El Pensamiento de DiltheyPOR EMILIO URANGA
Constituye este libro * una excelenté yfácil introducción al pensaritiento de Guillermo Dilthey. 'El doctor Roura gusta depresentar bs ideas con un mínimo decomplicación, allanando al principiantelas dificultades que surgirían de una exposición demasiado técnica y rigurosa.. No es fácil presentar en una exposición seguida y, en lo fosible, sistemática,el pensamiento de Dilthey. La obra de es-
" te filósofo se integra pol una ~ultitud deensayos sueltos, de .contribucio.nes y monografías que. requieren una lectura atenta para destacar los lineamientos generales y el desarrollo de las ideas de Dilthey.Esta tarea la ha re·alizado el doctor RouraParella con elogiable probidad. De la masa,un poco informe, de escritos de Diltheyha sacado una' exposición coherente, y,repetimos, quien conozca la 'dispersión casi desconcertante d~. los originales no podrá regatearle elogios y reconocimientopor su labor de sistematización y de ordenación. En lo posible ha surgido, porefecto de la diligencia del doctor Roura,una figura perfectamente articulada demomentos de desarrollo en la filosofía deDilthey. Cada uno de .los capítulos, y casi oda uno de los parágrafos? está redactado en tal forma que deja ver cuálesfueron los puntos de partida, y cuáles lospuntos de arribada, .entre los que se desplaz.ó el pensamiento del filósofo alemán,así como los ~otivos que presumiblementeinfluyeron para queJtal evolución se produjera.
Di\'ide' su ensayo en cuatro grandescapí tulos y una introducción. En ésta define el ambiente ~spiritual en que se desarrolló la obra de ,Dilthey, da noticiasbreves de las relaciones entre' su pensamiento y el de Hegel y Kant, y termina.presentando a la fjlosofía de Dilthey,fundamentalmente, co~o una tilo~ofía dela vida.·
En el segundo capítulo inicia la discusión sobre las relaciones existentes entre la vida 'y la vivencia.
El problema de estas relaciones nos parece que ha tenido su origen en Kant. Deacuerdo con el teórico de las tres céle"bres Críticas, .el conocimiento de la propia intimidad no puede nunca darnos lascosas en sí ~smas sino mediatizadas por
el tiempo. No 'nos conocemos como somosen realidad, sino sólo como nos aparecemos a nosotros mismos.
La vivencia, el contenido elemental y
primitivo de la conciencia no puede.ser
vir en modo alguno como representaciónauténtica de nuestra individualidad, ya---" . !
* Juan ROURA-PARELLA, El Mundo Histórico Social. (ERsayo' sobre la Morfologíade la Cultura de Dilthey.) Cuadernos de So.ciología. Biblioteca de Ensayos Sociológicos.lristit!Jto de Investigaciones Sociales. Universidad Nacional.-México, 1947. 230 pp.
que, esta ,vivencia es sólo un fenómeno,no una cosa en sí misma.
Pero. con Dilthey la vivencia se revela como capaz de darnos una representación auténtica de nosotros mismos y eltrabaj~ del entendimiento al ejercitarscsobre esta vivencia para expresarla de modo univers3¡1 siempre correrá el peligro deestar dando un substituto falseado de lapersonalidad efectiva..
Sobre la vívencia se construye una complicada trama de funciones racionales· queobjetivan aquella vivencia y la ,conviertenen un producto comunicable y compartible.
Según el doctor Roura-Parella esto,que debe ser llamado el espíritu objetivo, lo recibió Dilthey de la filosofía deHegel. "Pero así como Hegel lo atacóespeculativamente construyendo' un sistema sin cimientos en la realidad¡ Diltheylo sometió a una investigación empíricarigurosa. Lo que en Hegel es metaffsicadel espíritu, es en Dilthey ciencia delespíritu. La genialidad del filósofo alemánestá en habernos mostrado el camino, evitando toda especulación, para investigar'la realidad social-históricá en conexióncon el espíritu del hombre." .
Por un lado h~lIase el espíritu del' hombre y por otro la realidad histórico-social,pero el espíritu y' la realidad no están'sencillamente una al lado. del otro, sinoque contra~n sutiles implicaciones cuyainvestigación constituye la parte' medular de la obra de Dilthey. En la filosofía
ESPEIlA
contemporánea este tema ha sido abordadotanto por Husserl como por Heidegger,y practerizado, por este último, como elproblema del "ser-en-el-mundo". Es también el problema de lo transcendental, yaque en Kant este concepto implica unarelación que por su anverso mira haciael espíritu, mientras que por su reversose dirige al mundo.
