran dentro de la categoría de normalidad (100%) y 36 estudiantes

mujeres se ubican en la categoría de normalidad (100%).

Tabla 7Frecuencia y porcentaje según género femenino en las áreas y categorías del de-sarrollo psicomotor

Femenino

Coordinación Lenguaje Motricidad

Normali-dad

36(100%) 36(100%) 36(100%)

Riesgo 0(0%) 0(0%) 0(0%)

Retraso 0(0%) 0(0%) 0(0%)n=36

Tabla 8Frecuencia y porcentaje por género en las categorías del desarrollo psicomotor

Género

Masculino Femenino

Normalidad 44(100%) 36(100%)

Riesgo 0(0%) 0(0%)

Retraso 0(0%) 0(0%)n=80

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En la Tabla 9, se observa que los puntajes obtenidos en el área

de coordinación por el género masculino presenta una media de 14.54 de

los 16 ítems propuestos en el TEPSI y una desviación estándar de 1.45;

mientras que el género femenino presenta en esta área una media de 14.41 y

una desviación estándar de 1.42. En el área de lenguaje, el género masculino

presenta una media de 20.84 de los 24 ítems propuestos en el TEPSI y

una desviación estándar de 2.23; mientras que género femenino presenta

una media con un valor de 20.52 y una desviación estándar de 2.07. Por

último, en el área de motricidad, el género masculino presenta una media

de 10.38 de los 12 ítems propuestos en el TEPSI y una desviación estándar

de 10.38.; mientras que el género femenino presenta una media de 10.05 y

una desviación estándar de 1.65.

Tabla 9

Media y desviación estándar en las áreas del desarrollo psicomotor según género

Género

Masculino Femenino

M DE M DE

Coordi-nación

14.54 1.45 14.41 1.42

Lenguaje 20.84 2.23 20.52 2.07

Motricidad 10.38 10.38 10.05 1.65n=80

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4. DISCUSIÓN

La presente investigación se enmarca dentro del ámbito educativo,

específicamente en lo que plantea el Proyecto Educativo Nacional al 2021-

PEN, el cual entre sus objetivos propone asegurar el desarrollo óptimo de

la infancia a través de la acción intersectoral concertada del estado en cada

región. Para los fines que persigue la investigación, se realizó la adaptación

del Test de Desarrollo Psicomotor (TEPSI), cuyas autoras son las chilenas

Haeussler y Marchant (1985). La confiabilidad del instrumento fue

determinada a través del coeficiente del Alfa de Cronbach, cuyo resultado

fue .299; de esta manera queda demostrado que el instrumento con 52

ítems es válido y altamente confiable.

Es cierto que se logró medir el nivel de desarrollo psicomotor de

los estudiantes de cuatro años de Instituciones de educación inicial de la

red 06-Callao, a través del TEPSI en sus tres áreas básicas: (a) motricidad,

(b) lenguaje y (c) coordinación, llegando a arrojar como resultado total que

80 estudiantes de la muestra que representan el 100% están en un nivel

de normalidad, ya que los puntajes obtenidos fueron iguales y superiores

a 40 ítems bien respondidos. Esto muestra que los estudiantes no han

resuelto bien cada uno de los ítems del test; además, se dio el caso de

que muchos estuvieron dentro del rango de aprobación para el nivel de

normal y respondieron erróneamente algunos ítems, pero estos no fueron

significativos para afectar en su evaluación. Sabiendo esto, se puede concluir

que los estudiantes de 4 años de la red 06-Callao están logrando un desarrollo

psicomotor normal. Asimismo, según los resultados obtenidos por Soler,

Rivera, Figueroa, Sánchez y Sánchez (2007), se puede inferir que hay

factores externos como los que siguen: (a) la estimulación sensorial, (b) la

comunicación con sus compañeros, (c) padres y otras personas de su entorno,

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y (d) experiencias en situaciones motoras y de resolución de problemas,

los cuales intervienen favorablemente en el desarrollo psicomotor y que, de

acuerdo al MINEDU (2011), permitirán al niño ser un individuo cada vez

más dueño de sí, y capaz de insertarse adecuadamente en el mundo que lo

rodea. Incluso, se pueden asociar los resultados a procesos en el niño, ya que

el buen funcionamiento del desarrollo psicomotor se dan por dos aspectos:

(a) el genético, que engloba la carga genética y le brinda la predisposición

que tiene el cuerpo en relación al desarrollo del sistema nervioso central, y

(b) el aspecto ambiental, el cual comprende el aspecto externo y provee de

estímulos que le brinda la experiencia, el contexto social, el contacto con

agentes sociales sean estos positivos o negativos para su evolución normal

en el desarrollo del sistema nervioso central, su procesamiento sensorial e

integración sensorial y, por ende, su desarrollo psicomotor (Cf. Johnson-

Ecker y Parham 1999).

En el área de coordinación, los 80 estudiantes mostraron en un

porcentaje de 100 que se encuentran ubicados en el nivel de normalidad.

Esto demuestra, según Robles (2007), que cuando se estimula más el nivel

de coordinación, este se potencia y mejora significativamente. También,

siguiendo Lorenzo (2006), que la coordinación es la muestra externa de los

ajustes dentro de la organización psíquica del individuo, la cual se está dando

de buena manera, integrando tanto los factores internos como externos para

la libertad en la ejecución de acciones coordinadas del aparato motor.

Por otro lado, 77 de los estudiantes en el área de lenguaje dieron un

porcentaje de 96.3 en el nivel de normalidad y 3 estudiantes un porcentaje

de 3.8 en el nivel de riesgo. Con lo que arroja esta información, se debería

intervenir con un programa de estimulación y nivelación en esta área en

los 3 estudiantes; esto debido a que, según el estudio realizado por Robles

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(2007), el lenguaje junto a la coordinación dan grandes resultados cuando se

les estimula y potencian. Además, se debe tener en cuenta que al presentarse

un 3.8 de porcentaje de la muestra en riesgo en el área, no quiere decir

que presente problemas funcionales, sino que, como mencionó Vigostky

(1934), «la guía de compañeros más capaces permite al niño interiorizar

los instrumentos necesarios para pensar y acercarse a la resolución de algún

problema que se presente» (1934: 24). Por otra parte, se puede asumir esto

como un factor o característica del niño, ya que, según refirió Doussoulin

(2003), cada infante posee su propia secuencia de desarrollo que está en

directa relación con su maduración, por lo cual puede variar en características

y calidad entre un niño y otro. En conclusión, los estudiantes con nivel

de riesgo deben recuperar o desarrollar esas habilidades no presentadas

en el momento del testeo más adelante y cuando deba darse según sus

características propias como individuo. Esto se deduce teniendo en cuenta

la información antes mencionada, la evaluación global que se hizo a los

estudiantes y la situación de no encontrar estudiantes en el nivel de peligro.

Finalmente, en el área de motricidad y en el total del desarrollo

psicomotor, el 100% de los estudiantes se ubicaron en el nivel de

normalidad. Es importante enfatizar en esta parte de la medición, ya que

al comparar estos datos con los obtenidos en investigaciones, como en el

caso de Moreyra y Prado (2010), en los cuales se evidenciaban hasta casos

de retraso en el desarrollo, se debe asumir que los estudiantes de la red

06-Callao están logrando desarrollar un buen nivel psicomotor. Por ende, en

el área de motricidad, la maduración normal de las estructuras neuronales,

según Zavala (1991), también debe estar desarrollando normalmente la ley

céfalo caudal y la ley próximo distal.

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La descripción de los niveles de desarrollo alcanzados por los

estudiantes eran los esperados, y estos se pueden haber dado debido a

diversos factores que intervienen: (a) la zona en la que viven, (b) la etapa

biológica por la que pasan y (c) el nivel de Institución educativa donde

cursan sus estudios preparativos para su vida educativa. También, cabe

señalar que durante la evaluación y contacto con las docentes de educación

inicial se observó que no conocen y dominan instrumentos de evaluación

acorde a su nivel, llegando a fabricar ellas mismas sus pruebas. No obstante,

la interrogante está en que si estas pruebas tomadas dan verdaderamente un

resultado confiable como el TEPSI u otro instrumento de evaluación del

desarrollo psicomotor en estudiantes de este nivel.

5. CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS

El desarrollo psicomotor del grupo que participó en la investigación, a pesar

de tener ítems errados en su evaluación, han logrado ubicarse en el nivel de

normal. Es así que 80 estudiantes que representan el 100% de la muestra

evaluada están logrando un adecuado desarrollo psicomotor en los aspectos

que siguen:

• El nivel de desarrollo de los estudiantes en el área coordinación es

normal en 80 estudiantes, que representan el 100% de la muestra

de investigación.

• El nivel de desarrollo de los estudiantes en el área lenguaje es

normal en 77 estudiantes, que representan el 96.3% de la muestra,

mientras que 3 estudiantes, que representan el 3.8% de la muestra,

se ubican en el nivel de riesgo en esta área de la investigación.

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• El nivel de desarrollo de los estudiantes en el área motricidad es

normal en 80 estudiantes, que representan el 100% de la muestra

de investigación.

5.1 Sugerencias

Para próximas investigaciones en la Región Callao, se sugiere lo siguiente:

• Realizar estudios comparativos del desarrollo psicomotor de los

estudiantes del nivel inicial pertenecientes a las redes del Callao.

• Realizar estudios de correlación entre el desarrollo psicomotor y el

rendimiento escolar de estudiantes de zonas urbanas y marginales

de la región Callao.

• Realizar estudios de correlación entre el desarrollo psicomotor y el

grado de autoestima de estudiantes de estudiantes de zonas urbanas

y marginales de la región Callao.

• Realizar estudios de correlación donde se analice el desarrollo

psicomotor con las siguientes variables: (a) la edad, (b) tipo de

vivienda, (c) constitución familiar y (d) lugar y (e) lengua de origen.

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Apéndice 1

Instrumentos de investigación

Ficha técnica

Test de desarrollo psicomotor (TEPSI)

Autoras : Isabel Haeussler P. y Teresa Marchant O.

Año : 1985 (1.a edición)

Procedencia : Santiago de Chile - Chile

Aplicación : Individual

Ámbito de aplicación : Desde los 2 años, 0 meses, 0 días hasta los 5

años, 0 meses, 0 días.

Adaptación : Elizabeth Aguinaga E. y Hector Aguinaga E.

Año : 2011

Procedencia : Callao – Perú

Ámbito de aplicación : Desde los 4 años, 0 meses, 0 días hasta los 4

años 6 meses, 0 días.

Finalidad : Evaluación del rendimiento psicomotor del

niño, específicamente coordinación, lenguaje y mo-

tricidad gruesa

Materiales : - Una batería de prueba.

- Un manual de administración.

- Un protocolo u hoja de registro.

Tipificación : Baremos de estudiantes escolares.

Técnica de medición : Observación y registro de la conducta.

Puntuación : PB = Puntaje bruto (1 punto por acierto y 0

puntos por fracaso).

T = Puntaje T del total del test y por dimensión.

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Subtest coordinación 16 pts.

Subtest lenguaje 24 pts.

Subtest motricidad 12 pts.

Puntuación Total máxima 52 pts.

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EDUCACIÓN RELIGIOSA EN CONTEXTOS DE VIOLENCIA

una mirada etnográfica a un centro de educación básica aLternativa de Lima

Andrés Ramírez Trebejo* Universidad Nacional Mayor de San Marcos

[email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: El artículo analiza la enseñanza de educación religiosa al interior

del Centro de Educación Básica Alternativa (CEBA) Manuel Gonzáles

Prada de la localidad de Huaycán, en Lima Metropolitana.1 En este espacio

urbano migrante, se presentan diversas situaciones de violencia y pobreza

que afectan la vida, seguridad y adecuada convivencia de los estudiantes y

sus familias. De este modo, mediante un enfoque etnográfico, se describirán

los tipos de violencia con la que los estudiantes conviven a diario, tanto en

sus hogares como en la localidad; la dinámica de la enseñanza de religión al

interior del CEBA —donde se resalta el papel importante del docente como

* Andrés Ramírez Trebejo es antropólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Cuenta con estudios de maestría en el Programa de Estudios Andinos de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente se desempeña como investigador y consultor en temas de educación, ruralidad y comunidades campesinas para instituciones públicas y privadas. Ha participado en diversos congresos y eventos académicos, además de publicar artículos en revistas especializadas.

1 El presente artículo se desprende de una investigación mayor sobre educación religiosa y contextos urbano migrantes en el distrito de Ate de Lima Metropolitana. Este fue financiado y auspiciado por el Instituto de Fe y Cultura de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya en el año 2009.

— 287 —

REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.287-325)

única figura de la Iglesia Católica—, la poca articulación entre la escuela

con otras instancias de la educación católica de la Diócesis de Chosica, y los

aportes de las religiones evangélicas o protestantes en la zona en temas de

violencia, lo cual es reconocida por muchos de los alumnos. Finalmente, se

presentan los aportes, dificultades y límites que tiene el curso de Educación

religiosa en contextos urbanos con situaciones desfavorables como lo

muestra el caso analizado.

PalabRas clave: educación religiosa, violencia, educación básica alternativa,

migración

RELIGIOUS EDUCATION IN CONTEXTS OF VIOLENCE

etnogRaPhic looK at an alteRnative basic education centeR of lima

abstRact: The article discusses the teaching of religious education within

the Alternative Basic Education Center (CEBA) Manuel Gonzáles Prada

Huaycán from Metropolitan Lima. Situations of violence affecting the

lives, safety and proper coexistence of students and their families are

presented in this migrant urban space. The kinds of violence with which

the students live, both at home and in the neighborhood; the dynamics of

teaching of religion into the CEBA — where the professor of religion is

the only figure in the Catholic Church —, lack of linkages between school

with other instances of Catholic education in the Diocese of Chosica, and

contributions of evangelical or Protestant religions in the area on issues of

violence, which is recognized by many students will be discussed through

an etnographic view. Finally, contributions, constraints and limits on the

religion course in urban contexts with unfavorable situations, as the case

analyzed are presented.

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EDUCACIÓN RELIGIOSA EN CONTEXTOS DE VIOLENCIA

KeywoRds: religious education, violence, alternative basic education,

migration.

1. INTRODUCCIÓN

Escribir sobre educación religiosa en el Perú es, sin duda, una tarea

ardua y complicada para aquel que quiera esbozar algunas reflexiones

en torno a ella. Los orígenes se remontan a los primeros años de

la presencia española en el Perú, quienes al implantar un nuevo sistema

político y económico en sus nuevos territorios conquistados, introdujeron

la fe católica a las poblaciones nativas. Es en esta época que se produce

el acuerdo jurídico entre el Vaticano y los monarcas españoles conocido

como el Patronato regio, con lo cual la Iglesia transfería a la Corona española

la responsabilidad de evangelizar a dichas poblaciones. De este modo, la

educación religiosa logra establecerse a partir de la evangelización y las

escuelas que fundan las órdenes religiosas aparecen en el Perú, como las

de los dominicos, franciscanos, jesuitas, entre otros (Cf. Fernández García

2000; Klaiber 1988).

Siglos más tarde, con la independencia de las colonias, el Patronato

regio fue heredado por los nuevos gobernantes de las nacientes repúblicas.

Para el caso peruano, es a partir del año de 1874 que el Papa reconoce

formalmente al presidente de la República, el cual «asumía continuar con la

responsabilidad de organizar y financiar la evangelización, lo que le dio base

jurídica, en el periodo republicano a la intervención de la Iglesia católica en

la conducción y ejecución de la educación pública» (Piscoya 2009: 16). En

épocas más actuales, para el año 1980, se firma un acuerdo o concordato

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entre la Iglesia católica y el Estado peruano, por el cual el presidente pierde

la responsabilidad de la evangelización, acuerdo que venía desde la colonia.

A partir de esta fecha, la evangelización católica recayó directamente en la

Iglesia (Cf. Piscoya 2009; Klaiber 1988). Con ello, la Iglesia católica podía

establecer centros educacionales en el ámbito de la educación privada y, a

su vez, necesitaría la aprobación del obispo responsable para que docentes

civiles o religiosos pudieran enseñar en colegios públicos (Artículo XIX).2

Es por este acuerdo que los docentes de religión, además de estar sujetos

a evaluación y nombramiento desde el Ministerio de Educación, lo están

también desde la Iglesia católica mediante la Oficina Nacional de Educación

Católica (ONDEC) y la Oficina Diocesana de Educación Católica (ODEC),

de cada Diócesis.

La ONDEC se reconoce en el año de 1956, siendo de su competencia

la coordinación de actividades en la educación primaria, secundaria, técnica

y normal. De igual manera, los siguientes son sus objetivos principales: «1)

La educación religiosa de los niños y adultos; 2) Velar por los legítimos

intereses y desarrollo de la enseñanza que la iglesia imparte en sus colegios»

(Artículo N. 1; en ONDEC, 2007). Queda reconocida, por tanto, como

la instancia de la Iglesia católica que vela por la educación religiosa en el

país para colegios de zonas populares y sectores medios. Mientras tanto, las

oficinas regionales y departamentales de la ONDEC pasan a convertirse,

en 1988, en las Oficinas Diocesanas de Educación Católica (ODEC),

funcionando en las Arquidiócesis, Diócesis, Prelaturas y Vicariatos de todo

el país, manteniendo siempre dependencia de las ODEC (Cf. ONDEC

2011). 2 El Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú fue firmado en Lima el 19 de julio

de 1980 y aprobado mediante Decreto Ley N. 23211, el 24 de julio de 1980. Para más información, puede consultarse el documento en la página web del Vaticano, La Santa Sede. Se deja el link correspondiente al acuerdo en el listado de referencias.R

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EDUCACIÓN RELIGIOSA EN CONTEXTOS DE VIOLENCIA

Si la educación religiosa en el Perú se enmarca dentro de procesos

históricos propios de nuestra constitución como país y de marcos

normativos que la definen en sus objetivos y fines, cabe preguntarnos para

qué enseñar educación religiosa en escuelas públicas. Más allá de perseguir

fines evangelizadores o de difusión de la fe católica, ¿tiene algún beneficio

para la vida diaria de los alumnos?, ¿cuáles serían los impactos en las vidas

de alumnos de una de las modalidades educativas más precarias y poco

atendidas, como es la educación alternativa?

Al respecto, siguiendo lo planteado por Luis Meza, podríamos

argumentar que la educación religiosa podría tener dos aspectos muy útiles en

la formación del individuo, a saber, la concepción del mundo y la tolerancia.

Desde esta perspectiva, se observa lo siguiente: « […] la Educación Religiosa

Escolar le ayuda al educando para que ratifique (o tome, en algunos casos)

su decisión en materia religiosa, precisamente en la confrontación con

otras confesiones y religiones, con las diversas concepciones del mundo y

del ser humano y con las diversas ideologías, y favorezca la comprensión y

tolerancia ante las opciones ajenas» (Meza 2012: 22). Es decir, se trata de

que la educación religiosa se convierta en una opción para el estudiante y

pueda adquirir capacidad de comparar posturas, concepciones e ideologías a

fin de tomar posición por una de ellas y practicar la tolerancia hacia aquellas

que difieran de la suya.

De esta manera, la educación religiosa se vuelve importante para

la educación, pues, « […] tiene un efecto en la relación con el otro o la

otra (dimensión afectiva), los otros (dimensión sociopolítica) y lo otro

(dimensión profesional). Todas estas dimensiones forman parte del proyecto

de vida del ser humano y son dadoras de sentido» (Meza 2012: 22, cursivas

en el original). Con estas tres dimensiones como formadoras de proyectos de

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vida, se concibe a la educación religiosa más allá de aspectos confesionales,

situándola como parte integrante en la formación del individuo. Ello podría

ayudar a tener un mayor impacto en la vida del educando, más aún si

pertenece a poblaciones que se encuentran dentro contextos de pobreza y

violencia.

Precisamente, las situaciones de violencia que actualmente

van produciéndose en todo el planeta, y en especial en el caso peruano,

puede deberse a la gran brecha entre el crecimiento económico, la escasa

distribución y la falta de oportunidades, lo que genera inseguridad y

desempleo (Cf. Narváez 2009). Si bien las causas pueden deberse a varios

factores, entre ellas las económicas, también debe considerarse la poca

cobertura de derechos ciudadanos que el Estado no logra garantizar.

De este modo, para tratar de comprender la violencia, sus

dinámicas y consecuencias en los individuos, se debe partir considerando

que la violencia se presenta e interrelaciona en los siguientes tres espacios de

convivencia del individuo: la realidad familiar, social y cultural (Cf. Espinoza

2000). Es en estos tres espacios o redes de interacción donde la violencia

suele reproducirse. Para aquellos que se encuentran en situaciones menos

favorecidas, como los niños y jóvenes de escuelas públicas y de contextos

urbanos marginales, dicha violencia suele naturalizarse (entre profesores,

padres y alumnos) y presentarse cotidianamente entre los actores sociales.

De modo que, «La violencia con el niño, se manifiesta en el maltrato físico

y psicológico de parte de los mayores, sean padres, padrastros o profesores.

Esta realidad se presenta en la vida de los menores en tres esferas: en el

ambiente familiar, en el ambiente escolar y en el ambiente de la sociedad»

(Pimentel 1996: 31).

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EDUCACIÓN RELIGIOSA EN CONTEXTOS DE VIOLENCIA

Es a partir de este marco previo respecto a la enseñanza de la

educación religiosa católica y la violencia que se presenta en diversos

contextos, que se sitúa la presente investigación. En esta investigación

se intenta indagar sobre la enseñanza de religión dentro de contextos de

violencia analizando como caso de estudio un CEBA de la localidad de

Huaycán. Se tratará de describir y explicar este fenómeno a través de las

siguientes cuestiones: ¿cómo se desarrolla la enseñanza de la religión católica

en el CEBA Manuel Gonzáles Prada de Huaycán?, ¿cuáles son los tipos

de violencia que tienen los alumnos del mencionado CEBA?, ¿cómo es

la dinámica de la educación religiosa frente a la violencia?, y, finalmente,

¿cuáles son los límites, aportes y dificultades de la educación católica?

Cabe agregar que el trabajo de campo se realizó durante los

meses de abril a octubre del año 2009. La investigación tuvo un carácter

etnográfico, por lo cual se primó la relación interpersonal y vivencial con los

actores del centro educativo. De este modo, se trató en lo posible de ingresar

en las lógicas de la institución y sus actores sociales para comprender el

fenómeno estudiado desde sus propias percepciones. Se aplicaron varias

técnicas de recojo de información de carácter cualitativa que mencionamos

a continuación: observación de las clases de religión, escuchándolas como

parte del aula; además, se observaron situaciones cotidianas fuera del aula

y centro educativo; se entrevistó, por otro lado, a la directora, algunos

docentes y alumnos; y, por último, se realizó un grupo focal en la parte final

del trabajo de campo. Asimismo, se complementó la parte cualitativa, con

una encuesta que se aplicó a 40 alumnos del 5o de secundaria del CEBA

Manuel Gonzáles Prada.

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2. EL CEBA MANUEL GONZÁLES PRADA

El CEBA Manuel Gonzáles Prada (en adelante, será mencionado en el texto

como CEBA-MGP) se ubica en la avenida Andrés Avelino Cáceres en la

zona «O» de la Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán, en el

distrito limeño de Ate. Los orígenes del CEBA-MGP se remontan al año de

1986, cuando en la recién fundada comunidad de Huaycán3 se empiezan

a dictar clases en la Institución Educativa N.1236, actualmente llamada

Alfonso Barrantes Lingán. Posteriormente, en 1987, se empieza a construir

el actual CEBA Manuel Gonzáles Prada en un terreno propio, ampliándose

en 1990 las modalidades de jóvenes y adultos para el nivel secundario,

empezando así la educación alternativa con cinco secciones de dicho nivel.

Pero será recién en el año 2001 cuando se extiende para el nivel primaria.

De igual manera, en la fecha cuando se hizo la investigación para el presente

artículo, se contaba con un aproximado de 700 alumnos y 15 docentes (Cf.

CEBA Manuel Gonzales Prada 2009).

Este CEBA constituye para los jóvenes y adultos de Huaycán,

quienes en su mayoría trabajan durante el día y se encuentran en situación

de pobreza, una oportunidad de poder culminar los estudios de educación

básica. Esta característica primordial del educando en el CEBA es asumida

desde la institución como: « […] una alternativa de solución en Valores y

Actitudes para que un grueso sector de nuestra comunidad continúe con

sus estudios y logre alcanzar sus metas y por ende crecer en la sociedad e 3 La Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán (CUAH) se fundó el 15 de julio de

1984, a partir de un proyecto de habilitación urbana diseñada desde la Municipalidad Metropolitana de Lima que en ese entonces se encontraba bajo el mandato de Izquierda Unida con Alfonso Barrantes como alcalde. Para aspectos de su fundación y desarrollo, véase: Ledgard (1987); Calderón y Olivera (1989); ADELH (2000); PNUD (2005). De igual forma, durante la época del conflicto armado interno puede revisarse CVR (2003: pp. 281-294). R

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integrar al desarrollo económico de nuestro País» (CEBA Manuel Gonzales

Prada 2009: s.p.). Cuenta con todos los niveles de educación regular —

primaria y secundaria—, con la diferencia que se realiza durante el turno

nocturno, desde las 6:00 pm hasta las 10:00 pm. Desarrolla los dos siguientes

programas de educación: el Programa de Educación Básica Alternativa de

Niños y Adolescentes (PEBANA) dirigido a niños y adolescentes desde 9

a 18 años; y el Programa de Educación Básica Alternativa de Jóvenes y

Adultos (PEBAJA) dirigido a jóvenes y adultos mayores de 18 años. Ambos

se organizan en los siguientes tres ciclos: Inicial, Intermedio y Avanzando,

que comprende dos, tres y cuatro grados, respectivamente; cubriendo, de

esta forma, todos los años de la educación básica (Ministerio de Educación

2009: 12). El año escolar se divide en cuatro trimestres, otorgándose una

semana de vacaciones al término de cada uno de ellos. Según comentan

los profesores, la cantidad de alumnos se reduce luego de las vacaciones,

lo que hace notar una gran deserción escolar dentro del CEBA, «siempre

los alumnos se retiran pasando vacaciones» (Prof. Roberto). Con el actual

gobierno, se ha aprobado una modificación respecto a los programas que

funcionaban al interior de los CEBA. Según la nueva disposición, el Programa

de Educación Básica Alternativa de Niños y Adolescentes (PEBANA)

deja de ser competencia del CEBA, el cual solo se ocupará del Programa

de Educación Básica Alternativa de Jóvenes y Adultos (PEBAJA). De este

modo, la educación en esta modalidad pasa a denominarse Educación de

Jóvenes y Adultos-Educación Básica Alternativa (EJA-EBA) (Cf. Chiroque

y Conislla 2013).

Por otro lado, desde el Diseño Curricular Nacional (DCN) se

menciona que la Educación Básica Alternativa (EBA) es «la modalidad

educativa más comprometida con el pago de la deuda social que el país

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tiene con gran parte de su población» (Ministerio de Educación 2009:

10). Si bien se asume desde el Estado que la EBA es una forma de «pago

de la deuda social», en la práctica veremos que se dista mucho de serlo,

pues esta modalidad sigue teniendo un rasgo «remedial» (Cf. Chiroque y

Conislla 2013: 27). Ello significa que en la práctica no se la asume como

una modalidad educativa de importancia para atender a poblaciones que

poseen problemas de diversa índole, pues, como se ha encontrado en la

investigación, existen situaciones adversas para los alumnos, sus familias,

la localidad y el centro educativo, lo cual ocasiona que esta modalidad no

genere transformaciones en la vida de los alumnos.

Ahora bien, en cuanto a la población estudiantil del CEBA, se

observa un alto procedente provinciano. Según la encuesta, el 55% de

los alumnos refieren haber nacido al interior del país (Junín, Ayacucho,

Apurímac y Cusco) y solo el 35% menciona haber nacido en Lima. Respecto

a los orígenes de los padres, la mayoría de ellos presenta procedencia

provinciana. Se encuentra que el 86% de padres han nacido fuera de Lima,

tanto en la sierra central y sur, sierra de Lima, amazonía, y costa norte del

país. Solo el 14% menciona haber nacido en la ciudad de Lima. Así, estas

cifras permiten apreciar que una buena parte de los alumnos y padres son

migrantes de primera generación, quienes al llegar a la capital y establecerse

en Huaycán buscan acceder a servicios, como educación, salud y trabajo.

Sin embargo, no todos los alumnos viven junto con sus padres.

Existen casos donde los alumnos viven solo con uno de ellos o con algún

familiar cercano. Un 28% de alumnos declara que viven con otros familiares

que no son sus padres; un 15%, únicamente con uno de ellos; un 5%, en

otro lugar, y un 52% junto a ambos padres. Es decir, se tiene un 43% de

alumnos que no viven con los padres, siendo esta cifra casi la mitad de los

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encuestados. Por otro lado, las principales razones para estudiar en el CEBA

son los siguientes: buscar terminar los estudios secundarios; obtener un

certificado de estudio y lograr un mejor futuro; y la disposición de tiempo

que tienen debido a que en las mañanas el trabajo no les permite estudiar.

Los estudiantes del CEBA-MGP residen en varias zonas aledañas

a la institución educativa. De esta forma, el 80% de los alumnos vive en

Huaycán; el 5% en Horacio Zevallos;4 el 5% en Lima y el 2% en Chosica.

Por esta razón, el CEBA atiende principalmente a jóvenes y adultos de la

propia localidad, lo cual debe imponer la necesidad de que la enseñanza

se adecúe a los contextos y realidades particulares de los alumnos. Por este

motivo, como se verá a continuación, los alumnos conviven con problemas

de violencia en varios espacios de sus vidas cotidianas, y lo que la escuela

brinda, tanto a nivel institucional como en el curso de Educación religiosa,

tiene poca incidencia en sus vidas.

3. MANIFESTACIONES DE LA VIOLENCIA

3.1. La violencia en la localidad

En Huaycán es muy notoria la presencia de la violencia juvenil representada

por los grupos conocidos como «pandillas», las cuales están integradas en

buena parte por jóvenes de la zona y suelen identificarse con equipos de

futbol del medio local y por el territorio de algunas zonas de la localidad. De

acuerdo a Cordula Strocka (2008), integrar las pandillas, o más propiamente

las «manchas», «sirve como una red importante de respaldo social y una

fuente de reconocimiento positivo entre pares [y que incluso] viene a ser

una estrategia con que hacer frente a problemas familiares tales como la

4 Horacio Zevallos es un asentamiento humano colindante a Huaycán. Rev

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violencia doméstica y la falta de atención de los padres» (Strocka 2008:

153). Sin embargo, las «manchas» o simplemente las «pandillas», logran

generar un clima de inestabilidad y miedo entre los alumnos del CEBA y

la población de Huaycán. Se las puede apreciar por toda la localidad, en las

principales avenidas, losas deportivas y en los alrededores de los colegios.5

Al ser testigos cotidianos de la violencia manifestada en actos

delincuenciales, es natural la impresión de zozobra y temor entre los

alumnos. A continuación, mostramos un testimonio respecto a estos hechos:

Justo yo cuando estaba preguntando sobre la matrícula en la

mañana de mi hermana menor, estaba bajando de este mismo

colegio, estaba bajando para la quince, y resulta…eso fue en la

mañana, a las 10, 11 am, resulta que dos hombres, chibolos,

tendrían sus 22, 23 años, bajaron a la chica, la chica tenía su

bebito y más abajito estaba su mamá, pero su mamá no se

había percatado que a su hija la estaban ahorcando, y le estaban

robando el celular, su cartera, todo, y justo con el bebé que tenía,

ni siquiera[…] era un bebe, a la chica la tumbaron al suelo,

y después aparece una moto atrás y se los jala, o sea ya es en

conjunto. Hasta en la moto misma roban, después se reparten

(Edith-5o año).

Además de la violencia que los alumnos suelen experimentar fuera

del centro educativo mientras se dirigen a sus hogares, también aparece

en numerosas discotecas en las principales avenidas de Huaycán. Estas

discotecas generan violencia por la venta de alcohol, drogas, e incluso

5 Respecto al tema de pandillas, grupos violentos y «esquineros», véase: Loayza (2010), Strocka (2008), Munar (2004), Santos (2002), Martínez (1998).R

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violaciones a mujeres al salir del lugar. Otro testimonio afirma lo siguiente:

«hasta afuera mismo venden la droga, hay fumones, ocurren las violaciones,

ahí ocurre todo y la gente no dice nada, en la 15 de julio ahí hay cantidad,

Huaycán es el rey de las discotecas» (Liz-5o año).

Como se ve, la violencia que se reproduce en la localidad proviene

de las pandillas, robos, venta de drogas y alcohol en las discotecas. Esto se

reconoce como un problema que afecta la integridad física de los estudiantes,

además de su bienestar psicológico. Incluso, se percibe en ellos el miedo a

ser agredidos por pandillas al salir del centro educativo o al dirigirse a sus

domicilios.

3.2. Situaciones conflictivas al interior del CEBA-MGP

Al interior del salón de clase se han podido registrar algunas situaciones

conflictivas entre los alumnos, manifestadas en ciertas agresiones físicas

y verbales. De las clases observadas en los cinco grados de secundaria, se

encuentran algunas diferencias en cuanto al comportamiento de los alumnos

y los conflictos que tienen. En alumnos del 1er año se tiene mayor respeto

hacia el docente, mostrándose siempre dispuestos a contestar y participar en

clase. Se ha encontrado que son pocos los alumnos quienes parecen ser más

inquietos y generan cierto desorden en el aula. Por ello, en algunas ocasiones

propinan golpes a sus compañeros más próximos sin que el docente se dé

cuenta. En este grado, la mayoría de los alumnos son menores de edad (entre

10 y 12 años, aproximadamente) y parecen más pendientes de la clase,

soportando el desorden y ciertos conatos de violencia que generan algunos

alumnos mayores. En los siguientes dos años, 2.o y 3.o, hay una situación

bastante similar, aunque no se encuentran agresiones físicas o verbales de

forma abierta o explícita. Lo que sí se ha registrado son ciertas burlas hacia

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algunos estudiantes que participan constantemente en clase. Es evidente

que algunos alumnos más extrovertidos suelen hacer dichas burlas con el

fin de molestarlos. Asimismo, se aprecia que estos alumnos interesados

y constantes en las clases, no se adecúan al modelo «limeño criollo» (Cf.

Callirgos 1995), por el cual son motivos de burla y segregación.

Al contrario de lo que ocurre en estos tres primeros años, en los

siguientes la situación se vuelve muy diferente. En el 4to año se aprecia que

el docente ya no impone suficiente orden ni disciplina, pues en ocasiones se

llegan a observar gestos obscenos de los alumnos mientras el docente escribe

en la pizarra, causando risas entre todos. La mayoría de los alumnos esperan

este comportamiento de desorden en el aula, siendo más hiperactivos y, en

algunas ocasiones, presentan agresiones entre compañeros. Por ejemplo, se

pudo observar a un alumno cuando se dirigía hacia una carpeta, agredir

verbalmente al que ya se encontraba sentado, diciéndole «siéntate, cabro».

El agredido no respondió, ni tampoco avisó al docente del hecho.

Este tipo de agresiones verbales se hacen tan cotidianas que se

aprecian como naturales por los actores sociales. Los alumnos no suelen

avisar al docente, ni el alumno mismo las asume como insultos o agresiones,

sino como la forma «normal» de convivir en la escuela. Además de las

agresiones verbales no atendidas por el docente y quedando, más bien, entre

los alumnos, en secreto, se encuentran algunas discusiones entre ellos. Por

ejemplo, en alguna ocasión, mientras dos alumnas realizaban tareas de otro

curso, una de sus compañeras se dirigió al docente pidiéndole expulsarlas

(«bótelas, profe»), en seguida las alumnas respondieron contradiciéndole de

forma violenta (« ¡cállate tú!»). En este caso, debido a que toda el aula se

percató del altercado, el docente tuvo que intervenir para poner fin a la

discusión entre las alumnas. Finalmente, en el 5o año, al ser alumnos de

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mayor edad, la situación es bastante similar. Ellos ya no suelen mantener

el orden en el aula, al margen incluso del docente; siempre se conversa, se

camina durante la clase, se hacen bromas y juegan entre ellos.

Respecto al docente de religión, no se ha registrado ni recogido

testimonios que mencionen que tenga actitudes o prácticas de violencia

hacia los alumnos. Según refieren estos, los conflictos más usuales los tienen

con algunos docentes. Al no tener en cuenta la mala situación económica y

laboral en que viven los estudiantes, se incomodan cuando estos llegan tarde

a clase, reprochándoles y generando con ello un clima de tensión.

Fuera de las aulas de clase no se han registrado situaciones de

violencia entre alumnos. Se menciona que años atrás sí existían agresiones,

incluso llegando a agredir al docente. Estos se han visto reducidos

considerablemente, presentándose casos aislados y pocos frecuentes. Incluso

la directora mencionó que, desde su arribo al colegio, hace más de siete

años, encontró un clima mucho más hostil, con actitudes de violencia no

solo entre alumnos, sino también entre profesores y alumnos. Ello causó

que estuviera a punto de renunciar al cargo por temor a ser víctima de la

violencia que se vivía en Huaycán y en el CEBA-MGP.

3.3. Contexto familiar: pobreza y violencia

El contexto familiar de los estudiantes del CEBA-MGP está definido en

su mayoría por familias desestructuradas y con problemas económicos.

El 25% de alumnos responde que los problemas en la familia se deben a

la falta de trabajo y dinero; el 20%, por la desunión; y el 15%, por un

miembro de la familia. Así, la pobreza y el trabajo mal remunerado son los

problemas que más aquejan a las familias de los estudiantes encuestados.

Muchos de los estudiantes trabajan en jornadas durante casi todo el día, ya

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sea en construcción, carpintería, mecánica, transportes, cuidado del hogar,

entre otros. Ello ocasiona que muchos no tengan la disponibilidad ni las

fuerzas para el estudio. Como consecuencia, provoca mucha resignación,

tal y como se aprecia en el siguiente testimonio de un docente: « ¿qué se le

puede exigir a un alumno si se levanta a las 6.00 am para trabajar y no ha

abierto su cuaderno, no ha estudiado y llega al colegio a las 7.00 pm?» (Prof.

Roberto). Precisamente, situaciones como estas son las que marcan el sentido

de flexibilidad que debe tener el CEBA-MGP, lo que no necesariamente se

cumple en la práctica, pues como algunos alumnos mencionan, hay ciertos

docentes que desconocen los problemas en que muchos alumnos viven, lo

cual alimenta conflictos y malestar entre ellos.

Además, dentro de la situación familiar de los alumnos, existen

situaciones de violencia que vivieron o viven actualmente. Y es que las

reacciones violentas al interior de las familias son intensas en la medida que

no pueden satisfacer las necesidades mínimas de los hijos, lo que los vuelve

impotentes, nerviosos, y como consecuencia de ello, generan agresiones y

actitudes autoritarias hacia los hijos (Cf. Pimentel 1996). Para los alumnos,

la violencia física y psicológica son casos cotidianos en muchas familias de

Huaycán, como se aprecia en los siguientes testimonios:

[…] en mi familia, mi papá siempre le pegaba a mi mamá, mis

hermanos me cuentan ¿no?, cuando eran chicos y ya, pues, queda

como un recuerdo así feo. Pero mayormente, cuando mi papá

ha estado mareado, le ha pegado a mi mamá pero yo sí no me

acuerdo, antes ha sido, ya último ya no, ya (Milagros-5.o año).

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[…] yo sí soy bien renegona, quizá será por el mismo motivo que

cuando yo era pequeña también he crecido así, yo he crecido sin

papá, yo tenía un padrastro, y desde pequeña he sufrido bastante

al saber que mi papá no estaba a mi lado, y encima veía que mi

padrastro le pegaba a mi mamá también, tomaba, todo. Y hemos

crecido así con violencia, pero ahora como ya hemos madurado,

ha bajado, ya no es como antes. Ahora mi papá con mi mamá no

viven, pues, se han separado. Ahora mi mamá no está tampoco,

ahora estamos viviendo con mi papá no más pero ya no hay

violencia (Liz-5.o año).

Desde estos testimonios, son claras las secuelas dejadas por la

violencia familiar ligada al autoritarismo y la mala situación económica.

Los alumnos reconocen que los maltratos y agresiones de los padres es una

forma de desfogarse con ellos por la situación de pobreza y precariedad en

la que viven. Es decir, establecen relaciones donde «los padres suponen que

el castigo asociado al dolor y al miedo es capaz de producir cambios en la

conducta del niño o del adolescente y conduce a su disciplina» (Espinoza

2000: 83).

En resumen, se entiende que muchas familias de los alumnos se

encuentran inmersas dentro de contextos de violencia. Es de reconocer,

igualmente, que muchas de las agresiones provienen de los padres hacia

los hijos, lo cual genera en ocasiones la reproducción de estas actitudes

violentas. Una buena parte del alumnado del CEBA-MGP, a quienes se

entrevistó y encuestó, mencionan que viven solo con algún familiar o uno

de los padres y, además, son ellos quienes cubren sus gastos mediante el

trabajo eventual o mal remunerado.

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De esta forma, los alumnos del CEBA reciben estudios dentro de

una realidad atravesada por varias formas de reproducción de violencia.

Por un lado, se tiene la violencia más latente y causante de mayor zozobra,

diseminada en robos, violaciones y venta de drogas, generalmente llevadas

a cabo por pandillas. Por otro, se observan ciertos casos de agresiones entre

compañeros y la poca flexibilidad de algunos docentes al no comprender la

situación social de los alumnos. Asimismo, se toman en cuenta las agresiones

y maltratos recibidos dentro de las familias, muchas de ellas desestructuradas

y bajo situaciones de pobreza. Todo ello ocasiona y demanda que la enseñanza

de cualquier curso en la educación básica alternativa tenga un cariz distinto

y particular. Quedan por ver, entonces, las formas por las cuales el centro

educativo, mediante el curso de Educación religiosa, enfrenta y maneja el

tema de la violencia, tan cotidiana en los alumnos.

4. ENSEÑANZA DE LA FE Y EL TRABAJO SOBRE LA VIOLENCIA

EN EL CEBA-MGP

La Oficina Diocesana de Educación Católica (ODEC) de Chosica, pertenece

a la Diócesis del mismo nombre y tiene su sede en Huaycán.6 Se encarga de

organizar, coordinar y dirigir a todos los docentes de educación religiosa de

secundaria y en todas las modalidades de institución educativa (Regular o

Alternativa) de la zona. Trata, así, de «Garantizar, y orientar la Educación

Religiosa católica en las Instituciones Educativas Publicas del territorio de

la Diócesis de Chosica, en referencia y unidad con el Obispo, Pastor de la

Iglesia, y bajo la normatividad del Ministerio de Educación» (Diócesis de

Chosica 2009: 35).

6 Sobre la Diócesis de Chosica, véase Bazán (2003, 2013). Rev

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EDUCACIÓN RELIGIOSA EN CONTEXTOS DE VIOLENCIA

La ODEC-Chosica busca que la educación religiosa católica se

enmarque bajo los objetivos de la Iglesia Católica peruana y el Ministerio

de Educación. Posee dos áreas principales, el área Pedagógica y el área

Pastoral, que buscan cumplir con el objetivo citado. La primera tiene por

finalidad el trabajo con los docentes, tanto para elevar el nivel pedagógico,

doctrinal, como promover materiales educativos. La segunda, apunta, más

bien, a lograr una adecuada convivencia mediante la Pastoral Educativa

en los colegios de la Diócesis (Cf. Diócesis de Chosica 2009). Respecto a

esta Pastoral Educativa, llamada PASED DIOCESANA, se busca inculcar

«procesos comunitarios de fe y conversión» (Diócesis de Chosica, 2009: 33).

Por lo tanto, la Pastoral debe garantizar que se tienda una eficaz relación

entre la parroquia y los centros educativos de Huaycán. Sin embargo, ello no

llega a realizarse, siendo este un déficit que tiene la ODEC con la modalidad

de educación básica alternativa.

4.1. Relación entre la ODEC-Chosica y el CEBA-MGP

La articulación entre la ODEC y el CEBA-MGP es bastante limitada, pues

aquella solo se ocupa de algunos aspectos pedagógicos y de coordinación

con el resto de docentes de religión de todos los colegios de Huaycán.

Se establecen vínculos entre la ODEC y sus profesores de religión, mas

no con la institución educativa. Por esta razón, en el Proyecto Educativo

Institucional (PEI) del CEBA-MGP, no se encuentran referencias explícitas

a la enseñanza de religión, tampoco su importancia ni la institucionalidad

de la ODEC en la localidad de Huaycán. De igual modo, en el Programa

Curricular del curso de Educación religiosa, solo hay componentes del

Diseño Curricular Nacional (DCN), los cuales han sido propuestos por la

ODEC. Se aprecia entonces que el área de religión obedece a objetivos de

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la ODEC-Chosica y del DCN, y no se diversifican ni se particularizan de

acuerdo a la realidad educativa y social del CEBA-MGP. Por ejemplo, en el

PEI no hay referencia alguna sobre la situación de violencia que hay en la

localidad, tanto en la vida de los alumnos como en sus familias.

4.2. Enseñanza de la fe

El rol del docente

El curso de Educación religiosa está a cargo de un solo docente. En este caso,

por el profesor Justiniano Roca, originario del distrito de Chacas, provincia

de Asunción, departamento de Ancash. La cercanía a la fe católica la tuvo en

su pueblo natal cuando cursó sus estudios en el colegio Don Bosco, famoso

actualmente por su escuela de ebanistería fundado por el padre salesiano

Ugo de Censi. Fue el modelo del padre Ugo quien le inspiró a cultivar

la fe católica y se inclinara hacia la vida religiosa. A partir de ello afirma

lo siguiente: «[…] uno quiere ser como él […] [estuve] más apegado a la

parroquia, entonces quise ser sacerdote, dos años viví ahí. Ayudaba al Padre».

Luego de ello, decide ingresar al Seminario de Salesianos Santo Domingo

donde realizó estudios eclesiásticos para convertirse en sacerdote. Sin

embargo, al cabo de cinco años de estudios, decide retirarse del Seminario.

Según cuenta, la razón se debió a que «no valía para cura», pues consideró

que la vida del sacerdote implica demasiadas responsabilidades, vocación

y privaciones que quizá no podría cumplir. Luego del Seminario, ingresa

al Instituto Superior Catequético y después a la Universidad Marcelino

Champagnat, donde completó sus estudios en educación. Trabaja en esta

área hace más de doce años.

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El docente trata de vincularse afectivamente con sus alumnos,

ganando siempre su confianza. Es habitual ver al docente hablar con los

alumnos durante las clases como al término de estas, haciéndoles pequeñas

bromas y manteniendo una relación cordial con ellos. Así lo refiere en la

siguiente declaración: «A los alumnos siempre hay que tratar de entrar a

conocerlos, entendiendo sus problemas […] hay casos de chicos que no le

interesaba la clase, pero llegándoles a conocer desde sus bromas y posturas

de rebelde, se puede hacer que le interese la fe, y hasta el día de hoy varios

alumnos vienen a buscarme para pedir consejos y hablar».

Así, la clase de religión no solo se realiza dentro del aula, sino

principalmente fuera de ella, cuando los alumnos acuden al profesor en

búsqueda de consejos o apoyo emocional. Son estos espacios fuera del aula

donde se produce una mejor relación docente-estudiante, pues los problemas

de los alumnos son conversados de modo personal con el profesor. Se llega a

generar buena empatía, aunque no ocurre de la misma forma con el curso de

Educación religiosa. A pesar de ello, resalta su compromiso para ayudarlos

frente a las situaciones de violencia en la que están envueltos. Cuenta,

además, que ha podido ayudar a varios alumnos quienes se encontraban

dentro de pandillas, Mediante la confianza y la palabra, como el docente

asegura a continuación: «siquiera un par de almas he salvado».

