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HISTORIA UNIVERSAL DE LA EDAD MODERNA I 2012-2013 Los Habsburgo austriacos y el imperio del Siglo XVI y XVII . . 1 º A G RADO EN HISTORIA

Los Habsburgos austríacos y el imperio del siglo XVI y XVII

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HISTORIA UNIVERSAL DE LA EDAD MODERNA I

2012-2013

Los Habsburgo

austriacos y el imperio

del Siglo XVI y XVII .

.

1 º A – G R A D O E N H I S T O R I A

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La administración/Organización Interna del Imperio de los Habsburgo en el siglo XVI

Pocas dinastías han tenido una tan prolongada influencia en Europa como lo eran Los

Habsburgo. Sus orígenes y sus vocaciones germánicas dieron a los Habsburgo un papel

muy importante en Europa. A diferencia con las otras grandes dinastías europeas

como por ejemplo los Borbones, los Hohenzollern o los Romanovs, la base territorial

del poder habsburgués fue o era muy frágil. Las posiciones patrimoniales austriacas no

parecían ser suficientes para mantener la conocida Triple Presencia en Europa

Occidental y en las fronteras eslavas y otomanas. Los Habsburgo fueron una dinastía

alemana, cuya base militar más sólida fue el ejército, la aristocracia terrateniente y la

minoría alemana.

Los Habsburgo siempre permanecieron indiferentes ante el concepto de

Estado-Nación al que antepusieron el de Monarquía Supranacional, en la que la

fidelidad al soberano constituyó un vínculo importante entre los pueblos y el

patriotismo. Los Habsburgo tuvieron que enfrentar grandes dificultades cada vez que

iniciaron una acción voluntarista de

unificación. La fuerza y la debilidad de los

Habsburgo consistieron en reinar sobre

naciones ya existentes como la castellana,

la húngara, la polaca, etc., deseosos de

englobar a toda la cristiandad occidental.

Tuvieron que conformarse con tierras

llamadas Coloniales o con distritos

fronterizos como por ejemplo, Tirol.

Uno de los secretos de los

Habsburgo fue saber colaborar con las

fuerzas sociales dominantes que fueron: la

iglesia y la nobleza.

La familia de los Romanovs Escudo de la dinastía de los Hohenzollern

Castillo Hohenwerfien. Base militar austriaca en el siglo XVI

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La Gestión de los Países hereditarios es un tema interesante, a pesar del control

de la administración por las asambleas de los estados y conscientes de la deficiencia

administrativa y del pobre ambiente pastoral (que afectaba a la Iglesia del Sacro

Imperio) se puso empeño en mejorar relativamente esta situación. Los países

hereditarios dependían de las sedes en Salzburgo y Passau. En 1461, un siglo anterior,

la Santa sede aprobó la creación de dos nuevas sedes que fueron Wiener Neustadt,

que era normalmente la residencia favorita del emperador de entonces, y Viena, que

poseía ya una verdadera catedral, la colegiada de San Esteban, pero sin ningún Obispo.

Explicaré a continuación algunos aspectos sobre la administración económica,

jerárquica, social y política. El avance económico y las tensiones sociales en el S.XVI

iban progresando, los Habsburgo tuvieron que contentarse con instrumentos de

medidas tan imperfectos como pueden ser las evoluciones de los precios de los

cereales, del que solían hacerse cargo los campesinos. La explotación de las minas,

una de las riquezas naturales de Europa Occidental,

era importante ya que tuvieron que enfrentarse a las

dificultades que se les presentaban a la hora de la

explotación, porque las técnicas de extracción aun no

era muy desarrolladas. La producción de la sal por

ejemplo adquirió una

gran importancia

dentro de la economía austríaca, en ella no estaban

integradas las explotaciones de las minas, propias de los

Habsburgo, sino también las explotaciones forestales,

indispensables para el suministro de la madera, el

transporte y la comercialización del mismo.

El Auge de la Agricultura también era importante, mientras la producción de los

metales se estabilizaba antes de decaer en el siglo XVII, la producción y exportación de

artículos de consumo se encontraba en pleno crecimiento cuando se iniciaron los

intercambios manufacturados entre Europa Occidental y Europa Oriental.

Respecto las tensiones sociales no hay que imaginarse la Europa del siglo XVI

como un campo de ruinas con una población casi inexistente, pero no lo sería menos

imaginarse una sociedad feudal rígida. Los trastornos que siguieron a las guerras y la

reforma religiosa tenían como consecuencias unos progresos sociales que

desagradaron a los reaccionarios. Los campesinos se encontraban en una sociedad

ferozmente conservadora, a la que tuvo que hacerse frente a la integración en una

economía de mercado y a una ampliación del marco estatal, a las cuales se

reaccionaba a veces muy violentamente.

