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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE LA MIXTECA INGENIERIA INDUSTRIAL Nombre del alumno: Alejandro Chavez Angel. PROFESOR: Ricardo García Jiménez HISTORIA DEL PENSAMIENTO FILOSOFICO GRUPO: 111-A SEMESTRE: 2015-A Página 1 APUNTES DE FILOSOFIA

APUNTES DE FILOSOFIA 1

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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE LA MIXTECA

INGENIERIA INDUSTRIAL

Nombre del alumno: Alejandro Chavez Angel.

PROFESOR: Ricardo García Jiménez

HISTORIA DEL PENSAMIENTO FILOSOFICO

GRUPO: 111-A

SEMESTRE: 2015-A

Página 1

APUNTES DE FILOSOFIA

INDICE POR UNIDADES

Unidad I. ¿Qué es la filosofía?

1.1. Definición de la Filosofía1.2. Ramas de la filosofía.1.3. Corrientes de la filosofía.1.4. Métodos de la filosofía.1.5. Objetos, fenómenos y temas que estudia la filosofía. 1.6. El por qué estudiar filosofía

Unidad II. Filosofía antigua o griega. Los percusores.

2.1. Pre-socráticos (ideas generales sobre su filosofía). 2.2. Sócrates (ideas generales sobre su filosofía).2.3. Platón (ideas generales sobre su filosofía).2.4. Aristóteles (ideas generales sobre su filosofía).2.5. Pitágoras (ideas generales sobre su filosofía). 2.6. Otros filósofos (ideas generales sobre su filosofía).

Unidad III. Cristianismo y Edad Media.

3.1. La filosofía de Cristo.3.2. Descripción de la edad media (política, social y económica).3.3. La Patrística.3.4. La Escolástica.3.5. El descubrimiento de América y el Nuevo Orden Mundial. Unidad IV. Renacimiento y modernidad.

4.1. Descripción del Renacimiento (política, social y económica).4.2. Descripción de la Modernidad. 4.3. Racionalismo (descripción). 4.3.1. René Descartes y las Reglas del Método.4.4. Empirismo (descripción). 4.4.1. David Hume4.4.2. Francisco Bacón y la teoría de los Ídolos. 4.5. El criticismo kantiano

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Unidad V. El siglo de las luces o siglo XIX.

5.1. Positivismo (Augusto Comte)5.2. Materialismo Histórico (Carlos Marx)5.3. Friedrich Nietzsche y la filosofía vitalista.

Unidad VI. Siglo XX filosofía contemporánea.

6.1. Max Weber y la Jaula del Hierro6.2. Heri Bergson.6.3. Los existencialistas.6.4. La filosofía Nacional Socialista Alemana o Nazi. 6.5. Michel Foucault.6.6. La filosofía del mexicano. 6.7. Eric Fromm. 6.7.1. El miedo a la libertad6.7.2. El arte de amar.6.8. Zygmunt Bauman.6.8.1. Modernidad Liquida6.8.2. Amor Líquido.

Unidad VII. Post-modernidad. ¿La salida a la crisis actual?

7.1. ¿Qué es la post-modernidad?7.2. Gianni Vattimo. El fin de la Modernidad.7.3. La cultura de la Nueva Era (New Age, sus representantes. 7.4. Teoría de la Complejidad y la Teoría General de los Sistemas (elementos básicos).

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INDICE DE CONTENIDOIntroducción……………………………………………………………………………………………………………..…6

El sentido clásico de la vida………………………………………………………………………………………….7

Ramas de la filosofía…..……………………………………………………………………………………..…….….8

Métodos que utiliza la filosofía para apropiarse……………………………………………………………………………………………………………………9

Justicia……………………………………………………………………………….………………………………………10

Filósofos……………………………………………………………………………….……………………………………12

Los sofistas………………………………………………………………………………………………………………..14

Cristianismo……………………………………………………………………………………………………………….15

Corrientes filosóficas………………………………………………………………………………………………….16

Filosofía moderna………………………………………………………………………………………………………17

Nicolás Maquiavelo……………………………………………………………………………………………………18

“El príncipe”………………………………………………………………………………………………………………21

La justicia…………………………………………………………………………..………………………………………23

Humanismo……………………………………………………………………..………………………………………..24

Fráncico Bacon……………………………………………………………………..……………………………………26

Filosofía Marxista………………………………………………………………..………………………………..…..28

La crítica de Mark hacia Hegel………………………………………………..……………………….….……..29

El humanismo Marxista……………………………………………………………………………………………..31

Existencialismo………………………………………………………………….……………………………………….34

Bergson……………………………………………………………………………………………………………………..37

El laberinto de la soledad…………………………………………………………………………………………..39

Valores………………………………………………………………………………………..…………………………….43

Valores de Rockeach………………………………………………………………………………………………….46

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Individualismo………………………………………………………………………………………………………..……….61

El arte de amar………………………………………………………………………………………….…………………….68

Amor liquido……………………………………………………………………………………………………..…………….78

Modernidad liquida………………………………………………………………………………..……………………….79

Posmodernidad………….………………………………………………………………………………..………………….85

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INTRODUCCION

El pensamiento filosófico es una rama de la ciencia en la cual se estudia todos los conceptos relacionados con los que tienen que ver grandes pensadores filosóficos que atribuyen a las ciencias actuales grandes conocimientos para poder estudiar y comprender mejor las cosas que suceden a nuestro alrededor; es por ello que se incluye en el programa de estudios de la carrera de ingeniería industrial, ya que será una gran y poderosa herramienta para estudios posteriores acerca de la ciencia y la ingeniería.

Durante el desarrollo del curso, el profesor abordaba temas muy interesantes en los cuales nos inducia a buscar cada vez más información debido a la temática abordada en clase, además de reforzar el conocimiento adquirido con documentales que tenían mucho que ver con el contenido que estábamos tratando en clase, de esta manera aprendíamos mas ya que se realizaban resúmenes de los videos o documentales que se veían en clase.

La historia del pensamiento filosófico, es una materia en la cual se abordaron temas que tienen que ver con el comportamiento de los individuos tal es el caso del mexicano, vimos como el mexicano se comporta respecto el resto del mundo, analizamos la mayoría de sus comportamientos que este tiene frente a una sociedad más avanzada que nosotros mismos.Lo interesante de esta temática, es como vemos que desde tiempos anteriores han ido influyendo para llegar hasta este tipo de comportamiento que hoy en día adoptamos como nacionalidad, en donde se nos hace una gracia hablar mal de México sin hacer nada para mejorarlo, una nación que no se caracteriza por un valor en especial, mas sin embargo aún es tiempo de tomar conciencia en el asunto tratando de mejorar nuestra actitud como personas que es lo principal que otras naciones ven de nosotros como país.

Lo anterior, es un ejemplo de los muchos temas que se abordaron en el resto del curso, ya que vimos desde la historia de los grandes filósofos de antes hasta los tiempos actuales en los que estamos viviendo tratando siempre de no dejar duda alguna.En las siguientes páginas se plasma lo que estudiamos durante toda la duración del curso, ampliando más los temas que se abordaron con información externa de internet promoviendo así una información más clara de lo que queremos dar a entender.

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EL SENTIDO CLASICO DE LA VIDA:

Para poder entender el sentido de la vida empezaremos a entender la palabra “sentido”, tal palabra tiene un amplio significado en distintas ramas de la filosofía y que describiremos más adelante.

También el sentido clásico de la vida es el de ser fundamentalmente feliz.

Según Aristóteles todo ente ira al pos del desarrollo máximo de la esencia que le es propia al conseguir dicha meta se producirá un estado de realización plena también llamada felicidad, que para la mayoría de los autores el ser feliz el sentido fundamentalmente ser feliz y con ello alcanzar la plena satisfacción de los ser humanos.

Aristóteles dijo: aparte del mundo inerte, la vida se compondría de tres esferas esenciales, la esfera vegetativa (propia de las plantas), esfera sensitiva (propia del animal) y la esfera racional (la del ser humano), estas son las esferas que componen nuestro mundo.

Felicidad vegetativa: satisfacción de la alimentación, respiración y la reproducción.

Felicidad animal: mediante los sentidos; olfato, tacto etc.

Felicidad humana: realizar las virtudes éticas y dianoeticas, esto es, alcanzar un comportamiento virtuoso y un conocimiento del mundo, todo sentido de la vida humana y del ser en general se basa en hechos propios de la naturaleza.

El término "sentido" en filosofía y en lógica tradicional tiene la acepción de "significado". Por eso la pregunta "¿cuál es el sentido de la vida?" puede ser cambiada por esta otra: ¿qué significado tiene la vida?, es decir, qué valor encierra la vida (una vez que el significado de algo coincide con su valor). Estas preguntas tienen dos aspectos a saber. En primer lugar, contestar si sí o si no tiene sentido la vida. Y en segundo lugar, de contestarse afirmativamente, hay que contestar a la pregunta "¿cuál es entonces el sentido de la vida?"

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RAMAS DE LA FILOSOFIA:Durante el semestre discutimos acerca de las diferentes ramas de la filosofía, mismas que se describen a continuación.

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EPISTEMOLOGIA: (teoría del conocimiento)

Se ocupa de estudiar el origen posibilidad y límites del conocimiento humano, también se ocupa por los criterios de verdad. Dentro de la epistemología podemos incluir la filosofía de la ciencia que se ocupa de definir cuál es la ciencia estableciendo sus características

LOGICA:

Es la parte de la filosofía que estudia la validez de los razonamientos

METAFISICA:

Es la reflexión de todo lo que existe filosóficamente, es la rama que tiene mayor tradición y también la más criticada, por algunas corrientes filosóficas porque consideran que se ocupa de falsos problemas. La metafísica general también se conoce como Ontología, parte de la filosofía que se ocupa del ser en general.

ESTETICA:

Se ocupa del problema del arte y trata de responder a la cuestión de lo que es la belleza.

ETICA O FILOSOFIA MORAL:

Se ocupa de cómo debemos comportarnos y trata de responder a cuestiones como que es el bien, que es la felicidad.

FILOSOFIA POLITICA:

Estudia al ser humano como miembro de una sociedad y trata de responder, averiguar cuál es la mejor forma de convivir y organizar el Estado, la democracia, los derechos humanos la justicia son algunos de los temas que trata.

Filosofía

METODOS QUE UTILIZA LA FILOSOFIA PARA APROPIARSE:

Los métodos generales que sirven para aproximarse a cualquier tipo de conocimiento enmarcando en lo básico

La inducción: es el proceso mediante el cual a partir de un conocimiento particular podemos formular unas ideas o leyes.

El análisis: es el estudio de las partes por separado.

La observación: es la atención intencionalmente sobre algo.

La experimentación: la observación condiciones creadas para un evento en cuestión.

La comparación: es el estudio semejante y diferente.

La generalización: es la extensión de un concepto a un campo de aplicación mayor dando lugar a conceptualizaciones universales o generales.

La deducción: es el proceso a través del cual aplicamos una ley general a un fenómeno particular.

La síntesis: es el estudio de las partes que integran un todo.

La demostración: es un proceso racional que nos permite confirmar un principio o ley.

La comprobación: es la verificación de un principio.

La aplicación: es el empleo de un principio en un caso particular.

La sinapsis: es la representación gráfica de todo orgánico.

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¿Qué ES LA JUSTICIA? Hans Kelsen

Hans Kelsen comienza diciendo que el hombre justo es aquel que actúa según las reglas establecidas por un orden social, posteriormente refiere que un orden social será justo cuando este haga feliz a la mayoría de sus súbditos o gobernados, esto en consecuencia de que ningún gobierno u orden social puede tener a todos sus gobernados completamente felices ya que siempre habrá personas que no estén de acuerdo con ciertas ideas, causándoles resentimiento y una idea subjetiva de que lo establecido por un orden social es injusto, ejemplo: impuestos.

Las personas se conducen justamente, desde el momento en que deciden acatar las órdenes de su gobierno, sin embargo un orden social actuara justamente, cuando la mayoría de sus gobernados vallan de acuerdo con las reglas creadas por este. Otro aspecto muy importante dentro de la justicia es la felicidad ya que desde mi punto de vista y según el criterio del autor la justicia tiene dos caras en cuanto a su aplicación, puesto que al aplicarse entre dos o más personas a una de estas le causa felicidad y a la otra una idea de que lo actuado fue injusto, por ejemplo: en una relación laboral entre patrón y un trabajador donde quien decide que es justo entre la ley federal del trabajo, señalando que los días de vacaciones del trabajador son seis días por un año de servicio, esto al ser acatado por ambos, desde el punto de vista del patrón es justo en razón de que no son muchos días que se le priva de su mano de obra y elemento principal de dicho patrón, lo cual le causa felicidad a este, contrariamente a esto el trabajador piensa que seis días es muy poco en consecuencia causándole infelicidad y una idea de que es injusto.

Otro aspecto muy importante mencionado es el conflicto de valores que surge al aplicar la justicia, tanto como individuos, como también como sociedad, puesto que ciertas ocasiones nos vemos en la necesidad de decidir entre dos valores que consideramos importantes teniendo que elegir alguno de los dos y descartar el otro, acerca de lo anterior el autor da un ejemplo de este conflicto; cuando un médico y su paciente se encuentran hablando sobre la situación o estado de este último, el médico, partiendo de la idea de que la enfermedad del paciente es crónica y mortal, tiene que decidir entre decir la verdad o tenerle compasión y darle ciertas esperanzas que al final de cuentas son falsas.

Para finalizar el autor menciona que no existe realmente una respuesta definitiva y totalmente aceptada sobre que es la justicia, sin embargo él dice que la justicia es un valor supremo sobre el cual se aplica y descansa la paz, el bien común la libertad, la igualdad y entre otros valores de menor jerarquía.

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LA JUSTICIA:

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CONTEXTO SOCIAL

La ley

Encargada de impartir justicia dependiendo de las acciones del

individuo

Normas

Valores

Principios

IGUALDAD

“Dar a cada quien lo que se merece”

“bien por bien, mal por mal”

“no hagas a los demás lo que no quieres que te

hagan”

APLICAR

Un sistema de justicia inequitativo (dar a cada quien lo

que se merece),

Sesga o incluye a la justicia a un sistema no equitativo

La justicia es, en primer lugar, una característica posible más no necesaria del orden social. Recién en segundo término constituye una virtud del individuo pues un hombre es justo cuando su obrar concuerda con el orden considerado justo. Mas, ¿cuándo es justo un orden social determinado? Lo es cuando regla la conducta de los hombres de modo tal que da satisfacción a todos y a todos les permite lograr la felicidad. Aspirar a la justicia es el aspirar eterno a la felicidad de los seres humanos: al no encontrarla como individuo aislado, el hombre busca la felicidad en lo societario.

CORRIENTES FILOSOFICAS:

Mientras los animales inferiores están en el mundo, el hombre trata de entenderlo; y, sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible del mundo, el hombre intenta enseñarse de él para hacerlo más confortable. Es por esto que a lo largo de la historia del pensamiento humano tanto en oriente como en occidente se ha construido un camino que ha llevado a la humanidad a encontrarse progresivamente con la verdad y confortarse con ella.

FILOSOFOS PRESOCRATICOS:

THALES:

Su filosofía es un hilozoísmo: todo está lleno de dioses, considerados simplemente como seres supra humanos, lo cual refleja su tendencia innata a observar el mundo desde una perspectiva humana, y a estructurarlo en categorías familiares.

Reconoce el nacimiento de lo que hoy conocemos como Ciencia (que entonces era Filosofía). Thales fue primero en superar la tendencia espontánea de explicar la realidad mediante formas, sentimientos y representaciones antropomórficas.

ANAXIMANDRO:

Para Anaximandro la substancia originaria (arjé) es lo apeiron (lo indefinido e infinito). Es importante, ya de entrada, señalar el paso importante que Anaximandro da sobre Tales en relación con el tema del principio o arjé. Y es que, en el afán racional de la búsqueda de lo permanente (esencia), Anaximandro, sitúa esa esencia no en los elementos (tierra, agua, aire, fuego), que podían ser percibidos por los sentidos, sino detrás de esa capa aparencial, con lo que realmente tiene lugar, por primera vez en la historia del pensamiento, una abstracción clara que va desde lo sensible hasta lo inteligible; lo que no quiere decir que Anaximandro considerara a lo apeiron como una realidad espiritual.

La información, que se nos ha transmitido, sobre la idea y el significado de lo apeiron, procede fundamentalmente de Teofrasto, aunque se encuentra también en Simplicio, Hipólito y Plutarco. Por supuesto debemos tener también muy en cuenta lo que nos dice Aristóteles.

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ANAXIMENES:

Para Anaxímenes, el aire era la substancia básica y originaria del mundo. Ese aire cambia por condensación y por rarefacción. Anaxímenes escogió el aire como principio originario, (arjé) de donde procede todo, debido a que podía convertirse en cualquiera de los otros elementos del mundo, como mar o tierra, sin perder su propia naturaleza. Simplemente se condensaba o se rarificaba pero conservando siempre su identidad. Con este planteamiento, Anaxímenes creía resolver las objeciones que Anaximandro había hecho a Tales y que le había impulsado a postular como principio originario a algo indefinido (lo ápeiron).

W. Capelle afirma, en su Historia de la filosofía griega, que Anaxímenes representa un paso atrás frente a Anaximandro al proponer como arjé a algo sensible (aire), aunque, por otro lado, significa un progreso ya que, según este autor, con Anaximandro la unidad de lo indefinido estaría en entredicho a partir de su posición frente a la separación de los contrarios.

PITAGORAS:

El segundo estadio importante en la historia de la filosofía presocrática lo constituyen dos grandes escuelas itálicas: la pitagórica y la eleática. El carácter y el tema central de su pensamiento difieren de los milesios. Mientras que una innata curiosidad intelectual y un descontento con las viejas tradiciones mitológicas impulsaron a los milesios a intentar aducir una explicación racional del cosmos; el impulso subyacente en el pitagorismo parece hacer sido religioso o emocional. Por ello, Aristóteles en la Metafísica afirma que éstos emplean principios y elementos más extraños que los físicos pues los tomaron de los seres no sensibles.

Además en el terreno propiamente cosmológico, los pitagóricos se interesan más por la forma o estructura del mundo que por su principio material. Ello no quiere decir, sin embargo, que no exista en ellos una teoría cosmogónica de la formación del cosmos. Estamos en una época en dónde la creencia de que el ser era sensible era casi un axioma, y, por tanto, la distinción entre lo corpóreo y lo incorpóreo no era aún asumible.

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LOS SOFISTAS

La ley, único soberano permanente, puesto que las magistraturas son dispersas y efímeras, será el centro de la mayoría de las discusiones. En épocas anteriores, las leyes no escritas (thesmoi) se consideraban de origen divino en contraposición con las nómoi, o leyes humanas, escritas. Ahora el valor de la ley, como fundamento de la democracia y única barrera frente al individualismo y la ambición de poder será discutido y examinado en profundidad.

Los sofistas considerarán que las nómoi son meramente convencionales y que dado que cada pueblo tiene las propias, carecen de valor absoluto, lo cual contraponen al carácter universal y permanente de las naturalezas. Esta contraposición entre ley y naturaleza se convierte en el gran tema.

El sofismo también se diferenció de la filosofía griega por su método, ya que aunque la vieja filosofía no excluía la observación empírica era típicamente deductiva, o sea que una vez que el sabio tenía un principio constitutivo general del mundo debía explicar a partir de él los fenómenos concretos. En tanto que los sofistas trataban de reunir una gran cantidad de observaciones de hechos particulares para sacar conclusiones, tanto teóricas como prácticas, siendo su método por lo tanto, empírico inductivo.

Estas conclusiones no pretendían establecer normas basadas en una verdad absoluta; a diferencia de la filosofía griega antigua que buscaba la verdad objetiva, ya que los cosmólogos querían descubrir esa verdad objetiva del mundo en forma desinteresada.

El método sofista más cuestionado era la enseñanza de la erística o el arte de persuadir y ganar las controversias, principalmente en lo concerniente a ganar los litigios judiciales. Obviamente en la práctica, esta habilidad podía equivaler a que la causa injusta pareciera justa, cuestión contraria al afán de llegar a la verdad de los antiguos filósofos.

Las doctrinas de Parménides y Heráclito llevaron a una actitud escéptica sobre la validez de la percepción de los sentidos, ya que si según Parménides el Ser es estático, inmóvil, eterno y el movimiento ilusorio; la percepción nos engaña; o si según Heráclito todo está cambiando sin cesar y lo único seguro es el cambio, también es imposible darle crédito a lo que percibimos.

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EL CRISTIANISMO:

La expresión filosofía cristiana, dice Brehier, puede tener uno de estos dos sentidos: o que sea una filosofía enteramente conforme con la fe cristiana y aprobada por el Magisterio de la Iglesia, y entonces es absorbida por la doctrina de la fe y deja de ser filosofía, o quiere significar que la religión y la fe cristianas han excitado el trabajo puramente filosófico de la razón natural, en la investigación y en el hallazgo de una nueva concepción del mundo, y esto, de hecho, nunca ha ocurrido.

Por su parte, Brunschvicg dice que, como la verdad no puede ser sino una y la misma para todos, no se debe añadir el adjetivo cristiana a la realidad de la filosofía. El adjetivo cristiana niega el sustantivo filosofía, porque la revelación cristiana, según se supone, proporciona una verdad indudable y ya conseguida, y por lo tanto excluye radicalmente la inquietud y la búsqueda de la verdad, que pertenece a la esencia de la auténtica filosofía.

En contraste con ellos se encuentran Maritain y Gilson. Para Maritain la filosofía, al menos la filosofía moral, tiene una dependencia esencial respecto de la sagrada teología, a la que debesubalternarse –y por tanto, también a la fe–, para que sea una verdadera ciencia y esté adaptada a su propio objeto en la presente condición de la naturaleza humana. La ética, pues, debe ser, no sólo positivamente, sino esencial y formalmente cristiana.

La filosofía cristiana así entendida, no sólo constituye un hecho histórico-cultural de primer orden, sino que se revela incluso como una exigencia perfectiva de la propia filosofía, en cuanto se la pone en relación con ese otro hecho, asimismo innegable, de la revelación divina y de la llamada universal de todos los hombres a la obediencia de la fe.

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Dios es el creador y providente de todo

COSMOLOGIA

Hijo de dios

ANTROPOLGIA

Mandamiento del amor, riesgo del

pecado, posibilidad del perdón

ETICA

CORRIENTES FILOSOSFICAS:

Filosofía medieval:

Los pensadores escolásticos sostuvieron una amplia variedad de ideas tanto en filosofía como en teología. Lo que da unidad a todo el movimiento escolástico son las metas comunes, las actitudes y los métodos aceptados de un modo general por todos sus miembros. La principal preocupación de los escolásticos no fue conocer nuevos hechos sino integrar el conocimiento ya adquirido de forma separada por el razonamiento griego y la revelación cristiana. Este interés es una de las diferencias más características entre la escolástica y el pensamiento moderno desde el renacimiento.