La clase de religión

Las clases de religión suelen empezar con una oración. Es el docente

quien manda rezar el Padre Nuestro y el Ave María para luego terminar

agradeciendo la oportunidad de reunirse nuevamente con sus alumnos

en clase y aprovechar los conocimientos que se brindarán. Para el propio

desarrollo de la clase, el docente suele utilizar la Biblia, leyendo en algunas

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ocasiones ciertas citas de acuerdo al tema tratado. Los alumnos escuchan,

copian o comentan las citas de acuerdo al caso. Sin embargo, no todos los

alumnos utilizan el mencionado texto. El docente reconoce que no se les

puede exigir su uso, pues no todos cuentan con la posibilidad de adquirir un

ejemplar. Ante esta dificultad, la única solución es que el docente trabaje con

su propia Biblia y comparta las citas con los alumnos. No se utilizan otros

materiales de trabajo como separatas, fotocopias o libros; todo el material de

apoyo se basa exclusivamente en el mencionado libro sagrado.

La actitud de los estudiantes respecto a las clases de religión difiere

de acuerdo al grado de estudio. En el 1er año, la mayoría de los alumnos

atienden las clases del docente, escriben en sus cuadernos y comentan las

citas bíblicas. Sin embargo, son pocos los alumnos quienes responden a las

preguntas, encontrándose a la dispuesta a escuchar pero no a participar con

sus intervenciones. En el 2do año, hay una mayor actitud de reflexionar

sobre algunos temas, como los de «Moisés y el llamado de Dios», «Abraham,

el padre de la fe», entre otros, donde hay referencias a eventos históricos y

míticos. En este grado, la mayoría de los alumnos participan activamente

en clase, mediante sus preguntas y respuestas al docente, así como con

comentarios a los temas desarrollados. En el 3.er año, se aprecia en los

alumnos un alejamiento para atender el tema religioso, a la vez que se le

habla al docente de manera más directa. Por ejemplo, cuando el docente

preguntó sobre el nombre del actual obispo, los alumnos respondieron lo

siguiente: « ¿Cómo vamos a saber pe, profe?». En este grado, los alumnos ya

no llevan Biblia y la atención hacia la clase es mucho menor en comparación

con los dos años anteriores. Aquí se le suele indicar al profesor que la hora

de la clase terminó sin importar si se encuentra en plena explicación del

tema. En 4.o y 5.o año se aprecia un alejamiento mucho mayor al curso

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de Educación religiosa. Casi todos los alumnos son muy locuaces, lo que

termina generando cierto desorden en la clase. Solo se espera del curso el

dictado del profesor, («ya, dicte, profe»), y no hacer más que copiar lo que

el docente escriba en la pizarra.

Es evidente, entonces, que a partir de 3.er año cambia la reflexión y

la atención hacia el curso de Educación religiosa. En los dos primeros años

(1.o y 2.o), los alumnos escuchan más al docente, tanto en las lecturas de las

citas bíblicas y sus respectivos comentarios como con el cumplimiento de

las tareas en casa. Por el contrario, en los últimos tres años (3.o, 4.o y 5.o), la

situación tiende a variar, pues los alumnos empiezan a perder el interés por

el curso. Esta situación quizá pueda deberse a que, en los primeros años, los

alumnos son mucho más jóvenes y necesitan acercarse a la fe y la esperanza

que les ofrece el curso de Educación religiosa. En cambio, en los últimos tres

años, los alumnos se desarrollan y van perdiendo la necesidad de contar con

un curso que les enseñe temas respecto a la fe, Dios y moral cristiana. Es en

estos años donde los estudiantes tienen la necesidad de terminar el colegio

sin importar los temas o cursos.

Aportes de otras religiones

Al interior del CEBA se encuentran una buena cantidad de alumnos

pertenecientes a lo que Manuel Marzal denomina como las «nuevas iglesias»

(Marzal 1989: 267), siendo estas las confesiones religiosas diferentes a la

católica. Hay alumnos que pertenecen al Movimiento Misionero, la Iglesia

Pentecostés, Iglesia Cristiana, Iglesia Evangélica, Adventistas del Séptimo

Día, Testigos de Jehová, entre otros. La presencia de estos alumnos no

origina conflictos con el resto ni con el docente del curso de Educación

religiosa. La única diferencia que tienen los alumnos católicos y no católicos,

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es que estos últimos suelen ser exonerados del mencionado curso. Sin

embargo, no todos lo llegan a hacer, pues algunos consideran que llevar el

curso no significa alejarse de su creencia religiosa, sino, por el contrario, es

complementarlo con temas y puntos de vista de la educación católica.

Se han recogido muchas referencias de alumnos y docentes

respecto a la labor que realizan las iglesias no católicas con los jóvenes

inmersos en pandillas de Huaycán. Se advierte que muchas de estas

iglesias logran que aquellos jóvenes puedan salir y superar los problemas

de violencia, delincuencia y drogas, con la cual convivían diariamente.

Dichas conversiones se deben, probablemente, a que estas iglesias brindan

una determinada experiencia de fraternidad, lo cual es significativo para los

provincianos migrantes en un contexto adverso en la ciudad (Cf. Marzal

1989).

Justamente, los alumnos del CEBA-MGP, quienes pertenecen

a estas iglesias, reconocen como importante dicha característica. Dan a

entender que en las iglesias evangélicas o cristianas suelen acompañar y

dar un trato mucho más personal al feligrés, así como la escucha de sus

problemas que enfrentan en la vida cotidiana. Sobre ello, se muestra el

siguiente testimonio:

Yo creo que la Iglesia católica no tanto. Si tú vas a una misa,

cantas, oras, lees la biblia y nada más. Yo he estado en una iglesia

evangélica y ahí no, se ponen hablar contigo, cuentas tu historia,

cuentas tus problemas, y encima que lo hacen más ameno porque

cantas, hay un grupo para jóvenes otros para adultos, como que

ahí te reflejas más, a parte como que hay más contacto con el

Pastor que en la Iglesia católica; en la Iglesia católica tú con el

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pastor o el sacerdote, ni siquiera hablas, estás calladito, nadie

hace bulla (Yaneth-5o año).

Al respecto, Pablo Huacausi encuentra en su estudio sobre las

actitudes religiosas de grupos católicos y no católicos de Huaycán, que el

nivel de religiosidad es mucho más alto en los grupos evangélicos comparado

con los católicos (Cf. Huacausi 2006). Dicha afirmación se ve corroborada

con el siguiente testimonio:

[…] estoy asistiendo a Testigos, [si] me pasa un problema voy a la

persona que hace los estudios bíblicos y le digo los problemas que

tengo, entonces ella me escucha y le pido que me dé un consejo,

ella me dice “has así, has asá” y bueno para que, me sirve bastante

sus consejos, además que son señoras maduras ya, también te

ayudan a entender, a salir de dificultades, hay personas que son

drogadictas, y van y te ayudan a cambiar. (Edith-5.o año)

Como se aprecia, la dinámica de la enseñanza religiosa al interior

del CEBA-MGP, se compone en primer lugar a partir de la poca articulación

entre la ODEC-Chosica con el centro educativo. Dentro del CEBA no se

encuentran obras concretas que vengan directamente de la Diócesis como

materiales educativos, encuentros, capacitaciones, etc. Los alumnos solo

perciben la presencia de la Iglesia Católica mediante el curso y el docente,

lo cual es claramente limitado ya que se realiza mediante la acción de este

último y no amparada institucionalmente por la ODEC ni por el centro

educativo. Respecto a la enseñanza en sí, se observa que el docente trata

de cumplir su programación, pese al escaso tiempo con el que cuenta para

sus clases, las cuales son de apenas veinte minutos. En su labor se aprecia

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la permanente actitud abierta frente a los alumnos, incluso llegando a

tener bastante confianza con ellos. Esto, sin embargo, no basta para que

los alumnos muestren interés por el curso, pues, como se ha encontrado,

es en los primeros grados donde hay mayor interés por la clase, mientras

que en los últimos grados el interés es mucho menor. Por otra parte, no se

encuentra la existencia de conflictos ni con el docente, ni con los alumnos

por el tema de la diversidad religiosa, pues, como se ha visto, existe un buen

número de alumnos que pertenecen a otras iglesias. Incluso estas iglesias son

vistas como positivas, pues su cercanía a la población mediante el mayor

trato personalizado, logra que mejoren las situaciones desfavorables de los

alumnos del CEBA-MGP y de los habitantes de Huaycán.

4.3. Aportes y dificultades en la enseñanza de religión

La enseñanza del curso de Educación religiosa en el CEBA plantea

cuestiones que pueden llamar a la reflexión sobre el fin, alcances y límites

de este curso en contextos educativos desfavorables. Se hace necesario,

entonces, determinar a partir del trabajo de campo y las percepciones de

los propios actores sociales, cuál es la importancia del curso para sus vidas

estudiantiles y personales así como ver hasta qué punto pueden llegar los

alcances del curso. La importancia y el reconocimiento de esta materia están

determinados por el grado de estudios, la edad del alumno y la pertenencia

o no a grupos evangélicos. Si bien existe una ligera aceptación entre toda la

comunidad educativa respecto a que el curso es algo positivo, cada sector de

alumnos les confiere una particularidad y una importancia propia, así como

reconocen los límites que posee.

De esta forma, encontramos que en algunos estudiantes de menor

grado (1.o, 2.o y 3.o), la valoración del curso se debe a que les permite

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conocer ciertos hechos históricos de la Biblia, «para saber cómo fue antes;

de nuestro creador» (Oviedo-2.o año); y porque puede brindarles valores

éticos y morales, «nos enseña a saber qué es lo bueno y lo malo…los valores»

(Enrique-3.er año). Un último aspecto está en relación a que los alumnos

tienen la posibilidad de contar con el docente para pedir consejos ante los

problemas que se les presentan en sus vidas cotidianas. Y es que los alumnos

de estos grados son los más jóvenes del centro educativo, con edades que

oscilan de los 12 hasta los 15 años aproximadamente, quienes, al mismo

tiempo, son los más vulnerables frente a los actos de violencia y propensos a

caer en la delincuencia y las drogas.

Por tanto, existe un reconocimiento a la importancia del curso de

Educación religiosa, pues apunta principalmente al aspecto moral, ético y

espiritual del estudiante; además, de aquellos hechos que son propios de la

historia de la Iglesia Católica. Es el aspecto moral y ético lo se destaca como

importante en la siguiente afirmación:

Es muy importante porque nos educa en la parte espiritual del

ser humano, no importa si somos católicos, evangélicos, testigos.

Lo que importa es que ya la persona está dentro de la religión

cambia totalmente, por nombre son diferentes pero todos nos

encaminamos en un ser que es Dios. Y qué pasa cuando el ser

humano no se orienta en eso, qué pasa cuando no se tiene fe,

de alguna manera tenemos que pensar en un ser superior que

es Dios. En cualquier momento siempre tenemos que pedir a

Dios, al levantarnos, o cuando tenemos algún problema, siempre

tenemos que estar apoyados por alguien. La religión es muy

importante en la vida del ser humano. Una persona que está con

los vicios, el alcoholismo, el pandillaje, psicológicamente está

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mal, pero para poder curarse tenemos que pensar en estar bien

con Dios, la parte espiritual para poder cambiar (Directora).

Respecto a la violencia, algunos alumnos mencionan que desde los

contenidos del curso y la actitud del docente hacen que se cuestione y se

piense las actitudes frente al «otro», evitando caer en situaciones conflictivas

o violentas. Tal idea se recoge también en los siguientes testimonios: «Nos

ayuda a aprender muchas cosas que no sabemos de los pasados tiempos

de Jesucristo y también a ser respetuosos, a ser otro tipo de persona»

(Enrique-3.er año); «aprendí a no dejar que nadie me maltrate, quererme y

confiar más en mí» (Raquel-1.er año); «debemos ser fuertes y no dejar que

nos hagan daño» (Luzmila-2.o año). Este es un importante aporte desde

el curso de Educación religiosa, pues se llega a adquirir actitudes de no

violencia, tratando de evitarla y no reproducirla. A partir de ello se muestra

el siguiente testimonio: «Bueno para evitar situaciones de violencia es mejor

tratar de evadir esos casos a realizar algún acto de violencia […] cuando uno

aprende a ser un buen cristiano evita radicalmente la violencia» (José-2.o

año). De otro lado, son los alumnos mayores (4.o y 5.o) quienes resaltan

las dificultades y límites en la enseñanza de religión. Ellos son quienes

someten a discusión la pertinencia de los temas y el tiempo que disponen

para desarrollarlos. A continuación, se muestra un testimonio al respecto:

Pero también la hora no nos favorece, es una hora a la semana

y a veces lo hablamos en la cafetería y ahí sí le contamos, nos

aconseja [el docente]. Pero en el colegio mayormente te enseñan

lo básico, la resurrección, la crucifixión, o sea no te enseñan

realmente, no te dan como a conciencia, solo te enseñan la vida

de Jesús, pero no te dan la vida real, ¿entiendes? Y, bueno, con el

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profesor si hablas a solas es muy diferente a que cuando estemos

en clase (Edith-5.o año).

También encontramos limitaciones en las actividades

extracurriculares para promover la fe al interior del colegio, pues solo se

realizan algunas reflexiones religiosas a la hora de formación en algunas fechas

importantes del calendario católico como las de Santa Rosa, en agosto o el

Señor de los Milagros, en octubre, entre otros. En estas fechas, los alumnos

de los primeros años son quienes suelen hacer actuaciones o lecturas de la

Biblia en la formación general. Sobre ello, se afirma lo siguiente: « […] con

los alumnos de nocturna se realiza alguna otra actividad de pastoral pero en

fechas o festividades especiales, como la celebración de la Virgen, Navidad,

entre otros. Ahí sí se pide la participación de los alumnos quienes pueden

participar en la oración o en hacer escenas en la formación» (Prof. J. Roca).

Por otro lado, tampoco se realiza la Pastoral Educativa que según la ODEC-

Chosica debiera llevarse a cabo en todos los colegios que se circunscriben

a su jurisdicción. El motivo de ello está determinado por las condiciones

en que viven los alumnos. Entre los testimonios de los maestros, figura el

siguiente: «con los alumnos no se hace Pastoral los días sábado o domingos

como en otros colegios. No se da las posibilidades porque la mayoría de los

alumnos trabaja, un 90% de alumnos trabaja, sábados y domingos también»

(Prof. J. Roca).

En suma, no existe una mayor promoción de la religiosidad al

interior del CEBA-MGP. No se trabaja con el resto de profesores, alumnos

ni con la comunidad aledaña, quedando únicamente lo que el docente de

religión pueda hacer en su escaso tiempo de clase y con todas las limitaciones

sociales de los estudiantes. Lo mismo sucede con la institución, la cual no

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busca o no parece interesarle los espacios para el desarrollo de la parte

espiritual y motivacional del alumnado.

Frente a los problemas de violencia en los que se encuentran

muchos jóvenes de Huaycán, y en particular los alumnos del CEBA-MGP,

se ha recogido algunas propuestas que —según ellos— podría mejorar tales

condiciones desfavorables para los estudiantes. Se apunta principalmente a

los dos siguientes aspectos: por un lado, realizar talleres o actividades con los

cuales poder orientar mejor a los jóvenes y evitar que caigan en la violencia

o delincuencia; y por otro, contar con quien los pueda escuchar y aconsejar.

Dichas actividades, ciertamente, son casi inexistentes en el centro educativo

estudiado. Las propuestas, de igual forma, son diversas entre los alumnos. En

su opinión se deben «hacer equipos deportivos» (Yaneth-5.o año); «talleres,

también se puede hacer para los que están en la calle, hacer algo, para hacer

manualidades, sería una gran ayuda» (Milagros-5.o año); «aparte que se le

da un oficio a la persona» (Edith-5o año); «también talleres yo creo, no hay,

de día no más hay, en la noche no hay» (Liz-5.o año). De igual manera,

en relación a los jóvenes inmersos en el pandillaje, los estudiantes piensan

que debe haber alguien que esté dispuesto a atenderlos sin ningún tipo de

segregación. Esto puede verse en la siguiente afirmación: «mayormente esas

personas que están en pandillaje necesitan a alguien que las escuche, que las

orienten» (Consuelo-5.o año).

A partir de lo expuesto por los alumnos, se requiere de mayor

atención y acompañamiento para afrontar los problemas de violencia, tanto

de los docentes como del centro educativo. El único espacio que cuenta

por ahora el CEBA-MGP para tratar esos temas y orientar al alumno,

además de lo que modestamente ofrece el curso de Educación religiosa,

son las horas de Tutoría. Estas son horas encargadas a un docente tutor de

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cada grado y sección, cuyo objetivo es orientar a los alumnos en diversos

temas. Este tiempo que sirve para «reflexionar sobre las experiencias de la

vida cotidiana, escuchar al otro y desarrollar la capacidad de ponerse en su

lugar» (Ministerio de Educación 2005: 52), termina siendo utilizado por

los propios tutores como horas para recuperar clases de otros cursos. Todo

ello va reforzando y reproduciendo la desvinculación entre la institución

educativa y los contextos reales de vida de sus alumnos. Como se ha visto,

solamente dentro del curso de Educación religiosa y con el apoyo del

docente, pueden conseguir algún tipo de ayuda y consejo, pero no desde

otros espacios y/o docentes del CEBA-MGP.

5. REFLEXIONES FINALES

Cuando se dio inicio a la investigación sobre la enseñanza religiosa y la

violencia en alumnos del CEBA-MGP de Huaycán, el objetivo fue dar

cuenta de cómo se produce y qué consecuencias tiene la enseñanza del curso

de Educación religiosa en dicho contexto. A partir de lo que se ha descrito

en el caso estudiado, se pueden llegar a algunas conclusiones preliminares

sobre lo que acontece respecto al curso de Educación religiosa al interior de

un CEBA.

En primer lugar, se observa que el docente de religión tiene un

rol importante para el desarrollo del curso. Esto debido a que, pese a

las limitaciones del curso (en cuanto al tiempo, materiales, actividades

extracurriculares, entre otras), es el docente quien logra ayudar a los

alumnos dándoles un soporte emocional. Gracias a la relación de confianza

que establece con ellos, se produce un mayor acercamiento, lo cual permite

que se le cuente problemas y situaciones negativas que los alumnos pasan en

su vida diaria. Así, el docente de religión se erige como una figura referencial

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que brinda ayuda de corte espiritual y emocional hacia los alumnos, muchos

de los cuales no cuentan con familiares u otras personas que les puedan

dar dicho apoyo. Por otro lado, encontramos que la clase de religión tiene

limitaciones en sí misma. Se trabaja en un escaso tiempo de veinte minutos,

lo cual no permite que se completen temas, contenidos y experiencias con los

alumnos; de igual forma, no hay materiales educativos de apoyo, utilizándose

solamente la Biblia aunque no por todos los alumnos; y, finalmente, no se

realizan actividades que busquen promover la espiritualidad y la fe al interior

del CEBA-MGP. Del mismo modo, se ha demostrado la inexistencia de una

articulación importante entre la ODEC, el CEBA y el curso. La ODEC solo

coordina con el docente cuando este es educación religiosa, pero no realiza

un trabajo de promoción de la fe al interior del CEBA-MGP. Según lo

encontrado, al parecer, la población del CEBA-MGP no es de gran interés

para dicha oficina, pese a que es una población con muchas carencias y

problemas. Por estas razones, es que el docente tiene mayor importancia al

interior del CEBA-MGP, personificando y siendo el único referente de la

Iglesia católica.

En segundo lugar, al presentarse en el CEBA-MGP una educación

religiosa con las características descritas, no propicia ni permite que los

alumnos puedan construir proyectos de vida, formar actitudes de reflexión

sobre las diversas posturas ideológicas y religiosas ni llevar a una mejor

comprensión y tolerancia frente al «otro». La incidencia del curso de

Educación religiosa solo se limita a lo que el docente realiza, lo cual, pese a

los esfuerzos, no consigue que los estudiantes aprecien el curso como algo

importante y útil para sus vidas o les permita reflexionar sobre su propia

existencia y pensar la convivencia sin violencia. Por el contrario, ellos

perciben que son los grupos no católicos o las «nuevas iglesias» quienes

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generan más cambios en la vida de la población, especialmente en aquellos

jóvenes que se encuentran inmersos en pandillas, violencia y drogas.

Para finalizar, queda por dejar en claro la urgencia de atender a esta

modalidad de educación básica alternativa, pues atiende a una población

vulnerable, con problemas económicos, sociales y, como en nuestro caso,

problemas de violencia. Para el tema del curso de Educación religiosa, hace

falta trabajar en mayor coordinación con la ODEC y el centro educativo

mediante acciones extracurriculares que se acoplen a los tiempos y necesidades

de los alumnos. También se hace imprescindible que el centro educativo

reconozca la violencia existente entre los alumnos y al interior de sus familias

como un problema. A partir de ello, puede trabajarse en políticas educativas

que apunten a combatirla, creando acciones para una mejor convivencia

entre los actores educativos así como brindar a los estudiantes mayores

soportes emocionales y espirituales con los cuales puedan hacer frente a las

situaciones negativas presentes en su vida cotidiana. Es en este punto que la

materia de Educación religiosa tendría un papel fundamental para formar

en los estudiantes sentidos que vayan más allá de lo estrictamente religioso,

apuntando también a la tolerancia y el respeto, en el marco de generar una

mejor convivencia entre seres humanos.R

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* Benigno Peceros Pinto es doctor en Educación por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega y doctor en Psicología por la Universidad de San Martín de Porres. Asimismo, es especialista en Estadística aplicada a la investigación científica, además de Gestión de la calidad, autoevaluación y acreditación. Ha sido director general de la Oficina de Educación Católica (Odeccas) del Obispado Castrense del Perú. Actualmente, es capellán en el Hospital Naval y docente del Postgrado de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad Católica Sedes Sapientiae. .

DESEMPEÑO DOCENTE Y SU RELACIÓN CON

AUTODETERMINACIÓN, AUTOEFICACIA Y ORIENTACIÓN A

LA META

un estudio con docentes de reLigión en Lima

Benigno Peceros Pinto* Universidad de San Martín de Porres

[email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: El objetivo de este trabajo fue estudiar la relación existente entre

la autodeterminación, autoeficacia, orientación a la meta y el desempeño

docente en profesores de Educación Religiosa en Lima Metropolitana, bajo

una muestra de 429 docentes. Los instrumentos utilizados fueron la Escala

de Autodeterminación Docente (Cf. Reeve y Halusic 2009); la Escala de

Autoeficacia Docente (Cf. Prieto 2009), el Cuestionario de Orientación a la

Meta del profesor adaptada por Lennia Matos en el 2005, y el Cuestionario

de Autorreporte de Desempeño docente (Cf. Fernández 2002, 2008). Los

resultados indicaron la relación positiva y moderada entre las variables

estudiadas. En el análisis de rutas se identificó la relación directa de la

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.327-382)

autodeterminación del profesor con el desempeño docente; y asimismo, la

relación de la autodeterminación con el desempeño docente a través de la

autoeficacia y la orientación a la meta. Estos resultados permiten plantear

el desarrollo de programas de capacitación a docentes cuyas actividades

instructivas estén orientadas al desarrollo de la autonomía docente como

soporte o apoyo a la autonomía o compromiso del alumno en el aprendizaje.

PalabRas clave: Desempeño docente, orientación a la meta, autoeficacia,

autodeterminación, docente de Religión.

TEACHER PERFORMANCE AND ITS RELATION TO SELF-

DETERMINATION, SELF-EFFICACY AND GOAL ORIENTATION

a study of Religion teacheRs on lima

abstRact: The objective was to study the relationship between self-

determination, self-efficacy, goal orientation and teacher performance

teachers of Religious Education in Metropolitan Lima in a sample of 429

teachers. The instruments used were the Teaching Self-Determination

Scale(Cf. Reeve y Halusic 2009); Teacher Self-Efficacy Scale (Cf. Prieto

2009), the Orientation Questionnaire Target Teacher adapted by Lennia

Matos (2005) and Self-Report Questionnaire of Teachers’ Performance (Cf.

Fernández 2002, 2008). Results indicated moderate positive relationship

between the studied variables. In the analysis of routes direct relationship of

self-determination teacher with teacher performance is identified; and also

the relationship of self-determination with teacher performance through

self-efficacy and goal orientation. These results raise training teachers whose

instructional activities are oriented to the development of teacher autonomy

support and autonomy support and student engagement in learning.

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DESEMPEÑO DOCENTE Y SU RELACIÓN CON AUTODETERMINACIÓN, AUTOEFICACIA, Y

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KeywoRds: Teaching performance, goal orientation, self-efficacy, self-

determination, professor of Religion.

1. INTRODUCCIÓN

La calidad de los docentes está directamente ligada a la calidad de la

educación en general (Cf. Orealc-Unesco 2011). De igual forma,

tanto la experiencia como la investigación han confirmado que uno

de los factores clave para conseguir una educación de calidad es contar con

docentes que se caractericen por su calidad (Cf. Robalino & Körner 2007).

Es claro, entonces, que gran parte de la presente investigación buscará la

relación con este factor.

El informe del Progreso Educativo en el Perú (Cf. Cepreal-Grade

2010), mide los diferentes factores que inciden en las mejoras y deficiencias

del sistema educativo en el país. Entre muchos factores, se destacan los

intentos por regular la formación docente y vincular la carrera magisterial al

desempeño docente. Existe preocupación, sin embargo, por la validez de los

instrumentos metodológicos de evaluación.

El Reglamento de la Ley General de Educación (Cf. Ministerio de

Educación 2012) propone como objetivos de la formación y capacitación

permanente, mejorar la eficacia del desempeño docente. Asimismo, la Ley

de la Reforma Magisterial (Cf. Ministerio de Educación 2012) propone la

evaluación del desempeño docente como una de las evaluaciones dentro de

la Carrera Pública Magisterial para su incorporación, permanencia y ascenso

en ella. Además, considera al desempeño docente como un mecanismo para

verificar la calidad del trabajo profesional docente. Sin embargo, en el Perú

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la evaluación del desempeño docente está en construcción (Cf. Saravia

y López 2008; Marco de buen desempeño docente 2012); se continúa

con la búsqueda e identificación de desempeños principales de un «buen

desempeño docente» (Cf. Guerrero 2011); y de criterios, indicadores e

instrumentos para este fin (Cf. Cuenca 2011).

Las capacitaciones docentes parecen no contar con objetivos

específicos de atención en función de las necesidades psicológicas

y particulares de los docentes, y la formación recibida se torna más

conceptual que práctica (Cf. Cepreal-Grade 2010). Asimismo, no se

conocen fácticamente las diferentes formas de pensar, propósitos y razones

que impulsan y motivan su labor docente, e incluso la forma en que las

interacciones, emociones y sentimientos afectan su comportamiento y,

por ende, el modo cómo inciden en su desempeño docente (Cf. Cuenca

2011). De la misma manera, no se conocen estrategias organizacionales que

faciliten la evaluación del desempeño profesional docente como pueden ser

las que se nombran a continuación: prácticas docentes; calidad y capacidad

pedagógica; ejercicio profesional en el aula y fuera de ella; habilidades para

rendir evaluaciones, entre otros (Cf. Valdez 2009).

El propósito de mejoramiento del desempeño docente está

relacionado con la dimensión de desarrollo personal e implica ayudar a los

profesores a reflexionar acerca de su práctica y mejorarla (Cf. Isoré 2010),

por lo que es necesario indagar cómo los profesores de educación religiosa,

con un alto nivel de autoeficacia, son más eficaces y consiguen más éxitos

que aquellos otros con expectativas bajas de eficacia personal (Cf. Bandura

1997). Por otro lado, debe evaluarse en que forma la orientación a la meta

del docente, es decir, los propósitos académicos que este se propone, se

relacionan con la forma de elaborar sus estrategias instruccionales para

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conseguir ese propósito, además de evaluar su ejecución así como valorar los

éxitos y fracasos en la consecución de esos propósitos (Cf. Fernández 2008;

Matos 2005; Matos y Lens 2006; Pintrich y Schunk 2006). Asimismo, no

debe descuidarse la manera en que se relaciona el estilo motivacional del

docente de religión como soporte para el desarrollo de la autonomía del

alumno para un mejor aprendizaje, orientándose a la satisfacción y bienestar

en su labor (Cf. Reeve y Jang 2006; Reeve y Halusic 2009). Finalmente,

se tienen que observar la manera en que estas variables se relacionan con

el desempeño docente (Cf. Fernández, 2002, 2008; Valdéz, 2004, 2009).

El objetivo general ha sido determinar la relación entre

autodeterminación, autoeficacia, orientación a la meta y desempeño

profesional docente de los profesores de religión de Lima. De igual manera,

los objetivos específicos fueron determinar el nivel de autodeterminación,

autoeficacia, orientación a la meta en el desempeño docente de los profesores

de religión de Lima. Además, no se deja de lado el estudio de la validez y

confiabilidad de los instrumentos empleados.

De igual manera, conocer la incidencia de las variables estudiadas

en los profesores de Religión de Lima, nos permitirá un mejor conocimiento

de su práctica educativa. Esto servirá para ofrecer un mejor acompañamiento

docente e implementar una capacitación más focalizada hacia aspectos

relevantes que contribuyan al desarrollo profesional del docente. Al mismo

tiempo, se asegura una mejor calidad educativa en el Área de religión.

1.1 La autodeterminación

En los últimos treinta años, una de las teorías motivacionales que se ha

ido perfilando entre los constructos teóricos más exhaustivos, coherentes,

sólidos y con gran soporte empírico es la Teoría de la Autodeterminación

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(TAD) (Cf. Deci y Ryan 1985; Ryan y Deci 2000). La trascendencia de las

aportaciones de esta teoría reside en que pueden ser utilizadas por la persona

para ser más efectivas y sentirse más satisfechas con la vida y el trabajo. De

aquí su aplicación en diversos contextos tanto en deporte, salud y educación

(Cf. Vera 2011).

La TAD se centra en el grado en que un comportamiento humano

es autodeterminado, es decir, el sentimiento de voluntariedad que puede

acompañar a cualquier acto, sea dependiente o independiente, colectivista o

individualista (Cf. Ryan y Deci 2000). Uno de los principios fundamentales

es que las personas son organismos activos que tienden naturalmente hacia

su crecimiento personal, a su implicación de forma óptima y efectiva en el

ambiente donde tiene que vivir. Asimismo, si en su continua interacción con

los diferentes contextos, las personas regulan su comportamiento de manera

voluntaria y libre, se favorecerá la calidad de su implicancia y bienestar;

por el contrario, si el contexto actúa de forma controladora, su inclinación

natural se verá frustrada y se desarrollará el malestar (Cf. Guay, Ratelle y

Chanal 2008).

La TAD postula que las personas, en la interacción continua con

su contexto, necesitan satisfacer las siguientes tres necesidades psicológicas

básicas: (a) sentirse autónomas (deseo de elección, sentirse el iniciador y

autor de sus propias acciones), (b) competentes (deseo de interactuar de

forma efectiva con el ambiente), y (c) relacionadas con los otros (deseo de

sentirse conectadas con los demás y respetadas por estos). Igualmente, la

satisfacción de estas necesidades psicológicas es esencial para el desarrollo

de la motivación autodeterminada y del bienestar psicológico (Cf. Ryan y

Deci 2000).

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ORIENTACIÓN A LA META

Para la TAD, en la medida en que los factores sociales favorezcan

las percepciones de autonomía, competencia y relación, se desarrollarán los

tipos de motivación más autodeterminados o autónomos. Ser autónomo

significa actuar con sentido de volición y elección. Al contrario, ser

controlado significa comportarse con una percepción de control y coacción.

Ambas motivaciones son intencionales, pero se diferencian en los estilos

regulatorios de la conducta, en el locus de causalidad percibido y los procesos

regulatorios relevantes (Cf. Vansteenkiste, et al. 2009).

Richard Ryan y Edward Deci proponen que la motivación

intrínseca es el prototipo de la motivación autónoma y de las actividades

autodeterminadas. Además, se refiere a la tendencia inherente de buscar

lo novedoso y desafiante, a explorar, aprender y poder ejercitar las

capacidades personales; es decir, una tendencia natural de la persona hacia

el interés espontáneo, la asimilación y logro de un dominio, características

fundamentales para el desarrollo cognitivo y social, que permitirá el disfrute

y vitalidad a través de la vida. Finalmente, para los autores, cuando una

acción es motivada intrínsecamente es también regulada de forma intrínseca

(Cf. Ryan y Edward 2000).

Por otro lado, la motivación extrínseca alude al desempeño de una

actividad con la finalidad de conseguir un resultado separable. Esta clase

de motivación se considera menos autodeterminada y más controlada. Sin

embargo, puede variar en su autonomía relativa (Cf. Ryan y Deci 2000).

La TAD asume que el soporte o apoyo a la autonomía de una persona

es el elemento esencial para la satisfacción de las necesidades psicológicas

(Cf. Deci y Ryan 1987; Deci et al. 1991). Los climas motivacionales creados

por la figura de autoridad (docente) que favorecen la satisfacción de las

necesidades psicológicas facilitan que las personas (alumnos) se impliquen

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de forma más intrínseca y autodeterminada en sus tareas (aprendizaje) y

se favorezca su bienestar. Por el contrario, un estilo controlador (desde

el docente), actuando de forma coercitiva, ejerciendo presión (sobre los

alumnos), actuando autoritariamente, serán necesidades frustradas. Así,

cuando (un docente) apoya la autonomía de los participantes (alumnos)

brindando la posibilidad de elegir e implicancia en la toma de decisiones

(en la sesión de aprendizaje), entonces, la autonomía, la competencia y las

relaciones sociales (en el aula), resultan beneficiadas (Cf. Reeve y Jang 2006).

Johnmarshall Reeve y Hyungshim Jang encontraron que los

docentes con un estilo motivacional promotor de la autonomía del alumno,

se basan en diferentes comportamientos de enseñanza para motivar a sus

alumnos, comparados con docentes que adoptan un estilo de control. En

la investigación, los autores probaron que estas conductas de instrucción

correlacionan positiva o negativamente la autonomía de los estudiantes (Cf.

Reeve y Jang 2006).

De igual manera, para Johnmarshall Reeve y Marc Halusic, el estilo

motivacional del docente y el compromiso de participación del alumno son

las dos actitudes que enmarcan la dialéctica continua docente-alumno entre

el estilo motivacional docente, en cuanto soporte a la autonomía versus

conducta de control; y los recursos motivacionales internos del alumno,

en cuanto preferencias, intereses, valores interiorizados y las necesidades

psicológicas (Cf. Reeve y Halusic 2009). Asimismo, Johnmarshall Reeve

et al., han propuesto que la promoción de la autonomía del alumno abarca

las siguientes cuatro dimensiones: (a) identificar y nutrir los recursos

motivacionales internos del alumno; (b) el lenguaje comunicacional del

docente es informativo, flexible y no controlador; (c) promover la valoración

de la lección, su importancia y utilidad, justificar la inversión de esfuerzo

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de los alumnos, explicar su valor escondido y significativo; y (d) reconocer

y aceptar las expresiones de afecto negativo como reacción válida a las

limitaciones del docente (Cf. Reeve et al. 2004).

Christopher Niemiec y Richard Ryan, analizan la aplicación de la

TAD en la práctica educativa para promover la autonomía, la competencia

y la relación en el aula. La evidencia sugiere que el apoyo de los docentes

a las necesidades psicológicas básicas facilita la autonomía del alumno, la

auto-regulación para el aprendizaje, el rendimiento académico y el bienestar

(Cf. Niemiec y Ryan 2009). En consecuencia, para ambos investigadores, la

TAD tiene fuertes implicancias para la práctica en el aula y el diseño de las

políticas de reforma educativa.

1.2 La autoeficacia percibida

Las personas continuamente van planteándose determinadas metas para lo

cual emprenden comportamientos específicos de acuerdo a los logros que

pretenden alcanzar. Sin embargo, no basta con saber aquello que deseamos

conseguir, ni es suficiente contar con los medios requeridos, más bien, es

necesario que cada persona juzgue su propia capacidad para utilizar las

propias destrezas y habilidades ante situaciones diversas. La autopercepción

de la propia eficacia permite ejecutar las actividades necesarias para conseguir

las metas propuestas. Esta percepción personal se denomina autoeficacia, la

cual influye en la elección de actividades y tareas específicas así como en

el despliegue del esfuerzo y la perseverancia ante retos y emociones que se

experimentan en diferentes situaciones (Cf. Prieto 2009).

Con el aporte de Albert Bandura la eficacia personal o autoeficacia

es entendida como la creencia de las personas en su propia capacidad

para organizar y ejecutar los cursos de acción necesarios para alcanzar

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determinados resultados; en síntesis, la autoeficacia es un juicio personal

acerca de la propia capacidad para la realización de una tarea (Cf. Bandura

1993; 1997). De igual manera, Leonor Prieto sostiene que las expectativas

de eficacia personal determinan el esfuerzo que las personas emplean para

realizar una tarea específica así como su grado de perseverancia cuando se

enfrentan a situaciones difíciles. Los resultados verifican la relación existente

entre la autoeficacia percibida y los cambios conductuales. Sin embargo, la

autoeficacia por sí misma no puede asegurar buenos resultados si la persona

carece de conocimientos y destrezas (Cf. Prieto 2009).

Para Albert Bandura, la autoeficacia percibida es un elemento clave

en la competencia humana y determina los patrones de pensamiento y la

motivación que influye en lo que la persona piensa, siente y hace. Lo mismo

sucede con la elección de diversas actividades. Finalmente, considera que

las personas que gozan de un alto nivel de autoeficacia son más eficaces y

consiguen más éxitos que aquellas otras con expectativas bajas de eficacia

personal (Cf. Bandura 1997).

La autoeficacia para enseñar o la autoeficacia docente es una

variable que se ha relacionado con la motivación y el rendimiento de los

alumnos. De igual forma, se le ha vinculado con el desempeño docente

y con el sentimiento de eficacia para enseñar (Cf. Pajares y Urdan 2006;

Ignat y Clipa 2010; Yilmaz-Tuzun 2011). Asimismo, la autoeficacia

docente se refiere a los juicios mantenidos por el profesor acerca de su

propia capacidad para conseguir las metas deseadas en su tarea docente. Se

asocia la autoeficacia del docente con las creencias que presenta el profesor

en torno a sus habilidades para adoptar materiales educativos y enfoques

pedagógicos innovadores (planificación de la enseñanza), con los cuales

emplear estrategias de dirección y motivación de estudiantes en el aula,

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además de su entusiasmo y compromiso profesional (estrategias didácticas

para la implicación en el aula) (Cf. Tschannen-Morán, Woolfolk y Hoy

2007).

El sentido de autoeficacia del profesor se relaciona con mayores

niveles de logro académico y de motivación en los alumnos (Cf. Goddard,

Hoy y Woolfolk 2004). Por el contrario, para Gian Vittorio Caprara,

et. al, los profesores con menores niveles de autoeficacia tienen mayores

dificultades con el comportamiento de los alumnos, son pesimistas

acerca del aprendizaje de los alumnos y experimentan mayores niveles de

estrés, y menores niveles de satisfacción laboral. Como solución sugieren

implementar cursos de capacitación para mejorar la autoeficacia docente

(Cf. Vittorio Caprara, et. al 2006).

Leonor Prieto sostiene que las creencias de autoeficacia del docente,

entendiendo esta última como la confianza que tienen los profesores en

su propia capacidad para ayudar a los alumnos a aprender, puede marcar

diferencias en la práctica docente. De esta manera, son posibles la

planificación de las clases, la implicación de los estudiantes en su aprendizaje,

la interacción con los alumnos y la evaluación del aprendizaje, de la propia

función docente y en el aprendizaje del alumno. Son cinco actividades

didácticas para promover y mejorar la autoeficacia y la práctica docente (Cf.

Prieto 2009).

León Garduño, et al., encontraron que un docente satisfecho

con el trabajo que realiza está relacionado con una mayor percepción de

autoeficacia. También, se identificó una relación positiva entre la percepción

de mayor calidad como docente con una mayor expectativa de autoeficacia.

Asimismo, se encontró que una mejor relación con los estudiantes en el

aula se acompaña de una mayor expectativa de autoeficacia docente; y

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la existencia de expectativas de éxito en los estudiantes se relaciona con

mayores y altas expectativas de autoeficacia del docente; finalmente, para los

investigadores, existe una mayor expectativa de autoeficacia en motivación

cuando hay un mayor apoyo entre maestros (Cf. Garduño, et al. 2010).

1.3 La orientación a la meta

La Teoría de la orientación a la meta es una de las más importantes en el

estudio de la motivación en el ámbito académico o escolar. Esta perspectiva

ha tenido gran protagonismo para explicar el dominio o aprendizaje y el

desempeño o rendimiento de los alumnos en contextos pedagógicos y en

el estudio de las metas pedagógicas de los docentes (Cf. Pintrich y Schunk

2006; Mansfield 2009). Ahora bien, el presente apartado versará sobre los

elementos generales de esta teoría.

La orientación a la meta se refiere, en primer lugar, a los propósitos

personales que siguen los alumnos para orientar su comportamiento en

situaciones de aprendizaje. En segundo lugar, a los propósitos académicos,

las propuestas instruccionales y eficacia personal docente en un determinado

contexto educativo (Cf. Harackiewics, et al., 2002).

Andrew Elliot y Holly McGregor, proponen un marco comprensivo

de cuatro tipos de metas. Dichos tipos son los que siguen: metas de

aproximación al dominio o aprendizaje; metas de evitación al dominio o

aprendizaje; metas de aproximación al desempeño o rendimiento; y metas de

evitación al desempeño o rendimiento. Este marco nos permite comprender

y analizar mejor la orientación a la meta (Elliot y McGregror 2001).

De la misma forma, las metas de aproximación al dominio o

aprendizaje están centradas en la competencia y el dominio de la tarea;

comprensión y dominio de un material; aprender algo nuevo o desarrollar

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una nueva habilidad. La competencia, y la evaluación de estas, se definen

por medio de estándares personales o la resolución de la tarea. Mientras

que las metas de evitación al dominio o aprendizaje están focalizadas en

no comprender completamente un material, además de no aprender o no

dominar la tarea (Cf. Linnenbrink y Pintrich 2002).

Para Lennia Matos y Willy Lens, las metas de aproximación al

desempeño o rendimiento están centradas en el logro de competencia con

relación a otros, busca ser el mejor, o al menos, mejor que los otros. Asimismo,

las metas de evitación al desempeño o rendimiento están focalizadas en la

evitación de incompetencia respecto a otros, evade los juicios negativos,

con lo cual el sujeto cuida no verse como un tonto respecto a otros. La

competencia se define mediante un estándar interpersonal o normativo, por

lo que se evalúa comparándose con otros (Cf. Matos y Lens 2006). Luego,

Shih Shu Shen sostiene que las metas de aproximación al desempeño pueden

llevar consigo un buen rendimiento, y solamente las metas de evitación al

desempeño están asociadas a pobres resultados (Cf. Shu Shen 2005).

Por otro lado, la Teoría de orientación a la meta, además de

estudiar la orientación a la meta personal, estudia también el desempeño

docente en las prácticas instruccionales y las estructuras (contextos) de estas

metas (Cf. Matos 2005). Entre otras posturas se sostiene que el profesor

es un factor importante en la determinación de la orientación a la meta

del alumno (Cf. Antonio Valle, et al., 2009). De la misma forma que un

alumno es diferente en sus conocimientos y competencias, también son

diferentes en sus motivaciones. Esos motivos son múltiples y diversos, a los

cuales el profesor debe tener en cuenta para lograr el aprendizaje y el éxito

académico. La orientación a la meta de los profesores influye en su forma de

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diseñar y ejecutar la enseñanza-aprendizaje en el aula (Cf. Fernández 2008;

Matos 2005).

De igual modo, profundizando en esta categoría, los docentes

con orientación a la meta de dominio consideran que es importante tener

en cuenta los errores como parte del aprendizaje. Asimismo, destacan la

importancia de trabajar arduamente y lograr una comprensión real de las

actividades académicas a las que se enfrenta el alumno. Estos docentes

suministran a los alumnos tareas desafiantes, novedosas y suelen explicar el

porqué de la importancia de las tareas haciendo que estas sean significativas.

De igual manera, estos docentes reconocen el esfuerzo de los alumnos y les

ofrecen una retroalimentación, nuevas oportunidades de mejorar un trabajo

y diferentes posibilidades de tareas, de tal modo que los estudiantes pueden

elegir (Cf. Kaplan 2002; Roeser 2002, citados en Matos 2005).

Los docentes con orientación a la meta de desempeño destacan

la habilidad de un alumno de sobresalir y ser mejor que sus compañeros.

De igual manera, conforman a los alumnos en grupos de trabajo sobre

la base de la habilidad; otorgan premios por el mejor rendimiento dando

privilegios a los estudiantes de rango superior, haciendo comparaciones

entre ellos. Asimismo, muestra a los alumnos solo los mejores trabajos;

ofrece retroalimentación en público y un solo tipo de trabajo en el aula

(Roeser 2002, citado en Matos 2005).

Ahora bien, Lennia Matos estudia la cultura escolar, la motivación

de los profesores, las características de la motivación de los alumnos en

el uso de estrategias de aprendizaje y el resultado de ellas. Sus resultados

proporcionan información sobre cómo los docentes juegan un rol importante

en la determinación de la orientación a la meta de sus alumnos, pues tienen

la posibilidad de enfatizar la orientación a la meta de aprendizaje o de

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desempeño en los estudiantes. La orientación a la meta del propio profesor

influye en su forma de enseñar, mucho más si él es considerado un actor

altamente valioso en la creación de un clima escolar en el aula (Cf. Matos

2005).

Asimismo, Manuel Fernández estudió la relación existente entre la

orientación a la meta, estrategias de aprendizaje, autoeficacia y la percepción

del desempeño docente. Los resultados indican la relación positiva y

significativa entre la orientación a la meta de dominio y el desempeño docente

a través de la percepción de autoeficacia y las estrategias de aprendizaje en

los profesores de educación primaria de Lima (Cf. Fernández 2008). La

muestra estuvo conformada por 313 maestros de las diferentes UGEL (es)

de Lima Metropolitana, de los cuales 224 son del sexo femenino y 89 del

sexo masculino.

1.4 El desempeño profesional docente

En los últimos 30 años se ha empezado a conceder importancia al hecho

de contar con una definición más precisa de lo que significa un buen

desempeño docente y su evaluación (Cf. Danielson 2011). Sin embargo,

ningún país se adscribe a solo un marco teórico puro, asimismo, los criterios

de un buen desempeño se sustentan en varios enfoques e influencias. Esto

significaría que los desempeños análogos en contextos similares podrían ser

leídos y valorados de manera diferente según los enfoques con que se les

juzgue (Cf. Guerrero, 2011).

De igual forma, OREALC-Unesco presenta un informe proveniente

del Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo desarrollado por la

Oficina Regional de la Unesco para América Latina y el Caribe (OREALC).

Gracias a ello, se observa que los profesores y sus prácticas docentes en el

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aula son centrales en el aprendizaje y logro académico de los alumnos. Este

estudio concluye que el desempeño docente es el principal factor para el

logro académico de los alumnos, ya por medio de la creación de un mejor

clima institucional propicio para el aprendizaje o para la incorporación de

mejores prácticas pedagógicas en el aula (OREALC-Unesco 2010).