Según la jerarquización de los Habsburgo podemos distinguir a gran modo

entre tres ó cuatro capas sociales. En primer lugar se encontraba el juez llamado en

alemán “Richter”, representante del Señor ante la comunidad aldeana, el juez fue el

encargado de las labores elementales de la justicia y de policía. Tras el juez vienen los

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labradores, que poseen al menos media hacienda fiscal, varios ganados y una casa. Los

labradores fueron dueños de campos, podían alimentar sin problemas a grandes

familias gracias a la técnica de rotación. En tercer lugar, vienen los pequeños

propietarios de una explotación que poseen una cuarta parte de la hacienda fiscal,

éstos estaban obligados a la prestación de tiro a su señor. Y, por último, los viñadores

que gozan de un status particular. Mediante el pago del diezmo se veían libres de otros

cargos. Esto será una causa de desarrollo para su actividad, y permitirá tanto a los

señores como a los campesinos a enriquecerse. La organización de los distintos

departamentos que había quedaba completamente fuera del control de los

Habsburgo. Para resumir un poco las características del gobierno central del Imperio

me centraré en cinco departamentos básicos del Imperio. El gobierno central con

Fernando I, tuvo como objetivo crear una jurisdicción común. Reorganizó

completamente el gobierno central de los estados, los cuales estarían compuestos por

un consejo áulico, un consejo privado, una cancillería de la corte y una cámara de

cuentas.

El consejo áulico “Hofrat” tenía una

competencia básicamente judicial, que fue la

apelación de la monarquía. Estaba compuesto por

ocho consejeros para los países hereditarios.

El consejo áulico fue para los Habsburgo un

medio de afianzar su autoridad moral en el Imperio.

El consejo privado “Geheimer Hofsrat” que

afectó a la persona del soberano, tenía a su cargo la

dirección de la política general, tenían que reunirse a

diario a “escondidas”, y cada vez que el príncipe se lo

ordenaba, se ocupaban de temas de financiaciones,

eran como un medio cómodo de asesoramiento para

el príncipe respecto a los altos oficiales en su casa.

La cámara de cuentas que se componían de un personal muy reducido,

administraba los ingresos ordinarios y controlaban los gastos civiles.

Para coordinar las acciones de los consejos, se creó una Cancillería, los cuales

no tenían ningún poder de decisión. También había tres secretarios, uno para el

Imperio, otro para la financiación y un tercero para los asuntos judiciales. Y, por

último, el consejo de la Guerra “Hofkriegsrat”, que fue el ámbito militar de los

Habsburgo. Estaba compuesto por cinco consejeros y un residente cuya competencia

abarcaba esta vez a toda la Monarquía.

Para terminar y como conclusión de la administración o la organización del

Imperio quiero aludir que la debilidad o la endeblez de los Habsburgo es la base de sus

dimensiones históricas.

Representación de donde se reunían los distintos consejeros

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Los Habsburgo alemanes

El Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, era en 1500, Maximiliano I

de Habsburgo, pero éste imperio no era realmente un

Imperio que tenía su centro de poder en Alemania. El poder

estaba difuminado entre una serie de territorios unidos entre

ellos por lazos de distintas intensidades. El Palatinado, la Alta

y Baja Baviera, Würtemberg, Sajonia, Mecklenburgo y

Brandemburgo eran los más importantes. Además tenía

unos treinta principados, unos cien condados, cincuenta

dominios eclesiásticos y sesenta ciudades libres como

Aquisgrán, Francfort, Colonia, Maguncia, Estrasburgo, etc.,

además de los Países Bajos, Suiza, Bohemia y el norte y centro

de Italia, pero para algunos de ellos, el pertenecer al Imperio,

era solamente una especie de tradición, donde los poderes imperiales consistían

únicamente, en algunos nombramientos, a veces honoríficos.

El título de Emperador era otorgado por siete electores: Los Arzobispos de

Maguncia, Tréveris y Colonia, además del Rey de Bohemia, el Duque de Sajonia-

Wittemberg, el margrave de Brandemburgo y el conde palatino del Rin. .

