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RASGOS PSICOLÓGICOS DOMINANTES
EN EL MEXICANO
Basave Fernández del Valle, Agustín, (1989), “Vocación y Estilo de México: Fundamentos de la Mexicanidad”, Limusa, México.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
Facultad de Estudios Superiores Iztacala
Carrera de Psicología
Autores: Alonso Peñaloza Maharba Saraí
Piña Santana José Enrique
Ramírez Sánchez Eyra Berenice
Romo Zamora Olga JazmínSantacruz Pacheco Marlon Iván
Grupo: 2603
1. RASGOS PRIMORDIALES DEL MEXICANO EN NUESTROS
DÍAS
Existen en el mexicano una repercusión de
emociones (en especial penosas), las cuales
muestra en sus conversaciones, en sus acciones,
en sus canciones y en sus refranes, la compasión
y la crueldad oscilan, con especial intensidad, en la
vida del mexicano.
Vive a flor de piel.
Todo lo toma “a pecho”.
Suele ir al extremo limite de sus sentimientos.
Con una seriedad afectiva.
Ilimitadamente vulnerable.
Tiene un agudo sentido del ridículo.
Suele tener generosidad irreflexiva.
Teme a lo desconocido
Teme a las decisiones exigidas.
Puede apasionarse por cualquier cosa.
Por un solo minuto de fervor o de menosprecio, queda trémulo de
gratitud o herido y blindado en su rencor.
El mexicano medio es un introspectivo emotivo, escrupuloso, obseso
con frecuencia.
Incapaces de sacrificar lo más cercano a lo más remoto. De ahí
nuestro bajo coeficiente de puntualidad.
Los extranjeros advierten que somos capaces de una vibración y de
un calor humano que irradian un encanto inigualado.
2.PERFIL PSICOLÓGICO DEL MEXICANO
Abandona completamente lo que no le interesa (por ejemplo las
matemáticas o la observación científica)
Posee dotes para la inteligencia intuitiva y la imaginación concreta
Muestra mayor facilidad para el aprendizaje de los idiomas.
Exitoso para las tareas mecánicas. Abundan, los buenos mecánicos
empíricos.
Desde niño aprende a refrenar sus sentimientos: ¡los hombres no
lloran!
Tiende al secreto y al aislamiento, a la timidez, la introversión y la
inseguridad.
Encarcela a su emoción, pero la tensión inestable puede estallar en
el momento en que menos piensa.
Posee carácter meditativo, reservado, vacilante, no se entrega
fácilmente a los abandonos espontáneos.
Posee mayor comprensión y hondura intelectual que el
extrovertido, pero menor capacidad de adaptación y de modificación
a las circunstancias.
Su cólera agresiva y vengadora estalla periódicamente, al menor
pretexto inmediato. Intuitivo, soñador, artista, el mexicano tiene una
fina disposición para el sentido de lo íntimo.
3. SIGNIFICACIÓN Y SENTIDO DE LA IMPASIBILIDAD DEL
MEXICANO
El México mestizo de nuestros días es un México en el que
prepondera el color, la alegría de la fiesta, el goce de una naturaleza
que se adentra en las casas y en el alma de nuestro pueblo humilde.
Claro está que no deja de haber lamento ante la
desgracia, sufrimiento ante la enfermedad y espera de la muerte.
Su necesidad de estar solo surge de su intimidad inefable, dolida y
creadora. Por la esperanza, el mexicano trasciende su soledad y
vive en invisible comunión.
La impasibilidad del mexicano es su defensa ante un mundo hostil
Sufre la soledad para evitar la vejación mayor y para no perder su
autenticidad.
A veces no se atreve a ser lo que es, por el temor al ridículo, por la
inseguridad ante una circunstancia que no domina, y entonces se
evade de la realidad, pronuncia maldiciones.
Lleva una carga de vejaciones, de sufrimientos y de frustraciones.
Gusta de "rodeos" para ser menos vulnerable y para saber a que
atenerse.
4. SOLEDAD ANONADANTE Y SOLEDAD SALVADORA
El mexicano, cuando está bien dispuesto, es uno de los tipos
humanos con mayor capacidad de empatía, de introyección.
El mexicano no suele ser franco por inseguro, pero su sinceridad
puede llegar a extremos que sorprenderían a un europeo o a un
norteamericano.