Para Manuel Fernández, el desempeño docente es un constructo

lógico que engloba un conjunto de actividades múltiples y variadas

que distinguen el trabajo docente. Dichas actividades se presentan de

la siguiente manera: desde la planificación y diseño de las clases hasta el

asesoramiento individual de los alumnos; pasando, después, por las sesiones

de intervención pedagógica. Finalmente, la calificación de los trabajos

asignados, las coordinaciones con otros docentes, y la dirección de la

Institución Educativa así como la participación en programas de desarrollo

y capacitación profesional (Cf. Fernández 2002, 2008).

Por otro lado, el desempeño profesional docente puede ser

enfocado desde las dos siguientes perspectivas: subjetiva y objetiva. Desde

la perspectiva subjetiva se asocia con el modo cómo cada docente establece

sus propósitos y las diferentes razones y estrategias que usa para alcanzar esos

propósitos; las creencias que tienen los docentes acerca de sus capacidades

para lograr metas de enseñanza-aprendizaje; asimismo, la forma en que

experimenta con su desempeño docente la satisfacción y el bienestar. En

cuanto a la perspectiva objetiva, esta tiene relación con la cuantificación por

medio de dimensiones e indicadores, que son propuestas por las instituciones

estatales (Cf. Fernández 2008). La actividad educativa entre docentes y

alumnos están vinculadas por la evaluación, la cual nos permite conocer

qué y cómo aprenden los alumnos, y qué y cómo enseñan los docentes (Cf.

Valdez 2004).

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Víctor Valdez entiende el desempeño profesional docente como un

proceso sistemático de obtención de datos válidos y fiables, cuyo objetivo

es comprobar y valorar el efecto educativo que produce en los alumnos

el despliegue de sus capacidades pedagógicas, disposiciones para la labor

docente educativa, responsabilidad laboral y la naturaleza de sus relaciones

interpersonales con alumnos, padres de familia, directivos y representantes

de las instituciones de la comunidad. En trabajos sucesivos ha precisado los

elementos principales de la evaluación del desempeño profesional docente,

partiendo de la definición de evaluación del desempeño profesional docente

y la definición operacional en tres los siguientes tres niveles: dimensiones,

parámetros e indicadores. Asimismo, proporciona un modelo para evaluar

el desempeño docente en base a cinco dimensiones: (a) capacidades

pedagógicas, (b) disposiciones para la labor docente, (c) responsabilidad

laboral, (d) naturaleza de las relaciones interpersonales con los alumnos,

padres de familia, colegas, directivos; y (e) principales resultados de la labor

educativa. Cabe recordar que este modelo consta de 25 parámetros y 51

indicadores (Cf. Valdez 2004, 2009).

2. MÉTODO

2.1 Diseño

La metodología utilizada en este estudio presenta una amplia base teórica

propias de este tipo de análisis. En primer lugar, se utilizó el diseño

correlacional múltiple (Cf. Salkind 2000; Morales 2008), dado que el

estudio busca establecer las relaciones existentes entre las variables de

autodeterminación, autoeficacia percibida, orientación a la meta, y la

percepción del desempeño profesional docente. En segundo lugar, se utilizó

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la modelización de ecuaciones estructurales (Cf. Montanero 2008; Ruiz,

Pardo y San Martín 2010), para analizar la relación directa de las otras

variables sobre el desempeño docente.

2.2 Participantes

La población tomada en cuenta para este sondeo, estuvo constituida por

docentes de religión de Educación Básica Regular del nivel secundaria de

Lima Metropolitana. Estos se agrupan en las cinco (5) Oficinas de Educación

Católica (ODEC), correspondientes a las cinco diócesis ubicadas en Lima

(Lima, Carabayllo, Chosica, Lurín y Castrense). Cada una estas oficinas

son encargadas de la selección, monitoreo y capacitación de los docentes de

religión.

De igual manera, el tipo de muestreo es no probabilístico; y

la estrategia utilizada es el muestro por conveniencia, ya que la muestra

de docentes de las diferentes ODEC es cautiva y se encontraba a nuestra

disposición (Cf. Salkind 2000). El tamaño de la muestra estimada fue de

429 docentes y, de acuerdo a la Tabla de Tamaño de Muestra de Krejcie

y Morgan (1970), el tamaño de la muestra seleccionada tuvo un 95% de

nivel de confianza y un nivel de error de 0, 035. La muestra de docentes fue

aportada por la ODEC Lima con 139 participantes, en Carabayllo 86; en la

Castrense, 48; en Chosica, 64; y en Lurín, 92.

Por otro lado, las principales características socio-demográficas de

la muestra son las que siguen: el 69% de los docentes de religión de las

ODEC de Lima son mujeres y el 31%, varones; en relación a la edad, los

docentes entre 41 y 50 años de edad representan el 39%; y los docentes

comprendidos entre 31 y 40 años, alcanzan el 37%; de igual manera,

entre ambos representan el 76% del total de la muestra. En lo referente

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a su condición laboral, el 70,2% de los docentes de religión en Lima es

contratado y solamente el 29.8% figura como nombrado. Respecto al

tiempo de experiencia docente, el 48% de los profesores de religión en Lima

tiene más de 13 años de servicio docente, y el 39% están comprendidos

entre los 4 y 12 años de experiencia.

2.3 Procedimientos

Para establecer contacto con las diferentes Oficinas de Educación Católica

(ODEC) en el ámbito de Lima, se enviaron cartas a los directores de las

sedes de Carabayllo, Castrense, Chosica, Lima y Lurín, donde se explicaron

los objetivos del estudio. Anteriormente, las cartas se enviaron en el primer

trimestre del 2013. Las fechas para la aplicación de los cuestionarios fueron

coordinados directamente con los directores y coordinadores de cada sede.

Después, los cuestionarios se aplicaron durante las reuniones de coordinación

en cada ODEC entre el mes de agosto y octubre del 2013.

Al comienzo se explicó a los docentes el propósito de la aplicación

de los cuestionarios, y seguidamente se les alcanzo el formulario de

consentimiento para participar en el estudio de manera voluntaria. Una

vez repartidos los cuestionarios, se leyeron las instrucciones en voz

alta. Estas instrucciones explicaban que los cuestionarios no eran una

evaluación calificada, tampoco evaluaba respuestas buenas ni malas, por

lo que básicamente se trataba de conocer sus percepciones, conocimientos

y creencias. Además, se les hizo saber que podían hacer preguntas en

cualquier momento durante la resolución de los cuestionarios. De acuerdo

a esto, los docentes respondieron los cuestionarios entre 35 y 45 minutos

aproximadamente.

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2.4 Instrumentos

Ahora bien, para continuar detallando el proceso de esta investigación deben

mencionarse los instrumentos utilizados. Las variables utilizadas en esta

investigación fueron las siguientes: la autodeterminación, la autoeficacia,

la orientación a la meta y el desempeño profesional docente. Antes de la

aplicación definitiva de los cuestionarios, se realizó una aplicación preliminar

con la finalidad de realizar un análisis preliminar de validez y confiabilidad

de cada uno de los cuestionarios. Para ello se apeló a una muestra piloto

de 224 docentes de religión a nivel secundaria de las ODEC de Lima y

Castrense.

Por otro lado, fue necesaria la consulta de diferentes cuestionarios

afines. Tenemos así, el cuestionario de autodeterminación docente que

corresponde a una adaptación y traducción del cuestionario titulado

Questionnaire ítems to asses students´perceptions of a teacher´s motivating style

(Cf. Reeve y Halusic 2009); la escala de autoeficacia docente (Cf. Prieto

2009) es un instrumento en español con adecuados valores de validez y

confiabilidad; asimismo, el cuestionario de orientación a la meta es una

adaptación de Lennia Matos, hecha en el 2005 y traducida directamente

del Patterns of Adaptive Learning Survey (Cf. Midley 2000), y validada

en una muestra peruana; esta adaptación usada por Manuel Fernández en

una muestra de docentes de educación primaria de Lima, encontró que

presentaba una adecuada validez y confiabilidad (Cf. Fernández 2008). Del

mismo modo, el autorreporte de desempeño docente elaborado por Manuel

Fernández posee validez y confiabilidad adecuadas (Cf. Fernández 2002,

2008).

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3. Resultados

A continuación, se presentarán los resultados como consecuencia de este

análisis. En primer lugar, se hablará acerca del análisis exploratorio formal

de los datos por medio de la prueba de contraste de ajuste de bondad

Kolmogorov-Smirnov, el cual servirá para evaluar si los puntajes se ajustan a la

normalidad. En segundo lugar, se constatará el análisis factorial exploratorio

de cada instrumento y el análisis de consistencia interna y confiabilidad

por medio del Alfa de Cronbach. En tercer lugar, se presenta el análisis

de correlación múltiple global y el análisis de correlación por los factores

de las variables consideradas en el estudio. Finalmente, se mostrarán los

contrastes de los modelos de ecuaciones estructurales por medio del modelo

de «Análisis de rutas» (senderos o trayectorias) entre las variables de estudio.

3.1 Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov

El contraste estadístico utilizado para determinar si las variables de estudio

se ajustan a una distribución normal, ha sido la prueba de bondad de

ajuste de Smirnov-Kolmogorov. Los hallazgos indican que el análisis de

bondad de ajuste a la curva normal en las variables estudiadas presenta

coeficientes K-S Z con niveles de probabilidad elevados, lo que indica que

sus puntajes tienen una aceptable aproximación a la distribución normal.

Sin embargo, los valores p aproximado de las variables desempeño docente

(.31) y autodeterminación docente (.22) son significativos, y las variables

orientación a la meta (.05), además de autoeficacia (.01), tienen valores

bajos, lo cual significa que la distribución de contraste no es normal. Por lo

tanto es recomendable el uso de la Rho de Spearman para las correlaciones

(Cf. Morales 2011).

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3.2 Validez y confiabilidad de los instrumentos

Para analizar la estructura subyacente de las variables de estudio se optó

por el análisis factorial exploratorio frente al análisis factorial confirmatorio

(AFC), ya que, según Henson y Roberts, los criterios razonables para usar el

AFC es que un instrumento deben ser los siguientes: a) no sea nueva creación,

y b) que se conozca ya la estructura factorial obtenida en otras muestras

(Cf. Henson y Roberts 2006). Para ello, se decidió utilizar el método de

extracción de componentes principales y la rotación ortogonal varimax (Cf.

Muñiz et al. 2005). Asimismo, se utilizaron el análisis psicométrico item-

test, y la confiabilidad por medio del Alfa de Cronbach. De igual manera,

el procedimiento para determinar el número de factores, en cada uno de

los instrumentos, ha sido el Scree Test de Raymond B. Catell (Cf. Catell

1966), que en el SPSS se conoce como gráfico de sedimentación o Scree

Plot, ya que es el procedimiento preferible para determinar el número de

factores (Cf. Morales 2011), y porque el procedimiento de Gutman-Kaiser,

programado por defecto en el SPSS, tiende a dar un número excesivo de

factores sobre todo en matrices grandes.

Validez y confiabilidad del cuestionario de Autodeterminación

docente

Con la finalidad de analizar la adaptación y adecuación del instrumento

de la autodeterminación docente, se estudió la validez de contenido y de

constructo; luego, se analizó el análisis de confiabilidad por medio del análisis

ítem-test y por medio del Alfa de Cronbach. Para establecer la validez de

contenido de la escala de autodeterminación docente, este fue sometido a

un grupo de jueces (n=4), en este caso, psicólogos con dominio del idioma

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inglés y un hondo conocimiento de la Teoría de la Autodeterminación.

De igual forma, se les entregó el instrumento con las correspondientes

definiciones operacionales de cada una de las dos dimensiones; finalmente,

se recogieron sus sugerencias y efectuaron las modificaciones necesarias.

Se verificó la idoneidad de la matriz de correlaciones por medio del

coeficiente Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) y se obtuvo un puntaje de

1829,175. Además, el test de esfericidad de Bartlett se mostró significativo

(Chi-cuadrado aproximado: 1829,175; gl. 136; Sig. ,000). Asimismo, se

verificó la existencia de dos factores que explican el 40,439 % de la varianza

total explicada. A su vez, la confiabilidad a través del coeficiente Alfa de

Cronbach alcanzó un valor de 0,87, que desde el punto de vista de Robert

Kaplan y Dennis Saccuzzo este valor es alto (Cf. Kaplan y Saccuzzo 2001).

Validez y confiabilidad del Cuestionario de autoeficacia docente

La medida de adecuación del muestreo (KMO) fue de ,976 lo que para

Henry Kaiser (1960) valores por encima a ,90 fueron excelentes. Asimismo,

la prueba de esfericidad de Bartlett se mostró significativa (Chi-cuadrado

aproximado: 12296,602; gl. 946; Sig. ,000). De acuerdo a lo señalado, esta

prueba de contraste garantiza la pertinencia de los resultados del análisis

factorial exploratorio.

De igual manera, subyace en el cuestionario de autoeficacia una

estructura de dos factores que explican el 51,822 % de la varianza total

explicada (Cf. Morales, 2011). Por otro lado, el factor 1 explica el 47,612

% de la varianza de las puntuaciones y el factor 2 explica el 4,210 % de la

varianza explicada. La confiabilidad analizada por medio del coeficiente del

Alfa de Cronbach es de 0,940, alcanzando así niveles altos (Cf. Murphy y

Davidshofer 2005).

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Debe tomarse en cuenta que previamente también se verificó la idoneidad

de la matriz de correlaciones por medio del coeficiente de la medida de

adecuación del muestreo Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) y se obtuvo un

coeficiente de 0,832, lo cual, de acuerdo con Henry Kaiser (1960), presenta

valores entre 80-90 muy buenos para la investigación. Por otra parte, el

test de esfericidad de Bartlett fue significativo (Chi-cuadrado aproximado:

1627,704; gl. 153; Sig. ,000). Además, se encontró la existencia de una

estructura factorial subyacente conformada por dos factores que explican el

35,705 % de la varianza explicada total. Asimismo, el método de extracción

por número fijo de factores explican una menor varianza, pero la estructura

es más clara e interpretable (Cf. Morales, 2011). A su vez, el Factor 1

explica el 23,337 % y el factor 2 explica el 12,368% de la varianza. La

confiabilidad alcanza el valor alto de 0,705, lo cual, de acuerdo con Kevin

Murphy y Charles Davidshofer (2005), presenta valores por encima de 0,70

considerados suficientes.

Validez y confiabilidad del Cuestionario de Desempeño docente

Continuando con los procesos de validez y confiabilidad, se comprobaron

las condiciones de muestreo a través de la medida Kaiser-Meyer-Olkin de

0,883, el cual, de acuerdo a Henry Kaiser (1960), presenta valores entre

0,70 y 0,80 son valores buenos para la investigación. Además, el test de

esfericidad de Bartlett es significativo (Chi-cuadrado aproximado: 7225,567;

gl. 1081; Sig. ,000). Asimismo, en los resultados se encontró la existencia

de tres factores relevantes que explican el 34,338 % de la varianza explicada

total del cuestionario de desempeño docente. Por otra parte, la confiabilidad

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analizada a través del coeficiente del alfa de Cronbach, alcanzó un valor alto

de 0,774, lo cual, según Kevin Murphy y Charles Davidshofer (2005) a

partir de 0,70 se consideran suficientes.

3.3 Análisis de correlación múltiple global y análisis de

correlación por factores

Para la valoración de las magnitudes de las correlaciones seguiremos los

criterios orientadores de Cohen, que establece las siguientes valoraciones:

correlación pequeña r= ,10; media r= ,30; y grande = ,50. Este autor basa

sus valoraciones teniendo en cuenta que en las ciencias de la conducta las

correlaciones suelen ser bajas. C. Castaños sostiene que los puntajes alfa

de baja cuantía son usuales en pruebas que evalúan características de la

personalidad (Cf. Castaños 1975).

De acuerdo a ello, en la tabla 01, la matriz global de correlaciones

permitió identificar los siguientes coeficientes de correlación significativos: la

orientación a la meta muestra correlación moderada con autodeterminación

docente (0,321), y correlación baja con autoeficacia docente (0,188); de

igual forma, la autodeterminación docente se correlaciona moderadamente

con desempeño docente (0,448), autoeficacia docente (0,490) y orientación

a la meta (0,321); a su vez, la autoeficacia docente exhibe correlaciones

moderadas con autodeterminación docente (0,490) y con desempeño

docente (0,391); valor bajo con orientación a la meta (0,188). En resumen,

la autodeterminación, la autoeficacia, la orientación a la meta y el desempeño

docente se relacionan positiva y moderadamente. A continuación se

plasmarán dichas cifras en la siguiente tabla:

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Tabla 1Matriz global de correlacionesRho de Spearman

Variables

Orientación a la

meta

Autoeficacia

docente

Autodetermi-

nación docente

Autoeficacia

docente

,188**

Autodetermi-

nación docente

,321** ,496**

Desempeño

docente

,228** ,391** ,484**

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilat-eral)

N= 429

Por otro lado, en la matriz de correlaciones por factores vista en la

Tabla 2, se identificó que la orientación a la meta de dominio del docente

correlaciona positiva y moderadamente con capacidades pedagógicas del

desempeño docente (0,270), además de los principales resultados de la

labor docente (0,249). Asimismo, el estilo motivacional autodeterminado

del docente mostró correlaciones positivas y moderadas con las capacidades

pedagógicas docentes del desempeño docente (0,436), con las relaciones

del docente con la comunidad educativa (0,354), y con los principales

resultados del trabajo docente (0,357). De igual manera, la autoeficacia

docente en las estrategias para la planificación de la enseñanza en el aula,

exhibe correlaciones positivas y moderadas con las capacidades pedagógicas

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DESEMPEÑO DOCENTE Y SU RELACIÓN CON AUTODETERMINACIÓN, AUTOEFICACIA, Y

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(0,351), junto a los principales resultados de la labor docente (0,301), y

un valor bajo con las relaciones del profesor con la comunidad educativa

(0,296).

Por su parte, las estrategias didácticas para la implicación del alumno

en el aula se correlacionan positiva y moderadamente con las capacidades

pedagógicas del profesor (0,358), con las relaciones del docente con la

comunidad educativa (0,322) y los principales resultados de la labor docente

en el aula (0, 309). Asimismo, las estrategias didácticas para la interacción del

docente y del alumno en el aula se correlacionan positiva y moderadamente

con las capacidades pedagógicas (0,329), con las relaciones del profesor con

la comunidad educativa (0,326) y el valor bajo con los principales resultados

de la labor docente en el aula (0, 273). El factor conocido como estrategias

didácticas para la evaluación del aprendizaje en el aula, se correlaciona

positiva y moderadamente con las capacidades pedagógicas (0,372), y los

principales resultados de la labor docente en el aula (0, 307), y el valor

bajo con las relaciones del docente con la comunidad educativa (0,267). A

continuación se llevarán dichas evaluaciones en la siguiente tabla:

Tabla 2Matriz de correlaciones por factores

Rho de

Spearman

Factores

Orient-

ación

meta

dominio

Estrate-

gias plan-

ificación

enseñan-

za

Estrate-

gias

impli-

cación

alumno

Estrate-

gias

interac-

ción en

aula

Estrate-

gias

evalu-

ación

apren-

dizaje

Estrate-

gias

auto-

determ

docente

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Capacidades

pedagógicas

,270** ,351** ,358** ,329** ,372** ,436**

Relaciones

con la

comunidad

educativa

,238** ,296** ,322** ,326** ,267** ,354**

Principales

resultados de

labor docente

,249** ,301** ,309** ,273** ,307** ,357**

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). N = 429

3.4 Análisis de las variables a través del modelo de ecuaciones

estructurales (SEM)

Diseño, aplicación y análisis del modelo propuesto

El objetivo de este estudio plantea la existencia de relación entre

autodeterminación, autoeficacia, orientación a la meta y el desempeño

docente. El modelo planteado fue la autodeterminación del docente se

relaciona de modo directo con el desempeño profesional docente. Asimismo,

la autodeterminación docente se relaciona con el desempeño docente a

través de la orientación a la meta de dominio y la autoeficacia docente.

La aplicación y análisis de este modelo pasó por las siguientes cuatro

etapas: especificación, identificación, estimación, evaluación e interpretación

del modelo propuesto (Cf. Kline 2005). Estas etapas corresponden al

modelo de ecuaciones estructurales. El software empleado para el diseño,

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estimación y evaluación del modelo ha sido AMOS SPSS 21 Trial (Analysis

of Moment Structures).

La especificación del modelo mediante el diagrama estructural o «path-

diagrams» propuesto (ver figura 1) es un modelo mediacional compuesto

por siete variables. Las variables endógenas se muestran a continuación:

desempeño docente, autoeficacia y orientación a la meta; y una variable

exógena denominada autodeterminación docente; y las tres variables

de error relacionados con las tres variables endógenas. La identificación y

estimaciones del modelo sometido a análisis se reportó como recursivo, por lo

cual el modelo estaba identificado (Cf. Jöreskog y Sörbom 1982).

En la evaluación de normalidad multivariada, por medio del análisis

de la asimetría, los valores por encima de (3.00) indicarían asimetría extrema.

Los resultados revelaron la existencia de no normalidad de las siguientes

dos variables: autodeterminación docente (,004) y el desempeño docente

(-,039). Cuando los datos no siguen una distribución normal, el método

de estimación más recomendado es un método de Distribución Libre

Asintótica (ADF), siendo el método de Mínimos Cuadrados Ponderados

(WLS) uno de los más utilizados (Cf. Barret 2006).

Los valores de la Figura 1 se corresponden con las estimaciones

de la tabla 3. Los valores más altos corresponden a la autodeterminación

docente en relación con la autoeficacia del profesor (1,785) y desempeño

docente (1,040). Por otro lado, el valor de 0,380 indica la relación con

la orientación a la meta y los valores estimados más bajos corresponden a

la autoeficacia en relación con el desempeño docente (0.152) y la variable

orientación a la meta en relación con desempeño docente (0,076). A

continuación, presentamos la Figura

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Figura 1. Análisis de rutas con método Mínimos Cuadrados Ponderados.

En relación al error estándar de la estimación (S.E.), cuanto mejor

es el ajuste, más pequeño es el valor de este error. La proporción crítica

(C.R.) debe ser mayor que dos. A excepción de la orientación a la meta que

tiene un valor menor que dos, todos los valores de la proporción crítica son

mayores que dos, por lo tanto, los parámetros estimados son significativos.

De igual manera, los valores P (Sig.), cuando son mayores a 0,05, no

explican de manera significativa la variable dependiente. Todas las variables

están por debajo de 0.05, a excepción de la relación entre orientación a

la meta y desempeño docente (0,492). Ahora bien, a partir de lo dicho,

indicaremos las estimaciones de la Tabla 3:

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Tabla 3

Modelo propuesto no estandarizado

Estimación S.E. C.R. POrientación meta

<---Autodetermi-nación docente

.380 .056 6.815 ***

Autoeficacia docente

<---Autodetermi-nación docente

1.785 .163 10.923 ***

Desempeño docente

<---Autoe f i c a c i a docente

.152 .038 3.993 ***

Desempeño docente

<---O r i e n t a c i ó n meta

.076 .110 .688 .492

Desempeño docente

<---Autodetermi-nación docente

1.040 .166 6.262 ***

Asimismo, en la Tabla 4 se presentan las estimaciones estandarizadas de las variables del modelo propuesto (ver figura 2). La autodeterminación docente influye en orientación a la meta (B=309), en la autoeficacia docente (B=483), y en el desempeño docente (B=367). La influencia de la autoeficacia en el desempeño docente es baja (B=199), finalmente, acerca de la influencia de la orientación a la meta en el desempeño docente es baja (B=033). A continuación se trasladan dichas estimaciones y variables en la siguiente tabla:

Tabla 4 Solución estandarizada-modelo propuesto

EstimaciónOrientación meta <--- Autodeterminación docente .309Autoeficacia docente <--- Autodeterminación docente .483Desempeño docente <--- Autoeficacia docente .199Desempeño docente <--- Orientación meta .033Desempeño docente <--- Autodeterminación docente .367

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A su vez, para la evaluación e interpretación de nuestro modelo

hemos utilizado el modelo de ajuste del modelo global. Entre los índices

identificados como ajuste global podemos diferenciarlos en tres tipos:

medidas absolutas de ajuste, medidas incrementales de ajuste y medidas de

ajuste de parsimonia. En nuestro análisis se emplearon los tres tipos con

la finalidad de proponer diferentes índices que permitieran obtener una

variedad de índices de bondad de ajuste del modelo. En la Tabla 5 se

muestra el resumen de los resultados de la bondad de ajuste del modelo de

ecuaciones estructurales.

Cabe recordar que las medidas absolutas de ajuste determinan el

grado en que el modelo globalmente predice la matriz de datos inicial.

En este grupo, como estadísticos de contraste del modelo, se eligieron el

chi-cuadrado (CMIN) y el chi-cuadrado no centrado (NCP). El análisis

del modelo propuesto en comparación con el modelo saturado (las variables

están relacionadas entre sí) y el modelo independiente (las variables son

independientes entre sí) muestra que el modelo propuesto es más eficiente,

pues obtiene un valor menor; el chi-cuadrado no es estadísticamente

significativo (0,388), por lo que se puede concluir que el modelo es

adecuado. Asimismo, el NCP (chi-cuadrado no centrado, corregido por

GL) se consideran aceptables los valores que son más próximos a 0; en el

modelo propuesto el NCP es ,000.

Igualmente, el índice de bondad de ajuste (GFI) (Cf. Jöreskog y

Sörbom 1982), cuyos valores oscilan entre 0 (sin ajuste) y 1 (ajuste perfecto);

y el error de aproximación cuadrático medio (RMSEA), cuyos valores deben

ser inferiores a 0,05 para un buen ajuste del modelo, aunque es más deseable

cercano a cero. En el modelo elegido del valor de GFI (0,999) es cercano

a la unidad y, asimismo, el valor de AGFI (0,993), lo que significa que el

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modelo es aceptable; y el índice de RMSEA es cero, lo cual indica un buen

ajuste del modelo elegido. A continuación, mostramos dichas evaluaciones

a través de la Figura 2 y la Tabla 5:

  26

Figura 2. Estimaciones estandarizadas del modelo (efectos directos).

Tabla 5 Resumen de índices de ajuste de bondad (ecuaciones estructurales)

Medidas de ajuste Modelo Mediacional

CMIN (chi-cuadrado) 0.388 GL 1 P 0.533 CMIN/DF 0.388 Chi-cuadrado corregido por GL (NCP) Número de parámetros (NPAR) Índice de bondad de ajuste(GFI) Índice ajustado de bondad de ajuste (AGFI) Índice raíz cuadrada error cuadrático medio (RMSEA) Índice de ajuste comparativo (CFI)

,000 9

0,999 0,993 0.000 1.000

Índice de ajuste normativo (NFI) 0.997 Índice relativo de ajuste (RFI) 0,980 Índ. mínimo valor de función de discrepancia (FMIN) Índice esperado de validación cruzada (ECVI) 0,001

0,043 N= 429

Nota: Elaboración propia.

AUTODETERMINACIÓN DOCENTE

ORIENTACIÓN A LA  META    

AUTOEFICACIA DOCENTE

DESEMPEÑO DOCENTE

,309   ,033  

,367  

,483   ,199  

Figura 2. Estimaciones estandarizadas del modelo (efectos directos).

Tabla 5 Resumen de índices de ajuste de bondad (ecuaciones estructurales)

Medidas de ajuste Modelo Mediacional

CMIN (chi-cuadrado) 0.388

GL 1

P 0.533

CMIN/DF 0.388

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Chi-cuadrado corregido por GL (NCP)Número de parámetros (NPAR)Índice de bondad de ajuste(GFI)Índice ajustado de bondad de ajuste (AGFI)Índice raíz cuadrada error cuadrático medio (RMSEA)Índice de ajuste comparativo (CFI)

,0009

0,9990,9930.0001.000

Índice de ajuste normativo (NFI) 0.997

Índice relativo de ajuste (RFI) 0,980

Índ. mínimo valor de función de discrepancia (FMIN)

0,001

Índice esperado de validación cruzada (ECVI) 0,043

N= 429

De igual manera, las medidas incrementales de ajuste son medidas

descriptivas basadas en comparación de modelos. Hemos elegido al índice

de ajuste comparativo (CFI) (Cf. Bentler 1990); el índice de ajuste normado

(NFI) (Cf. Bentler 1990), el índice de bondad de ajuste ajustado (AGFI);

el índice incremental de ajuste (IFI) (Cf. Bollen 1989) y el índice relativo

de ajuste (RFI) (Cf. Bollen 1989). Estos son índices que tienden a 1 para

modelos de buen ajuste, aunque se consideran aceptables modelos con

valores a partir de 0,90. En el modelo elegido cada uno de estos índices

están muy cercanos a 1, lo que nos indica el buen ajuste de nuestro modelo.

En cuanto a las medidas de ajuste de parsimonia, se ha considerado

la función de discrepancia (FMIN) que según P.M. Bentler hay que ajustar

el modelo de independencia con el modelo propuesto para ver cuán grande

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puede llegar a ser la función de discrepancia, así nuestro modelo propuesto

muestra el valor de 0,001 que es un valor bajo comparado con 0,279 valor

de la función de discrepancia correspondiente al modelo de independencia

(Cf. Bentler 1990). Asimismo, el índice esperado de validación cruzada

(ECVI) permite cuantificar el cambio que se produce al comparar el modelo

propuesto con el modelo de independencia y el modelo saturado. Lo

deseable es que el ECVI asociado al modelo propuesto sea el más pequeño

con respecto a los otros dos; lo que sucede con el valor ECVI de nuestro

modelo que es el menor respecto a los otros dos modelos (0,043).

Finalmente, el modelo de análisis de rutas propuesto (ver Figura

2) nos permite indicar que el modelo se adecua a los datos y, además, es

válido. Asimismo, las variables incluidas poseen una buena bondad de

ajuste y son significativas (ver Tabla 5). En consecuencia, las posibilidades

de modificación del modelo son escasas.

4. DISCUSIÓN

Gran parte de la evidencia empírica establece que los docentes tienen una

alta incidencia en los indicadores de rendimiento escolar, en el sentido

de que son potentes contribuyentes al rendimiento académico de los

estudiantes (Cf. Isoré 2010). Sin embargo, la literatura se muestra más

renuente a demostrar cuáles son las características de los docentes, las cuales

son relevantes para la calidad de los docentes, siguen estando relativamente

en la oscuridad a pesar del mejoramiento de la información (Cf. Aaronson,

Barrow y Sander 2007). Para Víctor Valdez, esto se ha debido a que las

investigaciones se han concentrado en los atributos observables de los

docentes, mientras que la calidad de los docentes está más relacionada con

sus habilidades, elecciones pedagógicas y los métodos, tales como, el manejo

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del aula, habilidades motivacionales y comunicacionales, estrategias para la

implicación e interacción en el aula, es decir, la práctica y el desempeño

docente en el aula (Cf. Valdez 2009).

El presente estudio tuvo como objetivo conocer la relación entre la

autodeterminación, la orientación a la meta, la autoeficacia, y el desempeño

docente en los profesores de educación secundaria del Área de religión

de Lima. De igual manera, en nuestro estudio es pertinente destacar la

alta frecuencia, en nuestra muestra, de personas del sexo femenino como

docentes de religión. Asimismo, en relación a su condición laboral, se

observa un alto porcentaje de docentes contratados.

En relación a los instrumentos empleados, se determinó sus

características psicométricas encontrándose en cada una de ellos validez

y consistencia adecuadas. Se aplicaron en una prueba piloto, antes de su

aplicación definitiva. Estos procedimientos conceden credibilidad a los

resultados obtenidos (Cf. Morales 2008; 2011).

Asimismo, los resultados encontrados nos muestran, en primer

lugar, la matriz de correlaciones globales (ver Tabla 1) donde el estilo

motivacional de autonomía docente como soporte a la autonomía del

alumno es la más decisiva de las variables y la que mejor correlaciona

con las demás. La autodeterminación docente se relaciona positiva y

moderadamente con la autoeficacia, el desempeño docente y la orientación

a la meta. A través de lo propuesto por Marianne Miserandino, se sabe que

una motivación extrínseca más autónoma del docente estaba asociada a un

mejor desempeño docente (Cf. Miserandino 1996).

Además, la autoeficacia docente se relaciona positiva y

moderadamente con la autodeterminación y desempeño docente presentando

valores bajos, pero significativos, en su relación con la orientación a la

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meta. Así, muchos estudios han demostrado una relación positiva entre la

orientación a la meta y la autoeficacia (Cf. Gaeta et al. 2010). La orientación

a la meta se relaciona positiva y moderadamente con la autodeterminación

docente y con el desempeño docente, y una relación baja con la autoeficacia

docente; sin embargo, son correlaciones significativas.

En segundo lugar, en las correlaciones por factores (ver Tabla 2),

hemos encontrado las mejores relaciones entre el factor estilo autodeterminado

del docente con las capacidades pedagógicas del docente para la planificación

de la enseñanza en el aula, con las relaciones interpersonales del docente con

la comunidad educativa, y con la percepción del profesor acerca de su labor

docente. Cabe añadir que Johnmarshall Reeve y Marc Halusic demostraron

que el estilo motivacional autodeterminado del docente tiene relación

con el desempeño docente en el aula; y este estilo es fundamental para

crear una plataforma de soporte que desarrolle la autonomía del alumno

(Cf. Halasic y Reeve 2009). Del mismo modo, los factores de la variable

autoeficacia docente como estrategias para la planificación, implicación,

interacción y evaluación en el aula, se relacionan positiva y moderadamente

con los factores de la variable de desempeño docente que mencionamos

a continuación: capacidades pedagógicas, relación con la comunidad

educativa y los resultados del trabajo docente.

De acuerdo con las perspectivas de este trabajo, el factor orientación

a la meta de dominio se relaciona positiva y moderadamente con los factores

de la variable de desempeño docente que mencionamos ahora: capacidades

pedagógicas del profesor, relaciones con la comunidad educativa, y

principales resultados del trabajo docente. Estos resultados son semejantes a

los encontrados por Manuel Fernández en una muestra de docentes del nivel

primario en Lima (Cf. Fernández 2008). Asimismo, María Leticia Gaeta et.

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al. han encontrado que la orientación a la meta de dominio es determinante

en la orientación a la meta del docente (Cf. Gaeta et. al 2010). Las demás

correlaciones, aunque presentan significación estadística, son muy bajas.

En tercer lugar, en el análisis de rutas, la variable autodeterminación

docente ha presentado un buen ajuste de bondad. El modelo propuesto

postula la relación directa entre la autodeterminación docente y el desempeño

docente; asimismo la relación mediacional entre la autodeterminación

docente y desempeño docente a través de la autoeficacia y la orientación

a la meta. Se ha encontrado, en primer término, las relaciones directas en

torno al estilo motivacional autodeterminado del docente como apoyo a la

autonomía del alumno, el cual posee relaciones positivas sobre la orientación

a la meta, autoeficacia docente y, sobre todo, con el desempeño docente.

En segundo término, la autodeterminación docente tiene relaciones

positivas sobre el desempeño docente a través de la orientación a la meta

y la autoeficacia. Cabe recordar que Chico Roth et al., en una muestra de

132 profesores israelíes y 1,255 alumnos, encontraron que la motivación

autónoma del docente se relaciona con la autodeterminación para la

enseñanza y promueve en los alumnos un aprendizaje autónomo (Cf. Chico

Roth et al. 2007).

Es de pensar que estos resultados obedecen a que el docente de religión

es determinado en su labor magisterial por las dos siguientes perspectivas:

sus creencias y las características del Área de religión. La primera perspectiva

identifica al docente porque elige la especialidad de religión no solo por

sus capacidades y preferencias al área, sino porque se siente fuertemente

identificado con la fe cristiana y desea comunicarla, es una misión. Ahora

bien, la primera perspectiva configura a la segunda, ya que el docente de

religión no solo trasmite conocimientos, sino que lo que enseña tiene

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que guardar coherencia con lo que vive, piensa y siente. Solamente así su

liderazgo es respetado y apreciado en la comunidad educativa. Asimismo, se

tiene la creencia de que el área de religión se considera como «no importante

académicamente», lo que hace que el docente de religión desarrolle estrategias

didácticas capaces de implicar y mantener el compromiso del alumno en el

aprendizaje y práctica de la fe. Finalmente, indicar que, aunque la muestra

estudiada es de Lima, sería interesante conocer si los resultados obtenidos se

repiten en muestras de otras regiones del país; asimismo, estudiar con mayor

detenimiento la variable autodeterminación docente por la importancia que

ha demostrado en nuestro trabajo.

5. CONCLUSIONES

De acuerdo al análisis mostrado, podremos señalar algunas conclusiones. De

acuerdo con él, estas se mencionarán teniendo en cuenta la sistematización y

los resultados encontrados de manera ordenada:

a) La orientación a la meta, la autoeficacia, la autodeterminación se

relacionan positivamente y moderadamente con el desempeño

docente.

b) En el modelo propuesto de análisis de rutas se ha encontrado

relaciones directas de la autodeterminación docente sobre el

desempeño docente, la autoeficacia y la orientación a la meta del

docente; y asimismo, la autodeterminación docente posee efectos

positivos sobre el desempeño docente, de modo mediacional, a

través de la autoeficacia y la orientación a la meta.

c) Los instrumentos utilizados en el presente estudio han demostrado

que poseen adecuados rasgos psicométricos en lo referente a la

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validez y confiabilidad, de forma que los resultados obtenidos se

pueden considerar válidos, y los instrumentos están a la disposición

de futuros estudios.

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ORIENTACIÓN A LA META

GLOSARIO

Análisis de confiabilidad: Es el grado en el que un instrumento produce

resultados consistentes y coherentes; para ser fiable, una escala debe tener

la capacidad de exhibir resultados consistentes en mediciones sucesivas del

mismo fenómeno.

Análisis de correlación: Mide el grado de asociación lineal entre dos

variables medidas en escala de intervalo o de razón, tomando valores entre

-1 y 1. Se considera que dos variables cuantitativas están correlacionadas

cuando los valores de una de ellas varían sistemáticamente con respecto a

los valores homónimos de la otra: si tenemos dos variables (A y B), existe

correlación si al aumentar los valores de A lo hacen también los de B y

viceversa. La correlación entre dos variables no implica, por sí misma,

ninguna relación de causalidad.

Análisis factorial: Es una técnica estadística de reducción de datos usada

para explicar las correlaciones entre las variables observadas en términos de

un número menor de variables no observadas llamadas factores, es decir,

sirve para simplificar la información que nos da una matriz de correlaciones

para hacerla más fácilmente interpretable; buscando el número mínimo de

dimensiones capaces de explicar el máximo de información contenida en

los datos.

Autoeficacia docente: Son los juicios que tiene el profesor acerca de su

propia capacidad para conseguir las metas deseadas en su tarea docente.

Autodeterminación: Se refiere al grado en que un comportamiento humano

es autodeterminado, es decir, el sentimiento de voluntariedad que puede

acompañar a cualquier acto, sea dependiente o independiente, colectivista

o individualista.

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Autodeterminación o autonomía docente: Es el estilo motivacional del

docente como soporte y apoyo a la autonomía del alumno para suscitar el

compromiso y participación de este en el aprendizaje.

Diagrama estructural («Path diagrams»): El diagrama de rutas o senderos,

también llamado diagrama de trayectorias es un gráfico, parecido a un

diagrama de flujo, que expresa las relaciones existentes entre las variables.

Este gráfico es lo que se considera «el modelo», y se establece a priori. Es por

ello que los modelos de ecuaciones estructurales están muy guiados por las

hipótesis previas.

Índice de bondad de ajuste: La bondad de ajuste de un modelo

estadístico describe cuán bien se ajusta un conjunto de observaciones. El

propósito de la prueba es averiguar si existen diferencias estadísticamente

significativas entre la distribución observada y la distribución esperada.

Modelos de ecuaciones estructurales: Se refiere a una técnica de análisis

estadístico multivariante utilizada para contrastar modelos y estimar

relaciones causales a partir de datos estadísticos y asunciones cualitativas

sobre la causalidad.

Modelo de «análisis de rutas» (senderos o trayectorias): Consiste en un

análisis de regresión múltiple más un diagrama de flujo. Es una aplicación

de la inferencia estadística y la teoría de grafos.

Nivel de significancia: Es un nivel de la probabilidad de equivocarse y

que fija de manera a priori el investigador. En las ciencias sociales existen

dos niveles convenidos: el nivel de significancia de 0,05; y de 0,01, lo que

indican que el investigador tiene entre 95% y 99%, respectivamente, de

equivocarse; 05 % y 1% en contra.

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ORIENTACIÓN A LA META

Orientación a la meta: Se refiere, en primer lugar, a los propósitos personales

que siguen los alumnos para orientar su comportamiento en situaciones de

aprendizaje; y, en segundo lugar, a los propósitos académicos, las propuestas

instruccionales y eficacia personal docente en un determinado contexto

educativo.

Relación positiva y moderada: El coeficiente de correlación se calcula a

partir de las puntuaciones obtenidas en una muestra en dos variables; las

puntuaciones pueden variar de – 1 a +1 por lo que será relación negativa

o positiva. Asimismo, el coeficiente de relación puede se baja, moderada y

alta.

Test de normalidad Kolmogorov-Smirnov: Es una prueba no paramétrica

que se utiliza para determinar la bondad de ajuste de dos distribuciones de

probabilidad entre sí. Sirve para comprobar si una serie de datos se ajusta a

una distribución continua.

Validez: Es el grado en que un instrumento realmente mide la variable

que pretende medir. La validez de contenido se refiere al grado en que

un instrumento refleja un dominio específico de contenido de lo que se

mide. Es el grado en el que la medición representa al concepto o variable

medida. La validez de constructo hace referencia a qué tan exitosamente un

instrumento representa y mide un concepto teórico.

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REFERENCIAS

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Schools». Journal Labor Economics. Vol. 25, N. 1, january-march, pp. 95-135.

Bandura, Albert 1993 «Perceived self-efficacy in cognitive development and functioning».

Educational psychologist, Vol. 28, N. 2, april-june, pp. 117-148.

1997 Self-efficacy: The exercise of control. New York: N.H. Freeman.

Barret, Paul 2007 «Structural equation modeling: adjudging model fit». Personality

and individual differences. Vol. 42, N. 5, may, pp. 815-824.

Bentler, Peter M. 1990 «Comparative fit indices in structural models». Psychological

Bulletin. Vol.107, N. 2, march, pp. 238-246.

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DESEMPEÑO DOCENTE Y SU RELACIÓN CON AUTODETERMINACIÓN, AUTOEFICACIA, Y

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* Miguel Angel Vásquez Guillén es licenciado en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha realizado estudios de maestría en Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo en la Universidad de San Martín de Porres. En el 2009 fue beneficiario por una Beca ENDESA para desarrollar una pasantía en la Subdirección de Archivos Estatales del ex Ministerio de Cultura de España. Sus temas de investigación se orientan a la gestión del patrimonio documental, realizando diversas publicaciones sobre el tema. Actualmente se desempeña como Responsable del Archivo Central del Programa Nacional de Apoyo Directo a los Más Pobres, JUNTOS. Asimismo, ejerce como docente a tiempo parcial en la Universidad Católica Sedes Sapientiae, además de participar como ponente en diversos eventos de capacitación.

POLÍTICAS CULTURALES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA

NACIÓN

Miguel Angel Vásquez Guillén Universidad Católica Sedes Sapientiae

[email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: El presente trabajo plantea analizar las políticas culturales,

objetivos estratégicos y actividades del Archivo General de la Nación. Al

ser este un órgano ejecutor del Sector Cultura, tiene políticas culturales

con las cuales gestiona el patrimonio documental de la nación. De igual

manera, para el cumplimiento de estas actividades, el Estado le otorga un

presupuesto anual.

— 383 —

REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.383-411)

Las principales unidades de análisis escogidas serán los lineamientos de

política del Archivo General de la Nación, por ser el ente rector del Sistema

Nacional de Archivos y, como tal, su principal responsabilidad es conducir

las políticas archivísticas en el país. Las fuentes primarias consultadas serán

el Plan Estratégico Institucional 2012-2016, el Plan Operativo Institucional

del año 2013, el informe de gestión del Plan operativo Institucional del

año 2013 y la ejecución presupuestal del año 2013 del Archivo General de

la Nación. De acuerdo al análisis de estas fuentes, serán reconocibles sus

limitaciones operativas debido a razones presupuestales.

PalabRas clave: Políticas culturales, políticas públicas, archivística, gestión

cultural.

CULTURAL POLICIES OF GENERAL ARCHIVE OF THE

NATION

abstRact: This work propose to analyze the cultural policies, strategic

objectives and activities of the National Archive from Peru. As this is an

executor of the Culture Sector organ, have a cultural policy which manages

the documentary patrimony of the nation. Similarly, for the fulfillment

of these activities, the State gives an annual budget Archives System their

primary responsibility is to conduct archival policies in our country.

The principal units of analysis chosen will the policy guidelines of

the General Archive of the Nation, as the governing body of the National

Archives and as such, their main responsibility is to conduct archival policies

in the country. The primary sources consulted are the Institutional Strategic

Plan 2012-2016, the Institutional Operational Plan 2013, the management

report of the Institutional Operational Plan 2013 and the budget execution

in 2013 of the General Archive of the Nation. According to the analysis

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— 384 —

POLÍTICAS CULTURALES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

of these sources will be recognizable their operational limitations due to

budgetary reasons.

KeywoRds: Cultural policies, public policy, archival, cultural management.

1. INTRODUCCIÓN

El Archivo General de la Nación es un organismo público adscrito al

Ministerio de Cultura. Asimismo, es responsable de la protección

del patrimonio documental de la nación. En este trabajo se analizan

sus políticas culturales, derivadas para la protección del patrimonio cultural

y su acceso a la sociedad.

De igual forma, para una mejor comprensión, se presentará una

breve terminología archivística; una reseña del Archivo General de la Nación

(en adelante nos referiremos a este como AGN) y resumiremos aquellos

dispositivos legales que determinan sus competencias. Luego, analizaremos

las políticas públicas contenidas en su Plan Estratégico Institucional para

los años 2012 hasta el 2016. Cabe recalcar que de estas políticas públicas

derivan las de índole cultural, las cuales motivan el presente trabajo.

2. ARCHIVÍSTICA Y PATRIMONIO

¿Qué es la archivística? La archivera española Antonia Heredia la define

como «[la] Ciencia de los documentos de archivo y de los Archivos como

custodios de aquellos y como sistemas responsables de su gestión, así como

de la metodología aplicada a unos y a otros y cuyo objetivo es potenciar el

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uso y servicio de los documentos y de los Archivos » (Heredia 2011: 44).

Esta definición será tomada en cuenta debido a la comprensión y sencillez

manejada tanto para interesados y especialistas en el tema.

Se comprende por documentos de archivo aquellos que fueron

generados, producidos, recibidos y conservados por una persona o

institución. Además, contienen información relativa al ejercicio exclusivo

de sus actividades y competencias, caracterizándose por «su naturalidad,

su autenticidad, su integridad, su fiabilidad y su objetividad» (García

2012: 20). Asimismo, en su creación tienen una naturaleza estrictamente

administrativa.

