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EFICIENCIA VERSUS EQUIDAD: UNA VISION CRITICA DE LA REALIDAD
U N I V E R S I D A D A N D I N A
S I M O N B O L I V A R
E S P E C I A L I Z A C I O N S U P E R I O R
P R O Y E C T O S D E D E S A R R O L L O
D i c i e m b r e 2 0 1 1
Econ. Henry Valdiviezo
“Eficiencia versus equidad: una visión crítica de la realidad”
1. A manera de introducción
Según la economía tradicional de mercado la eficiencia en las unidades productivas es
el motor que impulsa el proceso de producción y la posterior maximización de la
utilidad, de esta manera el proceso económico de mercado se concentra en la máxima
generación de beneficios a partir de un incremento sistemático de la productividad de
los factores que intervienen en la producción1. El beneficio que surge de esta
productividad se constituye en la manzana de la discordia sobre la que los propietarios
de las unidades productivas reclaman toda la ganancia, en contraposición de los
trabajadores que reclaman una redistribución equitativa de este beneficio para la
sociedad. Esta relación entre la eficiencia productiva y la equidad social desemboca en
una contraposición de intereses, entre quienes argumentan en favor del libre mercado y
sostienen que la eficiencia en la asignación de recursos sin la injerencia del Estado
asegura el mayor bienestar posible dentro de un ámbito de ―saludable desigualdad‖2, y,
por otro lado la visión de la clase trabajadora que demanda mejores salarios (más costos
de producción) y promueven una redistribución equitativa de la ganancia mediante la
necesaria regulación e intervención del Estado. Además de éstas contradicciones, el
mercado tampoco considera la sostenibilidad ambiental de los sistemas ecológicos en
donde los sistemas económicos se desarrollan sin conciencia de adaptabilidad3, de tal
manera que la sociedad presente y futura además de tener contradicciones internas
presentes están lejos de alcanzar un vínculo de sostenibilidad ambiental.
1 Stanley Fisher, Rudiger Dornbusch, y Richard Schmalensee, Economia (Madrid: McGraw-Hill, 1989),
174–175. 2 Enrique Arceo y María Andrea Urturi, «Centro, periferia y transformaciones en la economía mundial»
(Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de Argentina, 2010), 15. 3 Santiago García Álvarez, «Evolución de los paradigmas de las interfases Medio Ambiente-Desarrollo y
Economía Ecológica», s.f., 2.
P
DM Excedente del Consumidor OM
A
E
Pe
B
Excedente del
Productor
Qe Q
DM
OM
E
A
B
A+B Eficiencia en la asignación de un mercado competitivo
Excedente del Consumidor (máximo beneficio en los consumidores)
Curva de Demanda de los consumidores
Curva de Oferta de Mercado
Equilibrio de mercado OM = DM
Excedente del Productor (máximo beneficio para los productores)
2. La eficiencia y la asignación óptima de los mercados
En una economía de mercado las empresas analizan los métodos productivos más
eficientes desde el punto de vista técnico para maximizar su producción, pero al final
seleccionan el método económicamente más eficiente para minimizar los costos que les
permita maximizar el beneficio. La combinación de los factores productivos: recursos
naturales, trabajo y capital, en ―un proceso productivo que minimiza el costo de
oportunidad de los factores utilizados en la producción,
es el proceso de producción
eficiente‖4 que estructura la oferta de un bien o servicio. Podemos advertir en esta
visión que el recurso natural es un factor productivo más cuya utilización está sujeta a la
dinámica de su precio en el mercado (menor costo económico) por ende en el consumo
de los recursos naturales no se analiza la sostenibilidad ambiental puesto que el mercado
solo analiza su mayor o menor consumo de acuerdo a su precio en el mercado de
factores. Siguiendo con el análisis, cuando un proceso productivo es ineficiente implica
la existencia de despilfarro de recursos que afecta a toda la sociedad, lo cual se traduce
en una reducción de los beneficios económicos para los productores debido a un
aumento de los costos de producción; para la sociedad implica menores plazas de
empleo y precios más altos, y, además desde el punto de vista ambiental se requeriría
un mayor consumo de factores productivos entre ellos los recursos naturales para
obtener el mismo nivel de producción debido a la ineficiencia. Resumiendo, cuando el
proceso productivo es ineficiente, la equidad, al tener menos beneficios que distribuir;
