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Yo entiendo que algunas personas tienen sus … · Ahora que lo pienso, yo realmente no tuve una crianza excepcional. ... hice una mueca. Siguiendo mi lema, yo no tendría, por supuesto,

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Story 1- Si tengo que hacerlo, que sea rápido

Capítulo 1

Yo entiendo que algunas personas tienen sus preferencias personales,

sin embargo no diría que espero tener alguna.

Ahora que lo pienso, yo realmente no tuve una crianza excepcional.

Mientras que mi padre rara vez estaba en casa, él aún conseguía

mantener a la familia. Mi hermana era una rebelde, arrogante y extraña

persona que con rapidez ahorró dinero en cuanto ella entró a la

universidad para huir hacia una larga aventura, pero no es como si ella

tuviera seis brazos y tres caras. Y yo, Oreki Houtarou, no he tenido

ninguna intensa o cambiante experiencia, como se esperaba.

Una vez, me involucré en un problema por el cual nadie debería haber

pasado antes. Durante ese período, yo no tenía idea qué estaba

pasando, pero llegué a conocer a Fukube Satoshi, quien es aún un buen

amigo. En aquel tiempo, mi hermana dijo que era un asunto tan trivial

que pasaba todo el tiempo, pero yo estaba realmente indignado de que

eso me ocurriera a mí. Ese momento en el que estaba ocupado

temblando mis cejas y quejándome de que todo era molesto o difícil, me

había graduado de la escuela media sin darme cuenta de ello. Pensándolo

mejor, sin embargo, me he dado cuenta de que todos ellos eran, en

efecto, asuntos insignificantes.

Mis resultados en la escuela no eran malos. Yo no era un genio, pero no

era tan terrible en los estudios como para estar tan preocupado por eso.

Siguiendo sin rumbo a la mayoría de aquellos estudiantes dentro del área

de la ciudad Kamiyama con resultados promedio, intenté entrar en la

preparatoria Kamiyama. Estudiar para los exámenes fue difícil, más de lo

que esperaba.

La preparatoria Kamiyama era el enlace perfecto entre la escuela media

y la preparatoria. Mientras que era la mejor escuela con estudios

complementarios, tenía una tasa de aceptación mayor a 90%. Incluso

considerando la existencia de escuelas privadas, la mayoría de la gente

que quería entrar a la preparatoria Kamiyama sería capaz de pasar el

examen. Yo también de alguna manera pasé el examen e ingrese a la

preparatoria Kamiyama.

Durante la ceremonia de entrada, pensé que la preparatoria Kamiyama

también tendría varias ocurrencias. Estaba seguro de que en mis

próximos tres años aquí, habría algunos incidentes llamativos.

Sin embargo, todos aquí, es decir mis compañeros, tendrían su propia

experiencia personal que llamaría su atención, por lo que no he tenido la

oportunidad de decir, “Ya veo, esto es algo diferente” y demostrar mi

orgullo. Mientras que me encontraba dejando la escuela media Kaburaya,

contemplé el edificio escolar y murmuré, “Al final, parece que nada

especial ocurrió aquí”. Yo probablemente diría la misma cosa cuando me

graduara de la preparatoria Kamiyama tres años después.

Eso se debe a que tengo un lema inquebrantable.

No importa cuánto intento pensar acerca de ello, de alguna manera no

puedo recordar cuando comencé a cumplir con el lema. No es que

alguien me lo haya enseñado, ni que lo haya leído en algún lugar. Aun

así, me mantengo firme a este lema.

Este es...

Si no tengo que hacerlo, no lo hago. Si tengo que hacerlo, lo hago

rápido.

Capitulo 2

Me gusta mi lema desde el fondo de mi corazón.

Pero a causa de eso, fui preso de un apuro luego de la clase. En mi mesa

había dos piezas de papel. La primera tenía como tema “Sentimientos

luego del primer mes de escuela y futuras aspiraciones” escrito en él,

mientras que el segundo estaba en blanco. El Departamento de

Asesoramiento y Orientación debe de haber pensado bien sobre los

estudiantes de primer año y creyeron que nosotros podríamos completar

al menos dos páginas con nuestras aspiraciones. Estoy muy agradecido

por eso.

Dado que esto era tarea, lo había escrito ayer en mi casa.

Absolutamente no puedo recordar con exactitud qué escribí, pero lo

completé. Entonces ¿por qué tengo que quedarme después de la escuela

y enfrentar de nuevo esas preguntas cuyas respuestas no puedo

recordar? En realidad, esto debería ser un sorprendente misterio, pero

si tuviera que resumir la causa en una oración, sería, “Sensei, dejé mi

tarea en mi casa”.

Satoshi se reía de mi escrito, que estaba atascado en tres líneas de las

dos páginas dadas.

—Ese es definitivamente el Houtarou que no hace cosas opcionales. Me

atrevería a decir que sería difícil para ti hablar sobre aspiraciones.

Entonces de nuevo, ¿no deberías al menos haber hecho esto

correctamente?

Parece como si tú no lo entendieras del todo. Yo objeté mientras

mantenía mi lápiz mecánico entre mis dedos y girando.

—Lo completé ayer en la noche.

—¿Entonces por qué estas teniendo tantos problemas para escribirlo por

segunda vez?

—Porque esta es la segunda vez.

Satoshi me miró sospechosamente.

Giré mi lápiz de nuevo. Bueno, estaba intentando girarlo de nuevo, pero

como estaba rotando con mucho impulso, este rozó contra la cara de

Satoshi y salió volando hacia un rincón del salón de clases.

Tranquilamente me levanté, recogí el lápiz y volví a mi asiento mientras

actuaba como si nada hubiera pasado. Satoshi se puso en modo

despreocupado, como si se preguntara si algo había sucedido.

— ¿Qué es tan desagradable de escribir una segunda vez?

—Pude escribir el primer ensayo correctamente. Estoy tratando de hacer

este segundo ensayo siguiendo el primero, pero al final aún no soy capaz

de escribirlo bien.

He puesto mucho esfuerzo por la noche fabricando algunas aspiraciones.

Tirar eso a la basura y escribir desde cero era realmente bastante difícil.

Satoshi sonrió satisfecho como si estuviera feliz sobre algo.

—Ha ha... lo entiendo. Entonces, ¿por qué sólo no recuerdas qué fue lo

que escribiste por la noche?

—Es precisamente porque lo escribí tan bien que no puedo recordarlo.

La punta del lápiz golpeó la mesa con un sonido sordo. Satoshi se

encogió de hombros, como si el final de la broma hubiera sido

pronunciado.

Era cerca del final de abril. Esto era después de clases, pero no era tan

tarde aún. Además de mi, todavía habían muchos otros dentro del salón

de clases, teniendo sus propias discusiones privadas. Había una ligera

llovizna fuera, que había estado allí por dos o tres días hasta ahora. El

pronóstico del tiempo indicaba que habría fuertes tormentas por la

noche, pero esta no era la única razón por la que quería irme a casa

temprano.

Satoshi se sentó en la esquina de la mesa y miró dentro de mi bolso,

mientras giraba su bolsita con cordón que él siempre llevaba consigo

sobre su hombro.

—Se ve como que va a tomar un largo tiempo. Iras al club, ¿cierto?

Ante la mención de la palabra “club”, hice una mueca.

Siguiendo mi lema, yo no tendría, por supuesto, ningún interés en

unirme a algún club. Dado que estoy aspirando a una sencilla vida

escolar, ¿por qué intencionalmente haría algo que requiere tanta

energía?

Pero una carta tiró mis esperanzas a una situación caótica. Era una carta

proveniente de Benarés, India. “Únete al Club de Clásicos” decía.

Gracias a un poco de mala suerte y un error de lectura, estoy en el Club

de Clásicos, como se me había mandado.

La persona frente a mi es Fukube Satoshi, un miembro del Club de

Clásicos. Además de esto, es también un miembro del Club de

Manualidades así como un miembro del Comité Ejecutivo. Él disfruta el

ciclismo. Vaya hombre ocioso.

—Chitanda-san no puede dejar de pensar en algo. Ella dijo que sería

bueno si tú pudieras venir.

Me quedé callado y miré fijamente la punta de mi lápiz.

Chitanda es también una miembro del Club de Clásicos. Su nombre

completo es Chitanda Eru.

Según Satoshi, el maestro de los datos insignificantes, Chitanda es la

hija de una antigua familia que poseían grandes extensiones de tierras

agrícolas en la región noreste de la ciudad Kamiyama. Su distinguido

antecedente no está realmente reflejado en su apariencia. Ella

simplemente luce como una muy buena estudiante en mi mismo grado

con cabello largo y una delicada cara. Chitanda... tras escuchar ese

nombre, me quedé en silencio sin dejar de pensar en ella. ¿Se habrá

dado cuenta de esto Satoshi? En realidad esto es porque, de alguna

manera, no soy bueno tratando con ella.

Me uní al Club de Clásicos porque pensaba que estaría vacio, pero

debido a que Chitanda también se unió al club, actualmente esto se

volvió un auténtico club.

Ella no es exactamente del tipo que me disgustan. Un ahorrador de

energía como yo no tiene firmes gustos o disgustos. Pero en el día en

que nos conocimos, Chitanda me preguntó, “¿Por qué estaba encerrada

en ese salón...? yo no puedo dejar de pensar en ello.”

Ese día, Chitanda estaba en un salón de clases encerrada, pero no se

había enterado que lo estaba. Siendo yo el que abrió la puerta, por

supuesto no fui yo quien la cerró. Es entendible encontrarlo misterioso,

pero Chitanda sólo tuvo que pedirme resolver el misterio. Siendo

superado por su extrema firme solicitud, yo tuve que explicar lo que

pensaba acerca de cómo pudo haber pasado.

Afortunadamente, de alguna manera yo pude lucir mis proezas ese día.

Sin embargo, después de que la verdad del asunto fue revelada, tuve una

extraña premonición en mi camino de regreso a casa. Mi lema de ahorro

de energía es inquebrantable. Eso es porque nadie intentaría

intencionalmente hacer que un completo extraño vacile sobre sus

insignificantes creencias. Eso es normal, y eso fue lo que Chitanda hizo

ese día.

Pero… la frase “no puedo dejar de pensar en ello”, junto con los

enormes ojos de Chitanda acercándose demasiado a mi... Estos han sido

arraigados profundamente en mi memoria, como una extraña premonición

de lo que estaba por suceder.

—Hice que Chitanda-san rellenara el formulario de solicitud de

autorización. Todo este molesto papeleo es el deber profesional de un

leal miembro del Comité Ejecutivo como yo.

—Suena difícil. Por cierto, ¿cómo se deletrea “perseverante”?

Houtarou en realidad pregunta cómo escribir 鑽 en 研鑽を積む, que significa dedicarse a los estudios.

—No obtienes puntos por usar palabras que olvidaste como deletrear.

¿Por qué no lo reemplazas por “trabajar duro” o algo así?

Satoshi es básicamente alguien que dice lo que quiere cuando quiere,

pero él definitivamente no es una persona torpe. Dejó escapar un

pequeño suspiro y habló.

—Bueno, si tú no quieres ir, no tienes que forzarte a ti mismo a ir a las

actividades del club.

Yo no diría que no quiero ir. Es sólo que luego de las clases, por hoy al

menos, completar “Sentimientos luego del primer mes de escuela y

futuras aspiraciones” es más importante que ir al Club de Clásicos. Era

sólo mi intención poner más esfuerzo como un orgulloso estudiante de la

preparatoria Kamiyama. Hmm, pienso que no seré capaz de obtener

puntos si no uso la palabra “perseverante”.

Ignorando mi ensayo que no estaba relleno del todo, Satoshi se ahogó en

un bostezo. Cuando di un vistazo afuera, pensando que vería la

interminable lluvia primaveral, Satoshi repentinamente se volvió hacia mí

con una mueca.

—Oh si, acabo de acordarme de algo interesante para hablar.

Aparentemente, un rumor cliché ha estado circulando por ahí. ¿Has

escuchado de él?

— ¿Cliché?

Levanté mi cabeza. El hecho de que pudiera ser fácilmente distraído es

una prueba de cuan aburrido estaba con mi ensayo. Satoshi asintió

satisfecho de sí mismo y levantó su dedo índice en un chasquido.

—Esto es totalmente cliché. Siempre me he preguntado si la preparatoria

Kamiyama, la gran escuela para estudios complementarios de la ciudad y

hogar de muchos clubs sospechosos, tendría algún oscuro secreto o

incidente sobrenatural, pero lo que realmente me interesaba era que tal

chisme realmente existiera.

— ¿Qué pasa con ese dedo?

—Ah, perdón. Nada en absoluto.

Satoshi rápidamente retiró su dedo índice, pero mantenía la mueca en su

cara. — ¿No quieres escuchar las extrañas historias y sospechosos

rumores de la escuela?

Me quedé en silencio, pensando acerca de lo que dijo, pero Satoshi

continuó.

—En los últimos momentos luego de las clases, el piano se tocaba por sí

solo en el salón de música...

—Está bien, es suficiente.

No creo que esto sea interesante después de todo. Estiré la palma de mi

mano y lo detuve de seguir contando su historia.

Esto es, en efecto, cliché. Habían también este tipo de chismes en la

escuela primaria y media. Estos rumores escolares podían parecer

originales, pero todos ellos tenían el mismo formato. Yo no diría que

estoy harto de ellos, sino que simplemente no tengo interés. Estaba

desilusionado de que Satoshi, como hombre de múltiples hobbies, me

haya traído tal aburrido chisme.

—No lo entiendes, Houtarou. ¿Realmente piensas que encuentro estas

vulgares “extrañas historias escolares” interesantes?

Me pregunto sobre eso. Hace un tiempo, tú estabas interesado en la

estructura de los seguros de vida postal.

(http://www.jp-life.japanpost.jp/en/index.html)

—Te equivocas. ¿No es obvio que esté más interesado en el hecho de

que este rumor haya empezado en primer lugar?

— ¿Oh?

—Hay 320 estudiantes de primer año como nosotros, vagando sin rumbo

como corderos lamentables en un ambiente totalmente nuevo para ellos.

Y sólo dos semanas después de empezar la escuela, nosotros nos hemos

vuelto capaces de decir “Esto realmente existe en esta escuela”. ¿No

encuentras este crecimiento algo notable?

La mano de Satoshi se amplió, mostrando su alegría.

Ya veo. Ahora entiendo qué está tratando de decir. Puse mi codo

derecho sobre la mesa y apoyé mi cabeza sobre mi mano.

—Esto es en efecto cierto. Mientras que te familiarizas en un nuevo

ambiente, probablemente no habría lugar a cosas como la propagación de

rumores. Tu estas tratando de decir que a causa de que las personas

están más acostumbradas a esta escuela y empiezan a tener más tiempo,

la puerta a los rumores extraños fue creada, ¿cierto?

—Sí, exactamente. Lo entendiste inesperadamente rápido.

—Me recuerda a la adivinación del tipo sanguíneo.

Como accidentalmente dejé escapar mis pensamientos, el bien humorado

Satoshi de repente dejó de asentir.

— ¿Por qué dices eso?

—Parece como un tema que traerías en tu primer encuentro con alguien.

Ambos lados apenas entienden el tema que ellos están encontrando por

primera vez. En muchos casos, la conversación fluiría suave y

harmoniosamente pero en realidad, la mayoría de las personas no creería

ninguna palabra.

Satoshi aspiró su aliento y sus ojos se agrandaron. Se estremeció ante la

exagerada respuesta.

— ¿Qué pasa?

—Bueno, ¡estoy impresionado!

Satoshi exclamó, y yo me senté erguido.

— ¡Houtarou realmente criticó una técnica de comunicación

interpersonal! ¡No tenía la menor idea de que Houtarou había cerrado

sus ojos para convertirse en alguien sociable!

Qué chico tan rudo.

—No me desagrada la gente. Puedo decírtelo mientras te miro a los ojos.

Insinué, mientras miraba fijamente a Satoshi en sus ojos. Por supuesto, a

Satoshi no le gustó eso, y se dio vuelta.

—Bien, entiendo. Es sólo Houtarou conservando energía.

¿Es eso algo extraño?

—Entonces, ¿qué te parece? ¿Te gustaría escuchar el emblema de los

ociosos estudiantes de primer año, el misterio del salón de música?

No importa qué clase de tedioso chisme trae Satoshi, este no es el

momento en que quiero escucharlo. Es sólo que si repentinamente

anunciara que no estoy interesado, él probablemente diría algo así,

“Como esperaba, le das la espalda a lo social, Houtarou. Tratar de

escuchar con interés sin importar qué tan aburrido sea el tema, es el

primer paso hacia una harmoniosa relación interpersonal.” Bueno, dado

que actualmente estoy escribiendo sobre mis ambiciones, esto no

debería ser un estorbo. Agarré mi lápiz mecánico, retomando mi

atención al cuestionario y dije,

—Si quieres contarme tu historia con tantas ganas, escucharé.

—Ok.

Satoshi se aclaró su garganta intencionalmente.

—Fue ayer. Una chica de primer año fue al cuarto piso del Bloque

Especial.

—No es Chitanda, ¿cierto?

Había planeado no prestarle atención a la historia, aún así reaccioné a la

primera oración.

Además del salón de música, el Bloque Especial también posee el salón

de lectura geográfica, el cual es el salón del Club de Clásicos.

Nuestro salón de primer año estaba en el cuarto piso del Bloque

General. Para ir al cuarto piso del Bloque Especial, uno tendría que

bajar tres pisos por las escaleras, después ir a través del pasillo techado

hacia el Bloque Especial, y luego subir hasta el cuarto piso. En un día de

lluvia como éste, el pasillo techado no puede ser usado, por lo que uno

tendría que usar el camino cubierto de la planta baja. Esto es

irritantemente lejos.

Actualmente, el cuarto piso del Bloque Especial es una lejana zona de la

preparatoria Kamiyama. No puedo pensar en ninguna otra chica más que

Chitanda que intencionalmente iría allí.

Habiendo sido interrumpido al comienzo, Satoshi lucía desanimado por

un instante.

—No, ella no.

— ¿Entonces quién?

—Sólo escucha.

Parece que lo hice enojar. Es tiempo de callarme.

—Después de clases, la chica fue al cuarto piso del Bloque Especial. Era

alrededor de las seis. Dado que las puertas de la escuela son cerradas a

las 6, apenas había alguien aún en la escuela.

—Mientras ella subía hacia el tercer piso, notó la melodía de un piano.

Para bien o para mal, esta chica sabía cómo apreciar la música. La

melodía era sorprendente y la chica fue abrumada por la abundante

expresión de la pieza musical. Era una melodía que uno podría fácilmente

acostumbrarse a ella. Era la Sonata Luz de Luna. Ella estaba en medio

de tomar algo que ella había olvidado traer, pero estando sumergida en

la melodía, se paró allí aturdida.

(Sonata para piano n° 14 “Moonlight”, del alemán “Mondscheinsonate”, de Beethoven.)

—El corredor, las escaleras y la chica fueron pintadas de carmesí por la

puesta del sol. Era como si el mundo hubiera estallado en llamas y

estuviera quemándose. La hermosa melodía era como un réquiem

dedicado a sus últimos momentos. Sintiendo una temblorosa, sigilosa

sensación en sus pies, ella en realidad...

Tenía una objeción contra la historia de Satoshi.

—También llovía ayer, por lo que no hubo puesta del sol.

—Sí, el aire era húmedo por la continua lluvia, dado que el atardecer se

acercaba. El sentimiento de incomodidad se enrollaba alrededor de su

piel, como el sonido de la lluvia cayendo mezclado con la melodía. El

timbre de la melodía grabó un sentimiento inexplicable de ansiedad en el

corazón de la chica.

Qué demonios...

Parece que las habilidades de Satoshi no han disminuido en lo más

mínimo.

—La preparatoria Kamiyama es bien conocida por sus clubs artísticos.

No es extraño que haya un pianista experto de tal nivel. La chica quería

darle un elogio al pianista, por lo que ella puso sus manos en el

picaporte del salón de música. Había en efecto una melodía proveniente

de ese salón. Aparte, ¿dónde más habría un piano si no es en el salón de

música?

Creo que hay un piano en el gimnasio que es usado para las ceremonias.

Pero mantuve la calma, pensando en que no debería echarle más agua

fría a Satoshi.

—Pero en el momento en que ella estaba a punto de abrir la puerta, la

melodía de repente se detuvo. Preguntándose qué pudo haber ocurrido,

la chica lentamente abrió la puerta.

Mientras representaba la acción de abrir una puerta, la voz de Satoshi

se tornó suave. Desde su ahogada voz, sabía que la parte aterradora

estaba próxima.

—Luego de hacerlo, entró al salón de música, que parecía estar cubierta

por una extraña atmósfera.

—Todas las cortinas estaban cerradas, y estaba muy oscuro. La chica

instantáneamente observó el piano, pero no había nadie allí. La tapa del

piano estaba levantada, aún así no había un pianista. ¿Por qué? Ella

pensó, como si titubeara. Miró de derecha a izquierda, entonces la vio.

¡Una estudiante femenina con un largo, desordenado cabello cayendo por

su cara y unos feroces, enrojecidos ojos vistiendo un traje de marinero,

oculta en un rincón del salón de música!

Con sus manos juntas cruzadas, Satoshi tembló con indignación. Vaya

acto detallado.

—Habiendo sido agitado por un suceso que pone los pelos de punta, la

chica huyó inmediatamente sin voltear su cabeza. Luego, descubrió que

un día, el club de piano tenía solo una posesión en el salón de música.

También, que la única persona en el club, que era una estudiante de

tercer año, desafortunadamente se había lastimado su dedo, ¡y no podría

haber tocado el piano!

— ¡Pero Houtarou! Es también imposible para el piano tocar una melodía

por sí sola. A menos que consideres al miembro del club de piano que

lamentablemente se suicido antes de la competencia nacional...

— ¿Alguien cometió suicidio?

Satoshi puso una mirada seria cuando se acercaba a la síntesis de la

historia. Esta actuación ha tomado más tiempo que lo usual.

—Supongo. Probablemente sucedió, pero no estoy seguro.

Por alguna razón, mi ritmo de escritura realmente ha incrementado

mientras estaba escuchando el disparate de Satoshi. Quizás mis

capacidades de escritura se vinculan con mi estado mental cuando lo

ignoro. Le dije sin siquiera mirarlo.

—Realmente tú sabías acerca de la posesión del club de piano en el salón

de música además de su único miembro, ¿cierto?

Satoshi parecía emitir el sentimiento de una amarga sonrisa.

—Brillante deducción, Houtarou. Es cierto. La presidente del club de

piano, Tamaru Junko, está actualmente bajo tratamiento por su dedo

índice.

Yo no sabía acerca de la chica testigo, por no hablar de los sucesos

ocurridos en el club de piano. Pero Satoshi sí lo sabía. Como un

miembro del Comité Ejecutivo, él debería tener conocimientos detallados

sobre los clubes de la preparatoria.

El presuntuoso tono de Satoshi cambió a un tono divertido.

—Parece que en realidad sí había una chica fantasma vistiendo un

uniforme de marinero con el cabello desordenado. La chica de primer

año quien presenció eso está probablemente asustada o impresionada,

pero durante el receso para almorzar de hoy, este incidente estaba

siendo hablado en la clase A.

—Es obvio que ella estaba vistiendo un traje de marinero.

De todos modos, los varones en la preparatoria Kamiyama tienen que

vestir el gakuran, mientras que las mujeres tienen que vestir el traje de

marinero. Estaría sorprendido si hubieran mujeres vistiendo una

chaqueta o un delantal.

—La pregunta es, ¿se propagará esta historia? Si lo hace, ¿cómo y a qué

velocidad se propagaría? Si documentamos el proceso de circulación,

esto probablemente se convertiría en un material básico para las

investigaciones del Folklore. Será llamado “El Segundo de los Siete

Misterios de la preparatoria Kamiyama”. Ahora, me pregunto cuándo

llegará a mi clase D.

Satoshi dijo eso en broma, pero estaba bastante atraído por la idea. En

efecto, ¿no era Satoshi una persona que tenía un profundo interés en

cosas como los medios por los cuales se propagarían los rumores?

Pero no tenía tiempo para involucrarme en la investigación de Satoshi.

Había algo en las palabras de Satoshi que no podía dejar escapar.

—Espera un momento, ¿Qué acabas de decir?

—Hmm? Folklore. Bueno, también puedes llamarlo una leyenda urbana.

Cuando digo folklore, estoy tratando de inculcar un tipo de matiz...

—No, eso no

Al ver que mi rostro cambio repentinamente, Satoshi también lucía

dudoso.

— ¿Cuál es el problema? ¿Tú realmente encontraste el cuento de “La

Sonata Luz de Luna para piano” tan interesante? Seguro que no me

esperaba que Houtarou tuviera interés en algo...

Realmente no me importaba la historia. Pero si sobre lo que Satoshi dijo

acerca de si fuera verdadero...

Esto no es nada sencillo. Necesito actuar para tratar con él.

Todo depende del cuestionario frente a mí, “Sentimientos luego del

primer mes de escuela y futuras aspiraciones”. Si puedo terminar de

escribir esto rápido, no sería un problema.

Sin embargo, como pensaba acerca de apurarme, mi lápiz mecánico

quedó atascado y las palabras no aparecían. Si tengo que hacerlo, lo

hago rápido.

Sin embargo, al igual que hay situaciones cuando es posible hacer cosas

rápidamente, hay veces cuando esto es imposible.

Capítulo 3

La lluvia no paraba.

Mientras escuchaba el detallado relato de Satoshi, estaba intentando

rellenar el cuestionario. Finalmente terminé de escribir mis ambiciones

por segunda vez y estaba pensando que ya sería capaz de ir a casa,

cuando una persona con el cabello negro ondeando apareció en el salón.

—Ah, todavía estás aquí, Oreki-san.

Una casi inexistente sonrisa surgió de mis ojos y boca. Esta persona era

la presidente del Club de Clásicos, Chitanda Eru, una estudiante que

carecía de elegancia pero que era indudablemente una belleza. Ella

caminó directo hacia mí, causando que aquellos estudiantes quienes

todavía estaban en el salón me entregaran miradas significativas. Bueno,

supongo que es entendible.

Apunté hacia el pizarrón.

—Tu salón de clase es por allí.

Yo estaba en la clase 1-B. Chitanda estaba en la clase 1-A. Pero ella

sólo sonrió y dijo,

—Sí, es verdad.

Ella ya estaba lo suficientemente cerca, pero se acercó poco más de

medio metro y se detuvo. Entonces sacó un impreso de la carpeta vacía

que llevaba en su mano.

—He llenado el formulario, Fukube-san.

—Ah, muchas gracias. Este formulario es realmente innecesario no

importa como lo mires.

Ahora que lo pienso, Satoshi mencionó que Chitanda estaba en su salón

completando algunos papeles. Dado que fue llamado el formulario de

solicitud de autorización, primero pensé que era una broma, pero parece

que ella realmente estaba escribiendo algo. Le di un vistazo, pero solo vi

que se titulaba “Formulario de Afirmación del Club”

Satoshi sacó un cuaderno forrado en cuero de su bolsito, dobló el

formulario a la mitad y lo guardó en el cuaderno. Después de presenciar

eso, Chitanda se volteó a mirarme. Sus enormes ojos traicionan su

prolija imagen. Sus pupilas se dilataron y su mirada me puso colorado.

Reconocí esas pupilas y esos ojos. Era la única mirada fija que podía

hacer que el ahorrador de energía Oreki Houtarou resolviera misterios.

Desde el día que conocí a Chitanda en el salón del Club de Clásicos, no

había vuelto a experimentar esto. Nosotros no tenemos muchas

oportunidades de hablar a solas, después de todo. Pero tuve un

presentimiento. Aquí viene.

Antes de que sus labios pudieran abrirse, rápidamente hablé.

—Llegas en un buen momento.

—Eh?

Habiendo perdido su ímpetu, Chitanda parpadeó. Usando un exceso de

energía a partir de la sensación de liberación por completar ese molesto

cuestionario, sonreí con extrema alegría.

—Acabo de escuchar una extraña historia contada por Satoshi. Es

realmente un extraño rumor.

— ¿Estás hablando acerca de ese incidente?

...Como lo esperaba.

— ¿Has oído hablar del cartel de reclutamiento del Club Secreto?

Conocido también como “El Primero de los Siete Misterios de la

Preparatoria Kamiyama”.

De nuevo, los enormes ojos de Chitanda parpadeaban repetidamente.

Por un momento, sus labios se estrecharon en duda. Entonces ella juntó

sus manos en frente de su pecho y su usual sonrisa volvió.

—Hmm? ¿Qué es esto de club secreto? ¿Es eso cierto?

—Yo no creía en eso al principio, pero en vez de escucharlo de mí...

Volteé mi mirada hacia Satoshi.

—Satoshi, cuéntale la historia.

—Ah, Ok.

Intentando digerir el rumbo de los acontecimientos, Satoshi titubeó por

un momento. Me dio un pequeño vistazo, y lo saludé con mi mano

mientras sonreía, instándolo a que hablara.

Como se esperaba de Fukube Satoshi. Él no se rehusó cuando le pedí

que hablara. Satoshi se sentó firme sobre la mesa, y tomó un tono más

alegre.

—Bien, gracias por escuchar la historia del 'Club Secreto’... El Comité

Ejecutivo está también a cargo de las invitaciones a los estudiantes de

primer año. Esto es lo que oí cuando estuve allí— Él comenzó diciendo.

—En todo caso, la preparatoria Kamiyama tiene gran cantidad de clubes

y sociedades. Dado que hay tantos clubes, sería obvio que haya muchos

carteles de reclutamiento. En el primer período escolar, las carteleras de

noticias serían probablemente desbordadas con tales carteles. Por

supuesto, usar la cartelera requiere permiso. Si no obtienes el sello de

aprobación del Comité Ejecutivo, no puedes poner tu cartel en la

cartelera de noticias.

—No obstante todo lo que necesitas es una pieza de papel y una

tachuela. Si no los vigilamos frecuentemente, versiones piratas de los

carteles de reclutamiento pueden aparecer. Es también el deber de los

miembros del Comité Ejecutivo de sacar esos carteles cuando los vemos.

Hay un castigo para aquellos clubs legítimos que ponen estos carteles

pirateados. En el peor caso, los fondos del club pueden ser cortados.

—Eso es inesperadamente grave...

— ¡Es cierto! Es bastante grave.

Habiendo sido capturada rápidamente por el discurso fluido de Satoshi,

Chitanda asintió repetidamente mientras escuchaba.

—Pero entonces, cada año, hay un cartel de reclutamiento de un club

desconocido. Bueno, supongo que es más un memorándum que un

cartel. De todos modos, el año pasado, había una pieza de papel que se

veía como si hubiera sido cortada de un cuaderno que detallaba el

tiempo y el lugar de encuentro. El memorándum en la cartelera no era

reconocido oficialmente, y no necesito decirlo, el club también es ilegal.

El presidente del Comité Ejecutivo, Tanabe, se dio cuenta que había un

club que el Comité no se esperaba y el cual mantenía reuniones

secretas.

—El propósito de este club y sus miembros son desconocidos, pero ellos

saben que el club tiene un nombre.

— ¿Y cuál es?

Satoshi contestó mientras llevaba una amplia sonrisa.

—La Sociedad Tela de Araña.

—Tela de Araña...

Chitanda repitió esa frase unas cuantas veces, intentando digerirla. De

repente, ella dijo: —A menudo veo sus nidos en el jardín de mi casa.

¿Tú realmente puedes decir qué especie de araña es con solo ver su

nido?

—Basado en el memorándum confiscado, Tanabe-senpai intentó ponerse

en contacto con la Sociedad, pero no le fue bien. El lugar designado era

un salón vacio, y además nadie podía entrar sin una llave. Como

Chitanda sabría, es imposible pedir prestado una llave sin una razón

válida. Con eso, Tanabe-senpai concluyó que la Sociedad realmente no

existía. Él creyó que el memorándum de la cartelera era sólo una broma

infantil. Pero entonces...

Dado que Satoshi llegó al clímax de la historia, puso énfasis en sus

palabras.

—El día de la graduación, uno de los graduados le dijo a Tanabe-senpai,

“Yo era el presidente de la Sociedad Tela de Araña. Por favor cuida

también a nuestro próximo presidente. Claro, si puedes encontrarlo.”

—El recién nombrado presidente del Comité Ejecutivo, Tanabe-senpai,

no tenía intenciones de permitir ningún objeto no aprobado en la

cartelera. Ellos probablemente sigan teniendo sus reuniones secretas

este año. Los miembros del Comité Ejecutivo están manteniendo sus

ojos bien abiertos, pero ellos todavía no lo han encontrado hasta

ahora...

Satoshi se encogió de hombros, marcando el final de su historia.

Como la historia del salón de música de hace un rato, Satoshi moduló su

voz sin crear relativamente una sensación poco natural. Yo he conocido

a Satoshi por un largo tiempo, pero nunca supe que él podía contar una

historia tan bien. Este tipo probablemente podría ser un narrador de

cine en el futuro.

Chitanda dejó escapar un pequeño suspiro.

—Hay en efecto gran variedad de clubs en esta escuela. No sería

sorprendente que hubiera un club misterioso entre todos ellos.

En efecto, comparado con otras normales escuelas de enseñanza general

a día completo, los clubes culturales de la preparatoria Kamiyama son

muy diversos. Hay alrededor de 50 diferentes clubes, desde el Club A

Capela hasta la Sociedad Mágica, y en otoño, el Festival Cultural, de

tres días, comenzará. Parecería relativamente poco elegante no tener

uno o dos clubs misteriosos. Le respondí:

— ¿La Sociedad Tela de Araña? Si tomas consideración en el hecho de

que su propósito es desconocido, es algo similar al Club de Clásicos.

— ¡El Club de Clásicos no es como eso!

Chitanda exclamó, pero luego de un silencioso pensamiento, Chitanda

no podría estar de acuerdo con su previa afirmación.

—No puedo realmente decir que ellos sean diferentes...

Lo que me recuerda, Chitanda dijo que se unió al Club de Clásicos por

una razón especial. Ella dijo que era un asunto personal, por lo que no le

pregunté más allá de eso.

—Un simple memorándum en medio de incontables carteles, eh?

Chitanda sostuvo su cabeza con sus manos y pensó por un momento.

Con sus ojos mirando fijamente a la distancia, ella lucía como una joven

refinada dama.

Pero poco después, con un gran cabeceo, las emociones de Chitanda se

aclararon en un instante. Puso sus manos frente a su pecho y dijo,

—Es cierto... yo, ¡no puedo dejar de pensar en ello!

Te tengo.

Con el cuestionario en mi mano, me levanté.

—Pensé que dirías eso, por eso dije que llegaste justo a tiempo.

— ¿Qué quieres decir?

Chitanda se encogió de hombros curiosa.

—Por supuesto, vamos a buscar el memorándum.

Primero, le pregunté a Satoshi acerca del número de carteleras que el

Comité Ejecutivo tenía a cargo.

Como esperaba, Fukube Satoshi no había contado el número.

—Espérame un segundo.

Murmuró, y comenzó a contar.

—Hay dos carteleras en cada piso desde el segundo al cuarto en el

Bloque General. En el primer piso, hay también carteleras en la

enfermería y en el salón de profesores, por lo que hay un total de ocho.

También hay algunos en los pasillos. En el pasillo del segundo piso, hay

uno en el Bloque General y uno en el Bloque Especial. Hay uno en cada

piso del Bloque Especial... Esto nos da un total de 16 carteleras

—También hay una por cada cruce. En ese caso, dado que cada edificio

tiene 4 pisos y dos tramos de escaleras por piso, serían otras 16

carteleras.

(Con cruce me refiero a aquellos tramos donde la escalera se corta, gira, y continua en

sentido contrario a la anterior, por el que se sigue subiendo, por ejemplo, del primer al

segundo piso.)

Dado que yo sólo quería saber el total, ignoré sus cálculos, pero

Chitanda no lo hizo. Para Satoshi quien había doblado sus dedos tantas

veces, perdiendo la cuenta y sólo observando su puño, Chitanda

gentilmente le dijo,

—Te equivocas, Fukube-san. Si un edificio tiene 4 pisos y 2 tramos de

escaleras entre pisos, serían 20 cruces juntos... dado que cada cuarto

piso tiene 3 cruces.

—Er... Ah... Tienes razón.

Él dobló sus dedos de nuevo. De alguna manera su mano se volvió en

una forma que un sospechoso rapero estaría envidioso de ello.

—Y eso nos da un total de...

—28 carteleras.

Satoshi lucía asombrado.

—En cada cartelera caben 10 carteles independientemente de su tamaño.

En consecuencia, esta pequeña escuela tendría al menos 300 carteles.

— ¿No hay también una cartelera en el gimnasio?

—Ahora que lo pienso, hay en efecto una allí. Y también hay una en el

Dojo... por lo que hay 30 carteleras en total. El Comité Ejecutivo esta

ciertamente esforzándose. ¡Qué buen comité tenemos!

Satoshi miró al techo y exclamó con emoción.

Sorprendentemente, Chitanda ignoró a Satoshi, quien estaba dominado

por la emoción. Sin comentar o dar una fría observación, ella

simplemente desvió su mirada. ¿Ella ya había descubierto el método para

tratar con Satoshi aún cuando ellos sólo se encontraban pocas veces?

Obviamente, era cierto.

Chitanda se volteó hacia mí.

—Parece que hay 30 lugares en total... ¿Iremos a buscar todos ellos?

Como si quisiera. Hacer eso traicionaría mi creencia y causaría que

muriera como castigo.

— ¿No sería mejor considerar donde estaría para empezar? ¿Cuál es el

lugar más sospechoso? No es demasiado tarde para usar nuestros pies

sólo después de pensar bien en ello.

—Mayaka estaba hablando sobre eso antes.

Satoshi respondió, con una mirada burlona.

—“Que Houtarou siempre usa su cabeza antes de usar su cuerpo” ella

dijo.

— ¿No es eso algo bueno?

—Como resultado, usualmente acabas sin usar tu cuerpo.

Por supuesto, no puedo refutar eso.

Con Mayaka se refiera a Ibara Mayaka. Por alguna razón, he estado en

la misma clase con ella desde la escuela primaria. Ahora que lo pienso,

nosotros estamos en diferentes clases por primera vez en la

preparatoria. Ella no es especialmente amigable conmigo, pero tiene en

realidad una relación cercana con Satoshi. Ellos dicen que no hay nada

en especial, pero Ibara está enamorada de Satoshi.

— ¿Quién es Mayaka-san?

—Hmm. Bueno, habrá otra oportunidad para que te presente a ella.

Satoshi ha sido confesado muchas veces, pero él nunca aceptó. No tengo

idea del porqué, y tampoco me interesa saberlo. De todos modos, como

Mayaka señaló, ahora estoy usando mi cabeza.

—Lugares sospechosos... En otras palabras, si un club secreto puso un

memorándum, ¿dónde sería el mejor lugar para ponerlo?

— ¿Qué condiciones piensas que el lugar deba cumplir en general?

Le pregunté. Chitanda pensó un poco y respondió con sus ojos

levantados.

—Si este fuera visto por un miembro del Comité, sería sacado. Si fuera

por mí... definitivamente lo ubicaría en algún rincón de la escuela, donde

no destacaría. Por ejemplo, el área alrededor del salón de lectura

geográfica podría ser, dado que apenas hay alguien que camine por allí.

—Bueno, supongo. Por la cartelera del Dojo, el memorándum no sería

visto si algún miembro del Comité no estuviera presente.

Satoshi estuvo de acuerdo.

Pero sería un problema que el memorándum estuviera en algún rincón de

la escuela. Declaré con tanta confianza como pude:

—Te equivocas.

Uno no debería hacer algo en lo que no está acostumbrado. Desde la

esquina de mis ojos, noté que Satoshi frunció el ceño, y me pregunté si

había sido demasiado brusco. Pero Satoshi no era el problema. Parece

que la preocupada Chitanda no encontraba nada extraño en ello.

— ¿Está mal?

—No estabas equivocada para empezar.

Tomé aire y agregué:

—Si el memorándum de la Sociedad ha sido ubicado... este estaría en la

entrada a la escalera del primer piso, o en algunos de los cruces entre el

primer y cuarto piso por esa escalera.

Chitanda inclinó su cabeza.

—En otras palabras, piensas en algún lugar en la ruta que un estudiante

de primer año usaría, ¿cierto? Pero eso...

Ella murmuró, reflexionando sobre eso. Si tuviera un mejor

entendimiento de las habilidades de lenguaje, sería capaz de explicarle

rápidamente, pero desafortunadamente, no tengo las técnicas de habla

que posee Satoshi. Estaba tratando de recordar qué decir luego, cuando

Satoshi se entrometió.

—Bueno, bueno. Parece que Houtarou ha pensado en algo. La teoría de

Chitanda-san es que podría estar en algún rincón del campus, mientras

que la teoría de Houtarou dice que está a lo largo de la línea de

movimiento de los estudiantes de primer año. Ahora que hemos

determinado las dos caras de la moneda, ¿no sería más rápido si

fuéramos a echar un vistazo?

Escuchando la sugerencia, Chitanda comenzó a moverse rápidamente. Se

dio vuelta y exclamó,

—Entonces, ¡vamos!

Asentí, y llevé el bolso designado por la escuela hacia mis hombros. Me

encontré con los ojos de Satoshi fugazmente, y él se dio vuelta,

silbando.

Capítulo 4

¿A qué escuela media has ido?

Desde que entré a la preparatoria, me han preguntado esto incontables

veces, pero esta era la primera vez en la que yo preguntaba. Chitanda

probablemente haya sido preguntada sobre esto repetidas veces, pero

ella respondió sin ningún indicio de renuencia.

—Estuve en la Escuela Media Inji. Fukube-san y Oreki-san han estado

en la misma escuela media, ¿cierto?

—Sí.

La voz de Satoshi vino por detrás.

—Fukube Satoshi y Oreki Houtarou, también conocidos como la Tierra,

el Aire y el Fuego en la Escuela Media Kaburaya.

¿Quién? ¿Dónde? ¿De qué estás hablando?

No hace falta decir que yo no era alguien reconocido en la escuela

media, pero Satoshi si lo era. Él solía ser el tesorero del Consejo

Estudiantil.

Chitanda y yo bajamos las escaleras alineados, mientras que Satoshi nos

seguía por detrás. Después de clases, como el día gradualmente se

volvía nublado, habría un gran volumen de tráfico en las escaleras. No

nos extendimos horizontalmente para evitar ser un obstáculo.

En el cruce entre el tercer y cuarto piso, había carteleras con carteles

de varios colores que competían por la atención. Cada club estaba

dedicado en diferentes direcciones de diseño, produciendo una atmósfera

caótica. Chitanda apuntó a un cartel en particular.

—Me gusta este.

Ese cartel era circular, y audazmente ocupaba una gran cantidad de

espacio. Abajo de la simple invitación “¿Te gustaría unirte al Club de

Manualidades?” se encontraba el tejido de un panda. No estaba

dibujado, sino bordado. El panda bordado estaba pegado al papel

circular como parte del cartel de reclutamiento. Yo estaba abrumado

con sólo imaginar la gran cantidad de tiempo y labor que han usado en

ello. ¿Por qué alguien debería ir tan lejos...?

Viendo que no podía decir nada, Satoshi puso su mano en mi hombro.

— ¿Qué piensas, Houtarou? Viendo esta detallada artesanía que

totalmente se opone a tu vida ahorrante de energía, puedes sentir la

determinación y la habilidad de los artistas, pero no puedes decir una

palabra al respecto.

—Creo que experimentar diferentes culturas es siempre emocionante

—Estoy realmente contento por tu honesta opinión.

Satoshi cabeceó profundamente, volteándose hacia Chitanda e inflando

su pecho.

—Yo también me interesé en esto, por lo que me uní al Club de

Manualidades.

—Eh?

Chitanda se quedó sin palabras. Al parecer no lo sabía.

Si Chitanda continua interactuando con Satoshi así desde ahora, ella

probablemente llegaría a conocer sobre su activa personalidad. Tarde o

temprano, ella llegaría a pensar, “¿Tiene Fukube Satoshi algo de

constancia después de todo?”

Luego de que Chitanda tocó la cartelera, el cartel se hundió por una

gran cantidad de ellos.

—Ah, ¿Se ha caído la tachuela?

Chitanda se inclinó y buscó por el suelo, pero no puedo encontrar la

tachuela.

—De todos modos... no parece que esté aquí. Vámonos.

Nosotros fuimos a investigar entonces al cruce entre el tercer y segundo

piso, además del cruce entre el segundo y primer piso.

Palabras decorativas, slogans de buen gusto, artesanías complicadas, y

varias ilustraciones que variaban de un estilo realista al manga. Todo

tipo de obras para atraer a los estudiantes de primer año estaban

exhibidas en frente nuestro. No había límite a la gran variedad de clubes.

El Club de Pintura a Tinta había pintado un paisaje, el Laboratorio de

Manga había ilustrado un 4-koma* manga, el Club de Shogi y el Club de

Go habían presentado sus respectivas piezas de tablero, y la Banda

Musical tenía imágenes de su función de gala. Y los poco embarazosos

clubs deportivos de la preparatoria Kamiyama no se quedaban atrás,

como el Club de Basketball, el Club de Vóley, el Club de Atletismo y el

Club de Baseball estaban reclutando estudiantes con la ilusión de que

ellos eran los lugares más apropiados de la preparatoria para verter sus

energías allí.

(* Manga de 4 viñetas iguales en vertical, por lo general se ubican 2 columnas por

página, es decir, 8 viñetas por página.)

—Ah, considerándolo de nuevo, ¡la preparatoria Kamiyama es realmente

asombrosa!

—Tienes razón. No puedes ver incluso la cartelera de tantos carteles que

hay.

Di un vistazo atrás hacia los dos quienes estaban teniendo un buen

tiempo comentando cada cartel, sentí que cometí un error al

acompañarlos.

Estos son carteles que observamos todos los días, carteles que he visto

decenas de veces.

Sin embargo, al enfrentarlos directamente, fui tan afectado por la energía

que quería huir de inmediato, y me sentí mareado.

A pesar de ello, de alguna manera nos las arreglamos para bajar hasta el

primer piso.

Estábamos en frente de la entrada hacia la escalera que todos los

estudiantes de primer año usan. La cartelera de allí era la más

desordenada que había visto.

Satoshi sonrió y dijo,

—Este es la primera cartelera que los estudiantes de primer año ven.

Este es el lugar principal, por lo que aquí es una zona de guerra.

¿Es esta cartelera realmente cuidada adecuadamente por el Comité

Ejecutivo? No había un cartel que tenga la medida normal. La cartelera

estaba llena con carteles del tamaño de postales. Ya que este es el lugar

principal, es compartido por muchos clubes. Veo esto en mi camino de

ida y vuelta a clases, pero aún no estoy acostumbrado a este caos.

En medio de este lío, Chitanda de alguna manera parecía haber llegado a

entender algo.

—Ah, ya veo. Entonces así es como esto es.

Miré por encima de mi hombro y sonreí.

—Yo todavía no entiendo porqué Oreki-san piensa que las carteleras que

atraen al público son sospechosas, pero con tantos carteles aquí, un

anuncio no autorizado sería difícil de localizar.

En otras palabras, el mejor lugar para esconder un palito es un bosque.

Por un instante, quise mostrar mi orgullo y decir, “por supuesto, esa es

la razón”, pero eso sería solo presumir. Sólo seré lo más honesto

posible.

—Ah, perdón... no lo consideré. Olvidé que la cartelera de aquí estaba

en tal estado.

—Eh? ¿Entonces por qué?

—Lo diré sólo si en realidad es aquí. Si no es aquí, estaré muy

avergonzado como para responder.

Chitanda tocó su labio inferior con su dedo y sonrió. Se paró frente a la

cartelera y dijo,

—Sería problemático si no podemos encontrarlo. Justo ahora, Oreki-san

está extrañamente seguro de que estaría aquí. ¡Realmente me gustaría

saber por qué!

Eso fue algo exagerado... Hablando de eso, parece que Chitanda ya sabe

que no suelo tener una actitud segura de mi mismo, pese a que no

hemos hablado mucho.

Con sus enormes ojos ampliándose cada vez más, Chitanda examinó la

cartelera. No pude evitar sentirme incómodo ante su mirada que parecía

que sería capaz de ver a través de una hoja de papel. Ella probablemente

no es muy intuitiva, pero era por lejos la mejor en la memorización y

observación. En nuestro primer encuentro, yo incluso no sabía de la

existencia de Chitanda, pero ella sabía mi nombre completo. Eso fue el

resultado de una fuerte memoria y observación. Por otro lado, es difícil

para mí recordar todo lo que hay en esta cartelera.

—Club de Acto Global, Club de Debate, y también hay un Club de

Hyakunin Isshu*. Ah, ¡el Club de Adivinación! Tengo una amiga que se

unió a ese club.

(* Creo que se refiere al club donde los miembros juegan al Uta-garuta, un juego de

cartas japonés basado en poemas.)

Chitanda comenzó a buscar desde la esquina superior derecha de la

cartelera y movió su mirada hacia la izquierda, bajando su mirada y

cambiando hacia la derecha al lado contrario hasta llegar al final, como si

leyera un catálogo.

—Entonces, ¿supongo que está aquí?

Satoshi preguntó. Chitanda estaba tan concentrada en la cartelera ante

ella que no notó la ironía en esa pregunta. —Club de Música Kato, Club

de Tenis de Mesa, Sociedad de Arte... nope.

Chitanda se quejó, enderezó su cuerpo, que se inclinó hacia delante.

—Parece que el memorándum de la Sociedad Tela de Araña no está aquí.

Chitanda hizo una amarga sonrisa acompañada con decepción.

Viendo esta expresión por primera vez, un sentimiento de culpa se

derramó en mí.

—Si piensas en ello, no sabemos si este club secreto ha puesto su

memorándum de aquí en adelante, por lo que Oreki-san no está

equivocado.

Así que, incluso ella usó estas palabras reconfortantes.

Inesperadamente, sentí ganas de disculparme con Chitanda. No era

debido a mi debilidad. Es sólo que Satoshi y yo, si lo deseábamos o no,

veíamos las cosas con desconfianza, pero Chitanda parecía totalmente

despreciar esa idea. Ella debería ser un poco más insegura, en mi

opinión. ¿Ella incluso considero que hay ruedas dentro de las ruedas, o

que está siendo engañada? No puede ser verdad que Chitanda sea sólo

una tonta, ¿cierto? A pesar de eso, ¿por qué ella no ha dudado de mí?

Creo que podría haber llevado esta farsa más lejos. Pero entonces el

plan ha progresado así sin ningún problema. Habiendo llegado tan lejos

como para retroceder, sólo puedo proceder con el plan.

Afortunadamente, la voz de Satoshi vino antes que la de Chitanda.

—Me pregunto sobre eso. Pienso que debería estar por aquí. No puede

realmente decir que está aquí solo observando.

— ¿A qué te refieres?

Chitanda se dio vuelta y preguntó.

—Creo que tomaría un gran esfuerzo hacer cosas bajo la supervisión del

Comité Ejecutivo. Bueno, lo que sea. Si lo han puesto por aquí, lo

encontraremos eventualmente.

Satoshi se encogió de hombros.

—Pero más importante, también quiero saber porqué Houtarou piensa

que esto estaría en medio de la línea de movimiento de los estudiantes

de primer año.

—Ah... ¿tú también? Bueno.

Respondí con un tono apagado. Probablemente se escuchó

inesperadamente bajo.

Pregunté mientras movía mis manos sin rumbo.

—Oye Satoshi, si tuvieras que esconder un objeto en la escuela ¿dónde

lo harías?

Satoshi probablemente no esperaba que esta pregunta aparezca

repentinamente, por lo que su respuesta fue lenta.

— ¿Esconder algo? Bueno, supongo que depende del tamaño. Asumiendo

ciertas condiciones para ser encontrado... erigiría un salón vacío en

frente de los baños de profesores del primer piso del Bloque General.

Nadie iría allí.

— ¿Aparte de eso?

—Algún salón estilo japonés, supongo, dado que solo la Sociedad de la

Ceremonia de Té lo usaría.

—Ya veo. Entonces, ¿donde lo esconderías si fuera en la Escuela Media

Kaburaya?

La respuesta de Satoshi fue incluso más lenta que antes. “Eso es

obvio”, él dijo, y sonrió.

—Ah... ya veo.

—Así es como es.

Nosotros intercambiamos frases que nos haría ver como compañeros

criminales.

—Creo entender qué estas queriendo decir, Houtarou. Ciertamente este

parece ser el caso.

—Eh, ¿de qué están hablando? ¿Hay realmente un escondite adecuado

en la Escuela Media Kaburaya?

Chitanda, quien había sido excluida, se metió en la conversación con

gran curiosidad y poca insatisfacción.

—Yo no lo llamaría un escondite adecuado. El primer lugar que se me

viene a la mente es la bodega. Una gran multitud de personas pasan por

allí todos los días, pero nadie le presta mucha atención.

Chitanda todavía no entendía la explicación. Ella no sabía la diferencia

entre una bodega y un salón estilo japonés. Dije directamente:

—Satoshi quería ocultar un objeto en un lugar lejano de la preparatoria.

Sin embargo, tratándose de la Escuela Media Kaburaya, realmente

quería esconderlo en un lugar concurrido. ¿Qué hay de ti? Si tuvieras

que esconder algo en la Escuela Media Inji, ¿no elegirías un escondite

donde todos puedan verlo pero realmente no prestarían atención a ello?

—Ah...

Chitanda tomó aire y llevó sus palmas a su boca.

—Tienes razón. No sé porqué, pero no lo escondería en un rincón.

—La pregunta es si tú estás familiarizada con el lugar.

Declaré.

—Nosotros aún estamos desfamiliarizados con la preparatoria Kamiyama

y lo tomo como un lugar nuevo. Dado que no estamos acostumbrados a

este nuevo ambiente, nosotros elegimos esconder las cosas en lugares

aislados. Por otro lado, pasamos tres años en la escuela media y

conocemos cada rincón del edificio. A causa de eso, pensamos que es

mejor tomar ventaja audazmente de los puntos ciegos, en vez de

esconder el objeto ante el público inexperto.

—Incluso si escondes algo en lugares inusuales como los salones estilo

japonés o salones vacíos, un visitante ocasional podría estar más atento

a sus alrededores. Dado que la gente aún va a esos lugares alejados,

sería considerado un riesgo dejar cosas allí. Como resultado de esto, la

Sociedad Tela de Araña se distanciaría de esos lugares.

— ¡Ya veo!— Exclamó Satoshi

—Entonces estaría en la entrada hacia las escaleras, eh. En efecto, no

hay lugar en la escuela que ningún estudiante visitaría. Si ese es el caso,

es justo como Chitanda dijo antes, “Es como esconder un cadáver en un

campo de batalla”.

Es una ilustración perturbadora, pero es cierta.

—Cuanto más inexperto uno es, más se muestra poco convencional. No

hay estudiantes de primer año en la Sociedad Tela de Araña. Un club

misterioso que valga la pena habría visto a través de esta situación sin

vacilar.

Chitanda se veía profundamente conmovida. Con una insoportable cara

seria, tomó aire, reflexionó acerca de lo que debería decir por un

momento, y luego asintió lentamente.

—En efecto, es natural. Era ingenuo de mi parte pensar que podría estar

escondido en algún rincón de la escuela. Parece realmente antinatural

que el memorándum no esté en la cartelera, creo.

—Bueno, algo que no está allí no existe. La confianza de Houtarou no

puede basarse siempre en eso.

Satoshi bromeó y se puso frente a la cartelera. Entonces...

—Hm?

Detuvo sus pasos. De repente, su cara se puso seria otra vez y se

acercó a una postal colocada en la cartelera. Era una postal grande

afirmándose sobre un pequeño grupo de pequeñas postales.

—Esta es del Club de Baseball, ¿cierto?

—Así es. ¿Pero no piensas que está algo fuera de lugar?

Satoshi dio una respuesta poco entusiasta y volteó la postal.

Debajo de ella, había una pequeña, rasgada pieza de papel unida a la

cartelera. En su superficie frontal, se encontraba un texto que había sido

alineado con una regla. En las palabras que estaban escritas por un

rotulador se leía:

—Sociedad Tela de Araña Dos miembros requeridos 05021722LL.

—Entonces aquí estaba... Es extraño, pero después de haber oído tu

explicación, sentí que era natural que estuviera aquí, por lo que no estoy

sorprendido del todo.

Chitanda, quien estaba más desconcertada que sorprendida, dijo eso.

Por otro lado, Satoshi estaba mirando fijamente el contenido del

memorándum casi sin ninguna expresión.

Y entonces, él dijo lentamente:

—El sello de autorización del Comité, sin chequear. Ahora, es tiempo de

hacer mi trabajo...

Y destruyó el memorándum.

Mientras estábamos buscando el memorándum, varios estudiantes de

primer año caminaron frente a nosotros. Todos ellos se ponían sus

zapatos en la entrada, y se dirigían camino a sus casas.

Entonces dije:

—Estoy algo aliviado. Tengo que ir al salón de profesores a entregar mi

tarea, y me iré a casa luego de eso.

—Si... supongo que me dirigiré a casa también.

Chitanda se quedó en blanco por un momento, pero inmediatamente

sonrió.

—Bueno. Entonces esta es una despedida... “Cuanto más inexperto uno

es, más se muestra poco convencional” tengo que recordarlo.

Con esa frase, Chitanda llevó su mano frente a su pecho.

Capítulo 5

Contrario a las previsiones meteorológicas, la intensa lluvia

gradualmente paraba. Satoshi y yo abrimos nuestros paraguas y

comenzamos a caminar de regreso a casa. En el camino, pasamos por el

distrito comercial a un centro de videojuegos, y finalmente pudimos

cerrar nuestros paraguas. Satoshi rompió el silencio.

—Sabía que algo estaba mal desde el principio.

Su voz sonaba gruesa con asombro, sarcasmo, y algo crítico.

—Después de escuchar sobre “La Sonata Luz de Luna”, rápidamente

preguntaste “Por cierto, ¿cuál es el primero de los Siete Misterios de la

Preparatoria Kamiyama?” Y estaba pensando, ¿realmente Houtarou

quería desviar la conversación?

—Estoy realmente agradecido.

Dije. Realmente, la clave era que él supiera mis intenciones y me

ayudara allí. Caso contrario, no creo que hubiera ido tan bien.

Satoshi giró su paraguas en un círculo. Era uno gris, paraguas de moda

con marca registrada. Era totalmente diferente comparada con mi

paraguas de vinilo. Las gotas de lluvia caían en el camino mientras

pasábamos por él.

—El plan de “Controlar un misterio con otro misterio” fue sorprendente.

Cierto.

Había sólo una razón por la que a propósito planteé mi historia de la

Sociedad Tela de Araña. Era para que Chitanda no sea capaz de

plantarme el misterio de la Sonata Luz de Luna.

Según Satoshi, fue ayer cuando una estudiante de la clase 1-A escuchó

el piano en el salón de música. Aparentemente eso fue la charla que tuvo

la clase 1-A en la hora del almuerzo, pero aún no se había difundido en

la clase de Satoshi, la 1-D.

Había sólo una frase de Satoshi que no pude ignorar. Esa fue “Me

pregunto cuándo llegará a mi clase D” Si él se preguntaba cuándo la

historia se volvería motivo de charla en su clase, él no debería haber

escuchado nada de sus compañeros.

Entonces, ¿cuándo, dónde y de quién Satoshi escuchó esa historia?

No necesité incluso pensar en eso. Antes de venir a mi salón de clases,

Satoshi estuvo en el salón del Club de Clásicos, el salón de lectura

geográfica. Chitanda estaba en esa habitación rellenando su formulario

de solicitud de autorización. Chitanda es una estudiante de la clase 1-A.

Ergo, Satoshi obviamente lo había escuchado de Chitanda.

Otra cuestión era que Chitanda quería ir a mi salón. Eso me generó una

premonición. No sabía si era buena o mala, pero esto es lo que yo pensé:

“Dado que yo he resuelto el misterio de la habitación cerrada, ¿no

quisiera Chitanda que resuelva también el misterio detrás de la Sonata

Luz de Luna?

Pensé que estaba pensándolo demasiado. Yo podía contar el número de

veces que me he encontrado con Chitanda. No creo haber hecho algo

para demostrar que puedo ser alguien confiable, y mi suposición de que

Chitanda quería ir a mi salón de clases con el fin de contarme esa

historia podía estar equivocada.

Pero, mientras que tenía dudas acerca de mi premonición, me tuve que

preparar ante la llegada de Chitanda. Lo que mejor podía hacer era irme

antes de que Chitanda llegue a mi salón de clases. Pero entonces tuve

que quedarme a completar la tarea, que me había olvidado traer. No

podía volver a mi casa libremente, por lo que pensé en contramedidas.

Entonces, Chitanda finalmente llegó.

Su motivo principal era entregar el formulario a Satoshi, pero el hecho

era que ella estaba allí. No quería interesarme en la historia del Salón de

Música, por lo que pensé en luchar contra esa curiosidad imponiendo

otro tema. Específicamente, “El primero de los Siete Misterios de la

Preparatoria Kamiyama”. El plan fue exitoso. Chitanda estaba

claramente a punto de mencionar la historia del salón de música, pero

sus intereses fueron desviados hacia el club secreto.

Satoshi habló.

—Entiendo lo que hiciste, pero no entiendo el porqué. ¿Qué planeabas al

reemplazar el misterio de la Sonata Luz de Luna con la historia de la

Sociedad Tela de Araña? No puede ser que quieras escapar a causa de

que ese misterio estaba fuera de tus manos, ¿cierto?

Eso es, por supuesto, falso.

También, no era que yo quería hacerlo, pero no tuve elección.

—Acerca de la historia del piano, formé una conclusión inmediatamente

después de escuchar sobre eso. Puedes chequear que es verdad si vas al

salón de música.

—Entonces ¿Por qué?

Si necesitas una razón, todo lo que puedo decir es una oración.

—El salón de música está muy lejos.

La lluvia ligera golpeaba el techo del salón de videojuegos y hacía un

sonido crujiente. Una camioneta conducía a través del estrecho camino

del distrito comercial de manera restringida. Un chorro de agua empapó

mis zapatos.

Entonces, Satoshi tomó aire profundamente.

—Ya veo... Lo capto ahora. Como se esperaba de Houtarou.

El salón de música estaba en el cuarto piso del Bloque Especial. Para ir

allí en un día lluvioso, uno debía ir por la planta baja, usar el camino

cubierto y entonces subir hasta el cuarto piso. Es realmente lejos de mi

salón de clases.

El informe del clima decía que la lluvia se volvería más intensa en la

noche. Absolutamente no estaba interesado en ir a algún lugar tan lejano

como el salón de música.

Esa era exactamente el porqué traje la historia del club secreto. El

Primero de los Siete Misterios de la Preparatoria Kamiyama, que le pedí

a Satoshi que presentara, era extremadamente un material apropiado

para llamar la atención de Chitanda. Yo sugeriría entonces ir en busca

del memorándum, bajar hasta la entrada e ir a casa cuando esté acabado

el caso. Así fue establecido el plan.

Lo que sea que pasara con el piano en el salón de música no era un tema

en el cual quería involucrarme. Si no tengo que hacerlo, no lo hago.

Pero, cuando Chitanda dice “¡no puedo dejar de pensar en ello!” con

esos ojos azules...

—Si tengo que hacerlo, lo hago rápido.

En resumen, me las arreglé para acabar con ello lo más pronto posible.

Sin embargo, Satoshi estaba cantando una canción diferente.

—Houtarou, eso no es algo bueno.

—...

—Si tú quieres dar a conocer tu lema, deberías hacerlo con magnificencia

y con orgullo. Ahora, tu solo diste una excusa.

No puedo negar eso.

Por el contrario, tampoco podía mirar a Satoshi a la cara. Con el

golpeteo silencioso de la lluvia primaveral, sólo pude mirar hacia mis pies

mojados.

Amo mi lema desde el fondo de mi corazón.

Pero hoy, no siento ninguna satisfacción al enfrentar un problema con

otro problema por mi creencia. En cambio, sólo la culpa permaneció en

mi corazón que me pregunté si había hecho lo correcto.

La trampa ha ido bien. Chitanda fue persuadida a bajar hasta la entrada,

y ella también tenía admiración por la explicación paradójica. También,

mientras Satoshi estaba llamando su atención, me las arreglé para

secretamente pegar el memorándum de la Sociedad Tela de Araña sobre

la cartelera.

El memorándum fue hecho con un pedazo de papel. Nos habían dado dos

pedazos de papel a los vivaces estudiantes de primer año para escribir

“Sentimientos después del primer mes de escuela y futuras

aspiraciones”. Obviamente, no había forma de que pudiera llenar ambas

páginas. Por lo que puse el papel sobrante para una buena causa.

Me apropié de la tachuela de la cartelera del cruce. Cuando Chitanda

miró el descolocado cartel y pensó que la tachuela se había caído, pero

en realidad la tenía en mi mano.

