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Estudiar los caminos indígenas no ha sido un tema frecuente en Arqueología. Arte- factos, industrias, sitios, cronologías fueron preocupaciones habituales en las primeras décadas de una arqueología científica. Luego se sumó el estudio de los yacimientos (como conjuntos de sitios), regiones, territorios, paisajes. Muchas definiciones se han utilizado para cada una de estas categorías. En el caso de los caminos o rutas es necesa- rio atender a su definición. El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) tiene para "camino", ocho acep- ciones de las cuales, la primera: Tierra hollada por donde se transita habitualmente, nos da una idea clara de nuestro objeto de estudio. No es una construcción sino, sim- plemente, la huella que deja el tránsito habitual por un lugar. En este caso se trata, entonces, de un tipo de estructura latente (Léroi-Gourhan 1979). Como tal, la posibili- dad de recuperación de su trazado es muy baja, a menos que siga usándose hasta la actualidad. Hemos utilizado, indistintamente, las palabras Camino y Ruta como sinónimos. Sin embargo, una ruta, a diferencia de un camino es: Rota o derrota de un viaje; Itinerario para él; Camino o dirección que se toma para un propósito, según tres de las cuatro acepciones que da el Diccionario de la RAE. Ninguna de las tres alude a un referente empírico, sino, más bien, a una idea de recorrido. Efectivizar ese recorrido, entonces, delinearía un camino. Al trabajar con el tema de la movilidad indígena, se han usado en la bibliografía otros dos términos que conviene aclarar: rastrilladas y veredas. El primero denomina en Argentina y Uruguay al surco o huellas que en el suelo firme o sobre el pasto dejan los cascos de tropas de animales 1 . Han sido denominadas así las rutas por donde se conducía a los ganados en el comercio con Chile por la Región pampeana y del que 1 Una rastrillada, son los surcos paralelos y tortuosos que con sus constantes idas y venidas han dejado los indios en los campos. Estos surcos, parecidos a la huella que hace una carreta la primera vez que cruza por un terreno virgen, suelen ser profundos y constituyen un verdadero camino ancho y sólido. En plena Pampa, no hay más caminos (Mansilla 2000). Los caminos indígenas. La ruta Gan-Gan/Gastre (Chubut) Cecilia Pérez de Micou Analía Castro 1

Los caminos indígenas. La ruta Gan-Gan/Gastre (Chubut)

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Estudiar los caminos indígenas no ha sido un tema frecuente en Arqueología. Arte-factos, industrias, sitios, cronologías fueron preocupaciones habituales en las primerasdécadas de una arqueología científica. Luego se sumó el estudio de los yacimientos(como conjuntos de sitios), regiones, territorios, paisajes. Muchas definiciones se hanutilizado para cada una de estas categorías. En el caso de los caminos o rutas es necesa-rio atender a su definición.

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) tiene para "camino", ocho acep-ciones de las cuales, la primera: Tierra hollada por donde se transita habitualmente,nos da una idea clara de nuestro objeto de estudio. No es una construcción sino, sim-plemente, la huella que deja el tránsito habitual por un lugar. En este caso se trata,entonces, de un tipo de estructura latente (Léroi-Gourhan 1979). Como tal, la posibili-dad de recuperación de su trazado es muy baja, a menos que siga usándose hasta laactualidad.

Hemos utilizado, indistintamente, las palabras Camino y Ruta como sinónimos. Sinembargo, una ruta, a diferencia de un camino es: Rota o derrota de un viaje; Itinerariopara él; Camino o dirección que se toma para un propósito, según tres de las cuatroacepciones que da el Diccionario de la RAE. Ninguna de las tres alude a un referenteempírico, sino, más bien, a una idea de recorrido. Efectivizar ese recorrido, entonces,delinearía un camino.

Al trabajar con el tema de la movilidad indígena, se han usado en la bibliografíaotros dos términos que conviene aclarar: rastrilladas y veredas. El primero denominaen Argentina y Uruguay al surco o huellas que en el suelo firme o sobre el pasto dejanlos cascos de tropas de animales1. Han sido denominadas así las rutas por donde seconducía a los ganados en el comercio con Chile por la Región pampeana y del que

1 Una rastrillada, son los surcos paralelos y tortuosos que con sus constantes idas y venidas handejado los indios en los campos. Estos surcos, parecidos a la huella que hace una carreta laprimera vez que cruza por un terreno virgen, suelen ser profundos y constituyen un verdaderocamino ancho y sólido. En plena Pampa, no hay más caminos (Mansilla 2000).

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participaban los grupos indígenas hasta finales del siglo XIX (por ej. Curtoni 2004). Noes éste el significado que tenían los caminos indígenas del Chubut. El segundo término:vereda deriva de vía: camino angosto, formado comúnmente por el tránsito de peato-nes y ganados. En este sentido lo emplea Deodat (1958) al referirse a los caminos de lacosta de la provincia de Río Negro y al hacer referencia al resto de caminos que surcanla provincia de Chubut. En este caso la denominación se equipara a la que nosotrosdamos a camino.