Nuestro país puede ser, en algunos aspectos, un país triste —
aunque "tenga tantas y tan alegres fiestas"— pero nunca un país de
personas nihilistas que buscan el "regreso a un estado remoto e
indiferenciado, prenatal o pre social".
El pueblo mexicano no está caracterizado por su aislamiento
nefasto—herida ulcerada—, sino por aquella soledad bendita que se
abre ante Quien nos llama.
SOLEDAD DEL MEXICANO SEGÚN OCTAVIO PAZ
Octavio Paz siente su soledad de poeta y se la transfiere, se la adjudica a todo el pueblo mexicano o, si se prefiere, al mexicano medio. Siente su soledad en diversas formas:
1. Soledad como condena: "Luego de haberme juzgado y haberme sentenciado a perpetua espera y a soledad perpetua, oí contra las piedras de mi calabozo de silogismos la embestida húmeda, tierna, insistente, de la primavera".
2.Soledad como presencia vacía: "Tu intolerable presencia se parece a lo que llaman el 'vacío de la ausencia'. ¡El vacío de tu presencia, tu presencia vacía! Nunca te veo, ni te siento, ni te oigo".
3. Soledad como nostalgia de lo absoluto: "Si alguna vez acabo de caer, allá del otro lado del caer, quizá me asome a la vida. A la verdadera vida, a la que no es noche ni día, ni tiempo ni destiempo, ni quietud ni movimiento, a la vida hirviente de vida, a la vivacidad pura. Pero acaso todo esto no sea sino una vieja manera de llamar a la muerte".
4. Soledad como expulsión del mundo de los hombres: "Me
sentí solo, expulsado del mundo de los hombres. A la rabia sucedió
la vergüenza".
5. Soledad regocijante: "Todos huyen. Bajo el árbol del alba,
todavía goteando sombra, aprietas los puños y escupes con rabia.
Pero, oh solitario, ¡regocíjate! En tus manos desnudas brillan unos
cuantos fragmentos ardientes: los restos de una noche combatida,
amada recorrida".
6. Soledad auto devorante: "No hay nadie arriba, ni abajo; no hay
nadie detrás de la puerta, ni en el cuarto vecino, ni fuera de la casa.
No hay nadie, nunca ha habido nadie, nunca habrá nadie. No hay
yo. Y el otro, el que me piensa, no me piensa esta noche... Me
poseo en mí mismo como un reptil entre piedras rotas, masa de
escombros y ladrillos sin historia".
5.- EL RESENTIMIENTO DEL MEXICANO
"El resentimiento —define Max Scheler— es una autointoxicación
psíquica… Es una actitud psíquica permanente, que surge al reprimir
sistemáticamente la descarga de ciertas emociones y afectos…”
El mexicano se resiente por el trato diario, por la humillación
continua, por la situación injusta.
El sentimiento de injusticia —individual o social— hace fermentar la
levadura del disgusto, de la reprobación y, finalmente, del
resentimiento.
La susceptibilidad exagerada del mexicano provoca su sed de
venganza. El orgullo personal aunado a la posición social inferior, son
la dinamita psíquica del mexicano para urdir la explosión de
venganza.
6.- DE LO NEGATIVO Y, DE LO POSITIVO EN EL MEXICANO
POSITIVO NEGATIVO
nobleza lambiscones
cortesía “madrugadores”
tolerancia picapedreros
amistad pistoleros
7.- DESCRIPCIONES SIMPLIFICADORAS DEL MEXICANO
Se suele describir al mexicano como un hombre
falaz, taimado, mentiroso y muy "macho“.
Se dice, también, que el mexicano es mentiroso e hipócrita.
Los hay en México y los hay en todas partes del mundo, pero no
confundamos comportamientos humanos individuales o de ciertos
estratos de la comunidad, con características esenciales de un
pueblo.
Es preciso observar mejor nuestros grupos étnicos y nuestras
biografías, inventariar sin prejuicios nuestro estilo colectivo de vida.
8.- SIGNIFICACIÓN Y SENTIDO DEL RELAJO
El mexicano que quiere echar "relajo" busca ambiente, público,
gente receptiva.
El "relajiento" se distingue porque carece de programa de valores,
porque piensa que no hay nada que valga la pena.