No todos los documentos de archivo son patrimonio. Obtienen

este calificativo aquellos que presentan como característica su antigüedad,

valor histórico, cultural, entre otros. Al respecto, encontramos un debate

normativo de parte de nuestra legislación vigente. La postura se debate entre

su definición específica ya sea como Patrimonio Documental o Patrimonio

Cultural Archivístico. El primero está determinado por el Decreto Legislativo

N. 19414, el mismo que precisa lo siguiente:

Está constituido por la documentación existente en los archivos

de todas las reparticiones y organismos del Sector Público

Nacional; en los archivos históricos, notariales, eclesiásticos,

parroquiales y de conventos, en los archivos particulares y en

general por el material documental, aun de origen privado, que

sirvan de fuente de información para estudios históricos y del

desarrollo cultural, social, económico, jurídico o religioso de la

Nación. (AGN 1999: 17)

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POLÍTICAS CULTURALES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Por su parte, el Patrimonio Cultural Archivístico está definido por

el Decreto Supremo N. 011-2006-ED, con el cual se aprueba el reglamento

de la ley general del Patrimonio Cultural de la Nación, definido como «el

conjunto de documentos de cualquier época, manifestada en todas sus

expresiones, en lenguaje natural y cualquier expresión gráfica, sonora o en

imagen, recogidas tanto en soporte convencional o informático, generados

y/o recibidos en cumplimiento de las competencias y actividades de las

entidades públicas o privadas del ámbito nacional» (INC 2009: 50).

Pareciera que ambas definiciones son similares, pero difieren sobre

su objeto de aplicación; todos aquellos documentos que sirven de fuente de

investigación, conservados en los archivos, son Patrimonio Documental, y

todos los documentos generados en cumplimiento de las funciones de una

organización son Patrimonio Cultural Archivístico. En la primera, se refiere

al valor histórico de los documentos, mientras la segunda se refiere a «todos»

los documentos sin excepción. Aquello derivaría en una falacia, ya que no

todos los documentos pueden ser reconocidos como Patrimonio Cultural,

pues, de ser así, procuraríamos la conservación de todos los documentos que

se generan tanto en el sector público como el privado.

Para que un documento se considere patrimonio cultural debe

cumplir con ciertas características. Estas son las que siguen: (a) su importancia

para la investigación, (b) el ser herencia de nuestros antepasados y (c) que su

información sea significativa para la formación de nuestra identidad como

sociedad. Ante esto, se infiere que la definición de Patrimonio Cultural

Archivístico es incorrecta. Por ello, nos referiremos en las siguientes líneas

al Patrimonio Documental de la Nación como el objeto de protección

del AGN. De igual manera, no se utilizará la definición manejada por la

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UNESCO sobre Patrimonio Documental, debido a que en el presente

análisis se utilizarán documentos normativos nacionales.

Para empezar a conocer las políticas culturales ejecutadas desde el

Estado, habría que preguntarse antes ¿qué es una política pública? Para ello,

Eugenio Lahera afirma lo siguiente: «Mientras la política es un concepto

amplio, relativo al poder en general, las políticas públicas corresponden

a soluciones específicas de cómo manejar los asuntos públicos» (Lahera

2004: 7). A partir de esto, podemos afirmar que las políticas públicas son

el conjunto de normas, proyectos y acciones que promueve el Estado para

solucionar determinados problemas de la sociedad.

En cuanto a políticas culturales, debido a que el AGN pertenece

al sector Cultura, consideramos la definición aceptada por el Ministerio

de Cultura. Desde su perspectiva, «Es un conjunto de orientaciones,

normativas y proyectos que están destinados a democratizar la producción,

la circulación y el consumo de objetos y servicios culturales. En ese sentido

aspira a enriquecer la vida material y simbólica de una comunidad.

Simultáneamente, contribuye al ejercicio de una ciudadanía plena»

(Ministerio de Cultura 2012: 7). Esta posición oficial también será de apoyo

en las páginas que siguen.

3. EL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

El Archivo General de la Nación es un organismo público adscrito al

Ministerio de Cultura. Su misión radica en «conducir y controlar el

funcionamiento del Sistema Nacional de Archivos [que está] orientado a

mejorar la conservación del Patrimonio Documental de la Nación a través

de la modernización y capacitación archivística para optimizar los servicios

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POLÍTICAS CULTURALES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

archivísticos a la ciudadanía en general» (AGN s.f.: párr. 2). De igual forma,

dicha misión se establece en conformidad con la legislación vigente.

El AGN tiene su antecedente en el Archivo Nacional, creada por el

ex presidente Ramón Castilla en 1861 con el objetivo de «crear un archivo

donde se depositen los documentos históricos y oficiales de la Región y

de datos estadísticos de más importancia» (AGN 1999: 55). Finalizada la

ocupación chilena de Lima, se decide reunir a la Biblioteca Nacional con el

Archivo Nacional, formando una sola institución, hecho que se concretizó

mediante un decreto del presidente Miguel Iglesias y cuya dirección

asumirá Ricardo Palma. Esta situación se mantuvo hasta 1897, cuando

el Archivo Nacional recupera su autonomía, nombrándose como director

a Luis Benjamín Cisneros y encargándosele su reorganización. Sobre este

acontecimiento, Guillermo Lohmann afirma «que recibió los fondos en las

más absoluta confusión» (Lohmann 2000: 147).

El Archivo Nacional no sufre cambios hasta 1972, año en que

también se promulga el decreto ley de creación del Instituto Nacional de

Cultura. De esta forma, modifica su nombre por el de Archivo General de la

Nación, convirtiéndose en un órgano ejecutor de la nueva institución (AGN

1972: 13); pero, al reactivarse el Ministerio de Justicia, el Archivo General

de la Nación regresó a su nivel jerárquico, volviéndose un organismo público

descentralizado, con autonomía administrativa y presupuestal (Cf. Cárdenas

1993). Finalmente, al crearse el Ministerio de Cultura en el 2010, el AGN

deja de pertenecer al sector Justicia, para pertenecer al sector Cultura.

En cuando al aspecto jurídico, el AGN también se supedita a lo

establecido por diferentes leyes. Los dispositivos legales que, vigentes a la

fecha con rango de ley, brindan competencias al AGN son los siguientes:

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a) El Decreto Ley 19414: Ley de defensa, conservación e incremento

del Patrimonio Documental de la Nación. Determina que todos

aquellos documentos con más de 30 años de antigüedad deben

transferirse al AGN. Asimismo, el AGN debe crear un registro de

aquellas personas naturales o jurídicas que posean bienes integrantes

del Patrimonio Documental de la Nación y está facultado para

emitir normas que regulen los procesos archivísticos en los archivos

del sector público nacional.

b) La Ley 25323: Ley que crea el Sistema Nacional de Archivos,

reconoce al AGN como órgano rector del Sistema Nacional de

Archivos, el cual está conformado por los archivos regionales y

los archivos públicos, legislando su capacitad de emitir normas

archivísticas nacionales.

c) La Ley 28296: Ley general del Patrimonio Cultural de la Nación,

reconoce al AGN como el encargado de identificación, inventario,

inscripción, registro, investigación, protección, conservación,

difusión y promoción del Patrimonio Documental de la Nación.1

Además le otorga capacidad sancionadora contra aquellos que

incumplan con el registro, dañen o saquen fuera del país algún

bien integrante del Patrimonio Documental de la Nación.

Dispone, además, la creación del Registro Nacional de Colecciones

Documentales y de Archivos Históricos Públicos o de Particulares.

1 Este dispositivo legal lo define como Patrimonio Cultural Archivístico, lo cual es incorrecto según se explicaron líneas arriba.R

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POLÍTICAS CULTURALES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Por otro lado, el Reglamento de Organización y Funciones (ROF)

influencia también en las actividades del AGN. Este determina que las

funciones del Archivo son las siguientes:

a) Establecer los lineamientos de política nacional en materia de

archivos.

b) Impulsar el desarrollo del Sistema Nacional de Archivos.

c) Formular y emitir normas técnicas sobre organización y

funcionamiento de los archivos integrantes del Sistema Nacional

de Archivos.

d) Asesorar, supervisar y evaluar el funcionamiento de los archivos

integrantes del Sistema Nacional de Archivos.

e) Normar sobre la producción y administración de los documentos

de los archivos públicos a nivel nacional.

f) Calificar, defender, conservar, organizar, describir, seleccionar y

servir el Patrimonio Documental de la Nación que custodia así

como recepcionar la transferencia de la documentación proveniente

del Sector Público Nacional y Notarías, con sujeción a la legislación

sobre la materia.

g) Garantizar la puesta en servicio del Patrimonio Documental

de la Nación, con excepción de los documentos cuya naturaleza

comprometen la seguridad nacional.

h) Promover, apoyar y realizar la formación profesional y capacitación

especializada en archivística.

i) Velar por el cumplimiento de las normas legales en materia de

archivos y documentos.

j) Realizar y fomentar la investigación archivística.

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k) Registrar, inspeccionar y supervisar los archivos privados que se

adhieren al Sistema y que custodien documentos de valor histórico.

l) Calificar y autorizar la aplicación de la tecnología moderna en los

archivos integrantes del Sistema Nacional de Archivos.

m) Imponer sanciones a las personas naturales o jurídicas que

contravengan las normas que protegen el Patrimonio Documental

de la Nación.

n) Ejercer el derecho de preferencia en la adquisición de documentos

de interés y el derecho de retracto en casos de transferencia.

ñ) Las demás que le corresponde de acuerdo a ley. (AGN 1999: 61-

62)

De acuerdo a las estipulaciones señaladas, podemos resumir las

atribuciones del AGN en la siguiente relación: (a) Normar en materia

archivística; (b) asesorar y supervisar el funcionamiento de los archivos

públicos; (c) gestionar el Patrimonio Documental que conserva; (d)

elaborar normas que protejan al Patrimonio Documental y (e) promover la

capacitación y formación archivística. Estas ideas también serán manejadas

a lo largo del texto.

4. LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Y CULTURALES DEL AGN

Como mencionamos anteriormente, las políticas públicas son el conjunto de

acciones, normas y proyectos destinados a solucionar problemas específicos

de la sociedad. El AGN, para los años 2012 al 2016, plantea sus políticas en

los siguientes lineamientos: (a) la organización y conservación documental;

(b) el fortalecimiento del Sistema Nacional de archivos y la formación y (c)

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POLÍTICAS CULTURALES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

capacitación archivística. Cada lineamiento contiene, a su vez, sus propias

políticas. Estas serán presentadas en la siguiente tabla:

Tabla 1

Lineamientos y políticas del AGN

LINEAMIENTOS POLÍTICAS

ORGANIZACIÓN Y

CONSERVACIÓN DO-

CUMENTAL

Intensificar los procesos archivísticos de la organi-

zación y niveles de descripción y homogenizar los

mismos.

Desarrollar un plan integral de conservación pre-

ventiva y restauración del Patrimonio Documental

de la Nación.

FORTALECIMIENTO

DEL SISTEMA NACIO-

NAL DE ARCHIVOS

Coadyuvar al fortalecimiento y desarrollo del Sis-

tema Nacional de Archivos.

Actualizar el marco normativo archivístico.

FORMACIÓN Y CAPA-

CITACIÓN ARCHIVÍS-

TICA

Ampliar oportunidades de la formación profesio-

nal del archivero y desarrollo del programa de ca-

pacitación continua a nivel nacional.

Liderar la formación profesional y capacitación en

materia archivística.

Proponer la extensión universitaria de la carrera

archivística.

Nota: Plan estratégico institucional. 2012-2016. Lima: Archivo General de la

Nación, 2013, p. 17.

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Bajo estos tres lineamientos en su política, el AGN ejecuta y/o

formula documentos normativos, actividades de difusión, cursos de

formación, entre otros. De estas políticas, la política cultural es la primera

por referirse a la organización y conservación del Patrimonio Documental.

Asimismo, de esta deriva un objetivo general con sus respectivos objetivos

específicos. A continuación, mostramos dichos objetivos en la presente

tabla:

Tabla 2

Objetivo general y objetivos específicos de la política cultural del AGN

OBJETIVO GENERAL OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Impulsar la organización,

descripción y conservación

preventiva del Patrimonio

Documental de la Nación

que custodia el AGN, para

ampliar la difusión y servicios

archivísticos.

Dinamizar la organización y descripción de los

fondos y colecciones documentales para brindar

un mejor servicio a la comunidad.

Digitalizar en forma gradual los fondos y co-

lecciones documentales que custodia la entidad

como un medio de preservación y seguridad.

Recuperar la integridad física y funcional de los

documentos deteriorados a través de la restau-

ración.

Desarrollar el programa de conservación preven-

tiva de los fondos y colecciones documentales.

Nota: Plan estratégico institucional. 2012-2016. Lima: Archivo General de la Na-

ción, 2013, p. 18.

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POLÍTICAS CULTURALES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

A partir de lo dicho, se evidencia que las políticas culturales del AGN

tienen como universo el patrimonio documental que custodia, competencia

que tiene según su Reglamento de Organización y Funciones. Pero, como se

mencionó previamente, el AGN también tiene otras atribuciones que fueran

determinadas por mandato legal como la difusión, promoción, inventario,

registro del Patrimonio Documental y de sus propietarios. Por lo tanto,

su universo debe contemplar al que se conserva en el territorio nacional,

por lo cual llama la atención que estas acciones no se contemplen en su

Plan Estratégico Institucional de los años 2012 al 2016 y el Plan Operativo

Institucional 2013 (Cf. AGN 2013b).

El segundo lineamiento puede considerarse como política

cultural, pero solo parcialmente, porque está destinada principalmente

a brindar apoyo a los integrantes del Sistema Nacional de Archivos, con

asesoramiento y capacitación para gestionar los documentos que conservan,

de los cuales no todos son patrimonio documental. Cabe señalar que este

segundo lineamiento mantiene relación directa con los archivos del Sistema.

Asimismo, se presenta su objetivo general y objetivos específicos en la

siguiente tabla:

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Tabla 3

Objetivo general y objetivos específicos del segundo lineamiento en la política

cultural del AGN

OBJETIVO GENERAL OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Reforzar el desarrollo del Sis-

tema Nacional de Archivos,

a través de la actualización

de la normatividad archivís-

tica, las reuniones técnicas

y asesoramientos en materia

archivística a nivel nacional

involucrando a los archivos

del Sector Público y Privado.

Apoyar el funcionamiento de los archivos que

conforman el Sistema Nacional de Archivos,

mediante acciones de supervisión, asesoramiento

y charlas de orientación archivística, a fin de

mejorar la organización y administración de

archivos.

Realizar reuniones técnicas donde se analicen los

problemas comunes, uniformicen los criterios

técnicos archivísticos a nivel nacional.

Lograr el apoyo de las autoridades nacionales y

regionales para asignar mayores recursos a los

archivos públicos y archivos regionales.

Actualizar el marco normativo técnico –

administrativo a fin de mejorar el funcionamiento

de los archivos que conforman el Sistema

Nacional de Archivos.

Nota: Plan estratégico institucional. 2012-2016. Lima: Archivo General de la Na-

ción, 2013, pp. 18-19.

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POLÍTICAS CULTURALES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Es en este segundo objetivo general donde amplía su universo a los

integrantes del Sistema Nacional de Archivos. Sin embargo, se realiza a través

de reuniones técnicas, supervisiones, asesoramiento y charlas de orientación.

Es decir, actúa de forma indirecta para la gestión del patrimonio documental,

mientras que los actores directos son los archivos que lo conservan.

Asimismo, tampoco se considera la recuperación del patrimonio

documental que fuera sustraído del AGN. El tráfico ilícito de estos bienes

es una realidad denunciada en diversas oportunidades por sus funcionarios

a través de los medios de prensa (Cf. Salazar 2012). En un desgraciado

contraste, podemos encontrar, incluso vía internet, avisos donde se ofrecen

documentos históricos peruanos (Cf. El Comercio 2010).

Por otro lado, se considera como una de las causas por las cuales el

AGN no tiene políticas culturales que afecten directamente a la protección

y recuperación del patrimonio documental en el territorio nacional a su

presupuesto. Para el año 2013, el AGN tuvo un presupuesto institucional

de apertura de S/ 9, 431,919; el mismo que durante ese año fuera elevado a

S/. 9, 823,326 nuevos soles en comparación con el presupuesto destinado a

la Biblioteca Nacional del Perú. Esta tuvo una apertura de S/. 21, 884,600,

modificándose después a S/. 29, 420,373. A continuación, se mostrará la

relación de dichas cifras en la siguiente tabla: R

evis

ta S

TU

DIU

M V

ER

ITA

TIS

, Año

12,

N. 1

8, 2

014

(pp.

383-

411)

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Tabla 4

Presupuestos institucionales de apertura y modificado para el AGN y BNP en

el 2013

PRESUPUESTO 2013

INSTITUCIÓN PRESUPUESTO INSTITUCIONAL DE APERTURA

(PIA)

PRESUPUESTO INSTITUCIONAL

MODIFICADO (PIM)

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

9, 431,919 9, 823,326

BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ

21, 884,600 29, 420,373

DIFERENCIA 12, 52,681 19, 597,047

Nota: «Portal de Transparencia Económica». <http://www.mef.gob.pe/index.

php?option=com_content&view=article&id=504:seguimiento-de-la-ejecu-

cion-presupuestal-diaria&catid=267:seguimiento-de-la-ejecucion-presupues-

tal-diaria&Itemid=100944>. Ministerio de Economía y Finanzas. Consulta hecha

en 17/08/ 2014.

De acuerdo a los datos presentados, el presupuesto institucional de

la Biblioteca Nacional del Perú supera el 300% al destinado y utilizado por

el AGN. Esto puede deberse a que los archivos no son considerados como

fuente de recursos económicos y culturales en nuestro país, según lo da a

entender el estudio presentado por el Instituto de Investigación de la Escuela

de Turismo y Hotelería de la Universidad de San Martín de Porres en el año

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2005. En este se analizan, además, diversos aportes de industrias culturales,

incluyendo los museos, a la economía nacional (Cf. IIETHUSMP 2005).

Sin embargo, no reconoce la participación de los archivos, aún cunando

también tienen un impacto en la economía nacional, pues los servicios

que ofrecen derivan en ingresos económicos. Cabe señalar que estos casi

10 millones de nuevos soles de presupuesto del AGN, deben distribuirse

en pagos de servicios básicos (telefonía, electricidad, agua y desagüe); pago

de remuneraciones; obligaciones previsionales; adquisición de útiles de

oficina, arbitrios, entre otros. Por ello, el presupuesto resulta insuficiente

para desarrollar actividades directas en el ámbito nacional.

5. TAREAS Y ACTIVIDADES DERIVADAS

De la política cultural del AGN derivan una serie de actividades, destinadas

a cumplir objetivos institucionales. Estas actividades pueden dividirse en

cuatro tareas. Estas vendrían a ser las que siguen: conservación, digitalización,

organización y descripción de documentos. A continuación, se muestra la

relación de dichas actividades en la siguiente tabla:

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Tabla 5

Actividades derivadas de la política cultural del AGN

TAREA

DIREC-

CIÓN EN-

CARGADA

ACTIVIDADUNIDAD DE

MEDIDA

META

LOGRA-

DA

CONSER-

VACIÓN

DE DOCU-

MENTOS

Dirección de

Conserva-

ción

Restauración de

documentosHojas 4,727

Encuadernación

de documentosUnidad 190

Impresión de for-

matosCopias 55,759

Preservación de

documentosMetros lineales 19,376

Asesoramiento en

conservaciónInforme 12

Fotocopia de do-

cumentosCopias 121,129

DIGITALI-

ZACIÓN

DE LOS

FONDOS

DOCU-

MENTALES

Dirección

de Con-

servación /

Dirección

de Archivos

Públicos

Digitalización Imagen 496,190

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CIÓN EN-

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ACTIVIDADUNIDAD DE

MEDIDA

META

LOGRA-

DA

DESCRIP-

CIÓN DE

FONDOS

DOCU-

MENTALES

Dirección

de Archivo

Republicano

Inventario de RPJ

Causas CivilesRegistros 1425

Inventario de la

serie Asuntos In-

dígenas

Registros 3,936

Inventario de las

cartas oficiales del

Ministerio de Ha-

cienda OL – H1

Registros 16,359

Autógrafas de ley Registros 1,162

Archivo agrario

– Hacienda Casa

Grande

Metros lineales 65

Archivos

Públicos

Digitación de

Registros Civiles

Pieza docu-

mental0

Indizado de actas

de RRCC

Pieza docu-

mental0

DESCRIP-

CIÓN DE

FONDOS

DOCU-

MENTALES

Archivos

Notariales y

Judiciales

Inventario de los

Archivos JudicialesMetros lineales 0

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TAREA

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CIÓN EN-

CARGADA

ACTIVIDADUNIDAD DE

MEDIDA

META

LOGRA-

DA

ORGANI-

ZACIÓN

DE DOCU-

MENTOS

Archivo

Colonial

Organización de

Real HaciendaMetros lineales 11,20

Organización del

fondo Tribunal de

la Inquisición de

Lima

Metros lineales 19,8

Organización del

fondo Real Tribu-

nal de Minería

Metros lineales 6,125

Archivo Re-

publicano

Organización del

Archivo Agrario

– Hacienda Mon-

talván

Metros lineales 45

Archivo Re-

publicano

Organización del

Archivo Agrario

– Hacienda Casa

Grande

Metros lineales 65,4

Archivos

Públicos

Organización de

fondosMetros lineales 308,97

Valoración Metros lineales 452,65

Eliminación Metros lineales 398,85

Archivos

Notariales y

Judiciales

Organización de

los Archivos Judi-

ciales

Metros lineales 0

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ACTIVIDADUNIDAD DE

MEDIDA

META

LOGRA-

DA

DESCRIP-

CIÓN DE

FONDOS

DOCU-

MENTALES

Archivo

Colonial

Inventario to-

pográfico de los

fondos documen-

tales del Archivo

Colonial

Metros lineales 1,881

Inventario de Real

Hacienda

Pieza docu-

mental7,900

DESCRIP-

CIÓN DE

FONDOS

DOCU-

MENTALES

Archivo

Colonial

Inventario del fon-

do Real Tribunal

de la Inquisición

de Lima

Pieza docu-

mental4,378

Digitación de

fichas descriptivas

Fichas descrip-

tivas10,934

Inventario del

fondo Real Mi-

nería

Pieza docu-

mental2,373

Digitación de

fichas descriptivas

del Proyecto de

Informatización

Fichas 10,934

Nota: Evaluación del Plan Operativo Institucional 2013. Lima: Archivo General de

la Nación, 2014, pp. 6-8.

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Debe recordarse que uno de los objetivos de la archivística es

potenciar el uso y servicio de los documentos. Por ello, las actividades

descritas tienen como objetivo final el servicio del patrimonio documental

que conserva el AGN a sus usuarios. Ahora bien, se lleva un registro de los

servicios brindados por el AGN durante el año 2013. Dicha relación se

presentará en la siguiente tabla:

Tabla 6

Servicios brindados por el AGN durante el 2013

DIRECCIÓN EN-

CARGADA

TIPOS DE SER-

VICIO

CANTIDAD

DE SERVICIOS

BRINDADOS

TOTAL

DIRECCIÓN NA-

CIONAL DE ARCHI-

VO HISTÓRICO

Investigadores 3,179 3,179

Usuarios particu-

lares2,118 2,118

DIRECCIÓN ARCHI-

VOS NOTARIALES Y

JUDICIALES

Expediciones de

copias notariales3,367 3,367

DIRECCIÓN DE AR-

CHIVOS PÚBLICOS

Copias certificadas 1,404

3,311Constancias 476

Búsqueda de docu-

mentos1,431

DIRECCIÓN DE AR-

CHIVOS PÚBLICOS

Atención en sala 3501,523

Consultas 1,173

Nota: Evaluación del Plan Operativo Institucional 2013. Lima: Archivo General de

la Nación, 2014, pp. 15-16.

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Por otra parte, durante aquel año, el AGN brindó 13,498 servicios

a investigadores y usuarios. De igual manera, lograron generar ingresos

monetarios. Por ello, la gestión de archivos también puede considerarse

como una actividad económica.

6. CONCLUSIONES

A modo de conclusión, podemos afirmar que el Plan Estratégico Institucional

del AGN contiene determinadas políticas culturales, las cuales se limitan a

la gestión del patrimonio documental que conserva. A su vez, esta gestión

se deriva en atender las necesidades de sus usuarios. De igual forma, no

se olvide que el AGN pone a disposición el patrimonio documental que

conserva a usuarios particulares e investigadores.

Asimismo, es claro que, al tener como universo al patrimonio

documental que conserva, deje de cumplir otros objetivos que les son

atribuidos según la legislación vigente. Por ejemplo, se obvia el registro

nacional del patrimonio documental y de sus poseedores. Esto se debe al

presupuesto institucional manejado, el cual es inferior en comparación con

el destinado a la Biblioteca Nacional del Perú, ya que la gestión de archivos

no es considerada como una actividad económica.

A la fecha, el AGN ha incrementado sus actividades de difusión a

través de la publicación de su revista institucional. Igualmente, ha asumido

la organización de conferencias, gestión de visitas guiadas, desarrollo de

reuniones técnicas y uso de las redes sociales. Ha demostrado, a su vez, una

apertura a desarrollar actividades en coordinación con otras instituciones. A

continuación, se muestra una relación de ellas:

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a) Desarrollo de visitas guiadas en las que puede gestionar convenios

de cooperación con universidades que cuenten con escuelas de

turismo, buscando que los estudiantes puedan realizar prácticas y

ser ellos quienes dirijan estas visitas o apoyen en su mejora.

b) Gestión de convenios con instituciones que cuenten con archivos

históricos ubicados en el Centro Histórico de Lima, para desarrollar

actividades paralelas con motivo de alguna celebración nacional

como la Independencia, la fundación de Lima, el combate de

Angamos, entre otros, aprovechando para ello la ubicación turística

(ver Figura 1).

Finalmente, los servicios que derivan de la gestión del patrimonio

documental deben considerarse como actividad económica, la misma que

genera recursos para el AGN. Esto debe tomarse en cuenta para incrementar

su presupuesto institucional y nivelarlo, al menos, con el de la Biblioteca

Nacional del Perú. Dicha implementación, daría pie a una mayor cantidad

de posibilidades de gestión y desarrollo de esta institución decididamente

emblemática en el país.

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Figura 1. Ubicación de archivos históricos en Cercado de Lima. Tomado de Vásquez

Guillén 2014: 198.

9

8

7

4

6

1

2 3

5

1

2

3

4

5

6

7

8

9

Plaza Mayor de Lima

Archivo Colonial – Archivo General de la Nación

Archivo Histórico de la Municipalidad Metropolitana de Lima

Archivo Histórico de Límites

Archivo Histórico del Instituto Riva-Agüero

Archivo Histórico de la Sociedad de Beneficencia de Lima

Archivo Histórico Domingo Angulo

Archivo Histórico de la Catedral de Lima

Archivo San Francisco de Lima

Figura 1. Ubicación de archivos históricos en Cercado de Lima. Tomado de Vás-

quez Guillén 2014: 198.

17    

Figura 1. Ubicación de archivos históricos en Cercado de Lima. Tomado de Vásquez

Guillén 2014: 198.

9

8

7

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1

2 3

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1

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Plaza Mayor de Lima

Archivo Colonial – Archivo General de la Nación

Archivo Histórico de la Municipalidad Metropolitana de Lima

Archivo Histórico de Límites

Archivo Histórico del Instituto Riva-Agüero

Archivo Histórico de la Sociedad de Beneficencia de Lima

Archivo Histórico Domingo Angulo

Archivo Histórico de la Catedral de Lima

Archivo San Francisco de Lima

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MIGUEL ANGEL VÁSqUEz GUILLéN

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LOS CLÁSICOS HOY

Jorge Wiesse Rebagliati* Universidad del Pacífico

[email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: Este trabajo indaga sobre las lecturas que hoy en día se dan en

torno a los clásicos. Para dicho fin, ha sido indispensable considerar las

posibilidades formativas, éticas y de placer que estos ofrecen tanto para el

lector académico como el común. En el aspecto educativo, se trata de la

relación existente entre los que trasmiten el texto y quienes son iniciados

* Jorge Wiesse Rebagliati es licenciado en Lingüística y Literatura por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido vicedecano de Estudios Comunes y pertenece a la Asociación Internacional de Hispanistas, a la Sociedad Peruana de Estudios Clásicos, al Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico y al Instituto Riva-Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente, se desempeña como profesor principal del Departamento Académico de Humanidades de la Universidad del Pacífico y codirector del boletín Coiné de esta casa de estudios. Sus poemas, artículos y contribuciones han aparecido en revistas especializadas y diarios locales. Ha publicado el poemario Vigilia de los sentidos (Laberintos, 2005), el volumen colectivo La divina comedia. Voces y ecos (Lima: Universidad del Pacífico, 2008) y Otros textos. Apropiaciones, 1989- 2009 (Lima: Universidad del Pacífico, 2010). En el 2014, tradujo y realizó el posfacio de Fernando Pessoa. 35 Sonnets/35 sonetos (Lima: Trashumantes, 2014) y editó junto a Jerónimo Pizarro, Los futuros de Fernando Pessoa (Lima: Universidad del Pacífico, 2014).

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.413-426)

en su lectura. Asimismo, el análisis apela a los autores que se adentraron

en la crítica sobre la naturaleza del canon como fueron T.S. Eliot, Jorge

Luis Borges, George Steiner, Ítalo Calvino o Harold Bloom. Gracias a estas

fuentes, la visión de los clásicos se vuelve tan plural como inacabada, lo cual

corresponde muy bien a su propuesta como fuente inagotable de discusión

y disfrute. Igualmente, no se deja de lado la propuesta por armar un canon

tal y como puede ameritarlo la necesidad por imbuirse en ellos.

PalabRas clave: Canon, lector, crítica, literatura, educación, debate, siglo

XXi.

CLASSICS TODAY

abstRact: This work investigates the readings today are given about the

classics. To this end, it has been essential to consider the educational, ethical

and pleasure they offer both academic reader as the common possibilities.

In the educational aspect, it is the relationship between that transmit text

and who are initiated into reading. The analysis also appeals to the authors

who penetrated in critical about the nature of canon as were T.S. Eliot,

Jorge Luis Borges, George Steiner, Italo Calvino or Harold Bloom. Thanks

to these sources, the vision of the classic becomes as plural as unfinished,

which corresponds very well to the proposal as an inexhaustible source of

discussion and enjoyment. Also, do not neglect the proposal to arm a fee as

may merit it the need for imbibing in them.

KeywoRds: Canon, reader, criticism, literature, education, discussion, XXi

century.

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LOS CLÁSICOS, HOY

¿Qué libros son estos, Señor, en nuestro abismo, cuyas hojas estrelladas pasan por el cielo y nos alumbran?

(J. E. Eielson)

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) propone la

siguiente definición de «clásico» (tercera acepción): «Dícese del

autor o de la obra que se tiene por modelo digno de imitación en

cualquier literatura o arte». Pienso que esta definición tiene una ventaja y

varias desventajas. La ventaja es la siguiente: no identifica al clásico con el

texto o la obra antiguos. O sea, existen clásicos modernos. Las desventajas

son las siguientes: en primer lugar, excluye de los clásicos a textos no

literarios o a obras no artísticas (los llamados great books de la pedagogía

anglosajona). Así, el Timeo de Platón o la Ética a Nicómaco de Aristóteles,

o, para acercarnos a Lima Norte, los Comentarios reales del Inca Garcilaso

o El Perú de Raimondi no serían clásicos. Para determinada perspectiva, lo

clásico incluye no solo «lo mejor sentido» (o sea, aquello que se ha sentido

intensamente, aquello que incluye o expresa un sentimiento especialmente

intenso, como se dice en el DRAE), sino también «lo mejor pensado». La

formulación anterior es reductora (las grandes obras de arte juntan «lo

mejor pensado» y «lo mejor sentido»), pero vale en tanto sirve para precisar

la amplitud del conjunto de los great books, los ‘grandes libros’.

En segundo lugar, la definición de la Academia tiene la desventaja

de colocarse más en la perspectiva del autor que en la perspectiva del lector.

Me explico: el «modelo digno de imitación» importa más para quien quiere

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reproducirlo como creador que para quien se deje habitar activamente —

eso es la lectura— por la experiencia de lo valioso.

No es que no sea importante asumir la perspectiva del autor

al referirse a lo clásico. Le sirvió a T. S. Eliot para considerar a Virgilio

como escritor clásico por excelencia. Eliot sostiene que existen condiciones

para lo clásico (condiciones incluso externas al artista) y que, junto con

el talento y el esfuerzo individual, crean al escritor clásico. Una de ellas

—la más notable— es la madurez: «Si hay una palabra a la que podamos

fijarnos, capaz de sugerir en grado máximo qué quiero decir con el término

“clásico”, es la palabra “madurez”» (Eliot 1992: 57). Y, más adelante afirma:

«Un clásico solo puede darse cuando una civilización ha madurado; y debe

ser obra de una mente madura» (Eliot 1992: 57). Finalmente, la madurez

ocurre: «[…] En el momento en que los hombres tienen sentido crítico del

pasado, confianza en el presente y ninguna duda consciente sobre el futuro»

(1992: 60).

La madurez de los tiempos ocurrió con la Paz de Augusto, y Virgilio

creó la Eneida en su madurez. Y creó un libro tan perfecto que mereció el

siguiente comentario de Jorge Luis Borges: «Una parábola de Leibniz nos

propone dos bibliotecas: una de cien libros distintos, de distinto valor, otra

de cien libros iguales todos perfectos. Es significativo que la última conste

de cien Eneidas» (1999: 154).

Virgilio asumió críticamente la literatura anterior (tanto a la griega

como a la latina). Asimismo, no tuvo dudas respecto del papel civilizador de

Roma en el mundo.

No parecen ser condiciones muy fáciles de cumplir (Eliot

parece querer decir que el único clásico absoluto es Virgilio). O quizás

sean, aparentemente, condiciones demasiado fáciles: al clasicismo o

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al neoclasicismo de todas las épocas les bastó imitar a un grande o a un

conjunto de grandes con resultados más o menos discretos. Sin embargo,

nunca hay que descartar la función modélica de las obras precedentes en la

labor de un creador. Dante supera a Virgilio al imitarlo.

Nuestra experiencia de los clásicos es, más bien, la de los lectores

que la de los autores. En este punto, me gustaría comentar dos situaciones:

(a) la del descubrimiento del clásico por un acto individual (el caso del

autodidacta o del que cuida su formación espiritual) y (b) la del encuentro

con lo clásico en medio de una dinámica interpersonal.

Supongamos que el descubrimiento de Virgilio por Dante haya

sido del primer tipo. No tendríamos por qué hacerlo: el prestigio del

autor latino en la escuela de los franciscanos de Santa Croce, en la de los

dominicos de Santa María Novella y en la Universidad de Bolonia no

debe de haber sido magro, y quizás hasta su maestro Brunetto Latini pudo

haberle sugerido su lectura. Sin embargo, el desprecio por las letras latinas

de su gran amigo Guido Cavalcanti señala que el vínculo entre la obra de

Virgilio y su joven lector dependió de una consciente y voluntaria elección

individual. La intensidad de ese vínculo es enorme: Dante llama a Virgilio

su padre, su madre, y hasta su autor: quien lo hizo. Que su persona (la

literaria, pero no solo ella) dependa de la lectura intensa de un clásico es un

dato antropológico de primer orden.

George Steiner recuerda que, siendo él alumno de Leo Strauss en

la Universidad de Chicago, oyó a su profesor, en una clase de Filosofía,

referirse de pasada a Martin Heidegger (1999: 64-65). Bastó esa alusión para

que el joven Steiner fuera a la biblioteca de la Universidad y se zambullera

en la lectura de Ser y tiempo. No entendió nada al principio, pero así empezó

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una difícil apropiación que lo siguió a lo largo de su vida y que determinó

muchos de sus procesos espirituales.

No sabemos si Steiner y Strauss llegaron a conversar de Heidegger.

Pero esta debería ser una situación normal en nuestras universidades, donde

muchas cosas importantes deberían ocurrir fuera de las aulas (en los pasillos,

en la oficina, en la cafetería). El texto, el clásico, inmerso en la dinámica de

apelaciones, intuiciones creativas y respuestas (incluso éticas) que surge de la

relación entre un alumno y un profesor, o, en otros contextos, entre amigos,

entre amante y amado (en una relación de pareja), y hasta entre un creyente

y Dios. El clásico como eje de una dinámica erótica.1

En este sentido, creo yo, es como debemos interpretar la definición

N. 11 de «clásico» (tiene trece) que trae Ítalo Calvino: «Tu clásico es aquel

que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en

relación y quizás en contraste con él» (1993: 17).

Creo que en la definición de Calvino las palabras clave son

«indiferente» y «definirte». En efecto, ninguna relación que importe —

la amistad, el amor, la docencia— puede dejarnos indiferentes. En cada

relación nos definimos y nos redefinimos. Construimos nuestra persona,

nos creamos como personajes, en medio de las relaciones que nos sostienen

y nos fundamentan vitalmente. Si tiene sentido la definición «funcional»

que ofrece Pedro Salinas del término «clásico»: «[…] Un clásico es un libro

que presta siempre al espíritu del hombre un servicio de máxima calidad»

(2007: 1119), seguramente coincide, o coincide en parte, con lo que acabo

de decir. Alude también —y ese podría ser el sentido primario del texto de

Calvino— a la condición interpelante, apelativa, vocativa del propio texto.2 1 Y es que ni los textos ni su transmisión deben considerarse «nominativamente», como lo

quiere el cientifismo informático actual, sino «dativamente». Catherine Chalier habla de «la valeur “dative” de la pensée» (Chalier 2008: 22).

2 Steiner 1999: 32: «“Un ‘clásico’ de la literatura, de la música, de las artes, de la filosofía Rev

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LOS CLÁSICOS, HOY

Nos relacionamos con los clásicos porque, secretamente, ellos nos llaman;

y lo hacemos, de manera íntima, mediante la lectura individual, porque

hay algo en nosotros que puede responder. Lo podemos hacer, también,

inmersos en la erótica de la interpretación que surge del cariño y el respeto

por el rostro (soy, en este punto, deliberadamente levinasiano)3 del profesor,

del amigo, del esposo o la esposa, del enamorado o la enamorada. Un clásico

es un texto que nunca deja de llamarnos, de apelar a nosotros, a nuestra

sensibilidad y a nuestra inteligencia.

En un libro certero y nostálgico, Catherine Chalier sostiene que

la crisis de nuestra época es una crisis de transmisión.4 Están en crisis los

sistemas de transmisión de conocimiento de una generación a otra. En

es para mí una forma significativa que nos ‘lee’. Es ella quien nos lee, más de lo que nosotros la leemos, escuchamos o percibimos. No existe nada de paradójico, y mucho menos de místico, en esta definición. El clásico nos interroga cada vez que lo abordamos. Desafía nuestros recursos de conciencia e intelecto, de mente y de cuerpo (gran parte de nuestra respuesta primaria de tipo estético, e incluso intelectual, es corporal). El clásico nos preguntará: ¿has comprendido?, ¿has re-imaginado con seriedad?, ¿estás preparado para abordar las cuestiones, las potencialidades del ser transformado y enriquecido que he planteado?”» y mi reseña al libro de Steiner en Wiesse reBagliati 2010: 78-79.

3 Al respecto, sostiene Cesare del Mastro: «Relever le défi consistant à écouter dans le texte au-delà de ce qui s’entend revient à “percer –sous l’humilité du signe et l’immédiat vouloir-dire des mots– des signifiances et une intelligibilité autres, d’autrement qu’être” [M. Faessler. “Humilité du signe et kénose de Dieu”]. Cette aproche de la condition esthétique des textes reste foncièrement étique pour autant qu’elle écoute l’appel du visage qui habite la matérialité linguistique exposant au lecteur les formes concrètes de la vulnérabilité d’Autrui. L’incessant réveil du moi sous le déchirement venu de l’Autre et habilité par le fait que toute proposition dite sur quelque chose –verbalité dite– est avant tout faite et adressée à quelqu’un –verbalité du Dire– accomplit ainsi “une hermenéutique de la sollicitation capable d’entendre, dans le dit, son au-delà” [Faessler ]» (Del Mastro 2012: 170-171).

4 Chalier se refiere a las sociedades occidentales modernas: «En rupture avec les traditions religieuses ou philosophiques, souvent transmises de façon autoritaire ou routinière, telles des «terres dénudées» incapables de nourrir vraiment les générations qui s’éveillent à la vie de l’espirit et de la sensibilité, ces sociétés sont aussi en proie à une crise profonde des actes de transmission» (Chalier 2008: 9). R

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realidad, está en crisis la sabiduría; y la posibilidad de adquirirla mediante el

eros pedagógico. Es lo que parece haber intuido Eliot cuando se refería a su

época con palabras que podrían decirse de la nuestra: «[…] Nuestra época,

cuando los hombres parecen más proclives que nunca a confundir sabiduría

con conocimiento y conocimiento con información, y a tratar de resolver

problemas vitales en términos de ingeniería […]» (Eliot 1992: 73).

¿Qué toca a la educación en este contexto? Como dice Calvino,

la escuela está obligada a darle al alumno la posibilidad de escoger (1993:

16), pero «las elecciones que cuentan son las que ocurren fuera o después

de cualquier escuela» (1993: 16). Y esto es porque, como cualquier relación

humana, solo funciona cuando uno se entrega en libertad. Sigue Calvino:

«Si no salta la chispa, no hay nada que hacer: no se leen los clásicos por

deber o por respeto, sino solo por amor» (1993: 16).

¿Cuáles deben ser estos clásicos? La pregunta apunta a un canon

y un canon está ligado a nuestra mortalidad. No tenemos tanta vida

como para leer todos los clásicos. Por ello, la inevitable lista. En una lista

de 30 menciones posibles, una encuesta aplicada en 2007 a profesores

de universidades europeas y a alumnos de la Universidad de Roma

«La Sapienza» (Antonelli 2007: 31-33), Dante, Goethe y Shakespeare

obtuvieron 28 menciones; Cervantes y Dostoievskij, 24; Kafka, 23; Mann,

22 (el Quijote fue la obra individual que obtuvo mayor puntaje: 28). Harold

Bloom (1994) ha propuesto un canon oceánico y polémico, y Miguel Ángel

Garrido Gallardo intenta identificar los 100 (o 200: 100 son de ficción,

100, de no ficción) títulos indispensables de la literatura occidental con que

debería contar una biblioteca no virtual del siglo XXi. En junio de 2013 se

desarrolló en Madrid y La Rioja un congreso —«La Biblioteca de Occidente

en el Contexto Hispánico»— que discutió este tema.

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LOS CLÁSICOS, HOY

El canon puede ser un canon móvil, matizado por «clásicos de

elección», es decir, por textos que han impactado en los docentes de manera

poderosa (pues son los docentes los términos de una relación de libertad,

y no pueden ser dejados de lado si se quiere ser fiel a esta condición). Los

clásicos, cuando se inscriben en una dinámica apelativa, nunca son viejos,

siempre dicen cosas nuevas, siempre se reinterpretan desde las circunstancias

concretas: las del lector aislado, autodidacta, preocupado por su formación

espiritual, o las que contextualizan la relación entre profesor y alumno.

Solo por considerar un breve ejemplo: ¿qué podría decirle a un

peruano del siglo XXi la obra, escrita originalmente en alemán, de un judío

que vivió en Praga a principios del siglo XX? Aparentemente, poco. Sin

embargo, lo universal de La metamorfosis se mantiene, y aun sin renunciar a

sus especificidades (Praga, mundo burgués, tipo de trabajo, siglo XX) puede

ser captado por un lector atento que esté inmerso en otra circunstancia.

Centrémonos en la secuencia inicial. La primera oración es de una

cotidianeidad horrenda: «Cuando, una mañana Gregor Samsa se despertó

de unos sueños agitados, se encontró en su cama convertido en un bicho

monstruoso» (Kafka 1999: 11). La situación es perfectamente cotidiana: el

quedarse un rato en la cama temprano por la mañana, pensando sobre el

trabajo y sobre la vida. Cuando Gregor siente la obligación de levantarse

para trabajar, no puede hacerlo: está con el caparazón sobre la cama y sus

patas pequeñas se mueven con una agitación sin sentido. Gregor quiere bajar

de la cama, caminar hacia la puerta, abrirla y encontrarse con su familia y

el supervisor de su trabajo, quienes —inquietos— buscan saber qué le pasa,

por qué no ha ido a trabajar. El abrir la puerta es especialmente complicado:

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Gregor se arrastró lentamente hacia la puerta empujando la silla,

la soltó al llegar, se lanzó contra la puerta, se mantuvo erguido

aferrándose a ella —las ventosas de sus patitas tenían una

sustancia viscosa— y descansó un momento para reponerse del

esfuerzo. Luego intentó, con la boca, hacer girar la llave dentro

de la cerradura. Parecía no tener, por desgracia, aquello que se

suele llamar dientes— ¿con qué iba a coger la llave en ese caso?—

, aunque sus mandíbulas eran, en cambio muy fuertes. Con su

ayuda logró poner por fin la llave en movimiento sin reparar en

que se estaba haciendo daño, sin lugar a dudas, pues de la boca

le salió un líquido parduzco que chorreó por la llave y empezó a

gotear al suelo (Kafka 1999: 25).

La angustia se presenta doblemente: a uno y a otro lado de la puerta.

El caminar de Gregor y las exhortaciones de los familiares y el jefe son

parte de la misma situación. Gregor debe avanzar con un cuerpo de insecto,

pero con reacciones aún humanas, en un mundo de objetos hecho para el

hombre, no para el insecto. Los familiares y el jefe lo animan a realizar una

acción aparentemente trivial, pero realmente esforzadísima, complicada y

dolorosa. Las exhortaciones a Gregor de sus «barristas», de sus «tifosi» —

padre, madre, hermana y jefe—, solo alimentan su angustia.

Ocurre que hay una razón poderosa para la «hinchada», esta es la

siguiente: Gregor es el sostén económico de la familia. La Biblia y el pecado

original se cruzan con el mundo maquinal de la Revolución Industrial (la

teoría de la administración científica de Taylor, la cadena de montaje —el

mundo parodiado en la película Tiempos modernos de Charlie Chaplin y

evocado apocalípticamente en Metrópolis de Fritz Lang—) para remitir a

una estructura laboral inhumana, semejante a las sociedades de insectos a

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las que Gregor podría haber pertenecido luego de su transformación (o, más

inquietantemente, antes).

¿No podríamos pensar que un maestro sensible haría que su alumno

«resonara» ante la apelación de un texto así y que este alumno reaccionara

con una lectura que lo involucrara íntimamente (porque reconoce en sí

la posibilidad de ser víctima o verdugo, como Gregor, sus familiares o su

jefe), que descubra un sentido en el texto que es también el suyo, y que se

cuestione el sentido de su vida5 a partir de este sentido encontrado? Nuestra

esperanza es —nuestra esperanza debe ser— que sí.

5 Considérense al respecto las reflexiones de don Luigi Giussani en El sentido religioso, especialmente en los capítulos 11, 12 y 13 (Cf. Giussani 2005: 159-189). R

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* Javier Morales Mena estudió el pregrado y posgrado de Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y el diplomado en Literatura comparada y crítica cultural en la Universidad de Valencia (España). Ha compilado La trama teórica. Escritos de teoría literaria y literatura comparada (Lima: UNMSM, 2010), Teoría de la literatura: restos (Lima: UNMSM, 2012) y publicado Juan Ojeda. Poesía metafísica (Lima: APL, 2013). Actualmente, es miembro de la Asociación Peruana de Literatura Comparada (ASPLIC), afiliada a la Asociación Internacional de Literatura Comparada (ICLA) y docente de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Internacional de Literatura Comparada (ICLA) y docente de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

SENTIDO DE LA DELIBERACIÓN EN EL POPOL VUH

Javier Morales Mena* Universidad Nacional Mayor de San Marcos

[email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: El presente ensayo busca explicar el sentido que tiene la

representación de la deliberación en el Popol Vuh. Asimismo, se analizan las

situaciones donde esta se representa para orientar el sentido de la búsqueda

de la interacción entre hombres y dioses. Se postula que las representaciones

tienen como subtexto una apelación a la razón como imperativo para la

existencia como para el advenimiento de lo humano. De igual forma, se

sostiene que el advenimiento de lo humano es resultado de la exigencia y

ejercicio de la deliberación que los dioses practican, y que exigen debe tener

también su creación.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.427-448)

PalabRas clave: Deliberación, razón, creación, destrucción, racionalidad

comunicativa.