Los caminos son, como cualquier otro elemento de la vida social de los hombres, elresultado de una construcción histórica que permitió, mediante el ensayo y el error, y através de varias generaciones, establecer los mejores lugares para el tránsito. De estaforma la supervivencia de un camino depende del interés en mantener abierta la co-municación, así como de que sigan existiendo, por ejemplo, las condiciones de eficien-cia, mantenimiento, seguridad y abastecimiento (Ortiz Días 2006).

Los caminos son, además, los ejes a través de los cuales se concretan procesos depoblamiento y se articulan las relaciones sociales y económicas que finalmente consoli-dan determinada región o sociedad (Botero Páez 2005).

Los senderos, caminos y rutas son una expresión de la forma en que los gruposhumanos organizan el espacio social a partir del geográfico; forman parte de la pro-ducción basada en el diseño y la planeación culturales, y son auténticos vehículos parael intercambio. Por esas vías se trasladaban las personas, que a su vez eran portadorasde objetos y tradiciones, de bienes y de ideas, ejes articuladores de procesos históricos(Fournier 2006). Entendidos como rasgos conspicuos que muestran qué regionesinterconectaban, quiénes los usaban y con qué fin, entonces habremos dado un pasoadelante en el estudio de las sociedades prehispánicas (Langebaek Rueda 1988) y laconstrucción de sus paisajes.

Estas aproximaciones antropológicas a la idea de camino se acercan a los objetivosque, desde la Arqueología, perseguimos en nuestros proyectos2 sobre: Usos del espacioy apropiación de recursos. Las rutas indígenas como organizadoras del paisaje en laPatagonia argentina, planteados, en especial en la provincia de Chubut. Pretendemos:

- Recuperar el trazado de los caminos en asociación a los sitios arqueológicos y a losrecursos naturales visibles en la actualidad.- Distinguir en el paisaje lugares con un valor simbólico actual o pasado, marcadospor los pobladores actuales o nombrados como tales en fuentes escritas.- Analizar el uso del espacio, los tipos de movilidad y las estrategias de asentamien-to en relación a la obtención y transformación de recursos como así también enrelación a los contactos sociales desarrollados en ellos (por ej. sitios de agregación,ceremoniales, etc.).El desafío es cómo recuperar esos ejes de comunicación humana, de apropiación de

recursos, de articulación del conocimiento de los espacios, a partir de los vestigios ar-queológicos que pudieron dejar a su paso grupos cazadores recolectores en una geo-

2 Pict Agencia 11759. Rutas indígenas, paisaje y arqueología de Patagonia central argentina.UBACYT F198. Las rutas indígenas como organizadoras del paisaje en la Patagonia argentina.

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grafía como la de la Región Patagónica. No contamos con documentación escrita ográfica anterior a la llegada de los europeos, ni mapas del interior de la región traza-dos por éstos a su llegada ya que sus intereses, durante los primeros siglos de la coloni-zación y establecimiento en América, no se focalizaron en el interior del cono sur, sinoen el reconocimiento y apropiación de sus costas.

Por otra parte, el relieve de la Patagonia extraandina –de la que estamos ocupándo-nos– con sus pampas, mesetas y amplios valles fluviales induce a la idea que puedellegarse desde cualquier lugar hasta cualquier otro, sin necesidad de trazados o derro-teros previos. En un trabajo anterior (Nacuzzi y Pérez de Micou 1994), basado en fuen-tes etnohistóricas tardías y etnográficas, quedó en claro al menos, que los cazadorespatagónicos "seguían en general el curso de los cañadones, buscaban la proximidad delas lagunas y de los cursos de agua que utilizaban como aguadas. Los valles de losgrandes ríos (Negro, Chubut) no eran usados salvo en breves trayectos. En cambio,estos cursos funcionaban en mayor medida como aguadas y los indígenas los cruzabanfrecuentemente por vados cuya ubicación conocían a la perfección y cerca de los cualestenían paraderos" (1994:96). Por otra parte, en este mismo trabajo se documentó lareiterada relación entre paraderos y disponibilidad de determinados recursos. Esto úl-timo daba nombre, en muchos casos, al lugar

La recuperación de estos trazados puede darse, entonces, y en primer lugar, por lademarcación de hitos representados por los topónimos utilizados en las fuentesetnohistóricas, incluida la cartografía a partir del siglo XIX; por el recorrido efectivo deese trazado en la actualidad, con la intención de encontrar vestigios indígenas y/o hue-llas de los recursos nombrados; y por último, por la continuidad en el uso de ese camino.

En este trabajo consideraremos a la etnohistoria y la etnografía como fuentes deinformación que permitieron plantear hipótesis a contrastar en el campo, en el trayec-to que va desde Gastre a Gan Gan en el N de la provincia de Chubut (Fig. 1).

Los trazados en las fuentes escritas

En la recuperación de estos viejos trazados se debe tener en cuenta lo informadopor José María Cual quien menciona que estos caminos seguían por los cañadones yque los tramos estaban condicionados por la cantidad de agua que podía transportar-se, la cual no alcanzaba más que para un día y medio. Según Cual, esto último fue larazón por la que no hubo rutas que unieran San Antonio con Madryn por la costa.Señala también que los caminos no estaban demarcados intencionalmente, ni se lesrealizaba ningún mantenimiento (Bórmida y Casamiquela 1958-59).

