El amor definicion y conceptos

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LOS ADOLESCENTES Y LA INFLUENCIA DEL AMOR EN SUS RELACIONES SOCIALES

LOS ADOLESCENTES Y LA INFLUENCIA DEL

AMOR EN SUS RELACIONES SOCIALES JLMS

EL AMOR

DESCRIPCION Y DEFINICIONES DEL AMOR

El amor, ¡Ay, el amor! ¿Qué es amor? El tema del amor es o puede ser un tema

enigmático, polémico y para nada esclarecido para la mayoría de las personas,

debido a que el amor puede verse desde la perspectiva y enfoque que cada

individuo le asigna, o a manera interpretativa personal. Debido a las

interpretaciones subjetivas y enfoques psicológicos el concepto de amor puede

variar. Muchos interesados en el tema, han investigado referente al amor desde

diversos enfoques, conductista, psicoanalítico, filosófico, humanista; he

considerado a algunos autores (no precisamente teóricos) que han realizado

estudios y análisis en base al status o naturaleza del amor en los individuos.

Para muchos autores, el amor es complejo a tal grado que no es posible

concluir concretamente en el tema. En los últimos años, la psicología social le

ha tomado mayor importancia al tema del amor. Cada día las personas

demuestran añorarlo, lo desean, viven por él y si es posible, mueren por él. La

complejidad del tema del amor es tal, que la interpretación subjetiva, es decir,

interpretación personal de cada sujeto, puede verse en las siguientes

definiciones del amor.

Merani (1979) en su Diccionario de psicología proporciona una breve definición

del concepto del amor derivado del latín (amor = afecto, cariño): “Tendencia

atractiva hacia otras personas, sobre todo si no tiene por objeto exclusivo la

satisfacción de una necesidad material (amor por los padres, la patria, etc)”.

Esta definición, involucra la preferencia que las personas tienen de seleccionar

a otras personas para demostrar afecto, sin intención de satisfacer necesidades

materiales.



Alguien más alude al amor cómo una de las virtudes implicadas en el valor del

altruismo: “El altruismo es una de las virtudes más completas… las virtudes

implícitas en el altruismo: la justicia, la generosidad, la compasión, la gratitud, la

humildad, la tolerancia y, por supuesto, el amor”. Breña (2007). Este autor,

considera que el amor es un complemento de uno de los valores más solidarios;

que las personas altruistas tienden a obrar en beneficio de la sociedad,

procurando el bien ajeno, aun acuesta del propio, y de esta manera se

manifiesta el amor. Breña (2007), menciona En el diálogo Lisis de Platón, una

frase que el personaje Sócrates dice al conversar con el joven Lisis,

refiriéndose a una interpretación del amor: “Amor es desear que la persona

amada sea lo más feliz posible”. Dando a comprender que el amor, busca la

felicidad de la persona que se ama, poniendo como prioridad las necesidades y

felicidad del ser amado, y colocando en segundo término los intereses y

felicidad personales.

Lo anterior, supone interpretaciones y definiciones del amor de algunas

personas, pero se analizan otras posiciones referentes al amor. No solamente

se contemplan definiciones, sino también un análisis del amor. Se ha

mencionado que el amor es una tendencia de afecto hacia las personas, que es

obrar en beneficio de otras personas con el fin de hacerles feliz, aun cuando

esto implique sacrificio personal.

El amor no puede considerarse como un impulso o deseo sentimental, “si

no como un principio de vida que implica el uso de la razón y el hábito de la

reflexión, ya que es un don consciente que inspira nuestras acciones”.

(Lanarés, 1983: 25).

Lanarés (1983) muestra ciertas características e implicaciones del amor.

Comenta que en el amor se emerge una dependencia en alguien o en algo.

Es necesitar de un ser humano o divino, de su presencia o aprobación.

Este es totalmente incompatible con el espíritu de independencia. Es el



amor un principio de vida que va más allá de una simple lógica, pero

requiere del razonamiento para poder obrar de manera adecuada y elegir

entre lo correcto y favorable, y no solamente como un impulso, como algo

guiado por las puras emociones. Es el amor según Lanarés (1983) el que

impulsa a los hombres hacia actos de bien, reflexionados y analizados para

producir bienestar de manera consciente.

