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Uso de la Piedra en la Construcción de los Fortines del Desierto Ing. Manuel Vila [email protected] Introducción Se ha considerado en términos generales que los fortines que marcaron en distintas etapas la frontera entre el cristiano y el indio, eran de madera, con las empalizadas de palo a pique, a veces sobre un talud de tierra, rodeadas por el foso y mostrando el mangrullo como única ingeniería también en madera, y alguna habitación de poca monta para alojar a los soldados. Si bien en muchos casos ha sido así, y lo muestran tanto las fotos de Pozzo en 1879, como los informes militares de la época, en varios otros se utilizaron adobes fabricados en el lugar o traídos de fuertes cercanos, y en otros que serán objeto de nuestro estudio particular se usó piedra en algunos de sus componentes. Algunas recreaciones de Fortines como el Mercedes (entre Bahía Blanca y Carmen de Patagones) o el Pavón (en Saldungaray), sin ser demasiado fieles a los originales, se han representado utilizando esencialmente madera en empalizada y mangrullo y adobes en las casas interiores. En una ideal clasificación de las construcciones fortificadas, el uso exclusivo de madera, pondría a las mismas en un nivel inferior, ya que el uso de un material perecedero hace que la durabilidad de toda la obra, quede comprometida. En esa misma escala ideal, el uso de adobes (moldeados con tierra de la zona y secados al sol), en las empalizadas y construcciones interiores, se ubicaría un escalón más arriba, todavía mejor considerado cuando en vez de adobes se usan ladrillos (secados en horno). Yendo también a las fotos de Pozzo, que acompañaron las campañas de 1879 y 1880, constatamos el sistema constructivo que aplicaban para confeccionar los muros de adobes como en el fortín General Roca. Si bien hay un progreso en la durabilidad de los materiales, los ataques de los indios, los vientos y lluvias intensas de la llanura pampeana y el descuido en el mantenimiento, transformaron en ruinas a la mayoría de los construidos con adobes, manteniéndose algunas construcciones interiores (construidas con ladrillos) luego reconstruidas o integradas a cascos de estancias como podremos ver. Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3 Fig 1; 2 .y 3: Recreación Fortín Pavón (Saldungaray) si bien el original tenía un baluarte central en piedra que no ha sido incluido, estaba sobrelevado respecto al terreno y en la otra banda del arroyo Sauce Grande (Fotos del autor). 1

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Interesante descripción acerca del uso de piedras en la construcción de fortines y fuertes en las pampas.

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Uso de la Piedra en la Construcción de los Fortines del Desierto

Ing. Manuel [email protected]

IntroducciónSe ha considerado en términos generales que los fortines que marcaron en distintas etapas la frontera entre el

cristiano y el indio, eran de madera, con las empalizadas de palo a pique, a veces sobre un talud de tierra, rodeadas por el foso y mostrando el mangrullo como única ingeniería también en madera, y alguna habitación de poca monta para alojar a los soldados. Si bien en muchos casos ha sido así, y lo muestran tanto las fotos de Pozzo en 1879, como los informes militares de la época, en varios otros se utilizaron adobes fabricados en el lugar o traídos de fuertes cercanos, y en otros que serán objeto de nuestro estudio particular se usó piedra en algunos de sus componentes. Algunas recreaciones de Fortines como el Mercedes (entre Bahía Blanca y Carmen de Patagones) o el Pavón (en Saldungaray), sin ser demasiado fieles a los originales, se han representado utilizando esencialmente madera en empalizada y mangrullo y adobes en las casas interiores. En una ideal clasificación de las construcciones fortificadas, el uso exclusivo de madera, pondría a las mismas en un nivel inferior, ya que el uso de un material perecedero hace que la durabilidad de toda la obra, quede comprometida. En esa misma escala ideal, el uso de adobes (moldeados con tierra de la zona y secados al sol), en las empalizadas y construcciones interiores, se ubicaría un escalón más arriba, todavía mejor considerado cuando en vez de adobes se usan ladrillos (secados en horno). Yendo también a las fotos de Pozzo, que acompañaron las campañas de 1879 y 1880, constatamos el sistema constructivo que aplicaban para confeccionar los muros de adobes como en el fortín General Roca. Si bien hay un progreso en la durabilidad de los materiales, los ataques de los indios, los vientos y lluvias intensas de la llanura pampeana y el descuido en el mantenimiento, transformaron en ruinas a la mayoría de los construidos con adobes, manteniéndose algunas construcciones interiores (construidas con ladrillos) luego reconstruidas o integradas a cascos de estancias como podremos ver.

Fig. 1 Fig. 2

Fig. 3Fig 1; 2 .y 3: Recreación Fortín Pavón (Saldungaray) si bien el original tenía un baluarte central en piedra que no ha sido incluido, estaba sobrelevado respecto al terreno y en la otra banda del arroyo Sauce Grande (Fotos del autor).

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Fig 4 Recreación del Fortín Mercedes, último apoyo de la línea que partía de Bahía Blanca y concluía en Carmen de Patagones, luego acompañado por el Fortín Colorado.

Fig 5.: Muros de adobes en el Fortín General Roca.(Foto de Pozzo 1879- AGN.)

Hay que recordar que obras maestras del género como el Palacio Ducal de Urbino, proyectado por el arquitecto Laurana y construido por el genio del Renacimiento arquitecto-ingeniero Francesco Di Giorgio Martini, están construidos con miles de ladrillos, si bien la portada en mármol y algunos elementos de las fundaciones son en piedra. Resulta entonces que sin el uso de la piedra los fortines del desierto hubieran quedado en un nivel intermedio, en esta escala de categorización de las construcciones fortificadas, pero la piedra se usó y no eventualmente, sino con un uso programado en varias de las construcciones de fortines. ¿Cuales fueron las condicionantes para su uso? Pues la existencia de piedra en la zona, y su facilidad para ser fraccionada y trasladada a los lugares de aplicación. La llanura Pampeana, sedimentaria y plana, solo ofrece tales cualidades en la zona Sudoeste, a través de las cadenas de Tandilia y Ventania, que irrumpen casi intempestivamente en medio de la pampa. La Primera cruzando de NO a SE desde Pehuajó hasta el Cabo de las Corrientes (Mar del Plata) y la segunda proyectándose por debajo llegando sus estribaciones casi hasta Bahía Blanca. El otro elemento necesario fue la de un proyecto común que la considerara como material de uso, y tal situación se da en las construcciones precampaña de Roca, desde 1870 en adelante en los fortines que cerraban la Zanja de Alsina por el sur, que proyectara el Ingeniero Germán Wysocki, si bien como veremos, ya había sido usada en construcciones previas, como el Fuerte Independencia (1823) que diera origen a la ciudad de Tandil.

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Fig 6 y 7: Maqueta de la planta del Fuerte Independencia de Tandil existente en el Museo del Fuerte Independencia (Fotos del autor).

