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Sermonario RENACER

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Renacer un cambio de Vida 1

S E R M O N A R I O

Renacer un cambio de Vida 3

Introducción............................................................. 5Organización............................................................ 6Nacidos de Dios.......................................................11¿Nacer de Nuevo? Parte I........................................14¿Nacer de Nuevo? Parte II......................................18La Biblia en un versículo........................................ 22Jesús el bautista....................................................... 26Ninguno como Él.................................................... 30La última decisión.................................................. 34

Índice

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Introducción

La Unión Peruana del Sur, hace algunos años implementó, en su ca-lendario regular una campaña de Evangelismo para la mitad de cada año. Los nombres han ido cambiando de acuerdo a los fines establecidos, ta-les como: “Mil veces más”, “Evangelismo de Cosecha”, y otros. Sin embargo, se necesita un nombre característico con el cual la iglesia se pueda iden-tificar y comprometer; además, que este nombre permanezca como una marca en el tiempo, tal como “Semana Santa”, “Evangelismo Joven”, etc.

Empero, encontrar un nombre no es fácil considerando que existen dos públicos objetivos: el interno (que persigue la movilización de la Iglesia) y el externo (que busca la ganancia de nuevos discípulos). No obstante, tratándose de una campaña de evangelismo que tiene como prioridad el público externo hemos considerado un nombre como marca, y un lema que pueda cambiar de año en año dependiendo de la temática misma.

Es así que el nombre o título que va identificar las campañas de cada medio año será: “Renacer” y el lema o subtítulo para este 2017: “Un cambio de vida”; juntos tenemos: “Renacer Un cambio de vida”. Renacer es un título que invita a un nuevo comienzo, volver a empezar, comenzar de cero; esto es lo que ne-cesitan quienes aún no conocen a Jesús. El lema o subtítulo para este año “Un cambio de vida” refuerza esa idea. Quienes asisten a una campaña evangelística desean renacer pero no pueden cambiar; ellos necesitan de Jesús para que se pueda obrar la conversión y sus vidas sean completamente transformadas.

Por lo tanto, es nuestro deseo que en este nuevo desafío evangelístico Re-nacer.Un cambio de vida, el Espíritu Santo pueda usarte como un fiel instru-mento para predicar la Palabra de Dios con poder, y muchas almas sean no sólo bautizadas, sino que experimenten ese cambio real, genuino y verdadero en sus vidas, y se conviertan en fieles discípulos.

Pr. Daniel Villar E.EvangelistaUnión Peruana del Sur

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OrganizaciónEtapas Renacer

Datos generales• Fecha: Del 17 - 24 de junio• Centros de Predicación: Templos• Hastag: Envíe sus fotos y comentarios antes y durante la campaña utilizan-

do: #Renacer• Materiales: Solicite a su pastor distrital; afiche, banner, tutorial, karaokes,

sermonario, spot e intro. También puede descargarlo desde http://down-loads.adventistas.org/es/evangelismo-integrado/presentaciones/rena-cer-banner-afiche/

Programa08:00 Intro08:01 Bienvenida08:08 Canto Renacer08:12 Oración08:15 Musical08:20 Sermón 08:50 Llamado08:55 Música de Llamado08:58 Bautismo09:00 Oración final

Etapa: Pre Renacer1. Intercesión. Organice un movimiento de intercesión por el predicador, los

estudiantes de la Biblia, las comisiones y toda la feligresía. “Los corazones de los miembros de nuestras iglesias deben derramarse en oración por aquellos que están predicando el evangelio. Y los pastores deben tomarse el tiempo para orar por sí mismos y por el pueblo de Dios, a quienes han sido designados para servir” (Evangelismo, pág 76).

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2. Movilización. Comprometa a los líderes de departamentos, cada Líder de GP y Escuela Sabática.

3. Publicidad. • Invierta el tiempo necesario cada sábado para promocionar la campaña

en la hora de anuncios. • Coloque el afiche en un lugar visible y estratégico. • Pase el spot en todos los cultos: Noche de Oración, Culto Joven, Culto de

Adoración. • Comparta el spot vía whatsapp a la red o grupo de hermanos de su iglesia

local y amigos. • Coloque una semana antes el banner en un lugar visible y estratégico.

4. Siembra y Cultivo. Una de las mayores verdades en una campaña evange-lística es el hecho de haber preparado la mayor cantidad de personas para conseguir una buena cosecha. Cuanto mayor es la cantidad de estudiantes de la Biblia, podemos tener una mayor cantidad de decisiones. Si los estu-diantes de la Biblia no tuvieron la suficiente preparación, tendrán mayores objeciones para decidir, y si deciden, tendrán mayores excusas para desistir. Sin embargo, si hacemos nuestra parte con dedicación y diligencia Dios bendecirá nuestros esfuerzos.

“El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.” (2 Timoteo 2:7). “El Señor pide que se hagan esfuerzos decididos en lugares donde la gen-

te no conoce la verdad bíblica. Se necesita cantar, orar y dar estudios bíblicos en los hogares de la gente…” (Consejo para los Maestros, pág. 526).

5. Comisiones. Considere por lo menos a las siguientes comisiones: Oración, audio y video, decoración, publicidad, alabanzas y musicales, recepción, se-cretaría, predicación, llamados y otros.

6. Monitoreo. Acompañe el avance de cada comisión semana a semana, de lo contrario puede tener sorpresas desagradables. Llame oportunamente a cada responsable y pregunte por el desarrollo de su tarea.

Etapa: Renacer1. Supervisión. El sábado 17 por la tarde verifique que todas las comisiones

hicieron su parte y supervise cada detalle de la campaña. Sugerimos que realice una práctica de cada parte del programa con todos los involucrados, de esta manera podemos adelantarnos ante cualquier falta.

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2. Puntualidad. Aún si todo está preparado puede arruinarse si se llega tarde. La falta de puntualidad es una mala impresión para los amigos que nos visitan y generalmente es señal de mala organización.

3. Llamados. Además del evangelista una comisión debe estar lista para aco-ger a quienes tomen sus decisiones. Lo ideal es llevar a una sala adecua-da a quienes levantaron sus manos o salieron a la plataforma. Allí deben felicitarlos por su decisión, entregarles algún presente e inmediatamente corroborar los datos que ellos ya dejaron en secretaría al ingresar. Luego es-tablecer día y hora para visitarlos en casa. La reunión no debería durar más de 5 minutos. Despídalos con una oración e infórmenles que los llamarán por teléfono si es que no se logró concretar una cita.

4. Bautismos. Procure tener cada día un bautismo para el momento del lla-mado. De lo contrario procure que sea desde la mitad de la semana en ade-lante. Un bautismo genera otro bautismo. Quienes nunca vieron un bautis-mo se muestran inciertos y desconfiados, pero al ver el bautismo de otros se sienten más seguros de tomar su decisión. El sábado 24 será el día del bautismo. Tome en cuenta lo siguiente:

a. Túnicas oscuras de preferencia.b. Agua suficiente y temperada.c. Diáconos y diaconisas entrenados.d. Fichas bautismales completamente llenadas antes del bautismo.e. Otros.

Etapa: Post Renacer1. Informe. Después de la campaña inmediatamente llene el informe corres-

pondiente y repórtelo al pastor distrital, quien a su vez le reportará al Evan-gelista del campo.

2. Evaluación. Evalúe la campaña. Reflexione en los puntos fuertes y en lo que se debería mejorar.

3. Seguimiento. Toda campaña trae nuevas personas interesadas en el evange-lio. Procure involucrarlas en las actividades de la iglesia y comprometerlas para un estudio bíblico. Por otra parte; toda campaña también deja estu-diantes de la Biblia que no decidieron bautizarse. Sería una tragedia olvidar-las hasta una próxima campaña. No deje de visitarlas, ofrezca un segundo curso de estudios bíblicos, involúcrelas en todas las actividades de la iglesia, trátelos como si fuesen adventistas aunque no estén bautizados.

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Informe

CAMPO N.º Estudiantes de la Bi-blia al iniciar la campaña

N.º Centros de Predicación N.º Bautismos

APC

MAC

MLT

MOP

MPCS

MPS

MSOP

UPS

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Nacidos de Dios

Juan 1:09-13

IntroducciónEl propósito de esta semana es entender de forma fácil lo

que ocurre en el corazón del hombre cuando acepta a Jesús. Es nuestra oración comprender la conversión y la santifica-ción de la manera más sencilla posible. Para lograrlo hemos seleccionado algunos pasajes de la carta de Juan, compren-diendo quién era antes de conocer a Jesús y quién llegó a ser después de vivir tres años cerca de Jesús.Juan fue el único discípulo que reposó su cabeza en el rega-

zo de su maestro (13:25), era tal la amistad con Él que Juan siempre procuraba permanecer a su lado. Había una cercanía y un lazo que unía el

corazón de Juan con el corazón de Jesús. A pesar de su juventud se podría decir que quien más conocía a Jesús, de todos los discípulos, era Juan.

