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Bienvenidos a ABIL

Qué es ABIL?

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Una solución de autoservicio bancario desarrollada por Innovación de BBVA con el objetivo de ofrecer una herramienta humana, sencilla de utilizar y transparente.

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Bienvenidos a ABIL

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Introducción Hagan la prueba: una búsqueda en Google del término innovación producirá más de cien millones de resultados. Según Carlson Curtis, Director del Stanford Research Institute “el concepto se ha convertido en fuente de teoría, investigación, ensayos y debates sin fin en la prensa y son legión los consultores, las publicaciones y las conversa-ciones en público acerca de las virtudes de la innovación como estrategia”.

El Grupo BBVA lleva la innovación escrita en su código genético y la considera un estado mental orientado a que se den las condiciones necesarias para investigar, crear y aplicar los resultados de un proceso innovador en la rela-ción con nuestra razón de ser: los clientes del Banco. Sabemos también que, como dice el escritor y divulgador científico Eduard Punset, “la innovación no se da por sí sola; hay que impulsarla” y en esa tarea estamos comprometidos desde el Área de Innovación del Grupo que desde hace unos meses cuenta oficialmente con un lugar físico de referencia: el Centro de Innovación BBVA.

La velocidad de los cambios en nuestros días, la capacidad de influir de los consumidores, la necesidad de escu-charles y entenderles, la importancia de los entornos y soportes colaborativos…todo ello nos motiva para construir el futuro de la industria financiera desde nuestra área de Innovación.

Se trata de entender lo que desean los clientes y utilizarlo para inspirar a nuestros investigadores y creativos para que ellos, a su vez, incorporen esa inspiración en los productos del Banco.

SOLOS NO PODEMOS

En nuestro modo de entender la innovación, si deseamos que ésta sea disruptiva y aporte verdadero valor, sabe-mos que son necesarias las mejores mentes de cada área de especialización. No existe una única manera de ver el mundo y actuar sobre él y nadie, por muy brillante y capaz que sea de materializar sus ideas, sabe lo bastante para estar en posesión del plan perfecto.

La experimentación, la investigación, el análisis, la chispa creativa aportada por los especialistas de múltiples cam-pos con los que Innovación BBVA trabaja, avanza con la co-creación como valor y motor primordial. En el transcur-so de nuestros proyectos las percepciones de cada participante establecen un terreno abonado para cultivar ideas sin que nada se dé por supuesto.

Uno de los frutos de esa mirada al futuro que ya es presente es ABIL, el terminal de autoservicio financiero creado junto a la consultora global de diseño e innovación IDEO y materializado con el apoyo de socios como NCR y Fujit-su, entre otros.

El objetivo original del proyecto era la migración de usuarios de ventanilla al canal de autoservicio potenciando al máximo la posibilidad comercial de este medio.

Ya en las primeras fases de creación nos dimos cuenta de que, más que ampliar las funcionalidades del cajero, ha-bía que conseguir que las funciones existentes fuesen más simples, humanas y sencillas. No se tecnificó el cajero. Se humanizó gracias al diseño que contemplaba una percepción profunda sobre el usuario.

Ha sido, en fin, un proyecto de cuatro años de esfuerzo investigador y creador que ha dado como resultado un producto que incorpora esa “nueva forma de ver las cosas” que Innovación BBVA persigue.

Ahora es el cliente quien tiene la palabra.

Beatriz Lara Bartoloméchief innovaton officer de bbva

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Otra forma de hacer las cosas¿INNOVACIÓN DISRUPQUÉ? Innovar implica mejorar de forma continua los productos en relación a versiones previas. Más allá, la innovación disruptiva modifica los esquemas de una industria, negocio o línea de pensamiento, aportando una nueva visión.Frank Moss, ex director del Media Lab del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) asegura que “la historia de la innovación disruptiva muestra que las grandes ideas no surgen apostando sobre seguro. Nunca son el resultado de un razonamiento incremental. Nacen, en realidad, de pensar en las cosas como nadie lo ha hecho antes”.La innovación disruptiva no surge por generación espontánea. Para que se produzca, perfile y materialice esa idea que lo cambia todo es necesaria la conjunción y la mezcla de aptitudes, competencias y entornos que actúan como catalizadores del avance.