El objetivo esencial de los escolásticos determinó algunas actitudes comunes, de las que la más importante fue su convicción de la armonía fundamental entre razón y revelación. Los escolásticos afirmaban que el mismo Dios era la fuente de ambos tipos de conocimiento y la verdad era uno de Sus principales atributos. No podía contradecirse a Sí mismo en estos dos caminos de expresión. Cualquier oposición aparente entre revelación y razón podía deberse o a un uso incorrecto de la razón o a una errónea interpretación de las palabras de la revelación. Como los escolásticos creían que la revelación era la enseñanza directa de Dios, ésta tenía para ellos un mayor grado de verdad y certeza que la razón natural. En los conflictos entre fe religiosa y razonamiento filosófico, la fe era siempre el árbitro supremo, la decisión de los teólogos prevalecía sobre la de los filósofos. Después de principios del siglo XIII, el pensamiento escolástico puso mayor énfasis en la independencia de la filosofía en su campo propio. A pesar de todo, durante el periodo escolástico la filosofía estuvo al servicio de la teología, no sólo porque la verdad de la filosofía estaba subordinada a la de la teología, sino también porque los teólogos utilizaban la filosofía para comprender y explicar la revelación.

Esta postura de la escolástica chocó con la llamada teoría de la doble verdad del filósofo y físico hispano-árabe Averroes. Su teoría mantenía que la verdad era accesible tanto a la teología como a la filosofía islámica pero que tan sólo la filosofía podía alcanzarla en su totalidad. Por lo tanto, las llamadas verdades de la teología servían, para la gente común.

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Filosofía moderna:

En efecto, la Filosofía Medieval había conjugado en gran síntesis el pensamiento pagano platónico - aristotélico con el pensamiento cristiano, armonizando la razón y la fe, nuevas corrientes filosóficas proclamarían la absoluta independencia de la razón o aún la pondrían en rebelión abierta contra lo sobrenatural.

La nueva filosofía exaltaba el método matemático científico en detrimento del espíritu metafísico que había dominado, no sólo a la Edad Media, sino también entre los pensadores paganos. Naturalmente estas nuevas doctrinas o corrientes de pensamiento correspondían a nuevas situaciones políticas, culturales, sociales y religiosas; el Renacimiento, la seudorreforma protestante, el humanismo, el nacimiento de los estados modernos, el auge de las ciencias.

De ahí que también encontramos en la época moderna una tremenda dispersión doctrinal que contrasta con la notable unidad del pensamiento cristiano de la Edad Media; así como las naciones se diferencian, como los pueblos se separan unos de otros, también se producen profundas escisiones en el espíritu occidental y en su concepción unitaria del mundo, como consecuencia o secuela del enfrentamiento entre la razón teorética y la razón práctica, entre la ciencia y la fe, entre lo físico y lo metafísico, entre la política y la moral, entre lo subjetivo y lo objetivo, popular en tal abundancia los problemas, los métodos, las soluciones que el espíritu vuelve a caer en el escepticismo y llega hasta proclamar la superioridad del inconsciente sobre la conciencia.

Si bien es cierto que Descartes se apoya todavía en la Escolástica, sin embargo, por haber introducido en la filosofía la Duda Metódica, por su interpretación mecanicista de la naturaleza y por su idealismo metafísico, se constituyó en la fuente de todos los subsiguientes sistemas. Él exigió para el pensar filosófico una absoluta autonomía de modo que vinieron a desarticularse la razón y la fe; por todo ello Descartes se llama PADRE DE LA FILOSOFÍA MODERNA.

La Filosofía Moderna corresponde a ese período que llamamos Edad Moderna en la Historia Universal y que comienza en el Renacimiento y la Reforma Protestante.

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Es verdaderamente una época nueva con un espíritu nuevo, tan distinto del espíritu escolástico, que se le puede considerar como una revolución antiescolástica.

“EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS”NICOLAS MAQUIAVELO

¿Qué es el mundo para Maquiavelo?

Con el Renacimiento, aparece en la realidad política del mundo, una nueva magnitud política: el Estado nacional que lucha por su autoridad, por su liberación de los lazos supranacionales del sistema medieval, por su unificación y organización unitaria.

A principios del siglo XVI, casi toda Europa occidental ofrece una estructuración basada en monarquías absolutas (con su poder absoluto: soberanía), que adoptan una política consciente de explotación de recursos nacionales, de fomento del comercio, tanto interior como exterior, de desarrollo del poder nacional, y de concentración de las fuerzas militares y de la administración de justicia.

También es necesario destacar, que la aparición del Estado moderno, caracterizada por los monarcas absolutos que centralizan la lucha por su primacía (en lo interior, contra los señores feudales y en lo exterior, contra el pontífice y el emperador), hubiera sido imposible sin un apuntalamiento ideológico. Así, se señalan como los tres grandes jalones del absolutismo monárquico a: Maquiavelo, con su separación de la política de la moral; Bodin, con su teoría de la soberanía; y Hobbes, con su concepto de soberanía absoluta, sin límites.

El propósito principal de este trabajo es analizar "El Príncipe" considerado como texto fundador de la Ciencia Política, aunque hoy en día, esta disciplina se ha desarrollado mucho más allá de aquellas recomendaciones.

“El poder ha seducido a los hombres desde los tiempos más remotos.”

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Maquiavelo se valió de sus propias experiencias, lo que se ve reflejado en la mayoría de sus obras. Su concepción y su práctica han sido heterogénea a través de la historia de la civilización.

Pero nadie en muchos siglos se había aproximado a develar la naturaleza del poder en forma tan realista y desnuda como Nicolás Maquiavelo.

¿Qué es el poder para Maquiavelo?

El canto de la victoria, de la conquista y el sabor del triunfo es un placer codiciable. Hoy se nos enseña a ser los mejores en todo lo que emprendamos. A romper barreras, a rebasar metas y a lograr el éxito. La psicología nos anima a auto-realizarnos. Nos dice que “Lo importante es que seamos felices”. Este pensamiento humanista se oye por doquier. Pero hay que tener mucho cuidado en cómo se están llevando a cabo nuestros planes. Debemos preguntarnos ¿es justa la recompensa que obtuve al llegar a esta meta? ¡Observa muy bien tus estrategias antes de emprender cualquier cosa! ¡Cuidado con haber obtenido el éxito con el pensamiento maquiavélico! Porque de ser así, diremos con seguridad me lo gané con honradez cuando en realidad, el resultado tiene bases inmorales e incorrectas las cuales opacarán LA VERDADERA JUSTICIA. O diremos como Nicolás Maquiavelo: debemos separar lo moral de lo práctico. Para él la ética no importaba con tal de lograr sus objetivos.

Someter a la fuerza al pueblo

Otra de las obras de Maquiavelo, El Príncipe, nos muestra una hipótesis que se aplica en muchos lugares. El príncipe narra acontecimientos políticos (de hecho fue dirigido a la gestión política) donde la gente vive con miedo hacia sus autoridades. Maquiavelo garantiza que si imponemos el autoritarismo sobre un grupo o república tendremos siempre el control. En nuestros días muchas empresas emplean esta característica

maquiavélica y yo mismo soy testigo de que este pensamiento les funciona. Tienen a las

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personas bajo control pero con bases inmorales y justificaciones que parecen más amenazas que gratificaciones.

La trata de personas practica una buena parte de Nicolás Maquiavelo. La gente, temerosa por las agresiones físicas y verbales no se atreve ni siquiera a salirse de ese círculo pues llegan hasta convencerse de que fuera de él no sobrevivirían. Pero este pensamiento también se practica en los hogares. El maltrato hacia las mujeres son muchas veces el intentar someterlas a la fuerza. Con gritos y regaños hasta los hijos sienten el miedo. Conozco muchos casos donde los pequeños se comportan totalmente diferente cuando está papá que cuando no está. Hasta la esposa adopta un porte en presencia del esposo. La trata de personas no solo lo practican los secuestradores o los que trafican personas sino que muchos padres y madres aplican estas

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¿Qué es un actor político para Maquiavelo?

Muchos autores han intentado proporcionar a la política un objeto específico. Algunos aseguran que este es el bien común; otros dirán que su objeto es el Estado o la "máxima institucionalización de una entidad política" (Weber, 2002: 8), y finalmente habrá quienes encuentren la especificidad de la política en el poder (Bobbio, Dahl, Duverger, etcétera). Como hemos visto, Maquiavelo coincide con estos últimos. "Uno de sus discípulos, Scioppius, hará resaltar que es cosa extraña a la política la afirmación de que el príncipe debe ser piadoso para ganar la vida eterna. Esto corresponde a la teología [...] la política únicamente ha de investigar los medios por los cuales el poder se adquiere y se pierde" (Prelot, 1986: 145).

Resulta evidente en El príncipe que no interesa directamente al autor el bien común ni cuál sea la organización del Estado (república o principado de cualquier tipo), mientras se encuentre bien ejercido el poder.

Podemos decir incluso que su análisis no se remite al ejercicio del poder, sino también a los factores que influyen en su adquisición y conservación, y ha de ser por eso que dedica sus consejos a un "príncipe nuevo" que tendrá que defender constantemente su poder frente a sus súbditos y a las potencias vecinas. Maquiavelo presenta:

Cuatro maneras de adquirir el poder, a las cuales podrán corresponder diferentes maneras de conservarlo o perderlo. Se adquiere por virtus (es decir por energía, resolución, talento, valor indómito y si se quiere feroz) [...], o por fortuna [...]. Además, para ser completo, Maquiavelo tiene en cuenta las adquisiciones por perfidia, y hasta las adquisiciones por el favor, el consentimiento de sus ciudadanos. (Chevalier, 1955: 14)

Asimismo, los innumerables consejos políticos que llenan las páginas de El príncipe no tienen otro objetivo que el mismo poder. Cuando se recomienda al príncipe tener medios de coacción disponibles, cultivar los vicios necesarios, ser más temido que amado, o ser a la vez el zorro y el león, no se le está señalando el camino a la eternidad (fin religioso), ni a la riqueza (fin económico), sino al poder per se (entendiendo por éste, el fin político por excelencia).

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Su obra de Maquiavelo: “EL PRINCIPE.”

Junto con el nombre de Nicolás Maquiavelo nos surgen en la mente ideas de complots, intrigas, hipocresías, mentiras, o figuras como la familia Borgia, desde el Papa Alejandro VI a sus hijos Lucrecia y Cesar Borgia.

Su libro más famoso, El Príncipe, se ha considerado como un manual de crueldades, para un príncipe inmoral, y se dice que, habiendo sido libro de cabecera de múltiple reyes y mandatarios, el mismo Napoleón lo consideraba de lo más inspirador. El Príncipe es el manual del gobernante renacentista: secular, profesional, nacionalista y expansionista. Es un breviario del arte de conservar el poder, en el que desiste de todo intento de buscar una justificación teológico-racional del poder: el poder se justifica a sí mismo y es árbitro absoluto de todo lo que, pretendidamente, eran sus reglas hasta este momento, incluida la moral. Veremos que tres son los factores que juegan en todo el proceso de adquisición, conservación y pérdida de los Principados: fortuna, virtud y talento-mérito.

Escrito con gran elegancia y en un estilo claro y sencillo, muestra, asimismo, una gran erudición histórica y un intelecto poderoso en la capacidad de extraer conclusiones y de razonar, así como una gran lucidez en todo lo relativo a las consecuencias políticas de la actuación moral. Notable, igualmente, es el nacionalismo que muestra, pudiendo sostenerse incluso que, salvando las distancias, Maquiavelo fuese demócrata, republicano y partidario de un gobierno justo y no despótico, sin necesidad de hacer excesivos esfuerzos.

... Es mejor que el Príncipe sea justo (o en todo caso, que lo aparente)...

En los primeros capítulos trata de los diferentes tipos de principados y como debe de comportarse un Príncipe con relación a su conquista y administración; resalta entre sus conclusiones:

... los hombres cambian con gusto de señor, creyendo mejorar; y esta creencia los impulsa a tomar las armas contra de él; en lo cual se engañan, pues luego la experiencia les enseña que han empeorado...

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Y esto es algo que se olvida tanto en empresas como en gobiernos. Aconseja al nuevo Príncipe, que si el principado que conquistó es de la misma provincia y lengua que el anterior, va a ser relativamente fácil mantenerlo, si no es casi imposible, más aún si el estado era un estado relativamente democrático. Esto puede ayudar a entender porque las fusiones y adquisiciones de empresas tienen tantos problemas con su administración: sólo precisamos cambiar lengua y provincia por cultura organizacional.

Por otro lado, debe cuidarse tanto de que la descendencia del anterior Príncipe desaparezca como de que los tributos y las leyes se mantengan inalteradas; ello es sumamente importante para evitar concitar el odio del pueblo, porque:

... los hombres olvidan primero la muerte de un padre que la pérdida de un patrimonio...

Si en lugar de leer desaparezca lo cambiamos por pedir la renuncia, este principio es aplicable cuando se renueva toda la descendencia del Príncipe anterior, tras unas elecciones; pero tampoco el sector empresarial está de esta práctica: cuando se cambia a un Director General, normalmente se efectúa un cambio radical en todos los puestos de confianza alrededor de él y luego se continúa el proceso hacia abajo. Esto nos lleva a otro principio, cual es:

... a los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos, porque si se vengan de las ofensas leves, de las graves no pueden; así que la ofensa que se haga a un hombre tiene que ser tal que no pueda vengarse...

Pero como los romanos vieron con tiempo los inconvenientes, los remediaron siempre, y jamás les dejaron seguir su curso para evitar una guerra, porque sabían que una guerra no se evita, sino que se difiere para provecho ajeno.... Nunca fueron partidarios de ese consejo que está en boca de todos los sabios de nuestra época «hay que esperarlo todo del tiempo»; prefirieron confiar en su prudencia y en su valor no olvidando que el tiempo puede traer cualquier cosa consigo...

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LA JUSTICIA

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INJUSTICIA

LA JUSTICIA

INFELICIDAD

FELICIDAD

Sistemas dobles

Definen un estado

Del sujeto u objeto

Saber compatibilizar con los valores para poder compatibilizar con la sociedad.

La ética está basada en reglas escritas y no escritas.

Valores morales: estos valores se enseñan en relativo a los contextos sociales.

Habiendo intentado profundizar en la concepción antropológica y ética de Maquiavelo, sólo se ha podido advertir superficialmente la inmensa erudición del florentino, claramente expresada en cada uno de los temas que ha tratado en su amplísima obra. Exceden, por este motivo, al presente estudio, las oportunas consideraciones militares de Del arte de la guerra y muchas otras reflexiones políticas de El príncipe y los Discursos.

Sin embargo, los temas tratados nos permiten atisbar, detrás de los miles de ejemplos históricos y observaciones contemporáneas, una base filosófica definida que subyace tras el pensamiento de Maquiavelo. Más allá de la practicidad y el realismo de sus consejos, no le falta una concepción del hombre y de la moral, bajo la cual oscila su pensamiento, y en cuyo amparo puede el florentino independizar a la política de la religión.

Lejos de ser una defensa filosófica del maquiavelismo, este estudio pretende ser una guía sistemática para comprender el pensamiento maquiavélico desde el prisma de su concepción de la política. Como hemos visto, de esta concepción se derivan dos tipos de hombres, y de estos dos últimos, su famosa y polémica moral dualista.

HUMANISMO

El término humanismo (h.) aparece por primera vez en 1808 en un libro del alemán F. J. Niethammer, refiriéndose a los movimientos culturales que dieron origen al Renacimiento (v.). Sin embargo, ya en el s. xvi se usaba el término «humanista» para aludir al que se dedicaba al estudio de las humanidades (studia humanitatis) según la expresión y la concepción de la cultura de Cicerón (v.) y otros clásicos romanos y griegos; este término reaparece en la segunda mitad del s. xv y se emplea con profusión en el xvi (v. 1, 2). Durante el s. xix y el xx, en cambio, el término h. se emplea con .frecuencia para significar muy dispares aspectos y concepciones de la cultura o del hombre (v. iv).

Las dos acepciones fundamentales. Por una parte se entiende, pues, por h. una categoría historiográfica que designa las corrientes culturales, sobre todo literarias, que durante los s. xv y xvi dieron origen al Renacimiento en los distintos países europeos; en este sentido algunos identifican h. y Renacimiento. Sin embargo el h. se caracteriza más propiamente por el intento de restaurar la cultura grecorromana enlazando -aunque los mismos humanistas no tuvieran a veces conciencia clara de ellocon las corrientes medievales que conservaron el legado de Grecia y Roma. En este mismo sentido, histórico literario, el término h. es usado también, con independencia de la vinculación cronológica a los s. xv-xvi, para designar a todo movimiento cultural interesado o dedicado al estudio, la investigación o actualización de la cultura antigua (v. I, 2 y ii).

Por otro lado se hace uso del término h., con un sentido distinto, para indicar cualquier teoría o doctrina de intención filosófica que intente aclarar la significación del hombre dentro del mundo, sus valores y formular un ideal en función de estos valores y de esa significación. El h., en este sentido, «tiende esencialmente a hacer al hombre más verdaderamente humano y a manifestar su grandeza original haciéndole participar en todo cuanto puede enriquecerle en la naturaleza y en la historia...; requiere. A un tiempo que el hombre desarrolle las virtualidades en él contenidas, sus fuerzas creadoras y la vida de la razón, y trabaje para convertir las fuerzas del mundo físico en instrumentos de su libertad» (1. Maritain, o. c. en bibl. 14).

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Los humanismos como filosofías sobre el hombre. La concepción grecorromana del hombre cristaliza en el concepto de humanitas, que recoge el ideal helénico de la paideia (educación) y cuyo paso al mundo medieval se realiza a través de la Patrística (v.) cristiana; en ella la humanitas como ideal de la cultura humana complementa a la Teología (v.). En el s. xii las corrientes humanistas tienen un primer renacimiento; la teoría de la razón (v.) y de la fe (v.), la Filosofía y la Teología, que llegan a una alta cima con S. Tomás de Aquino (v.) y su valoración del pensamiento antiguo, establecen las bases de una brillante y certera concepción humanística del mundo.

El h. renacentista forja las bases del hombre moderno y de una falaz separación del mundo de la experiencia y de lo suprasensible, sobre cuyo supuesto se va a montar una imagen unilateral del hombre. El h. renacentista insiste en la dignidad y en los valores del hombre educado liberalmente, por eso lega una concepción educativa de notable influencia, las «humanidades». De este h. clásico se van a derivar múltiples concepciones del humanismo.

El h. liberalista hunde sus raíces en el nominalismo (v.) medieval, se despliega en doble vertiente con el racionalismo (v.) y el empirismo (v.) (s. Xvii y xviii) y culmina con los movimientos de la Ilustración (v.) del s. xviii y con las corrientes ideológicas del xix; así el nuevo liberalismo contemporáneo supone una revisión de algunas tesis del viejo liberalismo (la concepción científica del mundo y la neutralidad filosófica y religiosa). La interpretación individualista de la naturaleza humana es el principio básico de este h., y este individualismo (v.) se define esencialmente por otorgar al hombre un derecho primario a una libertad ilimitada (v. LIBERALISMO). Esta reclamación de una mayor libertad parte desde el Renacimiento y se va ampliando durante toda la Edad moderna. Desde Descartes (v.) -para quien todo conocimiento brota desde la razón- hasta Hume (v.) -que rompe con toda autoridad sobrehumana en el orden moral- y más allá, hasta Hegel (v.), hay un largo proceso en que el hombre va otorgándose a sí mismo las funciones de la trascendencia (v.); la razón humana «explica todo» y la voluntad humana establece los principios del orden moral individual y social (v. INMANENCIA). Hay una creencia algo ingenua en la bondad y pureza absoluta del hombre (v. NATURALIsmo), en el progreso (v.) ilimitado (v. PROGRESISMO) y en la autonomía (v.) del hombre y de su acción (antropologismo).

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FRANSISCO BACCON

En su utopía La Nueva Atlántida, Bacon aspira a una reforma de la sociedad a través de la ciencia aplicada, para lo cual, será necesario, en primer lugar, iniciar una revisión de los objetivos y los métodos científicos.

La particularidad del humanismo de Bacon es que se trata de un humanismo técnico porque "la introducción de famosos descubrimientos ocupa, con mucho, el primer lugar entre las acciones humanas" y beneficia más que cualquier reforma social o política. Pero solo es posible dominar la naturaleza conociendo su estructura y sus leyes, la técnica no es posible sin un conocimiento previo de la realidad a través de la ciencia. De otra forma, los inventos no son más que casualidades. Así, los descubrimientos científicos y sus aplicaciones son más útiles en cuanto abren las puertas para nuevos hallazgos. Bacon se refiere a la importancia del método científico de descubrimiento, el cual desarrolla en su obra Novum Organum.

El método inductivo

Sería erróneo sostener que Bacon creó el método inductivo, en efecto, este método fue utilizado por los primeros filósofos griegos, pero Bacon ve en la inducción de los antiguos solo una suerte de "anticipación" de la Naturaleza. Además, era una inducción que procedía por "simple enumeración", deficiencia que Bacon llega a puntualizar e intenta corregir. Sin embargo, Bacon, sin llegar a captar el valor de las matemáticas que se desarrollaban entre los grandes científicos de su época, no consiguió perfeccionar su método harto complejo.

El mérito de Bacon es, sin lugar a dudas, el haber luchado por la aplicación práctica del conocimiento científico, dando lugar al desarrollo de la tecnología en función de una mejor calidad de vida para la humanidad.

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1. Las anticipaciones de la naturaleza

Se trata pues, de un sendero precipitado y erróneo porque va de las impresiones sensoriales y a los axiomas más generales y, partiendo de estos principios y de lo que se cree como verdad inmutable en ellos, a la discusión y el descubrimiento de los acciomas medios. En este sentido, la lógica aristotélica "sirve más para fijar y consolidar errores fundados en nociones vulgares, que para inquirir la verdad" Novum Organum, Bacon

2. Interpretación de la Naturaleza

Supone escapar de los axiomas sensoriales y de los de los hechos particulares, para llegar a principios más generales. Esta opción es mucho más lenta y progresiva y vale para establecer los principios que rigen la Naturaleza. Se refiere Bacon al método inductivo

En síntesis, la diferencia no se basa en utilizar o no la experiencia sino en que la lógica aristotélica no alcanza a la Naturaleza real sino que solamente la "anticipa", porque produce un salto hacia principios más generales, por lo cual solo se refiere a la "experiencia pasada". Además se utiliza una experiencia superificial, unos pocos hechos particulares y si se presenta algún hecho que no responde a los axiomas obtenidos de forma precipitada, se realiza alguna excepción frívola en vez de realizar una corrección del axioma contradicho por el caso particular.

Bacon opina que hay algo en nuetra mente que nos inclina a elegir el error y el camino más fácil, por eso, antes de iniciar el método de la interpretación de la naturaleza, es necesario eliminar los prejuicios (los ídolos de la mente).

La observación es la base de las ciencias experimentales; abre el camino a inducciones fecundas que determinan la formación de las grandes leyes científicas. Eso no obstante, las experiencias no se hacen al azar y los científicos actuaban en conformidad con un código de la investigación. Este código, que vale tanto para la física como para las demás disciplinas, fue formulado por el canciller Francis Bacon (1561-1626).