ContenidoJuan inicia su carta declarando sin ambigüedades que Jesús es Dios (1:1-3).

Juan había visto a Jesús obrar milagros, realizar señales, prodigios y muchas obras grandiosas. Juan no tenía dudas de que Jesús era Dios; pero lo que más le conmovió fue que Jesús siendo Dios decidió hacerse hombre. Esto era difícil de explicar y menos aún aceptar, pero era cierto. Sin embargo, más difícil de explicar todavía sería el rechazo de los suyos por quienes se sacrificó.

No le recibieron (9-11) Es difícil comprender cómo se puede rechazar una bendición tan

grande, una oferta tan prometedora, una ocasión tan ventajosa, una oportu-nidad inigualable. ¡No se explica! El Dios que estuvo desde el principio y que creó todas las cosas, abandona el cielo para salvar al hombre, y el hombre lo rechaza; ¿escuchó bien? Sí, el hombre lo rechazó, siendo su propio pueblo.

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Imagine que usted está tratando de postular a una universidad, y de repente lo llaman por teléfono y le preguntan: ¿es usted el Sr. Gómez? sí, contesta usted. Bueno, llamamos del Instituto de Becas nacional para comunicarle que se ha ganado una beca para estudiar en EEUU con todo pagado; la beca incluye pa-sajes aéreos, alojamiento, alimentación, transporte, materiales de estudio, y es todo pagado. Además, estamos enviándole una carta certificada de la Universi-dad para que pueda tramitar su Visa de estudiante. Finalmente, se le pregunta: ¿acepta? Usted responde: déjeme pensarlo. ¿Cómo? insiste incrédula la seño-rita que llamó. Usted vuelve a responder: es que no estoy seguro de viajar para EE.UU, no sé, es un viaje muy largo, es otra cultura, no sé. Posiblemente usted se está preguntando: ¿Cómo alguien puede resistir a esta oferta? Pero detrás del texto de hoy y de la ilustración anterior existen algunas realidades.

• El libre albedrío. Usted puede estar frente a la mayor oferta de su vida, pero solo usted decide aceptarla o rechazarla. Dios no fuerza a nadie. Toda religión por obligación acaba en abandono de la misma. El libre albedrío permite que aceptemos con el corazón, por nuestra propia voluntad; pero también que la rechacemos. Dios sabe esto muy bien por eso apela a nues-tros corazones.

• El pecado. Todos nacimos con una naturaleza pecaminosa, y es el pecado que no nos permite visualizar la oferta de salvación en su total dimensión. El pecado es como tener una deficiencia visual (miopía o astigmatismo) y vemos borrosamente las cosas que realmente importan. No podemos dis-tinguir a causa de nuestra visión deficiente.

• El engañador. El diablo sabe que tenemos esa deficiencia “visual”; enton-ces, nos engaña haciéndonos creer que lo mejor es mantener una vida pe-caminosa; es decir, nos confunde de tal forma que no logramos distinguir qué es lo mejor, y asumimos que lo que él nos ofrece es lo mejor. Los méto-dos que el diablo usa para engañarnos son muchos, incluso desarrolla uno en especial para cada uno, por eso es llamado “el gran engañador” (Juan 8:44; 2 Juan 1:7). Un engaño consiste en una estafa, en un fraude. Se le ofrece beneficio pero al principio o al final solo le trae perjuicio y muerte.

Sí le recibieron (12-13)Felizmente el texto dice que hubieron personas que sí recibieron a Jesús,

por eso estamos aquí usted y yo; por eso está escuchando la Palabra de Dios, por eso existen predicadores y conversos. Quienes sí le recibieron significa que aceptaron a Jesús en su corazón como su salvador. Cuando alguien toca la

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puerta de casa preguntamos ¿quién es? cuando lo sabemos lo dejamos entrar y nos alegramos de su presencia. Es eso mismo, recibir a Jesús es aceptarlo como nuestro Salvador y Redentor.

Note que recibirlo no es algo que usted hace como protagonista sino algo que usted permite que se haga por usted. En este caso Jesucristo lo invita y us-ted lo recibe. La iniciativa parte de Jesús y usted se beneficia de esa iniciativa. Éste es un principio importante para comprender la salvación. No podemos salvarnos a nosotros mismos sino que necesitamos de un salvador, y todo lo que necesitamos hacer es dejarnos salvar. Pero los versículos 12 y 13 arrojan más verdades en cuanto a la salvación.

• No todos seremos salvos a menos que recibamos o aceptemos la invita-ción de Jesús. No es verdad que todos vamos a salvarnos aunque hayamos rechazado a Jesús. La salvación es una elección que hacemos, y a la vez un regalo que Dios nos otorga.

• Por otra parte, podemos asegurar que no existe la predestinación. Es de-cir; no existen personas que nacieron para salvarse y otras que nacieron para perderse. Toda persona se salvará o se perderá como resultado de su elección. No existe responsabilidad de Dios en la perdición del hombre.

• Recibir a Jesús implica creer en Él, creer en su nombre. Los hebreos acos-tumbraban colocar el nombre de sus hijos en relación a su carácter o a alguna circunstancia especial; por ejemplo, Moisés (sacado de las aguas), Samuel (Pedido a Dios). Jesús significa “salvador” o “el que salva”. Al creer en el nombre de Jesús usted lo acepta como su salvador. Todo lo que Jesús quiere es salvarnos. En Él no hay engaño. Todo es trasparente y sin ambi-güedades.

Ahora cuando aceptamos a Jesús creyendo en su nombre somos salvados y también somos considerados “hijos de Dios”. Al recibir a Jesús usted le per-tenece y es allí donde ocurre el ser engendrados de Dios, no por sangre ni por voluntad de carne o varón sino de Dios. Es decir nacemos a una nueva vida en Cristo Jesús. Aquí aparece por primera vez este concepto en la carta de Juan, ser nacidos de Dios.

En el tiempo de Jesús los judíos se vanagloriaban de ser la descendencia de Abraham, y solo por eso se consideraban salvos. Pero Juan declara que no son los descendientes de Abraham los que se salvan sino los que reciben a Jesús. Nacer judío no es suficiente para salvarnos necesitamos nacer de Dios para tener salvación. mañana hablaremos más sobre esto. La nacionalidad no nos salva, el color de piel no nos salva, y el tipo de sangre tampoco. Sólo Cristo Jesús es el único que puede salvarnos. Recíbalo, acéptelo y reconózcalo.

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LlamadoHoy Jesús quiere comenzar una vida diferente en ti. En ti está recibirlo o

rechazarlo. Solo hay dos opciones y una sola decisión en tu corazón. ¿Quieres nacer de Dios y ser llamado su hijo?¿Quieres dejarte salvar por Él? Si esta es tu decisión, ven adelante. En esta noche quiero orar por ti. (Ore fervorosamente por las decisiones de esta noche).

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¿Nacer de Nuevo?

Parte IJuan 3:3-8

IntroducciónNicodemo era fariseo, un principal entre los judíos (3:1).

No necesitaba de nada ni de nadie aparentemente. ¿Dinero? Era rico. ¿Fama? Era muy conocido. ¿Poder? Tenía mucha influencia y autoridad. ¿Conocimiento? Era un erudito. ¿Re-ligión? Era fariseo, la religión más elitista de su tiempo. Solo

las personas altamente educadas lograban ser miembros del sa-nedrín. ¿Qué le faltaba? Aparentemente nada.

Pues bien, Nicodemo tenía todos los requisitos para perderse eternamen-te ¿Cómo dijo? Exactamente lo que escuchó. Nicodemo tenía todo pero no tenía nada, estaba perdido. Nicodemo tenía todo pero estaba vacío. ¿Pero si era religioso, preguntará usted? Lamentablemente la religión sola no salva. Se puede ser religioso y estar terriblemente perdido.

No es que el dinero, la fama, el poder, el conocimiento y la religión nos lleven a la perdición. Pero cuando tenemos solo eso y no tenemos a Jesús, entonces no tenemos nada. Sin Jesús en nuestra experiencia diaria llegaremos a creer erróneamente que ya no necesitamos de Dios. Ese es el requisito para perderse: No necesitar de Dios. Solo que lejos de Dios experimentamos un profundo vacío, una experiencia de insatisfacción inexplicable, es vivir pero deseando morir.; lamentablemente estamos dispuestos a sufrir, a golpearnos y a desgarrarnos antes de aceptar que necesitamos de Dios.