Otros aspectos importantes en la recuperación de estos trayectos, son los menciona-dos por Moyano (1931), quien se basa en la información que le han brindado lostehuelches para plantear sus propios recorridos ocurridos entre 1876 y 1880:

Conozco el modo de ser de los tehuelches y sabía muy bien que ellos no van ni pasancasi nunca sino por parajes donde pueden irse deteniendo varios días para hacer sus

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Figu

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cacerías (…), trazando sus sendas donde no hay piedras que destruyan sus caballos sinherraduras en las marchas y en las boleadas; y además, como tienen pocos caballos , sutoldo y su ajuar lo transportan en sólo dos o tres cargas muy pesadas, con las cuales sólopueden andar cinco o seis leguas por día, teniendo por consiguiente que detenerse alcabo en sitios con suficiente agua y pasto para las yeguadas de toda la tribu (p. 59).

La necesidad del trazado de sendas por donde no hay piedras y puede conseguirseagua se repite en los relatos de Cox (1999) con respecto al camino que va por la costadel río Limay:

Pero este camino del norte tiene sus ventajas; se anda sólo por arena, mientras que enel del sur hay muchas piedras que lastiman, en poco tiempo, las patas de los caballos, yademás se evita la famosa travesía en donde no hay agua durante un día y una noche,y es preciso manear a los caballos para no perderlos (p.218)

Onelli (1998) observó, también, al dejar atrás los territorios del Chubut y entrar aSanta Cruz por el río Guenguel

Íbamos galopando hacia el sur, a la región que ha quedado desierto absoluto, guardadapor todos lados por una barrera casi infranqueable de escoriales basálticos (…): la mis-ma senda prehistórica indígena que la atraviesa da grandes rodeos para evitar esoscampos de piedra… (p.79).

Debió costarle mucho a los viajeros obtener esa información y lograr la compañíade guías indígenas en sus distintos recorridos. Moyano dice, al tratar de conocer loscaminos que comunican la provincia de Santa Cruz con la de Chubut, el indio es siem-pre reservado cuando se toca un asunto como éste de mayor importancia para su segu-ridad presente y futura (p.59). En el mismo sentido se expresa Clarisa Moyano (1948),su hija: …se prestaron a acompañar a mi padre al sitio que él deseaba explorar; duran-te el viaje pudo comprobar que las noticias contradictorias y los obstáculos que le po-nían los indígenas obedecían al propósito de que no llegara hasta ahí (p.167).

En relación a la zona que nos ocupa, Moyano diferencia muy bien entre el caminode la costa, que une Chubut con Río Negro, que es usado por los vecinos de Patagones;y el camino de Valcheta que sólo conocen los indios y que por él se comunican con elRío Negro las tribus de las nacientes del Senger y el Chubut (Moyano 1931: 84).

Un aspecto interesante mencionado por Musters (1964 {1869/70}) es el hecho deque las mujeres y los niños marchaban separadamente de los hombres.

"(...) y poco después apareció una fila de mujeres y niños montados, bajando por laloma en dirección al sitio donde estábamos y en el que, según Sam, se proponía acam-par esa partida." (Musters 1964:71)

La mujer era la encargada de levantar los toldos, transportarlos y del armado delnuevo campamento. Por ello, estas caravanas aparentemente seguirían un trayecto

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directo entre paradero y paradero, a diferencia de los hombres que, al ocuparse derealizar las cacerías para proveer de alimento al resto del grupo, en su derrotero noseguían una dirección lineal.

En este sentido, Musters menciona que podían divisarse en el paisaje los senderosque utilizaban las caravanas de mujeres, indicando de esta manera una redundancia ensu uso:

"Las huellas hechas por los guanacos pueden ser confundidas casi por cualquiera que nosea indio, por huellas de "chinas", o caravanas de mujeres y caballos cargados (...)"(1964: 68)

Un camino indígena en Patagonia, entonces, no sólo debe tener un derrotero (porej.: desde el Senger al Río Negro; de San Antonio a Puerto Madryn), seguir los cañadones,sino también contar con agua cada jornada y media; tener un suelo arenoso, pastopara los animales. Pero, además de estos factores positivos, Moreno nos ilustra acercade un camino de dificultoso trazado para alejarse de un sitio peligroso: la Cueva deElengassen, un monstruo que la habitaba y que mataba a quienes se atrevieran a acer-carse (Moreno 1997:31). Asimismo vemos que el estudio de estos caminos, líneas en elpaisaje, en el sentido de García Martínez (2006), son las que nos permiten articular orelacionar sitios dentro de un área –e incluso demarcarla. No hay mapa en el que nohaya líneas de algún tipo y son un elemento complejo dentro del trabajo arqueológico.En ellas, agregamos nosotras, se inscribieron también aspectos esenciales de la organiza-ción social de quienes fueron demarcándolas con su uso, al punto de diferenciar caminosde mujeres y varones de acuerdo con sus diferentes funciones en la economía del grupo.