Pero para evaluar el progreso de las construcciones fortificadas que concluyeron en 1880 (por cuanto luego de la Campaña de Roca, esos fortines ya dejaron de tener sentido) iremos más atrás a buscar elementos desde la época de la dominación española.

Uso de la piedra en los Fortines del Desierto durante la dominación españolaCon la segunda fundación de Buenos Aires, en 1580, Juan de Garay ya destina una manzana para la construcción

de un fuerte, que con idas y vueltas llegará hasta 1850 completo y demolido parcialmente hasta 1880. Su estudio lo hemos desarrollado aparte (y puede consultarse el blog Foro de la Memoria Patricios, y la Rede de Cidades Fortificadas) En su construcción se utilizaron piedras de las existentes en la ribera y otras traídas de la Isla Martín García, combinadas con barro y luego con mortero de cal.

Fig 8: Planta del Fuerte Don Juan Baltasar de Austria en Buenos Aires.

Simultáneamente en 1585 se frustra un proyecto de Bautista Antonelli, revisado por Tiburcio Spanocchio (dos monstruos de las construcciones fortificadas en España y el Caribe) que intentaba hacer dos fuertes en cada ribera del Estrecho de Magallanes, ya que al hundirse el barco que trasladaba a Bautista Antonelli con los materiales, en la Isla de Santa Catalina, lo construido luego en el lugar por Pedro Sarmiento de Gamboa, estuvo lejos de ser una fortificación. Y más tarde por no poder suministrarle alimentos perecieron todos sus ocupantes. El proyecto contenía dos baluartes un revellín y un muelle de cada lado, y cañoneras en las cortinas que daban al estrecho, y buscaba trazar una línea de cadenas entre ambas fortificaciones para evitar el paso de embarcaciones hacia el Océano Pacífico.

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Fig 9: Proyecto de Bautista Antonelli-Tiburcio Spanocchio para ambas riberas del Estrecho de Magallanes. (Digitalización del Museo Naval de España)

Lo cierto es, que desde esos años hasta casi dos siglos después las fortificaciones construidas en otras plazas de las colonias españolas (Valdivia, El Callao, y El Caribe) despreciaban la costa del Atlántico, cedida en todo el actual Brasil a Portugal por el Tratado de Tordesillas y despreciado respecto a la ruta del Pacífico (El Callao-Panamá-La Habana-España) para transportar la plata de Potosí. Algunos sucesos vendrían a cambiar la situación estratégica y España se vería obligada a atender sus colonias sobre el Atlántico. En efecto la Fundación por los portugueses de Colonia del Sacramento (1680) y la primera Montevideo (1722) así como las incursiones de holandeses, franceses y sobre todo ingleses en puntos de la costa patagónica, ya los habían puesto en alerta. Al efecto se pueden encontrar cartas hechas por franceses en 1745 que adjudican el sur de la Patagonia a los ingleses.

Fig 10: Carta de Mauvier (1745)

Pero es la publicación de un jesuita que había estado en la Patagonia, y elaborado cartas y planos, Tomás Falkner en Londres en 1774, la que marca las debilidades de las posesiones españolas en esos territorios, y apura a los hispanos a considerar esas colonias. Al mismo tiempo se conocen planos como el de Bowen de 1747, donde no figura Argentina ni Uruguay, y se incluye a la Patagonia como chilena y a la banda Oriental como portuguesa (lo sería años después) y solo menciona el "País de las Panpas" en la llanura pampeana..

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Fig 11: Plano de Bowen 1747

Fig.12: Plano 1748 de la Costa Patagónica que marca el recorrido de Juan de Orozco en 1718 y señala Bahía Sin Fondo, Bahía San Julián y Río Gallegos

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Se crea en 1776 el Virreinato del Río de la Plata, poniendo al frente a un guerrero como Pedro de Cevallos, que, aprovechando su anterior experiencia como Gobernador de Buenos Aires, se ocupa de fortificar San Miguel y Santa Teresa en la frontera con los portugueses, y recupera importante territorio que incluye Colonia del Sacramento. Al mismo tiempo con Vértiz desplazan fuerzas a las misiones de las que se ha expulsado a los jesuitas, y planean fortalecer la frontera con el indio y la costa patagónica. Ayuda a esta intención la Real Cédula redactada por el Ministro de Indias Don José de Galvez propiciando establecer una base de pesca de ballenas en Bahía San Julián. Luego extiende esa intención a Bahía Sin Fondo y nombra Comisario Superintendente de ambas a Juan de la Piedra. Este alternando con los hermanos Francisco y Antonio de Biedma fundará en 1778 San José en la Península de Valdez, y luego Puerto Deseado y Carmen de Patagones, en la ribera sur de la desembocadura del Río Negro, que luego mudará a la ribera norte. Las instrucciones de Vértiz establecían a de la Piedra eran que: "examinará con los inteligentes el mejor sitio, y levantará el Fuerte, no muy alto por la molestia de los vientos"..Luego debe costruir otro fuerte en Puerto Deseado y finalmente otro en la Bahía de San Julián que será llamado Floridablanca, en honor al Conde de ese nombre y superministro en España, que impulsara el proyecto.

Fig 13: Planta del Fuerte de Floridablanca

El Fuerte en Bahía San Julián que llevará el nombre de Floridablanca, será de planta cuadrada, con cuatro bastiones y muralla ensanchada abajo, y perdurará hasta su abandono por orden real de 1783, cuando el emplazamiento había podido estabilizarse. Recientemente, excavaciones del equipo encabezado por la arqueóloga Dra. M. Senatore, pusieron en evidencia su planta y otras cuestiones relativas a la colonia ocupante y su comportamiento social. Simultáneamente se muda Carmen de Patagones a la ribera norte del Río Negro, y con planos proyectados por el Ingeniero José Perez Brito en 1779, se establece este bastión que permanecerá como baluarte frente al indio y el ataque de naves foráneas casi en soledad, hasta la construcción de la Fortaleza Protectora Argentina (en Bahía Blanca) en 1828.

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Fig 14: Ubicación de los fuertes construidos antes de 1783 (Dib. Del autor) 1) Ubicación definitiva del Fuerte Carmen de Patagones, 2) Ubicación inicial del mismo. 3)Fuerte San José. 4) Fuerte Puerto Deseado. 5)Fuerte Floridablanca en Bahía San Julián. 6) Fortín en Río Negro. 7)Fortín en isla Choele-Choel.