ContenidoLa solución a esta situación, ampliamente sufrida por muchos, la encon-

traremos en la entrevista de Jesús y Nicodemo. Aquél hombre influyente llegó buscando a Jesús por la noche para no arriesgar su reputación. Esta forma de

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actuar es típico de alguien que tiene necesidad pero que no quiere asumirla, tiene miedo de aceptarla. Las preguntas y respuestas entre Jesús y Nicodemo tienen mucho que enseñarnos. Es fascinante cómo un erudito reconocido es un completo analfabeto delante del sencillo carpintero, en cuanto a temas es-pirituales se refiere.

Nacer de nuevo (3:3)Jesús coloca lo esencial sobre lo superficial. Mientras que Nicodemo halaga

con sus palabras iniciales (3:2), Jesús apunta directo al corazón, a lo que impor-ta, a lo que se necesita. Lo primero que le dice es que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Conviene analizar estas palabras.

(1) Primero: Nacer de nuevo. Lo que Jesús le dice es que Nicodemo necesita volver a empezar, volver a nacer, renacer, necesita un cambio de vida, necesita experimentar la conversión. Renacer viene primero y sin este nuevo nacimiento, sin ser convertido, Nicodemo no podría acceder a lo segundo.

(2) Segundo: Ver el reino de Dios. Note que primero es nacer de nuevo y luego ver el reino de Dios. Hago énfasis en esto porque quien no ha nacido de nuevo no puede VER el reino de Dios. No entiende de qué se trata. No comprende porque nunca lo ha experimentado. No sabe porque nunca lo ha probado. Por esta razón, el apóstol Pablo declaró: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14).

¿Usted habla inglés o francés? ¿Cómo se siente cuando alrededor de usted hay personas que hablan otro idioma? Usted no entiende. Usted se esfuerza por comunicarse con ellos pero no los entiende. Así se sentía Nicodemo. Él no en-tendía las cosas espirituales porque todo lo que sabía eran ritos y ceremonias, leyes y ordenanzas, desprovistas de Jesús. Nicodemo necesitaba experimentar la conversión en su vida.

Nacimos cortos de vista (3:4)¿Recuerdas el mensaje de ayer? Ayer mencionamos que todos nacimos con

una naturaleza pecaminosa, y es el pecado que no nos permite visualizar la oferta de salvación en su total dimensión. El pecado es como tener una defi-ciencia visual (miopía o astigmatismo) y vemos borrosamente las cosas que realmente importan. No podemos distinguir a causa de nuestra visión defi-

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ciente. Por causa del pecado no podemos VER. Tú no tienes la culpa de no poder ver. Así nacimos. Por lo tanto, no te flageles sino puedes ver. Mañana hablaremos más sobre la naturaleza pecaminosa. Hoy consideremos la pregun-ta de Nicodemo.

Nicodemo hizo la pregunta correcta: ¿Cómo puede un hombre nacer sien-do viejo? Aunque erró en la respuesta: ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? La pregunta de Nicodemo ratifica su igno-rancia sobre la conversión, pero también demuestra que comenzó a sentir la necesidad de saber la solución. Recuerdas que mencioné que el requisito para perderse es no necesitar de Dios. Pues ahora te digo el camino a la salvación. Todo lo que Dios espera de ti es que te intereses en Él, aunque sea un poquito. Y Dios hará de todo para que le des un espacio en tu corazón. Si Nicodemo estaba allí a esas horas de la noche, aunque cuidando su reputación, también era cierto que deseaba conocer a Jesús.

El interés del ser humano hacia Jesús ya es considerado una acción divina. Pablo afirma que: “…Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13). Esto significa que si alguien demuestra interés por las cosas espirituales aunque no las entienda ya está siendo influenciado por el Espíritu Santo. Y si esta persona permanece en ese interés puede experimentar la conversión, la transformación de su vida. Tú estás sentado escuchando la Palabra de Dios y si permaneces buscando a Jesús, pronto experimentarás la conversión, un nuevo nacimiento.

Nacer del Espíritu (3:5-8)La pregunta de Nicodemo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?

Esconde otra triste realidad: El legalismo ¿Cómo? ¿Qué hago? ¿Qué tengo que hacer? No se olvide que Nicodemo era fariseo. Él esperaba una respuesta téc-nica y compleja que incluya un manual, una respuesta con procedimientos. Pero la respuesta de Jesús fue: TÚ NO PUEDES HACERLO. ¿Cómo? Como escuchó. Nadie puede convertirse a sí mismo. No te puedes convertir tú mismo porque la conversión es un milagro.

La próxima vez que alguien te diga que tienes que convertirte, que tienes que cambiar debes recordar que no puedes hacerlo por ti mismo, con tus pro-pias fuerzas. Desde el comienzo Jesús ya le había dicho eso a Nicodemo (3:3), solo que Nicodemo no entendió. El idioma en la cual esta historia fue registra-da es el griego. Nacer de nuevo en griego literalmente sería: Nacer de lo alto. La conversión viene de lo alto, definitivamente es una acción divina. No existe

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nada que pueda hacer el ser humano para cambiar con sus fuerzas. La conver-sión es una acción completamente divina.

Ahora Jesús vuelve a contestar añadiendo nuevos elementos. Ya le había di-cho que necesitaba nacer de lo alto, nacer de nuevo, ahora le dice que necesita nacer de agua y del Espíritu. Hablaremos del nacimiento de agua en los próxi-mos días. Pero necesitamos explicar el nacimiento del Espíritu, porque Jesús precisamente se detuvo a explicarle a Nicodemo eso mismo.

Jesús afirma que el nuevo nacimiento al que Él se está refiriendo no se re-fiere al nacimiento físico, sino al espiritual (3:6-7). Ya dijimos que no podemos convertirnos a nosotros mismos. Entonces la obra de conversión queda solo en manos de Dios, específicamente es la obra del Espíritu Santo. Esta obra es invi-sible como el viento; para el paciente que está siendo convertido es impercepti-ble al principio, pero sus familiares, vecinos y amigos pueden atestiguar de los resultados. El Espíritu está obrando un nuevo nacimiento genuino, verdadero y sin igual. Esta obra es sobrenatural y, por lo tanto, es un milagro.

LlamadoUn hombre que vendía leche tenía la mala costumbre de mezclarla con

agua, hasta que un día le entregó la vida a Jesús y fue convertido por la obra del Espíritu Santo. Después de su conversión una mujer, que desde hacía mucho tiempo era su cliente, le preguntó si había adquirido mejores vacas o mejores pastos, porque ahora la leche parecía más deliciosa y con mayor espesor. “No señora, contestó el lechero, tengo las mismas vacas y pastan en los mismos campos; la razón de la mejoría de la leche consiste en que, hace algunas sema-nas cuando fui convertido, la leche también se convirtió”.

La conversión solo puede ocurrir por la acción milagrosa, sobrenatural y única del Espíritu Santo. ¿Cuántos esta noche quieren nacer de nuevo y expe-rimentar la conversión en sus vidas? Ven adelante porque hoy será el primer día de tu nueva vida. Hoy voy a interceder por ti. (Ore fervorosamente por las decisiones de esta noche).

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¿Nacer de Nuevo?

Parte IIJuan 3:9-15

IntroducciónAyer dejamos a Nicodemo sorprendido con las declara-

ciones y respuestas de Jesús. Sus ojos comenzaban a abrirse ante una verdad que nunca la había considerado. Su mente comenzaba a captar débilmente la profundidad de las cosas espirituales. Su interés por explorar más sobre el nuevo na-

cimiento se acrecentó.Hasta aquí Jesús había sentenciado que nadie puede ver el reino

de Dios si antes no experimenta la conversión, un nuevo nacimiento. También afirmó que el nuevo nacimiento es una obra exclusiva del Espíritu y que no existe la posibilidad que hombre alguno pueda realizarlo, aunque ejerza la mayor fuerza de voluntad. Hoy veremos el desenlace de esa entrevista.

ContenidoNicodemo ya había hecho una pregunta: ¿Cómo un hombre puede nacer

de nuevo siendo viejo? Ahora Nicodemo presentaría una nueva pregunta: ¿Cómo puede hacerse esto? Es decir, cómo ocurre el nacimiento por interme-dio del Espíritu Santo (3:8-9).