"El relajo puede definirse, en resumen —apunta el abogado y
filósofo Jorge Portilla— como la suspensión de la seriedad frente a
un valor propuesto a un grupo de personas. Esta suspensión es
realizada por un sujeto que trata de comprometer a otros en ella,
mediante actos reiterados con los que expresa su propio rechazo
de la conducta requerida por el valor”
El hecho de que existan en México "relajientos", que los
mexicanos los conocen muy bien y los saben distinguir de quienes
no lo son, no autoriza a decir que México es un país de estimativa
trastornada.
9.- Miedo y angustia en el mexicano
Se confunde, con mucha frecuencia, el miedo con la angustia. En el
miedo, lo amenazante se localiza en un objeto determinado. En la
angustia lo amenazante no se halla en ninguna parte, siempre es de
algo vago, inconcreto, indeterminado.
El mexicano siente muy a lo vivo su existir corredizo y huidizo, su
inestabilidad esencial, en constante mutación. Se sabe, en el
crucero de la vida, expuesto a toda clase de atropellos, aunque no
sepa de donde puedan venir. Su angustia fundamental no puede
ser curada por una rendición a las pasiones y los instintos. La
causa básica de su congoja es la falta de verdadero reposo en el
tiempo, porque sabe que está hecho para la eternidad.
Como bien lo vio San Agustín, la vida no es vida cuando se
vive en constante temor de que se acabe.
Los mexicanos intentamos elevarnos hasta llegar a algo
definitivamente estable que nos libere de la inestabilidad y que
nos garantice la plena existencia. Por eso invocamos a
Jesucristo y por eso pedimos la intercesión de nuestra Virgen de
Guadalupe y de los santos.
Cada mexicano en el mundo tiene complejo de ansiedad
porque tiene la capacidad de ser santo o pecador.
Se ha dicho que el mexicano tiene miedo a decir "no", tiende a
aplazar las cosas; por tanto los resultados a este miedo son
pésimos.
Porque el mexicano no quiere cortar esperanzas, porque no
quiere herir al necesitado.
Hay miedo a defender el legítimo derecho. Los obreros tienen
miedo a los patrones y los patrones miedo a los obreros
sindicalizados.
Hay miedo a los problemas, miedo a los abogados
sinvergüenzas
Miedo a los médicos comercializados.
Miedo a los caudillos y líderes políticos.
Miedo a los policías, miedo a los agentes de tránsito.
Miedo a los burócratas corruptos.
El miedo al libertinaje de prensa.
Por miedo a la verdad, se restringe la libertad —de múltiples y sutiles
maneras— en los medios masivos de comunicación.
El hecho de que el mexicano sienta miedo, no significa qué sea
cobarde. Un hombre valiente no es aquel que no siente miedo,
sino el que sintiendo miedo sabe dominarlo. El mexicano es por
lo general, valiente.
Muchos aguantan en silencio los atropellos. Pocos, muy
pocos, denuncian las injusticias y las arbitrariedades.
10.- El miedo del mexicano ante la arbitrariedad y la
incertidumbre
La libertad de expresión en México ha sido motivo de temores por parte
de políticos, de periodistas y de ciudadanos
Los políticos temen que se desnude su actuación. Los periodistas
temen las represalias de los poderosos.
Los ciudadanos tienen miedo de las injurias, de las difamaciones,
de las calumnias que permanecen impunes.
Los trabajadores suelen ser asaltados los sábados por los cafres
con uniforme de policía y surge el miedo de ir a los separos.
Siendo mayor el número de televidentes que de lectores de
periódico, es natural que el régimen tema muchísimo más a la
verdad dicha por televisión que por radio o por periódico.
El Gobierno teme una derrota política electoral, un motín popular
por protesta del fraude electoral, una invasión del vecino fuerte o
un golpe militar.
Es lógico esperar que un tortero, un limpia ventanas de
rascacielos o un bombero, sientan el miedo propio de sus
respectivas profesiones.
El campesino que ha nacido en el rancho, entre el maíz y los
frijoles, que ha cuasi-convivido con animales, sufre el hambre, que
su mal pago como peón no ajusta a las necesidades de su familia.
Tiene miedo a emigrar, a buscar más oportunidades para él y su
familia.