4 Fisher, Dornbusch, y Schmalensee, Economia, 174–175.
los consumidores, al tener que pagar un precio más alto; y, el medio ambiente al
requerirse un mayor consumo de recursos naturales se verían afectados negativamente
de encontrarnos en una situación de ineficiencia, sin embargo anteriormente
observamos que en una situación de eficiencia también persiste una situación de
insostenibilidad del medio ambiente.
Los resultados de la eficiencia aplicada a un proceso productivo individual se pueden
aplicar también a toda la sociedad mediante la sumatoria de las curvas de oferta
individuales, lo cual que nos permite obtener la curva de oferta de todo el mercado. La
convergencia de esta curva de oferta con la curva de demanda de consumidores
determina el punto de equilibrio del mercado, situación de un mercado competitivo a la
que se llega cuando la utilidad marginal del consumidor, el precio de mercado y el costo
marginal se igualan, y por lo tanto, el excedente económico se maximiza5.
Gráficamente el punto de equilibrio de un mercado competitivo (punto E) revela una
asignación óptima de recursos para toda la sociedad, debido a que la oferta productiva
de mercado (curva OM) tiene como antecedente un método eficiente de producción en
donde no existe despilfarro de recursos y se maximizan los ingresos para el productor al
tener un costo mínimo de producción. De este modo se genera ―el excedente del
productor (zona B) en donde se incluyen la renta económica, los beneficios de las
empresas y [beneficios] de los propietarios de los factores especializados en la industria
e indica la diferencia entre los ingresos y el coste de producción‖6; a su vez la curva de
la demanda de mercado (curva DM) representa las múltiples combinaciones de utilidad
o beneficio medidas en unidades de consumo que los consumidores pagarían en cada
nivel de precios, la diferencia entre la utilidad total de un bien y su coste mercado (
precio por cantidad consumida) se denomina excedente del consumidor (zona A),
5 Nordhaus William D. Samuelson Paúl a., ECONOMIA, 17o ed. (Madrid: McGraw-Hill, 2002), 136.
6 Ibid., 134.
concepto que también ―indica el enorme privilegio que gozan los ciudadanos de las
sociedades modernas. Cada uno de nosotros disfruta de una inmensa variedad de bienes
enormemente valiosos que pueden comprarse a bajos precios‖7. Todo este análisis de
una situación de equilibrio de las fuerzas de la oferta y la demanda nos lleva a
determinar una situación de eficiencia en la sociedad que se afirma en la teoría del
óptimo de Pareto. La explicación del punto de equilibrio a través de la teoría del óptimo
de Pareto es la siguiente:
―En una economía perfectamente competitiva, todos los bienes se producen
eficientemente (eficiencia en la producción) y se asignan eficientemente entre los
consumidores (eficiencia en el consumo). Además, no es posible modificar la
combinación de bienes producidos para mejorar el bienestar de los consumidores
(eficiencia en el intercambio). Por tanto, la asignación de los recursos a que da lugar una
economía competitiva es eficiente en el sentido de Pareto‖.
Esta situación en la que no se puede mejorar la asignación de beneficios para la sociedad sin que
se empeore otra situación, debido a que los beneficios están asignados en su óptimo posible
tiene la siguiente observación según Fisher:
―Merece la pena repetir que el concepto de eficiencia en el sentido de Pareto es muy
limitado. Utilizando la frontera de posibilidades de utilidad, una economía
perfectamente competitiva podría encontrarse en cualquier punto de la frontera
(situación óptima). Es muy posible para una economía encontrarse en un equilibrio
eficiente en el sentido de Pareto en el que algunas personas estén muriéndose de
hambre y otras no tengan donde refugiarse”8.