En septiembre de1517, el nieto de Maximiliano I, Carlos de Habsburgo,

desembarcó en Villaviciosa. Llegaba desde Flandes para

hacerse cargo de la herencia de los Reyes Católicos: Castilla,

Navarra, Aragón, Cerdeña, Nápoles y Sicilia, y las Indias

Occidentales, ya que el 30 de mayo de 1516 había sido

proclamado Rey, por las Cortes Castellanas. Él ya llegaba

siendo Rey de los Países Bajos, Luxemburgo y el Franco

Condado, heredados de su abuela María de Borgoña. De su

abuelo Fernando recibió además, la encomienda de no

abandonar a su viuda Germana de

Foix. «Pues no le queda, después de

Dios, otro remedio sino sólo vos”.

Cuando Carlos con todo el vigor que la daban sus 17 años

conoció en Valladolid a la viuda de su abuelo, que entonces

tenía 29 y aún no le habían aparecido sus problemas de

obesidad, congeniando mucho con ella, hizo en su honor

varias fiestas y banquetes. Entre baile y baile pues… pasó lo

que tenía que pasar. El resultado fue el nacimiento de la

Infanta Isabel.

Maximiliano I de Habsburgo

Carlos de Habsburgo

Germana de Foix

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En 1519 fallece su abuelo, Maximiliano de Habsburgo, y es nombrado

emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, gracias al soborno de 850.000

florines a los electores, obtenido con préstamos de banqueros germanos, flamencos e

italianos, que lastraron a partir de ahora las finanzas castellanas.

No vamos a relatar la cantidad de problemas que tuvo Carlos I en el solar

hispano, pues los hemos visto en las exposiciones que han sido ya expuestas.

En Europa, su acendrado Cesaropapismo Católico-apostólico-romano le obligó a

una vida sin parar de guerrear, por la idea fija que le llevó a enfrentarse primero a

franceses y después, incluso al Pontífice de forma transitoria, por ser reo de haber

ayudado a Francia, su gran enemigo.

Hacía luchar sin descanso a sus tercios y a sus barcos, además de su perenne

encono contra los franceses, contra turcos, luteranos y calvinistas, para preservar

a Europa de herejes.

Pero de una parte, todo este alarde militarista no era gratis, como tampoco lo

fue su nombramiento de Emperador. Así que buena parte de su tiempo, lo pasó Carlos

recorriendo sus diferentes parlamentos con la mano extendida, recogiendo los miles

de maravedíes que tras escuchar sus peticiones, acordaban darle como dádiva,

aunque, a veces no sin lucha, para que fuesen finalmente a parar los escudos a las

manos de los banqueros que anteriormente, lo habían adelantado sin problemas al

existir el aval del oro y la plata americana. Pero tanto fue el cántaro a la fuente, que

no tuvo más remedio que romperse. La sangría económica que provocó Carlos I, dejó

plantada la semilla para las ocho bancarrotas subsiguientes, que sufrieron los

siguientes Habsburgo españoles

Finalmente en Europa, se alcanzó la paz de las

guerras religiosas tras las reuniones que mantuvo

Fernando, representando a su hermano el emperador, con

los príncipes del Imperio. La primera fue en abril de 1552,

con Mauricio de Sajonia, en Linz; tres meses más tarde,

presidió las negociaciones de la tregua de Passau, y

finalmente la Paz de Habsburgo de 1555, fue también

mayoritariamente, obra suya.

Los términos de la concordia: la libertad religiosa en las diferentes divisiones del

Imperio, chocaban con las convicciones de Carlos I, y le hicieron sentirse tan

desilusionado moralmente. Combinado esto con el agotamiento producido por la gota

que padecía, no se sintió capaz de poder continuar.

Portada de la edición impresa del Tratado de Habsburgo

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Todo lo anteriormente relatado de forma sucinta, hicieron que el emperador,

tomase la decisión de dividir sus reinos. Su hijo Felipe II, que

era como él en lo tocante a la religión, pero sin su espíritu

guerrero, le dejó los Países Bajos, España, y los territorios

africanos y americanos. Pero la enorme responsabilidad de

la corona Imperial ¿a quién mejor dejarla que al nieto

preferido de Fernando el Católico? A su hermano Fernando,

no le daba importancia tener, súbditos con diferentes

religiones, y podía hacerse cargo de un Imperio

fraccionado espiritualmente. Carlos abdicó en él, pero no

porque en 1520, le hubiese nombrado Archiduque de

Austria, ni que en el Tratado de Worms de 1521 y en las

conversaciones de Bruselas en 1522, se le hubiese concedido la posesión de la

herencia austriaca de los Habsburgo, ni que en 1531 fuese nombrado Rey de Romanos

condición indispensable para ser nombrado emperador. Todo esto carece de

importancia, puesto que la mayoría de los Tratados y concesiones, se hacen para ser

rotos cuando así interese. Pero ahora, Fernando había demostrado ser un negociador

capaz de dialogar, haciendo de intermediario del Emperador para poder llegar a

pactos con príncipes y electores; contentando a la mayoría de ellos, estableciendo así,

las bases para el entendimiento en los sesenta años subsiguientes.

