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El Pensamiento de Dilthey POR EMILIO URANGA Constituye este libro * una excelenté y fácil introducción al pensaritiento de Gui- llermo Dilthey. 'El doctor Roura gusta de presentar bs ideas con un mínimo de complicación, allanando al principiante las dificultades que surgirían de una ex- posición demasiado técnica y rigurosa. . No es fácil presentar en una exposi- ción seguida y, en lo fosible, sistemática, el pensamiento de Dilthey. La obra de es- " te filósofo se integra pol una de ensayos sueltos, de .contribucio.nes y mo- nografías que. requieren una lectura aten- ta para destacar los lineamientos genera- les y el desarrollo de las ideas de Dilthey. Esta tarea la ha re·alizado el doctor Roura- Parella con elogiable probidad. De la masa, un poco informe, de escritos de Dilthey ha sacado una' exposición coherente, y, repetimos, quien conozca la 'dispersión ca- si desconcertante los originales no po- drá regatearle elogios y reconocimiento por su labor de sistematización y de or- denación. En lo posible ha surgido, por efecto de la diligencia del doctor Roura, una figura perfectamente articulada de momentos de desarrollo en la filosofía de Dilthey. Cada uno de .los capítulos, y ca- si oda uno de los parágrafos? está redac- tado en tal forma que deja ver cuáles fueron los puntos de partida, y cuáles los puntos de arribada, .entre los que se des- plaz.ó el pensamiento del filósofo alemán, así como los que presumiblemente influyeron para queJtal evolución se pro- dujera. Di\'ide' su ensayo en cuatro grandes capítulos y una introducción. En ésta de- fine el ambiente en que se des- arrolló la obra de ,Dilthey, da noticias breves de las relaciones entre' su pensa- miento y el de Hegel y Kant, y termina. presentando a la fjlosofía de Dilthey, fundamentalmente, una de la vida.· En el segundo capítulo inicia la dis- cusión sobre las relaciones existentes en- tre la vida 'y la vivencia. El problema de estas relaciones nos pa- rece que ha tenido su origen en Kant. De acuerdo con el teórico de las tres céle" bres Críticas, .el conocimiento de la pro- pia intimidad no puede nunca darnos las cosas en sino mediatizadas por el tiempo. No 'nos conocemos como so- mosen realidad, sino sólo como nos apa- recemos a nosotros mismos. La vivencia, el contenido elemental y primitivo de la conciencia no puede.ser- vir en modo alguno como representación auténtica de nuestra individualidad, ya ---" . ! * Juan ROURA-PARELLA, El Mundo His- tórico Social. (ERsayo' sobre la Morfología de la Cultura de Dilthey.) Cuadernos de So- .ciología. Biblioteca de Ensayos Sociológicos. lristit!Jto de Investigaciones Sociales. Uni- versidad Nacional.-México, 1947. 230 pp. que, esta ,vivencia es sólo un fenómeno, no una cosa en misma. Pero. con Dilthey la vivencia se reve- la como capaz de darnos una representa- ción auténtica de nosotros mismos y el del entendimiento al ejercitarsc sobre esta vivencia para expresarla de mo- do univers3¡1 siempre correrá el peligro de estar dando un substituto falseado de la personalidad efectiva.. Sobre la vívencia se construye una com- plicada trama de funciones racionales· que objetivan aquella vivencia y la ,convierten en un producto comunicable y comparti- ble. Según el doctor Roura-Parella esto, que debe ser llamado el espíritu objeti- vo, lo recibió Dilthey de la filosofía de Hegel. "Pero así como Hegel lo atacó especulativamente construyendo' un sis- tema sin cimientos en la realidad¡ Dilthey lo sometió a una investigación empírica rigurosa. Lo que en Hegel es metaffsica del espíritu, es en Dilthey ciencia del espíritu. La genialidad del filósofo alemán está en habernos mostrado el camino, evi- tando toda especulación, para investigar' la realidad social-históricá en conexión con el espíritu del hombre." . Por un lado el espíritu del' hom- bre y por otro la realidad histórico-social, pero el espíritu y' la realidad no están' sencillamente una al lado. del otro, sino que sutiles