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Emociones sentimientos e Inteligencia Animal "El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo". Konrad Universidad de Panamá Centro Regional de Panamá Oeste Linc. Relaciones Públicas Corporativas Facultad de Comunicación Social Por: Diris Noemí De Frías dirisnoemidefrias.blogspot.com Grupo: RPV11 Profesora: Bertha Ayala Como conclusión vale la pena citar una frase de Porfirio (filósofo griego, 232-304 d.C.): "Si los hombres tienen más inteligencia que los animales, esto no es una razón para sostener que los animales no la tienen en absoluto; del mismo modo sería erróneo sostener que las perdices no vuelan porque los gavilanes vuelan mejor que ellas".

Sentimientos en los animales

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Emociones sentimientos e

Inteligencia Animal

"El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo". Konrad Lorenz

Universidad de PanamáCentro Regional de Panamá Oeste

Linc. Relaciones Públicas CorporativasFacultad de Comunicación Social

 

Por: Diris Noemí De Frías

dirisnoemidefrias.blogspot.com

Grupo: RPV11

Profesora: Bertha Ayala

 

Como conclusión vale la pena citar una frase de Porfirio (filósofo griego, 232-304 d.C.): "Si los hombres tienen más inteligencia que los animales, esto no es una razón para sostener que los animales no la tienen en absoluto; del mismo modo sería erróneo sostener que las perdices no vuelan porque los gavilanes vuelan mejor que ellas".

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Emociones sentimientos e Inteligencia Animal

Ejemplos:Imaginación Está comprobado que los perros sueñan. Cuando un perro sueña suele emitir sonidos diversos, tales como gemidos, gruñidos o suaves ladridos y realizar pequeños movimientos con su cuerpo. Seguramente deben ser capaces de imaginar cosas, un componente básico de la capacidad del pensamiento. Depresión (tristeza): Una familia sale de vacaciones y decide dejar a su perro en un pensionado canino. El animal presenta anorexia (deja de comer), adipsia (deja de beber) y permanece indiferente a todo tipo de estímulo.

Un exponente de esta corriente del pensamiento fue el filósofo francés René Descartes (siglo XVII). Descartes sostenía que los animales carecían de estado consciente, de inteligencia y de cualquier proceso mental análogo al del ser humano. Muchos psicólogos y fisiólogos compartieron, e incluso comparten en la actualidad, este concepto. Para ellos los procesos mentales superiores que rigen el comportamiento humano están gobernados por principios distintos de aquellos que rigen el comportamiento animal. Suelen afirmar que los comportamientos de los animales son de dos tipos: instintivos y producto del condicionamiento. Si bien es cierto que el movimiento de la cola y el ladrido en los perros son comportamientos instintivos, la risa, la sonrisa y el llanto de los humanos también lo son. Evidentemente no sólo los animales son portadores de este tipo de patrones de comportamiento.

¿Son inteligentes los perros con quienes convivimos?; ¿tienen imaginación?; ¿pueden ellos actuar racionalmente?; ¿pueden pensar?; ¿tienen sentimientos?

Es muy frecuente escuchar tanto en el ámbito científico como en el popular respuestas contundentemente negativas a estos interrogantes. Para quienes sostienen esta postura los seres humanos somos los únicos seres inteligentes sobre nuestro planeta, los únicos que actuamos racionalmente, los únicos que podemos pensar y aún más los únicos que tenemos sentimientos (amor, odio, celos, culpa).