Todo estaba yendo de acuerdo al plan. Previne que la historia del piano

sea contada, y así logré irme de allí, como había esperado. Pero ahora,

incluso yo reconozco que mi lema parece una excusa. No da lugar a la

argumentación. Incluso cuando el plan se estaba llevando a cabo, estaba

pensando que debería detenerme. Quería ir a casa rápido, y no quería ir

al salón de música. Bueno, el objetivo es justificable. ¿Pero qué pasa con

el método?

El videojuego llegó a su fin, y caminamos hasta una intersección. Sabía

que tenía que abrir mi paraguas desde aquí. Satoshi se detuvo, mirando

hacia mi cara y dejando escapar una extraña sonrisa.

—Houtarou, ¿entiendes el error que tuviste hoy?

Pensé que sabía cuál era, pero no creía estar en absoluto cierto. Me

mantuve en silencio.

Satoshi se encogió de hombros con forzosa grandeza.

—Enfrentar un misterio con otro misterio. Sí, me gusta. Es un buen giro.

Y entonces, justo como había hecho con él anteriormente, Satoshi miró

fijamente hacia mis ojos y habló.

—Pero eso no es de tu gusto.

Tranquilamente desvié mi mirada.

—Si tú realmente querías ajustarte a tu lema, había solo una cosa por

hacer. No pudiste evitar olvidar tu tarea y tener que volver a buscarla.

Que Chitanda haya entrado a tu salón de clases no fue tu culpa. Pero

¿por qué simplemente no dijiste “No lo sé”? Allí está tu error.

—No importa qué tema Chitanda trajera, no es tu deber encontrar las

respuestas. Podrías haber escuchado con poco entusiasmo y luego

ignorarlo. En realidad, ¿no es eso lo que siempre haces?

Eso es de hecho cierto...

¿Por qué siquiera pensé en bloquear un problema con otro problema?

Era definitivamente mejor que ir al salón de música, pero era

indudablemente una pérdida de tiempo.

¿Por qué elegí hacer eso?

Las palabras de Satoshi me hirieron, pero no carecían de fundamento. Si

yo realmente hubiera querido evitar el ataque de Chitanda, ¿no podría

haberlo concluido con sólo decir “No tengo idea”?

La extraña sonrisa de Satoshi se volvió incluso más profunda.

—Estoy contento de ser capaz de enseñarte algún que otro conocimiento

variado. Bueno, ¿Houtarou? Sé exactamente por qué elegiste hacer eso.

—...

—Eso es porque... “Cuanto más inexperto uno sea, más se muestra poco

convencional.”

Esa frase seguro me suena familiar.

Creo que sé porqué la sonrisa de Satoshi lucía rara cuando debería haber

estado acostumbrado a ella. La única parte que estaba sonriendo era su

boca.

—Houtarou aún no te familiarizas con la situación que pertenece al Club

de Clásicos, en donde está Chitanda. Esa es la razón. Ese es el porqué

tu usaste tal método indirecto. Probablemente tú planeabas rechazar a

Chitanda-san hoy. Pero en mis ojos, eso no fue un rechazo.

—No quería exactamente rechazarla.

Yo pensaba que Chitanda era una molestia, pero no es como si quisiera

cortar todas las conexiones que tengo con ella y nunca volverla a ver.

—Por supuesto. Era sólo una postergación del status quo.

Postergación.

Una palabra que misteriosamente tenía sentido. Para tratar con

Chitanda, la demostración de su inigualable curiosidad y el tiempo que

tendría que gastar, elegí la postergación. Esa palabra es seriamente apta

para esta situación.

También sabía qué vendría después de eso.

Como si se lavara las manos de mi situación, Satoshi miró al cielo y abrió

su paraguas de golpe.

Satoshi llevó su paraguas de marca a su hombro y caminó bajo la lluvia.

La casa de Satoshi está justo hacia delante. La mía está al girar. Estaba

aún en rojo.

Al final, Satoshi se dio vuelta.

—Por cierto, ¿qué piensas acerca de la “Sonata Luz de Luna”? No te

preocupes, no te diré que vayas todo el camino hacia el salón de música.

—Ah.

En esta húmeda llovizna, no debería estar sintiendo sed, aun así lamí mis

labios. Miré hacia los pies de Satoshi.

—Era antes de las seis, cuando las puertas de la escuela cerraron. Había

una estudiante con una mano lastimada en el salón de música. Ella tenía

el cabello desordenado y unos ojos enrojecidos... porque ella acababa de

despertarse.

—Ah, ¿en serio?

—La miembro del Club de Piano se durmió porque estaba cansada. Para

asegurarse de que se despertaría antes de las seis, programó una alarma.

Ella puso la “Sonata Luz de Luna” en la casetera.

Satoshi se rió con sarcasmo.

—Ya veo. La preparatoria Kamiyama tiene vigorosos clubs, después de

todo. ¡Por supuesto que tendría que haber una casetera en el salón de

música! Tú definitivamente lo entenderías si estuvieras allí, dado que la

casetera todavía tendría la misma configuración. Ah, ¡Tu seguro

destruiste mis sueños! No debería haberte preguntado.

—Pero Houtarou...

El semáforo se puso en verde. Había un sonido indicando que era seguro

continuar. Satoshi dio un paso y habló, sus palabras sonaban como una

profecía.

—Pienso que ir al salón de música te hubiera ayudado a cumplir tu lema

en el largo viaje. El misterio sin resolver de hoy vendrá con más interés

mañana. No tengo intenciones de estar persiguiendo el asunto, ¿pero

qué pasa con Chitanda-san? Bueno, me iré ahora. Nos vemos mañana.

Story 2 – Cometer un pecado capital

Capítulo 1

Estábamos aprendiendo sobre la historia China en nuestra clase de

Historia Mundial. Desafortunadamente, yo ya sabía mucho acerca del

período de los Reinos Combatientes, por lo que me sentía

extremadamente aburrido. Sin embargo, no tenía interés en dibujar

pequeñas ilustraciones cómicas en el margen de mi desatendido

cuaderno, ni tenía ganas de circular notas placenteras a mis

compañeros. Además, no tenía ningún pasatiempo, que podría decir son

tan tediosos como los trabajos a tiempo parcial, o algún interés en

general. Mientras ignoraba la fastidiosa explicación de las tácticas de las

alianzas horizontales y verticales, con el fin de pasar el tiempo,

reflexioné inmóvil sobre la buena suerte de no tener nada que hacer

mientras deseaba divertirme.

(Las alianzas horizontales se refieren a los Estados aliados que querían repeler el Estado

Qin, mientras que las alianzas verticales refieren a los Estados aliados con Qin que

participaban en su ascendencia.)

Dado que la Preparatoria Kamiyama es una escuela centrada en preparar

a los estudiantes para futuros estudios, los estudiantes aquí en gran

medida tienen buenas aptitudes para el aprendizaje. La clara voz del

viejo profesor resonaba en el salón donde la tranquilidad era preservada.

Un fuerte sonido raspante resonaba cuanto la tiza golpeaba el pizarrón.

Actualmente era el quinto período, por lo que probablemente seré

atacado por el demonio del sueño pronto. Era un día despejado en la

temporada lluviosa de Junio. Y así, mi vida de preparatoria es

derrochada. Golpeé mi lápiz mecánico. No era que quería escribir algo,

sino porque la mina no salía. No había notado que la mina estaba rota.

Saqué una mina de repuesto de mi cartuchera, sosteniéndola con mi

pulgar y mi dedo índice. En lugar de ponerlo por detrás, intenté ponerlo

por el frente, como si estuviera enhebrando una aguja.

Sin embargo, la paz de repente se rompió.

Un sonido peligroso se escuchó. Se parecía al sonido del bambú

golpeando algún objeto duro. Tomado por sorpresa, me encogí. Toda mi

somnolencia se disipó, y la mina HB se rompió a la mitad en dos piezas

perfectas. Qué desperdicio. Oh bueno, supongo que aún puedo usarlos.

Parece que no era el único asustado. Eso se escuchó pocas veces

seguidas, mezclado con algunas palabras de ira. Era una alta y espantosa

voz de hombre, pero dado que provenía de otro salón de clase, no podía

entender qué estaba diciendo. Llegado a tal punto, mis compañeros y yo

habíamos deducido gran parte de lo que estaba pasando. En el salón de

al lado, el profesor de matemática, Omichi,, había perdido su paciencia

de nuevo.

La docencia es comúnmente referida con recoger la vara larga del

profesor, pero en esta era, no he visto ningún profesor llevar una. A lo

mejor, ellos tienen un pequeño puntero. En el pasado, tuve un profesor

llamado Morishita en el Departamento de Consejería estudiantil quien

adoptó la creencia de “Aunque no estés sosteniendo un bastón de

esgrima, no hay duda de que quisieras tenerlo si se te fuera permitido”.

Hablando de eso, Omichi-sensei tiene una dura caña de bambú

moldeada en forma de bastón de esgrima que el lleva consigo y a veces

lo usa como una vara. Sin embargo, Omichi-sensei, quien puede ser

conocido por ser el profesor más veterano de la escuela, definitivamente

no usaría su bastón para golpear a un estudiante. Él sólo la blandiría

contra su escritorio y el pizarrón a modo de obligar a los estudiantes a

concentrarse. Omichi-sensei es el honorable profesor que me ha

enseñado que el pizarrón es inesperadamente firme y difícil de dañar.

Sin embargo, mientras que tengo esta impresión de Omichi-sensei, ni me

disgusta ni siento desprecio por él. Tenía este tipo de profesores en la

escuela media, e incluso en la escuela primaria. Si tuviera que decir

cómo me sentía sobre él, sería el mismo sentimiento que tengo por la

chica que se sienta al lado mío. Me refiero a sus caras, nombres y

personalidades, pero realmente no me importa.

De todos modos, no me sorprendía que él causara alboroto en mi clase.

Mientras pensaba sobre eso, una clara voz cortó la indetenible, enojada

voz.

Esa voz de seguro que me suena. Cuando me di cuenta a quién

pertenecía la voz, murmuré a la vez sin pensar,

—No hay manera...

Era la voz de Chitanda.

Llegué a conocerla a causa de un pequeño incidente fatídico luego de

entrar a esta escuela, y hemos estado en el mismo club desde entonces.

Ahora que lo pienso, Chitanda estaba en la clase de al lado. Estaba

sorprendido de que hubiera algún estudiante en esta escuela que

discutiera con Omichi cuando él había comenzado a golpear el pizarrón,

y nunca pensé que esa estudiante fuera Chitanda. Agudicé mis oídos

para confirmar que era en efecto Chitanda, pero de todos modos era una

voz que provenía del otro lado de la pared. No puedo decirlo con

seguridad, pero la entonación también sonaba como Chitanda.

No podía entender lo que ella estaba diciendo, pero cada palabra suya

era sin duda aguda y emocionada. He escuchado esa voz pocas veces,

pero era la primera vez que escuchaba ese tono. Parece que Chitanda

también puede enojarse y elevar su voz.

Ella probablemente había dicho todo lo que quería decir, ya que su voz

pronto se apagó. El silencio se había hecho presente en mi salón por un

corto tiempo, como si estuviéramos todos aguantando nuestra

respiración. Respecto a eso, la calma regresó al salón de clases de al

lado. ¿Realmente Chitanda causó que Omichi se callara? La

irresponsable atmósfera que nos hacía prevenir de más problemas se

relajó en un instante En todo caso, dado que ahora estaba más tranquilo,

no tuvimos opción más que regresar a nuestra clase de historia

Saqué la otra pieza de la mina del lápiz mecánico. Esta vez, lo puse

rápidamente por detrás y entonces lo giré alrededor de mis dedos.

Capítulo 2

Era después de clases. Los rayos del tempranero sol de verano

iluminaron diagonalmente dentro del salón del Club de Clásicos, el salón

de lectura geográfica.

Mantuve mi libro de bolsillo abierto entre mis dedos, ya que noté a

Chitanda algo nerviosa. La razón de que ella estuviera tan nerviosa, era

por la discusión entre Fukube Satoshi e Ibara Mayaka, quienes estaban

en el medio del salón, aunque realmente no era posible para los dos que

estén peleando. En realidad Ibara estaba unilateralmente criticando a

Satoshi, y él la estaba evadiendo con frívolas palabras o dando sonrisas

irónicas. Aunque he sido testigo de sus disputas desde el principio, no

tenía idea de qué se trataba ahora. Probablemente comenzó como un

debate sobre algo trivial como que todos los postes telefónicos son altos

o que todos los buzones son rojos.

Fue en abril cuando Chitanda, Satoshi y yo nos unimos al Club de

Clásicos, que no tenía miembros. En mayo, Ibara se acercó a Satoshi y

le preguntó acerca de unirse al club.

Ibara ha estado en la misma clase que yo desde el primer grado de

primaria, pero realmente no nos hablamos mucho. Finalmente estamos

en diferentes clases en la preparatoria, pero ahora estamos en el mismo

club. ¿Será qué tanto estamos unidos por el destino? Entonces otra vez,

Ibara estaba actualmente participando en tres lugares al mismo tiempo,

en el Comité de la Biblioteca, el Laboratorio de Manga, y también, el

Club de Clásicos. Satoshi, quien estaba en el Comité Ejecutivo, el Club

de Manualidades y el Club de Clásicos debería llevarse bien con ella.

El Club de Clásicos era un tranquilo y pacífico lugar cuando estábamos

sólo tres de nosotros.

Satoshi habló con una pasión espantosa, pero si no hubiera nada que

quisiera de otros él se mantendría callado. Y Chitanda estaría realmente

calmada, como era de esperar, si su usual curiosidad no explotara.

Era un lugar pacífico donde teníamos nuestras actividades de club y

donde nada ocurría. Poco a poco, he estado yendo al salón de lectura

geográfica. No es que esté particularmente interesado en las actividades,

pero comencé a creer que era un relajante lugar para pasar el rato.

Pero la situación cambió cuando Ibara se unió al club. Si Ibara estuviera

sola, sólo sería una compañera antisocial. Sin embargo, cuando se junta

con Satoshi...

—Tú fuiste el único que dijo que lo haríamos en primera lugar, quizás

tengas tus razones pero más allá de eso, ¿no era obvio que deberías

haberte puesto en contacto conmigo? hubiera estado bien cancelarlo

pero deberías al menos haberme llamado. Sé que tienes tu teléfono

contigo, habría estado bien si fuera una molestia para mí pero no es así

¿qué pasa con esa mirada?¿puedes escucharme

apropiadamente?¿entiendes en la posición en la que te encuentras? esto

no se arreglará sólo con decir lo siento.

(En realidad, Ibara aquí habla sin pausa, pero decidí ponerle las comas para facilitar la

lectura.)

Era algo como eso.

¿Cuántas veces ha sido así? Las pocas primeras veces, Chitanda se

sentía terriblemente nerviosa y de alguna manera intentaba mediar entre

ellos. Intentó convencerlos y persuadirlos, pero desafortunadamente fue

sólo un esfuerzo inútil. Ahora ella no trataba de intervenir, pero estaba

esperando el momento adecuado para preguntar qué estaba mal. Miré

hacia arriba y observé su mirada preocupante. Ella rápidamente apuntó

hacia los dos con sus dedos índices.

El libro que estaba leyendo era una novela de ciencia ficción, y aunque

la introducción era interesante, encontré dificultades para entender el

clímax. Sabía que algo mal pasaba, pero no tenía idea qué era

exactamente. No podría entenderlo incluso luego de leerlo por segunda

vez, y fue cuando gradualmente encontré las dos voces siendo muy

ruidosas. Suspiré y puse mi libro boca abajo.

—Y yo sé que eres consciente al respecto, pero no tienes una pizca de

decencia cuando incluso sabías qué es lo que iba a pasar, pero no dijiste

nada. Después de eso llovió estaba ventoso había relámpagos e incluso

cayó granizo, al final realmente no me importaba este encuentro pero

perdí mi tiempo escogiendo qué vestimentas usar e inesperadamente

eran un desastre y es tu culpa, no puedes decir nada sobre eso ¿cierto?

Ibara gritó y gritó sin tomar aire.

— ¿No estás cansada aún?

Ibara, quien tiraba miradas punzantes hacia Satoshi, se volteó a mirarme,

y dio una corta y clara respuesta.

—Lo estoy.

—Entonces tomate un descanso.

—Bien.

Ella se sentó dócilmente en la mesa. Ella estaba realmente enojada justo

ahora, por lo que no estaba seguro si su ira sería tratada con tanta

facilidad. Satoshi me miró y levantó sus pulgares como muestra de

gratitud, y descaradamente dijo:

—Vaya, es verdad que puedes ponerte así de loca. Apuesto a que

liberaste un montón de estrés allí.

—Si Fuku-chan tuviera más decencia, no estaría tan estresada en primer

lugar.

—Bueno, pero...

Ante la descarada mentira, Satoshi se volteó hacia Chitanda.

—Tú deberías aprender de Chitanda-san. Nunca la he visto enojarse.

Chitanda dio un suspiro de alivio y acarició su pecho como si hubiera

presenciado una tregua. Nunca la he visto hacer eso antes. Al ser

arrastrada repentinamente a la conversación, ella dejó escapar una

sobresaltada respuesta.

—Eh? ¿Yo?

Pero Ibara frunció el ceño.

— ¿En serio? ¿Pero ella no se enoja cada vez que Oreki llega tarde?

De hecho pasó algo así antes, pero ese enojo era un poco diferente a la

ira de Ibara. ¿Cuál es la palabra apropiada para esto?

—También lo vi. Pero eso fue más un regaño que ira.

Eso es, lo pensé por un instante, cuando me di cuenta que era algo

lamentable el ser regañado por una chica de la misma edad.

—Ah, sí, tienes razón. Eso parecía más una protesta.

Eso no es algo bueno.

Con una sonrisa problemática y una vaga expresión, Chitanda inclinó su

cabeza.

—Si están hablando acerca de no enojarse, yo no he visto a Fukube-san

o a Oreki-san enojarse tampoco...

Después de un breve momento, Ibara y yo abrimos nuestras bocas al

mismo tiempo.

—Satoshi sí se enoja.

—Fuku-chan puede enojarse.

Cuando las personas son atacadas por ambos lados, sus habilidades de

juzgar caen considerablemente, y esto no era diferente en Chitanda. Sus

grandes ojos trataron de enfocarse en ambos, Ibara y yo, fallando, por lo

que se conformó con Satoshi, que estaba entre nosotros.

— ¿Es así?

Satoshi respondió con una irónica sonrisa.

—Bueno, supongo. No muestro mi enojo tanto como Mayaka, pero sí me

enojo de vez en cuando.

Acabo de darme cuenta que no he visto a Satoshi enojarse frente a

Chitanda aún. Bueno, sólo hemos estado aquí por dos meses. Nada es

imposible.

—Aún así no puedo imaginar a Fukube-san enojarse.

Es entendible desde la perspectiva de Chitanda. Dado que a Satoshi le

gusta mostrar sus habilidades en raros ámbitos, él raramente muestra

sus emociones sin estar preocupado de lo que otros puedan pensar de

él, mucho menos al género opuesto, siendo Ibara una excepción.

—Él no da tanto miedo cuando está enojado.

Sí, su enojo apenas es intenso. El sólo habla menos, no hace contacto

con la mirada y claramente cambia el tema diciendo “no hablemos sobre

ello”. Dada mi experiencia, no es realmente raro que Satoshi haga eso.

— ¿No doy miedo? Realmente me menosprecias...

Observando al gruñón Satoshi con los ojos levantados, Chitanda

murmuró.

—Creo que no puedo dejar de pensar en ello.

Parece que Chitanda está planeando sacar de quicio a Satoshi. Estoy

totalmente ansioso de que eso pase.

— ¿Qué me dices de Oreki?

Ibara estaba mirándome.

Justo cuando estaba a punto de decir acerca de cómo no me he estado

enojando últimamente, o que estaba disfrutando de esta situación tan

estable como un día de primavera, Ibara sonrió. Mientras que su mirada

era indiscutiblemente de desprecio. Ibara entonces volteó para observar

a Chitanda, y en un tono que parecía decir “prepárate”, ella dijo.

—Oreki nunca se enojaría.

— ¿Es porque es muy amable?

Ibara sacudió su cabeza.

—No, es sólo que él es un ser humano solitario que no puede incluso

obtener satisfacción para enojarse.

Oye, eso fue algo cruel... ¿sea cual fuere la circunstancia?

Ah, pero me di cuenta que incluso no me enojé de eso. No he estado

enojado últimamente, pero la ultima vez, ¿perdí mi temperamento?

Bueno, no necesito molestarme por eso. El acento de Ibara decía estar

siempre en lo correcto... no. Tiene un aspecto de la verdad, pero no

puedo decir que es totalmente correcto. También está la explicación de

que soy muy bueno como para enojarme, después de todo. Espera, eso

tampoco es correcto, podría enojarme si quisiera.

—Ha ha, Houtarou está inseguro.

Estaba un poco molesto de que Satoshi indicara la situación tan

francamente. Oye, ¡estoy enojado!

Sin que le importe, Satoshi continuó con su broma.

—Dejando la falta de emociones de Houtarou a un lado, creo que el

hecho de que Chitanda no se enojara es un caso especial. Es como si

estuviera acostumbrada a tener paciencia y ser serena. Mayaka deberías

intentar ser más calmada y tranquila, no como el estilo de Houtarou

pero sí como Chitanda-san.

—Incluso si tú dices eso, no es como si pudiera cambiar esta parte de mí

sólo con intentarlo. No quiero parecerme a Oreki, y no puedo ser como

Chi-chan.

Los ojos de Chitanda se nublaron. En una voz que era difícil para mi

escuchar, ella preguntó.

—Emm... ¿estaba siendo elogiada recién?

Me pregunto, aunque definitivamente no estaría hablando mal de ella. De

alguna manera me encontré con los ojos de Ibara y Satoshi.

Primero, Ibara habló.

—Podría ser.

El siguiente fui yo.

—Nosotros estamos haciendo sólo observaciones, por lo que no dijimos

nada positivo o negativo.

Pero Satoshi sonrió con extrema diversión.

—No, no, olvida a aquellas personas que no son capaces de enojarse,

pero creo que es un excelente rasgo el no enojarse. La ira es un pecado

serio, después de todo. Creo que deberías reducir tus estallidos,

Mayaka.

— ¿Pecado? ¿Te multan por ello? ¿Como por los ruidos fuertes?

Satoshi sacudió su cabeza de una manera importante, mientras Chitanda

daba una explicación con la cara un poco roja.

—Los pecados capitales, ¿cierto? Pensé que era conocido como rabia...

Pero entonces ella continuó

—Si estas tratando de elogiarme, por favor detente.

Chitanda agachó la cabeza embarazosamente. Además de eso, su voz

era incluso más baja que antes, por lo que ninguno aceptó la protesta.

Esta es probablemente la primera vez que veo a Chitanda sintiéndose

tímida. Por otro lado, Satoshi asintió en satisfacción.

—Es cierto. Como esperaba de Chitanda-san. Dado que es un tema

popular, ¿creería que Mayaka ha escuchado sobre los siete pecados

capitales?

—Si, por supuesto que los conozco.

Yo no.

— ¿No eran 108 pecados?

—Eso es klesha.

(En los pensamientos Budistas tradicionales, su gente ha dicho tener 108 aflicciones o

kleshas. Hay 6 sentidos (vista, oído, olfato, gusto, tacto y consciencia) que se multiplican

por tres reacciones (positivo, negativo, e indiferencia) generando 18 “sentimientos”.

Cada uno de esos sentimientos pueden ser “unido al placer o separado por placer” con

otro, generando 36 “pasiones”, pudiendo cada una de estas ser manifestada en el pasado,

el presente, o el futuro, formando 108 kleshas.)

Lo que sea.

—Los siete pecados capitales son conceptos de la enseñanza de Cristo,

pero ellos fueron juntados posteriormente, por lo que no están

registrados en la Biblia. Eh, a parte de la ira, también está...

Satoshi dijo mientras doblaba su pulgar. Doblando el resto de sus manos

en orden, continuó.

—Soberbia, gula, avaricia... Hmm, sólo puedo recordar esos cuatro...

Satoshi, quien se veía como un idiota observando su puño, fue salvado

por Chitanda.

—Envidia, lujuria y pereza, creo.

Cuando ella mencionó el último pecado, parecía como si Ibara estuviera

mirándome y riéndose... Bueno, no está bien sentirse perseguido.

Actualmente, Ibara estaba mirando a Chitanda.

—Por lo que esos son los siete pecados capitales. ¿No hace eso perfecta

a Chi-chan? Tú eres diligente, y no comes en exceso...

—No puedo imaginarte siendo avariciosa, y definitivamente no eres

perezosa.

—Y, eh... no tienes una mente sucia.

—Es difícil decir si ella envidia a alguien, pienso.

Estos dos estaban ahora claramente burlándose de ella más que

elogiándola. La cara colorada de Chitanda estaba gradualmente

enrojeciéndose más. Ella agitó sus manos negando las acusaciones y

habló con un ritmo rápido.

— ¡Por favor paren! Además, ¡cuando tengo hambre puedo comer un

montón!

Le pasaría a cualquiera.

—Ella luce como la Santa Eru, ¿cierto?

— ¿No suena “Chitanda Eru” como un tipo de ángel?

—Uriel, Gabriel, ¿Chitandael? Ha ha

Estos dos de seguro van bien juntos. Chitanda fue presionada por una

respuesta ante la extraordinaria coordinación. Ella aclaró su garganta, y

reunió fortaleza y dignidad. Entonces, de repente:

— ¡Dije que paren por favor!

Ella gritó con una voz clara.

—Ella se enojo...

—Y nos gritó.

Chitanda dio una sonrisa a las dos personas que lucían abatidas.

—Además, no creo que sea algo bueno nunca enojarse.

Ibara y Satoshi lucían sorprendidos, y yo probablemente tenía una

expresión similar. Chitanda continuó suavemente sin mostrar indicios de

que ella estaba buscando palabras para decir.

— ¿No es lo mismo con los otros pecados capitales?

—Perdón, Chi-chan, pero en realidad no entiendo.

— ¿Es eso así? Debería haber elegido mejor mis palabras.

Chitanda sonrió mientras respondía.

—Pienso que uno no puede estar sin soberbia y avaricia. Aunque dado

que ellas se basan en enseñanzas religiosas, debe haber varias razones

de por la que se consideran pecados capitales.

Satoshi agachó su cabeza en un ángulo nada natural.

— ¿Algún ejemplo?

—Por ejemplo, si no tienes soberbia, entonces significa que no confías en

ti mismo. Y alguien que nunca ha sido avaricioso no sería capaz de

mantener a su familia. Además, si nadie en el mundo sentiría envidia, las

nuevas tecnologías no habrían sido inventadas.

Chitanda se detuvo en sorpresa. Observando nuestras expresiones, dijo.

—Umm... no quería convertir esto en una conferencia...

Ssatoshi, quien había estado escuchando atentamente, dobló sus brazos.

—Hmm, ya veo. Interesante...

Estaba contento de que mi forma de vivir haya sido defendida. Pregunté

con un suave tono.

-Básicamente, ¿estás diciendo que es una cuestión de títulos? Eso es

Confusionismo.

—No puedo explicar la Biblia, pero no pienso que es inútil tomar los

pecados capitales como absolutos y aplicables a nuestras vidas.

Ella aclaró sin vergüenza. No había pensado en que Chitanda creyera en

eso, por lo que es algo interesante.

- ¿Por lo que piensas que enojarse no es algo malo, Chi-chan?

—Eso es cierto. Si nunca te enojaras por nada, probablemente signifique

que no hay nada que te guste.

Yo puedo enojarme totalmente.

—Pero si ese fuera el caso, entonces ¿por qué no te enojas?

Esa fue una rápida respuesta.

—Porque me cansa. Y no quiero sentirme cansada.

Oh?

Satoshi mantuvo su cabeza, que había sido drenada de color, en sus

manos y se puso de pie.

— ¡Chi-Chitanda-san ha sido poseída por Houtarou! ¡Cómo es posible!

¡Debería haber al menos prevenido que esto pasaría! ¡Hay un fantasma

inquietante en la preparatoria Kamiyama! ¡El fantasma está conservando

energía!

—No, eso fue sólo una broma.

El silencio cayó.

En una voz que parecía que se desvanecería pronto, ella se disculpó.

—Perdón, tuve un repentino impulso para bromear.

Podía decir que era obvio, pero eso se escapaba del hecho de que

estaba siendo engañado por Chitanda. Y pensé que había encontrado a

mi alma gemela.

Chitanda respondió la pregunta de nuevo, como si la payasada anterior

hubiera sido olvidada.

—No es como si no pudiera enojarme. Puedo también perder la

compostura. Hmm, por ejemplo...

Nuestras miradas atentas eran gestos que la impulsabas a seguir

adelante.

—Cuando veo que la gente desperdicia comida, me enojo.

Bueno... ella es la hija de una familia agricultora. Ella creía en el dicho

“Cada grano de arroz es una gota de sudor”.

Pensando en ello, de repente recordé sobre el incidente durante el

quinto período. Hablé sin pensarlo demasiado.

—Sobre este tema, ¿no fuiste tú quien se enojó en la clase de Omichi

durante el quinto período?

Mientras hablaba, sentí que el humor de Chitanda cambió.

Bueno, lo dije. Una ola de arrepentimiento hizo que mi espalda se

endureciera.

Chitanda, quien había estado disfrutando la divertida y tranquila charla,

levantó lentamente su fino mentón y cerró sus labios con fuerza.

Mientras que ella no exageraba sus emociones, su cambio de humor era

fácil de entender. Ella murmuró.

—Ah, ¡cierto! ¿Cómo pude haberlo olvidado? ¡Estaba esperando poder

preguntarle a Oreki-san acerca de eso!

Genial. Metí la pata. Satoshi e Ibara se burlaron de Chitanda sobre ser

una santa o una persona bendecida hace un momento. Estaba pensando

que esa imagen realmente no va con ella si consideras el aspecto de

hacer las cosas con moderación. Este fue un error enorme. Si bien ella

es diligente, el rasgo que la hace diferir de una persona perfecta es su

curiosidad.

Habiendo causado problemas sobre mi *, chasqueé mi lengua

silenciosamente. Indiferente de mi situación, Satoshi parecía estar

cómodo.

(* La frase original es 蛇のいる藪をつついた que significa perturbar la paz donde la

serpiente vive.)

— ¿Pasó algo, Chitanda-san?

—Sí. En realidad, durante el quinto período, me enojé en la clase de

matemáticas.

Chitanda le dio a Satoshi e Ibara una respuesta vaga, y luego se volteó a

mirarme. Desearía haber estado mirando hacia otro lugar, pero no tenía

sentido llorar sobre la leche derramada.

—Pero no sé qué fue lo que hizo enojarme. Por supuesto, no tenía

necesidad de enojarme, pero algo pasó que me hizo enojar, y no sé que

fue realmente lo qué lo hizo.

Tuve que pensar mucho para comprender el significado de su compleja

oración. Resumiendo, probablemente es lo que Chitanda diría luego.

— ¡Yo no puedo dejar de pensar en ello!

Capítulo 3

Hoy en el quinto período tuve matemáticas, con Omichi-sensei.

Creo que Oreki-san y Fukube-san saben qué tipo de profesor es.

No estoy segura desde donde debería comenzar para que lo entiendan,

por lo que explicaré desde el comienzo.

Omichi-sensei llegó casi justo cuando el timbre que anuncia el quinto

período tocó. Él lucía descontento, pero por lo que sé, él lleva esa

expresión casi todo el tiempo. Abrió la puerta, y justo antes de entrar al

salón, se detuvo por un momento y observó la placa del nombre de la

clase. Todo hasta este punto se veía normal.

Después de una apresurada reverencia, comenzó a escribir una ecuación

cuadrática en el pizarrón. Era una ecuación bastante simple,

“y = x^2 + x + 1”, pero el restringió el dominio de x desde el 0 al 3.

Entonces, mientras tocaba su hombro con su bastón de bambú, él señaló

a Kawasaki-san y le dijo que dibujara el rango de y. ¿Conocen ustedes a

Kawasaki-san? Es un chico alto y delgado quien tartamudea un poco...

pero eso no tiene nada que ver con la historia.

Kawasaki-san obviamente lucía confundido, como yo. Nosotros no

sabíamos nada acerca de restricción de dominios aún.

Pensé que Omichi-sensei estaba poniendo a prueba nuestra imaginación,

tratando de descubrir qué tanto sabíamos acerca de eso antes de

comenzar la lección. Francamente, no soy una experta en esos temas,

pero he experimentado este estilo de aprendizaje anteriormente. Aunque

este método de hacer que los estudiantes piensen no parecía encajar con

el plan de enseñanza de Omichi-sensei.

Kawasaki-san pensó sobre la pregunta de Omichi-sensei por un

momento, y luego dijo que él no sabía cómo responderle.

En ese momento, contrario a mis expectativas, Omichi-sensei se enojó.

“¿Qué? ¿No lo sabes? ¿Qué estuviste escuchando en mi clase

anterior?” él comenzó a reprender a Kawasaki-san... Realmente no

quiero decir esto, pero en realidad parecía como si él estuviera abusando

de Kawasaki-san.

Después de decir algunas palabras sin sentido sobre como su futuro sería

inseguro, Omichi-sensei le dijo a Kawasaki-san que se sentara.

El próximo elegido fue Tamura-san, quien es mejor en matemáticas que

Kawasaki-san. Él se levantó, pero era incapaz de dar una respuesta.

Omichi-sensei llamó a Tamura-san idiota, y le ordenó que se sentara. Él

entonces miró alrededor de la clase y dijo en voz alta, “¿Hay alguien

aquí que pueda resolver esto?”

Probablemente debería haberlo notado antes, pero llegados a ese punto

finalmente me di cuenta que Omichi-sensei había olvidado qué tan lejos

habíamos llegado en el libro de texto. Revisé mi libro, y descubrí que

hoy nosotros deberíamos sólo haber completado los métodos para

determinar una función cuadrática y comenzar con valores máximos y

mínimos. Omichi-sensei estuvo fuera de sí por una hora de la clase.

Como otros en la clase comenzaban a darse cuenta también, el salón

comenzó a ponerse ruidoso. Eso sólo hizo a Omichi-sensei más irritante

y comenzó a golpear el pizarrón con su bastón de bambú. Entonces

criticó nuestra actitud hacia la clase, el amor al aprendizaje y civismo en

un tono irritado. También dijo palabras duras sobre nuestro camino

luego de la graduación y nuestro futuro. Si, así es, él golpearía el

pizarrón luego de cada pausa.

Pensé que habían pocas personas en la clase que sabían dibujar el rango

de y. Yo no fui a una escuela privada, pero sé que la mayoría cubre

contenidos con más antelación comparadas a las escuelas normales. Sin

embargo, aquellos que sabían la respuesta sólo guardaron silencio, y

ninguno levantó su mano.

Omichi-sensei apuntó a Tamura-san de nuevo. Se le obligó a levantarse

y permanecer parado hasta que piense en la respuesta. Ahí fue cuando

me paré. Le dije que él podría estar equivocado acerca de nuestro

progreso, y le pedí que revisara de nuevo el libro de texto.

Eh? ¿Qué dije específicamente?

Perdón... pero es un secreto. Lo que sea que dije mientras estaba

enojada no es algo que quiera repetir o sentirme orgullosa de eso.

Es cierto, ahí es cuando me enojé.

Capítulo 4

Luego de decir todo eso, Chitanda aclaró su garganta ligeramente. Ella

estaba probablemente avergonzada por revelar su enojo.

La experta en ira, Ibara, instó a Chitanda a que continuara.

— ¿Qué paso después de eso?

—Omichi-sensei recogió su libro. Revisó unas pocas páginas, murmuró

“¡Ah, ya veo!” y le dijo a Tamura-san que se sentara. Fue una clase

normal después de eso.

Ibara se cruzó de brazos imperiosamente.

—Por lo que Omichi es ese tipo de profesor. Lo siento por Chi-chan y

todos los demás, ¡pero estoy agradecida de no tener ese tipo de

profesores!

— ¡Exactamente! Seriamente, ¡es gracias a él que tuve que trabajar duro

incluso después de los exámenes parciales!

Le di una respuesta a Satoshi, quien había elevado su voz como si

estuviera en un juego.

—Tus malas calificaciones no son culpa de Omichi. Más vale que hagas

algo para los exámenes finales.

Después, le dije a Ibara,

—Él no es exactamente un mal profesor.

—Es cierto, no es un profesor terrible.

—Bueno, supongo que no es tan malo.

¿No son estas personas increíbles por entender cualquier perspectiva?

Chitanda me miró.

—Entonces, de todos modos, ¿qué piensas?

Con eso, ¿te refieres a que la historia termina allí?

Acomodé mis cruzadas piernas.

— ¿Había algo extraño en esa historia?

Chitanda miró de derecha a izquierda, preocupante sobre si ella debería

repetir lo que acababa de decir. Entonces, ella dijo:

—Ah, no hice mención de lo que más me preocupaba acerca de eso.

—Encontré misterioso el hecho de que Omichi-sensei haya tenido ese

tipo de error.

Dado su escritura en el pizarrón y sus correcciones en los exámenes,

Omichi-sensei no parece ser el tipo que comete errores.

—Bueno...

Satoshi se unió a la conversación.

—Hay dos tipos de profesores estrictos. Uno es estricto con si mismo,

mientras que otro es indulgente con si mismo.

¿No es eso también lo mismo con la gente en general? Bueno, incluso yo

sé que Omichi sería del tipo formal.

—Incluso así, ¿porqué cometió un error tan obvio como ese? Realmente

no lo entiendo.

Como lo usual, estás preguntando lo imposible. Levanté mis cejas.

— ¿Entonces tú quieres saber por qué él cometió ese error? Eso es

imposible no importa como lo veas. ¿Por qué no vas al salón de

profesores ahora y miras dentro de su cabeza?

Chitanda sacudió su cabeza.

—No, por favor escucha. Oreki-san y Fukube-san probablemente lo

saben, pero Omichi-sensei siempre abre su libro de texto después de la

clase, incluso si él no lo usa del todo.

Satoshi y yo nos miramos y nos encogimos de hombros al mismo tiempo.

Ninguno de nosotros se ha molestado en observar sus acciones.

—Y luego usa su bolígrafo para escribir algún pequeño recordatorio.

¿Para qué piensan que lo hace?

Ya veo, entonces así es como es. Capté lo que ella estaba intentando

decir.

— ¿Para llevar un registro de qué tan lejos en el programa él llegó en esa

clase?

—Creo en eso también. Omichi-sensei notaría cualquier error al revisar

su libro de texto, y creo que ha ocurrido unas cuantas veces antes.

Además, el probablemente sabía que estaba en la clase A, porque él

siempre revisa la placa del nombre de la clase antes de entrar al salón.

— ¿Me están siguiendo? Omichi-sensei entonces observó el recordatorio

que mostraba el progreso de la clase y entonces revisó el salón de clase

de nuevo. Puedes decir que eso es perfecto.

—Pero entonces, ¿por qué sería capaz de cometer un error como ese?

Supongo que esas notas eran algo como “'1 de Junio, Clase X' en página

15 y '3 de Junio, Clase X' en página 20” o algo así. Si no, él no sabría

hasta qué página había llegado.

Di una sugerencia sin prestar mucha atención.

— ¿No podría haberse confundido la fecha?

Alguien tenía que tomar la responsabilidad de esas palabras. El castigo

por mis descuidadas palabras fue tratado con rapidez. Con una mirada

fría, Ibara replicó.

—Si ese fuera el caso... él podría retroceder de tema, pero no podría

haber causado que lo salteara. Usa tu cerebro, no hables sólo por un

reflejo espinal.

¿Ella tenía que decir la palabra “espinal”? Ibara estaba siendo perfecta

hoy. En efecto, él podría mirarlo como un recordatorio previo, pero

definitivamente no podía hacerlo como uno posterior que no habría

estado escrito...

Ibara, quien estaba en buena forma, giró hacia Chitanda y amartilló su

cabeza en desconcierto.

—No estoy tratando de vencerte en tu propio juego, pero...

— ¿Si?

—Estoy un poco curiosa sobre algo. ¿Te importaría si te hago una

pregunta?

— ¿Me preguntarás? Sí, hazlo.

Chitanda cambió su postura, que podía haber sido falto de juicio por su

parte. En vez de tomar una seria disposición, Ibara preguntó en un tono

usual.

—En cuanto a la historia de Chi-chan, entiendo el porqué podrías

haberte enojado. Parece como si él hubiera dicho algo extremadamente

duro, y ante tal situación yo me enojaría también. Pero no hubiera

querido volver a hablar con un profesor como ese. ¿No es eso como

poner deliberadamente tu mano en fuego?

Ella dijo su última oración mientras nos observaba a mí y a Satoshi en

ese orden. Bueno, eso era algo extremo de decir. Ingenios como ese no

la satisfarían.

Ibara podía no conocer a Omichi, pero ella sabía que era un riesgo

enorme discutir con él mientras había perdido su temperamento. Yo

obviamente no haría algo como eso, ni Satoshi lo haría. Dudo que

alguien de los mil estudiantes de la preparatoria Kamiyama lo hiciera.

Eso es el porqué estaba sorprendido durante el quinto período.

Pero Chitanda dio una descuidada respuesta.

—No estoy segura de por qué me enojé.

¿Ella estaba tan molesta que se olvidó de eso? ¿Es esta Chitanda de la

que estábamos hablando aquí? No importa qué, sólo no puedo

imaginármelo... Mientras pensaba en eso, Chitanda continuó.

—Pero no creo haberme enojado porque él estaba criticándonos.

Después de considerarlo un poco, Ibara preguntó,

— ¿Entonces fue porque aquellos que sabían cómo responder se

mantuvieron callados?

—No. NADIE quisiera responder en esa situación. También, si alguien

hubiera respondido, la clase habría continuado mientras se alejara cada

vez más.

— ¿Entonces porque nadie remarcó el error del profesor?

—No.

Ibara pensó un poco más.

- ¿Fue porque ese chico Tamura lucía lamentable?

Eso sería justo como Chitanda pensaría.

O bastante como ella. La persona en cuestión negó con su cabeza.

—Sentía compasión por él, pero no creo haberme enojado por eso.

Realmente no me entiendo, pero puedo entender porqué Omichi-sensei

regañaría a sus estudiantes quienes no recordaban nada de la clase

anterior, aunque sus palabras puedan haber sido algo duras.

— ¿Pero entonces qué hizo enojarme? …

Chitanda dio una sonrisa a medias.

—Me encuentro a mi misma difícil de entender a veces.

—Hmm, ya veo.

Ibara también sonrió con dificultad.

Entiendo porqué Ibara hizo esta pregunta. Nadie en los pies de Chitanda

sentiría enojo. Incluso se hubieran sentido incómodos en esa posición.

Pero dado que teníamos la impresión de que Chitanda nunca se enojaba,

es extraño para ella estarlo incluso cuando eso sería natural para otros.

Pero la respuesta a la pregunta no fue dada. Como Chitanda mencionó,

podría ser porque ella encontraba difícil responder, o quizás porque se

sentía avergonzada sobre eso, o podía ser porque era algo

problemático... Espera, ¿ella mencionó algo siendo problemático?

No conozco a Chitanda lo suficientemente bien para sentir sus gustos y

disgustos. Además, estaba más interesado en terminar la lectura del

libro en mi mano.

— ¿Qué piensas, Oreki-san?

—No hay pistas.

—Yo tampoco sé porqué, pero...

En ese momento, Chitanda se detuvo. Ella rápidamente tomó aire

profundamente y me miró, sus enormes ojos brillaban con entusiasmo.

— ¡Pero tú puedes averiguarlo si sólo pensaras un poco sobre ello!

“Oh?” Satoshi dijo con una elevada voz. Yo estaba sorprendido. ¿Es así

como se siente ser dependiente?

¿Y ella se había dado cuenta que no había pensado sobre eso?

Ibara, quien estaba sentada en el otro lado del salón, levantó sus cejas.

—Chi-chan, no puedes esperar mucho de Oreki, incluso si lo intenta. Él

fue un grillo en su antigua vida.

—Eh, Mayaka-san, ¿tú puedes ver las encarnaciones de la gente?

Justo cuando pensaba que su curiosidad había sido desviada,

—Pero ahora no puedo dejar de pensar sobre Omichi-sensei.

En un instante, ella volvió al principio. Qué molesto. Por cierto, Satoshi

era más adecuado para ser un grillo que yo. Ellos mueren en el invierno

no porque ellos ahorran energía, sino por su principio de disfrutar la vida

al máximo.

—Oreki-san

Bueno, no voy a llegar a ningún lado si no digo nada...

Supongo que puedo abandonar mi lectura por un momento y comenzar a

pensar.

Capítulo 5

Debería ser seguro asumir que Omichi estaba de hecho apuntando el

progreso de la clase en su libro de texto. Al menos, él no ha hecho más

que ser profesor de matemática por los últimos diez o veinte años. Como

en los años anteriores, él se encuentra enseñando en muchas clases este

año, y definitivamente sería confuso acordarse del progreso de cada

clase. El usar recordatorios sería la obvia respuesta.

Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, cometió un error. Y él no volvió

atrás, sino que fue más adelante. Esta es verdaderamente una extraña

historia.

Espera un minuto. ¿Cómo es posible saltearse lo que está por delante?

Para cometer ese error, tenía que haber algún recordatorio en una de las

páginas seguidas de la que estaba en lo correcto. La Clase “X” no ha

avanzado tanto aún, pero un recordatorio en una página indica que ellos

lo hicieron.

Esa puede ser la simple respuesta al problema. Crucé mis piernas y le

pregunté a Chitanda:

—Tu clase no había aprendido nada sobre dominios, ¿cierto?

—Sí, eso es cierto.

Chitanda lucía desconcertada al afirmar la innecesaria declaración. Mi

siguiente pregunta sólo le dio más confusión.

— ¿Qué pasaría si dijera que tu clase ya lo ha hecho?

— ¿A qué te refieres?

—Omichi enseña matemáticas todos los años. No somos los únicos

estudiantes de Omichi... el año pasado la Clase A también debió haber

aprendido sobre las restricciones en el dominio de X en este punto.

“Ah”, Chitanda ahogó un grito. Confundir un recordatorio del año

pasado con el de este año es ciertamente admisible, ¿cierto?

Sin embargo, antes de que Chitanda pudiera declarar que estaba de

acuerdo, Satoshi sacudió su cabeza lentamente.

— ¿Estás diciendo que el podría haberse equivocado con los

recordatorios del año pasado?... me temo que eso es imposible.

— ¿Qué quieres decir?

Como siempre, Satoshi luce tremendamente feliz cuando comparte algo

de sus insignificantes saberes.

—Es simple. Los profesores obtienen nuevos libros de texto cada año.

Ellos necesitan tener sus últimas revisiones para mantenerse al corriente

con sus estudiantes, ¿no es así? Por cierto, el que Omichi está usando

este año es la cuarta edición.

Chitanda bajó su mirada.

...Ya veo, parece algo obvio ahora que Satoshi lo dijo. Realmente me

gustaría saber cómo él sabe incluso qué edición está usando Omichi.

Pero dado que Omichi tiene el hábito de escribir en sus libros de texto,

que pasaría si sus recordatorios se hubieran mezclado... ciertamente es

posible, pero que Chitanda acepte eso es otra cuestión. Omichi

probablemente escribe la clase y la fecha en la página donde se detiene

la lección. ¿Podría él haberlo escrito con algunos confusos garabatos? A

menos que haya una manera de probar que a él le gusta garabatear en su

libro...

Hmm.

Viendo que me encontraba en completo silencio, Satoshi decidió no

depender de mí y continuó con un ligero tono.

—Yo realmente no entiendo los dominios. No estoy orgulloso de ello,

pero ya es suficientemente difícil para mi sólo dibujar los ejes de X e Y.

Sería tenebroso ser elegido por Omichi para resolver algún ejercicio.

Si ese es el caso, ¿Qué te parece olvidar algunas de tus trivias raras y

concentrarte en tus estudios a cambio?... Realmente no puedo decir eso

¿no? Sería como decirles a los pájaros que no volaran. Me pregunto si

Satoshi está tratando de aprender algo ahora. Recuerdo que él dijo algo

acerca del “Libro de Cambios”.

(Un viejo libro de adivinación chino, también conocido como “I Ching”)

Ah, lo tengo.

De repente se me ocurrió una idea. Le pregunté a Satoshi.

—Satoshi, ¿tu clase ya ha visto dominios?

— ¿Hm? Si.

— ¿En qué lección estas?

—Oye Oreki, deberías al menos recordar las lecciones de tus amigos.

Intenté contraatacar a Ibara.

— ¿Entonces tú sabes en qué lección estoy?

—No es como si fuéramos amigos o algo.

Perdí mis palabras.

Viendo la situación, Satoshi sonrió.

—Está bien, Mayaka. Houtarou lo sabe.

Así como él dijo, yo tenía el presentimiento de que lo sabía.

La clase de Satoshi ya ha acabado con dominios. Mi clase aún no. Y por

supuesto, tampoco la clase de Chitanda.

Ya veo. Ahora sí lo tengo.

—No hay duda de que él puso un recordatorio en la página por delante

de donde su clase ha llegado.

Afirmé.

—Sí, es cierto. Creo en eso también.

—Además, el recordatorio fue escrito este año, y mostraba el progreso

de la clase. ¿Qué pasaría si este recordatorio no fue, de hecho, escrito

para tu clase, sino para la clase de Satoshi?

— ¿La clase de Fukube-san?

Ignorando la pregunta de Chitanda, Satoshi preguntó dudoso.

—Omichi está a cargo de las clases A, B, C y D. Incluso si no fueran las

clases A o B, no ha de ser la clase D, ¿no es así?

Ibara interrumpió.

—De todos modos, ¿por qué la clase D?

—Porque no sería extraño para él confundir la D con la A. La C es

claramente distinta a la A.

Ibara me miró fijamente, como si dijera “Acabas de decir algo estúpido

de nuevo”. No, eso es incorrecto. Ella realmente lo dijo.

—Acabas de decir algo estúpido de nuevo. La A y la D son totalmente

diferentes.

Ligeramente me amedrenté ante su mirada, pero pretendí mantener la

calma.

—Omichi es un profesor de matemática.

— ¿Y?

—Un profesor de matemática tiene una gran chance de confundir la A

con la D. Es como el katakana de ツ(tsu) y de シ(shi).

— ¿Eh?

Su despreciable mirada asesina parecía preguntar, “Oye, ¿te sientes

bien?” De alguna manera, cuando ella está de acuerdo con Satoshi,

puede continuar animándolo hasta el final, pero cuando está de acuerdo

conmigo, ella pareciera perder su energía.

Incluso así, continué.

—Por ejemplo, Omichi escribió algo como “1ro de Junio, A” en la página

10 y “1ro de Junio, D” en la página 15. Si él confundió la D con la A,

eso explicaría lo que pasó. Además...

Tomé un corto aliento.

—Omichi suele escribir en minúscula.

En ese instante, los cuatro en este salón quedamos en silencio.

Me estaba preguntando si ellos lo habían entendido, o si ellos estaban

pensándolo. ¿Qué clase de tontería es esta? Fue un tenso momento para

mí.

Finalmente el silencio se rompió.

— ¡Ah, ya veo!

Satoshi exclamó.

— ¡Es la minúscula de a y d!

Asentí con una expresión rígida. Dado que Chitanda afirmó que Omichi

revisa la placa del nombre de la clase, sería erróneo decir que él había

estado en la clase equivocada. En ese caso, no habría otra forma de

equivocarse a excepción de leer el recordatorio. Sería imposible para él

leer la A erróneamente. Sin embargo, es una historia diferente con la a.

Ibara todavía permanecía en silencio.

Sus labios se endurecieron, y por alguna razón ella me miró

resentidamente. Pero inesperadamente, lo que salió de su boca fueron

palabras en acuerdo.

—Sí..., es posible.

— ¿Qué? ¿Estás disconforme?

—Sí, hace poco perdí puntos en mi examen de Ingles porque el profesor

no podía encontrar la diferencia entre mi a y d.

—Oh, ¿tú también? En mi caso, fue entre la n y la h.

Agradecidamente, parece ser que no soy el único que tuvo esa

experiencia. En mi caso no fue Ingles sino Matemática, y perdí puntos

porque mi 1 y mi 7 no podían ser diferenciados. Pensando en ello, eso

fue cuando yo era todavía un cachetón y agradable chico, cuando estaba

en primer grado de primaria. Recuerdo haberme sentido molesto por

haber tenido la respuesta correcta y no obtener puntos por ello, pero no

me importaba mucho.

Ahora, ¿Qué pasa con Chitanda?

Chitanda, con su elegante escritura, no ha tenido dicha experiencia. Ella

lo pensó por un momento, entonces asintió ligeramente dos veces.

—Sí, parece haber sido así.

Chitanda sonrió suavemente.

—a y d... Puedo entender el error ahora. Quizás fui muy lejos con lo que

le dije a Omichi-sensei. Estuvo mal de mi parte.

Esas palabras me sorprendieron.

Aquellas fueron exactamente las palabras que predije que Chitanda diría.

— ¿Eh? ¿Por qué dices eso?

Luego de darle una larga mirada a Ibara, quien estaba insistiendo en que

Chitanda no fue tan lejos dado que Omichi era el que se encontraba

equivocado, miré hacia el rostro de Chitanda. Contrario a sus culposas

palabras hacia ella misma, su rostro era alegre e incluso podía ver que

ella estaba algo aliviada.

Por esto es por lo que pensé profundamente en ello.

La normalmente calmada Chitanda se enojó, y ella quería saber porqué.

Ella dijo que no era necesariamente malo enojarse, pero la verdad es que

ella nunca quería hacerlo. Quizás Chitanda quería que Omichi tuviera

sus razones, y quería creer que ella se enojó a causa de sus propios

errores, por lo que quería entender las razones por las que se enojó.

¿Es Chitanda ese tipo de persona?

No.

Sacudí mi cabeza para alejar ese último pensamiento. ¿Qué pasa

conmigo? ¿Por qué pienso en si Chitanda es ese tipo de persona cuando

sólo la he conocido por dos meses? Entiendo mucho más los

pensamientos y sentimientos de Satoshi, dado que lo conozco desde la

escuela media. Lo mismo puedo decir de Ibara, quien ha estado en mi

misma clase por nueve años, y puedo decir que es alguien conocida.

Pero ¿Qué es lo que sé sobre Chitanda?

Es cierto. He tratado de predecir sus acciones algunas veces, pero

entonces, sus motivos fueron claramente mostrados, y pensar que puedo

leer sus más íntimos pensamientos sería, como ella dijo, cometer un

pecado capital. El pecado capital del orgullo. Será mejor tener cuidado,

me he vuelto algo engreído de alguna manera. Incluso sólo hoy, ¿cuántas

veces Chitanda ha actuado diferente de mis expectativas?

Sonreí con amargura, y me di cuenta que Ibara y Satoshi se habían

desviado del tema de Omichi. Parece como si no pasaría mi turno de

nuevo. Observé mi reloj y descubrí que ya eran las cinco. Miré fijamente

a la puesta del sol allí fuera. ¿Quizás es tiempo de ir a casa?

—Entiendo lo que Chi-chan está diciendo, pero no lo sé, si hubiera

estado allí...

—Entonces hubieras hecho lo que cualquier persona haría normalmente.

Pero pensando en lo que Chitanda-san dijo por la mañana...

Bueno, supongo que es temprano aún. Tomé mi libro y comencé a leer la

página en donde me había quedado. De este modo, la mayor parte de mi

vida de preparatoria es desperdiciada. Personalmente, creo que cometer

el pecado capital de la pereza es más que suficiente para mí.

Story 3 – El fantasma, cuando es reconocido

Capítulo 1

Yo he escuchado varias veces el dicho “Todos los fantasmas, cuando

son reconocidos, son sólo flores marchitas”. Sin embargo, en esta era

moderna, la gente no es capaz de comprender el significado del

romanticismo incluso después de buscarlo en un diccionario, las flores

marchitas son raramente tratadas como fantasmas, y las apariciones en

este mundo son reveladas en sucesión de ser nada más que flores

marchitas. Sería probablemente difícil para nosotros distinguir un

espectro si se mantiene en su verdadera forma.

Me encontraba diciendo esto en un autobús que estaba atravesando un

camino por la montaña en Agosto, mientras el persistente calor de

verano aún era fuerte. Fukube Satoshi, quien estaba sentado al lado mío,

asintió profundamente.

—Interesante. Una metafísica repudiante del mérito de las ideas, de

manera ocurrente. Realmente se ajusta a ti, Houtarou.

Ibara, quien estaba sentada en frente, se dio vuelta aunque no fue

llamada. Ella levantó sus cejas.

—No me gusta ese tipo de pensamiento. Supongo que no soy del tipo

que sólo usa su cabeza para todo.

Escuché sus respuestas, hice una pausa mientras intentaba digerirlos, y

rápidamente grité en rechazo:

— ¡Oigan, no dije nada como eso!

Yo estaba en realidad tratando de mencionar una leyenda urbana similar

a los Ovnis y Nessie, o en otras palabras, un extremadamente común

tema de discusión. Específicamente, quería hablar sobre la historia que

pasaron por la televisión ayer, “¡Reporteros en escena! ¡La verdad

detrás de la gigante anguila del Lago Hamana, Hussie*! Mi palabrerío

puede haber sido bastante indirecto, pero no creo que mis palabras

puedan ser mal interpretadas como deliberadas. Justo cuando estaba

tratando de explicarlo, Chitanda, quien llevaba un vestido y estaba

sentada al lado de Ibara, se dio vuelta y sonrió.

(* Combinación entre Nessie y Hamana.)

—No puedo dejar de pensar acerca de la verdadera existencia de las

flores marchitas.

Parece ser que todos lo malinterpretaron. Yo realmente no quería forzar

a nadie a entender lo que estaba tratando de decir, por lo que me

mantuve callado.

Hay cuatro miembros en el Club de Clásicos de la Preparatoria

Kamiyama.

Entonces, ¿por qué todos los miembros del Club estamos en este

autobús realizando este viaje en este camino montañoso repleto de

baches? La respuesta a eso, por supuesto, es que el destino al cual nos

dirigimos es más importante que el viaje en sí. La última parada, el

Pueblo Zaizen, es un pueblo en un barranco famoso por su

excursionismo en las montañas y sus aguas termales. Nunca iría a

explorar las montañas, así que por proceso de eliminación, estamos

dirigiéndonos allí por las aguas termales.

El sonido del motor del autobús se volvía más fuerte dado que el camino

era más inclinado.

Capítulo 2

Era el receso de verano en Agosto, y realmente tomar un descanso

durante mis vacaciones encaja con mi creencia personal. Sin embargo,

gracias a la presidenta del Club de Clásicos, Chitanda, tengo que ir a las

aguas termales.

Durante este receso veraniego, todos los miembros del Club de Clásicos

trabajamos juntos para resolver lo que Satoshi denominó “El Incidente

de Hyouka”, el cual era realmente importante para Chitanda. Luego de

resolver ese misterio, ella nos agradeció, y para recompensar nuestros

esfuerzos, planeó un viaje a las aguas termales. Por incomparecencia, yo

sólo quería quedarme en mi casa, por lo que definitivamente no estaba

de acuerdo con el plan, pero de alguna manera mi resistencia fue

quebrada y decidí participar.

El Pueblo Zaizen está a una hora y media desde la Ciudad Kamiyama en

autobús. Nosotros no tuvimos que pagar por alojamiento, ya que los

parientes de Ibara se encargaban de una posada, y dado que ellos

estaban actualmente renovando y no aceptando nuevos clientes, nos

dejaron alojarnos gratis.

No soy especialmente débil tomando transportes, pero quizás a causa de

que el camino era muy inclinado, me sentí mareado justo antes de llegar.

Luego de eso, fuimos recogidos en la parada de autobús en la camioneta

de un familiar de Ibara y finalmente llegamos a Seizansou. Me senté en la

ventana de mi designada habitación y disfruté la asombrosa vista, que

disipó mi incomodidad.

La habitación era de veinte tatamis de tamaño considerable, siendo

realmente grande sólo para mí y Satoshi. Abrí la gran ventana, y me

sorprendí de que estuviéramos tan cerca de la montaña, la cual estaba

cubierta por una gran vegetación. Había una blanca niebla que ascendía

por aquí y por allá, probablemente por el vapor que salía de las aguas

termales. A lo largo del tortuoso camino, habían unas pocas posadas y

casas privadas. Podía ver una escuela un poco más lejos. Dado que hay

pocos estudiantes, la escuela primaria esta combinada con la escuela

media. Definitivamente no soy una persona con abundantes

sensibilidades, pero no soy tan impasible como para no sentir nada

mientras estoy de viaje.

—Esta habitación tiene una muy buena vista, ¿eh?

La voz de Satoshi vino por detrás. Respondí sin darme vuelta.

—Supongo que este tipo de cosas no son tan malas después de todo.

Aunque si me lo preguntas, diría que prefiero venir solo.

Satoshi disimuló una carcajada.

—Houtarou, ¿viajando solo? Deja de bromear, tú definitivamente no eres

el tipo de persona que voluntariamente haría algo tan elegante como ir a

las aguas termales. No olvides que estás aquí debido a que Chitanda

planeó este viaje y Mayaka usó sus conexiones.

Así como Satoshi dijo eso, me quedé en completo silencio. La única con

la lengua venenosa en el Club de Clásicos es Ibara, pero los elocuentes

discursos de Satoshi pueden ser algo ofensivos también. Lo que lo hace

peor es que él estaba en lo correcto. No había duda en que yo no

pensaría en ir al Pueblo Zaizen por mi propia cuenta.

Por lo que debería estar agradecido de que Chitanda causara que yo

actualmente esté aquí disfrutando esta hermosa vista.

Escuché pasos provenientes del corredor, y poco después, se escuchó

unos pocos golpes en la puerta.

— ¡La cena!

Esa era la voz de Ibara

Luego siguió la voz de Chitanda, que trataba de imitar a Ibara.

— ¡Es hora de cenar!

— ¿Escuchaste eso? ¡Vamos!

Inmediatamente, dejé el área cercana a la ventana. Aunque ciertamente

no era algo malo estar en las aguas termales, de alguna manera me

sentía enfermo sabiendo que estos tipos estarán cerca de mí todo el

tiempo. Había un olor a queso flotando por el corredor. La cena

probablemente sea guisado gratinado, con una sorpresa siendo queso

fondue. Si, supongo que será eso.

Tomé un profundo aliento.

Seizansou consiste en dos edificios: el anexo, el cual estamos

actualmente usando, y el edificio principal, que está bajo renovación.

Ambos edificios son casi iguales en tamaño. Están conectados por un

pasillo, y si observas la posada desde la vista de un ave, se parece al

carácter コ (ko). Cada uno tiene dos pisos y están hechas de madera;

las tablas del suelo crujen cuando pasas sobre ellas. Hay solo una

escalera en toda la posada. La habitación de Chitanda e Ibara estaba al

final del pasillo del segundo piso, mientras que mi habitación y la de

Satoshi estaba al lado. Esas grandes habitaciones podían ser aptas para

que los cuatro entremos allí, o incluso el doble, y quedaba espacio extra

de sobra, pero eso es así.

La escalera era un poco inclinada, por lo que tenía que concentrarme

cuando pasaba sobre ella.

Había supuesto que estaríamos en un comedor en el primer piso del

edificio principal, pero como está siendo renovado, tuvimos que cenar en

un salón estilo japonés en el primer piso del anexo. Abrí la puerta

corrediza que tenía al Monte Fuji pintado en él, y vi que Chitanda,

Ibara, y también las dos hermanas ya habían tomado asiento.

Chitanda e Ibara estaban sentabas del lado opuesto a las hermanas, y los

asientos en el cabezal y al frente de la mesa estaban desocupados. Ellas

no habían comenzado aún a comer; parecía que estaban esperando por

nosotros, como dictan los modales. Me senté en el cojín más cercano,

por lo que Satoshi tenía el asiento de honor. Nadie se fijó que el orden

de los asientos estaba impuesto así.

La mesa parecía algo estrecha con seis de nosotros sentados alrededor.

Encima, contrario a mis expectativas, había una ensalada, shishamo*

frito, fríos cortes de carne de cerdo, y sopa de miso con tofu y rábanos.

El arroz ya estaba servido en los recipientes de madera. Había

definitivamente un aroma a queso. ¿De dónde provenía? Di un vistazo

por la habitación y murmuré.

(* Una especie de pez de agua salada.)

— ¿Están cocinando un pastel de queso?

—Ah, ¿cómo supiste?

Una chica con dos pequeñas coletas en su cabello sonrió. El cojín donde

ella estaba sentada era pequeño, porque ella era también pequeña en

estatura. Con sus gafas, grandes ojos y su jubilosa sonrisa, de alguna

manera daba la impresión de una persona emocionada. Ella vestía una

delgada camiseta y un short de vaquero que le llegaban a las rodillas.