Pero ahora Carlos I de España y V de Alemania, estaba obligado a abandonar

para siempre el Cesaropapista sueño, de ver un Habsburgo ciñendo una corona

europea en las sienes.

A partir de ahora harán falta dos plumas para poder continuar escribiendo la

historia, una podrá seguir haciéndolo como en el último medio siglo, en la lengua de

Nebrija. Pero la otra tendrá que hacerlo como antaño los Habsburgo hicieran: en la

lengua germánica.

Felipe II

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Amenazas procedentes de los turcos, consecuencias y la

cuestión religiosa

La casa de los Habsburgo Austríacos tenía una amenaza perpetua procedente de los

turcos, ya instalados finalmente en la Hungría central. Con esto también la cristiandad

se vería amenazada. Esto hizo que se hicieran cruzadas en las batallas por parte de los

austríacos como las batallas de Nicópolis o la de Varna.

En la Batalla de Mohács (29 de agosto

de 1526), el rey Luis II de Hungría y I de

Bohemia murió, dejando viuda a su mujer

María de Austria, la cual huyó. Entonces, tras

varias cavilaciones, subió al trono Fernando de

Austria, quien tuvo que sufrir muchos vaivenes

en su reinado.

Los Habsburgo austriacos de este periodo estuvieron en gran desventaja

debido a su posición de guardianes del flanco oriental de la Cristiandad contra el turco.

La guerra terminó oficialmente para Fernando I en 1562, pero mediante un tratado

que dejó al enemigo con sus conquistas, ligó al emperador al humillante pago de un

tributo anual. Pero la paz no duró mucho, porque en 1566 las intrigas del príncipe de

Transilvania, provocaron la

aparición de Suleimán I en

persona a la cabeza de un gran

ejército de Hungría. La

invasión de Austria parecía

inminente. Esta pudo evitarse

por la muerte del anciano

sultán, y así un tratado en

1568 renovó los términos de

los firmados seis años antes.

De nuevo hubo otra guerra abierta durante los trece años comprometidos

entre 1593 y 1606, año en el que se firmó importante tratado entre el sultán y el

emperador de la ciudad Húngara de Zstvatorok. El emperador pagó una indemnización

(disfrazada de <<donación>>) y las rectificaciones fronterizas favorecieron a los turcos;

pero se puso fin al tributo anual y se evitó un nuevo conflicto durante más de medio

siglo. En los territorios fronterizos entre el islam y la cristiandad fue siempre muy difícil

distinguir entre guerra y paz.

Miniatura turca de la Batalla de Mohács

Fernando I Suleimán I

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Durante los últimos años del siglo XVI existió en el oeste de Hungría y Croacia

una ancha franja de territorio devastado en el que se conmemoraban al bando

cristiano con una colección de cuentos populares y leyendas épicas en los que se

narraban las hazañas de los guerreros locales. Pero lejos del frente la historia era

bastante menos poética: había una retahíla fatigosa de reclutas sacados de entre los

campesinos de los territorios de los Habsburgo, de tributos impuestos a una población

agotada y de brutales mercenarios a quienes preocupaba muy poco si los campesinos

entre los que vivían eran amigos o no. También, el poco adinerado emperador, estaba

obligado a sacar dinero a sus estados austríacos o a procurarse la ayuda de sus

hermanos o sus tíos que dominaban las provincias alpinas. Más allá se arriesgaba a

incrementar la tensión política en Alemania convocando el Reichstag para pedir

subsidios con los que pagar sus defensas.

No debemos despreciar el significado de la constante amenaza turca para

Fernando I y sus sucesores; es éste el más importante factor externo que hay que

tener presente al evaluar su política dentro de Alemania.

En cuanto a la cuestión religiosa, debemos mencionar que ya en la segunda

mitad del siglo XVI, junto con los luteranos, estaban también los de diversas

tendencias, los hermanos de Bohemia y calvinistas. Mientras que los católicos

ortodoxos se habían quedado reducidos a una minoría desorganizada y la propaganda

de los jesuitas sólo adelantaba lentamente. Añadimos también que la Iglesia se

encontraba en una mala situación para resistir. Sus propiedades habían sido

fuertemente agravadas por el gobierno para pagar la defensa contra los turcos, y

habían sido la presa de los nobles saqueadores. Los párrocos eran con frecuencia

ignorantes y estaban mal pagados, las comunidades religiosas estaban en decadencia,

y los obispos, que tenían al menos responsabilidad de aliviar los apuros de su clero,

eran prelados que apenas conocían las diócesis. Fue un decisivo retroceso de la Iglesia.