No hay datos certeros que aseguren el uso de piedra en el Fuerte de Carmen de Patagones, y las fotografías parecen mostrar que solo se usaron adobes de gran tamaño, pero la técnica del trabajo en piedra ya era utilizada como lo demuestra el informe de Francisco de Viedma al fundar en 1782 en la ribera sur del Río Negro a 5 leguas de Carmen de Patagones, otro fuerte "defendido por los pedreros y la artillería", estimamos que se refiere a baluartes, (si bien podría presumirse que la piedra era para lanzarla a los atacantes) ya que luego al llegar a la isla Choele-Choel establece allí también un puesto donde se utilizan "pedreros en batería".. Lo cierto es que el Fuerte de Carmen de Patagones cuyos planos y fotografías muestran una planta cuadrada con cuatro baluartes y una importante alzada, con el estilo francés predominante, en la parte alta del acceso al Río Negro, perduraría hasta que el crecimiento urbano de Carmen de Patagones, determinara su demolición.

Fig 15: Planta del Fuerte de Carmen de Patagones (publicada por J. Raone en "Fortines del Desierto 1969)

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Fig 16: y 17 Fotografías del Fuerte de Carmen de Patagones (Pozzo 1879-AGN)

Fig 18: Torre del Fuerte de Carmen de Patagones (Fotografía publicada por J Raone "Fortines del Desierto, 1969) Mientras tanto, atendiendo otro frente de conflicto a considerar, ya los Gobernadores habían intentado expandir la frontera interior con el indio, y los virreyes procurarían algo similar.

La dominación española en el interior de la gobernación y el VirreinatoFortines de Buenos Aires

Ya vigente la construcción de fortificaciones al estilo francés, incluyendo baluartes, y otros elementos como revellines, introducidos por Vauban y sus discípulos, los constructores españoles, que originalmente habían seguido la escuela italiana, en el final del siglo XVIII estaban abiertamente volcados al estilo galo. Había sido fundamental para extender la frontera con el indio hasta la ribera norte del río Salado y evaluar acciones posibles para extenderla, la expedición desarrollada en 1770-1771 por Manuel Pinazo, en tiempo del Gobernador Bucarelli. El mismo, al frente de los Blandengues, atravesó el Salado, pasó por Cruz de Guerra (actual 25 de Mayo) Sierra de la Ventana y llegó hasta las riberas del Río Colorado para volver por las Sierras de Vulcan (actual Balcarce), y si bien no logró que los fuertes a construir se llevaran a esa línea, se materializaron los nuevos fuertes de Chascomús, Monte y Rojas, con guardias intermedias en Ranchos, Navarro, Lobos Y Carmen de Areco, a un costo total de 200.000 pesos fuertes. En el mismo año de 1776. en que arribará Cevallos trayendo la nueva de la creación del Virreinato del Río de la Plata, Vértiz propone reforzar todas las guardias, pasando a ser fuertes. Juan José de Vértiz (a pesar de las descalificaciones sobre sus decisiones de orden militar que hiciera Cevallos) contaba con un asesor calificado el Teniente Coronel de artilleros Francisco de Betzebé y Duclós, que no solo encabezó las nuevas construcciones de fuertes bajo el virreynato de

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Cevallos, sino que ya en 1776 proponía establecer dos fuertes en Sierras de Tandil y Vulcan (actual Balcarce). Luego se ocuparía de fortificar Montevideo. Cevallos construye el Fuerte Melincué al sur de Santa Fé y es relevado en 1778, cuando preparaba un ataque masivo a las tribus del sur de la actual Provincia de Buenos Aires, volviendo Vértiz ya como Virrey, quien ahora critica los fuertes de Cevallos, diciéndole en la memoria que deja a Loreto:"solo hallé tres corrales a los que llamaban fuertes....". Es así que en 1778, el ya Virrey Vértiz, decidiendo reforzar las poblaciones establecidas en la frontera interior de los ataques de las tribus de aborígenes no asimilados, ordena que se levanten fuertes uniformemente, con sólidos materiales y "con buenas estacadas de ñandubay, anchos y profundos fosos, rastrillo y puente levadizo, con baluartes para colocar artillerías".

Fig 19: Recreación en Saldungaray de un Fortín del desierto, según los cánones usuales

Menciona asimismo la obligación de crear los corrales externos a la empalizada para garantizar la presencia de la caballada y las reses necesarias a la supervivencia, criterios que pasarán a ser norma de los fortines desde ese momento. Estos criterios harán que los fortines atraviesen sin cambios los gobiernos de los virreyes Loreto y Arredondo, y es el virrey Melo, quien en 1796, solicita al calificado Félix de Azara. que realice una inspección de la frontera con el indio. Este acompañado del infaltable Manuel Pinazo y el luego famoso Ingeniero Pedro Cerviño reconoce la línea de frontera, y expresa respecto a los fuertes: "He visto con no poca admiración, que el que dirigió los actuales, los delineó por las reglas de la arquitectura militar dictadas por el famoso Vauban, con baluartes y flancos arreglados, circundándolos de estaca y foso".El crédito debe darse a Betzebé Al mismo tiempo propone fundar nuevos fuertes más al sur llegando a proponer la isla de Choele Choel, pero el plan no progresa, y esa línea se mantendrá hasta la etapa independiente.

Fig 20: Plano de las fronteras con el indio, en la actual Prov. De Buenos Aires en 1810. Desde 1770 solo se avanzó desde los alrededores de Buenos Aires hasta la ribera norte del Río Salado (marcado en rojo).

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Fortines de CuyoEl otro sector donde la situación con el ataque de los malones obligó a construir fortines, fue el sur de Mendoza,

con la particularidad de que el terreno permitía usar piedra en partes de su estructura. Allí entre 1770 y 1772 se construye el Fuerte de San Carlos, de planta cuadrada con baluartes esquineros, rodeado por un foso de 4 metros de ancho, y con la particularidad de que sus gruesos muros, a pesar de estar conformados por adobes, estaban fundados sobre cimientos de piedra bola, de bordes redondeados, de la que los glaciares y ríos de montaña, arrastraban y redondeaban a su paso, asentada con cal (traída presuntamente de Córdoba) materializando los ya usuales cimientos "de cal y canto" Solo perdura un baluarte de aquel fuerte donde San Martín parlamentara con los caciques, pidiéndole autorización para cruzar la cordillera por los pasos que ellos ocupaban.

Fig. 21 y 22: Restos del Fuerte San Carlos (1772), con muestras del uso de piedra bola en sus cimientos

Años después y en base a los continuos ataques de tribus que escapaban luego por la Cordillera a Chile, el Virrey Rafael de Sobremonte decide parlamentar con las tribus amigas del sur mendocino, y se determina que estos cederán terreno para que se construya un fuerte que en homenaje al Virrey se llamará San Rafael del Diamante. El mismo, cuya construcción inicial se debe al portugués Miguel Telles y Meneses, se inicia en enero y se inaugura en abril de 1805, en la confluencia de los ríos Atuel y Diamante. Con un traslado efectuado en 1810 consta de una planta cuadrada, con baluartes también cuadrados, y sus muros de adobes, están fundados como el San Carlos, sobre piedras redondeadas asentadas con cal. Trabajos realizados por el arqueólogo Humberto Lagiglia, han permitido mostrar parte de sus muros y cimientos así como la planta y disposición..