“En Innovación BBVA estamos convencidos de que la combinación del conocimiento aportado por varias mentes siempre es más rico y valioso que las ideas de una sola persona”, señala Gustavo Vinacua, Director del Centro de Innovación BBVA.

La innovación disruptiva llega a materializarse si distintas personas con trayectorias, capacidades, visiones y metodologías variadas se reúnen para com-partir sus ideas, combinarlas, enriquecerlas y extraer todo su valor.

Por ello, el proceso innovador requiere reunir a mentes y equipos brillantes procedentes de disciplinas dispa-res para averiguar cómo se pueden cambiar las cosas: creadores de conceptos, diseñadores, expertos en ergonomía, ingenieros, estudiosos de lo previsible y de lo inefable en el comportamiento del ser humano…

Por todo ello, hablar de innovación y de los agentes que la generan supone atravesar las fronteras discipli-nares tradicionales e implica una ruptura con la idea convencional del tipo de mentes que deben enfrentarse a un problema concreto.

El biólogo molecular Linus Pauling, Premio Nobel de Química de 1954 por su dedicación a describir la naturaleza de los enlaces químicos, afirmó en una ocasión: «La mejor manera de tener una buena idea es tener un montón de ideas».

Así, desde cualquier foro de tendencias y análisis de estilos de gestión existe el acuerdo de que la creatividad se impone como elemento diferenciador del liderazgo. Y no una creatividad estanca limitada al entorno tradicional del I+D aplicable a nuevos productos y servicios, sino transversal y ramificada en infinitos capilares que impregne los modos de gestión, la relación entre el capital humano, las políticas retributivas y las experiencias de consumo e intercambio de la información.

“Hoy en día, ingenieros, programadores y científicos son capaces de crear casi todo. La cuestión se ha desplazado del «¿Qué podemos hacer?», orientado a I+D, al «¿Qué deberíamos hacer?», centrado en el cliente”, ilustra Pascall Soboll, uno de los directores de la oficina en Munich de IDEO, consultora global de diseño e innovación.

En esta línea, Soboll, asegura que una iniciativa innovadora solo será tan buena como la pregunta que se propone responder.

El deseo de BBVA es invertir en la siembra de nuevas ideas y descubrir cuáles son las preguntas que se deben formular en un horizonte en el que no hay límites, sólo posibilidades. El Centro de Innovación BBVA es el semillero

El Centro de Innovación BBVA es el semillero donde germinan y crecen todas las propuestas y apuestas de futuro de la entidad para aportar más valor a sus clientes y al conjunto de la sociedad.

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donde germinan y crecen todas las propuestas y apuestas de futuro de la entidad para aportar más valor a sus clientes y al conjunto de la sociedad.

Fruto de cuatro años de investigación, trabajo en equipo multidisciplinar, observación del mercado y deseo de acompañar a sus clientes en una relación que nunca deja de redefinirse, BBVA Innovación presenta ABIL, un cajero automático al que quizá ese nombre le viene algo ceñido. ¿Dispositivo de autoservicio bancario?, ¿terminal de información y operaciones? Los usuarios sabrán encontrar su manera de nombrarlo. Desde BBVA Innovación les decimos pasen, vean y disfruten de una nueva experiencia de autoservicio más simple, más humana, más flexible.

Bienvenidos a ABIL

«BBVA, trabajamos por un futuro mejor para las personas»

40 años lo es todo“A partir del 2 de septiembre de 1969 nuestras puertas abrirán a las 9 de la

mañana …¡y ya no cerrarán más!”

Con este anuncio, The Chemical Bank reclamaba la atención del público para comunicar la instalación del ¿primer cajero automático de la historia?

El interrogante tiene sentido porque no existe acuerdo en la autoría del dispositivo.

El sistema del Chemical Bank lo creó un señor de Texas, Don Wetzel. Cansado de hacer cola en su banco y perder-se la hora del almuerzo para retirar efectivo pensó que la labor de un cajero humano (cambiar cheques, recibir depósitos, comunicar el saldo y hacer transferencias entre cuentas) podía automatizarse. Gracias a la confianza de Docutel, la empresa para la que trabajaba y que le proporcionó un “adelanto” de cuatro millones de dólares, Wetzel construyó el primer sistema capaz de sustituir a los empleados de ventanilla con una tarjeta magnética que

contenía la información de cada cliente y una máqui-na que entregaba el dinero y dejaba constancia de las transacciones.