Cuando la pones junto a Ibara, ellas totalmente parecerían hermanas,

aunque de todos modos están relacionadas por sangre. Además, Ibara

también vestía una camiseta y un short de vaquero.

Hablando de eso, la apariencia de Ibara no ha cambiado mucho desde la

escuela primaria. Ella luciría como una hermana menor si la pusieras

junto a cualquiera, pero no puedo decir lo mismo de su rostro.

Esta temeraria y sociable chica es una de las hermanas que viven aquí

en Seizansou, Zenna Rie.

— ¡Sorprendente! ¡Es justo como Maya-neechan dijo!

Qué les dijiste, ¡Ibara!

Al lado de Rie, una chica con su cabello atado en una coleta, estaba

sentada de una manera correcta. Para ser más preciso, ella era tímida.

Parece que ella no se ha acostumbrado a nosotros aún.

Innecesariamente me pregunté si ella podía seguir adelante en una

familia que se encargaba de una posada.

Incluso sin considerar su timidez a los extraños y su frágil apariencia la

cual no podía imaginarme sonriendo, ella no era como su hermana

menor. Las vi a ambas de pie antes, y noté que ellas tienen casi la

misma altura. Aunque sus largas mangas son delgadas, ella luce cálida

vistiéndolas en medio del verano. Ella se estaría graduando de la escuela

primaria el próximo año, pero su estatura era similar a la de Rie, quien

estaría en su segundo año de la escuela media el próximo año. Debe

haber crecido muy rápido para su edad. Su nombre es Zenna Kayo.

— ¡Provecho!

Dijo Ibara, quien estaba actuando más como una anfitriona que como un

huésped. Todos entonces separaron sus palillos y comenzaron a comer.

Chitanda palmeó sus manos y las juntó a modo de rezo, lo normal. Los

padres de las hermanas no estaban en la habitación; ellos probablemente

están comiendo en el edificio principal, ya que aquí definitivamente no

cabrían dos personas más.

Primero fue la sopa de miso, que sorbí continuamente por un largo rato.

Estaba deliciosa, como esperaba de un negocio. Luego, probé el

shishamo. Esto probablemente no sea shishamo, pero aún así me gustó

dado que tenía una buena textura.

Rie estaba realmente interesada sobre la vida de preparatoria de Ibara y

le estaba preguntando a ella sobre eso. Por otro lado, Kayo estaba

indecisamente preguntándole a Chitanda sobre su nombre. Satoshi

ocasionalmente interrumpía la conversación con una sonrisa en su cara,

mientras que yo sólo movía mis palillos en silencio, agradecido por el

shishamo, el cual no había saboreado en un largo tiempo.

—...Y entonces era algo así...

Rie, estando inmersa en la conversación, comenzó a dibujar en el aire

con sus palillos. Esos eran inapropiados modales en la mesa, pero no

debería preocuparme sobre las disciplinas hogareñas de otras familias.

Rie estiró su brazo hacia el cucharón de bambú en el recipiente donde

estaba la ensalada mientras que Kayo estaba llevando sus palillos hacia

el cerdo. Dado que ellas se movieron al mismo tiempo, el brazo de Rie

se chocó con el de Kayo. Los palillos de Kayo, que estaban sosteniendo

un pedazo de cerdo, sacudió el recipiente de la sopa de miso. Habiendo

presenciado esa escena desde el principio hasta el final, quería

advertirles, pero era demasiado tarde.

Un poco de sopa se derramó. Kayo chilló.

— ¡Ah!

—Ah, ¡qué estás haciendo!

Rie la regañó mientras fruncía el ceño. Desde mi punto de vista, ambas

tienen la culpa, pero...

— ¡P-Perdón, Onee-chan!

Kayo se disculpó, y quiso alcanzar el trapo.Dado que estaba un poco

lejos, Chitanda se lo alcanzó.

—Aquí tienes.

—M-Muchas gracias.

Rie le dijo a Kayo que fuera más cuidadosa la próxima vez. Luego de que

Kayo limpió la sopa derramada, acerqué mis palillos para tomar más

shishamo. Yo realmente quería comer más vegetales, pero supongo que

eso sería pedir mucho.

Capítulo 3

Luego de disfrutar el pastel de queso horneado de Rie de postre, todos

nosotros fuimos a hacer nuestras propias actividades. Volví a mi

habitación, pero Satoshi, quien debería haber vuelto hace rato, no

estaba aquí. ¿Ya estará en los baños termales?

Estando solo aquí, saqué un manga de la mochila que usualmente uso.

Satoshi dijo que era un destacado manga sobre el período de Guerras

Estatales, por lo que se lo pedí prestado. En efecto, era completamente

un retrato realista con una buena variedad de emociones humanas, y el

dibujo recalcaba hasta los más minúsculos detalles, por lo que era

legible. Satoshi tiene gustos interesantes.

(Se refiere al período Sengoku, donde muchos distintos militares se peleaban entre ellos

por el territorio y el poder.)

La historia estaba ambientada en el clímax del ataque de Oda Nobunaga

al Clan Asakura. Nobunaga estaba seguro de la victoria cuando recibió

un regalo de su hermana menor. Era una bolsita atada en sus dos

extremos, con judías dentro. Al ver esto, Nobunaga declaró, “¡Esto

significa que nosotros estamos atrapados como ratas! ¡Azai nos ha

traicionado!”. Era el episodio donde la hermana de Nobunaga, quien

estaba casada con alguien de la familia Azai, encubrió informando a su

hermano sobre esta predicación.

(Nobunaga fue un poderoso militar que impulsó la unificación de Japón durante el periodo

Sengoku en el siglo XVI. Azai Nagamasa fue un daimyo que estaba casado con la hermana

de Nobunaga, Oichi.)

Eso hizo preguntarme en cómo Nobunaga se dio cuenta que él había sido

traicionado sólo con ver una bolsita, pero pienso que es

fundamentalmente una buena historia. ¿Me ayudaría mi hermana sin

ningún retraso si yo estuviera en problemas? Eso es algo que merecería

ser visto.

Luego de leer por un poco más de media hora, mis ojos estaban

cansados, por lo que paré de leer por un momento. El brillo de la

habitación era bastante sombrío, que sería lo normal para un hotel, pero

no para una posada.

¿Qué debería hacer más que leer este manga? Había un televisor aquí,

pero sería incluso más dañino para mis ojos.

Debido a eso, tenía mucho tiempo para gastar. Si no siento estar

haciendo algo, me engañaría a mí mismo y dormiría, pero dado que

estamos cerca de las aguas termales, creo que podría ir allí. Saqué una

toalla que estaba guardada por aquí y me fui hacia el vestíbulo. Allí fue

exactamente cuando me encontré con Chitanda.

—Ah, ¿A dónde irás?

Chitanda también llevaba una toalla con ella.

—Al mismo lugar que tu.

—Parece que no hay baños mixtos allí.

—Nadie dijo nada como eso.

Caminamos juntos, mientras los desafinados sonidos de nuestras

zapatillas se alternaban con los crujidos del suelo de madera. Después

de pensar por un momento, Chitanda preguntó.

—Esto puede parecer algo repentino pero... ¿Qué tipo de persona es tu

hermana?

¿Qué? Esto es en serio repentino.

Recordé que Chitanda era hija única. Me tomé un pequeño momento

para elegir las palabras que debería usar.

—Mi hermana, ¿eh? Algunas definiciones la determinan como una

persona loca, y otras como un genio. Dudo que yo pueda ser mejor que

ella en algo.

—Ah.

—Aunque realmente nunca me importo serlo... ¿Por qué me preguntas

sobre mi hermana de todos modos? ¿Es a causa de las hermanas Zenna?

Chitanda asintió ligeramente. Ella sonrió tímidamente y respondió en voz

baja.

—La verdad es que yo siempre quise un hermano. Una hermana mayor o

un hermanito. ¿No crees que es maravilloso tener a alguien que pueda

estar siempre a tu lado?

Estaba algo asombrado por esas palabras, y me encogí de hombros en

respuesta. Parece que esta joven dama tiene la tendencia de pensar más

que otros. ¿No será que ella cree también en fantasmas?

El anexo tenía un baño donde uno podía caer inmerso en las aguas

termales, pero aparentemente era más estrecho que un baño normal.

Según los otros, había unos baños termales al aire libre cerca de aquí,

por lo que nos dirigimos allí. Yo puedo creer en el ahorro de energía,

pero no soy tan crudo como para declinar dos o tres minutos de

caminata y caer en un gran baño termal.

Luego de salir de Seizansou, bajamos por la pendiente. Parece que este

baño al aire libre, el cual podía ser visto después de doblar por la curva,

estaba manejado por las posadas y hoteles del área. Había una mujer de

mediana edad recogiendo dinero en el contador de bambú, pero ella nos

dejó pasar cuando le dijimos que éramos huéspedes de Seizansou.

Chitanda y yo fuimos por caminos separados. Habríamos estado en un

serio problema si no hubiera sido así.

El vestuario era inesperadamente pequeño. El área del baño estaba

hecha enteramente por piedras artificiales por lo que se veía como aguas

termales naturales, y era tan grande como había previsto. El agua era

blanca y templada, dando la apariencia de ser realmente aguas termales,

más que el normal agua caliente. El área estaba rodeada por largas vallas

de bambú, por lo que no podía tener una buena vista del Pueblo Zaizen.

Bueno, supongo que sería problemático si la gente pudiera mirar dentro

con una valla baja. Recogí un poco de agua con una cubeta, lo vertí

sobre mi cuerpo, y rápidamente caminé dentro del baño.

La temperatura del agua era perfecta. Realicé mi camino hacia el interior

de la espaciosa piscina y descubrí que había una gran piedra en el medio.

La toqué, y se sentía auténtico.

Pude ver a alguien del otro lado del vapor. Probablemente sea Satoshi.

Levanté una mano, y la lánguida figura me devolvió el saludo. Esta

persona dio brazadas para nadar, poniendo su camino a través del agua

para acercarse a mí. Durante ese tiempo, estaba apoyándome sobre la

piedra, y mi cuerpo entero desde mi barbilla para abajo estaba inmerso

en el agua.

— ¡Houtarou! ¡Al fin viniste! ¡Este baño es genial! ¡Está prácticamente

flotando a través de mi cuerpo!

—Tener tu sangre diluida en agua es peligroso.

—Eso es algo que se hace con presión osmótica, ¿cierto? Qué aburrido.

Bueno, supongo que eso demuestra que estas relajado.

Con eso, me quedé quieto, mientras Satoshi también disfrutaba

silenciosamente el baño caliente. Podía escuchar el sonido de alguien

sumergiéndose en el agua. Esa era probablemente Chitanda.

Era de noche. Los suaves rayos del sol lentamente se desvanecían, y así

el anochecer caía sobre nosotros. Las estrellas comenzaban a brillar y el

calor del agua gradualmente se impregnaba en mi cuerpo, en proporción

a lo que el tiempo transcurría. Me sentía somnoliento, probablemente a

causa de ese incómodo viaje en autobús.

Antes de enterarme, Satoshi había salido del agua para ducharse,

mientras yo estaba aún a la deriva en el agua caliente.

Mi vista se volvió oscura...

Mm.

¿Puedo moverme?

Capítulo 4

Realmente tengo que agradecerle a Satoshi por traerme de regreso a la

habitación a salvo. Si hubiera estado solo, ahora estaría en el hospital, o

incluso en un asunto de vida o muerte. Ante la vista en la que yo volvía

a Seizansou mientras estaba sosteniéndome sobre el hombro de Satoshi,

Ibara gritó repentinamente.

— ¡Que pasó, Oreki!

Dado mi estado actual no pude responder. Satoshi respondió en mi

lugar.

—Él se mareó por el agua caliente.

—...

—Es algo patético, realmente. Él incluso no había estado allí ni la mitad

del tiempo que yo estuve, pero cuando me di cuenta, él casi se desmayó.

Ibara masajeó sus ojos.

—Oreki, realmente tu...

Gracias por preocuparte por mí. Fui llevado a la habitación, mientras

Ibara rápidamente colocó el futón en el suelo y abrió la ventana. Me

eché despatarrado en el futón y respiré profundamente.

—Perdón por esto...

—Ni lo menciones.

—Tú eres tan lamentable... es como si fuera el destino que nunca puedas

disfrutar de un evento.

Con eso, ambos dejaron la habitación. Como Ibara innecesariamente

dijo, soy en serio patético. Puedo no ser lo que llamarías una persona

tenaz, pero al menos tengo algo de confianza en mis capacidades físicas.

Probablemente aún me encontraba mal por ese viaje.

Mientras estaba tumbado en el futón con los ojos cerrados, alguien entró

en la habitación. Por la esencia del shampoo, pude inmediatamente

reconocer que era Chitanda. Ella se arrodilló al lado de mi futón y

calmadamente dijo.

—Oreki-san... ¿Te encuentras bien?

—No en realidad.

— ¿Debería traer una toalla?

Una toalla fría ciertamente me ayudaría a sentirme mejor, pero no me

siento como si pudiera pedirle ayuda a Chitanda.

—No, está bien. Perdón por tirar agua fría a tu cuidadosamente planeado

viaje.

—No digas eso. De todos modos, iremos a contar historias de terror en

un momento. ¿Quisieras unirte?

Sonreí débilmente. ¿No es esa una anticuada manera de pasar las noches

de verano? Estaba algo interesado, pero era imposible para mí participar

en este estado.

Abrí mis ojos y encontré el rostro de Chitanda más cerca de lo que

esperaba. El sentido de espacio personal de esta joven dama era más

bajo que el de una persona promedio. Esta no es la primera o segunda

vez que he sido sorprendido por ella. Todo lo que pude ver eran sus

coloradas mejillas y su brilloso, mojado cabello. Instintivamente miré

hacia otro lado.

—Ah, mejor dormiré.

—Supongo que no puedo ser de ayuda. Espero que te pongas mejor

pronto.

La puerta se cerró, dejando solamente el aroma del shampoo.

Observé mi reloj y vi que no eran ni las ocho.

Pude escuchar algunos extraños sonidos viniendo de la ventana. Pensé

por un momento, y deduje que probablemente eran croados de ranas.

Había también un taiko* golpeando con ritmo en alguna parte. Además,

a causa de que estamos sobre hierba alta, pude escuchar el chirrido de

los insectos.

(* Es un tambor japonés.)

Y entonces...

Luego de un corto tiempo, la voz contenida de Rie llegó a mis oídos.

Parecía que la ventana de la otra habitación estaba también abierta. No

le presté mucha atención, pero encontré sus palabras algo diferentes...

—Ustedes saben que la posada está separada entre el edificio principal y

el anexo, ¿cierto? Actualmente, no necesitamos el anexo. Este es un

secreto del porqué fue construido.

—Hace mucho tiempo, cuando mi abuela estaba manejando la posada, un

sombrío cliente vino a alojarse. Él estaba en la habitación siete en el

edificio principal. Sin embargo, él les dijo, “No necesito comida o

servicio de habitación. Sólo aléjense”. Pero él pagaría por adelantado, y

era una ajetreada temporada, por lo que sus condiciones fueron

aceptadas.

—Entonces, esa noche, un desgarrador grito se escuchó atravesando la

posada. Mi abuela estaba sorprendida y corrió hacia afuera. Los

huéspedes que estaban dando un paseo apuntaron a la habitación siete y

dijeron que había una indistinguible sombra de un hombre balanceándose

con la brisa... Resultó ser que el cliente había malversado dinero de su

compañía y se escapó.

—Incluso luego de ese incidente, los huéspedes que se alojan en la

habitación siete han estado escuchado las mismas cosas. Ellos dicen que

hay algo en la habitación y que ven sombras por la noche. ¡Y la novena

huésped que se alojó allí de repente sucumbió ante una desconocida

enfermedad en medio de la noche!

—Ese es el porqué mi abuela propuso un exorcismo. Sin embargo, ella

sintió que eso no era suficiente, por lo que mandó a construir el anexo

para detener los malos rumores propagados. Pueden ver la habitación

siete justo frente a esta ventana. Es la habitación más alejada en el

segundo piso. Nosotros vivimos en el primer piso, y nos han dicho que

nos alejemos del segundo piso...

— ¡Esta historia es estrictamente confidencial! No hablen sobre esto en

frente de otros clientes, ¿ok?

Reí disimuladamente sobre mi futón. Eso era en serio anticuado.

Quería dormir pacíficamente, por lo que de alguna manera me las arreglé

para mover mis incontrolables piernas y arrastrarme fuera de mi futón

para cerrar la ventana. Podía tolerar el calor.

Creí haber visto la sombra de una figura en el patio mientras estaba

tratando de cerrar la ventana. Sin embargo, no pude confirmar la

existencia de tal sombra, ya que inmediatamente me metí en el futón y

dormí profundamente hasta la mañana.

Capítulo 5

Lentamente abrí mis ojos. Ya eran las ocho, según mi reloj. Wow, he

dormido alrededor de doce horas. Mi cabeza todavía duele un poco, pero

no creo que se deba a que aún estoy mareado por el baño, sino porque

simplemente he dormido mucho.

De repente noté que Satoshi estaba durmiendo al lado mío. Tuve

cuidado de no despertarlo así como cuido mi apariencia personal. Bajé al

primer piso mientras constantemente me golpeaba delicadamente un lado

de mi cabeza, que aún se sentía confundida.

Rie y Kayo ya estaban en el living, pero el desayuno no estaba sobre la

mesa aún. Estaba por preguntar dónde estaban Chitanda e Ibara cuando

las dos entraron al salón.

Ibara estaba actuando extrañamente. Ella estaba pegada a una de las

mangas del vestido de Chitanda. Entonces nos miró y dijo.

—Eso, eso apareció...

Observé esa escena fríamente. ¿Qué fue lo que apareció?

Ibara se acercó a Rie bruscamente y dijo en un sólo aliento.

—Una cálida brisa me despertó en el medio de la noche. Cuando me di

vuelta, en la habitación frente a la nuestra, vi la sombra de un hombre

ahorcado vagamente balanceándose de atrás hacia adelante, ¡como esto!

Ha ha, esto es completamente anticuado... Es muy raro ver a Ibara

entrando en pánico así, creo. Qué mal que no estás aquí para ver esto,

Satoshi.

Kayo nos trajo un poco de té caliente. Estaba por tomar una taza

cuando noté que tenía escrito el nombre de Rie en ella, por lo que elegí

otra. Creí que Kayo habría escrito también su nombre en su taza, pero

no la encontré.

Rie sonrió y dijo.

— ¡No sabía que te asustaran este tipo de historias, Maya-neechan!

—No es que me asusten los fantasmas, y no tengo razón para odiarlos.

Pero cuando ves algo como eso, ¡es algo tan inquietante!

Kayo, quien estaba sosteniendo la tetera, se endureció.

—Maya-neechan, ¿tu viste eso?

—Lo vi. Definitivamente lo vi. ¡En serio lo vi!

— ¡Onee-chan! ¿Les contaste esa historia? ¡Papá dijo que no se la

contemos a nadie!

—Oh, cállate. Está bien, ¿no es así? Es sólo Maya-neechan.

Mientras Ibara y las hermanas Zenna estaban hablando

emocionadamente sobre la historia de fantasmas, me di vuelta para mirar

a Chitanda, quien estaba arrodillada un poco lejos de mí, y nuestros ojos

se encontraron.

Chitanda llevaba una preocupada expresión y lucía como si ella estuviera

dándole vueltas a algo. Basado en su experiencia pasada, ella

probablemente quería decir algo. Le dije suavemente.

— ¿Qué pasa?

Ella respondió.

—Er... ¿Qué piensas sobre la historia de Mayaka-san?

—La sombra ahorcada, ¿eh?

Sonreí.

—Bueno, este tipo de cosas, o puedes decirles cliché, son historias que

pasan porque ellas son indispensablemente parte de nuestras vidas.

Justo como esa vez...

— ¿Esa vez?

—Ah, olvídalo.

Tragué mis palabras en ese momento. Yo casi digo “Justo como esa vez

cuando Satoshi contó esa historia sobre los Siete Misterios”. Eso

también era definitivamente clásico, cliché y anticuado. Y por supuesto,

nos hizo usar el poder de la insinuación. Sin embargo, no deseaba

desenterrar esa historia. Especialmente no en frente de Chitanda.

Dado que inesperadamente detuve mis propias palabras, Chitanda me

miró curiosamente. Esto es malo, pensé, pero agraciadamente, el interés

de Chitanda estaba totalmente volcado hacia la sombra ahorcada.

—Entonces... ¿Crees que lo que Mayaka-san dijo es verdad?

—No.

Al decir eso, Chitanda lucía aún más preocupada e inclinó su cabeza en

duda.

—Entonces quizás yo esté equivocada también.

— ¿Hm? ¿A qué te refieres?

Por alguna razón ella bajó su voz y me susurró al oído.

—Lo vi también. La sombra ahorcada que Mayaka-san mencionó.

Fue en un momento que desconozco. Cuando Ibara despertó, Chitanda

también lo hizo. Ella abrió sus ojos pesadamente, y vio la sombra del

hombre ahorcado balanceándose en la oscuridad.

—Sin embargo, cuando me desperté, aún me sentía un poco aturdida.

Esa es la razón de que pensé que yo estaba equivocada, pero si Mayaka-

san dijo que vio la misma cosa...

—Oh.

Si hubiera sido solamente Chitanda o Ibara quien lo vio, entonces puedo

concluir que fue sólo una ilusión. Sin embargo, dado que ambas vieron la

misma cosa al mismo tiempo, no sería capaz de negar la existencia de tal

sombra. Cambié mi teoría errónea y dije.

—Probablemente sólo confundiste otra cosa con eso. Como Satoshi dijo

ayer, “El fantasma, cuando es reconocido...”

—...es sólo una flor marchita?

Pero Chitanda no estaba satisfecha con esa respuesta. Su mirada vagaba

por el techo, y luego ella miró directamente hacia mis ojos. Sus ojos

lucían llenos de energía, demostrando que tenía gran curiosidad acerca

de este misterio.

—Si así fue, ¿Que vi exactamente?

Antes de darme cuenta, Ibara estaba justo detrás nuestro.

—Es cierto. Si dices que nosotras confundimos algo más por eso,

entonces dinos qué fue lo que vimos. ¿No es algo cobarde negar lo que

Chi-chan y yo vimos sólo porque tú no lo viste?

… ¿Por qué tenías que llamarme cobarde?

Chitanda e Ibara estaban mirándome fijamente. Basado en experiencias

pasadas, ahora que se volvió algo como esto, es muy tarde para intentar

hacer algo al respecto.

—Por supuesto, no pediré que Oreki-san se encargue de todo. ¡Vamos a

investigar juntos!

Chitanda forzadamente declaró sin dejar de mirarme.

No respondí, porque no me gustaría hacer algo imposible, pero al menos

tendría el privilegio de reconocer mi situación con un suspiro, ¿cierto?

Como si disparara su última flecha, Chitanda exclamó.

— ¡No puedo dejar de pensar en ello!

Luego de un simple desayuno de tocino y huevos, sopa instantánea y

consomé de verduras, nosotros volvimos al segundo piso. Pasamos

delante de Satoshi, quien estaba bajando las escaleras. El no sabía sobre

el incidente de anoche, pero eso no es problema. Él tiene un

caleidoscopio de irrelevante conocimiento, pero no creo que sea útil

para este caso.

Ibara había prometido ayudarle a Rie con su tarea.

—Perdón por no ser capaz de ayudar. Buena suerte, supongo.

— ¡Déjanoslo a nosotros! ¡Descubriremos la verdad tras este misterio!

¿Cierto, Oreki-san?

Bueno, realmente no puedo decirlo con seguridad.

De todos modos, si tengo que hacerlo, lo hago rápido. Dejé entrar a

Chitanda a mi habitación, donde le preguntaría por más detalles. Había

dos sillas y una pequeña mesa cerca de la ventana, por lo que nos

sentamos allí. Ahora...

— ¿Viste la sombra ahorcada en la habitación frente a la tuya?

Pregunté mientras abría la ventana y miraba hacia el edificio principal.

—Sí, eso es cierto.

— ¿Qué tan grande era?

—Mi mente estaba bastante confusa, por lo que no estoy realmente

segura, pero creo que debería ser aproximadamente del tamaño de una

persona. En cuanto a la forma... Perdón, pero no puedo recordarlo. Fue

sólo después de que Mayaka-san mencionó que era la sombra de algo

colgado cuando pensé en eso como la sombra de una persona.

La voz de Chitanda se incrementó suavemente mientras intentaba

recordar los eventos de anoche. Parece ser que ella realmente no estaba

segura. Para apoyar su curiosidad, Chitanda tiene unos poderes

excepcionales de observación y memoria, y para que eso sea poco claro

significa que ella debe haber estado realmente cansada anoche. Sin

embargo, dado que yo no vi la sombra o lo que sea que fuera, podía

solamente confiar en la memoria de Chitanda, sin importar qué tan vaga

sea. Continué hablando.

— ¿De qué color era?

—No lo sé. No es que no pueda recordarlo, sino que era sólo una

sombra.

Traté de imaginarme lo que Chitanda vio, pero no pude. La palabra

“sombra” es muy vaga.

—Una sombra, huh. En otras palabras, había una fuente de luz, y tú viste

la sombra de una persona a través de ella, ¿cierto?

—Si lo que nosotras vimos no se trata de un fenómeno sobrenatural, creo

que sería correcto decir eso.

—Una fuente de luz...

Volteé mi vista de nuevo hacia el edificio principal.

—Una fuente de luz por la noche podría haber sido la luna...

Mi propia voz se llenó en duda.

—Creo en eso también. La luna era bastante grande anoche. Pero parece

algo... Ah.

Chitanda, quien estaba mirando hacia el edificio principal, elevó su voz.

Es cierto. Si no fuera por la luna o un reflector, la sombra no podría

haberse formado. Todas las persianas de madera en todas las

habitaciones del edificio principal estaban cerradas.

—Chitanda, ¿A qué hora te dormiste?

—Hm, alrededor de las diez. Nosotras estábamos cansadas, y había

prometido tomar un baño con Mayaka-san esta mañana, por lo que nos

dormimos temprano.

— ¿Cómo se encontraban las persianas en ese momento?

Chitanda pensó por un momento y respondió.

—Creo que estaban cerradas. No puedo decirlo con seguridad, pero el

edificio principal estaba muy oscuro.

—Hm.

Si las persianas estaban cerradas, no podría haber sido una sombra. Esto

se está volviendo una molestia. Me rasqué la cabeza. Es problemático,

pero probablemente tengamos que ir al edificio principal y dar un vistazo

en la habitación siete, donde la sombra fue vista.

Chitanda dijo con una amplia sonrisa.

— ¡Qué bien! ¡Es justo como un misterio! Con este tipo de placeres,

¡estoy contenta de que estemos tomando este viaje!

Tú eres la única que lo está disfrutando.

Pudimos fácilmente entrar al edificio principal usando el pasillo conector.

Sin embargo, había una cuerda atada al final del pasillo, y había una nota

con las palabras “Gente no relacionada al trabajo de construcción tiene

prohibido el paso” colgando de ella. Chitanda estaba indecisa acerca de

si debía agacharse bajo la cuerda para pasar. Bueno, supongo que sería

malo si nos metieramos en problemas por eso. Probablemente

deberíamos pedirle permiso a alguien en la posada.

Sin embargo, si le dijéramos a los propietarios que estamos investigando

una sombra ahorcada, sería algo malo para Rie, quien nos había dicho no

contárselo a nadie. Si queremos tener permiso, deberíamos pedírselo a

una de las hermanas Zenna.

Por suerte, en el momento exacto, Kayo pasó frente a nosotros. Cuando

la llamé, el cuerpo de Kayo se paralizó, pero se relajó ni bien vio a

Chitanda al lado mío.

—Sí, ¿Qué pasa?

Volteé hacia Chitanda.

— ¿Eh?

—Por favor encárgate de esto.

Soy malo con los jóvenes e inocentes niños.

—Ok. Kayo-san, nos gustaría entrar al edificio principal, ¿está bien?

— ¿El edificio principal? ¿Por qué?

—Creo que lo escuchaste durante el desayuno, estamos investigando la

sombra ahorcada que Mayaka-san y yo vimos. ¿Podrías por favor

mostrarnos la habitación siete?

Entiendo que la honestidad es una virtud y que quieres enfrentar el

problema de frente, pero tus palabras probablemente necesiten algo de

esfuerzo, Chitanda. Como esperaba, Kayo sacudió su cabeza.

—Perdón, pero no puedo ahora. Onee-chan... se enojará conmigo.

Bueno, no fue de ayuda. Ahora que lo pienso, sería algo difícil preguntar

para entrar en alguna casa simplemente por curiosidad. Rápidamente

renuncié a la idea de examinar físicamente esa habitación, e hice una

pregunta en su lugar.

—Entonces al menos puedes decirnos esto. ¿Está esa habitación aún

siendo usada por huéspedes?

No tenía malas intenciones, pero quizás dije eso muy forzadamente, por

lo que Kayo retrocedió un poco y frunció el ceño. Sin embargo, aún así

respondió a mi pregunta.

—No. Los huéspedes sólo usan el baño y el comedor del edificio

principal.

—Ok...

—El segundo piso es usado para almacenamiento... ¿Puedo irme ya?

Asentí.

—Gracias. Fuiste de gran ayuda.

Pero Kayo se dio la vuelta y salió corriendo antes de que incluso pudiera

completar mi frase. Me crucé de brazos tristemente.

—Parece que no le agrado.

Pero Chitanda sonrió al ver nuestro intercambio.

—No te preocupes. Estoy segura que a ella sólo le asustan los hombres

grandes. ¡Es tan linda! ¡Ah, tener una hermana pequeña sería genial!

Ella exclamó exaltadamente. Hm, linda ¿eh?

El sol estaba aumentando constantemente, y comenzaba a hacer calor.

Limpié mi sudorosa frente con la palma de mi mano. Chitanda, sin

embargo, con su inhumana resistencia al calor, estaba serena.

— ¿Es un problema el no poder ir a la habitación siete?

—No es tanto un problema sino una molestia.

Me dirigí a la entrada con Chitanda. Dado que no pudimos examinar la

escena por dentro, intenté investigarla por fuera. Estaba inclinándome

para agarrar mis zapatos en la entrada destinado tanto a los huéspedes

como a la familia Zenna, cuando Chitanda dijo emocionadamente.

— ¡Ah, esto me trae recuerdos!

Lo que Chitanda había encontrado eran tarjetas impresas de ejercicios

matutinos de la radio cerca del zapatero. Una pertenecía a Rie, quien

había escrito su nombre con grandes letras, mientras que la otra, que no

tenía nombre, probablemente le pertenecía a Kayo. La tarjeta de Rie

estaba estampada escasamente por el comienzo de las vacaciones de

verano, pero estaba vacío hacia el final. Por otro lado, Kayo parecía

ejercitarse cada mañana sin fallar.

Chitanda tomó las dos tarjetas.

—Ejercicios matutinos de radio... ¡No he hecho esos hace dos años!

Tú continuaste haciendo esto hasta el segundo año de escuela media...

¿en serio?

Yo nunca he hecho esto si excluimos el tiempo cuando yo era

extremadamente pequeño. ¿Cuándo exactamente configuré mi corazón

para volverse un ahorrador de energía?

Salimos al jardín e instantáneamente fuimos rodeados por el aire húmedo

y el fuerte aroma de las plantas.

Miramos arriba hacia donde estaba la habitación siete. Las persianas aún

estaban cerradas. Chitanda me instó a mirar detrás del edificio, y cuando

estaba dirigiéndome hacia allí, accidentalmente pateé algo de agua.

—Ups.

El agua sucia que había pateado se dirigió frente a los pies de Chitanda

y manchó sus zapatos.

—Perdón.

—Está bien.

La tierra estaba aún lodosa a causa de que el anexo bloqueaba la luz del

sol. Pensé que un poco del agua fue contribuida por las plantas del

área, pero no parecía ser ese el caso. Noté que las áreas expuestas a la

luz del sol estaban casi secas, significando que bastante tiempo había

pasado luego de que fuera mojada la tierra. Pregunté,

—Chitanda, ¿llovió anoche?

—Sí. No sé el momento exacto, pero fue una lluvia pasajera.

Fuimos alrededor del edificio principal. Mi intención era examinar la

habitación siete desde el otro lado, pero las persianas allí estaban

cerradas también. Sin embargo, ambas persianas tendrían que ser

abiertas para que una sombra se formara.

Mientras cruzaba mis brazos, noté que Chitanda también lo hacía, como

si estuviera pensando en algo. Estaba a punto de preguntarle sobre sus

pensamientos cuando la ventana en frente nuestro se abrió y Kayo

habló.

—Um... Es hora de almorzar.

Revisé mi reloj. En efecto, era casi mediodía. Tiempo de tomar un

descanso.

El almuerzo era ramen frío, el cual estaba delicioso. No es como si

nosotros tuviéramos que soportar las altas temperaturas en este elevado

terreno, pero le di la bienvenida a este gusto refrescante. Nosotros seis

estábamos sentados alrededor de la mesa. Ibara hizo una pregunta

mientras movía sus palillos.

—Entonces, ¿encontraron algo?

—No, no aún...

Continué después de Chitanda.

—Nosotros recién comenzamos a investigar eso. Aún así, tengo una

teoría, creo.

— ¿Oh? Entonces escuchémosla.

Será bastante difícil, ya que mis pensamientos sobre el asunto eran aún

vagos y duros de comprender. No respondí, aunque Satoshi gruñó con

un obvio disgusto.

— ¿De qué están hablando ustedes tres? Hemos estado juntos por tanto

tiempo, ¿y son tan crueles como para dejarme fuera del asunto?

Una exagerada protesta, como lo esperaba de Satoshi. Yo realmente no

quería desperdiciar tiempo explicándoselo, por lo que respondí con una

pregunta a cambio.

—Fuera del asunto o no, ¿dónde fuiste? No te he visto en todo el día.

—Se supone que debes usar los baños termales muchas veces al día,

cuando quieras.

¿Es así como funciona? No pensé en atreverme a ir allí luego del

incidente de anoche.

No había ni siquiera terminado la mitad de mi plato cuando dos personas

palmearon sus manos en secuencia.

—Gracias por la comida.

—Gracias por la comida.

Eran las hermanas, Rie y Kayo. Rie tomó sus utensilios de mesa y se

dirigió hacia el edificio principal. Kayo siguió su ejemplo luego de un

breve momento. Chitanda sonrió felizmente al presenciar esa escena.

Aparentemente ella lo encontraba encantador.

—Debe ser maravilloso tener una hermana. Envidio a ellas dos.

— ¿Oh? ¿Deseas tener un hermano?

—No, no iría tan lejos para decir que desearía tener uno. ¿Tienes

hermanos, Fukube-san?

Satoshi entonces comenzó un discurso sobre su hermana menor. La he

visto antes, pero ella era una arrogante excéntrica que no quería ser

parte de la sociedad. Lo mismo puedo decir de mi hermana.

Terminamos de comer mientras hablábamos sobre ese tema. En ese

momento, Rie, quien había ido al edificio principal, volvió.

Con un “Ta-da”, Rie apareció con un yukata. No parecía un yukata

puesto luego de un agotador y desagradable baño, pero un yukata es

para desfilarlo en los festivales de fuegos artificiales. Era de un celeste

que podrías decir tenía el color del agua, y el patrón de ondas y

chorlitos bordados se veían muy bien. Rie parecía estar extremadamente

orgullosa de ello.

— ¿Que piensan de mi yukata?

—Wow— Chitanda aplaudió.

— ¡Es maravilloso!

—Sí, realmente te queda. Luces como alguien mayor en él.

Rie dio una gran sonrisa al ser alabada.

—Mis padres me lo compraron al principio de las vacaciones de verano a

causa de que mis notas mejoraron. ¡Vamos al festival de fuegos

artificiales esta noche! ¡Me he estado preparando mucho tiempo para

eso!

Mientras ellas tres estaban absortas con el yukata, Satoshi me dio un

vistazo y habló con una voz que sólo yo podía escuchar.

—Luce bien.

Conociendo su manera habitual de hablar, claramente entendí lo que él

estaba tratando de decir. Le susurré en pregunta.

— ¿Qué tiene de malo?

—El obi. El obi es como la vida del kimono, pero esa es sólo una

imitación.

(Es una faja amarrada en la parte trasera del kimono.)

Volví a verlo. El nudo mariposa estaba ciertamente flotando

extrañamente, pero las palabras de Satoshi parecían fuera de lugar.

— ¿Porqué sería radioactiva?

—Dije “imitación”, no “mutación”... el nudo mariposa es una parte

separada del obi. Podría ser fácil ajustarse a ella, pero por mi filosofía no

la llamaría un yukata.

¿A quién le importa tu filosofía? Será notado sólo por ojos

experimentados, pero de lo contrario nadie sería capaz de notar la

diferencia. Qué estupidez, pensé mientras bostezaba y me estiraba.

Fue en ese momento.

—...Hm?

Sentí una presencia. Volteé mi mirada hacia la abierta puerta corrediza.

Pero no vi nada. Eso fue raro, estaba seguro de que vi la sombra de una

persona pasando por allí. ¿Estaré afectado por la maldición de la sombra

ahorcada?

— ¿Qué paso?

Ignoré la pregunta de Satoshi.

Una sombra humana, huh.

Dejé la habitación. Estaría bien si pudiera encontrar una habitación para

pensar tranquilamente. Me di cuenta de que Chitanda estaba

siguiéndome. Quería decirle que no viniera, pero una idea se formó en mi

cabeza. ¿Qué tal si vamos a los mismos baños termales de ayer? Me di

vuelta y se lo sugerí a Chitanda, quien sonrió y asintió.

En camino hacia los baños, me quedé quieto y ordené mis pensamientos.

Observando mi condición, Chitanda también guardó silencio.

La sombra ahorcada. Esa es sólo una flor marchita, producto de las

equivocadas observaciones de Ibara y Chitanda. Será difícil, pero a ellas

probablemente no les importara que así lo declare. Sin embargo, faltaba

algo...

Llegamos a los baños al aire libre. Antes de separarnos, Chitanda dijo:

—Volvamos juntos.

No pude responder.

Cuando pasé el mostrador y entré al vestuario, sentí una sensación de

dejavú. Entendí la razón inmediatamente. Fue porque la ubicación de los

objetos era exactamente igual que anoche. Un conjunto de zapatillas con

un par de pantalones militares estaban ubicados en la canasta al lado de

mis pies. Eran de Satoshi. Pero esto era más misterioso que la sombra

ahorcada. ¿No estaba Satoshi aún en su asiento cuando me fui? ¿Él usó

un teletransportador?

Cuando entré al área de baño, Satoshi ya estaba inmerso en el agua,

como esperaba. Me quedé fuera del agua y miré fijamente a Satoshi,

quien notó mi presencia aunque no me había visto claramente. Por lo

que se dio vuelta y explicó su presencia.

—Bueno, si bajas la pendiente por detrás de Seizansou, saldrás justo

detrás de aquí.

Yo no estaba en absoluto sorprendido por su declaración. Limpié mi

cabeza con una toalla, tratando de despejar la neblina en mi cerebro,

que no parecía estar funcionando. Por los molestos problemas que el

Club de Clásicos ha encontrado, o mejor dicho por las cuestiones que

Chitanda trajo, las soluciones tenían que ser aceptadas por ella. Pero no

importa qué tanto me rascaba la cabeza, no podía pensar una manera de

explicar la sombra ahorcada que pudiera satisfacer a Chitanda.

La única cosa faltante era básicamente el porqué. La verdadera forma de

la sombra no era difícil de deducir, pero si no podía explicar el porqué

estaba allí, entonces darle una adecuada explicación a Chitanda sería

imposible. Tenía algo en mente, de todos modos.

Atravesé mi memoria sin decir palabra por un momento. Viendo que no

me movía un centímetro y quizás recordando el incidente de anoche,

Satoshi rompió el silencio.

— ¿Houtarou? ¿En serio estas mareado de nuevo?

Satoshi, ¿eh? Él podría saber algo. Traté de preguntarle.

—Oye, ¿hubo algún evento anoche?

Satoshi estaba desconcertado ante la repentina pregunta, pero su

sonrisa original inmediatamente volvió.

—Lo destacado anoche sería definitivamente que tú perdiste la

conciencia.

—Realmente estoy en deuda contigo, pero no repetiré mis palabras de

agradecimiento. ¿Algo más?

—Bueno, como sabes, estuvimos contando historias anoche. Yo llevaba

dos flores en cada mano, y una flor de repuesto.

両 手に花 significa estar rodeado de dos bellas damas, pero decidí ponerlo literalmente

aquí ya que Oreki menciona las flores en la siguiente oración.

Flores, huh. Cuando todo fue dicho y hecho, Chitanda sería la flor de

loto e Ibara sería el cardo.

—No, no me refiero a eventos privados. ¿Sabes de alguno oficial?

—Hm, no estoy tan seguro de eso, dado que no soy un residente de

aquí... Bueno, hubo un festival de verano. ¿No escuchaste los tambores?

Festival de verano.

Ya veo, por lo que hubo algo como eso... Como sospeché, era un

festival de verano.

Satoshi usualmente notó mi satisfacción y probablemente se esté riendo

de mí. Sin embargo, la mitad de su rostro estaba inmersa en el agua, y

sus ojos se veían somnolientos y faltos de energía, por lo que no pude

afirmarlo. Respondería si él me hiciera una pregunta, pero parece que

Satoshi no necesitaba preguntarme nada. Salí del baño.

Me vestí y salí fuera, pero Chitanda no había salido aún. Las calientes y

frescas sensaciones me ayudaron a poner mis pensamientos en orden

mientras esperaba. Poco después, Chitanda salió, y nos fuimos.

En nuestro camino de regreso a la posada, empecé una conversación con

Chitanda.

—Esa sombra ahorcada que viste... era probablemente sólo un yukata

colgado de una percha.

— ¿Eh?

Chitanda se sorprendió ante la repentina respuesta. Esperé que ella

digiriera mis palabras, entonces continué.

—No es imposible ver la silueta de un yukata como la sombra de una

persona, incluso si no estuvieras somnolienta. Si no era un fantasma,

tendría que ser algún tipo de prenda de vestir en forma de vestido que

estaba colgando del techo, ¿cierto?

Chitanda se quedó sin palabras por un momento, entonces inclinó su

cabeza, indicando que no podía aceptar esa teoría.

—Pero ¿porqué un yukata estaría allí de todos los lugares? Y sería raro

que alguien abra las persianas específicamente para que pudiéramos

verlo colgando.

—No fue esa la razón por la que pudiste verlo.

Le di una fugaz mirada al cielo.

—Era para secarlo. El yukata estaba mojado. Las ventanas estaban

abiertas para dejar pasar el viento y que así se seque más rápido.

— ¿Porqué?

—El yukata estaba mojado porque llovió.

—No, me refiero a porqué estaba colgada en la habitación siete.

—Para que nadie pudiera verla secándose.

— ¡Pero nosotras lo vimos!

—Es decir, para esconderlo del resto de su familia.

Parecía que no realicé ningún progreso. Me rasqué la cabeza.

Enseguida, comencé a explicar mi teoría desde el principio.

—Quien colgó el yukata para secarlo fue Kayo.

—Kayo tenía envidia del yukata de Rie y quería probarlo. Sin embargo,

no importa qué tan bien el yukata encajaba en Kayo, le pertenecía a Rie,

y estoy seguro de que Rie no se lo prestaría. ¿Lo notaste? Rie escribió

su nombre en su taza y en su tarjeta de ejercicios de radio,

asegurándose de que todos claramente sepan que son suyas. Ella es una

persona posesiva. Además, Kayo estaba asustada de Rie y posiblemente

no podía pedirle prestado el yukata.

—Pero Kayo aún quería usarlo, por lo que secretamente lo sacó.

Afortunadamente para ella, el obi estaba atado al yukata, por lo que

pudo ponérselo por si misma. También, dado que ella es la hija de los

propietarios de una posada, estoy seguro que asearse luego de usar el

yukata fue su fuerte. De todos modos, ella lo usó para el festival de

verano anoche, alrededor de las ocho. Bueno, ella debe haberse

divertido.

— ¿Kayo-san fue al festival? ¿Cómo lo sabes?

—Escuché de Satoshi que hubo un festival anoche. Acerca de por qué sé

que Kayo fue allí, es porque noté a alguien saliendo de la casa anoche,

antes de las ocho. Kayo no estaba con ustedes contando historias, ¿no?

Esta mañana, Kayo regaño a Rie por contar la historia de la sombra

ahorcada. Si ellos hubieran estado juntos en la habitación cuando Rie

contó la historia, Kayo no hubiera dicho eso esta mañana. Además,

según Satoshi, había sólo tres chicas en la habitación. En sus palabras,

“él tenía dos flores en cada mano, y una de repuesto”

—Supongo que sí. Cuando Kayo se estaba divirtiendo en el festival, se

topó con un problema.

Chitanda tomó un profundo respiro.

—Comenzó a llover.

—Basado en la sequedad de la tierra, la lluvia probablemente paró luego

de un corto tiempo, pero el yukata estaba empapado. En ese momento,

Kayo recordó que Rie tenía planeado jugar con los juegos artificiales el

próximo día. Ella supo que Rie iba indudablemente a vestir el yukata.

Ella probablemente estaba asustada.

—Sin embargo, si ella lo secaba en el primer piso del edificio principal,

podía ser visto por alguien, y el anexo estaba fuera de la cuestión. Ella

no podía usar la secadora tan tarde en la noche tampoco. Entonces.

Kayo esperó a que todos se durmieran, y se fue al segundo piso del

edificio principal para secar el yukata en la más lejana habitación.

—Pero la mala suerte recayó sobre ella de nuevo. Con las ventanas

abiertas, la luz de la luna lo hizo parecer una sombra ahorcada ante ti e

Ibara. Dado que la luz provenía del oeste, era luego de medianoche,

probablemente alrededor de las tres o cuatro de la mañana.

—E incluso peor, comenzamos a investigar el origen de la sombra. Justo

ahora, en el almuerzo, las dos hermanas rápidamente dejaron la

habitación. Rie quería mostrarnos su yukata, pero Kayo... ella

probablemente se sentía como si estuviera en una cama de clavos.

Continué caminando mientras explicaba mi teoría. En ese momento,

recordé que Kayo se asustó al verme. Esa debe haber sido la razón.

Debe haber estado realmente asustada.

—Kayo regresó el yukata en la mañana. Bastante temprano en la

mañana... para el tiempo exacto, puedes revisar el programa de radio,

dado que Kayo diligentemente realiza sus ejercicios matutinos. Ella

probablemente devolvió el yukata después de eso.

—......

—Probablemente deberíamos guardar el secreto ante Ibara. Si de alguna

manera fuera descubierto por Rie, Kayo estaría en un gran problema.

Nunca sabes lo que puede pasar.

Chitanda simplemente observó el suelo en silencio y continuó

caminando.

Mientras íbamos por la larga y suave pendiente, Chitanda eventualmente

murmuró sin levantar su mirada.

—Pero entonces... eso significa que ellas dos no se llevan bien.

Eso fue algo que no había considerado. Ignorando mi desconcierto,

Chitanda continuó.

—Para ellas dos que incluso no pueden prestarse un yukata, su relación

no puede ser descrita como cercana después de todo.

Ella dijo mientras hizo una débil sonrisa. Sus labios estaban curvos, pero

su expresión era una de tristeza. Esta no fue la primera vez que la he

visto así.

Yo apenas pude abrir mi boca.

— ¿No es eso lo normal, para los hermanos? Como mi hermana...

—Yo...

Parece que Chitanda no escuchó mis palabras. Era casi como si

estuviera hablando con ella misma.

—Yo siempre he querido tener un hermano. Una respetable hermana

mayor, o un lindo hermanito...

Caminamos vestidos con nuestros yukatas. El verano no había terminado

aún. Había gigantescas columnas de nubes ante nuestros ojos, y fue un

poco desalentador verlas desaparecer enseguida.

Como estábamos cerca a Seizansou, Chitanda finalmente continuó

hablando.

—Pero estoy segura de haber entendido que la sombra ahorcada no era

un fantasma. Probablemente también pensaba que todos los hermanos

del mundo eran verdaderamente felices...

No deseaba seguir escuchando más de esto. Agradecidamente, Chitanda

no continuó hablando.

Subimos lentamente por la pendiente que estaba rodeada por una densa

vegetación. Sabía eso desde el principio. Los hermanos que Chitanda

mencionó eran sólo una apariencia. Cuando los observas detenidamente,

ellos vuelven a ser justo como flores marchitas.

Como el calor húmedo se impregnó en mi cuerpo, que había estado en

agua caliente hasta hace poco, comencé a sudar abundantemente. Había

una figura en la colina que se dio vuelta a mirarnos. Cuando nos

acercamos, la figura resultaba ser Rie, quien estaba saludándonos

energéticamente.

Story 4 - Aquellos que saben algo

Capítulo 1

Supónganse que un día, tomo un micrófono y digo, “Hoy estará

soleado”. Alguien que lo haya escuchado puede estar pensando,

“Supongo que Oreki Houtarou-kun está probando su micrófono” Pero

algún otro puede pensar, “Oreki Houtarou-kun esta afirmando que hoy

estará soleado”. Cualquier deducción es válida, cualquier deducción

coincide con la verdad, puede decirse que fue sólo una cuestión de

suerte. Para incrementar las chances de esto, uno debe reunir tanta

información detallada como sea posible, pero usualmente sería

absolutamente imposible especular que tal información caiga en esas

manos. Además, incluso si uno recolecta información que examina cada

mínimo detalle, todo eso tendría una gran posibilidad de que la verdad y

la teoría coincidan, y nada más.

Era el primer día de noviembre. Sólo Chitanda y yo estábamos presentes

en el salón del club. Era ese tiempo después de clases en agosto cuando

la ociosidad fluía alrededor, donde uno no daría su opinión respecto a los

peligrosos e inquietantes hechos en el mundo como los incendios

provocados, robos, billetes falsificados y asesinatos. Con mi principio de

conservación de energía, el que yo hable y hable indignantemente sólo

demuestra lo inusual que queda en mí y puede ser atribuido a Chitanda,

tratando de elogiarme por mi rol en el incidente de Hyouka.

Según sus palabras, era como si yo hubiera tenido dentro mío algún tipo

de habilidad especial que deducía la verdad todo el tiempo. No me

importa ser mirado desde arriba y que se rían, pero no puedo ignorar ser

intensamente elogiado. Agregué:

—En conclusión, no me importa si me llamas suertudo, pero por favor

para de hacerme ver como una asombrosa persona.

Sabiendo sobre mi extremadamente amable y reservada personalidad,

Chitanda estaba desconcertada por mi raro arrebato y sus ojos se

agrandaron. Pero en poco tiempo, ella asintió y sonrió amablemente,

como si hubiera entendido mis sentimientos.

— ¡Eres tan modesto, Oreki-san!

No, ella no lo entendió del todo bien.

Ha sido casi la mitad de un año desde que entramos a la Preparatoria

Kamiyama. Desde entonces, la curiosidad de Chitanda ha determinado

su anormalidad en la escena de todos los días con sólo una mirada. Es

ciertamente verdad que he estado involucrado ayudando a Chitanda a

entender las razones detrás de aquellas anormalidades. Estaría

mintiendo si dijera que no hice nada respecto al incidente de Hyouka y

al de la Emperatriz. También, desconocido por Chitanda, hice una

pequeña labor detrás de escena en el incidente de Juumonji.

Pero será mejor decir las cosas directamente ahora.

—Chitanda, los ancianos solían decir algunas sabias palabras.

— ¿Qué decían ellos?

—“Las teorías y la pomada se pegan a cualquier cosa”. Es cierto que la

pomada no se adhiere exactamente en cualquier superficie, pero no tiene

nada que ver con la cuestión.

Dije seriamente, pero por alguna razón Chitanda elegantemente escondió

su boca con su mano y se rió. Ella se volteó hacia mí mientras me sentía

un poco malhumorado.

—Oreki-san ocasionalmente dices frases que nadie usa.

… ¿Es así? No lo noté.

“Pero esa no es la cuestión aquí” Quería decirle, pero Chitanda

continuó con una sonrisa aún en su rostro.

—No estoy segura de porqué quisiste usar esa frase pero... Ah, lo tengo.

Vamos a asumir que la razón por la cual encontraste la verdad tantas

veces no es talento, sino suerte.

— ¿Pero no podrías llamarla como la habilidad de razonar teorías, o de

aplicar yeso para cerrar la brecha entre las pistas como un talento en sí

mismo? Incluso si las semillas sembradas llevaran frutos debido a la

suerte, no valdría la pena considerar que la semilla no esté sembrada en

primer lugar.

(Yeso y pomada tienen la misma pronunciación en japonés.)

Me crucé de brazos y gruñí. Había de hecho razón detrás de su

argumento.

Pero no admitiré la derrota tan fácilmente.

— ¿Entonces estás diciendo que soy un experto en la colocación de

yeso?

— ¿No lo eres?

Respondí a la amable sonrisa de Chitanda con la mayor serenidad que

uno podría manejar.

—Si, a veces no tengo ni idea de la lógica detrás de mis teorías.

Mi declaración fue inmediatamente contrarrestada.

—Eso es porque no usas un razonamiento ordinario.

Eso es algo cierto, pero... me siento un poco desanimado al ser

identificado una y otra vez con ese trato.

Aún así me mantuve firme.

—Entonces qué te parece esto, Chitanda. Piensa en algún tipo de

situación. Te probaré que no puedes hacer una teoría sobre cualquier

cosa tan fácilmente.

Nunca he desafiado a nadie a un concurso, pero no puedo retroceder

ahora cuando mi vida está en juego.

Los grandes ojos de Chitanda se agrandaron aún más. Basado en mis

observaciones de Chitanda hasta ahora, se debe a su inmensa curiosidad

sobre el juego que propuse, más que la diversión sobre esta situación.

— ¡Eso suena divertido! Entonces... ¿En qué deberíamos pensar?

Fue cuando aquellos ojos estaban deambulando alrededor, buscando algo

en cuestión.

El altavoz que estaba fijado arriba del pizarrón y que se usaba para los

anuncios dirigidos a toda la escuela. Nuestros ojos se dirigieron a

observarlo al mismo tiempo.

Sin ningún prefacio, el anuncio comenzó.

“Cualquiera que, el 31 de octubre, compró en Koubundou frente a la

estación y quien sepa algo, repórtese con Shibazaki en el Salón de

Profesores inmediatamente”

Eso fue un tanto rápido. El anuncio entonces fue cortado sin vacilación.

Bajamos la mirada del altavoz al mismo tiempo.

—Me pregunto de que se trata.

—Ni idea.

Dije, mientras notaba que la boca de Chitanda comenzaba a abrirse y su

cabeza estaba ligeramente inclinada. Pensé que ella lucía feliz por algo y

predije lo que ella estaba a punto de decir. Como esperaba, ella dijo con

un animado tono.

— ¡Usemos ese anuncio! ¡Por favor saca una teoría sobre de qué se

trataba el anuncio de hace un momento!

Hm.

Arrogantemente asentí.

—Bien, acepto tu desafío.

¡Te mostraré el poco confiable chico que soy!

Capítulo 2

—Comencemos escribiendo el anuncio para no olvidarnos.

Tan pronto como terminé de hablar, Chitanda sacó un cuaderno de su

bolso. Ella entonces tomó un bolígrafo que parecía estilográfica y abrió

su cuaderno en una página en blanco.

“Cualquiera que, el 31 de octubre, compró en Koubundou frente a la

estación y quien sepa algo, repórtese con Shibazaki en el Salón de

Profesores inmediatamente”.

La memoria de Chitanda da miedo. Este es probablemente el mismo

anuncio palabra por palabra. Luego de anotar con su elegante escritura

que podría ser usada como modelo de caligrafía, Chitanda puso su

bolígrafo sobre la mesa, mientras que yo observaba la nota y me cruzaba

de brazos.

—Primero, necesito saber lo que todo esto significa. ¿Sabes qué es

Koubundou?

Chitanda asintió.

—El anuncio menciona que estaba en frente de la estación, pero para ser

más precisos está a una corta distancia de allí. Es una pequeña papelería

que es atendida por una pareja de ancianos y ha estado allí por un largo

tiempo.

— ¿Has ido allí antes?

—Sí, pero sólo una vez.

Estaba pensando en mi propia pregunta, y me di cuenta que no he ido a

una papelería recientemente, dado que es fácil conseguir útiles en una

librería o en un supermercado estos días. Sin embargo, parece ser que

aún hay tiendas que se especializan en vender artículos de oficina,

supongo.

— ¿Vende algún tipo especial de artículos, como caros pinceles, o alguna

extraña cosa que Ibara usa para dibujar manga?

—Eso sería un pantallazo... pero no, en realidad es una pequeña tienda,

por lo que no hay tantos artículos raros. La Escuela Primaria del Norte

está cerca, por lo que vende todo lo que un estudiante de primaria

necesitaría.

Ya veo.

Observé de nuevo las palabras escritas en el cuaderno.

— ¿Shibazaki es un profesor?

Chitanda se rió.

—Oreki-san, ¿siempre eres tan malo con los nombres? Shibazaki-sensei

es el director.

Ah, ahora recuerdo haber escuchado ese nombre en la ceremonia de

entrada. Hay un director que no tiene cabello y otro con abundantes

canas, pero no sé cuál de ellos es Shibazaki. Bueno, supongo que eso no

importa.

Bien, ahora no deberían haber más palabras desconocidas. “Si no tengo

que hacerlo, no lo hago. Si tengo que hacerlo, lo hago rápido”. Estoy

adherido a esta ociosa filosofía de vida, pero esta es una importante

competencia. Necesito poner más energía en esto.

Examiné el cuaderno por unos diez segundos, y entonces lentamente

abrí mi boca.

—Primero...

— ¿Primero?

—Sabemos que Shibazaki está tratando de llamar a un estudiante.

Una sonrisa forzada se formó en el rostro de Chitanda, como si estuviera

tratando de reírse de un chiste malo.

—Sí. Puedo ver eso también.

Sus palabras parecían indicar que ella estaba tratando de ser paciente,

por lo que justifiqué mi minuciosidad.

—Esto es una competencia. Tengo que ser muy cuidadoso aquí.

Entonces continué.

—Llamemos a esta persona “Estudiante X”.

—... ¡Esto se siente como una investigación real!

—En este punto, no sabemos si Estudiante X se refiere a una o múltiples

personas.

Si múltiples estudiantes hubieran sido llamados, la persona que dio el

anuncio habría dicho “Todos los que compraron en Koubundou” o

“Aquellos que compraron en Koubundou”, pero este era un argumento

bastante débil.

Pero en mi siguiente deducción no caben dudas.

—Shibazaki probablemente intente darle al Estudiante X orientación

educativa. En otras palabras, él lo regañará por alguna razón.

Al escuchar eso, Chitanda inclinó su cabeza y miró fijamente hacia las

palabras en el cuaderno. Luego de un rato, ella me miró e inclino su

cabeza de vuelta en duda.

— ¿Por qué dices eso?

Respondí con confianza.

—Porque un estudiante sólo sería llamado al salón de profesores por algo

malo, basado en mi experiencia.

—Oreki-san... ¿realmente te estás tomando esto seriamente?

—No he sido así de serio desde que entré a esta escuela. Incluso puedes

decir que esta es la primera vez que me he puesto tan serio.

Chitanda se hundió en silencio, por lo que agregué.

—Además, si él quisiera elogiar a alguien, no usaría una frase como

“Alguien que haya comprado en Koubundou y sepa algo”, que puede

referirse a algo bueno o malo. Él sería más directo respecto a eso.

Ningún estudiante se sentiría bien siendo llamado de esa manera,

incluyéndome a mí. De la manera en que lo dijo, cualquiera que sepa

algo podría estar también asustado de ir allí.

—Suena correcto.

Ella estuvo de acuerdo, huh. Era medio en broma lo que dije.

Tiempo de moverse.

Perseguí los pensamientos alrededor de mi cabeza y los puse en orden.

—Al decir “Koubundou en frente de la estación”, está indicando que

Koubundou no es una muy reconocida tienda.

—Bueno, tú no sabías de eso tampoco.

—Sí, pero X debería conocer Koubundou. No hay necesidad de decir

intencionalmente la frase “en frente de la estación”.

Sin embargo, Chitanda rápidamente respondió.

—Eso es porque hay tres tiendas con el nombre de Koubundou en la

Ciudad Kamiyama. Además de la papelería frente a la estación, hay

también una tienda vendiendo artículos religiosos budistas cerca de la

Preparatoria de Comercio de Kamiyama, y también una librería en la

autopista.

¿Es así?

Qué más, pensé mientras me cruzaba de brazos, bajaba mi barbilla, y

miraba hacia las palabras escritas de nuevo. Un gruñido cubrió una parte

de mi garganta.

¿Cómo sería un anuncio normal? Obviamente, sería claramente dicho el

nombre del estudiante siendo llamado, ¿pero qué más falta? Mientras

pensaba en aquellas palabras, fui golpeado por un rayo de inspiración.

—Por lo que sea que este estudiante esté siendo llamado, debe ser

urgente. Shibazaki está en un apuro.

Usando el bolígrafo, Chitanda apuntó a la palabra “inmediatamente” en

la transcripción.

—Él dijo “inmediatamente”

—No, ellos siempre dicen eso cuando llaman a alguien. Eso no es lo que

quería decir.

Continué mientras Chitanda miraba con perplejidad.

—Hay un formato estándar para los anuncios, pero este fue diferente,

por lo que sabemos que ellos tienen prisa.

—Huh...

—Supongamos que quieres llamarme para que vaya a la Clase 1-A,

¿cómo lo harías?

—Ya veo. Sería algo como esto. “Oreki Houtarou-san de la Clase 1-B,

por favor vaya a ver a Chitanda Eru a la Clase 1-A inmediatamente”.

— ¿Eso es todo? ¿No hubo un anuncio hoy temprano también? Trata de

recordar cómo fue.

Chitanda cerró su boca y pensó por un momento. Juzgando por su

continua inclinación de cabeza, preví que se tomaría su tiempo para

comprenderlo, por lo que dije la respuesta, pensando en que debería

apurarme.

—Diría algo como esto. “Chitanda Eru de la Clase 1-A, por favor vea a

Oreki Houtarou de la Clase 1-B inmediatamente”.

— ¿Cuál es la diferencia?

—“Repito. Chitanda Eru de la Clase 1-A, por favor vea a Oreki

Houtarou de la Clase 1-B inmediatamente”.

Un jadeo se escapó de la boca de Chitanda.

—No es sólo los anuncios escolares. La mayoría de los anuncios como

este son usualmente repetidos, ya que hay una gran chance de que ellos

estén perdidos si sólo fuera dicho una sola vez. Sin embargo, este

anuncio fue leído sólo una vez. Dado que esto difiere del formato usual,

puedo decir que ellos están en un apuro.

Chitanda asintió grandiosamente, indicando que ella aceptaba totalmente

este razonamiento.

Habiendo aclarado que el anunciador estaba en un apuro, seguía

teniendo una extraña sensación de que las piezas de ajedrez caían una

tras otra. En vez de averiguar qué era esta extraña sensación, fui con la

corriente y continué con mi deducción.

—Y no en cualquier apuro. Podemos decir que era una emergencia.

— ¿A qué te refieres?

De repente me di cuenta que Chitanda y yo estábamos ambos inclinados

mucho hacia delante. Sintiendo la proximidad de aquellos enormes ojos,

me moví y me acomodé.

—A que este anuncio fue hecho luego de las clases.

Chitanda, quien estaba aún inclinada, hizo pucheros en descontento.

—Por favor no saltees pasos en tu razonamiento.

— ¡Saltear! ¡Qué hermosa manera de decirlo!

— ¡Oreki-san!

Hm, esto salió mal. Chitanda ahora me está mirando con ojos ampliados.

Bueno, no fue exactamente mi intención saltar el razonamiento. Sólo

pensé que olvidaría los puntos de lo que había pensado si no indicaba

primero la conclusión. En todo caso, probablemente debería proceder

con la explicación de mi razonamiento en lugar de considerar mi patrón

de discurso. Imitando a Chitanda, me aclaré la garganta.

— ¿No tiene sentido eso? Independientemente de las circunstancias, es

ineficiente hacer un anuncio luego de las clases. La Preparatoria

Kamiyama tiene muchos clubs, pero no todos los estudiantes se quedan

en la escuela y ponen sus energías en sus actividades de club. Hay un

considerado número de estudiantes que se van a casa inmediatamente

después de clases. Un anuncio normal debería ser hecho en el momento

en que todos los estudiantes puedan asumirse que están presentes,

como durante la hora del almuerzo, o en el momento anterior y posterior

a entrar al salón de clases. Pero ellos aún así hicieron el anuncio,

porque...

Paré de hablar y pensé por un momento.

—Primero, la razón detrás de llamar al estudiante ocurrió luego de

clases. Además, es tan importante que no pudieron esperar hasta

mañana para hacerlo. Exagerando, Shibazaki hizo el anuncio, apostando

a la posibilidad de que X no se haya ido a casa aún.