Fig. 23 Fig. 24

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Fig. 25Fig 23; 24; y 25: Planta, muros y cimientos con uso de piedra, del Fuerte San Rafael del Diamante (Mendoza 1805-1810) Ambos fuertes han sido declarados Monumento Histórico, en fechas recientes.

Después de 1810: Fuerte Independencia de Tandil

Si bien, ante las invasiones inglesas de 1806 y 1807, varios caciques indios ofrecieron al Cabildo de Buenos Aires, colaborar en su rechazo si volvían, las relaciones con el aborigen si bien algo suavizadas, seguían siendo una preocupación. En el Sur de Córdoba, tres fuertes constituían la fluctuante frontera: el de La Carlota, el de la Concepción (actual Río Cuarto) y Achiras; en Mendoza San Carlos y el nuevo San Rafael, servían de sostén relativo a los pasos de tribus chilenas, y en Buenos Aires la frontera norte del Salado, era el límite presunto. Constituido el Gobierno patrio en 1810. es Mariano Moreno quien redacta el Decreto donde evalúa la reparación de las fuertes fronterizos, comisionando al respecto a Pedro Antonio García en "la necesidad de arreglar las fortificaciones de nuestra frontera e influencia que debe tener este arreglo en la felicidad general" por lo que lo comisiona a "visitar todos los fuertes de nuestra frontera, averiguar su estado actual e informar los medios de su mejora". El informe de García en 1811 luego de su expedición, y otros posteriores, proponía llevar la frontera hasta el Río Colorado, para luego extenderla al Río Negro, estableciendo fuertes en las Sierras de Tandil, Vulcan (Balcarce) y de la Ventana, donde se asentaban las bases de los malones, pero este criterio iba a ser postergado por los sucesos anárquicos de la época . Solo consta la creación entre 1815 y 1817, de una guardia en Kakel Huincul, por parte del jefe de Blandengues Ramón Lara, en lo que hoy sería Maipú, sin constancia de la construcción del fuerte cuyos planos circularon luego. No sería hasta que Martín Rodriguez produjera tres expediciones sucesivas, que la frntera real cambiara, y pese a que se ha considerado fallida su expedición a Sierra de la Ventana en 1823, es en ella que se deja establecido un bastión a futuro, como fuera el Fuerte Independencia en el posterior Tandil. Esto haría que la línea de frontera que en 1819 se había extendido sobre la costa (ver (3), avanzara hasta Tandil (4).

Fig 26:Límites de la frontera con el indio en 1819 (3), y 1823 (4)

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En efecto. Pese a que Rodriguez volvió a Buenos Aires por una revolución, Rondeau, al frente de 2500 soldados y el Ingeniero Ambrosio Crámer con dos ayudantes, reconocen el sitio a fines de Marzo de 1823 y construyen el fuerte provisorio, que se inaugura el 3 de abril de ese año. Luego se haría sobre la misma planta la construcción definitiva. D´Orbigny da detalles que hablan de una planta de 200 a 220 varas de lado con 4 baluartes que no dejan cortina intermedia, y un revellín, que "le daba el aspecto de un cuero de vaca extendido", con un foso perimetral y dos corrales externos al mismo, así como el cuartel de cazadores. Sobre los planos de Crámer (que debió partir), para el fuerte y la planta urbana, ejecutó la construcción el maestro artillero Santiago Warcalde con la supervisión del Ingeniero José María de los Reyes.

Fig.27: Planta del Fuerte Independencia y desarrollo urbano de Tandil.

La zona introduce una variante fundamental en las construcciones de Fuertes y Fortines de la Provincia de Buenos Aires, limitadas en la llanura sedimentaria a disponer de madera, barro y paja como materiales casi excluyentes, debiéndose a veces fabricar los adobes, o traer ladrillos de grandes distancias. La existencia de piedra en las Sierras de Tandilia, permitirá su aplicación en las murallas y el revestimiento del foso. Al respecto, en un reciente viaje, hemos obtenido fotos que demuestran que el plano de clivaje casi horizontal, facilitó su extracción y disposición tanto para carga normal a ese plano, como para revestimiento paralelo al talud.

Fig. 28: Sierras de Tandilia con plano de clivaje horizontal

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El Museo del Fuerte Independencia de Tandil muestra una maqueta del fuerte y en letreros laterales indica detalle de volúmenes de tierra y piedra y métodos involucrados en la construcción, así como algunas piedras del mismo y un cañón de los que se instalaron en los baluartes. Estos baluartes tenían la particularidad de partir del eje de la planta y crecer en altura hacia los extremos, hasta 3,35 metros .

Fig. 29 y 30: maqueta, piedra y cañón del Fuerte de la Independencia (Museo del F. de la I. de Tandil)

Al analizar los esquemas que acompañan esa maqueta y la propia maqueta, encontramos el talud ( C ) perimetral, el relleno interno ( D ), el foso perimetral ( B ) y una berma (A), que presumimos no existió y que creemos se basa en las ruinas residuales ya sin piedras, ya que como indica la figura 2 de nuestros esquemas, hubiera favorecido el paso del foso por el atacante.

Fig. 31: Esquemas del autor

Presumimos en cambio que o favorecía disponer una capa adicional cubriendo el socavamiento por el agua del foso (figura 3) o lo que creemos según figura 4, marcaba la diferencia de espesor entre la capa resistente sobre el talud (A), con las piedras en plano horizontal, y las de revestimiento del foso (B) con el plano paralelo a este, utilizando siempre barro sin cal, como material de liga, lo que bajaba la durabilidad. Al respecto se incluye una foto que si bien está indicada como Fuerte Independencia, se refiere al muro de corrales anexos, similar en el tratamiento de la piedra.

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Fig. 32: Corral con murete de piedras en zona Fuerte de la Independencia

Martín Rodriguez, Rauch y Rosas; Fortaleza Protectora Argentina y otros fuertesMartín Rodriguez, llega en 1823 hasta la actual Bahía Blanca por tierra, después de salir de Tandil y cruzar Sierra

de la Ventana, pero por desencuentro con los abastecimientos que llegaban por mar, desiste de establecer el fuerte y pueblo que tenía previsto, como base para llevar la frontera al Río Colorado. Rauch produce en los años siguientes tres entradas profundas, pero no consigue avanzar la línea, y luego muere a manos indígenas. En 1827, Dorrego nombra en Fronteras a Juan Manuel de Rosas, ya con mucho prestigio. Rosas retoma un proyecto de Rivadavia de 1826, consistente en bajar una línea de frontera recta hasta Bahía Blanca, estableciendo tres fuertes, en Cerrito Colorado, Cruz de Guerra y Bahía Blanca. El primero, denominado Fuerte Federación, confiado a Rauch y ejecutado por el coronel Bernardo Escribano, que lo inaugura el 27 de Diciembre de 1827, sobre la base de un plano del ingeniero Teodoro Schuster, era un pentágono alargado de casi 1000 metros de largo y 340 de ancho, con foso perimetral de 3 metros de ancho e igual profundidad, con cañones en los extremos y un terraplén de baja altura, que no llegaba al metro con 50 centímetros, hecho en tierra y con una base de igual ancho. Dada la escasa protección que este muro brindaba, y su amplio desarrollo que no permitía cubrirlo militarmente, en 1829, ya estaba en ruinas por los ataques indígenas. Sufrió luego varias reconstrucciones dando origen a la ciudad de Junín..