implicaciones cuya investigación constituye la parte' medu- lar de la obra de Dilthey. En la filosofía ESPEIlA contemporánea este tema ha sido abordado tanto por Husserl como por Heidegger, y practerizado, por este último, como el problema del "ser-en-el-mundo". Es tam- bién el problema de lo transcendental, ya que en Kant este concepto implica una relación que por su anverso mira hacia el espíritu, mientras que por su reverso se dirige al mundo. En términos generales Dilthey resuel- ve el problema afirmandQ. que en la vi- vencia se toca la realidad misma, .sobre todo en la vivencia del esfuerzo; y que apoyándose en esta realidad innegable se construye por funciones racionales el mundo objetivo. En el capítulo n esboza el doctor Rou- ra·la psicología de Dilthey, o. como' dice hermosamente, "la imagen del alma": Es a nuestro entender el parágrafo de su li- bro mejor logrado. Según' Dilthey, una vez -que por la: vivencia hemos hincado las raíces en la realidad empieza el bajo del pensamiento. Distinguir lo que el pensamiento aporta a la vivencia ha. sido el tema de la famosa Deducción de las Categorías de Kant. PC1:'O es'te tema puede como lo hace el Kant, desde dos vertientes, una subjetiva o y otra objetiva o Dilthey se acoge a la primera, analizando. los tipos de pensamiento van desde la simple "asociación" hasta el pensamien- to discursivo. Al estrato más inferior del pensamiento le llama Dilthey el "pensar Como toda actividad de. pensa- rz IlEI/IJIllE: miento, no construye -sus contenidos sino que simplemente los en.laza. "El <pensar callado» r.ealiza en la esfera del pensar un trabajo silencioso y preparador, pues su misión consiste en elevar a la conciencia las relaciones lógicas de lo dado," Y a con- tinuación, éon una aparente contradic- ción, el "pensar callado" --dice el doctor Roura- es un trabajo inconsciente. Esta operación elemental nos hace ver hasta qué honduras del alma el hombre es un ser espiritual. "La actividad del pensar no empieza con el empleo de categorías cien- tíficas si.no en el seno mismo de la viven- cIa: es un fenómeno originario del espí- ritu," Un tipo más elevado de actividad espiritual es el que llama Dilthey del "pensar interpretativo". Consiste en una del sentido de las cosas, ayu- dándonos con nuestras experiencias pa-- sadas. Nunca se ve al mundo sin prejui- cios, 'antes de lanzar la más parva de las ojeadas sobre las cosas existe en nosótros ·una estructura preformada por nuéstra da anterior de "La psíquica ya existente (en nosotros)' diciona la entrada' de nuevos Pero con este tipo de actividad ·no he- mos alcanzado todavía el punto culmi- . nante de la operación racional. En este; momento de nuestra elaboración cognos-. 'citiva nos faltá el lenguaje. lo hace intervenir bajo la denominación dél "pensar discursivo". Es. el reino de. las significaciones de Husserl.' Pero. también con Kant, es el dominio del'con-- tenido de la col1ciencia en que se ha pasa- do de lo meramente contingente e indio vidual al saber objetivo universal y ne- cesario. En esta sección de su obra nos parece que sigue un tanto puntualmente . los célebres análisis de la pri- mera redacción de la Deducción de las Categorías. El pensamiento no apoyado -en la vi,,: vencia, en la diversidad sensible espacialmente confonnada, para hablar con Kant, es un pensamiento vacío, requiere su correspondiente' vivencia para adquirir la validez universal y necesaria de un conocimiento. Los pensamientos aluden siempre, como uno de sus momen- tos esenciales, a una intuición posible, a l:i . que "animan", o confieren sentido. "Dil- they acentúa siempre el .primado de la yivencia; el pensar discursi o debe vin.cu.-. larse a la masa vivencial; si es que pre, tende tener un valor para la vida, debe abandonar lo primariamente dado: De la va una línea directa de las representaciones hasta el orden de los ceptos que es captado en el pensar. Por doquiera sólo tenemos que vérnoslas con las representaciones de -la vivencia. Li UNIVERSIDAD DE MEXICO . * 9