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FILOSOFIA MARXISTA

Sentidos clásicos del término «marxismo»

1º. Económico-sociológico: En este sentido, el marxismo equivale a una teoría de la realidad social, una crítica a un modelo de sociedad y a unos modos de producción económica: la sociedad burguesa capitalista. Lleva a cabo una crítica de la economía política, y desarrolla una teoría de la historia, con pretensiones de cientificidad.

2º. Político: Es una práctica o acción política revolucionaria orientada a transformar las estructuras económicas, políticas y sociales, porque considera intolerable el grado de alienación que vive el ser humano. «Los filósofos hasta ahora se han limitado a interpretar, de muy diversas formas, el mundo; pero lo que importa ahora es transformarlo».

3º. Crítico-filosófico: Es una crítica de la filosofía, o de la función que ha venido desarrollando hasta ahora. Marx criticó, sobre todo, el idealismo de Hegel y el materialismo mecanicista de Feuerbach. El marxismo, además de criticar la filosofía, presenta su propia visión del mundo, del hombre y de la historia, e intenta dar un paso más en la clarificación racional de la conciencia que inició la Ilustración.

[4º] En un sentido más amplio, puede considerarse marxismo la obra de Carlos Marx, pues fue quien mejor sistematizó la doctrina filosófica que recibe hoy ese nombre. Engels completó y sistematizó las tesis de Marx, haciendo del marxismo una teoría no sólo sobre la sociedad y la historia, sino también sobre la naturaleza. Y después vinieron las diferentes «lecturas» que pretendieron adaptar las tesis de Marx a las circunstancias concretas de un país concreto: Lenin -escolástica soviética-; Althusser -científico-estructural-; Sartre -existencialista: el marxismo es una antropología de la revolución-; Escuela de Frankfurt -teoría crítica de la sociedad-; Lukács, Bloch y Gramsci -últimos desarrollos críticos de la teoría, recogiendo aportaciones de la sociología, la teoría política, la economía, etc.

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 La crítica de Marx al idealismo de Hegel

Hegel había sido uno de los mejores continuadores del talante ilustrado, expresión de una filosofía madura capaz de lograr una síntesis de alcance similar a la de Kant. Con Hegel se consuma la madurez teórica e ideológica del pensamiento cristiano-burgués. No es de extrañar, por tanto, que Hegel sea una de los primeros objetivos de Kant.

a) Lo real y lo racional

Una de las ideas más conocidas de Hegel es la siguiente: «Todo lo racional es real y todo lo real es racional» (Principios de la filosofía del derecho). Puede significar tres cosas: [1ª] La realidad es de naturaleza racional, es decir, que la esencia de la realidad es la razón, el pensamiento; y las diversas manifestaciones de lo real no son más que manifestaciones del espíritu humano. [2ª] Todo lo que existe en la realidad es racional, satisface las exigencias de la razón. Por tanto, [3ª] toda la realidad social y política, tal y como está estructurada, es racional -se presta a justificar cualquier orden o estado social y político-.

b) La realidad como sujeto

La realidad, lo que nos rodea, no es más que un producto del pensamiento, pues el pensar rige al ser y a la realidad. El pensamiento se considera sujeto, y la realidad objeto. Pero en este caso el sujeto es más importante que el objeto, porque todo lo que sea objeto no es más que expresión, exteriorización y manifestación del sujeto.

c) La realidad como espíritu

Toda la realidad, para Hegel, es una gran unidad o sistema, cerrada y bien diseñada, de acuerdo con las exigencias de la razón. Es una unidad o sistema racional, y sólo el todo resulta verdadero. Las partes aisladas no son más que verdades parciales, limitadas. La verdad no está en un campo limitado del saber, sino en la relación de una idea con las demás del sistema. Sólo lo inteligible, comprensible, racionalizable y expresable en ideas es real.

d) El idealismo hegeliano. Afirma, resumidamente, lo que sigue:

i) La realidad es razón, idea, espíritu (tesis ontológica).

ii) La idea o espíritu determina y origina las diversas formas de realidad (tesis epistemológica). Las ideas son el sujeto que originan los diferentes objetos de la naturaleza.

iii) La realidad es un sistema racional. Lo verdadero es el absoluto, y el absoluto es idea o espíritu.

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. El concepto marxista de «ideología»

Uno de los objetivos del marxismo era desarrollar una clarificación crítica y racional de la conciencia, para erradicar las distorsiones y falsedades que el hombre sufre en su relación con la realidad. Buscaba una clarificación de las representaciones que el hombre o una clase social tienen acerca de sí mismos, de su lugar en el mundo y en la historia.

• Acepción general: «Un sistema de representaciones -imágenes, mitos, símbolos, ideas o conceptos- que existen desempeñan un papel histórico en el seno de una sociedad concreta» (Althusser, 1968). En este sentido, la ideología es algo necesario y general en todos los hombres, inevitable, pues todos nos hacemos una representación de la realidad.

• Acepción precisa: Pero las representaciones que el hombre se hace del mundo y de su existencia social e histórica pueden ser adecuadas o deformadas. En este sentido, ideología significa «un conjunto de "ideas" y "formulaciones nebulosas" o "sublimaciones" que dan una imagen o representación falseada y falsificadora de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los hombres».

Se comprenden así mejor tres afirmaciones del marxismo sobre la ideología:

a) Lo que piensan los hombres es un producto de la sociedad en la que viven; la conciencia -o conjunto de representaciones e ideas- es «un producto social», es «el lenguaje de la vida real».

b) La ideología tiene un sentido predominantemente negativo: viene a ser sinónimo de ideas falsas y falsificadoras, que enmascaran la verdadera realidad. «En toda la ideología, los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en una cámara oscura» (Marx).

c) Los contenidos ideológicos de la conciencia -religión, moral, política, derecho- no tienen peso propio ni desarrollo histórico, aunque la conciencia ideologizada crea que sí, que incluso tiene sus propias leyes de desarrollo histórico y social.

Las formas ideológicas de la conciencia tienen como función ocultar, desfigurar, sublimar y suplantar imaginativa o conceptualmente una situación de la existencia real, social e histórica, que el marxismo considera alienante para el hombre. La ideología y la alienación sólo pueden erradicarse mediante la clarificación racional, el conocimiento de la situación de conciencia ideologizada y de existencia alienada. Pero no basta una crítica teórica; es necesaria, además, una acción práctica/revolucionaria, una teoría que impulse a la acción transformadora. Pero antes es preciso conocer las formas de la alienación.

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EL HUMANISMO MARXISTA

i) Concepción marxista de la naturaleza humana

- En cuanto ser natural, el hombre es de naturaleza activa y tiene una serie de fuerzas naturales. Pero sus necesidades le convierten en un ser pasivo/receptivo, y en cuanto corpóreo/biológico depende del resto de la naturaleza y es un objeto más entre otros («naturalismo»).

- En cuanto ser natural humano, la naturaleza humana no es mera naturaleza fija, estática, cerrada; tiene que ir haciéndose al ritmo de su progresiva realización humana. Su nacimiento se produce en la historia, que es su verdadera naturaleza, donde se da la conversión de la naturaleza en hombre.

- El trabajo constituye la esencia del hombre, entendiendo «trabajo» como actividad práctico-productiva que expresa la verdadera naturaleza del hombre. Es la producción lo que lo distingue operativamente de los animales, y no la religión o la autoconciencia: «El hombre (...) se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida» (La ideología alemana, p. 19). Esto significa que:

• En el trabajo/acción práctica y mediante el trabajo se produce la apertura del hombre al mundo y a la realidad.

• Mediante la praxis y el trabajo realiza el hombre su ser en la historia, entendida como proceso real y práctico.

• La praxis configurará la totalidad de la vida social.

• En la praxis surge y cobra sentido el viejo problema de la naturaleza del saber, del conocimiento, de la verdad y valor de las teorías científicas: «El problema de si puede atribuirse al pensamiento humano una verdad objetiva no es un problema teórico, sino práctico» (Tesis sobre Feuerbach, II).

• Sólo en la praxis y mediante la praxis se encuentra una solución teórica y técnica a los problemas importantes y a los pseudoproblemas: «Es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad»; «Todos los misterios que inducen a la teoría, al misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica» (Tesis sobre Feuerbach, II y VIII).

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ii) El «humanismo» marxista. Tres significados:

a) El marxismo puede ser considerado como un humanismo porque promueve una crítica y lucha contra la alienación del hombre. Su objetivo es terminar con la explotación, con la deshumanización, para hacer posible una liberación del hombre por medio de la libertad, la racionalidad y sus capacidades personales. Mantiene, pues, el ideal ilustrado-racionalista.

b) Niega la existencia de un ser distinto y superior a la naturaleza y al hombre. El ser humano, autónomo y racional, puede desarrollar y manifestar todas las potencialidades de lo humano. El naturalismo humanista del marxismo vive de la negación de Dios y afirma la primacía, suficiencia y autonomía del hombre.

c) El hombre es el principio de la sociedad, el sujeto de la historia, el eje teórico de su concepción del mundo y de la historia. Se puede afirmar, entonces, que el marxismo es un humanismo epistemológico, en la medida en que «el hombre» o una supuesta «esencia humana» es el principio científico-explicativo de la teoría de la historia.

El concepto de «materialismo»

Marx parece tener una concepción de la realidad como algo natural, independiente del hombre, de su vida y de su historia.

i) Marx considera que la naturaleza y el hombre se realizan dialécticamente. No es la naturaleza física lo que influye en la historia humana, sino la naturaleza en cuanto proceso de producción material sobre la cual el hombre ejerce su actividad productivo-transformadora.

ii) El materialismo de Marx consiste en considerar la realidad como el proceso dialéctico real de producción, un proceso material y no espiritual, como trabajo y acción productiva del hombre en y con la naturaleza. Habría, según Marx, una ciencia que estudia la historia de la naturaleza y la historia de los hombres, y su relación mutua: el materialismo histórico. Y esta concepción materialista de la historia se extiende también a otros muchos aspectos de la vida social.

iii) Por otra parte está el materialismo dialéctico, sistema filosófico que considera la materia como constituyente esencial de todo lo real, cuya dinámica

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dialéctica es anterior e independiente del hombre/la historia, y concretada en una dialéctica de la naturaleza con leyes propias. Esta visión fue la propuesta por Engels.

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MARXISMO

o FILOSOFIA

o ECONOMICA

o POLITICA

EXPLICAR UNA REALIDAD

SIGLO XIX

DESARROLLO

INDUSTRIAL

DESARROLLO

SOCIALCAPITALISMO

EXCLAVOS

ESCLAVIZADORES

SUBDITOS

EMPERADORES

SIERVOS

ESCUDALOS

PLEVEYOS

REYES

OBREROS

CAPITALISTAS

La historia es una dialéctica que siempre hay gobernantes más unos que otros

EXISTENCIALISMO

Cuando los filósofos que se incluyen en este movimiento reivindican la reflexión sobre la existencia como el tema filosófico fundamental no se refieren a la existencia como categoría abstracta, ni a la existencia de las cosas o realidades no humanas, se refieren a la existencia humana concreta. Y en su tratamiento de esta existencia emplean dos estrategias:

como método filosófico, rehuyen el pensamiento especulativo, la construcción de teorías filosóficas a partir de puros conceptos, y prefieren el método fenomenológico, entendido básicamente como fidelidad absoluta a lo dado, a lo realmente experimentado, como descripción de lo que se ofrece inmediatamente en la esfera de la vida; su actitud contraria a los enfoques abstractos de lo humano les lleva también a criticar el uso de la razón matematizante para la comprensión de la realidad humana, y por lo tanto a recelar de la ciencia y de la técnica;

en cuanto a las facetas fundamentales de la existencia objeto de su interés, atienden básicamente a la dimensión de la finitud en el mundo humano : la temporalidad, la muerte, la culpa, la fragilidad de la existencia, la responsabilidad, el compromiso, la autenticidad, la subjetividad, la libertad,...

El existencialismo comienza en el período de entre guerras y tiene su máximo momento de esplendor tras la segunda guerra mundial, particularmente en Francia. Es habitual señalar a Søren Kierkegaard (1813-1855) como un precursor de esta corriente; el propio Jean-Paul Sartre (1905-1980), en su obra “El existencialismo es un humanismo”, destaca dos versiones en este movimiento:

el existencialismo católico: Karl Jaspers (1883-1969) y Gabriel Marcel (1889-1973);

el existencialismo ateo: en donde sitúa a Martin Heidegger (1889-1976) y a su propia filosofía.

En la citada obra, Sartre atribuye a su versión del existencialismo los siguientes rasgos:

1. Tesis fundamental: es un ateísmo consecuente; puesto que Dios no existe, no existe la naturaleza humana; el hombre no tiene esencia o naturaleza, es lo que él mismo se ha hecho; en el la existencia precede a la esencia.

2. El hombre es un proyecto que se vive subjetivamente: lo que mueve a las personas son sus proyectos, su preocupación por la realización de su ser; pero estos proyectos y los ideales involucrados en ellos, no existen previamente a su decisión de realizarlos, no están trazados previamente por un destino, una naturaleza o una tabla de valores objetivos.

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3. El hombre es responsable de sí mismo y de todos los hombres: somos responsables de nosotros mismos porque lo que somos depende de lo que hemos querido ser, no de un destino divino, ni de una circunstancia social, ni de una predisposición biológica o natural; pero somos también responsables de los demás porque al elegir unos valores, elegimos una imagen del hombre tal y como debe ser; “nuestra acción compromete a la humanidad entera”.

4. La libertad humana trae consigo los sentimientos de angustia, desamparo y desesperación. Angustia ante el hecho de que es uno mismo el responsable de sí mismo y de los demás; desamparo porque la elección se hace en soledad, no existe una tabla de valores en la que apoyarse, ni ningún signo que nos indique la conducta a seguir, es preciso inventarse la moral; y desesperación porque no es posible un control completo de la realidad en la realización del proyecto, porque siempre hay que contar con factores imprevistos, con la posibilidad de que se truequen nuestras buenas intenciones en malos efectos.

5. Es una doctrina de la acción, contraria al quietismo: para el existencialismo sólo hay realidad en la acción, el hombre existe en la medida en que se realiza, es el conjunto de sus actos y nada más. Este pensamiento tiene dos caras: por un lado es duro para aquellas personas descontentas con lo que son, para los que no han triunfado en la vida; estas personas pueden engañarse diciendo que en realidad el conjunto de sus actos no muestra su auténtica valía, diciendo que hay en ellos capacidades, talentos o disposiciones desaprovechadas, que el mundo les ha impedido dar de sí todo lo que realmente son. Pero, por otro lado, esta doctrina es optimista pues declara que el destino de cada uno de nosotros está en nuestra mano y nos predispone a la acción, a no vivir de sueños, de esperanzas, a dejar de lado nuestra miseria y realizar nuestro proyecto: el héroe no nace héroe, se hace héroe; si se es cobarde es como consecuencia de una decisión, no porque fisiológicamente o socialmente se esté predispuesto para ello; el cobarde se hace cobarde, pero hay siempre para el cobarde una posibilidad de no ser por más tiempo cobarde, como para el héroe la de dejar de ser héroe.

6. Es una doctrina que reivindica la intersubjetividad: aunque parte del cogito como la verdad indudable, no defiende el aislamiento de la subjetividad, pues considera que sólo en el trato con el otro, en el reconocimiento que el otro hace de nuestro ser, en la presencia de su mirada, sólo así nos hacemos conscientes de nuestro propio ser, de nuestra propia realidad.

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7. Frente a la noción de “naturaleza humana” defiende la existencia de la “condición humana”: aunque no existe una esencia común a todos los hombres, Sartre cree que sí se puede hablar de ciertos rasgos formales y universales que permiten la identificación de la humanidad como un todo y el reconocimiento y comprensión del proyecto de cada individuo y de cada cultura; la libertad, la indigencia de la existencia, la sociabilidad, son estructuras antropológicas que desvelan la condición humana.

8. Es una doctrina que permite el compromiso moral y la crítica de la conducta inauténtica: aunque los valores se inventan, no todos tienen el mismo valor, pues algunas elecciones están fundadas en el error y otras en la verdad; la conducta de mala fe, por ejemplo, se basa en el error, en el error de excusarse en las pasiones, en el determinismo, en el destino, o el error de declarar ciertos valores como existentes de modo objetivo e independiente de mi voluntad. La actitud auténtica es la de buena fe, la de aquél que asume la responsabilidad completa de su acción y situación, la de aquél que tiene como lema moral la realización de la libertad propia y ajena.

9. Para el existencialismo el mundo, la vida, no tiene un sentido a priori: declara que Dios no existe, por lo que la vida misma carece de sentido; sólo se puede hablar del sentido que cada uno le da, de los valores que cada uno inventa.

10. El existencialismo es un humanismo: pero no un humanismo que valore a la humanidad por la excelencia de alguno de sus miembros, ni por la supuesta bondad de la humanidad en su conjunto; es un humanismo por declarar que no hay otro legislador que el hombre mismo, por afirmar la libertad y la necesidad de trascender la situación, de superarse a sí mismo, por reivindicar el ámbito de lo humano como el único ámbito al que el hombre pertenece.

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BERGSON

Bergson cuestiona la costumbre de pensar con palabras y en el espacio, buscando explicitar la relación causa-efecto: pensar leyes que apelan a la extensión y a la cantidad, ambas abstracciones.El discurso de la filosofía intenta copiar la discontinuidad de los objetos físicos, obtener definiciones netas y precisas. Pero, entonces ¿cómo pensar las emociones, el goce estético, la pasión, las intensidades puras?Ejemplos: el futuro como infinidad de posibles (no como porvenir idealmente realizado y contenido en la profecía de la ley), la sugestión sin causa del arte, que abisma o eleva, la simpatía que simula emanar del ser amado.La emoción es única e irrepetible. Por lo mismo, no cabe pensarla, ni definirla. Es del orden de lo inefable y la filosofía ha de reconocerla y enmudecer ante ella. Enmudecer de emoción, claro está.Hay, en torno al discurso, un universo de objetos opacos, en los que se entra sólo por el camino de la vida. Se los vive y se vuelve de ellos con un equipaje vacío, que el recuerdo llena con sus fantasías retrospectivas.Al igual que Heidegger con su inefable ser, Bergson propone una filosofía del espíritu como lo gratuito, lo inextenso, lo indiscreto, un movimiento libre, independiente de toda sensación. El hombre es el único animal que prefiere, es decir que no actúa ante las cosas como una respuesta al estímulo, sino que recalifica al estímulo y, de última, a las cosas mismas.Esto lleva a otro tema heídeggeriano: la impertinencia, la no correspondencia entre pensar y decir. Bergson aforiza: «Hablamos más que pensamos». La palabra excede al pensamiento y este exceso, este lujo, este despilfarro impensable pero decible, es el lugar del espíritu. La reformulación del objeto de la filosofía también exige reformular sus condiciones.

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BERGSON SU METODO: LA INTUICION

ANTIRACCIONISTA, ANTICREATIVA, EPISTEMOLOGICA FILOSOFICA MATEMATICO ETC.

La filosofía actúa fuera del espacio y del tiempo. Fuera del espacio, en lo inextenso. Fuera del tiempo, en la duración pura, instante fugaz y, a la vez, eterno, serie sin adición, lugar ideal en que existen las abstracciones.Ejemplos: el número abstracto. Lugar ideal en que se alcanza la continuidad, frente a la discontinuidad de lo real. La duración pura es, por oposición al espacio y el tiempo kantianos, medios homogéneos y vacíos, pura heterogeneidad compuesta de cambios cualitativos, como las notas de una melodía, interpenetradas y organizadas, sin contornos precisos, sin exterioridad, sin numeración. Lugar simultáneo de todas las partes del tiempo, punto único y múltiple, instantaneidad que es, a la vez, fijeza.No se puede enfrentar esta construcción con un solo yo. Hacen falta dos: uno es el yo sucesivo que está en el espacio-tiempo de tres dimensiones, que entra y sale de las cosas; el otro yo es el instantáneo de la duración pura, en que todo es simultáneo y diverso a un mismo tiempo.La historia, asunto que nos viene ocupando como la torre de nuestra exposición, es ahora alcanzada por el discurso bergsoniano. Es así que el progreso, contrariamente a lo que entienden los positivismos, no está en las cosas, sino que es una síntesis mental, el pasaje de un punto a otro, entre los cuales, objetivamente, no hay nada.

Es como el cañamazo de un cuadro puntillista: asegura la existencia de la pintura pero no está pintado. En el alma, hay, pues, progreso sin sucesión.Cada instante es la síntesis de toda la historia, que se reformula como si estuviera dirigida hacia él. El pasado se encamina hacía un hoy cambiante, tiene incontables metas a conseguir conforme se multiplican los presentes instantáneos y heterogéneos. Esta duración se siente pero no se mide.Es inútil construir aparatos para medir las emociones, pues los aparatos no miden ía calidad, que es inmanente a la emoción misma. Instinto confuso, grosero y seguro, el lenguaje no puede atraparlo, pues lo fija y la duración cesa.La historia sería esta innumerable variación de instantes irrepetibles, lo concreto absoluto.El lenguaje, objetivo e impersonal, cuyo sujeto es un yo trascendental, el Yo Parlante, persigue a la duración sin alcanzarla, aunque sirve para construir la identidad social de los sujetos, en la medida en que éstos comparten una realidad objetiva con los demás sujetos: la realidad socializada, precisamente, por el propio lenguaje.Hasta la palabra duración es impropia a su objeto, ya que tiene una fijeza incompatible con lo heterogéneo puro que pretende nombrar. La filosofía bergsoniana resulta, así, por definición, ajena al objeto que expone.

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EL LABERINTO DE LA SOLEDAD (Octavio Paz)

Hoy día El laberinto de la soledad es un libro cuya lectura forma parte de la educación escolar de los mexicanos. Entiendo que se lee en la educación preuniversitaria. Es un libro que ya ha entrado en la imaginación colectiva de los lectores. Se trata así de una obra viva, no estamos celebrando un papiro polvoriento, sino un libro que incita a la discusión, a la adhesión y a la crítica. El tiempo, bien lo saben ustedes, depura y altera las obras: si hay suerte se limpian la tesis importantes y se olvidan aquellas que de alguna manera expresan el pago que todos hacemos a ideas, categorías y terminologías transitorias de nuestro presente.

La historia editorial del libro nos permite ver cómo fue asimilado por el público de México. Se edita en 1950 y la segunda edición es casi diez años después, en 1959, a lo cual hay que añadir que las ediciones de aquella época no eran muy amplias, eran tirajes que no pasaban de los tres mil ejemplares y posiblemente esta haya sido aún más pequeña, de manera que durante diez años el libro se leyó relativamente poco, fue un libro que leyeron lo que podríamos denominar las clases intelectuales de México, pero que no había dado el salto a un público más amplio, más numeroso. Saltos, por otra parte, que poquísimos libros daban en aquella época. Ustedes, por ejemplo, recuerdan un par de títulos, hoy día muy leído y famoso, los dos libros de Juan Rulfo, El llano en llamas y Pedro Páramo. Pues, por ejemplo, de la primera edición a la segunda de Pedro Páramo pasan nueve años. Así era, amigos, el mundo de los lectores de entonces.