Hay también el miedo a perder el trabajo en una empresa que está
en quiebra o que está haciendo reajustes para evitar la suspensión
de pagos.
Es todo un universo de miedo en el que vive este México emotivo
y trágico por falta de seguridad, de certidumbre radical. Es como
si fuese un miedo a la oscuridad, a la noche con escasa luz, al
terrorismo de la tenebrosidad.
El miedo que siente el mexicano es un miedo que llama al combate
contra la inseguridad, contra la irresponsabilidad, contra el peligro de la
imprevisión.
El pueblo de México es un pueblo valiente, digno de un destino
mejor, más justo, más humano.
Ese miedo colectivo que flota en el ambiente desaparecerá
únicamente cuando exista una verdadera democracia que nos
conceda a todos, justicia, seguridad, igualdad esencial de
oportunidades y desarrollo integral.
11.- ¿Qué hay en el fondo del “machismo”
mexicano?
El machismo de los mexicanos, por más honda que suponga su raíz, no
está trenzado con el grito de la sangre y el sabor de la tierra.
Se piensa que somos actualmente machos, y lo seguiremos siendo
por los siglos de los siglos, porque así lo fue el mexicano
precortesiano y el primitivo tribal que habitó estas tierras.
Resulta excesivo y pintoresco ver todo el folklore mexicano a la sola
luz del machismo sexual.
El mexicano surge a la vida con la necesidad de expresar que él es
'muy hombre”.
Resulta natural que el hombre no quiere que lo identifiquen con la
mujer, sencillamente porque no es —ónticamente hablando—
mujer. De ahí esa significación pasiva, de agresión y derrota que
se confieren a expresiones como ser
"rajado", "chingado", "cuñado", etc.
La figura fuerte, idealizada, anhelada, para el mexicano como para
cualquier otro extranjero es la del hombre.
El sombrero de charro —o el borsalino——, la pistola, el caballo o
el automóvil, lujo y orgullo del mexicano, son manifestaciones
externas de su fortaleza —real o supuesta—, de su exuberancia,
de su vitalidad.
Se trata de fanfarronería; las formas más procaces del lenguaje le
hacen sentirse más hombre.
Es el macho mexicano vulgar que presume de su dominio de las
mujeres de su potencia sexual, de su virilidad.
Al mexicano medio se le enseña desde niño que la fuerza es el factor
primordial del triunfo, es decir, imponte físicamente a los otros.
Poco a poco se van incubando los mecanismos psicológicos que le
hacen comportarse como villano.
Basave lo definiría como un alarde de virilidad.
Si pudiésemos acabar con los alardes de virilidad, con la
fanfarronería, con la intolerancia, con el gusto de reñir y de arriesgar
la vida por el menor motivo, quedaría un sentimiento de
caballerosidad hispano—indígena, de fortaleza ante el sufrimiento y
la adversidad.
Por la educación axiológica lograremos la supresión de este
nefasto estereotipo de hombría.
El hombre es el que manda en la familia, pero no el que tiraniza.
El hombre no es dueño de su mujer como es dueño de su pistola o
de su caballo. La mujer es persona —tan persona como el
hombre— y no cosa.
Es hora de que el "macho" cese de ostentar su masculinidad y sus
derechos y que recuerde sus obligaciones. Porque este "macho" es,
las más de las veces, un irresponsable desobligado.
12. Modo de ser de las mexicanas
La fisiología y la psicología de la mujer son comunes a todas las
féminas del mundo. Las variantes específicas que presenta la
mujer mexicana se explican por la historia y por las condiciones
sociales.
Hay una innegable desigualdad atávica de los sexos que en México
se agudiza y se presenta con peculiares caracteres.
Las desigualdades las encontramos suavemente infiltradas en la
distribución de empleos, cargos públicos y tareas profesionales.
Algunas —muy pocas— se sienten frustradas y acuden a la
denuncia y a los movimientos feministas.
Otras —las más—se resignan a su suerte y la contemplan como
natural a toda mujer, casi como una fatalidad.
La mujer mexicana del pueblo se somete hasta la ignominia y
obedece, en ocasiones, órdenes irracionales, injustas, arbitrarias,
de un marido despótico.
La mexicana común finge no darse cuenta de las infidelidades
del marido, simula carecer de sentimientos y aun hasta de
facultades dialécticas.