En términos generales Dilthey resuelve el problema afirmandQ. que en la vivencia se toca la realidad misma, .sobretodo en la vivencia del esfuerzo; y queapoyándose en esta realidad innegable seconstruye por funciones racionales elmundo objetivo.
En el capítulo n esboza el doctor Roura·la psicología de Dilthey, o. como' dicehermosamente, "la imagen del alma": Esa nuestro entender el parágrafo de su libro mejor logrado. Según' Dilthey, unavez -que por la: vivencia hemos hincadolas raíces en la realidad empieza el tra~
bajo del pensamiento. Distinguir lo queel pensamiento aporta a la vivencia ha.sido el tema de la famosa Deducción delas Categorías de Kant. PC1:'O es'te temapuede aborda~se, como lo hace el mism~
Kant, desde dos vertientes, una subjetivao psi~ológica, y otra objetiva o lógica~Dilthey se acoge a la primera, analizando.los tipos de pensamiento qu~ van desdela simple "asociación" hasta el pensamiento discursivo. Al estrato más inferior delpensamiento le llama Dilthey el "pensarcallad~". Como toda actividad de. pensa-
rzIlEI/IJIllE:
miento, no construye -sus contenidos sinoque simplemente los en.laza. "El <pensarcallado» r.ealiza en la esfera del pensar untrabajo silencioso y preparador, pues sumisión consiste en elevar a la conciencialas relaciones lógicas de lo dado," Y a continuación, éon una aparente contradicción, el "pensar callado" --dice el doctorRoura- es un trabajo inconsciente. Estaoperación elemental nos hace ver hastaqué honduras del alma el hombre es un serespiritual. "La actividad del pensar noempieza con el empleo de categorías científicas si.no en el seno mismo de la vivencIa: es un fenómeno originario del espíritu,"
Un tipo más elevado de actividadespiritual es el que llama Dilthey del"pensar interpretativo". Consiste en unaapropia~ión del sentido de las cosas, ayudándonos con nuestras experiencias pa-sadas. Nunca se ve al mundo sin prejuicios, 'antes de lanzar la más parva de lasojeadas sobre las cosas existe en nosótros
·una estructura preformada por nuéstra vi~
da anterior de conocimienf~. "La ~asa
psíquica ya existente (en nosotros)' co~diciona la entrada' de nuevos contenidos.~'
Pero con este tipo de actividad ·no hemos alcanzado todavía el punto culmi- .nante de la operación racional. En este;momento de nuestra elaboración cognos-.'citiva nos faltá el lenguaje. DiI~hey lohace intervenir bajo la denominación dél"pensar discursivo". Es. el reino de. lassignificaciones de ~dmundo Husserl.' Pero.también con Kant, es el dominio del'con-tenido de la col1ciencia en que se ha pasado de lo meramente contingente e indiovidual al saber objetivo universal y necesario. En esta sección de su obra nosparece que sigue un tanto puntualmente .los célebres análisis kantiano~ de la primera redacción de la Deducción de lasCategorías.
El pensamiento no apoyado -en la vi,,:vencia, en la diversidad sensible témpor~
espacialmente confonnada, para hablar
con Kant, es un pensamiento vacío, qu~
requiere su correspondiente' vivencia para
adquirir la validez universal y necesaria
de un conocimiento. Los pensamientos
aluden siempre, como uno de sus momen
tos esenciales, a una intuición posible, a l:i .
que "animan", o confieren sentido. "Dil
they acentúa siempre el .primado de la
yivencia; el pensar discursi o debe vin.cu.-.
larse a la masa vivencial; si es que pre,
tende tener un valor para la vida, n~
debe abandonar lo primariamente dado:
De la ~ivencia va una línea directa de lasrepresentaciones hasta el orden de los con~
ceptos que es captado en el pensar. Por
doquiera sólo tenemos que vérnoslas con
las representaciones de -la vivencia. Li
UNIVERSIDAD DE MEXICO .* 9
10 * UNIVERSIDAD" DE MEXICO
lJI
.,
ALIANZA QUIMICAMEXICANA, S. A.
de C. V.
"conciencia lógica de validez general delos juicios", "conciencia de la evidencia".Este subjetivismo ha de haberle quedadopatente después de la lectura cuidadosaque hizo de las Investigaciones Lógicas. Deaquí que la última fase de su pensamientose haya desplazado a lo que se llama la"hermenéutica".