El Pensamiento de Dilthey · El Pensamiento de Dilthey POR EMILIO URANGA Constituye este libro * una excelenté y fácil introducción al pensaritiento de Gui llermo Dilthey.'Eldoctor

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El Pensamiento de DiltheyPOR EMILIO URANGA

Constituye este libro * una excelenté yfácil introducción al pensaritiento de Gui­llermo Dilthey. 'El doctor Roura gusta depresentar bs ideas con un mínimo decomplicación, allanando al principiantelas dificultades que surgirían de una ex­posición demasiado técnica y rigurosa.. No es fácil presentar en una exposi­ción seguida y, en lo fosible, sistemática,el pensamiento de Dilthey. La obra de es-

" te filósofo se integra pol una ~ultitud deensayos sueltos, de .contribucio.nes y mo­nografías que. requieren una lectura aten­ta para destacar los lineamientos genera­les y el desarrollo de las ideas de Dilthey.Esta tarea la ha re·alizado el doctor Roura­Parella con elogiable probidad. De la masa,un poco informe, de escritos de Diltheyha sacado una' exposición coherente, y,repetimos, quien conozca la 'dispersión ca­si desconcertante d~. los originales no po­drá regatearle elogios y reconocimientopor su labor de sistematización y de or­denación. En lo posible ha surgido, porefecto de la diligencia del doctor Roura,una figura perfectamente articulada demomentos de desarrollo en la filosofía deDilthey. Cada uno de .los capítulos, y ca­si oda uno de los parágrafos? está redac­tado en tal forma que deja ver cuálesfueron los puntos de partida, y cuáles lospuntos de arribada, .entre los que se des­plaz.ó el pensamiento del filósofo alemán,así como los ~otivos que presumiblementeinfluyeron para queJtal evolución se pro­dujera.

Di\'ide' su ensayo en cuatro grandescapí tulos y una introducción. En ésta de­fine el ambiente ~spiritual en que se des­arrolló la obra de ,Dilthey, da noticiasbreves de las relaciones entre' su pensa­miento y el de Hegel y Kant, y termina.presentando a la fjlosofía de Dilthey,fundamentalmente, co~o una tilo~ofía dela vida.·

En el segundo capítulo inicia la dis­cusión sobre las relaciones existentes en­tre la vida 'y la vivencia.

El problema de estas relaciones nos pa­rece que ha tenido su origen en Kant. Deacuerdo con el teórico de las tres céle"bres Críticas, .el conocimiento de la pro­pia intimidad no puede nunca darnos lascosas en sí ~smas sino mediatizadas por

el tiempo. No 'nos conocemos como so­mosen realidad, sino sólo como nos apa­recemos a nosotros mismos.

La vivencia, el contenido elemental y

primitivo de la conciencia no puede.ser­

vir en modo alguno como representaciónauténtica de nuestra individualidad, ya---" . !

* Juan ROURA-PARELLA, El Mundo His­tórico Social. (ERsayo' sobre la Morfologíade la Cultura de Dilthey.) Cuadernos de So­.ciología. Biblioteca de Ensayos Sociológicos.lristit!Jto de Investigaciones Sociales. Uni­versidad Nacional.-México, 1947. 230 pp.

que, esta ,vivencia es sólo un fenómeno,no una cosa en sí misma.

Pero. con Dilthey la vivencia se reve­la como capaz de darnos una representa­ción auténtica de nosotros mismos y eltrabaj~ del entendimiento al ejercitarscsobre esta vivencia para expresarla de mo­do univers3¡1 siempre correrá el peligro deestar dando un substituto falseado de lapersonalidad efectiva..