Fig. 33: Fuerte Federacíon (esquema del autor) 1) Baluartes del frente, 2)Avenida central, 3) Viviendas sobre la plaza principal, 4)Plaza de armas y alojam. soldados, 5) Corrales de abastecimiento, 6)Bastión del Potrero, 7)Acceso principal, puerta sobre foso perimetral, 8)Viviendas civiles, 9)Cuadras, Comandancia, y Guardia; 10) Acceso con puente levadizo sobre el foso interno entre fuerte y corrales; 11) Bastiones laterales de la guardia del potrero; 12) Potrero.

El segundo, Cruz de Guerra, que diera origen a la localidad de 25 de mayo, fue proyectado por el Ingeniero Narciso Parchiappe, que cuenta en una memoria el recorrido previo y posterior al trazado y construcción. Debido a que también debía alojar colonos, la planta era amplia y de forma cuadrada, con cuatro baluartes en sus diagonales, orientados en el eje N-S y E-O, alterando lo usual de disponer esos ejes como ejes de simetría de la Planta, con corrales, y una "entrada que debía cerrarse con una enorme puerta traída de Buenos Aires". Dos avenidas dividían el interior en

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cuatro y generaban una plaza central de 120 metros de lado, con pozos perforados en el centro. Por disidencias con el comandante respecto a la elección del lugar para implantarlo, y ya previsto su viaje a Bahía Blanca con Estomba, para fundar fuerte y pueblo, Parchiappe se retira a fines de 1827, antes de ver terminado el Fuerte..

Fig.34: Planta del Fuerte Cruz de Guerra proyectada por el Ingeniero Narciso Parchiappe Fortaleza Protectora Argentina (Bahía Blanca)

Sería el propio Ingeniero Parchappe, quien luego de volver a Buenos Aires, viajara en el mismo año de 1828 a Tandil, para partir desde el Fuerte Independencia, con el Coronel Estomba a fundar pueblo y fuerte en la actual Bahía Blanca. Al pueblo se lo quiso llamar Nueva Buenos Aires, nombre que no prosperó, y el fuerte recibió justamente el pomposo nombre de Fortaleza Protectora Argentina. Parchappe se adelanta a Estomba y elige el lugar cercado por los arroyos Napostá y Maldonado, que Estomba aprueba a todas luces. Era de planta circular con cuatro baluartes, y ocupaba las 4 manzanas que hoy enfrentan la Plaza Rivadavia de Bahía Blanca. Sus muros eran imponentes, con sus 4 metros de altura en el extremo de los bastiones, e igual espesor en la base, tanto como su foso de 5 metros de ancho, y lo mismo en profundidad. Parchappe repite aquí la implantación, de Cruz de Guerra, con los bastiones en el eje de los puntos cardinales de sesenta y cinco metros de longitud.

Fig.35: Planta de la Fortaleza Protectora Argentina (Bahía Blanca-1828)

Previendo entradas a escape por el aislamiento del fuerte y la cercanía de tribus hostiles, la entrada se proyectó hacia el Noroeste, con puente levadizo sobre el foso y pesado portón de madera. Guardia y Comandancia sobre la entrada, un patio central y el polvorín hacia el SE con cañones en los baluartes hacia el mar y hacia ell desierto, ya que los enemigos acechaban a caballo y tambien embarcados. El detallado informe de materiales que cita Estomba respecto a los insumos arribados en navíos, y los posteriores llegados desde Ensenada, nos hacen descartar el uso de la piedra en esta Fortaleza, que a pesar de ello, no dejaba de ser imponente.Siguió funcionando ya con fachadas de ladrillo pero manteniendo su planta hasta casi 1890, según se observa en una fotografía antigua, (fig 5) pero el crecimiento de la ciudad hizo que se demoliera por ese entonces. Ese emplazamiento hoy es el centro de Bahía Blanca.

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Fig.37: El autor en la Plaza Rivadavia de Bahía Blanca, señalando el antiguo emplazamiento de la Fortaleza Protectora Argentina

Existe una maqueta en la sede del V Cuerpo de Ejército, según observamos en la figura 5b. que muestra la jerarquía de este emprendimiento comparable a los mejores de Europa.

Fig. 38: Fotografía de Fortaleza Protectora Argentina en 1880, y maqueta existente en la sede del V cuerpo de Ejército.

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Juan Manuel de Rosas, ya con el poder en sus manos, organiza en 1832 una campaña en tres frentes, a desarrollar al año siguiente, para ampliar las fronteras con el indio; donde intervendrían tropas chilenas en la derecha, Facundo Quiroga en el Centro, y el propio Rosas al mando en la izquierda. Los aliados no dieron las respuestas esperadas, pero Rosas despliega un avance por una trayectoria nueva hasta Sierra de la Ventana, acampando cerca del arroyo Sauce Grande, en los primeros meses de 1833, dejando a su paso 21 postas que luego serán Fuertes, como la posta de Pillahuincó que luego será el Fuerte Gral. Belgrano. Desde allí y con apoyo en Carmen de Patagones y Fortaleza Protectora Argentina, lanza el asedio a las tribus asentadas sobre el Río Colorado, previo bordear el arroyo Sauce Chico, donde también se asientan postas y continuando más allá de Bahía Blanca se funda el Fuerte "Médano Redondo" que como apoyo del Fortín Colorado" luego reemplazado por Fortín Mercedes, operarán como nexo entre Carmen de Patagones y Bahía Blanca. A pesar de haber llegado hasta las nacientes de los ríos cordilleranos, los progresos no se consolidaron en la línea de frontera hasta más adelante, llegando en etapas (5, 6 y /) desde 1833 a 1838 a ensanchar la faja del sudeste, pero sin poder consolidarse en Sierra de La Ventana, por donde entraban malones que cortaban la comunicación con Bahía Blanca y Carmen de Patagones, y asolaban los poblados hasta el sur del Salado.