La segunda edición de El laberinto de la soledad, a finales de los cincuenta, se lee más, pero todavía no pasa realmente a un público mayor. Se necesitó quizá el desgraciado año de 1968 para que el libro entrara en una circulación amplia. Octavio Paz escribe en 1969 un capítulo adicional que se convierte casi en un libro autónomo, que es como la coda o la puesta al día de El laberinto de la soledad en la circunstancia de aquel momento: se llama Posdata y muchas veces se publican juntos. Es, pues, a partir de los setentas que el libro entra realmente en la circulación masiva. Hay varios factores que lo explican: no sólo el sesenta y ocho –importantísimo–, también un cierto aumento del público lector. Pero quizá lo más importante fue que lo colocaron como texto en los estudios preuniversitarios, no sé si en la secundaria o en las preparatorias. Allí fue realmente donde el libro comenzó a navegar en serio.

Se trata de un texto que Octavio escribe en 1948-49, mientras él desempeñaba en Francia un cargo diplomático. Poco antes había publicado Águila o sol. Con esto quiero decir que en esos años 47, 48 y 49 Octavio entra en un periodo de gran creatividad, había, por así decirlo, encontrado su estilo y sus temas: la mezcla de poesía e historia, más crítica

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política. La contaminación de poesía e historia es, en efecto, una invariable en la obra de Octavio Paz. Cuando Octavio Paz redacta este libro, se enfrenta –lo dice en numerosas ocasiones– al agobio de la historia mexicana, a la relación entre la historia nacional y la historia mundial: a la dificultad de insertarse en la historia grande del mundo. Este es un tema característico de la reflexión hispanoamericana y abundan los ejemplos.

Quisiera entrar en materia recordándome a mí mismo y contándoles a ustedes la primera vez que leí El laberinto de la soledad. Ocurrió en el año de 1951, un año después de su publicación. Me lo recomendó un amigo muy cercano, miembro de El Colegio Nacional, Fernando Salmerón, y ya que estoy en esto diré que también me facilitó Nostalgia de la muerte, de Villaurrutia, esos poemas que no olvido. Estamos a finales de 1951. Yo tenía que viajar a Buenos Aires y me llevé el libro en el avión. Ahí fue donde realmente lo leí. Los viajes de aquella época eran mucho más largos que los de ahora, para ir de México a Buenos Aires se empleaban unos dos días, de modo que tuve oportunidad suficiente para leerlo con calma y con mucha atención. En esa época sabía yo muy poco de México. Había vivido en el país apenas unos seis, siete meses, en la capital, fundamentalmente alrededor de la Facultad de Filosofía y Letras. El laberinto de la soledad se inscribía en lo que se llamaba entonces la “filosofía de lo mexicano”, que era un tema muy de moda. Yo había oído hablar de este asunto, había leído alguna cosa, lo cual me acercó a El laberinto de la soledad. Conocía poco México, pero antes de llegar aquí había vivido y estudiado en California y había observado a los famosos “pachucos”, más aún, los pachucos de los que habla Octavio en su primer capítulo estuvieron entre los primeros mexicanos que yo conocí. No sé si habrá sido la mejor introducción... Yo los veía allá, en Los Ángeles, con asombro y tal vez con temor. De manera que me pareció muy atractivo que el inicio del libro coincidiera con aquellas experiencias mías.

En su primera lectura el libro me dejó una honda huella, fue una auténtica introducción al país y a su historia, una brújula que me guió y me orientó en México por muchísimos años, un libro maestro en la acepción literal del término. Pertenece a ese tipo de libros con afanes de totalidad: hablaba de historia y también del amor, de la religión y del arte. No lo volví a leer hasta este año. Es decir, lo he releído casi cincuenta años después, cuarenta y nueve para ser exacto. Fíjense, por cierto, en las armonías secretas de la vida: otra vez volví a abrirlo en un avión. No en un vuelo a Buenos Aires, sino de México a Ámsterdam. Quizá haya que sacar alguna consecuencia de estas similitudes. A cierta edad nos damos cuenta de que no hay hechos sin significación en nuestras vidas, de manera que estas casualidades y simetrías forman parte de alguna relación mía con el libro o de alguna concepción mía acerca del libro. Pasaré ahora a contarles algunas impresiones y reacciones sobre un texto que he releído después de haberme pasado una vida en México.

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EL MEXICANO Y SU MEXICANIDAD (Antonio Guerrero Aguilar)

Se entiende por mexicanidad a los elementos o rasgos culturales que nos identifican precisamente como mexicanos. Estos necesariamente configuran una serie de caracteres que son reconocidos o atribuidos a quienes los ostentan y los viven.

Muchos de nuestros literatos e intelectuales han tratado el tema de la mexicanidad. Por ejemplo, en el ensayo “Los hijos de la Malinche” que integra el libro de Octavio Paz “El laberinto de la soledad”, nos dice que el mexicano venera a un cristo sangrante y humillado, golpeado por los soldados, condenado por los jueces, porque en él la imagen transfigurada de su propio destino.

Por eso el mexicano se identifica con Cuauhtémoc, el joven emperador mexica destronado, torturado y asesinado por Cortés. De hecho Cuauhtémoc significa “águila que cae”. Literalmente Octavio Paz escribe: “el jefe mexica asciende al poder al iniciarse el sitio de México-Tenochtitlan, cuando los aztecas han sido abandonados sucesivamente por sus dioses, sus vasallos y sus aliados”.

“Al mexicano y a la mexicana debe juzgárseles comenzando por ver lo que comen. Su conducta en la vida se determina por eso: el machismo, de la negligencia, de la mala condición física y de la indolencia mental tienen la culpa los tacos y las tortas y los tamales y las chalupas y las memelas y las garnachas y las quesadillas.

El mexicano es el único ser en el mundo que no nace para construir. Nace para acabar con lo que encuentra, inclusive consigo mismo. Pronto se da cuenta de lo incómodo de su posición en la vida y decide que lo único que le queda es sacarle ventaja al medio en que se desenvuelve, una ventaja, claro, que sólo lo beneficia a él.

Tiene de su patria una idea folclórica; es decir, de adorno. Se ofende si alguien se atreve a insultar a su México, pero es incapaz de hacer algo que beneficie a ese mismo su México. ¿Por qué hace eso el mexicano? Lo hace por su instinto natural de venganza. Venganza contra sí mismo. Deseo subconsciente de destruirse, de suicidarse, de castigarse. Y lo que hace con un teléfono lo hace con todo el país.

Esta teoría nacionalista la utilizamos como bandera para envolvernos en ella y seguir firme y metódicamente con el sensual placer de destruir todo lo que nos pertenece, porque parece que el destino incambiable de México es ser destruido, devorado por sus hijos los mexicanos.

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Hablar mal de México se ha vuelto una especie de hobby para muchos mexicanos. Yo insisto en hacerlo con la vana esperanza de que un día todos se pongan de acuerdo y digan: hombre, después de todo, podríamos componernos con muy poco esfuerzo, ¿por qué no lo hacemos? Ser mexicanos no es tener una nacionalidad; es tener un vicio”.

Pero todo el problema está en la “minialimentación del mexicano, el mal está en el principio: en todo mundo se dice plato y en México se dice platillo; platillo es diminutivo. Por otro lado, como el mexicano es mal nutrido pero muy macho, dice cigarro en vez de cigarrillo. Se alimenta con el diminutivo platillo lleno de diminutivos: romeritos, chilitos y tamalitos. Pero después arrepentido de minimizarse tanto, se fuma un cigarro porque le da vergüenza decir cigarrillo. Y hasta ahí llega su audacia porque después del cigarro vuelve a su modestia y se toma un cafecito. Los diminutivos alimentan al mexicano: cuando come carne de cerdo a la que llaman carnitas, envueltas en tortillitas bien calientitas, con su salsita, su cilantrito y su cebollita, que forman parte de los famosos taquitos y con taquitos se envenena a los mexicanos, lo cual prueba que el mexicano tiene una gran vocación para la muerte, pero no que sea carnívoro. Y estos diminutivos aparte de no nutrir, hacen daño, ¿por qué los comen los mexicanos? Lo hacen porque creen que sentirse mal después de comerlos es parte del menú. Están acostumbrados a eso; es su estado natural. Ya lo había dicho el Barón de Humboldt: el estado natural del mexicano es la indigestión”. (Sic)

Comúnmente existe la creencia de que el mexicano es pasivo, flojo, ingenioso, creativo, indolente, apático, que se adapta fácilmente a varias circunstancias y situaciones, transa, que es desconfiado y desconfiable por corrupto, aguantador, desobediente, indisciplinado, impuntual, desobligado y demasiado emotivo.

Otros intelectuales como Díaz Guerrero dicen que el mexicano está deseoso de reconocimiento y poder. Samuel Ramos que tiene un complejo de inferioridad. Jorge Portilla por su parte, dice que el mexicano es relajiento o apretado. En cambio Octavio Paz lo define como solitario y enmascarado. Oscar Lewis lo hace inestable emocionalmente. Santiago Ramírez muy macho y por ello inseguro. Para González Pineda es sufrido y sumiso, para Aniceto Aramoni reprimido y rebelde. Guillermo Sheridan lo hace malinchista en extremo y muy ingenuo, por eso tiene grandes dificultades para enfrentarse a la realidad y por lo mismo niega o trata de evadirla como pueda. ¿Será que por eso la muerte se nos presenta como vocación y destino para todos los mexicanos?

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VALORES

Según el autor se clasifican en:

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VALORES:

GENERALES: Metas, Ideales, (vida particular)

APOYO O MEDIOS: Felicidad, Humildad, Bondad.

ESPECIFICOS: Respeto.

UNIVISTAS: Sistemas éticos

LOCALES: Sistema morales

GEOGRAFICAMENTE: Del contexto social-cultural donde se desarrolle.

La “teoría de los valores” es un movimiento eminentemente germánico, que ha ejercido una cierta influencia en los países de lengua española a través de las obras de los filósofos Scheler y Hartmann.

En español, existe el término sinónimo “axiología” (del griego “axios” –valioso- y “logos”, estudio o tratado de los valores). La cuestión fundamental gira en torno, pues, del valor y los valores.

“Valor” tiene un significado económico, estético y moral. Ahora bien, en cuanto concepto capital de la llamada “teoría de los valores” o “axiología”, se estudia en un sentido filosófico general para determinar la naturaleza y carácter del “valor” y de los llamados “juicios de valor”.

Entre los muchos antecedentes de teorías sobre el valor, podemos aducir a Nietzsche y su “transvaloración” donde ya se descubre el valor como fundamento de las concepciones del mundo y de la vida. Marx también basa buena parte de sus análisis socioeconómicos en el concepto de valor y plusvalía. Otra corriente preparatoria de la “teoría de los valores” es el utilitarismo.

Sin embargo, hay que llegar a los siglos XIX y XX para que llegue a ser una disciplina filosófica relativamente autónoma, con autores como Brentano, Lessing o Meinong, y que culminará como tal con autores como Max Scheler, Hartmann o Lavelle, que recurren para ello en parte a la fenomenología.

Scheler ha indicado que todas las teorías de los valores existentes hasta entonces pueden dividirse en tres tipos:

a) “Teoría platónica del valor”: el valor es absolutamente independiente de las cosas y está sitiuado en una esfera metafísica y aun mitológica.

b) “El nominalismo de los valores”: el valor es relativo al hombre y está fundada en la subjetividad (agrado-desagrado; deseo-repulsión…).

c) “teoría de la apreciación”: una mezcla de a) y b)

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Scheler no admite ninguna de estas teorías, pues busca una “axiología pura” o una “teoría pura de los valores”, similar a la “lógica pura”: los valores son captados por una intuición emotiva, distinta de una mera captación psicológica.

Según la teoría de los valores, nos hallamos rodeados por un cosmos de valores que no producimos, sino que tenemos que reconocer y descubrir. Estos valores se caracterizan por:

a) El valor es un nuevo tipo de ser: no es el ser real, ni el ser ideal, sino el ser valioso.

b) Los valores son objetivos: no dependen de las preferencias individuales sino que mantienen su valor más allá de toda apreciación.

c) Los valores se presentan siempre frente a un aspecto negativo: belleza-fealdad.

d) Son totalmente independientes de la cantidad, por eso no pueden establecerse relaciones cuantitativas entre actos valiosos.

e) Puede establecerse una jerarquía entre los valores.

Max Scheler fue el filósofo burgués que más abordó el tema en esta etapa. Para él los valores son cualidades de orden especial que descansan en sí mismos y se justifican por su contenido. El sentimiento de valor es una capacidad que tiene el hombre para captar los valores. Para Scheler: "el hombre es hombre porque tiene sentimiento de valor".

Primeramente esta concepción se refiere a bienes y materiales naturales, valores de uso, al carácter progresivo o reaccionario de los acontecimientos históricos, a la herencia cultural y a las características estéticas de los objetos.

En la actualidad, a través de la década del noventa, las condiciones se han trasformado, han cambiado. De ahí que el pensamiento filosófico capte las actuales condiciones, confirme así el carácter histórico concreto del valor, y ofrezca nuevas tesis.

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ROCKEACH

LOS VALORES HUMANOS. BREVE EVOLUCIÓN HISTÓRICALos intentos de encontrar una definición del concepto de valores humanos han tenido lugar desde tiempos remotos.La génesis del valor humano se desprende del vocablo latín aestimable que le da significación etimológica al término primeramente sin significación filosófica. Pero con el proceso de generalización del pensamiento humano, que tiene lugar en los principales países de Europa, adquiere esta interpretación. Aunque es solo en el siglo XX cuando comienza a utilizarse el término axiología (del griego axia, valor y logos, estudio).En un primer estadio se definieron los valores humanos tratando con absolutismo la esfera subjetiva del ser humano. Así aparece una etapa importante del nacimiento de este concepto en el pensamiento de los estoicos quienes definían a los valores humanos como toda contribución a la vida sobre la base de la razón. Se hablaba entonces de los valores de la virtud, la dignidad, la honestidad, etc., siempre desde la subjetividad humana.Los valores fueron del interés además de representantes de la filosofía como Platón para el cual valor "es lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, la luz y belleza a las cosas, etc., en una palabra es la fuente de todo ser en el hombre y fuera de él [2]Por su parte, Aristóteles abordó en su obra el tema de la moral y las concepciones del valor que tienen los bienes. El pensamiento filosófico de los siglos XVII y XVIII donde se desarrolla el concepto de valores humanos sobre la base de que el valor de todos las cosas es su precio dado por el propio hombre, lo cual presupone la persistencia de una concepción subjetiva del término tal como lo sustenta el filósofo materialista inglés Thomas Hobbes (Primera mitad del siglo XVII).Hasta este momento de la historia de los valores y luego en la axiología burguesa, se expresa el significado externo de los objetos para el hombre, se hace un análisis idealista subjetivo, y desde este punto de vista los valores se fetichizan o se reducen a propiedades naturales.Otro momento que da continuidad a la evolución del concepto de valores humanos se encuentra en el pensamiento clásico alemán de finales del siglo XVIII y principios del XIX, donde este concepto se eleva sobre la noción del bien vinculándola con significaciones económicas pero siempre determinados por la posición del hombre como punto de partida, la cual le da permanencia a un enfoque subjetivista del problema.En la segunda mitad del siglo XIX, con la agudización de las contradicciones propias de la sociedad capitalista, es cuando el estudio de los valores ocupó un lugar propio e independiente en la filosofía burguesa convirtiéndose en una de sus partes integrantes.Max Scheler fue el filósofo burgués que más abordó el tema en esta etapa. Para él los valores son cualidades de orden especial que descansan en sí mismos y se justifican por su contenido. El sentimiento de valor es una capacidad que tiene el hombre para captar los valores. Para Scheler: "el hombre es hombre porque tiene sentimiento de valor".En igual contexto histórico se desarrollaron los clásicos del marxismo, pero no se detuvieron en el análisis de los valores, no los analizaron de forma independiente, aunque sí crearon las bases para una solución científica de este problema. Entre algunas de ellas

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se encuentran: un profundo análisis crítico de todo el sistema de valores de la sociedad capitalista, que sirve de fundamento para el reconocimiento de los verdaderos valores de la humanidad. El estudio del papel del factor subjetivo para el desarrollo social, esta es la base para comprender el significado de la valoración. En la teoría marxista del capital se analizan los valores económicos. La doctrina leninista acerca de la coincidencia de los valores subjetivos de clase del proletariado con las necesidades objetivas del desarrollo social. También los postulados acerca de la posibilidad de diferentes valoraciones de determinados fenómenos en dependencia de la pertenencia de clase del sujeto valorante. Estos señalamientos y postulados constituyen una guía o fundamento metodológico para la teoría marxista general de los valores.A fines del siglo XIX y principios del XX con estos aportes del marxismo se comienza a abordar el concepto de valor sobre la base de la relación sujeto-objeto, de la correlación entre lo material y lo ideal. De ahí que la filosofía marxista leninista establezca el análisis objetivo de los valores, a partir del principio del "determinismo aplicado a la vida social, donde se gesta el valor y las dimensiones valorativas de la realidad", es decir, esa capacidad que poseen los objetos y fenómenos de la realidad objetiva de satisfacer alguna necesidad humana.Los valores surgen en la relación práctico - objetal y no en el simple conocimiento de las cosas por el hombre. Son el resultado de la actividad práctica del hombre.Si bien es cierto que las necesidades del hombre desempeñan un papel importante en el surgimiento de los valores, no implica que la actividad subjetiva haga que los valores sean también subjetivos pues están determinados por la sociedad y no por un individuo aislado.En valor también pueden convertirse determinadas formaciones espirituales las ideas, las teorías. Pero aún estos fenómenos espirituales siendo subjetivos por su existencia, sólo se convierten en valor en la medida en que se correspondan con las tendencias del desarrollo social.De tal forma los valores no existen fuera de las relaciones sociales, de la sociedad y el hombre. El valor es un concepto que por un lado expresa las necesidades cambiantes del hombre y por otro fija la significación positiva de los fenómenos naturales y sociales para la existencia y desarrollo de la sociedad.De acuerdo con este análisis que hiciera el filósofo cubano José Ramón Fabelo en su tesis de doctorado, se considera que los valores son objetivos, pues expresan las necesidades objetivas de la sociedad, expresión de las tendencias reales del desarrollo social, son un resultado de las necesidades históricas.

1.2 QUE ENTENDER POR VALORES HUMANOSEntre los distintos intentos por ofrecer una definición de valores humanos aparecer diversos investigadores y estudiosos del tema, donde aportan definiciones desde las más simples hasta las más generales.Zaira Rodríguez aborda los valores con una diferenciación entre los valores de las cosas (valores objetivos) y valores de la conciencia (valores subjetivos). Para esta autora los valores como objetos o determinaciones espirituales no son otra cosa que la expresión

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concentrada de las relaciones sociales. [3]" Por lo que finalmente los valores tienen un carácter objetivo.En la actualidad, las condiciones se han trasformado, han cambiado. De ahí que el pensamiento filosófico capte las actuales condiciones, confirme así el carácter histórico concreto del valor, y ofrezca nuevas tesis.Es importante considerar la idea de A. Hart cuando expresó "hablar de valores en Cuba es pensar en el siglo XXI"Según González Rey, "los valores son todos los motivos que se constituyen, se configuran, en el proceso de socialización del hombre (...) Un valor se instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores formales, que regulan el comportamiento del hombre ante situaciones de presión o control externos, y creo que no son los que debemos formar, y los valores personalizados , expresión legítima y auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi opinión, los valores que debemos fomentar...[4]Hay que reconocer que existen valores universales propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las características propias de una generación; y de un lugar específico del mundo. Por eso el estado de los valores humanos se determinan por la relación que existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de una situación social dada.El mundo de hoy inmerso en profundas crisis económicas, políticas, financieras y sociales retoma un nuevo redimensionamiento de los valores humanos, pero es necesario primeramente, identificarlos y determinar cuál es el contenido de ellos en la generación de hoy, en correspondencia con las condiciones en que se vive. Esa es la tarea que se tiene planteada en estos momentos para poner en el lugar que le corresponde, para perfeccionar su actitud y para hacerlo más efectivo en su papel.Es necesario aclarar que el valor humano depende en lo fundamental del medio social en que se desenvuelve el hombre, porque se relaciona con la forma en que se asimilan esas condiciones sociales. De ahí que hay que preparar al hombre para que responda al medio social en que vive y esto está estrechamente relacionado con los valores humanos.Según Milton Rokeach, profesor de la Universidad de Míchigan, el valor "es una convicción o creencia estable en el tiempo que un determinado modo de conducta o una finalidad existencial es personal o socialmente preferible a su modo opuesto de conducta o a su finalidad existencial contraria. [5]"Aquí se demuestra el carácter estable y duradero de los valores formados en las personas. Advierte que a cada valor le corresponde un antivalor que son los que hay que combatir.El caso de José María García Guzmán, Catedrático de Filosofía del Instituto de Bachillerato Velásquez de Sevilla aporta el siguiente concepto:"A lo que más se parece el concepto de "valores" es al de "fines", entendido éstos como la causalidad que produce cualquier actividad esencial de los sujetos dinámicos"[6].Otra interesante interpretación la hace el Dr. Antonio Pascual Acosta, Consejero de educación y ciencia de la Junta de Andalucía quien define los valores humanos como:"Ideales que actúan al modo de causas finales, esto es, son, por una parte, el motor que pone en marcha nuestra acción y, a la vez, la meta que queremos alcanzar una vez puestos los medios adecuados. Por lo tanto, los valores son finalidades y no medios y, por ello, estimables por sí mismos y no con vista a alguna otra cosa"[7].