En Torres (1999) encontramos que el amor tiene dos aspectos importantes

que las personas deben considerar, el aspecto pasivo o receptivo y el

aspecto activo, comparándolo con la comunicación, la cual requiere de un

emisor y un receptor para el desarrollo de una conversación. El aspecto

pasivo del amor es considerado como el más fácil de vivir, siendo la forma

reciproca de las acciones y emociones que se da entre las personas, es

decir, se ama a quienes están dispuestos a amar y corresponder los

sentimientos de otras personas.

El aspecto activo del amor demanda una capacidad especial de auténtico

respeto, aceptación y admiración absoluta hacia la otra persona, no

importando las facetas en ella que nos resulten desagradables. El aspecto

activo del amor es el más importante debido a que la persona que no es

capaz de dar amor, tampoco es capaz de recibirlo. Torres (1999) usa la

siguiente analogía para comparar este aspecto del amor: “El amor genera

un flujo de circular entre las personas que lo intercambian, como el flujo de

agua en una fuente; si obstruimos la salida de agua (incapacidad para dar

amor) el agua tampoco podrá entrar, ya que todo el flujo se encontrará

detenido; si obstruimos la entrada de agua (incapacidad para recibir amor)

sucederá exactamente lo mismo”.

El amor ha sido estudiado desde diversos enfoques, a continuación se presenta

un análisis del amor desde un enfoque psicoanalista, el cual es estudiado por

Erich Fromm (1990), el cual dice lo siguiente sobre el amor:



“El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un

arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en

que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura,

carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería. …Todos están sedientos de amor;

ven innumerables películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas,

escuchan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, casi

nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor.”(1990)

Para este psicoanalista (Fromm, 1990) el amor no es solamente un

sentimiento, un afecto o una necesidad común y corriente; sino más bien lo

considera un arte, un oficio que todo individuo debiera aprender, aunque no

todos estén facultados en el momento para desarrollar esta destreza de

amar, debido a que la mayoría de las personas consideran que el amor se

da de forma fortuita, que el amor no es necesario aprenderlo, y que no existe

algo más que aprender sobre el amor que el vivirlo y sentirlo. Pero sugiere,

que el amor hay que aprenderlo, así como el proceso de vida humana, en el

que hay que aprender a vivir y socializar entre otras tareas que requieren

aprendizaje. Es decir, que para Fromm el amor tiene que ver con una

actitud.

Fromm (1990), se fundamenta en varias proposiciones que sustentan la actitud

anterior:

1. Una de ellas explica el mayor problema de las personas, las cuales

desean ser amadas, egocéntricamente pensando en la necesidad de

afecto del cual carecen. Las personas buscan que las amen, pero es

muy difícil para muchos amar a otras personas. Y se preocupan en

satisfacer su propia necesidad, sin ver en ocasiones, la necesidad de

afecto de las otras personas, considerándose a sí mismos dignos de ser

amados.



2. La siguiente premisa se basa, en que las personas no tienen nada

que aprender sobre el amor, suponen que el amor se basa en la

calidad del objeto-individuo y no en la capacidad para amar.

Admitiendo de esta manera, lo fácil que es amar y lo difícil que es

encontrar algo que sea digno de amar.

3. Y la tercera proposición de Fromm (1990), acerca del problema de

que no hay nada que aprender sobre el amor, se encuentra basado

en el sentir estar enamorado, y el mantenimiento del mismo. Para

nuestra sociedad, los sentimientos son la base de la toma de

decisiones, es en este espacio que los adolescentes toman parte de

sus decisiones, en la mayoría de los casos sin usar la razón, sino en

el puro sentimiento, o como dijera un promocional de una bebida

comercial: obedecen a sus impulsos emocionales.

Basado en las premisas anteriores Fromm (1990) estudia y clasifica el amor en

base a su naturaleza, del cual, retomaremos el amor así mismo para comentar

al respecto y el lector pueda analizar su situación presente respecto al amor

personal…

Amor a sí mismo

¿Por qué es tan importante el amarse a uno mismo?