Sobre la vívencia se construye una com­plicada trama de funciones racionales· queobjetivan aquella vivencia y la ,conviertenen un producto comunicable y comparti­ble.

Según el doctor Roura-Parella esto,que debe ser llamado el espíritu objeti­vo, lo recibió Dilthey de la filosofía deHegel. "Pero así como Hegel lo atacóespeculativamente construyendo' un sis­tema sin cimientos en la realidad¡ Diltheylo sometió a una investigación empíricarigurosa. Lo que en Hegel es metaffsicadel espíritu, es en Dilthey ciencia delespíritu. La genialidad del filósofo alemánestá en habernos mostrado el camino, evi­tando toda especulación, para investigar'la realidad social-históricá en conexióncon el espíritu del hombre." .

Por un lado h~lIase el espíritu del' hom­bre y por otro la realidad histórico-social,pero el espíritu y' la realidad no están'sencillamente una al lado. del otro, sinoque contra~n sutiles implicaciones cuyainvestigación constituye la parte' medu­lar de la obra de Dilthey. En la filosofía

ESPEIlA

contemporánea este tema ha sido abordadotanto por Husserl como por Heidegger,y practerizado, por este último, como elproblema del "ser-en-el-mundo". Es tam­bién el problema de lo transcendental, yaque en Kant este concepto implica unarelación que por su anverso mira haciael espíritu, mientras que por su reversose dirige al mundo.

En términos generales Dilthey resuel­ve el problema afirmandQ. que en la vi­vencia se toca la realidad misma, .sobretodo en la vivencia del esfuerzo; y queapoyándose en esta realidad innegable seconstruye por funciones racionales elmundo objetivo.

En el capítulo n esboza el doctor Rou­ra·la psicología de Dilthey, o. como' dicehermosamente, "la imagen del alma": Esa nuestro entender el parágrafo de su li­bro mejor logrado. Según' Dilthey, unavez -que por la: vivencia hemos hincadolas raíces en la realidad empieza el tra~

bajo del pensamiento. Distinguir lo queel pensamiento aporta a la vivencia ha.sido el tema de la famosa Deducción delas Categorías de Kant. PC1:'O es'te temapuede aborda~se, como lo hace el mism~

Kant, desde dos vertientes, una subjetivao psi~ológica, y otra objetiva o lógica~Dilthey se acoge a la primera, analizando.los tipos de pensamiento qu~ van desdela simple "asociación" hasta el pensamien­to discursivo. Al estrato más inferior delpensamiento le llama Dilthey el "pensarcallad~". Como toda actividad de. pensa-

rzIlEI/IJIllE:

miento, no construye -sus contenidos sinoque simplemente los en.laza. "El <pensarcallado» r.ealiza en la esfera del pensar untrabajo silencioso y preparador, pues sumisión consiste en elevar a la conciencialas relaciones lógicas de lo dado," Y a con­tinuación, éon una aparente contradic­ción, el "pensar callado" --dice el doctorRoura- es un trabajo inconsciente. Estaoperación elemental nos hace ver hastaqué honduras del alma el hombre es un serespiritual. "La actividad del pensar noempieza con el empleo de categorías cien­tíficas si.no en el seno mismo de la viven­cIa: es un fenómeno originario del espí­ritu,"

Un tipo más elevado de actividadespiritual es el que llama Dilthey del"pensar interpretativo". Consiste en unaapropia~ión del sentido de las cosas, ayu­dándonos con nuestras experiencias pa-­sadas. Nunca se ve al mundo sin prejui­cios, 'antes de lanzar la más parva de lasojeadas sobre las cosas existe en nosótros

·una estructura preformada por nuéstra vi~

da anterior de conocimienf~. "La ~asa

psíquica ya existente (en nosotros)' co~­diciona la entrada' de nuevos contenidos.~'

Pero con este tipo de actividad ·no he­mos alcanzado todavía el punto culmi- .nante de la operación racional. En este;momento de nuestra elaboración cognos-.'citiva nos faltá el lenguaje. DiI~hey lohace intervenir bajo la denominación dél"pensar discursivo". Es. el reino de. lassignificaciones de ~dmundo Husserl.' Pero.también con Kant, es el dominio del'con-­tenido de la col1ciencia en que se ha pasa­do de lo meramente contingente e indiovidual al saber objetivo universal y ne­cesario. En esta sección de su obra nosparece que sigue un tanto puntualmente .los célebres análisis kantiano~ de la pri­mera redacción de la Deducción de lasCategorías.