¿Cómo que no sabes? (3:10-12)Jesús ya había contestado esta pregunta con la ilustración del viento. Le dijo

que el viento sopla de donde quiere, se escucha su sonido pero no se sabe ni de dónde viene ni a dónde va. Sin embargo, Nicodemo no lograba entender. Entonces Jesús le responde la pregunta de Nicodemo con otra pregunta: ¿Eres tú maestro de Israel y no sabes esto? ¡Qué sorpresa! Un entendido en las Escri-turas, miembro del sanedrín no sabía explicar cómo opera el Espíritu Santo en la obra de conversión.

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La conversión no debería ser un asunto nuevo para Nicodemo porque ya el profeta Ezequiel (11:19-20; 36:25-27) lo había considerado y Jeremías (31:33) también, entre otros. Pero la conversión no es un concepto sino una experien-cia. Nadie sabe el sabor de la manzana hasta que la prueba y se da cuenta que no es pera, ni naranja, sino manzana.

La mordedura de serpiente (3:13-14)Para que se entienda la conversión, debemos comprender también la na-

turaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa es la facilidad que tiene el hombre por hacer lo malo y no lo bueno, es la inclinación o tendencia hacia el pecado y no hacia lo santo. Es la naturaleza pecaminosa que no te permite hacer lo bueno que deseas, sino lo malo que teóricamente deberías reprobar, pero que te gusta hacer.

Vamos a entenderlo mejor con la historia del pueblo de Israel en el desier-to. Noten que Jesús se “esfuerza” para explicar y Nicodemo se “esfuerza” para entender. Está comprobado. Quien no está convertido no ve, no entiende los asuntos espirituales. Pero vayamos a la historia.

Busque Números 21:4-9. El pueblo de Israel otra vez se desanimó. En rea-lidad sufrían de desánimo crónico, siempre se andaban quejando, pero ahora se quejaban del maná que era muy liviano, si hubiera sido grueso hubieran di-cho que era muy grueso. Bueno ya les dije desánimo crónico, reclamitis aguda. Entonces Jehová envió serpientes que mordían al pueblo y murieron muchos israelitas. Ahora el pueblo reconoció que había pecado y rogaron a Moisés que Jehová quite las serpientes. Esta historia la había leído Nicodemo pero, como muchos, no había reflexionado en ella.

Todos los que habían pecado fueron mordidos por las serpientes. La mor-dedura llevaba consigo el veneno que mataba al israelita. Nada podía hacer el israelita para quitar ese veneno. Mientras el veneno se mezclaba con la sangre, el israelita estaba condenado a la muerte. Por más que repitiera que ya no que-ría el veneno este se mezclaba más con su sangre y la muerte era inevitable.

Asimismo, todos nosotros fuimos mordidos por la serpiente antigua que es el diablo y Satanás (Génesis 3:1-15; Apocalipsis 12:9). Todos llevamos dentro de nuestra naturaleza el pecado y estamos condenados a morir. Nada de lo que nosotros hagamos cambiará la situación. Hacemos tantas promesas de cambiar, pero llevamos el veneno dentro. Decimos que no vamos a volver a pecar, pero estamos envenenados y con los efectos del veneno. ¿Qué podríamos hacer?

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La mirada que salva (3:14-15)Prepárese y preste mucha atención. La solución divina no consistió en qui-

tar las serpientes. Dios podría haber arrancado todas las serpientes en un ins-tante pero no lo hizo. Tampoco le dijo a Moisés, Aarón y a todos los levitas que les practicaran torniquetes a sus hermanos israelitas envenenados y que succionaran hasta escupir el veneno. La solución consistió en levantar sobre un asta una serpiente de bronce y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella viviría, se sanaría. ¿Qué le parece? ¿Extraño verdad?

Si no entendió vuelva a leer el párrafo anterior. La solución al problema de la mordedura de serpientes no estaba en manos de los israelitas ni en Moisés ni en Aarón, sino en lo que representaba la serpiente levantada, es decir, el sacrificio de Cristo. ¿Entendió? El israelita no tenía que hacer nada, solo mirar porque Jesús haría todo.

La conversión es una obra divina, no humana. No tenemos que hacer nada, solo mirar, para que Jesús haga todo. Si sigue intentando hacer alguna cosa se va morir igual porque tiene el veneno adentro; por eso Nicodemo estaba perdido, sin Jesús estamos perdidos ¡Entiéndalo! Solo Cristo Jesús lo puede transformar, lo puede cambiar, lo puede sanar, solo Él. Suena demasiado fácil y también gratuito. Pero es verdad y es lo único que lo va a salvar. Note la impor-tancia del versículo 15: “todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Solo tiene que creer. Es todo.

LlamadoUn rey tenía dos hijos que tenían puntos de vista diferentes. Uno decía que

el hombre para ser bueno solo necesita una buena educación, y el otro afirmaba que la educación no era suficiente, que se necesitaba algo mayor. El rey para evitar parcialidades con uno de ellos les pidió que consigan evidencias para sustentar su tesis. Uno de los hijos, caminando por la ciudad, descubrió algo que le llamó la atención, encontró en un restaurante a un gato que servía las bebidas. Entonces el hijo mayor dijo: esto es lo que necesito para defender mi tesis frente a todo el reino. Él razonó así: si a un gato se le puede enseñar a ser un caballero y servir las bebidas con respeto, cuanto más a los seres humanos si son capacitados, con educarlos sería suficiente. Todos se pasaron la voz que el hijo mayor ya había encontrado la evidencia, mientras que el hijo menor estaba triste porque no sabía cómo sustentar su tesis. Así llegó el gran día para que los hijos del rey muestren las evidencias de sus respectivas tesis. El rey le pidió al hijo mayor que comenzara, y él lo hizo con mucha seguridad. Presentó delante

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de todo el reino al gato vestido con trajes reales, el gato se inclinó ante el rey y le sirvió una copa de vino con toda cortesía. Luego el hijo mayor declaró al rey: Padre, si un gato después de ser entrenado es capaz de portarse como un caballero cuánto más el hombre, todo depende de la fuerza de voluntad y de la educación constante. Todos aplaudieron al hijo mayor y miraron con mu-cha pena al hijo menor porque parecía que ya no había forma de que pueda defenderse. Sin embargo, el rey por respeto a su hijo, le preguntó si tenía algo que decir. El hijo menor respondió: Sí padre, solo traje una bolsa que en estos momentos la voy a abrir, y de la bolsa saltaron cuatro ratones. Entonces, el gato al ver los ratones dejó su pose de caballero, se quitó el traje y se fue persiguien-do a los ratones. Todos se dieron cuenta que para ser bueno se necesita más que una educación o capacitación, se necesita un nuevo corazón, esto se llama conversión, nacer de nuevo.

Dios quiere darte una nueva vida. Todo lo que tienes que hacer es mirar hacia él. Mirar la cruz y creer en su sacrificio. Ya no ores más prometiendo que vas a cambiar porque no vas a cumplir. Tu oración podría ser así: Señor Jesús, lo que realmente quiero es un corazón nuevo. Lo que deseo es un nuevo naci-miento, un cambio de vida, quiero renacer, pero yo no puedo producirlo. No puedo quitar el veneno del pecado que habita en mí. Pero sé que si te miro, tu sangre preciosa limpiará mis pecados y tu Santo Espíritu me convertirá en una persona nueva. Te pido que produzcas el milagro porque yo no puedo. Creo en ti Señor, en tu sacrificio, en tu poder, en tu gracia y en tu poder sanador. Lo pido en el bendito nombre de mi salvador Jesús, Amén.

Tu oración pronto será escuchada y el Espíritu de Dios obrará el milagro que tanto necesitas. ¿Cuántos esta noche quieren un nuevo corazón, una nueva vida, la realidad de la conversión en sus vidas? Vengan adelante. Hoy quiero orar por ti (Ore fervorosamente por las decisiones de esta noche).

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La Biblia en un versículo

Juan 3:16Introducción

El texto de hoy es probablemente el más conocido de to-dos. Quienes somos cristianos desde niños lo sabemos de memoria ¿Por qué no lo repetimos? Intentémoslo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda sino que tenga vida eterna”. Fácil ¿Verdad?

Martín Lutero decía que Juan 3:16 es el compendio de toda la Biblia ¿Y qué es un compendio? Es un resumen bre-

ve, conciso y sustancial de una materia amplia. Diríamos que es la Biblia en un versículo. Esto significa que si toda la Biblia se per-

diese y solo quedase este versículo, ya sería suficiente para que las personas encontraran la salvación.