Todo lo bueno que una persona desea dar, debe comenzar por tenerlo. El

principio anterior de que no se puede dar algo que no se posee, es muy real. No

podemos tomar agua de un recipiente que no posee agua. Esta verdad es

afirmada por las Sagradas Escrituras, en la cual se apoya Fromm (1990), para

firmar sobre el amor a sí mismo, lo siguiente:



“La idea expresada en el bíblico «Ama a tu prójimo como a ti mismo»,

implica que el respeto por la propia integridad y unicidad, el amor y la

comprensión del propio sí mismo, no pueden separarse del respeto, el amor

y la comprensión del otro individuo. El amor a sí mismo está

inseparablemente ligado al amor a cualquier otro ser”. (Fromm, 1990: 63)

Este amor hacia nuestra propia persona, implica el buen desarrollo de

autoestima, la cual revela la calidad de la relación diada-simbiótica madre-hijo y

el reforzamiento de las características personales del individuo; ya que la

autoestima revela el valor que la persona considera tener para sí y para los

demás, afectando de esta manera las relaciones e interacciones sociales del

individuo en su contexto.

Tal como Carbajal (2002) se refiere a la autoestima: “es la valoración que cada

uno de nosotros hace de sí mismo. Cuando esa valoración es baja, se crean

muchos problemas en nuestra personalidad y comportamiento. En cambio,

mientras más fortalecida se encuentre, nos permitirá alcanzar mejores niveles

de bienestar y eficiencia.” Un adolescente con baja autoestima, como Carbajal

(2002) comenta ignora sus propias cualidades o desconfía de estas,

reprimiendo así su deseo de realizar alguna actividad, por lo que tienen miedo a

ser rechazadas y juzgadas negativamente, por si fuera poco, le temen a las

relaciones sociales.

Dichas actitudes que muchos adolescentes, y aún personas mayores

presentan, expresan la falta de amor a sí mismos. Las personas que se aman a

sí mismos, confían identifican sus cualidades y habilidades de manera que son

capaces de confiar en ellas, conocen sus deficiencias y reconocen sus faltas, se

autoaceptan; tienden a establecer relaciones sociales sólidas.

La persona con este tipo de amor, se puede comparar a una fuente abundante

de agua, que no solamente está llena en sí, sino que fluye hacia el exterior. Los



sujetos que se aman a sí mismos, tienen la facultad de expresar y dar ese amor

a otros.

Es este tipo de amor que se desplaza hacia los demás, quién posee amor a sí

mismo, no se preocupa por que se le ame, su principal interés es la de dar de

ese amor en sí, hacia los demás; manifiesta una autoestima alta, pero no una

sobre estimación – es decir, no es narcisista, ni egocéntrico.

El amor no se trata de solamente una emoción y sentimiento, sino un conjunto

de sentimiento positivos y actitudes que benefician al ser que se ama. Una de

las conceptualizaciones más cercanas y valiosas que se ha encontrado entre el

transcurso de esta investigación y que no podría pasarse por alto, es la que

Tucker (2009: 91) nos muestra en su libro Enamórate bien: “El amor no es un

mero sentimiento sujeto a los vaivenes de la personalidad y las circunstancias;

es un principio. Los principios no dependen de la reacción de la otra parte, sino

de mi acción voluntaria, consciente y permanente. El amor verdadero no es

deseo de pertenencia, sino entrega. El amor no es exclusivista ni aislacionista”.

En cuanto al amor evolucionado en las relaciones afectivas, me permito

presentar lo siguiente:

EL PROCESO DEL AMOR

(Análisis personal sobre el amor)

Para el autor, “El amor más que un sentimiento subjetivo, es una acción

objetiva”, y la siguiente posición es compartida por otros autores. (JLMS1)

1 JLMS, hacen referencia al nombre del investigador.



Los tres niveles ideales del amor “para relaciones de noviazgo” y toda relación

social.

Antes de hablar del proceso del amor, conviene a este apartado considerar

nuevamente, un tema de gran importancia para los adolescentes, el amor a

primera vista.

El amor a primera vista, para los adolescentes, puede ser una realidad existente

y dinámica. Este “tipo de amor” puede comenzar su desarrollo al tener un

encuentro con una persona que resulta atractiva al (la) adolescente, y esta

puede verse favorecida por la frecuencia de interacción o afectada por la

inconsistencia emocional o de lejanía física, entre la persona en quién ocurre la

impresión y la persona objeto de impresión.