El pensamiento no apoyado -en la vi,,:vencia, en la diversidad sensible témpor~

espacialmente confonnada, para hablar

con Kant, es un pensamiento vacío, qu~

requiere su correspondiente' vivencia para

adquirir la validez universal y necesaria

de un conocimiento. Los pensamientos

aluden siempre, como uno de sus momen­

tos esenciales, a una intuición posible, a l:i .

que "animan", o confieren sentido. "Dil­

they acentúa siempre el .primado de la

yivencia; el pensar discursi o debe vin.cu.-.

larse a la masa vivencial; si es que pre,

tende tener un valor para la vida, n~­

debe abandonar lo primariamente dado:

De la ~ivencia va una línea directa de lasrepresentaciones hasta el orden de los con~

ceptos que es captado en el pensar. Por

doquiera sólo tenemos que vérnoslas con

las representaciones de -la vivencia. Li

UNIVERSIDAD DE MEXICO .* 9

10 * UNIVERSIDAD" DE MEXICO

lJI

.,

ALIANZA QUIMICAMEXICANA, S. A.

de C. V.

"conciencia lógica de validez general delos juicios", "conciencia de la evidencia".Este subjetivismo ha de haberle quedadopatente después de la lectura cuidadosaque hizo de las Investigaciones Lógicas. Deaquí que la última fase de su pensamientose haya desplazado a lo que se llama la"hermenéutica".

"La lectura' de Husserl traza una di­visoria en el modo de pensar de Dilthey.Si en la primera fase de su vida fundael criterio de verdad en ·la vivencia, enla segunda se apoyará en el comprenderde la expresión." "De la vivencia nacenlas expresiones; en estas expresiones estácontenida una relación entre el sujeto yel objeto. Pero- en esta relación nos mo­vemos del objeto al sujeto en cuanto queinterpretamos las objetivaciones de la vi­vencia. Ya no estamos en la esfera de losfenómenos internos sino en los objetos,no en los sentimientos sino en los valo­res, las significaciones, etc." De aquí re­sulta que la teoría del comprender es fun­damental para la fundamentación de las',ciencias del espíritu. Dilthey rcnuncia~á

de aquí en adelante a la aprehensión di­recta de la realidad en la vivencia, ypreferirá retroceder desde los contenidosobjetivos hasta el fondo mismo de la vi­da, adelantando también en esto lo quela fenomenología desarrolló.

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•Sólo una objeción dirigiríamos a la e~-

posición del doctor Roura, y es que .-lasreferencias a la obra de Dilthey no señalanlas páginas correspondientes de la edicióncastellana, sino el original alemán. Tra­tándose de una obra de iniciación, lo ade­cuado hubiera sido señalar ai estudianté

, las páginas de ll?s textos en español, puesenviarle al libro en alemán ya no es ocu­pación de estudiantes, sino de especialistas.Ojalá que en una edición subsecuentepueda subsanarse esta falta.

Las cosas del mundo "exterior" nuncase nos pueden entregar, por definición,tal cuales son en sí mismas, pues por elespacio y el tiempo en que aparecen con­formadas han dejado ya d~ ser cosas en símismas para convertirse en simples "fe­nómenos". La ciencia natural investigalas relaciones de estos fenómenos, peronunca puede pasar más allá para .conocerlas cosas de una manera absoluta.