Mientras hablaba, me di cuenta de que mi expresión se había puesto

rígida. Chitanda había estado sonriendo debido al disfrute por el juego,

pero su sonrisa comenzó a desaparecer, mientras sus ojos estaban ahora

llenos de seriedad.

Chitanda dijo con una suave voz.

—Oreki-san... Esto huele como la quina, ¿no es así?

¿Quina?

—...Chitanda, la frase común es “huele sospechoso”.

(Esta frase en japonés es きな臭い . きな significa quina y 臭い significa oler. El

error de Chitanda fue que ella dividió la frase en dos partes.)

— ¿Eh? ¿No puedo decir que eso huele como quina? Es la planta de la

que está hecha la quinina.

—El consejo del lenguaje se enojará si tú vas por allí mezclando las

frases así como así.

Me reí de eso con una broma al estilo Satoshi, pero en realidad estaba

pensando lo mismo que Chitanda. Este juego parecía dirigirse en una

siniestra dirección.

Mientras pensaba en ello, otra extraña sensación apareció.

—Mi siguiente deducción. Shibazaki no quería hacer público lo que sea

que quería decirle a X. No puedo decir si es sólo por ahora, o si nunca

será públicamente revelado.

— ¿Porque no había dicho la razón por la que llamó a X?

Eso es ciertamente una manera de verlo.

Pero ahora tengo una chance para presumir.

—Eso es cierto, pero hay otra manera de explicarlo con más claridad.

Chitanda miró drásticamente al cuaderno, como si eso fuera a disipar

todas sus dudas.

Dado que los rasgos faciales de Chitanda eran más dóciles, contrario a

Ibara, su aspecto no era tan intenso, pero aún tenían una fuerza que

parecía ser como si pudiera atravesar un papel. Sin embargo, arrojé agua

fría a su entusiasmo.

—No descubrirás nada con sólo mirar las palabras. O más bien, hay algo,

aunque no lo parece.

—No, no lo capto.

Le asentí a Chitanda, quien levantó su cabeza.

—Shibazaki es el director. Es uno de tantos en todas las preparatorias

del país, sin embargo la orientación educacional es trabajo del

Departamento de Asesoramiento de Estudiantes, incluso en la

Preparatoria Kamiyama.

—Eso es cierto. Morishita-sensei usualmente es el que hace este tipo de

anuncios.

—El Departamento de Asesoramiento Estudiantil tenía su propio salón,

¿cierto?

—Sí, está en el segundo piso del edificio principal.

Chitanda respondió espontáneamente, tratando probablemente de

acelerar la discusión. Dejándome llevar por esa reacción, comencé a

hablar un poco más rápido.

—Pero X fue llamado por el director, Shibazaki, al salón de profesores.

¿No es ese un acto que excede su autoridad? El director, quien debería

estar a cargo de la administración de la escuela, dejó al margen al

Departamento de Asesoramiento y llamó al estudiante para que vaya

directamente a él. Esto significa que el problema es lo suficientemente

importante como para que ellos necesiten mantenerlo clasificado en el

nivel administrativo.

Al menos, eso podría ser. Todos en el Departamento de Asesoramiento

podrían haber colapsado por comida intoxicada o algo, pero podemos

ignorar esos casos especiales. Después de todo, si comenzamos a

considerar que aquellos involucrados en el incidente fueron golpeados

por impensables coincidencias o que ellos tenían un excéntrico

comportamiento, podemos declarar que los alienígenas también están de

alguna manera conectados. Sería mejor asumir que todos en este caso

son seres humanos normales.

Me quedé callado por un tiempo.

En el silencio que siguió, Chitanda asintió unas pocas veces,

probablemente meditando en lo que fue de la discusión hasta ahora.

Luego de un momento, ella miró directamente hacia mis ojos.

Con una agobiada voz, Chitanda murmuró.

—Si asumimos que tu teoría es correcta, podría significar que X-san está

involucrado en algo muy malo...

—También puedes decirlo claramente.

—Entonces...

Asentí.

—La conclusión sacada por las otras deducciones hasta el momento, es

que X está involucrado en un crimen.

Capítulo 3

X está involucrado en un crimen.

Me reí ante la improbabilidad de mis propias palabras, y recupere mi

compostura.

Es cierto, lo que estoy haciendo con Chitanda es sólo un juego. Mi

teoría no tiene que ser verdadera, y de todas formas, ¿No estuve de

acuerdo en hacer esto sólo para probar que mis deducciones no siempre

coinciden con la realidad? Supongo que me lo tomaré con calma.

Quizás notando que mis emociones se habían arreglado, Chitanda

parecía también estar más relajada. Con una voz calmada, ella preguntó.

— ¿Entonces qué tipo de crimen puede ser?

Extendí mi mano para detener a Chitanda.

—Espera. Antes de meternos con eso, tengo una deducción más.

Asumiendo que todas estas teorías han sido correctas, no hay policías

en la escuela, por lo que hay una alta probabilidad de que un oficial esté

aquí.

— ¿De una organización relacionada con la policía ?

—Hay muchas de ellas, cono el Departamento de Investigación Especial

del Fiscal del Distrito, o la Agencia Tributaria Nacional. La alta

probabilidad de que una de esas organizaciones esté aquí es a causa de

algo que mencionamos anteriormente, ¿Sabes a lo que me refiero?

La mirada de Chitanda cayó hacia el suelo mientras se preguntaba sobre

eso por un momento, pero eventualmente ella se rindió y negó con su

cabeza. Viendo esto, asentí ligeramente.

—Creo que fue cerca del final de nuestra discusión sobre llamar a alguien

después de clases. No importa como lo veas, es ilógico hacer un anuncio

en ese momento, cuando muchos estudiantes ya se habrían ido a casa.

Pero ellos aún hicieron el anuncio, como mencioné antes, y fue porque la

razón del anuncio pasó después de clases.

Me descrucé de brazos y anoté una frase en el cuaderno.

—Sin embargo, si algún crimen ocurrió, tuvo que haber sido el 31 de

octubre. El anuncio fue hecho hoy, justo hace poco, y en un apuro.

Podemos decir que esto se debe a que los investigadores acaban de

hacer esa solicitud.

—Pero ellos podrían haberla hecho por teléfono.

—Eso puede ser cierto, pero debería ser seguro asumir que los

investigadores quieren detener a X. Para eso, ellos necesitarían venir

aquí en persona.

—Detener...

Chitanda murmuró con una ansiosa mirada en su rostro. ¿Ella acaba de

recuperar sus emociones luego de haberse enfriado hace poco?

Ciertamente no sería imposible para Chitanda...

Ella preguntó con una preocupante expresión.

—Oreki-san, ¿Quieres decir que X-san es el responsable del crimen?

No podía entender el propósito de esa pregunta.

— ¿A qué te refieres con “responsable”?

—Quiero decir, ¿piensas que X-san no es una víctima o un testigo, pero

si alguien que estaba involucrado con el culpable?

Ya veo.

Respondí inmediatamente.

—Es cierto.

—......

—Si ese no fuera el caso, Shibazaki no necesitaría estar tan nervioso. Él

podría haber hecho el anuncio al día siguiente, cuando todos estarían

presentes, ¿no es así?

Chitanda asintió de mala gana.

Bien, tiempo para la base del misterio. Al igual que cuando ambos

miramos al altavoz al mismo tiempo, observamos el cuaderno en unísono.

—Entonces, ¿Cuál fue el crimen?

— ¿Exactamente qué crimen cometió X, quien el 31 de octubre compró

en Koubundou frente a la estación y sabría algo? ¿Qué piensas,

Chitanda? ¿Tienes algo en mente?

Chitanda puso su dedo índice en sus labios e inmediatamente respondió.

—Tristemente, diría que un robo a la tienda es lo que se me viene

primero a la cabeza.

¿Por quién o qué ella se estaba sintiendo triste?

—U otra posibilidad sería que el crimen fue cometido en un lugar

completamente diferente, y los investigadores se enteraron de que

alguien aquí encajaba con la descripción del culpable. Basado en ese

testimonio ellos vinieron a buscarlo. En ese caso, el crimen podría ser...

casi cualquier cosa.

Hm, una teoría bastante interesante para el poco tiempo que tuvo.

Sin embargo, negué con mi cabeza.

—Además del robo, nada más sería posible.

— ¿Por qué no?

—Si dijéramos que tu teoría está en lo correcto, los investigadores

sabrían las características particulares de X. Con esa información, sería

extraño para Shibazaki llamar a alguien que “compró en Koubundou y

sabe algo”. Dado que el incidente ocurrió en Koubundou, podemos

asumir que X parecía estar comprando...

Mientras decía eso, sentí que algo estaba fuera de lugar.

Como intenté localizar la fuente de esa sensación, abruptamente me

callé. Dándose cuenta de esto, Chitanda también esperó

silenciosamente.

¿Fue el anuncio un mensaje para que el culpable se entregara? No, esto

no parece estar en lo correcto.

—Mi teoría, los investigadores no saben nada acerca de X.

—Eso es lo que habías dicho, ¿cierto?

—Pero ellos creen que X se revelará a si mismo luego del anuncio.

Esto es, es la parte que está fuera de lugar.

Si yo fuera el culpable y escuchara el anuncio, estaría pensando algo

como esto: “¡Los investigadores aún no saben que lo hice! ¡Podré ser

capaz de salirme con la mía a este ritmo!” No aparecería en frente de

Shibazaki diciendo que yo lo hice.

¿Qué tipo de circunstancias haría al culpable mostrarse a sí mismo luego

de escuchar ese anuncio?

Me rasqué la cabeza suavemente. Puse mi cabeza sobre mis manos y

miré el cuaderno.

Si alguien sintiera remordimientos por su crimen, él podría haberse

entregado. Pero si ese fuera el caso, X ya habría sido capturado, y no

sería necesario hacer ese anuncio. ¿De qué se puede tratar?

—Hm...

Un sonido se escapó de mis labios.

— ¿Pensaste en algo?

No respondí, y en su lugar miré mi reloj. Era un excepcional producto

con ambas pantallas analógica y digital, también con una función de

calendario, aunque este tipo de relojes no son raros en estos días.

—Ya veo.

— ¿Qué?

—Vamos a dejar de lado la pregunta de qué tipo de crimen cometió X por

el momento. Pero vamos a asumir que X lamentaba lo que sea que hizo,

y se disculpó por ello. En una carta.

Chitanda amplió sus ojos ante el repentino salto lógico. Con una elevada

voz, ella preguntó.

— ¿P-Porque dices eso? ¿Realmente concluiste eso con el anuncio de

hace un momento?

Respondí a eso con otra pregunta.

—Chitanda, ¿Qué fecha es hoy?

Ella fue tomada por sorpresa, pero no dudó por mucho tiempo.

—Es el 1 de noviembre.

Era consciente de que era el primer día de noviembre, justo lo había

confirmado en mi reloj.

Entonces lo anoté en el cuaderno.

—Entonces, ¿no fue ayer el 31 de octubre?

Chitanda inclinó su cabeza.

—Sí, eso es cierto, pero...

— ¿No te enteraste? No me di cuenta hasta recién, pero ¿no lo

encuentras extraño?¿Por qué Shibazaki no dijo “ayer, en Koubundou

frente a la estación” en su lugar?

Chitanda jadeó en sorpresa.

—Ahora que lo mencionas, no parece natural.

— ¿Por qué él diría “31 de octubre”, en lugar de “ayer”? Eso es porque

él tenía algún escrito frente suyo que contenía las palabras “31 de

octubre”, y sólo leyó lo que decía allí.

—Ahora, ¿Qué pasa con el escrito? ¿Por qué los investigadores sabían

que X estaba involucrado, aún sin saber nada acerca de él? ¿Por qué

ellos creían que X se mostraría si hicieran el anuncio? Poniéndolo en

otras palabras, ¿por qué ellos pensaban que X se lamentaba de lo que

había hecho?

Tomé un profundo respiro y paré por un momento.

—Se debe a que X escribió una carta a Koubundou disculpándose por lo

que había hecho. Sería algo como esto: “Realmente me disculpo, pero el

31 de octubre, compré en su tienda y cometí un crimen”. Sería

inaceptable para un estudiante de preparatoria con simplemente

disculparse, por lo que probablemente continuó con esto “Repararé los

daños hechos, por lo que por favor acepten esto y aquello”.

—Los propietarios de Koubundou llevaron esa carta a la policía. Estos, o

alguna unidad de investigación, vinieron a la Preparatoria Kamiyama con

la carta. Esto no fue hace mucho. Y entonces Shibazaki, en un apuro,

hizo el anuncio mientras leía la carta. Mientras miraba el texto, él dijo,

“El 31 de octubre, compró en Koubundou en frente de la estación y sepa

algo”...

— ¡Espera un momento!

Una aguda voz atravesó el salón.

—Según tu teoría, X-san quería disculparse con Koubundou, pero no

quería tener a la policía involucrada si hubiera sido posible, ¿cierto?

Darles una carta de disculpa no fue sólo para mostrar remordimiento,

sino también para resolver las cosas tranquilamente. Asentí.

—Si ese fuera el caso, él no habría admitido que era un estudiante de la

Preparatoria Kamiyama en su carta. Es extraño que la policía supiera

eso. Por otro lado, si no fuera así, ellos habrían solicitado hacer

anuncios en todas las preparatorias de la Ciudad Kamiyama, y

Shibazaki-sensei no habría estado tan apresurado respecto a dar el

anuncio. Si hay una posibilidad de que X sea de otra escuela, él se

sentiría más tranquilo.

Ya veo. Eso fue drástico de su parte. Pensé por un momento.

—La policía probablemente le preguntó a los propietarios de Koubundou

si podían tener alguna idea de quién pudo haber sido. Ellos entonces

respondieron que probablemente fue un estudiante de la Preparatoria

Kamiyama.

—... ¿Pero cómo ellos lo supieron?

—Sería obvio si X hubiera estado vistiendo su uniforme. También, dado

que puedes obtener útiles en los supermercados estos días, no creo que

hubiera una gran multitud de gente en Koubundou. Además, si X hubiera

hecho algo sospechoso, los propietarios naturalmente lo recordarían.

— ¿Algo sospechoso?

Cerré mi boca.

Esta parte puede ser la clave para averiguar exactamente qué crimen X

cometió. Con el fin de organizar mis ideas, las dije en voz alta.

—X hizo algo para destacar. Pero eso en si mismo no fue el crimen. Sino

que fue algo que los propietarios no habrían notado inmediatamente si

no fuera por la carta. X se lamentaba por lo que hizo. Era un crimen

deplorable. Y lo que fuera que hizo, fue suficiente para llamar la atención

de los investigadores. El crimen que X cometió fue...

Miré a Chitanda. Su blanca garganta se movió como si gritara en temor.

Dije.

—El crimen fue algo más grande que un robo.

— ¿Y eso es?

Hora de trabajar.

Alejé mi mirada de la garganta de Chitanda y observé una parte del

cuaderno que decía, “Cualquiera que, el 31 de octubre, compró en

Koubundou en frente de la estación y sepa algo”.

X estaba comprando algo. Esto ya ha sido establecido.

Al mismo tiempo, él estaba haciendo algo sospechoso y también

cometiendo un crimen.

Koubundou tiene materiales para estudiantes de primaria, por lo que

probablemente no era algo valioso.

Eso me recuerda, el periódico estaba amontonado con inquietantes

reportes de crímenes, como lo usual. Esas eran incendios provocados,

robos, asesinatos, y...

Suspiré profundamente.

—En serio...

— ¿En serio?

Un estudiante de preparatoria entró, en su tiempo libre, a la tienda que

vendía materiales para estudiantes de primaria. Él colocó un artículo

barato en el mostrador algo dudoso y tomó un billete de 10.000 yenes,

llamando así la atención.

—X usó un billete falso de 10.000 yenes para pagar por su mercancía.

Capítulo 4

— ¡Pero!

Chitanda, quien había estado en silencio y no se había movido ni un

centímetro, de repente se levantó. Entonces comenzó a hablar sin parar,

su hechizo de silencio ha sido roto con una sola palabra.

—Pero pero pero, ¡eso es imposible! ¡Es poco realista! ¡Es ilógico! ¡Es un

fracaso! ¡Una catástrofe!

Viendo el extremo vigor de Chitanda y sintiendo que ella podría saltar

fuera de su silla y estrangularme, empuje la silla hacia atrás y me retiré.

Detuve a Chitanda con un gesto, mientras pensaba que era

probablemente similar a querer calmar un toro violento.

—Ch-Chitanda, por favor cálmate. ¡Ah, es cierto! ¡Acabo de recordarlo!

Este es sólo un juego, ¿cierto? No tienes que tomarte nada de esto con

seriedad.

— ¡Pero es imposible!

Hm. ¿Ella usó la palabra “imposible”, en lugar de “increíble”?

Estreché mis ojos y le pregunté.

— ¿Por qué dices que es imposible?

Chitanda tenía ambas manos sobre la mesa y estaba inclinada sobre ella,

pero volvió a su posición original y tosió levemente, como si estuviera

avergonzada de sus propias acciones. Ella puso su usual expresión y

dijo.

—Los billetes falsos que han sido usados son de 10.000 yenes. Tu

concluiste que X-san usó ese billete en base a las noticias, ¿cierto?

Asentí.

—Pero no hay manera de que X-san, un estudiante de preparatoria,

¡pudiera tener unos en sus manos! O incluso si los tuviera, ¡él debería

haber sido capaz de cambiarlo!

— ¿Qué quieres decir?

Esto realmente fue bastante lento de mi parte. No tengo idea de por qué

le pregunté eso a Chitanda. Su rostro mostraba una pizca de molestia,

pero ella continuó.

— ¿Cómo X-san, un estudiante de preparatoria que no vende nada,

podría apoderarse de un billete falso?

Respondí sin pensarlo mucho.

—De un cajero automático, supongo.

— ¡No es algo tan fácil falsificar billetes lo suficientemente buenos como

para engañar a un cajero automático! Y si fueran así, sería algo inusual

que X-san lo notara.

— ¿Quizás él lo recibió como cambio?

Luego de decir eso, me callé la boca, desconcertado por mi propia

estupidez. Soy afortunado ya que Ibara no está aquí. ¿Quién sabe qué

cosas malas podría haberme dicho? Dado que Chitanda no es Ibara, ella

me miró y sonrió en vez de criticarme.

—Exacto. Parece que te diste cuenta. Un billete de 10.000 yenes no

puede ser dado como cambio. Además de las monedas conmemorativas,

el billete de 10.000 yenes es el de mayor valor en nuestro país.

Finalmente entendí por qué le había hecho esa pregunta a Chitanda.

¿Cómo se apoderó X de ese billete falso para ser capaz de usarlo? Un

billete falso es uno hecho por una fuente no licenciada, y fue hecho para

ser usado en tiendas. Cuando es así, no debería ser entregado a los

clientes, e incluso si pasara entre las tiendas, eventualmente iría hacia el

banco. Allí es donde pararía.

Con las cejas fruncidas, asentí levemente.

—Bueno, sé lo que estas tratando de decir. Incluso si el padre de X

manejara un negocio, recibir un billete falso y dárselo a X como

mesada...

Satisfecha, Chitanda asintió.

—X-san le diría a su padre. Le pediría a su padre que le cambie el

billete.

La Preparatoria Kamiyama prohíbe a sus estudiantes trabajar a tiempo

parcial, pero incluso si X lo hiciera, no cambiaría nada. Si X recibiera su

paga por medio de una transferencia bancaria, no tendría posibilidad

incluso de tocar el billete. Por otro lado, si X recibiera el dinero

físicamente, debería haber sido capaz de pedir por un cambio, dado que

su jefe estaría siendo injusto. Así como la posibilidad de que todos en el

Departamento de Asesoramiento Estudiantil colapsaran debido a comida

intoxicada, realmente no consideraría el caso del jefe de X o de su padre

siendo tan cruel como para rechazar su pedido, porque eso no tendría

tanto sentido.

Ahora bien...

— ¿Quizás él lo tomó?

— ¿Lo tomó? ¿Te refieres a que el billete falso estaba tirado en el

camino?

—Los falsificadores pudieron haberse deshecho de ello para borrar la

evidencia, por ejemplo.

Era una teoría bastante absurda, pero sólo en su fundamento, y en

realidad no me importa mucho.

Sin embargo, Chitanda sacudió su cabeza.

—Eso también sería poco probable.

Estaba a punto de preguntar por qué, cuando me di cuenta de algo

extraño.

Asumiendo que X vino a la escuela estos días, él habría entregado el

billete a Koubundou en algún momento entre el final del día de la

escuela y el comienzo del día de hoy. Incluso si no fue así, el plazo de

tiempo para entregar el billete sería desde la mañana de ayer hasta el

anuncio de hoy. El tiempo tomado en ambos casos es muy corto.

X sintió culpa mientras usaba el billete falso. Si no es así, probablemente

no se habría lamentado de su crimen y disculpado tan rápido.

Ciertamente no sería posible para alguien que usa un billete falso

engañar a una pareja de ancianos para ganar algo de cambio.

—Hmm. El método en el que obtuvo el billete, huh...

Si no resuelvo esto, toda nuestra teoría acabaría como un castillo de

arena.

—Oye, tú mencionaste que yo digo frases raramente usadas, ¿pero no

acabas de hacer lo mismo?

Aún cuando me reí de ello, tenía que apreciar el concentramiento de

Chitanda. Puede ser algo pequeño, pero como dicen, una pequeña fuga

puede hundir un gran barco. ¿Cómo hizo X para apoderarse de ese

billete falso, y por qué lo uso?

¿O la teoría que he construido estaba completamente equivocada como

Chitanda dijo?

Un murmuro se escapó de mis labios.

—10.000 yenes, huh.

Esa definitivamente no era una gran suma de dinero como para que la

gente soñara con ella. Pero por otro lado, es también una cantidad que

uno lamentaría perder.

...Ya veo. Es una cantidad a la que uno renunciaría sólo con un doloroso

rechazo. Me crucé de brazos.

—Chitanda, ¿te gusta el dinero?

Ella estaba un poco confundida por la pregunta, pero aún así respondió.

—Sí, supongo. Tengo que decir que me gusta más de lo que lo odio.

— ¿Estarías preocupada por tirar 10.000 yenes?

—No lo creo.

Como si este fuera un asunto importante, Chitanda se acercó y agregó

solemnemente.

—...Pero sólo si fuera dinero falso.

Tu seguro eres protectora, Chitanda. La gente habría muerto por

menos, incluso en Japón.

Pero incluso si pensara en ello, podía entender lo que Chitanda estaba

diciendo. Si los 10.000 yenes eran legítimamente míos, definitivamente

no quisiera perderlos. Si accidentalmente los perdiera, incluso podría

limpiar los drenajes de la ciudad para encontrarlo. Pero si fuera “dinero

falso”, o en otras palabras si fuera dinero que hubiera tomado, robado, o

ganado en un casino, probablemente renunciaría a ellos como dinero

fácil. Como dice el dicho, “Ganancias mal recibidas se acaban pronto”.

Esa puede ser la única razón de por qué X se sentía culpable y aún así

usó el billete. Él no quería tirar su propio dinero. En todo caso, esos

10.000 yenes no eran de una fuente ilegal. También, X no es un

falsificador, o cómplice de uno. Si ese fuera el caso...

—Como pensé, X recibió el billete de alguien.

Chitanda, quien estaba observando el cuaderno, me miró.

—Y él lo recibió como si fuera dinero legítimo. Si él no lo recibió como

salario o mesada, entonces había una única posibilidad... Fue dado como

devolución de un préstamo que había hecho previamente.

—Estoy seguro de que X se sentía preocupado luego de darse cuenta de

que el dinero que recibió era falso. Él probablemente pensó en algo

como “¿Si era mi dinero por qué pasó esto?” En todo caso, no puedes

criticarlo por sentirse culpable mientras quería usarlo en una tienda

dirigida por ancianos.

Cuando terminé, Chitanda colocó su puño cerca de su boca y pensó por

un momento.

Eventualmente ella bajó su puño y asintió, pero de repente sacudió su

cabeza como si pensara en algo.

— ¡Pero eso no cambia nada! ¡X-san debería haber sido capaz de

cambiar el billete falso!

Respondí calmadamente.

— ¿En serio? El billete falso es como el Comodín en La Solterona. Nadie

quiere tenerlo. En todo caso, diría que esta situación fue algo así:

“Oye X, aquí está el dinero que te pedí prestado el otro día.”

“Ah, ¿Y-senpai? Muchas gracias. Podías haberlo devuelto con más

tiempo, creo.”

“Eran 10.000 yenes, ¿cierto? Toma.”

“Gracias”

—Pero para su sorpresa resultaron ser falsos.

Chitanda no sonreía incluso por mi acto solitario. Sintiéndome incómodo,

continué.

—“Y”, a quien X le había prestado dinero, era alguien de un estándar

social más alto. Ese es el porqué él no podía objetar cuando Y le

devolvió un billete falso. X pudo haberlo notado justo cuando lo recibió,

pero Y podía fácilmente fingir ignorancia. Así X se apoderó de un billete

falso bajo aquellas circunstancias.

Me crucé de brazos y continué.

—Queda todavía responder una pregunta, si X es una única persona o un

grupo de personas, pero basados en todo esto, podemos decir que X es

una sola persona. Sería algo poco natural que dos o tres estudiantes

compren útiles baratos con un billete de 10.000 yenes juntos.

Chitanda aún se mantenía en silencio, haciéndome preguntar si ella

estaba realmente escuchando.

Había aún un punto más que debía ser examinado, pensé mientras dije.

—... ¿Entonces qué pasa con Y?

—“Y” consiguió un billete falso. Quizás lo obtuvo de alguien Z en un

estándar social aún más alto. Pero en algún punto tendría que regresar

al falsificador, a una tienda o al banco, como previó. Podemos agrupar a

todos por encima de Y también, y entonces queda esta pregunta: ¿Quién

es Y? ¿Un deshonesto vendedor? ¿El falsificador en sí mismo?

—En un rastro descuidado causado por los billetes falsos, la única forma

de salir sería dárselos a un solitario estudiante que sentía un repentino

impulso. La policía se involucró con X para rastrear de dónde provenía

el billete.

Suspiré profundamente y me encogí de hombros en broma.

—Eso concluye mi deducción.

Noté que Chitanda estaba profundamente sentada en su silla, y se

encontraba bastante rara. Sus palmas estaban apoyadas en sus rodillas,

su espalda estaba enderezada, y ella tenía una blanca expresión en su

rostro. Ella probablemente estaba sorprendida por la conclusión, o

cansada por el juego.

Pero aún así, gastamos todo este tiempo y nos esforzamos hablando, ¿y

ella no decía nada al respecto? Que mala. Dejé a Chitanda en su hosco

silencio y miré hacia fuera a la Ciudad Kamiyama, donde el color del

otoño había comenzado a mostrarse.

Dado que la Estación Kamiyama está en algún lugar por allí, Koubundou

debería estar en esa área también, ¿cierto?

El murmuro de Chitanda alcanzó mis ojos mientras me ponía de pie.

—“Cualquiera que, el 31 de octubre, compró en Koubundou en frente de

la estación y sepa algo, por favor repórtese con Shibazaki en el salón de

profesores inmediatamente.”

Ella entonces dijo sinceramente mientras me daba vuelta.

—Ciertamente hemos recorrido un largo camino hasta aquí.

—Sí...

Sonreí y me estiré.

—Es el final del juego, entonces.

Chitanda levantó sus ojos ante la palabra “juego”. Su concentración

regresó a sus ojos.

Su cabeza se inclinó ligeramente.

—Oreki-san.

— ¿Qué? Es sólo un juego, no necesitas tomártelo en serio.

—No, no es eso, pero si esto fue un juego, tengo la sensación de que lo

empezamos para comprobar algo... ¿Qué era eso?

Ah.

Ahora que lo pienso, yo quería hacer algo como esto.

También incliné mi cabeza, casi al mismo ángulo que la de Chitanda.

Después de las clases, en el salón de lectura geográfica, dos personas se

encogieron de hombros al mismo tiempo.

— ¿Qué era?

Me pregunto.

—Si no puedes recordarlo, no hay razón para hacerlo.

—... ¿Entonces por qué tratamos de deducir lo que significaba ese

anuncio?

Los labios de Chitanda se habían aflojado, y mientras sus grandes ojos

estaban llenos de seriedad, pude ver que ella estaba sonriendo. Ah, lo

que sea. Sonreí con la más grande sonrisa que pude controlar y dije.

—Oh, dame un respiro.

Al siguiente día.

Mientras volteaba hacia la tercera página del periódico, un artículo

capturó mi atención.

—“Capturado por posesión de billetes falsos.”

El subtítulo decía.

—El pandillero de 23 años fue arrestado en una serie de incidentes,

reporta la Policía de Kamiyama.

Creo que nosotros habíamos comenzado con ese juego ayer a causa de

algo mágico. Ambos completamente nos olvidamos de ello mientras

estábamos siendo capturados por el juego, pero ahora recuerdo porqué

lo hicimos.

Eso fue, “Un caballo proviene de una calabaza” ¿cierto?

(En el idioma japonés significa “llegar a una alocada conclusión”.)

Si... eso creo.

Bueno, para que la memoria coincida con la verdad, uno necesita mucho

más que pura suerte, supongo.

Story 5 – Cansado Año Nuevo

Capítulo 1

Hay un axioma que dice, “Lo que hagas por año nuevo, lo repetirás todo

el año”. Cuando era joven, durante el periodo en que estaba ocupado

preparándome para mis exámenes de ingreso a la preparatoria, me

encontraba tan asustado por aquel mito que me tomé un descanso del

estudio el día de año nuevo. Eso fue hace bastante tiempo atrás... No,

eso no es cierto. Fue sólo hace un año.

Ahora, en la oscuridad, me pregunto si la versión alternativa del dicho,

“Lo que hagas en el día de año nuevo, lo repetirás todo el año”, era

real. Así como dicen, “Todos los planes del año se hacen el día de año

nuevo”. Para que sucediera un desastre tempranamente en el primer

mes del año. Este tipo de cosas deberían ser únicas en la vida, y

definitivamente no un suceso anual, ¿cierto? No me llamaría una persona

supersticiosa, pero si alguien dijera, “El desastre volverá a golpear a los

impuros”, probablemente debería ir a un ritual de purificación

obedientemente.

(https://es.wikipedia.org/wiki/Harae)

Podía sentir a Chitanda pensando acerca de la pregunta que le había

hecho respecto al viejo dicho.

—Bueno... no creo que esa creencia supersticiosa sea verdad. Si lo

fuera, entonces si no hicieras nada el día de año nuevo, no harías nada

en todo el año. Eso parece algo irrazonable.

Aceptando esa explicación, di un suspiro de alivio. Mis temores habían

desaparecido, me sentía liberado.

Sin embargo, a pesar de que no podía ver sus emociones en ambiente

oscuro, puedo decir que Chitanda estaba profundamente seria mientras

agregaba.

—Pero Oreki-san... no puedo dejar de pensar más en la situación en la

que estamos ahora, que en los próximos 364 días.

Lo sé.

Entiendo la seria situación en la que nos encontramos. Pero Chitanda,

¿no puedes dejarme escapar de la realidad por un tiempo más?

El viento soplaba a través de las grietas, tan frío que era como si

nuestros labios fueran a cortarse. Al mismo tiempo, aquellas pequeñas

grietas trajeron algo de luz dentro de esta oscuridad. Parece que mis

ojos se han acostumbrado a este ambiente.

Puedo ver ahora una escoba de bambú, una pala de metal, un largo palo

probablemente usado para mantenimiento, y una caja de cartón que

contenía cosas que desconocía. También a Chitanda, quien llevaba un

kimono y una preocupada cara.

Y además, las cuatro paredes que nos rodeaban.

Estábamos actualmente en las tierras del Santuario Arekusu, que era

una prominente dimensión, incluso en Kamiyama. Para ser preciso,

estábamos en un rincón del complejo que recibía muy poca luz de las

linternas allí fuera, y no era fácilmente avistada por las personas. Había

un deteriorado cobertizo aquí, y estábamos en él.

El problema no era el cobertizo o que estaba deteriorado.

Una simple puerta era la única salida y entrada a este cobertizo. Pero

justo ahora, está cerrada, y bloqueada por una barra... del lado de

afuera.

En la noche del primero de enero, Chitanda y yo quedamos atrapados en

un cobertizo en un rincón del Santuario Arekusu.

Las paredes y el techo probablemente habrían pasado más allá de su

vida útil hace mucho tiempo, pero había un lugar en el cobertizo que era

nuevo y firme. La puerta, y sólo la puerta era dura, que estaba hecha de

aluminio. Es algo genial tenerlo, si lo consideras en una perspectiva de

prevención de robos. No importa cuánto la hayamos empujado o tirado,

sólo la sacudimos e hizo un poco de ruido.

Un gruñido tardío escapó de mi boca.

— ¿Cómo nos metimos en este lío?

—Me pregunto. Quizás...

Incluso en la oscuridad, sentí que Chitanda estaba sonriendo.

— ¿Fue porque sacaste una mala fortuna?

Suspiré profundamente.

¿Realmente puede ser esa la razón?

Capítulo 2

El incidente comenzó cuando Chitanda me llamó por teléfono un día

cercano a la víspera de año nuevo.

—Oreki-san, ¿tienes planes para el día de año nuevo?

Pensé por un momento.

Cuando estaba en la escuela primaria, solía ir a un santuario cada año

nuevo, ya que a mi hermana le gusta este tipo de eventos anuales. Ella

podía ir sola, pero siempre tenía que arrastrarme. Estaba bien con

acompañarla al cercano santuario Hachiman, pero fue terrible cuando

ella estaba tomando sus exámenes de ingreso a la universidad. Me pidió

que rece por ella para que pase sus exámenes, y me llevó en un largo y

arduo viaje al santuario Tenmangu que tomó unas pocas horas. Por lo

que recuerdo, aunque mi hermana me pidió que rezara por ella, se olvidó

de comprar un amuleto para sí misma, y en su lugar se divirtió con un

juego donde continuamente sacó fortunas hasta que obtuvo una “Gran

bendición”.

(Se refiere a la mejor fortuna que una puede sacar en los santuarios por unos pocos

yenes.)

Cuando mi hermana fue a la universidad, ella comenzó a subir una

notable cantidad de lugares, y gracias a eso, ella paró de llevarme con

ella, y la necesidad de que asista a eventos anuales desapareció. Si no

tengo que hacerlo, no lo hago. Si tengo que hacerlo, lo hago rápido. Por

lo tanto, no tengo planes para el día de año nuevo.

—No, no realmente.

La voz de Chitanda se volvió más animada.

—Ya veo. ¿Entonces te gustaría visitar un santuario conmigo?

—...No será Tenmangu, ¿no?

— ¿Eh? ¿Quieres ir a Tenmangu? Eso es algo lejos.

Sí, bastante.

¿Acabo de ser confundido con un admirador Kanke*? Chitanda bajó su

voz, como si tratara de esperar y ver cómo las cosas iban.

(* Se refiere a Sugiwara Michizane, un erudito, poeta y político que es conocido como el

Dios de la Sabiduría.)

—Si estás bien con esto, ¿Quisieras ir al santuario Arekusu?

El santuario Arekusu no está tan lejos después de todo. Si no nieva,

tomaría unos pocos minutos llegar hasta allí en bicicleta. Pero no estaba

realmente interesado en ir allí. Arekusu es el más grande santuario de

Kamiyama, por lo que será realmente caótico durante el año nuevo.

Estaría traicionando mi principio de conservación de energía si intentara

meterme dentro de la gran multitud con este clima frío. Moví el teléfono

hacia mi otra mano.

— ¿Hay algo allí?

—No exactamente algo, pero...

Chitanda dijo, mientras su voz se volvía mucho más animada.

—Mayaka-san estará trabajando a medio tiempo allí.

¿Ibara? Traté de imaginar a Ibara trabajando en frente de una confusa

multitud de gente en Arekusu en el día de año nuevo.

—...

—Ah, te reíste.

Sí, lo hice. Trabajar a medio tiempo en un santuario durante el año

nuevo significaría ponerse ropa blanca y maquillarse, e Ibara luciría

inapropiadamente como menor de edad para ello. Respondí.

—Apuesto a que se verá mal.

—Qué malo, Oreki-san.

Mientras Chitanda me criticaba, su voz se llenaba de alegría. Si mi

descortesía causaba que Chitanda se riera, Ibara debería haber

bromeado sobre su propia apariencia anteriormente.

—Fukube-san irá también, por lo que pensé que podrías querer ir.

Satoshi ciertamente no querría perderse de ver a Ibara en esa

vestimenta.

Ya veo. Burlarse de ella sería divertido. Pero sería de mal gusto visitar

un santuario simplemente para ese propósito. Bueno, supongo que

estaría bien ir a rezar por la paz y buena salud en el año entrante.

—Y...

— ¿Hay algo más?

—No es realmente algo en particular, pero...

Esta vez, Chitanda bajó su voz, indicando su timidez.

—...Quisiera mostrarte mi kimono también.

Si fuera a rechazar el pedido de Chitanda, estoy seguro de que la razón

no sería otra más que por el clima frío. Obviamente, hace frío en

invierno, y mientras pueda soportarlo, no quisiera pagar por mis pecados

luego.

Aún así, el año nuevo es el día más adecuado para un cambio de

corazón. El Archipiélago Japonés estaba actualmente siendo rodeado por

un poderoso frente frío, por lo que luego de la puesta del sol, Kamiyama

se volvería atrozmente fría.

Me puse la gabardina que usualmente uso, una bufanda beige y guantes,

y luego puse un calentador dentro de mi bolsillo. Incluso así, mis dientes

no paraban de temblar. Pensando que se debía a mis desprotegidos pies,

elegí un par de botas que parecían haber estado hechas de cuero. Miré

el televisor mientras salía, y noté que la temperatura de hoy era

aparentemente la más baja registrada este invierno. No vi una simple

nube cuando miré hacia el cielo, pero las estrellas estaban tan

esparcidas que me fui un poco molesto. Esta serena atmósfera sólo

ayudaría a fomentar el frío que sentía psicológicamente.

Estaba esperando en el arco de piedra fuera del santuario. Incluso a esta

hora, Arekusu estaba lleno con multitudes de personas, pero aún era

posible caminar sin chocarse con otros, y unirse a una multitud impediría

la vejez. Comparado al frío cielo, el camino hacia el santuario, que

estaba revestido de ardientes linternas, lucía más cálido.

Las multitudes de personas dando vueltas vestían suéteres y abrigos, y

parecían estar retirándose con el fin de reducir sus áreas expuestas. A

pesar de que hacía tanto frío, ninguno de ellos tenía una triste cara.

Había unos pocos grupos de personas que, tras encontrarse con sus

conocidos, intercambiaban saludos por año nuevo. Aún no podía

encontrar a Chitanda...

¿Estaré muy temprano?

Ciertamente no es atractivo esperar a alguien con esta temperatura,

pensé mientras revisaba mi reloj. En ese momento, un taxi negro se

detuvo en frente del arco. La puerta trasera se abrió, y con un “Muchas

gracias”, una chica salió del taxi. Su kimono era de un relajante tono

rojizo que brillaba como la luz de las estrellas y radiaba como una

fogata. Ella tenía algo parecido a un abrigo negro sobre su kimono, y

sostenía un brilloso bolso violeta en su mano. Estaba decorado con una

cuerda dorada, bordados como bolas. El cabello de la chica estaba atado

en un bollo, y tenía una ornamental horquilla que sacudía alrededor. Por

último, ella tenía una botella sho envuelta en un papel blanco,

probablemente un regalo para el santuario.

(Una botella de 1.8 lt que usualmente contiene sake.)

Como esperaba del día de año nuevo, la gente vestía cosas floreadas.

Mientras tenía ese pensamiento, la persona que salió del coche era

Chitanda.

No pensé que ella llegaría en taxi. Esos servicios de taxi aún funcionan

el día de año nuevo, huh. Mientras tenía este inútil pensamiento, miré a

Chitanda, quien se dio vuelta para mirarme con una sonrisa.

— ¿Te hice esperar?

—No...

—Feliz año nuevo.

—Fe-Feliz año nuevo.

—Espero que podamos llevarnos bien como siempre este año.

—Igual yo. Por favor no tomes en cuenta mis defectos.

Esto es malo. Habiendo sufrido un ataque psicológico, no podía hacer

nada más que dar una estúpida respuesta. Chitanda debe haber ignorado

mi vacilación, ya que ella lentamente levantó sus brazos y sacudió sus

mangas.

— ¡Estoy aquí para mostrártelo!

El kimono estaba basado en un color rojo, por lo que probablemente

encajaba en una “elegante” categoría, y aún así no deslumbraba en

absoluto. Ciertamente era una pieza brillante para vestirse

adecuadamente para año nuevo, aunque encuentro extraño que no

parezca tan intenso a los ojos cuando Chitanda lo viste. El kimono

estaba floreado, y al mismo tiempo, era suave. En el pasado, cada vez

que mi hermana vestía un kimono, todo lo que podía pensar era, “¿Qué

pasa con esta marimacha?”

Dado que Chitanda tenía puesto su abrigo negro, sólo pude ver el diseño

frontal de su kimono. Habían mariposas volando en un fondo rojizo, con

un bordado de un río fluyendo cerca de ellas. ¿O eso se supone que

representa el viento?

No era capaz de dar un comentario, pero parecía que Chitanda estaba

satisfecha con sólo mostrarlo. Ella incluso no parecía haber estado

esperando una reacción mía. Con su mano izquierda sosteniendo su

bolso y su mano derecha sosteniendo la botella, Chitanda observó el

camino hacia el santuario.

— ¿Deberíamos irnos entonces?

Los zuecos de Chitanda hacían un ruido seco mientras caminábamos

hacia el santuario. Mientras miraba su espalda, pensé que debería al

menos decir: “luces bien en ella” o algo como eso.

Seguimos caminando, el ruido seco se mezclaba con la leve conmoción

rodeándonos.

Como esperaba, el frío viento no era tan malo mientras estábamos

rodeados por la multitud. El pavimento rocoso se extendía delante

nuestro mientras las luces de las linternas causaban que siluetas

humanas aparecieran bajo el cielo nocturno. De repente me di cuenta

que la botella que Chitanda cargaba parecía realmente pesada. Es

peligroso tener ambas manos ocupadas en un área congestionada.

Cuando le dije a Chitanda que la ayudaría a cargarlo, ella no se reservó.

—Muchas gracias. Por favor.

— ¿Qué es esto?

—Una botella de sake.

Lo suponía. No había chance de que fuera salsa de soja.

—Nuestra familia es amiga de los cuidadores del santuario. Estoy aquí

para pagarles la visita de año nuevo.

— ¿Haciendo recados tan temprano en este nuevo año? Suena duro.

—Estuve incluso más ocupada durante el día. Gasté todo el tiempo

poniendo mi mejor comportamiento mientras mis familiares estaban de

visita.

Una imagen de Chitanda poniendo su mejor comportamiento surgió en mi

mente. Ella estaba vestida brillantemente, tenía su rostro empolvado,

lápiz labial aplicado, y estaba sentada adecuadamente en el asiento de

honor, sin moverse ni un centímetro.

No estoy seguro si eso sería considerado un buen comportamiento, pero

sé que la familia Chitanda es considerablemente grande y antigua, y no

estoy hablando sólo sobre sus propiedades. La persona al lado mío era la

hija única de la familia Chitanda, por lo que ella a veces tiene que

socializar a un nivel que nunca podré llegar a entender.

Me quedé pensando en algo extraño. ¿Por qué una visita al santuario

estaría designada a ser por la noche, cuando hace tanto frío? Estoy

seguro que se debe a que Ibara tomó el turno nocturno, pero parece que

el recado de la única hija de la familia Chitanda era también un factor.

—Sólo comí una pequeña porción de mochi, por lo que me siento un poco

hambrienta ahora.

Chitanda dijo mientras ponía sus manos en su estómago. Había un

refinado y brillante obi violeta allí, probablemente combinando con el

color de su bolso.

— ¿Qué hiciste tú?

—Experimenté la vida de un cangrejo ermitaño.

— ¿Eh?

Realmente hizo frío hoy.

Estaba simplemente frío en la mañana, por lo que no podía evitarlo así

que decidí aprender a vivir como un cangrejo ermitaño.

En otras palabras, sólo mi cabeza estaba fuera del kotatsu, y pasé el

tiempo mientras nos convertíamos en amigos inseparables con un tazón

de mandarinas. Quizas sería más preciso decir que estaba viviendo como

un caracol. Mi padre fue a visitar a alguien por trabajo, y mi hermana

había dejado la casa por alguna desconocida razón, por lo que era capaz

de llevar mis estudios biológicos al contenido de mi corazón.

Pasé el tiempo leyendo una novela, comiendo algunos bocadillos cada

vez que tenía hambre, y ordenando las cartas de año nuevo cuando me

daba la gana. Antes de enterarme, el reloj marcó el mediodía y se volvió

la tarde del primer día de enero. Encendí el televisor y

despreocupadamente miré el “Drama Especial de Año Nuevo – Los

vientos cambiantes: Castillo Odani” hasta que el día terminó.

Volviendo atrás, me sentía bastante avergonzado por compartir sobre mi

pereza en el primer día del año. Realmente no quería hablar de este

tema más, por lo que lo cambié de manera injustificada.

— ¿Qué está haciendo Satoshi?

A Chitanda no parecía importarle este cambio repentino de tema.

—Mayaka-san esta probablemente llamando a Fukube-san justo ahora.

Además del trabajo relacionado con el Club de Clásicos, Ibara llama a

Satoshi por muchos otros propósitos. Podrías decir que se debe a que

ella le gusta hablar con Satoshi, pero hay un factor más práctico

respecto al trabajo. Básicamente, es porque Satoshi e Ibara llevan sus

celulares, mientras que Chitanda y yo no. Estaba pensando en que

debería comprarme uno pronto, pero dado que no tengo dinero, es

imposible por ahora.

(Esta historia está narrada en 2001, por lo que los celulares no eran tan omnipresentes.)

El camino finalmente se acercaba a un empinado tramo de escaleras

rocosas. Agradecidamente, este amplio tramo de escaleras tenía

barandas de metal en ambos lados así como en el centro. Pero cuando

miré allí, no había un sólo anciano usando las barandas para subir o bajar

por las escaleras.

Las linternas que estaban en el camino proyectando unas parpadeantes

luces estaban ausentes en los escalones. En su lugar habían blancas

banderas con las palabras “Santuario Arekusu” ubicadas en intervalos

en cada lado de los escalones. Podía ver rastros de nieve aquí y allá en

la pendiente más allá de las banderas.

—Ten cuidado Oreki-san, está resbaladizo aquí.

Chitanda dijo mientras se adelantaba.

Justo después de llegar al final de los escalones, pasamos a través de

otro arco. El santuario Arekusu era enorme, y el camino se conmocionó

unas pocas veces. Supongo que sería mucho esperar que esté lleno con

un ambiente calmo, con todos aquí celebrando el comienzo del año

nuevo.

Había una gran fogata en el centro del terreno, y sólo pude ver las

sombras de la gente que había formado una ronda a su alrededor. Sería

natural anhelar por fuego bajo este frío cielo, pero quizás la fogata era

muy fuerte, porque mucha gente puso sus espaldas delante de ella. Las

únicas personas que extendían sus manos hacia la flama eran chicos que

estaban ruidosamente jugueteando alrededor. También noté unas pocas

manos sosteniendo vasos de papel. Parece ser que alguien estaba

repartiendo bebidas calientes en alguna parte.

A la derecha estaba la oficina del santuario, que había sido convertida

en una tienda que vendía encantos, amuletos, y ese tipo de cosas.

Parece que la hora pico de la tienda ya pasó. A pesar de que había

mucha gente aquí, la escena no era una de caos. Ibara probablemente

esté por aquí. Cuando miré alrededor de la oficina, noté un pequeño y

rojo arco en un desapercibido lugar. Parecía como si hubiera un

santuario para Inari* aquí también. En contraste con las banderas

blancas esparcidas por el lugar, había una única bandera roja con las

palabras “Número Uno”** ubicada en frente del arco rojo. Había

también un pequeño cobertizo detrás. Para un santuario que fue

discretamente construido, había bastante gente rezando, quizás porque

los comerciantes también venían aquí para rendir homenaje a Inari.

(* Inari es el dios de la cosecha, riqueza y fertilidad ; **Se refiere al mayor rango dado

por un santuario.)

La botella sho estaba comenzando a sentirse pesada en mis manos.

— ¿Pongo esto allí?

Levanté la botella suavemente. Chitanda sacudió su cabeza, pensó por

un momento y dijo.

— ¿Deberíamos decir nuestras plegarias primero?

Para llegar al salón principal, teníamos que subir otras escaleras.

Agradecidamente, era corta y tenía una gradual inclinación. Eran sólo

diez escalones, pero allí arriba estaba congestionado por los adoradores.

Chitanda y yo hicimos fila detrás de ellos.

Subimos las escaleras en uno o dos minutos. Había una línea horizontal

al frente, y la gente tiraba sus ofrendas monetarias, palmeaban sus

manos y se marchaban. Fue sólo cuando toda la línea se disolvió que el

próximo montón de gente pudo avanzar para sus plegarias. Ciertamente

parece que rezamos para la perspectiva de los humanos, pero para los

dioses, ¿no parecería que los pedidos fueran transmitidos por medio de

una cinta transportadora? Las plegarias comunes como “Espero tener

buena salud” o “Deseo la paz mundial” no eran tan malas, pero aquellas

complicadas como “Desearía que mi abuelo se curara de su enfermedad,

pero no necesita ser de inmediato. También, deseo que a mis hijos les

vaya bien en sus exámenes. Específicamente, quisiera que ellos

renunciaran a la educación privada y aceptaran la escuela pública”

tomarían un hercúleo esfuerzo incluso para los dioses entenderlo.

Mientras estaba en este ridículo hilo de pensamiento, llegó nuestro

turno. Lancé cinco yenes dentro de la caja de ofrendas, que tenía un

inusual y grande mantel blanco. Hm, supongo que este deseo debería

estar bien.

Que este año sea favorable para mis reservas de energía.

Con eso, el evento principal de la visita al santuario acabó. Ahora todo

lo que teníamos que hacer era entregar la botella de sake, burlarse de

Ibara y volver a casa. Bueno, hace frío. Mientras pensaba en lanzarme

dentro de la multitud para comprar amuletos, Chitanda enrolló las

mangas de su abrigo.

— ¿Dónde vas?

— ¿No que iríamos a ver a Ibara?

—Sí. Yo entraré a la oficina del santuario para saludar al sacerdote.

Podremos encontrarnos con Mayaka-san por dentro.

Habían unos hombres con sus rostros colorados reunidos fuera de la

oficina. Eran hombres en sus cuarenta años, y el más anciano estaba en

sus setenta u ochenta años.

Probablemente sean parroquianos del santuario que habían venido a

ayudar. Chitanda atravesó sobre ellos sin una pizca de vergüenza y abrió

la puerta, mientras yo encogía mi cuerpo y seguía a Chitanda. También

pensé que lucía patético, pero por otro lado, no había socializado con

adultos antes.

— ¡Con permiso!

Chitanda gritó tras la puerta, pero nadie apareció. Probablemente estén

ocupados. Chitanda gritó dos o tres veces más, y un canoso hombre

finalmente vino. Este hombre también tenía su rostro colorado y lucía

algo ofendido. Con una ronca voz, él preguntó.

— ¿Qué pasa?

Chitanda gentilmente se inclinó.

—Feliz año nuevo. Soy Eru, estoy aquí representando a Chitanda

Tetsugo, quien les ofrece sus deseos a ustedes por un feliz año nuevo.

Contraria a su malhumorada apariencia, el hombre sonrió.

—Ah, ¡la hija de Chitanda! Por favor entra. Llamaré a los cuidadores.

—Gracias por su hospitalidad.

-Soy Oreki, su acompañante. Perdón por la intromisión.

El hombre nos llevó a un gran salón, que tenía la medida de diez tatamis.

Estaba rodeada por puertas corredizas, y el techo estaba bastante bajo,

en contraste con el gran área. Habían unos hornillos daruma en el salón,

y podía ver las rojas flamas por sus pequeñas ventanillas. También,

habían diez mesas bajas organizadas para que los hombres y las mujeres

se sentaran como ellos quisieran y picar su comida o beber sake. Varias

carcajadas continuamente sonaban, dándole al salón una cálida

sensación.

(Un daruma es un muñeco circular que siempre vuelve a su posición cuando es inclinado.

Un hornillo daruma es uno que se parece a un daruma.)

— ¿Deberíamos esperar en ese rincón?

—Sí, seguro.

Era probablemente muy temprano para el festín, dado que había varios

asientos vacíos. Chitanda y yo nos dirigimos a la mesa del rincón. Antes

de sentarnos, Chitanda se sacó el abrigo que se encontraba sobre su

kimono. Pensé que era sólo un abrigo, pero viéndolo bajo el brillante

resplandor de la luz eléctrica, parecía que tenía de alguna manera una

retorcida textura, y el diseño era apagado.

Chitanda se dio cuenta que estaba inspeccionando su abrigo.

— ¿Ocurre algo?

—No, sólo estaba pensando en que tu abrigo tiene una muy única

textura.

Chitanda sonrió.

—Gracias. Está hecha de crepé.

(Seda, lana o fibra sintética con un aspecto nítido y rizado.)

La historia de Mito Koumon atravesó mi mente.

(Mito Koumon es un viejo drama japonés. El personaje principal, Tokugawa Mitsukuni, se

proclamó a sí mismo como “el mercader de crepé de Etsugo”.)

También me saqué mi gabardina. El mío era un abrigo barato, por lo que

no me importaba cómo lo colocara, pero Chitanda sacó una percha del

dintel y colgó su abrigo.

Prontamente, la puerta corrediza se abrió y una joven chica apareció,

vistiendo un blanco vestido y una hakama* escarlata. Ella tenía un largo

cabello que estaba atado, haciéndola parecer una miko**, pero sus

pequeñas gafas realmente no pegaban con su apariencia. Aparte de ese

defecto, encontré extraño que esta chica pareciera estar acostumbrada a

usar esa vestimenta. No podía imaginarla siendo una empleada a medio

tiempo. Esta sería mi primera vez viendo una miko real, entonces.

(* Un tipo de vestimenta japonés, atado en la cintura y cayendo hasta los tobillos,

llevado encima de un kimono; **Una doncella de santuario.)

Sé que ella es joven, pero me pregunto por su edad. No tendrá ni veinte

años, creo. Viendo a Chitanda, la chica se dirigió hacia nosotros. Poco

después, la miko en su hakama escarlata y Chitanda, quien estaba en su

kimono rojo, estaban sentadas apropiadamente enfrentándose la una a la

otra. Recién ahora noté que las mangas de Chitanda estaban también

decoradas con bellas mariposas volando.

La cabeza de Chitanda se inclinó primero.

—Feliz año nuevo. Que este año sea incluso mejor que el anterior.

La miko respondió educadamente.

—Feliz año nuevo.

—Mi padre envía esta botella de sake. Espero que la acepten.

Ah, es esto. Ofrecí la botella sho. La miko se inclinó mientras sostenía

tres dedos de cada mano sobre el suelo.

—Muchas gracias. Lo aceptamos.

—No, es sólo una insignificancia.

Como moví mi boca sin pensar, Chitanda no pudo evitar reírse.

—Oreki-san, se supone que yo diría eso.

Si... acabo de darme cuenta que no había razón para que yo, quien sólo

lo cargaba porque era pesado, me muestre humilde por el regalo de la

familia Chitanda. Mierda, quedé atrapado en este desconocido ambiente

y dije algo estúpido.

Como estaba desconcertado, la miko habló.

—No aceptamos meras insignificancias.

Chitanda respondió con una alegre voz.

—Vamos, por favor acéptenlo de todos modos... aunque sea una

insignificancia.

Finalmente noté que los labios de la miko se encorvaron lentamente

hacia arriba. Parece que Chitanda y esta miko eran tan conocidas que

incluso podían bromear con la otra. Ahora que lo pienso, todos aquellos

educados saludos probablemente eran una broma también. Me preocupé

tanto para nada.

La miko preguntó.

— ¿Estás en la Clase B, cierto?

En efecto estaba en la Clase B de la Preparatoria Kamiyama.

—Sí.

¿Cómo conocía mi clase? Estaba comenzando a sospechar un poco,

cuando ella volvió a preguntar.

— ¿No está Fukube-kun contigo?

¡Ella incluso conoce a Satoshi! ¿Es este el poder de Shinto? ¡Las

doncellas del santuario Arekusu deben tener el poder de ver el pasado

de otros! ¡Ella debe incluso conocer que yo paso todo el día

holgazaneando!

Parece que mi malestar interno fue mostrado claramente en mi rostro.

Chitanda me susurró al oído.

—Ella es Juumonji Kaho-san.

¿Quién?

—Ella es de la Clase 1-D.

Miré de nuevo a la miko frente a mí.

Ella tenía un calmado aspecto, y era más alta que lo normal, por lo que

no pensé que eso fuera posible. Ciertamente pensé que ella estaba

alrededor de los veinte, pero...

— ¿Estamos en el mismo año?

Grité histéricamente sin pensar.

Chitanda y Juumonji Kaho rieron ruidosamente.

Si ella está en la Clase D, estaría en la misma clase que Satoshi.

Naturalmente, ella lo conocería.

Las dos vestidas en sus tradicionales vestimentas japonesas

intercambiaron palabras íntimamente. Pero Juumonji estaba en medio de

una tarea. Ella se levantó, como si recordara algo.

—Bueno, los veré la próxima vez.

Juumonji dijo mientras salía del salón. Chitanda llamó a su retirada

figura.

—Quisiéramos ver a Ibara Mayaka-san. ¿Está bien?

—Ibara... Oh, ¿ella? Hm, supongo que debería estar bien. Pueden ir a

través de este pasillo a la parte trasera de la tienda y ubicarla allí.

Estaba algo sorprendido por escuchar de alguien involucrado en el

santuario realmente llamarlo una “tienda”. ¿Debería ser llamada así? No

es que tuviera una expectativa romántica, pero... Chitanda y yo nos

levantamos, y abrimos la puerta corrediza, dirigidos por Juumonji.

Cuando entramos al pasillo, una ligera conmoción atravesó nuestros

oídos, por lo que inmediatamente supimos dónde estaba la tienda.

Chitanda, que estaba vistiendo un tabi*, suavemente arrastró sus pies y

avanzó por el pasillo. Mis pies, por otro lado, estaban insoportablemente

congelados por el frío del suelo.

(* Una media japonesa con una separación entre el dedo pulgar del pie y los otros dedos.)

Gentilmente abrimos la puerta corrediza de madera al final del pasillo.

Flechas de maldición, rastrillos de bambú, darumas y amuletos. Aquellos

eran algunos de los artículos exhibidos en la tienda. Había un total de

tres personas vestidas como doncellas en el mostrador para atender a

los clientes. ¿Pero era tanta gente necesaria para este período de

tiempo? Creo que con dos debería ser suficiente. Chitanda había

doblado sus rodillas, se inclinó y estaba por meter su cabeza a través de

la puerta para buscar a Ibara, pero ella no tuvo la oportunidad. Cuando

abrimos la puerta, inmediatamente supimos que la más cercana a

nosotros y obviamente con más tiempo libre que las otras, era

indudablemente Ibara. Como Juumonji, ella también llevaba un vestido

blanco, una hakama escarlata y tenía su cabello atado.

Espera un minuto, esto es extraño. Ibara no tiene el cabello largo. Eso

debe significar que es una peluca. ¿Pensaría lo mismo si Ibara tuviera en

realidad crecido su cabello y atado?

—Mayaka-san.

Chitanda sonrió. Ibara abruptamente se dio vuelta, sonrió al ver a

Chitanda, pero frunció el ceño cuando se encontró con mis ojos. En

frente de sus clientes, Ibara no levantó su voz. En cambio, ella movió

sus enrojecidos labios y advirtió en voz baja.

—No mires.

Qué mala cosa para decir al comienzo del año. ¿Por qué tomarías este

trabajo a medio tiempo si no quieres ser vista vistiendo ese traje?

—Feliz año nuevo.

Ibara asintió en respuesta al susurro de Chitanda. Ella entonces escaneó

su alrededor, y viendo que no había clientes, inclinó únicamente su parte

superior del cuerpo delante de la puerta.

—Feliz año nuevo. ¡Ese kimono es muy lindo! ¡Te ves hermosa!

—Muchas gracias.

— ¿Es un kimono formal?

—No, es uno común. Estoy guardando mi kimono formal para la

universidad.

¿Común? ¿Ese es el “común” del “sentido común”? Eso significa que es

para uso general, ¿cierto?. ¿El idioma inglés ha tomado el control del

mundo de los kimonos también?

—Mi turno termina en una hora. ¿Qué van a hacer?

—Creo que seré invitada al salón principal. ¿Qué hay de Fukube-san?

—Él vino durante el día. Pero se fue a su casa para ver un drama,

“Drama Especial de Año Nuevo – Los vientos cambiantes: Castillo

Odani”, ¿creo que se llamaba? Creo que estará aquí pronto.

Mientras ellas hablaban, no había un solo cliente yendo hacia Ibara.

Ahora que lo pienso, no habían artículos mostrados frente al asiento de

Ibara. Pregunté.

— ¿Qué estás vendiendo?

—Fortunas. También estoy a cargo de los chicos perdidos, objetos

perdidos y dando cambio.

Las fortunas pueden ser sacadas por los mismos clientes. Todo lo que

tienen que hacer es dejar una moneda de 100 yenes en el cajón cubierto

de papel, y parece que el resto era un servicio propio.

Ibara debe haber seguido mi hilo de pensamiento, porque ella insistió

forzadamente.

—Estaba bastante concurrido por la mañana.

Parece que ella está admitiendo que está libre ahora.

Ibara ciertamente no estaba mintiendo cuando dijo que estaba ocupada

durante el día. Había una bandeja al lado de ella llena de objetos como

teléfonos, billeteras, llaves y paraguas plegables.

—Los parroquianos del santuario están patrullando el área, y si ven algo

que puede ser de valor en el suelo, lo traen aquí. Había también muchos

chicos perdidos. Ese es el porqué estuve ocupada durante el día.

Incluso si no lo destacas, no pensaría que estuvieras holgazaneando en

tu trabajo. En lo más mínimo.

Cambiando el tema, Chitanda dijo.

— ¡Una fortuna suena divertido! ¿Puedo sacar uno?

Chitanda, quien había estado inclinada, se levantó. Como se dio vuelta,

Ibara la llamó.

—Oye, ¿Qué vas a hacer?

—Yendo frente al mostrador...

—Está bien, puedes sacarlo aquí.

Teniendo permiso de la vendedora, Chitanda sacó su billetera de su

bolso, y tomó una moneda de 100 yenes. La billetera parecía estar hecha

de cuero, por lo que probablemente era cara. Ibara, sin embargo, tenía

puesto sus ojos en el bolso.

— ¡Ah! ¡Ese bolso es realmente lindo también! ¡Luce tan elegante!

—Ufufu.

Habiendo recibido elogios por sus objetos personales, Chitanda sonrió

alegremente. Encontré eso algo sorprendente.

Chitanda parecía tener un conjunto de cosas valiosas diferente que otras

chicas de su edad, por lo que sentí que no sería de su gusto mostrar sus

honestas reacciones femeninas como “sentirse feliz luego de que su

bolso fue admirado”. Por supuesto, aquellos eran sólo mis arbitrarios

pensamientos. Pensar en poder deducir todo sobre alguien con la mínima

información que tenga de ella sería cometer el pecado capital del orgullo.

Debería dar un nuevo ejemplo este año.

Indiferentemente de la extremadamente poco fiable decisión que acabo

de hacer, Ibara estaba profundamente pensando sobre algo. Ella

murmuró.

—Sí, supongo que los bolsos normalmente serían como este...

Bueno, la bolsa que Satoshi siempre lleva consigo definitivamente no

sería considerada elegante.

Era mi primera visita a un santuario en un largo tiempo. No estaría mal

sacar sólo una fortuna. Tomé una moneda de 100 yenes, y la dejé sobre

la mano de Ibara luego de Chitanda. Ibara colocó las dos monedas en la

caja de ofrendas, y llevó el hexagonal cilindro hacia nosotros.

—Aquí tienen... Que la divina protección de los dioses estén con

ustedes.

Eso parece algo incorrecto, creo.

Chitanda fue la primera en sacar una fortuna. Ella abrió el almidonado

papel tensamente. Antes de incluso abrirla, ella gritó con emoción.

— ¡Wow! ¡Es una “Gran Bendición”!

Eso es prometedor, pero ella probablemente debería esperar por mí para

revisar que no había nada mal escrito en mi fortuna antes de regocijarse

por ella. Abrí mi fortuna.

—......

— ¿Qué pasa, Oreki-san?

—Nada. Parece que este será un buen año.

La manga del blanco vestido de Ibara se agitó cuando me apuntó.

—Tú has sacado una “Futura Bendición”, ¿cierto?