7 Ibid., 84.
8 Fisher, Dornbusch, y Schmalensee, Economia, 238.
Esta afirmación claramente explica que un mercado puede ser eficiente y alcanzar su
punto de equilibrio, aun cuando exista una total inequidad social, puesto que el consumo
depende en última instancia de las rentas disponibles de las personas y éstas tienen
como antecedente una inequitativa distribución de las rentas de la propiedad (propiedad
de los factores productivos), sobre todo las rentas que surgen principalmente de la
propiedad de los activos financieros9.
Todo el análisis nos permite concluir que una economía de mercado competitiva
combina eficientemente los recursos naturales, el trabajo y el capital en el proceso
productivo, con la finalidad de obtener la máxima ganancia para el empresario, proceso
que por cierto no considera la sostenibilidad de los recursos naturales que pueden
ocurrir por el incremento de la productividad; de igual manera, si estamos en una
situación de ineficiencia, el consumo de recursos naturales se incrementa por el
despilfarro y los precios de los bienes se encarecen ahondando la pobreza por consumo,
esta situación nos permite advertir que la ineficiencia en una economía de libre mercado
aumenta la inequidad social y provoca desequilibrios a la sostenibilidad ambiental.
Agregando a la situación de eficiencia del mercado, desde el lado de la demanda los
consumidores se benefician de precios mínimos de mercado en los que el nivel de
utilidad o grado de satisfacción medido en unidades de consumo se maximiza, en este
punto los consumidores se benefician de precios mínimos y por lo tanto máximos
niveles de satisfacción de consumo, sin embargo, solamente pueden obtener este
máximo grado de satisfacción los individuos que dispongan de un nivel de ingreso
suficiente para adquirir bienes y servicios en el mercado, en otras palabras se podría
tener una asignación óptima y equitativa de bienes y servicios para los consumidores
siempre y cuando existiere una distribución óptima del ingreso, situación que el
9 Samuelson Paúl a., ECONOMIA, 340.
mercado no garantiza y que en la realidad, como el caso de América Latina que lo
reconoce Pérez Sáinz se trata no de la región más pobre del mundo, sino la más
desigual en cuanto a la distribución de los recursos económicos10
; por tal motivo
podemos afirmar que tal como está estructurada la demanda no existe equidad social por
cuanto no todos pueden beneficiarse del consumo y los precios mínimos de mercado.
Esta situación ocurre claramente en América Latina y en Ecuador como lo analizaremos
más adelante.
3. El Estado promotor de la equidad y la sostenibilidad ambiental
Una visión crítica al enfoque liberal de mercado, reconoce que el excedente económico
surge de dos fuentes: la primera, de un proceso primario de explotación de la fuerza de
trabajo asalariada (inequitativa distribución de la renta primaria donde los recursos
naturales y la fuerza de trabajo son los factores productivos que menor renta perciben
con relación a la renta del capital) y, la segunda, por las diferencias en el acaparamiento
de las oportunidades de acumulación. Esta situación se da en un contexto de relaciones
asimétricas de poder en los mercados de trabajo (primera fuente de creación del
excedente económico) y los mercados de capitales, seguros, bienes y servicios (segunda
fuente de creación del excedente económico)11
.
Aun cuando esta visión crítica de la eficiencia en la asignación de los recursos para toda
la sociedad tenga un matiz para muchos extremista en el sentido de reproducir un
enfoque marxista de apropiación del excedente, ya en los años de la gran depresión
Keynes sostenía que el libre juego de la oferta y la demanda genera desempleo y
10
Juan Pablo Pérez Sáinz y Minor Mora Salas, «EXCEDENTE ECONÓMICO Y PERSISTENCIA DELAS DESIGUALDADES EN AMÉRICA LATINA. Una propuesta analítica y metodológica», FLACSO, Sede Costa Rica (2008): 4. 11
Ibid., 16.
acentúan las desigualdades12
, y por lo tanto reconocía la importancia de la intervención
del Estado en la economía, mediante políticas públicas de sostenimiento de un nivel de
demanda agregada (consumo agregado) que permitan incentivar el crecimiento
económico y el pleno empleo. Fundamentalmente reconocía que el mercado no era una
estructura autosuficiente para generar equidad y mejores condiciones de vida para la
sociedad y por ello la presencia del Estado era un imperativo.