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Al tomar en cuenta estos elementos se pueden entender por valores humanos y se coincide con el criterio que ofrece el filósofo cubano José Ramón Fabelo Corso al afirmar que:"Valor humano es la significación socialmente positiva que poseen los fenómenos y objetos de la realidad, no cualquier significación, sino aquella que juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad"[8].Para conducirse con mayor éxito al estudio de los valores humanos es importante, no solo precisar que son, sino que se hace necesario ilustrar y desarrollar algunas afirmaciones que aparecen, como las relacionadas que cuando se habla valores hay que evitar el trabajo hacia valores aislados, es por ello que asumiendo la comprensión del Dr, Cándido Aguilar, profesor de la Universidad de Ciencias Médicas de Camaguey, cuando afirma que:

1.3 EL CONCEPTO DE SISTEMA DE VALORES.El fortalecimiento de la formación de valores deberá comprenderse sobre la base del principio de que hay que tributar a conjunto de valores, es decir, no se debe trabajar hacia valores aislados. Esta consideración se desprende de la idea rectora de que los componentes de los valores se complementan mutuamente y al expresarse en acciones interactúan entre sí.La concepción de un sistema de influencias educativas y de estrategias de intervención para la formación de la personalidad exige la determinación del sistema de valores humanos sobre el cual se debe erigir la labor formativa de ese proyecto; se trata de que hay que seleccionar tales o cuales valores y sobre la base de sus principales componentes determinar las acciones que conforman el plan.Es obvio suponer que al analizar el concepto de sistema de valores humanos nos encontramos con el problema de que la significación social del medio exterior puede ser tan extensa y tan variada que haría infinita la lista de valores que puede asimilar la formación del individuo. Por lo tanto, la determinación de un sistema de valores solo se podrá lograr a través de la jerarquización que se haga de un grupo de ellos tomados de esa infinitud que presupone la significación social del medio exterior. En tal sentido se puede aceptar una definición del concepto sistema de valores en los siguientes términos: "Sistema de valores humanos es el conjunto de aquellos valores que se jerarquizan en la significación social de la realidad producto del lugar y del momento en que se desarrolla el individuo".Se pudiera destacar como dimensiones de este concepto a los siguientes elementos:1ro.-La jerarquización de determinados valores tomados del conjunto de la significación social del medio exterior.2do.-Las particularidades del desenvolvimiento del individuo en un lugar determinado.3ro.-Las condiciones del momento en que se despliega el individuo en el conjunto de las relaciones sociales.El problema de jerarquización de valores implica tener en cuenta, por una parte, las condiciones del medio exterior que circundan al individuo y, por otra parte, los intereses que se mueven en ese individuo al asimilar ese mundo exterior. Esto significa que la determinación de un sistema de valores tiene en cuenta un momento objetivo determinado por las condiciones del medio en que se desenvuelve el individuo y un

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momento subjetivo determinado por la deseabilidad del valor, es decir, la conciencia de su necesidad por el individuo.

1.4 EL CONCEPTO DE COMPONENTES DE LOS VALORES HUMANOS.El fortalecimiento de la formación de valores humanos y la educación en valores en general, exigen la determinación de los componentes principales de cada valor del sistema elegido, a partir de las características del medio social en el que se inserta el individuo en un momento y en un lugar determinado y de sus intereses vitales.Determinar los componentes de los valores humanos presupone encontrar aquellos elementos fundamentales de los cuales está compuesto cada valor en un contexto social dado que permiten precisar las acciones que contribuyan al fortalecimiento y consolidación de esos valores en la personalidad.La elección de las tareas de un sistema de influencias educativas y de una estrategia de intervención para la formación de la personalidad debe tomar como base a los componentes principales que se definan para cada uno de los valores que conforman el sistema elegido.Una definición conceptual del término componentes de los valores humanos que puede ayudar a concretar la tarea de la educación en valores puede ser la siguiente: "Componentes de los valores humanos son aquellos elementos fundamentales que permiten conformar cada valor a partir de las características del medio exterior que circundan al individuo y de sus intereses vitales, con los cuales se pueden concretar las acciones que tributan a la formación de la personalidad"(15).Las dimensiones de este concepto se pueden apreciar en los siguientes elementos:1ro.- La determinación de los elementos principales que conforman cada valor humano.2do.- La determinación de los componentes a partir de las características del medio que circunda al individuo y de sus intereses vitales3ro.- La determinación de los componentes que permitan encontrar las acciones que tributan al fortalecimiento de los valores.La concepción de componentes de los valores humanos nos pone en condiciones de asumir la estructura interna de los valores, en el que la definición de sus elementos no debe olvidar el enfoque sistémico, el cual presupone la necesaria relación que se debe establecer entre dichos elementos.De lo anterior se desprende la idea de que no podemos decidir componentes aislados del valor sino la integración de elementos que lo lleven a su conformación como tal. Precisamente en esto radica la importancia metodológica de trabajar el fortalecimiento de valores sobre la base del esclarecimiento de sus componentes principales.

1.5 CONCEPTO DE BANCO DE VALORES.Para poder realizar la jerarquización de aquellos valores que más directamente responden a las condiciones de época y de lugar en que se desarrolla el individuo se hace necesario disponer de una fuente de valores potenciales que tipifiquen el perfil humano en determinadas condiciones sociales. Por ello, es sugerente trabajar en la confección del banco de valores, término que pudiera definirse como "la caracterización de todos

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aquellos valores potenciales que pueden conformar el modelo del perfil humano que tipifica al individuo en el momento y en el lugar en que despliega sus relaciones sociales [9]La conformación de los bancos de valores constituye un tipo de trabajo metodológico que se sustenta en el estudio de caracterización de las etapas del desarrollo del individuo que condiciona el papel de los distintos tipos y niveles de enseñanza en el proceso de fortalecimiento de valores, haciendo énfasis en el papel de las disciplinas y las asignaturas dentro de la estructura curricular y de la precisión de los objetivos de las actividades extracurriculares.Es muy importante asumir el criterio de potencialidad de los valores humanos, que de hecho constituye el elemento principal de la dimensión humana, la cual nos brinda la riqueza de significación social donde se identifican los valores. Por su parte, ese estado potencial debe reflejar lo más acertadamente posible el diseño del hombre de un tiempo y de un lugar. Es por eso muy importante hacer el estudio de los bancos de valores, incluso, por esferas de la actividad humana, lo que nos permite hablar de banco de valores éticos-morales, político-ideológicos, socio-culturales, artísticos, estéticos, ambientalistas, etc.Sin dudas que no son estas las únicas clasificaciones o agrupaciones de valores que existen, pero son entre otras las más trabajadas por la educación cubana en todas las enseñanzas.

1.6 EL CONCEPTO DE EDUCACIÓN EN VALORES.En las terminologías, fundamentalmente pedagógicas contemporáneas, se hace común la utilización del concepto educación en valores. Resulta evidente que el uso de este término ofrece ciertas ventajas al promover la dependencia mutua entre educación y valores. Es obvio suponer que cualquier influencia educativa conlleva, de alguna manera, a tener presente el fortalecimiento de valores, pero no siempre se hace consciente desde el punto de vista conceptual para establecer las previsiones de la concepción del proceso educativo. Por ello, el hecho de asumir un concepto que estimule o conscientice el nexo existente entre educación y valores constituye un importante paso en la prioridad que adquiere el enfoque de los valores dentro del proceso educativo. En tal sentido es recomendable trabajar con el siguiente concepto: "La educación en valores es la concepción de toda actividad educativa sustentada en una plataforma de valores humanos esenciales que respondan a las condiciones de época y lugar en que tiene lugar el proceso de formación del individuo".El esclarecimiento conceptual del término educación en valores nos pone en condiciones de poder concretar con mayor precisión el contenido de las influencias educativas, ya que plantea la exigencia de tomar en consideración determinados valores humanos como sostén de cualquier actividad educativa.Es por ello que los Valores Humanos se encuentran históricamente condicionados por las situaciones objetivas que atraviesan las sociedades, lo que provoca que los mismos y su estado constituyan un reflejo de la sociedad que les da cabida. Esto fundamenta el hecho de que en períodos donde las sociedades atraviesan crisis, se produzca un reflejo de las mismas en el sistema de valores que les corresponde.

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1.7 LA FORMACIÓN DE VALORES EN EL ÁMBITO EDUCATIVO.La formación de valores no puede asumirse a través de zonas o grados escolares aislados, aunque tengamos que reconocer que pude poseer especificidades propias en distintos niveles de enseñanza y edades. Se trata, por tanto, de un proceso que se debe iniciar en la familia y extender con marcadas fuerzas a las instituciones educativas, donde el niño comienza a apreciar y percibir sentimientos y valores elementales de convivencia grupal y social de acuerdo con sus años de vida.

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1.8 LA FORMACIÓN DE VALORES ANTE LOS DESAFIOS DE LOS NUEVOS TIEMPOSNo pocos estudiosos coinciden en que vivimos en una época de falta de sentido, criterio que se difunde rápidamente.No se puede perder de vista que en el actual mundo unipolar al que hoy asistimos se perfila, cada vez más, la decadencia moral y se ponen en crisis valores humanos universales que han sido conquistas históricas del progreso moral de la humanidad.No hay duda de que estamos en tiempos en que estos fenómenos de orden negativo asaltan y se hacen sentir por doquier. Sin embargo, esta situación no quiere decir que se dejen de formar valores, pues un factor esencial sigue y tendrá que seguir siendo el hombre y su formación en sus múltiples elementos.Es cierto, también, y esto es de vital importancia, que el mundo vive en una crisis de valores en la que Cuba se inserta con sus propias peculiaridades.No son pocos los autores y personas comunes que hablan del fin del bien y del mal, y niegan su significado como categorías axiológicas, elogian el nihilismo y se pronuncian en contra de las normas sociales. Otros únicamente le conceden valor a aquellas normas que poseen un sentido humano-universal. Hay quienes piensan que las normas se aplican atendiendo a criterios muy rígidos, externos, a exceso de moralización, y por la influencia del temor y al qué dirán.En este proceso existen aquellos que o bien justifican esta situación condenando toda forma de esperanza y de entusiasmo, o se declaran contrarios, refiriéndose al absurdo de contenidos como norma, ideales y valores. Otra cuestión esencial es no querer tomar en cuenta la incidencia de la esfera axiológica y apoyarse en el supuesto de que las necesidades y las formas de conducta de índole más elevada son aprendidas y carecen de base genética.En este sentido, los científicos conductistas y ahora los posmodernos, entre otros, han rechazado el estudio de los valores en la medida en que tal punto de vista no va de acuerdo con los datos observables y carecería de pertinencia científica. El solo hecho de no considerar la posibilidad de estudiar científicamente los valores, no solo debilita a la ciencia y a los científicos que se apoyan en tal concepción, sino que, además, les impide lograr un desarrollo pleno, dejando en este caso a la humanidad abandonada al dominio del relativismo ético, Lo anterior ejemplifica el peligro de una ciencia que opera libre de valores.Sin fin ético, una sociedad tendrá que conformarse con hombres como Eichmann y Hitler, bombas atómicas y cuestiones por el estilo.En lugar del relativismo ético-cultural, se sugiere que existen normas básicas que trascienden a toda la especie humana las que deben permitir que está viva a plenitud.Sin tales pautas simplemente faltaría base para someter a crítica ideas fascistas, reaccionarias y antiéticas.La ciencia es también un tipo específico de valor social y moral, en tanto es de utilidad para algo y se pone al servicio de alguien. Como dice Victoria Camps:"El discurso ético (.) Ha de adaptarse a las necesidades y carencias de los tiempos y las sensibilidades"[10].

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La ética tal como surgió en la pérdida y en el novum, es siempre una respuesta vital, una modalidad de supervivencia, una más plena producción de existencia que tiende a la felicidad. Hoy es como si ella se encontrara en un punto crucial de su evolución: sobrevivirá y progresará si sabe hacer la elección justa, encontrar el punto de contacto ente su naturaleza, su historia y la respuesta del ambiente en el que vive. Si racional es lo que mantiene la promesa, elecciones racionales serán aquellas que eviten la devastación, no eliminando el progreso moral ya realizado.Todas estas reacciones son expresiones del descontento de una sociedad que –con motivos fundados- tiene miedo del proceso histórico actual.Por tanto, es perfectamente comprensible que para nada sirve elogiar la indiferencia en esta esfera de vital importancia para el hombre, pues una sociedad no puede vivir sin valores; es justamente por esta razón que los produce. Esto precisamente explica que "mientras haya humanidad, mientras haya historia, habrá también desarrollo axiológico".Valores como la consagración, la modestia, la dignidad, el sentido de la justicia y la solidaridad, se hacen imprescindibles aun en los tiempos más cruentos y turbulentos. La expresión "situarse por encima del bien y del mal", designa precisamente toda la indiferencia a las valoraciones morales. Por eso, desde el ángulo propiamente moral, una sociedad, un grupo social o una persona que se vanagloria porque está por encima o "más allá del bien y del mal" únicamente puede prometer opresión, elogio de la fuerza u egoísmo. Téngase en cuenta que a partir de estos dos conceptos estamos expresando precisamente una valoración positiva o negativa de los fenómenos sociales, y hasta del comportamientos de las personas en el proceso d su devenir social.En el ámbito educativo hay que estar atentos a las sugerencias desmovilizadoras que emanen de ideologías vacías de contenido como el posmodernismo, pues de un tiempo a la fecha cada vez más estudiosos del tema han enfocado su reflexión hacia el clima de desengaño, que para muchos ha devenido el fracaso del proyecto optimista de la modernidad, cuyas cosmovisiones, apoyadas en la idea del progreso indefinido del hombre por su poder mismo, plantearon un mejor e inmediato futuro.En el ámbito de la reflexión ética, su regla suprema es: " Se vale lo que me agrada, no se vale lo que no me agrada. Nada está prohibido".Como bien puede comprenderse, dice Armando Hart:(.) La degradación ética está en el vórtice del drama posmoderno, se observa en el caos intelectual de la sociedad internacional contemporánea, en la tendencia a la fragmentación y la atomización espiritual del hombre que se esconde tras la ilusión globalizadota [11]El punto de partida de la conducta es la razón integrada por la inteligencia y la voluntad. La franja de salida es justamente el otro. Por eso, entre otras tantas razones, no se puede vivir sin normas de conducta.No obstante, la fundamentación de la moral requiere de unos valores y principios básicos, y hoy precisamente se da con frecuencia la siguiente confusión: una cosa es no tener tabúes, que es algo que debemos valorar como positivo, y otra es no tener principios, que se conoce como negativo. Esto significa que si todo está permitido, si todo vale, nos dirigimos a instaurar una sociedad dominada por la indecencia, la insensibilidad, la prevalencia de hacer notar lo último en materia de un vulgar hedonismo, omitir valores

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como el decoro, el humanitarismo, el civismo, etcétera. En definitiva nos dirigimos hacia el caos, según el criterio de un conjunto de autores contemporáneos.Asumir en términos conductuales estas sugerencias desmovilizadoras, significan algo imposible, pues tornarían simplemente la vida insoportable, inviable en términos de comportamiento humano, moral. Uno mismo y los otros dejamos de ser personas para convertirnos en cosas, para materializarnos.La intensidad que la vía moderna requiere se diluye y somete a las banalidades que piden paso. Los argumentos biográficos se invierten ya no poseen el sentido de antes, pues falla la base, es decir, la coherencia interior. Entonces se aspira a formas de felicidad inmediata, externas, como el bienestar, el nivel de vida, el tener y acumular, etcétera. Es este un congelante escepticismo emanado de un conjunto de autores posmodernos, que se convierte en un rasgo o indicador de vacío moral, de crisis valorativa en los tiempos que corren.Por eso este embate que ha experimentado el mundo conduce a la necesidad imperiosa de una redefinición continua de lo que se considera esencial, es decir, de una búsqueda de aquello que tienen valor por sí mismo y de aquello que se convierte en medio adecuado para lograrlo. En cierto modo, podría afirmarse que lo que caracteriza a nuestra época es precisamente la búsqueda de lo que tiene valor.No es menos ciertos que la crisis de valores que hoy tipifica a este período, que debe ser comprendida, se debe a una búsqueda constante de lo nuevo, que nace del vertiginoso y ascendente progreso científico-técnico y económico, y a su vez de la fragilidad de aquellas cosas que hasta ayer se juzgaban esenciales, y que frente a la prueba suprema del tiempo hoy no superan el examen actual.Este proceso transcurre por distintas vías, es decir, por el estímulo en describir cosas que poseen valor por sí mismas, y por la necesidad de ver el carácter cambiante de algunos valores que ya no resisten la prueba de los nuevos tiempos y se hace necesaria su sustitución por otros. Esta última idea expresa claramente la dialéctica y metamorfosis que se produce al interactuar viejos valores con otros que surgen motivados por un incesante redimensionamiento de valores que contextualizan entornos sociales y épocas. Esto no niega que hay valores universales, que deben existir siempre, que deben caracterizar el carácter esencialmente humano del hombre, pero también hay que comprender que el hombre es un ser histórico, producto de una época y de un lugar en la historia, por lo que siempre tendrán que surgir nuevos valores humanos.

1.9 EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LOS VALORES EN LAS UNIVERSIDADES CUBANAS."La formación de valores en las Universidades cubanas, es un fenómeno complejo que depende de multitud de variables entre las que se encuentran:

Las creencias y valores de sus fundadores. Toda organización surge de un impulso fundamental a partir de una idea y unos principios de acción más o menos implícitos. La consecución de recursos financieros, materiales y humanos para llevar a cabo dicha idea es un paso posterior.

Las creencias y valores de la dirección actual de la Universidad. La dirección de la Universidad, en un momento dado, puede pretender perpetuar, revitalizar o incluso

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modificar radicalmente las creencias y valores de su fundador, debiendo gestionar adecuadamente el conflicto entre lo tradicional y lo moderno.

Las creencias y valores de los estudiantes. Como ya hemos comentado la mayor fuerza formadora de creencias y valores en los estudiantes está, sin duda alguna, constituida por los sistemas de influencias educativas existente.

La formación y la influencia de los factores del territorio así como, del nivel superior de dirección. Naturalmente, un mecanismo esencial para modificar creencias y valores es la formación. El verdadero aprendizaje radica en el de aprendizaje de creencias y la incorporación de otras nuevas.

Normativas legales existentes. La legislación laboral, medioambiental, economía, educacional, etc., de cada país también influye significativamente sobre las creencias y valores de sus Universidades.

Los valores sociales de cada momento histórico. A principios del siglo XX, los valores sociales predominantes en los países desarrollados no eran los mismos que los actuales, y éstos no tienen por qué ser el mismo que los futuros.

La tradición cultural de cada sociedad. Existe una influencia mutua entre los valores sociales y los valores organizacionales.

Los resultados de la Universidad. Es de destacar que los sistemas de creencias y valores de la Universidad se retroalimentan en función de sus resultados.Lo anterior apunta del carácter sistémico con que deben verse y trabajarse todo el sistema de influencias educativas que contribuyen al fortalecimiento de valores que deben caracterizar al que trabaja en las Universidades cubanas.

1.10 IMPORTANCIA DE LOS VALORESLa importancia de los valores radica en que se convierte en un elemento motivador de las acciones y del comportamiento humano, define el carácter fundamental y definitivo de la organización, crea un sentido de identidad del personal con la organización. Son importantes porque describen lo que es primordial para sus implicados, porque identifican los resultados que la mayoría espera, guían nuestras actuaciones y determinan si nuestras organización tendrá éxito. También lo son porque, cuando los valores están en línea obtenemos varios beneficios como son: moral alta, confianza, colaboración, productividad, éxito y resultados. Por lo tanto, los valores son formulados, enseñados y asumidos dentro de una realidad concreta y no como entes absolutos en un contexto social, representando una opción con bases ideológicas con las bases sociales y culturales. Los valores deben ser claros, iguales compartidos y aceptados por todos los miembros y niveles de la organización, para que exista un criterio unificado que compacte y fortalezca los intereses de todos los miembros con la organización"[12].Se hace necesario entonces educar en una ética transformadora que permita alinear el comportamiento humano entorno a un conjunto de valores que encierren las principales aspiraciones que pretenden alcanzar las organizaciones educativas.Al fundamentar la necesidad del desarrollo de una ética humanista en la sociedad el investigador Fidel Izquierdo señala:"Debemos educar en un humanismo cuyo contenido fundamental radique en el amor al ser humano, en la sensibilidad, en la generosidad, en la preocupación por el otro, en la

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ayuda mutua y en la solidaridad. Educar en un humanismo que sea noble y abierto y a la vez exigente e intransigente con las faltas y las debilidades, donde el hombre es más preciado Por ello es preciso señalar los límites en que se desea formar esa ética.

1.11 DE QUÉ ÉTICA HABLAMOSEs cierto que en la compresión del saber ético se han manifestado distintos puntos de vista. Uno bastante generalizado que es el que asume que el discurso ético es retórico y no lógico racional. En este sentido se ha insistido en que la ética tiene un ámbito propio que concierne más a lo que debe ser que a lo que es. Sin embargo, este modo de comprender esta disciplina tiende a concebirla desde una sola dirección filosófica. Modo un tanto absoluto, pues la convierte en parte del saber filosófico que se ocupa solo de lo que debe hacerse y no de lo que prácticamente hacemos, estudiando de este modo, la conducta humana bajo un punto de vista normativo.No es posible olvidar que en la comprensión de la moral e, incluso, de sus principios, normas, valores, así como de la propia estructura de la ética, se vinculan o entrecruzan elementos cognitivos, axiológicos, deontológico, prescriptivos y formativos que hacen difícil llegar a una definición concluyente de cómo comprender estos conceptos, sus interacciones y diferencias fundamentales. Por eso, posee razón Esperanza Guisán cuando dice que no hay una única respuesta con respecto a este saber, esto es, no existe una ética (como posiblemente no exista una historia, ni una sociología, ni una medicina), sino diversos e incluso antagónicos puntos de vista acerca de esta disciplina.A su vez, la ética describe, fundamenta, prescribe y enseña, cumpliendo de este modo una importante función crítica y valorativa con respecto a la moral socialmente establecida.La moral, como vínculo humano, incuestionable valía para un comportamiento virtuoso, es no solo como se dice en ocasiones, un conjunto de actos, hechos y acciones, sino también una determinada explicación de ellos, Por eso, la moral cumple también una importante función epistémica.Cuando se argumenta que una de las tareas fundamentales de la ética es enseñar la moral, se está aludiendo también a la necesidad social de formar determinadas concepciones. Principios. Normas y valores morales. Es cierto lo que afirma Victoria Campus: pese a Musil y a los profetas de la posmodernidad, no podemos aceptar la idea de un hombre "sin cualidades".Por eso es difícil renunciar al aspecto formativo de esta disciplina. No por gusto, algún pensador dijo en su momento que la ética que no ayuda a las personas a ser mejores en el orden moral y humano es tan inútil como un medicamento que no cura. Esta es precisamente una idea que cobra un significado de vital importancia en la obra de Esperanza Guisán. "A diferencia de lo que pensaba G. E. Moore, para quien la ética debería ocuparse simplemente de los buenos razonamientos más que de las buenas causas, a la ética le preocupan de modo semejante las buenas razones las buenas causas y la buena gente.No hay por qué olvidar que las normas y valores se encuentran en un proceso de génesis, desarrollo y caducidad, lo cual demuestra que el desarrollo moral es un proceso contradictorio y por ende dialéctico. No es menos cierto que una reflexión ética realista no puede reducirse a la mera descripción de las reglas de conductas, sino que por el

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contrario, supone el estudio de los cambios reales que se operan en la esfera de las relaciones morales: extinción de viejas normas y nacimiento de otras nuevas que paulatinamente comienzan a afianzarse, como necesidad de oxigenar algunas pautas y valores que por distintos motivos han perdido potencialidades reales para seguir regulando el comportamiento moral de los seres humanos.Es cierto que el propio desarrollo de la moral, de sus principios, normas, ideales, valores e incluso de la propia ética, comprendiendo como disciplina filosófica, "lleva consigo necesariamente , de modo paralelo, un desarrollo intelectual, mental, conceptual, lógico, como ingrediente necesario pero nunca suficiente (.), aunque se han producido cambios de enfoque epistemológico en este saber de conciencia crítica más desarrollada, a convertirse en el núcleo en torno al cual ha de gravitar todo el proceso de producción cultural, científica y educativa, todo el proceso de ordenamiento político y jurídico[14]Se aprende no solo de los libros escritos, de películas, también del comportamiento de las personas en su relación con las demás. Por eso, se hace necesario evaluar las conductas y actitudes de los estudiantes y trabajadores de la sede e identificar factores que los afectan.Pero para ello, es evidente que se debe estar teórica y conceptualmente preparado para poder ofrecer juicios de valor sobre los actos y comportamientos humanos. Esto es posible si se estudian y se conocen las características que poseen los valores humanos.