CAMINO GASTRE – GAN GAN

Gastre (Departamento de Gastre) y Gan Gan (Departamento de Telsen) son dos co-munas rurales ubicadas en el Norte de la provincia de Chubut, unidas por un caminoque forma parte de otro mayor. Éste corre de este a oeste, uniendo poblaciones asenta-das en la cordillera patagónica, con otras ubicadas en la costa del Mar Argentino.

En Gastre, localidad asentada en la margen izquierda de un mallín, el camino discu-rre a 1200 m de altura sobre el nivel del mar. Durante el invierno nieva en abundancialo que provoca el aislamiento del pueblo por bloqueo de las rutas. El camino continúapor las Pampas de Gastre, Sacanana y Gan Gan, donde alcanza los 620 msnm. Estaspampas están comprendidas en el Distrito Occidental, caracterizado por una Estepaarbustiva graminosa de 60 a 80cm con una cobertura del 50%, y el Central, más árido,hacia el este (Estepa arbustiva con Chuquiraga avellanedae).

Este tramo integra una de las rutas que han sido informadas por José María Cual(Kalaqapa) a Bórmida y Camiquela (1958/1959). Unía los siguientes puntos:

Gangan →Gastre →Calcatapul →Ukelé →Quetrequile →Jacobacci

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Si bien Gastre aparece mencionado sólo en esta ruta, Gan Gan es citado formandoparte de otras tres.

1. Gangan →Campana Niyeo →Chichihuau →Llama Niyeo →Lanchigue →Puesto de

Hornos →Ñe Luan →Maquinchao

2. Gangan →Colelache →Lagunita Salada →Paso del Sapo →Quichaura →Teká

3. Gangan →Telsen →Trapalu →Chazico →Dos Pozos →Dolavon

Por Gan Gan pasarían entonces cuatro rutas que, además de seguir el trazado deeste a oeste, avanzan hacia el norte y hacia el sur de esta localidad. Este cruce de rutasindica una de las características sobresalientes de este espacio, que no aparecen comotales en la cartografía actual sino como simples sendas de conexión local. En Gastre, encambio, pueden verse 6 rutas actuales que atraviesan la localidad, hecho que no serefleja en la información etnográfica.

La toponimia

Ambas poblaciones tienen nombres indígenas al igual que los accidentesorohidrográficos que las circundan.

El topónimo Gan Gan, según Casamiquela (1987), designa a una planta pequeñaque, para Harrington (1968), se trata de un junco que crecería a las orillas de la lagunaque lleva ese nombre. Otra posibilidad a la que hace referencia el mismo autor es quesignifique "redondo, circular o esférico" en alusión al cerro ubicado en ese sitio. Ac-tualmente no se observan juncos en las orillas de la laguna. Se destaca, en cambio, elcerro redondeado que emerge en la llanura (Fig. 2) y se divisa desde lejos, característicaimportante si consideramos a Gan Gan como punto de encuentro de varias rutas por-que serviría de guía para localizar el lugar.

Una reseña municipal consigna que el nombre "Gan Gan" es de origen mapuche ysignifica "asado asado", destacando que los primeros pobladores fueron de apellido"Cual", afincados alrededor de la laguna existente en las proximidades (www.Chubut.gov.ar 5-5-07)3.

El significado del topónimo Gastre o Castre no es claro. Casamiquela presenta dis-tintas alternativas: "pampa seca", "yuyo" o "trueno"; según versiones de distintos in-formantes, inclinándose el autor por "trueno". Parece difícil asociar a Gastre con unapampa seca ya que no lo es en absoluto por la presencia de un gran mallín que esatravesado por el arroyo de ese nombre (Fig. 3). El significado de "yuyo" se retoma enla información que presenta la página web de la Comuna cuando dice que deriva de untérmino tehuelche (Gástrrek) utilizado para denominar a la Leña de Piedra o Azorellasp. Este cojín, que no se observa en la actualidad en las cercanías de la comuna, fue

3 El primer maestro de Gan Gan fue Tomás Harrington quien, durante su estadía en esa escuela yotras del Chubut, realizó uno de los primeros trabajos etnográficos sobre los tehuelches.

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Figura 2. Gan Gan. A-Laguna Gangan al pie del cerro; B-C-Anverso y reverso de material lítico;D-D-Anverso y reverso de materiales de obsidiana.

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usado por los indígenas como leña cuando no había otra disponible debido a su bajopoder calórico y a que no forma brasas durante su combustión (Ancibor y Pérez deMicou 2002). Con respecto a esta especie, a la que los indios denominaban Kethalá oGethen, Claraz indicó el uso de su raíz, con un alto contenido de resina, como mastica-torio. No hizo referencia a su uso como combustible. En cambio, se refiere a estetopónimo– aplicado al comienzo de la travesía de Valcheta (Río Negro)– como Caschtre(caaschtrec, prendedor para acollarar caballos). Ball (1885), quien determinara en elReal Jardín Botánico de Kew los herbarios recogidos por Claraz en su viaje, publica lalista de especies determinadas con comentarios acerca de sus usos por parte de losindígenas. En estos comentarios, extraídos de las anotaciones de Claraz, dice: …and asthe root is very tough, the Patagonians, who call it Yahenele, drag it up by passing theleather thong which is attached to the saddle of the horse round the base of the stem(p.225), con respecto a otra especie: Nassauvia rosulata o Nassauvia glomerulosa. Estaespecie aparece en los bordes del mallín de Gastre (Fig. 3).