(Una futura bendición indica que tendrás buena suerte en el futuro, con la consecuencia

de que tu suerte ahora no sea muy buena.)

¿Realmente estaba mostrado en mi rostro? Suspiré y le mostré mi

fortuna a las dos chicas.

Las espiga de grano que alcanza los cielos Es picoteada por las aves Y muestra signos de ser doblada por el viento. La buena fortuna no alcanza al cuerpo.

Y en grandes letras,

INFORTUNIO

Capítulo 3

Es raro sacar un “Infortunio”. Es prometedor tener algo raro. Ergo,

sacar un “Infortunio” es en realidad un signo de buena suerte.

La conclusión que puedo sacar de este perfecto Modus Ponens* es que

es un buen augurio para el nuevo año. Nosotros volvimos al salón de

huéspedes, dejando atrás a Ibara, quien estaba mirándome como si fuera

un cachorro abandonado.

(*Un argumento filosófico que es:

1-Si A implica B.

2-A es verdad.

3-Por lo tanto, B es verdad.)

Chitanda, por otro lado, estaba fuera de sí misma con alegría.

— ¿Cómo será tener un “Infortunio? ¡No puedo dejar de pensar en ello!

Chitanda exclamó mientras sostenía mi fortuna y la miraba con atención.

Su primer caso de curiosidad en el año fue realmente por el texto de

mala fortuna que saqué. No pude evitar responder a tal excesiva

inocencia.

— ¿Estás feliz por mi infortunio?

Chitanda inclinó su cabeza con perplejidad, como si no tuviera idea de lo

que estaba diciendo.

— ¿No habías mencionado antes que no creías en este tipo de cosas?

Sí lo hice, creo.

Si tengo que elegir entre creer y no creer en supersticiones, tendría que

decir que no creo en ellas. Pero sería una mentira decir que nunca he

dejado de creer en ciertas cosas, debido a algunos casos raros. Mientras

pensaba profundamente sobre esto, el rostro de Chitanda de repente se

acercó, negando mi oportunidad de responder a su pregunta.

— ¿Q-Qué pasa?

—Me disculpo.

Su cabeza abruptamente se inclinó.

—Eso fue sólo una muestra de coraje, ¿cierto? Tu realmente estas

bastante preocupado por esto.

No podía pensar en ninguna palabra para decir respecto a eso.

—Sólo devuélvemelo.

Una persona rápidamente pasó frente a mi campo de visión mientras me

levantaba para recuperar mi fortuna. Juumonji estaba atravesando el

corredor con rápidos pasos y un tenso rostro. Chitanda me la entregó.

—Ah, por supuesto. Gracias por dejármela ver... Pero, ¿qué deberíamos

hacer sobre esto?

—Nada en absoluto.

No pude evitarlo. La única cosa que puede ser hecha es deshacerse de

ella en algún lugar del santuario, pero me sentiría incomodo al hacerlo.

Sólo podía atarlo a un sakaki*, supongo. Juumonji pasó por aquí de

nuevo. Ella probablemente podía decirnos un método adecuado para

lidiar con esto.

(* Un sagrado árbol del sintoísmo.)

—......

Pensé que ella se había ido, pero regresó de nuevo. Incapaz de dejarla

caminar sin pasar inadvertida, Chitanda la llamó.

—Kaho-san.

Juumonji tenía algunos recados que hacer, pero no parecía que ella

estuviera tan ocupada como para luchar por cada segundo. Ella se

detuvo cuando fue llamada, dejando caer su firme expresión y poniendo

una de disculpa.

—Perdóname Eru. No te traje ni un té...

—No, está bien. ¿Pasó algo?

Los labios de Juumonji lentamente se relajaron. Ya había aprendido que

esa era su manera de sonreír. En estas circunstancias, sería una irónica

sonrisa, supongo.

—Bueno, más o menos. Una de nuestras empleadas volcó una olla.

Actualmente estamos rehaciendo toda la sopa de almendras y sake dulce

para los invitados.

—Ya veo.

Los ojos de Chitanda se agrandaron.

— ¿Alguno se quemó?

—No. Están bien. Escaparon con un asombroso paso hacia atrás.

Con tan firmes reflejos, ¿Cómo ellos volcaron la olla en primer lugar?

Aunque habían algunos pocos visitantes en la noche comparado con el

día, aún habían bastantes de ellos. El sake dulce era definitivamente

necesario. Además, la olla fue volcada cuando el festín estaba cerca de

comenzar, que explica el por qué Juumonji estaba corriendo alrededor

del salón.

Chitanda no dudó en absoluto.

—Ayudaré.

Ella estaba por levantarse, pero Juumonji la detuvo. ¿Era imposible que

Chitanda ayudara?

—No, no necesitas hacerlo.

— ¿Por qué? Creo que cocinar sé cocinar bastante bien...

—Sé que puedes cocinar, ¿pero planeas ir dentro de una cocina vistiendo

eso?

Chitanda le dio un largo vistazo a su propia vestimenta. Era un kimono

que era completamente rojo, una elegante pieza con mariposas bailando

y un soplante viento. Parecía que Chitanda lo entendió.

— ¿Hay algo que pueda hacer, entonces?

Juumonji pensó por un momento y rápidamente tomó una decisión.

— ¿Podrías ir al almacén y traer algo de heces de sake? Deberías poder

verlo a tu izquierda cuando entres.

—A mi izquierda, ¡lo tengo!

Chitanda inmediatamente se levantó y limpió sus mangas. Luego a mí,

me preguntó.

—Perdón, pero ¿podrías por favor ayudarme a cuidar de mi bolso?

No importa qué tan conservador de energía sea, no puedo sólo sentarme

mientras Chitanda ayudaría en ese kimono.

—Iré también.

—Perdón por el inconveniente, y gracias por ayudar.

Con esas palabras de despedida, Juumonji dejó el salón con prisa.

Chitanda se encargó de su propio bolso.

Después de considerarlo un poco, concluí que era sólo un pequeño

asunto. Probablemente no necesitaba ponerme mi gabardina por algo

como esto.

En la entrada, Chitanda me hizo una pregunta mientras me ponía mis

botas.

—Ella dijo que estaban en el almacén, ¿correcto?

—Sí.

Estas botas eran difíciles de ponerse, que podía ser predecible de algo

barato. Había una hebilla, pero el agujero era pequeño, por lo que sólo

podía continuamente forzar mi pie para que entrara. Conseguí ponerme

mi bota izquierda, y pregunté mientras deslizaba mi pie derecho dentro

de la bota.

—Está detrás del santuario Inari, creo... Bien, mis botas están puestas.

Abrí la puerta. Mientras el congelante viento golpeaba mi rostro, de

repente lamenté aceptar ayudar.

Ni un segundo había pasado antes de que comenzara a anhelar el

hornillo daruma.

El número de adoradores no había cambiado mucho. Las numerosas

siluetas rodeaban la enorme fogata en el medio del terreno que tampoco

se había reducido. Había probablemente aún algo de sake dulce

repartiéndose, porque había aún mucha gente sosteniendo vasos de

papel.

—Supongo que es ese.

Dije, señalando al cobertizo. Dado que Chitanda estaba vistiendo zuecos

de madera, era probablemente difícil para ella moverse rápido, por lo

que ella me siguió por detrás.

Mientras que nos acercábamos al cobertizo, podía claramente decir que

estaba realmente deteriorado, incluso en esta semioscuridad nocturna.

Las paredes de madera y el techo lucían totalmente inestables. Parecía

que colapsarían si le dieras una buena patada, como en un manga. ¿Era

el santuario Arekusu tan estricto con sus finanzas? ¿O era quizás

innecesario reconstruir un cobertizo que estaba en un rincón del

terreno? Aunque la bandera roja “Número Uno” del santuario Inari

estaba cerca, había una blanca bandera “Santuario Arekusu” en frente

del cobertizo, dejando una extremadamente lamentable impresión.

Además, parece que el poste de la bandera era muy corto, por lo que la

bandera no podía mantenerse estable por sí misma, y como resultado la

parte superior de la bandera tuvo que ser atada a los aleros del

cobertizo con una cuerda de vinilo. Esto estaba en serio deteriorado.

Pero había una parte que brillaba con una radiancia suficiente para

alcanzar el ojo de uno. Era la puerta, que estaba hecha de aluminio y era

relativamente nueva. Probablemente fue reemplazada, la evidencia

siendo de hecho que los restos de la anterior puerta estaban todavía

aquí. Estaba bloqueada por una barra de madera, que estaba armada con

un candado. Sin embargo, el día de año nuevo, con una inespecífica gran

cantidad de personas moviéndose alrededor del santuario, el candado fue

abierto. Estaban siendo descuidados, o quizás generosos. Entonces,

probablemente no haya nada de valor que se pueda robar dentro del

cobertizo.

Luego de mover la barra, abrimos la puerta y entramos al cobertizo.

—Espero que haya una luz...

Pero no pudimos encontrar un interruptor para prender la luz. Ahora

que lo pienso, el cobertizo no parecía estar conectado con ningún cable

de poder, por lo que naturalmente no hay luz eléctrica.

—Ella dijo que estaría apenas entrando a la izquierda, ¿no es así?

Pero esa instrucción causó mucho desconcierto a los dos, ya que la

única cosa a la izquierda de la entrada era una pared.

— ¿Quizás ella cometió un error, y era realmente hacia la derecha?

—No, no creo que Kaho-san tuviera ese tipo de errores.

—Pero definitivamente no están a la izquierda.

Me giré para ver la zona de la derecha del cobertizo. Estábamos en una

construcción sin luz por la noche. No podíamos ver nada en esta

absoluta obscuridad. Sin embargo, dije.

—No es aquí, creo.

—Eso significa...

— ¿Puede que esté más adentro?

Estiré mis manos en la oscuridad y la moví aleatoriamente. Habría sido

bastante peligroso si no hubiera hecho eso, aunque habría estado mucho

mejor esperar a que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad.

Gradualmente avancé al interior del cobertizo, tratando de sentir las

heces de sake, pero no hubo una respuesta positiva de mi mano.

—Creí que sería un trabajo fácil, pero se está volviendo un dolor...

—Em, Oreki-san...

Chitanda, quien estaba repentinamente a mi derecha, dijo mi nombre.

Una ráfaga de viento empujó la puerta de aluminio, causando que la luz

de afuera sea incapaz de entrar.

— ¿Si?

—No sé cómo decir esto pero...

En efecto, parecía difícil para ella decirlo, mientras sostenía su bolso con

ambas manos y se movía inquietamente. Continué manoseando en la

oscuridad, mientras pensaba que era raro para la usualmente directa

Chitanda estar tan indecisa.

—Este es un cobertizo, ¿cierto?

—Cierto. Puedes también llamarlo una choza.

—Estas buscando las heces de sake que pidió Kaho-san, ¿cierto?

— ¿Qué mas estaría haciendo?

—Perdón si no te entendí, pero, erm, este es un cobertizo.

Suspiré.

—Sí, ¿pero qué hay con eso?

En la oscuridad, Chitanda sacudió su cabeza y por alguna razón, habló

en voz baja.

—No, el almacén.

— ¿Eh?

—Es en el almacén. Ahí es donde Kaho-san nos dijo que busquemos las

heces. Este es un cobertizo, pero las heces están en el almacén.

Invirtiendo el orden de sus palabras en su segunda explicación, Chitanda

finalmente me dio una completa imagen de lo que estaba pasando.

Estaba en una pérdida de palabras. Instantáneamente pensé en golpear

mi cabeza y decir, “¡Vaya, hombre! ¡Me equivoqué dado que no tengo un

almacén en mi hogar!”, pero no podía decir eso en realidad, por lo que

dejé de pensar en poner esa idea en acción. En vez de eso, respondí

lentamente.

—Lo notaste desde el principio, ¿no es así?

—Bueno, sí, pero no estaba segura. Yo sé que hay un almacén detrás de

la oficina del santuario.

—Podrías habérmelo dicho antes...

Es común en las personas esconder su vergüenza al encontrar fallas en

los otros. Bueno, me disculparé después, pero estamos en un apuro. El

sake dulce se está acabando, y más importante, hace mucho frío.

—Fue en ese momento que cambié de dirección en la oscuridad.

Pudimos escuchar una borracha voz fuera de la choza.

—Oye, la barra está fuera.

Entonces, un desfavorable golpe sonó.

— ¿Eh? Eso fue...

Chitanda aún no se había dado cuenta. Inmediatamente corrí a la puerta,

o al menos lo intenté, dado que estaba muy oscuro para realmente

decirlo, el lugar donde la puerta debería estar según mi memoria. Sentí

la fría sensación del picaporte de aluminio.

Pero entonces...

La puerta sólo se sacudía y hacía un estrepitoso ruido. Me di vuelta para

mirar a Chitanda. No podía verla claramente, pero imaginé su cabeza

inclinándose inquietamente.

— ¿Qué sucede?

Ella probablemente no podía verlo, pero me encogí de hombros de todos

modos.

—Hemos sido encerrados.

Capítulo 4

—Oye, Chitanda, ¿tú crees que la frase “lo que sea que hagas el día de

año nuevo, lo repetirás todo el año” sea real?

Pregunté, y pude sentir que Chitanda estaba pensando sobre esta

pregunta.

—Bueno... no creo que esa creencia supersticiosa sea verdad. Si lo

fuera, entonces si no hicieras nada el día de año nuevo, no harías nada

en todo el año. Eso parece algo irrazonable. Pero Oreki-san... no puedo

dejar de pensar más en la situación en la que estamos ahora, que en los

próximos 364 días.

El viento soplaba a través de las grietas, tan frío que era como si

nuestros labios fueran a cortarse. Al mismo tiempo, aquellas pequeñas

grietas trajeron algo de luz dentro de esta oscuridad. Parece que mis

ojos se han acostumbrado a este ambiente.

Puedo ver ahora una escoba de bambú, una pala de metal, un largo palo

probablemente usado para mantenimiento, y una caja de cartón que

contenía cosas que desconocía. También a Chitanda, quien llevaba un

kimono y una preocupada cara.

Y además, las cuatro paredes que nos rodeaban.

Un gruñido tardío escapó de mi boca.

— ¿Cómo nos metimos en este lío?

—Me pregunto. Quizás...

Incluso en la oscuridad, sentí que Chitanda estaba sonriendo.

— ¿Fue porque sacaste una mala fortuna?

Suspiré profundamente.

¿Realmente puede ser esa la razón?

...No, no puede serlo. Hay dos razones para esto. Primero, el anciano

estaba borracho, por lo que cerró la puerta usando la barra sin revisar si

alguien se encontrara dentro. Dije la otra razón, o al menos, la raíz

donde se origina el problema, en voz alta.

—Perdón. Fue todo por mi estúpido error.

Chitanda sacudió su cabeza.

—Está bien. Ninguno se imaginaría que quedaríamos encerrados.

Eso podía ser verdad, pero no me había disculpado por mi error aún.

Podremos estar encerrados, pero afortunadamente, no estamos

atrapados en una desalmada fábrica o en las instalaciones de la escuela

en verano. Este cobertizo está en el límite del terreno, en un lugar que

es difícil de notar, pero algunos adoradores a Inari no deberían

perdérselo. Si gritáramos, debería ser simple pedir ayuda a alguien fuera

que mueva la barra.

—Intentaré llamar a alguien. Gritaré lo más fuerte que pueda, por lo que

puede que te quieras cubrir los oídos.

Ciertamente no podía dejar que Chitanda gritara. Practiqué sacando mi

voz un par de veces.

—Ah, espera.

Estaba preocupado sobre qué debería realmente gritar. Un competente

estudiante de preparatoria no diría “¡Ayudenmeee!”, ¿cierto?,

“¡Oigaaaan!” sería mejor, supongo. De todos modos, sólo necesitaba

gritar lo suficientemente fuerte para que alguien lo escuche y venga a

ayudarnos. Tomé un profundo aliento y estaba a punto de gritar,

cuando...

— ¡Dije que por favor esperes!

Había una inusual gravedad en su tono, causando que asintiera

inconscientemente. Sin embargo, ¿cuál era la base de pedirme que

espere? Alejando sus manos de mi boca, Chitanda preguntó.

—Si gritas ahora, ¿qué crees que pasará?

Aunque no sabía lo que estaba pasando, respondí de todos modos.

— ¿Alguien lo escuchará?

—Y nosotros le pediríamos que saque la barra de la puerta.

—Sí, y probablemente nos ayuden.

—Y pueden abrir la puerta.

—Sí, pueden.

— ¿Y cómo interpretarías esta situación?

No pude responder de inmediato.

Finalmente me di cuenta que Chitanda estaba muy asustada. Si

hubiéramos sido atrapados juntos, con Satoshi, o si Chitanda habría sido

encerrada con Ibara, no sería un problema. Sin embargo, ese no es el

caso.

¿Entendería la amable persona que saque la barra de la puerta nuestra

situación, siendo que los dos estábamos en un poco notable cobertizo en

un rincón del terreno en medio de la noche?

Luego de un breve momento de silencio, Chitanda habló con una voz tan

suave que era difícil de captar.

—Estaría absolutamente bien si nuestros rescatistas fueran personas que

no conocemos. Sin embargo, los parroquianos que patrullan el área me

conocen bien.

Recuerdo la reacción del viejo hombre al escuchar el nombre de

Chitanda en la oficina del santuario.

—Si somos rescatados por uno de ellos... ellos definitivamente tendrán

una idea incorrecta. Además, las heces de sake están en el almacén, no

en el cobertizo, por lo que estar aquí no sería una explicación. Oreki-

san, hoy estoy en representación de mi padre. Sería una historia

diferente si fuera en otro momento y lugar, pero sería problemático si

los rumores sobre mí siendo vista contigo en un cobertizo en Arekusu el

día de año nuevo se propagara...

Gruñí.

Sólo con escuchar su explicación, uno pensaría que a ella le importa

mucho su reputación. O que a ella le gustaría que otros pensaran que

ella es esta clase de persona. Pero pensaría en esto sólo porque soy

Oreki Houtarou, un simple estudiante de preparatoria.

Por otro lado, Chitanda pertenece a un mundo diferente. Ella es

conocida con el hijo del clan Togaito, que tiene un excelente grado de

influencia en la administración educacional, también con la hija del clan

Irisu, que maneja el gran hospital de Kamiyama. Ellos no sólo tienen una

relación superior-novata en la escuela, sino que también son buenos

amigos. Además, Chitanda está representando a su padre el día de año

nuevo entregando una botella de sake al clan Juumonji, que maneja el

santuario Arekusu.

Ese es un mundo que nunca entenderé. No sé si la inquietud de

Chitanda, de que elevar nuestras voces ahora llevaría a rumores, es una

válida preocupación o una ansiedad innecesaria.

Por un corto momento, sentí que debe ser bastante solitario estar en

ese mundo.

Dejé escapar un leve suspiro.

—Bien, ¿pero qué deberíamos hacer?

Mientras que habían varias grietas en las paredes aquí y allá, no había

ninguna en toda la puerta, por lo que sería imposible descolocar la barra

desde aquí dentro.

—En todo caso, tenemos que pedir ayuda, y tan pronto como sea

posible. Si alguien realmente necesita algo de aquí y abre la puerta,

definitivamente tendrán una idea equivocada. Ahora que lo pienso,

¿quién entendería nuestra situación?

—Sólo Kaho-san...

—... e Ibara, supongo.

—Pensándolo mejor, deberíamos haber gritado inmediatamente cuando la

barra fue puesta en la puerta, pero fue tan repentino que no pude

reaccionar a tiempo...

La desanimada voz de Chitanda se volvió brillante y esperanzada.

— ¡Pero eso está bien!

—Oh, ¿tienes una buena idea?

— ¡Sí!

Estaba terriblemente confiada en sí misma. ¿Realmente tiene una

reveladora solución?

Pude imaginármela sonriendo en la oscuridad.

—Es simple. Sólo tenemos que llamarlos.

Bueno, eso no es en realidad una asombrosa propuesta...

—Es ciertamente simple, Chitanda, pero no creo que haya algún teléfono

público en un lugar como este.

— ¿De qué estás hablando? ¿Estás bromeando? Por supuesto que

usaremos un celular.

Mi cabeza duele. El viento que atravesaba las grietas penetraba mis

huesos.

—Ya veo. Es una buena idea. Por favor hazlo.

—Ah, pero no traigo mi teléfono ahora.

¿Hablas en serio? Tu sólo estabas confundida por la situación y olvidaste

que no tenía uno, ¿cierto? ¿CIERTO? Me dije con una apagada voz.

—Yo tampoco.

Entonces, el silencio cayó de nuevo.

— ¡Oh no! ¿Qué haremos?

Es algo tarde para echar espuma por la boca ahora.

Además de gritar por ayuda, ¿no hay otras maneras de escapar de este

cobertizo? Intenté pensar por un momento.

¿Hay alguna forma de sacar la barra de afuera? Debería pensar esto más

seriamente, sin inmediatamente descartarlo como imposible.

Primero, considerar la estructura de la puerta. Esta puerta no tenía

llave, por lo que si empujamos lo suficiente, podríamos abrirla un poco.

Sin embargo, se abriría hasta donde la barra lo permita.

En el corto momento que me quede observando mientras estábamos

entrando al cobertizo, noté que habían soportes metálicos en forma del

carácter コ puestos en la puerta y las paredes. Obviamente, no sé los

detalles de esos soportes, como si fueron puestos usando clavos o

tornillos, pero puedo asumir que están bien colocados y no se caerían

incluso si los golpeáramos. También, hay un poste de madera

atravesando esos soportes. Esa sería la barra.

Eso significa que la barra se desliza horizontalmente a través de los

soportes. Si la barra se deslizara verticalmente o en una rara dirección,

probablemente podríamos ser capaces de forzar un hueco en la puerta

de alguna manera, y entonces usarlo para deslizar la barra. Pero sería

imposible con una barra que se mueve horizontalmente.

En conclusión, es imposible sacar la barra de afuera.

Sin embargo...

—Hay más de una manera para abrir la puerta.

Después de oírme murmurar, Chitanda reaccionó con un “¿Eh?”. Agité

mi mano hacia la puerta.

—Por ejemplo, podríamos sacar las bisagras de toda la puerta.

Dependiendo de cómo haya sido puesta.

En la oscuridad, enfoqué mi punto de vista en donde la puerta se

encontraba con la pared. Había dos bisagras, una arriba y una abajo.

Bueno, así es como una puerta es usualmente puesta.

El problema con esas bisagras era removerlas, necesitaríamos un

destornillador para aflojar los tornillos, y además, la puerta tiene que

estar abierta para que uno pueda hacerlo. Con la puerta cerrada, las

cabeceras de los tornillos chocarían con el borde de la puerta.

El plan de remover las bisagras también era imposible.

—Además de eso...

—Erm, Oreki-san...

Chitanda susurró con una amargada voz.

— ¿Hm?

—Olvidé que tú no llevabas tu teléfono, por eso es que te pedí que no

gritaras... Pero ahora la situación cambió. Deberíamos sólo llamar a

alguien. Llegados a este punto, tú...

¿Qué pasará conmigo? Chitanda estaba siendo poco clara.

— ¡Tú tendrás un resfriado!

En efecto, mi cuerpo entero estaba temblando por el frío. Había asumido

que ir por las heces de sake sería un trabajo tan fácil que no tomaría ni

un minuto, por lo que no me puse mi gabardina. Con sólo mi suéter

puesto, era difícil estar fuera con este clima, pero no es como si fuera a

morir por el frío.

—Pero aún estás preocupada de que alguien confundiera la situación

luego de vernos a los dos juntos, ¿cierto? Si estuviéramos

completamente fuera de opciones, usaré ese último recurso. Hasta

entonces, trataré de pensar en alguna otra manera.

—Oreki-san...

Chitanda bajó su cabeza. No sabía si Chitanda podía verme en esta

oscuridad, pero yo sonreí con la más grande sonrisa que pude controlar.

—Bueno, no es tan malo. No podemos sacar la barra o descolocar la

puerta, pero aún hay cuatro maneras de escapar que no habíamos

considerado.

— ¡Wow! ¿Tantas?

—Sí.

Comencé a contar con mis dedos.

—Primero, romper la puerta. Segundo, romper la pared. Tercero, cavar

un túnel. Cuarto, hacer un hoyo en el techo.

Habiendo contado cuatro dedos, sólo mi meñique estaba fuera de la

cuestión. Chitanda se mantuvo en silencio, pero ese silencio parecía

decir que estaba cansada de mis bromas.

Excepto que no estaba bromeando en absoluto. Hay una frase del libro

de Sherlock Holmes que le pedí prestado a Satoshi: “Una vez que

eliminas lo imposible, lo que sea que quede, aunque sea poco racional,

debe ser el camino correcto” O algo como eso.

Empujé la puerta con mi puño.

—Todos aquellos pueden ser hechos si lo intentamos con suficiente

esfuerzo, creo. La puerta puede ser resistente, pero la pared es frágil. Si

golpeamos unas pocas veces el área alrededor de las bisagras debería ser

suficiente.

—También, las paredes de madera están deterioradas, por lo que si

usamos las herramientas que están allí, podremos romperla sin mucho

esfuerzo.

— ¿Q-Qué?

Como esperaba, una voz de restricción sonó.

— ¡Aquellas opciones no son en absoluto buenas! ¡No importa qué tan

viejo sea este cobertizo, aún es parte del santuario!

—No es bueno, huh. Lo supuse.

Los dueños del santuario probablemente se enojarían con nosotros.

Incluso si esto no nos causara muchos problemas, si hiciéramos mucho

ruido, los parroquianos vendrían corriendo, y frustrarían nuestro

propósito si nos ven escapar. En ese caso, romper el techo esta también

fuera de la cuestión. Eso nos deja...

— ¿Qué hay de la operación cavar un túnel, entonces?

Agradecidamente, en este cobertizo habían palas que tenían bordes

afilados y lucían confiables. Además, no habían tablones de madera en el

suelo. Ah, esa debe ser la razón por esta anormal fría temperatura,

porque sin ellas, el frío de la tierra se transmitiría directamente a

nosotros.

—... ¿Deberíamos comenzar a cavar?

— ¿Cuánto tiempo nos tomará eso?...

Pensé en que estaríamos fuera en la mañana. Asumiendo que no

colapsaré en medio de la excavación.

No sirve de nada cambiar la dirección de nuestros planes. Este es un

cobertizo, por lo que contiene unas pocas herramientas. Sin embargo,

una que pueda posiblemente ayudarnos a escapar no había aún aparecido

en este presente escenario. Además de la escoba y la pala, había

también un largo palo de metal usado para mantenimiento o atar

banderas, y también una plataforma para sostener un taiko. La caja de

cartón contenía una gran cantidad de tazas... ¿Qué deberíamos hacer

con ellas?

El viento continuó entrando a través de las grietas de la pared.

En todo caso, sería probablemente imposible. No había forma de que

podamos salir sin usar la puerta, dado que este cobertizo no tenía una

sola ventana. Pero como estuvimos esperando demasiado, sería muy

difícil dar una excusa si una tercera persona viniera en nuestro rescate.

Si quisiéramos pedir ayuda gritando, deberíamos haberlo hecho mucho

antes. Me di cuenta que me mantuve pensando en si podía hacer algo

más para salir de esta situación. ¿Sería considerado llamarlo fuerza de

voluntad? No, no creo tener ese tipo de ánimo. Es sólo que pensaba que

los temores de Chitanda eran reales, y sólo quería ser considerado con

ella, supongo. Ah, pero incluso así, ¡Hay mucho más espacio afuera!

Anhelando la libertad, di un vistazo hacia fuera a través de una grieta.

Aunque era un pequeño hoyo, inesperadamente ofrecía un amplio campo

de visión. Mis ojos fueron inmediatamente dirigidos hacia la enorme

fogata. ¡Qué bien se sentiría estar allí, donde está tan cálido! Me

pregunto si aún queda sake dulce. Nuestro fracaso debe haberle causado

algunos problemas a Juumonji.

Los visitantes tenían claramente un diferente humor comparado a

nosotros. Pude ver un hombre mayor borracho acercándose al cobertizo.

Ese debe ser uno de los parroquianos, ¿no es así?

— ¡Ah, él está viniendo!

Sólo entonces me di cuenta que Chitanda estaba también viendo fuera a

través de otra grieta en la pared. La grieta que estaba mirando se

encontraba alrededor de mi cintura, pero la de Chitanda estaba a la

altura de sus ojos. Mientras estaba inclinado, mi mano estaba justo al

lado del bolso de Chitanda.

El hombre no tomó todo el camino hacia el cobertizo. Pensé que estaba

dirigiéndose hacia el santuario Inari, pero se agachó para tomar algo, se

dio vuelta y volvió en la misma dirección en la que vino.

— ¿Qué acaba de pasar?

Murmuré, y Chitanda respondió en una voz que carecía de confianza.

—Él levantó algo que parecía ser una correa de celular.

— ¿Pudiste ver eso?

—Eso creo.

— ¿Y la distancia? ¿Y la noche?

Su respuesta fue extremadamente seria.

—Puedo ver bastante bien en la oscuridad.

¿Por lo que Chitanda posee visión nocturna en adición a su visión de

20/20? Ella no tenía sólo una excelente vista, sino que también afilados

oídos y sentido del olfato. Además de eso, ella es buena cocinando, por

lo que probablemente tenga un buen sentido del gusto.

Perdí la vista del hombre mientras hablábamos, pero Chitanda aún podía

rastrear su ubicación. Ella dijo luego de una corta pausa.

—Ah, él fue a entregarlo.

— ¿A entregarlo? ¿Dónde?

—A la oficina del santuario. Ah, hay mucha gente, perdí su rastro.

En ese momento, un golpe de inspiración se mostró en mi mente.

—Oye, Chitanda... ¿Está bien si rompo la pared tan solo un poco?

Capítulo 5 (Lado B)

El “Drama Especial de Año Nuevo – Los vientos cambiantes: Castillo

Odani” estuvo realmente entretenido, con su inédita dirección. Lo que

encontré realmente increíble fue la escena principal de la Batalla de

Okehazama. Mientras que otros dramas describirían a Imagawa

Yoshimoto como el maestro del esgrima, él fue mostrado siendo un héroe

incomparable en la historia, y redujo a la Armada Oda incluso en la

lluvia, derrotándolos fácilmente. Eso haría a Mouri Shinsuke, el guerrero

quien estaba al mando de Yoshimoto, un héroe incomparable también.

Cuando vi que ambos chocaban sus espadas en medio de una montaña

de cadáveres y ríos de sangre al principio, estaba riendo tanto que mi

estómago dolía, y fue cuando me di cuenta que este drama era en

realidad una comedia.

(Satoshi probablemente lo encontró divertido a causa de que se decía que los hombres de

Yoshimoto habían huido al ver la armada de Oda marchando hacia ellos en la lluvia, por

lo que las montañas de cadáveres y los ríos de sangre eran muy imprecisos.)

No debería haber saltado a esa conclusión tan rápido, ya que había

inesperadamente buenas partes en el drama. Mientras tarareaba la

canción, despreocupadamente volví al Santuario Arekusu. Abrí mi celular

en un capricho y leí el mensaje de Mayaka de nuevo.

“Chi-chan y Oreki han llegado. Están esperando en la oficina del

santuario.”

Bueno, ella probablemente no debería estar mandando mensajes

mientras está trabajando.

Giré mi bolso mientras caminaba por el camino hacia el santuario. Con

los iluminados escalones, subí las escaleras, y con una mirada de reojo

hacia la multitud de gente que estaba comprando amuletos, entré a la

oficina.

Me encontré con Juumonji-san cuando abrí la puerta. Por supuesto, ella

estaba en su vestimenta de miko. Comparada con ella, Mayaka era

incapaz de ocultar su pretensión en su vestimenta.

Supongo que tengo suerte de inmediatamente encontrarme con alguien

conocido, aunque no me lleve tan bien con Juumonji-san. Comencé con

mi usual saludo.

—Ah, Juumonji-san. ¡Feliz año nuevo!

Contrario a mis expectativas, ella continuó con una pregunta.

—Fukube-san, ¿has visto a Chitanda?

¿Chitanda-san? ¿No estaba ella aquí?

—Acabo de llegar, por lo que no la he visto.

—Ya veo.

Sus ojos se fruncieron levemente. ¿Pasó algo?

—Perdón por no poder atenderte ahora, pero pasa si gustas. Hay un

hornillo dakuma en el salón principal.

Con esas palabras de despedida, Juumonji-san arrastró sus pies por el

pasillo. Bueno, tengo que agradecer que se me haya permitido entrar.

De repente sentí que quería dar un vistazo a cómo Mayaka lo estaba

haciendo. Aunque esta era mi primera vez dentro de este lugar, tenía

una idea general de qué dirección debía tomar. Yo no parecía ser una de

aquellas personas que sirven sake, pero puse una cara que decía, “¡Es

natural para mi estar aquí!” y nadie comentó sobre mi intromisión.

“Debería estar por aquí”, supuse mientras deslizaba la puerta. ¡Bingo!

Mayaka, vestida en su escarlata hakama, estaba sentada en una

apropiada posición, lo suficientemente cerca que podía estirarme y

tocarla, y tenía una levemente agotada expresión. Debe ser duro

soportar el frío por tanto tiempo, al menos ella acabará en treinta

minutos.

En el día, la tienda estaba ajetreada, por lo que ella no podía hablar

conmigo, pero parece estar bien ahora. Susurré en secreto.

—Mayaka.

—Fuku-chan...

¿Es mi imaginación, o Mayaka estaba sonrojada? Si es la última, creo

entender la razón. Ella aún está avergonzada de su vestimenta. Sería

bueno si ella pudiera acostumbrarse a vestir eso por tantas horas, pero

eso realmente no es posible, dado que Mayaka es aún Mayaka este año.

Ya le había deseado un feliz año durante el día, por lo que todo lo que

pude decir ahora fue, “Buen trabajo”. Ella probablemente esté cansada y

no tenía la energía incluso para forzar una sonrisa, por lo que sólo

asintió de una manera infantil.

Pero entonces, probablemente habiendo pensado en algo, las acciones

de Mayaka estaban llenas de vigor, y ella sacó un pañuelo de la bandeja

de objetos perdidos.

—Oye, Fuku-chan, ¿reconoces esto?

Era un pañuelo atado que lucía puramente blanco, pero en realidad no lo

era. Puede ser considerado de un color perla, supongo. También lucía

caro. No creo que se encontrara en cualquier lugar, pero no me pareció

de alguien en particular ni me dio una impresión de serlo, incluso luego

de que me se me preguntó si podía reconocerlo.

—No en realidad.

Sacudí mi cabeza. Mayaka murmuró con una vaga voz.

—Creo que Chi-chan tenía algo como esto...

Ahora que lo pienso, no sería extraño para Chitanda usar uno como

este. Por supuesto, ella no lo llevaría a la escuela, creo.

Sonreí.

—Bueno, está bien que tengas una idea de a quién pertenece. Puedes

preguntarle a Chitanda cuando ella vuelva.

Mayaka forzó una débil sonrisa y respondió.

—Sí, tienes razón.

Capítulo 5 (Lado A)

—Parece que la ayuda no vendrá...

Chitanda, quien estaba mirando a través de las grietas, murmuró.

Gruñí.

—Creo que fuimos por el buen camino con el pañuelo, espero...

El viento penetrando el cobertizo estaba creciendo aún más. Como

dicen, “cosechas lo que siembras”. Había roto parte de la pared con la

pala. Debido a eso, más viento pudo entrar. Hace frío. Mucho frío.

En realidad sólo rompí una pequeña parte de la pared, y sobre una grieta

que ya estaba allí. Ahora era lo suficientemente grande para que

Chitanda sacara su pequeña mano fuera.

Es imposible para nosotros escapar de este cobertizo por nuestra

cuenta.

Había llegado a esa conclusión antes. Mientras que estábamos en un

difícilmente notable lugar, había aún gente dando vueltas por aquí. No es

posible para nosotros salir sin que nadie nos vea si usáramos adecuados

y aceptables métodos. Si tan solo este lugar tuviera una ventana.

Entonces sería posible de alguna manera deslizar la barra y abrir la

puerta.

Si no podemos escapar por nuestra propia cuenta, la única forma era

llamar por ayuda, pero sólo podíamos contactar a Ibara o Juumonji.

Ninguno de nosotros llevaba su celular, pero tristemente, parecía que

los humanos, incluso con su sabiduría, nunca se desharán de este

primitivo método de comunicación en esta acelerada sociedad.

Agradecidamente, el trabajo de Ibara como miko incluye estar a cargo de

los objetos perdidos. Como Ibara mencionó, los parroquianos patrullaban

la zona, levantando todo lo que pareciera valioso y entregándoselos a

ella.

En otras palabras, si dejamos caer algo de valor, hay una gran chance de

que llegue a las manos de Ibara.

No ha pasado nada malo hasta ahora. El objeto que dejamos caer fue

levantado por un parroquiano y enviado a la oficina, estaba todo de

acuerdo al plan.

Sin embargo, el problema no se había resuelto aún. Hemos establecido

un método para enviarle el objeto a Ibara, pero no había forma de

transmitir nuestro mensaje a Ibara para que nos ayudara.

Murmuré.

—Como esperaba, no podemos hacerlo sólo con un pañuelo.

Elegimos dejar caer el pañuelo de Chitanda. Era nuestra primera opción

que podría lucir de valor para ser recogida y llevada por los

parroquianos, e Ibara sabría a quién pertenecía.

Chitanda se alejó de la pared.

—Si, Mayaka-san ha visto ese pañuelo muchas veces ya, pero no es

realmente algo que dé una fuerte impresión...

Incluso si asumimos que Ibara sabe que ese pañuelo es de Chitanda,

sería difícil para ella dar un salto lógico y deducir que estamos atrapados

en este cobertizo. Tendríamos que enviarle este hilo de pensamiento:

“Este objeto fue tomado cerca del cobertizo. ¿Por qué Chitanda Eru

estaría en esa área? ¿No estaba ella en el salón principal? ¡Ah, este

tiene que ser un problema serio!”

Pero es imposible hacerlo sólo con un pañuelo, ¿huh?

Entonces es tiempo de mi siguiente movimiento. ¿Cuál sería el objeto

perfecto que le diría a Ibara sobre nuestro apuro cuando lo vea?

Capítulo 6 (Lado B)

El festín ya había comenzado en el salón principal.

Había varios asientos vacios, y no era el tipo de chico que se

avergüenza cuando hace algo solo, pero dado que estaba aburrido más

allá de lo que pueda ser posible, inmediatamente salí de allí.

No tenía otro destino más que el lugar donde se encontraba Mayaka. No

quería ser un obstáculo para las otras empleadas. Creo que había dos

personas trabajando con Mayaka, pero me sentí a gusto luego de

intercambiar palabras con ellas. Aparentemente, Mayaka les había hecho

una declaración a las dos.

“Estoy destinada a salir con este chico”, ella dijo.

Las tres doncellas contratadas deben haber ganado un sentimiento de

solidaridad luego de trabajar con cada una por un largo tiempo, para que

las dos apoyen a Mayaka con vehemencia. Me pregunto de dónde

provenían aquellas chicas. No son estudiantes de Kamiyama, creo.

Tan pronto como abrí la puerta, pude ver a Mayaka haciéndome señas

para que entrara. Pero si me acercaba al límite de la puerta, entraría en

el campo de visión de los clientes. No importa qué tan pocos clientes

estén presentes ahora, no podía hacer eso. En cambio, estiré mi cuello

lo más que pude.

— ¡Fuku-chan, mira esto!

Ella me mostró una billetera plegable con superficie de vaquero. Ah,

definitivamente lo he visto antes.

— ¿Eso no es de Houtarou?

—Sí. Ese idiota debe haberla dejado caer.

—Bueno, Houtarou es un chico con muchas aberturas en su armadura.

Él puede creer que puede respaldar a Chitanda en muchas cosas, pero

esa era un único y excepcional caso en mi memoria. Houtarou ha

causado en realidad que Mayaka se preocupe unas pocas veces ya

durante nuestras actividades normales del club. Recuerdo la vez cuando

todos fuimos a los baños termales, es decir el año pasado gracias a las

conexiones de Mayaka, y Houtarou se desmayó luego de estar en el

agua caliente por sólo un corto período de tiempo.

De todos modos, sería justo algo que Houtarou haría el dejar caer su

billetera. Pero si ese es el caso, comenzaría a dudar de que Chitanda

sea la dueña de ese pañuelo.

—Esto es extraño. Ten, dale un vistazo.

Mayaka dijo mientras abría la billetera. ¡Es indebido mirar dentro de las

billeteras de otros! Incluso así, me concentré en mirarla. Esto es...

Mayaka precisamente resumió el estado de la billetera.

—Está vacía.

No había nada en la parte usada para guardar los billetes, ni tampoco en

donde se guardan las monedas. Ni un solo yen.

— ¿No es eso extraño? Oreki vino a visitar un santuario. Él debería al

menos llevar consigo una ofrenda monetaria.

—Nah, eso no es extraño en absoluto. Él pudo haber usado todas sus

monedas como ofrenda.

— ¿Él? ¿Hablas en serio?

No, creo que sería poco probable. Por otra parte, él podría haber hecho

en realidad deseos intensos. Apunté a la billetera.

—Lo que es extraño son las ranuras para las tarjetas. Houtarou

usualmente lleva una tarjeta de puntos de juegos o una membrecía, pero

no hay nada aquí.

—Ah, sí, tienes razón.

—Por lo que no sería su billetera, ¿cierto?

Pero Mayaka rechazó firmemente mi teoría.

—No, esta es definitivamente su billetera.

—... ¿Por qué lo piensas?

—Porque esto estaba atado a su billetera en el accesorio de metal que

usualmente usa para atar una cadena de metal.

Mayaka sacó un pedazo de papel de su bolso. Era una pequeña y

arrugada pieza de papel.

Supe lo que era en cuanto lo vi. Era una fortuna.

—Dale un vistazo.

Desenrollé el papel... y estallé de risa.

— ¡Infortunio! ¡Infortunio! Hombre, el santuario Arekusu seguro que es

desagradable. ¡Pensar que ellos realmente tienen malas fortunas!

Pero Mayaka no se reía de la mala fortuna. Una irónica sonrisa surgió de

sus labios, pero su voz era profundamente seria.

—Esa es la fortuna que Oreki sacó. También decía algo como “Picoteado

por las aves” o algo así. Oreki dejó caer su billetera mientras esto

estaba atado a ella.

Ya veo.

Fruncí mis ojos. Como repentinamente me quedé en silencio, Mayaka

estaba asustada.

— ¿Fuku-chan?

—...Esto significa...

Tragué saliva asombrado.

—Porque Houtarou ató esta desfavorable fortuna a su billetera, y además

de dejarla caer, ¡su contenido fue también removido!

Era realmente desafortunado para Houtarou, tener dificultades tan

temprano en el año.

Este es el poder de la fortuna. Predijo la calamidad de Houtarou tan

precisamente. Debería también hacer uso de este poder.

Saqué una moneda de 100 yenes de mi billetera.

—Mayaka, déjame sacar una fortuna también.

Capítulo 6 (Lado A)

—La ayuda no ha venido, huh... ¡Achú!

Chitanda estornudó.

Y había pensado que estaría bien dado que no hacía frío en absoluto.

Que tan equivocado estaba. Siendo un chico, nunca he usado un

kimono, pero no importa como lo veas, no puede tener la mejor

protección.

— ¿Estás bien?

Chitanda dio una problemática sonrisa en respuesta a mi mundana

pregunta.

—Sí... debería haberme puesto mi Michiyuki...

— ¿Michiyuki?

—Sí, esa prenda negra hecha de crepé.

Ah, ese abrigo. Por lo que se llama Michiyuki, ¿eh? Suena muy japonés.

—Yo también lamento no haberme puesto mi gabardina.

—Está ciertamente haciendo bastante frío.

Bastante es estar subestimando. Para ser preciso, alcanzaremos

nuestros límites pronto. Si no tuviera un calentador en mi bolsillo,

estaría definitivamente gritando por ayuda.

Ahora, mi bolsillo tenía varios objetos, además del calentador. Un billete

de 1.000 yenes. Algo de cambio. Y una tarjeta de puntos de la tienda de

CD's.

Había sido una momentánea decisión tirar mi billetera fuera. Había

pensado que tirar la billetera de Chitanda habría sido la mejor opción. Si

ataba mi mala fortuna a su billetera, Ibara entendería la situación y

probablemente evaluaría que era una emergencia.

Sin embargo, me abstuve de usar ese método. La billetera de Chitanda

no era una que normalmente usaras cuando compras pan en una cantina,

sino que era parte de su vestimenta. Le había dado un vistazo mientras

ella estaba pagando por su fortuna. Su billetera estaba hecha de cuero

real y lucía cara.

Pensé que si removíamos el contenido de la billetera, no sería un dolor si

fuera robada en lugar de devuelta, pero eso fue ingenuo de mi parte, ya

que la de Chitanda estaba llena. Si alguien además de los parroquianos

encontrara la billetera, definitivamente sacaría su contenido. Eso sería

un problema.

No teniendo otra opción, vacié mi billetera, y para demostrar que le

pertenecía a Oreki Houtarou, até mi fortuna a ella. Dado que era un

pedazo de papel, quería escribir “Ayuda”, pero desafortunadamente, no

importa qué tanto destrozara mi cerebro, no pude ni encontrar nada

para escribir, ni pensar en algún sustituto. Pensé en rasguñar y escribir

“Ayuda”, pero los plegados del atado lo hacían inentendible. Pude haber

insertado el papel dentro de la billetera, pero entonces Ibara no sería

capaz de decir que era mía con sólo mirarla. Fue todo un dilema en

decidir qué opción debería tomar.

Al final, parece que elegí una equivocada. La billetera indudablemente

fue entregada a Mayaka, pero la ayuda no llegaba. Ibara debería haber

sospechado algo luego de recibir el pañuelo de Chitanda, seguido de mi

billetera, pero... no le había hecho pensar en dejar su puesto y revisar la

situación.

—Perdón, Chitanda. No tenemos más opciones.

De alguna manera estaba en un humor de auto-sacrificio y sentía que

debía darle a la congelada Chitanda mi ropa para que se abrigue, pero

también yo estaba congelado. Si me sacara este suéter, probablemente

me agarraría hipotermia o algo.

Chitanda me devolvió una sonrisa.

—No, es mi error por ser egoísta y arrastrarte aquí conmigo.

—Tú no estabas siendo egoísta. Es tu responsabilidad, ¿cierto?

—...Puede ser verdad, pero no es una excusa para meterte en esto. Sólo

vamos a gritar por ayuda. Tendremos que soportar los rumores que se

propaguen.

Estaba lleno de disgusto, teniendo que abandonar luego de soportar el

frío por tanto tiempo. Pero hemos agotado todos los métodos posibles.

Dado que no podíamos pensar en nada más, no deberíamos retrasarnos

más sin sentido. Asentí.

Sin embargo, en el último momento.

—Ah, imagino que Fukube-san ya está aquí también.

El lamento de Chitanda me recordó lo que había olvidado. ¡Por

supuesto! Satoshi ya está aquí probablemente. Él dijo que volvería al

santuario a esta hora, por lo que sería natural que esté por aquí.

Al principio, pensé en maneras físicas de salir del cobertizo. Eso parecía

ser muy difícil, por lo que consideré intentar contactar a Ibara. Pero ella

no era la única persona que podía contactar. También esta Satoshi.

¡Satoshi lo entendería!

Ah, ¡pero no tenemos herramientas!

—Chitanda, ¿tienes algún tipo de cuerda?

Chitanda titubeó luego de recibir mi repentina reacción.

— ¿C-Cuerda?

—De este largo... algo de 50cm estaría bien. Definitivamente eso será

suficiente para transmitir nuestra situación.

Chitanda comenzó a palpar su cuerpo en busca de una cuerda.

— ¿Qué te parece la correa de mi sandalia?

—Muy corto.

— ¡Ah! ¡Hay una cuerda en mi bolso!

Sacudí mi cabeza.

—No, dado que usaremos tu bolso.

Incapaz de entender, Chitanda inclinó su cabeza en duda. Bueno, dejaré

la explicación para después.

— ¿Qué hay de los cordones de tus botas?

— ¡Ah, cierto! ¡Eso es!

Con una enérgica disposición, miré mis pies, pero inmediatamente me

decepcioné. Si hubiera tenido unas zapatillas normales, hubieran sido de

ayuda. Sin embargo, tengo puestas unas botas sin cordones. No es como

si estuviera tratando de lucir bien. Es sólo que estaba asustado de que

el suelo estuviera resbaladizo por toda la nieve derretida. Hombre, fue

en serio desafortunado tomar esa decisión.

—Si es absolutamente necesario...

Chitanda gentilmente tocó su obi.

—Podemos usar la cuerda de mi obi.

— ¿Es lo suficientemente larga?

—Sí.

Chitanda asintió, y por alguna razón, miró hacia otro lado. Sin

importarme los pequeños detalles, dije.

— ¿Es difícil de sacarlo?

—Bueno, sí, lo es. Tomará algo de tiempo.

En ese momento, un ataque de incomodidad pasó sobre mí.

—Erm, Chitanda, no estoy familiarizado con los kimonos, pero...

—......

— ¿Estará bien el kimono si sacas la cuerda del obi?

La respuesta a esa pregunta tomó un buen tiempo en llegar. Chitanda

dirigió su mirada hacia abajo y habló en voz baja.

—El obi se caería.

— ¿Se caería? ¡No podemos hacer eso entonces!

—Lo supuse. Dado que sería difícil arreglarlo...

Ese no es el problema. Incluso si conseguimos ser ayudados por Satoshi,

si él ve el kimono de Chitanda en un lío sería... Sólo digamos que no

luciría bien. Eso haría que toda la precaución que hemos tomado hasta

ahora sea absolutamente inútil.

— ¿No hay otra cuerda por aquí?

Pensé.

Este cobertizo tenía una escoba de bambú, una pala de metal, un largo

palo para mantenimiento, una plataforma para sostener un taiko, una

larga vara puesta horizontalmente, también una caja de cartón, que

estaba llena de una gran cantidad de tazas, todas con el mismo diseño.

Hemos llegado a la situación en donde no tenemos nada más que los

objetos mencionados, pero lo que en realidad necesitábamos ahora era

sólo una cuerda... Si tuviéramos un cuchillo, podríamos cortar la cuerda

de lino ubicada en la punta de la escoba. ¿Seríamos capaces de cortarla

si usáramos la pala? No lo creo, pero no es lo suficientemente larga de

todos modos.

Como si no pudiera quedarse en silencio, Chitanda tímidamente

preguntó.

—Er... ¿Por qué necesitamos una cuerda para avisarle a Fukube-san que

necesitamos ayuda?

Más importante, ¿dónde está la cuerda? Estoy a punto de congelarme.

Capítulo 7 (Lado B)

Mayaka chilló histéricamente.

— ¡Por qué!

Un objeto perdido ha sido entregado de nuevo. Esta vez, era un bolso.

No del tipo barato que uso, sino un elegante bolso que una mujer en

kimono llevaría.

Mayaka estaba sorprendida porque ese bolso le pertenecía a Chitanda.

Aparentemente, Chitanda le había mostrado su bolso antes de irse, y

Mayaka claramente recordaba que lucía como este. Un pañuelo, una

billetera, y ahora un bolso. Los dos han perdido sus posesiones tres

veces seguidas. ¿Es esa la consecuencia del infortunio de Houtarou? A

propósito, saqué una “Media Bendición”. Estoy algo desanimado, pero si

mirara la escala, me sentiría en un modo de superioridad.

—Esto también fue tomado cerca del cobertizo. ¿Qué están haciendo

estos dos?

Era de un brillante color violeta, tenía una cinta trenzada, y estaba

decorada con bolas. Es bonito. Pero claramente no es algo que un chico

llevaría, por lo que no debería compararla con la mía.

—Y hay una sucia cuerda atada alrededor también...

Esa línea captó mi atención.

— ¿Una cuerda?

—Sí, mira.

Mayaka levantó el bolso. En efecto, había una cuerda atada alrededor en

una punta. Un bolso que estaba atado en ambas puntas. Mis ojos se

agrandaron.

E-Esto es...

De repente me levanté de un salto, causando que Mayaka me mirara con

sorpresa.

— ¿Q-Qué pasa, Fuku-chan?

—Mayaka, ¿dónde está el cobertizo?

—Está por allí, cerca del santuario Inari.

— ¡Volveré enseguida!

Con largos pasos, salí de la oficina. Mientras corría con todas mis

fuerzas bajo el estrellado cielo nocturno, sólo un pensamiento cruzó mi

mente.

Houtarou, Chitanda-san, ¡Estoy en camino!

Capítulo 7 (Lado A)

—Satoshi lo entenderá. El significado de que el bolso esté atado en

ambas puntas.

Dado que ya había hecho lo que necesitaba hacer, estaba libre para

darle a Chitanda una explicación. Para ser preciso, estaba explicando

mientras estaba apenas consciente después de haber sido conducido a la

pared por el frío.

—Porque él conoce un montón de insignificantes cosas.

Chitanda estaba también temblando por el frío. Pero parecía que su

sufrimiento físico estaba siendo compensado por su curiosidad. Ella se

acercó y me instó a seguir.

— ¿Qué quieres decir? No lo entiendo.

—El bolso es un saco. Si ambas puntas están atadas, significa que lo que

está dentro se encuentra atrapado. Esto implica que estamos “atrapados

como ratas”.

En la oscuridad, una cabeza en blanco se inclinó con perplejidad.

— ¿Ya...veo?

Ella claramente no lo entendía aún. Sonreí.

—No había pensado en eso. Proviene de un episodio de la historia. Tú

conoces la Batalla de Anegawa, ¿cierto?

Chitanda, con sus excepcionales notas, era firme al momento de

memorizar detalles de su libro de texto. Ella respondió sin problemas.

—La Batalla de Anegawa fue en 1570, entre la coalición Oda-Tokugawa

y la coalición de Azai-Asakura. Oda Nobunaga ganó la batalla.

—Hay una famosa historia justo antes de eso... ¿Conoces el Asedio de

Kanegazaki?

Dado que no aparecía en el libro de texto, Chitanda, incluso con sus

superiores notas, no conocía sobre eso. Ella sacudió su cabeza.

Entonces le di una concisa explicación.

—Cuando Nobunaga estaba atacando a Asakura, el cuñado de Nobunaga,

Azai, lo traicionó. La hermana de Nobunaga le envió una pequeña bolsa

atada en ambas puntas, el cual estaba en las líneas frontales. Apenas vio

la bolsa, él se dio cuenta que su hermana estaba tratando de transmitirle

el mensaje de que él estaba “atrapado como rata”. No sé cuánto de esto

realmente sucedió.

Esta explicación me hacía ver como un experto, pero lo único que sé lo

saqué del manga que le pedí prestado a Satoshi. Lo leí en la posada

durante las vacaciones de verano, creo. También vi la misma historia

desarrollada en el “Drama Especial de Año Nuevo – Los vientos

cambiantes: Castillo Odani” en la tarde. Estaba dudando en si sólo un

bolso funcionaría, y pensé que quizas poner esfuerzo en escribir una

carta hubiera sido mejor... De todos modos, si no funcionaba ahora,

sería extremadamente problemático para nosotros.

Bueno, debería estar bien. En todo caso, Satoshi estaría libre, y como

nosotros, él definitivamente iría a ver a Ibara. Él debería entenderlo

cuando vea el bolso. Él es quien me prestó el manga, y también vio el

Drama Especial antes. Él es del tipo que fácilmente son influenciados por

lo que sea que vea. Si el ve el bolso atado en ambas puntas,

definitivamente pensaría en ese episodio de la historia.

—Nunca supe que esa historia existiera...

Finalmente convencida, Chitanda asintió, mientras la luz de las estrellas

iluminaba su perfil.

Dado que la billetera también fue recogida y enviada a Ibara, pude

confiar en los parroquianos para entregar el bolso también. Si no fuera

así, no sería capaz de tirar el bolso.

Pero a fin de comunicar el mensaje, necesitábamos una cuerda para

atarla en la base del bolso. Es imposible transmitir el mensaje usando

solo el bolso, no importa como lo vieras. Sin embargo, no pudimos

encontrar ni un pedazo de cuerda para usar aquí dentro. Sin las

herramientas, sería sólo una idea vacía. Y entonces me di cuenta que

estaba siguiendo una equivocada suposición... La cuerda que

necesitábamos encontrar no necesariamente tendría que estar aquí

dentro.

Las paredes de este cobertizo eran frágiles. Usando la pala, rompí una

esquina de la pared, mientras me disculpaba de corazón. Esto llevaba al

número de pequeños hoyos que había hecho a dos. Dado que lo haría lo

suficientemente pequeño como para que una mano lo atravesara,

Chitanda lo aceptó.

Luego de eso, me subí a la plataforma del taiko. Mi objetivo era llegar al

área cercana al techo del cobertizo, justo bajo la cornisa.

Puse mi mano fuera del hoyo para tomar la cuerda. Una blanca

“Santuario Arekusu” bandera que estaba ubicada fuera del cobertizo,

como si estuviera unida a él. El poste de la bandera parecía ser muy

corto, por lo que para estabilizar la bandera, una cuerda de vinilo fue

usada para atarlo a la cornisa. Estaba apuntando a esa cuerda. Como

esperaba, la solución estaba esperando fuera del cobertizo.

De esta manera, traté de producir el mensaje “atrapados como ratas”.

El resto depende de Satoshi. Bueno, debería estar bien.

La puerta resonó. Y entonces, una fuerte voz sonó.

—Houtarou, ¿estás aquí?

Chitanda me miró con grandes ojos, como si no fuera capaz de creerlo.

Me encogí de brazos y respondí.

—Gracias por la ayuda, estaba a punto de morir congelado.

—Hay algo de dulce sake caliente esperando por ustedes en la oficina.

Bien, abriré la puerta.

Dulce sake, huh. Esa fue la razón por la que nos metimos en este

desastre, y no creo que quiera ver una taza de eso ahora.

Ruidosamente, la puerta de aluminio lentamente se abrió.

Iluminados por la luz de la luna y de la fogata, Satoshi sonrió.

—Hola. ¡Feliz año nuevo!

—Yey. Cansado año nuevo.

Azotada por el viento de invierno, Chitanda estornudó.

Story 6 – El caso del chocolate casero

Capítulo 1

Hoy en día, es de común conocimiento que hay más de una perspectiva

en cualquier tema. En esta época, es imposible subsistir como un

estudiante de escuela media sin ser capaz de considerar el punto de

vista opositor. Pero también, si das un paso más allá, eso significaría que

mientras nosotros estamos bajo la impresión de que conocemos las cosas

que nos rodean, como que las personas son de carne y hueso, no

podemos decirlo con seguridad, y esto es extremadamente malo para

nuestra estabilidad psicológica. Por lo que en vez de perseguir la verdad,

tomamos un plan B, que no busca las cosas por encima de una

profundidad limite, o en otras palabras, nosotros creemos en las cosas.

De esta manera, podemos finalmente librarnos de los males, de la

dualidad y dirigirnos a una perfecta vida normal.

Pero reconocer que todos en el entorno de uno aún pasan por alto toda

investigación sería totalmente un problema diferente. Mientras que creer

en algo es inevitable, no deberíamos aceptar las cosas a ciegas. Esto es

también de común conocimiento. No aceptarlo es imperdonable. Aunque

mi principio personal no encaje con esa creencia, no miro hacia abajo a

la gente que lo hace.

Este fue mi seguimiento de las patéticas excusas de un Satoshi que se

quedó sin palabras en este crucial momento. Estábamos en la entrada de

la Escuela Media Kaburaya luego de que las clases del día habían

terminado. Era un poco tarde, por lo que había sólo unas pocas figuras

de estudiantes esparcidas. Ya se había puesto oscuro del otro lado de la

abierta puerta de vidrio, y el frío viento de Febrero soplaba

intermitentemente. Satoshi se volteó a mirarme como si fuera a salvarle

la vida, y me mostró sus pulgares arriba.

—Ah, Houtarou, tu lo entiendes, ¿cierto? La frase “No aceptarlo es

imperdonable” es realmente interesante. Porque, mira, ¿qué pasaría si

hiciera galletas caseras? Tu simplemente no puedes comprar las galletas

encima de un mostrador, decorarlas con crema fresca o algo y decir,

“¡Voila, galletas caseras! “, ¿cierto? Ese es el porqué, básicamente, hm,

no albergo ninguna mala intención, pero...

No todos los días podías ver algo causándole a Satoshi ser tan

incoherente. Fukube Satoshi. Él es alguien que he conocido desde que

entré a la escuela media, y nuestra amistad es bastante profunda. Él es

bajo, emite una débil imagen, y tiene una cara que no transmitía dignidad

ni fuerza en lo más mínimo, pero en realidad es bastante corajudo... pero

no esta vez. El enemigo es demasiado fuerte.

La persona que había emboscado y arrinconado a Satoshi era una

pequeña estudiante que podía incluso hacerse pasar por una estudiante

de primaria. Su nombre es Ibara Mayaka. Ella ha estado en la misma

clase que yo desde el primer grado de primaria. Esta es sólo mi opinión,

pero su apariencia no ha cambiado ni un poco en los nueve años que la

conozco, si descontaras los cambios en su tamaño. Además, mientras

que podemos tener una afinidad fuerte, hemos intercambiado cerca de

cero palabras el uno con el otro. Incluso ahora, Ibara no escucharía mis

palabras. Con su cabeza mirando hacia abajo, su mano izquierda en su

cintura, y su mano derecha sosteniendo un paquete envuelto en papel de

regalo, Ibara dejo escapar un suspiro y habló en voz baja.

—Básicamente, tú estás tratando de decir esto: Para que algo sea

llamado un chocolate casero, tiene que ser hecho de granos de cacao. El

chocolate que es fundido en agua caliente y reformado no cuenta como

un chocolate casero. Por lo que mi chocolate de San Valentín no es

casero. Eso quieres decir, ¿cierto?

Era el 14 de febrero, año 2000 d.C. El día de San Valentín. Es el día

cuando los chocolates se disparan como cohetes, y es absolutamente

ordinario por la publicidad el ser manipulado si hay un beneficio que

ganar. De hecho, hacer esto en febrero es un cómodo movimiento. Estoy

seguro que mucha gente quisiera creer que su última chance de confesar

su amor es justo antes de la temporada de despedidas. Ellos ciertamente

no pensarían en que este acuerdo fue planeado.

(Se refiere a la primavera.)

Esta no fue la primera vez que Ibara le confiesa sus sentimientos a

Satoshi. En cada una de sus previos intentos, Satoshi simplemente

evadió el tema. Pero con hoy siendo San Valentín, era imposible. Ibara

estaba siendo seria en esto. Habiendo sido golpeada por las descuidadas

palabras de Satoshi, ella estaba hirviendo de rabia.

Su actitud aún era bastante estable, pero me pregunto qué tipo de luz

llevaban aquellos ojos. Eran ojos que incluso asustarían a un feroz dios,

creo, pero bueno, sólo tengo estos despreocupados pensamientos

porque no estoy involucrado en esto. Satoshi, siendo una persona

interesada, tomó todo el peso de la mirada de Ibara, pero aún se las

arregló para dar una respuesta.

—No iría tan lejos, pero...

—Pero eso es lo que querías decir, ¿cierto?

—Bueno, para ponerlo simple, sí.

Ibara levantó su cabeza, como si su rabia fuera expulsada.

— ¡Ya veo! ¡Por lo que estabas intentando decir eso! Me tomé toda esta

molestia... ¡Sólo por el día de San Valentín! ¡Bien! ¡Lo tengo! Si eso es

lo que quieres...

Con una pausa, ella destrozó la roja envoltura en un aliento para revelar

un chocolate con forma de corazón envuelto en papel film. Ella entonces

rompió el papel, abrió su pequeña boca tan ampliamente como ella pudo,

y mordió el chocolate, que había estado duro debido al frío viento. Con

un crujido, la parte puntiaguda del corazón fue mordida y masticada

ruidosamente por Ibara.

—Definitivamente lo haré, ¿lo tienes?

Ambos miramos hacia el suelo ante la inesperada acción de Ibara. Unos

pocos estudiantes que pasaban por casualidad nos miraron,

probablemente curiosos de lo que estaba pasando, pero pronto se

retiraron, sabiendo muy bien que debían dejar a los cansados perros

dormir. Con el chocolate que ella hizo un gran esfuerzo para destruirlo,

le gritó a Satoshi. Ella ahora tenía una tenebrosa expresión que no era ni

enojada ni triste, sólo un ardiente combate entre ambos. Ibara empujó el

roto corazón a Satoshi.

— ¡Recuerda esto Fuku-chan, quiero decir, Fukube Satoshi!

— ¿Q-Qué?

Aturdido, Satoshi preguntó sin pensar. Ibara replicó con una sonora

declaración.

— ¡El próximo año! ¡El 14 de febrero de 2001! ¡Haré una obra maestra

que incluso tú aceptarás, y lo meterás en tu boca! ¡Mejor que recuerdes

esto!