SENSE OF DELIBERATION IN THE POPOL VUH

abstRact: This paper tries to explain the sense in which the representation

of deliberation in the Popol Vuh. In addition, situations where this is

shown to guide the direction of the search for the interaction between

men and analyzed gods. Is postulated to the performances are as subtext

an appeal to reason as imperative for the existence and for the advent of

the human. Similarly, it is argued that the advent of humanity is a result of

the requirement and exercise of deliberation practicing the gods, and that

demand should also have your creation.

KeywoRds: Deliberation, reason, creation, destruction, communicative

rationality.

1. INTRODUCCIÓN

Considerado como la «Biblia de América», el Popol Vuh es uno

de los textos seminales que contiene las raíces del pensamiento

mesoamericano. Su valor antropológico, histórico, filosófico y

literario lo equipara a cualquier otro libro sobre la génesis del universo:

la Biblia, el Mahabarata, el Upanishad o el Manuscrito de Huarochirí.

Popol Vuh significa «libro del consejo» o «libro donde mora el consejo y el

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saber más autorizado» (Pop significa «estera tejida», «sede de la autoridad y

consejo»; Vuh significa «libro»).1

Son diversas las investigaciones que se realizan a propósito de este

archivo del pensamiento mesoamericano. Algunas de estas emprenden

una suerte de labor arqueológica que las conduce a reconstruir y establecer

la historia de los primeros manuscritos y las primeras traducciones;

otros abordajes focalizan la atención en dilucidar las interpolaciones

cristianas fuertemente presentes en la trama del relato.2 De las múltiples

e interdisciplinarias aproximaciones que se ensayan (véase: Brotherston

1997: 275-384; León-Portilla 1978: IX-XXXII; Garza 1980: IX-LVII; Sodi

1964:89-92; Alcina 1989: 13-16),3 el siguiente hecho resulta evidente: en

su mayoría estas coinciden en subrayar directa o indirectamente que entre

la estela discursiva del Popol Vuh se contempla la aurora que anuncia el

advenimiento de lo humano. Esto es, un acontecimiento que implica

también el alumbramiento y ordenamiento del universo y lo divino. Debido

a esto, «ofrecer una crítica del Popol Vuh significa buscar el corazón de la

1 Se puede consultar al respecto la nota explicativa de la edición del Popol Vuh que elabora Adrián Recinos: «Popo Vuh, o Popol Vuh, literalmente el libro de la comunidad» (1960: 165).

2 Precisamente la reflexión a propósito de las interpolaciones culturales que resultan del proceso de «transvase», reparan en este hecho estratégico de resistencia: «Just as Mayan peoples learned to use the symbolism of Christian saints as masks for ancient gods, so they learned to use the Roman alphabet as a mask for ancient texts» (Tedlock 1996: 25). De igual forma, Miguel León-Portilla sostiene que este proceso semiótico de «alfabetización» de los signos glíficos, las imágenes, las pinturas, los colores y las texturas, explican la estratégica opción de los mesoamericanos por buscar hacer supervivir el legado de su pasado, y por negarse a verla reducida a cenizas (Cf. León-Portilla 1996: 21-ss).

3 Estas múltiples lecturas decodifican los signos que evidencian el mestizaje o que asientan los elementos que serán recurrentes en la cosmogonía, mitología y pensamiento de los pueblos americanos. R

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América indígena, lo que a su vez significa plantear preguntas filosóficas que

durante milenios han parecido fundamentales» (Brotherston 1997: 275).

En el presente ensayo se explica el rol que cumple la deliberación en

el advenimiento de lo humano. Para tal efecto, se realiza una presentación

de la dialéctica de creación y destrucción que anima el proyecto creador de

los dioses que buscan crear el hombre ideal; se explica también el sentido

de la deliberación en el proceso de búsqueda de aquella creación perfecta.

Se sostiene que el advenimiento de lo humano es resultado de la exigencia y

ejercicio de la deliberación que los dioses practican, y que exigen debe tener

también su creación. Es decir, en todos los casos donde los dioses disciernen

sobre el hombre que merece poblar el universo, el requisito determinante

que define la existencia es el saber. Conocimiento que, a medida que avance

la narración de la creación, se complementará con la prudencia y la virtud.

Exigencias, estas, que permitirán al ser humano honrar a sus dioses. En

otras palabras, lo humano –en el Popol Vuh– se yergue, camina, echa raíces

y logra imponerse al universo debido a la razón. La deliberación determina

el advenimiento de lo humano. Lo humano es parto de la razón.4 4 Adviértase esta lógica de sentido, por ejemplo, en el relato «Las ruinas circulares», de

Jorge Luis Borges. El discurso narrativo nos coloca frente al acontecimiento de la creación minuciosa de un hombre a quien su creador le exige, como condición de existencia, el ejercicio de la razón (crítica). Oigamos al narrador enmarca su enunciación dentro del proceso de selección onírica que hace el creador: «A las nueve o diez noches comprendió con alguna amargura que nada podía esperar de aquellos alumnos que aceptaban con pasividad su doctrina y sí de aquellos que arriesgaban, a veces, una contradicción razonable. Los primeros, aunque dignos de amor y buen afecto, no podían ascender a individuos; los últimos preexistían un poco más. Una tarde (ahora también las tardes eran tributarias del sueño, ahora no velaba sino un par de horas en el amanecer) licenció para siempre el vasto colegio ilusorio y se quedó con un solo alumno. Era un muchacho taciturno, cetrino, díscolo a veces, de rasgos afilados que repetían los de su soñador. No lo desconcertó por mucho tiempo la brusca eliminación de los condiscípulos; su progreso, al cabo de unas pocas lecciones particulares, pudo maravillar al maestro» (Borges 1956: 53, las cursivas son nuestras). Es evidente la primacía del elemento racional como la cualidad que hace a la creación (humana) imponerse a las demás. Repárese en el hecho R

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2. AURORA DE LO HUMANO

Una dialéctica de creación y destrucción mueve los engranajes discursivos

del Popol Vuh.5 Los dioses habitan sobre el inconmensurable silencio de

la tierra, el cielo y el mar: «Esta es la primera relación, el primer discurso.

No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos,

árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques […] Solamente había

inmovilidad y silencio en la oscuridad de la noche» (23).6 Progresivamente

los dioses distribuyen sobre este espacio la colorida naturaleza, los árboles,

animales y todo aquello que haga menos solitario y silencioso el universo. De

esta manera, «dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y bejucos

[luego crearon] los animales pequeños, los guardianes de todos los bosques,

leones, tigres, culebras» (24-25).7 Dentro de esta poblada territorialidad

de que no es cualquier racionalidad, el narrador se encarga de hacer que esta no se asocie con lo pasivo y lo acrítico; ello, como para indicar el carácter crítico y de discernimiento. Finalmente, parece claro, el guiño conceptual con el dictum kantiano del despertar de la razón moderna, que es lo que se le exige a la creación: ¡Atrévete a pensar por ti mismo!

5 Todas las referencias textuales provienen de Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché. Traducción, introducción y notas de Adrián Recinos (1960). Solo se citará, al final de cada la referencia, el número de la página correspondiente.

6 De la referencia realizada llama poderosamente la atención la idea de «primera relación» y «primer discurso», no tanto por el énfasis en la primeridad, sino más bien por lo que entrañan los conceptos que hacen de contenedores del pensamiento quiché. Walter Mignolo propone reconstruir los conceptos que organizaban y orientaban las complejas interacciones semióticas que concurren en este tipo de discursividad colonial (consúltese Mignolo 1993: 527-562 y Mignolo 1994: 220-270).

7 Recordará el lector que la creación de los animales si bien resulta óptima por cuanto se los posiciona como habitantes del teatro de la creación, por otro lado, resulta infructuoso para los dioses pues no consiguen que estos logren verbalizar en lenguaje humano los nombres de sus dioses creadores. La condena por esta insuficiencia lingüística que permitiría la realización de la adoración hacia los dioses es más que predecible: «no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; solo chillaban, cacareaban y graznaban; no se manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de manera diferente […] por esta razón fueron inmoladas sus carnes y fueron condenados a ser comidos y matados los animales que existen sobre la faz de la tierra» (26-27). R

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tratarán de satisfacer –una y otra vez– la necesidad que tienen: crear una

criatura humana que los adore y reconozca como sus creadores:

— ¡A probar otra vez! Ya se acercan el amanecer y la aurora;

¡hagamos al que nos sustentará y alimentará! ¿Cómo haremos

para ser invocados para ser recordados sobre la tierra? Ya hemos

probado con nuestras primeras obras, nuestras primeras criaturas;

pero no se pudo lograr que fuésemos alabados y venerados por

ellos. Probemos ahora a hacer unos seres obedientes, respetuosos,

que nos sustenten y alimenten. Así dijeron. (27)

Este pasaje hace evidente una carencia que los dioses no se esfuerzan

por evitar: la necesidad de ser reconocidos por otros humanos. Es como si su

condición divina estuviera garantizada precisamente en la existencia humana.

Pero no de cualquier creación humana. En este proceso de búsqueda, los

dioses primero dan vida al hombre de barro. Lo endeble de su constitución

física le impide sostenerse. Se desmorona. Sucumbe: «se deshacía, estaba

blando, no tenía movimiento, ni tenía fuerza, se caía, estaba aguado, no

movía la cabeza, tenía velada la vista, no tenía entendimiento» (27-28). Los

elementos con que los dioses crearon a este hombre de barro (tierra y lodo)

le hacen tener una fragilidad excesiva, una falta de consistencia material y

racional que no le permite imponerse a la naturaleza, por ello es erradicado

de la tierra. Repárese en el detalle de este primer hombre de barro que en

un inicio «hablaba». Es decir, aquella limitación lingüística que tenían los

animales, y por el que los dioses los castigaron, no resulta suficiente en este

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tramo de la creación. Luego de este primer intento infructuoso, los dioses

prueban otra vez.

La segunda generación de hombres será de madera («los muñecos

de palo»). A diferencia del hombre de barro, estos sí pueden desarrollarse

y sostenerse sobre la tierra: «existieron, y se multiplicaron; tuvieron hijas,

tuvieron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni entendimiento,

no se acordaban de su Creador, de su Formador; caminaban sin rumbo y

andaban a gatas» (29-30). Es evidente que estos hombres de madera no hacen

que los dioses se sientan realizados. No cumplen con satisfacer las necesidades

de su creador. No solo pecan de olvido, falta de inteligencia, espiritualidad

y entendimiento para adorarlos, tampoco tienen «sangre ni sustancia, sus

mejillas estaban secas» (30); estos son hombres que transgreden las normas

básicas de convivencia con los demás; son, ciertamente, tiranos. Mientras

los dioses hacen efectivo el castigo mediante una especie de aniquilamiento

diluvial, escenificado en «una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de

noche» (31) es que nos enteramos del comportamiento negativo que tenían

estos hombres:

Y he aquí que sus perros hablaron y les dijeron:

— ¿Por qué no nos dabais nuestra comida? Apenas estábamos

mirando y ya nos arrojabais de vuestro lado y nos echabais fuera.

Siempre teníais listo un palo para pegarnos mientras comíais

[…] ahora nosotros os destruiremos, ahora probaréis vosotros

los dientes que hay en nuestra boca: os devoraremos, dijeron los

perros, y luego les destrozaron las caras. (31-32)

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La expresividad del ajuste de cuentas que realizan no solo los perros,

sino todos los seres y objetos que los rodeaban, grafica completamente el

modo cómo fueron tratados por estos hombres de madera, desestabilizadores

de un orden armonioso. Es cierto que en este hecho se desliza una lección

a propósito de la vida armoniosa con todos los seres del universo, no es

menos cierto tampoco que estos hombres de palo serán transformados en

monos como castigo por no cumplir con lo que los dioses esperaban. De

este modo, «a todos les fueron destrozadas las bocas y las caras. Y dicen que

la descendencia de aquellos son los monos que existen ahora en los bosques»

(32).8 Pese a los resultados infructuosos, no se interrumpe la celebración del

consejo, la reflexión y la discusión sobre la creación del hombre. El ideal se

conserva intacto. La perfección y la búsqueda orientan a los creadores:

Y dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se

llaman Tepeu y Gucumatz: «Ha llegado el tiempo del amanecer,

de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de

sustentar y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados;

que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la

tierra». Así dijeron. (103)

8 A propósito de la destrucción de estos muñecos de palo, una sugerente evaluación de su impronta en la diégesis de Los pasos perdidos (1953) de Alejo Carpentier, lo explica Lluis Vila Soriano; para él la rebelión de los animales y los enseres de barro y metal debido al despotismo y maltrato que sufrían por parte de los muñecos de palo, anticipa una suerte de revuelta de las máquinas contra el hombre: «en una conversación del narrador con el fraile que el Adelantado ha llevado a Santa Mónica de los Venados para evangelizar al pueblo, el Popol Vuh aparece como elemento de la ficción narrativa. El padre le cuenta cómo en este texto sagrado de los quichés, “se inscribe ya, con trágica adivinación el mito del robot; más aún: [cree] que es la única cosmogonía que haya presentido la amenaza de la máquina y la tragedia del aprendiz de brujo” (Carpentier 1998: 206)» (Vila Soriano 2011: 321). R

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Son palabras con las que se inicia la búsqueda de la tercera y última

creación de los dioses, el hombre hecho enteramente de maíz: «de maíz

amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron

los brazos y las piernas del hombre [...] eran hombres buenos y hermosos

[...] fueron dotados de inteligencia [...] grande era su sabiduría; su vista

llegaba hasta los bosques, las rocas, los lagos, los mares, las montañas y los

valles» (104-105). Esta generación de hombres destaca por el alto desarrollo

de su inteligencia, el alcance de sus facultades y por su capacidad para

reciprocar con los dioses: «os damos gracias, pues, por habernos dado el

ser» (106). Cuando todo hace suponer que finalmente los dioses celebrarán

la perfección humana que obtuvieron, el conjunto de estas cualidades se

evalúa como amenazante de la condición divina de los creadores:

—No está bien lo que dicen nuestras criaturas, nuestras obras;

todo lo saben, lo grande y lo pequeño, dijeron. Y así celebraron

consejo nuevamente los Progenitores […] ¿Acaso no son por su

naturaleza simples criaturas y hechuras nuestras? ¿Han de ser

ellos también dioses? […] ¿Por ventura se han de igualar ellos a

nosotros, sus autores, que podemos abarcar grandes distancias,

que lo sabemos y vemos todo? […] entonces el Corazón de Cielo

les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron como

cuando se sopla sobre la luna un espejo. Sus ojos se velaron y

solo pudieron ver lo que estaba cerca, solo esto era claro para

ellos. Así fue destruida su sabiduría y todos los conocimientos

de los cuatro hombres, origen y principio de la raza quiché. Así

fueron creados y formados nuestros abuelos, nuestros padres, por

el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra. (107)

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Es nítido el temor que causa la creación humana de maíz en las

divinidades. La destrucción de su sabiduría y sus conocimientos sugieren

que los creadores advirtieron el poder liberador e independentista que

esta facultad puede promover. La reducción del alcance de todas sus

capacidades se hace en nombre del mantenimiento de la superioridad

del poder divino. Visto de este modo, la indagación de los dioses por lo

humano —esa perfección que buscaban— define su nombre en lo siguiente:

reconocimiento y aceptación de la superioridad de lo divino. Pero adviértase

la significación compleja que encierra este hecho: los dioses no logran que

cualquier hombre o ser los honre; el reconocimiento viene por parte de su

creación más perfecta (como también más amenazante).

Si atamos lo que venimos comentando, se tiene el siguiente

recorrido de creación y destrucción: los animales fueron creados, pero como

no pudieron hablar como los hombres, fueron destruidos. Es evidente que la

exigencia de los dioses hace que busquen una especie que posea o que haya

desarrollado la racionalidad comunicativa. Cuando se crea a los hombres

de barro, estos no tenían las facultades mentales desarrolladas. Se subraya

el hecho que en un inicio hablaban, pero como no poseían entendimiento

fueron destruidos.

Así como resulta obvio que la cancelación de esta primera creación

humana se debe a que no tuvieron racionalidad, resulta obvio también que

el dispositivo que activa los mecanismos de destrucción o que configura

el régimen de exclusión gravita en la exigencia y tenencia de la razón en

cuanto a comprensión y entendimiento, cualidades que recién se definirán

completamente con la llegada de los hombres de maíz. Antes que estos fueran

creados, los hombres de palo o madera, si bien poseen ciertos atributos

que los hace reproducirse y andar, no obstante carecen de espíritu y razón.

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Serán los hombres de maíz —resultado de un arduo trabajo de creación y

destrucción— quienes cumplan con los requerimientos establecidos por las

divinidades: son racionales, poseen espiritualidad, inteligencia comunicativa

y reconocen la superioridad de sus dioses; es decir, «humanidad, lenguaje e

inteligencia se encuentran aquí vinculados en una reflexión que bien puede

considerarse cenit de cualquier cultura planetaria» (Vila Soriano 2011: 321-

322).

3. SENTIDO DE LA DELIBERACIÓN

La dialéctica de creación y destrucción dimana de la exigencia divina por

imponer a la realidad un hombre que reconozca que fue creado por un

dios, y a quien tiene que alabar, recordar y obedecer. Pese a los infructuosos

resultados que podrían hacernos pensar que la empresa de creación se

abandonaría, los dioses insisten en buscar crear el hombre perfecto. Escena

a escena los vemos reunirse para conversar, analizar las limitaciones de

sus criaturas; deliberar, discutir, reflexionar y pensar. Cada una de estas

celebraciones de la creación-dialogada está acompañada de una minuciosa

evaluación por parte de los dioses: « ¿Acaso no son por su naturaleza simples

criaturas y hechuras nuestras? ¿Han de ser ellos también dioses? […] ¿Por

ventura se han de igualar ellos a nosotros, sus autores, que podemos abarcar

grandes distancias, que lo sabemos y vemos todo?» (106). Esta constante

representación de la interrogación, esto es, poner en escena el pensamiento

en acción, para cercar los límites del alcance humano, traduce la idea

respecto al consenso que existe entre los dioses para efectos de tomar una

decisión cuya imposición asegure el mantenimiento de su poder, y de otra

forma, la recurrencia sugiere también que la creación humana es resultado

del diálogo, de la participación del pensar en acción y en comunión (la

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deliberación). Tomemos aquella creación y destrucción como el devenir del

pensamiento en acción, la puesta en escena de su intensidad para hacer

aparecer la creación. A partir de ello, «lo que saldrá de una conversación

no lo puede saber nadie por anticipado. El acuerdo o su fracaso es como

un suceso que tiene lugar en nosotros […] la conversación tiene su propio

espíritu y que el lenguaje que discurre en ella lleva consigo su propia verdad,

esto es, “desvela” y deja aparecer algo que desde ese momento es» (Gadamer

1977: 461). El diálogo (la deliberación, conversación, consejo) es lo que

logra hacer aparecer sobre el teatro del mundo al ser humano que se quería,

el hombre de maíz. Es lo que la escritura dibuja o grafica para nuestros

ojos, dicho de otra forma, lo que nace y vive se hace en y por el diálogo

(la deliberación), el lenguaje. Por ello mismo se le exige también, a esta

creación, conocimiento. Los dioses necesitan de los hombres para existir.

Los hombres necesitan saber honrar a los dioses para no ser destruidos.

Los progresivos intentos de creación y destrucción que realizan los

dioses, aquellos ensayos donde se mezcla la tierra y el barro, o se hace andar

el palo o la madera, y se combina los diversos colores del maíz, ilustran que

la búsqueda del hombre ideal deberá terminar cuando se encuentre no a

cualquier hombre, sino cuando se dé con el hombre racional, prudente y

virtuoso. Es decir, un hombre a quien la destreza física no le haga abusar

de alguna criatura, y a quien el alcance de su racionalidad no lo aliente a

pretender estar por sobre los dioses. Evidentemente, uno de los elementos

que juega un papel importante para lograr crear y elegir al hombre de maíz

─hombre ideal─ será la deliberación (el diálogo). Desde esta perspectiva, cabe

preguntarse ¿Qué se comprende por deliberación y por qué se asocia dicha

categoría con razón, comprensión o entendimiento? ¿Cuál es el sentido de

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la deliberación en todo este proceso de creación y destrucción? ¿Cómo se

relaciona la deliberación con el advenimiento de lo humano?

Cuando Aristóteles explica en qué consiste la elección, sostiene que

esta presupone un juicio. Es decir, no es resultado de un deseo, más bien

proviene de una meditación y evaluación a propósito de las implicancias

que aquella decisión pueda acarrear. Aquel juicio que guía la razón práctica

se llama deliberación: movimiento de la voluntad de un ser exclusivamente

racional (Cf. Aristóteles 1985 III: 1112a - 1113a). El régimen de sentido

que propone la deliberación logra definirse con modos complementarios

de prácticas cognitivas: razón, reflexión y análisis, entre otras. Deliberar

significará, en tal sentido, el ejercicio de la razón. Tendrá, en consecuencia,

aires de familia con categorías como comprensión, entendimiento y

elección. Asumimos en este sentido la noción de deliberación. Por ello,

planteamos como interrogante el sentido que esta tiene en el advenimiento

de lo humano en la llamada «Biblia de América» al narrarse, «se juntaron,

llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y en la noche; luego buscaron

y discutieron, y aquí reflexionaron y pensaron. De esta manera salieron a la

luz claramente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo que debería

entrar en la carne del hombre» (103).

La referencia textual es apenas una muestra de las diversas situaciones

donde se encuentra a los dioses reunidos para deliberar a propósito de cuál

es el modelo de hombre que necesitan para que los honre. El pasaje deja

advertir la intensidad del quehacer reflexivo que tienen estos. Efectivamente,

la historia del advenimiento de lo humano es una sucesión de creación y

destrucción que la razón (deliberación) de los dioses realiza hasta encontrar

la humanidad ideal. En tal sentido, la aparición de lo humano no es un

hecho fortuito. Obedece a un proyecto guiado por la razón práctica. Por

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ello, se debe tomar en cuenta que cada hombre creado, en el caso del hombre

de barro o el de palo, fenece porque carece de racionalidad comunicativa o

de entendimiento suficiente que le permita honrar a los dioses creadores.

Es decir, la falta de desarrollo de las facultades cognitivas para ponerlas al

servicio divino, hace que estos no merezcan existir.

El papel que cumple la deliberación resulta fundamental en esta

suerte de política de selectividad antropológica. Mediante el proceso

de selección, advertimos que los dioses disciernen (deliberan) sobre la

creación en cuyo justo proceder descansará el futuro de la existencia divina.

Efectivamente, esta insistencia de los dioses en las características que debe

tener la creación humana (perfecta), hace notar el vacío e incertidumbre que

existe dentro de aquellos a propósito de la conservación, el reconocimiento

y aceptación de su poder. La deliberación tiene, entonces, un doble sentido.

En los dioses sirve para poder discernir y seleccionar a lo existente (para

reflexionar y meditar sobre el porvenir). En los hombres funciona como

garantía definitiva que asegura la pervivencia sobre el universo. Si bien el

interés de los dioses porque el hombre tenga y desarrolle una racionalidad

puede dibujar alguna imagen positiva de su empresa intelectual, la escena

cuando estos analizan lo peligroso que les resultaría el elevado conocimiento

del hombre de maíz revela claramente que los dioses necesitan una razón

sujetada a ellos. Es el precio de la aurora de lo humano. Es la paradoja

inaugural del conocimiento que despierta.

En parágrafos anteriores sostuvimos que el Popol Vuh anuncia el

advenimiento de lo humano dentro de un marco de diálogo, la explicación

del doble sentido de la deliberación permitió comprender que lo humano en

el Popol Vuh es producto de los múltiples ensayos de la razón por obtener el

resultado más óptimo. La dialéctica de creación y destrucción que traman las

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hebras discursivas de la historia del relato encierra el proyecto antropológico

que tiene como punta de lanza a la deliberación. Los dioses deliberan para

imponer el hombre más justo. Los hombres deliberan para existir. La

deliberación garantiza el que dioses y hombres vivan bien en común.

4. CODA

Si leemos el Popol Vuh como manifestación del «pensamiento mítico», del

«pensamiento salvaje» o de aquel otro pensamiento enmarcado en la época

«pre-moderna» —en la línea histórica de la aceptación institucional de que

la producción del discurso filosófico es monopólicamente occidental—,

probablemente el sentido de la deliberación no llame la atención. Y ello

porque el tratamiento de la alteridad filosófica se ha orientado hacia el

despojo de la condición de «filosoficidad» de las «otras filosofías»:

Desde los relatos de la Biblia, pasando por los griegos y los

romanos y llegando a los conquistadores e imperialistas culturales

de todos los tiempos, el silogismo falaz pero convincente siempre

ha sido el mismo: «Nosotros tenemos la civilización y la razón;

las otras y los otros son totalmente distintos (totaliter aliter) de

nosotros; ergo las otras y los otros no tienen la civilización y la

razón» (Estermann 2008: 22).

«Sabotear» este histórico silogismo y restituir la condición filosófica

del discurso cultural prehispánico es precisamente nuestro objetivo. El

énfasis que hemos puesto en la explicación de la deliberación y de todas

aquellas figuras propias del discurso más cartesiano, cuya presencia en el

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seminal texto quiché, revela la naturaleza de nuestro logos pues advertimos

que este —como en occidente— germina y se desarrolla en el corazón de lo

que tradicionalmente se conoce como mythos; en su retórica, sus alegorías y

sus pinturas se encuentra la aurora de nuestro filosofar, ya que «a la luz de

estas ideas no resultará incoherente hablar de hombres de culturas, tenidas a

veces como primitivas o semibárbaras, que aparecen dedicados a quehaceres

intelectuales hasta cierto punto semejantes a los en que, entre los pueblos

más refinados, se consideran propios de los sabios y aun de los filósofos»

(León-Portilla 1980: 143).

No es casual que el término maya popol contenga el sentido de

junta, reunión o casa común; estas son acciones orientadas al diálogo en

comunidad y al quehacer del pensamiento social; mientras que la palabra

vuh o uúh significa papel o trapo, y se deriva del maya húun o úun, y refiere

al papel y al libro. En otras palabras, reparemos que estamos frente a un texto

que condensa uno de los primeros modelos de mundo donde se dispone en

interacción a los dioses, hombres y criaturas; de su éxito o fracaso derivará

una suerte de política de ordenamiento e interrelación. Este «modelo de

mundo» (Cf. Asensi 2011: 22-26), para los dioses creadores, se organiza

con un ser humano racional que reconozca en ellos ser el origen de todo.

Por tanto, «para el maya la divinidad es el principio de todas las cosas» (Cf.

Hernández 2009: 27).

En tal sentido, pensamos que se debería reorientar el pensamiento

sobre los mitos americanos hacia lugares donde no se le reduzca la capacidad

epistemológica de proponer «modelos de mundo» y de sociedad. Si

convenimos que en el Popol Vuh esta insistente presencia de las figuras del

logos (el diálogo, la deliberación, el pensamiento, la razón, el ensayo, el error,

el análisis, la interrogante constante, entre otros) no es gratuita en tanto

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que expresan los modos de cómo se busca organizar —dar sentido— a un

modelo de mundo, también se debe reconocer que estas alusiones no tienen

nada que envidiar a cualquier otra empresa del conocimiento que se articula

quizá con otro sistema tropológico pero que busca establecer alguna política

o contrato social entre dioses y hombres. En otras palabras: «Al acercarnos

[…] a los mitos mesoamericanos no esperemos encontrar en ellos formas

precarias de conocimiento en las que aún no ha aflorado la abstracción y en

las que todo absolutamente suena a fantasía, consecuencia de la emotividad

primitiva» (León-Portilla 1980: 144). El Popol Vuh contiene el archivo

de nuestra «tradición epistemológica» mesoamericana. A través de este

comprendemos que nuestra humanidad también es producto de la razón.

Es decir, de aquel ejercicio de la mente que occidente cree patrimonio

exclusivamente suyo. El sueño de nuestra razón a través del Popol Vuh no

ha parido monstruos, pero ha dado luz hombres de maíz. Seres que –como

manifestación del entendimiento de lo que es el bien común– comulgan

con los dioses y las criaturas.

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GÉNESIS DEL CASTELLANO ANDINO DE ACOLLA

Yrma García Rojas* Universidad Católica Sedes Sapientiae

[email protected] / [email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

Resumen: El castellano llega al Perú con la conquista española (1532), en

momentos en que el quechua es la lengua oficial del imperio incaico. En

el virreinato, se instaura el castellano como medio de comunicación; sin

embargo, la lengua peninsular no está exenta de cambios en su sistema

lingüístico; esto, como consecuencia de un proceso natural del entrecruce

de dos lenguas en contacto y propiciados además por factores históricos,

geográficos y socioculturales. Estos hechos han jugado un rol importante

en la formación de una variedad dialectal que ha logrado una nominación

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.449-488)

* Yrma Doris García Rojas es Profesora graduada en la enseñanza del Inglés en el Instituto Pedagógico Nacional Monterrico y con estudios concluidos de Maestría en Lingüística de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Tiene 15 años de experiencia en la docencia de la Educación Básica Regular, y otros 15 en la docencia a nivel de pre y posgrado. En la Universidad Católica Sedes Sapientiae desempeña el cargo de coordinadora de la carrera de Lengua Inglesa de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades, y con experiencia en las cátedras de Sintaxis, Análisis del Discurso y Adquisición de una Segunda Lengua. Ha asistido y participado en congresos nacionales e internacionales. El 2014 participó como ponente en la 48 Conferencia Anual de la Asociación Internacional de Profesores de Inglés como Lengua Extranjera en Inglaterra, Reino Unido. Es miembro internacional de IATEFL(International Association of Teachers of English as a Foreign Language) y TESOL (Teachers of English to Speakers of Other Languages). Los temas de su interés se relacionan con la Lingüística Andina.

especial y específica como español o castellano andino. En este trabajo, el

principal interés es realizar una reseña de los aspectos históricos, geográficos

y sociales más relevantes respecto a la lengua quechua para luego abordar el

castellano andino del Perú dentro del marco referido. Finalmente, aplicando

el mismo enfoque, se revisará una de las variedades de castellano andino

peruano que se desarrolla en un distrito de la provincia de Jauja en la región

Junín, por lo que hemos convenido asignarle el nombre del lugar: castellano

andino de Acolla.

PalabRas clave: Quechua, castellano andino, castellano andino de Acolla

GENESIS OF ACOLLA’S ANDEAN SPANISH

abstRact: When the Spanish conqueror arrived in Peru (1532), the Incas

had Quechua as their official language. In the viceroyalty times, the Spanish

language was imposed as the medium of communication; nevertheless, the

peninsular language was not prevented from suffering linguistic changes

in its system, due to the natural process every language undergoes when it

is in contact with another, a fact, which in turn, was furthermore fostered

by historical, geographical and sociocultural factors. All these have played

an important role in the emergence of a dialectal variety known as Andean

Spanish. In this paper, the main aim is to develop a review of the most

relevant historical, geographical and sociological aspects with respect to

Quechua. Afterwards, within the same theoretical framework, we will focus

on the Peruvian Andean Spanish. Finally, following the same approach,

we will provide some information on an Andean variety developed in a

district located in the province of Jauja (Junin), which, for this study, will

be designated by the name of the place: Acolla’s Andean Spanish.

KeywoRds: Quechua, Andean Spanish, Acolla’s Andean Spanish

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1. INTRODUCCIÓN

Es sabido por muchos que el Perú es uno de los pocos países que

se distingue por ser pluricultural, multiétnico y multilingüe. Esta

caracterización no se debe a hechos recientes, por el contrario, data

de periodos anteriores al incanato. En su momento, los incas conquistaron

para sí las antiguas poblaciones cuyas culturas y lenguas diferían unas de

otras. Con el afán de unificarlas como un estado y que esto permitiera su

fácil administración vieron oportuno establecer una política lingüística. Para

ello, se implantó el quechua como idioma oficial, sin que esto significara

restricción alguna para que las poblaciones sometidas utilizaran sus lenguas

aborígenes.

Con la conquista española, la lengua oficial inca sufre un impacto

inesperado y se produce el contacto de lenguas, en este caso, castellano y

quechua. Actualmente, las investigaciones lingüísticas resaltan la expansión

del castellano en el Perú, especialmente en las zonas en las que otrora tanto el

quechua como las distintas lenguas indígenas eran de uso en la comunicación

de sus habitantes. Sin embargo, es preciso remarcar que el crecimiento del

castellano en el Perú no ha sido homogéneo ni tampoco unificador; pues,

se advierte en el idioma matices diversos que se enmarcan dentro de una

clasificación que generan nominaciones como castellano andino y castellano

no-andino con variadas características lingüísticas (Escobar 1990: 17).1

El contacto de lenguas a nivel social ha dado origen a diferentes

variedades monolingües de castellano. En el caso del Perú, se

1 Lingüista peruana dedicada al estudio del castellano andino hablado por inmigrantes bilingües establecidos en Lima. Registra sus hallazgos en su libro Los bilingües y el castellano en el Perú (1990). R

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distingue entre el castellano andino y el castellano no-andino

(Escobar 1978:39). Estas dos variedades presentan diferentes

características lingüísticas en los diferentes niveles de la gramática

de una lengua. (Escobar 1978:e.g. 48-51)

El castellano andino, a su turno, ha seguido diversas rutas en el

trayecto de su expansión. Esto ha producido dialectos que si bien comparten

rasgos que los identifica como castellano andino, el cruce «ha dado como

resultado variedades del castellano que presentan características propias de

las lenguas de contacto, como generalizaciones o transferencias de la lengua

materna, que constituyen la fisonomía propia de las variedades de castellano

en el Perú» (Pérez Silva 2006: 13).

Rodolfo Cerrón-Palomino ofrece un acucioso estudio del castellano

de la zona rural del Valle del Mantaro en su libro Castellano Andino (2003).

En él se plasma una descripción lingüística del castellano de la sierra central

del Perú como resultado del contacto de lenguas, en este caso el castellano

y el quechua. Cerrón-Palomino agrega que la variedad que resulta de este

cruce dista del estándar porque posee una estructura interna y organización

propia bajo la actuación de diversos factores que se enmarcan no solo en

lo lingüístico, sino también en lo económico, social, sicológico, político

y literario. Sobre estas variedades dialectales, vistas desde un enfoque no

solo horizontal —geográfico o territorial (diatópico)— que permite hablar

de variedades regionales, sino a la vez vertical o sociocultural (diastrático),

Cerrón-Palomino invoca que:

[…] debe rechazarse el mito de la «superioridad» o «inferioridad»

de las variedades lingüísticas, hay que ver en estos no una

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«desviación» de la forma estándar, sino formas que poseen su

propio sistema, es decir, su propia organización interna. Pues

bien, esto que acabamos de decir es absolutamente exacto desde

un punto de vista puramente lingüístico. (2003: 23)

Habiéndose forjado el castellano andino un sitio en la clasificación

del castellano en América, Merma corrobora el fenómeno no solo como el

habla de bilingües. Además, lo verifica en monolingües:

Su estudio resulta sumamente complejo, puesto que no solo es

empleado por bilingües que adquieren el español como segunda

lengua, sino también por hablantes monolingües del castellano

que no conocen el quechua y que viven en la sierra peruana,

especialmente en áreas rurales o urbano marginales, e incluso

en zonas urbanomarginales de las grandes ciudades de la costa,

donde los hablantes bilingües se han asentado de modo estable

como consecuencia de los procesos migratorios que se vienen

incrementando en las últimas décadas. (Merma 2004: 193-194)

El castellano andino de Acolla, tema principal de este trabajo, es una

variedad dialectal resultado del extenso proceso de entrecruce del castellano

estándar del Perú y el quechua hablado en la provincia de Jauja, clasificado

como shausha-huanca. El objetivo del presente trabajo es elaborar una

reseña panorámica y brindar una visión general del proceso de formación del

castellano en cuestión, resaltando factores de carácter histórico, geográfico

y social que forjaron el surgimiento de una nueva variedad dialectal de

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castellano andino en la provincia de Jauja, región Junín. En este trabajo, el

quechua, el castellano andino del Perú y el castellano andino de Acolla serán

abordados dentro del mismo marco teórico y siguiendo una metodología

descriptiva-informativa.

2. EL QUECHUA: FILIACIÓN. DATOS HISTÓRICO-GEOGRÁFICOS

«Esta zona de América, antes de la llegada de los españoles, estuvo

caracterizada por la pluriculturalidad y el plurilingüismo. En ese extenso

período anterior a la conformación del Tawantinsuyo, se desarrollaron

innumerables sociedades con diversos sistemas políticos, económicos,

religiosos y sociales». (Robledo Ríos 2006: 63). La situación sociolingüística

de las antiguas culturas igualmente presentaba un panorama variado. En

la zona de la costa norte del Perú, por ejemplo, se hablaban idiomas que

hoy yacen extintas como la lengua Tallana, Sechura, Olmos, Mochica y

Quingnam. En el sureste de la sierra, la lengua que mayor expansión había

logrado era el aymara,2 desde la sierra central del Perú llegando hasta Bolivia

y Chile por el sur.

Entre los otros grupos lingüísticos importantes que existían, se

pueden mencionar las lenguas que se hablaban en la costa y sierra

norteñas del actual Perú, como el quignam, el mochica, el culle

o el tallán, todas ellas desaparecidas en diferentes etapas de la

historia del territorio andino; las lenguas que se hablaban en la

sierra sur como el puquina, el callahualla o el uru-chipaya (solo

sobrevive esta última, cuyos hablantes viven en las orillas del

2 El aymara junto con el jaqaru y kauki forman parte de una familia lingüística denominada Jaki. El jaqaru se habla aún en el pueblo de Tupe y Kauki en el de Cachuy; ambos situados en Yauyos, en la sierra sureste de Lima.R

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lago Poopo, en Bolivia); y el aimara, que se hablaba en regiones

bastante más extensas en comparación con aquellas donde se le

encuentra hoy, como la sierra de Lima, Ica, Ayacucho, Apurímac,

Arequipa, Cuzco y el altiplano peruano-boliviano, donde ha

hallado su refugio actual. (Estrada y Naters 2006: 166)

La diversidad lingüística en la etapa preinca era mucho más

compleja de lo que podía parecer. El motivo es que en cada valle de la

costa se hablaba una lengua distinta y en un mismo valle se hablaban dos

o más lenguas. Sin embargo, de todas, fue el quechua que cumplió un rol

unificador en el imperio incaico. Aunque el término quechua se entienda

como si fuera una sola lengua, los estudiosos de esta lengua manifiestan

que el quechua es la nominación que alberga a toda una familia lingüística

con distintas variantes dependiendo de las zonas geográficas en las que se

originaron. Hardman señala que «La otra gran familia de la sierra peruana,

es la familia Quechua. No es una sola lengua, hay por lo menos seis lenguas,

y estas lenguas Quechua, tienen variación dentro de sí, así que algunas

tienen también dialectos» (2004: 12, las negritas corresponden al original).

Sobre la expansión del quechua, existen dos corrientes antagónicas,

aunque últimamente se vienen ensayando otras nuevas. Nos referiremos a

las primeras, ya que están basadas en estudios extensos, serios, sistemáticos

y científicos. La primera corriente sostiene que el quechua nace en el Cuzco

y que su difusión a las distintas zonas se llevó a cabo como parte del proceso

de conquista de los pueblos. La segunda, representada por Torero y Cerrón-

Palomino, postula la tesis que el quechua posee sus cimientos en una zona

de la sierra de Ancash. Los pobladores comerciantes de este lugar impulsan

la emigración hacia el sur y luego a la costa a inicios del siglo i de nuestra

era y se convierten en los responsables de la difusión del quechua. Más

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adelante, la emigración se desplazaba hacia el norte de Ancash y luego hacia

al sur llegando al Cuzco. Para el siglo XiV, el quechua ya había sido adoptado

como lengua oficial de los incas y su expansión continuó hacia el norte

llegando a Ecuador y por el sur, a Bolivia. Estrada y Naters ratifican esta

postura al sostener que «al llegar los incas a la región andina, hallaron un

panorama multilingüístico en el que convivía una gran variedad de lenguas,

además de encontrar al quechua expandido a lo largo de la mayor parte del

área andina» (2006:166).

Es de resaltar, que en el incanato, existía una política de tolerancia

hacia la diversidad lingüística y cultural de sus pueblos. Se permitió que estos

preserven y utilicen sus lenguas nativas mientras que el quechua era utilizado

como idioma oficial de los incas y la nobleza. La adopción del quechua era

una estrategia frente al reto que el Imperio Incaico enfrentaba en sus inicios

de desarrollo: lograr la unificación administrativa de pueblos con distintas

culturas y lenguas. Sin embargo, esta política de total control sobre los

pueblos sometidos provocó más adelante una crisis en el sistema del gobierno

incaico generándose la división y luego la guerra civil que terminaron por

destruirlo. Esto hace que el sistema se debilite y en consecuencia la lengua

quechua pierda su hegemonía ya que los pueblos empiezan a diversificarse y a

retomar sus lenguas originales. «El proceso de quechuización propiciado por

los incas se vio interrumpido y quedó suspendido. El proceso de conquista

española se había iniciado. De este modo, se daría paso a la difusión del

castellano en tierras americanas, oportunidad que la Corona española no

desaprovechó» (Robledo Ríos 2006: 64).

Estrada y Naters sostienen que la variedad de quechua que se

difundió en el incanato fue el quechua chinchay. Así,

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Lo cierto es que, cuando los españoles llegaron al territorio

andino, el quechua chínchay estaba muy difundido, aunque

no era ni la única lengua ni el único dialecto quechua, como se

ha podido observar. En la primera mitad del siglo XVi, existían

muchas regiones bilingües (donde se hablaba quechua chínchay

y, junto con este, otras lenguas) y bidialectales, es decir, en las

que se hablaba quechua chínchay y algún otro dialecto de este

idioma. (2006: 169)

La clasificación dialectológica del quechua ha sido una tarea muy

ardua y compleja para los lingüistas debido al entrecruzamiento de isoglosas

como lo menciona Rataj (2005) y por la interpenetración de las variedades

quechuas en el pasado. Adelaar refiere que desde el punto de vista genético

y clasificatorio, el quechua debe dividirse en dos ramas principales. En los

años 60, Gary Parker y Alfredo Torero se dedicaron a realizar la división

dialectológica del quechua cada uno por su lado y Rodolfo Cerrón-Palomino

realiza una revisión de estas clasificaciones. Parker y Torero clasifican los

dialectos quechuas como Quechua A o Quechua ii y Quechua B o Quechua

i respectivamente.

«Parker recoge los resultados del estudio de Rowe y afirma que el

quechua A se habla en los departamentos del Cuzco, Puno, parte de Arequipa

y Apurímac (al este de Abancay)» (Carvajal, 2004: s/n). La denominada

Quechua B por Parker (1963), y Quechua I por Torero (1964) o también

Quechua Central (Mannhein, 1985a, Landerman 1994) ocupa un área

compacta y continua en la sierra central, incluyendo las zonas Andinas de

los departamentos de Ancash (a excepción de la provincia de Pallasca en el

norte de Ancash), Huánuco, Pasco y Junín, algunas zonas andinas de Lima

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y algunos distritos de los departamentos de Huancavelica, Ica y La Libertad

(Adelaar 2004: 185). En la sección anexo, el mapa 01 de Heggarty, quien a

su vez toma la clasificación de Cerrón-Palomino, serán de gran ayuda para

mayores detalles.

Siguiendo a Adelaar, el Quechua B o Quechua i constituye un

complejo fragmentado de dialectos con un número de rasgos comunes

claros. Agrega que Torero (1974) propone una división aún más refinada

de 5 subgrupos. El cuarto (letra d. en la clasificación que hace Torero)

corresponde a la variedad Jauja-Huanca que incluye los vestigios del área

de Junín de habla Quechua y el distrito de Cacra en la provincia de Yauyos

(Lima).

Quechua B or I constitutes a heavily fragmented dialect complex

with a number of clear common features. A more refined

subdivision into five subgroups is proposed in Torero (1974).

… d. Jauja–Huanca includes the remainder of the Quechua-

speaking area of Junin; and the district of Cacra in the province

of Yauyos (Lima). (2004: 185)

El origen del nombre quechua proviene de una serie de designaciones

de tipo etnológico y geográfico y, en algunos casos, estigmatizados por los

propios prejuicios de la cultura occidental, y en otros, aprovechando las

nominaciones insultantes provenientes de grupos étnicos rivales tal como

revela Cerrón-Palomino. Más parece ser que la lengua no poseía un nombre

específico y se hacía referencia de ella como «lengua general», inclusive el

cronista Garcilaso de la Vega así la designaba. Lo insólito es que la misma

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designación le correspondía al aimara, al puquina, y se dice que al mochica

también. Con el propósito de diferenciarla de estas lenguas, se decía la

lengua «más general» o también «lengua del inca» o «lengua del Cuzco». El

dominico Fray Domingo de Santo Tomás (1560) fue el primero en imprimir

el nombre quichua o Chinchay para referirse a la lengua y sus variantes y se

encarga de redactar la primera gramática del quechua. Resulta curioso saber

que se ensayaron otras denominaciones como qqichua, kichua, kichwa, por

mencionar algunos. Estas diferentes escrituras se basan en el habla.

Los lexicográficos refieren que el término quechua etimológicamente

significa ‘región’ o ‘zona templada’. Pedro Cieza de León utiliza el

término como nombre de un pueblo o “una nación antigua” a manera de

etnónimo y el nombre se extiende a la lengua que el grupo habla. Otros

prefieren el término ‘runa simi’ cuyo significado es “lengua del hombre”

o “lenguaje humano” que según Torero se utilizó a partir de la colonia y

nunca antiguamente como algunos refieren. Por su parte, Adelaar ofrece un

breve recuento de lo que pasó demográficamente y lingüísticamente con el

quechua en la colonia.

After the Spanish power had become consolidated, the former

Inca domain was ruled by a viceroy, who kept his residence in

Lima. The Indian population suffered a demographic decline

of dramatic proportions, which continued throughout most of

the colonial period. Three of the principal Andean languages,

Qechua, Aymara and Puquina, acquired the status of ‘general

languages’ (lenguas generales) to be used in the administration

and for religious purposes. Quechua, already an official language

during the final period of Inca administration, was by far the

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most important one, followed by Aymara […]. Notwithstanding

a short revival of the Quechua language during the early times

of independence at the beginning of the nineteenth century, the

prestige of the Andean languages declined dramatically, and they

gradually became confined to rural areas. (2004: 167)

Asimismo, asegura que fueron tres las lenguas que adquirieron el

estatus de lenguas generales a la llegada de los españoles al Tawantinsuyo: (a)

el quechua, (b) el aymara y (c) el puquina. Aguirre Villanueva, en cambio,

manifiesta que «las lenguas generales eran cuatro: el quechua, el aimara, el

mochica y el puquina» (2006: 85). Hasta el siglo XX, las zonas altas de la

sierra del centro del Perú tuvieron como dominio indiscutible al Quechua,

incluyendo las zonas andinas del departamento de Ancash, Huánuco, Pasco

y Junín (Adelaar 2004: 173). «Until the twentieth century, the highlands

of central Peru have been the undisputed domain of Quechua. It includes

the Andean parts of the departments of Ancah, Huánuco, Pasco and Junín»

(Adelaar 2004: 173). Al respecto ver el Apéndice B.