La Fundación Smithsonian reconoce a Wetzel y a Do-cutel la invención del ATM (Automated Teller Machi-ne) o, al menos, de su primera patente.

En este punto aparece Luther George Simjian para reclamar su condición de pionero. Este armenio emigrado a Estados Unidos ya había registrado dos decenas de patentes de un prototipo de ATM hacia 1939. Ofreció su invento al Citicorp de Nueva York que lo probó durante un tiempo para después desestimar-

lo: sólo lo utilizaban quienes no querían ser vistos por los empleados del banco y que daban al uso del cajero un matiz “canalla”: léase prostitutas o jugadores.

Hay datos de una máquina de este tipo en el Tokyo de los años 60 pero poco más se sabe.

Es en otro de los grandes centros financieros del mundo donde también hay noticias de la automatización banca-ria. Londres, 1967, Barclays. Estas son las coordenadas de autoría que reclama John Shepherd-Barron, un escocés empleado en De la Rue que tenía la costumbre de retirar efectivo los sábados por la mañana para hacer frente a los gastos semanales.

George Simjian, armenio emigrado a Estados Unidos ya había registrado dos decenas de patentes de un prototipo de ATM hacia 1939

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LA IMPORTANCIA DEL CACAO EN LA INDUSTRIA FINANCIERA

Un día de 1965, Shepherd-Barron llegó tarde al banco por un minuto y empezó a darle vueltas a la idea de obtener dinero sin necesidad de un operador humano igual que podía conseguir de una máquina expendedora la chocola-tina que se estaba comiendo. La física gravitatoria tiene la manzana de Newton y el autoservicio bancario su cacao.

Dos años más tarde Barclays acogió con éxito la iniciativa de Shepherd-Barron. La tarjeta con banda magnética aún no existía y en su lugar el usuario introducía un cheque con material ligeramente radiactivo, marcaba un PIN de cuatro cifras y el cajero le proporcionaba diez libras.

Para 1971, los cajeros automáticos podían comprobar balances y aceptar depósitos además de retiros y en 1974 empezó a funcionar el primer cajero en una sucursal bancaria española. Fue en Toledo, en el Banco Popular, y para entonces ya no eran necesarios los cheques radiactivos: la tarjeta de plástico empezaba a marcar su ley.

Fue también en 1974 cuando comenzaron a operar los primeros cajeros conectados a una red. Hasta entonces tan sólo los utilizaban los clientes preferenciales porque, al no estar conectados y proporcionar una cantidad fija, el banco necesitaba asegurarse previamente de los fondos del cliente para facilitarle el efectivo.

CASI DOS MILLONES Tras 40 años de historia comercial, el cajero automático apenas ha evolucionado al margen de unas cuantas mejoras técnicas. Hoy existen más de 1,7 millones de cajeros en todo el mundo. Especialmente aficionados a este método de obtener dinero son los japoneses. En 2007 el país nipón tenía 14.000 máquinas por millón de habitan-tes con un total de 58.600 en todo su territorio.

El cajero medio efectúa alrededor de 300 transacciones al día que van desde el clásico reintegro a la recarga del saldo del teléfono móvil, la actualización de la cartilla, la información de saldo y movimientos, el depósito e incluso la posibilidad de hacer transferencias. En cuanto al reintegro medio, éste ronda los 100 euros.

Y en este contexto, llega ABIL. Una innovación disruptiva que se apoya en reinventar la experiencia de usuario para llegar a colectivos que no utilizan los cajeros y para ampliar su uso en clientes con un perfil más sofisticado. Por ejemplo, ¿Por qué el 83% de los depósitos se hacen por ventanilla, cuando los cajeros incorporan esa opción desde hace años? ¿Puede ser porque la relación hombre-máquina existente hasta ahora y establecida a través de un interfaz arcaico remite a un universo estático e inmutable?

Con ABIL, eso y mucho más ha cambiado para siempre.

La co-creación como pautaCon 150 años de historia, BBVA algo sabe de banca y de lo que les gusta o no a las personas en sus interacciones con la entidad en la que confían.

Cuando, además, se tiene claro que la innovación y la creatividad son los elementos insufladores de vida de las organizaciones del futuro es necesario poner a trabajar todo ese capital de tradición, valores y conocimiento junto a las capacidades de los mejores expertos en cada campo de referencia.