1.12 CARACTERÍSTICAS DE LOS VALORES"¿Qué hace que algo sea valioso? La humanidad ha adoptado criterios a partir de los cuales se establece que los valores expresan:(a) Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz que el de la verdad.(b) Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible.(c) Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas.(d) Satisfacción: los valores generan satisfacción en las personas que los practican.(e) Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; Todo valor conlleva un contravalor.(f) Jerarquía: Hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.(g) Trascendencia: Los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad.(h) Dinamismo: Los valores se transforman con las épocas.(i) Aplicabilidad: Los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona. (j) Complejidad: Los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados juicios y decisiones [15]Se coincide con esta precisión al considerar también que esas características son evidencia en la práctica cotidiana de los seres humanos y que expresan la concepción, el

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fundamento y la dinámica de los valores en su evolución y desarrollo. Es muy importante considerar a la hora de analizar la problemática de los valores en cualquier organización estas características, fundamentalmente porque pueden jerarquizarse, son afectados por diferentes causas que hay que identificar y tratar, que a cada valor le corresponde un antivalor y su carácter flexible al poseer significación positiva en una época y cambiar o perderla en otra. Pero no solo cambian de significación de una época a otra, sino también de una organización social, empresarial o pública u otra.Es importante cuestionarse, ¿Cómo valora el ser humano? ¿Cómo expresa sus valoraciones? El proceso de valoración del ser humano incluye una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que suponen: la toma de decisiones, la estimación y la actuación. Las personas valoran al preferir, al estimar, al elegir unas cosas en lugar de otras, al formular metas y propósitos personales. Las valoraciones se expresan mediante creencias, intereses, sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor y acciones. Desde el punto de vista ético, la importancia del proceso de valoración deriva de su fuerza orientadora en aras de una moral autónoma del ser humano.Es vital, a la hora de trabajar con las clasificaciones de valores considerar las formas en que el hombre percibe y valora la realidad, cómo se apropia de los mismos y entonces se estará en mejores condiciones de encausas su tratamiento.ACERCA DE LA CLASIFICACIÓN DE LOS VALORESDentro de la diversidad de puntos de arranques parece más apropiada la idea de que los retos de desarrollo a que se somete el hombre en cada momento y en cada lugar dimensionan sus valores y visualiza las distintas esferas en que éstos se pueden identificar. Es aquí donde aparece la necesidad de prestar atención a la tipología de valores." Cómo se clasifican los valores?, ¿Cuáles tipos de valores existen? No existe una ordenación deseable o clasificación única de los valores; las jerarquías valorativas son cambiantes, fluctúan de acuerdo a las variaciones del contexto. Múltiples han sido las tablas de valores propuestas.Lo importante a resaltar es que la mayoría de las clasificaciones propuestas incluye la categoría de valores éticos y valores morales. La jerarquía de valores según Scheler (1941) incluye: (a) valores de lo agradable y lo desagradable, (b) valores vitales, (c) valores espirituales: lo bello y lo feo, lo justo y lo injusto, valores del conocimiento puro de la verdad, y (d) valores religiosos: lo santo y lo profano.La clasificación más común discrimina valores lógicos, éticos y estéticos. También han sido agrupados en: objetivos y subjetivos (Frondizi, 1972); o en valores inferiores (económicos y afectivos), intermedios (intelectuales y estéticos) y superiores (morales y espirituales).Rokeach (1973) formuló valores instrumentales o relacionados con modos de conducta (valores morales) y valores terminales o referidos a estados deseables de existencia (paz, libertad, felicidad, bien común).La clasificación detallada que ofrece Marín Ibáñez (1976) diferencia seis grupos: (a) Valores técnicos, económicos y utilitarios; (b) Valores vitales (educación física, educación para la salud); (c) Valores estéticos (literarios, musicales, pictóricos); (d) Valores intelectuales (humanísticos, científicos, técnicos); (e) Valores morales (individuales y sociales); y (f) Valores trascendentales (cosmovisión, filosofía, religión)." [16]

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También en Cuba se está utilizando una clasificación que tiene que ver con el estado de los valores en los momentos iniciales y terminales del proceso de transformación en los llamados valores de entrada y valores de salida.Se toma como referente la siguiente tipología de valores [17]Valores éticos- morales:Son aquellos que orientan al hombre hacia la consecución de sus concepciones, ideas, metas, propósitos, aspiraciones y fines prácticos, mediante la regulación de su conducta en los diversos planos de su actividad que puede ser en lo individual, en lo colectivo o en lo social propiamente dicho. Son valores que permiten captar la actividad humana desde el ángulo del significado social de sus resultados. Ejemplos de estos valores pueden ser:La honestidad.La dignidad.La sensibilidad.La solidaridad.La fidelidad, etc.

Valores Ideo Políticos:Son aquellos valores que ponen de manifiesto el significado social de la pertenencia a un grupo social determinado, desde el cual el hombre despliega su actividad como ser humano. Esta actividad constituye el conjunto de acciones que desarrolla el hombre como miembro de una clase social, donde se propone transformar tanto material como espiritualmente la realidad, en correspondencia con determinados intereses, necesidades y objetivos de esa clase a la cual pertenece. Dentro de estos valores se pueden destacar los siguientes:

Patriotismo. Firmeza ideológica. Justicia social. Sentido de pertenencia ideológica. Sentido del deber ideológico, etc.

Valores profesionales: Son aquellos valores que expresan la repercusión social del ejercicio de las

profesiones como resultado de la actividad humana. Se trata de la generalización de las significaciones sociales desde una rama determinada del conocimiento concebida como conocimiento científico. Como parte de estos valores se pueden señalar los siguientes:

Potencialidad creadora positiva. Sentido conceptual adecuado. Sentido transformador justo. Responsabilidad científico tecnológica. Integralidad científica.

Valores estéticos:

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Son aquellos valores que contienen en si las formas de apropiación práctico espiritual de la realidad por el hombre como manifestación de su actividad humana. Siendo la actividad estética un fenómeno asociado al reflejo emocional metafórico y sugestivo de la realidad por el hombre, produce determinados mensajes espirituales de la realidad. Cuando estos mensajes adquieren el carácter de significaciones sociales positivas entonces se comportan como valores humanos. Algunos de ellos pudieran ser:

Sentido justo de la belleza. Adecuado dimensionamiento de la armonía. Correcta interpretación de la tragedia. Uso adecuado del humor. Inspiración positiva de la creación."

De acuerdo con el escenario político, de limitaciones en lo económico y en lo social tanto los valores ideo políticos como los ético morales adquieren un tratamiento y una significación especial para tomarlos como referencia para las prácticas sociales. Estos son por su importancia valores que siempre se comparten por el pueblo, pues han servido de guía a muchas generaciones de cubanos y potenciados por la limpia y transparente obra de nuestra Revolución y nuestro líder indiscutible y para todos los tiempos, Fidel.Esther Baxter Pérez en su libro: "La formación de valores, una tarea pedagógica", ofrece una comprensión general de los valores esenciales del socialismo, los cuales son: la paz, la justicia social, la libertad, la responsabilidad, el trabajo creador, el colectivismo y la ayuda mutua, el patriotismo socialista, el internacionalismo, la solidaridad y la disciplina. [19]. Como se observa se plantea una relación de valores tomando como base el sistema social característico de nuestro país.

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INDIVIDUALISMO.La cuestión de la intelectualidad es una de las más importantes; no se halla en relación solamente con el progreso social y cultural, sino, sobre todo, con otra cuestión muy discutida: la del individualismo.Por lo que concierne a los intelectuales en la evolución de las civilizaciones e implícitamente en la evolución social, los teóricos han llegado a ponerse todos de acuerdo sobre algunas fórmulas generales. Es curioso, que en la Rusia moderna, donde los intelectuales se pierden en la masa enorme de los pueblos ignorantes, sojuzgados y místicos, hayan unido sus esfuerzos para combatir por la libertad y que sea allí donde el problema de la intelectualidad («l'intelligencia») haya preocupado a la mayoría de los sociólogos desde N. C. Mihaïlovski hasta P. Lavrov. Por medio de estos últimos se ha llegado a una definición casi completa de la intelectualidad y es Ivanov-Razumnik quien nos la expone. {(1) Ivanov-Razumnick: Von den Intellektuellen, Berlín 1920.} [4]Si admitimos que los intelectuales son «el órgano de consciencia de un organismo superior: la sociedad», volvemos a la antigua concepción helénica del antropomorfismo universal y al paralelismo entre el sistema nervioso en un organismo y los intelectuales en la sociedad.Los intelectuales forman ante todo una agrupación social a pesar de la afirmación de que se hallan fuera de toda casta y de toda clase (agrupación que nosotros consideramos también fuera de toda nación y de toda raza). En efecto, la profesión de intelectual, incluso cultural, no implica en absoluto la idea de intelectualidad. Según Lavrov, no hay diploma universitario que pueda conferir a nadie el derecho de llamarse intelectual; este mismo sociólogo los llama semisabios: los salvajes de una cultura superior. Esto es lo que sostiene también el teórico del activismo alemán, Kurt Hillar, quien pone en duda a un químico o a un historiador el título de intelectual, si no es más que un simple especialista o «artesano»; concede de mejor gana este título a «una simple modista», cuya vida interior constituye un fulgor más para la conciencia humana, o a un obrero, cuyo cerebro está trabajado por una nueva idea civilizadora o incluso científica.En el mismo sentido se expresa L. S. Judius {(1) en La Houle, núm. 2, 1926, órgano de «Los Compañeros del Pensamiento» (Asociación General de Trabajadores Intelectuales}, quien define como verdadero intelectual al que se [5] preocupa de extender y de profundizar su cultura.

No son verdaderos intelectuales el escritor, por talentudo que sea; el ingeniero o el doctor, por experimentados que estuvieren; el periodista o el abogado, más o menos hijos de familia, «que lograron asegurar su existencia y que sólo aspiran a poseer un confort material que convenga a su rango». Los que se preocupan de su orientación mental, de sus afinidades espirituales o de su elevación moral, esos son intelectuales. Estos no limitan su horizonte a la vida mundana, así como lo hacen la mayoría de los que ejercen una «profesión liberal». El verdadero trabajador intelectual puede pertenecer a todas las clases de la sociedad. Puede ser un simple obrero intelectual o ministro, un pobre

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funcionario o un «administrador espléndidamente pagado», profesor de universidad o modesto autodidacta.

El verdadero trabajador intelectual –escribe L. S. Judius–, es el que respeta su trabajo y que, por medio de él, se hace respetar como tal; es el que quiere así, de manera intensa, su liberación definitiva y total; es el que, sediento de saber lo que es y lo que debe ser, procura comprender y realizarse... Es el que esculpe su «yo», que enriquece su corazón, que contempla su carácter...; es el que hace de su alma una obra de arte; es aquel que reflexiona sobre todos los problemas que se plantea la conciencia humana.»Otro carácter de la intelectualidad, según la definición rusa, es la continuidad; existe una correlación ininterrumpida entre todas las generaciones de intelectuales y existen también ciertas ideas centrales [6] que unen a los intelectuales en un esfuerzo común. Trasladada a la sociedad y a la ética, aparece la intelectualidad bajo otro carácter evidente: es éste la agrupación opuesta a la mayoría ignorante y, sobre todo, a la semicultivada, fosilizada en tradiciones y supersticiones, en las costumbres convertidas en manías y con ese culto a lo vulgar que no es más que muy específico para la burguesía.La intelectualidad es así, lo opuesto a la mediocridad; es la personalidad pensante y crítica, la que determina el desenvolvimiento y la evolución de las civilizaciones. La cultura social tan sólo es ennoblecida por ese pensamiento activo que tiene su influjo sobre las multitudes y sobre la civilización. La función del intelectual no se reduce a la simple contemplación o a la meditación pura; si no lucha contra sí mismo y contra la sociedad; si su obra científica, literaria y estética no se funda sobre la verdadera naturaleza del hombre y no constituye al mismo tiempo una aportación al progreso cultural y espiritual de la humanidad, su intelectualidad resulta estéril.Por su esencia, la intelectualidad debe, en efecto, ser creadora; sus fuerzas interiores deben exteriorizarse y convertirse en fuerzas culturales y sociales. Debe tener una directiva consciente y llegar a crear, a despecho de la mediocridad mayoritaria; tender a la emancipación del hombre de todas las servidumbres, tanto físicas como sociales o morales y, sobre todo, aumentar la personalidad humana y multiplicar las individualidades.

La lucha por la personalidad: he ahí la misión [7] esencial de la intelectualidad. De este modo, la exposición de Ivanov-Razumnik confirma la idea primitiva de N. C. Mihaïlovski. El socialismo individualista preconizado por el primero está basado en los principios de Mihaïlovski, que ha consagrado una buena parte de su gran obra sociológica y filosófica al individualismo social {(1) Carl Brinkmann: Soziologie der «Intelligenz», página 42 de la Soziologische Probleme der Gegenwart}.¿Es el individualismo una doctrina social o una simple actitud ética y estética? ¿Se reduce a un simple sentimiento pronunciado, cierto es, de «la unicidad y de la diferenciación de los «yo», a un aislamiento decidido y, por tanto, a una oposición contra la sociedad?, como se pregunta Palante {(2) G. Palante: Combate por el individuo}. Fuera lo que fuere, el individualismo que implica un postulado de orden subjetivo (hallándose en estrecha unión con el temperamento), puede constituir también un método para el estudio de

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tantos problemas que parecen excluirse generalmente. Una exposición del individualismo nos llevaría a un laberinto de personalidades y de teorías, y no podemos analizarlo aquí más que en sus relaciones con el humanitarismo.Estas dos nociones estaban hasta hoy opuestas una a otra, y el individualismo, en su lucha contra la sociedad, ha llegado a extremos inconciliables. Tomado en un sentido espiritual, hasta el «superhombre» de Nietzsche es un ideal que no resulta [8] de posibilidades reales de la humanidad. «La voluntad de potencia» que le caracteriza, implica la existencia de una fuerza implacable y la intolerancia de toda inferioridad. Por esta razón es por lo que la concepción nietzscheana pudo ser tan desnaturalizada por ciertos teóricos y aplicada asimismo al ideal político alemán. El militarismo prusiano ha adornado su sable con los aforismos de Zaratustra. El superhombre de Nietzsche se eleva sobre las hecatombes, sobre la servidumbre de los hormigueros humanos y no nace del hombre, tal como el superhombre de Nicolai, que contiene en sí al hombre, al mono, a la bestia, a la planta, al mineral y a toda la serie de la evolución de la vida terrestre.* * *El individualismo extremo halla su expresión en el anarquismo, en la lucha contra la autoridad, cuyo instrumento es el Estado. No hay lugar para exponer aquí las distintas concepciones anarquistas, comenzando por Bakunín, Kropotkín, Elíseo Reclus o Ernesto Coeurderoy, y terminando por E. Malatesta, Max Nettlau (a quien debemos una rica bibliografía del anarquismo), Pierre Ramus, Sebastián Faure o E. Armand. Lo que aquí nos preocupa es el método individualista con relación al humanitarismo.

El individualismo de Stirner sería una rebelión contra todas las cadenas sociales. El Estado, la Iglesia y la familia impiden la realización del Unico. El civismo es tan sólo esclavitud. Los padres mutilan a sus hijos desde la cuna. Las leyes nos impiden poseer nuestra propia «propiedad» que es nuestro «yo». El altruismo es una dolencia de la [10] voluntad. El único criterio es el éxito y sólo él es igualmente «justo». La cosa que yo quiero utilizar es buena y la que quiere servirse de mí es mala.Estos principios son elementales para todo individualista. El individualismo de Stirner tiene un lado racional y majestuoso. Su Unico es un animal hambriento, oculto en lo más recóndito del hombre, pero un animal que posee inteligencia e imaginación y que tiende a satisfacer todas las exigencias de su naturaleza física y psíquica. Si separamos los harapos de la hipocresía y la sucia máscara de las convenciones; si ponemos al descubierto el corazón del hombre, hallaremos realmente un ser que se ama y que se adora a sí mismo, creyendo que los demás le aman y que su adoración le será útil. El hombre es belicoso. Sea cual fuere el grado de «civilización» al cual nos elevásemos, combatiremos por nuestro egoísmo y por la «propiedad del Unico». El «yo» pasa ante la ley y sigue siendo la virtud primordial.Todas las grandes cosas fueron realizadas por el individuo. La unidad de estimación de la naturaleza es el individuo y no el Estado o la familia. Todo lo que impele al desarrollo material o intelectual surge de la iniciativa individual, aguijoneada por el orgullo o por la necesidad. La decadencia ha hecho siempre su aparición cuando el Estado o la Iglesia han tratado de reglamentar al individuo y a la actividad del Unico. La antigua autocracia se

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basaba en la teoría de que un hombre debe gobernar a todos los hombres. La nueva autocracia se denomina socialismo o comunismo, y es todo lo [11] contrario de esto. Se basa en la teoría de que todos los hombres deben gobernarse entre sí. El socialismo suprime en el Unico el temor al peligro y debilita los dos grandes móviles: el miedo y el valor. Nadie nace con el derecho a la vida o a lo que esto sea. El único derecho del hombre es el derecho a la concurrencia. Según Stirner, el Estado nunca tiene razón, y el socialismo, que proclama también el imperativo del Estado, no es más que una nueva cadena de esclavitud.Más Stirner celebra el instinto del combate; nuestro único sueño y nuestra única virilidad. Debemos ser dueños de las potencias destructoras que se hallan en nosotros y en torno nuestro. Debemos disciplinar las cosas que nos reducen a la esclavitud. Este es el imperativo del Unico. Stirner no admite, por tanto, la idea del autosacrificio, tan difundida por los amos de los pueblos. El «Unico» no se sacrifica; los débiles, incapaces de vivir solos, se «sacrifican». El sacrificio de sí mismo no puede aplicarse universalmente: esto significaría que cada cual debe vivir para el bien... de los demás y que todos deben morir... « ¡Todo para mí!», exclama Stirner. Incluso si regala un objeto, éste le pertenece siempre. «Si has cultivado el «Unico» no tienes ningún don que hacer.» Estrangulando el instinto, ahogado el grito de nuestra naturaleza íntima, del alma, que reclama alegría y potencia, y rechazando los impulsos de nuestra «propiedad», nos empobrecemos y debilitamos nuestras vidas: envejecemos rápidamente y, adorando falsos ídolos, continuamos segregando el veneno de una existencia desnaturalizada y desilusionada.Pero ¡qué distancia entre la concepción de un Stirner y la actitud de tantos anarquistas desprovistos de una concepción cualquiera! Los seudoanarquistas no son más que «yos» hipertrofiados. Deseando ser cada uno un universo libre y no obedeciendo más que a sus propios imperativos, se declaran contra toda organización y contra toda evolución. En su egoísta afirmación de la vida, Max Stirner dice, a pesar de todo: «Es verdadero lo que es mío; es falso aquello cuya propiedad soy; verdadera, por ejemplo, es la asociación y falsos son el Estado y la sociedad...» Ahora bien; la asociación implica un mínimum de organización. Los seudoanarquistas forman una categoría de desesperados que llegan a negar la vida, obstinándose en afirmar su personalidad. Por otra parte, en el dominio puramente intelectual, en el arte, en la filosofía, &c., el anarquismo es más bien pasivo: una actitud muy próxima al escepticismo y al pesimismo.Precisamos: anarquismo no es siempre individualismo. El individuo puede ser una célula en el organismo y seguir siendo, al mismo tiempo, una unidad autónoma en armonía con la unidad suprema de la especie.En estos últimos años ha hecho su aparición, sobre todo, en Francia, donde el personalismo es tan variado, un gran número de teóricos individualistas, cuyas doctrinas no se oponen a la sociedad, sino a las instituciones, que obstaculizan el libre [13] desenvolvimiento de las facultades del individuo. Si hay algunos que están contra la familia, la mayor parte están contra el Estado: contra la iglesia de Estado, contra la enseñanza de Estado, &c. No niegan la realidad de la sociedad: ésta es un cuerpo compuesto de una reunión de individuos y que sin ellos se disolvería. Pero, como dice Abel Faure, la sociedad, considerada como organismo, tiene deberes que cumplir para con el individuo y no solamente derechos sobre él. El punto de partida de la doctrina

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individualista es éste: «La sociedad está hecha para el individuo y no el individuo para la sociedad.» El contrato social debe tender al desarrollo natural de todos; que las relaciones entre el individuo y la sociedad no conduzcan al encadenamiento del primero. El individualismo debe ser activo y creador en todos los dominios. Si destruye, debe saber reconstruir. En este sentido es como Abel Faure aplica la doctrina individualista a la educación y cómo Yves Guyot trata de establecer en el orden económico un sistema que tiene por principio el individualismo.H. L. Follin, que es el teórico de la «Metapolítica» (convertida después en «Cosmometapolis»), proclama la voluntad de armonía que opone a la «voluntad de potencia» de Nietzsche. Yuxtapone la realidad inicial, es decir, el individuo, y la realidad superior que es la humanidad, sin transición ninguna por una de esas «ficciones» colectivas que no hacen sino provocar desacuerdos y reacciones violentas. Esta voluntad de armonía que halla su expresión social en la concepción de la «supranación», [14] es un método que puede llevar a la conciliación progresiva del individuo con la humanidad.Ciertos individualistas, tales como W. Mc Dougall, rehusan admitir una selección social en lugar de la selección natural, sacrificando aquélla el tipo superior al tipo medio. Es ésta, en efecto, una regresión, comprobable principalmente en las ciudades {(1) William Mac Dougall: The group mind, 1920, Cambridge}. Estos individualistas ponen en lugar de las dos selecciones antes mencionadas, dos realidades: la evolución natural y el progreso humano, dos cosas que no deben confundirse. El progreso biológico no corresponde generalmente al progreso de la civilización, esto es, de la técnica de la vida. A pesar de la multiplicación de los conocimientos, la capacidad intelectual no se ha incrementado durante el período histórico. En cuanto al progreso moral, es mucho más lento que el progreso intelectual: nos hallamos en este punto casi en el mismo nivel que nuestros antepasados.Negando la importancia social de los caracteres biológicos y hereditarios, estos individualistas proclaman el «individuo superior» como factor constructivo de la raza y de la unidad nacional. Sin él, no existiría la nación. Es él el que agrupa las colectividades; son los profetas los que crearon el pueblo judío y tan sólo algunos hombres los que prepararon la Revolución francesa... La emancipación de la inteligencia individual se hace fatal para [15] el antiguo orden establecido, y sólo son las personalidades superiores las que conducen hacia el progreso a la mayoría pasiva.Esta concepción que podría realizarse en la historia de los pueblos, deja de ser justa en el momento en que opone al factor biológico general el factor «individuo superior». Si algunas personalidades superiores activas han podido sobresalir en los dominios culturales y sociales, esto implica la existencia de una colectividad de nivel intelectual elevado y, por lo tanto, cierto progreso cerebral y un progreso biológico de la especie humana.El individualismo de Marc Lefort {(1) M. Lefort: Bosquejo de una doctrina individualista filosófica y social} –pues cada teórico tiene «mi individualismo»–, es en su esencia «una actitud del espíritu» caracterizada por la admisión de las dos tesis siguientes: 1º, la felicidad del individuo es la finalidad inteligible de toda actividad; 2º, la libertad es el medio general y omnivalente de esta felicidad. En sus relaciones sociales, el individuo tiene que sufrir la opresión económica y la opresión política debido a la existencia del

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Estado. En consecuencia, ciertos individualistas piden la supresión del Estado por medio de una «desintoxicación lenta del Estado», de una desmembración progresiva del Estado en favor de organizaciones de menor envergadura y que –sin poder aplicar sanciones violentas– estarían al servicio del individuo. De esta suerte, las clases [16] desaparecerán y las riquezas acumuladas en las manos de algunos habrán de distribuirse entre un mayor número de pequeños grupos.