"La lectura' de Husserl traza una divisoria en el modo de pensar de Dilthey.Si en la primera fase de su vida fundael criterio de verdad en ·la vivencia, enla segunda se apoyará en el comprenderde la expresión." "De la vivencia nacenlas expresiones; en estas expresiones estácontenida una relación entre el sujeto yel objeto. Pero- en esta relación nos movemos del objeto al sujeto en cuanto queinterpretamos las objetivaciones de la vivencia. Ya no estamos en la esfera de losfenómenos internos sino en los objetos,no en los sentimientos sino en los valores, las significaciones, etc." De aquí resulta que la teoría del comprender es fundamental para la fundamentación de las',ciencias del espíritu. Dilthey rcnuncia~á
de aquí en adelante a la aprehensión directa de la realidad en la vivencia, ypreferirá retroceder desde los contenidosobjetivos hasta el fondo mismo de la vida, adelantando también en esto lo quela fenomenología desarrolló.
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•Sólo una objeción dirigiríamos a la e~-
posición del doctor Roura, y es que .-lasreferencias a la obra de Dilthey no señalanlas páginas correspondientes de la edicióncastellana, sino el original alemán. Tratándose de una obra de iniciación, lo adecuado hubiera sido señalar ai estudianté
, las páginas de ll?s textos en español, puesenviarle al libro en alemán ya no es ocupación de estudiantes, sino de especialistas.Ojalá que en una edición subsecuentepueda subsanarse esta falta.
Las cosas del mundo "exterior" nuncase nos pueden entregar, por definición,tal cuales son en sí mismas, pues por elespacio y el tiempo en que aparecen conformadas han dejado ya d~ ser cosas en símismas para convertirse en simples "fenómenos". La ciencia natural investigalas relaciones de estos fenómenos, peronunca puede pasar más allá para .conocerlas cosas de una manera absoluta.
Lo mismo acontece, según Kant, conlos contenidos de la conciencia. El mundo'interior está poblado por fenómenos y lapsicología, por tanto, al igual que la ciencia natural, perseguirá en vano alcanzardetrás de ellos la cosa en sí. No nos conocemos como en realidad somos sino sólocomo nos 'aparecemos, dice Kant, limita~do así el objeto de' la psicología al estudio de los fenómenos de la vida intenor.
Dilthey, en cambio, cree que nos conocemos tal cual somos, es decir, que en elcaso de los contenidos de conciencia suser fenoinénico' es el único que existe,mientras que su ser en sí es una puranada. La teoría del conocimiento no puedeabrazar con el mismo título' a' las cien-ciasnaturales y II las ciencias 'del espíritu. En el mundo exterior el fenómenoalude por necesidad a una cosa en sí; enel mundo interior el fenómeno se encierra en sí mismo y se agota a sí mismo ensu pura consistencia fenoménica, esto es,en ser algo.,presente a la conciencia y parala .conciencia, fuera de lo cual carece detodo ser.
"La realidad de los estadQS internos-piensa Dilthey- es el punto de partida más, seguro de todo conocimiento."';El' mundo interno vale como el reino delo indudable, tien~ una plena realidad quese abre con la llave d'e la experiencia in-,terna. Es lógico, pues, que Dilthey consíderara la viyencia cómo toda fuente de,conocimiento. Mientras lo interno quédaeternamente vedado al conocimiento natural, en la vivencia. coinciden como idénticos fenómeno y realidad: el «ser en sí:tes el <s~r para mí~. Este <mundo en sí;)constituye el eterno tema de la metafísica.En cambio el conocimiento vivencialagota toda la realidad: es un conocimiento esencial."
En ~ste sentido se desarrolló más tardela fenomenología de Edmundo Husserl.Es al fondo la evidencia cartesiana delego cogito, desa~rollada magistralmentepor el profesor de Friburgo en sus notables Meditaciones.
En Dilthey el problema se presenta ba~
jo el aspecto de una crítica a la psicologíavigente, analítica, frente'a una psicologíaplaneada de modo sintético en sus Ideenüber eine beschreibende und zergliederndePsychologie, 1894.
Al postular ia viv'encia coino contenidoii:ld~bitable de la conciencia, Dilthey que~
dó preso en el subjetivismo. En efecto, elpercatarme de mis propios estados.interiores no me asegura en modo alguno quepuedan tener una validez independientemente del hic et mmc. De aquí que buscara, inútilmente a nuestro entender, unaescapatoria al relativismo forjando tér7minos pocp comprensibles, como los de"explicación en el pensar discursivo",
lurgen de los distintos yos que se cons-.tituyen como centro de la vida del hombre," Pero el yo .que se elige como centrodeterminará ciertos tipos de concepcióndel mundo a cuyo análisis dedica Diltheyimportantes monografías. En general puede hablarse de tres tipos de concepcióndel mundo: la idealista, la realista y lapanteísta, colocadas, un poco, en el ordenhegeliano de tesis, antítesis y síntesis. Apesar de su decisión de objetividad Dilthey no deja de traicionar su preferenciapor el panteísmo, que a sus ojos viene aser algo así como la "absorción superadora" de los otros dos tipos de concepción del mundo.