Lo mismo acontece, según Kant, conlos contenidos de la conciencia. El mundo'interior está poblado por fenómenos y lapsicología, por tanto, al igual que la cien­cia natural, perseguirá en vano alcanzardetrás de ellos la cosa en sí. No nos cono­cemos como en realidad somos sino sólocomo nos 'aparecemos, dice Kant, limi­ta~do así el objeto de' la psicología al es­tudio de los fenómenos de la vida inte­nor.

Dilthey, en cambio, cree que nos cono­cemos tal cual somos, es decir, que en elcaso de los contenidos de conciencia suser fenoinénico' es el único que existe,mientras que su ser en sí es una puranada. La teoría del conocimiento no puedeabrazar con el mismo título' a' las cien-ciasnaturales y II las ciencias 'del espí­ritu. En el mundo exterior el fenómenoalude por necesidad a una cosa en sí; enel mundo interior el fenómeno se encie­rra en sí mismo y se agota a sí mismo ensu pura consistencia fenoménica, esto es,en ser algo.,presente a la conciencia y parala .conciencia, fuera de lo cual carece detodo ser.

"La realidad de los estadQS internos-piensa Dilthey- es el punto de par­tida más, seguro de todo conocimiento."';El' mundo interno vale como el reino delo indudable, tien~ una plena realidad quese abre con la llave d'e la experiencia in-,terna. Es lógico, pues, que Dilthey con­síderara la viyencia cómo toda fuente de,conocimiento. Mientras lo interno quédaeternamente vedado al conocimiento na­tural, en la vivencia. coinciden como idén­ticos fenómeno y realidad: el «ser en sí:tes el <s~r para mí~. Este <mundo en sí;)constituye el eterno tema de la metafísica.En cambio el conocimiento vivencialagota toda la realidad: es un conocimien­to esencial."

En ~ste sentido se desarrolló más tardela fenomenología de Edmundo Husserl.Es al fondo la evidencia cartesiana delego cogito, desa~rollada magistralmentepor el profesor de Friburgo en sus nota­bles Meditaciones.

En Dilthey el problema se presenta ba~

jo el aspecto de una crítica a la psicologíavigente, analítica, frente'a una psicologíaplaneada de modo sintético en sus Ideenüber eine beschreibende und zergliederndePsychologie, 1894.

Al postular ia viv'encia coino contenidoii:ld~bitable de la conciencia, Dilthey que~

dó preso en el subjetivismo. En efecto, elpercatarme de mis propios estados.interio­res no me asegura en modo alguno quepuedan tener una validez independiente­mente del hic et mmc. De aquí que bus­cara, inútilmente a nuestro entender, unaescapatoria al relativismo forjando tér7minos pocp comprensibles, como los de"explicación en el pensar discursivo",

lurgen de los distintos yos que se cons-.tituyen como centro de la vida del hom­bre," Pero el yo .que se elige como centrodeterminará ciertos tipos de concepcióndel mundo a cuyo análisis dedica Diltheyimportantes monografías. En general pue­de hablarse de tres tipos de concepcióndel mundo: la idealista, la realista y lapanteísta, colocadas, un poco, en el ordenhegeliano de tesis, antítesis y síntesis. Apesar de su decisión de objetividad Dil­they no deja de traicionar su preferenciapor el panteísmo, que a sus ojos viene aser algo así como la "absorción supera­dora" de los otros dos tipos de concep­ción del mundo.

El idealista centra el sentido del mun­do en la idea de libertad. "La escena inte­rior del idealista es un campo de batalla.La tensión entre el ideal y la realidad,entre lo que debe ser y lo que no es no ledeja ~ivir tranquilo." En nuestro tiempodirá Albert Camus que el hombre, el hom-'bre auténtico, sólo se desespera y llorapor una cosa: porque las cosas no soncomo deberían ser. La ciéga ley causal delos acontecimientos no tiene ningún sen- ,tido de deber ser y el hombre que se aban­dona a su incontenible fluencia abdica desu libertad.