Por otra parte, según las Sociedades Bíblicas Unidas, este versículo ha sido traducido a más de 1900 idiomas y dialectos en todo el mundo. Se le conoce como el versículo más famoso de todas las Escrituras. Lamentablemente este texto precioso se volvió común, y perdió su significado por repetirlo tantas veces. Es tan conocido que llegamos a desconocerlo. No reparamos en lo pro-fundo y esencial de su contenido.

ContenidoAunque muchos consideran que este versículo ya no formaba parte del dia-

logo entre Jesús y Nicodemo, de todas maneras está registrado inmediatamen-te después de esa entrevista. El apóstol Juan, influenciado por el Espíritu Santo, lo consideró en ese orden. Por lo tanto; éste no es un texto aislado, sino que refuerza lo que se registró anteriormente sobre la conversión.

Características del Amor (3:16)La primera característica del amor es que el amor de Dios es inexplicable,

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incomprensible. El texto comienza afirmando que Dios amó al mundo de tal manera. La iniciativa es de Dios. Es Dios quien nos ama primero. Siempre nos amó. Pero ese amor es de tal manera, es decir, así de grande, inefable, indes-criptible, amor infinito, más allá de toda comprensión. Es el amor supremo, el amor en su expresión máxima.

Si existe algo que nunca debes olvidar o dudar es que Dios te ama como nadie te ha amado en esta tierra. Tú puedes rechazarlo, puedes ser indiferente, puedes despreciarlo y aun, con todo eso, Él nunca dejará de amarte. El amor de Dios es inexplicable porque a pesar de fallarle mil veces, y en el mismo pecado, Él sigue esperándonos con los brazos abiertos y está dispuesto a perdonarnos porque nos ama.

La segunda característica del amor es que el amor da, y da lo más preciado, da hasta el sacrificio, no da algo que no le cueste sino lo que más valora. El texto dice que: “ha dado a su Hijo unigénito”, Dios entregó lo mejor de sí, su Hijo. Dios sabía lo que implicaba entregar a su Hijo, su Hijo iba a morir, y aun así no se rehusó. Dar es contrario al sentir actual del hombre egoísta. El hombre no busca dar sino qué va a ganar. Si no existe utilidad de por medio, entonces no considera dar si no le va a rendir ningún beneficio. Por eso dar es incompren-sible para el hombre natural, así como Nicodemo no entendía la conversión, muchos no entienden por qué tendríamos que dar sino se va a ganar.

Creo que, entre los seres humanos, Abraham pudo sentir lo que significa dar lo que más cuesta, su propio hijo. Abraham tenía 100 años cuando tuvo a su hijo Isaac. Había esperado casi un siglo para cargar en sus brazos al hijo deseado. Pero ahora que su hijo ha crecido y ya es joven, lo tiene que sacrificar. Dios le pidió a Abraham lo más preciado y él se lo entregó.

No se olvide, dar es propio de amar, quien ama da. Cuando en una relación de noviazgo o matrimonio un cónyuge o novio solo exige, pide y pide y nunca da, entonces es porque algo no está funcionando. El amor es mutuo, es recí-proco.

¿Recuerda usted lo que dijo Pablo?: “Más bienaventurada cosa es dar que recibir” (Hechos 20:35). Pues la generosidad no es natural sino un resultado del amor. Quien no ama no está dispuesto a dar, ni siquiera lo mínimo. Aun-que no es el tema de hoy, pero debo decirles que la fidelidad en el diezmo y la generosidad en las ofrendas no tienen que ver con la situación económica, sino con la situación del corazón.

Tercero, y no menos importante que lo primero y segundo, es que el amor es voluntario: “para que todo aquel que en él cree”. El amor no obliga, no ma-

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nipula, no es coercitivo, no exige. Cuando un muchacho le dice a su novia si me dejas me mato, la está manipulando, la está obligando a amarlo. Peor aún es cuando alguien golpea y amenaza de matar a alguien que dice amar. Frases como: “Si no eres para mí no eres para nadie más”, “Tú no puedes amar a otro que no sea yo” representan una desfiguración del amor y son realmente una obsesión enfermiza que no revela amor sino locura y enfermedad.

Dios espera que correspondamos a ese amor de forma voluntaria y sin obli-gación. Note también que nadie queda excluido de este amor. Todos pueden corresponder a este amor. El amor de Dios incluye a todos, pero debe ser co-rrespondido voluntariamente.

Cuarto, el amor desea lo mejor: “no se pierda”. Dios no desea que el hombre muera y menos aún que se pierda eternamente. Quien ama no odia ni se venga. Quien ama no desea el mal para quien le hizo daño o le hizo sufrir. Suele ocu-rrir entre los seres humanos que deseemos lo peor hacia nuestros enemigos, y razones tendríamos suficientes para desearlo. Pero el amor de Dios no espera el mal para otros.

Dios desea nuestra salvación pero, como ya vimos, no puede obligarnos a aceptar su oferta. Pero el propósito de Dios es salvarnos y darnos vida eterna. Ahora, ¿cómo alguien podría rechazar la oferta de salvación? Ya te diste cuenta que todo lo que Dios quiere es beneficiarte, salvarte y bendecirte. Equivoca-damente muchas personas ven en Dios a un ser exigente con reglamentos y ordenanzas, pero desfiguran a Dios de esa manera.

Dios no tiene como propósito hacerle la vida difícil al hombre. Fueron los judíos del tiempo de Jesús que cargaron al hombre con un sinnúmero de leyes innecesarias y que ni ellos mismos las podían cumplir.

Si reflexionamos, en algunas creencias básicas bíblicas, veremos que Dios quiere nuestra felicidad. Por ejemplo: Dios estableció el matrimonio para que el hombre no viva promiscuamente. Piense en cuantos hijos sin padres, cuan-tas muertes por traición, cuantas violaciones, cuantas enfermedades sexuales, etc. Dios estableció leyes para proteger y darle felicidad al hombre no para que sean una carga para su vida.

Finalmente, de lo anterior se desprende una característica muy importan-te: “mas tenga vida eterna”. Quienes se aman desean permanecer juntos todo el tiempo. Usted puede verlo reflejado en dos enamorados. Para ellos el tiempo queda siempre corto. Cuando se separan por alguna causa no ven las horas de volver a verse, aunque esa separación sea de horas o pocos días. El amor pro-duce una necesidad de estar junto al otro, por eso deciden casarse, para estar con él o ella para toda la vida.

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De la misma manera, Dios porque nos ama quiere vivir con nosotros para siempre y, por esta razón, nos ofrece vida eterna para vivirla junto a Él. Él desea pasar todo el tiempo con nosotros. Y no piense que recién cuando estemos en el cielo, Él desde ahora desea estar junto a nosotros. La triste realidad es que el hombre no desea estar junto a Dios. Somos nosotros que nos separamos de Él. Somos nosotros los indiferentes y orgullosos, pero Dios quiere estar cerca de ti.

LlamadoEs valioso saber que en ninguna religión pagana encontramos expresado el

concepto de un dios de amor. Todos los dioses exigieron sacrificios pero ellos jamás lo hicieron por otros. Pero en la Biblia encontramos a un Dios que ama y que ama a pesar que sus criaturas no le corresponden como deberían.

Un sábado de tarde llegaron dos hermanas al templo cargando en el medio a un hombre muy enfermo. Era un hombre con tuberculosis y que ya estaba en fase terminal. Buscamos un lugar para hablar con él y confesó que era un hombre muy pecador. ¿Qué has hecho, se le preguntó? Lo que usted ni siquie-ra imagina, contestó. Y siguió… He trasgredido todos los mandamientos, he matado, he robado, he adulterado, he mentido, inclusive he hecho más, solo merezco morir. Con lágrimas en los ojos y tosiendo constantemente decía: solo merezco morir. Le preguntamos: ¿Crees en Dios? Sí, contestó. Entonces crees que Él te perdona todos tus pecados. No sé. Abrimos la Palabra de Dios y le mostramos el amor de Dios a pesar de su conducta. Cuando le volvimos a pre-guntar si creía en el perdón de Dios, contestó ahora que sí y decidió entregar su vida a Jesús. Oramos con él y después se fue. Pasaron tres días y murió en su casa a causa de la enfermedad. Pero él se salvará inexplicablemente por el amor de Dios.

Quizá tú no hayas ido tan lejos o quizá hayas ido más lejos aún, no importa. Todo lo que importa hoy es que puedes volver a empezar. Dios te ama y espera que correspondas a ese amor. ¿Cuántos esta noche quieren abrir su corazón al amor de Dios y comenzar una nueva vida? Ven adelante y recibe a Jesús en tu corazón.

Ore fervorosamente por las decisiones de esta noche.