Fig. 39: Líneas de frontera en 1833 (5); 1836 (6) y 1838 (7)

Valentín Alsina: y nuevos fortinesA través de campañas y/o acuerdos, Rosas había llevado la Línea de frontera con el indio a los límtes indicados

con 8) en el esquema, garantizando abastecimiento y comunicación con Bahía Blanca (Fortaleza Protectora Argentina) y Carmen de Patagones. Sin embargo sabiendo de las debilidades políticas argentinas, al día siguiente del Combate de Caseros, Calfucurá ataca Bahía Blanca, saqueándola y se retoman las fronteras que pasando por Tandil, terminaban en Cabo Corrientes (Mar del Plata actual). En los años sucesivos, fueron vanos los intentos de Bartolomé Mitre y el General Hornos, de recuperar terrenos, al ser derrotados con muchas bajas, en cruentas batallas. En 1856 el Gobierno de la Confederación Argentina, con sede en Paraná nombra en la Comandancia del sur de Córdoba y San Luis al General Juan Pedernera, que funda ese año el Fuerte Constitucional en Villa Mercedes y un año después el Fuerte "3 de Febrero" a orillas del Río Quinto. Como hecho curioso la Ciudad de Mercedes que nace del Fuerte Constitucional, tiene en su escudo una muralla de piedra almenada, pero parece que la piedra solo existió en el escudo y en la imaginación de su creador. Simultáneamente, en mayo de 1857 asume como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, escindida de la Confederación, Valentín Alsina, y determina por decreto una línea, que coincidía con ciertos avances de Rosas.

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Fig. 40: Línea de Frontera (ideal) en 1851 (7) y en 1857 (8)

Comisionando al Coronel Conesa a sostenerla, este militar desarrolló campañas importantes, pero el indio siempre seguía desconociéndolas (en especial Calfucurá en el sur y los ranqueles en el norte de la Provincia de Buenos Aires y penetrando hasta 25 de Mayo, Azul, Tandil, o saqueando Tres Arroyos, hasta bien entrada la década de 1860, con lo que debemos aceptar las fronteras indicadas en el plano de figura 1, solamente commo ideales. Debemos considerar en este punto, que las presencias argentinas en la Patagonia al sur de Carmen de Patagones, se limitaban (muerto Villarino) a los viajes de Luis Piedrabuena por el sur atlántico incluyendo el Estecho de Magallanes, llegando a establecer base en el Río Santa Cruz, o a las expediciones de algunos grupos reducidos, permitiendo esto que aventureros como Aurelie Antoine de Toummens se proclamara "Rey de la Patagonia y la Araucanía", con claro apoyo de los aborígenes. Las publicaciones de los jesuitas, los viajes marítimos de los holandeses, franceses e ingleses, las publicaciones de Darwin, promoverían un interés europeo por instalarse en el nuevo mundo, y especialmente en la despoblada Patagonia cuya geografía (en particular los ingleses) conocían en detalle y representaban con denominaciones en su idioma, anticipando planes de dominio, como lo demuestra el plano de Colton de 1855.

Fig.41: Plano de la Patagonia e Islas del Atlántico sur (Colton-1855)

En 1865 llegan los galeses que colonizarán desde Puerto Madryn, y se instalan ingleses, franceses y suizos en estancias aisladas. Simultáneamente (y curiosamente tambien promovida por Inglaterra) se desata la guerra del Paraguay con sus trágicas consecuencias, con lo que pese a la costrucción de una gran cantidad de fortines intermedios que intentan

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marcar la frontera con el indio, la falta de personal militar para defenderla, la torna ilusoria. El Fuerte de Tapalqué, el "Veterano" y el "Ley" determinaban por el Norte, el "Libertad", Independencia"; "El Perdido" y "La República", por el centro, y el "Argentino", "Año Diez"; "Buenos Aires" y Marcos Paz" en la llamada Costa Sur, (según el minucioso detalle volcado por Juan Carlos Walther en su libro: "La Conquista del Desierto" - 1946) son los que determinan esa frontera en 1867, antes de la promulgación de una ley nacional, que determinará en Agosto de 1867, llevar esa frontera al Río Negro. Comstituido este grupo por algunos preexistentes, reconstruidos, y otros con nueva construcción, no introducen grandes variantes, en el uso técnicas constructivas ni de materiales, más que mejorar la calidad de los adobes o usar ladrillos, no siendo verificable el uso de la piedra en los nombrados.

Fig. 42: El Ingeniero Manuel Vila, en el acceso al Fuerte Argentino en Tornquist.

A partir de 1869, y en el afán de consolidar la nueva línea de frontera indicada en el plano de figura 1 como (9), se crearán una multiplicidad de fortines, desde Cuyo, pasando por el sur de Córdoba y Santa Fé hasta la Provincia de Buenos Aires. Por interés de la investigación citaremos el Fortín Pavón, construido junto al Arroyo Sauce Grande, que conectaba con la línea llamada Costa Sur, introduciendo un bastión central circular en piedra, (disponible en la zona de Sierra de la Ventana donde se emplaza) que lamentablemente la reconstrucción no ha respetado, como tampoco su emplazamiento, que por desmoronamientos han efectuado en la otra márgen del Arroyo Sauce Grande en el actual Saldungaray.

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Fig. 43 y 44: Reconstrucción del Fortín Pavón en Saldungaray

Al efecto tomaremos y redibujaremos, la planta del Fortín Pavón publicada por Juan Mario Raone en su publicación "Fortines del Desierto" - 1969. según la planta original que consta en archivos militares.

Fig. 45: Planta de Fortín Pavón (dibujo del autor): 1) Foso principal del fuerte, 2) Talud externo del terraplén de protección, 3) Cerca de palo a pique (coronamiento), 4) Talud interno del terraplén de protección, 5) Baluarte, 6) Baluarte central de piedra, 7) Acceso principal en rampa con puente levadizo sobre el foso principal, 8) Corral, 9) Cerca del corral (sin terraplén), 10) Foso secundario para el corral.

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Adolfo Alsina: La Zanja y los fortines de Costa SurLa Memoria de Guerra 1869-1870, detalla los esquemas de fortines y fuertes de aquel entonces, Los Fortines

consistían en una construcción circular de 20 netros de diámetro, con un muro de 1 metro de altura por 0,50 m de espesor rodeado de un foso de 4 metros de ancho y 3 de profundidad, incluido en un cuadrado de 100 metros de lado conformado por foso sin muro que tambien incluía el corral cuadrado de 20 metros de lado. El rancho del oficial y el de la tropa construidos de caña tacuara techada de juncos y un cañón.

Fig. 46: Planta de los fortines previos a 1873(dibujo del autor): 1) Corral-potrero, 2) Foso perimetral, prof. =. 3 m, 3) Foso del Fortín, prof = 3m, 4) Murete del Fortín a = 0,5 m; h = 1m, 5) Acceso corral con puente levadizo, 6) Ranchos del oficial y la tropa, 7) Acceso al Fortín (nunca en línea con (5)), 8) Corral protegido, 10) Plataforma del Fortín

Los Fuertes de comando eran cuadrados de 150 metros de lado, con muro perimetral de 1 metro de altura por igual espesor, y foso de 4 metros de ancho por 3 de profundidad. Comando, cuadras, depósito, polvorín y hospital, quedaban inscriptos, y un corral pequeño. Otros corrales cuadrados externos completaban la instalación.