Ambas visiones críticas al pensamiento liberal advierten la necesidad de regular las
asimetrías del control del poder en el mercado y más directamente en el caso de Keynes
de que el Estado sea un actor que intervenga directamente para corregir las fallas del
mercado. Esta realidad de asimétricas fuerzas de poder en los mercados y necesidad de
intervención del Estado para regular los desequilibrios de la economía, tendieron el
camino para que partiendo de una concepción histórico - sistémica los estructuralistas
latinoamericanos Furtado y Prebisch reconozcan que las estructuras tecnológicas y
económicas, sus marcos institucionales y los actores que se encuadran en dichas
estructuras son el poder institucionalizado que al modificarse provocan cambios en las
dimensiones del valor económico13
. Dicho de otra manera este pensamiento
latinoamericano reconoce en primer lugar que los mercados no son autosuficientes y
que los sistemas económicos se asientan en una estructura institucional que se crea
desde las relaciones de poder que surgen en los distintos ámbitos de la sociedad
incluyéndose el económico, por tal razón reconocen que la modificación de estas
estructuras institucionales pueden modificar el curso de la economía y por lo tanto el
mayor o menor grado de desarrollo de las sociedades. Sin embargo esta incidencia
puede llegar más allá si añadimos el siguiente pensamiento de Caillé:
12
Carlos A. De Mattos, «Nuevas teorías del crecimiento económico: una lectura desde la perspectiva de los territorios de la periferia», Revista de Estudios Regionales (Chile) N58 p 15-36 (2000): 6. 13
Armando Di Filippo, «La Economía Política Estructuralista Latinoamericana», Revista Encrucijada Americana No 1. p 92-103, 2008, 12.
―Una economía política institucionalista no separa el análisis de los mercados de la
reflexión sobre el telón de fondo político y ético de una economía. Más precisamente,
no cree que sea posible analizar: 1º) primero el mercado o la economía, y 2º)
únicamente después, las instituciones necesarias a su buen funcionamiento. A la inversa,
cree que las instituciones económicas están estrechamente mezcladas con normas
políticas, jurídicas, sociales y éticas, y que se deben estudiar y pensar al mismo tiempo,
lo político en un sentido distinto a las políticas económicas es el lugar o el momento en
el que esta aplicación encuentra su forma‖14
.
Esta concepción claramente reconoce el espacio de la política en la vida económica y nos
permite advertir que el Estado se constituye como el actor más influyente y parte
fundamental de las estructuras de poder institucionalizadas. Su rol es el más aceptado
por la sociedad y puede incidir favorablemente en la búsqueda por minimizar las
contradicciones entre eficiencia y equidad mediante la creación de instituciones
económicas, sociales (créditos, impuestos, subsidios, transferencias, legislación laboral,
Innfa, IESS, contratos públicos, etc.) y políticas públicas para el cumplimiento de los
objetivos del desarrollo de las sociedades y sus territorios; incluso ahora el Estado en el
caso del Ecuador puede crear el marco institucional sobre una base de derechos de la
naturaleza en la que el sistema económico se adapte a los ecosistemas en los que se
desenvuelve y de esta manera se consolide una sostenibilidad ambiental para beneficio
de las sociedades presente y futura.