BBVA Innovación identificó que, pese a que el cajero automático es una pieza clave de la relación entre banco y cliente, su apariencia y funcionalidad apenas ha experimentado cambios en 40 largos años.

“Si algo funciona no lo cambies”, de acuerdo, pero ¿hasta el punto de ignorar la revolución de los interfaces de comunicación hombre-máquina? ¿Por qué conformarse con una infrautilización de los ATM si tras esa pantalla hay muchas más posibilidades para hacer más sencilla y rica la experiencia de autoservicio?

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BBVA entiende la innovación como un estado mental y eso pasa por ser conscientes de que no existe una única vía «correcta» para hacer las cosas, y de que nadie sabe lo bastante como para estar en posesión del plan perfecto. Si deseaba revolucionar el autoservicio bancario a través de un nuevo tipo de terminal, hoy materializado en ABIL, se necesitaba a los mejores de cada campo.

La experimentación tenía que ser coherente con los valores de la empresa y por eso se eligió un líder de proyecto dentro de BBVA Innovación que actuó de referencia y guía en cada etapa pero siempre con la co-creación como valor primordial.

Julio Pérez Piña es el líder del proyecto ABIL dentro del Innovation-Lab de BBVA Innovación y a lo largo de cuatro años ha orquestado los procesos con la idea de “proporcionar espacio para que las ideas creciesen y se materia-lizasen en un producto concreto, entendiendo que siempre se trabaja mejor y se obtienen mejores resultados cuando se combina el potencial creativo de múltiples expertos”.

Para la creación y desarrollo de ABIL, Innovación BBVA sumó a la experiencia propia la de IDEO, consultora global de diseño e innovación –creadora de concepto y diseño-, la de NCR -como ingeniero fabricante- y la de Fujitsu –de-sarrollador de la interfaz de comunicación hombre-máquina. Intel, Microsoft y DNX también aportaron su tecnolo-gía y conocimientos.

LA FASE CONCEPTUAL: IDEO

El enfoque de IDEO se conoce como “pensamiento de diseño” o “design thinking” y supone aplicar un proceso de diseño centrado en las personas a cualquier tipo de proyecto. Si hasta ahora sólo se valoraba en las profesiones creativas o artísticas, el design thinking se enseña hoy en las escuelas de negocios como un modo de respuesta a retos estratégicos complejos en una multitud de sectores.

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Cambio a través del diseñoSegún explica Pascal Soboll, director de IDEO en la oficina de Munich, donde se ha creado ABIL, “el design thinking parte de la observación de lo real y se enraíza en el comportamiento y las necesidades humanas. Permite basar las decisiones en la realidad, en vez de en la teoría o en suposiciones. En el transcurso del proyecto las percepciones establecen una base fértil para cultivar ideas sin que nada se dé por supuesto”.

BBVA tenía una idea de partida: revolucionar el autoservicio bancario mediante un terminal radicalmente diferente. “En el transcurso del proyecto, IDEO se dio cuenta de que la limitación a la interacción del cliente con los cajeros automáticos no era la información, los servicios o las ventajas proporcionadas. El fallo estaba en la manera en la que aquellos se presentaban”, explica Matteo Signorini, líder del proyecto ABIL en IDEO.

Y es que muchos clientes percibían que las máquinas no eran lo suficientemente intuitivas, fiables, o transparentes. El objetivo del proyecto ha sido siempre la migración de usuarios de ventanilla al canal de autoservicio, potencian-do al máximo la capacidad comercial de este medio. Persiguiendo esa idea, el equipo de diseño se dio cuenta de que más que ampliar las funcionalidades del cajero, había que conseguir que las funciones existentes fuesen más simples, humanas y sencillas. No se tecnificó el cajero. Se humanizó.

“Sobre esta plataforma podremos ampliar funcionalidades, ventajas y ofertas futuras de autoservicio gracias al refuerzo de la confianza experimentado vía diseño”, añade Julio Pérez Piña.

Los ejemplos más radicales de innovación, al margen de la tecnología que incorporen o no, siempre se diseñaron desde percepciones profundas sobre el consumidor. Se trata de experiencias reinventadas. Desde la fregona al iPod de Apple.

