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La representación de Julio César en Julius Caesar, de Joseph
Mankiewicz1
Manuel Marín Vera
Graduado en historia
Granada
Resumen: En los años 50, Hollywood decidió realizar una pionera adaptación
cinematográfica de una de las figuras más relevantes e influyentes en la antigua Roma,
Julio César. La producción hollywoodiense, dirigida por el director y guionista J.
Mankiewicz, se adelantó originalmente a producciones posteriores conocidas como
péplum. En Julius Caesar se encuentra una biografía muy acertada con los grandes
sucesos e hitos de la vida de Julio César, sucesos muy documentados, lo que otorga a la
biografía histórica de gran veracidad a la vez que sus formas, lenguaje y maneras de
representar los sucesos ayudan a conocer el presente del film y su contexto histórico,
otorgándole de esa manera un doble valor histórico, el del presente representado y el del
presente intrínseco en ella.
En lo concerniente a la originalidad, la adaptación fue una traslación de la tragedia
homónima de Williams Shakespeare a la gran pantalla, con tanto acierto que se ha
convertido en una obra de referencia para el estudio del pasado en el cine.
Palabras clave: Cine histórico, Julio César, Idus de Marzo, Joseph Mankiewicz, época
clásica, Peplum, Plutarco, Williams Shakespeare.
Abstract: In the 50s, Hollywood decided to conduct a pioneering film adaptation of one
of the most important and influential in ancient Rome, Julius Caesar figures. The
Hollywood production, directed by director and screenwriter J. Mankiewicz, Originally
anticipating film productions known as peplum. Julius Caesar makes a successful
biography with great events and hits in the life of Julius Caesar, well-documented
1 Artículo publicado por la revista de Cine e Historia METAKINEMA, con fecha de 3 de febrero de 2015. ISSN 1988-8848.URL: Http://www.metakinema.es/metakineman16s3a1_Julius_Caesar_Mankiewicz_Manuel_Marin_Vera.html
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events , Which gives the historical biography great accuracy while its forms, language
and ways of representing events help to know the Present and its historical context ,
Giving a double historical value, this represented and the intrinsic present in it.
Regarding originality, adaptation was a translation of the homonymous tragedy of
Williams Shakespeare to the film theatre, so well that it has become a work of reference
for the study of the past in film.
Keywords: Historical films, Julius Caesar, Ides of March, Joseph Mankiewicz, classical
period, Peplum, Plutarch, Williams Shakespeare.
I. Introducción al film
www.pinterest.com
Julio César, como hombre, solo vivió una vez, concretamente durante los últimos años
de la República romana (100 a.C-44 a.C.), pero su imagen no murió con el hombre, sino
que se ha mantenido viva a lo largo de los siglos. El séptimo arte ha sido uno de los
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“culpables” de mantener en el imaginario popular la figura de los personajes más
influyentes e importantes de la Roma Antigua. La obra precursora y de referencia
obligatoria para el estudio de la imagen de Julio César en el siglo XX es el film de los
años cincuenta, Julius Caesar, del director y guionista J. Mankiewicz, pues se trata de
una de las primeras adaptaciones al cine hollywoodiense de la figura del dictador
vitalicio. Julius Caesar contará con un reparto de actores de la talla de Marlon Brando
en el papel de Marco Antonio, James Mason como Bruto, John Gielgud como Casio y
Louis Calhern en el papel de Julio César.
La película se estrenó en lo que se conoce como la época clásica de Hollywood,
anticipándose unos años a lo que más tarde sería el despertar de las películas del género
péplum. Éstas serían producciones italianas de finales de la década de los 50, cuyo
nombre fue acuñado por el tipo de túnica utilizada, característica de estas películas.
El film obtuvo cinco nominaciones a los Oscar, aunque solo pudo hacerse con una
ansiada “estatuilla”. También recibió otros premios y críticas muy favorables pese a la
austeridad de sus decorados, que la distanciaban del esplendor característico de
Hollywood. Unas escenas con una ornamentación muy fasta, rodada en blanco y negro
y con unos planos más propios de una obra de teatro que de una película
hollywoodiense. Este giro en la escenografía fue explicado por el director de la
siguiente manera: queríamos que el público creyese que estaba en Roma, sin distraerle
hasta el punto de que diésemos más importancia a las columnas que a los hombres2.