Una muestra de la creación de toda una institucionalidad económica crediticia con la
finalidad de influir en el mercado inmobiliario y con éste todo el encadenamiento
productivo tendiente a sostener el crecimiento del PBI en los Estados Unidos se
manifestó en la última década, en la que el Estado norteamericano frente a procesos de
14
Alain Caillé, «Introducción a un Casi - manifiesto con vistas al auto - reconocimiento de una economía política institucionalista.», Revue du Mauss, s.f., 5.
producción ineficientes y a consumidores con ingresos suficientes y baja capacidad de
ahorro debido entre otras causas a la inequitativa redistribución del ingreso, ha buscado
sostener un elevado crecimiento de la producción mediante políticas públicas
financieras orientadas a incrementar el nivel de consumo agregado (políticas ligadas a la
demanda), sin embargo estas políticas e instituciones creadas alrededor del crédito
(bonos, tasas de interés, garantías) no siempre tienen los resultados esperados, puesto
que a veces son burbujas que a la larga tienen impactos negativos mayores para toda la
sociedad (como efecto no medido incluso desmejoran la calidad ambiental al sostener
crecimientos productivos acelerados). Así sucedió con el sector inmobiliario en los
Estados Unidos en donde el gobierno impulsó y ejecutó abiertamente una política de
consumo de bienes inmobiliarios a través de una masificación del crédito (subvalorado,
subestimando el riesgo de no pago) con la finalidad de incrementar la demanda
agregada y sostener sus niveles de crecimiento productivo y de generación de riqueza,
sin embargo esta masificación del crédito resultó ser una burbuja financiera que
ocasionó turbulencias en los precios de los bienes inmobiliarios, precios de los títulos
valores y produjo un colapso de las instituciones financieras15
, sin embargo el problema
no termina allí, por lo contrario es ahí cuando la inequidad social tiende a agudizarse
puesto que el Estado acudió al salvataje financiero con billones de dólares que se
financian con la reducción de programas sociales en las denominadas políticas de
austeridad fiscal y que en este caso demuestra que las relaciones de poder
institucionales (poder político) estuvieron del lado del sistema financiero, solo así puede
explicarse porque el Estado inyectó más de un billón de dólares al sistema financiero
sacrificando recursos de instituciones sociales (programas de aseguramiento, estabilidad
laboral) que fueron creadas para mejorar la equidad en la sociedad norteamericana . El
15
Arceo y Urturi, «Centro, periferia y transformaciones en la economía mundial», 9.
caso presentado nos permite reconocer como un Estado puede armar y desarmar
instituciones económicas y sociales para dar curso al interés de los actores que lo
estructuran, por tal motivo podemos afirmar que el Estado representa poder político
institucional capaz de minimizar las inequidades sociales y encaminar la sostenibilidad
ambiental.
Para medir la desigualdad del control de los recursos económicos, es necesario tanto
interesarse por las diferencias de ingresos como por las diferencias de riqueza16
, la
primera se determina por la distribución de la renta de los propietarios del factor trabajo
y los otros factores productivos; y la segunda determinada por la disponibilidad de
activos financieros y tangibles. Varios son los indicadores que suelen utilizarse para
medir las desigualdades de ingreso pero no cabe la menor duda que el más usado es el
coeficiente de Gini17
. En América Latina este coeficiente presente los siguientes rasgos:
América Latina: coeficiente de gini 1990-2005
Inicios de los 90
Hacia 2005
Menos de .450 De .451 a .500
De .501 a .549 .550 y más
Menos de .450
Costa Rica (.478)
Argentina (.510) Ecuador (.526) Paraguay (.536)
De .451 a .500
Venezuela (.441) Uruguay (.452)
De .501 a .549
El Salvador (.493)
México (.506) Perú (.505)
Bolivia (.614)
.550 y más Brasil (.602)
Chile (.522) Colombia (.584)
Guatemala (.543) Honduras (.587)
Panamá (.548) Nicaragua (.579)
Rep. Dominicana (.578)
Fuente: CEPAL 2007
16
Samuelson Paúl a., ECONOMIA, 335. 17
Pérez Sáinz y Mora Salas, «EXCEDENTE ECONÓMICO Y PERSISTENCIA DELAS DESIGUALDADES EN AMÉRICA LATINA. Una propuesta analítica y metodológica», 18.