En el tercer cuarto de siglo, una gran parte del país había abandonado la

religión tradicional en todos los territorios hereditarios de los Habsburgo,

especialmente en Austria. Ante este

panorama, Fernando I tomó medidas para

evitar que decayera aun más la vida

eclesiástica, y en cuanto a los demás, no le

quedaba más que esperar a que la herejía

luterana se marchitara. Sus enviados al

concilio de Trento presionaron en favor de

una reforma de la Iglesia para que

concediese a los sacerdotes la libertad de

contraer matrimonio y a los laicos de comulgar bajo ambas especies, cosa que muchos

no aceptaron como Maximiliano II que era de mente era cerrada a nuevas ideas.

Finalmente se aceptó imparcialmente tanto el resurgimiento de la vida clerical entre

los católicos como la creación de una iglesia oficial luterana austriaca.

Concilio de Trento

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Engrandecimiento de Brandemburgo y gestación del reino de

Prusia

Los electores del margraviato de Brandemburgo durante la

primera mitad del siglo XVII consiguieron incrementar la

extensión de sus posesiones de forma considerable a partir de

herencias recibidas por medio de alianzas matrimoniales.

Ejemplo de ello, es que en el 1614, el elector Juan

Segismundo, habiendo esgrimido derechos hereditarios

obtuvo el ducado de Clèves, así como los condados próximos

de Mark y Ravensberg. También, en el 1618, como

consecuencia de la muerte sin descendencia de su primo,

heredó el ducado de Prusia, territorio que se mantendría hasta

el año 1660 bajo soberanía polaca.

Durante el gobierno de su sucesor, Jorge Guillermo,

Brandemburgo tuvo que soportar las desgracias de la

guerra de la guerra de los Treinta Años, que terminaron con

la Paz de Westfalia, por la que concedieron a Federico

Guillermo I, conocido como El Gran Elector, la Pomerania

Oriental y los obispados secularizados de Minden,

Halberstadt y Magdeburgo.

En el 1648, Brandemburgo había conseguido agrandar su territorio, pero tenía

que hacer frente a los daños causados por la guerra y

acometer la reorganización del estado. Y fue Federico

Guillermo , el encargado de llevar a cabo esta tarea, capaz

de garantizar la integración y defensa de sus dominios.

Éste asumió todo el poder de un modo personal, al mismo

tiempo que se reforzaban las funciones del Consejo de

Estado Secreto, que quedaba convertido en el principal

instrumento de gobierno. Hasta 1648 su política chocó

con cierta oposición en los estados de sus dominios, los

cuales se amparaban en las leyes propias de cada uno de

ellos, dificultando todo intento de política coordinada. Por

ello, se crearon los consejeros provinciales, funcionarios

que, en contacto con las administraciones de las provincias, fueron controlando sus

prerrogativas, mientras, no sin resistencia, se anulaba el autogobierno de las ciudades

Juan Segismundo

Jorge Guillermo

Federico Guillermo I de Prusia "El Gran Elector"

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En 1653, el Príncipe elector emprendió acciones para acabar con las

resistencias locales al alcanzar un compromiso con los estados de Brandemburgo, por

el que le concedían servicios que posibilitaban la creación de un ejército permanente,

a cambio de reforzar los privilegios de la nobleza. En sus posesiones del Este se

desarrolló una acción más directa. Si, por fin, el tratado de Oliva en 1660 había

conformado su absoluta soberanía sobre Prusia oriental, ésta y su política militar no se

pondrían en ejecución de forma inmediata. Aunque en 1661 era militarmente sofocada

su resistencia, la misma persistiría y, solo en 1674, una nueva intervención armada

contra Königsberg posibilitaría la aceptación de las arbitrarias demandas fiscales de

Federico Guillermo, así como la implantación de una nueva burocracia fiscal,

encargada de su ejecución. Igualmente, en otras posesiones más pequeñas, incluyendo

la ciudad de Magdeburgo se aplicaron estos mecanismos intimidatorios.

De esta manera, las asambleas estamentales de los estados contemplaron

cómo los funcionarios reales se hacían cargo del establecimiento, recaudación y

administración de unos impuestos cuya competencia había recaído hasta entonces en

dichas asambleas. Sólo Cleves y Mark, caracterizados por su peculiar configuración

política y social, poco dúctil para los Hohenzollern, lograrían una solución de

compromiso en el 1661, con el apoyo del Reichshofrat de Viena, por la que los estados

provinciales mantuvieron su derecho a autorizar las contribuciones fiscales.