La película es una fiel adaptación de la tragedia homónima de Shakespeare,
correspondiéndose cada escena con los cinco actos que componen la obra del
dramaturgo inglés. En los diferentes actos, serán obviados tanto la trayectoria política
como el ascenso social de César, mostrando únicamente lo que Plutarco transmite en sus
biografías. De esta forma, no se decantará por ningún bando, ni elaborará un panegírico
de la figura de César.
El film comienza con las celebraciones por la investidura de Julio César, donde ya se
puede atisbar la falsa modestia de César al rechazar la corona de rey. Inmediatamente
después, encontraremos la conjura de los senadores de Roma, los cuales giran en torno a
uno de los protagonistas de la película, Marco Bruto. En un principio, Bruto no se
2 Cita textual del Director J.L. Mankiewicz tomada del libro de F. Lillo Redonet (1994).
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mostrará muy partidario de la idea del “Cesaricidio”3, pero finalmente será convencido
por Cayo Casio, terminando por acceder a la propuesta, pues antepone la razón de
Estado al sentimiento personal. Los hechos siguientes van a ser los auspicios que
augurarán el fatal destino de César y su muerte en los Idus de marzo4. En lo que
respecta a la muerte del dictador se puede apreciar un verdadero baile fatídico de
puñaladas y forcejeos que acabarán con su muerte. Este acontecimiento, no será el
momento principal, pero sí el desencadenante del clímax de la película: los dos
discursos. Interpretados fielmente como los concibió W. Shakespeare, Bruto y Marco
Antonio realizarán dos intervenciones, el primero explicando las razones del
“Cesaricidio”, y el segundo defendiendo el honor de César y denunciando el injusto
magnicidio. El final de la película coincide con el cuarto y quinto acto de la obra teatral,
en donde los principales instigadores de la muerte del dictador perderán la vida
suicidándose tras la derrota en la batalla de Filipo (42 a.C.). Uno de ellos, Bruto, morirá
lamentando más la conjura contra César que su fatal destino.
II. Plutarco, Shakespeare y Mankiewicz: tres Julio César en un film
El Julio César de Mankiewicz está dotado de una gran veracidad como biografía fiel a la
adaptación de la vida del dictador perpetuo, pero el mérito de tal documentación
histórica no se encuentra solo en los asesores históricos de la película, sino en la obra
homónima de la que se sirve, el Julius Caesar de W. Shakespeare (Lillo Redonet 1994:
76). Es decir, no consulta directamente obra alguna de historiadores clásicos ni fuentes
directas sobre César. En su lugar, Shakespeare, sí se va a valer de las obras de
historiadores clásicos para el desarrollo de su tragedia, aunque no las fuentes directas.
En lugar de ello, el dramaturgo consultó las traducciones de Sir Thomas North en las
ediciones de 1579-1595 de la obra Vidas paralelas de Plutarco, así como la traducción
francesa de Jacques Amyot de 1559 (Lillo Redonet 1994: 76) de la misma obra. En este
sentido, la lejanía física con respecto a la fuente clásica directa es bastante palpable,
pero, como se verá a continuación, eso no priva a la producción de prestar un alto grado
de fidelidad a ésta.
3 Concepto que se utiliza con gran ligereza para hablar del asesinato de Julio César y el cual se ha ido extendiendo hasta convertirse en un sustantivo que hace referencia a la muerte de un emperador.4 Idus es un nombre de género femenino, por lo cual sería más exacto utilizar Las idus de marzo, pero el masculino se impuso tras la novela de Thornton Wilder “Los idus de marzo” (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 113).
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Shakespeare solo se vale de esta fuente para su obra, así que tanto la película como la
tragedia se pueden seguir muy de cerca con las biografías de Plutarco, haciendo así que
el film sea una representación de los caracteres de los personajes.