Según Lefort, siendo el individuo la única realidad social, debe de tender al desenvolvimiento de su personalidad por medio de «la voluntad de armonía» y no avenirse más que a fatalidades naturales. Reconociendo que una «modificación mental» es el punto de partida y la condición de todos los demás progresos, las teorías de estos individualistas coinciden con el biologismo de Nicolai. Reconocen también que se trata de evolución y no de revolución. Ante las tendencias modernas de nivelación y de socialización –síntomas de la madurez de las concepciones del burgués siglo XIX–, estos individualistas proclaman enérgicamente la supremacía del individuo sobre la igualdad, el libre ejercicio de la voluntad individual y el control por sí mismo de la actividad personal. La felicidad del individuo «no se halla en la cabeza ajena»; el temor al peligro y las cooperaciones gigantescas son las consecuencias de la despersonalización moderna...He dicho en la exposición de las doctrinas de Stirner, que «la asociación» implicaba un mínimo de organización para la satisfacción de las necesidades cotidianas. ¡Pero la necesidad de la unión es también muy evidente en lo que atañe a la lucha por la individualidad. E. Armand, por ejemplo, en su revista L'en dehors (número 103, de marzo de 1927), postula una «Internacional individualista anarquista». Estos tres términos parecen difíciles de conciliar. Una Internacional supone en todo caso [17] algunos intereses comunes. En estos tiempos de interdependencia planetaria en todos los dominios (y no solamente políticos y económicos), los individualistas han llegado también a la convicción de que no pueden existir cada cual como un universo aparte; pueden tener actitudes personales y gestos aislados; pueden vivir al margen de la sociedad, pero la satisfacción de las necesidades cotidianas depende de una colaboración que no pueden evitar. No pudiendo someterse a «la autoridad consagrada», se crean un medio que les es propio. Esto es lo que se ve en las tentativas de colonias individualistas que logran fundar también en los Estados autoritarios. Más características aún son las colonias en los Estados no «civilizados» todavía; individualistas «á outrance», se refugian en la Patagonia, en Tahití, en el Brasil, en Africa, viviendo en libertad gracias a una enorme labor en ciertos países, o viviendo una vida más fácil en las regiones ecuatoriales.La Internacional Individualista que reclama E. Armand debe llevar a ciertas realizaciones en los países europeos, donde el individuo tiene que sufrir a cada paso la autoridad social, política, religiosa y económica. Entre ciertas consecuencias útiles de la Internacional individualista podrían citarse, por ejemplo, en el dominio del arte y de la literatura: la emancipación de las concepciones clásicas; la creación libre, fuera de todo «fin social o de

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interés de clase». El arte y la literatura deben ser expresiones del espíritu libre y deben ser antidogmáticos.

Son interesantes las consecuencias de «orden sexológico». La Internacional individualista deberá luchar por «la emancipación sentimental y sexual de la unidad individuo». Procurará descartar la tiranía de la familia, proclamando el derecho a la vida en común, fuera de las leyes de familia o de clase. La maternidad deberá considerarse como una «función puramente individual», como una «cuestión exclusiva de la madre». Todo esto lleva a una reforma radical en lo que concierne al sexualismo: el amor libre, la camaradería amorosa, la campaña contra los celos y otras acciones que asustarán seguramente a los que están acostumbrados a creer en el amor único y autoritario, basado en la idea de propiedad de la mujer. El niño deberá pertenecerse a sí mismo y elegir «el medio familiar» que le convenga, los profesores que le plazcan y los camaradas que le agraden.

Tan sólo he indicado algunos de los desideratums de esta Internacional individualista anarquista. Estos existen en muchas conciencias tímidas y en muchos corazones habituados a sufrir en silencio, La realización de una Internacional semejante sólo es posible si los que la componen poseen una mentalidad y costumbres propias, muy suyas, «desligadas del temor de experimentar y libres del miedo de vivir». Esa es la verdad: el miedo de vivir conforme a las convicciones íntimas, el temor a obedecer a las órdenes de la naturaleza individual, de los instintos naturales que la civilización moderna sólo ha logrado meter en los grillos de las leyes sociales y que no ha podido aniquilar. El deseo de [19] libertad es innato, incluso en una sociedad de esclavos. Los individualistas proclaman esta libertad y frecuentemente en formas excesivas.

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EL ARTE DE AMAR ERICH FROMM¿Es el amor un arte?La mayoría de la gente cree en el amor es como una sensación placentera; sin embargo, el autor considera el amor un arte que requiere conocimiento y esfuerzo.La mayoría de la gente cae en el error de suponer que no hay nada que aprender sobre el amor, y ello se debe a varios motivos: considerar que el problema del amor consiste en ser amado y no en amar, valorando aspectos como el éxito, ser poderoso, rico, ser atractivos, en definitiva, una mezcla de popularidad y sex-appeal; el hecho de creer que amar es fácil y lo difícil es encontrar a quien amar, la importancia del objeto frente a la de la función, la suposición de que el problema del amor es el de un objeto y no de una facultad; la confusión entre la sensación inicial del "enamorarse" y el permanecer enamorado cuando la otra persona ya no es desconocida y se pierde el halo de misterio inicial.El amor es un arte, y todo arte necesita un proceso de aprendizaje, tanto en lo teórico como en el aspecto práctico. Hay un aspecto curioso que Fromm comenta en referencia a los errores que lleva a muchas personas suponer que no hay nada que aprender sobre el amor. Afirma que las relaciones amorosas humanas siguen el mismo esquema existente en el mercado de bienes y de trabajo, en la idea de un intercambio mutuamente favorable. "Una mujer o un hombre atractivos son los premios que se quiere conseguir".

CAPITULO II

La Teoría del amor

El amor, la respuesta al problema de la existencia humana En los animales, sus afectos constituyen una parte de su instinto, algo que también permanece en el hombre. El hombre sufre la necesidad de superar su separatidad, de abandonar "la prisión de su soledad", porque la vivencia de la separatidad provoca angustia. La solución a esta soledad ha recibido varias respuestas a lo largo de la historia, utilizando varios medios que ayuden a alcanzarla tales como adorar animales, conquistas militares, lujuria, trabajo obsesivo, creación artística, amor a Dios, amor al Hombre. En el niño la presencia de la madre evita su sentimiento de separatidad.Fromm nos habla de "estados orgiásticos". Muchos rituales de tribus primitivas utilizaban las drogas como forma de escapar del estado de separación, o a través de la experiencia sexual, siendo el orgasmo un estado similar al provocado por un trance o los efectos de ciertas drogas. Las orgías sexuales comunales formaban parte de muchos rituales primitivos. Participar en estos estados orgiásticos, al ser una práctica común e incluso exigida por los médicos brujos o sacerdotes, no producía angustia, sentimiento de culpa o vergüenza.

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En una cultura no orgiástica se trata de escapar de la separatidad a través del alcohol o las drogas, experimentando el individuo sentimientos de culpa y remordimiento. El acto sexual sin amor no elimina, salvo en forma momentánea, el abismo que separa a dos seres humanos. En esta cultura esta forma de escapar de la separatidad provoca una cada vez mayor sensación de separación. Las uniones orgiásticas son intensas, ocurren en mente y cuerpo, son transitorias y periódicas.

Hay otro aspecto a considerar, la unión basada en la conformidad con el grupo. El hombre pasó de vivir en un grupo pequeño a integrarse en ciudades, estados, miembros de una iglesia. La uniformidad predomina en una unión donde el ser individual desaparece en pro de la pertenencia al rebaño. La conformidad con el rebaño es la forma predominante, donde los pensamientos, las costumbres, la forma de vestir, los empleos, el ocio... no difiere apenas entre los `diferentes' individuos que forman parte de la colectividad. Se cree ser diferente, tener ideas o pensamientos propios cuando en realidad son prácticamente los mismos, creer que poder elegir entre unas determinadas diferencias aceptadas por una mayoría representa una ausencia de conformismo o que esto es ser individualista. La igualdad como condición para el desarrollo de la individualidad. Esta estandarización o igualdad conviene a la sociedad, como forma de evitar fricciones. Incluso lo que muchos suponen un gran logro, la igualdad de las mujeres, forma parte del movimiento conducente a la eliminación de las diferencias. Es curioso lo que escribe Fromm: "la polaridad de los sexos está desapareciendo, y con ella el amor erótico, que se basa en dicha polaridad".

Pero la unión por la conformidad no soluciona per se la angustia de la separatidad. Síntomas de sus fallos son el alcoholismo, el abuso de las drogas, la sexualidad compulsiva o el suicidio. Al mismo tiempo, a diferencia de las soluciones orgiásticas, afecta sobre todo a la mente y no al cuerpo. La única ventaja de la conformidad es la permanencia. Otros aspectos a considerar son la rutina en el trabajo y el ocio. Existen pocas iniciativas ante unas tareas prescritas por la organización del trabajo. Las diversiones están rutinizadas y prefabricadas. Es concluyente la pregunta que Fromm se/nos hace. "¿Cómo puede un hombre preso en esa red de actividades rutinarias recordar que es un hombre, un individuo único, al que sólo le ha sido otorgada una única oportunidad de vivir, con esperanzas y desilusiones, con dolor y temor, con el anhelo de amar y el miedo a la nada y a la separatidad?"

Una tercera forma de lograr la unión sería la actividad creadora, donde el individuo que crea y su objeto se tornan uno. Esto no englobaría al trabajador de una cadena de montaje, que se siente bastante alejado de aquello que produce en su trabajo rutinario. Pero la unión lograda en la fusión orgiástica es transitoria, la que proporciona la conformidad es una pseudo-unidad y la actividad creadora no es interpersonal. Así, Fromm concluye que ante estas respuestas parciales sólo el amor puede lograr la fusión con otra persona, siendo el "impulso más poderoso que existe en el hombre". Tan convencido está Fromm de ello que llega a escribir que "sin amor, la humanidad no podría existir un día más".

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Sin embargo, ahora surge una duda, ¿de qué amor estamos hablando? ¿El amor como solución al problema de la existencia o como unión simbiótica? Fromm critica el amor como unión simbiótica, lo considera una forma inmadura de amar. Podría hablarse de unión simbiótica entre el feto y la madre embarazada; la sumisión o masoquismo, donde la persona renuncia a su integridad convirtiéndose en instrumento de alguien o algo ajeno a él; la dominación o sadismo, forma activa frente a la pasiva que representa la sumisión, quien escapa de su soledad creando en otro individuo la prolongación de su ser.Es por ello que cuando Fromm habla de amor se refiere a un amor maduro donde "se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos". Hay que entender la capacidad de amar como acto de dar, sin pensar en el sentido mercantilista donde dar implica recibir. Al final, dar significa recibir, porque cuando se da con sinceridad no se deja de recibir, o como bien dice Fromm "el amor es un poder que produce amor". Y esto no sería circunscribible sólo al amor, podríamos por ejemplo hablar del maestro que aprende de sus alumnos.

Pero el amor no sólo es dar, también implica cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, todos conformando una interdependencia mutua. No amamos aquello que no cuidamos. La persona que ama, responde. Respeto como preocupación por el prójimo, evitando así que la responsabilidad degenere en dominación; o como dice una vieja canción francesa, el respeto sólo existe sobre la base de la libertad. Pero el cuidado, la responsabilidad o el respeto no son posibles si conocer a la persona. Como dice Fromm, "el conocimiento sería vacío si no lo motivara la preocupación". Sólo el amor hace posible el conocimiento, en el acto de amar me encuentro a mí mismo. Sin embargo, ya decía el sabio que mientras más sabía más se daba cuenta de que, en realidad, no sabía nada. Otra frase curiosa que escribe Fromm es que "la consecuencia última de la psicología es el amor".

Hasta ahora se ha hablado del amor como forma de afrontar la separatidad humana. Pero existe una necesidad existencial de unión de orden biológico, la polaridad de los sexos. Fromm crítica la teoría freudiana acerca de la sexualidad, diciendo Freud que la finalidad del deseo sexual es la eliminación de la tensión química producida en el cuerpo, sin tener en cuenta el aspecto psicobiológico de la sexualidad, la polaridad hombre-mujer y el deseo de resolver esta polaridad a través de la unión.

Es curiosa la conclusión a la que llega Fromm acerca de las actitudes homosexuales: "La desviación homosexual es un fracaso en el logro de esa unión polarizada, y por eso el homosexual sufre el dolor de la separatidad nunca resuelta, fracaso que comparte, sin embargo, con el heterosexual corriente que no puede amar". Salvando las distancias, creo que podría estar equivocado. Si bien no parece demostrado que en los homosexuales haya aspectos patológicos diferenciadores con respecto al resto de su sexo, hay evidencias que sugieren que los genes pueden ser un factor en la orientación sexual; aunque otras opiniones, como la de Sigmund Freud, afirman que es más probable que los factores determinantes sean las experiencias durante la infancia.

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El amor entre padres e hijos El niño al nacer no tiene conciencia de la realidad que le rodea o de sí mismo. Tan sólo siente la estimulación del calor de la madre y el alimento, la satisfacción y seguridad que la madre le produce; lo exterior es real en función de sus necesidades. Cuando crece aprende a percibir las cosas, aprendiendo a manejar las cosas y a la gente. Siente el amor incondicional materno. Los niños entre los ocho y medio a los diez años ya pueden amar y no sólo responder con gratitud y alegría al amor que reciben. El niño pasa de su egocentrismo a valorar las necesidades de los demás, donde dar o amar es más satisfactorio que recibir, sintiendo una nueva sensación de unión. Fromm lo reduce a lo siguiente "El amor infantil sigue el principio: `Amo porque me amar'. El amor maduro obedece al principio: `Me aman porque amo'. El amor inmaduro dice: `Te amo porque te necesito'. El amor maduro dice: `Te necesito porque te amo'."El amor al padre es diferente y de poca importancia durante los primeros años de la vida del niño, el padre "no representa un hogar natural" de dónde venimos. El padre será quien enseñe al niño el camino hacia el mundo, en un amor que es condicional que, a diferencia del materno, puede ser controlado. Después de los seis años, el niño comienza a necesitar el amor del padre, su autoridad y su guía. La función de la madre es la de aportar seguridad, el padre será quien enseñe y guíe ante los problemas que plantea la sociedad. Las cualidades paternas serían la disciplina, independencia, habilidad de dominar la vida por sí mismo.

La base de la salud mental y el logro de la madurez son fruto del éxito de la relación madre-niño y padre-niño. La neurosis es fruto del fracaso o ciertos desajustes en esta relación. Así, "ciertos tipos de neurosis, las obsesivas, por ejemplo, se desarrollan especialmente sobre la base de un apego unilateral al padre, mientras que otras, como la histeria, el alcoholismo, la incapacidad de autoafirmarse y de enfrentar la vida en forma realista, y las depresiones, son el resultado de una relación centrada en la madre."Creo que es bastante discutible cuando dice: "Si un individuo [al llegar a la etapa adulta] conservara sólo la conciencia paterna, se tornaría áspero e inhumano. Si retuviera únicamente la conciencia materna, podría perder su criterio y obstaculizar su propio desarrollo o el de los demás".

Los objetos amorosos

Es un error pensar que sólo amamos a una determinada persona, pues esto no es sino una relación simbiótica o egotismo ampliado. Como poéticamente escribe Fromm, "si amo realmente a una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo la vida". Aunque esto no quita que podamos distinguir diversos tipos de amor.Como objetos amorosos se distinguen el amor fraternal, el amor materno, el amor erótico, el amor a sí mismo y el amor a Dios. Amor fraternal

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Entendamos por amor fraternal como el amor a todos los seres humanos, tal como Jesús decía a sus discípulos que amaran a su prójimo como a sí mismos. Así, el amor sólo comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos por un fin egoísta. Amor materno De esto ya se ha hablado antes, sin embargo, quedaría por añadir algunas observaciones. El amor materno no sólo contribuye a la conservación de la vida del niño y su crecimiento, sino también debe inculcar en el niño el amor a la vida. El amor madre-niño crea una dependencia de éste último necesaria, y a diferencia del amor erótico, donde dos seres separados se vuelven uno, en el amor materno dos seres que estaban unidos se separarán. En el momento de la separación el amor materno se hace más difícil, imposible si una madre no puede "amar a su esposo, a otros niños, a los extraños, a todos los seres humanos."

Amor erótico A diferencia del amor fraterno o el materno, el amor erótico es una unión con una única persona, exclusiva y no universal, siendo "la forma de amor más engañosa que existe". No hay que confundirlo con la experiencia de "enamorarse", situación ésta limitada por el hecho de llegar a conocer a la otra persona tanto como a uno mismo, o mejor dicho, tan poco. Otros factores que muchas personas se confunden al considerarlos formas de salvar la separatidad son hablar de uno mismo, de las esperanzas, mostrar aspectos infantiles, establecer un interés común frente al mundo...También es erróneo confundir el deseo sexual con el amor, aunque el amor pueda inspirar el deseo de la unión sexual. El deseo sexual sin amor no conduce a la unión, salvo en sentido orgiástico transitorio. Un aspecto importante a considerar es la ya comentada exclusividad del amor erótico. El amor erótico sólo excluye el amor a los demás como fusión erótica. Hemos visto el amor erótico como atracción individual y concreta entre dos personas, pero también podríamos hablar de un acto de voluntad y un compromiso, pues de ser sólo sentimiento no tendría sentido hablar del amor eterno, del matrimonio hasta que la muerte los separe. Aquí Fromm no distingue entre el matrimonio decidido por terceros y el de la elección individual, pues la voluntad será la que garantice la continuación del amor.Ante lo expuesto me hago las siguientes preguntas: ¿Existe el amor eterno? ¿Sólo puede existir amor erótico entre dos personas, no puede haber una tercera? ¿No es más intenso el amor como elección individual que el convenido por otros intereses, aun cuando la voluntad y compromiso haga permanecer unida a la pareja?

Amor a sí mismo Son muchas las opiniones que a lo largo de los tiempos han puesto objeciones al amor a sí mismo. Unos lo consideraron pecado, otros como Calvino lo calificarían de "peste", hablarían de narcisismo, de ser insano, que el amor a sí mismo excluye el amor a los demás.Fromm es tajante al afirmar que es una "falacia lógica" hablar de esta exclusión recíproca. Por todos es conocida la frase bíblica "ama a tu prójimo como a ti mismo". Pero, ¿qué explicación tiene el egoísmo si el amor a mí mismo y a los demás es conjuntivo? Ante esto

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la respuesta es que "el egoísmo y el amor a sí mismo, lejos de ser idénticos, son realmente opuestos". Si un individuo sólo ama a los demás, no puede amar en absoluto; por el mismo motivo, si sólo se ama a sí mismo, nada sabemos sobre lo que es amar. El egoísta ni tan siquiera llega a amarse a sí mismo, sintiéndose vacío, infeliz, preocupado por arrancar a los demás las satisfacciones que él no puede/quiere conseguir. En el caso de una madre sobreprotectora, más que un amor excesivo lo que muestra es la forma de compensar su total incapacidad de amar. En esencia poco diferencia el efecto producido por la madre generosa y la madre egoísta, pudiendo ser peor la primera, en cuanto los hijos evitan criticarla, se sienten presionados, la obligación de no desilucionarla. Para llevar a un niño a conocer la felicidad, el amor y la alegría no hay nada como una madre que se ama a sí misma. Algo similar podría decirse de una persona `generosa' que poco o nada quiere de sí mismo y sólo vive para los demás: no es feliz, es hostil hacia la vida, la generosidad es una fachada que esconde un intenso egocentrismo.Creo que deja en muy mal lugar a la madre sobreprotectora. Si bien llevado a un caso extremo puede ser cierto lo que afirma Fromm, en un caso normal es una actitud relativamente normal que no creo que tanto perjudique al niño porque, ¿cuál es el límite de la intensidad con la que debemos o podemos amar a otros o a nosotros mismos? ¿Está demostrado que rebasar este supuesto límite, si acaso existe, tiene unos efectos más negativos que positivos?

Amor a Dios

Si consideramos el número de páginas que Fromm utiliza para hablar del amor a Dios, parece ser más complejo o importante que los precedentes.Si hubiera que sintetizar la idea que Fromm aporta acerca de la necesidad de amar, podríamos decir que esta necesidad existe motivada por la separatidad, como forma de superar la angustia que el estado de separación produce en el hombre, siendo la unión la solución.

El hombre surge de la naturaleza, de la madre, de una unidad original a la que se aferra por encontrar en ella seguridad. En una primera etapa evolutiva se identificaba con los animales y los árboles; muchas religiones primitivas reflejan esta etapa evolutiva. Posteriormente es capaz de moldear figuras en arcilla, metales, cuando ya no depende tanto de la naturaleza; entonces aparecen los ídolos que adquieren apariencia humana.Parece haber existido una fase matriarcal de la religión anterior a la patriarcal en determinadas culturas. La fase patriarcal marca determinados principios o normas a obedecer, la sociedad patriarcal es jerárquica; pero los aspectos maternos no pueden ser totalmente eliminados, teniendo un claro ejemplo en la Virgen de la religión católica. En muchos casos los dioses han evolucionado de la misma forma que lo hacía la sociedad; el paso de una estructura social centrada en la madre a una centrada en el padre produjo el campo de dios matriarcal a patriarcal. Dios en la religión católica es un ente sin nombre, justo aunque severo en ocasiones, es amor, se compromete, es la fuente de toda existencia. Es la figura del padre al que hay que obedecer, un amor condicionado, que premia ante los buenos actos y se enoja ante la desobediencia.