El idealista centra el sentido del mundo en la idea de libertad. "La escena interior del idealista es un campo de batalla.La tensión entre el ideal y la realidad,entre lo que debe ser y lo que no es no ledeja ~ivir tranquilo." En nuestro tiempodirá Albert Camus que el hombre, el hom-'bre auténtico, sólo se desespera y llorapor una cosa: porque las cosas no soncomo deberían ser. La ciéga ley causal delos acontecimientos no tiene ningún sen- ,tido de deber ser y el hombre que se abandona a su incontenible fluencia abdica desu libertad.
El realista, por el contrario, no conoceel conflicto, no sabe de lucha interior."El <realista sano» vive sin tensiones, enpaz consigo mismo, porque en su almaimpera la homogeneidad biológica." Nohay contraposición entre un ser y un deberser, sino una conformidad o adecuációnentre la estructura del. hombre y las le-'yes del universo.
El tercer tipo de concepción del Jl1undo lo llama Dilthey el idealismo objetivo.Este tipo de hombre siente la armonía de 'la vida y está animado "por una gransimpatía y un gran entusiasmo para' todolo viviente, en cuyos múltiples aspectosve la huella de Dios. El mundo es unaenormé conexión en la que no hay n'adaseparado, desunido, destrabado. Goethe,a quien Schiller miró siempre con envi.dia, pertenece a este tipo". Al mismoDilthey habría que colocarlo en este tipopor razones que brevemente da a conocerel doctor Roura.
Nuevamente hay que destacar la claridad· con que el doctor Roura ha conseguido resumir las ideas, tan intrinc;dasy confusas, sobre lo que se llama unaconcepción del mundo, poniendo a disposición del estudiante defi.niciones sencillas, manejables, y que pueden pasar, sin
mayores modificaciones, a' formar parte
de la terminología habitual de la filosofía.
El capítulo IV y final se ocupa de estu
diar la fundamentación de las. cienciasdel espíritu en Dilthey. Como es sabido,Dilthey pretendía fundamentar las cien
cias morales o culturales en la psicología.
En este sentido seguía las huellas d~ He
gel, modificando, claro está, la fenome~
nología metafísica en una ciencia posi
tiva. "En líneas generales, Dilthey sigue
a Kant en la teoría del conocimiento delas ciencias naturales," Pero a diferencia
de Kant, la teoría del conocimiento de las'
ciencias del espíritu la construye Dilthey
sobre supuestos no fenoménicos.
Servicio
PINTURAS
Calidad
ascención 'de la intuición a la objetivación ligue esta lín'ea: intuición, recuerdo,representación total, designación, incorporación de lo particualr a lo general,unión de las partes a' un todo, juicio."
Que la intuición tenga que ser elaborada hasta que adquiera el sentido del juicio,es éste un proceso motivado por afectosy voliciones, pero si bien éstos aportan suenergía, el proceso, en su totalipad, esteleológico, dependiendo en último término del saber con validez general u ob-
'SHERWINWILLIAMS
jetiva.En toda esta exposición el doctor Rou
ca-Parella ha seguido de la manera másconveniente la formación del pensamientoconceptual. Para los especialistas es estecapítulo de particular importancia, puesguiados por una exposición sencilla, .se'hallap,en posibilidad de comparar las aportaciones de Dilthey con las de Kant sintemor de perderse en atribuciones ilegítimas, cosa que muy frecuentemente acontece en otras exposiciones de Dilthey. El,doctor Roura, por su conocimiento de lahistoria de la filosofía, sabe distinguir aperfección lo que hay que dar a Kant ylo que hay ql:le dar a Dilthey, sin caer enesa grotesca manía de muchos comentadores que parecen haber ignorado a Kantpara atribuir a Dilthey lo que una someraojeada reivindicaría indiscutiblemente pa-
, ra el teÓrico de las Críticas. En este sentido, la' exposición del doctor Roura esej~plar. •
El capítulo m ofrece una expoSlClonclara y concisa de la teoría de Diltheysobre las concepciones del mundo. "No esfácil decir lo que se entiende por concepción del mundo~ No significa tan sólo una'visión del mundo, sino que en esta visiónpalpita un ideal para la vida misma, no es$610' ün conjunto de reflexiones sino quees una· actitud total del hombre, de unpueblo, de una época,"
En toda concepción del mundo existepor un lado el mundo 'y por otro la conciencia paca quien este mundo se ofrece.
Los objetos del mundo están ahí para unaconciencia, "Las concepciones del mundo