El quechua continuó siendo el idioma principal de los habitantes

andinos hasta el siglo pasado. Es preciso mencionar que el 27 de mayo de

1975, el Presidente del Perú de entonces, Juan Velasco Alvarado, lo declaró

lengua oficial y le confirió los mismos derechos que protegían al castellano.

«Por este motivo, dio una disposición para que los canales de televisión

transmitieran segmentos en quechua, lengua nacional» (Tavera Peña 2006:

44). En el Capítulo I, artículo 48.º de la Constitución Política del Perú de

1993, se lee lo que sigue: «Son idiomas oficiales el castellano y, en las zonas

donde predominen, también lo son el quechua, el aimara y las demás lenguas

aborígenes, según la ley» (15). Pese a estas declaraciones constitucionales,

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en las últimas décadas, se viene hablando de la decadencia de las lenguas

indígenas, el quechua incluido. Esto se debe a múltiples factores: político,

social, económico y lingüístico. De otro lado, las investigaciones realizadas

por lingüistas señalan la intervención de una diversidad de variables sociales

en el uso del quechua.

El uso de las lenguas está en función principalmente con las

variables de edad, sexo y escolaridad: se preserva el uso del

quechua más en contextos familiares antes que en la calle, entre

las generaciones adultas y principalmente las ancianas más que

entre los niños y jóvenes. Asimismo se ha registrado el mayor uso

entre la gente menos instruida, que entre los más escolarizados;

y también entre las mujeres antes que entre los varones. (Julca

Guerrero 2002: 60)

El factor social, también juega un rol preponderante en la expansión

o extinción de una lengua. En el caso del quechua, contribuye a un deterioro

considerable de su uso frente a un impulso insistente del castellano, el

mismo que se ha visto favorecido por otros factores que juegan a su vez en

contra del quechua. Solo que el castellano que se viene difundiendo con

dinamismo imparable no corresponde a la variedad estándar, o como otros

la catalogan, la variedad culta del español, y, más bien es el castellano que

emerge del contacto con las distintas variedades de quechua. Originado

principalmente en la sierra, esta variedad de castellano logra su nombre por

el espacio en el que se desarrolla tal como veremos en el siguiente apartado.

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3. EL CASTELLANO ANDINO: FILIACIÓN. DATOS HISTÓRICO-

GEOGRÁFICOS

Los romanos, motivados por su afán expansionista, llevan el latín a la

península ibérica por los años 200 a. C. El latín, descendiente de una

vertiente de lenguas romances —a su vez provenientes de la familia de

lenguas indoeuropeas—, logra su expansión convertido en diversos dialectos

que luego alcanzaron el estatus de idiomas como el portugués, francés,

italiano, rumano y castellano o español. Menéndez Pidal, en relación al

español, aduce que «la base del idioma es el latín vulgar, propagado en

España desde fines del siglo III a. C., que se impuso a las lenguas ibéricas».

Los sucesos descritos por Menéndez se repiten en la historia que envuelve

la expansión del español en territorio americano. Los españoles conquistan

América, fundan sus colonias a lo largo y ancho del continente americano e

imponen su idioma sobre las lenguas de cada territorio sometido.

Hoy en día se habla del mundo hispanoparlante para referirse a la

nación peninsular y las naciones de América que tienen el español como

lengua oficial. Esta idea puede inducir a pensar que el español goza de unidad

y homogeneidad lingüística en la comunidad iberoamericana. Pues, esto no

es así, el mismo Cerrón-Palomino distingue entre español general, español

americano y español peruano no solo para designar las variantes de manera

territorial sino para resaltar las diferencias lingüísticas entre ellas ya que, en

algunos casos, son muy marcadas. Se puede inferir entonces que el español

americano es un conjunto de dialectos cuya nominación corresponde al país

de procedencia para fácil identificación pero como dice García Moutón

(2007), «que, antes de hablar del español de América, hay que conocerlo.

No es una simple extensión del español de España, sino una lengua con

características propias que hay que describir, clasificar y respetar».

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El español, al instalarse en los pueblos y territorios del continente

americano, inevitablemente entra en contacto con las lenguas aborígenes y

como consecuencia de este contacto se originan variedades lingüísticas con

peculiaridades en su fonética, morfología, sintaxis y gramática. El español

de México, por ejemplo, tiene rasgos propios que lo distingue de aquel de

los países más próximos por el lado de América Central, como Honduras,

Nicaragua, Costa Rica. El español de Colombia, Venezuela y Ecuador

tienen lo suyo comparado con el español de Perú por el lado norte. Bolivia,

Argentina y Chile tienen su propio castellano que puede ser fácilmente

reconocido del nuestro por el lado sur.

La intercomunicación entre integrantes de la comunidad de habla

española es posible, se dice, para un grupo reducido de hispanoparlantes

letrados o instruidos. Y si a esto se agrega que la intercomunicabilidad es

más estable en el plano escrito que en el oral con mayor razón estaríamos

frente a una heterogeneidad que es propia de toda lengua viva en pleno

dinamismo.

… porque una de las características inherentes a toda lengua

es su heterogeneidad. Una lengua no es, pues, como se cree,

un sistema completamente homogéneo; por el contrario, es lo

que podríamos llamar, empleando la ya clásica terminología de

Weinreich (1968: 307), un diasistema, es decir, un sistema de

sistemas (diferenciados). (Cerrón-Palomino 2003: 24-25)

En el español de América, podemos advertir una relativa

intercomunicación entre sus usuarios pero esto no alcanza a todos sino a un

grupo minoritario; la lengua escrita como sabemos no refleja las peculiaridades

de las variables del español hablado en cada país del continente, porque,

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como asevera Cerrón-Palomino, es más rígida y conservadora. Robledo Ríos

además, nos insta a ser conscientes de que,

La situación social y lingüística de las poblaciones americanas,

como en la mayoría de sociedades, ha sido producto de un

complejo proceso histórico, político y social. En nuestro caso,

existe un factor imprescindible, que constituye el punto de

partida para la interpretación y comprensión de dicho proceso

y, por tanto, de nuestra realidad actual: el contacto cultural con

el mundo europeo. Esta situación constituye un factor que debe

considerarse para el análisis acerca del contexto lingüístico y

social contemporáneo. (2006: 61)

Arboleda Toro (2000: 85) se adentra más allá de las variedades

americanas del español y remarca la existencia del español andino americano

al decir que «existe una variedad de español conocida en el mundo académico

como español andino, que, junto a la zona serrana del noroeste argentino,

Bolivia, Perú y Ecuador, se habla en el extremo suroccidental de Colombia».

Arboleda agrega además, que en el afán de estudiar el castellano americano y

sus dialectos, Pedro Henríquez Ureña (1921) propone una división en cinco

zonas dialectales y es la tercera que estaba constituida por la «región Andina

de Venezuela, el interior y la costa occidental de Colombia, el Ecuador, el

Perú, la mayor parte de Bolivia y tal vez el Norte de Chile». Aunque se han

detectado imprecisiones en los datos por ser un estudio muy arriesgado y

provisional, Henríquez Ureña acota que el carácter de cada zona dividida

«se debe a la proximidad geográfica de las regiones que las componen, los

lazos políticos y culturales que las unieron durante la dominación española

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y el contacto con una lengua indígena principal. (Henríquez Ureña, 1978:

10)» (Arboleda Toro: 86).

Ya vimos cómo el Imperio Incaico se extendió desde el sur de

Colombia hasta el noroeste de Argentina y que para sus habitantes. El

quechua fue la lengua de comunicación y como esta misma expansión

geográfica corresponde al virreinato, el quechua y el español tuvieron que

convivir desde la época en que se inició la colonia hasta nuestros días. En

la actualidad, este hecho histórico puede ser corroborado por estudios

lingüísticos en los distintos países en los que el español andino se configura

como una variedad que convive con el español estándar.

Según Anna María Escobar, Muysken (1981), por ejemplo, realizó

un estudio sobre los hablantes bilingües quechua-castellano en el Ecuador.

Arboleda (86) en su artículo El español Andino destaca que en el sur de

Colombia podemos encontrar zonas donde el español andino es una lengua

que aún no ha sido objeto de estudio. Por otro lado, confirmando lo que

ya Arboleda había comentado, el español andino también lo encontramos

en Argentina. En el XII Congreso del ALFAL (Asociación de Lingüística y

Filología de América Latina), realizado en Santiago de Chile en agosto de

1999, Juana del Valle Rodas y Ana María Fernández Lávaque desarrollan la

ponencia sobre su obra “Presencia del Quechua en el español del noroeste

argentino” y “Presentan datos históricos y algunos rasgos fonéticos,

morfosintácticos y léxicos para sustentar que el español hablado en el

noroeste argentino es una variedad del español andino” (2000: 91).

Arboleda, haciendo referencia al estudio del castellano andino,

resalta que las obras «dedican rasgos específicos del español andino y se

apoyan en datos, del habla peruana, la mejor estudiada, de la boliviana y la

del noroeste argentino; en muy pocas ocasiones, de la ecuatoriana, y menos

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aún, de la colombiana» (2000: 92). Hay dos puntos que resaltar respecto al

tema: (a) el estudio del castellano andino correspondiente al Perú ha sido

más fructífero que en otros países de Sudamérica y (b) se corrobora además

su gran expansión por el lado del continente que nos corresponde, es decir

al Perú (Ver Apéndice 3).

3.1 El castellano andino del Perú: Filiación. Datos histórico-

geográficos

Los españoles llegaron al imperio incaico del Tawantinsuyo que se

encontraba en medio de una grave crisis interna y externa en 1532 y

redujeron a su autoridad máxima, en ese entonces el inca Atahualpa, el 16

de noviembre del mismo año. Este evento, se dice, es el inicio de manera

oficial de la conquista española. Existen muchas versiones sobre el hecho

que desencadenó el apresamiento de Atahualpa. Todos versan sobre la

Biblia que le fue entregada al inca jefe como señal de sometimiento a la

Corona de manera pacífica. Sin embargo, cronistas de la época relatan que

hubo agravios de una y otra parte, y obviamente las narraciones están sujetas

al punto de vista que cada escritor asume. Lo que sí es seguro es que…

De esta forma se registró para la historia la excusa que justificó

el dominio. Con dicho enfrentamiento, se inició una relación

basada en una interpretación subjetiva y etnocéntrica de la

realidad. En este contexto, la escritura estableció la separación de

la población entre sujetos activos, los de mentalidad occidental,

y sujetos pasivos, nativos americanos convertidos en objeto de

observación: los «individuos» y los «otros», respectivamente.

(Robledo Ríos 2006: 69)

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A la llegada de los españoles, los cruces de culturas y de lenguas

eran inevitables: castellano y quechua. Dicen los lingüistas que inicialmente

la idea de los peninsulares era lograr el sometimiento total de los indios

imponiéndoles la lengua española a través de la evangelización. Esta estrategia

no resultó ser la más acertada ante la diversidad de lenguas indígenas.

Entonces la corona decidió que la evangelización se hiciera en quechua

pese a que esto podría significar un peligro para el fortalecimiento de la

administración colonial. El uso del quechua en el proceso de evangelización,

produjo la necesidad de su estudio e investigación así como la producción

literaria. Este hecho fue ventajoso para el resurgimiento del quechua pero

no por mucho tiempo.

El desarrollo de la lengua fue bloqueado, después, mediante una

serie de reformas que se dieron aproximadamente a partir de

mediados del siglo XVIII en el gobierno de Carlos III. Entre

otras medidas, la Corona ordenó la expulsión de los jesuitas en

1767 y dispuso continuar la evangelización en español en 1772,

lo que significó un duro golpe para la mínima difusión que se

había logrado de las lenguas aborígenes, a favor, principalmente,

de las elites indígenas. (Robledo Ríos, 2006: 73)

Las medidas en favor del uso del castellano y en contra del quechua

se dice también que obedecían al peligro que representaba para la Corona

los alzamientos revolucionarios de Túpac Amaru. Pues, se descubrió que

este estaba liderando el movimiento independentista y animaba a los indios

para que se sumen a esta causa. Pese a todos los esfuerzos de la corona

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española por erradicar el quechua del virreinato del Perú en un principio,

los habitantes de las zonas andinas se resistían a aprender el idioma español

e insistían en utilizar el idioma nativo, el quechua.

Se pudo observar en la investigación bibliográfica para el desarrollo

de este trabajo que algunos lingüistas utilizan el término español andino y

otros el de castellano andino. Diríamos que la preferencia por uno u otro

término es personal y que no afecta en nada la descripción y caracterización

de la variedad del castellano en cuestión. Merma Molina, en su tesis doctoral,

utiliza la palabra español y en una nota a pie de página aclara la elección de

un término sobre el otro:

En Hispanoamérica se ha preferido dominar a esta lengua

propia de la región andina como castellano andino. Sin un afán

de desacuerdo, en este trabajo emplearemos la denominación

de español andino, siguiendo las consideraciones de la Real

Academia de la Lengua Española que deja clara su preferencia

por el término español, y que reserva la palabra castellano para el

dialecto del antiguo Reyno de Castilla, si bien se admite su uso

en España para distinguirlo de otras lenguas oficiales. (2007: 4)

Cerrón-Palomino, en cambio, se inclina por la nominación

castellano andino y esta es la que prevalecerá para este estudio y se respetará

la preferencia de cada autor al momento de citarlos. Lo seguro es que ambos

términos son referentes del mismo sistema lingüístico. Por lo tanto, su

procedencia histórica es la misma.

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El fenómeno de la heterogeneidad lingüística es más contundente

en el caso del español peruano. El español hablado en la capital coincide con

el estándar y es el modelo que se aspira dominar frente a otras variedades,

que por oposición, son consideradas como de la variedad del español no-

estándar. En 1990, Ana María Escobar ya había ensayado una clasificación

que se enmarcaba entre castellano andino y castellano no-andino, basada

«en un aspecto importante de la dialectología hispánica, i.e. el uso o no del

contraste entre /λ/ y / y /» (17).

El castellano andino, como el mismo nombre refiere, es el castellano

que se habla en toda la región andina y costa sur. La variedad no-andina,

se refiere al castellano de la zona amazónica, costa norte y centro del Perú.

Agrega la lingüista, que el castellano no-andino es el que se aproxima más

al estándar y que este es el que predomina en Lima, la capital. «De lo

dicho anteriormente se desprende que el español hablado en el país, no

es, pues, un sistema monolítico; por el contario, es también un diasistema

formado por subsistemas diferenciados» (Cerrón-Palomino 2003: 26). El

español o castellano andino es el producto de la influencia que ejercieron

sobre el español otras lenguas vernáculas como el quechua y el aimara

específicamente.

En 1992, Caravedo identifica tres variedades de español en el Perú

que coinciden con la división geográfica de nuestro territorio: (a) el español

costeño, (b) el español andino y (c) el español amazónico. De la descripción

acuciosa que elabora con respecto a la variedad costeña en los diferentes

niveles (fonológico, morfológico, sintáctico), hace notar que es muy usual

la formación de diminutivos y aumentativos no solo de adverbios (ahoritita,

tempranazo, tardazo), sino de gerundios como el de vente corriendito.

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Las diferentes variedades de quechua dispersas en los pueblos o

regiones de los andes han contribuido a una clasificación del castellano

andino peruano que se pueden diferenciar a partir del contacto con la

variedad de quechua que se habla en el lugar. Este hecho hace posible hablar

de castellano andino de Huánuco, castellano andino de Ancash, castellano

andino de Ayacucho, castellano andino de Cuzco, castellano andino de

Arequipa por mencionar solo algunos y que creemos podrían devenir en

nombres más específicos dependiendo de la variedad subdialenctal de

quechua hablado en la zona.

Rataj (2005) al igual que Zavala (1996) y otros lingüistas insisten

en que hay que estudiar el castellano andino en un contexto de bilingüismo.

Asimismo, sostienen que la influencia de las lenguas andinas no solo se

percibe en el español del bilingüe sino también en el del monolingüe. «[…]

Los hablantes monolingües del castellano que no conocen el quechua y que

pertenecen a zonas rurales o urbano marginales de la sierra (y de la costa) del

país, hacen uso también de estas formas “híbridas” que reproducen aspectos

gramaticales tanto del quechua como del español» (83).

Este hecho coincide con el caso que aquí concierne. No es difícil

advertir que el castellano de los niños monolingües de la zona rural de

Acolla refleja ser un sistema con rasgos gramaticales que tiene de quechua y

castellano pese a que el primero ya no está presente en la intercomunicación

de aquellos. Los datos recogidos al respecto dan cuenta de la preponderancia

de la variedad andina de castellano en la comunidad de Acolla.

Como afirma Zavala, es posible que la variedad se encuentre por el

momento en un proceso de lograr su estabilidad como sistema gramatical

y «ya no solo a nivel de interferencia sino, por el contrario, de manera más

amplia, a nivel social y dialectal» (84). En el siguiente apartado realizaremos

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una breve reseña de la variedad de castellano en cuestión, que para este

trabajo hemos creído por conveniente otorgarle una nominación propia:

castellano andino de Acolla.

3.2 Castellano andino de Acolla

Acolla es un distrito que se sitúa en la provincia de Jauja y esta a su vez en

la región Junín. En esta región se habla el quechua huanca que pertenece al

supralecto lingüístico Huaihuash o Quechua I, según A. Torero, o Quechua

B, según G. Parker. Este dialecto difiere del quechua sureño hasta el punto

de decirse que la comunicación es ininteligible entre ambos dialectos. El

quechua huanca está comprendido por tres dialectos: (a) Waylla Wanca

hablado en las provincias de Huancayo y Chupaca; (b) Waycha Wanca, en

la provincia de Concepción y (c) Shausha Wanca, en la provincia de Jauja

(Wroughton 2008: 9).

Wroughton cita a Cerrón-Palomino para asentar que el dialecto

quechua Shausha huanca es diferente a las variantes que lo rodean:

como lo señalaba ya don Andrés de Vega (1582) en su

‘Descripción’ de la provincia de Jauja, al informar que ‘cada

repartimiento de los tres deste Valle -es decir, Hatun Xauxa

(Jauja), Lulin Huanca (Concepción) y Hanan Huanca

(Huancayo), R.C-P.- tiene su lenguaje diferente uno de otro,

aunque todos se entienden y hablan la lengua general del de los

Quichuas’. (2008: 9)

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El lingüista sostiene que existen pocos estudios en relación a la

variedad quechua shausha huanca y manifiesta que «el franciscano José

Francisco María Ráez, quien vivió en el Valle de Mantaro en el año 1917,

reconoció la importancia de este dialecto que conservaba proto-fonemas que

habían sufrido cambio en los demás dialectos huancas (Cf. previa referencia

1)» (ídem). La clasificación de la variedad quechua en cuestión como uno

de los tres dialectos del valle del Mantaro es reciente, pues data de 1972.

En su libro La gramática y el diccionario del Quechua Junín-Huanca (1976),

Cerrón-Palomino estudia los tres dialectos quechua de la región como un

supralecto y solo hace referencia específica del shausha huanca cuando sus

formas gramaticales y léxicas difieren de los demás. Wroughton por su

parte, entre enero de 1986 y mayo de 1987, recopila datos de la variedad

quechua jaujina de personas que durante su niñez utilizaban el idioma.

Las grabaciones y transcripciones que corresponden a cuentos, biografías

y descripciones así como a expresiones captadas de una conversación,

muestran variaciones aun dentro del dialecto mismo.

En la zona del supralecto huanca, es decir, el Valle de Mantaro,

las diferencias étnicas y lingüísticas entre los pueblos de Jauja y los de

Concepción y Huancayo son fáciles de percibir según refiere Wroughton:

El QSh se habla en los alrededores de la ciudad de Jauja en el

departamento de Junín. Hacia el noreste, la cordillera oriental

separa la región de Jauja y la de Tarma y sirve también como

línea divisoria entre el QSh y la variedad hablada en la provincia

de Tarma. Hacia el este y al otro lado de la cordillera oriental hay

varios pueblos de habla shausha. Hacia el norte y noroeste y antes

de llegar a La Oroya, se encuentra otra línea divisoria entre el QSh

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y el quechua que se habla a lo largo de las pampas de Junín. La

cordillera occidental sirve como frontera entre las comunidades

de Jauja y las del departamento de Lima. (Ibidem:11)

El estudioso del quechua shausha huanca advierte además, que

se evidencia un cambio hacia una cultura hispano-andina. Además,

esta influencia es más notable en la zona de Jauja que en las otras. Y con

respecto a la situación sociolingüística de la zona, también es notoria la

hispanización, pues «…los padres de familia simplemente no emplean el

quechua como primer medio de comunicación. Los niños, por lo tanto,

no dominan el idioma» (Ídem); aunque se dice que las mujeres mayores de

50 años hablan quechua y castellano con la misma frecuencia y las mujeres

ancianas demuestran su preferencia por el quechua pero se encuentran en

las zonas más alejadas.

Esta clara castellanización de los pobladores de la provincia de Jauja,

también es perceptible en el distrito de Acolla. Dicha situación se debe a que

la región ha estado en contacto permanente con hispanohablantes desde que

se inició la conquista. No olvidemos que Jauja fue instaurada por Francisco

Pizarro como la primera capital del virreinato. Wroughton resalta, además,

algunos factores que han impulsado la castellanización en perjuicio del

quechua de la zona de estudio que consideramos no deben ser obviadas en

este trabajo (12):

1) Siglos de contacto con los españoles desde el tiempo de la conquista.

2) Un programa educativo con énfasis en la castellanización.

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3) El bajo status que se da al QSh al compararlo con el quechua

cuzqueño o ayacuchano.

4) La migración de la población para trabajar en las minas.

5) Los medios de transporte que comunican a la región con Lima, la

selva, y los departamentos del sur.

En cuanto a Acolla, es un distrito que cuenta con una población de

8021 habitantes en una extensión territorial de aproximadamente 122.40

km2 (Plan de Desarrollo Concertado del Distrito de Acolla 2011-2021). El

distrito, considerado «cuna de músicos»,3 es dueño de una tradición que se

remonta a la época preinca con grupos humanos que se asentaron en el valle

de Yanamarca entre el año 10 000 a 15,000 A.C., y con una economía que

se caracterizaba por actividades de caza, pesca y recolección pasando luego al

sedentarismo entre los años 4000 hasta el 2000 A.C. Los grupos étnicos de

los Wancas debían afrontar la invasión de los Incas en 1460. Era la época de

plena expansión de la cultura inca. La capital del reino Wanca se destruye y

se instala la nueva capital en Hatun Xauxa, hoy conocida como Jauja.

Líneas arriba, se dijo que en el distrito de Acolla, el quechua ya

no se habla como en los inicios de la colonia. La población en general

utiliza el castellano como medio de comunicación (Plan de Desarrollo).

En el recorrido por la zona, se observó que generalmente son los ancianos

(quienes representan un porcentaje minoritario de la población acollina) los

que utilizan el quechua para comunicarse entre sus contemporáneos. Pero,

cuando se dirigen a sus hijos adultos y nietos lo hacen en castellano.

3 Frase muy popular para referirse al distrito por albergar al Instituto Superior de Música con rango universitario por Ley N. 23733R

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El detrimento en el uso del quechua se debe más a cuestiones

sociales y políticas. Cerrón-Palomino declara con respecto a ciertas

manifestaciones lingüísticas, refiriéndose específicamente al motoseo,

que pese a que son fenómenos naturales de todo proceso de aprendizaje

de una segunda lengua, provocan reacciones positivas o negativas. «[…]

Tales manifestaciones lingüísticas adquieren un carácter de estigma social y

son esgrimidas ideológicamente como un instrumento sutil de opresión y

discriminación» (2003: 84).

Dicha discriminación muchas veces se ve reflejada en la intolerancia

del hablante de español no-andino hacia el bilingüe o monolingüe de

castellano andino. Esta situación genera en los abuelos y padres una

necesidad de evitar que sus descendientes aprendan o utilicen el idioma

quechua. Domínguez (1990) y Julca (2000) resaltaron esta misma situación

en los habitantes de los pueblos de Huánuco y Ancash respectivamente,

zonas en las que el quechua era la lengua de comunicación de los ancestros.

El asfaltado casi reciente de la carretera que conecta Jauja y Tarma

ha favorecido el movimiento de los pobladores y estudiantes de Acolla

hacia Jauja y otras ciudades como Huancayo, Tingo María y Lima. La

emigración se ha dado en porcentajes cada vez más elevados, siendo que

«el 18.30% de la población emigra de manera temporal y un 9.30% emigra

de manera definitiva, las causas son diversas como familiares, estudios,

trabajo y violencia familiar» (Plan de Desarrollo: 23). Por otro lado, en

el distrito de Acolla se viene implementado el servicio eléctrico, situación

que ha favorecido la instalación y el acceso a los medios de comunicación

masiva como radio, televisión, cable, teléfono e internet, especialmente en

la capital del distrito. Aunque no se conoce la proporción de familias que

gozan de esta tecnología, muchos de los pobladores, y en especial, jóvenes,

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adolescentes y niños gozan de una mayor exposición al castellano estándar

a través de ella y este hecho se convierte en un factor más que favorece la

castellanización en perjuicio del quechua shausha huanca de Acolla. Esta

castellanización no puede ser caracterizada como estándar o de la norma

culta y más bien se distingue por ser un dialecto castellano con un sistema

gramatical propio que le hemos atribuido el nombre de castellano andino

de Acolla. En un trabajo posterior, es nuestro próximo objetivo presentar

un estudio exhaustivo sobre la situación lingüística actual del dialecto de

castellano andino de los habitantes del distrito acollino (ver Apéndice 4).

4. CONCLUSIONES

• El quechua, idioma oficial del incanato, no se distinguió por ser

una lengua uniforme y unificadora. Por el contrario, su diversidad

era más resaltante a la llegada de los españoles, quienes en su afán

expansionista y evangelizadora, tuvieron que lidiar con las variedades

dialectales quechuas en un inicio; llegando a abdicar tal reto para

luego impulsar la castellanización de la colonia, especialmente por

el lado de los andes peruanos.

• La formación del castellano andino del Perú obedece a múltiple

factores que no solo corresponden al contacto de lenguas, sino

también a factores de índole geográfico, histórico, social y cultural.

Su expansión se ha visto influenciada por la diversidad dialectal

quechua de modo que tampoco se puede hablar de un castellano

andino único.

• El castellano andino de Acolla igualmente responde a un proceso

histórico bastante amplio y nutrido que data de tiempos ancestrales.

Actualmente, es una variedad que se configura como un sistema

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lingüístico diferente a los otros por la influencia del dialecto quechua

shausha wanca, que, a su turno, difiere de aquellos como el waylla

wanca de Huancayo y Chupaca, el waycha wanca de Concepción.

Todos ellos pertenecen al supralecto lingüístico Huaihuash de la

región Junín.

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Apéndice 1: Clasificación del Quechua

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Apéndice 1: Clasificación del Quechua

PROTO-QUECHUA

/ \

HUAIHUASH (QI) HUAMPUY (QII)

/ \ / \

CENTRAL PACARAOS QIIA (‘YUNGAY’) QIIB-C (‘CHINCHAY’)

/ | \ | / \ / \

HUAILAY AP-AM-AH HUANCAY | CENTRAL NORTHERN NORTHERN SOUTHERN

| | | | | | | |

Huailas  Alto Pativilca  

Yaru  Pacaraos  Laraos  Cañaris & Incahuasi  

Amazonas  Ayacucho

Conchucos  Alto Marañón  

Jauja & Huanca*      Lincha  Cajamarca  

San Martín  

Cuzco, Puno [2] & Bolivia [3]

   Alto Huallaga  

Huangáscar & Topará      Apurí      Loreto  Argentina

               Chocos      

Ecuador [2]: Highland & Lowland

   

               Madeán      Colombia   Nota. El encuadre y flecha son nuestros. Tomado de la página web de Heggarty, quien a su

vez toma la clasificación de Cerrón-Palomino con ligeras modificaciones

http://www.quechua.org.uk/Eng/Cpv/Locations.htm

Nota. El encuadre y flecha son nuestros. Tomado de la página web de Heggarty, quien a su vez toma la clasificación de Cerrón-Palomino con ligeras modificaciones

<www.quechua.org.uk/Eng/Cpv/Locations.htm>

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Apéndice 2: Mapa de la influencia del quechua

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Apéndice 2: Mapa de la influencia del quechua

Nota. Tomado de Hardman, Martha J. y Aurora Acosta. ¿De dónde vino el Jakaru? Revista Tupinachaka, Tupe, Yauyos , Lima. 2004.

Nota. Tomado de Hardman, Martha J. y Aurora Acosta. ¿De dónde vino el Jakaru? Revista Tupinachaka, Tupe, Yauyos , Lima. 2004.

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Apéndice 3. Área del español andino (Andean Spanish Area)

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Apéndice 3. Área del español andino (Andean Spanish Area)

Nota: Tomado de Hardman de Bautista, Martha. «The mutual influence of Spanish and the Andean Languages», Word 33, 1982, pp.143-57. En https://www.staff.ncl.ac.uk/i.e.mackenzie/andean.htm

Nota: Tomado de Hardman de Bautista, Martha. «The mutual influence of Span-ish and the Andean Languages», Word 33, 1982, pp.143-57. En <www.staff.ncl.ac.uk/i.e.mackenzie/andean.htm>

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Apéndice 4: Zona geográfica en donde se desarrolla el Castellano Andino de Acolla, Jauja, Junín

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Apéndice 4: Zona geográfica en donde se desarrolla el Castellano Andino de Acolla,

Jauja, Junín

Nota: Tomado de Plan de Desarrollo Concertado del Distrito de Acolla, 2011 – 2021 Nota: Tomado de Plan de Desarrollo Concertado del Distrito de Acolla, 2011 – 2021.

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* William Muñoz Marticorena es docente Asociado de la Universidad Católica Sedes Sapientiae. Es MBA por la Universit’a degli Studi di Genova, magister en Administración de Negocios por ESAN y economista por la Universidad de Lima. Tiene las siguientes especializaciones: (a) Gerencia de Proyectos (ESAN); (b) Gobernabilidad y Gerencia Política (George Washington University); (c) Competitividad (Instituto de Desarrollo Alemán); Simplificación administrativa (PCM); (d) Regulación (COFEMER) y (e) Defensa Nacional (UCSS). Actualmente es Director de Investigación de la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales UCSS, y Coordinador País del Proyecto VINCULAENTORNO de la Comisión Europea.

** Norma Velásquez Rodríguez es docente Asociada de la Universidad Católica Sedes Sapientiae. Es doctora en Economía. Es investigadora y analista de proyectos sociales y de inversión con alto impacto a nivel nacional e internacional. Está especializada en análisis del mercado laboral con énfasis en las políticas públicas para la generación del empleo, oferta laboral, gestión de políticas migratorias. Es consultora para la Corporación Financiera Internacional- Banco Mundial (IFC), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas, la Organización Internacional para las Migraciones y Colaboradora Externa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

condicionantes y revisión de casos

William Muñoz Marticorena*

Universidad Católica Sedes [email protected]

Norma Velásquez Rodríguez**

Universidad Católica Sedes [email protected]

Fecha de recepción: agosto de 2014 Fecha de aceptación: octubre de 2014

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.489-511)

Resumen: La participación de las mujeres en el mundo de las empresas se

vuelve cada vez más relevante. Sin embargo, existe literatura que evidencia

ciertos aspectos que favorecen o limitan este emprendimiento. En algunos

casos corresponden a factores formales como la financiación, las políticas

de apoyo y la formación, los que podrían explicar determinado desempeño;

en otros, son factores informales como la percepción de habilidades, las

redes sociales y el rol familiar los que explicarían el logro o fracaso. En este

sentido, se pretende revisar estas condiciones en la realidad nacional a la luz

de dos casos: Dina Paucar y Alejandrina Diestra.

PalabRas clave: emprendimiento femenino, financiación, políticas de

apoyo, formación, percepción de habilidades, redes sociales, rol familiar.

FEMALE ENTREPRENEURSHIP

factors and case review

abstRact: The women participation in business world becomes increasingly

relevant, however there is literature that shows certain aspects that favor

or limit this endeavor. In some cases correspond to formal factors such as

funding, policy support and training that may explain certain performance,

in others informal factors such as perception of skills, social networks and

family role which explain the success or failure. We intend to review these

conditions in national reality then in the light of two cases: Dina Paucar y

Alejandrina Diestra, validate our findings.

KeywoRds: women entrepreneurship, financing, training, support,

perception skills, family role, social networks.

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

1. INTRODUCCIÓN

Durante las últimas décadas se han logrado importantes progresos

en la participación de la mujer en el mercado laboral. Muchos de

los empleos nuevos generados en el país han sido consecuencia de

emprendimientos desarrollados por mujeres. En algunos casos, se dio como

parte de su trabajo independiente y en otros, como respuesta a incentivos

para involucrarse en el desarrollo de microempresas familiares.

Autores internacionales (Brush, De Bruin y Welter 2009)

identifican que, en el mundo, las mujeres tienen cada vez mayor participación

en la creación de empresas y en el desarrollo empresarial. En el caso de

Latinoamérica, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe

(CEPAL) ha presentado varios informes donde se destaca la participación

activa de las mujeres, tanto en las pequeñas y medianas empresas como en

los micro emprendimientos. Asimismo, los estudios propuestos caracterizan

las particularidades del emprendimiento femenino resaltando aspectos que

han impulsado u obstaculizado dicha actividad; recomendando, también,

su promoción como un factor clave en el logro de la equidad de género en

el mundo del trabajo (Heller 2010).

Las Naciones Unidas, a través de sus Conferencias Internacionales

sobre Población y Desarrollo (CIPD), realizadas desde 1965 hasta 1995,

configuraron el principal foro desde el cual se expresó recurrentemente el

compromiso por la habilitación de la mujer y la igualdad entre los géneros. En

el mismo sentido, los Objetivos de Desarrollo del Milenio,1 establecidos en

el año 2000, incluyeron, también, como objetivos del desarrollo, la igualdad

1 Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, también conocidos como Objetivos del Milenio (ODM), son ocho propósitos de desarrollo humano fijados en el año 2000, que los 189 países miembros de las Naciones Unidas acordaron conseguir para el año 2015. R

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entre los sexos y la habilitación de la mujer. A vísperas del vencimiento de la

fecha límite para el cumplimiento de estas metas, se han registrado avances

en la región en algunos indicadores, por ejemplo, los índices de paridad en

distintos niveles educativos.

Sin embargo, persisten brechas en el aporte de las mujeres a la

sociedad en sectores productivos. Según un Informe de la CEPAL (2004),

todavía existen algunas condiciones desfavorables. Estas son las que siguen:

(a) casi la mitad de las mujeres mayores de 15 años carece de ingresos

propios, (b) el número de hogares monoparentales encabezados por mujeres

se ha incrementado, (c) las mujeres tienen una menor participación en la

población económicamente activa y (d) siguen ganando menos que los

varones por trabajos equivalentes.

Por otra parte, el Consenso de Quito (2007) reafirmó la necesidad

de formular políticas e incentivos económicos dirigidos a garantizar el trabajo

decente a mujeres sin ingresos propios en igualdad de condiciones que los

hombres. Con esto se pretendió asegurar, en la región, la autonomía y el

ejercicio de sus plenos derechos. De igual manera, alienta su participación

en sectores de trabajos creativos, innovadores y que superen la segregación

laboral sexista (Heller 2010).

En el Perú, existen varios trabajos de investigación que han

revisado el tema del emprendimiento desde distintas aristas de análisis: unos

enfatizando en su estudio la naturaleza del sector informal (De Soto 1986);

otros revisando detalladamente los conceptos y estudios sobre la pequeña

empresa en el Perú (Villarán 2007). Además, existen investigaciones

realizadas por sectores del Estado, entre ellos, los desarrollados por el

Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo con base en las encuestas

de hogares, que constituyen estudios anuales sobre la mujer y el mercado

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

de trabajo, estudios sobre las empresas familiares y otros que profundizan

el conocimiento sobre las microempresas familiares, sustentados en análisis

empíricos del sector y que vinculan las características individuales y familiares

de los microempresarios (Yamada 2006).

2. MARCO METODOLÓGICO

Aprovechando los datos del proyecto Global Entrepreneurship Monitor

(GEM)2 del año 2009, disponibles en su página web (http://www.

gemconsortium.org/), se pretende analizar los principales factores del

entorno que influyen en la decisión de las mujeres para involucrarse en el

mercado de trabajo como emprendedoras. Se ha tomado esta encuesta, pues

es una de las pocas que evalúa la relación entre el emprendimiento y el

desarrollo basado en el nivel de actividad emprendedora: en los factores clave

que determinan el nivel emprendedor y en el diseño de políticas que mejoren

esta actividad. Dado que el estudio busca identificar las características que

determinan el comportamiento de la mujer emprendedora, se considera

conveniente para los propósitos del presente trabajo utilizar esta base de

datos. Esta será complementada con entrevistas a mujeres exitosas que

lideran emprendimientos a pesar de las barreras y existentes.

El Proyecto GEM cuenta con un sólido diseño de investigación

y una metodología estandarizada de recolección de datos, la misma que

está en constante evaluación. Para el presente estudio se ha hecho uso de

la Encuesta a la Población Adulta (Adult Population Survey; APS por sus

siglas en inglés). Dicha encuesta ha sido aplicada a una muestra de adultos

de ambos sexos en edades de 18 a 64 años. Dado el uso de una metodología

2 Este proyecto ha sido concebido en 1997 por Michael Hay, de London Business School, y Bill Bygrave, del Babson College. R

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estándar, la encuesta permitirá, más adelante, realizar comparaciones sobre

los emprendimientos realizados en cada país. La encuesta recoge datos

relacionados con la actividad emprendedora, las actitudes, percepciones

y aspiraciones relacionadas con el emprendimiento (Serida, Nakamatsu,

Borda y Morales 2013).

La muestra recogida en el Perú comprendía a 2021 personas. Para

esta, se consideró proporciones representativas de cada región del país.

También se incluyó como referencia sus ámbitos rurales y urbanos. Durante

el 2009, a nivel del total de países involucrados en el estudio, la encuesta fue

aplicada a 180 000 personas de 54 países.

El alcance de este trabajo se limitará a la descripción de las

principales variables que son condicionantes del emprendimiento femenino.

Posteriormente, estas serán probadas en un siguiente artículo por medio de

modelos bivariados.

3. MARCO TEÓRICO

Una de las teorías más importantes que ayudan a entender el emprendimiento

ha sido la teoría económica Institucional. Esta fue concebida por el Premio

Nobel de Economía Douglas North, en el año 1993. North (1994) considera

a la institución como las limitaciones o reglas ideadas por las personas que

rigen el marco donde se produce la interacción humana. Las instituciones

tienen como función principal facilitar una estructura estable y evolutiva

que favorezca la interacción humana (Álvarez y Urbano 2011).

En el estudio Institutions, Institutional Change and Economic

Performance de North (1990), se considera que las instituciones pueden ser

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— 494 —

EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

formales3 e informales.4 Estas se diferencian por el grado de complejidad de

la sociedad y por las limitaciones a la formalización. Asimismo, este tipo de

instituciones pueden ser determinantes en la decisión para desarrollar un

emprendimiento (Douglas 1990).

El Proyecto GEM, el mismo que es la base de la información

estadística para el presente estudio, evidencia que las visiones actuales

sobre emprendimiento identifican la naturaleza multidimensional del

emprendimiento (Serida, Nakamatsu, Borda y Morales 2010). A su vez, el

estudio considera que el Perú es una economía basada en la eficiencia, en

tanto que, en el marco para el desarrollo de emprendimientos en el país,

surgen instituciones que apoyan la industrialización y la búsqueda de una

mayor productividad a través de las economías de escala. Adicionalmente,

el estudio del Proyecto GEM considera que el emprendimiento se basa

en actitudes, actividades y aspiraciones (ver Figura 1); componentes

primordiales que se interrelacionan formando un sistema continuo de

retroalimentaciones para los emprendimientos (Acs y Szerb 2009 citados en

Serida, Nakamatsu, Borda y Morales 2010).

3 Instituciones formales: leyes, reglamentos y procedimientos gubernamentales.4 Instituciones informales: creencias, ideas y actitudes; es decir la cultura de una sociedad. R

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6    

Figura 1. Componentes del Emprendimiento, según Proyecto GEM 2009. Del modelo conceptual GEM 2009 solamente se está considerando en la figura los componentes del emprendimiento. Adaptado de Reynolds et al. 2005.

4. PRINCIPALES HALLAZGOS

4. 1 Análisis descriptivo. Emprendimiento: Actitudes, actividades y

aspiraciones

Los datos analizados del Global Entrepreneurship Monitor Perú5 (Serida et al. 2010)

indican, en cuanto al emprendimiento femenino, que la tasa de actividad emprendedora

en etapas iniciales (TEA)6 es similar a la de otros países con economía basadas en la

eficiencia.7 El Perú, en la región latinoamericana, se ubica en el segundo lugar con

18,4% de la TEA que mide el emprendimiento femenino.8 Al comparar este índice con

                                                                                                                         5 Si bien es cierto hay análisis sobre el GEM 2011 realizado por ESAN, la base de datos obtenida de la

página oficial del GEM solo está disponible hasta el año 2009. En este acápite, se realizará un análisis

descriptivo obtenido de la base de datos original y se tomarán extractos del nuevo GEM 2011, a fin de

verificar si existen cambios en la evidencia empírica que queremos probar en el presente documento. 6 Este indicador mide el porcentaje de la población adulta (18 a 64 años) que es un emprendedor naciente

o propietario de un nuevo negocio. 7 Países de ingresos medios con políticas orientadas hacia la competitividad y productividad. 8 Colombia es el primer país con economías basadas en eficiencia que cuenta con una tasa de

emprendimiento femenino de 19,9%, en todo el GEM, Uganda (30%) y Guatemala (26,4%) son los países

que cuentan con una mayor participación femenina en el desarrollo de emprendimientos.

Emprendimiento

Aspiraciones  (Crecimiento,  innovación,  creación  de  valor  social)

Actividad  (etapa  inicial,  consolidación,  

descontinuación)

Actitudes  (Oportunidades  percibidas,  capacidad  

percibida)

Figura 1. Componentes del Emprendimiento, según Proyecto GEM 2009. Del modelo conceptual GEM 2009 solamente se está considerando en la figura los

componentes del emprendimiento. Adaptado de Reynolds et al. 2005.

4. PRINCIPALES HALLAZGOS

4. 1 Análisis descriptivo. Emprendimiento: Actitudes, actividades

y aspiraciones

Los datos analizados del Global Entrepreneurship Monitor Perú5 (Serida

et al. 2010) indican, en cuanto al emprendimiento femenino, que la tasa

5 Si bien es cierto hay análisis sobre el GEM 2011 realizado por ESAN, la base de datos obtenida de la página oficial del GEM solo está disponible hasta el año 2009. En este acápite, se realizará un análisis descriptivo obtenido de la base de datos original y se tomarán extractos del nuevo GEM 2011, a fin de verificar si existen cambios en la evidencia empírica que queremos probar en el presente documento.R

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

de actividad emprendedora en etapas iniciales (TEA)6 es similar a la de

otros países con economía basadas en la eficiencia.7 El Perú, en la región

latinoamericana, se ubica en el segundo lugar con 18,4% de la TEA que

mide el emprendimiento femenino.8 Al comparar este índice con el de

los varones, se observa que el ratio de las mujeres equivale a 0,78 del de

aquellos, lo que debería interpretarse como que, en términos relativos, la

participación de la mujer es menor que la de los varones en el desarrollo

de emprendimientos. Otra relación relevante es el cociente entre la TEA

femenina por oportunidad9/TEA femenina por necesidad.10

El estudio de ESAN (Serida et al. 2009) señala que en los países

con mayor nivel de desarrollo, las mujeres tienden a emprender por

oportunidad; toda vez que en sus países existe una mayor proporción de

empleos, acceso a recursos financieros, apoyos gubernamentales, mejores

niveles de ingreso y mejores coberturas de asistencia. En el Perú, el ratio

asciende a 1,84. Esto significa que por cada emprendedora por necesidad

existen 1,84 emprendedoras por oportunidad; es decir, uno de los índices

más bajos entre los países reportados. Basta citar los casos de Dinamarca

o Suiza (ratio de 15,4 y 10,2 respectivamente) para comprender que, en

el país, el emprendimiento por oportunidad no ha mejorado, incluso se

ha deteriorado, y esto tiene que ver con la calidad institucional y el pobre

6 Este indicador mide el porcentaje de la población adulta (18 a 64 años) que es un emprendedor naciente o propietario de un nuevo negocio.

7 Países de ingresos medios con políticas orientadas hacia la competitividad y productividad.8 Colombia es el primer país con economías basadas en eficiencia que cuenta con una

tasa de emprendimiento femenino de 19,9%, en todo el GEM, Uganda (30%) y Guatemala (26,4%) son los países que cuentan con una mayor participación femenina en el desarrollo de emprendimientos.

9 Que se realiza con la finalidad de aprovechar oportunidades de mercado.10 Se realiza para satisfacer necesidades de ingresos propios. R

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desempeño de la estructura de soporte al emprendimiento femenino en el

país.

Sobre los sectores económicos donde la mujer peruana realiza

la actividad emprendedora, se observa que el 62% de estas se dedican a

emprendimientos orientados al consumo; aunque hay una proporción

importante en sectores extractivos y de transformación (9% y 25%

respectivamente). Otro dato a destacar es que el 47% de los emprendedores

nacientes son mujeres (ver Figura 2), mientras que el porcentaje de

emprendedores en nuevos negocios se redujo a 39%.11 El 49% de las

mujeres que emprenden sus negocios optan por descontinuar el mismo,

principalmente por falta de rentabilidad del negocio y por razones personales.

Solamente, un 38% de las mujeres emprendedoras se encuentran al frente

de negocios ya establecidos.

8    

Figura 2. Perú: Proceso emprendedor según género, 2009 (porcentaje). Adaptado de Serida et al 2010.

Perfil emprendedor de la mujer peruana

El GEM 2009 permitió entrevistar a 2021 personas en el país. De esta muestra, el 50%

fueron mujeres. Se trata de un porcentaje representativo a efectos de estudiar a

profundidad las características de la mujer emprendedora peruanas.

La edad promedio en la etapa inicial de emprendimientos es 37 años. La mayor

cantidad de emprendedoras se encuentran entre los 25 a 34 años de edad, como se

aprecia en la Figura 3. Ello revela que las emprendedoras no son necesariamente las

más jóvenes, sino aquellas que ya tienen una experiencia de vida que les permitirá

afrontar los desafíos relacionado con el desarrollo de una empresa. Otro dato

sumamente ilustrativo es el hecho que el 78% de las emprendedoras tienen como nivel

máximo de educación los estudios secundarios12 y solamente un 21% poseen educación

superior.

                                                                                                                         12 Un 39% no ha completado los estudios secundarios y otro 39% sí completó estudios secundarios.

Solamente un 1% cuenta con estudios de postgrado.

53

61

62

51

47

39

38

49

Emprendedor  naciente

Emprendedor  de  nuevo  negocio

Emprendedor  de  negocio  establecido

Descontinuación

Hombre Mujer

Figura 2. Perú: Proceso emprendedor según género, 2009 (porcentaje). Adaptado

de Serida et al 2010. 11 Diecisiete puntos porcentuales menos que en el año 2008, según lo indica el estudio de

ESAN.Rev

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

Perfil emprendedor de la mujer peruana

El GEM 2009 permitió entrevistar a 2021 personas en el país. De esta

muestra, el 50% fueron mujeres. Se trata de un porcentaje representativo a

efectos de estudiar a profundidad las características de la mujer emprendedora

peruanas.

La edad promedio en la etapa inicial de emprendimientos es 37 años.