Pronto, Federico Guillermo, sentará las bases para la organización y desarrollo

de un estado militarizado. Inicialmente se fue constituyendo una estructura de

Comisarías de Guerra encargadas de distribuir y recaudar los impuestos de forma

bastante equilibrada sobre el conjunto de los dominios de los Hohenzollern. La

Comisaría de Guerra y la Caja General de Guerra, organismos creados en 1674,

obtuvieron mayor poder y competencias, afectando a materias tocantes al desarrollo

económico y comercial, asentamientos de refugiados y otros asuntos de notable

significado económico.

Cuando éste alcanzó el poder, sustituyó las milicias locales y contingentes de

mercenario indisciplinados, que había heredado de sus antecesores, por un ejército

permanente de mercenarios, bien pagado y alojado, caracterizado por su organización

y adiestramiento. De los 8.000 hombres en el 1648 pasó a cerca de 40.000 en los años

setenta. El elevado coste que representaba su mantenimiento obligó al Gran Elector a

depender de subsidios extranjeros, lo que, unido a su versatilidad en el juego de las

alianzas internacionales, se tradujo en un mayor incremento del contingente armado,

sobre todo como consecuencia del conflicto contra Suecia en donde consiguió

importantes éxitos militares que contribuyeron a definir el carácter militarista del

estado.

Desde 1660, el Gran Elector dedicó su interés a fomentar la prosperidad y

enriquecimiento del estado y estimuló su colonización y repoblación atrayendo a los

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territorios deshabitados de Brandemburgo, Prusia y Pomerania inmigrantes

extranjeros, bastantes de los cuales eran pertenecientes a minorías religiosas

reprimidas. Cabe destacar la llegada de los holandeses y franceses. Al mismo tiempo,

la política absolutista de Federico Guillermo se hizo patente en su hábil maniobra con

la nobleza terrateniente de los Junkers, a la que desposeyó del poder político

afianzando, sin embargo, su dominio sobre un campesinado que se vio desarraigado

de la tierra.

Todas estas circunstancias hicieron posible la recuperación económica de

Brandemburgo, con lo que el territorio se expandió, época en la que trató de llevar a

cabo una política colonial.

Federico Guillermo fue sucedido por su hijo Federico III, que recibió un estado

de Brandemburgo-Prusia consolidado y con una situación

diplomática y militar de prestigio dentro de los confines

del Imperio. Durante su gobierno se imprimió al

absolutismo Hohenzollern un carácter más institucional y

cultural. Así, empeñado en conseguir la dignidad real,

obtendría del emperador Leopoldo I el consentimiento

para adoptar el título del rey, no de Brandemburgo, sino

de Prusia en donde gobernaba como príncipe absoluto.

Tras prometer apoyo militar a Leopoldo I contra Luis XIV

en la guerra de Sucesión al trono de España, en enero de

1701 se coronaba como Federico I de Prusia. Al empezar

el siglo XVIII, el rey de Prusia estaba a la cabeza del protestantismo alemán, y había

constituido el mejor ejército centroeuropeo y se había convertido en un serio rival de

os Habsburgo católicos.

Federico III

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Los Habsburgo alemanes, siglos XVI y XVII

Fernando I de Habsburgo (1503-1564)

Fernando I de Habsburgo, nacido en Alcalá de Henares, en 1503, fue Rey de Hungría y

Bohemia desde 1526 y a partir de 1558 Emperador del

Sacro Imperio Romano Germánico. Era hijo de Felipe el

Hermoso y de Juana I de Castilla y, por lo tanto, hermano

de Carlos I de España.

En lo referente a su política interior, en especial a la

lucha contra los protestantes, si bien, durante su estancia

en Flandes, mantuvo frente a ellos una relativa tolerancia.

Fernando, se convenció pronto de la imposibilidad de

acabar con el luteranismo por la fuerza y buscó la solución

del conflicto religioso mediante el diálogo.