En cuanto a la representación de los hits más importantes en la vida de César,
Mankiewicz pone el punto de partida de su film en la llegada de César a Roma y la
celebración de su investidura como dictator perpetuus o dictador vitalicio. La plebe
comenzará a vitorearlo como a un rey, llegando Marco Antonio a ofrecerle la corona de
monarca, que será rechazada por César con un gesto de falsa modestia. Este hecho
reafirma el miedo endémico que existía a que César se coronase rey. La acumulación de
poderes y sus enormes logros como militar hacían temer al Senado, encabezado por
Bruto y Casio, que deviniese en tiranía y terminara por acabar con la República
Romana, muy debilitada para entonces, y dar comienzo así a una monarquía, tan
desprestigiada desde el último rey de Roma, Tarquinio El Soberbio. No obstante, para
Mankiewicz, el único que conspirará contra César a fin de defender el bienestar del
pueblo romano fundado sobre el modelo republicano será Bruto, mientras que Casio
actuará motivado por la venganza personal. Éste último será el que logre convencer a
Bruto de participar en la conjura, dándole un protagonismo que él no podía tener debido
a su imagen de hombre codicioso y temperamental (Alonso, Mastache, Alonso 2008:
113). En sus Vidas paralelas, Plutarco narrará el rechazo de la corona de rey por parte
de César, dando a entender que el régimen político de Roma seguiría siendo la
República: ...el odio más manifiesto y más mortal lo produjo el pretexto de querer
reinar como un rey. Aunque esto César lo negó, incluso cuando lo llamaron rey, el dijo
“No me llamen Rey sino César” (LXI).
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©Warner Home Video
Pero el Senado no quedará satisfecho con las muestras públicas de César y decidirán
llevar a cabo la conjura, que acabará con su vida. Esta conjura ya tenía unos precedentes
en la guerra civil contra Pompeyo (49 a.C.) de la cual César saldrá victorioso dejando
tras de sí un tremendo odio que calará profundamente entre los miembros del Senado,
pese a haber perdonado a los que se rindieron y haberles concedido cargos importantes:
César tuvo clemencia con los que le habían hecho la guerra contra él, e incluso a Bruto
y a Casio que los nombró Pretores (Plutarco, LXI). César no perderá tampoco de vista
en ningún momento al Senado, sobre todo a Casio, del que al parecer desconfiará más:
¿Qué os parece que trae Casio entre manos? Porque a mí no me agrada mucho verlo
tan pálido (Plutarco, LXII).
En lo que respecta a la cuestión de los augurios y los prodigios, la película mostrará de
manera muy dinámica y fluida los distintos males que acechaban a César. Destacan la
tormenta natural, como presagio de la tormenta política y social (Alonso, Mastache,
Alonso 2008: 120) y el sueño de Calpurnia, esposa de César, que queda caracterizada
como una esposa perfecta, muy lejos de la “realidad” de la historia, ya que César
mantenía una relación sentimental con Cleopatra, de la cuál nacerá el único hijo
biológico de César, Cesarión. Plutarco también va a hacer hincapié en los distintos
prodigios, dedicándoles un capítulo completo. Un ejemplo de estos augurios recogidos
en la obra de Plutarco lo encontraríamos en su diálogo con Lépido la noche anterior a
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los Idus de marzo: Hubo numerosos prodigios acerca de su muerte, incluso la noche
antes, cenando con Lépido, este le preguntó que cual era la mejor muerte y César dijo
“la no esperada” (LXIII).
En el film, también se quiere dejar constancia de la impasividad de César ante los
distintos prodigios o incluso su confianza en los senadores que antes habían atentado
contra su vida, prefiriendo dejar de vivir con miedo a la muerte para afrontarla de cara,
algo que Plutarco resalta del carácter de César: Sus más fieles amigos le decían que
fuera con protectores y con una guardia personal, temiendo ya el fatal desenlace que
iba a tener, pues grandes eran las envidias que suscitaba. Pero el siempre decía que
“más vale morir una vez que vivir temiendo siempre” (LXI).
El quince de marzo del 44. a.C. será la fecha que pasará a la posteridad por acaecer
dicho día el asesinato de Julio César. La película narrará este acontecimiento siguiendo
con gran fidelidad a la fuente. Calpurnia intentará convencer a César de no ir al foro de
Pompeyo debido a su sueño. Éste fue interpretado por ella de una manera fatídica para
César. Ante esto, el dictador decidirá no presentarse, algo que también recoge Plutarco
en su obra. Pero Decio Bruto, encargado de recoger a César, no dejará que nadie evite el
mortal desenlace y, con una sutil y magistral oratoria, confundirá a César, ridiculizando
el sueño de Calpurnia y haciendo ver al dictator que era necesario presentarse ese día
ante el Senado: …y si estando ya sentado -añadió- ahora se les diera orden de
retirarse, para volver cuando Calpurnia tuviese sueños más placenteros […]. Después
de esto le dedicó un discurso de porque debía ir a la asamblea y no hacer caso a los
auspicios (LXIV).