Este indicador se interpreta que mientras más cerca de cero esté se trata de una situación
más igualitaria, por el contrario un valor cercano a uno significa desigualdad total, en la
práctica las sociedades no tolerarían una situación de igualdad o desigualdad total por lo
que estos puntos son referenciales y los análisis suelen realizarse por intervalos y
comparaciones entre varias sociedades o períodos de tiempo.
En el caso de América Latina se trata de la región más desigual del planeta y de acuerdo
a la tabla precedente el país con menor desigualdad en la región que es Venezuela para
el año 2005 con un coeficiente de 0.441, país que por cierto abiertamente ha promovido
políticas redistributivas de riqueza e ingresos, lo cual se evidencia en este indicador de
Gini más bajo de la región y a su vez también da muestras empíricas de la contradicción
entre la equidad y la eficiencia, puesto que Venezuela en la última década ha sido uno
de los países de la región con problemas en sus variables de mercado tales como la
inflación y el nivel de crecimiento económico y que según el Estudio Perspectivas de
Economía Mundial del FMI, Venezuela en el 2010 continuará en recesión debido a sus
graves restricciones de oferta, problema de fuga de capitales y marcos de política
generalmente deficientes18
. Por otro lado países como Colombia (.584), Perú (.505) y
Chile (.522) que presentan coeficientes de Gini elevados son los países en donde el
crecimiento del PIB (indicador de eficiencia) se mantiene entre los más altos,
especialmente el de Perú que ha sido ponderado por el mismo FMI.
En el caso de Ecuador en los últimos años con el Gobierno de Rafael Correa, el Estado a
través de un andamiaje de instituciones económicas ha inclinado la balanza en favor de
la equidad social, observándose que este proceso sí ha mejorado la equidad social en el
país, sin embargo enfrenta cuestionamientos en los niveles de mejoramiento de la
18
FMI, «Perspectivas de Economía Mundial 2010», 2010, 89.
productividad y de la sostenibilidad ambiental, así lo reconoce García Álvarez19
cuando
afirma que la característica en el Ecuador es la dualidad de la política económica
aplicada, debido a que coexisten en el proceso la construcción de una centralidad del
Estado en la actividad económica vía inversión pública con un fuerte componente social
(mejoramiento de la equidad social), y, al mismo tiempo, la mantención y la promoción
del extractivismo como sustento principal del conjunto de la actividad económica
nacional (insostenibilidad ambiental).
Según la CEPAL al 2010, se evidencia que la de información disponible sobre 12 países
de la región, cinco países registraron disminuciones significativas en sus tasas de
pobreza: el Perú (-3,5 puntos), el Ecuador (-3,0 puntos), la Argentina (-2,7 puntos), el
Uruguay (-2,0 puntos) y Colombia (-1,4 puntos). En estos países el cambio de las tasas
de indigencia también tuvo signo negativo, con caídas entre 0,5 y 1,7 puntos
porcentuales20
. En tal virtud es evidente que las políticas contra la pobreza
implementadas por el Presidente Rafael Correa tienden a mejorar la igualdad y a reducir
las inequidades sociales (pobreza), en el año anterior Ecuador fue el segundo país de la
región que más redujo los niveles de pobreza, se estima que entre el período 2005 –
2010 la pobreza en el sector rural cayó 12 puntos y por otro lado según la ex ministra
Nathalye Celly el coeficiente de gini en el sector urbano desde el año 2006 se redujo de
0.511 a 0.47 en junio de 201121
. Este cambio distributivo de los ingresos no laborales
contribuyó en un 50% o más en Ecuador y se originan en las transferencias públicas, es
decir, en la acción específica de los gobiernos a través de la política social22
. Ecuador
por cierto con todos estos avances ha incrementado la frontera petrolera y tampoco es
19
Santiago García Álvarez, «Tomando el pulso al sumak kawsay en el Ecuador. Avances y limitaciones económicas», 2010, 7. 20
CEPAL, «Panorama Social de América Latina», 2011, 12. 21
Nathalie Cely, «Análisis de la economía ecuatoriana del primer semestre de 2011» (Ministerio de Coordinación de la Producción, Empleo y Competitividad, 2011), 31–32. 22
CEPAL, «Panorama Social de América Latina», 15.
mirado por el FMI como una economía modelo de crecimiento productivo debido a sus
restricciones sobre la oferta.