La mayor cantidad de emprendedoras se encuentran entre los 25 a 34 años

de edad, como se aprecia en la Figura 3. Ello revela que las emprendedoras

no son necesariamente las más jóvenes, sino aquellas que ya tienen una

experiencia de vida que les permitirá afrontar los desafíos relacionado con

el desarrollo de una empresa. Otro dato sumamente ilustrativo es el hecho

que el 78% de las emprendedoras tienen como nivel máximo de educación

los estudios secundarios12 y solamente un 21% poseen educación superior.

9    

Figura 3. Pirámide de edades en emprendimientos iniciales, 2009

Asimismo, como se aprecia en el Figura 4, se puede mencionar que del total de

emprendedoras peruanas en la etapa inicial de su emprendimiento, 50% se autoemplea

en su propio negocio y el 21% se dedica a las labores hogareñas.13 Es de esperarse que

estos negocios tiendan a descontinuarse y no se consoliden. También un 14% trabaja

solo a tiempo parcial y un 6% lo hace tanto a tiempo parcial o completo, mientras que

las demás son jubiladas o estudiantes.

Figura 4. Perú: Situación laboral de la emprendedora en la etapa inicial, 2009 (porcentaje).

                                                                                                                         13 Este dato es importante y tal como lo corrobora el estudio de ESAN (2009), muchas mujeres que están

involucradas en algún tipo de emprendimiento no se identifican como emprendedoras.

23,7

26,8

22,7

16,1

10,6

22,2

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22,4

17,1

10,5

18-­‐24

25-­‐34

35-­‐44

45-­‐54

55-­‐64

Mujer Hombre

0

10

20

30

40

50

60

Autoempleado Ama  de  casa Trabajo  solo  tiempo  parcial

Trabaja  a  tiempo  parcial  o  completo

Otros

Figura 3. Pirámide de edades en emprendimientos iniciales, 200912 Un 39% no ha completado los estudios secundarios y otro 39% sí completó estudios

secundarios. Solamente un 1% cuenta con estudios de postgrado. Rev

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Asimismo, como se aprecia en el Figura 4, se puede mencionar

que del total de emprendedoras peruanas en la etapa inicial de su

emprendimiento, 50% se autoemplea en su propio negocio y el 21% se

dedica a las labores hogareñas.13 Es de esperarse que estos negocios tiendan a

descontinuarse y no se consoliden. También un 14% trabaja solo a tiempo

parcial y un 6% lo hace tanto a tiempo parcial o completo, mientras que las

demás son jubiladas o estudiantes.

9    

Figura 3. Pirámide de edades en emprendimientos iniciales, 2009

Asimismo, como se aprecia en el Figura 4, se puede mencionar que del total de

emprendedoras peruanas en la etapa inicial de su emprendimiento, 50% se autoemplea

en su propio negocio y el 21% se dedica a las labores hogareñas.13 Es de esperarse que

estos negocios tiendan a descontinuarse y no se consoliden. También un 14% trabaja

solo a tiempo parcial y un 6% lo hace tanto a tiempo parcial o completo, mientras que

las demás son jubiladas o estudiantes.

Figura 4. Perú: Situación laboral de la emprendedora en la etapa inicial, 2009 (porcentaje).

                                                                                                                         13 Este dato es importante y tal como lo corrobora el estudio de ESAN (2009), muchas mujeres que están

involucradas en algún tipo de emprendimiento no se identifican como emprendedoras.

23,7

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22,7

16,1

10,6

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Mujer Hombre

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Autoempleado Ama  de  casa Trabajo  solo  tiempo  parcial

Trabaja  a  tiempo  parcial  o  completo

Otros

Figura 4. Perú: Situación laboral de la emprendedora en la etapa inicial, 2009 (por-

centaje).

La base de datos, mediante el cociente porcentual entre el número de

mujeres emprendedoras por rango de edad y el total de mujeres encuestadas

(ver Figura 5), permite validar la afirmación que el nivel de emprendimiento

correlaciona directamente con la edad. Es decir, a mayor edad se daría un

mayor nivel de emprendimiento.

13 Este dato es importante y tal como lo corrobora el estudio de ESAN (2009), muchas mujeres que están involucradas en algún tipo de emprendimiento no se identifican como emprendedoras.R

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

Figura 5. Perú: Situación laboral de la mujer emprendedora en etapa inicial, 2009.

Un aspecto por destacar corresponde a las aspiraciones de las

emprendedoras, medidas a través de las expectativas de crecimiento, la

innovación y la tecnología. En cuanto a la expectativa de crecimiento (ver

Tabla 1), un 33% de las emprendedoras genera su autoempleo sin buscar

desarrollar puestos de trabajo para otras personas. Sin embargo, un 61%

de mujeres ha creado un emprendimiento que crea trabajo en negocios de

uno a cinco personas,14 lo que evidencia un crecimiento de negocios hacia la

microempresa. La expansión hacia negocios de mayor dimensión es discreta.

Se puede entender, asimismo, que las mujeres prefieren desarrollar

emprendimientos pequeños, que no requieran de mayor complejidad.

Solo un 2% de las mujeres espera que en los próximos cinco años su

emprendimiento tenga más de 20 empleados y crezca. Además, un 4% de

mujeres cree tener altas expectativas de crecimiento. Si comparamos estos

resultados con los de los varones, se puede observar que las expectativas 14 Además del puesto creado para ella. R

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de crecimiento y sostenibilidad de emprendimientos de estos últimos son

mayores.

Tabla 1

Perú: Aspectos aspiracionales del emprendedor, 2009 (porcentaje)

11    

que las expectativas de crecimiento y sostenibilidad de emprendimientos de estos

últimos son mayores.

Tabla 1

Perú: Aspectos aspiracionales del emprendedor, 2009 (porcentaje)

Nota. Adaptado de Serida, Nakamatsu, Morales, 2010.

Finalmente, el uso de la innovación y tecnología es otro aspecto clave por medir

en las aspiraciones de las mujeres emprendedoras. Para el caso peruano, el 81% de las

mujeres emprendedoras en etapa inicial aseguran que sus productos y/o servicios son

novedosos, por lo menos para algunos de sus clientes. De otro lado, el 45% de las

mujeres emprendedoras indican tener muchos competidores. En cuanto al índice de

innovación15 el 49% de las mujeres cuentan con mayor innovación que los varones

(45%). Sobre el grado de novedad de tecnología en el emprendimiento, 34% tanto de

mujeres como varones manifestaron utilizar tecnología; sin embargo, los hombres

refirieron el uso de tecnología más moderna.

                                                                                                                         15 El índice de innovación es una combinación entre el producto-mercado novedoso que permite conocer

en qué medida los emprendedores, en etapas iniciales, son más propensos a innovar.

Aspiraciones Hombre Mujer1.1.  Expectativas  de  crecimientoa)  Número  de  empleos  

No  hay  creación  de  empleos 22 33De  1  a  5  empleos 67 61De  6  a  19  empleos 10 7Más  de  20  empleos 2 -­‐

b)  Creación  de  empleos  a  5  añosNo  hay  creación  de  empleos 5 8De  1  a  5  empleos 65 77De  6  a  19  empleos 25 13Más  de  20  empleos 5 2Crecimiento  (  más  de  10  persona  y  50%  beneficios) 16 4

Nota. Adaptado de Serida, Nakamatsu, Morales, 2010.

Finalmente, el uso de la innovación y tecnología es otro aspecto

clave por medir en las aspiraciones de las mujeres emprendedoras. Para

el caso peruano, el 81% de las mujeres emprendedoras en etapa inicial

aseguran que sus productos y/o servicios son novedosos, por lo menos para

algunos de sus clientes. De otro lado, el 45% de las mujeres emprendedoras

indican tener muchos competidores. En cuanto al índice de innovación15 el 15 El índice de innovación es una combinación entre el producto-mercado novedoso

que permite conocer en qué medida los emprendedores, en etapas iniciales, son más propensos a innovar.R

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

49% de las mujeres cuentan con mayor innovación que los varones (45%).

Sobre el grado de novedad de tecnología en el emprendimiento, 34% tanto

de mujeres como varones manifestaron utilizar tecnología; sin embargo, los

hombres refirieron el uso de tecnología más moderna.

4.2 Presentación de casos de emprendedurismo: Dina Paucar y

Alejandrina Diestra

Tal como se mencionara en la introducción, durante las últimas cuatro

décadas, se han logrado importantes progresos relacionados a la igualdad de

género en aspectos claves como educación, salud, participación de la mujer

en el mercado laboral y en la política. No obstante, todavía hay 35 millones

de niñas que siguen sin ir a la escuela, particularmente entre los grupos más

desfavorecidos. En el campo laboral, una mujer gana 80 centavos por cada

dólar que gana un hombre y, aproximadamente, 510 millones de mujeres

serán víctimas de abusos a manos de sus parejas durante su vida. En cuanto

al promedio de vida, en los países en desarrollo, la mortalidad relativa de las

mujeres respecto a los hombres es más alta que en los países ricos: cuatro

millones de mujeres mueren anticipadamente.

En las zonas rurales del Perú, las niñas indígenas estudian menos

de la mitad de años (4.2) que las niñas no indígenas (9.1). La proporción

de niñas o adolescentes que presenta atrasos en términos educativos tiende a

incrementarse (y agravarse) en la medida que ellas crecen. Por otra parte, la

lógica del ingreso al mercado de trabajo de las mujeres obedece al autoempleo

que se generan ellas mismas. En consecuencia, sus ingresos monetarios serán

inferiores al de los hombres.

Esta dura realidad, debiera interpelar a los decisores de políticas.

Esto es relevante porque se debe de priorizar tanto en la agenda social

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como en la de desarrollo. Asimismo, se debe estimular y potenciar el capital

humano de las mujeres e insertarlas en el mercado laboral de una manera

más equitativa.

A pesar de las grandes barreras existentes, muchas mujeres

provenientes de zonas rurales han logrado salir adelante y mejorar sus

posiciones económicas y sociales. Una característica común de todas ellas ha

sido el apoyo recibido por parte de su núcleo familiar, y el respeto a valores

como la honestidad y la perseverancia. A continuación, se presentará una

síntesis de las vivencias de Dina Paucar y Alejandrina Diestra.

Dina Paucar

Nace en la provincia de Leoncio Prado (Huánuco), en un hogar humilde

y campesino, y como muchos, tiene que migrar con su familia, huyendo

del terrorismo. Posteriormente, a los 10 años, escapa de la casa familiar y

se dirige a Lima, donde para subsistir, realiza varios oficios; entre ellos el

de vendedora ambulante de emolientes y de empleada doméstica. Luego

de muchos esfuerzos y aventuras, logra un contrato con la más importante

promotora de música folclórica, pero la explotan porque la paga es baja y

la obligan a trabajar en exclusividad. Por sus principios, respeta el contrato,

mas al vencimiento, cambia de promotora, una más pequeña, pero con

mayor autonomía. Impulsa su música contratando espacios radiales en

las principales emisoras, logra que su esposo deje de taxear y se vuelva su

representante. Es verdaderamente en ese momento que, con el esfuerzo

de ambos, se dispara la carrera de la artista, una carrera inspirada por la

rectitud, humildad y decencia. Además de la búsqueda de la calidad, siempre

ha buscado los mejores músicos y ha usado las mejores y más formales

vestimentas. Esa es Dina Paucar, la Diosa Hermosa del Amor.

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

Alejandrina Diestra

A los 9 años escapa de Bagua, su ciudad natal y viaja a Trujillo, donde para

comer tiene que lavar los servicios en una carretilla de venta de comidas;

luego, de polizonte en la bodega de un ómnibus, viajará de Trujillo a Lima.

Allí luego de ser detenida por la policía, será acogida y protegida por una

familia de Jesús María. La familia desea ayudarla, quiere que estudie y que

sea una profesional, pero ella no quiere, ya que desea trabajar para ganar

dinero y poder regresar a su pueblo, comprar tierras y ayudar a su mamá. La

familia le pone una boutique de venta de ropa, pero ella quiere un negocio

con más ventas, con mayor rotación, como en la parada que alguna vez

visitó.

Le pide a su protector que le enseñe a manejar, y estando en la

parada se ofrece para manejar un camión que hacía el tránsito hacia la ceja

de selva para comprar fruta. Logra ser la primera mujer en sacar un brevete

profesional. Con ello, entraría en el mercado de servicios de transporte,

acumulando cierta fortuna y un par de camiones; en ese momento sufre

un gran golpe, se tiene que divorciar y perder la mitad de su fortuna. En

esa coyuntura conoce a un funcionario de la municipalidad de Miraflores,

quien le consulta si le interesaría recolectar la basura del distrito, ella sin

dudarlo, pese a no tener la experiencia acepta; contrata los servicios de 4

camiones más e inicia el recojo. Luego seguirán más distritos, como San

Borja, Chorrillos; ganará licitaciones como en Huancayo e Ica; ampliará su

red de servicios, no solo colectara sino gestionará residuos sólidos y rellenos

sanitarios, realizará innovaciones en su sector, para mejorar sus prácticas

viajará a Brasil, México y Europa a fin de trasladar sus tecnologías de

procesos a sus negocios. Esta es la historia resumida de Alejandrina Diestra,

propietaria de la empresa Diestra S.A.C.

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Como se aprecia en la Tabla 2 y de manera consistente con el

análisis del GEM, el emprendimiento femenino en sectores rurales y de

ingresos bajos es motivado fundamentalmente por factores personales y de

naturaleza informal. Los aspectos del entorno en el caso de un país de ingresos

medios debieran ser favorables. En Perú, dada la brecha en infraestructura,

la calidad educativa, el ordenamiento territorial, la inclusión financiera,

la informalidad y, fundamentalmente, la inequidad de género se vuelven

cargas que afectan el emprendimiento por oportunidad.

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

14    

Como se aprecia en la Tabla 2 y de manera consistente con el análisis del GEM,

el emprendimiento femenino en sectores rurales y de ingresos bajos es motivado

fundamentalmente por factores personales y de naturaleza informal. Los aspectos del

entorno en el caso de un país de ingresos medios debieran ser favorables. En Perú, dada

la brecha en infraestructura, la calidad educativa, el ordenamiento territorial, la

inclusión financiera, la informalidad y, fundamentalmente, la inequidad de género se

vuelven cargas que afectan el emprendimiento por oportunidad.

Tabla 2

Evaluación de factores de entorno y personales en la decisión de emprender–Casos: Dina Paucar y

Alejandrina Diestra

 

 

Nota: El cuadro ha sido elaborado a partir de entrevistas de profundidad a emprendedoras de origen humilde. 5. CONCLUSIONES

Este trabajo ha presentado un análisis de las principales variables del entorno que

condicionan la actividad emprendedora femenina en el Perú. Los resultados permiten

afirmar que son los factores informales fundamentales al momento de tomar la decisión

Informal

Formal

Factor

Entorno

Personales

Informal

Informal

Formal

Informal

Formal

Informal

Informal

Informal

Informal

Formal

Formal

Formal

Formal

Formal

Informal

TipologíaFormal

Formal

Formal

Formal

La capacidad de financiación Desfavorable Desfavorable

El temor al fracaso Favorable Favorable

La edad Favorable Favorable

La formación Desfavorable Desfavorable

El entorno familiar y social Favorable Favorable

Insatisfacción con el trabajo asalariado Favorable Favorable

Orientación a la oportunidad Favorable Favorable

Fuerte compromiso Favorable Favorable

Capacidad para asumir riesgo Favorable Favorable

Necesidad de conseguir logros Favorable Favorable

Movimiento población y migración Favorable Favorable

Estructura empresarial por tamaño de empresa Desfavorable Desfavorable

Capacidad de innovar regionalmente Desfavorable Desfavorable

Estructura sectorial de la actividad económica Desfavorable Desfavorable

Capital social Desfavorable Desfavorable

Cultura empresarial de sociedad Desfavorable Desfavorable

Interacción y regulación económica Desfavorable Desfavorable

Coyuntura económica Favorable Favorable

Economía de urbanización Desfavorable Desfavorable

Entorno financiero Desfavorable Desfavorable

Variable Dina Paucar Alejandrina DiestraEconomía de localización Desfavorable Desfavorable

Tabla 2

Evaluación de factores de entorno y personales en la decisión de emprender–Casos. Dina

Paucar y Alejandrina Diestra

Nota: El cuadro ha sido elaborado a partir de entrevistas de profundidad a emprendedoras de origen humilde.

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5. CONCLUSIONES

Este trabajo ha presentado un análisis de las principales variables del entorno

que condicionan la actividad emprendedora femenina en el Perú. Los

resultados permiten afirmar que son los factores informales fundamentales

al momento de tomar la decisión de emprender; mientras que los factores

formales, por el contrario, inciden negativamente.

Desde la perspectiva del desarrollo institucional, se aprecia

una agenda pendiente de reformas y políticas públicas que favorezcan

el emprendimiento femenino, sabida su contribución al crecimiento y

desarrollo, como a la generación de ingresos y empleo. En esa línea, la

ausencia de institucionalidad de apoyo, que provea capacitación y asistencia

técnica, limita el incremento de la productividad de sus negocios. Asimismo,

la ausencia de guarderías, programas adecuados a la disponibilidad del

tiempo de las mujeres y una mejor utilización de la tecnología se vuelven

desafíos vigentes para las políticas públicas.

En perspectiva, como futuras líneas de investigación se espera

efectuar análisis econométricos y comparaciones con bases de datos más

vigentes. Esto se estima a efectos de monitorear e identificar los avances y

posibles retrocesos en la marcha hacia el buen emprendimiento femenino.

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EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO

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WILLIAM MUÑOZ MARTICORENA Y NORMA VELÁSQUEZ RODRÍGUEZ

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* Juan Valle Quispe estudió Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Ha sido organizador de diferentes eventos académicos como el Coloquio Anual de Estudiantes de Literatura-UNFV (CAELIT-UNFV) y participado como ponente en congresos avocados al debate literario. Sus temas de investigación se centran en las propuestas éticas presentes sobre todo en la narrativa contemporánea.

LA IGLESIA ANUNCIA LA VERDAD SOBRE EL HOMBRE

entrevista aL padre carLos roseLL de aLmeida

Juan Valle Quispe* Universidad Nacional Federico Villarreal

[email protected]

Resumen: El padre Carlos Rosell de Almeida pasa por esos momentos en los

que Dios coloca de modo más grave su ternura sobre sus hombros, ya que,

hoy en día, mantiene una labor donde tiene que ser, lo que los peruanos

llamamos, un hombre orquesta. Aunque su cargo más importante es la de

ser el rector del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo, su trabajo se ha

extendido volviéndolo, un poco a pesar suyo, una figura notoria. Párroco,

catedrático, hombre de radio, escritor para la comunidad académica y

para los fieles de a pie. En esta entrevista, conoceremos los orígenes de su

vocación, sus opiniones sobre el estado actual del seminario; la relación de

los seminaristas frente a la realidad fuera de las paredes de su centro de

formación, la etapa que atraviesa hoy la Iglesia en torno a varios debates y

discusiones donde la participación de esta tiene un papel crucial, algo sobre

su temperamento y otros detalles sobre quien hoy tiene a su cargo uno de

los seminarios más antiguos de nuestra arquidiócesis y continente (1590).

— 513 —

REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.513-529)

Cabe añadir que nos sumamos, y asimismo invitamos a todos los lectores,

a atender la petición de rezar por él, en estos tiempos en los que nos hacen

falta sacerdotes que sean, como el padre lo dice habitualmente, sabios pero

sobre todo santos.

PalabRas clave: Iglesia, Seminario Santo Toribio de Mogrovejo, vocación,

juventud.

THE CHURCH PROCLAIMS THE TRUTH ABOUT MAN

interview with priest carLos roseLL de aLmeida

abstRact: The priest Carlos Rosell de Almeida has those moments when

God puts more serious way tenderness on his shoulders because, today,

remains a task which has to be, what Peruvians call a man orchestra.

Although his most important activity is to be the rector of Santo Toribio de

Mogrovejo Seminary, his work has been extended making it a little in spite

of himself, a notorious figure. Pastor, professor, radio broadcaster, writer

for the academic community and to the faithful walk. In this interview,

know the origins of their vocation, their views on the current state of the

seminar, the ratio of seminarians face reality outside the walls of its training

center, crosses the stage today the Church around several debates and

discussions where participation of this plays a crucial role, something about

his temperament and more about who is now in charge of one of the oldest

archdiocese and seminars continent (1590). I should add that we join, and

also invite all readers, meet the request to pray for him, in these times that

we need priests to be, as Father often said so, but especially holy sages .

KeywoRds: church, Santo Toribio de Mogrovejo Seminary, vocation,

youth.

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ENTREVISTA AL PADRE CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

Háblenos primero sobre usted, padre. ¿Cómo surge su vocación?.

Soy sacerdote de la Arquidiócesis de Lima. Fui ordenado por el señor

cardenal Juan Luis Cipriani en la Catedral de Lima el 15 de agosto del año

2004, por tanto voy a cumplir diez años de sacerdocio. Mi vocación, como

toda vocación, viene de Dios, es «un don y un misterio», como decía Juan

Pablo II, un santo ya. No puedo decir que un día se me apareció un ángel

y me dijo: «Tienes que ir al seminario»; fue todo un proceso. Yo estudié

en un colegio de religiosos, el San Agustín. Tanto mi primaria como mi

secundaria las hice en ese colegio, pero en esos años de escolar nunca tuve

una inquietud por la vida sacerdotal. Yo quería ser ingeniero. Postulé a la

UNI en el año 1987, y gracias a Dios entré a la primera, para estudiar

ingeniería civil. Los primeros años de la universidad eran años en los que, si

iba a la misa era porque mi mamá me obligaba, pero no tenía tanto apego

a los asuntos de Dios y tampoco a los asuntos de la Iglesia. Sin embargo,

hacia el último año de ingeniería fue cuando comienzo a acercarme más a

los sacramentos.

Creo hoy, mirando hacia atrás, que influyó un hecho donde una

vez, siendo yo delegado de un curso que se llama Caminos, tenía que buscar

al profesor a su oficina ubicada en Miraflores para entregarle los planos de

mis compañeros; como delegado era el encargado que llevaba siempre los

planos para que el profesor los corrija, y como la oficina del ingeniero estaba

cerrada en el momento en que había llegado, me metí a una Iglesia que

estaba abierta, la parroquia que está en el parque Kennedy,1 y me senté en

una banca, no para rezar sino para descansar. En ese momento comenzaron

a rezar el rosario unas señoras y de una manera espontánea yo también

comencé a seguir la oración del rosario. Desde entonces creo que me ha

1 Se refiere a la parroquia Virgen Milagrosa, en Miraflores. Rev

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marcado mucho eso porque comencé a rezar el rosario luego y ahora todos los

días rezo el rosario. Creo que la Virgen tiene mucho que ver en mi vocación.

Y bueno, el último año de ingeniería, como dije, comencé a practicar mi

fe con más intensidad, a confesarme con frecuencia e incluso, a veces, no

solamente los domingos sino todos los días cuanto podía. Terminé la carrera.

Tuve la gracia de Dios de poder conseguir pronto un trabajo que quedaba

en Ayacucho. Se estaba construyendo el túnel del Proyecto Cachi, estuve ahí

haciendo mis pinitos en la ingeniería en un túnel. Luego, trabajé en varias

empresas constructoras y ya tenía en la cabeza la inquietud por la vocación

sacerdotal, «¿por qué no ser sacerdote?», era la pregunta que se me venía a

la cabeza. Y conversando con un sacerdote del Lumen Dei, al comentarle

mi inquietud, me dijo que todavía era joven para intentar probar, que no

esperase a tener ochenta años, y me dijo: «Tú, como ingeniero, construyes

edificios, como sacerdote construirás almas, y esas almas, construidas con

Cristo, no las va a derrumbar nadie». Es así que el año 1997, es decir, cinco

años después de haber acabado la UNI y haber trabajado como ingeniero,

toqué las puertas del Seminario Santo Toribio. Me atendió un sacerdote

granadino, quien me invitó a los círculos vocacionales para adultos, ya que

en ellos participaban los mayores de veinticinco que querían ser sacerdotes.

Y al final del año 97, se me admitió al Seminario Santo Toribio. En el

año 98 comencé el internado en el Seminario. Al principio me costó

porque tenía que compartir mi vida con compañeros más jóvenes y a uno

siempre, sobre todo cuando ya ha trabajado y tiene un estilo de vida, con

sus maneras y sus costumbres, le cuesta compartir toda una jornada con

otras personas. Pero, gracias a Dios, rápidamente me acomodé al horario

y así fui avanzando en los estudios hasta que, en el año 2000, el rector del

seminario de ese entonces, hoy obispo de Lurín, Monseñor Carlos García,

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ENTREVISTA AL PADRE CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

me llamó y me dijo que el arzobispo quería hablar conmigo y era porque me

enviaban a España donde estudiaría en un seminario internacional. Allá en

Pamplona fui ordenado diácono el 24 de abril del año 2004, volví a Lima

y fui ordenado sacerdote el 15 de agosto, por tanto ese fue mi itinerario

vocacional. No hay nada extraordinario porque Dios actúa en lo ordinario.

Pero, sí, luego de que han pasado diez años de la ordenación, me siento

contento, alegre, más ilusionado, más entusiasmado y sobre todo, en este

momento, daría un mensaje a todos los jóvenes que están pensando en el

tema de la vocación sacerdotal, que no lo duden, que entren, que prueben

porque Dios tiene sus caminos y cuando uno, a veces, mientras más forja

sus proyectos, Dios sorprende más, así que déjense sorprender por Dios,

que busquen consejo a un sacerdote que los guíe y que prueben porque hay

que probar. Entrar al seminario no significa que ya uno va a ser sacerdote

pero, por lo menos, es un tiempo de discernimiento y si uno ve que no es

su vocación pues las puertas están abiertas, pero al menos ya probó y eso a

Dios le agrada.

¿Qué experiencias más gratas tiene de sus años como seminarista? ¿Qué es lo que

más extraña?

Ahora que soy sacerdote y tengo que atender muchas cosas, soy rector del

Seminario, rector de la Facultad,2 párroco del Sagrado Corazón de María…3

Añoro, sobre todo, el hecho de que uno, como seminarista, se dedica

2 Se refiere a la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, ubicada cerca del Seminario Santo Toribio. Su origen y concepción como centro de estudios universitarios no es muy posterior a la UNMSM (Para más información visite: http://www.ftpcl.edu.pe/).

3 La parroquia Sagrado Corazón de María se encuentra a pocas cuadras del Seminario, en plena avenida Sucre, Magdalena del mar. Su principal característica es la cúpula con la Virgen en su cima. Hace pocos años, antes de ser asumida por sacerdotes diocesanos, estuvo a cargo de sacerdotes claretianos. R

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exclusivamente a rezar y estudiar. Añoro es una palabra que utilizo en este

momento, porque ahora me encuentro contento y alegre siendo sacerdote;

pero uno quisiera tener un poquito más de tiempo para rezar, un poquito

más de tiempo para estudiar con calma, con paz. La vida de un sacerdote es

una vida donde a uno le llegan muchos problemas, la gente a uno le busca

con frecuencia. Mas, si se tiene un cargo donde hace de cabeza, uno tiene

que estar constantemente atendiendo personas. Los años del seminario son

años para vivir aquello que está en los evangelios; Jesús llamó a los que

quiso para que estuvieran con Él. Estar con Él de una manera sosegada,

tranquila, donde la jornada es el estudio y la oración. Cómo no añorar los

largos momentos que he pasado en la capilla, tanto en el Seminario de Lima

como en el de Pamplona. Cómo no añorar las horas de estudio, nadie te

llamaba por teléfono, no había cuarenta reuniones cada día. Uno añora esta

tranquilidad de seminarista; pero, repito, es un añorar que no significa que

hoy no esté contento, al contrario. Pero, sí, recomiendo a los seminaristas

que aprovechen sus años de formación porque después no van a tener tanto

tiempo para rezar ni tanto tiempo para estudiar como en el tiempo de

seminarista.

Luego de ordenarse sacerdote, volvió a su casa de formación, ¿cómo tomó eso?

¿Tenía en mente otro lugar donde hacer su pastoral?

Nunca me imaginé, en mis años de seminarista, que llegaría a ser el

rector del seminario donde me he formado. Cuando recibí la ordenación

sacerdotal tampoco me hubiese imaginado serlo. Es verdad que después de

mi ordenación me enviaron a estudiar la licenciatura en Teología y luego,

el doctorado afuera. A partir de esto, uno ya huele que lo van a enviar al

seminario, porque generalmente se envían a este aquellos sacerdotes que

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ENTREVISTA AL PADRE CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

tienen unos estudios más avanzados. Pero, entre todo eso, ser el rector no

me lo imaginaba; tampoco que sería el rector de la Facultad de Teología.

Yo, en todo caso, sí imaginaba que iba a ser profesor de Teología y de hecho

lo soy; enseño varios cursos, pero que llegase a ser rector de la Facultad,

nunca, ni siquiera siendo profesor de Teología, se me pasó por la cabeza.

En el momento actual trato de cumplir bien los encargos que tengo. Sé

que a más responsabilidad también más gracia. Lo que tengo claro es que

necesito rezar bien para poder cumplir bien estos encargos. Los seminaristas

saben, porque se los comento, que el sacerdote está para servir y, por tanto,

ser rector del seminario, ser rector de la Facultad o párroco del Corazón

de María, no es para que uno alardee de cargos, no es para decir: «Tengo

mucho poder», sino para exigirse más porque «sacerdote» viene de la palabra

«ministro» y «ministro» viene del latín ministrare, es decir, servir. Por tanto,

estos cargos que tengo los veo como un servicio, con mis limitaciones, con

mis defectos, con mis miserias, pero sé que el Señor me da la gracia para

cumplirlo correctamente.

Usted se caracteriza por tener una personalidad muy particular, no escatima en

ser muy sincero ¿Cómo ha repercutido esa faceta? ¿Alguna vez le han criticado

por eso?

Sí, cada sacerdote tiene su peculiaridad, tiene su forma de ser. Yo me

considero una persona que más bien es tímida; no me gusta mucho la vida

social aunque tengo que hablar en diferentes ámbitos, las homilías, las

meditaciones en el seminario, las clases, también conduzco en Radio María.4

Sin embargo, yo no puedo hablar mucho. Admiro a los sacerdotes que

4 Su programa Confirmando nuestra fe se trasmite todos los martes a las 10:00 a.m. por Radio María (580 AM). Más información en <www.radiomariaperu.org> R

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pueden hablar bastante, a mí me cuesta muchísimo sostener una homilía de

más de diez minutos. Y, bueno, tal vez por eso algunos piensen que soy un

poco cortante o «demasiado concreto», alguna vez me lo han dicho: «Padre,

usted es demasiado concreto porque cuando lo entrevistan usted dice “Ya,

tres cosas”». Bueno, es que no puedo. Voy a buscar una palabra, que tú verás

si la colocas, chamullar. No me gusta el chamullo.5 Y también con la gente

de la parroquia, les digo: «Mira, dime las cosas claras, concretas y cortas»,

siempre me gusta decir estas «tres c». Las reuniones extensas, la verdad que

las detesto, no las aguanto. Creo que mientras más corto, claro y concreto

sea todo, mejor. Por lo menos, es mi opinión. Yo creo que a la Iglesia no

la sacan adelante las reuniones, eso lo tengo bien claro; la sacan adelante

mediante la meditación, la oración, la vida de piedad, eso es lo que saca

adelante a la Iglesia. Desgraciadamente, pensamos que a veces las reuniones,

las comisiones… y no es así. Haciendo una autocrítica, sí, quizá, en algún

momento, he fallado cuando, de repente, no he permitido a una persona

explayarse más cuando necesitaba explayarse más. Pero en líneas generales,

me parece que mientras más concreto sea todo y más corto, mejor. Hay un

refrán que dice: «Lo bueno y corto, dos veces bueno».

¿Cómo ve actualmente las vocaciones en el seminario Santo Toribio?

En este momento el seminario ha alcanzado un pico respecto de los últimos

años, gracias, también, a la labor de la Casa de Nazareth,6 donde está el

padre Miguel Ángel Vasallo, y, por supuesto, antes que todo, a la oración

de mucha gente porque, si el seminario hoy en día tiene casi más de sesenta

seminaristas, se debe a que mucha gente está rezando para que el Señor

suscite corazones generosos que digan sí al sacerdocio. Cuando fui nombrado 5 ‘Palabrería que tiene el propósito de impresionar o convencer’. 6 Para más información visite : < http://sigueme.pe/>R

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rector del seminario, en el año 2010, había treinta y cuatro seminaristas,

luego de seis meses como rector me quedé con veintiocho y hoy estamos

hacia los setenta. Un repunte, no por méritos propios, repito; es la oración

de mucha gente y el trabajo de sacerdotes como ya he mencionado, el caso

del padre Miguel Ángel. Y ¿cómo veo el seminario hoy? Veo un seminario

en el que, gracias a Dios, hay una vida de piedad, tenemos oración, media

hora por la mañana, media hora por la tarde; rezamos el rosario todos los

días, la santa misa la tratamos de celebrar bien. Hay dirección espiritual

frecuente, semanal, para los seminaristas; confesiones todos los días, hay

un confesor siempre disponible. En el plano intelectual, la Facultad de

Teología brinda una educación en armonía con el magisterio. En el plano

pastoral, desde que soy rector, hemos tenido las misiones, que es algo muy

formativo, permite que los seminaristas aterricen y se den cuenta que hay

mucha gente que pasa necesidad, no solamente material sino espiritual. Si

en este momento me preguntaras: «¿Qué es lo que más le preocupa, padre,

en la formación de los seminaristas?» Yo diría: «Más la formación humana»,

puesto que estamos en una sociedad donde se ha deformado la visión del

hombre, esto afecta también a un seminarista. El libertinaje que vivimos

hoy en día en este mundo hace que el hombre se deshumanice, el libertinaje

daña la verdad del hombre. El hombre no es un ser para hacer lo que le da

la gana, sino que el hombre es un ser para hacer el bien porque le da la gana.

Esa es la verdadera libertad.

De su promoción nos han llegado sacerdotes que, por medio de la gracia, han

obtenido notoriedad. Con el tiempo se han hecho de un nombre, han obtenido

un cargo que no pasa tan desapercibido por la Arquidiócesis. ¿Cómo ve ahora

su promoción y cómo ve las que les sucedieron? ¿Han obtenido esa repercusión?

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Siempre las comparaciones son odiosas pero, en plan de broma, yo les digo

a los seminaristas que, en el momento actual, mi promoción es la que está

en la vitrina de la Arquidiócesis; es la promoción estrella, podemos decir.

Bueno, eso a manera de broma porque yo creo que en todas las promociones

encontramos sacerdotes activos, sacerdotes que son ejemplares, sacerdotes

que están poniendo el hombro para sacar adelante la Arquidiócesis. Y,

bueno, efectivamente, en mi promoción, aparte de quien habla quien

es el rector del seminario, está el padre Miguel Ángel Vasallo, director

de la Casa de Nazareth y vicario episcopal de Vocaciones y Juventud;

está el padre Jorge López, vicerrector del seminario, director de Estudios

Teológicos de la Facultad de Teología, gran biblista; el padre Lucho Gibo,

encargado de la Vicaría Peruano Japonesa; el padre Nilton Zárate, profesor

de Teología bíblica y está el padre Hernán Vega, un sacerdote bondadoso.

Es una promoción, por tanto, bastante activa. Estoy seguro que todos mis

compañeros en cuestión no están buscando ningún tipo de figuretismo sino

simplemente servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida, y aprovecho

para pedir oraciones por todos mis compañeros de promoción.

¿Cómo equipara su trabajo académico con el pastoral?

Tengo claro que soy un sacerdote y tengo que ser sacerdote las veinticuatro

horas. Lo más importante para mí es celebrar la Santa Misa todos los días;

es el acto más sagrado, más sublime, más grande que se puede realizar en la

historia, en el mundo…Y mi labor de profesor de Teología la inserto en mi

ministerio sacerdotal que es un servicio. Trato que mis clases de Teología

sean clases propias de quien es sacerdote, porque en el salón de clases lo sigo

siendo aunque no esté celebrando la misa o confesando. Y trato, también,

que aquellos cursos que enseño ya sea Dios uno y trino o Escatología, sirvan

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también para mi vida sacerdotal. Por lo tanto, tengo claro que debo de

vivir la unidad de vida, es decir, ser el mismo: sacerdote en todo momento,

incluso cuando estoy dando clases de Teología o cuando estoy calificando

exámenes. Todo esto tengo que hacerlo con un corazón sacerdotal.

Usted mantiene contacto con jóvenes que han sido seleccionados para mantener

firmemente la vida espiritual, pero esto lo puede llevar también a ver las dife-

rencias con muchos otros jóvenes que no tienen esta búsqueda ¿Cómo ve el resto

de la juventud actual?

En primer lugar, la juventud hoy en día, como en realidad toda la

humanidad, está sufriendo los embates de una sociedad relativista, una

sociedad hedonista y una sociedad consumista. Esto afecta a los muchachos

que entran al seminario, porque los seminaristas no son extraterrestres o

marcianos, son de carne y hueso. Es verdad que si los comparas con un joven

«de mundo», el seminarista sale bien parado: es un muchacho educado, es

un muchacho que reza, es un muchacho, sano pero también es un hombre

que está bombardeado por el relativismo, por el materialismo consumista y

por el hedonismo. ¡El relativismo es lo peor! Es negar la verdad, es considerar

que esta no existe; «cada uno tiene su verdad», afirma el relativismo. Y esto

legitima las peores aberraciones… Porque si cada uno tiene su verdad,

entonces, ¿qué pasaría si mi verdad es matar a un niño?, si es mi verdad,

quién me lo impide. El consumismo está afectando también a la juventud

hoy en día, muchos jóvenes lo que quieren es plata. Y muchas veces por

eso, por pedir plata, dejan de lado valores, dejan de lado verdaderos bienes.

Por eso tanta corrupción, tanta inmoralidad en los diferentes sectores de la

sociedad, por el dinero entendido como primer valor. Debido a esto, el papa

Francisco, hablando de aquellos que ponen al dinero como primer valor,

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inclusive como un valor o un bien que desplaza a Dios, llama a ese dinero

«estiércol del diablo». Y, por supuesto, los jóvenes de hoy están sometidos a

ese hedonismo que consiste en considerar como primer valor, o primer bien,

el placer, sobre todo de corte sexual. Estamos viviendo en una sociedad

donde la sexualidad está totalmente denigrada. El sexo es entendido como

un mero instrumento de placer, desvinculado totalmente del bien de la

persona. El hedonismo propone un sexo como puro placer, donde todo

vale, donde no hay que asumir para nada aquello que Cristo y la Iglesia

nos enseñan sobre la sexualidad; es decir, la sexualidad como parte de la

persona humana y, por tanto, la sexualidad inscrita en lo que significa el

verdadero amor, porque la persona está hecha para amar, y es una persona

sexuada. El verdadero amor implica la donación de todo tu ser al otro y,

entre el varón y la mujer, esa donación se realiza a través del matrimonio,

que es uno con otro para toda la vida. Bien, todo eso, hoy por hoy no se

enseña. Ante esto, hoy en día, si uno afirma que vive la castidad, que vive la

pobreza, llama a la verdad, te consideran medieval, te consideran fanático,

te consideran intolerante. Por eso, los jóvenes están bombardeados por una

serie de ataques, pero, frente a todos esos ataques, hay un escudo que es

Cristo. Por eso, el seminarista que vive con Cristo sale adelante y puede ir

en contra de la corriente.

¿Cuáles son los santos a los que se encomienda?

En primer lugar, invoco siempre la poderosa intercesión de la Santísima

Virgen María porque ella es la primera que nos lleva a Cristo. Todos los

días, en mi oración, acudo a María para que ella me ayude a entrar en el

corazón de Jesús. Después de la Virgen, invoco siempre a san José, padre

adoptivo del redentor, aquel que tuvo la misión de custodiar las dos joyas

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de Dios Padre. ¿Cuáles son estas dos joyas de Dios Padre? Su hijo, Jesús, y

la madre de Jesús, la madre Dios, María. Todos los días invoco a san José,

siempre le rezo para que me ayude a tratar con cariño a Jesús y a María.

Invoco también, todos los días, a mi ángel custodio. Es una verdad de fe que

todos tenemos un ángel que nos está cuidando, yo le pido a mi ángel que

me cuide. Tengo también devoción a otros santos como, por ejemplo, san

Josemaría Escrivá, don Bosco, san Juan María Vianney, san Agustín, santo

Tomás de Aquino; me cae muy bien san José de Cupertino, santo patrono

de los estudiantes angustiados…

El seminario lleva el nombre de un santo que se le recuerda por su labor a la

Iglesia en Perú y América Latina, ¿qué significa para usted Santo Toribio?

Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, quien nació en 1538 y murió en 1606,

es un modelo a seguir para todos aquellos que tenemos a nuestro cargo la

labor de pastorear almas. Fue el arzobispo de Lima y su vida nos muestra

cómo fue un pastor, como dice el Papa Francisco, con «olor a oveja». No

era un pastor que estaba entornillado en una sede, no. Fue un pastor que

recorrió 40 000 kilómetros de su diócesis para anunciar el evangelio. Por eso,

santo Toribio Alfonso de Mogrovejo es actual, porque el papa Francisco nos

está pidiendo a todos, sobre todo a los sacerdotes, a salir. El Papa quiere una

Iglesia misionera, una Iglesia en clave de misión, y santo Toribio Alfonso

de Mogrovejo vivió en clave de misión. Fue un evangelizador a tiempo y a

destiempo, para él lo importante era salvar almas. Por eso sus viajes, por eso

los documentos que mandó a publicar, por ejemplo, el Catecismo trilingüe,

en castellano, quechua y aymara. Qué importante es que los seminaristas

lean la vida de santo Toribio Alfonso de Mogrovejo para que se den cuenta

cómo tiene que ser un sacerdote. El sacerdote tiene que ser evangelizador, y

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será evangelizador si antes está con Cristo, si está en oración. santo Toribio

Alfonso de Mogrovejo fue un hombre de profunda oración. Por eso, ser

rector del seminario que lleva su nombre para mí también es un incentivo

para conocer mejor su vida e imitarla.

Usted también ha publicado, ¿cómo fue el proceso de escritura de sus textos?

Hasta el momento he escrito dos libros, el primero de ellos, La Santísima

Virgen María y el purgatorio, el cual fue una promesa que le hice a la Virgen

cuando estuve haciendo el doctorado y tenía poco tiempo para hacerlo. Le

había prometido a la Virgen que, si terminaba mi doctorado en el tiempo

que me indicaba mi obispo, iba a escribir un libro donde ella estuviese

presente en el título. La Santísima Virgen María y el purgatorio me habrá

demorado, más o menos, cinco meses. Es un título que implica explicar

el purgatorio que es una verdad de fe; implica explicar la comunión de

los santos. Suponer que todas las almas que están en el purgatorio están

desconectadas de toda la Iglesia es erróneo. Hay una comunión con las almas

del purgatorio y nosotros podemos rezar por ellas y ellas, cuando lleguen al

cielo, intercederán por nosotros. El tercer punto viene a ser la Virgen, que es

madre de la Iglesia y por tanto, como madre de la Iglesia, es madre también

de todas las almas del purgatorio. Ella, como buena madre, intercede para

que se acelere la purificación de esas almas. De ahí los tres capítulos de

este libro, el primer capítulo es «¿Existe el purgatorio?»; el segundo, «La

comunión de los santos»; y el tercer capítulo «La Virgen como intercesora

ante Cristo por las almas del purgatorio». Es un libro de Teología que he

tratado mantener con un lenguaje sencillo, aunque siempre hay términos

técnicos y por eso quizá a algunas personas les puede costar un poco leer

el libro dado que implica un lenguaje teológico donde hay palabras que no

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son de uso común. El segundo libro es Un ratito con Dios, 31 sonrisas desde

la fe. Es un libro popular. Un seminarista lo ha bautizado por ahí como

el Kempis cholo, el Kempis es La imitación de Cristo, un libro pequeñito.7

Cada tema aborda una verdad de fe, comienzo siempre con una broma, un

chiste o una anécdota graciosa; luego, trato de desarrollarla citando la Biblia

y la doctrina de la Iglesia, de tal manera que, pienso, es un libro de lectura

ágil, destinado al público en general. Me alegra que una persona a la que le

había regalado el libro, una señora, me contó que su hijo lo leyó en un día

y se había matado de risa, lo cual para mí es un elogio, porque si un niño

lo ha leído y se ha reído significa que algo bueno tendrá el librito. La idea

es publicar otro libro de este estilo, también quisiera publicar otro libro de

Teología, no sé si me dará el tiempo.

Últimamente la Iglesia está siendo muy atacada por su posición frente a diferen-

tes debates y en el Perú la figura sobre la que más se dirigen estos ataques es el

cardenal Juan Luis ¿Cómo ve esta situación?

El hecho de que la Iglesia sea atacada no es una novedad. Desde que la

Iglesia existe, ha sido una Iglesia perseguida, una Iglesia atacada. Pero no

nos olvidemos que la Iglesia es la barca de Cristo, y es una barca que nunca

se va a hundir aunque las aguas estén muy agitadas y el mar embravecido.

En esa barca está Cristo. Y si la Iglesia es atacada por defender la vida, por

defender el matrimonio, por defender la familia, por defender la justicia,

bendito sea Dios. Si la Iglesia es atacada por decir que la vida es sagrada

desde el primer instante de su concepción, que el matrimonio es entre varón

y mujer, que la familia implica un papá, una mamá, unos hijos, que los

7 Se refiere al texto Imitación de Cristo, escrito por Tomás de Kempis en el siglo XV, caracterizado por su brevedad y temas de devoción. R

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empresarios no deben explotar a sus trabajadores; si la Iglesia es atacada por

todo eso, significa que va por un buen camino porque está caminando en

la senda de la verdad, y no puede haber caridad si no hay verdad. La Iglesia

está en el mundo para trasmitir el amor de Dios, pero no nos olvidemos

que el amor de Dios tiene que ver con la verdad, porque si no hay verdad

no hay amor. Si yo engaño a una persona, no estoy manifestando que la

amo; si yo le enseño a esa persona la verdad, le estoy manifestando caridad.

La Iglesia va a seguir siendo atacada hasta que venga el Señor por segunda

vez y no hay que tener miedo o acobardarnos. Los enemigos de la Iglesia se

envalentonan cuando hay indicios de miedo dentro de la Iglesia, no hay que

tener miedo, hay que evangelizar con alegría con gozo, sin miedo. Anunciar

el valor sagrado de la vida, el valor sagrado del matrimonio, el valor sagrado

de la familia… ¡Hoy en día urge mostrar la verdad sobre el hombre! Yo creo

que la Iglesia cumple un rol muy importante en el mundo porque anuncia

la verdad sobre el hombre y eso a algunos no les gusta. A mucha gente no

le gusta que les digan que es imagen y semejanza de Dios, que no es un

animalito que se deja arrastrar por sus instintos. A muchos no les gusta

escuchar que la Iglesia habla de la dignidad de la persona humana desde el

primer instante de su concepción porque, para muchos, el embrión no es

una persona, es una simple materia, un conjunto de células. No les gusta

que la Iglesia hable del matrimonio como la unión entre varón y mujer

porque muchas personas tienen un ejercicio desordenado de la sexualidad.

Pero, a pesar que la Iglesia puede encontrarse con mucha oposición, va a

seguir siempre fiel. Tenemos al papa Francisco que nos enseña la verdad,

los obispos en comunión con el papa, tenemos a los pastores que nos guían.