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Fromm examina la diferencia entre la lógica aristotélica y la paradójica, una primera donde lo que `es' no puede ser al mismo tiempo `no ser', y la otra que sí acepta esta premisa. Así, a través de la lógica paradójica podemos concluir que el amor a Dios no es conocer a Dios a través del pensamiento, sino el acto de experimentar la unidad con Dios. Desde este punto de vista lo importante no es el pensamiento, sino el acto. La lógica paradójica llevó al hombre a la tolerancia y la autotransformación, la aristotélica al dogma y la ciencia; en el primer caso podríamos hablar de oriente y en el segundo de occidente. Así, en occidente el amor a Dios es sobre todo una experiencia mental, mientras que en las religiones orientales es una "intensa experiencia afectiva de unidad".Existe un importante paralelismo entre el amor a los padres y el amor a Dios. El amor a Dios es inseparable del amor a los padres, su amor al hombre, en una relación determinada por la estructura de la sociedad en que vive; así, si la estructura social es la de sumisión a la autoridad, el concepto de Dios será infantil y alejado de un concepto maduro.

CAPITULO III

El amor y su desintegración en la sociedad occidental contemporáneaSi partimos de la premisa de que el amor es una capacidad del carácter maduro, observando la sociedad occidental es indudable que el amor es un fenómeno relativamente raro, dándose en realidad diferentes formas de pseudoamor o "desintegración del amor".La estructura social, regida por el capitalismo, en un principio de supuesta libertad política y de mercado, necesita mano de obra obediente y eficiente, al mismo tiempo que consumidores impulsivos y poco críticos, personas que se sientan libres e independientes que encajen sin dificultades en el engranaje social. Esto ha producido en el hombre la enajenación de sí mismo y de lo que le rodea, en una situación de angustia e inseguridad que hace imposible superar una separatidad ante la que la sociedad ofrece muchos paliativos: rutinización del trabajo, el consumo, el ocio prefabricado. Parece que la felicidad pasa por divertirse, y esto implica consumir.

Los autómatas no pueden amar, el amor llega a equiparse con las condiciones mercantilistas que rigen la sociedad, en unas relaciones que suelen ser artificiales. Se ha mantenido el error de pensar que el éxito del amor tan sólo radica en la satisfacción recíproca en el aspecto sexual, cuando en realidad el problema es el amor: está demostrado que los problemas sexuales más frecuentes no tienen su causa en el desconocimiento de la técnica adecuada sino en las inhibiciones que impiden amar. El temor o el odio al otro sexo es la raíz de la dificultad de entregarse por completo.

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Fromm crítica en Freud su concepto materialista del amor, del amor considerado básicamente un fenómeno sexual, de un sentimiento de unidad que Freud lo interpretaba como fenómeno patológico de regresión a un estado de temprano "narcisismo ilimitado", de no distinguir entre el amor irracional y el amor maduro.En Sullivan critica su idea de que el amor es una situación de colaboración entre dos personas que sienten, en lo que Fromm denomina "egotismo à deux", donde dos personas aman sus intereses frente a un mundo hostil y enajenado.Así, el amor como satisfacción sexual recíproca y el amor como "trabajo en equipo", constituyen las formas "normales" de la desintegración del amor en la sociedad occidental contemporánea.

Se describen ciertos tipos de relaciones neuróticas amorosas. Un primer ejemplo es la inmadurez emocional y afectiva, fruto de una relación infantil materna/paterna no superada; personas que muestran un gran amor y afecto, que en cierta forma es superficial e irresponsable, que entran en profundas contradicciones y desengaños cuando creen no ser correspondidos en su justa medida; o la situación en donde la madre fue fría e indiferente y el padre concentra todo su afecto e interés en el hijo, pero de forma también autoritaria, premiando y castigando, lo que lleva al hijo a comportarse como un esclavo, a complacer al padre, y esto lo trasladará posteriormente en sus relaciones personales intentando encontrar la figura paterna con la que poder mantener una conducta similar, personas que suelen tener éxito social pero relegan a un segundo plano el aspecto afectivo interpersonal.

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CAPITULO IV

La práctica del amor La práctica del amor es una experiencia personal ante la cual no existen recetas, no obstante, existen ciertos enfoques y premisas que nos pueden ser útiles.Ya se comentó que el amor es un arte, y todo arte requiere disciplina, concentración, paciencia, una preocupación suprema por el dominio del arte y, por último, ser consciente de que un arte no se aprende sino de una forma indirecta.El hombre moderno es excesivamente indisciplinado fuera del entorno laboral. La falta de concentración nos impide estar a solas con nosotros mismos. Todo a nuestro alrededor se muestra acelerado, lejos de esa paciencia necesaria para la quietud y el disfrute verdadero, creyendo que algo se pierde cuando no actuamos con rapidez, cuando es justamente lo contrario. Otra condición es la preocupación por el arte que debemos dominar, pasar de ser un mero aficionado a ser un maestro. ¿Por qué había de aprenderse a amar de una forma indirecta? Porque antes de comenzar con el arte mismo, son muchas las cosas que, aunque aparenten no tener relación alguna, son fundamentales.Cuando se habla de disciplina, se hace referencia a una práctica fruto de nuestra propia voluntad, que se sienta como algo agradable. La concentración es algo más complicado, requiere saber estar sólo con uno mismo, sin hacer nada más que eso, siendo una condición indispensable para la capacidad de amar, pero al mismo tiempo hemos de concentrarnos en todo lo que uno hace. Y esta concentración pasa inevitablemente por saber escuchar, que no es lo mismo que oír. Porque estar concentrado significar vivir plenamente en el presente. Hay que pensar continuamente en uno mismo, analizarse, sensible ante los demás. Es fácil ser sensible ante los procesos corporales, pero ya no lo es tanto para los mentales.Aquí se señala un factor altamente crítico del sistema educativo, que se fundamenta en la transmisión de cierto tipo de conocimiento en detrimento o ausencia de los rasgos y actitudes humanas. Hasta aquí se han descrito las condiciones necesarias para la práctica de cualquier arte pero, ¿cuáles son las cualidades con verdadera importancia para la capacidad de amar? En primer lugar superar el propio narcisismo, adquirir una visión lo más objetiva posible del mundo exterior sólo alcanzable utilizando la propia razón en una actitud de humildad. Así, el amor requiere humildad, objetividad y razón. La objetividad y la razón representan la mitad del camino hacia el dominio del arte de amar, pero sin olvidar que no basta con aplicarlo a la persona amada, pues de no aplicarlo al resto del mundo estaríamos abocados al fracaso en ambos sentidos. Hay que tener fe, pero no la fe irracional en una persona o una idea donde hay que someterse a una autoridad también irracional, sino una fe racional en el propio pensamiento y en el juicio, tener fe en otra persona como signo de confianza, "de la esencia de su personalidad, de su amor". Al mismo tiempo es imprescindible la fe en uno mismo, pues "sólo la persona que tiene fe en sí misma puede ser fiel a los demás", la fe en el propio amor, la fe en la humanidad. Tener fe necesita del coraje, la capacidad de arriesgarse, llegando incluso a aceptar el dolor y la desilusión.

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La práctica de la fe y el valor deben ser ingredientes de la vida diaria. ¿Por qué amar es un acto de fe? Porque amar significa comprometerse sin garantías, entregarte a la persona amada con la esperanza de producir amor.Otra condición necesaria para amar es la actividad, ser activo tanto en el pensamiento como en el sentimiento.

Pero todo lo descrito está inseparablemente unido al dominio social, es decir, como ya se ha dicho antes el amor no sólo ha de residir en las relaciones con la propia familia, los amigos y las relaciones eróticas, sino también para con todos los que están en contacto con nosotros a través de nuestras actividades diarias. Sin embargo, los principios sobre los que se basa la sociedad capitalidad y el principio que ha de regir el amor son incompatibles. Es por ello que para que el amor se convierta en un fenómeno social y no una excepción individualista y marginal, han de producirse importantes y radicales cambios en la estructura social. Fromm no se plantea una respuesta a este cambio social, pues requeriría otro libro, pero sí sugiere un camino a seguir. Hay que pasar de la omnipresencia del interés económico, donde los medios se convierten en fines, donde el hombre es un autómata, a una sociedad donde el hombre ocupe el lugar supremo y la máquina económica esté para servirlo y no para ser servida, donde el amor no esté separado de la propia existencia social. Porque, en definitiva, "el amor es la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana".

Es chocante, aunque tiene su fundamento, la recomendación que Fromm nos hace como necesario para aprender a concentrarse: evitar las conversaciones triviales y las malas compañías. Esto es complicado en el mundo actual, donde la hipocresía es común, donde la trivialidad predomina. Porque, si eliminamos la hipocresía y la trivialidad podemos correr el riesgo de quedarnos más solos de lo que ya por sí estamos, aunque también es cierto que la amistad y el amor se tornarían verdaderos. Creo que, en cierta forma, somos conscientes de una trivialidad e hipocresía que aceptamos y de la que también participamos, pero somos conscientes de cuándo, cómo y con quién la sinceridad es real y permanente, quizás son pocas las personas. A veces no se trata de eliminar o evitar, sino de ser consciente de ello.

Por otro lado, me surge una duda en lo que a simple vista parece una contradicción. Fromm habla del amor como acción de dar, sin condiciones previas, sin esperar nada a cambio aunque el recibir sea inevitable. Por otro lado, nos dice que amar significa comprometerse sin garantías, lo cual concuerda con lo antes dicho, pero este amar es una entrega "con la esperanza de producir amor en la persona amada". ¿Acaso esta esperanza no es una posición a priori de esperar algo a cambio? ¿Se produce la unión cuando a ese dar sin condiciones no le sigue un recibir parte de lo que anteriormente dimos? ¿Es una posición mercantilista, o acaso una necesidad innata? Creo que esto no queda suficientemente claro.

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AMOR LÍQUIDO

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AMOR LÍQUIDO

GLOBALIZACION

“AMOR PURO”

Sólido, establece ser entendible, definido,

permanente y referente

Contexto cultural bien definido

Es una práctica

Modelo social, económico, político

etc.

Define una práctica social

Reconoce lo racional

El amor es una práctica social

Cambio en el contexto social

Un contexto social

MODERNIDAD LIQUIDA.

1.- Modernidad Líquida; Introducción

En Modernidad Líquida1 Zygmunt Bauman2 explora cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles las características que han cambiado. El autor busca remarcar los trazos que eran levemente visibles en las etapas tempranas de la acumulación pero que se vuelven centrales en la fase tardía de la modernidad. Una de esas características es el individualismo que marca nuestras relaciones y las torna precarias, transitorias y volátiles. La modernidad líquida es una figura del cambio y de la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen. Como la desregulación, la flexibilización o la liberalización de los mercados”.

Bauman no ofrece teorías o sistemas definitivos, se limita a describir nuestras contradicciones, las tensiones no sólo sociales sino también existenciales que se generan cuando los humanos nos relacionamos.

2.- De peligrosa extrañeza de los otros a la sociedad de la incertidumbre.

“El otro” tipificado como extraño por desconocido es un portador innato de incertidumbre, de potencial peligro, siendo, tal vez, su mayor amenaza, el atentar contra la clasificación misma que sostiene el orden del espacio social en el que se inscribe mi mundo4.

Justamente, los extraños irritan, desagradan, desconciertan porque tienden con su sola presencia a ensombrecer y eclipsar la nitidez de las líneas fronterizas clasificatorias que ordenan el mundo en el que vivo, y de éste modo, cuestionar de manera radical la presunta comprensión recíproca que el “yo” tiene con el “otro”.

El extraño, como cuestionador implacable del orden al que ingresa desde tierras ignotas, ha sido a menudo tipificado con el estigma de ser portador de suciedad, puesto que la suciedad es el caos contaminante que el orden existente pretende expulsar, o bien, portador de ambivalencia, puesto que ésta los hace irregulares e impredecibles en sus reacciones. Es el caso de los marginados sociales que, como una categoría o tipificación de una clase de extraño contemporáneo, reciben sobre sí los rasgos sobresalientes de la ambivalencia y la suciedad: a ellos se les atribuye la falta de confiabilidad por lo errático de su rumbo, su laxa moralidad y promiscua sexualidad, su deshonestidad comercial, etc.

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La modernidad líquida es un tiempo sin certezas. Sus sujetos, que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres. Hemos pasado a tener que diseñar nuestra vida como proyecto y performance. Más allá de ello, del proyecto, todo sólo es un espejismo. La cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro, deshace el sentido de la carrera profesional y de la experiencia acumulada. Por su parte, la familia nuclear se ha transformado en una “relación pura” donde cada “socio” puede abandonar al otro a la primera dificultad. El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, siendo su mejor expresión el vínculo sin cara que ofrece la Web. Las Instituciones no son ya anclas de las existencias personales. En decadencia el Estado de bienestar y sin relatos colectivos que otorguen sentido a la historia y a las vidas individuales, surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible.

3.- Estados transitorios y volátiles de los vínculos humanos; desvinculación.

La incertidumbre en que vivimos se corresponde a transformaciones como el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo y la renuncia a la planificación de largo plazo: el olvido y el desarraigo afectivo se presentan como condición del éxito. Esta nueva (in)sensibilidad exige a los individuos flexibilidad, fragmentación y compartimentación de intereses y afectos, se debe estar siempre bien dispuesto a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades. Bauman se refiere al miedo a establecer relaciones duraderas y a la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan. Bauman se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo, que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio –de “liquidez” en el estricto sentido financiero.

Bauman se vale de conceptos tan provocadores como el de “desechos humanos” para referirse a los desempleados (parados), que hoy son considerados “gente superflua, excluida, fuera de juego”. Hace medio siglo los desempleados formaban parte de una reserva del trabajo activo que aguardaba en la retaguardia del mundo laboral una oportunidad. Ahora, en cambio, “se habla de excedentes, lo que significa que la gente es superflua, innecesaria, porque cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía”. Para la economía sería mejor si los desempleados desaparecieran. Es el Estado del desperdicio, el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota. Es mejor desvincularse rápido, los sentimientos pueden crear dependencia. Hay que cultivar el arte de truncar las relaciones, de desconectarse, de anticipar la decrepitud, saber cancelar los contratos a tiempo.

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4.- Decrepitud; estados transitorios y volátiles.

El amor, y también el cuerpo decaen. El cuerpo no es una entelequia metafísica de nietzscheanos y fenomenólogos. No es la carne de los penitentes ni el objeto de la hipocondría dietética. Es el jazz, el rock, el sudor de las masas. Contra las artes del cuerpo, los custodios de la vida sana hacen del objeto la prueba del delito. La “mercancía”, el objeto malo de Mélanie Klein aplicado a la economía política, es la extensión del cuerpo excesivo. Los placeres objetables se interpretan como muestra de primitivismo y vulgaridad masificada.

¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman la identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Es ondulante, espumosa, resbaladiza, acuosa, tanto como su monótona metáfora preferida: la liquidez. ¿No sería mejor hablar de una metáfora de lo gaseoso? Porque lo líquido puede ser más o menos denso, más o menos pesado, pero desde luego no es evanescente. Sería preferible pensar que somos más bien densos – como la imagen de la Espuma que propone Sloterdijk para cerrar su trilogía Esferas, allí con la implosión de las esferas– se intenta dar cuenta del carácter multifocal de la vida moderna, de los movimientos de expansión de los sujetos que se trasladan y aglomeran hasta formar espumas donde se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro y en constante movilidad expansiva o decreciente6.

La imagen de la espuma7 es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el pluralismo de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de micro-relatos que interactúan de modo agitado, así como para formular una interpretación antropológico-filosófica del individualismo moderno. Con ello Espumas responde a la pregunta de cuál es la naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición sociológica llama “sociedad”, el espacio interrelacional del mundo contemporáneo.

Nuestras comunidades son artificiales, líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos. No es posible evitar los flujos, no se pueden cerrar las fronteras a los inmigrantes, al comercio, a la información, al capital. Hace un año miles de personas en Inglaterra se encontraron repentinamente desempleadas, ya que el servicio de información telefónico había sido trasladado a la India, en donde hablan inglés y cobran una quinta parte del salario.

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Las sociedades posmodernas son frías y pragmáticas. Si bien hay expresiones ocasionales de solidaridad estas obedecen a lo que Richard Rorty llamó una “esperanza egoísta común”. Piensese, por ejemplo, en lo que ha sucedido en España después del terrible atentado en Madrid. La nación solidarizó con las víctimas. Fue una reacción mucho más “sensible” que la de los americanos después del 11-S. Ellos expresaron miedo y reaccionaron de manera individualizada, cada cual portaba la foto de su familiar o amigo fallecido. Aquí, en cambio, todos sintieron que una bomba contra cualquiera era una bomba contra ellos mismos, una bomba contra cualquiera de "nosotros". Ese "nosotros" ampliado que se transforma en una empatía egoísta es la base de la "esperanza egoísta común", una peculiar clase de ética de mínimos.

En cambio, cuando el otro es un "radical otro", es decir, no es uno como nosotros, o, si se quiere, no es uno de nosotros, entonces no surge la identificación con la cual se gesta un lazo espontáneamente simpatético, más bien se trata de alguien con quien no nos identificamos proyectivamente. Tal es el caso -por ejemplo- de las reacciones en Europa Occidental frente a la llegada de un importante contingente de personas procedentes de África; esta migración provocó reacciones de miedo, brotes de xenofobia, pero no parece haber generado cuestionamientos serios sobre el hecho -incontrovertible- de que el continente africano ha quedado marginado de la globalización, y de que su población llega al Norte [a Europa] buscando aquello de lo que el Norte ya goza, como derechos adquiridos, prerrogativas sobre las cuales ya ni siquiera se repara.

5.- Desterritorialización; adicción a la seguridad y miedo al miedo.

Lo “líquido” de la modernidad – volviendo a la concepción de Baumam - se refiere a la conclusión de una etapa de “incrustación” de los individuos en estructuras “sólidas”, como el régimen de producción industrial o las instituciones democráticas, que tenían una fuerte raigambre territorial. Ahora, “el secreto del éxito reside (…) en evitar convertir en habitual todo asiento particular”. La apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un lastre, debido a sus efectos adversos sobre los dominadores: su inmovilización, al ligarlos a las inacabables y engorrosas responsabilidades que inevitablemente entraña la administración de un territorio.

Nuestras ciudades, afirma Bauman, son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos

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para protegerse de los peligros que venían del exterior. Lo que Sloterdijk llamó “la ciudad amurallada”8 hoy ya no es un refugio, sino la fuente esencial de los peligros.

El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar concreto. "Miedo" es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla.

Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, el otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…

Los miedos nos golpean uno a uno en una sucesión constante aunque azarosa, ellos desafían nuestros esfuerzos (si es que en realidad hacemos esos esfuerzos) de engarzarlos y seguirles la pista hasta encontrar sus raíces comunes, que es en realidad la única manera de combatirlos cuando se vuelven irracionales. El miedo ha hecho que el humor del planeta haya cambiado de manera casi subterránea.

6.- Mundo globalizado y policéntrico.

El dominio económico y militar europeo no tuvo rival los cinco últimos siglos, de manera que Europa actuaba como punto de referencia y se permitía PREMIAR o condenar las demás formas de vida humana pasadas y presentes, como una suerte de corte suprema. Bastaba con ser europeo para sentirse dueño del mundo, pero eso ya no ocurrirá más: pueblos que hace sólo medio siglo se postraban ante Europa muestran una nueva sensación de seguridad y autoestima, así como un crecimiento vertiginoso de la conciencia de su propio valor y una creciente ambición para obtener y conservar un puesto destacado en este nuevo mundo multicultural, globalizado y policéntrico.

Sociólogos especializados en movimientos migratorios y demógrafos prevén que el número de musulmanes que vive en Europa puede duplicarse nuevamente para el año 2015. La Oficina de Análisis Europeos del Departamento de Estado de Estados Unidos

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calcula que el 20% de Europa será musulmana en el año 2050 10, mientras otros predicen que un cuarto de la población de Francia podría ser musulmana en el año 2025 y que si la tendencia continúa, los musulmanes superarán en número a los no musulmanes en toda Europa

A este respecto y volviendo sobre los miedos globales, pensemos en la inestabilidad generada por los atentados de Nueva York, allí sin duda tuvo lugar una mutación del terrorismo, el 11 de septiembre de 2001 marca un cambio de época en la historia del miedo; así el régimen del sabotaje y la lógica del pánico vino a ser el argumento central de la política y la base de justificación de una política exterior norteamericana que sembraría otros miedos que nos marcarían a fuego, como los atentados de Atocha.

7.- El régimen del sabotaje y la lógica del pánico como argumento central de la política en Sloterdijk

Como crónica de las relaciones entre teoría y política de Estado, cabe apuntar que cuando Sloterdijk fue convocado por el canciller Schröder para debatir sobre las consecuencias del nuevo escenario mundial en la era del atmo-terrorismo y las guerras de rehenes11 –Sloterdijk se refirió al binomio miedo y seguridad, en relación con la política exterior estadounidense, que suele presentar Washington bajo la rúbrica “intereses de seguridad”. Destacó el filósofo cómo “vivimos en una sociedad obsesionada por la seguridad”, por las pólizas de seguros y las políticas de climatización corriendo el riesgo de perder nuestra libertad. Se refirió también al miedo como un elemento clave para el desarrollo del intelecto. “El miedo -señalo Sloterdijk12– está al comienzo del intelecto, el miedo de alguna manera hizo al hombre”.

La amenaza fundamentalista, que parecía una amenaza periférica, se ha desplazado hacia el centro, rumbo a una hegemonía que a los ojos de muchos resulta pavorosa. Hoy un grupo, monitoreando artefactos desde las montañas más remotas y más miserables del mundo, es capaz de hacer estallar el icono más importante del poderío económico global, como son las Torres Gemelas.

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Amor liquido

Modernidad liquida

Política liquida

Industrial-empresarial

Son prácticas sociales

El arte liquido El capitalismo

liquido

Poseen: Valores

LA POSMODERNIDAD Características de la posmodernidad (oraciones ordenadas)

La posmodernidad no es un tiempo concreto ni de la historia ni del pensamiento sino que es una condición humana.

La modernidad ha confundido la razón como la facultad racional suprema.

La posmodernidad no cree en los meta relatos.

La posmodernidad admite que se den explicaciones e interpretaciones contradictorias sin que tenga que ser rechazados.

La posmodernidad considera que la realidad no es contradictoria no es más que atrasadlo injustificado de un principio lógico antológico.

Para la posmodernidad la realidad es como es y no tiene isomorfa con las leyes lógicas ya que la isomorfa nos lleva a ver solo una parte de la realidad.

La posmodernidad privilegia los siguientes valores: Tolerancia, Respeto, Cooperación, solidaridad, pluralidad y verdad.

El hombre posmoderno vive la vida como un conjunto de fragmentos independientes entre sí.

La posmodernidad entiende que la filosofía y otros campos del conocimiento son diversos y se suman a explicar cualquier evento.

Iaany Patimo propone un pensamiento débil, es decir un pensamiento consiente.

El pensamiento débil no es sinónimo de debilidad sino es portavoz de la sospecha.

La posmodernidad concibe el tiempo no como una línea de sucesos.

El hombre posmoderno no dirige la totalidad de la vida a un solo relato, porque la existencia humana es mucho más compleja.

El ideal de la ilustración o del pensamiento racional se ve rechazado por nuevas propuestas.

En la posmodernidad la singularidad no existe y se cambia por la pluralidad.

La posmodernidad prepara el terreno para la diversidad y pluralidad de formas de pensamiento en una nueva etapa llamada “NUEVA ERA”

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