Comenzando a llorar, Ibara corrió por el pasillo. Su figura retirándose se

descoloraba por las escaleras y pronto desapareció. Cuando miré hacia

atrás, vi que Satoshi tenía una incómoda expresión en su rostro, pero él

se encogió de hombros como si eso fuera lo usual. Le pregunté.

— ¿Eso está bien?

—Quizás fui un poco...

— ¿No estaba llorando?

— ¿Mayaka? Nah, ella estará bien.

Satoshi dijo mientras sacaba sus zapatos de su casillero. Hice lo mismo y

me encogí de hombros, decidiendo olvidar lo que pasó con Ibara. Sus

sarcásticas palabras probablemente eran sólo una vía para que ella

ventile su dolor, pensé, pero recordé que no estaba involucrado en este

asunto.

Más importante, Ibara estaba planeando darle a Satoshi un chocolate

casero el próximo año, pero me pregunto si eso realmente funcionará.

Después de todo, faltan sólo unos pocos días para los exámenes de

ingreso a la preparatoria. Ambos estaban aspirando a entrar en la

Preparatoria Kamiyama, pero si uno de ellos fracasara, estarán

separados, y como dicen, fuera de la vista, fuera de la mente. Sin

embargo, también tenía que prepararme para los exámenes, y no tenía el

lujo de preocuparme por esos dos. El frío viento de febrero sopló una

vez más, causando que mi cuerpo temblara incontrolablemente.

Capítulo 2

...Eso es lo que recuerdo acerca de lo que pasó el año pasado.

Ahora que lo pienso, estuve aún menos interesado sobre lo que pasó

comparado con este año. Es muy probable que se deba a que Ibara y yo

realmente estuvimos separados esta vez, por lo que podría no ayudar.

Los tres nos graduamos de Kaburaya y entramos en Kamiyama juntos sin

problemas. Entonces, por alguna razón, elegimos el mismo club. Pienso

en Satoshi como un amigo, e Ibara obviamente como alguien que gusta

de Satoshi, pero los tres no somos fundamentalmente un grupo cercano

de amigos que saldrían juntos. El hecho de que entramos en el

misterioso y sin sentido Club de Clásicos uno después del otro sería, si

lo ponemos poéticamente, una mala broma del destino; si lo ponemos

prosaicamente, el resultado final de un curso de eventos.

Hablando del club conocido como el Club de Clásicos, sólo nosotros tres

seríamos absolutamente inadecuados para sus actividades. En el Salón

de Lectura Geográfica, que tomó prestado el Club de Clásicos, hay

cuatro miembros. La última es la más difícil de complacer.

Esa dificultosa persona levantó su voz, rompiendo mi pacífico

pensamiento.

— ¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso? ¡No puedo dejar de pensar en ello!

Me di vuelta, y la primera cosa que llegó a mi vista fue un largo y negro

cabello. No podía ver su rostro dado que estaba de espaldas a mí, pero

aún podía decir la expresión facial que ella estaba teniendo justo ahora.

Cuando ella dice su usual “¡No puedo dejar de pensar en ello!”, sus

grandes ojos, la única parte de ella que traiciona la impresión de Yamato

Nadeshiko*, se agrandarían incluso más, y sus mejillas se volverían algo

rojas. Gracias a su extrema curiosidad, el Club de Clásicos ha sido

capaz de funcionar como un club sin aburrimiento durante el pasado año.

Dado que realmente preferiría aburrirme trabajando, esto me tiene

preocupado hasta el final.

(* Mujer ideal japonesa.)

Chitanda estaba teniendo una conversación con Ibara en medio del

salón. Yo estaba hojeando un libro cercano, pero probablemente sin

pensar nada de mí, ellas estaban intercambiando palabras en su volumen

usual. Si no hubiera desplazado mi atención a los asuntos del pasado,

estaría directamente al tanto de su conversación. No es que quisiera

escuchar a escondidas, pero pude escuchar la respuesta de Ibara.

—Quiero decir, el chocolate se mantuvo como una bebida por 4.000 años

no porque los sudamericanos no tenían ideas, sino porque a ellos les

faltaban los medios técnicos.

Parece como que aquellas dos habían estado conversando sobre el

chocolate todo este tiempo. Sería más preciso decir que Ibara le estaba

hablando a Chitanda, creo. Esa es probablemente la razón de porqué

repentinamente recordé sobre el día de San Valentín del año pasado. El

año pasado... si, cerca de un año ha pasado desde entonces. Ahora

estamos en febrero del año 2001. Para conservar electricidad, las

estufas de la escuela no pueden ser configuradas a más de 16 grados,

dejando mucho que desear. Aunque debo elogiar sus esfuerzos por

ahorrar energía, odio tener frío.

Pero como si echara a un lado el frío, Ibara estaba hablando con incluso

más entusiasmo.

—Luego los conquistadores españoles llevaron chocolate de Europa, se

necesitó algo de tiempo para propagarlos como lujosos artículos en

supermercados. Eso es porque luego de pulverizar los granos de cacao,

todo lo que pudo ser producido fue un pegajoso líquido con más del 50%

del contenido de grasa. En una época cuando el café era de fácil acceso,

ellos no querían beber algo como eso.

—No puedo tolerar la cafeína, por lo que tampoco puedo beber café,

pero...

Luego de una corta pausa, Chitanda continuó.

—Una bebida con 50% del contenido de grasa no parece ser bueno.

Bueno, pareciera como si ella hubiera intentado beber mayonesa antes.

—Es realmente mala para la digestión.

—Pero aún es propagada, ¿cierto?

—Fue generalizado luego de que la gente comenzara a agregarle azúcar.

Era incluso una bebida superior al café para los ingleses. Además, a

causa de sus altas calorías, a menudo fue usada para propósitos médicos.

Era una bebida de clase alta en ese tiempo.

— ¿Fue usada como medicina?

—Si, como un afrodisíaco.

Pude sentir que Chitanda inclinaba su cabeza.

— ¿Eh? ¿Cómo se deletrea eso?

Ibara estaba a punto de responder, pero entonces se endureció, y la

conversación se detuvo temporalmente. Levanté mi cabeza, que estaba

enterrada en mi libro, para darle un vistazo a la expresión de Ibara, y

noté un color distinto en su rostro. Ella estaba teniendo dificultades

tratando de deletrear la palabra que había traído sin pensar.

—Celebrar una reunión, entonces...

— ¿Celebrar una reunión?

— ¡De todos modos!

(“Celebrar una reunión” es 催す, que es el primer kanji de 催淫薬, que significa

afrodisíaco.)

Ibara cambió de tema a la fuerza. Estuve a punto de reírme de su

desconcertada manera, pero de alguna manera me las arreglé para

sofocarlo. Yo sé cómo deletrearlo, creo.

—Para que la bebida de chocolate sea consumible, no es suficiente con

simplemente exprimir el aceite. El método para agregar un alcalino tuvo

que ser desarrollado a fin de neutralizar el contenido ácido y causar que

el aceite se descompusiera.

Esta discusión parecía haber despertado la curiosidad de Chitanda, por

lo que el intento de Ibara de cambiar el tema fue un éxito.

— ¿Alcalino? Nunca he escuchado de agregar algo de eso a la comida...

excepto para los fideos chinos.

Ibara continuó en una aliviada manera.

—Sin embargo, incluso después de hacer eso, los granos aún tenían una

textura crujiente, causando que sea desagradable, por lo que tuvieron

que aplastarlo incluso más. Chi-chan, ¿qué tan pequeños crees que son

los granos?

¿El diámetro de los granos de chocolate? Nunca lo he considerado. El

libro en mis manos de repente se veía poco interesante, y comencé a

pensar sobre la pregunta de Ibara, pero no podía imaginar qué tan chicos

podrían ser.

En contraste, Chitanda tarareó tranquilamente y respondió la pregunta.

—Ya veo. Sólo he oído esto de gente que vende trigo en casa, pero el

diámetro de la harina de trigo es de 40 a 50 milímetros. ¿Son los granos

de chocolate tan pequeños?

Pero Ibara sacudió su cabeza como si ella estuviera orgullosa de sí

misma por saber eso.

— ¡He escuchado que en realidad tienen 20 milímetros de diámetro!

—... ¡Eso es asombroso!

¿Esa es una cifra que me debería sorprender? Sin necesidad de

compararlas, no puedo entenderlo en absoluto. ¿Son 20 milímetros tan

diferentes de 50 milímetros?

...Ah, ¿es porque hay una diferencia de 2,5 veces?

Chitanda asintió unas pocas veces con ansiosa admiración.

—Eso suena como un número difícil para un mortero.

—Al igual que no se puede hacer helado sin una máquina para hacerlo, es

imposible hacer chocolate a partir de los granos de cacao usando

utensilios de cocina comunes.

—Es una lástima. Fukube-san quiere chocolate hecho a partir de granos

de cacao, ¿no es así?

Ibara dejó escapar un pequeño suspiro al oír esas palabras.

—El año pasado no creía que ese chocolate era tan difícil de hacer, pero

tampoco Fuku-chan, por lo que está bien.

—Está bien, dices...

Cuando Chitanda dio su respuesta, una sonrisa apareció en el rostro de

Ibara. No, no del tipo reconfortante. Exagerando, sería algo como:

“Cuando su garganta retumbó, me estremecí, y no pude detener el

sudor corriendo por mi espalda. Ese oscuro entusiasmo causó tal

retorcido placer que se extendió por mis labios“. Con los puños

cerrados, ella miró hacia arriba en un ángulo oblicuo y anunció.

— ¡Voy a hacer el mejor chocolate casero de todos los tiempos! Si Fuku-

chan sigue quejándose, lo encerraré y lentamente le explicaré todo esto

con la más minuciosa información posible. Si eso no funciona... ¡Tan sólo

lo meteré en su boca!

Uno no debería incurrir en la enemistad de una mujer. Si está mal

generalizar a las mujeres, entonces diría que no quisiera provocar el

resentimiento de Ibara. Sus palabras podían sonar exageradas, pero

aquellas no podían ser tratadas como una broma. Desafortunadamente

para Satoshi, esa pequeña broma que él usó para rechazar el chocolate

el año pasado aún pendía en su cabeza, y ahora se ha vuelto algo como

esto. Bueno, como dicen, cosechas lo que siembras.

Como esperaba, Chitanda también había sido atraída en la tenacidad de

Ibara, y usó sus manos para calmarla. Entonces le hizo una pregunta

para devolver la conversación a su estado original.

— ¿Entonces qué harás? Conozco muchos tipos de dulces que podrías

hacer con chocolate, pero...

Habiéndolo decidido hace mucho, Ibara respondió inmediatamente.

—Planeé en hacer uno en forma de corazón.

— ¿Eh? Pero eso...

—Sé que es bastante simple, pero el del año pasado fue un fracaso. Voy

a asegurarme de que lo acepte esta vez.

Justo cuando finalmente habían vuelto al punto principal, Ibara

repentinamente se inclinó hacia adelante. Chitanda también respondió

acercándose, tanto así que parecía que sus frentes estaban a punto de

chocar.

—Por eso, quiero hacer el mejor chocolate. Necesitaré cosas de una

confitería estilo occidental. Chi-chan, ¿conoces alguna tienda que venda

ese tipo de cosas?

Por alguna razón, Chitanda bajó su voz y respondió.

—Déjame ver... Debería haber una tienda que venda ingredientes para

profesionales cerca del mercado mayorista. Podríamos intentar buscar

allí.

Ibara también respondió en voz baja.

— ¿Podrías llevarme allí?

—Por supuesto. ¿Estará bien este domingo?

—Está bien, ahora... asegúrate de mantener esto en secreto de Fuku-

chan.

—Mis labios están sellados.

Y así las dos chicas compartieron una inquebrantable promesa

Estoy bien con eso, pero soy un chico, y además de eso Satoshi es mi

amigo... Si ellas me consideran lo suficientemente confiable para no

decirle esto a Satoshi, ciertamente me sentiría mal por eso, pero en todo

caso, parece que no fui contado como un ocupante de este salón.

Mientras pensaba sobre esto, Ibara me llamó, como si recién notara mi

existencia.

—Ah, Oreki.

—... ¿Sí?

Pregunté como si yo también acabara de notar la presencia de Ibara. Sin

importarle mi tono, Ibara dio una alegre y rara sonrisa.

—Asegúrate también de no decirle nada.

—Seguro.

—O sino...

¡Ya estoy de acuerdo! Así que por favor, ¡para de mirarme con esos ojos!

Luego de las clases el día siguiente, Ibara y Chitanda mantuvieron otra

conversación sobre el chocolate en el Salón de Lectura Geográfica.

Como no deseaba curiosear, decidí irme a casa.

Expuse el frente de mi gabardina ante el viento de febrero y me uní al

flujo de gente que se iba a casa. Ahora que lo pienso, el año pasado,

cuando todavía estaba en la escuela media, inmediatamente comenzaría

mi camino a casa luego de las clases, no importaba qué tan temprano

estas finalizaran. Mi vida diaria carecía de sentido. Aunque volvía a casa

temprano, no tenía nada para hacer. Intenté pensar en maneras para

gastar el tiempo luego de las clases, pero no las aproveché. En realidad,

si consideramos las características de una vida cotidiana que carece de

propósito, este año era exactamente igual que el anterior.

Siguiendo a la multitud por la calle principal, dejé el estrecho camino del

puente y entré al distrito comercial. El sol de invierno, que era débil en

el mejor de los casos, se volvió incluso más inestable cuando se

acercaba la noche. Recién ahora me di cuenta que las figuras de mis

compañeros de escuela se habían esparcido. Probablemente no era a

causa del frío, pero aún así no había una sola persona alrededor. En vez

de eso, sólo había coches que pasaban continuamente.

Mirando de reojo a la tienda de productos secos, la boutique, y la

peluquería, avancé por el camino. El sonido del flotante viento se mezcló

con el sonido de los artefactos eléctricos. Había llegado al centro de

videojuegos al lado de la peluquería. Sólo estaba pasando por allí cuando

de repente me di cuenta de algo. Entre todas las bicicletas alineadas

fuera de la tienda, pude reconocer una de ellas. No había duda de que

esa bicicleta de montaña, que tenía una desgastada tela pegada a sus

manubrios, le pertenecía a Satoshi.

Observé mi reloj. No es como si quisiera ir y jugar un poco, pero no

tenía ninguna razón para apurarme a regresar a casa. Según mi lema, “Si

no tengo que hacerlo, no lo hago. Si tengo que hacerlo, lo hago rápido”,

hay sólo un curso de acción... continuar mi camino a casa.

Pero entonces la puerta automática frente a mí de repente se abrió, y el

que salió fue Satoshi. Probablemente se dio cuenta de mí allí dentro, por

lo que salió para interceptarme. Llevando su usual e inextinguible

sonrisa, levantó su mano.

— ¡Hola!

—Hey.

Observando mi expresión, Satoshi dijo.

—Hm, no pareces tener prisa.

Dado que esto era obvio, no respondí. Satoshi apuntó al centro de

videojuegos.

—Llegas en el momento indicado. ¿Qué te parece? ¿Un juego por los

viejos tiempos? He creado el movimiento definitivo “Satoshi Especial”,

pero no es lo mismo que jugar en la PC.

Él estaba retándome a un juego. Yo bostecé.

—No he jugado en un buen tiempo.

—Yo tampoco. Pero Houtarou, según un reporte de la Comisión Central

de Investigación Educacional, los chicos estos días parecen estar

jugando juegos todo el tiempo. Si es así, sería un problema educacional

si uno no tuviera interés en los juegos siendo chico.

Encogiéndome de hombros ante tal broma, entré en la tienda. No tenía

razones para rechazarlo.

El centro de videojuegos, en donde no había estado en un buen tiempo,

estaba demasiado iluminado, como si fuera parte de un plan para

promocionar su imagen. Recordaba esto como un lugar pesado con humo

de cigarrillo, pero no parecía haber ningún fumador ahora. En cambio,

había pocas personas alrededor. Las pequeñas máquinas habían sido

movidas a la parte trasera de la tienda, mientras que las más grandes,

las cuales no había visto antes, estaban ubicadas por el centro.

Realmente ha sido un buen tiempo. Me pregunto qué tanto fue desde la

última vez que estuve aquí. Casi nunca he entrado aquí por mi propia

cuenta. Esto significaría que la última vez que vine, casi seguro que fue

con Satoshi. Solíamos jugar varias veces el año pasado... no, fue hace

dos años.

No reconocía todos estos juegos mostrados en las pantallas. Bueno, es

entendible para alguien que no ha ido a un centro de videojuegos en dos

años. Como si hubiera entrado en un extraño mundo, mis ojos se

mantuvieron errantes alrededor. Con una mirada lateral, Satoshi

lentamente avanzó al interior de la tienda, y se dio vuelta cuando

llegamos a una máquina.

— ¿Qué te parece este? Lo recuerdas, ¿cierto?

Satoshi había elegido un juego que también había visto antes. Para ser

precisos, solía jugar a esto con él bastante seguido. Había dos máquinas

diseñadas como cabinas ubicadas una al lado de la otra. Era un juego

que simulaba una batalla entre robots. Incluso luego de dos años, o

incluso por más tiempo, esta máquina seguía aquí. Satoshi estiró sus

manos ampliamente y levantó la voz.

— ¡Pulverizar proyectiles y disparar rayos! Este es definitivamente el

amor de un hombre, por lo que no podía invitar a Mayaka.

—Ella probablemente no se uniría incluso si la invitaras a algún otro

juego. Bien, acepto tu desafío. Aunque no creo que pueda controlarlo

bien.

—Nah, lo recordarás inmediatamente. Por favor sé paciente conmigo.

Con esas palabras, Satoshi deslizó su pequeño cuerpo dentro de la

cabina. Poco después de eso, pude escuchar una emocionante música

tecno proveniente de las máquinas.

Puse mi bolso fuera de la máquina, me saqué la gabardina para reducir

mi peso, y entré en la otra cabina. Inserté una moneda de 100 yenes, y

reté a Satoshi a una batalla. Su robot era el mismo que solía usar hace

dos años, uno especializado en la movilidad y con un excepcional

combate aéreo. Tenía una elegante forma, un cañón insertado en su

brazo derecho, y un cañón de rayos sobresaliendo de su cuerpo. Yo

también elegí un robot que solía usar en el pasado, uno que seguía el

Principio de Gigante Cañón Acorazado*. Era un robot pesado con un

bajo centro de gravedad. Llevaba un cañón de ánima lisa en su mano

derecha, y tenía dos pistolas láser en sus hombros.

(El juego descrito es “Virtual On” ; *Una idea durante la Segunda Guerra Mundial que

establece que los acorazados deberían tener cañones tan largos como sea posible para

tener una posición más ventajosa.)

Luego de que los dos robots fueron mostrados en pantalla, la máquina

automáticamente eligió el escenario. Era la cubierta de un avión de

carga. Según mi vaga memoria, este escenario tenía pocos obstáculos,

poniendo en desventaja a Satoshi, cuyo robot estaba basado en evadir

ataques. Bueno, esto aún no compensa mi desventaja de dos años.

“Prepárense”, una sintetizada voz anunció. La interfaz consistía en dos

mandos y cinco botones. “Ya”.

La batalla fue programada en tres rondas. En la primera, Satoshi estaba

probablemente mostrando algo de consideración, y de alguna manera me

permitió pasar la primera mitad del tiempo para acostumbrarme a los

controles. Cuando quedaban sólo diez segundos, presioné un botón al

azar, y un láser inesperadamente golpeó directo al robot de Satoshi, que

se encontraba dentro de mi rango. En ese momento, escuché algunos

sonidos extraños como “Pikyaa” o “Higyaa” viniendo de la otra

máquina. Podría no haber otros clientes alrededor, pero aún era

embarazoso. El ligero robot de Satoshi estalló luego de recibir el golpe,

y la ronda acabó.

Antes de que la segunda ronda comenzara, Satoshi rápidamente salió de

su cabina y acercó su cabeza a la mía.

—Entonces, ¿cómo estuvo? ¿ya te acostumbraste?

—Sí, recuerdo la mayor parte de esto. Vamos a jugar.

— ¡Ok, no te lo pondré fácil!

Escuché cómo se deslizó en su asiento al mismo tiempo que la segunda

ronda comenzó. Su robot desapareció inmediatamente de mi línea de

fuego, lo que significa que se pondrá serio ahora. En ese instante, moví

mi robot hacia delante, y una llama azul apareció en mi previa posición.

Di vueltas en busca del robot enemigo. Apreté el gatillo tan pronto como

vi su figura apareciendo justo detrás, y disparé con el cañón del brazo

derecho. Pero antes de que el proyectil golpeara, el objetivo desapareció

de nuevo de mi campo de visión. La velocidad de su robot era muy

distinta a la mía.

Sí, siempre fue así, recordé cómo tomaba acciones evasivas por el

tiempo transcurrido. Para ser preciso, estaba moviendo mi robot en una

sola dirección. El robot de Satoshi ahora estaba volando. Balas de

ametralladora caían como un golpe aéreo. Estará bien si me golpean,

creo, dado que mi robot tiene una gruesa armadura.

Cuando éramos estudiantes de escuela media, sólo había dos maneras de

acabar una batalla. Mi robot lo diezmaría al comienzo de la batalla, o el

robot de Satoshi correría en círculos alrededor de mi máquina hasta que

el tiempo acabara. Él ganaba la mayoría de las veces, y también sonreía

y decía, “Estás tratando de acabar la batalla demasiado rápido,

Houtarou”.

Por un instante, pude ver su robot frente al mío, volando. Con la

situación empeorando, ingenuamente dirigí y disparé mis láseres, pero el

objetivo descendió, evadiendo mi ataque. Dado que estaba en posición

de disparo y no podía moverme, Satoshi apuntó a mi robot y usó su

poderoso cañón de rayos. Por supuesto, fue un golpe directo. Entonces

tomó la iniciativa y me pulverizó con su ametralladora para terminar la

batalla.

La tercera ronda.

Cuando la metálica voz gritó “Ya”, inmediatamente avancé hacia delante

para reducir nuestra distancia. Satoshi, en un descuido, se retiró sin

ningún plan. Si tomara esta oportunidad para continuamente disparar mi

cañón de ánima lisa, debería al menos golpearlo una vez. Eso le causaría

un poco de daño a la débil armadura del robot de Satoshi.

Pero Satoshi no era un jugador promedio. Pensé que se había enfocado

en escapar, pero en realidad estaba de pie, y disparó con su cañón de

rayos. Nuestra distancia era muy corta, por lo que no pude reaccionar a

tiempo. Mi robot recibió el golpe y se derrumbó.

Mientras estaba tratando de levantarlo, Satoshi aprovechó la

oportunidad para bombardearme con todas sus armas equipadas. Un

juego agresivo. Podría haber saltado fuera de la barrera o usar mi

armadura para resistirlo.

— ¿Hm?...

Mientras apresuradamente movía los mandos, de repente sentí que algo

estaba fuera de lugar. ¿Era así como jugaba con Satoshi antes?

No, claramente es diferente.

Su estilo de juego no es como este. Ahora, estábamos llevando nuestros

robots unos a otros con nuestras respectivas armas, ya que sólo

quedaba poco tiempo. Satoshi leyó mis movimientos y esquivó

asombrosamente mi disparo. En ese momento, su robot estaba

reduciendo la distancia con el mío. Pude ver un delgado cuerpo

enfocándose rápidamente en mi pantalla.

Pero con ese movimiento, yo podía fácilmente golpear su robot con mi

laser. Preparé mi dedo en el gatillo. En ese momento, recordé.

Es cierto, el estilo de juego de Satoshi era “Victoria por sobre todas las

cosas”. Él haría cualquier cosa a fin de ganar, y cuando él estaba en una

desventajosa posición, se escapaba y esperaba por una oportunidad.

Cuando él podía ganar con sólo esperar a que acabara el tiempo, él se

escaparía, pero cuando tenía la oportunidad de atacar, iba a por todas.

Eso no es todo. Él también aprovechaba a veces las fallas del sistema y

los bugs. De todos modos, Satoshi era una persona que sólo quería

ganar. Cuando perdía, culpaba a su mala suerte, sin ocultar su ira, y

estaba realmente dolorido por ello. La razón de por qué me distancié del

centro de videojuegos fue en gran parte por la intolerancia de Satoshi,

pero sería desagradable decírselo cara a cara.

Entonces, ¿cuál era el significado de esta carga frontal?... ¿Podría ser

una trampa?

Pero me había dado cuenta muy tarde. Ya había jalado el gatillo,

causando que mi robot se pusiera en posición de disparo. Si Satoshi se

detuviera, escapara al cielo y disparara con su cañón de rayos, sería su

victoria.

Pero Satoshi no tomó ese curso de acción. A cambio, todo lo que pude

ver en mi pantalla fue una espada de luz deslizándose de su brazo

derecho. ¿Un ataque cuerpo a cuerpo? Un imprudente movimiento,

cargar hacia mí su robot desde tan lejos sólo para golpearme con eso.

Antes de que la espada golpeara a mi robot, el láser dio en el blanco. El

robot de Satoshi fue volteado y quedé asombrado.

El contador era 2-1. Gané.

Antes de que las palabras “Ganaste” desaparecieran de la pantalla,

Satoshi inesperadamente se asomó dentro de mi cabina. Estaba

preguntándome sobre qué tipo de expresión llevaría ahora en su rostro,

pero sólo tenía su anti-climática, usual sonrisa. Él habló y habló

animadamente.

—Hombre, ese fue un buen juego. ¿Realmente pasaron dos años desde la

última vez que jugaste, Houtarou? Ese fue un asombroso control de

mandos. Dicen que puede que nunca aprendas cómo andar en bicicleta,

nadar o montar a caballo, pero controlar un robot debería ser algo para

agregar a esa lista, ¿no es así?

Así es Satoshi en realidad, siempre teniendo algo frívolo para decir sin

descanso. Sin estar descontento por la victoria, sonreí.

—Realmente no he jugado en un buen tiempo, por lo que sería un novato

de nuevo. Esa victoria fue sólo suerte.

Respondí.

Como el ganador, me dieron el derecho de jugar contra la computadora.

Satoshi apuntó a la pantalla, indicándome que continuara con el juego.

Jugué a medias y perdí apropiadamente.

Con un vistazo a la pantalla de “Fin del juego”, estaba por salir de la

cabina cuando una lata de café apareció ante mis ojos. Miré hacia arriba

desde mi postura inclinada y noté que el propietario de aquella mano

sosteniendo la lata era Satoshi. Él dijo.

—Aquí está tu premio. ¡Disfruta!

Esta lata era de café negro caliente. Sin dudar, lo acepté y tiré de la

lengüeta.

— ¿Qué pasa con esta aduladora generosidad?

—Es también una compensación por forzarte a que me acompañes.

— ¿Realmente estabas preocupado por eso?

— ¡Como si pudiera!

Una lata de café definitivamente estaría caliente, pero en realidad no soy

bueno con las bebidas calientes. Me apoyé en una máquina cercana y

sorbí el café suficiente para mojar mi lengua.

Satoshi no estaba siendo anormal en absoluto. Más bien, el estaba de

buen humor. Sin embargo, su comportamiento era contrario a lo que

recordaba. Él está de buen humor a pesar de perder el juego. No tenía

idea de por qué ese era el caso.

—Oye, Satoshi. Al final de la tercera ronda...

— ¿Hm? Sí, tú totalmente me atrapaste allí.

— ¿Por qué no volaste? Si me hubieras atacado desde el aire, hubiera

perdido... o más bien, ¿Porqué fuiste cuerpo a cuerpo allí?

Satoshi se encogió de hombros en una frívola manera.

—Cuando usamos robots gigantes, las batallas cuerpo a cuerpo son el

último romance. Realmente se siente bien cuando los ves chocarse y

romperse uno a otro, ¿sabes? Bueno, siendo contraatacado por un laser

gigante también genera una buena imagen, por lo que estoy satisfecho

con el resultado.

Satoshi dijo indiferente. Si fuera cierto, Satoshi eligió el romance sobre

la victoria... o en otras palabras él perdió a costa de divertirse.

Esta era la derrota para Satoshi. Una adecuada derrota para un falso

hombre del mundo que persigue la diversión instintivamente. No era en

absoluto extraño para el Satoshi que conozco.

¿Pero entonces qué fue el recuerdo que tuve antes?

—¡Bien, continuemos con el “Satoshi Especial 2”! ¡Te mostraré el

legendario yakuman “Iipinraoyue”!

(El límite de puntos en una mano del Mahjong japonés da 48.000 puntos al repartidor y

32.000 al resto de jugadores.)

Continué lentamente sorbiendo mi café, mientras Satoshi insertaba una

moneda dentro del juego de Mahjong. Mientras miraba a Satoshi

tratando de forzar una mano simple*, dos imágenes aparecieron seguidas

en mi mente.

(*Todas las fichas con la misma figura.)

Una era de Satoshi golpeando la máquina luego de perder. La otra era

de Satoshi dándole una lata de café al ganador.

Capítulo 3

El día del juicio había llegado, aún cuando muchas personas

fervientemente deseaban su retraso. El tiempo no para, ni lo hace el

calendario. Si te rehúsas a aceptarlo, sólo te queda viajar a la velocidad

de la luz. Nadie podrá pararte.

Era el 14 de febrero. La frase “Día de San Valentín” fue escrita

claramente como el evento del día en un calendario que había recibido

de un cercano santuario el día de año nuevo. Cuando desperté noté una

adornada caja ubicada fuera de mi habitación. Suponiendo que era otro

de los malos chistes de mi hermana, abrí la tapa y encontré una barra de

chocolate, junto con una nota garabateada dentro. La leí... “Te regalo

una barra de chocolate. De Oreki Tomoe con un cálido y sensible

lamento”.

¡Patada frontal! Le di un buen golpe en dirección a mi habitación y me

dirigí a la escuela.

No había cambios en la usual Preparatoria Kamiyama. Dado que a los

estudiantes se les permite vestir sus uniformes de invierno, el camino a

la escuela lucía más animada comparada con otras temporadas, donde la

gente lleva suéteres y abrigos. Era un comienzo calmado para un fatídico

día.

Durante el almuerzo, estaba pensando en comprar algo de pan de nuez,

por lo que me dirigí al comedor y me sumé a la gigante multitud de

gente. Luego de asegurarme la última barra de pan, escapé de la

multitud, y ahí fue cuando noté que Chitanda también estaba comprando

algo junto a todos esos estudiantes empujando.

A pesar de su personalidad, ella parecía cumplir con las condiciones que

debía tener una hija de una adinerada familia, por lo que fue entretenido

verla mezclada con la gente común. Probablemente habiéndome notado,

Chitanda se abrió paso a través de la masa de uniformes escolares.

Eventualmente, ella apareció y me llamó.

—Buenos días, Oreki-san.

—Hey.

Mientras Chitanda ajustaba su bufanda, noté que todo lo que ella tenía

en su mano era una bebida envuelta en un paquete de papel. Aunque

debería sólo ocuparme de mis asuntos, estaba interesado, y le pregunté.

—Chitanda, ¿eso es todo lo que tienes para almorzar?

Chitanda bajó su mirada tímidamente.

—No, había preparado un bento. Es sólo que... recientemente, he estado

enganchada a esto.

Ella lo levantó para que lo vea, y parecía ser una bebida de leche de té

verde. Dejando a un lado esa extraña combinación, me pregunto si tenía

algo de cafeína, la cual Chitanda no podía tomar, en su té verde...

Supongo que genera un efecto placebo. Debería guardar esto en secreto

de ella.

Sería una molestia para nosotros perder el tiempo en frente del comedor

en medio de este caos, por lo que nos alejamos. Nuestros salones

estaban justo uno al lado de otro.

En este tedioso regreso al salón de clases, le pregunté sobre Ibara.

— ¿Entonces qué pasó con el chocolate de Ibara al final?

Una pequeña sonrisa surgió en el rostro de Chitanda, mientras respondía

orgullosa.

—Decidimos usar Cote D'or. Aunque creo que usar Nestlé sería lo

suficientemente bueno también.

Continuamos caminando en silencio por un momento. Viendo que no me

daría una explicación, le pregunté.

— ¿De qué estás hablando?

—...Ah, perdón. Decidimos usar una marca belga. Estábamos pensando

en usar una suiza.

Ella continuó.

—Fue realmente una difícil decisión. Compramos todo tipo de chocolates

en la tienda, y los probamos todos. Fue una rara experiencia, ¡pero

había tanto chocolate! Para ser honesta, quisiera evitar el chocolate por

un tiempo.

Ella sonrió. Imaginé a Chitanda e Ibara enfrentándose una a la otra en el

Salón de Lectura Geográfica y mordiendo el chocolate apilado en la

mesa, y sonreí. Apuesto a que la montaña de chocolate que casi tocaba

el techo caería al suelo en un parpadeo.

—Luego de disfrutar de tanto chocolate, ¿no tendrán acné?

—Está bien. Ibara-san tenía uno en su mejilla, pero lo escondió con un

molde.

Entonces Chitanda dijo como si estuviera en un sueño.

—Mayaka-san hizo el molde de corazón por su propia cuenta. ¡Nunca

supe que ella podía hacer tales manualidades! Y ella incluso añadió un

detallado grabado. Aunque Cupido estaba apuntando a la dirección

incorrecta, ¡aún era realmente lindo! Desafortunadamente, el marco de

madera no era muy compatible con el chocolate, por lo que su textura

podría no ser tan buena.

—Parece que su experiencia en el Laboratorio de Manga había

perfeccionado sus habilidades al punto de que ella pueda hacer buenos

cortes. Nunca me acostumbré a usar un cincel para esto.

—Mayaka-san tiene una asombrosa concentración. Por lo que esto

significa poner tu cuerpo y alma en algo... ¿no es encantador?

Por lo que puedo decir, el punto fuerte de Ibara era definitivamente su

habilidad de poner su cuerpo y alma en algo, o en otras palabras, su

concentración. Si Chitanda fuera una persona que es absorbida por algo,

Ibara sería una que se especializa en eso. Por cierto, Satoshi es un tipo

que encuentra satisfacción en perseguir muchos intereses al mismo

tiempo, y no necesito decirlo, yo apenas muestro interés en algo.

Además, para Ibara, este chocolate era su revancha, por lo que lo haría

realmente duro para conseguirlo.

— ¿Entonces ya ha entregado el chocolate?

Chitanda sacudió su cabeza en respuesta, y frunció el ceño ligeramente.

—Es una lástima. Sería mejor para ella dárselo en persona, pero...

Mayaka-san estaba planeando darle el chocolate a Fukube-san luego de

las clases en el salón del club, pero no puede hacerlo porque debe ir al

Laboratorio de Manga.

— ¿Entonces?

—Ella va a dejar el chocolate en el salón del club y le dirá a Fukube-san

que se dirija allí, supongo. Incluso si no fuera entregado hasta el final de

las clases, el ritual de San Valentín será completado siempre y cuando

sea 14 de febrero, por lo que pienso que puede haber otra manera,

pero...

Hm. Chitanda estaba sintiéndose decepcionada al respecto, pero

entregar el chocolate como si no fuera nada parece un método bastante

refinado. Estoy seguro que Satoshi lo preferirá de esa manera.

Chitanda de repente se dio la vuelta, como si justo se le hubiera

ocurrido algo. Miré a Chitanda, quien llevaba una seria expresión en su

rostro.

—Ah, cierto, Oreki-san. Hoy es día de San Valentín.

—......

Ella bajó su cabeza ligeramente. Cuando la levantó, la claridad había

vuelto a su rostro.

—En mi familia, entregamos regalos de fin de año o del Festival Bon a

aquellos que son realmente cercanos a nosotros. Por lo que me disculpo

por no poder dar mi cortesía con un chocolate.

...Era eso.

Nunca había imaginado que alguien agruparía los chocolates y los de fin

de año juntos.

Probablemente habiendo escuchado nuestra conversación, un estudiante

de segundo año rápidamente nos superó con una cara que traicionaba a

una sonrisa. Mientras veía esa figura alejarse, realmente pensé en patear

su trasero tan fuerte como podría.

Después de las clases, mientras guardaba mis libros de texto y otros

varios objetos en mi bolso, fui visitado por Satoshi. El bolsito que él

siempre llevaba alrededor había estado lleno hasta el tope con una figura

en forma de paralelepípedo con un ángulo recto dentro. ¿Qué tenía allí

dentro? Él giró su bolso en círculos y preguntó.

— ¿Qué vas a hacer ahora Houtarou?

Decidí no ir al Salón de Lectura Geográfica dado que sería

absolutamente estúpido hacerlo. Quería irme a casa tan pronto como me

fuera posible, y estaba a punto de responderle eso, pero cuando observé

fuera de la ventana, vi que el aguanieve que había comenzado temprano

estaba aumentando su intensidad. Mis botas y gabardina eran

impermeables, y llevaba un paraguas, pero...

—Esperaré hasta que el aguanieve se detenga o comience a nevar.

— ¿Aquí?

Pensé por un momento. La calefacción estaba apagada, por lo que hacía

frío. Además, una persona esperando por el clima pasando y matando el

tiempo solo en un salón de clases el día de San Valentín cuando ya

habían concluido las clases probablemente sería molesto para los otros

que podían tener otros propósitos aquí. Incluso podría ser considerado

por algo como esto. Aún así, como mencioné antes, sería realmente

estúpido ir al salón del club.

—Nah, supongo que iré a la biblioteca.

Como si hubiera esperado esta respuesta, Satoshi asintió, sacó un libro

de su bolso y me lo entregó. Era el volumen de un libro duodécimo, y su

título era uno que fue popular hace unos cuantos años. Si mi memoria no

me falla, la historia era algo como esto: Un hombre y una mujer estaban

llevando una ordinaria vida, pero un pequeño malestar pronto se

convirtió en una catástrofe de la cual no había retorno, ¡como si la

sombra de la muerte arrasara las calles! Aunque no soy un gran fan del

horror.

—Tu seguro lees libros raros... No creo leer esto incluso si me lo

recomendaras.

—Nunca te dije que lo leyeras. Sólo ayúdame a devolverlo, por favor.

Casi es el plazo.

En vez de responderle, lo puse dentro de mi bolso junto con unas hojas

sueltas. Sin detenerme en mi preparación para volver a casa, le

pregunté.

—Entonces, ¿irás al salón del club?

—Sí, supongo. — respondió distraídamente.

Encontrando esto extraño, le dije.

—Parece que Ibara no irá.

No habiendo esperado que supiera eso, Satoshi puso una expresión de

sorpresa.

—Wow, tan rápido te enteraste... ¿Chitanda-san te lo dijo?

Murmuré en respuesta.

—Aparentemente, ella tenía que ir al Laboratorio de Manga.

—Eso es lo que escuché.

—Chitanda estaba realmente desilusionada por esto, que Ibara...

Satoshi interrumpió mis palabras.

—Actualmente, el Laboratorio de Manga está teniendo una pequeña

discusión interna. El latente antagonismo fue restaurado luego del

Festival Cultural, y ahora está dividida en dos facciones peleando por el

liderazgo: los impresionistas y los naturalistas. Si el conflicto empeora,

sería difícil para ellos, que tienen una larga tradición, evitar dividirse en

dos. Los naturalistas superan en número a los impresionistas, y es algo

triste, en mi opinión. Mayaka es la líder de los realistas, por lo que el

encuentro de hoy este probablemente relacionado con ese conflicto.

Sentí que ese forzoso cambio de tema fue grosero, pero sin prestarle

atención, le pregunté por aquellos términos que no me eran familiares.

—Impresionistas y, ¿cuál era el otro?

—Naturalistas. Las dos facciones también son conocidas como el grupo

orientado a la caracterización, y el grupo orientado a la historia.

Aparentemente, están discutiendo tan ferozmente como si chocaran

espadas. Totalmente me gustaría unirme si pudiera.

Él estaba hablando como si estuviera realmente disfrutándolo. Se podría

decir que estaba mucho más interesado en este escándalo que en el

evento del 14 de febrero. Bueno, en todo caso,

—Tú acabas de crear los nombres de aquellas facciones, ¿no es así?

Satoshi se encogió de hombros maliciosamente.

—Algunos pueden decir que la admiración de los defensores aún no se

han detenido.

Con esa frase, él balanceó su completamente arrugado bolsito. Me alejé

de su compañía, y dejé el salón de clases llevando mi bolso y mi

gabardina. Satoshi me siguió detrás. Dado que los caminos hacia el

Bloque Especial y hacia la biblioteca estaban en direcciones opuestas,

nos separamos fuera del salón.

—Hasta pronto, Oreki-kun.

Satoshi dijo en un tono dramático. Respondí con una pequeña broma.

—Buena suerte.

— ¿A qué te refieres? En serio...

Eso es obvio. Me refiero a la revancha de tu oponente, por supuesto.

La biblioteca estaba sorpresivamente vacía. Estaba esperando que

estuviera llena, con este mal tiempo al final de las clases.

Coloqué el libro de Satoshi en la caja de devoluciones y ubiqué mi bolso

en un asiento cercano. Me dirigí a una estantería para buscar algún libro

adecuado que pudiera hojear para matar el tiempo, y volví a mi asiento

con una colección de fotografías tomadas en escénicos e históricos

lugares de América del Sur. Había también colecciones con imágenes de

Europa y Asia Central, pero elegí América del Sur a modo de respetar el

lugar del origen del chocolate.

Primero estaban las usuales pirámides mayas. En el Escudo Guayanés

lleno de vegetación, las incontables cavidades perforadas dentro de las

pirámides eran una extraña vista para observar. Volteé la página, y la

siguiente imagen era de una extraña planta con frutos que se podían

confundir con rostros humanos unidos al tronco. El subtítulo decía,

“Theobroma Cacao”. Theobroma significa “comida para los dioses”. El

libro no mencionaba el lenguaje del cual provenía la palabra.

Mientras examinaba la fotografía, inesperadamente noté que estaba

realmente consciente del significado de este día. Pero, si me interesara

el día de San Valentín, sería una mentira decir que no me interesa la

navidad. Pero entonces, no tenía recuerdos de haber pensado en esto el

24 de diciembre. Si fuera a pensar acerca de si había algo impresionante

sobre el día de San Valentín, sería mi casual interés en la revancha de

Ibara, también en haber recibido un chocolate en la mañana. Podría ser

gracias a eso que me volví consciente y me pregunté si hoy era 14 de

febrero.

Pero puedo claramente proclamar que esto no significa que mis

expectativas de recibir chocolate fueran altas este año comparado con el

año pasado.

Entonces, por ejemplo, asumamos que justo ahora, mientras estoy

observando una fotografía de los restos del sistema de drenaje del

Machu Picchu, una persona con una sonrojada cara se acercara. Esta

imaginaria persona sería una estudiante femenina, por supuesto. Ella

dice, “¡Por favor acéptalo!” y me entrega un chocolate con forma de

corazón. ¿Cómo me sentiría en ese momento?

Naturalmente, sin duda quedaría estático.

Pero creo que esa alegría sería parecida a la felicidad que uno siente

cuando inesperadamente es reconocido como un simple ser humano. Ese

sentimiento no es materialmente diferente a hacer una pintura mal

dibujada y ganar un premio en una competición de la ciudad por

casualidad. Para expresarlo más elocuentemente, sería como decir, “No

entiendo completamente qué tan bueno sea esto, pero aceptaré este

reconocimiento público con agradecimiento”.

Sólo puedo decir que dudo sentirme feliz por el desarrollo de esto

llamado “amor”.

Mi creencia principal es la conservación de energía, con mi lema siendo:

“Si no tengo que hacerlo, no lo hago. Si tengo que hacerlo, lo hago

rápido”. Esta creencia es la que lleva a mi pereza. Pero aparte de eso,

también un insignificante punto de vista de las relaciones humanas.

La razón de por qué me siento tan cómodo en el Club de Clásicos es

porque Satoshi, Chitanda e Ibara no se aferraban los unos a los otros.

Incluso si Chitanda destruyera mi tranquilidad con su curiosidad, ella no

iría tan lejos como para forzadamente jalarme a algo si yo seriamente no

quisiera estar involucrado en eso. De hecho, durante los incidentes de

“Hyouka” y de la “Emperatriz” del año pasado, Chitanda no dijo que

necesitaría mi cooperación sin importar qué. Ella ciertamente era buena

metiéndome presión, pero ella no me empujaría a seguir su propio

camino. Si ella dijera algo como “Ese es tu deber” o “Es natural que lo

hagas”, o llorara mientras me suplicara y molestara para que la ayudara,

probablemente saldría del Club de Clásicos.

¿Pero cómo manejas un romance con esa actitud? ¿Sería uno capaz de

suponer ese estilo o forzarlo al asunto del romance?

...Es común decir que los organismos vivientes existen para transmitir

sus genes, o en otras palabras, para tener descendencia. Amar entonces

sólo sería el canalizado deseo de propagarse. Desde ese punto de vista,

puedo decir que soy un organismo viviente incompleto. Pero dado que

también soy un ser humano, no necesito salir con alguien sólo a causa de

necesidades biológicas. Ese es el porqué no me preocupa ser un

organismo incompleto.

Hablando de deseo, sería suficiente para mí decir que deseo chocolate.

Me gustan las cosas picantes, pero relativamente estoy bien con las

cosas dulces.

Estaba pensando sobre esto mientras miraba una rana venenosa naranja

brillante que habita en los densos bosques.

—Al fin te encontré, Oreki-san.

Siendo mi nombre llamando tan de repente, me volteé para ver que el

rostro de Chitanda estaba sorpresivamente cerca. Luego de encontrarse

dentro del campo de visión de sus enormes ojos, aparté mi vista sin

pensarlo.

Mi garganta dolía por el seco aire de invierno. Tosí una vez.

—Ahora que finalmente me encontraste, ¿necesitas algo?

—No.

—......

Chitanda le dio un vistazo a la desierta biblioteca y dijo.

—Pensé que si tú estabas aquí, Fukube-san estaría aquí también.

Por lo que ella estaba buscando a Satoshi, ¿huh?

—No estamos pegados juntos para siempre, sabes.

—Eso fue lo que pensé, pero... ¿Sabes dónde está ahora Fukube-san?

Cuando estaba a punto de responderle, me di cuenta que algo era

extraño. Satoshi estaba yendo hacia el salón del club. Pero si ese fuera

el caso, Chitanda no estaría aquí buscándolo.

— ¿Él no llegó al salón del club?

Chitanda asintió ligeramente.

—Parecía estar un poco tarde, por lo que estoy aquí en su búsqueda.

Dado que esto preocuparía a Mayaka-san, no creo que él lo olvidaría,

pero quizás pasó algo...

Hmm. Revisé mi reloj. No recuerdo el momento exacto, pero creo que

no han pasado más de treinta minutos desde que Satoshi anunció que

estaría yendo al salón del club y se separó de mí. Ahora eran casi las

cinco. El sol comenzaba a ocultarse, por lo que entendía la ansiedad de

Chitanda.

Pero ese es sólo Fukube Satoshi. No tiene excusa para hacer esperar a

otros, pero es justo como él estar deambulando por media hora o más.

Volteé una página de la colección de fotografías y respondí con una

distante vista a la Ciudad de México frente a mí.

—Él es bastante suelto con el tiempo, pero dijo que iría al salón del club.

Deberías esperarlo un poco más.

—El momento exacto no fue decidido, por lo que no puedo decir que esté

tarde. Entiendo, intentaré esperarlo.

El suave final de la frase de Chitanda parecía proyectar su preocupación,

pero con eso, ella volteó su negro cabello y se fue. Joder este Satoshi, él

no puede sólo dejar que algo proceda bien.

Estaba pensando que era tiempo de irme a casa, por lo que miré fuera de

la ventana, pero el aguanieve no había parado. Sin tener opción, empujé

mi asiento más lejos y procedí con la siguiente página.

Capítulo 4

El aguanieve acabó luego de que hube completado mi simulada

experiencia de América del Sur desde la Ciudad de México hasta Rio de

Janeiro. Devolví la colección de fotografías a su estantería, y cuando

estaba a punto de ponerme mi blanca gabardina un visitante llegó.

La puerta corrediza de repente se abrió.

—¡¡Oreki-san!!

Con un inapropiado nivel de energía para una biblioteca, donde uno

debería estar callado en un principio, Chitanda se acercó a mí. Estaba a

punto de decirle que no haga tanto ruido, pero cuando escaneé mis

alrededores, descubrí que las únicas personas aquí éramos yo, los

estudiantes bibliotecarios y la bibliotecaria, Itoigawa-sensei.

El rostro de Chitanda lucía diferente comparado con la última vez que

ella estuvo aquí. Ahora, sus labios estaban fuertemente apretados, y sus

ojos, que eran enormes incluso bajo circunstancias normales, estaban

ampliamente abiertos. Parece que algo malo ha pasado. Satoshi también

apareció detrás de Chitanda, balanceando su bolsito. Él tenía una

agotada expresión y podía sentir que su usual alta tensión se había

enfriado un poco.

—Houtarou, ¿aún estás aquí?

—Dije que estaría aquí hasta que el aguanieve acabara.

Miré a ambos, uno seguido del otro, y le dije a Chitanda.

—Parece que tienes algo que decirme, pero estoy a punto de irme a casa

ahora.

Chitanda asintió una vez lentamente, y luego una vez más

profundamente.

—Ah, sí, entiendo que esto sea algo tardío. Pero realmente apreciaría tu

ayuda.

—Perdón, ¿pero no puedes esperar hasta mañana? Si te ayudara o no,

puedes decirme sobre eso mañana.

Dije mientras estaba a punto de salir de la biblioteca.

Pero antes de que pudiera hacerlo, Chitanda bloqueó mi paso.

Inconscientemente fruncí el ceño, y ella habló con sus ojos mirando al

suelo.

—Discúlpame, pero al menos escucha lo que tengo que decir... Es mi

culpa. Descuidadamente dejé la puerta del salón del club abierta. Le he

hecho algo terrible a Mayaka-san...

...Parece que esto no era simplemente una manifestación de la usual

curiosidad de Chitanda. Sus puños estaban fuertemente apretados, y su

original blanca piel se había vuelto más pálida. Quizás a causa de que

estaba desconcertada, o debido a alguna otra razón, sus piernas estaban

también temblando ligeramente.

Le hice a Satoshi una breve pregunta.

— ¿Qué pasó?

—Bueno, realmente no es algo significante, pero...

La voz de Chitanda, que se interpuso a las palabras de Satoshi, era

débil.

—El chocolate...

— ¿El chocolate?

— ¡El chocolate casero de Mayaka-san fue robado! ¡Y ella había puesto

su mayor esfuerzo en hacerlo!

Observé a Satoshi. Él se encogió de hombros, como si dijera “Esto

seguro es problemático”, y asintió.

¿El chocolate de Ibara? ¿Robado, dices?

Ah, ya veo.

De nuevo, esto...

…Han pasado 10 meses desde que entré a la Preparatoria Kamiyama y

me uní al Club de Clásicos. Durante ese período de tiempo, he sido

forzado a actuar como el intermediario de los problemas de Chitanda,

que eran probablemente comparados a los tres años problemáticos de la

escuela media.

Mi experiencia en tratar con todos esos no ha aplastado mi lema de

conservación de energía. Pero es verdad que he ganado un grado de

adaptabilidad cuando tuve que moverme.

Probablemente yo lucía como si hubiera comido un amargo bicho. Con

esa expresión, puse mis brazos entre las mangas de mi gabardina y dije.

—En marcha. Iremos a verlo.

Ah, y el aguanieve ya se ha detenido. Pero esto sería la social obligación

de mi subsistencia, creo. En mi caso, Ibara y yo no éramos cercanos,

aún cuando nos conocíamos uno al otro por mucho tiempo. Me pregunto

qué tipo de expresión ella haría si descubriera que su chocolate fue

robado. ¡Definitivamente no quisiera ver eso!

Después de todo, no soy un fan del horror.

Cruzamos el pasillo y fuimos hacia el Bloque Especial.

El Salón de Lectura Geográfica estaba en el cuarto piso. Mientras

estábamos a punto de subir las escaleras...

— ¡Espera!

Una voz resonó, deteniendo mis pasos. Satoshi estiró su palma hacia mí.

Ni siquiera tuve la oportunidad de preguntar cuál era el problema,

cuando vi en las escaleras una amarilla y negra cuerda de vinilo atada a

través de ella. Durante los últimos días, varios lugares de la escuela

estuvieron siendo encerados secuencialmente. Bajo la cuerda había una

nota que decía, “Recién encerado. El uso de estas escaleras está

prohibido”.

Había dos escaleras. Fuimos hasta la otra y subimos. Mientras nos

estábamos moviendo del tercer al cuarto piso, un estudiante de primer

año con un permanente nos llamó.

—Disculpen, ¿está esto nivelado?

Parece que él había estado pegando un poster en la cartelera. Este

decía, “Exhibición de Trabajos de los Estudiantes Graduados del Club

de Manualidades. Lugar de encuentro: Bloque de Comunicaciones Clase

1-C”. Sinceramente le respondí que estaba bien y que estábamos en un

apuro, pero Satoshi habló sobre mí.

—Está muy bajo.

Ahora que lo pienso, el lado derecho parecía estar bajo. Luego de

Satoshi, Chitanda también dio una respuesta.

—Ese poster es trapezoidal, pero eso es intencional, ¿cierto?

El artesano... quiero decir el miembro del Club de Manualidades dio un

paso atrás del cartel, mirándolo fijamente, y luego escupió en voz baja.

(Aquí Oreki se autocorrige a causa de que la palabra japonesa para artesano puede

también significar espía.)

—Oh, qué diablos.

Entonces él tomó un cúter y una regla, arrancó el poster y se sentó en el

suelo. Así comenzó su habilidoso trabajo.

Orando por su éxito, llegué al Salón de Lectura Geográfica.

La puerta estaba cerrada. Me detuve antes de entrar al salón, y traté de

soportar el frío. Hacía probablemente tanto frío debido a que estuve en

la cálida biblioteca por un buen tiempo, pero incluso así, está congelado

aquí.

Chitanda se acercó a una silla que estaba en medio del salón, y puso su

mano en la mesa frente a ella.

—Estaba ubicado aquí.

Ya veo. En efecto, no había ningún chocolate sobre la mesa ahora.

Antes de decir algo, Chitanda resumió la situación directamente.

—El chocolate estaba envuelto en un papel rojo. No tenía un moño ni

nada de eso atado alrededor. En cuanto al tamaño... era de forma de

corazón, por lo que ocupaba un gran espacio.

Ella levantó sus manos para mostrar la anchura del chocolate,

incrementando la brecha poco a poco hasta llegar al ancho de su

cintura. Ella entonces inclinó su cabeza y redujo la medida del chocolate

imaginario sólo un poco.

—Era así de grande.

Parece que Chitanda no sólo tenía agudos sentidos, infalible memoria y

excelentes habilidades de observación, sino también poseía un

extraordinario reconocimiento espacial. Incluso así, era un chocolate

gigante.

— ¿Qué hay de Ibara?

—Aún no le dije nada. Puede parecer cobarde, pero planeo intentar

buscarlo primero antes de decírselo.

Chitanda continuamente frotaba la mesa, como si eso causaría que el

chocolate volviera.

—El chocolate estaba aquí cuando fui a buscar a Fukube-san. En otras

palabras, estaba aquí hasta las 4:45 de mi reloj. Volví al salón cuando

era un poco pasadas las cinco en punto. Si tan sólo hubiera dejado la

puerta cerrada por esos quince minutos...

Su última frase era tan inaudible que casi no pude escuchar sus palabras.

Esto era bastante natural para la bondadosa Chitanda, pero parece que

ella estaba bastante sorprendida.

—Pero, bueno, Chitanda-san, tú no eres la encargada del chocolate de

Mayaka, por lo que no deberías atormentarte tanto por ello.

—Pero siento que es inexcusable para Fukube-san...

—Como dije, no es tu responsabilidad. Si tú estás mal, entonces me

sentiría incluso peor por llegar tarde.

Eso fue inesperado. Pensé que Satoshi era el tipo de persona

despiadada, incapaz de mostrar algo de consideración. Mientras que yo,

una persona con un cálido corazón, decidí no añadir ninguna molesta

palabra a su intercambio.

Examiné el salón. Aquí no parecía haber ningún equipamiento especial.

Como los normales objetos de un salón de clase, había un púlpito, un

pizarrón, mesas, sillas y objetos de limpieza. Con sólo aquellos artículos,

sería fácil buscar cualquier cosa.

Sin embargo, había más de 40 mesas. Golpeé una mesa cercana con mi

puño.

— ¿Estás segura que no está aquí? ¿Qué hay de los cajones debajo de

las mesas?

—No, revisé este salón con Chitanda-san antes. No hay dudas de que no

está aquí.

Sí, eso creo.

Pero espera un minuto.

— ¿ No confirmó Chitanda que el chocolate estaba perdido por su propia

cuenta?

En respuesta a esta pregunta, Chitanda dijo.

—Encontré a Fukube-san mientras estaba volviendo al salón por lo que

entramos juntos.

—Fue en esa escalera. Me encontré con Chitanda-san en el cruce entre

el tercer y cuarto piso.

Ya veo. Esa escalera, huh.

Un resplandor de inspiración me golpeó. Me volteé. No me gusta dar

vueltas y vueltas por allí, pero nuestro destino estaba cerca. Chitanda

preguntó mientras yo estaba saliendo del salón.

— ¿A dónde vas?

— ¿Qué tanto tiempo ha estado el artesano allí?

Dije mientras dejaba el salón del club. Los dos me siguieron por detrás.

— ¿A quién te refieres con artesano?

—Oh, ese tipo con el permanente. Él estaba pegando un cartel en la

pared.

—...Quieres decir el miembro del Club de Manualidades.

Hubo una corta pausa mientras Chitanda pensaba por un momento.

—Él recién estaba desenrollando su cartel cuando me encontré con

Fukube-san.

—Eso es conveniente.

Satoshi probablemente entendió mi propósito con esa frase, pero no

estoy seguro de sí Chitanda lo hizo, quien podía ser increíblemente

lenta. Sólo para asegurarme, agregué.

—Si el artesano estuvo allí todo el tiempo, él probablemente recordará a

las personas que usaron esta escalera. A causa del encerado, esta

escalera es la única manera para subir hasta aquí.

—Ah... ¡Es cierto!

La voz de Chitanda, que sonaba bastante deprimida antes, saltó como si

fueran los rayos del sol. Pero en contraste, Satoshi se encontraba serio.

— ¿No hay posibilidad de que él sea el ladrón?

—No.

— ¿Huh?

— ¿Alguien merodearía por el área preocupándose por la rectitud de su

cartel luego de cometer un robo?

Pasamos alrededor del baño de chicas y bajamos las escaleras. El

artesano aún estaba frente a la cartelera, usando su cúter. Cuando nos

notó, él desenrolló su cartel.

— ¿Cómo está ahora?

Chitanda le dio una mirada y le dijo sin piedad.

—Ahora parece un paralelogramo sin ángulos rectos.

—...

—Más importante, tenemos una pregunta para ti. ¿Recuerdas quienes

pasaron por aquí desde que comenzaste a trabajar?

El artesano parecía intimidado ante la seria mirada de Chitanda. Él se

volteó a mirarnos a nosotros dos, que estábamos detrás de él.

— ¿Pasó algo?

Me estaba preguntando sobre cómo preguntarle, pero Satoshi dio una

rápida y fácil respuesta.

—Sólo algunos problemas. Sospechamos que aquellos que pasaron por

aquí pueden ser los culpables.

—Hm...

Parecía como si él no comprendiera esa explicación, pero aún así el

artesano respondió sin importarle demasiado.

—Sí, los recuerdo.

— ¿C-Cuántas personas estuvieron aquí?

El artesano le sonrió a la entusiasmada Chitanda.

—Tres personas.

¿Tres personas? Esto significa...

— ¿Quiénes eran?

Erm, realmente eres lenta, Chitanda. Le di un toque en su hombro.

Luego de que la joven dama se dio vuelta, apunté hacia nosotros en

sucesión.

—Nosotros dos, con Satoshi, hacemos tres.

Miré al artesano para confirmarlo, y él asintió.

— ¿Estás seguro de eso?

El artesano se lo confirmó.

—Soy bastante bueno cuando se trata de recordar rostros. También no

es como si estuviera tan enfocado en pegar el cartel que no me enterara

de alguien pasando por aquí.

Me di vuelta, y Chitanda inclinó su cabeza.

— ¿Qué quieres decir?

Le eché un vistazo a Satoshi y respondí.

—Eso significa lo que significa. La persona que robó el chocolate estaba

en el cuarto piso, y aún está en el cuarto piso... Satoshi.

— ¿Mm? ¿Qué pasa?

— ¿Qué clubes usan los salones del cuarto piso del Bloque Especial?

Satoshi se llenó de orgullo.

—Por lo que finalmente me usarás como base de datos. Bien por ti.

Hmm, está el Club de Clásicos, Club de Música Ligera, Club A Capela,

Club de Astronomía, y también... Si, el Club de Filosofía debería estar

allí también, aunque no tiene ningún miembro.

Él continuó.

—Parece que realmente te muestras serio por esto. Eso es raro.

Consideré en gritar, “¡Estoy haciendo esto por tu bien, desagradecido

bastardo!” pero estaba cansado, por lo que no lo hice. Además,

Chitanda también estaba aquí, por lo que definitivamente no podía decir

eso en absoluto.

—Entonces deberíamos ser capaces de recuperarlo... ¿Pero por qué ellos

harían algo como eso?

Chitanda preguntó, probablemente teniendo algo de espacio para su

curiosidad luego de sentirse esperanzada. Eso sería el mayor problema.

Pero por ahora...

—Por ahora vamos a ser prácticos; guarda tus preguntas para más tarde.

Entonces vamos a revisar los clubes restantes, puede volverse más

tranquilo de lo que esperaba.

—Eso estaría bien.

Chitanda asintió, y educadamente expresó su gratitud al artesano antes

de subir las escaleras.

Chequeamos los clubes que aún estaban aquí, y resultó bien.

El Club de Música Ligera había pedido prestado alguna sala en algún

lugar y estaban preparándose para su interpretación en vivo sin vacilar.

En cuanto al Club A Capela, era una costumbre para ellos practicar en

el patio. Además, era probablemente imposible mover sus lenguas en

éste frío clima, por lo que podrían ya haberse ido a sus casas. No es

necesario decir nada sobre el Club de Filosofía, por lo que los únicos

clubes que quedaban en el cuarto piso del Bloque Especial eran el Club

de Clásicos y el Club de Astronomía. Chitanda frunció el ceño.

—Por lo que el Club de Astronomía lo hizo...

—Veamos cómo va.

Dije mientras nos dirigimos al salón del Club de Astronomía, el salón de

Asignaturas Optativas 5. Satoshi murmuró mientras caminaba.

—El Club de Astronomía, huh. Esa persona podría estar allí.

— ¿Conoces a alguien allí?

Satoshi asintió a la pregunta de Chitanda.

—Es alguien que ustedes deberían conocer. Sawakiguchi-senpai está en

el Club de Astronomía.

—Oh, te refieres a ella. Eso es tranquilizante... ¿cierto?

Eso haría la situación incluso más delicada, creo. Sawakiguchi Misaki.

Recuerdo ese nombre. Ella estuvo involucrada en el incidente de la

“Emperatriz” que ocurrió a finales de verano el año pasado. Luego de

eso, ella estuvo en el equipo del Club de Astronomía que se enfrentó al

Club de Clásicos durante el Festival Cultural, pero ellos se

autodestruyeron allí. Estoy bastante seguro que ella intentó cocinar

bananas en dashi.

(Caldo japonés hecho con pescado y algas.)

Había sólo un salón en medio del Salón de Lectura Geográfica y el Salón

de Asignaturas Optativas 5. Si los miembros del Club de Astronomía

realmente robaron el chocolate, ni siquiera les tomaría veinte segundos

en hacerlo.

Nos quedamos de pie frente al salón y pudimos escuchar estridentes

risas provenientes de adentro. Nosotros tres nos miramos unos a los

otros. Chitanda asintió y tocó la puerta.

— ¿Hm? ¡Pasen!

Reconocí la voz que respondió.

Chitanda abrió la puerta corrediza.

Fuimos recibidos con el aire cálido soplando nuestras caras. Estaba en

contra del reglamento escolar que los estudiantes cambien la

programación de la temperatura de las estufas, pero con este inspirador

calor, podía decir que el Club de Astronomía no conocía esa regla. La

visión de un chico con anteojos se volvería completamente blanca al

inmediatamente entrar en este salón.

Había unos pocos estudiantes sentados en ronda. Uno, dos... cinco

personas en total. Ellos habían juntado algunas mesas y puesto algunos

papeles sobre ellas. Por alguna razón, había también diez dados

alrededor. Eran 3 chicos y dos chicas. Dentro del calor de este salón,

todos los chicos estaban vistiendo sus uniformes, y una chica vestía su

uniforme de marinero.

La chica que no vestía su uniforme de marinero, y era aparentemente la

dueña de aquella voz, era, como Satoshi mencionó, Sawakiguchi. A ella

debe gustarle mucho ese peinado, dado que su cabello estaba, como

todas las otras veces que la he visto, hecho en formas de dango en

ambos lados de su cabeza. El dango era de un color caramelo marrón y

estaba envuelto en elegantes lazos negros. A cambio, ella vestía el no

refinado suéter escolar regular.