Y, en ese sentido, también hay que apoyar a nuestro cardenal Juan Luis, es

nuestro pastor, hay que rezar por él. Apoyarlo, además, explicándole a la

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gente que cuando el cardenal habla sobre la vida, el matrimonio o la familia,

está haciendo eco de la opinión de la doctrina de la Iglesia, no es su opinión

personal, no es la opinión del Opus Dei, es la enseñanza de la Iglesia sobre

la vida, sobre el matrimonio, sobre la familia.

Unas últimas palabras o peticiones que desee hacer a los lectores…

Yo pediría aquello que el papa Francisco pidió cuando recién fue elegido

Sumo Pontífice: recen por mí. Y siempre el papa está diciendo esa frase: recen

por mí, porque lo necesito; eso es lo que pediría para mí. Recen para que

sea un buen sacerdote, para que sea fiel hasta la muerte, para que trasmita el

amor de Cristo ahí donde esté. Recen por mí y recen también por todos los

sacerdotes, porque, aunque sean ministros sagrados, aunque sean el mismo

Cristo cuando están celebrando los sacramentos, son seres humanos, que

tienen sus debilidades, sus defectos, sus miserias y, por lo tanto, necesitan la

oración de los fieles para que sean leales a lo que han recibido.

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Povera per i poveri (Pobre para los pobres), de Gerhard Ludwig Müller, Gustavo Gutiérrez O.P

y Josef Sayer

Povera per i poveri (Pobre para los pobres), de Gerhard Ludwig Müller, Gutiérrez O.P., Gustavo y Josef Sayer

Citta del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 2014, 310 pp.

ISBN: 978-88-209-9276-7

Pobre para los pobres (o Povera per i

poveri, su título original en italiano),

es una compilación de artículos,

que a tres manos escribieron el

prefecto de la Congregación de la

Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard

Ludwig Müller; don Gustavo

Gutiérrez O.P., padre de la Teología

de la liberación y Josef Sayer,

director durante muchos años de

Misereor, una organización católica

alemana de ayuda al tercer mundo.

Asimismo, el libro publicado por

la Libreria Editrice Vaticana fue

prologado por el Papa Francisco,

quien desde el principio de su

pontificado ha manifestado su deseo

de que la Iglesia efectivamente sea

«pobre para los pobres», acuñando

la expresión que da título al libro.

Para realizar la presente reseña se

apela a la versión italiana, primera

en aparecer a comienzos del 2014.1

Esta publicación sorprende

en muchos aspectos, empezando por

que puede definirse lacónicamente

como una rehabilitación de don

Gustavo Gutiérrez así como de una

recta Teología de la liberación. Dicha

propuesta aparece ahora purificada

1 Cada cita del texto es la traducción del italiano hecha por el reseñista.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.533-542)

de adherencias ideológicas de corte

marxista o de reductivismos de carácter

sociológico que excluyen, o cuando

menos olvidan, la misión trascendente

de la Iglesia y su carácter sobrenatural.

Con ello amenazaba transformarla en

una ONG asistencial, si es que no en

una fuerza política de corte partidista.

La primera y más extensa

parte del texto está firmada por

el cardenal Müller. Los diversos

artículos que la integran pueden

agruparse en dos grupos. En el

primero y más sustancioso, que marca

en cierta forma la tónica del libro,

destacan dos rasgos: su admiración

por don Gustavo Gutiérrez O.P., y

su preocupación por mostrar cómo la

línea de pensamiento iniciada por este

autor puede enmarcarse dentro de la

recta doctrina católica. En el segundo

grupo, se abordan otros temas, de una

perspectiva más amplia, en relación al

diálogo entre fe y razón, la teología y

el mundo contemporáneo.

La primera parte se centra,

entonces, tanto en don Gustavo

como en la Teología de la liberación,

con ánimo de reivindicarlos. Los

siguientes apartados tienen casi

el candor de un diario o, por los

menos, están salpicados de recuerdos

personales y experiencias vividas por

el propio cardenal Müller al lado de

Gutiérrez en el Perú. Para el prefecto,

Perú fue su Damasco, ya que aquí «se

le cayeron las escamas». Igualmente,

el texto está impregnado también de

referencias a la historia reciente del

Perú, como la toma de la embajada

japonesa por miembros del MRTA,

así como a su geografía en torno a

Villa El Salvador, Cuzco, Chimbote,

el lago Titicaca, entre otros.

De Gutiérrez aprendió que

la calle, la vida del pueblo de Dios,

particularmente la vida de los que

menos tienen, debe ser un lugar

teológico, una fuente para la reflexión

teológica. Para resaltar la vertiente

ortodoxa de esta doctrina, toma en

cuenta los documentos magisteriales

que ha producido, en concreto las

instrucciones de la Congregación de la

Doctrina de la Fe, Libertatis nuntius, de

1984; Libertatis conscientia, de 1986,

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así como una carta de San Juan Pablo

II, dirigida a la Conferencia Episcopal

Brasileña en 1986, mostrando cómo

esta no es descalificada globalmente;

únicamente corrigen sus desviaciones,

augurando, en cambio, el surgimiento

de una auténtica Teología de la

liberación. En efecto, el santo afirma

en esta carta que tal teología «no es

solo oportuna, sino también útil y

necesaria» (p. 24). De esta forma, el

pensamiento de Gustavo Gutiérrez,

depurado con el pasar del tiempo

y asimilando las amonestaciones

magisteriales, encarnaría esa auténtica

teología.

De igual forma, el cardenal

Müller hace una peculiar lectura

de la historia sudamericana, lo cual

para un latinoamericano puede

resultar bastante cuestionable. En

general, el lenguaje es manejado

en clave de opresión histórica con

el cual explica –– e incluso parece

justificar––hechos violentos de

carácter terrorista; opresión que

aún continua. Bajo dicha lógica, el

terrorismo y la violencia no vendrían

a ser sino síntomas de esa injusticia.

Asimismo, el autor manifiesta cómo

la caída del marxismo en Europa no

hizo que decayera la Teología de la

liberación, justamente por pervivir

las situaciones de injusticia que la

han originado.

Es clara, dentro del texto, la

intención de matizar, ayudando a que

se dé realce a los aspectos positivos

de la Teología de la liberación,

señalando también los límites que

no debe superar para permanecer en

la ortodoxia, y seguir las observaciones

hechas por el Magisterio, aclarando

las críticas e incomprensiones que

ha despertado. Hace un considerable

esfuerzo por precisar qué es realmente

dicha propuesta. Sobre ello el prefecto

afirmará lo siguiente: «No se trata

de ofrecer un impulsivo sí o no a

la Teología de la liberación, sino de

realizar una profunda clarificación

respecto a sus aspectos positivos, como

también a sus límites y a sus peligros»

(p. 78, cursivas en el original).

Explica, por ejemplo, que

esta Teología « […] no se basa en una

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nueva revelación. Quiere en cambio

ser un nuevo modo de presentar la

cooperación de los cristianos a la

praxis transformadora del mundo

por parte de Dios» (p. 66). Se da a

entender, entonces, como una voz

profética que denuncia la estructura

del pecado en el mundo. Lo que Dios

dice al hombre contemporáneo y

herido de egoísmo, lo hace con un

doble movimiento. Por un lado,

libera de las estructuras de opresión

––acabando con la pobreza–– y libera

del egoísmo el corazón de aquellos

que la producen. Por otro lado, acaba

con la pobreza material mientras

fomenta la virtud de la pobreza. Sobre

ello, se da la siguiente afirmación: «La

opción por los pobres no excluye a

los ricos. Porque también ellos son

destinatarios de la acción liberadora

de Dios, liberados de la angustia por

la que deben realizar su propia vida

aprovechándose de la de los otros»

(p. 72).

¿Cuáles eran los peligros que

entrañaba la Teología de la liberación?

Entre otros, se menciona el siguiente:

«la tendencia a politizar la teología y

a reducir a la Iglesia a una serie de

actividades intra-mundanas» (p. 78),

e incluso, fomentar la lucha de clases.

Sin embargo, en su defensa aclara

que «no predica la lucha de clases,

sino supera el antagonismo realmente

existente entre las clases, grupos de

poder y el racismo» (p. 69).

¿Y cuáles serían sus ventajas?

En definitiva, tomar en serio el dogma

de la Encarnación, o como diría M.

D. Chenu «la ley de la Encarnación»,

el hecho de que la redención se

experimenta también dentro de la

historia (Cf. Müller, Gutiérrez, Sayer

2014). Sostiene, además que «La

Teología de la liberación supera todo

dualismo que busca relegar a Dios

en un más allá y reducir la salvación

a una simple dimensión interior» (p.

70). Por el contrario, la «fe cristiana

significa participar inteligentemente

y activamente en el proceso de

transformación de la historia que

Dios, en la actividad salvífica

de Jesucristo ha definitivamente

inaugurado como camino hacia Él»

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(p. 70). En este sentido, son estrechas

las relaciones entre esta corriente

teológica y la Doctrina Social de la

Iglesia, más aún, en cierto modo se

complementan. Dicha afirmación

podría sostenerse debido a que

«De frente a condiciones de vida

que lesionan la dignidad humana,

¿cómo puede ser eficaz, en la vida

de las personas y las comunidades, el

mensaje del amor de Dios, la fuerza

transformante del evangelio?» (p. 78).

Cuando Gutiérrez se formaba

estaba muy vivo el debate en torno

a lo natural y lo sobrenatural. De

alguna forma su pensamiento viene a

responder a esa dicotomía, intentando

expresar así la íntima correlación

entre creación y redención, orden

natural y sobrenatural. En palabras

del propio Gutiérrez «la teología…

intenta comprenderse a sí misma

como un momento del proceso de la

transformación del mundo… ella se

abre al don del Reino de Dios a través

del amor que libera y construyendo

una sociedad fraterna y renovada» (pp.

66-67).2 De esta forma, redención y

liberación vienen a identificarse en

su pensamiento y ser expresión de la

relación del hombre con Dios.

En el segundo cuerpo de

artículos, Müller se desplaza del tema

central del libro a considerar otras

cuestiones más actuales y amplias bajo

la guía del Magisterio de Benedicto

XVI. En efecto, aborda el tema de la

relación entre fe y razón en el mundo

contemporáneo así como el aporte y la

tensión que experimenta el teólogo en

ese contexto. Aunque esta temática no

es abordada en amplitud, constituye

un aporte importante del libro.

Comienza con un canto a

la fe, expresión de la capacidad de

verdad que anida en el hombre. Solo

algo grande como ella, una gran

positividad, puede elevar nuestra

mirada. La fe ofrece una síntesis

armoniosa, síntesis de belleza, amor

y verdad, sobre todo a partir de los

misterios de la Encarnación y la

Resurrección. Busca redescubrir la 2 La cita es de gutiérrez, G. Teologia

della liberazione. Prospettive. 5.a ed. Brescia: Queriniana, 2012, p. 70. R

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capacidad de grandeza que late en

el hombre, frente a los obstáculos

de índole gnoseológica que le ha

presentado el pensamiento moderno.3

En el segundo artículo de esta

sección, Müller ofrece un interesante

y actualísimo diálogo entre la fe y

pensamiento ateo contemporáneo.

Estudia las causas del neo-ateísmo en

autores como Dawkins o Hitchens,

mostrando cómo todos los argumentos

ateos pueden reconducirse a los

planteamientos de David Hume.

Después, pasa a desarrollar un esbozo

de antropología teológica que permita

superar los puntos ciegos a los que

nos ha conducido la modernidad;

es decir, garantizar la libertad del

individuo frente a la colectividad, «la

conciencia del individuo respecto a la

ley meramente positiva, y la dignidad

inalienable de todo ser humano

respecto a instrumentalizaciones de

intereses de grupo» (p. 134). Para ello

3 En la nota 22 del artículo de Müller, existe una pequeña errata, ya que sitúa la carta apostólica Porta Fidei de Benedicto XVI en el año 2001 (cuando todavía no era Papa), en vez de 2011.

se precisa ––y al parecer aquí radica la

más valiosa aportación de su trabajo

en esta sección–– «una metafísica

de lo real y una antropología de la

trascendencia» (p. 134). Se trata de

ofrecer una metafísica de la creación

que sirva de marco a una antropología

completa.

La tarea de la teología y del

teólogo es descrita en la actualidad

como «una misión hoy más que

nunca profética y martirial en el

sentido literal de martyria» (p. 169).

En efecto, Müller muestra cómo la

fe y el testimonio del teólogo chocan

con importantes grupos de presión en

la vida actual y con un pensamiento

fuertemente individualista y

relativista. Müller concluye esta

sección, y con ella su aporte, invitando,

junto a Benedicto XVI, a «alargar

los horizontes de la racionalidad de

nuestros contemporáneos» mediante

una «razón iluminada por la fe» (p.

174). En este sentido se coloca bajo la

guía del Papa Emérito, incorporando

la «sugerencia» del Papa Francisco

de «hacerse cargo de aquellos a

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quienes se comunica […] amando a

los destinatarios de nuestro mensaje»

(p. 174). Esa es la labor y, por decirlo

así, el drama de la vida del teólogo

contemporáneo.

En la segunda parte, Gustavo

Gutiérrez O.P. resalta la actualidad

de su postura teológica enmarcada en

la opción preferencial por los pobres.

Muestra cómo esta ha sido deseada

por San Juan XXIII al convocar el

Concilio Vaticano II, aunque sin

ser recogida como tal en los textos

conciliares. Después, elabora una

línea doctrinal histórica a partir

de las conferencias del Episcopado

Latinoamericano, en las cuales sí se ha

recogido esta preocupación del Papa

Bueno, particularmente en Medellín

(1968) y en Aparecida (2011).4

Pone especial énfasis en el método

inaugurado por San Juan XXIII,

recogido en la Gaudium et spes, así

como en las conferencias mencionadas 4 Cabe agregar que, en este último

documento, el Cardenal Bergoglio desempeñó un papel fundamental, al ser nombrado presidente de la comisión que redactó las conclusiones de la conferencia.

en cuanto a ver, juzgar y actuar.

Glosa extensamente el documento

de Aparecida, con la intención de

mostrar la forma en la que esta

coincide con las líneas maestras de

su pensamiento y preocupación

primordial por los pobres. Para decirlo

coloquialmente, busca mostrar cómo

no solo es ortodoxo, sino que incluso

«está de moda».

Gutiérrez es muy cuidadoso

a la hora de expresar su postura

teológica. Matiza bien. Explica cómo

la opción preferencial por los pobres

no es ni exclusiva ni excluyente.

Asume las críticas y sospechas que

la Teología de la liberación despertó

en su momento por ser considerada

una visión excesivamente sociológica

de la Iglesia, extraña a su dimensión

sobrenatural. El dominico afirma que

la misión principal de la Iglesia es de

carácter sobrenatural en cuanto a la

salvación pero que, para conseguirla,

es preciso preocuparse por los pobres,

preferidos de Dios, pues ello supone

ser fiel a la Escritura, y porque no

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se puede hablar del amor de Dios a

alguien que carece de alimento.

La tercera parte, a cargo

de Joseph Sayer, es en realidad la

más débil, pues adquiere tonos de

panegírico, hasta el punto de resultar

empalagosa. Ensalza los frutos de la

fecundísima amistad entre Müller y

Gutiérrez, contando la historia de

ese lazo y las vicisitudes que tuvo

que afrontar. Aquello puede servir

para entender la génesis del libro y

la sorprendente amistad del actual

Prefecto de la Congregación de la

Doctrina de la Fe con alguien que

bajo, la administración anterior a

Müller, parecía estar bajo sospecha.

Del libro en su conjunto

cabe resaltar su repetitivo y monótono

énfasis en la preocupación por los

pobres, la cual no solo es legítima y

buena, sino santa. Quizá el problema

no está en lo que dice, sino en lo que

calla, pues habla mucho de los pobres

y de lo que por ellos debemos hacer,

pero escasamente de la gracia, los

sacramentos, la liturgia, la oración

y lo que Dios hace. Siendo legítima

su preocupación, no es lo único

que podría desarrollar. Leyendo la

contribución de Gutiérrez pareciera

que el documento de Aparecida

(2011) no hablara de otra cosa. Si uno

leyera dicho texto, efectivamente se

habla de los pobres, aunque también

de otros muchos temas, sin olvidar la

oración y los sacramentos.

Asimismo, se echan en

falta las referencias al último e

importante texto magisterial dedicado

a la Doctrina Social de la Iglesia, la

Carta Encíclica Caritas in Veritate de

Benedicto XVI, el cual, además de

aportar significativas novedades en lo

que a la Doctrina Social de la Iglesia

se refiere, ofreciendo una certera y

aguda crítica al sistema financiero

mundial, tiene también el valor de

contextualizar esa crítica dentro del

conjunto de la vida y la actividad de

la Iglesia; es decir, no se polariza solo

en un aspecto, como sí parece hacer

la presente obra. Podría objetarse

que, al momento de redactarse los

artículos originales integrantes de este

libro, la mencionada encíclica aún

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no se había publicado. Sin embargo,

mientras la encíclica es del año 2009,

5 de las 7 artículos que integran el

texto son posteriores (mayormente

del 2013 y 2014), con lo cual, ya

estaba en circulación este importante

documento magisterial, que trata

expresamente los mismos temas,

pero quizá desde otra óptica, la cual,

al juicio del autor de estas líneas, es

mucho más amplia y matizada a la

vez.

De igual manera, otro

punto a tratar estaría en relación a

sus frutos. Sobre ello, es evidente la

ausencia de una labor de crítica entre

los partidarios de la Teología de la

liberación. En efecto, leyendo la parte

final de Sayer, pareciera que solo ha

producido bonanza. Precisamente la

«Iglesia del Sur Andino», que tanto

encomia, sufre de una dolorosísima

falta de sacerdotes. Fueron muy pocas

las ordenaciones sacerdotales durante

el periodo en el que la Teología de

la liberación dominó en esa zona, y

solamente ahora, teniendo el timón de

las diócesis quienes Sayer critica, están

volviendo a surgir estas vocaciones.

Esto por citar solo un ejemplo. La

siguiente cuestión abordada muy

tangencialmente por el cardenal

Müller, es la estrecha vinculación que

existió entre la Teología de la liberación

y los movimientos guerrilleros en

América Latina. Nada más menciona

que un informe de Estados Unidos,

durante la administración Reagan,

consideró esto. Sin embargo, no hace

un hondo examen para ver si no ha

sido en efecto así, o si por lo menos,

como parece desprenderse de sus

líneas, ha justificado este recurso a

la violencia.

Cabría, en fin, sospechar

también de una cierta forma de

clericalismo, pues aunque la Iglesia

debe preocuparse por los pobres,

no es ella misma como institución

––por lo menos directamente––,

quien debe resolver los acuciantes

problemas sociales. Quizá, más que

los párrocos, deben hacerlo los laicos,

preocupándose de vivir de modo

coherente con su fe, impregnando,

de esta forma, a la entera sociedad,

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empapándola de valores cristianos.

No hacerlo así puede llevar a convertir

la Iglesia en una ONG asistencial.

Müller y Gutiérrez son conscientes

de este peligro, el cual intentan

conjurar, pero no se sabe muy bien

cómo, pudiéndose repetir siguiente

la anécdota que el por aquel entonces

cardenal Ratzinger recordara en su

libro Teoría de los Principios Teológicos:

unos representantes de un pueblo

sudamericano fueron a ver a su obispo

para agradecerle todo lo que la Iglesia

hacía en el campo social en su pueblo,

y para decirle también que todo el

pueblo se había hecho protestante,

pues también necesitaban tener una

religión.5 La gente no solamente tiene

hambre de pan, sino también tiene

hambre de Dios, ya que, como reza

el evangelio: «No solo de pan vive

el hombre, sino de toda palabra que

sale de la boca de Dios» (Mt 4, 4).

Quizá ahora, precisamente entre los

pobres latinoamericanos, la Iglesia

5 Cf. ratzinger, Joseph. Teoría de los principios teológicos. Barcelona: Herder, 1985, p. 157.

está perdiendo frente a las sectas, parte

de ese pueblo de Dios.

P. Mario Arroyo Martínez Fabre

Doctor en Filosofía por la

Universidad de la Santa Cruz

[email protected]

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P. MARIO ARROYO MARTÍNEZ FABRE

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La Casa Social Católica de Valladolid (1881-1946). Renovación social y presencia cristiana, de Manuel de los

Reyes

La Casa Social Católica de Valladolid (1881-1946). Renovación social y presencia cristiana, de Manuel de los Reyes

Madrid: Encuentro, 2013, 693 pp.

ISBN: 978-84-9920-175-7

Para quienes todavía duden de que

la DSI (Doctrina Social de la Iglesia)

sea mucho más que una bella

doctrina, que esta no pisa tierra, e

incluso crean que solo se trata de un

coto cerrado del clero o cristianos

piadosos, esta monografía es todo

un contrapunto. La presente obra

representa un paradigma de lo que

debe ser una publicación científica,

alimentada de todas las fuentes

escritas, redactada con belleza y

precisión, demostrando, asimismo,

ciencia y corazón. De esta forma, a

lo largo de este texto, se ahondará

en las principales características del

texto elaborado por Manuel de los

Reyes.

Más allá del historiador,

está antes el antropólogo, sociólogo,

economista, además de cristiano

comprometido con la verdad y

la caridad, quien ha legado el

rostro de esta dinámica institución

con denominación de origen en

Valladolid, la cual no logró más que

volver más felices a miles de familias,

especialmente las de los obreros más

necesitados. El texto desborda el

marco local en cuanto que se presenta

dentro de un contexto más amplio

como es el nacional español y, a

— 543 —

REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp.543-547)

su vez, es universal por pertenecer

al ámbito católico. De igual forma,

tras la lectura del presente libro, se

conocerá mucho mejor Valladolid

entre 1881 a 1946, sobre todo por

los protagonistas Muro, Pesquera,

Gamazo, Ruiz Hernández y

Mambrilla, quienes fueron pioneros

de la acción social cristiana y de los

cuales la Ciudad del Pisuerga ha dado

su merecido nombre. Entre todos, y

fruto de la Compañía de Jesús, figura

el P. Sisinio Nevares (1874-1946),

auténtico padre de la obra de acción

social de la Iglesia, así como fundador

y consiliario por muchos años de la

Casa Social Católica (CSC).

El libro comienza con el

relato de la fundación de la Asociación

de Escuelas, por el P. Colina, en 1881,

y termina en 1946 con la muerte del

P. Nevares. Asimismo, brinda una

visión integral y completa desde sus

orígenes hasta los últimos días del P.

Nevares. Precisamente, se articula en

cinco apartados de los cuales se dará

una aproximación en las siguientes

líneas.

El primero, conformado por

seis capítulos (1-6), abarca los años

1881-1912. A esta etapa corresponde

la participación de los consiliarios

padres Francisco Colina y Marcelino

de la Paz. De igual manera, se refiere

la fundación y primeros pasos de

la CSC por medio de los Círculos

Católicos de Obreros.

El segundo, de cuatro

capítulos (4-10), comprende la

organización. Aquí se ahonda

exclusivamente en su estructura

interna, reglamento y apunte

biográfico del P. Nevares a quien

se dedica todo el capítulo 10,

presentando su trayectoria, años de

formación, además del despertar de

su vocación social de la mano del

P. Antonio Vicent, S. J y el alemán

Frank Hitze. Así, se describe su celo

apostólico social que le lleva a recorrer

más de cien mil kilómetros y dictar

más de mil discursos y conferencias.

Asimismo, gran parte de estos

acontecimientos son plasmados en

la carta del 12 de febrero de 1920 a

la Curia Generalicia de Roma:

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JOSÉ ANTONIO BENITO

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LA CASA SOCIAL CATÓLICA DE VALLADOLID (1881-1946). RENOVACIÓN SOCIAL Y PRESENCIA

CRISTIANA, DE MANUEL DE LOS REYES

Hace nueve años que, por

voluntad de los Superiores,

me dedico a la propaganda,

fundación y conservación de

obras sociales católicos entre

obreros ferroviarios, mineros

y trabajadores industriales,

y con el auxilio de Dios he

contribuido principalmente

a la constitución de muchos

cientos de sindicatos agrícolas

católicos y a la formación de

varias Federaciones Agrarias

y de la misma Confederación

Nacional Católico-Agraria (p.

237).

El tercer apartado, de once

capítulos (11-22), es la columna

vertebral del texto. Se habla tanto

del sindicalismo católico agrario y

profesional; las organizaciones sociales

y culturales; las empresas financieras y

productivas, así como las instituciones

educativas y formativas. En todas ellas

siempre está presente la sombra del

P. Nevares. Se evoca el local de la

calle Muro 7, cuya potencialidad de

numerosas obras las cuales, maduras,

cuajarán en fecundas realidades como

círculos de obreros, congregaciones

marianas, escuelas populares,

sindicatos, federaciones, cooperativas,

mutualidades, sociedades protectoras,

montepíos, bibliotecas, academias

de estudios históricos y sociales,

conferencias, cofradías, congresos,

peregrinaciones, teatro, cine,

construcción de viviendas, entre otros.

El cuarto, de dos capítulos

(23-25), abarca el periodo de 1925 a

1939. Cabe agregar que el P. Nevares

ya no estará presente en los sucesos

narrados. Se hablará, entonces,

del advenimiento del P. Cid,

correspondiente a los años difíciles

de la dictadura de Primo de Rivera y

la Segunda República.

En el quinto, también de dos

capítulos (26-27), se estudia el regreso

del protagonista ausente por su

presencia como capellán en la guerra.

Por otro lado, sintetiza la historia de la

Asociación tras la guerra, narrando el

desmantelamiento de los sindicatos y

el nacimiento de las Escuelas de Cristo

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Rey. El último capítulo «Rescoldos

para una nueva esperanza», sirve

como reflexión honda y fluida, con

un enfoque global, del alcance de

esta magna labor y de la sobresaliente

personalidad de su protagonista. En

este segmento se siente un dejo de

nostalgia triste.

En el apartado final, el sexto,

titulado «No todo fue en vano», hay

un soplo de esperanza. Se constata

que el P. Nevares, tras su regreso a

Valladolid en 1939, «ha cumplido

casi todo lo que se ha propuesto […]

Su fracaso final no lo fue tanto, en

razón de sus muchos aciertos y de su

empeño en romper los moldes viciados

de un catolicismo acomodaticio»

(p. 624). Así, pues, se comprueban

sus múltiples y diversas obras

educativas y recreativas; sindicales

y económicas; así como religiosas

y culturales. El Círculo, la Caja de

Ahorros, las Escuelas, propuestas por

la Compañía de Jesús e impulsadas

por obispos, religiosos, sacerdotes y

laicos comprometidos, beneficiarán

a miles de católicos, obreros y a los

ciudadanos españoles más necesitados.

De igual forma, reconoce con realismo

que este comprometido y abnegado

jesuita «no dejó de ser un verso suelto

que rompió moldes y aproximó la

Iglesia a la realidad social de una

forma novedosa y original» (p. 625).

Continuador de la obra

iniciada por los también jesuitas

Francisco de Sales Colina y Marcelino

de la Paz, el P. Nevares es un eslabón

sólido de la férrea cadena de la

Compañía a la cual, al hilo de los

signos de los tiempos, responde de

modo rápido y de forma corporativa.

Aleccionados por el consejo dicho su

general, el P. Arrupe, intentaron no

«dar respuestas de ayer a los problemas

de mañana» tanto en lo educativo,

financiero, espiritual y cultural.

Como fruto de su labor destacan dos

evidencias paradójicas: la destrucción

de una parte de la obra y la pervivencia

de su herencia en la construcción

social de las décadas posteriores en

Valladolid. De ello hablan claramente

la Caja Popular y Rural y su apuesta

por una banca humanista solidaria; los

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JOSÉ ANTONIO BENITO

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LA CASA SOCIAL CATÓLICA DE VALLADOLID (1881-1946). RENOVACIÓN SOCIAL Y PRESENCIA

CRISTIANA, DE MANUEL DE LOS REYES

colegios «Sagrada Familia» y «Virgen

de la Luz y Grial», forjadores de miles

de jóvenes; la Colonia vacacional

«Sierra del Brezo», en beneficio de un

ocio formativo y el Patronato Social

Católico de la Vivienda, que levantó

alrededor de 2.500 domicilios.

Como complemento, figuran

fotos e ilustraciones de primer nivel,

así, también, documentos muy útiles.

Entre ellos figuran los siguientes: los

reglamentos de la Asociación Católica

Protectora de los Obreros y el del

Círculo Obrero de Valladolid; los

cargos de la Junta Directiva de la CSC

de 1914-1946; el Acta fundacional

de la CNCA, convenio para Escuela

gratuita del Centro Católico de

Obreros de Valladolid. A todo

ello se añade una esmerada y bien

impresa edición, la cual ayudará

magistralmente a conocer de la mejor

manera la CSC.

Al concluir esta reseña,

solamente queda dar gracias, desde

este lado, al autor por un trabajo

sumamente titánico y tan bien hecho.

Si cabe recalcar otros logros del

texto, está el de presentar con mayor

fidelidad a los protagonistas sociales

de esta gran labor y proyecto. Además,

con esta publicación deja como

herencia un modelo de monografía

para los alumnos de diplomado,

maestría y doctorado en materia de

Doctrina Social de la Iglesia.

José Antonio Benito

Universidad Católica Sedes

Sapientiae

[email protected]

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El llanto del Ayaymama, de Welmer Cárdenas

El llanto del Ayaymama, de Welmer Cárdenas

Lima: Arteidea, 2014, 128 pp.

La literatura peruana no podría

constituirse a plenitud si ignoramos

la importancia de la Selva, sobre

todo de sus escritores que están

emergiendo con textos notablemente

desarrollados, mediante el uso de

diferentes técnicas narrativas y

poéticas. La Selva, lugar eminente

de cielo celeste claro y de naturaleza

acogedora, cuna de escritores

que nos muestran con deleite los

elementos exóticos y fantásticos de

esa región, nos trae acontecimientos

que se desarrollan en la época de

los setenta. En este momento nos

centramos en la ciudad de Pucallpa,

conocida como la tierra colorada,

esta se contextualiza dentro del

periodo del petróleo y la madera en el

gobierno de Juan Velasco Alvarado,

en pleno incremento del cultivo de

arroz y de maíz. Esta vez el escritor

y periodista pucallpino, Welmer

Cárdenas Díaz, nos lleva al mundo

novelístico de la cumbia selvática

con su libro El llanto del Ayaymama

—Juaneco y su Combo—. En dicha

novela, constituida de veintitrés

capítulos, se observa cómo el autor,

con una notable escritura diáfana

y sencilla, nos inserta en el mundo

de la música popular, mediante el

comportamiento de la gente que está

fascinada por la música de Juaneco y

por el uso recurrente de un lenguaje

regional y coloquial.

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REVISTA STUDIUM VERITATIS, AÑO 12, N. 18, 2014 (pp. 549-554)

En las páginas del libro

notamos cómo el dolor enluta los

corazones de las personas que han

seguido al grupo musical pucallpino,

de cómo el júbilo también se muestra

tanto en los jóvenes y en adultos, así

como también, la sensualidad y el

amor se perciben conjuntamente en

las relaciones entre los adolescentes.

El libro presenta dos momentos claves

que se desarrollarán como ejes para que

la novela trascienda biográficamente y

mitológicamente: La primera, las dos

tragedias que enluta a la familia de

Juaneco. Y la segunda, la prevalencia

de la figura de Noé Fachín, como

compositor principal, y de su relación

con el Ayaymama.

JUANECO Y LAS DOS

TRAGEDIAS

El texto comienza con un preludio

en la que se narra una premonición

de la cual son partícipes la naturaleza

amazónica y las aves negras llamadas

vacamuchachos. Estas aves vienen

despavoridas para situarse en el techo

de la catedral, luego viene un viento

aterrador que asustará a las gentes,

que corriendo despavoridas, pugnan

por ingresar a sus hogares, con tal

de cubrirse de tal azote natural.1

El primer capítulo se desarrolla en

la casa de Juan Wong Paredes, que

recibe una noticia no muy grata de

la desaparición de la avioneta de la

compañía Sasa que llevaba a cinco

de sus integrantes de su conjunto

musical, este hecho ocurrido en el

año de 1977 enlutará su corazón

y la relacionará con otra primera

tragedia, la de sus dos hijos Anita e

Ítalo, en 1971. Esta reminiscencia

provocará que Juan Wong sienta

pesadumbre y que su vida esté

llena de dolores emocionales y

sufrimientos:

—¿Esperanzas? —se interrogó,

con sobresalto—, mientras esta

palabra empezaba a martillear

1 Los fenómenos naturales son muy recurrentes en los textos amazónicos y van a situar al lector en un mundo de premoniciones y de sucesos catastróficos, que después van a envolver a los personajes de la obra.R

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duramente su cerebro. Lo

mismo, «esperanzas», como si

fuera una piadosa mascarada,

había escuchado en la voz

de otros mensajeros aquella

Navidad de 1971. «Don Juan,

todavía hay esperanzas de

que tus dos hijos que venían

en el avión Lansa, hayan

sobrevivido». Y que después lo

supo, como lo supieron todos:

de los noventidós ocupantes,

la única sobreviviente fue la

adolescente Juliana. (Cárdenas

2014: 16-17)

En el capítulo cuatro, Juaneco

aún evoca esos momentos difíciles que

se conjugan con la fiesta popular. Su

grupo iba a otorgar un espectáculo

en la Sociedad Obrera de los Auxilios

Mutuos, en el patio ya estaban todas

las instalaciones realizadas, solo

faltaba que Juan Wong dé el visto

bueno. Sin embargo, al consentir al

empresario el espectáculo, se retira

sin ninguna emoción. Al parecer

presiente que algo está por suceder,

luego se enteraría de la muerte de

sus dos hijos. Es así que mediante

estos capítulos, se abren diversas

situaciones por las que Juaneco tiene

que sobresalir airoso hasta que forma

su agrupación musical. Apasionado

por la música, crea un grupo al

que llamó Juaneco y su Conjunto,

para después llamarlo Juaneco y su

Combo. He allí la importancia que

el autor enfatiza de la música regional

y de los instrumentos utilizados en la

época, sobre todo cuando indica que

«por los años 40 y 50 el acordeón

era un instrumento que se tocaba

mucho en la Amazonia» (Cárdenas

2014: 52). Esto nos hace referencia al

diverso comercio que tenía la región

con el continente Europeo, así como

también la presencia extranjera en

la Amazonia, cuando el acordeón

Hohner, perteneciente al padre de

Juaneco, fue adquirido de un beodo

alemán.

NOÉ FACHÍN Y EL AYAYMAMA

A partir del capítulo dieciocho hasta

el veintitrés el narrador nos relata

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la tragedia que enlutó a la familia

musical así como a sus seguidores.

En el capítulo dieciocho el personaje

principal, Juaneco, todavía no sabe

con certeza del fallecimiento de

los integrantes. Las noticias sobre

esta tragedia se proliferan y se vive

un estado de angustia. Otra vez los

fenómenos naturales son recurrentes

en la novela, en este caso la lluvia

será mensajera de mal agüero. En

el capítulo diecinueve los féretros

se encuentran en el escenario

de una escuela, allí reposan los

cuerpos de Edilberto Vásquez,

Jairo Aguilar, Wigberto Murrieta,

Walter Domínguez y Noé Fachín.

El lugar donde velan los restos es

lúgubre, todos los asistentes están

vestidos de negro hasta doña Muti2

fan acérrima de este grupo musical,

el dolor es inmenso. En los restantes

2 Doña Muti es una anciana de más de setenta años que realmente vivió en la época gloriosa de Juaneco y su Combo hasta el día de la tragedia. Asistía a los espectáculos que prodigaba este grupo musical, era una bailarina infatigable, su edad no le impedía gozar y deleitarse con la música de estos grandes artistas.

capítulos el narrador explicará con

gran misterio en base a un mito,

el origen del Ayaymama. Con gran

creación literaria retrocede el tiempo

para mostrarnos cómo la muerte

de Noé Fachín, en un futuro, se

relaciona con el aparecimiento de

estas aves parias. A la edad de los

seis años escucha un sonido extraño

que lo hacía estremecer y recordó

la historia que le contó su abuelo

respecto a estas aves. El lector, sobre

todo para el que desconoce los mitos

amazónicos y elementos de esa

región, experimentará fascinación

y sorpresa al término del texto; es

allí donde la obra adquiere una

condensación de la trama y un final

inesperado.

El origen de estas aves se

debe al despilfarro de los hacendados

en viajes, juegos de azar y borracheras,

a consecuencia de ello no había

dinero para la compra de medicinas

que contrarrestaban la tuberculosis

y el paludismo. Cundió el pánico en

las poblaciones ribereñas, muriendo

niños, mujeres, hombres y ancianos.

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EL LLANTO DEL AYAYMAMA, DE WELMER CÁRDENAS

Una mujer, víctima de estas

enfermedades, abandona a sus hijos,

sin embargo la madre naturaleza no

se olvida de ellos y los acoge. Con

un soplo misterioso estos dos niños

se transforman en aves. Por eso el

sonido que emiten estas aves en

las noches son parecidas al quejido

humano. El abuelo de Noé dice que

nadie ha podido visualizar a estas aves

misteriosas, pero él es el único que ha

podido presenciarlas:

¿Cuántos realmente las han

visto? No lo sé. Pero yo sí

puede decirte que estos mis

ojos, ahora debilitados, cuando

podían mirar el vuelo de un

mosquito a varios metros

de distancia, sólo una vez

la vieron. Era una noche de

luna llena […]. Y, entonces,

en aquella noche silente muy

de cerquita, fuerte, escuché su

triste canto. Escarbé con mis

ojos a los árboles altos, y ahí,

sobre una rama de capirona,

estaban las dos aves. Advertí

su plumaje marrón, de alas

plegadas hacia su pequeño

cuerpo. (Cárdenas 2014: 117-

118)

Pero el relato del abuelo

termina con la desesperación por

parte de su nieto por querer ver a las

aves: «Pero tú, Noecito, te empeñas

tercamente, no sólo en escucharlas,

sino, también, en verlas. Ya las verás,

muchacho, algún día las verás…»

(Cárdenas 2014: 118). La situación

de Noé por querer deleitar sus ojos

con la observación de estas aves, aún

será muy temprana. Es a partir de

allí que este guitarrista, ya en una

edad adulta, recuerda el momento en

que abuelo le contó el mito de estas

aves. Toma su guitarra y comienza a

componer una canción, tal vez triste,

sin embargo, no decide realizarla en

ese momento, pues el ritmo musical

no va con la alegría del grupo. Desiste.

Retoma la guitarra y dejándose llevar

por los recuerdos de su niñez inicia

su sesión musical, es así que logra

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componer una nueva canción: «El

llanto del Ayaymama».

En el último capítulo, el

narrador intradiegético se encargará

de relatar el último suceso. Los restos

están siendo velados, cuando de

pronto aparecen dos niños, un varón y

una mujer, que se presencian vestidos

de color marrón y descalzos. Son

tristes y embriagados de sufrimiento.

Llevan ramilletes de rosas y perfumes.

Se acercan al féretro de Noé Fachín

y mencionan lo siguiente: «¿Querías

vernos? Aquí estamos, míranos, ya

no con tus ojos que están dormidos,

sino con el alma de tu talento, de

tu creación» (Cárdenas 2014: 126).

Cuando de pronto estos niños sufren

una metamorfosis inexplicable,

convirtiéndose en aves. Las aves que

llegaron al lugar eran las Ayaymamas,

que Noé, desde pequeño, estaba

deseoso de ver.

En conclusión, lo que

Welmer Cárdenas se remite a realizar,

con su obra literaria, es invitarnos a

este mundo donde los mitos recobran

vida y la naturaleza amazónica acoge a

cualquier individuo que se le acerque.

Además resalta la tradición regional

como la música, que es la unión

universal de cada país o nación. Es

así que mediante la biografía ficcional

nos dará a conocer la diversidad de

elementos que encontraremos en

nuestra querida región de la selva.

César Augusto Espino León

Universidad Nacional

Federico Villarreal

Correo electrónico:

[email protected]

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anónima por pares (peer review), lo que significa que cada artículo será

revisado y evaluado de manera anónima por especialistas en el tema. Estos

evaluarán el abordaje del tema y la solvencia intelectual de las ideas expuestas

en los artículos, así como el valor del contenido con respecto a otros artículos

o trabajos en el mismo tópico.

NORMAS DE PUBLICACIÓN

— 561 —

2. El dictamen emitido por los árbitros puede ser de tres tipos: (a) dictamen

favorable, (b) dictamen desfavorable y (c) dictamen con observaciones. En

el último caso, las observaciones al trabajo serán recogidas por el editor y

comunicadas inmediatamente al autor, quien tendrá un plazo máximo de

10 días para responder. Si al término del plazo no se presenta respuesta, se

entenderá que el autor desiste de publicar en la revista.

3. La respuesta del autor a las observaciones se pondrá en conocimiento

de los árbitros y del COMITÉ EDITORIAL, que en un plazo máximo de

quince días deberá emitir un dictamen. Este dictamen solamente podrá ser

favorable o desfavorable.

PAUTAS PARA LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS SEGÚN SECCIONES DE LA REVISTA

Sección Entrevista

1. La extensión de la entrevista debe ser de cinco páginas como mínimo y

10 como máximo.

2. Debe acompañarse con un resumen (200 a 300 palabras) en español

e inglés, con sus respectivas palabras clave y keywords. Esta síntesis debe

NORMAS DE PUBLICACIÓN

— 562 —

presentar el tema o explicitar el valor del personaje entrevistado, la finalidad

y aportes de la conversación.

3. La entrevista debe acompañarse con imágenes (JPG, buena resolución)

que ilustren el tema o al personaje entrevistado. La inclusión de imágenes en

esta sección quedará a juicio del editor y comité editorial.

Sección Reseñas

1. La extensión de la reseña debe ser de cuatro páginas como mínimo y

siete páginas como máximo. Anotar los datos completos de la fuente (autor,

título, ciudad de publicación, editorial, número de páginas).

2. Se debe enviar la carátula de la fuente reseñada, en archivo aparte del tipo

JPG.

FONDO EDITORIAL DE UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES

SAPIENTIAE

Esquina Constelaciones y Sol de Oro s. n., Urb. Sol de Oro, Los Olivos

Lima 35 Perú

Teléfonos: (51-1) 533-5744/ 533-6232/ 533-0079/ 533-2555/ 533-0008

anexo 241

Correo electrónico: [email protected]

Dirección URL: www.ucss.edu.pe

NORMAS DE PUBLICACIÓN

— 563 —

ISSN 1682-0487

Catolica Sedes Sapientiae University

Scientific investigation magazine

Studium Veritatis is an annual magazine which is edited by Universidad Católica Sedes Sapientiae’s Fondo Editorial. It publishes original and unpublished researches as well as scientific-academic papers. It is dedicated to the academic community of researchers in different areas.

Studium Veritatis is organized in four sections: a) Alma máter, which

contains studies and documents related to our university mission and vision;

(b) Studies, which is devoted to scientific articles; (c) Interviews, which is

designated for conversations with academic and scientific celebrities (d)

Reviews, which contains analytical and critical ideas on books and academic

events.

STUDIUMV E R I T A T I S

NORMAS DE PUBLICACIÓN

— 564 —

guidelines foR aRticle submissions

1. The article must be an original and unpublished version (printed or

electronic). It shouldn’t be postulated for publication in other magazines.

2. The article should be written in Spanish. The complete paper should

be submitted in word type to the magazine electronic address: studium@

ucss.edu.pe, with a copy to UCSS Fondo Editorial’s electronic address

([email protected]).

3. The article should show the following:

• Format: The author should regard the following aspects:

(a) spacing: 1.5; (b) typeface: Times New Roman, size 12; (c)

footnote: Times New Roman, size 10; (d) numbered pages; (e)

justified paragraphs. The length shouldn’t be less than 15 pages

neither more than 25 pages (reference list included).

• Paper Title: It should be written in Spanish and English

• Author’s personal information: It should contain the following

information: (a) author’s name, (b) institutional affiliation and (c)

electronic address.

• Summary: Its length must be between 150 and 250 words. It must

be written in one or many paragraphs in English and Spanish, with

the corresponding key words (4 to 10). The summary should show

the following parts: (a) theme, (b) methodology, (c) development

and (d) conclusions.

NORMAS DE PUBLICACIÓN

— 565 —

• Content: In general, the scientific article should show the following

parts: (a) introduction, (b) methodology and resources, (c) results,

(d) discussion, (e) conclusions and (f) references. It is recommended

to communicate the work according to each author’s investigation

needs. This has a main purpose: the work results can be expressed

with as much clarity as possible.

Authors should follow APA style (6th edition) for the visualization

data format. In this case, it should be regarded the referred

information in Tables and Figures.

• Writing: The writer should follow academic style. That means that

colloquial expressions and speech markers should be avoided. The

author must bear in mind the following aspects: (a) Spanish current

norms, (b) well-constructed syntactic phrases, (c) appropriate use of

connectors and discursive markers, (d) the paragraphs must at least

have three sentence periods; and other formal features in writing.

• Article titles: They should be written regarding the following

guides:

ARTICLE TITLE

(centred, capital and boldfaced letters)

1. Paragraph Title (left indented heading, boldfaced, upper and low-er case letters)

1.1 Subparagraph (indented heading, boldfaced, at the beginning in upper case and the rest in lower case.)

1.1.1 Inferior Subparagraph (indented heading, in italics, at the beginning in upper case and the rest in lower case.)

NORMAS DE PUBLICACIÓN

— 566 —

• Other divisions (with indentation, bulleted, reg-ular times new roman script, at the beginning in upper case and the rest in lower case.)

4. Add the author’s academic biography to the publication proposal:

This text should basically contain the following information: (a) institutional

affiliation, (b) academic degrees, (c) publications and (d) career background

(academic associations affiliation, prizes, academic position or others of

cultural matters). This must not exceed 200 words.

5. Source citations and references should be written following APA style

(6th edition).

ARBITRATION SYSTEM

1. Studium Veritatis is a magazine that is submitted to the arbitration of

anonymous revision system by peers (peer review), which means that each

article will be revised and evaluated anonymously by experts in the field.

These will evaluate the theme approach and the intellectual ideas presented

in the articles, as well as the content value with respect to other articles or

papers related to the same topic.

2. The judges’ evaluation can be of three types: (a) favorable judgment, (b)

unfavorable judgment and (c) judgment with observations. In this last case,

the observations to the paper will be immediately communicated by the

editor to the author, who should reply in no longer than a 10-day deadline.

NORMAS DE PUBLICACIÓN

— 567 —

If the editor receives no reply within the deadline, it will be taken for granted

that the author has declined to publish his article in the magazine.

3. The author’s reply to the observations will be presented to the panel of

judges and to the EDITORIAL COMMITTEE, who should submit their

evaluation in no longer than a 15-day deadline. Their decision can only be

either (a) favorable or (b) unfavorable.

GUIDELINES FOR THE PRESENTATION OF ARTICLES ACCORDING TO THE MAGAZINE SECTIONS

Interview section

1. The interview should be between five and 10 pages long.

2. A summary in Spanish and English (200 to 300 words) with its

corresponding keywords should be added. This synthesis should show

the theme or explain the value of the interviewee, the purpose and the

conversation contribution.

3. The interview should contain images (JPG, high resolution) that illustrate

the theme or the interviewee. The inclusion of images in this section will

depend upon the editor and the editorial committee’s judgment.

NORMAS DE PUBLICACIÓN

— 568 —

Review section

1. The review should be a minimum of four pages and a maximum of seven

pages. Don’t forget to annotate the source complete information (author,

title, city of publication, editorial and number of pages).

2. The reviewed source cover should be submitted in a separate JPG file.

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Teléfonos: (51-1) 533-5744/ 533-6232/ 533-0079/ 533-2555/ 533-0008 anexo 241

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