Participó en la asamblea de Ratisbona de 1524, que decidió una primera

reforma católica en Alemania. constituyó con los cinco primitivos cantones católicos

de Suiza una Unión Cristiana en 1529 para combatir la herejía protestante, sofocó una

revuelta de señores checos en Bohemia en 1547, que se oponían a que se llevasen a

cabo varias reformas eclesiásticas, se esforzó en atenuar el conflicto religioso al

negociar la paz de Augsburgo en 1555. En la Declaratio Ferdinandea garantizó a sus

súbditos la libertad religiosa, y en la reapertura del Concilio de Trento en 1562

defendió la libertad de conciencia y luchó personalmente por que fueran otorgadas

amplias concesiones a los protestantes. Posteriormente, Fernando trató de reunir a

católicos y protestantes, pero falló porque insistió en que los obispos conservaran su

autoridad secular. En otros aspectos de su política interior, cabe citar la reforma del

sistema monetario y la elección para la sucesión imperial de su hijo Maximiliano II.

Fernando se esforzó al mismo tiempo por crear una autoridad central que asegurara la

consistencia interna de sus territorios y centralizara la administración. Para ello, en

1522, creó un Consejo de Corte y en 1556 un Consejo de Guerra.

Maximiliano II de Habsburgo (1527-1576)

Maximiliano II, emperador del Sacro Imperio Romano

Germánico. Hijo de Fernando I de Habsburgo y de Ana

Jagellón de Hungría y Bohemia, nacido en Viena, pero

educado en Madrid, fue Archiduque de Austria, hasta el

año 1550, Rey de Bohemia y Rey de los Romanos desde

1562, Rey de Hungría desde 1563 y Emperador del Sacro

Imperio Romano Germánico desde 1564 hasta su muerte

en 1576. Se casó con su prima María de Austria y Portugal

en 1548 y fue gobernador (regente) de España hasta

1551. Tras la Paz de Augsburgo (1555), los miembros de la

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Casa de Habsburgo se reunieron en un cónclave familiar presidido por su tío y suegro

Carlos V. Éste pretendía repartir sus reinos, y Maximiliano apoyó a su padre frente a las

posibles pretensiones de su primo y cuñado Felipe, hijo de Carlos V, de heredar el

título imperial. Las relaciones entre Fernando y su hijo Maximiliano se enturbiaron

debido a las simpatías luteranas de este último, y en 1559 el emperador Fernando lo

amenazó con excluirlo de la sucesión si no retornaba al catolicismo. Tras la muerte de

su padre en 1564 Maximiliano estableció una política tolerante para con los

protestantes, pronto se vio forzado a regresar a los principios del compromiso firmado

en 1555 por presión del Papa y de su primo el rey Felipe II de España.

Trató de favorecer el entendimiento entre católicos y protestantes y fue

durante toda su vida uno de los últimos ejemplos de monarca humanista del siglo XVI.

Sus intentos se vieron frustrados por la desconfianza entre las dos confesiones.

Rodolfo II de Habsburgo (1552-1612)

Rodolfo II de Habsburgo, Archiduque de Austria, Rey de Hungría (1572-1608) y de

Bohemia (1575-1611) y Emperador del Sacro Imperio

Romano Germánico (1576-1612).

Educado en la corte de España, en una atmósfera

de fervor cátolico y de aversiónn al protestantismo,

Rodolfo II es un soberano dotado de las mejores cualidades

intelectuales pero execivamente suspicaz y caprichoso. Las

artes plásticas y las ciencias naturales le interesan más que

los asuntos de gorbierno y se decanta sobre todo como

mecenas.

Concede a los protestantes enormes privilegios con

su carta de Majestad, esto le creara numerosos conflictos cos sus hermanos. El más

violento de ellos, Matías, le arrebato en vida Austria y Hungría. Pródigo en amantes y

en hijos naturales, Rodolfo II se obstino en permanecer célibe, y, por lo tanto, sin

heredero legítimo. Trata de proponer como sucesror suyo a su primo Leopoldo, pero

Matías se lo impide. A su muerte, en 1612, Matías se hace elegir fácilmente emperador

.

Matías de Habsburgo (1557-1619)

Matías I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico

desde 1612 a 1619.

Hijo de Maximiliano II de Habsburgo y de María de

Austria y Portugal. Hermano y sucesor de Rodolfo II. Sus

ambiciones eran mayores que su voluntad y sus aptitudes,

pues su reinado está marcado por conflictos de todas

clases y acaba en la más indescriptible de las confusiones.

Muere en 1619, sin descendencia legítima, y su primo

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Fernando II es elegido emperador. Durante el último año de su mandato comenzó la

Guerra de los Treinta Años (1618-1648).

Fernando II de Habsburgo (1578-1637)

Fernando II de Habsburgo, Archiduque de Austria, Duque de Estiria, de Carintia y de

Carniola (1590), Rey de Bohemia (1617) y Rey de

Hungría (1618-1625) y Emperador del Sacro Imperio

Romano Germánico (1619-1637).