Cuando los ojos de Chitanda se encontraron con los de Sawakiguchi, su

cabeza bajó unos quince grados, y ella sonrió.

—Buenas tardes, Sawakiguchi-san. Por favor devuélvenos el chocolate.

Me estaba preguntando si debería cubrir su boca, o golpear su cabeza,

pero agradecidamente, Sawakiguchi aparentemente no captó esa errática

frase.

— ¿Qué pasa con el chocolate? Hm, si recuerdo bien, tú eres Chitanda,

¿no es así?

—Sí, soy Chitanda Eru.

— ¿Y estás aquí para?

Justo cuando Chitanda estaba a punto de decir bruscamente algo raro de

nuevo, Satoshi rápidamente la cortó.

—Es una emergencia. Estábamos llamándote, senpai, con la esperanza de

recibir tu ayuda.

Fue una manera ridícula de ponerlo, pero una infantil sonrisa apareció en

el rostro de Sawakiguchi. Supongo que era fácil para los raros

comunicarse unos con otros.

—Hmm. ¿Tomará mucho tiempo?

—Debería bastar con tres minutos.

Durante ese intercambio, examiné el interior del salón una vez más. Los

bolsos y las ropas de invierno de los miembros del Club de Astronomía

estaban aleatoriamente esparcidos alrededor del tumulto de mesas. Ellas

tenían distintas formas y medidas, pero había cinco mochilas y cinco

conjuntos de ropa de invierno. Había también un saco, pero basado en

mi pasada experiencia, podría pertenecerle a Sawakiguchi. Los miembros

del Club de Astronomía estaban todos mirándome con dudosas

expresiones, probablemente preguntándose qué estaba pasando. Parece

que interrumpimos un momento interesante, porque había un chico con

un malhumorado rostro.

Sawakiguchi asintió ligeramente dos o tres veces, entonces se lo anunció

a los miembros de su club.

—Me iré por un momento. Antes de cargar, si la dificultad del sorteo es

tres o menos, pueden comprarlo por un 50% extra.

Sawakiguchi se levantó de su asiento y fue bañada en abucheos.

— ¡50%!

—Tres o menos, pero no hay nada más que comprar...

En respuesta, Sawakiguchi dijo.

— ¿No deberían estar agradecidos de que les estoy permitiendo su

reabastecimiento en este crucial momento? Si alguien hace trampa,

tendrá un castigo y pagará el doble.

Ella agitó su mano y salió al pasillo. Chitanda se inclinó educadamente

de nuevo.

—Me disculpo por molestarte en un momento tan ocupado... ¿pero que

estaban haciendo?

Sawakiguchi dio una corta respuesta.

—Oh, SF.

— ¿Sci-fi?

En adición a mi casual pregunta, Satoshi preguntó.

— ¿Fantasía espacial?

—Es llamado Star Fighter, creo. En todo caso...

Sawakiguchi me lanzó una mirada de punta a punta hasta que pudo ver la

parte superior de mi cabeza, y se cruzó de brazos.

—Esa gabardina es bastante atractiva.

Satoshi continuó con su iniciativa.

—Es cierto, senpai. Como esperaba, ¡Tú tienes buenos ojos! ¡Ese es uno

de los buenos conjuntos de vestimenta invernal de Houtarou, y parece

como si pudiera estar oculta un subfusil Thompson allí! Aterrador, ¿no lo

crees?

Escondería uno si pudiera. Sería útil para cuando este interpretando un

recto hombre ante tus tontas bromas.

Chitanda educadamente llamó a Sawakiguchi, que aún estaba mirando

intencionalmente mi gabardina.

—Erm, senpai.

—Ah, cierto. ¿Entonces? ¿Pasó algo?

—Sí.

Chitanda asintió y se volteó a mirarme.

Habiendo frenado allí, Chitanda ha demostrado que cambió un poco

durante los últimos diez meses. Ella no era buena diciendo las cosas

indirectamente. Este sencillo criterio había dado frutos unas pocas

veces, pero justo ahora, estábamos sospechando de que los miembros

del Club de Astronomía robaron el chocolate. Acusarlos directamente

podría volver peor la situación. A modo de prevenir ese desenlace, di un

paso al frente.

—Perdón, Sawakiguchi-senpai.

—Tú eres... Si, tú eres el detective Oreki-kun.

Quedé algo disgustado con el infundado apodo, pero lo soporté y apunté

al Salón de Lectura Geográfica.

—En realidad, nos han robado un chocolate de San Valentín de nuestro

salón.

La mirada de Sawakiguchi se volvió dura. Pero, así es cuando la

decepción comienza.

—Entonces, estábamos buscando a alguien que haya visto al ladrón.

¿Alguien usó el pasillo desde las 4:45 hasta las 5?

No puedo decir si el pequeño truco de esquivar la búsqueda del

sospechoso y a cambio preguntar por testigos funcionó. Con una

interesante sonrisa, Sawakiguchi dijo.

—Un chocolate de San Valentín robado, ¿huh? No debería ser un robo

amoroso, pero hay personas que harían este tipo de cosas elegantes, ¿no

es así?

¿Qué cosa exactamente era elegante de hacer eso? Desearía poder

mostrarle a Chitanda mordiéndose sus labios arrepentida luego de que el

chocolate fue robado.

Sawakiguchi inclinó su cabeza.

— ¿De 4:45 hasta las 5? Perdón, pero realmente estuvimos

emocionándonos justo ahora, por lo que no recuerdo el tiempo en

absoluto. Sin embargo, algunos de ellos dejaron sus asientos...

Nakayama, Yoshihara y Oda, creo. Aunque fui yo quien les dijo que lo

hicieran.

Tres de cinco personas, huh. Pude sentir la expresión de Chitanda

nublándose más.

Pero aún había una cosa más que nos ayudará a acortar nuestra

búsqueda.

— ¿Hubo alguien que preparó su mochila y se fue a su casa?

— ¿Por qué preguntas? Nadie lo hizo.

—Ah, ¿Es Oda-san aquella chica de allí?

—Esa chica es Nakayama.

Como esperaba, incluso Sawakiguchi lucía molesta luego de esta

sucesión de preguntas. Mientras conservaba la alegre atmósfera, ella

puso sus manos en sus caderas y me miró.

—Para tu información, nadie aquí vino con un chocolate. Puedes creer

que esto sea mentira, Detective-kun, pero eso sería algo desagradable,

¿cierto?

Sawakiguchi declaró, y de repente abrió la puerta del salón. Ella

entonces levantó su voz y preguntó a las personas dentro.

— ¿Alguno de ustedes vio algo que pareciera un chocolate en este salón?

Las risas de los miembros varones del Club de Astronomía aumentaron.

—Senpai, ¿podrías no preguntar algo tan deprimente?

— ¡Desearía poder decir que tengo uno!

Sawakiguchi apuntó hacia ellos, indicando que eran la prueba.

—Entonces, ¿eso es todo lo que querían preguntar? ¿Ya terminamos?

Como había esperado, ella había parado de ser amigable. Incluso con ese

pequeño truco, aún atrajimos su sospecha al final. Bueno, no tengo

opción más que decir que no puedo hacer nada por eso. Basado en mis

creencias, tiendo a desagradar las discusiones, pero... seriamente, esta

era una conflictiva conversación.

Al menos me las arreglé para mantener mi cortesía e inclinarme hacia

Sawakiguchi-senpai.

—Gracias por tu ayuda, senpai. Me disculpo por decir algo tan grosero.

—Ah, como sea.

Con esas palabras, Sawakiguchi entró al salón de su club sin mirar atrás.

No sé si era sólo mi imaginación, pero el sonido de la puerta cerrandose

pareció más ruidoso que lo usual. Poco después, una notablemente

alegre voz gritando, “Bien, ¡vamos a continuar!”, pudo ser escuchada

dentro del salón.

Chitanda observó la cerrada puerta y a mí con una afligida expresión.

—Oreki-san...... Sawakiguchi-san está enfadada con nosotros, ¿cierto?

—Por supuesto que lo está.

—...... ¡Pero tenemos que recuperar el chocolate de Mayaka-san!

Me di vuelta. Incluso la expresión de Satoshi estaba nublosa. Su usual

sonrisa había casi desaparecido, y de alguna manera había tomado un

tono de auto burla.

—Houtarou...

Parece que él quiere decirme algo.

Sin prestarle atención, sugerí volver al salón de Lectura Geográfica por

el momento. Estaba volviéndose bastante oscuro fuera. Supongo que es

tiempo de llevar esto a un desenlace.

Capítulo 5

El Salón de Lectura Geográfica estaba en un rincón y tenía ventanas en

tres de sus lados, por lo que era fácil para el frío viento escabullirse

dentro. Bajé mi cabeza mientras el opresivo frío parecía ejercer una

fuerza desde arriba.

—Hace frío.

Murmuré sin pensar y recibí unas cálidas respuestas.

— ¿Si? Yo creo que está bien.

—Tú eres el único aquí acurrucado en su abrigo, ¿y te estás quejando

del frío?

No, en serio hace frío aquí.

Miré hacia la ventana y noté que estaba blanco afuera. Creí que el

aguanieve se había detenido, pero sólo se había convertido en nieve. He

escuchado hablar de la Blanca Navidad, pero ¿esto podría ser llamado un

Blanco San Valentín? De alguna manera eso suena como marcas de vino

blanco.

Me senté en la mesa más cercana. De pie frente a mí, Chitanda habló

con una voz que mostraba su fatiga.

— ¿Qué deberíamos hacer, Oreki-san? No quiero creer que el Club de

Astronomía lo tiene, pero...

En vez de responder, le devolví una pregunta.

— ¿Hay alguna forma de llegar al cuarto piso además de subir por esa

escalera?

Igual que yo, Satoshi estaba sentado en una mesa, ubicó su bolso en sus

rodillas y sacudió su cabeza.

—Ciertamente. Uno puede usar las escaleras de emergencia o el

conducto de evacuación. Sin embargo, usarlos sería meterse en un serio

problema. Usar la escalera encerada del otro lado también está fuera de

la cuestión. Aunque aún puedes usarla si lo quisieras.

—Pero no había ningún rastro de que alguien la haya usado. Si alguien

subiera por esas escaleras, dejaría huellas. También hay una escalera a

la terraza, pero usualmente está cerrada. Los estudiantes no pueden ir

allí sin la supervisión de un profesor.

Eso significaría que la escalera donde se encuentra el artesano sería la

única ruta. Por supuesto, si fueras en helicóptero e intentaras bajar,

probablemente lo lograrías, pero no creo que el chocolate de Ibara

contenga un secreto tan enorme que necesite ser obtenido a toda costa,

en la medida de que alguien usara métodos espía para robarlo.

...Pero espera un minuto. Ibara había usado una marca belga de

chocolate. Es de común conocimiento que Bélgica es miembro de la

Unión Europea. ¿Qué pasaría si el chocolate de Ibara contuviera un

microchip que dañaría la estabilidad de Europa? Eso explicaría el caso si

hubiera un helicóptero.

— ¿Oreki-san?

—No, no es nada.

Después de todo, no hubo sonidos de ningún helicóptero antes.

¿Dónde podría estar el chocolate? Observé la nieve, y me topé con otra

posibilidad.

—Entonces, cuando estuvieron buscando el chocolate, ¿viste hacia

abajo?

— ¿Abajo dices?

Moviendo la punta de mi dedo en media parábola, le dije.

—Si el chocolate fuera tirado por la ventana, caería al suelo, ¿cierto?

Chitanda sacudió su cabeza.

—Si ese fuera el caso, lo habría visto.

Entonces ella no había pasado por alto eso. ¿Pero qué hay de esto?

— ¿Revisaste el baño de chicas?

Me recibieron con respuestas atónitas.

— ¿Qué?

— ¿Qué dijiste?

—El baño de chicas. En esos quince minutos, no habría donde ir en el

cuarto piso más que a este salón, el Salón de Electivos 5, y el baño de

chicas. Además, el chocolate no estaba ni aquí ni afuera. Por lo tanto,

¿no crees que hay una posibilidad de que alguien se haya escondido en

el baño de chicas?

Sin esperar a que acabara de hablar, Chitanda agitó su falda y dio un

paso al frente. Notando que no estaba moviéndome, ella dijo con

aprobación.

—No lo había pensado. ¡Vamos!

“¡Vamos!” dijo. Qué absurdo.

—Perdón, pero puedes ir por ti misma.

—Oreki-san, teniendo más manos que ayuden sería...

—Si el baño de este piso fuera de hombres, ¿serías capaz de entrar?

Parece que Chitanda realmente no era consciente de su contorno. “Ah”,

un sonido escapó de sus labios mientras se puso colorada, inclinaba su

cabeza dos veces, y rápidamente dejaba el salón. Por cierto, el primer y

tercer piso del Bloque Especial tenía baños de chicos, mientras que los

baños de chicas se encuentran en el segundo y cuarto piso.

Satoshi miró a Chitanda yéndose con una sonrisa. Balanceando sus

piernas, dijo.

— ¿Realmente piensas que está en el baño?

Respondí sin molestarme en ocultar mi aburrimiento.

—No. Ni siquiera hay una chance entre 10.000.

—Una chance entre 10.000 significa un 0,01%. ¿Es tan así?

—Satoshi.

Dejé escapar un suspiro.

—Nada más estaba tirando una idea. Sólo cállate por un momento.

—... Ya veo.

Con eso, Satoshi cerró su boca. Parecía que su inextinguible sonrisa

había desaparecido. Tomaría alrededor de tres minutos para que

Chitanda volviera. El Salón de Lectura Geográfica se quedó en silencio.

Chitanda volvió, y sus hombros cayeron débilmente.

—No estaba allí...

Asentí y dije.

—Entonces, sólo hay una posibilidad.

— ¿Eh?

Chitanda, quien tenía su cabeza colgando en pena, me miró. El momento

que habíamos estado esperando finalmente llegó.

La puerta del Salón se abrió, y esa persona entró. Vistiendo un jersey

encima de su uniforme y llevando un gorro, era Ibara Mayaka. La curita

en su mejilla izquierda estaba ocultando la espinilla que consiguió por

probar muchos chocolates. Ibara nos miró y puso una desconcertada

expresión.

— ¿Hm? ¿Por qué están todos aquí?

—Mayaka-san...

Pude escuchar un ligero temblor en el murmuro de Chitanda. Sin

embargo, Ibara, sin notar la expresión de Chitanda, se quitó su gorro y

habló con un alegre tono.

—Entonces, ¿cómo estuvo mi chocolate?

Por lo que ella fue directo al grano, huh. Bueno, es su mayor inquietud,

por lo que es obvio que preguntaría eso.

Rápidamente miré a Satoshi. Sin embargo, él estaba mirando a Ibara con

un vago e inexpresivo rostro. No parecía como que vaya a decir algo.

Dado que hemos llegado a esto, pensé que debería al menos decir algo,

y estaba por hablar, pero probablemente notando esto, Chitanda levantó

su mano, causando que me detuviera. Creo que ella quería decirlo por sí

misma, por lo que no tuve opción más que quedarme en silencio.

Chitanda miró seriamente a Ibara.

—Mayaka-san, realmente lo siento.

Esta vez, no pude sentir un temblor en sus palabras. Parece que ella

había decidido decirle a Ibara la verdad. Por otro lado, Ibara tenía una

interrogativa mirada.

— ¿Por qué? No hay nada por lo que deberías estar disculpándote, ¿No

es así?

—En realidad...

Ella aún estaba dudando en decirlo.

—Cuando dejé el salón sin cerrar la puerta, tu chocolate fue robado... lo

siento.

Chitanda dijo esto con una voz firme y una no reservada actitud, pero

sus ojos se habían puesto rojos.

Entonces, habiendo recibido esta confesión, Ibara respondió con una

inesperada actitud.

Todo lo que ella hizo fue murmurar unas pocas palabras.

—Hmm. Ya veo.

Después de una breve pausa, una turbada y amarga sonrisa apareció en

su rostro.

—Por lo que fue robado, huh.

Con esa expresión, y con aquellas palabras.

No podía creer que Ibara estuviera actuando de esta manera.

Conociéndola, pensé que escupiría sus palabras con evidente furia. Así

es como debería haber sucedido. Indiferentemente de qué tan

distanciado me encuentre de los problemas de amor, no dejaría pasar

esto si fuera Ibara.

Pero ella mantuvo la calma. Inversamente proporcional a eso, los

sentimientos de Chitanda estaban desbordando.

— ¡Mayaka-san, yo...!

Ibara enfrentó a Chitanda y sacudió su cabeza.

—No te pongas tan triste, Chi-chan. ¿Estás preocupada por no haber

cerrado la puerta? No hay manera de que hubieras sabido que alguien

robaría el chocolate.

— ¡Pero!

—Incluso si alguien tiene la culpa, no te acusaría a ti, Chi-chan. En

absoluto. En realidad, ni siquiera recuerdo haberte pedido que cuidaras

mi chocolate. Me siento como si hubiera hecho algo malo. Tú me

ayudaste tanto, y yo desperdicié tus esfuerzos.

Cuando acabo de hablar, Ibara se colocó el gorro que recién se había

quitado. Ella apartó la mirada de Chitanda, suspiró, y murmuró.

—Sí, pero, aún duele un poco. Me iré a casa por hoy. Chi-chan, no te

preocupes más por ello, ¿está bien?

Con eso, ella se dio la vuelta y salió del Salón de Lectura Geográfica con

serena marcha. Nadie la llamó mientras se alejaba.

Chitanda, Satoshi, y yo. No había duda que todos nuestros

pensamientos diferían de los otros mientras observábamos a Ibara

alejarse.

Luego de que Ibara se fue, Chitanda esperó a que su figura

desapareciera antes de dar un paso hacia delante con determinación.

Leyendo sus intenciones, me bajé de la mesa y caminé hasta quedar

frente a Chitanda. Sin vacilar, ella avanzó hasta que la punta de su nariz

estuvo a punto de tocarme. Sólo entonces ella finalmente se detuvo.

—......Por favor hazte a un lado.

— ¿A dónde piensas ir?

Ella estaba muy cerca. Di un paso hacia atrás mientras hablaba. Sin

embargo, Chitanda avanzaba en respuesta a mi retroceso.

—Incluso si tengo que usar medidas extremas, encontraré el chocolate

de Mayaka-san. Si no lo hago, no seré capaz de mirarle a la cara

mañana.

—Como todos han dicho, no es tu culpa. Incluso si un abogado estuviera

de acuerdo. Fue más allá de tu alcance el prevenir tal riesgo.

—No conozco nada acerca de la ley. Simplemente no puedo perdonarme.

Se supone que hoy sería un día feliz para Mayaka-san, pero ahora se

convirtió en esto. ¡No puedo sólo quedarme aquí sin hacer nada!

Ella intentó pasarme.

Mi mano derecha reflexivamente salió disparada y agarró la muñeca

derecha de Chitanda.

Era cálida.

Dado que estaba reteniendo su muñeca, pude sentir de sus movimientos

que ella estaba concentrando su fuerza en su puño. ¿Debería dejarla ir,

o debería continuar sujetándola? Mientras estaba indeciso, dije.

—No puedo decir que sé cómo te sientes. No puedo sentir las cosas con

tanta fuerza como tú. Pero por favor, déjamelo a mí. Definitivamente le

daré el chocolate de Ibara a Satoshi al final del día.

Nunca pensé que llegaría el día en que el ahorrador de energía, Oreki

Houtarou, diría “Déjamelo a mí”

Los enormes ojos de Chitanda se ampliaron aún más. Sin embargo, ella

no liberó la energía de su puño.

—......Estoy feliz de que dijeras eso, pero si ese fuera el caso, lo buscaré

contigo.

Negué con mi cabeza.

—No. He pensado en algo pero no puedo hacerlo si tú estás alrededor.

Un temporal silencio descendió. Chitanda me preguntó en voz baja.

— ¿Tienes una idea?

Solté su mano. Quizás había estado ejerciendo presión con mi mano sin

darme cuenta, porque Chitanda ligeramente acarició la muñeca que

había sido agarrada.

Dado que llegué a esto, no tuve opción. Lentamente asentí.

— ¿Quién lo tiene?

—Sólo una persona puede tener el chocolate justo ahora. Es ella.

Dejé escapar un suspiro.

—Nakayama del Club de Astronomía.

Una mesa fue golpeada. Satoshi estaba a medio levantarse, pero lo

ignoré por el momento.

—Basado en el testimonio del artesano, nosotros fuimos las únicas

personas que subimos las escaleras desde el tercer piso. Basado en el

testimonio de Sawakiguchi, había sólo tres miembros del Club de

Astronomía que pudieron haber robado el chocolate.

—Oda-san, Nakayama-san y Yoshihara-san, ¿cierto?

—Asumamos que uno de ellos viniera e intentara robar el chocolate.

Pero si fueras el ladrón, ¿Cómo lo harías? El chocolate de Ibara es

bastante grande.

Chitanda asintió, y extendió sus manos para mostrar la medida

ligeramente más pequeña que su cintura.

—Algo así de grande.

—No hay manera de ocultar algo de esa medida. Dado que ellos no lo

ocultaron en el baño ni lo tiraron por la ventana, sólo pudieron

habérselos llevado consigo al Salón de Electivos 5. Sin embargo,

Sawakiguchi dijo que nadie volvió con un chocolate. Los otros miembros

dijeron eso también. Sería un asunto diferente si todo el Club de

Astronomía estuviera involucrado, pero sería raro que ese fuera el caso.

Me apunté a mí mismo y a Satoshi.

—Es imposible ocultar ese chocolate tan grande en un uniforme escolar.

Ellos podrían haberlo ocultado en un bolso si tuvieran uno, y

probablemente yo podría haberlo ocultado en el bolsillo de mi abrigo. Sin

embargo, ninguno de los miembros del Club de Astronomía se fue a su

casa. Ellos no dejaron el salón con sus bolsos o sus abrigos. Además, los

bolsillos de los pantalones son muy chicos, e incluso si lo hubieran

ocultado en su vestimenta, el chocolate causaría que sus movimientos

sean poco naturales y los harían notables.

Entonces, apunté a Chitanda.

—Sin embargo, es posible con el uniforme de chicas. Si el chocolate fue

atado a su muslo con cinta, puede estar oculto por la falda... No tengo

idea de qué esa miembro del Club de Astronomía, Nakayama, estaba

pensando cuando robó el chocolate. Quizás todos ellas tienen alguna

enemistad desconocida con nosotros. Pero dejando de lado la pregunta

del porqué, dado que Nakayama es la única que pudo haber ocultado el

chocolate, sólo puedo pensar que ella lo tiene justo ahora.

Después de una corta pausa, seguí hablando.

—Le daré hoy el chocolate de Ibara a Satoshi. Aunque tengo absoluta

confianza de que es ella, tú me causarías problemas. Por lo que no te

preocupes, y sólo ve a tu casa por hoy.

Chitanda vio hacia mis ojos.

...Instantáneamente evité la mirada, mostrando con eso qué tan patético

soy.

Pero aún así, una pequeña parte de la sonrisa de Chitanda regresó a su

rostro.

—Es raro que vayas tan lejos para decir algo como eso.

— ¿Es así?

Realmente, también pensé en eso. Era casi como pedirme a mí mismo lo

imposible.

—Entiendo. No sé qué planeas hacer, pero si dices que esta es la mejor

manera, te tomaré la palabra.

La tensión se escurrió por mi cuerpo. Mi expresión probablemente se

volvió más relajada también.

—Bien. Te llamaré si tiene éxito.

Chitanda dijo que estará esperando por mi llamada, y se inclinó.

Ella se fue, dejándonos detrás a Satoshi y a mí.

Mirando al muy oscuro exterior, fruncí el ceño ante el hecho de que

todavía estaba nevando, y tomé mi bolso.

—Bueno, vámonos.

En respuesta a estas palabras, Satoshi se levantó de la mesa en la cual

se encontraba sentado.

—Sí, vámonos.

Me aseguré de no olvidarme de cerrar la puerta.

Capítulo 6

Camino a casa por la noche. Las luces delanteras y traseras de los

coches destellaban. La nieve caía frente a mi gabardina.

El viento era frío, por lo que enterré mi cabeza dentro de ella. Satoshi

estaba caminando al lado mío, con su bolsito en su brazo y una mochila

en su espalda. La única cosa protegiéndolo del frío era su chaleco.

—El chocolate de San Valentín fue robado y atado a una pierna, ¿eh?

Murmuré esas palabras que anteriormente había dicho, y solté una

carcajada.

—Eso es imposible, ¿no es así?

—Y yo que creí que tenías razón.

Satoshi dijo mientras balanceaba su bolsito. También me reí ante tal

comentario.

—No, en serio que no.

— ¿Enserio?

—La estudiante no habría sido capaz de enterarse que Ibara había

decidido dejar el chocolate en el salón del club. Incluso si de alguna

manera lo hizo, Chitanda estaba vigilándolo, y ella no podría haber

predicho que Chitanda saldría del salón para ir a buscarte.

—Ella podría hacerlo aún, creo.

—Bien, asumamos que ella sabía todo. Incluso así, el chocolate se

hubiera derretido al entrar en contacto con la piel humana. Cuando el

chocolate se derrite, emite un olor único que nunca podrás ocultar. Y

más importante...

El semáforo de peatones comenzó a parpadear mientras estábamos a

medio cruzar. Trotamos a través de la calle, y Satoshi luego se dio

vuelta.

—...No puedo imaginar una persona honesta robando un chocolate de

San Valentín.

Satoshi dio una cínica sonrisa.

—No hay garantía de que Nakayama sea una persona honesta.

—Dado que esa persona ha estado involucrada desde el principio, por

supuesto que dudarías de ella.

Una delgada capa de nieve se había acumulado en el camino. Un drástico

chirrido pudo ser escuchado en cada paso que daba. Los fuertes vientos

soplaban de a ratos. Lo resistí abrazando mis hombros y esperando la

muerte.

—Supongo que debería cumplir mi promesa.

Satoshi se quedó en silencio.

—...Préstame tu bolso.

Pude escuchar una risa proveniente de la garganta de Satoshi mientras

cumplía con mi pedido. Recibí el bolsito, y di un fuerte movimiento

vertical con mi brazo. “Crrk”, se escuchó. Sonaba como si las rotas

piezas chocaran unas con otras.

Le devolví el bolsito a Satoshi con una desagradable cortesía.

—Eso fue asombroso, Houtarou.

Satoshi puede que haya sonreído, pero sólo pude ver que era un simple

hábito o una farsa.

La persona quien robó el chocolate fue Satoshi.

Yo ya había concluido que Satoshi era el único culpable posible luego de

que Chitanda dijo que el chocolate había sido robado. Incluso sin esa

predicción, Satoshi aún sería el único sospechoso por proceso de

eliminación. Luego de descartar a los del Club de Astronomía, la única

persona que pudo haberlo robado era alguien que subió las escaleras

desde el tercer piso. Según el artesano, tres personas usaron esa ruta:

Chitanda, Satoshi, y yo. Obviamente yo no era el ladrón, y Chitanda

estaba fuera de la cuestión dado que ella era la víctima. Así, sólo quedó

Satoshi.

Él probablemente se escondió en el baño de hombres del tercer piso

luego de que nos dividimos y me dijo que iría al salón del club. El baño

está justo al lado de la escalera, y en el tercer piso hay sólo baño de

hombres. Satoshi esperó allí un momento, sabiendo que Chitanda dejaría

el salón para buscarlo tarde o temprano.

Confirmando que Chitanda había pasado la escalera, Satoshi se dirigió al

cuarto piso. En el camino, fue visto por el artesano. También es posible

que le haya preguntado sobre la posición del cartel. Si mi memoria no me

falla, cuando el artesano le preguntó por su ayuda antes, su respuesta

fue “Está muy bajo”. Si él no hubiera dicho antes algo como “Mueve la

parte derecha un poco hacia abajo”, él no habría usado aquellas

palabras.

En el vacío salón del club, Satoshi se apropió del chocolate de Ibara.

Pero para su sorpresa, se encontró con que este era enorme. Él había

planeado esconderlo en su bolsito, por lo que estaba en un apuro. Allí

apenas cabe un libro. No importa qué tan delgada sea la cintura de

Chitanda, es definitivamente más grande que un libro.

Si él sólo tomara el chocolate y corriera, podría encontrarse con

Chitanda en las escaleras, y ese sería el fin del juego del chocolate.

Entonces, ¿qué fue lo que hizo?

Las luces de la calle ya habían iluminado el lugar. Estaríamos llegando al

puente pronto. Era un angosto puente dirigido al uso peatonal. Si dos

personas estuvieran pasando en cada lado, nadie sería capaz de pasar

sobre ellos. Sin nada que bloquee el viento, el sonido de este se volvió

incluso mayor.

— ¿No dudaste ni un poco cuando lo rompiste?

Mi pequeña voz fue atrapada con el viento, así que probablemente

Satoshi no pudo escucharlo. No hubo respuesta.

Satoshi rompió el chocolate. Probablemente lo hizo dándole un codazo.

Si él hubiera estado consciente de que era el chocolate en forma de

corazón que Ibara hizo, quizás lo hubiera doblado bien. Pero el resultado

es el mismo. El chocolate fue partido en una medida que pudiera caber

dentro del bolsito.

Y entonces Satoshi dejó el salón del club. Se encontró con Chitanda en

el cruce, y probablemente le dio alguna excusa como, “Oye Chitanda-

san, perdón por llegar tarde, me quedé absorto en algo”. Chitanda

entonces llevaría a Satoshi al salón del club, sólo para descubrir que el

chocolate ya no estaba allí.

Me pregunto, ¿qué pensó Satoshi al ver a Chitanda ponerse nerviosa?

Llegamos a la mitad del puente, y nos detuvimos. Satoshi siguió mi

ejemplo.

Para que el viento no extinguiese mi voz nuevamente, incrementé un

poco el volumen.

—Ahora estamos a mano.

— ¿A mano?

Satoshi preguntó con una débil sonrisa.

— ¿Por cuál favor? No es por el incidente del día de año nuevo, ¿cierto?

Si tuviera que elegir, diría que realmente no me importa este tipo de

cosas.

—Estoy hablando de lo que pasó en abril del año pasado. Creaste una

historia para ayudarme a escapar de Chitanda.

Le tomó algo de tiempo para recordar. “Ah”, murmuró.

—Oh sí, es cierto.

—En ese tiempo, tú me seguiste la corriente con mi plan.

—Sí, eso creo. Me sorprende que en serio recuerdes eso.

—Por supuesto que lo haría.

Apreté mis dientes.

—Eso fue algo terrible. Hice algo estúpido.

—Se, también pienso eso.

Estoy seguro de ello ahora gracias a los eventos de hoy. Claramente me

di cuenta del significado de engañar a otros con trucos cobardes.

Inesperadamente, o quizás inevitablemente, la única que fue engañada

esta vez así como aquella vez fue Chitanda.

—Pero esa fue una historia graciosa.

Satoshi dijo.

—Cuando el ahorrador de energía, Oreki Houtarou se dio cuenta de sus

intenciones, nadie fue herido... excepto por el mismo Houtarou.

De repente, el viento aumentó, causando que la danzante nieve forme

remolinos en el cielo nocturno. Ajusté el cuello de mi gabardina. Bajé la

mirada, y dije.

—Puedes al menos darme una explicación, ¿no es así?

—Una explicación, huh...

No tengo idea de por qué Satoshi actuó de esa manera. Pero creo que

tendría sus razones. Se puede decir que creo en él. Así es cómo llegué a

una ficticia deducción para que Chitanda la aceptara, y actué para

acabar con esta situación. En el día que dije algo como “Porque me

siento haciéndolo”, sería imposible enojarme. Pero a causa de que no le

preguntaron, me mantuve en silencio. Al final, para convencer a

Chitanda y calmarla, no tuve más opción que hacer de un estudiante sin

relación alguna el chivo expiatorio. Probablemente había un mejor

método, pero no pude encontrarlo. Por ahora, esa chica pasará el resto

de su vida escolar con el malentendido de Chitanda.

Hice todo eso porque creí que Satoshi tenía una buena razón para su

accionar.

Pero qué pasaría si...

—Si dices que lo hiciste como una broma...

— ¿Y si así fue?

—Entonces tendría que golpearte. Por Chitanda e Ibara también. Con mi

puño.

Satoshi se encogió de hombros en una exagerada manera.

—De seguro no quiero ser golpeado.

—Por cierto, si quieres mantenerte en silencio, tendrás que disculparte

con Chitanda, y mientras estás en ello, contarle a ella que tú lo hiciste.

—Eso es incluso peor. No tenía intenciones de hacer que Chitanda-san

estuviera involucrada en primer lugar.

Satoshi dirigió su mirada al cielo. Un largo suspiro escapó de su boca.

Después de un momento de silencio, lentamente comenzó a hablar.

—Realmente no quiero decirlo. No es algo de lo que quisiera hablar. Pero

no puedo mantenerme callado, ¿cierto?

—No sé en qué estabas pensando. Tú no solamente pensaste, sino que

actuaste.

—Eso es cierto, es exactamente como dices. No lo lamento, en serio no

lo hago, pero...

La mirada de Satoshi cayó hacia las profundidades de la tierra. Como si

estuviera decidido, comenzó a hablar, aunque en un tono vacilante. Su

voz no era tan alta, pero aún así pude escucharlo bajo el fuerte viento.

—Houtarou, ¿crees que sea una persona obsesiva?

Pensé por un momento y respondí.

—Si, supongo. Como un aficionado.

—Allí es donde te equivocas.

Satoshi se apoyó en la baranda del puente.

—Los aficionados y la gente obsesiva se dedican a algo en específico.

Ellos no quieren perder contra nadie en sus respectivas áreas, y sus

vidas cotidianas implican el estudio y el descubrimiento.

— ¿Y tú no eres como eso?

—No. ¿Te has olvidado del incidente de la “Emperatriz”? Dije que no

puedo ser el número uno en nada, ¿lo recuerdas? Pero para ser preciso,

he renunciado a llegar a la cima.

—Tú jugaste un juego conmigo antes.

Él está hablando de las partidas que tuvimos en el centro de

videojuegos. Le gané con un contador de 2 a 1.

—Se.

—En ese momento, ¿no creíste que algo era raro? No estaba

obsesionado con ganar.

—Solíamos jugar mucho a eso hace dos años, ¿no? El yo de ahora parece

un tipo bastante deplorable. Solía ganar por el solo hecho de ganar. Si

perdía, discutiría y buscaría la falla en las reglas. Eso no estaba limitado

a los juegos. Hubo un chico que estaba bien informado sobre Takeda

Shingen, por lo que comencé a buscar en un montón de libros a fin de

saber incluso más que un experto. En un punto también subí al vagón de

la obsesión. Simplemente quería ganar.

—Estaba obsesionado con muchas cosas. No puedo recordar cuales

exactamente, pero puede ser cualquiera, como la disposición de los

colores en la ropa, o la manera correcta de escribir un kanji. Incluso

cuando fui a un bar de sushi con cinta transportadora, quedé absorto por

el correcto orden para reunir los ingredientes del sushi, y no noté la

deliciosa comida justo abajo de mi nariz.

Satoshi sonrió de manera extremadamente extraña.

—Poniéndolo sencillamente, era aburrido. Dado que quería ganar tanto,

no me interesaba incluso si ganara, y no pude soportar ese resultado

final. En ese momento, no pude entender porqué me sentía así, y

comencé a pensar en ello bastante. Fui un idiota. ¿Las cosas serían

divertidas si no hubiera una manera divertida de ganar?

—Entonces, un día, me cansé de ello. Renuncié a ser obsesionado. No,

eso no. Me volví obsesionado con no ser obsesionado. He olvidado la

causa exacta.

—Y luego de eso, Houtarou, todos los días estuvieron llenos de

diversión. Hoy estaría montado en bicicleta, mañana estaría haciendo

artesanías, y entonces leería sobre el Tratado de Seguridad entre EEUU

y Japón, seguros de vida postal, y música clásica. Con la suficiente

determinación para condimentarlo pero no tanto como para

obsesionarme con ello, me metí en una variedad de temas. Hubo una vez

que usaste la frase “sorprendentemente rosa” para describir mi estilo de

vida, ¿cierto? Esa fue una astuta descripción.

Satoshi ya había parado de hablarme directo a mí en este punto. Me dio

una mirada, y continuó su monólogo.

—Pero incluso con aquellos reconfortantes días, un problema se

mantuvo.

—Me volví obsesionado con no ser obsesionado, y me sentí a gusto con

esta vida. No tengo idea de que tanto tu creencia de ahorro de energía

respalda tu vida, pero mi ausencia de obsesión es un punto bastante

crítico para mí. Sin eso, probablemente volvería a ser ese patético chico.

—Pero entonces está Mayaka.

Pude sentir que Satoshi apretaba sus puños.

—Mayaka es grandiosa. Probablemente no sepas qué tan buena es ella,

pero realmente lo es. No hay una chica como ella. Si Mayaka dijera que

quiere estar conmigo, sería como un sueño hecho realidad.

—Pero entonces, ¿estaría bien obsesionarme con Mayaka?

—Había decidido no obsesionarme con nada, ¿pero podría ser Mayaka

una excepción?

—Creo que realmente es algo simple. Haciendo lo que sea que quiera,

adquirí mi actual nivel de comodidad. Y en serio quiero estar con

Mayaka, por lo que creí que quizás debería tan sólo seguir mis deseos.

—Pero eso, Houtarou, es imposible. Absolutamente imposible. Porque lo

quiero así, no puedo volverme obsesionado con nada, y porque lo quiero

así, obsesionarme con Mayaka... Mayaka es un problema, pero ignorarla

sería algo terrible. Debería arreglar la situación, pero ¿cómo debería

hacerlo? Quizás me equivoqué al pensar que podía llegar a una solución

por mí mismo. Con este diálogo Zen, me pregunto si me volveré una

persona que no pueda lastimar a Mayaka.

—Mientras aún estaba buscando la respuesta, el día de San Valentín del

año pasado llegó. ¿No crees que el chocolate puede ser tomando como

un tipo de símbolo? Si hubiera aceptado el chocolate de Ibara, sería

como anunciar que me obsesionaría con ella. Y aún no había encontrado

mi respuesta.

— ¿Entonces esa es la razón por la cual no lo aceptaste?

—Sí. Eso no cambió este año.

—Puedes llamarme un tonto. Eso fue hace un año, ¡y aún no pude

encontrar una respuesta!

—En esa ocasión, me pregunté si había alguna manera de rechazar el

chocolate que no podía aceptar, otra como hacerlo desaparecer. Si

hubiera... sí, supongo que habría algo de mérito en golpearme.

El silencio cayó.

Pero se supone que eso no tiene nada que ver con Chitanda.

—Pero heriste a Chitanda.

Dije, y Satoshi respondió con una triste sonrisa.

—... Mi plan no fue tan bien como el tuyo, Houtarou. No tenía idea de

que se volvería de esa manera.

— ¿Entonces cómo esperabas que se volviera?

—Teníamos un acuerdo. Mayaka dejaría el chocolate en el salón del club.

Si estuviera listo para aceptarlo, lo tomaría. Si no, lo dejaría allí. Esa

promesa fue la que había planeado cumplir. No estoy diciendo que

Mayaka tenga la culpa, pero ella no era un factor que entrara en mis

cálculos. Que Chitanda, quien la ayudó a hacer el chocolate, quisiera

ver cómo aceptaba el chocolate...

¿Por lo que fue un plan colaborativo entre Satoshi e Ibara?

—Entonces, ¿le dijiste todo esto a Ibara?

— ¡Por supuesto que lo hice! ¿No es obvio? Si no, ¡estaría manipulando a

Mayaka bajo mis propios términos!

—...Hm, realmente, es exactamente como suena.

—El año pasado, luego de rechazar el chocolate de Ibara, tuvimos una

charla. Fue una que tomó unas pocas horas y fue incluso más detallada

que cualquiera que hayamos tenido hasta ahora. Esto seguro me trae

recuerdos. Ya ha sido un año desde entonces. Fui regañado severamente

entonces. Al final, Mayaka dijo no entender mi situación, pero dijo que

esperaría. El próximo día de San Valentín sería una prueba.

—Mayaka aún mantenía la calma incluso luego de enterarse de que su

chocolate fue robado, ¿no es así? Eso es porque probablemente ella

entendió que era una señal de que el ladrón aún no había sido capaz de

encontrar su respuesta. De todos modos, eso es lo que yo pienso.

Ibara se dio cuenta de que Satoshi había sido el único que robó su

chocolate. Eso es lo que yo había esperado. Pero entonces creí que

Ibara se enojaría luego de eso. Dado que el chocolate fue rechazado

igual que el año pasado...... Ni siquiera sabía si esa sería una razón para

que se enojara.

Si ese fuera el caso, el asunto del Laboratorio de Manga probablemente

sería también una mentira.

Satoshi estiró sus brazos ampliamente. Las mangas de su uniforme

fueron agitadas por el viento y revolotearon alrededor.

—Houtarou, esto es todo lo que tengo para decir. Mis acciones no

fueron tan sólo una broma pesada, y no me quedé callado en cuanto a

esto. ¿Qué haremos ahora?

...La nieve incrementaba su intensidad.

Me ajusté el cuello de mi abrigo. Hacía mucho frío como para quedarse

encima del puente. Mientras caminaba, mis pies hicieron crujidos en la

nieve.

Satoshi me siguió por detrás.

—No puedo decirle esto a Chitanda, ¿no?

—Definitivamente no. Preferiría ser golpeado.

Eso es lo que pensé. Incluso si Satoshi habló francamente con Ibara

respecto a este tema, aún sería una charla entre amigos. Al igual que

Chitanda e Ibara probablemente han tenido también alguna charla de

chicas. Dado que los contenidos de sus discusiones no han llegado a mí,

y Satoshi no me había contado todo aún, yo tampoco debería revelarle

todo a Satoshi.

No, me pregunto sobre eso.

Mi lema es “Si no tengo que hacerlo, no lo hago. Si tengo que hacerlo,

lo hago rápido”. Eso es todo. No hay nada más que necesite ser

revelado. Repentinamente recordé que estaba pensando sobre esto en la

biblioteca mientras observaba una colección de fotografías. Un ahorrador

de energía no puede tratar con un romance. Fue lo mismo para el motivo

de Satoshi de romper el chocolate casero. Pero estas dos cosas eran

falsamente similares. Definitivamente cometí un error. Satoshi dudaba a

causa de Ibara.

Mientras cruzaba el río donde el viento soplaba fuertemente, me sentí

inquieto. Aunque él fue el único que tuvo la culpa desde el comienzo, le

he hecho decir algo que probablemente no quería. ¿Debería hacer las

paces con él? ¿Debería decirle, “Perdón, supongo que no conocía mucho

sobre Fukube Satoshi”?

Con mi espalda enfrentando a Satoshi, di una pequeña y amarga sonrisa.

Bueno, supongo que no puedo decir eso.

El puente no era tan largo. Justo antes de llegar a la otra punta,

pregunté.

—Entonces, ¿existe la posibilidad de que seas capaz de responder?

Me di vuelta con una seria expresión que no podía ser vista bajo

circunstancias normales. Satoshi asintió levemente.

—Ya casi, sólo un poco más...... Es sólo que no puedo ponerlo en

palabras aún.

Golpeé sus hombros.

—Perdón por hacerte decir todo eso en este frío. Te compraré una lata

de café.

Con eso, la usual sonrisa volvió al rostro de Satoshi. Él balanceó su

bolsito, y pude escuchar las rotas piezas de chocolate haciendo crujidos

allí dentro.

—Está bien. Ya que insistes, tomaré un té rojo.

Una vez que llegué a casa, me serví un poco de té para calentar mi frío

cuerpo. Luego de beber la mitad, llamé a Chitanda.

Le dije que acabó sin complicaciones, que le entregué el chocolate a

Satoshi, y que cualquier fricción o futuro conflicto había sido

completamente aclarado. Me pregunto si Chitanda estará feliz con esto.

Sin saber qué tanto tardarían sus largas palabras de agradecimiento,

forzadamente la detuve y le colgué.

Le dije una mentira. Quizás me he puesto algo desafiante, pero nadie

puede criticarme por lo que he hecho.

Volví a mi habitación, me acosté, y me quedé mirando el techo.

Además... no es imposible que Chitanda también me esté mintiendo. Es

de común conocimiento hoy en día que hay más de una perspectiva

sobre cualquier tema.

De todos modos, realmente no entiendo a Satoshi, que se puede decir es

un viejo amigo. Incluso si nadie estuviera mintiendo, también era posible

que alguno tuviera un malentendido, o que la otra persona

malinterpretara sus palabras.

En todo caso, es imposible para Ibara no darse cuenta de que Chitanda

quería presenciar la aceptación del chocolate. ¿Satoshi entendía esto,

que Ibara pueda haber usado a Chitanda como un arma estratégica para

asegurarse de que Satoshi aceptara el chocolate? ¿O puede que este

mirando demasiado profundo esto?

No lo sé. No con lo que intenté buscar. Si la miembro de Club de

Astronomía, Nakayama, realmente robó el chocolate con el truco que

mencioné antes, no hubiera gastado mi tiempo mirando el techo.

Una barra de chocolate yacía en el suelo. Era una simple pieza de

chocolate de San Valentín que recibí este año.

Recogí el chocolate que parecía haberse hecho en el extranjero, rasgué

la cubierta y arranqué el papel aluminio. Mordí un poco el chocolate

negro que apareció debajo del papel.

El sabor del chocolate se propagó en mi boca. Era intensamente dulce, y

luego amargo, como esperaba. Gradualmente este se desvanecía y

desaparecía, dejándome sólo con su impresión.

Story 7 – La muñeca que toma un desvío

Capitulo 1

Luego de pasar a través del centro de la Ciudad Kamiyama y seguir el

camino hacia el noreste, llegué hasta una larga, ligera pendiente. Los

pies en los pedales de mi bicicleta se sentían pesados, pero no sentía

dolor. La pendiente no era tan intensa para tener que acelerar, pero

pude sentir que la temperatura de mi cuerpo aumentaba.

Dispersos árboles aparecían en ambos lados del camino, y pude

comenzar a ver la prolongada nieve en la tierra. Los sonidos de la

presencia humana de repente desaparecieron, como si algún tipo de

catástrofe acabara de ocurrir. Realmente, observando desde una

perspectiva histórica, el área rural de la zona noreste de Kamiyama solía

ser un pueblo independiente con un nombre diferente. Al menos eso es

lo que escuché de Satoshi. Incluso ahora, el área es conocida por su

nombre local, Jinde. La inclinación de la pendiente incrementó por un

corto tramo. Aunque había indicios de que la primavera se volvía cada

vez más presente, aún hacía frío por la mañana. Hacía tanto frío que

pude ver mi irregular, blanco aliento escapando hacia la atmósfera.

Pude notar un templo en la cima de la colina. Ya he tomado este camino

unas cuantas veces. La primera vez fue con Satoshi mostrándome el

camino. La siguiente vez fue cuando todos los miembros del Club de

Clásicos celebramos el final del Festival Cultural. Pero esta es la

primera vez que he notado este templo allí. Probablemente sea porque

siempre he pasado por este camino mientras había algún tipo de

alboroto, supongo.

Hoy estoy solo. ¿Quién podría pensar que el Oreki Houtarou, quien se

había autoproclamado el rol de ahorrador de energía, se despertara tan

temprano en la mañana para dirigirse a un alejado pueblo? Mientras

pensaba que esto hubiera sido imposible hace un año, sonreí

amargamente. La deidad de este templo es el Kshitigarbha. Tomando un

descanso, me bajé de mi bicicleta, y con una mano, di mis respetos al

bodhisattva.

(Un bodhisattva alude a alguien que aspira a lograr la Budeidad, y realiza prácticas

altruistas para alcanzar dicha meta. El Kshitigarbha es un bodhisattva que examina a los

chicos, viajeros, y el bajo mundo.)

Seguido de este templo había una pendiente en descenso.

Pude ver rastros de nieve en los campos de arroz. Los rayos del sol

pasaban a través del frío ambiente.

Dado que la colina no era tan alta, la vista no era tan buena. Sin

embargo, en medio de la extensa llanura, alejado de las casas

distribuidas esporádicamente, pude ver una finca rodeada por una blanca

valla con un inusual estilo. Un majestuoso pino estaba creciendo en el

jardín de esa finca. Esa es la casa de Chitanda. Puedes decir que es una

gran casa desde aquí, pero no conocerías el asombroso tamaño de su

vestíbulo y el infinito detalle del ranma sin haber entrado.

(Un detalle arquitectónico encontrado sobre las puertas.)

Pero no estaba yendo a la casa de Chitanda hoy. Giré mi cabeza.

Pasando la residencia de Chitanda había un arroyo que partía dos

terrenos. Un pequeño templo se encontraba del otro lado. No pude ver

el edificio principal. Sólo creí que probablemente se encontraba allí a

causa de la bandera en frente de ella.

Este es mi destino. Es llamado el Templo Mizunashi, creo.

Fue hace dos días.

Mientras me encontraba lánguidamente tirado en la cama de mi

habitación y leyendo un grueso libro que no había terminado, el teléfono

sonó.

—Hola. Perdón por llamarte durante tu descanso.

Era Chitanda. Por naturaleza, ella tiene una educada conducta y un

dócil tono, pero cuando nosotros hablamos cara a cara, soy influenciado

por sus grandes ojos y nuestras pasadas experiencias, y puedo entender

que ella no es sólo una elegante persona. Sin embargo, no puedo ver su

rostro a través del teléfono, por lo que creí que había recibido una

llamada de alguna bella dama.

—En realidad no estoy descansando.

—¿Eh? Oreki-san, ¿tienes clases suplementarias?

—No, no es eso...

Mis notas no eran ciertamente las mejores de la Preparatoria Kamiyama,

pero no eran tan malas como para recibir un aviso para tomar lecciones

extras. Desde el otro lado de la linea, Chitanda habló calmadamente.

—Son vacaciones de primavera.

Eso es cierto. Definitivamente estaba tomandome un descanso por

vacaciones, sin ninguna preocupación por el mundo.

—Me disculpo por decírtelo tan repentinamente, pero...

Chitanda parecía realmente sentirlo, por lo que contuve la respiración,

preguntándome qué significaba todo esto.

—¿Tienes planes para el día después de mañana?

Revisé el calendario. No habían planes para el día después de mañana, ni

el día que le sigue a ese, y de hecho, en ningún día de las vacaciones. Si

mi hermana estuviera aquí, ella me arrastraría con ella a algún lugar,

pero agradecidamente, ella está de viaje en Nanki, dejándome en paz en

casa.

(Un lugar en la región sur de Honshu.)

—Nop.

—Ya veo. Eso es grandioso.

Pude sentir un claro alivio proviniendo del otro lado. Entonces,

Chitanda continuó.

—Emm, Oreki-san. Entiendo que esto sea repentino y problemático,

¿pero podrías por favor ayudarme a sostener una sombrilla?

Mientras sostenía el teléfono, incliné mi cabeza en duda.

Si ahora fuera abril del año pasado, me habría preocupado seriamente si

“sostener una sombrilla” fuera algún tipo de modismo. Sin embargo,

conozco a Chitanda hace un año. Basado en la experiencia, he

descubierto que Chitanda tiende a pasar por alto la explicación cuando

pide por un favor.

—...Explícate desde el principio.

—¿Desde el principio? Bien. Todo comenzó desde el período post-

guerra...

—Ah, quiero decir, explicate desde la mitad, y de una manera que pueda

entender.

Parece que incluso Chitanda se había dado cuenta de sus hábitos. Con

una vergonzosa voz, dijo.

—Perdón, soy mala con las explicaciones...

Pude escuchar un murmuro proveniente de ella. Con eso, parecía que ya

había organizado sus pensamientos.

—Basicamente, un templo cerca de mi casa está celebrando el Festival

de la Muñeca. Hay un emperador y una emperatriz, ministros y tres

cortesanas. Solían haber cinco hombres de elenco, pero a causa del

decrecimiento en número de chicos, fue removido.

—Ya veo...

No tengo la menor idea de porqué la disminución en la tasa de natalidad

causaría que el elenco fuera omitido, pero más importante, había una

fundamental contradicción. El Festival de la Muñeca debería ser en

marzo, pero ahora es abril.

—¿No están un mes tarde?

—Ah, cierto, usamos el calendario lunisolar.

Esa declaración me hizo querer preguntar algo como “¿Es así?” o “¿Qué

hay con eso?”. ¿Es que celebrar un mes tarde el Festival de la Muñeca

es algo realmente común? Sin importarle mi interrogativo silencio,

Chitanda continuó.

—Las Muñecas tienen sus propios portadores de sombrilla, pero... la

persona que ha ocupado ese rol por muchos años de repente se dislocó

su mano en un accidente. No pediría lo imposible, pero no tenemos los

suficientes ayudantes. Estuve preguntando por los alrededores a algunas

personas que podrían ser adecuadas, pero ninguno de ellos podía

hacerlo.

—La vestimenta tiene una talla específica, por lo que no todos cabrían

en ella. Por ejemplo, sería muy largo para Fukube-san, pero creo que

cabrá perfectamente en ti.

Chitanda dejó de hablar por un momento. Entonces, continuó, como si

estuviera esperando mi respuesta.

—Esto tomará menos de una hora. ¿Podrías por favor ayudarnos?

Me di cuenta de que mi rostro se había tornado amargado.

Basicamente, todo lo que tengo que hacer es sostener una sombrilla al

lado del estante de muñecas. Pero para ser honesto, eso sería algo

fastidioso, y no importa qué tan elocuente sea Chitanda, no hay duda de

que me sentiría avergonzado al participar de un festival en un área con

la que no tengo lazos.

—No estoy realmente interesado...

—Ah, ya veo...

Un molesto silencio prosiguió.

Pero ahora que lo pienso, a nadie le importaría quien sea la persona que

sostiene la sombrilla. Además, Chitanda conoce mi principio de ahorro

de energía, y aún así me consultó por ayuda. Eso significa que realmente

está en un apuro.

Si pudiera rápidamente ayudar a Chitanda cuando está en un apuro...

bueno, no suena tan mal.

—Ah, pero está bien. Iré.

—¿Eh?¿En serio está bien?

Basado en su drástico cambio en su patrón de habla, parece que

Chitanda estaba realmente sorprendida. Luego de un profundo aliento,

sus bien educadas palabras salieron.

—Muchisimas gracias. Serás una gran ayuda.

—Entonces, el día después de mañana, sólo tengo que quedarme al lado

de las Muñecas, ¿cierto?

—Si, y estarás caminando con ellas. Puede que no sea mucho, pero habrá

una recompensa por tu esfuerzo.

Ah, me darán un recompensa. Entonces esto sería como un simple

trabajo a medio tiempo.

Estaba casi satisfecho con la explicación de Chitanda, pero de repente,

me di cuenta de algo. No puede ser cierto...

—Caminar con las Muñecas, ¿dices?

—...Si.

—¿Las Muñecas caminan?

—Así es.

Ella respondió como si eso fuera natural, pero por alguna razón su voz

se volvía gradualmente suave. Estaba a punto de preguntarle, “¿Por qué

las Muñecas caminarían?”, cuando Chitanda alzó su voz, como si no

pudiera soportarlo más.

—Puede que sean Muñecas, pero por favor deja de decir “Muñecas” una

y otra vez. También estoy bastante avergonzada.

Algo estaba fuera de lugar. Definitivamente algo lo estaba. Pensé por un

momento.

Mi trabajo era sólo sostener una sombrilla para una Muñeca, pero

Chitanda dijo que ésta camina. También, ella sintió timidez luego de

escuchar la palabra “Muñeca”.

Había una única conclusión a la que podía llegar.

—No me digas que la Muñeca es...

—...Ah. ¿Podría ser que no sepas nada sobre esto?

Exactamente como lo había pensado, huh.

Luego de ajustar el tubo del teléfono, Chitanda continuó hablando con

una detallada explicación.

—Cada año, siguiendo el calendario lunisolar, el Templo Mizunashi

celebra el Festival de la Muñeca teniendo a chicas vestidas como

“Muñecas vivas”. Las Muñecas forman una procesión y desfilan

alrededor del pueblo. Pensé que el Festival de la Muñeca del Templo

Mizunashi era bastante famoso, por lo que creí que lo conocerías...

—Si, he tomado la posición de la Emperatriz cada año desde que

comencé la escuela media... Fukube-san djo que pasaría a dar un

vistazo.

Pero Satoshi tenía clases suplementarias, por lo que él no podrá llegar

para la procesión. Él me llamó por la noche, y me dijo con una voz que

parecía como si él estuviera pisoteando el suelo en arrepentimiento.

—Escucha, Houtarou. Estarás llevando la sombrilla para Chitanda

mientras cumple el rol de emperatriz. Pase lo que pase, ¡nunca, nunca

cometas un error!

Estaba más preocupado por la vestimenta que tendré que usar mientras

esté detrás de una Muñeca.

Aún había algo de tiempo antes de la hora acordada, pero no quería

perderme en un camino no familiar. Ajusté el cuello de mi gabardina, y

pedaleé todo el camino colina abajo.

Capítulo 2

Observando el paisaje desde aquí arriba, puedo ver que el pueblo está

rodeado por montañas en sus cuatro lados. Hay unas pocas casas, y

probablemente porque ahora no es la temporada correcta para plantar

algo, los campos contenían sólo nieve y algunas pocas hojas. Escuché de

Satoshi que las flores de loto estarían creciendo luego de que los granos

de arroz hayan sido cosechados. Me reí ambiguamente pensando que

también sería tiempo para que Chitanda creciera. Justo ahora, no puedo

decir si las hojas sobre los campos de arroz son en realidad flores de

loto.

(Houtarou compara a Chitanda con una flor de loto en la Story 3.)

Pedaleé junto al arroyo, que tenía árboles creciendo en su orilla. Las

hojas de estos árboles habían caído en otoño del año pasado, y los

nuevos brotes aún no habían aparecido. A pesar de que no tenía interés

en las bellezas de la naturaleza, incluso sabía que tipos de árboles eran

esos, dado que son los de mayor variedad. Eran árboles de cerezo. Las

flores de albaricoque ya habían florecido en el centro comercial de la

ciudad. Pensé que estas también habían florecido.

Dado que las plantas no son productos industrializados, ellas

ocasionalmente tienen excentricidades en su desarrollo. Mientras me

desplazaba río arriba, un árbol de cerezo con vibrantes flores apareció

ante mis ojos. No todas las flores estaban abiertas, pero mientras que

todos los otros árboles aún estaban en su renitencia de invierno, este

único árbol ya tenía la mitad de sus cerezos florecidos. Supongo que

tiene algo que ver con su exposición al sol. Ver este solitario árbol

floreciente de seguro es fascinante.

Detuve mi bicicleta. Estaba asombrado por la salvaje floración, pero no

estaba aquí para admirar las flores. De mi bolsillo saqué una nota, que

contenía las instrucciones de Chitanda para llegar al Templo Mizunashi.

“Desde la colina, sigue derecho por el río hasta llegar a un árbol de

cerezo florecido fuera de temporada. Cruza el puente Choukyuu ubicado

por delante y sigue el camino.”

Entonces debería cruzar el primer puente luego del árbol de cerezo. Me

apresuré a llegar.

Pude sentir el ambiente de festival. En las banderas con los emblemas

familiares colgando en los vestíbulos. En la alegría de los niños

dispersados por el lugar. En las blancas banderas en la distancia. Y más

importante, en mi mismo estando aquí andando en bicicleta a través de

las calles a las nueve de la mañana cuando no había clases.

Luego de rodear una curva, finalmente vi un pequeño puente. Ese es el

puente Choukyuu, supongo. Según su nombre, es un puente

extremadamente antiguo. Era estrecho, y no parecía que los autos

pudieran cruzar por allí.

(Chou (長) significa largo y kyuu (久) significa viejo.)

Pero entonces...

Mi pedaleo comenzó a reducirse.

—... ¿Hm?

Viendo a la cercanía del puente, había un cartel. Bueno, esto es un

problema. Lo que estaba escrito allí era “No cruzar”.

El puente estaba sometido a alguna refacción. Leyendo el contenido del

cartel, encontré que el deteriorado puente estaba siendo reconstruido.

En efecto, el puente de madera completamente ennegrecido parecía

poco fiable, y las tablas de piso descubiertas, que ni siquiera habían sido

colocadas con asfalto, probablemente habían permanecido allí durante

unas pocas generaciones.

Justo ahora, el cartel de “No cruzar” estaba de pie, pero no parecía

haber alguien trabajando allí, por lo que podía cruzarlo si realmente lo

quisiera. Sin Embargo, había una camioneta del otro lado, y dos hombres

con cascos amarillos y overoles grises colocando lo que parecían ser

andamios. Probablemente ellos eran trabajadores de la empresa de obras

públicas... Sería realmente estúpido cruzar el puente y hacerlos enojar.

Agradecidamente, el puente era de unos pocos metros de largo, por lo

que los llamé.

— ¡Disculpen!

El trabajador que se volteó a mirarme tenía un rostro moreno que me

hacía recordar al verano, incluso en ese clima frío. Él podría haberse

quemado por el sol mientras trabajaba, o quizás tenía interés en esquiar

en invierno. Afortunadamente, él no parecía ser una persona difícil de

tratar.

—Sí, ¿qué pasa?

— ¿Podría cruzar este puente?

—Seguro, asegúrate de pasar enseguida. Vamos.

Él agitó su mano. Siguiendo sus palabras, empujé mi bicicleta y crucé el

puente. Los tablones chirriaban y se doblaban bajo mis pies mientras

pasaba sobre ellos. Ciertamente sería mejor para este puente ser

reconstruido tan pronto como sea posible.

Luego de cruzar el puente, el trabajador puso su mano en su cadera y

sonrió.

—Comenzaremos a trabajar una vez que la otra camioneta llegue, y no

serás capaz de volver a cruzar después de eso.

—Ok, gracias.

Eso significa que tendré que cruzar por otro puente para volver a casa.

Bueno, no creo que pueda perderme.

Con mi espalda apuntando al puente Choukyuu, de repente sentí que

algo era extraño... Dado que Chitanda vive en el área Jinde, debería

haber sido consciente de la reconstrucción del puente. Es extraño que

ella me dijera que cruce este puente. Y definitivamente esto no era una

broma.

Bueno, ya que fui capaz de cruzarlo, no tengo quejas. El templo estaría

junto al camino. Comencé a pedalear aún más río arriba.

Ahora que lo pienso, pude ver a Chitanda en su kimono el día de año

nuevo. En ese entonces, era por una visita a un santuario, y hoy sería

para un festival. En realidad no creo en este tipo de cosas, pero este es

un raro enlace del destino.

Como la impresión que tuve cuando lo vi desde muy lejos, el Templo

Mizunashi estaba construido cerca de las montañas. Era totalmente

diferente en escala comparado con el Santuario Arekusu, que visité en el

día de año nuevo. El arco era pequeño, las escaleras estrechas, y el

edificio principal no parecía tener una significante historia; era

simplemente antiguo. Era imposible compararlo con Arekusu, que

también es un destino turístico famoso, pero los cuidadores del Templo

Mizunashi lo estaban intentando. Un calendario estaba pegado en frente

del templo, y había también un cartel con grandes palabras que decía,

“Procesión de las Muñecas comienza a las 11:30.”

Nunca he estado dentro de la oficina de un templo en mi vida, pero este

año, ya he estado en dos. Por alguna razón, me sentía más audaz esta

segunda vez. Naturalmente, no hay nada que hacer en las oficinas del

Santuario Arekusu y el Templo Mizunashi, pero supongo que es como

pasar por las cortinas de un restaurante Nagoya Don con tanta confianza

luego de haber pasado por un restaurante Osaka Don. ¿Sería esto

considerado como “tomar venganza de tus enemigos Edo en Nagasaki”?

En todo caso, realmente no me sentiría achicado estando en medio de

mis mayores vistiendo un happi.

(Un abrigo informal suelto japonés que usualmente son usados durante los festivales.)

El vestíbulo era bastante pequeño comparado con el de Arekusu, y era

algo de veinte tatamis de medida. Aquí, me acerqué a un hombre de

mediana edad que parecía ser el gerente, y le hice una pregunta.

—Entonces, ¿qué debería hacer?

La procesión empezaría a las once y media, pero se supone que nos

reuniríamos a las nueve y media. Aún había algo de tiempo antes de eso,

pero no tenía nada que hacer. El hombre, quien tenía la nariz roja, me

miró sospechosamente.

—... ¿Y tú eres?

Me preguntó bruscamente.

—Mi nombre es Oreki. Me pidieron que llevara una sombrilla.

—No he escuchado ese nombre.

—Bueno, no soy un habitante de este lugar.

—Fnnnn...

Me miró fijamente. ¿Las palabras le llegaron? Habiéndome apresurado en

venir hasta aquí en medio del frío sólo para ser tratado así, era

naturalmente repentino.