El realista, por el contrario, no conoceel conflicto, no sabe de lucha interior."El <realista sano» vive sin tensiones, enpaz consigo mismo, porque en su almaimpera la homogeneidad biológica." Nohay contraposición entre un ser y un deberser, sino una conformidad o adecuációnentre la estructura del. hombre y las le-'yes del universo.

El tercer tipo de concepción del Jl1un­do lo llama Dilthey el idealismo objetivo.Este tipo de hombre siente la armonía de 'la vida y está animado "por una gransimpatía y un gran entusiasmo para' todolo viviente, en cuyos múltiples aspectosve la huella de Dios. El mundo es unaenormé conexión en la que no hay n'adaseparado, desunido, destrabado. Goethe,a quien Schiller miró siempre con envi.dia, pertenece a este tipo". Al mismoDilthey habría que colocarlo en este tipopor razones que brevemente da a conocerel doctor Roura.

Nuevamente hay que destacar la cla­ridad· con que el doctor Roura ha conse­guido resumir las ideas, tan intrinc;dasy confusas, sobre lo que se llama unaconcepción del mundo, poniendo a dispo­sición del estudiante defi.niciones senci­llas, manejables, y que pueden pasar, sin

mayores modificaciones, a' formar parte

de la terminología habitual de la filosofía.

El capítulo IV y final se ocupa de estu­

diar la fundamentación de las. cienciasdel espíritu en Dilthey. Como es sabido,Dilthey pretendía fundamentar las cien­

cias morales o culturales en la psicología.

En este sentido seguía las huellas d~ He­

gel, modificando, claro está, la fenome~

nología metafísica en una ciencia posi­

tiva. "En líneas generales, Dilthey sigue

a Kant en la teoría del conocimiento delas ciencias naturales," Pero a diferencia

de Kant, la teoría del conocimiento de las'

ciencias del espíritu la construye Dilthey

sobre supuestos no fenoménicos.

Servicio

PINTURAS

Calidad

ascención 'de la intuición a la objetiva­ción ligue esta lín'ea: intuición, recuerdo,representación total, designación, incor­poración de lo particualr a lo general,unión de las partes a' un todo, juicio."

Que la intuición tenga que ser elabora­da hasta que adquiera el sentido del juicio,es éste un proceso motivado por afectosy voliciones, pero si bien éstos aportan suenergía, el proceso, en su totalipad, esteleológico, dependiendo en último tér­mino del saber con validez general u ob-

'SHERWIN­WILLIAMS

jetiva.En toda esta exposición el doctor Rou­

ca-Parella ha seguido de la manera másconveniente la formación del pensamientoconceptual. Para los especialistas es estecapítulo de particular importancia, puesguiados por una exposición sencilla, .se'hallap,en posibilidad de comparar las apor­taciones de Dilthey con las de Kant sintemor de perderse en atribuciones ilegíti­mas, cosa que muy frecuentemente acon­tece en otras exposiciones de Dilthey. El,doctor Roura, por su conocimiento de lahistoria de la filosofía, sabe distinguir aperfección lo que hay que dar a Kant ylo que hay ql:le dar a Dilthey, sin caer enesa grotesca manía de muchos comenta­dores que parecen haber ignorado a Kantpara atribuir a Dilthey lo que una someraojeada reivindicaría indiscutiblemente pa-

, ra el teÓrico de las Críticas. En este sen­tido, la' exposición del doctor Roura esej~plar. •

El capítulo m ofrece una expoSlClonclara y concisa de la teoría de Diltheysobre las concepciones del mundo. "No esfácil decir lo que se entiende por concep­ción del mundo~ No significa tan sólo una'visión del mundo, sino que en esta visiónpalpita un ideal para la vida misma, no es$610' ün conjunto de reflexiones sino quees una· actitud total del hombre, de unpueblo, de una época,"

En toda concepción del mundo existepor un lado el mundo 'y por otro la con­ciencia paca quien este mundo se ofrece.

Los objetos del mundo están ahí para unaconciencia, "Las concepciones del mundo