Fue un devoto de la Iglesia Católica, favoreció la

creación de conventos de diversas órdenes y llego a

fundar al menos dieciséis colegios de jesuitas. Fernando

se sirve de la cruz como de un sable, y su fanatismo

religioso, su odio al protestantismo provocará la Guerra

de los Treinta Años.

La guerra se desarrolla en cuatro étapas:

Las revueltas protestante de Bohemia,

reprimidas duramente por Fernado II.

La intervención de Cristián IV de Dinarmarca, que ve como su ejercito es

derrotado por la Liga de los Estados Imperiales Católicos.

El rey de suecia, Gustavo Adolfo, toma la desición de defender la ideología

protestante, además, trata de establecer su soberanía sobre el mar Báltico.

Se une a los principes reformados, derrotando en varias batallas a las

tropas imperiales. La guerra continúa, y el año 1634 trae algunas victorias

importantes para la liga. En el año 1635 , los sajones tiran las armas y

firman la Paz de Praga con Fernando II.

La guerra parece terminada cuando la intervención directa de Francia viene

a cuestionarlo todo. Una enorme coalición formada por Francia, Suecia, los

Países Bajos, Saboya, varios principes alemanes y el ejército de Alemania

meridional, obtienen numeros victorias sobre las tropas imperiales.

El 15 de febrero de 1637, Fernando muere satisfecho, pues considera haber

hecho siempre lo que debía hacer. Pero la Guerra de los Treinta Años, desencadenada

por su intransigencia, continúo con su hijo y sucesor Fernando III.

Fernando III de Habsburgo.(1608-1657)

Fernando III , Emperador del Sacro Imperio Romano

Germánico (coronado el 15 de febrero de 1637), Rey de

Hungría y Rey de Bohemia.

Elegido emperador inmediatamente a la muerte de

su padre, éste prosigue la política de su progenitor, aunque

con mayor moderación. Los suecos consiguen nuevos éxitos.

Los imperiales cada vez pueden contar menos con la ayuda

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española (el poder hispánico ya no es más que un recuerdo). En 1645, los suecos

consiguen una aplastante victoria en Jankau e irrupen en la Austría danubiana. Un

nuevo golpe hiere a Fernando III de gravedad, el abandono de Baviera, que agotada se

declara neutral. El emperador no tiene más remedio que firmar en 1648 la Paz de

Westfalia.

Tras la Paz de Westfalia, el imperio se encuentra muy debilitado. Fernando III y

sus sucesores van a dedicarse exclusivamente a Austria.

Leopoldo I de Habsburgo (1640-1705)

Rey de Hungría desde 1655 y de Bohemia un año después, Emperador del Sacro

Imperio Romano Germánico desde 1658. Era hijo

de Fernando III y de su primera mujer María Ana de

España, hija del rey Felipe III de España.

Como Rey de Hungría reunificó las tres partes del

reino después de expulsar a los turcos, asunto que ratificó

con la Paz de Karlowitz de 1699. Su gobierno se caracterizó

por contrapesar la hegemonía política de la Francia de Luis

XIV en Europa y por rechazar por el este, la amenaza

del Imperio otomano. Fomentó el catolicismo, siendo, al

igual que su padre, tolerante con el protestantismo.

Dirigió la ocupación de Lombardía el año 1701, en el marco de la Guerra de

Sucesión Española. Aprovechando que Leopoldo luchaba en dicho conflicto, el noble

húngaro Francisco Rákóczi II intentó aliarse con el rey francés y movilizó tropas

húngaras para atacar al poder germánico. Rákóczi deseabla liberar al reino de Hungría

de su propio monarca, pues consideraba que la Casa de los Habsburgo era ilegítima. Si

bien la guerra independentista de Rákóczi fracasó, Leopoldo no vivió para verla

terminar, fue su hijo José I de Habsburgo, quien terminó forzando a la firma de la paz a

los nobles húngaros.

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Trabajo realizado por:

- La administración/Organización Interna del Imperio de los Habsburgo : MELANIE LAGOS ESTUARDO

- Introducción: Composición del Imperio de los Habsbugo: FERNANDO LOPEZ DE LERMA VERDEJO

- Amenazas procedentes de los turcos, consecuencias y la cuestión religiosa: ANA GARCÍA ANTÓN

- Engrandecimiento de Brandemburgo y gestación del reino de Prusia: FRANCISCO MIGUEL GONZÁLEZ ROMERO

- Los Habsburgo alemanes, siglos XVI y XVII: DAVID GONZALEZ CASTILLERO

PowerPoint FRANCISCO MIGUEL GONZÁLEZ ROMERO