Fig.47 : Planta de los Fuertes antes de 1873 (dibujo del autor) A) Acceso principal con puente levadizo y puerta de madera maciza, B) Plaza de Armas, 1) y 2) Corrales externos, 3) Corral interno, 4) Foso perimetral, a = 4m; h = 3m, 5) Muro perimetral, a = 1m, h = 1m, 6) Depósitos y polvorín, 7) Comandancia y Guardia, 8) Cuadras, 9) Hospital y Capilla, 10) y 11) Ranchos

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En 1870, el Coronel Ignacio Rivas, a cargo de la jurisdicción de Costa Sur y Bahía Blanca, decide consolidar esa línea creando dos nuevos fortines, sobre el Arroyo Sauce Chico, el segundo Nueva Roma a 30 kilómetros de Bahía Blanca, otro, 40 kilómetros más arriba, (presumiblemente el nuevo Fuerte Argentino) uno en el Cerrito del Napostá Grande, y Cabeza de Buey en el camino de Bahía Blanca a Carmen de Patagones. El primer Fortín Nueva Roma, fundado en 1851, estaba junto al arroyo, en un terreno bajo e inundable, y tendría un final trágico tras una sublevación. Luego se construiría el otro en lo alto del Cerro que domina el ámbito con un pozo profundo en el centro y dos amplios habitáculos cavados directamente en la piedra, que para reconocerlos debimos subir en un vehículo Unimoc (gracias Sr. Omar Ortiz) por lo escarpado de la pendiente. La piedra caliza facilitó el trabajo que aún perdura En 1879, el corresponsal del diario "La Nación", que acompaña a la expedición de Roca, escribe: "...Dos habitaciones trabajadas en la roca viva, un pozo y algunos huesos humanos dispersos sobre una bella planicie, son las únicas reliquias que atestiguan el lugar en que se estableció la Nueva Roma".

Fig.48 y 49 : Cuevas en el cerro y pozo central (cubierto con una tranquera) del Fortín Nueva Roma caladas directamente en la piedra predominantemente caliza. (fotos del autor)

Otro malón donde ya los indios usaron armas de fuego, ocurrido en 1873, pasando entre los fuertes Pillahuincó, y San Martín, llevó a las autoridades a pensar en cerrar en forma más efectiva, la línea de Frontera. Este pensamiento iba a ser tomado por Adolfo Alsina, Ministro de Guerra designado en 1874 por el nuevo Presidente Nicolás Avellaneda, que comisiona al topógrafo Federico Melchert a realizar un relevamiento del camino desde Bahía Blanca a Guaminí, pensando en materializar la nueva línea. Pese a las presiones indígenas encabezadas por Namuncurá, que lo hostigó permanentemente, Melchert completa el informe que será la base de la Línea de la llamada zanja de Alsina, que el Ingeniero francés Ebelot diseñará y supervisará, si bien cada columna llevaba un ingeniero. Melchert se radicó en el pueblo de Saldungaray (Sierra de la Ventana) y fue durante muchos años consultado para determinar profundidad y presión de agua subterránea (tan necesaria en el desierto) por el método de radiostesia, y se dice que era increíblemente preciso en sus determinaciones.

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Fig .50: Corte y detalles de la Zanja de Alsina, según plano de Ebelot

Los fortines que se construyen simultáneamente, serán proyectados por el propio Melchert y por el también Ingeniero Germán Wysoki, también circulares pero con fosos externos circulares circunscribiendo a los corrales, contra los rectangulares anteriores y con plantas como la que veremos. La Zanja solo llegaba hasta Fuerte Argentino, y luego en la llamada Costa Sur, el Comandante Coronel Cerri, construye la línea de fortines desde El Fuerte Argentino hasta Bahía Blanca, que incluyen el General Iwanowsky, el Manuel Leo, el Nueva Roma, el General Pirán, el Teniente Farías y el Cuatreros (que luego se llamará Cerri en su homenaje), todos con piedra en su cono central y cerco, junto al Arroyo Sauce Chico , si bien hemos comprobado (y tambien lo afirma Nora Cinquini) que contra lo indicado en Menorias, textos y planos publicados, el Manuel Leo y el Iwanowsky, estaban en la ribera oeste del mismo y no en la Este, debido a que esta es mucho más elevada y permitía mejor visión de los malones, si bien quitaba una barrera de freno al malón, como era el propio arroyo.

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(Fotos tomadas desde cel cruce de Arroyo Sauce Chico por ruta 76, por el autor) Fig 53 y 54 : Imagen del plano sobre el que se supone estaba el primitivo Fuerte Manuel Leo, segunda imagen (original o reconstrucción?) que muestra el cono interior y el corral de piedra circular perimetral, ubicado a escasa distancia del anterior. Presumimos que puede haber sido producto de un traslado.

En nuestra visita al Museo de Chasicó, pueblo ubicado a unos kilómetros de la ribera oeste del arroyo Sauce Chico, y al que se llega por la ruta 76 que lo cruza, partiendo de Tornquist y pasando por Fuerte Argentino, escuchamos a su titular, la investigadora Nora Cinquini, que afirma que tanto, el Manuel Leo como el Iwanowsky, tenían piedra en el talud central, y en el murete perimetral, (tal cual se observa en las fotos) y que la gente fue usando las piedras para sus construcciones particulares. Sin embargo la segunda foto, muestra una imagen coincidente con el esquema de los fortines, totalmente en piedra y en buen estado. Nora y nuestra observación, confirman que ambos estaban al oeste del cauce del Sauce Chico, cambiando la línea de ubicaciones tradicionalmente tomadas, que los ubicaba en la ribera este, protegidos por el cauce del arroyo. La observación de los elevados cerros en la ribera oeste, contra el bajo nivel de la opuesta, le dan la razón, por cuanto su visión de campo hubiera sido nula en la ubicación que se representaba, y es totalmente abierta en la que ella nos determina, y donde observamos las construcciones.

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Fig. 55 y 56 Charla con la investigadora Nora Cinquini y Museo Chasicó.

Los últimos vestigios del uso de la Piedra en los fortinesCompletando el recorrido desde Fuerte Argentino a Bahía Blanca, visitamos el Fortín Cuatreros, último baluarte de

los plantados por el Coronel Cerri (cuyo nombre luego adquirió) planteado como retén de un ataque a la Fortaleza Protectora Argentina, ubicado a escasos 14 kilómetros de la misma. Su actualidad no retiene elementos en piedra y por su cercanía a Bahía Blanca, consideramos que se usaron ladrillos y madera, no siendo una construcción de grandes pretensiones, ni en lo militar ni en lo arquitectónico. Persiste en la actualidad el terraplén y aunque allanado, también el foso y su puente de paso y un baluarte hecho casa de dos plantas, un horno de ladrillos, y el mangrullo recreado.