Pocas son las “invenciones verdaderas”5 que la película va a realizar, pues se aleja de
historias paralelas, centrándose tan solo en recrear lo más fielmente posible la obra de
Shakespeare y solazar el carácter biográfico de los personajes. Julio César de
Mankiewicz será fiel a la tragedia shakesperiana también en la muerte del Dictador, con
un baile de dagas y puñales, en el que se mostrará de manera clara la grotesca escena.
5 “Invenciones verdaderas” e “invenciones falsas” son dos términos acuñados por Rosenstone en su libro El pasado en imágenes. El desafío del cine a nuestra idea de historia.
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©Warner Home Video
La realidad sin duda fue aún más dura, tanto es así que Plutarco nos habla que era tal el
atropello por darle las puñaladas que incluso se hirieron unos a otros, llegándole a
asestar hasta 23 puñaladas a César y algunas que otras heridas a sus colegas cónsules
(LXVII). Algunas fuentes nos hablan de una defensa por parte de César mayor de la que
se muestra en la película, hiriendo incluso a Casca (quien fue el protagonista de la
primera puñalada) (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 122).
La muerte puede parecer el hecho más importante de cualquier representación
biográfica de César, pero en la producción de Mankiewicz así como en la obra
shakesperiana, es tan solo la antesala de los dos momentos clave del rodaje, los dos
discursos. Es necesario tener en cuenta varios aspectos sobre los discursos que se
detallan a continuación. En la película se muestran de manera continuada, como recurso
para mantener alto el grado de tensión del momento, pero no se realizaron así, pues tuvo
que pasar un día entero para que Bruto hablase, y Marco Antonio lo haría en su funeral,
tres días después (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 26). En lo que respecta al discurso
de Bruto, la película muestra un Bruto muy dolido por la muerte del dictador, que trata
de convencer a la plebe de manera “racional” de que la tiranía y ansias de poder de
César han hecho que su muerte fuese algo necesario: “lo maté no porque amase menos
a César, sino porque amaba más a Roma”. En el lado opuesto aparecerá Marco
Antonio, como el amigo fiel de César. Con el cadáver de su amigo en sus brazos y
mostrándolo al pueblo, se vale de sus palabras acompañadas por el testamento del
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mismo (el cual Suetonio narra en la Vida de César que se abrió en los idus de
septiembre (1975: 40) para convencer al pueblo de manera “emocional” (Alonso,
Mastache, Alonso 2008: 126). Plutarco narra los acontecimientos de otra manera:…
Cuando se terminó esto, el senado salió por la calle creando incertidumbre y miedo
[…] Al día siguiente, Bruto bajó del Capitolio y el pueblo lo respetó, pero también
compadeciendo a César. Bruto no derogó ningún mandato de César. Cuando se abrió
el testamento de César. Después de esto, se cogió el cadáver casi mutilado por las
heridas y se hizo una hoguera para quemarlo. Cogieron partes de éste incendiadas y
marchó el pueblo embravecido en busca de sus asesinos (LXVII).
Como último acto y final de la película, se muestran las muertes que acontecieron a los
magnicidas, de las cuales ninguna fue natural o así nos lo transmite Plutarco. Como
símbolos de estas muertes es suficiente mostrar la de los dos líderes de la conjura, Casio
y Bruto. Ambas muertes se produjeron por suicidio, siendo el film fiel a la fuente, pero
a su vez de manera distinta. En el film, Casio, acorralado tras perder en la batalla de
Filipos (42 a.C.), decide, con ayuda de un esclavo, apuñalarse en el pecho. Plutarco
diferirá de Shakespeare en cuanto a las maneras de realizar el suicidio, pero siendo esto
una mera anécdota, quizás para darle más dramatismo a la escena. Bruto acabará con su
vida de la misma manera, pero tiempo más tarde, y atormentando por su conciencia, que
la película personificará en César. Plutarco y Suetonio también nos narran en sus
escritos la muerte de Bruto tal y como la fuente reproduce.