En síntesis, ninguno de los dos topónimos tiene un significado unívoco. MientrasGan Gan puede referirse a una planta, a un lugar redondeado o significar "asado";Gastre puede aludir a una planta, un evento meteorológico o a una característica delambiente. Lo que nos importa acá es la perduración del topónimo hasta la actualidad,hecho que nos permite recuperar lugares que cumplieron un papel en el trazado dealgunos caminos. Si tuviéramos que decidir por algún significado, y en vista de lo expli-cado más arriba, nos inclinaríamos a pensar en Gan Gan como la elevación que, a suvez, daría nombre a la laguna y al lugar. Gastre podría, según nuestras observaciones,aludir a Nassauvia sp, actualmente denominada por los pobladores cola de piche.

Otros topónimos indígenas que pueden verse en el mapa actual de la región consi-derada en este trabajo y que presentan menos problemas en su etimología son: CarhuéNiyeo: según Casamiquela (1987:61) carhué es una piedra blanca, calcárea, que em-plean los indios como componente para sus teñidos. Suele verse en bardas y flancos delas sierras, a veces en gran cantidad.

Al sur del camino Gan Gan- Gastre existen dos lugares con ese nombre y dos cami-nos parten de Gan Gan hacia ellos (Fig. 1).

Arroyo Sacanana: alude a la presencia de pajaritos, no de una especie particularsino para referirse a las aves de pequeño tamaño (Casamiquela 1987:57).Colelache: Tanto Harrington como Casamiquela indican que el topónimo se refierea una piedra muy dura y consistente, azul, veteada; una piedra para hacer boleado-ras, muy brillante, azuladita (Casamiquela 1987:55).Arroyo Calcatapul: Calafate grande (Berberis spp.)Cañadón Catandil: cerro perforado o de la ventana también conocido por iekaigepsewen o montón de zorros muertos (Casamiquela 1987:59 y 132).Cañadón Michihuau: cañadón o bajo de los molles (Schinus spp.)Talagapa: se refiere a la boleadora de dos bolas (Harrington) o a la "bola perdida"(Casamiquela).Una mirada a estos significados evidencia la referencia a recursos naturales minerales

(una piedra calcárea; piedra para hacer boleadoras); vegetales (molle; calafate); animales

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(pajaritos) utilizados por los indígenas, y a referencias en el paisaje como el caso del CerroPerforado. Estos topónimos, al igual que los anteriores –Gastre y Gan Gan– confirman laaclaración realizada por Harrington (1968:332) quien explicó que "componen nombrespropios geográficos en el concepto del hombre blanco, pero no eran tales `nombrespropios` para los indios" sino indicaciones de la real existencia de lo que ese nombredesigna. Esto reafirma el valor de estos topónimos en la recuperación de los caminosindígenas y en su definición como territorios de explotación (Nacuzzi y Pérez de Micou1994).

PRIMEROS MAPAS DE PATAGONIA. EL CAMINO EN EL ATLAS DE 1892

"Triste es decirlo, el mapa argentino, por lo que respecta a esta parte de nuestroterritorio, está actualmente tan en blanco como cuando yo lo cruzara en 1879". Así serefería, en Reminiscencias del Perito Moreno, Moreno (1997:132) al hablar de la regiónentre los río Negro y Chubut, al sur de Maquinchao. Esta ausencia de información seevidencia en el Atlas de la república Argentina editado 1887 y parece salvarse en la de1892 en la que aparecen accidentes orográficos y el camino que nos ocupa, con unaserie de paraderos indígenas, entre los que se reconoce Gastre (Fig. 4). El trazado va deeste a oeste y puede verse una senda que parte de Gan Gan hacia el río Chubut, pasan-do por el actual Colelache. Sobre el trazado de este camino aparece el nombre deFontana como si el mismo hubiera sido recorrido o referido por él pero no indica el añode esa información.

HUELLAS DEL PASADO EN LA RUTA GAN GAN - GASTRE

Con la idea de relevar la existencia de evidencias prehispánicas se realizó en enerode 20004 una campaña de prospección que incluyó la ruta actual que conecta a GanGan con Gastre (Fig. 1). El recorrido partió de la localidad de Paso del Sapo, por cuyopuente se cruza hoy el río Chubut. Los datos previos con que contábamos, indicabanque los indígenas realizaban este cruce unas dos leguas aguas abajo de esa localidad.Precisamente a una distancia similar se ubicó a los 42º 49´ S y 69º 33´ O, un alero (TANOS)de arenisca orientado al E, paralelo al cauce, en la margen derecha del río Chubut.Presenta gran cantidad de motivos de arte rupestre grabados, con algunos trazos finos,otros anchos y profundos, otros formatizados por picado. Representan tridígitos, círcu-los y líneas paralelas5. En aristas naturales de la roca hay marcas cortas y paralelasgrabadas.