4. Consideraciones Finales
Según la economía neoclásica la eficiencia de los mercados es el mejor camino para
conseguir una distribución óptima de los recursos para toda la sociedad, sin embargo
esta situación no considera que la productividad desmedida genera insostenibilidad
ambiental y una situación real de inequidad social que puede evidenciarse en niveles de
consumo muy concentrados que generan pobreza medida por consumo.
Esta situación contradictoria de los mercados pretende ser corregida o acaso minimizada
bajo la influencia del pensamiento keynesiano y estructuralista, los cuales asignan al
Estado y sus instituciones un rol protagónico de cara a luchar contra el problema de la
inequidad y la insostenibilidad de los sistemas económicos. La práctica a través de la
historia nos ha demostrado que los problemas ambientales y sociales persisten, sin
embargo a pesar de ser América Latina una de las regiones más desiguales del mundo,
el caso del Ecuador en los últimos años presenta mejores resultados en cuanto equidad
social gracias a una política institucional orientada a mejorar la equidad distributiva, sin
embargo no se han realizado esfuerzos importantes por mejorar la sostenibilidad
ambiental y los niveles de eficiencia de la economía recién empiezan a vislumbrarse en
el año 2011 cuando la economía está creciendo a tasa superiores al 8% pero que para
muchos solo es un espejismo matizado por la abundancia de petrodólares, en todo caso
es muy meritorio el esfuerzo realizado por mejorar la equidad y reducir los niveles de
pobreza en el país, sin recurrir a políticas ortodoxas que ya causaron graves daños a la
sociedad ecuatoriana en las 2 últimas décadas.
5. Bibliografía
Arceo, Enrique, y María Andrea Urturi. «Centro, periferia y transformaciones en la
economía mundial». Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de
Argentina, 2010.
Caillé, Alain. «Introducción a un Casi - manifiesto con vistas al auto - reconocimiento
de una economía política institucionalista.» Revue du Mauss, s.f.
Cely, Nathalie. «Análisis de la economía ecuatoriana del primer semestre de 2011».
Ministerio de Coordinación de la Producción, Empleo y Competitividad, 2011.
CEPAL. «Panorama Social de América Latina», 2011.
Di Filippo, Armando. «La Economía Política Estructuralista Latinoamericana». Revista
Encrucijada Americana No 1. p 92-103, 2008.
Fisher, Stanley, Rudiger Dornbusch, y Richard Schmalensee. Economia. Madrid:
McGraw-Hill, 1989.
FMI. «Perspectivas de Economía Mundial 2010», 2010.
García Álvarez, Santiago. «Evolución de los paradigmas de las interfases Medio
Ambiente-Desarrollo y Economía Ecológica», s.f.
———. «Tomando el pulso al sumak kawsay en el Ecuador. Avances y limitaciones
económicas», 2010.
De Mattos, Carlos A. «Nuevas teorías del crecimiento económico: una lectura desde la
perspectiva de los territorios de la periferia». Revista de Estudios Regionales
(Chile) N58 p 15-36 (2000).
Pérez Sáinz, Juan Pablo, y Minor Mora Salas. «EXCEDENTE ECONÓMICO Y
PERSISTENCIA DELAS DESIGUALDADES EN AMÉRICA LATINA. Una
propuesta analítica y metodológica». FLACSO, Sede Costa Rica (2008).
Samuelson Paúl a., Nordhaus William D. ECONOMIA. 17o ed. Madrid: McGraw-Hill,
2002.