De hecho, el peligro está en perder de vista la necesidad humana al centrarse en exceso en la tecnología.“La relación con el cliente va más allá de los propósitos de marketing. Ayuda a desarrollar una oferta relevante y así ha sido en el caso de ABIL”, comenta Signorini.

A la hora de descubrir todas las posibilidades comerciales del canal autoservicio para BBVA, IDEO observó y en-trevistó a usuarios regulares de cajeros automáticos. “Hicimos lo mismo con personas que jamás los habían usado y con clientes cuya relación con el banco era exclusivamente a través del ATM. Para que las limitaciones de una oferta se desvelen no basta con investigar al público objetivo. También hay que considerar los extremos”, explica Matteo Signorini.

Para Signorini, “la innovación es el espacio en blanco entre las múltiples disciplinas, los espacios inexplorados puestos en relación y en valor. IDEO tiene amplia experiencia en innovaciones de productos, servicios y estrate-gias. Ese es nuestro foco de negocio: crear e implementar innovaciones disruptivas, idear cosas que no existen. En el caso de ABIL el concepto de cajero existía pero nosotros buscamos un nuevo sentido, una nueva experiencia”.

La relación con BBVA fluyó con total libertad, según los implicados: “el banco nos dejó hacerlo como a nosotros nos gusta. Con la creatividad como motor pero también con la tenacidad y paciencia necesaria en el largo aliento”, comenta Matteo Signorini.

Julio Pérez Piña resalta que “la naturaleza de estos proyectos, que son largos y consumen muchos recursos, impli-ca una relación de confianza mutua”.

Hasta 30 profesionales de múltiples perfiles han trabajado en las diversas fases del desarrollo conceptual de ABIL bajo la supervisión de un core team de siete personas por parte de IDEO: Diseñadores de comunicación, de interac-ciones, diseñadores industriales, expertos en factor humano…todo ello sin perder de vista el Design Intent, el bene-ficio para el usuario, “eso nunca tiene que perderse en las distintas fases. Los plazos no deben ahogar esa sencillez y utilidad inicial”, concluye Signorini.

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DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

Manos a la obraLa labor de NCR en la creación de ABIL fue nada menos que diseñar y construir los dispositivos que IDEO iba dise-ñando conceptualmente. “Los tres mayores retos en este proyecto fueron el diseño y fabricación del shuttle o bra-zo mecánico para que todas las operaciones fueran entregadas al cliente por la “boca única”, el giro o disposición de la interfaz en 90º con respecto a la pared, y la encriptación de los datos dentro de la propia pantalla”, explica Vicente Amores, Director Global para BBVA de NCR.

Superar los escollos a lo largo del camino fue posible gracias al trabajo y esfuerzo de los ingenieros de la firma, que supieron interpretar los deseos del banco aplicando sus dotes de creación. “Conseguir el balance perfecto entre el diseño novedoso y la eficiencia y efectividad de los dispositivos creados era el desafío y a la vista está que se logró”, señala Amores.

Este proyecto ha implicado a estructura de NCR en España, Escocia, Hungría y Estados Unidos, abarcando un equipo muy amplio de ingenieros de diseño, analistas, programadores, directores técnicos, ingenieros de campo, personal de producción, compras y red comercial.

El proyecto se gestionó con un líder encargado de coordinar a todos los equipos multifuncionales que partici-paban en él dentro de la propia NCR y de interactuar con las distintas unidades del Equipo de BBVA: tecnología, innovación, diseño, negocio…

Las dos caras del espejoPor su parte, Fujitsu acometió una doble labor de creación en el proyecto ABIL: desarrolló la interfaz de comunica-ción máquina-usuario y creó la aplicación que comunica el cajero con el back-end del Banco. “Para Fujitsu ha sido todo un reto poder materializar un desarrollo tan avanzado en términos de interactividad y autoservicio”, explica Mario Monge, Key Account Manager BBVA en Fujitsu.

En el proceso entró en juego el know how de la compañía en España y Japón en el área de ingeniería de autoservi-cio y desarrollo de aplicaciones, siempre bajo las premisas de diseño de IDEO. En el laboratorio de Madrid se creó la parte de ingeniería del front-end y la interfaz y la sede de Barcelona desarrolló la comunicación intermedia con dispositivos.