Fig.57: Restos del Fortín Cuatreros (a 14 km de Bahía Blanca).

Completados los avances, al asumir Julio A. Roca como Ministro de Guerra de Avellaneda, ante la muerte súbita de Adolfo Alsina, se planeó y llevó adelante la campaña 1879-1880 que dejó toda la superficie hasta el Río Negro en manos de las fuerzas nacionales.

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Fig 57 bis: Ultimas etapas de la Línea de Frontera antes de 1879-1880. 1851 (8), 1857 (9), 1867 (10)

A lo largo de este periplo por los fortines adosados al Arroyo Sauce Chico, no solo verificamos el uso de piedras de la zona en cercos y taludes, sino que comprobamos que por lo menos tres de ellos, estaban en la ribera oeste del arroyo, contra los datos existentes. Siendo su distribución aproximada la siguiente:

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Fig. 58: Posición de los distintos fuertes y fortines, desde Coronel Suarez a Bahía Blanca,bordeando el arroyo Sauce Chico, donde se utilizó piedra en las construcciones

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La expectativa de ver las piedras planas conformando un cerco con barro como todo ligante, casi perdidas debido a la escasa durabilidad que tal tratamiento a la intemperie le daba, se vieron sin embargo satisfechas de la manera menos pensada. Durante nuestro paso por Sierra de la Ventana, gracias al locutor Arnaldo Botto, y su radio, entramos en contacto con Rodolfo Serigós propietario de la Estancia Santa Ana, a 20 km del encuantro de las rutas 76 y 85, a mitad de camino entre Coronel Suarez y ... A partir de relatos familiares, el citado sabía que en parte del casco se encontraba "camouflado" un fuerte, sin tener precisión de cual era su nombre. Las referencias decían que era el Fuerte San Martín, pero un estudio hecho hace unos años de restos de fauna en viejos fortines, encontró los del Fuerte San Martín muy cerca, incluido en otra estancia. (Datos GPS = S 37 - 47 49; O 61 - 5638 contra S 37 - 4755 y O 61 - 51 01 de la Estancia Santa Ana) Buscando con el Google Earth el San Martín o su cercano "socio", aparecen nítidos la plataforma circular rodeada por un terraplén troncopiramidal, y cuatro construcciones laterales segón los puntos cardinales.

Fig. 59 y 60: Vista en Google Earth del presunto Fuerte San Martín y su entorno

A partir de la cercanía al Arroyo "El Perdido", se piensa que el integrado a Estancia Santa Ana, puede ser el "San Carlos", no el que diera origen a Bolivar, sino uno de aprovisionamiento. Recorrimos su torre de vigía, sus cuadras y patio, ya adaptados a la estancia, y el acceso sobre el cual perdura el arco a modo de espadaña del que pendía la campana para alarma y llamadas (el cañón solo se instalaba en los de la línea) y en los corrales encontramos lo que buscábamos..

Fig.61 : muro de los corrales del Fortín San Carlos, con piedra asentada en barro, y luego revocada con mortero de cal

Protegidos por un revoque calizo posterior, que ya empieza a abandonarlos, los cercos de los corrales están elaborados con piedra chata asentada en barro. Las fotos muestran los espesores importantes de las juntas que de no haber estado cubiertas, ya hubieran desaparecido con la consiguiente caída del muro (cosa que ha ocurrido en algunos sectores). En ese revoque (o quizás durante la construcción original) se hicieron contrafuertes para reforzar el largo muro de los corrales.

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Fig. 62 y 63: cercos con muros de piedra asentada en barro, en Fortín San Carlos (estancia Santa Ana de Coronel Suarez) , preservados gracias a un revoque posterior y mostrando contrafuertes de contención. Se observa en el detalle lo gruesas de las capas de barro, debido a lo irregular de la superficie de las piedras. En el cuadro, Rodolfo Serigós titular de Santa Ana-San Carlos y cordial anfitrión nuestro.

Las estribaciones de la Sierra de Tandilia, llegan a Mar del Plata, donde se muestran en los acantilados sobre el propio mar, y donde los modernos marplatenses demostraron en la Torre-Tanque de la vieja Obras Sanitarias, lo que se puede lograr en cuanto a costrucciones fortificadas con esas piedras. Y con el cierre en el mar de esas estribaciones, cerramos nuestro recorrido buscando las huellas de la piedra en los fortines del desierto.

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Fig. 64, 65, 66, y 67: El autor (Ing. Manuel Vila) sobre una piedra en los acantilados marplatenses, y tres vistas de la Torre-Tanque de OSN en Mar del Plata, totalmente construida en piedra de la zona con matacanes, almenas, garitas y cortina que la deja como torre esquinera.------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Ing. Manuel Vila (2013)

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Bibliografía

• Parchappe, Narciso. "Expedición fundadora del Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra. Año 1828"• Raone, Juan Mario. "Fortines del Desierto" - tres tomos 1969.• Testa, Antonio. Datos digitales sobre fortines• Walter, Juan Carlos. "La Conquista del Desierto" 1948.• Archivos: Diario "La Nación" y Diario "La Prensa"

Debo agradecer asimismo, a quienes colaboraron conmigo, facilitándome, alojamiento, transporte, información o acceso a lugares que guardan material de importancia, durante el recorrido de investigación sobre el uso de la piedra en la construcción de los Fortines del Desierto, que desarrollé a lo largo de la segunda quincena de Marzo de 2013. Este viaje sumado a otros anteriores (Fortín Mercedes y Carmen de Patagones, etc.) así como las referencias tomadas de Fortín Belgrano; Fuerte Argentino, Fuerte Sauce Corto, etc., me han permitido sumar experiencias e información a datos previamente recopilados sobre el particular. Oscar Casanovas y su esposa Mónica Marini de "Cabañas Olímpia" en Sierra de la Ventana. Dirección de Turismo de Saldungaray (Fortín Pavón) División Policial Tornquist. Gonzalo Iparraguirre (arqueólogo de Tornquist) Arnaldo Botto (responsable de FM Reflejos en Sierra de la Ventana) Rodolfo Serigós (Titular de Estancia Santa Ana- Cnel Suarez, Fortín San Carlos) Profesora Nora Cinquini (Titular del Museo de Chasicó e investigadora sobre fortines Manuel Leo e Iwanowsky). Sr. Omar Ortiz (encargado de seguridad en Estación. Nueva Roma). Fortín Nueva Roma Sr. Florentino Monasterio (Bahía Blanca-Fortaleza Protectora Argentina y Fortín Cuatreros) Prof. Indiana Gnocchini (Coordinadora del Museo del Fuerte Independencia de Tandil) Ing. Eduardo Zorrilla (Mar del Plata) A todos muchas gracias.

Ing. Manuel Vila

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