Sin embargo, la investigación realizada denota que para una considerable parte

de la sociedad adolescente, el amor a primera vista no existe. Es por ello que

este subtema, ha considerado exponer lo que para muchos puede ser lógico,

sin embargo, para algunos otros, se trata de simplemente las emociones en el

campo del amor. Sea por lógica o emoción, a continuación se pretende

demostrar que el amor puede llevar un proceso y demostrar que el amor a

primera vista puede ser un mito, y que en unos cuantos meses de conocer a

alguien, no se puede amar intensamente.

Cuando hablo del amor con jóvenes y adolescentes, pretendo que sepan

distinguir las diferentes fases del amor, o bien, la expresión de emociones hacia

otras personas. El proceso del amor lo hemos dividido en 3 niveles afectivos.

Nivel 1: Gustar.

Este nivel afectivo, denota el atractivo por la apariencia exterior, quizá en

su primera impresión, y en la constancia de cercanía, como por aquellos



aspectos agradables que se desarrollan a medida se frecuenta dicha

interacción con el objeto de gusto.

Una palabra clave en el gusto es la atracción. Aquello que ha captado nuestra

atención por su forma, aspecto físico, sensaciones causadas por la experiencia

y momento.

El gusto puede ser causado por la primera impresión. El sentido que juega un

papel fundamental en el desarrollo afectivo de este primer nivel, es el sentido de

la vista. Si el objeto o sujeto, es agradable a la vista, lo cual da inicio al deseo

de eso agradable.

Un ejemplo muy claro, es cuando las chicas o mujeres en su mayoría, pasan

frente a un aparador de ropa de alguna boutique, y algún vestido, blusa o

pantalón les llamó la atención, les gustó; ahora procurarán poder comprarlo o

simplemente dirán: ¡Qué bonito!

“… En realidad este le gusta más, pero le gustan varios. <<Sobre gustos no

hay nada escrito>>. Lo que me gusta hoy, puede que mañana me disguste.”

(Tucker, 2009).

Una vez ha nacido el gusto hacia una persona, si la interacción es frecuente y la

compañía agradable, el interés hacia la otra persona crece y los lazos afectivos

tienden a ser más fuertes, el aprecio comienza a solidificarse, dando paso al

segundo nivel de afecto.

Nivel 2. Querer.

El nivel anterior es el despertar del deseo por lo agradable que representa el

objeto o sujeto de la atracción. En este segundo nivel afectivo, el deseo es más

intenso y se tiende al deseo de tener u obtener.



Los sujetos que se encuentran en dicho nivel tienen la intensión de adquirir o

lograr que lo que desean pueda ser de o para ellos.

Tucker (2009), comenta que en este nivel existe el anhelo de pertenencia. Este

sentimiento procede hacia la exclusividad. Tucker, se refiere al querer como

“una manifestación de egoísmo, un deseo de posesión que no es saludable, y

cuanto más exclusivista sea, más enfermizo será”.

Nivel 3. Amor.

Para la descripción de este último y sublime nivel, no ha sido sencillo identificar

los elementos correspondientes. Pero, además de vivencias de otros adultos, la

experiencia personal y el apoyo en literaturas de personas que han dedicado

años a estudiar el fenómeno del amor y de las relaciones productivas de

bienestar mutuo, nos atrevemos a dar las siguientes aportaciones. Las cuales,

algunas de ellas han sido identificadas como faltantes en las relaciones sociales

de los adolescentes.

Anteriormente, se ha aludido a algunas referencias hechas sobre el amor. Se

puede concluir que el amor es un <<Principio de vida que rige el conjunto de

virtudes, emociones, actitudes y acciones productivas de bienestar y desarrollo

integral de la persona u objeto que se ama>>.

La definición anterior del amor menciona que el amor rige el conjunto de

virtudes, características que el amor posee y más que poseer, que el amor en

esencia es.

El amor, es manifiesto hacia todas las personas, el amor en esencia, es

ajustable para toda la humanidad.

Posteriormente, si es de interés del lector, les presentaremos algunas virtudes

que acompañan al amor y son dignas de poner en prácticas en todas las

relaciones afectivas.



BIBLIOGRAFÍA

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