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Jesús, el bautista

Juan 3:22-30

Introducción¡No! No nos hemos equivocado de título. Seguramente

usted estará pensando que el mensaje de hoy debería titu-lar: Juan, el bautista. Pero, Juan 3:22 refiere que Jesús bauti-zó, pero quizá fueron muy pocos, como en el caso de Pablo (1Corintios1:14-17). Por otra parte, en Juan 4:1-2 se registra que Jesús no bautizaba, sino sus discípulos. Empero, Jesús no fue conocido porque Él bautizaba, pero su ministerio sí

incluía el bautismo. Por medio del ministerio de Jesús muchos fueron bautizados y convertidos en nuevas criaturas. Abramos nues-

tra Biblia en Juan 3:22-27.

ContenidoDespués de la entrevista de Jesús y Nicodemo, y los sucesos acontecidos

durante la Pascua, Jesús y sus discípulos (solo Juan, Andrés, Pedro, Felipe y Natanael porque aún no se conformaban los doce) fueron de Jerusalén al interior de Judea, a los pueblos y aldeas. Jerusalén era la capital de Judea, pero Jesús no solo se quedó en la capital, sabía que había mucha gente necesitada en el interior, en las zonas rurales. Algunos consideran que Jesús pasó unos ocho meses y después fue a Galilea. El evangelio debía llegar a todos y Jesús mismo fue hasta el último lugar para dar las buenas nuevas de salvación.

En su gira de Jerusalén al interior, Jesús no solo predicaba sino que sus discípulos también bautizaban a todos aquellos que aceptaban el llamado de Jesús. La predicación era lo que Jesús daba a los oyentes, y la respuesta de los oyentes a la predicación de Jesús era manifestada con el bautismo. Es decir, no era suficiente escuchar la Palabra de Dios, también era necesario ser bautizado.

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El bautismo por inmersión(3:23-24)En el versículo 23 la Biblia dice que Juan bautizaba también en Enom. Pri-

mero deberíamos comprender qué significa la palabra bautizar, bautismo bau-tizado. Todas esta palabras provienen de la raíz griega baptizo, término que era utilizado para describir la acción de “bañar, sumergir”. Se empleaba para referirse a la inmersión de una tela en una tintura, o el acto de sumergir un tiesto en el agua a fin de llenarla. También se empleaba este término en sentido metafórico para referirse a una persona que se estaba ahogando en deudas. Todo parece indicar que bautizar significa sumergir a una persona en el agua.

En segundo lugar, consideremos la expresión: “porque había allí muchas aguas”. El “porque” indica una relación estrecha entre una y otra declaración. Por ejemplo, si yo digo: “tengo sueño porque no dormí lo suficiente ayer”, estoy manifestando que el sueño que tengo tiene una causa, no haber dormido lo suficiente ayer. Asimismo, Juan bautizaba en Enom porque había allí muchas aguas. Sino hubiera habido muchas aguas no hubiera bautizado, no hubiera podido bautizar. Esta declaración refuerza el concepto de que el bautismo bí-blico implica sumergir a una persona en el agua.

Ahora conviene preguntarnos si hemos sido bautizados de la misma mane-ra que los discípulos de Jesús y Juan bautizaban. Jesús mismo fue bautizado así por Juan (Mateo 3:13-17). Los cristianos también fueron bautizados sumergi-dos en el agua (Hechos 8:38-39). El mismo apóstol Pablo también fue bautiza-do así (Hechos 9:18;22:16). No existe en la Biblia otro tipo de bautismo ni una opción distinta para bautizar.

La purificación (3:25-26)Ser bautizados como indica la Biblia tiene su razón de ser, tiene un propó-

sito y responde a una necesidad del ser humano. La historia sigue narrando una discusión entre los discípulos de Juan y un judío (mejor traducción “un” y no judíos) acerca de la purificación. La purificación ritual era un acto muy conocido por los judíos. Se requería lavarse con agua en algunos casos, bañarse en otros, e incluso lavarse en aguas corrientes, un manantial o riachuelo para ser purificado (Levítico 14:9; 15:13; 16:4; 17:15,16). Por lo tanto; el símbolo del lavamiento con agua para ser limpiado de la inmundicia era muy practicado y conocido por los judíos.

Sin embargo; muchos de los judíos fariseos rehusaban ser bautizados por Juan porque ellos consideraban que eran los gentiles los que deberían ser puri-ficados o practicar la ceremonia de la purificación para ser considerados judíos

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(Lucas 7:29-30). Empero, el mensaje de Juan llamaba a judíos y gentiles a arre-pentirse y ser bautizados.

La discusión de los discípulos de Juan y este judío giraba en que si el bau-tismo limpiaba el alma de pecado y cuál de los bautismos tenía valor, si el de Juan o el de Jesús. Los discípulos de Juan estaban celosos porque cada día eran menos los oyentes y menos los que se bautizaban. Es necesario hacer una pausa y preguntarnos: ¿cuánto valor tiene el bautismo? ¿Cuán importante es que nos bauticemos?

Aunque el rito de la purificación no era el mismo acto del bautismo, tenían un mismo significado: limpiar, lavar. El pecado mancha nuestros corazones, atormenta nuestras mentes, debilita nuestra salud y desestabiliza nuestros ner-vios. Una persona que practica el pecado vive una vida cargada, pesada, difícil. El pecado consume nuestras fuerzas y atormenta nuestros pensamientos.

Por esta razón, necesitamos ser bautizados. Al bautizarnos nuestros pe-cados son perdonados (Hechos 2:37-38), nuestros corazones son limpiados (Hechos 22:16), nuestras vidas son transformadas (Romanos 6:3-4) ¿Recuerda las palabras de Jesús a Nicodemo? Nacer de agua y del Espíritu (Juan 3:5). El bautismo es un símbolo de la conversión, es el inicio visible de una nueva vida, es renacer, es un cambio de vida.

La conversión (3:27-30)Aquellos discípulos de Juan esperaban que su maestro les correspondiera a

sus declaraciones de envidia y llenas de celos. Pero Juan los sorprendió con su respuesta: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Con estas palabras les aseguró que él éxito que había tenido hasta ese momento le fue dado del cielo, que él no tenía mérito ni por qué llevarse el crédito; también reconocía que ahora el mayor éxito de Jesús también le era dado del cielo, y si del cielo venía él estaba satisfecho. Se comparó como el amigo del esposo, que se alegra en la felicidad del esposo, y más aún declaró: “es necesario que él crezca y yo mengue”. Con estas palabras Juan demostró tal acto de abnegación y humildad, que solo podían venir de un corazón convertido y transformado por la gracia de Dios.

Pero hay más en esta declaración que tiene que ver con la conversión. Voy a insistir en este asunto. Usted no puede cambiar por sí mismo, no puede con-vertirse por sus propias fuerzas. Necesita de Dios, necesita de Jesús, necesita del Espíritu Santo. La victoria sobre el pecado y una vida transformada sólo es posible en Cristo. Si usted intenta luchar solo, ya ha perdido. Dios no quiere

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que termine frustrado, derrotado. Dios quiere que sea victorioso sobre el pe-cado y sobre sus vicios.

¿Ya reparó usted por qué necesitamos que alguien nos bautice y no bau-tizarnos por nosotros mismos? Usted necesita ser bautizado por alguien, un ministro, un líder religioso y no así mismo. Esto también ilustra la conversión. Jesús (aunque no necesitaba) fue bautizado por Juan, el etíope por Felipe, el carcelero de Filipos por Pablo, Saulo por Ananías, etc. El bautismo es la forma visible de lo que ocurre en su corazón de forma invisible. Dios me transforma, porque no puedo transformarme, Dios me cambia porque yo no puedo cam-biar, Dios me renace porque yo no puedo volver a nacer.

LlamadoHasta aquí tú ya estudiaste la Palabra de Dios por medio de un curso bíbli-

co y a través de un hermano o hermana de nuestra iglesia, o quizá estudiaste por medio de una clase bíblica o en la confraternidad de un Grupo Pequeño, o quizá excepcionalmente haz estudiado solo siguiendo la guía de Estudios Bíblicos. Incluso pudiste estudiar la Biblia siguiendo un programa bíblico cada día en la TV o radio Nuevo Tiempo. Dios tiene muchas maneras de atraernos a su Palabra.

Pero hoy llegó el momento de la gran decisión. Llegó el momento de tu bau-tismo, de rendirte a los pies de Jesús y reconocer que solo no puedes, que eres incapaz de cambiar por tus propias fuerzas. Dios quiere purificar toda tu vida y limpiarte de toda mancha. Hoy es el primer día del resto de tu vida ¿Cuántos quieren ser bautizados? Ven adelante y recibe a Jesús en tu corazón.