“La interfaz de ABIL es una aplicación viva que incorporará nuevas funcionalidades. Ya se plantea la futura utiliza-ción del protocolo de comunicación inalámbrica de corto alcance NFC (Near Field Communication) para operar sin tarjeta vía móvil y efectuar micropagos”, continúa Monge.

El resultado a ojos del usuario es una aplicación muy sencilla, personalizable y accesible en la que Fujitsu ha traba-jado muy de la mano con BBVA Innovación en todos sus laboratorios.

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ABIL, ¿y cómo es él?

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Pensamos en las personasABIL Y TÚ. CINCO MICROHISTORIAS DE USO

CELIA DISEÑADORA GRÁFICA

27 AÑOS

A ver, un cajero. Que el coche está en zona azul y no tengo suelto ni agarrado. Y espero que el cajero dé billetes de menos de 20 euros. Por soñar…Y ya estoy llegando tarde y podía haber dejado la carpeta de proyectos en el coche si, total, tengo que volver a poner el ticket. Siempre cargada con mil cosas…Necesito un par de brazos más.Organización, Celia, organización.BBVA…Vale, me sirve. Pero ¿dónde está el cajero? Ah, es esto. Qué cosa más elegante. Y no voy a tener que sujetar la carpeta entre las rodillas con esta repisa tan a propósito. Y puedo también apoyar el bolso y no sentirme observada. Pantalla táctil…umm parece un smartphone gigante. ¿Quién ha diseñado esto, Sarah Jessica Parker?La tarjeta por aquí…¡¡ups!! ¡Qué bueno!, ¡vuelve a aparecer en la pantalla!Y tu quién eres, guapo. ¿El héroe? ¿Me vas a ayudar? ¿A mí? ¿La reina de las interfaces? Gracias, pero voy directa a por dinero. ¿Que puedo elegir el tamaño de los billetes? Bueno, bueno. ¿Es una broma? ¿Dónde está la cámara oculta?

JULIÁN ABOGADO38 AÑOS

HUGO 3 AÑOS

Cajero automático… Pero esto es diferente.-Ven, Hugo. Que está aquí el cajero.-¡¡Yo, yo, yo!!-Tú, tú, tú, ¿qué? Venga canijo. Mira que chula esta me-sita al lado de la pantalla…¿mola, eh? ¿Quieres dejar ahí el juguete?Esto no tiene botones. Veamos, que esta historia táctil yo no la domino. Sabe más el enano, que se acerca a la tele cuando están los créditos de los dibujos anima-dos e intenta pasarlos arrastrando la imagen como hace con el teléfono de su madre. -A ver, Hugo, ¿me ayudas? Mira, este señor de dentro dice que nos va a ayudar. Qué botones tan grandes. Dale ahí.-Más.-Un momento. Vamos a recargar el móvil de papá con

50 euros. Dale ahí.-Más. -No, ya está. Ahora me devuelve la tarjeta. Mira como sale y ¡¡Tachán!! Hemos terminado.-Otra vez.-Venga, vamos a mirar el saldo de la cuenta. Dale ahí. Ahora ahí. Ya está.-Otra vez.-Pues bueno. Ahora miramos…la previsión metereológica, vale. Pulsa otra vez ahí. Mira cuántos soles, pero el sába-do llueve. Bueno, vámonos ya.-Otra vez.

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CLARA JUBILADA 70 AÑOS

Cuánta cola hay. Y además no veo a Carlos, ¿habrá salido a tomar un café?, ¿estará enfermo? Me gusta que me atienda él, es tan amable. Puedo hacerle todas las consultas que quiera y nunca se impacienta.¿Y si hago el ingreso por el cajero? Mucho lío. Que si sale el sobre, que si mételo por esta ranura, que si el comprobante por la otra…Si es que tiene papel para darlo, que a veces ni eso…Pero esto parece diferente. ¿Es un cajero de verdad? ¿Dónde están los botones? No tiene ninguno.Bueno, mientras hago cola, a ver si puedo entender cómo funciona esta cosa tan tecnológica.Tarjeta por aquí…Pero si la estoy metiendo por la pantalla, algo debo estar haciendo mal…¡¡Ahí está, es increíble!! ¡¡Aparece en la pantalla!!Elijo operación: ingreso. Introduzco el dinero por aquí. ¿Otra vez por el mismo sitio? ¡¡Y también vuelve a aparecer en pantalla!! Pero esto está muy bien… ¡¡Qué tranquilidad!! A ver. El recibo también sale por el mismo sitio.Oye, pues que me gusta. Y qué fácil. ¿Qué más puede hacer?