4 Formaron parte del equipo el Sr. Luis Micou y las Srtas. Ana Paula y Valeria Micou quienesaceptaron trocar sus vacaciones por una campaña arqueológica con escasa financiación.5 Actualmente es una propiedad privada cuyos dueños, antiguos maestros en la región, dan allugar un sentido religioso por lo cual sólo pudimos realizar el registro que presentamos.

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Figura 3. Gastre. A-Pueblo actual al borde del mallín; B-C-Anverso y reverso de material lítico;D-Vista del mallín y el arroyo desde el Cerro de la Cruz

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Frente a este paredón, en la antigua orilla del río, sobre un suelo arenoso –donde seobservan algunas matas de coirón y ejemplares de Hoffmanseggia sp.–, se encuentrandiseminados cantidad de artefactos. El material lítico se compone de puntas de proyec-til pedunculadas, raspadores de filo frontal corto, cuchillos de filo retocado marginalbifacial, lascas, manos de moler y fragmentos de molinos. También se encontraron frag-mentos cerámicos lisos e incisos. Al norte del sitio, contra la barda, se encuentra un ojode agua que alimenta un estanque utilizado por la población actual. Este lugar estárodeado de cortaderas (Cortaderia sp.) visibles a distancia. Al sur se encuentran lasconocidas pinturas de Paso del Sapo.

El recorrido continuó por el Mallín de Currumil (MACURR), una población actualasentada a orillas de un gran humedal que le da nombre. Desde allí, el camino asciendehasta la salina del Molle (SMOLLE), la más grande de un conjunto de salinas que incluyeotras dos (Fig. 5). Los materiales líticos aparecen en superficie en los alrededores de lasalina, cerca de la ruta actual. Unos km más adelante hay un cruce de caminos en ellugar denominado El Molle, donde se ven las ruinas de un almacén, edificado a orillasde la salina.

En la localidad de Gastre se localizó el sitio Gastre 1 (GASTR1) en un faldeo suavecon afloramientos rocosos en la margen izquierda del mallín (Fig. 3). En superficie serecogieron núcleos agotados de obsidiana, fragmentos de artefactos bifaciales, raspa-dores y lascas de sílice. Los pobladores de Gastre refieren haber recogido puntas deproyectil en ese lugar. En el sitio hay una vegetación predominante de cola de piche(Nassauvia glomerulosa), neneo (Molinum spinosum), cactáceas y gramíneas de escasoporte. En el mallín se ven botón de oro (Grindellia sp.), pasto salado (Distchilis sp.) yjunquillos (Scirpus sp. y Juncus sp). En el centro de la depresión ocupada por el mallíncorre el arroyo Gastre, con abundante agua en el verano en que se realizó la prospec-ción, a pesar de tratarse de un año muy seco.

Gastre 2 (GASTR 2) es un sitio ubicado en el Cañadón de La Horqueta donde seencuentra el establecimiento del mismo nombre. Es un mallín encajonado en las Sierrasde Lonco Trapial, cubierto de cortaderas (Cortaderia sp.). Se recolectaron grandes lascasde rocas graníticas así como también fragmentos de lascas de sílices.

Aguas abajo del arroyo Gastre, a la izquierda del camino que lleva a Gan Gan, estáel denominado Cerro de la Cruz (Cº CRUZ) en cuyo faldeo se recuperó material lítico.Desde este sitio se divisa la Pampa de Gastre en su totalidad.

Al descender de la Sierra de Lonco Trapial el camino cruza el arroyo Sacanana(SACANA). En el año de la prospección había pobladores dedicados a la cría de ovejas.La vegetación predominante es de neneo (Molinum spinosum), zampa gris (Atriplexlampa), Monte negro y pastos (Fig. 5). En el mallín que forma el curso del arroyo sedivisaban bandadas de ñandues petisos (Pteronemia pennata).

Al sur del camino que une Gastre con Gan Gan pueden verse afloramientos rocosos(basaltos columnares) a lo largo de la Pampa de Sacanana. En un sector se forma unabrigo cuya superficie, de unos 10 m2, está formada por un sedimento oscuro cubiertode guano (GANGA 1). Se realizaron recolecciones de materiales en la superficie frenteal abrigo y en los alrededores (faldeo y pie del faldeo).

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GANGA 2: se denominó así a una superficie blanquecina que cubre el camino porvarios cientos de metros. Este sedimento aflora, también, en los faldeos de la sierra quese divisan al sur del mismo. En la toponimia indígena del Chubut se documenta, comovimos más arriba, el nombre de un lugar en esta área (Carhue Niyeo) que hace referen-cia a una piedra calcárea utilizada por los indígenas en su actividad textil.

La localidad de Gan Gan está asentada al borde de la laguna del mismo nombre. Unrecorrido realizado en sus alrededores permitió la ubicación del sitio Gangan 3 (GAN-GA 3) en un faldeo al oeste de la laguna. Se recogieron lascas de sílices y fragmentos deartefactos (Fig. 2).