Ore fervorosamente por las decisiones de esta noche.

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Ninguno como Él

Juan 7:45-52Introducción

Era el último y gran día de la fiesta de los Tabernáculos (7:37). Tres veces al año, los judíos debían congregarse en Jerusalén con propósitos religiosos. La fiesta de las cabañas era la última o la reunión final del año. Mucha gente se había dado cita para el gran evento religioso. Los judíos del nor-te y sur de Judea y Galilea, como de otras naciones habían venido para participar de la fiesta. Jesús alzó la voz para dar su último mensaje a aquellos que quizá nunca más lo escu-

charían. Su mensaje fue claro y directo. Todo aquél que tenga sed podía venir y beber gratuitamente del agua de vida (7:37-39).

Pero como era de esperarse, no todos concordarían con sus declaraciones. Unos aseguraban que Él era el Cristo y otros dudaban de su identidad (7:40-44).

Jesús siempre causó en el corazón del hombre atracción o repudio, acepta-ción o rechazo, bienvenida o menosprecio. No existía la posibilidad de mante-nerse neutrales ante la invitación de Jesús. Las palabras de Jesús golpeaban el corazón más duro y su rostro amoroso trasformaba las fruncidas frentes de sus más fieros enemigos.

ContenidoLos fariseos y los principales sacerdotes al ver a Jesús enseñando a la mul-

titud y predicando libremente en el templo, enviaron alguaciles para que le prendiesen (7:32). No eran capaces ellos mismos de capturarlo porque temían a la multitud, pero sobretodo no se atrevían porque eran intimidados por su santa presencia. Los pecados de estos líderes religiosos despertaba en ellos odio y rencor hacia el Maestro íntegro e inmaculado.

Definitivamente Dios no obliga a los hombres a aceptarlo, pero sí presenta delante de ellos la verdad y el error para que decidan entre lo bueno y lo malo.

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La irresistible atracción de Jesús (7:45-46)Los alguaciles que fueron enviados para prender a Jesús habían vuelto sin

Él. Entonces los fariseos y sacerdotes reclamaron por qué no le habían traído. Es importante recordar que era el último y gran día de la fiesta. Pero ¡sorpresa! Los líderes religiosos no estaban en el templo y menos en la fiesta. Ese día no asistieron a los servicios religiosos. Los alguaciles, todavía anonadados por las palabras de Jesús, respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!

Estos alguaciles seguramente eran hombres con vidas desordenadas y ex-puestos siempre al pecado. Sus corazones podrían ser los más duros y severos. En sus acciones no habían contemplaciones. Fueron formados para matar y actuar con violencia. Pero estos mismos hombres superficiales y licenciosos fueron cautivados por el amor de Jesús y sus inspiradoras enseñanzas. Estaban acostumbrados a los mensajes insípidos, aburridos y sin gracia de los fariseos. Pero las palabras de Jesús había conmovido su corazón.

Una vida íntegra atrae más que las palabras, una vida que no se condice atrae más que lo físico, una vida sin tacha atrae más que la moda y la elegancia. El amor de Jesús y su mensaje sencillo, pero profundo, penetró en el corazón secular y profano de estos alguaciles. Esto muestra que no importa cuán lejos haya ido el pecador, si un día abre su corazón a Jesús puede ser verdaderamente transformado.

El corazón endurecido (7:47-49)Los fariseos no podían creer lo que estaban escuchando. Enviaron a los sol-

dados para capturar a Jesús y terminan siendo sus seguidores. Las palabras de los alguaciles deberían haberles mostrado la diferencia de Jesús, del poder de conversión en quienes le escuchaban, pero ellos se resistieron todo el tiempo. Dios no va obligar a nadie a seguirlo. El ser humano se perderá no porque Dios no le dio oportunidad de arrepentimiento sino por haber desperdiciado todas las oportunidades.

Reflexionemos en los argumentos de estos estudiosos de la Ley y supues-tamente conocedores de la Palabra. Primero ellos consideran que los soldados también han sido engañados (7:47). Pero quienes estaban engañados por sus propios prejuicios eran ellos mismos. Esto implica un asunto muy importante. No basta estudiar la Biblia, hay que despojarnos del orgullo para comprenderla.

Un día me acerqué a una señora que barría la vereda fuera de su casa, y le

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ofrecí estudiar la Biblia. Ella me dijo. Joven: “Yo no me voy a unir a su religión”. Yo le contesté: “No deseo cambiarla de religión, solo deseo estudiar la Biblia con usted”. Ella replicó: “Usted y yo tenemos posiciones diferentes y eso no va cambiar”. Le volví a contestar: “Y si usted descubriese que la Biblia no sustenta su posición qué haría?. Ella finalmente contestó: “Por eso, no voy a estudiar la Biblia con usted porque ya sé que yo no puedo sustentar mi posición con la Biblia, pero nada me va a ser cambiar”. Y luego cerró su puerta. Yo quedé sor-prendido por su respuesta. Ella prefería quedarse con su posición equivocada con tal de no cambiar.

El segundo argumento de los fariseos es más peligroso. Ellos menosprecian a Jesús porque ninguno de los gobernantes o fariseos ha creído en Él. Lo que ellos dicen es: no hay ninguna gente importante, de clase o de reputación que sea seguidor de Él. Esto es muy peligroso porque se asocia fama, reputación, clase, con verdad, con conocimiento, con fiabilidad. Dicho de otra manera: si tal cantante, si tal presidente, o si tal gobernador cree de esta manera, entonces debe ser cierto. Repito, esto es muy peligroso. Recuerde que siglos pasados se ha considerado que solo cierto grupo de la iglesia o clero podían entender e interpretar las Escrituras y como resultado trajo un oscurantismo espiritual en el mundo. Esto es contrario a la misma Palabra de Dios. Usted debe estudiar la Palabra de Dios por sí mismo. Todo sincero y fiel estudioso de la Biblia puede obtener y encontrar la verdad con la ayuda del Espíritu Santo.

Por otra parte, habían fariseos que sí creían en Jesús como el Mesías pero no tenían el valor suficiente para seguirlo porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios (12:42;9:22). Para un fariseo o gobernante, seguir a Jesús significaba ser expulsado de la sinagoga, del sanedrín, de la familia, del empleo, de los amigos. No estaban dispuestos a arriesgarse tanto. No confiaban realmente en Dios. La fe de ellos solo era cognoscitiva pero no experimental. Conocían textos de la Biblia pero no creían en su contenido.

Finalmente los fariseos maldicen a todos aquellos que siguen a Jesús porque supuestamente no saben la Ley. Literalmente ellos les dijeron: Gente del suelo ¿Cómo pueden estos fariseos ser defensores de la Ley y a la vez despreciar a quienes la Ley manda que amen? ¡Qué contradicción! Recuerde: el conoci-miento no basta, se necesita la experiencia.

Uno entre muchos (3:50-52)Yo alabo a Dios porque esta historia no termina aquí. Al final de ese día, y

de este capítulo aparece un hombre que antes prefería ocultarse en la oscuridad

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de la noche. Sí, Nicodemo. Ya no podía quedar callado, ya no podía soportar tanto desprecio de sus colegas y tanta evidencia a favor de Jesús.

La decisión de Nicodemo se fortalecía con el estudio de las Escrituras cada día. Y entonces replicó con la Palabra a quienes supuestamente sabían la Pa-labra: “¿juzga acaso nuestra Ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?”. Sus colegas fariseos no respondieron a la pregunta sino que intentaron callarlo con otra pregunta, que si él era galileo, y que mejor debía escudriñar más la Escritura. Pero quienes no habían escudriñado bien eran ellos. Jesús no era galileo, era de Belén, judío, del linaje de David. Por lo tanto, reunido con las demás evidencias, el Mesías.

LlamadoHoy encontramos un mismo escenario con tres protagonistas diferentes:

Primero, los soldados que son atraídos por Jesús a pesar de sus vidas desorde-nadas y perdidas. Segundo, los fariseos estudiosos pero endurecidos de cora-zón a causa de la soberbia; finalmente Nicodemo, un hombre famoso, respeta-do, adinerado, pero necesitado de Jesús.

Puede que hoy Dios haya hablado a tu corazón de soldado, que te haz con-sumido con el pecado por la vida desordenada y licenciosa, o puede ser que hayas sido como Nicodemo, respetado por todos pero vacío por dentro. Mas espero que no seas como los soberbios fariseos.

Hoy entrega tu vida a Jesús. Todo lo que necesitas para ser feliz y ser victo-rioso sobre el pecado se encuentra al lado de Jesús ¿Cuántos esta noche desean aceptar a Jesús en su corazón y entregarse completamente a Él por medio del bautismo? Vengan adelante.