RODRIGO FUNCIONARIO

56 AÑOS

Me alegro que alguien, por fin, se haya dado cuenta. Ya no es sólo la rampa de acceso a los lugares públicos. Es tener en cuenta que la silla de ruedas ocupa un espacio. Que vivimos sentados. Que agra-decemos que las rodillas no choquen con la pared donde está encajado el cajero o con el cajero mismo. Que preferiríamos no tener que estirar los brazos en una posición forzada para operar con el teclado o la pantalla.Que es agradable que alguien nos tenga en cuenta en un objeto tan cotidiano.Y qué forma tan sencilla de resolverlo. Sentido común y diseño.Gracias.

ERIC EJECUTIVO FINANCIERO

AUSTRALIANO EN VIAJE DE NEGOCIOS 42 AÑOS

No tengo efectivo suficiente para el taxi al aeropuerto. ¿Un cajero? Ahí hay una oficina del BBVA…y ¿dónde está la máquina? ¿no será esto?Parece más bien un terminal de información turísti-ca. ABIL… Me suena. Algo leí en The Banker sobre estos prototipos, claro. Paso adelante en el autoservicio bancario, desing thinking, nueva experiencia de uso… ¿Pero no estaba todo inventado?Veamos si cumples lo que prometes.Ok, el diseño se justifica solo. Permite privacidad total. Claro, no está encajado en la pared y puedes rodearlo de una mampara protec-tora…simplicidad para el cliente, compleja ingeniería detrás. Eso implica un esfuerzo enorme en diseño. Interesante.Y no hay mil ranuras. Curioso.Y en la repisa lateral puedo dejar el maletín y un discapacitado puede acercarse totalmente y operar más cómodo.

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Vaya.Transiciones entre el mundo real y el virtual reflejadas en la pantalla…Claro, eliminas la incertidumbre de dónde fue mi tarjeta o mi ingreso.Y seguramente el terminal podrá recordar las operaciones más frecuentes de cada usuario y conducirle rápida-mente hacia lo que desea.A ver,… esto es muy interesante… ¡¡mi avión!! En cuanto llegue a la sala de embarque busco una zona wi-fi para saber más de ABIL.

Los demás nos ponen notaPIEZA DE MUSEO

En julio de 2011, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) inauguró la muestra Talk to me: Design and the communication between people and objects a la que ABIL acude como muestra de la interactividad generada entre un cliente y un terminal de autoservicio bancario.

“Haber sido invitados a acudir a la exposición del MOMA es ya un reconocimiento que nos indica que estamos participando en la construcción del futuro”, asegura Julio Pérez Piña, líder del desarrollo del proyecto ABIL.

OTRAS MENCIONES

En su edición de 2010, la revista The Banker, del grupo Financial Times premió a BBVA por el desarrollo de ABIL en su categoría Innovation in Delivery Channel Technology. Se reconocía así la apuesta de la entidad por la innovación conceptual y tecnológica en el auto-servicio bancario en unos premios que analizan cómo la innovación en soluciones y estrategias permiten a las instituciones financieras dirigir sus desafíos de negocio.

En julio de 2011 llegó otro reconocimiento para ABIL. Esta vez, el cajero recibió la mención de plata en la categoría de productos comerciales e industriales del premio IDEA (International Design Excellence Award), el concurso de diseño más prestigioso del mundo. En

él se reconoce a las organizaciones que, como BBVA, entienden y aplican el valor del diseño en su objetivo cons-tante de mejorar y facilitar la vida a sus clientes.

OTROS RECONOCIMIENTOS

ABIL también se ha hecho con la mención de Bronce de los premios D&AD 2010; con el galardón IF Communica-tion Design 2011 y ha sido nominado para el premio de diseño de la República Federal Alemana 2012.

Haber sido invitados a acudir a la exposición del MOMA es ya un reconocimiento que nos indica que estamos participando en la construcción del futuro

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Detrás de ABIL

Julio Pérez Piña y Andrés Retortillo son nuestros responsables del proyecto Abil.

Para obtener más información, puedes ponerte en contacto con el centro de Innovación del BBVA:

http://www.centrodeinnovacionbbva.com/