Como vemos, en esta prospección se recuperaron vestigios arqueológicos halladosen superficie, en su mayoría artefactos líticos, recogidos al solo efecto de consignar laexistencia de sitios arqueológicos a lo largo del camino.

De un total de 56 artefactos recuperados, 39 corresponden a desechos de talla, 8lascas con rastros de uso, un artefacto de formatización sumaria, un artefacto tallado,y dos raspadores. En cuanto a las materias primas hay una predominancia de sílices (n:26), siguiendo en importancia la obsidiana (un total de 16). De esta última materiaprima se hallaron dos pequeños artefactos que evidencian extracciones de lascas y quepodrían haber funcionado como núcleos.

OBSIDIANAS EN EL CAMINO

Una de las maneras que tiene la Arqueología para establecer cuáles eran los cami-nos y las rutas de intercambio entre diversas regiones es mediante la presencia demateriales foráneos en contextos arqueológicos. Con ellos puede intentar proponer, almenos, los puntos de origen y de destino, así como parte de las redes que debieronestablecerse entre los distintos grupos para obtener los recursos (Ortiz Días 2006). Laobsidiana es un buen indicador de movilidad al tratarse de una roca que ha sido trans-portada asiduamente por los cazadores recolectores de la Patagonia, y cuya fuente deproveniencia puede ser determinada puntualmente en el espacio. Teniendo en cuentaestas propiedades se decidió efectuar el análisis de los elementos traza de los artefac-tos confeccionados en dicha materia prima con la finalidad de relacionarlos con lasfuentes ya detectadas y completar la información acerca de su dispersión.

Se realizaron análisis geoquímicos a cargo del especialista Charles Stern sobre 11de los 16 artefactos de obsidiana (5 no pudieron ser analizados debido a su tamañopequeño). Los resultados fueron los siguientes:

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Figura 4. Gastre. A-Sitio en el borde del mallín con plantas de Nassauvia sp.;B-C-Material lítico del sitio Gastre 2.

A

CB

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Figura 5. A- Mallín de Currumil (MACURR); B- Salina El Molle desde el camino;C-Detalle de la misma salina; D- Sacanana (SACANA)

A

B C

D

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Location SampID Rb % Sr % Y % Zr % Nb % Ba % La % Ce % Type

FuenteSacanana S20 0,0278 0,0000 0,0063 0,0378 0,0182 0,0013 0,0079 0,0147 SI Stern

et al. 2000

Gan Gan CM2 0,0276 0,0000 0,0066 0,0389 0,0195 0,0022 0,0078 0,0137

Gan Gan CM3 0,0289 0,0000 0,0065 0,0387 0,0189 0,0029 0,0087 0,0153

Gan Gan CM5 0,0287 0,0000 0,0060 0,0388 0,0189 0,0018 0,0076 0,0159

Gan Gan CM6 0,0282 0,0001 0,0063 0,0375 0,0191 0,0011 0,0083 0,0146

Gan Gan CM7 0,0283 0,0001 0,0062 0,0360 0,0181 0,0016 0,0084 0,0153

Gastre CM14 0,0301 0,0000 0,0065 0,0391 0,0191 0,0022 0,0075 0,0157

Gastre CM15 0,0280 0,0000 0,0061 0,0390 0,0186 0,0012 0,0073 0,0141

Gastre CM16 0,0283 0,0000 0,0064 0,0387 0,0190 0,0013 0,0062 0,0153

Gastre CM17 0,0277 0,0000 0,0061 0,0363 0,0185 0,0011 0,0084 0,0154

Gastre CM18 0,0281 0,0001 0,0057 0,0366 0,0181 0,0000 0,0073 0,0158

Cerro

Castillo MS11 0,0307 0,0000 0,0090 0,0928 0,0221 0,0014 0,0076 0,0172 CC Stern

et al. 2000

Gan Gan CM4 0,0295 0,0000 0,0082 0,0839 0,0204 0,0028 0,0077 0,0159

Tabla – Resultados del análisis geoquímico de las muestras de obsidiana

Diez de las piezas corresponden al tipo de obsidiana de la fuente relevada en elCerro Guacho – Sacanana (tipo SI). Una pieza de Gan Gan corresponde a un tipo deobsidiana cuya fuente no es conocida pero que también se presenta en artefactos ha-llados en el sitio Cerro Castillo (tipo CC) (Stern et al. 2000)Este dato, si bien es único, puede servir para relacionar dos localidades como Gan Gan yCerro Castillo, unidas por el camino, referido por José María Cual, que lleva de Gan Gan aMaquinchao pasando por la localidad de cerro Castillo, en el límite actual de las provinciasde Chubut y Río Negro. Por otro lado, tanto este tipo de obsidiana de fuente desconocida(tipo CC) como la obsidiana de la fuente determinada en Sacanana (tipo SI), también hansido hallados en sitios de la costa de la Provincia de Chubut (Gómez Otero y Stern 2005),por lo que se completaría una vía de comunicación que uniría a la localidad de CerroCastillo, pasando por Gan Gan, con los sitios cercanos a la costa. José María Cual habla deun camino que desde Gan Gan llega a Dolavon, localidad cercana a la costa (Bórmida yCasamiquela 1958/59). La ubicación de la fuente de obtención de las obsidianas del tipoCC, contribuirá a ampliar nuestros conocimientos sobre la movilidad indígena y sus cami-nos.