Ore fervorosamente por las decisiones de esta noche.

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La última decisión

Juan 19:38-41Introducción

Jerusalén estaba conmocionada por todo lo sucedido esa semana, pero principalmente por la crucifixión de Jesús. Lo inesperado había ocurrido. Jesús había muerto. La mayoría de sus discípulos creían que Él tomaría el reino de Israel y libertaría al pueblo del yugo romano. Pero todas sus espe-ranzas terminaron cuando Jesús fue humillado y crucifica-do. Un sin fin de preguntas cruzaron la mente de aquellos discípulos, miles de por qué no tenían respuestas. La fe de

ellos en Jesús estaba siendo probada terriblemente.

ContenidoEs en estas circunstancias, siendo ya muerto Jesús, que ocurren las últimas

decisiones por el Salvador. Dios es tan bueno y tan misericordioso que espera hasta el final por las decisiones de quienes llamó con tanto amor. Quienes no aceptaron a Jesús en vida, aceptaron a Jesús en su muerte. La situación era muy complicada pero perfecta para demostrar con mayor valentía que ellos también eran sus verdaderos seguidores.

José de Arimatea (19:38)José de Arimatea, al igual que Nicodemo era miembro del Sanedrín y rico.

Aunque al principio se había mantenido en secreto por prudencia y no por te-mor, éste no había consentido con las decisiones de sus colegas, y junto a Nico-demo habían estorbado las decisiones del Concilio en contra de Jesús (Mateo 27:57; Lucas 23:51; Marcos 15:43). Pero no habían manifestado abiertamente sus decisiones. Sin embargo; fue José quien osadamente se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.

Tanto José de Arimatea como Nicodemo no fueron convocados al Concilio para que no estorbasen las intenciones de matar a Jesús. Los miembros del

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Sanedrín decidieron estratégicamente no tenerlos para que sus intenciones no tuviesen impedimento. Sin embargo; nada escapaba a la voluntad divina, la profecía debía cumplirse, Jesús debía morir finalmente, y con su muerte salvar a la humanidad.

Dios tiene hombres dispuestos en todo lugar, clase y sociedad. El rango, ni-vel, estrato o condición no es barrera para aceptar a Jesús. Pero se requiere una determinación, una decisión de valor para seguirlo. Hoy Dios sigue llamando a muchos como José de Arimatea para decidirse abiertamente por Él. Hasta aquí Él estaba en el anonimato, pero no podría permanecer así por mucho tiempo. Dios permite que a veces nos mantengamos al margen sin tomar una resolución pública, pero esto no será todo el tiempo, el fiel seguidor de Jesús no puede mantenerse escondido, tarde o temprano tendrá que mostrar ante otros que es seguidor de Jesús o no.

Nicodemo (19:39)Te invito a meditar un momento en la siguiente escena. Nicodemo ve a

Jesús desde lejos, colgado de la cruz ya muerto. Ahora su mente recuerda vívi-damente las palabras de Jesús, en su visita nocturna, “y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado” (Juan 3:14).

El corazón de Nicodemo es desgarrado, sus ojos se llenan de lágrimas y se derraman sobre su rostro, un profundo dolor se apoderaba de él. Entonces, viene rápidamente a su mente las tiernas palabras de Jesús, que le era necesa-rio nacer de nuevo, y nacer de agua y del Espíritu. Cada palabra del Salvador retumbaban en su mente. Recordó cómo el Espíritu de Dios obra en el corazón inconverso invisiblemente como el viento. Después de recordar ese momento imborrable y cómo todo lo que ha sucedido tiene sentido profético, ya no tiene más dudas. Ahora entiende la Palabra de Dios y confirma que Jesús es el Me-sías. Ahora Nicodemo ya no tenía miedo ni vergüenza. Entonces junto a José de Arimatea resolvió dar a Jesús una muerte digna.

La obra del Espíritu Santo comenzó a dar fruto en el corazón vacío de Ni-codemo, comenzó a sentir la seguridad que no tenía, la paz que no encontraba en las ceremonias y ritos oficiados por los superficiales sacerdotes, descubrió la belleza del Salvador y se sintió atraído por su bondad, su paciencia, su amor y misericordia. Cuánto tiempo había desperdiciado lejos de Jesús, había perdido mucho tiempo, para poder relacionarse más con el Maestro.

Es en la muerte de Jesús cuando Nicodemo decide finalmente ponerse del

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lado de Cristo. Es en la muerte de Cristo donde ocurre finalmente la conver-sión en su vida, es en la muerte de su Maestro que ocurre un completo cambio, pero genuino.

Entonces ahora tendría que honrar a su Salvador y trajo un compuesto de mirra y de áloes para su sepultura. Nicodemo debía honrar a Jesús como a su propio rey y lo hizo derramando sobre Él cien libras (aproximadamente 45 kilos) del precioso perfume (2 Crónicas 16:14). Así como María Magdalena entregó un precioso perfume de nardo a los pies de Jesús, también Nicodemo lo hizo. Ambos dieron lo mejor para Jesús en respuesta a ese amor inigualable demostrado en vida y en la muerte por Jesús.

Es una realidad que existe, en todo hombre o mujer que experimenta la gracia perdonadora de Dios, una generosidad inigualable en gratitud por el amor incondicional de Dios. Es que no hay forma cómo pagar el perdón de Dios, a razón que es gratuito. Pero quienes son perdonados se sienten natural-mente movidos a corresponder con lo mejor que tienen, no para pagar, sino para agradecer.

La decisión final (19:40-42)Estos dos hombres influyentes, ricos, entendidos, respetados se decidieron

en el último momento, cuando Jesús ya estaba muerto. Mientras las esperanzas de muchos de los discípulos se extinguieron con la muerte de Jesús, esa misma muerte convenció a José y sobretodo a Nicodemo de la divinidad de Jesús. Ni Nicodemo ni José de Arimatea tienen vergüenza, temor o miedo de que los vean llevando el cuerpo de Jesús o que los llamen sus discípulos

Por otra parte, lo que ellos hicieron por Jesús les hubiera sido imposible hacer a los pobres discípulos. Estos valerosos hombres tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas y lo llevaron a un sepulcro nuevo. Sin la influencia de ellos no podrían haberlo hecho. Pilatos jamás le hubiera concedido el cuerpo de Jesús solo por pedido exclusivo de los discípulos.

Las decisiones de estos dos respetados hombres tienen mucho valor. Deci-siones de último momento, del último llamado, de la última hora son también bien recibidas por Jesús. Dios siempre espera con los brazos abiertos por sus hijos.

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LlamadoHoy es el último día de esta semana de campaña. Cada noche hemos escu-

chado la tierna invitación de Jesús llamando a nuestro corazón por medio de su Espíritu Santo. Quizá hoy sea el último llamado que Jesús te ofrece por medio de su Palabra ¿Por qué Nicodemo tuvo que esperar la muerte de su Salvador para recién entregarse? Pudo haberlo hecho antes cuando estaba vivo y cami-nar a su lado todo el tiempo, pero demoró, postergó, esperó.

En su misericordia Dios también permite que le entreguemos nuestras vi-das aún al final, cuando tengamos 90 años, cuando todo está perdido, cuando ya no tenemos la mismas fuerzas, cuando cometimos muchos errores, cuando nuestro hogar ya está destruido, etc. Pero Dios nos sigue amando, y porque nos ama, espera hasta el final.

Sin embargo; por qué esperar hasta el final cuando ahora puedes disfrutar de la dulce compañía de Jesús, de su tierno cuidado y de sus infinitas bendi-ciones. No tiene sentido esperar más. Es cierto que Jesús luego resucitó, y que Nicodemo seguramente estuvo entre los que despidieron a Jesús en la nubes de los cielos. Pero cuánto tiempo desperdició sin la compañía de Jesús, cuánto perdió sin haberse decidido por él.

Hay decisiones que debemos tomarlas pronto. Hay decisiones que valen la pena y no necesitan ser postergadas más tiempo. La mejor decisión es aquella que cambiará toda tu vida. Sí, Dios espera. Pero es mejor tomar la decisión antes que hacerlo después.

¿Cuántos esta mañana desean entregar sus vidas a Jesús y sellar su deci-sión en las aguas bautismales? Vengan adelante porque hoy es el primer día de su nueva vida. La conversión es una realidad en Jesús. Dios puede operar un cambio verdadero en tu vida. Dios quiere ver tu corazón Renacer. Dios quiere operar en ti Un Cambio de Vida.

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