— ¿No lo escuchó de Chitanda? Me dijo que la persona que usualmente

lleva la sombrilla tuvo un accidente, y me pidió que lo reemplace.

Habiendo confirmado mi existencia, la actitud del hombre de repente

cambió.

— ¡Ah! Por lo que tú eres el reemplazo de Hazawa. Ya veo. ¿Por qué no

lo dijiste antes? El cambio de los hombres se hará en un rato, por lo que

hubiera sido mejor si te hubieras tomado tu tiempo.

...Si lo hubiera sabido, no me hubiera esforzado tanto en llegar lo más

pronto posible. El hombre me trajo una estufa de keroseno mientras me

sentía desanimado y cabizbajo por el comienzo de mi trabajo.

—Me haré cargo de los arreglos. Hasta que te necesitemos, por favor

mantente caliente.

—Ok.

Esto es genial. Teniendo el permiso, me saqué mi gabardina y me

convertí en una estatua viva frente a la estufa, en una de mis más

competentes acciones. Si está bien que mi cambio se haga lentamente,

entonces Chitanda estaría cambiándose desde las nueve y media en

adelante, supongo.

Además de mí, habían otras personas en el salón teniendo sus propias

cosas para hacer, y estaban todos corriendo alrededor con urgencia.

Usualmente habrían cuatro o cinco personas reunidas en el salón, pero

cuando el hombre en su happi pisoteó el suelo ruidosamente, unas pocas

líneas serían cambiadas, y las personas estarían saliendo y entrando al

salón. Por ejemplo,

—Oye, ¿quién está a cargo de las preparaciones del sake?

—Nakatane-san. Más importante, ¿qué pasará con lo de la tarde?

—Se lo dejé a las mujeres, pero por favor confírmalo.

Y también,

— ¡Hanai-san! ¡Hay una llamada de la compañía de noticias!

— ¿Noticias? No será NHK, ¿no?

—Todo lo que dijeron fue que eran de una compañía de noticias.

Por ese intercambio, me enteré que el hombre con la nariz roja se llama

Hanai-san.

Por un momento, fue infectado por las frenéticas energías del ruidoso

salón, y comencé a esperar con ansias el trabajo. Había unas pocas

personas que ocasionalmente me miraban sospechosamente, como si

dijeran, “¿Quién es este tipo que no está ayudándonos? ¿Qué está

haciendo?”, pero no me atemorizaría siempre y cuando no hiciera

contacto con sus ojos.

...No siempre elijo el camino del ahorro de energía sin importarme la

razón. Sin embargo, esta vez, había claras y propias razones para no

moverme ni un centímetro fuera de la estufa.

Primero, no conozco este lugar. No sé nada sobre las relaciones

interpersonales de aquí o los arreglos del festival. Nadie me pidió que

haga nada, y creo que sólo sería una carga si intentara meterme en ello.

Segundo, estaba cálido frente a la estufa.

Quizás había borrado mi existencia al agacharme, ya que muchas

personas pasaban por aquí sin darse cuenta de mi. Estaba

preocupándome por no ser notado hasta que la procesión comience,

cuando el hombre de antes, Hanai, se levantó, y rápidamente preguntó.

—Tu estarás llevando la sombrilla para Chitanda-san, ¿cierto?

—Eso es lo que me dijeron.

—Ya veo. Te lo digo por si acaso, pero hay un luto en la casa de Sono-

san, por lo que la ruta será cambiada.

—Huh. Eso es desafortunado.

Ante esta respuesta, Hanai asintió ligeramente.

—Fue una muerte tranquila. Entonces, ¿Quieres saber cuál es la nueva

ruta?

—No.

—Entonces estarás bien siempre y cuando sigas a la persona frente a ti.

La ruta será algo más corta.

Habiendo dicho todo lo que tenía que decir, Hanai-san se levantó y se

fue del salón en un apuro. En todo caso, si fuera sólo a seguir a

Chitanda, no tendría ninguna razón de conocer el cambio de ruta. Si

Hanai no me lo hubiera dicho, tan sólo hubiera pasado sin saber nada de

la desgracia de Sono. Parece que Sono había alcanzado el final de su

lapso de vida. Silenciosamente oré por él o ella.

El sonido de los pesados pisotones preparando el evento no pararon.

— ¡El número de zuecos no alcanzan! ¿Qué pasó con el zori?

(Planas y alargadas sandalias japonesas.)

— ¿Te faltan uno o dos?

—Un par.

—Entonces debe ser de Chitanda-san. Ella trajo los suyos.

¿Tendré que llevar un zori también? Si ese es el caso, ¿tendré que llevar

un tabi? Lo que estoy llevando ahora son calcetines normales que

firmemente protegen mis pies del frío. Eso sonaría bien, ¿cierto?

...Obviamente no. Parece que fui tragado por el frenético ambiente, ya

que simplemente no podía calmarme. Está todo bien, sólo tengo que

comprobarlo con Chitanda. No hay nada de lo que tenga que

preocuparme.

Pero entonces, no creo que nuestra comunicación sea perfecta. Me

estoy sintiendo inquieto.

Mientras el tiempo pasaba, el número de personas irrumpiendo en el

salón con raras expresiones en sus rostros incrementó. Un arrugado y

viejo hombre con blanco cabello ingresó al salón y gritó en una muy alta

voz que me pregunté de dónde provenía.

— ¡Nakatake! ¿Qué hiciste con respecto al sake?

Un hombre acurrucado en una esquina se levantó inactivamente. Era un

hombre corpulento que parecía ser algo lento, pero que tenía mucha

fuerza.

—Lo he ordenado. Deberían entregarlo en la tarde.

—En la tarde, ¿a qué hora te refieres?

—A la una.

— ¡Tonto!

Una atronadora voz sonó. Aunque yo estaba del otro lado del salón, mi

cuerpo se sacudió en sorpresa.

— ¡La procesión vuelve a las doce y media, a la una es muy tarde! ¡Por

eso te dije que siempre dejes un espacio de por medio antes! ¡Ahora

apúrate y presiónalos para que lo traigan a tiempo!

La persona a cargo del sake no parecía aceptarlo, pero él rápidamente

respondió, “Ahora lo haré”, y dejó el salón. El hombre canoso ahora se

quedó mirando el salón, y accidentalmente mis ojos se encontraron con

los suyos. “Oh”, murmuró, y con el mismo austero rostro, rápidamente

se desplazó hacia donde me encontraba agachado. Doblando su vigoroso

cuerpo un poco, habló.

— ¿Eres la persona a la que Chitanda-san pidió por ayuda?

¿Cómo se las arregló para liberar tanta intensidad? Estaba pensando en

decir, “no, tienes a la persona equivocada”, y salir corriendo, pero no

podía hacer eso.

—Así es.

No pude decir nada más. Mi rodilla se había vuelto en un Seiza sin que

me diera cuenta.

(Ambas rodillas en el suelo, con las piernas debajo de los muslos y el trasero

descansando en los talones. El Seiza es considerado la manera educada de sentarse en

Japón.)

En respuesta, el viejo hombre bajó su cabeza.

—Perdón por hacerte venir todo el camino hasta aquí. No tenemos

suficientes manos, por lo que hemos estado causando algo de problemas

a personas como tú. Espero que nos perdones.

Reflexivamente removí mi abrigo y me levanté.

— ¡En absoluto! Me disculpo por no poder ser de mucha ayuda. Intentaré

lo mejor de mí para no interponerme en su camino. Si hay algo que

necesiten, por favor no duden en pedírmelo.

El viejo hombre levantó su cabeza, y sus ojos se estrecharon.

—Te apoyaremos.

...Es la primera vez que alguien me dice eso.

—Relájate hasta que el tiempo llegue— añadió, y con una inclinación más,

dejó el salón.

De alguna manera parece que oficialmente tengo permitido relajarme.

Sin embargo, esto no está a la venta en la tienda mayorista.

(Proverbio Japonés. Algo parecido sería “Los gansos asados no vienen volando a tu

boca”, el cual significa que las cosas no funcionan tan bien en el mundo real.)

Escuché la conversación de un hombre que entró y salió del salón.

— ¿Te hiciste cargo del Puente Choukyuu?

Ese era Hanai. La persona que respondió era uno de los fornidos

hombres en happi, un relativamente alto y flaco hombre.

—Le pedí a Murai-sensei que se encargue.

— ¿Se lo dejaste a Murai-san?

Las palabras de Hanai acabaron con un ligero tono amargo, que el

hombre alto notó.

— ¿Es un problema?

—No, bueno, supongo. ¿Ellos atrasaron el trabajo de construcción?

—Él dijo que estaba perfectamente bien, y que haría que la construcción

parara el día del festival incluso si la fecha de finalización se retrasara.

Dado que no era de por aquí, no era mi problema, y podría haberme

quedado en silencio. ¿Por qué no lo hice? No tengo idea. En todo caso,

moví mis labios mientras estaba calentando mi cuerpo con la estufa.

—La construcción ya ha comenzado allí.

Esa línea llevó a un inesperado efecto enorme. Hanai y el hombre con el

que estaba hablando, también el viejo hombre y el tipo que fue regañado

por el sake, o de hecho, todos en el salón se voltearon a mirarme en

unísono.

Incluso yo sabía que esto era importante. Los ojos de Hanai parecían

que se saldrían de sus órbitas.

— ¿Qué dijiste?

Entonces se quedó temporalmente sin palabras. Luego de un momento le

gritó al alto hombre.

— ¡Shige! ¿Confirmaste el retraso?

El hombre llamado Shige estaba nervioso.

— ¡Se lo enfaticé a Murai-sensei! ¡Él me dijo que lo haría, y después de

eso no pudimos ponernos en contacto con la firma de ingenieros desde

aquí!

—Tú.

Esta vez sus palabras estaban dirigidas a mí.

— ¿Estás absolutamente seguro?

Él se acercó. Siendo hablado así me hace sentir inquieto.

—Cuando estaba viniendo hacia aquí, había un cartel que decía “No

cruzar” en el puente. Dado que los trabajadores estaban allí, les

pregunté si podía pasar y me dejaron hacerlo.

— ¿Entonces ellos sólo ubicaron el cartel allí?

—Sí... pero dijeron que comenzarían a trabajar luego de que una

camioneta más llegara.

El estado de conmoción del salón de repente se quedó en silencio.

Quizás provenía de la cocina, pero un estridente sonido entró por mis

orejas.

El hombre canoso dijo,

—Sono-kun, lleva tu camioneta hasta allí y revísalo. Tanimoto, llama a

Murai... no, llama a la Agencia de Construcción Nakagawa.

Parece que el hombre alto se llamaba Tanimoto Shige. No estoy seguro

si es “Shigeru” o “Shigejirou”. Aceptando la propuesta, Hanai asintió.

(Houtarou se está preguntando cómo escribir “Shige” en Kanji, el cual se escribe como 茂 y 重 respectivamente.)

—Ah, por favor hazlo.

Y entonces él me fulminó con sus ojos por alguna razón, como si fuera a

ser linchado en caso de que, en realidad, es posible cruzar el puente.

...Pero mis preocupaciones fueron todas para nada. Diez minutos

pasaron.

El hombre llamado Sono era un corpulento hombre cuyo happi lucía

como si estuviera a punto de estallar. Él parecía estar sin aliento cuando

regresó al salón, y reportó en voz alta,

— ¡Es verdad! ¡La construcción ya ha comenzado!

Puedo suponer el porqué esto era tan significante. El curso de la

procesión probablemente incluía cruzar el puente.

— ¡Shige! ¡Todo es tu culpa!

Tanimoto también tenía algo para decir. Mientras se encogía por la

intensidad de Hanai, él habló claramente.

—Pero algo está mal aquí. ¡Murai-sensei definitivamente llamó a la

agencia para detener el trabajo el día del festival!

—Entonces...

—Aparentemente alguien le dijo a ellos antes de ayer que podían

proceder según el calendario.

Sono se levantó para ayudar al sudoroso Tanimoto.

—Es como Shige dijo. Acabo de hablar con alguien de la agencia, y eso

es exactamente lo que me dijeron.

“¿Por qué pasa esto...?” Pude escuchar a alguien suspirar y murmurar.

Dado que el ambiente en el salón se había vuelto solemne, de alguna

manera sentí como si quisiera salir corriendo. ¿Debería abrir mis ojos?

Desafortunadamente, mi turbado rostro era incapaz de hacerlo, aunque

no había nada por lo que preocuparse. Todo lo que pude hacer era mirar

el inexpresivo desarrollo.

El que estableció una sentencia fue, una vez más, el viejo hombre

canoso.

—No deberíamos preocuparnos sobre la agencia por ahora. Podría haber

ocurrido algún fallo en la comunicación. La cuestión más importante

ahora es qué haremos con la ruta.

Un redondo reloj sin ninguna forma de civilidad colgaba del lintel,

desconsideradamente nos decía que pronto serían las diez y media.

La ruta original era extremadamente simple.

Desde el camino frente al templo, iríamos río abajo. Luego, se suponía

que cruzaríamos el puente Choukyuu y cambiaríamos de dirección,

moviéndonos río arriba. En las inmediaciones del templo, hay otro

puente llamado Puente Kaya, y se supone que cruzaríamos luego por allí

y volveríamos al templo. Eso es todo.

Sin embargo, el puente Choukyuu ahora era inutilizable.

Recibiendo las palabras de una situación de emergencia, el hombre que

había dispersado las preparaciones antes volvió al salón. El espacioso

salón de espera pronto se volvió un salón de reuniones estrecho. Ya no

podía sentarme frente a la estufa, por lo que me puse nuevamente mi

gabardina, y me senté apropiada y silenciosamente en un rincón del

salón. Dado que parecía hablarían sobre cosas que alguien no residente

de aquí como yo que no tiene ninguna relación, quería dejar el salón,

pero tristemente perdí mi oportunidad.

Alguien comenzó a rodar la bola.

— ¿De alguna manera es posible detener la construcción? La procesión

puede pasar por el puente en cinco minutos.

Si eso fuera de hecho posible, no habría la necesidad de una discusión.

Hanai negó con su cabeza.

—Además de la procesión, también estarán los periodistas y las cámaras,

y si alguien se lastima mientras cruza el puente, la agencia de

construcción asumiría la culpa. Dado que ya han comenzado a trabajar,

no podemos pedirles lo imposible. Para prevenir esta situación, le

habíamos pedido a ellos que hagan los arreglos necesarios, pero...

Él miró alrededor lentamente mientras hablaba. Tanimoto debe estar en

algún lugar por aquí.

—No ayudará. ¿Qué les parece si adelantamos el puente, y luego

regresamos?

Cuando Hanai habló mientras se frotaba su barbilla, enojadas voces

salieron volando por todas direcciones.

— ¡No podemos hacer eso!

— ¿Volver por el mismo camino que tomamos?

—Eso solo funciona para el lado este, ¿pero qué hay del lado oeste? ¿No

hay Muñecas para ellos?

Pude vagamente comprender la situación. Las áreas este y oeste del

arroyo trabajaban juntos para el festival, pero tener a la procesión

moviéndose sólo por un lado definitivamente causaría la furia de algunas

personas.

Aceptando la refutación, Hanai trajo otra propuesta.

—Entonces ¿qué hay adelantar el puente Choukyuu, volver, entonces

cruzar al lado oeste usando el puente Kaya, luego adelantar nuevamente

el puente Choukyuu, y luego volver aquí?

Ir y volver dos veces, ¿eh? Era una manera posible de hacerlo, pero...

Esta vez, sólo un hombre abiertamente dio su contraargumento. Él no

estaba en el salón antes.

—Eso haría que el tiempo tomado fuera el doble. Eso también dobla la

distancia caminada.

—No hay nada más que podamos hacer.

— ¿Realmente no lo hay? Esto pondría nuestros planes en un desorden.

Además, el personal de TV está viniendo, por lo que no podemos hacer

algo tan embarazoso como eso.

Otro hombre se metió en la conversación.

—También, las Muñecas ya tienen que ejercer bastante energía física.

Doblar la distancia sería terrible.

¡Qué brillante opinión! No sabía qué tan pesado podría ser una sombrilla,

pero no quería caminar el doble de distancia.

Habiendo sido hecho para ser un tipo malo, todo el rostro de Hanai se

puso sombreado con el color de su nariz.

—Tú puedes decir todo eso, ¿pero qué cosa en el mundo podríamos

hacer? ¿Algo más?

—Podemos ir todo el camino hasta el puente Tooji.

Un joven hombre dijo.

—Si cruzamos el puente Tooji y volvemos por el puente Kaya, la

distancia no sería doblada, ¿cierto?

Por el flujo de la conversación, asumí que había aparentemente otro

puente un poco más allá del puente Choukyuu. ¿Realmente había otro

puente cuando estaba pedaleando junto al río? Bueno, probablemente sí,

pero no lo recuerdo porque no me llamó el interés en ese momento.

Sin embargo, cuando la idea fue propuesta, Hanai hizo una mueca y no

dijo ni una sola palabra. No era sólo Hanai. Había algún tipo de molesta

atmósfera en el salón.

Quedaba apenas algo de tiempo antes del comienzo de la procesión.

¿¡Había alguien que pudiera romper esta estasis!?

No estoy seguro si fue por la inactividad, pero el silencio pronto fue

roto. Me estaba preguntando si alguien accidentalmente abrió la puerta,

cuando una rechoncha mujer de mediana edad entró y habló con una

desconcertada voz.

—Disculpen... Perdón por interrumpirlos cuando están tan ocupados,

¿pero hay alguien llamado Oreki-san aquí?

—Ah, sí.

Enderecé mis rodillas y me levanté.

—Ese soy yo.

La mujer me miró con una expresión cada vez más desconcertada. Tenía

el presentimiento de que estaba dando una impresión de persona

descortés.

— ¿Qué pasa?

—Ah... la hija de Chitanda-san está buscándote. Quiere que vayas allí

donde se encuentra ella.

¿Chitanda?

¿Ellos estaban esperando a que el intruso se fuera? Me apresuré a salir

del salón donde todos se quedaron sin habla. No sé qué asunto tiene

Chitanda conmigo, pero seguro que estoy contento por haber sido

llamado.

Capítulo 3

Pero no me fue permitido ver a Chitanda directamente.

Estaba en un salón que era casi del mismo tamaño que el salón de espera

donde los hombres se encontraban discutiendo el plan de acción. Dado

que aquí habían más estufas, estaba más cálido. Una gruesa especie de

cortina estaba colgando aquí, y no pude observar si había alguien del

otro lado, o cuantas personas estaban allí. Sentí que ni siquiera debería

ocurrirseme intentar mirar. El salón estaba impregnado por el olor del

kerosene, y también por la fragancia de los cosméticos.

Una tranquila voz provino del otro lado de la cortina.

—¿Estás allí, Oreki-san?

Esa era la voz de Chitanda, creo. No hay otra voz como esa.

Pero por un momento, dudé. Chitanda usualmente usa esta calmada voz.

La he escuchado muchas veces antes, pero esta vez la voz parecía más

formal, y algo fría; y parecía reflejar un ordenado comportamiento.

—Perdón por tener que hablar así. En este momento me están vistiendo.

Había estado pensando en la razón por la que esa cortina se encontraba

allí, y mi suposición fue confirmada... este es el vestuario femenino.

Vagamente respondí con un “Ah” y un “Oh”. La incomodidad que sentí

aquí hizo que pareciera que el salón donde me encontraba antes

pareciera como un salón de siesta. Ajusté mi gabardina, que se había

caído de mis hombros.

—Te he llamado por una única razón. Al parecer hay algunos problemas,

¿cierto?

—Si...

—¿Es serio?

—Así parece.

—Ya veo.

La voz se cortó por un corto momento. ¿Era Chitanda la única persona

detrás de esa cortina? Ese no debería ser el caso, ¿cierto? La procesión

no consistía en sólo Chitanda, después de todo. No tengo idea de qué

estarán vistiendo, pero para cosas como esta, usualmente es imposible

que uno se arregle solo.

No dije nada. Después de un momento, Chitanda volvió a hablar.

—Entonces por favor dime lo que pasó. No queda mucho tiempo.

Eso era verdad. Si estaremos partiendo a las once y media, debería

comenzar a cambiarme pronto. Capté la urgencia, y entendí porqué

Chitanda quería tratar con la situación. Ella me llamó a mi en vez de a

cualquier otro tipo probablemente porque sería facil hablar conmigo,

siendo los dos de la misma edad.

Pero entonces.

Si fueramos a hablar sin vernos a las caras, sería como nuestras usuales

llamadas por teléfono, pero esta vez, de alguna manera me sentí con la

lengua atada. Quizás era porque repentinamente me moví de un frío

lugar a uno cálido.

Está bien. No es algo que no pudiera decir. Mojé mi lengua y comencé a

hablar.

—En el puente Choukyuu...

La construcción había comenzado.

Esta había sido inicialmente arreglada para que se detuviera.

Pero entonces la agencia de construcción recibió la instrucción de que

estaba bien que continuaran.

Como resultado, sería imposible usar el puente Choukyuu, y los

hombres comenzaron a discutir sobre cómo deberían cambiar la ruta.

Resumí las cosas por encima y lo dije muy rápidamente.

Ni siquiera escuché un tosido del otro lado de la cortina. Habría estado

bien escuchar algún sonido de comprensión, creo. Supongo que

posiblemente Chitanda estaba haciendo aquellos sonidos, solo que no

podía escucharlos por la gruesa cortina. No tengo idea de cómo ella

escuchó mis palabras. Ella podría estar sentada apropiadamente,

escuchándome mientras su cabello estaba siendo peinado, o quizás

estaba escuchando mientras se paraba de cabeza...más importante,

¿siquiera me escucho?

De repente me sentí algo inseguro, por lo que detuve mi habla y

pregunté.

—Alguien sugirió pasar a través del puente Tooji, pero... ¿estás

escuchando?

Ella respondió rápidamente.

—Si, lo estoy.

Su respuesta no fue sólo cortante, sino también tenía una frialdad que no

había experimentado antes. Era como si estuviera sosteniendo un

abanico en su boca. Pude imaginarme a ella apoyada en su brazo

mientras sofocaba un bostezo. Suspiré, hablé del molesto ambiente entre

los hombres, y finalicé mi explicación.

Cerré mi boca, y la única cosa que pude escuchar en el salón fue el

suave sonido de la combustión del kerosene proveniente de las estufas.

...No, eso no es todo.

Tensé mis oídos y lo escuché. Una suprimida, susurrante voz. Sonaba

como si alguien estuviera hablando con alguien más. ¿Estaba Chitanda

hablando? ¿O era la otra persona aquí que no me había dicho ninguna

palabra antes?

Y entonces, la evaluación llegó.

—Resumiste muy bien todo lo que ocurrió.

Bueno, gracias.

Pero sus siguientes palabras serían algo diferente de las anteriores. Sentí

que ella tomó un profundo aliento, y luego de eso habló con voz alta.

—Murai-san es un miembro del Consejo de Kamiyama. Retrasar la fecha

de finalización puede ser una manera de decirse, pero sería muy dificil

ara la Firma de Ingenieros Nakagawa negarse si las negociaciones fueran

por medio de Murai-san. Eso significa que deberíamos creer que la

llamada telefónica diciendoles a ellos que continuaran con el trabajo hoy

fue real.

Sus palabras fueron mezcladas con la sensación de la que estaba

acostumbrado a escuchar. Era un ardiente entusiasmo que siempre

existió debajo de esa limpia apariencia. Cuando escucho el nombre de

Chitanda, me pongo a recordar desde el comienzo. Desde que nos

encontramos en abril del año pasado, ella nos involucró a mi, Satoshi e

Ibara en muchos casos. Ella es una persona desbordante de curiosidad.

Eso significa que Chitanda no estaba sosteniendo un abanico. Ella sólo

quería descubrir quién hizo esto y porqué. Ella incluso podría estar tan

cerca a la colgada cortina como le fuera posible.

Bostezar sería impensable. No había duda de que sus enormes ojos

estaban rebosantes de energía. Así es Chitanda.

—Porqué ellos lo harían...

Detrás de la cortina, Chitanda se volvió curiosa.

Pero eso era todo lo que podía hacer.

Había alcanzado a ver su emoción, pero de repente esta se desvaneció,

como si no hubiera existido en primer lugar.

Mientras me hallaba sentado apropiadamente en el tatami, lo que

Chitanda me dijo no fue: “No puedo dejar de pensar en ello”. En lugar

de eso, ella dijo,

—Pero está bien. Parece que el problema no es tan grave.

Habían dos cosas que quería decir, pero no pude responder a eso. Lo

primero era, “¿Eso es todo?”, pero naturalmente no podía decir eso.

Aclaré mi garganta, y entonces pregunté.

—¿Es así? Parecen bastante serios en el otro salón.

—Ese podría ser el caso, pero no hay una falta de soluciones. Para

ponerlo simple, están dudando en ir al área más allá río abajo por

asuntos religiosos.

Ella dijo eso como si estuviera dando una conferencia. No estaba

realmente tan interesado, pero de alguna manera parecía como si dijera,

“¿Podrías darme una explicación más detallada?

Ella pensó por un momento.

—Oreki-san, ¿podrías por favor llevarle a los hombres este mensaje?

—Mmm, seguro.

—Entonces...

Ella habló con una voz teñida con fortaleza.

—“Le preguntaré a los sacerdotes del otro lado por mi cuenta. Le pediré

a mi padre que se contacte con los representantes personalmente,

también.” Por favor diles esto a ellos.

Momentáneamente me pregunté si el mal hábito de Chitanda estaba

funcionando de nuevo. El mensaje parece bastante corto , después de

todo. Cuando Chitanda pide por ayuda, ella tiende a pasar por alto las

explicaciones, pero si se lo remarcaba, ella cuidadosamente y

apropiadamente lo haría.

Aunque esta vez, incluso cuando le pregunté, “¿Eso es todo?”, todo lo

que provino del otro lado de la cortina fueron unas pocas frías y secas

palabras.

—Ellos deberían entender.

Y así fue como les dije.

Volví al salón de hombres, y transmití el mensaje mientras pensaba en

que el salón estaba realmente frío. Ni siquiera había terminado de hablar

cuando Hanai mostró una aliviada expresión.

—Ah, entonces vamos a dejárselo a ella... Ok, gente, usaremos el puente

Tooji.

Parece que la ruta fue decidida mientras aún estaba tratando de

entender qué pasaba aquí.

Ahora era un Sturm und Drang sin lugar a dudas. Había apenas algo de

tiempo restante antes de que la procesión comenzara, después de todo.

(Se refiere al período de agitación en este contexto.)

Capítulo 4

Mi cambio de vestimenta se puso en marcha en un tono frenético.

El sol de primavera propagaba sus rayos fuera. Me quitaron la sudadera

que había estado usando, y por supuesto, no podía tampoco ponerme mi

gabardina. Sobre mi ropa interior, me hicieron vestir un haori*y algo

parecido a un hakama**. Este traje tenía mangas lo suficientemente

largas, pero los puños lo eran un poco más. Un tercio de mi tibia podía

ser visto.

(* Abrigo formal japonés ; **Pantalones sueltos con pliegues en la parte delantera.)

—Esto realmente no me queda.

Le dije a la persona que estaba ayudándome a cambiar. Fui llamado para

ajustar el tamaño de mi vestimenta, pero ese no fue el caso. Sin

embargo, mi ayudante, que parecía aún no tener ni veinte años de edad,

sonrió y me respondió.

—Así es como es esto.

— ¿En serio?

Mis pies están fríos. Esto me recuerda al incidente del día de año nuevo.

Parece que cuando agregas las palabras “Chitanda” y “vestimenta

tradicional”, el resultado automáticamente se convierte en “frío”.

—Es la mejor medida. Si los puños fueran un poco más largos, yo sería

quien llevara la sombrilla.

Dijo el hombre. Él era de hecho más alto que yo. Su pelo estaba teñido

de marrón claro, y lucía como un autónomo hermano mayor. Pero si

había una persona joven aquí, Chitanda no habría necesitado llamarme

por ayuda. La sola idea de que tendríamos que partir pronto me puso

más nervioso que antes, y me quejé un poco.

—Si son sólo los puños, hubiera sido mejor que tú lo hicieras.

El hombre se encogió de hombros mientras me pasaba un par de negros

Tabi.

—Uno no suele ver una procesión como esta, por lo que a propósito

decidí volver a casa. Si hubiera participado en ello, no sería capaz de

verlo bien.

Bueno, es cierto que mayormente estaré viendo la espalda de Chitanda.

En realidad no me gusta esta vestimenta, pero además tengo una

oposición psicológica en cuanto vestir un Tabi que algún otro usó. Sin

embargo, no pude resistirme esta vez. Me los puse con gran disgusto.

Con eso, me puse finalmente un top, unos pantalones y unas medias,

todo negro. Como pensé, mis expuestas tibias parecían bastante

indecentes.

—Bien, lo siguiente es esto.

Él me alcanzó un blanco overol.

—Ponte esto, y lo ataré alrededor de tu cintura.

Justo como dijo, él ató el cordón con un nudo mariposa.

Había algo de caucho en los puños, y estaba apretado. Las mangas eran

bastante sueltas, y pude ver la negra prenda por debajo. Había una

abertura en los lados desde la cintura hasta las rodillas, donde podía ver

los pliegues del hakama. La parte frontal del overol era plana y sin

cuello, pero alrededor de este, un negro collar podía ser visto, formando

una blanca y negra vestimenta por capas.

Ya veo, por lo que incluso la mula de carga puede lucir bien vestido

¿huh? Estoy comenzando a parecerme a alguien relacionado con el

festival.

(Algo similar sería “La apariencia hace al hombre”)

—Siguiente, ponte esto en tu cabeza.

El hombre me pasó un negro sombrero que parecía un cilindro aplastado

por los lados. Supuse que era un tipo de Eboshi.

(Traducido literalmente, sería un sombrero de cuervo. Es un sombrero lacado negro que

acostumbraban a usar los cortesanos nobles.)

Tengo un mal presentimiento de esto. Todo hasta ahora había estado

bien. Pero si me lo pusiera...

Me lo probé.

Mi cuerpo entero fue reflejado en el espejo. El hombre miró fijamente a

mi imagen y murmuró,

—En serio que no te queda.

Exactamente lo que pensé.

Aunque Oreki Houtarou luciera bien en una vestimenta tradicional o no,

el festival estaba cerca a comenzar.

Parece que el problema con el puente fue arreglado, pero el momento de

partida fue retrasado. Habían dicho que la procesión comenzaría quince

minutos más tarde que la hora acordada.

Salí por la puerta trasera. Parece que las Muñecas estarán saliendo

desde la puerta frontal y se reunirán frente al templo. Aún no sería mi

turno de aparecer. Sólo cuando ellas se pongan en fila podré

despreocupadamente unírmeles, e ir detrás de Chitanda.

Bien. Las preparaciones fueron perfectas.

Mientras me sentía incómodo por vestir un Tabi que no suelo usar,

caminé a través del pasillo de la oficina del templo y hacia la puerta de

salida. Llevaba el zori que me entregaron. Estaré caminando por una

hora, o incluso más dado que la ruta cambió. Pasé el tiempo en la

entrada principal, pero no era porque me haya raspado o algo. Mi

calzado no era muy cómodo, aunque creí que podía soportarlo.

Mientras salía de allí, noté al hombre cuyo happi lucía como si fuera a

caerse. Él, quien yo creo se llama Sono, estaba cargando una sombrilla y

esperando por mí. Tenía un papel rojo violáceo pegado allí, y era más

largo de lo que había esperado. Se abrió en un largo ángulo comparado a

la sombrilla estilo occidental, y se veía en forma de T, realmente grande.

Mientras tambaleaba, Sono me habló para apoyarme.

—Oye, el Festival de la Muñeca no es algo por lo que tengas que

presionarte. Trata de relajarte.

— ¿Estás diciendo que hay otros festivales?

—Ciertamente. Hay unos cuantos otros festivales primaverales.

“¿Es así? Debe ser realmente problemático”, pensé mientras recibía la

sombrilla. Lucía grande, pero no era particularmente pesada. Es sólo un

poco más pesada que un paraguas. Estaré sosteniéndola con las dos

manos, por lo que debería ser capaz de fácilmente cargarla por una hora.

“Fuu”, tomé un profundo aliento. Sono preguntó.

— ¿Estás nervioso?

...Sólo un poco.

Y entonces las Muñecas se reunieron.

Primero estaba el emperador. Él también vestía un eboshi, pero distinto

al mío, tenía algo parecido a una larga cola detrás como decorado.

También estaba completamente de negro, excepto por su blanco

calzado, que se asomaba bajo su traje. Naturalmente, este era uno

adecuado para la realeza, pero lo más interesante era su vestimenta. Era

negro, pero no era absolutamente negro. En vez de eso, un patrón de un

sutil matiz de negro estaba cosido en ello. No pude ver el patrón exacto

desde lejos, pero en un instante, me di cuenta que lucían como rayas. El

emperador fue interpretado por un estéticamente bello hombre con un

rostro imponente.

Eso es lo que pensé, pero estaba muy equivocado. No podían creerlo ni

mis propios ojos. Ese no era un hombre, todas las Muñecas eran

interpretadas por mujeres. Y reconocí el rostro del emperador. Aquellos

afilados ojos, y esa superficial línea en su barbilla. Ella no puede

engañarme con sólo haberse peinado distinto. ¡Ella era una estudiante de

segundo año de la Preparatoria Kamiyama – Irisu Fuyumi!

Mi relación con Irisu se remonta al Festival Cultural, donde nos

ayudamos mutuamente. No sé mucho sobre ella, pero al menos sé que su

familia no habitaba por estos alrededores. ¿Habrá sido ella también

reclutada como yo? Irisu miró hacia el frente, sin una pizca de

vergüenza. Dado que ella no miró alrededor, no fui notado.

La que seguía era la emperatriz.

Tanta gente se había reunido en frente del templo que hizo que me

preguntara de dónde provenían todos ellos. Quizás algunos de ellos eran

visitantes de otros lugares fuera de la ciudad. Parece que el Festival de

la Muñeca era un método inesperadamente efectivo para atraer turistas.

No es de extrañar que Chitanda haya mencionado que era “bastante

famoso”.

La multitud de gente que ocupaba todo el terreno del templo se

agitaban, sosteniendo sus numerosas cámaras. Si nosotros no

estuviéramos en medio del deslumbrante sol de primavera, habríamos

indudablemente sido enfocados por un sin fin de flashes de cámaras. El

emperador en una colección de muñecas estaría vistiendo un traje negro

de la realeza, por lo tanto eso era lo que Irisu llevaba puesto. Entonces,

¿qué estará vistiendo la emperatriz?

Chitanda salió vistiendo un Junihitoe.

(Kimono utilizado por las cortesanas antiguamente. Traducido literalmente, significa

“doce capas”.)

La capa exterior era naranja. Las siguientes capas eran durazno, pálido

azul verdoso, un tranquilo y elegante matiz de amarillo, y blanco. Había

un patrón de anillos en el kimono, y un abanico hecho con cinco colores

distintos había sido gentilmente ubicado en las manos de la Muñeca.

Chitanda caminó por el terreno con su intenso maquillaje y mirando al

suelo. Con sólo unos pocos pasos, podía decir que Chitanda había

dominado el arte de caminar maravillosamente en esa vestimenta.

“Ah”, pensé.

Esto no es bueno. Esto no es un buen traje. Mierda, nunca debería

haber venido en primer lugar.

Esto significa eso, en otras palabras, ¿qué significa?

En otras palabras...

Siempre he tenido orgullo por mi relativa aptitud al lenguaje japonés.

Adicionalmente, aunque no pudiera ser absolutamente lógico a veces,

siempre he creído que era del tipo que usa el razonamiento para

organizar las ideas.

Sin embargo, ese día, en las tierras del Templo Mizunashi de la Ciudad

Kamiyama, en un día de primavera, aproximadamente a las 11:45AM, en

el momento que vi a Chitanda caminar en ese kimono...

No tenía las palabras correctas para explicar el porqué pensé en la

palabra “mierda”.

He considerado muchas razones, pero ninguna de ellas puede explicarlo

bien. Si no tengo que hacerlo, no lo hago. Si tengo que hacerlo, lo hago

rápido. Este principio de ahorro de energía estaba siendo fatalmente

puesto en peligro. No tengo manera de explicar el porqué tuve esta

premonición.

Tan sólo me mantuve sinceramente pensando, “Mierda, esto no está

bien en absoluto”.

Detrás del kimono de Chitanda había un largo filet*, con dos mujeres en

sus vestimentas tradicionales cargándolo para que no tocara el suelo. Un

largo cabello caía por su espalda, atado en un rodete con papel dorado.

Cualquier persona que no conozca a Chitanda probablemente pensaría

que la chica en ese kimono tenía un cabello realmente largo, pero yo sé

que este no era tan largo. Es sólo una peluca.

(* Una especie de lazo con una malla cuadrada.)

Luego de eso, los Ministros de Izquierda y Derecha aparecieron, junto

con tres mujeres cortesanas. Tristemente, no pude darle un vistazo a

ninguna de ellas.

Me di cuenta que tenía que cargar la sombrilla rojo violácea para

Chitanda, y me uní a la elegante procesión. El orden era Irisu, Chitanda,

las dos mujeres sosteniendo el filet de Chitanda, y luego yo.

Mientras caminábamos junto al estrecho camino, estaba pensando sobre

el filet poniéndose en mi camino... no podía ver a Chitanda.

Parece que además de los turistas, había también unas cuantas cadenas

de noticias aquí. Noté una gigante cámara en un trípode siendo apuntada

hacia nosotros. Mientras avanzábamos cada vez más lejos, vi algunas

otras cámaras posicionadas esperando. Si por alguna razón transpiro,

sería probablemente mostrado en televisión, y creo que me pondré

realmente nervioso. Sin embargo, cuando estaba justo frente a la

cámara, nada de eso pasó. Apenas noté algo diferente.

Pero supongo que la razón de eso es sólo porque soy parte del fondo, y

no el personaje principal.

La procesión era más larga de lo que pensaba. Una tropa de hombres

envueltos en uniformes nos siguió por detrás, tocando sus flautas

transversas. No los vi directamente, pero dado a que escuche unos

sonidos “don, don” mezclándose, presumí que también habían algunas

personas con taikos aquí.

Continuamos por el camino paralelo al río por el que había pasado antes.

En la mañana, hacía demasiado frío incluso con mi gabardina, pero ahora

los calmados rayos del sol eran agradables. Aunque era sólo un pequeño

río, una brisa sopló sobre su superficie, y dado que estábamos recién en

abril, hacía realmente bastante frío, aunque eso definitivamente no era

algo desagradable.

Los turistas estaban alineados en dos filas en ambos lados del camino.

Nunca he sido visto por tanta gente como ahora en mi vida. Pero

entonces, no creo que alguien realmente mire al chico sosteniendo una

sombrilla detrás de las Muñecas. Miré hacia delante sólo por un

momento.

Habíamos adelantado el problemático puente Choukyuu y estábamos

encaminándonos al puente Tooji antes de que incluso lo sepa. Sólo me di

cuenta de ello cuando la procesión pasaba sobre el agua.

De repente, mi visión fue llenada de rosa, y miré hacia arriba.

Chitanda estaba caminando bajo el florecido árbol de cerezos.

Estábamos pasando por las semi-abiertas y completamente abiertas

flores, y sobre ellas, Chitanda avanzaba silenciosamente en su kimono.

La cálida y gentil luz del sol, la habitación con mosaicos de una vieja

casa que había sido construida allí por casualidad, la nieve sobre los

campos de arroz, la transparente superficie del arroyo que había

derretido la nieve en ella, y los murmurios de la corriente. No había

nada feo en ninguna de esas cosas. Al menos, eso es lo que sentí.

Sin embargo, todo lo que podía ver de Chitanda, con su ondeante

cabello y su filet siendo cargado, era su espalda.

No puedo decir que tengo alguna afinidad con la curiosidad a la que

Chitanda repetitivamente se arrastra. Pero esta vez, pensé, “Hacer esto

es lo que siempre Chitanda ha sentido”. Justo ahora, quería ver la

expresión en su rostro. Ahora, en este lugar, si pudiera verla cara a

cara, enrojecida, con su mirada baja, eso sería como...

— ¡Houtarou!

Una voz me llamó. Desconcertado, miré alrededor.

Vi que Satoshi estaba en medio de la audiencia.

Me volteé para mirar al frente, con una despreocupada expresión en mi

rostro.

Capítulo 5

El sake fue entregado tarde, pero gracias a la alteración de la ruta, llegó

justo a tiempo. En el retorno al templo, la procesión fue recibida con

comida caliente y un cálido sake. Hubo unos pocos obstáculos junto al

camino, pero terminamos sin problemas, y todo lo que quedaba era el

festival nocturno. El momento del aperitivo estaba extremadamente

calmado y lleno de sonrisas.

Chitanda y el resto de las Muñecas no tuvieron sus almuerzos, en

cambio fueron a la capilla. Ellas estaban limpiando sus impurezas, creo.

Las muñecas son, por naturaleza, cosas que aceptan los pecados de los

hombres. Algo se tiene que hacer con las impurezas acumuladas. No sé

cuando el Templo Mizunashi comenzó con este Festival de las Muñecas,

pero tiene humanos tomando el rol de muñecas, por lo que es un ritual

bastante extraño. Podrías incluso llamarlo peligroso si consideras los

encantamientos involucrados. Definitivamente no tiene sentido que las

Muñecas se sometan a la limpieza inmediatamente después de regresar.

La persona que dijo todo eso era el único que conoce todos estos

innecesarios datos de información, Fukube Satoshi... No, en realidad era

Ibara quien dio ese monólogo. Me había puesto mi ropa común, mi

gabardina, y ahora estaba comiendo un mitarashi dango en un rincón del

terreno del templo junto a Ibara y Satoshi. Nunca supe que Ibara podría

darnos tantos detalles sobre las prácticas místicas.

Las palabras de Satoshi, por otro lado, eran otra cuestión.

—Eso fue milagroso, Houtarou.

— ¿El hecho de que viniste a este festival?

—Ah, sí, eso también es increíble. Nunca pensé que este festival sería

retrasado.

Parece que él saltó en su bicicleta justo después de acabar con sus

clases de recuperación, pedaleó hasta aquí a toda velocidad y se

encontró con la procesión en la segunda mitad del puente Tooji. Él metió

su mano dentro de su bolsito y sacó una cámara desechable.

—Mi equipo es bastante inferior, pero es de alguna manera mejor que no

tomar ninguna foto en absoluto. Hay una en diez mil oportunidades, por

lo que valió la pena usar esta cosa. Me horroricé al ver que podía dejar

esta chance a perder, y si no hubiera tomado una foto, estaría

pisoteando el suelo en disgusto.

— ¿Entonces la tomaste?

—Fue una toma perfecta, con el árbol de cerezo en ella.

Me quedé en silencio. Satoshi sonrió y añadió:

—Basado en tu tipo, tu sólo no puedes soportar decir algo como “Hazme

una copia para la conmemoración del sake”, ¿cierto? Pero no te

preocupes, te daré una incluso si no lo dijeras.

—El traje no te quedaba en absoluto.

Ibara tan sólo dijo esa frase que no necesitaba escuchar.

Al final, no pude ver a Chitanda en el templo. No tengo idea de cuándo

termina el ritual de purificación, pero los turistas se evaporaron luego de

que el festival concluyó, y Satoshi e Ibara no parecían querer quedarse

por más tiempo. “Mándale saludos a Chitanda por mí”, dijo Satoshi

mientras se alejaba del templo.

Mientras que yo, sin saber cuánto tiempo debería actuar como una

persona involucrada, almorcé y proactivamente ayudé con la limpieza.

Los hombres que no estaban ocupados ya se habían ido pero aún había

diez personas que se quedaron hasta el final. Nos atragantamos los

pescados y vegetales restantes mientras estábamos teniendo una

animada conversación.

Sólo pude encontrarme con Chitanda cuando el sol se ocultaba por el

oeste. Estaba pasando frente a su casa cuando la localicé en su veranda,

y ella me hizo señas para que me acercara.

Estaba esperando pacientemente en el salón de huéspedes, cuando tuve

la necesidad de ir al baño. Cuando volví, ambos caminamos lado a lado.

—Ah, Oreki-san. Estaba a punto de saludarte.

Chitanda, que estaba sonriendo frente a mí, se había removido su

maquillaje. Ella era la usual Chitanda. Nunca la había observado tan de

cerca, pero ahora lo entiendo. Esta era la Chitanda que estaba

acostumbrado a ver. Ella se había sacado su kimono y ahora estaba

vistiendo una blusa con cuello y una falda con un suave color, que era lo

adecuado como para estar en casa. Ella podía aparecer frente a la gente

así.

Mientras me quedé observándola, las mejillas de Chitanda se hincharon.

— ¿Q-Qué pasa?

Chitanda suspiró, y luego gritó agitadamente.

— ¡Oreki-san!

—...

— ¡Hoy fue terrible! ¡Tuve que controlarme todo el día! Si pudiera decir

algo, creo que diría que lo hice bastante bien sólo por hoy.

—Ah, ¿haciendo de muñeca?

Pero no era eso. Chitanda negó con su cabeza y dio un paso adelante. El

pulido suelo de la veranda crujió.

—Eso no fue algo por lo que tendría que controlarme. Definitivamente

fue...

Chitanda puso sus manos en su pecho, y habló desde el fondo de su

corazón.

—Sobre quién llamó a la Agencia de Construcción Nakagawa. ¡No he

podido dejar de pensar en ello por un largo tiempo!

...Entonces era eso.

—Oreki-san, tu probablemente entendiste algo en ese salón, pero tan

sólo no pude preguntarlo. Eso fue lo que creí, pero sentí que tenías algo

en la punta de tu lengua cuando me estabas hablando detrás de la

cortina.

—No, no fue así.

—Entonces, ¿qué estabas a punto de decir?

Nunca creí que me preguntaría eso.

— ¡Pensé sobre ello un montón! ¿Quién se beneficiaría si el puente

Choukyuu no pudiera ser cruzado? Pero hoy tuve un trabajo que hacer,

por lo que no podía perder el tiempo en pensar en ello, pero no había

nadie a quien pudiera preguntarle...

Su expresión no cambió mucho, pero pude sentir su lamento. No había

una barrera colgando en la veranda, por lo que Chitanda, la

representación de la curiosidad, se acercó aún más.

—Oreki-san, estuviste allí todo el tiempo. ¿Notaste algo?

“No, en absoluto”, era lo que quería decir.

Pero en realidad sí noté algo. Normalmente, no habría reservado ningún

pensamiento sobre lo que pasó con el puente, pero hoy, a causa del

especial incidente, creí que Chitanda estaría interesada. Además, había

escuchado atentamente lo que todos decían.

Dado que ella no dijo “¡No puedo dejar de pensar en ello!” en ese salón,

creí que había terminado allí. Nunca creí que sería llevado a la casa de

Chitanda en la noche.

Di medio paso hacia atrás y respondí.

—Sí... habían muchas personas hoy. Honestamente, no conozco todos

sus nombres.

—Yo los conozco a todos ellos, creo.

— ¿Sospechas de alguno de ellos?

Pregunté. Los ojos de Chitanda, que habían estado ardiendo de

curiosidad hasta ahora, se abrieron ampliamente en sorpresa.

— ¿Eh? ¿Tú me estás preguntando?

Ella dijo mientras se apuntaba con el dedo. Ahora que lo pienso, he

estado viendo esta acción bastante últimamente. Ella inclinó su cabeza y

pensó por un momento.

—...Sí. No tengo evidencias, pero hay de hecho una persona que creo

pudo haberlo hecho.

—También puedo pensar en una persona que supo todo desde el

comienzo.

Chitanda dejó escapar una risita.

— ¿Entonces qué te parece? Escribamos en algo y mostrémoslo uno al

otro al mismo tiempo.

¿Escribir en algo? Aquí no hay ni bolígrafo ni papel.

Pero Chitanda no sugeriría lo imposible. Ella buscó dentro del bolsillo de

su falda y sacó un bolígrafo.

—Tengo un bolígrafo aquí.

—¿Por qué tienes uno?

—Estuve escribiendo mi nombre y dirección en la oficina de correos

temprano. Debería ser capaz de escribir.

— ¿Sobre dónde escribiremos?

Chitanda frunció el ceño preocupadamente sólo por un momento, pero

rápidamente consiguió la solución.

—Podemos escribir en nuestras manos.

...Bueno, no me importa, ¿pero no tienes que asistir a un banquete

luego?

Chitanda removió la tapa y escribió con el bolígrafo sobre su mano sin

dudarlo. Una vez que lo hizo, ella me lo entregó.

—Aquí tienes, Oreki-san.

Ya que no tuve elección, escribí. Mi mano izquierda sintió cosquillas,

por lo que tuve que desesperadamente suprimir una rara sonrisa. A

causa de eso, pude haber causado que mi rostro se viera con una rara

expresión.

Juntamos nuestros puños. Dado que el obturador de la veranda estaba

abierto, podríamos haber sido vistos desde fuera. Pero debería estar

bien. La casa de la familia Citanda era grande, y tenía una alta valla.

—A la cuenta de dos... ¡Uno, dos!

En la mano izquierda de Chitanda estaban escritas las palabras “El hijo

de Konari-san”.

En la mía decía “Cabello marrón”

Chitanda comparó las dos palmas cuidadosamente. Ella asintió

ligeramente, indicando su satisfacción.

—El hijo de Konari-san tiene el cabello marrón.

Ella dijo.

—Primero, pensé que el hombre llamado Sono era algo extraño. Escuché

que su familia estaba de luto, pero él aún vino a ayudar por el festival.

—Ah, Sono-san... su abuela tiene casi cien años.

—Pero pensé que eso no sería necesariamente extraño. Si esta área

tuviera dos familias llamadas “Sono”, entonces no habría problema.

Chitanda asintió.

—Ellos están relacionados, pero en efecto son dos familias distintas. Hay

unas pocas más con el mismo apellido.

—Como pensé. Por lo tanto descarté a Sono. El siguiente era Nakatake,

quien estaba a cargo del sake. Él arregló para que el sake llegara a la

una, e hizo enojar al viejo hombre canoso. Dado que la procesión no

cruzó el puente y tuvo que tomar un desvío, el sake llegó a tiempo.

—Sin embargo, ir tan lejos sólo para que el sake llegara a tiempo es de

alguna manera bastante tonto. Además, la agencia de construcción fue

llamada hace dos días. Sería natural simplemente pensar que los arreglos

fueron hechos pobremente.

—Nakatake-san... él no es una mala persona.

Ella no estaba siendo muy articulada aquí. La presioné.

—Mi siguiente sospecha estaban en la Agencia de Construcción

Nakagawa, el miembro del consejo de la ciudad Murai, y Tanimoto, que

negoció con Murai. Estaba pensando que uno de ellos había mentido en

alguna parte. Quizás la firma de ingenieros estaba intentando completar

el proyecto lo más pronto posible, y como no querían perder un día,

comenzaron con la construcción. También estaba preguntándome si

Murai le dijo a Tanimoto que era posible retrasar la construcción, pero

le dijo a la Agencia que se inventara alguna historia y terminara el

trabajo de todos modos. Podría haber tenido sus razones.

—Sólo que la construcción no había comenzado en absoluto. Fui capaz

de pasar por el puente normalmente esta mañana. Eso significa que justo

entonces comenzaron a trabajar. Ellos probablemente tenían días extras

reservados en caso de lluvia, por lo que no deberían estar en tal apuro.

La línea de razonamiento del miembro del consejo es también algo

sospechosa.

Chitanda resopló ligeramente. Pensé que algo estaba mal, cuando ella

habló.

—Eso parece un poco dudoso.

Sí. Ni siquiera conozco a ningún miembro del consejo.

—Cuando todos estaban tirando ideas que no funcionarían, hubo una

persona que estaba opinando bajo la suposición de que el puente

Choukyuu no podía ser cruzado.

— ¿Ese era el hijo de Konari-san?

—No escuché su nombre en todo ese tiempo.

Dado que sería extraño para nosotros hablar estando parados así, nos

sentamos en el borde de la veranda. El sol ocultándose estaba

resplandeciendo. Sería asombroso si hubiera un calico o algo de té aquí.

—Ese tipo dijo que “a propósito volvió a casa” para ver una procesión

que no se ve habitualmente. ¿Qué estaba mal allí? Tú has hecho de

muñeca todos los años desde la escuela media, ¿cierto? Eso significa que

el festival ocurrió en todos esos años. Ciertamente no puedes llamarlo

frecuente, pero es extraño decir que no se ve habitualmente.

—...En efecto parece extraño.

Chitanda asintió solemnemente. Mirando su rostro desde aquí, parecía

estar teñido de rojo. Era la proyección de la luz del sol. Volteando mi

mirada al cielo, continué.

—Pero este año, una procesión que habitualmente no verías ocurrió.

— ¿Eh?

Chitanda miró con perplejidad.

Recuerdo a Satoshi diciendo, “Fue milagroso”.

—Había un árbol de cerezos brotando fuera de temporada. También,

debido al trabajo de reconstrucción, el puente Choukyuu no pudo ser

cruzado. No sé dónde ha estado Konari, pero si su familia aún está aquí,

él tendría esta información.

—Y si la procesión cruzaba el puente Tooji, habría una milagrosa escena

de “Una procesión de Muñecas pasando bajo un árbol de cerezos”. Esa

sería la procesión que uno no estaría habituado a ver. Es una valiosa

vista para la cual uno a propósito volvería a casa.

—Jus...

Chitanda cubrió su boca con su mano.

— ¡Justo por eso!

Ella exclamó.

Ishikawa Goemon bailaría en el fondo de su mente. ¡Qué asombrosa

vista! La vista primaveral está valuada en miles de piezas de oro, o eso

es lo que dicen, pero es muy poco, muy poco*.

(El Robin Hood Japonés que intentó asesinar a Totoyomi Hideyoshi, pero falló ; * Una

cita de “Kinmon Gosan no Kiri”, un poema sobre Ishikawa Goemon.)

La combinación del árbol de cerezos, las muñecas y Chitanda era capaz

de quitarme el aliento, aún cuando lo estaba mirando por detrás. Había

definitivamente un gran valor en cuidadosamente ver esa escena. Incluso

se puede decir que el engaño fue valioso.

No es como si pudiera decirlo en voz alta.

Me di la vuelta y le pregunté a Chitanda.

— ¿Por qué crees que fue él?

Chitanda bajó su mirada al suelo.

—Erm... Dije que no tenía ninguna evidencia al principio.

—Sí. Está bien. No me reiré.

Aún así, Chitanda vaciló por un momento, cuando finalmente habló.

—La única persona que pensé que podría ver calmadamente a Murai-san

quedando mal era el hijo de Konari-san.

Ya veo.

Pero entonces, eso haría a Fukube Satoshi el principal sospechoso

también.

Para resumirlo en una negruzca, o más bien, en una gris declaración,

nunca intenté acusar al hijo de Konari desde el principio. Si hubiera

querido más precisamente cerciorarme de la verdad del asunto, entonces

hubiera sido mejor quedarme allí e investigar mejor.

¿Pero cuál era el significado de esto? Podría haber sido algo molesto,

después de todo. Entonces de nuevo, el festival acabó sin problemas.

Estábamos felices con simplemente mostrar nuestras palmas uno al otro,

y agradecidamente, Chitanda también estaba bien con esto, y realmente

parecía satisfecha.

Como el cielo estaba oscureciéndose, el ambiente comenzó a ponerse

más frío. Pero antes de que pudiera decir, “Hace frío, vamos dentro”,

Chitanda habló primero.

—Oreki-san, en ese salón, dije que contactaría con el sacerdote del otro

lado.

Asentí. Chitanda contactaría al jefe sacerdote, mientras su padre

contactaría con los representantes. Eso fue lo que les transmití a los

hombres, y en un instante, el caos que provino por la inhabilitación del

puente Choukyuu se resolvió como si fuera magia.

—Esto puede parecer aburrido, pero por favor escucha.

Mientras que esto no era raro viniendo de Satoshi, nunca escuché antes

a Chitanda dar un prefacio como ese. Con esto, era incapaz de quejarme

por el frío.

Los ojos de Chitanda miraron más allá de su casa y de la valla rodeando

el jardín, concentrándose en la cordillera alrededor del pueblo cubierta

por la luz nocturna.

—Gracias a los avances en las mejoras de la tierra, puede no parecerlo,

pero en el pasado, este humedal estaba dividido en dos sectores. El área

alrededor del puente Choukyuu solía ser un pantanal, y al norte se

encontraba nuestro pueblo, y al sur se encontraba otro. Pero ahora,

ellos se combinaron, y el área entero es conocido como Jinde.

Sin decir una palabra, simplemente escuché.

—Nuestro pueblo tiene el Templo Minazushi, mientras que el pueblo

sureño tiene el Templo Sakou. Las disputas por la tierra y el agua no

ocurrieron ahora, pero entrar al otro sector por asuntos religiosos es

como entrometerse en otros territorios, y causaría que ambos sectores

se sientan incómodos.

—Hubieron circunstancias especiales esta vez, por lo que creí que los

parroquianos del Templo Sakou entenderían. Hanai-san y el resto saben

de esto, pero incluso así, entrar sin permiso podría haber causado un

conflicto. Ellos querían informárselo antes, pero no tenían a alguien que

pudiera actuar como mensajero para ello.

—Dije que el problema no era tan grave, ¿cierto? Luego de decirte que

contactaría con el sacerdote del Templo Sakou, todos se relajaron a

causa de que probablemente sabían que seríamos capaces de cruzar el

puente por el lado sur.

—Ya veo...

Honestamente estaba bastante interesado.

—Satoshi los llamó los prestigiosos clanes.

Pero Chitanda ligeramente alzó su voz.

— ¿Es así?

—...

— ¿No es este un mundo pequeño? Todo lo que hice fue resolver un

problema entre dos pueblos de la región norte de Kamiyama, o usando

su nombre coloquial, Jinde. Oreki-san, no creo que eso haya sido un

acto insignificante, pero no puedo pensar en ello como algo importante.

El sol ya había alcanzado la punta de la montaña, y las áreas alrededor

comenzaban a bañarse en oscuridad.

—El hijo de Konari-san desea convertirse en fotógrafo. Él está asistiendo

a una escuela técnica de Osaka sólo para ello. Esa es la razón por la que

puedo aceptar tu teoría sobre que él realmente quería ver una rara

escena. Si es así, entonces no sólo miraría, sino que probablemente

también tomaría algunas fotos. Poniendo este asunto de lado, creo que

iré a la universidad luego de graduarme.

—...Mientras que con el hijo de Konari-san pueda ser diferente, yo

volveré aquí. No importa qué ruta tome, mi destino final será siempre

aquí. En este lugar.

Y entonces Chitanda sonrió.

—Oreki-san, ¿qué harás con respecto a la elección entre Humanidades y

ciencias?

Siendo repentinamente preguntado sobre ello, por un momento no pude

entender de qué se trataba eso. Me acordé que estaba la elección entre

Humanidades y Ciencias para los estudiantes de primer año que pasaban

a segundo, y finalmente respondí.

—Ah, elegí Humanidades.

— ¿Por qué?

—Dentro de las cuatro materias de Ciencias, mi favorita es Química, y

dentro de las cuatro de Humanidades, mi favorita es Historia Japonesa.

Prefiero la Historia Japonesa sobre Química, por lo que elegí

Humanidades.

Con una mano cubriendo su boca, Chitanda se rió.

—Muy lógico.

— ¿Qué hay de ti?

—...Elegí Ciencias.

Las notas de Chitanda estaban en el top-5 de nuestro año. Ella no lo

diría por sí misma, y el ranking no fue comunicada públicamente, por lo

que era sólo una estimación por mi parte. De todos modos, alguien como

ella tendría una amplia cantidad para elegir carreras.

Pero Chitanda no estaba pensando en eso.

—No estoy decepcionada o triste por volver aquí. Me gustaría cumplir

con mi rol de hija de la familia Chitanda, que tiene la posición de líder de

la región norte de Jinde. Estuve pensando sobre qué seguir en la

preparatoria.

—El primer método sería encontrar maneras para producir mejores

cultivos, así todos tendrían mucho para comer.

—Otra manera sería usar estrategias económicas para incrementar la

eficiencia de la producción, así todos pueden evitar caer en bancarrota.

—Al final, decidí usar la primera. Esa es la razón por la que elegí

Ciencias.

Mientras me encontraba en silencio, Chitanda me hizo otra pregunta.

— ¿Quieres saber la gran razón por la que decidí eso?

—No realmente...

Dije, cuando pensé en algo.

—Sólo que este último realmente no te queda.

Chitanda asintió ligeramente.

—Es cierto... Para ponerlo directamente, fue por el problema que tuve

en el Festival Cultural cuando intenté vender nuestras antologías.

Entendí que te había causado muchos problemas, Oreki-san. Eso me

hizo dar cuenta de que no estaba hecha para manejar una compañía.

Sí, también lo creo.

Mientras estábamos sentados en la veranda, Chitanda extendió sus

brazos al cielo. Este ya estaba casi negro, y podía ver unas pocas

estrellas brillando.

—Por favor dale un vistazo, Oreki-san. Este es mi lugar. Todo lo que

hay aquí es agua y tierra. La gente está envejeciendo y cansándose. Las

montañas están regularmente forestándose, ¿pero qué piensas de esto?

Yo no creo que este lugar sea el más bello. Ni que esté lleno de

potencial. Pero...

Ella dejó caer sus brazos y miró hacia abajo.

—Quería que lo vieras, Oreki-san.

En ese momento, obtuve la respuesta a una duda que había estado

teniendo.

Quería decirle: “Por cierto, sobre la estrategia de negocios a la que

renunciaste, ¿qué te parece si yo me hago cargo de ello por ti?”

Pero, ¿qué fue lo que hice? Creí que debería decir algo, pero de hecho,

no sentí como si pudiera decirlo en absoluto.

Esta es la primera vez que siento algo como esto. Esta primera

experiencia se volvió una importante clave para una pregunta que no

pude resolver antes.

Ahora lo sabía.

El porqué Fukube Satoshi rompió el chocolate de Ibara.

Esta tenía que ser la razón.

Era probablemente la misma razón por la que no pude decir lo que

quiero, y dije a cambio otra cosa, justo aquí en la residencia de la familia

Chitanda, justo ahora cuando el anochecer se pronunció.

Con fingida despreocupación, dije.

—Está haciendo bastante frío.

Los ojos de Chitanda se ampliaron un poco en sorpresa. Entonces ella

me dio una gentil sonrisa y lentamente sacudió su cabeza.

—No, ¡Es primavera!

Epílogo

Saludos, este es Yonezawa Honobu.

Les presento el volumen cuatro de esta serie. Esta vez, es una colección

de historias cortas.

Volviendo atrás a mis días en la escuela, siempre tuve la principal

creencia de que así como el mañana vendría después de hoy, habría

siempre un bucle ilimitado donde el primer trimestre seguiría al tercer

trimestre. Aún no creo que mi vida como estudiante fuese buena, pero

estando asustado por la impresión de un tiempo límite, puede que

siempre haya mirado hacia otro lado mientras sólo me movía alrededor.

Es básicamente mi intolerancia al tiempo.

Así como las historias, también soy malo con cambiar el tiempo una vez

fijado y cambiar las relaciones ya construidas. Siempre quise que

Tripataka sea continuamente asaltado por demonios en su viaje al

Oeste, y Yajikita continuara sus divertidas y tontas aventuras. Nunca

esperé que ellos atravesaran Tenjiku o Ise.

Pero el protagonista en este libro está fijo en el tiempo. Dejando a un

lado el molesto momento cuando los personajes se encontraron por

primera vez, las historias están divididas en Primer Trimestre,

Vacaciones de verano, Segundo Trimestre, Vacaciones de Invierno,

Tercer Trimestre y el Receso Primaveral. Si escribiera una detallada

explicación sobre por qué los pensamientos y sentimientos de los

personajes cambian, entonces este no sería un epílogo, ni más que un

comentario de mi propio trabajo. Poniéndolo directamente, diría que las

razones son el tiempo y el compromiso. Luego de pasar un año entero

juntos, la distancia entre los personajes no se quedaría como siempre.

Ese cambio es lo que intenté representar aquí.

Pero el cambio en la distancia entre estos personajes sería amable y

lento, en lugar de una repentina agitación. Esa es la razón por la que el

libro está titulado “La Muñeca que toma un desvío”.

También, dado que es una colección de historias cortas, fui capaz de

hacer uso de varias situaciones. Como resultado, fui capaz de probar

diferentes tramas de misterio. Si conoces todo acerca de esta serie tan

bien como el género de misterio, probablemente habrías notado que “El

caso del Chocolate Casero” puede ser considerado un misterio inverso.

Si este libro ha causado en ti más interés en ampliar tu lectura sobre el

misterio, entonces estaré honrado si “Aquellos que saben algo” sirve

como una puerta al título de Harry Kemelman, “The Nine Mile Walk”, y

que “Cansado Año Nuevo” sirve como puerta al título de Jacques

Futrelle, “The Problem of Cell 13”.

Junio de 2010,

Yonezawa Honobu.