CONSIDERACIONES FINALES

El camino que hemos prospectado aparece en la cartografía recién después de ter-minada la lucha contra el indígena por parte del gobierno nacional y una vez que los

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inmigrantes ocuparon las tierras de su elección. Actualmente, aunque mejorado, no esmuy transitado localmente ni forma parte de los circuitos turísticos de la provincia deChubut.

El segmento de camino indígena que hemos estudiado integra, como dijimos, unomás largo que sigue el mismo derrotero –de este a oeste– conectando diferentes regio-nes entre la cordillera y la costa. En su trayecto se marcan lugares especiales, que sonnombrados de acuerdo con la disponibilidad o presencia de algún recurso. Algunos deellos se destacan del resto ya que aparecen como lugares donde confluyen vías decomunicación. Tal el caso de Gan Gan, donde se interceptan distintos caminos, según lainformación proporcionada por José María Cual y la extraída de los mapas. En estecaso, proponemos el nombre de encrucijada para estos puntos donde se cortan líneasde similar importancia formando áreas alrededor de ellos. Gastre, de donde partenradialmente sendas que comunican con lugares cercanos pero por los cuales sólo pasauna ruta importante, sería una intersección de vías de distinto uso. Esta diferenciaciónobedece a la necesidad de distinguir posibles diferentes significados en estos puntosque la toponimia y la cartografía nos permiten recuperar en el presente.

Los resultados del análisis de los vestigios arqueológicos de obsidianas de diferentesfuentes de aprovisionamiento tienden a relacionar estos puntos a lo largo del camino,ya que el mismo tipo de obsidiana (tipo SI) aparece tanto en Gastre y Gan Gan como ensitios de la costa (Gómez Otero y Stern 2005). Asimismo, esta obsidiana ha sido halladaen los sitios del valle de Piedra Parada en el curso medio del río Chubut (Bellelli yPereyra 2002; Castro 2005; Stern et al. 2005) y en sitios de la zona de bosque (Bellelli yPereyra 2002). Estas evidencias hablan de caminos que ya conectaban toda la regióndesde hace 3200 años antes del presente, y que pueden ser comparados con los infor-mados por J. M. Cual en épocas recientes, ya que, por ejemplo, él menciona la comuni-cación entre Gan Gan y Paso del Sapo en el valle del río Chubut. Por otro lado, laobsidiana de fuente desconocida (tipo CC) es hallada en Gan Gan y Cerro Castillo, doslugares incluidos en el itinerario marcado por J. M. Cual hacia Maquinchao, y aparecetambién en la costa. El camino del que habla J. M. Cual, que parte desde Gan Gan haciaDolavon, pasando por Telsen, sería coincidente con estos hallazgos, así como tambiéncon el hecho de que aparezcan obsidianas provenientes de la localidad de Telsen ensitios de la costa (Gómez Otero y Stern 2005). Todas estas evidencias refuerzan la ideade Gan Gan como una encrucijada.

Más allá de la recuperación de los trazados y del valor de cada topónimo comoindicador de la existencia de ciertos recursos, el estudio de los caminos –el difícil estu-dio de líneas en Arqueología, según García Martínez (2006)– se nos presenta como unaposibilidad para entender algo más acerca de la organización de estas sociedades: ca-minos transitados por mujeres, más que por varones; caminos que no siguen el trazadomás fácil sino el que aleja de los sitios marcados por la presencia de seres peligrosos;caminos que se esconden al conocimiento de los extraños como estrategia de defensaante el avance la sociedad europea y criolla.

Una pregunta que está latente desde el comienzo del desarrollo de esta investigaciónes: ¿desde qué momentos podemos decir, con alguna seguridad, que existieron estos

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caminos?. El hecho de saber que –al menos etnográficamente– se eligen determinadostipos de suelo y que son los recursos, especialmente vegetales, los que marcan los hitosdentro de estos recorridos, nos alienta a pensar que, mientras esas condiciones ambienta-les existieran, esos caminos habrían sido, al menos, posibles. Aquí, el trabajointerdisciplinario es ineludible. A las líneas de evidencia mencionadas en este capítulose le suman en nuestro caso, el estudio de polen fósil a lo largo de las rutas, que tienecomo fin la recuperación del paleoambiente y su cronología (Ver capítulos 4 y 5). Éstenos permitirá comparar esa información con los ambientes actuales por donde esoscaminos discurren y poder, de esa forma, acercarnos a los paisajes por los que transcu-rrían los caminos en el pasado.

AGRADECIMIENTOS

Un especial agradecimiento a la Lic. Ana Paula Micou, responsable del georeferen-ciamiento de los sitios y a Valeria Micou, responsable de la confección de las láminas.Luis Micou es el autor de las fotografías.

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