©Warner Home Video
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III. Conclusiones
La obra de Mankiewicz se adapta de manera fiel a las dos fuentes de las que se sirve,
directas e indirectas. La obra de Shakespeare responde a un primer interrogante que se
plantea al visionar una obra fílmica ¿Por qué se utiliza esta fuente? Pues bien, como hija
de la época clásica de Hollywood, Julius Caesar va a encontrar en Shakespeare una
tragedia clásica, muy atractiva y recurrente en esta época y en épocas posteriores.
La omisión de acontecimientos es algo necesario para darle más agilidad a los hechos y
a la trama, y más cuando se trata de traspasar una obra de teatro, con sus limitaciones, a
la gran pantalla.
Una cuestión más es lo que nos quiere transmitir el director del film con su película.
Pues bien, ésta lleva al espectador hacia una reflexión filosófica sobre el valor de la vida
de un individuo frente al valor de la idea del bien común. Las batallas, la trayectoria
política y los personajes secundarios son elementos innecesarios para transmitir al
público esta reflexión. Solo son necesarios los dos discursos como pilares básicos para
mostrar dicha reflexión. Mostrando los dos discursos seguidos ambos con sus distintos
argumentos, se da la oportunidad de no hacer un panegírico de César, sino simplemente
mostrar la evolución y el retrato psicológico y moral de los diferentes protagonistas. En
cuanto a los dos discursos, el de Marco Antonio sin duda contiene un peso moral más
profundo que el de Bruto, el cual se centra en los aspectos políticos ajenos a la plebe.
Estos aspectos estaban bastantes más alejados del pueblo, y no eran tan fácilmente
asimilables como lo eran los motivos sentimentales de Marco Antonio, que sí calarán en
la mayoría de los cives Romani, encantados por los continuos esfuerzos de César desde
su edilidad para agradarlos.
Aunando todo lo visto hasta ahora, se puede afirmar que Mankiewicz traslada la
tragedia de Shakespeare al cine con un gran acierto, primando por encima de todo el
papel reflexivo de los personajes, algo típico en las películas históricas de mediados del
siglo XX y que ya lo era en las obras teatrales del siglo XVII, y alejándose de las
pasiones personales, de las motivaciones carnales y de otras formas que no eran
demandadas por el público de la época clásica de Hollywood.
Julius Caesar es solo la precursora de una serie de películas que se producirán a lo largo
de la historia del cine, donde la temática histórica será el escenario donde recrear la vida
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de grandes personajes, sucesos, proezas, descubrimientos, barbaries, etc., en los que se
encuentran títulos como Alejandro El Magno (Alexander The Great, Robert Rossen,
1956), Cleopatra (Cleopatra, J. Mankiewicz, 1963), La caída del imperio Romano (The
Fall of the Roman Empire, A. Mann, 1964), Gladiador (Gladiator, R. Scott, 2000),
Troya (Troy, W. Petersen, 2004), Alexander (Alexander, Oliver Stone, 2004), 300 (300,
Z. Snyder, 2007), Elizabeth (Elizabeth, S. Kapur, 2007), Lincoln (Lincoln, S. Spielberg,
2012) y un sinfín de filmes donde el pasado constituye un escenario en el cual proyectar
su presente, la realidad socio-política-cultural-económica de cada film, otorgándole a
cada producción un doble valor histórico, donde, en palabras de Benedetto Croce, se
cumple la premisa de que toda historia es historia contemporánea.
Bibliografía
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Madrid, 2008.
FERRO, M., Cine e historia, G. Gili (GG), Barcelona ,1980.
LILLO REDONET, F., El cine de romanos y su aplicación didáctica, ediciones
clásicas, Madrid, 1994.
NOVILLO LÓPEZ, M. A., “El cine y la imagen de Cayo Julio César: realidad o
ficción”, Anatomía de la historia, 2011. [Revista en red][Consultado en 5 de marzo de
2014]
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PLUTARCO, Vidas paralelas. Cayo Julio Cesar, traducción y notas por Jorge Bergua
Cavero, S. Bueno Morillo y J. M. Guzmán Hermida, Gredos, Madrid, 2007.
SHAKESPEARE, W, Julio César. Versión Castellana de G. Macpherson, Cardo.
Madrid, 1909.
ROSENSTONE. R. A., El pasado en imágenes. El desafío del cine a nuestra idea de
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