La mexicana tradicional se recluye en su hogar y se siente
insegura cuando sale de él.
Un sistema patriarcal prohíbe a la niña mexicana muchas
posibilidades de desarrollo.
Es preciso desterrar el prejuicio de que las mujeres carecen de
inquietudes espirituales, son sexualmente débiles o asexuadas
y no tienen problemas existenciales.
El "macho" mexicano contempla a la mujer como un satisfactor
de sus necesidades.
La quiere "amorosa" y económica, la toma como "máquina
reproductora" de sus hijos. Exige que se limite a permanecer en
su casa.
Pide, además una docilidad extrema: "la cobija y la mujer,
suavecitas han de ser"
Por una parte, la desea atractiva: "La comida y la mujer, por los
ojos han de entrar".
El "macho" mexicano considera a la mujer como un objeto
pasivo: "la mujer y la guitarra, son de quien las toca"
La curiosidad científica y cultural están prohibidas para ella. Política
y cultura son actividades que no competen a la mexicana del
pueblo: "la mujer a sus quehaceres, para eso son las mujeres".
Piensa que es extremadamente frágil cuando las más de las veces
tiene mucha mayor fortaleza que él: "La mujer y el vidrio siempre
están en peligro".
La mexicana tradicional no se ha planteado el problema de
sus deberes y de sus derechos, se ha conformado con
asimilar la interpretación masculina del mundo, que en México
ha existido desde la época de los aztecas y de la Conquista.
Las mujeres "se denuncian unas a otras, se critican y se
calumnian para congraciarse con el macho, sin darse cuenta
de que en esas condiciones lo único que logran es acentuar
su soledad"
Tomada como objeto de placer amoroso, la mujer del pueblo resulta
terriblemente efímera.
“Uno para todas, todas para uno”. La monogamia es una historia
para mujeres; la versatilidad del "macho" sólo encuadra en una
actitud polígama.
La mexicana del pueblo está dando muestras de tener
conciencia de sus derechos y de sus deberes. Sin abandonar
el cuidado del hogar, no reduce su existencia a la función
familiar.
“México es una nueva realidad
cultural”
”mestiza de tierras
Americanas, con elementos
occidentales e indígenas”
“la historia de México es un
vasto sistema de mestizaje”
“los indígenas reciben a los españoles como maestros de industrias nuevas”
“lo que más les impresionó fueron los frailes descalzos que recorrieron el territorio dando su vida y su sangre al evangelio de Cristo”
“las fuentes de economía de la Nueva España se
encontraron, durante trescientos años, en manos de
los españoles”
“el indio era quien labraba la tierra”
“AL RECOBRAR ESTA LIBERTAD DE LA QUE TANTO SE DESEABA, LOS INDIOS
QUE HABLABAN ESPAÑOL, Y LOS MESTIZOS QUE QUISIERON APODERARSE
DE ACTIVIDADES QUE ERAN ORGANIZADAS POR LOS ESPAÑOLES… SE DIO
ESTE LEMA … MÉXICO PARA LOS MEXICANOS”
“México es un país de
máscaras. El mexicano es
un hombre enmascarado.
“El mexicano, ser que
históricamente vive en
soledad y apartamento,
escoge el camino de la
fantasía en el lenguaje que
le es impuesto”
LA INSEGURDAD DEL MEXICANO PROVIENE DE
NO ACABAR DE ACEPTAR CON TODAS SUS
CONSECUENCIAS, SU SER DE MESTIZO
CULTURAL
“El mexicano es inseguro y es disimulado porque no se
ha decidido a ser lo que verdaderamente es: un mestizo
cultural.
De ahí la etiología de la crisis de identidad”
“El pueblo mexicano se ha encontrado siempre bajo el
peso de una jerarquía rigurosa”
6 rasgos comunes que trazan al mexicano
*caprichoso
*irracional
*hipersensible
*sin plan racional alguno
*naturaleza explosiva
*pasión desmedida
LOS MEXICANOS NO SOMOS INFERIORES NI NOS SENTIMOS INFERIORES, SIMPLEMETE PADECEMOS UNA INSEGURIDAD QUE PROVIENE DE LOS SUCESOS DE NUESTRA HISTORIA Y DE LOS HECHOS DE NUESTRA VIDA SOCIAL